Ciencia, tecnologia y sociedad

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Ciencia, tecnología y sociedad Nota: este informe ha sido elaborado por D. Carlos Ignacio Angulo Martín, Jefe de Área de Indicadores e Informes Sociales del Instituto Nacional de Estadística (INE)

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Ciencia, tecnología

y sociedad

Nota: este informe ha sido elaborado por D. Carlos Ignacio Angulo Martín, Jefe de Área deIndicadores e Informes Sociales del Instituto Nacional de Estadística (INE)

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0 Introducción

En los años 50 la ciencia económica com-probó que la acumulación de capital nopodría generar aumentos constantes derenta per cápita y que, con el paso deltiempo, la única fuente de crecimiento seríala evolución del progreso técnico. El es-quema teórico imperante en aquella épocaconsideraba que el cambio técnico eraconsecuencia de un proceso secuencial ylineal, cuyo inicio era la investigación fun-damental que generaba los conocimientoscientíficos básicos para, mediante la inves-tigación aplicada, desarrollar nuevos pro-ductos o procesos. A su vez, el desarrollotecnológico era considerado el motor deaumento del bienestar social a través de lacreación de riqueza. Para controlar el mo-delo bastaba, por tanto, con conocer ypromover los recursos económicos y hu-manos destinados a investigación científicay desarrollo tecnológico (I+D).

El modelo lineal del cambio tecnológico seha abandonado ya por otro más complejo einteractivo, que tiene en cuenta las relacio-nes entre los diferentes agentes del siste-ma y las retroalimentaciones que se produ-cen a lo largo de todo el proceso. Esto hadado lugar al estudio del proceso de lainnovación tecnológica en las empresasindustriales, que trata de representar conmayor fidelidad la realidad económica delas dos últimas décadas del siglo pasado,pues se observó que, por un lado, ya noexistía una relación directa entre inversiónen I+D y crecimiento económico y que, porotro, se había producido un cambio signifi-cativo en las cuotas de participación delcomercio mundial de productos manufac-turados, donde países con relativamentepocos recursos en investigación, aumenta-ban su cuota mundial de mercado.

Con el fenómeno de la globalización, en losúltimos años se han ampliado los estudiosrelativos a la innovación en el sector servi-cios, y a otros indicadores que reflejen lasociedad de la información y la del cono-cimiento. Y esta situación ha tenido surespuesta en los diferentes sistemas deindicadores relacionados con ciencia y

tecnología (C+T) que se han ido implantan-do a nivel internacional.

El objetivo de la primera parte de este tra-bajo es, pues, presentar la evolución quehan experimentado estos sistemas desdeuno puro de indicadores de C+T, en el queno figura ningún indicador de relación conla sociedad, como es el sistema estadísticoclásico de C+T, hasta llegar a los estudiosmás recientes que consideran a la sociedadcomo un componente más del sistema y alos indicadores de percepción pública y deimpacto social de la ciencia como medidasde la interacción entre la ciencia y la so-ciedad.

Por último, en la segunda parte se muestraun enfoque sociológico de la evolución dela ciencia y la tecnología en España, ha-ciendo hincapié en un indicador de impactode la ciencia en la calidad de vida de loshogares españoles, como es el grado depenetración en los mismos de determina-dos bienes de equipamiento, así como eltiempo transcurrido desde su invenciónhasta que estas innovaciones se introduje-ron en un número mayoritario de hogares.

1 Evolución del sistema de indicado-

res de ciencia y tecnología

1.1 El sistema estadístico clásico de

ciencia y tecnología

El sistema clásico de ciencia y tecnologíase articula en términos de inputs, outputscientíficos y tecnológicos, y su impactoeconómico. Cualquier sistema de informa-ción estadística de C+T debe abordar estostres aspectos y estaría formado por unsistema de indicadores que explicaran lascausas y/o los efectos del entramado delsistema de ciencia y tecnología; es decir,que reflejaran su estructura interna, surelación con la economía y el grado decumplimiento de los objetivos marcados alsistema.

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En el cuadro A del anexo de este informese presentan los indicadores que tradicio-nalmente, hasta hace muy pocos años, sehan identificado siguiendo esta concep-ción. Se trata fundamentalmente de unextracto de los “Principales Indicadores deCiencia y Tecnología” de la Organizaciónpara la Cooperación y el Desarrollo Eco-nómico (OCDE), que bianualmente publicaeste organismo, al que se han añadidoalgunos de innovación y de recursos hu-manos en ciencia y tecnología, para teneren cuenta las últimas tendencias de cons-trucción de nuevos indicadores. En él noaparece ningún indicador que refleje deuna forma directa, aunque sea parcialmen-te, el estado de bienestar de la sociedad ni,por supuesto, la percepción pública o elimpacto social de la ciencia.

1.2 Cuadros de indicadores de la Unión

Europea

En el Consejo Europeo de Lisboa del año2000, la Unión Europea se propuso el obje-tivo de reforzar la cohesión social y, almismo tiempo, convertirse en la economíadel conocimiento más competitiva y diná-mica del mundo en el próximo decenio.Para ello, el Consejo de Lisboa pidió que seprocediera a la comparación del trabajorealizado por los Estados Miembros encuatro temas fundamentales: empleo, in-novación, competitividad empresarial ycomparación de políticas de investigación.Para cada tema se definieron un conjuntode indicadores cuantitativos y cualitativosque son examinados regularmente al obje-to de formular las grandes orientacionespolíticas nacionales y de la Unión Europea,así como para aprender unos de otros me-diante críticas interpares, operación que seha dado en llamar “coordinación abierta”.Aparecen así cuatro cuadros de indicadoressobre las diferentes materias:

- Empleo

- Innovación, que analizaremos a conti-nuación.

- Empresa o competitividad empresarial,que presenta una visión más amplia que elanterior sobre el espíritu empresarial, elacceso al mercado y la innovación.

- Comparación de las políticas nacionales

de investigación, que también veremosmás adelante.

Finalmente, para garantizar la necesariacoherencia entre los cuadros específicosanteriores, la Comisión ha definido unosindicadores estructurales, que tambiénanalizaremos con un cierto detenimiento.

1.2.1 EL MARCADOR DE LA INNOVACIÓN EUROPEA

El Cuadro europeo de indicadores de lainnovación proporciona una síntesis de losresultados obtenidos en Europa en materiade innovación, a través de la informaciónproporcionada por 17 indicadores referidosal proceso de innovación. Este cuadrocomprende tanto indicadores tradicionales,como los mencionados anteriormente,basados en estadísticas de patentes y deI+D, como indicadores obtenidos a partirde estudios más recientes, como los deinnovación tecnológica en las empresas.

Los indicadores se agrupan en cuatro cate-gorías:

- cantidad y calidad de los recursos huma-

nos dedicados a innovación

- inversión pública y privada en la creación

de conocimientos, y la consiguiente pro-ducción de nuevas patentes

- actividades, además de la investigación,que llevan a la transmisión y aplicación de

nuevos conocimientos

- la disponibilidad de financiación de la

innovación, los resultados de la innovación

y la inversión comercial en tecnologías dela información y la comunicación (TIC)

En el cuadro B del anexo se presentan losindicadores del Marcador Europeo de lainnovación, que se completa para cada paíscon un indicador sintético de su innova-ción, denominado indicador de innovación

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(II), concebido para hacer más inteligibleslos resultados del Marcador y para facilitarlas comparaciones internacionales.

Como se observa en dicho cuadro B, sehan incorporado algunos indicadores (4.4 y4.5) que reflejan en cierta forma el paso deuna economía industrial a una economíabasada en la información y el conocimien-to, lo cual supone una innovación respectoal sistema tradicional de indicadores deC+T. No obstante, se trata de un conjuntode indicadores eminentemente económi-cos, aunque pueda haber alguno de tiposocial (los de recursos humanos). Sin em-bargo, aunque no deja de tener un marca-do carácter economicista, pues va enfoca-do al mercado de Internet, en este cuadrofigura un indicador de impacto social, co-mo es el del porcentaje de hogares conconexión a Internet, que da una idea delgrado de difusión en la sociedad de lasnuevas tecnologías con las implicacionesque ello conlleva.

1.2.2 INDICADORES PARA LA COMPARACIÓN DELAS POLÍTICAS NACIONALES DE INVESTIGA-CIÓN EN EUROPA

Se trata de un conjunto de indicadores quehan sido diseñados para el seguimiento delestudio comparado (benchmarking) de laspolíticas nacionales de investigación en laUnión Europea, que abarcan los siguientestemas clave:

- Recursos humanos en I+D, incluido elinterés por profesiones de C+T

- Inversión pública y privada en I+D

- Productividad científica y tecnológica

- El impacto de la I+D en la competitivi-dad económica y en el empleo

En el cuadro C del anexo se presenta lalista de los 20 indicadores seleccionados (5por cada tema). Casi todos los indicadorestienen un propósito científico o económico.Sólo el porcentaje de mujeres investigado-ras tiene un objetivo con un marcado ca-rácter social: la participación de la mujer enciencia y tecnología y su contribución en la

generación de conocimientos desde unpuesto de responsabilidad.

1.2.3 LOS INDICADORES ESTRUCTURALES DE LAUNIÓN EUROPEA

Como ya se ha comentado anteriormente,a raíz del Consejo Europeo de Lisboa demarzo de 2000, la Unión Europea se fijócomo objetivo estratégico para este dece-nio llegar a ser la economía del conoci-miento más competitiva y dinámica delmundo capaz de un crecimiento económicosostenido acompañado de una mejoracuantitativa y cualitativa del empleo y deuna mayor cohesión social.

