Ciclo de conferencias:«Vislumbres de la India: "Rafael Argullol"»

15
Ciclo de conferencias: «Vislumbres de la India» «Rafael Argullol» por Óscar Pujol 19 de octubre de 2010

description

"Vislumbres de la Índia" es un ciclo de reflexiones en torno a la Índia a partir de la mirada de cuatro pensadores occidentales que han procurado pensarla de manera seria y entenderla desde su propio marco occidental de comprensión del mundo, pero sin caer en orientalismos ni acercamientos exóticos propios del siglo XIX, ni en enfocamientos pseudo-espirituales o relativistas post-coloniales habituales en el siglo XX.

Transcript of Ciclo de conferencias:«Vislumbres de la India: "Rafael Argullol"»

Page 1: Ciclo de conferencias:«Vislumbres de la India: "Rafael Argullol"»

Ciclo de conferencias:«Vislumbres de la India»

«Rafael Argullol» por Óscar Pujol

19 de octubre de 2010

Page 2: Ciclo de conferencias:«Vislumbres de la India: "Rafael Argullol"»

Rafael Argullol por Óscar Pujol

JOSÉ ANTONIO DE ORYDiplomático y escritor

Conocí a Óscar Pujol, la primera vez fue en el año 1997 en Delhi, cuandohicimos una presentación de lo que era su proyecto: el diccionario desánscrito catalán. Desde entonces, curiosamente no hemos perdido elcontacto y nos hemos ido viendo entre Delhi, Benarés, Barcelona, y ahoraen Madrid. En cierto modo, este ciclo, «Vislumbres de la India», surgey se ha ido hilando muy por causa de Óscar Pujol. En una visita a Barcelonafui a verlo a Casa Asia cuando ésta sólo tenía sede en Barcelona. Meregaló este libro que son las conversaciones de Rafael Argullol y VidyaNivas Mishra que Óscar promovió, fomentó e hilvanó. A partir de mifascinación por ese libro quise luego invitar a Rafael Argullol hace unpar de años en otro avatar. Pensé que era una pena que por corrientespostmodernas se estuviera perdiendo el pensamiento de gentetremendamente interesante que se ha arriesgado a mirar India de unamanera honesta y comprendiendo lo difícil que es entender la vastedadde esa civilización sin tener un enfoque orientalista ni postcolonial.

De las cuatro charlas que componen el ciclo, tres serían de ida y vuelta, porque son tan importantes los quehablan de los tres pensadores como los pensadores probablemente. Hoy tenemos a Óscar Pujol hablandode Rafael Argullol y podíamos haber tenido a Rafael Argullol hablando de Óscar Pujol. Hoy tenemos lapeculiaridad de tener a alguien de la brillantez y del nivel intelectual de Óscar Pujol. Todos saben de ÓscarPujol como sanscritista. La anécdota institucional o administrativa de ser ahora el director del InstitutoCervantes, es mucho más que eso. Como no tengo palabras en sánscrito para presentarlo acabo aquí paraescucharle.

ÓSCAR PUJOLDirector del Instituto Cervantes en Nueva Delhi

Muchas gracias por estas palabras tan generosas. Yo quiero decir quesi en vez de Óscar Pujol hablando de Rafael Argullol tuvieran a RafaelArgullol hablando de Óscar Pujol lo haría mucho mejor. Tendrían Vds.una conferencia realmente magnífica. Lo primero que he de decir a raízde la experiencia de este libro, Del Ganges al Mediterráneo, es que yoaprendí mucho durante su estancia de veinte días en Benarés y durantetodo el diálogo que tuvimos. La anécdota del cargo me mantiene muyocupado y es el sánscrito el que sufre en honor a Francisco Rubio, queestá hoy también aquí, y que es sanscritista, ahora en la Universidadde Zaragoza. Tengo también a Carmen García Ormaechea que acabade retirarse de la vida académica activa pero que seguro va a estar ahoramucho más activa ahora que tiene más tiempo. Pero es cierto que loscargos nos quitan mucho tiempo de la investigación y de la producciónde obras.

Page 3: Ciclo de conferencias:«Vislumbres de la India: "Rafael Argullol"»

Rafael Argullol por Óscar Pujol

Me alegra saber que RafaelArgullol fue la simiente de esteciclo de conferencias porqueen él realmente se cumplen ala perfección los presupuestosde estos vislumbres de la India.Una persona que ha pensadoseriamente la India y que haintentado entenderla desde supropio marco cultural. RafaelArgullol no va a la India paraconvertirse al hinduismo nitampoco para enseñar a losindios lo que es la filosofíaoccidental. Va a la India desdeuna perspectiva occidentalabierta deseando entenderlabien afincando en su marcocultural.

Nunca había dedicado una sesión a un amigo mío. Si comparamos a Rafael Argullol con los otros tresescritores, él es el único que está vivo, productivo. Hace poco tuve ocasión de hablar con él por teléfono araíz de esta conferencia. Me manifestó sus disculpas ya que le hubiera gustado mucho estar aquí connosotros. Hablaré de Del Ganges al Mediterráneo, aunque no mucho. Invito a leerlo. Es un libro denso,no es de lectura fácil ya que exige paciencia al lector y descabalgar de ciertos presupuestos que damos porsentados precisamente porque están arraigados en nuestra conciencia. Pero sobre todo, leeré muchospasajes de él. Esta conferencia la siento como suya y por eso queremos escucharle.

También hablaré de este otro libro, Visión desde el fondo del mar, que acaba de publicar, salió el 14 deseptiembre, y va por la segunda edición. Cuando dejé Barcelona en el año 2007 recuerdo que Rafael medijo que se iba a encerrar para escribir la que iba a ser su obra magna, estas mil doscientas páginas. Es unlibro muy interesante. Es un carrusel de viajes donde encontramos un testimonio ameno y profundo.

