El carnaval de la romana

29
EL CARNAVAL DE LA ROMANA “Antecedentes, Tendencias y Perspectivas”

description

Recopilación de los datos mas relevantes de este carnaval propio de la provincia de La Romana, República Dominicana. Por Caroll Jimenez y Elsa Ureña

Transcript of El carnaval de la romana

Page 1: El carnaval de la romana

EL CARNAVAL DE LA ROMANA“Antecedentes, Tendencias y Perspectivas”

Page 2: El carnaval de la romana

Introducción

El carnaval dominicana es la manifestación más trascendente de la cultura popular dominicana, la cual se ha ido transformando como resultado de un proceso sincrético creativo de criollización. A tal punto que el carnaval traído por los españoles durante la colonización es una manifestación del pasado para ser estudiada, pero esta muy lejos en contenido, simbolización y función del que tenemos hoy día como expresión de la diversidad y la identidad.En nuestro país, el carnaval no es simplemente una entretención lúdica o una catarsis social. Es mucho más que eso. Es, como dice Marco Polo Hernández Cuevas, la madre de todas las fiestas, siendo al mismo tiempo, el resultado histórico de la formación social dominicana. De ha convertido en una expresión popular subversiva, en un espacio de resistencia donde se forja la dominicanidad y se fragua la identidad nacional, como respuesta y como propuesta contestataria al proceso neocolonial de dependencia dentro de la realidad capitalista de la globalización.Esto quiere decir, que como expresión cultural el carnaval es una manifestación prioritariamente importante para conocer y analizar a la sociedad dominicana; y a partir de ella, es que pueden comprenderse las transformaciones mismas del carnaval.

Page 3: El carnaval de la romana
Page 4: El carnaval de la romana

Antecedentes históricos del carnaval Desde el punto de vista teórico-metodológico de las ciencias sociales, diferentes tipos de análisis conducen a la comprensión del carnaval como expresión socio-cultural-lúdica-artística-religiosa. Desde el punto de vista funcionalista, por ejemplo, el carnaval puede concebirse como una manifestación en sí misma, con su propia dinámica, estructura, papel y contenido, donde el análisis gozará de una riqueza descriptiva, pero con profundas limitaciones de explicaciones causales en su relación con la sociedad, cuando la misma se coloca desde una dimensión macro-social.

Pero si adoptamos la visión histórico-estructural, entonces es posible comprender el carnaval como proceso social, en una relación dialéctica centro-periferia, donde la sociedad es el resultado de un proceso permanente de transformaciones y el carnaval es una respuesta y una propuesta, que puede ser subversiva. Con una dinámica de creatividad popular, en un tiempo extraordinario, que rompe con lo cotidiano, donde se pone el mundo al revés, violando todas las normas establecidas en función de la libertad y de la alegría, mediante la sátira, con la presencia de mascaras, con personajes particulares y con un contenido ancestral de identidad.

 

Page 5: El carnaval de la romana

Al mismo tiempo, el carnaval también puede considerarse como un mecanismo alineador, expresión de clase, en una racionalización de las contradicciones sociales, como parte del poder, como un espacio de legitimación, reducido a un espectáculo manipulado, cosificado, con símbolos petrificados que se quedan en un esteticismo formalizado en lo lindo y lo bello, eliminado todo contenido popular de criticidad y de identidad.

El sistema social, como expresión de una profunda capacidad de resistencia, para sobrevivir, se las ingeniará para que estas expresiones convivan, en un primer momento: el de la elite, en sus espacios particulares (clubes sociales y casinos), y el popular, a nivel callejero. Cuando ocurre lo último, estos grupos minoritarios penetran poco a poco a ese espacio en un plan de sustitución de protagonismos y de contenidos, fosilizando la dinámica creadora contestataria, haciendo inofensivo al carnaval, reduciendo al mínimo sus dimensiones de criticidad, cambiando poco a poco las expresiones originales de identidad por la fascinación de la magia de la industrialización, el milagro de la tecnología, la trampa de la comercialización y los mecanismos de la cosificación.

