Cita con Dios - Ánimo para continuar (Julio 2013)

ÁNIMO PARA CONTINUAR

“Por su parte, la gente de Judá decía: “Los cargadores desfallecen, pues son muchos los escombros; ¡no vamos a poder reconstruir esta muralla!” Nehemías 4:10 (NVI)

Cuando iniciamos una obra, un proyecto, un negocio o una rela-ción, generalmente visualizamos todo lo bueno que nos puede venir o suceder a través de ello, porque ¿quién comenzaría una

obra o proyecto si sabe que no podrá terminarlo? ¿Quién iniciaría un ne-gocio teniendo en mente la ruina o la quiebra financiera? ¿Quién se invo-lucraría en una relación pensando en que terminará con el corazón roto? Definitivamente nadie lo hace así. Si pensáramos de esa manera, jamás iniciaríamos algo. Pero a pesar de toda la buena voluntad e intención con la que empecemos algo, a lo largo del camino siempre nos enfrentaremos con dificultades que nos harán pensar que lo mejor es desistir, abandonar, dejar de intentarlo o dejar de creer que lo conseguiremos; pensamos que no llegaremos a la meta.

Hemos rebasado la primera mitad del año y ésta se presenta ante nosotros con toda su realidad: la persona en quien confiaste no resultó como espe-rabas, el negocio no despunta, tu vida espiritual se encuentra estancada, tu salud ha mermado, la familia no está caminando de la mejor manera;, las fuerzas se te terminan y el trabajo parece excesivo y piensas: “no llegaré a la meta, jamás reconstruiré mi vida”. Déjame decirte algo: el Dios en quien hemos creído nos promete multiplicar las fuerzas a quien no tiene ninguna; nos promete renovarnos como las águilas y nos garantiza Su pro-tección, dirección y aliento. Así que ¡ánimo! Nada se ha perdido, todo tu esfuerzo y sacrificio vale la pena y dará fruto al final del camino. Te invito a que durante este mes aprendas y reflexiones acerca de cómo dar el si-guiente paso, de cómo dar el extra y así recorrer la segunda mitad del año.

“Pero yo le respondí: ¡Yo no soy de los que huyen! ¡Los hombres como yo no corren a esconderse en el templo para salvar la vida! ¡No me esconde-ré!” Nehemías 6:11 NVI

¡Qué consigas llegar a todas tus metas propuestas en este año es mi oración!Pastor Elías Betanzos Luis

Director General

Lectura del día: Nehemías 4:1-6 Lunes 1º de julio

A la mitad del camino

“Edificamos, pues, el muro, y toda la muralla fue terminada hasta la mitad de su altura, porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar.” Nehemías 4:6

Una de las palabras que se utilizan en el libro de Nehemías, par-ticularmente en los capítulos 3 y 4, es mitad. Por ejemplo: se habla de ser gobernador de la mitad de la región de Jerusalén,

gobernador de la mitad de Bet-sur, gobernador de la mitad de la región de Keila, la mitad de los siervos trabajaba en la obra y la mitad tenía lan-zas, escudos, arcos y corazas. La mitad de los príncipes de Judá, la mitad de oficiales y la mitad de los hijos de Osaías hablaban la lengua de Asdod y no judaico. Esto nos recuerda que estamos comenzando con este mes la segunda mitad del año. Significa que hemos agotado la mitad de este maravilloso don de Dios llamado año. Es tiempo de evaluar donde vamos en nuestros planes.

Nehemías nos comparte que la muralla de Jerusalén había sido terminada hasta la mitad de su altura, porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar. El reporte en 6:15 es que, “fue terminado, pues, el muro, el veinticinco del mes de Elul, en cincuenta y dos días.” Significa que tomaron mayor ánimo y llegaron al final del plan trazado. Seguramente, para concluir un año de actividades, para terminar un proyecto, para llegar a la meta que en este año nos hemos personalmente propuesto, necesitaremos ánimo, esfuerzo, denuedo, valor y coraje para lograrlo. Por supuesto, no significa que será fácil o que no tendremos obstáculos, sino que a pesar de todo nos propo-nemos seguir adelante.

Por motivo de casarse, Maritza, dejó su carrera universitaria a la mitad. Cuando habían pasado algunos años y ya tenía dos hijas, sus padres le animaron a terminar lo que había dejado inconcluso. Con una mayor responsabilidad, ahora Maritza está cerca de llegar a la meta de ser una profesionista. Un poco de ánimo sirvió para que se decidiera a concluir un proyecto inconcluso y así llegar a la meta propuesta con éxito.

Pide a Dios que te ayude en esta segunda parte del año para alcanzar la meta propuesta.

Siempre intenta ver lo mejor de las personas.

Lectura del día: Éxodo 3:1-3 Martes 2 de julio

Especialidad en el anonimato

“Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios.” Éxodo 3:1

El desierto es un lugar de anonimato. Moisés tuvo que enfrentar la realidad de que era un don nadie. Durante toda su adolescencia y su vida adulta había sido una persona muy importante. A donde

quiera que iba, era el centro de atención de todos. Cada vez que Moisés aparecía, la gente lo miraba con interés. Cada vez que se dirigía a ellos, se detenían y le prestaban atención. Cada vez que iba por la calle, todos se volteaban para verlo.

Las ovejas no hacen eso. Tú puedes decir lo que quieras, puedes dar cien volteretas hacia atrás mientras recitas un poema, y el rebaño no se sentirá impresionado en lo absoluto. Seguirán pastando tranquilamente. Y Moisés tuvo el placer de su compañía durante cuatro largas décadas de su vida.

Quizás tú puedas identificarte con esta situación. Mientras lees, estás asin-tiendo con la cabeza, porque precisamente ahora estás tomando un curso de anonimato; te encuentras luchando cada día con las limitaciones que has tenido qué soportar.

Ahora estás defendiéndote como puedes, subsistiendo con lo fundamental para la vida. Ese es el plan de Dios. Y si quieres graduarte de la escuela que Él tiene en el desierto, tienes que tomar el curso del anonimato; este es el primer curso que exige esta escuela.

La cruda verdad es esta: Si tú no aprendes a vivir tranquilamente en el anonimato, tendrás que repetir el curso hasta que lo aprendas. Nunca po-drás graduarte si no apruebas este curso.


Has sido obligado por la misma naturaleza del de-sierto a renunciar a muchas de las ventajas, activi-dades y privilegios de los cuales disfrutaste una vez.

Lectura del día: Génesis 41:41-46 Miércoles 3 de julio

Deja el miedo… ten confianza

“Dijo además Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto.” Génesis 41:41

Si cambiamos de escena por un momento y vemos todo esto desde la perspectiva del hombre que está trabajando en el campo, moviendo piedras para uno de esos interminables y siempre presentes proyectos

de construcción de pirámides, él no sabe nada de lo que ha pasado en la cárcel y en el trono celestial.

Lo único que sabe es que un joven, extranjero, se ha valido de manio-bras para conseguir el favor del faraón. Y que este ha dicho: “¡Doblen la rodilla ante este hombre!” “¡Miren eso!”, susurra el trabajador, “¿quién se cree él que es? ¿A quién sobornó para tener todo esto? Debe tener unas muy buenas influencias. Así es como hoy en día se consiguen las cosas en el palacio.”

En una situación semejante, nosotros probablemente habríamos pensado de la misma manera. Pero lo que no podemos ver desde nuestra limitada perspectiva, es lo que Dios ha estado haciendo por dentro. El hombre que está trabajando en el campo no sabe lo que ha sucedido en la vida de José, ni tampoco de los años que pasó en la cárcel.

José ha sido nombrado, escogido, seleccionado, preparado y refinado como el oro por el Todopoderoso. Por eso puede ahora tener puesto el anillo de autoridad. Por eso tiene ahora la vestimenta, el collar y la coraza del faraón.

Durante el período de espera, deja el miedo y ten confianza en Dios. Está seguro de que Él tratará con los coperos de tu vida, con la gente que se olvida de ti, con la gente que rompe sus promesas. La parte que le toca a Dios es ocuparse de los coperos de tu pasado. La parte que te toca a ti es ser la clase de cristiano que Él ha dispuesto que seas.


Sé fiel durante los períodos de espera de la vida, pues Él no se olvidará de ti.

