Acercamiento histórico al concepto "sola scriptura"

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Damián Correa 22 de Junio de 2011 Índice A) Introducción doctrinal:..............................1 B) Antecedentes históricos:.............................2 C) La sola Scriptura en la historia de Lutero...........4 Hasta la experiencia de la Torre......................4 El edicto de Worms....................................5 Hermeneútica reformada................................8 D) Conclusión...........................................9 Bibliografía...........................................10 Aproximación histórica a la sola Scriptura de Lutero A) Introducción doctrinal: Desde ya conviene aclarar que este tema no fue desarrollado como tal por Lutero, sin embargo todos los seguidores de la reforma se refieren a el como su inspirador. En efecto en Martín Lutero encontramos los elementos a partir de los cuales se desarrollará la fragmentación creciente del protestantismo. En la actualidad la doctrina de la justificación, considerada por Lutero como centro y núcleo del Evangelio queda en la indefinición 1 . Sin embargo, un principio sostenido por todos los reformados actuales es la libre interpretación. Concebida por Lutero como arma y argumento de solución de la verdadera doctrina, de manera exclusiva, se convirtió en una herejía más duradera que la “justificación por la sola Fe” 1 Juan Luis LLORDA; La Gracia de Dios, Pelicano, 2004, Madrid, p 163.

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El nuevo paradigma luterano se sitúa en un ambiente determinado, que debe ser comprendido y analizado.

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Damián Correa

22 de Junio de 2011

Índice

A) Introducción doctrinal:.............................................................................................1

B) Antecedentes históricos:...........................................................................................2

C) La sola Scriptura en la historia de Lutero.................................................................4

Hasta la experiencia de la Torre................................................................................4

El edicto de Worms...................................................................................................5

Hermeneútica reformada...........................................................................................8

D) Conclusión................................................................................................................9

Bibliografía..................................................................................................................10

Aproximación histórica a la sola Scriptura de Lutero

A) Introducción doctrinal:

Desde ya conviene aclarar que este tema no fue desarrollado como tal por Lutero, sin embargo todos los seguidores de la reforma se refieren a el como su inspirador. En efecto en Martín Lutero encontramos los elementos a partir de los cuales se desarrollará la fragmentación creciente del protestantismo. En la actualidad la doctrina de la justificación, considerada por Lutero como centro y núcleo del Evangelio queda en la indefinición1. Sin embargo, un principio sostenido por todos los reformados actuales es la libre interpretación. Concebida por Lutero como arma y argumento de solución de la verdadera doctrina, de manera exclusiva, se convirtió en una herejía más duradera que la “justificación por la sola Fe”

Antes de considerar los antecedentes históricos conviene clarificar algunos conceptos. Como dijimos, Lutero no elaboró la doctrina de la sola Scriptura, no obstante en el se encuentran sus principios necesarios que nos derivan hacia allí.

Según Fuentes este principio significa dos cosas “a) que la Biblia es Palabra de Dios (y por tanto, debemos creer todo lo que dice ella) y no hay más Palabra de Dios que la Biblia (por tanto se ha de creer solamente lo que dice la Biblia, de donde brota el rechazo de toda tradición y magisterio de la Iglesia) y b) que cada uno ha de interpretarla por sí mismo (llamado principio del libre examen)”2. Con algunos matices

1 Juan Luis LLORDA; La Gracia de Dios, Pelicano, 2004, Madrid, p 163.2 Miguel Ángel, FUENTES; ¿En donde dice la Biblia que…?; del Verbo Encarnado, San Rafael; s/d, p. 22.

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concuerda Palacios, “Todo auténtico creyente podría por eso interpretarla sin necesidad del ministerio, es decir, sin necesidad de contar con la Tradición, ni el Magisterio de la Iglesia. La relación de salvación es un vínculo directo entre el que cree y Dios, y excluye todo tipo de mediación o ayuda exterior; al que cree, Dios le descubre con seguridad infalible el sentido de su Palabra. No se requiere, por tanto, el juicio de la Iglesia, ni existe otra infalibilidad que la que posee la misma Palabra de Dios” 3.