Para evaluar el progreso realizado en laconsecución de los objetivos marcados enLisboa, la Comisión propuso una serie deindicadores estructurales que reflejen obje-tivamente la situación de los EstadosMiembros y de la Unión Europea en suconjunto en cinco áreas (más una sobre elcontexto económico general), que son:

- Empleo

- Innovación e investigación

- Reforma económica

- Cohesión social

- Medio ambiente

La lista de los 45 indicadores estructuralesseleccionados se presenta en el cuadro Ddel anexo1 y permite seguir la evolución deEuropa hacia los objetivos marcados en elConsejo de Lisboa. Uno de éstos es el delograr una mayor cohesión social, para locual figuran 7 indicadores estructuralesrelacionados con la lucha contra la pobrezay la exclusión social, materia para la cualtambién se ha diseñado en la Unión Euro-pea un sistema específico de indicadores,conocido como indicadores de Laeken.

Ahora bien, la lista de indicadores estructu-rales, aunque incluye bastantes indicadores

1 En el informe de primavera de 2004 la Comisión, deacuerdo con el Consejo, presentó por primera vez una listarestringida de 14 indicadores.

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sociales relacionados con el empleo, elmedio ambiente o la exclusión social, no esun sistema de indicadores que permitaobservar el modo de interacción de la cien-cia y la tecnología con la sociedad. Es más,ni siquiera permite analizar, salvo de unaforma indirecta, el impacto de la ciencia enla economía. Se trata de una yuxtaposiciónde indicadores para abarcar los objetivosdeterminados por las áreas, pero no rela-ciona las mismas, no busca causas y efec-tos entre las distintas áreas, no permiteanalizar el entramado ciencia–tecnología–economía–sociedad. Se queda en las for-mas, pero no entra en el fondo. Sólo sonfotos instantáneas que miden el grado decumplimiento de los objetivos marcados endiversos aspectos de la realidad europea,pero no permiten determinar las causas depor qué se logran o no los objetivos. Seecha en falta una mayor integración de losindicadores.

La interacción de la ciencia y la tecnologíacon la economía se observa mucho mejor através de los cuadros más específicos deinnovación o de políticas comparadas deinvestigación, pero éstos no proporcionaninformación de su influencia en el bienestarsocial o en las condiciones de vida de lasociedad, ni de cómo la sociedad, a su vez,puede intervenir para darle a la investiga-ción la orientación que ella desea.

Se podrían analizar otros sistemas de indi-cadores de ciencia y tecnología, pero siem-pre toparíamos con las mismas barreras:los indicadores se quedan dentro de suámbito, como mucho abarcan la economía,pero no llegan a la sociedad. Por estasrazones, en los últimos años se han reali-zado una serie de esfuerzos, todavía sinconsenso internacional, en dos direcciones.Por un lado, es preciso determinar cómopercibe la sociedad las actividades de C+T,cómo interviene para orientarlas o recon-ducirlas hacia objetivos más apropiadoscon su planteamiento acerca de las mismasy cuál es su grado de conocimiento deellas. Por otro, se trata de medir la influen-cia o el impacto de estas actividades en lapropia sociedad, es decir, de qué manera laciencia y la tecnología permiten mejorar lacalidad de vida de las personas, sin tener

que acudir exclusivamente al tan manido eimperfecto, aunque por otra parte necesa-rio, PIB per cápita.

Ambos aspectos de la ciencia y la tecnolo-gía, su percepción y su impacto social, losvamos a tratar a continuación. El primeroestá más estudiado, ya hay estudios com-parativos internacionales, aunque sea apartir de muestras dirigidas o escasas depoblación. El segundo está en los albores,aunque en algunas instancias se está dise-ñando el marco conceptual de integraciónde la ciencia y la tecnología en la sociedad.

2 La incorporación de la sociedad en

el sistema de indicadores de ciencia

y tecnología

Como ya hemos mencionado anteriormen-te, hasta ahora el sistema de ciencia y tec-nología se ha articulado, con mayor o me-nor éxito, con la economía. De acuerdo coneste esquema, la economía inyecta recur-sos económicos y humanos al sistema deC+T y, a su vez, los resultados de estasactividades tienen un impacto económico,pues contribuyen al crecimiento de la eco-nomía y, por tanto, ésta puede liberar másrecursos a C+T que, al final, se verá refleja-do en un aumento del PIB. Hemos esboza-do el “círculo virtuoso” de la ciencia, latecnología y la economía. Su impacto so-cial se mide por el PIB per cápita que, lógi-camente, también se verá aumentado. ¿Pe-ro a costa de qué? No todo consiste ensaber que la renta per cápita aumenta,pues existen toda una serie de factores nocontrolados por este sistema que influyenen el bienestar social y en la mejora de lacalidad de vida de los ciudadanos. Por tan-to, se introduce en este sistema de ciencia–tecnología–economía un nuevo componen-te, la sociedad, que nos permite observar,aunque sea de una forma teórica por elmomento, cómo la ciencia y la tecnologíainteractúan con este componente social,para lograr su bienestar, aspiración máxi-ma de la actividad humana.

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Para ello, partimos de un modelo integradode la ciencia y la economía, modelo am-pliamente analizado por la literatura eco-nómica y que no es objeto de este estudio.Al incorporar a la sociedad como un com-ponente del nuevo modelo, la sociedadinteractúa con el modelo anterior de dosformas.

Por una parte, la sociedad puede influir enel tipo de investigación o en las aplicacio-nes tecnológicas resultantes que se estánllevando a cabo. Por ejemplo, la sociedadpuede manifestar su opinión sobre si laenergía nuclear es la más adecuada para laproducción de electricidad, o es mejor lautilización de energías renovables. Tam-bién puede decidir cuál es el límite tolera-ble de introducción de procesos industria-les o agrícolas basados en la biotecnologíapara la producción de alimentos. O hastaqué punto permitirá que las tecnologías dela información y la comunicación puedaninvadir su intimidad y su vida privada, conla consecuente pérdida de libertad.

Ahora bien, para que la sociedad puedaparticipar en la toma de decisiones sobre lainvestigación que desea que se realice, apartir de la percepción que tiene de lamisma, es necesario que la conozca, quesepa sobre sus ventajas e inconvenientes,sus limitaciones, sus efectos y sus dañoscolaterales en el medio ambiente o en lacalidad de vida. Es preciso que los ciuda-danos posean una determinada cultura

científica para poder opinar sobre la cien-cia. Pues bien, de todos estos temas seocupan las actuales encuestas de percep-ción pública de la ciencia, cultura científicay participación ciudadana.

Por otra parte, los resultados de las activi-dades de ciencia y tecnología tienen unosefectos, no sólo en la economía sino en lasociedad en su conjunto, que es precisoestudiar para saber si vamos por el buencamino o es preciso reorientar las activida-des científicas, tecnológicas y económicas.Surgen así los recientes intentos de siste-matizar el estudio del impacto social de laciencia, que está relacionado con el desa-rrollo sostenible, con el reparto más equita-tivo de la riqueza y con la mejora de lascondiciones de vida de la población.

Este nuevo modelo aparece esquematizadoen la figura 1.

En este nuevo “círculo virtuoso”, la socie-dad puede influir en la política científico-tecnológica a seguir y, como consecuencia,en el crecimiento económico. A su vez, losresultados de las actividades de ciencia ytecnología, además del crecimiento del PIBper cápita, conllevan otras consecuenciasde carácter social y medioambiental para lasociedad en su conjunto, la cual, tras suanálisis y en busca de un mayor bienestarsocial, puede modificar su estrategia enmateria científica y tecnológica.

Figura 1. Modelo de integración de la ciencia, la tecnología y la sociedad

Sociedad

Ciencia-tecnología-economía

Percepción

pública de la

ciencia,

cultura

científica y

participación

ciudadana

Impacto

social de

la ciencia

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En este nuevo modelo ya no es únicamentela economía (o los decisores en materia depolítica científica) la que decide destinar loslimitados recursos disponibles en tal o cualactividad científica o tecnológica, buscandola mayor rentabilidad posible. En esta deci-sión tendrá que converger con la opiniónde la sociedad y, por otra parte, los resul-tados de la investigación no pueden serexclusivamente económicos. El crecimientoeconómico tendrá que enfocarse a un de-sarrollo sostenible y a un desarrollo socialmás justo y equilibrado.

Para el seguimiento de este sistema senecesitan un conjunto de indicadores queinformen de estas interrelaciones ciencia–sociedad y que son los que vamos a ver acontinuación.

2.1 Indicadores de percepción pública

de la ciencia, de la cultura científica

y de la participación de los ciuda-

danos en materia de ciencia y tec-

nología

Las encuestas sobre percepción pública dela ciencia y de cultura científica se basan enla metodología desarrollada por la NationalScience Foundation (NSF) americana apartir de los años 70, que anualmente midedichos indicadores.

En el ámbito de la Unión Europea dichosestudios han sido llevados a cabo en dosocasiones (Eurobarómetros de 1992 y de2001). Otros países que realizan con ciertacontinuidad encuestas de este tipo sonAustralia, Canadá, China, Japón y Méjico,aunque hay muchos otros que, bien desdeámbitos institucionales, bien desde ámbi-tos académicos, también han iniciado es-tudios de este tipo (Panamá, Argentina,Brasil, Uruguay, España...).

Por regla general, se trata de encuestas demuestra muy reducida y, en muchos casos,dirigida a determinados colectivos acadé-micos que se supone informados en estosaspectos de ciencia y tecnología, o a ámbi-tos urbanos, por lo que, por un lado, losresultados pueden tener un elevado error

de muestreo y, por otro, dependiendo delcolectivo objetivo, presentan un fuertesesgo.