Respecto a su relación con la India, Rafael ha dejado un documento escrito: Del Ganges al Mediterráneo.La génesis de este libro es curiosa. Rafael Argullol contactó conmigo a través de Chantal Maillard, una granescritora, Premio Nacional de Poesía, y me dijo que tenía gran interés por establecer contacto con unpensador indio. La búsqueda de un interlocutor indio fue una tarea bastante retadora porque había dosopciones. La primera era buscar un pensador en Delhi, que frecuentase las universidades norteamericanasy europeas y que de alguna manera estuviera ya informado del mundo académico y de los problemasoccidentales. En definitiva, que fuera un interlocutor fácil porque conoce la mentalidad del occidental quetiene delante. Tenía ya un gran pensador indio, Ashish Nandy, pero al final fue mi mujer, Mercè Escrich,quien me sugirió el nombre de Vidya Nivas Mishra, quien murió en 2006.

Page 4: Ciclo de conferencias:«Vislumbres de la India: "Rafael Argullol"»

Rafael Argullol por Óscar Pujol

Lo escogí porque a diferencia del académico, delpensador muy entrenado en la tradición occidental,preferí elegir lo que en India se llama un dhoti bala.El dhoti es esa prenda de ropa de cinco metros quese ponen los hombres en la India. Un pandit indioentrenado en la tradición gramatical sánscrita –VidyaNivas Mishra era un gran gramático de la escuelade Panini– podía dar una visión no tan mediatizadapor Occidente. En el siglo XIX hubo una graneuropeización del mundo, una presencia en ciertamanera impositiva. Me doy cuenta de que cuandohacemos estos grandes diálogos de civilizaciones enCasa Asia o en el Instituto Cervantes, cuando invi-tamos a africanos, a indios, a chinos, normalmenteinvitamos a estas personalidades que ya conocennuestro lenguaje, nuestra manera de pensar. A vecestengo la sensación de que en estos foros, Occidenteestá hablando consigo mismo a través de sus agentesque conocen ya nuestra vida académica y cultural.

Por eso, quise salirme de esto, y coger un dhoti bala,una persona que estuviese realmente impregnadade un pensamiento tradicional que es muy distinto

al pensamiento moderno. Aquí hay un problema:cuando uno piensa en el pandit tradicional –y estoRafael también lo refleja en su libro– lo realmentedifícil es encontrar uno que realmente interese aOccidente. El problema es el autismo o la endogamiacultural. Muchos de estos pandits tradicionales vivenencerrados en su mundo, no les interesa el mundomoderno, no les interesa, por ejemplo, la lingüísticamoderna, un mundo cada vez más estrecho, elsíndrome del oso polar, con un sentimiento detristeza. Con Mishra se daba la feliz coincidencia deque era un pensador tradicional, fiel a su condición,pero además era una persona curiosa, con interésen el mundo moderno y lo que estaba pasando enOccidente.

Rafael y yo, entonces, nos vimos un día en Barcelonay le dije cuál era mi elección. A partir de aquí, empezóel proceso de elaboración de este libro que ilustramuy bien las diferencias de pensamiento entreOccidente y Oriente. En un primer momento, RafaelArgullol me envió una propuesta de trece preguntas:

1. Globalidad y particularidad de dos viejas

tradiciones como son Europa y la India

2. ¿Ha mejorado el diálogo real entre las dos culturas ante la nueva situación que se da a finales del siglo

XX y a principios del siglo XXI?

3. Más allá de la simultaneidad planetaria, ¿hay alguna posibilidad real de simbiosis entre ideas y conceptos?

4. Lenguaje y pensamiento –a Rafael Argullol le preocupa mucho la traducción de conceptos, de cómo

traspasar conceptos de una cultura a otra, la traducción simbólica más allá de la literal–.

5. Modernidad y tradición, nacionalismo, fundamentalismo, cosmopolitismo.

6. Cómo preservar la pluralidad y desarrollar un clima de igualdad jurídico-política.

7. ¿Puede haber un pasado común entre las tradiciones filosóficas de Europa y la India?

8. ¿Cómo vemos el espejo indio y el espejo occidental en términos históricos?

9. Ideas y sensaciones, el hombre y el conocimiento, miradas sobre la tradición propia y la ajena.

10. Conocimiento filosófico, mítico y científico.

11. Función de la religión y del mito desde la perspectiva contemporánea.

12. Miradas cruzadas sobre el arte y le mundo sensible.

13. Hipótesis de futuro.

Page 5: Ciclo de conferencias:«Vislumbres de la India: "Rafael Argullol"»

Rafael Argullol por Óscar Pujol

Lo interesante fue cuando yo le presenté esta lista a Vidya Nivas Mishra y su reacción ante estas preguntas.Lo primero que me dijo fue: “cuando Rafael dice “cultura europea”, ¿de qué cultura habla?; ¿Hay unacultura europea?”. Él imaginaba Europa como una multiplicidad de culturas y veía a Europa como unacivilización definida por las rupturas distinguiendo entre la Europa medieval y la renacentista.

La segunda observación tenía que ver con un tema que se encontraba ausente, un tema de eseRenacentismo que ignoramos, al eje microcósmico, es decir, a la necesidad de trazar paralelismos entre eluniverso y el cuerpo humano. En la India se ha visto desde los Upanishads, después en el tantrismo tambiénhay una especie de correspondencia. El cuerpo humano es un universo en miniatura y el Universo esentendido a veces como un gran gigante, como un Purusha. Hay un macrocosmos, el Universo, unmicrocosmos, el hombre, y un mesocosmos, un cosmos intermedio, que sería el templo, que tambiénreproduce de cierta manera la anatomía del cuerpo humano, como sabe muy bien Carmen García Ormaechea.

