Distrito de Barajas, Bien de Interés Cultural (BIC)
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2010
David Carrascosa
[BARAJAS, DISTRITO B.I.C.] Proyecto para la declaración del distrito de Barajas como Bien de Interés Cultural, en la categoría de Conjunto Histórico
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
2
El sol es nuevo cada mañana
Heráclito de Éfeso
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
3
ÍNDICE
A vueltas con la Historia……………………………………………………………………………………
4
Introducción General…………………………………………………………………………………………
6
1ª sección: Configuración de Barajas como Conjunto Histórico………………
8
2ª sección: El Patrimonio Histórico de Barajas……………………………………………
20
Introducción………………………………………………………………………………………………………… 21
La Villa Romana de El Rasillo……………………………………………………………………………….. 23
El Castillo de los Zapata………………………………………………………………………………………… 30
La Plaza Mayor y el Casco Histórico de Barajas………………………………………………………. 38
El Jardín Histórico de El Capricho…………………………………………………………………………. 46
El Búnker de El Capricho……………………………………………………………………………………… 55
La Colonia de Nª Sª de Loreto………………………………………………………………………………. 63
El Parque Juan Carlos I………………………………………………………………………………………… 72
Conclusiones Generales……………………………………………………………………………………
82
Bibliografía y Fuentes………………………………………………………………………………….........
83
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
4
A vueltas con la Historia
La Historia, ¿”es” algo o, por el contrario, “somos” nosotros? Disculpará el lector este inicio
tan abrupto, pero a la hora de escribir este prólogo, el cual servirá de frontispicio al presente
proyecto, es la pregunta que me ronda por la cabeza. Y no es una pregunta baladí pues el
mismo concepto de Historia variará si escogemos una u otra opción. De un primer vistazo ya
podemos, aunque sea intuitivamente, vislumbrar la diferencia entre las opciones propuestas
que, a su vez, queda fundamentada en la diversa gramática, que no significado, entre “es” y
“somos”; de esta forma, si la Historia “es” algo, lo será como un ente ajeno a nosotros mismos,
como algo que está delante de nosotros para ser observado, mientras que si la Historia
“somos” nosotros todo parece reducirse a una actividad ínsita en nuestro ser, consustancial al
mismo.
La misma etimología del verbo ser nos introduce en esta gran variación de significado que,
aparentemente, queda diluida en la abstracción de la misma palabra. Siguiendo a Martin
Heidegger, podemos decir que el sentido más radical de la palabra ser proviene de su tercera
persona singular del presente de indicativo, la cual mantiene su presencia en todas las
lenguas indo-germánicas (, est, ist, es), que de forma prístina viene a significar aquello
que sostiene, se mueve y descansa desde y en sí mismo; es decir, lo autónomo. Otra raíz de la
palabra sitúa su significado en el campo semántico de “surgir”, “brotar” y, a partir de aquí,
“manifestarse”. Con estos mimbres podemos observar la diferencia de significado que un no
muy exhaustivo análisis etimológico depara en la misma palabra: “ser”, por un lado, como un
ente autónomo, lo que “es”, y, por otro, como algo que brota y, en tal proceso, se manifiesta.
Así, volviendo a la pregunta que abría este prólogo, y empezando a aclararla, tenemos una
disyuntiva entre acompañar al sujeto, la Historia, con la forma verbal “es” o, en caso
contrario, “somos”. El primero de los casos, el que nos muestra la Historia como un ente
autónomo, implica que, estando delante de nosotros, nos convertiremos en los observadores
del mismo, y a él nos dirigiremos para su compresión con alguna determinada técnica, la
ciencia histórica. La Historia, como objeto de estudio, se convierte en algo mensurable para el
sujeto, nosotros, que dispondrá de todos los recursos científicos para delimitarla. Pero,
volviendo la mirada al caso contrario, si la Historia “somos” nosotros, ésta ya no se nos
presenta como algo delante de nuestros ojos para su observación, para su medición, sino como
la manifestación, el resultado, de un incesante proceso interno de nuestro ser, la actividad que
hace surgir o brotar algo.
Esta diferencia semántica que adquiere el concepto de Historia cuando es acompañado por las
formas verbales en cuestión, parece tener una repercusión entre dos conceptos diferentes de
Tiempo que existen a partir de sendas palabras que la lengua griega tenía para referirse a él.
Con el término , los griegos aludían al tiempo determinado, al lapso temporal situado
entre dos hitos que lo delimitaban. En este sentido, se puede hablar de un periodo concreto,
más o menos extenso, siempre definido, como lo pueda ser el periodo romano, visigodo o
medieval. Sin embargo, con el término se aludía al tiempo de una forma indeterminada,
como un proceso en el que el presente quedaba reducido a una infinitamente delgada línea
divisoria entre el pasado y el futuro, tiempos éstos que en aquél confluían.
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
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La Historia, por tanto, en cuanto queda fundamentada por el concepto de , “es” algo, es
un ente delimitado temporalmente mediante una determinada técnica, la ciencia histórica. Por
el contrario, cuando lo hace por el de, “somos” nosotros mismos, pues se presenta como
una manifestación esencial de nuestra propia actividad, la cual se extiende desde el pasado,
como realización, hasta el futuro, como proyecto.
Y estas han sido, querido lector, las conclusiones metafísicas a las que quien le escribe ha
llegado tras los cuatro meses durante los que se ha extendido la elaboración del presente
proyecto. Sirvan pues éstas para iluminar, quizá oscurecer, la lectura del mismo.
David Carrascosa
Madrid, 8 de Febrero de 2010
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
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INTRODUCCIÓN GENERAL
1- NOTAS SOBRE LA NORMATIVA DE PATRIMONIO HISTÓRICO
La amplitud conceptual
El carácter netamente formal de la normativa concerniente al Patrimonio Histórico obliga a
acudir a otras disciplinas con el fin de dotar de contenido a los conceptos allí albergados. La
filosofía, la historia o la sociología, entre otras, componen un plano desde el que, con la ayuda
instrumental de otros ámbitos de carácter más técnico, como lo es el urbanismo, se construye
de una forma siempre provisional el mismo concepto de patrimonio histórico. De esta forma,
más que acompañar éste a la cultura, entendida como el sistema de pautas de comportamiento y
pensamiento de una sociedad determinada, aquél concepto es representativo de ésta, pues en él
cristalizan los diferentes modos de concebir al propio ser humano y su actividad.
En la actualidad, debido al creciente interés por otras culturas tanto contemporáneas como ya
pretéritas provocado, quizá, por la omnipresencia de la cultura occidental en la casi totalidad del
globo terráqueo, el concepto de Patrimonio Histórico se abre considerablemente de cara a las
múltiples manifestaciones que de aquéllas nos llegan. De ahí que sea considerado como
patrimonial todo objeto que sea portador de valor cultural, representativo, por tanto, de otras
formas de vivir y pensar. A sensu contrario, y debido a este carácter de los bienes en cuestión, se
hace necesario realizar la pertinente contextualización de los mismos dentro del sistema cultural
de cuyos valores son portadores, pues es en él donde adquieren su correcto significado.
Sobre los conjuntos históricos. Coherencia y trascendencia
En cuanto a los conjuntos históricos, una de las categorías tasadas por ley para declarar como
bien de interés cultural un determinado objeto, se puede decir que su concepto queda
enmarcado dentro de la amplitud aludida sobre el de Patrimonio Histórico, delimitando a éste
en ciertos aspectos formales. Las premisas esenciales que esquematizan filosóficamente el
concepto de conjunto histórico se resumen en, por un lado, que este se constituya como una
unidad coherente a partir de varios elementos (bienes inmuebles, según prescribe la ley) y, por
otro, corolario de la anterior, que dicha unidad trascienda en importancia a la suma de las
partes, de esos elemento tomados individualmente.
La formalidad del precepto legal hace, por tanto, necesaria, más que una mera labor de
subsunción de un hecho particular en el caso general, la creación de un discurso que dé
coherencia al conjunto y que lo haga trascender de la mera suma de sus elementos. La
declaración como conjunto histórico de una determinada agrupación de elementos con valor
cultural no depende de una característica intrínseca de ésta, sino de la configuración de una
relación que los hilvane entre sí y que, ya como unidad coherente, adquiera un valor cultural
superior.
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
7
2- EL DISTRITO DE BARAJAS. EL DEVENIR HISTÓRICO
La estructura histórica de Barajas
La larga historia del distrito de Barajas se estructura en torno a dos hechos fundamentales que
la condicionan en su devenir; el río Jarama y el Aeropuerto Internacional.
El territorio delimitado por los límites administrativos de Barajas es, por su cercanía al rio
Jarama, una de las zonas en las que ser humano realiza sus primeros asentamientos en la región
de Madrid. De hecho, la consolidación y pervivencia de la agricultura como base económica
desde épocas muy tempranas hasta bien entrado en siglo XIX, tiene en Barajas un fiel reflejo al
estar gran parte de sus hitos históricos sustentados por tal realidad. Es en siglo XX cuando la
construcción del aeropuerto de Barajas supone un cambio radical en el desarrollo histórico del
distrito, haciéndolo un nuevo referente en la región y la ciudad Madrid. El nuevo polo
económico que supone la consolidación paulatina de tal infraestructura, referente internacional
obligado en el tráfico en la actualidad, supone la implantación de una nueva perspectiva de
acercamiento histórico-social al distrito de Barajas.
Se puede decir que la historia del distrito consta de dos fases; la que va desde la consolidación
de la agricultura como base económica hasta la construcción del aeropuerto, y la que se proyecta
hacia el futuro desde ésta última.
El devenir histórico como categoría cultural
Así pues, podemos crear en Barajas un discurso que compacte en una unidad coherente los
diversos elementos que representan todas y cada una de las épocas que han dejado vestigios en
su territorio. No es ya que tales elementos sean representativos individualmente de su
respectiva época, sino que el conjunto de todos ellos es representativo del devenir histórico, no
ya del distrito, sino de toda la región de Madrid.
La elección del concepto de devenir histórico para crear el discurso que dé coherencia a la unión
de los elementos patrimoniales supone, asimismo, una nueva revisión del más básico y
fundamental de valor cultural, pues tal conjunto histórico, el distrito de Barajas, no será
representativo de una determinada forma de vivir y pensar encuadrada en cierta época histórica,
sino que lo será del proceso de cambio cultural y de la coexistencia de distintos sistemas sociales
a través del tiempo.
Tal discurso dota de una singularidad a la visión sobre el Patrimonio Histórico de Barajas tal
que, en cuanto conjunto histórico, se aleja de la tipología ordinaria que se tiene de esta
categoría, la cual queda referida a la representatividad de una determinada época, como lo es el
caso de Alcalá de Henares o Patones de Arriba, ambos en la región de Madrid.
3- ESTRUCTURA DE ESTE PROYECTO
El presente proyecto se dividirá en dos partes bien diferenciadas entre sí; la primera, la
destinada a delimitar el distrito de Barajas como conjunto histórico, constará de un
acercamiento previo a los conceptos jurídicos básicos que se hallan en cuestión, una
aproximación básica a los elementos del Patrimonio Histórico barajeño y, por último, de una
exposición de las notas distintivas que singularizan la propuesta sobre el distrito.
La segunda parte, mucho más amplia en extensión, se constituirá como un recorrido
individualizado por los hitos patrimoniales del distrito, centrándose, no ya en su propia
fisonomía, sino su el respectivo valor cultural. De esta forma, serán contextualizados, sin
ninguna pretensión de exhaustividad, en el sistema cultural del que son representativos.
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
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1ª SECCIÓN
CONFIGURACIÓN DE BARAJAS COMO
CONJUNTO HISTÓRICO
INTRODUCCIÓN
CONCEPTOS BÁSICOS
ELEMENTOS PATRIMONIALES DEL DISTRITO DE BARAJAS
DEFINICIÓN DE BARAJAS COMO CONJUNTO HISTÓRICO
ANEXO: EL EJE HISTÓRICO-CULTURAL DE LA ALMEDA DE
OSUNA
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CONFIGURACIÓN DE BARAJAS COMO
CONJUNTO HISTÓRICO
1- INTRODUCCIÓN
Metodología de esta sección
Formalmente podemos acogernos a la ordinaria práctica jurídica de la subsunción para
estructurar esta sección; de esta forma, el considerar algo particular como partícipe de una
norma o regla de carácter general plantea una metodología básica para desarrollar la idea de
configurar el distrito de Barajas, el caso particular, como un conjunto histórico, categoría
prefijada en la normativa sobre Patrimonio Histórico, tanto a nivel nacional (LPHE, 1985) como
madrileño (LPHCM, 1998).
Siendo tal la estructura de esta sección, sin embargo, el propio lenguaje jurídico utilizado en la
normativa aludida, mediante la utilización de conceptos jurídicos indeterminados y, por tanto,
amplios, hace que su contenido básico no sea el propio de la subsunción, sino el de la
construcción de un caso singular que pueda ser considerado como conjunto histórico. La propia
definición legal básica de conjunto histórico como “la agrupación de bienes inmuebles que
constituye una unidad coherente”, en la que entre sus elementos existe una relación sintáctica
que los configure como una entidad única, obliga a construir un discurso que lo posibilite.
El devenir, en cuanto categoría metafísica, será concretada con el calificativo de histórico,
emparejándola de esta forma con el concepto más material de evolución, la de una “comunidad
humana”, a la que alude la normativa sobre patrimonio histórico. El devenir histórico se
constituirá en el discurso básico que configure el pretendido conjunto histórico del distrito de
Barajas. De tal concepto se extraerán las notas características del mismo.
Estructura de la sección
a- Conceptos básicos
En este apartado se analizarán los conceptos y categorías que la ley fija para la protección y
definición de los bienes culturales. De esta forma, se bosquejará la amplitud de los conceptos de
Patrimonio Histórico, Bien de Interés Cultural y Conjunto Histórico, constituyendo un tanto
una aproximación a la realidad cultural como una delimitación del concepto jurídico que se
utilizará para definir el distrito de Barajas culturalmente.
b- Elementos patrimoniales del distrito de Barajas
En tal apartado se realizará una primera aproximación individual a cada uno de los elementos
con marcado valor cultural del distrito, acompañada de una breve introducción de los hitos
estructurantes de la historia del mismo, que mostrará una imagen de las partes antes de ser
hilvanadas bajo la coherencia aportada por el concepto de devenir histórico.
c- Definición de Barajas como conjunto histórico
En el último apartado será explicitado el concepto de devenir histórico, emparentándolo con el
de evolución, y extrayendo del mismo ciertas notas definitorias del distrito de Barajas como
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
10
conjunto histórico. El nuevo discurso subyacente a los distintos elementos patrimoniales
otorgará no sólo la coherencia entre los mismos necesaria para que se constituyan en unidad,
sino la trascendencia de ésta sobre la suma de cada todos ellos.
2- CONCEPTOS BÁSICOS
Patrimonio Histórico. El valor cultural.
Es lugar común admitir como concepto jurídico indeterminado el de patrimonio histórico. La
constante evolución semántica del mismo, así como la necesidad de que en su progresiva
formación coadyuven diversas disciplinas ajenas al derecho (sociología, estética, antropología,
filosofía, historia), convierten dicho concepto, más que en una referencia, es un auténtico foro
de debate. La legislación, tanto española como internacional, siendo permeable a esta
problemática, configura, según se puede leer en la exposición de motivos de la Ley 16/85, de
Patrimonio Histórico Español, “una nueva definición de Patrimonio Histórico y amplía
notablemente su extensión. En ella quedan comprendidos los bienes muebles e inmuebles que
los constituyen, el patrimonio arqueológico y el etnográfico, los museos, archivos y bibliotecas
de titularidad estatal, así como el patrimonio documental y bibliográfico. Busca, en suma,
asegurar la protección y fomentar la cultura material de vida a la acción del hombre en sentido
amplio, y concibe aquella como un conjunto de bienes que en sí mismos han de ser apreciados,
sin establecer limitaciones derivadas de su propiedad, uso, antigüedad o valor económico.”1
La ley 10/1998, de 9 de Julio, de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid (LPHCM),
en plena consonancia con normativa estatal2, hace uno de tal amplitud de concepto:
Art 1.3. “Integran dicho patrimonio, los bienes muebles e inmuebles de interés cultural, social, artístico, paisajístico, arquitectónico, geológico, histórico, paleontológico, arqueológico, etnográfico, científico y técnico, así como natural, urbanístico, social e industrial, relacionados con la historia y la cultura de la Comunidad. También forman parte del mismo el patrimonio documental y bibliográfico, los conjuntos urbanos y rurales, los lugares etnográficos, los yacimientos y zonas arqueológicas, así como los sitios naturales, jardines y parques de valor artístico, histórico o antropológico y aquellos bienes inmateriales que conforman la cultura popular, folclore, artes aplicadas y conmemoraciones tradicionales.”
1 En la misma línea, el artículo 1.2. de dicha ley recoge tal amplitud e indeterminación en el concepto de patrimonio
histórico, prescribiendo que “integran el Patrimonio Histórico Español los inmuebles y objetos muebles de interés
artístico, histórico, paleontológico, arqueológico, etnográfico, científico o técnico. También forman parte del mismo
el patrimonio documental y bibliográfico, los yacimientos y zonas arqueológicas, así como los sitios naturales,
jardines y parques, que tengan valor artístico, histórico o antropológico”. Siguiendo a Llull Peñalba, podemos
abundar en las notas predominante de la nueva concepción del patrimonio histórico diciendo que “la LPHE de 1985
propone algunos avances muy interesantes respecto a las anteriores normativas españolas:
a- Se valora el significado histórico colectivo del bien cultural por encima de su efecto estético estimado
individualmente, ya que los criterios de belleza son cambiantes a lo largo del tiempo. Este planteamiento
concede al patrimonio un valor de seña de identidad colectiva, que constituye un marco adecuado para la
integración del hombre en la sociedad.
b- Se da primacía al valor social del bien frente al sentido de propiedad, desde el momento en que éste puede
constituir una limitación para su uso. De acuerdo con este criterio, la conservación del patrimonio
corresponde a toda la sociedad.
c- Se entiende que el uso más importante que debe darse a los bienes culturales es el de su estudio y disfrute
por la mayor cantidad posible de población, con el fin de que el patrimonio sirva de estímulo creativo a las
generaciones venideras.
d- Se justifica el tratamiento público del bien por la función social que cumple, lo cual facilita el acceso a
determinados bienes privados, o a la función preferente que deben desempeñar por ejemplo los
monumentos eclesiásticos”.
Llull Peñalba, Josué: Evolución de concepto y de la significación social del patrimonio cultural. Arte, individuo y
sociedad, 2005, vol. 17; pp. 201-202 2 En su exposición de motivos se señala que “la interrelación con la legislación estatal ha de ser necesariamente
estrecha, y por ello se ha tomado como referencia la Ley 16/1985, de 25 de Junio, del Patrimonio Histórico Español,
y se ha huido en lo posible de la utilización de nomenclaturas diversas para expresar la misma realidad protegida”
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
11
El origen de tales definiciones legales se encuentra en la elaboración del Informe Fraceschini, documento de conclusiones de una Comisión creada en el Parlamento italiano con el fin de sentar las bases para la reforma de la legislación sobre bienes histórico-artísticos de aquel país. “El valor de este documento estriba en el hallazgo de la razón última que motiva la protección de un bien: el valor cultural, definido en su referencia a la historia de la civilización, a los diferentes modos de vivir, pensar y sentir de los hombres en el tiempo y en el espacio”3. La relatividad del concepto hace que el mismo se construya permanentemente en el tiempo en base a un proceso de atribución de valores sometido al devenir histórico. “Podemos definir el patrimonio cultural como el conjunto de manifestaciones u objetos nacidos de la producción humana, que una sociedad ha recibido como herencia histórica, y que constituyen elementos significativos de su identidad como pueblo. Tales manifestaciones u objetos constituyen testimonios importantes del progreso de la civilización y ejercen una función modélica o referencial para toda la sociedad, de ahí su consideración como bienes culturales. El valor que se les atribuye va más allá de su antigüedad o su estética, (…). La función referencial de los bienes culturales influye en la percepción del destino histórico de cada comunidad, en sus sentimientos de identidad nacional, en sus potencialidades de desarrollo, en el sentido de sus relaciones sociales, y en el modo que interacciona con el medio ambiente”4.
Bienes de interés cultural
La evolución a la que ha estado sometido el concepto de patrimonio histórico tiene su correlato en la aparición de nuevos términos en el ámbito de la cultura. El de bien de interés cultural surge de la necesidad de abarcar una realidad que los utilizados con anterioridad (monumento, obra de arte, antigüedades, documento histórico) no abarcaban debido a la limitación de su significado5.
Tal fenómeno ha sido recogido en la legislación española como así lo demuestra la clara alusión a la nueva terminología, y a sus consecuentes efectos, realizada en la exposición de motivos de la LPHE de 1985: “En el seno del Patrimonio Histórico Español, y al objeto de otorgar una mayor protección y tutela, adquiere un valor singular la categoría de bienes de interés cultural, que se extiende a los muebles e inmuebles de aquel patrimonio que, de forma más palmaria, requieran tal protección. Semejante categoría implica medidas asimismo singulares que la Ley establece según la naturaleza de los bienes sobre los cuales recae”.
La LPHCM de 1998 conserva tal figura y la hace reflejar en su articulado:
Artículo 9.1: “1. Los bienes muebles e inmuebles, así como los hechos culturales y obras de la naturaleza integrantes del patrimonio histórico de la Comunidad de Madrid, que reúnan de forma singular y relevante las características previstas en el artículo 1 de la presente Ley, serán declarados bienes de interés cultural.
3 Barrero Rodríguez, Concepción: La ordenación urbana de los conjuntos históricos; Madrid, 2006; p. 22.
Abundando en el tema, podemos decir que “uno de los más importantes cambios operados en la historia de la
protección fue el introducido por la Comisión Franceschini al instituir el valor cultural como definidor de los bienes a
proteger, valor este que suponía trasladar a atención del objeto al sujeto, produciéndose así “…un reencuentro entre
sujetos y objetos que va a cuestionar el valor en sí mismo de los testimonios considerados relevantes (obras de arte,
monumentos) para reafirmar que su principal activo es precisamente la intangibilidad de unos valores que refieren a
su condición de testimonios e la cambiante evolución de una determinada colectividad”. Olvidan o desconocen que la
propia existencia del Patrimonio Histórico se basa en el sujeto, pero no en los objetos o hechos realizados por el
hombre, sino en el significado que esos objetos o actividades realizados por el hombre en su devenir histórico
disponen para el sujeto, para los ciudadanos, en el presente”. Castillo Ruiz, José: El futuro del patrimonio histórico:
la patrimonialización del hombre; Revista electrónica de patrimonio histórico, nº 1, 2007 4 Llull Peñalba, Josué: op. cit en loc cit.; pp. 181-182 5 “La identificación de una determinada cultural por sus monumentos llevó a postergar el interés por una multitud de
objetos de una capacidad documental, más o menos compleja, como testimonios de la cultura, y, como tales,
igualmente insustituibles. La necesidad de superar, o completar, el concepto de monumento para lograr una noción
más amplia que integrara a todos estos objetos hasta entonces relegados ha dado lugar a la formulación y desarrollo,
durante la segunda mitad del siglo XX, del concepto moderno de bien cultural”. González-Varas, Ignacio:
Conservación de bienes culturales, Teoría, historia, principios y normas. Madrid, 2003; p. 43
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
12
La remisión al artículo 1 de la LPHCM de 1998, cuyo apartado 3 ha sido referido más arriba, hace de la noción de bien de interés cultural tan sumamente amplia que el mismo legislador es consciente de su necesaria concreción. A tal efecto, serán declarados bienes como de interés cultural siempre en base a unas categorías tasadas legalmente; será necesaria, por tanto, la subsunción de los diversos elementos que se pretendan así declarar en las distintas clases fijadas por la ley:
Art 8.2: “Los bienes inmuebles declarados de interés cultural lo serán dentro de las siguientes categorías: Monumento, Conjunto Histórico, Jardín Histórico, Sitio o Territorio Histórico, Zona Arqueológica, Lugar de Interés Etnográfico y Zona Paleontológica. La inclusión de estos bienes de interés cultural en cualquiera de las categorías mencionadas se realizará mediante expediente administrativo incoado por la Consejería de Educación y Cultura de la Comunidad de Madrid”.
Los conjuntos históricos
La definición legal de conjunto histórico nos viene dada por la LPHCM de 1998:
Art. 8.2.b Conjunto Histórico: La agrupación de bienes inmuebles que constituye una unidad coherente o forman una unidad de asentamiento, continua o dispersa, condicionada por una estructura física representativa de la evolución de una comunidad humana, por su interés o valor expreso o por ser testimonio de su cultura o constituir un valor de uso y disfrute para la colectividad, aunque individualmente no tengan una especial relevancia6.