Podemos decir que Tabet también concuerda con estos autores ya que manifiesta que Lutero se mueve en un aspecto absoluto al considerar que la palabra de Dios es total y exclusivamente equivalente a la Escritura y otro aspecto subjetivo al cual termina reduciéndola. En efecto “acentúa el aspecto objetivo de la inspiración bíblica que llega a concebirla como un dictado mecánico”4. Por otro considera prevalentemente uno de los efectos de la inspiración, su eficacia, es decir, lo que mueve hacia Dios y produce esa fe fiducial. El término qeopneustoj de 2 Tim 3,16 es entendido activamente y por eso la Escritura sola basta, quedando introducido el principio de Sola Scriptura 5 Con esto se subraya la actitud subjetiva del lector. Así, no puede ser reconocida la palabra de Dios si Dios no actúa en el sujeto. Entonces, la Biblia es la única referencia doctrinal. Ni concilios, ni magisterio, ni Tradición. La hermenéutica queda cerrada en el subjetivismo que termina por prevalecer.6

B) Antecedentes históricos:

Podemos ahora señalar algunos antecedentes históricos para la interpretación libre luterana.

En primer lugar señalamos lo que dice Grelot. “la voluntad de volver a la Escritura se explicará primeramente por una reacción a la escolástica decadente”7 La situación general de la teología se reducía al manual, el cual había ganado el primer puesto en la enseñanza universitaria quedando la prueba escriturística más de una vez en alegorismo artificial8. La intención parece honesta y siempre fue una de las grandes preocupaciones de la Iglesia. Ya, en el auge de la escolástica, Santo Tomás de Aquino en la primera cuestión de la Suma Teológica nos indicaba el método de la sacra doctrina. Allí, dedica tres artículos a la interpretación bíblica9. Es la misma intención del Concilio Vaticano II que se expresa en la constitución Dei Verbum10. Por lo tanto, la situación histórica si

3 Cf. R. MUÑOZ PALACIOS; Gran Enciclopedia Rialp, voz: Libre examen, Rialp.1991. [in web site: www.mercaba.org]4 Miguel Ángel, TABET, Introducción General a la Biblia, Palabra, Madrid, 20042, p. 103.5 Cf. idem.6 Ibid, p 104.7 Pierre GRELOT; La Biblia palabra de Dios. Introducción teológica al estudio de la Sagrada Escritura; Herder, Barcelona, 1968, p 264 ver nota al pie.8 Idem, cita de H de LUBAC.9 Et ut intentio nostra sub aliquibus certis limitibus comprehendatur, necessarium est primo investigare de ipsa sacra doctrina, qualis sit, et ad quae se extendat. Circa quae quaerenda sunt decem. Primo, de necessitate huius doctrinae. Secundo, utrum sit scientia. Tertio, utrum sit una vel plures. Quarto, utrum sit speculativa vel practica. Quinto, de comparatione eius ad alias scientias. Sexto, utrum sit sapientia. Septimo, quid sit subiectum eius. Octavo, utrum sit argumentativa. Nono, utrum uti debeat metaphoricis vel symbolicis locutionibus. Decimo, utrum Scriptura sacra huius doctrinae sit secundum plures sensus exponenda. Prol. 1 pars S T, q110 La Sagrada Teología se apoya, como en cimientos perpetuo en la palabra escrita de Dios, al mismo tiempo que en la Sagrada Tradición, y con ella se robustece firmemente y se rejuvenece de continuo,

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bien pudo parecer indicar un uso accidental de la Sagrada Escritura, esto es a pesar de la intención de la Iglesia.

Por otro lado “es sabido que la escolástica decadente del siglo XV, a la inversa de la teología medieval, acentuó la disociación de la Escritura y de la Iglesia, considerada en su vida actual. Este hecho explica que el problema Iglesia-Escritura pudiera plantearse a los ojos de Lutero en forma de dilema”11. En efecto, las disputas teológicas estaban limitadas a iluminar las relaciones entra la Iglesia y la sociedad política.

