Del colonialismo a la globalización - procesos históricos y antropología

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  Apert ura a la Antro polo gía alterídad cultura naturaleza human a % María Cristina Chiríguini (compiladora) Patri cia Campa n María Cristina Chiriguini Mercedes Cravero Josefina Ghiglino  Va leria G ig lio tt i  A ri e l G ra va no Ro dolfo Gutiérrez Érica Lander Mariana Mancusí Benito Narvaj a  A le ja nd ra R o ca Nora Ublich Maria Elina Vitello (autores) editorial O -Buenos Aires- 2008

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alteridadculturanaturaleza humana

Transcript of Del colonialismo a la globalización - procesos históricos y antropología

  • Apertura a la Antropologaalterdad cultura naturaleza humana

    % Mara Cristina Chirguini (compiladora)

    Patricia Cam pan M ara Cristina Chiriguini

    M ercedes Cravero Josefina Ghiglino

    Valeria Gigliotti A riel Gravano

    R od o lfo Gutirrez rica Lander

    M ariana M ancus Benito Narvaja Alejandra R oca

    N ora U blich Maria Elina Vitello

    (autores)

    editorial O

    -B uenos A ires- 2008

  • Chiriguini, Mara Cristina Apertura a la antropologa 3ra edicin:

    alteridad, cultura, naturaleza humana /Mara Cristina Chiriguini y Ariel Gravano. - 3a ed. - Buenos Aires : Proyecto Editorial, 2008.

    400 p . ; 22x15 cm.

    ISBN 978-987-1130-96-2

    1. Antropologa. I. Gravano, Ariel II. Ttulo CDD 930.1

    Diseo de tapa: Valeria Goldsztein

    Diseo interior y diagramacin: Valeria Godsztem [email protected]

    Coordinacin: Walter Di Bono [email protected]

    Hecho el depsito que dispone ia ley 11.723.Impreso en Argentina

    Ninguna parte de esta publicacin, incluido el diseo de la cubierta, puede reproducirse, almacenarse o transmitirse en forma alguna, m tampoco por medio alguno, sea este elctrico, qumico, mecnico, ptico de grabacin o fotocopia, sin ia previa autorizacin escrita por parte de la editorial.

    ndice

    PrlogoElena. L. Achilli.................................................................. ?

    PresentacinMeara Cristina Chirguin...............................................9

    I. La ciencia y su contexto

    A cerca del objeto y las problemticas de la A ntropologa

    Patricia Campan..............................................................15Del colonialism o a la globalizacin

    M ara Cristina Chiriguini........................................... 31

    Bibliografa.......................................................................................^7

    II. Alteridades y cultura

    Identidades socialmente construidasM ara Cristina Chiriguini.............................................61

    El etnocentrism o:una clase particular de sociocentrismo

    M ara Cristina Chiriguini y Mariana M ancusi.........79La cultura com o concepto central de la A ntropologa

    A riel Gravano.................................................................. 93Cuerpo y cultura

    Mercedes Cravero y Alejandra R oca ........................ 123

    Bibliografa.....................................................................................^ 9

  • Del colonialismo a la globalizacin:

    procesos histricos y Antropologa

    Mara Cristina Chiriguini\

    El asombro y la Antropologa

    Hemos iniciado una aproximacin a los temas que trata la Antropologa y observamos que la perspectiva o mirada antropolgica antecede a su msttuconaiizadn como disciplina cientfica, ocurrida a mediados del siglo XIX. Esa mirada hace referencia ai momento en que las sociedades se ponen en contacto y se reconocen como diferentes. En ese instante se instala la pregunta antropolgica acerca del porqu de la diversidad de las culturas.

    Es el momento donde el asombro pone frente a frente lo propio y lo ajeno, a nosotros y a los otros. Imaginemos el primer contacto de ios Indgenas americanos con los europeos: lenguas incomprensibles, armas desconocidas, creencias diferentes, otras divinidades, nuevas cotidianeidades. Los viajes haban actuado como marco de esos encuentros desde el comienzo de 1a humanidad: ios primeros viajeros fueron seguramente cazadores-recolectores paleolticos que, en busca de nuevas reas de caza y recoleccin, iniciaban el contacto con otros grupos y pueblos. Ms tarde y hasta el presente, guerreros, comerciantes, peregrinos, misioneros, conquistadores, refugiados, entre otros, recrearon y recrean estas impresiones entre lo propio y familiar y lo ajeno y extrao.

    Es as como este asombro est presente siempre que se produce el encuentro o el enfrentamiento entre sociedades diferentes, requiriendo cierto nivel de incomprensin, de ininteligibilidad del otro y de sus actos (Krotz 1994). No nos sorprende ese otro por sus particularidades, en

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  • su individualidad, sino en tanto representante de otra cultura, como integrante de un universo simblico diferente. Muy pocos creyeron en Europa al navegante veneciano Marco Polo cuando relat las maravillas que haba visto en la China al regreso de sus viajes, en el siglo XIII. Y qu decir de la sorpresa del conquistador Hernn Corts ante la ciudad azteca de Tenochtitln, de una magnificencia difcil de atribuir a esta gente tan brbara y tan apartada deL conocimiento de Dios y de la comunicacin de otras naciones de razn..." (fragmento de una carta del conquistador espaol Hernn Corts dirigida al rey Carlos V).

    Estas puestas en escena (nos referimos al encuentro de unos y otros) ocurren en el marco de procesos sociales e histricos que otorgan sentido y coherencia a los modos como percibimos la otredad cultural; en otras palabras, la diversidad cultural. Pero en el momento que se produce una situacin de conquista y dominacin, las relaciones que signarn la visin del otro sern asimtricas y el asombro se desvanece en los proyectos de avasallamiento y opresin. Las potencias imperiales europeas, a pesar de las rivalidades que tenan entre ellas que las llevaban hasta enfrentamientos blicos, tenan algo en comn: reconocer la alteridad radical respecto de aquellos por quienes ellas se enfrentaban (Auge 1998:25). Un ejemplo paradigmtico es el proceso de expansin capitalista que se inicia a principios del siglo X V desde Europa.

    Este proceso nos permitir comprender dos cuestiones importantes referidas a la Antropologa. Primero, que es posible aprehender, a travs de las sucesivas etapas de expansin del capitalismo en el mundo, eso que llamamos la perspectiva antropolgica y que alude a esa relacin entre el asombro, la alteridad y la dominacin, como resultado del enfrentamiento entre dos universos culturales diferentes. En ese sentido la situacin colonial forma parte del sistema capitalista, creando al salvaje, al primitivo, como una imagen invertida del europeo. Y, segundo, ese mismo proceso nos explicar el surgimiento de la Antropologa como ciencia, en tanto disciplina social que construir el referente emprico de su inicial objeto de estudio en los pueblos no europeos.

    Por este motivo desandaremos el camino recurriendo a la historia para entender en toda su complejidad cmo los pueblos colonizados (esos que hasta ahora hemos denominado ios otros respecto de los europeos) fueron los primeros que sufrieron el proceso de expansino mundializacin del capitalismo, cuya versin actual es la globalizacin.

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    Debemos notar tambin que a medida que ese proceso de mundia- lizacin (tambin llamado occidentalizacin por el antroplogo francs Maurice Godelier) avanza y la Antropologa empieza a constituirse como una disciplina cientfica en el siglo XIX, las preguntas y respuestas sobre elporqu de la diversidad seformulan en tomo y a partir de uno solo de los dos polos del encuentro y se presentan investidas de la autoridad que confiere el discurso certificado del cientfico" (Krotz 1994:9). Aparece una codificacin de las diferencias ("primitivo , salvaje", inferior") y un despliegue de esquemas evolutivos que van desde sociedades primitivas" o inferiores" a la sociedad superior o civilizada.

    La irrupcin de la colonizacin en los sucesivos momentos de expansin del sistema capitalista trajo aparejado el proceso de occiden- talizactn y, tal^como expresramos anteriormente, el asombro inicial se lica en las relaciones asimtricas que conlleva la colonizacin. El "encuentro" entre culturas diferentes debe entenderse en trminos de dominacin y sometimiento de todas las dimensiones de la vida de los pueblos conquistados y ia imposicin en consecuencia de una nueva organizacin econmica, poltica y cultural.

    Los unos y los otros en la situacin colonial

    Algo, desde luego es cierto, nada en tierras extraas 'es extico, salvo

    el extranjero mismo"

    (Emest Bloch)

    El antroplogo francs Georges Baiandier define a la situacin colonial como

    ...la dominacin impuesta por una minora racial y culturalmente diferente, que acta en nombre de una superioridad racial o tnica y cultural, afirmada dogmticamente. Dicha minora se impone a unapoblacin autctona que constituye una mayora numrica, pero que es inferior al grupo dominante desde un punto de vista material. Esta dominacin vincula en alguna forma

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  • la relacin entre civilizaciones radicalmente diferentes: una sociedad industrializada, mecanizada, de intenso desarrollo y de origen cristiano, se impone a una sociedad no industrializada, de economa atrasada' y simple y cuya tradicin religiosa no es cristiana. Esta relacin presenta un carcter antagnico bsico, que es resuelto por la sociedad desarrollada con el uso de la fuerza, un sistema de autojustifxcaciones y un patrn de comportamientos estereotipados operando en la relacin. La situacin colonml es una situacin total (Balandier Teora de la descolonizacin, 1973. cit. Lischetti 1997:23).

    Decimos que es una situacin de dominacin total en tanto abarca todas las dimensiones de la realidad social de los pueblos colonizados. Comprende a) la empresa material, que incluye el control de las tierras y las riquezas, de la poblacin nativa e impone una economa subordinada a la metrpoli; b) la empresa poltico-administrativa, que comprende el control y la imposicin de autoridades, de la justicia, la eliminacin de normas jurdicas nativas y la creacin de nuevas divisiones territoriales que rompen las organizaciones polticas autctonas; y c) la empresa ideolgica, que consiste en la imposicin de nuevos dogmas e instituciones, desde una evangelizacin compulsiva hasta la exigencia de la aceptacin de modelos culturales extranjeros, cuya funcin sera Ja de facilitar la dominacin por medio de la desposesin y la humillacin de la cultura nativa (Lschetti ibid.).