Estas encuestas, siguiendo la metodolo-gía de la NSF, suelen contener preguntasde tipo cualitativo enfocadas a la deter-minación de tres grandes grupos de indi-cadores:

- Indicadores de cultura científica (civicscientific literacy), que permiten distribuir alas personas de acuerdo con su nivel de

conocimiento de un vocabulario científico

básico (con preguntas en las que hay quecontestar si es verdadero o falso, como porejemplo, si la Tierra gira alrededor del Solo si los electrones son más pequeños quelos átomos) y de unos procesos o métodos

científicos (como son un experimento cien-tífico bien diseñado o una situación proba-bilística bien planteada). Las personas seclasifican en público bien informado, mo-deradamente bien informado y con infor-mación escasa.

- Indicadores de implicación, atención ocompromiso en ciencia y tecnología (atten-tiveness to science and technology): sonuna medida de la persistencia en el con-sumo de información sobre la materia y secalculan mediante preguntas de interés yconocimiento de materias referentes anuevos descubrimientos y de temas sobreel uso de nuevos inventos y tecnologías,así como de hábitos de consumo de pro-gramas televisivos o radiofónicos, o deartículos de revistas y periódicos. Las per-sonas bien informadas según el punto an-terior, se clasifican de acuerdo con esteindicador en público comprometido o aten-to (attentive), público interesado y público

no interesado. Así, el público comprometi-do comprende a las personas bien infor-madas y muy implicadas en determinadasáreas de política científica y que, al mismotiempo, son lectores regulares o consumi-dores televisivos y radiofónicos de temasrelacionados con ciencia y tecnología.

- Indicadores de actitud hacia la ciencia yla tecnología. Hay dos tipos de indicadores,según que reflejen las promesas o benefi-cios de la investigación científica (science

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promises) o las inquietudes o reservashacia los cambios que pueden ocasionarlos avances científicos (science concern).

Además de estos tres grandes grupos,según las diferentes encuestas, también seanalizan otros aspectos relacionados, comopueden ser los indicadores de actitud y

capacidad ante las nuevas tecnologías dela información y la comunicación (Internet,especialmente), indicadores de consumo

de ciencia (no sólo a través de los mediosde comunicación sino también por la fre-cuencia de visitas a museos, acuarios,zoológicos, bibliotecas, …..), indicadores de

creencia en fenómenos paranormales o

pseudociencias (astrología, parapsicología)y un grupo de indicadores sobre participa-

ción activa de los ciudadanos en materiasde controversia científica o tecnológica,como puede ser la energía nuclear, la clo-nación humana o la ingeniería genética,incluidos los alimentos transgénicos. Adiferencia de los indicadores de cultura eimplicación, que dan una medida del públi-co potencial capaz de participar en la for-mulación de políticas cuando surgen con-troversias o conflictos, los de participaciónmuestran el público activo en esta materia,independientemente de su nivel de cono-cimiento e información.

Los indicadores más normalizados interna-cionalmente son los de cultura científica, yde hecho hay abundante literatura sobrecomparaciones internacionales del nivelcultural científico de los diversos paísesque han llevado a cabo este tipo de encues-tas, aunque su principal limitación, comoya hemos señalado antes, es el diferenteámbito poblacional utilizado y el reducidonúmero de informantes que componen lamuestra.

El resto de indicadores no tienen una me-todología tan armonizada como la de cultu-ra científica, por lo que, aunque tengan unobjetivo común, la formulación de las pre-guntas es tan diversa que los resultados noson estrictamente comparables.

Por tanto, en este campo queda muchotrabajo por hacer en materia de normaliza-ción y armonización, pero es preciso conti-

nuar en esta línea de investigación si sequiere captar la importancia que la socie-dad otorga a la I+D y su grado de implica-ción en la misma. Los decisores en materiacientífica no pueden obviar estos indicado-res dado que pueden servir tanto paraorientar las grandes líneas de investigación(de acuerdo a los deseos y exigencias dela sociedad, si se considera a ésta, con-forme a los indicadores anteriores, involu-crada en la materia), como para la propiadifusión de la ciencia (si el grado de in-formación de la sociedad sobre estos te-mas, según los indicadores en cuestión,no es el adecuado).

2.2 Indicadores de impacto social de la

ciencia

Las iniciativas internacionales en este cam-po se centran, fundamentalmente, en defi-nir un marco metodológico de referenciapara estos indicadores, que tenga en cuen-ta tanto los aspectos teóricos de definicióndel concepto “impacto social”, como lasrelaciones existentes entre ciencia y socie-dad, sin olvidar los aspectos prácticos demedición del impacto. Por el momento, noexiste consenso en el tratamiento que sedebe dar a estos indicadores, por lo quenos vamos a limitar a poner de manifiestolas tendencias de análisis que se estánrealizando primordialmente en el ámbitode la Red Iberoamericana de Indicadoresde Ciencia y Tecnología (RICYT), que es laorganización que abandera en la actualidadeste tipo de indicadores.

El concepto de “impacto social” se puedemedir desde diversas perspectivas, comopueden ser el impacto de las políticas deciencia y tecnología en la sociedad, losefectos de determinados conocimientoscientíficos y tecnológicos sobre la sociedado la incidencia de la ciencia y la tecnologíaen el desarrollo social. Dependiendo de laperspectiva empleada, el diseño de losindicadores de impacto es diferente. Así, enel primer caso bastan indicadores de C+Tpara explicar el fenómeno; sin embargo, elimpacto social desde la perspectiva de losefectos de ciertos conocimientos sobre la

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sociedad es difícil de explicar sin acudir aestudios de casos, más o menos generales,que pueden analizarse de una forma re-trospectiva (partiendo de innovaciones quehan tenido un fuerte impacto social, sedeterminan los aspectos científicos delmismo) o prospectiva (cuando se inicia elestudio en una investigación determinada yse analiza el impacto social que pueda te-ner en el futuro). El modelo de enlaces encadena de Kline y Rosenberg para el estu-dio de la innovación tecnológica aplicado acuantificar el impacto social, propuesto poralgún autor, no deja de ser una generaliza-ción de estudios de casos, por ahora dedifícil interpretación y puesta en práctica.

Por último, el criterio de la incidencia de laciencia y la tecnología en el desarrollo so-cial que, a mi juicio, es el más acertadopues se define en términos macrosocialespor similitud al PIB en economía; sin em-bargo, se necesita determinar cuál es elconcepto de desarrollo o de bienestar so-cial que se quiere emplear, si el de la filoso-fía utilitarista, si el de la justicia distributiva,cualquier combinación de ambas u otroplanteamiento diferente.

Con respecto a las relaciones existentesentre ciencia y sociedad, lo ideal sería bus-car relaciones causales, aunque por elmomento nos tengamos que conformarcon la existencia de correlación estadísticaentre las variables científicas y los indica-dores sociales.

Y todo esto nos lleva a los diversos mode-los prácticos propuestos para la medicióndel impacto social de la ciencia, desde mo-delos matriciales de indicadores con varia-ble grado de dificultad en el diseño delfenómeno, hasta la obtención de un indi-cador sintético de C+T que se pueda con-traponer a otro de tipo social, como puedeser el Índice de Desarrollo Humano (IDH)de Naciones Unidas, o cualquier otro obte-nido mediante la utilización de técnicasestadísticas de análisis multivariante, pa-sando por la selección subjetiva de deter-minados indicadores sociales que de unaforma directa o indirecta recojan el impactoen la sociedad de los avances científicos ytécnicos.

Este último enfoque es el más interesantede todos, pues, de un modo u otro, al finalen cualquier método hay que seleccionarun conjunto de indicadores que represen-ten fielmente el fenómeno que se quierecaracterizar. Así, Albornoz, Fernández Pol-cuch e Itzcovitz (1998) hablan de tener encuenta al menos cinco componentes rela-cionados con el bienestar social (pobreza,población, educación, salud y asentamien-tos humanos), medidos mediante indicado-res de este tipo:

1. Pobreza: tasa de desempleo, porcentajede población por debajo del umbral depobreza, salario promedio por sexo, ingre-sos desiguales, ...

2. Población: tasa de crecimiento de lapoblación, tasa neta de inmigración, tasade fecundidad, densidad de población, ...

3. Educación: tasa de población en edadescolar, tasas de escolaridad según nivelde educación, tasa de alfabetización deadultos, años de escolaridad, tasa diferen-cial de permanencia en la escuela entrehombres y mujeres, gasto en educación enporcentaje del PIB, ...

4. Salud: porcentaje de población conacceso a sistemas de saneamiento, accesoa sistemas de agua potable, esperanza devida, peso adecuado al nacer, tasa de mor-talidad infantil, inmunización contra enfer-medades infecciosas, uso de métodos anti-conceptivos, proporción de elementosquímicos peligrosos en los alimentos, gas-to público en salud en porcentaje del PIB, ...

5. Asentamientos humanos: tasa de cre-cimiento de la población urbana, pérdidaseconómicas y humanas debidas a desas-tres naturales, porcentaje de población quehabita en áreas urbanas, gasto en vivienda,superficie de tierra ocupada por persona,gasto per cápita del gobierno en serviciosde infraestructura urbana, ...