La tercera observación era todavía más extraña. Estaba relacionada con la necesidad de adoptar unaperspectiva no humana de la vida. Aquí abrimos el tema del antropocentrismo. Vidya Nivas Mishra decíaque la cultura europea moderna era obsesivamente antropocéntrica. Él hablaba de un biocentrismo, deponer el centro en la vida y no sólo en el hombre como persona humana. El problema de antropocentrismodemasiado humano es que puede llegar a ignorar a las otras especies vivas del planeta, las leyes de lanaturaleza e intentar construir un paraíso sólo para el hombre. Ahora con el cambio climático esta cuestiónse hace relevante y es interesante mirar cómo el hombre es un elemento en la gran cadena del ser. Éste esun concepto muy defendido por Argullol, y muy de nuestro Renacimiento.

La cuarta observación de Vidya Nivas Mishra hacía relación a la desconfianza india hacia la historia.¿Es la mirada histórica la única que podemos tener sobre el pasado o hay otras maneras de entender nuestropasado como mito, celebración, arquetipo? Especialmente, la visión del pasado como un mito que seactualiza en cada momento en las celebraciones religiosas era un tema muy interesante y que no estaba enel formato inicial.

La quinta observación aludía a la cuestión de la conciencia de la temporalidad. Cómo entendemos eltiempo, cómo vivimos el tiempo. A menudo nos olvidamos de que el Occidente moderno tiene también unaconcepción muy moderna del tiempo. Sólo con la llegada del tren empezamos a llegar hasta el minuto. Nocontamos como el hombre premoderno. Nuestra visión del tiempo es muy cuantificada, muy objetiva. Lapregunta de Mishra era: ¿el tiempo es simplemente lineal?, ¿es también cíclico? y ¿qué es?, ¿es un eternoretorno o es un movimiento circular abierto? Es decir, una especie de espiral en la que un mismo eventono se repite nunca aunque hay un marco circunstancial que parezca recurrir eternamente.

Éstas fueron sus observaciones y como veis el diálogo empieza inmediatamente. Sólo con plantear laspreguntas surge una reacción y tenemos este aporte fresco de un interlocutor al que no le preocupan losmismos problemas que a nosotros.

Finalmente, las trece preguntas quedaron en cinco temas principales. Primero, «Lo macrocósmicoy lo microcósmico, lo universal y lo individual, la psicología y la cosmología». El segundo temaera «El antropocentrismo y la necesidad de adoptar una perspectiva no humana: posibilidadesy dificultades». El tercero era el «Tiempo e historia. Simultaneidad e historicismo. Paradigmastemporales de nuestra conciencia temporal». El cuarto era «Religión, rito y mito. ¿Es posible

Page 6: Ciclo de conferencias:«Vislumbres de la India: "Rafael Argullol"»

Rafael Argullol por Óscar Pujol

una visión secularizada del mundo o lo sagrado impregna toda relación entre el hombre yel mundo?». Uno de los temas que obsesionan a Rafael Argullol, y en este libro se observa muy bien, essi es posible una sacralización de lo secular que no implique la adhesión a una fe, a un dogma, a una iglesia,la conversión a una secta, la obediencia ciega a un gurú. Esta visión moderna de la espiritualidad más alláde los condicionamientos tradicionales es un tema que provoca mucho a Rafael. Y le preocupa mucho comogran esteta que es. Es un gran apreciador del arte. Como bien dice, lo sagrado sólo pervive de cierta maneracon esa sensación de misterio en el arte contemporáneo. El artista moderno ha sustituido la imagen delsabio tradicional. Por último, el quinto apartado responde a la pregunta «¿Es posible un diálogo entreculturas más allá de un mero cambio de formalismos y de buenas intenciones políticamentecorrectas? ¿Es deseable? ¿En qué terreno? ¿En qué dirección? La Aldea Global o la TribuMetropolitana».

Rafael piensa que el diálogo entre culturas no es posible.Pero cree que sí es posible el diálogo con personas quepertenecen a otras culturas. Él personaliza el diálogo. Eldiálogo no puede ser entre culturas y civilizaciones queseguramente no sabemos ni qué son.

Rafael posee todo lo que una persona debe tener cuandodialoga con una persona de otra cultura: preparación yrespeto, amistad, complicidad, el desarme ideológico –noentrar en una sala armado de ideas, prejuicios– y elsentido de la hospitalidad. Como bien dice Argullol, eldiálogo es posible si existe una amistad sensible entre lasdos personas que dialogan. Llegar a una especie deequilibrio entre razón y emoción.

Una vez que tuvimos las cinco preguntas, fue Rafael quiendecidió cómo íbamos a progresar el diálogo. Yo visité aVidya Nivas Mishra y le planteé las preguntas finales taly como quedaban. Él las aprobó y me dictó las respuestasque aparecen publicadas en este libro. Yo las traduje alespañol y Rafael Argullol dictó las respuestas a otrapersona en Barcelona. Ellos no vieron lo que la contrapartehabía dicho sobre los temas. Posteriormente, cuandoRafael viajó a Benarés, mantuvieron un diálogo sin conocerlo que habían escrito anteriormente. Rafael fue muyvaliente porque viajó y estuvo veinte días en Benarés,que no es una ciudad fácil en absoluto.

Me gustará leer ahora un pequeño fragmento del libro su actitud de cómo va a la India. No va para glorificara la India ni tampoco como especialista.