Esta lucha, que normalmente asume una expresión subliminal, es el resultado de la dominación como parte de la estructura de poder, cuyas expresiones son relativamente temporales, que asumen diferentes manifestaciones decorativas, sin rupturas de las esencias, donde todo puede cambiar y nada se transforma.

Page 6: El carnaval de la romana

Este proceso tiene su propia dinámica, la cual no puede comprenderse mecánicamente, en una relación economicista, en el tradicional análisis de un marxismo desfasado, sino que en muchas ocasiones se presenta arrítmico, trascendiendo a las contradicciones o armonías relativas del sistema, para adquirir esencias populares subversivas, sobre todo, cuando el Estado, como prevención, trata de manipularlo, burocratizándolo, tratando de eliminar, con normas y reglamentos, sus contenidos espontáneos y originales, reduciéndolo a un show de mal gusto o a un espectáculo turístico, para el entretenimiento y la diversión grotesca y superficial.

Para comprender el carnaval como expresión humana universal, hay que analizarlo histórico y existencialmente en la relación del ser humano con la naturaleza y con la sociedad. Fisiológica antropológicamente, es necesario puntualizar:

a) El conocimiento y la revalorización de los seres humanos como expresión individual y colectiva de la sociedad, en una relación protagónica, capaz de comprender, transformar y trascender a la realidad misma, en un proceso de criticidad y de creatividad.

b) Considerar a l carnaval como resultado histórico de esta relación, en un proyecto existencial de realización como expresión de libertad en la búsqueda de su destino para trascender y ser protagonista de su época.

 

Page 7: El carnaval de la romana
Page 8: El carnaval de la romana

El carnaval de la Romana Como resultado del triunfo de la guerra patria de la Restauración en contra de los españoles en 1865, se inicia un proceso de estructuración social, política y económica del país, que recupera su soberanía nacional, para comenzar la lucha por la definición de una agenda de desarrollo, en una fase donde no hay una estructura institucional global del Estado, en un contexto internacional de lucha geopolítica de los imperios de turno en una dinámica neocolonial.

 Eran momentos de luchas internas, de asonadas de caudillos locales, de dictaduras como la de Ulises Heureaux (Lilìs), mientras en la región del Cibao en 1887 impacta el desarrollo agrícola-comercial con la apertura del ferrocarril Santiago-Puerto Plata, en la región Este había comenzado una transformación radical cuando el desarrollo de la industria azucarera, actividad heredada de la época colonial, se traslada allí desde la región sur.

Page 9: El carnaval de la romana
Page 10: El carnaval de la romana

A orillas del Río Romana, desde los inicios del siglo XIX, algunos dominicanos dedicados al corte y transporte de maderas preciosas, monteros dedicados a la caza de vacas y cerdos cimarrones, a la venta de cueros, así como españoles dedicados a la agricultura, pequeños negocios, cría de ganado y aves de corral, dieron origen al poblado de La Romana, transformada radicalmente en los inicios del siglo XX con el surgimiento de la industria azucarera y la llega del Central Romana, al mismo pueblo y sus alrededores, sembrando y enviando la caña para ser procesada en el ingenio el Guànica Central, propiedad de la South Puerto Rico Sugar Company, que tenia allí mucha maquinaria pero poca tierra y poca caña, empresa de capital mixto norteamericano y alemán.

Para el funcionamiento de este proceso llegaron personas de varios pueblos de la región Este y otras áreas del país; puertorriqueños, de las Antillas Menores, muy especialmente de San Martín, Tórtola, Saint Kitts, Nevis, Virgen Gorda, Antigua, Vieques, Barbados y Santa Cruz. En el segundo flujo migratorio de 1943, la mayor parte de los trabajadores de la caña para el Central Romana, llegaron de Anguila y posteriormente de Haití.

