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ACTAS DEL CAPITULO GENERAL ELECTIVO DE LA ORDEN DE PREDICADORES CELEBRADO EN ROMA SEPTIEMBRE 1983

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ACTAS DEL CAPITULO GENERAL ELECTIVO DE LA ORDEN DE PREDICADORES

CELEBRADO EN ROMA

SEPTIEMBRE 1983

ACTAS DEL CAPITULO GENERAL ELECTIVO DE LA ORDEN DE PREDICADORES

CELEBRADO EN ROMA, EN EL CONVENTO DE

SANTO DOMINGO Y SAN SIXTO, DESDE EL DIA

29 DE AGOSTO AL 29 DE SEPTIEMBRE DE 1983

O EDITORIAL OPE

Caleruega (Burgos - España) Apartado 36. Aranda de Duero (Burgos)

Impreso en España

Con las debidas licencias ISBN: 84-7188-1 50-0 Depósito Legal: S. 103-1984

Imprenta ucalatravm. Libreros, 29. Teléfono 21 41 18. - Salamanca, 1984

I N D I C E

Pág . . .

Nota preliminar ............................................................................................. 7

Carta del Padre Maestro de la Orden .................................................................. 9

Capítulo

Capítulo

Capítulo

Capítulo

Capítulo

Capítulo

Capítulo

Capítulo

Apostolado en la Orden ............................................................

Misión de la Orden en Africa, América Latina y Asia ..................

Misión de la Orden en Alrica ................................. ..... . . . . . . . . . .

Misión de la Orden en América Latina ......................................

Misión de la Orden en Asia .......................................................

Organización de la Orden .................... .. ...............................

Conventos e Instituciones bajo la jurisdicción inmediata del Maestro de la Orden .................................... .... ........................................

Política cultural de la Orden ..................................................

Capítulo X . Formación permanente .............................................................. 79

Capítulo XI . Promoción de vocaciones ............................................................ 85

Capítulo XII . Formación religiosa ................... ... ........................................ 89

Capítulo XIII . Gobierno y vida religiosa ............................... .. ...................... 93

Capítulo XIV . Justicia y paz ........................................................................... 95

Capítulo XV . Medios de comunicación social ................................................ 105

Capítulo XVI . Familia dominicana ......................... .... .... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111

Capítulo XVII . Política económica de la Orden ................................................... 117

Anexo . Mutaciones en el Libro de Constitucioiies y Ordenaciones ........................... 12'1

NOTA PRELIMINAR

En la reunión de la Junta de Provinciales de la Península Ibérica, ce- lebrada en Roma durante el Capítulo General, se acordó editar las Actas del mismo en castellano. La traducción comprende todo el texto de las dieciséis comisiones capitulares y excluye la lista de los Padres Capitu- lares, las Denunciaciones y la composición de las citadas Comisiones Ca- pitulares, por considerar ya conocidos los temas. ,Por otra parte, también se excluyen de la traduccióil los siete Apéndices del final, porque los tex- tos de la mayoría de ellos son conocidos a través de los diversos medios de comunicación, tanto internos de la Orden como de carácter público.

La colaboración en esta versión ha estado a cargo de los religiosos que han intervenido en el Capítulo y en alguna de las Comisiones. Además, ha habido otras colaboraciones para acelerar la presentación y poste- rior servicio común de esta traducción. Es evidente que la diversidad de traductores rompe la unidad literaria del conjiinto, y lo es más, por- que el texto oficial en latín es producto ya de una serie de traslaciones desde las cuatro lenguas oficiales del Capítulo. El retomar el texto ofi- cial y versionarlo al castellano por diversas personas no produce una brillante obra literaria, pero pensamos que lo importante es el instru- mento de trabajo para lo cual hemos pretendido ser fieles con la ma- vor exactitud al texto latino, aunque ello ofrezca deficiencias de sintaxis.

Esperamos que esta presentación, casi simultánea con las Actas Ofi- ciales, contribuya al mejor conocimiento y mayor profundización de los objetivos del Capítulo General y haga más fecunda nuestra misión como dominicos en la Iglesia.

NOS, FRAY DAMIAN BYRNE, PROFESOR DE SAGRADA TEOLOGIA, HUMILDE MAESTRO Y SIERVO DE TODA LA ORDEN DE PREDICADORES.

Salud y bendición:

Por las presentes letras promulgamos y declaramos promulgadas las Actas del Capítulo General, celebrado en el convento de Santo Domingo y San Sixto, en Roma, del 29 de agosto al 29 de septiembre de 1983.

El Capítulo General es un tiempo de gracia para el ejercicio de la caridad fraterna y la reflexión comunitaria sobre la fidelidad de la Or- den al carisma de Santo Domingo, alterado de diversas mzneras en el mundo actual por el pecado.

Por lo cual, valorando todo lo que se dijo en los tres últimos Capí- tulos Generales, se han determinado como prioridades concretas: las vocaciones, la formación permanente y la evangelización en las diversas culturas de nuestro tiempo.

Considerando por otra parte el gran número de Capitulares y el re- sultado feliz del mismo Capítulo, damos las más rendidas gracias al con- vento de Santo Domingo y San Sixto por la hospitalidad y fraternidad, zsimismo, a todos los hermanos y hermanas que, cada uno en su nivel, con solicitud y diligencia, colaboraron en la solemnidad litúrgica, en la traducción simultánea, en los múltiples trabajos de secretaría, en la lim- pieza de la casa y atención a los hermanos.

A fin de subsanar una omisión de las Actas, establecemos ahora los siguientes sufragios: Por los vivos: por el Santo Padre Juan Pablo 11, Pastor Supremo de la Iglesia Universal y benevolentísimo bienhechor de la Orden, cada una de las Provincias celebre una misa. Por el Maes- tro General de la Orden y por el bienestar de toda nuestra Orden de

Predicadores, cada una de las Provincias celebre una misa. Por el Epis- copado Universal y por nuestros bienhechores, cada una de las Provin- cias celebre una misa.

Por los difuntos: por el alma del Papa Pablo VI y del Papa Juan Pa- blo 1, Pontífices difuntos, cada una de las Provincias celebre una misa de ~Requiem)). Por el alma de Fr. Aniceto Fernández, último Maestro General de la Orden difunto, cada una de las Provincias celebre una misa; por el alma de los hermanos y hermanas de la Orden muertos desde el último Capítulo General, por esta vez, imponemos solamente que cada Provincia celebre una misa solemne de «Requiem». Cuando se hayan de aplicar estos sufragios, por los vivos lo mismo que por los difuntos, sea notificado públicamente, a fin de que los hermanos del convento en don- de se celebren, estén oportunamente avisados y puedan participar en la celebración de esta intención.

Exhortamos finalmente a todos los miembros de la Orden que lean estas ACTAS y que todas las comunidades reunidas en un mismo sentir las estudien meticulosamente, a fin de infundir el espíritu de Santo Do- mingo en nuestra vida, espíritu que el Capítulo General tuvo especial interés en intensificar.

Que Dios os guarde. Y a nosotros, juntamente con iluestros asisten- tes, lo mismo que a toda la Orden, encomendadnos asiduamente a la Santísima Virgen María y a Nuestro Padre Santo Domingo.

Dado en Roma, en el convento de Santa Sabina, el 27 de noviembre, primer domingo de Adviento del año 1983.

Fr. DAMIÁN BYRNE, O.P. Maestro de la Orden

L + S Fr. VENTURINO ALCE. O.P.

Secretario

APOSTOLADO EN LA ORDEN

28.-Puesto que el presente Capítulo General desea avanzar en el espi- ritu de los Capítulos de Quezon City y de Walberberg, no reiteramos los preámbulos de los mismos. Pedimos, sin embargo, a nuestros frailes que de nuevo consideren lo que dijo el Capítulo de Walberberg en el n. 17 sobre la predicación de nuestro tiempo y sobre las cuatro prioridades y lo que ordenó en los nn. 20,21 y 22. Recuerden especialmente dichas prio- ridades, que sumariamente describimos del modo siguiente, para que se hagan más claras a algunos: «catequesis en un mundo descristianizado», ((promoción de la instauración del Evangelio en el contexto de las diver- sas culturas)), «justicia y paz» y ~comunicacií>n humana a través de los medios de comunicación social)).

Esta sección trata, sobre todo, de las prioridades primera y segunda. Reconociendo que las diferencias en la actividad apostólica son muy nu- merosas entre las distintas regiones y Proviilcias, nos congratulamos de que en este Capítulo General algunas comisiones hayan estudiado las cues- tiones propias de sus regiones. Pero aún debemos declarar sobre muchos aspectos concretos pertenecientes a todo el inundo.

Este capítulo contiene los siguientes puntos:

a ) Nuevos lugares de evangelización; b) Instituciones en la planifica- ción del apostolado; c ) Parroquias; d) Santuarios; e) Rosario; f ) Ecume-

nismo; g) Diálogo con las religiones mayores del mundo; h) Apostolado entre los jóvenes; i) Apostolado en las universidades; j) Misión de la Or- den en Europa; k) Prioridades de Quezon City y Walberberg; 1) Planifica- ción del apostolado; m) Consejo Provincial extraordinario; n) Coopera- ción en las tareas apostólicas.

29.-E1 término «lugar de evangelización)) expresa la realidad de di- versos modos: primero, el lugar geográfico donde podemos encontrar au- ditorio; se~undo, las exigencias sociales y psicológicas de los hombres; tercero, los medios de evangelización, v. gr., instrumentos audio-visua- les; cuarto, la mentalidad con la que evangelizamos.

Ha sido ilotab!e el ingenio apostólico de los frailes en muchos luga- res y en diversas épocas, pues muchos fueron enviados «oportuna e im- portunamente)) a los varios pueblos y naciones. Hoy, en cambio, en mu- chas naciones, por la (~descristianización)~, secularización y otras causas, se hace cada día más difícil llegar a las masas por la predicación, y la ac- ción apostólica individual de los frailes ya no es suficiente. Surge de aquí el problema, cada vez más acuciante en nuestras Provincias, de encon- trar nuevos lugares de evangelización.

Denunciación

30.-Denunciamos que el Maestro de la Orden, P. Vicente de Coues- nongle, y su asistente en el apostolado, P. B. Olivier, han llevado a cabo felizmente un estudio sobre las orientaciories apostólicas actualmente vigentes en nuestras parroquias y santuarios y sobre nuevas posibilida- des de evangelización, de acuerdo con la norma n. 33 del Capítulo Ge- neral de Walberberg; este Capítulo de Roma alaba el trabajo que puede ayudar a los frailes a estimular la imaginación.

3 1 .-Recomendamos que todos nuestros frailes se interesen por des- cubrir los lugares, oportunidades y situaciones donde podamos ser testi- gos del Evangelio por nuestra presencia, nuestra vida y nuestra palabra evangélica.

32.-Recomendamos a nuestros frailes que atiendan a los valores ver- daderamente humanos que emergen con profusión en nuestras socieda- des y traten de vincularlos con la idea cristiana del hombre. Utilicen el estudio de la antropología y las ciencias humanas para hacer, de muchos, oyentes de los hombres y de Dios, que habla por medio de ellos.

33.-Exhortamos a nuestros frailes a que consideren los valores y ne- cesidades humanas que se difunden en muchos movimientos espirituales de nuestro tiempo y que para los jóvenes son de máxima importancia (v. gr., la paz, la justicia, la ecología, la carencia de ocupación retribuida) y de ellos se sirvan oportunamente para expresar su testimonio de la ver- dad del Evangelio y de la tradición cristiana.

34.-A la vez que denuilciamos que muchos en nuestra sociedad ma- nifiestan el deseo de aprender métodos de oración y meditación, encomen- damos a nuestros frailes preparar oportunos lugares y encuentros donde de nuevo pueda tenerse experiencia de la significación de la tradición mística dominicana y de las condiciones aptas para ofrecer esa tradición a los hombres.

35.-Ante el espectáculo de que los jóvenes parecen perder el contac- to con los mayores y hasta la capacidad de entablar diálogo entre sí, re- comendamos a los frailes abrir para los jóvenes locales aptos para sus reuniones y para dialogar con los más ancianos.

36.-Teniendo en cuenta que muchos esperan que nuestros conven- tos sean lugares de diálogo sobre diversos temas, también no teológicos (v. gr., problemas de comunicación y convivencia, cuestiones sociales, cultura humana, etc.), e incluso sobre cuestiones y opiniones de las gen- tes que vienen a nosotros de diversas culturas, religiones, edades y cla- ses, recomendamos a los hermanos que nuestras comunidades se convier- tan en un nuevo lugar de evangelización y se ordene debidamente en ellas el mencionado diálogo.

Recomendación

37.-Si tenemos firme voluntad de infundir nueva vida en nuestro apostolado, descubriendo nuevos lugares de evangelización y persiguien- do nuevas formas de apostolado, es necesario que los frailes se dispon-

gan a responder a las nuevas necesidades espirituales de los hombres, aun cuando ya se hallen adscritos a ciertas instituciones.

Por ello, recomendamos que no se acepten compromisos que en nues tro ministerio requieran absolutamente la presencia estable y prolonga- da de los frailes, si no pueden preservarse los principios esenciales de la vida dominicana.

Donde sea posible, cédase a laicos competentes, procedentes sobre to- do de la Familia Dominicana, la dirección ordinaria de dichas institu- ciones, para que los frailes se dediquen a su específica actividad apos- tólica.

Introducción

38.-Siendo las parroquias la parte mayor de nuestro apostolado, el Capítulo General de Walberberg confió al Maestro de la Orden y a su asis- tente para el apostolado realizar un estudio «sobre las orientaciones apos- tólicas actualmente vigentes en nuestras parroquias y santuarios» (Wal- berberg, n. 33).

Es sabido que las parroquias en nuestra legislación fueron al princi- pio ignoradas y durante largo tiempo tenidas en sospecha; más tarde, to- leradas y al final recibieron aprobación.

El modo crítico y condicionado de esta aprobación (cfr. Walberberg, nn. 17 y 47) dependía de la multitud y de la gran diversidad de parro- quias a nosotros encomendadas; una diversidad tal, que el mismo nom- bre de «parroquia», que se les atribuye, parece equívoco.

Recomendaciones

39.-Las parroquias encomendadas a la Orden deben tender a realizar las siguientes notas:

a) Nuestros frailes que trabajan en parroquias ejerzan el ministerio pastoral conforme al espíritu de la Orden, atendiendo sobre todo a una predicación doctrinal acomodada a las circunstancias actua- les, fomentando entre los fieles conocimientos bíblicos y una litur- gia vivida, a cuya participación sean calurosamente inducidos.

b) Atiendan a que los laicos, tanto hombres como inujeres y sobre todo los jóvenes, sean formados de tal modo, que puedan llegar a ser líderes de sus grupos. Y, asimismo, para que participen oportu- namente en el ministerio de la evangelización y en otras tareas que no competan exclusivamente al oficio sacerdotal.

c) Esfuércense en dar testimonio, individual y comunitario, de su efectiva solidaridad con los pobres (LCO 31, 11) y con todos cuan- tos por diversas causas se sientan marginados de la convivencia civil.

Y, asimismo, compórtense de un modo evangélico con los que pertenecen a otras iglesias cristianas, militen en religiones no cris- tianas o hayan abandonado la fe cristiana.

d) Animados con renovado fervor, inspirado en la vida común domi- nicana, los hermanos se han de dedicar activamente al ministerio pastoral, mostrando con su espíritu de abnegación la imagen au- téntica de aquel pluralismo, que parece ser propio del carisma do- minicano.

40.-Tanto en el ministerio parroquia1 como en la administración de los sacramentos hagan con empeño los \hermanos una verdadera obra de evangelización.

41.-Recomendamos que toda petición que nos hagan los obispos de asumir la cura de almas en nuevas parroquias sea considerada atenta- mente según las exigencias de nuestra vida religiosa y sin detrimento del carácter itinerante de nuestro apostolado. Tales peticiones, que se han de tramitar por escrito, no sean aceptadas fácilmente ni a perpetuidad, sino de ordinario con carácter temporal; y sean sometidas a periódica re- visión en el Capítulo Provincial.

42.-Recomendamos a los frailes que ejercen el ministerio pastoral, que estimen dicha tarea como obra verdaderamente apostólica y domi- nicana, que han de recibir con la debida preparación y se ha de proveer a una contínua renovación en su oficio (Cfr. RSG, 80-84).

43.-E1 ministerio de la evangelización se encomienda a los frailes de inodo especial en circuilstancias o ambientes en que se manifiesta parti- cularmente la piedad popular (son 56 santuarios e innumerables parro- quias populares encargados a la Orden) y en donde la acción pastoral de los hermanos alcanza a una multitud de fieles cuya vida cristiana no está en muchos casos suficientemente formada.

Recomendación

44.-Recomendamos a los frailes que con solicitud y esmero:

a) Transformen en gradual y ordenado progreso nuestros santuarios, depurándolos de toda especie de manipulación y comercio para que sean de verdad:

- lugares privilegiados en que se ejerza el ministerio de la evangeli- zación y reconciliación;

- signos de la presencia de Dios; - centros de renovación cristiana a través de la devoci6n e imita-

ción de la Santísima Virgen; - testimonios de solidaridad en que las colectas de limosnas sean

destinadas, sobre todo, a ayudar a los pobres.

b) Recurran a las ciencias actuales, que proporcionan máxima ayu- da para conocer mejor la significación de los símbolos y la íntima expe- riencia religiosa de los peregrinos, a fin de que la instrucción catequísti- ca consiga con nuevos métodos su efecto.

c) Vivifiquen las expresiones de la piedad popular con predicación verdaderamente evangélica, que responda a las expectativas de justicia y fraternidad.

d) Indaguen la relación existente entre el modo de vida evangélico y los principios morales que aparecen en la piedad popular; teniendo en cuenta que el Evangelio no destruye, sino que transforma y perfecciona las culturas, haciendo germinar «las semillas del Verbo», latentes en ellas.

e) Formen a nuestros frailes estudiantes, para que adquieran la sa- biduría divina que ha sido revelada a los pequeños y sencillos, y asuman de mente y corazón la forma auténticamente evangélica en el ministerio de la predicación.

Recomendación

45.-Sobre la tradición dominicana de la recitación y predicación del Santo Rosario, de nuevo afirmamos lo que el Capítulo General de Que- zon City ha declarado (QC IV-58).

Por lo cual recomendamos la práctica y difusión del Rosario también según nuevas formas, que ayuden a una más eficaz contemplación de los misterios de salvación, recordando que el Rosario no es sólo una devo- ción sino también instrumento de predicación.

Deben, no obstante, considerarse las exigencias pastorales de los fieles.

Introducción

46.-La separación de las iglesias cristianas constituye un escándalo permanente con máximo detrimento para la fe cristiana. Nuestra Orden, que en cierto modo recibe su origen de este tipo de apostolado, conside- ra que tal actividad ecuménica ofrece especial conveniencia al carisma dominicano.

El apostolado ecuménico de nuestra Orden ha sido exíguo en los tiem- pos recientes, si bien algunos frailes en diversas Provincias realizan una magnífica labor en este género de actividad. Por ello recordamos las de- claraciones de las Constituciones (nn. 123 y 130; y RSG nn. 67-71), aña- diendo, asimismo, los siguientes avisos y recomendaciones:

Exhortación

47.-Exhortamos a nuestros frailes a intensificar la práctica de puri- ficación de los pecados, porque de este modo venimos a ser más libres de los prejucios de cultura y de historia que obstaculizan la unidad de la Iglesia.

Recomendaciones

48.-Recomendamos a los frailes que aprovechen de buen grado las ocasiones en que puedan trabajar juntamente con los hermanos separa- dos (V. gr., en favor de la justicia, de la paz, de la caridad), así como orar y dar de este modo un testimonio común de la fe, a fin de que aumente nuestra amistad con ellos.

49.-Recomendamos al asistente del Maestro de la Orden para el apos- tolado que fomente el mutuo conocimiento de los frailes dedicados al apostolado ecuménico para conjuntar y vigorizar sus recursos y fuerzas.

50.-La agresividad de las sectas, que en muchas regiones y con mé- todos nada compatibles con la fe cristiana, seducen a gentes sencillas, sobre todo en los pueblos que todavía se nutren de la fuente de una re- ligiosidad popular, es totalmente opuesta al esfuerzo del ecumenismo. Nuestros frailes deben resistir a estos métodos, practicando siempre un recto ecumenismo.

G ) DIÁLOGO CON LAS RELIGIONES MAYORES DEL MUNDO

51.-Los apartados precedentes han evidenciado la necesidad de re- visar las tareas de la Orden en ambientes que no pertenecen a la Iglesia Cristiana. En este campo sin duda debemos pensar en la multitud de gen- tes, que en nuestro tiempo abandonaron o nunca conocieron la práctica de la vida religiosa. Pero tampoco hemos de omitir la atención a la exis- tencia y acción de las grandes religiones mundiales. Ellas, como nos- otros, trabajan por mantener los valores religiosos, frente a las agresio- nes de la secularización y el materialismo. Ofrecen por ello testimonio de la presencia de Dios entre aquellos que de verdad creen.

Nuestros contactos con los adeptos de tales religiones se designan con el término de «diálogo». El verdadero diálogo es un modo de conver- sación en que cada parte habla clara y sinceramente de las cosas de su fe, a la vez que con reverencia y genuino deseo escucha y entiende la fe de la otra parte. Es necesario el conocimiento de la fe de los otros. Pero el diálogo verdadero no surge de la lectura de libros, sino de la ex- periencia de aquellas personas que cultivan una fe viva. De modo similar, la genuina predicación consiste en que se ofrece a los otros la oportuni- dad de ver y experimentar nuestra fe viva.

El Concilio Vaticano 11 nos exhorta (Nostra Aetate) a entablar este diálogo «con prudencia y caridad», según los principios del Ecumenismo, que requieren «los esfuerzos de evitar palabras, juicios y actos que no representan con equidad y verdad las condiciones de los hermanos (y hermanas) separados» (Unitatis Redintegratio).

Nuestra Orden tuvo en el curso de la historia relaciones varias y no siempre óptimas con grupos de otras religiones, y en ello no diferimos del resto ,de la Iglesia. Por lo cual, como ya lo ha hecho la Iglesia, tam- bién nosotros conviene que repasemos la historia en este punto, para ale- jar lamentos y suspicacias todavía existentes de otras religiones para con la Orden, y aprender de modo práctico lo que debemos hacer en el futuro.

El documento Nostra Aetate hace especial mención del Judaísmo y del Islam, con quienes los cristianos hemos estado en relación especial. En el Judaísmo se encuentran nuestras raíces y en ambas religiones se dan hermanos y hermanas que tienen en común con nosotros el culto al Dios Unico y la Tradición de las Escrituras. En cualquier parte donde está nuestra Orden se 'encuentran también las otras religiones con las que debemos dialogar; se ha de procurar además que nuestra fe y nuestra vida se hagan inteligibles a los adeptos de otras religiones

Sin duda, el diálogo con las otras religiones comporta profundas y graves cuestiones que conciernen a toda la Iglesia. Sería muy propio del carisma de la Orden si nosotros pudiéramos aportar una contribución válida a los estudios teológicos que tratan de fundamentar las relacio- nes ya tenidas con los adeptos de todas las religiones.

Recomendaciones

52.-Recomendamos los trabajos ya efectuados por nuestros frailes en este sector y exhortamos a proseguir esta labor felizmente empezada.

53.-Recomendamos la lectura y estudio del Decreto del Concilio Va- ticano Nostra Aetate así como la obra Guidelines o n Religiotis Relations wi th the Jews, documentos en los que se encuentran implicados numero- sos principios de diálogo.

54.-Recomendamos que la formación de los frailes, tanto inicial co- mo permanente, sea impartida, sobre todo, en las universidades y cen- tros de estudios de la Orden, de tal modo que se dé a conocer el conteni- do de creencias de las religiones mayores del mundo, en especial, las más

difundidas en los territorios en que ejercen la misión. Ofrézcanse en lo posible a los frailes oportunidades de experiencias concretas sobre el mo- do de vivir en dichas religiones, con que obtengan un coilocimiento más profundo de las mismas.

Comisiones

55.-Encargamos, asimismo, al Maestro de la Orden que promueva in- vestigaciones históricas para esclarecer los trabajos realizados por nues- tros frailes en las diversas épocas en torno a los adeptos de otras reli- giones.

56.-Encomendamos al Maestro de la Orden que instituya un estudio sobre las cuestiones teológicas que surgen en el referido diálogo.

Exhortación

57.-Exhortamos a todos los frailes a que, reconociendo la sinceridad de los fieles de otras religiones en medio de la propia sociedad, prosigan en el cumplimiento de la propia vocación de tal modo que puedan ser comprendidos por los fieles de estas religiones.

Comisión

58.-Encomendamos al Maestro de la Orden y a su asistente para el apostolado la preparación de un proyecto general, para el próximo Ca- pítulo, acerca de las actividades y formas existentes en nuestro apostola- do entre los jóvenes, para que se conozcan:

a ) la realidad de tal apostolado en las Provincias y Vicarías de la Orden;

b) las nuevas exigencias y posibilidades de este apostolado en nues- tro tiempo y en las diversas regiones (por ejemplo los movimien- tos religiosos actuales),

c) y se propongan medios adecuados según nuestro carisma y prio- ridades.

Recomendación

59.-Recomendamos a nuestros frailes que trabajan en el apostolado en universidades, católicas o. civiles, como docentes o capellanes, que con- sideren su ministerio como muy necesario para la evangelización del mun- do intelectual y persistan con generosidad en esta labor tan dominicana, aun en las adversas circunstancias actuales.

Comisión

60.-Encargamos al asistente del Maestro de la Orden para el aposto- lado que para el próximo Capitulo General prepare un estudio sobre la situación actual de los estudiantes, sobre todo, las posibilidades de cate- quesis en las diversas regiones del mundo.

Comisiones

61.-Encargamos al Maestro de la Orden y a su asistente para el apos- tolado que, no más allá de 1985, convoquen una reunión de frailes y her- manas que ejercen el ministerio en Europa, para someter a un análisis comparativo con las otras partes de la tierra las condiciones sociales, cul- turales y económicas, que determinan la disposición religiosa del euro- peo, y reclaman un apostolado dominicano adecuado.

62.-Encargamos al Maestro de la Orden que promueva los medios adecuados para restaurar nuestra Orden en Hungría y Bohemia.

Recomendación

63.-A fin de que podamos poner en práctica en nuestro ministerio las prioridades señaladas en el Capítulo General de Quezon City (n. 15) y de- finidas en el de Walberberg ( r i . 17), recomendamos con insistencia que

se elabore una planificación sobre ello en las Provincias y Vicariatos con arreglo a la norma de LCO nn. 106 y 107 (Cfr. Walberbrrg n. 200).