Page 7: Ciclo de conferencias:«Vislumbres de la India: "Rafael Argullol"»

Rafael Argullol por Óscar Pujol

Desde el principio, Rafael Argullol tuvo la voluntad de trascender esas dos premisas, la glorificación y ladenigración, a las que nos hemos referido anteriormente. En efecto, la actitud de Rafael Argullol ante esteposible diálogo no era ni la del occidental cansado de su cultura que busca la redención en la India, ni la deleuropeo seguro de sí mismo que parte a la India para ilustrar a los pobres nativos. Tampoco era la de unespecialista, el indólogo que muy a menudo se dedica a diseccionar la cultura del subcontinente desde lascategorías propias del humanismo europeo. Como ha dicho el mismo Argullol en el transcurso de estasconversaciones:

«Las condiciones en las cuales me planteé participar en este diálogo no eran las condiciones de un especialistaen el mundo de la India, tampoco las de un hombre que buscara una conversión espiritual, sino las de quienconsidera las posibilidades reales de mantener un diálogo más allá de lo políticamente correcto».

No voy a hablar mucho más de este libro, Del Ganges al Mediterráneo: un diálogo entre las culturas deIndia y Europa, y sí voy a hablar de este otro, Visión desde el fondo del mar. A veces tenía yo la sensaciónde estar viendo esa conversación mítica que nunca existió, entre un filósofo indio, un himnosofista, ySócrates. Los filósofos indios viajaron a Grecia, cuenta la tradición, y el himnosofista le preguntó a Sócratesqué buscaba con su filosofía. Sócrates le respondió que quería conocer al hombre en toda su profundidad.El filósofo indio lanzó una carcajada y comentó que es imposible ocuparse del hombre sin ocuparse de lodivino. Voy a describir ahora un encuentro de este tipo tal y como lo narra él.

Este capítulo se titula “Las dos orillas”.

18 de febrero de 2005. BCN.Óscar me llama para decirme que Vidya Nivas Mishramurió el pasado 13 de febrero en un accidente decoche cerca de Benarés. Tenía setenta y tres años.Óscar está muy triste porque había sido uno de susprincipales maestros en la Universidad Sánscrita deBenarés. Cuando cuelgo el auricular me doy cuentade que también yo estoy muy afectado por la noticiapese a que lo conocí poco: aquel diciembre del año2000 en Benarés y aquel mayo del año siguiente,aquí, en Barcelona. Antes, muchas cartas, parapreparar un libro conjunto en el que cruzábamosnuestras visiones de la India y Europa. Después,cuando salió el libro, una breve conversacióntelefónica.

¿Muerto? Lo primero que me pasa por la cabeza essu incredulidad con respecto a la muerte. Era unatarde, estaba sentado en el viejo sofá de su casa. Yole insistí sobre el inconformismo occidental frentea la muerte como el sostén de nuestra cultura. Mishrase rió y se acercó a mí como si fuera a hacerme unaconfidencia.

-¿La muerte? Nosotros opinamos que no merece lapena luchar contra lo que no existe.¿La muerte?

10 de diciembre de 2000. Benarés.Voy de nuevo a casa de Vidya Nivas Mishra. Comotengo mucho tiempo antes de la cita, sigo el itinerariomás largo y así puedo recorrer otra vez los ghats.Desde que he llegado a Benarés me fascina elcontraste entre las dos orillas del Ganges. De estaparte, una casi increíble densidad que comprime lavida, el espacio, los edificios. La existencia exprimetodas sus posibilidades en unos cuantos kilómetrosde muelles que bajan escalonados hacia el río. Milesde hombres, miles de templos. Me han dicho queen Benarés hay cerca de cinco mil templos ysantuarios, todos a este lado del río. Al otro lado, enla orilla maldita, no hay nada.

Una vez en su casa le pregunto a Mishra por qué nohay nada y si es verdad que esta ribera del Gangesse considera maldita. Mishra ríe, como ríe siempreantes de abordar un asunto serio, y contesta con esa

Page 8: Ciclo de conferencias:«Vislumbres de la India: "Rafael Argullol"»

Rafael Argullol por Óscar Pujol

falta de concreción que a veces me pone algonervioso. No es propiamente una tierra maldita sinoun lugar en el que en los milenios de desarrollo deBenarés nunca se ha construido, de modo que laciudad se ha ido extendiendo a lo largo de una solade las orillas del río. Las causas de esto sonimprecisas: suelo pantanoso, clima insalubre, unaleyenda popular sobre crímenes irresueltos, quizáun territorio repudiado por los dioses. Únicamentequizá, porque Mishra es extremadamente cauto enlo referente a los dioses.

No obstante, yo quiero acorralarlo un poco y le digoque para un europeo acostumbrado al monoteísmose hace difícil entender el culto a diversos dioses,tal como existe aquí, en la India, máxime si simultá-neamente se proclama, como Mishra ha hecho endías pasados, que la divinidad es única. Miinterlocutor ríe, hinchando sus abultadas mejillasoscuras.

–Usted me ha interrogado sobre las dos orillas delGanges, una tan llena y la otra tan vacía. Así ocurrecon lo divino. El mundo es como el río. Lo llenomira, en la otra orilla, a lo vacío, y lo vacío tieneenfrente a lo lleno. Los muchos dioses miran a unúnico dios y, más allá del río, el dios único vigila alos diferentes dioses.

Antes de despedirme, Mishra me ofrece un vaso deagua. Mientras estoy bebiendo ríe y sus gruesasmejillas forman un óvalo. Hace una de las compa-raciones lingüísticas que tanto le gustan:

–Ustedes beben agua en tanto que aquí el agua entraen nosotros.