Siguiendo al profesor González-Varas, el concepto de conjunto histórico surge de la misma
dilatación del de bien de interés cultural “al considerar que la cultura también se plasma en las
creaciones del hombre sobre el territorio, en sus formas de asentamiento, que han sido
configuradas históricamente, y en la utilización del espacio físico territorial como lugar de
convivencia e intercambio cultural. La ciudad, y en un sentido más amplio, el territorio, aquel
territorio donde son patentes las huellas de la actividad humana, son manifestaciones de
cultura, patrimonio cultural por excelencia”7. Continua el autor señalando que “esto valores que
reúne la morfología urbana hacen que la consideración de un núcleo urbano como conjunto
histórico no dependa, como ocurría con el monumento arquitectónico, del establecimiento de
un umbral de antigüedad, sino más bien de su singularidad o de su valor excepcional como
testimonio representativo de la ocupación del territorio por el hombre”8.
Como notas definitorias del concepto legal de conjunto histórico que nos ofrece LPHCM de 1998
se pueden destacar las siguientes:
a- Formalidad del concepto. Ausencia de tipología.
La definición legal del conjunto histórico ofrece un concepto formal en el sentido que no alude a
ninguna concreción en cuanto al contenido que tales bienes han de conllevar, por lo que, a sensu
contrario, se puede interpretar como la ausencia de una tipología definida por ley. La definición,
6 La normativa madrileña se ciñe esencialmente a la LPHE de 1985 cuando define los conjuntos históricos como “la
agrupación de bienes inmuebles que forman una unidad de asentamiento, continua o dispersa, condicionada por una
estructura física representativa de la evolución de una comunidad humana, por ser testimonio de su cultura o
constituir un valor de uso y disfrute para la colectividad. Asimismo es conjunto histórico cualquier núcleo
individualizado de inmuebles comprendidos en una unidad superior de población que reúna esas mismas
características y pueda ser claramente delimitado”. Según la Recomendación Relativa a la Salvaguardia de los
Conjuntos Históricos y su Función en la vida contemporánea (Carta de Nairobi – 30 de Noviembre de 1976) “se
considera conjunto histórico o tradicional todo grupo de construcciones y de espacios, inclusive los lugares
arqueológicos y paleontológicos, que constituyan un asentamiento humano tanto en medio urbano como en medio
rural y cuya cohesión y valor son reconocidos desde el punto de vista arqueológico, prehistórico, estético o
sociocultural. Entre esos conjuntos, que son muy variados, pueden distinguirse en especial: los lugares prehistóricos,
las ciudades históricas, los antiguos barrios urbanos, las aldeas y los caseríos, así como los conjuntos monumentales
homogéneos, quedando entendido que estos últimos deberán por lo común ser conservados cuidadosamente sin
alteración” 7 González-Varas, Ignacio: op. cit; p. 341 8 González-Varas, Ignacio: op. cit; p. 342
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
13
pues, es de tal amplitud que será necesario un proceso concreto e individual para su
declaración9. De esta forma también se expresa en la STS de 6 de Mayo de 2002 que, en su
interpretación de artículo 14.2 de la LPHE de 1985, señala que esta ley “realiza una definición
genérica de lo que debes ser considerados bienes integrantes del Patrimonio Histórico Español
(art 1.2), y prevé actos formales de individualización o aplicación de ese concepto abstracto
sobre bienes concretos, consistentes tales actos formales en la calificación o declaración del bien
como de Interés Cultural (…) Son el presupuesto [tales actos formales] que determina la
aplicación de ese régimen especial que se establece en la LPHE (…) [en ellos] procede la
discusión sobre si los mismos merecen o no la consideración de bienes integrantes del
Patrimonio Histórico Español”10.
b- Coherencia del conjunto
Según la LPHCM, un conjunto histórico es una “agrupación de bienes inmuebles que constituye
una unidad coherente o forman una unidad de asentamiento”. Esta disyunción podemos
interpretarla en base a los textos internacionales y a la normativa autonómica española. En este
sentido, la Carta de Nairobi de 30 de Noviembre de 1976 califica como conjunto histórico “todo
grupo de construcciones y de espacios, inclusive los lugares arqueológicos y paleontológicos, que
constituyan un asentamiento humano tanto en medio urbano como en medio rural y cuya
cohesión y valor son reconocidos desde el punto de vista arqueológico, prehistórico, estético o
sociocultural”. En la misma línea, cabe mencionar algunas normas análogas a la madrileña en
las que se menciona expresamente la necesidad de coherencia interna de los elementos
integrantes del conjunto11.En síntesis, se puede decir que la coherencia que compacta los
distintos elementos en un conjunto histórico es la nota esencial del mismo. En sintonía con el
carácter formal de la definición legal del art. 8.2 b), no se delimita en ningún momento las notas
9 Art 10 LPHCM de 1998. Tramitación del procedimiento de declaración.
“1. Gozarán de singular protección y tutela los bienes integrantes del Patrimonio Histórico Español
declarados de interés cultural por ministerio de esta Ley o mediante Real Decreto de forma individualizada.
2. La declaración mediante Real Decreto requerirá la previa incoación y tramitación de expediente
administrativo por el organismo competente, según lo dispuesto en el artículo 6 de esta Ley. En el expediente
deberá constar informe favorable de alguna de las instituciones consultivas señaladas en el artículo 3, párrafo
2, o que tengan reconocido idéntico carácter en el ámbito de una Comunidad Autónoma. Transcurridos tres
meses desde la solicitud del informe sin que éste hubiera sido emitido, se entenderá que el dictamen requerido
es favorable a la declaración de interés cultural. Cuando el expediente se refiera a bienes inmuebles se
dispondrá, además, la apertura de un periodo de información pública y se dará audiencia al Ayuntamiento
interesado.
3. El expediente deberá resolver en el plazo máximo de veinte meses a partir de la fecha en que hubiera sido
incoado. La caducidad del expediente se producirá transcurrido dicho plazo si se ha denunciado la mora y
siempre que no haya recaído resolución en los cuatro meses siguientes a la denuncia. Caducado el expediente
no podrá volver a iniciarse en los tres años siguientes, salvo a instancia del titular.
4. No podrá ser declarada bien de interés cultural la obra de un autor vivo, salvo si existe autorización expresa
de su propietario o media su adquisición por la Administración.
5. De oficio o a instancia del titular de un interés legitimo y directo, podrá tramitarse por el organismo
competente expediente administrativo, que deberá contener el informe favorable y razonado de alguna de las
instituciones consultivas, a fin de que se acuerde mediante Real Decreto que la declaración de un determinado
bien de interés cultural quede sin efecto” 10
Barrero Rodríguez, Concepción: op. cit; p. 22. 11 Por destacar algunos ejemplos, la Ley 1/2001, de Patrimonio Cultural de Asturias, define los conjuntos históricos
en su artículo 11.1. b) como “las agrupaciones de bienes inmuebles que formen una unidad de asentamiento, continua
o dispersa, con coherencia suficiente para constituir una unidad claramente identificable y delimitable y con interés
suficiente en su totalidad, aunque sus componentes o elementos no lo tengan individualmente”. La Ley 9/1993, de
Patrimonio Cultural Catalán, señala que es conjunto histórico “: Agrupación de bienes inmuebles, continua o
dispersa, que constituye una unidad coherente y delimitable, con entidad propia, aunque cada uno individualmente no
tenga valores relevantes” (art. 7.2.b). La Ley 12/1998, de Patrimonio de las Illes Balears prescribe “art. 6.2. Conjunto
histórico: Agrupación homogénea de construcciones urbanas o rurales, continua o dispersa, que se distingue por su
interés histórico, artístico, arquitectónico, arqueológico, histórico-industrial, social, científico o técnico, con
coherencia suficiente para constituir una unidad susceptible de delimitación, aunque cada una de las partes
individualmente no tenga valor relevante”.
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
14
predominantes de tal coherencia del conjunto, debiendo ser ésta evaluada en el proceso de
declaración del bien como de interés cultural.
c- Trascendencia del todo sobre las partes
El artículo 8.2.b de la LPHCM de 1998 apostilla que una agrupación de bienes será considerada
conjunto histórico “aunque individualmente no tengan una especial relevancia”. Tal aserto, que
tiene su correspondencia en la práctica totalidad de leyes autonómicas, no tiene su correlato en
la LPHE de 1985. Tal diferencia pueda tener su principio en la STC 17/1991, de 31 de Enero, uno
de cuyos efectos ha sido la posibilidad por los entes políticos regionales de su propia normativa
sobre patrimonio histórico, ampliando en varias ocasiones los conceptos y supuestos plasmados
en la legislación estatal12.
De esta forma, se puede concluir que más que lo que verdaderamente cualifica a un conjunto
histórico como tal, al margen de la importancia de sus distintos elementos, “son unas
características de orden inmaterial y de ámbito histórico (estructura representativa de una
comunidad humana), cultural (testimonio de su cultura) o sociológico (constituir un valor de
uso y disfrute para la colectividad)”13, las que, a la postre, hilvanando entre sí los elementos
constitutivos, darán relevancia al conjunto.
3- ELEMENTOS PATRIMONIALES DEL DISTRITO DE BARAJAS
Aproximación histórica al distrito de Barajas14
Se puede decir que Barajas constituye un conjunto notablemente heterogéneo al ser un referente
de asentamiento humano desde la implantación de la agricultura como base económica. El
devenir histórico del actual distrito se desarrolla a partir de dos ejes vertebradores: la
proximidad al cauce fluvial del rio Jarama y la construcción del aeropuerto internacional.
a- El rio Jarama
La cercanía de las tierras de Barajas a este cauce fluvial propicia que sean posiblemente las
primeras en ser habitadas en lo que hoy es el actual municipio de Madrid y uno de los focos
atracción demográfica de toda la región. La fertilidad que el rio propicia a aquéllas hace que los
primeros asentamientos humanos, a los que la agricultura hace sedentarios, estén datados en la
edad de bronce. Barajas, mientras esta forma de producción es básica en la economía, es
referencia obligada para romanos, visigodos o islámicos (a quienes se debe el toponímico del
distrito), lo que tiene una clara continuación en el bajo Medievo castellano, con la creación del
señorío de Barajas, el desarrollo del mismo durante los siglos XVI y XVII, y la creación de las
fincas del recreo, con sus tierras de labor adyacentes, del actual Jardín Histórico de El Capricho,
ya en el siglo XVIII.
b- El aeropuerto internacional de Barajas
La construcción de la infraestructura aeroportuaria en la década de los 30 supone un cambio
radical tanto en la fisonomía como en la historia del actual distrito, haciendo al mismo
representativo de tres etapas muy diferentes en el decurso del siglo XX en Madrid: la Guerra
Civil, la postguerra y su urbanismo social, y el cambio en el paradigma urbanístico a partir de los
ayuntamiento democráticos, en particular por el Plan General de Ordenación Urbana de 1985.
12 Barrero Rodríguez, Concepción: op. cit; pp. 30-38 13 Barrero Rodríguez, Concepción: op. cit; p. 40. 14 Delgado Orusco, Eduardo: Barajas. VV.AA: Arquitectura de Madrid. Fundación COAM. Madrid, 2007; pp. 331-
337
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
15
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
16
Patrimonio histórico de Barajas
El distrito de Barajas alberga dentro de sus límites territoriales, consecuencia de ese largo
devenir histórico, una gran cantidad de elementos cuyo valor cultural les hacen ser acreedores
del calificativo de patrimonio histórico, según ha sido caracterizado este concepto más arriba. La
sucinta exposición de los mismos se atendrá a dos coordenadas: la significatividad de los hitos
más importantes respecto de su contexto histórico-social y la relación físico-espacial existente
entre estos y otros de menor relevancia. Esto desembocará en la configuración de siete zonas
delimitables dentro del distrito15
a- La villa romana de El Rasillo (siglos I a V d. C.)
Este elemento patrimonial se considera como el más representativo de los 13 yacimientos
arqueológicos descubiertos en la vega del Jarama a raíz de la ampliación del aeropuerto de
Barajas. En la misma zona podemos encontrar restos de asentamientos de la Edad del Bronce,
de la época visigoda y de la islámica. En base, y aun cuando tales yacimientos han sido
parcialmente investigados, se puede considerar que la zona referida tiene un gran valor
arqueológico, donde queda plasmada la evolución socio-cultural propiciada por los cambios
provocados en la misma por los distintos pueblos allí asentados a lo largo del tiempo.
b- El Castillo de los Zapata (siglo XV)
Esta es la única fortaleza medieval que se halla en el municipio de Madrid y es claramente
representativa del fenómeno de creación y consolidación de los señoríos en el bajo Medievo
castellano y, en general, de la vida rural en esta zona durante el periodo transcurrido desde
finales del siglo XIV a principios del XVI. Arquitectónicamente, el Castillo de los Zapata se
corresponde con las construcciones castellanas erigidas por la nobleza señorial.
En el mismo ámbito espacial podemos encontrar asimismo otros tres elementos representativos
de diversas épocas:
- Yacimiento arqueológico del calcolítico (2º milenio a. C.)
- Panteón de Fernán Núñez (siglo XIX)
- Nido de ametralladoras (Guerra Civil Española, 1937)
En definitiva, el cerro del Castillo es todo un conjunto en el que se hallas distintos elementos
representativos de diferentes épocas.
c- La Plaza Mayor y el Casco Histórico de Barajas (siglos XVI-XVII)
Este elemento arquitectónico, uno de los más significativos del distrito de Barajas, es todo un
ejemplo del urbanismo implantado tras la coronación de Felipe II y de la conversión de Madrid
en capital del reino, en 1561. La plaza es en la actualidad en elemento nuclear urbanístico del
Casco Histórico de Barajas, el cual se desarrolló a partir de la configuración rectangular de
aquélla. Vinculadas con la plaza se hallan tanto la Iglesia de San Pedro Apóstol, edificio
proveniente del Medievo rematado en la primera mitad del siglo XVII, y la Ermita de Nuestra
Señora de la Soledad, todo un ejemplo de arquitectura popular barroca del setecientos.
Relacionados espacial y socialmente con la plaza, encontramos edificaciones protegidas datadas
a finales del siglo XIX, por los que podemos definir el Casco Histórico de Barajas como otro
conjunto de elementos en los que se aprecia el devenir tanto urbanístico como social de este
núcleo urbano desde la Edad Media hasta épocas recientes.
15 Una exposición más detallada de los elementos patrimoniales y de la representatividad de los mismos se realizará
en la segunda parte de este proyecto.
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
17
d- El Jardín Histórico de El Capricho (siglo XVIII)
Catalogado como bien de interés cultural desde 1934, es uno de lo parque más importantes, por
su valor cultural y estético, del municipio de Madrid. La configuración de este Jardín Histórico
es claramente representativa de la asimilación en España de las ideas de la Ilustración y de la
forma de vida de la nobleza de nuestro país en esta época. Junto a este parque podemos
encontrar la Iglesia de Santa Catalina, del siglo XVI.
e- El Búnker de El Capricho16 (Guerra Civil Española, 1937)
Es la fortaleza defensiva más importante construida para la Defensa de Madrid, periodo en el
que la capital se vio asediada por las tropas sublevadas desde 1936 hasta 1939 siendo, por tanto,
uno de los elementos más representativos de aquel periodo. El Búnker, además, es todo un
paradigma de la ingeniería bélica de la época ofreciendo unas singularidades que lo hacen
prototípico para los proyectos europeos realizados en la II Guerra Mundial.
f- La Colonia de Nuestra Señora de Loreto (1950)
El urbanismo implantado en Madrid en la postguerra tiene un fiel reflejo en el distrito de
Barajas en la Colonia de Nuestra Señora de Loreto, también conocida por Colonia Iberia por ser
la compañía aérea la promotora de estas viviendas para sus empleados. Tal elemento es
claramente representativo, no ya sólo de las formas urbanísticas y arquitectónicas de la época,
sino que lo es también de la sociedad madrileña y, por extensión, urbana durante el proceso de
industrialización de las ciudades implantado en los años 50.
g- El Parque Juan Carlos I (1990)
Junto con los nuevos recintos feriales de Madrid, constituyó el buque insignia del Plan de
Ordenación Urbana de 1985, significando la ruptura con el urbanismo desarrollista de los
anteriores planes madrileños que acercaría a la capital española a los modelos de desarrollo de
las ciudades europeas. El Parque, asimismo, es todo un paradigma de unión entre la naturaleza
y la cultura, siendo todo un referente de diseño arquitectónico moderno.
4- DEFINICIÓN DE BARAJAS COMO CONJUNTO HISTÓRICO
Podemos definir el distrito de Barajas, en cuanto conjunto histórico, como una agrupación
dispersa de inmuebles que presenta una unidad coherente, representativa del devenir histórico
de la región de Madrid desde la edad de bronce hasta la actualidad, caracterizada por la gran
heterogeneidad de sus elementos, producto ésta de las diversas épocas de las que proceden y son
representativos.
El devenir histórico
El concepto que da coherencia y que, por tanto, compacta los elementos patrimoniales que
hemos visto más arriba es el de devenir histórico. Una simple observación denota que en Barajas
coexisten elementos representativos de casi todas las épocas históricas que hacen del distrito,
sin solución de continuidad, un referente de la evolución cultural que ha tenido la región de
Madrid desde la Edad del Bronce hasta la actualidad. El distrito, por tanto, ha sido el plano
donde se han desarrollado no sólo formas culturales propias y concernientes a la historia de la
región y del municipio de Madrid, sino representativas de fenómenos culturales de una escala
superior, tanto nacional como continental, siendo de esta forma la mayor parte de los elementos
referidos significativos de sistemas culturales más amplios.
16 Evidentemente este elemento patrimonial se halla circunscrito físico-espacialmente al Jardín Histórico de El
Capricho; sin embargo, su significación histórica y su relevancia en el ámbito de la ingeniería bélica de la época
obligan a un tratamiento singular del mismo.
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
18
La singularidad de Barajas hace que su tipología como conjunto histórico no sea, por tanto, la
que de ordinario se tiene de esta categoría cultural, la que consagra una lectura sincrónica de los
componentes como pertenecientes todos ellos a una época más o menos delimitada en el tiempo
(en este sentido son elocuentes los ejemplos de Alcalá de Henares o Patones de Arriba), sino la
que ofrece una lectura diacrónica, a través del tiempo, pues los elementos patrimoniales del
distrito pertenecen a diversas épocas que, tomadas por separado, nada tiene en común
culturalmente. Es precisamente el devenir histórico que atraviesa tales épocas el que engarza los
vestigios dejados por las mismas en el distrito de Barajas.
El concepto de devenir histórico queda emparentado con el de evolución resaltado en la
normativa, tanto nacional como regional, sobre Patrimonio Histórico. De hecho, se puede
considerar al primero como la base conceptual del segundo al suponer el proceso básico por el
que un ente, en este caso la colectividad humana en sentido amplio, se desarrolla cristalizando
en hitos significativos de tal evolución17.
La heterogeneidad
Entendiendo la evolución como el desarrollo mediante un perpetuo movimiento intrínseco de
una realidad primera, el ser humano, por el que ésta pasa de lo simple y homogéneo a lo
compuesto y heterogéneo, se puede decir, concretando en el caso que nos ocupa, que Barajas
denota la heterogeneidad que, como resultado final, es propia de tal de proceso. Uno por uno,
los elementos patrimoniales expuestos anteriormente no denotan la homogeneidad de una
concreta época histórica sino, todo lo contrario, la existencia en el mismo espacio de diversas
formas culturales a lo largo de tiempo.
La heterogeneidad patrimonial de Barajas, nota distintiva en cuando conjunto histórico, es, por
tanto, resultado de de ese proceso evolutivo, de ese devenir histórico, acaecido dentro de sus
límites territoriales.
Pero, con fundamento en esta idea, la heterogeneidad no sólo está referida al carácter temporal
de cada bien, sino que también lo está en cuanto a la categoría de los mismos. Así, el distrito de
Barajas alberga bienes susceptibles de ser declarados como zona arqueológica (los yacimientos
de la vega del Jarama), inventariables como bienes culturales (como el Castillo de los Zapata), o
sobre los que recae ya declaración expresa (el Jardín Histórico de El Capricho).
La dispersión de sus elementos
El gran espacio físico comprendido en los límites territoriales del actual distrito de Barajas ha
posibilitado la coexistencia, a lo largo del tiempo, de numerosos elementos patrimoniales sin
necesidad de que la realización de los, paulatinamente más modernos, menoscabe o elimine la
existencia de los más antiguos. Tal coexistencia es una realidad gracias a la dispersión de
aquéllos por el territorio del distrito.
Esta nota característica de Barajas en cuanto conjunto histórico deviene en la necesidad de
delimitación de varias zonas, con el fin de su diversa protección, en las que los bienes de valor
cultural se hallan.
17 En primer lugar, entendemos por devenir la realidad como proceso o cambio, mientras que, en segundo, por
evolución la explicación de todos los fenómenos por transformaciones sucesivas de una sola realidad primera,
sometida a perpetuo movimiento intrínseco, en cuya virtud pasa de lo simple y homogéneo a los compuesto y
heterogéneo. De hecho, abundando en esta última idea, etimológicamente la palabra evolución proviene del verbo
latino evolvere (expandirse, desenvolverse) que se constituye de la unión de prefijo ex (hacia fuera) y volvere (girar);
así, evolvere semánticamente se definiría como un “girar hacia fuera”. Se puede decir, simplificando hasta cierto
extremo, que el ser humano, como realidad única, mediante su actividad, movimiento intrínseco que le es innato,
evoluciona, se desenvuelve, en un proceso de perpetuo cambio, el devenir.
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
19
ANEXO: EJE HISTÓRICO-CULTURAL DE LA ALAMEDA DE OSUNA
Desde el 21 de Febrero de 2008, se denomina Eje Histórico-Cultural de la Alameda de Osuna a
la zona colindante con la cara nordeste del Jardín Histórico de El Capricho18. Tal denominación
la adquiere a raíz del acuerdo plenario suscitado por una proposición del Grupo Municipal
Socialista del Ayuntamiento de Madrid en la que, asimismo, se planteaba la necesidad de
redactar un Plan Director encaminado a la recuperación del Patrimonio Histórico albergado en
la zona, la creación de nuevos espacios público en torno a éste y la construcción de un centro
cultural en la parcela de Las Caballerizas, cercana al Palacio de los Duques de Osuna.
En esencia, el Eje Histórico-Cultural se constituye como un conjunto histórico en el que, de igual
forma que en la totalidad del distrito de Barajas, se condensa gran parte del devenir histórico del
mismo. Como puede verse en el plano adjunto, son varios los elementos arquitectónicos,
representativos de diversas épocas, los que delimitan esta zona urbana.
18 Diario de Sesiones del Pleno del Ayuntamiento de Madrid: 3 de Marzo de 2008
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
20
2ª SECCIÓN
EL PATRIMONIO HISTÓRICO DE
BARAJAS
INTRODUCCIÓN
LA VILLA ROMANA DE “EL RASILLO”
EL CASTILLO DE LOS ZAPATA
LA PLAZA MAYOR Y EL CASCO HISTÓRICO DE BARAJAS
EL JARDÍN HISTÓRICO DE “EL CAPRICHO”
EL BÚNKER DE “EL CAPRICHO”
LA COLONIA DE NUESTRA SEÑORA DE LORETO
EL PARQUE JUAN CARLOS I
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
21
INTRODUCCIÓN
Esta sección supone un recorrido tanto espacial, por las diferentes zonas que delimitan los hitos
patrimoniales del distrito, como temporal, pues tales quedarán contextualizados en su época
histórica. La alusión a ambas vertientes en la exposición es necesaria por los motivos
metodológicos que conducen de desarrollo de este proyecto.
El devenir histórico y la diacronía de la exposición
La premisa principal desde la que se desarrolla esta sección será la del recorrido diacrónico por
tales hitos patrimoniales, matizado en su segundo plano por la situación espacial de los mismos.
Para ello, se han escogido un total de siete bienes cuyo valor cultural sea significativo, en su
correlativa relación diacrónica, del devenir histórico del distrito de Barajas. Espacialmente la
existencia de otros bienes culturales de, relativamente, menor valor hace necesaria una alusión a
los mismos en la exposición y contextualización de los principales. Tal es así habida cuenta de la
necesidad de delimitar las zonas físicas que serían objeto de una futura protección urbanística.
En base a tal exposición diacrónica, en esta sección se expondrán los referidos siete hitos de
Patrimonio Histórico intentando ofrecer el devenir de la historia del mismo desde la Edad de
Bronce hasta la actualidad. En tal podemos ver con claridad la influencia de los principales
vórtices desde donde se genera la historia del distrito:
a- El río Jarama
La sección empezará por el estudio de los yacimientos arqueológicos de la vega del Jarama que,
si bien tienen en la villa romana de El Rasillo su referente principal, muestran los contrastes
culturales desde unos 2000 años antes de Cristo hasta la ocupación islámica. El Castillo de los
Zapata, que será tratado a continuación, nos introducirá en las circunstancias político-sociales
del bajo Medievo castellano, en la constitución de los señoríos, sistema éste emparentado con el
feudalismo europeo. El acercamiento a la Plaza Mayor de Barajas y otros elementos de su Casco
Histórico mostrará la pervivencia de dos mundos distintos en la Castilla de los siglos XVI y
XVII, el tradicional de base agraria con raigambre medieval y el moderno de influencia europea.
