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DESARROLLO EN LAS AMRICAS

Eduardo Lora Coordinador

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CALIDAD DE VIDA

ALL M S ECHOS L OS H DE

Banco Interamericano de Desarrollo

Banco Interamericano de Desarrollo, 2008. Todos los derechos reservados. Las opiniones expresadas en este libro pertenecen a los autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista del BID. Cataloging in Publication data provided by the Inter American Development Bank Felipe Herrera Library Calidad de vida : ms all de los hechos. p. cm. [Development in the Americas ; 2008] Este volumen [es] la primera edicin de la nueva serie Desarrollo en las Amricas (DIA, por sus siglas en ingls), que sustituye al Informe Progreso Econmico y Social como publicacin emblemtica Prefacio. Autores principales [son] Eduardo Lora [et al.]Reconocimientos. Includes bibliographical references and index. ISBN: 978-1-59782-083-7 1. Quality of lifeLatin America. 2. Cost and standard of livingLatin America. 3. Public goods Latin America. I. Lora, Eduardo. II. Inter-American Development Bank. III. Series. HN110.5.A8 B45 2008 306.098 B45--dc22

El diseo y la produccin de este informe estuvieron a cargo de la Oficina de Relaciones Externas del BID. Editor jefe Editor principal Editora de produccin Diseo grfico Asistente editorial Lectura de pruebas Traductores ndice de materias Composicin tipogrfica Rafael Cruz Gerardo Giannoni Claudia M. Pasquetti Dolores Subiza Cathy Conkling-Shaker Carolina Mndez Tllez Roberto Donadi Paula Irisity Ignacio Camdessus Word Express, Inc.

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Reconocimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . vii

PARTE I PREPARATIvos PARA LA funCIn Captulo 1 Calidad de vida desde otro ngulo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Captulo 2 La personalidad de las percepciones sobre la calidad de vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 Captulo 3 La conflictiva relacin entre el ingreso y la satisfaccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41 Captulo 4 La satisfaccin ms all del ingreso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67

PARTE II HECHos y oPInIonEs En EsCEnA Captulo 5 Tomando el pulso de la calidad de la salud . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87 Captulo 6 Lecciones sobre las percepciones y la calidad de la educacin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121 Captulo 7 La calidad del trabajo: una cuestin de enfoque . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149 Captulo 8 Calidad de vida urbana: ms que ladrillos y cemento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 187

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PARTE III ACTo fInAL Captulo 9 Es la gente la que elige? La importancia de las opiniones en el proceso de formulacin de polticas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 229

Referencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 249 ndice analtico. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 277

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El Banco Interamericano de Desarrollo llega a su quincuagsimo aniversario enun momento crtico como ninguno para la regin. La crisis financiera de los pases desarrollados ha puesto en riesgo los avances econmicos y sociales que se han logrado en Amrica Latina y el Caribe en las ltimas dcadas. La nueva prueba a la cual estn siendo sometidos los latinoamericanos y caribeos no debe llevar sin embargo a que pierdan de perspectiva sus logros del ltimo medio siglo. A juzgar por las cifras, la regin ha hecho enormes avances. El ingreso per cpita (a precios de 2000) se ha duplicado con creces, pasando de casi US$2.000 en 1960 a ms de US$4.500 en la actualidad. La esperanza de vida del latinoamericano promedio es de unos 73 aos, mientras que en 1960 era de slo 56. El ndice de alfabetizacin subi de 63% en 1960 a 86% en 2000. Hoy los nios de la regin asisten a la escuela durante un promedio de siete aos; en 1960 el promedio era de tres aos y medio. En cuanto al aumento del empleo, los pases latinoamericanos han superado a la mayora de las dems naciones en desarrollo, creando en promedio 12 empleos por ao por cada 1.000 personas en edad de trabajar, entre 1990 y 2004. Adems, pese a la rpida emigracin del campo a la ciudad, la regin ha logrado democratizar la propiedad de la vivienda urbana y prestar servicios bsicos a la gran mayora de los habitantes de zonas urbanas. Dos de cada tres familias, inclusive las pobres, tienen vivienda propia. Casi el 95% de la poblacin urbana tiene acceso a la electricidad y ms del 85% al agua potable y gracias a la reciente expansin de la telefona celular a servicios telefnicos. Por supuesto, no todos los indicadores son tan positivos. En las pruebas internacionales los estudiantes latinoamericanos se quedan a la zaga de sus homlogos, no slo de los estados miembros de la OCDE sino tambin de otras naciones en desarrollo. La deficiente calidad de la educacin est socavando la competitividad de la regin, lo cual se refleja en el bajo incremento de la productividad, que ha actuado como un freno para los aumentos salariales y el crecimiento econmico. Por otra parte, si bien las ciudades han prosperado, su infraestructura no siempre se ha mantenido al ritmo de la demanda y las necesidades de la poblacin, y en muchos centros urbanos avanzan la contaminacin y la delincuencia. Vistos desde afuera, los datos ilustran una imagen alentadora, puesto que el nivel de vida material se ha elevado notablemente, pero en muchas reas la verdadera calidad de vida no muestra ninguna mejora mensurable. Entonces, qu piensan los latinoamericanos sobre su vida ante el teln de fondo del ltimo medio siglo? Qu piensan de su vida, de su sociedad, de sus ciudades, de su salud, su educacin y su empleo? Coinciden sus percepciones con los hechos tal como los miden los indicadores socioeconmicos tradicionales? Qu importancia tiene esto para fines de poltica? En ocasin de sus 50 aos, el BID tom la iniciativa de consultar sobre su calidad de vida a quienes en ltima instancia son sus principales accionistas: la poblacin de

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Prefacio

Luis Alberto Moreno Presidente Banco Interamericano de Desarrollo

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Amrica Latina y el Caribe. Con datos de la Encuesta Mundial Gallup y otros sondeos de opinin pblica, el Banco descubri algunos resultados fascinantes. En general, los latinoamericanos estn satisfechos con sus vidas, aunque y esto es muy interesante los habitantes de algunos de los pases ms pobres son los ms optimistas, en tanto que los residentes de algunos de los pases ms desarrollados son los ms pesimistas. Es de esperar que quienes obtienen ingresos ms altos estn ms satisfechos con su vida que los que reciben menos ingresos, pero en realidad el crecimiento econmico genera descontento en vez de mayor felicidad, al menos en el corto plazo. Pese a la proliferacin de empleos de baja remuneracin y a la creciente informalidad laboral, la mayora de los latinoamericanos se encuentra a gusto con su trabajo. Lo que quiz llame ms la atencin es la preferencia generalizada por trabajar en la economa informal y no en el sector formal de asalariados, debido a la flexibilidad, la autonoma y la oportunidad de desarrollo personal que parece ofrecer la informalidad. En cuanto a los servicios sociales, la mayora de la poblacin est satisfecha con los sistemas educativos porque valora la disciplina, la seguridad y la infraestructura fsica de sus escuelas ms que las puntuaciones que obtienen sus hijos en las pruebas acadmicas. E incluso en los pases con perfiles sanitarios deficientes, la gente se muestra en gran medida conforme con su propia salud y con la atencin mdica que recibe. Estos resultados son significativos para el programa de actividades del Banco y para la poltica pblica de todos los pases de la regin. Adoptar polticas que aumenten la insatisfaccin de la poblacin, aunque generen crecimiento, es una estrategia costosa polticamente, e incluso insostenible. Por otro lado, si los pases y grupos sociales en riesgo toleran sus problemas de salud, tambin es probable que las polticas e iniciativas de prevencin para mejorar los servicios sanitarios los pasen por alto. Y qu esperanza puede tener la regin de contar con recursos humanos capaces de competir en la economa mundial si la mayora de la poblacin no reconoce las fallas de sus sistemas educativos? Con esta publicacin, el Banco desea estimular un sano debate sobre las opiniones de la poblacin, porque ninguna estrategia de desarrollo puede ser efectiva si no cuenta con el apoyo de la sociedad. La opinin pblica importa, tanto para la poltica como para las medidas de poltica. Al tomar el pulso de la opinin, se enriquece el discurso pblico y se puede ayudar a encontrar opciones de desarrollo con viabilidad poltica. En definitiva, el BID est al servicio de los ciudadanos de Amrica Latina y el Caribe. Corresponde entonces que al cumplir sus primeros 50 aos de operacin les pregunte cmo les ha ido despus de cinco decenios cruciales de cambios socioeconmicos. Tambin es pertinente que este volumen especial sobre esta ocasin tan especial sea la primera edicin de la nueva serie Desarrollo en las Amricas, que sustituye al Informe Progreso Econmico y Social como publicacin emblemtica. Me complace presentar este volumen a las autoridades de la regin, a nuestros asociados en el mbito acadmico, a las instituciones no gubernamentales que abogan por sus respectivas causas y, por sobre todo, a los ciudadanos de Amrica Latina y el Caribe, que son nuestra fuente de inspiracin.

Reconocimientos Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados. Visite nuestro sitio Web para obtener ms informacin: www.iadb.org/pub

Desarrollo en las Amricas (DIA, por sus siglas en ingls) es la publicacinemblemtica del Banco Interamericano de Desarrollo. Este volumen fue dirigido por Eduardo Lora, Gerente General del Departamento de Investigacin y Economista Jefe Interino. Rita Funaro, Coordinadora de Publicaciones de dicho departamento, fue la asesora editorial; Carlos Andrs Gmez-Pea, Asistente Tcnico y de Investigacin, llev adelante la coordinacin de produccin. La revisin editorial y el proceso de publicacin estuvieron a cargo de la Oficina de Relaciones Externas del BID, bajo la direccin de Pablo Halpern. Claudia M. Pasquetti realiz la edicin en espaol. Carol Graham, investigadora de Brookings Institution, ofici como asesora tcnica externa. Los autores principales fueron: Captulos 1 y 2 Eduardo Lora Captulo 3 Eduardo Lora en colaboracin con Juan Camilo Chaparro Captulo 4 Eduardo Lora en colaboracin con Juan Camilo Chaparro y Mara Victoria Rodrguez-Pombo Captulo 5 William Savedoff en colaboracin con Mariana Alfonso y Suzanne Duryea Captulo 6: Suzanne Duryea, Juan Carlos Navarro y Aimee Verdisco Captulo 7: Carmen Pags en colaboracin con Luca Madrigal Captulo 8: Eduardo Lora, Andrew Powell y Pablo Sanguinetti Captulo 9: Carlos Scartascini en colaboracin con Rita Funaro Juan Camilo Chaparro, Ted Enamorado, Lucas Higuera, Ana Carolina Izaguirre, Luca Madrigal, Karla Rodrguez, Mara Victoria Rodrguez-Pombo, Miguel Rueda y Mariana Salazni fueron asistentes de investigacin. John Dunn Smith llev a cabo lecturas de pruebas. Este estudio se benefici de los resultados de tres proyectos de la Red de Centros de Investigacin del BID: 1. Calidad de Vida Multidimensional, coordinado por Eduardo Lora, con la asesora acadmica de Jere Behrman, Carol Graham y Ravi Kanbur, y la participacin de los siguientes equipos de investigacin: Argentina:CentrodeEstudiosDistributivos,LaboralesySociales(Cedlas),Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Leonardo Gasparini, Walter Sosa Escudero, Mariana Marchionni, Sergio Olivieri. Brasil:CentrodePolticasSociais,FundaoGetlioVargas.MarceloCrtesNeri, Aloisio Pessoa de Arajo, Gabriel Buchmann, Samanta dos Reis S. Monte, Ana Beatriz Urbano Andari.