L) PLANIFICACI~N DEL APOSTOLADO

Recomendación

64.-Para definir la planificación del apostolado, y valorar después sus efectos, recomendamos que en las Provincias y Vicariatos se organicen, en tiempos y modos convenientes, reuniones generales en las que parti- cipe un número muy elevado de religiosos profesos solemnes (Cfr. Wal- berberg n. 28).

Ordenación

65.-Ordenamos que lo prescrito en el n. 257 de Walberberg se man- tenga con la adición de las palabras «et generalis».

El texto queda así: 375 Ord. 11: «En este consejo se han de tratar to- das las cosas que se consideren de utilidad para el bien de la Provincia, y, ante todo, se examinará si han sido llevadas a la práctica las ordena- ciones y exhortaciones de1 último Capítulo tanto Provilzcial como Ge- neral».

N) COOPERACI~N EN LAS TARE.4S APOSTÓLIC.~S

Recomendaciones

66.-Recomendamos una colaboración más amplia y frecuente entre los frailes y las hermanas de la Orden en las tareas apostólicas, sobre to- do, en la labor de predicación y enseñanza de la teología y en el desarro- llo de nuevas formas de predicación.

67.-Exhortamos especialmente a nuestras ,hermanas a usar con efica- cia las posibilidades de predicar que se les ofrecen en los ejercicios es- pirituales, en las renovaciones de las parroquias, en las celebraciones ex- tralitúrgicas de la Palabra, y en las visitas a familias necesitadas.

MISION DE LA ORDEN EN AFRICA AMERICA LATINA Y ASIA

Llega el tiempo, con el favor de Dios, en que debemos pasar de las expresiones verbales y costumbres latentes bajo el término Misiones, hoy superado, a la noción de Misión de la orden, que es más conforme con el Evangelio y la Constitución Fundamental.

68.-Siendo el pueblo de Dios, que es la Iglesia, rico en la diversidad, la obra de evangelizacióil ha de hacerse con profundo conocimiento y res- peto a la diversidad de culturas y sentimientos.

Denunciación

69.-Denunciamos con gratitud que en el Congreso celebrado en Ma- drid, del 20 al 26 de septiembre de 1982, numerosos frailes, juntamentr con las hermanas trataron con seriedad y ardor el tema de la predicación en los territorios del llamado Tercer Mundo, y quisieron presentar a este Capítulo proposiciones claras para tales regiones.

Recomendaciones

70.-Recordando la importancia máxima del texto LCO nn. 98 y 108, aprobamos y recomendamos vivamente a todos los hermanos las siguien- tes proposiciones del Congreso de Madrid:

- hagan la «opción preferencial» por los pobres y se presten a escu- char la voz de los humildes, cuando se les ofrece la Palabra de Dios;

- consideren abiertamente la justicia coino parte integral de la pre- dicación evangélica;

- apoyen y animen a las comunidades de nuevo estilo en la Iglesia, como las llamadas comunidades «de basen, que florecen en Amé- rica Latina y Africa, y cuiden de preparar ministros laicos para dichas comunidades;

- busquen nuevas formas de colaboración apostólica de toda la Fa- milia Dominicana.

71.-E1 análisis crítico de la realidad social, ya otras veces recomen- dado, es de gran importancia para llevar a cabo una labor de evangeliza- ción adecuada y eficaz. Recomendamos una doble forma de tal análisis, a saber: una, de conocimiento por los datos de experiencia, en los que se descubre el modo de vivir y obrar de los hermanos; y otra, de estudio científico que exija reflexión en profundidad. Pero se ha de realizar el análisis crítico a la luz del Evangelio y se ha de elaborar en el contexto de una comunidad de oración, de búsqueda y reflexión.

72.-Recomendamos a los frailes que busquen siempre su inserción en la iglesia local, que ha de ser realizada con firme voluntad de conser- var el carisma propio de la Orden. En consecuencia:

a ) al seleccionar una nueva fundación, prefiérase siempre la que pue- da atender a las necesidades de las iglesias que viven en la po- breza;

b) se han de preferir aquellas regiones en las que la Familia Domini- cana ya se encuentra implantada;

c) los contratos establecidos, o que hayan de hacerse, entre nuestras comunidades y los obispos mantengan lo que compete al carisma propio.

73.-Reconociendo la escasez de operarios de la Orden en la mies, pa- ra que la acción apostólica sea eficaz, exhortamos a los frailes a que:

a) susciten vocaciones «misioneras» entre los frailzs jóvenes, por ejemplo, enviándoles por algún tiempo a lugares donde puedan

comprobarse las necesidades apostólicas. Se dan casos en los que el ((servicio civil» que se concede a los jóvenes en lugar del servi- cio militar, puede aprovecharse mejor para su formación apos- tólica;

b) tengan cuidado especial de cooperar con las comuiiidades de Her- manas Dominicas, en el ejercicio o en el descubrimiento de nue- vas acciones apostólicas;

c) si en alguna región aparece una prioridad más urgente que requie- ra la cooperación de la toda Orden, aunque de modo temporal, los hermanos de esa región pidan al Maestro de la Orden que declare aquella prioridad como de mayor urgencia en toda ella, coino ha- cían los frailes al comienzo de la Orden. Las Provincias podrán así juzgar el grado de urgencia.

Recomendación

74.-Se recomienda de un modo especial a los hermanos el cuidado de los emigrantes y de cuantos viven exiliado3 de su patria: defender sus derechos, procurarles lo necesario para vivir y anunciarles el Evangelio ha de tenerse como misión de la Orden.

Comisión

75.-Encomendamos al asistente general para el apostolado que, en cooperación con los frailes que atienden a los emigrantes con caridad evangélica, impulse el estudio de las cuestiones referentes a ellos.

76.-Exhortamos a proseguir el desarrollo de las asociaciones ya exis- tentes (CIDAL, Inter-Africaine, Asian-Pacific Dominican Conference) y, donde parezca oportuno, se instituyan nuevas asociacioiles.

77.-Exhortamos a los Priores Provinciales y Vicarios que faciliten la participación en las llamadas «Journées Romaines Dominicainesn (JRD) a las que son convocados los frailes por el Secretariado periódi- camente, para fomentar la relación con el Islam.

Proclamación

78.-Solemnemente proclamamos la unión en el espíritu de todos los miembros de este Capítulo con nuestros hermanos que trabajan entre grandes y, con frecuencia, extremas dificultades, donde, para predicar la verdad de la fe, son privados de libertad y a veces de la vida.

Declaración

79.-Donde se dice prior provincial en LCO respecto de la formación de los frailes, se ha de entender superior mayor, a no ser que expresa- mente se diga otra cosa.

CAP~TULO IV

MISION DE LA ORDEN EN AFRICA

Introducción

80.-La Iglesia crece en las regiones africanas de una manera más rápida de lo que aparentemente sucede en otros lugares. La Iglesia afri- cana alcanza también un grado de madurez, en el que resulta ya conve- niente para ella ser llevada a una más profunda inteligencia de la fe cris- tiana, acomodada a sus propias circunstancias. La Orden, que se dedica principalmente al estudio, a la investigación, al análisis, a la reflexión teológica, a la vida común y a la predicación profética, podría prestar una ayuda a la Iglesia africana principalmente en nuestros días. La Iglesia en esas regiones sufriría un cierto detrimento por la falta de esta ayuda.

A quienes contemplan las perturbaciones tanto sociales como políti- cas que en estos tiempos sufren los pueblos africanos, así como el neo- colonialismo, las dependencias económicas, las muchísimas ideologías aberrantes y las variadas opresiones con las que son afligidos, aparecerá con más claridad cuán oportuno sea promover allí la vida y el ministerio de nuestra Orden. Consta que en Africa Austral, principalmente, prevale- cen circunstancias gravísimas, en las que el régimen llamado ((apartheidn hace de los negros seres casi inhumanos, y se esfuerza también en opri- mir a los países vecinos con sus fuerzas económicas y militares. El pue- blo de Dios es inducido verdaderamente a una penosa confusión por to- das estas injusticias, que aparecen como perpetradas en nombre del Cris- tianismo.

En las inmensas regiones africanas son pocos los hermanos de nues- tra Orden. De los 158 hermanos profesos que viven allí, sólo 87 son afri- canos nativos. Existe, sin embargo, una oportunidad casi infinita por el admirable crecimiento de vocaciones y por la fuerza atractiva, patente en todas partes, que la vida dominicana ejerce sobre las gentes africanas.

Hasta ahora es poco lo que la Orden en conjunto ha hecho para ser implantada en Africa. De los hermanos que fueron allí en los primeros decenios de este siglo, muchos han muerto, y otros o han dejado la Or- den, o han vuelto a sus patrias, de suerte que de los misioneros que había allí en el año 1965 queda sólo un 30 por ciento. La presencia de la Orden en Africa está en gran parte poco planificada, poco coordinada. No se re- conoce suficientemente que Africa es una tierra peculiar, que tiene una cultura propia, que reclama una respuesta unida y coordinada por par- te de la Orden, y tampoco hemos percibido suficientemente que esta re- gión africana es de importancia especial para la vida de la Iglesia y de la Orden.

Este Capítulo desea que en el futuro se provea de un modo más abun- dante a Africa, por tanto tiempo descuidada; así mismo espera confia- damente que la floreciente Iglesia en aquellas regiones llegue a ser muy próspera en el futuro.

Recomendaciones

81.-Recomendamos al Maestro de la Orden que establezca un asis- tente para toda Africa.

82.-Recomendamos que sea nombrado de entre los hermanos de Afri- ca un perito en asuntos africanos para el Capítulo General de 1986.

Agradecimientos

83.-Damos gracias a los hermanos y Provincias, así como a las diver- sas Congregaciones de Hermanas Dominicas, que encarnaron antes o que encarnan ahora el espíritu de Santo Domingo en favor de los pueblos africanos.

84.-Damos gracias a Fr. Vicente de Couesnongle y a los hermanos que viven en Africa por el estabIecimiento y el progreso inicial del orga- nismo INTER-AFRICA, que permite favorecer la unidad fraterna, la co- municación de diversas experiencias y la colaboración entre los herma- nos. De modo especial agradecemos la erección de los Iristittuos en los

que los jóvenes dominicos reciben la formación, a saber, el Instituto de Fi!osofía en Ibadan y el Instituto de Teología en Kinshasa.

Exhortaciones

85.-E1 Capítulo General exhorta, sobre todo a las Provincias que tie- nen su sede en Europa o en América Septentrional, para que se dediquen con mayor ahinco a la promoción de la Orden en las regiones africanas, como prioridad especialmente adaptada a nuestros tiempos.

86.-Exhortamos a las Provincias a que trabajen en la implantación de la Orden en aquellas regiones de Africa, en las que todavía no existe y para que favorezcan su incremento y su progreso en aquellos países en los que ya existe. Tengan presente que para promover la formación de dominicos en Africa es necesario proveer de subsidios económicos y enviar profesores, aun cuando esto exija un cierto sacrificio para las mis- mas Provincias.

87.-Alabamos a nuestros hermanos y a todos los miembros de la Fa- milia Dominicana que viven en Africa Austral, quienes a pesar de los pe- ligros más graves que les amenazan, han asumido impertérritos y valien- temente la tarea de promover la justicia en aquellas regiones y se han manifestado como defensores de los derechos civiles para aquellos que sufren opresión bajo el régimen llamado «apartheid».

Alegrándonos de su testimonio, proclamamos que nos sentinios uni- dos a ellos con un firme lazo de solidaridad.

MISION DE LA ORDEN EN AMERICA LATINA

88.-«Las que nos enseñaron Pedro de Córdoba, Antonio de Montesi- nos y Bartolomé de Las Casas son lecciones de humanismo, de espiritua- lidad y de dedicación en favor de la dignidad de los homjbres ... Estos frailes, que vinieron todos para anunciar a Cristo Salvador, para defen- der la dignidad de los indígenas, proclamar sus derechos inviolables, fa- vorecer una promoción integral y enseñar la fraternidad, puesto que so- mos hombres e lhijos del mismo Señor y Dios Padre» ', se nos presentan en los documentos de Puebla como ((debeladores intrépidos de la justicia y mensajeros del Evangelio de la paz* '.

Nuestra Orden es convocada en América Latina para el redescubri- miento y la encarnación de las opciones y prácticas evangélicas de aque- llos hermanos que fueron nuestros primeros predicadores. La imagen y el espíritu de Santo Domingo se manifestó al pueblo por ellos.

Nuestra misión se funda y expresa en comunión de vida, en opciones y en observancias, impulsadas por una caherente formación. Por tanto, misión, comunión y formación son, en el presente momento histórico, las prioridades más urgentes que la Orden tiene en América Latina.

1. Sermón de Juan Pablo 11 en Sto. Domingo (25/1/1979): AAS, XXXI, p. 154. 2. Doc. de Puebla, n. 8.

89.-La misión de la Orden, en esta región imbuida de cultura cat0- lica, se ha de ejercer entre dificultades culturales, sociales y religiosas; se han de tener en cuenta hechos de orden socioeconómico que saben a contradicción y generan escándalo 3:

- distanciamiento creciente entre pobres y ricos; - atentados a la vida, dignidad y derechos inviola'bles de los hom-

bres; - estados de dependencia y marginación; - desigualdades sociales, que producen conflictos y luchas armadas; - regímenes políticos (opuestos a la plena participación de los ciu-

dadanos, etc.

Tales hechos no son sin duda casuales o fortuitos, sino más bien fru- to de estructuras -económicas, sociales y políticas- y de ideas domi- nantes (ideologías) que se oponen a los planes del Creador y a la digni- dad de la persona humana, aunque también otras doctrinas y causas con- curren a lo mismo 4.

La Iglesia declara que esta realidad es un estado de pecado social '. Y manda solemnemente promover la «justicia social» 6 , y la «dignidad de la persona humana. a la vez que las obligaciones que pertenecen a la uconstrucción de la sociedad», y establecer «las cosas temporales)) según «el orden querido por el Creador. como parte integrante de la predica- ción cristiana.

El testimonio evangélico de los frailes predicadores que vivieron en el siglo XVI nos incita a que no permanezcamos insensibles en la pre- sente situación de América Latina. Ellos, en efecto, «uniendo los derechos y los hechos)) defendieron la dignidad de los indígenas, denunciando los

e injusticias, y sometieron a dura crítica los principios por los que se tenía como legítimo tal estado de cosas, no dudando en condenar a1 opresor, y a la vez provocaron la renovación teológica de aquel tiempo.

3. Doc. de Puebla, n. 28. 4 . Doc. de Puebla, n. 30. 5. Doc. de Puebla, n. 28. 6. CIC, can. 528, l.". 7. CIC, can. 768, 2.0. 8. Bartolorné de Las Casas.

Su modo de anunciar el Evangelio íntegro se reconoce por un triple signo:

- la independencia y libertad frente a todos los sistemas de opre- sión, ideologías y facciones políticas;

- el espíritu profético tan propio del carisma fundacional de la Orden;

- el debido juicio de la dimensión «política» de la Palabra de Dios, que no permanece indiferente ante las necesidades de los hombres en su contexto cultural e histórico.

Así, pues, sintiendo con la Iglesia, nuestros frailes de ayer y hoy pre- dican el Evangelio de la reconciliación, anunciando a todos la liberación integral, procurando salvar a oprimidos y opresores, eliminando de he- cho la opresión misma. De este modo los frailes harán un gran servicio a América Latina y a otras naciones, demostrando con hechos y palabras el camino y el método para instaurar la justicia y la paz; realidades an- teriores a las ideologías actuales y más válidas que ellas.

Exhortación

90.-Exhortamos a las comunidades, Vicariatos y Provincias a que las disposiciones de este Capítulo General sobre el método analítico para detectar las raíces de cualquier injusticia (institucional o no) las apli- quen cuidadosamente a las situaciones de América Latina.

Recomendaciones

91.-Recomendamos a todas las comunidades que elaboren y some- tan a revisión el programa apostólico conforme a las disposiciones de los últimos Capítulos Generales, las opciones expresadas en el Congreso CIDAL (de Venezuela y Chile) y el Congreso celebrado en Madrid (1982). Los medios, el modo y el tiempo para llevar a la práctica tales prescrip- ciones sean determinados en los coloquios fraternos, previstos para esto por las Constituciones (LCO, 100, IV).

92.-Recomendamos que, teniendo en cuenta la opción hecha por la justicia y los pobres, en nuestras comunidades se efectúe una planifica- ción y revisión de nuestras instituciones (parroquias, escuelas y gimna- sios, santuarios...), de los lugares y modos de predicación (para trans- formarlos, suprimirlos. o nara no asumir otros semejantes), para que de

este modo nuestra predicación se haga evangélica a la vez que, libre de sujeciones institucionales, llegue a ser signo de nuestro empeño por la edificación de una sociedad más humana, justa, solidaria y evangélica en América Latina.

1. Comunión eclesial

93.-En América Latina se encuentra la mitad de los católicos de la Iglesia entera. La presencia de la Iglesia en estas regionzs nos ofrece, al menos, los siguientes signos positivos:

- en Medellín y en Puebla la Iglesia aparece muy comprometida en la labor de evangelización;

- se da también un gran esfuerzo de reflexión hacia una teología abierta al contexto de los problemas actuales;

- está vigente una disposición de ánimo favorable al crecimiento de formas de vida y de participación en el misterio de la Iglesia (de promoción de laicos, de nuevos ministerios, de comunidades eclesiales fundamentales, etc.).

Pero se dan también «sombras», que suscitan varias cuestiones:

- tensiones intraeclesiales y pastorales que derivan de diversas con- cepciones eclesiológicas;

- interpretaciones diversas de la realidad sociopolítica nacidas de los varios modos de articular las relaciones entre la Iglesia y el el poder político, entre la Iglesia y el Estado;

- multiplicación de sectas y movimientos religiosos, con frecuencia políticos y económicos al servicio de la utilidad e intereses de los hombres, los cuales favorecen formas de religión «alternativas», alienantes y contrarias a las opciones evangélicas.

Nuestros primeros frailes en el siglo XVI se dedicaron totalmente a anunciar el Evangelio de Jesucristo e implantar la Iglesia y la Orden en esas regiones. Aprendieron las lenguas de los indígenas, escribieron gra- máticas y libros de catequesis para los fines de la evangelización, fueron por tanto respetuosos para con las culturas y costumbres locales. La ad- mirable movilidad itinerante de los mismos, nos habla aún hoy de su mo-

do de vida sencilla, tanto personal como institucional y consiguiente dis- ponibilidad apostólica.

Más tarde, nuestra Orden perdió el vigor apostólico en cuanto, entre otras causas, se volvió a una concepción ~intimista)) de sí, por la preocu- pación casi exclusiva de reivindicar privilegios y posición social.

2. Implantación e insercióiz de la Orden

Recomendación

94.-Exhortamos a los frailes y comunidades a fomentar y promover una comunión más profunda cada día con la iglesia local y jerárquica, con ofrecimiento de lo que nuestro carisma pone al servicio de la Iglesia.

Comisión

95.-Recomendamos a las Provincias, Viceprovincias, Vicariatos y a la Curia Generalicia que asuman las dos orientaciones siguientes en la política de implantación e inserción de la Orden en América Latina:

a) la inserción en las iglesias locales se ha de regir por este princi- pio: conservar la necesaria autonomía de programas y opciones de la Orden para comunicar nuestro peculiar carisma, no recibiendo institu- ciones y obras ajenas a ella;

b) la fundación de comunidades y Vicariatos, como también su re- visión o supresión, debe hacerse conforme a opciones vitales y a nuestra función de evangelizar, que ha sido reccmendada en los últimos Capítu- los Generales. La anarquía e independencia fui~dacional favorecen la frag- mentación de la Orden y restan vigor a nuestra comunión eclesial. Las fundaciones, que se hacen sin coordinación con la política general de la Orden, perjudican nuestra comunión fraterna y llevan de algún modo a la disgre2ación de la Orden.

3. Comunión de la Orden

96.-Reconocemos entre nosotros el empeño por la comunión de vi- da, de hábitos, de valores y opciones, dentro del pluralismo cultural de formas. No obstante, aparecen entre nosotros signos de fragmentación de la Orden:

- multiplicación inorgánica de estructuras sin recíproca colabora- ción o integración;

- modos diversos de aceptar las opciones de los últimos Capítulos Generales;

- diversas concepciones antropológicas y eclesiológicas.

En nuestras primeras comunidades de América Latina encontramos ejemplos de profunda comunión. Se daba, en efecto:

- una comunidad que con un solo corazón y ánimo pensaba sobre la misión y formas de presencia y ministerio (discernimiento co- munitario);

- fraternidad, en la que cada uno afirma su personalidad a través de la concordia y participación en los modos de pensar, decidir y predicar de su comunidad.

Recorizendación

97.-Recomendamos a las Provincias, Viceprovincias y Vicariatos que en los estatutos propios establezcan el principio de la movilidad perió- dica de los frailes. Es el modo de evitar la perniciosa inmovilidad de nuestras instituciones, opciones apostólicas y modos de vivir.

98.-Exhortamos al asistente general para América Latina, como pre- sidente del CIDAL, y a los presidentes de las cuatro regiones del mismo, a que fomenten y promuevan, en diálogo con todos los interesados en ello, reuniones de grupos peculiares de acción apostólica (profesores de universidades, frailes que colaboran en los MCS, hermanos que ejercen el ministerio entre los pobres, etc.) para poner en práctica las opciones de la Orden en las circunstancias propias. Estos grupos hagan relación de sus aportaciones y logros ante sus comunidades y superiores mayores.

99.-Exhortamos además a los superiores mayores a que promue- van con frecuencia estos congresos para fomentar la comunión fraterna.

Ordenación

100.-Recordando la ordenación del Capítulo de Walberberg n. 78, or- denamos que todas las comunidades elaboren, al menos una vez al año,

su propio proyecto de vida y de accióil apostólica. Estos proyectos, pre- parados por todos, puestos en práctica y revisados, deben vivificar los valores de nuestro carisma y esforzarse en coordinar los proyectos de cada hermano con los de la comunidad. Este modo de proceder debe ponerse en los Estatutos de las Provincias, de las Viceprovincias y Vica- riatos.

Recomendaciones

101.-Recomendamos al asistente general para América Latina que sea el promotor infatigable de colaboración entre todos los frailes; esta colaboración puede hacerse de varios modos. Los programas concretos de colaboración, con especificación de prioridades, tiempos, personas, me- dios o subsidios económicos, serán objeto de estudio en los Congresos Regionales del CIDAL.

102.-Aumentando cada día el número y actividades de las religiosas en América Latina, encomendamos al Maestro de la Orden que estudie la posibilidad de instituir un coordinador y/o coordinadora de la Familia Dominicana, oyendo previamente el asistente para América Latina v las Federaciones Regionales de Religiosas.

103.-Con gozo y esperanza reconocemos el aumento de vocaciones, pero advertimos a la vez la escasez de medios y personas, para que pue- dan ser formadas en el propio contexto cultural.

Entre estas indigencias indicamos las siguientes:

- la escasez de formadores y de profesores; - diversas mentalidades en torno a la formación inicial e integral; - estancia de formandos en comunidades sin medios ni condiciones

aptas.

Existen además ciertos hechos negativos en la formación permanente:

- antes se pensaba que la formación se había acabado al concluir el ciclo institucional;

- el activismo y los oficios administrativos impedían con frecuencia el estudio asiduo.

Estos hechos negativos produjeron la insensibilidad de muchos frai- les frente a los cambios históricos y la negligencia del estudio y refle- xión, con lo cual no se llevó a cabo una asimilación de los aaggiornamen- tos» apostólicos.

Centros de reflexión y estudio fueron en esta región las primitivas co- munidades de la Orden. También ellas cultivaron animosas la participa- ción de los laicos. Tales centros fueron rápidamente convirtiéndose en estudio conventual o provincial, de los cuales tomaron en gran parte ori- gen las universidades latinoamericanas.

Recomendación

104.-Recomendamos que todas nuestras comunidades, locales o re- gionales, indaguen oportunamente los medios y modos de llevar a la prác- tica todos los pronunciamientos referentes al estudio y la formación, con- tenidos en los Capítulos Generales de Quezon City, Walberberg y Roma.

Exhortación

105.-Exhortamos a las Provincias, Viceprovincias y Vicariatos a que al menos mantengan un centro de estudios y de profesores, sin que los frailes, que prestan su labor en aquellos centros, descuiden el ministerio pastoral.

Comisión

106.-Encomendamos al asistente general para América Latina que:

a) promueva un grupo de frailes que, para utilidad de nuestras co- munidades regionales, convoquen y dirijan reuniones, cursos, etc., a fin de que se fomente la formación permanente de nuestros frailes;

b) busque la posibilidad de instituir un centro dominicano de estu- dios superiores en América Latina, consultado el asistente general para la vida intelectual. Tanto el grupo como el centro ofrezcan su servicio a todos los miembros de la Familia Dominicana 'O.

9. Ctr. Carta del MOP a los religiosos de América Latina con motivo del 5." Cente- nario de Fr. Pedro de Córdoba (ASOP, XLVII , 35-38).

10. CIDAL de Chile. 1983.

Exhortación

107.-Exhortamos a los superiores mayores de cada región del CIDAL a que convoquen reuniones de aquellos que cuidan la formación, o que se dedican a la formación, para tratar cuestiones comunes, sobre todo, el tema de la adaptación del Plan General de Formación -RGS- a aque- llas regiones.

Recotnendación

108.-Con insistencia recomendamos que la denominada formación inicial de los hermanos, aún cuando sea su número exiguo, sea realizada en la propia región y cultura. Por tanto, exhortamos a las Provincias, Viceprovincias y Vicariatos respectivos a que prosigan la búsqueda de los medios y modos más aptos de colaboración en este campo.

Exhortación

109.-Exhortamos a todos los hermanos, en especial, a los que aún siguen la formación inicial, que pongan empeño en estudiar la historia de nuestros frailes, para que encuentren en ellos el modelo dt: íntegra vida dominicana.

Recomendación

110.-Vivamente recomendamos a nuestros frailes que trabajan direc- tamente con los indígenas que, siguiendo el ejemplo de los primeros her- manos, aprendan las lenguas indígenas, conozcan las culturas y costum- bres locales, para anunciar de modo más apto el Evangelio en aquellas regiones.

Acción de gracias

111.-Con ocasión de haber sido aprobada la erección del Vicariato de América Central en Viceprovincia, el Capítulo General expresa sus más fervientes gracias a la Provincia de España por su fecunda labor en la implantación de la Orden en aquella región, así como en otras naciones de América Latina.

