El Cabanyal - Tato Herrero

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Artículo del arquitecto y profesor Francisco Herrero sobre el barrio Valenciano del Cabanyal

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    El Cabanyal-Canyamelar:orgenes y evolucinEl Conjunto Histrico Protegido1 del Cabanyal-Canyamelar,barrios marineros de una ciudad fluvial, es ese tejido filoso decalles paralelas al mar, en direccin norte-sur, de parcelacinmenuda, que se distingue claramente en cualquier foto areade Valencia, a unos tres kilmetros al este del Casco Antiguode la ciudad, construido en un meandro del ro Turia (Fig. 1).

    Es este un esquema habitual en el litoral valenciano, don-de las ciudades que tienen su ncleo principal prudentemen-te alejado de un mar inseguro, fundan una plaza fuerte alre-dedor del grao en la desembocadura del ro, para mantenerla actividad del comercio martimo. A medida que disminuyela inseguridad, en las inmediaciones del grao se va asentan-do una poblacin dedicada mayormente a la pesca que, enel caso de Valencia, se alojan en barracas situadas al norte,sobre la barra arenosa que separa el mar de los terrenos pan-tanosos del interior, transformados en huerta productiva gra-cias al drenaje de las acequias: primero en el Canyamelar en-tre las acequias de Riuet y En Gas (sobre la que se traza laactual avenida del Mediterrneo), luego en el Cabanyal has-ta la de los ngeles (bajo la actual calle del Pintor Ferrandis)y, finalmente, en el Cap de Frana hasta la de Cadena. Ashasta formar lo que el barn de Bourgoing describe en 1793como un poblado habitado slo por pescadores y formadopor modestas barracas. Sobre las trazas de este poblado selevanta hoy el ncleo originario del conjunto histrico.

    Entre 1837 y 1897, la poblacin fue municipio indepen-diente, con el nombre de Poble Nou del Mar. El desplazamien-to de la lnea de costa hacia el este debido a la acumulacinde arena provocada por la construccin del muelle de Levantedel puerto a finales del siglo XVIII permite la ampliacin del n-cleo originario del nuevo municipio2 mediante oleadas de ba-rracas en alineaciones paralelas al mar, hasta alcanzar las pla-yas de vas del ferrocarril de las canteras del Puig y las del po-pular trenet, presentes desde mediados del siglo XIX y que im-piden la evolucin natural de la ampliacin hasta el mar.

    En 1875, una normativa municipal impidi la reconstruc-cin de las barracas, por el peligro de incendios que entraa-ba su techumbre de paja, y obligaba a su paulatina sustitucinpor casas. Como por su tipologa la barraca tiene los accesospor los hastiales, se presenta con la cumbrera perpendicular ala calle, por lo que vierte aguas por los laterales. Como pornormativa debe verterlas en su parcela, cada barraca retira supared lateral tres palmos valencianos (68 cm) de la lnea divi-soria de su propiedad. Y lo mismo la vecina, quedando entredos barracas contiguas un callejn de seis palmos (136 cm)que, adems, sirve para dar salida al corral y para la recom-posicin de la cubierta (de broza y paja de trigo). Este espa-cio medianero recibe el nombre de escal. Cuando una ba-rraca se derriba y se construye casa en su lugar, no se puedeconstruir en todo el terreno, pues los tres palmos de la esca-l deben quedar libres para que el vecino pueda recompo-ner la techumbre de su barraca: se trata de una servidumbre

    Vida en el barrio: Cabanyal, un conjuntohistrico protegido y amenazadoLuis Francisco Herrero Garca

    DESCRIPTORESCONJUNTOS HISTRICOSPROTECCIN-DESTRUCCINURBANISMOPARTICIPACIN CIUDADANA

  • mutua y subsiste mientras subsista uno de los condominantes.Pero al edificar la segunda casa puede hacerse en todo su te-rreno, pues ya ha desaparecido la servidumbre de su vecinoque, si quiere, vende sus tres palmos al otro para tener paredmedianera (en caso contrario queda entre las dos casas unhueco de tres palmos). Toda esta prolija explicacin viene alcaso porque a la existencia de la escal se deben los diver-sos anchos de parcela existentes en la actualidad, provenien-tes de un loteo supuestamente regular, como correspondera aunos terrenos ganados al mar, sin propietario previo. As, to-mando como punto de partida la barraca de 28 palmos deanchura (640 cm), obtenemos parcelas desde los 320 cent-metros de la media barraca, hasta los ms de nueve metroscontando con las dos escals laterales completas.

