Al despertar dentro de un oscuro elevador en movimiento ...

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Al despertar dentro de un oscuro elevador en movimiento, lo único queThomas logra recordar es su nombre. No sabe quién es. Tampoco haciadóndeva.Peronoestásolo:cuandolacajallegaasudestino,laspuertasseabren y se ve rodeado por un grupo de jóvenes. «Bienvenido al Área,Novicio».

El Área. Un espacio abierto cercado por muros gigantescos. Al igual queThomas,ningunodeellossabecómoha llegadoallí.Niporqué.De loqueestán seguros es de que cadamañana las puertas de piedra del laberintoque los rodeaseabrenypor lanoche,secierran.Yquecada treintadíasalguiennuevoesentregadoporelelevador.

Un hecho altera de forma radical la rutina del lugar: llega una chica, laprimeraenviadaalÁrea.Ymássorprendentetodavíaeselmensajequetrae.

Thomas será más importante de lo que imagina. Pero para eso deberádescubrir lossombríossecretosguardadosensumente.Poralgunarazón,sabequeparalograrlodebecorrer.Correrserálaclave.Omorirá.

James Dashner ha urdido un apasionante thriller psicológico y de acción.«Correr o morir» es el primer título de una trilogía que atrapará sinconcesionesal lector.Porquecadasalidapuedeconvertirseenelpasajeaunaverdaderapesadilla…

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JamesDashner

MazeRunner:Correromorir

MazeRunner-1

ePubr1.2Piolin11.08.2018

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Títulooriginal:TheMazeRunnerJamesDashner,2009Traducción:SilvinaPochIlustracióndecubierta:MarceloOrsiBlanco

Editordigital:PiolinPrimereditor:Chris07dx(r1.0)ePubbaser1.2

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ParaLynette.Estelibrofueunatravesíadetresaños,

ynuncadudaste.

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Capítulo1

Comenzó su nueva vida de pie, enmedio de la fría oscuridad y del aire viciado ypolvoriento.Metalcontrametal.

Untemblorsacudióelpisodebajodeél.Elmovimientorepentinolohizocaerysearrastróconlasmanosylospieshaciaatrás.Apesardelairefresco,lasgotasdesudor le cubrían la frente. Su espalda golpeó contra una dura pared metálica; sedeslizó por ella hasta que llegó a la esquina del recinto. Se hundió en el rincón yatrajolaspiernasfirmementecontrasucuerpo,esperandoquesusojosseadaptaranalastinieblas.

Conotrasacudida,elcubículosemovióbruscamentehaciaarribacomosifueraelviejoascensordeunamina.

Ruidosdiscordantesdecadenasypoleas,comolamaquinariadeunaviejafábricade acero, resonaron por todo el compartimento, rebotando en las paredes con unchirridoapagadoyférreo.Eloscuroelevadorsemecíadeunladoaotrodurantelasubida,provocándolenáuseas;unolordeaceitequemadosaturósuolfato,haciéndolosentirpeor.Queríallorar,peronoteníalágrimas;nolequedabamásquepermanecersentadoallí,solo,esperando.

MellamoThomas,pensó.Esoeraloúnicoquerecordabaacercadesuvida.Nopodíaentenderloqueestabaocurriendo.Sucerebrotrabajabaperfectamente,

tratandodeevaluardóndesehallabaycuálerasusituación.Todalainformaciónquetenía invadió su mente: hechos e ideas, recuerdos y detalles del mundo y sufuncionamiento.Seimaginólosárbolescubiertosdenieve,corriendoporuncaminotapizadodehojas,comiendounahamburguesa,nadandoenunlago,elreflejopálidodelalunasobrelapradera,elbulliciodeunaplazadeciudad.Sinembargo,nosabíade dónde venía, cómo había terminado adentro de ese sombrío montacargas niquiéneseransuspadres.Nisiquierateníaideadecuálerasuapellido.

Imágenesdeindividuospasaronfugazmenteporsucabeza,peronoreconocióanadie,ysuscarasfueronreemplazadasporsiniestrasmanchasdecolor.Noguardabaensumemorianingúnrostroconocidonirecordabaunasolaconversación.

El elevador continuó su ascenso, balanceándose; Thomas se volvió inmune alincesanterepiqueteodelascadenasquelollevabanhaciaarriba.Pasóunlargorato.Los minutos se convirtieron en horas, aunque era imposible saber con certeza eltiempotranscurrido,puescadasegundoparecíaunaeternidad.No.Élerainteligente.Susinstintosledecíanquehabíaestadomoviéndosedurantecasimediahora.

Con sorpresa, sintió que el miedo desaparecía volando como un enjambre demosquitosatrapadosporelviento,yera reemplazadoporunaprofundacuriosidad.Queríasaberdóndeseencontrabayquéestabaocurriendo.

El cubículo se detuvo conun crujido; el cambio súbito lo arrojó al duro suelo.

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Mientras se levantaba con dificultad, sintió que la oscilación disminuía hastadesaparecer.Todoquedóensilencio.

Transcurrió un minuto. Dos. Miró hacia todos lados pero no vio más queoscuridad.Tanteólasparedesotravezenbuscadeunasalida,peronoencontrónada,sólo el fríometal.Lanzóungruñidode frustración.El eco se extendiópor el aire,comoungemidodeultratumba.Elsonidoseapagóyvolvióelsilencio.Gritó,pidióayuda,golpeólasparedesconlospuños.

Nada.Retrocedió nuevamente hacia el rincón, cruzó los brazos y se estremeció. El

miedohabíaregresado.Sintióuntemblorinquietanteenelpecho,comosielcorazónquisieraescapardelcuerpo.

—¡Ayuda…porfavor!—gritó.Laspalabrasledesgarraronlagarganta.Unfuerte ruidometálico resonósobresucabeza.Respirósobresaltadomientras

mirabahaciaarriba.Unalíneadeluzaparecióatravésdeltechodelascensorysefueexpandiendo. Tras un chirrido penetrante vio un par de puertas corredizas que seabríanconfuerza.Despuésdeestartantotiempoenlastinieblas,laluzloencegueció.Desviólavistaysecubriólacaraconambasmanos.

Escuchósonidosqueveníandearriba:eranvoces.Eltemorleestrujóelpecho.—Mirenallarchoese.—¿Cuántosañostiene?—Pareceunmierteroasustado.—Túereselmíertero,shank.—¡Güey,ahíabajohueleazarigüeya!—Esperoquehayasdisfrutadodelviajedeida,Nuevito.—¡Nohaypasajedevuelta,hermano!Sintió una ola de confusión mezclada con pánico. Las voces eran extrañas y

sonabanconeco.Algunaspalabraseranincomprensibles,otrasresultabanfamiliares.Entrecerrólosojosydirigiólamiradahacialaluzyhaciaaquellosquehablaban.Alprincipio,sóloviosombrasquesemovían,peroprontocomenzaronadelinearseloscuerpos:variaspersonasestabaninclinadassobreelhuecodeltecho,observándoloyapuntandohaciaél.

Y luego, como si la lente de una cámara hubiera ajustado el foco, las caras sevolvieron nítidas. Eran todos muchachos: algunos más chicos, otros mayores. Nosabía qué había esperado encontrar, pero estaba sorprendido. Eran adolescentes.Niños. Algo delmiedo que sentía se desvaneció, pero no lo suficiente como paracalmarsuaceleradocorazón.

Alguien arrojó una cuerda con un gran nudo en el extremo. Thomas primerodudó,perodespuéssubióelpiederechoyseaferróalasogamientrasloizabanhaciaelcielo.Variasmanosseestiraronhaciaél,aferrándolodelaropayatrayéndolohacialasuperficie.Elmundoparecíaunremolinobrumosoderostros,coloresyluces.Unaavalanchadeemocionesledesgarrólasentrañas;queríagritar,llorar,vomitar.Elcoro

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devocessehabíaapagadopero,mientraslolevantabansobreelbordeafiladodelacajanegra,alguienhabló.Supoquenuncaolvidaríaesaspalabras.

—Encantadodeconocerte,larcho—dijoelchico—.BienvenidoalÁrea.

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Capítulo2

LasmanosamistosasnodejaronderevolotearalrededordeThomashastaquesepusodepieylograronquitarleelpolvodelacamisayelpantalón.Todavíadeslumbradoporlaclaridad,setambaleóunpoco.Loconsumíalacuriosidad,peroaúnsesentíamuy confundido como para prestar atención a aquello que lo rodeaba. Sus nuevoscompañerossequedaronensilenciomientrasélrecorríaellugarconlavista,tratandodeabarcartodo.

Loschicoslomirabanfijamenteyreíancondisimuloalverlogirarconlentitudlacabeza; algunos estiraron lamano y lo tocaron. Debían de ser por lomenos unoscincuenta:sudorosos,conlaropamanchadacomosihubieranestadotrabajandoduro;erandetodoslostipos,tamañosyrazas,conelpelodedistintoslargos.Derepente,sesintiómareadoporelconstanteparpadeodesusojos,quenodejabandeobservaraloschicosnielextrañositioalquehabíallegado.

Se hallaban en un enorme patio, superior en tamaño a una cancha de fútbol,bordeado por cuatro inmensosmuros de piedra gris, cubiertos por una enredaderatupida. Las paredes debían de tener más de cien metros de altura y formaban uncuadradoperfecto.Enlamitaddecadaunodelosladoshabíaunaaberturatanaltacomolosmismosmurosque,porloquepudover,conducíaaunospasadizosqueseperdíanalolejos.

—Miren al Novato —dijo una voz áspera, que no pudo distinguir a quiénpertenecía—.Sevaarompersucuellodegarlopoporinspeccionarsunuevamorada.

Varioschicosrieron.—Cierra el hocico, Gally —respondió una voz más profunda. Se concentró

nuevamenteenlasdecenasdeextrañosquelocontemplaban.Sabíaqueteníaaspectodeestaraturdido,puessesentíacomosilohubierandrogado.Unchicoalto,depelorubioymandíbulacuadrada,seacercóaélconrostroinexpresivoyloolió.Otro,bajoy regordete, se movía nerviosamente, mirándolo con los ojos muy abiertos. Unmuchachodeaspectoasiático, fornidoymusculoso, secruzódebrazosmientras loexaminaba,conlaplayeraarremangadaparamostrarsusbíceps.Otro,depieloscura,elmismoquelehabíadadolabienvenida,fruncióelentrecejo.Unainfinidaddecarasloobservabaatentamente.

—¿Dónde estoy?—preguntó, sorprendido al escuchar su voz por primera vezdesde la pérdida dememoria. Le sonó algo extraña,más aguda de lo que hubieraimaginado.

—En un lugar nomuy bueno—dijo elmuchacho de piel oscura—.Relájate ydescansa.

—¿QuéEncargadolevaatocar?—gritóalguienalfondodelamultitud.—Yate lodije, larcho—respondióunavozchillona—.Esunmiertero,asíque

seráFregón,nilodudes—agregó,ylanzóunarisitatonta,comosiacabaradedecir

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lacosamásgraciosadelmundo.Al escuchar tantas palabras y frases sin sentido, volvió a sentir que el

desconcierto presionaba su pecho.Larcho.Miertero. Encargado. Fregón. Brotabantannaturalmentedelasbocasdetodosqueleresultabaextrañonoentenderlas.Estabadesorientado:parecíaquelamemoriaperdidatambiénsehubierallevadopartedesulenguaje.

Ensumenteyensucorazónsehabíadesencadenadounabatalladeemociones.Confusión.Curiosidad.Pánico.Miedo.Peromezcladacontodoeso,habíaunaoscurasensacióndeabsolutadesesperanza,comosielmundosehubieraacabado,borradode su cabeza, y hubiese sido reemplazado por algo terrible. Quería correr yescondersedeesagente.

Elchicodelavozásperaestabahablando.—…nisiquierahizotanto.Teapuestoloquequierasqueasíes.Aúnnopodíaversucara.—¡Dijequecerraranelhocico!—gritóelmuchachodepieloscura—.¡Siganasí

ysequedaránsinrecreo!Ésedebe serel líder, concluyóThomas,al tiempoquesentíaodioalvercómo

todos lo admiraban. Luego se dedicó a estudiar la zona, a la que el chico habíallamadoelÁrea.

El piso del patio parecía estar hechodegrandes bloques de piedra.Muchosdeellos tenían grietas llenas de hierba y malezas. Cerca de una de las esquinas delcuadrado había un edificio extraño y ruinoso de madera, que contrastaba con lapiedragris.Estabarodeadodeunospocosárboles,cuyasraícesparecíangarrasqueperforaban la rocaenbuscadealimento.Enotrosectorseencontraban lashuertas.Desde donde se hallaba, podía distinguir plantas de maíz, de jitomate, y árbolesfrutales.

Alotroladodelrecintohabíacorralesdeovejas,cerdosyvacas.Ungranbosqueocupabaelúltimorecodo.Losárbolescercanosparecíansecosysinvida.Elcieloeraazulynohabíaniunanube; sin embargo, apesarde la claridad,noalcanzóaverningunahuelladelsol.Lassombrasquesearrastrabanporlosmurosnorevelabanlahorani laubicación:podíaser tempranoen lamañanao laúltimahorade la tarde.Mientras respiraba profundamente tratando de calmarse, fue atacado por unacombinación de olores: tierra recién trabajada, abono, pino, algo podrido y algodulce.Poralgunarazóndesconocida,élsabíaqueasídebíaolerunagranja.

Volvió la vista hacia sus captores, sintiéndose raro pero, al mismo tiempo,desesperado por hacer preguntas.Captores, pensó. ¿Por qué habrá aparecido esapalabra en mi cabeza? Examinó sus rostros, analizando cada expresión,evaluándolos.Lamiradadeunchico,encendidaporelodio,losobresaltó.Parecíatanenojadoquenolehabríaresultadoextrañosiselehubieraacercadoconuncuchillo.Teníapelonegroy, cuandohicieroncontactovisual, sacudió la cabezay sedirigióhacia un asta grasienta de hierro junto a una banca de madera. Una bandera

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multicolorcolgabasinvidadelapunta:nohabíavientoquelahicieraflamearpararevelarsudibujo.

Impresionadopor la actituddelmuchacho,miró fijamente suespaldahastaqueéstediomediavueltaysesentó.Entoncesapartólavistarápidamente.

De pronto, el líder del grupo, que tendría unos diecisiete años, se adelantó.Llevaba ropanormal:unaplayeranegra, jeans, tenis,un relojdigital.AThomas leresultóextrañalaformaenquevestíanpuesimaginóquetendríanqueusarropamásamenazante,comoununiformedeprisión.Elchicodepieloscurateníaelpelomuycortoylacarabienrasurada.Peromásalládesuconstanteceñofruncido,nohabíanadaenélqueinfundieratemor.

—Es una larga historia, shank—dijo, finalmente—. Irás conociéndola poco apoco.Mañana harás conmigo laVisitaGuiada.Hasta entonces, trata de no rompernada—estirósubrazo—.SoyAlby.

Estabaclaroquequeríaqueledieralamano.Thomas,enformainstintiva,senegóahacerlo.Sindecirnada,sealejódelgrupo,

caminóhastaun árbol cercanoy se sentó con la espalda apoyada contra la cortezarugosa.Elpánicosedesatónuevamenteensuinterior,casiimposibledetolerar.Perorespiróprofundamenteehizounesfuerzoportratardeaceptarlasituación.Cálmate,pensó.Noresolverásnadasitedejasdominarporelmiedo.

—Cuéntamela entonces—le gritó, luchando por no quebrar la voz—.La largahistoria.

Albyechóunamiradaalosamigosqueteníamáscercaypusolosojosenblanco.Thomas estudió otra vez a la multitud. Su cálculo original había sido bastanteacertado:eranunoscincuentaosesentachicosqueibandesdelaplenaadolescenciahasta jóvenes casi adultos comoAlby, que parecía ser unode losmayores.En esemomento, se dio cuenta de que no tenía idea de su propia edad y, ante esedescubrimiento,selecayóelalmaalospies:estabatanperdidoquenisiquierasabíacuántosañostenía.

—Enserio—dijo,abandonandoesamáscaradevalentía—.¿Dóndeestoy?Albycaminóhaciaélysesentóconlaspiernascruzadas.Latropalosiguióyse

agrupódetrás.Lascabezasasomabanaquíyalláparavermejor.—Sinoestásasustado—dijo—,noereshumano.Siactúasdeotramanera,tevoy

aarrojarporelAcantiladoporqueesoquerríadecirqueeresunenfermo.—¿ElAcantilado?—preguntó,mientras sentía que la sangre desaparecía de su

cara.—Carajo—exclamóAlby, restregándose losojos—.Nohay formade empezar

estaconversación,¿entiendes?Teprometoqueaquínoasesinamosalarchoscomotú.Sólotratadeevitarquetematen.Sobrevive…hazloquepuedas.

Se detuvo unos segundos y Thomas tuvo la impresión de que se había puestotodavíamáspálidoalescucharlosúltimoscomentarios.

—Escucha—dijo,y luego sepasó lasmanospor elpelocortomientrasdejaba

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escapar un suspiro prolongado—. No soy bueno para estas cosas: eres el primerNovatodesdequemataronaNick.

Los ojos de Thomas se agrandaron. Un chico se acercó al líder y le dio unaspalmadasamistosasenelhombro.

—EsperahastalamalditaVisitaGuiada,Alby—bromeó,conunacentoextraño—.Al pichoncito le va a dar un infarto brutal, todavía no escucha nada—agregó,luegoseinclinóyleextendiólamano—.Nuevito,mellamoNewt,ytodosaquínossentiremosmuybiensiperdonasanuestronuevolíderconcerebrodegarlopoaquípresente.

Thomas le dio lamano.Parecíamuchomás agradable queAlbyy también eramásaltoqueél,peroaparentabaserunañomenor.Erarubioyllevabaelpelolargo,quelecaíasobrelaplayera.Teníabrazosmusculososconlasvenasmuymarcadas.

—Calladito, shank—gruñóAlby, tomandoa su amigodelhombroparaque sesentaraasulado—.Almenosélpuedeentenderlamitaddeloquedigo—seoyeronalgunasrisasyluegotodosseagruparondetrás,listosparaescucharloqueellosibanadecir.

Albyabriólosbrazosconlaspalmasdelasmanoshaciaarriba.—EstelugareselÁrea,¿deacuerdo?Esdondevivimos,comemosydormimos.

NosllamamosanosotrosmismoslosHabitantesdelÁrea.Esoestodoloque…—¿Quiénmeenvióaquí?—preguntóThomas,unavezqueelmiedodejópasoa

laira—.¿Cómo…?Antesdequepudieraterminarlafrase,Albyseestiróylosujetódelaplayeracon

lamano,apoyándosehaciadelantesobrelasrodillas.—¡Vamos, larcho, levántate! —Alby se puso de pie, mientras continuaba

aferrándolodelaropa.Thomas finalmente logró incorporarse con esfuerzo, y el temor lo inundó otra

vez.Retrocediócontraelárbol, tratandodealejarsedel líder,quesemanteníajustodelantedeél.

—¡Se acabaron las interrupciones! —gritó—. No te hagas el matón. Si tecontáramos todo caerías muerto aquí mismo justo después de larcharte lospantalones.LosEmbolsadoresseharíancargodetiyyanonosserviríasparanada.

—Nosédequéestáshablando—repusolentamente,asombradoantelafirmezadesuvoz.

NewtextendiólamanoytomóaAlbydeloshombros.—Güey,cálmateunpoco.Asínolograrásnada,¿noves?ElchicosoltólaplayeradeThomasyretrocedió,respirandoaguadamente.—No hay tiempo para amabilidades, Nuevito. La vida anterior se terminó.

Aprendeprontolasreglas,escuchaynohables.¿Mecaptas?ThomasdirigiólamiradahaciaNewtenbuscadeayuda.Ensuinterior,todoera

convulsiónydolor.Laslágrimas,quepugnabanporsalir,lequemabanlosojos.Newtsacudiólacabeza.

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—Nuevito,entendiste,¿no?Estaba furioso, quería golpear a alguien, pero apenasmasculló un «sí» en voz

baja.—Va—dijoAlby—.ElPrimerDía.Esoesloquehoyesparati,larcho.Seacerca

lanoche,losCorredoresestánporvenir.LaCajallegótardehoy,nohaytiempoparalaVisitaGuiada.Ladejamosparamañanaporlamañana,justodespuésdeldespertar—agregó,ysevolteóhaciasuamigo—.Consígueleunacamayhazqueseduerma.

—Va—repusoNewt.AlbymiróaThomasyentornólosojos.—En pocas semanas, estarás feliz de hallarte aquí. El Primer Día, ninguno de

nosotros tenía la más remota idea de dónde se encontraba. Tú tampoco. Mañanaempiezalanuevavida.

Dio media vuelta y, abriéndose paso entre la multitud, se encaminó hacia eledificio demadera de la esquina. Lamayoría de los chicos se alejó, echándole alreciénllegadounamiradapersistenteantesdedesaparecer.

Thomas cruzó losbrazos, cerró losojosy respiróprofundamente.Elvacíoquesentía en su interior pronto fue reemplazado por una gran tristeza. Todo eso erademasiado. ¿Dónde se encontraba? ¿Qué era ese lugar? ¿Sería una especie deprisión?Deserasí,¿porquélohabíanenviadoallíyporcuántotiempo?Elidiomaera raro y a ninguno de los chicos parecía preocuparle si él vivía o moría. Laslágrimasamenazarondenuevo,perosenegóadejarlassalir.

—¿Quéhice?—susurró,aunquesuspalabrasnoestabandirigidasanadie—.¿Porquémehabránmandadoaquí?

Newtlediounapalmadaenelhombro.—Nuevito, todos pasamos por lo mismo. Nosotros también tuvimos nuestro

PrimerDíaysalimosdeesacajaoscura.Lascosasestánmal,escierto,yprontosepondránmuchopeor.Esaeslaverdad.Peroenpocotiempoestaráspeleandoenserio.Puedoverquenoeresunmarica.

—¿Acasoestoesunacárcel?—preguntó,mientrashurgabaenlaoscuridaddesuspensamientos,tratandodeencontraralgunaconexiónconsupasado.

—¿Ya terminaste con las preguntas?—repuso el muchacho—. No hay buenasrespuestasparati.Porlomenos,notodavía.Mejornohablesyaceptaelcambio,queyallegarálamañana.

Thomasnodijonadaypermanecióconlacabezabajaylosojosfijosenelpisorocosoyagrietado.Unahileradehierbasdehojaspequeñasseextendíaporelbordedeunodelosbloquesdepiedra.Unasdiminutasflorecitasamarillasasomabancomobuscandoelsol,quehacíaratohabíadesaparecidodetrásdelosenormesmurosdelÁrea.

—Chuckseráperfectoparati—dijoNewt—.Esunenanitoregordete,perobuenapersonaenelfondo.Quédateaquí.Ahoraregreso.

Nobienhuboterminadolafrase,unaullidoinhumanoatravesóelaire.Agudoy

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penetrante,elgritoresonóporelpatiodepiedraytodosloschicosqueestabanalavistagiraronlacabezahaciaellugardondesehabíaoriginado.Sintióquelasangreselecongelabaaldescubrirqueelhorriblesonidoproveníadeledificiodemadera.

HastaNewthabíasaltadodelsusto,conunaexpresióndegranpreocupaciónensurostro.

—Carajo —exclamó—. ¿Acaso los Docs no pueden controlar a ese larchodurantediezminutossinmiayuda?—SacudiólacabezaypateóligeramenteelpiedeThomas—.HablaconChucky,dilequetienequebuscarteunlugarparadormir—diomediavueltaycorrióhaciaeledificio.

Thomas se deslizó por el tronco del árbol hasta caer otra vez en el suelo. Serestregócontralacortezaycerrólosojos,deseandopoderdespertardeesahorrorosapesadilla.

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Capítulo3

Permaneció sentado durante un rato, demasiado agobiado como para moverse.Finalmente, se obligó a examinar el edificio derruido. Un grupo de chicos que sehabía amontonado afuera observaba con ansiedad las ventanas superiores, comoesperando que una espantosa bestia saltara al suelo enmedio de una explosión devidriosymaderas.

Un chasquido metálico, que venía de las ramas más altas del árbol, llamó suatención.Miró hacia arriba y alcanzó a ver un destello de luz plateada y roja quedesaparecíaporel troncohaciaelotro lado.Sepusodepieycaminóalrededordelárbol, buscando una señal de aquello que había oído, pero sólo encontró ramasdesnudas,grisesycafés,queseabríanenbifurcaciones,similaresalosdedosdeunesqueleto.

—Esofueunodelosescarabajos—dijoalguien.Giróhacialaderechayseencontróconunniñobajitoygordinflón,quelomiraba

fijamente. Eramuy joven, quizás el menor de todos los que había visto hasta esemomento:tendríaunosdoceotreceaños.Elpelocafélecubríaelcuelloylasorejas,rozandoloshombros.Sólosusojosazulesbrillabanenmediodeunacaratriste,fofaycolorada.

Thomaspusounaexpresióndeasombro.—¿Unqué?—Un escarabajo—repuso, señalando la copa del árbol—. No te hará daño, a

menosqueseastanestúpidocomoparatocarlo…shank.La última palabra no le salió de forma muy natural, como si aún no hubiera

comprendidobienlajergadelÁrea.Otroalarido,estavezlargoyescalofriante,rasgóelaire.ElcorazóndeThomasse

estremeció.Elmiedoeracomounrocíoheladosobresupiel.—¿Quéestápasandoallí?—preguntó,apuntandohaciaeledificio.—Ni idea—respondió el chico, que conservaba la voz agudade la infancia—.

Benestáahíadentro,muyenfermo.Elloslotienen.—¿Ellos?—repitió.Noleagradóeltonomaliciosoqueutilizó.—Sí.—¿Quiénessonellos?—Ojalánuncaloaverigües—respondió,conunaspectodemasiadotranquilopara

lasituación.Letendiólamano—.SoyChuck.YoeraelNovatohastaquellegaste.¿Yésteesmiguíaparalanoche?,pensó.Nopodíasacudirseelterriblemalestar,

y ahora a eso le sumaba irritación.Todo era absurdoy, además, le dolíamucho lacabeza.

—¿PorquétodosmellamanNuevito?—preguntó,estrechandolamanodeChuckysoltándoladeinmediato.

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—Porqueeresunreciénllegado—contestóconunacarcajada.Otroaullidollegódesdelacasa,ysonócomoeldeunanimalfamélicoalqueestabantorturando.

—¿Cómopuedesreírte?—comentó,horrorizadoporelruido—.Parececomosituvieranaunmoribundoahíadentro.

—Élvaaestarbien.Nadiemuere si regresaa tiempopara recibir elSuero.Estodoonada.Muertoovivo.Sóloqueduelemucho.

—¿Quéesloqueduelemucho?Losojosdelniñovagaronunrato,comosinoestuvierasegurodelarespuesta.—Humm…serpinchadoporlosPenitentes.—¿Penitentes?Estabacadavezmásconfundido.Pinchado.Penitentes.Laspalabras teníanuna

fuertecargadeterrory,derepente,yanosuposiqueríaescucharmás.El gordito se encogió de hombros y luego desvió la mirada, con un gesto de

suficiencia.Thomaslanzóunsuspirodefrustraciónyserecostócontraelárbol.—Parecequenosabesmuchomásqueyo—ledijo,peroteníaclaroqueesono

era cierto.La formaenquehabíaperdido lamemoria eramuyextraña.Recordababien cómo funcionaba el mundo, pero vacío de lo concreto, de los rostros, losnombres.Como un libro al que le faltaba una palabra de cada doce, lo cual hacíaarduayconfusasulectura.Desconocíaundatotanobviocomosuedad.

—Chuck,¿cuántos…añosteparecequetengo?Elchicoloobservódearribaabajo.—Yodiría dieciséis.Y si andas con la duda…unmetroochenta, pelo castaño.

Ah,yfeocomounacomadreja—aseguró,luegoresoplóyserió.Estaba tan perplejo que apenas escuchó la última parte. ¿Dieciséis? ¿Tenía

dieciséisaños?Sesentíamuchomásviejo.—¿Estás seguro?—le preguntó y luego hizo una pausa buscando las palabras

adecuadas—¿Cómo…?—ysecalló.Nisiquierasabíaquépreguntar.—No te preocupes.Andarás como atontado durante unos días, pero después te

acostumbrarásaestelugar.Amímepasó.Vivimosaquí,esloquehay.Esmejorquevivirenunamontañadeplopus—entornólosojos,anticipandolapregunta—.Plopusesotraformadedecir«caca».Eselruidoquehacecuandocaeennuestrasletrinas.

ThomasmiróaChuck,sinpodercreereltemadelaconversación.—¡Québien!—murmuró.Esofuetodoloqueseleocurrió.Luego,seincorporóysedirigióhaciaelviejoedificio.Chozaeraunnombremás

apropiado para esa construcción, que se alzaba delante de los enormes muros dehiedra. Tendría unos tres o cuatro pisos de altura y podría caerse en cualquiermomento.Setratabadeunsurtidodisparatadodetroncos, tablas,cuerdasgruesasyventanas,queaparentementehabíansidocolocadosjuntosalazar.Mientrascaminabaporelpatio,elinconfundibleoloraleñayacarneasándoseleprodujoruidosenelestómago.Saberquelosgritosproveníandeunchicoenfermolohizosentirmejor,

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hastaquepensóenquéloshabríacausado…—¿Cómo te llamas? —le preguntó Chuck desde atrás, mientras corría para

alcanzarlo.—¿Qué?—¿Cuál es tu nombre? Todavía no nos lo has dicho, y yo sé que eso sí lo

recuerdas.—Thomas.Lo pronunció con voz ausente pues sus pensamientos habían tomado otra

dirección.Sielchicoestabaenlocierto,élacababadedescubrirunaconexiónconelresto de los Habitantes. Un patrón común en la pérdida de la memoria. Todos seacordabandesusnombres.¿Porquénodelosdesuspadres?¿Oeldealgúnamigo?¿Odesusapellidos?

—Encantado de conocerte, Thomas—dijoChuck—.Quédate tranquilo que yomeocuparédeti.Hacejustounmesqueestoyaquíyconozcoellugarcomolapalmademimano.Puedescontarconmigo,¿deacuerdo?

Estaba llegandoa lapuertadelanterade lachoza,dondepermanecía reunidoelgrupito de chicos, cuando lo asaltó un súbito arrebato de rabia. Se dio vuelta yenfrentóaChuck.

—Nopuedesniexplicarmeloquepasa.Yonollamaríaaesoocuparsedemí—dijo.Luegolediolaespaldaysedirigióalapuerta,intentandobuscarrespuestasallíadentro. No tenía idea de dónde habían surgido repentinamente el valor y ladeterminación.

Elniñoseencogiódehombros.—Nadadeloqueyodigateharásentirmejor—dijo—.Enrealidad,todavíasigo

siendounNovato.Peropuedosertuamigo…—Nonecesitoamigos—lointerrumpió.Sedirigióalapuerta—unahorribletablademaderadescolorida—,laabriódeun

empujón y vio a varios chicos de rostros impasibles al pie de una escaleradesvencijada,queteníalosescalonesyelbarandalretorcidosyladeadosendistintasdirecciones. Las paredes del vestíbulo y el pasillo estaban cubiertas con un papeltapizoscuro,despegadoenvariaspartes.Losúnicosadornosalavistaeranunfloreropolvoriento sobre unamesa de tres patas y la fotografía en blanco y negro de unaancianaconunanticuadovestidoblanco.Lepareciórecordarunacasaembrujadadealgunapelículadeterror.Hastafaltabantablasdemaderaenelpiso.

Ellugarapestabaapolvoymoho,ungrancontrasteconlosagradablesoloresdelexterior. Luces fluorescentes parpadeaban desde el techo. Todavía no lo habíapensado,perodebíacuestionarsededóndevendríalaelectricidadenunlugarcomoése.Observóa laviejamujerde lafoto.¿Habríavividoalgunavezahí,cuidandoaesagente?

—Hey,miren,llegóelNovato—exclamóunodelosmuchachosmayores.Conunsobresalto,descubrióqueeraelchicodepelonegroquelehabíaechadoesamirada

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mortíferaunratoantes.Tendríaunosquinceaños,eraaltoydelgado.Sunarizeradeltamañodeunpuñopequeñoyparecíaunapapadeforme—.Estelarchoseguroquesehizo plopus encima cuando escuchó al pequeño Benny chillar como una niña.¿Necesitascambiarteelpañal,shank?

—MinombreesThomas.Debía alejarsede ese tipo.Sinunapalabramás, se encaminóhacia la escalera,

sólo porque se encontraba cerca y no tenía idea de qué hacer o qué decir. Pero elmatónsecolocódelantedeél,conunamanoenalto.

—Detenteahí,garlopo—leadvirtió,apuntandoelpulgarhaciaelpisodearriba—.AlosNovatosnoselespermiteveraalguienque…fuellevado.NewtyAlbyloprohibieron.

—¿Quétepasa?—lepreguntó,haciendounesfuerzopornomostrarmiedoensuvozy tratandode nopensar quéhabía queridodecir con llevado—.Ni siquiera sédóndeestoy.Sólonecesitounpocodeayuda.

—Escúchame, Nuevito —agregó el bravucón, mientras arrugaba la cara y secruzabadebrazos—.Yotehevistoantes.Hayalgoquemehuelemaldetullegadaaquíyvoyaaveriguarquées.

UnaoleadadecalorcorrióporlasvenasdeThomas.—Yo no te he visto nunca en mi vida. No tengo idea de quién eres y no me

importaenabsoluto—lelanzócomounaescupida.Pero,francamente,¿cómopodríasaberlo?¿Ycómopodíaserqueesechicoseacordaradeél?

Elmuchacho rió con disimulo.Una carcajada corta,más un resoplido lleno deflema.Luegosucarasepusoseriayjuntólascejas.

—Te he… visto, miertero. No muchos por aquí pueden decir que fueronpinchados —le advirtió, apuntando hacia arriba—. Yo puedo. Sé por lo que estápasandoelpequeñoBenny.YoestuveensulugarytevidurantelaTransformación.

Seestiróylediouncodazoenelpecho.—YteapuestolaprimeracomidaquetedéSarténqueBennydiráquetambiénte

vio.Thomaslesostuvolamiradaperodecidiónodecirnada.Elpánicoloconsumió

denuevo.¿Enalgúnmomentolascosasdejaríandeempeorar?—¿YatemojastelospantalonesconestodelosPenitentes?—continuóelchico

con una sonrisita sarcástica—. ¿Estás un poco asustado ahora? No quieres que tepinchen,¿verdad?

Otravezesapalabra.Pinchar.Tratódenopensarenesoyseñalóhaciaarribadela escalera, de donde venían los gemidos del enfermo que resonaban por todo eledificio.

—SiNewtestáalláarriba,quierohablarconél.El muchacho no dijo nada. Lo miró atentamente durante varios segundos y

despuéssacudiólacabeza.—¿Sabesqué?Tienesrazón,Tommy.Nodeberíaser tanmaloconlosNovatos.

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Venomás.EstoysegurodequeAlbyyNewttevanaponeraltantodetodo.Enserio,sube.Losiento.

Ledioungolpecitoenelhombroyluegoretrocedióapuntandohaciaarriba.Peroélsabíaqueelchicotramabaalgo.Perderpartedetumemorianoteconvertíaenunidiota.

—¿Cómo te llamas?—preguntó Thomas, haciendo tiempomientras decidía sidebíasubirono.

—Gally. Y no te dejes engañar. Yo soy el verdadero líder aquí y no los doslarchosviejosdearriba.Yo.Siquieres,puedesllamarmeCapitánGally.

Sonrióporprimeravez.Losdienteshacíanjuegoconlanariz:lefaltabandosotresyningunoerani remotamenteblanco.Lanzóunabocanadadeaireyelalientoalcanzó aThomas. El olor le trajo un horrible recuerdo que no pudo precisar y levinieronnáuseas.

—Muybien—dijo,tanhartodeltipoquesentíaganasdegritarydarleungolpeenlacara—.SeráCapitánGally,entonces.

Hizo un saludo exagerado, sintiendo una ola de adrenalina, ya que sabía queacababadetraspasarunlímite.

Unas risitas escaparon del grupo de chicos y Gally se puso colorado. CuandoThomas desvió la vista hacia él, notó que tenía el entrecejo fruncido y la narizarrugadaporelodio.

—Yasubeyaléjatedemí,shank—leadvirtió,señalandohacialasescaleras,perosinquitarlelamirada.

—Perfecto—exclamóThomas.Echóunvistazoasualrededorunavezmás.Estabaavergonzado,confundidoy

enojado.Sintióquelasangreleinundabaelrostro.NadiehizonadaparaimpedirqueacataraelpedidodeGallyexceptoChuck,queteníaunaexpresióndetemor.

—Nodeberíashacerlo—intervino—.EresunNovato,nopuedesirconellos.—Vamos—dijoGallyconunasonrisitaburlona—,sólosube.Ya estaba arrepentido de haber entrado en el edificio, pero sí quería volver a

hablarconesetipollamadoNewt.Comenzóasubirlasescaleras.Lospeldañoscrujíanbajosupeso.Denoserporla

situación tanviolentaqueestabadejandoatrás, seguramente sehabríadetenidoportemor a caerse de esas viejasmaderas. Pero siguió ascendiendo, sobresaltándose acada paso. Los escalones terminaban en un descanso. Dobló a la izquierda y seencontróconunpasilloconbarandalqueconducíaavariashabitaciones.Sólounadeellasdejabapasarluzpordebajodelapuerta.

—La Transformación —gritó Gally desde abajo—. ¡Te llegará en cualquiermomento,garlopo!

Comoside repente laburla lehubieradisparado lavalentía, sedirigióhacia lapuerta iluminada, sin prestar atención a los ruidos de las tablas ni a las risas quevenían de abajo. Ignorando también la avalancha de palabras que no entendía y

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sofocandolosespantosossentimientosqueleprovocaban,estirólamano,presionólamanijadebronceyabriólapuerta.

Dentrodelahabitación,NewtyAlbyestabaninclinadossobrealguientendidoenunacama.

Seacercóparadescubrirquéeratodoeseescándalo,perocuandopudoverbienelestadodelpaciente,elcorazónselecongeló.Tuvoquereprimirlasganasdevomitar.

Laimagenfuerápida—sólounospocossegundos—,perosuficienteparaquesele fijaraensumemoriaparasiempre.Unafigurapálidayagonizante,conelpechodescubiertoyenfermo,seretorcíadedolor.Lasvenasverdosastejíanunaredatravésde su cuerpo, como cuerdas debajo de la piel. Estaba lleno de moretones colorpúrpuraydearañazos.Losojosinyectadosensangresemovíancondesesperacióndeunladoaotro.

LavisiónyahabíaquedadoimpresaenlamentedeThomascuandoAlby,deunsalto,bloqueósumiradaperonolosgemidosylosaullidos.Loempujófueradelahabitaciónyluegocerrólapuertadeungolpedetrásdeellos.

—¡¿Quéestáshaciendoaquíarriba,Nuevito?!—legritó,hechounafuria.Elvalorsedesvaneció.—Yo…eh…queríaalgunasrespuestas—murmuró,peronologródarlefuerzaa

sus palabras. Ya no podía más. ¿Qué le pasaba a ese chico? Se apoyó contra elbarandaldelpasilloymiróalpiso,sinsaberquéhacer.

—¡Saca tus suciospiesde aquí ahoramismo!—leordenóel líder—.Chuck teayudará. Si te veo otra vez antes de mañana, eres hombre muerto. Yo mismo tearrojaréporelAcantilado,¿captaste?

Deprontosesintióhumilladoyasustado,comosituvieraeltamañodeunarata.Sindecirunapalabra,pasódelantedelchicoybajólasescalerasruinosastanrápidocomopudo.Evitandolasmiradasdetodoslosqueestabanabajo—especialmenteladeGally—,tomóaChuckdelbrazoyatravesólapuerta.

Detestabaatodaesagente,exceptoaChuck.—Sácame de aquí —le dijo. En ese momento se dio cuenta de que él era,

posiblemente,suúnicoamigo.—No hay problema —contestó con voz alegre, fascinado de que alguien lo

necesitara—.PeroprimerotenemosquevisitaraSartén.—Nosésipodrévolveracomeralgunavez.Nodespuésdeloqueacabodever.—Sípodrás.Vealmismoárboldeantes.Nosencontraremosallíendiezminutos.Feliz de alejarse de la casa, Thomas semarchó hacia el lugar convenido. Sólo

habíaestadoenelÁreauncortotiempoyyaqueríairse.Deseófervientementepoderrecordar algode suvida anterior.Cualquier cosa.Sumamá, supapá, un amigo, laescuela,algúnpasatiempo.Unachica.

Parpadeóvariasvecesconfuerza,tratandodesacarsedelacabezalaimagendeloquehabíavistoenlachoza.

LaTransformación.Gallylohabíallamadoasí.

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Aunquehacíacalor,sintiónuevamenteunescalofrío.

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Capítulo4

ThomasserecostócontraelárbolmientrasesperabaaChuck.RecorrióconlavistaelrecintodelÁrea,esenuevoespaciodealucinacióndondeparecíadestinadoavivir.Las sombras de losmuros se habían alargado notablemente, y ya trepaban por losbordesdelasfachadascubiertasdehiedradelotrolado.

Al menos, eso lo ayudó a orientarse: el edificio de madera se ubicaba en laesquinanoroeste,entrelastinieblasqueseoscurecíancadavezmás.Elbosquecilloseencontrabaalsuroeste.

Lazonade lagranja,donde todavíaseveíaaunospocos trabajadoresentre loscultivos, seextendíapor toda lapartenorestedelÁrea.Losanimalesestabanenelrincónsureste,mugiendo,aullandoycacareando.

Justo a la mitad del patio, el enorme agujero de la Caja seguía abierto, comoinvitándoloasaltarenéleirseasucasa.Cercadeallí,unosseismetroshaciaelsur,había un edificio bajo, de toscos bloques de concreto, sin ventanas y con unaamenazadora puerta de hierro como única entrada. Tenía una granmanija redondaqueparecíaunaruedadeacero,comolasquehayenlossubmarinos.Apesardeloquehabíavistohacíaunrato,nosabíaquésensacióneramásfuerte:lacuriosidadporsaberquéhabíaadentrooelmiedodedescubrirlo.

Estabaporexaminar lasenormesaberturasen lamitadde lasparedesdelÁrea,cuandollegóChuckconsandwiches,manzanasydosvasosmetálicosconagua.Unaprofunda sensacióndeconsuelo seapoderódeél:noestaba totalmente solo en eselugar.

—Sarténnosemostrómuyfelizalvermeasaltarlacocinaantesdelahoradelacena—aclaró,sentándosealladodelárbolyhaciéndoleunaseñaparaqueloimitara.Tomóunsandwichperoluegodudóalrecordarlaimagenespeluznanteymonstruosadeloquehabíavistoenlachoza.Sinembargo,prontoelhambreganólapartidayledio un gran mordisco. El maravilloso gusto del jamón, el queso y la mayonesainundaronsupaladar.

—Ay,güey—mascullóconlabocallena—.Estabamuertodehambre.—Telodije—repusoChuck,yatacósupropiosandwich.Despuésdeunpardebocados,Thomasporfinseatrevióahacerlapreguntaque

loestabaatormentando.—¿Cuál es realmente el problema del tal Ben? Ya ni siquiera tiene aspecto

humano.—Nosé—murmuróelgorditodistraídamente—.Nolovi.Sediocuentadequeelchiconoerasincero,perodecidiónopresionarlo.—Bueno,créeme,esmejorquenoloveas.Siguió comiendo, mordisqueando una manzana, mientras analizaba las grietas

profundasdelosmuros.Aunquenopodíaverbiendesdedondeseencontraba,había

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algoraroenlosbordesdelaspiedrasqueestabanenlassalidashacialospasillosdelexterior. Tuvo una inquietante sensación de vértigo al mirar las altísimas paredes,comosiestuvierasuspendidoarribadeellasenvezdeestarsentadoenlabase.

—¿Quéhayallíafuera?—preguntó—.¿Acasoestoespartedeungrancastillooalgoparecido?

Chucktitubeó.Seleveíaincómodo.—Humm,yonuncasalídelÁrea.Thomassemantuvoensilenciodurantealgunossegundos.—Estásescondiendoalgo—repusoporfin,mientrasterminabaelúltimobocado

y bebía un largo trago de agua. La frustración de no recibir respuestas de nadiecomenzaba a destrozarle los nervios.Y saber que, aun si realmente le contestaran,podríannoestardiciéndolelaverdadsólolohacíasentirsepeor—.¿Porquésontanmisteriosos?

—Lo que ocurre es que las cosas sonmuy extrañas por aquí, y lamayoría denosotrosnosabetodo.Nilamitaddetodo.

LemolestabaqueChucknoparecierapreocupadopor loque acababadedecir,queleresultaraindiferentequelehubiesenarrebatadosupropiavida.¿Quéproblemateníaesagente?Sepusodepieycomenzóacaminarhacialaaberturadeleste.

—Bueno,nadiedijoquenopodíadarunavueltaporlosalrededores.Teníaqueaveriguaralgoosevolveríaloco.—¡Hey, espera!—gritóChuck, corriendo tras él—.Ten cuidado, que estánpor

cerrarse—agregó,muyagitado.—¿Cerrarse?—repitió—.¿Quéestásdiciendo?—LasPuertas,larcho.—¿Puertas?Noveoningunapuerta.SediocuentadequeChucknoestabainventandonada.Habíaalgoobvioquese

leestabaescapando.Unararainquietudloembargóy,sinpensarlo,redujoelpaso.Yanoestabataninteresadoenllegarhastalosmuros.

—¿Cómo llamarías a esas grandes aberturas?—preguntóChuck, señalando losenormeshuecosdegranalturadelasparedes.Seencontrabanasólodiezmetrosdedistancia.

—Yolasllamaríagrandesaberturas—respondióThomas,buscandocontrarrestarsuinquietudconsarcasmo,aunquesabíaquenoleestabadandoresultado.

—Bueno,sonPuertasysecierrantodaslasnoches.Sedetuvo,creyendoqueChuckestabaequivocado.Miróhaciaarriba,haciacada

lado,examinólosinmensosbloquesdepiedra,yentonceseldesasosiegoseconvirtióenterror.

—¿Quéquieresdecirconesodequesecierran?—Puedes comprobarlo por ti mismo en un minuto. Los Corredores regresarán

pronto,yentoncesesosgrandesmurossevanamoverhastaqueloshuecosquedencerrados.

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—Estás enfermode la cabeza—exclamóThomas.No se imaginaba cómoesasgigantescasparedespudieransermovibles.Sesentíatansegurodeesoqueserelajó,pensandoqueChuckleestabahaciendounabroma.

Llegaronalinmensohuecoqueconducíaalexterior.—Éstaes laPuertadelEste—explicóChuck, comoquienmuestra conorgullo

unaobradeartedesucreación.Thomasapenas loescuchaba; estaba sorprendidopor lasdimensionesque tenía

todoeso,vistodecerca.Laaberturaenlaparedtendríaunosseismetrosdeanchoyse elevaba hasta una gran altura.Los bordes eran lisos, a excepciónde un extrañodiseñoque tenía en ambaspartes.En el lado izquierdode laPuerta delEstehabíaprofundosorificiosdevarioscentímetrosdediámetrocavadosenlaroca,dispuestosatreintacentímetrosdedistanciaentresí.Comenzabancercadelsueloyseguíanhastaarribadetodo.

Enelladoderecho,unosconos,tambiéndevarioscentímetrosdediámetroyunostreintadelargo,sobresalíandelbordedelmuro,situadosdelamismaformaquelosagujerosqueseencontrabanenelladodeenfrente.Lafinalidaderaobvia.

—¿No estás bromeando? —preguntó, sintiendo que el miedo lo invadíanuevamente—.¿Entoncesno teestabasburlandodemí?¿Losmurossemuevendeverdad?

—¿Porquéibaainventaralgoasí?Leresultabamuydifícilimaginaralgosemejante.—Nosé.Yocreíquehabríaunapuertaquesecerrabaounapequeñaparedquese

deslizabadesdeadentrodelagrande.¿Cómopuedeserqueestasparedessemuevan?Soninmensasydanlaimpresióndellevaraquímilesdeaños.

LaideadequeesasmolessecerraranylodejaranatrapadodentrodelÁreaeratotalmenteaterradora.

Chucklevantólosbrazosenseñaldeclarafrustración.—Quéséyo.Semueveny listo.Hacenunchirridoque te rompe losoídos.Lo

mismo ocurre afuera, en el Laberinto: esos muros también se deslizan todas lasnoches.

Sorprendidoanteelnuevodato,sevolteóbruscamente.—¿Quéacabasdedecir?—¿Eh?—Acabas de llamarlo Laberinto. Dijiste: «lo mismo ocurre afuera, en el

Laberinto».Chucksepusotodocolorado.—Nohablomáscontigo.Seacabólacharla.Caminóderegresohaciaelárbolendondeestabanantes.Thomasloignoró.Estabamásinteresadoquenuncaenloquesucedíaafueradel

Área. ¿Un Laberinto? Delante de él, a través de la Puerta del Este, podía divisarpasadizos que se dirigían hacia la izquierda, hacia la derecha y hacia delante. Las

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paredes de los pasillos eran similares a las que rodeaban al Área y el piso estabahechodelosmismosenormesbloquesdepiedradelpatio.Lahiedraparecíamuchomás densa allá afuera.A la distancia,más huecos en losmuros conducían a otrossenderosymáslejos,aunoscienmetros,elpasadizoqueibahaciadelanteterminabaenuncallejónsinsalida.

—PareceunLaberinto—susurróThomas, riéndoseensu interior,comosi todono fuera ya suficientemente raro. Habían borrado su memoria y lo habían puestodentrodeuninmensoLaberinto.Detanalucinantequeeratodo,resultabagracioso.

Elcorazónlediounvuelcocuandovioqueunmuchachosalíainesperadamentedeunode los callejonesde laderechayavanzabahacia élpor elpasilloprincipal.Estabacubiertodesudor,teníalacararojaylaropapegadaalcuerpo.AlingresaralÁrea,leechóunamiradarápidaaThomasysedirigiódirectamentehaciaeledificiomásbajo,ubicadocercadelaCaja.

Clavó los ojos en el exhaustoCorredor, sin saber por qué ese nuevo suceso loasombrabatanto.¿PorquénohabríandesaliraexplorarelLaberinto?LuegosediocuentadequehabíamáschicosentrandoporlasotrastresaberturasdelÁrea,todostanagotadoscomoelqueacababadepasarcorriendojuntoaél.Nopodíahabernadabuenoalláafuerasivolvíanenesascondiciones.

Observó con curiosidad el encuentro delante de la gran puerta de hierro delpequeñoedificio.Unodeellosgiró lamanivelaoxidada,gruñendoporelesfuerzo.Chuck había dicho antes algo acerca de unos Corredores. ¿Qué habrán estadohaciendoallíafuera?,pensó.

La puerta finalmente se destrabó y, con un ruido ensordecedor demetal contrametal,elchicolaabrióporcompleto.Desaparecieronenelinterior,cerrándolaconungrangolpe.Thomasmirabatodomientrassumenteseafanabaporencontraralgunaposibleexplicacióna loqueacababade suceder.Nose leocurriónada,perohabíaalgoeneseedificioviejoyhorripilantequeleponíalospelosdepuntayleproducíauninquietanteescalofrío.

Alguien lo jaló de la manga, sacándolo de sus pensamientos: Chuck habíaregresado.

Antesdequepudierareflexionar,laspreguntasbrotarondesuboca.—¿Quiénes son esos tipos y qué estaban haciendo? ¿Qué hay dentro de ese

edificio?—exclamósindetenerse,mientrasgirabaseñalandolaPuertadelEste—.¿YporquéviventodosustedesdentrodeunmalditoLaberinto?

Lainsoportablepresióndelaincertidumbreletaladrabalacabeza.—No voy a decir una palabra más —contestó Chuck, con una autoridad

desconocidaensuvoz—.Creoquedebesiralacamatemprano,necesitasdormir.Ah—sedetuvo,levantóundedoyaguzóeloído—,estáporocurrir.

—¿Qué cosa?—preguntó, pensando que era un poco extraño que, de pronto,Chuckactuaracomounadultoenvezdeserelniño-desesperado-por-tener-un-amigodehacíaunmomento.

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Se escuchó un gran estruendo, seguido de horribles chirridos y crujidos.Retrocediódandotraspiésycayóalsuelo.Parecíaquelatierratemblaba.Miróasualrededorconpánico: losmurosseestabancerrandodeverdad,dejándoloatrapadodentro del Área. Lo invadió una sensación de claustrofobia que comprimió suspulmones,comosisellenarandeagua.

—Tranquilo, Nuevito—le gritó Chuck por encima del ruido—. ¡Son sólo losmuros!

EstabatanfascinadoysacudidoporelcierredelasPuertasqueapenaslooyó.Sepusodepieydiounospocospasostemblorososhaciaatrásparaobservarmejor,puesleresultabamuydifícilcreerloqueestabaviendo.

Laenormepareddepiedrasituadaasuderechaparecíadesafiartodaslasleyesdelafísicaaldeslizarseporelsuelolanzandochispasypolvo.Elcrujidolehizovibrarloshuesos.Descubrióquesóloesaparedsemovía;sedirigíahacialaizquierda,listapara cerrarse herméticamente una vez que encajaran los conos en los orificiostaladradosdelaotrapared.Echóunamiradahacialasotrasaberturas.Sentíaquesucabezagirabamásrápidoqueelcuerpoyquesuestómagosesacudíaporelmareoyelvértigo.EnloscuatroladosdelÁreasemovíanlosmurosdeladerechahacia laizquierda,clausurandoelhuecodelasPuertas.

Imposible,pensó.¿Cómopuedenhacereso?Reprimióelimpulsodecorrerhaciaallá,deslizarseporlosbloquesderocaantesdequesecerraranporcompletoyhuiralexterior.Pero el sentido común triunfó: elLaberinto conteníamásmisterios que elinteriordelÁrea.

Tratóde imaginarsecómofuncionabatodaesaestructura:gigantescosmurosdepiedradecientosdemetrosdealturasemovíancomosifueranpuertascorredizasdevidrio.Unaimagendesupasadoapareciófugazmenteensuspensamientos.Hizounesfuerzoporretenerelrecuerdoycompletarloconrostros,nombres,algúnlugar,perosedesvanecióenlaoscuridad.Unapunzadadetristezasearremolinójuntoasusotrasemociones.

Observó que la pared de la derecha llegaba al final de su viaje y las salientesentrabandeformaimpecable.ElestrépitofinalresonócomounecoatravésdelÁreamientras las cuatro Puertas quedaban cerradas por completo durante la noche.Thomassintiótodavíaalgodetemoryunaráfagadevértigo.Luegotododesapareció.

Una asombrosa sensación de calma tranquilizó sus nervios y lanzó un largosuspirodealivio.

—¡Guau!—exclamó,abrumadoportodoloquehabíapresenciado.—«No pasa nada», como diría Alby—murmuró Chuck—. Con el tiempo, te

acostumbrarás.Miró a su alrededor una vezmás. La atmósfera del lugar había cambiado por

completoahoraquelosmurosyanomostrabanningunasalida.Trató de imaginarse la finalidad de semejante cosa, y no supo cuál de las

conjeturas era peor: que ellos se habían quedado encerrados allí adentro o que los

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protegían así de algo que se encontraba en el exterior.La idea acabó con el brevemomentodecalma,removiendoensumenteunmillóndeposibilidades—todasellasterroríficas—sobreloquepodríavivirafuera,enelLaberinto.El temorloparalizódenuevo.

—Vamos—ledijoChuck—.Hazmecaso.Cuando llega lanoche,nohaynadamejorqueestarenlacama.

Thomas comprendió que no tenía otra opción. Hizo todo lo que pudo paraliberarsedeaquelloquelooprimíaylosiguió.

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Capítulo5

TerminaroncercadelapartedeatrásdelaFinca—asífuecomoChuckllamóaesaestructurainclinadademaderayventanas—,enunasombraoscuraentreeledificioylapareddepiedraqueestabadetrás.

—¿Adónde vamos? —preguntó Thomas, todavía agobiado por la imagen deaquellosmuroscerrándose.SeguíapensandoenelLaberinto,loinvadíanlaconfusiónyelmiedo.Seobligóaserenarlamenteosevolveríaloco—.Siestásesperandoelbesodelasbuenasnoches,másvalequeloolvides—bromeó,creyendoqueelhumoragregaríaalgodenormalidadalasituación.

Chuckestabamuyatento.—Cállatelabocayquédatecerca.Respiró con fuerza y levantó los hombros antes de seguir al chico por la parte

trasera del edificio. Anduvieron de puntillas hasta que llegaron a una ventanapequeñayllenadepolvo,delacualsalíaundébilrayodeluzquebrillabasobrelapiedraylaenredadera.Escuchóaalguienquesemovíaenelinterior.

—Elbaño—susurróChuck.—¿Y?Unaolademalestarrecorriósupiel.—Meencantahacerleestoalagente.Meproduceungranplacerantesdeirmea

dormir.—¿Hacerqué?—preguntó, sospechandoqueChuck tramabaalgo—.Quizásyo

debería…—¡Shh!Sinhacerruido,elchicotrepóaunagrancajademadera,colocadajustodebajo

de la ventana y se agachó para que su cabeza no se viera desde el interior. Luegoestirólamanoydiounosgolpecitosenelvidrio.

—Estoesunaestupidez—murmuró.Nopodíahaberelegidounpeormomentopara hacer una broma: seguro queNewt oAlby estaban allí adentro—.No quierometermeenproblemas.¡Acabodellegar!

Chucksetapólabocaconlamanoparareprimirlarisaygolpeólaventanaotravez,ignorandolasolicituddeThomas.

Una sombra pasó delante de la luz y luego la ventana se abrió. Thomas seescondiódeunsalto,pegándoseconfuerzacontraeledificio.Nopodíacreerquesehabía dejado arrastrar porChuckpara burlarse de alguien. Por elmomento, estabafuera del ángulo de visión de la ventana, pero sabía que, si la persona que estabadentroasomabalacabeza,estaríanperdidos.

—¿Quién anda ahí? —vociferó el chico del baño, con voz áspera e irritada.ThomastuvoquecontenerungritoaldarsecuentadequeeraGally.Yaconocíamuybienesavoz.

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Sin aviso previo, Chuck asomó la cabeza por la ventana y gritó con todas susfuerzas.Unruidofuerteenelinteriorconfirmóquelabromahabíasidounéxito,ylaletaníademalaspalabrasquesiguiórevelóquelavíctimanosehabíaquedadomuyfelizconelchiste.Thomassintióunamezcladehorroryvergüenza.

—¡Tevoyamatar,garlopo!—gritóGally,peroelbromistayahabíasaltadodelacajaycorríahaciaelÁrea.

Thomas se quedó congelado cuando escuchó que el chico abría la puerta y selanzaba a toda velocidad fuera del baño.Apenas logró salir de su aturdimiento, seencaminóatodaprisadetrásdesunuevo—yúnico—amigo.Enelmomentojustodedoblarlaesquina,surgióGallydelaFincagritando,comounabestiaferozqueandasuelta.

Enseguidalodivisó.—¡Venaquí!—leordenó.Sucorazónsucumbiódelsusto.Todoindicabaquerecibiríaungolpe.—Yono fui. Te lo juro—le dijo, aunque, evaluando el tamaño delmuchacho,

comprendió que no tenía por qué estar tan aterrorizado. Gally no era tan grandedespuésdetodo.Podíaenfrentarlosieranecesario.

—¿No fuiste tú? —gruñó, acercándose despacio hasta quedar frente a él—.¿Entoncescómosabesquehuboalgoquenohiciste?

Thomasno respondió.Sesentíamuymolestoperoyanoestabaasustadocomoantes.

—¿Te crees que soy idiota, Nuevito? —le dijo con ferocidad—. Vi la cararegordetadeChuckenlaventana—yseñalóconeldedohaciaelpechodeThomas—. Pero es mejor que decidas ahora mismo a quiénes quieres como amigos y aquiénescomoenemigos,¿meoyes?Unabromamáscomoésa,ynomeimportaqueseaideatuyaono,vaacorrersangre.¿Mecaptas?

Antesdequepudieracontestar,Gallyyaseestabaalejando.LoúnicoqueThomasqueríaeraquetodoeseepisodioterminaradeunavez.—Perdón—mascullóconunamuecadedisgustoporlotontaquehabíasonadola

disculpa.—Yo te conozco —agregó Gally, sin mirar atrás—. Te vi durante la

Transformaciónyvoyaaveriguarquiéneres.Observó que el matón desaparecía dentro de la Finca. No podía recordar

demasiado,peroalgoledecíaquenuncaalguienlehabíadesagradadotanto.Estabasorprendidodecuántoodiabaaesetipo.Realmentelodetestaba.Cuandodiomediavueltaparairse,seencontróconChuck,quemirabafijamentealpiso,avergonzado.

—Muchasgracias,amigo.—Lolamento.SihubierasabidoquesetratabadeGally,teaseguroquenuncalo

habríahecho.Entonces Thomas rió, lo cual lo dejó totalmente asombrado. Una hora antes,

hubierajuradoquenuncamásescucharíasemejantesonidosalirdesuboca.

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Chuckloobservóatentamenteehizounamuecaincómoda.—¿Qué?Thomaslediounapalmadaenlacabeza.—Nololamentes.El…larchoselomerecía,yesoquenisiquierasétodavíaqué

esunlarcho.Estuvoincreíble.—Deprontosesintiómuchomejor.Un par de horas después, estaba acostado en una bolsa de dormir al lado de

Chuck, sobre una cama de hierba cercana a los jardines. Era un vasto terreno concéspedqueélnohabíanotadoantes,ymuchosdelgrupo loutilizabancomo lugarpara pasar la noche. Pensóque eso era extraño, pero parecía que no había espaciosuficientedentrodelaFinca.Almenosestabacálido,locualhizoquesepreguntarapor millonésima vez dónde se encontraban. A su mente le resultaba muy difícilrecordarnombresdelugares,países,gobernantesocómoeralaestructuradelmundo.NingunodelosHabitantesteníalamenoridea;ysilatenían,noestabandispuestosacompartirla.

Se quedó allí echado en silencio, mirando las estrellas, arrullado por el suavemurmullo de las conversaciones que se escuchaban por elÁrea.El sueño estaba akilómetrosdedistanciaynopodíasacarsedeencimaladesesperanzaqueconsumíasu cuerpo y su mente. La alegría pasajera de la broma de Chuck se habíadesvanecido.Habíasidoundíaextrañoeinterminable.

Era todo tan… raro. Se acordaba demuchos detalles de la vida: la comida, laropa, estudiar, jugar, conceptos generales de la organización del universo. Perocualquier dato específico y personal que conformara un recuerdo real y completohabía sidoborradodealguna formaquedesconocía.Eracomomiraruna imagenatravésdeunvidrioempañado.Másquenada,sesentíatriste.

Chuckinterrumpiósuspensamientos.—Bueno,Nuevito,sobrevivistealPrimerDía.—Apenas.Ahorano,queríadecirle,noestoyconánimo.Sucompañeroseincorporóyseapoyósobreelcodo.—Aprenderásmuchoenunpardedíasyteacostumbrarásalfuncionamientode

estelugar.¿Va?—Humm… sí, va, supongo. ¿De dónde habrán sacado todas esas frases y

palabrasextrañas?—parecíaquehubieran tomadootro idiomay lohubieranunidoconelpropio.

Chuckpareciódesmoronarse.—Nosé.Noolvidesquehacesólounmesqueestoyaquí.SepusoapensarenChuck,sisabríamásdeloquedecía.Eraunchicopeculiar,

graciosoyparecíainocente,pero…EratanmisteriosocomotodoenelÁrea.Pasaron unosminutos, sintió que el largo día finalmente lo vencía. Cuando el

sueño empezaba a invadirlo, un pensamiento inesperado brotó en su cabeza, comometidoaempujones,ynoestabasegurodesaberdedóndeprovenía.

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Derepente,elÁrea,losmuros,elLaberinto,todoleresultó…conocido.Cómodo.Unaoladecalidezseextendióporsupechoy,porprimeravezdesdesullegada,nosintióqueésefueraelpeorlugardeluniverso.Secalmó,susojosseagrandaron,larespiración se detuvo por unmomento prolongado.¿Que acaba de pasar?, pensó.¿Qué cambió? La sensación de que las cosas iban a estar bien, irónicamente, loinquietóunpoco.

Sinentenderbiencómo,sabíaloqueteníaquehacer.Eldescubrimientoerararoyfamiliaralavez,yparecíaserlocorrecto.

—Quieroserunodeesostiposquevanalláafuera—dijoenvozalta,sinsabersiChuckestabatodavíadespierto—.AdentrodelLaberinto.

—¿Qué?—fuelarespuestadeChuck,conundejodeenojoenlavoz.—LosCorredores—respondió,deseandosaberdedóndeveníatodoeso—.Sealo

queseaqueesténhaciendoahí,yotambiénquieroserpartedeeso.—No tienes la más mínima idea de lo que estás diciendo —gruñó Chuck,

mirandohaciaelotrolado—.Duérmete.Thomassintiórenacersuconfianza,aunquerealmentenosabíaloquedecía.—QuieroserCorredor.Chucksevolteóotravezyseapoyóenelcodo.—Puedesirolvidándotedeesatonteríaenesteinstante.Lesorprendiólarespuestadelchico,perovolvióalacarga.—Notratesde…—Thomas.Nuevito.Amigomío.Olvídalo.—MañanalevoyacontaraAlby—ysiguiópensando:Corredor…Nisiquierasé

quésignifica.¿Mehabrévueltocompletamenteloco?Chuckseacostóriendo.—Eresunpedazodeplopus.Duérmetedeunavez.Peroélnopodíaabandonarlacuestión.—Hayalgoalláafuera…quemeresultafamiliar.—Vete…a…dormir.Entonces comprendió: fue como si las piezas de un rompecabezas se hubieran

colocadomágicamente en su lugar.No sabía cuál sería la imagen final, pero sintióquelaspalabraspronunciadasacontinuaciónveníandeotrapersona.

—Chuck,creoque…yaestuveaquíantes.Oyóquesuamigosesentabaytomabaaire.Sinembargo,miróhaciaelotrolado

y se negó a decir una sola palabra más para no arruinar esa nueva sensación dealientonieliminarlacalmaqueinundabasucorazón.

Elsueñollegómásfácilmentedeloquehabíaimaginado.

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Capítulo6

AlguiensacudióaThomasparalevantarlo.Cuandoabriólosojosviounacaraquelocontemplaba atentamente desde arriba. A su alrededor, reinaban las sombras y laoscuridaddelamadrugada.Quisodeciralgo,perounamanofríalecerrólabocaconfuerza.Entróenpánicohastaquedescubrióquiénera.

—Shh,Nuevito.NoqueremosdespertaraChuck,¿verdad?EraNewt,eltipoqueparecíaserelsegundoenelmando.Elaireseimpregnócon

sualientomatutino.Aunqueestabasorprendido,lasensacióndealarmadesapareciódeinmediato.No

podíaevitarpreguntarsequéquerríaesechicodeél.Asintióconlamirada,hastaquefinalmenteNewtretirólamano.

—Vamos,Novato—susurró.Seestiróy loayudóa incorporarse.Era tanfuertequeparecíaquepodíaarrancarleelbrazo—.Debomostrartealgoantesdeldespertar.

Cualquierrestodesueñoquequedaraensucabezayasehabíadesvanecido.—Bueno—dijosimplemente, listoparaacompañarlo.Sabíaque teníaqueestar

atento,yaquetodavíanoteníamotivosparaconfiarennadie.Perolacuriosidadloderrotóysepusoloszapatosrápidamente—.¿Adóndevamos?

—Sólosíguemeynotealejes.Pasaronsigilosamenteentreloscuerposdormidos,queyacíandesparramadospor

elsuelo.Thomastropezóvariasveces.Alpisarlamanodealguien,escuchóungritoagudodedoloryrecibióungolpeenlapantorrilla.

—Losiento—murmuró,ignorandolamiradamolestadesuguía.Unavezquedejaronlazonadelcéspedypisaronlapiedragrisdelpatio,Newt

comenzóacorrerhaciaelmurooccidental.Alprincipio,Thomasdudó,sinsaberporqué era necesario apurarse, pero enseguida se recuperó y lo siguió a la mismavelocidad.

La luz era tenue, pero los obstáculos se cernían como sombras más oscuras,permitiéndoleandarmuyrápido.Newtsedetuvojustoalladodelenormemuroquese levantaba encima de ellos: otra imagen al azar que surgía como un recuerdoborroso en la memoria perdida. Observó unas lucecitas rojas que brillaban endistintaspartesdelapared:semovían,frenaban,seencendíanyapagaban.

—¿Quéson?—susurró,rogandoquesuvoznosonaratantemblorosacomoéllasentía.Elresplandorintermitentedelaslucesocultabaunaadvertencia.

Newtseencontrabaamenosdeunmetrodelatupidacortinadehiedra.—Carajo,cuandotengasquesaberalgo,losabrás,Nuevito.—Bueno,esmedioestúpidomandarmeaunlugardondenadatienesentidoyno

contestarmispreguntas—repuso,sorprendidoantesurepentinovalor—.Larcho—agregó,cargandolapalabradesarcasmo.

Newtlanzóunacarcajada,perodeinmediatolacortó.

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—Mecaesbien,Novato.Ahoracállateydéjamemostrartealgo.Diounpasoadelante,hundiólasmanosenlaenredaderayseparóvariaslianasde

lapared.Aparecióunaventanacuadradadeunossesentacentímetros,conunvidrioopacoypolvoriento.Comotodavíaestabaoscuro,parecíaquelohabíanpintadodenegro.

—¿Quéestamosbuscando?—preguntóenvozbaja.—Aguántateunpoco,shank.Algovaaaparecerencualquiermomento.Pasó un minuto. Dos. Varios más. Thomas movía nerviosamente los pies,

preguntándose cómo Newt podía estar ahí tan tranquilo, con la mirada fija en laoscuridad.

Luegotodocambió.Unos rayos de luz fantasmagórica brillaron por la ventana, proyectando un

ondulantearcoirisenlacarayelcuerpodeNewt,comosiestuvieraalladodeunaalbercailuminada.Thomaspermanecióinmóvil,entrecerrandolosojosparadescifrarloquehabíadelotrolado.Sintióunnudoenlagarganta.¿Quéeseso?,pensó.

—Allá afuera está elLaberinto—susurróNewt con los ojos abiertos, como enestadodetrance—.Todoloquehacemos,nuestravida,Nuevito,giraalrededordeél.Pasamoscadapreciososegundodeldíatratandoderesolveralgoqueparecenotenerunamaldita solución, ¿entiendes?Queremosmostrarteporquénohayquemetersecon él y que veas por qué esas estúpidas paredes se cierran cada noche. Así tequedaráclaroelmotivoporelcualno tienesqueposar tus suciospiesmásalládeestosmuros.

Retrocedió,conlaenredaderatodavíaenlasmanos,ylehizoungestoparaquetomarasulugarjuntoalaventana.

Thomasseinclinóhaciadelantehastaquesunariztocólasuperficiefría.Letomóunos segundos enfocar sus ojos en el objeto que se movía del otro lado y poderdistinguir algo a través de lamugre y el polvo. Cuando lo logró, sintió que se leatorabalarespiraciónenlagarganta,comosiunvientoheladohubierapasadoporallícongelandoelaire.

Unacriaturabulbosayamorfa,deltamañodeunavaca,seagitabayseretorcíaenelsuelodeunodelospasillosdeafuera.Trepólaparedopuestayluegosaltóhacialaventana de vidrio grueso dando un golpazo. Thomas pegó un alarido y se alejóbruscamentedelapared.Perolacosarebotóhaciaatrás,dejandoelvidriointacto.

Elrespiróprofundamenteyseinclinóotravez.Estabamuyoscuroparapodervercon claridad, pero los flashes de unas luces extrañas que provenían de una fuentedesconocidarevelabanunaimagenborrosadepúasplateadasycarnebrillante.Desucuerpo sobresalían unos siniestros miembros a modo de brazos, que teníanmecanismos en los extremos: una cuchilla de una sierra, una colección de tijeras,varillaslargascuyafuncióneradifícildeadivinar.

Era una mezcla espeluznante de animal y máquina, y parecía percibir que laestabanobservando.Dabalaimpresióndequesabíaloqueocultabanlosmurosdel

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Áreayqueríaentrarparadarseunbanquetedecarnehumana.Thomassintióqueunterror helado brotaba en su pecho y le dificultaba la respiración. Con pérdida dememoriaytodo,estabasegurodequenuncahabíavistoalgotanhorroroso.

Retrocedió,mientrassedesvanecíalavalentíaquehabíasentidolatardeanterior.—¿Quéesesacosa?Algoseestremeciódentrodesusentrañasysepreguntósipodríavolveracomer

otravez.—Los llamamos Penitentes —contestó Newt—. Tipos desagradables, ¿no?

Puedesestarcontentodequesólosalenpor lanoche.Deberíasagradecerlesaestasmalditasparedes.

Tratódecalmarsemientrasimaginabalamaneradeirallíafueraalgunavez.Sudeseo de convertirse en Corredor había recibido un duro golpe. Pero, por algunaextrañarazón,sabíaqueteníaquehacerlo.Eraunasensacióntanrara,especialmentedespuésdeloqueacababadever.

Newtechóunamiradaindiferentealaventana.—AhorasabesquéesloqueacechaenelLaberinto,miamigo.Yquenoestamos

parabromas.HassidoenviadoalÁrea,Novato,ytodosesperamosquesobrevivasynosayudesacumplirconnuestramisión.

—¿Ycuáles?—preguntó,aunquelarespuestaleproducíaterror.Newtsediovueltaylomiródirectoalosojos.Lasprimerashuellasdelamanecer

ya habían asomado y Thomas pudo ver cada detalle de su cara: la piel tirante, lafrentearrugada.

—Descubrir la formadesalirdeaquí,Nuevito—repuso—.Eseso, resolver losenigmasdelmalditoLaberintoyencontrarelcaminoacasa.

Un par de horas después, una vez que las Puertas se reabrieron, retumbando ysacudiendoelpiso,Thomassesentóanteunamesa inclinadafuerade laFinca.NopodíapensarenotracosaqueenlosPenitentes:cuálerasufunción,quéhacíanalláafueratodalanoche.Cómoseríaelataquedealgotanterrible.

Trató de quitarse la imagen de la cabeza y pasar a otra cosa. Los Corredores.Apenas habían partido sin decir nada a nadie. Habían salido disparados hacia elLaberinto a toda velocidad, desapareciendo tras los recodos. Su mente seguíatrabajandomientras comía los huevos con tocino, sin hablar con nadie; ni siquieracon Chuck, que desayunaba en silencio a su lado. El pobre chico había quedadoexhausto tratando de entablar una conversación, pero Thomas se había negado aresponder.Todoloquequeríaeraquelodejaranenpaz.

No podía comprender lo que ocurría. Su cerebro estaba sobrecargado deinformaciónesforzándoseporescudriñar lo imposibledelasituación.¿Cómopodíaser que un Laberinto, con muros tan altos e inmensos, fuera tan grande que unadecena de chicos no hubieran encontrado todavía la salida, después de quién sabecuántotiempoquellevabanintentándolo?¿Cómopodíaexistirsemejanteestructura?Y,loqueeramásimportante,¿porqué?¿Cuálpodíaserelobjetivodehaceralgoasí?

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¿Paraquéestabantodosellosahí?¿Ydesdehacíacuánto?Pormásquetrataradeevitarlo,sucabezavolvíaunayotravezalaimagendel

horrorosoPenitente.Eracomounfantasmaqueparecíasaltarsobreélcadavezqueparpadeabaosefrotabalosojos.

Sabía que era un chico inteligente y, de alguna forma, también lo sentía en sucuerpo.Peronadade lo relacionadoconese lugar tenía sentido.Exceptounacosa.Tenía que ser unCorredor. ¿Por qué estaría tan seguro de eso, incluso después dehabervistoloquevivíaenelLaberinto?

Unapalmadaenelhombrolosacódesusreflexiones.Albyseencontrabadetrásdeélconlosbrazoscruzados.

—Qué aspecto tan relajado tienes —comentó—. ¿Pudiste disfrutar de unahermosavistaestamadrugadaatravésdelaventana?

Se levantó deseando que hubiera llegado el momento de las respuestas, obuscandoquizásunadistracciónparasuspensamientossombríos.

—Suficientecomoparaquerersabermásacercadeestelugar—dijo,esperandonoprovocarelmalgenioquehabíavistodesatarseenesetipoeldíaanterior.

Albyasintió.—Túyyo,larcho.LaVisitacomienzaahora—dijo,ycomenzóamoversepero

luegosedetuvo,conundedoenalto—.Nohaypreguntashastaelfinal,¿mecaptas?Notengotiempoparaparlotearcontigotodoeldía.

—Pero… —comenzó a decir. Dejó de hablar cuando las cejas de Alby searquearon.¿Porquéteníaquesertancretino?—.Peroexplícametodo.

La noche anterior había decidido no contarle a nadie más lo extrañamentefamiliarqueleresultabaellugar,eserarosentimientodequehabíaestadoantesallíypodíarecordarlo.Compartirtodoesoleparecióunamuymalaidea.

—Voyadecirteloqueyoquiera,Nuevito.Vamos.—¿Puedoir?—preguntóChuckdesdelamesa.Albyestirólamanoylepellizcólaoreja.—¡Aay!—chillóelniño.—¿Acaso no tienes trabajo, pichón?—le preguntó—.Haymucha limpieza por

hacer.ChucklevantólosojosenseñaldeirritaciónyluegomiróaThomas.—Quetediviertas.—Haréloposible—lecontestó.Depronto,sintiópenaporChuck.Deseóquelos

demáslotrataranmejor.Peroélnopodíahacernadaalrespecto,yaerahoradeirse.Se alejó conAlby, esperando que ésa fuera la inauguración oficial de laVisita

Guiada.

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Capítulo7

Comenzaronpor laCaja, que en esemomento permanecía cerrada.Era una puertadobledemetalapoyadacontraelsuelo,cubiertaconunapinturablancaagrietadayoxidada.HabíamuchamásluzylassombrassemovíanenladirecciónopuestaalaqueThomashabíavistoeldíaanterior.Todavíanohabíadivisadoelsol,perodabalaimpresióndequeibaaaparecersobrelaparedorientalencualquiermomento.Albyapuntóhaciaabajoseñalandolaspuertas.

—EstoeslaCaja.Unavezpormes,recibimosNovatoscomotú,nuncafalla.Unavez por semana, nos llegan suministros, ropa, algo de comida. No necesitamosmucho,prácticamentenosabastecemosnosotrosmismos.

Thomashizounaseñalafirmativa.Sentíaqueelcuerpoleardíadeganasdehacerpreguntas.Necesitocintaadhesivaparapegarmelaboca,pensó.

—Esa Caja es una sorpresa constante para nosotros, ¿me captas la idea? —continuó—.Nosabemosdedóndevino,cómollegóhastaaquí,niquiénestáacargo.Loslarchosquenosmandaronaquínonosdijeronnada.Tenemostodalaelectricidadquenecesitamos, cultivamosy criamos casi todo lo que comemos, noshacemos laropaytodolodemás.UnaveztratamosdeenviaraunNovatodevueltaenlaCaja.Nosemovióhastaquelosacamosdeahí.

Thomas sepreguntóquéhabríadebajode laspuertas cuando laCajanoestabaallí,perocontuvolalengua.Sentíaunamezcladecuriosidad,frustraciónyasombro,todomatizadoconelrecuerdoconstantedelhorrorosoPenitentedeesamadrugada.

Albycontinuabahablandosinmolestarseenmirarloalosojos.—El Área está dividida en cuatro sectores —levantó los dedos mientras los

enumeraba—:Jardines,Matadero,Finca,Lápidas.¿Locaptaste?Vaciló,perodespuésasintióconcaradeconfusión.LospárpadosdeAlbysesacudieronbrevementeysiguióhablando.Parecíaque

pensabaentodaslascosasquepodríaestarhaciendoenesemomento.Señalóhacialaesquinadelnoreste,dondeseencontrabanloscamposylosárbolesfrutales.

—Los Jardines. Allí tenemos los cultivos. El agua viene por cañerías que seencuentran en el suelo: siempre han estado, de lo contrario habríamos muerto dehambre hace mucho tiempo. Nunca llueve aquí. Jamás —y apuntó al rincón delsureste, la sección de los corrales y el granero—. El Matadero, donde criamos ymatamosanimales—luegoseñalóhaciaelsectorde lasviviendas lastimosas—.LaFinca. Ese estúpido lugar es dos veces más grande de lo que era cuando llegó elprimerodenosotros,porqueseguimoshaciendoagregadoscadavezquenosmandanmaderayplopus.Noserábonito,perofunciona.Detodosmodos,lamayoríaduermeafuera.

Thomassesentíamareadoantelasinnumerablespreguntasquedabanvueltasensumente.

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Porúltimo, le tocóel turnoa laesquinadelsuroeste, lazonadelbosque.Teníaadelantevariosárbolesraquíticosybancas.

—La llamamos las Lápidas. El cementerio está atrás, en ese rincón, donde elbosqueesmásdenso.Nohaymuchomás.Puedesirahíasentarte,descansar,loquequieras —aclaró su garganta, como queriendo cambiar de tema—. Pasarás laspróximas dos semanas trabajando un día con cada uno de los Encargados de losdiferentes trabajos, hasta que sepamos para qué eres bueno. Fregón, Albañil,Embolsador,Arador.Siempresurgealgo.Vamos.

CaminóhacialaPuertadelSur,ubicadaentreloqueélhabíallamadolasLápidasyelMatadero.Thomaslosiguió,arrugandolanarizanteelsúbitoolorasuciedadyabonoqueveníadeloscorrales.¿Uncementerio?,pensó.¿Paraquénecesitaránuncementerioenunlugarllenodeadolescentes?Esoloinquietóaúnmásquealgunasde las palabras que Alby repetía, como Fregón o Embolsador, que tampoco leresultaban muy agradables. Una vez más estuvo a punto de interrumpirlo, peromantuvolabocacerrada.