López Cerezo y Luján (2000) consideranque la mayoría de estos indicadores sebasan en el criterio utilitarista del bienestarsocial, excepto los que comparan la situa-ción entre hombres y mujeres, pues sóloreflejan un promedio o una utilidad media,

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pero no una distribución de la misma, detal forma que informen de algunas medi-das de dispersión que tengan en cuenta alos más desfavorecidos. Y en ese sentidoesbozan nuevos indicadores sociales quetambién deberían tenerse en cuenta al in-corporar la filosofía sobre justicia distribu-tiva en el concepto de bienestar social. Así,el paro de larga duración, las diferencias deacceso al agua potable o de esperanza devida según los distintos segmentos socia-les, la concentración de carencias de alfa-betización o de cobertura sanitaria en cier-tos segmentos poblacionales, la distanciaentre el 10-20 por ciento de la poblacióncon más ingresos y el correspondienteporcentaje poblacional con menos ingre-sos, la concentración del riesgo ambientalen ciertos entornos urbano o rurales, sonejemplos de indicadores que complemen-tan a los anteriores al objeto de dar unavisión sobre la justicia distributiva del bie-nestar social.

Ahora bien, a la vista de los diversos indi-cadores sociales propuestos para la medi-ción del impacto social de la ciencia, cabeplantearse la siguiente pregunta: ¿son to-dos ellos reflejo social de la situación cien-tífica de un país o sólo son muestra deproblemas sociales derivados de la situa-ción política, social o cultural de un país?.Por ejemplo, la densidad de población,¿está relacionada con el nivel científico deun país? Si el nivel científico y tecnológicode un país aumenta, ¿es de esperar quedisminuya o que aumente la densidad po-blacional?

Por el contrario, la esperanza de vida sí queparece que tiene un fuerte componente delnivel científico y tecnológico de una comu-nidad o de un país, pues en él se ponen enjuego aspectos tales como el desarrollo desu sistema sanitario (tanto en el número deprofesionales empleados, como en la no-vedad de los conocimientos utilizados o enel volumen de los recursos asignados), elgrado de información de la población enmateria sanitaria y alimenticia, ...

Por tanto, para la medición del impactosocial de la ciencia no basta con diseñaruna batería de indicadores sociales, pues

en el fondo lo que mediríamos de algunamanera sería simple y llanamente el bie-nestar social. Además, debemos relacionarestos indicadores sociales con posiblesefectos positivos o negativos del nivel cien-tífico o tecnológico, para poder hablar deimpacto social de la ciencia. Pues bien, unaforma de abordar este problema es partirde una lista (o de una agregación de listas)de indicadores sociales consensuados in-ternacionalmente, como pueden ser losindicadores sociales de Naciones Unidas(que son muchos de los propuestos porAlbornoz y otros) o los 48 Indicadores delMilenio, del citado organismo, por no men-cionar los de la OCDE o Eurostat. Y a partirde ahí, distinguir los indicadores socialesque tienen un claro componente tecnológi-co en su evolución, de los que no lo tienen.Quedaría un tercer conjunto de indicadoressociales que presentan una influencia indi-recta de la ciencia y la tecnología. Estadistinción entre los tres diferentes gruposde indicadores se puede realizar en base ala opinión de expertos, tal como se ha he-cho en otros campos del saber como, porejemplo, para elaborar en alguna ocasiónlistas de productos de alta tecnología en laComisión Europea.

Una vez determinados los indicadores so-ciales que se consideran de impacto social,el resto entra dentro del juego del análisisdel fenómeno. Se podrá elaborar un indi-cador sintético por alguno de los métodosde construcción de este tipo de indicado-res, se podrá efectuar un análisis de corre-laciones canónicas entre las variables cien-tíficas y las variables sociales que permitanobservar correlaciones positivas o negati-vas entre los dos grupos de variables, perotodo esto entra ya dentro del campo delanálisis que realice el experto en impactosocial de la ciencia.

La ventaja de esta forma de abordar elproblema es su inmediatez y su rápidaaplicabilidad. Se trataría de una mínimalista de indicadores sociales de impacto dela ciencia, cuya información en la mayoríade los países ya se encuentra disponible yes periódicamente actualizada. Por supues-to, a esta mínima lista se le pueden (y se ledeben) agregar nuevos indicadores que

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reflejen la sociedad del conocimiento y queno se hayan tenido en cuenta a la hora denormalizar los indicadores sociales en elámbito internacional, pues algunos siste-mas de indicadores sociales han quedadoobsoletos en este sentido. En cualquiercaso se dispondría de un núcleo básico deindicadores que reflejara el fenómeno.

En conclusión, el procedimiento de elabo-ración de los indicadores de impacto de laciencia se encuentra en una fase inicial dedeterminación del marco metodológico enel que se desenvuelven estos indicadores,motivo por el cual no se ha avanzado en ladeterminación de una lista de indicadoressociales de impacto de la ciencia, aunquetal vez haya que dar la vuelta al plantea-miento original de estos indicadores y em-pezar a consensuar una lista de indicado-res, independientemente de la normaliza-ción del marco metodológico. En un mo-mento determinado, ambas vías tenderán aconverger.

3 La evolución de la ciencia y la

tecnología en España: su impacto

en la calidad de vida de los hogares

Bajo el modelo lineal tradicional del cam-bio tecnológico, ya mencionado anterior-mente, la promoción de la ciencia y de lainvestigación científica y técnica se convier-te en uno de los principios rectores de laspolíticas sociales y económicas, tal comoocurrió hace 25 años en España cuando seredactó nuestra Constitución. Con estapremisa, la política pública se podría limitara inyectar fondos en el sistema. Ahorabien, en nuestro caso, al agregarse en eltexto constitucional que esa promocióndebería hacerse en beneficio del interésgeneral, se atribuyó a la investigación unpapel de bien o de servicio público, por elque la ciencia no sólo habría de estar alservicio de las fuerzas del mercado, sinoque debería tener en cuenta otras variablesdiferentes al crecimiento económico, comopueden ser la justicia social, la sostenibili-

dad ambiental o los servicios públicos, porejemplo. Y es en este aspecto de la redac-ción del artículo 44.2 con el que la Consti-tución entronca, 25 años más tarde, con lasnuevas corrientes de investigación de lapercepción y del impacto social de la cien-cia y la tecnología que se están desarro-llando en la actualidad.

Por tanto, para analizar la evolución de lainvestigación en España hasta la actualidadvamos a considerar dos períodos, uno an-tes y otro después de la promulgación denuestra Constitución. Y para ello vamos autilizar algunos de los indicadores expues-tos en epígrafes anteriores.

3.1 La medición de la I+D en España en

la etapa anterior a la Constitución

Según la OCDE, por investigación científicay desarrollo tecnológico se entiende elconjunto de trabajos creativos que se em-prenden de modo sistemático a fin de au-mentar el volumen de conocimientos, in-cluidos el conocimiento del hombre, lacultura y la sociedad, así como la utiliza-ción de esa suma de conocimientos paraconcebir nuevas aplicaciones. El caráctersistemático implica un mínimo de organi-zación y medios destinados a I+D1. En casocontrario, estaríamos hablando de investi-gadores aficionados o de inventores.

Por desgracia, hasta ya entrada la Constitu-ción, esta última situación es la que reflejala realidad española en materia de investi-gación. Se ha contado, desde el siglo XIX,con buenos inventores e investigadores,pero esa investigación apenas disponía nide una infraestructura de apoyo ni de losmedios necesarios para tener una ciertacontinuidad en el tiempo, de tal forma quefuera una semilla desde la que se desarro-llara el árbol de la ciencia. Además, rara

1 El Manual de Frascati 2002 de la OCDE señala quecualquier proyecto con un objetivo preciso y al que se le haasignado un presupuesto satisface la definición de I+D,pero no siempre ha sido así. Antes se exigía una dedica-ción continua de un mínimo de personal a estas actividadespara entrar en el ámbito de la definición de I+D.

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vez esos inventos tenían una exitosa apli-cación comercial, al menos en España.

Así, por ejemplo, y sin pretender ser ex-haustivos, en 1885 el teniente de navíoIsaac Peral construyó el primer sumergiblecon un tubo de disparo para tres torpedos,periscopio y regulador automático de pro-fundidad, inaugurando la era de los su-mergibles modernos. A principios del sigloXX, otro ingeniero español, Leonardo To-rres Quevedo, inventa un sistema paradirigir a distancia mediante ondas hertzia-nas el timón de un barco. Luego diseñó yconstruyó un transbordador aéreo paracruzar las cataratas del Niágara. Tambiénideó máquinas de calcular, así como juga-dores autómatas de ajedrez.

La cima del reconocimiento a esta investi-gación, casi personal, española llegó en1906, cuando Santiago Ramón y Cajal fuegalardonado con el Premio Nobel de Medi-cina por su descubrimiento sobre el fun-cionamiento del sistema nervioso.

Este éxito de la ciencia española no impideque grandes escritores de la generación del98 pusieran en duda el valor y la importan-cia de la investigación. Así, Miguel deUnamuno, en su famoso ensayo El pórticodel templo de 1906, en el mismo año enque la Fundación Nobel reconoció la laborde Ramón y Cajal, acuñó su célebre frasede “que inventen ellos”, siempre citada alhablar de la ciencia española a lo largo detodo el siglo XX, y que por su trascenden-cia a la hora de programar, diseñar y eva-luar la política científica española, merecela pena que se transcriba en el cuadro 1.

Posteriormente, el ingeniero murcianoJuan de la Cierva diseñó el autogiro, quefue probado con éxito en el aeródromo deGetafe en 1923. Este precursor de los mo-dernos helicópteros tenía una hélice en suparte delantera, como los aviones de suépoca. Se llegaron a construir más de 500autogiros.

