Cuadernos del Pensamiento Crítico Latinoamericano Nº 11 Conclusiones para una plataforma de debate...

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    Espina Prieto, Mayra Paula. Conclusiones para una plataforma de debate sobre elEstado y sus roles en la eliminacin de la pobreza. En publicacin: Cuadernos delPensamiento Crtico Latinoamericano no. 11. Buenos Aires : CLACSO, ConsejoLatinoamericano de Ciencias Sociales. Agosto 2008

    Disponible en: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/secret/cuadernos/prieto/prieto.pdf

    Red de Bibliotecas Virtuales de Ciencias Sociales de Amrica Latina y el Caribe de la Red CLACSOhttp://www.biblioteca.clacso.edu.ar/

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    CONCLUSIONES PARA UNA PLATAFORMA DE DEBATE SOBRE EL ESTADO Y SUS ROLES EN LA ELIMINACIN

    DE LA POBREZA*

    MAYRA PAULA ESPINA PRIETO

    Doctora en Ciencias Sociolgicas por la Academia de Ciencias de Cuba. Investigadora del Centro de InvestigacionesPsicolgicas y Sociolgicas (CIPS) y Profesora Titular Adjunta del Departamento de Sociologa de la Universidad de La

    Habana.

    La propuesta de cambios para Cuba en el modelo de poltica social evoca, inevitablemente, una reflexin de alientoms general: la capacidad del socialismo, en las circunstancias contemporneas, para presentarse como opcinalternativa, su vigencia como frmula de enfrentamiento y solucin a los problemas sociales, para la erradicacin de la

    pobreza y la promocin de desarrollo social.De hecho, las transformaciones sugeridas para el caso cubano intentan colocar la alternativa socialista en laperspectiva de la necesidad de un socialismo renovado, posible en la situacin global actual, en un escenario nacionalconcreto y como posibilidad de convocar fuerzas sociales crticas en el contexto internacional. De manera que estapropuesta se inspira en esa imagen de socialismo posible, en la necesidad de dar anclaje a la utopa, de activar lospuntos que podran hacerla viable. En ella se refractan elementos que tienen que ver con la historia nacional y que sonatinentes al socialismo en Cuba, pero tambin aspectos relacionados con los cambios en el sistema-mundo.

    Planteando el asunto de forma muy comprimida y parcial, slo en algunos de sus ejes esenciales, se trata de que yano es posible imaginar opciones alternativas como un camino nico de progreso, guiado por la inevitabilidad histrica ycomo misin de una sola clase social, la clase obrera, tal como fue pensada por el marxismo primigenio; ni tampoco quela solucin al vasto abanico de problemas y contradicciones sociales podra provenir, linealmente, de la solucin a lacontradiccin trabajo-capital.

    Una concepcin compleja de la historia y del progreso, que ha sido sometida a la prueba de los acontecimientos delsiglo anterior y a la obvia capacidad del capitalismo para innovar y encontrar solucin a sus propias crisis, nos lleva aaceptar la no linealidad, la intervencin del azar y la trascendencia de lo constructivo en el curso de la historia, como elmodo ms adecuado para comprender y actuar sobre sus leyes-tendencias.

    Por otra parte, la clase obrera ya no es aquella industrial, conglomerada en enormes colectivos productivos,disciplinada y con grandes posibilidades de cohesin. No lo es ya en el mundo central, en una produccin informatizada,con regmenes de trabajo flexibles, y nunca lo fue en la periferia. La contradiccin trabajo-capital est fractalizada,combinada, articulada, refiltrada y multiplicada en otras innumerables contradicciones, relaciones de explotacin yactores que la desbordan y complejizan. Por ello no puede pretenderse que dicha contradiccin las englobe y solucionepor derrame o mecnicamente, que las explique a travs de nexos deterministas, sin hacerlas visibles en su singularidad,sin construir agendas que las enlacen a todas, pero sintetizndolas y particularizndolas simultneamente.