Frustrado,desvió su atenciónhacia los corralesdel sectordelMatadero.Variasvacas masticaban y rumiaban de un comedero lleno de heno verdoso. Los cerdosretozabanenmediodel lodo,y sóloelmovimientoocasionaldealgunacolaera laseñaldequeaúnestabanvivos.Habíauncorraldeovejas,ungallineroyjaulasconpavos.Lostrabajadoresandabanmuyatareadosporlazona;dabalaimpresióndequesehabíanpasadotodalavidaenunagranja.

¿Por qué será que recuerdo a estos animales?, se preguntó. Nada le parecíanuevoniinteresante:sabíacómosellamaban,loquecomíannormalmente,cuálerasuaspecto.¿Porquéseacordabadeesosdetallesynodedóndehabíavistoantesaesos animales o con quién? Su pérdida de la memoria era desconcertante por locompleja.

Albyseñalóhaciaelamplioestablosituadoenelrincóntrasero,cuyapinturarojayasehabíadecoloradoadquiriendountonocobrizopálido.

—Allí atrás trabajan los Carniceros.Una tarea desagradable y asquerosa. Si tegustalasangre,éseestulugar.

Thomas sacudió la cabeza. Esa ocupación no le sonaba nada bien. Mientrascontinuaban la caminata, dirigió su atención hacia el otro lado del Área, dondeestabanlasLápidas.Amedidaqueseinternabaneneserincón,laarboledasevolvíamás densa y espesa,más viva y conmás follaje.A pesar de la hora del día, unassombras oscuras cubrían la zona más profunda del bosque. Miró hacia arribaentrecerrando losojos,ypensóque finalmenteel soldeberíahaberaparecido,perotodo estaba raro, más anaranjado que de costumbre. Consideró que ése era,seguramente,otroejemplodesuextrañamemoriaselectiva.

Llevóotravez lamiradahacia lasLápidas, peroundisco incandescente seguíaflotandodelantedesuvista.Alparpadearparaquitarselaimagen,violaslucesrojasotra vez, deslizándose y destellando en la oscuridad del bosque. ¿Qué son esas

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cosas?, pensó, disgustado porque el líder se negaba a contestar sus preguntas. Elsecretoleresultabairritante.

AlbysedetuvoyThomasdescubrióconsorpresaquehabíanllegadoalaPuertadelSur:losdosmurosylasalidaseelevabansobreellos.

Losgruesosbloquesdepiedragris estabanagrietadosycubiertosdeunaañosaenredadera.Estiróelcuelloparadivisar lapartesuperiorde lasparedes.Sucabezaparecíagirar,provocándolelaextrañasensacióndequeestabamirandohaciaabajoynohaciaarriba.Retrocedióunpasotambaleándose,nuevamenteimpresionadoporlaestructuradesunuevacasa.LuegovolviósuatenciónaAlby,queestabadeespaldasalasalida.

—AlláafueraestáelLaberinto—dijoAlby,pasandoelpulgarsobreelhombro.Luegohizounapausa.Thomasmiróatentamenteenesadirección,atravésdelhuecoentre las paredes, que servía de salida del Área. Los pasillos de afuera eran muyparecidosalosquehabíavistodesdelaventanajuntoalaPuertadelEste,tempranoen la mañana. Sintió un escalofrío al imaginar que un Penitente podía aparecer yatacarlosencualquiermomento.Se fuehaciaatrásantesdedarsecuentade loqueestabahaciendo.Tranquilo,sedijoasímismo,avergonzado.

Albyprosiguió.—Hacedosañosqueestoyaquí.Nadieestuvomásqueeso.Lospocosanteriores

amíyaestánmuertos.—LosojosdeThomasseabrieronyseleaceleróelcorazón—.Durantedosañostratamosdeencontrarunasalidaaesto,sinsuerte.Allíafuerahay unasmalditas paredes que semueven por la noche igual que estas Puertas deaquí.Hacermapasdelazonatampocoesfácil,nadaloes—señalóconlacabezaendirecciónaledificiodeconcretoenelquehabíaningresadolosCorredoreslanocheanterior.

Otra punzada de dolor atravesó su cabeza. Había tantas cosas que procesar degolpe. ¿Llevaban dos años allí? ¿Los muros del Laberinto se movían? ¿Cuántoshabían muerto? Se adelantó para ver el Laberinto por sí mismo, como si lasrespuestasestuvieranimpresasenlasparedesexteriores.

Albyestirólamanoyleempujóelpecho,haciéndoloretrocederytropezarse.—Nosepasahaciaalláafuera,larcho.Tuvoquecontenerelorgullo.—¿Porquéno?—¿CreesquetemandéaNewtantesdeldespertarsólopordiversión?Esaesla

ReglaNúmeroUno,idiota,laúnicaquenoseteperdonarásinolarespetas.Nadie,nadie, tienepermisoparaentrarenelLaberintoexceptolosCorredores.RompeesareglaysinotematananteslosPenitentes,tematamosnosotros.¿Mecaptas?

Thomas asintió, refunfuñando por dentro, seguro de que exageraba.Almenos,esoesperaba.Decualquiermanera,silehabíaquedadoalgunadudadeloquehabíahabladoconChuck lanocheanterior,éstasehabíaesfumadoporcompleto.QueríaserCorredorynadalodetendría.Muydentrodesí,sabíaqueteníaqueiralláafueray

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entrarenelLaberinto.Apesardetodoloquehabíaaprendidoypresenciadoesedía,sentíaquehacerloeraunanecesidad.

UnmovimientoenloaltodelaparedsituadaalaizquierdadelaPuertadelSurllamó su atención. Después del sobresalto, reaccionó justo a tiempo para ver undestelloplateadoquedesaparecíaentreelfollaje.

Apuntóconeldedohaciaarribadelmuro.—¿Quéfueeso?—preguntó,antesdeque lohicieracallarotravez.Albyni se

molestóenmirar.—Nohaypreguntashastaelfinal,larcho.¿Cuántasvecestelotengoquedecir?

—le advirtió. Luego hizo una pausa y lanzó un suspiro—. Son Escarabajos. Es laformaenquelosCreadoresnosvigilan.Másvalequeno…

Elsonidodeunaalarmaatronadorainterrumpiósuspalabras.Thomassetapólosoídosconlasmanos.Loslatidosdesucorazónseaceleraron.Observóasualrededor,mientraslasirenaseguíaretumbando.SusojosseposaronenAlby.Ellídernoestabaasustado,másbien…confundido.Asombrado.

—¿Quépasa?—preguntó.Alverquesuguíanoparecíacreerqueelmundoseiba a acabar, se quedómás tranquilo. Pero aun así, ya estaba cansado de sentirseconstantementeatacadoporelpánico.

—Esoesraro—fuetodoloquedijoAlby,fijandolavistaenelÁreaconlosojosentrecerrados.ThomasnotóquehabíagenteenloscorralesdelMataderoquemirabahaciatodosladosconelmismodesconcierto.

UnniñoflaquitocubiertodelodolegritóaAlby:—¿Qué es todo eso?—preguntó, echándole una mirada a Thomas por alguna

razón.—Nolosé—lerespondióAlbyconvozdistante.PeroThomasyanopodíasoportarlomás.—¡Alby!¿Quéestápasando?—¡LaCaja,garlopo!—exclamó,ysaliódisparadohaciaelcentrodelÁreacon

pasotanenérgicoqueaThomaslediolaimpresióndequeteníamiedo.—¿Y qué pasa con la Caja?—replicó, corriendo para alcanzarlo. ¡Háblame!,

teníaganasdegritarle.PeroAlbynolecontestónidisminuyóelpaso.Alacercarsealhueco,Thomaspudoveradecenasdechicosdandovueltasporel

patio.Intentócontrolarelpánicoqueibaenaumento,diciéndoseasímismoquetodoestaría bien, que tenía que existir una explicación razonable a todo eso. CuandodivisóaNewtlegritó:

—Newt,¡¿quéestápasando?!Elchicoloobservórápidamenteyseacercóaél.Lucíasorprendentementecalmo

enmediodelcaosylediounapalmadaenlaespalda.—Significa que un maldito Novato está subiendo en la Caja —contestó, y

despuéshizounapausa,comoesperandoimpresionarlo—.Esoes,ahoramismo.—¿Y?

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Al mirarlo más atentamente, Thomas se dio cuenta de que lo que habíaconfundidoconcalmaeraenrealidadincredulidad,talvezhastaentusiasmo.

—¿Y? —repitió Newt, boquiabierto—. Nunca aparecieron dos Novatos en elmismomes,muchomenosdurantedosdíasseguidos.

Nobiendijoeso,sealejócorriendohacialaFinca.

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Capítulo8

Después de sonar durante dos largosminutos, la alarma finalmente se apagó.Unamultitudsehabíacongregadoenelpatioalrededordelaspuertasdeacero,atravésdelas cuales Thomas había llegado el día anterior. ¿Ayer?, pensó sobresaltado. ¿Fuerealmenteayer?

Alguienlogolpeóenelhombro.EraChuck,queestabaotravezasulado.—¿Cómovatodo,Novato?—lepreguntó.—Bien—respondió,aunquenadapodíaestarmáslejosdelarealidad.Señalólas

puertasdelaCaja—.¿Porquéandantanfrenéticos?¿Acasonovinierontodosdelamismaforma?

Chuckseencogiódehombros.—Nosé.Supongoquesiemprefuealgoregular.Unopormes,todoslosmeses,el

mismodía.Talvezlosqueestánacargosedieroncuentadequenofuistemásqueungran error y mandaron a alguien para reemplazarte —y lanzó una risita traviesamientrasledabauncodazoenlascostillas.

Eltonoagudodesuvoz,inexplicablemente,alegróaThomas:Chuckcadavezlecaíamejor.

—Eres un pesado. En serio —contestó, echándole una mirada simulada dedisgusto.

—Ya sé. Pero ahora somos amigos, ¿no es cierto?—repuso el niño, con unacarcajadaquesonócomounresoplidochillón.

—Meparecequenotengomuchasopciones—confesó.PerolaverdaderaqueélnecesitabaunamigoyChuckleveníamuybien.

Elchicocruzólosbrazosconaspectodesatisfacción.—Me alegra que eso ya esté arreglado,Nuevito. Todos necesitan un amigo en

estelugar.Thomaslotomódelcuellocomojugando.—Muybien,amigo,entoncesllámameporminombre,Thomas,oteempujopor

el hueco después de que la Caja se vaya —bromeó, al tiempo que sus palabrasdisparabanunaideaensucabeza—.Esperaunmomento,¿algunavezustedes…?

—Yalointentamos—lointerrumpióChuck,antesdequepudieraterminar.—¿Quécosa?—Escondernos en laCaja después de una entrega—contestó—.No baja hasta

quenoestátotalmentevacía.RecordóqueAlbylehabíacontadolomismo.—Losabía.Pero¿ysi…?—Yalointentamos.Thomasreprimióungruñido.Estoseestabavolviendomuyirritante.—Hombre,esmuydifícilhablarcontigo.¿Quéesloqueyahicieron?—BajarporelagujerodespuésdequelaCajahubierabajado.Nosepuede.Las

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puertasseabrenperosólohayunvacíonegro.Nada.Nohaycuerdas.Cero.Thomasnopodíacreerqueesofueraposible.

—¿Han…?—Yalointentamos.EsavezThomassílanzóungruñido.—Estábien.¿Yahoraqué?—Arrojamosalgunascosasporelhueco,peronuncaescuchamosquetocaranel

piso.Hizounapausaantesderesponder.Noqueríaquelointerrumpieradenuevo.—¿Eresadivinoacaso?—comentó,conunagrandosisdesarcasmo.—No.Soyuntipobrillante.Esoestodo—repusoelgordito,guiñándoleelojo.—Chuck,novuelvasahacereso—ledijoconunasonrisa.Elchicoerarealmenteexasperante,perohabíaalgoenélquehacíaquelascosas

fueranmástolerables.Respiróhondoyvolviólavistahacialamultitudreunidaenelcentrodelpatio.

—Entonces, ¿cuánto falta para que llegue el envío? —En general, tarda unamediahoradespuésde laalarma.Thomaspensóunsegundo.Teníaquehaberalgoqueellosnohubieranintentado.

—¿Estás seguro de lo que me dijiste? ¿Alguna vez…? —hizo una pausaesperandouna intervencióndeChuck, perono la hubo—. ¿Algunavez tratarondehacerunasoga?

—Sí,conunaenredadera.Elloshicieronunalarguísima.Digamossolamentequeeseexperimentonoterminómuybien.

—¿Quéquieresdecir?—¿Yahoraqué?,pensó.—Yonoestabaaquí,peroescuchéqueelchicoqueseofreciócomovoluntario

habíabajadosólounostresmetroscuandoalgopasózumbandoylocortóendos.—¿Qué?—rioThomas—.Notecreoniporunsegundo.—Nomedigas,sabelotodo.Yoviloshuesosdelpobredesgraciado.Cortadoen

dosmitadescomosifueraunamanzana.Lotienenenunacajacomoadvertenciaparaqueanadieseleocurrasertanestúpido.

EsperóqueChuckseecharaareíryledijeraquetodohabíasidounchiste.Perolarisanuncallegó.

—¿Estáshablandoenserio?Chucklomirófijamente.—Yonomiento,Nov…Thomas.Vayamosaverquiénaparece.Nopuedocreer

quetetoqueserelNovatosóloporundía,caradeplopus.Mientrasseacercaban,lehizolapreguntaquefaltaba.—¿Cómosabenquenosetratasólodeprovisionesocualquierotracosa?—Laalarmanosedisparacuandoesopasa—respondiósencillamenteelniño—.

Los suministros suben cada semana a la misma hora. Hey, mira—dijo, mientrasapuntabaaalguienenelgrupo.EraGally,quelosobservabaconodio.

—Shank—agregó—.Meparecequenolecaesnadabien.

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—Sí,yamedicuenta—mascullóThomas.Elsentimientoeramutuo.Chuckledioun ligerocodazoy losdoscontinuaroncaminandohaciaelgrupo.

DespuésdeveraGally,cualquierpreguntaque tuvierahabíaquedadoolvidada.Yanoteníaganasdehablar.

Elniño,aparentemente,sí.—¿Por qué no vas y le preguntas qué problema tiene?—preguntó, tratandode

sonarcomountiporudo.Thomas quería creer que tenía las agallas suficientes, pero la propuesta de su

amigolepareciólapeorideadelmundo.—Bueno, para empezar, él tienemuchosmás aliados.No es la personaqueyo

elegiríaparainiciarunapelea.—Yasé,pero tú eresmás listo.Yapuestoaquemás rápido.Podríasdarleuna

palizaaélyatodossuscompañeros.Uno de los chicos que estaba delante de ellos echó una ojeada por arriba del

hombroconcaradeenojo.DebeserunamigodeGally,pensó.—¿Puedescallarte?—leadvirtióThomasaChuckconunbufido.Unapuertasecerródetrásdeellos:eranAlbyyNewtqueveníandelaFinca.Los

dosparecíanmuyagotados.Al momento de verlos recordó de inmediato a Ben, esa horrorosa imagen del

chicoagonizandoenlacama.—Tienes que contarme qué es todo ese tema de la Transformación, hermano.

¿Quéhanestadohaciendoesosdosahídentroconesepobrechico?Chuckvolvióaponersuexpresióndeindiferencia.—No conozco los detalles. Los Penitentes te hacen cosas malas, someten tu

cuerpoaalgohorrible.Cuandotodotermina,quedas…distinto.Thomasintuyóqueéseeraelmomentopararecibirunarespuestaenserio.—¿Distinto? ¿De qué estás hablando? ¿Y qué tiene que ver eso con los

Penitentes?¿EsoesloquequisodecirGallyconque«habíasidopinchado»?—¡Shh!—contestó,llevándoseundedoalaboca.Thomascasiaullabade ladesesperación,perosequedócallado.Resolvióhacer

queChucklecontaratodomástarde,conganasosinellas.Despuésdeabrirsepasoentrelagente,AlbyyNewtseubicaronjustosobrelas

puertas que conducían a la Caja. Todos guardaron silencio y, por primera vez,Thomas percibió el traqueteo y los chirridos del elevador ascendiendo, que lerecordaronlapesadilladesupropioviaje.Latristezaloinundóalreviviresosbrevesyterriblesminutosenlosquedespertóenlaoscuridaddelamemoriaperdida.Sintiólástimaporelchiconuevo,queestaríapasandoporlomismo.

Ungolpesordoanuncióqueelextrañomontacargashabíallegado.ObservóconnerviosismoadosHabitantesque secolocabanaambos ladosdel

hueco.Unarajaduradividíaelcuadradodemetal justopor lamitad.Laspuertasse

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abrieron con un chirrido metálico, levantando en el aire una nube de polvo de lapiedracircundante.

Un silencio profundo se instaló sobre todos. Mientras Newt se agachaba parapodervermejorelinteriordelaCaja,seoyóaladistanciaelbalidoapagadodeunaoveja.Thomasseinclinóhaciadelantetodoloquepudo,esperandopoderecharunvistazoalreciénllegado.

Deunabruscasacudida,Newtseenderezóconlacaraarrugadaporlaconfusión.—Diablos…—disparóconunsuspiro.Aesaaltura,Albyyahabíatenidounaclaravisiónyunareacciónidéntica.—Nopuedeser—murmurócomoenuntrance.Uncorodepreguntas llenóel airemientras todoscomenzabana empujarhacia

delante para poder ver el interior del hueco. ¿Qué es lo hay allí adentro?, sepreguntó. ¡¿Qué ven?! Sintió una punzada de miedo, similar a lo que habíaexperimentadoaquellamañanacuandoseacercóalaventanaparamiraralPenitente.

—¡Tranquilos!—exclamóAlby,callandoatodoelmundo—.¡Esperenunpoco!—¿Cuáleselproblema?—alguieninterrogóconungrito.Albyselevantó.—DosNovatosendosdías—dijocasienunsusurro—.Yahoraesto.Dosaños,

todo igual, y de pronto…—giró, y observó directamente a Thomas—. ¿Qué estápasandoaquí,Nuevito?

Thomasledevolviólamirada,aturdido,mientrasenrojecíayselecomprimíanlastripas.

—¿Cómopodríasaberlo?—Alby,¿porquénonosdicesdeunavezquégarlopohayahíabajo?—intervino

Gally.Hubomásmurmullosyempujoneshaciaadelante.—¡Cállense,larchos!—gritóAlby—.Newt,túdiles.ElmuchachomiróunavezmásdentrodelaCajayluegoenfrentóalamultitud

conelrostrograve.—Esunachica—anunció.Todos comenzaron a hablar al mismo tiempo. Thomas sólo captó comentarios

sueltos.—¿Unachica?—¡Lapidoparamí!—¿Cómoes?—¿Cuántosañostiene?Thomasestabasumergidoenunmardeasombro.¿Unachica?Nisiquierasele

había ocurrido pensar por qué sólo había varones y no mujeres en el Área. Enrealidad,nilohabíanotado.¿Quiénesella?,sepreguntó.¿Porqué…?

Newthizosilenciootravez.—¡Eso no es todo! —repuso, y luego señaló hacia la Caja—. Creo que está

muerta.

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Unpar de chicos tomaronunas cuerdashechas con las lianas de las enredaderas ybajaronaAlbyyaNewtdentrodelaCajaparaquesacaranelcuerpo.CasitodoslosHabitantes delÁrea habían sido invadidos por la sorpresa y pululabanpor ahí concarassolemnes,pateandopiedrassinhablarmucho.Ningunoseatrevíaaadmitirqueestaba ansioso por ver a la chica, pero Thomas supuso que sentían la mismacuriosidadqueél.

Gally era uno de los que sostenían las sogas, preparado para subirlos a ella, aAlby y a Newt. Thomas lo estudió atentamente. Sus ojos tenían un dejo de algooscuro,comounafascinaciónturbia;undestelloque,derepente,hizoquesesintieramásatemorizadodeélqueunosminutosantes.

Albyavisódesdeelinteriordelelevadorqueyaestabanlistos,yGallyylosotroscomenzaronajalardelascuerdas.Despuésdealgunosresoplidos,elcuerposinvidadelachicafuearrastradohaciafuera,hastaunodelosbloquesdepiedraenelpisodel Área. Todos corrieron hacia delante inmediatamente, formando una abarrotadamultitudalrededordeella:unentusiasmotangibleflotabaenelaire.PeroThomassequedóatrás.Ese silencio inquietante ledabaescalofríos, comosi acabarandeabrirunatumbaocupadarecientemente.

Apesardelacuriosidad,noseesforzómuchopormirar,puestodosloschicossehabíanapiñadoencimadelcuerpo.Perosíhabíalogradotenerunaimagenfugazdeellaantesdequeleobstaculizaranlavista.Eradelgadaperonomuypequeña.Debíamediralrededordeunmetrosesentaycinco.Tendríaunosquinceodieciséisañosysupeloeranegrocomoelalquitrán.Peroloquelehabíallamadomáslaatencióneralapiel:pálida,blancacomolasperlas.

Newt y Alby treparon fuera de la Caja y se abrieron paso hasta la chica. Lamultitudleimpedíaverloquehacían.Unosminutosdespués,elgruposeseparóotravezyNewtapuntódirectohaciaél.

—Nuevito,venparaacá—dijo,sinpreocuparseporresultaramable.Sintió que el corazón se le iba a la garganta y susmanos comenzaron a sudar.

¿Para qué lo querrían? Las cosas continuaban empeorando.Hizo un esfuerzo paracaminar con aspecto calmo, pero sin actuar como alguien culpable que trata dehacerseelinocente.Vamos,tranquis,sedijoasímismo.Nohashechonadaterrible.Peroteníaelextrañopresentimientodequequizáshabíahechoalgomalosindarsecuenta.

Los chicos apostados al costado del camino que llevaba hasta Newt y lamuchachaloobservaronconindignación,comosiélfueraelresponsabledetodoslosproblemas delLaberinto, delÁrea y de los Penitentes.Evitó hacer contacto visualconellos,portemoralucirculpable.

SeacercóaNewtyaAlby,queestabanarrodilladosjuntoalachica.Thomasseconcentróenella,paraevadirlasmiradasdelosdoslíderes.Apesardelapalidez,erarealmentebonita.Másquebonita.Hermosa.Pelosedoso.Pielperfecta,labiostiernos,

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piernas largas.Lo poníamuymal tener semejantes pensamientos ante una personamuerta,peronopodíadejardemirarla.Noestaráasípormucho tiempo,concluyó,sintiéndosemareado.Prontocomenzaráapudrirse.Nopodíacreerqueloinvadieranesasideastanmorbosas.

—¿Conocesaestachica,larcho?—lointerrogóAlby,conirritación.Quedóasombradoantelapregunta.—¿Silaconozco?Porsupuestoqueno.Noconozcoanadie,exceptoaustedes.—Eso no es lo que… —comenzó, pero luego se detuvo con un suspiro de

frustración—.Loquequierodecires:¿teresultafamiliar?¿Tienesalgunasensacióndequeyalahasvistoantes?

—No.Ninguna—semovió,miróhaciaabajoydespuéslavolvióaobservar.Albyarrugólafrente.—¿Estásseguro?—agregó,enojado.Parecíanocreerniunapalabradeloqueél

ledecía.¿Porquépensaráqueyotengoalgoqueverconesto?,sedijo.Luegolesostuvo

lamiradasinalterarseylecontestódelaúnicamaneraqueconocía.—Sí.¿Porqué?—Shuck —masculló Alby, mirando hacia la chica—. No puede ser una

coincidencia.Dosdías,dosNovatos,unovivo,unomuerto.EntoncesThomas entendió el significadode las palabrasdeAlbyy el terror lo

invadió.—Nopensarásqueyo…—empezó,peronopudoterminarlafrase.—Tranquilo, Novato—intervino Newt—. No estamos diciendo que mataste a

estamalditachica.Lacabezaledabavueltas.Podíaasegurarquenolahabíavistonuncaantes,pero

luegounaligerasombradedudasecolóensumente.—Tejuroquenomeresultafamiliarenabsoluto—repuso,detodasmaneras.Ya

habíarecibidosuficientesacusaciones.—¿Estás…?Antes de que Newt terminara, la chica se incorporó de golpe. Respiró

profundamente,abriólosojosyparpadeó,observandoalamultitudquelarodeaba.Albysesobresaltóycayóhaciaatrás;Newtlanzóungritoahogadoyseapartódeunsalto;Thomasnosemovió,ymantuvolamiradafijaenella,congeladodelsusto.

Susojosazulessemovíandeunladoaotrocomodardos,altiempoquerespirabaconfuerza.Loslabiosrosadosletemblabanmientrasbalbuceaba,unayotravez,algoindescifrable.Luegodijounafrase,conunavozhondayatormentada,peroclaraynítida:

—Todovaacambiar.Quedóazoradoanteloqueveía:ellagirólosojoshaciaarribaycayódeespaldas

alpiso.Cuandotocóelsuelo,supuñoderechosedisparóhaciaelaireypermaneciórígido,apuntandoalcielo.Luegosequedóinmóvil.Teníaunrollodepapel,apretado

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firmementeensumano.Thomas tratóde tragar salivapero subocaestabademasiadoseca.Newtcorrió

hacia delante, le separó los dedos y tomó el papel. Con manos temblorosas, lodesdoblóyluegosearrodillóenelpiso,dejandocaerlanota.Thomasseacercóporatrásparapoderver.

Garabateadasenelpapel,engruesasletrasnegras,habíacuatropalabras:

Ellaeslaúltima.

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Capítulo9

UnextrañosilencioacechabaelÁrea,comosiunvientosobrenaturalhubierabarridoel lugaryaspirado todos lossonidos.Newthabía leídoelmensajeenvozaltaparaaquellosquenopodíanverelpapel,peroenvezdeprovocarelcaos,habíadejadoalosHabitantesconlabocaabierta.

Thomas había esperado gritos, preguntas, discusiones, pero nadie dijo una solapalabra.Todas lasmiradasestaban fijasen lachica,queahoraestabaacostadaallí,comodormida,conelpechosubiendoybajandoalcompásdeunasuaverespiración.Alcontrariodeloquehabíanpensadoenunprincipio,estababienviva.

ThomasesperabaunaexplicacióndeNewt,comosifueralavozdelarazónounapresenciatranquilizadora,peroloúnicoquehizoéstefuequedarsequietoestrujandola nota y apretando el puño, con las venas a punto de estallar. Thomas se sintiódesfallecer.Nosabíaporqué,perolasituaciónloinquietabamucho.

Albysellevólasmanosalabocaygritó:«¡Docs!».Segundos después,Thomas recibió un brusco empujón.Dos chicosmayores se

abríanpasoporlamultitud:unoeraalto,depelobiencortoconunanarizqueparecíaunlimón.Elotroerabajoy,sorprendentemente,teníaalgunascanasaloscostadosdesucabeza.Esperabaquepudieranaclararloqueestabaocurriendo.

—¿Y qué hacemos con ella?—preguntó elmás alto, con una vozmuchomásagudadeloqueélhubieraesperado.

—¿Cómo puedo saberlo, larchos? —dijo Alby—. Ustedes son los Docs.Resuélvanlo.

Docs,repitióThomasensucabezayselehizolaluz.Debeserlomáscercanoaunmédicoquetienenaquí.Elmásbajoyaestabaenelsuelo,arrodilladoalladodelachica,tomándoleelpulsoyescuchandoloslatidosdesucorazón.

—¿QuiéndijoqueClintteníaqueserelprimero?—seescuchóungritodesdelamultitud,seguidodevariascarcajadas—.¡Yosoyelsiguiente!

¿Cómopuedenreírse?,pensó.Estámediomuerta.Sintiónáuseas.Albyfruncióelceñoyesbozóunadurasonrisaquedemostrabaquenoestabade

humor.—El que toque a esta chica —anunció— pasará la noche durmiendo con los

PenitentesenelLaberinto.Desterradoypunto—hizounapausa,girandolentamenteparatodospudieranversuexpresión—.Másvalequenadieseacerqueaella.

Eralaprimeravezqueleagradóoíralgoquesalieradelabocadellíder.Eltipobajito,alcualsehabíanreferidocomoClint—porloquehabíaalcanzado

aescuchar—,terminódeexaminarla.—Parece estar bien. Respira perfectamente, la frecuencia cardiaca es correcta,

aunque un poco lenta. Quién sabe, pero yo diría que está en coma. Jeff, hay quetrasladarlaalaFinca.

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Sucompañeroseadelantópara tomarlade losbrazosmientrasél lasujetabadelospies.Thomasdeseópoderhaceralgomásqueobservar.Cadasegundoquepasabaestabamenossegurodehaberdicholaverdad.Ellasíleparecíaconocida,sentíaquehabíaunaconexiónentreellos,peroleresultabaimposiblerecordaralgo.Laidealopuso nervioso y miró alrededor, con temor de que alguien hubiera escuchado suspensamientos.

—Alacuentadetres—dijoJeff—.¡Uno…dos…tres!La levantaron de una rápida sacudida, casi arrojándola por el aire —era

obviamentemuchomáslivianadeloquehabíanpensado—yThomasestuvoapuntodegritarlesquetuvieranmáscuidado.

—Supongoquetendremosquevercómosigue—dijoJeffanadieenparticular—.Sinosedespiertapronto,podemosalimentarlaconsopa.

—Sólovigílenladecerca—dijoNewt—.Debeseralguienespecial,sinoellosnolahubieranenviadoaquí.

Sequedóhelado.Sabíaqueély lachicaestabanconectadosdealgunamanera.Habíanllegadoconundíadediferencia,ellaleresultabafamiliar,sentíaunimpulsoirresistible de convertirse en Corredor a pesar de las cosas terribles que habíaaveriguado…¿Quésignificabatodoeso?

Albyseinclinóparamirarlaunavezmásantesdequeselallevaran.—Pónganla al ladodel cuarto deBenyhaganguardia día y noche.Tengoque

sabertodoloquepasa.Noimportaquehabledormidaoseecheunplopus.Vienenymelodicen.

—Bueno—murmuróJeff.LuegoambossefueronhacialaFincaarrastrandolospies,mientrastransportabanelcuerpodelachicaquerebotabaacadapaso.LosotrosHabitantesdelÁreafinalmentecomenzaronahablardeloocurrido,esparciendosusteoríascomoburbujasenelaire.

Thomascontempló todoesoensilencio.Noeraelúnicoquesentíaesaextrañaconexión. Las acusaciones no tan veladas que había recibido unos minutos antesprobaban que los demás también sospechaban algo. Pero ¿qué? Ya se encontrabatotalmente confundido y esas imputaciones sólo lo hicieron sentir peor. Como sipudieraleersuspensamientos,Albyseacercóylotomódelhombro.

—¿Nuncalahasvistoantes?—lepreguntó.—No…nunca.Almenosnoqueyorecuerde—titubeó.Esperabaquesuvoztemblorosanodelatarasusdudas.¿Ysilaconociera…qué

significaríaeso?—¿Estásseguro?—insistióNewt.—No,creoqueno.¿Porquéestáninterrogándomedeestemodo?—loúnicoque

quería en esemomento era que se hiciera de noche, para poder estar solo e irse adormir.

AlbysacudiólacabezayvolteóhaciaNewt,soltándoleelhombro.—Algoandamal.ConvocaunaAsamblea.

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Hablóbajo,demodoqueThomaspensóquenadie lohabíaescuchado,perosuvoznopresagiabanadabueno.LuegolosdossealejaronysesintióaliviadoalveraChuckqueseacercabaaél.

—Dime,amigo,¿quéesunaAsamblea?—Parecíaorgullosodesaberlarespuesta—.EscuandosereúnenlosEncargados.Sóloserealizasisucedealgorarooterrible.

—Bueno, creo que lo de hoy encuadra perfectamente dentro de esas doscategorías—algunosruidosensuestómagointerrumpieronsuspensamientos—.Noterminémidesayuno.¿Podemosconseguiralgodecomer?Estoymuertodehambre.

Chucklomiróylevantólascejas.—¿Ver a esa niña chiflada te dio hambre?Debes sermás enfermito de lo que

imaginaba.—Dameunpocodealimentoycállatelaboca—respondióThomastrasunlargo

suspiro.

Lacocinaerapequeña,sinembargotenía todolonecesariopararealizarunabuenacomida.Unhornogrande, unmicroondas, un lavaplatos, unpar demesas.Seveíavieja y deteriorada, pero limpia. Al ver los aparatos electrodomésticos y ladisposición familiar de los objetos, sintió que algunos recuerdos —reales,consistentes— afloraban en su memoria. Pero otra vez, faltaba la parte esencial:nombres,caras,lugares,hechos.Eraenloquecedor.

—Siéntate—dijoChuck—.Tevoyatraeralgo,perotejuroqueéstaeslaúltimavez.Puedesestar contentodequeSarténnoandeporaquí:odiaqueataquemos surefrigerador.

Comonohabíagenteenellugar,pudorelajarse.Mientraselchiquilloandabaporahíentreplatosypanes,sacóunasillademaderaqueestabadebajodeunamesitadeplásticoysesentó.

—Estoescosadelocos.¿Cómoesposible?¿Quiénnosmandóacá?Tienequeseralguiendiabólico.

Chucksedetuvo.—Dejadequejarte.Acéptaloynopiensesmáseneso.—Sí, perfecto—dijo,mirando por la ventana. Ése era un buenmomento para

hacerunadelasmillonesdepreguntasquedabanvueltasporsucabeza—.Entonces,¿dedóndevienelaelectricidad?

—¿Aquiénleimporta?Yolausoyya.Peroquésorpresa,pensó.Nuncaunarespuesta.Trajo a la mesa dos platos con sandwiches y zanahorias. El pan era grueso y

blanco, laszanahoriasdeunanaranjadobrillante.ElestómagodeThomas rugiódedesesperación:seabalanzósobresussandwichesycomenzóadevorarlos.

—¡Ah!Güey—mascullóconlabocallena—,almenoslacomidaesbuena.Pudoterminardecomersinquesuamigodijeraunasolapalabra.Ytuvosuerte

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dequeelchiconotuvieraganasdehablarporque,apesardeloraroquehabíasidotodoloocurridodentrodelalcancedesumemoria,élsesentíatranquilonuevamente.Conelestómago lleno, laenergía recobraday lamenteagradecidaporesosbrevesmomentosdepaz,decidióquedeahíenadelantedejaríadequejarseyenfrentaríaloshechos.

Despuésdelúltimobocado,serecostóenlasilla.—Bueno—dijo,limpiándoselabocaconunaservilleta—.¿Quétengoquehacer

paraconvertirmeenCorredor?—Otra vez con eso…—Chuck dejó de jugar con lasmigas del platomientras

soltabauneructolargoysonoroquelosobresaltó.—Alby dijo que empezaría prontomis pruebas con los diferentes Encargados.

Entonces,¿cuándometocaconlosCorredores?—insistió,esperandopacientementerecibiralgúntipodeinformaciónreal.

Elgorditopusolosojosenblancoconungestoexagerado,paradejarbienclaroloestúpidaqueleparecíalaidea.

—Deberían estar de vuelta en unas pocas horas. ¿Por qué no les preguntas aellos?

Ignoróelsarcasmoyprosiguió.—¿Qué hacen todas las noches cuando regresan? ¿Qué pasa en ese edificio de

concreto?—Mapas.Sereúnenencuantovuelven,antesdeolvidarsedealgo.¿Mapas?,pensó,confundido.—Perositratandehacerunmapa,¿porquénollevanpapelparaescribirmientras

estánallíafuera?Mapas. Hacía tiempo que no se sentía tan intrigado. Eso podía implicar una

soluciónpotencialparalasituaciónenquesehallaban.—Porsupuestoquelohacen,perosiemprequedancosasquetienenquediscutiry

analizarytodaesagarlopa.Además—elchicovolvióahaceresegestodesuficienciaconlosojos—ellossepasanlamayorpartedeltiempocorriendoynoescribiendo.PoresosellamanCorredores.

ThomaspensóenlosCorredoresyenlosMapas.¿AcasoelLaberintopodíaserrealmente tan inmenso como para que aun después de dos años no hubieranencontrado una salida? Parecía imposible. Pero luego recordó lo que Alby habíadichoacercadelasparedesquesemovían.¿Ysiestuvierancondenadosavivirallíhastalamuerte?

Condenados. La palabra le provocó una corriente de pánico y la chispa deesperanzaquehabíatraídolacomidaseapagóconunprolongadosilbido.

—Chuck,¿ysitodossomoscriminales?Quierodecir,¿ysisomosasesinosoalgoasí?

—¿Qué?—exclamó,mirándolocomosifueraundemente—.¿Ydedóndevinoesepensamientotanalegre?

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—Reflexionaporunmomento.Nuestrasmemoriasfueronborradas.Vivimosenun lugar que parece no tener salida, rodeados por guardias-monstruos sedientos desangre.¿Notesuenaaunaprisión?—mientraslodecíaenvozalta,leparecíacadavezmásposible.Selerevolvieronlastripas.

—Debotenerdoceaños—dijoChuck—.Trececomomucho.¿Realmentecreesquepudehaberhechoalgoquememandealacárceldeporvida?

—Nomeimportaloquehicisteodejastedehacer.Decualquiermodo,hassidoenviadoaprisión,¿oacasoestoteparecenvacaciones?

Diablos,pensó.Ojaláestéequivocado.—Nosé.Esmejorque…—comenzóadecirChuck.—Sí, ya sé, que vivir en una pila de plopus—agregó,mientras se levantaba y

empujabalasilladebajodelamesa.Elchicolecaíabien,perotratardemantenerunaconversacióninteligenteconéleraimposible.Pornomencionartambién,frustranteymolesto—.Veahacerteotrosandwich.Yovoyaexplorar.Nosvemosalanoche.

Salióalpatio sindarle tiempoaqueseofrecieraaacompañarlo.ElÁreahabíavuelto a su rutina usual: cada uno en su trabajo, las puertas de la Caja estabancerradasyelsolbrillaba.Cualquierseñaldeunachicalocatrayendoavisossobreelfindelmundohabíadesaparecido.

ComolaVisitaGuiadahabíasidointerrumpida,decidióiradarunpaseoporelÁrea,yasípoderconocermejorellugaryacostumbrarseaél.Sedirigióalaesquinanoreste, hacia las hileras altas de maíz, que parecían listas para ser cosechadas.También había jitomates, lechugas, chícharos y mucho más que no alcanzó areconocer.

Respiróprofundamente,disfrutandodelolor frescode la tierrayde lasplantas.Estabasegurodequeelaireletraeríaalgúntipoderecuerdoplacentero,peronofueasí.Alacercarse,vioquevarioschicosestabandesmalezandoytrabajandola tierradeloscampos.Unodeellosagitólamanoylesonrió.Eraunasonrisadeverdad.

Quizáseste lugarnosea tanmalodespuésde todo, pensó.No todosdeben serunos idiotas. Tomó otra bocanada de ese aire agradable y dejó de lado lospensamientossombríos.Habíamuchoparaver.

Continuóporelsectorsureste,dondehabíanconstruidocercosrústicosdemaderaparaconteneralosanimales:vacas,cabras,ovejasycerdos.Sinembargo,nohabíacaballos.Eso es unamaldición, se dijo.Los jinetes serianmuchísimomás rápidosquelosCorredores.Mientraspasabaporloscorrales,seleocurrióqueéldebíahaberestadoencontactoconanimalesensuvidaanterioralÁrea.Losolores,lossonidos,todoleresultabamuyfamiliar.

Esapartenoolíatanbiencomoladeloscultivos,peroaunasí,creyóquepodríahabersidomuchopeor.Explorandolazona,comprobóunavezmáslobienquelosHabitantesdelÁreamanteníanel lugary la limpiezaque imperabaen todos lados.Estabaimpresionadoporloorganizadosqueteníanqueseryloduroquedebíandetrabajar.Seimaginóqueellugarseríahorriblesitodosfueranvagosyestúpidos.

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Finalmente, se encaminó hacia el rincón del suroeste, próximo al bosque. Alacercarsealosárbolesescasosyesqueléticosqueseerguíandelantedelmontemásdenso, lo sorprendió un extraño movimiento a sus pies, seguido de una serie derepiqueteosrápidosyconstantes.Miróhaciaabajoyalcanzóaverelreflejodelsolsobrealgometálico—unaratadejuguete—quepasabajuntoaélcorreteandoatodaprisahaciaelbosquecito.Yaestabaatresmetrosdedistanciacuandosediocuentadeque no se trataba de una rata, parecía más bien una lagartija, con unas seis patassaliendodeltroncolargoyplateado.

Unescarabajo.Eslaformaenquenosvigilan,habíadichoAlby.Pudoverundestellodeluzrojizaquebarríaelsuelodelantedelacriatura,como

sivinieradesusojos.Lalógicaledijoquelamentedebíaestarengañándolo,peroélhubiera juradoquevio la palabraCRUELescrita en grandes letras verdes sobre laespaldaredondeadadelanimal.Algotanextrañomerecíaunainvestigación.

Corrió detrás del escurridizo espía y, en cuestión de segundos, penetró en laespesurayelmundoseoscureció.

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Capítulo10

Nopodíacreer lorápidoquehabíadesaparecidola luz.DesdeelÁreapropiamentedicha,elbosquenoparecíatangrande,pocomenosdeunahectárea.Sinembargo,losárboles eran altos, de troncosmacizos, con copas plagadas de hojas. La atmósferateníauntonoverdosoapagado,comosirestaransóloalgunosminutosdeluzdiurna.

Eraincreíblementehermosoyterroríficoalmismotiempo.Thomas se internaba en el follaje tan rápido comopodía.Al hacerlo sentía los

latigazosdelasramasensucara.Derepente,nopudoevitartropezarconunagruesaraízquesobresalíadelsuelo,peroantesdecaerlogróestirarlamanoyaferrarseaunarama. Se balanceó hacia delante hasta que recuperó el equilibrio. Una acolchadacamadehojasyramitascrujiódebajodesuspies.

Durante lacorrida,nuncaperdiódevistaalescarabajo,queseescabullíaporelsuelodelbosque.Aladentrarseenlaarboleda,laluzrojabrillabaconmásfuerzaantelacrecienteoscuridad.

Yahabíarecorridounosdocemetros,esquivandoobstáculosyperdiendoterrenoacadasegundo,cuandoelescarabajosaltóaunárbolparticularmentealtoytrepóporel tronco. Thomas se acercó hasta allí, pero ya no quedaban rastros de él. Habíadesaparecidoentrelashojas,comosinuncahubieraexistido.

Habíaperdidoaesemiserable.—Shuck—susurró,casientonodebroma.Porextrañoquepareciera,lapalabra

brotó naturalmente de sus labios, como si ya estuviera transformándose en unHabitantedelÁrea.

El chasquido de una rama hacia su derecha le hizo levantar la cabeza en esadirección.Tratódenorespirarmientrasescuchabaatentamente.

Luegosonóotroruidomásfuerte,comosialguienhubierapartidounaramaconlarodilla.

—¿Quiénandaahí?—gritó,sintiendouncosquilleodemiedoenlaespalda.Suvoz rebotó como un eco entre las copas de los árboles. Se quedó congelado en ellugar,mientrastodoseacallaba,exceptoelcantodeunospájarosaladistancia.Peronadiecontestósullamadonivolvióaescucharmássonidosenesadirección.

Sinpensarlodosveces,seencaminóhaciaellugardedondeproveníaelruido.Seabriópasoempujandolasramas,sinpreocuparseporsersigiloso.Entornó losojos,esforzándoseporverenlacrecientenegrura.Deseóhaber llevadounalinterna.Esepensamientoledisparólamemoria.Unavezmás,recordóalgotangibledesupasado,sinpoderubicarloenundeterminado tiempoy lugar,niasociarloconningunaotrapersonaosituación.Erafrustrante.

—¿Hayalguienporahí?—volvióapreguntar.Sesentíamáscalmado,yaqueelruido no se había repetido. Seguramente había sido un animal o quizás otroescarabajo.Porlasdudas,insistió—.Soyyo,Thomas.ElNovato.Bueno,elsegundo

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Novato…Hizounamuecaysacudiólacabeza,esperandoahoradeverdadquenohubiera

nadie,porqueparecíauncompletoidiota.Unavezmás,nohuborespuesta.Rodeó un gran roble y se detuvo en seco.Un escalofrío le recorrió la espalda:

habíallegadoalcementerio.ElLugarerapequeño,tendríaunosdiezmetroscuadrados,yestabatapizadopor

unamalezadensaquecrecíaarasdesuelo.Clavadasenelpiso,habíavariascrucesdemadera torpementerealizadas.Susvarashorizontalesyverticalesestabanatadasconunnudodecáñamo.Lasplacasconinscripcioneshabíansidopintadasdeblancoporalguienqueestaba,obviamente,muyapurado,ajuzgarporlacalidaddeltrabajo.Losnombreshabíansidotalladosenlamadera.

Seacercóindecisoalacruzmáscercanaysearrodillóparaobservar.Laluzeratandébilquéleparecíaestarmirandoatravésdeunanieblaoscura.Hastalospájarossehabían callado, como si se hubieran ido a dormir, y el ruidode los insectos eraapenasperceptible.Porprimeravez,sediocuentadelohúmedoqueeraelbosque,puesyateníalafrenteylasmanosempapadas.

Se inclinó sobre la primera cruz. Parecía recién hecha y llevaba el nombreStephengrabadoencima.Laneramuypequeñayestabajustoenelbordeporqueeltalladornohabíacalculadobienelespacioquenecesitaba.

Stephen, pensó, sintiendo una tristeza inesperada pero indiferente. ¿Cuál es tuhistoria?¿AcasoChucktematóconsuconversación?

Selevantóycaminóhasta lasiguiente,queestabacompletamente tapadapor lahierba, con la tierra firme en la base. Debía pertenecer a uno de los primeros enmorir,porquesutumbaparecíaserlamásviejadetodas.SellamabaGeorge.

Miróa sualrededoryvioquehabíaunasdoce sepulturasmás.Unpardeellaslucíantannuevascomolaprimeraquehabíaexaminado.Uncentelleoplateadollamósuatención.Eradistintodelescurridizoescarabajoquelohabíaconducidoalbosque,peroigualderaro.Caminóentrelaslápidashastaquellegóaunatumbacubiertaporunaláminamugrientadeplásticoodevidrio.Entrecerrólosojosparacontemplarloquehabíadelotroladoylanzóungritoahogadocuandolaimagensehizonítida.Eraunaventanaquedejabaverlosrestospolvorientosdeuncuerpoendescomposición.

Completamenteespantado,peroatraídoporlacuriosidad,seinclinóhaciadelanteparavermejor.Lasepulturaeramáspequeñadelonormal:sóloconteníalamitaddelapersonamuerta.RecordólahistoriadeChucksobreelchicoquehabíatratadodebajarporunacuerdaatravésdelfosooscurodelaCajayfuecortadoendosporalgoque pasó volando por el aire. Había unas palabras grabadas en el vidrio, queresultabanmuydifícilesdeleer:

Queestemediolarchoseaunaadvertenciaparatodos

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ustedes:nosepuedeescaparporelHuecodelaCaja.

Sintióelextrañoimpulsodesonreír;erademasiadoridículoparaserverdad.Perotambiénestabadisgustadoconsigomismoporser tansimplistaysuperficial.Habíadadounospasoshaciaelcostadoparaleerlosnombresdeotrosmuertos,cuandounaramitasequebró justodelantedeél,detrásde losárbolesubicadosalotro ladodelcementerio. Luego otro crujido. Y otro. Cada vez más cerca. Y la oscuridad eraimpenetrable.

—¿Quién anda ahí? —gritó. Su voz sonó temblorosa y apagada, como siestuviera hablando dentro de un túnel—. En serio, esto es una tontería—agregó.Odiabatenerqueadmitirloatemorizadoqueestaba.

Envezdecontestar,laotrapersonaabandonócualquierintencióndesersigilosayseechóacorreratravésdelaarboledaqueestabaenfrentedelcementerio,rodeandoellugardondeélseencontraba.Elpánicoloparalizó.Asólounospocosmetrosdedistancia, pudo distinguir la sombra de un niño flaquito que corría rengueandorítmicamente.

—¿Quiénesesemald…?Elvisitantesurgiódegolpeentrelosárbolesantesdequeterminaralafrase.Lo

únicoquealcanzóadistinguirfueunaráfagadepielpálidayojosenormes:laimagenfantasmaldeunaaparición.Entoncesgritóytratódecorrer,peroyaeramuytarde.Lafigurasaltóenelaireycayósobresushombros,sujetándolofirmementeconlasmanosyarrojándoloalsuelo.Sintióqueunadelasplacasseincrustabaensuespaldaantesdepartirseendos,dejándoleunprofundorasguñoenlapiel.

Comenzó a empujar y golpear a su atacante, un implacable revoltijo de piel yhuesos brincando encima de su cuerpo. Parecía un monstruo, un personaje depesadilla,peroélsabíaqueteníaqueserunHabitante,alguienquehabíaperdidolarazón por completo. Escuchó un sonido de dientes que se abrían y cerrabanbruscamenteconunconstanterepiqueteo.Luegosintióunapunzadadedolorcuandoellunáticoleclavólabocafuertementeenelhombro.

Lanzóunaullidoyelsufrimientosedeslizóporsusangrecomounacorrientedeadrenalina.Apoyólaspalmasdelasmanossobreelpechodesuoponenteypresionó,estirandolosbrazoshastaquelosmúsculossetensaroncontralafiguraqueluchabaarriba de él. Finalmente, el otro cayó hacia atrás con un fuerte estallido, haciendopedazosotralápida.

Thomas, jadeando, se arrastró hacia atrás y observó por primera vez a sudesquiciadocontrincante.

Eraelchicoenfermo.Ben.

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Capítulo11

ThomaspensóqueBennosehabíarecuperadodel tododesdelaúltimavezquelohabíavistoenlaFinca.Vestíasólopantalonescortosysupielblanquísimasetensabasobre sus huesos, comouna fina hoja de papel envolviendounpuñadode ramitas.Esas venas verdosas, que latían a lo largo de su cuerpo como si fueran cuerdas,estabanmenosmarcadasqueeldíaanterior.

De repente, sus ojos inyectados en sangre se posaron en Thomas, como si setratara de su cena. El pobre lunático se agachó, listo para un nuevo ataque,empuñandouncuchilloensumanoderecha.

A Thomas lo embargó un miedo repugnante; no podía creer lo que estabasucediendo.

—¡Ben!Miróhaciael lugardedondeprovenía lavozydivisóconsorpresa lafigurade

Alby al borde del cementerio, como un fantasma en medio de las luces que seextinguían. El alivio invadió su cuerpo. El líder sujetaba un gran arco y apuntabadirectamentealniñoconunaflechalistaparamatar.

—Ben—repitió—.Detenteahoramismooésteserátuúltimodía.Volvió la vista a su atacante, que observaba ferozmente a Alby, mientras se

humedecía los labios con la lengua, con movimientos frenéticos. ¿Qué problematendráestechico?,pensó.Sehabíaconvertidoenunmonstruo.¿Porqué?

—Simematas—chilló,escupiendobaba tan lejosquealcanzóaThomasen lacara—,tendrásaltipoequivocado—yvolvióbruscamentelamiradahaciaél—.Esteesellarchoalquedebesmatar—anunció.Suvozeraladeundemente.

—No seas estúpido—dijoAlby, con voz calma,mientras seguía apuntando laflecha—.Thomasacabadellegar,notienesquepreocuparteporél.TodavíaestásmalporlaTransformación.Nodebisteabandonarlacama.

—¡Él no es uno de nosotros! —gritó—. Yo lo vi, es… malo. ¡Tenemos quematarlo!¡Déjamearrancarlelastripas!

Thomas dio un paso hacia atrás sin pensarlo, horrorizado ante las palabras delchico.¿Quéqueríadecirconquelohabíavisto?¿Porquépensabaqueeramalo?

Albyseguíasinmoverelarma,conlosojosclavadosenBen.—DejaquelosEncargadosyyodecidamosquéhacer,shank—ledijo,mientras

sus manos continuaban sosteniendo el arco con total firmeza, como si estuvieraapoyadosobreunarama—.TraetucuerpoesqueléticoenesteinstantehaciaaquíyvealaFinca.

—Élquerrállevarnosacasa—exclamó—.YsacarnosdelLaberinto.¡Paraesoesmejor quenos arrojemos todos por elAcantiladoo quenos destrocemos el cráneounosaotros!

—¿Quéestásdiciendo…?—comenzóadecirThomas.

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—¡Cállate!—chillóelniño—.¡Cierraesabocaasquerosaytraicionera!—Ben—intervinoAlby,pausadamente—.Voyacontarhastatres.—Élesmalo,malo,malo—susurró,comosirezara,mientrassemecía,ypasaba

elcuchillodeunamanoalaotra,conlosojosfijosenThomas.—Uno…—Malo, malo, malo, malo, malo…—Ben sonrió. Sus dientes tenían un brillo

verdosobajolaluzpálida.Thomasqueríamirarhaciaotrolado,irsedeallí,peroestabahipnotizadoporel

miedoynosepodíamover.—Dos…—exclamóAlby,enfatizandoconsuvozlaadvertencia.—Ben—dijoThomas,tratandoderazonar—.Yonovoy…Nisiquieraséqué…Con un aullido bestial, el chico dio un salto mientras agitaba la hoja de su

cuchillo.—¡Tres!—exclamóAlby.Seescuchóelchasquidodeunacuerda,elsilbidodeunobjetozumbandoporel

airey, porúltimo,un sonidohúmedoynauseabundoqueconfirmabaque la flechahabíadadoenelblanco.

La cabeza de Ben se inclinó bruscamente hacia la izquierda y su cuerpo seretorcióhastaqueaterrizósobreelestómago.Luegoquedóensilencio.

Thomasdiounbrincoycaminócondificultadhastaelcuerpoinmóvil:delalargaastadelaflechaclavadaenlamejilla,brotabasangre,unacantidadmuchomenorquelaqueélhabíaimaginado.Enlaoscuridadparecíanegra,comoelaceite.Elúltimomovimientoqueviofueunligeroreflejonerviosodeldedomeñiquederecho.

Hizounesfuerzopornovomitar.¿AcasoBenhabíamuertoporsuculpa?—Vamos—dijoAlby—.LosEmbolsadoresseocuparándeélmañana.¿Qué acaba de pasar?, pensó, sintiendo que el mundo daba vueltas a su

alrededor.¿Algunavezlehabréhechoalgoaestechico?Levantólavistabuscandorespuestas,peroAlbyyasehabíaidoysóloquedabael

temblordeunaramacomoúnicaseñaldequealgunavezhabíapasadoporallí.

Alemergerdelbosque,apretólosojosantelaluzenceguecedoradelsol.Rengueabaalcaminar;eltobilloledolíaterriblemente,aunquenorecordabahabérselolastimado.Apoyabaconcuidadounamano sobre la zonade lamordida, y laotra sujetaba suestómagocomosiesofueraadetenerlasirrefrenablesganasdevomitar.LaimagendelacabezadeBenaparecióensumente:estabaladeadadeformaantinaturaly lasangrebrotabaporelastadelaflechaaborbotones,desparramándoseporelsuelo…

Esavisiónfuelagotaquefaltaba.Cayóderodillasjuntoaunodelosárbolesraquíticosenlasafuerasdelbosquey

devolvió,enmediodearcadasyescupidas,hastaelúltimorestodebilisquehabíaensuestómago.Letemblabatodoelcuerpoyparecíaqueelvómitonoacabaríanunca.

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Luego,comosisucerebroseestuvieraburlandodeél,tratandodeempeorarlascosas,loasaltóunpensamiento.

YallevabaenelÁreaunasveinticuatrohoras,undíaentero.Sóloeso.Ycuántascosas terribles habían sucedido.Era seguroque apartir de ahora todo empezaría amejorar.

Esanoche,acostadobajoelcieloestrellado,sepreguntósivolveríaadormiralgunavez.Cuandocerraba losojos, veía el cuerpomonstruosodeBen saltando sobre él,conel rostroenajenado.Peroauncon losojosabiertos,seguíaescuchandoel ruidohúmedodelaflechaalincrustarseenlamejilladelniño.

Sabíaquenoolvidaríanuncaesosbrevesminutosenelcementerio.—Dialgo—insistióChuckporquintavezdesdequehabíandispuestolasbolsas

dedormir.—No—respondiónuevamente.—Todossabenloquepasó.Yaocurrióunpardeveces:algúnlarchopicadopor

unPenitentesedelirayatacaaalguien.Nocreasqueeresespecial.Por primera vez pensó que el chico había pasado de ser ligeramente irritante a

intolerable.—Chuck,puedesestarcontentodequenotengaelarcodeAlbyamano.—Sóloestoyjug…—Cállateyduérmeteya—leexigió.Enesemomento,noestabacomoparalidiar

conél.Finalmente, el sueño venció a su «amigo» y, a juzgar por el estruendo de

ronquidos a través del Área, a los demás también. Algunas horas después, en loprofundodelanoche,éleraelúnicoqueseguíadespierto.Queríallorar,peronolohizo.QueríabuscaraAlbyydarleungolpe,sinningunarazónenespecial,peronolohizo.Queríagritar ypateary escupir y abrir laCajay saltar en laoscuridad.Perotampocolohizo.

Cerró losojos, tratódeahuyentar lospensamientos lúgubresy, enunmomentodado,sedurmió.

A la mañana, Chuck tuvo que llevarlo a rastras de la bolsa de dormir hasta lasregaderasydeallí,alvestuario.Sesentíadesanimadoeindiferente,ledolíalacabezayelcuerpolereclamabaseguirdurmiendo.Eldesayunotranscurrióenunanebulosay,unahoradespués,nopodíarecordarquehabíacomido.Laacidezdeestómagoloestabamatando.

Por loquepudover, lasiestaestabamuymalvistadentrode laactividaden lagranjadelÁrea.

Al poco rato, ya se encontraba con Newt frente al establo del Matadero,

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preparadoparasuprimerasesióndeentrenamientoconunEncargado.Apesardeladuramañana,estabamuyentusiasmadocon la ideadeaprendermáscosasypor laposibilidaddeponersumenteenalgoquenofueraBennielcementerio.Lasvacasmugían, las ovejas balaban y los cerdos gruñían a su alrededor. En algún lugarcercano, un perro ladró. Deseó que Sartén no le diera un nuevo significado a laexpresión«perroscalientes».Hotdogs,pensó.¿Cuándo fue laúltimavezquecomíuno?¿Yconquién?

—Tommy,¿meestásescuchando?Despertó de golpe de su aturdimiento y prestó atención a Newt, que hablaba

desdehacíaquiénsabecuántotiempo.—¿Eh?Perdona.Nopudedormiranoche.Elchicoesbozóunasonrisapatética.—Enesotienesrazón.Lodeayerfuegrantorturapara ti.Seguramentepiensas

que soy un larcho cabrón por pretender que te mates trabajando después de unepisodioasí.

Thomasseencogiódehombros.—Creoquetrabajareslomejorquepuedohacer.Loquesea,contaldepensaren

otracosa.—Esavez,lasonrisadeNewtfuemásgenuina.—Tienesaspectodeseruntipointeligente,Tommy.Ésaesunadelasrazonesque

nosllevanamantenerestelugaractivoyenbuenestado.Siestásdevago,tevienelatristezayempiezasadesmoronarte.Esasídefácil.

Asintiódistraídamente,altiempoquepateabaunapiedraporelpisopolvorientoyagrietadodelÁrea.

—¿Hay novedades de la chica de ayer?—preguntó fingiendo indiferencia. Sialgo había penetrado la niebla de su extensa mañana, había sido pensar en ella.Queríasabermás,entenderlaextrañaconexiónquelosunía.

—Sigueencoma,durmiendo.LosDocsledandecomerenlabocalassopasquehaceSartén,controlansussignosvitalesyesascosas.Pareceestarbien,sóloque,porahora,estámuertaparaelmundo.

—Esosífuemuyraro—comentó.DenohabersidoporelincidentedeBen,estabasegurodequetampocohubiera

podidodormir;sehabríapasadotodalanochepensandoenella.Queríasaberquiéneraysirealmentelaconocíadealgúnlado.

—Sí—repusoNewt—.Raroesunabuenapalabraparadefinirlo,supongo.Levantó lavista sobreelhombrodelmuchachohaciael establodepintura roja

descolorida,dejandoaunladolospensamientossobrelachica.—Bueno,¿pordóndeempezamos?¿Ordeñamosvacasomatamosaalgúnpobre

cerdito?Newtestallóenunacarcajada.Thomasnohabíaescuchadounsonidosemejante

desdequeestabaallí.—Siempre hacemos empezar a losNovatos por losmalditosCarniceros.No te

preocupes,cortarlasprovisionesdeSarténessólounaparte.Ellostambiénseocupan

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detodoloquetienequeverconlasbestias.—Qué lástima que no pueda recordar mi vida anterior. Tal vez me encantaba

mataranimales.Eraunchiste,perosucompañeronopareciócaptarlo.Newthizounaseñalconlacabezahaciaelestablo.—Losabrásmuybienparacuandoelsolsehayapuestoestanoche.Ven,vamosa

conoceraWinston.ÉleselEncargado.

Winston era bajo y musculoso, con la cara cubierta de acné. Thomas tuvo lasensacióndequeelchicodisfrutabademasiadodesutrabajo.Quizásloenviaronaquíporserunasesinoserial,pensó.

ElEncargadolemostróellugardurantelaprimerahora,explicándolequécorralle correspondía a cada animal, dónde estaban los gallineros y todo lo que ocurríadentrodelestablo.Elperro,unmolesto labradornegro llamadoRonco,seencariñóde inmediato con él y lo siguió durante toda la visita. Intrigado, le preguntó aWinston de dónde había venido la mascota, y éste le contestó que siempre habíaestadoallí.Parecíaquesunombrehabíasidopuestoirónicamente,porqueteníaunosladridosmuyagudosquedestrozabanlosoídos.

Durante la segunda hora, ya entraron de lleno en el trabajo con los animales:darles de comer, limpiar, arreglar un cerco, levantar plopus. Descubrió que usabacadavezmáselvocabulariodelosHabitantesdelÁrea.

La tercera hora fue la más difícil para él. Tuvo que observar cómo Winstonmatabaaunpuercoypreparabalasdistintaspartesparalacomida.Cuandollegóelmomento de almorzar, se hizo dos promesas: la primera, que su carrera no estaríarelacionadaconlosanimales;ylasegunda,quenuncamásvolveríaacomernadaquesalieradeadentrodeuncerdo.

El Carnicero le había dicho que siguiera solo, porque él tenía que continuartrabajandodentrodelMatadero,locualleparecióbien.MientrassedirigíaalaPuertadelEste,nopodíaquitarsedelacabezalaimagendeWinstonenunrincónoscurodelestablo,mordiendolaspatasdeuncerdocrudo.Esetipoleponíalapieldegallina.

EnelinstanteenquepasabadelantedelaCaja,vioquealguieningresabaalÁreadesde el Laberinto, por la Puerta del Oeste. Era un chico de aspecto asiático, conbrazosmusculososypelonegrocorto;parecíaserunpocomayorqueél.ElCorredorsedetuvo,seinclinóyapoyólasmanosenlasrodillas,respirandocongranesfuerzo.Daba la impresióndequeacababadecorrer treintakilómetros: la cara roja, lapielcubiertadesudorylaropaempapada.

Thomas lo miraba fijamente. Sentía mucha curiosidad, pues todavía no habíavistodecercaaunCorredornihabíahabladoconningunodeellos.Además,basadoen loquehabíaocurridoen losdosúltimosdías, éstehabía regresadovariashorasantes de lo habitual. Se aproximó a él, ansioso por conocerlo y hacerle preguntas.

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Antesdequepudieraarmarunafrase,elchicosedesplomóenelpiso.

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Capítulo12

ElCorredor estaba tendido en el suelo comounmuñeco roto, inmóvil.Thomas sequedó quieto durante unos segundos. La indecisión lo había paralizado: ¿y si lepasabaalgomalo?¿Ohabíasido…picado?¿Ysi…?

Después de un momento, reaccionó de golpe. El muchacho necesitaba ayudaurgente.

—¡Alby!—gritó—.¡Newt!¡Quealguienlosllame!Corrióhaciaelchicoysearrodillóasulado.—Hey, ¿te encuentras bien? —le preguntó. Tenía la cabeza sobre los brazos

extendidos y respiraba con dificultad. Estaba consciente, pero se le veíacompletamenteagotado.

—Estoybien—replicóconbalbuceos—.¿Quiénerestú,shank?—Soynuevo aquí—repuso.En esemomento se le ocurrió que losCorredores

pasabaneldíaenelLaberintoynohabíanpresenciadolosúltimossucesos.¿Estaríaenteradodelodelachica?Eraprobable…seguramentealguienlehabíacontado—.SoyThomas.Hacesólodosdíasquellegué.

ElCorredor se irguióhastaquedar sentado, conelpelonegropegoteadoporelsudor.

—Ah,sí—dijoconunresoplido—.ElNovato.Túylachica.Albyaparecióatodaprisa,claramentemolesto.—¿Porquéestásdevuelta,Minho?¿Quépasó?—Tranquila,nena—contestó, recuperándose con rapidez—. Sirve para algo y

consíguemeunpocodeagua.Lamochilasemecayóporahíafuera,enalgúnlado.PeroAlbynosemovió.Lediounapatadaenlapierna,demasiadofuerteparaser

enbroma.—¿Quépasó?—¡Apenas puedo hablar, miertero! —gritó Minho con voz áspera—. ¡Tráeme

algodebeber!EllíderdesviólavistahaciaThomas.Teníaunalevísimasombradesonrisaensu

cara,quealinstanteseconvirtióenunamuecadeenojo.—Éleselúnicolarchoquepuedehablarmeasí,sinqueledéunapalizaytermine

volandoporelAcantilado.Después, ante la mirada sorprendida de Thomas, dio media vuelta y salió

corriendo,aparentementeparatraerleelagua.—¿Albydejaqueledesórdenes?Sealzódehombrosyluegosesecóelsudordelafrente.—¿Letienesmiedoaesepayaso?Güey,tequedamuchoporaprender.MalditosNovatos.Elcomentariololastimómuchomásdeloesperado,teniendoencuentaquehacía

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sólotresminutosqueloconocía.—¿Acasonoesellíder?—¿Ellíder?—repitióconungruñidoquepretendíaserunacarcajada—.Puedes

llamarlocomoquieras.Talvezdeberíamosdecirlepresidente.No,mejorAlmiranteAlby.Esoesperfecto—ysefrotólosojosmientrasreía.

Thomas no sabía cómo interpretar la conversación. Era difícil saber cuándohablabaenserio.

—Entonces,¿quiénesellíder?—Nuevito,mejor deja de hablar si no quieres aumentar tu confusión—dijo, y

comenzó a bostezar; luego habló para símismo—. ¿Por qué los garlopos siemprevendránaquíhaciendopreguntasestúpidas?Esrealmentemolesto.

—¿Y qué esperas que hagamos?—exclamó enojado.Como si tú no hubierashecholomismocuandollegaste,pensó,peronoseatrevióaexpresarlo.

—Haz lo que se te dice ymantén la boca cerrada.Eso es lo queyo espero—contestó,mirándoloporprimeravezalacara.

Thomas, inconscientemente, retrocedióunoscentímetros.Peroenseguida sediocuentadequehabíacometidounerror:nopodíadejarqueesetipopensaraquepodíahablarleenesetono.Diounospasoshaciaatrásapoyándoseenlasrodillasylomiródesdearriba.

—Sí,claro.SeguroqueesofueloquehicistecuandoerasunNovato.Minholoobservóunossegundos.Luego,lehablóotravezdirectoalosojos.—Yo fui uno de los primeros Habitantes del Área, miertero. Cierra el hocico

hastaquesepasloqueestásdiciendo.Conunamezclademiedoyhartazgo,Thomascomenzóaincorporarse.Elchico

estirólamanoylesujetóelbrazo.—Siéntate, güey. Sólo estaba jugando contigo. Es que esmuy divertido.Ya lo

verás cuando llegue el próximo Novato…—su voz se apagó y arrugó la frente,desconcertado—.Creoquenohabráotro,¿verdad?

Éllehizocaso,secalmóyvolvióasentarse.Pensóenlachicayenlanotaquedecíaqueellaeralaúltimadetodos.

—Creoqueno.ElCorredorentornólosojos,comoestudiándolo.—Tú la viste, ¿no es cierto? Todos andan diciendo que es probable que la

conozcasoalgoasí.—La vi. No me resulta para nada conocida —contestó Thomas, de manera

defensiva.Deinmediato,sesintióculpablepornodecirlaverdad,aunquenofueraunagran

mentira.—¿Estábuena?No se le había ocurrido pensar en ella de esa forma desde que la había visto

enloquecer,entregarlanotaypronunciaraquellaspalabras:Todovaacambiar.Pero

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recordabalobonitaqueera.—Sí,supongoqueestábien.Elchicoseinclinóhaciaatráshastaquedarrecostadoenelsueloycerrólosojos.—Sí,porquéno.Siteatraenlaschicasencoma—yvolvióasonreír.—Seguro.No tenía muy claro si Minho le caía bien o no, dado que su personalidad

cambiabaacadamomento.Despuésdeunalargapausa,decidióaventurarse.—Bueno—arriesgóconcautela—.¿Encontrastealgohoy?—¿Sabes,Nuevito?Esaeslaestupidezmásgarlopaquepodríaspreguntarleaun

Corredor—replicó,conlosojosmuyabiertos—.Peronohoy.—¿Qué quieres decir? —insistió, viendo crecer sus esperanzas de obtener

información.Unarespuesta,pensó.¡Porfavor,almenosunavez!—Sólotienesqueesperarqueregresenuestropresumidoalmirante.Nomegusta

decirlascosasdosveces.Además,talveznoquieraqueteenteres.Suspiró.Lafaltaderespuestaciertamentenolotomabaporsorpresa.—Bueno, pero almenos cuéntamepor qué estás tan cansado. ¿Acasonohaces

estosiempre?Lanzóungemidomientrasseerguíaycruzabalaspiernas.—Sí,Novato.Salgoacorrertodoslosdías.Digamosquemeentusiasméunpoco

yacelerédemásparallegarantes.—¿Porqué?Thomasestabadesesperadopor saberquéhabíapasadoenelLaberinto.Minho

levantólasmanoshaciaarriba.—Ya te lodije, shank.Paciencia.HayqueesperaralGeneralAlby.Algoensu

vozsuavizóelgolpeyThomastomóunadecisión.Eltipolecaíabien.—Estábien,mecallo.Sóloasegúratedequemepermitaescucharlasnoticiasa

mítambién.—Perfecto,Novato.Túmandas—repusodespuésdeunossegundos.Albyaparecióal rato, trayendoun tazóndeplástico llenodeaguayse lodioa

Minho,queselobebiótodosinparar.—Bueno—dijo—,dispara.¿Quépasó?ElCorredorarqueólascejasyloseñaló.—Todobien—contestó—.Nomepreocupaqueeste larchoescuche. ¡Hablade

unavez!EsperóensilenciomientrasMinhoselevantabaconesfuerzohaciendomuecasde

dolor,conunaspectoquedenotabaagotamiento.Hizoequilibriocontralaparedylesechóunamiradafría.

—Encontréunomuerto.—¿Cómo?—preguntóAlby—.¿Unquémuerto?Minhosonrió.—UnPenitentemuerto.

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Capítulo13

Thomas quedó fascinado ante la sola mención de un Penitente. Esos monstruosdesagradableslecausabanterror,perosepreguntóporquéencontrarunomuertoeratanimportante.¿Acasonuncahabíaocurridoantes?

Albypusocaradeasombro.—Shuck.Noesunbuenmomentoparabromas—repuso.—Mira—contestóMinho—,yotampocolocreeríasifueratú.Peroescierto,lo

vi.Unobiengrandeyasqueroso.Estáclaroqueeslaprimeravezquesucede,pensó.—EncontrasteunPenitentemuerto—repitióellíder.—Sí—dijo,conirritaciónenlavoz—.Aunostreskilómetrosdeaquí,cercadel

Acantilado.DirigiólamiradahaciaelLaberintoyluegodevueltaaMinho.—¿Yporquénolotrajistederegresocontigo?Lanzódenuevounasonrisa,mitadgruñido,mitadrisitatonta.—¿Estuviste bebiendo esa salsa irresistible de Sartén? Esas cosas deben pesar

mediatonelada,hermano.Además,notocaríaunoaunquemedierasunpasajegratisfueradeestelugar.

Albyinsistíaconlaspreguntas.—¿Qué aspecto tenía? ¿Las púasmetálicas estaban dentro o fuera del cuerpo?

¿Hizoalgúnmovimiento?¿Teníalapieltodavíahúmeda?Thomas estaba repleto de interrogantes: ¿Púasmetálicas? ¿Piel húmeda? ¿De

qué hablan?, pero se contuvo, para no recordarles su presencia. Y que quizásdeberíanhablarenprivado.

—Tranquilo, hombre —respondió—. Tienes que verlo por ti mismo. Es…extraño.

—¿Extraño?—Albylomiróconfundido.—Mira, estoy exhausto, muerto de hambre e insolado. Pero si quieres

transportarlo ahora, es posible que podamos ir y regresar antes de que las Puertascierren.Albymiróelreloj.

—Mejoresperemoshastamañanaaldespertar.—Es lomás inteligentequehasdichoenuna semana—concluyó,dándoleuna

palmada en el brazo y dirigiéndose a la Finca con una ligera renguera.Habló porencimadesuhombromientrassearrastraba,contodoelcuerpoadolorido—.Deberíavolveralláafuera,peroyanopuedomás.IréacomerunpocodelguisadorepugnantedeSartén.

Loinvadióladesilusión.EraciertoqueMinhorealmentemerecíaundescansoyalgodecomer,peroqueríasabermás.DespuésAlbysediovueltahaciaThomas.

—Simeestásescondiendoalgo…

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Ya estaba cansado de que lo acusaran de saber cosas. ¿Acaso no era ése elproblema?Élnosabíanada.Miróalchicodirectoalosojosylehizounapreguntasimple.

—¿Porquémeodias tanto?—La reacción fue indescriptible: confusión, enojo,asombro.

—¿Odiarte?Larcho,nohasaprendidonadadesdequellegasteenesaCaja.Estonotienenadaqueverconodio,amor,amigosoloquesea.Loúnicoquenosimportaessobrevivir.Dejayatuladodemaricaycomienzaausaresecerebrodegarlopo,siesquelotienes.

Sintiócomosihubierarecibidounabofetada.—Pero…¿porquésiguesacusándome?—Porque no puede ser una coincidencia, shank. Caes aquí, al día siguiente

recibimos a una chica y una nota demente, Ben trata de morderte, apareció unPenitentemuerto…Algoestápasandoynovoyadescansarhastaquedescubraquées.

—Yonosénada—dijoconardor,sintiendoquelehacíabiendescargarelenojo—.Ni siquiera sé dónde estaba hace tres días,muchomenos voy a saber por quéMinhoencontróunacosamuertaa laque llamanPenitente. ¡Demodoquedejademolestarme!

Albyseinclinóligeramentehaciaatrásyleechóunamiradaausente.—Tranquis,Nuevito.Maduradeunavezyempiezaapensar.Aquínosetratade

acusar a nadie de nada. Pero si te acuerdas de algo, cualquier cosa que te resulteapenasfamiliar,esmejorquelodigas.Prométemelo.

Noloharéhastaquenotengaunamemoriafirme,pensó.Yquieracompartirlo.—Sí,supongo,pero…—¡Promételo!Sedetuvo,cansadodeAlbyydesuactitud.—Comoquieras—exclamófinalmente—.Loprometo.Entoncesellídersemarchósindecirunapalabra.

EncontróunárbolmuybonitoquedabamuchasombraenlasLápidas,albordedelbosque.SentíaterrordevolveratrabajarconelCarniceroWinstonysabíaqueteníaque comer, pero necesitaba estar solo. Se apoyó contra el grueso tronco, deseandoqueselevantaraalgodebrisa,peronoocurrió.

Justocuandosuspárpadoscomenzabanacerrarse,aparecióChuckparaarruinarlapazytranquilidad.

—¡Thomas!¡Thomas!—chillóelniño,corriendohaciaél,conlosbrazosenaltoylacarailuminadaporelentusiasmo.

Serestrególosojosyrefunfuñó.Nohabíanadaquequisieramásenelmundoqueunasiestademediahora.NolevantólavistahastaqueChucksedetuvofrenteaél,

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congranagitación.—¿Qué?Laspalabrasbrotaronlentamenteenmediodesurespiraciónentrecortada.—Ben…noestá…muerto.Cualquier rastro de fatiga que quedara en el organismo de Thomas salió

despedido.Selevantódeunsaltoyloenfrentó.—¿Qué?—Noestámuerto.LosEmbolsadoresfueronabuscarlo…laflechanopenetróen

elcerebro…ylosDocslocosieronrápidamente.Se alejó y miró hacia el bosque, donde apenas la noche anterior había sido

agredidoporelchicoenfermo.—Tienesqueestarbromeando.Yolovi…Lobombardearonmuchasemocionesalmismotiempo:confusión,alivio,miedo

dequeloatacaradenuevo…—Bueno, yo también lo vi—dijo—. Está encerrado en el Cuarto Oscuro con

mediacabezavendada.Volvióaencararasuamigo.—ElCuartoOscuro.¿Quéquieresdecir?—Es nuestra cárcel. Está al norte de la Finca —respondió, señalando en esa

dirección—. Lo arrojaron tan rápido, que los Docs lo tuvieron que emparchar ahíadentro.

Miróhaciaabajoysepasólamanoporelpelo.Cuandosediocuentadeloquerealmentehabíaensuinterior,laculpaseapoderódeél:sehabíasentidoaliviadodequeBenestuvieramuerto,denotenerquepreocuparseporencontrárseloalgunavez.

—¿Yquévanahacerconél?—EstamañanahubounaAsambleadelosEncargados.Parecequeladecisiónfue

unánimeporloqueescuché.Despuésdetodo,creoquehubierasidomejorqueesaflechaentraraensucerebrolarchoso.

Entrecerrólosojos,desconcertadoantelaspalabrasdelchico.—¿Dequéestáshablando?—Serádesterradoestanoche.Portratardematarte.—¿Desterrado?¿Yesoquésignifica?—nopudoevitarlapregunta,aunquesabía

quenopodíasernadabuenosiChuckpensabaqueerapeorqueestarmuerto.En ese instante, tuvo la sensación más perturbadora desde su llegada al Área.

Chucknocontestó,simplementesonrió.Apesardetodo,apesardelohorriblequeera esa situación, se rió. Luego salió corriendo, tal vez para contarle a otro lasemocionantesnoticias.

Esa noche, cuando las primeras luces tenues del crepúsculo se deslizabansigilosamenteporelcielo,NewtyAlbyreunieronatodoslosHabitantesdelÁreaenlaPuertadelEste,mediahoraantesdequesecerrara.LosCorredoresapenashabíanregresadoyestabanconcentradosen lamisteriosaSaladeMapas.Minhoyaestaba

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adentro desde antes. Alby les pidió a todos ellos que se apresuraran con lo queestabanhaciendo,pueslosnecesitabaafueraenveinteminutos.

Thomas seguía muy molesto por la reacción que había tenido Chuck ante lanoticiadequeBen seríadesterrado.Aunqueno sabíaqué significabaexactamente,quedabaclaroquenoeraalgoagradable.Enespecial,teniendoencuentaqueellugarde reunión se encontraba tan cerca del Laberinto. ¿Lo arrojarán allí afuera?, sepreguntó.¿ConlosPenitentes?

LosdemásHabitantesmurmurabanysepodíasentirenelaireelnerviosismoantela expectativa de que algo espantoso estaba por suceder. Permaneció allí con losbrazoscruzados,esperandoqueempezaraelespectáculo.Finalmente,losCorredoressalierondeledificio,agotados,conlascarasfruncidasdetantopensar.ComoMinhofueelprimeroenaparecer,pensóquedebíaserelEncargadodelosCorredores.

—¡Tráiganloafuera!—gritóAlby.Mientras Thomas se volteaba buscando algún signo de Ben, la inquietud lo

embargóalimaginarsequéharíacuandoloviera.Desde la parte más lejana de la Finca, aparecieron tres muchachos robustos

arrastrandoalchicoporelsuelo.Susropascolgabanenjironesyunagruesavendacubríalamitaddelacaraydelacabeza.Senegabaabajarlospiesoacolaborar,yparecíatanmuertocomolaúltimavezquelohabíavisto.Exceptoporunacosa:teníalosojosabiertos,inundadosdeterror.

—Newt —dijo Alby, bajando la voz; Thomas no lo habría escuchado de nohallarsemuycercadeél—.Veabuscarelposte.

Eljovenseencaminósinvacilarhaciaunpequeñocobertizodeherramientasquese utilizaba para trabajar en los Jardines. Era obvio que había estado esperando laorden.

Volvió a concentrarse en Ben y en los guardias. El condenado seguía sinresistirse, dejándose llevar por las piedras polvorientas del patio. Al llegar a lamultitud, lo pusieron de pie frente al líder. Se quedó con la cabeza colgando,negándoseaestablecercontactovisualconalguien.

—Tútelabuscaste,Ben—dijoAlby.LuegosacudiólacabezayechóunvistazohacialacabañaadondesehabíadirigidoNewt.

Thomas siguió la dirección de su mirada justo a tiempo para ver a Newtatravesando la puerta inclinada. Sostenía varias barras de aluminio. Y al unir losextremosentresí,obtuvounpostedeunosseismetros.Luego,encajóenunodelosextremos un objeto con forma extraña y se dirigió hacia el grupo. Al escuchar elruidodelabarrademetalrozandoelpisodepiedra,unestremecimientolerecorriólaespalda.

Estabahorrorizadoante toda lasituación.AunquenuncahabíahechonadaparaprovocaraBen,sesentíaresponsable.¿Acasoeraelcausantedealgodeloqueestabapasando?Noobtuvorespuesta,perolaculpalotorturabacomounaenfermedad.

Finalmente, Newt le alcanzó a Alby el extremo del poste que sostenía en su

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mano.Enesemomentopudoverelraroaccesorio:unlazodecuerorígidosujetoalmetal con un enorme gancho. Un gran broche a presión evidenciaba que el cueropodíaabrirseycerrarse.Resultabaobviocuálerasufinalidad.

Setratabadeuncollar.