Yo también sonrío, porque después de tantos díasconversando sé que, para Mishra, ésta es la principaldiferencia entre ellos, los indios, y nosotros, loseuropeos. Nosotros somos poseedores de objetos yasí lo expresamos en el lenguaje. Ellos, en cambio,ese «ellos» que Mishra emplea para abarcar laespiritualidad india de la que se siente representante,

forman parte de un mundo en el que todos son almasentrelazadas.

Es hermoso, aunque difícil de aceptar. Mientraspienso en el alma del agua, saludo a Mishra juntandolas manos, al modo indio, y él se acerca paraabrazarme. Desde su rincón, donde permanecíamedio dormido, se aproxima también SitaramKaviraj. Para su edad tiene una agilidad extraor-dinaria. Se pone a cantar algo que, desde luego, noentiendo. La suya es una voz grave, magnífica, quedura apenas un minuto.

A la salida de la casa, Óscar me aclara que el ancianomaestro de Mishra cantaba en sánscrito. Y lo quecantaba significaba: ‘no hay despedidas porque lasdespedidas son encuentros’.

18 de febrero de 2005. ¿Muerto en accidentede coche cerca de Benarés?

–«Ustedes beben agua mientras que aquí el aguaentra en nosotros».

Rafael Argullol es un interlocutor privilegiado conotras culturas, no sólo con la India. En él hay unafán por ir más allá de los presupuestos, de lascontradicciones. No está cómodo con las dicotomías.En este sentido, es un autor renacentista que buscaese lugar donde se reconcilian los opuestos. Y piensoque es eso lo que le gusta de la India. Esa capacidadde la India de difuminar y a la vez encarnar losextremos.

Rafael Argullol es un racionalista puro, un filósofo,y se sitúa más allá de la guerra entre filósofos ypoetas, de la cual ya habló Platón en su momento.Le encanta captar momentos, es un cazador deinstantes, un impresionista, le encanta captar loeterno del instante. Es un hombre secular pero tieneuna gran apertura por lo sagrado. Es un hombremoderno pero busca un camino espiritual que pasepor la modernidad: no renunciar a lo estético y norenunciar al individuo. Es una espiritualidad que

Page 9: Ciclo de conferencias:«Vislumbres de la India: "Rafael Argullol"»

Rafael Argullol por Óscar Pujol

no es una negación de los sentidos y del mundo sensual. Algo que encontramos con el tantrismo. Es unhumanista nato, pero al mismo tiempo, como decía, intenta huir del antropocentrismo. Es una personauniversal y global pero huye de la globalización uniforme y de un universo cerrado.

Éste es un tema muy interesante. La última vez que hablé con él, yo me encontraba todavía en Delhi, mepidió que hiciera referencia al gran hallazgo de la diferencia entre universo y cosmos. Voy a hablar de eseaspecto absolutista que a veces puede adquirir el mundo occidental. Él dice que hemos sustituido la ideadel cosmos por la del “uni-verso”: una sola versión de lo que es el mundo. Esto nos viene de nuestra herenciaromana.

Entre las muchas cosas que admiro de la India, hay dos que sobresalen especialmente. Las relaciones delos hombres con sus dioses.” En hindi, hay tres fórmulas de tratamiento: tu, tum y app. Tu se usa entreamantes, amigos íntimos y también para hablar con Dios. «Hace gala de ese concepto tan descentralizadoy plural». Por otro lado, «La ausencia, creo, de una idea imperialista». Nosotros en Occidente estamos muydeterminados por una herencia centralista. El dios que se transmite de la religión judaica a la cristina escentralista. La organización de la iglesia cristiana es centralista. Pero todavía más importante, la idea delcosmos que se transmite es también centralista. En ese sentido, hay una apreciación filológica muyimportante. Mientras que en la Grecia antigua siempre se habló de cosmos, en la Roma imperial se empezóa hablar de “uni-verso”. Abandonaron la idea del cosmos plural griego por la idea de un cosmos centralizadollamado “uni-verso”. Un dios, un cosmos centralizado, una iglesia centralizada y en cierto modo todas lasestructuras mentales incluso en el mundo moderno, han seguido esta pauta centralista. Por eso, algunosde los descubrimientos de la ciencia contemporánea son interesantes, porque rompen esa idea de centralismorígido. La física actual, por ejemplo, no puede soportar la idea de “uni-verso”. Por lo tanto, nos lleva a unmundo más plural donde nuestra propia creencia religiosa tiene que ser necesariamente más plural.”

Luego él habla de Rusia y del comunismo, y se refiere al estalinismo como el Imperio romano de la igualdad,que me resulta una idea genial.

Finalmente, Rafael es agnóstico pero es un gran creyente en el gran silencio. En su búsqueda de romperdicotomías, voy a leer una que él escribe sobre el dios del bosque y el dios del desierto.

«Así como en los charcos de pútrida agua se refleja la turbadora hermosura del arco iris, y gozamos conla descomposición de la luz, el deslumbramiento del sol en el mediodía del desierto no permite otro colorque la invisibilidad. En el centro del desierto no hay varias bellezas que luchan entre sí, algunas encantadoras,algunas siniestras, signos de muerte junto a señales de resurrección, sino una única y voraz belleza quetodo lo devora sin permitir el menor respiro a quien la siente».

Este dios envuelto en espejismos, árido como la roca más dura, detesta mirarse en el espejo y hace oídos sordosa quien le pone nombre. No quiere imágenes, ni templos, ni idolatrías, pues quiere que los hombres seemborrachen con la luz maravillosa e insoportable de su deslumbramiento. Su voz no está traducida a ningúnidioma humano y lo que oye el ensordecido por ella es un puro eco que los extraviados en el espejismo hantransmitido de generación en generación: soy fuego, soy matorral que quema, soy todo lo que puede ser, soy.