MISION DE LA ORDEN EN ASIA

I r z t roducción

112.-La Iglesia en los pueblos de Asia se ve afectada por algunas cir- cunstancias especiales. Es una Iglesia nueva, y porque no está todavía lo suficientemente enraizada en las culturas dc los iildígei-ias, es conside- rada por muchos como extranjera. Solamente pocos de entre su nume- rosa población son católicos, y aun entre ellos se dan diferencias muy importantes. La Orden en esas regiolirs se ve tambicn frente a situacio- nes, hasta ahora poco experimentadas. Sc nos pide, pues, una profunda conversión de mentalidad y el desprcndimiento de muchas cosas que de rintiguo hemos dado por supuestas; será actuando así como la misma Orden se renovará.

La mayor parte de Asia está bajo regímenes de seguridad nacional, de democracia programada, de gobiernos militares y de comunismo. Es- te mundo densamente poblado es arrolladoramente joven. En él las mu- jeres son oprimidas como inferiores. Gran parte de estos pueblos son pobres e ignorantes, lo que contrasta fuertemente con los presupuestos militares; son pueblos obligados a servir los intereses de gentes más ri- cas. La Iglesia local se siente grandemente afectada por estas circunstan- cias, así como por las tradiciones espirituales y por la herencia de sus propias y ricas culturas. Estas culturas, aunque muy antiguas, se encuen- tran también en proceso de evolución.

En tales circunstancias nos vemos llamados al diálogo con los indíge- nas, de modo que escuchándonos mutuamente aprendamos unos de otros, participando de las riquezas espirituales e intelectuales que cada uno de- be aportar. Los Hermanos Predicadores debemos manifzstarnos dispues- tos a escuchar a las grandes religiones de Asia, y, sobre todo, es vital que seamos conscientes del misterio de la Palabra de Dios, operante ya en- trz ellos. Nosotros también somos llamados a la conversión, a escuchar la Palabra de Dios en formas desacostumbradas; somos cambiados por aquellos con quienes tratamos, y cuando escuchamos a Jesús que nos llama en las Escrituras mediante circunstancias diversas. Esta escucha debe ser considerada como una cierta contemplación, en la que descii- brimos de un modo más pleno el sentido de cuanto acontece en el mun- do y de cuanto se hace en los distintos moviinientos de renovación ecle- siástica. Se trata de una contemplación a la escucha, que debe preceder a nuestra predicación y configurar el estilo de toda nuestra vida. Implica además el ailálisis profundo de las estructuras por las que se rigen nues. tra sociedad y la vida de los hombres, así como una investigación crítica sobre nosotros mismos, nuestras costumbres y nuestras estructuras.

Gran parte de Asia, bajo dominio de sistemas capitalistas o comunis- tas, se encuentra casi esclavizada, debido al gran abismo allí existente en- tre los más ricos y los más pobres, entre opresores y oprimidos. Dado que esto constituye una gran preocupación para nosotros, hacemos nues- tra la recomendación del Congreso de Madrid: «Consagrados a la verdad que nos hace libres, nos comprometemos a afrontar y denunciar las gran- des injusticias creadas por mentiras políticas y económicas. Adquirir y utilizar los instrumentos de análisis y de acción. De manera especial de- dicarnos a la causa de la paz por medio del desarmen (p. 203).

Finalmente, es necesario examinar de cerca qué es lo que debemos hacer en tales situaciones y la calidad del testimonio que debemos dar en favor de los pobres: ver si nuestro modo de vivir nos separa de ellos, si estimula o inhibe nuestra solidaridad con ellos.

113.-Ordenamos que los Priores Provinciales y Regioriales de la zo- na de Asia-Pacífico establezcan promotores locales de justicia, por la im- portancia especial del análisis social y la necesidad de coordinación.

Exhortaciones

114.-Ur~imos a los hermanos que trabajan en la zona de Asia-Paci- fico a que presten rigurosa atención a las declaraciones y prioridades es- tablecidas por la Conferencia Episcopal de Asia (FABC), especialmente a las que se refieren al diálogo con las grandes religiones de la región y a la solidaridad con los pobres.

115.-Urgimos a los hermanos que trabajan en Asia que analicen crí- ticamente su participación en cualquier sistema institucionalizado de educación («formal education,), no sea que tales sistemas mantengan y presten sus servicios solamente a una clase élite, que oprima y despre- cie a los pobres.

116.-Igualmente, les urgimos que ofrezcan su participación en la educación no institucionalizada («non-formal education~), porque tal edu- cación ofrece condiciones y oportunidades a los hombres que viven mar- ginados en la sociedad y que se han desarrollado menos, entre los cuales viviinos y con quienes frecuentemente compartimos la vida de una ma- nera directa.

Recomendaciones

117.-Recomendamos la erección de una comunidad internacional de hermanos en Corea, bajo la jurisdicción inmediata del Maestro de la Or- den o de alguna Provincia. Rogamos firmemente a los Provinciales que no pongan obstáculos a los hermanos que sientan tal vocación.

118.-Recomendamos al Maestro de la Orden que examine la posibi- lidad de erigir una comunidad de hermanos en Indonesia.

Declaración

119.-Recordamos que, en el origen de su historia, la Universidad de Sto. Tomás de Manila nació para evangelizar a los pueblos de Asia y que de entre sus profesores y alumnos surgieron heroicos predicadores del Evangelio, que se encuentran en el número de nuestros mártires de Chi- na, Japón y Vietnam. Es nuestro más firme deseo que la Universidad de Sto. Tomás de Manila asuma también verdaderamente en nuestros tiem- pos el notable y valiente esfuerzo en la evangelización de los pueblos de Asia.

Recomendación

120.-Recomendamos que el «Instituto de Religiones y Cultura Orien- tal. de la Universidad de Sto. Tomás de Manila preste plenamente su servicio a las iglesias locales de Asia, enriqueciéndolas con hombres y mujeres convenientemente formados, expertos en el diálogo y en el tes- timonio de vida.

121.-Declaramos que el Maestro de la Orden, Fr. Vicente de Coues- noigle, después de haber coilsiderado atentamente el asunto y con el con- sentimiento del Consejo Generalicio (LCO 257), erigió formalmente la Vice-Provincia de Pakistán el día 4 de diciembre del año 1982, bajo el pa- trocinio de Ibn-e-Mariam (Hijo de María).

122.-Traemos a la memoria el núm. 42 del Capítulo de Walberberg: «Desde el siglo XVI, la Orden de Hermanos Predicadores ejerció ac-

tivamente el apostolado en el vasto territorio de China. A través de la Provincia de Ntra. Sra. del Rosario, fundada para las

misiones del Extremo Oriente, voluntarios procedentes de distintas na- cionalidades, trabajaron ininterrumpidamente por más de tres siglos en China.

Más tarde se incorporaron a ese apostolado de evangelización las Pro- vincias de San José en los Estados Unidos de Norteamérica y la de Teu- tonia en Alemania.

La Orden fecundó la iglesia de China con la sangre del primer már- tir, Bto. Francisco de Capillas, y le dio el primer obispo nativo, Fr. Gre- gorio Lo.

Cuando en 1950, debido a los cambios de signo político, se prohibió la obra de evangelización en China, las fuerzas de la Orden allí existen- tes se trasladaron a otros campos, concentrando la actividad, entre otros lugares en Taiwan y Hong Kong. En Taiwan existen ahora un Vicariato General, dos Vicariatos Provinciales y varias Congregaciones Femeninas de la Familia Dominicana.

A través de los contactos públicos que empiezan a reanudarse, se ha sabido que, en circunstancias dificilísimas, ha existido y existe una comu- nidad cristiana, activa y ferviente, en toda la China continental y, espe- cialmente, en el territorio que en otro tiempo estuvo encomendado al cui- dado de nuestros hermanos:

Desconocemos lo que deparará el futuro y la incidencia que los cam- bios sociopolíticos tendrán en las posibilidades evangelizadoras; existe, no obstante, la esperanza fundada de que las puertas de China se abrirán de nuevo, con la ayuda de Dios, a la obra de la evangelización.

El Capítulo General de Walberberg declara que es la intención de la Orden el reanudar la labor histórica y evangelizadora entre el noble pue- blo chino tan pronto como las condiciones se tornen favorables.

Consiguientemente, exhortamos a las Provincias y a los religiosos a que tomen conciencia de esta intención, a fin de que se inicie una prepa- ración remota que nos prepare y capacite para reanudar esa obra evan- gelizadora cuando la hora determinada por Dios llegue para China».

ORGANIZACION DE LA ORDEN

Introducción

123.-Conscientes de que la acción misional de la Iglesia se dirige a que los fieles y la vida cristiana se inserten en la iglesia local y en la cul- tura propia se enraícen y crezcan (Cfr. LCO 108, 11); conscientes, asimis- mo, de que esta acción misionera nos mueve a promover y fomentar el crecimiento de la Orden en la iglesia local, de modo que la responsabili- dad y dirección de la Orden local pasen a miembros propios («Lo más pronto que se pueda, promuévanse las vocaciones dominicanas, a fin de que sea estable la implantación de la Orden y pueda erigirse y tener vida una Provincia Autóctona~, LCO 119, 111); queremos clarificar, en cuanto la diversidad y movilidad de nuestras acciones misioneras lo permitan, los criterios y estructuras acomodadas para conseguir tal fin y observar los estadios diversos y subsiguientes en el proceso evolutivo.

El estadio primero es la erección del Vicariato Provincial, cuando unos pocos frailes son enviados por la Provincia de origen a iniciar la presen- cia y el ministerio de la Orden en la región particular o nación, con es- tatuto elaborado por el Vicariato y aprobado por el Capítulo Provincial para el gobierno de ese primer estadio. Están previstas las estructuras incoativas y elección del superior (Cfr. L.CO 389).

El estadio segundo es el Vicariato Regional, que presupone un mayor número de miembros y la vida de comunidad está provista según LCO

119. En este estadio se dispone de una autonomía limitada; se han reco- nocido ciertos derechos y obligaciones del Vicariato, con una real depen- dencia, aunque disminuida, de la Provincia de origen. -

El estadio tercero es la Vice-Provincia. Se exige mayor número de frai- les, la vida común se ha incrementado con alguna evolución y esperanza fundada de crecer en Provincia Autóctona. En este estadio se accede a todos los derechos y privilegios de Provincia, excepto la igualdad de re- presentación en los Capítulos Generales, según LCO 257.

Un estadio singular en este proceso para atender a circunstancias pe- culiares es la erección del Vicariato General bajo la autoridad inmediata del Maestro de la Orden. Tal estadio parece estar dispuesto para resolver dos necesidades particulares, cuales son:

a) fomentar la presencia visible y el incremento de la vida regular dominicana de los indígenas;

b) conseguir mayor unidad en la acción misionera.

Como las circunstancias adaptadas a este estadio son varias y excep- cionales, consentimos que tal decisión sea dejada al juicio prudente del Maestro de la Orden según la norma de LCO 257, 11.

Nuestras Constituciones reconocen también la necesidad de alguna otra acción misionera en regiones en que la Iglesia y nuestra Orden es- tán presentes, pero que no pueden satisfacer todas las necesidades mo- dernas de evangelifiación en aquellas regiones (Cfr. LCO 108, 11). De ese modo, vemos la conveniencia de la presencia de Vicariatos para servir a la iglesia local, aunque ya existan Provincias de la Orden. Los fines de esos Vicariatos, su relación con la Provincia local y entre sí, no son tan distintos en la mente de los frailes como los estadios para insertar o pro- mover nueva Provincia. Tales Vicariatos, de hecho, se incluyen en nuestra legislación, pero notamos que sus particulares circunstancias requieren atención especial del próximo Capítulo General.

También queremos evocar algunos aspectos peculiares de nuestras estructuras misioneras, en su gran parte incluidos en peticiones enviadas al Capítulo General, que son de gran interés para promover nuestro fin misional, los cuales o no han sido tratados suficientemente en los Capí- tulos Generales anteriores o no se han adaptado a nuestras reglas y nor- mas. Urgimos a todos los frailes, sobre todo a los que tienen el cuidado de las cosas misionales, a impulsar el progreso de tales aspectos y a cum- plir nuestras leyes (LCO 393-395). Téngase presente por ello que el Maes- tro de la Orden habla en nombre de nuestros Capítulos Generales, cuan- tas veces promueva y urja el cumplimiento de estas normas.

Recordamos a los frailes que la cooperación no sólo hace más efica- ces nuestros trabajos, sino que conduce también a la unidad, que será necesaria en una Provincia Autónoma nueva.

Son muchas y variadas las formas de tal cooperación. Por ejemplo: - cooperación de dos o más Vicariatos en la misma región o nación; - cooperación de los Vicariatos con la Provincia en cuyo territorio

están situados; - cooperación de la Provincia de origen con los Vicariatos; - cooperación de las Provincias de origen que tienen Vicariatos en

la misma región; - unificación de Vicariatos convergiendo en el mismo tiempo y lu-

gar para promover nuestro fin.

Y los principales intereses referentes a una Provincia Indígena, Au- tóctona y Autónoma, son: . .

- radicación cultural de nuestra vida y ministerio en la iglesia local; - promoción y formación de vocaciones dominicanas indígenas pa-

ra servir a su iglesia local; - introducción de dominicos indígenas en los diversos aspectos de

la vida religiosa y ministerios, incluidos administración y gobierno; - formación de comunidades dominicanas compuestas preferente-

mente por indígenas, para que en ellas se manifiesten más las vo- caciones nativas, se reafirmen y se promuevan.

Por fin, en estos tiempos señalados por una mayor coilciencia e im- portancia de la misión universal de la Iglesia, nos parece que la Orden debe oír las voces de los frailes indígenas y de nuestros valientes misio- neros que pueden dirigir la marcha de iiuestro caminar. Sin duda, la Or- den se compone de las Provincias existentes; pero siempre vivimos con la actual expectativa de nuestras «provincias en devenir». Por lo cual que- remos proveer de representación proporcoinada a esta parte de la Or- den, aún en proceso de devenir, en los Capítulos Provinciales y Generales.

Y con esta perspectiva, rogamos finalmente a todos que comprendan y cumplan las actas de este Capítulo y aun de los Capítulos Precedentes para promover nuevas estructuras y nuestro fin misionero.

Comisión

124.-Considerada la petición de los frailes que trabajan en América Central, encomendamos al Maestro de la Orden con su consejo que, te- niendo en cuenta las condiciones de aquella región, erija la Vice-Provin- cia en América Central.

Recomendación

125.-Exhortamos al Maestro de la Orden y a los frailes que traba- jan en el Caribe que promuevan una mayor asociación en el trabajo e instituyan nuevas formas de organización, incluso jurídicas, entre los re- ligiosos de aquella región.

Comisión

126.-Encomendamos al Maestro de la Orden que instituya una Cc+ misión para clarificar la situación de los hermanos cooperadores en la Orden. A ella sean convocados también algunos hermanos cooperadores.

Confirmación

127.4onfirmamos la aprobación n. 267 hecha por el Capítulo de Wal berberg (y ésta tiene tres capítulos).

CONVENTOS E INSTITUCIONES BAJO LA JURISDICCION INMEDIATA DEL ;MAESTRO DE LA ORDEN

Recomendaciones

128.-Todos los conventos e instituciones bajo la jurisdicción inme- diata del Maestro de la Orden, es decir:

a) Convento de Sta. Sabina (Roma), Convento de Sto. Domingo y San Sixto (Roma), Convento de San Esteban Protomártir (Jerusalén), Convento de Sta. María la Mayor (Roma), Convento de San Alberto Magno (Friburgo de Suiza), Convento de Sto. Tomás de Aquino (Manila), Convento de San Buenaventura (Grottaferrata);

b) Curia Generalicia, Universidad Pontificia de Sto. Tomás de Roma, Escuela Bíblica («Ecole Biblique~), Colegio de la Penitenciaría Apostólica, Facultad Teológica de la Universidad de Friburgo, Universidad de Sto. Tomás de Manila,

Comisión Leonina, Instituto Histórico, Instituto Litúrgico,

han de ser considerados como patrimonio destinado al servicio de toda la Orden, y por ello deben ser ayudados por todas las Provincias y Vica- riatos de la Orden (Walberberg n. 44), de manera muy especial ofrecien- do peritos destinados a ellos y con aportaciones económicas para este fin.

129.-Todos estos Conventos deben ser ante todo comuriidades de frai- les destinadas por la Orden a ejercer funciones específicas de apostolado dominicano y no solamente residencias de profesores y científicos que trabajan en una institución; por lo tanto, se ha de guardar especialmente cuanto está previsto en las Constituciones en torno a la vida conventual y la observancia regular. Sus frailes, pues, constituidos r,n comunión fra- terna han de esforzarse en llevar una vida 'humana y grata, descollando por su modo de vida y conversación dominicana. Los institutos antes mencionados deben dar testimonio de que nuestro apostolado emana de la consagración religiosa y de la vida de oración y estudio.

Ordenaciones

130.-1. Para que se promueva más eficazmente la cooperación en- tre las Provincias y dichas entidades, institúyase un Comité formado por representantes de las mismas que, bajo la presidencia de un fraile dele- gado por el Maestro de la Orden, exavnine en los distintos casos las exi- gencias de esas entidades, elabore con la frecuencia que estime oportuno un programa para el período próximo y proponga soluciones, dando co- nocinziento de ello a cada una de las Provincias.

11. Las Provincias y Vicariatos pongan a disposición de ellas algunos frailes según las exigencias de las distintas entidades y conforme a las normas concertadas por el Maestro de la Orden con los Priores Provin- ciales (Walberberg, n. 44).

131.-Las Provincias que cedan frailes a esas entidades, para hacerlo más gustosamente, reciban compensación equitativa para sus estudian- tes, v. gr., percepción de subsidios (becas de estudio), disminución del precio de la pensión o de las tasas de inscripción.

132.-Los frailes que trabajan con plena dedicación en dichos Insti- tutos, estén de ordinario asignados en los conventos correspondientes o en conventos próximos. Y la asignación de los frailes al convento bajo inmediata jurisdicción del Maestro de la Orden hágase según normas pe- culiares, concertadas entre el Maestro de la Orden y los Priores Provin- ciales para proteger sus propias exigencias (v. g., renta a la Provincia, tiempo de vacación, colaboraciones en la propia Provincia, etc.).

133.-Los frailes que no ayudan con plena dedicación a estas entida- des, permanezcan asignados en la propia Provincia o Vicariato; y sean reguladas las modalidades de su cooperación, que ha de confirmar el Maestro de la Orden.

134.-Los frailes asignados en estos conventos reciban las mismas atenciones y trato humano que el previsto en los demás conventos de la Orden (Cfr. LCO 337), sobre todo, en casos de enfermedad o de dificultad psicológica.

135.-Los frailes asignados en los conventos bajo inmediata jurisdic- ción del Maestro de la Orden reserven prioridad absoluta a su propia función, y no acepten fácilmente otros ministerios ni los asuman sin li- cencia del respectivo superior. De los aceptados por cualquier título den cuenta al propio Superior según nuestras Constituciones.

136.-Todos los frailes que se asignen a conventos bajo la inmedia- ta jurisdicción del Maestro de la Orden, sean asegurados con los seguros de enfermedad y de vejez según las determinaciones de la ley propia de cada nación (Walderberg n. 159 extensión de la ordenación).

137.-Las referidas entidades tengan casa apta para los frailes jubi- lados allí asignados que, a juicio del Maestro de la Orden y del Prior Pro- vincial, no pueden volver a la propia Provincia y no están necesitados de cuidados médicos especiales.

138.-Los frailes asignados a estos conventos cuando alcancen edad provecta y no puedan ejercer ya la propia actividad: a) sean invitados fraternalmente a volver con agrado a su propia Provincia; b) retírense a otro lugar, con el consentimiento del propio Provincial; c) si esto no fue- ra viable, en cuanto a la posibilidad de permanecer en el propio convento de asignación, resuélvase el problema entre el Maestro de la Orden y el respectivo Prior Provincial con su consejo, oído el fraile interesado (Cfr. Walberberg n. 146 c).

139.-Para los conventos existentes en Roma bajo dicha jurisdicción propia, el Maestro de la Orden delegue a un fraile de nacionalidad italia- na el cual, salvada nuestra legislación (LCO 436, 1; 580), gestione conve- nientemente el asunto según las leyes civiles de la República y cuide de obtener los auxilios y subsidios previstos por la misma legislación para la manutención extraordinaria de los mismos.

B) DISTINTAS CASAS E INS1TTUTOS

1. Convento de Sta. Sabina - Curia Generalicia

140.-E1 convento de ~ ' t a . Sabina se reconoce como casa del Maestro de la Orden, de sus asistentes, oficiales y adscritos que trabajan al servi- cio de toda la Orden.

Para que en él pueda desenvolverse la vida regular con toda armonía fraterna, organícese al modo de una casa prioral, bajo un vicario del Convento instituido por el Maestro de la Orden, oído el capítulo conven- tual; las respectivas funciones de todos los oficiales del convento sean claramente determinadas y sus competencias bien delineadas.

Todos los frailes allí asignados dependen del Maestro de la Orden y de los organismos de la Curia en cuanto a las funciones especiales a ellos encomendadas; en lo demás están sometidos al vicario conventual.

Recomendación

141.-1) Aprobando y elogiando los esfuerzos realizados ya en el per- feccionamiento de los servicios y demás estructuras de la casa, recomen- damos la prosecución de los mismos con el auxilio de la Orden.

11) Por ello mandamos al Vicario conventual con su consejo. que tra- bajen por hallar los medios más aptos para que las rentas e ingresos del convento vayan en aumento y no se agrave demasiado en el decurso del tiempo la economía de la Orden.

Agradecimiento

142.-Reconociendo grandemente la obra realizada por Fray Bernar- do Scammacca para el bien de la Orden en la restauración de los edifi- cios de la Curia y Basílica de Santa Sabina, le damos las gracias de todo

corazón, deseando ,que pueda proseguir este tipo de tareas durante mu- cho tiempo.

2. Convento dc Santo Domingo y San Sixto - Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino en Roma (PUST, «Alzgelicu~z»)

143.-Reconociendo los esfuerzos verdaderamente notables que, des- de hace dos Capítulos Generales, la Orden ha puesto en da organización y progreso de las condiciones de vida tanto del Convento como de la Uni- versidad, reiteramos las medidas que, especialmente en el Capítulo de Walberberg n. 129 se han propuesto y declarado, y exhortamos a prose- guirlas con todo empeño en la misma línea.

144.-Para que la vida religiosa y convivencia fraterna prosigan con entera armonía, recordamos la Institución de la Comisión Interna para la coordinación de la vida del Convento y la Universidad, ordenada ya por dos Maestros de la Orden (Cfr. la decisión del Consejo Generalicio del 24 de julio de 1974, Prot. n. 740730/PI y conclusiones de la visita ca- nónica del último Maestro de la Orden), esperando vivamente que sea puesto en práctica lo antes posible. La Comisión establezca cuanto antes las normas para cumplir su función que, aprobadas por el Maestro de la Orden, sean aplicadas fielmente.

145.-Asimismo, apreciando debidamente el gran «servicio» de esta Casa y de la Universidad en pro de la formación religiosa de los estu- diantes, queremos que se abra plenamente esta posibilidad de aprove- char el mismo a todas las Provincias de la Orden. Por ello recomendamos que continúen con mayor desarrollo los intentos ya iniciados y se creen las condiciones para que pueda constituirse, junto a dicha Universidad, una Comunidad de frailes en la que los estudiantes ya profesos solemnes, provenientes de las diversas Provincias, puedan cultivar la vida religiosa adaptada a su estado, conforme a las normas de nuestras Constituciones (Cfr. LCO n. 221 SS.), salvo casos concretos de peculiares excepciones a juicio de los superiores.

146.-Alabando y aprobando el Directorio para la PUST establecido en el Capítulo General de Walberberg n. 141, deseamos vivamente que se prosiga en la misma labor, pero en coordinación con el Cumité de que se habló antes (Cfr. Normas comunes, 3, 1) y con la Comisión Interna ins- tituida según el n. 144.

Ordenaciones

147.-Ordenamos que el Convicto Internacional de Sto. Tomás (Ro- ma, Via degli Ibernesi, 20) y los edificios anejos a la Universidad (de Lar- go Angelicum l / a y Via Panisperna, 167) cuanto antes sean agregados al convento de Santo Domingo y San Sixto y puestos al servicio de la PUST (cfr. Walberberg n. 156). El destino de los ,mismos sea determinado por la Comisión Interna de coordinación, de la que se habla antes, en el n. 144,

148.-Traemos a la memoria y confirmamos las ordenaciones del Ca- pítulo General de Walberberg nn. 134-140; 145.

3. Convento de San Esteban en Jerusalén - aEcole Bibliquem

Denunciación

149.-Denunciamos que el Decreto por el que la Sede Apostólica otor- gó la posibilidad a la Escuela Bíblica de Jerusalén de conferir el docto- rado en Sagrada Escritura, reconoce ampliamente la calidad científica de la Escuela cuyo prestigio es universalmente celebrado y el eminente servicio que presta a la Iglesia.

Recomendaciones

150.-Nos es grato recordar que la misma Escuela, por pacto estable- cido con las Facultades Teológicas (de confesión católica y protestante) de la Universidad de Estrasburgo, puede conferir en adelante el doctora- do del denominado «tercer ciclo, en Sagrada Teología (con la llamada especialidad de Sagrada Escritura).

151.-Deseamos que se estudien las resoluciones de alguna Conven- ción por la que se concedía a los candidatos presentados por la PUST la posibilidad de estudiar en la 'Escuela Bíblica y de conseguir allí el grado de doctorado en «Teología Bíblica».

Exhortaciones

152.-Exhortamos a los Priores Provinciales que, los frailes destina- dos a realizar estudios superiores en doctrina bíblica, sean dirigidos a la Escuela Bíblica.

153.-Vistas las dificultades económicas que afligen a la Escuela Bí- blica en las actuales circunstancias, pedimos que toda la Familia Domi- nicana preste el conveniente auxilio.

4. Co~zvento de Sta. María la Mayor - Colegio de la Penitenciaría Apostólica

154.-Reconociendo que el sacramento de la Penitencia y su adminis- tración es un lugar eminente de la predicación de la Palabra y ministerio muy coherente con el carisma de la Orden (Cfr. LCO 105, 111), con todo interés deseamos que el Maestro de la Orden ponga solícito cuidado en la elección de frailes idóneos que han de destinarse allí, los cuales han de esmerarse en administrar el sacramento según los criterios renovados del Vaticano 11.

Recomendaciones

155.-Atendiendo a la última parte de la recomendación de Walber- berg, n. 47, encomendamos al Maestro de la Orden que obtenga de la Santa Sede un contrato temporal sobre esta penitenciaría; al Capítulo General incumbirá hacer la revisión de tal contrato en el marco de la planificación de toda la Orden.

156.-Encomendamos al Maestro de la Orden que promueva una ac- ción de consenso fraterno entre la Provincia Romana y los frailes de la Penitenciaría Apostólica, por el cual estos puedan gozar de condiciones favorables que satisfagan sus necesidades.