El humanismo tuvo puntos de contacto en este asunto. Muchos humanistas “se adhirieron a Lutero por un tiempo, en la idea de que aquel reformador, si bien no era de los suyos, tenía con ellos muchos puntos en común: el odio a los escolásticos, el menosprecio de la vida monástica, la apelación a la Biblia en su texto original, sin atender a la interpretación tradicional ni a la autoridad de la Santa Sede”12. En efecto, la nueva era estaba marcada por una clara referencia al período clásico, muchas veces paganizante, en las antípodas del pesimismo antropológico de Lutero, otras veces se puso el despliegue técnico al servicio de la fe y fue un humanismo cristiano. Sin embargo, lo que quedaba para el molino de Lutero era el renovado estudio por el griego.

El ambiente heterodoxo marcaba la situación teológica de la época. Desde el humo de los heresiarcas en las universidades hasta la preeminencia de una teología nominalista signó la vocación de la ciencia sagrada. “Jhon Wiclef y Juan Hus… si bien no tuvieron influjo directo en Lutero, con todo crearon en varias universidades un ambiente heterodoxo, con herejías semejantes a las que luego proclamaría la Reforma”13. La costumbre imprudente de Ockham de introducir disputas por mero ejercicio acerca de los articulos de la Fe empañara el ambiente teológico de una tiniebla densa de confusión. Ya no se sabrá si lo que se discute es una posición teológica de escuela o un articulo de Fe.

En conclusión podemos resumir que existían previo a Lutero algunos elementos aptos para ser caldeados por una mentalidad dialéctica. El olvido de la Escritura en la teología, la preponderancia que había adquirido la situación de la Iglesia en su relación con la sociedad política, el surgir del humanismo en oposición con la escolástica, el ambiente heterodoxo y la guerra de escuelas y el espíritu del misticismo alemán proclive a prescindir de mediaciones, constituyen no pocos ingredientes para la explosión reformista.

C) La sola Scriptura en la historia de Lutero

Hasta la experiencia de la Torre

Cerca de 1503 (a los 20 años) ya se notaba en Lutero su afición por la Sagrada Escritura. Durante su estadía en la Universidad de Erfurt deseaba con ansia poder

investigando a la luz de la fe toda la verdad contenida en el misterio de Cristo. las Sagradas Escrituras contienen la palabra de Dios y, por ser inspiradas, son en verdad la palabra de Dios; por consiguiente, el estudio de la Sagrada Escritura ha de ser como el alma de la Sagrada Teología. También el ministerio de la palabra, esto es, la predicación pastoral, la catequesis y toda instrucción cristiana, en que es preciso que ocupe un lugar importante la homilía litúrgica, se nutre saludablemente y se vigoriza santamente con la misma palabra de la Escritura. Dei Verbum 24; Optatam Totius 1611 Pierre GRELOT; op. cit., p 289 ver nota al pie12 Alfredo SÁENZ, La nave y las tempestades: la reforma protestante, Gladius, Buenos Aires, 2005, p 7913 Ibid., p 65.

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acceder al texto sagrado14. En 1505 entró en el convento. “El primer libro que Fr. Juan Greffenstein como buen maestro de novicios, puso en manos de Martín apenas éste ingresó en el monasterio fue la Sagrada Escritura…Tan ávidamente se enfrascó Martín en sus lectura, que a fuerza de leerla y releerla con fervor, podía responder en que página se hallaba la sentencia que le citasen”15

La lectura de la Biblia prescrita por la regla y el rezo del oficio familiarizaron al joven agustino estrechamente con la Escritura. Después de un año de noviciado, emitió su profesión en septiembre de 1506 y, pocos meses después, el 3 de abril de 1507, fue ordenado sacerdote.

Destinado para profesor de teología, se educó Lutero en el estudio general de su orden en Erfurt, que estaba unido a la universidad. En otoño de 1508 se le confió el lectorado de teología moral en la recién fundada universidad de Wittenberg. Por esto prosiguió allí su estudio de la teología. En mayo de 1509 se hizo baccalaureus (bachiller) y como tal dio sus lecciones bíblicas.

No siguió Fr. Martín lenta y rigurosamente la carrera (de 7 años para bachiller bíblico) “Por intensa que fuese su aplicación a los estudios y aún teniéndole en cuenta los posibles cursos teológicos de Erfurt no deja de maravillar que le dispensasen de tres o cuatro años, puesto que a los pocos meses de llegar a Wittenberg fue promovido al grado de bachiller bíblico”16.