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Reconocimientos

2. Calidad de Vida Urbana, coordinado por Andrew Powell, con la asesora acadmica de Bernard van Praag y Pablo Sanguinetti, y la participacin de los siguientes equipos de investigacin: Argentina:CentrodeEstudiosDistributivos,LaboralesySociales(Cedlas),Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Guillermo Cruces, Andrs Ham y Martn Tetaz. Bolivia:FundacinAru.WernerL.Hernani-Limarino,WilsonJimnez,BorisAriasy Cecilia Larrea. Colombia:UniversidadEAFITyCentroNacionaldeConsultora.CarlosMedina,Jairo Nez y Leonardo Morales. Costa Rica: Environment for Development Initiative at CATIE.Juan A. Robalino, Roger Madrigal, Luis Hall. Per:GrupodeAnlisisparaelDesarrollo(Grade).LorenaAlczar,RalAndrade. Uruguay: Universidad de la Repblica y Universidad ORT. Georgina Piani, Nstor Gandelman y Zuleika Ferre. 3. Calidad de la Educacin, coordinado por Suzanne Duryea, Juan Carlos Navarro y Aimee Verdisco, con la asesora acadmica de Eric Hanushek, y la participacin de los siguientes equipos de investigacin: Argentina:FundacindeInvestigacionesEconmicasLatinoamericanas(FIEL).Sebastin Auguste, Mara Echart, Francisco Franchetti. Bolivia:FundacinARU.WernerL.Hernani-Limarino,WilsonJimnez,MiguelVera, Franz Arce, Ludwing Torres. Brasil: Instituto Futuro Brasil, Escola de Economia de So Paulo y Escola de PsGraduao em Economia de la Fundao Getlio Vargas. Naercio Menezes-Filho, Creso Franco, Fabio Waltenberg, Alosio Arajo, Gabriel Buchmann, Marcelo Nri, Paulo Picchetti, Vladimir Ponczek y Andr Portela Souza. Chile:CentrodeMedicinMIDEUC.JorgeManzi,KatherineStrasser,ErnestoSan Martn, Dante Contreras. Mxico: Spectron Desarrollo S.A. Susan W. Parker, Jere R. Behrman, Luis Rubalcava. Paraguay:InstitutoDesarrollo.RodolfoElias,KatieBaird,CsarCabello,JorgeCorvaln. Per:ABTAsociadosInc.JavierLuque,FlorGuardia,JosCarlosSaavedra.

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Brasil:InstitutoFuturoBrasilyUniversidadedeSoPaulo.NarcioAquinoMenezes-Filho, Raphael Bottura Corbi, Andra Zaitune Curi. Chile:DepartamentodeSociologa,PontificiaUniversidadCatlicadeChile.Carolina Flores y Mara Soledad Herrera. Colombia: Fundacin para la Educacin Superior y el Desarrollo (Fedesarrollo). Mauricio Crdenas, Carolina Meja, Vincenzo Di Maro. Mxico:SpectronDesarrolloS.A.SusanW.Parker,LuisN.Rubalcava,GracielaM. Teruel. Mxico:FacultadLatinoamericanadeCienciasSociales(Flacso),SedeMxico,yUniversidad Popular Autnoma del Estado de Puebla. Mariano Rojas.

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Los siguientes investigadores prepararon material adicional de base, que aparece citado en las referencias bibliogrficas: Marcela Cristini, Rafael Di Tella, Cynthia Moskovits, Ramiro Moya, Joan Nelson y Ludger Woessmann. Muchas otras personas contribuyeron a este informe con aportes tcnicos y valiosas sugerencias, entre ellos: Sir George Alleyne, Natalie Alvarado, Joseph Antos, Davide Bancolini, Alberto Barreix, Hugo Eduardo Beteta, Jos Brambila, Oscar Cetrngolo, Alberto Chong, Andrs Dean, Morgan Doyle, Jess Duarte, Koldo Echebarra, Marco Ferroni, Robert Fogel, Marie Gaarder, Amiran Gafni, Silvia Galleguillos, Oded Galor, Edward Greene, Enrico Giovannini, Antonio Giuffrida, Eduardo Gonzlez-Pier, Amparo Gordillo, Sally Grantham-Mc Gregor, Meri Helleranta, Carlos Alberto Herrn, Pablo Ibarrarn, Roberto Iunes, William Jack, Michael Jacobs, Fidel Jaramillo, Kei Kawabata, Stanley Lalta, Jorge Lamas, Eduardo Levcovitz, Santiago Levy, Maureen Lewis, Beatriz Lpez, Florencia Lpez Boo, Gregory Marchildon, Reynaldo Martorell, Mercedes Mateo, David Mayer, Jacqueline Mazza, Andre C. Medici, Jos Antonio Meja, Onofre Muoz, Hugo opo, Israel Osorio Rodarte, Sergio Piola, Claudia Piras, Augusto Portocarrero, Eduardo Rojas, David Rosas Schady, Hctor Salazar, Juana Salazar, Rodrigo R. Soares, Jos Seligmann, Mitchell Seligson, Ernesto Stein, Leslie Stone, Rubn Surez, Karl Theodore, Daniel Titelman, Mariano Tommasi, Guillermo Troya, Claudia Uribe, Patricia Vane, Jaime Vargas, Joachim von Braun, Adam Wagstaff. Los autores desean reconocer adems en nombre del BID el inestimable apoyo que recibieron de diversas entidades que contribuyeron a este proyecto con valiosa informacin estadstica. La Organizacin Gallup fue nuestro principal soporte, en virtud de un generoso acuerdo suscrito con el BID para compartir su Encuesta Mundial. El Proyecto de Opinin Pblica de Amrica Latina (LAPOP, por sus siglas en ingls) de la Universidad de Vanderbilt y los Institutos de Estadstica de Belice, Ecuador, El Salvador, Guatemala y Honduras colaboraron en la realizacin de encuestas especializadas.

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preparativos para la funcin

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calidad de vida desde otro nguloTodos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas. albert einstein

Desde Platn y Aristteles los filsofos han discutido qu es la calidad de vida.Todo el mundo desea lograr una mejor calidad de vida, aunque pocas personas puedan definir con precisin el objetivo de su bsqueda. Si la clave de una buena calidad de vida fuera simplemente tener un buen ingreso, los gobiernos podran concentrar sus esfuerzos en el crecimiento econmico e ignorar qu necesita la gente para desarrollarse y la sociedad para lograr el bien pblico. La realidad es muy distinta. En cualquier sociedad democrtica, los gobiernos y los sistemas polticos que los incluyen son juzgados no slo por la calidad de los resultados macroeconmicos, sino por su capacidad para interpretar y responder a las demandas del electorado en los ms diversos frentes, desde la seguridad nacional hasta el acceso a la justicia, y desde la provisin de servicios pblicos domiciliarios hasta el funcionamiento de los hospitales y las escuelas. Unas cuantas estadsticas econmicas y sociales bsicas, y una cierta dosis de intuicin para interpretar a la opinin pblica y las acciones de los polticos son por regla general las principales fuentes de informacin en las que tienen que basarse los juicios y decisiones de los lderes de gobierno. Sin desechar estas fuentes, tambin es posible acudir directamente a la opinin de los individuos para saber qu piensan sobre los aspectos ms importantes de sus vidas, como su salud, su educacin, sus empleos y sus viviendas, y cmo perciben los principales aspectos de las polticas pblicas y del ambiente econmico y social en el que viven. Con este fin, cada vez se utilizan ms encuestas patrocinadas por organizaciones privadas o por los mismos gobiernos. La Encuesta Mundial de Gallup es el esfuerzo ms ambicioso de recoleccin de informacin sobre percepciones de calidad de vida de que se dispone actualmente.

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captulo 1

Una visin a vuelo de pjaroSon distintos los latinoamericanos?Aunque a menudo los titulares de prensa destacan que tal o cual pas latinoamericano es el ms feliz del mundo, o el ms optimista sobre su futuro, los latinoamericanos no pertenecen a otra galaxia. Los pueblos de Asia Meridional y de Europa Occidental son consistentemente ms positivos en sus opiniones que los pueblos de Amrica Latina y el Caribe. Sin embargo, dentro de la regin hay una gran diversidad: los costarricenses y guatemaltecos se destacan como los ms optimistas en todos los aspectos de sus vidas, mientras que los chilenos ocupan el extremo opuesto. Las percepciones responden a patrones psicolgicos y culturales: los individuos son ms benignos en sus opiniones sobre s mismos que sobre los dems o la sociedad, y los pobres demuestran ms benevolencia que los ricos en sus opiniones sobre las polticas pblicas, lo que constituye una paradoja de las aspiraciones. La diversidad de opiniones refleja ms la variedad de los puntos de vista de los individuos que la diversidad de los pases, aunque tambin se ve influida por esta. La edad, el gnero, el estar empleado y las inclinaciones religiosas son algunos de los factores individuales que inciden en la opinin de los individuos sobre s mismos y sobre sus pases. Para mostrar el paralelo entre las opiniones subjetivas y los indicadores objetivos, este estudio presenta un ndice de Desarrollo Humano Subjetivo, comparable con el conocido ndice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas. En Amrica Latina, Per muestra el mayor desfase entre percepcin y realidad. Los argentinos y chilenos se muestran bastante crticos, mientras que los costarricenses y los bolivianos son muy benevolentes con la situacin social de sus pases.