    La exitosa evolucin hacia la casa se produce respetandola estructura urbana de la poca de las barracas, tanto del es-pacio parcelado como del no parcelado. Buena parte del xi-to de toda la operacin se debe a esta sabia estructura, queconsigue, a lo largo del da, un rato de sol para todas las fa-chadas y que todas las aceras tengan su rato de sombra. Ade-ms, la existencia del patio trasero, heredero del corral de lasbarracas, permite la doble orientacin, con lo que el rgimende brisas marinas ventila las estancias de las casas. Tambinse mantiene la relacin directa con la calle que tenan las ba-rracas, pues la mayora de las casas son unifamiliares o notienen elementos comunes tales como zagun o escalera devecinos, porque a la planta baja se entra desde la calle y a

    las superiores por escaleras particulares. El resultado es unconjunto especialmente saludable, bien soleado y ventiladosituacin que no es comn en los conjuntos histricos, don-de las calles, poco jerarquizadas y, en general, con un trficovecinal escaso y pacificado, encuentran su lmite y su defini-cin en el protagonismo que cada fachada de cada casa pre-tende para conseguir el marco adecuado a las relaciones so-ciales que se desarrollan en ellas.3

    Estas fachadas-mobiliario urbano reinterpretaron de ma-nera popular los estilos cultos de las pocas en que se cons-truyeron: el historicismo eclctico, el modernismo y, a partirde 1930, el racionalismo. Adems de fachadas enlucidas opintadas, algunas se construyen en ladrillo visto de buenafactura y, sobre todo, fachadas revestidas de azulejos cer-micos al gusto de cada poca y cada propietario, cuya im-plicacin en la construccin de sus casas otorga una calidada los acabados impensable en otras circunstancias.

    Cuando en 1897 el municipio fue anexionado por Valen-cia, tena totalmente consolidada su estructura urbana here-dera de la parcelacin y las alineaciones de las antiguas ba-rracas y construidas las casas que sobre ella se asientan.Mientras, la futura metrpoli apenas haba comenzado laconstruccin del primer ensanche, tras el derribo de las mu-rallas que la encorsetaron hasta 1865.

    Desde 1950, algunas de estas casas, principalmente en elCanyamelar, fueron derribadas y sustituidas por bloques enaltura que desdibujan el paisaje del barrio. Pero estas agre-

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    Fig. 1. Foto area de Valencia. El CHP del Cabanyal-Canyamelar, es la franja en color.

  • siones no han podido con la potencia de la estructura urba-na, ni con el predominio de las casas bajas directamente re-lacionadas con las calles que se mantiene,4 casi en su integri-dad, en el Cabanyal, precisamente en la zona ms afectadapor el proyecto de prolongacin de la avenida (Figs. 2, 3 y 4).

    El Paseo al Mar: orgenes y evolucinDurante sus ms de cien aos de vida, la idea de Paseo alMar, que hoy conocemos como avenida de Blasco Ibez,ha condicionado de una u otra manera el desarrollo de losbarrios marineros de Valencia, y en la actualidad supone elmayor motivo de su degradacin y una amenaza inminentepara su futuro (Fig. 5).

    Si bien existe un proyecto fechado en 1861, trazado msal sur y ligeramente inclinado respecto al Camino del Grao, noes hasta inicios de 1883 cuando se manifiesta el inters muni-cipal por la creacin de una nueva va de comunicacin queaproxime Valencia a las playas, donde veranea su burguesa,atrada por las nuevas teoras higienistas basadas en la tha-lassoterapia y la helioterapia y, tambin, por la fiesta que seproduce alrededor de estas actividades. Se trata del Camino-Paseo de Valencia al Mar, ideado por Casimiro Meseguer.

    El trazado, coincidente en anchura y ubicacin con la ac-tual avenida de Blasco Ibez, queda reflejado en el plano di-bujado por el arquitecto municipal J. M. Cortina en 1899, conel nombre de Paseo de Valencia al Cabanyal (Fig. 6), a la

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    Figs. 2, 3 y 4. Ambiente del barrio. Calles y casas condenadas por el PERI.