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Capítulo14

ThomasobservócómoAlbydesabrochabaelcollaryluegolocolocabaalrededordelcuellodeBen.Encuantolatiradecuerosecerró,elchicolevantólavista.Teníalosojos llenos de lágrimas y le goteaba la nariz. Los Habitantes lo contemplaban ensilencio.

—Alby,porfavor—rogóconuntemblortanpatéticoenlavoz,queThomasnopodía creer que se tratara del mismo chico que había intentado morderlo en lagarganta el día anterior—. Te juro que estaba enfermo de la cabeza por laTransformación.Jamáslohubieramatado,sóloenloquecíporunsegundo.Tesuplico.

CadapalabraeraunpuñetazoenelestómagodeThomas,queaumentabasuculpaysuconfusión.

Alby no respondió. Tiró del cuero para asegurarse de que estuviera bienabrochadoyajustadofirmementealcaño.PasódelantedeBen,levantóelpostedelpiso y caminó dejando que se deslizara entre susmanos.Cuando llegó al extremofinal,losujetóconfuerzayencaróalamultitud.Teníalosojosinyectadosensangre,la cara apretada por la ira y respiraba con fuerza: Thomas pensó que era un serdiabólico.

Lavisiónhaciaelotroladoresultabaextraña.Unchicotemblorosoysollozante,conuncollardecueroalrededordesucuellopálidoyescuálido,amarradoaunpalolargo,queseextendíadesdesucuerpohastaAlby,seismetrosmásallá.Elmástildealuminio se arqueaba un poco en la mitad, pero aun desde donde se encontrabaThomas,parecíaincreíblementefuerte.

El líder habló conunavozgravey ceremoniosa,mirando a todosy a nadie enparticular.

—ConstructorBen, has sido condenado alDestierropor el intentode asesinatodelNovatoThomas.LosEncargadossehanpronunciadoysupalabraesdefinitiva.Yanopuedesregresar.Jamás—hizounalargapausa—.Encargados,tomensulugarjuntoalPostedelDestierro.

ThomasdetestóquesehicierapúblicoelvínculoquelouníaaBentantocomolaresponsabilidadquesentía.Volveraserelcentrodeatenciónnohacíamásqueatraersospechassobreél,locualagregórabiaalaculpaqueyatenía.LoúnicoquequeríaeraqueBendesaparecierayquetodoterminaradeunavez.

Los chicos se fueron acercando uno por uno al largo mástil. Lo tomaron confuerzaentreambasmanos,comosisetrataradeljuegodetirayafloja.Newteraunodeellos,asícomotambiénMinho,confirmandolasuposicióndeThomasdequeeraelEncargadodelosCorredores.Winston,elCarnicero,tambiénocupósulugar.

Una vez que estuvieron listos —diez Encargados ubicados a espacios igualesentreAlby yBen— la atmósfera se puso tensa y todos enmudecieron. Los únicossonidos que se percibían eran los sollozos amortiguados de Ben, que se secaba la

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narizylosojosfrenéticamente.Mirabaaderechaeizquierda;elcollarleimpedíaveralosEncargados,queseencontrabandetrásdeél.

LossentimientosdeThomascambiaronunavezmás.Habíaalgoquenoestababien. ¿Por qué merecía Ben ese destino? ¿No se podía hacer alguna cosa por él?¿Acaso tendría que pasarse el resto de su vida sintiéndose responsable por eso?Terminenya,aullódentrodesucabeza.¡Quetodoseacabedeunavez!

—Porfavor—exclamóelacusado,concrecientedesesperaciónenlavoz—.¡Porfavor!¡Quealguienmeayude!¡Nopuedenhacermeesto!

—¡Cállate!—rugióAlbydesdeatrás.Pero Ben lo ignoró; implorando ayuda mientras comenzaba a jalar el lazo

alrededordesucuello.—¡Que alguien los detenga! ¡Socorro! ¡Auxilio!—siguió suplicando,mientras

observabaacadaunodeloschicos.Todosapartaronlavista.Thomas se ubicó de inmediato detrás de un muchacho más alto, para evitar

enfrentarseconBen.Nopuedomiraresosojosotravez,pensó.—Si hubiéramos permitido que larchos como tú quedaran sin castigo por una

cosaasí—leadvirtióAlby—,nohabríamossobrevivido tanto tiempo.Encargados,prepárense.

—No, no, no, no, no —dijo Ben en voz baja—. ¡Juro que me portaré bien!¡Nuncamáslovolveréahacer!¡Porfavoooo…!

SuaullidodesgarradorfueinterrumpidoporelcrujidodelaPuertadelEstequecomenzabaacerrarse.Laschispasvolabanporelaire,mientraslagigantescaparedderechasedeslizabahacialaizquierdaconunsonidoatronador.ElsuelotemblóbajosuspiesyThomassepreguntósi seríacapazdepresenciar loquesabíaqueestabaporocurrir.

—¡Encargados,ahora!—gritóAlby.Los muchachos empujaron el mástil, en dirección al Laberinto. El impulso

sacudióbruscamente lacabezadeBenhaciaatrás.Unalaridoahogadobrotóde sugarganta,por encimadel ruidode laPuerta.Ycayóde rodillas, peroelEncargadoqueseencontrabaenlapartedelantera,loincorporódeuntirón.

—¡Nooooooooooo!—berreó, lanzando salivapor la boca,mientraspataleabaytrataba de arrancarse el cuero con las manos. Pero la fuerza conjunta de losEncargadoserademasiadaparaél,quese ibaacercandocadavezmásalbordedelÁrea, en elmomento exacto en el que la pared derecha terminaba su recorrido—.¡Nooooo!—aullabasinparar.

Cuandollegóalumbral,intentómantenerlospiesenelsuelo,perofueinútil:elposteloempujóhaciaelLaberintodeunasacudida.Enuninstante,yaestabamásdeun metro fuera del Área, moviendo su cuerpo de un lado a otro y luchando porquitarseelcollar.LosmurosdelaPuertaseencontrabanasólosegundosdequedarherméticamentesellados.

Conunúltimoesfuerzo, logró torcerviolentamenteelcuellodentrodel lazode

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cuero, girar su cuerpo y enfrentar a losHabitantes. Thomas no podía creer que setrataratodavíadeunserhumano:teníalosojosalucinados,flemasaliendodelabocaylapielblancatirantesobrelasvenasyloshuesos.Parecíaunserdeotroplaneta.

—¡Deténganse!—exclamóAlby.Ben comenzó a gritar sin parar, con un sonido tan penetrante y lastimero que

Thomas tuvo que taparse los oídos. Era un aullido bestial, de un lunático que sedesgarrabalascuerdasvocales.Enelúltimosegundo,elEncargadodeadelanteaflojóeltramomáslargodelcañoyloseparódelapartealaqueestabasujetoBen,yluegoempujóhaciadentrodelÁrea,dejandoalchicoenelDestierro.Losúltimoschillidosseapagaroncuandolasparedessecerraronconunestruendoterrible.

Thomasapretólosojos,mientraslaslágrimasrodabanporsusmejillas.

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Capítulo15

Porsegundanocheconsecutiva,ThomassefuealacamaconlaimagendelrostrodeBenatormentándolo.Quédiferentesseríanlascosassinofueraporél,pensó.Casise había convencido a sí mismo de que estaría totalmente contento y ansioso poraprendersobresunuevaviday lograrsuobjetivodeconvertirseenCorredor.Casi.EnelfondosabíabienqueBenerasólounodesusmuchosproblemas.

Peroahorayanoestaba,había sidodesterradoalmundode losPenitentes, alládondeconducíanasuspresas,víctimadequiénsabequétratosinhumanos.Aunqueteníasobradasrazonesparadetestarlo,sentíalástimaporél.

Nopodíaimaginarsecómoseríasalirdeesamanera,peroajuzgarporlosúltimosmomentos deBen, aullando y escupiendo como si estuviera enmedio de un brotepsicótico,yanoponíaendudalaimportanciadelaregladelÁreaquedecíaquenadiedebíaentraralLaberintosalvolosCorredores,yaunellos,sóloduranteeldía.Benyahabíasidopicadounavez,loquesignificabaquesabíaquizásmejorquenadieloqueleesperaba.Pobrechico,pensó.

Unestremecimientolecorrióporelcuerpo.Cuantomáslopensaba,másdudabade que ser un Corredor fuese una buena idea. Pero, inexplicablemente, ésa seguíasiendosumeta.

A lamañanasiguiente,el ruidode laactividaddelÁrea lodespertódel sueñomásprofundo que había tenido desde su llegada. Se incorporó frotándose los ojos parasacudirse el sopor. Como no lo logró, se volvió a acostar, esperando que nadie lomolestara.

Latranquilidadnoduróniunminuto.Alguienlegolpeóelhombroy,alabrirlosojos,seencontróaNewtdepieallado

deél.¿Yahoraqué?,pensó.—Levántate,lagarto.—Sí,buendíaatitambién.¿Quéhoraes?—Las siete, Novato—le dijo con una sonrisa burlona—. ¡Ajá! Creíste que te

dejaríadormirhastatardedespuésdedosdíasmuyduros.Sesentódisgustadopornopoderseguirechadoallíduranteunashorasmás.—¿Dormirhastatarde?¿Quésonustedes?¿Unabandadegranjeros?—exclamó,

preguntándoseporquéesapalabraleresultabatanfamiliar.Unavezmásseasombródelaformaenquefuncionabasupérdidadelamemoria.

—Exactamente,ahoraquelomencionas—contestó,acomodándosealladodeélycruzandolaspiernas.Sequedóensilenciounrato,atentoalbullicioquecomenzabaaextenderseporelÁrea—.Nuevito,hoytepondréconlosAradores.Veamossiesotegustamásquerebanaraunosmiserablescerditos.

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Estabahartodequelotratarancomoaunbebé.—¿Noseríahorayadequedejarasdellamarmeasí?—¿Cómo?¿Miserablecerdito?Lanzóunarisaforzadaysacudiólacabeza.—No,Nuevito.YonosoyelHabitantemásreciente,¿noescierto?Eslachicaen

coma.AelladileNuevita,minombreesThomas—contestóconimpaciencia.La imagende la joven invadió sumente y se acordóde la conexiónquehabía

sentido.Derepente,latristezaseapoderódeél,comosilaextrañarayquisieraverla.Esonotienesentido,pensó.Nisiquierasécómosellama.

Newtseinclinóhaciaatrás,arqueandolascejas.—¡Caray! Parece que te crecieron un par de huevos de este tamaño durante la

noche,güey.Loignoróycontinuóhablando.—¿QuéesunArador?—Es la forma en que llamamos a los tipos que se desloman trabajando en los

Jardines:cultivan,desmalezan,plantanycosasasí.Thomasseñalóenesadirección.—¿QuiéneselEncargado?—Zart.Buentipo,siemprequenoseasvagoparael trabajo.Eselgrandoteque

ibaadelanteayeralaanoche.Nohizoningúncomentario.EsperabapoderpasareldíasinpensarenBenoensu

Destierro.Elrecuerdoloponíamalylohacíasentirculpable,demodoquedesviólaconversación.

—¿Yparaquévinisteadespertarme?—¿Quépasa?¿Acasonotegustavermicaraapenasabreslosojos?—Noparticularmente.Entonces…Peroantesdequepudieraterminarlafrase,seescuchóelestrépitodelasparedes

queseabríanporeldía.MiróhacialaPuertadelEste,comoesperandoveraBendelotro lado.En su lugar, estabaMinhohaciendo ejercicios.Lovio cruzar la salidayrecogeralgo.

Eraeltramodelpostequeteníaelcollardecueroadosadoaél.AlCorredornopareció importarle la cuestión y se lo arrojó a otro chico, que lo guardó en elcobertizodelasherramientas,cercadelosJardines.

Thomas se volteó hacia Newt, confundido. ¿Cómo podíaMinhomostrarse tanindiferente?

—¿Cómo…?—Sólo he visto tres Destierros, Tommy —se adelantó Newt—. Todos tan

desagradablescomoeldeanoche.Perocadacondenadavez, losPenitentesdejanelcollarennuestroumbral.Semeponenlospelosdepuntadesólopensarlo.

—¿Yquéhacenconloschicosqueatrapan?—preguntó,aunquenoestabamuysegurodequerersaberlo.

Newtlevantóloshombros,fingiendoindiferencia.Posiblementenoqueríahablar

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deeso.—CuéntamedelosCorredores—dijoderepente.Las palabras parecieron brotar de la nada. Estuvo a punto de disculparse y

cambiardetema,perosequedócallado.Queríasabertodosobreellos.AundespuésdeloquehabíavistolanocheanteriorodehaberobservadoalPenitenteatravésdelaventana,noleimportaba.Lanecesidaddesabereramuyfuerte,ynoentendíabienporqué.SentíaquehabíanacidoparaserCorredor.

Elchicosedetuvo,conaspectoconfundido.—¿LosCorredores?¿Porqué?—Sólomepreguntabaquéharían.Newtlomiróconsuspicacia.—Esostipossonlosmejoresdetodos.Tienenqueserlo.Tododependedeellos

—comentó,arrojandounapiedrayobservandocómorebotabahastadetenerse.—¿Yporquénoeresunodeellos?LacaradeNewtsepusoseriaderepente.—Era,hastaquemelastiméestamalditapiernahaceunosmeses.Yanadafuelo

mismo después de eso —comentó, con un breve destello de dolor en el rostro,mientras se frotaba distraídamente el tobillo derecho. A juzgar por su expresión,Thomas pensó que el sufrimiento proveníamás de lamemoria que de unmalestarreal.

—¿Cómo te lastimaste? —preguntó, considerando que cuanto más lo hicierahablar,másaveriguaría.

—Delaúnicaformaposible,huyendodelosjodidosPenitentes.Casimeatrapan—repuso,yluegohizounapausa—.TodavíamedanescalofríoscuandopiensoquepodríahaberpasadoporlaTransformación.

LaTransformación.Thomassabíaqueesetemapodríaserlarespuestaamuchasdesuspreguntas.

¿Y qué es eso? ¿Qué es lo que cambia? ¿Todos se convierten en psicópatas ytratandematargentecomoBen?

—Elpobrefuepormuchoelpeordetodos.PeroyocreíaquequeríashablardelosCorredores—leadvirtió, conun tonodevozqueponía fina lacharla sobre laTransformación.

Esodespertóaúnmássucuriosidad,aunque leparecíagenialvolveral temadelosCorredores.

—Bueno,soytodooídos.—Yatedije.Sonlosmejores.—¿Ycómoloseligen?¿Pruebanatodosparaversisonrápidos?Lelanzóunamiradadedesprecioygruñó.—Vamos,Nuevito…Tommy, comoquieras, usa unpoco el cerebro.Lo rápido

quepuedascorreressólounaparte.Ybastantepequeña,enrealidad.Laaclaracióndespertósuinterés.

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—¿Quéquieresdecir?—Cuandodigoquesonlosmejores,esosignificaentodo.Parasobrevivirenel

condenadoLaberinto tienesque ser despierto, rápido, fuerte.Debes ser buenoparatomar decisiones, saber cuál es el riesgo exacto que vas a asumir. No puedes sertímidoniimprudente—estirólaspiernasyseapoyóhaciaatrássobrelasmanos—.Eltrabajoalláafueraesfatal,¿sabes?Noloextraño.

—PenséquelosPenitentessólosalíanporlanoche—acotó.Pormásquefuerasudestino,noqueríatoparseconunodeesosmonstruos.

—Sí,engeneral.—Entonces,¿porquéestanterribleestarallí?Newtsuspiró.—Presión.Estrés.Mientrastratasdefijartodalainformaciónentucabezaconla

intención de sacar a todos de este lugar, el diseño del Laberinto varía día por día.Además,estáspreocupadoporlosmalditosMapas.Ylopeor:siempretienesmiedodenopoderregresar.Unlaberintonormalyaesdifícil,perounoquecambiatodoeltiempo…Un par de errores y pasas la noche al lado de bestias siniestras.No haylugarparatontosomalcriados.

Thomasfruncióelceño.Noentendíaelimpulsoquesurgíaensuinterior,queloalentabaacontinuar.Lopodíasentirentodoelcuerpo.

—¿Yporquétodoeseinterés?—preguntóNewt.Temíadecirlootravezenvozalta.—QuieroserCorredor.—Llevasaquímenosdeunasemana,shank.Esunpocorápidoparaquerermorir,

¿noteparece?—dijoNewt,volteándoseymirándoloalosojos.—Nobromeo—respondióconexpresióngrave.Aunparaélmismonadadeeso

teníamuchosentido.Peroeraunasensaciónmuyfuerte.Dehecho,eldeseodeserCorredoreraloúnicoqueloanimabaaseguiradelanteyaceptarsusituación.

Newtprosiguióhablandosinquitarlelamirada.—Yotampoco.Ni lopienses.NadieseconvirtióenCorredorenelprimermes,

menostodavíaenlaprimerasemana.NosquedanmuchaspruebasporhacerantesderecomendartealEncargado.

Thomassepusodepieycomenzóadoblarsuequipodedormir.—Newt, hablo en serio. No puedo pasarme el día plantando jitomates, me

volveríaloco.Noséquéhacíaantesdequemedespacharanaquí,peroelinstintomedicequetengoqueserCorredor.Séquepuedoserlo.

Elmuchachocontinuabasentadoallí,mirándolo,sinofrecerleayuda.—Nadiedijoquenopudieras.Perotratadeolvidartedeltemaporuntiempo.Sintióqueloinvadíalaimpaciencia.—Pero…—Escucha, Tommy, sé lo que digo. Si comienzas a atropellar por ahí,

comentandoa todosqueeresdemasiadobuenocomopara trabajardecampesinoyque ya estás listo para ser un Corredor, ganarás muchos enemigos. Olvídalo por

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ahora.Loúltimoquequeríaenesemomentoeratenerenemigos,peroaunasí,decidió

atacarporotrolado.—Estábien.HablaréconMinhosobreesto.—Buenaidea,larcho.LaAsambleaeslaqueeligealosCorredores,demodoque

siconsiderasqueyosoyduro,ellossereiránentupropiacara.—¿Quésabenustedes?Yopodríaserrealmentebueno.Creoqueesunapérdida

detiempohacermeesperar.Newtselevantó.—Préstameatención,Novato.Escuchabien loque tevoyadecir—leadvirtió,

mientrasloseñalabaconeldedo.EnesemomentoThomasdescubrióquenosesentíademasiadointimidado.Pusolosojosenblanco,peroluegoasintió—.Mejordéjatedetonterías, antes de que los otros te escuchen. Aquí, las cosas funcionan de otramanera,ytodanuestraexistenciaenterasebasaenquetodofuncione.

Hizounapausa,peroThomasnodijonada,temiendoelsermónqueseavecinaba.—Orden—agregó—.Tienesquegrabarteesapalabraentucabezaalobestia.El

motivo por el cual todos estamos cuerdos aquí adentro es porque trabajamos duroparamantener el orden. Por esa razón echamos aBen. ¿Acaso crees que podemospermitir que haya chiflados dando vueltas, intentandomatar gente?Orden. Si hayalgoquenonecesitamosenestemomentoesalguienquevengaaenturbiarlascosas.

Thomasdejósuterquedaddelado,puessediocuentadequeerahoradecerrarlaboca.

—Claro—fuetodoloqueañadió.Newtlopalmeóenlaespalda.—Hagamosuntrato.—¿Qué?—preguntó,sintiendorenacersusesperanzas.—Tú no hablasmás del tema y yo te pongo en la lista de posibles candidatos

apenasdemuestresquetienesalgodepoder.Abreslabocaymevoyaocupardequenuncatengasunamalditaoportunidad,¿deacuerdo?

Detestabalaideadetenerqueesperar,sinsaberporcuántotiempo.—Esetratoesunamierda.Newtlevantólascejas.Luegodeunossegundos,Thomashizounaseñalafirmativa.—Tratohecho.—Vamos pues, vayamos a buscar algo para picar de lo que prepara Sartén. Y

esperoquenonosagarreunaintoxicaciónbrutal.Esamañana,porfinconocióaltristementecélebreSartén,perosólodelejos.El

tipo estabamuy ocupado preparando el desayuno para un ejército de hambrientosHabitantes.Nopodía tenermásdedieciséisaños,peroya teníaunabarba tupidayunacantidaddepelosquelebrotabanportodoelcuerpo,comotratandodeescaparde los confinesde su ropamanchadade comida.Nopareceel tipomás limpiodel

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mundocomopara supervisar la cocina, pensó.Segrabó la ideade fijarse siemprequenohubierapelosnegrosensuplato.

Thomas y Newt acababan de sentarse con Chuck en una mesa alejada de laCocina,cuandounnumerosogrupodeHabitantesselevantóycorrióhacialaPuertadelOeste,hablandoanimadamenteentreellos.

—¿Qué pasa?—inquirió, sorprendido ante la naturalidad de su pregunta. LosnuevosacontecimientosdelÁreayaformabanpartedesuvida.

Newthizoungestodeindiferenciayseabalanzósobresudesayuno.—Están despidiendo aMinho y aAlby, que van a ver al condenado Penitente

muerto.—Hey—dijo Chuck,mientras un trozo de tocino salía volando de su boca—.

Tengounapreguntasobreeso.—Nomedigas,Chucky—repusoNewtconundejodesarcasmo—.¿Ycuálsería

tumalditapregunta?Elchicoparecíamuyconcentradoensuspensamientos.—Bueno,esqueellosencontraronaunPenitentemuerto,¿noescierto?——Ah,¿sí?—contestó—.Graciasporlanoticia.Elgorditogolpeóeltenedordistraídamentecontralamesa.—Bueno,yentonces¿quiénmatóaesaestúpidacriatura?Excelentepregunta,Chuck,pensóThomas.EsperóqueNewtrespondiera,perono

seescuchónada.Eraobvioquenoteníalamásremotaidea.

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Capítulo16

Thomas pasó la mañana con el Encargado de los Jardines, deslomándose ytrabajando,comohubieradichoNewt.Zarteraelchicoalto,depelonegro,quehabíaestadoadelantedelposteduranteelDestierrodeBen,yque,poralgunarazón,olíaaleche agria. No hablabamucho, pero le enseñó las cuestiones básicas para que élpudiera empezar a trabajar solo: desmalezar, podar un árbol de ciruelas, plantarsemillas de calabaza, recolectar verduras… No le encantó la actividad, yprácticamente ignoró a los otros chicos del grupo, pero tampoco le disgustó tantocomolatareaquehabíahechoparaWinstonenelMatadero.

SeencontrabasacandolasmalashierbasdeunahilerademaízconZart,cuandoconsideróquehabía llegado lahorade sacarle información.EseEncargadoparecíamuchomásaccesiblequelosdemás.

—Dime,Zart—comenzó.Elchicolevantólamiradahaciaélyluegocontinuótrabajando.Teníaojoscaídos

ycaraalargada.Dabalaimpresióndeestarterriblementeaburrido.—Sí,Novato,¿quéquieres?—¿Cuántos Encargados hay en total? —preguntó, tratando de sonar

despreocupado—.¿Ycuálessonlasopcionesdetrabajo?—Mira,estánlosConstructores, losFregones, losEmbolsadores, losCocineros,

losMapistas,losDocs,losAradores,losCarniceros.YlosCorredores,porsupuesto.Nosé,algunosmásquizás.Yoenrealidadmeocupodelomío.

La mayoría de las palabras no requería demasiadas explicaciones, pero habíaalgunasquenoleresultabantanclaras.

—¿QuéesunFregón?—sabíaqueChuckloera,peroelchicosenegabaahablardeeso.

—Sonloslarchosquenosabenhacerotracosa.Limpianlosbaños,laCocina,elMatadero,todo.Pasaundíaenteroconesosidiotasysetevanairlasganasdeseguirenesadirección.Créeme.

Sintió una punzada de culpa por Chuck y también le dio pena. El chico seesforzaba tantoporhacerseamigode todoelmundo,peronoparecíacaerlebienanadie.Nisiquieraleprestabanatención.Tambiéneraverdadquehablabademasiadoyvivíaenpermanenteestadodeexcitación,peroélestabacontentodetenerlocerca.

—¿YquéhacenlosAradores?—preguntó,arrancandounamalezaimpresionante,conpedazosdetierracolgandodelasraíces.

Zartseaclarólagargantaycontinuótrabajandomientrascontestaba.—SonlosqueseocupandetodoeltrabajopesadoenlosJardines.Cavarzanjasy

todo eso. En su tiempo libre, hacen otras tareas en el Área. En realidad, muchosHabitantestienenmásdeuntrabajo.¿Alguientecontóeso?

Noprestóatenciónalapreguntaysiguióadelante,dispuestoaconseguirtodaslas

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respuestasquepudiera.—¿Y losEmbolsadores?Sé que se encargan de las personas quemueren, pero

tampocodebeseralgomuyfrecuente,¿verdad?—Esostipossonhorripilantes.Hacendeguardiasytambiéndepolicías.Atodos

lesgustallamarlosEmbolsadores.Cómonosdivertimoselotrodía,hermano…—ysoltóunarisita,queaThomasleresultómuysimpática.

Teníamás preguntas.Muchasmás. Chuck y los demás chicos del Área nuncahabíanqueridodarlerespuestassobrenada.YaquíestabaZart,totalmentedispuestoahacerlo. Pero, de pronto, ya no tuvo más ganas de hablar. Cuando menos se loesperaba,lachicahabíavueltoaaparecerensumente;luego,laimagendeBenyelPenitentemuerto…Sunuevavidaeraunasco.

Respiróprofundamente.Mejordedícateatrabajar,pensó.Yesohizo.

Amediatarde,Thomasestabaapuntodedesplomarsedelagotamiento.Todoesodeestar inclinado y arrastrarse de rodillas por la tierra era lo peor que había. ElMatadero,losJardines.Dosgolpesduros.

Corredor, rogó, a la hora del recreo.Sólodéjenme serCorredor.Una vezmáspensó que resultaba absurdo que lo deseara tanto. Pero, aunque no comprendía elporquédesuanhelonidedóndevenía,erainnegable.Sussentimientosconrespectoalachicatambiéneranmuyfuertes,perohizounesfuerzoporapartarlos.

Cansado y adolorido, se dirigió a la Cocina por algo de alimento y agua. Eracapazdeingerirunacomidacompleta,apesardehaberdesayunadodoshorasantes.Hastalaideadecomercerdovolvíaasonarletentadora.

Mordióunamanzanaysearrellanóenelsuelo,alladodeChuck.Newttambiénestaba allí, pero se sentó solo, ignorandoa todos losdemás.Tenía losojos rojosylíneas profundas en la frente. Thomas observó cómo semordía las uñas, cosa quenuncalehabíavistohacerantes.

Chucksediocuentaehizolapreguntaqueélteníaenlacabeza.—¿Quélepasa?—susurró—.Tienelamismacaraquetúteníascuandosalistede

laCaja.—Nosé—respondióThomas—.¿Porquénolepreguntas?—Estoyescuchandocadaunadesusmalditaspalabras—dijoNewtenvozalta

—.Nomeextrañaquenadiequieradormiralladodeustedes.Sintiócomosi lohubieranpescadorobando,peroestabarealmentepreocupado.

NewteraunadelaspocaspersonasdelÁreaqueleagradaban.—¿Quéesloqueandamal?—quisosaberChuck—,Noesparaofenderte,pero

tienesunaspectodeplopus…—Todas las criaturasdeluniverso…—respondió,y luego sequedóen silencio

observando el espacio. Thomas estaba a punto de abrir la boca, pero elmuchachocontinuó—. La chica de la Caja. Sigue gimiendo y diciendo todo tipo de cosas

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extrañas,peronosequieredespertar.LosDocshacentodoloposibleporalimentarla,perocadavezcomemenos.Lesavisodesdeahoraquehayalgomuymaloen todaestacondenadahistoria.

Thomaslediootromordiscoalamanzana.Ahorateníaunsaboramargo.Sediocuentadequeestabainquietoporlachica,porsubienestar.Comosilaconociera.

—Shuck.Peroesonoes loquemetienemásjodido—dijoNewt, trasunlargosuspiro.

—¿Yquéesentonces?—preguntóChuck.Thomasseinclinóhaciadelante,contantacuriosidadquefuecapazdesacarsea

lachicadelamente.NewtentornólosojosmientrasmirabahaciaunadelasentradasdelLaberinto.—AlbyyMinho—murmuró—.Debieronestardevueltahacehoras.

Antesdedarsecuenta,yaestabaotravezensutrabajo,quitandomalezas;contabalosminutos que le faltaban para terminar su labor con los Jardineros. VigilabaconstantementelaPuertadelOeste,esperandoveralgunaseñaldeAlbyydeMinho:Newt le había contagiado su intranquilidad. Había dicho que ellos deberían habervueltoantesdelmediodía,eltiemponecesarioparallegarhastaelPenitentemuerto,explorar durante una hora o dos y luego regresar. Con razón estaba tan molesto.CuandoChuck trató de tranquilizarlo diciendo que era posible que sólo estuvieranexaminandoellugarydivirtiéndose,NewtlehabíaechadounamiradatanduraqueThomaspensóqueelchicosedesintegraríaallímismo.

Pero tampoco podía olvidar su cara cuando, un minuto después, él le habíapreguntadoporquénoentrabanenelLaberintoabuscarasusamigos.Laexpresiónde Newt fue de horror rotundo: sus mejillas se contrajeron, tornándose oscuras yamarillentas.Unavezquese lepasó,habíaexplicadoqueestabaprohibidomandargrupos de búsqueda, ya que de esamanera era posible que se perdieramás gente.Perofueevidenteeltemorquehabíacruzadoporsurostro.

NewtleteníaterroralLaberinto.Sea lo que fuere que le hubiera ocurrido allí —quizás relacionado con la

persistente lesión del tobillo—, había sido verdaderamente espantoso. Intentó nopensarenesoyseconcentródenuevoensutrabajo.

Lacenaresultóserunmomentolúgubre,yelmotivonoteníanadaqueverconlacomida.Sarténysuscocineroshabíanpreparadoungranbanquetedecarne,papas,legumbres y panecillos calientes. Thomas había descubierto rápidamente que lasbromasacercadelacomidadeSarténeransóloeso,bromas.Todosdevorabanloqueélservíayengeneralpedíanmás.Peroesanoche,losHabitantescomieroncomosisetrataradelaúltimacena.

Los Corredores habían retornado a la hora de siempre. La preocupación deThomashabíaidoenaumentoalvercómoNewtcorríadePuertaenPuertamientras

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los Corredores entraban en el Área. Pero Alby yMinho nunca aparecieron. Newtobligó a losHabitantes a ir a comer lo que Sartén había preparado y que tanto semerecían, pero él insistió en quedarse de guardia hasta que llegaran los dos quefaltaban.Nadie lodijo,pero todossabíanquedeunmomentoaotro lasPuertas secerrarían.

Siguiendo las órdenes a regañadientes como el resto de los chicos, Thomas seencontrabacompartiendounamesaconChuckyWinston,enlapartesurdelaFinca.Sólohabíalogradoingerirunospocosbocados,cuandoyanosoportómás.

—Nopuedoestaraquícomiendomientrasellosestánalláafuera—dijo,dejandocaereltenedorenelplato—.VoyavigilarlasPuertasconNewt—agregó,selevantóysaliócorriendo.

NolesorprendióqueChuckestuvierapegadoaél.EncontraronaNewtenlaPuertadelOeste,caminandodeunladoaotro,mientras

sepasabalasmanosporelpelo.Levantólavistacuandolosvioacercarse.—¿Dóndeestán?—dijo,convozdébilycrispada.A Thomas le enterneció ver a Newt preocupado por Alby y Minho, como si

fuerandesupropiasangre.—¿Por qué no mandamos un equipo de búsqueda? —sugirió una vez más.

Parecíaunatonteríaestarallídebrazoscruzadosyangustiados,cuandopodríansaliryencontrarlos.

—La maldita… —comenzó a decir Newt y se detuvo. Cerró los ojos unossegundos y respiró profundamente—. No podemos. ¿Me captas? No vuelvas asugerirlo.Estáencontrade las reglas.Especialmentecon lascondenadasPuertasapuntodecerrarse.

—Pero¿porqué?—insistió,sincomprenderlaterquedaddeNewt—.¿AcasolosPenitentesnolosvanaatraparsisequedanalláafuera?¿Nodeberíamoshaceralgo?

Newtgiróhaciaélyloenfrentó,conlacararojaylosojosbrillandodefuria.—¡Nuevito, cierra el hocico!—le gritó—. ¡No hace ni una semana que estás

aquí!¿Creesqueyonoarriesgaríamividaporsalvaraesosdoscretinos?—No… yo… Lo siento, no quise… —balbuceó—. No sabía qué decir, sólo

estabatratandodeayudar.LacaradeNewtsesuavizó.—Noloentiendestodavía,Tommy.Iralláafueraporlanocheescomorogarque

tematen.Estaríamosmalgastandovidas.Siesos larchosno logranvolver…—hizounapausa,comodudandosiexpresaronoloquetodosestabanpensando—.Losdoshicieronunjuramento,comoyoycomotodos.TútambiénloharáscuandovayasatuprimeraAsambleay seas elegidoporunEncargado.Nunca salir denoche.Pase loquepase.Jamás.

ThomasechóunamiradaaChuck,queestabatanpálidocomoNewt.—Él no quiere decirlo—exclamó el niño—, así que yo lo haré. Que ellos no

hayanregresadosignificaquehanmuerto.Minhoesdemasiadointeligentecomopara

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perderse.Esimposible.Estánmuertos.Newt no abrió la boca.Chuck diomedia vuelta y se dirigió a la Finca, con la

cabeza baja. ¿Muertos?, pensó. La situación era tan grave que no sabia cómoreaccionar.Sentíaunvacíoenelcorazón.

—El chico tiene razón—observóNewt con solemnidad—. Es por eso que nodebemossalir.Nopodemosdarnosellujodeempeorarlascosasmásdeloqueestán.

PusolamanoenelhombrodelNovatoyluegoladejócaerhaciasucuerpo.TeníalosojoshumedecidosyThomasestabasegurodeque,apesardesumemoriaborrosa,nuncahabíavistoanadie tan triste.Lacrecienteoscuridaddelcrepúsculoencajabajustoconlosombríodelasituación.

—LasPuertassecierranendosminutos—dijoNewt.Esadeclaracióntanbreveydefinitivaparecióquedarsuspendidaenelairecomounamortajallevadaporlabrisa.Luegosealejó,encorvadoyensilencio.

Thomassacudió lacabezaymiróhaciaelLaberinto.Apenasconocíaa losdoschicos,peroledolíaelcorazóndesólopensarqueestabanallíafuera,enlasgarrasdeesahorrendacriaturaquehabíavistoatravésdelaventanaensuprimeramañanaenelÁrea.

Un ruido atronador sonó en todas direcciones y lo sacó súbitamente de susreflexiones.Luegosiguieronloscrujidosyloschirridosdelapiedracontralapiedra.LasPuertasseestabancerrando.Llegabalanoche.

Elmurodeladerecharesbalabaporelpisocongranestruendo,arrojandotierraypiedrasasupaso.Lahileraverticaldeconos,tantosqueparecíanllegarhastaelcielo,se dirigía hacia los orificios correspondientes de la pared izquierda, listos paracerrarse herméticamente hasta la mañana siguiente. Una vez más, observóimpresionadoelgigantescomuroenmovimiento,quedesafiabacualquier leyde lafísica.Todavíanohabíapodidoacostumbrarse.

Depronto,unaleveagitaciónhacialaizquierdallamósuatención.AlgosemoviódentrodelLaberinto,enellargopasadizofrenteaél.Alprincipio,unbrotedepánico loatravesó.Retrocedió inquieto,pensandoque

seríaunPenitente.Peroluegosefuerondelineandodosformasqueseacercabancondificultad por el callejón hacia la Puerta. Una vez que sus ojos pudieron enfocardespuésde lamomentáneaceguerademiedo,sediocuentadequeeraMinho,conunodelosbrazosdeAlbycolgandosobreloshombros,trayéndolocasiarastras.ElEncargadolevantólamiradayvioaThomas,queloobservabaconojosexorbitados.

—¡Ellosledieron!—gritó,conlavozahogadaporelagotamiento.Cadapasoquedabaparecíaserelúltimo.

Thomas estaba tan aturdido por el giro de los acontecimientos que tardó enreaccionar.

—¡Newt!—exclamó finalmente, obligándose a desviar la vista—. ¡Ya vienen!¡Puedoverlos!—gritómásfuerte.QueríacorrerhaciaelLaberintoyayudarlos,perolaregladenosalirdelÁreaestabagrabadaensumente.

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NewtyaestaballegandoalaFincacuandoescuchóaThomas.DiomediavueltaysaliódisparadohacialaPuerta.

Thomasvolvió amirarhacia elLaberintoy el terror se apoderóde él.Alby sehabíazafadodelbrazodeMinhoyhabíacaído.ElCorredortratódelevantaralchicosinresultado,entoncescomenzóaarrastrarlodeloshombros,porelpisodepiedra.

Todavíaseencontrabanaunostreintametros.Lapareddeladerechasedeslizabavelozmente.Sóloquedabansegundosparaqueseclausuraraporcompleto.Nohabíaposibilidaddequellegaranatiempo.Ninguna.

EchóunvistazoaNewt,queseacercaba rengueando lomáságilmenteposible,peroseencontrabaaúnamitaddecamino.

MiróotravezhaciaelLaberintoyhaciaelmuroquesecerraba.Sólounospocosmetrosmásytodohabríaconcluido.

Derepente,Minhotropezóysedesplomó.Noibanalograrlo.Eltiemposehabíaacabado.Eraelfin.

EscuchóunosgritosdeNewtasusespaldas.—¡Tommy,nolohagas!¡Niseteocurra,cabrón!Los conos de la pared derecha parecían brazos que se estiraban, buscando

aferrarse a esos pequeños agujeros donde encontrarían su descanso nocturno.Mientrastanto,loschirridosdelasPuertasseguíanaturdiendoelaire.

Unmetroymedio.Unmetro.Sesentacentímetros.Supo que no le quedaba alternativa. Semovió hacia delante, pasó rozando los

conosenelúltimosegundoyentróenelLaberinto.Losmuros se cerraron con fuerza detrás de él. Pudo oír el eco del estruendo,

comounacarcajadaenloquecidaresonandoporlasparedescubiertasdeenredadera.

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Capítulo17

Durantevariossegundos,Thomassintióqueelmundosehabíacongelado.UngransilenciosiguióaltruenodelaPuertayunvelodeoscuridadcubrióelcielo,comosihastael solhubierahuido temerosoante loqueacechabadentrodelLaberinto.Lasúltimas luces del crepúsculo se habían apagado y los muros colosales parecíanenormestumbasenunabandonadocementeriodegigantes.Serecostócontralaroca,abrumadoporloqueacababadehaceryaterrorizadoantelasposiblesconsecuencias.

Un quejido agudo de Alby y los gemidos de Minho lo hicieron volver a larealidad.Seseparódelaparedycorrióhaciaellos.

Minho había logrado ponerse de pie con mucho esfuerzo pero, aun en lasemioscuridad, su aspecto era horrible: sudoroso, sucio, lleno de rasguños. Albyestabaenelpisoylucíamuchopeor,consusropasdesgarradasylosbrazoscubiertosdecortadasymoretones.Lecorrióunescalofrío.¿AcasohabríasidoatacadoporunPenitente?

—Nuevito—dijoMinho—,sipiensasquefuistevalientealveniracá,vasatenerqueescucharme.Ereselgarlopomásmierteroqueconozco.Yaestásmuerto, igualquenosotros.

Sintióquelacaraseleencendía.Habíaesperadoalmenosunpocodegratitud.—Nopodíaquedarmeahísentadoyabandonarlosaustedesaquí.—¿Ydequénossirvesanosotros?—prosiguió,conunamuecadeirritación—.

Comoquieras,güey.RompelaReglaNúmeroUno,mátate,nomeimporta.—Denada.Sólotratabadeayudar—susurró.Teníaganasdedarleungolpeenla

cara.Minho dibujó una sonrisa forzada; luego se volvió a arrodillar junto a Alby.

Thomasloobservóatentamenteysediocuentadelomalqueestabanlascosas.Ellíder parecía estar al borde de lamuerte. Su piel oscura estaba perdiendo el colorvelozmenteysurespiraciónerarápidaypocoprofunda.

Ladesesperanzaseapoderódeél.—¿Quépasó?—preguntó,dejandodeladosuenojo.—No quiero hablar de eso —dijo Minho, mientras le tomaba el pulso y se

inclinabaparaescucharelcorazón—.DigamosquelosPenitentessabenhacerselosmuertosmuybien.

Esaafirmaciónlotomódesorpresa.—¿Entonces, lo… picaron? ¿Lo pincharon? Como sea. ¿Está pasando por la

Transformación?—Tequedamuchoporaprender—fuesuúnicarespuesta.Quería gritar. Ya sabía que tenía mucho que aprender, por eso mismo estaba

haciendopreguntas.—¿Sevaamorir?—seobligóadecir,sabiendolosuperficialquesonaba.

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—Esprobable,dadoqueno logramosregresarantesdelatardecer.Podríamoriren una hora. Yo no sé cuánto tiempo se puede soportar sin el Suero. Claro quenosotrostambiénestaremosmuertos,demodoquenotepongasallorarporél.Esomismo,bienmuertosenpocotiempo.

Lo dijo tan naturalmente que aThomas le costó procesar el significado de suspalabras.Peroprontoladurarealidaddelasituaciónloalcanzó.

—¿Enserionosvamosamorir?—preguntó, incapazdeaceptarlo—.¿Meestásdiciendoquenotenemosningunaposibilidaddesalvarnos?

—Ninguna.—Vamos,tienequehaberalgoquepodamoshacer.¿CuántosPenitentesnosvana

atacar?—preguntó,harto.Echó un vistazo por el pasillo que llevaba al interior del Laberinto, como

esperandoquelascriaturasaparecieran,atraídasporlamencióndesunombre.—Nolosé.Depronto,seleocurrióunaidea,quelediounpocodeesperanza.—Pero…¿quépasóconBen?¿YconGally…ylosotrosquefueronpinchadosy

sobrevivieron?Minho levantó la vista con una expresión que decía que él era más tonto que

plopusdevaca.—¿Es que no me oíste? Todos ellos volvieron antes del atardecer, idiota.

RegresaronyrecibieronelSuero.AunquequeríasabercosassobreelSuero,teníaotraspreguntasmásimportantes

quehacerprimero.—PeroyopensabaquelosPenitentessólosalíandenoche.—Entoncesestabasequivocado,shank.Siempresalendenoche,loquenoquiere

decirquenoaparezcanduranteeldía.NosepermitíacaerenladesesperanzacomoMinho,noqueríarendirseydarse

pormuerto.—¿Alguiensequedófueradelosmurosporlanocheylogrósobrevivir?—Nadie.Fruncióelceño,deseandoencontraralgúnrayodeesperanza.—¿Cuántoshanmuertoya?Minho miró hacia abajo. Estaba agachado con el antebrazo sobre la rodilla,

completamenteexhaustoyaturdido.—Almenosdoce.¿Noestuvisteenelcementerio?—Sí—contestó.Entoncesfueasícomomurieron,pensó.—Bueno, ésos son sólo los que encontramos. Hay otros cuyos cuerpos nunca

aparecieron —agregó, señalando distraídamente hacia el Área—. Ese malditocementerioestáenelbosqueporunarazón.Nadaarruinatantolosbuenosmomentoscomoestartodoeldíarecordandoatusamigosmasacrados.

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SelevantóytomólosbrazosdeAlby,luegohizoungestohacialospies.—Sujetaesascosasapestosas.TenemosquellevarlohastalaPuerta.Démoslesun

cuerpoqueseráfácildeencontrarenlamañana.Thomasnopodíacreerquehicierauncomentariotanmorboso.—¿Cómopuedeserqueestoestéocurriendodeverdad?—gritóhacialasparedes,

dandovueltasencírculo.Sintióqueestabaapuntodevolverseloco.—Deja de llorar. Deberías haber respetado las reglas y permanecido adentro.

Vamos,levantalaspiernas.Conunamuecadedolorpor losretortijonesenelestómago,seacercóyagarró

lospiesdeAlby.Transportaronelcuerpocasisinvida,avecesarastras,unostreintametros hasta la grieta vertical de la Puerta, dondeMinho lo apoyó contra la pareddejándolo semisentado. El pecho de Alby subía y bajaba con una respiraciónahogada,perosupielestabaempapadadesudor.Parecíaquenopodíadurarmuchomás.

—¿Dóndelopicaron?—preguntó—.¿Puedesverlo?—Ellosno tepican, tepinchan, ¿entiendesdeunavez?Yno,nopuedesverlo.

Podría tenermarcas en todo el cuerpo—contestó con impaciencia, cruzándose debrazosyrecostándosecontralapared.

Por algúnmotivo,Thomas pensó que la palabra «pinchar» sonabamucho peorque«picar».

—¿Tepinchan?¿Yesoquéquieredecir?—Sólotienesqueverlosparaentenderdequéestoyhablando,hermano.—Señaló

losbrazosdeMinhoyluegolaspiernas.—Bueno,¿yporquénotepinchóati?—Minhoestirólasmanos.—Quizáslohizoymedéuncolapsoencualquiermomento.—Ellos… —comenzó, pero no supo cómo seguir. No sabía si Minho había

habladoenserio.—Nohuboellos, sóloelquepensamosqueestabamuerto.Sepusocomo loco,

pinchó a Alby y luego huyó—explicó, y despuésmiró hacia el Laberinto, dondereinaba una oscuridad casi completa—. Pero estoy seguro de que ése y otrosmiserablesmásvanaestarprontoaquí,paraacabarconnosotrosconsusagujas.

—¿Agujas?—repitió.Lascosasleresultabancadavezmásinquietantes.—Sí, agujas—afirmó, y no diomás detalles. Su cara reveló que no planeaba

hacerlo.Thomaslevantólamiradahacia losenormesmuroscubiertosdeenredadera.La

desesperación había despertado en él la necesidad de hallar soluciones a losproblemas.

—¿No podemos subir a esas moles?—preguntó—. Las lianas… ¿por qué notrepamosporellas?Minholanzóunsuspirodefrustración.

—Te juro, Nuevito, que creo que nos debes considerar un atado de inútiles.¿Realmentepiensasquenuncasenosocurriólaingeniosaideadetreparlasmalditas

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paredes?Porprimeravez,sintióquelafurialoinvadíaysuperabaalmiedo.—Sólotratodeayudar,güey.¿Porquénodejasderechazartodoloquedigoyme

hablas?ElCorredorsaltóbruscamenteylosujetódelacamisa.—¡Esquenoloentiendes,garlopo!¡Nosabesnadayestásempeorandolascosas

altratardemantenerlaesperanza!Estamosmuertos,¿meoyes?¡Muertos!Nopodíadecidirquéeramásfuerteenesemomento,silarabiaquesentíacontra

élolalástimaqueleprovocaba.Seestabarindiendomuyfácilmente.Minhoobservó susmanos, aferradasa la camisadeThomas,y lavergüenza se

apoderó de él. Lo soltó lentamente y retrocedió. Thomas se arregló la ropa conaspectodesafiante.

—Ay,hermano—susurró,desplomándoseenelsueloyenterrandolacaraentresuspuñosapretados—.Nuncatuvetantomiedoenmivida.

Quería decirle algo, que madurara, que pensara, que le explicara todo lo quesabía.¡Cualquiercosa!

Abrió la boca para hablar, pero la cerró inmediatamente al escuchar un ruido.Minhoalzó lacabezaydirigió lavistahaciaunode lososcurospasillosdepiedra.Thomassintióqueseleacelerabalarespiración.

Eraunzumbidograveyconstante,queveníadelasprofundidadesdelLaberinto.Producía un sonido metálico cada tres o cuatro segundos, como cuchillos filososchocandoentresí.Sevolvíamásfuerteacadamomento,yseunióaélunaseriedechasquidosespeluznantes,queparecíanuñas largas repiqueteandocontraunvidrio.Ungemidoapagadollenóelaire,seguidodelruidodecadenasquesearrastraban.

Todo era terrorífico, y el escaso valor que había logrado juntar comenzó aevaporarse.

Minhoselevantó,conlacaraapenasvisibleenlaluzqueagonizaba.Perocuandohabló,Thomasimaginóquesusojosestabaninundadosdeterror.

—Tenemosquesepararnos,esnuestraúnicaposibilidad.¡Empiezaacorrerynote detengas! —exclamó. Después dio media vuelta y salió a toda velocidad,desvaneciéndoseenpocossegundos,tragadoporlaoscuridaddelLaberinto.

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Capítulo18

ThomassequedómirandoellugarpordondeMinhohabíadesaparecido.Una repentina antipatía por él se despertó en su interior. Era un veterano, un

Corredor.Él,encambio,apenasunNovato.LlevabasólounosdíasenelÁreayunospocosminutosenelLaberinto.Y,sinembargo,delosdos,Minhohabíasidoelquehabía entrado en pánico y había huido ante la primera dificultad. ¿Cómo pudoabandonarmeaquí?,pensó.Nopuedocreerlo.

Los ruidos aumentaban.Sonaban comoel rugidodemotores junto con sonidosmetálicos, similares a las cadenas en funcionamiento de una vieja fábrica demaquinaria.Luegollegóelolor,comodealgoqueardía,aceitoso.Nopodíaimaginarloque le aguardaba.Habíavisto a unPenitente, perobrevementey a travésdeunvidriosucioyempañado.¿Quéleharían?¿Cuántotiempopodríasoportar?

Basta, se dijo a sí mismo. Tenía que dejar de perder el tiempo esperando quevinieranaacabarconsuvida.

Se dio vuelta hacia Alby, que seguía apoyado contra la pared de piedra. Searrodilló,buscóel cuelloy le tomóelpulso.Algo se escuchaba.Acercóeloídoalcorazón,comohabíahechoMinho.

Bum-bum,bum-bum,bum-bum.Todavíaestabavivo.Seinclinóhaciaatrássobrelostobillosysepasóelbrazoporlafrente,parasecar

elsudor.Enesemomento,enunospocossegundos,aprendiómuchodesímismo,delquehabíasidoantes.

Nopodíadejarmoriraunamigo,aunquefueraalguien tanmalhumoradocomoAlby.

Se estiró y lo tomó de los brazos. Se puso en cuclillas y pasó los miembrosalrededor de su cuello. Cuando consiguió cargar todo el cuerpo sobre su espalda,intentó incorporarse. Lanzó gruñidos por el esfuerzo. Era demasiado peso. Sedesplomó de cara contra el suelo y Alby cayó extendido de costado con un grangolpe.

Los sonidos atemorizantes de los Penitentes se acercaban cada vez más,produciendo un eco que se extendía por los muros del Laberinto. Le pareció verdestellosdelucesalolejos,rebotandoporelcielonocturno.Noqueríaencontrarseconlafuentedeesaslucesydeesossonidos.

Decidido a probar una nueva estrategia, volvió a sujetar los brazos de Alby ycomenzó a arrastrarlopor el piso.Nopodía creer lopesadoque era.Le llevó sólounos tresmetros darse cuenta de que eso no iba a funcionar. Pero ¿adónde podríallevarlo?

Empujóelcuerpohasta lagrietaquemarcaba laentradaalÁreay lopusootravezenlamismaposición,contralapareddepiedra.

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Se sentó con la espalda apoyada en el muro, jadeando del agotamiento ypensando. Mientras observaba los oscuros pasadizos del Laberinto, buscó unasoluciónensumente.Noseveíacasinadayélsabía,apesardeloqueMinhohabíadicho,queseríaestúpidocorrerauncuandopudieracargaraAlby.Nosóloexistíalaposibilidaddeperderse,sinoquépodríaestarcorriendohacialosPenitentesenvezdeestarhuyendodeellos.

Pensó en la pared, en la enredadera.Minho no había entrado en detalles, peropareciódejarclaroquetreparlasparedeseraimposible.Sinembargo…

Comenzó a concebir un plan en su cabeza.Todo dependía de las desconocidashabilidadesdelosPenitentes,perofuelomejorqueseleocurrió.

Caminóunosmetros juntoa laparedhastaqueencontróunaenredadera tupidaque cubría casi todo elmuro. Estiró lamano y tomó una de las lianas que bajabahastael suelo.Seenvolvióelpuñoconella.Parecíamásgruesay fuertede loquehabía imaginado; tendría un centímetro ymedio de diámetro.Dio un tirón y pudoescuchar cómo se desprendía de la pared, como un papel que se rasga. Continuóretrocediendomientras la liana se separaba cada vezmás delmuro. Cuando ya seencontrabaaunostresmetros,nopudovermáselextremodelaramaqueseperdíaenlanegrura.

Pero como la liana todavíano sehabía soltadode laplanta, supusoque seguíasujetaalláarriba,enalgúnlado.

Alprincipiovaciló,peroluegosearmódevaloryjalólaenredaderacontodassusfuerzas.

Resistió.Diootrasacudida.Yotra,jalandoysoltandoconlasdosmanos,unayotravez.

Despuéslevantólospiesyseaferródelaliana.Elcuerposebalanceóhaciadelante.Laramaaguantó.De prisa, tomó más lianas, desprendiéndolas del muro, creando una serie de

cuerdasparatrepar.Probócadauna.Todasresultaronsertanfuertescomolaprimera.Animadoanteelresultado,fueabuscaraAlbyyloarrastróhastalaenredadera.

Un fuerte estallido resonó dentro el Laberinto, seguido de un ruido horrorosocomo un metal que se abolla. Sobresaltado, giró para mirar: su mente estaba tanconcentradaenlaplantaquehabíaolvidadoporcompletoalosPenitentes.Examinólos trescaminosdelLaberinto.Noalcanzóadivisarnadaqueseacercara,pero lossonidosseintensificaban:loszumbidos,losgruñidos,eltraqueteodelmetal.Elaireseaclaróapenasypudodistinguiralgunosdetallesmás.

Recordólasextrañas lucesquehabíaobservadoa travésde laventanadelÁreaconNewt.LosPenitentesseencontrabancerca.Eraobvio.

Ahuyentóelpánicocrecienteysepusoatrabajar.TomóunadelaslianasylapasóalrededordelbrazoderechodeAlby.Laramano

eratanlarga,porloquetuvoqueenderezarelcuerpoparalograrlo.Despuésdedarlevarias vueltas, le hizo un nudo en el extremo. Luego eligió otra liana y la pasó

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alrededor del brazo izquierdo, después por ambas piernas, atando bien fuerte cadauna.Lepreocupóquepudieracortarlelacirculación,perodecidióquevalíalapenacorrerelriesgo.

Siguió adelante, intentando no prestar atención a la posibilidad de que el planfracasara.Ahoraerasuturno.

Agarró una liana con ambasmanos y empezó a trepar, justo encima del lugardonde acababa de atar a Alby. Las hojas gruesas de la enredadera le servían parasujetarseydescubrióconalegríaquelasgrietasdelmuroeransoportesidealesparasuspies.Comenzóapensarlofácilqueseríatodosin…

Senegóaterminarlaidea.NopodíaabandonaraAlby.Unavezqueestuvounossesentacentímetrosarribadellíder,envolviósupropio

cuerpoconunade las lianas,dándolevariasvueltasyajustándolacontra las axilaspara quedar bien sostenido. Se dejó caer lentamente, soltando las manos peromanteniendosuspiesfirmementeapoyadosenunagrangrieta.Elalivioloinundóalcomprobarquelalianaresistía.

Ahoraveníalapartemásdifícil.LascuatrolianasquesujetabanaAlbycolgabantirantesasualrededor.Thomas

alcanzó la que estaba atada a su pierna izquierda y jaló. Sólo consiguió levantarlaalgunoscentímetrosantesdesoltarla:elpesoeraexcesivo.Nopodíahacerlo.

Bajó hasta el suelo delLaberinto, para intentar empujar desde abajo en vez detirardesdearriba.Paraprobar,tratódeelevaraAlbysólounossetentacentímetros,unmiembroa lavez.Primero,empujó lapierna izquierdahaciaarribay leatóunanuevalianaalrededor.Luegoladerecha.Cuandoambasestuvieronbienaseguradas,hizolomismoconlosbrazos:primeroelderecho,luegoelizquierdo.

Retrocedióagotadoparaobservarsuobra.Alby estaba suspendido, aparentemente sin vida, casi unmetromás arriba que

cincominutosantes.Escuchóque seaproximaban los ruidosdemetaldesdeelLaberinto.Chirridos.

Zumbidos. Gemidos. Creyó ver un par de destellos rojos hacia su izquierda. LosPenitentesestabancadavezmáscerca,yeraevidentequeeranvarios.

Retomósutarea.Empleandoelmismométododeempujarhaciaarribacadaunodelosmiembros

deAlby unos sesenta a noventa centímetros por vez, fue subiendo despacio por lapared de piedra. Trepaba hasta quedar justo debajo del cuerpo, ataba una lianaalrededordesupropiopechoparaquedarbiensujetoyluegoempujabatodoloquepodía, miembro por miembro, y remataba con un nudo. Después repetía todo elproceso.Trepar,atar,empujar,rematar.

Trepar,atar,empujar,rematar.LosPenitentesparecíanmoverselentamenteporelLaberinto,dándoleunpocomásdetiempo.

Y así siguió escalando poco a poco, haciendo lo mismo una y otra vez. Elesfuerzoeraexorbitante: respirabaagitadamenteyel sudor locubríaporcompleto.

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Lasmanoscomenzaronaresbalarporlaslianasyledolíanlospiesporlapresiónquehacía al apoyarse en las grietas. Y aunque los horrendos sonidos aumentaban,continuósulabor.

Cuandolograronllegaraunosnuevemetrosdelsuelo,sedetuvo,balanceándoseen la liana que había atado alrededor de su pecho. Valiéndose de sus brazosexhaustos, se dio vuelta para observar el Laberinto. Un agotamiento que no habíacreído posible abarcaba hasta la más mínima parte de su cuerpo. Sus músculosaullabandedolor.NopodíaempujaraAlbyuncentímetromás.

Eseeraellugardondedebíaesconderseoresistir.Se había dado cuenta de que no podían subir más, sólo esperaba que los

Penitentesnomiraran—onopudieranmirar—porencimadeellos.Delocontrario,podríacombatirlosdesdearriba,unoporuno,envezdequeloatacarantodosjuntosalláabajo.

Noteníaideadeloquepasaría.Nosabíasillegaríaaldíasiguiente.Peroeneselugar,Albyyélenfrentaríansudestino.

Despuésdealgunosminutos,vioelprimerdestellodeluzquesereflejabaenlasparedes interiores del Laberinto. Los ruidos terribles que venían acrecentándosedesdehacíaunahora,setransformaronenunsonidomuchomásagudoymecánico,comoelaullidomortaldeunrobot.

Unbrillorojizoasuizquierda,enlapared,lellamólaatención.Girólacabezaycasi lanzóungrito:habíaunescarabajoapocoscentímetrosdeél.Semovíapor laenredaderaconsuspequeñaspatasescuálidasadheridasalapiedra.Laluzrojadesuojo era como un sol, demasiado brillante como para poder mirarlo directamente.Entrecerrólosojos,tratandodeenfocarsucuerpo.

El tórax era un cilindro plateado de unos ocho centímetros de diámetro yveinticinco de largo. Tenía doce patitas articuladas dispuestas en la parte inferior,extendidashaciafuera,locualloasemejabaaunaespeciedelagartija.Eraimposiblever la cabezapor el hazde luz rojo apuntandohacia él, aunqueparecíapequeñayquizássuúnicafunciónfueralavisión.

Pero luego llegó a la partemás siniestra.Creyóhaberla visto antes en elÁrea,cuandoelescarabajohabíapasadoatodaprisajuntoaélperdiéndoseenelbosque.Ahoraquedabaconfirmado:laluzrojadesuojoarrojabaunresplandorsobrecincoletrasborroneadasalolargodeltórax,comosihubieransidoescritasconsangre:

CRUEL

No podía imaginar por qué esa palabra estaría impresa en el escarabajo, si nofueraparaanunciarlesalosHabitantesquesetratabadealgosalvaje.Inhumano.

Sabíaqueteníaqueserunespíadequienesloshabíanenviadoallí:esoeraloqueAlby le había explicado al decirle que era la forma en que los Creadores los

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vigilaban.Sequedóquieto;contuvolarespiración,esperandoquetalvezlacriaturasólodetectaraelmovimiento.Pasaronunossegundoseternos,mientrassuspulmonesreclamabanairedesesperadamente.

Con un golpeteometálico, el escarabajo diomedia vuelta y se escurrió por laenredadera.Thomasrespiróhondo,sintiendocómolaslianasleoprimíanelpecho.

Otro chirrido se escuchó por el Laberinto, cada vezmás cerca, seguido por eltraqueteodemáquinasyengranajestrasladándoseagranvelocidad.TratódeimitarelcuerpoinertedeAlby,dejándosecaersinfuerzasentrelaslianas.

Unmomentodespués,algorodeólaesquinaqueseencontrabadelantedeellosysedirigióhacialapared.

Algoqueyahabíavistoantes,perodetrásdelaseguridaddeunvidriogrueso.Algoindescriptible.UnPenitente.

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Capítulo19

Thomas observó aterrorizado esa criaturamonstruosa que se acercaba por el largopasillodelLaberinto.

Era un personaje de pesadilla, como si fuera un experimento que había salidoterriblementemal.Parteanimal,partemáquina,elPenitenterodabaconuntraqueteometálico a lo largo del sendero de piedra. Su cuerpo era como el de una enormebabosa,cubiertodeescasospelos,conunbrillomucosopalpitandogrotescamentealrespirar.Nosepodíadistinguirsihabíaunacabezayunacola,perodesdeelfrentehastaelextremomedíapor lomenosunmetroochentade largoypocomásdeunmetrodeancho.

Cadadiezoquincesegundos,unaspúasdemetalbrotabandesucarnebulbosaysetransformabaabruptamenteenunapelota,querodabahaciadelante.Luegovolvíaasuestadoanterior,y laspúasse retraíandentrodesupielhúmedaconunsonidonauseabundo,comoelquesehacealsorberunlíquidoruidosamente.Hacíaesounayotravez,trasladándosemuydespacio.

Peroelpeloylaspúasnoeranlosúnicoselementosqueseproyectabanfueradesucuerpo.Variosbrazosmecánicosdispuestosalazarsurgíanaquíyallá,cadaunoconunafuncióndiferente.Algunosteníanunaslucesbrillantesadosadasaellos;otrosexhibíanunasagujaslargasyamenazadoras;unoteníaunagarradetresdedos,queseabríaycerrabasinmotivoaparente.Cuandolacriaturasedeslizaba,esosbrazossedoblabanymaniobrabanparaevitarloschoques.Sepreguntóqué—oquién—podíahabercreadounosmonstruostanrepugnantesyaterradores.

Quedaba claro el origen de los sonidos que había estado oyendo. Cuando elPenitenterodaba,emitíaesezumbidometálico,comolahojadeunasierramecánica.Laspúasy los brazos explicaban los repiqueteos espeluznantes delmetal contra lapiedra. Pero nada le causaba más escalofríos que esos gemidos estremecedores ycadavéricosqueproferíacuandosequedabaquieto,comoelestertordelossoldadosmoribundosenelcampodebatalla.

Ahoraqueloveíatodoalavez—labestiajuntoconlossonidosqueproducía—noseleocurrióningunapesadillaquepudieraigualaraeseasquerosomonstruoqueapuntaba hacia él. Trató de vencer el miedo, obligó a su cuerpo a mantenersecompletamente estático, colgando de la enredadera. Estaba seguro de que su únicaesperanzaeraevitarquerepararaenellos.

Quizásnonosvea,pensó.Enunadeesas…Pero la realidadde la situación lecayócomounapiedraenelestómago.Elescarabajoyahabía reveladosuposiciónexacta.

El Penitente se desplazaba rodando y repiqueteando, moviéndose en zigzag,gimiendoyzumbando.Cadavezquesedetenía,losbrazosmetálicossedesplegabanygirabande acápara allá, comoun robot buscando señalesdevida enun extraño

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planeta. Las luces proyectaban sombras siniestras a lo largo del Laberinto. Unrecuerdo débil trató de escapar de la cárcel de su memoria: había sombras en lasparedes,éleraunchico,estabaasustado.Ansióregresaraeselugardondequieraquefuera,paracorrerhaciaesamamáyesepapá,queesperabaqueestuvieranvivos,enalgúnlugar,extrañándoloypreguntandoporél.

Unfuerteoloraalgoquemadolehizopicarlanariz,unamezcladesagradabledemotores recalentadosycarnecalcinada.Nopodíacreerquealguienhubieracreadoalgotanespantosoparaperseguirniños.

Trató de no pensar en eso, cerró los ojos por un momento y se concentró enpermanecerinmóvilyensilencio.Lacriaturaseencontrabacadavezmáscerca.

Espióhaciaabajosinmoverlacabeza:elmonstruohabíallegadofinalmentealapareddondeestabanellos.Sedetuvo juntoa laPuertacerradaque llevabaalÁrea,unospocosmetrosasuderecha.

Telosuplico,veenlaotradirección,imploróparasusadentros.Dalavuelta.Vete.Porallí.¡Porfavor!Laspúassaltaronhaciafueraycontinuórodando.Rrrrrrrrrrrrrrrrrrrr.Clic-clic-clic-clic.Se quedó en reposo por unos segundos y luego se trasladó hasta el borde del

muro.Thomasdejóderespirar,sinatreverseahacerelmásmínimoruido.ElPenitente

estaba justo debajo de ellos. Semoría de ganas demirar, pero sabía que cualquiermovimientolodelataría.Losrayosdeluzbrillaronportodoellugarsindetenerseenningúnpuntoenespecial.

Depronto,sinprevioaviso,seapagaron.En un instante, el universo quedó a oscuras y en silencio.Era como si alguien

hubieradesconectadoalacriatura.Nosemovíaniemitíasonidos,hastalosgemidosterroríficos sehabíandetenidoporcompleto.Ysin las luces,Thomasnopodíavernada.

Estabaciego.Respiró un poco por la nariz, pero su acelerado corazón necesitaba oxígeno

desesperadamente. ¿Acaso la bestia podría oírlo? ¿Olerlo? El sudor le empapó elpelo, lasmanos, la ropa, todo.Un terror quenunca antes había sentido comenzó aenloquecerlo.

Nadatodavía.Ningunavibración,niunaluzniunsolosonido.Elnerviosismodetratardeadivinarcuálseríasupróximomovimientoloestabamatando.

Pasaron los segundos.Algunosminutos. Las lianas se hundían en su piel y supecho perdía la sensibilidad. Quería gritarle al monstruo: ¡Mátame de una vez oregresaatuagujero!

Degolpe,conunrepentinoestallidodeluzysonido,elPenitentevolvióalavida

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—consuszumbidosygolpeteosmetálicos—ycomenzóatreparelmuro.

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Capítulo20

Las púas de la criatura avanzaban deprisa por la piedra, lanzando a su pasovegetación y roca en todas direcciones. Sus brazos se sacudían como las patas delescarabajoyalgunosdeellosteníanpuntasfilosas,queseclavabanenelmuroyleservían para sostenerse.Una luz brillante en el extremo de uno de esosmiembrosapuntabadirectamenteaThomas,peroesavez,elrayonosiguiódelargo.

Sintióquelaúltimagotadeesperanzaseescurríadesucuerpo.Sabía que la única opción que le quedaba era correr. Alby, lo siento, pensó,

desatándoselagruesalianadelpecho.Usandolamanoizquierdaparasujetarseconfuerzadel follaje, terminódedesenvolversey sepreparóparaentrarenacción.Nopodía ir hacia arriba, porque eso llevaría al Penitente hasta Alby; hacia abajo…bueno,esosóloeraunaposibilidadsiqueríamorirloantesposible.

Teníaquemoversehaciaelcostado.Se estiró y tomó una liana que estaba a sesenta centímetros de donde él se

encontraba. La ató alrededor de su mano y le dio un buen tirón. Resistíaperfectamente como las otras. Un rápido vistazo hacia abajo le reveló que superseguidor ya había atravesado la mitad de la distancia que los separaba y sedesplazabarápidamente,sindetenerse.

Dejó ir la cuerda que había llevado alrededor de su pecho y levantó su cuerpohacialaizquierdacongranesfuerzo,rozandolapared.AntesdequeelmovimientopendularlollevaradenuevohastaAlby,extendiólamanoyagarróotralianagruesa.Lasujetóconambasmanosygiróparaapoyarlospiesenlapared.Arrastróelcuerpohacialaderechatanlejoscomolaplantaselopermitía,lasoltóytomóotra.Yluegounamás.Saltandocomosifueraunmono,descubrióquepodíamoversemásrápidodeloquenuncahubieraimaginado.

Los sonidos del Penitente no cesaban, y ahora había agregado un estruendo derocasquesepartíanasupaso,queloestremecíahastaloshuesos.Sebalanceóhacialaderechavariasvecesmásantesdeatreverseamirarhaciaatrás.

Elmonstruohabía alterado el rumboy ahora se enfilabadirectamentehacia él.Por fin,pensó,algosalióbien. Impulsándosecon lospies lomásfuertequepodía,balanceotrasbalanceo,fuehuyendodelaespantosabestia.

No necesitaba voltear para saber que la criatura ganaba terreno segundo asegundo,porqueelruidoeraevidente.Teníaquebuscarlaformaderegresaralpisosinoqueríaqueésefueraelfinal.

Enelpróximocambio,dejóquesumanosedeslizaraunpocoantesdesujetarsefuertemente.Lacuerdalequemólapalma,perohabíaacortadoladistancia.Hizolomismoconlaslianassiguientes.Tresoscilacionesdespués,yasehallabaamitaddecaminodel suelodelLaberinto.Unardor intenso se avivóenambosbrazos.Podíasentirlapieldelasmanosencarneviva.Perolaadrenalinaquecorríaporsucuerpo

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loayudóaexpulsarelmiedoyseguiradelante.Enelpróximobalanceo,laoscuridadleimpidióverunaparedqueselevantaba

delantedeél,hastaquefuedemasiadotarde.Elpasilloterminabaydoblabahacialaderecha.

Alchocarcontralapiedra,soltólaempuñaduradelalianay,estirandolosbrazos,se sacudió frenéticamente tratando de aferrarse a algo que detuviera su caída. Almismo tiempo, pudo ver por el rabillo del ojo izquierdo que el Penitente habíacambiadoelcursoyseencontrabamuypróximoaél,consugarraextendida,queseabríaysecerraba.

Cuandoestabaporcaeralsuelo,logrósujetarsedeunaliana.Losbrazoscasiselesalierondelcuerpoantelaabruptaparada.Empujólaparedfuertementeconlospies,lograndoqueelcuerposealejaraoscilando,justocuandolacriaturaloembestíaconsusgarrasyagujasextendidas.

Thomas lanzó una patada con la pierna derecha hacia el brazo de la garra.Unfuertechasquidorevelóunapequeñavictoria,perolaeuforiaterminóprontocuandose dio cuenta de que el impulso del balanceo lo estaba llevando hacia abajo yaterrizaríajustoencimadelabestia.

Con laadrenalinacorriendoporsusvenas, juntóambaspiernasy lasatrajoconfuerzacontraelpecho.TanprontocomohizocontactoconelcuerpodelPenitente,hundiéndose en su inmunda piel viscosa, pateó con los dos pies para alejarse,retorciendoelcuerpo,yasíevitólamarañadeagujasygarrasqueseacercabanaéldesdetodoslosflancos.GiróhacialaizquierdaysaltóhaciaelmurodelLaberinto,intentandoagarrarotra liana.Lasmalvadas armasde lamáquina lo atacarondesdeatrás.Unrasguñoprofundolehiriólaespalda.

Sacudiéndoseotravezfrenéticamente,buscóotralianayseaferróaellaconlasdosmanos.Sujetólaplantasólolosuficienteparaquedisminuyeralavelocidaddeldescenso, ignorando las terribles quemaduras. En cuanto los pies tocaron el piso,saliócorriendo,apesardelagotamientoqueloinvadía.

Ungranestrépitoseescuchóasusespaldas,seguidode toda lagamaderuidosqueacompañabanalacriatura.Perosenegóamirarhaciaatrás,sabiendoquecadasegundocontaba.

DoblabalasesquinasdelLaberintoatodavelocidad,golpeandolapiedraconlospies. Guardó en su mente los movimientos que realizaba, esperando vivir losuficientecomoparausaresainformaciónalregresaralaPuerta.

A la derecha, luego a la izquierda.A través de un largo pasillo y otra vez a laderecha.Izquierda.Derecha.Dosalaizquierda.Otroextensopasadizo.Losruidosdelapersecuciónnocesabannidesaparecían,peroéltampocoperdíaterreno.

No dejaba de correr mientras su corazón latía con furia. Tomaba grandesbocanadas de aire para llenar de oxígeno los pulmones, pero sabía que no duraríamucho tiempo.Sepreguntósinoseríamás fácildetenerseypelear,paraacabardeunavezcontodo.

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Aldoblarunrecodo,frenódegolpeysóloatinóaquedarsemirando,enmediodelosjadeos.

TresPenitentessedirigíanhaciaél,rodandoporelpasillo,clavandosuspúasenlapiedra.

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Capítulo21

Thomasgiróyvioasuperseguidororiginalquecontinuabaacercándose,aunqueunpocomáslentamente,abriendoycerrandolagarrademetal,comoburlándosedeél.

Sabequenotengosalida,pensó.Despuésdetodoelesfuerzo,seencontrabaallí,rodeadodePenitentes.Era el final. Su vida se había acabado tan sólo una semanadespuésdehaberllegadoalÁrea.

Aunque la pena lo consumía, tomó una decisión: pelearía hasta el últimomomento.

Considerando que uno era muchomejor que tres, corrió directamente hacia elPenitente que lo había seguido hasta ahí. El monstruo retrocedió apenas unoscentímetros y dejódemover la garra, como sorprendido ante su audacia. Juntandovaloranteesamínimavacilación,comenzóagritarmientrasarremetíacontraél.

Lacriaturarecobrólavida:laspúasbrotarondesupielyrodóhaciadelante,listoparachocardefrentecontraelenemigo.ElmovimientosúbitocasidetieneaThomas,borrándoleesaincipienteaudaciademencialquelohabíaasaltado,perocontinuólacarrera.

Unsegundoantesdelenfrentamiento,cuandopudoverdecercaelmetal,elpeloy la baba,Thomas apoyó el pie izquierdo y se arrojó hacia la derecha. Incapaz dedetener el impulso, el Penitente pasó de largo volando y luego frenó con unasacudida.Notóquelacriaturasemovíaahoramuchomásvelozmente.Conunaullidometálico,diovueltaysepreparóparaabalanzarsesobresuvíctima.ComoThomasyanoestabarodeado,teníaelcaminolibre.

Se puso de pie y salió disparado hacia delante por el pasillo. Los sonidos depersecucióndeloscuatroPenitentesjuntosloseguíandecerca.

Sabiendoque estaba forzando su cuerpomás allá del límite, continuó la huida,tratandodeliberarsedeesasensacióndequeelfinalerasólocuestióndetiempo.

Trespasadizosdespués,dosmanostirarondeély loarrastraronhastaelpasillocontiguo.Elcorazónlesaltóalagargantamientrasluchabaporliberarse.SecalmócuandodescubrióqueeraMinho.

—Peroqué…—¡Cállateysígueme!—gritó,empujándolohastaquelogróponersedepie.Sinperder un segundo,Thomas se recobróy corrieron juntos por elLaberinto.

Minho parecía saber exactamente lo que estaba haciendo y hacia dónde se dirigía:nuncasedetuvoapensarquécaminotomar.

Al doblar la esquina siguiente, Minho intentó hablar, con la respiraciónentrecortada.

—Vi lo que acabas de hacer… cuando te arrojaste… allá atrás…me dio unaidea…sólotenemosquesoportarunpocomás.

Thomasnosemolestóengastaraireenpreguntasycontinuócorriendo.Eraobvio

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quelosPenitentesganabanterrenoaunritmoalarmante.Ledolíacadamilímetrodesu cuerpo. Los miembros le suplicaban que dejara de correr, pero no se detuvo,rogandoqueelcorazónnoloabandonara.

Algunas curvas más tarde, apareció delante de ellos algo que el cerebro deThomasnoalcanzabaaregistrar.Eraalgo…incorrecto.Ylaluzdébilqueproveníadesusperseguidoresnohacíamásqueconvertirlotodoenunailusión.

Elpasillonoterminabaenotrapareddepiedra.Loúnicoqueseapreciabaeralanegrura.

Entornó los ojos mientras se acercaban al muro de oscuridad, intentandocomprenderquéeraaquello.Lasdosparedesdehiedraqueseencontrabanaambosladosdeélparecíancruzarseúnicamenteconelcielo.Pudoveralgunasestrellas.Alaproximarse,sediocuentadequeeraunaabertura:elLaberintoseacababa.

¿Cómoes esto?, se preguntó.Después de años de búsqueda, ¿cómo puede serquenosotroslohayamosencontradotanfácilmente?

—No te entusiasmes—le dijo Minho, que parecía percibir sus pensamientos,respirandocondificultad.

A unos dosmetros del final del pasadizo, el Corredor se detuvo, apoyando sumano en el pecho de su compañero para asegurarse de que él frenara también.Thomas disminuyó el paso y luego caminó hasta el lugar donde el Laberinto seextendíahaciaelcielo.ElruidodelaavalanchadePenitentesibaenaumento,peroélteníaquevereso.

Era cierto que se trataba de una salida del Laberinto pero, yaMinho lo habíaadelantado,noeracomoparaentusiasmarse.Todoloquepudoobservarencualquierdirecciónquemiraraeraairevacíoyestrellasqueperdíanintensidad.Eraunavisiónextrañaeinquietante,comosiseencontraraalbordedeluniverso.Sintióvértigoyseleaflojaronlasrodillas.

Estabaporcomenzaraamaneceryelcielosehabíailuminadoconsiderablementeenelúltimominuto.Contemplabatodoincrédulo,sinentendercómoeraposibleeso.Era como si alguien hubiera construido un Laberinto y luego lo hubiera puesto aflotarenelcielo,suspendidoenelmediodelanadaparatodalaeternidad.

—Noentiendo—susurró,sinsabersiMinhopodíaoírlo.—Cuidado—repusoelCorredor—.Noseríaselprimer larchoencaerseporel

Acantilado—leadvirtió,ylosujetódelhombro—.¿Acasoteolvidastedealgo?—preguntó,señalandohaciaatrás,alinteriordelLaberinto.

Recordaba haber escuchado antes la palabra Acantilado, pero no podía ubicardónde.Verelvastocieloqueseabríadelanteydebajodeél lohabíapuestoenunestado hipnótico. Se obligó a volver a la realidad y giró para enfrentar a losPenitentes, que ya se encontraban a unos diez metros, formando una sola fila,moviéndoseincreíblementerápido.

Todoresultóobvioderepente,aunantesdequeMinhoexplicaraelplan.—Estos monstruos serán despiadados —comentó—, pero no pueden ser más

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tontos.Quédateaquícerca,frentea…Thomaslointerrumpió.—Yasé.Estoylisto.Arrastraronlospieshastaqueestuvieronpegadosunoalladodelotrodelantedel

precipicio,enmediodelpasillo.Teníanlos tobillosaescasoscentímetrosdelbordedelAcantilado,queestabaasusespaldas,ysóloeraaireloquelosesperabadeallíenadelante.

Valoreraloúnicoquelesquedaba.—¡Tenemosqueestar sincronizados!—exclamóMinho,ysugrito fueahogado

porelruidoensordecedordelaspúaschocandocontralapiedra—.¡Prepárate!Era un misterio por qué los Penitentes se habían colocado en una sola hilera.

QuizáselLaberintolesresultabamuyangostoparatrasladarseunoalladodelotro.Lacuestiónfuequerodabanunoporunoporelpasadizodepiedra,repiqueteandoygimiendo,dispuestosamatar.Losdiezmetrossehabíanconvertidoencuatroy losmonstruosyaestabanapocossegundosdeestrellarsecontraloschicos.

—¡Listos!—dijoMinhoconfirmeza—Espera,todavíano…Thomasdetestócadamilésimadesegundodeespera.Sóloqueríacerrarlosojosy

noveraunPenitentemásentodasuvida.—¡Ahora!—gritó.Justocuandoelbrazodelaprimeracriaturaseextendíaparapellizcarlos,ambos

se arrojaron endireccionesopuestashacia lasparedes externasdel pasillo.Un ratoantes, la táctica le había dado buenos resultados a Thomas y, a juzgar por elestruendoso frenazo que dio el primer Penitente, funcionó por segunda vez. ElmonstruosalióvolandoporelbordedelAcantilado.Loqueresultóextrañofuequesugritodeguerrasecortaradegolpeenvezdeirapagándosegradualmentemientrassedeslizabahaciaelabismo.

Thomas aterrizó contra elmuro y, al girar, alcanzó a ver al segundo Penitentecayendopor el barranco, sin poder detenerse.El tercero clavóunbrazo convariaspúasenlapiedra,peroelimpulsoquetraíaeraexcesivo.ElchirridoescalofriantedelfilorasgandoelpisohizoqueaThomaslecorrieraunfríoheladoporlaespalda,peroun segundo después, la criatura se hundía en las profundidades. Una vez más,ninguno de ellos emitió sonido alguno durante el descenso, como si hubierandesaparecidoenvezdecaer.

El cuarto y último atacante fue capaz de detenerse a tiempo, y quedótambaleándosealfilodelprecipicio,sostenidoporunapúayunagarra.

Thomassupoinstintivamenteloqueteníaquehacer.LehizounaseñaaMinhoyluegosevolteó.AmboscorrieronhaciaelPenitenteysaltaronsobreélconlospiespor delante, empujándolo con el último resto de fuerza que encontraron. Los doschicosunidosmandaronalúltimomonstruoenpicadahacialamuerte.

Thomas gateó rápidamente hasta la orilla del barranco y asomó la cabeza paraverlos caer.Perono fueposibleporqueya sehabían ido, sinquequedarauna sola

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señaldeellosenelvacíoqueseextendíahaciaelfondo.Nada.NopodíacomprenderadondellevabaelAcantiladoniquéleshabíaocurridoalas

terriblescriaturas.Habiendoagotadotodasufuerza,sehizounovilloenelpisoysecubriólacara

conlasmanos.Laslágrimasnotardaronenllegar.