    La situacin colonial es el resultado de diferentes etapas. Primero, la conquista y 1a apropiacin de las tierras usurpadas; luego, la administracin del territorio y, por ltimo, la autonoma poltica de ia colonia, sin romper la estructura de dependencia econmica colonial. Desde el momento del primer contacto se considera lo pre-colonial com o inexistente y lo existente se lo desvaloriza, se lo discrimina o se lo seala como inferior y extico, justificando de ese modo la presencia del conquistador y del administrador (Menndez 1969). En ese sentido, la situacin colonial es percibida por los colonizadores como una misin civilizadora que explica a nevitabilidad de la conquista europea, en tanto sociedad portadora de una superioridad total, en lo tecnolgico, lo militar, lo religioso y lo tico. En palabras de Albert Sarrault, un idelogo de la doctrina colonial francesa:

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    A pesar de algunos peligros y de algunas servidumbres que Europa debe soportar y de algunas compulsiones que recibe para abdicar, no debe desertar de su direccin colonial. Est en el comando y en l debe permanecer. To rechazo con todas mis fuerzas, yo repudio con toda la energa de mi razn, todas las tendecias que buscan tanto para Europa como para mi pas el despojo de la tutela occidental en las colonias -(..,). Donde estamos debemos permanecer. Esta no es slo la consigna de nuestros intereses, es la tnica de la humanidad, la orden de la civilizacin" (Siglomundo 1969;-39:131).

    Las metrpolis europeas durante el siglo XIX establecieron en sus colonias dos modelos diferentes de administracin poltica: el gobierno directo y el gobierno indirecto, de acuerdo con las caractersticas de las reas colonizadas y del grado de desarrollo de los propios capitalismos. Gran Bretaa, potencia industrial y con escasa competencia internacional, opt por un tipo de dominacin fundamentalmente econmica y con poca incidencia poltica y militar en las colonias. Mantuvo la estructura poltica nativa, limitndose a supervisarla. La teora colonial britnica planteaba a imposibilidad de interpenetracin cultural. Parta del supuesto de la incompatibilidad entre formas culturales tan diferentes, lo que ia llev a la implementacn de una relacin colonial"basada en el distanciamiento.

    En cambio, Francia, que accedi ms tardamente ai proceso de industrializacin, ejerci un dominio econmico, militar y poltico directo en las reas colonizadas que le permiti hacer frente a la competencia interna y externa de las otras potencias. Para eso intent eliminar toda la organizacin nativa, desde las prcticas religiosas hasta el uso de la lengua indgena. Su objetivo era la asimilacin de los pueblos colonizados a las formas culturales francesas.

    Una y otra forma de colonialismo justificaban y legitimaban la dominacin como una cruzada moral y una misin civilizadora desde dos perspectivas: como recuperacin de las reas territoriales para beneficio de la Humanidad y como forma de llevar y contribuir al progreso de los pueblos no europeos (Menndez 1969). Los siguientes ejemplos son claramente ilustrativos, uno.

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  • desde la literatura y el otro en la voz de un funcionario colonial:

    Asumid la carga del hombre blanco, enviad los mejores de vuestros hijos.Condenad vuestros hijos al exilio para que sirvan a vuestros cautivos, para que vigilen, enjaezados a pueblos agitados y salvajes.Pueblos casi indmitos, impacientes, mitad demonios y mitad nios"(Rudyard Kipling, publicado en el London Time enl899).

    No es natural ni justo que los pueblos civilizados occidentales vivan en espacios restringidos donde acumulan las maravillas de la ciencia, el arte y la civilizacin, dejando el resto del mundo a pequeos grupos de hombres incapaces e ignorantes, o bien a poblaciones decrpitas, sin energa ni direcciones, incapaces de todo esfuerzo. Por lo tanto La intervencin de los pueblos civilizados en Los asuntos de esos pueblos se justifica como educacin y como tutela' (discurso de un alto funcionario francs, 1897; Margulis 1997:47).

    Una particular manera de dominar

    Los sucesivos momentos histricos de la expansin capitalista europea y de la situacin colonial resultante estuvieron sustentados -por imposicin de los conquistadores- en una concepcin dualista del mundo, sobre la base de dicotomas consideradas incompatibles: civilizado / primitivo, superior / inferior, europeo / no europeo. Esta relacin de exaltacin de lo europeo y desvalorizacn de lo no europeo mantuvo sus caractersticas estructurales, a pesar de las particularidades que fue asumiendo este proceso en diferentes momentos, desde el siglo XV, con el descubrimiento de Amrica , hasta el presente.

    Los modos empleados para poner en prctica a dominacin y

    o:

    la subordinacin de los pueblos conquistados fueron, por un lado, la violencia directa y consciente que condujo al exterminio de pueblos enteros {genocidio) a travs del enfrentamiento directo. La superioridad tecnolgica militar de los europeos: armas de fuego, la vestimenta de metal y el uso de caballos, entre otros, fueron los factores que facilitaron la victoria junto con el espritu de conquista que atompa siempre a estos procesos de dominacin. Por otro lado, incidieron la eliminacin indirecta o inconsciente, al introducir la viruela, el sarampin, la fiebre tifoidea, la sfilis, en poblaciones vulnerables y sin defensa para estas enfermedades epidmicas y el trabajo excesivo a que eran sometidos los nativos, con el consiguiente debilitamiento fsico. Y por ltimo -y ms nefasto-, la destruccin*^ las economas regionales por traslados de la fuerza de trabajo masculina hacia los lugares requeridos por la economa de la metrpoli, que suman a las mujeres, nios y ancianos de las comunidades en el mayor abandono y sin capacidad de producir sus propios alimentos.

    Otro de los mtodos puestos en prctica por los colonizadores fue el paternalismo, instalando en la sociedad colonizada la necesidad de contar con un amo, un tutor blanco que orientara, educara y "civilizara al nativo, legitimando de este m odo la violencia colonial. Esta relacin conducir a ia infantilizacin real de hombres adultos por otros hombres (representado en la literatura por el negro aniado , dependiente y pasivo); es decir, crea una situacin de subordinacin psicolgica que Franz Fann (argelino, psiquiatra y revolucionario) denomin colonizacin de la personalidad", circunstancia que har innecesario el uso de la fuerza cuanto ms arraigada se encuentre esta creencia en la relacin colonial (Worsley 1966:33).

    De este modo, la colonizacin puede penetrar en ios aspectos ms profundos de los sujetos avasallados, induciendo un sentimiento de inferioridad y dependencia. En este punto es importante sealar que, si bien muchos colonizados fueron afectados psicolgicamente por estas relaciones profundamente deshumanizadas, otros, en cambio, respondieron inmediatamente y lucharon junto a su pueblo para modificar esa situacin impuesta. Los indgenas calchaques en el norte y los mapuches en el sur de nuestro pas, por nombrar slo dos etnas conocidas, pelearon casi hasta el exterminio con las fuerzas espaolas. En el continente africano los zules derrotaron en el ao 1879 al ejrcito ingls y adems ofrecieron una fuerte resistencia a

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  • otra sociedad pastora com o elios mismos, pero blanca y de origen holands, la de los boers'K

    Por ltimo, el tercer mtodo empleado en la relacin colonial es la actitud de distancamiento. Este tipo de relacin facilita tambin una mirada deshumanizada, caracterizada por el desprecio en el que domina y el temor y la ignorancia en el dominado, en la medida que la relacin se construye sobre la creencia de la superioridad total de Occidente. En palabras de Peter Worsley:

    Nunca vio Occidente su superioridad como simple materia de tecnologa. Era una superioridad total;ya que Livinsgtone, Manchester y la Biblia iban de la mano, no del todo como hipocresa racionatizadora. no por ningn uso de la religin, basto y de doble intencin, justificador' de intereses materiales ms srdidos, sino porque cada uno formaba parte de un todo cultural, ticamente superior al que haba desplazado (Worsley 1966:30)5.

    Es indudable que el que domina nomina (califica), por eso los otros son los salvajes" (en su primigenia acepcin de lo cercano al mundo de la naturaleza.) o primitivos" o brbaros (los que no tienen un lenguaje como los hombres y hablan como los anmales).

    4. Los boers eran descendientes de antiguos colonos holandeses de Sudfnca, que fundaron en 1884 las repblicas de Orange y Transvaai, independientes de ia tutela britnica. En esa regin se detectaron yacimientos de oro. Los britnicos les declararon la guerra para quitarles las tierras, pero no Ies fue fcil, ya que recin ios vencieron en 1909. Los boers tipificaron una realidad paradjica: entablaron una guerra de guerrillas en pos de su independencia enfrentando a un enemigo poderoso e imperial, siendo capitalistas, esclavistas y racistas. Contra ellos tuvieron que vrselas los africanos zules.5. El explorador David Livmgstone -misionero escocs- representa la empresacolonizadora de por s, la ciudad de Manchester es el smbolo de la industria capitalista y la Biblia invoca la empresa ideolgica por antonomasia del colonialismo.

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    S -

    Etapas de la expansin: de la colonizacin a la globalizacin

    El sistema capitalista surge en el siglo XV en una parte de Europa occidental y se expande geogrficamente en ios siglos siguientes hasta cubrir el mundo entero, interviniendo y sometiendo a la casi totalidad de las sociedades (China y Japn nunca estuvieron bajo el control colonial occidental, aunque tuvieron que responder a su fuerza expansiva, a partir de siglo XIX). Donde quiera que penetr, transform ese territorio y a su poblacin en un mercado satlite de una metrpoli. A cada etapa del capitalismo le correspondieron importantes cambios tecnolgicos que transformaron el proceso de acumulacin.

    Estas nncvaciones, com o en su m om ento ia mquina de vapor, afectaron la organizacin de la produccin y del trabajo. Por otro lado, este desarrollo tecnolgico, com o las mejoras en ei transporte, las comunicaciones y los armamentos, facilitaron la expansin de ios pases europeos al resto del mundo (Wallerstein 1988:31). Las formas particulares que asumi cada intervencin colonial se correlacionaron con las etapas de desarrollo del modo de produccin capitalista y respondieron a las necesidades y a las contradicciones de este sistema: es as como Amrica, Asia y frica tuvieron que responder y respondieron de distintas maneras yen distintos momentos histricos a la conformacin del mundo

    * t

    colonial.