Por último, en la parte dedicada al Jardín Histórico de El Capricho serán palpables las
influencias de la Ilustración europea.
b- El aeropuerto de Barajas
La construcción del aeropuerto de Barajas confiere una nueva dimensión al actual distrito
permitiendo que el devenir histórico del mismo discurra apoyándose en la consolidación de tal
infraestructura. De esta forma, por su cercanía al mismo será construido el Búnker de El
Capricho, a raíz del traslado del Estado Mayor del Ejercito Republicano al Jardín Histórico,
durante la Guerra Civil Española; tal elemento será un referente para la ingeniería bélica
posterior en Europa. Tras la misma, y teniendo como foco económico el aeropuerto, será
construida la Colonia de Nuestra Señora de la Soledad, representativa del nuevo urbanismo
madrileño de postguerra y de la política de vivienda social propugnada por aquél, lo que queda
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
22
enclavado, sin bien con los matices propios de la historia española, con el proceso de
reconstrucción de las ciudades europeas y la segunda industrialización. La última parte de la
sección será la dedica al Parque Juan Carlos I, Puerta de la Ciudad en su vista desde el aire, todo
un símbolo del urbanismo de los primeros ayuntamientos democráticos de Madrid en su
acercamiento al urbanismo europeo.
Metodología de esta sección
La definición amplia de Patrimonio Histórico que sirve de frontispicio a este proyecto nos da la
pauta metodológica para el desarrollo de esta sección. Si por aquel entendemos todo objeto que
sea portador de un valor cultural, que sea representativo de una concreta forma cultural, es
decir, de un completo sistema conceptual con repercusiones político-sociales en la época
histórica en la que se desarrolla, necesariamente todo hito patrimonial debe ser contextualizado
respecto de tal sistema, pues es en él donde adquiere su correcto significado. En la exposición
que sigue cobra, por tanto, una gran importancia tal contextualización que en ningún momento
tiene la pretensión de constituirse como un ejercicio erudito, sino como el fundamento último
del valor cultural atribuido a los hitos del Patrimonio Histórico del distrito.
Esta metodología básica quedará profundizada por las palabras de la exposición de motivos de
la Ley 10/1998, de 9 de Julio, de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid:
“En el sentido expresado anteriormente, la definición del objeto de la Ley ha querido hacerse desde una perspectiva que haga referencia a la condición de depositaria de la Comunidad de Madrid de una seria de bienes que por su naturaleza se considera que deben ser protegidos, pero que pertenecen al acervo de una comunidad más amplia, en primer lugar, la española, pero también la europea y el resto de los pueblos. Corresponde a la Comunidad de Madrid preservarlos para sus propios ciudadanos, pero también para los demás”.
La alusión a tal comunidad más amplia que la madrileña obliga, por tanto, a circunscribir los
elementos patrimoniales del distrito en una fenomenología histórico-social más general; de esta
forma, veremos que a la contextualización concreta de los mismos se superpone otra más
general que nos los hará ver imbricados en procesos históricos generales, tanto a nivel nacional
como europeo.
En todo caso, es complicado, en un proyecto que se marca como objetivo la declaración como
Bien de Interés Cultural del distrito de Barajas, realizar una contextualización precisa de su
patrimonio histórico manteniéd0se, sin excederse en el acopio de material historiográfico, en
unos márgenes de inteligibilidad. Hubiera rebasado las pretensiones de este proyecto realizar un
estudio pormenorizado de las condiciones históricas, con sus correspondientes vertientes
antropológicas, que dan significado a los bienes patrimoniales de Barajas, habiendo devenido
aquél en un tratado sobre la historia de éste. La alusión a la cuantiosa, aunque bien pudiera
haber sido mayor, bibliografía utilizada pueden hacer profundizar al lector en los temas que más
sean de su interés.
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
23
LA VILLA ROMANA DE “EL RASILLO”.
1- INTRODUCCIÓN
La villa romana de El Rasillo, asentamiento que perduró entre los siglos I a V d.C., se sitúa a
escasos metros del puente que separa los municipios de Paracuellos y Madrid, a poca distancia
de la orilla del río Jarama. Descubierta en 1998 durante los trabajos preliminares de ampliación
del aeropuerto de Barajas, la villa ha sido objeto de investigaciones parciales que han deparado
importantes conclusiones como la importancia de la misma en la economía de la vega de Jarama
y, en relación a otros
yacimientos cercanos de
origen visigodo y
musulmán, el contraste
cultural con otros
periodos históricos.
En general, siguiendo los
estudios de Alfonso Vigil-
Escalera, “la riqueza
arqueológica de la vega
del Jarama consiente una
lectura inédita de nuestro
patrimonio y
especialmente de nuestra
arqueología de los
asentamientos rurales:
toda la extensión de la
vega es un enorme yacimiento, porque donde acaban las estructuras arqueológicas de un
periodo comienzan las del siguiente, y eso si directamente no se superponen”19.
Estos yacimientos corroboran que la vega del Jarama se constituyó como un importante núcleo
de población en cuanto que la agricultura se convirtió en la principal base económica de las
comunidades. Barajas, por ende, fue uno de los lugares de la región madrileña en ser poblados
por los distintos colectivos humanos sedentarios. Tal fenómeno es paralelo al de muchas
regiones tanto españolas como europeas que, por estar sitos en la ribera de un río, contaban con
terrenos lo suficientemente fértiles como para hacer efectivos diferentes asentamientos.
19 Vigil-Escalera, Alfonso: Nuevas perspectivas sobre la arqueología madrileña en época visigoda. Actas de las
Primeras Jornadas de Patrimonio Arqueológico en la Comunidad de Madrid, 2005; p. 176
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
24
2- LAS VILLAE ROMANAS: CONCEPTO Y CONTEXTUALIZACIÓN
HISTÓRICA
En origen, la villa romana se configuró como una morada de origen rural cuyas edificaciones
formaban el centro de una propiedad de explotación agrícola. Paralelamente a los cambios
económicos de los siglos I y II d.C., por los que los pequeños agricultores van desapareciendo en
favor de la irrupción de los grandes latifundios, las villae se configurar en auténticos centros
económicos-sociales de carácter territorial, lo que repercute en su potenciación arquitectónica:
la parte señorial de las villae, la destinada a residencia de la familia propietaria de las mismas,
adquiere una gran importancia, siendo pauta general la construcción de magníficas domus.
Estructuralmente, y siguiendo lo indicado por el autor latino Columella, la villa se puede
desglosar en tres parte diferenciadas: en la villa rustica, donde residían los trabajadores
esclavos y los encargados, también quedaban recogidas las instalaciones para la protección del
ganado; la villa fructuaria estaba configurada por los graneros, almacenes, molinos y bodegas;
en la villa urbana, por último, residía el propietario con su familia20
La progresiva concentración
de tierras y la competencia
con la producción agrícola
africana, hacen que gran
parte de las villae romanas
sean abandonadas a finales
del siglo II d.C. Muchas de
las que perduran a partir de
esta época, si bien continúan
siendo centros de
explotación agrícola o
ganadera, compaginan con
esta función su conversión
en lugares de culto,
convirtiéndose así en centros
de irradiación rural del
cristianismo. Las invasiones
provenientes del centro de
Europa del siglo V
constituyen el punto y final
de las villae romanas.
3- LAS VILLAE ROMANAS EN LA PENÍNSULA IBÉRICA
Si bien es cierto que las villae poseen una importante función de residencia de carácter señorial,
habiendo estado direccionados la mayoría de las investigaciones arqueológicas en este sentido,
no lo es menos que “las villae hispánicas aparecen ante nosotros en la gran mayoría de los casos,
como establecimientos agrícolas y ganaderos, estructurándose a partir de construcciones que
podemos definir como de carácter urbano (estructura señorial) y las construcciones que
podemos denominar como rústicas, en ocasiones vecinas o compartiendo el mismo volumen
arquitectónico”21 .
La gran mayoría de las villae romanas de la Península Ibérica tenían una función
primordialmente económica, como centros para la explotación de la tierra, adecuando sus
20 Aguilar Sáenz, Antonio: Dependencias con funcionalidad agrícola en las villas romanas de la Península Ibérica.
Homenaje al Dr. Michel Ponsich. Gerión, nº extra 3 (1991); pp. 261-262 21 Aguilar Sáenz, Antonio: op. cit. en loc. cit.; p. 262
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
25
edificaciones hacia esta función. Se constituyen como el centro de una posesión y, en
consecuencia, como organismo de potencialidad económica. “La villa romana traduce un hecho
económico y social que se extrae entre otras de algunas costumbres sedentarias, un hábitat
disperso, el predominio constatado en la mayor parte de los casos de la agricultura sobre la cría
del ganado. Y sintetiza una forma de hábitat que por su trazado, su mobiliario y su forma de
vida, representa en el ámbito rural el modo cultural romano”22.
La implantación particular de las villae obedece a una serie de elementos determinantes
enfocados siempre hacia la función económica que desarrollarían; la búsqueda de tierras
propicias para la agricultura hace que el relieve, el clima, el suelo y la proximidad de agua sean
factores que repercutan decisivamente en su creación. Como consecuencia de la implantación
del sistema de villae en la Península Ibérica se produjeron transformaciones económicas
impulsadas por el desarrollo de la tecnología. De esta forma, se propició la creación y mejora de
los entramados de caminos, el desarrollo de nuevas técnicas agrícolas y la creación de obras
hidráulicas23.
4- LA VILLA DE EL RASILLO
Las villae en la Comunidad de Madrid. La vega
del Jarama.
El paisaje rural de lo que hoy es la Comunidad de
Madrid durante los siglos I y V d.C. no difiere de la
contextualización general ofrecida. La gran cantidad
de yacimientos de pequeñas dimensiones de los
siglos I y II se corresponde con la mayor atomización
de los núcleos económicos, mientras que los
encontrados del periodo comprendido entre los
siglos IV y V, menor en cantidad, se corresponden
con complejos de una importancia mayor. “Un
puñado de ricas villae que funcionan como centros
de extensos territorios, por tanto, son las
protagonistas del paisaje rural madrileño durante la
etapa del florecimiento bajoimperial en la segunda
mitad del siglo IV e inicios del V”24.
Particular importancia, por la fertilidad del sus
tierras y por la abundancia de agua, tiene la vega del
Jarama, que se constituye en “una de las cuatro zonas
de la Comunidad de Madrid que presentan mayor índice de poblamiento romano de tipo villa.
Así en la ribera del río Jarama se desarrollaron, tal y como prescribían los agrónomos latinos -
Catón, Varrón y Columella-, las villae de San Martín de la Vega, El Rasillo y el importante
complejo teodosioano de Valdetorres del Jarama”25
Descubrimiento y situación
La villa del El Rasillo fue descubierta en Junio de 1997 durante los trabajos previos para la
ampliación del Aeropuerto de Barajas, cuando los expertos auscultaban una franja de terreno de
22 Aguilar Sáenz, Antonio: op. cit. en loc. cit.; p. 264 23 Aguilar Sáenz, Antonio: op. cit. en loc. cit.; p. 264 24 Vigil-Escalera, Alfonso: Granjas y aldeas altomedievales a norte de Toledo (450-800 d.C.). Archivo Español de
Arqueología – 2007, vol. 80. p. 249. 25 Anuario de actuaciones arqueológicas y paleontológicas 2002-2003: Inventario 79-21/10 – 20 Ene 2003 – 3 Mar
2003 (Dir: Alejandra Real Carretero)
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
26
2 km. entre el arroyo de
Valdebebas y el río Jarama26.
El yacimiento se sitúa en la
margen occidental del río
Jarama, a 20 metros de su
orilla, y a escasa distancia
hacia el norte del puente que
en la actualidad une los
municipios de Madrid y
Paracuellos del Jarama,
encontrándose en una
prominencia rodada por dos
regatos del río. Según la
Dirección General de
Patrimonio, el hallazgo fue
calificado como “muy
importante”27.
La decisión del Ministerio de Fomento de no acometer, por razones medio ambientales, la
construcción de la cuarta pista28, imposibilitó el conocimiento completo de la villa, el cual
hubiera sido posible a través del presupuesto destinado para construir aquélla. El estudio
completo de la villa quedó fuera de los planes de la Dirección de Patrimonio de la Comunidad de
Madrid debido al exiguo presupuesto manejado29
Contexto
“Históricamente, estos terrenos debieron formar parte del suburbio agrícola de Complutum
(Alcalá de Henares). El sistema viario romano de la zona incluye el paso de la vía Mérida-
Zaragoza a unos 2 kms al sur del yacimiento y se sospecha fundadamente la existencia de un
ramal que remontaría el curso del Jarama hacia las localidades de Talamanca o Torrelaguna, en
las que se han documentado importantes restos romanos. De los datos disponibles sobre otros
yacimientos coetáneos de menor entidad situados a un radio inferior a 1 km, todo parece indicar
que la villa romana de El Rasillo ocupó un lugar central, en términos jerárquicos”30.
Descripción e importancia del asentamiento de El Rasillo. Los yacimientos satélites:
El Guijo y El Encadenado.
Los trabajos arqueológicos desarrollados, el realizado en 1998 por Miguel Rodríguez Cifuentes31
y los posteriores, a cargo de diversos equipos, fechadas entre 2002 y 2003 en este yacimiento y
otros satélites, nos dan una idea de la importancia que en su tiempo tuvo la villa de El Rasillo.
En el aspecto meramente descriptivo, “las casas parcialmente descubiertas cierran las esquina
sudeste de un gran patio. Estas construcciones se alzan sobre zócalos de cantos rodados
trabados con arcilla, sin zanja de cimentación salvo en los puntos en los que la obra se
superpone a otras fosas más antiguas. Tuvieron presumiblemente alzados de adobe, suelo de
tierra pisada y sus cubiertas eran de teja curva. Cada una de ellas dispone de una gran
26 El País (ed. Madrid), 3 de Junio de 1997 27 El País (ed. Madrid), 4 de Junio de 1997 28 El País (ed. Madrid), 15 de Enero de 1998 29 El País (ed. Madrid), 15 de Enero de 1998 30 Pozuelo, Diana – Vigil-Escalera, Alfonso: Ocultación de un ajuar doméstico a inicios del siglo V d.C. en El Rasillo
(Barajas, Madrid). Algunas posibilidades de análisis e investigación. Bolskan; Revista de Arqueología Oscense.
2003, (20): p. 278 31 Rodríguez Cifuentes, Miguel: Memoria de excavación del yacimiento tardorromano de El Rasillo (1999); memoria
inédita depositada en la DGPH de la CAM. Citada en Pozuelo, Diana y Vigil-Escalera, A: op. cit en loc. cit.
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
27
habitación rectangular de unos 38 m2 (8,2 por 4,5 m) a la que se adosan otros dos ambientes
menores. Un gran hogar o cocina se dispone en el centro de la habitación principal, y al menos
otro de los ambientes anejos contaría con un hogar más pequeño”32.
Desde una perspectiva algo más amplia, y siguiendo el trabajo de Alfonso Vigil-Escalera, “a
partir de la información conjunta de las campañas llevadas a cabo, parece que el yacimiento se
configura en torno a un gran patio central, con las estancias más nobles situadas al este (cerca
del río o en la antigua playa fluvial) y las dependencias agrícolas o la parte rústica al oeste”33.
Como se ha indicado más arriba, la villa del El Rasillo debió ser el núcleo central de una
explotación agraria importante situada en las orillas del Jarama. Tal queda corroborado por las
actuaciones arqueológicas llevadas a cabo en el cercano yacimiento de El Guijo, situado al oeste
del principal, del que se señala claramente que “debe pasar por su relación con las estructuras
documentadas paralelamente en sectores anejos al corredor afectado por el enterramiento de la
línea eléctrica [proyecto que genera gran parte de estas intervenciones arqueológicas] y todo ello
con el cercano yacimiento de El Rasillo. (…) Los datos recopilados parecen señalar que esta
parte del yacimiento constituye una porción de la parte rústica destinada a la producción,
manufactura y conservación de bienes agropecuarios asociada a la residencia de los productores
de un dominio romano clásico
de tipo villa”34.
También en el yacimiento de El
Guijo, esta vez gracias al trabajo
del equipo dirigido por Eva
Redondo Gómez, se encontró un
horno de cerámica
contextualizado en el área de
producción de la villa. “El
horno, estructuralmente, es una
planta rectangular de 1,80 m de
largo por 1,20 m de ancho, y un
altura conservada de 1.60 m,
excavado en el subsuelo,
buscando incrementar su
aislamiento térmico, conserva
intacta la cámara de
combustión; del praefurnium sólo se conserva parte del pasillo y de la cámara de cocción el
arranque de las paredes. Se han documentado dos grandes estructuras circulares al sur del
horno que pudieron estar vinculadas con la actividad del alfar y con la extracción de arcillas para
la producción cerámica”35.
De menor importancia es lo encontrado en el yacimiento del El Encadenado, también satélite
respecto del El Rasillo, si bien corrobora de la misma forma la importancia de éste último. Lo
documentado allí, careciendo de una estructura constructiva, es un depósito de piezas de
cerámica y material constructivo con una relación evidente con el yacimiento principal36.
32 Vigil-Escalera, Alfonso: op. cit en loc. cit. pp. 249-250 33 Pozuelo, Diana y Vigil-Escalera, A: op. cit en loc. cit. p. 278 34 Anuario de actuaciones arqueológicas y paleontológicas 2002-2003: Inventario 02/39 – Oct 2002 (Dir: Alfonso
Vigil-Escalera) 35 Anuario de actuaciones arqueológicas y paleontológicas 2002-2003: 16 Oct 2002 – 5 Nov 2002(Dir: Eva Redondo
Gómez) 36 Anuario de actuaciones arqueológicas y paleontológicas 2002-2003: Inventario 79-21/10 – 20 Ene 2003 – 3 Mar
2003 (Dir: Alejandra Real Carretero)
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
28
La ocultación de un ajuar doméstico en El Rasillo. El efecto de las invasiones del
norte de Europa.
Las investigaciones arqueológicas en la zona no sólo se han centrado en la estructura de
asentamiento sino que, a partir del estudio de los enseres descubiertos, se han podido llegar a
ciertas conclusiones acerca de la concreta realidad histórica de la villa en el periodo
tardoromano (siglo V d.C.). Tal estudio muestra como varios de estos instrumentos (uso
agropecuario, herramientas de carpintería, instrumentos de pesar,…), todos ellos metálicos,
fueron deliberadamente ocultados, reflejando “el abandono del hogar de una familia (que se
pensó temporal y fue a la postre definitivo) a inicios del siglo V d.C.”37. Tal hecho se repite de
forma asimilar en la misma época en otras villae hispanas: Torrecilla (Getafe), Uxama (Soria),
Fuentespreadas (Zamora) y Las Ermitas (Álava)38.
Según las conclusiones a las que llega Alfonso Vigil-Escalera en su estudio, “el impacto causado
por las primeras invasiones de la época y sus consecuencias a corto y medio plazo pueden tener
un reflejo sociológico real atestiguado por el registro arqueológico. Lo cierto que es que, a partir
de mediados del siglo V d.C., la documentación arqueológica de los asentamientos de la vega del
Jarama (y de otros contextos regionales) marca importantes diferencias que apoyan la idea de
que hubo un antes y un después. Las diferencias a las que se alude no atañen sólo al repertorio
cerámico, sino a los modelos de arquitectura doméstica rural, a las unidades de ocupación
familiar y, posiblemente, a un entorno marcado por las dificultades de acceso a especialistas,
productos y servicios que ya sólo estarán al alcance de una minoría de alta posición social”39.
ANEXO I: OTROS YACIMIENTOS IMPORTANTES DE LA VEGA DEL JARAMA
Dejando ya aparte el hallazgo de la villa del El Rasillo, el más importante, la vega del Jarama es
rica en yacimientos arqueológicos que nos llevan desde la Edad del Bronce hasta la Edad Media.
Particularmente interesantes, por los restos del periodo visigodo e islámico, son los de La
Huelga y El Encadenado.
Yacimiento de El Encadenado. El periodo visigodo.
Fue objeto de sendas intervenciones en los meses de Noviembre y Diciembre de 2002 y,
posteriormente en 2005, entre Junio y Diciembre. Los restos más significativos, al margen de
los encontrados pertenecientes a otras épocas, son los circunscritos en el periodo visigodo, entre
los siglos VI a VIII d.C. “Las estructuras documentadas (…) incluyen una serie de cabañas de
suelo rehundido (4), silos (4), hornos (3) y numerosas fosas, de función indeterminada, muy
concentradas en un área de espacios libres alrededor”40. Asimismo, se halló una necrópolis de
inhumación compuesta por nueve sepulturas41.En síntesis, se trata de un asentamiento visigodo
que se extiende en el tiempo, según demuestra el registro estratigráfico, durante dos siglos.
Yacimiento de La Huelga. El periodo islámico.
Las intervenciones arqueológicas llevadas a cabo en Febrero de 2003 y finales de ese mismo año
alumbran un interesante yacimiento en el que son ostensibles las pruebas del intercambio
cultural producido entre las costumbres visigodas y las incipientes musulmanas, a mediados del
siglo VIII. Alfonso Vigil-Escalera, tras asegurar que los restos encontrados son un punto de
apoyo en la investigación del proceso de islamización del campo en región de Madrid, apunta a
37 Pozuelo, Diana y Vigil-Escalera, Alfonso: op. cit en loc. cit. p. 282 38 Pozuelo, Diana y Vigil-Escalera, Alfonso: op. cit en loc. cit. p. 281-282 39 Pozuelo, Diana y Vigil-Escalera, Alfonso: op. cit en loc. cit. p. 283 40 Anuario de actuaciones arqueológicas y paleontológicas 2002-2003: Inventario 02/42/79-21/10 Nov-Dic 2002 (Dir
Alfonso Vigil-Escalera) 41 Anuario de actuaciones arqueológicas y paleontológicas 2005: Jun-Dic 2005 (Dir Alfonso Vigil-Escalera)
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
29
“la fuerte pervivencia de la tradición rural local, con procesos lentos y progresivos de adaptación
de lo social a las nuevas coyunturas políticas”42.
Las conclusiones a las que se llega se apoyan en el hallazgo de estructuras habitacionales, la
localización de un pozo, y de una serie de silos de almacenaje lo que, en conjunto, pudiera
desvelar en parte los métodos de explotación agraria de la época43. Particularmente importante
es el hallazgo de una necrópolis islámica aneja al asentamiento rural de la zona44 en la que es
notorio el mestizaje de formas tardovisigodas y protoislámicas en un proceso de cambio
cultural.
ANEXO II: LA DECLARACIÓN DE IMPACTO AMBIENTAL
La Resolución de 30 de Noviembre de la Secretaria General de Medio Ambiente, por la que se formula declaración de impacto ambiental del proyecto de ampliación del sistema aeroportuario de Madrid, prescribía, respecto de los yacimientos arqueológicos de la zona, lo siguiente:
Sexta. Protección del Patrimonio Cultural.ÐDebido a la presenciade numerosos yacimiento arqueológicos y paleontológicos en el ámbito de afección del proyecto de ampliación del aeropuerto de Madrid-Barajas, se realizarán prospecciones intensivas, con las técnicas necesarias que permitan documentar totalmente los yacimientos y proponer las actuaciones concretas dirigidas a la adecuada protección del patrimonio arqueológico y paleontológico. Estas actuaciones se llevarán a cabo, una vez aprobadas por la Dirección General de Patrimonio Histórico-Artístico de la Consejería de Artes de la Comunidad de Madrid, y serán ejecutadas con carácter previo al desarrollo de las obras. En el caso de aparición de un yacimiento no inventariado previamente, se llevarán a cabo las medidas preventivas que considere dicha Dirección General, de forma que los planes de obra sean compatibles con el programade dichas actuaciones.
42 Vigil-Escalera, Alfonso: op. cit en loc. cit.; p. 176 43 Anuario de actuaciones arqueológicas y paleontológicas 2002-2003: Inventario 76/XXI/6 Dic-2003 (Dir. Juana
García y Luis Ángel) 44 Anuario de actuaciones arqueológicas y paleontológicas 2002-2003: Inventario 02/40/79-21/6 Feb-203 (Dir.
Domínguez Alonso y Rincón Vázquez)
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
30
EL CASTILLO DE LOS ZAPATA
1- INTRODUCCIÓN
El Castillo de los Zapata, cuya construcción se puede fechar en 1431, es la única fortaleza
medieval del municipio de Madrid. Tal se halla inextricablemente unido a la familia Zapata y al
señorío que años antes de su levantamiento se constituyó en las tierras de Barajas tras la guerra
civil entre Pedro I y Enrique de Trastámara. El castillo es representativo de la arquitectura
bélica del bajo Medievo, siendo su fisonomía paralela a la del Castillo de Manzanares el Real.
La construcción es significativa del poder señorial que se afianzó en Castilla a finales de la Edad
Media y que, según la doctrina, está vinculado, con ciertos matices, al sistema feudal europeo
que declinaba como organización económico-política en el resto de Europa. En Castilla, al
contrario, las diferentes circunstancias geográficas y demográficas hicieron posible que, no sólo
perviviese tal modelo, sino que se constituyera en un pilar básico en la estructura de poder.