5. Convento de San Alberto Magno (Albertinum) - Facultad Teológica de la Universidad de Friburgo en Suiza

. . . . . . . ,

Denunciación

157.-Los obispos de Suiza, como también el gobierno del Cantón de Friburgo, desean que la Orden prosiga en el ejercicio de su función en la Facultad Teológica de la Universidad de Friburgo. Por eso, en la ac- tualidad está en trámite la renovación del contrato sobre tal encargo a la Orden .

Recomendaciones

158.-E1 Capítulo General postula que, salvadas las disposiciones de dicha Universidad, el contrato, que confirme al Maestro de la Orden en la función de Gran Canciller, se redacte de tal manera que se establezcan eficazmente y sin impedimentos la responsabilidad, ya bastante onerosa, que ha de ejercer la Orden, sobre todo, en nombramiento de profesores.

159.-Para que la función de Gran Canciller del Maestro de la Orden mantenga todo su peso en la Facultad Teológica de dicha Universidad, se ha de mantener una presencia válida de profesores de la Orden en la misma Facultad.

160.-En dicha función es preciso que atienda no sólo a los profeso- res que residen en el «Albertinum», sino también a loc que >moran en otros conventos de la Provincia de Suiza, sobre todo, en el convento de San Jacinto de Friburgo.

6. Convento y Universidad de Santo Tomás de Aquino de Manila (UST - Manila)

Recomendación

161.-Recomendamos que prosiga y se promueva la mutua compren- sión y colaboración entre las Provincias de Ntra. Sra. del Rosario y de Filipinas, sobre todo, en la revisión de los Estatutos de la Corporación y de la Universidad de Sto. Tomás y que el Provincial de Filipinas cuide de preparar los medios suficientes y la formación de profesores, de modo que en un tiempo oportuno, según el parecer del Maestro de la Orden

con su Consejo, pueda asumir la plena gestión de d i ~ h a Universidad, sal- vo la autonomía jurídica y la vida dominicana.

Así, pues, rogamos vivamente que la Provincia de Filipinas intensifi- que su presencia en la Universidad aumentando el número de profesores y de oficiales para que pueda encomendarse a la misma Provincia mayor responsabilidad en la ordenación de los negocios de la Universidad.

7. Convento de San Buenaventura y Sto. Tomás de Grottaferrata - Comisión Leonina

162.-Felicitamos a los frailes de la Orden Franciscana y de la Nues- tra por su fraterna convivencia y religiosa unión, que enaltece su vida en la misma Casa.

163.-Con gozo damos gracias y felicitamos a la Comisión Leonina, a la que incumbe la edición crítica de las obras de Sto. Tomás de Aquino. El fruto de sus trabajos, tan elogiados por todos los que se ocupan en estas investigaciones científicas, es de sumo honor para nuestra Orden.

164.-Si bien queremos que la Comisión sea continuamente ayudada por investigadores laicos, cuya colaboración nos es muy grata y de suma importancia, exhortamos no obstante a las Provincias a prestar ayuda en el trabajo de los frailes de la Comisión, de los modos siguientes: '

a) Susciten sucesores que han de reemplazar a los miembros de la Comisión ya provectos. Porque varios de sus miembros, sobre todo de Europa, se acercan a una edad en que no podrán ejercer la actividad profesional. Para encontrar sucesores, no es necesario recurrir de mo- mento a peritos ni tampoco a jóvenes recién terminados los estudios ins- titucionales. A la Comisión pueden ayudarla agregando estudiosos de media edad con facultades para entender la paleografía del latín medie- val y dispuestos a dedicarse con un estudio asíduo y metódico. Para pres- tar una labor fructuosa en la Comisión, deben tales estudiosos pasar un año de preparación.

b) Una gran ayuda se daría a la edición de las obras de Sto. Tomás si las comunidades e instituciones de las Provincias se obligaren de ante- mano a comprar las obras mediante una suscripción permanente a to- das ellas.

8. Edificios del Convicto Internacional de Sto. Tomás en Roma

165.-Véase Ordenación núm. 147.

9. Instituto Histórico

Congratulaciones

166.-Felicitando a los frailes del Instituto Histórico por su plan y fraterna integración en la comunidad de Sto. Domingo y San Sixto, de- seamos su incorporación a la PUST como Instituto de Investigación y Di- fusión Histórica de la Orden y de su Espiritualidad y de las figuras ilus- tres que resplandecieron en el dominio de la cultura y tradición doctri- nal de nuestra historia.

167.-Felicitamos a los frailes del Instituto Histórico por la labor tan meritoria que hasta ahora {han realizado. De una manera especial expre- samos nuestra gratitud al P. 'Fhomas Kaeppeli, hijo de la Provincia de Suiza, y modelo ejemplar de investigación, que durante muchos años di- rigió y animó el Instituto. Su memoria esclarecida pasará a la posteridad junto a su obra, Scríptores Ordinis Praedicatorunz Medii Oevi.

Recomendaciones

168.-Recomendamos al Instituto que amplíe sus relaciones con cen- tros similares de las Provincias como ya postulaba el Capítulo de Que- zon City (n. 106), y asimismo con peritos en historia de la Orden.

169.-De igual modo es conveniente que se prosigan los intentos pa- ra llevar a término el estatuto de los miembros del Instituto y así se con- solide la continuación de esta investigación histórica en la Orden (sobre esto Cfr. Ordenación n. 133).

10. Instituto Litdrgico

Ordenación

170.-Ordenamos que el Instituto Litúrgico sea tenido como sección del Instituto Histórico, en la parte referente a investigacioces científicas de la Liturgia de nuestra Orden. Pero en lo referente a la promoción de la Liturgia y vida de oración, llevando a la práctica el deseo del Capítulo

General de Madonna del Arco n. 16, mandamos al Maestro de la Orden que promueva los trabajos de esta Comisión.

Congratulación

171.-Apreciando en gran manera los trabajos del Instituto Litúrgico desarrollados hasta el presente, expresamos nuestro sincero agradeci- miento al P. Ansgar Dirks, presidente del mismo Instituto.

Denunciaciones

172.-Denunciamos que el P. Vicente Romano, Prior Provincial de la Provincia de Sicilia y responsable de las Ediciones Litúrgicas de la Or- den, ha presentado relación del trabajo elaborado, junto con el P. Do- mingo Dye, prior del convento ,de Santiago de París, de la edición del Propio de los Santos y Beatos, Liturgia de las Horas, Suplemento del Misal y el Leccionario, que (fue aprobada por el Capítulo General.

A ellos y a los numerosos frailes y hermanas que con su competen- cia han merecido tanto en esta labor, agradecemos vivamente su cola- boración.

173.-Denunciamos que la Comisión VI1 oyó a los siguientes herma- nos representantes de las casas e institutos bajo inmediata jurisdicción del Maestro de la Orden:

Sta. Sabina: Gallego, J . J.; Blanco, P. Albertinum: Hertz, A.; Pinto de Oliveira, C.; Poffet, J. M. S. S. Domingo y Sixto PUST: Conus, H. T.; Wojcieo~howski, N.; Sal-

guero, J.; Gayo, J. UST-Manila: Castillo, N.; García Extremeño, C. Ecole Biblique: Refoulé, A. Convictus Int. S. Thomae: Urru, A. Comisión Leonina: Wallace, W. A. Sta. María la Mayor: Giraudo, M.; Bednarski, F.,

y que ha celebrado además consultas con las Comisiones VI11 y XVI.

POLITICA CULTURAL DE LA ORDEN

A) INTRODUCCI~N AL TEXTO DE ESTUDIOS

174.-Las Actas del Capítulo de Walberberg (n. 103 y SS.) contienen abundante material, muy bien tratado, con orientaciones que siguen sien- do válidas sobre el estudio en la Orden, la actual situación y las difíciles cuestiones doctrinales de hoy. Aconsejamos a los religiosos que sigan te- niendo en cuenta esos documentos, en particular todo lo que se refiere a nuestra motivación para el estudio y la finalidad apostólica del mismo. «Allí donde el anhelo de predicar es flojo entre nosotros, resulta casi im- posible promover la vida de estudio. Las dificultades que ahora encon- tramos en todas partes en relación con el estudio y la formación perma- nente proceden en buena parte de esa debilidad en la inotivación. Está claro que no basta cualquier motivación apostólica. Nuestra predicación compete a quienes «se dedican especialmente dentro de la tradición de la Orden a cultivar la inclinación de los hombres a la verdad» (LCO, 77 par. II), «para lo cual se requiere necesariamente el estudio» (W. 103, 2).

Está bien claro que entre nosotros el estudio y la misión, el conoci- miento profundo de la Palabra de Dios y su proclamación están íntima- mente relacionadas. Teniendo en cuenta las prioridades que han pro- puesto los últimos Capítulos Generales, sobre todo la importancia que ha adquirido nuestro compromiso con la promoción de la justicia, los re-

ligiosos no deben pensar que con esta insistencia estamos echando en el olvido nuestra misión doctrinal. En realidad se trata de formas peculia- res de testimonio y de proclamación del Evangelio, que cobran hoy un carácter más urgente. Y del mismo modo, que cualquier otra forma de trabajo apostólico, para el que debemos estar dispuestos conforme a las exigencias de lugares y tiempos, también esas prioridades hay que ejer- cerlas en conformidad con nuestro carisma dominicano, es decir, desde un riguroso análisis crítico y profunda investigación, realizando un es- fuerzo especial muy serio para ver con claridad y ponderar los resulta- dos, las circunstancias, las dificultades y esfuerzos que llevan siempre los caminos nuevos, que transformamos en medios de mayor penetración y de anuncio del misterio cristiano. Como todos nuestros modos de apos- tolado también nuestro deber de promoción de la justicia requiere mu- cho estudio. Tenemos que encontrar el estilo dominicano en esta gran tarea por la causa de la justicia, como ya hemos conquistado un estilo de predicación, y da hacer catequesis o teología.

Por cuanto nuestro estudio se ordena al servicio de ia misión, de la predicación y de las prioridades propuestas en Walberberg, es necesario contar con algunos esquemas de organización, ya se trate de la iniciación al estudio, estudios institucionales, ya tratemos de la investigación y de la formación permanente. En este sentido se trató en Walberberg de la

cultural de la Orden, y en este sentido principalmente se entien- de aquí esta expresión. Comenzamos por hacer algunas notificaciones y luego nos ocuparemos de los estudios institucionales, de la investigación, bien se refiera a cada una de las Provincias, o a toda la Orden.

175.-Notif icación con exhortación.

Leemos en la relación del asistente para la vida intelectual de la Or- den: «En diez Provincias no hay centro de estudios institucionales, del cual se habla en las Actas de Quezon City (n. 85, 111, 6-7), y cuya legisla- ción se ha propuesto en Walberberg (n. 227). En 33 Provincias hay cen- tros de estudios diversos, desde los que sólo tienen un escaso número de profesores y de estudiantes con muy poca actividad intelectual en co- mún, hasta los que tienen plena autonomía y son facultades que confie- den títulos académicos. Algunos de estos centros aumentan el número de

sus cursos, otros en cambio los disminuyen conforme a las exigencias del momento. Esta adaptabilidad de nuestros centros para ampliar y pa- ra disminuir conforme a las circunstancias es útil. Hay indicios de que en nuestros centros se atiende ahora mejor a la formación filosófica, pe- ro no está claro que la teología sistemática haya adquirido hoy mayor solidez que hace cinco años. Todos nuestros centros hacen esfuerzos por introducir a alumnos en el estudio de las obras de Santo Tomás, pero en general aún se está en la búsqueda de un método apropiado..

Por todo ello, exhortamos a nuestros hermanos que tengan muy en cuenta todo lo referente al centro de estudios institucionales, incoado en el Capítulo de Walberberg y aprobado en este de Roma (W. 227-228).

Denunciaciones

176.-Notificamos que el asistente general para la vida intelectual, Fr. Liam Gerard Walsh, presentó al Capítulo una relación crítica de la situa- ción de los estudios en la Orden, y que el Capítulo, después de un atento examen, la aprobó y la tuvo en gran estima.

177.-Notificamos que la Comisión Capitular de la política cultural de la Orden examinó la relación de los moderadores de los centros de estu- dio y de investigación, bajo la jurisdicción inmediata del Maestro de la Orden, y oyó a los siguientes relatores:

-al presidente de la Comisión Leonina, Fr. William Wallace, . .

-al director del Instituto Histórico de la Orden, Fr. Raymond-M. Creytens,

-al director de la «Escuela Biblica de Jerusalems, Fr. Francisco Rdoulé,

-al rector de la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Roma, Fr. José Salguero,

-al prior del convento «Albertinum» y profesor de la Universidad de Friburgo, Fr. Anselmo Hertz,

-al rector de la Universidad de Santo Tomás de Manila, Fr. Nor- berto Castillo.

178.-Notificamos que la Facultad de Filosofía de la P.U.S.T. de Ro- ma, con ocasión de su primer centenario (1982), celebró un Simposio de Filosofía. Queremos agradecer de corazón el trabajo de nuestros herma- nos tanto en la preparación cuanto en la asistencia y celebración de este

Simposio, al mismo tiempo que estimamos en mucho el testimonio que esta reunión ha dado como prueba del puesto que la filosofía ocupa en la vida intelectual de la Orden.

179.-Con gusto notificamos que el P. Bernardo Olivier, asistente pa- ra la vida apostólica de la Orden, cumplió con fidelidad el encargo del Capítulo de Walberberg (n. 125) congregando un equipo de religiosos do- minicos, peritos en filosofía política, procedentes de distintas regiones de la tierra para examinar en Ginebra (Suiza) el influjo del marxismo en el mundo actual, en el cual se ejerce la misión de la Orden, teniendo en cuenta diversas perspectivas y las cuestiones más disputadas.

180.-Notificamos que en el nuevo Código de Derecho Canónico se re- comienda de modo explícito a nuestro hermano Santo Tomás, como Maes- tro en la penetración de los misterios de la salvación (can. 252, par. 111).

181.-Notificamos que el Maestro de la Orden y el Prior Provincial de la Provincia de Sto. Tomás en Italia han firmado un acuerdo con el Arzo- bispo de Bari y con la Conferencia Episcopal de Apulia, relativo a la ges- tión de la Sección de Teología Ecuménico-Patrística Griego-Bizantina de San Nicolás de Bari, y que el acuerdo fue aprobado por la Sagrada Con- gregación para la Educación Católica el día 11 de febrero de 1982 por siete años y «ad experimentum~.

182.-Estos son los nombres de los Maestros en Sagrada Teología, de los cuales se trata en LCO, 97, 5 1, 4P:

Fr. Esteban Gómez, España. Fr. José Salguero, España. Fr. Michel Labourdette, Tolosa. Fr. Raymond Tournay, Francia. Fr. Dominique Barthelemy, Francia. Fr. Benedetto Prete, U. Lombardia. Fr. Benedetto dlAmore, Santo Tomás de Italia. Fr. Gerbert Meyer, Teutonia. Fr. Kenelm Foster, Inglaterra. Fr. Marceliano Llamera, Aragón. Fr. Piet Dunker, Holanda. Fr. Leonard Boyle, Irlanda. Fr. Colman O'Neill, Irlanda. Fr. Enrico di Rovasenda, S. Pedro Mártir. Fr. Norbert Luyten, Santa Rosa de Flandes.

Fr. Jan Hendrik Walgrave, Santa Rosa de Flandes. Fr. Philip F. Mulhern, San José de USA. Fr. William J. Hill, San José de USA. Fr. Mark Said, San Pío V de Malta. Fr. Peter-P. Zerafa, San Pío V de Malta. Fr. Louis-M. Regis, Santo Domingo de Canadá. Fr. Jean-M. Tillard, Santo Domingo de Canadá. Fr. James A. Weisheipl, San Alberto Magno de USA. Fr. Benedict M. Ashley, San Alberto Magno de USA. Fr. Carlos-J. Pinto de Oliveira, Santo Tomás de Aquino de Brasil.

183.-Notificamos que en diversas regiones, donde nuestra Orden tie- ne Vicariatos o ejerce actividades misioneras, se han creado en estos ú1- timos años algunos centros de estudios institucionales, conforme a la re- comendación hecha en Walberberg (n. 144). Así ha ocurrido en las Islas Solomon, Brasil, Venezuela, Bolivia, Ibadan, Zaire y Pul=rto Rico.

Recomendaciones

184.-E1 Capítulo de Walberberg confió tres encargos al Maestro de la Orden en relación a: la teología sistemática (W. lis), la formación filosófica (W. 119) y el estudio de Santo Tomás de Aquino (W. 119). En cumplimiento de estas comisiones se comenzó por la formación filosófi- ca, porque se presentaba con mayor urgencia. Encomendamos al Maes- tro de la Orden, que prosiguiendo el camino ya preparado para esta dis- ciplina, procure que se lleve a efecto lo que se le encomendó respecto a las otras dos.

185.-En relación con el estudio de Santo Tomás, además de lo que ulteriormente se determine, por el momento estimamos necesario lo si- guiente:

a) Que las Provincias tomen concieccia y traten de responder eficaz- mente a la necesidad persistente de formar peritos en la doctrina de San- to Tomás y su contexto histórico-cultural, porque cada día disminuye el número de los religiosos bien preparados y aptos para transmitir esta doctrina, sin que otros peritos más jóvenes vengan a ocupar sus puestos.

b) Que la PUST organice un Centro propio de Estudios Tomísticos en el cual con competencia y con los medios adecuados se formen los futu- ros profesores de que se trata anteriormente. Podría desarrollarse en este sentido la Sección Tomista de la Facultad de Teología de la PUST, con la colaboracibn de la Facultad de Filosofía y el lllamado «Instituto San- to Tomás» («Centre de Hautes Etudes et Recherches sur saint Thomas dPAquin»).

186.-Vemos con gozo lo que ya se ha hecho en relación con la pro- moción de la formación filosófica. Teniendo en cuenta «que la formación filosófica es necesaria para lograr criterios de juicio, síntesis personal, y promover una investigación teológican, el Capítulo de Walberberg con- fió dos comisiones al Maestro de la Orden (W. 103, 3." y 119).

La primera: Pedir una relación a todas las Provincias de la Orden so- bre el modo de llevar a cabo los estudios filosóficos. Esta comisión se cumplió. Se envió un elenco de cuestiones en relación con la filosofía que se daba en los Estudios Institucionales, a la cual respondieron 27 Pro- vincias.

La segunda: Realizar la confección de un programa concreto de for- mación filosófica para nuestros Estudios Institucionales conforme a la orientación de la Ratio Studiorum Generalis (n. 25-27). Para llevar a ca- bo este cometido, Ia Comisión Permanente para la promoción del estu- dio en la Orden, a petición del Maestro de la Orden, a lo largo de tres de sus sesiones, examinó las cuestiones de filosofía en los Estudios Institu- cionales. En una de ellas participaron los peritos de tres centros filosófi- cos de la Orden (PUST, Valladolid, Chieri).

187.-La Comisión Permanente para la promoción de los estudios en la Orden juzgó que las palabras «programa concreto», que se encuentran en el texto de Walberberg, no había que interpretarlas de tal modo que se impusiese a toda la Orden un programa totalmente acabado y unifor- me. Tanto más, cuanto que la misma Ratio Studiorum Generalis deja a cada Provincia la tarea de elaborar su propio curriculum de estudios filosóficos, adecuado al propio estado, al contexto cultural, y a las pecu- liares necesidades y posibilidades de la Provincia.

Por ello, la Comisión se propuso redactar un documento (dossier) que fuese útil a los religiosos de las diversas Provincias a quienes incumbe ocuparse de los Estudios Institucionales de filosofía, y ayudarles en la confección del programa propio y concreto que se pide en el Capítulo de Walberberg.

Por eso, este documento se ha propuesto como camino para indagar los grandes horizontes del filosofar, los criterios, los requisitos y las op- ciones que son necesarias en la formación inicial. Por lo mismo, el cita- do documento ofrece los principios fundamentales para las indagaciones preliminares, para decidir todo lo que se requiere en cada Provincia pa- ra elaborar una Ratio Particularis, que sea clara en sus opciones, funda- da en sus decisiones, concreta y de acuerdo con la realidad en sus pres- cripciones.

Ordenación

188.-Ahora toca el trabajo a las Provincias. Por tanto ordenamos que cada Provincia:

a) Reflexione seriamente acerca de su deber y de la importancia de la formación filosófica.

b) Determine, dejando a salvo las prescripciones de la Ratio Studio- rum Generalis cuáles son los criterios, los requisitos y los elementos esen- ciales de la formación filosófica que se ha de dar a sus estudiantes.

c) Elabore la propia Ratio Particularis de Filosofía, que se ha de en- viar al Maestro de la Orden antes del final del año 1985.

189.-Para llevar a cabo esta tarea las Provincias pueden servirse:

a ) Del documento preparado por la Comisión Permanente para la pro- moción del estudio en la Orden. Por lo cual, encomendamos al asistente para la vida intelectual que lo comunique cuanto antes a las Provincias.

b) De los Consejos y de la ayuda de algún perito. Por ello, encomen- damos al Maestro de la Orden que constituya un equipo (coetus) de pe- ritos que estén dispuestos a ayudar a las Provincias.

190.-Todo lo ordenado anteriormente se refiere también a las Provin- cias que aún no pueden ofrecer por sí mismas la formación filosófica par- cial o total. Estas deben valorar la calidad de la formación filosófica que desean dar a sus estudiantes. y, en consecuencia, deliberar dónde los en- vían a aprenderla.

191.-Según lo ordenado en el Capítulo General de Quezon City, n. 104, para que el texto sobre «Las Culturas y Religiones no-Cristianas», elaborado por la Comisión Permanente de Promoción de Estudios de la Orden, sea incluido en la Ratio Studiorum Generalis, ha sido examina- do por la Comisión Capitular de Política Cultural de la Orden.

Encomendamos al Maestro de la Orden, que el texto, revisado por al- gunos peritos, teniendo en cuenta lo que en este Capítulo General se dice sobre el diálogo con las religiones no cristianas, se incluya en la Ratio Studiorum Generalis después del n. 71.

Ordenación

192.-Para que se pueda llevar a la práctica lo que prescribe la Ratio Studiorum Generalis, n. 29-32, sobre la iniciación de los religiosos en los métodos de análisis de la realidad, y lo que se recordaba en las ordena- ciones de Quezon City, n. 20 y Walberberg, n. 21 y 113, ordenamos que en la Ratio Studiorum Particularis de un modo explícito se incluyan to- dos aquellos elementos que se requieren para este propósito, de modo que los religiosos puedan conocer a fondo los instrumeritos científicos del análisis de la realidad social en los Estudios Institucionales y en la Formación Permanente. Antes de la aprobación de la Ratio Studiorum Particularis de las Provincias el Maestro de la Orden puede requerir el juicio de los peritos en estas materias, como por ejemplo de los promo- tores regionales de Justicia y Paz.

193.-En el curso institucional, conforme a nuestra RSG, n. 29-32, se prescribe una conveniente iniciación a las ciencias sociales y económicas.

a) Por lo que se refiere a la economía, hoy tiene gran importancia que los hermanos se capaciten realmente para la comprensión de los proble-

mas de esta índole que les saldrán al paso en el ejercicio de su aposto- lado.

b) Hay que tener también en cuenta que todos los religiosos están ne- cesitados de una formación adecuada en esta materia, para que puedan juzgar en los consejos y capítulos con conocimiento de causa y con res- ponsabilidad, cuando se trata de cuestiones económicas y de la adminis- tración de los bienes de la comunidad. Por tanto, ha de cuidarse con es- mero esta formación.

Recomendación

194.-En las relaciones enviadas por los Priores Provinciales al Maes- tro de la Orden sobre los exámenes para oír confesiones (cfr. W. 123) se ha comprobado que existen dificultades en ielación con el segundo exa- men. Por tanto, se invita a las Provincias a que hagan una seria reflexión sobre este examen segundo, bien conservándolo como se prescribe en la RSG, n. 156-160, bien elaborando otro modo de evaluación, que puede es- tar en conexión con la formación permanente (realizando una semana de estudios o algo semejante). Este modo alternativo debe ser aprobado por el Maestro de la Orden y se ha de insertar en la RSP.

Ordenación

195.-E1 nuevo esquema para la relación de estudios, elaborado por el Maestro de la Orden conforme a la comisión de Quezon City (n. 109), y aprobado por Walberberg (n. 107), aún no ha sido trasmitido a las Pro- vincias.

Ordenamos que se envíe cuanto antes, porque es de gran importan- cia hacer una investigación fundada, para tener informaciones serias so- bre el estado de la vida intelectual en las Provincias, de sus estudios, de los centros de investigación, de sus progresos y realidades.

196.-Para mayor clarificación del texto de Walberbrrg, n. 111, com- pletamos el párrafo del modo siguiente:

«La pluralidad de los sistemas teológicos, si se desarrolla sin daño de la humanidad en torno a las verdades reveladas, se apoya en una admi- rable plenitud de los misterios y tiene su origen en la diversidad del con- texto cultural, científico y filosófico como también en el proceso de la re- flexión teológica, por lo cual pone de manifiesto la variedad de aspectos y de métodos de la teología)).

Estas perspectivas han de ser consideradas no como contrarias entre si, sino más bien como caminos para penetrar en el mismo misterio ina- gotable.

L) NLJEVA T~EGIST~ACION DE ESTUDTOS

197.-Hemos considerado de nuevo la legislación de estudios que fue incoada en Walberberg sin ordenación (nn. 195-299, 223, 225, 227, 230, 232) y pedimos que las Provincias continúen sus experiencias según esta legislación, poniendo en práctica lo que prescribe, con la debida licencia del Maestro de la Orden, como se aconseja en las Actas de ese Capítulo (n. 103,6).

Aunque esta nueva legislación fue aprobada sin ordznación y ya que las dificultades que surgen en su aplicación pueden requerir algunas mo- dificaciones, como se ha visto, ordenamos que las Provincias aprecien de verdad el valor de esta legislación de tal modo que puedan informar al próximo Capítulo de sus ventajas y de sus dificultades.

A la vista de estas experiencias, bien ponderadas, el próximo Capítulo General puede proceder a confirmar, modificar o revocar esta legisla- ción.

N) FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES DE LA PUST

Odenación o recomendación

198.-Juzgamos que la Facultad de Ciencias Sociales de la PUST no se ha desarrollado del modo debido ni ha podido resolver sus problemas, en la admisión de los estudiantes y en el número de profesores de la Orden.

Tampoco podemos averiguar si la Orden en este momento dispone de todo lo necesario para la solución de estos problemas.

Por lo cual pedimos que el Directorio de la PUST examine esta cues- tión con la mayor atención, aún con la ayuda de peritos si fuera necesa- rio. Si la opinión del Directorio fuera negativa, mandamos al Maestro de la Orden, que guardadas las normas del derecho, intervenga, cuidan- do de que cuanto de valor se realiza en la Facultad de Ciencias Sociales se lleve a cabo por otros medios, por ejemplo, una parte en la Facultad de Filosofía y otra en la Sección Pastoral de la Facultad de Teología.