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Capítulo22

Transcurriómediahora.Ningunodelosdossehabíamovidouncentímetro.Thomasyahabíadejadodellorar,perocontinuabapreguntándosequépensaríaMinhodeélosilescontaríaalosdemás,llamándolomarica.Habíaperdidoelcontroldesímismo:sabía que esas lágrimas habían sido inevitables. A pesar de la falta de memoria,estaba seguro de que acababa de atravesar la noche más traumática de su vida.Además,lasmanosadoloridasyelprofundoagotamientotampococolaboraban.

Comoel amanecerya estaba enplenodesarrollo, se arrastróhasta el bordedelAcantiladounavezmásyestiróelcuelloparavermejor.Elcieloqueseabríadelantedeéleradeunpúrpura intenso,quesefundíagradualmenteenelazulbrillantedeldía, con toques de anaranjado del sol, que se encontraba en un horizonte plano ydistante.

MiródirectamentehaciaabajoyobservócómoelmurodepiedradelLaberintocaía de manera vertical hasta desaparecer. Pero aun con la claridad que iba enaumento, seguía sin poder distinguir qué había al fondo. Era como si el Laberintoestuvieraposadoenunaestructuravarioskilómetrosporencimadelsuelo.Peroesoes imposible, pensó.Nopuede ser. Tiene que ser una ilusión. Sepusoboca arriba,gimiendo.Ledolíanpartesdelcuerpoquenisabíaqueexistían.AlmenoslasPuertasseabriríanprontoypodríanregresaralÁrea.Desviólavistahaciasucompañero,queestabaechadocontralaentradadelpasadizo.

—Nopuedocreerqueestemosvivos—ledijo.Minhosolamenteasintióconlacabeza,sinningunaexpresiónenelrostro.—¿Habrámásolosmatamosatodos?—Logramos llegar a la salida del sol, si no hubiéramos tenido diezmonstruos

másencimadenuestrascabezas—contestóMinho,profiriendoquejidosdedolor—.Nopuedocreerlo.Enserio.Fuimoscapacesdesoportar toda lanoche.Algonuncavisto.

Thomassabíaquedeberíaestarorgullosoporelvalordemostrado,pero todo loquesentíaeracansancioytranquilidad.

—¿Quéfueloquehicimosdistinto?—Nosé.Esmediodifícilpreguntarleauntipomuertoquéesloquehizomal.Seguía obsesionado por la manera en que los gritos airados de los Penitentes

habían concluido al caerpor elAcantilado, ypor elmotivoque lehabía impedidoverlosdesplomarseenpicadahacialamuerte.Habíaalgomuyraroyperturbadorentodoeso.

—Pareceríaque,despuésdepasarelborde,hubierandesaparecidooalgoasí.—Sí,eso fuealucinante.UnosHabitantes tenían la teoríadequeotrascosas se

habíanevaporadoenelaire,peronosotrosleshicimosverqueestabanequivocados.Miraesto.

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MinhotiróunapiedraporelAcantiladoyThomassiguióelrecorridoconlavistamientrascaíahastaquesevolviómuypequeñaparapoderdistinguirla.

—¿Yesoporquédemuestraquenoteníanrazón?—lepreguntó.Minhoalzóloshombros.

—Bueno,lapiedraenrealidadnodesapareció,¿noescierto?—¿Yentoncesquécreesquepasó?—preguntó.Estabasegurodequesehallaban

frenteaalgoimportanteysignificativo.Volvióalevantarloshombros.—Talvezseamagia.Ahoramedueledemasiadolacabezaparapoderpensar.Depronto,ThomasseacordódeAlby.—Tenemosqueregresar—exclamó,haciendoungranesfuerzoparaponersede

pie—.HayquebajaraAlbydelapared.Al ver lamirada de confusión deMinho, le explicó rápidamente lo que había

hechoconlaenredadera.—Esimposiblequeestévivo—repuso,condesaliento.—¿Cómopuedesestartanseguro?Vamosya—replicó,comenzandoarenguear

porelpasillo.—Porquenadielologrónunca…Entoncessedetuvo,yThomassupoloqueestabapensando.—Eso fue porque cuando ustedes los localizaron, ya los habían matado los

Penitentes.Albysólofuepinchadoporunadeesasagujas,¿noescierto?MinhoselevantóymarcharonjuntosenunalentacaminataderegresoalÁrea.—No lo sé, supongoqueestonuncaocurrióantes.Unospocos tipos recibieron

pinchazosduranteeldía.AelloslesdieronelSueroypasaronporlaTransformación.Los pobres larchos que se quedaron dentro del Laberinto durante la noche fueronencontradosmuchodespués,avecesvariosdíasdespués.Yotrosnuncaaparecieron.Todosellosmurierondemanerasdelasqueprefieronohablar.

Thomasseestremeciódesólopensarlo.—Luegodeloquenosotrospasamos,meparecequepuedoimaginármelo.Minhomiróasucompañero,conlasorpresadibujadaenelrostro.—Creo que acabas de resolver el problema. Estábamos equivocados… bueno,

esperemosque seaasí.Comoningunode losque fueronpinchadosyqueno logróvolver antes del atardecer sobrevivió, dimos por sentado que ése era el punto sinretorno:elmomentocuandoyaesmuytardepararecibirelSuero—explicó.Parecíaentusiasmadoconesalíneadepensamiento.

DoblaronotrorecodoyMinho,derepente,tomóladelantera.Comenzóaacelerarel paso, pero Thomas lo siguió pisándole los talones. Estaba impresionado por lofamiliar que le resultaba el camino, aun antes de que Minho indicara por dóndetomar.

—Bueno,conrespectoalSuero—continuó—.Yaescuchéhablardeélunpardeveces.¿Quées?¿Ydedóndeviene?

—Essóloloqueparece,shank.Unsuero.ElSuerodelosPenitentes.—Thomas

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lanzóunarisaforzadaypatética.—Justocuandocomenzabaapensarquesabíatodoacercadeesteestúpidositio.

¿Dedóndesalióelnombre?¿YporquélosPenitentessellamanasí?Minho continuó la explicación mientras se desplazaban por las innumerables

curvasdelLaberinto,yendolosdosalapar.—Nosédedóndesacamoslosnombres,peroelSuerovienedelosCreadores,o

porlomenos,asíescomolosllamamos.TodaslassemanasapareceenlaCajaconlos suministros, siempre ha ocurrido. Es un remedio o un antídoto, no sé, que yavienedentrodeunajeringa,listoparausar—dijo,haciendoelgestodeclavarseunaagujaenelbrazo—.Lemetesesaporqueríaaalguienquefuepinchadoy losalva.AtraviesalaTransformación,queesdeterror,perodespuésdeesoestácurado.

Pasaron un par de minutos en silencio, mientras Thomas procesaba lainformación. Reflexionaba acerca de la Transformación y seguía pensando en lachica.

—Esraro,¿no?—prosiguióMinho—.Nuncaanteshemoshablamosdeesto.SiAlbytodavíaestávivo,nohayrazónparapensarqueelSueronopuedasalvarlo.Poralgúnmotivo,senosmetióennuestrascabezasmierterasque,unavezquelasPuertassecerraban,estabasterminado,erashistoria.TengoqueverconmispropiosojosesodequecolgasteaAlbydelapared.Meparecequemeestásengañando.

Los chicos continuaron la marcha: Minho casi con cara de alegría; Thomas,preocupado.Veníaevitandoeltema,negándoseloasímismo.

—¿QuétalsiotroPenitentedescubrióaAlbydespuésdequeyodistrajealquemeperseguía?

Minholeechóunamiradainexpresivaynocontestó.—Mejordejemosdepensaryapuremoselpaso—repuso,esperandoquetodoel

esfuerzoquehabíahechoparasalvaraAlbynohubierasidoinútil.Trataron de ir más rápido, pero sus cuerpos les dolían tanto que tuvieron que

conformarse con una caminata lenta a pesar de la urgencia. Al doblar la esquinasiguiente,aThomascasiledauninfartoalnotarmovimientounpocomásadelante.Pero, un instante después, la alegría lo embargó cuando reconoció aNewt con ungrupodeHabitantes.LaPuertadelOestedelÁrea,queseelevabadelantedeellos,estabaabierta.Habíanregresado.Alverlosaparecer,Newtseacercórengueando.

—¿Qué pasó? —les preguntó, con una pizca de irritación en la voz—. ¿Quéreverenda…?

—Telocontaremosdespués—lo interrumpióThomas—.TenemosquesalvaraAlby.

—¿Quéestásdiciendo?¿Acasosobrevivió?—Venparaacá—contestó.Sedirigióhacialaderechayestiróelcuellohaciaarribadelmuro.Buscóentrelas

gruesaslianasdelahiedrahastaqueencontróellugarendondeAlbycolgabadelosbrazosylaspiernasmuyporencimadeellos.Sindecirnada,señalóhaciaarriba,sin

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atreverse aún a relajarse. Seguía allí, entero, pero no había ninguna señal demovimiento.

Newtlogródistinguirasuamigoenlaenredadera.Siantesparecíasorprendido,ahoraestabacompletamenteapabullado.

—¿Está…vivo?Ojaláquesí,pensó.—Nosé.Almenosloestabacuandolodejéahí.—Cuandotú lodejaste…—Newtsacudiólacabeza—.VenganconMinhopara

aquí adentro en este momento y que los Docs los revisen. Tienen un aspectodesastroso. Quiero la historia completa cuando ellos terminen y ustedes hayandescansado.

Thomas quería esperar para ver si Alby estaba bien. Comenzó a hablar peroMinholoagarródelbrazoyloobligóacaminarhaciaelÁrea.

—Necesitamosdormir.Yunasvendas.Ya.Sabía que él tenía razón. Se calmó, echó una mirada hacia atrás y luego

acompañóaMinholejosdelLaberinto.ElviajederegresoalÁreaydespuéshastalaFinca,rodeadosporHabitantesque

loscontemplabanmaravillados,pareció interminable.Suscaraseranunamezcladetemor y admiración, como si estuvieran viendo a dos fantasmas paseando por uncementerio. Thomas sabía que ellos habían logrado una hazaña, pero le producíavergüenzaserelcentrodeatención.

CasifrenadegolpealveraGallyunpocomásadelanteconlosbrazoscruzados,observándolo con odio. Necesitó toda su fuerza de voluntad para mantenerle lamirada.Cuando estuvo apenas a unmetro ymedio, el chico bajó la vista hacia elpiso.

Sesintióunpocomalpor la sensación tanagradablequeexperimentó.Sólounpoco.

Losminutosquesiguieronfueronunasucesióndeimágenesborrosas.UnpardeDocslosescoltarondentrodelaFincahastaelprimerpiso;echóunvistazoatravésdeunapuertaentreabiertayvioaalguienalimentandoalachicaencoma—sintióunimpulsoirresistibledesabercómoestaba—;ubicaronacadaunoensudormitorio,enlascamas;comida,agua;vendajes.Dolor.Finalmente,lodejaronsolo,conlacabezaapoyadaenlaalmohadamássuavequesulimitadamemoriapudierarecordar.

Peromientrassedormía,habíadoscosasenlasquenopodíadejardepensar.Laprimera, era la palabra que había visto borroneada en el tórax de los escarabajos:CRUEL,quevolvíaunayotravezasumente.Lasegunda,eralachica.

Unas horas después—bien podrían haber sido días para él—, Chuck estaba allí,sacudiéndolo para que despertara. Le llevó varios segundos orientarse y verclaramente.Centrólavistaensuamigoysequejó.

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—Déjamedormir,shank.—Penséquequerríassaber.Sefrotólosojosybostezó.—¿Saberqué?—preguntó,confundidoantelagransonrisadelchico.—Estávivo—replicó—.Albyestábien,elSuerodioresultado.El aturdimiento desapareció de inmediato, reemplazado por una gran calma:

estaba asombrado de lo feliz que lo había puesto la noticia. Pero las palabras quesiguieronlehicieronreconsiderarsuemoción.

—AcabadecomenzarlaTransformación.Comoconvocadoporesaúltimafrase,seescuchódesdeunahabitacióncercana

ungritoqueleshelólasangre.

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Capítulo23

Thomas reflexionó largo y tendido acerca de Alby. Había considerado una granvictoria el salvarle la vida y traerlo de vuelta de una noche en elLaberinto. ¿Perohabíavalidolapena?Ahoraelchicoestabasufriendomucho,atravesandolamismaexperienciaqueBen.¿Ysisevolvíalococomoél?Esospensamientoslotorturaban.

ElcrepúsculocayósobreelÁreaylosaullidosdeAlbyseguíanrondandoelaire.Eraimposibleescapardeesoshorriblessonidos.ThomasfinalmenteconvencióalosDocsdequelodejaranir—exhausto,adoloridoyvendado—,hartodelosgemidosangustiantesydesgarradoresdel líder.Newtsehabíamostradoinflexiblecuandolepidióveralapersonaporlacualhabíaarriesgadosuvida.Sóloempeorarálascosas,habíadicho,ynohuboformadehacerlecambiardeopinión.

Estaba muy cansado como para iniciar una pelea. No tenía idea de que fueraposiblesentirsetanagotadoaundespuésdehaberdormidoalgunashoras.Nopodíatrabajarenelestadoenquesehallaba,poresohabíapasadocasitodoeldíaenunabancaenlosalrededoresdelasLápidas,sumidoenladesesperación.Laeuforiadesufuga se había apagado rápidamente, dejándolo en medio del sufrimiento y lascavilacionesacercadesunuevavidaenelÁrea.Ledolíantodoslosmúsculos,estabacubiertodecortadasymoretonesdelacabezaalospies.Perotodoesojuntonoeratanterriblecomolapesadacargaemocionaldeloquehabíapasadolanocheanterior.Parecíaquelarealidaddesunuevaexistenciafinalmentesehubierainstaladoensumente,comoquienescuchaelúltimodiagnósticodeunaenfermedadterminal.

¿Cómopuedeserquealguienllegueaser felizviviendodeesta forma?,pensó.¿Cómo puede ser que alguien sea tan diabólico como para hacernos esto? AhoraentendíamásquenuncalapasiónquesentíanlosHabitantesporencontrarlasalidadelLaberinto.Noerasólocuestióndehuir.Porprimeravez,sintióseddevengarsedelosresponsablesdehaberloenviadoallí.

Perotodosesospensamientossóloloconducíanotravezhaciaesadesesperanzaqueya tantasveces sehabíaapoderadodeél.SiNewty losdemásnohabían sidocapaces de encontrar la solución al enigma del Laberinto después de dos años debúsqueda,parecíaimposiblequerealmenteexistieraesasolución.ElhechodequelosHabitantesnosehubieranrendido,hablabamásdeellosqueningunaotracosa.

Yahoraéleraunodeellos.Éstaesmivida,pensó.UnLaberintogigante,rodeadodeespantosasbestias.La

tristezaloinundócomounvenenopoderoso.LosgritosdeAlby,ahoradistantesperotodavíaaudibles,nohacíanmásqueempeorarsuánimo.Teníaquetaparselosoídosconlasmanoscadavezquelosescuchaba.

Finalmente, el día acabó, y la puesta del sol trajo con ella el ahora familiarchirrido de las cuatro Puertas cerrándose. Thomas no tenía memoria de su vidaanteriora laCaja,peropodíaasegurarquehabíanconcluidolaspeoresveinticuatro

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horasdesuexistencia.Apenasanocheció,Chuckaparecióconalgoparacenaryungranvasodeagua

fría.—Gracias—dijo,sintiendounaoladecariñohaciaelchico.Acabóconlacarney

losespaguetisdelplato tanrápidocomose lopermitieronsusadoloridosbrazos—.¡Esto era lo quemi alma necesitaba!—masculló enmedio de un enorme bocado.Tomó un gran trago de su bebida y atacó de nuevo la comida. No se había dadocuentadelohambrientoqueestabahastaqueempezóacomer.

—Noesunespectáculomuyagradable—comentóChuck,sentadoen labanca,junto a él—. Es comomirar a un cerdomuerto de hambre deglutiendo su propioplopus.

—Eresmuygracioso—replicó,conundejodesarcasmoenlavoz—.DeberíasiradivertiralosPenitentes,aversilograshacerlosreír.

Una expresión fugaz en la cara de su amigo reveló que el comentario lo habíaherido,perodesapareciótanprontocomohabíasurgido.

—Ah,esomerecuerdaalgo:ereseltemadeldía.—Seenderezó.Noestabamuysegurodequelanoticialeagradara.

—Nosédequéestáshablando.—Caray.Aver,déjamepensarlo.Primero,vasalLaberintoporlanoche,cuando

sesuponequenodebeshacerlo.Después,teconviertesenunaespeciedefenómenodelaselva,colgándotede las lianasyatandoHabitantesa losmuros.Mástarde, tetransformasenunode losprimerosen sobrevivir todaunanoche fueradelÁreay,para rematar, matas a cuatro Penitentes. Realmente no seme ocurre por qué esoslarchosandanhablandodeti.

Una ráfaga de orgullo le recorrió el cuerpo, pero se desvaneció enseguida. Sesintió culpable de la alegría que acababa de experimentar. Alby seguía en cama,aullandodedolor,yeraprobablequedesearaestarmuerto.

—PeroesodeengañarlosparaquecayeranporelAcantiladofueideadeMinhoynomía.

—Bueno,peronoesloqueéldice.Teviohaceresetrucodeesperaryarrojarte,yentoncesseleocurrióhacerlomismoenelbarranco.

—¿Eltrucodeesperaryarrojarse?—preguntóThomas,llevandolosojoshaciaarribaenseñaldesuficiencia—.Cualquieridiotahubierahecholomismo.

—No te hagas ahora el humilde con nosotros. Lo que hicieron es totalmenteincreíble.Losdos,túyMinho.

Lanzóalpisoelplatovacío,repentinamenteenojado.—¿Entoncesporquémesientocomounamierda,Chuck?¿Podríascontestarme

eso?Miróasucompañeroenbuscadeunarespuesta,peronoparecíatenerninguna.El

chicosequedósentadoahí,apretandolasmanos,mientrasseinclinabahaciadelanteapoyado en las rodillas, con la cabeza caída.Después de unos segundos,murmuró

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algoenvozmuybaja:—Porlamismarazónquetodosnossentimoscomounamierda.PermanecieronensilenciohastaqueaparecióNewtconcarademuerto.Sesentó

enelpisocon la tristezay lapreocupaciónpintadasenel rostro.Aunasí,Thomasestabacontentodetenerlocerca.

—Creoqueyapasólopeor—anunció—.Esedesgraciadodeberíadormirunpardedíasydespertarse enbuenas condiciones.Quizás emitir algún rugidodevez encuando.

Lecostabaimaginarseloterriblequedebíasertodoesesuplicio:elprocesodelaTransformacióneratodavíaunmisterioparaél.DecidióencararaNewt,tratandodeaparentarnaturalidad.

—Dime, ¿cómo es exactamente la experiencia que Alby está atravesando? Enserio,noentiendoquéeslaTransformación.

Larespuestalodejóperplejo.—¿Y tú crees quenosotros sí?—ledisparó, llevando los brazos hacia arriba y

luego golpeando las rodillas al bajarlos—. Todo lo que sabemos es que si losPenitentes tepinchancon susmalditas agujas, te inyectas elSueroomueres.Si lorecibes,tucuerposufreataques,sesacude,lapielexpeleburbujasyseponeverdosa,ytevomitastodoencima.¿Teparecequeestaexplicaciónessuficiente,Tommy?

Arrugó la frente.Noqueríaqueelmuchachosepusieramásmolestode loqueestaba,peroélnecesitabarespuestas.

—Hey,séqueesmuydesagradabletenerquevercómotuamigosufre,perosóloquiero saber realmente lo que está ocurriendo allá arriba. ¿Por qué lo llaman laTransformación?

Newtserelajó—hastaparecióencogerse—yluegosuspiró.—Te trae recuerdos, pequeños fragmentos reales de antes de llegar a este sitio

horrendo.Cualquiera que pasa por eso actúa comounmaldito desquiciado cuandotodotermina…aunqueengeneralnotantocomoelpobreBen.Enrealidad,escomositedevolvierantuvidaanteriorytelaarrancarannuevamente.

Sentíalacabezaenllamas.—¿Estásseguro?—lepreguntó.Newtlomiróconfundido.—¿Quéquieresdecir?¿Segurodequé?—¿Ellosestántransformadosporquequierenvolverasuexistenciaanterioroes

quesequedarontotalmentedeprimidosaldescubrirquesuantiguavidanoeramejorquelaquetenemosahora?

Loobservóduranteunossegundosyluegomiróhaciaotrolado,inmersoensuspensamientos.

—Losshanksquepasaronporestonoquierenhablardelaexperiencia.Ellossevuelven… diferentes, antipáticos. Hay un puñado por el Área, pero me resultainsoportableestarconellos—suvozsonabadistanteysusojossehabíandesviado

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haciaalgúnlugarindefinidoenelbosque.ThomassabíaqueestabapensandoquetalvezAlbynuncamásvolveríaaserelmismo.

—Dímelooamí—exclamóChuck,metiéndoseenlaconversación—.Gallyesélpeordetodos.

—¿Alguna novedad de la chica?—preguntó Thomas, cambiando de tema. NoestabadeánimoparahablardeGally.Además,nopodíadejardepensarenella—.VialláarribaalosDocsdándoledecomer.

—No—contestó—. Sigue en esemaldito estado de coma, o lo que sea. Cadatanto,susurraalgo,cosassinsentido,comosiestuvierasoñando.Aceptalacomida;pareceandarbien.Estodomuyraro…

Sehizouna largapausa,comosi los tresestuvieranbuscándolealgúnsentidoatodoeso.Thomasvolvióapensarenlainexplicableconexiónqueparecíamantenerconlachica,queahorahabíadisminuidounpoco,peropodíahabersidoportodoslosotroshechosqueocupabansumente.

Finalmente,Newtrompióelsilencio.—Bueno,ahoraelsiguientepasoesdecidirquéhacemosconTommy.Sedespertódegolpe,desconcertadoanteelcomunicado.—¿Quéhacenconmigo?¿Dequéhablas?Newtselevantóyestirólosbrazos.—Has puesto este lugar patas para arriba, larcho maldito. La mitad de los

HabitantescreequeeresDiosylaotramitadquierearrojarteporelHuecodelaCaja.Haymuchoquedecidir.

—¿Cómoqué?—repuso,sinsaberquéleresultabamásinquietante:quealgunospensaranqueeraunaespeciedehéroeoqueotrosdesearandeshacersedeél.

—Paciencia—lerespondió—.Yateenterarásmañanadespuésdeldespertar.—¿Mañana?¿Porqué?—ConvoquéunaAsambleaytúestarásahí.Ereselúnicotemaatratar.Y después del anuncio, dio media vuelta y se alejó, dejando a Thomas muy

confundido, preguntándose por qué sería necesario hacer una Asamblea sólo parahablardeél.

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Capítulo24

A la mañana siguiente, Thomas se acomodó, con aspecto ansioso y preocupado,frenteaotrosoncechicosubicadosensillasformandounsemicírculoasualrededor.EnseguidasediocuentadequeelloseranlosEncargadosyque,porlotanto,Gallytambién formabaparte del grupo.Solamentehabía un asientovacío: nohacía faltaqueledijeranquepertenecíaaAlby.

La reunión se realizaba en una gran sala de la Finca, en la queThomas nuncahabía estado antes.Además de las sillas, lo único que había era unamesita en unrincón.Lasparedesyelpisoerandemadera,ydaba la impresióndequenadie sehabía ocupado de que el ambiente luciera agradable. No había ventanas y lahabitaciónolíaamohoyalibrosviejos.Aunquenoteníafrío,estabatemblando.

Sintió cierto alivio al ver queNewt se encontraba allí, sentado frente a él, a laderechadelsitioquepertenecíaaAlby.

—Ennombredenuestrolíder,enfermoyencama,declaroabiertaestaAsamblea—anunció, con un gesto sutil en sus ojos, como si detestara cualquier cosa que seacercaraalaformalidad—.Comotodosustedessaben,losúltimosdíashansidounareverenda locura y una buena parte está relacionada con nuestro Novato, Tommy,aquípresente.

Thomassepusorojodevergüenza.—El ya no esmás elNovato—exclamóGally, con su voz áspera tan grave y

cruelqueresultabacasicómica—.Ahoraessólountransgresordelasreglas.Eso desencadenó una ola de murmullos y susurros, que Newt acalló. Thomas

deseóestarlomáslejosposibledeallí.—Gally—dijo—,tratademantenerunpocoelorden.Sinopuedescontenertu

bocotacadavezquedigoalgo,tendrásquelargartedeaquí,porquenoandodemuybuenhumor.

Thomassintióganasdelevantarseyaplaudir.Gally cruzó los brazos y se reclinó en la silla con una expresión de enojo tan

forzadaqueThomascasi lanzaunacarcajada.Nopodíacreerquehasta ayerhabíaestadotanaterrorizadoporesetipo.Ahoraparecíatontoeinclusopatético.

NewtleechóunamiradaduraaGallyyluegocontinuó.—Mealegrodequehayamosaclaradolascosas—repuso,poniendolosojosen

blanco—.Larazónporlaqueestamosaquíeslasiguiente:granpartedeloschicosdelÁreasehaacercadoamíenlosdosúltimosdíasparaquejarsedeThomasoparapedirmesumano.Tenemosquedecidirquéharemosconél.

Gallyseinclinóhaciadelante,peroNewtlocortóantesdequepudieradecirunapalabra.

—Yatendrástuoportunidaddehablar.Unoalavez.Tommy,noestásautorizadoa abrir la boca hasta que te lo pidamos, ¿va?—le advirtió, mientras esperaba su

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consentimiento,quellegódemalagana.Luegoseñalóaunchicosentadoenlaúltimasilladeladerecha—.Zart,estuturno.

Zart, el tipograndoteycalladode los Jardines, semovióenel asiento.Parecíasentirsetanfueradelugarcomounazanahoriaenunaplantadejitomate.ObservóunsegundoaThomasytragósaliva.

—Bueno—comenzó,mirandohaciatodosladoscomoesperandoquealguienlesoplara qué decir—.No sé.El quebró una de nuestras reglasmás importantes.Nopodemos dejar que todos piensen que eso está bien…—bajó la vista, se frotó lasmanos y agregó—: sin embargo, también…cambiómuchas cosas.Ahora sabemosquepodemossobreviviralláafuerayderrotaralosPenitentes.

Sesintiómásrelajado.Habíaalguienmásqueestabadesulado.SeprometióasímismoserespecialmentebuenoconZart.

—Vamos, deja de decir tonterías—intervinoGally—.Estoy segurode que fueMinhoelquerealmentesesacódeencimaaesosmonstruosridículos.

—¡Gally,cierraelhocico!—gritóNewt,poniéndosedepieparalograrunefectomayor, provocando de nuevo las ganas de aplaudir de Thomas—. Yo soy el quepresidelaAsambleaenestemomentoysiescuchootramalditapalabratuyafueradelugar,voyaprepararotroDestierroparatuasquerosacara.

—Porfavor—susurróGallyconsarcasmo,mientrasponíalaexpresióndeenojounavezmásyseechabaenlasilla.

NewtsesentóyapuntóhaciaZart.—¿Esoestodo?¿Algunarecomendaciónoficial?ElJardinerosacudiólacabeza.—Muybien.Sartén,túereselpróximo.ElCocinerolanzóunasonrisaatravésdesubarbayseenderezóenlasilla.—Estelarchotienemásagallasquemuchosdelosqueandandandovueltaspor

aquí—comenzóadecir—.Estoesrealmenteestúpido:lesalvalavidaaAlby,mataavariosPenitentesynosotrosnossentamosaparlotearsobrequéhacerconél.ComodiríaChuck,estoesunamontañadeplopus.

QueríalevantarseydarlelamanoaSartén:acababadedecirexactamenteloqueélpensabadetodoeso.

—Entonces,¿cuálesturecomendación?—preguntóNewt.—PónganloenelConsejoyque sedediquea enseñarnos todo loquehizoallá

afuera.Lasvocesseelevarondesdetodaslasdirecciones.ANewtlellevómediominuto

calmar los ánimos. Thomas se estremeció: Sartén se había extralimitado con susrecomendaciones, invalidando de esa forma la opinión que había expuesto tanclaramenteacercadeeseproblema.

—Muybien, ya la estoy registrando—dijoNewt,mientras escribía algo en unbloc—.Ahoratodoshagansilenciodeunavez.Habloenserio.Conocenlasreglas:todas las ideas son aceptables y todos podrán expresar lo que piensan cuando

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votemos—luego señaló al tercer miembro del Consejo, un chico al que Thomasnuncahabíavisto,depelonegroypecas.

—Yoenrealidadnotengoningunaopinión—dijo.—¿Qué? —le preguntó Newt con irritación—. Entonces no sé para qué te

elegimoscomopartedeestaAsamblea.—Losiento.Perolodigosinceramente—agregó,encogiéndosedehombros—.Si

tengoqueopinar,supongoqueestoydeacuerdoconSartén.¿Porquécastigarauntipoporsalvarlelavidaaotro?

—Entoncessí teníasalgoquedecir.¿Esoes todo?—insistió,conel lápizen lamano.

ElEncargadoasintióyNewtgarabateóalgoenelpapel.Thomassesentíacadavezmás relajado, parecía que lamayoría del Consejo estaba a su favor.De todosmodos,seencontrabapasandounmalmomentoydeseabadesesperadamentepoderdefenderse.PeroseesforzóporrespetarlasórdenesdeNewtyquedarsecallado.

ElsiguientefueAcnéWinston,elEncargadodelMatadero.—Yocreoquedebesercastigado.Losiento,Nuevito,peroNewt,túereselque

se lapasa torturándonosconelorden.Si lodejamos irsinningunasanciónseráunmalejemploparalosdemás.ÉlquebrónuestraReglaNúmeroUno.

—Estáclaro—aceptó,mientrashacíaunasanotaciones—.Entoncessugieresquedeberecibiruncastigo.¿Dequétipo?

—ConsideroquedeberíamosponerloenelCuartoOscuroapanyaguaduranteunasemana.Ytendríamosqueasegurarnosdequetodoelmundoseentere,paraqueanadieseleocurraimitarlo.

GallyaplaudióyrecibióunamiradadefuriadeNewt.Thomassintióunapequeñadesilusión.

DespuéshablaronotrosdosEncargados:unoafavordelaideadeSartényelotroafavordeladeWinston.LuegollegóelturnodeNewt.

—Estoy de acuerdo con lamayoría de ustedes.Debe recibir una sanción, perotambién tenemos que encontrar una forma de utilizarlo. Me reservo mirecomendaciónparaelfinal.Elpróximo.

Detestabatodaesacharlasobreelcastigoaúnmásquepermanecercallado.Peroen el fondo, no podía negar que estaban en lo cierto. Por extraño que parecieradespués de todo lo que había logrado, él sabía que no había respetado una de lasreglasesenciales.

Los Encargados continuaron diciendo lo que pensaban. Para algunos, Thomasmerecíaelogio;paraotros,castigo.Oambos.Leresultabadifícilmantenerseatento,tratandodeimaginarcuálesseríanloscomentariosdeGallyydeMinho,losdosquefaltaban. Este último no había dicho una palabra desde su entrada al recinto. Semanteníaencorvadoenlasilla,conaspectodenohaberdormidoenunasemana.

Gallyhablóprimero.—Creo que ya dejé bien claro cuál es mi opinión. —Genial, pensó Thomas.

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Entoncesmanténlabocacerrada.—Va—dijoNewt,volviendoaponerlosojosenblanco—.Minho,estuturno.—¡No!—bramóGally, haciendo saltar de sus asientos a varios Encargados—.

Quierodeciralgomás.—Bueno,escúpelodeunavez—respondió.LeencantóquealPresidenteprovisionaldelaAsamblealedisgustaraGallycasi

tantocomoaél.Aunqueyanoleteníamuchomiedo,selerevolvíaelestómagocadavezqueloveía.

—Piensen un poco—comenzó—. Este cretino llega en la Caja, haciéndose elconfundidoyasustado.Pocosdíasdespués,estácorriendoporelLaberintocon losPenitentes,comosifueraeldueñodellugar.

Seencogióenlasilla,deseandoquelosotrosnoestuvierandeacuerdo.—Creoque todoeso fueunaactuación. ¿Cómopuedehaberse comportadoallá

afueracomolohizodespuésdetanpocosdías?Yonometragoésa.—¿Qué intentas decir? —preguntó Newt—. ¿Qué tal si eres un poco más

específico?—Yocreoqueesunespíadelagentequenospusoaquí.Otro alboroto explotó en la sala. Lo único que hacía Thomas era sacudir la

cabeza: no entendía cómo a ese tipo se le podían ocurrir semejantes ideas. Newtvolvióatranquilizaratodoelmundo,peroGallynohabíaterminado.

—Nopodemos fiarnosdeeste larcho—prosiguió—.Aldía siguientede llegar,apareceunachicachiflada lanzandouna sartadedisparatesdeque lascosasvanacambiar, aferrando una nota extraña. Encontramos a un Penitente muerto. LuegoThomassehallaenelLaberintojustoesanoche—cosamuyconvenienteparaél—ytrata de convencer a todos de que es un héroe. En realidad, ni Minho ni nadierealmenteloviohaciendoalgoconlaslianas.¿CómosabemosquefueelNuevitoelqueatóaAlbyalláarriba?

Hizounapausa.Nadiedijounapalabradurantevarios segundosyelpánico selevantó dentro del pecho de Thomas. ¿Podían llegar a creer lo que ese miserableestaba diciendo? Estaba desesperado por defenderse y casi rompe su silencio porprimeravez,peroantesdeabrirlaboca,Gallyyaestabadespotricandonuevamente.

—Estánsucediendodemasiadascosasraras,ytodoestoempezócuandoaparecióesteNovatogarlopo.Y,quécasualidad,terminasiendoelprimeroensobrevivirunanoche entera afuera en el Laberinto. Hay algo que no está bien, y hasta que noresolvamosquées,yorecomiendooficialmentequeencerremosaestecabrónenelCuartoOscuroduranteunmesyluegohagamosotrareunión.

RugiódenuevolaAsambleayNewtapuntóalgoensublocdenotas,sindejardemoverlacabeza,locuallediounapizcadeesperanza.

—CapitánGally,¿terminaste?—preguntó.—Dejadehacerteelgracioso,Newt—espetó,conlacararoja—.Habloenserio.

¿Cómopodemosconfiarenesteshankenmenosdeunasemana?Nodescartenloque

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digoantesdepensarlosiquiera.Porprimeravez,sintióalgodeempatíaporGally.Enrealidadsíteníarazónenlo

quedecíaacercadelaformaenqueNewtlotrataba.Despuésdetodo,tambiéneraunEncargado.Peroigualloodio,pensó.

—Muy bien, Gally —dijo—. Lo siento. Ya te escuchamos y todos vamos aconsiderartumalditasugerencia.¿Listo?

—Sí.Ytengorazón.Sindecirlenadamás,NewtapuntóhaciaMinho.—Adelante.Elúltimo,peronoporesomenosimportante.Thomas se sintió feliz de que hubiera llegado finalmente el turno de Minho.

Estabasegurodequeloibaadefenderamuerte.ElCorredorselevantórápido,tomandoatodosporsorpresa.—Estuvealláafuerayvi loquehizoeste loco:semantuvoentero,mientrasyo

me acobardé como una gallina.No voy a ponerme a hablar sin parar comoGally.Quierodecircuálesmirecomendaciónyterminardeunavez.

Thomascontuvolarespiración,preguntándosequédiría.—Va—dijoNewt—.Teescuchamos.SedirigióaThomas.—Propongo a este larcho para que me reemplace como Encargado de los

Corredores.

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Capítulo25

Sehizounsilenciototalenlasala,comosielmundosehubieradetenido,ytodoslosmiembrosdelConsejopermanecieronatónitosmirandoaMinho.Thomassequedóhelado,esperandoqueelCorredordijeraquetodohabíasidounabroma.

Gallyfinalmenteseincorporóyrompióelhechizo.—¡Esoesabsurdo!—exclamó,dirigiéndoseaNewtyseñalandoaMinho,quese

habíasentadonuevamente—.SeledeberíaexpulsardelConsejopordecirsemejanteestupidez.

CualquierclasedelástimaquehubierasentidoporGally,porremotaquefuera,seesfumóporcompletoanteesaafirmación.

AlgunosEncargadosparecieronestardeacuerdoconlarecomendacióndeMinho,comoSartén,quecomenzóaaplaudirparaahogarlavozdeGally,pidiendoagritosla votación. Pero otros no. Winston sacudió la cabeza con fuerza, mascullando.Cuandotodoscomenzaronahablaralmismotiempo,Thomassesintióaterrorizadoyadmiradoalavez.¿PorquéMinhohabíadichoeso?Tienequeserunchiste,pensó.Newt dijo que llevaba muchísimo tiempo convertirse en Corredor, mucho mástomaría entonces ser Encargado. Volvió a mirar hacia arriba, deseando estar akilómetrosdeeselugar.

Finalmente,Newtdejódetomarnotasysaliódelsemicírculo,ordenándolesalosasistentes que hicieran silencio.Al principio nadie le prestó atención, pero poco apocoserestauróelordenytodossesentaron.

—Shuck —dijo—. Nunca había visto tantos larchos portándose como bebés.Aunquenosenote, sesuponequesomosadultos.Actúencomo talesodisolvemosestemalditoConsejoyempezamosdecero—advirtió,ycaminódeunapuntaa laotradelgrupo,mirandoacadaunodelosEncargadosalosojos—.¿Estáclaro?

De golpe, se quedaron callados. Imaginó que habríamás alboroto, pero quedósorprendidocuandotodos,inclusoGally,hicieronungestoafirmativoconlacabeza.

—Va—dijo, regresando a su silla y apoyando el bloc sobre las piernas.Anotóalgo en el papel y luego levantó la vista haciaMinho—. Lo que has dicho es unplopusmuy delicado, hermano. Lo siento, pero tienes que aclararlo más para quetodosentendamos.

ThomasnopodíacontenersuentusiasmoporescucharlaspalabrasdelCorredor.Minholucíaagotado,peroempezóadefendersupropuesta.

—Shanks, es realmentemuy fácil paraustedes estar sentados aquí hablandodecosasquedesconocen.YosoyelúnicoCorredordelConsejoysóloNewthaestadoenelLaberinto.

Gallyseinterpuso.—No,sicuentaslavezqueyo…—¡Nolacuento!—gritó—.Ycréeme,nitúninadietienenlamásremotaideade

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loqueesestaralláafuera.Laúnicarazónporlacualtepincharonesporquebraresamismaregla,porlacualahoraestásacusandoaThomas.Yesosellamahipocresía,miertero,pedazode…

—Suficiente—dijoNewt—.Terminacontudefensadeunavez.La tensión era evidente. A Thomas le pareció que el aire de la sala se había

convertidoencristalypodíahacersepedazosencualquiermomento.Lapiel rojaytirantedelascarasdeGallyydeMinhoparecíaapuntodereventar,peroluegodeunossegundoslosdosdesviaronlamirada.

—Bueno,enresumidascuentas—continuóelCorredor,mientrastomabaasiento—,yonuncavinadaparecido.Enningunaocasiónsedejó llevarporelpánico.Nilloró, ni se quejó, ni se asustó. Amigos, él lleva aquí sólo unos pocos días…Recuerden cómo estábamos nosotros al principio. Acurrucados en los rincones,llorandosinparar,noconfiábamosennadie,nosnegábamosaactuar.Estuvimosasídurantesemanasomeses,hastaquenotuvimosotraopciónqueenfrentarlasituaciónyvivir.

SelevantónuevamenteyseñalóaThomas.—Sólo unos pocos días después de aparecer aquí, este tipo se mete en el

Laberintopara salvarados larchosqueapenasconoce.Todoesteplopusdequeélquebróunareglaesunaimbecilidad.Todavíanocomprendiólasreglas.PeromuchosyalehabíancontadoloqueeraestarenelLaberinto,especialmenteporlanoche.Yaun así, él salió, justo cuando la Puerta estaba cerrándose, sólo porque dos chicosnecesitabanayuda.

Hizounapausapararespirar.Parecíairganandofuerzaamedidaquehablaba.—Peroesofuesóloelprincipio.Después,élmevioabandonaraAlby,dándolo

pormuerto. Y eso que yo era el veterano, el que tenía todo el conocimiento y laexperiencia.Al ver esto, no debió haber cuestionadomimanera de actuar, pero lohizo.ImaginenlavoluntadylafortalezaquenecesitóparaempujaraAlbyarribadeesapared,centímetroacentímetro.Esundelirio.Pareceuna locuracompleta.Perolascosasnoterminaronahí.LuegollegaronlosPenitentes.Ledijequeteníamosquesepararnosyempecéacorrersiguiendolosdibujosdenuestrosmapas,empleandolasyaconocidasmaniobrasdeevasión.El,envezdeorinarseencima,seencargódelasituación:desafiótodaslasleyesdelafísicaydelagravedadparasubiraAlbyaesapared,desviólaatencióndelosPenitenteshaciaél,vencióauno,encontró…

—Yacaptamostu idea—intervinoGallyconbrusquedad—.EsteTommyesuntipoconsuerte.

Minhoseacercóaél.—¡No,garlopoinútil,noentendistenada!Hacedosañosqueestoyaquíynunca

vinadaigual.Quetúdigasalgo…Seinterrumpió,lanzandoungruñidodefrustración.Thomassediocuentadeque

sehabíaquedadoconlabocaabierta.Loinvadíandiversasemociones:apreciohaciaMinho,queseenfrentabacontodosparadefenderlo, incredulidadante lahostilidad

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deGallyymiedodeladecisiónfinal.—Gally—dijoMinhoconmáscalma—, túnoeresmásqueunamariquitaque

nuncamehapedido,niunasolavez,serCorredoroalmenos intentarlo.Notienesderechoahablardecosasquenocomprendes.Asíquecierralaboca.

Elmuchachosepusodepiefurioso.—Si vuelves a hablar así te rompo el cuello aquí, delante de todos—repuso,

escupiendomientrasgritaba.Minho se rió, luego levantó la palma de lamano y la aplastó sobre la cara de

Gally.ThomasseirguiómientrasobservabaalHabitantedesplomarsehaciaatrásenla silla, que se partió endos pedazos.Cayó al suelo y enseguida comenzó a hacergrandesesfuerzospara incorporarse.Minhoseacercóyapoyóelpieensuespalda,empujándoloconlacaracontraelpiso.

Thomassearrojóensusilla,aturdido.—Te juro, Gally —le dijo con una mueca de desprecio—, no vuelvas a

amenazarme.Nomedirijas lapalabranuncamás.Si lohaces, te romperé tucuellomiertero,unavezquehayaterminadoconlosbrazosylaspiernas.

NewtyWinstonyasehabíanacercadoyestabansosteniendoaMinho,antesdeque Thomas pudiera entender qué estaba pasando. Lo arrastraron lejos de Gally,quien dio un salto, con el rostro enrojecido por la rabia. Pero no hizo ningúnmovimientohaciaMinho.Sólosequedóallí,conelpechohaciafuera,respirandoconfuerza.

Finalmente, se alejódando traspiéshacia la salida,queestabadetrásdeél.Susojosiluminadosporelodiosemovíancomoflechasporelrecinto.Thomastuvolahorriblesensacióndequeparecíaalguienapuntodecometerunasesinato.

Retrocedióhacialapuertayestirólamanoparaalcanzarlamanijadelapuerta.—Lascosasahorasondiferentes—dijo,lanzandounescupitajohaciaelpiso—.

Minho,nodebistehaberhechoeso,nunca—leadvirtió.YdesviósumiradamaniacahaciaNewt—.Yoséquemeodias,siempremeodiaste.Tendríanquedesterrarteportuvergonzosa incapacidadpara liderar estegrupo.Erespatético,yelque sequedeaquínoesmejorqueél.Lascosasvanacambiar.Loprometo.

Thomassesintiódeprontomuydesanimado.Lasituaciónsehabíapuestomuydifícil.

Gally abrió la puerta de un golpe y salió al pasillo, pero antes de que alguienpudierareaccionar,asomódenuevolacabezadentrodelasala.

—Ytú—dijo,fulminandoaThomasconlamirada—,elNovatoquesecreequeesunmalditoDios,noolvidesquetehevistoantes.YopaséporlaTransformación.Loqueestostiposdecidannosignificanada—hizounapausa,mirandoacadaunodelospresentes.

CuandosuexpresiónmaliciosavolvióaposarseenThomas,agregó:—Sealoquefueraquehayasvenidoahaceraquí,tejuropormividaquevoya

impedirlo.Ysiesnecesario,temato.

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Luegosediovueltayabandonólasaladeunportazo.

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Capítulo26

Thomassequedóinmóvilenlasilla,sintiendoqueunmalestarcrecíaensuestómagocomosifueraunvirus.EnsucortaestadíaenelÁrea,yahabíarecorridounamplioespectro de emociones: miedo, soledad, desesperación, tristeza, incluso un ligerotoquedealegría.Peroesoeraalgonuevo:quealguienledijeraqueloodiabatantocomoparaquerermatarlo.

Gally está loco, se dijo a sí mismo. Completamente chiflado. Pero esepensamiento sólo consiguió preocuparlo más. Una persona demente era capaz decualquiercosa.

LosmiembrosdelConsejosequedaronensilencio,alparecertanconmocionadoscomoélporloqueacababandepresenciar.NewtyWinstonsoltaronaMinhoylostressedirigieronasusasientosconexpresiónhosca.

—Esetiposedesquicióporcompleto—dijoMinho,casienunsusurro.Thomasnosabíaconseguridadsilohabíadichoparaquelosdemásloescucharanono.

—Bueno, tú no eres precisamente un santo—repusoNewt—. ¿En qué estabaspensando?Tepasasteunpoco,¿nocrees?

Minhoapretó losojosyechólacabezahaciaatrás,comodesconcertadoante lapregunta.

—Nomevengasconesabasura.Atodoslesencantóqueestemierterorecibieraloquesemereceyustedes lo saben.Yaerahoradequealguien lehiciera frenteatodosuplopus.

—Bueno,peroporalgoestáenelConsejo.—Güey, ¡amenazó con romperme el cuello y matar a Thomas! El tipo está

mentalmentetrastornadoymásvalequemandenaalguienahoramismoparaqueloarrojealCuartoOscuro.Espeligroso.

Thomas estaba totalmente de acuerdo y casi quebranta la orden de no abrir laboca,perosecontuvo.Noqueríameterseenmásproblemasdelosqueyatenía,peronosabíacuántotiempomássoportaría.

—Quizástengaalgoderazón—sugirióWinston,envozmuybaja.—¿Qué? —preguntó Minho, reflejando exactamente los pensamientos de

Thomas.ElCarnicerosemostrósorprendidoaldarsecuentadequehabíadichoalgo.Sus

ojosrecorrieronvelozmentelasalaantesdedarunaexplicación.—Bueno…élpasópor laTransformación,unPenitente lopinchóenplenodía,

afueradelaPuertadelOeste.EsosignificaquetienerecuerdosydijoqueelNovatoleresultabafamiliar.¿Porquéhabríadeinventaralgoasí?

Thomas reflexionó acerca de laTransformación y en eso de que se recuperabapartedelamemoria.Eralaprimeravezqueseleocurríaesaidea:¿valdría lapenadejarse pinchar por un Penitente y atravesar todo ese horrible proceso sólo para

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acordarsedealgo?LevinoalacabezalaimagendeBenretorciéndoseenlacamayrecordólosaullidosdeAlby.Nimuerto,pensó.

—Winston, ¿estabas aquí hace unos minutos?—preguntó Sartén, con cara deincredulidad—. Gally está enfermo. No puedes tomar en serio toda esa sarta detonteríasquelanzó.¿AcasopiensasqueThomasesunPenitentedisfrazado?

Conreglasosinellas,yahabíaresistidodemasiado.Nopodíamantenersecalladounsegundomás.

—¿Puedo decir algo? —exclamó, con la voz cargada de frustración—. Estoyhartodequeustedeshablencomosiyonoestuvierapresente.

Newtlehizounaseñaafirmativa.—Adelante.Total,estamalditareuniónyasejodióporcompleto.Ordenó de inmediato sus pensamientos, tratando de encontrar los términos

correctos dentro del torbellino de frustración, rabia y confusión que giraba en suinterior.

—NoséporquéGallymeodiaynomeimporta.Creoqueestáloco.Yencuantoaquiénsoyrealmente,ustedessabentantocomoyo.Perosimalnorecuerdo,estamosaquíporloqueyohicealláafuera,enelLaberinto,ynoporquealgúnidiotacreaquesoylaencarnacióndelmal.

Seescuchóunarisitayéldejódehablar,esperandohaberaclaradolascosas.Newtasintióconsatisfacción.—Va.AcabemosyaconestareuniónyocupémonosdeGallymásadelante.—Nopodemosvotarsinoestánpresentestodoslosmiembros—insistióWinston

—.AmenosqueesténverdaderamenteenfermoscomoAlby.—Mi querido Winston —respondió Newt—. Yo diría que Gally está hoy un

poquitín enfermo también, así que continuaremos sin él.Thomas, haz tu defensaydespuésvotaremosquévamosahacercontigo.

Sediocuentadequeteníalospuñosapretadossobrelasrodillas.Serelajóyluegose secó el sudor de las manos en los pantalones. Empezó a hablar sin estar muysegurodeloquediría.

—Nohicenadamalo.Todoloqueséesqueviadospersonasqueluchabanporatravesarestasparedesynololograron.Ignorarloqueestabapasandosóloporunaestúpidareglamepareceegoístaycobardey…bueno,tonto.Siquierenmetermeenlacárcelportratardesalvarlelavidaaalguien,háganlo.Lesprometoquelapróximavez losseñalaréconeldedoymeburlarédeellos,ydespuésmeiréalegrementeacenarloqueSarténhayapreparado.

Notratabaderesultargracioso.Simplementeestabaasombradodequetodoesofueramotivodediscusión.

—Esta es mi recomendación—dijo Newt—. Rompiste nuestra Regla NúmeroUno, por lo tanto te corresponde un día en el Cuarto Oscuro. Ése es tu castigo.TambiénsugieroquetenombremosCorredoryqueelcargosehagaefectivodesdeelmomentoenquetermineestaAsamblea.Creoquehasdemostradoenunanochemás

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capacidaddelaquemuestralamayoríadelosprincipiantesensemanas.YencuantoaserelEncargadodelosCorredores,esoolvídalo—dirigiósumiradahaciaMinho—.Gallyteníarazón:esunaidearidícula.

Thomassesintióheridoanteesecomentario,aunquenopodíanegarqueestabadeacuerdo.EchóunamiradaaMinhoparaversureacción.

Este,aunquenopareciósorprenderse,empezóadiscutirdetodasmaneras.—¿Porqué?EselmejorCorredorquetenemos, lojuro.Poresemotivodebería

serelEncargado.—Perfecto —respondió Newt—. Si eso es cierto, haremos el cambio más

adelante.Pongámoslounmesaprueba.AMinholeparecióbien.—Va.Thomaslanzóunsuspirodisimuladamente.ManteníasudeseodeserCorredor—

locualleresultabaextrañodadasuexperienciaenelLaberinto—,peroconvertirsedegolpeenEncargadosonabadisparatado.

Newtabarcóelrecintoconlamirada.—Muybien,nosquedanvariasrecomendaciones,asíquecontinuemos.—Vamos—dijoSartén—.Votemosyya.YoestoyconNewt.—Yotambién—repusoMinho.Todosdieronsuaprobación.Esolollenódeorgulloylotranquilizó.Winstonfue

elúnicoquenoestuvodeacuerdo.Newtsedirigióaél.—Nonecesitamostuvoto,perocuéntanostusdudas.—Paramíestábien,peronodeberíamosignorarporcompletoloquedijoGally.

Nocreoquehayasidouninvento.Yesciertoquedesdequeélllegóaquí,todosehaidoaldemonio.

—Deacuerdo—dijoNewt—.ReflexionenacercadeloqueWinstonhadicho.Sitodosecalma,quizáspodamostenerotraAsamblea.¿Va?

Winstonhizoungestoafirmativo.Thomaslanzóunresoplidodeimpaciencia.—Meencantaverlosopinarsobremícomosiyonoestuvieraenlasala.—Mira,Tommy—intervinoNewt—.AcabamosdenombrarteCorredor,asíque

terminacon tuHan titoyvetedeaquí.TienesmuchoentrenamientoquehacerconMinho.

Fue justo en esemomento cuando cayó en cuenta de que seríaCorredor y quetendríaqueexplorarelLaberinto.Apesardetodo,sintióentusiasmo;estabasegurodequepodríanevitarquedarseatrapadosalláafueraporlanocheotravez.Quizásyasehabíacortadosurachademalasuerte.

—¿Yquépasaconmicastigo?—Mañana—contestó—.Desdeeldespertarhastaelatardecer.Undía,pensó.Noserátanterrible,despuésdetodo.Sedioporconcluidalareuniónytodossalierondeprisa,exceptoNewtyMinho.

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Ellídernosehabíamovidodelasillaycontinuabaconsusapuntes.—Qué buen momento hemos pasado, ¿no les parece? —murmuró. Minho se

acercóaThomasylepegóamistosamenteenelbrazo.—Estelarchoeselculpabledetodo.Thomasledevolvióelgolpe.—¿Encargado?¿Esofueenserio?EstásmástrastornadoqueGally.—Pusouna

sonrisamaléfica.—Pero funcionó, ¿no es cierto? Hay que apuntar alto. No hace falta que me

agradezcasahora.ThomasnopudoevitarunacarcajadaantelainteligenciademostradaporMinho.

Unruidoen lapuerta llamósuatenciónysevolteóparaverdequése trataba.EraChuck,concaradequehabíasidoatrapadoporunPenitente.Selepasaronlasganasdereír.

—¿Quépasa?—preguntóNewt,poniéndosedepie.Chuckmovíalasmanosnerviosamente.—MemandaronlosDocs.—¿Porqué?—SupongoqueesporqueAlbyseestáretorciendoenlacama,actuandocomoun

locoydiciendoquenecesitahablarconalguien.Newtsedirigióhacialapuerta,peroChucklevantólamano.

—Pero…notequiereati.—¿Quéquieresdecir?—Preguntaporél—contestó,señalandoaThomas.

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Capítulo27

Porsegundavezeneldía,Thomassequedómudodelasorpresa.—Despierta—dijoNewt,tomándolodelbrazo—.Nisueñesquevasairsolo.Sefuetrasél,conChuckpegadoasusespaldas.SalierondelasaladelConsejoy

caminaronporelpasillohastaunaescaleradecaracolmuyangosta.Newtpusoelpieenelprimerpeldañoyluegoechóunamiradafríahaciaatrás.

—Túquédate—leadvirtióaChuck.Elniñoasintiósinquejarse.ThomassupusoquealgoenlaconductadeAlbylo

habríapuestomuynervioso.—Arribaelánimo—comentó—.MeacabandenombrarCorredor,asíqueahora

tienesunamigoimportante—tratódehacerunabromaparadisimularelterrorquelecausabalaideadeverallíder.¿YsilehacíaacusacionescomoBen?¿Opeores?

—Sí,claro—murmuróChuck,mirandoaturdidolosescalonesdemadera.Thomas comenzó a subir. Le transpiraban las manos y una gota de sudor se

deslizabaporsusien.Newt,serioysolemne,loesperabaarribaenellargopasillosituadoenelextremo

opuestodelaescaleraprincipal,aquéllaporlacualThomashabíatrepadoelprimerdía para ver a Ben. El recuerdo le produjo un cierto mareo. Deseó que Alby yahubierasuperadoesemomentotraumático,paranotenerquevolverapresenciaralgotanhorrible:lapielenferma,lasvenas,lassacudidas.Perosepreparóparalopeor.

Newtfuehastalasegundapuertadeladerecha,golpeósuavementeyrecibióungemidocomorespuesta.Empujóparaabrir,produciendoun levecrujido.Ese ruidohizo que Thomas reviviera vagas imágenes de casas embrujadas vistas en el cine.Sucedía una vezmás: vistazos fugaces de su pasado. Podía recordar las películas,peronolascarasdelosactoresoconquiénlashabíavisto.Tambiénseacordabadelos cines, pero no del aspecto de ninguno en particular. Le resultaba imposibleexplicaresasensación,aunasímismo.

Newt ya estaba adentro de la habitación y le hacía señas de que lo siguiera.Mientrasentraba,sefueimaginandoelhorrorqueseguramenteloesperabaallí.Perocuando levantó losojos, todo loquevio fueunadolescentemuydébil tiradoensucamaconlosojoscerrados.

—¿Estádormido?—murmuró,tratandodeevitarlaverdaderapreguntaquehabíaasomadoensumente.¿Estarámuerto?

—Nosé—contestóNewtenvozmuybaja.Caminóhastalacamaysesentóenunasillademaderaqueestabajuntoaella.Eltomóasientodelotrolado.

—Alby—susurróNewt,yluegolevantólavoz—.ChuckdijoquequeríashablarconTommy.

LospárpadosdeAlbycomenzaronatemblaryseabrieronbruscamente.Susojosinyectadosensangrebrillabanbajolaluz.MiróprimeroaNewtyluegoaThomas.

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Conunquejido,semovióenlacamayseenderezó,apoyándoseenelrespaldo.—Sí—mascullóconvozáspera.—Dijo que estabas sacudiéndote y actuando como un loquito—repuso Newt,

inclinándosehaciadelante—.¿Quépasa?¿Siguesenfermo?Las palabras de Alby brotaron lentamente entre los silbidos de su respiración,

comosicadaunadeellaslecostaraunasemanadesuvida.—Todo…vaacambiar…Lachica…Thomas…losvi—parpadeóvariasvecesy

luegovolvióaabrirlosojos,dejándosecaerenlacamamirandoaltecho—.Nomesientomuybien.

—¿Cómoesesodequelosviste…?—comenzóNewt.—¡YodijequequeríahablarconThomas!—gritóconunrepentinoestallidode

energía—.¡Notellaméati!¡YopedíveralmalditoThomas!Newtlevantólamiradaylehizounaseñalinquisitoriaconlascejas.Thomasse

encogiódehombros,sintiéndosecadavezpeor.¿ParaquéquerríaAlbyhablarconél?—Bueno,mierterogruñón—replicóNewt—.Élestáaquíallado.Háblale.—Vete—dijoAlby,conlosojoscerradosyjadeando.—Deningunamanera,quieroescuchar.—Newt—murmuró,yluegohizounapausa—.Veteya.Thomassesintiómuyincómodo,preocupadoporloqueNewtestabapensando,y

temíaporloqueAlbyibaadecirle.—Pero…—protestóNewt.—¡Afuera!—gritóAlbyconlavozcascadadelesfuerzo,sentándoseenlacama.

Seacomodóhaciaatrásdenuevoparaquedarconlaespaldaapoyada—.¡Saldeaquí!ThomaspudovercómoNewtcontraíaelrostro,heridoporlaspalabrasdeAlby,

peroseasombródenoverningunaseñalderabia.Despuésdeunmomentolargoytenso,Newt se puso de pie y se dirigió a abrir la puerta. ¿Se va a ir de verdad?,pensó.

—Nocreasquetevoyaestaresperandoconlosbrazosabiertoscuandovengasapedirmeperdón—leadvirtió,ydiounpasofueradelcuarto.

—¡Cierra lapuerta!—aullóAlby,como insulto final.Newtobedecióy lacerróconfuerza.

AThomasse leaceleróelcorazón:ahoraestabasolo,conun tipoqueya teníamuy mal carácter antes de ser atacado por un Penitente y pasar por laTransformación.Esperabaque ledijera loquequeríayque todo terminara loantesposible.Lapausaseextendióvariosminutos.Lasmanosletemblabandemiedo.

—Yoséquiéneres—dijoAlbyfinalmente.Thomas no sabía cómo responder. Trató de decir algo, pero sólo le salió un

murmulloincoherente.Estabacompletamenteconfusoyasustado.—Yoséquiéneres—repitiólentamente—.Lovitodo.Dedóndevenimos,quién

erestú,quiéneslachica.RecuerdoLaLlamarada.—¿LaLlamarada?—preguntóThomas,haciendounesfuerzoparahablar—.No

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séaquéterefieres.¿Quéfueloqueviste?Meencantaríasaberquiénsoy.—No es muy bonito—contestó y, por primera vez desde que Newt se había

marchado,clavólavistaenThomas,conlosojosllenosdeunatristezaoscura—.Eshorrible.¿Porquéquerríanesosgarloposhacernosrecordar?¿Porquénopodremossimplementeviviracáyserfelices?

—Alby…—intervinoThomas,deseandopoderespiarlamentedelchicoyverloque él había visto—.LaTransformación…¿Quépasó? ¿Qué recuerdos volvieron?Noteentiendo.

—Tú… —dijo Alby, y de repente se agarró la garganta, emitiendo sonidosahogados.Comenzóadarpatadasalaireysepusodecostado,sacudiéndosedeunladoaotro,comosialguienestuviera tratandodeahorcarlo.La lenguaseproyectófueradesuboca,yélselamordíaunayotravez.

Thomasseparóde inmediatoy retrocedióhorrorizado, tambaleándose.Albyseretorcía como si estuviera sufriendo un ataque y agitaba las piernas en todasdirecciones.Lapieloscuradesucara,extrañamentepálidaunminutoantes,sehabíavueltopúrpura,ysusojosgirabantanhaciaarribaqueparecíanunasbolitasblancasbrillantes.

—¡Alby! —exclamó, sin atreverse a tocarlo—. ¡Newt! —gritó, ahuecando lasmanosalrededordelaboca—.¡Venaquí!

Lapuertaseabriódegolpeantesdequeélterminaralafrase.NewtcorrióhaciaAlbyyloagarródeloshombros,empujandocontodoelpeso

desucuerpoparaafirmarloalacamaydetenerlaconvulsión.—¡Sujétalelaspiernas!Thomasintentóacercarse,peroAlbysesacudíatanfrenéticamentequeleresultó

imposible. Recibió una patada en lamandíbula y el dolor se extendió por todo elcráneo.Retrocedió,frotándoselaherida.

—¡Hazlodeunamalditavez!—rugióNewt.Juntófuerzasysearrojósobreelcuerpo,aferrandoambaspiernasytratandode

mantenerlas contra la cama. Pasó los brazos alrededor de losmuslos y los apretó,mientrasNewtapoyabaunarodillaenunodeloshombrosyluegoseconcentrabaensepararlasmanos,queseguíanpresionandosupropiocuello.

—¡Suéltate!—aullabaNewt—.¡Teestásmatandoatimismo,idiota!LosmúsculosdeNewtsetensabanyleestallabanlasvenasalhacertantafuerza

paraabrirlasmanosdeAlby.Pocoapocologródespegarlasylasempujófirmementecontra el pecho. El cuerpo resistió unos segundos más, haciendo algunosmovimientos bruscos para intentar alejarse de la cama. Luego se fue calmandolentamente hasta que la respiración se normalizó y quedó acostado, quieto, con lamiradavidriosa.

Thomassujetabalaspiernasconfirmeza,sinanimarsealiberarlas,temiendoqueAlby tuviera otro ataque. Newt esperó un minuto antes de comenzar a soltar lasmanosdesuamigo.Yluegootro,parasacarsurodillayponersedepie.Thomaslo

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tomó como una indicación para hacer lomismo, deseando que el suplicio hubieraterminadodeverdad.

Albymiróhaciaarribaconlospárpadoscaídos,comosiestuvieraporhundirseenunsueñoprofundo.

—Lo siento, Newt —susurró—. No sé qué me pasó. Fue como si… algocontrolaramicuerpo.Perdóname…

Thomas respiró hondo. Esperaba no tener una experiencia tan incómoda yperturbadoranuncamásensuvida.

—Nadade«losiento»—respondióNewt—.Estabastratandodematarte,cretino.—Noerayo,lojuro—murmuróAlby.Newtlevantólasmanosalaire.—¿Yentoncesquiénera?—preguntó.—Nolosé…Noerayo—repitió.LucíatanconfundidocomoThomas.Newtpareciópensarquenovalíalapenatratardeentenderloquehabíapasado.

Almenosporelmomento.Tomólasmantasquesehabíancaídodelacamaduranteelforcejeoylascolocósobreelcuerpodellíder.

—Intentadormir.Hablaremosdeestomástarde—dijo,dándoleunapalmadaenlacabeza—.Estáshechoundesastre,shank.

PeroAlbyyaseencontrabacabeceandoyasintiólevementemientrassusojossecerraban.

Newtmiró a Thomas y señaló la puerta.No necesitaba que se lo pidieran dosveces.Cuandoestabanapuntodesalir,Albybalbuceóalgodesdelacama.

Losdoschicosfrenarondegolpe.—¿Qué?—preguntóNewt.Albyabriólosojosuninstanteyrepitióloquehabíadichounpocomásfuerte.—Tengancuidadoconlachica—ysuspárpadossecerraronporcompleto.Otravezconlomismo.Lachica.Poralgúnmotivo,todosiempreconducíahacia

ella.Newtlelanzóunamiradacuestionadora,peroélsólolevantóloshombroscomorespuesta.Noteníaideadeloqueestabasucediendo.

—Vámonos—dijoNewtenvozbaja.—¿Newt?—Alby lo llamó otra vez desde la cama, sinmolestarse en abrir los

ojos.—¿Qué?—Protege losMapas—contestó, y sepusode espaldas.La conversaciónhabía

terminado.AThomas leparecióquenadadeeso sonababien.Nadabien.Abandonaron la

habitaciónycerraronlapuertasuavemente.

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Capítulo28

Bajarondeprisalasescalerasysalieronalaclaridaddelatarde.Ningunodelosdospronuncióunapalabraduranteunrato.Thomasteníalasensacióndequelascosasseestabanponiendocadavezpeor.

—¿Tieneshambre?NopodíacreerlapreguntaqueacababadehacerleNewt.—¿Hambre?Después de lo que acabo de ver, tengo ganas de vomitar.No.No

tengohambre.—Bueno, yo sí, larcho.Vamos a buscar las sobras de la comida.Tenemos que

hablar.—Sabíaquediríasalgoasí—repuso.Cadadíaestabamásinvolucradocontodo

loqueocurríaenelÁrea.Yesoloentusiasmaba.Sedirigieronhacia la cocinay, apesarde losgruñidosdeSartén, consiguieron

sandwichesdequesoyverduras.ThomasnopodíaignorarlaformaextrañaenqueloobservabaelEncargadodeloscocineros,quien,además,desviabalavistacadavezquesecruzabansusmiradas.

Algoledijoqueéseseríaeltratamientonormaldeahoraenadelante.Poralgunarazón,éleradiferentealosdemásHabitantesdelÁrea.Aunquesólollevabaallíunasemana,sintiócomosiyahubieravividounaexistenciacompletadesdequesehabíadespertadoconlamemoriaborrada.

Decidieron comer afuera y, pocosminutos después, se encontraban en la pareddeloeste,contemplandolasdiversasactividadesquesellevabanacaboenel lugar,apoyados contra la enredadera.Seobligóa comer algoporque,de acuerdocon losacontecimientos,debíatenerlafuerzanecesariaparaenfrentarlasiguientelocuraqueselepresentara.

—¿Yahabíasvistoesoantes?—lepreguntóaNewtmientrascomían.Laexpresióndesuamigosevolviósombríaderepente.—¿LoqueAlbyacabadehacer? Jamás.En realidad,ningunode lospinchados

intentó contarnos lo que había recordado durante la Transformación. Siempre senegaron.Albytrató…debeserporesoquesevolvióloco.

Thomassedetuvoenelmediodeunbocado.¿AcasolagentequeestabadetrásdelLaberintotendríaalgunaformadecontrolarlos?Eraunpensamientoterrorífico.

—TenemosquebuscaraGally—dijoNewtcambiandodetema,mientrasmordíauna zanahoria—.Esemiserable desapareció y debe estar escondido en algún lado.Apenasterminemosdecomer,tengoqueencontrarloymeterloenlacárcel.

—¿En serio? —Thomas no pudo impedir una ráfaga de euforia ante la idea.Estaríafelizdecerrarélmismolapuertadeungolpeyarrojarlallave.

—Eselarchoamenazóconmatarteytenemosqueasegurarnosdequenovuelvaasuceder.Esegarlopovaapagarmuycarohaberactuadodeesamanera.Tienesuerte

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dequenolodesterremos.Noteolvidesdeloquetedijeacercadelorden.—Claro—repuso,distraídamente.SuúnicapreocupacióneraqueGallyloodiaría

aúnmássiloponíanenprisión.Nomeimporta,pensó.Yanoletengomiedo.—Tommy,asíescomosiguenlascosas—anuncióNewt—:tequedasconmigoel

resto del día pues hay varias cuestiones que resolver. Mañana, el Cuarto Oscuro.Después,Minhoseocuparádeti.Yquieroquetemantengasalejadodelrestodelosshanksporuntiempo.¿Entendiste?

Sesentía felizdeobedecer.Estar solo lamayorpartedel tiempo leparecíaunagenialidad.

—Suenamaravilloso.¿AsíqueMinhomevaaentrenar?—Exacto.AhoraeresunCorredor.Élteenseñarátodo.ElLaberinto,losMapas.

Haymuchoqueaprender.Esperoquetedeslomestrabajando.EstabaimpresionadodequelaideadeentraralLaberintootraveznoloasustara

grancosa.Decidióhacerexactamenteloquesucompañerodecía,conlaesperanzadedistraerseynopensarenlosúltimossucesos.Enelfondo,deseabasalirdelÁrealoantesposible.SunuevoobjetivoenlavidaeraevitaralrestodelosHabitantes.

Se quedaron en silencio, terminando la comida, hasta queNewt consideró quehabíallegadoelmomentodehablarenserio.Hizounapelotaconlabasuraylomirófijamente.

—Thomas —comenzó—. Tienes que aceptar algo. Ya lo hemos escuchadomuchasvecescomoparaseguirnegándolo,yeshoradediscutirlo.

Sabíaloquesevenía,perolecausabaespantohablardeesetema.—Gallylodijo;Albylodijo;Ben—continuó—;lachicatambiénlodijo,después

dequelasacamosdelaCaja…Hizounapausa,quizásesperandoquelepreguntaraaquéserefería.Peroélhabía

captadoinmediatamente.—Todosellosmencionaronquelascosasibanacambiar—repusoThomas.Newtdesviólamiradaunmomentoyluegoloencaróotravez.—Exactamente. Y Gally, Alby y Ben dicen que te vieron en sus recuerdos

despuésdelaTransformación.Y,porloquededuzco,noestabasplantandofloresniayudando a unas pobres ancianitas a cruzar la calle. Según Gally, hay algo fatalacercadeti,porlocualquierematarte.

—Newt,nolosé—empezó,perosuamigonolodejóterminar.—¡Thomas, yo sé que no te acuerdas de nada! Basta de decir eso. No lo

mencionesnuncamás.Todosperdimos lamemoriayestamoshartosdequenos lorecuerdestodoeltiempo.Lacuestiónesquetienesalgodiferente,yahoradebemosdescubrirdequésetrata.

Unaoladeiraseapoderódeél.—Perfecto. ¿Y cómo lo hacemos? Yo quiero saber quién soy tanto como

cualquieradeustedes.Esobvio.—Necesitoqueabrastucabeza.Tienesquedecirmesinceramentesihayalgo,por

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pequeñoquesea,queteresulteconocido.—Nada…—comenzó a hablar, pero se detuvo. Habían ocurrido tantas cosas

desdesullegadaquecasihabíaolvidadocuanfamiliarlehabíaparecidoelÁreaesaprimera noche, mientras dormía al lado de Chuck. Se había sentido tan cómodo,comosiésafuerasucasa.Muylejosdelterrorquedeberíahaberexperimentado.

—Puedovercómotrabajatumente—dijoNewt,envozbaja—.Habla.Vaciló, temiendo lasconsecuenciasde loqueestabapordecir.Peroyasehabía

cansadodeguardarsecretos.—Bueno… no puedo ser demasiado específico —prosiguió, lenta y

cuidadosamente—.Perosíesciertoque,cuandollegué,tuvelasensacióndequeyahabía estadoaquí—miróaNewt, esperandoalguna señalde reconocimientoen surostro—.¿Aalguienlepasólomismo?

Pero la cara deNewt nomostraba expresión alguna. Sólo llevó los ojos haciaarriba.

—Humm…no.Tommy.Lamayoríadenosotrosnospasamosunasemanaenterahaciéndonosplopusenlospantalonesyberreandocomobebés.

—Sí, claro—replicó ehizounapausa,molestoy repentinamente avergonzado.¿Qué significaba todo eso? ¿Acaso él era distinto de los demás? ¿Tenía algúnproblema?—.TodomepareciófamiliarysabíaquequeríaserunCorredor.

—Esoessúper interesante—repuso,observándoloporunmomento,sinocultarsus sospechas—.Bueno, siguebuscando, rómpete la cabeza, ocupa tu tiempo librerondando tus pensamientos y reflexiona sobre este sitio. Sumérgete en ese cerebroquetienesylanzatodoafuera.Hazlopornosotros.

—Loharé—repuso,ycerrólosojos,paraexplorarlaoscuridaddesumente.—Ahorano,garlopo inútil—rioNewt—.Quierodecirque lohagasdeaquíen

adelante.Durantetutiempolibre,enlascomidas,alirteadormir,cuandodesvueltasporahí,enel tren,yendoal trabajo.Tenmeal tantodecualquiercosaque tesueneremotamenteconocida.¿Estáclaro?

—Sí,porsupuesto—respondió,sinpoderevitarlapreocupaciónquelecausabahaberle mostrado a Newt algunas señales de peligro, además de saber que éldisimulabalainquietudqueleprovocaban.

—Va—dijo,conunaexpresióndemasiadoagradable—.Paraempezar,másvalequevayamosaveraalguien.

—¿Aquién?—quisosaberThomas,perosabíalarespuestaantesdeterminardehablar.Elterrorloinundónuevamente.

—Alachica.Quieroque lamireshastaque teexploten losojos,paraver si sedisparaalgodentrodeesacabezamierteraque tienes—insistióNewt, juntando losrestos de su comida y poniéndose de pie—. Luego debes contarme palabra porpalabraloquetedijoAlby.

—Perfecto—dijo,yselevantódandoungransuspiro.NosabíasiseatreveríaacontartodalaverdadsobrelasacusacionesdeAlby,por

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no mencionar lo que sentía por la chica. Todo hacía pensar que le iba a resultarimposiblerevelarlatotalidaddesussecretos.

Regresaron a la Finca, donde ella descansaba en estado de coma. Thomas nopodíadejardepreocuparseporloqueNewtdebíaestarpensando.Ellehabíadichocosasimportantesyrealmentelecaíabien.Perosisevolvíaensucontra,noestabasegurodepodersoportarlo.

—Si todo lo demás falla —dijo Newt, interrumpiendo sus reflexiones—, temandaremos con los Penitentes, así ellos te pinchan y tienes que pasar por laTransformación.Necesitamostusrecuerdos.

Thomaslanzóunacarcajadasarcásticaantelapropuesta,peroNewtnosonrió.

La chica parecía estar durmiendo plácidamente, como si fuera a despertar encualquier momento. Había esperado encontrarse con casi un esqueleto, alguien albordedelamuerte.Peroteníaunarespiraciónacompasadaysupielestabarozagante.

Unode losDocs, elbajito—Thomasnopodía recordar elnombre—,estabaalladodeella,dándoleaguaenlabocamedianteungotero.Enlamesade luz,habíados platos con los restos de la comida: sopa y papilla. Estaban haciendo todo loposibleparamantenerlavivaysaludable.

—Hey,Clint—dijoNewt,conuntonomuynatural,comosipasaraseguidoporallí—.¿Vaasobrevivir?

—Sí—respondió—.Estábien, aunquehabladormida todoel tiempo.Creemosqueprontosaldrádelcoma.

Sintióqueseleponíanlospelosdepunta.Nuncahabíaconsideradorealmentelaposibilidaddequelachicadespertara,quepudierahablarcontodosellos.Nosabíaporqué,degolpe,laidealoalterabatanto.

—¿Hananotadocadapalabraqueellapronuncia?—preguntóNewt.Clintasintió.—La mayor parte de lo que dice es imposible de entender. Pero sí, cuando

podemoslohacemos.Newtseñalóunblocqueseencontrabaenlamesita.—Denmeunejemplo.

—Bueno,lomismoquedijocuandolasacamosdelaCaja,esodequelascosasibanacambiar.AlgosobrelosCreadoresycómo«todotienequeterminar».Y,ah…—Clint miró a Thomas como si no supiera si debía continuar hablando en supresencia.

—Estábien.Elpuedeoírlomismoqueyo.—Es que no puedo entender todo, pero…—continuó, desviando lamirada de

nuevohaciaThomas—.Ellarepiteelnombredeélunayotravez.Casi secaealpisoal escuchareso. ¿Esquenuncadejaríandenombrarlo?¿De

dóndeconocíaaesachica?Eracomounhormigueoexasperanteenelcerebro,quesenegabaadesaparecer.

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—Gracias,Clint—repusoNewt,conunaobvia indicacióndequese retirara—.Haznosuninformedetodoesto,¿estábien?

—Nohayproblema—contestóelDoc.Saludóaambosconlacabezaydejólahabitación.

—Acércate una silla—le dijo aThomasmientras se sentaba en el borde de lacama.

Tomó ladelescritorioy lapuso justoal ladode lacabezade lachica,aliviadoporqueNewtnohabíairrumpidotodavíaconlasacusaciones.Sesentó,inclinándosehaciadelanteparaestudiarelrostro.

—¿Hayalgoquetesuene?—preguntóNewt—.¿Pormínimoquesea?Thomas no respondió y siguió observando. Intentaba romper la barrera de su

memoriaparaencontraraesachicadentrodesupasado.Volvióalmomentoenqueellahabíaabiertolosojos,justodespuésdesalirdela

Caja.Eranazules, conuna intensidadqueno recordabahabervistonuncaantesenotrapersona.Tratódeimaginaresosojosenlacaradormida,superponiendolasdosimágenesensumente.Elpelonegro,lapielblancayperfecta,loslabiosgruesos…

Mientraslamirabaatentamente,sediocuentaunavezmásdelohermosaqueera.Una fuerte sensación de reconocimiento surgió brevemente en el fondo de su

mente, como un aleteo oculto en algún rincón. Duró sólo un instante antes dedesaparecerenelabismodetodoslosotrosrecuerdoscapturados.Perohabíasentidoalgodeverdad.

—Sí, la conozco—murmuró, reclinándose en la silla.Admitirlo en voz alta lohizosentirmuybien.

Newtselevantó.—¿Qué?¿Quiénesella?—Niidea—peroalgosedisparóensumente—.Laconozcodealgúnlugar.Cerrólosojosybuscósucaraeneloscurovacíodesucabeza.¿Quiéneraella?

Laironíadelapreguntalecayócomounrayo:nisiquierasabíaquiéneraél.Seechóhaciadelanteenelasientoyrespiróprofundamente.LuegomiróaNewt,

haciendoungestonegativoenseñalderenuncia.—Enrealidadno…Teresa.Pegó un salto en la silla, arrojándola hacia atrás y luego dio una vuelta como

buscandoalgo.Habíaoído…—¿Quépasa?¿Teacordastedealgo?Noleprestóatenciónmientrassusojosvagabanconfusosporlahabitación.Sabía

quehabíaescuchadounavoz.—Yo…—dijo en un susurro. Se sentó otra vez, se inclinó hacia delante y la

observó—.Newt,¿túdijistealgoantesdequeyomepusieradepie?—No.Porsupuestoqueno.—Esquemepareció oír algo…no sé.Quizás fue adentro demi cabeza. ¿Ella

tampocohabló?

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—¿Ella?—contestó,ysusojosseiluminaron—.No.¿Porqué?¿Quéfueloqueoíste?

Teníamiedodeadmitirlo.—Yo…tejuroqueescuchéunnombre.Teresa.—¿Teresa? No, para nada. ¡Seguro fue algo que se liberó del bloqueo de tu

memoria!Eselnombredeella,Tommy.Teresa.Tienequeserlo.Sesintióraro,molesto,comosiacabaradesucederalgosobrenatural.—Fue… te juro que lo escuché. Pero dentro de mi mente, güey. No sé cómo

explicarlo.Thomas.Ahora empujó la silla y se alejó de la cama lo más que pudo, golpeando la

lámpara de lamesa, que cayóhaciéndose pedazos.Una voz.De chica. Susurrante,dulce,tranquila.Lahabíaescuchado.Estabatotalmenteseguro.

—¿Yahoraquédiablostepasa?Elcorazónle latíaamilkilómetrosporhora.Lacabezaleretumbabayteníael

estómagorevuelto.—Ella…meestáhablando.Adentro.¡Acabadedecirminombre!—¿Qué?—¡Te lo juro!—gritó.Elmundogirabaa sualrededoryoprimía sucerebro—.

Estoyescuchandolavozdeellaenmimente,oalgoasí…noesrealmenteunavoz…—Tommy,siéntate.¿Quérayosestásdiciendo?—Newt, estoy hablando en serio. No es… una voz de verdad… pero sí lo es.

Tom,nosotrossomoslosúltimos.Todoterminarápronto.Tienequeserasí.Las palabras repiqueteaban como un eco dentro de su cabeza y rozaban sus

tímpanos.Sinembargo,nosonabancomosivinierandeldormitorio,delexteriordesucuerpo:estabanliteralmentedentrodesumente.

Tom,notevuelvaslocoporloquedigo.Se tapó los oídos con las manos y apretó los ojos. Todo era muy extraño, se

negabaaaceptarracionalmenteloqueestabaocurriendo.Mimemoria ya se está desvaneciendo, Tom.No voy a recordarmucho cuando

despierte. Podemos pasar lasPruebas.Esto tiene que terminar.Ellosme enviaroncomodetonante.

Nosoportómás.IgnorandolaspreguntasdeNewt,caminódandotraspiéshastalapuertay laabrióconfuerza.Bajó lasescalerasdeunsaltoyabandonólaFincasinmiraratrás.Peronologróacallarlaspalabrasquebrotabanensuinterior.