    Primer m om ento (siglos X V al XVIII): El Descubrimiento de Am rica y los otros

    El primer episodio o los inicios del proceso colonial se remontan al siglo XV y corresponden a la etapa llamada capitalismo mercantil. Tres acontecimientos son fundamentales en su aparicin: a) ei que conduce ala afirmacin de las monarquas absolutas y el surgimiento del Estado M oderno; b) el que emerge com o consecuencia del movimiento cientfico y cultural que encarn el Renacimiento y c) el fenomenal crecimiento econmico liderado por ia clase burguesa que comienza con la revolucin comercial y urbana de los siglos XI y XIII, durante ia Edad Media.

    Estos acontecimientos conducirn, en la segunda mitad del siglo

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  • XV, al desarrollo del capitalismo mercantil6, promoviendo en su expansin valores considerados universales, que de hecho son etno- cntricos, ya que formaban parte de esa visin del mundo que tena Europa. Los factores ms importantes que caracterizan este proceso fueron una actividad econmica sobre la base exclusiva del afn de lucro y un espritu de empresa erigido a partir de una racionalizacin creciente en la organizacin de la produccin, el comercio y los negocios y la progresiva desvinculacin de los trabajadores libres de ia propiedad de los medios e instrumentos de trabajo, a cambio de un salario que en realidad implicaba que no podan sobrevivir sin vender su fuerza de trabajo a los empresarios. En palabras del socilogo contemporneo Immanuel Wallerstem:

    Lo que distingue al sistema social histrico que llamamos capitalismo histrico es que en este sistema el capital (riqueza acumulada) pas a sei usado (invertido) de una forma muy especial Pas a ser usado con el objetivo o intento primordial de su auto expansin. En este sistema, las acumulaciones pasadas slo eran "capital" en la medida que eran usadas para acumular ms capital Siempre que, con el tiempo, fuera la acumulacin de capital la que regularmente predominara sobre otros objetivos alternativos, tenemos razones para decir que estamos ante un sistema capitalista (Wallerstem 1988:43).

    '" En esta primera fase del capitalismo se produce ei "descubrimiento

    de Amrica y, a partir de este hecho, la situacin de Europa desde el punto de vsta poltico sufri cambios significativos: a la hegemona de Francia e Inglaterra sucede, en el siglo XVI, la de Espaa. Pero seguramente el hecho de mayor trascendencia es que se cre un imperio colonial, una organizacin poltica, econmica e ideolgica de gran trascendencia, que ms tarde sera imitada por otras potencias.

    6. Es importante sealar que el trnsito del feudalismo a los inicios del capitalismo trajo consigo cambios culturales, tecnolgicos, comerciales y polticos, que se haban iniciado en los siglos anteriores ya que no fue una ruptura abrupta con lo medieval, sino el resultado de todo un proceso social y econmico.

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    Gomo dicen los historiadores Stanley y Brbara Sten: La edad de oro de Espaa fue un tiempo de conquista, no de paz: de plata, no de oro" (Stein y Stein 1970:31). I

    En Amrica a-situacin colonial adquiere las siguientes caractersticas: la expropiacin de las tierras a las comunidades indgenas, una economa basada sobre ei monocultivo y en la explotacin organizada alrededor de ls plantaciones y la minera, de carcter monoplico. Tambin se establecieron grandes propiedades, como la hacienda para abastecer a la economa minera y el trabajo forzado mediante la servidumbre para la poblacin nativa, organizado principalmente a travs dl sistema de encomienda y mitas (Menndez 1969). Los indios fueron explotados como vasallos de la monarqua espaola. No seran los vnicos explotados: en el siglo XVI, y particularmente a partir dl siglo XVII, se incorporar la mano de obra esclava africana como fuerza de trabajo en las plantaciones que se extendieron de Brasil a Virginia, en Amrica del Norte7.

    En poco tiempo se despliega un comercio triangular que sirvi para fomentar una divisin internacional del trabajo que involucraba a tres continentes: esclavos de frica a Amrica; minerales y comestibles de Amrica a Europa; bienes manufacturados de Europa y Amrica a frica" (Worsley 1966:12). Desde entonces, la tutela europea del capital sobre el resto del mundo dej su impronta hasta ser recientemente superada por los Estados Unidos.

    La conquista, ocupacin y administracin de la colonia permiti a los espaoles construir una sociedad de superiores e inferiores, de seores y siervos, de blancos y no blancos. En este escenario poltico y social de dominacin, la mirada europea a travs de los conquistadores, cronistas, viajeros y misioneros dividi el mundo colonizado en salvajes y civilizados, Comienza, conjuntamente con la conquista, la colonialidad dl saber que legitimar 1a accin civilizadora del hombre blanco.

    En esta visin dicotmica, la diversidad cultural encontrada en Amrica qued subsumida en una sola categora: ios indios. Antes de

    7. Las plantaciones eran empresas que se desarrollaron en zonas subtropicales y tropicales, especializadas en un solo cultivo orientado a la exportacin: utilizaba fuerza de trabajo dependiente e inmovilizada de esclavos trados de frica contra su voluntad.

  • la llegada de los europeos no haba indios", sino pueblos identificados en singular. Podramos hablar de identidades arrebatadas, de culturas desguasadas, que han provocado efectos culturales diversos y de distinta intensidad en los diferentes pueblos indgenas. Sin embargo, muchos de los pueblos americanos sometidos recurrieron a ia rebelin intermitente, cuando las circunstancias resultaban favorables o. en algunos casos, a la apropiacin de elementos y prcticas de la cultura ajena, como fue el caso de la incorporacin del caballo para ponerlo ai servicio de sus propios intereses. En otros momentos, la permanencia de prcticas tradicionales re-significadas, como ciertos ritos colectivos en las fiestas anuales, cumplen con la funcin de renovar ei sentido de pertenencia del grupo y, en Ja mayora de los casos, recuperar la humanidad8 que les fuera arrebatada en este proceso colonial (Bonfil Batalla 1994:193).

    Segundo m om ento (siglos X IX y X X ): colonialism o y A ntropologa cientfica

    Desde los inicios de la gran industria en la era del maqumismo (1800), hasta los aos posteriores a la Segunda Guerra Mundial (1950), se extiende una segunda fase de la expansin capitalista, caracterizada por los contrastes entre centros industrializados y perifricos y que se diferenciar notablemente del momento anterior. No obstante la colonizacin de Amrica y del frica y la existencia de una economa internacionalizada, hasta mediados del siglo XIX persistan economas slidamente organizadas en China, Japn y en el mundo islmico. Estas sociedades son ejemplos de mundos regionales o de las llamadas economas-mundo, concepto acuado por el brasileo Renato Ortiz, cuando hace referencia a aquellos pueblos que pudieron permanecer fuera de la influencia europea hasta las ltimas dcadas del siglo XIX, exceptuando algunos pocos contactos con

    8. El concepto de humanidad refiere, en este caso particular, a la idea de un sujeto, de un pueblo que sometido a una experiencia de dominacin y humillacin tiene la capacidad de intervenir en su propio destino con el objetivo de lograr su libertad.

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    comerciantes y funcionarios. Es el caso de Japn, que desarrollaba su economa ligada fundamentalmente al imperio celestial de la China (Ortiz:1999:36).

    Segn Eric Hobsbawm, recin en el siglo XIX se crea una economa nica, que llega progresivamente a los lugares ms remotos, con una red cada vez ms extensa de transacciones comerciales y comunicaciones, que conecta a los pases industrializados entre s y con ei resto del mundo. En realidad, ia diferencia entre pases adelantados y atrasados no exista anteriormente, sino que es una consecuencia directa de la Revolucin Industrial, a partir de Ja cual se clasifica a las sociedades tomando como parmetro los niveles de desarrollo tecnolgico y material para determinar los grados de progreso o la civilizacin de ias sociedades.

    Esta etapa se caracteriza por nuevos adelantos tecnolgicos como el telar industrial y la mquina de vapor, que se utilizar para la produccin, ia traccin y las comunicaciones. Por otro lado, la organizacin del trabajo en las fbricas producir un sensible desplazamiento demogrfico haca los centros donde se instalan esas fbricas. Y, en consecuencia, las migraciones aumentarn la poblacin de los centros urbanos, con consecuencias sociales importantes para la clase obrera en su conjunto: las enfermedades y el hacinamiento acompaarn su cotidianedad transformando a las ciudades en mbitos de contraste extremo entre ei esplendor de ios que poseen el capital y la miseria del trabajador y su familia.

    El capitalismo industrial en sus diferentes momentos contribuy a cimentar el poder poltico y las fuerzas militares de las naciones que llegaron primero a una economa basada sobre la industria y que no titubearon en imponer la supremaca de su tecnologa en la guerra. Estas naciones se transformaron en las grandes potencias de los siglos XIX y X X (Inglaterra, Francia, Alemania y un poco ms tarde los Estados Unidos de Norteamrica).

    En las ltimas dcadas del siglo XIX se produjo en Europa una disminucin de la tasa de ganancia en todas las ramas de la actividad econmica, como consecuencia de la falta de salida suficiente para absorber los productos industriales y los capitales acumulados; esta crisis condujo a una reestructuracin profunda del sistema capitalista. Desde el punto de vsta econmico, lo fundamental del proceso es el reemplazo de la libre competencia por los monopolios, que trajo aparejado el fenmeno del imperialismo, que marcar el

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  • comienzo de una nueva manera de dominar: ia unificacin del globo en nico sistema econmico y social en manos de las principales potencias.

    Los rasgos ms importantes del imperialismo son la continua concentracin de la produccin y del capital, que ha conducido a ia creacin de los monopolios; la fusin del capital industrial y el bancano, que genera el capital financiero; la importancia creciente de la exportacin de capitales sobre la de mercancas; la formacin de asociaciones capitalistas monoplicas internacionales y, por ltimo, el reparto territorial de todo el mundo entre las potencias capitalistas. Del mismo modo que en la etapa anterior del capitalismo mercantil, encontramos nuevamente los dos polos involucrados en la relacin colonial: metrpolis / colonias; civilizados / primitivos .