  • sazn barrio de Valencia tras la anexin en 1897 del muni-cipio marinero. El propio Blasco Ibez, al referirse al paseoque, con el tiempo, llevar su nombre reconoce esta realidadal escribir: Valencia tendra un nuevo paseo, una verdaderacalle moderna semejante a la Avenida del Parque de Boloniade Pars, o la Castellana de Madrid, y la parte ms extremadel Cabaal se unira a la ciudad por un camino ms corto.5

    Meseguer no solo busca un acceso a las playas alternativoal Camino del Grao actual Avenida del Puerto, saturado porel trfico de mercancas. Por el contrario, busca que el nuevoPaseo se convierta en la espina dorsal de un nuevo ensancheque rellenara el espacio resultante hasta el Camino del Grao.6

    La seccin se inspira en las ideas de la Ciudad Jardn: una vade 100 metros de anchura 25 metros de calzada y, a amboslados, 10 de acera, 14 de andn ajardinado y calzada late-ral de servicio con acera, hasta completar la anchura de refe-rencia y a cada lado dos manzanas la primera de 50, pa-ra grandes villas, y la segunda de 35, para chalets ms mo-destos separadas por una calle de 15 metros de ancho paracompletar otros 100 metros a cada lado de la va principal. Entotal, 300 metros de anchura de afeccin en toda su longitud,que principia en la explanada circular contigua al jardn delReal y termina en el casero de Pueblo Nuevo del Mar,7 esos, sin ninguna solucin de encuentro con el casero existente.

    En 1931 Jos Pedrs revisa el proyecto del paseo (Figs. 7y 8). La modificacin ms importante de este proyecto, redac-tado en los primeros meses de la Repblica, respecto al origi-nal, es la sustitucin de la calzada central por una banda edi-ficable de 50 metros y calzadas laterales. Nunca se edificaren esa banda, que dejar su impronta como andn ajardina-do en el primer y ltimo tramo de la actual avenida. Adems,a diferencia del anterior, el proyecto de Pedrs intenta resol-ver el encuentro con el barrio del Cabanyal: el paseo no pa-sa por encima del barrio, sino que se adecua a l. De esta for-ma, al eje del paseo se le impone una leve correccin hacia elnorte, a partir del trazado del ferrocarril de Barcelona. Estegiro sirve para reorientar el ltimo tramo y adaptarlo a la ma-lla viaria del barrio. De este tramo partiran dos brazos quedibujan una planta con forma de herradura. Los brazos coin-ciden con las calles actuales de Carlos Ros y la avenida del

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    Fig. 5. Plano de Valencia y sus alrededores (1882). Pueblo Nuevo del Mar, una preexistencia a cualquier idea de paseo al mar,

    es hoy el Conjunto Histrico Protegido del Cabanyal-Canyamelar.

    Fig. 6. Plano dibujado J. M. Cortina en 1899, con el nombre de "Paseo de Valencia al Cabanyal", que recoge las ideas de Casimiro Meseguer.

    Figs. 7 y 8. Plano de la revisin dibujada en 1931 por Jos Pedrs y perspectiva del mismo

  • Mediterrneo, ensanchadas hasta 22 metros, una anchuraque se antoja mxima para evitar el desgarro del tejido. Pre-cisamente, el ensanche por retiro de la alineacin norte de laavenida del Mediterrneo, consumado hoy casi en su totali-dad, es la nica huella palpable del proyecto de Pedrs en elCabanyal. En su perodo de vigencia, se ejecut el primer tra-mo de la actual avenida de Blasco Ibez, entre los jardinesdel Real y el camino de trnsitos, indudablemente el mejor.

    A partir de aqu se suceden las determinaciones de los dis-tintos PGOUs. En efecto, en 1946 se aprueba el Plan Generalde Valencia y su Cintura redactado por el Equipo de Ma-drid y firmado por Valentn Gamazo (Fig. 9), que mantuvola calificacin de Ciudad Jardn para la urbanizacin del pa-seo en el tramo que quedaba por ejecutar, entre el camino detrnsitos y el Cabanyal. El plan desva la traza del paseo li-geramente hacia el norte para hacer coincidir su eje con elcamino del Cabanyal, aprovechado la articulacin natural dela acequia de los ngeles, evitando el paso por en medio deltejido urbano. Adems, la seccin del vial quedaba reducidaa 30 metros. El PGOU de 1946 no tuvo ninguna incidenciasobre el casero de un barrio cuyos habitantes vivan sus vidasdentro de los lmites impuestos por el cinturn ferroviario queles rodeaba, con escasas relaciones con la ciudad central.

    Sin embargo, la decisin de desviar el paseo hacia el nor-te y estrechar su seccin comenzar enseguida a ser contes-tada por el Ayuntamiento de Valencia que, fascinado por unaidea de progreso insensible hacia su propio patrimonio, apos-taba por la continuacin recta de 100 metros de anchura has-ta el mar. Esta oposicin aumentar a partir de la poca deldesarrollismo espaol en la dcada de los sesenta, cuya pol-tica urbanstica no estuvo caracterizada precisamente por elrespeto hacia las preexistencias ni culturales ni naturales.