Todovaacambiar,agregóella.Queríagritar,correrhastanopodermás.SedirigióhacialaPuertadelEsteysalió

delÁreaatodavelocidad.Conreglasosinellas.Continuóandando,recorriendounotrasotrotodoslospasadizos,haciaelcentromismodelLaberinto.Aunasí,nopudoescapardelavoz.

Fuimostúyyo,Tom.Nosotrosleshicimosestoaellos.Yanosotros.

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Capítulo29

Thomasnosedetuvohastaquelavozseapagóporcompleto.Sesorprendióalverquellevabacorriendocasiunahora.Lassombrasdelasparedessealargabanhaciaeleste:prontollegaríaelatardecerylasPuertassecerrarían.Teníaquevolver.Entoncessediocuentadequesehabíaorientadoperfectamenteeneltiempoyenelespacio.Susinstintoseranfuertes.Yaerahoraderegresar.

Peronosabíasipodríaenfrentara lachicaotravez: lavozensucabeza, todasesascosasextrañasquehabíadicho.

Noteníaopción.Negarlaverdadnoresolveríanada.Ypormásterrible—yrara—quehubierasidolainvasiónasucerebro,siempreeramejorqueotracitaconlosPenitentes.

Mientras corría hacia elÁrea, descubriómuchas cosas acerca de símismo.Alescapardelavoz,sehabíaidoformandoensumentelaimagenexactadelarutaatravésdelLaberinto, sin siquiera reparar enello.Duranteel caminode regreso,nodudó ni una vez mientras doblaba a la izquierda y a la derecha y atravesabavelozmenteesoslargospasillos,alainversadeloquehabíahechoalaida.Sabíaloqueesosignificaba.

Minhoteníarazón.EnpocotiemposeríaelmejorCorredor.Hizootrodescubrimiento.ComosilanochedentrodelLaberintonohubierasido

pruebasuficiente,comprobóquesucuerpoestabaenmuybuenestado.Apenaseldíaanteriorhabíaarribadoallímitedesusfuerzas,adoloridodelacabezaalospies.Sehabíarecuperadomuyrápidoycorríacasisinesfuerzo,apesardeque llevabacasidoshorasenmovimiento.Nohabíaqueserungeniodelasmatemáticasparacalcularque la combinación de la velocidad y el tiempo empleados implicaba que habríacorridocasimediomaratónalmomentodellegaralÁrea.

Fue en ese momento que lo asaltó la verdadera magnitud del Laberinto. Erankilómetros y kilómetros, con sus muros que se movían cada noche. Entendiófinalmenteporquéera tandifícilencontrarunasalida.Hastaentonceshabía tenidosusdudasyhabíallegadoapreguntarseporquélosCorredoresseríantanineptos.

Continuóandandosinpausa,alaizquierda,aladerecha,haciadelante.CuandocruzóelumbraldelÁrea,faltabanpocosminutosparaquelasPuertasseclausuraran.Completamente agotado, se dirigió directamente a las Lápidas y penetró en loprofundo del bosque hasta que llegó al lugar donde los árboles se amontonabancontralaesquinadelsuroeste.Estarasolaseraloquemásdeseabaenelmundo.

CuandosólopudoescucharalgunasvoceslejanasdelÁreaylosecosdébilesdelbalidodelasovejasydelosgruñidosdeloscerdos,eldeseolefueconcedido.Ubicólainterseccióndelosdosmurosgigantesysederrumbóenelrincónparadescansar.Nadie se acercó amolestarlo. La pared del sur finalmente se deslizó para cerrarsedurantelanoche.Seinclinóhaciadelantehastaqueelruidoseapagó.Unosminutos

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después,consuespaldaapoyadacómodamentecontralaenredaderaespesa,sequedódormido.

Alamañanasiguiente,sintióquelosacudíansuavementeparadespertarlo.—Thomas,levántate.EraChuck.Parecíaqueelchicoeracapazdeencontrarlodondefuera.Seenderezórefunfuñandoyestirólosbrazosylaespalda.Teníaunpardemantas

extendidas sobreél.Durante lanoche, alguienhabíaestadohaciendodeMadredelÁrea.

—¿Quéhoraes?—preguntó.—Yaesmuytardeparaeldesayuno—respondió,tomándolodelbrazo—.Vamos.

Tienesqueempezaraactuarnormalmente,sinolascosassepondránpeor.Loseventosdeldíaanteriorirrumpieronconviolenciaensucabezaysintióque

seleretorcíaelestómago.¿Quémeharán?,pensó.Lascosasquedijolachica.Esodequeellayyoleshicimosestoaellos.Anosotros.¿Quésignifica?

Luegose leocurrióquepodríaestardemente.Quizásel estrésdelLaberinto lohabíavueltoloco.Decualquiermanera,sóloélhabíaoídolavoz.NadiemásestabaenteradodelascosasextrañasqueTeresalehabíacontadonidelasacusaciones.Nisiquierasabíanqueellalehabíadichosunombre.Bueno,nadieexceptoNewt.Yéliba a mantener las cosas de esa manera. Ya estaba todo bastante mal como paraarruinarlomáscontándolesa losotrosqueoíavocesdentrode sucabeza.ElúnicoproblemaeraNewt.Tendríaquebuscarlaformadeconvencerlodequelatensiónlohabía sobrepasado y que una buena noche de sueño había resuelto todo.No estoychiflado,sedijo.Seguramentenoloestaba.

Chucklomirabaconasombro.—Lo siento—se disculpó, poniéndose de pie y actuando lomás naturalmente

posible—.Estabapensando.Vamosacomer,estoymuertodehambre.—Va—repusoChuck,dándoleunapalmadaenlaespalda.SuamigohablódurantetodoeltrayectohastalaFinca,peroélnosequejó:eso

eralomáscercanoaunavidanormalquesepodíatenerenelÁrea.—Newt te encontró anoche y les dijo a todos que te dejaran dormir. Y… nos

contó a nosotros cuál había sido la decisión delConsejo: una noche en la celda yluego comenzar el programa de entrenamiento de los Corredores.Algunos larchosabuchearonyotrosaplaudieron.Peroa lamayoríapareció importarleunpito.Paramí,esgenial—hizounapausapararespiraryluegocontinuó—.Esaprimeranoche,cuando alardeabas de que querías serCorredor y todo ese plopus…Shuck, yomeestabamuriendoderisapordentro.Medecíatodoeltiempo:«Esteinútilsevaadarcontralaparedundíadeestos».Bueno,alfinalteníasrazón,¿verdad?

Thomasnodeseabahablardeeso.—Yosólohiceloquehubierahechocualquiera.NoesmiproblemasiMinhoy

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NewtquierenqueyoseaCorredor.—Sí,claro.Dejayadehacerteelmodesto.EnesemomentoserCorredornoerasupreocupación.Nopodíadejardepensar

enTeresa,enlavozdentrodesumente,enloqueellahabíadicho.—Creo que estoymuy entusiasmado con eso—dijo, con una sonrisa forzada,

aunque le disgustaba la idea de tener que pasarse todo el día solo en el CuartoOscuro,antesdeempezar.

—Yaveremos cómo te sientes después de partirte el lomo corriendo.De todosmodos,quieroquesepasqueelviejoChuckyestáorgullosodeti.

Thomassonrióantelasatisfaccióndesuamigo.—Sifuerasmimadre—repuso—,lavidaseríaperfecta.Mimamá, pensó. El universo pareció oscurecerse por un segundo. Ni siquiera

podía acordarse de su propia madre. Alejó ese pensamiento, antes de que loconsumiera.

Seencaminaronhacialacocinaparadesayunaralgorápidoyseubicaronendoslugaresvacíosenlagranmesadelinterior.TodoslosHabitantesqueentrabanosalíanobservaban de reojo a Thomas. Unos pocos se acercaron y lo felicitaron. Salvoalgunas miradas de enojo aquí o allá, la mayoría pareció estar de su lado. LuegorecordóaGally.

—Hey,Chuck—preguntó,despuésdellevarsealabocaunamontañadehuevosrevueltos,procurandosonarnatural—.¿AlfinalencontraronaGally?

—No.Estabaporcontártelo.AlguiendijoqueloviocorrerhaciaelLaberintotrasabandonarlaAsamblea.Despuésdeesonosesuponadamás.

Dejócaer el tenedor,no sabíabienquéera loquehabíaesperadoescuchar.Detodosmodos,lanoticialodejóaturdido.

—¿Qué?¿Hablasenserio?¿EntróenelLaberinto?—Sí.Todossabenquesevolvióloco.Algúngarlopollegóaacusartedehaberlo

matadoayer,cuandosalistevolandohaciaallá.—Nopuedo creer…—dijo distraídamente, con los ojos fijos en el plato como

tratandodeentenderporquéGallyharíaalgoasí.—Notepreocupesporeso,hermano.Nolecaebienanadie,exceptoasuspocos

amiguitosmierteros.Ellossonloqueteandanacusando.LeresultabaincreíblelaformatannormalenqueChucksereferíaatodoeso.—Hey,esprobablequeeltipoestémuerto,ytúhablasdeélcomosisehubiera

idodevacaciones.Chuckpusocaradereflexión.—Nocreoqueestémuerto.—¿Eh?¿Yentoncesdóndeestá?¿AcasoMinhoyyonoéramos losúnicosque

sobrevivimosunanochealláafuera?—Esoesloqueestoydiciendo.Yopiensoquesusamigoslotienenescondidoen

algún lado adentro del Área. Gally será idiota, pero tampoco tanto como parapermanecerenelLaberintotodalanoche.Comotú.

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—Talvezfueexactamenteporesoquesequedóallá.Paraprobarqueeracapazde hacer todo lo que yo hice. El tipo me odia…—se detuvo un instante—. Meodiaba.

—Bueno, lo que tú digas—repusoChuck, como si estuvieran discutiendo quéibanadesayunar—.Siestámuerto,lomásprobableesqueustedesloencuentren.Sino,tendráhambreyapareceráparacomer.Nomeimporta.

—Todo lo que quiero es un día normal, para relajarme —agregó, mientraslevantabasuplatoylollevabaalamesa.

—Entoncestumalditodeseoseharárealidad—intervinounavozasusespaldas.Al darse vuelta encontró a Newt, que le sonreía. Esa expresión fue como una

ráfagadeseguridad,comosielmundovolvieraaacomodarse.—Vamos, preso —exclamó—. Podrás disfrutar de un día completo de

tranquilidad dentro del Cuarto Oscuro. Chucky te llevará algo para comer almediodía.

SedirigióhacialapuertadetrásdeNewt.Derepente,undíaenlacárcelsonabademaravillas.Nadaquehacersalvosentarseydescansar.

AunquealgoledecíaqueeramásprobablequeGallyleregalarafloresquepasarundíaenteroenelÁreasinsobresaltos.

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Capítulo30

ElCuartoOscuroseencontrabaenunsitiosombríoentrelaFincaylapareddelnortedel Área, escondido detrás de unas matas desiguales de arbustos espinosos, queparecían no haber sido podados en años. Era un gran bloque de concreto alisadotoscamente,conunaventanitaenrejadayunapuertademaderaconunamenazantepasadordemetaloxidado,comosalidodelaEdadMedia.

Newtsacóunallave,abrióylehizounaseñalaThomasparaquepasara.—Sólotienesunasillaynohaynadaparahacer.Disfrútalo.Lanzóunbufidocondisimulomientrasentrabaycontemplabaelúnicomueble:

unasillahorribleydesvencijadaconunapatanotoriamentemáscortaquelasotras,locualtalvezhubierasidohechoapropósito.

—Quetediviertas—dijosucompañero,antesdecerrarlapuerta.Thomasobservósunuevohogar,mientrasescuchabaelruidodelpasadorydela

cerraduraasusespaldas.LacabezadeNewtsurgiódetrásdelaventanitasinvidrio,atravésdelasrejas,conunasonrisaenelrostro.

—Lindarecompensaporromperlasreglas.Salvastealgunasvidas,Tommy,perotodavíatienesqueaprender…

—Sí,yalosé.Orden.Newtserio.—Túnoeresmalo,shank.Peroapesardeseramigos,tenemosquemanejarlas

cosascorrectamenteparaseguirvivos.Piensaenesomientrascontemplaslamalditapared.

Ydespuéssemarchó.

Cuando pasó la primera hora, Thomas sintió que el aburrimiento se deslizabasigilosamente como las ratas por debajo de la puerta. Una hora después queríagolpearselacabezacontralapared.Doshorasmás,yempezóapensarquecenarconGallyylosPenitentesseríamejorqueestarsentadoeneseestúpidoCuartoOscuro.Tratóderecordarperosusesfuerzosseevaporabanenlaniebladelolvidoantesdequealgopudieraformarseconnitidez.

Porsuerte,llegóChuckconlacomidayloliberódesuspensamientos.Lepasóunpocodepolloyunvasodeaguaporlaventana;ycomenzó,comosiempre,ahablarhastaporloscodos.

—Todo está volviendo a la rutina —anunció—. Los Corredores están en elLaberinto, los demás se encuentran trabajando. Quizás sobrevivamos, después detodo.NohayseñalesdeGallytodavía.NewtlesdijoalosCorredoresqueregresaranenseguida si encontraban su cuerpo.Ah, cierto,Albyha retomado su vida normal.Pareceestarbien,yNewtestácontentodenotenerquesermáseljefe.

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Lamención deAlby desvió su atención de la comida.Apareció la imagen dellíder retorciéndose e intentando estrangularse a sí mismo el día previo. Luego seacordódequenadiemás sabía loque lehabíadichoantesdel ataque.PeroesonosignificabaqueAlbylomantendríaensecreto,ahoraquesehabíarecuperado.

Chuckseguíahablando,perosuspalabrashabíantomadoungiroinesperado.—Estoymedioconfundido,güey.Esrarosentirsetristeyextrañarlacasadeuno,

sinotienesniideadeadondeesquedeseasvolver,¿captasloquedigo?Loúnicoqueséesquenoquieroestaraquí.Quieroregresarconmifamiliadondeseaquequedeeso,allugardelquemesacaron.Quierorecordar.

Sesorprendióunpoco.NuncahabíaescuchadoaChuckdeciralgotanprofundoytancierto.

—Tecomprendo—murmuró.ElchicoeramuybajitoyThomasnoalcanzabaaversusojosdesdelaventana

pero,porsusiguientedeclaración,imaginóquedebíandeestarinundadosdetristeza,y,talvez,delágrimas.

—Yosolíallorar.Todaslasnoches.Alescucharesarevelación,lospensamientossobreAlbyhuyerondesumente.—¿Sí?—Como un bebé de pañales. Prácticamente hasta el día en que tú apareciste.

Luego me acostumbré, supongo. Aunque estemos siempre esperando huir, estofinalmenteseconvirtióenmicasa.

—Yosólolloréunavezdesdequellegué,perofuecuandocasimecomenvivo.Esposiblequeseasimplementeungarloposuperficial—nolohabríaadmitidosisuamigonolehubieraconfesadoantescosastanpersonales.

—¿Tútambién?—escuchóqueChuckpreguntabaatravésdelaventana—.¿Enesemomento?

—Sí.CuandoelúltimoPenitenteterminódecaerporelAcantilado,mederrumbéyme eché a llorar—contestó, con el recuerdo todavíamuy fresco—.Todo semevinoencimadegolpe.Estoysegurodequemehizobien.Notesientasmalporllorar.Nunca.

—Parecequetehacesentirmejor,¿no?Esrarocómofunciona.Pasaronunosminutosensilencio.SediocuentadequenoqueríaqueChuckse

fuera.—Hey,¿Thomas?—Sigoaquí.—¿Creesquetengopadres?¿Padresdeverdad?Serio,másquenadaparaalejarlaoladetristezaquecausabalapregunta.—Porsupuesto,larcho.¿Nomedigasquetengoqueexplicartelodelasfloresy

lassemillitas?—bromeóThomas,mientrassentíaqueeldolorlellenabaelcorazón.Seacordabadeesacharla,peronoconquiénlahabíatenido.

—Noestoyhablandodeeso—exclamó,conunavozmuydesanimada.Sonaba

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bajaylúgubre,comosihablaraentredientes—.Lamayoríadelostiposquepasaronpor laTransformaciónrecuerdancosas terriblesde lascualesprefierennihablar, locualmehacedudardequemeesperealgobuenoallá, enmihogar.Loquequierodecir es: ¿piensasqueesposibleque tengaunamamáyunpapáquemeechendemenos, allá afuera en el mundo, en algún lugar? ¿Crees que ellos lloren por lasnoches?

Conmocionado,Thomascomprobóquesusojossehabíanllenadodelágrimas.LavidahabíasidotandelirantedesdesullegadaalÁreaquenuncaselehabíaocurridopensarenlosHabitantescomosifueranchicosreales,confamiliasdeverdadquelosextrañaran.Eramuyraro,peronisiquierahabíapensadoensímismodeesamanera.Sóloreflexionabaacercadelsignificadodetodo,sobrequiénesloshabíanmandadoallíocómosaldríanalgunavezdeeselugar.

Porprimeravez,sintióalgoporChuckqueloenojódetalmodoqueteníadeseosdemataraalguien.Elchicodeberíaestarenlaescuela,ensuhogar,jugandoconlosamigos.Teníaderechoatenerunacasayunafamiliaqueloamara,quesepreocuparaporél.Unamamáqueseencargaradequesebañaratodoslosdíasyunpapáqueloayudaraconlatarea.

Detestó a las personas que habían arrancado a ese pobre chico inocente de sufamilia. Los odió con una pasión que no sabía que un ser humano pudiera sentir.Queríaquelosmataran,inclusoquelostorturaran.DeseabaqueChuckfuerafeliz.

Perolafelicidadhabíasidoextirpadadesusvidas.Ytambiénelamor.—Escúchame,Chuck—contestó,haciendounapausaparacalmarseyquenose

lequebraralavoz—.Nomecabelamenordudadequetienespadres.Losé.Suenahorrible, pero estoy seguro de que tu mamá está sentada ahora en tu cuarto,sosteniendo tu almohada, observandopor la ventana esemundoque te arrebató deella.Ysí,teapuestoqueestállorando.Confuerza.Losojoshinchados,losmocosenlanariz:unllantocomodebeser.

Nodijonada,peroThomasoyóunosligerísimosgemidos.—Nodebesrendirte,Chuck.Vamosasolucionartodoysalirdeaquí.Yasoyun

Corredoryteprometopormividaquetevoyallevardevueltaatuhabitación.Ytumamádejarádellorar.

Lodecíaenserio.Esapromesalequemabaelcorazón.—Esperoque tengasrazón—dijoChuckconvoz temblorosa.Hizoelgestodel

pulgarhaciaarribaenlaventanaysealejó.Thomas se levantó y caminó por el pequeño recinto, ardiendo en deseos de

cumplirsupalabra.—Créeme,Chuck—susurróalaire—.Tejuroquetellevarédevueltaatucasa.

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Capítulo31

Apenas Thomas escuchó el estruendo y el chirrido de la piedra contra la piedra,anunciando el cierre de lasPuertas,Alby apareció para dejarlo en libertad, lo cualresultóunagransorpresa.Escuchóeltintineodelmetaldelallaveenlacerraduraylapuertadelaceldaseabrióporcompleto.

—¿Noestásmuerto,larcho?—preguntó.SuaspectohabíamejoradomuchodesdeeldíaanterioryThomasnopudoevitar

observarlo fijamente. La piel ya tenía muy buen color, las venas rojas queatravesabansusojoshabíandesaparecido;parecíahaberaumentadocomosietekilosenveinticuatrohoras.

Ellídernotósusojosdesorbitados.—Shuck,¿quésignificaesamirada?Sacudióapenaslacabeza,comosihubieraestadoentrance.Sumentefuncionaba

atodavelocidad,preguntándosequérecordaríaAlbyyquédiríaacercadeél.—¿Qué…? Nada. Es alucinante que te hayas curado tan rápido. ¿Estás bien

ahora?Flexionólosbíceps.—Nuncaestuvemejor.¡Afuera!Obedeció,deseandoquesusojosnopestañearanparanodelatarsupreocupación.AlbycerrólapuertadelCuartoOscuroybloqueóelpasadordemetal.—En realidad, no esmás que una gran actuación.Me siento comounpocode

plopusdePenitente.—Sí,asíestabasayer—repusoThomas,notandoenseguidalaexpresióndurade

Alby. Por las dudas, hizo rápidamente una aclaración—. Pero hoy pareces comonuevo.Telojuro.

PusolasllavesenelbolsilloyseapoyócontralapuertadelCuartoOscuro.—Bueno,quécharlitatuvimosayer.El corazóndeThomas comenzóa latir aceleradamente.Enesemomentoyano

sabíaquéesperardeAlby.—Eh…sí,meacuerdo.—Nuevito, yo vi lo que vi. Se va borrando poco a poco, pero nunca voy a

olvidarlo. Fue terrible. Cuando trato de hablar de eso, siento que algo comienza aahogarme. Ahora las imágenes se están yendo, como si a ese mismo algo no legustaraqueyorecuerde.

La escena del día anterior surgió fugazmente en sumente.Alby sacudiéndose,intentando estrangularse a sí mismo. No lo hubiera creído de no haberlo visto. Apesardequetemíalarespuesta,sabíaqueteníaquehacerlasiguientepregunta.

—¿Quéfueloquepasóconmigo?Repetíastodoeltiempoquemehabíasvisto.¿Quéestabahaciendo?

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Albysequedóconlavistaperdidaantesdecontestar.—Estabasconlos…Creadores.Ayudándolos.Peroesonoesloquemealteró.Fuecomosialguienlehubieradadounpuñetazoenelestómago.¿Ayudándolos?

Nopodíaarticularlaspalabrasnecesariasparaaveriguarquésignificabaeso.—Esposible—prosiguióAlby—quelosrecuerdosqueobtenemosatravésdela

Transformaciónseanfalsos.Algunossospechanesto,yosólo tengolaesperanzadequeasísea.Sielmundoescomoyolovi…—dejódehablar,haciendounsilencioquenopresagiabanadabueno.

Thomasestabaconfundido,perosiguióinsistiendo.—¿Puedesdecirmeloquevistequetuvieraqueverconmigo?Albymoviólacabezadeunladoaotro.—Niloco,shank.Novoyacorrerelriesgodeestrangularmeyomismootravez.

Esposiblequehayanpuestoalgodentrodenuestrasmentesparacontrolarnos,igualquenosborraronlamemoria.

—Bueno, si soy un ser maligno, deberías dejarme encerrado —dijo, conexpresiónseria.

—Nuevito,túnoeresmalvado.Podrásserungarlopomiertero,peronoeresmalo—bromeó, insinuando una ligera sonrisa en su habitual cara de piedra—. Lo quehiciste,arriesgandotumalditopellejoparasalvarnosaMinhoyamí,nofuemaldadprecisamente. No, sólo me hace pensar que el Suero de los Penitentes y laTransformaciónhuelenraro.Portiypormí,esperoqueasísea.

Thomassesintiómuyaliviadoalescucharqueélnoeraunmaltipo.—¿Eranmuyterribles?Merefieroalosrecuerdos.—Meacordédecuandoerachico,dóndevivía,ese tipodecosas.YsiDiosen

personabajaradelcieloenestemismomomentoymedijeraquepuedovolveramicasa…—miróhaciaelpisoysacudiólacabezadenuevo—.Siloquevifuereal,tejuroquemevoyavivirconlosPenitentesantesqueregresar.

Nopodíacreerquefuera todotanaterrador,deseabaqueAlbyledieradetalles,algunadescripción,cualquiercosa.Perosabíaqueelestrangulamientoestabatodavíademasiadofrescoensumentecomoparahacerlocambiardeopinión.

—Bueno,quizáslosrecuerdosnoseanreales.TalvezelSueroesunadrogaquetraealucinaciones—Thomassabíaqueestababuscandodesesperadamentealgoaquéaferrarse.

Albypensóunminuto.—Unadroga…alucinaciones…—luegohizoungestonegativo—.Lodudo.—El

intentohabíavalidolapena.—Tenemosquelograrescapardeestelugar.—Sí, gracias Nuevito —dijo Alby con sarcasmo—. No sé qué haría sin tus

charlasdealiento—eseintentodesonrisaaparecióotravez.ElcambiodehumordeAlbylosacódelamelancolía.—DejadellamarmeNuevito.LachicaesahoralaNovata.

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—Muy bien,Nuevito—Alby lanzó un suspiro y con eso dio por terminada laconversación—. Ve a buscarte algo para cenar, tu horrible sentencia de un día haterminado.

—Unofuesuficiente—contestó.Apesardequerer respuestas,yadeseabasalirdel Cuarto Oscuro. Además, estaba hambriento. Le hizo un saludo a Alby y seencaminóhacialacocina.

Lacenaestuvoincreíble.Sartén se había enterado de que él llegaría tarde, así que le había guardado un

plato lleno de carne y papas, con una nota que avisaba que había galletas en laalacena. ElCocinero parecía estar totalmente decidido amantener el apoyo que lehabía demostrado en la Asamblea. Minho se unió a él mientras comía, paraestimularlounpocoantesdesugranprimerdíadeentrenamientocomoCorredor.Lepasóalgunasestadísticasydatosinteresantes:cosasenquepensaralirseadormir.

Cuando terminaron, Thomas se dirigió nuevamente al rincón detrás de lasLápidas,dondehabíapasadolanocheanterior.PensóenlaconversaciónconChuckysepreguntócómoseríatenerpadresqueledieranlasbuenasnoches.

VarioschicosdieronvueltasalrededordelÁrea,peroengeneraltodoestuvomuysilencioso,comosisóloquisieranirseadormiryterminareldíadeunabuenavez.Nosequejó:esoeraexactamenteloquenecesitaba.

Todavíaseguíanallílasmantasquealguienlehabíadejadolanocheanterior.Secubrióyseacomodó,acurrucándoseenelconfortablecolchóndehiedra.Losoloresdel bosque le dieron la bienvenida mientras respiraba profundamente tratando derelajarse.Elaireeraperfecto.Esolollevóareflexionarotravezacercadelclimadeeselugar.Nuncallovíaninevaba,nohacíanimuchofríonimuchocalor.DenohabersidoporelpequeñodetalledequehabíansidoarrancadosdesusfamiliasyamigosyencerradosenunLaberintoconunabandademonstruos,esomuybienpodríaserelparaíso.

Algunas cosas allí eran demasiado perfectas. Lo sabía, pero no tenía unaexplicación.

SuspensamientossedesviaronhacialoqueMinholehabíadichodurantelacenasobreeltamañoylaescaladelLaberinto.Éllecreyóporqueyasehabíadadocuentade lo inmenso que era esa vez que había estado en el Acantilado. Pero no podíaentender cómo habían podido construir una estructura semejante. El Laberinto seextendía por kilómetros y kilómetros. Los Corredores tenían que ser casisobrehumanosparallevaracabosutareadiaria.

Sin embargo, nunca habían encontrado una salida. Y, a pesar de eso y de lodesesperadodelasituación,aúnnosehabíanrendido.

Minho también le había contado una vieja historia —uno de esos extraños yazarosos recuerdosdesuvidaanterior—sobreunamujeratrapadaenun laberinto.

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Parapoderescapar,ellanohabíalevantadonuncalamanoderechadelasparedesdellaberinto,deslizándolasobreéstasmientrascaminaba.Deesaforma,estabaobligadaadoblaraladerechaentodaslasesquinas,ylasleyeselementalesdelafísicaydelageometríalegarantizabanque,alalarga,encontraríalasalida.Teníasentido.

PeronoeneseLaberinto.Allí,todoslospasillosllevabandevueltaalÁrea.Teníaquehaberalgoqueseleshabíaescapado.

Al día siguiente empezaría su entrenamiento y entonces podría ayudarlos aencontraresealgoquenohabíantenidoencuenta.Enesemismomomento,tomóunadecisión.Debíaolvidarsede todo loextrañoyde todo lomalo.No ibaadetenersehastaresolverelenigmayencontrarelcaminoderegreso.

Eldíasiguiente.Laspalabrasquedaronflotandoensumentehastaqueporfinsedurmió.

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Capítulo32

Conuna lámparademano,MinhodespertóaThomasantesdelamanecery lehizoseñasparaqueloacompañarahastalaFinca.Sesacudiófácilmentelamodorradelamañana, entusiasmado por comenzar el entrenamiento. Se arrastró fuera de lasmantasysiguióconansiedadasumaestro,eludiendoalamultituddeHabitantesquedormíanenelcésped.Losronquidoseranlaúnicaseñaldequenoestabanmuertos.Un levísimo resplandor iluminaba elÁrea, cubriendo todo de sombras de un tonoazuloscuro.Ellugarnuncahabíatenidounaspectotanpacífico.SeescuchóelcantodeungalloenelMatadero.

Finalmente,Minhosacóunallavedeunaranuraoculta,cercanaalaparedtraserade laFincayabrióunapuertadestartaladaqueconducíaaunpequeñodepósitodealmacenamiento. La curiosidad por saber qué había allí llenó a Thomas denerviosismo.MientrasMinho iluminaba el lugar, alcanzó a ver cuerdas, cadenas yotrosmateriales endesuso, hastaque enfocóuna caja llenade calzadopara correr.Parecíatannormalquecasiseechaareír.

—Esoqueestáahíeselsuministromásimportantequerecibimos—aclaró—.Almenosparanosotros.EllosnosmandanzapatosnuevosenlaCajadevezencuando.Si no tuviéramos calzado bueno, nuestros pies ya estarían destruidos—continuó,mientrasseagachabayrevolvíaenlapila—.¿Quénúmerocalzas?

—¿Número?—pensóunossegundos—.Nolosé—contestó,mientrassesacabaunodeloszapatosqueveníausandodesdesullegadaalÁrea—.Cuarentaytres.

—Guau, larcho, ¡quépata tangrande tienes!—exclamó,poniéndosedepieconunpardecolorplateadobrillanteenlasmanos—.Perocreoqueencontréunosdeesetamaño.Güey,creoquepodríamosusarlosdecanoa.

—Ésosmegustan.Los tomó y salió del cuarto. Se sentó en el piso, impaciente por probárselos.

Minhobuscóalgunascosasmásyluegoseunióaél.—EstossonsóloparalosCorredoresylosEncargados—explicó.Antesdeque

Thomas levantara lavistade sunuevocalzado,un relojdeplásticocayó sobre susrodillas.Eranegroymuysencillo:nomostrabamásquelahoradigital—.Pónteloynoteloquitesnuncamás.Tuvidapodríadependerdeél.

Estaba contentode tenerlo.Si bien el sol y las sombras le habíanbastadoparatener una idea aproximada de la hora, ser Corredor posiblemente requeriría másprecisión.Seabrochóelrelojalamuñecayluegocontinuóajustándoseelcalzado.

—Aquítienesunamochila,botellasdeagua,algodecomida,pantalonescortos,playeras… y algunas cosas más—agregó, dándole un codazo. Cuando levantó lamirada,vioqueMinhososteníavarioscalzoncillosajustadoshechosdeunmaterialblancobrilloso—.Aéstos los llamamosCalzonesdeCorredor.Temantienen…eh,todobiensujetoyconfortable.

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—¿Qué?—Sí,yasabes,tus…—Sí,yacaigoencuenta—dijoThomas,llevándoselaropainterioryelrestode

lascosas—.Ustedesrealmentehanpensadoentodo,¿noescierto?—Cuandotepasasdoslargosañoscorriendocomounmiserable todoslosdías,

descubresquénecesitasylopides—contestó,mientrascomenzabaallenarsupropiamochila.

Thomasnopodíacontenerelasombro.—¿Quieresdecirquepuedeshacerpedidos?¿Lasprovisionesquenecesitas?—

preguntóconincredulidad.¿Porquéaquellosqueloshabíanenviadoaeselugarhabríandeayudarlostanto?—Claro que podemos. Simplemente arrojamos una nota en la Caja, y ahí va

nomás. Eso no significa que los Creadores nos manden todo lo que queremos. Avecessíyavecesno.

—¿Algunavezlespidieronunmapa?—Minhoserió.—Sí,probamosesaposibilidad.Tambiénuntelevisor,peronotuvimossuerte.Me

parecequeesosgarloposnoquierenqueveamoslomaravillosaquepuedeserlavidacuandonovivesenunmalditoLaberinto.

Thomasteníasusdudasdequelavidafueratanmaravillosaenotrolugar.¿Quéclasedemundopodríapermitirquealgunaspersonasobligaranaunoschicosavivirdeesaforma?Elpensamientolosorprendió,comosienrealidadsehubieraoriginadoensumemoria:unrayodeluzenlaoscuridaddesumente.Perodesaparecióenunsegundo.Terminódeatarse loszapatosy sepusoa trotar encírculos,dando saltosparaprobarlos.

—Mequedanperfectos.Creoqueestoylisto.Minhoseguíaenel suelo, inclinadosobresumochila.Levantó lavistaconuna

expresióndedisgusto.—Parecesunidiota,dandovueltascomounabailarina.Tedeseobuenasuerteallá

afuerasindesayuno,sincomidaysinarmas.Sintióunescalofrío.—¿Armas?—Exactamente—respondióelCorredoryvolvióaldepósito—.Venaquí,telas

mostraré.Minhoarrastróunascajasdelaparedtrasera.Debajodeellashabíaunapequeña

puerta-trampa.Cuandolalevantó,Thomasviounaescalerademaderaquedescendíaenlaoscuridad.

—LasguardamosenelsótanoparaquetiposcomoGallynopuedanencontrarlas.Vamos.

Lospeldaños,quenoseríanmásdedoce,crujieronbajoelpesodesuscuerpos.Apesardelpolvoydelfuerteoloramoho,elairefríoleresultóagradable.NopudovernadahastaqueMinhoencendióunfocojalandouncordel.

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Lahabitacióneramásgrandedeloquehabíasupuesto:tendríaunosdiezmetroscuadrados.Habíamuchosestantesalineadosenlosmurosyvariasmesasdemaderaapilables.Todoloqueseencontrabaalavistaestabacubiertoporbasuradetodotipo.Habíapostesdemadera,púasdemetal,grandestrozosdemalla—comolaquecubrelos gallineros—, rollos de alambre de púas, sierras, cuchillos, espadas. Una paredentera estabadedicada a la arquería: arcosdemadera, flechas, cuerdas sueltas.VertodoesoletrajodeinmediatolaimagendeBenrecibiendoeldisparodeAlbyenlasLápidas.

—Guau —murmuró, y su voz sonó como un ruido sordo en el encierro delsótano.Alprincipiosintióterrordequenecesitarantantasarmas,perosetranquilizóalverquecasitodasestabancubiertasporunacapagruesadepolvo.

—Usamos sólo algunas—aclaróMinho—. Pero uno nunca sabe. Todo lo quesolemosllevarencimaesunpardecuchillosfilosos.

Hizo una seña hacia un gran baúl de madera en el rincón, que tenía la tapalevantadayapoyadacontralapared.Cuchillosdetodoslostiposytamañosestabanapiladosalazarhastaelborde.

EsperabaquelaexistenciadeeselugarsemantuvieraensecretoparalamayoríadelosHabitantes.

—Pareceunpocopeligrosotenertodoesto—dijo—.¿QuéhubierapasadosiBenveníaaquíabajojustoantesdevolverselocoyatacarme?

Minhosacólasllavesdelbolsilloyselasmostróhaciéndolastintinear.—Sólounospocosafortunadoslastienenensupoder.—Aunasí…—Deja de quejarte y elige un par. Asegúrate de que tengan buen filo. Luego

iremosadesayunaryabuscarprovisionesparalacomida.Antesdesalir,quieropasarunratoporlaSaladeMapas.

Sesintiómuyanimado:habíasentidocuriosidadporeseedificiodesdelaprimeravezquehabíavistoaunCorredoratravesarsuamenazadorapuerta.Sedecidióporunadagacortayplateadaconmangodegomayotraconunahojalargaynegra.Suentusiasmo languideció un poco.Aunque sabíamuy bien lo que lo esperaba en elLaberinto,noqueríaponerseapensarporquénecesitaballevararmas.

Mediahoradespués,yacomidosyaprovisionados,seencontrabandelantedelapuerta de metal ribeteada de la Sala deMapas. Estaba desesperado por entrar. Elamanecer había irrumpido con toda su gloria y los Habitantes ya daban vueltas,preparándoseparaeldíaquecomenzaba.Eloloratocinoflotabaenelaire:Sarténysu equipo se apurabanpara satisfacer a decenas de estómagos hambrientos.Minhoquitó el cerrojo de la puerta e hizo girar la rueda hasta que un sonoro «clic» seescuchódesde adentro, y entonces empujó.El pesadobloquemetálico chirrió y seabrióconunasacudida.

—Despuésdeusted—dijoelCorredor,conunareverenciaburlona.Thomas ingresó sin decir nada. Un terror helado y una intensa curiosidad se

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apoderarondeélycasiloparalizaron.Lahabitaciónolíaahumedadcombinadaconunaromaacobretanfuertequecasi

podíasaborearlo.Esodisparóunrecuerdodébilylejanoensucabeza:seviodeniñochupandolasmonedasdeuncentavo.

Minho apretó un interruptor y varias filas de luces fluorescentes comenzaron aparpadear hasta que se encendieron por completo, mostrando el recinto con tododetalle.

Thomas quedó admirado por la simplicidad. De unos seismetros de ancho, laSalateníaparedesdesnudasdeconcreto.Unamesademaderaestabaubicadajustoenelcentroconochosillasasualrededor.Habíapilasdepapelesylápicesdispuestosordenadamentesobrelamesa,delantedecadaasiento.Ademásdeeso,lahabitaciónsóloconteníaochobaúlesexactamenteigualesaldeloscuchillosenelsótanodelasarmas.Estabancerrados,ubicadosa lamismadistanciaunosdeotros,dosencadapared.

—BienvenidoalaSaladeMapas—dijoMinho—.Ellugarmásalegrequehayasconocido.

Thomas estaba ligeramentedesilusionado: había esperado algomás impactante.Tomóunagranbocanadadeaire.

—Quélástimaquehuelacomounaminadecobreabandonada.—Amínomedesagradaelolor—repuso,sacandodossillasysentándoseenuna

deellas—.Tomaasiento.Quieroquetengasunpardeimágenesentucabezaantesdequevayamosalláafuera.

Minhotomóunahojadepapelyunlápizycomenzóadibujar.Thomasseinclinóparaobservarmejor: habíahechoungran cuadradoqueocupaba casi toda la hoja.Luego lo llenó de casillas más pequeñas hasta que quedó exactamente igual a untableroparajugargato:tresfilasdetrescuadrados,todosdelmismotamaño.Escribióla palabraÁREA en el centro, y luego numeró los recuadros exteriores del uno alocho, comenzando por la esquina superior izquierda y siguiendo el sentido de lasagujasdelreloj.Porúltimo,dibujóunasrayitasaquíyallá.

—Estas son las Puertas —aclaró—. Tú conoces las del Área, pero hay otrascuatrodentrodelLaberintoqueconducenalasSeccionesUno,Tres,CincoySiete.Permanecen en el mismo sitio, pero la ruta hacia ellas cambia cada noche con elmovimientodelosmuros—terminóyledeslizóelpapelaThomas.

EstelolevantócompletamentefascinadoantelaideadequeelLaberintotuvierasemejanteestructura,yloestudiómientrasMinhoseguíaconsuexplicación.

—Tenemos el Área rodeada por ocho Secciones, cada una es un cuadradoindependienteeimposiblederesolverenlosdosañosquellevamosenestemalditojuego.Lo único que se parece remotamente a una salida es elAcantilado, y no esmuybuenaamenosquequierastenerunamuertehorriblecayendoporél—MinhodiounosgolpecitosenelMapa—.Lasparedessemuevenportodoestelugaralcaerlatarde,alamismahoraenquenuestrasPuertassecierran.Almenos,esoesloque

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pensamos, ya que nunca hemos escuchado ninguna pared que se moviera en otromomento.

Thomaslevantólavista,felizdepoderofrecerunpocodeinformación.—La noche en que nos quedamos encerrados allá afuera, yo no noté ningún

movimiento.—Los pasillos principales que se encuentran justo afuera de las Puertas nunca

cambian.Losquesílohacensonlosqueestánmásadentro.—Ah —murmuró, y volvió al plano, tratando de visualizar el Laberinto e

imaginarmurosdepiedradondeMinhohabíatrazadolíneasconellápiz.—Siempre tenemos por lo menos ocho Corredores, incluyendo al Encargado.

Uno por Sección. Nos toma un día entero hacer el mapeo de la zona asignada,buscando desesperadamente una salida. Luego regresamos y la dibujamos, usandounahojadistintaparacadadía—comentó,dirigiendolamiradadetrásdeellos—.AsíescomoesosbaúlesestánrepletosdeMapas.

AThomasloasaltóunpensamientodeprimenteyatemorizante.—¿Acasoestoyreemplazandoaalguien?¿Huboalgúnmuerto?—No,sólo teestamosentrenando:esposiblequealguiennecesiteundescanso.

Tranquilo,hacetiempoquenomuereningúnCorredor.Poralgunarazón, laúltimaafirmación lopreocupó,aunqueesperóquenose le

notaraenlacara.—Demodoque…¿lestomatodoundíarecorrercadaunadeestascasillas?—Divertidísimo, ¿no?—exclamó Minho y fue hasta el baúl más cercano. Se

arrodilló,levantólatapaylaapoyócontralapared—.Venacá.Thomasse inclinósobreelhombrodelEncargadoyechóunamirada.Contenía

cuatropilasdeMapasquellegabanhastaelborde.Losquealcanzóavereranmuysimilares: un esbozo de un laberinto cuadrado que cubría casi toda la hoja. En laesquina superior derecha, se leía Sección 8 seguido del nombreHank, y luego lapalabraDía,yunnúmeroacontinuación.Elúltimodecía:díanúmero749.

—Alprincipio,nosotros llegamosa laconclusióndeque lasparedessemovíanhacialaderecha.Desdeesemomento,comenzamosaseguiresapistayaanotartodo.Siempre pensamos que si comparábamos lo que veíamos día tras día, semana trassemana, eso nos ayudaría a descubrir pautas que se repitieran. Y fue así. LosLaberintos básicamente se repiten aproximadamente todos losmeses. Pero todavíanos queda por encontrar una salida que nos conduzca fuera del cuadrado. Hastaahora,nuncaapareció.

—Ya pasaron dos años —comentó Thomas—. ¿No están lo suficientementedesesperadoscomoparaoptarporquedarseafueraporlanocheyversialgoseabremientraslasparedessemueven?

Minholevantólosojosconunaexpresiónderabia.—Esoescasiuninsulto,güey.Enserio.—¿Qué?

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Estabaperplejopuesnolohabíadichoconesaintención.—Noshemosrotoellomodurantedosañosy,¿todoloqueseteocurrepreguntar

es por qué somos tan maricas que no nos atrevemos a quedarnos afuera toda lanoche? Unos pocos lo hicieron, muy al principio, y todos aparecieron muertos.¿Quierespasarteotranocheallá?Talveztengasposibilidadesdesobrevivir.

Sepusorojodevergüenza.—No, perdóname—dijo. De pronto, se sentía como un pedazo de plopus. Y

realmente estabade acuerdo:preferíavolver sanoy salvoalÁrea todas lasnochesquetenerotrabatallaseguraconlosPenitentes.Seestremeciódesólopensarlo.

—Sí,bueno—mascullóMinho,volviendolamiradahacialosMapasdelarcón,para alivio de Thomas—. La vida en el Área no será perfecta, pero al menos essegura. Hay mucha comida, estamos protegidos de los Penitentes. No podemospedirlesalosCorredoresquesearriesguenapasarlanocheafuera,deningúnmodo.Almenos,notodavía.No,hastaqueestosplanosnosdenalgunapistadequepodríaapareceralgunasalida,aunqueseatemporalmente.

—¿Yestáncerca?¿Hayalgoqueesténestudiando?Minhoseencogiódehombros.—Nosé.Esunpocodesalentador,peronosabemosquémáshacer.Nopodemos

confiar en que algún día, vaya uno a saber dónde, tal vez aparezca una forma deescapar.Nopodemosrendirnos.Jamás.

Thomas hizo unmovimiento afirmativo con la cabeza, aseverando esa actitud.Pormalasquefueranlascosas,renunciarsólolasempeoraría.

Minho sacó varias hojas del baúl, correspondientes a losMapas de los últimosdías.Mientraslashojeaba,fuehaciendoalgunasacotaciones.

—Como te estabadiciendo,nosotros comparamosundía conotro,una semanaconlaotrayunmesconotromes.CadaCorredorestáacargodelMapadesupropiaSección.Sitengoquesertesincero,todavíanohemosdescubiertonadadenada.Yloque es peor, no sabemos qué estamos buscando. Esto es realmente una mierda,hermano.

—Pero nosotros no podemos rendirnos—dijo Thomas de unamanera realista,como repitiendo resignadamente lo queMinho había afirmado unmomento antes.Habíadicho«nosotros»sinpensarlosiquiera,ydeprontosediocuentadequeyaseconsiderabarealmenteunintegrantedelÁrea.

—Tienes razón, güey. No podemos entregarnos —afirmó Minho, mientrasguardaba lospapelesconcuidadoyseponíadepie—.Bueno, tenemosquedarnosprisa porque nos entretuvimos un rato largo aquí. Los primeros días, lo único queharásesseguirme.¿Listo?

Sintióqueelnerviosismocrecíaensuinterioryleapretabalastripas.Eseeraelmomentoquetantohabíaesperado;ahoraibaenserio,nomáscharlasnireflexiones.

—Eh…claro.—Nada de «eh» en este lugar. ¿Estás listo o no?—preguntó Minho con una

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expresiónrepentinamenteduraenlosojos.Thomaslesostuvolamirada.—Estoylisto.—Entonces,vayamosacorrer.

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Capítulo33

Salieron por la Puerta delOeste hacia la SecciónOcho ymarcharon a lo largo devariospasillos.Thomassiempresemanteníaal ladodeMinho,mientraséldoblabahacialaizquierdayhacialaderechasinpensarenloqueestabahaciendoysindejardecorrer.La luzde lamañana teníaunbrillo tannítidoquehacíaque todo lucieraradiante y fresco: la hiedra, las paredes agrietadas, los bloques de piedra del piso.Aunque todavía faltaban varias horas para elmediodía—cuando el sol alcanza elpunto más alto—, había mucha luminosidad. Trataba de mantener el ritmo de sucompañero,peroacadamomentoteníaqueacelerarelpasoparaponersealapar.

Por fin llegaron a un muro largo que se dirigía hacia el norte, con un corterectangular,queparecíaunaentradasinpuerta.Minholoatravesósindetenerse.

—EstollevadelaSecciónOcho,queeslacasilladelmediodelaizquierda,alaUno,queesladearribaalaizquierda.Comoyatedije,estepasajeestásiempreenelmismo lugar,pero la rutapuede resultarunpoquitodiferenteporque lasparedessemueven.

Thomaslosiguió,impresionadoporlofuertequesehabíavueltosurespiración.Supusoqueseríaporlosnerviosyqueyaselepasaría.

Anduvieron por un extenso pasadizo que torcía hacia la derecha, dejando atrásvariascurvasquesedirigíanalaizquierda.Cuandollegaronalextremodelpasillo,Minhodisminuyómucholavelocidadyseestiróhaciaatrásparasacarunblocyunlápizdeunbolsillolateraldelamochila.Apuntóalgoyluegologuardó,sinfrenardel todo.Thomassepreguntóquéhabríaescrito,pero recibió la respuestaantesdeinterrogarlo.

—Yoconfío…másquenadaenmimemoria—jadeóelEncargado,hablandocongran esfuerzo—. Pero más o menos después del quinto giro, anoto algo que meayudarámásadelante.Lamayoríatienequeverconeldíaanteriorylasdiferenciasconloqueocurreahora.LuegopuedoutilizarelMapadeayerparahacereldehoy.Pancomido,amigo.

Corrieronunratomáshastaquellegaronaunaintersección.Teníantresopcionesposibles,peroMinhotomóhacialaderechasinvacilar.Alhacerlo,extrajounodesuscuchillosy,sinperderelritmo,cortóungrantrozodeenredaderadelapared.Lotiróalsuelodetrásdeélycontinuósucarrera.

—¿Migas de pan?—preguntó Thomas, recordando el antiguo cuento infantil.Esosextrañosrelámpagosdesupasadoyacasinoloasombraban.

—Exacto.YosoyHanselytúeresGretel.Y así continuaron, siguiendo el rumbodelLaberinto, unas veces doblando a la

derecha,otrasalaizquierda.Despuésdecadarecodo,cortabayarrojabaunaramadehiedradeunmetrodelargo.Thomasnopodíaevitarsentirseimpresionado:Minhonisiquierateníaquedisminuirelpasoalhacerlo.

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—Muybien—dijo,respirandoconmásdificultad—.Tuturno.—¿Qué?—exclamóThomas,quehabíasupuestoqueelprimerdíanoharíamás

quecorrerymirar.—Corta la hiedra ahora. Tienes que acostumbrarte a hacerlo sin detenerte. Las

recogemosalregresarolaspateamosauncostado.Estabafelizdeteneralgoquehacer;aunquelellevóuntiempodominarlatarea.

Lasprimerasveces tuvoqueacelerar trascortar la ramaparanoquedaratrás,yenunaocasiónsecortóeldedo.Peroaldécimointento,lohacíaprácticamenteigualquesumaestro.

Despuésdehaberandadoduranteunratolargo—ThomasnoteníaideadecuántollevabanyaenelLaberinto,perosupusoquehabíanrecorridounoscincokilómetros—,Minhoredujoelpasohastadetenerse.

—Horadedescanso—dijo,mientras sedescolgaba lamochilay sacabaaguayunamanzana.

No necesitó que se lo dijeran dos veces. Se tragó el agua, deleitándose con lafrescuraquedescendíaporsugarganta.

—Espera,cabezadepescado—gritóMinho—.Guardaunpocoparamástarde.Dejódebeber,tomóunagranbocanadadeaireyeructó.Lediounmordiscoala

manzana, sintiéndose sorprendentemente renovado. Sus pensamientos volvieron aldía en queMinho yAlby se habían ido a ver al Penitentemuerto, cuando todo sehabíaidoalplopus.

—NuncamecontasteloquerealmentelepasóaAlbyesedía,porquéestabatanmal.EsobvioqueelPenitentesedespertó,pero¿quésucedió?

Minhoyasehabíapuestolamochila.Estabalistoparacontinuar.—En realidad, ese garlopono estabamuerto.Alby lo tocó con el pie comoun

idiota,yesemonstruomalditovolvióalavidadegolpeconlaspúasdesplegadasyrodó con todo su gordo cuerpo encima de él. Sin embargo, le pasaba algo raro,porquenoatacódemaneranormal.Másbienparecíaqueestabatratandodeirsedeallí,yelpobreAlbyseinterpusoensucamino.

—¿Asíqueélhuyódeustedes?Porloquehabíavistoapenasunasnochesatrás,leresultabaimposibleimaginarse

unacosasemejante.Minhopusocaradeduda.—Sí,supongo…quizásnecesitabarecargarenergíaoalgoasí.Nolosé.—¿Qué

problemapodráhabertenido?¿Vistealgunaherida?—Nosabíaquérespuestaandababuscando, pero estaba seguro de que allí debía existir alguna clave o tal vez unalecciónqueaprender.Minhoreflexionóunminuto.

—No.Esegarlopoparecíamuerto, comosi fueraunaestatuadecera.Y luego,¡bum!,resucitó.

LamentedeThomastrabajabaconfrenesí,intentandollegaraalgunaconclusión.Elproblemaeraquenoteníaideadepordóndeempezarniquédireccióntomar.

—Me pregunto adonde fue. Al lugar de siempre, supongo —murmuró, como

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hablandoparasí—.¿Nuncapensaronenseguirlosyverhaciadóndesedirigían?—Güey, realmente tienes delirios suicidas, ¿no es cierto?Vamos, tenemos que

continuar—contestó,despuésgiróyempezóacorrer.Mientrasandaba trasél, tratódecomprenderquéera loquedabavueltasen su

cabeza.TeníaqueverconesodequeelPenitenteestabamuertoyluegohabíavueltoalavida.Tambiénqueríasaberadóndehabríaidounavezqueresucitó.

Frustrado,pusotodossuspensamientosaunladoyapuróelpasoparaalcanzarasucompañero.

CorriódetrásdeMinhodurantedoshoras, intercaladasconalgunosbreves recreos,que se acortaban cada vez más. A pesar de estar en buena forma, ya se sentíaadolorido.

Finalmente,elEncargadosedetuvoysequitónuevamentelamochila.Ambossesentaron en el piso, reclinados contra el colchón de enredadera, y comenzaron acomer, sin hablar mucho. Thomas disfrutó cada bocado del sandwich y de lasverduras,masticandolomáslentamenteposible.Setomósutiempo,porquesabíaqueMinholoharíalevantarseycontinuarapenasterminaralacomida.

—¿Encontrastealgodiferentehoy?—inquirióconcuriosidad.Minhoseestiróygolpeólamochila,dondeestabansusanotaciones.—Sólolosmovimientosusualesdelosmuros.Nadaparaquetepongasasaltarde

alegría.Tomó un sorbo largo de aguamientras observaba la parte superior de la pared

cubierta de hiedra que tenían enfrente. Un resplandor rojo y plateado llamó suatención,algoqueyalehabíaocurridovariasvecesesemismodía.

—¿Quéesloquepasaconesosescarabajos?—preguntó.Parecíanestarportodoslados.LuegorecordóloquehabíavistoenelLaberinto:habíansucedidotantascosasdesdeentoncesquenohabíatenidooportunidaddemencionarlo—.¿YporquéllevanlapalabraCRUELescritaeneltórax?

—Nuncapudeatraparauno—respondió,al tiempoque terminabasucomidayguardabaelrecipiente—.Ynosabemosquéquieredeciresapalabra,probablementesóloseaalgoparaasustarnos.Perotienenqueserespías.Paraellos.Seguro.

—Pero ¿y quiénes son ellos?—agregó, esperandomás respuestas.Odiaba a lagentequeestabadetrásdelLaberinto—.¿Tienenalgunaidea?

—No sabemos nada sobre esos estúpidos Creadores —repuso con la caraenrojecida,mientrasapretabasusmanoscomosiestuvieraestrangulandoaalguien—.Memueroporromperles…

Peroantesdequeterminaralafrase,Thomasyaseencontrabadepie,alotroladodelpasillo.

—¿Quéeseso?—lo interrumpió,dirigiéndosehaciaunadébil luzgrisáceaqueacababadedistinguirdetrásdelaenredadera,alaalturadelacabeza.

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—Ah…sí,eso—dijoMinhocontonodeindiferencia.Seacercó,corriólacortinadehiedraysequedómirandofijamenteelcuadradode

metalremachadoalapiedra,queteníavariaspalabrasestampadasencimaengrandesletrasmayúsculas.Estiró lamanoypasó losdedossobreellas,comosinopudieracreerloqueveía.

CATÁSTROFEyRUINAUNIVERSAL:EXPERIMENTOLETAL

Leyólaspalabrasenvozaltayluegosediovuelta.—¿Quéesesto?Sintióunescalofrío.EsoteníaqueestarrelacionadoconlosCreadores.—No lo sé, shank. Están por todos lados, como unas malditas etiquetas del

hermosoLaberintoqueellosconstruyeron.Hacemuchotiempoquedejédeprestarlesatención.

Volvió a mirar el cartel, tratando de reprimir la sensación de fatalidad que sehabíadespertadodentrodeél.

—Nada de lo que dice aquí suena demasiado bien. Catástrofe. Letal.Experimento.Québonito.

—Sí,muybonito,Nuevito.Yavámonos.Muy a su pesar, soltó las lianas y se colgó la mochila sobre los hombros.

Prosiguiósucamino,conesasseispalabrastaladrándoleelcerebro.Unahoradespuésde lacomida,Minhosedetuvoal finaldeun largopasadizo.

Erarecto,desólidasparedes,sinningúnpasilloquesedesprendieradeél.—Eselúltimocallejónsinsalida—ledijo—.Horaderegresar.Thomasrespiró

hondoeintentónopensarqueapenashabíapasadolamitaddeldía.—¿Algonuevo?—Sólo los cambios normales en el camino que nos trajo hasta aquí. Ya pasó

media jornada —contestó, echando un vistazo a su reloj sin demostrar ningunaemoción—. Tenemos que regresar —ordenó, y sin esperar una respuesta, saliódisparadoenladirecciónenlaquehabíanvenido.

Thomas lo siguió, desilusionado por no haber tenido tiempo de examinar losmurosyexplorarunpoco.Alospocossegundos,corríanalmismoritmo.

—Pero…—Olvídalo, hermano. Recuerda lo que dije antes: no podemos arriesgarnos.

Además,piénsalounpoco.¿Realmentecreesqueexisteuna salidaenalgún lugar?¿Unapuertasecretaoalgoasí?

—Nolosé…talvez.¿Porquémelopreguntasdeesamanera?Minhosacudiólacabezaylanzóunescupitajoasquerosohaciasuizquierda.—Porquenoexiste.Essólomásdelomismo.Unaparedtrasotra.Siempreigual.

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—¿Cómolosabes?—volvióainsistir.AunquecomprendíalaterribleverdadqueseescondíaenlaspalabrasdeMinho.

—PorqueunaspersonasqueestándispuestasahacernosperseguirporPenitentes,nonosvanafacilitarunasalidaasínomás.

Thomasquedóperplejo.—¿Entoncesparaquénosmolestamosenveniraquí?—¿Nosmolestamos?Porqueestáaquí.Tienequehaberunarazón.Perosipiensas

quevamosaencontrarunahermosaverjaquenosllevealaCiudaddelaAlegría,esquehasestadofumandoplopusdevaca.

Mirófijohaciadelantecontantadesesperaciónquecasisedetieneporcompleto.—Estoesunamierda.—Eslomásinteligentequehasdichohastaahora,Nuevito.Minholanzóunagran

bocanadadeaireycontinuólacarrera;yThomashizolaúnicacosaqueseleocurrió:seguirlo.

El resto del día fue nada más que una sucesión de imágenes confusas por elagotamiento. Volvieron al Área, fueron a la Sala de Mapas, trazaron la ruta delLaberinto de esa jornada y la compararon con la del día anterior. Se cerraron lasPuertasyllególacena.Chuckintentóhablarlevariasveces,peroThomasestabatancansadoquetodoloqueatinóahacerfuesacudirlacabeza,escuchandosólolamitaddeloqueledecía.

Antes de que las luces del crepúsculo se transformaran en oscuridad, ya seencontrabaensunuevolugarfavoritoenelrincóndelbosque,acurrucadocontralahiedra, preguntándose si podría volver a correr alguna vez. No estaba seguro decontinuar al día siguiente, en especial ahora que parecía carecer totalmente desentido.Despuésdelprimerdía,serCorredorhabíaperdidoporcompletoelatractivo.

Cadagotadeaquellanoblevalentíaquehabíasentido,ladecisióndecambiarlascosas,lapromesaquesehabíahechoasímismodereuniraChuckconsufamilia;todosedesvanecióenunagrannubedecansancioydesesperanza.

Estaba a puno de dormirse cuando escuchó algo dentro de su cabeza. Era unahermosavozfemeninaqueparecíavenirdeunadiosadecuentodehadasatrapadaensu cerebro. A la mañana siguiente, ante el comienzo del descontrol general, él sepeguntaríasilavozhabíasidorealopartedeunsueño.Perolahabíaescuchadodetodasmaneras,yrecordabacadapalabra:

Tom,acabodeactivarelFinal.

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Capítulo34

CuandoThomasabriólosojoslaluzeradébil,comosinvida.Loprimeroqueseleocurrió era que debía haberse despertadomás temprano de lo acostumbrado y quefaltaba todavía una hora para el amanecer. Pero luego escuchó gritos ymiró haciaarriba,atravésdeltoldotupidoderamasyhojas.

Envezdelapálidaluznaturaldetodaslasmañanas,seencontróconuncieloqueparecíaunalosadecolorgrisopaco.

Selevantódeunsalto,seapoyóenlaparedparaestabilizarseyestiróelcuelloparacontemplarlasalturas.Nohabíaazul,ninegro,niestrellas,nielabanicopúrpuradelsolasomándose.Todoelcieloestabagris.Sincolor.Muerto.

Echó un vistazo a su reloj: ya había pasado una hora de su horario obligatoriopara levantarse. El brillo del sol debería haberlo despertado: siempre le habíaresultadomuyfácilhacerlodesdesullegadaalÁrea.Peroesedíano.

Volvió a mirar hacia lo alto, como esperando que hubiera vuelto todo a lanormalidad. Pero seguía gris. Ni nublado, ni neblinoso, ni la luz de los primerosminutosdelalba.Sólogris.

Elsolhabíadesaparecido.EncontróalamayoríadelosHabitantescercadelaentradadelaCaja,señalando

haciaelcielomuertoyhablandotodosalavez.Siconfiabaenlahora,eldesayunoyadebería de haberse servido y todos tendrían que estar trabajando. Pero había algorelacionadoconladesaparicióndelcentrodelsistemasolarquetendíaatrastocarloshorariosnormales.

En verdad, mientras observaba la conmoción, no se sintió ni remotamenteasustadocomosus instintos le indicabanquedebíaestar.Ycomprobóconasombroquelamayoríadeloschicosparecíanpollitosperdidoslejosdelgallinero.Todoera,dehecho,ridículo.

Obviamente, el sol no se había esfumado, eso resultaba imposible.Aunque nohabía rastros de la bola de fuego, y las sombras inclinadas de la mañana estabanausentes,tantoélcomoelrestodelosHabitanteseranlosuficientementeracionaleseinteligentes como para no llegar a semejante conclusión.No, tenía que existir unaexplicacióncientíficaaceptableparaloqueestabapresenciando.Decualquiermodo,claramente el hecho de que ya no pudieran ver el sol significaba que, en realidad,nuncalohabíanvisto.Nopodíadesaparecerasícomoasí.Elcielobajoelcualvivíanteníaquehabersido—ytodavíaloera—fabricado.Artificial.

En otras palabras, aquello que había brillado arriba de ellos durante dos años,proporcionándolescaloryvida,noeraelsoldeverdad.Setratabadealgofalso.Todoeselugarerafalso.

No entendía qué quería decir eso ni cómo había sucedido, pero sabía que eraverdad: resultaba la única explicación que su mente racional podía aceptar. Y, a

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juzgarporlareaccióndelosdemásHabitantes,ningunodeelloshabíareflexionadosobreeltemahastaesemomento.

Cuandoseencontrabaenmediodeesasespeculaciones,aparecióChuckcontalexpresióndemiedopintadaenelrostroquéleoprimióelcorazón.

—¿Qué crees que ocurrió?—preguntó el chico con voz temblorosa y lo ojosclavadosenelcielo,locuallehizopensarquedebíadeteneruntremendodolordecuello—.Dalaimpresióndeserunenormetechogris,tancercanoquecasipodríastocarloconlamano.

Siguiólamiradadesuamigo.—Sí,tehacepensarsobreestelugar—murmuróThomas,absorto.Por segunda vez en veinticuatro horas, Chuck había dado en el clavo: el cielo

realmenteparecíauntecho,comosifueraelcielorasodeunasalagigantesca.—Quizáshayaalgoroto.Digo,talvezvuelvaacomponerse.—Chuckfinalmente

dejódecontemplarasombradohaciaarribaehizocontactovisualconél.—¿Roto?¿Dequéestáshablando?Antesdequepudieracontestar,loinvadióelrecuerdotenuedelanocheanterior,

previoadormirse.LaspalabrasdeTeresadentrodesumente:«AcabodeactivarelFinal». No podía ser una coincidencia. Sintió náuseas. Cualquiera fuera laexplicación,aquelloquehabíaenelcielo,fueraelsolrealono,yanoestabamás.Yesonopodíaseralgobueno.

—¿Thomas?—preguntóChuck,dándoleunapalmadaligeraenelbrazo.—¿Sí?—contestó,conlamenteconfusa.—¿Quéquieresdecircon«roto»?—repitió.Sintióquenecesitabatiempoparapensarsobretodoloocurrido.—Nolosé.Esquehaycosasenestesitioqueesobvioquenocomprendemos.

Nosepuedeborrarelsoldelespacioasínomás.Además,pordébilquesea,todavíahayluzsuficienteparaver.¿Dedóndevendrá?

Los ojos de Chuck se abrieron de golpe, como si el secreto más profundo yoscurodeluniversoleacabaradeserrevelado.

—Escierto,¿dedóndevendrá?¿Quéestásucediendo,amigo?Estirólamanoyapretóelhombrodelchico.Sesentíaincómodo.—Notengoidea,Chuck.PeroestoysegurodequeAlbyyNewtencontraránuna

explicación.—¡Thomas!—gritóMinho, acercándose hacia ellos—. Se acabó tu recreo con

Chucky.Tenemosqueirnos,yaestarde.Estabaatónito.Habíacreídoqueesecieloraroarrojaríatodoslosplanesnormales

porlaventana.—¿Van a ir allá afuera a pesar de todo? —exclamó Chuck, claramente

sorprendidoasuvez.Estabacontentodequeelchicohubierahecholapreguntaporél.—Por supuesto, larcho. ¿No tienes nada que limpiar?—contestó, y desvió la

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miradahaciaThomas—.EstonosdamásrazonesparasaliralLaberinto.Sielsolsefuerealmente,enpocotiempolasplantasylosanimalessemorirán.Creoqueelniveldedesesperaciónacabadeelevarseunpoco.

La última afirmación lo golpeó con fuerza. A pesar de todas sus ideas —lassugerencias que le había lanzado aMinho—, él no estaba dispuesto a cambiar laformaenquehabíafuncionadotodoenlosúltimosdosaños.CuandosediocuentadeloqueestabadiciendoelCorredor,loinvadióunamezcladeentusiasmoyterror.

—¿Quieresdecirquevamosaquedarnosapasarlanocheparaexaminarmásdecercalosmuros?

—Todavía no. Pero puede ser que lo hagamos pronto—respondió mirando alcielo—.Quémaneradedespertarnos,campeón.Vámonosya.

Thomasdesayunórapidísimoypreparósuscosassinabrir laboca.Estabamuyensimismado comoparaparticipar de cualquier conversación, pensando en el cielogrisyenloqueTeresa—almenosélcreíaquehabíasidoella—lehabíacomunicadoensucabeza.

¿QuéhabríaqueridodecirconelFinal?Nopodíaevitarlasensacióndequedebíadecírseloaalguien.Atodos.

Peronosabíaquésignificabaynoqueríaquelosdemásseenterarandequeteníalavozdeunachicadentrodesumente.Pensaríanquesufríaalucinacionesyquizásloencerrarían.Parasiempre.

Despuésdemuchodeliberar,decidiómantener labocacerradaysemarchóconMinhoensusegundodíadeentrenamiento,bajouncielotristeydescolorido.

Divisaron un Penitente antes de llegar a la puerta que conducía de la SecciónOchoalaSecciónUno.

Minho iba un pocomás adelante queThomas.Acababa de doblar una esquinahacialaderecha,cuandosedetuvodegolpeycasidaunpatinazo.SaltóhaciaatrásysujetóaThomasdelacamisa,empujándolocontralapared.

—Shh—susurró—.HayunmalditoPenitentealavuelta.Aunquesucorazónyaveníalatiendoduroyparejo,conesanoticiaseacelerómás.

Minho se llevó el dedo a los labios. Soltó la camisa deThomas, retrocedió unpasoy luego se arrastróhasta el rincóndetrásdel cualhabíavisto alPenitente.Seinclinó hacia delantemuydespacio para espiar.Thomas quería gritarle que tuvieracuidado.

LacabezadeMinhosesacudióbruscamentehaciaatrásygiróparamirarlo.Suvozeratodavíaunmurmullo.

—Estásentadoallí.Merecuerdaalquenosotrosvimos,queparecíamuerto.—¿Quéhacemos?—preguntólomásbajoquepudo,tratandodeignorarelpánico

quecrecíaensuinterior—.¿Vienehacianosotros?—No,idiota.Tedijequeestabasentado.—¿Yentonces?—levantólasmanosconfrustración—.¿Quéhacemos?—Estar

tancercadeunPenitenteparecíaenverdadunapésimaidea.Minhohizounapausa

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parapensar.—Tenemos que ir en esa dirección para llegar a nuestro objetivo.Veamos qué

pasa:sinossigue,volvemoscorriendoalÁrea—explicóyechóotrovistazo.Luegomirórápidamentesobresuhombro—.¡Mierda!¡Yanoestá!¡Vámonos!—gritó,ysinesperarrespuestaniverlaexpresióndeespantodesucompañero,salióvolandohaciaellugarendondehabíavistoalabestia.

Thomas corrió detrás de Minho por el largo pasadizo. Antes de cada recodo,disminuían la velocidad para que el Encargado mirara primero lo que había másadelante. Todas las veces, le susurraba que acababa de ver la parte trasera delmonstruodesaparecertraslaesquinasiguiente.ContinuaronasídurantediezminutoshastaquellegaronalpasilloqueterminabaenelAcantilado.Másalládeesosóloseveíaelcielosinvida.ElPenitentesedirigíahaciaallí.

MinhosedetuvotanviolentamentequeThomascasiloatropella.Acontinuación,observaronhorrorizadoscómolacriaturaclavabasuspúasenelpiso,rodabahastaelborde del Acantilado y luego se arrojaba hacia el abismo gris. El Penitentedesapareciódelavistacomounasombratragadaporelvacío.

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Capítulo35

—Estoloaclaratodo—dijoMinho.Thomasseencontrabadepiealladodeél,albordedelAcantilado,contemplando

esa vasta extensión grisácea que se desplegaba delante de ellos. No había ningúnindicio, ni rastro, ni señal de nada a la izquierda, a la derecha, hacia arriba, haciaabajoohaciadelantehastadondealcanzabalavista.Sólounmuroblanco.

—¿Quécosa?—preguntó.—Yaeslaterceravezquevemoslomismo.Algopasa.—Sí—murmuróThomas.EntendióloqueMinhoqueríadecir,peroprefirióesperarsuexplicación.—Primero,elPenitentemuertoqueyoencontré.Corrióenestadirecciónynunca

lo vimos regresar o adentrarse en el Laberinto. Luego, esos cabrones a los queengañamosparaquecayeranporelprecipicio.

—¿Habrásidoasí?—dijoThomas—.Quizásnoexistiótalengaño.Minholomiróconexpresiónreflexiva.—Bueno,decualquiermodo,despuésvieneéste—comentó,señalandoelabismo

—.Yanoquedanmuchasdudas:nosabemoscómo,perolosPenitentespuedensalirdelLaberintodeestaforma.Parecemagia,perotambiénloesqueelsoldesaparezca.

—Si ellos pueden, nosotros también —intervino Thomas, continuando con elmismorazonamiento.Laemociónlerecorrióelcuerpo.

Minhoserió.—Otravezcontusinstintossuicidas.¿QuieressalirconlosPenitentes?Nosé,¿ir

conellosacomerunahamburguesa,talvez?Sintióquesusilusionessederrumbaban.—¿Tienesalgunaideamejor?—Unacosaporvez,Nuevito.Juntemosunasrocasyexaminemoslazona.Tiene

quehaberalgunasalidasecreta.Hurgaron por todos los rincones delLaberinto, levantando cuanta piedra suelta

encontraron.Tambiénconsiguieronvariasalescarbarlasgrietasdelasparedes.Unavez que recolectaron una buena cantidad, las transportaron hasta el borde delbarrancoysesentaron,conlospiescolgando.

Minhosacópapelylápiz,ylosubicóenelpisojuntoaél.—Muybien,tenemosquehacerunasbuenasanotaciones.Ytambiénmemorizar

todoenesacabezadegarlopoquetienes.Siexistealgúntipode ilusiónópticaqueescondaunasalidadeestelugar,noquieroserelquemetalapatacuandoelprimerlarchotratedesaltarporella.

—Ese larcho debería ser el Encargado de los Corredores —bromeó Thomas,tratandodeesconderelmiedodetrásdelhumor.EstartancercadeunlugardedondepodríansalirlosPenitentesencualquiermomentoloestabaponiendomuynervioso—.Vasanecesitarunalindacuerdadelacualagarrarte.

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Minhotomóunapiedradelapila.—Sí.Bueno,arrojemospor turnosparaun ladoyparaelotro.Siexistealguna

salidamágica,consuertetambiénfuncionaráconrocas.Thomas comenzó, apuntando con cuidado hacia la izquierda de donde se

encontraban,justoenfrentedelsitiodondelaparedizquierdadelpasilloquellevabaalAcantilado se unía con el borde. La piedra fue cayendo hasta desaparecer en elvacíogris.

Luego le tocó el turno aMinho. Lanzó una roca unos treinta centímetrosmáslejos que la anterior. Siguió Thomas, treinta centímetros hacia delante. Todos losproyectilessehundíanenlasprofundidades.ContinuaronasíhastaquecompletaronunafilaquellegabahastaunoscuatrometrosdelAcantilado,yentoncesmovieronsuobjetivo unos treinta centímetros hacia la derecha y comenzaron a volver hacia elLaberinto.

Todaslaspiedrascaían.Lanzarontantascomoparacubrirtodalamitadizquierdadelazonaqueestabadelantedeellos,abarcandoladistanciaquecualquierpersona—ocosa—podríallegarasaltar.EldesalientodeThomasaumentabaconcadatiroynodejabaderecriminarsequehabíasidounaideaestúpida.

EntoncesMinhotomóimpulso.Lapiedrasalióvolandoyesavezsídesapareció.FuelacosamásextrañaydifícildecreerqueThomashubierapresenciadoensuvida.

Minhohabíalanzadountrozograndederoca,unpedazoquehabíasalidodeunadelasgrietasdelmuro.Thomashabíaobservadocontotalconcentracióncadaunodelos proyectiles. Este dejó la mano deMinho, voló hacia delante casi en el centromismode la líneadelAcantiladoycomenzóadescenderhaciaelsueloocultomásabajo.Peroluegoseesfumócomosihubieracaídoatravésdeunamasadeniebla.

Enunmomentoestabaallí,cayendo.Yalotro,noestabamás.Thomassequedómudo.—Nosotrosyahemosarrojadocosasdesdeelbarranco—dijoMinho—.¿Cómo

senospudopasareso?Yonuncavinadaquedesapareciera.Jamás.—Hazlodenuevo,talvezparpadeamosoalgoasí.Lanzóunapiedraalmismolugaryotravezsedesvanecióenelaire.—Es posible que las otras veces nomiraras atentamente—dijoThomas—.Lo

que quiero decir es que comodebería ser algo imposible…Aveces uno no prestamuchaatenciónaaquelloquenocreequepuedasuceder.

Agotaron el resto de las rocas, apuntando al lugar original y cubriendo todo elespacioquelorodeaba.ParasorpresadeThomas,elsitiopordondeseesfumabanlaspiedrasnopodíamedirmuchomásdeunmetrocuadrado.

—No es raro que no lo hayamos visto antes —dijo Minho, anotandofrenéticamentedetallesydimensiones,yhastadibujandoundiagrama—.Esbastantepequeño.

—Los Penitentes deben pasarmuy justos por allí—comentó Thomas, con losojosclavadoseneláreadondeflotabaelcuadradoinvisible,tratandodegrabarensu

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menteladistanciaylaubicaciónexactas—.Ycuandosalendeallí,debendehacerequilibrioenelcostadodelagujeroysaltaralvacíohastaelbordedelAcantilado.Noesmuylejos.Yocreoquepodríaatravesarlodeunsalto.Siesfácilparaellos…

Minhoterminódedibujarylevantólosojoshaciaelsitioespecífico.—¿Cómopuedeserestofactible,güey?¿Quéesloquetenemosdelante?—Como tú dijiste, no es magia. Debe ser algo parecido a lo que ocurrió con

nuestrocielo.Algunaespeciedeilusiónópticaoquizásunholograma,queescondeunaentrada.Estelugaresundesastre.

Tuvoque reconoceren su interiorque también le resultabaalucinante.Ansiabasaberquétipodetecnologíaseocultabadetrásdetodoeso.

—Tienes razón, es un completo desastre. Vámonos—repuso el Encargado. Selevantóconungruñidoysepusolamochila—.Mejoraprovechemoseltiempopararecorrer un rato más el Laberinto. Con nuestro nuevo decorado, tal vez hayanocurridomáscosas extrañasanuestro regreso.HablaremosestanocheconNewtyAlbysobre todoesto.Noséenquépuedeayudar,peroalmenosahora sí sabemosadondevanesosPenitentesgarlopos.

—Yprobablemente tambiéndedóndevienen—agregóThomas, echándoleunaúltimamiradaalaentradasecreta—.LaFosadelosPenitentes.

—Sí,esunnombretanbuenocomocualquierotro.Larguémonosdeaquí.Thomassequedósentadoobservando,esperabaqueMinhotomarala iniciativa.

Pasaronvariosminutosensilencio:debíadeestartanfascinadocomoél.Finalmente,sindecir unapalabra,Minho sediovueltaparamarcharse.YThomas lo siguiódemalaganahaciaelLaberintogris.

Todo lo que encontraron antes de regresar no fue más que paredes de piedra yenredadera.Thomasseencargódecortar lasramasytomarnotas.Leresultódifícildescubrir los cambios ocurridos desde el día anterior, pero Minho le señaló, sinpensarlosiquiera,loslugaresdondelosmurossehabíanmovido.Cuandollegaronalúltimocallejónsinsalida,Thomassintióunimpulsocasiincontrolabledequedarseapasarlanocheparaverquéocurría.

Minhopareciónotarloyleapretóelhombro.—Todavíano,güey.Tenpaciencia.Entoncesiniciaronlavuelta.UnánimosombríosehabíainstaladosobreelÁrea,

algonadararoteniendoencuentaquetodoeragris.Laluzpálidaeralamismadesdeque se habían despertado esa mañana, y Thomas se preguntó si algo cambiaríacuandollegarael«atardecer».

EncuantoatravesaronlaPuertadelOeste,MinhoseencaminódirectamentealaSaladeMapas.

AThomasleparecióextraño:pensóqueeraloúltimoquedebíanhacer.—¿NotemueresdeganasdeiracontarlesaAlbyyaNewtacercadelaFosade

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losPenitentes?—Hey,nosotros todavía somosCorredores.Y tenemosun trabajoquehacer—

contestó, y esbozó una leve sonrisa—. Pero sí, lo haremos rápido, así podremoshablarconelloscuantoantes.

Cuandoentrarona laSala,yahabíaotrosCorredorespululando,enfrascadosensusMapas.Nadieabrió laboca,comosi todas lasespeculacionesacercadelnuevocieloyasehubieranagotado.Eldesalientoquereinabaallíadentroerapalpable,peroThomasnosesintióafectado.Aunquesabíaquetambiéndeberíaestarexhausto,teníademasiadaemociónencimacomopararepararenello:estabadesesperadoporverlasreaccionesdeAlbyydeNewtantelasnoticiasdelAcantilado.

Sesentóa lamesaydibujóelMapadeldíabasándoseensumemoriayen lasanotaciones.Minholedabaindicacionesporencimadelhombro:«Creoqueelcorteen ese pasillo estabamás adelante», «Cuidado con las proporciones», «Shank, hazlíneas más rectas». Era muy molesto, pero de gran ayuda y, quince minutos mástarde,examinóelproducto terminado.Elorgullo lo inundó:elplanoera tanbuenocomocualquieradelosquehabíavisto.

—Noestámal—dijoMinho—.ParaserunNovato.SepusodepieyfuehastaelbaúldelaSecciónUnoyloabrió.Thomassacóel

Mapadeldíaanteriorylopusoalladodelqueacababadedibujar.—¿Quéestoybuscando?—preguntó.—Patrones,pautasqueserepitanenformasistemática.Peronotevaasermuy

útilcomparar solamentedosdías, tienesqueestudiar losplanosdevarias semanas.Yoséqueahíhayalgo importantequenosvaaayudar,pero todavíanohepodidodescubrirqué.Yatedijequeestoeraunamierda.

Volvióasentirlamismacuriosidadquelaprimeravezquehabíaentradoeneserecinto.LosmurosdelLaberintoquesemovían.Losmodelosqueserepetían.Todasesaslíneasrectas,¿acasoinsinuabanlaexistenciadeuntipodemapacompletamentedistinto?¿Indicabanalgo?Teníaunasensaciónmuyfuertedequeestabapasandoporaltoalgunaclaveotalvezunapista.

Minholediounapalmadaenelhombro.—Despuésdecenar,puedesregresarydevanartelossesosexaminandoesto,una

vezquehablemosconNewtyAlby.Vámonos.Thomas guardó los papeles en el arcón, irritado ante la sensación de inquietud

que se había instalado en todo su cuerpo. Paredes que se movían, líneas rectas,patrones…Teníaqueexistirunarespuesta.

—Muybien.Vamos.EncuantodieronunpasofueradelaSaladeMapasylapesadapuertasecerróde

ungolpetrasellos,aparecieronNewtyAlbyconrostrospreocupados.Elentusiasmoseevaporódeinmediato.

—Hey—dijoMinho.Estábamospor…—Sigan trabajando —lo interrumpió Alby—. No hay tiempo que perder.

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¿Descubrieronalgo?¿Cualquiercosa?Minho retrocedió ante la dureza de sus palabras, peroThomas notó en su cara

másconfusiónqueenojo.—Sí,yotambiénestoyencantadodeverte.Pero,enrealidad,síencontramosalgo

—contestóMinho.Curiosamente,Albyparecíacasidecepcionado.—Porque todo este lugar miertero se está cayendo a pedazos —repuso,

lanzándoleunamiradadefuriaaThomas,comosiélfueraelculpabledetodo.¿Quéproblematiene?,pensó,mientraslarabiaseencendíaensuinterior.Habían

estadotrabajandocomolocostodoeldía,¿yasíseloagradecían?—¿Dequéhablas?—preguntóMinho—.¿Quémásocurrió?NewtseñalóhacialaCaja.—Hoynollegaronlosmalditossuministros.Durantedosaños,hanvenidotodas

lassemanas,elmismodíayalamismahora.Perohoyno.Los cuatro dirigieron la vista hacia las puertas de acero pegadas al piso. A

Thomasleparecióquehabíaunasombraflotandosobreellas,másoscuraqueelairegrisquelosrodeaba.

—Shuck,ahorasíqueestamosjodidos—murmuróMinho,ysureacciónalertóaThomasdelogravequeeralasituación.