Dios del desierto, dios del bosque. La belleza del deslumbramiento o la del arco iris. ¡Elegid!

Page 10: Ciclo de conferencias:«Vislumbres de la India: "Rafael Argullol"»

Rafael Argullol por Óscar Pujol

El mapa de Wasson que dividía a la humanidad en micófobos y micófilos era ingenioso, si bien pienso queel gran mapa del espíritu humano ha sido trazado a partir de esta última elección. ¿El dios del desierto oel dios del bosque?

En el bosque tiene lugar la metamorfosis, la transfiguración. El dios emboscado es propenso a los sentidos,a la noche, al cambio, al disfraz, a los juegos de muerte y renacimiento. En el desierto reina el deslumbramientoy el dios estepario, que se solaza al provocar la herida total, cura a sus heridos con signos y voces. Elemboscado nos pinta el mundo y su paleta tiene todos los matices cromáticos; el estepario, envuelto en unallama sin colores, nos habla de lo que está más allá del mundo, del grito desgarrador y del hermoso silencio.

Cada uno de nosotros cuenta, si quiere, con su propio Dios, y a veces se trata del emboscado, con sustumultos sensitivos, y otras veces, del estepario, con su canto de perfección. Las dos naturalezas de Diosno dejan de ser un síntoma de la continua oscilación del péndulo humano, que cuando está demasiadoinclinado hacia la embriaguez de los sentidos sueña con el absoluto y cuando está decantado hacia la purezade la plenitud añora los goces y sufrimientos de la imperfección.

Lo que omite la historia es que estos bailarines, estos hombres y mujeres desbordados por la sensualidad,son los que salvan a Moisés. ¿Quiénes, sino ellos, recogen los fragmentos de las tablas para tratar derecomponer, por otros medios, el lenguaje del absoluto? Estos discípulos del dios del bosque, adoradoresdel instinto, constructores de imágenes, son asimismo los que curan a Moisés, al que, sin apagar el fuegoimperecedero que consume su destino, retornan la vitalidad corporal que había perdido. El deslumbramientose hace reconocible a través de las formas concebidas con los sentidos, el absoluto puede ser intuido porsus pedazos. Únicamente bailando alrededor del Becerro de Oro se hace soportable para los hombres elmensaje de un fuego puro que todo lo consume.

Si nos hubieran explicado bien esta historia, que asimismo transcurre en nuestro interior, estaríamos encondiciones de conciliar al dios emboscado y al dios estepario y certificar que uno es necesario para que

Page 11: Ciclo de conferencias:«Vislumbres de la India: "Rafael Argullol"»

Rafael Argullol por Óscar Pujol

se dé el otro. No obstante, quizá esta historia ha sido mal explicada desde hace mucho antes de que existieraalguien llamado Moisés, y por causa de esto, los hombres han incurrido con frecuencia en el equívoco decreer que el dios del desierto y el dios del bosque eran incompatibles e incluso irreconciliables».

A estos dos dioses los vio en Sarnath y en Benarés. En Sarnath, que es donde el Buda dio su primer sermón,él escribe esto, y quien conozca el lugar lo entenderá muy bien:

8 de diciembre de 2000. Sarnath.

Aquí se produjo el primer sermón de Buda tras lailuminación, o así al menos lo creyó el emperadorAsoka al mandar erigir la stupa conmemorativa.Junto a los templos budistas indios los hay tambiéntibetanos, chinos, camboyanos, tailandeses,japoneses. También un hermoso templo jainita.Acostumbrado al desorden barroco de Benarés, enSarnath todo es equilibrio y silencio. El misticismohindú necesita continuamente llenarlo todo deimágenes, no importa si éstas son alegres y sensualeso especialmente siniestras, como las del templo deKali, al que me llevaron ayer, presidido por grandescalaveras. El catolicismo, en esto, tiene mucho dehinduismo. Los budistas vacían allí donde los otrosllenan.

Paseando entre los templos de Sarnath no se advierterasgo alguno de violencia santa, esa sagrada confusiónque en Benarés mezcla el semen con la ceniza y elexcremento, y en la Pasión cristiana el terror con elamor. Aquí lo que cuenta es el viento, la suave brisaque acaricia la cara con una tranquilidad que haexcluido los infiernos y las promesas.

La última de las dicotomías hace relación al hechode que Rafael Argullol es un sedentario, es una figuraen Barcelona, forma parte de un grupo de artistas,filósofos y pensadores, es una pieza clave delrompecabezas cultural de Barcelona, y es muybarcelonés. Al mismo tiempo, –tiene un librollamado Filosofía Nómada– es un nómada. Rompeesa dicotomía con el viaje. Y Visión desde el fondodel mar es un muy buen libro sobre todos estosviajes. Recupera además la forma griega del viaje.Es una forma de conocimiento. Diré también queRafael Argullol es un buen compañero de viaje y

tiene tres características. La primera es que viajaligero de equipaje, tanto físico como mental. Es unapersona muy adaptable a todo tipo de circunstancias.Puede dormir en un hotel de cinco estrellas o encualquier otro sitio. Por tanto, es muy estoico cuandoviaja. Y por último, y lo más importante, es que comobuen viajero, es una persona curiosa, estáconstantemente observando, mirando. El buenviajero es aquel que lee los paisajes como las páginasde un libro que se está escribiendo en ese momentoante sus ojos. Viajé con él a Elephanta, está descritotambién en este libro. Viajamos en pleno monzón yrealmente fue una temeridad coger un barco paraviajar. De hecho ya no había barcos turísticos ytuvimos que coger uno local.