Admitido a la lectura en 1509 “leía cursorie et pro forma, es decir con cierta rapidez, y como un requisito para los grados más altos; no se le exigía mucha profundidad, sino una glosa clara y ordenada del texto. Desde entonces se acostumbró a fundar todas sus opiniones en la Escritura despreciando el parecer contrario de cualquier doctor, por ínclito que fuese…”17

Antes de llegar a sententiarius, fue trasladado otra vez a Erfurt. Allí leyó sobre las Sentencias y en otoño de 1510, con el principio del tercer libro, se hizo baccalaureus formatus, es decir, había cumplido las condiciones para magister18. En 1512 se le confía la cátedra de Sagrada Escritura

“No alcanzó Lutero la novedad de su posición hermenéutica hasta 1516-1519. Mientras que sus primeros pasajes exegéticos, es decir, en su primera exposición del Salterio (1513-1515) se mueve todavía en los carriles del procedimiento medieval, sirviéndose del método de los cuatro sentidos escriturísticos, solamente en 1519, año en que aparecieron la Operationes in Psalmos, su primera obra exegética de un gran estilo, se revelará el cambio de método exegético en forma más madura. En medio de esos años, el periodo de evolución empieza con el comentario de la epístola a los Romanos”19

La experiencia de la torre constituye un claro punto de inflexión. Hasta ahora podemos decir que Lutero tiene un gran amor a la Escritura. Se puede pensar en una falta de

14 “No eran los autores clásicos paganos, por muy elegantes que fuesen su lenguaje y estilo, los que lo entusiasmaban a aquel joven estudiante; su afición iba ya entonces a los libros sagrados” L. G. VILLOSLADA, Martin Lutero, s/d. p 74.15 Ibid., p 97.16 L. G. VILLOSLADA, Martin Lutero, s/d. p 129.17 Ibid., p 13018 “…su mayor timbre de gloria será el de doctor en Teología o Sagrada Escritura” Alfredo SAENZ, op.cit., p 11019 L. G. VILLOSLADA, op. cit., p 186

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formación acorde a su grado académico. Quizá las dudas acerca de su vocación y su estado espiritual de constante angustia indujeron erróneamente a sus superiores a acelerar la formación de Fr. Martín. A partir de este momento absolutizará su posición teológica “enarbolando la bandera de un biblicismo radical”20

El edicto de Worms.

La experiencia de la torre, discutida todavía, es crucial por dos aspectos. En primer lugar funda la concepción de la Gracia en Lutero, y por otro, de importancia en nuestro tema, porque de tal modo esta idea tomará la mente de Lutero que se constituirá en la clave hermenéutica de la Biblia. Aquí tenemos el principio del libre examen que describíamos al comienzo. Solo la Biblia e interpretada en este sentido. Conviene señalar que en el aspecto exegético no hay ninguna novedad “La mayoría de los exegetas de la edad media habían interpretado la justicia de Dios en Rm 1,17 no como justicia punitiva sino como regalo gratuito de Dios21, además se puede notar una clara descontextualización de la expresión paulina. La oposición Ley y Gracia dirigida a los romanos se entiende en el peligro judaizante y no en la Iglesia del siglo XVI. El peligro era volver a confiar en las obras de la ley mosaica, no en las obras informadas por la caridad.

A partir de aquí defenderá hasta la muerta su principio hermenéutico y reducirá la palabra de Dios a la Biblia y esta a su idea de “justificación”. Así se entienden los hechos históricos posteriores. Empero, su desencadenante, admiten todos, es la cuestión de las indulgencias.

“En una carta de 31 de octubre de 1517 a Alberto de Maguncia se queja Lutero de que los predicadores de la indulgencia, por medio de cuentos y promesas embusteras, mecen al pueblo en la seguridad y despreocupación. El arzobispo debe retirar su Instructio y dirigir otra a los predicadores, pues de lo contrario es de esperar una gran vergüenza e ignominia. […] Aquí se habla de las famosas 95 tesis sobre las indulgencias. De donde se sigue que Lutero las envió la víspera de todos los santos a los obispos inmediatamente interesados. Sólo al no responder éstos o no responder satisfactoriamente, se decidió, como afirmó toda su vida, a poner las tesis en manos de hombres eruditos y hacerlas salir fuera de Wittenberg”22.