La conflictiva relacin entre ingreso y satisfaccinLa relacin directa entre el ingreso y la satisfaccin es la base de toda la teora econmica. Pero no refleja cabalmente lo que ocurre en la prctica. En general, la gente se siente1

A lo largo de este libro se utilizan en forma equivalente las expresiones Amrica Latina y el Caribe y Amrica Latina. Las bases de datos empleadas incluyen varios pases del Caribe.

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Por comparacin entre unos pases y otros, y entre la regin de Amrica Latina y el Caribe1, y el resto del mundo, es posible saber ahora cules son los factores econmicos y sociales que ms influyen en las percepciones de los individuos sobre sus propias vidas y sobre sus pases. Es posible saber hasta qu punto las percepciones reflejan la realidad segn las estadsticas oficiales de ingreso, crecimiento, desempleo o pobreza, o realidades tanto o ms importantes, como la calidad de la educacin o como el crimen, que usualmente son ignoradas en las estadsticas oficiales. Esta batera de datos y anlisis ofrece una nueva perspectiva para los gobiernos que quieran identificar las verdaderas necesidades de sus ciudadanos, para los polticos que quieran detectar los problemas y los temas polmicos con el fin de orientar sus campaas y sus decisiones, y para las empresas y agentes econmicos, que precisen entender mejor el comportamiento de sus mercados y sus clientes.

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Las polticas socialesA lo largo de estas pginas se analizan las percepciones sobre salud, educacin y empleo, con resultados reveladores. La tolerancia de las personas con sus problemas de salud es un obstculo para las polticas de prevencin y para el mejoramiento de los servicios de salud en ciertos grupos sociales y en algunos de los pases con peores indicadores de salud. De igual forma, el conformismo de la mayora de los latinoamericanos con los sistemas educativos no se compadece con los lamentables resultados que alcanzan los pases de la regin en pruebas internacionales de desempeo acadmico, y es un factor que contribuye a que la calidad acadmica de las escuelas no se considere importante en las decisiones de los padres sobre la educacin de sus hijos. Ms importantes son la disciplina, la seguridad y la apariencia fsica de los planteles.

La calidad del empleoEmpleos de baja productividad, informalidad e inestabilidad laboral constituyen realidades palpables en todos los pases latinoamericanos, y esta realidad aparentemente negativa contrasta con las opiniones de los mismos trabajadores. La mayora se siente a gusto con su empleo y son ms los asalariados que preferiran ser independientes que los trabajadores informales que suean con llegar a ser empleados. Aunque las polticas laborales exigen que los trabajadores tengan seguridad social, garantas de estabilidad, vacaciones pagadas y muchos otros beneficios, estas prestaciones no son lo que valora la gente que est a gusto con su empleo. Lo que les importa es la flexibilidad, la autonoma, el respeto y las posibilidades de desarrollo. Por lo tanto, se impone la necesidad de redisear la legislacin laboral teniendo en cuenta los intereses y necesidades de la gente para que no haya un conflicto entre los intereses y gustos de los trabajadores y sus posibilidades de ser empleados en empresas y sectores de alta productividad.

Las ciudadesLa satisfaccin de la gente con su vivienda y su ciudad depende de algunas variables que se miden regularmente en los censos y otras fuentes habituales de informacin oficial, como la provisin de servicios o la calidad de los materiales de las viviendas, pero tambin de aspectos menos estudiados, y en muchos casos descuidados por las polticas, como la titulacin de las propiedades, la seguridad de los vecindarios, el transporte pblico, el estado de los andenes y vas y la cercana a reas verdes. Algunos de estos atributos se reflejan en los precios de las viviendas pero otros no, y por lo tanto tien-

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ms satisfecha en todos los aspectos de su vida en los pases que cuentan con mayores niveles de ingreso. Sin embargo, en los pases que crecen ms rpido, es ms factible que la gente sienta menos satisfaccin, lo cual implica una paradoja del crecimiento infeliz. Tambin en general, dentro de cada pas, la gente con mayores ingresos se siente mejor que aquellos con ingresos ms bajos. Pero cuando alguien est rodeado de gente que gana ms, se reduce su satisfaccin con su empleo, su vivienda y todo aquello que puede comprar y hacer. Estos hallazgos tienen importantes implicaciones para el quehacer poltico, que se discuten en varios captulos.

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captulo 1

La economa poltica de la opinin pblicaAparte de ofrecer recomendaciones de poltica en cada uno de los temas analizados, a lo largo de los captulos de este estudio se alerta sobre los efectos que pueden tener las percepciones en los procesos polticos y en la toma de decisiones pblicas. Las creencias y los sesgos de percepcin e interpretacin tanto del electorado como de los polticos y gobernantes tienen notable influencia en la demanda y en la oferta de polticas pblicas. La informacin con que cuentan los distintos actores del proceso poltico puede afectar las percepciones (de formas no siempre coherentes), lo cual a su vez incide en el proceso de discusin, formulacin e implementacin de las polticas pblicas. Con esas bases, se proponen aqu estrategias para que en dicho proceso se reduzca la brecha de informacin y la influencia de sesgos en las percepciones, de forma que el debate pblico tenga mejores opciones de producir polticas que contribuyan a mejorar la calidad de vida. A la luz de los hallazgos de este estudio, una estrategia de gobierno enfocada en la eficiencia y el crecimiento econmico tiene pocas posibilidades de xito poltico, ya que las mejoras de ingreso pueden no resultar en aumentos de la satisfaccin con distintos aspectos de la vida, sobre todo cuando benefician en forma desigual a diferentes grupos de individuos o cuando cambian sustancialmente las expectativas de progreso material. No es sorprendente que las polticas del Consenso de Washington hayan sido objeto de rechazo popular, especialmente en aquellos pases donde sus promotores tendieron a exagerar sus beneficios potenciales. Para evitar las prdidas de satisfaccin que suelen acompaar a los perodos de acelerado crecimiento econmico, sera efectivo reducir los ingresos de aquellas familias o individuos que son referentes visibles para los grupos sociales ms vulnerables a los cambios de expectativas (las clases medias urbanas en ascenso, especialmente). Ciertas expropiaciones, controles de precios o impuestos extraordinarios a sectores exitosos pueden servir fines polticos de corto plazo, pero a la larga son insostenibles porque resultan dainos para el crecimiento. Es ms factible cosechar soporte poltico con estrategias que combinan polticas de crecimiento con iniciativas de inclusin econmica y social y con medidas que atienden las demandas inmediatas de servicios de salud, educacin, empleo o vivienda. Pero, de todos modos, las estrategias de inclusin y provisin de servicios sociales que maximizan el apoyo poltico no son necesariamente las que producen las mayores mejoras en las condiciones de vida de los pobres. Debido a la paradoja de las aspiraciones, generar insatisfaccin con las polticas sociales puede ser un requisito necesario para crear la demanda poltica por mejores servicios de educacin, salud o proteccin social. Estas incongruencias entre lo que puede resultar efectivo polticamente y lo que es efectivo en trminos econmicos y sociales constituyen un dilema corriente en el que-

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den a ser descuidados por el mercado. Los problemas difieren de ciudad en ciudad y de vecindario en vecindario, poniendo en evidencia diferencias de gustos y de estilos de vida en las ciudades. En este estudio se proponen mtodos de valoracin de los bienes pblicos urbanos que pueden resultar tiles para entender el funcionamiento de los mercados de viviendas y tierras, y para el diseo de polticas de prestacin de servicios pblicos y de impuestos a nivel local.

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Una cuestin de enfoqueEste libro pone en el centro de la escena las opiniones que los latinoamericanos tienen sobre su propia vida y sobre sus pases. Esto contrasta con el enfoque tradicional de los economistas, que han rehuido el uso de informacin subjetiva, tanto por razones tericas, como por las dificultades prcticas de medicin e interpretacin de las opiniones. La teora econmica tradicional se basa en el supuesto de que los individuos son racionales en el sentido de que toman decisiones para buscar en forma coherente su propio bienestar. De acuerdo con este enfoque, el comportamiento de los individuos basta para deducir qu es lo que les produce bienestar (las preferencias reveladas en la jerga de los economistas). As, si la gente trabaja ms, est implcito que el bienestar que se deriva de ello es mayor que el que se obtiene del ocio sacrificado. Si el ingreso que reciben los individuos por ese esfuerzo adicional lo gastan en vehculos de lujo o en ropa de marca, en vez de gastarlo en una casa ms amplia o mejor situada, es porque tiene mayor utilidad aquello que esto ltimo. Se deduce que a mayores niveles de ingreso o consumo de un individuo cualquiera, es mayor su bienestar, pues son mayores sus opciones de escoger lo que le produce mayor satisfaccin o utilidad. 2 Y si todos los individuos aumentan sus niveles de ingreso o consumo, se deduce que el conjunto de los individuos tiene necesariamente mayor utilidad, es decir, una mejor calidad de vida (la situacin es Pareto superior, en el abstruso lenguaje de los economistas).3 Aunque este es un enfoque eminentemente terico, ejerce una enorme influencia sobre la forma en que los economistas suelen aproximarse al tema de la calidad de vida. En primer lugar, se presume que, puesto que los individuos son racionales, sus decisiones deben coincidir en general con el objetivo de mejorar su utilidad, o su calidad de vida. En segundo lugar, son las decisiones, ms que las opiniones de la gente, las que pueden revelar qu les produce bienestar y qu no. En tercer lugar, y como resultado de lo anterior, no es necesario, e incluso puede resultar engaoso, tratar de medir directa-

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Excepto que el hecho de trabajar ms no sea el resultado de una decisin libre, sino una imposicin.

En caso de que algunos individuos hayan sufrido prdidas de ingreso o consumo no puede deducirse con certeza si la sociedad en su conjunto est mejor o peor porque, segn la teora econmica tradicional, no es posible observar en forma directa, ni comparar entre s, el bienestar de los individuos. De acuerdo con esta teora es preciso introducir algn juicio de valor para comparar los ingresos de unos y otros. Ese juicio de valor puede reflejarse en el peso (negativo) que se dara a la desigualdad dentro de una funcin de bienestar social (tal funcin es la representacin simplificada de los valores que la sociedad en su conjunto o un hipottico planificador social benevolente le otorgaran al ingreso promedio y a su distribucin entre la poblacin).