    La respuesta a esta poltica se encuentra en el desarrollis-ta PGOU de 1966 (Fig. 10), que recoge el desvo del caucedel ro Turia para evitar riadas como la de 1957 mediantela solucin sur. Un plan basado en la vialidad, con determi-naciones tan poco afortunadas como la utilizacin del viejocauce como una autopista, la prolongacin costera de la au-topista de Barcelona atravesando la drsena interior con unpaso elevado y, por lo que atae al tema que nos ocupa, laprolongacin de la avenida de Blasco Ibez hasta conectarcon dicha autopista. El plan no deja rastro alguno de ciudadjardn en las inmediaciones del paseo. La gestin del plan sehace mediante planes parciales, y el que afecta a la zona deel Cabanyal es el plan parcial 13 (Fig. 11), que dibuja unaampliacin de 100 metros de anchura, que, como veremos,

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    Fig. 9. Plan General de Ordenacin Urbana de Valencia y su Cintura, de 1946. Fig. 10. Plan General de Ordenacin Urbana de Valencia y su comarca, de 1966.

    Fig. 11. Plan Parcial 13, de 1975. La ampliacin de un metro de anchura se conectacon la autopista de Barcelona, que atraviesa la drsena interior mediante un paso elevado.

  • mantiene sospechosas semejanzas con el planeamiento pre-visto en la actualidad: se somete al eje de la avenida a un pri-mer giro para acometer perpendicularmente la retcula delCabanyal y, superada sta, un segundo giro sobre los terre-nos antao ocupados por las playas de vas, permite el en-cuentro ortogonal con la autopista. La avenida termina enuna gran rotonda de trfico cerca de la costa. Las secuelasque este planeamiento, no ejecutado, tuvo sobre el conjuntode los poblados martimos, tienen gran trascendencia sobrela pervivencia de las tipologas existentes y la densificacinpor altura de algunas calles: En el Cabanyal, la sombra de la avenida paraliza la edifica-

    cin en la zona afectada, circunstancia que evit la especu-lacin asociada a esas dcadas. No obstante, la amenazaera an lejana la ejecucin de la avenida progresaba des-pacio y estaba a ms de un kilmetro del barrio, por lo queno produjo el abandono ni la ruina en las calles afectadas.

    En el Canyamelar y el Cap de Frana, la especulacin produ-ce la sustitucin de gran nmero de las edificaciones existen-tes por annimos edificios de vecinos de hasta ocho plantas.La muerte del general Franco en noviembre de 1975

    coincidiendo en el tiempo con la aprobacin del Plan Parcial13, la legalizacin de los partidos el Sbado Santo de 1977,la convocatoria de elecciones democrticas el 15 de junio de1977 con el acceso al poder de nuevas maneras de enten-derlo y un cambio en la valoracin del patrimonio, funda-mentado en el respeto hacia las preexistencias, segn los mo-delos imperantes en Europa desde mediados del siglo XX dancomienzo a una nueva etapa de esperanza para el barrio,que culminar el 28 de febrero de 1978 con la incoacin, porparte del Ministerio de Cultura, del expediente de declaracinde Conjunto Histrico Artstico a favor de seis zonas de la ciu-dad de Valencia, entre las que se incluye la zona comprendi-da por el Grao, el Cabanyal-Canyamelar y la Malvarrosa. Enenero de 1982 mejoran las expectativas de conservacin delbarrio, tras la sentencia del Tribunal Supremo que suspendedefinitivamente el Plan Parcial 13.8

    Nos encontramos a las puertas de la aprobacin el 28 dediciembre de 1988 del Plan General de Ordenacin Urbana(PGOU) de Valencia (Fig. 12), actualmente en vigor, que re-conoce con la calificacin de Conjunto Histrico Protegido al

    conjunto formado por los barrios del Canyamelar-Cabanyal-Cap de Frana. Aunque en la parte grfica no se prev laprolongacin de la avenida, el PGOU aplaza la resolucin desu articulacin con el conjunto protegido, incluyndolo en unmbito de planeamiento diferido, objeto de un futuro plan es-pecial que resuelva el dilema que plantea en su Memoria Jus-tificativa: debemos optar entre mantener una traza urbanade casi un siglo de vigencia (), o la integridad de un barrio() con una fuerte personalidad.