—Nohaysolparalasplantas—dijoNewt—,niprovisionesenlaCaja…Sí,yodiríaqueestamoscompletamentejodidos.

Alby se había cruzado de brazos ymiraba con odio laCaja, como tratando deabrir las puertas con lamente. Thomas deseó que no se le ocurriera contar lo quehabíavistoenlaTransformación,ocualquiercosaqueestuvierarelacionadaconél.Especialmenteahora.

—Claro,perodetodosmodos—continuóMinho—.Descubrimosalgoraro.Thomas esperaba que Newt y Alby tuvieran una reacción positiva ante las

noticias,quizáshastapodríanampliarlainformaciónparaecharluzsobreelmisterio.—¿Qué?—preguntóNewt,arqueandolascejas.Minho se tomó tres largos minutos para explicar todo, empezando por el

Penitentealquehabíanseguidoyterminandoconelresultadodesuexperimentodearrojarpiedras.

—Debeconduciralsitiodonde…yasaben…vivenlosPenitentes—concluyó.—LaFosadelosPenitentes—agregóThomas.Los tres lomiraron, irritados, como si no tuviera derecho de hablar. Pero, por

primeravez,nolemolestóquelotratarancomoelNovato.—Tengoqueveresopormímismo,caray—dijoNewt,yluegomurmuró—.Es

difícildecreer.Thomasestabatotalmentedeacuerdo.—No sé qué podamos hacer—exclamóMinho—. Tal vez construir algo para

bloquearesepasadizo.

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—Ni lo sueñes—contestóNewt—.Esosmonstruos pueden trepar lasmalditasparedes,¿recuerdas?Nadaquenosotrospodamoslevantarlosmantendríaalejadosdeallí.

Ungranalborotoafuerade laFincadistrajosuatenciónde laconversación.Ungrupo de Habitantes se encontraban en la puerta de entrada, hablandoacaloradamente.Chuckeraunodeellosy,apenaslosdivisó,seacercócorriendomuyexcitado.Thomassepreguntóquénuevalocurahabríasucedido.

—¿Quépasa?—preguntóNewt.—¡Estádespierta!—gritó—.¡Lachicadespertó!AThomasseleretorcióelestómagoyseapoyócontralapareddeconcretodela

SaladeMapas.Lachica.Laquehablabaensucabeza.Queríasalircorriendoantesdequeocurrieraotravez,antesdequeentraraensumente.

Peroerademasiadotarde.Tom,noconozcoaestagente. ¡Venabuscarme!Todoseestáesfumando…Me

estoyolvidandodetodomenosdeti…¡Tengomuchoquecontarte!Peromimemoriaseestádesvaneciendo…

Nocomprendíacómohacíaellaparaestardentrodesucabeza.Teresahizounapausa,yluegoledijoalgoquenoalcanzóacomprender:ElLaberintoesuncódigo,Tom.ElLaberintoesuncódigo.

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Capítulo36

Noqueríaverla.Niaellanianadie.ApenasNewtsedirigióalaFinca,Thomasseescabullósigilosamente,esperando

quenonotaransuausenciaenmediodelaexcitación.Ynoleresultódifícil.BordeóelextremodelÁreayhuyóhaciasurincónaislado,detrásdelbosquedelasLápidas.

Se acomodó en el nido de hiedra y se cubrió con una manta hasta taparse lacabeza.Creyó que sería una buena forma de evitar la intromisión deTeresa en sumente.Enpocosminutos,sucorazónsehabíacalmado.

—Lapeorpartefueolvidarmedeti.Seapretólosoídosconlospuños,pensandoquesetratabadeotromensajedentro

desucerebro.Perono…esavezhabíasidodistinto.Lohabíaescuchadofueradesucabeza.Eralavozdeunamujer.Unestremecimientolerecorriólaespaldamientrasretirabalamantadesucara.

Teresaseencontrabaasuderecha,apoyadacontralagranpareddepiedra.Teníaunaspectomuydiferente.Estabadespierta,alertaydepie.Conunacamisablancademanga larga, jeans y zapatos cafés, lucía mucho más atractiva que cuando estabainconsciente.Elpelonegroenmarcaba lapielblancade lacara,en laquebrillabanesosojosdeunazulprofundo.

—Tom,¿enserionoteacuerdasdemí?—lepreguntó.Teníaunavozsuavequeennadaseparecíaaesesonidoduroydemencialquehabíaescuchadoeldíadesullegada,cuandoellahabíaentregadoelmensajedequetodoibaacambiar.

—¿Quieresdecirque…túteacuerdasdemí?—repuso,avergonzadoporeltonoagudoqueselehabíaescapadoalfinaldelafrase.

—Sí.No.Puedeser—contestó,levantandolosbrazosenseñaldedisgusto—.Nosécómoexplicarlo.

Thomasabriólaboca,peroluegolacerrósindecirnada.—Yomeacuerdoquerecordaba—murmuró.Emitióunlargosuspiromientrasse

sentaba, encogía las piernas y ponía los brazos alrededor de ellas—.Sentimientos.Emociones.Comosituvieraenmicabezaestantesconetiquetasparalosrecuerdosylascaras,perovacíos.Comositodoloanterioraestoseencontraradelotroladodeunacortinablanca.Tambiéntú.

—¿Perocómoesquemeconoces?Sentíaquelasparedesdabanvueltasasualrededor.—No lo sé —respondió Teresa, observándolo fijamente—. Es algo anterior a

llegaralLaberinto.Tienequeverconnosotros.Pero,comoyatedije,esunrecuerdocasivacío.

—¿TúconocíaselLaberinto?¿Quiéntehablódeél?Acabasdedespertarte.—Yo…Estodomuyconfusoenestemomento—confesó,estirandolamano—.

Peroyoséqueeresmiamigo.

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Aturdido,sedestapóporcompletoyseinclinóhaciadelanteparatomarsumano.—MegustacuandomedicesTom.Apenaslafrasebrotódesuboca,sediocuentadequehabíadichounaestupidez.

Teresapusolosojosenblanco.—Bueno,estunombre,¿no?—Sí, pero casi todosme llaman Thomas, excepto Newt queme dice Tommy.

Tomme hace sentir como si estuviera enmi casa o algo así. Aunque tampoco sécómo es realmente tener un hogar —comentó con una risa amarga—. Creo queestamosmetidosenungranlío.

Ella sonrió por primera vez y él casi tuvo que desviar la mirada, como si notuviera derecho de contemplar su expresión. Pensó que no podía ocurrir algo tanlindoenunlugartansombríoygris.

—Sí,escierto—dijoTeresa—.Ytengomiedo.—Yo también, puedes creerme —y se había quedado muy corto con el

comentario.Permanecieronunlargoratomirandoalpiso.—¿Qué…? —comenzó a decir él, sin saber cómo formular la pregunta—.

¿Cómo…hicisteparahablarmedentrodelamente?Hizoungestodeignorancia.Niidea,simplementemesale,dijoenlacabezade

Thomas.Luegovolvióahablarenvozalta.—Escomositratarasdeandarenbicicletaaquí,sihubiera.Estoyseguradeque

podríashacerlosinpensar.¿Peroacasoteacuerdasdehaberaprendido?—No,quierodecir…recuerdoqueandabaenbicicleta,peronohaberaprendido

—hizounapausayloasaltóunaoladetristeza—.Niquiénmeenseñó.—Bueno—dijoella,mientrassusojosparpadeabancomosituvieravergüenzade

larepentinamelancolíadeél—.Nada,esalgoasí.—Ahoraestátodoclarísimo.Teresaalzóloshombros.—Nolehabráscontadoanadie,¿verdad?Diríanqueestamosdelirando.—Cuandoocurrióporprimeravez, lopensé.PerocreoqueNewtcreyóqueyo

estabaagotadooalgoporelestilo—respondió,sintiéndoseinquieto,comosifueraaenloquecersinosemovía.Se levantóyempezóacaminarencírculos—.Tenemosquetratardeentenderloqueestásucediendo:esaextrañanotaquedecíaqueseríaslaúltimapersonaenveniraquí, tuestadodecoma,elhechodequepuedashablarmetelepáticamente.¿Seteocurrealgo?

Ellaloseguíaconlosojosmientrasélnodejabadeirdeunladoaotro.—Puedesahorrarteelesfuerzoydejardehacerpreguntas.Todoloquetengoson

impresiones vagas: que tú y yo éramos importantes, que nos usaron de algunamanera.Quesomosinteligentes,quevinimosacáporalgúnmotivo.SéquefuilaqueactivóelFinal,aunquenoséloqueesosignifica—lanzóungruñidoysesonrojó—.Misrecuerdossontaninútilescomolostuyos.

Searrodillódelantedeella.

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—Noesasí.Estabasaltantodequemimemoriafueborradasinpreguntármelo,ydeotrosdatos.Túsabesmuchomásqueyoyquetodoslosdemás.

Susmiradas se encontraron durante un buen rato; parecía que lamente de elladabavueltas,intentandohallarunaexplicación.

Realmentenolosé,ledijoenlacabeza.—Otra vez con lo mismo —exclamó Thomas en voz alta, aunque se sentía

aliviadodequeeltrucoyanolovolvieraloco—.¿Cómolohaces?—Loignoro,mesalesolo.Yestoyseguradequetútambiénpuedeshacerlo.—Bueno, no estoy demasiado ansioso por probar —bromeó, sentándose y

levantando las piernas como ella—.Mencionaste algo enmimente, justo antes deencontrarmeaquí.Algoasícomo«ElLaberintoesuncódigo».¿Quéquisistedecir?

—Cuandomedesperté,fuecomosiestuvieraenunmanicomio:unoschicosrarosrevoloteabanalrededordemicama,losrecuerdosgirabancomountorbellinodentrode mi cabeza. Traté de aferrar algunos y eso fue lo que tú escuchaste. No puedorecordarporquélodije.

—¿Teacuerdasdealgomás?—Enrealidad,sí—respondiómientrassesubía lamangadelbrazo izquierdoy

mostrabaelbíceps.Habíaalgoescritoensupielcontintanegramuyfina.—¿Quéeseso?—preguntó,inclinándoseparaobservarmejor.—Léelotúmismo.Lasletraserangarabatospero,alacercarse,pudodescifrarloquedecían.

CRUELesbueno

Sucorazóncomenzóalatiraceleradamente.—CRUEL…yoyahevistoesapalabraantes—murmuró,tratandodeentenderel

significadodelafrase—.Enunascriaturasquevivenaquí.Losescarabajos.—¿Quéson?—UnasmaquinitasconaspectodelagartijasquesonespíasdelosCreadores,las

personasquenosmandaronacá.Teresa reflexionó un momento acerca de lo que acababa de escuchar, con la

miradaperdida.Luegoclavólosojosensubrazo.—Nopuedo recordar por qué lo anoté—dijo,mientras se chupaba el pulgar y

comenzabaaborrarlaspalabras—.Peronodejesqueloolvide,tienequesignificaralgo.

LastrespalabrasserepetíanunayotravezenlacabezadeThomas.—¿Cuándolasescribiste?—Al despertar.Había un bolígrafo y un bloc al lado de la cama.Las anoté en

mediodelcaos.Estabadesconcertadoanteesachica:primero,laconexiónquehabíasentidohacia

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elladesdeelprincipio;luego,lodehablarensumenteyahoraeso.—Todoloquetienequevercontigoesraro.¿Tedascuenta,no?—A juzgar por tu pequeño escondite, yo podría pensar que tampoco eresmuy

normalquedigamos.Esodevivirenelbosque…Trató de poner cara de enojado pero luego sonrió. Esconderse le resultaba un

pocopatéticoysesentíaalgoavergonzado.—Bueno,túmeresultasfamiliaryafirmasquesomosamigos.Supongoquevoy

aconfiarenti—concluyóyextendiólamanootravez.Ellalatomó,ylasostuvounratolargo.Thomassintióqueuntemblormuyagradablerecorríasucuerpo.

—Loúnicoquequieroesvolveracasa—dijoTeresa,soltándoleporfinlamano—.Igualquetodosustedes.

Regresódemanerabruscaalarealidadyrecordólonegroquesehabíavueltoeluniverso.

—Sí,últimamentetodoesunasco.Elsoldesaparecióyelcielosepusogris,nonosenviaronlasprovisionessemanales…deunamaneraodeotra,parecequetodovaaterminar.

Pero antes de que ella pudiera contestar, Newt apareció corriendo a través delbosque.

—¿Pero dónde…?—exclamó,mientras se detenía delante de ellos ymiraba aTeresa.Albyyalgunosmásseencontrabandetrás—.¿Cómollegastehastaaquí?ElDocmedijoquedesaparecisteenunmalditosegundo.

Ellaselevantó,sorprendiendoaThomasporlaseguridadconquelohizo.—Creoqueseolvidódeunpequeñodetalle,laparteenquelediunapatadaenla

entrepiernaysalítrepandoporlaventana.ThomascasiseechaareírmientrasNewtsevolteabahaciaunmuchachomayor,

queteníalacaradelcolordeunjitomate.—Felicitaciones,Jeff—ledijo—.Eresoficialmenteelprimer tipodeeste lugar

querecibeunapalizadeunachica.PeroTeresanosedetuvoallí.—Sisigueshablandoasí,túseráselpróximo.Newt los encaró, sin demostrar miedo alguno. Se quedó en silencio,

observándolos. Thomas le sostuvo la mirada, preguntándose qué estaría pasandodentrodesucabeza.Albyseacercó.

—Ya estoy harto de esto—exclamó, apuntando al pecho de Thomas como sifueraagolpearlo—.Quierosaberquiénerestú,quiénesestalarchaycómoesestodequeustedesseconocen.

Thomassepusomuymal.—Alby,tejuro…—¡Garlopo,ellavinodirectohaciatiapenassedespertó!Loinvadiólairapero,almismotiempo,sintiótemordequeAlbyexplotaracomo

Ben.

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—¿Yconesoqué?Yolaconozcoyellameconoce,oalmenos,esosolíaocurrir.Peronomeacuerdodenadayellatampoco.

—¿Quéhiciste?—preguntóAlbymirandofijamenteaTeresa.Thomas,confundidoantelapregunta,laobservóparaversisabíadequéestaba

hablandoAlby.Peroellanorespondió.—¡¿Quéhiciste?!—gritóellíder—.Primeroelcieloyahoraesto.—Activé algo —contestó ella pausadamente—. No fue a propósito, lo juro.

DetonéelFinal,peronoséloqueesosignifica.—¿Quéocurrió,Newt?—preguntóThomas,evitandohablardirectamenteconel

líder—.¿Cuáleselproblema?Albylotomódelacamisa.—¿Qué pasó? Yo te voy a contar qué pasó, larcho. Estabas tan ocupado acá

haciéndoleojitos a esta chicaqueno temolestaste enmirar a tu alrededor.Bueno,¡fueporesoquenotedistecuentadelahoraquees!

Thomasmirósurelojydescubrióconhorrorquéeraloqueselehabíapasadoporalto.SupoloqueAlbydiríaacontinuación,antesdequelaspalabrasbrotarandesuslabios.

—Lasparedes,shank.LasPuertas.Hoynosecerraron.

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Capítulo37

Thomassequedómudo.Lavidaseríadiferenteapartirdeesemomento.Sinsol,sinprovisionesysinnadaquelosprotegieradelosPenitentes.Teresahabíaestadoenlociertodesdeelprincipio:todohabíacambiado.Sintiócomosielairedesuspulmonessesolidificaraysealojaraenlagarganta.Albyapuntóhacialachica.

—Laquieroencerrada.Ahora.¡Billy!¡Jackson!PónganlaenelCuartoOscuroeignorencualquierpalabraquesalgadesubocadegarlopa.

Teresanodijonada,peroThomasreaccionóporlosdos.—¿Qué estás diciendo, Alby? Tú no puedes…—exclamó, pero se detuvo al

percibir laexpresiónde furia—.Pero…¿cómopuedesculparlaaellapor lode lasparedes?

Newtseadelantó,apoyósumanosuavementeenelpechodeAlbyyloempujóhaciaatrás.

—¿Yporquénopodemos,Tommy?Ellamismaloadmitió.SevolteóyobservóaTeresa, impactadopor la tristezaquevio instaladaensus

ojosazules.Sintióundolorenelpechoyseleestrujóelcorazón.—Alégratedequenotemandeconella—dijoAlby,fulminándolosaamboscon

lamirada antes de alejarse. Thomas nunca había tenido tantas ganas de golpear aalguien.

Billy y Jackson se acercaron, tomaron a Teresa de ambos brazos y laacompañaronhacialacárcel.Peroantesdequeentraranalbosque,Newthizoquesedetuvieran.

—Quédenseconella.Paseloquepase,nadiedebetocarla.Tienenquejurarloporsusvidas.

Losdosguardiasasintieronysemarcharon,escoltándola.AThomasledolióaúnmásverla irdetanbuenagana.Nopodíacreer lo tristequesehabíapuesto:queríaseguirhablandoconella.Acabodeconocerla,pensó.Noséniquiénes.Perosabíaque eso no era cierto. Ya existía una proximidad entre ellos que debía de habersurgidoantesdesuexistenciasinmemoriaenelÁrea.

Venaverme,ledijoella.Nosabíacómohacerparacontestarle,perodecidióintentarlo.Loharé.Almenosestarásseguraallíadentro.Norespondió.¿Teresa?Nada.

Enlostreintaminutosquesiguieron,sedesencadenóunaconfusióntotal.Aunquenosehabíapercibidoningúncambiodeluzdesdelamañana,parecíaquelaoscuridadse

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hubiera extendido sobre elÁrea.Newt yAlby congregaron a los Encargados pararepartirlesdistintastareaseinformarlesquedebíanestarenlaFincaenunahoraconlosgrupos formados.Thomas, por su lado, se sentía comoun espectador sin sabercómocolaborar.

LosConstructores—sinGally su líder, que seguía sin aparecer— recibieron laordendelevantarbarricadasencadaPuertaabierta.Mientrasellosllevabanacabolatarea,Thomascomprendióquenohabíatiemponimaterialessuficientescomoparahaceralgobueno.TuvolaimpresióndequelosEncargadosenrealidadsólotratabandemantenera loschicosocupados,parademorar los inevitablesataquesdepánico.Ayudó a los Constructores a juntar cualquier elemento suelto que encontraran yapilarloenlasaberturas,sujetandotodoconclavos,lomásfirmementeposible.Lasdefensas lucían patéticas y lastimosas. Estaba aterrorizado: no podrían manteneralejadosalosPenitentesdeesaforma.

Mientras trabajaba, fue observando las distintas tareas que se realizaban en elÁrea.

Reunieron todas las linternas que encontraron y las distribuyeron entre losHabitantes.NewtdijoquetodosdebíandormiresanocheenlaFincayquelaslucesse usarían sólo en caso de emergencia. La labor de Sartén consistió en sacar losalimentos no perecederos de la cocina y guardarlos en la Finca, en caso de quequedaranatrapadosallí.Imaginólohorriblequeseríaunasituaciónsemejante.Otrosamontonaban suministros y herramientas. Distinguió a Minho trasladando armasdesde el sótano hasta el edificio principal. Alby había dejado muy claro que nopodían correr riesgos: convertirían la Finca en un fuerte y harían lo imposible pordefenderlo.

SealejódisimuladamentedelosConstructoresyseunióaMinhoparatransportarcajas de cuchillos y rollos de alambre de púas. Un rato después, el Encargado lecomunicóqueteníaunamisiónespecialquelehabíaencomendadoNewtyledioaentenderquesefuera,negándoseacontestarcualquieradesuspreguntas.

Aunquesesintióherido, fueabuscaraNewtpuesnecesitabahablarconél.LoencontróenmediodelÁreacuandosedirigíaalMatadero.

—¡Newt!—legritó,mientrascorríaparaalcanzarlo—.Tienesqueescucharme.Frenó tanbruscamenteque casi lo atropella.Luego lomiró con tanta irritación

queThomaspensósivaldríalapenaabrirlaboca.—Hablarápido—repuso.—Tienesquesoltaralachica—ledijoconcautela—.ATeresa.Sabíaqueellapodíaserútil,yaqueeraposiblequerecordaraalgovalioso.—Ah,nosabeslofelizquemeponequeustedesahoraseanamigos—comentó

Newtcontinuandosucamino—.Nomehagasperdereltiempo,Tommy.Thomasloagarródelbrazo.—¡Escúchame!La chica sabe algo…Creo que ella y yo fuimos enviados aquí

paraayudaraponerlefinatodoesto.

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—Seguro…dejandoque losmalditosPenitentes entren aquí alegrementeynosmaten,¿noescierto?Heescuchadoplanesespantososenotrasépocas,peroéstelesganaatodos.

Lanzóungruñido,esperandoqueNewtnotarasufrustración.—No,nocreoque signifiqueeso…digo, elhechodeque lasparedesyano se

cierren.Newtsecruzódebrazos.Seveíaquehabíaperdidolapaciencia.—Nuevito,¿quétonteríasestásdiciendo?DesdequehabíavistolaspalabrasenelmurodelLaberinto—CatástrofeyRuina

Universal, Experimento Letal— no había dejado de pensar en ellas. Sabía que sialguienpodríallegaracreerle,éseseríaNewt.

—Meparece…creoqueestamosaquícomopartedeunextrañoexperimento,oprueba,nosé.Perosesuponequeesodebeconcluirdealgunamanera.Nopodemosvivir así para siempre: quienquiera que nos haya enviado aquí quiere que estotermine.Deunaformaodeotra.

Sintióungranalivioalponerafueratodoloqueteníaensumente.Newtsefrotólosojos.—¿Y crees que eso es suficiente para convencerme de que la situación es

maravillosayque,porlotanto,deboliberaralachica?¿Ellallegayderepentetodoeslucharomorir?

—No,noentiendesloquequierodecir.Yopiensoqueellanotienenadaqueverconelhechodequenosotrosestemosaquí.Essólounpeón:elloslaenviaronalÁreacomonuestraúltimaherramientaopistaoloquesea,paraayudarnosasalirdeestelugar—respiró hondo—. Y creo que ellos me enviaron a mí también. Que hayaactivadoelFinalnosignificaqueseamala.

NewtdesviólavistahaciaelCuartoOscuro.—¿Sabesalgo?Enestemomento, todoesome importaun reverendopito.Ella

puedesoportarunanocheallídentro.Además,estarámásseguraquenadie.Thomasasintió,presintiendoquehabíalogradounacuerdo.—Muybien:pasaremoslanochecomosea.Mañana,cuandohayamossuperado

todo un día a salvo, decidiremos qué hacer con ella… y también qué haremosnosotros.

Newtlanzóunresoplido.—Tommy,¿quéesloquevaacambiarmañana?Yapasarondosmalditosaños,

¿entiendes?Teníauna sensación irresistibledeque todosesoscambiosnoeranmásqueun

estímulo,uncatalizadorparalajugadafinal.—Porqueahoratenemosquedescifrarelmisterio.Estamosforzadosahacerlo.Ya

no podemos vivir de esamanera, día tras día, pensando que lomás importante esregresaralÁreasanosysalvosantesdequelasPuertassecierren.

Newtreflexionóunminutoenmediodelalborotodelospreparativos.

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—Sigue buscando una solución. Quédate allá afuera mientras las paredes semueven.

—Claro —exclamó—. Eso es exactamente lo que estoy diciendo. QuizáspodamosarmarbarricadasovolarlaentradaalaFosadelosPenitentes.TenemosqueganartiempoparaexaminarelLaberinto.

—Albyeselquenoquieresoltara lachica—dijoNewt,señalandolaFinca—.Ese tipo no les tiene mucho aprecio a ustedes dos. Pero ahora debemostranquilizarnosyesperarhastaeldespertar.

Thomashizoungestopositivo.—Podemosderrotarlos.—Hércules,yalohashechoantes,¿noescierto?Sin sonreír ni esperar una respuesta, se alejó, gritándole a todo el mundo que

terminaraeingresaraalaFinca.Estaba contento con la conversación: había resultado mejor de lo esperado.

DecidióapurarseyhablarconTeresaantesdequefuerademasiado tarde.MientrascorríahaciaelCuartoOscuro,observócómolosHabitantescomenzabanaentraralaFinca,conlosbrazoscargados.

Sedetuvofueradelapequeñaprisiónytratóderecuperarelaliento.—¿Teresa?—llamófinalmente,atravésdelaventanaenrejada.Lacaradeellasurgiódegolpedelotrolado,sobresaltándolo.Lanzóungritoantesdepoderreprimirloyletomóunsegundorecuperarse.—Puedesserrealmenteterroríficacuandoquieres,¿sabías?—Eresmuydulce—respondió—.Gracias.Enlaoscuridad,susojosazulesbrillabancomolosdeunagata.—De nada —contestó, ignorando el sarcasmo—. Escúchame, he estado

pensando…—hizounapausaparareflexionar.—EsoesmásdeloquepuedodecirdeesecretinodeAlby—mascullóella.Thomasestabadeacuerdo,perosemoríaporcontarlesusideas.—Tiene que haber una forma de salir de aquí. Sólo tenemos que buscarla.No

sé…QuedarnosmástiempoenelLaberinto.Yloqueteescribisteenelbrazoyloquedijistesobreelcódigo,todoesotienequetenerunsignificado,¿verdad?

Tienequetenerlo,pensó.Sintióquerenacíansusesperanzas.—Sí,estuvepensandolomismo.Peroprimero,¿nopodríassacarmedeaquí?—le

rogó,apoyandolasmanosenlosbarrotesdelaventana.Thomassintióunimpulsoridículodeestirarseytocarlelasmanos.—Bueno,Newtdijo que tal vezmañana—le contó, feliz de haber logrado esa

concesión—.Tendrásquepasarlanocheahíadentro.Enrealidad,esposiblequeseaellugarmássegurodelÁrea.

—Graciasporpedírselo.Serádivertidodormirsobreestepisofrío—bromeó—.AunquesupongoqueunPenitentenopuedecolarseatravésdeestaventana,asíqueestarébien,¿no?

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Lamenciónde losPenitentes lo sorprendió:no recordabahaber tocadoel temaconellaaún.

—Teresa,¿estásseguradequetehasolvidadodetodo?Ellapensóduranteunossegundos.—Esraro,creoquesírecuerdoalgunascosas.Amenosquehayaescuchadoala

gentehablandomientrasestabaencoma.—Bueno,supongoquenoesimportanteenestemomento.Sóloqueríaverteantes

deirmeadentroparapasarlanoche—leconfesó.Enrealidad,noqueríadejarla.CasideseabaquelometieranenelCuartoOscuro

con ella.Rió en su interior: podía imaginarse la respuesta deNewt ante semejantesolicitud.

—¿Tom?—dijoTeresa.Thomassediocuentadequeestabaenlasnubes.—Ah,perdón.¿Qué?Lasmanosdeellasedeslizaronhaciadentroydesaparecieron.Sólopodíaversus

ojosyelpálidoresplandordesupielblanca.—Nosésivoyapoderquedarmeenestacárceltodalanoche.Loinvadióunatristezainsondable.QueríarobarlelasllavesaNewtyayudarlaa

escapar. Pero sabía que era una idea ridícula. Ella iba a tener que sufrir yarreglárselas.Sostuvolamiradadeesosojosrelucientes.

—Al menos, no estará completamente oscuro. Parece que vamos a tener estaespeciedeasquerosoatardecerdurantelasveinticuatrohorasdeldía.

—Sí…—murmuró,mirandohacialaFinca,yluegovolvióaposarlosojosenél—.Soyunachicafuerte.Estarébien.

Sesentíamuymalportenerquedejarlaallí,peronoteníaopción.—Measegurarédequetedejensalirmañanaaprimerahora,¿deacuerdo?Ellasonrió,haciéndolosentirunpocomejor.—¿Meloprometes?—Prometido—dijoThomas,golpeándoselasienderecha—.Ysitesientessola,

puedeshablarconmigocontu…truco,todoloquequieras.Intentaréresponderte.Yalohabíaaceptado,hastalodeseaba.Sóloesperabapoderdescubrirlaformade

contestarle,asípodríanmantenerunaconversación.Yatevaasalir,dijoTeresaensumente.—Ojalá—exclamó.Sequedóallí,sinquerermarcharse.—Esmejorquetevayas—dijoella—.Noquierocargarcontuhorrendamuerte

enmiconciencia.Esbozóunasonrisaforzada.—Muybien.Nosvemosmañana.Yantesdearrepentirse,seescabullóhacialaesquina,paraentraralaFincaporla

puerta delantera junto con los dos últimos Habitantes, mientras Newt los arreabacomovacashaciaelcorral,cerrandolapuertatrasdesí.

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Justo antes de poner el cerrojo, creyó oír el primer gemido aterrador de losPenitentes,queproveníadelasprofundidadesdelLaberinto.

Lanochehabíacomenzado.

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Capítulo38

LamayoríadelosHabitantessolíadormirafueraenépocasnormales,demodoqueacomodar todos esos cuerpos dentro de la Finca trajo como resultado que todosquedaranbastante amontonados.LosEncargadoshabíanorganizadoydistribuido aloschicosenlasdistintashabitaciones,juntoconmantasyalmohadas.Apesardelacantidad de personas y del caos producido por semejante cambio, un silencioinquietanterondabalacasa,comosinadiequisierallamarlaatención.

Unavez que estuvieron instalados,Thomas subió a reunirse conNewt,AlbyyMinho, para terminar la conversación que había comenzado más temprano en elpatio.AlbyyNewtsesentaronenlaúnicacamaquehabíaenlasala,mientrasqueThomas yMinho se ubicaron cerca de ellos en dos sillas. El resto del mobiliarioconsistíaenunacómodademaderatorcidayunamesitaconunalámpara,queeralaúnica luz que tenían. La oscuridad grisácea del exterior parecía apoyarse en laventana,comounapromesadequeseacercabanmomentosterribles.

—Estoeslomáscercaqueheestadoderendirme—decíaNewt—.Mandartodoaldemonioydespedirnosde laposibilidaddevencer a losPenitentes.Suministroscortados,malditoscielosgrises,paredesquenosecierran.Pero todossabemosquenopodemosabandonarahora.Losmiserablesquenosenviaronaquínosquierenvermuertosonosestánprovocando.Decualquierforma,tenemosquepartirnoselalmaparaseguirvivosomorirdeverdad.

Thomas hizo un gesto afirmativo, pero no dijo nada. Estaba totalmente deacuerdo pero no tenía ningún plan para proponer. Si lograba llegar a la mañanasiguiente,talvezaTeresayaélselesocurriríaalgunaformadecolaborar.

Echó un vistazo a Alby, que tenía la mirada fija en el suelo, aparentementeperdidoensuspropiospensamientoslúgubres.Manteníaesaexpresióndecansancioydedepresión,conlosojoshundidosyapagados.LaTransformaciónhabíaresultadounnombremuyadecuadoparaesaexperiencia,ajuzgarporloquehabíaprovocadoenél.

—¿Alby?—lointerrumpióNewt—.¿Novasadecirnada?El líder levantó lavista sorprendido, comosinohubieranotadoquehabíamás

genteenlahabitación.—¿Eh?Ah,sí.Va.Peroustedesvieronloqueocurrepor lanoche.Sóloporque

Thomas,elmalditosuperchico,lologró,noquieredecirqueelrestodenosotroslohaga.

ThomaslehizoaMinhounlevegestodeimpacienciaconlosojos,hartoyadelaactituddeAlby.

SiMinhosentíalomismo,secuidómuybiendedemostrarlo.—Yo estoy con Thomas y Newt. Tenemos que dejar de quejarnos y de sentir

lástimapornosotrosmismos—sefrotólasmanosyseinclinóhaciadelanteenlasilla

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—.Mañanaporlamañana,loprimeroquetienenquehaceresasignarequiposparaque estudien los Mapas a toda hora mientras los Corredores salen al Laberinto.Vamosallevarsuficientesprovisionescomoparaquedarnosafueravariosdías.

—¿Qué?—preguntóAlby,mostrando finalmentealgodeemociónen lavoz—.¿Quéquieresdecircon«días»?

—Eso:días.ConlasPuertasabiertasysinatardecer,notienesentidoregresar.Esel momento de permanecer allá afuera y ver si algo se abre cuando los muros semueven.Siesquetodavíaestoocurre.

—Nilosueñes—dijoAlby—.TenemoslaFincadondeescondernosy,siesonofunciona, nos quedan la Sala deMapas y el Cuarto Oscuro. ¡Minho, no podemospedirlesalosHabitantesquevayanalláafueraamorir!¿Quiénsevaaofrecerparaalgoasí?

—Yo—respondióMinho—.YelNovato.Todosmiraron a Thomas, que asintió con la cabeza.Aunque lo aterrorizaba la

idea,hacerunaexploraciónprofundadelLaberintoerasudeseodesdelaprimeravezquehabíaoídohablardeél.

—Siesnecesario,yotambiénvoy—intervinoNewt, locual llenóaThomasdeasombro.Apesardequeélnuncahablabadeltema,larengueraeraunrecordatorioconstante de que algo horrible le había sucedido dentro del Laberinto—. Y estoysegurodequetodoslosCorredoresharánlomismo.

—Tú,¿contupatacoja?—preguntóAlby,dejandoescaparunarisaáspera.Newtfruncióelceñoymiróhaciaelpiso.—Amínomeparecebienpedirlesalosdemásquehaganalgoqueyomismono

estoydispuestoahacer.Albyseacomodóyapoyólospiessobrelacama.—Haganloquequieran.Medalomismo.—¿Quehagamosloquequeramos?—repitióNewt,poniéndosedepie—.¿Cuál

es tu problema, güey? ¿Acaso piensas que tenemos alguna opción? ¿Crees quedeberíamosquedarnosaquísentadosesperandoquelosmalditosPenitentesvenganalincharnos?

Thomas quería levantarse y aplaudir. Estaba seguro de que Alby tendría quereaccionar en algún momento y salir de su depresión. Pero el líder no parecíaafectadoenlomásmínimoporlaspalabrasdeNewt.

—Bueno,almenosesosuenamejorquecorrerhaciaellos.—Alby,yaeshoradequeempiecesaserrazonable.Pormásquedetestaratenerqueadmitirlo,ThomassabíaquenecesitabanaAlby

para cualquier cosa que intentaran llevar a cabo, pues losHabitantes lo respetabanmucho.

Por fin, Alby respiró profundamente y fue mirando uno por uno a todos lospresentes.

—Chicos,ustedessabenqueestoyjodido.Enserio…losiento.Piensoqueyoyanodeberíaserellíder.

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Thomascontuvolarespiración:nopodíacreerloqueAlbyacababademanifestar.—Shuck…—comenzóadecirNewt.—¡No!—gritóAlby,conexpresiónhumilde,deentrega—.Esonoesloquequise

decir. Escúchenme. No estoy sugiriendo que deberíamos cambiar, ni nada de esastonterías.Sólocreoquetengoquedejarqueustedestomenlasdecisiones.Noconfíoenmí.Asíque…haréloquequieran.

ThomasnotóqueMinhoyNewtestabantansorprendidoscomoél.—Eh…bueno—dijoNewt lentamente,nomuyseguro—.Todovaasalirbien.

Loprometo.Yaverás.—Sí—mascullóAlby.Después de una larga pausa, comenzó a hablar más fuerte y con un extraño

entusiasmoenlavoz.—Hey,lesdigoloqueharemos.PónganmeacargodelosMapas.Haréquetodos

losHabitantesdelÁreasematenanalizandoesosdibujos.—Amímeparecebien—dijoMinho.Thomasqueríadecirqueestabadeacuerdo,peronoteníaclarosilecorrespondía.Albyapoyólospiesenelpisootravezyseenderezó.—Creoque fuebastanteestúpidoestodedormiradentro.Deberíamoshabernos

quedadotrabajandoenlaSaladeMapas.Thomas pensó que eso era lomás inteligente queAlby había dicho enmucho

tiempo.Minhoseencogiódehombros.—Seguramentetienesrazón.—Bueno,yovoya ir—dijoAlby,conungestodeconfianza—.Ahoramismo.

Newtsacudiólacabeza.—Olvídalo.Ya oí los gemidos de losmalditos Penitentes allí afuera. Podemos

esperarhastaquellegueeldespertar.Albyseinclinóhaciadelante,conloscodosenlasrodillas.—Oigan, larchos, ustedes son los que comenzaron las charlas de aliento. No

venganaquejarseahoraqueleshagocaso.Sivoyahacerlo,tienequeserahora.ElviejoAlbyestádevuelta.Necesitoconcentrarmeenalgo.

Thomassesintióaliviado,puesestabahartodeladiscordia.—Habloenserio,necesitohacerlo—dijoAlby,poniéndosedepieydirigiéndose

hacialapuertadelahabitación.—Tienesqueestarbromeando—señalóNewt—.¡Nopuedessalirahora!—Voy a ir y listo —lo desafió Alby, tomando la argolla con sus llaves y

haciéndolas sonar en actitudburlona.Thomasnopodía creer su repentinovalor—.Shanks,losveoenlamañana—dijo,yseretiró.

Era extraño saber que, a pesar de que la noche avanzaba y que la oscuridaddeberíahabersetragadotodoloquelosrodeaba,alasomarsesóloseveíaunapálidaluz gris. Eso desequilibraba a Thomas, como si la necesidad de dormir que

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aumentaba a cada minuto no fuera algo natural. El tiempo se arrastraba tanlentamentecomoenunaagonía.Teníalasensacióndequeeldíasiguientenollegaríanunca.

LosdemásHabitantesseinstalaronconsusmantasyalmohadasparalaimposibletareadeconciliarelsueño.Nadiehablabamucho:habíaunaatmósferadetristezayabatimiento. Sólo se oían los ruidos de los pies que se arrastraban suavemente yalgunossusurros.

Hizounesfuerzoparadormir,sabiendoquedeesamaneraeltiempopasaríamásrápido;pero,despuésdedoshoras,seguíasintenersuerte.Estabaechadoenelpisodeunade lashabitacionesde arriba, sobreunagruesamanta, conotrosHabitantesapiñadosasualrededor.Newtsehabíaquedadoconlacama.

ChuckhabíaterminadoenotrodormitorioyThomasseloimaginabaacurrucadoenunrincónoscuro,llorandoyapretandolamantacontraelpecho,comosifueraunositodepeluche.Esolopusotantristequeintentó,sinsuerte,quitarselaimagendelacabeza.

Casitodosloschicosteníanunalinternaparausarencasodeemergencia.Porlodemás,Newthabíadadoordendemantenerlaslucesapagadas.Todoloquesehabíapodido hacer con tan poco tiempo para estar preparados ante un ataque de losPenitentes,sehabíahecho:lasventanassehabíanselladocontablas,losmueblessehabían apoyado contra las puertas, se habían distribuido cuchillos para usar comoarmas…

PeroThomasnosesentíaseguro.Laexpectativade loquepodíaocurrireraapabullanteyflotabaenelambiente,

como una masa de miedo y sufrimiento que lo sofocaba. Casi deseaba que esoscabrones llegaran pronto y que todo se acabara de una vez. La espera erainsoportable.

Los aullidos lejanos de los Penitentes se acercaban a medida que avanzaba lanoche;cadaminutoparecíamáslargoqueelanterior.

Transcurrió una hora más. Y luego otra. Finalmente, el sueño llegó, pero demanera intermitente.Supusoqueserían lasdosde lamadrugadacuandocambiódeposiciónpormillonésimavez.Pusolasmanosdebajodelmentónydirigiólamiradahacialospiesdelacama,unasombraenlatenueluzdelahabitación.

Luegotodocambió.Unestallidodemaquinariaqueproveníadelexteriorcomenzóasonardentrode

laFinca,seguidodelosfamiliaresrepiqueteosmetálicos:unPenitenterodabasobreel piso de piedra. Era como si alguien hubiera desparramado un puñado de clavosencimadelaroca.Selevantódeunsalto,aligualquetodoslosdemás.

PeroNewtyaestabadepieantesquenadie,agitandolosbrazosyhaciendocallaratodos,llevándoseeldedoaloslabios.Caminódepuntillashacialasolitariaventanadel recinto, cubierta por tres tablas demadera clavadas apresuradamente. Grandesrendijaspermitíanespiarhaciafuera.Concuidado,seagachóparaecharunamiraday

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Thomassearrastróhastaél.Se ubicó debajo deNewt contra la tablamás baja, presionando el ojo sobre la

grieta.Eraaterradorestartancercadelapared,peronoviomásqueelÁreadelantedesí.Noteníalugarsuficienteparamirarhaciaarribaohaciaabajo,oaloscostados;sólohaciadelante.Despuésdeunrato,abandonólatareaysequedóconlaespaldaapoyadacontralaparedmientrasNewtsesentabaenlacama.

Pasaronunosminutos.Los sonidosde losPenitentespenetraban losmuros conespacios de diez a veinte segundos: el chirrido de los motores acompañado delzumbidometálico,elgolpeteodelaspúascontraladurapiedra,elchasquidodelasgarrasqueseabríanycerrabanbruscamente.Cualquierruidoloestremecíadeterror.

Parecíaquehabíaporlomenostresocuatromonstruosenelpatio.Podíasentiraesosanimalesmecánicosesperandoalláafuera.Puroszumbidosy

traqueteosdemetal.Selesecólaboca:habíaestadocaraacaraconellosylosrecordabamuybien.

Hizounesfuerzopararespirar.Losotroschicosdentrodelahabitaciónsemanteníanquietos, rodeados de una tensión mortal. El miedo rondaba el aire cual humaredanegra.

Unode losPenitentesemitióunruidocomosiseestuviera trasladandohacia lacasa.Depronto,elrepiqueteodelaspúascontralapiedrasetransformóenunsonidomásprofundoyhueco.Seimaginótodoclaramente:laspúasmetálicasclavándoseenlamadera de las paredes laterales de la Finca, la enorme bestia haciendo girar sucuerpo,trepandohacialahabitacióndondeellossehallaban,desafiandolagravedadcon su fuerza descomunal. Escuchó cómo las agujas trituraban la madera y luegorotabanparavolverseaafirmar.Eledificioenterosesacudíaconelmovimiento.

Los crujidos, gemidos y chasquidos se convirtieron en los únicos sonidosexistentesenelmundo,causándolehorror.Conlacercanía,aumentabanelvolumen.Losdemáschicossehabíanarrastradoatravésdeldormitorio,lomáslejosposibledela ventana. Después de unos minutos, fue tras ellos, con Newt pegado a su lado.Todosquedaronamontonadoscontralapared,mirandoatentamentelaventana.

Cuando la situación llegó a su punto de mayor tensión —el Penitente seencontrabajustodetrásdelvidrio—sobrevinounsilencioinquietante.Podíaescucharhastaellatidodesucorazón.

Unas luces parpadearon afuera, proyectando rayos extraños a través de lasrendijasde lasmaderas.Luegounasombramuydelgada interrumpióel resplandor,moviéndosedeunladoaotro.Comprendióquelossensoresylasarmasdelmonstruosehabíandesplegadoenbuscadesufestín.Presintióalosescarabajosayudandoalascriaturasaencontrarelcamino.Unossegundosmástarde,lasombrasedetuvoylaluz se paralizó, proyectando tres planos inmóviles de resplandor dentro de lahabitación.

El nerviosismo que había en el aire era espeluznante: se podía escuchar larespiración de todos. Pensó que lo mismo debía estar ocurriendo en los demás

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dormitoriosdelaFinca.EntoncesrecordóaTeresadentrodelCuartoOscuro.Estaba deseando que ella le hablara cuando, de golpe, la puerta del pasillo se

abrió,despertandogritosy jadeosa sualrededor.LosHabitanteshabían imaginadoquealgoocurriríaen laventanaynodetrásdeellos.Thomassevolteóparaverdequién se trataba, esperando encontrar a Chuck atemorizado o, quizás, a Albyarrepentido.Perocuandodescubrióquiénestabadepieenelumbral,sumentesufrióunaconmoción.

EraGally.

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Capítulo39

LosojosdeGallyirradiabanunafuriademencial.Teníalaroparasgadaysucia.Cayóde rodillas y se quedó en el piso,mientras su pecho subía y bajaba al ritmode suagitadarespiración.Echóunamiradaporeldormitoriocualsifueraunperrorabiosobuscandoaquienmorder.Nadiedijounapalabra.Eracomosi todoscreyeran—aligualqueThomas—queGallyerasóloproductodesuimaginación.

—¡Ellos los van amatar!—gritó, escupiendo saliva hacia todos lados—. ¡LosPenitenteslosasesinarán:unocadanochehastaquetodoestotermine!

En elmás completomutismo, Thomas observó que el chico trastabillaba hastalograr incorporarse.Luego caminóhacia delante, arrastrando la piernaderecha conunacojeraevidente.Nadiemovióunmúsculo.Todoscontemplabanperplejosloqueocurría sin atinar a hacer nada. Hasta Newt. Thomas casi tenía más miedo delsorpresivovisitantequedelosPenitentesqueacechabandetrásdelaventana.

Gally se detuvomuy cerca de los dos chicos y señaló a Thomas con un dedoensangrentado.

—Tú—dijoconunamuecadedespreciotanexageradaquedetancómicaresultócompletamenteperturbadora—.¡Tútieneslaculpadetodo!

Sin previo aviso, levantó la mano izquierda y estrelló el puño en la oreja deThomas,quesedesmoronódeungrito.Movidomásporeldesconciertoqueporeldolor,enunsegundoyaestabadepie.

NewthabíasalidofinalmentedesuaturdimientoyechóaGallydeunempujón.Ésteretrocediótambaleándoseychocócontraelescritorio,queseencontrabajuntoala ventana. La lámpara que estaba encima cayó al piso y se rompió en pedazos.Thomas supuso que Gally querría vengarse, pero el chico sólo se enderezó, y loscontemplóconsusojosdelunático.

—Noexisteunasolución—dijo,conlavozahoramásbajaydistante,peroigualde siniestra—. El Laberinto miertero los matará a todos ustedes, larchos… LosPenitenteslosaniquilarán…unocadanochehastaquetodotermine…Yo…Esmejorasí…—titubeó,ysusojosdescendieronhaciaelsuelo—.Ellossólomataránunopornoche…susestúpidasVariables…

Thomas lo escuchaba horrorizado, tratando de controlar el terror para podermemorizartodoloquedecía.

Newtdiounpasoadelante.—Gally,cierratumalditohocico.HayunPenitentejuntoalaventana.Siéntatey

nohables.Quizássevaya.Miróhaciaarriba,entornandolosojos.—Túnoentiendes,Newt.Eresmuyestúpido,siemprelohassido.Noexisteuna

salida.¡Nohayformadeganar!¡Ellostevanamataratiyatodos,unoporuno!Despuésdeemitirlasúltimaspalabrasconunaullido,searrojócontralaventana

ycomenzóatironeardelastablascomounanimalsalvajeintentandoescapardela

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jaula.Antesdequenadiepudierareaccionar,yahabíaarrancadounamadera.—¡No!—gritóNewt,corriendohaciadelante.Thomaslosiguióparaayudar,sin

podercreerloquesucedía.CuandoNewt lo alcanzó,Gally ya había desclavado la segunda tabla. La hizo

girarhaciaatrásconambasmanosgolpeandolacabezadeNewt,quequedótendidoenlacama.Unasgotasdesangrerociaronlassábanas.Thomasseacercó,listoparapelear.

—¡Gally!—exclamó—.¿Quéestáshaciendo?Elchicolanzóunescupitajo,jadeandocomounperroagitado.—Thomas,¡cierratubocadegarlopo!Séquiéneres,peroyanomeimporta.Yo

sólopuedohacerlocorrecto.MientrasescuchabaasombradolaspalabrasdeGally,sintióquesuspiesestaban

pegados al piso. El chico se estiró hacia atrás y arrancó la última madera. En elmomentoenquelatablatocóelsuelodelahabitación,elvidriodelaventanaexplotóhaciadentrocomounenjambredeavispasdecristal.Thomassecubriólacaraycayóalpiso.Sefuearrastrandohaciaatráshastaquechocóconlacama.Juntófuerzasylevantólavistapreparadoparaenfrentarelfinaldesumundo.

ElcuerpovibranteybulbosodeunPenitentesehabíaintroducidoporlaventanarota,con laspinzasmetálicassacudiéndoseyarañandoen todas lasdirecciones.Suespantoeratangrandequeapenasregistróquelosdemáschicoshabíanhuidohaciaelpasillo.TodosmenosNewt,quesehallabatendidoinconscienteenlacama.

Paralizadopor elmiedo, observóqueunode los largosbrazosdel engendro seestiraba hacia el cuerpo inmóvil. Eso fue suficiente para sacarlo de su estupor. Selevantó con dificultad y buscó un arma, pero sólo encontró algunos cuchillos. Elpánicoloinvadióhastaconsumirloporcompleto.

De pronto, Gally empezó a hablar nuevamente. El Penitente retrajo su brazocomo si estuviera observando y prestando atención, pero su cuerpo todavía seagitaba,intentandoentrarenlahabitación.

—¡Nuncaentendieronnada!—gritabaporencimadeloshorrendosruidosdelacriatura—.¡Nadiecomprendióloqueyovi,loquelaTransformaciónprodujoenmí!¡Thomas,novuelvasalmundoreal!¡Noteconvienerecordar!

Gallyleechóunamiradadeangustiaprolongada,conlosojoscargadosdeterror,y luego se arrojó sobre el cuerpo retorcidodelPenitente.Thomas lanzóun aullidomientras los brazos extendidos del monstruo se retraían de inmediato y sujetabanfirmemente los miembros de Gally, haciéndole imposible la huida. El cuerpo delchicosehundióvarioscentímetrosenlapielviscosaemitiendoundramáticosonidodesucción.Después,conunavelocidadsorprendente,elPenitenteretrocedióporelmarcodestrozadodelaventanaycomenzóadescender.

Thomas corrió hacia el hueco de la pared justo a tiempo para ver cómo elPenitenteaterrizabaysemovíaporelÁrea,mientraselcuerpodeGallyaparecíaydesaparecía con el rodar de la bestia.Las luces delmonstruo brillaban con fuerza,

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proyectandoun resplandor fantasmaldecolor amarillo sobre lapiedrade laPuertadel Oeste, a través de la cual ingresó en el Laberinto. Segundos después, variosPenitentesmássalierontrassucompañero,conchirridosyzumbidosqueparecíanlosfestejosdelavictoria.

Creyóqueibaavomitar.Comenzóaalejarsedelaventana,peroalgoalláafuerallamósuatención:unafigurasolitariacorríaatravésdelpatiodelÁreahacialasalidaporlacualsehabíanllevadoaGally.

Apesardeladistancia,sediocuentaenseguidadequiénsetrataba.Legritóquesedetuviera,peroyaeratarde.

MinhoseperdióenelLaberintoatodavelocidad.

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Capítulo40

Reinabaelcaos.LaFincaestabacompletamenteiluminada.LosHabitantesandabandeunladoaotrohablandosinparar.Unpardechicosllorabaenunrincón.

Thomasignoróloqueestabaocurriendo,selanzóalpasilloybajólospeldañosdetres en tres.Seabriópasoa empujonesentre lamultitudde laplantabajaycorriórápidamentehacialaPuertadelOeste.FrenódelantedelumbraldelLaberinto,puessus instintos ledecíanquedebíapensarlodosvecesantesdecruzar.El llamadodeNewtdemorósudecisión.

—¡Minhosaliódetrásdeél!—leexplicóThomas,alverlollegarconunatoallateñidadesangreenlacabeza.

—Yalovi—repuso,haciendounamuecaalnotarlamancharojaenlatelablanca—.Shuck,estoduelecomoeldemonio.AMinhoseledebehaberquemadolaúltimaneurona que le quedaba, por nomencionar aGally.Aunque siempre supe que éseestabaloco.

ThomasestabamuypreocupadoporMinho.—Voytrasél.—¿Parecequeotravezllególahoradehacerteelhéroe?—Lomiróduramente,

heridoporelcomentario.—¿Piensas que todo lo que hago es sólo para impresionarlos? Shank, a mí lo

únicoquemeimportaessalirdeaquí.—Bueno, eres un tipo duro. Pero en este momento tenemos problemas mas

graves.—¿Qué?Thomas sabía que si quería alcanzar a Minho no tenía tiempo para seguir

conversando.—Alguien…—comenzóNewt.—¡Ahí está!—exclamó, al ver aMinho doblando la esquina. Puso las manos

alrededordelabocaparagritarle—.¿Quéestabashaciendo,idiota?ElEncargadoesperóhastaatravesarlaPuerta.Luegoseinclinóconlasmanosen

lasrodillasytomóaireantesdecontestar.—Sólo…quería…estarseguro.—¿De qué? —indagó Newt—. Sería fantástico que te llevaran con Gally. Se

enderezóyapoyólasmanosenlascaderas.Seguíamuyagitado.—¡Basta,chicos!YosóloqueríaversisedirigíanhaciaelAcantilado.AlaFosa

delosPenitentes.—¿Y?—preguntóThomas.—Bingo—contestóMinho,secándoseelsudordelafrente.—Nopuedocreerlo—dijoNewt,casienunsusurro—.Quénoche.ThomastratódepensarenlaFosayenelsignificadodetodoeso,perorecordó

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queNewtestabapordecirlealgoantesdequeregresaraMinho.—¿Quéibasacontarme?Decíasqueteníamospeores…—Sí—dijo y señaló con el pulgar sobre su hombro—. Todavía pueden ver el

malditofuego.Thomasmiró en esa dirección: la puerta demetal de la Sala deMapas estaba

ligeramenteabiertayunaesteladehumonegroemergíadeellayseelevabahaciaelcielogris.

—Alguienquemólosbaúles—anuncióNewt—.Noquedóniuno.

AThomas no le importabanmucho losMapas, pues creía que no eran demasiadoútiles. Cuando Newt y Minho se dirigieron a investigar el sabotaje a la Sala deMapas,élseencaminóhaciaelCuartoOscuro.Habíanotadounextrañointercambiodemiradasentreellosantesdesepararse,comocomunicándosealgúnsecretoconlosojos.Pero,enesemomento,sólopodíapensarenunacosa.

—¿Teresa?—llamó,desdeelladoexteriordelaventana.Ellaapareció,frotándoselosojosconlasmanos.—¿Mataronaalguien?—inquirió,unpocoaturdida.—¿Estabas durmiendo? —exclamó, experimentando una gran tranquilidad al

verlaenperfectoestado.—Sí—respondió—.HastaqueoíquealgodestruíaporcompletolaFinca.¿Qué

pasó?—No entiendo cómo pudiste haber dormido con todo el estruendo de los

Penitentesalláafuera—preguntóincrédulo.—Pruebasalirdeuncomaalgunavezyluegomecuentas.—Ahoracontestami

pregunta,dijoadentrodesucabeza.Parpadeó.Lavozlohabíatomadoporsorpresa,yaquehacíaalgúntiempoqueno

secomunicabandeesamanera.—Nosigasconeso.—Sólodimequépasó.Eraunahistoriatanlargaquenoteníaganasdecontarlaendetalle.—TúnoconocesaGally,peroélesunchicotrastornadoqueseescapó.Apareció

degolpe,saltósobreunPenitenteyse largaron todos juntoshaciaelLaberinto.Enrealidad fue muy raro —resumió rápidamente, sin poder creer todavía que esohubierapasadodeverdad.

—Locualesmuchodecir—repusoTeresa.—Sí—comentó distraído,mirando hacia atrás, esperando ver aAlby en algún

lugar. Estaba seguro de que ahora la dejaría libre. Los Habitantes estabandesperdigados por todo el complejo, pero no había rastros de su líder—. NocomprendoporquésefueronlosPenitentesdespuésdeatraparaGally.Éldijoquenosmataríanunoaunocadanochehastaquenoquedaraninguno.Lomencionópor

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lomenosdosveces.Teresapusolasmanosenlosbarrotesyapoyólosantebrazoscontraelalféizarde

concreto.—¿Sólounocadanoche?¿Porqué?—Nolosé.Tambiéndijoqueteníaquevercon…pruebasovariables…Algoasí.Tuvoelmismoimpulsoextrañodelanocheanterior:estirarseytomarunadelas

manosdeella,perosecontuvo.—Tom,estuvepensandoenloquemecontastequeyohabíadicho.Esodequeel

Laberintoesuncódigo.Estarencerradaaquídentrotehaceusarlamentemuchomásdelonormal.

—¿Quécreesquesignifica?Estaba tan interesado que ignoró el alboroto que se había levantado por el

incendioenlaSaladeMapas.—Bueno.Lasparedessemueventodaslasnoches,¿noescierto?Supodeinmediatoqueellahabíadescubiertoalgo.—YMinhodijoque ellospiensanque existeunmismoesquemaque se repite,

comosifueraunpatrón,¿verdad?—continuóella.—Exacto.LacabezadeThomastambiénhabíaempezadoatrabajar,comosiunamemoria

previacomenzaraaliberarse.—Enrealidad,nopuedorecordarporquétedijeesodelcódigo.Séquecuando

estaba saliendo del coma, se arremolinaban dentro de mi cabeza pensamientos yrecuerdosde todo tipo,demanera frenética,comosialguienestuvieravaciandomimente, llevándose todo lo que había en ella. Y sentí que tenía que decir eso delcódigoantesdeperderlo.Demodoquedebeexistiralgúnmotivoimportante.

Apenaslaoía,puesestabaenfrascadoensuspropiasreflexiones.—Ellos siempre comparanelMapade cada secciónconel deldía anterior, día

por día: cada Corredor examina solamente su propia Sección. ¿Qué pasaría sicotejaran losMapas con los de las otras secciones…?—dijo, y se detuvo con lasensacióndequehabíallegadoaalgoimportante.

Teresatampocoparecíaprestarleatención,inmersaensusteoríasparticulares.—Lo primero que me trae a la mente la palabra «código» son letras. Las del

alfabeto.QuizáselLaberintoestétratandodeformarunapalabra.TodoseuniótanrápidoenlamentedeThomasquecasileparecióescucharun

sonoro«clic»,comosilaspiezasdelrompecabezassepusieranensulugaralmismotiempo.

—¡Tienes razón! ¡Los Corredores lo estuvieron analizando todo el tiempo demaneraincorrecta!

Teresa se aferró firmemente a las rejas con los nudillos blancos y la carapresionadacontraloshierros.

—¿Dequéestáshablando?

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Apretó los dos barrotes desde el exterior y se acercó lo suficiente como paraolerla:teníaunaromamuyagradableafloresyasudor.

—Minho dijo que los dibujos se repetían, y que no podían descubrir quésignificaban.Peroellossiemprelosestudiaronsecciónporsección,contrastandoundíaconelsiguiente.¿Quépasaríasicadadíafueraunapiezaseparadadelcódigoytuvieranqueusarlasochoseccionesalavez?

—¿Piensasqueesposiblequecadadíaestétratandoderevelarunapalabra?—exclamó—.¿Conlosmovimientosdelasparedes?

Thomasasintió.—O quizás una letra por día, no sé. Pero ellos siempre pensaron que los

movimientoslesrevelaríanlamaneradeescaparynoqueformaranunapalabra.Hanestadoestudiandotodocomounmapaynocomolaimagendealgo.Tenemosque…—luegosedetuvo,recordandoloqueNewtacababadedecirle—.¡Ayno!

—¿Quépasa?—preguntóellaconpreocupación.—No-no-no-no-no…Al caer en la cuenta de su descubrimiento, soltó los barrotes y retrocedió con

dificultad. Se volteó y observó la Sala deMapas.El humohabía disminuido, peroseguíasaliendounanubeoscuraquecubríatodaelÁrea.

—Dime, ¿cuál es el problema?—insistió Teresa, que no alcanzaba a ver nadadesdelaventanadelacelda.

—Nopenséquefueraimportante…—¡¿Qué?!—leexigiólachica.—AlguienquemótodoslosMapas.Siexistíaalgúncódigo,yadesapareció.

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Capítulo41

—Ahora regreso—dijoThomas, sintiendonáuseas—.TengoqueencontraraNewtparaaveriguarsisepudosalvaralgodelincendio.

—¡Espera!—legritóTeresa—.¡Sácamedeaquí!Peroyanoquedabamástiempo.—Nopuedo…Vuelvoenseguida,teloprometo.Sediovueltaantesdequeellaprotestaraycomenzóacorrerhaciaelbloquede

concreto,queestabasumergidoenunaneblinanegra.Undolorpunzanterecorriósuinterior.SiTeresa tenía razónyhabían estado aunpasodedescubrir alguna claveparasalirdeallí,peroéstahabíaterminadoliteralmentehaciéndosehumo…Elenojoyladesilusiónerantangrandesquelehacíandaño.

Lo primero que distinguió fue a un grupo de Habitantes apiñados frente a lapuertadeacero,queseencontrabatodavíaentreabiertayteníaelbordeexternonegroporelhollín.Peroalacercarsemás,sediocuentadequeestabanrodeandoalgo,conlasmiradas fijas en el piso.Newt se encontraba de rodillas en el centro, inclinadosobreuncuerpo.

Minho,paradodetrásdeél,conaspectosucioydesconsolado,fueelprimeroenverlollegar.

—¿Dóndetehabíasmetido?—lepreguntó.—FuiahablarconTeresa,¿quépasó?Esperóangustiadolasiguienteandanadademalasnoticias.LafrentedeMinhose

arrugóderabia.—¿LaSaladeMapasseestá incendiandoytú tevascorriendoacharlarcontu

noviagarlopa?¿Quétepasa?¿Estásloco?Estabademasiadopreocupadoparasentirseofendido.—Yopenséqueyanoeranimportantes,comoaestaalturanohabíanencontrado

ningunapista…Minholucíadisgustado,perolaluzpálidaylahumaredaledabanunaapariencia

casisiniestra.—Claro,ésteseríaunmomentoidealcomoparaabandonartodo.¿Quéte…?—Losiento…dimedeunavezquépasó—insistió,inclinándosesobreelhombro

deunchicodelgaditoquesehallabadelantedeél.Tiradodeespaldas,conunaheridaprofundaenlafrente,seencontrabaAlby.La

sangrechorreabaporambosladosdelacabezayporlosojos,formandounacostra.Newtlolimpiabacuidadosamenteconuntrapohúmedo,haciéndolepreguntasenunsusurroimposibledeadivinar.Afligido,apesardelmalgenioquehabíademostradorecientementeellíder,ThomassevolteóhaciaMinhoyrepitiólapregunta.

—Winston lo encontró aquí afuera, mediomuerto, con el fondo de la Sala deMapasenllamas.Algunoslarchosapagaronelincendio,peroyaerademasiadotarde.

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Todoslosbaúlesquedaroncarbonizados.PrimerosospechédeAlby,peroquienquieraque haya hecho esto le golpeó la cabeza contra lamesa. Puedes ver dónde. Es deterror.

—¿Quiéncreesquefue?—inquirióThomas,dudandosicontarleacercadeloquehabían descubierto con Teresa. Sin los Mapas, la cuestión era más difícil decomprobar.

—Quizás fueGallyantesdeapareceren laFincayvolverse loco,o talvez losPenitentes.Nosénimeimporta.Dalomismo.

Thomassesorprendióanteelrepentinocambiodeactitud.—¿Yahoraquiéneselqueserinde?LacabezadeMinhosesacudiótanbruscamentequelohizoretroceder.Huboun

fogonazodefuriaqueprontosedisolvióenunararamezcladeconfusiónyasombro.—Esonofueloquequisedecir,shank.Thomasentornólosojosenseñaldecuriosidad.—¿Yqué…?—Cierraelhocicoporahora—leadvirtióelCorredor, llevándoseeldedoa los

labios,mientras susojos semovíancomoflechasa sualrededorparacomprobar sialguienloestabamirando—.Sólocállatelaboca.Yalosabrásasudebidotiempo.

Respiróhondamenteysepusoareflexionar.Siesperabasinceridaddelosdemás,éldebíaactuardelamismamanera.DecidióqueeramejorcompartirloquehabíandescubiertoacercadelcódigodelLaberinto,conosinMapas.

—TengoalgoquecontarlesatiyaNewt.YesnecesarioqueliberemosaTeresa:seguramenteestámuertadehambreypuedeayudarnos.

—Nomepreocupaesaestúpidachica.Optópordejarpasarelinsulto.—Sólodanosunosminutos.Tenemosunaidea.Si losCorredoresrecuerdansus

Mapas,talvezfuncione.LaspalabrasdeThomasparecieronatrapar laatencióndeMinho,peroapareció

otravezesaextrañamirada,comosiaélseleestuvierapasandoalgomuyobvio.—¿Unaidea?¿Cuál?—VenganalCuartoOscuro.TúyNewt.Minhopensóunsegundo.—¡Newt!—gritó.—¿Qué?—preguntó, mientras se ponía de pie y giraba la tela ensangrentada

hastaencontrarunapartequenoestuvieraroja.MinhoseñalóaAlby.—Deja que losDocs se ocupen de él. Tenemos que hablar.Newt le lanzó una

miradainquisitivayluegolepasólatelaalHabitantemáspróximo.—Ve a buscar aClint.Dile que tenemos problemasmás importantes que unos

chicosconastillas—leordenó.Cuandoelchicosaliócorriendoacumplirelencargo,NewtsealejódeAlby—.¿Hablardequé?

—Venganconmigo—lespidióThomas,ysedirigióhaciaelCuartoOscurosin

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esperarrespuesta.—Suéltenla—exclamódelantedelapuertadelaprisión,conlosbrazoscruzados

—.Créanme,lesinteresaráloquevanaescuchar.Newtestabacubiertodehollínysuciedad,conelpeloapelmazadoporelsudor.

Noparecíaestardemuybuenhumor.—Tommy,estoes…—Porfavor,sóloabrelapuertaydéjalair.Esaveznoibaadarseporvencido.—¿Cómopodemosconfiarenella?—preguntóMinho—.Encuantosedespertó,

estelugarsevinoabajo.Hastaadmitióhaberactivadoalgo.—Esoescierto—repusoNewt.—Podemosconfiarenella—aseguróThomas—.Cadavezquehemoshabladoha

sidosobrealgorelacionadocontratardeescapar.Fueenviadaaquíigualqueelrestodenosotros,esestúpidopensarqueeslaresponsabledeloqueestáocurriendo.

—¿Entonces qué mierda quiso decir con eso de que había activado algo? —espetóNewtconungruñido.

Thomashizoungestodeimpaciencia:senegabaaadmitirqueNewtteníarazón.—Quiénsabe,sumentesecomportódemaneramuyextrañaaldespertar.Talvez

todos pasamos por lo mismo mientras estábamos adentro de la Caja, diciendoincoherenciasantesdeestarcompletamentedespiertos.Déjalasalirylisto.

NewtyMinhointercambiaronunalargamirada.—Vamos—insistió—.¿Quépuedehacer?¿Acasosaldrácorriendoaclavarleun

cuchilloacadaunodelosHabitanteshastamatarlosatodos?—Estábien.Liberaaestaestúpidachicadeunavez—respondióMinhoconun

profundosuspiro.—¡Yonosoyestúpida!—gritóTeresa,conlavozamortiguadaporlasparedes—.

¡Yademáspuedoescucharcadapalabraqueestándiciendo,idiotas!LosojosdeNewtseabrierondelaimpresión.—Quéchicatandulceteconseguiste,Tommy.—Date prisa. Estoy seguro de que tenemosmucho que hacer antes de que los

Penitentesregresenestanoche.Siesquenovienenduranteeldía…NewtseacercóbufandohastaelCuartoOscuro,mientrassacabalasllaves.Unos

segundosdespués,lapuertaseabriódeparenpar.—Vamos,yaestáslibre.TeresasaliódelpequeñorecintoysonrióaNewtdemaneradesafiante.Echóuna

mirada similar aMinho y luego se detuvo al lado deThomas, rozándole el brazo.Estabamuertodevergüenzaysentíacosquilleosenlapiel.

—Bueno,hablen—dijoMinho—.¿Quéestanimportante?ThomasmiróaTeresa,preguntándosecómoempezar.—¿Qué?—exclamó ella—.Habla tú, porque es obvio que ellos creen que soy

unaasesinaserial.—Sí,parecestanpeligrosa—respondió,peroenseguidaencaróa losdoschicos

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—. Bueno, cuando Teresa comenzaba a salir de su profundo sueño, los recuerdosbrotaban fugaces en su mente. Ella… —se interrumpió justo a tiempo para nomencionarqueTeresaselohabíadichodentrodesucabeza—ellamecontódespuésque recordaba que el Laberinto era un código, que quizás, en vez de tener queresolver los enigmas que presenta para encontrar una salida, esté tratando deenviarnosunmensaje.

—¿Uncódigo?—preguntóMinho—.¿Cómoseríaeso?—Noestoytotalmenteseguro,túconoceslosMapasmuchomejorqueyo.Pero

tengounateoría.Esporesoqueteníalaesperanzadequeustedespudieranrecordaralgunosdeellos.

Minho desvió la mirada hacia Newt con las cejas arqueadas en señal deinterrogación.Newtasintió.

—¿Quépasa?—preguntó,hartodequeellossiguieranreteniendoinformación—.Larchos,ustedessiguencomportándosecomosituvieranunsecreto.

Minhosefrotólosojosconlasdosmanosytomóaire.—Thomas,nosotrosescondimoslosMapas.Lellevóunossegundoscomputarlafrase.—¿Qué?MinhoapuntóhacialaFinca.—GuardamoslosmalditosMapasenelcuartodelasarmasypusimosotrosfalsos

ensulugar.PorelavisodeAlbyyporelsupuestoFinalquetunoviaactivó.Estaba tanentusiasmadoante lanoticiaqueolvidóporunmomento lohorrible

quesehabíavueltotodo.RecordóaMinhoactuandodemaneramuysospechosaeldíaanterior,cuandolehabíadichoqueteníaunatareaespecialquehacer.EchóunamiradaaNewt,queconfirmólaspalabrasdelCorredor.

—Están todos sanos y salvos —afirmó Minho—. Hasta el último de esosmiserables.Demodoquesitienesunateoría,queremosoírla.

—Llévenme adonde los han guardado —repuso Thomas, desesperado porempezaratrabajar.

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Capítulo42

CuandoMinho encendió la luz,Thomas tuvo que entornar los ojos unos segundoshastaqueseacostumbraronalaclaridad.Sombrasamenazadorasparecíanaferrarsealascajasdearmasdistribuidassobrelasmesasyporelpiso.Cuchillas,palosyotrosaparatos de aspecto agresivo esperaban allí, listos para cobrar vida y matar a laprimerapersonalosuficientementeestúpidacomoparaacercarse.Elolorahumedadyaencierronohacíamásqueagregarunasensacióntenebrosaallugar.

—Hay un armario de almacenamiento escondido ahí atrás —explicó Minho,pasandodelantedeunosestanteshastallegaraunoscurorincón—.Sólounospocossabemosdesuexistencia.

Se escuchó el crujido de una vieja puerta demadera y luegoMinho se acercóarrastrandounacajadecartónporelpiso.

—Puseelcontenidodecadabaúlenunacajadiferente.Sonochoentotal.Estántodasallíadentro.

—¿Cuál es ésta? —preguntó, arrodillándose junto a la que acababa de traerMinho,ansiosoporcomenzar.

—Tienesqueabrirlaymirar.¿Recuerdasquecadahojaestabamarcada?Tiródelassolapasentrecruzadasdelacajahastaqueseabrieron:eranlosMapas

delaSecciónDos.Introdujolamanoysacóunapila.—Muy bien—comenzó a explicar—. Los Corredores siempre compararon los

Mapasdíapordía,buscandounesquemaqueserepitierayquelosllevaraadescubrirunasalida.Túllegasteadecirqueenrealidadnosabíanquéestabanbuscando,peroseguíananalizándolosdetodasmaneras.¿Noescierto?

Minhoasintió,conlosbrazoscruzados.Parecíaqueestabaesperandoquealguienlerevelaraelsecretodelainmortalidad.

—Bueno—continuó—,¿quépasaríasilosmovimientosdelosmurosnotuvierannadaqueverconunplanoounlaberinto?¿Quépensaríansiencambioeldibujoqueserepiteformarapalabras?Algúntipodepistaquenosayudaraaescapar.

Minhoseñaló losMapasqueThomas teníaen lamano, lanzandounsuspirodefrustración.

—Güey¿tienesunaideadecuántohemosestudiadoestascosas?¿Nocreesquedeberíamoshabernosdadocuentasiformabanunasmiserablespalabras?

—Talvezesdifícilnotarloasimplevista,confrontandosolamenteundíaconelque sigue. Y quizás no deberían haber comparado un día con el siguiente, sinoanalizarundíaalavez.

Newtserió.—Tommy,esposiblequeyonoseaeltipomáslistodelÁrea,peromepareceque

estásdiciendounasreverendastonterías.Mientrashablaba, lamentedeThomasseguía trabajandoaceleradamente.Tenía

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larespuestaahínomás,asualcance,losabía.Lodifícileraponerlaenpalabras.—Está bien—dijo, empezando de nuevo—. Siempre asignaron un Corredor a

cadasección,¿sí?—Correcto —repuso Minho, que parecía interesado de verdad y dispuesto a

entender.—YeseCorredorhaceunMapacadadíayluegolocontrastaconlosMapasde

díasanteriores,deesasección.Pero¿quépasaríasi,encambio,comparáramoslosdelas ocho secciones de un mismo día entre sí? Como si cada día fuera una claveseparadaouncódigo.¿Algunavezhicieroneso?

Minhosefrotóelmentón,mientrasasentíaconlacabeza.—Sí,más omenos. Intentamos ver si pasaba algo cuando los poníamos todos

juntos.Claroquelohicimos.Probamostodo.Thomas apoyó los Mapas en sus rodillas para estudiarlos mejor. Apenas

alcanzabaaverlostrazosdelLaberintodelasegundahojaatravésdelaqueestabaencima.Enesemomento,supoloqueteníanquehacer.

—Papelencerado.—¿Eh?—preguntóMinho—.¿Quédemonios…?—Confíaenmí.Necesitamospapelenceradoytijeras.Ytodoslosmarcadoresy

lápicesnegrosqueencuentres.Sarténnosemostrómuyfelizdequelesacaranunacajaenteraderollosdepapel

encerado, especialmente ahoraquehabían cortado los suministros.Explicóque eraesencial para él porque lo usaba para hacer pasteles y panes en el horno.Al final,tuvieronquecontarleparaquéloibanautilizaryasíloconvencierondeentregarlo.

Después de diez minutos de búsqueda de lápices y marcadores —casi todosestabanen laSaladeMapasyhabíansidodestruidosporel incendio—ThomassesentóenlamesadetrabajodelsótanodelasarmasconNewt,MinhoyTeresa.Comolastijerashabíandesaparecido,eligióelcuchillomásfilosoqueencontró.

—Másvalequeestosirvaparaalgo—dijoMinho,contonodeadvertencia.Newtseinclinóhaciadelante,apoyandoloscodossobrelamesa,comoesperando

untrucodemagia.—Empiezadeunavez,Nuevito.—Bueno—dijo,ansiosoporhacerloperotambiénmortalmenteasustadodeque

no resultara. Le pasó el cuchillo a Minho y luego señaló el papel encerado—.Comienza a cortar rectángulos del tamaño de los planos. Newt y Teresa, ustedespuedenayudarmeasacardesus respectivascajas losprimerosdiezMapasdecadasección.

—¿Quéesesto?¿Unaclasedemanualidades?—bromeóMinho,contemplandocondesagradoelcuchillo—.¿Porquénonosdicesparaquéplopusestamoshaciendoesto?

—Laexplicaciónseacabó—dijoThomas, sabiendoqueellos teníanquever laimagenqueélsehabíaformadoenlamente.Selevantóyfueahurgarenelarmario

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dealmacenamiento—.Serámásfácilsiselosmuestro.Siestoyequivocado,bueno,siemprepodemosvolveracorrercomoratonesalrededordelLaberinto.

Minho suspiró, claramente irritado. Luego murmuró algo. Teresa se habíaquedado callada por un rato, pero expresó lo que pensaba dentro de la cabeza deThomas.

Creoqueséloqueestáshaciendo.Esbrillante.Se sobresaltó pero hizo lo posible por no demostrarlo. Sabía que tenía que

disimularqueescuchabavocesensucerebro:losotrospensaríanqueeraundemente.Ven…a…ayudarme, tratóde responderle,pensandocadapalabraporseparado,

tratandodevisualizarelmensajeyluegoenviarlo.Peroellanocontestó.—Teresa—dijoenvozalta—.¿Puedesayudarmeunmomento?—yseñalóhacia

elarmario.Los dos entraron en el pequeño recinto polvoriento y abrieron todas las cajas,

tomando una pequeña pila deMapas de cada una. Al regresar a lamesa, vio queMinho ya había cortado veinte hojas de papel encerado, las había amontonadodesordenadamentea suderecha,y seguíaarrojandocadanuevo recortearribade lapila.

Thomassesentóytomóvariospapeles.Sostuvounodeelloscontralaluzyviocómo pasaba el resplandor blancuzco a través de él. Era exactamente lo quenecesitaba.Luego,buscóunmarcador.

—Muybien,calquenlosúltimosdiezdíasenestospapeles.Asegúrensedeanotarla informaciónarribaparaquepodamossaberaquécorrespondecadauno.Cuandoterminemos,creoquevaaapareceralgo.

—¿Qué…?—comenzóadecirMinho.—Sigue cortando y cierra esa maldita boca—le ordenó Newt—. Creo que sé

adóndequierellegarconesto.Thomassealegródequeporfinalguienempezaraacomprender.Los cuatro se pusieron a trabajar, calcando los Mapas originales al papel

encerado, uno por uno, tratando de hacerlo correcta y meticulosamente, peroapurándose lomásposible.Thomasutilizóelcostadodeun trozosueltodemaderacomo regla, para hacer líneas rectas. En poco tiempo ya había completado diezplanos.Losotrosmanteníanelmismoritmo,trabajandofebrilmente.

Mientrasdibujaba,comenzóasentirpánico,unahorriblesensacióndeque todoeso fueraunapérdidade tiempo.PeroTeresa,queestaba sentadaa su lado, eraunejemplodeconcentración,conlalenguaestiradaporelcostadodelaboca,mientrastrazabalíneasportodoelpapel.Seleveíamuyseguradeloqueestabanhaciendo.

Yasícontinuaron:cajaporcajaysecciónporsección.—Yoyanopuedomás—anuncióNewtfinalmente,rompiendoelsilencio—.Me

duelenlasmanos.Fíjatesisevealgo.Thomas dejó el marcador y flexionó los dedos, rogando que su teoría fuera

correcta.

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—Muybien.Tomenlosúltimosdíasdecadasecciónyhaganpilassobrelamesapororden,desdelaSecciónUnohastalaOcho.LaUnoaquí—yseñalóunextremo—,ylaOchoacá—yapuntóhaciaelotro.

Trabajaron sin hablar, clasificando lo que habían calcado hasta que hubo ochopilasdepapelenceradoalineadassobrelamesa.

Muy nervioso, Thomas recogió una hoja de cada grupo, asegurándose de quefuerantodasdelmismodíayrespetandoelorden.Luegolascolocóunaarribadelaotra,demodoquecadadibujodelLaberintocoincidieraconeldelmismodíaarribaydebajodeél,hastatenerdelantedesílasochoseccionesdelLaberintotodasjuntas.Quedómaravilladoanteloquevio.Casimágicamente,comounaimagenqueseibaenfocando,seformóundibujo.Teresadejóescaparungrito.

Las líneas se entrecruzaban unas con otras, hacia arriba y hacia abajo, de talmaneraqueloquesosteníaensusmanosparecíaunacuadrícula.Perociertaslíneasde la mitad —que aparecían con más frecuencia que cualquiera de las otras—formabanunaimagenligeramentemásoscuraquelasdemás.Eraalgomuysutil,peronoquedabadudadequeestabaallí.

Ubicada en el centro mismo de la página, se podía distinguir claramente laletraC.

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Capítulo43

Thomas se sintió relajado y excitado a la vez al comprobar que su teoría habíafuncionado,perotambiénsepreguntóadondelosllevaríaeldescubrimiento.

—Guau—comentóMinho,resumiendoesossentimientosenunainterjección.—Podríaserunacoincidencia—acotóTeresa—.Sigueprobando,rápido.Thomasapilólasochohojasdecadadíaenorden,empezandoporlaSecciónUno

hasta laOcho.Todas lasvecesse fue formandouna letrademaneraevidenteenelcentrodelamarañadelíneasentrecruzadas.DespuésdelaC,aparecieronunaO,unaR,otraR,unaEy,porúltimo,unaR.LuegoC…A…P…T…U…R…A.

—Mira—dijoThomas,señalandolaspilasquehabíanformado,confundidoperocontentodequelasletrasfuerantanclaras—.DiceCORRERyCAPTURA.

—¿Correr,captura?—preguntóNewt—.Nomeparecequeesosuenecomounmalditocódigoderescate.

—Tenemosqueseguirtrabajando.Al realizarunnuevopardecombinaciones, sedieroncuentadeque lasegunda

palabraera,enrealidad,CAPTURAR.CORRERyCAPTURAR.—Esobvioquenosetratadeunacoincidencia—exclamóMinho.—Realmenteno—concordóThomas.Teresahizounaseñahaciaeldepósitodealmacenamiento.—Tenemosquehacerlomismocontodoslosqueestándentrodeesascajas.—Sí—dijoThomas—.Busquemosmás.—Nosotrosnopodemoscolaborar—intervinoMinho.Lostreslomiraronconasombro.—Por lo menos, Thomas y yo no. Tenemos que llevar a los Corredores al

Laberinto.—¿Qué?—exclamóThomas—.¡Estoesmuchomásimportante!—Puedeser—respondió—,peronopodemosperderundíasinestaralláafuera.

Especialmenteahora.Se sintió decepcionado. Comparado con resolver el código, correr por el

Laberintoparecíaunapérdidatotaldetiempo.—Túdijistequeelesquemasehavenidorepitiendobásicamentedurantemeses.

Undíamásnovaacambiarlascosas.Minhodiounmanotazoenlamesa.—¡Esoesunatontería!Precisamentehoydeberíasereldíamásimportantepara

ir.Algopodríahabercambiadoohaberseabierto.Dehecho,ahoraquelasparedesyano se cierran más, creo que tendríamos que poner en práctica tu idea: quedarnosafueradurantelanocheyexplorarmásprofundamente.

La propuesta despertó su interés y le planteó un dilema, porque hacía rato queesperabaesaoportunidad.