O) SIMPOSIOS Y CONGRESOS DE LA ORDEN

Recomendación

199.-Encomendamos al Maestro de la Orden, que, conforme a la pe- tición que hizo el Simposio de Filosofía, tenido en el mes de noviembre de 1982 en la PUST, el asistente para la vida intelectual se encargue de convocar otros Simposios o Congresos de modo periódico sobre temas que afectan a toda la Orden en nuestro tiempo. Tenierldo en cuenta la materia de que se trate, encargue a alguno de nuestros Institutos la or- ganización de estos encuentros.

200.-Recordando con gratitud la declaración del Capítulo de Wal- berberg (n. 126) que afirma que la investigación realizada sobre todo en las materias teológicas constituye un cierto elemento esencial en la mi- sión de la Orden, exhortamos a todos los religiosos que tengan esto pre-

sente, de modo especial cuando prestan un servicio por la causa del Evan- gelio en aquellas regiones donde la cultura, la situacióri, los conflictos, exigen una lectura atenta de los signos de los tiempos.

201.-Por nuestra parte deseamos con toda el alma, que en todas par- tes se puedan aplicar aquellas condiciones para la investigación teológi- ca, que la petición del Capítulo de Walberberg proponía a la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe (W. n. 128). Se han de tener en cuenta los principios de libertad para la investigación teológica, de plu- ralidad en los caminos y métodos, siempre que se trate de la indagación del misterio cristiano.

202.-Entre aquellos que en los últimos decenios han influido de mo- do decisivo en la marcha de la teología tienea un puesto de relieve nues- tros hermanos M. D. Chenu, Y. Congar y E. Schillebeeckx, de los cuales se ocupan con frecuencia tanto los especialistas de Teología cuanto los medios populares de comunicacióil social.

Constatamos con gozo que son ellos quienes se han esforzado por lle- var a la práctica lo que en nuestras Constituciones se dice del estudio (LCO, 79-80) y, sobre todo, su vida, dedicada al estudio y a la investiga- ción, es un testimonio de «fidelidad creadora)), cual lo pedía el Capítulo de Quezon City (n. 85, 1, C), animada por el deseo de servir a la Iglesia, por encima de las dificultades.

Por todo ello les damos las gracias de corazón, porque ellos contri- buyeron a que toda la Orden realizara mejor su ((oficio profético», «me- diante el cual se anuncia en todas partes el Evangelio de Jesucristo, aten- diendo a las diversas condiciones de los hombres, tiempos y lugares» (LCO, Const. Fund. V.).

Q ) SOCIEDAD INTERNACIONAL DE SANTO TOMAS, S.I.T.A.

203.-Teniendo en mucho aprecio la Sociedad Internacional de Santo Tomás de Aquino, cuya finalidad es la de promover una cierta presencia doctrinal de Santo Tomás en el mundo, sea o no cristiano, recomenda- mos que se prosiga-esta tarea, y que se intensifique conforme a losesta- tutos de fundación. Con esta ocasión, reconocemos los méritos que en la-puesta en marcha de esta sociedad han tenido Fr. Aniceto Fernández, ex Maestro de la Orden, Fr. Benedetto d'Amore, Secretario General, y

Fr. Abelardo Lobato, actual Director, y muy de corazón les damos las gracias.

204.-Comprobamos con gozo que se vienen editando en diversas len- guas y en ediciones críticas las fuentes y los textos principales de la vida espiritual según la tradición dominicana. Animamos a los religiosos que trabajan en esta tarea a que la continúen.

Recomendamos vivamente la colaboración entre los editores de las diversas regiones culturales para las ediciones críticas de las fuentes y de los textos originales. Los religiosos del Instituto Histórico de la Or- den y el Archivero pueden también ayudarles en esta tarea generosa- mente.

Nuestros centros, que cultivan de modo especial el estudio de la espi- ritiialidad, presten atención y cuidado a la investigación y reflexión en torno a la espiritualidad dominicana, ofreciendo cursos de esta materia, teniendo en cuenta de modo especial el bien de la Familia Dominicana.

Recomendación

205.-Para que los miembros de toda la Familia Dominicana tengan noticia de las obras y artículos que se han publicado últimamente, o se van a publicar, encomendamos al Maestro de la Orden, que del modo que crea más oportuno, divulgue regularmente para toda la Orden la infor- mación bibliográfica acerca de la espiritualidad dominicana.

CAPÍTULO X

FORMACION PERMANENTE

206.-Considerando que, a pesar del vivo deseo de las Provincias y Vicariatos, muchos religiosos hacen poco aprecio de la Formación Per- manente, este Capítulo General decidió hablar sobre ello, en forma prác- tica, refiriéndose a objetivos, modos de realización y moderadores.

207.-E1 objetivo fundamental de la Formación Permanente es lo- grar la renovacibn y madurez de los religiosos, conforme a sus respecti- vas edades, de suerte que en todo momento se conserven en disposición adecuada para anunciar la Palabra de Dios a las gentes que viven afecta- das por las peculiares condiciones del mundo actual.

Para que los religiosos tomen parte en la Formación Permanente es de gran interés que, al iniciarse las sesiones de trabajo o en el curso de las mismas, se dé lugar a la comunicación de experiencias y de preocu- paciones personales de los participantes, tanto en el orden doctrinal co- mo en el apostólico y religioso.

En la prosecución de los objetivos generales, téngase en cuenta algu- nos pasos previos:

a) Selección de temas. Los responsables pongan empeño en elegir aquellos temas por los que los asistentes digan tener mayor interés.

b) Actualidad teológica y Escritura. Preséntese en prinier lugar la ac- tualidad teológica del tema y promuévase el retorno intencionado a la lectura y meditación de la S. Escritura, de la que se debe nutrir toda re- flexión teológica.

c) Filosofía modernu, ciencias humanas y análisis social. Procuren los religiosos adquirir un conocimiento más profundo de la filosofía moder- na, de las ciencias humanas y del análisis de la sociedad, de suerte que se hagan más conscientes (certeros) de las aspiraciones, de los ambientes y formas de vida, y de los medios económico-sociales de las personas con las que se relacionan (pastoral/culturalmente).

d) Aportaciones, logros, comentarios. En las sesiones y reuniones de Formación Permanente comuniquen los religiosos entre sí sus experien- cias, logros, etc., y discutan sobre ellos.

e) Vida evangélica desde cada situación. El conocimiento e interpre- tación de los signos de los tiempos permiten a los religiosos exponer, si son interrogados, cómo la evolución del mundo debe ayudar a los hom- bres a vivir mejor el Evangelio, desde cada estado y coildición de vida personal.

. f) Aprender a escuchar. Los religiosos deben aprender a escuchar a otros. Así podrán conocer cómo piensan los demás y qué es lo que piden; y la experiencia misma les persuadirá de que, sin un aprendizaje conti- nuo, es imposible comunicarse con los demás en un mismo lenguaje.

g) Vivir el Evangelio hoy. Los religiosos deben dedicarse al cultivo de la Palabra de Dios, de forma que ésta penetre cada día más en su vida. Así captarán mejor cómo se debe responder al interrogante que en cual- quier cristiano se suscita cada día: jcómo puedo vivir el Evangelio con- formándome a circunstancias siempre cambiantes?

h) Cuando se organicen sesiones de Formación Permanente y se bus- quen los peritos correspondientes, recúrrase, según los casos, a unas u otras de estas exhortaciones.

208.-Para poder conseguir los objetivos anteriormente señalados, aco- jan los religiosos y comunidades, con sinceridad de corazón, las siguien- tes declaraciones y recomendaciones:

a) En el carisma de vida dominicana, la comunidad local es lugar pri- vilegiado para la Formación Permanente de los hermanos, ya que es en ella donde se da el desarrollo personal de cada uno y se adquiere madu- rez. Por ese motivo, amonestamos a las comunidades en orden a que:

- celebren reuniones de estudio para reflexionar sobre los varios as- pectos de la vida de la Orden (Cfr. LCO 88, 1; W. 81 y 90);

- participen activamente en las reuniones de formación a nivel pro- vincial, interprovincial, de Familia Dominicana, de diócesis.

b) Todos los religiosos, presbíteros o cooperadores, muy conscientes de que son miembros de la comunidad, siéntanse obligados a los traba- jos de Formación Permanente, sea cual fuere su actividad respectiva, doc- trinal, pastoral, de servicios. La vida común y las reuniones contribuyen a evitar autosuficiencias y marginaciones:

- Dispónganse, pues, los religiosos con diligencia y esfuerzo para cooperar activamente en la Formación Permanente de la comuni- dad local y provincial.

- Y la comunidad ayude a sus religiosos, cuando sientan necesidad de cierto tiempo «sabático» (semana, mes, año) para enriquecerse mediante la reflexión y formación, conforme a lo establecido en la Ratio Studiorum Particularis.

c) A los Priores Provinciales exhortamos encarecidamente a que esti- men en mucho la Formación Permanente, y a que en los encuentros con los superiores susciten esa cuestión. Después, bien pensadas las cosas, to- men decisiones eficaces.

Algunos de los asuntos más importantes a considerar y realizar, por parte de los Priores Provinciales, son éstos:

- institúyase una Comisión, o algo semejante, como ayuda del P. Pro- vincial en este campo;

- institúyanse en las Provincias reuniones periódicas, seminarios, ejercicios.. . ;

- procuren preparar algunos religiosos para que puedan ejercer el papel de animadores o expertos en Formación Pema~iente;

- estúdiense las posibilidades de adaptar los exámenes de confesor a las exigencias de Formación Permanente (2." examen).

209.-Muchos son los promotores de la Formación Permanente, en el ámbito de sus respectivas competencias y con diversos grados de respon- sabilidad (cfr. Q. C. 85, 2); pero los principales son dos: la comunidad local y la comunidad provincial -vicaria1 o regional-.

a) En la comunidad conventual asumen la responsabilidad de la For- mación Permanente: - el prior (cfr. LCO 299; 88), - el lector conventual (cfr. LCO 88, 11), - el capítulo conventual (cfr. LCO 31 1).

b) En la comunidad provincial: - el Prior Provincial (cfr. LCO 106; 339), - el promotor provincial de Formación Permanente, - otros religiosos designados para colaborar con el promotor pro-

vincial.

210.-En la comunidad conventual existe ya un lector conventual (LCO 88); a él compete también, como colaborador del prior (LCO 88, 11), promover la Formación Permanente.

El lector conventual es elegido por el capítulo conventual, para un período de tres años, y es confirmado por el Prior Provincial.

Es competencia del lector conventual, además de lo que se establece en LCO nn. 88, 11 y 326 bis: - promover el estudio y reflexión acerca de las cuestiones que re-

clamen especial atención en cuanto a vida religiosa, apostólica y doctrinal (cfr. LCO 307; 326 bis; W. 244);

- suscitar la participación de los religiosos en reunioiies, cursos de formación, etc., bien sea que se celebren en el propio convento, en la diócesis, o en otros centros ...;

- promover la animación correspondiente en orden a que nuestros conventos sean de verdad «centros de reflexión)) en el aspecto re- ligioso, pastoral y doctrinal;

- elaborar con la comunidad anualmente el programa local de For- mación Permanente.

Ordenaciones - . .. 2.1 1 .-Ordenamos que en la relacion trtena'l 'del prior, .'se incluya una

fnformación y- eva1uación:de la Formación Permanente de la' comunidad. . .. . . . . . - . . . . . . . . .. . . .

212.-Ordenamos que en el Capítulo Provincial. sé determine cómo- o s gastos previstos para la Formación Permanente deban efectuarse con car- go a la comunidad local o a la provincial.

213.-Ordenamos que el Capítulo Provincial nombre un promotor pro- vincial de Formación Permanente; su dedicación al cargo la determinará el propio Capítulo Provincial.

El promotor provincial de Formación Permanente es colaborador di- recto del P. Provincial en ese campo específico. Por oficia es miembro de la comisión de vida intelectual de la Provincia. A su vez el Regente es co- laborador de la Formación Permanente.

Es competencia del promotor provincial de Formación Permanente, entre otras cosas:

a) elaborar el programa anual de Formación Permanente de la Pro- vincia;

b) establecer adecuada relación con los lectores conventuales, y Su- periores, para la debida coordinación de programas (conventuales- provinciales);

c) establecer conexiones con otros centros e instituciones de Forma- ción Permanente y con los peritos en esa materia;

d) celebrar, por lo menos una vez al año, reunión con los lectores conventuales;

e) donde esto fuere posible y conveniente, ocúpese de la creación de algún .centro», provincial o interprovincial, de Formación Perma- nente del que ~ u e d a n beneficiarse los religiosos, ia Familia Domi- nicana, los sacerdotes y otros fieles.

Exhortación

214.-Exhortamos a los Priores Provinciales a que en sus visitas ca- nónicas adquieran clara información del progreso de la comunidad en la Formación Permanente y, si descubrieren graves deficiencias, esfuércen- se por remover sus causas.

Comisión

215.-A1 Maestro de la Orden se le encomienda que, según su pruden- cia, promueva lo antes posible un encuentro de promotores provinciales de Formación Permanente, para que los propósitos de la Orden en esta materia se cumplan fielmente.

CAP~TULO XI

PROMOCION DE VOCACIONES

Beclaración

216.-E1 estado actual de vocaciones es motivo de grave solicitud pa- ra toda la Iglesia, no sólo en cuanto al numero, siempre insuficiente con respecto a las necesidades, sino también y principalmente en cuanto a la calidad.

Es notorio que la vocación religiosa y sacerdotal surge regularmente en las comunidades bien fundadas en la fe y caridad.

La vocación en nuestra Orden se dirige a realizar de modo comunita- rio el propio ministerio por la contemplación de Dios, el estudio y la pre- dicación del Evangelio, en orden a plantar y consolidar en todas partes la Iglesia local y universal.

Sin un compromiso real y generoso de nosotros mismos con la Igle- sia local en cuanto a los variados y cruciales problemas de nuestro tiem- po (v. gr., las estructuras que impiden la practica de la virtud o los va- lores evangélicos, las costumbres morales que oscurecen el deseo de la verdad y la justicia, la ignorancia, descristianización, materialismo, mar- ginación, pobreza, etc.) no podemos llamarnos ni ser en realidad, coope- radores del ministerio de los Apóstoles. Y por ello, no nos hallaremos idóneos para ayudar a las comunidades eclesiales a que crezca su fe y se susciten vocaciones.

Es cierto que la actual crisis secularizadora y sus consecuencias han causado un gran daño a las vocaciones; mas no podemos culpar a ese fe- nómeno como la única causa. Santo Domingo vivió igualmente muchas y graves crisis religiosas, y, a pesar de ello, pudo iluminar el mundo y atraer hombres y mujeres a la obra de la predicación de Cristo mediante la con- templación de Dios.

Hemos de confesar, pues, que no sólo la secularización es causa de la disminución de vocaciones a la Orden, sino también el hecho de que al- gunos de nuestros conventos carecen de la vida verdad~ramente comu- nitaria (Cfr. Const. Fund., IV).

En estos últimos años se ha notado algún mayor incremento entre los jóvenes en la apreciación de los valores. de la vida religiosa y sacerdo- tal. En virtud del carisma de nuestra Orden muchos jóvenes han sido atraídos a ella, descubriendo la vida apostólica según la forma ideada por Santo Domingo como una alternativa adecuada para ellos.

Los jóvenes en la actualidad son'más sensibles a'la amistad, al servi- cio generoso para el prójimo, a la vida comunitaria, al espíritu de ora- ción, a los valores evangélicos.. . ¿No pueden nuestras comunidades, e in- dividualmente los hermanos, mostrárselos en su realidad y con since- ro corazón? ¿Y no es que quizá somos impedidos en esta tarea &e Sus- citar . . y . promover . . . . vocaciones para .la-Orden por nuestra desidia y olvido dé los - . problemasde .. . .. la'sociedad actual y por falta, de a ~ - i o ~ . ~ o ~ ~ a ~ i ~ o a los necesitados . de .. la . palabra de ~ i o s ? " . . . . - . .

Ello exige que se reconozca la propia vocación como don altísimo de Dios y signo de esperanza para la vida del mundo.

Se darán vocaciones allí donde encontremos hermanos que comuni- quen la caridad entre sí y con todos, donde haya comunidades fervientes en la. oración, en diálogo sincera con las culturas y filosofías modernas, iluminando con la luz de la verdad evangélica y abrasando a todos en la predicación fiel a la Iglesia, especialmente, a los que Jesús en el sermón de la montaña llama bienaventurados.

-Es preciso, en consecuencia, que todas y cada una de nuestras comu- nidades renueven sua-vida y. así presenten nuestro carisma coma una pez renne invitación, principalmente a los jóvenes que aspiran a la vida do- minicana:

. . . . . . . . . .. .

Exhortación

217.-Exhortamos a todos los componentes de la Familia Dominica- na, especialmente a los que ejercen el ministerio apostólico entre jóve- nes, que dediquen gozosos su vida a suscitar nuevas vocaciones para la Iglesia en el espíritu de Santo Domingo.

Recomendaciones

218.-Recomendamos que cada uno de los frailes sea un promotor de vocaciones en cuidado asiduo por ellas, como se pide en LCO, n. 165.

219.-Recomendamos que se nombre uno o varios hermanos en cada Provincia o Vicariato, dedicados totalmente a esta labor vocacional; no basta promover vocaciones, sino seguirlas y formarlas con un programa preparado para ello y con frecuencia revisado.

220.-Se ha de proseguir la promoción de vocaciones el1 los Vicaria- tos de modo que aumente de continuo una buena implantación de la Or- den en la respectiva nación o región.

221.-Recomendamos que se designen casas o comunidades para re- cibir benignamente a los que antes del noviciado quieren conocer y pro- bar nuestra vida (la experiencia de esta institución parece muy fructuo- sa eri algunas Provincias).

222.-Recomendamos a las comunidades de formación que colabo- ren activamente en la formación vocacional, con un programa previo bien preparado, pues el testimonio de los jóvenes es muy eficaz para los jóvenes.

223.-Recomendamos que se propicien medios óptimos y ayudas para ilustrar y sostener la obra de vocaciones.

224.-Recomendamos a las Provincias quc atiendan a las vocaciones llamadas de adultos, con ocasión del apostolado, sobre todo, entre los es- tudiantes universitarios.

FORMACION RELIGIOSA

225.-Exhortación a las comunidades.

Confirmando cuanto se dice en el proemio acerca de la vocación y formación en la Orden en el Capítulo General de Walberberg, al tratar ahora de la formación religiosa queremos añadir algunas cosas dirigidas a nuestras comunidades, especialmente, a aquellas que se ocupan de la formación inicial de los hermanos.

Observamos con gozo el aumento, aunque pequeño, de vocaciones que se experimenta en la mayor parte de las Provincias. Este hecho alien- ta nuestra esperanza, pero al mismo tiempo plantea una serie de cues- tiones a nuestras comunidades en las que el número de hermanos ancia- nos crece de día en día.

¿Qué buscan los jóvenes que vienen a nosotros? ¿Qué podemos ofre- cerles? ¿Seremos capaces de responder a sus expectativas y de satisfa- cer las necesidades de la formación de quienes vienen a nosotros en or- den al apostolado exigido por el mundo de hoy?

Estamos seguros de que podemos realizar esa formación si junto con los formandos logramos descubrir el significado y la actualidad siempre nueva del carisma dominicano.

¿Qué desean los formandos? ¿No es acaso vivir el Evangelio en su in- tegridad, comunicar a otros su unión con Dios y con los hombres, y de- dicar su vida a la predicación del Evangelio por el mundo? ¿Y no es pre-

cisamente esto, la comunión y la misión, lo esencial de nuestra vida do- minicana?

Sin embargo, todas estas cosas han de ofrecerse no de un modo abs- tracto, esto es, en palabras y teorías, sino realmente y traducido en la vi- da concreta de las comunidades en las que se lleva a cabo la formación religiosa y apostólica, como también en las demás comunidades a las que serán asignados los formandos una vez concluida su forrriación. De ahí la necesidad de que nuestras comunidades vivan la radicalidad del Evan- gelio y de que respondan a las necesidades espirituales de la sociedad de nuestro tiempo. Para conseguir esto, es preciso que se sitúen en esta- do de conversión continuo, que fomenten las exigencias de la vida reli- giosa, el ministerio apostólico, la intercomunión fraterna. Por tanto, ten- dremos comunidades capaces de impartir la formación, si en ellas la oración y el estudio de la verdad sagrada constituyen el medio ambien- te en el que los formandos puedan descubrir, de una mariera clara y exis- tencial, el momento contemplativo de nuestra Orden. La oración que ha de ser participada por todos y no mecánica y realizada por pura obedien- cia a una ley; una oración en la que toda la comunidad se entrega a la escucha de la Palabra de Dios, y de la cual se reciba el impulso que la mueva a la proclamación incesante del Evangelio. El estudio asiduo de la verdad, en cuanto constituye un elemento esencial y necesario de nues- tra vida y de nuestra misión. Estas comunidades de oración, de estudio, de vida fraterna han de estar al mismo tiempo en escucha humilde y atenta de las aspiraciones de los hombres de nuestro tiempo, a los cua- les se dirige nuestra predicación, de tal modo que puedan conocer los problemas reales y verdaderos de los mismos.

Si nuestras comunidades se configuran y realizan de esta manera, po- demos afirmar que los hermanos formandos, poco a poco y de modo pro- gresivo, adquirirán la formación religiosa y apostólica propia de nuestro ser dominicano, y, al mismo tiempo, podrán responder adecuadamente a la vocación que graciosamente recibieron de Dios.

: En orden a la consecución de todo esto, exhortamos a nuestras co- munidades, pues somos conscientes de que la perseveraiicia de los her- manos formandos depende, en gran parte, de la calidad de las comuni- dades. Si logramos conseguir que respondan a estos postulados los for- madores, junto con los formandos, coincidirán en reconocer aquella ver- dad que el Bienaventurado Reginaldo de Orleans, con bellas palabras, expresaba en el momento de su muerte: «No creo haber merecido nada en la orden, pues en ella me he complacido en demasía».

Recomendación

226.-Recordamos lo dicho en Walberberg (capítulo 11) acerca de «La adaptación de nuestras actividades apostólicas a las exigencias de nues- tro tiempo». Bajo esta luz, recomendamos a los formadores que los no- vicios y estudiantes estén en cercanía real con los pobres. Durante el tiempo de la formación espiritual y apostólica sean introducidos e ins- truidos en la reflexión sobre la situación social y cultural en la que vi- ven. En esto, la función y celo de toda la comunidad es de gran impor- tancia.

Ordenación

227.-Ordenamos que W. n. 83 sea cambiado del siguiente modo: ((Ordenamos que las Provincias, cuanto antes, redacten o corrijan la pro- pia Ratio Provincialis Formationis, cuando se publique la Ratio Forma- tionis Generalisn.

Comisión

228.-La comisión designada por el Maestro de la Orden (Cfr. W. 91) para redactar la ((Ratio Formationis Generalisn, reunió muchos planes provinciales de formación y sugerencias de las Provincias que todavía no los tienen, así como documentos referentes a la formación. Ha hecho fina síntesis de todo ello sometiéndola al examen de la comisión capi- tular sobre la formación religiosa.

Agradecemos por esto a la comisión por haber ofrecido este material al Capítulo. Las líneas generales de la misma han sido aprobadas a fin de que puedan servir para la redacción definitiva. Las anotaciones y co- mentarios de la comisión capitular sobre formación religiosa pueden en- contrarse en el documento por ella preparado para ayudar a dicha re- dacción. Además, creemos debe ser añadido un capítulo acerca de la fun- ción de la comunidad religiosa.

Encomendamos vivamente al Maestro de la Orden que encargue cuan- to antes a uno o a varios hermanos peritos en la materia que lleven a ca- bo pronto la redacción de la RFG.

GOBIERNO Y VIDA RELIGIOSA

Recomendaciones

229.-Recomendamos al Maestro de la Orden que el síndico de la Orden se halle presente en los Capítulos Generales como perito en cues- tión económica.

230.-Recomendamos que las Provincias prevean en su Estatuto Pro- pio alguna participación de los frailes que están en período de formación en el Capítulo Provincial.

231.-Recomendamos que algunas de nuestras Facultades de Teolo- gía y Derecho canónico realicen investigaciones, históricas y científicas, sobre el problema de la exención de nuestra Orden y que comuniquen a los hermanos las conclusiones averiguadas.

Aceptación

232.-La «Provincia del Reino» cambie su nombre por el de ~Provin- cia de Sto. Tomás de Aquino en Italiau.

Comisión

233.-Encomendamos al Maestro de la Orden que, mediante la co- misión litúrgica, gestione que, las celebraciones litúrgicas del beato Jor- dán de Sajonia y del beato Juan de Fiésole, se hagan como memorias obligatorias.

JUSTICIA Y PAZ

Introducción

234.-Tanto los últimos Capítulos Generales como el 11 Congreso In- ternacional Dominicano celebrado en Madrid en 1982, han despertado la conciencia de la Orden sobre la máxima importancia que las cuestiones de Justicia y Paz tienen en nuestra misión de evangelización. De esta for- ma, la Orden continúa en la dirección trazada por el Sínodo de Obispos 1971, que afirma: «La acción por la justicia y la participación en la trans- formación del mundo, se nos presenta claramente como dimensión cons- titutiva de la predicación del Evangelio, es decir, la misión de la Iglesia para la redención del género humano y la liberación de toda situación opresiva)) (Cfr. QC., 19, 5).