En la actualidad, las ruinas del castillo se han recuperado con cargo al Fondo Estatal de
Inversión Local y serán incluidas en el inventario de bienes culturales de la Comunidad de
Madrid, incluyéndose la zona dentro del programa de Yacimientos Visitables.
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
31
2- LA CRISIS BAJOMEDIEVAL EN EL REINO DE CASTILLA
Situación de la corona de Castilla en el siglo XIII
La situación económico-social del reino de Castilla en el bajomedievo rompe con el paradigma
del ocaso del feudalismo en el resto de Europa. Cuando en el continente el estancamiento de la
producción agraria coincidía con el paulatino crecimiento de la población, la corona de Castilla,
por la expansión hacia el sur de sus territorios, vive un crecimiento económico, más que por la
aplicación de innovaciones tecnológicas, por la incorporación de nuevos territorios que se
destinarán a la producción agrícola. En el siglo XIII las situaciones en Europa y en Castilla son,
por tanto, antitéticas45.
Causas de la crisis bajomedieval en el reino de Castilla
La prosperidad económica de Castilla, sin embargo, queda cercenada entre los últimos años del
siglo XIII, la decimocuarta centuria y los primeros años el siglo XV a raíz de lo que los
historiadores han denominado la trilogía de las grandes catástrofes: la peste, la guerra y el
hambre. Las fuentes constatan la gran diferencia existente entre el tormentoso presente de
aquello años con el periodo de bonanza anterior46.
Las malas cosechas de mediados del siglo XIV, constatadas en fuentes como las actas de las
cortes castellanas, las crónicas de Alfonso XI y en numerosos testimonio locales, producen una
gran cantidad de muertes en la población castellana. Las pestes, mal endémico del mundo
medieval, se desarrollan en Castilla con gran virulencia a partir de mediados del siglo XIV:
desde lo que se denomina en la crónica regia como “primera gran mortandad”, la peste negra
tiene rebrotes, si bien menores, en otras partes de la corona. Por último, la guerra también
contribuye como factor de inestabilidad: entre finales del siglo XIII y principios del XV, si bien
ya finiquitada en Castilla la cruzada antiislámica, se suceden una gran cantidad de conflictos de
carácter interno que tiene una especial incidencia en el ámbito agrario47.
Efectos de la crisis
El contexto de crisis descrito dará lugar a una serie de efectos que, a la postre, desembocarán en
una nueva configuración del orden económico-político en la corona de Castilla. Las
manifestaciones de la crisis se dejan sentir palpable en el descenso de la población, retroceso de
los cultivos, alteraciones de los precios y salarios y caída de las rentas señoriales.
a- Descenso de la población.
La mortandades provocadas por la peste y el hambre repercutieron ostensiblemente en la
demografía castellana del bajomedievo, si bien sea imposible constatar por las fuentes la
importancia cuantitativa de este hecho. A esto se une la riada migratoria producida por la
anexión de los nuevos territorios ganados en la expansión hacia el sur de la corona; por la
misma, grandes contingentes de población abandonaron la meseta norte hacia las nuevas tierras
de Andalucía, Extremadura y Murcia. El efecto más palpable del descenso de la población será
notorio en el aumento cuantitativo de los despoblados48.
45 Valdeón Baruque, Julio: Reflexiones sobre la crisis bajomedieval en Castilla; En la España medieval, nº4, 1984;
pp. 1049-1050 46 Valdeón Baruque, Julio: op. cit. en loc. cit.; p. 1051 47 Valdeón Baruque, Julio: op. cit. en loc. cit.; p. 1052 48 Valdeón Baruque, Julio: op. cit. en loc. cit.; pp. 1053-1054
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
32
b- Retroceso de las tierras cultivadas
A mediados del siglo XIV, las fuentes constatan un sensible descenso de las tierras cultivadas;
este fenómeno ha sido puesto en relación con la implantación y posterior expansión de una
economía basada en ganadería ovina. El retroceso de los campo cultivado favoreció el cambio de
modelo productivo en el reino de Castilla49.
c- Dislocación de precios y salarios
El mundo rural sufre un nuevo revés con la política de ordenación de precios y salarios
efectuada desde mediados del siglo XIII, con Alfonso X, y que tuvo nuevas manifestaciones con
Pedro I, a raíz de la difusión de la peste negra, y con Enrique II. Mientras que los salarios de
obreros y los precios de los productos manufacturados en las ciudades vieron incrementada su
cuantía, los de los productos agrarios quedan estancados produciendo una grave erosión de la
economía agraria50.
d- Descenso de las rentas señoriales
Uno de los fenómenos más significativos para medir el impacto de las crisis es el análisis del
descenso de las rentas señoriales. Éstas, apoyadas en la producción agraria, sufren una gran
erosión a raíz de la caída de ésta. Son numerosas las fuentes del siglo XIV en las que se constata
claramente la situación deficitaria de gran parte de los señoríos51.
Los señoríos en el bajo Medievo castellano
a- Concepto
El señorío representa un complejo sistema
apoyado en tres pilares fundamentales: el
poder gubernamental sobre los habitantes
sometidos al mismo, una administración
tributaria ejercida sobre su territorio y una
economía basada en la explotación de la tierra.
La pequeña propiedad rústica del siglo X fue
dejando paso, a raíz de la concentración de la
propiedad en pocas manos, a grandes dominios
donde la relación entre el propietario y quienes
trabajaban directamente la tierra era, en
principio, de carácter económico.
Paulatinamente las donaciones que el monarca
concedía a los señores, tanto de índole
territorial como jurisdiccional, acrecentarían la
importancia político-económica de los señoríos
haciendo que devinieran en circunscripciones o
distritos sometidos administrativamente a su
titular; en definitiva, se constituyeron como micro-estados, auténticos órganos descentralizados
de la corona52.
49 Valdeón Baruque, Julio: op. cit. en loc. cit.; p. 1054 50 Valdeón Baruque, Julio: op. cit. en loc. cit.; p. 1055 51 Valdeón Baruque, Julio: op. cit. en loc. cit.; pp. 1055-1056 52 López Pita, Paulina: Señoríos nobiliarios bajomedievales; Espacio, tiempo y forma, nº 4, 1991; p. 247
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
33
b- Importancia
Según Julio Valdeón, una tupida red de señoríos atravesaba el reino de Castilla en la segunda
mitad del siglo XV, constituyendo el elemento nuclear de la articulación social de sus territorios.
De alguna manera reproducían, aunque sin duda a una escala reducida, el mismísimo aparato
del poder monárquico. En múltiples, por tanto, casos confluían en el señorío los dos elementos
que lo configuraban, el poder jurisdiccional y el territorio, dando lugar a lo que se denomina
“señorío pleno”. El efecto de tales señoríos era, por un lado, la configuración de relaciones
político-administrativas entre el señor y los vasallos y, por otro, la formación de las de carácter
económico que se materializarán en la institución de la “renta señorial”. El fenómeno de los
señoríos fue ante todo de carácter agrario y campesino, si bien la dominación señorial se ejercía
a veces sobre villas y aldeas53.
c- La consolidación de los señoríos en el siglo XIV
La crisis del bajomedievo en la corona de Castilla había afectado a los señoríos desde su misma
base: la recaudación de la “renta señorial”. Gran parte de la evolución posterior del sistema
señorial puede ser encuadrada en el intento de la nobleza por mantener su estatus político y
económico, consolidando el sistema de producción. El periodo comprendido entre los años
1369, el final de la contienda entre Pedro I y Enrique II, y 1474, ascenso de Isabel I al trono de
Castilla, está considerado como el de la definitiva implantación y consolidación de los señoríos
en la corona54
3- EL CASTILLO DE LOS ZAPATA
El señorío de Barajas
La guerra fraticida entre Enrique de Trastámara y Pedro I, el rey legítimo, desemboca en la
victoria del primero y en la concesión de beneficios por su parte entre su partidarios. Enrique II,
ya rey, concede a Pedro González de Mendoza en 1369 las tierras de Alcobendas, Cobeña y
Barajas,
dependientes por
entonces de
Madrid, que había
permanecido del
lado del
contendiente
perdedor, sobre las
que se crea un
señorío. Esta
amputación del
alfoz madrileño
tenía como fin
controlar gran
parte de la
economía de la
región debido al
potencial agrícola
que atesoraban las
53 Valdeón Baruque, Julio: Señoríos y nobleza en la baja Edad Media (el ejemplo de la corona de Castilla); Revista
d´historia medieval, nº 8; 1997;pp. 16-19 54 Valdeón Baruque, Julio: op. cit. en loc. cit.; pp. 21-22
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
34
tierras de la ribera del
Jarama y la
importancia del rio
para apacentar los
rebaños de la creciente
cabaña ganadera
castellana55.
El señorío de Barajas se
constituye como pleno;
no sólo el titular del
mismo lo era de las
tierras recibidas sino
que, en virtud del
documento que da fe
tal cesión se reconoce
su potestad
administrativa y
judicial, tanto civil como penal56. De esta forma, el titular del señorío nombraba a los miembros
del Concejo Municipal de las villas bajo su jurisdicción: alcaldes ordinarios, regidores y
procuradores ejercían la potestad gubernativa en su nombre57.
Barajas y la Alameda pasaron como dote a Ruy Sanz Zapata en 1385 a raíz de sus nupcias con la
nieta de Pedro González de Mendoza. Tras un pleito entre los descendientes de los Zapata y el
nuevo propietario de las dos villas, estas quedarían definitivamente en poder de la familia
Zapata en 1431 tras el pago de una contraprestación de 70.000 maravedíes58. La fundación del
mayorazgo sobre las dos villa debió impulsar a su nuevo propietario a la construcción del castillo
de la que no se conoce el año exacto de comienzo.
El Castillo de los Zapata.
“El castillo y fortaleza de la Alameda, en la meseta castellana, con sus perfiles y detalles del
mejor estilo, a caballo entre e Medievo, el Renacimiento y el Barroco, es obra sin duda en la que
se manifiesta la grandeza de un linaje y el extremo al que llegó la individualidad señorial,
tomando como principal símbolo el castillo convertido en construcción genuina de un largo
periodo de nuestra historia”59
a- Morfología
“El castillo está formado por un cuerpo rectangular con las esquinas redondeadas cuya
superficie interior es algo más de 200 m2. Una torre cuadrangular en el ángulo noroeste, y tora
cilíndrica, en el ángulo opuesto, defienden los cuatro flancos del pequeño recinto. Los muros
tienen un grosor de 1,4 m. en el cuerpo central y de dos en la torre cuadrada. Su altura en la
torre cilíndrica es, con respecto a suelo principal, de unos ocho. No se conservan, en ningún
caso, ni restos el adarve ni de su petril. Tanto el recinto con las dos torres están hechos en
mampostería caliza irregular con tendencia a forman hiladas. Los tres elemento se edificaron,
indudablemente, a la vez. Toda la estructura principal estaba encerrada dentro de una
barbacana, de la que quedan los restos informes de sus muros de hormigón. Su trazado se
55 Montero Vallejo, Manuel: El Madrid medieval; Madrid, 2003; p. 190 56 Canosa Zamora, Elia: Historia de Barajas. Madrid, 2006; p. 38 57 Canosa Zamora, Elia: op. cit.; p.42 58 Canosa Zamora, Elia: op. cit.; p. 39 59 Marín Tovar, Cristóbal: El castillo madrileño de la Alameda. Rev. Arte Geografía e Historia, nº7; 2005; p. 113
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
35
adapta al contorno del castillo, dejando un pasillo entre ambos de cuatro metros. Este antemuro
estaba rodeado, al menos en tres de sus flancos por un foso”60
b- Arquitectura militar de uso civil
El Castillo de los Zapata en una muestra de arquitectura del bajomedievo castellano que denota
la singularidad de este tipo de obras constituidas en base a recursos económicos privados61. Si
bien es cierto que se puede circunscribir tales formas dentro del orden militar, no lo es memos
que “aparenta en su estructura global un planteamiento arquitectónico más civil que militar. (…)
Los castillos construidos hacia el siglo XV, incluso los que persisten en el siglo XVI con el mismo
valor de dominicum, desde donde el noble presta atención a sus tierras, mantienen tres
elementos sustantivos: una cerca exterior, la muralla, que constituye el cuerpo perimetral del
castillo; ya las torres, entre las que destaca una por su mayor prestancia, la llamada torre del
homenaje”62.
Este tipo de arquitectura se mantiene en los siglos XV y XVI pese a las reticencias de los Reyes
Católicos, denotando así el carácter nobiliario castellano que, ya sin utilidad bélica, deseaba
mantener la apariencia de dominio y superioridad en sus tierras. “Los rasgos estilísticos del
castillo de la Alameda repiten las formas de aquellos singulares ejemplares (fortaleza de
Manzanares el Real, Palazuelos), aunque sirviéndose de un esquema más simplificado y de
escala más reducida”63
Evolución, ruina y
proyecto de
reestructuración del
siglo XIX
Las progresivas
restauraciones llevadas a
cabo por la familia
Zapara en el edificio
hasta el siglo XVIII no
menoscabaron su aspecto
esencial original,
conservando así su
aspecto bajomedival. Es
en este sigo cuando ya se
tienen noticias de
lamentable estado y
posterior ruina constatada en documentos datados en Marzo de 177164.
Habiendo recaído a mediados del siglo XIX el señorío de Barajas en la familia Fernán Nuñez, y
según documento fechado el 11 de Junio de 1856, se presenta un proyecto para la
reestructuración del Castillo con el fin de realizar, conservando los elementos todavía
persistentes, una residencia señorial65
60 Cámara Muñoz, Alicia y Gutiérrez Marcos, Javier (coord.): Castillos, fortificaciones y recintos amurallados de la
Comunidad de Madrid. Madrid, 1993; p. 82 61 Marín Tovar, Cristóbal: op. cit. en loc. cit.; p. 98 62 Marín Tovar, Cristóbal: op. cit. en loc. cit.; p. 106 63 Marín Tovar, Cristóbal: op. cit. en loc. cit.; p. 107 64 Marín Tovar, Cristóbal: op. cit. en loc. cit.; pp. 107-108 65 Marín Tovar, Cristóbal: op. cit. en loc. cit.; pp. 109-112
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
36
Recuperación de los restos
a- Campañas a finales de los 80
Se ha realizado un profundo estudio arqueológico, dirigido por D. Javier Pastor y D. Fernando
Velasco, que ha permitido la datación de los restos del Castillo y el conocimiento de su planta
completa. Asimismo, fueron descubiertos yacimientos arqueológicos pertenecientes al
Calcolítico (segundo milenio antes de Cristo) y estructuras del periodo tardoromano y visigodo
(siglos V-VI d. C). Las obras de restauración y consolidación de los restos del Castillo de la
Alameda han sido llevadas a cabo por el Servicio de Conservación y Restauración del Patrimonio
Histórico e Inmueble dirigidas por el arquitecto D. Pedro Herrero Pintó en el periodo 1988-8966.
b- El proyecto de musealización y el Plan E
Ya a finales de los 80 existía la idea de hacer de la zona del Castillo un parque arqueológico. Esto
se consolida con el proyecto presentado por el Ayuntamiento de Madrid para musealizar en
entorno de aquel para hacerlo visitable a los ciudadanos. La Comunidad de Madrid, una vez
acabados los trabajos de recuperación del Castillo y su entorno, procedería a incluir esta
localización en el Plan de
Yacimientos Visitables67.
El Ayuntamiento de
Madrid, sin embargo, no
ha solicitado a la
Comunidad de Madrid la
inclusión del Castillo en
el catálogo de Bienes de
Interés Regional68
El proyecto de
restauración y
musealización del Castillo
de Barajas se acomete,
por fin, con cargo a los
fondos del Fondo Estatal
de Inversión Local de
2009.
ANEXO I: YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS
En el cerro del Castillo, asimismo, y como consecuencia de los trabajos de recuperación de éste
llevados a cabo a finales de los 80, fueron hallados importantes restos arqueológicos que
permiten trazar una línea de continuidad desde la Edad de Hierro hasta, evidentemente, la Edad
Media, pasando por el periodo romano. Particularmente relevante fue el descubrimiento de una
cabaña de origen calcolítico (2 milenio a. C.) de unos 5 m. de diámetro, complementada con
varias áreas separadas para el ganado y zonas de trabajo. El hallazgo también posibilitó el
estudio de la vida cotidiana del periodo al ser encontrados útiles de trabajo y restos de
cerámica69.
66 Cámara Muñoz, Alicia y Gutiérrez Marcos, Javier (coord.): op. cit.; p. 83 67 El Mundo (ed. Madrid); 25 de Agosto de 2007 68 El País (ed. Madrid); 18 de Agosto de 2008 69 Canosa Zamora, Elia: op. cit.; pp. 191-192
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
37
ANEXO II: EL PANTEÓN DE LOS
DUQUES DE FERNÁN NÚÑEZ
Rodeado de un pequeño jardincillo
delimitado por una valla construida con
el material derruido del Castillo, se
conserva el Panteón de los Duques de
Fernán Núñez, mausoleo funerario que se
hiciera levantar para enterramiento de la
familia en la que había recaído el condado
de Barajas a mediados del siglo XIX. Se
trata de una capilla con una planta
rectangular, sobre la que se levanta una
bóveda de crucería, dividida en tres
tramos a los que se suma otro que hace
las veces de sacristía. Sobre el arco
apuntado de la entrada, que señala su
inconfundible estilo neogótigo, se sitúan
el escudo ducal y una pequeña cruz como
únicos ornamentos exteriores70.
El Panteón es un caso singular pues se
constituye como un punto de ordenación
urbana de la zona donde se halla
enclavado al estar situado en una zona de ensanche adyacente a la Avenida de Logroño71. En
torno a él se realizó un paseo dividido en tres tramos que vertebra la zona compartida con el
Castillo de los Zapata.
ANEXO III: NIDO DE AMETRALLADORAS
Junto a las ruinas del Castillo se
encuentra un “nido de
ametralladoras de hormigón con
una tronera frontal y diseño
parecido a los nidos gemelos de la
carretera de Castilla (plano
inclinado frontal entre el techo y la
pared delantera) y a los demás
nidos que cerraban los accesos
radiales a Madrid (cerro de la
Mata Espera, los Dominicos, cerro
de los Gamos…, paredes que no
caían verticalmente sobre el suelo,
sino que presentaban un remetido
trasero). Situado a las afueras del
Parque de El Capricho, donde estaba la Posición “Jaca”, testimonios orales nos hablan de la
existencia de otro nido similar destruido por la urbanización de la Alameda de Osuna”72.
70 Canosa Zamora, Elia: op. cit.; pp. 201-202 71 Delgado Orusco, Eduardo: Barajas. VV.AA: Arquitectura de Madrid. Fundación COAM. Madrid, 2007; p. 345 72 Castellano, Ricardo: Los restos de la defensa: fortificaciones de la Guerra civil en el frente de Madrid: ejército
republicano. Madrid, 2007; p. 184
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
38
LA PLAZA MAYOR
EL CASCO HISTÓRICO DE BARAJAS
1- INTRODUCCIÓN
La Plaza Mayor de Barajas, la cual podemos fechar alrededor de 1575, pasa por ser un notable
ejemplo del urbanismo que, importado desde Italia, es implantado por la corte de Felipe II en
Castilla. Su diseño es significativo del poder señorial que ostentaba el recién nombrado Conde
de Barajas por el monarca que, de la misma forma que otros muchos personajes poderosos,
intentaban emular en las villas que tenía bajo su jurisdicción la nueva planificación urbana.
Este fenómeno es claramente representativo de la dicotomía que se daba en Castilla entre las
antiguas formas de vida medievales, apoyadas en una economía agraria, y las nuevas corrientes
renacentistas que entraban en España desde Europa. Asimismo, le crecimiento del poder
señorial en algunas de las zonas de Castilla, como lo era Barajas y la vega del Jarama, nos lega
este ejemplo de intento de urbanismo propiamente urbano en una zona claramente rural.
A la Plaza Mayor de Barajas le son inseparables, por haber sido construidas en época algo
posterior, tanto la Iglesia de San Pedro Apóstol y la Ermita de Nª Sª de la Soledad, claro ejemplo
de convivencia entre las nuevas ideas importadas de Italia, la primera, y las arraigadas desde el
medievo.
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
39
2- MADRID, VILLA Y CORTE
1561 es un punto de inflexión para la villa de Madrid y la región que la circunda; Felipe II, ante
los problemas que genera a la corte la ciudad de Toledo, hasta entonces capital del reino, decide
trasladar la capitalidad a Madrid. Las consecuencias no se quedarían únicamente en el ámbito
de lo político, sino que, a partir de éste, la situación socio-económica, tanto de la ciudad como de
la región, se vería modificada radicalmente.
El traslado de la corte a Madrid conllevaba, al margen de su importancia política, un incremento
demográfico sin precedentes en la ciudad. Si la primera mitad del siglo XVI había supuesto un
crecimiento sostenible para la villa, la cual había pasado de los 3.000 habitantes en 1.530 a los
casi 9.000 en 1.560, las necesidades para el servicio de la corte dispararon tal cantidad: así, en
1.570 se llega a los 34.000 habitantes, en 1.580 a los 46.000, en 1.590 a los 67.000 y, por último,
en 1.600 a los 82.00073.
Pero la capitalidad de Madrid no sólo se dejó notar en el incremento demográfico de la villa;
por el impulso renacentista de Felipe II se configuraría un verdadero centro, no sólo geográfico,
sino en todos los ámbitos. De esta forma, la administración central se hallaría en Madrid, los
lugares de recreo se constituirían en los cercanos lugares de Aranjuez y Valsaín, y El Escorial,
templo y biblioteca, quedaría consagrado a Dios y a la sabiduría. La reordenación del centro
peninsular tenía raíces en los tratados de arquitectura y urbanismo del Renacimiento, que
extraían esta idea del mundo urbano romano74.
Así pues, la villa de Madrid, por la importancia sobrevenida en la segunda mitad del siglo XVI,
se convirtió en un auténtico centro demandante de servicios de todo tipo. El más básico,
corolario del aumento poblacional, fue el del abastecimiento alimenticio de la misma. Sobre la
región de Madrid, que no se había distinguido hasta la fecha por su producción agrícola, se
impuso la obligatoriedad de constituirse como cinturón abastecedor de la villa. Los lugares y
fanegas destinado a tal fin (503 y 3.438, respectivamente, semanales en 1.606) destinaban su
producción únicamente al abastecimiento de Madrid75.
3- VIDA RURAL EN LA REGIÓN DE MADRID EN TIEMPOS DE FELIPE II
Demografía en la región de Madrid
La población en la región madrileña se asentaba en un hábitat relativamente disperso, según los
datos disponibles entre 1.575 y 1.580: un 60,9 % de la población, algo más de 10.000 vecinos,
residía en pueblos que oscilaban entre los 500 y 100 vecinos76; casi el 30 % habitaban los ocho
pueblos cuya población variaba entre los 500 y los 1.000 y no existían villas que sobrepasaran el
millar77.
Una lectura diacrónica de la demografía madrileña no ofrece un panorama en el que se puede
afirmar una expansión notable, teniendo un coeficiente de despoblación muy débil, el cual es
algo más acusado en otras regiones de Castilla la Nueva como Guadalajara, Cuenca o Ciudad
Real78.
73 Alvar Ezquerra, Alfredo: Madrid en el siglo XVI. Historia de Madrid. Madrid, 1993; pp. 163-164 74 Alvar Ezquerra, Alfredo: op. cit. en loc. cit.; p.147 75 Alvar Ezquerra, Alfredo: op. cit. en loc. cit.; p. 168 76 El termino vecino difiere del de habitante: por el primero se corresponde con del de hogar, pues es el que tiene casa
en un pueblo, y contribuye a las cargas y repartimientos del mismo. Generalmente se admite que cada hogar
correspondía a promedio de cinco habitantes en esta época. En ocasiones, el número de vecinos de una villa es
superior al de casas de la misma, consecuencia de que en la misma casa residía más de una familia. Salomon, Noël:
La vida rural castellana en tiempos de Felipe II. Barcelona, 1973; p. 37 77 Salomon, Noël: op. cit.; pp. 38-39 78 Salomon, Noël: op. cit.; p. 46
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
40
Producción agrícola de la región
Si la economía basada en la ganadería había hecho retroceder a la agricultura en tiempos de los
Reyes Católicos, es a partir del reinado del Carlos V cuando la tendencia se invierte. Tal
fenómeno se puede interpretar por la irrupción de nueva tecnología en el campo castellano y
madrileño, el arado con tiro de mulas. El siglo XVI supone, pues, un avance del agricultor sobre
el ganadero. Dentro de la producción agrícola, las regiones de Madrid y Toledo se distinguían
por la primacía que el cereal mantenía respecto de otros cultivos, pudiendo representar un 75 %
del total79.
El ascenso de la producción agrícola tuvo su repercusión en el aumento de la población en
muchos lugares de la región madrileña: la fertilidad de los terrenos o la prosperidad que, por las
nuevas técnicas de roturación de las tierras, hubiese adquirido determinado cultivo eran razones
de peso para el incremento demográfico de las villas dedicadas a la producción agrícola80.