Lectura del día: Nehemías 3:1-5 Jueves 4 de julio

Sin los mejores líderes

“E inmediato a ellos restauraron los tecoítas; pero sus grandes no se prestaron para ayudar a la obra de su Señor.” Nehemías 3:5

Se espera que al frente de todo proyecto comunitario estén los mejo-res líderes. Nehemías nos comparte en su libro que, en el caso de la reconstrucción del muro en Jerusalén, colaboraron los tecoítas, “pero

sus grandes no se prestaron para ayudar a la obra de su Señor” (3:5). ¿Te ha sucedido que en un plan de trabajo no colaboren quienes tienen las mejores cualidades? Pareciera que los que en Tecoa consideraban grandes no estuvieron dispuestos a colaborar en el plan.

Desde el punto de vista humano, un plan de trabajo en el que no partici-pen los mejores hombres y mujeres, está condenado al fracaso. Pareciera que Dios trabaja en el sentido contrario y nos garantiza el éxito de todo proyecto en el que los mejores se nieguen a colaborar. Con sólo trescien-tos soldados le dio una gran victoria a Gedeón sobre los Madianitas (Jue-ces 7:7) y con los menores, pero que estuvieron interesados en contribuir; Nehemías y los Tecoítas restauraron otro tramo “enfrente de la gran torre que sobresale, hasta el muro de Ofel” (3:27).

Cuando un pastor quiso construir la casa pastoral en el templo, sus mejores líderes se negaron y consideraron que no tenían el potencial económico para terminarla. Un hombre de otra congregación les ofreció que si ellos ponían la mano de obra, él les donaría el material necesario. Así, con los pocos que quisieron colaborar, llevaron a cabo la obra. En la inauguración, los que no contribuyeron en este trabajo, le pidieron perdón al pastor por su falta de fe e interés en la obra de Dios.

Pon todos tus talentos y tus recursos humanos, materiales y financieros al servicio de Dios y participa, con lo poco o con lo mucho que Dios te ha dado. Al final es la obra de nuestro Señor y Dios. Y si tienes que hacer algo con pocos colaboradores, no te desanimes, hazlo para la gloria de Dios.


Lectura del día: Nehemías 3:6-12 Viernes 5 de julio

Las mujeres en la obra

“Junto a ellos restauró Salum hijo de Halohes, gobernador de la mitad de la región de Jerusalén, él con sus hijas.” Nehemías 3:12

Es bien conocido que en el pueblo de Israel, antes de que Jesu-cristo viniera a este mundo, la mujer no tenía ningún valor. No se tomaba en cuenta para nada y era solamente como un objeto,

propiedad del esposo, que podía hacer con ella lo que quisiera. En los censos de población no se contaban a las mujeres y en el Nuevo Tes-tamento se habla de que “Y los que comieron fueron como cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños” (Mateo 14:21). Nuestro Señor y Salvador Jesucristo reivindicó a la mujer, le dio un lugar en la sociedad, la dignificó y le dio valor.

Nehemías nos comparte este evento interesante en su diario personal. El gobernador de la mitad de la región de Jerusalén llamado Salum, restauró una parte del muro con sus hijas. Seguramente no tenía hijos varones y no quiso quedarse sin participar en la obra de Dios, haciéndolo con sus hijas. No podemos pasar por alto el hecho de que siendo mujeres, las hijas de Salum no tenían aparentemente la fuerza, la destreza y la capacidad suficiente para hacer un trabajo que hacen los hombres. La enseñanza que rescatamos es que en la obra de Dios hay lugar para todos, inclusive para las mujeres a la par de los hombres. Hay ministerios que, por su naturaleza, ellas desarrollan mejor. Jesús y el apóstol Pablo, superando su prejuicio de género, dieron lugar a mujeres en su ministerio como colaboradoras.

El Dr. David Yonggi Cho, pastor de la Iglesia Central del Evangelio Completo en Seúl, Corea, que ha llegado a ser la Iglesia evangélica cris-tiana más grande del mundo, en su libro “La Cuarta Dimensión” habla acerca de la participación de las mujeres como líderes de células en una sociedad machista como la coreana. Agradece a Dios por las mujeres de buen testimonio, llenas del Espíritu Santo y de fe que ayudaron al cre-cimiento de la Iglesia.

Si eres mujer, participa en alguno de los ministerios de la Iglesia y sé de bendición a otros.


Lectura del día: Nehemías 4:16-21 Sábado 6 de julio

A Dios rogando

“Los que edificaban en el muro, los que acarreaban, y los que cargaban, con una mano trabajaban en la obra, y en la otra tenían la espada.” Nehemías 4:17

Cuando Sanbalat escuchó que Nehemías estaba reconstruyendo la muralla de Jerusalén, llevó todo un ejército de samaritanos para burlarse de ellos, desanimarlos, atacarlos, y hacerlos desistir

de llevar a cabo la obra. Se unieron a él Tobías el amonita y Gesem el árabe. De seguro, como Nehemías tenía la autorización del emperador para llevar a cabo la reconstrucción de Jerusalén, los enemigos fueron cautelosos de la forma como detendrían el proyecto.

La forma como estos enemigos del pueblo de Dios comienzan su ataque es por medio de la burla desalentadora. Menosprecian la obra y relata Nehemías: “Cuando oyó Sanbalat que nosotros edificábamos el muro, se enojó y se enfureció en gran manera, e hizo escarnio de los judíos. Y ha-bló delante de sus hermanos y del ejército de Samaria, y dijo: ¿Qué hacen estos débiles judíos? ¿Se les permitirá volver a ofrecer sus sacrificios? ¿Aca-barán en un día? ¿Resucitarán de los montones del polvo las piedras que fueron quemadas? Y estaba junto a él Tobías amonita, el cual dijo: Lo que ellos edifican del muro de piedra, si subiere una zorra lo derribará.” (4:1-3) Luego amenazaron con venir y atacarlos. La estrategia de Nehemías para repeler este ataque feroz fue que el pueblo tuvo ánimo para lleva a feliz término el plan, tuvieron fe para orar a Dios e hicieron provisión para un posible ataque militar, sin detener su trabajo.

Cuando Carlos Mario iba a jubilarse, sus patrones por más de cinco déca-das, a quienes había servido fielmente, no querían reconocer el salario que realmente recibía y eso afectaba su pensión futura. A la par de estar orando a Dios para actuar cristianamente, informó a las autoridades los detalles del caso. Finalmente con la intervención de los funcionarios de gobierno, este hermano logró una retribución justa.

Habrá ocasiones en que no sólo echaremos mano de los recursos espiri-tuales, sino también de los que legalmente tenemos. Pide a Dios sabiduría para saber cuándo usarlos adecuadamente.


Lectura del día: Job 26:1-14 Domingo 7 de julio

Mirar hacia arriba

¡Tú sí que ayudas al débil! ¡Tú sí que salvas al que no tiene fuerza! Job 26:2 NVI

Estoy convencido de que el sufrimiento no es un enemigo. Parece extraño decir esto, pero la verdad es que el sufrimiento es un ami-go. Pero no lo es hasta que reconozcamos que cosecharemos sus

beneficios. Job está viviendo un vía crucis. Su desgracia en esta difícil si-tuación lo ha obligado a concentrarse en las cosas que realmente importan.

Por fin he llegado a darme cuenta de que uno de los beneficios de expe-rimentar tiempos de sufrimiento es que mi perspectiva se vuelve vertical. Charles Spurgeon, el gran predicador, fue una persona controversial. La prensa de su tiempo disfrutaba grandemente armándole líos. Se aprove-chaban de un blanco tan importante. Normalmente, Spurgeon se defendía bien, pero hubo una ocasión en que comenzó a darse por vencido.

Su esposa notó la depresión que no le dejaba. Le preocupaba que perdiera su celo y las oportunidades que tenía mientras pasaba por ese período de dificultad, y eso la llevo a hacer algo extraño. Buscó en su Biblia el Sermón del monte donde Jesús dice:

“Bienaventurados sois cuando os vituperan y os persiguen, y dicen toda clase de mal contra vosotros por mi causa, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestra recompensa es grande en los cielos; pues así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros” (Mateo 5:11-12).Ella copió estas palabras en un pedazo de papel, y las puso en el techo del dormitorio, sobre la cama de ambos. Cuando el predicador se dio vuelta boca arriba en la cama la mañana siguiente, parpadeó, y estando en esa posición leyó esas palabras, y volvió a leerlas en voz alta. Se enfocó verti-calmente en lo que Dios estaba diciendo, y eso le produjo una renovación. Entonces siguió adelante con una nueva pasión.