Este Capítulo quiere insistir en las mismas orientaciones al proponer que nuestra Orden asuma y lleve a la práctica las opciones siguientes:

- opción por los pobres,

- opción por la justicia,

- opción por la paz.

a) Los últimos Capítulos propusieron a la Orden, con toda claridad, la prioridad de la justicia social. Sin embargo, es constatable que muchos hermanos consideran tales cuestiones como asunto reservado a algunos frailes especializados o como un slogan de moda.

b) La situación de miseria, pobreza y dependencia en que se encuen- tra la mayor parte de nuestra sociedad, constituye hoy una permanente violación de la dignidad humana. Esta situación de injusticia es un ver- dadero pecado social^, que ha de ser incansablemente denunciado por nuestros frailes.

c) El problema más grave y urgente, para la justicia y la paz en el mundo, lo constituye la brecha cada vez más ancha y profunda entre las naciones pobres (oprimidas y dependientes) y las naciones ricas, consi- deradas libres. En el interior de las naciones pobres se dan también enor- mes e injustas diferencias entre los diversos estamentos de la sociedad.

d) En los países ricos, a un período de abundancia ha seguido la cri- sis económica. Y han nacido nuevas clases de pobres: los jóvenes, ancia- nos, minusválidos físicos y sociales, marginados, etc.

e) Esta situación de pobreza no es accidental o casual. El sistema so- cioeconómico y político hace más ricos a los ricos y empobrece más a los pobres. Las empresas multinacionales, los bancos y grupos financieros in- ternacionales, las naciones poderosas, los sectores privilegiados de los países pobres, manejan la situación económica y política para su bene- ficio, a través del control y explotación de los recursos naturales y hu- manos.

f) Tal situación constituye una verdadera y permanente violencia im- puesta a los pobres. A esa violencia real los pobres responden o bien con otra violencia (v. gr.: terrorismo, agresiones físicas o psíquicas, violacio- nes, depredaciones, etc.), o bien con la evasión y la desesperación (v. gr.: suicidio, drogas, alcoholismo, sectas, etc.).

g) Por otra parte, la injusticia asume nombres nuevos: personas des- aparecidas por causa de la represión política; aumento de los refugiados; privación de los derechos a tener una r.eligión, opinar o expresarse con libertad; el no acceso a la educación que impide mejorar las condiciones de vida; la destrucción de la culturas indígenas, etc.

h) En esta época de gran progreso técnico y científico, constatamos

un desprecio, cada vez mayor, por los derechos del hombre. Tal progre- so no sirve a la promoción «de todos los hombres y de todo el hombre, (Pablo VI), sino que genera nuevas formas de opresión (v. gr.: discrimi- naciones sociales y raciales, emigración, nuevas esclavitudes, torturas, etc.).

i) Los medios de comunicación social (mass-media) también partici- pan en la opresión de los pobres. A través de ellos las naciones ricas exal- tan la sociedad de consumo; crean necesidades artificiales que alienan al hombre; ejercen un verdadero colonialismo cultural, que destruye los propios valores de los pueblos introduciendo extrañas formas de vivir, pensar, actuar.

1) En muchas naciones, la ideología de la ((Seguridad Nacional)) ha creado una nueva forma de ((militarisnion. Los ejércitos en lugar de de- fender la soberanía de cada país se han transformado en nuevo instru- mento para oprimir a su propio pueblo, por las detenciones arbitrarias, las torturas, las infinitas formas de violar la dignidad de la persona hu- mana. A menudo estos sistemas militares son impuestos, estimulados y manipulados por países extranjeros más fuertes que !os utilizan para mantener sus privilegios, afincar o consolidar sus propios intereses, mu- chas veces en nombre de la cultura cristiana, ya que no de 1a vida cris- tiana que conduce a la verdadera libertad.

m) La amenaza más grave para la humanidad es la actual carrera de armamentos, sobre todo de armas nucleares. A causa de esta situación, la guerra ha cambiado totalmente de naturaleza: ya no es posible pensar en la guerra como solución a los problemas o conflictos, aunque estos sean limitados, porque sus efectos podrían llegar más allá de lo que po- demos pensar o imaginar. Los preparativos para hacer o evitar la guerra, que consumen cada día más recursos económicos, técnicos y científicos, constituyen el más grave escándalo para el mundo de los pobres e indi- gentes.

n) Teniendo todo esto en cuenta, hoy la fe cristiana se vive y predi- ca en situaciones conflictivas y con muchas implicacioncs políticas, que es necesario discernir, valorar evangélicamente y asumir con plena res- ponsabilidad.

o) En este mundo moderno, donde los valores tradicionales del cris- tianismo ya no son aceptados por sí mismos, la credibilidad de la misma vida religiosa se ha resquebrajado o desvanecido totalmente. La vida re- ligiosa no aparece ya como signo y testimonio evangélico del ~seguimien- to de Cristo)); ha perdido su carácter o dimensión profética.

a) Toda situación de injusticia, que hace pobres y mantiene empo- brecidos y dependientes a tantos hermanos, constituye un desafío, cada día más fuerte, para la Iglesia y para el carisma profético de la Orden. La opción por los pobres, la justicia y la paz se nos presenta como signo y garantía de credibilidad tanto de nuestra vida como de nuestra pre- dicación.

b) Como auténticos predicadores del Evangelio debemos tener muy en cuenta que la opción por los pobres es la opción misma del Dios que predicamos. El pobre clama. Dios le escucha y defiende (Ex 22, 21-23). Proclamar «bienaventurados» a los pobres -como hace el ~Magnificatn y las Bienaventuranzas- es anunciarles la esperanza del Mesías que vi- no, en primer lugar, para ellos, convivió con ellos, asumió su propia si- tuación o se encarnó en sus mismas condiciones históricas, a fin de li- berarlos plenamente.

c) Anunciar el Evangelio a los pobres significa, en primer lugar, «de- jarse evangelizar por ellos» (cfr. 11 Congreso Internacional Dominicano, Madrid 1982, conc. 2) que son los «elegidos» del Reino de Dios. Identifi- carnos con ellos, como lo hizo Cristo, constituye al mismo tiempo nues- tro «seguimiento de Cristo» y nuestra denuncia de la pobreza como «pe- cado social».

d) Nuestra pobreza libremente asumida en solidaridad real con los pobres, puede tener otra significación más valiosa que la simple renun- cia de los bienes; en una sociedad que considera como obediencia lo que es únicamente pasividad o resignación, no verdadera responsabilidad, nuestra obediencia puede ser un signo que denuncia la dominación y el abuso de poder; finalmente, nuestro celibato puede ser un signo que de- nuncie y rechace la vida sexual en que la persona es humillada y utiliza- da como mero objeto, y proclame la aceptación o adhesión al otro como persona en su integralidad.

e) En esta perspectiva, nuestra vida religiosa es un camino o proceso de conversión permanente. El Evangelio íntegro de Jesucristo nunca es realidad plenamente adquirida. La revisión crítica de iluestro modo de vida personal y comunitario siempre debe responder al análisis crítico de nuestro compromiso apostólico, y viceversa.

f ) Nuestra opción por los pobres, la justicia y la paz exige de nos- otros la denuncia de las estructuras injustas y la lucha por instaurar en

el mundo la fraternidad y la reconciliación, así como el esfuerzo perma- nente por nuestra propia conversión. En la práctica, quien no opta por los pobres, opta por los ricos.

g) Para discernir evangélicamente, es necesario conocer con lucidez la inter-relación que hay entre la pobreza, la violación de los derechos hu- manos, la opresión sistemática, el armamentismo o carrera de armamen- tos, y los sistemas financieros internacionales. Estas nuevas situaciones de opresión plantean nuevos problemas morales, que debemos conocer en sus mecanismos internos, en sus causas profundas y en sus efectos reales.

h) Crecen, al mismo tiempo, la carrera de armamentos y el peligro del militarismo. Por eso, nuestros vínculos con las fuerzas armadas o el ejército pueden aparecer como ambiguas y aun contradictorias. Es ne- cesario reflexionar sobre este asunto de manera crítica a la luz de las en- señanzas de la Iglesia sobre la paz. Nuestra opción por la paz es elemento integral de nuestra opción por los pobres y la justicia.

En los Capítulos de Quezon City y Walberberg la Orden propuso la justicia social como una prioridad de su ministerio. Ahora, nosotros, in- vitamos a nuestros hermanos y hermanas que hagan, nuevamente, su opción por los pobres, la justicia y la paz. Esta invitación no se refiere sólo a los hermanoslas que viven en las regiones más pobres, sino, sobre todo, va dirigida a aquellos que viven en las naciones más ricas.

Escuchen verdaderamente las palabras del Apóstol a los Efesios: «¡En pie!, pues; ceñida vuestra cintura con la verdad y revestidos de la justi- cia como coraza, calzados los pies con el celo para anunciar el Evangelio de la paz» (Ef. 6, 14).

¡Conviértanse de verdad y escuchen en el corazón la voz de Cristo que clama desde los pobres! Toda la Familia Dominicana siéntase interpela- da por los clamores de nuestro tiempo, a fin de que se cumpla lo que ha sido proféticamente anunciado:

«La justicia y la paz se besarán. La. verdad brotará de la tierra, y la justicia mirará desde el cielo» (Sal. 85, 10-11).

235.-Denunciamos que el Coordinador General de «Justicia y Paz», así como los Promotores Regionales presentaron su informe al Capítulo General, sobre los trabajos realizados. El texto fue aprobado y nos con- gratuIamos de su esfuerzo por la justicia y la paz en el mundo.

Recomendaciones

236.-Reomendamos que, en todas las Provincias, el Capítulo Provin- cial o el Provincial con su Consejo, nombre un promotor o una comisión de justicia y paz, y determine sus funciones (cfr. QC, n. 27).

237.-Recomendamos que todas las Provincias en el presupuesto anual señalen una cantidad que destinarán en favor de la causa de justicia y paz, y también para apoyar el trabajo del promotor o comisión provin- cial, y del promotor regional (W. n. 24).

238.-Recomendamos que, en todas las Provincias y Vicariatos, tanto en la formación inicial como en la formación permanente, se dé especial importancia a la formación de una verdadera conciencia crítica en los frailes, para lo cual ayuda mucho la participación de nuestros hermanos y comunidades en los proyectos concretos de justicia y paz.

239.-Para mejor fomentar y mantener ,el espíritu de renovación en las comunidades y hacer más eficaz la presencia de los frailes entre los pobres, recomendamos que cada Provincia o Vicariato haga examen crí- tico sobre:

a) la calidad del testimonio dado por las comunidadzs de la Provin- cia o Vicariato;

b) las condiciones de la propia región en cuanto se refiere a justicia Y Paz;

c) las tomas de posición pública que se consideren necesarias adoptar en orden a defender los derechos humanos (QC, n. 21; W., n. 22).

240.-Recomendamos tanto a las Provincias como a las comunidades que, en la planificación apostólica tengan muy en cuenta las opciones asu- midas por este Capítulo General. Por tanto, se ha de dar preferencia a aquellos lugares o formas de apostolado donde están más vivos los pro- blemas de justicia y paz.

241.-Reiteramos lo que el Capítulo de Walberberg ha dicho sobre el trabajo de los promotores provinciales o regionales d e justicia y paz (W., n. 17, B, 3).

Ellos no podrán realizar su trabajo sin el apoyo de los frailes.

242.-He aquí las principales acciones que recomendamos para llevar a la práctica:

a) promover que se estudien en la teología y la espiritualidad los pro- blemas de la justicia y la paz, especialmente lo que se refiere a la resistencia no violenta y a los nuevos aspectos de la guerra nu- clear posible;

b) comunicar y divulgar las informaciones sobre situaciones graves de injusticia;

c) orientar la formación en los métodos de análisis de la realidad, a todos los niveles, que permitan descubrir las causas y conocer el desarrollo de las estructuras injustas de nuestra sociedad;

d) reivindicar los derechos humanos, sobre todo los derechos de las minorías raciales o culturales, los derechos de los refugiados y de los emigrantes, los derechos de la libertad religiosa;

e) sensibilizar a todos sobre los peligros que entrañan la carrera de armamentos y la proliferación de las armas nucleares;

f ) evaluar la credibilidad de las instituciones eclesiásticas relativas al conveniente pluralismo en las investigaciones teológicas.

243:-Recomendamos a nuestros hermanos:

a) que se solidaricen con los pobres v compartan con ellos su vida (tiempo, afanes, preocupaciones y esperanzas);

b) que participen en el movimiento por la paz y aporten la propia ins- piración evangélica;

c) que ejerciten su responsabilidad ciudadana para que mejore la política del propio país en cuanto se refiere a las víctimas de nues- tra sociedad y a los países pobres;

d) que apoyen a los jóvenes que optan por el servicio militar no ar- mado, donde esto sea posible.

244.-Con todo empeño recomendamos a las comunidades, principal- inente a los superiores, que presten especial ayuda y apoyo a los herma-

nos que trabajan por la justicia y la paz (W., n. 25). En esta línea reco- mendamos la colaboración con nuestras hermanas de la Familia Domi- nicana, que frecuentemente se hallan muy comprometidas en los traba- jos de justicia y paz.

245.-Recomendamos a los responsables de la selección y formación de nuestras vocaciones que tengan muy en cuenta la disposición para el trabajo apostólico y la sensibilidad para el compromiso por la justicia y la paz.

246.-Recomendamos que cada Provincia ofrezca a sus estudiantes un programa inicial sobre las cuestiones de justicia y paz y que se fami- liaricen con la reflexión y la teología de lo social. A ello les ayudará el contacto directo con los pobres y sus luchas por salir de esa situación.

247.-Recomendamos a las Provincias que apoyen eficazmente la de- cisión de quienes desean realizar estudios superiores en el campo de la teología de lo social o de las ciencias sociales, a fin de que la Orden pue- da superar el déficit actual de hermanos especializados en la reflexión teológico-social.

248.-Recomendamos a las comunidades, para hacer efectiva nuestra opción por los pobres, revisar su estilo de vida (v. g.: en cuanto a la ali- mentación, el dinero, las comodidades, etc.) y adaptar su conducta a las exigencias de la justicia y la paz.

249.-Recomendamos a nuestros hermanos que estén atentos a las si. tuaciones de injusticia que se pueden crear en el interior de nuestra pro- pia comunidad. Tengan especial cuidado sobre la calidad de nuestras re- laciones con aquellos que trabajan para nosotros.

250.-Recomendamos a nuestros frailes que se comprometan especial- mente en la promoción de la mujer en la Iglesia y en el mundo.

251.-Recomendamos a nuestros hermanos que pidan consejo a los expertos sobre las inversiones financieras, no sea que nuestros ahorros sirvan a proyectos de guerra, opresión y muerte.

Comisiones

252.-Encomendamos al Maestro de la Orden que, modificando algu- na de las zonas actualmente encomendadas a los promotores regionales

de justicia y paz, instituya un segundo promotor para América Latina, y confirme a los otros.

253.-Encomendamos al Maestro de !a Orden que instituya una comi- sión a fin de clarificar:

a) los vínculos estructurales de la Orden y de la Iglesia con las fuer- zas armadas;

5) la coherencia entre la opción por los pobres, la justicia y la paz, y los vínculos de la Orden y la Iglesia con la fuerzas armadas;

c) el nivel de eficacia que tiene el trabajo pastoral dentro de los or- ganismos militares;

d) la posibilidad de establecer nuevas formas de servicio pastoral con los militares, sin estar integrados en la estructura militar.

Y presente los resultados de este trabajo a toda la Orden.

Declaración

254.-Recordando a nuestros hermanos Carlos Ramiro Morales Ló- pez, Tito de Alencar Lima, y a nuestras hermanas Maura Clark e Ita Ford, que murieron por causa de la justicia, declaramos nuestra solida- ridad con los hermanos y hermanas que en difíciles circunstancias anun- cian el Evangelio en cualquier parte del mundo o sufren en silencio por el mismo Evangelio.

MEDIOS DE COMUNICACION SOCIAL

Introducción

255.-Todo cuanto dijeron y declararon los Capítulos Generales de Quezon City y Walberberg sobre los medios de comunicación social («Mass median) se presenta también muy adaptado a las circunstancias de nuestro tiempo. Por el progreso de la electrónica se han multiplicado tánto los instrumentos técnicos de comunicación que empiezan a afec- tar a toda la vida social, sea del mundo entero (mediante los satélites intercontinentales), sea de los grupos locales y familiares, donde es pa- tente la utilidad de los sistemas de ((micromediosn y ((mesomedios».

Consta, no obstante, que hasta ahora ((estamos muy lejos de un efi- caz uso de los medios de comunicación social, en los que se detecta una gran virtualidad para servir mejor a la evangelización» (W. 21). Por ello, exhortamos a los frailes a que lean de nuevo los textos publicados por los dos Capítulos Generales precedentes y traten de ponerlos en práctica.

Amonestamos, sin embargo, a los frailes que adviertan prudentemen- te la fuerza con que influyen dichos medios tanto en aquellos que los san como en los que reciben las noticias por su mediación. Teniendo en cuenta nuestra misión de predicar la verdad, recordamos a los frai- les, sin que por ello queramos provocar excesivas ansiedades:

1. Las manipulaciones ideológicas a que se prestan tales medios:

a) los poderes políticos abusan de ellos para oprimir a los pueblos y someterlos a servidumbre;

b) se obliga a emitir las informaciones de tal modo que siempre sean en favor de las partes dominantes;

c) puede acontecer que se promueva por esos medios cierto consu- mismo, que inspire en las mentes humanas ídolos siempre nuevos y proponga necesidades inauditas, con degeneración de la natu- raleza humana.

2. Dichos medios pueden ser manipulados por las estructuras de do- minio, capitalistas o comunistas, y con ello:

a) los pobres son impedidos y permanecen sojuzgados, sin que pue- dan usar esos medios;

b) se ejerce un cierto colonianismo cultural, promoviendo una acul- turación sólo participada por unos pocos, y que destruye los va- lores secularmente reconocidos por los distintos pueblos.

3. Con frecuencia se exalta por dichos medios la riqueza, el poder, la violencia, la licencia sexual, en tal grado que empiezan a aparecer como los únicos bienes estimables y sólo con ellos se busca dar sentido a la vida humana.

Si bien existen en realidad verdaderos peligros y abusos, sin embargo, no se ha de temer donde no hay temor. Los mencionados medios no abri- gan en sí una fuerza fatal e inexorable. Se han de utilizar con precaución, procurando que nuestras acciones apostólicas no se aparten del servicio del Evangelio y empiecen a someterse a un dominio ajeno. Abandonando de modo inconsciente las opciones evangélicas, podemos unirnos a tales estructuras de dominio, bajo pretexto de que sólo por esa vía se nos con- ceda el acceso a dichos medios. Pero, ya que otros abusan de ellos, inte- resa sobremanera que nosotros los empleemos rectamente «por la crea- ción de un nuevo orden internacional en la información al servicio de los pobres» (Madrid 1982, p. 184). La fuerza misma de estos medios, que permite a los poderosos oprimir aún más y reforzar ineluctablemente su dominio, puede también servir al Evangelio para atraer más amplia y eficazmente a todas las gentes hacia la libertad de los hijos de Dios.

256.-Denunciamos que ya muchos frailes y hermanas han asumido la tarea de aplicar tales medios a nuestro apostolado. Parece, no obstan-

te, conveniente que toda la Orden planifique con esmero su acción en este nivel:

a) para que los frailes más aptos para esta función, se dediquen a esas labores;

b) para que los hermanos ya dedicados, se formen profesionalmente para llevar con maestría dicha tarea;

c) para que con más acierto se difundan eficazmente las informacio- nes a toda la Orden.

257.-Denunciamos también que el Centro Dominicano Fara los M.C.S. presentó relación de los trabajos realizados en este trienio, la cual, des- pués del debido examen, aprobó el Capítulo.

258.-Expresamos las gracias al P. Johann Mills por su labor en la institución del referido Centro, que promete ser de gran importancia pa- ra el apostolado de la Orden y asimismo para las relaciones que mantie- ne la Orden con Organismos Internacionales dedicados a estos medios, si bien persisten algunos problemas que luego se mencionarán.

259.-Siguiendo la pauta de precedentes Capítulos Generales, gusto- samente reconocemos la labor llevada a cabo por el ID1 en transmitir in- formaciones y fomentar la comunicación entre las ramas de la Familia Dominicana. Deseamos también que el ID1 trabaje más para formar y ex. presar una auténtica opinión pública en la Orden.

Exhortaciones

260.-Exhortamos a los frailes:

a) a que se sirvan de los medios según el carisma de la Orden para acusar las injusticias, socorrer a los pobres y marginados, clamar en favor de aquellos que sufren opresión en sileilcio y promover programas con que se construya una nueva sociedad conforme al Evangelio;

b) a que en esta materia cultiven gustosos la colaboración ecuméni- ca, dadas las no pocas oportunidades de que los fieles cooperen juntos en los medios de diversas confesiones cristianas;

c) a que en su actividad apostólica denuncien las argucias de todo género, con que se manipulan dichos medios y se abusa de ellos;

d) a que procedan discretamente en la selección de medios que sir- van a las distintas comunicaciones, eligiendo aquellos que son más aptos a su propia índole personal y a la mentalidad de los desti- natarios, los más convenientes a cada tiempo y ambiente social, o que proporcionen mayor eficacia en el anuncio del Evangelio (v. gr.: fotocopias, panfletos, «comics», etc.);

e) a que procedan con toda pericia en su tratamiento, dada la efica- cia con que influyen en la mentalidad de los hombres, de modo que los dirijan al servicio del Evangelio, sin caer incautamente bajo el dominio de los medios;

f) a que se muestren preparados para ayudar con sus consejos a quie- nes trabajan en dichos medios.

Recomendactones

261 .-Recomendamos que el Centro Dominicano para MCS perrna- nezca erigido en Sta. Sabina, y que la función de su Director sea:

a) sensibilizar sobre estos medios a todos los frailes, sin excluir a los de la Curia Generalicia;

b) coordinar e impulsar las acciones de los promotores de estos me- dios;

c) proponer programas de formación (cfr. nn. 265-67) y ofrecer abun- dancia de instrumentos pedagógicos y técnicos;

d) representar a nuestra Orden en los Organismos constituidos para dichos medios;

e) ofrecer al Maestro de la Orden, a sus asistentes y demás modera- dores de la Orden, asesoramientos cuando fuera oportuno tratar de dichos medios públicos (v. g.: la prensa).

262.-Para lograr ésto con más eficacia, recomendamos que el director de dicho Centro tenga derecho de asistir al Consejo Generalicio y que en la Curia Generalicia goce de las facultades necesarias.

263.-Exhortamos encarecidamente a los Priores Provinciales y Vica- rios Regionales que cuiden con esmero de la instrucción de los frailes en el uso de los medios de comunicación y en los problemas que surgen de su utilización apostólica.

El Capítulo General de Quezon City ordenó (n. 32) que en cada Pro- vincia se designe un hermano para promover el apostolado de las «mass- median. Mas tratando de evitar que tal género de promotores brille por su inutilidad, ordenamos que las Provincias se consulten entre sí para instituir promotores nacionales o interprovinciales, cuya función será, en unión con el Centro Dominicano de MCS:

a) animar a los hermanos a que, reconociendo la importancia de esos medios, trabajen gustosos en ellos y a través de ellos, salvadas las reservas antes indicadas;

b) suscitar vocaciones entre los que trabajan en dichos medios;

C) atender a que los programas de formación se apliquen de hecho en las Provincias, mostrándose dispuestos a ayudar en su aplica- ción;

d) coordinar el intercambio de informaciones, de programas y sub- sidios (v. gr.: «cassettes», audiovisua'es, diapositivas, etc.).

Comisión

264.-Encomendamos al Maestro de la Orden que cuide de la institu- ción de los mencionados promotores y elaboración de sus estatutos, y sobre todo atienda a que sus presupuestos se coordinen, de modo que las regiones con escasos recursos no sean gravadas con inconvenientes car- gas económicas.

Ordenaciones

265.-Ordenamos que los moderadores de formación, tanto inicial co- mo permanente, en unión con el director del Centro Dominicano para MCS, confeccionen programas de formación según ordenación de Que- zon City (pág. 32). para mejor instrucción de los frailes en los medios de comunicación.

266.-Ordenamos igualmente que los regentes de estudios pongan en práctica lo establecido en la Ratio Studiorum Generalis sobre esta ma- teria.

267.-Los moderadores de la formación, con al ayuda del Centro Do- minicano para los MCS y sus promotores nacionales o interprovinciales,

deben cuidar que los estudiantes y otros hermanos adquieran alguna ex- periencia directa y práctica de los medios:

a) aprendiendo los modos y términos lingüísticos utilizados en dichos medios, así como los criterios con los que se rigen sus activida- des;

b) discerniendo las oportunidades y los peligros latentes en ellos;

C) instruyendo a otros adultos, adolescentes o niños, a servirse de los medios sin dirigirlos a la alienación de los hombres;

d) adaptando prudentemente los medios a su ministerio apostólico

Exhortación

268.-Exhortamos a que se promuevan investigaciones teológicas so- bre los medios en los centros dominicanos de estudios y en las universi- dades seculares, según la tradición científica e intelectual de nuestra Orden. Entre otros temas que pueden proponerse para tal investigación, indicamos, por vía de ejemplo, los sigiuentes: enunciación de la fe pro- movida o impedida por los medios; valores éticos dentro de la cultura que los medios pueden destacar; acción de los medios en las relaciones sociales; filosofía de los medios: etc.

FAMILIA DOMINICANA

Denunciaciones

269.-Denunciamos que fue celebrado en Bolonia, los días 11 a 16 de abril de 1983, el Simposio de toda la Familia Dominicana, que había si- do proyectado por los dos Capítulos Generales preczdentes (QC. 68, W. 96).

270.-Denunciamos asimismo que una comisión de peritos, institui- da por el Maestro de la Orden, preparó un esquema de ({carta fundamen- t a l ~ , que posteriormente fue enviado a las diferentes ramas de F. D. Con las muchas y diversas respuestas que llegaron al Secretariado General, se redactó un texto corregido que fue propuesto para el Simposio Inter- i~acional. El desarrollo de la Familia Dominicana, que los Capítulos Ge- nerales sucesivos promovieron con ahinco (MA. 224-238, QC. 64-68, W. 92-102), consiguió de alguna manera la cota más alta en Bolonia, reunien- do delegados de todas sus ramas de casi todo el mundo. Un Congreso de tal índole no había tenido nunca lugar en la historia de la Orden, .

Después de largos y laboriosos diálogos tenidos entre los participan- tes del Simposio, convinieron los delegados en la publicación del lla-

maao documento de Bolonia*, acerca del cual hizo la siguiente declara- ción el mismo Simposio: «El título de "carta" no parece adecuado al do- cumento, que no es jurídico sino que debe expresar solamente la reali- dad de la Fam. Dom.» (ASOP. 1983, p. 31).

La convergencia de la Fam. Dom. en este documento señala el gran valor histórico del momento, aun cuando el documento publicado ha- bla con palabras sencillas de N. P. Santo Domingo, de la vocación de las diversas ramas de la Familia y de las relaciones existentes entre ca- da una de ellas y las demás. El Maestro de la Orden concluyó con estas palabras el discurso inaugural del Simposio: «Esta asamblea elegida por los secretariados nacionales, representa directamente a la Fam. Dom. En consecuencia, goza de plena Iibertad de discusión; podrá proponer a las instancias oficiales de las diferentes ramas sus ideas y nuevas aspi- raciones. Cada grupo y cada entidad, conforme a sus propios estatutos, verá posteriormente qué es lo que puede o debe hacer*.

Movidos por estas palabras proponemos el Documento de Bolonia a todos los hermanos como algo del mayor interés, que a nadie en el fu- turo le será lícito menospreciar.