Los señoríos
El bajo Medievo en el reino
de Castilla está caracterizado
por un movimiento
ideológico que supuso una
grave crisis en el sistema
señorial. Los pueblos de
realengo, sometido
directamente a la jurisdicción
de la Corona, disfrutaban de
más libertades municipales
que los de señorío, tanto laico
como eclesiástico.
Correlativamente se impuso
una corriente política, con
derivaciones en el derecho
castellano, que proclamaba la
unidad del poder, en
detrimento de la dispersión representada por el régimen señorial81.
Si bien en el bajo Medievo castellano y en los primero compases del quinientos los señoríos ven
menguada su importancia, las necesidades monetarias durante el reinado del Felipe II hacen
que aquélla vuelva a crecer por la venta a la nobleza señorial de tierras sometidas a jurisdicción
real. Este proceso, incipiente en la segunda mitad del siglo XVI, se aceleró todavía más pasado el
1.600, siendo la enajenación de pueblos realengos la nota predominante durante el reinado de
sus sucesores82.
La región madrileña, así como la toledana, se caracteriza por la existencia de grandes señoríos
sometidos al poder de importantes señores feudales cuyos dominios configurar un mapa en un
conjunto casi continuo o totalmente agrupado. De los 91 pueblos que se distribuían por la
región, un total de 30 estaban sometidos a señorío en los años 1.575-1580, lo que suponía que
casi un 40% de la población vivía bajo jurisdicción señorial83.
79 Salomon, Noël: op. cit.; pp. 68-71 80 Salomon, Noël: op. cit.; p. 40 81 Salomon, Noël: op. cit.; p. 201 82 Salomon, Noël: op. cit.; pp. 204-211 83 Salomon, Noël: op. cit.; pp. 202-203
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
41
El señorío de Barajas
a- Demografía
En la década de 1.579, el señorío de Barajas se presenta como uno de los más prósperos de la
región madrileña lo que repercute ostensiblemente en su población. Barajas se sitúa alrededor
de los 500 vecinos, entre los 2.500 y los 3.000 habitantes, con una tendencia clara al aumento.
Alameda, con unos 100 vecinos (500 a 600 habitantes), se mantiene estable en su población.
Barajas es, claramente, el centro neurálgico de la zona: hacia el oeste se sitúan los pueblos de
Hortaleza y Canillas cuya población respectiva era de 96 y 50 vecinos; al sur, Canillejas y Rejas,
con 86 y 90; al norte Alcobendas, con 300, y Cobeña, con 223; y, al otro lado del río Jarama,
Paracuellos situaba su población en 300 vecinos84.
Las causas de la prosperidad demográfica de Barajas se pueden atribuir tanto a la implicación
de los Condes de Barajas, señores del mayorazgo en la zona, como a la fertilidad de las sus
tierras85.
b- Producción agrícola
Barajas y Alameda dedican su producción agrícola al monocultivo del cereal. Podemos leer de
este último núcleo: “Es este pueblo se dan mucho a la labor del pan, y lo tienen por su principal
granjería, y lo que principalmente siembran de ordinario es trigo, cebada y centeno y alguna
avena”86
4- LA PLAZA MAYOR Y EL CASCO HISTÓRICO DE BARAJAS
El urbanismo de Felipe II. La plaza rectangular.
Si con Carlos V, quien
se encuentra en las
ciudades castellanas
un tipología propia del
Medievo, se realizan
ciertas mejoras
arquitectónicas, es con
su sucesor en el trono,
Felipe II, cuando
aquellas ven
transformada su
morfología de una
forma ostensible.
Cambio en los que
“domina el espíritu de
lo racional y de la
unidad urbana, así
como la comunión de
lo práctico y lo
84 Salomon, Noël: op. cit.; pp. 323-326 85 La población de Barajas “va aumentando cada día por el buen tratamiento que los señores que han sido y son de
este mayorazgo han fecho de ordinario a sus vasallos”; asimismo “por ser tierra tan sana, fértil y en tan buen
asiento”. Alvar Ezquerra, Alfredo: Madrid en el siglo XVI: entre el anacronismo y la realidad. Madrid en el
Renacimiento (VV.AA); Madrid, 1986; pp. 20-22 86 Alvar Ezquerra, Alfredo: op. cit. en loc. cit.; p. 28
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
42
estético, resultado del mantenimiento de tradiciones medievales junto a gustos modernos y
funcionales”87.
Una de las mayores innovaciones arquitectónicas implantadas por Felipe II fue la de la plaza
rectangular “concebida arquitectónicamente como una unidad urbana, con
suscuatro lados bordeados por soportales y edificios del mismo estilo, de idéntica
altura y simétrica disposición en huecos y volúmenes”88. Esta nueva tipología de plazas se
extiende por Castilla y Aragón principalmente, desconociéndose, a excepción de Toledo, e la
mitad sur de la península. Ejemplos significativos de tales plazas los encontramos en Valladolid,
Madrid o Toledo.
“La necesidad de la plaza mayor surge, entre otras razones, por el deseo de
organizar diversiones y espectáculos dentro de la ciudad; para presenciar éstos
se utilizan los balcones de las casas que la rodean, alquilados o a disposición del
Concejo. Por otra parte, el crecimiento de la población impone la existencia de
un espacio adecuado para el mercado. La plaza mayor sirvió de mercado, o surgió
en el lugar donde éste antes existía, como ocurre en Valladolid, Madrid y Toledo.
En la vida cotidiana era, además, el lugar de reunión de los vecinos. Por tanto, la
plaza será centro cívico, comercial y de espectáculos religiosos y profanos”89.
La Plaza Mayor de Barajas (siglo XVI)
a- Origen de la Plaza
La villa de Barajas no es
extraña a estas
modificaciones
urbanísticas y con el
impulso de la familia
Zapata, que ostentaba el
señorío, ser realiza una
profunda remodelación
del todavía medieval
casco urbano. Los
poderosos personajes
privados, emulando en
un nivel más modesto el
nuevo urbanismo regio,
promovieron conjuntos
urbanos y,
correspondientemente,
D. Francisco Zapata de
Cisneros y Ossorio, nombrado Conde de Barajas por Felipe II en Octubre del 1572, realiza una
transformación urbana del núcleo de la villa.
La construcción de una casa solariega, que tendría la condición de palacio, cerraba por el sur la
antigua plaza de la villa donde se hallaban tanto la iglesia como el ayuntamiento. Es a partir de
uno de los laterales de esta casa desde donde se planea la construcción de una gran plaza
rectangular. “Su construcción mediante soportales también es un rasgo común a otras villas o
87 Izquierdo Álvarez, Sara: Felipe II y el urbanismo. Anales de Geografía de la Universidad Complutense, nY 13, 81-
107- Ed. Comp., Madrid, 1993; p. 81 88 Izquierdo Álvarez, Sara: op. cit. en loc. cit; p. 83 89 Izquierdo Álvarez, Sara: op. cit. en loc. cit; p. 83
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
43
ciudades que durante el siglo XV dispusieron estos elementos en las plazas de mercado
simplemente como nuevas crujías añadidas a los edificios allí existentes. Podría ser este el caso
de Barajas, donde los soportales -las casas con portales vanos- rompen la estructura del callejero
alterando la continuidad de las calles, e incluso contando a dos de ellas (Botica y Anguita) a las
que se accede a través de ellos”90.
b- Morfología
“Enclavada en el corazón del antiguo pueble de Barajas, este espacio porticado al que
desembocan ocho calles, responde al modelo de las más típicas plazas castellanas: de planta
rectangular, presenta tres de su cuatro lados rodeados de soportales. El anormal proceso de
proceso de crecimiento al que se vio sometido este núcleo, municipio independiente hasta 1950,
y con una centralidad completamente alterada por la presencia del aeropuerto y de otras
infraestructuras de carácter viario e industrial, ha permitido que este espacio urbano llegue
hasta nuestros días en un estado de excepcional conservación. En efecto, desde un principio se
hizo evidente la incapacidad del casco histórico para absorber la necesidad de viviendas y otros
equipamientos para los empleados de aquellas instalaciones, lo que llevó a la realización de
numerosas urbanizaciones en sus alrededores manteniendo el núcleo relativamente inalterado.
La plaza es un gran vacío de planta sensiblemente rectangular en el centro de la población, con
una topografía notablemente horizontal. Sus generosos soportales, generados mediante series
de pórticos con diversas facturas y procedencias, hablan de un cierto paso del tiempo sometido,
no obstante, a la voluntad de respeto a la idea originaria del espacio”91
Iglesia de San Pedro Apóstol (siglo XVII)
a- Origen
Está ubicada en el corazón del Casco
Histórico de Barajas a escasos metros
de la Plaza Mayor. Su origen en
medieval, posiblemente del siglo XV, si
bien se puede suponer que ésta iglesia
fue construida sobre los cimientos de la
más antigua denominada de San Pedro
de Antioquía, vórtice de la creación de
la villa de Barajas durante el Medievo92.
En el edificio de la iglesia se adivinan
dos etapas constructivas diferentes: la
tipología mudéjar propia de la tradición
castellana del bajo Medievo y la
correspondiente a la renovación del
templo con la construcción del
transepto y la capilla mayor en la
primera mitad del siglo XVI,
seguramente, ésta última, por el
impulso del Cardenal D. Antonio
Zapata, quien rehusara al condado de
90 Canosa Zamora, Elia: Historia de Barajas. Madrid, 2006; p. 57 91 Delgado Orusco, Eduardo: Barajas. VV.AA: Arquitectura de Madrid. Fundación COAM. Madrid, 2007; p. 342 92 Canosa Zamora, Elia: op. cit.; pp. 53 y 54
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
44
Barajas a favor de su carrera eclesiástica93
b- Morfología
“Edificio exento, de proporciones regulares, construido con ladrillo y mampostería, materiales
que revelan la pobreza originaria de este territorio, a los pies de la nave, junto a la puerta
principal, se encuentra una gran torre de cinco cuerpos, levantada como hito referencial a la
escala de la población más que a la del propio templo. El interior es de tres naves separadas por
pilares y arcos de medio punto según el esquema mudéjar castellano tradicional. Las cubiertas
son, plana en la nave central y a un agua en la laterales, mientras en los brazos del crucero, en la
sacristía y en la capilla bautismal una solución de bóvedas de cañón. Completa el interior un
coro alto a los pies y una sacristía de factura mucho más reciente”94.
Ermita de Nuestra Señora de la Soledad (siglo XVII)
a- Un ejemplo de
arquitectura
popular barroca
La Ermita de Nuestra
Señora de la Soledad es fiel
representante de la extensa
red de capillas, ermitas y
humilladeros que salpicaban
Castilla en los siglos XVII y
XVIII. Esta red ha ido
desapareciendo
progresivamente debido al
incremento poblacional de
los municipios donde los
edificios se hallaban
enclavados, siendo extraño,
y por razones singulares, la pervivencia de alguno de ellos en nuestra época. El escaso interés
especulativo donde halla ubicada y su relación con la memoria de Barajas, relacionada con su
pasado de producción de cereal, ha posibilitado que la Ermita llegue a nuestros días.
b- Morfología
“La pieza, restaurada no obstante con esmero, resulta paradigmática del trazado y la
construcción de este tipo de edificios. Así, la ermita presenta cuatro cuerpos alineados y
perfectamente diferenciados: pórtico de acceso, nave de los fieles, santuario y vivienda adosada
en la cabecera del templo, todo ello compuesto con atención a una escala verdaderamente
primorosa, coya contención en planta refuerza el carácter ascensional del conjunto. El interior
se encuentra resuelto con una bóveda corrida de cañón y una cúpula sobre el crucero. La
construcción, basada en potentes fábricas de ladrillo reforzadas con contrafuertes en el cuerpo
central y mistificadas con aparejos de piedra en los paramentos de la nave de los fieles y de la
vivienda cabecera, rematadas todas ellas por cubiertas cerámicas a cuatro aguas sobre
estructuras de madera, muestra una gramática impecable, en la que sólo contrasta la reciente
93 Canosa Zamora, Elia: op. cit.; pp. 205-206 94 Delgado Orusco, Eduardo: op. cit. en loc. cit.; p. 341
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
45
factura del pórtico de acceso. En definitiva, estaríamos tratando de una delicada pieza,
verdadero tratado de la sabia arquitectura popular”95.
ANEXO: EDIFICACIONES DEL SIGLO XIX
El Casco Histórico cuenta, asimismo, con varias edificaciones de carácter civil que son
representativas de la arquitectura de finales del siglo XIX. La más destacable, sin duda, es el
edificio que en la actualidad está destinado a Centro Cultural del distrito.
95 Delgado Orusco, Eduardo: op. cit. en loc. cit.; p. 342
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
46
EL JARDÍN HISTÓRICO DE “EL CAPRICHO”
1- INTRODUCCIÓN
El Jardín Histórico de El Capricho es una de las escasas muestras en España de jardín
paisajístico que eran, por otra parte, normales en ciertos países europeos como Inglaterra,
Holanda o Francia. Su creación data de finales del siglo XVIII, y es debida al espíritu ilustrado,
nutrido de las nuevas corrientes europeas de la época, de la Duquesa de Osuna. El Capricho fue
declarado en 1934 Jardín Histórico.
En el diseño del
jardín son palpables
las nuevas teorías
que la Ilustración
deparó a la Estética
de su tiempo; la
triada pintura-
naturaleza-poesía se
hace inseparable en
todos y cada uno de
los rincones de El
Capricho,
pudiéndose
desentrañar lo que
en parte fue el
pensamiento de su
tiempo. El Jardín
Histórico de El
Capricho se constituye, por tanto, en uno de los escasos vestigios que la Ilustración, cuyas ideas
intentó implantar Carlos III, dejó en España.
2- LA ILUSTRACIÓN Y SU INFLUENCIA EN ESPAÑA
La Europa del siglo XVII ve cómo se van estableciendo las bases de una nueva visión del mundo,
una nueva actitud, que se consolidaría durante el siglo XVIII: la Ilustración. Con el Discurso del
Método y las Meditaciones Metafísicas de René Descartes (1596-1650), se establece un nuevo
paradigma de pensamiento que da preponderancia a la intuición razonada al poner en cuestión
todas las anteriores fuentes de conocimiento a través de la duda metódica. Ya Francis Bacon
(1551-1626) había establecido las bases epistemológicas del desarrollo científico posterior dando
preponderancia a la observación de los fenómenos naturales sobre las ideas preconcebidas sobre
los mismos. Por último, Isaac Newton (1642-1727) considera que toda la Naturaleza está sujeta a
leyes inalterables las cuales podemos conocer mediante la observación y abstracción de la
misma.
Las repercusiones de estos paradigmas filosóficos se dejan sentir en todos los ámbitos de
actuación humana, desde la ciencia hasta la política pasando por la creación artística, en un
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
47
ambiente, el europeo, caracterizado por una creciente burguesía y por un liberalismo intelectual
al que se había desembocado tras la irrupción de la reforma protestante. Este caldo de cultivo es
especialmente propicio en países como Alemania, Inglaterra o Francia. En este último todo el
desarrollo del nuevo paradigma de pensamiento queda condensado en la Enciclopedia, en la que
contribuyen a su consolidación figuras tan eminentes como Montesquieu, Voltaire o
D´Alembert.
Mientras en Europa el movimiento de la Ilustración se desarrollaba dentro de las tensiones
propias de un cambio de paradigma intelectual, en España, por el contra, y debido al pasado
tradicionalista generado por la creación dos siglos atrás del Imperio, el debate se enmarcó en los
límites marcados entre los defensores de ese acervo tradicional y los “novadores” o reformistas,
que asumían como punto de partida la decadencia española a la que se veía avocado el país por
su inmovilismo. En definitiva, estaba en juego la trayectoria histórica de España96.
La irrupción de la ideas ilustradas en España, durante el reinado de Carlos III, choca con el
estamento de la Iglesia y con una nobleza poco proclive a los cambios político-sociales97, si bien
es cierto que se produce un cambio de actitud en ciertos sectores de la sociedad española hacia
el nuevo paradigma europeo. “De hecho el espíritu de la Ilustración y el realismo inherente a
todo lo español son hermanables con la proyección de utopías, y puede constatarse la tesis de
que los ideales utópicos vertebran e lpensamientode la Ilustración española y existe el intento
de implantarlos en la realidad. En este sentido, la Ilustración española, aunque fue moderada
con respecto a la Ilustración histórica, si tuvo como valor la toma de conciencia de que la España
de finales del siglo XVI y del siglo XVII, tras el esplendor del Imperio, fue perdiendo,
progresivamente, todo contacto con la modernidad, y era necesario iniciar un proceso de
adecuado reciclaje”98
3- LOS JARDINES EN EL SIGLO XVIII. BASES FILOSÓFICAS Y ESTÉTICAS
Influencias filosóficas
Los Phisosphiae Naturalis Principia Mathematica, de Isaac Newton, serían publicada en 1687
creando un punto de inflexión en el pensamiento de la época; sus conceptos básicos pronto se
convertirían en paradigma de una nueva visión del mundo que no sólo atañería al mundo de la
ciencia, sino que alumbrarían todos los campos de producción humana. Tal nueva concepción
encontraba su vórtice primigenio en la colocación de la Naturaleza y su creador en el mismo
plano de la física, denominada entonces filosofía natural, por lo con un perfecto análisis de
aquélla llegaríamos a un conocimiento de Dios. De alguna manera, descifrando el libro de la
Naturaleza reencontraríamos a Dios en sus creaciones. Para descifrar ese libro la razón, por sí
misma, no basta; le es necesario el apoyo de la experiencia.
La visión del mundo propuesta por la geometría cartesiana había alejado al hombre de la
Naturaleza por cuanto que era a través de las ideas, configuradas geométrica y
matemáticamente, el camino anamnético por el que ascender a Dios. La Naturaleza, en cuando
imperfecta, quedaba al margen del interés científico humano. Sin embargo, siendo la física, a
partir de Newton el nexo entre Dios y la Naturaleza, ésta cobra un protagonismo en todos los
órdenes, tanto científicos como artísticos.
96 Fernández Sanz, Amable: La ilustración española. Entre el reformismo y la utopía. Anales del seminario de
historia de la filosofía. Ed. Complutense. Madrid, 1993; p. 60 97 Fernández Sanz, Amable: op. cit. en loc cit.; pp. 63-67 98 Fernández Sanz, Amable: op. cit. en loc cit.; p. 71
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
48
La Estética y la Naturaleza
Las artes, asimismo, se impregnan del nuevo paradigma y focalizan su atención en la
Naturaleza. ”La Ilustración proclama para la Naturaleza, incluida la humana, la autosuficiencia,
la inmanencia, esto es, lo que es inherente a sí misma. Desde estas premisas se posibilitan los
trasvases fundacionales a las esferas de la actividad humana y a las disciplinas resultantes”99.
Esto, si bien no socaba el imperio de la razón, si lo atenúa en favor de el de la experiencia, a
través de la cual es percibida la naturaleza. En el campo de la estética, sin embargo, tal
atenuación se convierte en un desplazamiento.
Así es como se establece una nueva relación entre las obras y el espectador: “el arte no tiene
solamente la función de proporcionar placer, sino también de desencadenarán toda una gama
de emociones psíquicas. Aunque aún imite, ya no persigue la perfección de la imitación de los
antiguos o de la realidad, sino que busca la perfección de efecto, es decir, es suscitar el afecto, las
pasiones artificiales”100. De aquí surge una nueva semiótica fundamentadas en la exigencia de
las diferentes técnicas artísticas de satisfacer las correlativas impresiones de nuestros sentidos
que les son subyacentes. De esta forma, mientras la pintura trabaja con signos naturales,
reconocibles en la representación, la poesía y la arquitectura tomarán como base signos
arbitrarios,
artificiales,
instituidos. “La
negación de la
arquitectura como
imitación y la defensa
de la naturaleza
artificial, (…),
emergen como un
puntual desintegrador
de una teoría
proyectual inspirada
en las proporciones y
los órdenes del
sistema clásico”101.
La Estética y el
Jardín.
La organización del jardín se estructuraba en la triada pintura-naturaleza-poesía: así, mientras
la pintura entroncaba con la práctica compositiva de los diferentes elementos, la poesía
suministraba al espectador la carga emocional perseguida. El jardín ilustrado era, pues, un
reflejo de las artes: “El nuevo jardín no es sólo una expresión estética, sino una representación
sensible de pensamiento y el arte”102.
La pintura, por su lado, estará ligada al jardín de tal forma que “el jardinero paisajista aplica las
reglas de la pintura, emplea la perspectiva, la gradación de las formas, alturas y colores para
alargar las vistas, introduce puntos de atención focal, etc. Todos los libros de jardinería están
plagados de continuas alusiones pictóricas”103. La poesía, por el suyo, impone el ritmo expresivo
a la pictórica del jardín, que “se transforma en una expresión consciente de la imaginación
poética, provocando y estimulando la inteligencia. Los edificios, las estatuas, las inscripciones
99 Marchán Fiz, Simón: La estética en la cultura moderna. Madrid, 2000; p. 13 100 Marchán Fiz, Simón: op. cit.; p. 22 101 Marchán Fiz, Simón: op. cit.; p. 24 102 Añón Feliú, Carmen: El Capricho de la Alameda de Osuna. Madrid, 2003; p. 51 103
Añón Feliú, Carmen: op. cit.; p. 51
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
49
están allí para, de una forma emblemática, hablar al espíritu, recordarle sucesos o personajes
históricos y excitar su imaginación”104.
4- EL JARDÍN HISTÓRICO
DE “EL CAPRICHO”
Los Duques de Osuna
La nobleza española no destacaba en
el siglo XVIII por su preparación
intelectual; lastrada por las rígidas
normas de su estamento y por el
arraigo de las tradiciones, fue
paulatinamente alejada por los
monarcas borbones de los cargos
públicos pues la nueva administración
del país requería un nivel cultural del
que la aristocracia española carecía.
En Madrid, dada la condición de
Corte, la proporción de nobles era la
más alta de España y, exceptuado los
grandes, cada vez tenía un futuro más
mediocre105.
El matrimonio formado por Pedro
Alcántara Téllez-Girón y María Josefa
de la Soledad Alfonso Pimentel, que
posibilitaría que su descendencia atesorara el mayor números de títulos y blasones de toda la
historia de España, fue una notable excepción a la mediocre regla cultural de la nobleza
española. Al margen de las funciones públicas en la Corte en cuanto grandes, la Condesa-
Duquesa es conocida en todos los ambientes madrileños por su refinada cultura. De hecho, la
biblioteca de los Osuna, que permaneció cerrada al público en general por albergar libros
prohibidos, para cuya lectura tenían permiso, contaba con más de 60.000 ejemplares que
recogían gran parte del saber que se estaba generando en Europa. También fue nota
predominante en el matrimonio su pertenencia, más por parte de la Duquesa, en sociedades de
conocimiento, promovidas desde la corte de Carlos III, donde eran frecuentes las charlas sobre
ciencia, historia, matemáticas o geografía. Su afición por la música o por la pintura, donde
podemos señalar la amistad de los duques con Goya, también generó un vórtice de difusión
cultural en el Madrid de finales del dieciocho y principios del XIX106.
Orígenes de El Capricho
Mientras que escasas fincas de recreo que se situaban en los alrededores de Madrid lo hacían en
la zona norte y noroeste, la que, con los años devendría en el Jardín Histórico de El Capricho,
por razones de fertilidad de los terrenos y por la abundancia de agua, se situaría en el cuadrante
nordeste de los alrededores de la capital. Tres años después del arrendamiento de una casona y
sus huertos, en 1779, los Duques de Osuna adquirieron la propiedad de tal finca, a la que
104 Añón Feliú, Carmen: op. cit.; p. 52 105 Martínez, Ruiz, Enrique: La sociedad madrileña del siglo XVIII. La Historia de Madrid. Madrid, 1993; pp. 332-
339 106 Añón Feliú, Carmen: op. cit.; pp. 20-37
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
50
adherirían las tierras colindantes adquiridas entre los años 1783 y 1791. Este cómputo de
terrenos configurarían lo que hoy es parque107.
La creación del Jardín se debe a la intención de la Duquesa de convertir lo que eran los terrenos
dedicados a la huerta en un espacio que pudiera parangonarse con, cuando menos, los jardines
de Aranjuez, realizados durante aquellos años. Fue Pablo Boutelou quien inicia los trabajos de
planificación del Jardín en los que se pueden apreciar las influencias de los jardines ingleses,
holandeses y franceses, asumiendo en el proyecto, por tanto, las ideas europeas en cuanto
estética. El proyecto, en sí, es bastante difuso, pero la traza del mismo no disgusta a la Duquesa.
Es en 1787, cuando Boutelou abandona la creación del Jardín cuando Jean Baptiste Mulot, a
quien aquél recomienda a la Duquesa, continúa con su desarrollo; para esta época El Capricho
ya tenía vida propia108.