Lo que trato de decir es esto: cuando estamos tendidos de espaldas, sólo se puede mirar hacia arriba. Mantén enfocada tu atención en Dios, no en tu dolor, y ocupa totalmente tu mente pensando en Él.


Lectura del día: Nehemías 6:1-4 Lunes 8 de julio

La obra de nuestras manos

“Y les envié mensajeros, diciendo: Yo hago una gran obra, y no puedo ir; porque cesaría la obra, dejándola yo para ir a vosotros.” Nehemías 6: 3

Sanbalat, Tobías y Gesem no lograron llevar a cabo un ataque armado contra el pueblo de Dios en Jerusalén ahora apuntan sus armas hacia Nehemías por medios sutiles. En una falsa demostración de amistad

le enviaron en cuatro ocasiones una invitación a reunirse con él en el campo de Ono, a unos 32 kilómetros de Jerusalén, cerca de Lydda o Lod. La respuesta de Nehemías fue: “Yo hago una gran obra, y no puedo ir”. Evidentemente sospechó de sus malas intenciones y no cayó en la trampa. Volvieron a enviarle a un mensajero con una carta abierta, en la que le advertían que lo acusarían con Artajerjes de planear una rebelión contra él, animándole a reunirse con ellos y discutir el asunto. Luego le enviaron a Semaías, un falso profeta que se hace pasar como su consejero espiritual, pero Nehemías persiste en su negativa, presentando el mismo argumento.

Nuestra consciencia de que lo que hacemos en la congregación es parte de un todo en la obra de Dios, nos ayudará a no sentir que en lo que par-ticipamos es de menos valor que lo que hacen los demás. Aprendemos en Hechos 6 que para servir mesas, al igual que el ministerio de predicar o enseñar la Palabra de Dios o el ministerio de la oración, requieren ser de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría.

A unos albañiles que estaban trabajando se les preguntó qué hacían y uno de ellos dijo: “Construyo una barda”. Otro contestó: “Hago un edificio” y un tercero respondió: “Construyo una catedral para Dios”. Cada uno autoevalúa su labor con menos o más valor, según su criterio.

En tu oración considera hoy que lo que haces en la Iglesia es parte de una gran obra, que es para la gloria de Dios. Es cierto que ninguno de nosotros es indispensable, pero todos somos necesarios en la gran tarea de establecer el reino de Dios en el corazón de las personas.

Todos tenemos la capacidad de triunfar, pero sólo pocos tienen la decisión para hacerlo.

Lectura del día: Salmos 142 Martes 9 de julio

Nunca solo

“Clamé a ti, oh Jehová; Dije: Tú eres mi esperanza, y mi porción en la tierra de los vivientes” Salmos 142:5

David había llegado finalmente a su peor momento. Este era el pun-to más bajo en toda su vida hasta ahora, y si quieres saber cómo se sentía en realidad, sólo tienes que leer el Salmo 142 que compuso

durante esos días. ¿Puedes sentir la soledad de ese lugar? ¿Puedes sentir el desaliento de David? No hay forma de evitarlo. No le queda nada. Nada.

Pero en medio de todo eso, David no ha perdido de vista a Dios. Clama al Señor que le rescate. Es aquí donde podemos ver el verdadero corazón de este hombre, el lugar interior que sólo Dios ve y conoce realmente, esa cualidad invisible que Dios vio cuando eligió y ungió al joven pastor de ovejas de Belén a través de su profeta Samuel.

David ha sido llevado al lugar donde Dios puede realmente comenzar a moldearle y utilizarle. Cuando el Dios soberano nos reduce a la nada, es para redirigir nuestra vida y comenzar de nuevo, no para ponerle fin. La perspectiva humana dice: “¡Ajá! Perdiste esto, perdiste aquello. Causaste esto, causaste aquello. Arruinaste esto, arruinaste aquello. ¡Acaba de una buena vez con tu vida!”

Pero Dios dice: “No, no lo hagas. Tú estás ahora en una cueva, pero eso no significa que es el fin. Esto significa que es el momento de dar un nuevo rumbo a tu vida. Yo tengo todo bajo control. ¡Ahora es el momento de comenzar de nuevo!”.

Esto es exactamente lo que Él hace con David. Si en este momento crees que estás en una cueva, ¡Ten ánimo!.


Dios le está dando una nueva dirección y destino a tu vida

Lectura del día: Éxodo 2:16-25 Miércoles 10 de julio

Una vida en la oscuridad

“Y Moisés convino en morar con aquel varón; y él dio su hija Séfora por mujer a Moisés” Éxodo 2:21

Pon atención en esta última frase: “Moisés aceptó vivir con aquel hombre”. ¡Qué bien! Aquí está un hombre a quien él nunca había visto antes; un oscuro sacerdote y pastor del desierto, que había pasa-

do toda la vida criando ovejas (¡e hijas!) en el desolado pedazo de tierra lla-mado Madián. “Y él dio su hija Séfora a Moisés”. Ella dio a luz un hijo; y le puso por nombre Gerson, porque dijo: “Fui forastero en tierra extranjera”.

Moisés, quien podía haberse casado en Egipto con una exótica belleza del tipo de Cleopatra, se conformó con una pastora de ovejas. En esto es en lo que se había convertido Moisés; en un forastero en una tierra distante, olvidada y oscura. Había venido a Madián sin conocer a nadie, sin ninguna experiencia, sin siquiera saber dónde iba a vivir.

Permíteme hacerte una pregunta directa: ¿estarías dispuesto a vivir en la oscuridad? Tener una mentalidad de siervo te enseñará lo que es esa acti-tud. Para decirlo con palabras sencillas, en el cuerpo de Cristo hay quienes son llamados a ser los dedos de los pies. No todos pueden ser una mano derecha, un ojo o un oído. Algunas personas tienen que ser los dedos, el talón, el riñón o el hígado. Estos miembros rara vez se ven. ¡Pero deja que uno de ellos deje de funcionar por un rato y observa lo que pasa! Todo el cuerpo se verá en problemas.

Moisés estuvo dispuesto a vivir una vida oscura, a vivir lejos de la fama, a aceptar su nueva condición. De la misma manera, Dios usará los fracasos de tu vida para destruir ese fuerte deseo que tienes en tu corazón de ver tu nombre iluminado.

Y cuando él finalmente destruya ese deseo de reconocimiento, te pondrá frente a las luces como jamás habrías imaginado.


Lectura del día: 2 Crónicas 16: 1-14 Jueves 11 de julio

Dios está buscando personas fieles

“El Señor recorre con su mirada toda la tierra, y está listo para ayudar a quienes le son fieles. Pero de ahora en adelante tendrás guerras, pues actuaste como un

necio.” 2 Crónicas 16:9 NVI

Este ha sido un versículo importante en mi vida. Me impresiona saber que Dios está física, visible y activamente recorriendo con una mirada toda la Tierra, buscando a una persona a quien Él

pueda bendecir, y la característica de la persona que Dios quiere bende-cir es a aquélla que es fiel. Lo triste de esto es que las personas fieles son difíciles de encontrar.

En realidad, es bastante raro encontrar a una persona fiel que ame a Dios con todo su corazón, alma y mente; que confíe en Él totalmente. Hay muchas personas que hablan y dicen amar a Dios pero en realidad no confían en Él, confían más en sus estrategias, en sus fuerzas, en sus tarjetas de crédito, confían en todo lo demás menos en Dios. El salmo 53: 2-3 dice de esta manera “Desde el cielo Dios contempla a los mortales, para ver si hay alguien que sea sensato y busque a Dios. Pero todos se han descarriado, a una se han corrompido, no hay nadie que haga lo bueno, no hay uno solo”.

Aunque es difícil encontrar personas fieles, afortunadamente Dios to-davía encuentra a algunos que lo son. En los días en que la maldad se había multiplicado sobre la Tierra, Dios encontró a Noé, un hombre fiel y justo; cuando andaba buscando a un hombre para formar a su pueblo encontró a Abraham, el padre de la fe; para enviar a Su Hijo al mundo encontró a María y José; para impactar al mundo encontró a sus discí-pulos; para predicarle a los gentiles encontró a Pablo y estoy seguro que esta mañana te ha encontrado a ti.


Él quiere bendecirte, lo único que te pide es fidelidad a Él, sólo a Él.