Luego llegaron alemanes, árabes, españoles, italianos, chinos y al entrar los años 30 aumentaron los haitianos. La cultura de La Romana va a conformarse con el aporte de esa diversidad, teniendo como base a la cultura dominicana, enriqueciéndose espiritualmente con un sincretismo donde se expresa el catolicismo tradicional español, la visión y las creencias cristianas-protestantes de los afro-antillanos, el vudú de los haitianos y la religiosidad popular de los dominicanos.

Page 11: El carnaval de la romana
Page 12: El carnaval de la romana

El Carnaval de Salón El impacto de la industria azucarera en La Romana no fue solamente económico sino que incidió, acorde con su naturaleza, en el aspecto social y cultural. En la cúspide de la pirámide estaban los propietarios, y luego los administradores, burócratas, empleados medios y en la base los trabajadores de la caña, que eran la inmensa mayoría.

Los propietarios residían en el exterior, Estados Unidos, Alemania, Puerto Rico y los administradores y burócratas de alta jerarquía residían dentro del área del Central Romana, un enclave de seguridad y comodidad donde habían construido sus viviendas, escuelas, acueductos, etc., recreándose en L a Costa, un club privado muy selectivo y exclusivo. Los empleados medios del Central Romana, ricos tradicionales del pueblo, comerciantes, intelectuales y altos empleados del Gobierno Central , constituían una elite que se diferenciaba y guardaba distancia de los pobladores de barrios populares que crecían rápidamente: Trabajadores, muelleros, choferes públicos, billeteros, carpinteros, albañiles, panaderos, pintores de brocha gorda, vendedores ambulantes, chiriperos, etc. 

Page 13: El carnaval de la romana
Page 14: El carnaval de la romana

La elite tradicional busco su enclave en el Club Recreativo, vigente actualmente, inaugurado en 1917 y la nueva elite creo también sus espacios particulares, donde no tenían acceso los sectores públicos. Se creo el Club Antillano en 1919, el Club Borinquen, también en 1919, y posteriormente el Club Rotary 52, el Acrópolis, El Artesano y el Club Sirio-Libanés.

 El exclusivo Club Recreativo, desde su inicio incluyó entre sus actividades la organización de los bailes de carnaval, al igual que los demás clubes y la Casa de Puerto Rico, cada uno elegía su reina y entre ellas sacaban la Gran Reina de Carnaval. Cada institución realizaba su baile de coronación, donde los socios e invitados iban enmascarados, teniendo por costumbre quitarse las mascaras a las doce de la noche, para luego, al saber quien era la pareja, se bailaba hasta entrada la madrugada.

 En ese ambiente aristocrático, eran invitados los clubes también de las elites de Higüey, El Seibo, y San Pedro de Macorís, quienes traían a sus reinas, miembros de las directivas y miembros de sus clubes, que venían también disfrazados.

Page 15: El carnaval de la romana

A veces se cambiaba de ambiente, para democratizar un poco el espacio, como fue la celebración el 25 de febrero de 1993, de un baile de máscaras de carnaval en el Hotel Universal, siendo coronada ese mismo año, en el exclusivo Club Recreo, la reina Carmen Luisa I.

 En este carnaval de salón, sus bailes eran espectaculares y deslumbrantes, debido a la capacidad económica de sus participantes. Mucha gente del pueblo se aglomeraba en la puerta, desde la parte frontal, para ver de cerca cuando llegaban los participantes disfrazados o cuando acompañaba del hospital hasta el Club del Recreo a un personaje, posiblemente un médico, que se disfrazaba de Momia, que era un espectáculo de magia y fantasía, siendo incluso, para rodearse de mas misterio, el único personaje que no se quitaba la máscara, como hacia todo el mundo, al cumplirse la medianoche.