Quisiera destacar también el sentido de lahospitalidad. Para mí el viaje culmina en laexperiencia de la hospitalidad. Cuando uno seencuentra en casa de otra persona a quien noconoces, que pertenece a otra cultura totalmentediferente, tú eres su huésped y te has adaptado a loque te ofrece y aceptas la ofrenda de la otra persona.Por eso yo pienso que los viajes turísticos no sonviajes, aunque puedan ser apetecibles, porque muya menudo recrean las condiciones de tu hogar enotro lugar. Ahora me voy a referir al gran viaje comola búsqueda de la gran ausencia, que es un nombreque el da a Dios. Él habla de Dios como el espectadorausente, y explica cómo ha sido su relación con Dios,cuando hizo su primera comunión en un colegiofranquista en los años sesenta. Cuenta con terror eldeber de no tocar la hostia con los labios, y elproblema de que se le pegaba al paladar y no debíadespegarla con la lengua. Muchos hemos pasadopor ese fuego eterno del infierno.

Page 12: Ciclo de conferencias:«Vislumbres de la India: "Rafael Argullol"»

Rafael Argullol por Óscar Pujol

«Éramos autómatas. O peor, querido Espectador Ausente, éramos pícaros. La religión es la picaresca queenseñan los sacerdotes para comprarte barato. Cuando menos ésta fue la religión que me enseñaron a mí.Me convertí en un pícaro que tenía las fórmulas bien aprendidas para hacerse con un buen más allá, aunquefuera en el último momento. Reza tus oraciones a Dios o, en el postrer instante, haz un acto de contricióny no te condenarás. Los sacerdotes amenazaban con las muertes y los infiernos y tú únicamente eras elantídoto oportunista que nos libraría de ellos. El pícaro usa a Dios como la carta trucada que le haría venceren la apuesta por la eternidad. Y no piensa en que es un tramposo».

Éste es el primer momento. En una segunda fase, se convierte en un ateo militante. Yo pasé tambiénpor esta etapa. Lo dice de una forma muy ilustrativa.

«A los dieciséis años me sentí con fuerzas suficientes como para darte la estocada final. Me considerabaun rebelde, un revolucionario que quería construir una sociedad tan libre, tan feliz y tan racional que Túquedarías reducido en el futuro a un pesado trasto viejo. La creación había sido un azar a lomos de unacasualidad, el más allá era una fantasía para cobardes y miedosos y, lo más importante de todo, nosotros,los hombres, acabaríamos siendo los dueños de nuestro destino.

Sobrabas.

Yo mismo, a los diecisiete años, escenifiqué petulantemente mi nueva profesión de fe en el ateísmo. Unatardecer de noviembre, a la hora en que habitualmente iba a la misa dominical, me fui a una de mis iglesiasfavoritas, la de Sant Josep de la Muntanya, que, con su vestíbulo recubierto de exvotos, tenía para mí elaliciente de que representaba, de modo sobresaliente, la superstición que provocabas entre tus pobresadeptos.

Leí, una vez más, las leyendas que acompañaban a los exvotos para confirmar la falsa fe de las religionesy luego, sin traspasar el umbral de la iglesia, me despedí de Ti. Todo fue, lo reconozco, un poco histriónico,pero me sentía satisfecho de mi emancipación. Me levanté el cuello del abrigo para protegerme del frío, yencendí un cigarrillo que procuré sostener en la comisura de mis labios. Me consideraba ya un hombre y,como hombre me había librado de Dios.

¿Realmente me había librado de ti?»

Luego él explica la experiencia de una mujer suicida. Se montó un pequeño altercado en la estación de trende un pequeño pueblecito. Él tenía trece o catorce años. La mujer había intentado suicidarse otras veces,estaba atónita y decía: “Dios, Dios, Dios”. Ese susurro de la suicida frustrada se convierte en un testimoniode Dios. Luego lo dice a lo largo del libro.

La tercera etapa es la del agnosticismo. Y lo dice de la siguiente manera:

«El estúpido ateo tuvo que apartarse para que el desconcertado agnóstico ocupara su lugar. Durante años,refugiarme en el agnosticismo, una trinchera llena de personajes variopintos, fue la solución más llevadera.Sin embargo, era demasiado fácil y en mi caso, poco sincera. Detestaba que con frecuencia el agnosticismofuera una forma cómoda de apatía: aquel estado de la conciencia que nos hacía permanecer impasibles ante

Page 13: Ciclo de conferencias:«Vislumbres de la India: "Rafael Argullol"»

Rafael Argullol por Óscar Pujol

la idea de que Dios hubiera salido del escenario para no regresar. Yo había querido echarte del escenario,aunque a decir verdad me turbaba que no volvieras a cruzarte en mi camino.

Había una oscura paradoja que actuaba a tu favor: yo no creía en Ti y, sin embargo, para que me olvidaraenteramente de Ti, Tú mismo habrías tenido que venir a convencerme. Fue quizá consecuencia de estaparadoja lo que cambió notablemente mi punto de vista. Me había equivocado al decidir que no necesitabaa Dios, confundiéndote con el Dios aprendido de la religión y de los sacerdotes, un Dios que pertenecía ami pasado. Podía prescindir de todo lo que los hombres habían dicho de Ti y, en cambio, te necesitabajustamente por lo que no habían dicho. Por lo que habían ocultado, por lo que habían temido, por lo quehabían esperado y únicamente había aflorado imperceptiblemente en sus labios, como en aquella tarde deverano en los labios de la suicida: «Dios, Dios, Dios».