    La globalizacin ha intensificado los procesos de multiculturizacin a escala planetaria, volviendo ms evidente quenunca el hecho de que la diversidad sociocultural es una cualidad esencial de la existencia y un componente deldesarrollo. Por esta razn, ninguna idea de soluciones homogneas podra tener xito, como agenda de convocatoria nicomo instrumento efectivo de una poltica de transformacin social profunda.

    Pensar en el socialismo hoy es pensar en un modelo de coordinacin econmica, poltica y social multicntrico, depluriactores, como mltiple es el sujeto del cambio que hoy podramos imaginar, sustentado en la participacinautotransformativa radical en todos los sectores de la vida, as como en la socializacin de la propiedad sobre los mediosde produccin acudiendo a vas de cogestin, a la gradualidad y las variantes que cada caso exija, alejado del modelohiperestatalista como variante nica y universal.

    * Fuente: Espina Prieto, Mayra Paula, Polticas de atencin a la pobreza y la desigualdad: examinando el rol del estado en laexperiencia cubana. Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, Buenos Aires. 2008. ISBN: 978-987-1183-84-5. Acceso al texto

    completo: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/clacso/crop/prieto/08Prieto.pdf

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    Una agenda socialista actual implicara dar cuenta de la multiplicidad de actores que son expresin del polo en

    desventaja, de las ms dismiles relaciones de desigualdad y de la diversidad socioeconmica y cultural global,asumiendo el multiculturalismo emancipatorio, aquel que considera que el derecho a la diferencia debe ser articulado conel derecho a la igualdad a travs de la redistribucin de la riqueza (Santos, 2003: 62) y responder a la viabilidadeconmica con un criterio de sustentabilidad. Pero reconocer la vigencia de una opcin socialista en lacontemporaneidad no significa que entendamos esta opcin como rumbo directo y nico, que descalifica otras variantesde enfrentamiento a las desventajas sociales.

    Llegados a este punto, y aunque resulta difcil definir un agente de cambio concreto o un conjunto de actores comointerlocutores para nutrir un repertorio general alternativo de lucha contra la pobreza, propongo acercarnos a limaginando una posible plataforma de puntos de debate para un cambio de mentalidades, orientado a ladesnaturalizacin de la pobreza, en una especie de deconstruccin de las supuestas certezas neoliberales en relacincon los instrumentos de actuacin sobre ella y sobre la legitimidad de la desigualdad.

    El primer punto en esa deconstruccin consiste en desnaturalizar la idea que se ha extendido en el sentido comnde que hay ricos y pobres porque ello forma parte de la diversidad inevitable de lo social, as como que dicha diversidadest determinada por cualidades personales, elecciones individuales, eficientes o ineficientes, que conducen a unaubicacin socioestructural dada, ventajosa o desventajosa. Cuando se parte de esta idea, las polticas de manejo de lapobreza se orientan a proteger, a asistir mnimamente o a fortalecer, a dotar (dotndolos de activos tangibles eintangibles) a individuos y familias que quedan desconectados del acceso al bienestar porque no pueden o no estn encondiciones de tomar las mejores decisiones para usar su libertad competentemente ante el mercado, que es el mbitode reconocimiento por excelencia de esa libertad.

    Si, por el contrario, se reconoce el peso determinante de las constricciones socioestructurales en la conexindesigual que los distintos grupos sociales tienen en relacin con el acceso a los satisfactores de sus necesidades y enlos nexos inclusin/exclusin, como as tambin la baja calidad del mercado como instrumento de distribucin equitativade bienes, las polticas tendran que orientarse hacia la alteracin de esas constricciones en el mbito de lo social.

    Lo individual, de gran valor en el manejo de la pobreza, no es asunto secundario y sobre l hay que operar tambin,pero esta escala de manejo slo es efectiva en articulacin con un contexto social de inclusin.

    Cuba muestra que es posible producir una variacin sustantiva en los desempeos sociales y el acceso al bienestarde los sectores populares y pobres partiendo de polticas inclusivas y de desestratificacin. Aun cuando no se logre en suplenitud el objetivo de eliminar totalmente la pobreza, debido a la fuerza de la influencia de condicionamientos internos yexternos de alta complejidad, que no siempre es posible manipular desde la escala del Estado-nacin o en un tiemporelativamente breve, existen potencialidades para inducir una direccin de progreso social para las mayoras.