Las dos primeras tesis hacen referencia al empleo de la Sagrada Escritura. Detengámonos un momento en ellas.

1. Cuando nuestro Señor y Maestro Jesucristo dijo: «Haced penitencia...», ha querido que toda la vida de los creyentes fuera penitencia.

2. Este término no puede entenderse en el sentido de la penitencia sacramental (es decir, de aquella relacionada con la confesión y satisfacción) que se celebra por el ministerio de los sacerdotes.

“Lutero había hecho el descubrimiento de que el texto bíblico de la Vulgata Latina, usado para apoyar el sacramento de la penitencia, era una traducción equivocada. En Latín Mateo 4,17 decía penitentiam agite, pero en el Nuevo Testamento griego de Erasmo había aprendido Lutero que el original significaba simplemente sed

20 Alfredo SAENZ, op.cit., p 17521 J. LENGENWERGER ET AL., Historia de la Iglesia Católica, Herder , Barcelona, 1989, p 407.22 Con estas indicaciones de Lutero es incompatible el hecho de clavar las tesis en la iglesia del castillo de Wittenberg el 31 de octubre de 1517

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penitentes”23 “lo llamó un deslumbrante descubrimiento”24. Sin duda estos hallazgos de Lutero lo animaban en su determinación de basarse solo en la Biblia.

“…si preguntamos adónde tienden genética e históricamente las tesis, qué evolución hay inmanente en ellas, les concederemos alcance mayor. …es de saber que ya en la teología nominalista se disociaba en gran parte el obrar divino y humano, en cuanto Dios sólo toma el obrar de la Iglesia como ocasión de su acción saludable, sin intervenir realmente en él. Lutero lleva tan lejos esta disociación de lo humano eclesiástico y de lo divino que ya no concede a la pena eclesiástica o a su perdón ni siquiera significación interpretativa respecto de las penas del pecado impuestas por Dios. Aquí parece estar una raíz de la negación, que vendrá pronto, del sacerdocio jerárquico como institución divina…”25.

Lutero “se dio prisa a consignar para el pueblo, en el «sermón sobre las indulgencias y la gracia» (marzo 1518), sus ideas fundamentales sobre [las veinticinco tesis]”26. “En la Protestatio, antepuesta a las Resoluciones [Resolutiones disputationum de indulgentiarum virtute, extensa fundamentación teológica de sus tesis sobre las indulgencias, del mismo año], asevera: En primer lugar testifico que nada quiero decir ni afirmar, fuera de lo que está contenido ante todo en la Sagrada Escritura, en los padres de la Iglesia reconocidos y hasta ahora conservados por la Iglesia romana, en el derecho canónico y en los decretos de los papas...”27

De este periodo son las disputas que tiene con Teztel y Preiras, dos dominicos, que asumen la defensa de las indulgencias mientras el proceso contra Lutero se mantiene cajoneado. Lutero “Contesta a Preiras en un párrafo radical donde se defiende recurriendo a la única autoridad de la Escritura”28

Contra el cardenal Cayetano, presente en Ausgburgo, se defiende diciendo que los documentos eclesiales no son infalibles. Durante este tiempo queda establecido una suerte de cese de hostilidades, si bien ya se consideraba a Lutero como hereje. El enviado Papal se dirige al protector de Lutero para conseguir dos cosas: impedir la elección de Carlos I de España como emperador y el destierro del hereje. El proceso queda en una nebulosa. Los intereses políticos y la amenaza del turco ponían a Federico en una posición ambigua que podía capitalizar.