Los Jardines
“La Alameda de Osuna constituye uno de los principales -y primeros- jardines paisajistas
establecidos en España, así como un ejemplo único de villa suburbana de propiedad nobiliaria
todavía conservada (…). El jardín inglés que se introdujo en España recogía la difusión por
tierras galas de las ideas de William Chambers, menos puras espacialmente que las
desarrolladas por Brown. De esta manera, en la Alameda se obtiene un jardín de recorrido de
una densidad abrumadora, como los que se construían en Francia en ese momento y cuyo
modelo rimero era Kew, del propio Chambers: multiplicación de las escenas, apoyadas siempre
en un elemento arquitectónico o escultórico o escultórico pintoresco o clásico; recorridos
sinuosos y complejos, e independencia de la casa y del acceso respecto del jardín. Pero éste no
sólo pretende imitar un paisaje natural, sino que incluye diversas actuaciones de tipo
geométrico, al modo de Repton, que se insertan orgánicamente -ya lo hacía Boutelou en le
proyecto primero, de esquema similar al final- en el intrincado trazado naturalista atribuido a
Mulot frente a la fragmentación de otro jardines paisajistas del momento: el principal, la gran
avenida de acceso al palacio de fuerte carácter italiano y ciertos rasgos hispanos, el dibujo radial
de la columna de Saturno y otras actuaciones menores, como varios brazos de la ría o el
laberinto”109.
107 Añón Feliú, Carmen: op. cit.; pp. 61-64 108 Añón Feliú, Carmen: op. cit.; pp. 64-73 109 Delgado Orusco, Eduardo: Barajas. VV.AA: Arquitectura de Madrid. Fundación COAM. Madrid, 2007; p. 344
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
51
El Palacio
Si bien la arquitectura es secundaria en el Jardín Histórico de El Capricho, los duques de Osuna
trabajan con destacados arquitectos de cara a configurar las edificaciones que quedarán
repartidas por el mismo. Sin duda el edificio más importante es el Palacio; tal no fue realizado
como obra de nueva planta sino que, en su constitución actual, es resultado de dos fases que
toman como base el antiguo caserío del Conde de Priego, adquirido en la compra de los
terrenos110. “El antiguo caserón fue ampliado y transformado por Manuel Machuca y Vargas y
Mateo Medina en un auténtico complejo palaciego con cuatro arcaizantes torreones en las
esquinas, severas fachadas y un magnífico y ligero peristilo -reformado por Martín López
Aguado- de sutiles contrastes de luz que se abre y conecta con el jardín mediante una escalera de
doble tiro. Consta el palacio de planta baja de forma casi cuadrada y tres patios, con el zaguán la
doble escalera principal y el comedor -abierto a los jardines primitivos, llamados de la Rana-; la
principal, con forma de H y dos terrazas entre los torreones, que contenía las habitaciones
privadas de la duquesa, con el gabinete redondo ornado con pinturas de Goya; las del duque y
sus hijos y la biblioteca, muchas con pinturas en bóvedas, y la alta, para el servicio y, en los
torreones, despachos privados”111.
La arquitectura en el Jardín
El Jardín cuenta con muestras arquitectónicas, aparte del Palacio, que denotan el extremado
refinamiento y el carácter innovador del mismo. A continuación exponemos, a modo de ejemplo,
algunos de estos hitos arquitectónicos112:
110 Añón Feliú, Carmen: op. cit.; pp. 20-37 111 Delgado Orusco, Eduardo: op. cit. en loc cit.; p. 343 112 Desbordaría las pretensiones de este proyecto una exposición detallada de todas las muestras de arquitectura y de
monumentos conmemorativos del Jardín Histórico de El Capricho. Para una mayor información se puede consultar la
obra de Carmen Añón Feliú, que nos sirve de referencia para el desarrollo de este apartado dedicado al Jardín, así
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
52
a- El Abejero
Es una de las construcciones más sorprendentes de todo el Jardín, de la que no se conocen
antecedentes ni “descendientes”; es una auténtico palacio para las abejas que nos introduce en
lo que fue el mundo de la sociedad culta de finales del siglo dieciocho. “El abejero era
indudablemente un elemento de actualidad durante el siglo XVIII; de hecho, se construyeron
grandes abejeros de salón, pero un edificio de esta importancia y nobleza resulta algo singular y
único. Entre las llamadas “casas de las abejas” era frecuente encontrar algunas, sobre todo en
Inglaterra, de gran tamaño e, incluso, con cierta arquitectura refinada, pero cuyo fin era
primordialmente la producción de miel, y nunca, como en este caso, el disfrute de la
contemplación de la laboriosidad de las abejas”113.
b- La Casa de la Vieja
“La casa de la vieja es una construcción con un enorme valor testimonial, pues habitualmente
este género de edificios, que para más asemejarse a la realidad estaban realizados con elementos
toscos y pobres, no han resistido el paso del tiempo y han desaparecido de los jardines europeos
por su fragilidad, el frío y la lluvia. Las que podemos encontrar, como en el caso de Versalles,
han sido rehechas
repetidas veces (…). La
casita tiene dos plantas
y, podemos considerar,
que tres ambientes
muy diferenciados.
Uno de ellos, en la
planta baja, que
ocupaba dos
habitaciones era el
llamado “gabinete del
musgo”, una
delicadeza que
consistía en cubrir
todos los paramentos
verticales de una fina
malla metálica que se
recubría con musgo, lo
que sin duda era una
delicia en los calurosos días del verano madrileño. Desde allí, y mediante una escalera, se
accedía a una habitación decorada con pinturas murales neoclásicas de tipo pompeyano: era el
gabinete “rico”. Por otra parte, ocupando parte de las dos plantas, se encontraba la zona
“rústica” o “pobre”, (…) dando la sensación de una cocina rural”114.
c- La Ermita
“La ermita es una construcción sencilla, de planta rectangular, dividida originariamente en dos
por un pequeño tabique que separaba dos habitaciones., una de ellas simulaba una pequeña
iglesia y la otra, la vivienda del ermitaño. Al exterior, la construcción es sencilla: la parte inferior
de la fachada principal está flanqueada por dos anchas columnas estriadas, una puerta central y
dos aberturas iguales a las de las fachadas laterales que contenían sendas campanas. En la parte
superior, separada por una cornisa, se continúan las dos columnas divididas por medio rosetón
como la página oficial en la que quedan referidos los monumentos conmemorativos de Madrid:
www.monumentamadrid.es. 113
Añón Feliú, Carmen: op. cit.; pp. 127-128 114 Añón Feliú, Carmen: op. cit.; pp. 132-133
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
53
emplomado en el centro. En una de las fachadas laterales hay un pórtico de madera (…) Este
tipo de ermitas, con sus inquilinos o ermitños auténticos, fue una característica en los jardines
paisajísticos o protorrománticos”115.
d- El Casino
“El casino se levantaba sobre un gran pozo alimentado por uno de los viales de agua, que era el
que suministraba agua para la ría, con una bomba para elevarla, cubierto todo este espacio por
una magnifica bóveda de ladrillo rebajada. Sobre esto se sustenta el salón de baile propiamente
dicho, al que se accedía por una escalera. Era de una extremada sencillez, al tiempo que de una
refinada y exquisita elegancia, En su interior reside su mayor interés y, como dice Navascués, en
él encontramos la típica ordenación del salón de espejos, reflejando y multiplicando luces e
imágenes por su constante enfrentamiento. Su espíritu dimana del interior rococó, pero con la
rigidez sintáctica propia de un arquitecto neoclásico”116.
5- LA RECUPERACIÓN DEL JARDÍN
Cuando en 1974 el Ayuntamiento de Madrid adquiere la propiedad del Jardín Histórico de El
Capricho, éste presenta un nivel de deterioro tal que se llega a proyectar su destino para
distintos fines a los que en la actualidad está afecto. Se pueden distinguir ciertos hitos en el
proceso de recuperación de El Capricho desde 1977 hasta 2010.
La comisión técnica de 1977. Los criterios de restauración.
En Septiembre de 1977, el Colegio de Arquitectos de Madrid realiza una exposición sobre el
Jardín Histórico de El Capricho clausurada con una conferencia y un coloquio. De los actos de
clausura se extrajeron varias conclusiones, enmarcadas todas en el interés de recuperar el
Jardín Histórico, entre las que destaca en compromiso de creación de una comisión técnica que
tuviera como fin la redacción de un proyecto para tal fin.
Tal comisión, que mantuvo más de 30 reuniones desde diciembre de 1977 hasta mayo de 1978,
trabajó en los criterios básicos de restauración, en la aportación de datos histórico-paisajísticos
y en las actuaciones principales a llevar a cabo. Este trabajo desembocó en la creación, por
decreto de 5 de Febrero de 1979, de una nueva comisión, que se extraía de la anterior sin
disolverla, para un asesoramiento más directo al Departamento de Parques y Jardines.
De acuerdo con el Ayuntamiento, esta comisión asesora redactó una propuesta de uso y unos
criterios de restauración que impulsaron el inicio de la recuperación del parque en el periodo
1978-1980117.
La Escuela Taller de la Alameda de Osuna
Un acuerdo entre el Ayuntamiento de Madrid y el Ministerio de Trabajo posibilita la creación de
la Escuela Taller de la Alameda de Osuna con un doble objetivo: la ejecución de las obras de
recuperación del Jardín y sus elementos arquitectónicos y la introducción de las mismas en el
modelo didáctico-ocupacional dentro del programa para jóvenes desempleados. La Escuela se
nutre de fondos municipales, del INEM y del Fondo Social Europeo.
Era la primera vez que en España se la restauración del un Jardín con unos criterios de
regularidad y disciplina, fundamentados en una rigurosa metodología: arqueología aplicada al
Jardín, análisis histórico de todas las fases por las que pasó, clasificación y búsqueda de fondos
documentales y detallados inventarios botánicos.
115
Añón Feliú, Carmen: op. cit.; p. 137 116 Añón Feliú, Carmen: op. cit.; p. 154 117 Añón Feliú, Carmen: op. cit.; pp. 207-212
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
54
La Escuela Taller se disuelve en 1992 tras haber recuperado gran parte de los hitos del Jardín de
El Capricho. El trabajo realizado por ésta fue aprovechado en los trabajos posteriores de
recuperación que se prolongarían desde su disolución hasta nuestros días118.
La recuperación del Palacio de los Duques de Osuna
En 1980, la situación en la que se encontraba el Palacio hacía temer por la estabilidad de su
estructura; la cubierta estaba totalmente hundida y se habían desplomado hacia el exterior
numerosas partes ornamentales del mismo. Esto llevó al Ayuntamiento a realizar una actuación
urgente con el fin de evitar su ruina: en una primera fase se consolidó su estructura para, a
continuación, restaurar los torreones y la fachada principal, ya en una segunda119. En el periodo
1991-1993 se continuó trabajando en la infraestructura del Palacio y en sus patios120.
La total recuperación del Palacio se llevará a cabo en el periodo 2009-2010 a cargo del Fondo
Estatal de Inversión Local - 2009121.
ANEXO: LA IGLESIA DE SANTA CATALINA MARTIR (s. XVI)
“El templo de Santa Catalina de Alejandría es una pequeña y anónima ermita anterior, aunque
geográficamente vinculada, a la finca de El Capricho de los Duques de Osuna, (…) Presenta un
cuerpo de una única nave, cubierto a dos aguas con una estructura de madera protegida no hace
mucho con una bóveda de escayola. A los pies de la iglesia se encuentra un coro iluminado por el
breve rosetón que ordena la fachada sobre el acceso principal, en un esquema muy tradicional
en este tipo de edificios”122
118 Añón Feliú, Carmen: op. cit.; pp. 213-218 119
Añón Feliú, Carmen: op. cit.; pp. 212-213 120
Añón Feliú, Carmen: op. cit.; p. 217 121 El País (ed. Madrid): 13 de Abril de 2009 122 Delgado Orusco, Eduardo: op. cit. en loc. cit; p. 342
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
55
EL BÚNKER DE “EL CAPRICHO”
1- INTRODUCCIÓN
El Búnker de El Capricho es la fortaleza defensiva más importante construida para la Defensa de
Madrid, periodo comprendido entre Noviembre de 1936 y Marzo de 1939. Se realiza durante el
primer semestre de 1937 a raíz del traslado del Estado Mayor del Ejército Republicano al Jardín
Histórico de El Capricho, donde establece su cuartel general.
Tal fortaleza puede considerarse como un hito significativo en la ingeniería bélica militar de la
época: por un lado, recoge los avances a los que la misma se vio forzada por las nuevas tácticas
bélicas puesta en práctica durante la I Guerra Mundial, sobre todo en lo que se refiere a la
guerra química. Por otro lado, el búnker es la primera fortaleza destinada en Europa a proteger
al alto mando de un ejército, idea que proliferaría en la II Guerra Mundial años después.
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
56
2- LA DEFENSA DE MADRID123
Hasta principios de Noviembre de 1936 no llegan las tropas sublevadas a las proximidades de la
capital para intentar su asalto que, estratégicamente, se estimaba de gran valor estratégico para
el devenir de la guerra. Tal intento se dio entre esa fecha y la primavera de 1937, en lo que se dio
en llamar la batalla de Madrid, quedando frustrado por resistencia ofrecida por el ejército y las
milicias de la República. El subsiguiente asedio de la capital se extiende desde el fracaso de
asalto hasta el final de guerra, haciendo de Madrid un escenario clave en el conflicto, no sólo en
la vertiente bélica, sino en la socio-cultural.
Madrid, al contrario que Barcelona, donde se dan unas connotaciones sociales y culturales
diversas, ofrece la continuidad de la vida política y social propia de la República, si bien
sometida a la coyuntura bélica del momento, por lo que puede ser tenida como paradigma de la
evolución de la Guerra Civil. En la
capital subsisten tres ciudades
distintas: la ciudad resistente,
configurada por los ciudadanos más
activos y afines a los partidos de
izquierda, es la protagonista de la
defensa de la capital; la ciudad
clandestina, consecuencia de los
sectores más próximos a la derecha,
alimentó la quinta columna durante
la batalla de Madrid y el bulo
derrotista durante su asedio
posterior; y la ciudad pasiva,
formada por todos aquellos
habitantes que no tenía otro
horizonte que el de su propia
supervivencia, que iría engrosando
por el estrangulamiento que las
tropas sublevadas imprimían a los
abastecimientos de Madrid.
El traslado del Gobierno republicano
a Valencia tuvo como consecuencia
la creación de la Junta de Defensa de
Madrid, encargada desde entonces
de los aspectos básicos de la defensa
de la capital y la reorganización de la
vida ciudadana en todos sus órdenes,
imbricando las vertientes bélica y
social. Tal organismo quedó presidido por el General Miaja, y puede ser considerado como un
microcosmos de la realidad de la política republicana, reflejándose en él todas sus tensiones. En
Abril de 1937 fue disuelto tal organismo, lo que permitió al Ayuntamiento de Madrid retomar la
gestión de la ciudad durante su asedio.
Madrid fue, por último, el escenario del final de la Guerra Civil al ser testigo del enfrentamiento
interno acaecido entre los casadistas y los comunistas, con manifestaciones en varios lugares de
España. Tal desmembramiento precipitó el final de la guerra: las tropas franquistas entraban en
Madrid 28 de Marzo de 1939.
123 Fernández García, Antonio, Bahamonde Magro, Ángel y Mártinez, Jesús: La evolución política de Madrid, 1900-
1939. Fernández García, Antonio (dir.): Historia de Madrid; Madrid, 1993; 619-622
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
57
3- MADRID ANTE LOS BOMBARDEOS. LA DEFENSA PASIVA.
Antecedentes
La evolución de las técnicas bélicas durante el primer tercio del siglo XX desembocó en la
irrupción de un elemento claramente diferenciador con los conflictos anteriores: el uso masivo
del poder aéreo. Durante los últimos meses de la I Guerra Mundial se empezaron a atisbar las
posibilidades de esta nueva arma que, a la postre, fue experimentada en la Guerra Civil
española. Esta circunstancia fue el detonante para que se tomaran diversas medidas en los
países europeos directamente afectados; de esta forma, son significativos hitos como el
Congreso Internacional de 1929, las normas francesas de defensa pasiva de 1931, las normas
rusas sobre refugios y las concernientes a la defensa pasiva de la República Española de 1935124.
La defensa pasiva de Madrid
Los bombardeos sobre la capital,
iniciados en el segundo semestre de
1936, contabilizaban en Mayo de 1937,
según informes oficiales, 4.000 bajas
civiles y casi 1.000 edificios afectados.
Las incursiones aéreas sobre Madrid
sumaban, a finales de Junio de ese
mismo año, más de medio centenar. La
posibilidad de, no ya victimas en los
bombardeos, sino de la repercusión
negativa en la moral de la población,
hizo que las autoridades de la República
iniciaran las medidas necesarias para
contrarrestar tales efectos125.
En este marco, el General Miaja,
presidente de la Junta Delegada de la
Defensa de Madrid, crea oficialmente, el
día 7 de Marzo de 1937, la Defensa
Pasiva de Madrid. El recién creado
organismo se estructuraba en las
siguientes acciones: protección contra
gases, construcción de refugios
subterráneos, sistema centralizado de
alarmas aéreas, servicio de socorro (en
colaboración con cuerpos de bomberos) y equipos municipales de desescombro. A la postre, y
debido a reorganizaciones posteriores del organismo, éste no fue todo lo eficaz que se pretendía,
si bien es cierto, que la mayoría de los esfuerzos de direccionaron en la construcción de refugios
subterráneos, al ser la población la máxima preocupación para las autoridades republicanas126.
a- Los planes de construcción de refugios antiaéreos y antigás.
La política de construcción de refugios tiene su comienzo en el Informe a la Junta Delegada de
Defensa de Madrid, sobre el estado de las Obras de construcción de refugios antigás y
antiaéreos de carácter colectivo, de Enero de 1937. En él se informaba sobre los trabajos
124 Castellano, Ricardo: Los restos de la defensa: fortificaciones de la Guerra civil en el frente de Madrid: ejército
republicano. Madrid, 2007. 125 Castellano, Ricardo: op. cit.; p. 105 126 Castellano, Ricardo: op. cit; pp. 105-108
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
58
puestos en marcha, los cuarenta refugios en construcción, y se solicitaba crédito para financiar
los trabajos restantes. En este informe se establecían los primeros criterios constructivos de los
refugios, en atención a su distribución por la ciudad, preferencias de localización y formas de
ejecución de los mismos. El programa de refugios, que se proponía la protección de un total de
319.350 personas, topó tanto con problemas financieros como de mano de obra127.
b- El Plan de 56 Refugios. Finales de 1937.
A finales de 1937 se presenta a las autoridades el Plan de 56 de Refugios que, en consonancia
con los que ya se habían iniciado, mantendrían una capacidad de 555 personas. A este plan
quedaba anexo un informe que, con el título Tres tipos de refugios de los 56 que se están
construyendo en Madrid, presentaba tres proyectos base de diversa tipología extraídos de
proyectos ya ejecutados. Como nata destacada de este informe es que incluyen los planos del
refugio de la Posición “Jaca”, situada en el Parque de El Capricho, finalizado en Agosto de ese
mismo año. Tales planos, se habían mantenido hasta la fecha en el más absoluto secreto, son
utilizados en este informe probablemente como un importante logro de la etapa posterior en la
construcción de refugios; así, junto con los otros dos proyectos presentados, el del búnker de El
Capricho quedó como paradigmático para la ejecución de diversos otros que verían la luz en
1938128.
4- EL BÚNKER DE “EL CAPRICHO”
Evolución del concepto de refugio
Hasta la Guerra Civil española el diseño de los búnkers estaba direccionado a su utilidad en el
frente y para uso exclusivo de los combatientes. El creciente potencial destructivo de la artillería
hizo que se potenciase en las estructuras una mayor densidad y grosor de los materiales de
construcción (hormigón). La importancia de los bombardeos durante la I Guerra Mundial fue
cuantitativamente escasa pero dejó atisbar, como se ha apuntado más arriba, su enorme
potencial destructivo de cara al futuro. El uso de la aviación provocó que el concepto de refugio
dejara de ser exclusivo del frente de batalla y se extendiera a la protección de partes sensibles de
la defensa como los estados mayores y la población civil.
En primera instancia, la solución más eficaz para la protección de los impactos es la utilización
de la profundidad del propio terreno que, habida cuenta del mayor poder destructivo de las
explosiones, debía necesariamente ser mayor. El sencillo criterio utilizado fue el de establecer la
profundidad de la estructura defensiva por debajo de la de un cráter producido por una bomba.
Esto provocó, por otro lado, un mayor análisis del terreno donde se iba a construir la estructura
pues no todos los terrenos eran idóneos, por su mayor o menor compactación, para que aquélla
soportara el peso del terreno129.
Doble desafío técnico
La Guerra Civil española fue el primer conflicto importante acaecido en Europa tras la
finalización de la I Guerra Mundial, por lo que no estaba claro qué patrones seguirían las
estrategias bélicas a desarrollar. Por ello, habida cuenta de la importancia que guerra química
adquirió en el conflicto de 1914, los proyectos de construcción de bunkers en Madrid, además de
la protección contra las bombas de aviación, contenían medidas para evitar los efectos de
aquélla. Esta doble vertiente defensiva es notoria en el proyecto del búnker de El Capricho.
127 Castellano, Ricardo: op. cit; pp. 109-110 128 Castellano, Ricardo: op. cit; pp. 111-112 129 Castellano, Ricardo: op. cit; pp. 114-116
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
59
Las bombas de aviación, con
mucho mayor poder destructivo
que las de artillería, suponían
una mayor amenaza mecánica.
La ingeniería bélica debía
conseguir estructuras lo
suficientemente resistentes
físicamente para aguantar el
impacto. Además, con la
premisa que relacionaba
directamente proporcional la
profundidad con la protección,
los bunkers debían asimismo
soportar el peso del terreno
bajo el cual se situaban. De esta
forma se proyectaron refugios
que únicamente podrían ser
vulnerables con un impacto
directo.
Las bombas de gas, cuyo uso
también correspondía a la
aviación, suponían un riesgo
mucho más extensivo
temporalmente pues su efecto,
la expansión del gas, podría
persistir en el tiempo más o
menos dependiendo de las
condiciones climatológicas. Para que el gas fuera efectivo, y no se diluyera en el aire, debía ser
más denso que este y, por tanto, permanecer formando una capa de mayor o menor altura a ras
de suelo. Esta es la razón por la que los bunkers, y el de El Capricho es un claro ejemplo, eran
proyectados con unos respiraderos verticales que se alzaban por encima de la posible nube de
gas buscando aire limpio130.
“El doble refugio, antiaéreo y antigás simultáneamente, llevó a una nueva concepción militar de
la fortificación, ya que se aumentaba notablemente la exigencia de capacidad de protección
(mayor población defendida y resistencia a bombas con mayor carga explosiva) y se ampliaba el
uso a que se destinaba (cuartel general, población civil, escuelas, estaciones de ferrocarril,
fábricas de armas…)”131.
El búnker de El Capricho. La fortificación más importante de la Defensa de Madrid.
a- La Posición “Jaca”
La conversión del Parque de “El Capricho” en Cuartel General de la defensa de la capital tiene su
origen en la decisión tomada a finales de 1936 por la recién creada Junta de Defensa de Madrid,
presidida por el General Miaja. La situación geográfica del parque dotaba de un gran valor
estratégico a este emplazamiento militar que, por su cercanía al aeropuerto, podía servirse de
sus defensas antiaéreas y quedar relativamente apartado del alcance de la artillería del ejército
nacional. De hecho, salvo por las sublevaciones internas de finales de la guerra, la zona no sufrió
actividad bélica.
130 Castellano, Ricardo: op. cit.; pp. 113-114 131 Castellano, Ricardo: op. cit.; p. 114
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
60
La ocupación del parque por el ejército supuso una serie de cambios tanto a nivel de superficie,
los trabajos destinados a adaptar el Palacio para cuartel general y habilitación de barracones
para tropa y servicios, como del subsuelo, con la construcción de un refugio subterráneo para
mantener la operatividad del cuartel general del ejército en situaciones de emergencia. El
nombre el clave que recibió el parque de “El Capricho” fue el de Posición “Jaca”132.
b- El Proyecto del búnker y su realización
El proyecto del búnker de El Capricho nace, posiblemente, del programa de refugios
subterráneos presentado por la Comandancia de Fortificaciones en Enero de 1937. Tal, debido a
su importancia estratégica, es llevado con el más absoluto hermetismo no haciéndose constar la
finalidad de la construcción en ninguna de las fuentes de los organismos militares implicados.
De hecho, aun habiendo constancia de que el 3 de Agosto de 1937 entrara en servicio la
fortificación, la fecha que aparece en el proyecto (depositado en la actualidad en el Archivo
Militar de Ávila) es el 5 de Septiembre; es posible, sin embargo, que esta incongruencia de
fechas fuera debida a razones meramente administrativas y que se presentara el proyecto para
su aprobación cuando hubo presupuesto que justificar, si bien las obras ya estaban acabadas.