    La redaccin del vigente PGOU fue la gran oportunidadperdida para la integridad de los barrios marineros de Va-lencia. Los urbanistas municipales redactores del plan se vie-ron atrapados entre el valor patrimonial del barrio y la rena-cida idea decimonnica de progreso defendida por el consis-torio, que vuelve a primar el incremento de la vialidad a cos-ta del patrimonio protegido. Incapaces de alcanzar un acuer-do sobre una solucin, acorde con los nuevos modos de ac-tuar frente al patrimonio, dejaron el problema sin resolver.

    La declaracin de Bien de Inters CulturalEn 03-05-93 el Gobierno de la Generalitat Valenciana de-clara como Bien de Inters Cultural (B.I.C.) el Conjunto Hist-rico de Valencia, que incluye el conjunto Canyamelar-Caban-yal-Cap de Frana con una delimitacin precisa9 que coinci-de con la ampliacin del siglo XIX explicada en el primerapartado. La declaracin valora la peculiar trama en retcu-la derivada de las alineaciones de las antiguas barracas, enlas que se desarrolla una arquitectura popular de clara rai-gambre eclecticista, objeto del dilema municipal.

    Toda declaracin de BIC conlleva el reconocimiento delaprecio cultural que tiene la sociedad sobre los valores de in-ters y disfrute pblico que tiene el bien en cuestin y, conse-cuencia de ello, requiere su proteccin, es decir, las medidasque garanticen su conservacin, enriquecimiento y difusin. Enel CHP del Cabanyal-Canymelar, se valora precisamente unaestructura urbana que nos remite a la propia historia funda-cional de las ciudades del litoral valenciano, con un casco an-tiguo alejado de la costa y un grao. Adems, resulta que estaestructura urbana es funcional en s misma y, por sus condi-ciones saludables y la gran variedad de parcelacin fruto dela evolucin explicada en el primer apartado, sigue siendocapaz de albergar los usos propios de un barrio residencialmixto.10 Por otra parte, desaparecidas las infraestructuras fe-rroviarias que los rodeaban, el propio crecimiento de la ciudadha colocado a los antao aislados poblados martimos en unaposicin de centralidad envidiable, perfectamente conectadoscon el resto de la metrpoli y cercanos a las actividades que sedesarrollan en el frente martimo por el este y a los campus delas dos universidades pblicas valencianas por el oeste.

    Desde el momento mismo en que fue declarado Bien de In-ters Cultural, el famoso dilema municipal debi haberse de-cantado a favor de la integridad del barrio y tambin de la in-tegridad del trazado histrico del Paseo al Mar como eje distri-buidor del crecimiento de la ciudad por el este, con el cometidode acercar Valencia a sus antiguos barrios marineros, huyendode la literalidad de llegar hasta el mar pasando por encima de

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    Fig. 12. Plan General de Ordenacin Urbana de Valencia, de 1988.

  • ellos y conjurando la advertencia recogida en la Memoria Jus-tificativa del PGOU de que una solucin intermedia que trate deconjugar ambos intereses enfrentados es difcil y puede aca-bar teniendo efectos negativos en ambas piezas urbanas.

    El Plan Especial de Reforma Interiordel Cabanyal-CanyamelarA pesar de la calificacin de Conjunto Histrico Protegido yde la declaracin de Bien de Inters Cultural de buena partedel barrio, el Ayuntamiento incapaz de oponerse a la inerciade una idea madurada en sus despachos durante ms de cienaos encarga en 1997 la redaccin de un Plan Especial quedebi ser de Proteccin11 (PEP), pero que empez siendo de

    Proteccin y de Reforma Interior (PEPRI), y que, en el procesode tramitacin, perdi la P y se qued en el Plan Especial deReforma Interior del Cabanyal-Canyamelar (PERI) (Fig. 13).

    Un plan de reforma interior en el Cabanyal-Canyamelarredactado a finales del siglo XX debera haber respetado enprimer lugar la exquisita relacin que existe entre la trama delos edificios y la urdimbre de las calles longitudinales parale-las al mar, es decir, la peculiaridad de su estructura urbana.12

    En este tejido, la transversabilidad en direccin al mar es,simplemente, ausencia de edificacin. En cambio, la incisintransversal que propone el plan acompaa a la desmesuradaseccin de un vial de 48 metros de anchura, la presencia deunas manzanas de planta rectangular de 20 metros de an-

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    Fig. 13. El Plan Especial de Reforma Interior del Cabanyal-Canyamelar, superpuesto a una foto area del barrio.

