2004 La Valle R - Monografía de Historia de La Medicina

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UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES FACULTAD DE MEDICINA DEPARTAMENTO DE HUMANIDADES MÉDICAS INSTITUTO Y CÁTEDRA DE HISTORIA DE LA MEDICINA Director: Prof. Dr. Alfredo G. Kohn Loncarica “Hospital Diego Paroissien de La Matanza: un hospital en la búsqueda de su historia” MONOGRAFÍA DE LA MATERIA: Historia de la Medicina POR: Ricardo Ángel La Valle. Doctor de la UBA. Médico. ADSCRIPTO AL DEPARTAMENTO DE: Salud Pública AÑO: 2004

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UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRESFACULTAD DE MEDICINA

DEPARTAMENTO DE HUMANIDADES MÉDICASINSTITUTO Y CÁTEDRA DE HISTORIA DE LA MEDICINA

Director: Prof. Dr. Alfredo G. Kohn Loncarica

“Hospital Diego Paroissien de La Matanza: un hospital en la búsqueda de su historia”

MONOGRAFÍA DE LA MATERIA: Historia de la Medicina

POR: Ricardo Ángel La Valle.Doctor de la UBA. Médico.

ADSCRIPTO AL DEPARTAMENTO DE: Salud PúblicaAÑO: 2004

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“Hospital Diego Paroissien de La Matanza: un hospital en la búsqueda de su historia”

TABLA DE CONTENIDOS:

Página:

1. INTRODUCCIÓN

2. UBICACIÓN Y ÁREA DE INFLUENCIA

3. LA HISTORIA EN EL NOMBRE: GENERAL DE BRIGADA Dr.

DIEGO PAROISSIEN

4. ORIGEN

4.1. Las dos inauguraciones

5. CON LA DEMOCRACIA SE COME, SE CURA...

5.1. La refundación

6. LAS MARCAS DEL NEOLIBERALISMO ECONÓMICO.

7. CONCLUSIONES

8. BIBLIOGRAFÍA

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INTRODUCCIÓN

“Los gobiernos, la economía, las escuelas, todo lo que forma parte de la sociedad, no existe para beneficio de unas minorías privilegiadas... Existe por el bien de las personas comunes y corrientes, que no son especialmente inteligentes ni interesantes, ni tienen demasiada cultura ni demasiado éxito ni parecen destinadas a tenerlo: en resumen personas que no son nada del otro mundo. Existe por las personas que, a lo largo de la historia, solo han entrado en ella como individuos con entidad propia al margen de las comunidades a las que pertenecían por la constancia que ha quedado de su paso en las actas de nacimiento, matrimonio y defunción. La única sociedad en la que merece la pena vivir es aquella que haya sido diseñada para ellos, no para los ricos, los inteligentes, los excepcionales, aunque esa sociedad en la que valga la pena vivir deba reservar un espacio y un margen de acción para dichas minorías. Sin embargo el mundo no ha sido creado para nuestro disfrute personal ni hemos venido a él por tal motivo. Un mundo que pretenda que esa es su razón de ser no es un buen mundo ni debería ser un mundo perdurable”

Eric Hobsbawn1

Puesto en la tarea de intentar escribir algunas ideas acerca de la historia del Hospital

Paroissien, mi lugar de trabajo desde hace veinte años, me vi en la obligación de

reformular el sinfín de relatos, de anécdotas y de paquetes discursivos que conforman en

mi pensamiento, la experiencia cotidiana como médico, como vecino, y como ciudadano,

acerca del Hospital.

La tarea del historiador, está impregnada de hechos y circunstancias, quien pretenda dar

cuenta de un hecho histórico, está obligado a familiarizarse con datos, fuentes,

documentos, testimonios, en fin involucrarse con detalles que puedan ser la clave para la

explicación de un determinado funcionamiento que pueda reflejar acontecimientos que

merecen un lugar de repercusión social. Ahora bien también es necesario superar la simple

acumulación de hechos para poder encontrar en ellos una suerte de entidad probatoria de

alguna hipótesis que posibilite reflexionar, sacar conclusiones, diseñar estrategias para la

acción. Esta es la diferencia de perspectiva, que exige la construcción de una “mirada

histórica”.