Lectura del día: Proverbios 28:1-28 Viernes 12 de julio

La fidelidad: clave para la bendición

“El hombre fiel recibirá muchas bendiciones, el que tiene prisa por enriquecerse no quedará impune.” Proverbios 28:20 (NVI)

El día de ayer mencioné que los ojos de Dios recorren toda la Tierra para encontrar una persona fiel a quien bendecir, y también dije que esto es difícil. Las personas fieles son muy escasas en estos días.

Sin embargo, Dios siempre ha encontrado personas fieles, siempre hay un remanente desde los tiempos antiguos hasta ahora; hay personas fieles a Dios y Él espera que tú seas una de ellas.

Como pastor, mi deseo es que Dios te bendiga y para que esto suceda, necesitas la llave correcta y ésta es la fidelidad.

La fidelidad es la clave para la victoria en todos los problemas de la vida y también es la clave para la bendición de Dios.

El texto que leímos este día dice que el hombre fiel recibirá muchas bendiciones. En la versión Reyna Valera dice: “el hombre de verdad”; la persona fiel es una persona que actúa en la verdad, y una persona con esta cualidad recibirá no sólo una, sino muchas bendiciones.

Dios tiene muchas bendiciones para darnos: Él quiere darnos bendición en nuestro cuerpo, que estemos saludables, que ninguna enfermedad mor-tal nos toque; también quiere darnos bendición financiera, que vivamos en abundancia y libres de deudas; la bendición en el área emocional es estar libre de las heridas del alma; bendición en tus relaciones, para que estés en paz con todas las personas; pero, sobre todo, Él quiere darte la bendición espiritual.

Para tener estas bendiciones necesitamos aprender a ser fieles. La razón por la cual Dios nos pide fidelidad, es que Él ha sido fiel con nosotros siempre, como bien dice el canto “GRANDE ES TU FIDELIDAD, SEÑOR”.


Lectura del día: Romanos 15:7-21 Sábado 13 de julio

El Dios de la esperanza

“Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.” Romanos 15:13

Una de las preguntas que la mayoría de la gente del mundo se hace hoy es ¿Hay esperanza? ¿Vale la pena seguir luchando? Las parejas se preguntan: ¿hay alguna esperanza para mi matrimo-

nio? Cuando estamos en el consultorio médico esperando los resultados de los estudios y el diagnóstico no es muy bueno preguntamos: ¿hay al-guna esperanza? Cuando los negocios están pasando por dificultades, los dueños quieren saber: ¿hay alguna esperanza de que la economía mejore? Cuando una familia ha extraviado a un hijo hacen la pregunta: ¿hay una esperanza de encontrarlo? Los líderes mundiales se preguntan hoy en día si hay esperanza para la humanidad.

Tú puedes pasar 40 días sin comer, tres días sin tomar agua, 8 minutos sin aire, pero no puedes pasar un solo segundo sin esperanza. La esperanza es uno de los elementos esenciales de la vida; cuando la esperanza se acaba, la vida se acaba también. Necesitamos esperanza para hacerle frente a las situaciones cotidianas. La esperanza hace toda la diferencia en el mundo; es esencial para el manejo de las crisis de la vida. Cuando una persona tiene esperanza es capaz de soportar las cargas más increíbles y los castigos más crueles, pero cuando la esperanza se va, la gente se desmorona emocional, física y espiritualmente.

La Biblia dice que Dios es la fuente de nuestra esperanza; Él es el Dios de la esperanza. Si quieres encontrar esperanza, tienes que ir a la fuente que es Dios. No pongas tu esperanza en el dinero o en personas que te pueden a fallar; mejor ve a Dios, deposita en Él tu confianza y el Dios de toda esperanza te va a llenar de alegría y paz, y hará que reboses de esperanza, por el poder del Espíritu Santo.


La esperanza es uno de los elementos esenciales de la vida; cuando la esperanza

se acaba, la vida se acaba también.

Lectura del día: Isaías 41:1-10 Domingo 14 de julio

Su presencia te acompañará siempre

“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.”

Isaías 41:10

A lo largo de mi vida como pastor, he ministrando en muchos funerales, y en ocasiones veces he visto en los ojos de las viudas, sobre todo, inquietud e incertidumbre acerca del futuro. ¿Cómo

voy a salir adelante sola? No sé qué voy hacer, ¿cómo voy a dar el si-guiente paso? He escuchado muchas veces este sentido de duda respecto al futuro, pero siempre pienso en la respuesta de Dios, “YO ESTARÉ CON USTEDES TODOS LOS DIAS…“ De hecho, soy testigo que al pasar el tiempo estas familias han salido adelante con la ayuda de Dios. Entre más pasan los años, me doy cuenta que mi vida está fuera de mi control. La verdad es que no sólo no puedo controlar mi futuro, sino que no sé que es lo que hay en mi futuro.

Las buenas noticias son de que a pesar de lo que suceda, ustedes y yo no estamos solos. Hay alguien que siempre está con nosotros: Dios. Esta es una de las promesas de la Biblia a la que te puedes aferrar, porque Su presencia te da esperanza. Por eso la invitación a no tener miedo, a no angustiarte, es porque no sólo te ofrece Su presencia, sino todos los beneficios que esto conlleva: fortaleza, ayuda y sostén en medio de la incertidumbre de la vida.

Los amigos non dejarán, la familia se mudará, habrá personas que amas quienes morirán; habrá gente que se separará de ti, y eso puede ser muy doloroso, pero es la triste realidad; sin embargo, la gran noticia es que Dios nunca te abandonará. No solamente ha prometido estar contigo, sino que Él te cuidará y velará por ti.

Salmos 32.8: “El señor dice yo te instruiré, yo te mostrare el camino que debes seguir, yo te daré consejos y velare por ti.”


Lectura del día: Hechos 27:21-25 Lunes 15 de julio

Llegando a puerto seguro

“Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así como se me ha dicho.” Hechos 27:25

Los últimos dos capítulos de Hechos son los más dramáticos de todo el libro. Relata el médico Lucas el viaje del apóstol Pablo a Roma, saliendo del puerto de Cesarea. Bajo la acusación del sumo Sacer-

dote Ananías, algunos ancianos y un cierto orador llamado Tértulo, de que Pablo era una plaga, un promotor de sediciones, cabecilla de la secta de los nazarenos y que había intentado profanar el templo (24:1-6), ante el go-bernador Félix, después de un largo juicio, por haber hecho una apelación a César, fue enviado a Roma, para ser juzgado allá. Es el único lugar en donde se llama nazarenos a los cristianos. En el viaje náutico se encuentran con un viento huracanado llamado Euroclidón y después de una aventura extraordinaria, se salvan llegando a la isla de Malta. Lo interesante es que a mitad de la travesía y en el tiempo de mayor peligro, Pablo habla de tener buen ánimo y confiar en Dios.

Es muy posible que muchos de nosotros no hemos vivido la experiencia de ser sorprendidos por un huracán en un viaje en barco, pero los proble-mas, las enfermedades inesperadas, los conflictos, las situaciones financieras, son tan fuertes y agresivos como un huracán o un tornado. Provocan afec-taciones tremendas en la vida personal, en la pareja, en la familia. Es tiempo de depositar nuestra confianza plena en Dios para llegar a puerto seguro.

El mes pasado la tormenta tropical, que se volvió un huracán, llamado Bárbara afectó la costa entre los estados de Oaxaca y Chiapas. Miles de los municipios de Chahuites, Tapanatepec, San Francisco Ixhuatán, San Ma-teo del Mar en Oaxaca y Arriaga, Tonalá y Pijijiapan en Chiapas, sufrieron los embates del meteoro. Algunos continúan damnificados y los daños materiales fueron enormes.

Agradece a Dios hoy porque te ha librado de las tormentas de la vida y porque cuando ha permitido que lleguen a nosotros, nos ha concedido llegar con seguridad y sin novedad a tierra firme. Ora por quienes están ahora en un conflicto personal, familiar o de trabajo, y por aquéllos que fueron afectados física y materialmente por el huracán Bárbara.

Los importante no es lo que a los demás no les gusta de ti, sino lo que a ti te guste de ti.

Lectura del día: Mateo 5:38-48 Martes 16 de julio

La segunda milla

“y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos.” Mateo 5:41

El principio fundamental de la justicia que se enseñaba en la ley de Moisés era: ojo por ojo, diente por diente. El propósito de este mandamiento, dice el Comentario Bíblico Beacon, “no era incitar

al hombre a devolver el golpe, sino el prohibir que los hombres demanda-ran un castigo mayor que el delito”. En este pasaje encontramos que Jesús introduce una nueva ley: la de no vengarse. Su mandato fue no dar golpe por golpe, sino poner la otra mejilla, dejar la capa, caminar la segunda mi-lla, dar al que pide y prestar a quien lo solicite. Recordando que el Sermón del Monte, del que es parte este pasaje, trata con principios, actitudes y no con reglas. No es cumplir estas cosas literalmente, sino tener un espíritu generoso y compasivo hacia el necesitado.