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hacer de polticos y gobernantes, especialmente en democracias fragmentadas y desiguales, como las latinoamericanas. Puesto que en un sistema democrtico las decisiones de poltica son el resultado de pugnas y negociaciones entre grupos con intereses y visiones diferentes, estas contradicciones rara vez pueden resolverse apelando solamente a argumentaciones tcnicas. El debate pblico puede ser ms fructfero si los lderes de opinin y los asesores econmicos de los gobiernos y de las organizaciones polticas aprovechan la riqueza que hay escondida en las opiniones de la gente para detectar las limitaciones de las estadsticas econmicas y sociales tradicionales y para entender mejor las motivaciones y necesidades de los individuos, con todas las posibilidades y riesgos que ello implica.

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captulo 1

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Bertrand y Mullainathan (2001) discuten los problemas estadsticos ms usuales de las encuestas y Veenhoven (2007) analiza los posibles sesgos y errores de medicin de las preguntas sobre satisfaccin con la vida. Vanse las reseas sobre la validez de las mediciones de bienestar que se presentan en Diener (2005) y Kahneman y Krueger (2006).

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mente el bienestar que experimentan los individuos o intentar comparar el bienestar de unos individuos y otros. Pero estas conclusiones son discutibles. Desde un ngulo muy distinto, una corriente creciente de psiclogos y, ms recientemente, economistas y politlogos, ha tratado de establecer algunos patrones de comportamiento de los individuos en sus decisiones de consumo o en sus actitudes frente al riesgo, ha intentado medir por diversos mtodos las sensaciones y percepciones de bienestar, y est explorando su relacin con los factores individuales y con las condiciones econmicas, sociales y culturales de los individuos. Este nuevo enfoque, aunque carente todava de la elegancia y coherencia conceptual del aparato terico de la teora microeconmica neoclsica convencional, est abriendo nuevos horizontes para entender paradojas como la del crecimiento infeliz, o la de la satisfaccin en medio de la pobreza por carencia de aspiraciones. La suspicacia de los economistas con las encuestas de opinin no se debe slo a razones tericas, sino tambin a los sesgos y los errores de medicin de las opiniones de la gente sobre su satisfaccin con los distintos aspectos de su vida o de sus pases. El estado de nimo de los encuestados, o la formulacin o el orden de las preguntas pueden afectar los resultados.4 Pero en la medida en que se han desarrollado mejores mtodos estadsticos y economtricos estas dificultades se han reducido. El creciente nmero de encuestas ha arrojado adems resultados muy consistentes para fenmenos que se consideraban imposibles de medir, como la felicidad. Las opiniones que la gente tiene sobre su bienestar tienden a reflejar correctamente las sensaciones positivas y negativas que experimentan internamente, o que expresan fsicamente. Tambin se corresponden con lo que sus familiares cercanos o sus amigos piensan de ellos y estn asociadas con medidas fsicas de la presin sangunea o el pulso cardaco.5 En este libro se hace amplio uso de encuestas de opinin, no solamente para conocer la percepcin que tienen los individuos sobre su propio bienestar, sino tambin para explorar cmo evalan distintos aspectos de su vida, qu tan satisfechos se sienten con sus condiciones de salud, con su educacin y la de sus hijos, con su situacin laboral y con una diversidad de bienes pblicos, desde la infraestructura urbana hasta la seguridad. Por supuesto, la opinin de la gente no es lo nico que importa, y puede llevar a conclusiones equivocadas. Por ejemplo, las opiniones de los individuos sobre su propia salud pueden ser incorrectas, o la forma en que evalen la educacin de sus hijos puede estar condicionada por las limitaciones de su propia educacin. Asimismo, las opiniones sobre sus condiciones laborales pueden estar afectadas por conformismo, habituacin o desconocimiento de los derechos laborales. Mucha gente puede sentirse a gusto en su ciudad ignorando la gravedad de los problemas de contaminacin o la inseguridad, mientras que otros pueden exagerar la importancia de los mismos. Por estas razones, los numerosos indicadores de calidad de vida basados en percepciones pueden ser una fuente de confusin. Su utilidad para las polticas pblicas depende de que se entienda cmo se forman las percepciones y qu factores influyen en ellas, y de que se reconozcan las incongruencias entre las percepciones y los indicadores econmicos y sociales que la sociedad ha escogido como objetivos.

calidad de vida desde otro ngulo

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El concepto de calidad de vidaAunque la preocupacin por la calidad de vida de las personas ha ganado prominencia en la investigacin mdica, psicolgica y social desde la dcada de 1970, no hay una definicin de la expresin que cuente con suficiente consenso. Cada disciplina ha enfatizado diferentes aspectos. Pueden encontrarse mltiples definiciones de calidad de vida de las personas, entre ellas: que se trata del conjunto de condiciones necesarias para la felicidad, de la satisfaccin subjetiva con la vida, del potencial de adaptacin o del compromiso bsico para mejorar la propia vida. Tambin pueden encontrarse mltiples significados de la expresin aplicada a los pases. En las distintas acepciones se reconoce que se trata de un concepto amplio, que abarca ms que el enfoque de condiciones de vida, el cual se centra en los recursos materiales al alcance de los individuos. La calidad de vida comprende tambin las circunstancias en que se desarrolla la vida de las personas. Por consiguiente, se acepta que es un concepto multidimensional, no solamente porque requiere tener en cuenta diversos aspectos de la vida de las personas, sino tambin porque abarca aspectos externos a los individuos, y las interrelaciones entre unos y otros. Sin embargo, no hay acuerdo sobre cules deben ser esas dimensiones, ni cmo deben seleccionarse o ponderarse para tener una medida sinttica de la calidad de vida. Aunque la inclusin de indicadores subjetivos para medir algunas de esas dimensiones o la calidad de vida en su conjunto era objeto de gran debate hasta hace algunos aos, actualmente se acepta tambin que los indicadores subjetivos son relevantes y que el uso conjunto de indicadores objetivos y subjetivos provee una perspectiva ms completa. Para ordenar los distintos elementos que intervienen en la calidad de vida se han propuesto diversas taxonomas. Un objetivo comn de estas clasificaciones es organizar las variables para construir luego una medicin comprehensiva de la calidad de vida (vase el recuadro 1.1). Pero no es necesario construir una medida sntesis para poder estudiar la calidad de vida. Al contrario, puesto que no existe un acuerdo sobre el concepto de calidad de vida, sobre las dimensiones que forman parte de ese concepto, ni sobre cmo deben combinarse entre s, la construccin de ndices sintticos de calidad de vida contribuye muy poco a entender la complejidad de los factores y puntos de vista que inciden en la calidad de vida. La utilidad de una taxonoma reside ms bien en ordenar los distintos significados y dimensiones del concepto de calidad de vida y de las variables que intervienen en ellos. En palabras de Veenhoven (2000:2): Puesto que no podemos forzar el uso de las palabras, lo mejor que podemos hacer es aclarar sus significados. La taxonoma que se utiliza en este estudio se resume en el cuadro 1.1. La estructura central del cuadro est dada por la distincin entre variables individuales y nacionales (columnas) y por la distincin entre variables objetivas y variables de opinin (filas). Mientras que las variables individuales se refieren a las caractersticas personales, a las condiciones de vida o las opiniones de cada quien, las variables nacionales son agregados para el pas (y ocasionalmente para la ciudad o el estado, de ah el uso de las comillas). En algunos casos las variables nacionales consisten en las sumas o los promedios de variables individuales, pero no siempre es as. Las polticas o las instituciones nacionales, por ejemplo, no se miden por agregacin estadstica de observaciones

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captulo 1

Recuadro 1.1. Los componentes de la calidad de vidaacadmicos de diversas disciplinas han propuesto formas alternativas de clasificar sus componentes, que son la base conceptual para los cientos de mediciones alternativas de calidad de vida que existen actualmente. un ejemplo caracterstico de las mediciones de calidad de vida desde un punto de vista mdico es la encuesta de salud sf-36 (Ware, 1998), en la cual se evala la calidad de vida del encuestado en sus componentes fsicos y mentales. el componente fsico se mide a partir de 22 preguntas que indagan sobre limitaciones fsicas para realizar las tareas cotidianas y el trabajo, presencia de dolor y percepcin sobre el estado de salud. en el componente mental se combinan las respuestas a 14 preguntas sobre la vitalidad, las limitaciones fsicas o emocionales de la persona para desempearse socialmente, las limitaciones emocionales para desempearse en el trabajo, si la persona se caracteriza a s misma como nerviosa y su grado de disfrute con la vida. una escala de medicin de la calidad de vida muy conocida en el mundo de la psicologa es la propuesta por cummins (1997), que considera la calidad de vida como un agregado de componentes objetivos y subjetivos. cada componente incluye siete aspectos: bienestar material, salud, productividad, intimidad, seguridad, lugar en la comunidad y bienestar emocional. uno de los primeros intentos de medicin de la calidad de vida de una poblacin en general fue el estudio de bienestar comparativo para escandinavia, dirigido por erik allardt (allardt y uusitalo, 1972). este estudio consideraba los siguientes criterios: ingreso, vivienda, apoyo poltico, relaciones sociales, ser irremplazable, hacer cosas interesantes, salud, educacin y satisfaccin con la vida. estos indicadores permitan distinguir entre tener, amar y ser, consideradas como las tres dimensiones bsicas del bienestar con base en la psicologa humanista entonces en boga. otro esfuerzo destacado de medicin del progreso de las sociedades es el promovido por richard estes, de la universidad de pensilvania, mediante el ndice ponderado de progreso social (Wisp, por sus siglas en ingls), que cubre 163 pases. el Wisp comprende 40 indicadores objetivos que conforman 10 subndices sobre los siguientes componentes de la calidad de vida: educacin, salud, situacin de la mujer en la sociedad, esfuerzos de defensa, economa, demografa, medio ambiente, caos social, diversidad cultural y esfuerzo en programas de bienestar social.Fuente: Basado en veenhoven (2000).