Así las cosas, la ejecución de las obras suponen ciertas mejoras respecto del proyecto como lo
son, entre otras, una mayor profundidad del búnker, la existencia de una salida de emergencia,
una mayor capacidad de la fosa séptica o una menor vulnerabilidad de las chimeneas de
ventilación. Estos, y otros, cambios proporcionaban una mayor seguridad, capacidad y
autonomía que las inicialmente proyectadas.
El búnker fue proyectado, habida cuenta de los crecientes bombardeos sobre la capital, con el fin
de proteger al Cuartel General de eventuales ataques de la aviación enemiga. Teniendo esto
presente, lo que le dota de una especial singularidad, no hay que olvidar que esta fortificación se
haya encuadrada en el programa general de refugios emprendido para Madrid; de hecho, como
se ha señalado más arriba, los planos del búnker fueron presentados a finales de 1937 como
prototípicos para la construcción de otros refugios para la población civil.
La obra de ingeniería militar se desarrolló aplicando los más avanzado patrones de construcción
y seguridad existentes en la época; supone al extracción de varios miles de metros cúbicos de
tierra, el revestimiento inicial con más de 200 m3 de ladrillo y el blindaje con 70 m3 de
hormigón. La fortificación es, por la preocupación en los año 30 de la utilización de gases,
estanca; de ahí la supervisión en el proyecto del Ministerio de la Marina que da lugar a algunas
semejanzas en los cierres de las puertas blindadas al sistema utilizado por los submarinos.
132 Castellano, Ricardo: op. cit.; pp. 127-129
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
61
El búnker se halla a una profundidad que varía, según la zona, entre los 14 y 16 metros. Tiene su
acceso desde dos puertas gemelas situadas en el lateral derecho del Palacio de los Duque de
Osuna; en la parte trasera, dando a la zona del abejario, se abre otra puerta a la que se suma
otra, construida al margen del proyecto inicial, que sale a la tapia del parque, en la calle de la
Rambla.
La estructura del esta fortificación se compone de un pasillo central de 2 m de anchura y 2,5 m
de altura desde el que se puede acceder por las correspondientes puertas con 11 estancias, siete
de las cuales también se comunican por otro pasillos más angostos133.
c- Un proyecto innovador
Si bien es cierto que la construcción del Refugio de Miaja responde a una estrategia generalizada
de edificación de varios refugios antiaéreos en la capital, su proyecto alberga algunas
singularidades que lo hacen ser una innovación en aquella época. Cierto que a nivel europeo ya
existían las fortificaciones de la Línea Maginot, en Francia, estructuralmente más importantes,
pero el Búnker de “El Capricho” es el primero en Europa destinado a mantener la operatividad
del mando de un ejército en condiciones muy adversas. Esta idea se desarrollará durante la II
Guerra Mundial en fortificaciones tan significativas como el Búnker de Berlín o el Cabinet War
Rooms londinense. La misma filosofía subyace a la fortificación subterránea sita actualmente
bajo el Cuartel General del Ejército, en la Plaza de Cibeles (Madrid). Por tanto, en palabras de
Ricardo Castellano, “reivindicar para la ingeniería militar española la innovación que supuso en
el campo de las fortificaciones militares al idea de un refugio subterráneo para un cuartel
general”134.
133 Castellano, Ricardo: op. cit.; pp.128-130 134 Castellano, Ricardo: op. cit.; p. 132
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
62
Otras construcciones en el Jardín de El Capricho135
a- El polvorín
Está situado en el otro extremo del parque, junto a la Casa de la Vieja. Consta de un
cuerpo central, construido en zig-zag al que se accede desde dos puertas sitas en
superficie a cada extremo de la construcción
b- La galería de escape
Consiste en un pasillo subterráneo al que se tiene acceso desde el interior del Palacio y
que llega hasta la calle de la Fuente. Se concibió como una salida de emergencia de la
misma forma que desde el Búnker se construyó otra hacia la calle de la Rambla.
5- RECUPERACIÓN Y PUESTA EN VALOR DEL BÚNKER
El búnker del El Capricho, junto con el Jardín Histórico que lo alberga, pasan a propiedad del
Ayuntamiento de Madrid en 1974. Un convenio del consistorio con el Ministerio de Trabajo en
1986 posibilita la creación de la Escuela Taller de la Alameda de Osuna que iniciaría la
recuperación tanto del entorno como de los elementos más significativos del mismo136.
Tras muchos años en el olvido, el búnker sería restaurado por la Dirección General del
Patrimonio Verde, dependiente del Área de las Artes del Ayuntamiento de Madrid, respetando
en todo momento los elementos originales, que fueron objeto de limpieza y consolidación sin
introducir material nuevo137.
El Grupo Municipal Socialista presentó en el Pleno del Ayuntamiento de Madrid una
proposición planteando la musealización del búnker de El Capricho138, propuesta en
consonancia con las pretensiones de asociaciones para el estudio y recuperación de los vestigios
de la Defensa de Madrid, como GEFREMA o Colectivo Guadarrama, que ya habían planteado
proyectos para la puesta en valor de esta fortificación; el Ayuntamiento, hasta ahora, no se
plantea abrir el búnker al público139.
135 Añón Feliú, Carmen: El Capricho de la Alameda de Osuna. Madrid, 2003; pp. 194-196 136 El País (ed. Madrid): 15 de Junio de 1986 137 ABC (ed. Madrid): 5 de Mayo de 2009 138 Diario de Sesiones del Pleno del Ayuntamiento de Madrid: 3 de Junio de 2009 139 El País (ed. Madrid): 27 de Octubre de 2009
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
63
LA COLONIA DE Nª Sª DE LORETO
1- INTRODUCCIÓN
La Colonia de Nª Sª de Loreto es un claro ejemplo del urbanismo implantado en Madrid tras la
Guerra Civil con el fin de albergar al contingente obrero que, cada vez mayor en número,
emigraba a la ciudad ante la caída de la economía rural. Con un claro cariz ideológico, el Plan de
Urbanismo de 1941 implantó una forma de reconstrucción de la ciudad que abarcaba, como es el
caso de Barajas, a los municipios limítrofes.
El proceso de reconstrucción y
el urbanismo desarrollista que
se da lugar en Madrid es
paralelo al de otras ciudades
europeas devastadas por los
bombardeos de la II Guerra
Mundial y, como en ellas, es
significativo de lo que dio en
denominarse la 2ª
Industrialización que
perviviría hasta la década de
los 70.
La Colonia, promovida por la
empresa pública IBERIA, fue
paradigmática en su diseño
original sirviendo como
ejemplo para otros desarrollos
mayores en otras partes de
Madrid.
2- EL MADRID DE LA POSTGUERRA. LA RECONSTRUCCIÓN
El fin de la Guerra Civil en 1939 hace que Madrid, como las grandes ciudades españolas
devastadas por el conflicto, inicie el proceso de reconstrucción urbana que sería la nota
predominante en Europa después de 1945. Pero en Madrid se dan notas que la hacen diferir de
las demás ciudades en este proceso, como queda patente en el discurso que el ministro de la
Gobernación, Serrano Suñer, realizó en su reunión con el recién constituido Ayuntamiento tras
finalizar la contienda española, el 20 de Mayo de 1939: “Hay que hacer un Madrid nuevo, lo que
no quiere decir precisamente el gran Madrid en el sentido material y proletario de los
Ayuntamientos republicano-socialistas, sino el Madrid con la grandeza moral que corresponde a
la España heroica. Un Madrid donde nunca más puedas cometerse las vilezas que aquí se
cometieron el dominio rojo… Trabajen ustedes para que todos podamos acabar con la
españolería trágica del Madrid decadente y castizo, aunque hayan de desparecer la Puerta del
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
64
Sol y ese edificio de la Gobernación, que es caldo de cultivo de los peores gérmenes políticos”140.
Tal discurso político marcaba el nuevo proyecto del franquismo para la capital, el cual tendría
repercusiones en todos los órdenes sociales, incluido el urbanístico.
La economía madrileña, vista con el tamiz del periodo de autarquía económica del resto de país,
se vio favorecida respecto a otras ciudades españolas por la conjunción de diversas razones: su
posición central en la red de transportes y comunicaciones consolidó la ciudad como centro
redistribuidor de mercancías, la cercanía de tejido empresarial madrileño a la administración
centralizada del Estado permitió un mayor despliegue de la actividad de aquel en la capital, y,
por último, la creación del Instituto Nacional de Industria, si bien sus efectos se expandirían por
todo el estado, se notarían de forma más ostensible en Madrid, al ser aquí donde se ubicaran las
mayores factorías industriales141.
Esto haría que Madrid se convirtiese en referente político-económico de España, haciendo que
la población rural de gran parte de las zonas agrarias del país, venidas a menos tras la Guerra
Civil, emigrara a la capital.
3- EL PROYECTO DE LAS CIUDADES JARDÍN. SU IMPORTANCIA SOCIO-
ECONÓMICA
Concepto
El radical cambio de sistema
productivo acaecido en Inglaterra
a finales del siglo XVIII y
principios del XIX, provoca una
masiva emigración del campo, que
empieza quedar inerte
económicamente, hacia la ciudad,
nuevos centros económicos. Las
oleadas de emigrantes pronto
formaran bolsas de población en la
periferia de las ciudades habitando
los insalubres slums, configurando
así un nuevo problema social que
deberá ser abordado desde todos
los ámbitos142.
El movimiento urbanístico de las
ciudades jardín, concebido por
Ebanezer Howard (1850-1928),
estaba fundado en unas bases que,
imbricando claramente los
supuestos urbanísticos y los
políticos, plasmaba una forma de ciudad en la que la ciudadanía desarrollaría una vida plena en
todas sus vertientes. El ciudadano, para Howard, es la encrucijada entre el actor social y el
140 Citado en Bahamonde Magro, Ángel: La evolución política. De la dictadura a la democracia. Historia de Madrid.
Madrid, 1993; p. 624 141 Méndez, Ricardo: La economía de Madrid en el último medio siglo. Historia de Madrid. Madrid, 1993; pp. 683-
688 142 Roch Peña, Fernando: La ciudad jardín, la urbanidad revisitada. Revista del Instituto Universitario de
Urbanística de la Universidad de Valladolid, nº 6; 2000-2001; p. 28
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
65
agente económico, resultado de las tensiones económico-sociales de la Revolución Industrial, y
para desarrollar todas sus dimensiones debe ocupar el espacio físico que le es propio143.
La configuración de las ciudades jardín, el lugar del nuevo ciudadano, se plantea desde el
proyecto de preservar el espacio político del individuo en el ya imparable proceso de
industrialización. Esta urbanística política conceptúa una reelaboración teórica que conjunta el
antiguo modo de vida agrario y el nuevo sistema industrial dando lugar a un estado de excepción
compatible entre ambos. La ciudad jardín, en teoría, se concibe como un espacio urbano que,
teniendo siempre presente el horizonte del nuevo sistema productivo industrial, preserva la
autonomía individuo, realizando así el ideal de ciudadano implantado en la Ilustración.
“Howard proyecta una red descentralizada de ciudades de tamaño moderado unidas por el
ferrocarril en las que se reúnan las actividades básicas, industriales, agrarias e intelectuales: un
núcleo urbano con sus áreas industriales y comerciales y su generoso anillo rural144.
De las Garden Cities a las New Towns
En su evolución, el proyecto de Howard no pudo conservar su importante aspecto político si
bien sí prosperó el aspecto que consideraba al individuo como agente económico: el
pensamiento político-social que aflora en la coyuntura de la industrialización prefiere evitar los
problemas que enfrentan al patrón y al trabajador145, y la idea de Howard es asumida, en parte,
debido a que se ve en el proyecto “una buena fórmula para dispersar las concentraciones
masivas de las metrópolis, evitando los suburbios de clases bajas y resolviendo el problema del
alojamiento a gran escala a bajo coste”146.
Las nuevas periferias de las ciudades británicas se configuran partiendo de esta idea cercenada
del proyecto inicial: se sustituye el antiguo slum por neighborhoud unit (unidad vecinal) en el
que, manteniéndose el vecindario como ámbito de socialización bajo una ordenada planimetría
de control, son instalados los equipamientos sociales básicos. La muchedumbre a la que daba
lugar el slum queda sustituida por un ejército de asalariados instalados en un ambiente
residencial; el neighborhoud unit es una pieza normalizada del nuevo orden económico y
social147.
4- EL DESARROLLO URBANO MADRILEÑO DE LA POSGUERRA
Contexto: la emigración del campo a la ciudad
Si bien es cierto que le proceso de industrialización de España fue tardío respecto del resto de
Europa, la industria española había visto multiplicada su actividad a partir de 1914 a causa de su
neutralidad en la I Guerra Mundial. Esto provocó que, aun con un ritmo lento, la producción
industrial fuera paulatinamente incrementándose sobre la agraria. La industria se centró en las
zonas urbanas del País Vasco y Cataluña mientras que Madrid se convirtió en el centro
financiero del país148.
El paulatino éxodo del campo a la ciudad que provocó este proceso industrializador fue
acelerado por la extrema pobreza a la que se vio sometido el campo tras la Guerra Civil. “La
ciudad creció desmesuradamente, sin que las autoridades fueran capaces en ningún momento
de controlar o dirigir este crecimiento masivo, rápido y dominado por la miseria de los nuevos
inmigrantes, pobres, que abandonaban el campo para instalarse en la ciudad, acelerando un
143 Roch Peña, Fernando: op. cit. en loc. cit.; p. 23 144 Roch Peña, Fernando: op. cit. en loc. cit.; p. 29 145 Roch Peña, Fernando: op. cit. en loc. cit.; p. 28 146 Roch Peña, Fernando: op. cit. en loc. cit.; p. 30 147 Roch Peña, Fernando: op. cit. en loc. cit.; p. 31 148 Vicen Vives: La industrialización y el desarrollo económico de España de 1800 a 1936; Revista de Política
Económica, XI/1 (1960); pp. 145-147
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
66
proceso comenzado décadas atrás”149. “En los años 40 son cerca de 800.00 campesinos y
jornaleros los que abandonan en campo, población agraria sin cualificación que aumentó la
masa obrera de las ciudades”150.
El Plan General de Urbanización de Madrid y Alrededores de 1941
Las ciudades españolas, por tanto, se enfrentan a la misma situación social en la que se
encontraros la de los países europeos más industrializados en el siglo XIX. A tal problemática se
le intenta dar una solución desde el ámbito urbanístico mediante la aplicación generalizada de
un esquema funcionalista y organicista a los planes de ordenación de las grandes ciudades
españolas. Por regla general, tales planes de actuación, y como medida para controlar las bolsas
de inmigrantes situadas en la periferia urbana, incorporar una visión territorial que excede de
los límites del municipio151.
a- Urbanismo segregador
El Plan General de Urbanización
de Madrid y Alrededores de
1941, puesto en ejecución cinco
años más tarde, si bien asumía
planteamientos de las
planificaciones anteriores a la
guerra, por motivos ideológicos
imbuye en el urbanismo
madrileño una estructuración
de la ciudad que “deberá
expresar la ´función rectora y
unificadora de la totalidad
nacional´(…) La zonificación de
la ciudad y la figura de los
poblados satélites se emplearán
para dar consistencia a una
rígida segregación social,
quedando estos núcleos aislados
entre sí y con el centro urbano
mediante los cinturones
verdes”152. En palabras del
ingeniero Martínez de
Lamadrid, “La distribución de
las zonas industriales, además
de responder a criterios
normales de zonificación
conocidos (…) ha obedecido
fundamentalmente a la
necesidad de localizar las masas obreras en sectores de la ciudad, y en núcleos de población con
vida material autónoma, en fácil contacto con su comarca rural. De esta forma, las zonas
industriales constituyen verdaderos baluartes defensivos contra la invasión de masas de
149 López Díaz, Jesús: La vivienda social en Madrid, 1939-1959. Espacio, tiempo y forma; serie VII, Hª del Arte, t. 5;
2002; p. 298 150 López Díaz, Jesús: op. cit. en loc. cit.; p. 302 151 Valenzuela Rubio, Manuel: Notas sobre el desarrollo histórico del planeamiento en España. Cuadernos de
investigación: Geografía e Historia; tomo 4, fasc 2; 1978; p. 49 152 Valenzuela Rubio, Manuel: op. cit. en loc. cit.; p. 51
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
67
población inactivas que se sitúan en los alrededores, constituyendo los cinturones urbanos de
miseria contra los que se lucha difícilmente”153.
b- Planteamiento comarcal
Otra de las novedades del Plan del 41 es la visión comarcal de su planeamiento, que
desembocará en la anexión al municipio de Madrid 13 limítrofes entre 1948 y 1951; Barajas
entró a formar parte del municipio madrileño en 1949. En este sentido, se definen los poblados
satélites, de nueva planta o aprovechando pequeñas poblaciones limítrofes, que,
conceptualizados como poblados autónomos, ayudarían a absorber el futuro crecimiento de la
ciudad. Estos poblados, que estarían comunicados con el centro urbano mediante vías de
circulación, se clasificaron en tres grupos: a) poblados de servicio de zonas industriales; b)
poblados albergue de población obrera; c) poblados de vivienda residencial.
c- Lógica urbanística
La construcción de la periferia de Madrid, en base al Plan de 1941, sigue una lógica que vertebra
su desarrollo en ciertos ejes fundamentales. En cuanto a la localización, la mayoría de las
actuaciones urbanísticas se sitúan en los bordes e intersticios de los extrarradios históricos. A
esta actuaciones, y por la misma filosofía del plan, son atribuibles las ejecutadas en los núcleos
rurales periféricos (municipios anexionados). Por lo que se refiere a las formas urbanísticas, es
palpable la sustitución de la clásica retícula de calles por la planificación en grandes manzanas
que estimula, a su vez, la implantación del bloque abierto de doble crujía, con toda la variedad
morfológica que podía este asumir154.
153 Citado en López Díaz, Jesús: op. cit. en loc. cit.; p. 308 154 López de Lucio: El Plan de Urgencia Social de Madrid de 1957. Génesis y razones de la forma de ciudad en los
años 50´. La vivienda en Madrid en la década de los 50´: el Plan de Urgencia Social. Ayuntamiento de Madrid y
Ministerio de Fomento, 1999: pp. 121-122
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
68
5- LA COLONIA DE Nª Sª DE LORETO
El Instituto Nacional de Industria y la política de vivienda
Del documento de conclusiones de las Jornadas Sociales de Instituto Nacional de Industria
celebradas en Mayo de 1955 se extrae la siguiente respecto de la política de vivienda:
“Vivienda. Se reconoce y define como necesidad más angustiosa de la época actual la de dotar a
cada familia de una vivienda decorosa; recomendación a todas la empresas dependientes del
Instituto que realicen los máximos esfuerzo para facilitar viviendas de rentas asequibles a todos
sus productores, aprovechando las oportunidades ofrecidas por los organismos estatales
competentes: conveniencia de que cada empresa se preocupe de conocer las condiciones
residenciales de su personal y de que, en los núcleos de población donde concurran centros de
trabajo de varias de ellas, se consorcien para construir barriadas de bloques o viviendas
comunes”155.
De la promoción a la rehabilitación
La Colonia de Nª Sª de Loreto se enmarca dentro de la actuaciones que la empresas
dependientes del INI emprenden para dotar de vivienda a sus empleados. El proyecto se
acomete, como es habitual en la época, bajo la égida de un promotor común, en este caso la
empresa IBERIA: “se aúnan las tareas de adquisición de suelo, proyecto
urbanístico/edificatorio, urbanización y edificación”156. El proyecto se circunscribe dentro de los
tipos edificatorios de la época de “colonias periféricas de promoción pública que toman como
modelo las ciudades jardín obreras del racionalismo, reformulándolas dentro de un envoltorio
clásico y, en cierta manera, ruralizante”157. La Colonia “fue pionera en la incorporación del
bloque abierto como modelo residencial en Barajas”158.
155 González Ruíz, Encarnación: Jornadas sociales del Instituto Nacional de Industria. Revista de Política Social,
1955; pp. 99-100 156 Lopez de Lucio, Ramón: op. cit. en loc. cit.; p. 121 157 Lopez de Lucio, Ramón: op. cit. en loc. cit.; p. 123 158 Canosa Zamora, Elia: Historia de Barajas. Madrid, 2006; p. 134
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
69
Este conjunto de
viviendas, con su
importante proyecto de
urbanización, es el mejor
ejemplo de los derroteros
que el municipio de
Barajas, en proceso de
absorción por el de
Madrid, experimenta por
la presencia estratégica
del aeropuerto, siendo
ésta la primera
urbanización proyectada
en el entrono del mismo
para sus trabajadores. La
autoría del arquitecto
José Domínguez Salazar
“permite establecer
algunos paralelismos con otras obras contemporáneas del mismo autor, particularmente con los
primero bloques del barrio del Niño Jesús, a la vez que sirvió de laboratorio de experimentación
para otras operaciones posteriores de habitación masiva como las llevadas a cabo en el barrio de
La Estrella o en Moratalaz”159.
a- Cronología
“La compañía pública IBERIA [nacionalizada en 1944] en tanto que empresa obligada a
construir viviendas para sus empleados (según Ley de 7 de Octubre de 1939) conforme a la
legislación de viviendas protegidas, obtuvo la calificación provisional de Instituto Nacional de la
Vivienda (INV) el 25 de Octubre de 1949. La expropiación de una parte de los terrenos se realiza
mediante Decreto del Ministerio de Trabajo de 5 de Julio de 1950 y se completa con la
adquisición de otras fincas el 24 de Julio de 1951. La promoción la componen dos expedientes:
el primero de 248 viviendas mas 20 locales comerciales y el segundo de 100 viviendas
unifamiliares (demolidas en su día). Se desconoce la fecha de inicio de la construcción así como
la de su terminación. No obstante, se conoce que la calificación definitiva como VIVIENDAS
PROTEGIDAS la obtuvo IBERIA en 1957”160.
b- Ordenación
“La Colonia está formada por un conjunto arquitectónicamente homogéneo de siete edificios de
diversas tipologías que se articulan a lo largo de la calle Gran Poder y de la Plaza de Nuestra
Señora de Loreto. La trama urbana se completa con las calles del Autogiro (perpendicular a
Gran Poder), Plus Ultra y del Muro (paralelas)”161.
“El aspecto más destacable de la iniciativa reside en el apoyo buscado en el antiguo núcleo
histórico, dada la relativa lejanía de Madrid que aún conservaba Barajas. El conjunto diseñado
adquiere un carácter de apéndice con respecto al caserío del pueblo, del que se separa por una
calle de acceso, (…) que desemboca en una gran plaza porticada. A ambos lados se localizan
159 Delgado Orusco, Eduardo: Barajas. VV.AA: Arquitectura de Madrid. Fundación COAM. Madrid, 2007; p. 351 160 Suárez-Inclán, Luis Miguel y Vega Fernández-Regalillo: Proyecto de Rehabilitación de la Colonia de Nuestra
Señora de Loreto: p. 5 161 Proyecto de Rehabilitación de la Colonia de Nuestra Señora de Loreto: p. 5
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
70
viviendas, en bloques de tres plantas, aislados del resto de las áreas residenciales hasta fechas
muy recientes, cuando ha comenzado el relleno de las zonas inmediatas”162.
c- Arquitectura
Su arquitectura “corresponde a la época de su construcción y, por tanto, a los criterios estéticos
y constructivos establecidos después de la Guerra Civil para las edificaciones de carácter oficial o
semioficial. Es notable su semejanza estilística con los conjuntos de vivienda construidos por el
organismo de Regiones Devastadas. Sea cual sea la valoración objetiva que merezca este género
de arquitectura (sobre todo si se establece una comparación con los proyectos que se estaban
realizando en España inmediatamente antes de 1936 y que eran resultado de un proceso de
instauración de una serie de movimientos culturales, sociales y políticos de marcado carácter
progresista) es indudable que el paso del tiempo ha dotado a este conjunto de una dignidad
evidente. Es de hacer notar que la justa densidad de población (en relación con la superficie
ocupada por la Colonia y la extensión aparente de la edificación), a que dan lugar la ponderada
altura de los bloques y la amplia superficie de las viviendas, proporciona al visitante (…) una
sensación de calidad de vida poco común en este tipo de barrios. Especialmente la plaza de
Nuestra Señora de Loreto constituye un elemento urbano de alto nivel en el que se conjugan un
cierto regusto popular, la equilibrada traza de las fachadas y una buena plantación. Esta plaza
dispone, en el centro de la planta baja porticada por su lado mayor, de un pasaje que conecta la
calle de Aguadulce con la calle de las Alas y forma un interesante eje peatonal (ortogonal al eje
principal de tráfico rodado de la calle del Gran Poder) que podría ser origen de un tratamiento
especial interesante. En resumen, la Colonia IBERIA es un conjunto coherente y de buen nivel
de calidad desde el punto de vista arquitectónico y muy representativo de las barriadas de
“vivienda obrera” de la época en la que fue construida”163.