    La tarea de alteracin de constricciones estructurales no puede, obviamente, recaer en actores aislados, queimpulsan desde escenarios limitados sus agendas particulares, pues acciones como esas difcilmente puedan modificarestructuras de desigualdad.

    Ello nos conduce directamente a otro punto de debate bsico en esta plataforma; una vez ms, al Estado y su rol enla atencin a la pobreza. Considero que esta investigacin ha acumulado suficientes evidencias tericas y empricas paraentender, al menos, que no es esta una cuestin cerrada. Sociedades cambiantes, sistemticamente diferenciadas,inmersas en procesos de articulaciones complejas, requieren estructuras flexibles y cambiantes tambin, que puedanhacerse cargo de esa complejizacin y que, eventualmente, puedan preparar su propia desaparicin o transformacin.

    Pero en el punto momento-espacio en que nos encontramos en la historia social (mejor, en las confluentes yconflictivas historias sociales plurales), no ha cristalizado una estructura de coordinacin social alternativa al Estado queasegure negociaciones entre actores antagnicos que respeten un mnimo de equidad y una estrategia integradora de lamultiplicidad de sujetos sociales en las escalas territoriales an existentes (la nacional incluida, naturalmente), donde lossujetos populares sean objeto de derechos universales.

    Claro que al partir del examen de Cuba podra parecer que estas reflexiones slo se aplican, o estaran limitadas, ala relacin socialismopobreza y a las posibilidades de accin de un Estado socialista, o que podran ser valoradas slodentro de un repertorio de poltica social del socialismo, lo que invalidara cualquier pretensin de encontrar puntos de

    generalizacin. Sin embargo, la conclusin del no agotamiento del modelo de coordinacin social estatal para el manejo

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    de la pobreza se deriva no solamente del caso cubano, sino de la observacin de tendencias de actuacin del Estado

    que han acompaado a la globalizacin neoliberal. De all se desprende que rescatar su pertinencia actual en lajerarquizacin de la poltica social tiene puntos de contacto con el caso cubano, pero va ms all de l.La utilidad de la coordinacin estatal en materia de poltica social es legtimamente rescatable en una perspectiva

    democrtica:

    La soberana popular que se expresa en un rgimen democrtico debe necesariamente encarnarse en un estadonacional. Es posible que en el futuro esto no sea as y que el sistema interestatal ceda su lugar a una nuevaconfiguracin poltica internacional. Pero, mientras tanto, la sede de la democracia contina siendo el estado nacin(Boron, 2003: 15).

    Aceptando la naturaleza del Estado como instrumento de dominacin y el horizonte utpico de su desaparicin enuna perspectiva de largo plazo, sigue resultando pertinente (y forma parte del centro de un repertorio alternativo actual de

    lucha contra la pobreza) rescatar las potencialidades de la estatalidad para ejercer la coordinacin vinculante dedivergentes, forzando la balanza hacia un mayor espacio para la colocacin de la agenda social, en el sentido deproducir un cambio de correlacin entre las fuerzas sociales (Dos Santos, 1998: 16), de construir el poder del amplioespectro de sectores sociales perjudicados por la implantacin del modelo neoliberal (Castellani, 2002: 128).

    Diversas propuestas coinciden en un punto de vista semejante a este en diferentes direcciones de recuperacin dela estatalidad. La idea de un Estado fuerte (que no se identifica con grande, sino que es un rasgo de calidad, no detamao) en sentido financiero y organizacional, con alta capacidad de intervencin y regulacin en la vida econmica ysocial del pas, para disciplinar a los agentes econmicos nacionales ms poderosos, para ejercer un control efectivosobre la corrupcin (Boron, 2000: 127), para asegurar mrgenes de autodeterminacin y soberana imprescindibles paracualquier emprendimiento de desarrollo nacional, para proveer bienes pblicos dentro de una concepcin de ciudadanacontempornea y para negociar, en funcin de los intereses nacionales, con los agentes econmicos transnacionalizadosconstituye un ejemplo (Boron, 2003: 15-16).