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—Pero¿yquépasaráconelcódigo?—preguntó.—Tommy—dijoNewt, intentandotranquilizarlo—.Minhotienerazón.Ustedes

vayan afuera a correr. Juntaré a varios Habitantes de confianza y seguiremostrabajandoenesto.

Newtyahablabacomounlíder.—Yotambién—dijoTeresa—.MequedoayudandoaNewt.Thomasleechóuna

mirada.—¿Estássegura?Estaba desesperado por descubrir el código él mismo, pero sabía que Newt y

Minhoteníanrazón.Ellasonrióysecruzódebrazos.—Si van a descifrar un código escondido dentro de un complejo conjunto de

laberintos, estoy segura de que van a necesitar el cerebro de una chica paraencargarsedetodo—afirmó,conunaexpresióndesuficienciaysatisfacción.

—Si tú lo dices—repuso Thomas, cruzando los brazos a su vez y mirándolafijamenteconunasonrisaenlacara.Derepente,selefueronlasganasdemarcharseotravez.

—Va—dijoMinhoysediovueltapara irse—.Todoestádemaravilla,asíquevámonos.

Sedirigióhacialapuerta,perosedetuvoalnotarqueThomasnoloseguía.—No te preocupes,Tommy—bromeóNewt—.Tu novia estarámuybien aquí

conmigo.En esemomento, le cruzaronmillones de pensamientos por la cabeza: ansiaba

enterarsedelcódigo,sentíavergüenzaporloqueNewtacababadeinsinuaracercadeélydeTeresa, estaba intrigadopor loqueencontraríanafuera enelLaberintoy…teníamiedo.

Pero puso a un lado todas las emociones y semarchó sin siquiera decir adiós,subiendolasescalerasdetrásdesuamigo.

ThomasayudóaMinhoareuniralosCorredoresparadarleslanoticiayorganizarelgranviaje.Quedósorprendidodequetodosestuvierandeacuerdoenpasarlanocheen el Laberinto y llevar a cabo una exploraciónmásminuciosa del lugar.Aunqueestaba nervioso y atemorizado, le dijo al Encargado que él podía ocuparse de unaSección.Minhosenegó,diciendoque teníanochoCorredoresexperimentadospararealizar la tarea.Cuando leexplicóque irían juntos,Thomas se sintióavergonzadodelalivioqueesolecausó.

Cargaron las mochilas conmás provisiones que de costumbre, pues no sabíancuántotiempopasaríanafuera.Apesardelmiedo,estabamuyentusiasmado:quizásesedíaencontraranunasalida.

LosdoschicosestirabanlaspiernasdelantedelaPuertadelOestecuandoChuckseacercóadespedirlos.

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—Yo iría con ustedes—dijo el chico en un tono demasiado jovial—, pero notengoganasdemorirdemaneratruculenta.

Thomasseechóareír.—Graciasporlaspalabrasdealiento.—Tengancuidado—agregó,mostrandopreocupaciónenlavoz—.Ojalápudiera

ayudarlos.Sesintióemocionado:podíaapostarque,deser realmentenecesario,Chuck los

acompañaríaalLaberinto.—Gracias, campeón. Puedes estar seguro de que seremos cautelosos. Minho

emitióungruñido.—Sercuidadososnonoshallevadoaningúnlado.Ahoraestodoonada,baby.—Yaeshoradeirnos—anuncióThomas.Sentíamariposasenelestómagoynecesitabaponerseenmovimientoydejarde

pensar.Despuésdetodo,saliralLaberintonoerapeorquepermanecerenelÁreaconlasPuertasabiertas.Aunqueesepensamientonoleresultódegranconsuelo.

—Sí—respondióMinhoconcalma—.Vámonos.—Bueno—dijo Chuck, levantando la vista del suelo y mirando a Thomas—.

Buenasuerte.Situnoviateextrañaysesientesola,yoledaréunpocodeamor.Thomaspusolosojosenblanco.—Ellanoesminovia,garlopo.—Anda —exclamó—. Ya estás usando las malas palabras de Alby. En serio,

buenasuerte.—Gracias, eso significamucho paramí—contestóMinho, haciendo elmismo

gestodeThomasconlosojos—.Nosvemos,shank.—Sí,nosvemos—mascullóChuck.Diomediavueltaysealejó.Thomas sintió una punzada de tristeza: quizás no volvería a ver a Chuck o a

Teresaoacualquieradeellosotravez.Loatacóunimpulsorepentino.—¡Noteolvidesdemipromesa!—legritó—.¡Yotellevaréatucasa!Chucksediolavueltaconelpulgarenaltoylosojosllenosdelágrimas.Thomaslevantólosdospulgares.Luego,losCorredoressecolgaronlasmochilas

yentraronalLaberinto.

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Capítulo44

LosdosHabitantesnosedetuvieronhastaestaramitaddecaminodelúltimocallejónde la SecciónOcho. Thomas estaba contento con su reloj, pues el cielo gris no lepermitíaguiarseporlaluz.Mantuvieronunbuenritmoyaqueprontoquedóclaroquelasparedesnosehabíanmovidodesdeeldíaanterior.Todoestabaexactamenteigual.NoeranecesariohacerMapasotomarnotas:suúnicatareaerallegarhastaelfinalyrealizarelcaminode regreso,buscandodatosqueantes se leshubieranpasadoporalto.Hicieronundescansodeveinteminutosycontinuaronlamarcha.

Corrían en silencio.Minho le había enseñado que hablar consumía energía, demodo que puso toda su atención en que el paso y la respiración fueran regulares.Rodeadosporsuspensamientosyelsonidodelospiesgolpeandocontralarocadura,seadentraronenlasprofundidadesdelLaberinto.

Despuésdedoshoras,sesobresaltóalescucharlavozdeTeresaquelehablabadesdeelÁrea.

Estamosprogresando,yaencontramosunpardepalabrasmás.Perotodavíanoleshemoshalladounsignificado.

El primer instinto fue ignorarla, negar una vez más que alguien tuviera lacapacidad de penetrar en sumente e invadir su privacidad. Pero quería hablar conella.

¿Puedes oírme?, le preguntó, imaginándose las palabras y enviándoselasmentalmentedeuna formaque le resultó inexplicable.Hizounesfuerzoyvolvióadecirlas.¿Puedesoírme?

¡Sí!,contestóella.Ylasegundavez,teescuchémuyclaramente.Estabatanperplejoquecasidejadecorrer.¡Habíafuncionado!Mepreguntocómopodemoshaceresto,lecomentó.Elesfuerzomentaldehablar

conellaeraextenuante:comenzóadolerlelacabeza.Talvezfuimosamantes,dijoTeresa.Thomastropezóyaterrizóenelsuelo.SonriótímidamenteaMinho,quesehabía

volteado para mirar. Se levantó con rapidez y alcanzó a su compañero. ¿Qué?,preguntóalfin.

Lepareciónotarquereía,comoenunaimagenborrosaperollenadecolor.Estoestanraro,dijoella.Escomosifuerasunextraño,peroséquenoloeres.Pese a que estaba sudando, sintió un escalofrío. Lamento tener que darte la

noticia:sísomosextraños.Acabodeconocerte,¿recuerdas?Noseasestúpido,Tom.Creoquealguienalterónuestrasmentesypusoalgoahí

adentroparaquepudiéramos comunicarnos por telepatía.Antes de venir aquí. Locualmehacepensarqueyanosconocíamos.

Había estado reflexionando sobre eso y consideró que Teresa debía de tenerrazón. Al menos, eso esperaba. Le gustabamucho. ¿Mentes alteradas?, preguntó.

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¿Cómo?No sé… hay un recuerdo que no alcanzo a retener. Creo que hicimos algo

importante.PensóquesehabíasentidoconectadoconTeresadesdesullegadaalÁrea.Quería

profundizarmásesetemayverquédecíaella.¿Dequéestáshablando?Ojalásupiera.Estoytratandodelanzarteideasparaversisedisparaalgodentro

detumente.Recordó lo que Gally, Ben y Alby habían dicho de él: esas sospechas de que

estabaencontradeellos,quenoeradefiar.TambiénseacordódeloqueTeresalehabíadicholaprimeravez,queellayélleshabíanhechotodoesoalosdemás.

Estecódigotienequesignificaralgo,agregóella.Yesoqueescribíenmibrazo:«CRUELesbueno».

Quizásnoseaimportante,contestó.Talvezencontremosunasalida.Quiénsabe.Apretó losojoscon fuerzaduranteunossegundosmientrassemovía,buscando

concentración.Unaburbujadeaireparecíaflotarensupechocadavezquehablaban:unasensaciónqueeraalavezmolestayemocionante.PerosusojosseabrierondegolpealdescubrirqueTeresapodríaestarleyendosuspensamientosauncuandoélnoestuviera tratando de comunicarse con ella. Esperó una respuesta, pero no llegóninguna.

¿Estásallítodavía?,lepreguntó.Sí,peroestosiemprehacequemeduelalacabeza.Letranquilizósaberquenoeraelúnico.Amítambién.Bueno,dijoella.Nosvemosdespués.¡No, espera! No quería que se fuera, le estaba ayudando a pasar el tiempo,

haciendomásfácillacorrida.Adiós,Tom.Teavisosidescubrimosalgomás.Teresa,¿quépiensasde loqueescribisteen tubrazo?Pasaronvarios segundosynohuborespuesta.¿Teresa?

Sehabíaido.Fuecomosihubieraexplotadoesaburbujadeairequeteníaenelpecho,liberandotoxinasdentrodesucuerpo.Ledolíaelestómagoylaideadecorrerduranteelrestodeldíaleresultódeprimente.

Por un lado, quería contarle a Minho la forma en que Teresa y él podíancomunicarseycompartirloqueleocurríaantesdequeesohicieraestallarsumente.Pero no se atrevió.Agregar telepatía a la situación no le pareció que fuera lomásaconsejable.Todoerasuficientementeextrañoasícomoestaba.

Bajó la cabeza y respiró profundamente. Decidió que sería mejor mantener labocacerradayseguirtrotando.

Luegodedosdescansosmás,Minhoredujoelpasomientras recorríanun largopasadizo que terminaba en una pared. Unos segundos después, se sentó contra elmuro. La enredadera era especialmente tupida allí y hacía que elmundo parecieraverdeyexuberante.

Se sentó al lado de él y ambos atacaron su modesta comida que consistía en

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sandwichesytrozosdefruta.—Estoestodo—dijoMinho,despuésdelsegundobocado—.Yacubrimostoda

laseccióny,¡ohsorpresa!,nohaysalida.Élyalosabía,peroescucharlohizoquesuánimodecayera.Sinunasolapalabra

terminósucomidaysedispusoaexplorar.Parabuscarquiénsabequé.Durantelashorasquesiguieron,rastrearonlazona:examinaronlosmuros,treparonlahiedraensitios elegidos al azar. Nada. Se sentía cada vez más desalentado. Lo únicointeresante fue ver otro de esos extraños carteles que decían: CATÁSTROFE YRUINAUNIVERSAL,EXPERIMENTOLETAL.Minho ni siquiera semolestó enecharleunasegundamirada.

Hicieronunaúltimapausaparacomereinvestigaronotropoco.Alnohallarnada,Thomas comenzó a prepararse para aceptar lo inevitable: no había nada queencontrar.CuandoseacercólahoraenquesecerrabanlasPuertas,empezóabuscarseñalesdelascriaturas,peronirastrosdeellas.Ambosllevabansiempreloscuchillosaferradosenambasmanos.Peronadaocurrióhastacasilamedianoche.

Minho alcanzó a ver a un Penitente desapareciendo detrás de una esquinamásadelante,peronuncaregresó.Treintaminutosdespués,Thomasvioaotro,quehizoexactamente lo mismo. Una hora más tarde, uno más se acercó a toda velocidaddesde elLaberintoypasó junto a ellos sin detenerse.Thomas casi se desmayadelterror.

Losdosamigossiguieroncorriendo.—Creoqueestánjugandoconnosotros—dijoMinhounratodespués.Thomassediocuentadequehabíadejadodeexaminarlosmurosysedirigíade

regresoalÁreaconaspectodesanimado.Alparecer,Minhoseencontrabaigual.—¿Quéquieresdecir?—preguntó.ElEncargadosuspiró.—Creo que los Creadores quieren que sepamos que no existe una salida. Las

paredesyanisemueven.Escomosiestohubierasidosóloun juegoestúpido,quetienequeterminar.YquierenquevolvamosyselocontemosalosdemásHabitantes.¿CuántoquieresapostarquecuandoregresemosunPenitentesehabrállevadoaunodeellosigualqueanoche?MeparecequeGallyteníarazón:vanaseguirmatándonosunoporuno.

No respondió. Podía sentir la verdad que se ocultaba detrás de las palabras deMinho. Cualquier expectativa que hubiera tenido al salir se había esfumado hacíalargorato.

—Volvamosacasa—dijoMinhoconvozcansada.Odiabatenerqueadmitir laderrota,perolehizounaseñaafirmativa.Elcódigo

eralaúnicaesperanzaquelesquedabaydecidióponertodasuenergíaeneso.RegresaronalÁreaensilencio.NosecruzaronconningúnotroPenitenteentodo

eltrayecto.

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Capítulo45

SegúnelrelojdeThomas,eramediamañanacuandoMinhoyélcruzaronlaPuertadelOestee ingresaronalÁrea.Estabatancansadoquequeríaecharseahímismoydormirunasiesta.HabíanpermanecidoenelLaberintounasveinticuatrohoras.

Sorprendentemente,apesardelaluzmortecinaydequetodoseestabaviniendoabajo, la actividad en el Área parecía estar desarrollándose con toda normalidad,tantoeltrabajoenlagranjacomolajardineríaylalimpieza.AlgunoschicosnotarondeinmediatolapresenciadelosCorredoresyNewtnotardóenaparecer.

—Ustedessonlosprimerosenllegar—lesanunció—.¿Quépasó?Thomassintióqueselepartíaelcorazónalverelbrillodeesperanzaensurostro.

Eraobvioquepensabaquehabíandescubiertoalgoimportante.—Porfavor,díganmequetienenbuenasnoticias.LosojosdeMinhoestabancomomuertos,conlavistaclavadaenalgúnlugaren

ladistanciagris.—Nada—respondió—.ElLaberintoesunamalditabroma.NewtmiróaThomas,confundido.—¿Dequéestáhablando?—Sóloestádesanimado—explicóconungestodedesgano—.Noencontramos

nadadistinto:losmurosnosemovieron,nohaysalidas,nada.¿AnochevinieronlosPenitentes?

LaexpresióndeNewtseoscurecióysacudiólacabeza.—Sí.SellevaronaAdam.No sabía de quién se trataba y se sintió culpable de su indiferencia.Unomás,

pensó.QuizásGallyteníarazón.Antes de que Newt pudiera agregar una palabra, a Minho le dio un ataque y

perdióelcontrol.—¡Estoyhartodetodoesto!—exclamó,escupiendohacialahiedraconlasvenas

delcuelloapuntodeestallar—.Yaestá.¡Seacabó!—gritó,quitándoselamochilayarrojándola al suelo—. No existe una salida. Nunca la hubo y nunca la habrá.Estamosjodidos.

Con la garganta seca, Thomas observó a su compañero que se alejaba furiosohacia la Finca. Su rostro revelaba preocupación: siMinho dejaba de pelear, todosestaríanenungranproblema.

NewtsequedócalladoydejóaThomasenfrascadoensuspensamientos.Ladesesperaciónflotabaenelairecomoelhumodensoyásperode laSalade

Mapas.

Una hora después, los otrosCorredores ya estaban de regreso. Por lo queThomas

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pudoescuchar,nohabíanencontradonaday,alalarga,sehabíandadoporvencidos.Casi todos los trabajadoreshabíanabandonadosu tareaydeambulabanporelÁreaconcarasapesadumbradas.

Sabíaquelaúnicaesperanzaquelesquedabaeraelcódigo.Teníaquerevelarlesalgo importante.Sío sí.Luegodevagar sin rumboescuchando lashistoriasde losotrosCorredores,decidiósacarseeldesalientodeencima.

¿Teresa?, dijo adentro de su mente, cerrando los ojos como si eso activara lacomunicación.¿Dóndeestás?¿Descubrieronalgo?

Luegodeunalargapausasinrespuesta,yaestabaporrenunciar.¿Tom?¿Mehablaste?Sí, respondió,contentodehaberhechocontactonuevamente.¿Meoyes?¿Estoy

haciéndolobien?Avecesseescuchaunpocoentrecortado,peroseentiende.Esmedioalucinante,

¿no?Pensó que, en realidad, ya se estaba acostumbrando. No está del todo mal.

¿Siguentodavíaenelsótano?ViaNewtperoluegovolvióadesaparecer.Aúnestamosaquí.NewtllamóatresocuatroHabitantesparaquenosayudaran

acalcarlosMapas.Creoqueyahemosresueltotodoelcódigo.Sucorazóncomenzóalatirrápidamente.¿Enserio?Venparaacá.Yavoy.Depronto,nosesentíatanagotado.

Newtlohizopasar.—Minhonoapareciótodavía—ledijo,mientrasdescendíanalsótano—.Aveces,

esecretinoseexaltaunpoco.ThomasnopodíacreerqueMinhoperdieraeltiempoponiéndosedemalhumor,

justoenelmomentoenqueestabanpordescifrarelcódigo.Peroalejóelpensamientode su cabeza al entrar en la habitación. Varios Habitantes que él no conocía seencontraban de pie alrededor de la mesa con caras de agotamiento. HabíaMapasdesperdigados por todos lados, incluso en el piso, como si un tornado hubieraarrasadoellugar.

Teresaestabaapoyadacontraunosestantes,conunahojaenlamano.Levantólavista cuando ellos entraron, y luego continuó la lectura.Eso lo entristecióunpocoporquehabíaesperadoquedemostraraalegríaalverlo.Luegosesintióestúpidoporhaber pensado semejante cosa: era obvio que ella estaba tratando de resolver elcódigo.

Tienesqueveresto,ledijoella,mientrasNewtdespedíaasuscolaboradores,quesubieronlosescalonesdemaderarefunfuñandoporhabertrabajadoinútilmente.

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No hables en mi cabeza cuando Newt está cerca. No quiero que se entere denuestro…don.

—Venaobservaralgo—lepidióenvozalta, tratandodeocultar lasonrisaqueasomabaensurostro.

—Siresuelvesesto,tejuroquemepongoderodillasytebesolospies—aseguróNewt.

Thomas se acercó a Teresa, deseoso de ver lo que habían descubierto. Ellasosteníaelpapelconelceñofruncido.

—Nome cabe lamenor duda de que esto está bien—aclaró—.Pero no tengoideadeloquesignifica.

Tomólahojayleechóunamiradarápida.Enelladoizquierdodelpapel,habíaseispalabrasnumeradasdelunoalseis,escritasengrandesletrasmayúsculas:

CORRERCAPTURARSANGRARMORIRESTIRAROPRIMIR

Seispalabras.Nadamás.Estabacompletamentedecepcionado.Habíacreídoqueunavezquedescifraranel

código,sufinalidadseríaobvia.MiróaTeresadesilusionado.—¿Estoestodo?¿Estánsegurosdequeestánenelordencorrecto?Ellalesacóla

hoja.—ElLaberintohaestadorepitiendoesaspalabrasdurantemeses.Unavezqueeso

quedóclaro, interrumpimos labúsqueda.Despuésde lapalabraOPRIMIR,siemprepasaunasemanaenterasinmostrarninguna letra,y luego,conCORRER,vuelveacomenzar.Entoncesllegamosalaconclusióndequeésaeralaprimerapalabrayéseeraelorden.

Cruzándosedebrazos,seapoyócontralaestanteríaalladodeTeresa.Sindarsecuenta, había memorizado las seis palabras, grabándolas en su mente. Correr.Capturar.Sangrar.Morir.Estirar.Oprimir.Esonosonabanadabien.

—Alentador,¿nocrees?—dijoNewt,reflejandosuspensamientosconexactitud.—Sí—respondióconungruñidode frustración—.Tenemosque traer aMinho

aquíabajo,quizásélsepaalgoquenosotrosignoramos.Situviéramosmáspistas…Derepentesequedópetrificadoysintióquelacabezaledabavueltas.Sehubiera

caídoalpisodenohaberseapoyadoenlosestantes.Seleacababadeocurrirunaideacompletamenteterrible.Lapeordelmundo.Perosuinstintoledecíaqueestabaenlocierto,queeraalgoqueteníaquehacer.

—¿Tommy? —preguntó Newt, acercándose con cara de preocupación—. ¿Te

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pasaalgomalo?Tepusistepálido.Sacudiólacabezaytratódecontrolarse.—Ah…noesnada, lo siento.Meduelen losojos, creoquenecesitodormirun

poco—contestó,frotándoselassienespararesultarmáscreíble.¿Te encuentras bien?, le preguntó Teresa dentro de sumente. La observó para

verificarsiestabatanpreocupadacomoNewt,locualleresultómuyagradable.Sí,estoyalgoagotado,enserio.Sólotengoquedescansarunpoco.—Bueno —dijo Newt, mientras le apretaba el hombro—. Te pasaste toda la

nocheafueraenesemalditoLaberinto.Veaecharteunasiesta.MiróprimeroaTeresayluegoaNewt.Queríacompartirsuideaconellos,pero

decidióqueeramejornohacerlo.Sedespidióysedirigióhacialasescaleras.Al menos, ahora tenía un plan. No sería genial, pero era mejor que nada.

Necesitabanmásclavesacercadelcódigo.Precisabanrecuerdos.SedejaríapincharporunPenitenteparapasarporlaTransformación.Deliberadamente.

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Capítulo46

Thomas no quiso hablar con nadie durante el resto del día. Teresa trató de verlovarias veces, pero él repetía que no se sentía bien y que deseaba estar solo en surefugiodelbosque.Necesitaba tiempoparadormiry tambiénparapensarunpoco:estaba segurodequedebía existir algún secretoocultodentrode sumenteque losayudaríaadecidirquécaminotomar.

Pero en verdad, estaba juntando fuerzas para lo que había planeado hacer esanoche, intentando convencerse de que era lo correcto. Tal vez, lo único que podíahacer. Además, estaba absolutamente aterrorizado y no quería que los demás lonotaran.

Finalmente, cuando el reloj lemostró que ya había llegado la hora, se fue a laFincacontodoelgrupo.NosehabíadadocuentadelohambrientoqueestabahastaquecomenzóacomerlasgalletasylasopadejitomatequeSarténhabíapreparadoatoda prisa. A partir de esemomento, tenía por delante otra noche sin dormir. LosConstructores habían cerrado con tablas los huecos dejados por los Penitentes alllevarse a Gally y a Adam. Pensó que el trabajo parecía hecho por un ejército deborrachos,perodabalaimpresióndequeresistiría.Albytambiénseencontrabaallí,conlacabezavendada,puesyasesentíamejor.ElyNewtordenaronalosHabitantesquerondarantodaslasnochesellugarendondedormían.

Thomas terminó en la gran sala de la planta baja de la Finca con losmismoschicosconloscualeshabíaestadodosnochesantes.Elsilencioprontoseinstalóenlahabitación,aunquenoquedabaclarosieraporquetodosestabanenrealidaddormidososimplementeasustados,deseandoquelascriaturasnoregresaran.Adiferenciadelaotra vez, aTeresa se le había permitido quedarse en el edificio con el resto de losHabitantes.Sehallabacercadeél,acurrucadabajodosmantas.Tuvolasensacióndequeellahabíalogradoconciliarelsueño.Deverdad.

Pero él no podía dormir, aunque sabía que su cuerpo se lo pedía condesesperación.Hizoungranesfuerzopormantenerlosojoscerradosyrelajarse,peronotuvosuerte.Lanochetranscurríalentamenteyelnerviosismodelaesperaeraungranpesosobresupecho.

De pronto, como todos habían esperado, se oyeron los horrorosos sonidosmecánicosenelexterior.Habíallegadolahora.

Seagruparoncontralaparedmásalejadadelaventana,haciendoloimposiblepormantenersecallados.Thomasseapartóenun rincón juntoaTeresa, con losbrazosalrededordelasrodillasylosojosclavadosenlaventana.Larealidaddelaterribledecisiónquehabíatomadoleoprimíaelestómagocomosihubierarecibidoungolpe.Perosabíaqueseguramentetododependeríadeeso.

La tensión iba en aumento. LosHabitantes estabanmudos, no semovía ni unalma.Unrocedistantedelmetalcontralamaderasonóportodalacasa.Pensóqueun

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PenitentedebíadeestartrepandoporlaparedtraseradelaFinca,enelladoopuestodedondeellosseencontraban.Unossegundosdespués,seescucharonmásruidosqueveníandetodaslasdirecciones.Elmáscercanoseoyófueradelaventana.Elairedelrecintopareciócongelarse.Apoyólospuñoscontrasusojos,temiendoelhorrorqueseavecinaba.

Una explosión de maderas despedazadas y vidrios rotos en el piso de arribasacudió toda la casa como si se tratara de un trueno. Quedó paralizado mientrasescuchaba algunos alaridos, seguidos de pisadas que huían. Fuertes crujidos ygemidosanunciaronqueunahordadeHabitantessedirigíahaciaelprimerpiso.

—¡AtraparonaDave!—gritóalguien,conlavozatravesadaporelterror.EneldormitoriodeThomasnadiemovióunmúsculo.Sabíaquetodossesentían

culpablesporelalivioqueexperimentabanalcomprobarque,almenos,noleshabíatocado a ellos. Quizás estarían seguros por una noche más. Se habían llevado unchicoporvezdurantedosnochesseguidasylosHabitanteshabíanempezadoacreerqueloqueGallyhabíadichoeraverdad.

Thomas dio un salto al escuchar un estruendo justo del otro lado de la puerta,acompañado de aullidos y madera que se astillaba, como si un monstruo conmandíbuladehierroseestuvieracomiendotodoelhuecodelaescalera.Unsegundodespués,vinootroestallidodemaderaquesepartía:lapuertadelfrente.ElPenitentehabíaatravesadotodalacasayahorasemarchaba.

Elmiedoseapoderódeél:eraahoraonunca.Se incorporóbruscamente, fuehasta lapuertade lahabitacióny la abriódeun

golpe.EscuchóqueNewtgritaba,perono leprestóatenciónycorrióa lo largodelpasillo esquivando cientos de trozos de madera desparramados por el piso. En ellugardondehabíaestado lapuerta,ahorapodíaverungranorificiocon losbordesdentadosqueseabríahacialanochegris.LoatravesóvelozmenteysalióalÁrea.

¡Tom!,gritóTeresaensucabeza.¡¿Quéestáshaciendo?!Ignorólapreguntaycontinuósucarrera.LacriaturaquellevabaaDave—unchicoconelcualnuncahabíahablado—se

deslizabaconsuspúashacialaPuertadelOeste,agitándoseyemitiendozumbidos.Los otrosmonstruos ya se habían reunido en el patio y siguieron a su compañerohacia elLaberinto. Sin vacilar y sabiendoque los demás pensarían que eso era unsuicidio,seapuróhastaubicarseenmediodelamanadadePenitentes.Tomadosporsorpresa,éstostitubearonunossegundos.

Saltó sobre el que tenía a Dave, trató de liberar al chico con un movimientobrusco, esperando que el monstruo buscara vengarse. El alarido de Teresa en sumentesonócontalfuerzaqueleparecióqueunpuñallehabíaperforadoelcerebro.

Tres Penitentes se lanzaron en tropel hacia él revoleando sus largas pinzas yagujas. Sacudió frenéticamente los brazos y las piernas, bloqueando las horriblesgarrasdemetalyarrojandopatadasalaasquerosagrasaburbujeantequecubríaalascriaturas.NoqueríaqueselollevarancomoaDave,sóloquelopincharan.Elataque

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implacable de las bestias se intensificaba y sintió que el dolor atravesaba todo sucuerpo: los pinchazos de las agujas le confirmaron que su plan había resultado.Lanzando gritos, comenzó a patear y retorcerse por el suelo, tratando de alejarse.Siguió luchando y, en un desborde de adrenalina, encontró finalmente un espacioabierto a través del cual, una vez de pie, salió huyendo con todas sus fuerzas yagilidad.

ApenasestuvofueradelalcancedelosPenitentes,ellosabandonaronlapeleayseperdierondentrodelLaberinto.Thomassedesplomóaullandodedolor.

Newt apareció de inmediato junto a él, seguido de cerca por Chuck, Teresa yvariosmás.Lolevantódeloshombros,tomándolopordebajodeambosbrazos.

—¡Sujétenlelaspiernas!—gritó.Parecíaqueelmundodabavueltas.Sentíanáuseasyestabamareado.Alguien—

no podía decir quién— obedeció la orden deNewt. Lo transportaron por el patio,entraronalaFincaporlapuertadelanteraylodepositaroneneldivándeunadelashabitaciones.Todoseguíagirandosinparar.

—¡¿Quéestabashaciendo?!—lepreguntóNewtdesesperado—.¿Cómopuedessertanestúpido?

Teníaquehablarantesdeperderseenlaoscuridad.—No…Newt…Túnocomprendes…—¡Cállate!—leordenó—.¡Nogastesenergía!Notóquealguien revisabasusbrazosypiernas, lequitaba la ropayexaminaba

cuál había sido el daño.Escuchó la vozdeChucky se alegróde que su amigo seencontrara bien. Uno de los Docs mencionó que había recibido más de docepinchazos.

Teresa estaba a sus pies, apretando su tobillo derecho con lamano. ¿Por qué,Tom?¿Porquéhicistesemejantecosa?

Porque…Noteníalafuerzanecesariaparaconcentrarse.Newt pidió a gritos que le trajeran el Suero de los Penitentes y, un minuto

después,sintiólaagujaenelbrazo.Unaoladecalorseextendióportodoelcuerpo,calmándoloyaplacandoelsufrimiento.Peroeluniversoseguíadesmoronándoseasualrededor.Sabíaquedesapareceríaenunospocossegundos.

Lahabitacióngiraba, loscoloresseconfundíanunosconotros,agitándosecadavezmásrápidamente.Utilizótodalafuerzaquelequedabaparadeciralgoantesdecaerparasiempreenlastinieblas.

—No se preocupen —murmuró, esperando que pudieran oírlo—. Lo hice apropósito.

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Capítulo47

DurantelaTransformación,Thomasperdióporcompletolanocióndeltiempo.ComenzódemanerasimilarasuprimerrecuerdodentrodelaCaja:enmediodel

fríoylaoscuridad.Peroestavez,suspiesysucuerponoparecíanestarencontactoconnada.Flotabaenelvacío,conlamiradafijaenunagujeronegro.Noescuchabavocesniruidos,tampocopercibíaolores.Eracomosialguienlehubierarobadoloscincosentidos,dejándoloenmediodelastinieblas.

El tiempo se alargaba. El miedo se convirtió en curiosidad y ésta, enaburrimiento.

Finalmente,trasunaesperainterminable,todocomenzóacambiar.Unviento fuerte se levantóa lo lejos.No lo sentíaperopodíaoírlo.Enseguida

surgióunabrumablancadistante:parecíauntornadodehumoquegirabaformandoun embudo tan grande que no permitía ver dónde terminaba el remolino. Luegoaparecieronhuracanes,quefueronabsorbidosporungranciclón,ypasaronvolandodetrásdeél,rasgandosuropaysupelocomobanderasdestrozadasporunatormenta.

Laespesabrumaeracomounatorregigantesca,quecomenzóaacercarsehaciaél—oeraélelquesemovíahaciaella,noestabaseguro—aumentandolavelocidadaun ritmo alarmante. Donde segundos antes había podido ver la forma nítida delembudo,ahorasóloquedabaunaextensaplanicieblanca.

Entonceslanieblalodevoró.Sintióquesellevabasumenteyquelosrecuerdosinundabansuspensamientos.Todolodemásnofuemásquesufrimiento.

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Capítulo48

—Thomas.Lavozeradistante,casiunmurmullo,ysonabacomoelecodentrodeunlargo

túnel.—Thomas,¿puedesoírme?No quería contestar. Su mente había dejado de funcionar cuando ya no pudo

soportarmáseldolor.Temíaquetodocomenzaraotravezsivolvíaaestarconsciente.Leparecióquehabíaluzalotroladodesuspárpados,perosupoqueseríaintolerableabrirlos.Nohizonada.

—Thomas,soyChuck.¿Estásbien?Porfavor,notemueras,güey.Depronto,todoelpasadoexplotóensumente.ElÁrea,losPenitentes,laaguja

punzante, la Transformación. Recuerdos. El Laberinto no tenía salida. La únicaposibilidaderaalgoqueellosnuncahabíanimaginado.Algoterrorífico.Loinvadióladesesperación.

Conungruñidoseobligóaabrirlosojospocoapoco.LacararedondadeChuckestaba allí observándolo conmirada asustada. Su rostro se iluminó de inmediato ydesplegóunagransonrisa.Semostrabaalegreapesardeloterribledelasituación.

—¡Está despierto! —gritó, sin dirigirse a nadie en particular—. ¡Thomas sedespertó!

Hizounamuecadedolorantelavozatronadoradelchicoycerrónuevamentelosojos.

—Chuck,¿esnecesarioquedesesosalaridos?Todavíanoestoymuybien.—Losiento,esqueestoyfelizdeverqueestásvivo.Tienessuertedequenotedé

ungranbeso.—Niseteocurra—masculló,abriendolosojosotravez.Sesentóenlacamaempujandolaespaldacontralaparedyestirandolaspiernas.

Ledolíanmucholasarticulacionesylosmúsculos.—¿Cuántotiempotranscurrió?—preguntó.—Tresdías—contestóChuck—.TeponíamosenelCuartoOscuroporlanoche

paraqueestuvierasseguroytetraíamosdevueltaacádurantelajornada.Penséqueestabasmuertounastreintavecesdesdequetodoempezó.Peromírateahora:¡estáscomonuevo!

Thomassabíaqueesonoeraprecisamentecierto.—¿VinieronlosPenitentes?EljúbilodeChuckdesapareciódegolpe.—Sí,sellevaronaZartyaunparmás.Unocadanoche.MinhoylosCorredores

hanregistradoelLaberintointentandohallarunasalidaoutilizareseestúpidocódigoque ustedes descubrieron, pero sin resultado. ¿Por qué piensas que las criaturas seestánllevandoaunlarchoporvez?

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A Thomas se le revolvieron las tripas: ahora sabía la respuesta exacta a esapregunta,yaalgunasotras.Losuficientecomoparahabercomprendidoqueavecessabereraunasco.

—Ve a buscar aNewt y aAlby—dijo, finalmente, amodo de contestación—.DilesquetenemosquehacerunaAsamblea.Loantesposible.

—¿Enserio?Lanzóunsuspiro.—Chuck, acabo de pasar por la Transformación, ¿no te parece que hablo en

serio?Selevantódeunsaltoysaliódelahabitaciónsindecirunapalabra.Thomascerró

losojos,inclinólacabezacontralaparedyseconcentró.Teresa.Tardóunpocoenresponder,peroprontopudoescucharsuvozclaramentedentro

de sus pensamientos, como si ella estuviera sentada junto a él. Tom, eso fue muyestúpido.Deverdad.

Teníaquehacerlo,contestó.Teodiémuchodurantelosúltimosdosdías.Tendríasquehabertevisto.Lapiel,

lasvenas…¿Meodiaste?EstabaemocionadodequeTeresasehubierapreocupadotantopor

él.Ellahizounapausa.Esaesmimaneradedecirquetehabríamatadosihubieras

muerto.Unarepentinaoladecalidezsubióporsupecho.Bueno…gracias.Supongo.Entonces,¿cuántorecuerdas?Tardóunossegundosenresponder.Suficiente.Loquedijisteacercadenosotros

dosyloqueleshicimosaellos…¿Eracierto?Percibiófrustraciónenlavozdeella,comosituvieramilesdepreguntas,perono

supierapordóndeempezar.Hicimosalgunascosasmalas,Teresa.¿Averiguastealgoquenosayudeasalirdeaquí?,preguntó,yparecíanoquerer

enterarsedequépapelhabía jugadoellamismaen todoeso.¿La formadeusar elcódigo?

Thomasnorespondiódeinmediato,antesqueríaorganizarsuspensamientos.Laúnica posibilidad que tenían de escapar sería a través de un acto suicida.Quizás,contestó después de unos segundos, pero no será fácil. Tenemos que hacer unaAsamblea. Les pediré que te permitan estar presente.No tengo fuerzas para decirtododosveces.

Ningunode losdoshablóduranteun rato,comosiunasensacióndedesalientoflotaraensusmentes.

¿Teresa?¿Sí?ElLaberintonotienesolución.

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Ellatardómuchoenresponder.Creoqueahorayatodoslosabemos.Thomasnosoportabaeldolorquehabíaensuvoz.Lopodíasentirensumente.

Notepreocupes,laintencióndelosCreadoresesquenosescapemos.Tengounplan.Queríadarlealgodeesperanza,porpocaquefuera.

¿Sí?Nomedigas.Sí.Esterribleyalgunospodríamosmorir.¿Suenaalentador?Totalmente.¿Quées?Tenemosque…Antes de que terminara la frase, Newt entró al cuarto e interrumpió la

conversación.Te lo contaré después, concluyó rápidamente. ¡Date prisa!, dijo ella y

desapareció.—Tommy,casinotienesaspectodeenfermo—exclamó,sentándoseenlacama

juntoaél.—Me siento un pocomareado, pero aparte de eso estoy bien. Pensé que sería

muchopeor—repusoconunasonrisa.Newtsacudiólacabezaconunamezcladeenojoyadmiración.—Lo que hiciste fue medio valiente y medio estúpido. Parece que tienes una

habilidad especial para eso—hizo una pausa—. Yo sé por qué decidiste hacerlo.¿Quérecuerdosrecuperaste?¿Algoquenospuedaayudar?

—Hay que reunir a la Asamblea —respondió, acomodando el cuerpo.Sorprendentemente, no se sentíamuydolorido, sólo un poco atontado—.Antes dequeempieceaolvidarmedealgo.

—Sí,Chuckmecontó.Loharemos.Pero¿quédescubriste?—Esunaprueba,Newt.Todoestoesunaprueba.Pareciócomprender.—Comounexperimento.—No,noentiendes.Ellosnosestáneliminando,observandosinosrendimospara

quedarse con los mejores. Arrojándonos Variables, tratando de que abandonemos.Están probando nuestra capacidad para resistir y pelear. Mandar a Teresa aquí ycortar todo fue sólo la última parte, el último examen. Llegó la hora de la pruebafinal:escapar.

Newtteníalafrentefruncidaporlaconfusión.—¿Quéquieresdecir?¿Conocesunasalida?—Sí.ReúnealaAsamblea.Ahora.

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Capítulo49

Unahoradespués,ThomasestabasentadodelantedelosEncargadosenlaAsamblea,igualquelavezanterior,unaodossemanasatrás.NohabíandejadoentraraTeresa,lo cual los había irritado mucho tanto a él como a ella. Newt y Minho ahoraconfiabanenlachica,perolosdemástodavíateníansusdudas.

—Muybien,Nuevito—dijoAlbyluciendomuyrecuperado,mientrasseubicabaenelcentrodelsemicírculodesillas,juntoaNewt.Elrestodelosasientosestabantodosocupados,exceptodos:uncruelrecordatoriodequeZartyGallyhabíansidollevadosporlosPenitentes—.Evitatodoeseplopusdeirteporlasramasyempiezaahablar.

Todavía un poco débil por la Transformación, se tomó unos segundos paraserenarse.Teníamuchoquedecir,peroqueríaasegurarsedequenosonaracomounatontería.

—Esunalargahistoria—explicó—.Nohaytiempopararepasarlatoda,perolesvoy a contar lo esencial. Durante la Transformación, pasaron fugazmente por mimentecientosdeimágenescomosifueraunaproyeccióndediapositivasconavancerápido. Muchos recuerdos volvieron, pero sólo algunos están lo suficientementeclarosparamícomoparahablardeellos.Hayotrosqueyadesaparecieronoquesevanesfumandopocoapoco—hizounapausaparaordenarsumente—.Peroretuvebastantes datos. Los Creadores nos están probando. El Laberinto no fue pensadocomo un enigma a resolver. Es una prueba. Ellos quieren que los ganadores, osobrevivientes,haganalgoimportante.

Se detuvo, un poco confundido con respecto al orden en que debía contar loshechos.

—¿Qué?—preguntóNewt.—Déjame empezar desde el principio —respondió, frotándose los ojos—. A

todos los que estamos aquí nos llevaron de nuestros hogares cuando éramos muypequeños. No me acuerdo cómo ni por qué, sólo tengo imágenes fugaces ysensacionesdequelascosasenelmundohancambiado,queocurrióalgorealmentemalo.Notengoideadequéfue.LosCreadoresnosrobarony,aparentemente,ellospiensan que tienen una justificación por haberlo hecho. Parece que llegaron a laconclusióndequenosotrostenemosunainteligenciaporencimadelpromedionormalyesporesoquenoseligieron.Lamayorpartedeestainformaciónesfragmentariayno es demasiado importante. No puedo recordar nada acerca de mi familia o quéocurrió. Pero después de que se apropiaron de nosotros, pasamos varios añosaprendiendoenescuelasespecialesyllevandovidasmásomenosnormaleshastaqueellos finalmente estuvieron en condiciones de financiar y construir el Laberinto.Nuestros nombres son estúpidos apodos que ellos inventaron: Alby por AlbertEinstein,NewtporIsaacNewtonyyo,Thomas,porEdison.

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Albyestabacompletamenteasombrado.—Nuestrosnombres…¿nisiquierasonlosverdaderos?Thomassacudiólacabeza.—Yporloquesé,esprobablequenuncalleguemosaconocerlos.—¿De qué estás hablando?—preguntó Sartén—. ¿Acaso somos unosmalditos

huérfanoscriadosporcientíficos?—Sí—contestó,deseandoquesuexpresiónnodemostrara lodeprimidoquese

sentía—.Teóricamente,somosmuyinteligentesyellosestánestudiandotodoloquehacemos.Observan quiénes se rinden y quiénes no, y así analizan cuáles lograránsobrevivir hasta el final. No es extraño entonces que haya tantos escarabajoscorreteandopor todo este lugar.Además, lasmentesde algunosdenosotros…hansidoalteradas.

—Yo creo que toda esta garlopa es tan buena como la comida de Sartén —interrumpióWinstonconungruñido,conaspectocansadoeindiferente.

—¿Por qué habría de inventar algo así?—exclamó, levantando la voz. ¡Él sehabíahechopincharapropósitopararecordar todoeso!—.Díganme,¿cuálpiensanustedesqueeslaexplicación?¿Quevivimosenunplanetadeextraterrestres?

—Sigue hablando —dijo Alby—. Pero yo no entiendo por qué ninguno denosotros recordónadadeesto.Yopasépor laTransformación,pero todo loqueviera…—echóunarápidamiradaasualrededor,comosiacabaradedeciralgoquenodebía—.Nomeenterédenada.

—Enseguida tevoyacontarporquépiensoqueyoaverigüémáscosasque losdemás—contestó,temiendollegaraesapartedelrelato—.¿Continúo?

—Sigueadelante—repusoNewt.Respiróprofundamentecomosifueraacomenzarunacarrera.—Muybien.Dealgunaforma,nosborraronlamemoria;nosólonuestrainfancia,

sino todo lo anterior a la llegada al Laberinto. Nos pusieron en la Caja y nosmandaronaquíarriba.Enviaronungrupograndeparaempezaryluegounopormesdurantelosúltimosdosaños.

—Pero¿porqué?—preguntóNewt—.¿Cuáleselmalditosentidodehacertodoesto?

Levantólamanoparapedirsilencio.—Yaestoyllegandoaeso.Comodije,ellosqueríanponernosaprueba,vercómo

reaccionábamosaloquellamanlasVariablesyaunproblemasinsolución.Queríanprobarsipodíamostrabajarjuntose,incluso,llegaraconstruirunacomunidad.Nosproporcionaron todo, y el problema se dispuso con la forma de uno de losrompecabezas más comunes que conoce la civilización: un Laberinto. Todo estocontribuyó a hacernos creer que tenía que existir una solución, alentándonos atrabajar todavía más duro para encontrarla pero, al mismo tiempo, aumentandonuestrodesalientoalverqueellonoocurría—hizounapausaparaasegurarsedequeloestuvieranescuchando—.Loquequierodeciresquenohayunasolución.

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Todossepusieronahablaryahacerpreguntasalmismo tiempo.Reclamóotravezquesecallaran,deseandoquefueraposiblesimplementecargarsuspensamientosenlasmentesdelosotros.

—¿Ven? La reacción de ustedes demuestra que tengo razón. A esta altura, lamayoría de las personas ya se hubiera rendido. Pero yo creo que nosotros somosdistintos.Nopodíamosaceptarqueunproblemanotuvierasolución,especialmentesisetratabadealgotansencillocomounLaberinto.Yseguimosluchandopormásqueyacasinoquedenesperanzasdeencontrarlasalida.

Thomassediocuentadequehabíaidolevantandogradualmentelavozamedidaquehablaba,ysintióqueelcalorencendíasurostro.

—Cualquiera sea la razón, ¡de todas maneras me enferma! Todo esto: losPenitentes,lasparedesquesemueven,elAcantilado…sonsolamenteelementosdeuna prueba estúpida. Fuimos usados y manipulados. Los Creadores querían quemantuviéramosnuestrasmentesocupadasenbuscarunasoluciónquenuncaexistió.Actuaron de la misma manera al mandar a Teresa aquí y al utilizarla para quedetonaraelFinal—sealoqueseaqueesosignifique—,aldesactivartodoellugar,elcielo gris, y todo lo demás. Nos proponen cosas delirantes para ver cómoreaccionamos,evaluarnuestravoluntadytambiénversinospeleamosentrenosotros.Alfinal,ellosquierenalossobrevivientesparaalgoimportante.

Sarténsepusodepie.—¿Matandogente?¿Esetambiénesunsimpáticodetalledelplan?SintiómiedodequelosEncargadosarrojaransufuriahaciaélporsabertanto.Y,

paracolmo,lascosasseibanaponerpeor.—Sí, Sartén, matando gente. El único motivo por el cual los Penitentes están

llevándonosunoaunoesparanoeliminarnosatodosantesdequeestoterminecomosesuponequedebe terminar.Lasupervivenciadelmásfuerteodelmásapto.Sóloescaparánlosmejores.

Sarténdiounapatadaalasilla.—Bueno, ¡entonces más vale que empieces a explicar esa forma mágica de

escapar!—Yalohará—dijoNewtconcalma—.Cierralabocayescucha.Minho,quese

habíamantenidocalladolamayorpartedeltiempo,seaclarólagarganta.—Algomedicequenomevaagustarloqueestáporvenir.

—Esprobablequeno—dijoThomas.Cerrólosojosunossegundosysecruzódebrazos. Los próximos minutos serían cruciales—. Los Creadores quieren a losmejoresdenosotrosparaaquelloqueplanearon.Pero tenemosqueganárnoslo—lahabitaciónquedóensilencio,todoslosojosclavadosenél—.Elcódigo.

—¿Elcódigo?—repitióSartén,conundejodeesperanzaenlavoz—.¿Quépasaconél?

Thomaslomiróehizounapausaparalograrmayorefecto.—Existía una razón para que estuviera escondido en los movimientos de los

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muros del Laberinto. Yo debía saberlo… estaba allí cuando los Creadores lodiseñaron.

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Capítulo50

Por un rato largo no se escuchó ni una voz y todos se quedaron observando aThomas,confundidos.Elsudorcorríaporsufrenteysentíalasmanosresbaladizas:teníaterrordecontinuar.Newt,incrédulo,fueelprimeroenreaccionar.

—¿Quéestásdiciendo?—Primero,hayalgoquequierocompartirconustedessobreTeresaysobremí.

ExisteunarazónparaqueGallymeacusaradetantascosas,quetambiénexplicaporquétodoslosquepasaronporlaTransformaciónmereconocieron.

Esperabaquelehicieranpreguntas,quegritaran,peroreinabaunsilenciomortalenlasala.

—Teresayyosomos…diferentes—continuó—.FuimospartedelasPruebasdelLaberinto desde el comienzo, pero contra nuestra voluntad. Lo juro. Esta vez, fueMinhoelquehabló.

—Thomas,¿cómopuedesafirmaralgoasí?—Los Creadores nos usaron a los dos. Si ustedes recuperaran todos sus

recuerdos, probablemente querrían matarnos. Pero tenía que confesarles esto yomismoparademostrarlesqueahorapuedenconfiarenmí.Asímecreeráncuandolesexpliquecuáleslaúnicamaneradesalirdeaquí.

ContemplólosrostrosdelosEncargados,preguntándoseporúltimavezsidebíadecirloysiellosentenderían.Perosabíaqueteníaquehacerlo.Síosí.

Tomóaireydisparóloquehabíavenidoaconfesar.—TeresayyoayudamosadiseñarelLaberintoyacreartodoesto.Quedaron demasiado aturdidos como para reaccionar. Una vez más recibió

miradasinexpresivas.Supusoquenoentendíano,simplemente,nocreíanquefueracierto.

—¿Qué quieres decir? —preguntó Newt finalmente—. Tienes sólo dieciséismalditosaños.¿CómopuedeshabercreadoelLaberinto?

Éltambiénteníaalgunasdudas,perosabíacuáleshabíansidosusrecuerdos.Porlocoquepareciera,eralaverdad.

—Éramos…inteligentes.YpiensoquetambiénpodríaserpartedelasVariables.Pero lomás importante es que Teresa y yo tenemos un… don, que nos hizomuyvaliososmientras ellos diseñaban y construían este sitio—se detuvo allí, sabiendoquetododebíasonarabsurdo.

—¡Dilodeunavez!—gritóNewt—.¡Hablaya!—¡Tenemos telepatía! ¡Podemos hablar entre nosotros adentro de nuestras

cabezas!Aldecirloenvozaltasesintióunpocoavergonzado,comosiacabaradeadmitir

queeraunladrón.Newtpestañóvariasvecesdelasorpresa;alguientosió.

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—Pero escúchenme —prosiguió, intentando defenderse rápidamente—, nosobligaronacolaborar.Nosécómoniporqué,perolohicieron.Quizásfueparaversipodíamosganarnoslaconfianzadeustedesapesardehabersidopartedeellos.Talvezsiemprefuimosloselegidospararevelar laformadeescapar.Cualquierasea larazón,conlosMapasdeustedesdesciframoselcódigoyahoratenemosqueusarlo.

Hizo un paneo general de la sala y, para su sorpresa y asombro, nadie parecíaenojado. Algunos Habitantes continuaban mirándolo con rostros carentes deexpresión y otros sacudían las cabezas maravillados o incrédulos. Y por algunaextrañarazón,Minhosonreía.

—Es la verdad y les pido perdón—continuó—. Pero puedo asegurarles algo,ahoraestamostodosenelmismobarco.Teresayyofuimosenviadosaquíigualqueustedes, y también podemos morir tan fácilmente como cualquiera. Pero losCreadores ya han visto suficiente: es la hora de la prueba final. Supongo que yonecesitaba laTransformaciónparaagregar lasúltimaspiezasdel rompecabezas.Detodosmodos, queríaqueustedes supieran la verdad, que comprendieranque existeunaposibilidaddeescapar.

Newtsemovíanerviosamentedeunladoaotro.LuegosequedóquietoyabarcóconlavistaalrestodelosEncargados.

—Los Creadores, esos larchos miserables, nos hicieron esto. Ni Tommy niTeresa.LosCreadores.Ylovanalamentar.

—Comosea—dijoMinho—,todoesomeimportaunagarlopa.Empecemosdeunavezconlafuga.

AThomasse lehizounnudoen lagarganta.Sesentía tanaliviadoquecasinopodía hablar. Hubiera jurado que lo someterían a algún tipo de tortura por suconfesiónoqueloarrojaríanporelAcantilado.Loquelequedabapordecirparecíaentoncesmuchomássencillo.

—Hayunaterminaldecomputadorasenunlugarenelquenuncaantesmiramos.El código abrirá una puerta para que nosotros salgamos del Laberinto. Tambiéndesactivará a los Penitentes para que no puedan seguirnos, si es que logramossobrevivirlosuficientecomoparallegarhastaesepunto.

—¿Unlugarenelquenuncaantesmiramos?—preguntóAlby—.¿Quépiensasquehemosestadohaciendoestosdosaños?

—Créeme,nuncaestuvisteenestesitio.Minhoselevantó.—Bueno,¿ydóndequeda?—Es casi un suicidio—contestó Thomas, sabiendo que estaba posponiendo la

respuesta—.LosPenitentesnosvanaperseguircuandointentemoshacerlo.Todaslascriaturasjuntas.Eslapruebafinal.

Queríaestarsegurodequeentendierancuálesseríanlosriesgos.Laposibilidaddequesesalvarantodoseraescasa.

—Bueno, dinos dónde está—intervinoNewt, inclinándose hacia delante en la

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silla.—Después delAcantilado—respondió—.Tenemosque entrar a laFosa de los

Penitentes.

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Capítulo51

Albyselevantótanbruscamentequelasillasecayóhaciaatrás.Losojosinyectadosensangresedestacabancontraelvendajeblancoquecubríasufrente.Diodospasoshaciadelanteysedetuvo,comosihubieraestadoapuntodeatacaraThomas.

—Ahorasíteestáscomportandocomounidiotamiertero—ledijo,fulminándoloconlamirada—.Ountraidor.¿Cómopodemosconfiarenloquedicessiayudasteadiseñar este lugar y a ponernos aquí? Si no podemos enfrentar a un Penitente ennuestropropio terreno,muchomenos lograremospelearcontraunahordacompletaensupropiacueva.¿Quéesloqueestástramando?

Thomassepusofurioso.—No puedo creer lo que dices. No estoy tramando nada. ¿Por qué habría de

inventartodoesto?Albypusolosbrazosrígidosyapretólospuños.—Porloquenosotrossabemos,podríashabersidoenviadoaquíparamatarnosa

todos.¿Porquédeberíamosconfiarenti?Lomiróconincredulidad.—¿Acaso te está fallando la memoria a corto plazo? Arriesgué mi vida para

salvartealláafueraenelLaberinto.¡Sinofuerapormí,estaríasmuerto!—Talvezesofueuntrucoparaganarnuestraconfianza.Siestuvierasaliadocon

losgarloposquenosmandaronaquí,notendríasquehabertepreocupadodequelosPenitentestehirieran.Quizástodonofuemásqueunaactuación.

La furia de Thomas se apagó un poco ante ese comentario y se transformó enlástima.Habíaalgoraroysospechosoentodosucomportamiento.

—Alby—intervinoMinho,relevandoaThomas—.Ésaesunadelasteoríasmástontas que he escuchado enmi vida.Hace tres noches, él casi termina destrozado.¿Piensasqueesotambiénfuepartedelaactuación?

Albyasintióbruscamente.—Esposible.—Lohice…—dijoThomas,mostrandoensuvoztodoeldisgustoquesentía—

conlaintenciónderecuperarmimemoriaparalograrquepudiéramossalirdeaquí.¿Esnecesarioquetemuestrelasheridasylosmoretonesquetengoentodoelcuerpo?

Albynocontestóperosucaratodavíatemblabadefuria.Teníalosojosvidriososylasvenasdelcuelloparecíanapuntodeestallar.

—¡No podemos regresar!—exclamó con un alarido, volteándose para mirar atodoslospresentes—.Yovicómoeranuestravidaantes,¡nopodemosvolveraeso!

—¿Éseeselproblema?—preguntóNewt—.¿Estásbromeando?Albyloencaróconferocidad,levantandoelpuño.Luegosedetuvo,fuehastasu

asiento,sehundióenélyseechóallorar.Thomasnopodíacreerlo:eltemiblelíderdelosHabitantesenvueltoenlágrimas.

—Alby, habla —insistió Newt, quien no estaba dispuesto a pasar por alto la

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reacción—.¿Quétepasa?—Fuiyo—contestó,conunsollozodeangustia—.Yolohice.—¿Quécosa?—preguntóNewt,tanconfundidocomoThomas.—Yoquemé losMapas.Megolpeé lacabezacontra lamesaparaquepensaran

quehabíasidootro.Lesmentí.Fuiyoquienlesprendiófuego.LosEncargados intercambiaronmiradas intensasdedesconcierto.ParaThomas,

encambio,ahoratodoteníasentido:Albyrecordóloterriblequehabíasidosuvidaantesdellegarallíynoqueríaregresar.

—Bueno, qué suerte que pudimos salvar esos Mapas —comentó Minho, consinceridadyundejodeburla—.Gracias aque,despuésde laTransformación,nosindicastequelosprotegiéramos.

ThomasmiróaAlbyparavercómoreaccionabaanteelcomentariosarcásticoycasicrueldeMinho,peroélhizocomosinohubieraescuchado.

Newt, en vez de enojarse, le pidió una explicación. Thomas sabía por qué noestaba molesto: los Mapas estaban a salvo y habían resuelto el código. En esemomento,yanoimportaba.

—Acabo de decírtelo —las palabras de Alby sonaron como un ruego casihistérico—.Nopodemosvolverallugardedondevinimos.Yoloviyrecuerdocosasrealmente horribles. La tierra quemada, una enfermedad, algo conocido como laLlamarada.Fuehorroroso,nosepuedecompararconloquetenemosaquí.

—¡Sinosquedamosenestelugarmoriremostodos!—gritóMinho—.¿Puedeserpeorqueeso?

Alby se quedó mirándolo fijamente durante un rato largo antes de responder.Thomasnopodía dejar depensar en lo que apenashabía dicho.LaLlamarada. Eltérminoleresultabafamiliar,ledisparóunaimagendentrodelamente.PeroestabasegurodequenohabíarecordadonadadeesodurantelaTransformación.

—Sí—contestófinalmente—.Espeor.Prefieromorirquevolveracasa.Minhoesbozóunasonrisayserecargóenlasilla.—Hombre, déjame decirte que eres una montaña de optimismo. Yo estoy

completamentedeacuerdoconThomas.Sivamosamorir,quesea luchandocomounoscondenados.

—Adentro o afuera del Laberinto —agregó Thomas, contento de que Minhoestuvieradesulado.SediovueltayenfrentóaAlbyconexpresiónseria—.Todavíavivimosadentrodelmundoquetúrecordaste.

Albyvolvióalevantarse,estavezconcaradederrota.—Hagan lo que quieran. No tiene importancia —repuso con un suspiro—.

Moriremosdetodasformas.Despuésdedecireso,caminóhacialapuertaysaliódelahabitación.Newtrespiróprofundamente,conairepreocupado.—Nunca volvió a ser el mismo desde que lo pincharon. Debe haber sido un

recuerdomuycabrón.¿QuéesesodelaLlamarada?

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—Nomeimporta—dijoMinho—.Cualquiercosaesmejorquemoriraquí.Unavez que estemos afuera, podremos ocuparnos de los Creadores. Pero, por elmomento,tenemosquehacerloqueellosplanearon:entraralaFosadelosPenitentesyescapar.Sialgunodenosotrostienequemorir,asíserá.

Sarténlanzóunresoplido.—Shanks,meestánvolviendoloco.NopodemossalirdelLaberinto,yestaidea

decaernosenlacasadelosPenitentescreoqueeslomásestúpidoqueheescuchadoenmivida.Seríapreferiblecortarselasvenas.

Los demás Encargados comenzaron a discutir a gritos y Newt les ordenó queguardaransilencio.

Thomasvolvióahablar,unavezquelascosassecalmaron:—YovoyaentraralaFosaomoriréenelintento.MeparecequeMinhotambién

viene,aligualqueTeresa.Silogramosresistiralascriaturaseltiemposuficienteparaquealguieningreseelcódigoylasdesactive,podremosatravesarlapuertaporlaqueellaspasan.EntonceshabremosconcluidolaspruebasyyaestaremosencondicionesdeenfrentaralosmismosCreadores.

Newthizounamuecadepesimismo.—¿YrealmentepiensasquepodremoscombatiralosPenitentes?Aunquenonos

maten, seguramente recibiremos los pinchazos. Es muy posible que estén todosesperándonosalllegaralAcantilado.Túsabesquelosescarabajosandancorreteandoconstantemente allá afuera, de modo que los Creadores sabrán que nos dirigimoshaciaallá.

AThomasleaterrabaloqueestabapordecir,perosediocuentadequeyahabíallegadolahoraderevelarleslaúltimapartedelplan.

—Nocreoquenosvayanapinchar.LaTransformacióneraunaVariablepensadapara el tiempo en que vivimos aquí. Pero esa etapa ya habrá terminado. Además,tendremosalgoafavor.

—Québien—exclamóNewt,conironía—.Memueroporsaberquées.—AlosCreadoresnolesconvieneterminarcontodosnosotros.Laideaesquela

prueba seamuy dura pero no imposible. Creo que ya estamos seguros de que losPenitentesestánprogramadosparamatarsóloaunHabitantepordía.Demodoquealguien tiene que sacrificarse para salvar a los demás mientras nosotros corremoshacialaFosa.Piensoqueéstaeslamaneraenquesesuponequetododebesuceder.

QuedaroncalladoshastaqueelEncargadodelMataderoemitióunacarcajadaqueparecióunrugido.

—¿Perdón?—intervinoWinston—. ¿Así que estás insinuando que arrojemos aunpobrechicoa los lobosparaqueel restodenosotrospuedaescapar?¿Esaes tubrillantesugerencia?

Noqueríaadmitirlomalquesonabatodo,peroseleocurrióunaidea.—Exacto,Winston.Me alegro de que hayas estado tan atento—le respondió,

ignorandosumiradaletal—.Ycreoqueesobvioquiéndeberíaserelpobrechico.

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—Nomedigas—seburlóWinston—.¿Yquiéneselelegido?Thomassecruzódebrazos.—Yo.

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Capítulo52

Lareuniónestallóenuncorodediscusiones.NewtcaminólentamentehastaThomas,lotomódelbrazoylollevóalapuerta.

—Ahoravete.—¿Irme?¿Porqué?—preguntósorprendido.—Pienso que ya hablaste más que suficiente para una reunión. Debemos

conversar y decidir lo que vamos a hacer sin que estés presente —le explicó,empujándolo con suavidad hacia fuera—. Espérame junto a la Caja. Cuando estotermine,túyyotendremosunacharla.

Comenzóadarsevuelta,peroThomaslosujetódelbrazo.—Newt, tienes que creerme. Es la única forma de salir de aquí. Te juro que

podemoshacerlo.Tenemosquehacerlo.Newtlomiróylesusurróconvozronca.—Yalosé,lapartequemásmegustófuecuandoteofrecisteparamorir.—Estoy

totalmentedispuestoahacerlo.Thomaslodecíaenserio,peroeradebidoalaculpaqueloatormentabaporhaber

ayudadoadiseñarelLaberinto.Enel fondo,confiabaenpoderpelear losuficientecomoparaquealguieningresaraelcódigoydesactivaraalosPenitentesantesdequelomataran.Yentoncesabrirlapuerta.

—¿En serio? —preguntó Newt, aparentemente irritado—. Tanta nobleza meapabulla.

—Tengo muchas razones personales para hacerlo. Además, en cierta forma,estamos aquí pormi culpa—se detuvo y tomó aire para calmarse—. Iré de todasmaneras,demodoqueesmejorquenopierdastutiempo.

Depronto,losojosdeNewtseinundarondecompasión.—Tommy, si es cierto que colaboraste en la creación del Laberinto, no es tu

culpa.Erasunniño,teobligaronahacerlo.Pero a pesar de lo que Newt o cualquiera de ellos dijera, él se consideraba

responsable.Ycadavezquepensabaenello,lacargasevolvíamáspesada.—Sientocomosi…tuvieraquesalvarlosatodos.Pararedimirme.Newtcomenzó

aretrocedermoviendolentamentelacabeza.—Tommy,¿sabesquéeslogracioso?—¿Qué?—preguntó,concautela.—Yorealmentetecreo.Nohayniunapizcadementiraentucara.Ynopuedo

creerquevayaadeciresto—hizounapausa—,perovoyaregresaralláadentroparapersuadir a esos larchosdeque tenemosque entrar a laFosa, comopropusiste.Espreferible luchar contra los Penitentes que quedarse sentado permitiendo que sellevenaunoporuno—aseguróNewtyluegolevantóeldedo—.Peroescúchameunacosa, no quiero ni una maldita palabra más acerca de morirte y todo ese plopus

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heroico.Silohacemos,todosvamosacorrerlosmismosriesgos.¿Estáclaro?Thomas llevó lasmanoshaciaarriba, sintiendoquesehabía sacadounpesode

encima.—Comoelagua.Yosólo tratabadedecirquevalía lapenacorrerel riesgo.Ya

que de todas maneras alguien va a morir cada noche, me pareció que al menospodríamosaprovecharlo.

Newtsepusoseriootravez.—Quécomentariomásalegre.Cuandocomenzabaaalejarse,Newtlollamó.—¿Tommy?—¿Sí?—sedetuvosinmiraratrás.—Siconvenzoaesos larchos,yaúnnoestoysegurode lograrlo, lamejorhora

parairseríaporlanoche.EsposiblequemuchosdelosPenitentesaesahoraesténvagandoporelLaberintoynoenlaFosa.

—Va—contestóThomas.Ysediovueltaconungestodeaprobación.Newtapenasesbozóunasonrisaensucaradepreocupación.—Deberíamoshacerloestanoche,antesdequemueraalguienmás—dijoy,sin

esperarrespuesta,sedirigióhacialaAsamblea.Unpocoalteradoantelaúltimadeclaración,ThomasdejólaFincaycaminóhasta

unaviejabancacercadelaCaja.Sumenteerauntorbellino:seguíapensandoenelsignificado de lo que Alby había dicho acerca de la Llamarada. También habíamencionadotierrasquemadasyunaenfermedad.Elnorecordabanadadeeso,perosiera verdad, el mundo al cual trataban de regresar no parecía muy agradable. Sinembargo, ¿qué otra opción les quedaba? Además del hecho de que los Penitentesatacarantodaslasnoches,elÁreaestabaprácticamentedesactivada.

Frustradoycansadodesuspensamientos,llamóaTeresa.¿Meescuchas?Sí,respondió.¿Dóndeestás?AlladodelaCaja.Voyenunminuto.Thomassediocuentadecuántonecesitabasucompañía.Bueno.Tecontaréelplan.Creoqueesunhecho.¿Cómoes?Se reclinó en el banco y colocó el pie derecho sobre la rodilla, mientras se

preguntabacómoreaccionaríaTeresaanteloqueleibaadecir.Tenemos que entrar a la Fosa de los Penitentes, usar el código para

neutralizarlosyabrirunapuertaquenossaquedeaquí.Hizounapausa.Meimaginéqueseríaalgoasí.Thomas pensó un instante y luego agregó: A menos que tengas alguna idea

mejor.No.Seráterrible.Llevódeungolpeelpuñoderechohacialaotramano,aunquesabíaqueellano

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podíaverlo.Podemoshacerlo.Lodudo.Bueno,almenostenemosqueintentarlo.Se hizo una pausa más larga que la anterior. Podía sentir la determinación de

Teresa.Tienesrazón.Creoquevamosasalirestanoche.Venaquí,asíhablamosunpocomásdeltema.Estaréallíenunosminutos.Se le hizo un nudo en el estómago. De golpe, la realidad de lo que había

propuesto,eseplanqueNewtestabadiscutiendoahoraconlosEncargados, lecayóencimacomounabomba.Sabíaqueerapeligroso:laideadepelearconlosPenitentesfrenteafrenteynosimplementehuirdeellosloaterraba.Enelmejordeloscasos,sólounHabitantemoriría,peroeso tampocoeraalgoseguro.Quizás losCreadoresreprogramabanalascriaturasytodoelplanseharíapedazos.

Hizounesfuerzopornopensarmás.

Antesdeloesperado,Teresaestabasentadajuntoaél,consucuerpoapretadocontraelsuyo,apesardequehabíamuchoespacioenlabanca.Ellaletomólamanoyélselapresionótantoquesupusoquedebíahaberledolido.

—Cuéntame—lepidió.Thomas repitió las mismas palabras que les había dicho a los Encargados,

mientras observaba con rabia cómo los ojos de Teresa se llenaban de terror ypreocupación.

—Nofuedifícilconvencerlosdeseguirelplan—aclaró,unavezqueterminódecontarle cómo había sido la reunión—. Pero Newt piensa que deberíamos ir estanoche.Nomeparecequeseaunabuenaidea.

ElyahabíaenfrentadoalosPenitentesysabíamuybienloqueeraeso,peroloquelecausabamástemorerapensarenChuckyTeresaalláafuera.Queríaprotegerasusamigosdeesahorribleexperiencia,peroteníaclaroquenoeraposible.

—Podemoshacerlo—comentóella,convoztranquila.Escucharladeciresosólologróponerlomásnervioso.—Carajo,estoyasustado.—Hey,ereshumano,esnormalqueestésasí.Thomasnorespondióysequedaronduranteunrato largo tomadosde lamano,

sindecirunapalabra.Sintióunpocodepaz,porfugazquefuera,ytratódedisfrutarlaeltiempoquedurara.

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Capítulo53

CuandolaAsambleaterminó,Thomassepusounpocotriste.AlveraNewtsalirdelaFinca,supoqueeldescansohabíallegadoasufin.

El Encargado se dirigió hacia ellos rengueando con rapidez. Thomas notó quehabíasoltadolamanodeTeresasindarsecuenta.

Newtlosalcanzó,cruzólosbrazossobreelpechoylosmiródesdearriba.—Todoestoesunareverendalocura,¿yalosabes,no?Era imposible adivinar lo que pasaba por su mente, pero había un asomo de

victoriaenlamirada.Thomassepusodepie.Unaoladeentusiasmoseapoderódeél.—¿Estándeacuerdoenir?—Todos—replicó—.Fuemásfácildeloquepensaba.Esoslarchoshanvistolo

quepasapor lanoche conesasmalditasPuertas abiertas.No sepuede salir de eseestúpidoLaberinto.Tenemosqueprobaralgonuevo—explicó,yechóunamiradaalos Encargados, que comenzaban a reunir a sus respectivos grupos de trabajo—.AhorasólonosquedaconvenceralosHabitantes.

Thomassabíaqueesosería todavíamásdifícilde loquehabíasidopersuadiralosEncargados.

—¿Creenqueaceptaránelplan?—preguntóTeresa,uniéndoseaellos.—No todos—respondióNewt,conunaexpresiónde frustración—.Algunosse

vanaarriesgarapermaneceraquí.Estoyseguro.Thomas sabía que los asustaría la idea de intentar huir. Exigirles que lucharan

contralosPenitenteserademasiadopedir.—¿QuépasaconAlby?—Quiénsabe—contestó,observandolaactividaddelÁrea—.Estoyconvencido

dequeesecretinotienemásmiedodevolverasucasaquedelosPenitentes.Peroyovoyalograrquevengaconnosotros,notepreocupes.

DeseópoderrecordaraquellascosasqueatormentabanaAlby,peroleresultabaimposible.

—¿Cómopiensaspersuadirlo?—Newtserió.—Yasemeocurriráalgunagarlopa,comodecirleque todosencontraremosuna

nuevavidaenotraparteyqueviviremosfelicesparasiempre.—Thomasseencogiódehombros.

—Quizáspodamoshacerlo.LeprometíaChuckque lo llevaríade regresoa suhogar.O,almenos,conseguirleunacasa.

—Bueno—murmuróTeresa—.Cualquiercosaesmejorqueestesitio.Thomas contempló las discusiones que brotaban a su alrededor, mientras los

EncargadosseesforzabanporconvenceraloschicosdequesearriesgaranalucharparallegarhastalaFosadelosPenitentes.AlgunosHabitantessealejabanenojados,

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perolamayoríaparecíaescucharyconsiderarlaposibilidad.—¿Yahoraquésigue?—preguntóTeresa.Newtrespiróprofundamentecomojuntandofuerzas.—Resolverquiénsevayquiénsequeda.Lospreparativos:comida,armas,todo

eso.Luegopartimos.Thomas,yo tepondríaacargo,dadoquefue tu idea,peroyaserá bastante difícil tener a la gente de nuestro lado sin que tú seas el líder.No teofendas.Tratadenollamarlaatención,¿estábien?LesdejaremosatiyaTeresatodoelasuntodelcódigo.Esopuedenmanejarlodesdeunsegundoplano.

Estabafelizconlapropuestadeactuarenformadiscreta.Encontraresaterminaldecomputadoraseingresarelcódigoeraunaresponsabilidadmásquesuficienteparaél.Aunasí,teníaquelucharcontraelcrecientepánicoqueloinvadía.

—Hacesquetodosuenetanfácil—dijoThomasfinalmente,haciendoloposibleporalegrarlasituación.O,porlomenos,fingirquelohacía.

Newtlomiróconatención.—Comotúdijiste:sinosquedamos,unlarchomoriráestanoche.Ysinosvamos,

también.¿Cuálesladiferencia?—repuso,yloseñalóconeldedo—.Siesquetienesrazón.

—Latengo.Sabía que estaba en lo cierto con respecto a la Fosa, el código, la puerta, la

necesidaddepelear.Perono teníani ideadecuántagentemoriría.Sinembargo, sihabíaalgoquesusinstintosledecíanclaramenteeraquenodebíademostrarlamásmínimavacilación.

Newtlediounaspalmadasenlaespalda.—Va.Pongámonosatrabajar.

Lashorasquesiguieronfuerondeunaactividadfrenética.CasitodoslosHabitantesterminaronporaceptarlapropuesta,muchosmásdelos

queThomashubieraimaginado.HastaAlbydecidióintentarlafuga.Aunquenadielohabríaadmitido,ThomasestabasegurodequelamayoríaseapoyabaenlateoríadequelosPenitentessólomataríanaunodeellos,yseimaginabanquelasposibilidadesde no ser el desafortunado inocente eran aceptables. Los que decidieron quedarsefueron pocos, pero testarudos y chillones. Vagaron por el Área con caras largas,tratando de demostrarles a los demás lo estúpidos que eran al querer marcharse.Finalmente,renunciaronysemantuvieronalejados.

Con respecto a Thomas y a los que se habían comprometido con la idea deescapardeallí,teníantoneladasdetrabajopordelante.Seentregaronmochilasllenasdeprovisiones.Sartén—NewtlehabíacontadoaThomasqueelCocinerohabíasidounodelosúltimosensumarsealgrupo—estabaacargodejuntartodalacomidaydedistribuirlaproporcionalmenteentre losbolsos. Incluyeron jeringasconelSuerodelosPenitentes, aunqueThomas no creía que fueran a necesitarlas.Chuck, ayudado

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por Teresa, se ocupó de llenar las botellas de agua y de repartirlas entre todos.Thomaslepidióaellaqueintentaradisfrazarlarealidaddelviaje,aunquetuvieraquementir descaradamente. Chuck aparentaba hacerse el valiente desde que se habíaenteradodequeibanaescapar,peroelsudordesupielylosojosaturdidosrevelabanlaverdad.

Minho fue al Acantilado con un grupo de Corredores, transportando lianas ypiedras para realizar la última prueba de la Fosa invisible de los Penitentes.Confiaban en que las criaturas mantuvieran su horario normal y no aparecieranduranteeldía.Thomashabíapensadosaltardirectamentedentrodelhuecoytratardeintroducirelcódigodeprisa,peronosabíaconquépodríallegaraencontrarse.Newtestabaenlocierto:eramejorqueesperaranhastalanocheconlaesperanzadequelosPenitentesestuvieranrecorriendoelLaberintoynoadentrodesucueva.

CuandoMinhoregresósanoysalvo,ThomasnotóqueelEncargadoestabamuyconfiadoenqueésafueraunasalida.Ounaentrada,segúndedóndeselemirara.

Ayudó a Newt a distribuir las armas. La desesperación por derrotar a losPenitentesloshabíallevadoacrearalgunasmuynovedosas.Tallaronmuchasbarrasdemaderaparaconvertirlasen lanzasyotras lasenvolvieronconalambredepúas;afilaron los cuchillos y los ataron con cordel a los extremos de ramas sólidas,cortadas de los árboles del bosque; pegaron trozos de vidrios rotos a las palas concinta adhesiva. Antes del final del día, los Habitantes se habían convertido en unpequeñoejército.Bastantepatéticoymalpreparado—pensó—,peroejércitoalfin.

UnavezqueTeresayThomasterminaronconsustareas,sefueronasuesconditesecretoenlasLápidasparaarmarlaestrategiadeentradaenlaFosadelosPenitentesylamaneradeintroducirelcódigo.

—Nosotrostenemosqueencargarnosdehacerlo—anuncióél,mientrasapoyabanlaespaldacontralosárbolesrugosos.Lashojasverdesyaseestabanvolviendogrisesporlafaltadeluzsolarartificial—.Deesaforma,sinosseparamospodemosseguircomunicadosyayudarnos.

Teresajugabaconunarama,tratandodequitarlelacorteza.—Peronecesitamosreemplazosencasodequenosocurraalgo.—Definitivamente.MinhoyNewtconocenlaspalabrasdelcódigo.Lesdiremos

que tienen que ingresarlas en la computadora si nosotros… bueno, tú sabes…—sugirióThomas.Noqueríapensarentodaslascosasmalasquelespodríansuceder.

—No es un planmuy complicado—dijo ella con un bostezo, como si la vidafueracompletamentenormal.

—Para nada. Luchar contra las criaturas, introducir el código y escapar por lapuerta.Después,nosencargaremosdelosCreadores,cuesteloquecueste.

—Uncódigodeseispalabras,peroquiénsabecuántosPenitentes—dijoTeresa,partiendolaramaendos—.¿YquépiensasquesignificaCRUEL?

Fue como si le dieran un golpe en la cabeza. Por algún motivo, escuchar esapalabraenesemomento,viniendodeotrapersona,disparóalgoadentrodesumente

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yselehizolaluz.Nopodíacreerquenohubierahecholaconexiónantes.—EsecartelqueviafueraenelLaberinto,¿sabesdecuálhablo?¿Eldemetal,

que tenía palabras impresas? —exclamó atropelladamente. El corazón se habíaaceleradodelaemoción.

Teresaparecíaconfundida,peroluegosuexpresiónseiluminó.—Claro. Catástrofe y Ruina Universal: Experimento Letal. CRUEL. Lo que

escribíenmibrazo:CRUELesbueno.¿Quéquerrádecir?—Ni idea. Y es por eso que tengo unmiedomortal de que esto sea una gran

tontería.Podríaserunamasacre.—Todossabenenloqueseestánmetiendo—lotranquilizó,mientrasseestiraba

yletomabalamano—.Notenemosnadaqueperder,¿recuerdas?Thomas recordaba, pero las palabras de Teresa no lo calmaron, pues no había

muchaesperanzaenellas.—Nadaqueperder—repitió.

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Capítulo54

JustoantesdelahoraenquesesolíancerrarlasPuertas,Sarténpreparóunaúltimacomida para que pudieran enfrentar la noche que se avecinaba. El miedo y elpesimismo se agitaban en el ambiente, mientras los Habitantes consumían losalimentosque teníanenelplato.Thomassesentó juntoaChuck,quien jugueteabaabsortoconeltenedor.

—Cuéntame algo… Thomas—dijo, con la boca llena de papa—. ¿De dóndevienemiapodo?

No pudo evitar una sonrisa. Estaban a punto de embarcarse en la que seríaprobablementelatareamáspeligrosadesusvidas,yaélsóloleinteresabasabercuáleraelorigendesusobrenombre.

—Nosé…¿Darwin,talvez?Eltipodelateoríadelaevolucióndelasespecies.—Estoysegurodequehastaahoranadieledijo«tipo»aDarwin—Chuckseguía

masticandoyparecíapensarqueéseeraelmejormomentoparacharlar,conlabocallena y todo—. Sabes, ahora no estoy muy asustado. Digo, las últimas noches,sentadoenlaFincaesperandoqueunPenitentevinieraysellevaraaunodenosotros,esofuelopeorquemeocurrióentodamiexistencia.Encambioahoralosvamosaenfrentar,intentaremosalgo.Y,almenos…

—¿Almenosqué?—preguntó.Niporun segundocreyóqueChuckno tuvieramiedo.Casiledolíaverlohacerseelvaliente.

—Bueno, lamayoría está especulando con que solamente puedenmatar a uno.Quizásyosuenecomoungarlopo,peroesomedaunpocodeesperanza.Almenoslamayoríasesalvará,sólomoriráunpobreinútil.Mejorunoquetodos.

Lo volvía loco que los Habitantes se aferraran con tal desesperación a esaposibilidad.Cuántomás lo pensaba,menos creía que fuera verdad. LosCreadoresconocíanelplan,seguramentereprogramaríanalosPenitentes.Perohastaunafalsaesperanzaeramejorquenada.

—Talveztodosnossalvemos.Siluchamosdeverdad…Chuckdejódemasticarporunmomentoylomiróconatención.—¿Piensasesorealmenteosóloestástratandodelevantarmeelánimo?—Podemos lograrlo—insistió, luego comió el último bocado y tomó un buen

tragodeagua.Sesentíaelpeordelosmentirosos.Muchoschicosmorirían,peroélharíatodoloposibleparaqueChucknofueraunodeellos.YtampocoTeresa—.Noolvidesmipromesa.Puedescontarconello.

—Difícil—repuso,arrugandolafrente—.Escuchotodoeltiempoqueelmundoestáenunestadobastantemiertero.

—Hey, puede ser. Pero encontraremos gente que se preocupe por nosotros.Yaverás.

—Enrealidadnoquieropensareneso—anuncióChuck,levantándosedelamesa

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—.SólosácamedelLaberintoyseréeltipomásfelizdelatierra.—Va—celebróThomas.Ungranalborotoqueproveníadelasotrasmesasllamósuatención.NewtyAlby

estabanreuniendoalosHabitantes,avisándolesqueyaerahoradepartir.ApesardequeAlby parecía estar recuperado, Thomas seguía inquieto por su saludmental yconsiderabaqueNewteraquienestabaacargo.

Esemiedoheladoquehabíasentidotantasvecesenlosúltimosdíasloatacóotravez. Ese era el momento. Había llegado la hora de escapar. Tomó su mochila,tratando de actuar y dejar de pensar. Chuck hizo lomismo y ambos se dirigieronhacialaPuertadelOeste,laqueconducíaalAcantilado.

EncontróaMinhoyaTeresaconversandocercadelladoizquierdodelaPuerta,repasandorápidamentelaformadeingresarelcódigounavezdentrodelaFosa.