Page 16: El carnaval de la romana
Page 17: El carnaval de la romana

El Carnaval Popular Estas muestras del carnaval de las elites impactaron a los sectores populares, a tal grado que pasaron a hacer su carnaval en sus barrios, acorde con su creatividad y posibilidades económicas. Debido al auge de los bailes de máscaras de los clubes sociales de las elites, también pasaron a ser imitados por algunos sectores populares, los cuales tenían que tener permiso del Ayuntamiento para ser celebrados. En su afán discriminador, tomando como pretexto la preservación de las buenas costumbres, en diciembre de 1919, cuando se aproximaban las fiestas de carnaval, el Ayuntamiento de La Romana apruebo la siguiente Resolución, reportada por historiador Alfonso Trinidad.

 El Ayuntamiento Constitucional de la Romana. En uso de las facultades que le confiere la Ley de Organización Comunal: RESUELVEPRIMERO. Desde la publicación de la presente resolución queda prohibido terminantemente celebrar bailes en el centro de la población, para mujeres de vida airada, sean bailes de máscaras o los llamados bailes populares de empresa.

Page 18: El carnaval de la romana

SEGUNDO. El permiso para los bailes de máscaras en el centro de la población sólo se concederá a las familias de reconocida honorabilidad y a las corporaciones o sociedades de recreo.TERCERO. Queda así mismo prohibido anunciar por medio de los carteles o avisos fijados en las esquinas, los bailes a los que hayan de concurrir hetairas o mujeres de vida airada en los extramuros de la ciudad.CUARTO. Los que contravinieren la presente disposición, serán castigados de conformidad con las prescripciones penales contenidas en la Ley de Policía y el Código Penal vigente.QUINTO. La Policía Municipal queda encargada del cumplimiento de esta resolución.Dada en la Sala Capitular de La Romana, a los 22 días del mes de diciembre del 1919.El Presidente del AyuntamientoLowesky Monzón El Secretario:E. Gil(Copia fiel del original) 

Page 19: El carnaval de la romana

Los primeros y mas impactantes personajes del carnaval popular fueron los Diablos Cojuelos, identificados en función de los barrios populares de la ciudad, vestían con un mameluco, adornado en el pecho con campanitas y cascabeles, la parte trasera de la cabeza cubierta con un capuchón, vejiga en mano, teniendo alguno de ellos un rabo, como el diablo colonial de la ciudad de Santo Domingo y Puerto Plata.

Las Máscaras de los Diablos Cojuelos eran fabricadas con la técnica papel Maché, herencia española, las cuales tenían desde un cacho hasta seis. Las más comunes tenían dos. Eran en forma de cara de toro, de pero y de caballo. Entre los maestros careteros se recuerdan a Filomè Martínez (Filo) y a Aníbal García (Mingo).

 De acuerdo con don Alfonso Trinidad, el historiador de la ciudad, al comenzar la segunda década del siglo XX, los diablos cojuelos más destacados fueron: Alejandro Estrella, Teófilo Estrella (Nene), Napoleón Soto, Mariano Soto, Coco García Dalmasi, Edicando Sánchez, Ramón Angomà, Juan Ditren, Juan Morales, Elvido González, Guadalupe Mota, Marino y Lilo Guerrero, Vicentino Wilson, Enrique castillo Gregorio Travieso, Negro Comues, Rafael Pimentel (Fellito), Eliseo Benjamín, Carlos Pumarol, Pedro María Payán (Chiquitín), Yeyo de la Cruz y Yudy Lama.