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Reconociendo que la calidad de vida es un concepto multidimensional,

Cuadro 1.1 Una taxonoma de las variables de inters sobre la calidad de vidaVariables individuales Del individuo en relacin con otros condiciones familiares estado civil Hijos estructura del hogar otras condiciones interpersonales amistades participacin comunitaria instituciones imperio de la ley instituciones polticas calidad de la administracin pblica resultados nacionales: econmicos (piB, inflacin) Desarrollo humano (expectativa de vida, mortalidad infantil, escolaridad) laborales (informalidad, desempleo) sociales (pobreza, desigualdad) calidad del ambiente (natural, urbano) polticas econmicas (fiscales, regulacin econmica) laborales (normas de contratacin y despido) sociales (seguridad y proteccin social) Variables nacionales

Personales

capacidades

Bases de la vida de los individuos o de la sociedad

edad Gnero personalidad salud fsica y mental educacin conocimientos y experiencia

condiciones materiales de vida condiciones relativas de vida Quintil de ingreso ingreso del grupo de referencia segregacin espacial Discriminacin

Variables objetivas

Resultados objetivos

ingreso consumo condiciones de la vivienda (propiedad, calidad de los materiales, acceso a servicios) acceso a los servicios de salud, educacin, seguridad social calidad del empleo

apreciacin individual de los resultados sobre el pas o la sociedad situacin general del pas situacin econmica del pas opinin sobre dominios de la sociedad (sistema de salud, sistema educativo, polticas de empleo, provisin de vivienda, etc.)

promedios nacionales de la apreciacin individual de los resultados sobre los individuos mismos sobre el pas o la sociedad felicidad situacin general satisfaccin con del pas la vida situacin econmica satisfaccin con del pas dominios de la vida opinin sobre dominios personal (nivel de de la sociedad (sistema vida, salud, educade salud, sistema educacin, empleo, tivo, polticas de empleo, vivienda) provisin de vivienda, etc.)

sobre los individuos mismos

Variables de opinin

calidad de vida desde otro ngulo

Apreciacin de los resultados

felicidad satisfaccin con la vida satisfaccin con dominios de la vida personal (nivel de vida, salud, educacin, empleo, vivienda)

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captulo 1

individuales. Las variables individuales que resultan relevantes para la calidad de vida no son solamente aquellas internas y propias del individuo, como su edad, sus ingresos o sus opiniones sobre s mismo, sino tambin aquellas que se refieren al individuo en relacin con los otros, como su estado civil, su posicin relativa de ingresos o su opinin sobre los dems o sobre la sociedad. En principio, la distincin entre variables objetivas y subjetivas implica que las primeras son verificables u observables externamente, mientras que las segundas no lo son. Las caractersticas sociodemogrficas de los individuos, la inflacin o el PIB son variables objetivas. Las variables de opinin son subjetivas por definicin. Sin embargo, la distincin es menos ntida de lo que parece a primera vista. Por ejemplo, la mayora de los indicadores de calidad de las instituciones pblicas contienen elementos del juicio subjetivo de los expertos. Tambin hay elementos de subjetividad en los intentos de medir externamente las capacidades o conocimientos de los individuos. Sin embargo, por falta de un mejor trmino consideramos objetivas a todas aquellas variables que constituyen las bases de la vida de los individuos o de la sociedad, as como los resultados observables de sus acciones y comportamientos individuales y colectivos. La taxonoma propuesta es til porque permite ubicar algunos de los conceptos de uso ms comn en los estudios de calidad de vida y relacionarlos con las variables que se utilizan en este libro. Las capacidades con que los individuos se enfrentan a la vida, tales como su personalidad, su salud, su educacin y experiencia (el bloque superior a la izquierda en el cuadro) corresponden al concepto de calidad de vida entendido como capacidad para la vida (Veenhoven, 2000). Amartya Sen (1985) en especial ha destacado la importancia de este aspecto de la calidad de vida de las personas al poner nfasis en el desarrollo de las capacidades como condicin necesaria para la realizacin personal y el desarrollo social. Las condiciones materiales de vida, que comprenden el ingreso, el consumo, la vivienda, el acceso a los servicios de salud y educacin, y las condiciones de empleo, son los resultados objetivos a nivel individual en los que se han concentrado los estudios sobre condiciones de vida que han recibido la atencin de economistas, socilogos y antroplogos desde la dcada de 1970. La calidad del ambiente econmico, social e institucional en que se desempean los individuos constituye otra forma de aproximarse a la calidad de vida. En este caso se trata de las condiciones objetivas externas a los individuos que condicionan su existencia, y que comprenden tanto las variables polticas e institucionales que son las bases del funcionamiento de la sociedad, como los resultados nacionales econmicos, sociales, o ambientales para el pas en su totalidad. Este conjunto de variables (que conforman la parte superior a la derecha del cuadro) refleja qu tan vivible es una sociedad, para utilizar la expresin de Veenhoven (2000). Por contraposicin a las variables objetivas, o los hechos, estn las opiniones (que ocupan toda la parte inferior del cuadro). Dentro de las variables de opinin, el bloque ms importante en los estudios de calidad de vida es el que se refiere a la apreciacin de los individuos sobre s mismos (el bloque ubicado abajo a la izquierda), es decir la evaluacin subjetiva que los individuos hacen sobre su vida en general, o sobre las distintas dimensiones de su vida o dominios (nivel de vida material, salud, educacin, empleo, vivienda, etc.). En el pasado este tipo de variables era terreno casi exclusivo de psiclogos y filsofos, pero est siendo cada vez ms tambin objeto de atencin de los

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calidad de vida desde otro ngulo

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economistas. Cuando la evaluacin se refiere a la vida en su conjunto se utiliza la expresin ms precisa de satisfaccin con la vida o el concepto de felicidad o felicidad global, todos los cuales se usan en forma intercambiable (dependiendo solamente de la pregunta aplicada en la encuesta). En forma ms rigurosa, la felicidad puede definirse como el grado en el cual un individuo juzga como favorable la calidad de su vida como un todo; en otras palabras: qu tanto le gusta la vida que lleva (Veenhoven, 2007:8). En los ltimos aos ha habido un notable progreso en mediciones de la felicidad (o de la satisfaccin con la vida), como se discutir en el captulo 4. Las mediciones de felicidad son la nica forma en que se puede intentar una evaluacin comprehensiva de la calidad de vida. En ninguno de los otros enfoques de la calidad de vida (por capacidades, por las condiciones materiales de vida, o por la calidad del ambiente econmico, social e institucional del pas) es factible tener una medida que englobe el conjunto de variables, simplemente porque no puede definirse a priori qu componentes son vlidos y cules no, ni cmo asignarle un peso relativo a cada uno. Tampoco tiene sentido combinar indicadores que pertenecen a enfoques distintos, aunque esta ha sido la prctica en la produccin de los cientos de indicadores de calidad de vida disponibles. Aunque la felicidad o la satisfaccin con la vida sean una evaluacin comprehensiva de la calidad de vida de los individuos, esto no implica que las polticas pblicas deban tener por objeto producir el mximo de felicidad o de satisfaccin. Puesto que las razones se discuten en mayor detalle en los captulos que siguen, basta con sealar aqu que la felicidad es una valoracin manipulable externamente, sujeta a inconsistencias y contradicciones y afectada por sesgos que tienden a favorecer la opinin que los individuos tienen sobre s mismos. La felicidad o la satisfaccin con la vida reflejan en forma muy imprecisa y en ocasiones incoherente las opiniones que los mismos individuos tienen sobre el pas o sobre la sociedad (que ocupan el bloque Apreciacin individual de los resultados sobre el pas y la sociedad en la parte inferior del cuadro). Tampoco reflejan claramente las variables con las cuales se mide la calidad del ambiente econmico, social e institucional del pas. Lo mismo vale decir de las opiniones de los individuos en las diferentes dimensiones o dominios de su vida o de la sociedad. Quiz por estas razones hasta ahora los gobiernos y los analistas les han dado muy poca importancia a las percepciones. Aunque el inters final de este libro se relaciona con las polticas pblicas y su efectividad, hay razones muy vlidas para indagar (en general y en cada dominio) cmo se forman las percepciones sobre la calidad de vida y cmo influyen en las decisiones de los individuos. En primer lugar, se trata de un enfoque de la calidad de vida que es vlido en s mismo. En segundo trmino, las percepciones pueden influir sobre las polticas que se adopten en un sistema democrtico, a travs de la incidencia de los electores en las decisiones pblicas y en su control sobre los funcionarios y las instituciones pblicas. En tercer lugar, las percepciones pueden influir en la efectividad de las polticas, no slo por la razn ya expuesta sino tambin porque pueden afectar las expectativas de los individuos, su confianza en las instituciones y sus actitudes de cooperacin con las entidades del Estado. Finalmente, las percepciones pueden aportar informacin en el debate pblico sobre si los objetivos de poltica a los que apunta el gobierno se corresponden o no con lo que la gente persigue como objetivos para lograr su bienestar o con su percepcin de felicidad.