  • chura13 y planta baja ms cinco de altura (frente a las dos otres plantas que tienen los edificios que atraviesa). Es decir,unas manzanas cuasicbicas que subvierten aquel principiode relacin edificio-calle, por otro basado en la relacin man-zana-avenida. Ni el estrechamiento que intenta adecuar laescala, ni el giro para incidir ortogonalmente, consiguen evi-tar la impresin de que es la avenida la que pasa, quedandoel barrio roto y oculto vergonzantemente tras los paos de lasfachadas de las nuevas manzanas, propias de la avenida.14

    Incluso admitiendo la idoneidad de la figura urbanstica em-pleada, considero su redaccin disciplinarmente incorrecta,pues responde a intereses ajenos al barrio (Fig. 14).

    Considero que el PERI no es una reforma interior, sino laimposicin de las condiciones exteriores de la avenida sobreel delicado tejido filoso de calles paralelas al mar, sobre lapeculiar trama en retcula valorada en la declaracin de BIC.En su dibujo, lo nico estable es la propia avenida, que pro-longa sus paos de fachada hasta su miserable conclusin enuna gran rotonda de trfico, eso s, cerca del mar. La presen-cia de la avenida violenta la morfologa basada en la lineali-dad paralela al mar de las calles del barrio, seccionando laurdimbre de su tejido, cuyos restos pueden verse abocados ala ruina fsica y social.

    Soy de la opinin de que el PERI del Cabanyal-Canyame-lar, adems de ser disciplinarmente incorrecto, propone una re-forma interior injustificada en un barrio que, como hemos vis-to, goza de unas condiciones envidiables de salubridad (venti-lacin y soleamiento), lo que anula cualquier objecin de tipohigienista; una reforma interior anacrnica en los albores delsiglo XXI, donde las ciudades valoran su patrimonio construidopara proyectar a partir de l su futuro, un futuro que ponga envalor sus diferencias caractersticas15; una reforma interior in-sostenible porque destruye el patrimonio edificado: ms de1.600 viviendas alojadas en unas 575 casas,16 lo que supone

    ms del 30 % del patrimonio edificado en el barrio del Caban-yal (en sus lmites estrictos, es decir, entre la avenida del Medi-terrneo y la calle Pintor Ferrandis); una reforma interior in-sensible hacia los valores de identidad de un numeroso gruposocial que se opone a sus efectos en defensa de un modo dehabitar diferente, en defensa de su ambiente urbano.

    La plataforma Salvem el Cabanyal17

    Algunas de estas personas nos hemos organizado en unaplataforma ciudadana que reivindica el derecho de la perso-na a tomar parte libremente en la vida cultural de la comu-nidad, recogido en el artculo 27.1 de la Declaracin Uni-versal de los Derechos Humanos, aprobada por la AsambleaGeneral de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948.

    Es en la ciudad donde, con el paso del tiempo, se produ-cen con mayor intensidad las fusiones o diferenciaciones detodas las culturas particulares que, por una u otra razn, con-viven bajo su amparo y construyen el edificio cultural de untiempo determinado. Es en la ciudad donde se producen losconflictos y donde deben resolverse mediante el continuumque supone la cultura,18 por lo que la vida cultural de la co-munidad estar directamente relacionada con la forma de suciudad. El derecho recogido en el citado artculo 27.1 de laDeclaracin de 1948, debe entenderse como el derecho delos ciudadanos a participar en la creacin urbana, en la de-finicin del estilo urbanstico de ciudad en que viven.

    En la Cumbre de la Tierra de 1992 en Ro de Janeiro, Es-paa, junto con casi doscientos pases, suscribi la llamadaAgenda 21, un plan de accin hacia la sostenibilidad. En1994, en la Conferencia Europea de Ciudades y Pueblos Sos-tenibles, se aprueba la Carta de Aalborg, documento funda-cional de la Agenda 21 Local, de la que es firmante el Ayun-tamiento de Valencia. En junio de 2004, la Conferencia Aal-borg+10, aprob el documento Construyendo el Futuro, con

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    Fig. 14. Seccin del PERI sobre una de las manzanas afectadas: la desafortunada relacin transversal manzana-avenidadesbarata por completo la relacin longitudinal edificio-calle existente en el barrio

  • 21 objetivos que constituyen un marco de actuacin para losmunicipios firmantes de la Carta. Algunos de estos objetivos,relacionados con el tema que nos atae, son: impulsar la de-mocracia participativa en los procesos de toma de decisioneslocales; garantizar que la sostenibilidad sea un eje vertebradorde las decisiones urbanas y la asignacin de recursos; rege-nerar las reas degradadas y evitar desarrollos urbanos des-estructurados; conservar, renovar y poner en valor el patrimo-nio cultural urbano. Despus de lo dicho, sobran las palabras.