    En este contexto mundial, el continente africano ser botn de guerra de las potencias europeas, configurndose una nueva situacin colonial que repetir caractersticas ya observadas en otras pocas y espacios: lo pre-coonial considerado como inexistente, la negacin de lo existente mediante la desvalorizacin y la discriminacin, ia apropiacin de las tierras y de las poblaciones para su utilizacin como fuerza de trabajo y la evangelizacn forzada. Nada que escape a otros momentos histricos.

    Para Peter Worsley, el reparto de frica, consensuado por las potencias europeas durante el Congreso de Berln de 1885, inicia un nuevo modelo de dominacin: la unificacin del mundo en un nico sistema social:

    Los impenos mundiales que se repartieron la Tierra no crearon un conjunto de imperios cerrados y mutuamente separados segn el modelo tradicional chino. Francia, Gran Bretaa, Alemania, Holanda, Italia, incluso Espaa y Portugal, estaban interconectados en un marco abovedado de combinaciones de comercio y poder, alianzas y oposiciones engendradas por un capitalismo en expansin" (Worsley 1966:17).

    Edward Said, pensador palestino contemporneo, describe la importancia de la colonizacin cultural en el marco de este proceso de dominacin total y que en el plano mas visible se da con ia transfor

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    macin fsica y arquitectnica del territorio colonial. Por ejemplo, la construccin de nuevas ciudades coloniales (Argel, Delhi, Saign), con nuevos estilos artsticos y arquitectnicos, nuevas elites imperiales, con sus prcticas diferentes que alteran la dinmica de la vida cotidiana. Se suma el desplazamiento de ia poblacin nativa hacia la periferia de la ciudad y el establecimiento de privilegios urbanos que marcarn las luces y las sombras en un mismo mbito colonial, tal como ocurri en El Cairo a finales del siglo XIX. la ciudad fue dividida, una nica calle separaba el pasado y el futuro como una barrera infranqueable. Al Este,

    "la ciudad nativa, premdustnal en tecnologa, estructura socialy modo de vida, sus calles de arena o lodo"(...), el agua suministrada por aguateros itinerantes (...) .Al oeste, "la ciudad colonial con su tcnica alimentada a vapor, sus vas rpidas, sus jardines franceses (...) y los rboles cuidadosamente podados y sus residentes europeos (.). Se entraba a la vieja ciudad en caravana y se la atravesaba a pie o a lomo de animal (...); se entraba a la nueva por tren y se segua en carruaje' (Said 1993:210).

    No demasiado lejos en el tiempo y en ei espacio donde se levanta El Cairo, Franz Fann describe a la ciudad de Argel como igualmente dividida en colonos y colonizados y regida por

    "el principio de exclusin recproca: no hay conciliacin posible, uno de los trminos sobra: ...La ciudad del colono es una ciudad dura, toda de piedra y hierro.Es una ciudad iluminada, asfaltada, donde los cubos de basura estn siempre llenos de restos desconocidos, nunca vistos, ni siquiera soados. Los pies del colono no se ven nunca, salvo quiz en el mar, pero jams se est muy cerca de ellos {...). La ciudad del colono es una ciudad de blancos, de extranjeros (...). La ciudad del colonizado, o al menos la ciudad indgena, la ciudad negra, "la medina o barrio rabe, la reserva es un lugar de mala fama, all se nace en cualquier parte, de cualquier manera. Se muere en cualquier parte, de cualquier cosa... La ciudad del colonizado es una cuidad hambrienta de pan, decame, decarbn, de luz {)

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  • Es una ciudad de negros (...). Es un mundo sm intervalos, los hombres estn unos sobre otros, las casuchas unas sobre otras (...) La mirada que el colonizado lanza sobre la exudad del colono es una mirada de lujuria, una mirada de deseo. Sueos deposesin.. (Fann 1972: 33-34).

    Como parte del capitalismo y en el marco de colonizacin, entra en accin ia ideologa rafcista, legitimada con el discurso de la ciencia. El racismo justifica la desigualdad y afirma que aquellos que estn econmica y polticamente oprimidos son culturalmente inferiores por caractersticas fsicas heredadas. El racismo es ia creencia en que las diferencias fsicas transmitidas por va gentica determinan ia presencia o ausencia de ciertas capacidades en las sociedades humanas. Estos enunciados permitieron y permitenjustificar ideolgicamente lajerarquizacin de la fuerza de trabajo y la distribucin desigual de sus recompensas y socializar a los grupos en el papel que se les ha adjudicado dentro de ia economa (Wallerstem 1988: 68-69).

    La A ntropologa encuentra su objeto de estudio

    La realidad colonial que las potencias occidentales legitiman a partir del Congreso de Berln de 1885, posibilitar a la Antropologa -hacia principios del siglo XX- a abrir un nuevo campo de conocimiento: ia descripcin de culturas desconocidas para Occidente, al encontrar su objeto de estudio en las llamadas sociedades primitivas9- Los antroplogos tornarn visible la diversidad cultural de las sociedades no europeas a travs de una aproximacin terica relativista y poniendo en prctica una tcnica pardcular, el trabajo de campo, que garantizara la rigurosidad cientfica.

    Este inicial trabajo de campo consiste en la convivencia y la observacin con participacin en las comunidades por un perodo de tiempo

    9. A pesar que, la gran mayora de los trabajos antropolgicos eran llevados a cabo en las regiones colonizadas, algunos antroplogos realizaron investigaciones en la misma Gran Bretaa en la dcada de 1890, en comunidades inglesas e irlandesas con el propsito de estudiar las consecuencias polticas y sociales de la industrializacin y urbanizacin (Gledhill 2000).

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    prolongado; su propsito es observar la conducta tal como se manifiesta, manteniendo con la comunidad un extenso dilogo sobre sus prcticas y creencias. Se torna un requisito el estudio en comunidades pequeas que harn posible la mplementacin de dicha tcnica. Estas sociedades primitivas eran consideradas como sistemas cerrados, autosuficientes, como si funcionaran independientemente del sistema colonial vigente. El objetivo principal del antroplogo era dar cuenta de la totalidad de la cultura, dejando fuera del anlisis las dimensiones econmicas y polticas. As sintetiza Lischetti, este momento conocido como el perodo clsico de a Antropologa:

    Si bien no todos, los antroplogos de este perodo -llamdo clsico- estaban interesados en la defensa del relativismo cultural, consistente en considerar a todas las culturas como igualmente vlidas, y se preocupaban por demostrar que una sociedad con una tecnologa simple (''primitiva") no significaba una mentalidad simple ("primitiva) de sus miembros. El calificativo de clsica hace referencia al momento en que la Antropologa despega como ciencia en cuanto a la riqueza de su produccin terica (investigaciones, publicaciones, ctedras en distintas universidades) y a la originalidad de las tcnicas empleadas en el estudio de los pueblos no occidentales. A partir de este momento ser reconocida dentro de las ciencias sociales por sus aportes al conocimiento de tas sociedades" (Lischetti 1997:32).

    Consideramos que, ms all de la ii&portanca de ia tcnica de trabajo de campo, aquello que constituye el aporte ms significativo de esta disciplina a las ciencias sociales es su aproximacin terica a las realidades sociales desde un marco de referencia relativista, que trasciende una visin del mundo basada sobre las premisas de la cultura y ia historia europea. Sin embargo, esta contribucin ha quedado ensombrecida por la suposicin de que Occidente y su civilizacin constituan el futuro de la humanidad. Es el mismo concepto de "primitivo para designar a los pueblos no occidentales que delata esta presuncin de superioridad.

    'X

    47

  • La descolonizacin y la A ntropologa

    Desde sus inicios, el proceso de colonizacin despert en los pueblos dominados la necesidad de su liberacin. Para lograr ese propsito iniciaron ei trayecto hacia la independencia en diferentes momentos y poniendo en prctica variadas estrategias: desde las formas encubiertas de resistencia campesina expresada en las mquinas que aparecan rotas en la aparente tranquilidad de la vida rural, las rebeliones pacficas al orden colonial francs cuando las mujeres argelinas se negaban a abandonar la costumbre del velo (smbolo de status en esa sociedad) hasta las prcticas rituales, com o la ceremonia de la lluvia, que favorecan el rechazo a ios valores e ideologas dominantes y recreaban la autoridad de los jefes nativos.

    Tambin se dieron reacciones ms organizadas, que ocurrieron en los ltimas etapas del proceso de descolonizacin, com o las demandas de libertad y las denuncias de torturas y abusos en los congresos internacionales. El ms antiguo de estos movimientos es el Congreso Nacional Indio, fundado en 1885 y existente, por io menos nominalmente, hasta hoy. Durante los aos ms difciles de su historia estuvo orientado por Mahatma Gandhi, que haba elaborado una tctica no violenta de oposicin y que muchos movimientos de liberacin no compartan (Wallerstein 2001:26).

    AI mismo tiempo, se llevaron a cabo maneras de resistencia que recurran a la violencia directa contra los colonizadores y sus posesiones (incendios de plantaciones, muertes, robos), algunas de carcter espontneo y otras ms organizadas. Sin embargo, y a pesar de la variedad de las formas que asuman estratgicamente, todos estos movimientos compartan la necesidad de recuperar ia categora de hombres, la cultura y la historia que les fuera arrebatada.

    El proceso de descolonizacin poltica se inicia formalmente con la independencia de la India en 1947 y alcanza su etapa culminante a finales de la dcada de los cincuenta y principios de los sesenta en Africa y el Sudeste asitico. La culminacin de este proceso llevar a la desaparicin de ios grandes imperios coloniales en trminos territoriales y el mundo quedar nuevamente escindido: de un lado los pases desarrollados y del otro el llamado Tercer Mundo,

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    categora que, por efecto de simplificacin, comprende realidades socioculturales diferentes (pases de Amrica Latina, Asia y frica), unificadas por una dependencia econmica comn (Menndez 1969:79)- A esta nueva forma de relacin se l denomina neocolonia- lismo y consiste en mantener la influencia econmica y el dominio poltico indirecto, que restringen y condicionan la independencia de ios nuevosi

  • parece descubrir, a la luz de un mundo que se descolomza, que el africano (y ms generalmente el hombre del Tercer Mundo) tambin sea, quiz ante todo, un campesino, un ganadero o un obrero, un ser social e histrico; en una palabra, simplemente un hombre antes que un ser "extico, un indgena o un "primitivo...3(Leclerc 1972: 228-229).