Kralstad, discípulo de Lutero responde a una defensa de las indulgencias hechas por Eck conocida como los Obelisci. Esto da la posibilidad a Lutero de entrar en juego luego. La universidad de Liepzing fue escenario de la disputa (junio-julio de 1519). Allí el hereje “afirmó que los concilios no sólo pueden errar, sino que han errado de hecho, como el concilio de Constanza en la condena de Hus. De esta manera nacía el principio formal y fundamental de la reforma, el principio de la Sola Scriptura. La Sagrada Escritura como fuente única para juzgar sobre la ortodoxia de la fe”29. Villoslada también señala también este punto como decisivo, notándose una preeminencia de la Sagrada Escritura

23 Roland H. BAITON., Lutero, Sudamericana, Buenos Aires, 1955, p 9224 Ibid., p 93.25 Aubert JEDIN, Manual de Historia de la Iglesia, Tomo V, Barcelona (1972), [in web site: www.mercaba.org] 26 Idem. 27 Idem. 28 Roland H. BAITON., op. cit., p 9529 J. LENGENWERGER ET AL., op. cit., p 409.

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pero subjetivamente interpretada. Eck la acusa de anteponer la propia inteligencia a la de los Santos Padres, sumos pontífices y Concilios30 La discusión entre Eck y Lutero culminó en la cuestión sobre el derecho divino y el primado del papa y sobre la autoridad de los concilios.31

Lutero comienza su producción literaria agresiva. En 1520 a propósito de la bula Exsurge Domine decide apelar al concilio. En la dieta de Worms (1521) dice “mientras no le convenzan con testimonios de la Escritura o razones evidentes, puesto que no creo ni en el Papa ni en los Concilios, no quiero retractarme de nada”32. En todo este periodo se desenvuelve con doblez. Cuando se lo cita a Worms no se acusa y pide tiempo para examinar sus escritos y preparar una retractación. Previo a la bula idea un documento halagador del Papa y contra la curia.

Desde este momento se refugia en el castillo el castillo de Wartburg. El edicto de la dieta no se puede hacer cumplir por razones políticas.

La disputa de Liepzing representa para nuestro estudio un punto a destacar. Si hasta ese momento se refugiaba en el conciliarismo ahora ya no tiene reparos en mantener la interpretación subjetiva

Hermeneútica reformada.

Para la traducción de la Biblia aprovecha el ocio forzado en el Wartburg33 “Lutero leía el Nuevo Testamento a la luz del mensaje de San Pablo de que el justo vivirá por la fe y no por las obras de la ley”34 Su traducción de la Biblia al alemán es indudablemente una obra maestra desde el punto de vista literario; pero no faltan pasajes en que el texto original es mal traducido y algunos de estos tienen una importancia muy grande35

“Cuando se le pidió que explicara esta libertad [la de traducir: el justo vivirá por la sola fe] replicó que él no traducía las palabras sino las ideas, y que la palabra agregada era necesaria en alemán a fin de reproducir la fuerza del original”36

De acuerdo con su teología de la justificación por la fe asumió como criterio de canonicidad el testimonio dado por la Escritura a Cristo y a su obra redentora. Sobre esta base distinguió en los libros sagrados diversos grados de autoridad según que condujeran más o menos a Cristo37

Para la innovación religiosa tuvo gran importancia el hecho de que en 1521 se agregase a la Biblia la segunda obra capital de aquella. Los loci comunes rerum theologicarum salidos de la pluma de Melanchton. Estos son una exposición de los conceptos

30 L. G. VILLOSLADA, op. cit., p 43131 Éstos podrían errar y de hecho habrían errado, por ejemplo, el concilio de Constanza en la condenación de Hus. Con ello se afirmaba la sagrada Escritura como fuente única de la fe y se asentaba la sola Scriptura como principio formal de la reforma protestante. Lutero no reconocía ya un magisterio supremo de la Iglesia que interprete obligatoriamente la Escritura. Aubert JEDIN , op. cit.32 Alfredo SAENZ; op.cit., p 140.33 Roland H. BAITON; op. cit., p 36734 Ibid., p 37435 DE TUYA y SALGUERO; Introducción a la Biblia, Tomo II, BAC, 1967, Madrid, p 22836 Roland H. BAITON; op. cit., p 37537 Libros privilegiados: Romanos, Gálatas; Libros ordinarios y Libros postergados. Miguel Ángel TABET; op. cit., p 214

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fundamentales de la teología según las ideas de Lutero y constituyen, por lo tanto, una obra sistemática, una dogmática y una ética a la vez38

Si bien Lutero no concibe a la razón como juez de la Escritura, ni entiende la relación entre Palabra de Dios y Fe de un modo subjetivista, de hecho, la doctrina expuesta conduce directamente al subjetivismo, como históricamente sucedió.