Habrán de pasar bastantes años para queinventores españoles produzcan más “in-

Cuadro 1. ¡Que inventen ellos! (El pórtico del templo, M. de Unamuno, 1906)

En este ensayo conversan Sabino y Román que, según algunos críticos, son, respectivamente, símbolos de la razóncientífica y del deseo de fe religiosa del propio autor. Para otros, el autor está representado por Román, y Sabino essimplemente una excusa para exponer su teoría. Sin entrar en ninguna controversia filosófica, a continuación setranscribe el texto seleccionado:

ROMÁN – ¿Que nada hemos inventado? Y eso, ¿qué le hace? Así nos hemos ahorrado el esfuerzo y ahínco de tener queinventar, y nos queda más lozano y más fresco el espíritu...SABINO – Al contrario. Es el constante esfuerzo lo que nos mantiene la lozanía y la frescura espirituales. Se ablanda,languidece y desmirría el ingenio que no se emplea...ROMAN – ¿Que no se emplea en inventar esas cosas?SABINO – U otras cualesquiera...ROMAN – Ah! ¿Y quién te dice que no hemos inventado otras cosas?SABINO – ¡Cosas inútiles!ROMÁN – Y ¿quién es juez de su utilidad? Desengáñate: cuando no nos ponemos a inventar cosas de esas, es que nosentimos la necesidad de ellas.SABINO – Pero así que otros las inventan, las tomamos de ellos, nos las apropiamos y de ellas nos servimos; ¡eso sí!ROMAN – Inventen, pues, ellos y nosotros nos aprovecharemos de sus invenciones. Pues confío y espero en queestarás convencido, como yo lo estoy, de que la luz eléctrica alumbra aquí tan bien como allí donde se inventó.SABINO – Acaso mejor.ROMÁN – No me atrevía a decir yo tanto...SABINO – Pero ellos, ejercitando su inventiva en inventar cosas tales, se ponen en disposición y facultad de seguirinventando, mientras nosotros...ROMAN – Mientras nosotros ahorramos nuestro esfuerzo.SABINO – ¿Para qué?ROMAN – Para ir viviendo, y no es poco.………..

(Y el diálogo continúa con Sabino acusando a Román de exponer en sus argumentaciones únicamente “pretextos deociosidad”, y éste último procurando defenderse de tales acusaciones.)

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ventos inútiles”, aunque de indudable éxitocomercial, como el caramelo con palo deEnric Bernat en 1956 ó la fregona de Ma-nuel Jalón Corominas en 1965.

Precisamente en este último año fue cuan-do un grupo de expertos españoles, encolaboración con la OCDE, realizó la prime-ra encuesta sobre la investigación científicay técnica en España, extendida tanto alsector público como al privado. Realizadacon referencia al año 1964, dos años mástarde el Ministerio de Educación y Cienciapublicó sus resultados en el denominado“Libro Amarillo”.

Más adelante, en 1967, el Grupo de Planifi-cación del Gabinete Técnico del Patronato“Juan de la Cierva” realizó otra encuesta.La Orden de la Presidencia de Gobierno de1 de abril de 1971 encomienda al INE laelaboración de la estadística de I+D y, bajoeste mandato, este organismo publicó losresultados desde 1969 hasta 1974. Por di-versos problemas metodológicos en laestimación de la I+D universitaria, los resul-tados de 1975 y 1976 no pudieron ser pu-blicados y la encuesta sufrió un paréntesisen 1977 para replantearse la metodologíade la encuesta. Desde 1978 se publicandatos con periodicidad anual.

Hasta 1973, la I+D se realizaba fundamen-talmente en el ámbito público, en el quejugaba un papel importante el ConsejoSuperior de Investigaciones Científicas(CSIC). El CSIC se fundó en 1939, sobre lasinstalaciones y material de la FundaciónNacional para la Investigación Científica de1931 y los de la extinta Junta de Amplia-ción de Estudios e Investigaciones Científi-cas, creada en 1907 como organismo dedi-cado plenamente a la investigación científí-ca y técnica en los diversos ámbitos delsaber. No obstante, el papel del CSIC en elsistema español de ciencia y tecnología noquedó consolidado hasta la promulgaciónde la Ley de Fomento y Coordinación Ge-neral de la Investigación Científica y Técni-ca (Ley 13/1986 de 14 de abril), casi ochoaños después de haber sido refrendadanuestra Constitución, que le confirió unaserie de funciones en relación con la políti-ca científica nacional.

Por otra parte, la investigación universitariade los años 70 no tenía un papel especial-mente relevante y habrá que esperar a laLey Orgánica de Reforma Universitaria de25 de agosto de 1983, también ya dentrodel marco de la actual Constitución, paraque la actividad investigadora de los cen-tros de enseñanza superior tuviera un in-cremento notable, que ha continuado hastala actualidad, en virtud de la asignación deuna doble función, docente e investigado-ra, a los profesores universitarios.

La I+D empresarial, sin embargo, ha segui-do en este periodo, en el mejor de los ca-sos y salvando honrosas excepciones, lamáxima unamuniana de compra mediantepatentes de las invenciones del exterior,aunque, en muchos casos, y fruto de laspolíticas autárquicas seguidas en nuestropaís, las empresas fabricaban productosobsoletos con técnicas de producción tam-bién obsoletas.

3.2 La medición de la I+D en España en

la etapa posterior a la Constitución

En 1978 los gastos en actividades de I+Drepresentaban el 0,35 del producto interiorbruto español. Veinticinco años más tardeacaban de alcanzar el mítico 1 por cientodel mismo1, cuando los países de nuestroentorno, con los que competimos comer-cialmente, rondan en media el 2 por ciento(véase el cuadro 2). Es verdad que Españapartía de una posición muy baja y que seha conseguido bastante, pero este logro enplena era de la globalización resulta insufi-ciente. De hecho, en 1992 y en 1993 seconsiguió rebasar la barrera del 0,9 porciento del PIB, pero la crisis económicaexistente en estos años motivó una caídade la inversión en I+D, fundamentalmenteen el sector empresas. Hubo que esperarhasta el año 2000 para recuperar las cotasde inversión en I+D de principios de losaños 90. Esta recuperación de la actividad

1 Desde 2001, siguiendo las recomendaciones internacio-nales, en la estadística de I+D elaborada por el INE tambiénse tiene en cuenta, además de la I+D sistemática, la I+Docasional.

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de I+D ha estado muy influida por una polí-tica más decidida de fomento de la misma,vía deducciones fiscales de impuestos a lasempresas investigadoras.

Hay varias razones que explican este des-fase con la Unión Europea. En primer lugar,el peso de la investigación de las adminis-traciones públicas ha ido disminuyendopaulatinamente, hasta reducirse a la mitaden estas últimas décadas. Esta caída se havisto compensada por el crecimiento delsector universitario, que en ese mismoperiodo ha visto duplicar su peso en lainvestigación nacional. Como consecuen-cia, la distribución entre investigación pú-blica e investigación privada ha permane-cido prácticamente estable y paritaria a lolargo de los últimos veinticinco años. Noha habido, pues, una clara apuesta por lainvestigación básica y aplicada, lo cual yainicialmente representa un déficit de cono-cimientos a la hora de aplicar esa investi-gación, que en bastantes casos es mejoraprovechada en el extranjero que en elinterior de nuestras fronteras.

En segundo lugar cabe destacar la escasaimportancia que hasta hace muy pocosaños le daban las empresas a la investiga-ción. La cultura empresarial española eramuy conservadora a la hora de arriesgarcapital para conseguir nuevos productos yprocesos. La competitividad se limitaba aaumentar la productividad del factor tra-bajo mediante el empleo de mano de obrabarata, en un primer momento, y a la re-ducción de empleo, más adelante. En últi-mo extremo, las empresas exitosas en vezde invertir más recursos en I+D e innova-ción son vendidas directamente a empre-sas extranjeras con el fin de lograr grandesplusvalías.

Además, la I+D empresarial es realizadapor muy pocas empresas, que son las quese llevan la mayor parte de las subvencio-nes procedentes tanto del Estado y de lascomunidades autónomas, como de laUnión Europea. Las subvenciones paraI+D con frecuencia y dependiendo del cicloeconómico (como en la crisis de principiosde los 90) son utilizadas como fuente al-

Cuadro 2. Indicadores de recursos destinados a I+D. 1967-2002

1967 1978 1991 1997 2002

GASTO INTERNO TOTAL EN I+D

En porcentaje del PIB 0,19 0,35 0,87 0,82 1,03

Distribución porcentual por sector de ejecución

Administraciones Públicas 53 31 21 17 15

Universidades 3 16 22 33 30

Empresas 44 53 56 49 55

Distribución porcentual por origen de los fondos

Sector Público 42 48 46 48 44

Sector Empresas 56 50 48 45 49

Extranjero 2 1 6 7 7

Distribución porcentual por tipo de investigación

I+D básica 12 17 19 23 19

I+D aplicada 44 45 38 39 40

Desarrollo tecnológico 44 38 43 38 42

PERSONAL DE I+D EN EDP

Personal total en porcentaje de la población activa 0,10 0,22 0,47 0,52 0,77

Investigadores en porcentaje de la población activa 0,04 0,10 0,27 0,32 0,48

Otro personal por investigador 2,1 1,3 0,8 0,6 0,6

Gasto en I+D por investigador (miles de euros) 5 18 71 75 86

Fuente: INE, Estadística sobre las Actividades en Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico

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ternativa para no arriesgar recursos pro-pios.