Page 20: El carnaval de la romana

A partir de la década de 1930, están Mitre Félix, Proper Ruy Cohen, Piro Santana, Nelson Santana, Chito Severino, Lico Severo, Ramón Pouerie, Máximo Rodríguez, Felipe Rodríguez, Isabel Rodríguez (primera mujer disfrazada de diablo), Servando Ovando, Luis Ovando y Popón Ricart. Afirma Alfonso Trinidad que varios de los barrios populares identifican sus diablos cojuelos en función del color de su traje. El Peñón, era negro con rojo; El Caliche, amarillo con rojo; El Chino, amarillo, negro y blanco; Pueblo Nuevo, su personaje principal era de murciélago; El Tamarindo, La Muerte. En la calle Caleta, de daban cita los de los barrios Tocones, Fortuna y Brooklyn, con diferentes colores, los cuales se dirigían todos al parque Central, y allí se encontraban con los Muchachos de Peñón. Personajes individuales y comparsas que fueron haciéndose famosos en el carnaval popular: 

Page 21: El carnaval de la romana
Page 22: El carnaval de la romana

Juanico Robinson. Imitación de un popular personaje con ese mismo nombre, que la gente identificaba como Pingüe, quien vestía un traje viejo, con sombrero de alas anchas y bastón, con rostro empolvado de blanco.

El Hombre Araña. Vestía un hermoso tarje de tela, con el diseño de imitación de una araña.

Los indios. Se pintaban la cara de colores, la cabeza adornada con plumas de pavo y de pajuil, unas falditas de saco de henequén, flechas y lanzas en las manos, bailaban al compás de su propia música.

Los Tiznaos. Imitando a sus ancestros africanos, se teñían el cuerpo de negro con polvo de carbón vegetal, aceite quemado y vaselina, con falditas de saco de henequén o flecos verdes de la penca de coco, acompañados rítmicamente de maracas, cencerros y un tubo de metal con lo que imitaban una flauta dulce. Popularmente eran conocidos como la Comparsa de los Negritos.

Los Monos. Como si fuera una selva africana, salían los monos a la calle son sus trajes de saco de pita llenos de pelos de caballo, personaje que también aparece en el carnaval de la provincia Santo Domingo, tanto en Villa Duarte, como en El Almirante.

Page 23: El carnaval de la romana
Page 24: El carnaval de la romana

Las Brujas. Con faldas largas, caretas de viejas feas y una escoba en la mano, como si fuera en la Edad Media en Europa, de factura española.

La Maricutana. Hombres que se vestían de mujeres, con trajes anchos, zapatos femeninos, nalgas y tetas postizas, con pañuelos en la cabeza, a la moda africana, llenas de picardía, iban cantando, una canción popular de moda:

Hay tana,La maricutana…

Hay tana,La maticutana…

Baile de las Cintas. Este baile, al igual que en La Vega, Azua, Santiago de los Caballeros y la ciudad de Santo Domingo, fue integrado al carnaval de La Romana, cobre todo en el barrio Los Tocones, donde residían los de las islas inglesas, haitianos y cocolos, al igual que en el barrio Fortuna, poblado por dominicanos pobres.

Los Guloyas. Una de las comparsas mas hermosas e impactantes era la de los Guloyas, un teatro popular callejero de los trabajadores oriundos de las islas inglesas, por sus trajes, danzas y principalmente por su contagiosa música con un drung, redoblante, triangulo de metal y una flauta dulce, donde sobresalía la figura de Chanflin.

Page 25: El carnaval de la romana
Page 26: El carnaval de la romana

Ga-Ga. Era una comparsa musical, con una danza frenética, con trajes llenos de espejitos y pañuelos de colores, con reinas, luases y metresas, de trabajadores haitianos, de sus descendientes y dominicanos.

Las festividades de carnaval incidían también en la dinámica comercial, cuando varios comercios se especializaban en tener artículos para disfraces y elementos del uso del carnaval. Se distinguieron, la tienda Luisa Lama, la Feria de Nicolás Garip, el cañonazo de Antonio Pablo, la Estrella de Nicolás Truncoi, el Cachimbo de Yudy Lama y la ferretería de don Gustavo de la Rocha. Los más exigentes se desplazaban a San Pedro de Macorís, sobre todo, en los años de auge, cuando esta se encontraba disfrutando la danza de los millones y era la ciudad del interior más importante del país en los albores del siglo XX.