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Pgina en blanco a propsito

La personalidad de las percepciones sobre la calidad de vida

La personalidad de las percepciones sobre la calidad de vidaEl optimismo sin fundamento es un rasgo comn de la naturaleza humana; caracteriza a la mayora de la gente de todas las condiciones. Richard H. Thaler y Cass R. Sunstein

Las opiniones que tienen los latinoamericanos sobre su nivel de vida son fuentede muchas sorpresas. No resulta extrao que Costa Rica sea el pas de la regin donde ms gente se declara satisfecha con su nivel de vida, o que Hait sea el pas donde una proporcin menor de la poblacin tiene esa opinin, pues aunque el nivel de ingreso promedio de los costarricenses no es el ms alto de la regin, la gran mayora tiene acceso a la salud, la educacin y los servicios pblicos bsicos, en abierto contraste con la situacin de Hait. Pero si se utilizan estos mismos patrones, sorprende que los guatemaltecos se declaren casi tan satisfechos con su nivel de vida como los costarricenses y que Chile sea uno de los pases donde ms gente se manifiesta insatisfecha con su vida. Las percepciones de los latinoamericanos sobre la calidad de la educacin y del empleo tambin resultan inquietantes. A pesar de que todos los pases de la regin que han participado en pruebas internacionales de desempeo acadmico han quedado clasificados en posiciones muy bajas, dos de cada tres latinoamericanos estn satisfechos con las escuelas a las que pueden acceder sus hijos. Y aunque la informalidad laboral y la inestabilidad del empleo son fenmenos endmicos en Amrica Latina y el Caribe, esta es una de las regiones del mundo donde ms gente se declara satisfecha con su trabajo. En vista de estas anomalas, parecera razonable continuar con la tendencia que ha predominado hasta ahora entre los gobiernos y analistas latinoamericanos a concentrarse en forma casi exclusiva en las estadsticas objetivas de calidad de vida, por ejemplo: el conjunto de indicadores que conforman el conocido ndice de Desarrollo Humano el ingreso per cpita, la expectativa de vida, la tasa de alfabetismo y las tasas de matrcula escolar, las medidas de necesidades bsicas insatisfechas que se producen en muchos pases, o el conjunto ms amplio de indicadores asociados a los Objetivos de

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Captulo 2

Qu opinan los latinoamericanos sobre su calidad de vidaEn los ltimos aos las encuestas de percepciones de la calidad de vida se han generalizado. Desde 2003 la Fundacin Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo ha aplicado varias encuestas en 28 pases europeos (los 27 actuales miembros de la Unin junto con Turqua), con el fin de entender no slo las diferencias en los estndares y estilos de vida entre los pases sino tambin las distintas aspiraciones y necesidades de la diversidad de poblaciones que forman parte de una Europa ampliada.1 En Amrica Latina el Latinobarmetro (operado por la Corporacin Latinobarmetro con sede en Chile) ha indagado desde mediados de los noventa diversos aspectos de la calidad de vida en los 17 pases iberoamericanos de la regin. El ms ambicioso sistema de encuestas de calidad de vida es el que ha establecido recientemente la Organizacin Gallup a nivel mundial. Desde 2006 esta entidad aplica en ms de 130 pases encuestas anuales que constituyen la fuente uniforme y de ms amplia cobertura sobre percepciones de la calidad de vida en la actualidad (vase el recuadro 2.1). Este sistema de encuestas es la principal fuente de informacin sobre las percepciones que se utiliza en este libro porque facilita las comparaciones internacionales. Sin embargo, puesto que las muestras slo son representativas a nivel nacional, y como la cobertura temtica de algunos tpicos es muy limitada, en los captulos sectoriales de este libro se utilizan tambin otras encuestas multinacionales de opinin, tales como el Latinobarmetro y el Proyecto de Opinin Pblica de Amrica Latina (LAPOP, por sus siglas en ingls) de la Universidad de Vanderbilt, as como encuestas nacionales aplicadas por los institutos de estadstica de algunos pases.1

Los resultados se analizan en European Foundation for the Improvement of Living and Working Conditions (2004).

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Desarrollo del Milenio (ODM), que incluyen medidas de pobreza extrema, igualdad de gnero, salud materna, prevalencia del SIDA, malaria y otras enfermedades, y diversos indicadores de sostenibilidad ambiental. Aunque los indicadores objetivos de calidad de vida son insustituibles, las percepciones de calidad de vida resultan esenciales para entender aspectos imposibles de medir mediante la observacin externa, y que son centrales en el proceso de decisin e implementacin de las polticas pblicas en sociedades democrticas. Si la mayora de una poblacin est satisfecha con su situacin econmica y con su nivel de vida, cmo puede estar dispuesta a aceptar los sacrificios e incertidumbres que puede acarrear, por ejemplo, un acuerdo de libre comercio que promete generar mayores niveles de ingreso y consumo en el futuro? Si los padres de familia consideran que el sistema escolar funciona bien, qu tanta presin pueden ejercer para que mejoren los mtodos de enseanza? Si la mayora de la gente est satisfecha con su trabajo, incluidos quienes trabajan por su cuenta y carecen de cualquier tipo de seguridad social o proteccin laboral, qu posibilidades de xito tienen los esfuerzos del gobierno por reducir la informalidad? Puesto que las percepciones de calidad de vida no pueden inferirse mediante la observacin externa, las encuestas de opinin constituyen una fuente invaluable de informacin. Pero se trata de una fuente problemtica, cuyas limitaciones y posibilidades deben entenderse para poder separar la paja del trigo.

La personalidad de las percepciones sobre la calidad de vida

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En 2006 la Organizacin Gallup estableci un sistema de encuestas pararecolectar informacin subjetiva sobre diversos aspectos de la calidad de vida con metodologas uniformes en ms de 130 pases de todas las regiones del mundo. De Amrica Latina y el Caribe se incluyeron 22 pases en la ronda de 2006, 20 en la ronda de 2007 y 22 en la ronda de 2008 (esta ltima no estaba disponible al prepararse este libro). Las encuestas se aplican a unas 1.000 personas en la mayora de los pases, pero en pases muy populosos como China, Estados Unidos o Brasil se utilizan muestras ms grandes. Las muestras son representativas de la poblacin de 15 aos o ms. Las encuestas se realizan telefnicamente en los pases donde ms del 80% de la poblacin cuenta con cobertura de telefona fija, y en forma presencial en los dems (toda Amrica Latina y el Caribe corresponde a esta ltima categora). Los entrevistados son seleccionados en forma aleatoria entre los miembros del hogar, con el objeto de evitar los sesgos de representacin resultantes de entrevistar al primer miembro del hogar disponible. Las encuestas presenciales duran aproximadamente una hora y las telefnicas unos 30 minutos. Para todos los pases se utiliza el mismo cuestionario bsico, aunque en algunas regiones del mundo se incluyen preguntas adicionales. En la encuesta de 2007, para los 20 pases de Amrica Latina y el Caribe se incluyeron por solicitud del BID preguntas adicionales sobre percepciones y condiciones de acceso a los servicios de salud y educacin, percepciones sobre la calidad de los empleos, afiliacin a los sistemas de pensiones, y percepciones sobre diversos aspectos de las ciudades, incluidas las condiciones de seguridad.Fuente: Gallup (2007).

Para analizar las percepciones sobre calidad de vida es preciso distinguir, de un lado, las percepciones de los individuos sobre s mismos y sus condiciones de vida personales y, de otro, las percepciones de los mismos individuos sobre las circunstancias en las que viven y, ms en general, sobre su ciudad o su pas. Utilizando esta distincin, en el cuadro 2.1 se reproducen las principales preguntas de las encuestas de Gallup sobre los diversos aspectos o dominios de la calidad de vida que se analizan en este libro. Los dominios han sido escogidos por su relevancia para las polticas pblicas de la regin, no porque se los considerase a priori de mayor importancia que otros para la calidad de vida desde el punto de vista de los individuos. Como se ver en el captulo 4, las amistades, la religin o las relaciones familiares pueden ser ms importantes para muchas personas que los dominios aqu seleccionados, pero es discutible si se trata de esferas en las que puede o debe interferir el Estado.

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Recuadro 2.1. La Encuesta Mundial de calidad de vida de Gallup

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Captulo 2

Cuadro 2.1 Preguntas sobre satisfaccin de la encuesta de Gallup

General

Por favor imagine una escalera con los peldaos numerados del 0 al 10, donde 0 es el peldao de abajo y 10 el ms alto. Suponga que el peldao ms alto representa la mejor vida posible para usted y el peldao ms bajo representa la peor vida posible para usted. En qu peldao de la escalera se siente usted en estos momentos?

Imagine una escalera con los peldaos numerados del 0 al 10, donde 0 es el escaln de abajo y 10 el ms alto. Suponga que yo le digo que el peldao ms alto representa la mejor situacin posible para su pas y el escaln ms bajo representa la peor situacin posible para su pas. Por favor, dgame el nmero del peldao en el que usted cree que su pas se encuentra en estos momentos. Dira usted que las condiciones econmicas actuales de su pas son buenas o no? Tiene usted confianza en el sistema mdico y de salud de su pas? En esta ciudad/rea donde usted vive, est satisfecho(a) o insatisfecho(a) con el sistema educativo y las escuelas? Est usted satisfecho(a) o insatisfecho(a) con los esfuerzos para incrementar el nmero y la calidad de los empleos en su pas? En esta ciudad/rea donde usted vive, est satisfecho(a) o insatisfecho(a) con la disponibilidad de viviendas buenas y a precios accesibles?

Nivel de vida

Est usted satisfecho(a) o insatisfecho(a) con su estndar de vida? Es decir, con todas las cosas que puede comprar y hacer. Est usted satisfecho(a) o insatisfecho(a) con su salud? No hay preguntas sobre este dominio

Salud Educacin

Trabajo

Est usted satisfecho(a) o insatisfecho(a) con su empleo o trabajo? Est usted satisfecho(a) o insatisfecho(a) con su vivienda o con el lugar en el que habita actualmente?

Vivienda

Fuente: Formulario de la Encuesta Mundial de Gallup (2006, 2007).

Los de arriba y los de abajo en las percepciones sobre la calidad de vidaA menudo los diarios destacan que tal o cual pas latinoamericano es el ms feliz o el ms optimista del mundo. As se ha creado el mito de que los latinoamericanos tienen tendencias de opinin ms positivas que las gentes de otras regiones. Sin embargo, si se toma la regin en su conjunto, no hay base para esta creencia. A juzgar por sus propias percepciones sobre la calidad de vida, los latinoamericanos no estn lejos de la media mundial en las distintas dimensiones de sus vidas personales. En una escala de 0 a 10, los latinoamericanos califican en promedio con un 5,8 la calidad de sus propias vidas, aproximadamente en el punto medio de todas las regiones del mundo (vase el grfico 2.1.a). Cuando se les pregunta si estn satisfechos con todas las cosas que pueden comprar y hacer, 68% responde de manera afirmativa, una cifra

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Dominio

Percepciones sobre s mismo y el entorno cercano

Percepciones sobre la sociedad y otras circustancias externas

La personalidad de las percepciones sobre la calidad de vida

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2

Como se ver en el captulo 3, tampoco puede afirmarse que haya un sesgo optimista para la regin en su conjunto cuando se asla la influencia del ingreso per cpita en las opiniones sobre la calidad de vida en sus distintos dominios. La nica excepcin es la satisfaccin con el empleo, que resulta significativamente mayor (en trminos estadsticos) de lo que cabra esperar para los niveles de ingreso per cpita de los pases de Amrica Latina y el Caribe.