Como consecuencia de lo anterior, el pesode las empresas en la investigación nacio-nal, como ya hemos comentado anterior-mente, se ha mantenido estable en torno al50 por ciento del total y el desarrollo tec-nológico tampoco ha visto incrementar susrecursos, respecto a la investigación básicay aplicada.

Estos comentarios son válidos al analizar elorigen de los fondos destinados a I+D,pues prácticamente tanto la estructuracomo el montante de la financiación públi-ca y privada han permanecido establesdurante estos 25 años. El ligero descensode ambos en los últimos años se ha debidoa la aportación de la Unión Europea a tra-vés de los Programas Marco para la Inves-tigación.

En este periodo constitucional, el personalempleado en actividades de I+D en equi-valencia a dedicación plena (EDP) en tantopor mil de la población activa ha experi-mentado un crecimiento prácticamentelineal, al igual que el número de investiga-dores en EDP, aunque en este último casocon una tendencia más acusada, por lo quesi nos fijamos en los medios puestos adisposición de los investigadores para rea-lizar sus tareas, vemos que mientras en1978 cada investigador disponía en mediade un equipo de 1,3 personas, en la actua-lidad este indicador se ha reducido a lamitad.

En cuanto a la medida de los resultados deesa investigación realizada en España, po-demos acudir a dos tipos de indicadores,los bibliométricos y los de patentes. Res-pecto a los primeros, medidos por el nú-mero de artículos publicados en revistasespecializadas recogidas por el ScienceCitation Index (SCI) que anualmente publi-ca el Institute for Scientific Information (ISI)de Philadelphia (Estados Unidos), en elcuadro 3 se observa que la produccióncientífica nacional ha aumentado su cuotade participación en la producción mundialen tres veces y media entre 1980 y 2000,que es un resultado muy superior al es-

fuerzo realizado en I+D. Es la paradoja es-pañola: mientras el gasto público en I+Drespecto al PIB sólo se ha duplicado enestos 20 años, sin embargo el rendimientoobtenido a este esfuerzo ha sido muy supe-rior. De hecho, el gasto público por artículopublicado en este periodo tan sólo se hamultiplicado por dos, y esto en euros co-rrientes sin descontar la inflación1.

También el rendimiento de los investigado-res se ha elevado, pues en 1980 se produ-cía un artículo científico por cada cuatroinvestigadores del sector público y en losúltimos años de los 90 se ha llegado a pu-blicar un artículo por cada dos.

Estos buenos resultados se explican, enparte, porque tradicionalmente los científi-cos españoles tenían aversión a publicar eninglés, que es el idioma en que publicancasi todas las revistas científicas conside-radas por el ISI, rechazo que se ha vistosuperado por una decidida política científi-ca de fomento a la publicación en lenguainglesa en las revistas especializadas delSCI.

Por el contrario, los resultados de las em-presas no se miden por el número de artí-culos publicados, sino por el número depatentes solicitadas. Una patente es underecho acordado por un gobierno a uninventor a cambio de la publicación de suinvención, permitiendo a este último evitar,por un periodo convenido, que un terceropueda utilizar su invención.

El número de patentes solicitadas en Espa-ña por los residentes en este país no haevolucionado significativamente entre 1980y 1998, último año del que se dispone deinformación comparable para todo el pe-ríodo. Esto significa que el gasto en I+D delas empresas2 necesario para solicitar una

1 Por regla general, los artículos científicos son resultadosde la investigación básica, que tradicionalmente esrealizada por las universidades y los organismos públicosde investigación. Por esta razón se tiende a comparar laproducción científica con el gasto público en I+D.

2 Las patentes son resultados del desarrollo tecnológico,generalmente realizado por las empresas. De ahí que setienda a comparar las demandas de patentes con losrecursos destinados a I+D por las empresas.

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patente en España se haya multiplicado pordiez en términos corrientes. Otra conse-cuencia es que la productividad de los in-vestigadores de las empresas en funciónde las patentes solicitadas en España sehaya reducido a la cuarta parte.

Sin embargo, la demanda de patentes en elextranjero ha experimentado un crecimien-to exponencial en ese mismo periodo. Larazón es muy sencilla. Patentar es muycaro, por lo que solicitar una patente país apaís resulta muy costosa, pero si se solicitauna patente europea, los derechos tienenconsecuencias en todos los países firman-tes del Convenio Europeo de Patentes.España lo firmó en 1987 y a partir de eseaño las demandas de patentes en el ex-tranjero crecieron vertiginosamente. Comoconsecuencia de ello, desde 1987 el rendi-miento de cada investigador del sectorprivado se ha multiplicado por seis en esteindicador y su coste, en términos de gastoen I+D, se ha reducido a la cuarta parte. Noobstante, estos resultados se pueden con-siderar, en parte, ficticios. No es que ahorase patente mucho más en España, sino que

se utilizan medios más adecuados y eco-nómicos para patentar.

Se podrían analizar otros indicadores cien-tífico-tecnológicos para evaluar la evolu-ción de la ciencia en nuestro país, tantodesde el punto de vista de los inputs, comode los outputs del sistema de ciencia ytecnología. El gasto en innovación, el nú-mero de empresas innovadoras, el porcen-taje de empresas que realizan comercioelectrónico, el empleo en sectores de altatecnología, todos ellos confirman el paula-tino avance de la investigación en España,pero también el retraso en comparacióncon los países de nuestro entorno.

Aparte de otros indicadores del impactosocial de la investigación en España, comola esperanza de vida o el PIB por habitante,ya mencionados en la primera parte deeste informe, merece la pena analizar otro,que además de dar una idea del grado dedifusión de las innovaciones en la socie-dad, permite de alguna forma observarcómo la ciencia tiene sus implicaciones enla vida cotidiana de los españoles, trans-formando sus comportamientos, hábitos y

Cuadro 3. Indicadores de resultados de la investigación en España. 1980-2000

1980 1991 1998 2000 P

ARTÍCULOS PUBLICADOS

Número de artículos 3.908 11.903 23.783 24.073

Artículos por 100 investigadores EDP del Sector Público 25 41 52 44

Gasto público en I+D por artículo (miles de euros) 51 105 93 108

Cuota de producción científica mundial 0,7 1,7 2,5 2,4

PATENTES SOLICITADAS POR RESIDENTES EN ESPAÑA

Presentadas en España

Número de patentes 1.876 2.188 2.304 ..

Patentes por 100 investigadores EDP del Sector Empresas 63 19 17 ..

Gasto de I+D del Sector Empresas por patente (miles de euros) 103 737 1.066 ..

Presentadas en el extranjero

Número de patentes 1.592 5.654 28.721 ..

Patentes por 100 investigadores EDP del Sector Empresas 53 49 207 ..

Gasto de I+D del Sector Empresas por patente (miles de euros) 121 285 86 ..P Datos provisionales

Fuentes: ISI, Science Citation Index

Centro de Información y Documentación Científica (CINDOC)

OCDE

Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM)

INE

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costumbres. Nos estamos refiriendo algrado de penetración en los hogares dedeterminados bienes de equipamiento que,por su uso cada vez más generalizado,cada vez se les concede menos importan-cia, pero que sin duda han cambiado lasociedad española en este último cuarto desiglo (véase el cuadro 4)1.

En 1927, una empresa estadounidenseempieza a fabricar los primeros refrigera-dores domésticos. Cuarenta años más tar-de sólo un 35 por ciento de los hogaresespañoles disponía de tal aparato. Tuvieronque pasar otros doce años más para que elfrigorífico estuviera implantado en el 90por ciento de los hogares. Actualmente, sepuede decir que no existen en la prácticahogares que no dispongan de, al menos,un frigorífico.

Las lavadoras automáticas que permitenprogramar todas las tareas de prelavado,lavado, aclarado y centrifugado se empie-zan a fabricar y a vender en los años 60. En1980 dos de cada tres hogares ya disponían

1 No se han tenido en cuenta los resultados aportados porla Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de laInformación y Comunicación en los Hogares, realizada porel INE en 2002 y 2003, por haberse utilizado una únicafuente común a todos los bienes de equipamiento en cadaperíodo considerado.

de lavadora automática y a finales de siglose encuentra introducida en casi todos loshogares españoles. Por el contrario, la in-troducción del lavavajillas en dichos hoga-res ha tenido más dificultades y en la ac-tualidad sólo uno de cada tres hogaresdispone de este electrodoméstico. Por otraparte, este bien doméstico es el que mejordiscriminaba el nivel de renta durante bue-na parte de este último cuarto de siglo. Así,en 1995, la proporción de hogares del tra-mo de renta más alto que lo incluía entresu equipamiento era 20 veces mayor que laproporción de hogares con menos renta2.

En 1967 salió al mercado el primer hornode microondas de tamaño familiar. Hasta1999 no se introdujo en más de la mitad delos hogares españoles y, sin embargo, enpoco más de tres años ha alcanzado al 70por ciento de los mismos.

Aunque las primeras emisiones electróni-cas en color realizadas en Estados Unidosen 1951 no tuvieron mucho éxito, la televi-sión en color es el bien de equipamiento

2 Muy posiblemente la clave de la cuestión esté no tanto enel precio de este equipamiento como en el espacio a ocuparen cocinas ya equipadas con frigorífico y lavadora, y quesólo pueden admitir la instalación de un lavavajillas en elcaso de que la superficie lo permita.

