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    sobre el marco de valores ideol6gicos quesitúan la d-ad, el honor, la hom bría,etc., en elt rr no sexual. En ese sentido esmás que unatortura que no sólo producedolor físi o sino que además trata de des-moralizar, atacando elementos psicológicos(abuso sexual) que dentro de este marco devalores ideológicos no podrían ser recupera-dos jamás. Obviamente que para estos psi-cópatasasesinos que gozan con el do lor hu-mano, es imposible entender que la dignidady el honor residen en el respeto alos princi-pios de lucha de los revolucionarios y quetodo dolorfísico que ellos provocan puedeser derrotado por la dignidady el coraje desostenerlos principios de lucha en todomomento.”Pág. 4

    Repen tina pero inevitablemen te, el lector“supera” quél mundo distante por desconocido de lasdenuncias delas cárceles clandestinas existentes enAmérica Latina.sta superaciónSólo la entendemospor la fuerzay la naturalidad del relato que lenta-mente va involucrándonos en el pensamientoypersonalidad deos torturadores. Esasí que el lec-to r puede compartirlas reflexiones de los protago-ni st as de esta “historia” -porque hay momentosyépocasen que la realidad misma senos presentacomo una novela; como el producto de la mentede un e s c r it o r , acerca delas dificultades de la uni-dad entrel s organizaciones de izquierda,las dife-rencias enel plano ideológico sobre el curso mi-litarista delas organizaciones m a d a s , sin olvidarel examen de las contradicciones interburguesasylas pugnas entrelas fuerzas armadas.

    ás adelantese introducen elementos deana-lis sobrel o s problemas vinculados con la tácticay

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    la estrategia dela lucha armada duran te el periodo1976-1977.

    En el capítulo titulado “Primeros contactoscon los otros secuestrados”,se recuerda que “las oledady el silenciosontambiénp rte de la violenciacon que tratan de desmoralizar y someter alos se-cuestrados. El tener que verles las caras a quienesson tus verdugos, sin tener la pequeña alegría dever un rostro amigoy escuchar una voz compañera,hacen más penososy desoladosl o s días de secues-tro”. Tal aislamiento61 tiene una solución: esta-blecer alguna forma de comunicación entreos secuestrados. Ingeniosamente, Ana Guadalupe logra“hablar” con otros militantes presos, Valley Mire-ya , Marceloy el Dr. Madriz; este Último fue apre-hendido en calidad de sospechoso por haber vividoy graduarse de médico en La Habana.El más brevey tribiai intercambio de palabras, un fugaz diálogoentre los “desaparecidos políticos” son esencialepara la sobrevivencia.

    ¿ ué hacer para resistir el aislamiento físicoy psicológico? ¿Cóm o sobreponerse a la pérdida dela noción del tiempo?¿Qué actitud asumir frentea la ostentosa inform ación que manejanos cuerpos

    de seguridad?stasy muchas más cuestiones tienenuna respuesta en el librode Ana Guadalupe.Compuesto por más de treinta capítulos, la

    obra nos presenta un sorprendente periplo queseinicia conla captura de la autora en la ciudaddeSan Miguel,y concluye en Argelia, donde llega aser canjeada por la liberación de Roberto Pomauno delos personajes más poderosos de la oligarquíasalvadoreña.l relato adquiere mayor fuerza conos testimonios del o s militantes delERP que eje-cutaron la “Operación Roma” que produjo el secuestro de Roberto Poma. Tambiénse agregaron

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    Reseñas

    una serie de a rtículos en los q ues analizan algunosde los fenóm enos e instituciones sociales que coni-ponen el cuadro político de la sociedad dv ad ore ña :la iglesia, el ejército, los presos políticos, el cursodel movimiento popular y las organizaciones par-tidarias. l término de la obra encontramos u.nartículo en el cual se plan tean las debilidades dme

    movimiento popular porl o

    menos en 1976, sobicetodo en aspectos politicos e ideológicos como sanla falta de unidad y cohesión en la lucha contraldictadura del General R om ero” p. 338). En segu.i-da , se precisa que “las condiciones de represiónhanobligado a las masas a plantear la autodefensa y unmayor grado de organización, para garantizar lcontinuidad de la lucha”. Desde aquel tiem po, r i aGuadalupe pron osticaba que a pesar de las de no taselectorales y la represión, yase gestaba “una fuerxaque puede dar combate de hecho aun bajo condi-ciones represivas agudas”.

    Con la década de los setentas,se abre paso laincorporación de sectores populares en la lucha ar-mada. l parecer esta alternativa es la respuestaaicierre de las vías electorales, la supresión de los de-rechos democráticos y la intensificación del clima

    de represión. A diferencia de otros países latinoa-mericanos, tenemos que la lucha armada en estepaís centroamericano “no constituyó un mero fe-nómeno contestatario, sino que está estrechamenteligada al proceso de radicaiización de la lucha demasas y por lo tanto al proceso de conformaciitnde un poder popular. La ucha armada no sólo estáinscrita como históricamente necesaria,sino queaparece como una respuesta legítima alas neceiii-dades de lucha del pueblo contra U M san.@ientadictadura”. p. 339)

    Enrique Pino Hidaigo

    Francis Pisani, Muchachos. Nicaragua,journal d’ un temoin de la révolution saadinistaEncreEditions París, 1980

    Francis Pisani, periodista francés, vivió en Nicara-gua el final de la guerra de liberación contra la dic-tadura de Somoza. Su ibro e ~ n forma de diariode guerra, U M visión de losÚltimosdías de la lucha.No una visión exclusivamente militar,sino un pa-norama de la expresión del sentim iento popular, yuna presentación apresurada, viva, sobre la m archa,de los problemas primordiales quese presentaron alnuevo gobierno del país después de lavictoria. Suintención no es pues, la elab oración deun análisisni de una nterpretación de la situación nicaragüen-s del momento, sino ofrecer el relato, escrito en

    presencia, de un testigo de los hechos. Sin comen-tarios directos de opinión pero dejando ver, clara-mente, su simpatía hacia el Frente Sandinista y elmovimiento popular.

    Pisani visitó el frenteSU durante el mes dejunio de 1979. Volvió a entrar en Nicaragua algomás tarde, esta vez por la frontera de Honduras,desde donde acompañó a milicianos y combatien-tes del e jército sandinista ensu marcha por la zonaliberada del norte nicaragüense.De allí s dirigió alcentro del país, León, después Managua, siguiendoel progreso de las fuerzas rebeldes. Muchachos noshace entrar en los días febriles de la contienda y lavictoria, en un mundo de jóvenes dispuestos a todopor la libertad. Es, también, el testimonio de unpueblo oprimido que EL? debate por tener derecho ala vida, contra la “miseria quelo aplasta todo”,

    con tra la desigualdad social, con tra la indiferenciay la crueldad de los que tienen algo contra los queno tienen nada. Registra también la desesperaciónpopular ante la violencia demencial de los agentes

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