En este proceso de búsqueda de un punto de vista que permitiera ordenar los relatos en una

jerarquización de tipo histórica comencé a buscar en algunos historiadores y tomé

1 Hobsbawm Eric: ”Sobre la historia” Barcelona, Crítica, 1998, pág 21-22

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la definición de historia de Raymond Aron: “El conocimiento histórico, o la historia en

tanto que conocimiento, es la reconstrucción o la reconstitución de lo que ha sido, a partir

de lo que es en cierto lugar y en cierto tiempo”.2 En este sentido, “... no se trata de la

reconstitución en abstracto, sino de la reconstitución de un pasado situado en un

determinado eje espacio temporal, el cual se desprende de nuestra propia experiencia del

presente”.

Desde este punto de vista, la historia representa mucho más que una mera recopilación de

fechas y efemérides, pretende reflejar la construcción, en este caso, de una institución, su

ideología, las vivencias y sentimientos de sus actores y una identidad. Cualquier historia,

como cualquier relato, es multidimensional, es por eso, que pretendemos explorar todas las

dimensiones posibles de la historia a construir.

Varias dificultades surgieron, entonces, para llevar a cabo este posicionamiento: en primer

lugar, el H.I.G.A Paroissien, es un hospital muy joven, su origen es de 1980, lo que

dificulta encontrar la distancia óptima para comprender el contexto político y social

acabadamente.

Por esta misma razón, los testimonios están muy involucrados con otros intereses

personales, laborales, etc. que los tiñen de contenidos que los desvían de la intencionalidad

puramente histórica.

Ocurre, también que no hay antecedentes escritos acerca de la historia del hospital. Hemos

encontrado alguna referencia en un periódico local pero ningún registro formal de

recopilación histórica.

A pesar de ello, la tarea también se hizo mucho más atractiva, la posibilidad de profundizar

en el “discurso social” que se trama en torno al Hospital, por parte de los distintos agentes:

profesionales, profesionales fundadores, pacientes, trabajadores no profesionales que

organizan lo “decible”, lo narrable y opinable, pero también lo que significa y encubre lo

edilicio, la ubicación, la construcción, los servicios existentes y los faltantes, que

determinan y condicionan, las experiencias cotidianas invisibilizados por lo que a simple

vista no se debe cuestionar.

Esta exploración me posibilitó, la acumulación de datos, para establecer una crónica de los

hechos y la búsqueda bibliográfica realizada con la lectura de historiadores me

permitieron llegar a otros niveles de conceptualización en el trabajo como dice Hayden

2 González Ojeda, Javier. Realidades emergentes en África 1.Disponible en: http://www.politicayactualidad.com/textos.asp?id_texto=1423&id_seccion=11

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White3, debía encontrar la puesta en intriga, que le diera algún sentido a esa cantidad de

información que había recabado.

La lectura de la cita de Hobsbawm, que encabeza este trabajo fue la clave.

El H.I.G.A Paroissien, como todo hospital público, existirían, al decir de Hobsbawm, como

los gobiernos, la economía y las escuelas para beneficio de personas comunes y corrientes.

Ahora bien , ¿qué es un hospital?, leemos en el Diccionario4:

Hospital: (Del lat. hospitālis)

1. m. Establecimiento destinado al diagnóstico y tratamiento de enfermos, donde se

practican también la investigación y la enseñanza.

2. m. Casa que sirve para recoger pobres y peregrinos por tiempo limitado.

3. adj. ant. Afable y caritativo con los huéspedes.

4. adj. ant. Perteneciente o relativo al buen hospedaje.

Sorprende, a veces, lo que la historia de una palabra, la polisemia que encubre el nombre,

revela del sentido de la función que señala. En otras palabras, todos reconocemos la

primera definición, pero los matices que les impregnan a la institución hospital, las otras

tres, nos acercan al sentido social del término y también a la perspectiva señalada por

Hobsbawm.

El hospital es a, veces, y para algunos hombres el único testigo oficial de su paso por la

historia, es para ellos que se cumple hasta el destino etimológico de la palabra Hospital que

de acuerdo con el “Breve diccionario etimológico de la lengua castellana” de Joan

Corominas es el de hospedar, tomar a quienes en él están en calidad de huéspedes. En este

sentido, podríamos entender que el hospital es el lugar en que el estado deposita la

confianza para que los ciudadanos, en especial aquellos, menos interesantes o más

desvalidos, dejen su huella, y de hecho sean tratados como huéspedes de una sociedad que

muchas veces los desconoce. Hasta es el encargado de firmar sus actas de nacimiento y

defunción.

Ahora bien, sabemos que no siempre el Estado que sabe su función y por ejemplo, crea un

hospital, se hace cargo de sostener en el tiempo los ideales de servicio que en algún

3 White Hayden.Metahistory: The Historical Imagination in nineteenth-Century. Baltimore, The John Hopkins University Press, 1973. Introducción.4 Diccionario de la Lengua Española, Real Academia española, Vigésima segunda edición , E en CD- Rom. Madrid, Espasa Calpe, 2003

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momento materializó en obras. Por eso la intención de este trabajo, es señalar la persistente

fractura que a lo largo de la joven historia del H.I.G.A Paroissien, se instala entre la

función legítima y la realidad cotidiana de este servicio de salud que tironeada, por los

devenires político-ideológicos de los gobiernos de turno, lucha por achicar la brecha y dar

respuesta a las necesidades de los que conviven en ella.

Para lograr estos objetivos nos proponemos como metodología:

1. Consultar los archivos existentes.

2. Realizar una búsqueda bibliográfica en Internet utilizando las palabras clave “Diego

Paroissien”. El objetivo es recabar datos acerca de dos aspectos:

2.1. Acerca de Diego Paroissien como personaje histórico.

2.2. Acerca del Hospital de la Matanza.

3. Realizar entrevistas a los trabajadores más antiguos y aquellos de actuación relevante

en la construcción de la identidad de la institución.

Con los materiales obtenidos con estas estrategias procuraremos:

1. Construir una historiografía de los acontecimientos.

2. Explorar la Historia del personaje que da nombre al hospital.

3. Investigar cuál es la identidad de la institución y las historias no escritas.

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UBICACIÓN Y ÁREA DE INFLUENCIA

El Hospital Paroissien, está ubicado en la localidad de Isidro Casanova en el partido de La

Matanza.

Se levanta en un predio cuya superficie es de 3.640m2, está delimitado por el Arroyo

Mario en el lateral este, al fondo la Calle Villegas, por el oeste la calle José Rucci, y por el

frente con la Ruta Nacional Nº 3, a la altura del Kilómetro 21. Para acceder a su entrada

principal deben caminarse unos 500 metros desde la citada ruta.

El área de impacto llega a 400 km2, asistiendo a utilizar sus instalaciones personas

provenientes de diversos partidos no sólo de La Matanza.

Allí se desempeñan también médicos dependientes del municipio que se ocupan de la salud

mental, ya que al no contarse con internación para estos pacientes en el centro específico se

los deriva allí.

Figura 1: plano del Partido de La Matanza

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Hospital Paroissien

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El hospital atiende todas las especialidades incluyéndose:

* Servicio social hospitalario

* Registro civil

* Servicio de salud mental

* Internación de salud mental

* Servicios de apoyo

Figura 2: plano del Conurbano Bonaerense

Este hospital cuenta con una escuela de enfermería, que con la Escuela Evita -creada por

Decreto Municipal en 1975- son los establecimientos que preparan enfermeros

profesionales en el Partido.

La escuela del hospital en sus inicios otorgaba títulos que carecían de reconocimiento a

nivel nacional. Era supervisada por la Escuela Superior de Sanidad, actualmente Dirección

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Hospital Paroissien

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Provincial de Capacitación.

Se preparaban tres niveles de egresados: Auxiliar de Enfermería, Asistente de Enfermería y

Enfermería Profesional.