    Respecto a la participacin en los procesos de toma de de-cisiones, hay que reconocer que los ciudadanos tuvimos oca-sin de pronunciarnos durante la exposicin pblica del Avan-ce del Plan. Se presentaron 62 escritos con un total de 3.308firmantes; de ellos 3.267 se manifestaron en contra de la pro-longacin, mientras que solo 19 lo hicieron a favor de la al-ternativa elegida. Sin embargo, en el informe del equipo re-dactor se confunde permanentemente el concepto de escri-tos con el nmero de firmantes, contabilizando solo el n-mero de escritos, pues al parecer estiman que cuando se si-gue un procedimiento generalizado de recogida de firmas, elnmero de firmantes no tiene el mismo valor que cuando laalegacin se presenta a ttulo individual. Ello induce a pensarque, segn los redactores, la participacin colectiva en la to-

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    Fig. 15. Logotipo de "Escoltem el Cabanyal".

    Figs. 16, 17 y 18. Portadas de los catlogos de las tres ltimas ediciones de "Cabanyal Portes Obertes".

  • ma de decisiones de planeamiento (que afectan fundamental-mente a la colectividad) no tiene el mismo (o mayor) valor quela participacin individual. Solo tras esta grave manipulacin,el equipo redactor concluye que hay una mayora que apoyala alternativa desarrollada, cuando en realidad del total defirmantes de sugerencias/alegaciones tan solo el 0,6% se ma-nifestaron a favor. Esta interpretacin tendenciosa del resulta-do trata de justificar la decisin, tomada a priori, de prolon-gar la avenida. Meses despus, en la exposicin pblica delProyecto del Plan, hubo 598 escritos diferentes que contienenen realidad 72.834 alegaciones, presentadas por un total de6.692 personas. De dichas alegaciones un total de 72.226solicitaron la retirada del Proyecto, oponindose con carctergeneral a la prolongacin de la avenida de Blasco Ibez. Si-guen sobrando las palabras.

    La plataforma ciudadana Salvem el Cabanyal, hace yacasi nueve aos, estim que el proyecto aprobado por elAyuntamiento incumple la legislacin patrimonial, por lo que,con el necesario asesoramiento legal, ha interpuesto numero-sos recursos fundamentados en informes de reconocidos pro-fesionales incluido el informe del arquitecto inspector de lapropia Conselleria de Cultura, lo que ha permitido evitar losderribos y paralizar la ejecucin de un planeamiento que, es-peramos, sea definitivamente retirado.

    Anticipando ese momento, la plataforma prepara su par-ticipacin elaborando estudios de percepcin del barrio queevidencien los problemas que sin duda existen, pero tambinlos mecanismos posibles para transformarlos en oportunida-des para un futuro dinmico que enriquezca su patrimonio f-

    sico y social. Para ello, el grupo de trabajo Escoltem el Ca-banyal (Fig. 15), integrado por ciudadanos que incluyenprofesionales de la arquitectura, socilogos, historiadores,economistas y abogados, atendiendo los objetivos del docu-mento Construyendo el Futuro, elabora y compila conclu-siones que se incorporarn a un futuro pliego de condicionespara el deseable concurso de ideas previo al encargo delnuevo planeamiento.

    El movimiento ciudadano surgido en torno al proyecto delCabanyal viene realizando mltiples acciones pblicas y co-lectivas para informar de los valores del barrio y movilizar ala ciudadana ante las consecuencias irreparables que para elbarrio y la ciudad de Valencia tendra la ejecucin del plan.Entre estas acciones de difusin, cabe destacar la experienciaCabanyal Portes Obertes (Figs. 16, 17 y 18). Se trata de unainiciativa en que, ao tras ao y durante unos das, los vecinosprestan sus casas para exponer obras realizadas por artistascomprometidos en la defensa del barrio. En esta muestra dearte pblico, que este ao llegar a la novena edicin, el artevuelve a retomar sus orgenes vinculados con los poderes m-gicos capaces de determinar el futuro, recobrando su sentidoprotector en defensa, en este caso, del ambiente del barrio.

    Termino con una frase que le el otro da en un peridicoque, si no recuerdo mal, deca: cuando las ciudades fan to-do su futuro en las nuevas construcciones, acaban no recono-ciendo su pasado.