    La incorporacin de la dimensin histrica produjo investigaciones que incluyeron los efectos y consecuencias no econmicas de la colonizacin, como, por ejemplo, los conflictos tnicos que afectaron y afectan actualmente a muchos pases africanos. Es el caso de las nuevas naciones independientes luego de la Segunda Guerra Mundial, que fueron diseadas como unidades territoriales de acuerdo con las necesidades de las polticas coloniales, sin considerar que se agrupaba a etnias con tradiciones culturales y liderazgos enfrentados que se sostenan unidas por la presencia de la autoridad colonial (Gledhill op.cit.).

    En tercer lugar, se reivindica ei relativismo cultural y la tcnica del trabajo de campo, que caracterizaron a la antropologa clsica, privilegindose las interpretaciones que focalizan la perspectiva del actor, es decir, la palabra de los sujetos que se estudian. Como seala Menndez, ser en esta visin emic donde la antropologa recupere parte de la seguridad que haba perdido al reconocer tardamente la situacin colonial.

    Por ltimo, una de las; tendencias ms notables est relacionada con la incorporacin de las propias sociedades como objeto de estudio. En tanto algunos antroplogos continuaron con sus trabajos en las sociedades no occidentales y lejanas, otros se volcaron al estudio de sus propias sociedades y a veces de sus grupos de pertenencia, de su propia etna.

    antropolgicos10. Es el m omento en que la Antropologa

    10. Se puede ver el detalle de estos debates en el captulo sobre Movimientos Tericos Posteriores.

    50

    Si el mundo Juera determinista, no habrat -+i lugar para las utopas"

    (Ilya Pngoyine, Premio Nbei de Qumica).

    /Si en las primeras etapas del desarrollo del sistema capitalista los

    estados europeos eran los actores principales de la expansin conquistadora, en las ltimas dcadas los grandes grupos econmicos financieros han ocupado ese lugar. La dcada del 60 se puede considerar como una eta^a transicional dentro de este sistema social en el que se establecen nuevas maneras de dominar el mundo (Jameson 1999:18). Algunos de los fenmenos sociales que la identifican son l neocolo- nialismo, la expansin de las empresas multinacionales, el desarrollo fabuloso de redes de informacin electrnica. Los cambios polticos y tecnolgicos de estos aos conducirn a la etapa actual del proceso histrico, al que Fredenc Jameson denomina capitalismo tardo, y que se caracteriza particularmente por el poder hegemnico del capitalismo financiero y del proceso de globalizacin.

    La globalizacin (etapa actual de la expansin capitalista iniciada en ios siglos X V y XVI) representa el mundo entendido como un todo, un sistema nico, con una organizacin mundial a cargo de algunos estados capitalistas poderosos, que se acrecent en 1989 con la cada del muro de Berln, que represent metafricamente el fracaso del socialismo sovitico. En la actualidad el proceso de globalizacin es liderado por ios Estados Unidos, tanto en el terreno econmico-financiero cuanto en ei militar y comumcacional. Jsi

    Como hemos sealado el fenmeno de la mundializacin no es nuevo y sus races histricas son profundas. An as, debemos destacar algunos rasgos de la globalizacin que le otorgan originalidad. Pnmero, el monopolio de la revolucin tecnolgica en sus dos vertientes: la informtica y la gentica, que parecen permitir un ahorro de la fuerza de trabajo y de las instalaciones requeridas en la etapa anterior del capitalismo. Por otra parte, los avances tecnolgicos en los medios de comunicacin y el transporte nos han hecho tomar conciencia de la globalidad: es posible estar observando a travs de un televisor o en una pantalla conectada a Internet, en el mismo momento que sucede,

    Tercer momento: la diversidad en el mundo global

    51

  • desde la participacin de nuestro equipo en el Mundial de Ftbol hasta la imagen aterradora de un avin de lnea lleno de pasajeros que choca y destruye los edificios ms emblemticos de un pas del Norte. Estas innovaciones tecnolgicas tienen una influencia extraordinaria en la mundializacin de la cultura dominante: computadoras, conexiones satelitales facilitan la comunicacin a escala planetaria, dejando la trasmisin de ia informacin en manos de algunas pocas cadenas televisivas globales.

    Segundo, el control de los flujos financieros que regulan la economa mundial, el actual flujo de ganancias y transferencias de capital hacia los pases centrales en beneficio de segmento que domina el capital globalizado (transnaconal) supera ampliamente el reducido flujo de capitales hacia los pases perifricos (Amin 2003). Tercero, la extraterritorialidad de los centros de produccin de significados y valores estn liberados de los espacios locales y se manifiesta en Ja americanizacin de mundo, irradiada desde ia cultura hegemnica. Cuarto, la creciente urbanizacin como consecuencia econmica y social del sistema capitalista. Y, quinto, la tendencia a ia profundizacn de ia desigualdad en ia distribucin de las riquezas.

    Pero esta imagen de un mundo globalizado, de una aldea global , debe completarse con la imagen invertida de los otros , los locales, los sectores o Jos conjuntos sociales de los propios pases poderosos y de las sociedades dependientes y ms empobrecidas. En otras palabras, al mismo tiempo que se pone en marcha un proceso de dimensiones planetarias en los negocios, las finanzas, el comercio y en ei flujo de informacin, emerge un proceso localizador. En realidad, las polticas planetarias se reflejan en esas realidades locales. Por lo tanto, la globalizacin y ia localizacin pueden verse como dos caras de ia misma moneda: son las formas de expresin de la nueva polarizacin y estratificacin de ia poblacin mundial: ricos giobalizados y pobres localizados. Como dice Zygmunt Bauman: ser local en un mundo globalizado es una seal de penuria" (Bauman 1999:9).

    La A ntropologa y la globalizacin

    En el mbito de los conflictos locales es donde la Antropologa reencuentra su objeto de estudio inserto en nuevas realidades complejas que reflejan cmo se desmembran imperios o federaciones, cmo se afirman

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    ciertos particularismos, cmo naciones y culturas reivindican su existencia particular, cmo diferencias religiosas o tnicas se invocan con fuerza hasta conducir a la violencia" (Auge 1998:23). Y no podemos dejar de incluir en esta realidad social a los grandes movimientos migratorios que reflejan la desigual situacin poltica y econmica de las regiones ms castigadas y miserables de mundo11 que activan y potencian las actitudes racistas y xenfobas ep las nuevas sociedades de residencia.

    Uno de los requisitos de la antropologa actual es ia de encontrar un enfoque terico que le permta establecer los vnculos entre el sistema global y las formaciones sociales particulares donde se referencia su objeto de estudio. Es decir, la bsqueda de asociaciones entre las historias y los procesos locales que estudiamos los antroplogos y el sistema hegerjtinico mundial.

    Desde esta perspectiva, la Antropologa no puede hablar ms de sociedades aisladas, ni siquiera de aquellas ms remotas y alejadas (que en realidad nunca lo estuvieron del todo), tal como lo haca la antropologa clsica. Por ei contrario debe incorporar a sus estudios la interconexin entre cada una de ellas y el orden internacional vigente.

    Un ejemplo de este nexo entre lo estructural y la realidad social particular es el estudio de la antroplogajune Nash sobre el proceso de trabajo en las minas de estao en Bolivia, Nash describe la situacin de explotacin capitalista (marco estructural) a que son sometidos los obreros y las luchas reivindicativas en las que se comprometen ios trabajadores. En estas prcticas sociales aparecen creencias resigm- ficadas del perodo precolonial que sirven para interpretar y actuar sobre la explotacin actual, constituyndose en fuente de resistencia y oposicin (realidad social particular)12 Como cuenta Pires Do Ro Caldeira sobre la investigacin de Nash: es

    era el proceso de trabajo en las minas, la creencia en el diablo lo ayuda a amentar una solidaridad entre los trabajadores; y en la historia de los mineros bolivianos.

    11. En el ao 2001, solamente Europa tenia 19 millones de inmigrantes, 3 millones de ellos, ilegales.12. Ver en el captulo Movimientos tericos posteriores los diablos del capitalismo.

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  • las grandes revueltas y huelgas tienden a ocurrir en pocas especficas, todas ellas asociadas a importantes rituales relacionados con creencias heredadas del perodo pre- colomal' (Pires Do Rio Caldeira 1989).

    A ntropologa y la construccin de la otredad: diversidad y desigualdad

    Este desandar por la historia del colonialismo nos ense cmo la Antropologa se configur como disciplina a partir de "encontrar su objeto de estudio en el otro cultural. El aporte de nuestra disciplina y en particular como producto! de su praxis (el estudio emprico en unidades de observacin discretas), es ei descubrimiento de la otredad cultural, al recortar inicialmente de la realidad social el espacio de los grupos tnicos y socioculturales no europeos y de los pueblos campesinos. Estos grupos que, a lo largo del proceso de descolonizacin, formarn parte de los pueblos del Tercer Mundo y recientemente, constituyen el mundo de lo local .

    El carcter histrico de esta categonzacn se ha manifestado en los sucesivos imperios coloniales y adems lo veremos reflejado en las escuelas tericas ms importantes de la Antropologa (el evolucionismo, el funcionalismo, el estruetural-funcionalismo britnico, el particularismo historico de la antropologa clasica, entre otras) y en los enfoques de los movimientos teoricos posteriores, a partir de la descolonizacin.

    Gomo sealamos al comienzo de este captulo, la situacin colonial cre al salvaje, al primitivo, al indio, con una imagen invertida a la del europeo. Desde esa perspectiva, el salvaje confirmar la superioridad de a civilizacin y as el europeo estigmatizar a los otros como portadores de caractersticas inferiores, justificndose a s mismo. Estos discursos ideolgicos son posibles porque en las relaciones de dominacin s intentan licuar las diferencias en una mirada etnocntrca, simplificadora y esencializada (sin cambios, inalterable, cristalizada) de los otros.