Declaración

271.-Ha de tenerse en cuenta que la evolución de la Fam. Dom. no ha conseguido todavía llegar a su plenitud. Por ello, en el Documento de Bolonia, se trata de ella no como una institución sino como un movi- miento, y en cuanto movimiento vive especialmente en los grupos regio- nales y se ve afectado de formas variadas por las diferentes circunstan- cias locales. Mientras duren las cuestiones oscuras y a esclarecer entre los miembros de las diferentes ramas acerca de su propia identidad, es evidente que no se puede formular de modo definitivo la naturaleza y los variados aspectos de toda la Fam. Dom.

En consecuencia, el Documento de Bolonia, que alabamos, no ha di- cho la última palabra sobre Fam. Dom., al contrario, nos convoca a en- mendarlo y completarlo pacientemente. En cuanto que el documento no tiene ninguna fuerza jurídica, no se puede impedir a los hermanos que libremente discrepen de él; pero, en cuanto que ha sido aceptado por toda la Fam. Dorn., a ninguna rama de la misma Fam. Dom. se le permi- te que ella sola lo apruebe o rechace.

Exhortaciones

272.-Exhortamos a todos los hermanos a que se adeiitren en el Do- cumento con atención y sentido crítico; que lo contrasten con cuanto se dice en el LCO y en las Actas de los Capítulos Generales, con la propia experiencia de todos los que pertenecen a Fam. Dom., así como con las opiniones dadas, o que puedan darse, de los teólogos peritos en historia de la Orden. Llevados por el estudio crítico y por la experiencia, podre- mos en el futuro declarar con mayor precisión aquello, que quizás, en este Documento se ha establecido con fórmulas demasiado generales.

Los hermanos, que se adentren en el Documento a través del estudio y de la praxis, han de tener presente, en particular, lo que sigue:

a) la vocación de N. P. Santo Domingo, de contemplar y dar a los de- más lo contemplado;

b) la unidad fraternal de todos los que participan como ramas de la Fam. Dom., cuyo principio y signo de unidad -por todos recono- cido-, es el Maestro de la Orden, así como la autonomía, igual- dad e interdependencia de las diversas ramas;

c) la fidelidad de cada una de las ramas a su particular vocación, es decir: hermanos clérigos y cooperadores, monjas, hermanas, miem- bros de institutos seculares y de fraternidades sacerdotales y lai- cales (cfr. LCO. Const. Fund. IX);

d) la fidelidad en la predicación del evangelio (cuando los pobres pa- san hambre, la paz está amenazada, las minorías son tratadas con odio, y padecen la opresión y la persecución), y ia constancia en la prosecución de la justicia de Dios.

Exhortación

273.-Exhortamos a todos los hermanos a que envíen al SGFD de Ro- ma sus opiniones sobre el Documento de Bolonia, tanto si son laudato- rias como si son adversas.

274.-Recomendamos vehementemente al SGFD que promueva la in- vestigación sobre temas dominicanos, que le lleve más zdelante al estu- dio de los fundamentos teológicos, jundicos e históricos del concepto de «Familia Dominicana».

275.-Denunciamos que el Capítulo General recibió con gozo la rela- ción de los trabajos realizados por el SGFD en los aÍíos precedentes. En- comendamos, así mismo, que sea potenciada la labor del mismo SGFD.

276.-Para fomentar la colaboración real y práctica, en comunión y complementariedad, entre las diversas ramas de la Fam. 'Dom. promué- vanse donde existan e institúyanse donde aún no existan los secretaria- dos nacionales, regionales e incluso locales, en cuanto sea posible (cfr. Doc. de Bolonia, 3.2).

277.-Declaramos, que no sólo los hermanos sino también las herma- nas de nuestras congregaciones religiosas y los laicos, hombres y muje- res, de la Fam. Dom. debidamente formados, pueden ejercer el oficio de directores de las fraternidades.

278.-Encomendamos que la docencia en los institutos dominicanos de estudios no sólo sea ejercida por los hermanos sino también por los miembros de las otras ramas de Fam. Dom.

279.-Nos alegramos de la cooperación existente entri: los diversos grupos de Fam. Dom. en la evangelización, y exhortamos vehementemen- te a los hermanos a que prosigan o inicien tal cooperación con los de- más miembros de Fam. Dom., por ejemplo en la predicación, en la di- rección de ejercicios espirituales, movimientos de espiritualidad y gru- pos juveniles, en las catequesis, en cursos de formación, en la promo- ción de vocaciones, en las obras de justicia y paz.

Exhortación

280.-Exhortamos vehementemente a nuestros hermanos a que, si- guiendo las huellas de N. P. Santo Domingo, ayuden a las monjas con alegría y gran generosidad en el ministerio pastoral, en la formación permanente y en la promoción de vocaciones a la vida contemplativa.

Denunciación

281.-Denunciamos que las Constituciones de las monjas, por ellas mismas corregidas, esperan ahora la aprobación definitiva de la Sagra- da Congregación de Religiosos e Institutos Seculares.

282.-Denunciamos que el promotor general para el laicado presentó la relación de los trabajos realizados, relación que fue aprobada por el Capítulo.

283.-Encomendamos al Maestro de la Orden que, cuanto antes, se celebre el Congreso Internacional de laicos dominicanos, en el cual se estudie la adaptación y renovación de la regla de las fraternidades.

284.-Denunciamos que en diversas Provincias ya están erigidas nue- vas agrupaciones de laicos, bajo la protección de la Orden. Encomenda- mos que tales agrupaciones, del modo que oportunamente se vea, se ri- jan por estatutos aprobados por el Czpítulo Porvincial de los frailes. (Así pertenecen en sentido amplio a la Familia Dominicana).

285.-Exhortamos vehementemente a los promotores provinciales de las fraternidades de laicos o promotores provinciales de Pam. Dom., que busquen las estructuras idóneas mediante las cuales aquellos laicos que, de diversos modos quieren asociarse a la Fam. Dom., puedan ser admi- tidos o incorporados oportunamente.

286.-Finalmente, encomendamos al próximo Congreso Internacional de laicos, que profundice en la evidente necesidad de nuevas formas de agrupaciones y comunique su parecer y propuestas concretas al Secre- tariado de Fam. Dom.

287.-Denunciamos que Fray Innocenzo Venchi, Postulador General de beatificaciones y canonizaciones, presentó relación de su obra en es- tos tres años, que hemos aprobado.

288.-También denunciamos, con acción de gracias, que el Sumo Pon- tífice, Juan Pablo 11, ha concedido motu propio y por letras apostólicas,

dadas el 3 de octubre de 1982, el culto litúrgico de Juan de Fiésole, con título de «Beato» (Beato Angélico).

289.-Denunciamos, que ha sido publicado el 14 de mayo de 1983 por la Sda. Congregación de las Causas de los Santos, el decreto sobre virtu- des del siervo de Dios Jacinto Cormier.

290.-Denunciamos, con acción de gracias, que Fr. Veilturino Alce ha editado, con ocasión de este Capítulo General, un libro amenísimo sobre el Beato Juan de Fiésole.

291.-E1 Capítulo General recomienda vivamente, que la causa del doctorado de S. Antonino sea promovida; asimismo, la causa de ca- nonización del B. Jacobo de Ulma, la causa de beatificación de Jerónimo Savonarola y Compañeros, y la causa de beatificación de Samuel Mazzu- chelli.

292.-Especialmente recomienda el Capítulo que sea introducida la causa de beatificación de Bartolomé de las Casas. Y exhortamos a que en todas las Provincias de la Orden se celebre, en cuanto sea oportuno, el quinto centenario (1984) del nacimiento de Bartolomé de las Casas.

293.-Denunciamos que se prepara en España la edición crítica de todas las obras de Bartolomé de las Casas por el «Instituto Bartolomé de las Casas», bajo la dirección del Padre Isacio Pérez; la cual edición vivamente recomendamos, encargando, además, que se suscriban a la misma las Provincias de toda la Orden.

CAPÍTULO XVII

POLITICA ECONOMICA DE LA ORDEN

Introducción

294.-Por primera vez la Comisión Capitular que trata las cuestiones económicas es denominada ((Comisión de Política Económica de la Or- den)). Dicha denominación describe mejor la función de la misma, llama- da antes «Comisión de Materia Económica)).

La cuestión económica, en efecto, no consiste en el mero cálculo y recuei~to del dinero; es más bien, la parte integradora de la política glo- bal de la Orden y a la vez su expresiói~ en las cosas materiales y en la administración del dinero.

Siempre fue verdad, y hoy con mayor razón, la sensibilidad que la Iglesia y la Orden manifestaron hacia las exigencias de justicia y paz en el mundo y la aspiración a una verdadera comunión con los pobres. Son signos de los tiempos, que no pueden menos de afectar a la práctica eco- nómica de la Orden.

Sin duda, nuestra situación económica ejerce un influjo en nuestras comisiones, realizaciones y opciones. Es necesario que nuestra economía se ajuste a nuestras palabras y exista una concreta relación entre la as- piración a la justicia y el guardar solidaridad, tanto entre nosotros, den- tro de la Orden, como entre los pobres del mundo actual.

Para elaborar la política económica de la Orden, el Capítulo General tuvo siempre en su mente estas intenciones y cuidados, para que, poco a poco, los llevemos a la práctica.

El servicio que la economía puede prestar a la Orden en la prosecu- ción de una mayor justicia, requiere la superación de nuestros modos particulares de juzgar, aunque nos parezcan legítimos. Requiere también mayor cooperación entre los superiores y los encargados de la adminis- tración económica. Y, por fin, exige en todos mayor información, concer- tación más profunda y afinada rectitud.

Denunciaciones

295.-Denunciamos que el síndico de la Orden, Fr. Louis M. Trouiller, presentó relación económica de la Curia Generalicia y de muchos Insti- tutos de la Orden, relación que fue aprobada por el Capítulo General.

El Capítulo General dio gracias al P. Trouiller por el gran trabajo lle- vado a cabo en la preparación de dichas relaciones.

296.-Denunciamos que la relación de ingresos y gastos, pertenecien- te al Maestro de la Orden, ha sido presentada y aprobada.

297.-Denunciamos que la Comisión formada en el Capítulo de Wal- berberg (W. 169) ha realizado su trabajo bajo la moderación del P. Walla- ce. A él y a la mencionada Comisión agradecemos el que hayan estable- cido, sobre fundamento más sólido, el estado económico de las edicio- nes de «La Leonina».

Ordenaciones

298.-Ordenamos que la cantidad de 196.622.941 liras italianas que ha de entregarse al Angelicum, como gastos por el Capítulo General, se distribuya así: La suma de 147.466.941 liras (75 %) considérese como contribución particular que la Orden ofrenda al Angelicum.

Las restantes sean abonadas al Angelicum en el plazo de 5 años, dis- tribuidas según el cá!culo de los distintos gastos, de modo que al con- vento de Sto. Domingo y San Sixto se devuelvan 26.622.000 liras y a la Universidad (PUST) 22.534.000 liras.

299.-En Walberberg n. 160, 4, suprímase «et Consilio Generalition.

300.-Ordenamos que la suma, más allá de la cual el Maestro de la Orden no puede conceder licencia de gastos sin su consejo, sea de 25.000 dólares USA (cfr. LCO 592).

Comisión

301.-Encomendamos al Maestro de la Orden que anime a los mode- radores de «L'Ecole Biblique~ a perfilar la estructura y política económi- ca de su Instituto y a buscar nuevos ingresos para las necesidades del mismo, así como a trabajar en el aumento del número de estudiantes.

Ordenaciones

302.-Ordenamos que la suma para los gastos ordinarios, o presu- puesto ordinario, para el año 1984 :<a: ,675.800 dólares USA. De esta su- ma, las Provincias han de contribuir con 536.500 dólares USA.

303.-Cada año, a partir de 1985, pueden aumentarse las contribucio- nes, pero no más allá del 10 % de las tasas del año precedente en dinero nacional.

Ordenamos que la tasa ha de pagarse en dólares USA, según el cam- bio oficial de la Bolsa de Nueva York, que el síndico de la Orden indicará.

304.-Es necesario, además, proponer unas tasas respecto al presu- puesto extraordinario. Ordenamos por ello, que la suma a proveer, para los gastos extraordinarios de los años siguientes, sea: 75.000 dólares USA. Los cuales han de ser tributados por las Provincias.

305.-Los gastos generales por el Capítulo (91.000 dólares) han de ser pagados proporcionalmente por la Curia Generalicia y por todas las Pro- vincias (cfr. LCO. 575, 11 2).

306.-Ordenamos que, para el futuro, los gastos de viaies de los que vayan al Capítulo General sean iguales para cada individuo, según un mecanismo de igualación, de modo que cada uno de los capitulares, de cualquier punto de donde vengan, de hecho paguen el mismo dinero por el viaje.

A N E X O

MUTACIONES EN EL LIBRO DE CONSTITUCIONES Y ORDENACIONES

Advertencias

307.-Para una presentación más clara de los cambios del LCO, rea lizados en el Capítulo, se ha de del mismo modo que se hizo cn las Actas del Capítulo General de Walberberg (cfr. n. 183).

Se mantiene el orden de los números del LCO. En todos y cada uno de los números se indica si el texto ha sido aprobado por primera, se- gunda o tercera vez, con.arreglo a los siguientes signos:

* " .v. constitución confirmada: en tres capítulos; ** constitución aprobada: en dos capítulos; " constitución incoada: en un capítulo;

[O] aprobación o incoación de la Constitución hecha «con ordena- ción»;

b b ordenación votada por segunda vez; ordenación votada por primera vez;

[A] texto suprimido.

Los textos nuevos van impresos en caracteres cursivos. Sin embargo, dado que, para una buena interpretación de los cam-

bios efectuados es necesario conocer el texto anterior v su historia, las referencias a los Capítulos precedentes se dan con las siguientes siglas: QC = Quezon City 1977; W = Walberberg 1980.

308.-Teniendo en cuenta la declaración del Capítulo General de Wal- berberg en el n. 184 sobre el número 276, 1, LCO, el Capítulo Romano cambió también ((técnicamente)) algunos textos, sin que sufriera altera- ción la sustancia de la ley.

La abreviatura «Tecn» indicará los siguientes cambios que se han hecho:

a ) para acomodar el LCO al nuevo CIC, cfr. LCO iin. 168, 11; 180; 195, 11; 201, 11; 204; 210;

b) para armonizar los nuevos textos con otros números del LCO, cfr. LCO 253, 1; 257, 11; 330;

c) para introducir un simple cambio en la redacción, cfr. LCO nn. 308, 11; 348, 11-111; 480, IV, 8.".

Además, el Capítulo General Romano decretó que en la nueva edición del LCO en los números 548, 1; 561; 563, 11; 566; 567 se introduzca la pa- labra ((prior)), de tal forma que se lea siempre ((el Prior Provincial)).

CAMBIOS VERIFICADOS

309.--(QC-194; W-188). *** 61 Const. 111: Cuando por causa justa el oficio dzvino no pueda

celebrarse en el coro, Izágase en otro lugar, de manera que los fieles pue- dan participar activamente en la oración litúrgica de los hermanos.

310.-(QC-195; W-189). *** 63 Const.: Todos los frailes están obligados a ia Misa conven-

tual y al oficio divino celebrado en el coro y cada uno tenga conciencia de la obligación en común.

Los que no pueden asistir a la celebración común, si no son profesos solemnes, digan en privado al menos laudes y vísperas.

31 1.-(QC-196; W-191). *** 66 Const. 11: Todos los frailes han de dedicar cada día al menos

inedia hora a la oración mental en el tiempo determinado por el capítulo conventual, y en cuanto fuere posible, en común.

312.-(W-193).

73 Ord., 11, 2.": Cada fraile no sacerdote participe en una misa. Hágase lo mismo en el convento de asignación, si el fraile estuviera

asignado fuera de la Provincia de afiliación.

313.-(W-195).

*" 89 Const. 1: como en LCO: " 11: En este oficio es ayudado por la comisión encargada de la vida

intelectual de la Provincia. Los miembros de esta comisión son el regente de esttidios, que será su presidente, el promotor de la formación perma- nente, el supremo moderador de cada uno de los centros institucionales y los demás que, segzin los Estatutos de Provincia, son seleccionados en- tre los moderadores de los centros, entre los lectores conventuales y otros peritos. Incumbe a esta comisión, bajo la autoridad del Prior Provincial:

l." proponer y aplicar el «plan particular de estudios» de la Provincia; 2." coordinar la actividad de los centros de estudios de la Provincia; 3." organizar las reuniones de estudios y conferenciai; 4." ayudar a los lectores conventziales y recabar su colaboración; 5." informar anualmente de sus trabajos al consejo de Provincia. " 111: Es ayudado, asimismo, por el promotor provincial de forma-

ción permanente, que debe ser designado por el capítulo y c u ~ o cargo y dedicación quedarán determinados el7 el capítulo provincial.

** IV: Las Vicarías de la Provincia establezcan en sus Estatutos un nzodo análogo de promover al estudio.

314.-(W-196). ** 91 Const. 1: Si bien en cada convento debe florecer la vida inte-

lectual, sin embargo ha de haber centros en los que los frailes se consa- gren de manera especial al estudio.

11: Un centro de estudios en la Orden es tina comunidad de frailes que se entrega al estudio con plena dedicación y de forma estable; cons- ta al menos de tres frailes, a~lornados de las debidas cualidades; de una biblioteca adecuada, de material auxiliar parri S L L trabajo v dotada de un fondo económcio permanente.

111: El centro puede ser parte de otra comurzidad conventual. Puede contar entre sus miembros, frailes de otros conventos.

IV: Los derechos y obligaciones de cada centro 'de estudios de la Pro- vincia, lo mismo que su régimen, deben ser incluidos en el «Plan de Es- tudios de la Provincia» ?! aprobados en la misma.

V : Los centros de estudios de la Orden destaquen por un valer real- mente científico y tengan relaciones con otras instituciones semejantes y con el mundo universitario de la región.

315.qW-197). ** 92 Const.: Entre los centros de estt.idios de la Provincia, los prin-

cipales son:

l." centro de estudios institucionales, que es la comunidad constitui- da por los estudiantes de la Orden y por los profesores que dirigen sus estudios institucionales, filosóficos y teológicos, según la traclición de la Orden;

2." centro de estudios stiperiores, que es la comunidad de frailes que rige las instituciones en las que se inzparten los ctirsos académicos al me- nos para el grado de licencia; estas instituciones son las facr4ltaJes ecle- siásticas y las universidades, que son de la Orden o están encomendadas a su ctistodia;

3." centro de estudios especiales, que es una comunidad de frailes que se dedica a la investigaciólz, a publicaciones y programas de alguna ma- teria especial, incluso sin actividad didúctica;

4." centro de formación permanente, que es la comunidad de frailes que atiende, investiga, prepara y ofrece programas aptos, sobre todo, para los que desernpefiali un ministerio en la Iglesia.

316.

* 92 bis Const.: Los ~noderadores de cada uno de los centros son nortlbrados segtín los estatutos del i~zismo. En el estatuto determínese la relación entre el regente y el ~moderador. Los moderadores, o al menos parte de ellos, son por- derecho miernbros de la comisión de vida inte- lectual de la Provincia. El director del centro de estttdios iizstitucionales puede ser al mismo tiempo regente, en cuyo caso, otro moderador del centro se convierte eit miembro de la comisión de vida intelectual de la Provincia.

317.qW-199). "" 93 Const., 1: Haya en la Provincia un regente de estudios que,

bajo la autoridad del Prior Provincial y con el consejo de la comisión de vida intelectual de la Provincia, segúrz el Estatuto de Provincia:

1." promueva y coordiize roda la vida intelectual de la Provincia;

2." cuide de manera especial del centro de estudios institucionales de la Provincia, y procure que, en el mismo sea observado el ((Plan de Es- tudios de la Provincia» y cualquier otra legislación de la Orden;

3." colabore en el cumplinzierzto del programa de formación perma- nente, establecido por la comisiórr de vida intelectual de la P~ovincia;

4." fomente con los lectores conventuales la promoción de estudios de la Provincia;

5." promueva otros centros de estudios en la Provincia a tenor de los propios estatutos, y fomente también la colaboración entre esos centros y el de estudios institucionales de la Provincia;

6." preste su ayuda al Provincial en la solución de las czdestiones doc- trinales;

7." ocúpese de la planificación de la vida intelectual de la Provinciu y de la preparación de los especialistas, que se requieran en la misma Provincia y en los centros de estudios de la Orden.

11: Para que uno pueda ser nombrado regente de estudios se requiere: 1." que tenga el título académico exigido a los profesores de un cen-

tro de estudios superiores; 2." que tenga alguna práctica de enseñanza, sobre todo, en materias

filosóficas y teológicas; 3." que sea conocido por su dedicación al estudio y doctrina.

111: El regente es propuesto por el Prior Provincial con su consejo, oído el parecer de la comisión de vida intelectual, y es instituido por el Maestro de la Orden. Durante SLL cargo:

l.'" por razón de su oficio, es miembro del consejo de Pr,ovincia; 2." también por razón de su oficio, es presidente de la coínisión de

tida intelectual; 3." tiene una partida económica en el presupuesto de la Provincia; 4." no puede ser promocionado a otros oficios que le aparten del ejer-

cicio de su cargo.

[A] 112 Ord., 1: Los superiores en misiofies deben preocuparse más de erigir conventos, que de mantener territorios, a fin de que los frailes puedan entregarse con entera libertad, conforme al carisma propio de la Orden, al ministerio de la palabra.

*** 142 Const.: Las monjas de la Orden, según el propósito de San- to Domingo, en su vida religiosa contemplativa se entregan totalmente a la comunicación con Dios, de la cual se nutre la vida apostólica de los frailes así como las demás ranzas de la Familia Dominicana, dando a la vez testimonio de oración, silencio y penitencia.

168 Const., 11: Los que fueron separados de nuestra Orden o de otra religión, para ser de nuevo admitidos en la Orden, previo el consenti- miento del consejo de Provincia, se requiere:

1." la admisión por el Prior Provincial, si hubieren sido novicios;

2." la admisión por el Maestro de la Orden, con el consentimiento de su consejo, si hubieren emitido la profesión temporal, guardando lo pres- crito en el Can. 690, 1.

[A] 3.".

321 .-(QC-198; W-209). *** 173 Const., 1: Hecho el examen de los candidatos, reúnase la

asamblea y en voto secreto emita su parecer sobre la admisión o rechazo de cada uno de los candidatos.

11: El presidente de la asamblea informe después de todo al Prior Provincial, a quien compete en definitiva la admisión, pero, de tal ma- nera, que no puede admitir al candidato rechazado por la asanzblea es- pecial.

3 2 2 . 4 W-211).

** [O] 178 Const., 11: El noviciado da comienzo con la declaración hecha por el legítimo superior, conforme a la norma n. 175. Esta decla- ración y afiliación (nn. 267, 268) debe ser registrada y firmada por el no- vicio y dos testigos en el libro de admisiones (cfr. LCO, apéndice n. 6).

323.

* [O] 178 Const., 111: El noviciado debe durar por lo inenos un año. Según determine el capítulo provincial, ese año puede ser interrumpido o dividido en varias partes, pero de tal forma que el iloviciado íntegro quede terminado dentro del espacio de dos años. Pueden tenerse uno o varios períodos de tiempo de actividad formativa de los novicios fuera

de la comunidad del noviciado. En todo esto obsérvese lo prescrito en los Can. 648-649.

IV: Como en LCO.

180 .Const., 1: El noviciado debe hacerse en un convento canónica- mente erigido para ello, mediante un decreto dado por el Maestro de la Orden, con el consentimiento de su consejo, y en ,el que realmente tenga vigor la vida dominicana y apostólica.

11: En casos particulares, y como excepción, el Maestro de la Orden, con el consentimiento de su consejo, puede conceder que el candidato haga su noviciado en otra casa de la Orden, bajo la dirección de algún religioso de buenas cualidades, que desempeñe las veces de maestro de novicios (Cfr. Can. 647, 2).

111: El superior mayor puede permitir que el grupo de novicios per- manezca durante algún tiempo en otra casa de la Orden por él designada (cfr. Can. 647, 3).

3 2 5 . 4 W-213). ** 182 Const., 11: Perduran (los m.aestro3 de novicios) en su cargo

hasta el día en que el capitulo siguiente designe. que comienza su cargo el nuevo maestro.

195 Const., 11: Esta profesión se hace por un trienio; según el Esta- tuto de Provincia, esta profesión puede hacerse 'por uno o ,dos años, de forma que debe renovarse para completar el trienio (cfr. Can. 655).

327 .-( W-2 16). * * 197 Const.: Para la validez de la primera profesión se requiere:

[O] 1." que el que la ha de emitir, haya cumplido los dieciocho años; 2." que no la haga antes del día del aniversario en que comenzó el

noviciado, a no ser que sea anticipada con dispensa del Prior Provincial, pero no más de quince días;

3." consentimiento.. . 4." consentimiento.. .

201 Ord., 11: Quienes vienen a la Orden de otro Instituto Religioso, li- gados con votos perpetuos o solemnes, con el consentimiento del Maes- tro de la Orden y de su propio Superior General y con el consentimiento de su respectivo consejo, no pueden hacer profesión solemne sino des- pués de un trienio y siempre hecho el noviciado, notificando al superior general del Instituto de origen que ha hecho los tres años de prueba en la Orden (cfr. Can. 684, 1-2).

204 Ord.: Cesan los votos simples (temporales): l." por (haber transcurrido el tiempo para el que fueron hechos o re-

novados; 2." por el permiso de salir de la Orden concedido por el Maestro de

la Orden con el consentimiento de su consejo (cfr. Can. 688); 3." por expubsión de la Orden hecha conforme a la norma del derecho

común (cfr. Can. 694-704).

t b 207 Ord., 1: Cuando un fraile permaneció en el convento de su Provincia durante un año, en .el caso de un clérigo puede considerarse como tal el curso académico, el Prior Provincial puede admitirle a la profesión si el voto del capítulo y del consejo conjuntamente, o al menos el de uno, fuere favorable, pero no, si uno y otro son desfavcurubles. En las casas en donde, conforme al LCO n. 333 son iguales el consejo y el capitulo, da otro voto el consejo de Provincia, y en las Vicarías lo da el consejo del Vicariato.

11: Cuando el fraile permaneció fueru de la Provincia durante el año unterior, el voto del capítulo y del consejo son solamente consultivos. Se requiere siempre, sin embargo, el voto del consejo de la Provincia de afiliación. Si fuere favorable, el Prior Provincial puede admitir al fraile n la profesión, pero no si es desfavorable.

111: como en LCO.

bb 208 Ord.: Los frailes profesos solemnes, asignados por razón de estudios a algún convento fuera de su Provincia, no tienen voz en el ca- pítulo cuando se trata de admitir a la profesión a los frailes de otras Provincias; sin embargo, se les puede consultar antes del capítulo y del

consejo si se trata de la profesión de frailes estudiantes de otras Provin- cias que viven con ellos en el convento.