    Luis Francisco Herrero GarcaArquitecto

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    Notas1. El barrio del Cabanyal-Canyamelar est calificado en el vigente PGOU de 1988 co-

    mo CHP (conjunto histrico protegido).2. En los aos previos al derribo de las murallas en 1865, en la ciudad de Valencia se

    hacina la poblacin, que se ve sometida a sucesivas pestes que causan gran mor-tandad. Las clases pudientes, en cuanto llega el calor, huyen del centro insano pa-ra instalarse primero en las estribaciones de la sierra Calderona y, al ponerse demoda nuevas costumbres higinicas thalassoterapia y helioterapia, en las cer-canas del mar. El nuevo municipio de Poble Nou del Mar se convierte as en un lu-gar de veraneo de la rica burguesa valenciana y emprende una gran actividad edi-ficadora, que culmina con la ejecucin de la calle de la Reina, la nica con trazadototalmente recto, fruto de un proyecto unitario de 1840.

    3. Hoy en da, la presencia constante de coches aparcados dificulta la funcin social quelas calles han tenido en las relaciones entre los distintos grupos sociales que pueblanel barrio. Este problema es, desde mi punto de vista, uno de los que ms dificulta lapervivencia de los valores de buena vecindad que han caracterizado al barrio.

    4. La tesis de Mara Jos Teixidor de Otto (1986) recoge los siguientes datos: del to-tal de manzanas del barrio (288), el 11% de las mismas son de tan solo una altura,el 37% son de dos alturas, el 34% de tres alturas, el 6,5% son de cuatro alturas, el6,5% de cinco, el 3% de seis alturas y el 1% son de ms de seis alturas. Es decir,de tres o menos alturas son el 82% de las manzanas del barrio. El mismo estudioseala que las reas de menor altura, es decir, las que mejor conservan las carac-tersticas originales de la estructura urbana, se sitan en el Cabanyal, precisamen-te en la zona ms afectada por el proyecto de prolongacin de la avenida (como ve-remos). En Boira Maiques, Josep V., Valencia barrio a barrio: El Cabanyal-Canya-melar, Valencia, ed. Excm. Ajuntament de Valncia, 1987. ISBN 84-505-5858-5.

    5. Blasco Ibez, V. La Revolucin en Valencia, diario El Pueblo, 6 de noviembrede 1901.

    6. el nuevo ensanche que podramos llamar del Este, () que podr distribuirseen manzanas rectangulares por medio de calles perpendiculares y paralelas a es-tas vas principales. Casimiro Meseguer en la Memoria del proyecto.

    7. Casimiro Meseguer en la Memoria del proyecto.

    8. Este perodo de reflexin se ve favorecido por la ralentizacin de la actividad edi-ficadora provocada por la crisis desencadenada por el alza de los precios del pe-trleo en 1973 y que se prolongar hasta 1987. Dar como resultado la nueva le-gislacin patrimonial de la que se hablar ms adelante.

    9. De norte a sur toda la superficie comprendida entre las calles Escalante y Dr.Lluch. Esta delimitacin es menor en superficie que la del expediente de incoa-cin de 1978, pero supone que la calificacin en el PGOU del resto del rea co-mo Conjunto Histrico Protegido, permitir su correcta proteccin.

    10. En el barrio conviven viviendas con pequeos talleres y negocios, estudios de ar-tistas y un comercio de proximidad suficiente.

    11. La Ley de Patrimonio Histrico Espaol establece, desde 1985, la articulacin ur-banstica como una necesidad, y la especializacin de la misma como una exi-gencia. Surge as la obligatoriedad de la redaccin de Planes Especiales de Pro-teccin como los instrumentos definitivos para gestionar (proteger, poner en valory enriquecer) los valores de los BIC y de los CHP, obligacin que tambin recogela Ley de Patrimonio Cultural Valenciano de 1998.

    12. Estructura urbana que, como hemos visto, es funcional en s misma y con exce-lentes posibilidades de futuro.

    13. Para una afeccin total de ms de cien metros de anchura.14. El PERI contempla otras operaciones injustificables, como el bulevar San Pedro,

    en el extremo occidental del barrio, que elimina toda la edificacin de los nme-ros impares de esa calle.

    15. El PERI, apoyado en razones de incremento de la vialidad urbana, responde a as-piraciones de uniformidad.

    16. Algunas de ellas con algn nivel de proteccin en el catlogo del PGOU que elPERI deroga a su conveniencia.

    17. Para ms informacin, consultar www.cabanyal.com.18. En el Informe Mundial sobre Cultura que, bajo las siglas de la UNESCO, se dio a

    conocer en noviembre de 1999, se defina cultura como un continuum, fruto dela fusin o la diferenciacin de culturas particulares o de alguno de sus elemen-tos en pocas distintas.