En lo que concierne a ser obligado a llevar una carga una segunda milla, probablemente se hace alusión a la práctica de los romanos y algunas nacio-nes orientales que, cuando se enviaban despachos, obligaban a la gente no sólo a proveer caballos y vehículos, sino a prestar los servicios personales, a menudo con grandes dificultades, cuando fuesen requeridos. Pero lo que aquí se pide es el someterse voluntariamente a peticiones abusivas de cual-quier clase, más bien que pelear, considerando los males que de ello resultan.

A un amigo le empezaron a presionar en su trabajo, pidiéndole que llegara por las tardes, después también parte de la noche. Parecía que el propósito era que renunciara. Cumplió fielmente lo que le pedían, aunque no era justamente gratificado en su salario. Poco tiempo después, otro jefe de de-partamento descubrió su disposición de servicio y le invitó a trabajar en su oficina, nombrándole jefe del personal. Ahora se desarrolla eficientemente y gana el doble de sueldo que en el puesto anterior.

Hacer un poco más de lo que se nos pide o cumplir con un pedido abu-sivo, puede ser recompensado con algo mejor. Pide a Dios gracia para caminar la segunda milla, si es necesario.


Lectura del día: Mateo 5:43-48 Miércoles 17 de julio

Llamados a ser perfectos

“Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto” Mateo 5:48

Este segundo semestre del año nos da la oportunidad de amar a aquéllos que se consideran nuestros enemigos. Es natural amar a nuestros amigos, es sobrenatural amar a los enemigos. Una eviden-

cia de que somos hijos de Dios es amar y orar por quienes nos ofenden y nos lastiman. Demostramos que tenemos el carácter de nuestro Padre ce-lestial, porque Él “hace salir su sol sobre malos y buenos, y hace llover so-bre justos e injustos” (45). Por ello, el consejo más elevado de Dios es que seamos perfectos, así como nuestro Padre que está en los Cielos es perfecto.

La meta en la vida cristiana es que nosotros seamos perfectos en la esfe-ra humana, así como nuestro Padre celestial lo es en la esfera divina. El contexto inmediato del mandamiento es que seamos perfectos en amor. Esta experiencia es posible en esta vida, en este tiempo y en esta Tierra, reflejando el carácter misericordioso de nuestro Dios, lleno de compasión y de amor. También nosotros debemos ser pacíficos, puros, honestos, bon-dadosos, amorosos, viviendo en armonía con los demás.

Había un hombre que iba a ser nombrado un alto ejecutivo de su empresa. La Junta Directiva de dicha compañía dialogó al respecto y el cargo iba a ser suyo. Un día, en la cafetería de la corporación, el Presidente Ejecutivo de la empresa estaba detrás de este hombre en la fila. Sin que él se percata-ra de ello, el Presidente observó cuando éste tomó una barra de mantequi-lla que cuesta unos pocos pesos, luego lo cubrió con una rebanada de pan para que nadie la viera y así no la pagó. El Presidente regresó a hablar con la Junta y les informó que habían escogido al individuo equivocado para el cargo. Les notificó que él no tenía integridad. Por esos pocos centavos ese hombre perdió un excelente puesto de trabajo.

Pide a Dios la ayuda necesaria para ser perfecto como Él, considerando que tu perfección es relativa y no absoluta como la de Él. Podemos come-ter errores, pero seguir amando a Dios y a nuestro prójimo.


Lectura del día: Nehemías 6:15-19 Jueves 18 de julio

Meta cumplida

“Fue terminado, pues, el muro, el veinticinco del mes de Elul, en cincuenta y dos días.” Nehemías 6:15

A pesar de todas las dificultades que tuvo que pasar Nehemías, el muro se terminó de construir en cincuenta y dos días, alrededor de dos meses. La reinauguración fue el día quince de Elul del calendario

judío, que correspondería a la segunda mitad de agosto y la primera quince-na de septiembre en nuestros calendarios. Considerando la limitación de re-cursos, tanto materiales como humanos y tomando en cuenta que el pueblo se había acostumbrado a vivir entre ruinas por años, su ánimo estaba por los suelos, el haber concluido la reconstrucción de la muralla en Jerusalén fue un evento extraordinario. En todo esto, el reconocimiento de Nehemías, del pueblo y aun de sus enemigos fue que por Dios había sido hecha esa obra.

Ahora cuando empezamos el segundo semestre del año, quizá nos encon-tramos a mitad de nuestro plan de trabajo, visualizando la meta a la dis-tancia y anhelando llegar a ella. Posiblemente nuestro proyecto es escolar, de trabajo, de expansión de nuestra empresa, de ampliación de nuestro negocio, de completar cierto número de producciones, de ganar cierto número de personas para Cristo, de llegar a cierta cantidad de asistentes a nuestra célula, etc. Desde ahora podemos comenzar a alabar a Dios porque reconocemos que Él hará lo que humanamente es imposible y que nos concederá el privilegio de alcanzar nuestro sueño, de llegar a la meta, de alcanzar el éxito. En el caso del pueblo de Judá, sus enemigos se sintieron avergonzados y reconocieron la intervención maravillosa de Dios.

El creador de Microsoft, Bill Gates habla de su éxito y dice: “Trabaja incan-sablemente, fija tu objetivo y lucha con determinación por alcanzarlo. No te conformes con dar el 100%, ve más allá y sé tú quien establece los límites. Las compañías fracasan por muchas razones. Algunas veces son administra-das en forma deficiente, algunas veces simplemente no crean los productos que los clientes quieren. No obstante, creo que el mayor asesino de una compañía, especialmente en las industrias crecientes como la nuestra, es el rechazo a adaptarse al cambio”. Agradece a Dios por alcanzar tus metas.


Lectura del día: Nehemías 8:1-10 Viernes 19 de julio

Elementos para el éxito

“Luego les dijo: Id, comed grosuras, y bebed vino dulce, y enviad porciones a los que no tienen nada preparado; porque día santo es a nuestro Señor; no os entris-

tezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza.” Nehemías 8:10

Generalmente, cuando leemos el libro de Nehemías nos centra-mos en la reconstrucción del muro en Jerusalén, aunque el éxito completo llega cuando Esdras reconstruye la adoración a Dios,

tal y como se relata a partir del capítulo ocho del libro. Se llama a esta sección el Gran Avivamiento y, ciertamente, tiene elementos interesantes para llamarlo así: Hay atención a la lectura y explicación de la Palabra de Dios, convicción y confesión de pecados, oración, ayuno, reconocimiento de la justicia y misericordia de Dios, entrega total a la voluntad de Dios y el gozo de la salvación.

El primer resultado de que el sacerdote Esdras y los levitas “… leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura” (8:8), fue que el pueblo se entristeció y lloraba, reconociendo seguramente que se habían apartado de Dios. Entonces el gobernador Nehemías y el sacerdote Esdras dicen al pueblo: “… Id, co-med grosuras, y bebed vino dulce, y enviad porciones a los que no tienen nada preparado; porque día santo es a nuestro Señor; no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza”. Para nosotros ahora, la vida cristiana sería una aburrida rutina, si no fuera porque el gozo del Señor es nuestra fortaleza, que se nutre en el perdón de pecados, permanece en la aflicción, que depende de la obediencia a Dios y no de las circunstancias. Y este gozo lo podemos compartir con otros.

Un hombre intentó cinco veces iniciar una compañía de automóviles y todas quebraron, su nombre era Henry Ford. Otro fue despedido como dibujante de un periódico por falta de imaginación: Walt Disney. Un japo-nés inventó una olla para cocer arroz, pero cuando presentaba su invento le decían que no tenía creatividad, este fue el fundador de Sony.

El éxito tiene el precio de la perseverancia, pero al final nos provee de gozo.