    En el siglo XIX y desde el evolucionismo, primer paradigma cientfico de la Antropologa, los otros culturales, los salvajes, son caracterizados como los primitivos, en una escala de progreso uni- lineal en donde el punto de llegada es la civilizacin occidental. Son representantes de las primeras etapas de la evolucin cultural en una

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    lnea de desarrollo tecnolgico13. En este momento hace su irrupcin la ideologa racista, justificadora de la explotacin y la desigualdad a que se somete a los otros.

    En las primeras dcadas del siglo XX, en el momento en que la Antropologa se consolida como ciencia, los pueblos primitivos comienzan a ser percibidos como "diversos , diferentes a las culturas occidentales. Son observados y caracterizados como comunidades homogneas en su estilo particular de vida y a sus miembros se los concibe.como inmersos en redes de armona y estabilidad14. Son buenos ejemplos de esta interpretacin los estudios realizados desde las teoras funcionalista y del particularismo histrico.

    Esta representacin de las otras culturas conducir a exagerar la otredad o a enterrarla en una pura diferencia, sin tomar en cuenta 1a situacin de dominio colonial a la que estn siendo sometidas. En este momento, van a permanecer ocultas las relaciones de poder y conflicto, que se diluirn en una perspectiva relativista, de aceptacin de las diferencias y negacin de la desigualdad. Un ejemplo clsico de esta perspectiva es la poltica de defensa del apartheid sudafricano: se justificaba la discriminacin en aras de mantener la diversidad de culturas negras africanas frente a la cultura blanca europea.

    Otro enfoque sobre la diversidad, cercano al anterior y a la Antropologa, y tambin presente en algunas corrientes filosficas actuales, consiste en percibir al otro desde el discurso de la tolerancia, que se expresa en estos trminos: tienen derecho a vivir as' , estn acostumbrados" , es cultural!'. Esta perspectiva relativiza todo.s los valores y creencias. Como defensa de la tolerancia, implica la aceptacin de la diversidad en trminos de igualdad pero, paradjicamente, tambin lleva a la aceptacin de realidades sociales opresivas e injustas, despojando alos sujetos (entre ellos alos cientficos) de toda responsabilidadtica frente a esos otros. ,

    La Antropologa puede estudiar diferentes problemticas relacionadas con instituciones como la familia, las prcticas educativas, polticas, religiosas, los grupos tnicos, los migrantes urbanos recientes, las realidades barriales, las relaciones de gnero, los rituales, e interpretar

    13. Ver evolucionismo.14. Ver funcionalismo, particularismo histrico y estructurai-funcionalismo.

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  • las diferencias en trminos de diversidad cultural. Ha peleado esforzadamente para demostrar que la diferencia cultural no recoge lo extico y lo extravagante de otras culturas, sino aquello que las distingue culluralmente, sin dejar de lado las semejanzas de la vida cultural de las sociedades" (Moore 1996:22).

    Pero, una vez admitida y aceptada la diversidad cultural, este punto de vista resulta insuficiente. La interpretacin de ios fenmenos sociales requiere contextualizar esas diferencias en los procesos histricos de dominacin, explotacin y exclusin. Y, an ms, en las realidades sociales concretas donde se producen. Es importante comprender, explicar y denunciar cundo la nocin de diversidad oculta las relaciones de poder y desigualdad presentes en las sociedades.

    i l

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    58

    Alteridades y cultura

  • i i)

    Identidades socialmente construidas

    M. C. Chiriguini

    Introduccin*

    En el transcurrir de su desarrollo disciplinar, la Antropologa, de mismo modo que las dems disciplinas cientficas, ha formulado, abandonado, recuperado y reactualizado conceptos para dar cuenta de la realidad que intenta explicar. Estos conceptos son siempre construidos desde determinada perspectiva terica y prctica; por lo tanto, su uso, definicin y aplicabilidad en la interpretacin de las problemticas sociales estar condicionada por quienes los Usen segn sus propios enfoques tericos, metodolgicos e ideolgicos.

    Este captulo tratar sobre las identidades, haciendo explcitas las perspectivas tericas que acompaan a cada definicin'y sus consecuencias en la interpretacin de los fenmenos sociales. Presentaremos en primer lugar el enfoque esencalista, el ms clsico, que define a la identidad como lo que permanece inalterable a travs del tiempo, lo idntico a s mismo, lo que perdura conforme a ciertos rasgos esenciales. En segundo lugar comentaremos el enfoque relacional que, en oposicin al anterior, considera a la identidad nicamente en trminos de la dinmica social que caracteriza a ios grupos sociales, en tanto sostiene que la nocin de identidad es una construccin colectiva y polifnica, abierta, siempre en construccin y sujeta a la posibilidad de resignificacin, segn las condiciones histricas.

    Tambin trabajaremos ei concepto de etnocentnsmo, entendido como un juicio dogmtico sobre ia superioridad de la propia cultura, enfoque que ha sido reiteradamente denunciado desde la antropologa clsica a principios del siglo XX hasta la actualidad en corrientes tericas posteriores. Junto a la progresiva sensibilidad de otras disciplinas

  • sociales y de algunos medios de comunicacin, la Antropologa va a seguir siendo quien contine en primer lugar denunciando los presu- 3 puestos etnocntncos en muchas de las interpretaciones sobre la rea- lidad, como veremos ms adelante, en particular cuando presentemos las teoras del determmismo cultural y el relativismo cultural.

    De acuerdo con lo expresado, decimos que la nocin de identidad es el resultado de una construccin social y su definicin estar rea- \ cionada con el enfoque terico que se privilegie. Tambin comparte con otras nociones el hecho de ser histricamente construida: su uso ^acadmico tiene un moinento relativamente reciente de reaparicin y auge, relacionado con determinados acontecimientos sociohistncos, entre ellos los movimientos migratorios. Es en a dcada del cincuenta cuando comienza a usarse el trmino identidad desde la Psicologa Social en Estados Unidos, como una herramienta conceptual para estudiar la problemtica de los inmigrantes y las dificultades de su integracin a la nueva sociedad de residencia.

    Un poco ms cercano en el tiempo, en los aos sesenta, dos eran los temas que ocupaban la atencin de las ciencias sociales. Por un lado, ia asimilacin de las minoras tnicas y en particular de los negros a la sociedad norteamericana hegemnca y por el otro, las nuevas identidades emergentes del movimiento feminista contemporneo y del movimiento gay. En la actualidad, son los Estudios Culturales y el multiculturalismo -perspectivas acadmicas dominantes en Estados Unidos- los que retoman con fuerza 1a cuestin de las identidades. Estos enfoques privilegian ios estudios sobre las minoras sociales y tnicas, poniendo gran nfasis en la diferencia y la identidad de esos grupos, descartando la poltica asimilaconista de las dcadas anteriores que propiciaba la integracin cultural a la sociedad hegemnca. La premisa bsica del multiculturalismo es la tolerancia de la diferencia (negros, latinos, indgenas), la aceptacin de lo heterogneo, sin dar cuenta de la heterogeneidad interna de esos mismos grupos y del contexto general en que tienen lugar los procesos de tomas de decisiones.

    Desde un pensamiento crtico, se considera que el tratamiento dado al concepto de identidad desde la diferencia es encubridor de otras relaciones sociales, en particular de las relaciones de poder y desigualdad.Nos referimos al hecho de que si describimos los conflictos entre los grupos sociales nicamente en trminos de identidades contrastvas (opuestas, contrarias), de culturas en pugna o subculturas, estamos dejando de lado la relacin de dominacin y subordinacin propias

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    de toda estructura social. Es difcil imaginar las sociedades como un mosaico de identidades homogneas simtricas y estables. No todos los grupos tienen el mismo poder de identificacin, en tanto este poder deviene de la dinmica de poscionamientos que ocupan esos grupos en una determinada estructura social. No todos tienen el mismo poder para nombrar y para nombrarse. Podramos decir que el que domina nomina, legitimando la jerarquizacin de las sociedades, de las naciones en el concierto mundial.

    Ms all de estas teoras de la diferencia, anticipbamos en prrafos anteriores que se poda rastrear el inters que despierta el tema de la identidad y las identidades a partir de los algunos de los hechos sociohistncos que afectaron y afectan a las sociedades en las ltimas dcadas: %

    la disolucin de los bloques antagnicos este/oeste, la intensificacin de los trnsitos migratorios, el debilitamiento de la ideas de nacin y ciudadana, la fragmentacin identitana y cultural que apareca tempranamente, como contracara de la globalizacin" (Arfuch 2002:19).

    Son estas algunas de las circunstancias ms importantes que favorecern el surgimiento de nuevas identidades tnicas, etanas, de gnero, religiosas que despertarn el inters, por un lado, de la Antropologa y de las ciencias sociales en general y por otro, de ios medios de comunicacin, formadores de opinin en el anlisis del discurso cotidiano sobre el otro. Se tornarn visibles identificaciones polticas no tradicionales y se sumarn nuevas formas de ciudadana en ei espacio urbano (Arfuch 2002), luchando por sus derechos y reconocimientos. En nuestro pas (como en otros) la lucha contra la dictadura y ia instalacin del modelo neoliberal dieron lugar a la emergencia de movimientos sociales que constituyeron y fortalecieron identidades, como las de as Madres de Plaza de Mayo, Abuelas, H.I.j.O.S. reclamando por la aparicin con vida de sus familiares ante los responsables de la dictadura ms cruel de nuestra historia. Y, compartiendo ios mismos espacios pblicos (las calles, la Plaza de Mayo), otras identidades adquieren visibilidad como la de los piqueteros, los jubilados, los estudiantes, entre otros, exigiendo por derechos tambin violentados.

    En este trabajo usaremos las nociones de identidad colectiva para referirnos a las identificaciones con determinados conjuntos sociales o

  • colectivos, llmense etnias, clases sociales o nacin, incluyendo tambin a las identificaciones relacionadas con movimientos sociales diversos: de gnero, de raza, religiosos o polticos. Privilegiaremos los ejemplos de identidad tnica por su pertinencia clsica con nuestra disciplina, la Antropologa.