Con el ajusticiamiento del dictador Trujillo y la ruptura de su régimen al comenzar la década de 1960, se produce un proceso de redefinición de las clases sociales, del poder, de los valores, y el pueblo oprimido durante 30 años, aflora como protagonista histórico, decayendo los bailes de mascaras y el carnaval popular entra en una profunda recesión, hasta que en 1975, una delegación de carnaval de La Romana participo en San Pedro de Macorís con una comparsa de Gagá y un grupo de atabales.

Page 27: El carnaval de la romana

En 1983, La Romana se activa en el ambiente de carnaval con su estreno en la participación en el Desfile Nacional de Carnaval, en el Malecón de la ciudad de Santo Domingo, aunque no solo se realizaban manifestaciones espontaneas de carnaval en sus barrios populares.

Siendo síndico, José Reyes comenzó a partir del 2001 a redimensionar y apoyar al carnaval de La Romana, como un buen Quijote, logro incorporar personalidades, instituciones y actividades culturales. En 2004, el Ayuntamiento creo un Comité Organizador, que fue presidido por la doctora Lourdes Cuesta, con la participación determinante de Ronaldo Camacho (Memo), Diógenes Pérez y la asesoría de Dagoberto Tejeda Ortiz, haciendo posible el carnaval en La Romana, donde sobresalió la Comparsa de los Hombres de Barro, organizada por Efraín de Yinna Bambú.

Ese año, la representación del carnaval de La Romana obtuvo por primera vez dos premios en el Desfile Nacional de Carnaval. Con ellos hicieron historia al llenar de júbilo al pueblo de La Romana.

Page 28: El carnaval de la romana

En el 2006 se reorganizo el proceso del carnaval de La Romana, conformándose un nuevo Comité Organizador con la participación institucional del Ayuntamiento Municipal con José Reyes, sindico, a la cabeza, Casa de Campo y el Central Romana, que redefinió conceptualmente toda la visión del nuevo carnaval de La Romana, haciendo importantes innovaciones a nivel local y nacional.

En estas dos versiones (2006-2007), se les dedicaron ambos carnavales a carnavaleros- íconos; se eligió con esos mismos criterios Rey y Reina; se organizaron programas, como nunca, de carácter formativo-pedagógico-educativo con charlas, conferencias, talleres; se incorporaron los municipios de la Provincia y los barrios de la ciudad; se logro la participación de los diferentes sectores sociales, se realizaron exposiciones de afiches de carnaval, trajes y mascaras; se reorganizo el desfile con una nueva ruta, se diseñaron e implementaron nuevas formas y metodologías de propaganda, se dividieron los cuatro domingos de carnaval con base en la ecología, el medio ambiente, los niños y la familia y se profundizaron las búsquedas de personajes particulares y la identidad del carnaval de La Romana.

Page 29: El carnaval de la romana

En la conceptualización de ese proceso de búsqueda de identidad, se definió que una de las características mas importantes era la búsqueda de nuevos personajes, pero al mismo tiempo privilegiar y revalorizar la máscara-rostro, logro que ha ido afianzándose como en ningún otro lugar del país. Los ideólogos y responsables de ese proceso de redefinición de un nuevo carnaval en La Romana, que logre su identidad, son José Reyes y el coordinador Ricardo Bello, José Ignacio Morales (El Artístico), Frank Micheli, Héctor Gao, Martha Victoria, Teódulo Silva Casso, Ronaldo Camacho (Memo), Diógenes Pérez, Magaly Medina, Susana Joa, Hamlet Felipe (Bimbo). Y Luisa María Ortiz.

Estos desfiles de carnaval en La Romana han alcanzado la dimensión de muestras nacionales con la participación de 20 carnavales locales, de casi todas las provincias del país y una dimensión internacional, ya que ha sido televisado para todo el mundo.