162 Canosa Zamora, Elia: op. cit.; p. 134 163 Suárez-Inclán, Luis Miguel y Vega Fernández-Regalillo: op. cit.: pp. 6 y 7
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
71
d- Zona de Rehabilitación Integrada
“La Comisión de Vecinos para la Rehabilitación de la Colonia de Loreto se constituyó, como
grupo de trabajo, en el año 2001, por indicación del Concejal Presidente de la Junta Municipal
del Distrito de Barajas con objeto de conseguir, en representación de todos los vecinos de la
Colonia, la declaración de ZONA DE REHABILITACIÓN INTEGRADA mediante la realización
de las acciones y gestiones que fuesen necesarias ante los organismos oficiales (principalmente
la Junta Municipal de Barajas, Empresa Municipal de la Vivienda de Madrid y Comunidad
Autónoma de Madrid) para alcanzar ese fin. Este grupo de trabajo fue aceptado y ratificado por
las siete comunidades de propietarios que conforman la Colonia”164.
La Empresa
Municipal de la
Vivienda encarga
en el segundo
semestre de 2002
un informe sobre
la situación
técnica de los
edificios que
componen la
Colonia que
desemboca en la
elaboración, en
2004, del
documento
“Propuesta de
Declaración de
Rehabilitación
Integrada de la
Colonia Nuestra
Señora de Loreto (Colonia Iberia)”, inicio del expediente en la Comunidad Autónoma de Madrid
que cristalizó en la Orden 981/2006 de 27 de Febrero, de la Consejería de Medio Ambiente y
Ordenación del Territorio, por la que se declara zona de rehabilitación integrada la Colonia
Iberia165.
El 31 de Mayo de 2006, y dentro de las actuaciones fijadas dentro del Plan de Vivienda 2005-
2008, se firma el acuerdo para la financiación de las actuaciones tendentes a la rehabilitación de
la Colonia entre el Ministerio de la Vivienda, la Comunidad Autónoma de Madrid y el
Ayuntamiento de Madrid. En base a dicho acuerdo se realizan en la actualidad las obras de
rehabilitación.
164 Suárez-Inclán, Luis Miguel y Vega Fernández-Regalillo: op. cit.: p. 9 165 Suárez-Inclán, Luis Miguel y Vega Fernández-Regalillo: op. cit.: pp. 9-10
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
72
EL PARQUE JUAN CARLOS I
1- INTRODUCCIÓN
El Parque Juan Carlos I, junto con el desarrollo urbanístico de los Recintos Feriales, se
constituyó como el buque insignia del Plan de Ordenación Urbana de 1985, el cual suponía un
punto de inflexión en la política urbanística madrileña que se venía dando desde el final de la
Guerra Civil. El parque es todo un referente de un urbanismo volcado en la recuperación de las
periferias urbanas con el fin de dotar al ciudad de nuevas centralidades multifuncionales.
El diseño del parque denota una alta carga de estética en el nuevo urbanismo que, no sólo se
volcará en la vertiente funcional, sino que abre grandes posibilidades a la cultural. De esta
forma, podemos decir que el Parque Juan Carlos I es todo un paradigma del urbanismo de
finales del siglo XX.
Con el Plan de 1985, el primero redactado en Madrid en el periodo democrático, la capital
española coge el tren urbanístico de las grandes ciudades europeas, dando así más importancias
a la creación de espacios públicos.
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
73
2- LA CIUDAD CONTEMPORÁNEA
La postguerra y la “segunda industrialización”. Consecuencias urbanísticas.
Tras la II Guerra Mundial Europa está totalmente destruida y gran parte de sus ciudades
completamente arrasadas por los bombardeos. El apoyo norteamericano para la reconstrucción
del viejo continente hace que este viva una “segunda industrialización”, que acarrea un
fenómeno similar a la vivida en el siglo XIX: la emigración desde el campo a las ciudades.
Urbanísticamente, el periodo entre 1945 y 1970 se caracteriza por la construcción masiva de
viviendas para alojar a todo este contingente humano empleado en la nueva industria. A La
ciudad industrial del siglo XX le es esencial el monofuncionalismo de la decimonónica.
El desarrollismo urbanístico de la postguerra europea tiene su correlato en España, si bien con
algunos años de retraso debido al posicionamiento internacional: la inyección económica no
llegaría internacional a España hasta que superara su aislamiento. Sin embargo, el proceso de
una segunda industrialización tiene las mismas características que en los países de su entorno.
La emigración desde el campo a las ciudades, que ya había iniciado tras la Guerra Civil, se
dispara en la
década de los
cincuenta con la
implantación de
los planes de
industrialización,
haciendo
prioritarias las
soluciones
habitacionales.
La recuperación
de las periferias
urbanas
El crecimiento “por
paquetes” propio
del urbanismo
desarrollista de la
postguerra estaba
avocado a la creación de espacios monofuncionales especializados en vivienda, industria,
servicios o esparcimiento. Esto creo de por sí una nueva problemática al urbanismo, la de
diversificar esa monofuncionalidad original, haciendo que los grandes conjuntos residenciales y
ciudades dormitorio de la periferia devengan en zonas en las que las más básicas funciones se
combinen con otras superiores en la escala de necesidades (ocio, cultura, medioambiente). El
urbanismo de los 80, por tanto, se plantea esta nueva plurifuncionalidad: el pleno derecho a la
ciudad166.
“El concepto de periferia urbana presenta (…) dos señas de identidad básicas: su condición de
zona en los márgenes del continuo urbano y su carácter inacabado, donde, por tanto, se hallan
ausentes en mayor o menor medida alguno(s) elemento(s), cuya ausencia pone en cuestión la
166 Valenzuela Rubio, Manuel: La remodelación del espacio periurbano; Las ciudades españolas a finales del siglo
XX - I Coloquio de Geografía Urbana. 1994; p. 130
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
74
plena urbanidad de dichas áreas”167. Se trata pues de difundir la centralidad de las ciudades
hacia sus zonas periféricas.
El papel de los parques urbanos
En el esquema de recuperación de las periferias, y en la consecución de la pretendida
multifuncionalidad, juegan un papel esencial los parques urbanos. La Carta de Atenas, emanada
del VI Congreso Internacional de Arquitectura Moderna de 1933, denuncia la falta de zonas
verdes o insuficiencia de las mismas y la necesidad correlativa de implantar éstas en las zonas de
habitación; en definitiva, “el concepto de parque responderá a un esquema multifuncional muy
integrado en el contexto urbano y accesible para el conjunto de la población”168.
Los parque urbanos modernos se incardinan en la trama urbana ejerciendo sobre la misma los
efectos emanados de su plurifuncionalidad: funciones recreativas, ambientales, higiénico
sanitarias, estéticas y didáctico-educativas169
3- EL URBANISMO DEMOCRÁTICO EN MADRID. EL PLAN DE 1985.
El desarrollo urbanístico de Madrid hasta 1979
Los planes de ordenación urbana de 1946 y 1963 se conciben con la premisa principal de
construcción de viviendas destinadas a absorber el crecimiento poblacional de la capital, que en
los 30 años que transcurren entre 1950 y 1980 pasa de los 1,6 millones de habitantes a los 3,1.
167 Valenzuela Rubio, Manuel: op. cit en loc. cit; p. 129 168 García Lorca, Miguel Ángel: El parque urbano como espacio multifuncional. Origen, evolución y diferentes
funciones; Paralelo 37, nº 13; 1989; p.107 169 García Lorca, Miguel Ángel: op. cit en loc. cit.; pp.108-109
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
75
Tales planes ya se encuentran con una situación de la ciudad en la que, mientras en centro de la
misma había doblado su población entre 1900 y 1940, la corona urbana, sin embargo la había
sextuplicado, haciendo así palpable una desestructuración entre aquél y la periferia170. No
obstante, tal discontinuidad urbana no será resuelta por los mencionados planes urbanísticos
madrileños, que más que aportar soluciones al problema lo postergan, haciendo visible un plano
de la ciudad con “un centro histórico compacto rodeado por un ensanche ordenado (el de José
María de Castro, de 1859) y una periferia municipal hecha de fragmentos, preñada de
descampados, escasamente equipada y mal comunicada”171.
La reconstrucción del “modelo planetario”. Las actuaciones en la periferia urbana.
Lo que sí habían configurado los planes anteriores al de 1985 es, lo que se ha dado en llamar, un
“modelo planetario”: ciudades satélites rodeando la ciudad central de las que la separa un anillo
verde. Así, la propuesta del plan del 46 de crear dos anillos verdes en torno a Madrid es
respetada por el de 1963, diferenciando nítidamente el núcleo urbano central de los municipios
de la primera corona metropolitana. Tras el desarrollo del segundo plan urbanístico “el primer
anillo quedará relegado a una función primordial de ornato urbano de la M-30 (y de protección
de las zonas perimetrales edificadas). Y el resto del sistema verde se irá comprimiendo hasta
adoptar en los 80´y 90´ el
carácter de parques de
distrito, formalizados y
rodeados por la
edificación”172. De hecho, la
procedencia urbanística de
los actuales grandes
parques Madrid se puede
rastrear desde las
decisiones generales
tomadas en los planes de
1946 y 1963.
El planteamiento
urbanístico de 1985, habida
cuenta de esta situación, se
centra sobre el extrarradio
de la ciudad, lugar que
ofrece un mayor número de posibilidades de actuación en base a suturar la desarticulación y la
falta de calidad urbana del mismo. “En conjunto se privilegia de forma evidente las diferentes
dimensiones del espacio público: desde la autovía y la avenida urbana a la calle residencial, el
bulevar arbolado o el jardín. Se sigue construyendo -y también se reconstruye- una ciudad
pública, en la que sus espacios forman una red y son siempre accesibles sin exclusiones”173. En
definitiva, es un modelo que se marca como horizonte la sostenibilidad, el acercamiento de
Madrid a los estándares urbanísticos y arquitectónicos de las ciudades europeas.
Los nuevos parques urbanos
Los redactores del Plan de Ordenación Urbana del 1985 se encuentran con un claro
desequilibrio de zonas entre el centro de la ciudad y la periferia noroeste y el resto de la ciudad:
170 López de Lucio, Ramón: El planeamiento y la transformación física de la ciudad: el protagonismo de la periferia.
Madrid, 1979-1999: La Transformación de la ciudad en veinte años de ayuntamientos democráticos. Madrid, 1999;
p. 39 171 López de Lucio, Ramón: op. cit en loc. cit.; p. 41 172 López de Lucio, Ramón: op. cit en loc. cit.; p. 49 173 López de Lucio, Ramón: op. cit en loc. cit.; p. 57
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
76
la primera alberga el 62,3% del total, unas 500 Has, mientras que el 37,7% se sitúan en el resto,
sumado así las periferias Sureste, Suroeste y Nordeste poco más de 300 Has174. Esta situación
queda en gran parte subsanada por las actuaciones previstas en el Plan; de esta forma, la
evaluación del mismo realizada en 1997 arroja como resultado una homogeneización de la
ciudad en este aspecto175.
4- EL PARQUE JUAN CARLOS I
Campo de las Naciones: Nueva Centralidad de Madrid
El Parque Juan Carlos I nace ligado a la operación urbanística Campo de las Naciones, por la
que se recupera una extensión de 4 millones de metros cuadrados de la zona noreste de Madrid
siendo, de esta forma, una de las mayores actuaciones urbanas acometidas por el Ayuntamiento.
El nuevo complejo pivota sobre tres proyectos: los Recintos Feriales, el Área de
Acompañamiento y el Parque Juan Carlos I, que por sí sólo ocupa prácticamente la mitad de la
superficie. Todo ello conforma una Nueva Centralidad de Madrid176.
Un nuevo
concepto
“El entendimiento
básico del Parque
se encuentra en la
concepción del
mismo con la
aportación de una
serie de
reflexiones de
ideación
contemporánea.
Se trata de una de
una concepción
basada en el arte
abstracto. Parque
concebido en base
a la superposición
de lo que
podríamos denominar tramas o, lo que es lo mismo, se consigue la profundidad mediante la
superposición de planos, tanto conceptuales como físicos, implicando una mayor participación
del usuario”177. “Puede considerarse que el tratamiento y la puesta en valor de los elementos
existentes y del entorno, así como la creación de las nuevas piezas, ha sido un intento de llevar a
cabo un lenguaje y una nueva lectura del espacio público, de las zonas verdes y del paisajismo,
que integre de una manera armónica lo vegetal y lo mineral, la obra civil y la jardinería, el agua y
la piedra, que sirva como soporte vivo para el desarrollo de nuevas sensaciones, y que
contribuya a la mejora de la calidad vivencial”178.
174 López de Lucio, Ramón: La nueva red parques y zonas verdes urbanas. Madrid, 1979-1999: La Transformación
de la ciudad en veinte años de ayuntamientos democráticos. Madrid, 1999; p.161 175 López de Lucio, Ramón: op. cit en loc. cit.; p.165 176 Esteban Penelas, José Luis y Esteras Martín, Emilio: Parque Juan Carlos I; Madrid, 2001; p. 11 177 Esteban Penelas, José Luis y Esteras Martín, Emilio: op. cit.; p. 13 178 Esteban Penelas, José Luis y Esteras Martín, Emilio: op. cit.; pp. 18-19
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
77
a- Puerta de la Ciudad
“Uno de los aspectos considerados en el diseño general se realiza en función de la visión aérea,
casi cosmogónica, que se percibe de él (proximidad del aeropuerto de Barajas) lo que permite la
observación de la trama. Nos podemos referir, por tanto, a un parque con una ´Quinta fachada´.
Dentro de esta visión existe otro plano subyacente: el concepto de la tercera dimensión. Desde
otra angulación se pretende que asuma importancia la posibilidad de percibir la totalidad del
Parque desde diferentes puntos de vista y alturas”179. Se puede decir, por tanto, que, de la misma
forma que las figuras del desierto de Nazca, el Parque Juan Carlos I ofrece una perspectiva aérea
independiente de la percibida a ras de suelo. Para ello se estructura en torno al concepto básico
del círculo como la figura geométrica que genera su diseño al tiempo que dota lo dota de
simbología. Desde este último punto de vista, hace referencia al primitivo trazado de los jardines
mesopotámicos que intentaban reflejar la figura circular, y perfecta, del recorrido de los astros
en el firmamento180.
b- El Anillo: Los paseos
“En este parque se ha querido, simbólica y especialmente, crear la idea de ´Paraíso´ cercado
contra el ´caos´ exterior. Este límite entre ´interior´ y ´esterior´ sería el anillo que en su
interior albergaría el Paraíso Ordenado. El círculo como figura infinita, cíclica, de repetición
indefinida, a la vez que una forma relacionada directamente con al Naturaleza, y con la
geometría más pura, se convierte en punto de orientación clave en este Parque de gran
179 Esteban Penelas, José Luis y Esteras Martín, Emilio: op. cit.; p. 16 180 Esteban Penelas, José Luis y Esteras Martín, Emilio: op. cit.; p. 17
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
78
extensión”181. El Anillo es configurado por el conjunto de paseos que, de forma, circular recorren
el Parque, cuya longitud total es de 3 kms. “El paseo no es algo homogéneo, sino que en cada
momento presenta una geometría, una significación y un modo de relación distinto con su
entorno. Se pretende que sea infinito e inmutable pero a la vez cambiante, variado, adaptado a
las circunstancias; esto conduce a que se relaciones directamente con el recorrido solar a través
de las estaciones, un ciclo eterno y a la vez cambiante”182.
Al paseo que circunda el Parque se le añaden otros dos de distinta configuración y significado:
- El Paseo Central: atravesando el Parque, lo divide uniendo las Plazas del Recibimiento y
Central. Tal paseo se configura como un mirador de la zona sur del Parque.
- El Paseo de la Ría: de una forma irregular, y bordeando la ría que divide el parque,
ofrece una visión del
Parque distinta, más
interior.
c- Las láminas de
agua
El agua es un elemento
esencial en el Parque
transmitiendo la idea de
pureza de la naturaleza
primigénea del paraíso
cerrado y asilado. “El
componente acuático ha sido
concebido además de cómo
elemento de contemplación
y de transmisión de la
serenidad requerida para el
disfrute y uso de los
jardines, como un medio
para resaltar la
horizontalidad frente al
resto de los componentes del
Parque configurantes de una
importante orografía. Casi
podríamos hablar de un
plano arquitectónico más,
horizontal en este caso,
frente a los oblicuos y
verticales de las colinas y
desniveles”183.
Las extensas láminas de agua (ría, lago y estanques) tienen la función conjunta de unificar las
distintas partes del parque, al tiempo que separarlas y cualificarlas. Asimismo, el agua ha sido
tratada para sacar el máximo partido a sus facetas estéticas y sonoras, dotándola en este último
caso de rápidos, saltos y remansos que hacen llegar al paseante toda serie de sensaciones. Por
181 Esteban Penelas, José Luis y Esteras Martín, Emilio: op. cit.; p. 27 182 Esteban Penelas, José Luis y Esteras Martín, Emilio: op. cit.; p. 28 183 Esteban Penelas, José Luis y Esteras Martín, Emilio: op. cit.; p. 57
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
79
último, las láminas también posibilitan nuevos recorridos, en este caso acuáticos, otras formas
de ver el Parque184. Se pueden distinguir tres elementos acuáticos principales185:
- La ría, uno de los recorridos principales del Parque, mide 1.900 m de longitud y lo
divide en dos partes bien diferenciadas, al tiempo que las une.
- El lago es un elemento de gran apacibilidad en el que aparecen elementos que se
interconectan entre sí.
- El canal, elemento originario del anillo acuático, se encuentra en la parte de acceso al
parque. Tiene una gran importancia simbólica de separación entre lo interior y lo
exterior.
- Los estanque parten del canal y configuran espacios acuáticos con múltiples elementos
que dotan al agua de sonoridad e inciden en configurar planos estéticos con la misma.
d- Las pirámides
“Tienen como objetivo dotar al Parque de diversos puntos en altura que actúen como hitos
visuales y referenciales, tanto dentro como fuera del mismo. (…) Las Pirámides están también
enraizadas con toda una cultura milenaria universal de arquitectura y jardinería que se quieren
asumir en la concepción global del Parque”186. Su morfología varía de unas, tratadas de una
forma más natural, a otras, concebidas más artificialmente.
La Senda de las Esculturas
El Parque se configuró, asimismo, como un espacio integrador de las artes, confirmando esta
vocación al congregar una serie de esculturas de gran formato. Un total del 19 grandes
esculturas conforman lo que se llamó con el tiempo La Senda de las Esculturas, un recorrido que
intentaba aunar la cultura y la naturaleza transmitiendo diversos mensajes al paseante. En la
actualidad el Parque contiene la única exposición de macro-esculturas al aire libre de toda
España.
Varias de estas
esculturas fueron
resultado de los trabajos
realizados dentro del
Simposio Internacional
de Esculturas al Aire
Libre organizado por el
Ayuntamiento de Madrid
dentro del marco de
actividades que
integraron la celebración
de la Capitalidad
Europea de la Cultura.
“Las esculturas
participan de la
concepción global del
Parque, sirviendo de
184 Esteban Penelas, José Luis y Esteras Martín, Emilio: op. cit.; p. 57 185 Esteban Penelas, José Luis y Esteras Martín, Emilio: op. cit.; pp. 57-68 186 Esteban Penelas, José Luis y Esteras Martín, Emilio: op. cit.; p. 69
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
80
elementos conformadores del espacio del mismo e integrándose en las distintas zonas elegidas
para su ubicación, produciéndose a su vez una simbiosis entre estas obras y sus entornos,
configurando un componente museístico al aire libre”187.
El itinerario de la Senda de las Esculturas sigue el eje Norte-Sur por el que transcurre el río, que
divide la superficie del parque en dos. La diversidad de materiales y formas conforma un
interesante recorrido artístico en un entorno en el que el ocio, el descanso y la meditación se
entremezclan. La distribución de las piezas sigue los cuatro puntos cardinales del plano
implicándose en la variada orografía en la que se asienta el parque. Con una clara intención
integradora en la Naturaleza, las piezas conviven con las diversas construcciones estableciendo
así una unión entre arquitectura, paisaje y escultura.
El Jardín de las Tres Culturas
El Jardín de las Tres Culturas está situado en el cuadrante noroeste del gran anillo distribuidor
que estructura el Parque. El proyecto se inserta dentro de la trama de los paseos internos del
Parque,
estando
delimitado al
norte por la
ría y al sur por
el olivar.
El proyecto
surge del
interés por
realizar un
espacio donde
sea visible la
convivencia
cultural que
tuvo lugar en
España antes
de la
expulsión de
judíos y
árabes, la cual
dio lugar al
enriquecimiento cultural de toda Europa por el trasvase de ideas que propició. Este fenómeno
fue tan singular fue claro antecesor del Renacimiento al posibilitar que las letras griegas y
romanas fueran traducidas tanto en las escuelas de Toledo y Al-Andalus, pasando
posteriormente a toda Europa.
“El proyecto no pretende reconstruir ningún jardín que haya existido o exista; no es tampoco
copia de ninguno. Es, por el contrario, una lectura personal de una tipología determinada de
jardines; una suerte de llamada a la memoria desde nuestro tiempo. Esto se evidencia en el
empleo de los materiales, que se adaptan a los que ofrece el mercado y a los nuevos usos. No se
pueden olvidar, igualmente, las limitaciones del propio autor del jardín, que no sentirá la
estética de cada cultura como podrían haberla sentido los propios protagonistas en su
correspondiente tiempo histórico y lugar”188.
187 Esteban Penelas, José Luis y Esteras Martín, Emilio: op. cit.; p. 84 188 Silber Brodsky, Myriam: Jardín de las Tres Culturas; Madrir, 2001; p. 110
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
81
En tanto que el objetivo final del proyecto era transmitir la convivencia y tolerancia de las tres
culturas milenarias, se anteponen a su realización dos conceptos fundamentales: el primero, la
integración de los tres jardines, simbolizando respectivamente a cada cultura, en una trilogía
unida por un elemento de unión y, el segundo, ninguno de los tres jardines podía estar
supeditado a los otros estando los tres, por tanto, en el mismo plano. De esta forma, el Jardín
de las Tres Culturas se articula en base a dos figuras geométricas diferenciadas:
- El círculo, esencialmente un “punto desarrollado”, simboliza la perfección, la
continuidad, la homogeneidad y la ausencia de división. Es el elemento estructurador
del Jardín, paraíso conceptual, a partir del que se realizan los singulares jardines
representativos de cada cultura.
- EL cuadrado es símbolo de la detención y del instante prefijado. Los jardines tienen
forma cuadrada, pues son las expresión terrenal del ese paraíso conceptual,
representado por el círculo, adaptado a las diferentes condiciones geográficas y
culturales.
“El punto en común (paraíso) dominará sobre los tres jardines, y cualquiera de ellos estará en
una posición igualitaria respecto al elemento común. El círculo paraíso se irá ampliando en
formas concéntricas, formando un paseo circular que comunicará los tres jardines entre sí”189
189 Silber Brodsky, Myriam: op. cit; p. 115
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
82
CONCLUSIONES GENERALES
1- EL DISTRITO DE BARAJAS COMO CONJUNTO HISTÓRICO
Sobre la importancia cultural del conjunto
Podemos definir el distrito de Barajas, en cuanto conjunto histórico, como una agrupación
dispersa de inmuebles que presenta una unidad coherente, representativa del devenir histórico
de la región de Madrid desde la edad de bronce hasta la actualidad, caracterizada por la gran
heterogeneidad de sus elementos, producto ésta de las diversas épocas de las que proceden y son
representativos.
El valor cultural de Barajas no será, en cuando detentador de tal carácter, el de representar una
época histórica concreta de la región de Madrid, sino la de hacerlo con su devenir histórico
desde los primeros asentamientos sedentarios hasta nuestros días. Barajas, se puede afirmar, es
testigo de todas las etapas históricas por las que ha pasado la región.
Los vestigios que este proceso evolutivo ha dejado sobre el territorio del actual distrito de
Barajas lo convierten en un paradigma para el estudio de los contrastes culturales que, a lo largo
de los siglos, aquel ha producido en la región. El conjunto histórico que configura obliga a
superar la visión sincrónica de la historia para llegar a una más completa visión diacrónica de la
misma.
Además, y debido a la importancia de varios de sus elementos patrimoniales, el distrito de
Barajas no sólo es puntualmente representativo de distintas épocas por las que ha transcurrido
la historia madrileña, sino que enlaza perfectamente con fenómenos históricos a nivel nacional y
europeo.
Algunas propuestas derivadas
a- Centro de Documentación Histórica
Correlativa a la importancia cultural del distrito de Barajas, en cuanto representativo del devenir
histórico de la región, es la de creación de un Centro de Documentación Histórica propio del
mismo, en el que se recoja toda la variada información que ha generado su evolución. El Grupo
Socialista en la Junta Municipal de Barajas solicitó la creación de tal centro en el Pleno de la
misma de 7 de Mayo de 2008.
b- Declaración de la ribera del Jarama como Zona Arqueológica
El descubrimiento de los yacimientos arqueológicos de la ribera del Jarama, a raíz de la
ampliación del aeropuerto, corrobora que tal zona es un referente arqueológico cuya
importancia sobrepasa el ámbito regional. Las escasas prospecciones realizadas entre los años
2002 y 2005 vislumbran el gran valor del lugar, por lo que sería conveniente una adecuada
protección y atención de la misma.
Barajas, distrito B.I.C. David Carrascosa
83
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