—Larchos, ¿están listos? —les preguntó Minho cuando se aproximaron—.Thomas, todoesto fue idea tuya, asíquemásvaleque funcione.Sino, tematoyoantesdequepuedandevorartelosPenitentes.

—Gracias—exclamó.Pero no podía sacudirse la horrible sensación que le revolvía las tripas. ¿Qué

pasaría si, por alguna razón, él estaba equivocado? ¿Y si los recuerdos que habíatenidohabíansidoimplantadosensumenteyresultabanfalsos?Estepensamientoloaterrabaydecidiósacarlodesucabeza.Yanohabíavueltaatrás.

MiróaTeresa,queseretorcíalasmanosnerviosamente.—¿Estásbien?—lepreguntó.—Sí—respondió, con una sonrisa que demostraba lo contrario—. Sólo quiero

terminarconestodeunavez.—Amén,hermana—dijoMinho.ThomasobservóalCorredor.Leresultóenvidiablesuaspectoconfiadoycalmo,

sinelmenoratisbodemiedo.CuandoNewtlogróreuniratodos,pidiósilencio.Seprepararonparaescucharlo

queteníaparadecir.—Somoscuarentayuno—exclamó,poniéndoselamochilaalhombroyalzando

ungruesopalodemaderaconalambredepúasenlapunta,deaspectomortífero—.Asegúrensedellevarlasarmas.Másalládeeso,noquedamuchoporcomentar,yatodos conocen el plan. Nos abriremos camino peleando hasta la Fosa de losPenitentes, Tommy ingresará su código mágico y luego nos vengaremos de losCreadores.Asídesencillo.

ThomasapenasprestóatenciónaldiscursoalnotarqueAlbysehabíaalejadodelgrupoprincipalyseencontrabasoloyrefunfuñando.Llevabaunafundaconflechascolgandodelhombroyjugabaconlacuerdadesuarcoconlamiradafijaenelsuelo.Estabacadavezmáspreocupadodequelainestabilidaddelmuchachoarruinaratodoelplanysehizoelpropósitodevigilarlodecerca.

—¿No habría que decir unas palabras de aliento, para levantar la moral? —

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preguntóMinho,haciendoqueThomasapartarasuatencióndeAlby.—Adelante—contestóNewt.Conungestoafirmativo,Minhoenfrentóalamultitud.—Tengancuidado—dijosecamente—.Nosemueran.Habríasoltadounacarcajadasielmiedonoselohubieraimpedido.—Genial,sevequetodostenemosunainspiracióndeldemonio—admitióNewt,

yluegoapuntóhaciaelLaberinto—.Despuésdedosañosdesertratadoscomoratas,hoy vamos a resistir. Esta noche, vamos a enfrentar a los Creadores, sin importarcuánto tengamosque lucharpara llegarhastaallí.Hoy losPenitentesse llevaránelsustodesusvidas.

Pocoapocofueronsurgiendovítoresyaplausosqueseconvirtieronengritosdeguerraqueatronaronelaire.Thomassintióquelavalentíacomenzabaaasomarensuinterior y se aferró a ella con todas sus fuerzas. Newt tenía razón: esa noche erafundamental.IbanapelearyaoponersealosCreadoresdeunavezportodas.

Yaestabalisto.RugiójuntoconlosdemásHabitantes.Sabíaqueseríamejornohacerruidonillamarlaatención,peronoleimportó.Eljuegohabíacomenzado.

Newtenarbolósuarmahaciaelcieloylanzóunaullido.—¡Creadores,esténatentos!¡Allávamos!Y luego de decir eso, rengueando de forma casi imperceptible, se perdió

velozmenteentrelassombrasdelLaberinto.LosHabitantestomaronsusarmasylosiguieron,Albyincluido.Thomascerróelgrupo,juntoaTeresayChuck,sosteniendouna gran lanza de madera con un cuchillo en la punta. La sensación deresponsabilidad por sus amigos lo atacó de repente dificultándole el movimiento.Peronosedesanimó:estabadispuestoaganar.

Túpuedeshacerlo,pensó.SólotienesquellegarhastaesaFosa.

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Capítulo55

Thomas mantenía un ritmo constante mientras se deslizaba por los pasadizos depiedra hacia el Acantilado, junto a los otros Habitantes. Se había acostumbrado aandarporelLaberinto,peroesavezeracompletamentediferente.Losruidosdelaspisadas sonaban como un eco en las paredes y las luces rojas de los escarabajosresplandecíanenlaenredadera,másamenazadorasquenunca.LosCreadoresestabanobservándolosyescuchándolos:laluchaerainevitable.

¿Asustado?,lepreguntóTeresa.No,meencantanlosmonstruosgrasososymetálicos.Memueroporverlos.No

teníaganasdehacerbromasnidereírse.Pensósialgunavezrecuperaríaelhumor.Quégracioso,respondió.Teresa seencontrabaa su lado,peroélmantenía lavista clavadaenel camino.

Todoestarábien,sóloquédatecercadeMinhoydemí.Ah,micaballeroandante,¿creesquenopuedovalermepormímisma?En realidad, pensaba exactamente lo contrario. Ella parecía tan fuerte como

cualquiera.No,sólotratabadeseramable.Elgrupoocupabatodoelanchodelpasillomientrascorríaapasofirmeyrápido.

Se preguntó cuánto tiempo soportarían los que no eran Corredores. Comorespondiendoa supensamiento,Newt redujo lavelocidadypalmeóaMinhoen elhombro.

—Ahora,túveadelante—leescuchódecir.Minhocorrióhaciael frenteycomenzóaguiara losHabitantesa travésde los

senderos.ParaThomas,cadapasoeraunaagonía.Elvalorquehabíareunidosehabíaconvertido en temor ante la aparición repentina de los Penitentes. Esperaba connerviosismoelmomentodelabatalla.

Algunos Habitantes ya habían empezado a jadear, pero nadie abandonó.Continuaron el camino, aún sin señales de las criaturas. Con el paso del tiempo,Thomasalentólaesperanzadequequizásllegaranantesdeseratacados.

Finalmente,despuésdelahoramáseternadesusvidas,arribaronallargocallejónque conducía al último recodo previo al Acantilado: un corto pasadizo hacia laderechaqueseabríacomolalíneaverticaldelaletraT.

Conelcorazónlatiendoatodaprisaylapielcubiertadesudor,ThomassehabíacolocadodetrásdeMinho,conTeresaasulado.ElEncargadodisminuyólamarchaantesdelrecodoysedetuvoconlamanoenaltoparaavisaralosdemásquehicieranlomismo.Luegosevolteóconunaexpresióndeterror.

—¿Escuchasteeso?—murmuró.Thomas sacudió la cabeza, tratando de no dejarse influir por la cara de su

compañero.MinhoavanzóconsigiloyespióporelbordedepiedrahaciaelAcantilado.Élya

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lohabíavistohaceresoaquellavezenquehabíanseguidoaunPenitentehastaesemismolugar.Igualqueantes,Minhodiounsaltoysequedómirándolo.

—Aayyy—dijo,comoenunlamento—.Nopuedeser.En ese momento, Thomas escuchó los ruidos de las criaturas. Era como si

hubieran estado escondidas, aguardando por ellos, y ahora volvieran a la vida. Nisiquierateníaquemirar:yasabíaloqueMinhoibaaanunciarantesdequeabrieralaboca.

—Hayporlomenosdoce.Quizásquince—sefrotólosojosconlaspalmasdelasmanos—.¡Estánesperándonos!

Unfríoheladorecorriósuespalda.EstabapordecirlealgoaTeresa,perocuandoviolapalidezdesurostro,sedetuvo:eralaencarnacióndelterror.

Newt y Alby se acercaron. Por lo visto, la declaración deMinho ya se habíapropagadoentrelatropa.

—Bueno, sabíamos que tendríamos que pelear —dijo Newt, tratando depronunciarlafraseoportuna,peroeltemblordesuvozlodelató.

Thomassentíalomismo.Habíasidofácilhablardequenohabíanadaqueperder,delaposibilidadtandeseadadeescaparydelaesperanzadequesólosellevaranaunodeellos.Peroahorayaestabanallí, literalmente a lavueltade la esquina.Lasdudascomenzaronainfiltrarseensumenteyensucorazón.SepreguntóporquélosPenitentesestaríanaguardando.Eraobvioquelosescarabajosleshabíanavisadoquelos Habitantes se acercaban. ¿Acaso los Creadores estaban disfrutando de lasituación?

Seleocurrióunaidea.—Es posible que ya se hayan llevado a un chico del Área. Tal vez podemos

pasarlosdelargo.Sino,¿porquéseguirían…?Unfuerteruidoasusespaldaslointerrumpió.Algirar,distinguióaungrupode

PenitentesqueveníahaciaellosdesdeelÁreadesplegandolaspúasylosbrazosdemetal.Estabaporhablarcuandoescuchóunestruendodesdeelotroextremodellargopasadizo:máscriaturas.

Elenemigolosteníabloqueadosdesdetodoslosflancos.Los Habitantes avanzaron en tropel hacia Thomas, obligándolo a adelantarse

hacialaintersección,dondeelpasillodelAcantiladochocabacontraellargocallejón.ContemplóalamanadadePenitentesqueestabaubicadaentreellosyelprecipicio,conlaspúasextendidasylapielhúmedalatiendoconfuerza.Lasbestiasobservabanconatención.Losotrosdosgruposdecriaturasencerraronpocoapocoaloschicosysedetuvieronaunoscuatrometros.Tambiénsequedaronexpectantes.

Thomasgirólentamentemientrascombatíaelmiedoylosabarcóatodosconlamirada. Estaban rodeados. No tenían opción: no había dónde ir. Sintió un dolorpunzantedetrásdelosojos.

Los Habitantes formaron un equipo compacto a su alrededor, mirando haciafuera, apiñados en el centrode la intersección en formadeT.Él estaba apretujado

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entreNewtyTeresa.PodíasentireltemblordelcuerpodeNewt.Nadiehablaba.LosúnicossonidoseranlosgemidosespeluznantesyloschirridosdelamaquinariadelosPenitentes,reunidosallícomosiestuvierandisfrutandodela trampaqueleshabíantendidoaloshumanos.Suscuerposasquerososrespirabanagitadamenteconunjadeomecánico.

¿Quéestánhaciendo?,preguntóThomasaTeresa.¿Quéestánesperando?Nocontestó.Entoncesestirósumanoyapretóladeella.LosHabitantesquese

encontrabanjuntoaélsemanteníanensilencio,aferrandosusarmasprecarias.EchóunamiradaaNewt.—¿Seteocurrealgo?—No—respondióél,conunligerotemblorenlavoz—.Noentiendoquédiablos

estánhaciendo.—Nodebimoshabervenido—intervinoAlby.Habíaestadotancalladoquesuvozsonórara,especialmenteconelecoapagado

quecreabanlasparedesdelLaberinto.Thomasnoestabacomoparaquejas.Habíaquehaceralgo.—Bueno, no estaríamos mejor en la Finca. Detesto decirlo, pero es más

convenientequemueraunosoloaquenoseliminenatodos.Esperaba que eso de «una persona por noche» fuera cierto. La visión de la

manadadePenitentescerrándosesobreelloslecayócomounaexplosiónderealidad:¿podríanvencerlosatodos?

PasóunlargoratohastaqueAlbyrespondió.—Quizásyodebería…Fuebajandolavozmientrascomenzabaacaminardespacio,enestadodetrance,

endirecciónalAcantilado.Thomasloobservóconhorroreincredulidad.—¿Alby?—dijoNewt—.¡Vuelveacá!Envezde responder, se lanzóacorrerdirectamentehacia losPenitentesquese

encontrabanentreélyelbarranco.—¡Alby!—aullóNewt.Thomas abrió la boca pero Alby ya se enfilaba hacia los monstruos y saltaba

sobre uno de ellos. Newt estaba por correr hacia él cuando cinco o seis criaturascobraron vida y atacaron al chico en una nebulosa de metal y piel. Thomas seadelantóysujetóaNewtdelosbrazosantesdequepudierairmáslejos,yloempujóhaciaatrás.

—¡Suéltame!—gritóNewt,luchandoporliberarse.—¡¿Estásloco?!—exclamóThomas—.¡Nopuedeshacernada!DosPenitentesmássesepararondelgrupoyseabalanzaronsobreAlby.Treparon

unoarribadelotroycomenzaronaatacarloconsuspúasygarrasensañándosedetalforma que parecía que se estaban regodeando en su siniestra crueldad. Por algúnmotivo inexplicable, Alby no gritó. Thomas perdió de vista el cuerpo mientraspeleabaconNewt,dandograciasensuinteriorporladistracción.Newtfinalmentese

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rindió,desplomándoseenseñaldederrota.Thomas hizo grandes esfuerzos para no vomitar y pensó que Alby había

enloquecidoporcompleto.Había tenido tantomiedode regresaraaquel lugar,queprefirióinmolarseparaevitarlo.Esavez,sehabíaidoparasiempre.

Newt seguía mirando hacia el lugar por donde había desaparecido su amigo,mientrasThomasloayudabaarecuperarelequilibrio.

—Nopuedocreerlo—suspiró—.¿Porquélohizo?Thomas movió la cabeza, incapaz de responder. Al ver a Alby morir de esa

manera,loinvadióunanuevaclasededolor,quenoerafísico,perosídesagradableeinquietante.NosabíasiesoestabarelacionadoconAlby,porque,enrealidad,elchiconunca le había agradado del todo. Pero pensar que lo que acababa de ver podríasucederleaChuckoaTeresa…

MinhoseacercóaellosypresionóelhombrodeNewt.—No podemos desaprovechar lo que hizo —comentó, y luego se dirigió a

Thomas—. Si es necesario, lucharemos contra esas bestias y abriremos un caminohacia el Acantilado para Teresa y para ti. Entra a la Fosa y haz lo tuyomientrasnosotroslosmantenemosalejadoshastaquenoshagasunaseñalparaquetesigamos.

ThomascontemplóalostresgruposdePenitentes—ningunohabíaintentadoaúnacercarsealosHabitantes—yasintió.

—Con suerte, quedarán inactivos durante un rato. Se supone que nonecesitaremosmuchomásdeunminutoparaingresarelcódigo.

—¿Cómopuedensertandesalmados?—preguntóNewt,sorprendiendoaThomasporeldesagradoquemostrabaensuvoz.

—¿Quéquieres,Newt?—exclamóMinho—.¿Quehagamosunfuneral?Nocontestó.ContinuómirandohaciaelsitiodondesesuponíaquelosPenitentes

estabanrealizandosufestín.Thomasnopudoimpedirecharunaojeada:divisóunamancharojabrillanteenelcuerpodeunadelascriaturas.Selerevolvióelestómagoydesviólamirada.

Minhocontinuóhablando.—Albynoqueríaregresarasuantiguavida.Elmalditosesacrificópornosotros.

Tiene que existir algún motivo por el cual no nos ataquen, quizás funcionó. Sidesperdiciáramosestaoportunidad,entoncessíseríamosdespiadados.

Newtcerrólosojosynocontestó.MinhoenfrentóalosHabitantes,queesperabanamontonadosunoscontraotros.—¡Prestenatención!NuestraprioridadesprotegeraThomasyaTeresaparaque

consiganllegaralAcantiladoyalaFosa…SuvozfueinterrumpidabruscamenteporelsonidodelosPenitentesquevolvían

alavida.Thomaslevantólavistaaterrorizado:lascriaturas,alineadasaambosladosdelgrupo,parecíanhabernotadonuevamentesupresencia,proyectandosuspúasporencimadelapielgelatinosayretorciendosuscuerpos.Luego,alunísono,avanzaronlentamente, desplegando sus armas y dispuestos a matar. Agrupados en una

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formacióncompacta,losPenitentescargaronhaciaellosconpasoseguro.ElsacrificiodeAlbyhabíasidounfracasorotundo.

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Capítulo56

ThomassujetóaMinhodelbrazo.—¡Tengo que lograr pasar a través de ellos como sea!—exclamó, apuntando

hacia la manada rodante de Penitentes, que se interponía en su camino hacia elbarranco.

Parecía una gran masa de grasa pinchuda y estruendosa que lanzaba destellosrojos y metálicos. Bajo la luz grisácea y desvaída, resultaban todavía másamenazadores.

Esperó una respuesta mientras Newt y Minho intercambiaban una miradaprolongada.Losnerviospreviosalabatallaerantodavíapeoresqueelmiedoensí.

—¡Seestánacercando!—gritóTeresa—.¡Tenemosquehaceralgo!—Tú ve adelante —dijo Newt a Minho, casi en un murmullo—. Ábrele un

malditocaminoaTommyyalachica.Ya.Minho hizo una señal afirmativa y encaró a los Habitantes con una firme

determinaciónenelrostro.—¡Nos dirigiremos directamente al Acantilado! Pelearemos en el centro,

empujando a losmonstruos hacia losmuros. ¡Lo esencial es queThomasyTeresapuedanllegaralaFosadelosPenitentes!

Thomasmiróalascriaturasqueseaproximabanyapretósupatéticalanza.Debemosmantenernos juntos, ledijoaTeresa.Dejaqueellos luchen.Nosotros

tenemos que entrar a esa Fosa. Se sentía un cobarde, pero sabía que cualquiercombate—omuerte— sería en vano si no lograban ingresar el código y abrir lapuertaquelosconduciríahastalosCreadores.

Yalosé,contestóella.Siemprejuntos.—¡Listos!—rugióMinho,empuñandounpaloconalambredepúasenunamano

y un cuchillo plateado en la otra, apuntándolos hacia la horda de Penitentes—.¡Ahora!

ElEncargadocorrióhaciadelantesinesperarrespuesta.NewtlosiguiópegadoasustalonesconelrestodelosHabitantesdetrás:ungrupocerradodechicosaullandoconlasarmasenalto,listosparauncombatesangriento.ThomasaferrólamanodeTeresa y los dejó pasar. Mientras esperaba el momento adecuado para entrar enacción,pudosentirelterrorqueembargabaasuscompañeros.

CuandolosprimeroschoquesentrelosHabitantesylosPenitentesllenaronelairedegritosyruidosmecánicos,ChuckpasócorriendodelantedeThomas,quienestirólamanoylotomódelbrazo.

ElchicoretrocedióatropezonesylevantólavistaconunosojostanaterrorizadosqueThomassintióqueselequebrabaelcorazón.Enesafraccióndesegundo,tomóunadecisión.

—Tú vienes con Teresa y conmigo—exclamó con tono autoritario, sin dejar

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lugarparaladuda.Chuckobservólabatallaqueseestabadesarrollandomásadelante.—Pero…—comenzó a hablar y se interrumpió. Thomas sabía que, aunque le

dieravergüenzaadmitirlo,leentusiasmabalaidea.Deinmediato,tratódesalvarladignidaddesupequeñoamigo.—Necesitaremos tu ayuda en la Fosa de los Penitentes, en caso de que haya

algunoesperándonos.Chuckasintió con rapidezyThomasvolvió a sentir lapunzadade tristezamás

profundamentequenunca,juntoconelimpulsoirrefrenablederegresaralniñosanoysalvoasucasa.

—Muybien—anunció—,sujetalaotramanodeTeresa.Vámonos.Chuckhizoungranesfuerzoporaparentarvalor.¡Hanabiertouncamino!,gritóTeresaensumente,disparandounchasquidode

dolorensucerebro.ApuntóhaciadelanteyThomascontemplóelangostopasilloquese formaba en el sendero, mientras los Habitantes luchaban salvajemente paramanteneralasbestiascontralasparedes.

—¡Ahora!—gritóThomas.Empuñando las lanzas y los cuchillos de combate, avanzó a toda velocidad

arrastrando a Teresa que, a su vez, jalaba a Chuck. Los tres juntos recorrieron elpasadizoquelosseparabadelAcantilado,enmediodelasangreyelgriterío.

Laguerrasedesarrollabacontodasufuria.LosHabitantesluchabanimpulsadospor la adrenalina generada por el pánico. Los sonidos rebotaban por las paredesprovocandoecosterroríficos:losaullidoshumanos,loschoquesdemetal,losalaridosde las criaturas, los golpes de las garras, los chicos implorando auxilio. Era unabruma sangrienta, grisácea y con destellos de acero. Thomasmiraba hacia delantetratandodenodesviarlosojoshacialoscostados,mientrasavanzabaporlaestrechaaberturaqueformabanlosHabitantes.

Altiempoquecorría,nodejabaderepasarensucabezalaspalabrasdelcódigo:CORRER,CAPTURAR,SANGRAR,MORIR,ESTIRAR,OPRIMIR.Sólofaltabanunosdiezmetros.

¡Mehicieronunacortadaenelbrazo!,gritóTeresa.Enesemismomomento,sintióunapuñaladaagudaenlapierna,peronosevolteó

ni se molestó en responder. La implacable dificultad de la situación en que seencontraban era como un fuerte diluvio de agua negra que arrasaba con todo,presionándoloparaque sedieraporvencido.Sinembargo, resistióy empujóhaciadelante.

DivisóelAcantilado,queseabríahaciauncieloplomizoaunosseismetrosdedistancia.Continuólamarchaimpulsandoasusamigos.

Loscombatessedesarrollabanaambosladosdelostreschicos,peroThomasnomirabaniayudaba.UnPenitenteseinterpusoensucaminoaferrandoentresusgarrasaunniñoque,ensuintentoporescapar,lanzabaferocescuchilladasaladurapielde

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ballena del monstruo. Lo eludió hacia la izquierda y continuó su carrera. Alesquivarlo, escuchó un alarido que sólo podía significar que el Habitante habíaencontradounhorrendofinal.Elaullidoquebróelairesofocandolosotrossonidosdelaguerra,hastaquesedesvanecióenlamuerte.Letemblóelcorazónydeseóquenosetrataradealguienqueélconociera.

¡Notedetengas!,dijoTeresa.—¡Yalosé!—respondióenvozalta.Alguienpasóvelozmenteasuladoylogolpeó.UnPenitenteseabalanzódesdela

derechahaciendogirar las cuchillas, perounHabitante se interpusoy lo atacócondos largas espadas, entrechocando aceros en la contienda. Escuchó una voz lejanaquerepetíaunayotravezalgoacercadeél.Quehabíaqueprotegerlo.EraMinho.Susgritosrevelabanfatigaydesesperación.

¡UnacriaturacasisellevaaChuck!,sonóTeresaviolentamenteensucabeza.CuantosmásPenitenteslosatacaban,másHabitantesseacercabanadefenderlos.

Winston había recogido el arco y las flechas deAlby y le disparaba las puntas deacero a cualquier formanohumanaque semoviera, errandomás tirosque losquedabaenelblanco.UnabandadadechicosdesconocidosparaThomascorríaasuladoembistiendo a las criaturas con sus armas improvisadas y saltando sobre ellas. Labatallaseencontrabaensupuntomáximo:ruidosdemetal,gritos,gemidos,rugidosde motores, sierras giratorias, hojas cortantes, chirridos de púas contra la piedra,pedidos espeluznantes de socorro, todos esos sonidos habían ido creciendo hastaresultarinsoportables.

Thomas continuó corriendo hasta llegar al Acantilado y se detuvo justo en elborde. Chuck y Teresa chocaron con él y casi se caen los tres al precipicio. Alinstante, hizo un reconocimiento de la Fosa. En el medio del aire, colgaban unaslianasdehiedraqueseperdíanenelvacío.

Unashorasantes,MinhoyunpardeCorredoreshabíanarrancadoalgunasramasde enredadera y las habían atado a las lianas que seguían adheridas a las paredes.LuegohabíanarrojadolosextremosporelAcantiladohastachocarconlaFosa.Esaseran las seis o siete lianas que se extendían desde el borde de piedra hacia uncuadradoinvisible,queflotabaenelcielogris,dondedesaparecíanenlanada.

Erahoradesaltar.Aúltimomomento,sesintióinvadidoporelterroryvaciló—desgarradoentre loshorrendos sonidosdeatrásy el espejismodeadelante—,perologrósobreponerse.

—Teresa,túprimero.QueríaqueellosfueranantesqueélparaasegurarsedequelosPenitentesnolos

atraparan.Parasusorpresa,lachicanotitubeó.DespuésdeapretarlamanodeThomasyel

hombrodeChuck,saltódelbordey,deinmediato,estirólaspiernas.Thomascontuvola respiración hasta que ella se deslizó por el espacio entre las ramas de hiedra ydesapareció.Parecíaquehubierasidoborradadeunsoplo.

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—¡Guau!—gritóChuck,entrelasorpresayelpavor.—Lomismodigo—exclamóThomas—.Ahoraestuturno.Antes de que pudiera negarse, lo tomó por debajo de los brazos y le sujetó el

pecho.—Yote levantoy tú impúlsateconlaspiernas.¿Listo?¡Uno,dos, tres!—gritó,

lanzandounresoplidoporelesfuerzoyempujándolohacialaFosa.Chuckemitióunaullidomientrasvolabaporelaireycasisepasadelargo,pero

suspieshabíanentradoenelhueco;luego,elestómagoylosbrazosgolpearoncontralosbordesdelorificioinvisibleantesdeperderseenelinterior.SesintióemocionadoantelavalentíadeChuck.Loqueríacomosifueraunhermano.

Ajustó las tiras de la mochila y sujetó con fuerza su lanza rústica en el puñoderecho.Losruidosasusespaldaseranhorripilantesyotravezsesintiómalpornocolaborar.Sólohaztuparte,sedijoasímismo.

Armándosedevalor,dioungolpeconlalanzaenelpisodepiedra,apoyóelpieizquierdoenelbordedelAcantiladoydiounsalto,elevándosecomounacatapultaenelaireneblinoso.Apretóelarmacontraelpecho,pusolostaloneshaciaabajoyestiróelcuerpo.

Enuninstante,golpeócontralaFosa.

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Capítulo57

AlentraralaFosadelosPenitentes,Thomassintióunaráfagaheladaquelerecorríael cuerpo como si se hubiera zambullido en agua congelada. Mientras sus piesaterrizaban con fuerza en una superficie resbaladiza, elmundo se ennegreció a sualrededor. Perdió el equilibrio y cayó hacia atrás en los brazos de Teresa. Ella yChuckloayudaronaincorporarse.Eraunmilagroquenolehubierasacadounojoaalguienconlalanza.

DenohabersidoporelhazdeluzdelalinternadeTeresahabríanestadoenlamáscompletaoscuridad.Cuandorecuperó laorientación,Thomasdescubrióquesehallabanenuncilindrodepiedradeunostresmetrosdealtura.Erahúmedoyestabacubierto de un aceite brillante ymugriento, y se extendía unos docemetros hastaperderseen las tinieblas.Levantó lavistahacia laFosapor lacualhabíanentrado:parecíaunaventanacuadradaenunespacioprofundoysinestrellas.

—Lacomputadoraestámásallá—dijoTeresa,llamandosuatención.Apuntóconlalinternaporeltúnelhaciauncuadradodevidriosuciodeuncolor

verdepálido.Debajodeél,habíauntecladocolocadoenlapared,puestodetalformaque podía utilizarse estando de pie. Allí se encontraba finalmente, listo para queingresaranel código.Nopudodejardepensarque todohabía resultadodemasiadofácil.

—¡Ponlaspalabras!—gritóChuck,palmeándoleelhombro—.¡Dateprisa!ThomaslehizounademánaTeresaparaqueellaseencargara.—ChuckyyoharemosguardiaparaestarsegurosdequenoentreunPenitente

porelhueco.Sólo esperaba que los Habitantes se dedicaran, a partir de ese momento, a

manteneralascriaturaslejosdelAcantilado.—Perfecto—repusoella.Sabía que Teresa era demasiado inteligente como para perder el tiempo en

discusiones.Separófrentealapantalladelacomputadoraycomenzóaescribir.¡Espera!, ledijoenlamente.¿Estásseguradequesabes laspalabras?Ella lo

miróconenojo.—Tom,nosoyidiota.Sí,soytotalmentecapazderecordar…Un estruendo se escuchó arriba y detrás de ellos: un Penitente se deslizaba

mágicamentepor laFosaa travésdelcuadradonegro.Unavezqueaterrizóconunsonidoblandoyacuoso,unadecenadedesagradablesobjetosfilososseproyectaronfueradesucuerpo,dándoleunaspectomássiniestroquenunca.

EmpujóaChuckdetrásdeélyenfrentóalmonstruo,enarbolandosulanzacomosiesofueraamantenerloalejado.

—¡Teresa,sigueconelcódigo!—legritó.Una varilla delgada y metálica brotó de la piel babosa del Penitente,

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desplegándose en un largo apéndice con tres hojas giratorias, que se movíandirectamentehaciasucara.

Aferróconambasmanoselextremodelalanza,mientrasbajabalapuntaafiladahaciaelsuelo.Elbrazoconlascuchillasestabaaunossesentacentímetrosdeél,listopara rebanar su piel en finas láminas. Cuando estuvo a sólo treinta centímetros,Thomastensólosmúsculosyllevólalanzahaciaeltechohaciéndolagirarcontodassusfuerzas.Lepegóalbrazometálicodetalformaqueéstesaliódespedidohaciaelcielo, dando vueltas hasta que cayó de un golpe sobre el cuerpo del Penitente. Labestialanzóunchillidoairadoyretrocedióunpardemetros,altiempoquelaspúasseretraíandentrodesucuerpo.Thomasjadeóporelesfuerzorealizado.

Talvezpuedaresistir,lecomunicórápidamenteaTeresa.¡Apúrate!Yaestoyterminando,contestóella.Las púas del Penitente afloraron nuevamente; avanzó de golpe mientras otro

brazosurgíadesupielyseestirabahaciadelante.Esteposeíaunasgarrasinmensasque se abrían y cerraban tratando de atrapar el arma. Thomas volvió al ataqueclavando la lanzaen labasede losgarfiosy jalandocon toda supotencia.Conunfuertesonidometálicoygelatinosoalavez,elbrazocompletosesoltódellugarendondeestabaencastradoysedesplomóenelsuelo.Luego,desdealgúntipodeboca—queThomasnopudodivisar—,lacriaturaemitióunaullidolargoydesgarradorysefuehaciaatrásotravez,ocultandolaspúas.

—¡Esposiblevenceraestosmonstruos!—gritóThomas.¡Nomedejaingresarlaúltimapalabra!,dijoTeresaensucabeza.Sin entender bien lo que ella decía, profirió un rugido y atacó al Penitente

aprovechandoelmomentodedebilidad.Giróenelairelalanzaconfuria,saltósobreelcuerpobulbosoylearrancódosbrazosdemetalconungolpesonoro.Levantóelarmaporencimadesucabeza,afirmólospies,quesepatinabanenlapielviscosa,yluegobajóelarmahastaclavarlaenelcuerpodelacriatura.Prontobrotódelaheridaun chorro de una sustancia babosa y amarilla que salpicó sus piernas, mientrascontinuabahundiendolalanzaenlabestia.Finalmente,soltólaempuñaduradelarmaysealejódeunbrinco.

Thomas observó con fascinación morbosa cómo el Penitente se retorcíadescontroladamente, arrojando ese aceite amarillo en todas direcciones. Las púasentraban y salían de la piel, los brazos restantes giraban como locos y, a veces,atravesaban su propio cuerpo. Fue disminuyendo gradualmente la velocidad de losmovimientos,perdiendo laenergíaconcadagotadesangre—ocombustible—quederramaba.

Unos segundos más tarde, se detuvo por completo. Thomas no podía creerlo:acababadederrotaraunPenitente,unode losmonstruosquehabíanaterrorizadoalosHabitantesdurantemásdedosaños.

Chuckseencontrabaasulado,conlosojosabiertosdeparenpar.—Lomataste—dijo el chico y lanzó una carcajada, como si esa única acción

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solucionaratodoslosproblemas.—No fue tan difícil —masculló Thomas, y echó una mirada a Teresa, que

presionabalasteclasfrenéticamente.Sediocuentadeinmediatodequealgoandabamal.—¿Quépasa?—lepreguntócasigritando.Corrióhastaellaymiróporarribadesuhombro.Teresaescribíaunayotravezla

palabraOPRIMIR,peronoaparecíanadaenelmonitor.Señaló el sucio cuadrado de vidrio, que estaba vacío y sólo emitía una luz

verdosa.—Ingresé todas las palabras y fueron apareciendo una por una en la pantalla.

Luego se escuchó un sonido y desaparecieron. Pero no me permite incorporar laúltima.¡Nopasanada!

Cuando comprendió lo que ella estaba diciendo, una ola de frío recorrió susvenas.

—Bueno…¿yporqué?—¡No lo sé!—exclamó condesesperación.Probóvarias vecesmás sin ningún

resultado.—¡Thomas!—chilló Chuck a sus espaldas: un Penitente había entrado por el

hueco, desplomándose sobre su hermanomuerto,mientras otro se deslizaba por laFosadetrásdeél.

—¡¿Porquétardantanto?!—preguntóChuckalbordedelcolapso—.¡Dijistequequedaríandesactivadosencuantoescribieraselcódigo!

Lasdoscriaturasseenderezaron,extendieronsuspúasycomenzaronaavanzarhaciaellos.

—Nonosdeja ingresar lapalabraOPRIMIR—dijoThomasdistraídamente,sindirigirseaChuck,sinotratandodeencontrarunasolución…

—Noentiendoquépasa—exclamóTeresa.LosPenitentes estaban cada vezmás cerca. Sintió que su voluntad se nublaba,

afirmólospiesylevantólospuñosdesanimado.Sesuponíaqueteníaquefuncionar.Elcódigodebía…

—Quizássólotienenqueoprimiresebotón—dijoChuck.Thomas se quedó tan sorprendido por el comentario arrojado al azar por su

amigo, que desvió la mirada de las criaturas y le prestó atención. Chuck estabaseñalandounlugarcercadelpiso,justodebajodelapantallaydelteclado.

Antes de que él empezara a moverse, Teresa ya estaba de rodillas bajo lacomputadora.Consumidoporlacuriosidadyporunaesperanzafugaz,seunióaella,arrojándose al suelo para ver mejor. Escuchó los gemidos y rugidos del Penitentedetrásdeél,notóqueunagarrafilosasujetabasucamisayluegollegabaelpinchazodedolor.Peronopodíadejardemirar.

Habíaunpequeñobotón rojoubicadoen laparedapocoscentímetrosdelpiso.Tenía tres palabras negras impresas. Era tan obvio que no podía creer que no lo

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hubieravistoantes.

EliminarelLaberinto

Otrapuntadadedolorlosacódesuestupor.Elmonstruolohabíaenganchadocondosmecanismosyloarrastrabahaciaatrás.ElotrosedirigíahaciaChuckyestabaapuntodeatacarloconunalargacuchillademetal.

Unbotón.—¡Oprímelo!—gritóThomas,conunafuerzaensuvozquenuncahubieracreído

posible.Teresaapretóelbotónytodoquedóensilencio.Luego,desdealgúnlugarenla

profundidaddeltúnel,seescuchóelsonidodeunapuertaquesedeslizabaalabrirse.

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Capítulo58

Depronto, los Penitentes se apagaron por completo: los dispositivosmecánicos seretrajeron dentro de la piel viscosa, las luces se extinguieron y los mecanismosinterioresquedaroncomomuertos.Yesapuerta…

Thomas cayó al suelo una vez que las garras de sus captores lo liberaron y, apesardeldolorpor lasheridasque teníaen loshombrosyen laespalda, laeuforiaqueloinvadiófuetanimpresionantequenosupocómoreaccionar.Despuésdelanzarun grito ahogado, sobrevino una carcajada, se atragantó con un sollozo y terminóriendootravez.

AlescapardelosPenitentes,ChucksehabíallevadopordelanteaTeresa.Ellalosujetóconfuerzayledioungranabrazo.

—Lologramosgraciasati,Chuck—exclamó—.Estábamostanpreocupadosporesas estúpidaspalabrasdel códigoqueno senosocurriómirar alrededorbuscandoalgoqueoprimir,laúltimapalabraeralapiezadelrompecabezasquenosfaltaba.

Thomasvolvió a reír.Después de todo lo quehabíanpasado, todavía nopodíacreerunfinalsemejante.

—Ellatienerazón,Chuck.¡Túnossalvaste,güey!¡Tedijequenecesitábamostuayuda!—sepusodepiecondificultadyseunióalosotrosdosenunabrazogrupaldelirante—.¡Chuckesunhéroegarlopo!

—¿Qué estará pasando con los demás?—intervino Teresa, echando un vistazohacialaFosadelosPenitentes.

Thomassintióquesualegríasedesvanecía,mientrassedirigíahaciaelhueco.Como una respuesta a su pregunta, alguien cayó por el cuadrado negro: era

Minho,queteníaelcuerpollenodecortadasyarañazos.—¡Minho! —gritó Thomas embargado por el alivio—. ¿Te encuentras bien?

¿Cómoestánlosotros?El corredor caminó a tropezones hasta la pared curva del túnel y se apoyó,

respirandocondificultad.—Perdimos una cantidad de gente… Allá arriba hay mucha sangre… —de

pronto, todossequedaron inmóviles.Hizounapausapara tomaraire—.Ustedes lolograron.Nopuedocreerquerealmentehayafuncionado.

SeescuchóunruidoyaparecióNewtseguidoporSartén.LuegoWinstonconelrestodelgrupo.Enunosminutos,dieciochochicosestabanreunidoseneltúnelconThomasysusamigos:eranveintiúnHabitantesentotal.TeníanlaropahechajironesyestabancubiertosdellododelosPenitentesydesangrehumana.

—¿Yelresto?—preguntóThomas,temiendolarespuesta.—Lamitaddenosotros—contestóNewt,conlavozquebrada—.Muertos.Nadiedijounapalabramásypermanecieronensilencioduranteunratolargo.—¿Saben algo? —dijo Minho, irguiéndose un poco—. Una mitad se habrá

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muerto,peronosotros,quesomoslaotramitad,estamosmásvivosqueungarlopo.Y,comoThomascreía,nadierecibióningúnpinchazo.Tenemosquesalirdeaquí.

Demasiados,pensó.Realmentedemasiados.Suentusiasmosetransformóendueloporesosveintechicosquehabíanperdido

lavida.Apesardesaberquesinohubieran tratadodeescapar,podríanestar todosmuertos, de todasmaneras sufría por ellos, aunque no los había llegado a conocermuybien. ¿Cómopodíanconsiderarque semejanteexhibicióndemuerte fueraunavictoria?

—Vámonosdeaquí—dijoNewt—.Ahoramismo.—¿Adonde?—preguntóMinho.Thomasestiróelbrazohaciaeltúnel.—Lapuertaqueseabriósonóalláadelante.Intentósacudirseeldolor:loshorroresdeesabatallaqueacababandeganar,las

pérdidas.Todavíafaltabamuchoparaqueestuvieranseguros.—Bueno,vamos—contestóMinho,ycomenzóacaminarporeltúnelsinesperar

aprobación.Newt les indicó a los otros Habitantes que siguieran al Encargado. Fueron

pasandounoporunohastaquesóloquedaronNewt,Thomas,TeresayChuck.—Yovoyalfinal—dijoThomas.Nadieseopuso.Newtfueelprimeroenentrarenelnegropasadizo,luegoChuck

y finalmente Teresa. La oscuridad parecía tragarse hasta los rayos de luz de laslinternas.Thomascerró lamarcha, sinmolestarseenecharunaúltimaojeadaa losPenitentesmuertos.

Después de unos minutos de andar, escuchó un alarido, que venía de la partedelantera del grupo, y luego otro y otro. Los gritos se desvanecían, como si seestuvierandesplomando…

LosmurmullosrecorrieronlafilahastaquellegaronaTeresa.—Parecequeeltúnelterminaenunarampadescendente—ledijo.Thomassintióqueseleretorcíanlastripas.Parecíaqueesesitioerarealmenteun

juego,almenosparaquienlohabíaconstruido.Fue escuchando los gritos y las risotadas que se apagaban de cada uno de los

Habitantes.LuegofueelturnodeNewtydeChuck.Teresaapuntólaluzhaciaabajo:habíauntobogándemetalnegrobrillanteconunapendientemuyabrupta.

Creoquenotenemosalternativa,ledijoelladentrodesucabeza.Me parece que no. Thomas tenía un fuerte presentimiento de que eso no los

sacaría de la pesadilla en que vivían. Sólo esperaba que no los condujera a otramanadadePenitentes.

Teresasearrojóporlarampaconunchillidocasidealegríayéllasiguió,antesdellegaraconvencersedenohacerlo:cualquiercosaeramejorqueelLaberinto.

Sedeslizóbruscamenteporeltobogán,queestabacubiertodeunaceitepegajosoque olía muymal, como a plástico quemado y a maquinaria gastada. Retorció su

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cuerpohastaque logróponer lospiesadelantey tratódemantener lasmanoshaciafueraparadisminuir la rapidezde la caída.Era inútil: esa sustanciagrasosa cubríatodalarampaynohabíamaneradeafirmarse.

LosgritosdelosotrosHabitantesresonabancomounecodentrodelasparedesdeltúnelmientrasdescendíanporlarampagelatinosa.Elpánicoseapoderódeél.Nopodía dejar de pensar que habían sido tragados por una bestia gigantesca, sedeslizabanporsulargoesófagoy,encualquiermomento,aterrizaríanenelestómago.Y como si sus pensamientos se hubieranmaterializado, surgió unolor amohoy apodrido,queleprodujoarcadasytuvoquereprimirlasganasdevomitar.

El pasadizo comenzó a serpentear y se convirtió en un tosco espiral. Esodisminuyó la velocidad que traían, hasta que los pies de Thomas chocaron contraTeresa,golpeándolaenlacabeza.Alretroceder,sesintióinvadidoporunasensacióndemiseriatotal.Seguíangirandosinparar:eltúnelparecíanotenerfin.

Lasnáuseasprovocadasporesasustanciaviscosaqueselepegabaalcuerpo,porel olor y elmovimiento en círculos, le quemaban el estómago. Estaba a punto dellevar lacabezaauncostadoparavomitarcuandoTeresaemitióunchillidoagudo.No se escuchóningún eco.Un segundodespués, salióvolandodel túnel y aterrizóencimadeella.

Los cuerpos estaban desperdigados por todos lados, unos arriba de otros,gimiendoy retorciéndoseenmediode la confusión, tratandode separarse.Sacudiólos brazos y las piernas para alejarse deTeresa, y luego se arrastró un trecho paravomitartodoloqueteníaenelestómago.

Conelcuerpotodavíatembloroso,sepasólamanoporlabocaydescubrióqueestabacubiertaconesasustanciamucosatandesagradable.Seincorporó,frotóambasmanosenelpisoyobservódóndesehallaban.Losotroschicossehabíanagrupadoytambién contemplaban los alrededores. Durante la Transformación, había tenidovislumbres fugaces de ese lugar, pero justo en ese momento las imágenes sevolvieronnítidas.

Se encontraban en una inmensa cámara subterránea, nueve o diez veces másgrande que la Finca. El lugar estaba cubierto de arriba abajo con todo tipo demaquinaria, cables, conductos y computadoras. En un lado de la sala —hacia suderecha— pudo ver una hilera de unas cuarenta cápsulas blancas que parecíanenormes ataúdes. En la pared de enfrente había grandes puertas de vidrio, pero lailuminaciónnopermitíadistinguirloquehabíadelotrolado.

—¡Miren!—gritóalguien.Peroélyalohabíavistoyselehabíacortadolarespiración.Selepusolapielde

gallina,al tiempoqueunescalofrío le recorría lacolumnacomosi fueraunaarañamojada.

Directamentedelantedeellos,unafiladeventanasdevidriooscuro—unasveinteentotal—seextendíaenformahorizontalalolargodelrecinto.Delotroladodecadauna de ellas, una persona —hombres y mujeres, pálidos y delgados— observaba

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atentamente a los Habitantes con los ojos entornados. Se estremeció de terror.Parecían fantasmas: como siniestras figuras de seres humanos enfurecidos yfamélicos,quenuncahabíansidofelicesenvida,muchomenos,muertos.

PeroThomassabíabienquenoeranfantasmas.EranlaspersonasqueloshabíanenviadoalLaberinto.Aquellosqueleshabíanarrancadosusvidas.

LosCreadores.

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Capítulo59

Thomasdiounpasoatrásynotóquelosdemáshacíanlomismo.Unsilenciomortalpareció absorber el aire del lugar, mientras los Habitantes miraban la hilera deventanasya losobservadoresqueseescondíandetrás.Unodeellosdesvió lavistahaciaabajoparaanotaralgo;otroestiró lamanoysecolocóunos lentes.Llevabancamisas blancas y batas negras, con una palabra bordada en el lado derecho delpecho.Nopodíaleerloquedecía.Ningunodelosindividuossedestacabaporalgúnrasgofacial:teníantezcetrinayaspectodemacrado.Dabapenaverlos.

Continuaban observando a los Habitantes. Un hombre sacudió la cabeza; unamujer asintió. Otro hombre se rascó la nariz. Ese fue el único gesto humano queThomasdetectó.

—¿Quiénesestagente?—susurróChuck,perosuvozseamplificócomounecoporlahabitación.

—LosCreadores—dijoMinho,escupiendoalpiso—.¡Lesvoyaromperlacara!GritócontantafuerzaqueThomassetapólosoídos.—¿Quéhacemos?—preguntó—.¿Quéestánesperando?—Seguramente han reactivado a los Penitentes —respondió Newt—. Y es

probablequeesténviniendo…Unsilbido lentoypotente lo interrumpió.Sonabacomo la señaldeavisode la

marchaatrásdeuncamiónenorme,peromuchomásfuerte.Seescuchabaportodosladosyretumbabadentrodelasala.

—¿Yahoraqué?—preguntóChuck,sinesconderlapreocupación.Por alguna razón, todosmiraron a Thomas, que se encogió de hombros como

única respuesta. Sus recuerdos llegaban hasta ahí. Desde esemomento, estaba tandesconcertadocomocualquiera.Ademásdeasustado.Estiróelcuelloparaexaminarellugardeunapuntaalaotra,intentandoencontrarelorigendelsonido.Perotodoseguía igual.Luegoviopor el rabillodel ojoque losHabitantesmirabanhacia laspuertas. El corazón le latió aceleradamente al percibir que una de ellas se estabaabriendo.

Elruidoseapagóyseinstalóenlacámaraunsilenciotanprofundocomosiseencontraranenel espacio sideral.Thomascontuvo la respiracióny sepreparóparaveralgohorribleatravesandolaabertura.

Envezdeeso,dospersonasentraronenlahabitación.Unadeellas eraunamujer adulta.Parecíabastante común.Llevabapantalones

negrosyunacamisablanca,conbotonesenelcuelloyunlogoenelpecho:CRUEL,escrito en letras azulesmayúsculas.Teníapelo caféque le caíahasta los hombros,caradelgadayojososcuros.Caminóhaciaelgrupoconcarainexpresiva.Eracomosinohubieranotadolapresenciadeloschicosonoleimportara.

La conozco, pensó. Pero era un recuerdo borroso. No sabía su nombre ni qué

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relaciónteníaconelLaberinto,peroleresultabafamiliar.Ynosolamentesuaspecto,tambiénlaformadecaminar,losgestos:rígidos,sinunagotadealegría.Sedetuvoaunos dosmetros de los Habitantes y los fuemirando lentamente uno por uno, deizquierdaaderecha.

Laotrapersona,queseencontrabadepiealladodeella,eraunchicoquellevabaunasudaderaextremadamentegrande,conlacapuchapuestatapándolelacara.

—Bienvenidos —dijo finalmente la mujer—. Más de dos años y tan pocosmuertos.Increíble.Thomasabriólabocaylacaraselepusorojadefuria.

—¿Perdón?—exclamóNewt.Losrecorriódenuevoconlavistaantesdedetenerseenél.—Todosaliódeacuerdoconloplaneado,señorNewton.Aunquesuponíamosque

algunosmásserendiríanduranteelcamino.Echóunamiradaasucompañeroyluegoestirólamanoylebajólacapucha.El

levantó lavista con losojos llenosde lágrimas.LosHabitantesdejaronescaparunsuspirodeasombro.Thomassintióqueseledoblabanlasrodillas.EraGally.

Thomasparpadeóysefrotólosojos,comoenungestosalidodeunahistorieta.Lasorpresaylaindignaciónloabrumaban.

—¡¿Quéestáhaciendoélaquí?!—gritóMinho.—Yaestánseguros—respondiólamujercomosinolohubieraescuchado—.Por

favor,cálmense.—¿Qué? —ladró Minho—. ¿Quién eres tú para decirnos a nosotros que nos

calmemos?Queremosveralapolicía,alalcalde,alpresidente…¡aalguien!Thomas estaba preocupado por lo que Minho pudiera hacer; sin embargo,

tambiénqueríaqueledieraungolpeenlacaraaladesconocida.Ellaentrecerrólosojosmientrasloobservaba.—Muchacho,notieneslamásmínimaideadeloqueestásdiciendo.Yohubiera

esperadomásmadurezdealguienquepasólasPruebasdelLaberinto.SuairedesuperioridadirritóaThomas.Minhoestabaporcontestarle,peroNewtlediouncodazoenelestómago.—Gally—dijoNewt—¿Quéestápasando?Elchicodepelooscurolomiró.Susojosseencendieronunsegundoylacabeza

letemblólevemente,peronorespondió.Hayalgoextrañoenél,pensóThomas.Peorqueantes.

Lamujerhizoungestoafirmativoconlacabezacomosiestuvieraorgullosadeél.—Algúndía,estaránagradecidosporloquehemoshechoporustedes.Esloúnico

quepuedoprometerlesyconfíoenquesusmentesloaceptarán.Sinoesasí,entoncestodoestofueunerror.Estassonépocasoscuras,señorNewton,muyoscuras.

Hizounapausa.—Por supuesto que también existe una Variable final —agregó, mientras

retrocedía.ThomasexaminóaGally.Letemblabatodoelcuerpoylapalidezenfermizadela

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caradestacabalosojosenrojecidosyvidriososcomomanchasdesangreenunpapel.Apretabanerviosamenteloslabioscomosiquisierahablarperonopudierahacerlo.

—¿Gally?—le dijo, haciendo un esfuerzo para reprimir el profundo odio quesentíaporél.

Laspalabrassalieronaborbotonesdesuboca.—Ellos…puedencontrolarme…Yono…—losojosparecíansaltardesucara;

unamanosedirigióalagargantacomoahogándolo—.Yo…tengo…que…Cadapalabraeracomoungraznido.Luegosequedóquietoylacarayelcuerpo

serelajaron.EralomismoquelehabíapasadoaAlbyaquellavezenlacama,despuésdela

Transformación.¿Quéseríaloque…?PeroThomasnotuvotiempodeterminarsureflexión.Gallyllevólamanohacia

atrás y sacó algo largo y brillante del bolsillo trasero. Las luces de la habitaciónlanzarondestellossobrelasuperficieplateada:elchicoaferrabaconfuerzaunadagadeaspectosiniestro.Conunavelocidadinusitada,seestiróylelanzóelcuchillo.Enesemomento,Thomas escuchó un grito a su derecha y notó unmovimiento en sudirección.

Lahojagirócomounmolinete.Alcanzóavercadaunadelasvueltasquedabaenelaire,comosi,depronto,elmundopasaraencámara lentayesoocurrieracon lasolaintencióndehacerlesentirelterrordesertestigodealgosemejante.Ladagaseacercabaencírculosdirectamentehaciaél,mientrasungritoahogadoleestrangulabalagarganta.Seobligóamoverse,peronopudo.

Luego,sinningunaexplicación,Chuckestabaahí,arrojándosedelantedeél.LospiesdeThomassehabíanconvertidoenbloquesdehielo: loúnicoquepodíahacereracontemplarimpotentelaescenadehorrorquesedesarrollabadelantedesusojos.

La daga golpeó el pecho de Chuck con un ruido húmedo y desagradable,enterrándose hasta el fondo. El chico lanzó un grito y se desplomó, mientras sucuerposesacudíaybrotabasangredelaherida.Laspiernasgolpearoncontraelpisoy los pies continuaron arrojandopatadas al aire.Una saliva roja se escurrió de loslabios.Thomassintióqueeluniversosederrumbabaasualrededoryleaplastabaelcorazón.

Searrojóal sueloy tomóelcuerpo temblorosodeChuckentre susbrazos.Lasmanosseletiñeronderojo.

—¡Chuck! —le gritó. Su voz le rasgó la garganta como si fuera un ácido—.¡Chuck!

El chico seguía con las convulsiones. Los ojos se le salían de las órbitas y lasangremanabadelanarizydelaboca.

—Chuck…—repitióThomas,comounsusurro.Debíadehaberalgoquepudieranhacer.Habíaquesalvarlo.Ellos…Deprontodejódemoverse.Losojosvolvieronalaposiciónnormalyseposaron

enThomas,comoaferrándosealoquelerestabadevida.Apenasunapalabra:

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—Thom…mas.—Resiste,Chuck—exclamó—.Notemueras,pelea.¡Busquenayuda!Nadie se movió y, en el fondo, Thomas sabía por qué. No había nada que

pudieranhacer.Eraelfin.Manchasnegrasinundaronsusojos,mientraslahabitaciónsebalanceabadeunladoalotro.No,pensó.Chuckno.Cualquieramenosél.

—Thomas —susurró—. Busca a… mi mamá —una tos seca brotó de lospulmonesseguidadeunchorrodesangre—.Dile…

Noterminólafrase.Susojossecerraron,elcuerposeaflojóyrespiróporúltimavez.

Sequedómirandolafigurasinvidadesuamigo.Fueentoncesquealgoocurrióensuinterior.Algoqueseoriginómuyadentrode

supecho,comounbrotedefuria,deodio,devenganza.Oscuroy terrible.Yluegoexplotó,dispersándoseportodosucuerpoysumente.

SoltóaChuck,sepusodepietemblandoyencaróalosnuevosvisitantes.Enesemomento,perdióporcompletolarazón.Corrió hacia delante, se arrojó sobreGally y le apretó la garganta como si sus

dedosfuerangarras.Amboscayeronalpiso.Thomassepusoahorcajadassobreelchico,losujetóconlaspiernasparaquenoescaparaycomenzóagolpearlo.

SostuvoaGallyenelsuelocon lamano izquierda,presionandosucuellohaciaabajo,mientras con el puño derecho descargaba una andanada de puñetazos en sucara.Estrellósusnudilloscontralasmejillasylanarizunayotravez.Hubocrujidos,sangreyaullidoshorribles.Nosabíacuáleseranmásfuertes:losdeGallyolosdeél.Lepegóhastaqueliberólaúltimagotadefuriaquellevabadentro.

Luego Minho y Newt lo arrastraron por el piso fuera de allí, mientras él seretorcíaypedíaagritosquelodejaranenpaz.SeguíaconlosojosclavadosenGally,queestabaechadoenelsuelo,quieto.Thomaspodíasentirelodioquebrotabadeél,comosiestuvieranconectadosporunallamavisible.

Y,degolpe,todosedesvanecióysólopudopensarenChuck.Sesoltódelasmanosquelosujetabanycorrióhaciaelcuerpoinertedesuamigo.

Loagarróotravezentresusbrazos,sinprestaratenciónnialasangrenialaspectocadavérico.

—¡No!—aulló,consumidoporlatristeza—.¡No!Teresaestabajuntoaélyapoyólamanoensuhombro.Thomasselaquitódeuna

sacudida.—¡Yoseloprometí!—gritó,percibiendoquesuvozestabateñidadealgoqueno

era bueno, comodemencial—. ¡Leprometí que iba a salvarlo, que lo llevaría a sucasa!

Teresanorespondió,sólosacudiólacabezaconlosojosclavadosenelpiso.Thomas apretó a Chuck contra su pecho lo más fuerte que pudo, como si así

pudierarevivirloodarlelasgraciasporhaberlesalvadolavidayhabersidosuamigocuandonadiemásqueríaserlo.

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Se echó a llorar como nunca antes lo había hecho. Sus sollozos angustiantesresonaronporlasalacomoloslamentosdeuntorturado.

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Capítulo60

Finalmente,escondiósusemocionesensucorazón,reprimiendolaoladedolorqueloinundaba.EnelÁrea,Chucksehabíaconvertidoenelsímbolodelaesperanzadeque las cosas podían cambiar y volver a la normalidad: dormir en camas otra vez,recibirelbesodelasbuenasnoches,comerpanconmantequillaeneldesayuno,iraunaescueladeverdad.Serfelices.

Pero ahora se había ido. Y su cuerpo inmóvil, que Thomas todavía aferraba,parecíaunfríoamuleto.Eralapruebadequenosóloesossueñosdeunfuturomejornuncallegaríanaconcretarse,sinoquelavida,enrealidad,nuncahabíasidodeltodobuena.Aunescapándose, teníanpordelantedíasmuysombríosyunaexistenciadetristeza.

Susrecuerdosrecurrenteseranfragmentariosynohabíamuchascosasbuenasquerescatarentretantamiseria.

Thomasjuntósudoloryloencerróenalgúnlugarmuyprofundodesuinterior.Lo hizo por Teresa, por Newt y porMinho. Pormás oscuro que fuera lo que losesperaba,ellosestaríanunidosyesoeraloúnicoqueimportabaenesemomento.

Soltóa suamigoysedesplomóhaciaatrás, tratandodenomirar lacamisadelchico empapada de sangre. Se secó las lágrimas y se frotó los ojos, pensando quedebería sentirse avergonzado, cuando en realidadno lo estaba.Entonces levantó lavista y vio aTeresa, con sus enormes ojos azules llenos de pena, tanto porChuckcomoporél.

Ella estiró el brazo y lo ayudó a levantarse.Una vez que estuvo de pie, no sesoltaron.Le apretó lamano, tratando de explicarle cómo se sentía.Nadie dijo unapalabra. La mayoría de los chicos observaban el cuerpo de Chuck sin ningunaexpresiónenlacara,comosiestuvieranmásalládelossentimientos.NadiemiróaGally,querespirabaperosemanteníaquieto.

LamujerdeCRUELfuelaprimeraenhablar.—Lascosasnoocurrenporquesí,todotieneunmotivo—dijo,sinrastrosyade

maldadenlavoz—.Tienenqueentenderesto.Thomaslelanzóunamiradacargadadeodio,peronohizonada.Teresaleapretó

elbrazoconcariño.¿Yahoraqué?,lepreguntó.Nosé,respondió.Nopuedo…Fue interrumpidoporunescándalo repentinoyunagranconmociónfuerade la

puertaporlacualhabíaentradolamujer.Ellamiróenesadirecciónconexpresióndeterror.

Irrumpieronenelrecintovarioshombresymujeresconarmasenaltoyagritos,vestidosconjeansmugrientosyabrigosempapados.Resultabaimposibleentenderloquedecían.Laspistolasylosriflesqueempuñabanteníanunaspecto…antiguo,casirústico. Parecían juguetes abandonados en el bosque durante años y descubiertosrecientementeporlasiguientegeneracióndechicosdispuestosajugaralaguerra.

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Contempló perplejo cómo dos de los recién llegados tomaban a la mujer deCRUELdelosbrazosy,conunsolomovimiento,laarrojabanalpiso.Luego,unodeellosretrocedióyleapuntóconelarma.

Nopuedeser,pensóThomas.No…Unosfogonazosiluminaronelaireyvariostirosseestrellaroncontrasucuerpo.

Ellaestabamuertayesosehabíaconvertidoenunacarnicería.Retrocediótambaleante.Un hombre se acercó a los Habitantes, al tiempo que el resto del grupo se

desplegabaalrededordeellosmoviendolasarmasdeunladoaotroydisparandoalasventanasdeobservación.Escuchólosalaridos;violasangreylosvidriosrotos,yluegoseconcentróenelhombrequeestabajuntoaellos.Teníapelooscuroysucaraerajoven,peroestaballenadearrugasalrededordelosojos.

—Nohay tiempopara explicaciones—dijo, conunavoz tan crispada como surostro—.Síganmeycorrancomosisusvidasdependierandeello.Porqueesasí.

Elhombreleshizounasseñasasuscompañerosyluegosaliócorriendoporlaspuertas de vidrio, sosteniendo el arma con firmeza delante de él. Todavía se oíandisparos y gemidos de agonía en el recinto, peroThomas hizo todo lo posible porignorarlosyseguirlasinstrucciones.

—¡Corran!—gritó uno de sus salvadores. Ése fue el único término que se leocurrióparanombraraquienesloshabíanrescatado.

Despuésdeunabrevevacilación,losHabitanteshuyerondandograndeszancadasychocandounosconotrosenelapuropordejarellugar.Thomassemarchóconellossin soltar la mano de Teresa. Estaban entre los últimos del grupo. No teníanmásremedioqueabandonarelcuerpodeChuck.Sesentíacomoanestesiado.

Corrieron por un largo pasillo hasta un túnel débilmente iluminado y subieronunas escaleras. Todo estaba oscuro y olía a aparatos electrónicos.Recorrieron otropasadizo, más escaleras, varios pasillos. Thomas quería sentir tristeza por Chuck,entusiasmoporlahuidayalegríadequeTeresaestuvieraallíconél.Perohabíavistodemasiadoysóloteníaungranvacíoensuinterior.

Mientrasescapaban,algunoshombresymujereslosguiabanalfrentedelgrupoyotroslosalentabandesdeatrás.

Encontraronotroconjuntodepuertasdevidrioy,alatravesarlas, lossorprendióun intenso chaparrón que caía de un cielo negro. No se veían más que pálidosdestellosfugacesreflejadosenlacortinadeagua,querepiqueteabaenelpiso.

El líder no dejó demoverse hasta que llegaron a un gran autobús, abollado yoxidado, con las ventanillas rotas. La lluvia caía a chorros sobre el vehículo, yThomasimaginóqueeraunaenormebestiaqueemergíadelocéano.

—¡Suban!—gritóelhombre—.¡Deprisa!LosHabitantesseagolparonenlapuertayfueronentrandounoporuno.Entrelos

empujones y el desorden, les tomó mucho tiempo trepar esos tres escalones yubicarseenlosasientos.

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Thomas era el últimode la fila yTeresa estaba justo delante de él.Observó elcielo y sintió la lluviamojándole la cara. El agua estaba casi caliente y tenía unaextrañadensidad.Curiosamente,loayudóasalirdesuabatimientoyarecuperarsussentidos.Quizás fue sólo la intensidad del diluvio. Se concentró en el autobús, enTeresayenescapar.

Estabanporllegaralapuertacuandounamanolepegóenelhombroylosujetóde la camisa. Lanzó un grito al percibir que alguien lo sacudía bruscamente haciaatrás,separandosumanodeladeTeresa.Cayóconfuerzasalpicandoaguaalgolpearcontra la tierra.Un rayodedolor le corriópor la espalda.Lacabezadeunamujeraparecióunoscincocentímetrosarribadeél,impidiéndoleelpasoaTeresa.

El pelo grasoso se deslizaba por sus hombros y mojaba la piel de Thomas,mientras su rostro permanecía oculto en las sombras. Un olor horrible lo invadió,comodehuevosy lecheenmalestado.Lamujer seestiróhaciaatrás lo suficientecomoparaquelaluzdeunalinternarevelarasusrasgos:unapielpálidayarrugada,cubiertadellagasquesupuraban.Elterrorloparalizó.

—¡Nos salvarás a todos!—exclamó la espantosamujer, escupiendo saliva concadapalabra—.¡NossalvarásdelaLlamarada!

Soltó una carcajada que en realidad sonó como una tos seca. Luego emitió unaullidocuandounode losdesconocidos la tomócon lasdosmanosy laarrancódeencimadeThomas.ÉlsepusodepieyvolvióconTeresa.Pudoverqueelhombrearrastraba a la extraña, que se resistía lanzandopatadas al aire.Luego, lamujer leapuntóaThomasconeldedoylehabló.

—¡Nocreasnadadeloquetedigan!¡TúnossalvarásdelaLlamarada!Cuandoelhombreestuvoavariosmetrosdelautobús,arrojóaladesquiciadaal

piso.—¡Quédateahíotemato!—gritó,yluegomiróaThomas—.¡Entraalautobús!EstabatanaterrorizadoporlosterriblessucesosquesiguióaTeresatemblandoy

subió al vehículo. Los Habitantes los miraron con ojos enormes por el asombromientrascaminabanhastaelfondoysedejabancaerenlosasientos.Seacurrucaronunoalladodelotro.Unaguanegrachorreabaporlasventanillas;lalluviamartillabaconfuerzasobreeltecho;lostruenossacudíanelcielo.

¿Qué fue eso?, preguntó Teresa en su mente. Thomas simplemente sacudió lacabeza: la imagen de Chuck afloró otra vez, reemplazando a la mujer loca yoscureciendo su corazón. Nada le importaba ni se sentía contento de escapar delLaberinto.Chuck…

Unadelasmujeresdelgrupoqueloshabíarescatadosesentócercadeellos,alotro lado del pasillo.El líder—el hombre que les había hablado al principio— sesentóalvolanteyencendióelmotor.Elvehículocomenzóarodarhaciadelante.

En esemomento, notó unmovimiento fugaz del otro lado de la ventanilla. Lamujerdelasllagassehabíapuestodepieycorríahacialapartedelanteradelautobús,agitandolosbrazosconfuriaylanzandogritosqueelruidodelatormentaahogaba.

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Nopodíadecidirsilaexpresióndesusojoseradedemenciaodeterror.Seinclinóhaciaelvidrioalverladesaparecer.—¡Esperen!—aulló,peronadieloescuchóo,delocontrario,nolesimportó.El conductor pisó el acelerador. El autobús dio una sacudida y golpeó

violentamente el cuerpo de la extraña. La agitación casi arranca a Thomas de suasiento, mientras las ruedas delanteras pasaban por encima de ella, seguidas deinmediato por un segundo sobresalto, el de las ruedas traseras.Miró aTeresa, queteníaunacaraderepugnanciaquedebíaserigualalasuya.

Sindecirunapalabra,elchofercontinuóacelerandoyelvehículoseabriópasoatumbosenlatormentanocturna.

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Capítulo61

LahoraquesiguiótranscurrióenunanebulosadeimágenesyseAtravesaronpueblosy ciudades a una velocidad temeraria, en medio de una lluvia constante quedificultabalavisión.Laslucesylosedificiosparecíanmanchascurvadasyacuosas,comositodofuerapartedeunaalucinación.Enunmomentodado,algunaspersonascorrieron junto al autobús. Tenían aspecto andrajoso, el pelo apelmazado y esasextrañas llagas—lasmismasqueThomashabía visto en lamujer—cubriendo suscarasdeterror.Golpearonloscostadosdeltransportecomosiquisieransubirseparaescapardelashorriblesvidasqueleshabíantocadoensuerte.

Elvehículonuncadisminuyólamarcha.Teresapermanecíaensilenciojuntoaél.Finalmente,Thomasjuntóelvalornecesarioparahablarlealamujerqueestaba

sentadaalotroladodelpasillo.—¿Quéestáocurriendo?—preguntó,nomuysegurodeloquedecía.Ellaloobservóconojosllenosdetristezayelpelonegromojadocayéndolealos

ladosdelrostro.—Esunahistoriamuylarga.La voz surgió mucho más amable de lo que él había esperado, alentándolo a

pensar que era realmente una amiga… y que todas las personas que los habíanrescatadotambiénloeran.Apesardehaberatropelladoaunamujerasangrefría.

—Porfavor—dijoTeresa—.Cuéntanosunpoco.Ladesconocidallevólamiradadeunoaotroydejóescaparunsuspiro.—Lesvaa tomarun tiempo recuperar lamemoria, si esqueesoocurre alguna

vez…Nosomoscientíficos,notenemosniideadeloqueellosleshicieronnidelosmétodosqueutilizaron.

Se sintió muy desanimado ante el hecho de que quizás hubiera perdido susrecuerdosparasiempre,peroqueríasabermás.

—¿Quiénessonellos?—preguntó.—Todocomenzóconlas llamaradassolares—comenzóaexplicar lamujercon

miradaausente.—¿Qué…? —intervino Teresa, pero él le hizo una seña para que se callara.

Déjalahablar,ledijoensumente.Parecequeestádispuestaahacerlo.Estábien.Lamujerparecíahaberentradoenestadodetrance,conlavistafijaalolejosen

unpuntoindefinido.—Las llamaradas solares no se podían haber pronosticado. Son fenómenos

normales, pero éstas fueron de una intensidad nunca antes experimentada y lavelocidaddesudesarrollofuetalque,cuandolaspercibieron,encuestióndeminutosla explosión arrasó la Tierra. Primero, se incendiaron nuestros satélites ymiles depersonas, que pasaron a ser millones con el correr de los días, murieroninstantáneamente; kilómetros y kilómetros de tierra se convirtieron en páramos.

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Luegovinolaenfermedad.Hizounapausapararespirar.—Elecosistemaquedódestruidoyfueimposiblecontrolarlaenfermedad,incluso

mantenerladentrodeSudamérica.Lasselvasdesaparecieronperonolosinsectos.Lagentelabautizócomo«laLlamarada».Esunmalrealmentepavoroso.Sólolosmásricospuedenrecibirtratamiento,peronadielogracurarse.AmenosquelosrumoresquevienendelosAndesseanciertos.

Thomas estaba lleno de preguntas y tuvo que reprimirse para no abrir la boca.Aunqueelhorrorcrecíadentrodesucorazón,siguióescuchandolaexplicación.

—Encuantoatodosustedes,sonsólounospocosdelosmillonesdechicosquequedaron huérfanos. Ellos probaron a miles, pero los eligieron a ustedes para laexperienciamásimportantedetodas:lapruebamáxima.Todoloquelessucediófuecalculadoypensadohastaelúltimodetalle.Sediseñaroncatalizadoresparaestudiarsus reacciones, sus ondas cerebrales y sus pensamientos. Todo eso se creó paradescubrir a aquellos que fueran capaces de ayudarnos a encontrar una manera devenceralaLlamarada.

Lamujerhizootrapausayseacomodóelpelodetrásdelaoreja.—Lamayor parte de los efectos físicos son causados por alguna otra cuestión.

Primerovienen losdelirios; luego los instintos animales comienzana sofocar a losinstintoshumanoshastaquelosconsumenydestruyenlanaturalezaylaesenciadelapersona. Todo está en la cabeza. La Llamarada habita en las mentes. Es algoaterrador.Espreferiblemorirquecontagiarsedeesaenfermedad.

LadesconocidadejódemiraraunpuntoremotoyvolviólavistahaciaThomas,luegoaTeresayotravezaél.

—Novamosapermitirquehaganestoaloschicos.Juramospornuestravidaquelucharíamos contra CRUEL. No podemos perder nuestra humanidad, sin importarcuálseaelresultadofinal.

Cruzólasmanossobrelaspiernasybajólavistahaciaellas.—Yaseenterarándemáscosasconel tiempo.Nosotrosvivimosmuyalnorte.

Estamos amiles de kilómetros de losAndes.Ellos lo denominaron elDesierto; seextiendeentreaquíyallá.Seconcentraprincipalmentealrededorde loquesesolíallamar el «ecuador». Ahora no hay más que polvo y calor. Es un sitio lleno desalvajesconsumidosporlaLlamarada,sinposibilidaddesalvación.Estamostratandodecruzaresastierrasparaencontrarlacura.Perohastaqueesoocurra,combatiremoscontraCRUELydetendremoslosexperimentosylaspruebas—miróatentamenteaThomasydespuésaTeresa—.Esperamosqueustedesseunananosotros.

Lamujerapartólavistaysepusoamirarporlaventanilladesuasiento.ThomasobservóaTeresaconexpresióninquisitiva.Ellasimplementesacudióla

cabeza,laapoyóensuhombroycerrólosojos.Estoy demasiado cansada como para pensar, le dijo. Disfrutemos de estar a

salvo.Porahora.

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Quizástengasrazón,respondió.Puedeser.EscuchólasuaverespiracióndeTeresamientrasdormía,perosabíaqueesosería

imposibleparaél.Sentíaunaavalanchadeemocionescontradictorias,quenopodíaidentificar. De cualquier manera, eso era mejor que el vacío gris que habíaexperimentado antes. Lo único que podía hacer era quedarse allí mirando por laventana la lluvia y la oscuridad, meditando sobre términos como Llamarada,Enfermedad,Experimento,DesiertoyCRUEL.Sólolequedabaesperarque,apartirdeesemomento,lascosasfueranmejoresdeloquehabíansidoenelLaberinto.

Peromientrassemecíadeunladoaotroconlosmovimientosdelautobús,conlacabeza de Teresa sacudiéndose en su hombro por los baches del camino, suspensamientosregresabanunayotravezalomismo.

Chuck.

Doshorasdespués,elvehículosedetuvo.Se encontraban en un estacionamiento todo sucio de lodo, alrededor de un

edificiopocollamativoconvariashilerasdeventanas.Lamujeryalgunoshombresdelgrupoqueloshabíarescatadoguiaronalosdiecinuevechicosyalachicaatravésde lapuertadelantera.Subieronunasescalerasy llegaronaungrandormitorioconvariasliterasalineadascontraunadelasparedes.Enelladoopuesto,habíacómodasymesas.Lasventanasteníancortinasquealegrabanlasparedesdelcuarto.

Thomas observó todo con un asombromudo y distante: estaba más allá de lasorpresaydelaemoción.

El lugar era una explosión de color: pintura amarilla, mantas rojas, cortinasverdes.DespuésdelagrismonotoníadelÁrea,eracomosiestuvieranenmediodeunarcoiris.Alcontemplarlascamasylascómodasbienhechasyenbuenestado,lasensación de normalidad resultó abrumadora. Demasiado bueno para ser verdad.Minhofueelquemejordefinióloquesentían.

—Shuck,larchos.Estamosenelparaíso.A Thomas le costaba sentirse alegre, como si estuviera traicionando a Chuck.

Perohabíaalgoallíquenoteníasentido.Ellíderyconductordelautobúslosdejóenmanosdeunpequeñoequipo:nueve

o diez hombres y mujeres que llevaban pantalones negros planchados y camisasblancas,elpeloimpecable,ylascarasylasmanoslimpias.Nodejabandesonreír.

Loscolores,lascamas,elpersonal.Sintióqueunaimposiblefelicidadtratabadeabrirsecaminoensu interior.Sinembargo,ungranvacíoacechabaenelmediodeesaalegría,unabismonegroquetalveznuncadesaparecería:losrecuerdosdeChuckysumuertebrutal.Susacrificio.Peroapesardeeso,apesardetodoloquehabíansufridoydeloquelamujerleshabíacontadoenelautobúsacercadelmundoalquehabíanregresado,sesintióseguroporprimeravezdesdequehabíasalidodelaCaja.

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Seasignaronlascamas,sedistribuyeronloselementosdetocadorylaropa,ysesirvió lacena.Pizza.Peropizzadeverdad,biengrasosa.Elhambresuperó todo lodemásyThomasdevorócadabocado.Elbuenánimoyelalivioquelorodeabaneranevidentes.LamayoríadelosHabitantessehabíamantenidoensilenciodurantecasitodalacomida,temiendoquizásquelaspalabrashicieranquetodoseesfumara.Perohabíamuchassonrisas.Estabatanacostumbradoalasmiradasdedesesperaciónquelepareciócasiinquietantevercarasfelices,principalmenteporlodifícilqueleestabaresultandosentirsecontento.

Apenas terminaron de comer, nadie se opuso en lo más mínimo cuando lesdijeronqueerahoradeiralacama.

EspecialmenteThomas.Teníalaimpresióndequepodríadormirduranteunmesentero.

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Capítulo62

Thomas compartió una litera con Minho, quien insistió en dormir arriba. Newt ySarténestabanen lacamacontigua. InstalaronaTeresaenunahabitaciónseparadadel resto. Ella se alejó arrastrando los pies sin llegar a despedirse. Tres segundosdespuésdequesefuera,yalaextrañabadesesperadamente.

Cuandoseestabaacomodandoenunsuavecolchónparapasarlanoche,alguienlointerrumpió.

—Hey,Thomas—lollamóMinhodesdearriba.—¿Qué?Estabatancansadoquelapalabrasalióconmuchadificultad.—¿QuécreesquelespasóalosHabitantesquesequedaronenelÁrea?Nohabía

pensadoenello.HabíatenidolamenteocupadaenChuckyluegoenTeresa.—Nosé.Perobasándomeentodoslosquemurierontratandodellegarhastaaquí,

no querría estar allí en estemomento. Es probable que los Penitentes ya se hayanarrojado sobre ellos —contestó, al tiempo que se sorprendía por el tono tandespreocupadodesucomentario.

—¿Creesqueestamossegurosconestagente?Pensóunratoantesdecontestar.Sólohabíaunarespuestaalacualaferrarse.—Sí,creoqueestamosseguros.Minho dijo algo más pero no lo escuchó. Estaba completamente exhausto. Su

mente vagó por su breve estadía en el Laberinto, la época en que fue Corredor ycuántohabíadeseadoserlo…desdeesaprimeranocheenelÁrea.Parecíaquetodoesohabíaocurridohacíacientosdeaños.Comosihubierasidounsueño.

Losmurmullosflotabanporlahabitación,peroThomassentíaqueveníandeotromundo. Miró fijamente las tablas de madera de la cama de arriba, sintiendo laatraccióndelsueño.PerocomoqueríahablarconTeresa,seresistió.

¿Cómoestuhabitación?,lepreguntó.Ojaláestuvierasaquí.¿Sí?—contestóella—.¿Contodosesoschicosapestosos?Meparecequeno.Tienes razón.CreoqueMinhoyasehaechado trespedosenelúltimominuto.

Sabíaquenoeraunbuenchiste,perofuelomásgraciosoqueseleocurrió.Se dio cuenta de que ella se estaba riendo y deseó poder hacer lo mismo.

Sobrevinounlargosilencio.LamentomucholodeChuck,dijoellafinalmente.Sintióunapunzadaagudaycerrólosojos.Avecespodíasertanirritante,dijo.

LuegorecordóaquellanochecuandoChucklediounsustoaGallyenelbaño.Peroduele.Sientocomosihubieseperdidoaunhermano.

Losé.Teprometo…Basta,Tom.

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¿Qué pasa? Quería que Teresa lo animara para que el dolor desaparecieramágicamente.

Olvídate ya de las promesas. La mitad de nosotros logró escapar. TodosestaríamosmuertossinoshubiéramosquedadoenelLaberinto.

PeroChucknolologró.Laculpaloatormentabaporquesabíaconcertezaquecambiaríaacualquierade

losHabitantesdeesedormitorioporChuck.Murióparasalvarte,dijoTeresa.Fuesuelección.Noladesperdicies.Laslágrimassearremolinabanbajosuspárpados.Unaseescapódeslizándosepor

lasienhastaelpelo.Pasaronunminutoensilencio.¿Teresa?,lallamó.¿Sí?Teníamiedodecompartirsuspensamientos.Quieroacordarmedeti.Delosdos.Yasabes,antes.Yotambién.Parecequenosotros…Nosabíacómodecirlo.Yalosé.Mepreguntocómoserámañana.Losabremosenunaspocashoras.Sí.Buenasnoches.Queríadecirmás,muchomás,peronoseleocurríanada.Hastamañana,dijoella,justocuandolaslucesseapagaron.Thomas se volteó, contento de que estuviera oscuro, así nadie podría notar la

expresióndesurostro.Noeraexactamenteunasonrisa.Tampocounaexpresiónalegre,perocasi.Ypor

elmomento,casierasuficiente.

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Epílogo

CRUEL,Memorándum,Fecha232.1.27,Hora10:45p.m.Para:MisColegasDe:MinistraAvaPaigeRE:COMENTARIOSSOBRELASPRUEBASDELLABERINTO,GRUPOA

Segúnmisconsideraciones,creoquetodosestaremosdeacuerdoenquelasPruebasresultaron un éxito. Veinte sobrevivientes: todos ellos bien calificados para elproyectoquehemosplaneado.Lasrespuestasa lasVariablesfueronsatisfactoriasyalentadoras.El asesinatodel chicoy el «rescate»demostraron ser un final valioso.Teníamos que sacudir sus organismos y analizar las reacciones. Les digo,sinceramente,queestoyasombradadequehayamospodidoreunir,apesarde todo,unacantidadtangrandedechicosquenuncasedieronporvencidos.

Curiosamente,verlosasí,pensandoquetodoestábien,hasidolomásduroqueme ha tocado presenciar. Pero no hay tiempo para lamentaciones. Por el bien denuestragente,seguiremosadelante.

Yatengounaopiniónformadadequiéndeberíaserelegidocomolíder,peromeabstengodedecirloenestemomentoparanoinfluirenlasdecisionesdelosdemás.Aunque,paramí,esunaelecciónobvia.

Todossabemosmuybienloquehayenjuego.Yo,personalmente,mesientomuyconfiada. ¿Recuerdan lo que la chica escribió en su brazo antes de perder lamemoria?¿Laúnicacosaalaquedecidióaferrarse?CRUELesbueno.

Con el tiempo, los reclutados recordarán y comprenderán el motivo de lasexperiencias tan duras a las que los hemos sometido y a las que aún planeamossometerlos.LamisióndeCRUELesservirypreservara lahumanidad,acualquierprecio.Somos,efectivamente,«buenos».

Porfavor,respondanconsuspropiasreacciones.Seautorizaráalosreclutadosadormir durante toda una noche antes de implementar la Fase 2. Por el momento,permitámonosalentarciertaesperanza.

Los resultados de las pruebas del Grupo B también fueron extraordinarios.Necesito tiempopara procesar la información, pero podremos abordar ese tema enbreve.

Hastamañana,entonces.

Findellibrouno

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JAMES DASHNER. Nació el 26 de Noviembre de 1972 en Georgia, EE.UU.Completó la carrera de Economía en la Universidad Brigham Young, pero algraduarse,segúnsuspropiaspalabras,«unafuerzaintrínseca»lollevóadedicarsealaescritura.Susprimerasobras,cuatrotomosdelaserieJimmyFincher,atrajeronamiles de lectores. Con ansias de dedicar su vida a la literatura juvenil, siguióescribiendoyactualmentesubiografíaincluyelaexitosasagaThe13thRealityyestenuevodesafíoque tardóenver la luz,peroha tenidoresultadossorprendentes:TheMazeRunner.

ViveenUtahconsuesposaysuscuatrohijos,rodeadodelasMontañasRocallosas.«Soy un autor que todavía no puede creer que le paguen por hacer algo que leencanta»,afirmaDashnerensusitioweb.

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