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que puede sorprender por lo elevada si se tiene en cuenta que ms del 35% de los latinoamericanos recibe oficialmente la calificacin de pobre, pero que est cerca del punto medio entre el porcentaje de satisfaccin con el nivel de vida en frica Subsahariana (39%) y el de Europa Occidental (86%) (vase el grfico 2.1.b). La gran mayora de los latinoamericanos se declara satisfecha con aspectos ms especficos de sus vidas: en promedio cerca del 80% se siente a gusto con su salud, su trabajo y su vivienda. Aunque tambin estos niveles de satisfaccin sugieren un sesgo optimista, incluso en las regiones ms pobres del mundo las tasas promedio de satisfaccin con estas dimensiones de la vida de las personas superan el 50%, y en las regiones ms ricas rondan el 90% (vanse los grficos 2.1.c, 2.1.d, 2.1.e y 2.1.f). 2 Los latinoamericanos tampoco difieren del resto del mundo en la forma de calificar las distintas dimensiones de la calidad de vida de sus pases (representadas con puntos en los mismos grficos). Sin embargo, en una regin tan diversa como es Amrica Latina y el Caribe, los promedios regionales pueden resultar muy engaosos. Las percepciones sobre la calidad de vida de los costarricenses y venezolanos se aproximan a las que tienen los europeos o los norteamericanos sobre los distintos aspectos de sus vidas. Sorprendentemente, dado su bajo nivel de desarrollo econmico y social, Guatemala aparece entre los pases con mayores niveles de satisfaccin en diversas dimensiones. Los guatemaltecos son los ms satisfechos con sus empleos y sus viviendas y, despus de los costarricenses, son quienes ms a gusto se sienten con su nivel de vida material y con su propia salud. En el otro extremo, varios de los pases del Caribe presentan niveles de satisfaccin muy bajos, que se asemejan a los promedios de las regiones ms pobres del mundo. No es una sorpresa que Hait se ubique en posiciones bastantes bajas, pues es el pas ms pobre de la regin. Sin embargo, Trinidad y Tobago, el pas ms rico no slo del Caribe sino de toda la regin, aparece en diversos aspectos con algunos de los menores niveles de satisfaccin. Estas aparentes anomalas sugieren que los rasgos culturales propios de los pases tienen mucha influencia en los niveles de satisfaccin reportados, como se ver ms adelante. Aunque los ranking de pases suelen servir para crear atractivos titulares de prensa, no es en ellos donde est la mayor riqueza de la informacin acerca de las percepciones sobre la calidad de vida. Un ranking es simplemente una comparacin de los valores promedio de una sola variable (o de varias variables reducidas a una sola dimensin). Los ranking ocultan ms de lo que muestran puesto que, al considerar una sola variable, ignoran las relaciones entre las distintas dimensiones del fenmeno que se quiere estudiar y porque, al promediar las opiniones de muchos individuos, dejan de lado la diversidad de esas opiniones. Por consiguiente, aunque los ranking puedan ser un buen punto de partida, hay que ir ms all para explorar la complejidad de las percepciones sobre la calidad de vida. Es preciso reconocer primero que sobre las opiniones pueden influir en forma sistemtica diversos rasgos del comportamiento humano. Y luego es necesario adentrarse en la diversidad de opiniones que existe en cualquier grupo de individuos.

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Captulo 2Grfico 2.1 Resumen grfico de las percepciones sobre calidad de vida a. Percepciones sobre la satisfaccin con la vida y la situacin del pasAmrica del Norte Europa Occidental Asia Oriental y el Pacfico M. Oriente y Norte de frica Amrica Latina y el Caribe Europa Oriental y Asia Central Asia Meridional frica Subsahariana Costa Rica Panam Mxico Venezuela Belice Guatemala Colombia Jamaica Brasil Guyana Argentina Trinidad y Tobago Chile Uruguay Bolivia Per El Salvador Paraguay Honduras Ecuador Nicaragua Rep. Dominicana Hait 0 2 4 6 8 10 Estndar de vida Escala de 0 a 10 Satisfaccin con la vida Situacin del pas

b. Percepciones sobre la situacin econmica personal y la situacin econmica del pasEuropa Occidental Amrica del Norte Asia Oriental y el Pacfico Asia Meridional M. Oriente y Norte de frica Amrica Latina y el Caribe Europa Oriental y Asia Central frica Subsahariana Costa Rica Guatemala Venezuela Mxico Panam Colombia Belice Ecuador Brasil Honduras Argentina Bolivia Guyana Nicaragua El Salvador Chile Uruguay Rep. Dominicana Paraguay Per Jamaica Trinidad y Tobago Hait 0 20 40 60 80 100 Porcentaje de satisfechos Situacin econmica del pas

c. Percepciones sobre la salud propia y sobre el sistema nacional de saludM. Oriente y Norte de frica Europa Occidental Amrica del Norte Amrica Latina y el Caribe Asia Meridional Asia Oriental y el Pacfico frica Subsahariana Europa Oriental y Asia Central Costa Rica Guatemala Venezuela Jamaica Panam Honduras Guyana Mxico Belice Argentina Uruguay Brasil Colombia El Salvador Rep. Dominicana Bolivia Trinidad y Tobago Paraguay Nicaragua Ecuador Per Chile Hait 0 Satisfaccin con la salud 20 40 60 80 100 Porcentaje de satisfechos Confianza en el sistema mdico

d. Percepciones sobre el sistema educativoEuropa Occidental Asia Oriental y el Pacfico Asia Meridional Amrica del Norte Amrica Latina y el Caribe Europa Oriental y Asia Central M. Oriente y Norte de frica frica Subsahariana Costa Rica Venezuela Nicaragua El Salvador Uruguay Paraguay Trinidad y Tobago Panam Bolivia Honduras Rep. Dominicana Jamaica Colombia Mxico Guyana Guatemala Brasil Ecuador Chile Belice Argentina Per Hait 0 20 40 60 80 100 Porcentaje de satisfechos Satisfaccin con el sistema de educacin local

Nota: No hay informacin disponible sobre la confianza en el sistema mdico en Venezuela.

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La personalidad de las percepciones sobre la calidad de vidaGrfico 2.1 Resumen grfico de las percepciones sobre calidad de vida (continuacin) e. Percepciones sobre el propio empleo y la poltica pblica sobre creacin de empleoEuropa Occidental Amrica del Norte Amrica Latina y el Caribe Asia Oriental y el Pacfico Asia Meridional M. Oriente y Norte de frica Europa Oriental y Asia Central frica Subsahariana Guatemala Costa Rica Venezuela Brasil Panam Honduras Colombia Mxico Bolivia Paraguay Uruguay Nicaragua Guyana Belice El Salvador Ecuador Jamaica Argentina Chile Trinidad y Tobago Per Rep. Dominicana Hait 0 20 40 60 80 100 Porcentaje de satisfechos Satisfaccin con el propio empleo Satisfaccin con la poltica pblica sobre creacin de empleo Satisfaccin con la propia vivienda

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f. Percepciones sobre la propia vivienda y el mercado de viviendaEuropa Occidental Asia Meridional Amrica Latina y el Caribe Asia Oriental y el Pacfico M. Oriente y Norte de frica Europa Oriental y Asia Central frica Subsahariana Guatemala Paraguay Costa Rica Venezuela Panam Honduras Mxico Argentina Colombia El Salvador Brasil Uruguay Ecuador Belice Nicaragua Guyana Rep. Dominicana Chile Bolivia Per Trinidad y Tobago Jamaica Hait 0 20 40 60 80 100 Porcentaje de satisfechos Disponibilidad de buenas viviendas a buen precio

Fuente: Clculos de los autores con base en Gallup (2006 y 2007).

Benignos consigo mismos, severos con los demsUna de las constantes del comportamiento humano que es preciso tener en cuenta para entender las percepciones sobre la calidad de vida es que existe una marcada tendencia a ser ms crtico con la sociedad que con uno mismo. En las calificaciones que los individuos otorgan a las distintas dimensiones de la calidad de vida tienden a ser ms benignos consigo mismos que con su pas, su ciudad o su comunidad. En algunos aspectos esas diferencias son abismales: mientras que 83% de los latinoamericanos se muestra satisfecho con su trabajo, slo 35% cree que los gobiernos estn haciendo lo suficiente para incrementar el nmero y la calidad de los empleos. Las diferencias sistemticas a favor de uno mismo estn presentes tanto en los aspectos generales como en cada una de las dimensiones que aparecen en los grficos 2.1.a al 2.1.f, como lo sugiere el hecho de que los puntos (que representan opiniones sobre la sociedad) estn por lo regular dentro de las barras (que representan opiniones sobre las personas mismas o sus condiciones de vida personal). Este no es un rasgo exclusivo de Amrica Latina: en todas las regiones del mundo la gente tiene en promedio mejor opinin sobre su situacin personal que sobre la situacin de los dems en todos los aspectos de la vida. Las diferencias son menos pronunciadas en los aspectos

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Captulo 2

La influencia de la culturaIndividuos de distintas culturas evalan sus propias vidas y las de sus pases en forma diferente. La importancia de los factores culturales en la formacin de percepciones ha sido reconocida por diversos autores.3 Las tendencias autocomplacientes son ms fuertes en las culturas occidentales que en las culturas asiticas. En las culturas individualistas occidentales los comportamientos estn ms enfocados hacia el logro de objetivos individuales y el reconocimiento de las consecuencias positivas de las decisiones tomadas, mientras que en las culturas asiticas la preocupacin por el grupo resulta en comportamientos ms orientados a evitar las prdidas y las consecuencias negativas. Estas diferencias contribuyen a que los occidentales reporten ms satisfaccin con sus propias vidas que los asiticos. En las percepciones que los individuos tienen sobre s mismos y sus propias circunstancias tambin influye la importancia que la cultura le atribuye a la felicidad o a la satisfaccin personal sobre otros valores. En general, las culturas latinoamericanas les conceden ms importancia a estos factores que las sociedades asiticas de la cuenca del Pacfico, por ejemplo. Dentro de Amrica Latina y el Caribe, Costa Rica, Guatemala y Mxico se destacan como culturas optimistas que tienden a reportar altos niveles de satisfaccin en todos los aspectos de sus vidas, mientras que Chile, Paraguay, Per y Trinidad y Tobago tienen una cultura ms precavida en sus juicios, segn se desprende de un anlisis estadstico basado en las encuestas de Gallup (vase el recuadro 2.2). Estas mediciones de los sesgos colectivos de percepcin deben tomarse con extrema cautela: no deben considerarse como factores inmutables ni como rasgos que apliquen por igual a todos los aspectos de las vidas de las personas ni, por supuesto, a todos los individuos dentro de cada pas. Sin embargo, puesto que el tamao de los sesgos parece ser apreciable, estas mediciones sugieren que toda comparacin de las opiniones entre unos pases y otros debe tener en cuenta la influencia de la cultura.3

Vase una resea en Diener, Oishi y Lucas (2003).