Estabas en los labios trémulos de los hombres y por tanto, lo quisiera o no, te necesitaba, aunque sólo fueracomo competidor, como rival, como el jinete que galopa en medio de la noche llevando consigo la bellezade la tiniebla. Eché a patadas al agnóstico dubitativo del que nunca me había sentido orgulloso y me convertíen algo parecido a un rastreador de Dios.

Reirás, Espectador Ausente. ¿Qué es eso de un rastreador de Dios? Te lo diré: alguien que persigue algoque nunca ha visto, con la certidumbre de que nunca lo verá, sólo porque en un apartado rincón de suconciencia ha oído el rumor de que el fugitivo existe.»

Voy a acabar diciendo que Rafael Argullol llega a Benarés como un rastreador de Dios, del gran silencio, yse pone a leer y caminar por los ghats de Benarés, y camina también por la conversación con Vidya NivasMishra. Muchas gracias.

Page 14: Ciclo de conferencias:«Vislumbres de la India: "Rafael Argullol"»

Rafael Argullol por Óscar Pujol

JOSÉ ANTONIO DE ORY

Muchísimas gracias. Yo creo que ha sidouna charla desbordante. Comparte lanaturaleza del ensayo y no la de laintervención académica, que hace crecer elproyecto que tú mismo iniciaste como esaelipse de la que hablabas y que piensa RafaelArgullol. Por un lado, nos explicas cosas dellibro, cómo surge, y por otro, lo completascon cosas que no sabíamos y que estabanen el libro y que tú mismo te acabas deencontrar. De ahí lo bonito y la casualidad,que este ciclo lo pensamos Eva y yo haceunos meses cuando el libro no había salido.Podía haber salido el mes que viene y nohabríamos podido completar esto. OjaláCasa Asia recoja estas charlas y puedan enalgún momento publicarse, y con ello, se deuna vuelta más a este proceso que tú mismoiniciaste.

ASISTENTE ANÓNIMO

Son tantas las ideas que yo sería una de esas personas interesadas en llevarme estas charlas. Pero hay unaidea muy bonita, cuando has hablado de Argullol, en la que dices que para él, cada despedida es un encuentro.No sé qué es una despedida para Rafael Argullol, tú que le conoces, tú que has leído sus libros.

ÓSCAR PUJOL

En las lenguas del sur de la India, que son quizás más delicadas que las del norte, no se dice nunca “Adiós,me voy”. Cuando te vas dices “Ahora vengo”. Para él, ir y venir son la misma cosa. Él mira a Dios como unagran ausencia, como una despedida que es un reencuentro. Por eso cita esas palabras, porque no le gustanlas despedidas y porque estoy seguro de que piensa que no son definitivas.

EVA BORREGUERODirectora de Programas Educativos de Casa Asia

En el libro Del Ganges al Mediterráneo, Argullol habla de la sabiduría como la oscilación entre lo conocidoy lo desconocido. En Benarés, cuando habla de las dos orillas, en su biografía, comenta también entre laorilla llena y la orilla vacía, que creo que se superponen al concepto de oscilación. Para ti, que has vividodiecisiete años en Benarés, qué significa esta ciudad tanto por sí misma como por contraste con Occidente.

Page 15: Ciclo de conferencias:«Vislumbres de la India: "Rafael Argullol"»

Rafael Argullol por Óscar Pujol

ÓSCAR PUJOL

Cuando vives muchos años en Benarés, la verdad que ahora pienso en Álvaro, compañero que sigue estandoallí y que lleva tantos años también. Cuando leí el poema de Rafael Argullol sobre la ciudad santa, mesorprendió y he tardado muchos años en comprenderlo. Y, a veces, las descripciones un poco truculentasde la ciudad todavía ahora –quizás en esto nos hemos “indianizado” un poco– a veces nos sorprenden ynos molestan. Cuando vives en Benarés llega un momento en que Benarés te parece lo normal y lo raro esel resto del mundo.

Nada más llegar Rafael, y sin tener en cuenta el cansancio, lo primero que hicimos fue pasearnos por losghats. Fue un paseo impactante. Para nosotros que vivimos ahí, esa mirada desaparece. Para mí sí querepresenta algo importante, Benarés es la capital del conocimiento. Si Buda va a Benarés no es por casualidad,sino porque en el mundo tradicional indio tenía una teoría o una idea que no era respetada hasta que laexponía en Benarés. Yo no fui a Benarés buscando un misticismo ni ningún escapismo, sino realmente aaprender. Para mucha gente Benarés encarna el conocimiento, un conocimiento que es racional, tambiénfilosófico, pero de una categoría. Para mucha gente de Delhi, Benarés es el horror, el infierno. Para unaparte de la India moderna es un estorbo, querrían borrarlo. Para la India tradicional es la picaresca de lareligión, donde vas a sobornar a los dioses, para que protejan a tus antepasados. El negocio de la religiónen Benarés es descarado y todo el mundo lo acepta sin ningún tipo de hipocresía. Los pandas en Benarés,que son los que se dedican a atender a los peregrinos, tienen un lenguaje secreto que sólo ellos conocen yque sirve para engañar a la gente.

Benarés es la gran industria de la religión pero también es la capital del conocimiento.

EVA BORREGUERO

Muchísimas gracias, Óscar, por esta abrumadora conferencia en contenidos.

«Rafael Argullol» por Óscar Pujol19 de octubre de 2010

Centro Casa Asia-MadridPalacio de MirafloresCarrera de San Jerónimo, 1528014 Madrid

www.casaasia.cat · www.casaasia.es · www.casaasia.eu

Consorcio Casa Asia:

Alto Patronato: