A sentido comun oro24k pdf spanish jun2016

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Sentido común, ¿cualidad innata o aprendida? El sentido común y los profesionales. Metáfora del oro puro. Carlos Alberto Rivas Rojas, Pontificia Universidad Católica del Perú, Perú, 06/junio/2016 http://filosofiasxxi.blogspot.com/2016/06/sentido-comun-cualidad-innata-o.html Sometimes I wonder if common sense is actually uncommon in the land. Maybe it's a rare commodity to be cultivated & cherished. Neil de Grasse Tyson (1) La pureza del oro Cuando se valora la pureza del oro, existen medidas especiales que dan cuenta de la pureza. Las piezas de oro, joyas o cualquier objeto, tienen distintos colores y nivel de pureza, que son identificadas por las personas entrenadas para eso. A un experto no se le venderá “oro de los tontos” o una joya de 12 quilates como si fuera de 24 quilates. (2)

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El sentido común y los profesionales

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Sentido común, ¿cualidad innata o aprendida?

El sentido común y los profesionales.

Metáfora del oro puro.

Carlos Alberto Rivas Rojas, Pontificia Universidad Católica del Perú,

Perú, 06/junio/2016

http://filosofiasxxi.blogspot.com/2016/06/sentido-comun-cualidad-innata-o.html

Sometimes I wonder if common sense is actually uncommon in the land. Maybe it's a rare

commodity to be cultivated & cherished.

Neil de Grasse Tyson (1)

La pureza del oro

Cuando se valora la pureza del oro, existen medidas especiales que dan

cuenta de la pureza. Las piezas de oro, joyas o cualquier objeto, tienen

distintos colores y nivel de pureza, que son identificadas por las personas

entrenadas para eso. A un experto no se le venderá “oro de los tontos” o

una joya de 12 quilates como si fuera de 24 quilates. (2)

Quilate es el término usado para medir el contenido de oro o la pureza de

una joya u objeto. A mayor pureza del oro, mayor número de quilates y

por tanto, mayor valor de la joya o pieza evaluada.

La forma de medir los quilates o participación del oro es diferente al uso

convencional de porcentajes (partes por cada 100), porque se utiliza

las partes por cada 24. Es decir, si una joya tiene 18 quilates es porque

18 de 24 partes de la misma son oro. En porcentaje, un 75% de la joya es

oro (18/24=0,75). Para la plata, los dineros se miden en partes por

cada 12, luego 9 dineros equivalen a una joya formada por un 75% de

plata.

En principio una pieza de 24 quilates estaría completamente hecha de

oro, ya que tendría 24 de 24 partes de oro, y una de 12 dineros en plata

estaría hecha completamente de plata. Correcto en teoría pero en la

práctica no es así. Ninguna joya de oro de 24 quilates, o plata de 12

dineros, se libra de tener impurezas. Existen otros elementos como

la plata o el cobre para formar aleaciones que le dan mayor dureza y maleabilidad al oro.

Una notación que simplifica la escritura de la pureza de los compuestos es

el “número de nueves” de pureza. Un material con una pureza del 99,9%

tiene una pureza de 3N (“tres nueves”). Para el caso del oro de 24 quilates

se estipula que éste debe tener al menos una pureza de 3N, es decir debe

estar compuesto en un 99,9% de oro. Existen algunas muestras de oro que

se han refinado a purezas mayores, siendo la de más pura una muestra

fabricada por Perth Mint con la increíble pureza de 6N (99,9999%), en

una pieza de oro llamada Plate 42C y obtenida, en 1957, por la casa de moneda oficial australiana en lingotes Perth Mint.

El oro de primera ley tiene 750 milésimas o 18 quilates (18/24); el resto es

plata y cobre, que le dan la dureza y el color ideal para terminados de

joyería. El oro de segunda ley tiene 583,3 milésimas o 14 quilates (14/24).

No hay oro con más de 24 quilates y se debe tener cuidado si un vendedor

quiere sorprendernos con oro de 25 o 26 quilates.

El sentido común

Para esta frase no hay definición única, por ello presento algunas ideas.

La expresión sentido común describe las creencias o proposiciones que

se alimentan por la sociedad (familia, clan, pueblo, nación o entera

humanidad). Sentido común es la habilidad básica para percibir,

entender, juzgara las cosas, que es compartida (“común a “) por casi todas

las personas y pueda esperarse razonablemente de casi todas las personas

sin necesidad de debates o discusiones. Es un tipo básico de conciencia y

habilidad para juzgar que se espera que muchas personas la compartan

naturalmente, incuso si ellas no pueden explicar porque.

El sentido común equivale a los conocimientos y las creencias

compartidos por una comunidad y considerados como prudentes, lógicos

o válidos; es la capacidad natural de juzgar los acontecimientos y eventos

de forma razonable.

El concepto de sentido común se usa para designar la inteligencia que ha

desarrollado el ser humano y que le permite manejarse de manera sensata

en diferentes situaciones de su vida. El sentido común se entiende como

lo que es adecuado hacer, pensar o decir en determinados momentos,

aunque esto no implique necesariamente que esa acción, pensamiento o

frase dicha sean las correctas.

El sentido común es tema de filósofos. Henri Bergson (1859-1941) define

al sentido común como "la facultad para orientarse en la vida práctica .

Thomas Reid (1719-1796), representante de la escuela escocesa del

sentido común, afirma que el “sentido común es una facultad inferencial

en toda acción humana donde el interés se antepone al deber”. Dice que

existe la tendencia a comportarse instintivamente en mayoría de casos

aunque cualquier actividad se basa en la razón sin dejar de lado hábitos y

apetitos para compensar necesidades vitales”. Para Reid, los principios

del sentido común "son universales y fijos, no sujetos a crítica o

renovación" (universalismo). Karl Popper (1902-1994) en cambio,

reconoce que los contenidos del sentido común "sí están sujetos a

cuestionamiento y cambio" (Contextualismo).

El sentido común, ¿Se enseña o se aprende?

En la historia del mundo, las universidades son instituciones de creación

reciente, pero el sentido común acompañó siempre al hombre y se

enriqueció o se volvió más intenso a medida que progresaba la

humanidad en todos los aspectos.

Con las universidades y la mayor complejidad de la vida, aparecen las

profesiones y los profesionales que teóricamente deben decidir siempre

lo correcto en relación a su campo de acción. Así, un ingeniero

constructor debe decidir siempre lo correcto en relación a sus obras,

puentes o edificios; los médicos deben decidir si se realiza una operación

quirúrgica o no; los administradores de empresa deben determinar si se

ingresa o no a un mercado; los financistas deben demostrar si es mejor

solicitar un préstamo o se realiza otra operación financiera.

Pero, a veces las obras o puentes se caen o colapsan, los pacientes

mueren, se pierden los mercados y se arruina la empresa, o se producen

desastres financieros. ¿Esto indica que los profesionales son malos,

incompetentes o que la profesión esta siempre ligada a fracasos o

pérdidas? No, necesariamente. Quizás, técnicamente estuvieron en lo

correcto, siguieron los procedimientos y protocolos correctos en cada

caso, pero algo falló, algo faltó, algo que es común a todas las profesiones

y profesionales, pero que desafortunadamente no es accesible mi

empleado por todos los profesionales. Es el sentido común, que muchos

no lo sienten o entienden, o a veces se rehúsan a usarlo porque significa ir

contra la corriente, no cumplir literalmente los protocolos, reglas u

órdenes. A veces, el uso del sentido común, se rechaza porque exige que

se salga de la zona de confort, de la seguridad. Si algo falla, se libera de la

responsabilidad con afirmaciones como “Es culpa de quien me ordenó.

Solo seguí las instrucciones”. Está prohibido pensar, cuestionar, cambiar

algo aunque se vea el desastre.

El ingeniero que siguió escrupulosamente las instrucciones de los planos,

y respetó los cronogramas, cumplió con los plazos y costos observa como

el puente inaugurado con pompa y orgullo, se cae y causa mucho daño, a

las personas, al orgullo, a la empresa. ¿Por qué? No se atrevió a retrasar

la obra un par de días para averiguar algo más sobre unas filtraciones y

anomalías en el suelo, pese a los consejos de peones que le advertían

sobre los riesgos de colapso del terreno. El conocía mucho la técnica,

siempre había construido puentes y situaciones parecidas no habían

causado nada. Bueno, de noche todos los gatos son pardos, pero una

persona con “sentido común” sabe que esa semejanza no significa que

sean realmente iguales.

Además, ¿porque habría que dar crédito a un simple peón? El sentido

común también incluye la capacidad de atender, de escuchar a otros que

si tienen sentido común. A fin y al cabo, el uso y ejercicio del sentido

común no es una técnica, es un arte y sólo son artistas las personas

dotadas para el arte, nadie más. La técnica es rígida, tiene reglas fijas; el

arte es flexible, se adapta a las circunstancias y el éxito depende del

artista. Hay que admitir que algunas personas aprenden a ser artistas, con

mucha dedicación y esfuerzo.

Queda claro que el sentido común no es parte del plan de estudios de

ninguna profesión, porque no se puede enseñar, se descubre y desarrolla

pero nadie puede aprender a actuar con sensatez y cordura desde cero.

Como en el arte nadie que no tenga pasta de artista, nadie que o tenga el

impulso creador como fuerza motivadora, podrá ofrecer una obra

sublime. Bob Ingersoll , ya intuía esta situación y valoraba el sentido

común por encima de la educación. Y no estaba equivocado (3)

La falacia de los títulos académicos

¿Existe casualidad entre la posesión de títulos y grados académicos y el

sentido común? No, depende de las personas y las circunstancias. En

algunos casos, la relación entre sentido común y la posesión de títulos

académicos es directa y notoria, tal como se aprecia en la gráfica 1. Y la

razón es sencilla: los títulos y grados académicos reflejan realmente las

competencias , dones, habilidades de las personas a quien se les concedió.

En la mayoría de casos no es necesariamente así , ya que las personas con

títulos o grados no poseen ni ponen en práctica las competencias que se

esperan de ellos, mucho menos el sentido común. (4)

Ahora propongo una comparación entre la fuerza del oro (la cantidad e

quilates) y el sentido común. Una relación directa simple: A

mayor pureza o número de quilates, mayor sentido común.

Respecto a la observación sobre el experto en joyas a quien no se le puede

engañar con oropel o con oro de baja ley, la persona que debe contratar a

alguien, sea para una empresa, un proyecto o para actividades

académicas, debe ser sagaz y entrenado como el comprador de joyas. El

primero puede diferenciar lo legitimo de lo falso y espurio, por eso no

comprará “oro de 25 o 26 quilates” y sabrá diferenciar claramente entre

la pirita y el oro puro. El segundo no se dejará impresionar por los títulos

y grados y buscará en otros aspectos las competencias y capacidades que

necesita para su organización o proyecto. ¿Mucho pedir? Quizás, pero

desafortunadamente también esta capacidad es escasa como el sentido

común, ya que así como el oropel deslumbra y ciega, también deslumbran

los títulos y grados en abundancia y condicionan a tomar malas

decisiones, a veces muy malas.

En la actualidad existen universidades que otorgan doble, triple o hasta

cuádruple grado a quien ha concluido un programa de Maestría. Quien

estudió en una maestría en el Perú, al final tiene un diploma otorgado por

una universidad americana, una europea y quizás una de China. Una

oferta tentadora, pero creo que un viaje de estudios de una semana a una

universidad no es mágica ni garantiza que se haya formado la capacidad

de tomar buenas decisiones reforzadas con un fuerte sentido común.

En la gráfica 2 se muestran las posibilidades que pueden existir cuando

se busca la correlación entre el sentido común y la posesión de títulos o

grados. Los cuatro cuadrantes muestran los casos posibles, empleando la

metáfora del oro real y el oro falso como recurso para mostrar la

posibilidad de competencias genuinas y espurias .

Esta situación es una parte de una estrategia de marketing. Quien vende

algo y tiene fuerte competencia, debe agregar algo de valor al producto o

servicio que vende para atraer al cliente indeciso. El que pone la cereza

extra más grande en el pastel lo venderá más rápido y quizás con mayor

precio. Debo admitir también que existen algunas personas, cuyo número

es tan escaso como el sentido común, a quienes la variedad de diplomas o

títulos que reciben no les cambia nada, porque ya tienen las condiciones,

capacidades y dones que se esperaba de ellos. Los diplomas, doble, triple

o cuádruple, son sólo elementos formales o protocolares.

Aunque parezca una exageración, es necesario agregar que entre los

asistentes a cursos de pregrado, maestría o doctorado, muy pocos tienen

las condiciones necesarias para aprovechar esa oportunidad el 100% de

ellos. Las excepciones, claro están en las universidades de alto nivel,

donde los alumnos son también de primer nivel y están allí porque

buscan y aceptan los desafíos, quieren pensar y ejercer el sentido común.

Por supuesto, para este reducido grupo el objetivo no es el diploma o el

grado, sino las oportunidades para demostrar su genio mediante

investigaciones, libros, papers y otras publicaciones mediante las cuales

aportan conocimiento al campo profesional en el que se desempeñan. No

son receptores pasivos y repetitivos de teorías y conocimientos, no son

“seguidores fanáticos” de teorías y fórmulas a las que atribuyen hasta

“poderes mágicos”. Los profesionales destacados son creadores

proactivos, que cuestionan, si es necesario, lo que aprendieron y

proponen mejoras, cambios, evolución, por lo general son iconoclastas.

Ellos definitivamente son como el oro 6N, sus hechos y productos los

revelan y rápidamente los reconoce quien está bien entrenado.

En la gráfica 3 se puede ver que la persona que busca y selecciona a los

mejores es también de los mejores y por ello, no queda atrapado en la

trampa de las apariencias, del oropel, de lo falso.

¿Cómo es posible el movimiento en la flecha 1? Cuando la persona que

debe elegir es inexperta, se deja influenciar por la ilusión. Elige o prefiere

el oropel porque no sabe reconocerlo, por no hacer el esfuerzo para

identificar lo que es auténtico y también porque ella misma es también

alguien que tiene abundancia de oropel o pirita, y una acentuada escasez

ausencia de oro puro. También cuando la corrupción se impone sobre los

valores y predominan la amistad, el compadrazgo y otros factores sobre la

justica y trasparencia. No elige al mejor, sino al amigo o aquel con el cual

tiene afinidades poco transparentes.

Es posible demostrar empíricamente esta conducta, detalles y

consecuencias si se hace un estudio en el sector público, ministerio y otras

entidades del Estado, donde la mediocridad, la trampa y mendacidad

forman parte de la conducta “normal” o cotidiana.

En cuanto al movimiento a través de la flecha 2, en la parte superior,

quien elige ya es el mismo es oro puro, oro 6N y por eso elige sólo a

alguien similar o superior, porque sabe reconocer lo legitimo y detectar

loa falso, espurio. Por su propia naturaleza no le conviene mezclarse o

interactuar con alguien de menos nivel, por cuestiones de orgullo y

razones estrictamente prácticas.

En el sentido práctico, un jefe de empresas que elija a incompetentes con

méritos falsos, terminará haciendo el trabajo que les corresponden a estos

colaboradores y nunca obtendrá los resultados esperados. Decíamos antes

que podía tomar en cuenta a alguien similar o superior, porque la

inteligencia , integridad y capacidad profesional que lo caracterizan le

permiten entender que cuando un colaborador es superior, se puede

aprender de él y lograr resultados más ambiciosos. En el campo militar,

por ejemplo, nunca se conquistará una fortaleza si el jefe del grupo de

asalto elige compañeros temerosos, pusilánimes, enclenques morales,

débiles, sin iniciativa ni valor.

Esta regla es común en la empresa privada y los pocos casos en los que se

prefiere el oropel son notorios y rápidamente se suelen hacer las

correcciones necesarias. Un incompetente, un sujeto con diplomas o

grados falsos, no puede ser CEO de una gran organización, a diferencia

del sector público donde un analfabeto o incompetente puede ser

ministro, congresista o un alto funcionario del Estado. En un país

desarrollado es algo más difícil esta situación aberrante porque además

del desarrollo económico, hay mayor conciencia social y cívica, más

práctica de los valores y estas aberraciones no pasan fácilmente; en un

país atrasado sería una sorpresa, o si quiere un milagro, encontrar al

frente de una institución pública a alguien realmente competente.

Existen las excepciones, por supuesto, pero son como los datos

estadísticos extremos, se dejan de lado en el análisis.

Anticipándome a la crítica sobre una supuesta discriminación en relación

a los requisitos para ser miembro del Estado, retomo la frase de Ingersoll,

respecto a su preferencia del sentido común sobre la educación (los

supuestos méritos logrados por este sistema); pero la realidad

comprobable es que quien logra ingresar al sistema burocrático del

Estado valiéndose de las argucias para mostrar falsas competencias, ya

carece del sentido común. Tiene mucha malicia, habilidad para la trampa

y el dolo, mucha inmoralidad y capacidad para inducir a otros a aceptar

su posición, pero no sentido común. El sentido común se usa para

hacer bien las cosas correctas.

El sentido común ¿deseable o rechazado?

El sentido común es deseable porque ayuda a tomar decisiones más

apropiadas según las circunstancias, para obtener mejores resultados, a

mejorar el mundo y mejorar el estado y situación de los que están

involucrados o afectados.

Pero, siempre que haya algún acontecimiento deseable como

consecuencia de una decisión, quien tomó la decisión, ¿empleó el sentido

común? Por lo general si, aunque a veces hay situaciones que contradicen

la lógica.

¿Se puede pasar del nivel 1 al 2, en el contexto del gráfico 3? En el caso del

que elige sí, porque con el entrenamiento, dedicación y la humildad

suficiente para reconocer sus limitaciones actuales, puede incorpora la

capacidad de distinguir lo legítimo de lo falso. En el caso del que se

elegido, ya no , porque no se puede convertir la pirita en oro, no se puede

emplear las fórmulas mágicas de los alquimistas para logar cambios

imposibles. Esta imposibilidad es absoluta si esta persona se encuentra

clasificada en el grupo de la derecha, el oropel. Los bribones nunca

cambian, solamente se repliegan cuando temer ser

descubiertos o sancionados.

El ejercicio del sentido común es difícil de enseñar. Como el ejercicio de

pensar, es una actividad dolorosa, que demanda esfuerzo, sacrificios y

muchas veces obliga a actuar en oposición a lo que la mayoría decide.

El que no usa el sentido común prefiere la conducta de rebaño, seguir a la

manada, ocultarse entre el grupo para eludir responsabilidades, seguir el

pensamiento de grupo (groupthink) El concepto groupthink (psicólogo

Irving Janis, 1972) describe el proceso por el cual un grupo puede tomar

decisiones malas o irracionales; en el pensamiento de grupo, cada

miembro del grupo intenta conformar su opinión a la que creen que es el

consenso del grupo.

Es difícil enseñar el sentido común porque se requiere ser iconoclasta,

asumir los riesgos de sanciones o rechazo, de incomprensión, soledad y

crítica permanentes. Incuso cuando las decisiones tomadas bajo el

contexto del sentido común llevan a los resultados deseados, la multitud

de los enemigos del sentido común o privados de éste, estarán al acecho

para criticar, aprovechar cualquier debilidad para justificarse. ¿Escucho

alguno de los lectores hablar del perro del hortelano?

Por eso, hay tan pocos pensadores, por eso hay poca gente con el sentido

común. Y como dice una frase popular, ”el sentido común es una flor

que no crece en cualquier jardín”. No se compra, existe por

naturaleza, aunque se desarrolla cuando hay voluntad y decisión para

actuar muchas veces asumiendo costos e incomprensión.

Notas

(1) Neil de Grasse Tyson (Bronx, 5 de octubre de 1958) es un astrofísico, escritor y divulgador científico estadounidense. Director del Planetario Hayden en el Centro Rose para la Tierra y el Espacio, investigador asociado en el Departamento de Astrofísica del Museo Estadounidense de Historia Natural. Desde el año 2006 es el presentador del programa de televisión de corte educativo científico NOVA Science NOW del canal público de Boston WGBH, miembro de PBS, y que ha sido un invitado frecuente en programas científicos. The Daily Show, The Colbert Report, Real Time with Bill Maher y Jeopardy!. Fue el anfitrión de la secuela del programa de televisión Cosmos: Un viaje personal, escrita y presentada originalmente por Carl Sagan, “Cosmos: A Space time Odyssey” estrenado el 9 de marzo de 2014. (2) El quilate es una antigua unidad de medida que nos indica la cantidad de metal precioso, en este caso oro, que tiene una joya. Hoy se sigue utilizando en la joyería por su facilidad de uso. La unidad de medida quilate puede hacer referencia a dos magnitudes distintas. Existe el quilate como unidad de masa, cuya equivalencia son 200 miligramos, y existe el quilate como unidad de pureza del oro. Ambas se usan desde hace siglos; la última interpretación es la que nos interesa ahora. La pirita es un mineral del grupo de los sulfuros cuya fórmula química es FeS2. Tiene un 53,48% de azufre y un 46,52% de hierro. Frecuentemente macizo, granular fino, algunas veces subfibroso radiado; reniforme, globular, estalactítico. Insoluble en agua, y magnética por calentamiento. Su nombre deriva de la raíz griega pyr (fuego), ya que al rozarla con metales emite chispas. Se conoce como "el oro de los tontos”, "el oro de los pobres" u "oropel" por su gran parecido con el oro. (3) Robert “Bob” Green Ingersoll (1833-1899) fue abogado, veterano de la Guerra Civil Estadounidense, líder político y orador de Estados Unidos durante la Edad de Oro del librepensamiento, recordado por su gran cultura, crítica a la religión y su defensa del agnosticismo. Era conocido como orador, el más popular de su época, en un tiempo en que la oratoria era entretenimiento público. Habló sobre todos los temas, pero los más populares fueron el agnosticismo, la santidad y el refugio de la familia. Sus discursos quedaron en la memoria de la gente, y aunque a veces se extendían por más

de tres horas, su público nunca se impacientaba. Los discursos de Ingersoll abogaban por el librepensamiento y el humanismo. Ingersoll fue amigo del poeta Walt Whitman, quien lo consideraba como el mayor orador de su época. Whitman decía: "No debería ser sorprendente que me siento emparentado con Ingersoll, porque él es Hojas de Hierba... Él vive, personifica, la individualidad, que yo predico. Veo en Bob el más noble ejemplar con la esencia estadounidense pura de esta tierra, extendiendo, dando, exigiendo luz”. (4) Cuando estudiaba en una escuela de posgrado en negocios, la única existente en ese momento en mi país, era una costumbre establecida el trabajo en grupos. Sin ánimo de menospreciar a mis compañeros, debo decir que la mitad de mi grupo tenía un “talento” que para mí era esquivo, aunque no me hubiera importado tenerlo, “el bolsillo con muchos billetes”. Y supongo que en los demás grupos el panorama era similar. En este caso, los títulos o grados y el sentido común no tienen correlación o si existe es mínima y puntual. Citar como:

Rivas Rojas, Carlos Alberto (2016, junio 06) El sentido común y los profesionales. Metáfora del oro puro. Recuperado de: http://filosofiasxxi.blogspot.com/2016/06/sentido-comun-cualidad-innata-

o.html

Referencias

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What is gold karat? http://www.goldpriceoz.com/gold-karat.html Y barra Raúl, Los quilates del oro - Modificación http://www.raulybarra.com/notijoya/biblioteca_archivos_1.1/notijoya_1.1/archivosnotijoya2/2oro_quilates_cambio.htm Ley (pureza) https://es.wikipedia.org/wiki/Ley_(pureza) Iván García Cubero ¿Existe realmente el oro puro de 24 quilates?, 14 DIC 2011 http://www.wisphysics.es/2011/12/existe-realmente-el-oro-puro-de-24-quilates

Robert G. Ingersoll https://es.wikipedia.org/wiki/Robert_G._Ingersoll