Lectura del día: 1 Samuel 25:20-28 Sábado 20 de julio

Decisiones cruciales

“Y cuando Abigaíl vio a David, se bajó prontamente del asno, y postrándose sobre su rostro delante de David, se inclinó a tierra.” 1 Samuel 25:23

Abigaíl conocía bien a su marido ¿no crees? Todo el mundo sabía cómo era él; entonces ¿por qué ocultarlo? ¿Por qué tratar de en-cubrir lo que había hecho? Ella no lo hizo, sino que tomó sobre

sí misma la responsabilidad. “Cuando enviaste a esos diez hombres para hablar con mi marido, yo no estaba allí para dar otra clase de respuesta. Pero ahora estoy aquí como intercesora. Quiero ser mediadora entre este hombre y todos tus hombres que han sido tratados injustamente.”

¡Qué fe la de ella!, le dice: “David, al verte, estoy mirando al futuro rey. No dañes la buena imagen que tienes con un asesinato. Tú estás por encima de esto. Has sido afrentado, pero el homicidio no es la respuesta. ¡Espera, espera, David! Toma lo que te he traído, y regrésate”. ¡Qué dis-curso! ¡Qué intercesión!

Cuando enfrentas algunas situaciones cruciales, a veces tienes que hacer algo muy creativo. A parte de la Biblia, no hay ningún otro manual que te diga qué hacer cuando llegan esos momentos. Muchas veces, cuando enfrentamos una crisis, la respuesta típica es meter la cabeza en un hueco, huir a un escondite y dejar que nos crezcan telarañas.

Pero se puede hacer algo mejor. Mientras tengas sangre en tus venas, mien-tras puedas respirar, tienes un propósito para vivir. Tienes una razón para existir. No importa lo malo que haya sido tu pasado caracterizado por la desobediencia y la falsedad durante gran parte de tu vida, estás vivo.

Y Dios te dice: “Hay una razón, y estoy dispuesto a hacer cosas creativas a través de ti para levantarte de nuevo. Puedes quedarte parado lamiendo tus heridas si esa es tu decisión, pero puedes hacer algo mejor”. Hará falta creatividad, hará falta determinación, hará falta que tengas tus ojos puestos constantemente en el Señor. Pero cuando Él lo hace, es maravilloso.


Lectura del día: 1 Samuel 25:29-34 Domingo 21 de julio

Esperar con paciencia

“Y bendito sea tu razonamiento, y bendita tú, que me has estorbado hoy de ir a derramar sangre, y a vengarme por mi propia mano.” 1 Samuel 25:33

¡Qué lección tan grande aprendió David! “Si hay que vengar algo, es Dios quien debe hacerlo”. Al menos tres cosas me impresionan cuando pienso en este incidente en la vida de

David y en nuestra vida hoy.

En todo lo que hagas cuando surjan los conflictos, sé sabio. Si no tienes cuidado manejarás los conflictos con la energía de la carne. Pero después lo lamentarás. ¿Qué quiero decir con ser sabio? Que veas el panorama completo. Evita sacar conclusiones precipitadas y ver sólo el lado tuyo. Ve ambos lados. Considera las diferencias. Siempre hay dos lados en la calle del conflicto. Evalúa las diferencias. La otra parte de ser sabio es orar. Busca la perspectiva de Dios. Él te dará la sabiduría que necesitas si se la pides.

Toma cada conflicto tal y como se presenta… y luego manéjalo por se-parado. Es posible que hayas ganado una batalla ayer, pero eso no contará cuando surjan los problemas de hoy. Es posible que tengas una gran dosis de paciencia hoy, pero eso no significará nada cuando el día de mañana venga de nuevo el ataque.

Siempre que te des cuenta de que no hay nada que puedas hacer, espera. Espera con paciencia. Los problemas sin salida exigen una firme aplicación de los frenos. No sigas avanzando. Abstente de actuar con precipitación. ¡Siempre que sea posible, aplica los frenos! Desacelera.

Cuando esperas, es posible que tu situación no cambie, pero tú si cam-biarás. En realidad, podrás descubrir que la razón de la espera fue para tu provecho, porque eras tú quien necesitaba cambiar.


Dios no nos da la paciencia a crédito. Cada día es un nuevo día.

Lectura del día: 1 Samuel 25:1-19 Lunes 22 de julio

Sabia protección

“Ahora, pues, reflexiona y ve lo que has de hacer, porque el mal está ya resuelto contra nuestro amo y contra toda su casa; pues él es un hombre tan perverso,

que no hay quien pueda hablarle.” 1 Samuel 25:17

Cuatrocientos hombres son suficientes para ocuparse de Nabal ¿no lo crees? Nadie toma una espada para tener una conversación, por lo que podemos tener una buena idea de lo que hay en la mente

de David aquí. ¡Eso sí que era exagerar! No tenía ninguna necesidad de tomar cuatrocientos hombres para aplastar a un miserable. David había perdido el control.

Mientras tanto, allá en el rancho, ponte en los zapatos de Abigail. Franca-mente, ¡ésta podía ser su oportunidad para deshacerse de un marido fraca-sado y detestable! Por sus criados se entera de que David va a acabar con él. Ella pudo haber dicho algo espiritual como: “Oh, voy a orar por esto”.

De pronto, se escucha el ruido ensordecedor de los cascos de los caballos que descienden por la colina, y ella está allí orando: “¡Señor, llévatelo y por favor que sea rápido!”. Era su oportunidad. Después de todo, fue Nabal quien se lo buscó. Era el momento de que aprendiera una lección.

Así es como piensa una esposa carnal (o un esposo carnal). Así es como piensa un empleado carnal. “Ahora es mi oportunidad, está indefenso, y de todas maneras es su culpa”. ¿No es grandioso? Sin embargo, no sucede eso.Nota que los mensajeros vinieron a hablar con Abigaíl, no con Nabal. ¿Por qué razón? Porque él no era accesible. Esa es otra indicación de la sabiduría de Abigaíl. Ve a su esposo tal como es, conoce sus debilidades. Y en el mo-mento de la mayor debilidad de él, Abigaíl no lo riñó, sino que lo protegió. ¡Qué misericordiosa y sabia esposa!

Lo importante no es sobrevivir, sino saber vivir.

Antes de actuar, siempre pide sabiduría a Dios.

Lectura del día: 1 Samuel 25:35-38 Martes 23 de julio

Yo me encargo de eso

“Y diez días después, Jehová hirió a Nabal, y murió.” 1 Samuel 25:38

Al leer este pasaje podemos decir: ¡Misión cumplida! Todos salie-ron ganando. David y sus hombres regresaron llenos de comida y mucho más sabios. Abigaíl volvió a su casa, su esposo la abrazó y

le dijo: “Querida gracias, eres una gran señora”. Bueno, me habría gustado que dijera eso. Pero no fue así.

Ella se había colocado entre su marido y la muerte, pero el insensato estaba tan borracho que ella no pudo siquiera contarle lo que había sucedido. Por tanto, lo que hizo fue meterse en la cama, taparse con la cobija y dormirse. Estoy seguro de que ella derramó su corazón ante Dios, y que arregló al-gunas cosas que había entre ella y el Señor, reconociendo que era posible que jamás supiera lo que era tener un esposo que la apreciara.

La mañana siguiente, después que Nabal despertó de la borrachera, ella le contó lo que había sucedido. ¿Y cuál fue su reacción? El hombre su-frió un ataque cardíaco. Literalmente. Escucho que 401 hombres habían venido a cortarle la cabeza, y se quedó paralizado por completo y con la mirada vidriosa. ¡Me lo imagino! Diez días después “el Señor hirió a Nabal, y él murió.”

¿No es admirable? Cuando uno actúa correctamente, sin cansarse de ha-cerlo, Dios se encarga de las cosas imposibles. Como hemos visto, “cuando los caminos del hombre le agradan al Señor, aun a sus enemigos reconci-liará con él”. Lo mismo puede decirse de una mujer, por supuesto.


No hay ninguna situación imposible que Dios no pueda manejar. Él no la manejará necesa-riamente a nuestra manera, pero la manejará.

Lectura del día: Salmos 119:169-176 Miércoles 24 de julio

Ayuda y guía

“Cual oveja perdida me he extraviado; ven en busca de tu siervo, porque no he olvidado tus mandamientos.” Salmos 119:176 (NVI)

Como una oveja separada del rebaño que se ve expuesta a muchos peligros, el salmista se mira como un peregrino en el desierto del mundo, por lo que implora a su Dios que no le abandone en su

tránsito solitario, sino que, de acuerdo a su promesa, le busque y le acom-pañe, pues él, en medio de todos esos peligros, no ha olvidado su ley.