Las sectas protestantes fragmentadas mantuvieron la interpretación subjetiva. Cuando el racionalismo sobrevino, con su principio de inmanencia religiosa la interpretación liberal quedará fijada.

El Concilio de Trento se planteó el problema de la interpretación de la Escritura., y en la sesión cuarta (8 abr. 1546) decretó que «nadie... se atreva a interpretar la Escritura en materia de fe y costumbres... retorciendo según su propio parecer la misma Escritura, en contra del sentido que sostuvo y sostiene la Santa Madre Iglesia a quien toca juzgar sobre el sentido verdadero y la interpretación de la Escritura. o también contra el parecer unánime de los Padres... » (Denz.Sch. 1507). Queda así formulada la doctrina católica con toda claridad: la Escritura ha sido confiada no a cada fiel individual sino a la Iglesia, y, por tanto, su lectura debe hacerse en comunión con la Tradición y el Magisterio, a quien ha sido confiada su interpretación autoritativa.39

D) Conclusión

El amor a la Sagrada Escritura se presenta para Lucero en clave dialéctica. El abuso que la escolástica decadente hacía de ella lo mueven a destacarla de tal forma que la oponga a la Tradición y al magisterio. Si los primeros años se irá acentuando su devoción por la Escritura, el la disputa de Liepzing ha de adquirir una radical oposición.

Lutero ha sobrevalorado el aspecto objetivo, solo la Biblia es la palabra de Dios. Sin embargo los problemas del literalismo son notorios. Lucero pretende una salida asegurada por la inspiración (¿divina?). Lee toda la Escritura con la lente de la justificación de la sola fe. El canon lo recorta según esta idea, los comentarios, las explicaciones, todo sigue esa idea maestra.

Hoy la idea de la justificación por la sola fe es un signo de pregunta para los protestantes. Esto es lo que permite hacer hoy en día una declaración conjunta sobre este tema. El lenguaje combativo de Lutero permite varias interpretaciones. Sin embargo lo que nos ha dejado su heresiarca como estandarte para la era moderna es la emancipación del individuo.

38 Herman TUCHLE; Nueva Historia de la Iglesia; Tomo II, Cristiandad, Madrid, 1966, p 65.39 R. MUÑOZ PALACIOS. Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991

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BibliografíaBAITON, Roland H; Lutero, Sudamericana, Buenos Aires, 1955, 485 pp.

DE TUYA y SALGUERO; Introducción a la Biblia, Tomo II, BAC, 1967, Madrid, s/d

FUENTES , Miguel Ángel; ¿En donde dice la Biblia que…?; del Verbo Encarnado, San Rafael; s/d, 336 pp.

GRELOT, Pierre; La Biblia palabra de Dios. Introducción teológica al estudio de la Sagrada Escritura; Herder, Barcelona, 1968, 519 pp.

JEDIN, Aubert; Manual de Historia de la Iglesia, Tomo V, Barcelona (1972), [in web site: www.mercaba.org]

LENGENWERGER, J. ET AL., Historia de la Iglesia Católica, Herder , Barcelona, 1989, 729 pp.

LLORDA, Juan Luis; La Gracia de Dios, Pelicano, 2004, Madrid, 425 pp.3.

MUÑOZ PALACIOS, R.; Gran Enciclopedia Rialp, voz: Libre examen, Rialp.1991. [in web site: www.mercaba.org]

SÁENZ, Alfredo, La nave y las tempestades: la reforma protestante, Gladius, Buenos Aires, 2005, 482 pp.

TABET, Miguel Ángel; Introducción General a la Biblia, Palabra, Madrid, 20042, 534 pp.

TUCHLE, Herman; Nueva Historia de la Iglesia; Tomo II, Cristiandad, Madrid, 1966, 507 pp.

VILLOSLADA, L. G., Martin Lutero, s/d.

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