Cuadro 4. Porcentaje de hogares que disponen de determinados bienes de

equipamiento con contenido tecnológico. 1968-2003

1968 1973-74 1980-81 1990-91 1996 1998 1999 2000 2002-03

Frigorífico 35 74 91 98 .. 99 99 99 99

Lavadora automática .. 28 64 90 .. 97 97 98 98

Lavavajillas - 3 6 9 19 23 25 28 33

Televisor color .. .. 27 92 98 99 99 99 99

Automóvil 13 34 51 63 69 70 72 73 74

Teléfono 19 34 51 77 88 89 91 95 86

Teléfono móvil .. .. .. .. .. .. .. .. 74

Vídeo .. .. .. 44 65 69 72 75 72

Microondas .. .. .. .. 38 46 52 58 70

Ordenador personal .. .. .. 11 20 26 30 32 44

Acceso a Internet .. .. .. .. .. .. .. .. 25

Fuentes: INE, Encuesta de Equipamiento y Nivel Cultural de las Familias (1968)

INE, Encuesta de Presupuestos Familiares (1973-1991)

INE, Panel de Hogares de la Unión Europea (1996-2000)

INE, Encuesta de Empleo del Tiempo (2002-03)

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del hogar más generalizado en nuestropaís, pues prácticamente alcanza al 100 porcien de los hogares, a pesar de que a prin-cipios de los 80 sólo uno de cada cuatrohogares disponía de este aparato. El apara-to reproductor de vídeo sólo empezó apopularizarse cuando en 1976 una firmajaponesa comercializa su sistema de vídeo,echando del mercado a sus rivales. A prin-cipios de los años 90, el cuarenta por cientode los hogares disponía de un aparato re-productor de vídeo. La penetración delvídeo en los hogares ha ido en aumentohasta el año 2000, en el que parece que seha producido un retroceso por la llegada dela tecnología digital y la aparición de losprimeros DVDs a un precio asequible.

El automóvil es, para muchos, un signoexterno de riqueza. En 1964 sólo se lo po-dían permitir un 13 por ciento de los hoga-res; en 1980, uno de cada dos hogares yadisponía de coche y, en la actualidad, el 74por ciento de ellos dispone de al menos unvehículo para su transporte.

En 1924 se constituyó la empresa que mo-nopolizaba la telefonía en España, median-te la agrupación de distintas empresas yaexistentes, y comenzó la gran automatiza-ción y expansión de las redes telefónicas,convirtiéndose en 1987 en la novena red detelecomunicaciones más grande del mun-do. Así, en 1967 había una instalación deteléfono fijo en el 19 por ciento de los ho-gares. En menos de quince años ya estabainstalado en uno de cada dos hogares y enel año 2000 llegó a su cota máxima, con un95 por ciento de hogares con aparato tele-fónico. Recientemente este medio de co-municación ha sufrido un ligero retrocesoen estos primeros años del siglo XXI, debi-do a la aparición de un nuevo fenómeno deutilización masiva como es el teléfono mó-vil, cuyo grado de penetración en los hoga-res españoles ya alcanza al 74 por ciento delos mismos. A pesar de que su comerciali-zación comenzó tan sólo veinte años antes,fruto de la invención de una empresa suecaen 1979, el teléfono móvil es un aparatocotidiano de uso generalizado en la Españaactual.

El primer ordenador personal fue fabricadoen 1976, pero fue en 1981 cuando se po-pularizó el uso del PC. No obstante, enEspaña a principios de la década de los 90sólo uno de cada diez hogares disponía deordenador. Diez años más tarde el grado depenetración en los hogares se ha multipli-cado por cuatro, sin duda gracias a la gene-ralización de un sistema amigable para elusuario, que facilita su manejo y sigue unatendencia creciente gracias a esa revolu-ción de las comunicaciones, denominadaInternet, que ha creado nuevas formas derelacionarse, de trabajar, de disfrutar delocio,... En 1991 aparece la World Wide Web(www), gigantesca red de redes de ordena-dores conectados entre sí, a la que hoytienen acceso el 25 por ciento de los hoga-res españoles.

De la rápida difusión de las innovacionesde los últimos años en la sociedad espa-ñola se deduce, por una parte, que ya nohay miedo a lo novedoso o a lo desconoci-do y, por otra, que la capacidad adquisitivade los hogares españoles permite absorberrápidamente cualquier nueva invención. Yano hay que esperar 40 años para que unnuevo artilugio penetre suficientemente enel mercado español.

3.3 La evolución futura de la I+D en

España para alcanzar los objetivos

de Lisboa

Las cumbres europeas de jefes de Estadode Lisboa y Barcelona establecieron entresus objetivos prioritarios alcanzar en 2010una inversión media en I+D del 3 por cientodel PIB y España ratificó esos objetivos.

Para lograr esta meta, la contribución es-pañola debe aumentar notablemente, puesen 2002 el gasto en I+D de España respectodel PIB es del 1 por ciento y la media euro-pea se sitúa en el 2 por ciento.

Ahora bien, si suponemos que la evolucióndel PIB en los próximos años va a seguirexperimentando una tendencia lineal, talcomo ha ocurrido en el periodo 1995-2002,para alcanzar una inversión en I+D de al

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menos el 2 por ciento del PIB (porcentajessuperiores son por ahora impensables), senecesitará que el gasto en I+D siga unatendencia exponencial, tal como ha sucedi-do en el mencionado periodo. De esta for-ma, en 2014 se podrá alcanzar el 2 por cien-to del PIB en recursos destinados a I+D1.(Gráfico 1).

Nuestro retraso actual con respecto a Eu-ropa en materia de investigación se puedecifrar en 10 años y habrá que destinar mu-chos más recursos a I+D para que no seacumule un mayor retraso en las próximasdécadas. En efecto, con un crecimientolineal en investigación, si la pendiente noes lo suficientemente elevada, sería muyalta la probabilidad que el 2 por ciento delPIB no se alcanzara en este siglo, inclusohabiendo supuesto un crecimiento del PIB

1 Si se mantuviera este esfuerzo exponencial, en 2020 sellegaría al 3 por ciento del PIB, que es el objetivo marcado anivel europeo para 2010.

como el experimentado en estos últimosaños. Esta situación puede cambiar a me-dio plazo, dependiendo de la coyunturaeconómica internacional, produciéndoseuna aceleración del crecimiento del PIB, loque haría todavía más difícil el objetivo del2 por ciento en caso de aumentos linealesde los gastos en I+D.

Por tanto, si a la buena disposición delmercado español (como ya se ha compro-bado en el apartado anterior), se añade laactual sensibilización por la investigación yla innovación de los poderes públicos, delas fuerzas políticas y sociales y de losagentes del sistema de ciencia y tecnolo-gía, situación que no se había dado en todoel siglo anterior, se puede concluir quegran parte de los cimientos de la ciencia enEspaña están construidos. Sólo falta inyec-tar más recursos, a partir de un diseñoeficiente del sistema, y poner a trabajar auna población (altamente cualificada, porcierto) en la construcción del edificio. Espe-remos que en poco tiempo se pueda colo-car la bandera española en lo alto del mis-mo, porque eso significará que, al menos,habremos cubierto aguas.

4 Bibliografía

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Gráfico 1. Gasto en I+D ajustado

exponencialmente y 2 por ciento y 3

por ciento del PIB ajustado lineal-

mente entre 1995 y 20021

1995

1997

1999

2001

2003

2005

2007

2009

2011

2013

2015

2017

2019

2021

2023

2025

0

10

20

30

40

50

60

70

80Miles de millones de euros

Gasto en I+D 2 por ciento PIB 3 por ciento PIB

1 De 2003 a 2025 los datos están extrapoladosLa ecuación de la exponencial de ajuste del gasto en I+D en el período 1995-2002 es y=3.117,9exp{0,1005x}, con un coeficiente de determinación de R2=0,99La ecuación de la recta de ajuste del PIB en el período 1995-2002 es y=37.361x+387.974, con R2=0,99

Fuentes: INE, Estadística sobre las Actividades en Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico (I+D), Contabilidad Nacional de España y elaboración propia

Page 20: Ciencia, tecnologia y sociedad

Ciencia, tecnología y sociedad

19

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Page 21: Ciencia, tecnologia y sociedad

Anexo

Cuadros de

indicadores

Page 22: Ciencia, tecnologia y sociedad

Cuadro A. Indicadores tradicionales de ciencia y tecnología

Tipo indicador Familia de indicadores Principales indicadores

Input Actividades en I+D Gasto interno en I+D en porcentaje del PIBPersonal empleado en I+D en tanto por mil de la población activa

Recursos humanos en ciencia y Stock de RHCTtecnología (RHCT) Flujos de entrada procedentes de la enseñanza y de la

migración

Mixtos de input Innovación tecnológica en las Porcentaje de empresas innovadorasy output empresas Gasto en innovación

Estructura del GastoPorcentaje de cifra de negocios debida a innovaciones

Output Patentes Demandas de patentes nacionales (de residentes, tasa dedependencia, coeficiente de inventiva,...)Cuota de demanda de patentes (europeas, de la OMPI,...)