    Una segunda muestra de ello es la exigencia de reformas mnimas del Estado, para significar que debe producirseuna valorizacin de los factores de progreso y que es necesario que el aparato estatal acte fomentando y regulando elcrecimiento econmico, reorientando la distribucin del ingreso, garantizando una defensa mnima de la soberana y delos intereses nacionales, as como de su propio mercado interno, impulsando el pleno empleo y los factores de equilibriosocial (Dos Santos, 1998: 70).

    Tambin debe considerarse la perspectiva emancipatoria y de construccin social del Estado, en la que, lejos dedesmantelarse las estructuras estatales y la esfera social, estas se recuperan para regular el mercado, fortalecerespacios microsociales y nacionales, promover polticas sectoriales activas de proteccin a la produccin nacional,fomentar la industria y la agricultura, implementar acciones de redistribucin de ingresos y reorientar los gastos pblicospriorizando la atencin a los vulnerables, la oferta de servicios sociales de calidad y la eliminacin de las causas de lapobreza, posibilitando la integracin social (Fogel, 2002: 84-85).

    Pero precisamente, al asumir la naturaleza de dominacin de clase del Estado y su proyeccin extranacional, seentiende que su accin debe ser balanceada y empujada en la direccin de los intereses de los sectores populares atravs de la actuacin de la sociedad civil, confrontando los poderes autoritarios del Estado, tambin en una escala deproyeccin universal, en la construccin de una agenda hacia la ciudadana global que convoque a la accin por encimade las fronteras nacionales, y que supone el crecimiento de redes asociativas no gubernamentales, la globalizacin de laidea de justicia como producto de la resistencia a la opresin, de la confrontacin crtica con el presente, con lorealmente existente (Vilas, 2003: 35-36).

    Este Estado mnimo-fuerte, responsable por los derechos de ciudadana, debera actuar democrticamente enescenarios internacionales, nacionales e intranacionales de diferente escala, como ejes mltiples del ejercicio de sucoordinacin social vinculante y de la soberana popular. Se trata de un Estado cuestionado, controlado y presionadosistemticamente por la sociedad civil, particularmente por los sectores populares y desfavorecidos, que se conviertentambin en actores extranacionales, en una perspectiva emancipatoria y movilizativa de reto constante a la dominacin

    clasista. El mismo estara en capacidad de ser el depositario de la garanta de una poltica social de integracin, definida

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    a travs de frmulas participativas de cogestin entre actores de gobierno y extraestatales que, superando los enfoques

    residuales, incluya la lucha contra la pobreza en un encuadre amplio, de alteracin de las bases estructurales de laexclusin en los lmites en que esto sea posible en las circunstancias concretas.Adems de la pertinencia de la estatalidad, los avances y obstculos remanentes que Cuba presenta en materia de

    pobreza y desigualdades indican que los mecanismos de universalizacin resultan decisivos en cualquier estrategia demanejo de la pobreza, aun en condiciones de recursos escasos, o especialmente en estas condiciones. La observacinde la experiencia cubana aade argumentos de fondo a la postura que considera que la alternativa focalizacin-universalizacin constituye una falsa paradoja. La expresin ms eficiente de la focalizacin se da cuando esta searticula como poltica direccionada hacia la atencin de necesidades particulares, en un contexto de derechosuniversales de ciudadana, mientras que la universalizacin asume mayores grados de densidad, profundizacin yexpansin cuando es complementada con instrumentos de focalizacin.

    En este estudio, la bsqueda de supuestos para construir una poltica social de inclusin ha seguido la lgica decontrastar el caso cubano, en su condicin de construccin socialista desde la periferia, con los impactos de los reajustes

    neoliberales sobre la esfera social en diferentes pases latinoamericanos, as como con experiencias que representanacercamientos a una agenda alternativa, aun dentro de un Estado nacional con reformas neoliberales en curso.Partiendo de las inferencias que arrojan estos contrastes, entre los presupuestos bsicos de una poltica de inclusinpara el manejo de la pobreza podramos colocar los siguientes1:

    -Universalizacin efectiva de los derechos sociales.- Incorporacin de los excluidos a los circuitos de ciudadana a travs de la construccin de redes universales,

    permanentes, estables y de cobertura total, de servicios pblicos de calidad y sin discriminacin, a los que puedaaccederse con independencia del nivel de ingresos.