Dicen los estudiosos de la Biblia, que aquí el salmista está describiendo sus circunstancias exteriores antes que su estado espiritual; la impotencia de su situación antes que sus propias fallas morales. En la súplica y el ruego, el salmista funda sus palabras en la Palabra de Dios. Sus labios y su lengua las pone al servicio de la Palabra. La letra del alfabeto hebreo con la que principia este párrafo número veintidós es Tau.

¿Quién de nosotros no nos hemos sentido como ovejas perdidas, como ovejas extraviadas? Los conflictos de la vida nos pueden provocar des-orientación y experimentamos el sentirnos perdidos. Nada mejor que se-guir el ejemplo del salmista que escoge mantenerse fiel a los mandamien-tos de Dios, tomándose de la ley divina, disfrutándola.

El secuestro de su hijo trajo serio conflicto a la vida de un empresario cristiano, pero se mantuvo fiel a Dios y conservando en su mente y corazón que las promesas de Dios se cumplirían en él. No sabía cómo debía reaccionar ante las peticiones de los secuestradores. Ni tenía nin-guna experiencia en cuanto negociar con esta clase de personas. Pidió a su iglesia le apoyaran orando por la vida de su pequeño de diez años. Dos días después el hijo fue liberado sano y salvo. Los secuestradores ar-gumentaron que se habían equivocado de persona y decidieron soltarle sin pedir rescate.

Da gracias a Dios por guardarte en medio de tantos peligros alrededor tuyo. Procura caminar siempre por calles iluminadas y por donde haya más personas transitando. Procura no andar tarde de noche fuera de casa.


Lectura del día: Salmos 119:161-168 Jueves 25 de julio

Lleno de paz

“Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo.” Salmos 119:165

A pesar de verse rodeado de persecución y hostilidad, el salmista experimenta la bendición de vivir en paz, considerando toda la agitación que estas circunstancias traen. Seguramente eran prín-

cipes o nobles los israelitas que le perseguían sin causa alguna. Lo que decide hacer es refugiarse en las promesas de Dios, que son como tesoros escondidos que va descubriendo. La confianza, que trae paz a su vida, se fundamenta en que ningún obstáculo puede hacerlo caer, mientras confía y obedece la Palabra de Dios.

Conociendo que Dios todo lo sabe y su vida es como un libro abierto delante de Él, el escritor sagrado ha experimentado los mandamientos y testimonios de Dios. Concluye que amar la ley de Dios trae mucha paz al corazón del ser humano. La letra del alfabeto hebreo con el que inicia este párrafo es Sin.

Dos hermanos comentaban que sus experiencias eran tan diferentes, aun cuando los dos habían compartido las mismas circunstancias. Ella decía: “Mi infancia fue muy difícil y triste, huérfana de padre, sin posibilidades económicas y observando batallar a mi madre desde la madrugada hasta el anochecer, luchando por sacar adelante lo único que poseía, sus dos hijos”. En cambio él afirmaba -- Mi infancia fue muy feliz, vi luchar a mi madre y eso me hizo admirarla aún más, la falta de padre me obligó a madurar más rápido y las necesidades que vivimos alimentaron mis sueños y ambi-ciones. - ¡No puede ser así! Exclamó ella - Tú también sufriste igual que yo. A lo que él explicó, “Yo me quede con lo mejor de lo vivido y bloqueé lo negativo, reescribí mi vida pasada y en lugar de verla como una carga, la convertí en una maravillosa experiencia. Al final de cuentas tú decides si te amargas o vives en paz con Dios y contigo mismo. El sufrimiento es una herencia, pero la felicidad es una decisión personal, es un esfuerzo que cada persona hace por lograrla.

Si injustamente eres perseguido, ha llegado el momento de experimentar la paz de Dios en tu vida.


Lectura del día: Salmos 119:145-152 Viernes 26 de julio

La verdad y los problemas

“Tú, SEÑOR, también estás cerca, y todos tus mandamientos son verdad.” Salmos 119: 151 (NVI)

Este versículo principia con la palabra del alfabeto hebreo Cof. El salmista descubre que la verdad ayuda a superar los problemas. Sin-tiéndose muy perturbado, el poeta promete fidelidad a la Palabra de

Dios y suplica ayuda. Explica que hace veladas de oración, meditación y es-tudio de las promesas de Dios, con el fin de ser reanimado, vivificado en su fe. En la experiencia de sentir a Dios cerca de él y en la seguridad de la ver-dad eterna de las Sagradas Escrituras, es que el autor encuentra su esperanza.

El poeta apela al gran amor de Dios para ser escuchado y ser vivificado. Moffatt traduce el versículo 150 de la siguiente manera: “Mis perseguidores se unieron en malicia, muy lejos de tu ley”. La Nueva Versión Internacio-nal: “Ya se acercan mis crueles perseguidores, pero andan muy lejos de tu ley”. Es evidente que los enemigos del salmista, sin el temor de Dios y vi-viendo fuera de Su voluntad, van a atentar contra él de manera sanguinaria.

Cuando el oficial de tránsito detuvo el automóvil de un cristiano, argu-mentando que iba arriba del límite de velocidad permitida en esa avenida, nunca se imaginó que este hombre aceptara su culpa, le dijera la verdad en cuanto al motivo de su prisa y le pidiera que le diera su infracción co-rrespondiente. Razón por la cual, al final, sólo le dio una amonestación y le pidió que “le diera su bendición”. Decir la verdad puede llevarnos a ser perdonados de aquellas infracciones que cometemos, en la premura de ir a servir a otros en sus necesidades.

Además de Mateo 22:16 que dice: “Y le enviaron los discípulos de ellos con los herodianos, diciendo: Maestro, sabemos que eres amante de la verdad, y que enseñas con verdad el camino de Dios, y que no te cuidas de nadie, porque no miras la apariencia de los hombres.” Hay 213 versos más que hablan de la verdad en el Nuevo Testamento.

Pide a Dios en oración que te ayude a actuar con verdad en todo.


Lectura del día: Salmos 119:137-144 Sábado 27 de julio

La justicia eterna de Dios

“Tu justicia es justicia eterna, y tu ley la verdad.” Salmos 119:142

El amor y la reverencia del salmista se desbordan en la justicia, la pureza y la verdad de la ley de Dios. Reconoce que el Señor es justo, recto y fiel en sus juicios y en sus testimonios. El autor

siente que su celo le ha consumido, porque sus adversarios pasan por alto la Palabra de Dios. En los versos 140 y 141 hace un contraste en el que menciona que la promesa del Señor es alta, elevada, pura, como los me-tales altamente refinados, mientras que él se autodefine como pequeño, insignificante y menospreciado y en todo ello no se había olvidado de sus mandamientos.

Cuenta una fábula que dos hombres murieron el mismo día, a la misma hora, en el mismo lugar. Antes de entrar al Cielo, un ángel les hace ciertas preguntas para permitirles pasar. Al primero le pregunta: ¿Qué fue de tu vida? El responde: “conocí muchos lugares, tuve muchos amigos, hice negocios que produjeron grandes riquezas, mi familia tuvo lo mejor y trabajé duro”. El guardián le pregunta: ¿Qué traes contigo? Él responde: “todo ha quedado allí, no traigo nada”, el guardián responde: No puedes pasar debido a que no traes nada contigo”. El hombre llorando y con gran pena en su corazón se sienta a un lado a sufrir el dolor de no poder entrar.

El segundo hombre llegó y el guardián le pregunta: ¿Qué fue de tu vida? El responde: “desde que nací, fui un caminante, no tuve riquezas, sólo busqué el amor en los corazones de todos los hombres, y en realidad nun-ca tuve nada”....el guardián le pregunta: ¿Encontraste lo que buscabas? Él le responde: “Si, ha sido mi único alimento desde que lo encontré..... El guardián responde: ¡Muy bien, puedes pasar!... Pero ante esta respuesta el hombre responde: “El amor que he encontrado es tan grande que lo quiero compartir con este hombre sentado al lado del portal, sufriendo por su fortuna”.

Dios, por medio de Jesucristo, hace que su justicia sea eterna, que vaya más allá de la muerte. Agradece a Dios hoy por ser justo.