Bibliometría Cuota de producción mundial de publicaciones científicas

Impacto Balanza de pagos tecnológicos Saldoeconómico Tasa de cobertura

Productos y ramas de alta Saldo comercialtecnología Producción

Page 23: Ciencia, tecnologia y sociedad

Cuadro B. Cuadro europeo de indicadores de la innovación

Categoría Nº Indicador

1. Recursos 1.1 Nuevos titulados superiores en ciencia y tecnología en tanto por mil de la población humanos de 20 a 29 años de edad

1.2 Porcentaje de población de 25 a 64 años de edad con educación superior1.3 Porcentaje de población de 25 a 64 años de edad que participa en actividades de

formación continua1.4 Porcentaje de población ocupada en industrias de alta tecnología y de tecnología

media-alta1.5 Porcentaje de población ocupada en servicios de alta tecnología

2. Creación de 2.1 Gasto público en I+D en porcentaje del PIBconocimiento 2.2 Gasto privado en I+D en porcentaje del PIB

2.3.1 Demanda de patentes europeas de alta tecnología por millón de habitantes 2.3.2 Demanda de patentes estadounidenses de alta tecnología por millón de habitantes

3. Transmisión 3.1 Porcentaje de PYMES industriales innovadorasy aplicación de 3.2 Porcentaje de PYMES que cooperan en innovaciónconocimientos 3.3 Gasto en innovación en porcentaje de las ventas totales en la industria

4. Financiación 4.1 Inversión de capital-riesgo en alta tecnología en porcentaje del PIBde la innovación, 4.2 Capitales obtenidos en mercados secundarios, más los obtenidos por nuevas resultados y empresas en las principales bolsas, en porcentaje del PIB mercados 4.3 Porcentaje de las ventas de las empresas industriales debidas a nuevos productos

introducidos en el mercado 4.4 Porcentaje de hogares con conexión a Internet4.5 Cuota de mercado de TIC en porcentaje del PIB4.6 Porcentaje del valor añadido industrial de los sectores de alta tecnología

Nota: para el cuadro de 2003 se han incorporado nuevos indicadores, como la demanda total de patentes, distinguiendo entre europeas y americanas, el

capital riesgo en fase inicial en porcentaje del PIB, el porcentaje de las ventas de las empresas debidas a productos nuevos para ellas (pero no nuevos

en el mercado) y la tasa de volatilidad de las empresas (empresas creadas menos empresas cerradas). Además, estos dos últimos indicadores, así como

los indicadores 3.1, 3.2, 3.3 y 4.3 se han dividido entre empresas manufactureras y de servicios.

Page 24: Ciencia, tecnologia y sociedad

Cuadro C. Indicadores para la comparación de las políticas nacionales de

investigación en Europa

Tema Indicador

Recursos humanos en Investigadores con relación a la población activaI+D, incluido el interés Nuevos titulados superiores en ciencia y tecnología en relación con la población por profesiones de C+T entre 20 y 29 años de edad

Jóvenes investigadores contratados en universidades y centros públicos de investigación, respecto al total de investigadoresPorcentaje de mujeres en el total de investigadores de universidades y centrospúblicos de investigaciónPorcentaje de investigadores extranjeros en el total de investigadores de universidades y centros públicos de investigación

Inversión pública y Gasto total en I+D en porcentaje del PIB y su distribución según el origen de fondosprivada en I+D I+D financiada por las empresas respecto al PIB industrial

Porcentaje de los presupuestos públicos destinados a investigaciónPorcentaje de PYMES que realizan I+D con financiación públicaVolumen de inversión de capital-riesgo en las primeras fases (concepción y puesta en marcha) en porcentaje del PIB

Productividad científica Número de patentes por habitante solicitadas en la Oficina Europea de Patentes y y tecnológica en la Oficina de Estados Unidos de Patentes y Marcas

Número de publicaciones científicas y de artículos más citados por habitanteNúmero de spin-offs generados por universidades y centros de investigaciónPorcentaje de empresas innovadoras que cooperan en innovación con otras empresas/universidades/organismos públicos de investigaciónTasa de utilización de redes electrónicas de banda ancha para la investigación por los laboratorios de I+D

Impacto de la I+D en Tasa de crecimiento de la productividad aparente del factor trabajoel empleo y en la Cuota de las industrias de alta y media-alta tecnología (más su contribución alcompetitividad crecimiento) en el empleo total y en el valor añadido brutoeconómica Cuota de los servicios intensivos en conocimiento (más su contribución al

crecimiento) en el empleo total y en el valor añadido brutoIngresos de la Balanza de Pagos Tecnológicos en porcentaje del PIBCrecimiento de la cuota mundial de mercado de las exportaciones de productos dealta tecnología

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Cuadro D. Lista de indicadores estructurales (Continúa)

Área Nº Indicador

Contexto EB01 PIB por habitante en PPA y tasa de crecimiento real del PIBeconómico EB02 Productividad del trabajo por persona ocupada y por hora trabajadageneral EB03 Crecimiento del empleo (total y por sexo)

EB04 Tasa de inflaciónEB05 Crecimiento de los costes laborales unitariosEB06 Déficit públicoEB07 Deuda pública

Empleo EM01 Tasa de empleo (total y por sexo) y tasa de empleo de los trabajadores de 55 a 64 años (total y por sexo)

EM02 Edad media efectiva de salida del mercado de trabajo (total y por sexo)EM03 Diferencias salariales entre hombres y mujeresEM04 Presión fiscal en asalariados con sueldos bajos y trampa del paroEM05 Formación continua (participación de adultos en formación y educación) (total y

por sexo)EM06 Accidentes laborales graves (total y por sexo) y mortalesEM07 Tasa de paro (total y por sexo)

Innovación e IR01 Gasto en recursos humanos (gasto público en educación respecto al PIB)investigación IR02 Gasto en I+D en porcentaje del PIB y su distribución por origen de fondos (empresas,

administraciones públicas y extranjero) IR03 Porcentaje de hogares/empresas con acceso a InternetIR04 Nuevos titulados superiores en ciencia y tecnología por cada 1.000 habitantes entre

20 y 29 años de edad (total y por sexo)IR05 Demandas de patentes por millón de habitantes en la Oficina Europea de Patentes

y en la Oficina de Estados Unidos de Patentes y MarcasIR06 Inversión en capital-riesgo como porcentaje del PIB en fase inicial y en fase de

expansiónIR07 Gasto en TIC en porcentaje del PIB, desagregado entre telecomunicaciones (equipos

y servicios) y tecnologías de la información (hardware, software y servicios)IR08 Comercio electrónico (porcentaje de la cifra de negocios de las empresas

procedente del comercio electrónico)IR09 Nivel de educación de los jóvenes (total y por sexo) (porcentaje de jóvenes de 20

a 24 años con al menos educación secundaria de segunda etapa)

Reforma ER01 Niveles de precios relativos y convergencia de precios entre los Estados miembroseconómica de la UE

ER02 Precios de las telecomunicaciones (llamadas locales, nacionales y a Estados Unidos),de la electricidad y del gas (a hogares e industria)

ER03 Cuota de mercado del mayor productor eléctrico, del operador histórico en telecomunicaciones fijas (llamadas locales, nacionales e internacionales) y del principal operador en móviles

ER04 Licitaciones públicas en porcentaje del PIBER05 Ayudas sectoriales y ad-hoc del EstadoER06 Convergencia de tipos de interés (hipotecas, préstamos a empresas inferiores y

superiores a un año), integración del comercio de bienes, de servicios e intensidad de inversiones exteriores directas

ER07 Inversión empresarial (formación bruta de capital fijo del sector privado enporcentaje del PIB)

ER08 Demografía empresarial (tasas de creación, de supervivencia y de cierre de empresas)

Page 26: Ciencia, tecnologia y sociedad

Cuadro D. Lista de indicadores estructurales (Conclusión)

Área Nº Indicador

Cohesión SC01 Distribución de la renta S80/20 (cociente entre el total de renta recibida por el 20 social por ciento de la población con mayor nivel de renta neta equivalente y el total de

renta recibida por el 20 por ciento con menor nivel de renta)SC02 Tasa de riesgo de pobreza antes y después de las trasferencias sociales (total y

por sexo) (porcentaje de personas cuya renta neta equivalente es inferior al umbral del riesgo de pobreza, fijada en el 60 por ciento de la renta neta mediana nacional equivalente, después de transferencias)

SC03 Tasa de riesgo de pobreza persistente (porcentaje de personas cuya renta equivalente está por debajo del umbral del riesgo de pobreza en el año actual y en al menos dos de los tres años anteriores) (total y por sexo)

SC04 Dispersión de las tasas de empleo regionales o cohesión regional (coeficiente de variación de las tasas de empleo regionales dentro de cada país) (total y por sexo)

SC05 Abandono escolar temprano (total y por sexo) (proporción de la población deentre 18 y 24 años de edad con nivel de estudios de primera etapa de secundaria o inferior, y que no siguen ningún tipo de enseñanza o formación)

SC06 Tasa de paro de larga duración (total y por sexo) (parados que llevan 1 año o más en paro en porcentaje de la población activa)

SC07 Proporción de niños de 0 a 17 años y de adultos de 18 a 59 años (total y por sexo) que viven en hogares en los que no trabaja ninguno de sus miembros

Medio EN01 Índice de emisiones de gas de efecto invernadero (año 1990=100)ambiente EN02 Intensidad energética de la economía (consumo interior bruto de energía -carbón,

electricidad, petróleo, gas y fuentes de energía renovables- con relación al PIB) EN03 Volumen de transporte de mercancías y de pasajeros con relación al PIB,

porcentaje del transporte interior de mercancías realizado por carretera yporcentaje del transporte interior de viajeros realizado en automóvil

EN04 Porcentaje de población urbana expuesta a contaminación por ozono o por partículas

EN05 Residuos municipales recogidos, vertidos e incinerados (en kilogramos por persona y año)

EN06 Cuota de la electricidad producida por fuentes de energía renovables en el consumo nacional bruto de electricidad

EN07 Porcentaje de capturas en caladeros de pesca que se consideran fuera de loslímites biológicos de seguridad y porcentaje del territorio nacional propuesto por los países para la conservación de los hábitats naturales así como la flora y fauna salvaje y para la conservación de las aves salvajes