    Identidad, alteridad y cultura

    Cmo nos representamos a nosotros mismos y cmo nos representan los dems son cuestiones que nos vinculan con la nocin de identidad. Una primera aproximacin a su definicin nos dice que la identidad es un proceso de identificaciones histricamente apropiadas que le confieren sentido a un grupo social. Las identificaciones implican un proceso de aprehensin y reconocimiento de pautas y valores sociales a los que adscribimos y que nos distinguen de otros" que no los poseen o comparten. En este camino se constituirn los lmites socialmente aprendidos que marcarn el sentido de pertenencia y que manifestarn las diferencias entre lo propio y lo ajeno. En ese sentido, las identidades se definen de manera negativa en el marco de las relaciones sociales donde interactan permanentemente los seres humanos: la identidad femenina frente a la masculina, ser un adolescente es no ser adulto o nio, proclamarse como poltico de izquierda es no ser de derecha. Entonces decimos que ia identidad implica la pertenencia a algo -un nosotros- y simultneamente la diferencia con un algo que no somos -un otro- que conforma un universo cultural distinto. Parafraseando a Patricia Campan, sealamos que la identidad se constituye en el momento que nosotros tomamos conciencia de un otro diferente (que tambin es parte de un conjunto social), de un otro que representa caractersticas ajenas a la propia.

    A este reconocimiento de ia diferencia, a este proceso de extraamiento se lo denomina alteridad. Cuando Occidente se expanda a partir de sus viajes, los pueblos que se iban descubriendo, se constituyeron en la alteridad para 1a sociedad colonizadora. Del mismo modo y simultneamente para los pueblos colonizados, ia alteridad estaba representada por la sociedad europea que buscaba imponer su dominio. Cuenta el antroplogo Claude Lvi-Strauss que a poco de producirse la llegada de los espaoles a Amrica enviaron comisiones de expertos, la mayora sacerdotes, para comprobar si los indios tenan alma

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    inmortal o, en su defecto, eran meros animales; por su parte, algunos nidios, ahogaban a los prisioneros blancos para ver si sus cadveres se pudran o, s, por el contrario, eran poseedores de una naturaleza inmortal (Lvi-Strauss 1979:18). % r

    En los diferentes escenarios sociales y culturales donde transcurre nuestra existencia y desde los primeros aos se van originando identificaciones sucesiyas que necesariamente tienen una dimensin individual y una dimensin social, siempre construidas a partir de oposiciones. En realidad la identidad individual se va constituyendo a partir de 1a identidad social del grupo de pertenencia, por lo tanto toda identidad individual es una identidad social.

    El proceso identitario es en s un proceso complejo, en ei que las identificaciones se elaboran en forma colectiva (en la familia, la escuela, el club, la calle), pero tambin en el plano de las subjetividades, de acuerdo con nuestra propia experiencia individual, dotando de diversidad (polifona) ai grupo social de pertenencia. Sentirnos parte de una familia, de un club de ftbol, de una agrupacin poltica, es el resultado de un doble proceso: de lo colectivo, de experiencias compartidas grupaimente y de lo particular, en cuanto a la manera en que procesamos esas experiencias, no como individuos sino como sujetos sociales, desde el momento que tomamos conciencia de nuestra pertenencia a un grupo social.

    Ilustremos con los ritos de pasaje, ceremonias que se llevan a cabo en diferentes culturas para indicar el pasaje o ei trnsito de un lugaro etapa de la vida a otro/a y su realizacin est restringida a lugares especiales y a momentos establecidos previamente. Entre los rituales ms conocidos estn aquellos que propician el pasaje de un nio al estado adulto: luego de transitar por una serie de etapas (aislamiento, aprendizaje de algunas prcticas, reincorporacin), el nio se transforma en un verdadero hombre con nuevas relaciones, se introduce en otro universo simblico con nuevos derechos y conocimientos que le permiten valer socialmente en la nueva condicin adquirida. Las sociedades occidentales tienen sus propios ritos de pasaje: los bautismos, las confirmaciones, los casamientos, los funerales, los bar mitzvahs, los bat mitzvahs, son algunos de los ejemplos ms conocidos.

    Los rituales en general, propios de todas las sociedades humanas, tienen como objetivo renovar el sentido de pertenencia, de identificacin, en los diferentes grupos sociales, comunidades y naciones. Los ejemplos pueden abarcar desde los cantos de las hinchadas de ftbol y los rituales

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  • religiosos hasta los smbolos patrios como el himno, la bandera, que generan y propician el surgimiento de las identidades nacionales'5. Del mismo modo, las prcticas alimentarias, las jergas, el uso de cierta ropa, los tatuajes, los accesorios son marcas, identificaciones, son la expresin material de significados compartidos que facilitan la identificacin con una clase social, una etnia, una congregacin religiosa, un grupo etario, un conjunto musical, entre otros.

    Si tomamos el proceso de identificacin en el mbito de las ciudades, encontramos un claro ejemplo en los grupos juveniles urbanos que se identifican con ciertas prcticas culturales y por la apropiacin de ciertos espacios pblicos que adquieren una dimensin simblica, es decir, un significado que trasciende a lo material objetivo. En palabras del socilogo Horacio Gonzlez, sobre las diferentes prcticas sociales de los jvenes:

    "La idea en definitiva es marcar fronteras, marcar una territorialidad. Hay jergas, cdigos, una ritualidad cerrada, grupos de culto slo para iniciados, una cierta clandestinidad, todo lo que apunta a construir un tabicamiento como forma de rechazar el mundo cuyos rasgos execrables a sus ojos tampoco lo tienen claro''16.

    En palabras de un joven que se identifica com opunk:

    El tema no es seguir la moda, sino buscar tu propio estilo: Practico la anarqua personal: hago lo que quiero conmigo, sin joder a otro: Qitiero ser respetado no importa qu ropa use. Ya digo: este soy yo... Es una cuestin de actitud, te pods poner lo que quieras, pero lo

    15. La exaltacin del sentido de pertenencia nacional es utilizado frecuentemente por los estados en las situaciones de confrontacin para aliviar las tensiones internas en una sociedad; recordemos cmo la Junta de Comandantes durante la guerra de Las Malvinas logr el apoyo popular que hasta ese momento no haba tenido recurriendo a eslganes nacionales que reafirmaban nuestro legtimo derecho sobre las islas. (enJuliano:1992).16. Las tribus urbanas en revista del diario Clarn, 31/01/2004.

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    que se transmite y lo que captan los dems es tu actitud. T en mi caso es diferenciarse de esta sociedad que no te ofrece nada17.

    u*

    Homogeneidades o la ficcin simplificadora(

    Es importante destacar que la representacin de una identidad v colectiva.no supone la homogenezacin interna de todo el grupo o de los sujetos que comparten una identidad comn. Las representaciones sociales que se construyen sobre los otros enmascaran y ocultan las diferencias internas, en tanto cualquier representacin es elaborada a partir de ciertds rasgos y prcticas sociales que son seleccionados en Ja dinmica social; es decir, la representacin de la identidad colectiva homogeneiza simblicamente la diversidad y desigualdad de los sujetos que adscriben a la misma. En su trabajo sobre los coreanos en Buenos Aires, Corina Curtis observa cmo el uso reiterado del pronombre ellos en ios medios de comunicacin para referirse a los coreanos construye socialmente las identidades colectivas fortaleciendo en el imaginario social la dicotoma entre lo nativo (los argentinos) y ei migrante extico. Los coreanos son percibidos actuando en bloque como un grupo homognea en sus rasgos fsicos y culturales (subjetivamente diferenciados), quedando silenciada ia existencia de conflictos y diferencias internas, comunes en todo grupo social (Curts 2000: 57).

    Reiteramos entonces que cuando se definen las sociedades en trminos de esencias (no dinmicas y/contextualizadas) y sm otorgar peso a las significaciones que elaboran los propios sujetos, la mayora de las veces, se suelen homogeneizar las diferencias internas de los otros (p.e. los musulmanes son todos terroristas) y simultneamente a desconocer las desigualdades de nosotros (p.e. las mujeres occidentales gozan de libertades aviles), levantando rgidas barreras culturales que separan mundos aparentemente irreconciliables. E. Said, pensador palestino, ha investigado la manera como Occidente construy una imagen de Oriente adecuada a sus estrategias polticas: Occidente como representante de la libertad y a democracia; Oriente: representando la barbarie y el totalitarismo

    17. Ibidem.

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  • tradicional (Grimson 2002). En realidad, tanto Oriente como Occidente son complejas construcciones sociales y no datos objetivos y neutrales de la realidad. Nos dice Alejandro Grimson ai respecto:

    As se ha enfatizado bastante La situacin gravsima dlas mujeres en Afganistn, pero se ha dicho mucho menos acerca del movimiento de mujeres que existe en ese paso sobre la situacin gravsima de las mujeres en muchos pases de 'Occidente\ para no decir nada acerca de la discriminacin de inmigrantes y negros en casi todos los pases civilizados. No se trata, evidentemente de enfatizar menos la situacin de las mujeres afganas, sino de ubicar ese hecho en el marco de luclms por la justicia y la equidad en cualquierpas del mundo, en lugar de pretender mostrar que la injusticia slo existe 'all', entre los otros" (Grimson 2002).

    Resumiendo, el nfasis en la diferencia, en el sentimiento de aje- nidad hacia los otros fortalece ia distancia entre los grupos sociales, subrayando las diferencias y descartando las similitudes que suceden en las sociedades como se observa en ei ejemplo anterior.

    Las identidades mltiples

    Todos estamos constituidos por un conjunto de pertenencias mltiples. En la vida cotidiana pueden alternarse diferentes identidades, segn las circunstancias. Es as como en un momento participo como estudiante universitario, en otro, como hijo, y ms tarde me identifico como argentino cuando miro un partido del mundial de ftbol. En realidad todas estas identificaciones son partes de uno mismo, de mis- midad; son como las capas delgadas de una cebolla que conforman al fin y al cabo una unidad y que se van constituyendo en nosotros como resultado de experiencias sociales e histricas producidas colectivamente y en el plano de la subjetividad.

    Las relaciones sociales en las que los sujetos participan son diversas y de diferente complejidad: relaciones de produccin, tnicas, nacionales, sexuales, de gnero, familiares, etarias por nombrar las ms importantes y

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    cada una de ellas tiene la potencia lidad de ser para el mismo sujeto, espacios potenciales de identidades (mujer, obrero, campesino, indgena) y cada posicin en un espacio de lucha por el sentido de tal posicin (Vila 1993).