Lectura del día: Salmos 119:129-136 Domingo 28 de julio

Entendimiento divino

“La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples.” Salmos 119: 130

La letra del alfabeto hebreo con la que inicia este párrafo es Pe. El escritor sagrado encuentra que los mandamientos de Dios son maravillosos y decide obedecerlos. Reconoce que la explicación

de las Sagradas Escrituras trae luz y da entendimiento al sencillo, al que permite ser conducido sin dificultad, los que están abiertos a la buena instrucción, aquéllos a quienes se les puede enseñar algo. El anhelo por la Palabra de Dios es tan agudo y urgente como la necesidad de aire para quien se ha quedado sin aliento. El poeta, por haber tenido la experiencia de guardar en su memoria la Palabra de Dios, se anima a esperar con fe el favor de Dios. Busca ser guiado por las promesas de Dios, ordenando sus pasos, dirigiendo su conducta, buscando que la gloria de Dios se mani-fieste en él. Concluye mostrando indignación contra quienes desprecia-ron la Palabra del Señor y a la vez compasión, hasta las lágrimas, porque el pueblo no obedece la ley de Dios.

El niño no hablo hasta los 4 años, los psicólogos dijeron que era deficiente mental y en la escuela politécnica lo expulsaron por retrasado, este fue Al-bert Einstein. - Otro niño sus maestros dijeron que era demasiado tonto, le despidieron, ya adulto, de sus dos primeros trabajos por no ser produc-tivo, este fue Tomas Alba Edison. - Él quería ser actor, pero ejecutivos de la industria del cine le dijeron que no tenía lo que se necesitaba, se presentó a cuanto casting había, hasta que consiguió su papel en Indiana Jones, este fue Harrison Ford. - Un joven fue rechazado por el equipo de básquet bol de su escuela, porque decían que no tenía puntería para acertar los tiros, este es Michael Jordan. - Rechazaron 1009 veces su receta, dijeron que los norteamericanos nunca comerían pollo frito y fundó la cadena de Kentucky Fried Chicken.

Agradece a Dios hoy, porque cuando somos perseverantes en lo que ha-cemos, Él puede hacer que tengamos un mayor entendimiento, una mejor comprensión de las cosas de la vida, por medio de estudiar Su Palabra.


Lectura del día: Romanos 8:1-17 Lunes 29 de julio

El poder de la adopción

“Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor, sino que habéis recibido un espíritu de adopción como hijos, por el cual clamamos:

¡Abba, Padre!” Romanos 8:15 (LBLA)

Muchas veces a lo largo de mi vida me he preguntado, ¿por qué Dios quiso que fuéramos Sus hijos? ¿Por qué escogió amar-nos? ¿Por qué decidió hacernos sus herederos? Y la única res-

puesta que encuentro es: “porque así lo quiso, esa fue su voluntad”, y este pasaje lo confirma.

Gracias al sacrificio de Cristo, pudimos renunciar a los deseos inconve-nientes de nuestra propia naturaleza, podemos disfrutar y beneficiarnos con Su Espíritu Santo y somos hechos hijos de Dios. Ahora tenemos un Padre que nos ama y que nos quiere bendecir. El saber que Dios me adoptó por el puro gusto de tenerme como Su hijo y para amarme me llena de gozo y paz.

Desafortunadamente este mundo está lleno de padres que no desean serlo, pero que por alguna razón o circunstancia lo son, y desgraciadamente son sus hijos son los que pagan las consecuencias de tener un padre (o una madre) que no quería serlo.

Pero con Dios las cosas son diferentes. Él sí quiere ser nuestro Padre y por eso proveyó un medio infalible para acercarnos a Él y convertirnos en Sus hijos, y estuvo dispuesto a entregar a Jesús con tal de tener una comunión directa con nosotros.

De acuerdo a la Asociación Española de Pediatría, en un primer momento, “el niño adoptado actúa como si quisiera olvidar y borrar todo lo que ha vivido en su pasado. Le urge superar las huellas de lo vivido para intentar la construcción de una nueva historia”.

Dios quiere adoptarnos para borrar nuestro pasado, sin importar lo difícil que pudo haber sido, limpiarnos de todo pecado y darnos, a través de Jesucristo, una nueva vida en Él como Sus hijos, llena de propósito, bendi-ciones, misericordias y de aventuras cada día.


Lectura del día: Isaías 40:25-31 Martes 30 de julio

Nuevas fuerzas

“Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.” Isaías 40:31

La carrera de la vida cristiana no es fácil. Dios nunca dijo que sería un reto sencillo de superar; tampoco nos dijo que sería una carrera en línea recta, sino que por el contrario, estaría llena de curvas y

obstáculos que tendríamos que superar para llegar a la meta.

Estamos llegando a mitad de este año; miro hacia atrás y veo que la carrera que he corrido desde que empezó este 2013 no ha sido fácil y estoy seguro que tú también puedes decir lo mismo. Hemos tenido que superar pruebas; hemos caído y nos hemos vuelto a levantar, hemos pasado por muchas co-sas que nos hacen estar hoy aquí en la posición en la que nos encontramos. Puede ser que estés corriendo con mucho ánimo, emocionado de esta vida que llevas; puede ser, también, que no estés corriendo, sino caminando, un poco cansado, tal vez herido por alguna caída; o puede ser, incluso, que estés parado, estancado sin saber cómo seguir y sin fuerzas para hacerlo.

Cualquiera que sea tu caso, debes saber que aunque hayan sido fáciles o di-fíciles estos primeros meses, Dios ha prometido correr contigo y ayudarte a llegar a la meta. Tal vez creas que estás solo y no veas la mano de Dios, pero debes saber que ha estado a tu lado en cada paso que has dado, no en este año solamente, sino desde el comienzo de tu vida cristiana.

Hay una canción de Lily Goodman llamada “Al final”, que dice “aprendí que en la vida todo tiene un sentido, y descubrí que todo obra para bien”. ¡Qué cierto es!

Debemos aprender que Dios está al tanto de cada cosa que nos pasa y que Él hace todo con un propósito que a veces no alcanzamos a ver, pero nuestro deber es seguir corriendo.

Si estás desanimado y sientes que ya no te quedan fuerzas para seguir ade-lante, pídele a Dios que te ayude a entender el propósito que tiene para ti; ora para que te anime y solicítale que puedas sentir Su presencia y cómo va a tu lado en esta carrera.


Lectura del día: Hebreos 12:1-11 Miércoles 31 de julio

Nuestros testigos

“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con

paciencia la carrera que tenemos por delante.” Hebreos 12:1

A lo largo de nuestra vida llegamos a conocer a cientos de perso-nas en nuestro trabajo, en la escuela, la familia, y aun en la misma Iglesia; no podemos evitar estar bajo el escrutinio de sus miradas.

Siempre habrá mucha gente que nos ve, que observa nuestra manera de ac-tuar, de reaccionar y de enfrentar la vida. ¿Murió un familiar? alguien te está observando, ¿te ofrecen hacer algo ilegal? Alguno desea ver tu reacción, ¿se levanta una rebelión en el trabajo? Muchos esperan conocer tu respuesta.

Como cristianos somos aun más visibles, porque la gente que no ha es-tablecido una relación íntima con Dios observa cada uno de nuestros movimientos, ya sea para tener un modelo a seguir o para criticar nuestra conducta. Cuán frecuentemente se escucha decir: -y eso que es cristiano- como si no fuésemos susceptibles de cometer errores como todo el mun-do. Independientemente que las personas que nos rodean vean nuestra forma de vida, nosotros debemos buscar siempre ser excelentes en todo lo que hacemos, en cada una de nuestras reacciones y en cada palabra que hablamos. Nuestro comportamiento debe ser íntegro.

Este pasaje nos habla de la existencia de testigos; gente sentada en las gradas y a nuestro alrededor que nos ve correr y está al pendiente de cada paso, de nuestros continuos movimientos. Con esto en mente, debemos considerar que cada metro que recorremos es importante y es útil para dar testimonio de Cristo a otros, sean o no cristianos. Recuerda que nuestros testigos, pueden ser influenciados por nuestro comportamiento y tomarnos como ejemplo, como un modelo a seguir. La Biblia menciona que nosotros tenemos a Cristo, y por lo tanto somos luz a este mundo. La gente que nos rodea no puede ver físicamente a Jesús, ni siquiera lo conoce o se imagina como es, pero Dios diseñó que a través de nosotros, le conozcan a Él, y por lo tanto tenemos una gran responsabilidad. Vivir de manera que Cristo sea visible en nosotros.

¡Levántate cada día con la convicción de que todos los reflectores están sobre ti, y por lo tanto tú harás el mejor papel de tu vida!


Cita con Dios - Ánimo para continuar (Julio 2013)

Documents

Transcript of Cita con Dios - Ánimo para continuar (Julio 2013)