    - Garanta de igualdad en un nivel adecuado de satisfaccin de las necesidades bsicas para todos los ciudadanos.- Radicalizacin del carcter pblico de la poltica social.- Responsabilidad inalienable e intransferible del Estado en la ejecucin, control, regulacin, fiscalizacin y

    asignacin de recursos en todas las acciones de inters social prioritario, que incluye el despliegue de una gestin socialparticipativa y multicntrica.

    - Eliminacin de la dualidad en el acceso a los servicios y beneficios de la poltica social, que ha creado una divisinentre un sector pblico desfinanciado para pobres y un sector privado de mayor calidad para quien puede acceder aestos bienes a travs de su distribucin mercantil.

    - Calidad de la opcin pblica de acceso al bienestar al mismo nivel que la privada, lo que podra hacer prescindibleesta ltima, incluso para las capas medias y altas de la estratificacin social.

    Mxima priorizacin de la gestin social.- Subordinacin del desarrollo econmico al social.- Prioridad tica de la poltica social.- Visibilidad institucional de la esfera social.- Aumento significativo de los gastos sociales, sobre la base de un aumento de la proporcin del PIB que se destina

    a la esfera social pblica, de la renegociacin del pago de la deuda externa y de una reforma tributaria que graveproporcionalmente y no regresivamente los ingresos de los diferentes grupos sociales, elevando la contribucin de losms ricos al bien comn.

    - Control democrtico social.- Amplia participacin social cogestiva en todos los momentos de la formulacin y ejecucin de las polticas sociales,

    incluyendo la organizacin de asignaciones presupuestarias.

    1 En la identificacin de los supuestos me he auxiliado especialmente de una comparacin del caso cubano con las observaciones ypropuestas de la colega brasilea Laura Tavares, derivadas de su estudio de las reformas neoliberales aplicadas en Brasil, Chile,Mxico, Argentina y Bolivia, as como de las polticas sociales implementadas por el gobierno del estado de Rio Grande do Sul, conla llegada del Partido de los Trabajadores a la gobernacin en 1999 (Tavares, 1999; 2002). Mi propuesta recrea y ampla la de estacolega, cuyo trabajo valoro altamente.

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    - Empoderamiento de los sectores populares y desfavorecidos a travs de acciones de reforzamiento y

    formalizacin de su presencia organizada en la sociedad civil y de las vas de colocacin de sus demandas, como parteconsustancial de las acciones de coordinacin del Estado.- Prioridades macroeconmicas de la poltica social enfocadas al desarrollo.-Combinacin de acciones preventivas, redistributivas y compensatorias, con primaca de las primeras.- nfasis en acceso a empleo de remuneracin adecuada, salud y educacin como responsabilidad pblica.- Integracin y unicidad de la poltica social.- Articulacin de la gestin descentralizada de programas sociales y de la multiplicidad de posibles acciones locales,

    grupales y sectoriales, en una poltica social unitaria, definida por un proyecto estratgico de desarrollo nacional quesintetiza la diversidad de necesidades sociales de los diferentes grupos que integran el espacio nacional.

    - Articulacin sinrgica de escalas (nacional, regional, territorial, local), de acciones sectoriales y de instrumentos decentralizacin y descentralizacin.

    - Unidad e igualdad en la diversidad.

    - Atencin a necesidades y desventajas particulares de diferentes grupos sociales a travs de acciones afirmativas ode discriminacin positiva y de la consideracin de la multiplicidad posible de satisfactores, en atencin a las tradicionesy la cultura de diferentes localidades y colectividades sociales.

    - El carcter pblico y universal de los servicios no debe identificarse con estandarizacin y homogeneizacin. Estesupuesto incluye su correlato: diversidad y derecho a la diferencia en articulacin con la igualdad y universalidad dederecho, que se instrumenta a travs de polticas direccionadas.