210 Ord.: Sin demora alguna, la profesión solemne debe hacerse en el mismo día en que se cumple el tiempo para el que fue ;hecha la profe- sión temporal, a no ser que, con dispensa del superior mayor, por causa justa, sea anticipada, pero no más de un trimestre (cfr. Can. 657, 3). Mas, si fue prorrogado legítimamente el tiempo de la profesión temporal por el religioso, éste, cumplidos los requisitos, puede ser admitido a hacer legítimamente la profesión solemne, antes de que se cumpla el tiempo para el que fue prorrogada.

333.-(QC-199; W-219). *** 217 Const., 1: Los frailes cooperadores, una vez ,que hayan ter-

minado el noviciado, ,han de permanecer durante tres años íntegros en un convento destinado para su formación bajo el cuidado de su propio maestro en cuanto a la formación espiritual y humana; bajo el cuidado del regente o de algún fraile idóneo designado por el Prior Provincial con su consejo en cuanto a la formación intelectual y profesional.

3 3 4 . 4 W-223). ** 230 Const.: Es incumbencia especial del Maestro de la Orden: l ." erigir tos centros de estudios institucionales; 2." nombrar los regentes; 3." hacer y promulgar el Plan General de Estudios, y, teniendo en

cuenta los cambios de los tiempos, adaptarlos de manera conveniente; 4." aprobar los planes de estudios particulares.

335.-(W-225). ** 231 Const.: Es incumbencia especial del Prior Provincial: l ." determinar con su consejo el modo más apto de procurar la for-

mación de 10s frailes, teniendo en cuenta lo dicho en LCO n. 234; 2P proponer con su consejo el regente al Maestro de la Orden, oída

la comisión de vida intelectual; 3." preparar profesores en número conveniente, aptos para la forma-

ción de los frailes; 4." conferir a los frailes la tarea de enseñar en los centros de estudio

de la Provincia, a tenor de sus estatutos;

5." someter el plan de estudios particular a la aprobación del Maes- tro de la Orden.

3 3 6 . 4 W-226). "* 232 Const.: Los estudios institucionales, en lo posible, háganse

dentro de la Orden, según la índole propia de nuestro estudio (cfr. LCO nn. 76-83). Pero, si pareciere oportuno que no se hagan dentro de la Or- den, la Provincia, con el consentimiento del Maestro de la Orden, dispon- ga el modo más adecuado de procurar la formación de los frailes, salva- da siempre la fidelidad hacia la tradición doctrinal de la Orden.

337.-(W-227). ** 233 Const., 1: Cada Provincia tenga su propio centro de estudios

institucioi~ales para que proporcione a sus estudiantes la /ormación in- telectual según la tradición de la Orden y de la Provincia. El conjunto de profesores de ese centro, constituido según el plan particular de estudios de la Provincia, tiene, bajo la presidencia de su moderador, la responsa- bilidad de los estudios institucionales de los frailes, aun cuand'o hagan los estudios fuera del mismo centro o, incluso, fuera de la Provincia.

11: El centro de estudios institucionales, en el que se zmparta el ciclo completo, establecido por el Plan de Estudios General de la Orden, ofre- ce de un modo óptimo la formación intelectual según la tradición de la Orden. Las Provincias, dentro de lo posible, establezcan y consoliden a esos centros.

111: En donde, por razón del exiguo número de estudiantes, carencia de profesores aptos y utilidad de colaborar con otros Institutos en bien de la Iglesia, el centro de estudios no ofrece a la Provincia el ciclo de estudios Icompleto, y los estudiantes, con el consentimiento del Maestro de la Orden, asisten a Institutos o Facultades que no pertenecen a la Or- den, el centro mismo ofrezca, no obstante, a los estudiantes algunos cur- sos o ejercitaciones para que tengan experiencia real de estudio dentro de la comunidad de la Orden, sobre todo, en materias que afectan a nues- tra tradición doctrinal.

IV: Cuando los estudiantes son enviados a centros de estudios supe- riores de la Orden, o a centros de estudios institucionales de otra Pro- vincia, permanezcan asignados al centro de estudios institucionales de la Provincia, vuelvan a él al menos para tener algunas experiencias de es- tudios dentro de la propia Provincia, y estén subordinados al cuerpo de profesores de aquel centro en cuanto a la planificación y coora'inación de sus estudios.

** 234 Const.: La cooperación en materia de estudios institucionales dentro de la Orden puede hacerse:

l." Constituyendo en algzcna nación o región, salvo el n. 233 del LCO, un centro de estudios institucionales interprovincial, en el cual se pueda ofrecer a los frailes de varias provincias el ciclo completo de estudios, según el plan general de la Orden. En ese centro, unidos los esfuerzos, sean elegidos numerosos profesores y bien dotados para lograr la mejor formación y promover el progreso científico. Esos centros, dentro de lo posible, sean erigidos como centros de estudios superiores. En el esta- blecimiento y régimen de estos centros obsérvense las normas del Plan de Estudios General y particular.

2." Organizando en el centro de una Provincia parte del ciclo de es- tudios (e. g. la formación filosófica para los estudiantes de dos o mus Provincias) y parte en el centro de otra Provincia. Esta colaboración ha d e regirse según el estatuto particular, acordado entre las Provincias.

3." Ofreciendo a las Provincias, que envían sus estudiantes al centro de alguna Provincia, cierta participación, al menos consultiva, en el ré- gimen de aquel centro.

4." Enviando los estudiantes a centros de estudios strperiores de la Orden, sobre todo, centros internacionales, quedando siempre a salvo el número 233.

3 3 9 . 4 W-229). ** 235 Const.: En lo que afecta al régimen (como antes LCO 232).

340.-(W-230).

** 236 Const.: Los moderadores del centro de estudios instituciona- les se instituyen según los estatutos propios del mismo centro.

341 .4W-323). ** 237 Const., 1: El centro de estudios institucionales lo dirige el

claustro de profesores bajo la presidencia del moderador. A este claus- lro compete, en el convento de estudios, promover todo lo que se refiere a los estudios, teniendo siempre en cuenta la formación integral de los frailes. Los planes de estudios determinarán qué profesores pertenecen al claustro de pleno derecho y qué participación tienen los estudiantes en ese claustro.

11: Los moderadores del centro, en el ejercicio de su cargo, están so-

metidos al Prior Provincial. En cambio, están sometidos al prior con. ventual en todo lo que se refiere a la vida religiosa y al régimen de la comunidad.

111: Los profesores y los estudiantes, bajo la autoridad de los mode- radores, colaboren gustosos en la promoción de los estudios.

253 Const., 1: La Provincia consta de tres conventos por lo menos; de éstos, dos al menos deben tener diez vocales. Además, entre todos los i~ocales de la Provincia han de ser por lo menos cuarenta.

343.-(W-233 + Tecn).

** [O] 257 Const., 1, l.": El Maestro de la Orden, con el consenti- miento de su consejo, puede erigir en Vice-Provincia a aquella que, en el territorio asignado, tenga al menos dos conventos propiamente dichos y veinticinco vocales; y que, además, por sus propios medios, reúna las condiciones establecidas para una nueva Provincia.

2." Preside la Vice-Provincia, como superior mayor, el Vice-Provin- cial elegido por el capítulo de la Vice-Provincia. La Vice-Provincia tiene las obligaciones y derechos de la Provincia.

344.

* [O] 257 Const., 11: En el territorio de alguna Provincia o Vice- Provincia, a causa de las exigencias locales o de una esperunza fundada de establecer la Orden de manera permanente, el Maestro de la Orden, oído previamente a los Frailes que hayan de ser asignados al Vicariato, con el' consentimiento de su consejo, y oído también el consejo de la Provincia a la que competa, puede erigir con territorio determinado un Vicariato General, que se rija por los estat~itos hechos por él mismo y aprobados por el Maestro de la Orden con su consejo.

E n ese caso, el Vicario General es instituido, la primera vez, por el Maestro de la Orden para cuatro años, oídos los frailes del Vicariato.

Las relaciones entre el Vicariato General y los demús Vicariatos que puedan haber allí, se habrán de determinar según el UIO, n." 395.

345.

* [O] 258 Const., 1: Si alguna Provincia durante tres años no tiene tres conventos o treinta y cinco vocales, el Maestro de la Orden, oído su consejo, declare que no tiene ya derecho a participar en los Capítulos

Generales como Provincia y redúzcala a Vice-Provincia, conforme al LCO n. 275, 1, a no ser que esté ya convocado el Capítulo General.

11: (como en el LCO). 111: (como en el LCO, cfr. W-235).

3 4 6 . 4 W-237). ** 277 Const.: Las incoaciones hechas en los Capítulos Generales no

entran en vigor hasta que hayan sido aprobadas y confirmadas por otros dos Capítulos y se hayan hecho constitución, a no ser que la incoación se haga con ordenación.

Pero las incoaciones hechas con ordenación, que son contra las cons- tituciones, no se hagan, sino rara vez y por causa urgente, la cual debe ser siempre declarada expresanzente por el Capítulo.

347.

" [O] 297 bis Const.: En los asuntos que se han de tratar, tiene fuerza de ley lo que, estando presente la mayoría de los que deben ser convocados, aprobare la parte absolutamente mavor, es decir, que rebase la mitad de los votos, no teniendo en cuenta los votos 17zlfos y las abs- tenciones.

308 Const., 11: Cuando se trata de admitir a la profesión, tienen voto todos los frailes de profesión solemne y deben ser convocados conforme al LCO, n. 208.

349.

* [O] 310 Const.: Incumbe al capítulo: l." elegir prior y también socio.. . 2." dar su consentimiento; 3.' votar. .. 4." enviar al capítulo.. . 5." elegir el lector conventual.

35O.-(W-242). 312 Ord. V:

Cuando se trata de la admisión a la profesión, debe estar siempre presente por lo menos la mitad de los que tienen voz y residen habitual- tlzente en el convento.

351.

317 Ord. 1: (como en LCO). 11: (como en LCO). 111: Sea convocado siempre el síndico para participar en las delibe-

raciones del consejo, UlAMqtAe sirz voz, a no ser que sea miembro del tntsmo.

IV: Sean convocados al consejo para ser oídos, los oficiales del con- vento, cuando se trate de asuntos que sean de la incumbencia de su cargo.

352. * [O] 326 bis Const., 1: El lector conventual es elegido por el ca-

pítulo conventual y confirmado por el Prior Provincial para tres años. , -

* [O] 326 Const., 11: Znculnbe al lector conventual, segtín las deter- minaciones del capítulo provincial:

l." promover el estudio de los problemas relacionados con la vida apostólica, teniendo en cuenta las deternzinaciones del capítulo conven- tual (n. 307);

2." procurar que sea renovada la biblioteca conventual y se adqlileran los libros necesarios;

3." cuidar que en su convento sean llevadas a la práctica las decisio- nzs de la comisión de vida intelectual de la Provincia;

4." prol~tocionar coloquios sobre cuestiones modernas; 5." promover la formación pervllanerzte de la comunidad en ayuda del

prror.

330 Ord.: El prior nombra al sacristán, bibliotecario y otros oficiales que considere convenientes.

Para cada uno de los oficiales, determinará el capítulo provincial las c~ndiciones, duración, cometido y otros aspectos oportunos.

355. 332 Ord., 1: El superior de una casa es establecido por el Prior

Provincial por tres años, oídos previamente los frailes, o por el Prior Re- gional si se trata de un fraile asignado en el Vicariato Regional y si los

estatutos del Vicariato no proveen otra cosa. Puede ser instituido tam- bién, del mismo modo, para otro trienio inmediatamente siguiente, pero no para un tercer trienio.

11: Transcurrido el trienio, el Prior Provincial o Regional está obli- gado.. . (como en LCO).

348 Ord., 11: Cuando el Prior Provirlcial cesa por otras causas, será Vicario de ,la Provincia el socio de ese Provincial lzasta el día inmediata- iqrente anterior a la víspera del comienzo del capítulo 'provincial, fecha en la que será Vicario el prior del convento en donde se haya de celebrar el próximo capítulo provincial, y, si ese convento no tuviere entonces prior, el prior del convento en donde se celebró el último capítulo, y así sucesivamente retrocediendo. Esta norina últivza se ha de cumplir in- cl t~so si falta el socio.

111: Cuando el Prior Provincial está impedido para desempeñar su jurisdicción, se debe recurrir al Maestro de la Orden. Si no es posible el recurso, queda como Vicario de la Provincia el socio del Provincial, como se indica en 11.

b 348 Ord., IV: El Prior Provincial que, por razón de eizfermedad izo puede desenzpeMar bieiz su cargo, y izo lzay esperanza de que recupere la salud dentro de los seis meses, debe rent~nciar a su cargo.

V: Si no puede, o no quiere coi~zuizic~r su voluntad de renulzciar, el socio del Provincial debe convocar y presidir el consejo de Provillcia, incluso sin el Prior Provincial. Este consejo puede recr~rrir al Maestro de la Orden, el cual convocará un Capítulo Extraorclinario Electivo (LCO 531. 11) o instituirá un Vicario de Proi~incia como Vicario del A4aestro de la Orden.

bb 362 Ord., IV: Escríbanse las actas en lengua latina o en una ¡en- gua i770denza aceptada por el consejo generalicio; cinco ejemplares de las mismas, firmadas por el presidente, los definidores y el actuario, se- lladas coi1 el sello de la Provincia, sean enviadas cuanto antes al Maes- tro de la Orden, para que sean examinadas y aprobadas.

Si las actas no van escritas en una de las lenguas aceptadas por el consejo generalicio, sean traducidas al latín o a alguna de estas lenguas,

y de esa traducción sean enviados cinco ejemplares al Maestro de la Or- den, añadidos dos ejemplares escritos en la lengua original.

El Maestro de la Orden, una vez corregidas las actas, depositará un ejemplar en el archivo de la Orden, otro lo enviará al Analecta Ordinis, para que publique, al menos, un resumen de las mismas; y el tercero, juntamente con la carta de aprobación, lo remitirá a la Provincia.

358.-(QC-202; W-254). ** 366 Const.: Pertenecen al consejo de Provincia, con tal de que

estén asignados o sean hijos de la Provincia asignados en conventos so- metidos a la inmediata jurisdicción del Maestro de la Orden y no perte- nezcan al consejo generalicio:

1 ." . . . (sigue el texto como en LCO).

359.

370 Ord., 1: El síndico de Provincia sea llamado siempre para par- ticipar en las deliberaciones del consejo, sin que tenga voto, a no ser que sea miembro del consejo.

11: Estén siempre presentes en el Consejo, para ser oídos, los maes- tros de novicios, estudiantes y hermanos cooperadores, los directores de las escuelas y de los colegios y otros oficiales de la Provincia, cuando se trate de asuntos que pertenezcan a str oficio.

111: como en el párrafo 11 (LCO, 370).

36O.-(W-256).

[ A l «375 Ord., II».

361 .-(W-257).

375 Ord., 11: En ese consejo se ha de tratar todo lo que pareciere útil pura el bien de la Provincia, y, en primer lugar, examínese si se lle- van a la práctica las ordenaciones y exhortaciones del último capitulo provincial y general.

362.

* [O] 384 Const., 1: Cuando la Provincia tiene fuera de su territo- rio en alguna nación o región al menos quince vocales y un convento pro- piamente dicho, el capítulo provincial puede juntarlos en un Vicariato Regional, a fin de coordinar mejor la actividad apostólica y la vida regu- lar de los frailes.

11: Compete al Vicariato Regional: l." tener sus propios estatutos aprobados por el capítulo provincial; 2." celebrar sus propios capítulos conforme a la norma de los esta-

tutos del Vicariato; 3." admitir candidatos al noviciado y a la primera profesión.

111: Sin embargo, queda reservada al Prior Provincial la admisión a la profesión solemne y ,a las órdenes sagradas, conforme a la norma nn. 206-209 LCO.

363. Ordenamos que en el LCO el Vicario Regional sea deilominado prior

Regional S.

364. 385 Ord., 1: El Prior Regional está al frente del Vicariato y, ade-

más de las facultades establecidas por el capitlilo provincial, tiene el de- recho de:

l . 'ks ignar a los frailes que están en el Vicariuto; 2." confirmar al prior conventual conforme a la norma 12 . 467 LCO,

y establecer los superiores de las casas confornze a la nol-lna n. 332 LCO, a no ser que los estatutos del Vicariato provean otra cosa.

3." participar por oficio en el consejo de Provincia, a no ser que en 10s estatutos de Provincia se haya determinado otra cosa.

1." participar por oficio en el capitt~lo provincial (cfr. LCO 352, 1, l.").

11: Como en LCO.

365. b 386 Ord., 1: En cada uno de los Vicariatos debe existir un consejo

con cuyo consentimiento o parecer ha de contar el Vicario Regional en asuntos graves, a tenor de la norma de los estatutos del Vicariato.

11: El número y el modo de elegir o nombrar a estos consejeros será determinado por los estatutos del Vicariato.

366. b 388 Ord.: Los oficiales del Vicariaro regional sean establecidos

según la norma de los estatutos.

367.

** [O] 407 Const.: En el Capítulo General electivo se reúnen y tie- nen voz:

1: En la elección del Maestro de la Orden: 1." los ex-maestros de la Orden; 2." cada uno de los Priores Provinciales; 3." por cada Provincia, el definidor del Capítulo General; 4." los Vice-Provinciales y los Vicarios Generales; 5." por las Provincias que tienen al menos cien religiosos profesos,

excltiidos los que estPn en los Vicariatos, el socio del definidor del Ca- pitulo General;

6." por las Provi~lcias que tienen al wzenos cuatrocielitos religiosos profesos, e.~.cluidos los que estén asignados en los Vicariatos, el socio clel Prior Proi~incial que asiste al Capítulo General;

* [O] 7." por la Provincia que tiene al menos de diez a cien frailes asigizados el? los 1,'icar-iatos o en las casas de la misma Provincia, fuera de sti territorio, un delegado elegido de entre ellos, según el Estatuto de Provincia; por Za Provincia que tenga entre 101 a 200 frailes asignados en los Vicariatos, sea elegido otro delegado, y así sucesivamente.

368.

* [O] 407 Const., 11: En los temas que deban ser tratados después de la elección del Maestro:

3 ." el Maestro recién elegido; 2." los ex-maestros de la Orden; 3." cada uno de los Priores Provinciales; 4." los definidores del Capítulo General; 5." los Vice-Provinciales y Vicarios Generales; 6." los socios de los Priores Provinciales y de los definidores, y los

delegados de los frailes por parte de los Vicariatos que eligieron.

369.

* [A] 407 Const., 111.

370. * 408 Const.: Se reúnen y tienen voz en el Capítulo General de de-

finidores :

1." el Maestro de la Orden; 2." los ex-maestros de la Orden; 3." los definidores elegidos por cada una de las Provincias; 4." los delegados elegidos por cada Vice-Provincia y por los Vicarra-

tos Generales; 5." Los delegados de los otros Vicariatos, escogidos segúri la norma

409 bis, excluidos los Priores Regionales v los Vicarios Provinciales.

371. " 409 Const.: En el Capítulo General de Provinciales se reúnen y

tienen voz: 1." el Maestro de la Orden; 2." los ex-maestros de la Orden; 3." los Priores Provinciales; 4." los Vice-Provinciales y los Viccrrios Gellevales; 5." los delegados de las Vicarias, escogidos entre los Priores Regio-

nales y los Vicarios Proviizciales seglín la nori?7a 409 bis.

" 409 bis Const.: Las Proi+ricias que tengan por lo n.le17os diez frai- les asigiiados en los Vicariatos o eri casas de la il.iisr?za Provirzcia, pero fuera de los limites de su territorio, tienen derecho (i erzviar al Capítulo General, bien sea de definidores o de Proi~irzciales, un delegado elegido de entre ellos, según el Estattito de Provincia. La selección debe hacerse por el Maestro de la Orden coi7 su consejo, de inodo que una mitad de las ~izismas Provincias esté representada en ~ i i z Capítulo y otra mitad esté representada en el siguiente.

373.-(W-261).

** [O] 410 Const., 1: Están presentes algunos de los asisterzte~ del A4aestro de la Orden, sefiaíados por el inismo Maestro, los c~iales tienerz derecho de hablar, pero sin voto.

11: Pueden ser llamados y oídos, aunque sin voto, delegados de cada uno de los conventos sometidos de manera permanente a la inmediata jurisdicción del Maestro de la Orden y algunos peritos señalados por el inismo Maestro.

** 412 Const.,: El orden de los Capítulos Generales es: capítulo elec- tivo, capítulo 'de definidores, capítÚlo de provinciales y así sucesivamente.

La nueva serie de capítulos comienza según el orden antes expuesto, aún cuando la elección del Maestro se haga antes de cumplirse los nueve años.

376. b b 415 Ord., IV, l.": Las cuestiones que deoan ser propuestas al

Capítulo General por parte de aquellos que tienen derecho y facultad para ello, deben ser enviadas al Maestro de la Orden seis meses antes de la celebración del Capítulo.

377.GQC-210; W-267). *** 424 Const., 11: El Maestro de la Orden puede convocar a los con-

sejeros para escuchair su consejo y opinióiz cttando le pareciere oportli~zo, aunque no esté requerido por rzinguna ley.

436 Ord., 1: El síndico de la Orden debe cuidar de todos los bienes, según las normas establecidas para la administración (como en LCO).

11: Sea siempre llamado para participar en las deliberaciones del coizsejo generalicio, sin voto, a no ser que sea miembro del mismo con- sejo.

* [O] 440 Const.: Para que alguno tenga voz activa, además de las condiciones exigidas por el derecho, se requiere que sea profeso solemne.

380.4QC-2 12; W-269). *** 443 Const., 11: Si se trata de la elección de superiores, para que

uno pueda ser elegido o postulado, además de las condiciones estableci- das en 1, se requiere que sea sacerdote y esté actualmeilte aprobado en la Orden para oir confesiones.

381.-(QC-213; W-270). *"* 457 Const.: Para que uno tenga voz activa, además de las con-

diciones señaladas en los nn. 439, 440 y dejando a salvo el n. 458, se re- quiere que esté directamente asignado en el convento en el que se hace la elección.

382.

* [O] 465 Const.: La elección de un prior conventual necesita la confirmación del Prior Provincial o del Prior Regional si se trata de un fraile asignado en el Vicariato Regional, y los estatutos del Vicariato no hubieren dispuesto otra cosa.

480 Ord., IV, 8.": En cambio, en el último escrutinio, sea el segundo (n. 6), sea el tercero o el cuarto (n. 7), solamente pueden ser presenta- dos los que en el escrutinio anterior hayan tenido mayor número de vo- tos, quedando en firme lo establecido en el n. 450, 111.

En el caso de qzie uno de éstos haya de ser postuludo, se requiere las dos terceras partes de los votos, y si no las tuviera, queda elegido el otro.

384.

* [O] 490 Const., 111: El capítulo provincial puede determinar en el Estatuto de Provincia que el derecho de elegir socio del prior para el ca- pítulo provincial lo tienen también los conventos que seis nzeses antes de la celebración del capitulo tienen solanzente ocho vocales.

385.+QC-2 15; W-278). *** 490 Const., IV: Los frailes del convento que no tienen el sufi-

ciente jzúmero de vocales para poder elegir socio del prior para el capí- tulo provincial, sean añadidos a algún colegio para elegir delegado.

386.+QC-216; W-281). *** 497 Const., 1: Dejando a salvo el n. 491, 11, eligen delegado para

ir al capítulo provincial, con tal de que tengan voz activa (cfr. 440 y 441): l." los frailes directamente asignados a las casas de la Provincia;

2." si en el Estatuto de Provincia no se dispone otra cosa, los frailes directamente asignados a las casas o conventos sometidos a la inmediata jurisdicción del Maestro de la Orden, exceptuando siempre aquellos que pertenecen al consejo generalicio;

3." los frailes indirectanzente asignados fuera de la Provincia, con tal de que no sean superiores.

387. 498 Ord., 11: El capítulo provincial puede determinar en el Esta-

tuto de Provincia que el número de vocales en cualquier colegio electo- ral no tenga menos de 8 ni más de 19 vocales.

388.4QC-217; W-282). *** 514 Const., 1: Para que alguien pueda ser elegido definidor del

capítulo provincial, además de las condiciones establecidas en el n. 443 se requiere que:

1." no haya definido en el capítulo provincial inmediatamente ante- rior;

2." no sea el Prior Provincial que termine su cargo iximediatamente antes del capítulo;

3." esté asignado a la Provincia o sea hijo de la Provincia, aunque asignado en un convento sometido a la inmediata jurisdicción del Maes- tro de la Orden, a condición de que no pertenezca al consejo generalicio.

11: (como en LCO).

389.4QC-2 19; W-287). * * .; 522 Const.: Para que uno pueda ser elegido definidor del Capí-

tulo General, o socio del definidor o del Provincial, se requiere que: l." sea hijo de la Provincia o esté al menos asignado a ella seis años

antes, aunque no sea hijo de la Provincia; 2." no haya intervenido como definidor ni haya elegido con el mismo

título en el Capítulo General inmediatamente anterior.

390. 567 Ord., 1: Cada año el Prior Provincial envíe al Maestro de la

Orden una relación hecha por el síiidico de su provincia y aprobada por el consejo de Provincia, del modo establecido en el n. 566.

11: Además, cada año el Prior Provincial envíe al Maestro de la Or- den respuesta al cuestionario sobre la materia económica de mayor im- portancia, preparado por el síndico de la Orden y aprobado por el Maes- tro de la Orden.

609 Ord., 11: En estos contratos el Prior Provincial con su con- sejo puede dar su consentimiento hasta la suma establecida por la Santa Sede para cada una de las regiones (cfr. Can. 638, 3). En caso contrario, se requiere el recurso al Maestro de la Orden.

Estas son las Actas del Capítulo General electivo, celebrado en Roma en el Convento de Santo Domingo y San Sixto, desde el 29 de agosto al 29 de septiembre de 1983, cuyos ejemplares impresos y sellados con el sello del Maestro de la Orden, deben tener la misma fidelidad que el texto original.

A todos y cada uno de los Superiores de Provincias, conventos y casas les ordenamos que hagan que estas Actas sean publicadas y leídas ínte- gramente delante de la comunidad religiosa en cada uno de los conven- tos y casas que dependan de ellos, y procuren que sean observadas con esmero por todos.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Dado en Roma, en el Convento de Santo Domingo y San Sixto el día 29 de septiembre del año del Señor 1983.

FRAY DAMIAN BYRKE, O.P. Maestro de la Orden

FRAY ROBERT OMBRES, O.P. FRAY VINCENZO BENETOLLO, 0 . F Definidor de Inglaterra Secretario General del Capítulo FRAY VINCENZO ROMANO, O.P. FRAY ALDO CURIOTTO, O.P. Provincial de Sicilia Pro-Secretario General xab actis» FRAY JosÉ MAR~A GARCÍA PATIÑO, O.P. FRAY FABIO GIARDINI, O.P. Provincial de Chile

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