    Es decir, asumir una identidad supone una toma de conciencia de valores y prcticas asociadas a dicha posicin en un determinado contexto histrico en el que se movilizan razones, emociones y voluntades. Tomemos por caso a las comunidades indgenas. Identificarlas nicamente por su adscripcin tnica es dejar de lado el hecho de que adems son campesinos, migrantes o ciudadanos de un pas y que de acuerdo con las circunstancias sociales en las que estn comprometidos privilegiarn algunas de esas identidades que los constituyen. Un ejemplo adecuado es el de las poblaciones indgenas del Ecuador, que pertenecen a ms de 47 comunidades amaznicas y que en el ao 2003 demandaron a la empresa Texaco Petroleum Company por contaminarlos ros y las tierras de la regin norte del pas: '

    :fEn el llamado Juicio del Siglo en Ecuador las

    comunidades indgenas acusan a las petroleras (Chevron- Texaco) de haber vertido en la tierra y ros de la regin unos 16,270 millones de litros de agua contaminada que, segn estudios, contena elevadas dosis de partculas de crudo, adems de metales que producen cncer. Tambin sostienen que afectaron 2.5 millones de hectreas de bosque hmedo selvtico, tanto por la instalacin de campos petrolferos como la apertura de caminos para el trazado de un oleoducto. El impacto, segn los demandantes hizo que la poblacin indgena cofanes se redujera de 15.000 en 1971 a 300 en la actualidad1*

    En el prrafo anterior observamos cmo las demandas sociales, econmicas y ambientales de las poblaciones indgenas trascienden los lmites de una reivindicacin tnica (por las tierras, la educacin

    18. Pablo Biffi: Juicio dei siglo en Ecuador: ios indgenas contra Texaco, en diano Clarn, 23/10/2003.

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  • bilinge, etc.), llegando a involucrar sus reclamos ala regin amaznica en su conjunto, ms all de una pertenencia tnica particular.

    Cuando la identidad deviene negativa

    Otro aspecto importante es mostrar cmo los procesos de exclusino aceptacin que afectan a los sujetos y a los grupos pueden generar, en situaciones concretas, identidades negativas. En algunas circunstancias una estrategia consiste en ocultar la identidad para evitar la discriminacin, el exilio o la misma muerte. Un caso histrico es el de los marranos;

    Se conocen como marranos a los judos expulsados

    de la pennsula ibrica en el siglo XVI, que se convirtieron exteriormente al catolicismo para escapar de la Santa Inquisicin, pero que en la intimidad de sus hogares seguan practicando los ritos judos tradicionales permitiendo la transmisin de esos valores de generacin en generacin.Con el correr del tiempo estas prcticas pueden haberse mantenido pero sin s i l sentido inicial; la limpieza profunda de las casas los das viernes en algn pueblo de Brasilo la presencia de estrellas de David en algunas tumbas catlicas en pueblos de Portugal, son buenos ejemplos(Jelin 2002). 1

    Pensemos tambin en la dificultad de asumir pblicamente la identidad indgena en ciertos contextos urbanos, o no reconocer la afiliacin tnica en momentos de auge de polticas discriminatorias. Por el contrario, en otros momentos la identidad puede significar una bandera de lucha, como es el caso de las reivindicaciones en tanto indgenas y campesinos de la poblacin rural de Chiapas, en Mxicoo la reciente notoriedad de los movimientos indgenas en Ecuador y en la vecina Bolivia.

    El estudio del fenmeno de las migraciones nos aporta un ejemplo para observar el proceso histrico y social que convierte a una identidad en negativa, en el caso elegido a travs de los migrantes marroques. En 1964, un acuerdo bilateral firmado entre Blgica y Marruecos, promova la llegada de miles de marroques al pas europeo, en ei que

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    j se los consideraba como trabajadores bienvemdos. Estos migrantes | construyeron su vida en suelo belga y all tuvieron sus hijos: belgas de i padres marroques. Hoy, 40 aos despus, el pas que haba albergado a

    sus padres, sumido en una crisis econmica e institucional, no requiere a sus hijos, como antes a sus padres. Rotando el discurso oficial, los

    !. descendientes de marroques son discriminados desde los medios de \ comunicacin (se pone el acento en la delincuencia marroqu, sin I profundizar en las causas), son discriminados en los contratos de tra- t bajo, objeto de humillaciones y frustraciones cotidianas, como la de ! negarles el acceso a lugares pblicos. Deben mostrar permanentemente j que se conocen ios cdigos, las normas, las actitudes de los otros el

    humor, la forma de caminar, de vestirse, no mostrarse vehementes , pero la mayora de estos jvenes vive concentrada en determinadas

    I comunas, social y tnicamente no tiene posibilidades de interiorizar I esas conductas, ni en la escuela ni fuera de ella. Si, como sabemos, las i identidades se construyen en la familia, en la escuela y a parr de la I mirada de los otros; hoy la sociedad, a diferencia de ayer, les devuelve a I estos jvenes una mirada negativa. Asu vez, la discriminacin tambin 5 aparece cuando visitan Marruecos, envidiados y tambin despreciados, j se les reprocha su falta de nacionalismo porque no tienen intencin de

    regresar a la sociedad de sus antepasados, que los sigue considerando i marroques, a pesar de que su status legal sea el de ciudadanos belgas .... (Bailly 2006).

    [.: Diferentes enfoques sobre el concepto de identidad tnica

    I Al comienzo de este artculo indicamos que la definicin de identidad/identidades tena una relacin directa con el enfoque terico

    | que propusiramos. En esta lnea presentaremos las dos perspectivasj tericas ms importantes en relacin con la nocin de identidad tnica1 y que se fueron perfilando en las pginas anteriores.; En Amrica Latina la mayora de los estudios sobre este tipo de den-|V tidad estaban referidos principalmente a las poblaciones indgenas. Slo1 recientemente se han incorporado trabajos sobre otros grupos tnicosi como los migrantes de pases europeos, los migrantes internos en las grandes ciudades, ios enclaves de poblaciones negras, entre otros.

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  • Perspectivas objetivista y subjetivista de la identidad tnica

    El enfoque objetivista. tambin llamado esencialista o sustancialista, define la identidad tnica como un conjunto de rasgos que identifican a un grupo tnico, es decir, como una forma de organizacin social donde sus integrantes se identifican y son identificados por ciertos rasgos culturales de su pasado. Ese pasado puede ser real o no comprobable histricamente. Entre esos rasgos culturales propios de un grupo podemos mencionar el uso de una lengua, la ocupacin de un territorio, la prctica de costumbres cotidianas y de una religin. Estos valores y comportamientos compartidos son considerados desde este enfoque como inalterables al paso del tiempo y de las diferentes circunstancias histricas que atraviesan las sociedades. Para los objetivistas esta serie de atributos considerados "objetivos constituyen la identidad colectiva Denys Cuche sintetiza esta perspectiva de la siguiente manera:

    ungrupo sm lengua propia, sin ailturapropia, sin territorio propio, incluso sm un cierto fenotipo'5 propio, no puede pretender constituir un grupo etnocultural No puede reivindicar una identidad cultural autntica (Cuche 1999:110).

    Esta concepcin est presente en muchos libros de textos escolares. cuando describen a las culturas indgenas americanas a travs de una serie de rasgos culturales reificados (cristalizados), propios de los primeros momentos de la conquista europea y como si no hubieran sido alterados y transformados por los procesos histricos posteriores. Representan esas identidades como si fueran imgenes fotogrficas de una realidad detenida en el tiempo. Del mismo modo, nos situamos en la perspectiva objetivista cuando imaginamos a una cultura lejana a partir de ciertos atributos que consideramos obra de una supuesta esencia. Ruth Benedict, antroploga norteamericana, en la dcada del 40 analiza desde un enfoque esencialista a la sociedad japonesa en su libro "El crisantemo y la espadaPara Benedict, cada cultura estara

    19. Fenotipo hace referencia a caracterscas fsicas externas observables. Para profundizar ver el artculo de racismo.

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    c o n s t i t u i d a por una unidad vital, un modelo de cultura {pattem o f cul- ture) que se corresponde con una sociedad y comprende a todos sus miembros, determinando incluso la personalidad de ios individuos. La ecuacin sera: una sociedad - una cultura.

    | Desde otro marco terico y dcadas ms tarde, el antroplogo brasileo Renato Ortiz en su libro Lo prximo y lo distante (2003) reflexiona sobre la cultura japonesa y cuestiona por un lado la imagen simplista

    S que representa a un Japn esencialmente milenario, ancestral, espiritual, del samurai y la geisha y, por otro, la de un Japn supermoderno y tecnificado del Pokemn y de la industria Toyota. Ortiz rechaza el supuesto carcter inmutable y por lo tanto esencializado de la cultura japonesa que los define a todos como robots, dedicados completamente al trabajo y, a su $ez, cuestiona la interpretacin por dems ingenua de adjudicar al zen, a las luchas marciales de los samurai, al respeto por los patriarcas y al emperador en particular, el fundamento y el xito del capitalismo japons (Ortiz 2003:27). Considerar que las virtudes de una identidad tnica tradicional (en este caso coincidente con la identidad nacional) son responsables del xito econmico tiene implicancias polticas que favorecen el mantenimiento del statu quo y la autoridad dlos grupos dominantes (Ortiz 2003:47). Por otra parte, pensar en tr-

    | minos de identidades tan cerradas en s mismas dificulta todo proceso de integracin entre las sociedades, favoreciendo las posturas racistas que postulan como infranqueables a las diferencias culturales,

    i El enfoque contrario al objetivista es el de la concepcin subjetivista del fenmeno identtario. Para los subjetivistas ia identidad es un sentimiento de autoidentificacin o de pertenencia con un grupo o una comunidad (son indios todos aquellos que se identifiquen como tales). No se toma en cuenta la participacin en todas o en algunas pocas de aquellas pautas que identifican al grupo, sino el sentido de pertenencia, ei

    r carcter totalmente subjetivo de la eleccin personal; se conozca o no ' la lengua, se resida o no en el territorio, se participe o no de la totalidad | de las costumbres. En otras palabras, ia identidad se descubre d