    - Fortalecimiento de la capacidad de autotransformacin de los sectores vulnerables.- Fomento de acciones para el apoyo a micro y pequeas empresas, cooperativas u otras asociaciones y

    emprendimientos econmicos de los sectores ms pobres, para la ampliacin de las posibilidades de empleo y deadquisicin de activos, as como de todas aquellas acciones que den acceso a propiedad sobre medios de produccin(en formas individuales y colectivas, de economa popular y solidaria) y permitan una desconcentracin del podereconmico.

    -Dotacin de sustentabilidad econmica a la poltica social.- Intervencin del Estado en la definicin y puesta en prctica de una estrategia econmica de elevacin de la

    produccin, la productividad y la competitividad externa de la economa nacional, combinando la innovacin con formastradicionales de producir que ofrezcan oportunidades de satisfaccin de necesidades en un nivel adecuado y se orientena garantizar la reproduccin ampliada y autopropulsada del proceso de satisfaccin de las necesidades, incluyendo unarelacin sostenible con la naturaleza.

    - Comprensin de la pobreza en su contexto de desigualdad y como conjunto interiormente heterogneo.- Tratamiento de la pobreza en su conexin con la desigualdad, como relacin social de desigualdad.- Diseo de polticas de atencin, reduccin y eliminacin de las ubicaciones socioestructurales que expresan

    pobreza y vulnerabilidad social que alternen los grados de desigualdad y se atengan a la diversidad de estasubicaciones, en las que subyacen orgenes, causas, expresiones, factores de reproduccin, capacidadautotransformativa y soluciones posibles diferentes.

    - Construccin de agendas sociales extranacionales.- Inclusin de la agenda de desarrollo social y de lucha contra la pobreza dentro de los objetivos de las acciones de

    integracin y cooperacin internacional.- Enlace de los objetivos de integracin econmica regional con los de integracin en las dimensiones sociales.- Corresponsabilidad e intervencin de actores mltiples en la poltica social.- Combinacin de la accin estatal con la de actores extraestatales como el empresariado privado, las ONG y otras

    organizaciones como responsables por planes y proyectos especficos que deben articularse a la lgica estratgicageneral.

    Estos supuestos estn colocados fundamentalmente, aunque no solamente en el terreno de loscondicionamientos macro y estructurales de la pobreza, y deben ser complementados con otros que enfaticen en la

    escala de su reproduccin local, microfamiliar y simblica, accionando tanto sobre un cambio en las estrategias

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    comunitarias y familiares de provisin de ingresos, acceso a bienes y servicios y su transmisin grupal y generacional,

    como sobre los factores culturales de estigmatizacin social de los pobres, marginacin y automarginacin, utilizandopara ello el sistema formal de educacin, velando porque este refuerce valores y relaciones de igualdad, nodiscriminatorios, y por que elimine de sus programas la posibilidad de reforzamiento de estereotipos asociados a lasdesventajas sociales.

    Resulta obvio que este conjunto de supuestos y propuestas generales no agotan las posibilidades y requerimientosde un modelo integrado de accin sobre la pobreza que capture la complejidad del proceso real de constitucin yreproduccin de las tendencias de empobrecimiento y la heterogeneidad interior de la pobreza misma. Slo intentansealar aquellas rutas de entrada al problema que, dados los avances tericos en este campo y las lecciones que surgende diferentes prcticas, indican prioridades y constituiran un basamento inicial para emprendimientos posteriores demayor alcance.

    Se impone en la lucha contra la pobreza la exigencia de universalizar para no compulsar, no estigmatizar, nomultiplicar clientelas (Levinas, 2003: 18), para construir ciudadanos y eliminar la exclusin (Ivo, 2003: 20), de desplegar

    proyectos polticos alternativos y contrahegemnicos en relacin con el proyecto neoliberal (Tavares, 2002a: 26). Ensntesis, una poltica social de soberana popular que coloca en mxima tensin la matriz de las relaciones de propiedady de los nexos trabajo-capital en el sistema-mundo, adelantando el horizonte utpico.

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