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ms generales de la calidad de vida (grficos 2.1.a y 2.1.b) que en las dimensiones ms especficas (grficos 2.1.c, 2.1.d, 2.1.e y 2.1.f), pero es importante reconocer que las preguntas sobre las condiciones de las personas y las de los pases no son estrictamente comparables. Como lo destaca el epgrafe del comienzo de este captulo, tener una imagen optimista de s mismos es un rasgo muy comn de los seres humanos de todas las condiciones. As, 90% de los conductores cree que maneja mejor que el promedio. Casi todo el mundo considera que su sentido del humor es mejor que el de la mayora. El optimismo afecta aspectos de la vida que son definitivos para el bienestar: aunque en Estados Unidos cerca de la mitad de los matrimonios termina en divorcio, al momento de casarse prcticamente todas las parejas estn casi 100% seguras de que ese no ser su caso, incluso cuando uno de los miembros de la pareja ya tenga un divorcio a cuestas (Thaler y Sunstein, 2008). Aunque los juicios de los individuos sobre s mismos tiendan a ser ms benevolentes que los juicios sobre la sociedad, esto no quiere decir que estos ltimos sean ms objetivos. Unos y otros estn influidos por patrones culturales.

La personalidad de las percepciones sobre la calidad de vida

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Recuadro 2.2 Una posible medida de los sesgos culturalesLos sesgos culturales son un tema recurrente a lo largo de este libro. Esde esperar que la calidad de vida de las personas est determinada tanto por los avances y los problemas objetivos de cada pas, como por el grado de conformismo, tolerancia u optimismo que caracteriza a cada cultura. Si este tipo de sesgos culturales, que para simplificar puede agruparse bajo la denominacin de optimismo, se presenta en forma muy pronunciada, cabe esperar que las personas declaren estar satisfechas con mltiples aspectos de sus vidas (salud, trabajo, vivienda, entre otros) independientemente de sus condiciones individuales objetivas y de los problemas de su pas. Con base en este sencillo concepto es posible construir algunas medidas de optimismo con la informacin de la encuesta de Gallup. La metodologa para calcular estos sesgos culturales se inspira en la tcnica propuesta en el trabajo de van Praag y Ferrer-i-Carbonell (2007) para controlar los rasgos psicolgicos individuales. La medida consiste en el promedio para cada pas de las brechas para cada individuo entre la satisfaccin individual y la satisfaccin pronosticada segn varias caractersticas objetivas del individuo y del pas al que pertenece. Esta medida puede tener cambios drsticos segn la variable de satisfaccin que se utilice y segn las variables objetivas que se seleccionen para construir el pronstico. La mtrica que se presenta en el grfico de este recuadro es la sntesis deGrfico 1 Indicador de sesgos culturalesAsia Meridional Europa Occidental Amrica Latina y el Caribe Asia Oriental y el Pacfico M. Oriente y Norte de frica frica Subsahariana Europa Oriental y Asia Central Costa Rica Guatemala Mxico Bolivia Panam Brasil Colombia Guyana Jamaica Argentina Nicaragua Ecuador Rep. Dominicana Uruguay El Salvador Per Paraguay Trinidad y Tobago Chile 0 20 40 60 Escala de 0 a 100 80 100

Ranking entre 70 pases 3 4 12 15 20 22 28 29 32 33 35 36 43 46 48 51 52 53 60

Fuente: Clculos de los autores con base en Gallup (2006, 2007).

(Contina en la pgina siguiente)

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Captulo 2

1 Las ocho variables de satisfaccin personal son: la satisfaccin con la vida que la persona espera tener dentro de cinco aos, la satisfaccin econmica personal, la satisfaccin con la salud, la satisfaccin con la vivienda, las expectativas para dentro de cinco aos sobre la situacin general del pas, la satisfaccin con la situacin econmica nacional, la confianza en el sistema mdico nacional y la satisfaccin con el sistema de educacin. Las cuatro variables objetivas individuales son: gnero, edad, zona de residencia y estado civil. Finalmente, las 10 variables objetivas nacionales son: PIB per cpita, crecimiento econmico, inflacin, nivel de democracia, expectativa de vida al nacer, mortalidad infantil, tasa de escolaridad, estabilidad poltica, efectividad del gobierno e imperio de la ley.

Debido en gran parte a la incidencia de los rasgos culturales, una comparacin directa de las percepciones con los indicadores objetivos econmicos y sociales puede resultar engaosa. En algunas dimensiones de la calidad de vida los promedios nacionales de las opiniones de las personas tienden a reflejar bastante bien los indicadores objetivos (vase el cuadro 2.2). Por ejemplo, la correlacin entre la satisfaccin con la vida y el PIB per cpita de los pases asciende a 81%. Pero en otros casos la asociacin es menor: la correlacin entre la opinin sobre la situacin del pas y el PIB per cpita es de 59%. En otros se revela notoriamente baja: apenas 22% entre la situacin econmica del pas y el PIB per cpita, o 13% entre la situacin econmica del pas y su tasa de crecimiento econmico. En algunos casos incluso se observa una relacin inesperada entre las opiniones y los indicadores objetivos: la satisfaccin con el nivel de vida personal est correlacionada negativamente con el crecimiento econmico nacional, lo que constituye una paradoja de crecimiento infeliz. Hay correlaciones bastante bajas cuando se comparan las percepciones sobre la salud o sobre el sistema mdico con los indicadores tradicionales de expectativa de vida o mortalidad, o cuando se comparan las opiniones sobre el sistema educativo y las tasas de escolaridad de los pases. En diversas dimensiones de la vida de las personas o de los pases, las opiniones de la gente reflejan ms los sesgos culturales de los pases que los indicadores objetivos tradicionales. Esto es especialmente notorio en el caso de las dimensiones colectivas. Por ejemplo, las opiniones (promedio por pas) que tiene la gente alrededor del mundo

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(continuacin) cuatro medidas diferentes, que combinan ocho variables de satisfaccin personal, cuatro variables objetivas individuales y 10 variables objetivas nacionales.1 El indicador de optimismo se calcul para 70 pases. La varianza en el sesgo cultural hacia el optimismo entre los pases de Amrica Latina y el Caribe se asemeja a los patrones que existen entre las diferentes regiones del mundo. Por ejemplo, Chile es casi tan pesimista como los pases de Europa del Este, mientras que Paraguay, Per y Trinidad y Tobago son ms pesimistas que los pases de frica Subsahariana. En el otro extremo, Costa Rica y Guatemala se encuentran entre los pases con un mayor sesgo optimista del mundo. Estas medidas deben ser tomadas con mucha cautela. Su valor consiste solamente en destacar que los sesgos culturales pueden ser muy pronunciados y afectar las percepciones que los individuos tienen tanto sobre s mismos como sobre la sociedad.

La personalidad de las percepciones sobre la calidad de vida

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Cuadro 2.2 Correlacin entre las opiniones, algunos indicadores objetivos y los sesgos culturalesCorrelacin con indicadores objetivos Satisfaccin con la vida Satisfaccin con la situacin del pas Estndar de vida Satisfaccin con la situacin econmica del pas Satisfaccin con la salud Confianza en el sistema mdico Satisfaccin con el sistema local de educacin Satisfaccin con el empleo Satisfaccin con la poltica pblica laboral Satisfaccin con la vivienda Disponibilidad de buenas viviendas a buen precio ndice de Desarrollo Humano Subjetivo - Personal ndice de Desarrollo Humano Subjetivo - Social PIB per cpita ndice de Desarrollo Humano PIB per cpita ndice de Desarrollo Humano PIB per cpita Crecimiento econmico PIB per cpita Crecimiento econmico Expectativa de vida Mortalidad infantil Expectativa de vida Mortalidad infantil Aos de escolaridad Puntaje en la prueba PISA Tasa de desempleo Tasa de desempleo Cobertura de servicios bsicos a Tasa de propiedad de la vivienda b ndice de Desarrollo Humano ndice de Desarrollo Humano 0,81 0,79 0,59 0,60 0,65 0,30 0,22 0,13 0,21 0,16 0,29 0,28 0,38 0,42 0,26 0,44 0,76 0,23 0,55 0,41

0,29 0,44 0,51 0,59 0,39 0,60 0,68 0,36 0,66 0,41 0,51 0,63 0,73

Fuente: Clculos de los autores con base en Gallup (2006 y 2007), Banco Mundial (2007) y PNUD (2007). La unidad de observacin est constituida por los pases. Cada correlacin se calcula con todos los pases del mundo para los cuales se cuenta con informacin. a Agua potable, electricidad y telfono fijo (Gallup, 2006 y 2007). b Slo disponible para Amrica Latina y el Caribe y frica Subsahariana (Gallup, 2006 y 2007).

sobre la situacin econmica de sus pases puede explicarse en una proporcin mayor (59%) por la medida de sesgos culturales que por los niveles de ingreso per cpita o por las tasas de crecimiento de los pases. De igual forma, los niveles de confianza en los sistemas mdicos, en los sistemas escolares o en las polticas de creacin de empleo pueden explicarse al menos en un 60% por las diferencias culturales entre pases, y en muy poco por los indicadores objetivos tradicionales. Sin embargo, como se ver a partir del captulo 5, esto ltimo tambin se debe a que estos indicadores no captan adecuadamente la calidad de los servicios ni los aspectos de esos servicios que la gente valora ms. Por consiguiente, al comparar las percepciones sobre la calidad de vida entre unos pases y otros, no solamente es crucial reconocer la importancia de los sesgos culturales sino tambin tener en cuenta que esos sesgos ejercen una mayor influencia en la forma en que la gente juzga la sociedad que en la manera en que evala las dimensiones personales de su vida.

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