En el año 1988 bajo el gobierno del Dr. Antonio Cafiero, siendo Ministro de Salud el Dr.

Ferrara, se produce una modificación en los planes de estudio, que se adecuan, permitiendo

de esta manera el reconocimiento nacional. Esto es considerado un gran logro, ya que los

egresados anteriores a estas modificaciones no podían desempeñarse en hospitales

nacionales.

Por convenio con la Universidad de Lanús y la Dirección Provincial de Capacitación, en el

año 1997, se acuerda que la casa de altos estudios aporta el diseño curricular y la

supervisión y otorga los títulos, mientras que la segunda aporta la planta funcional, los

docentes y el espacio físico.

Se crea además la Licenciatura en Enfermería y se apunta a la atención integral del

enfermo. posibilidad de tomar una distancia óptima, presenta la ventaja de poder contar

con los testimonios de personas que trabajan en el hospital desde su fundación.

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LA HISTORIA EN EL NOMBRE:

GENERAL DE BRIGADA Dr. DIEGO PAROISSIEN

Iniciaremos nuestro recorrido buscando la historia en el nombre de nuestro hospital.

Fig. 1: Dr. Diego Paroissien

Nació en Harking (Essex), Inglaterra en el año 1773, de ascendencia francesa hugonote y

murió en el mar, en viaje de Arica a Valparaíso. Médico británico, graduado en su ciudad

natal jugó un papel prominente en el movimiento de la independencia Argentina. Recibió

una buena educación general, especializada en el campo de la cirugía y también en el

estudio de la química.

Se embarcó con rumbo a Buenos Aires en diciembre del 1806, sin haberse enterado de que

la ciudad había sido reconquistada de manos de los ingleses, lo que lo obligó a

desembarcar en Montevideo. Pasó en Montevideo el año siguiente, presumiblemente

ocupado en actividades comerciales y ayudando a las nuevas tropas británicas. Allí

conoció a D. Saturnino Rodríguez Peña quien se hallaba exilado por haber contribuido a la

fuga del general inglés Sir Guillermo Carr Beresford. En enero de 1808 partió para Río de

Janeiro, involucrado en el proyecto de Saturnino Rodríguez Peña, de llevar a Buenos Aires

a Carlota Joaquina.

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Paroissien fue enterado por Rodríguez Peña de sus proyectos de emancipar estas colonias

españolas y cuando se entero de que en Buenos Aires se permitía la permanencia de

súbditos británicos, resolvió abandonar Río de Janeiro. Viajó con su amigo D. Rodolfo

Middleton, en su fragata “MARIA” trayendo encargos de Rodríguez Peña para su hermano

y amigos. Al regresar al Río de la Plata, como correo para el proyecto, fue detenido y

acusado de alta traición. Enterada la Princesa Carlota de los proyectos de Rodríguez Peña

ofició al Virrey Liniers y encargó a un tripulante que vigilase a Paroissien. Más tarde fue

detenido y retenido en Montevideo. Liniers solicitó que el preso fuese remitido a Buenos

Aires el 9 de octubre de 1809. Encarcelado en Montevideo y luego en Buenos Aires por el

término total de dieciocho meses, finalmente consiguió que Juan José Castelli se hiciera

cargo de su defensa5, y poco tiempo después de la Revolución de Mayo fue puesto en

libertad por la Junta de Buenos Aires. Este movimiento salvó a Paroissien de la pena de

muerte por delito de alta traición.

Paroissien se sumó a la causa emancipadora marchando al ejército del Perú a fines de

1810, en calidad de Cirujano del mismo siendo encargado de la inspección de hospitales y

enfermos. Acompañó a Castelli en la expedición libertadora de Balcarce al Alto Perú y

participó en la primera batalla. En Huaqui, sirvió como ayudante de uno de los

comandantes de división, además de cumplir con sus obligaciones de cirujano castrense y

director de los servicios hospitalarios. En Potosí ayudó a Pueyrredón a evacuar la ciudad y

transportar la riqueza del tesoro real a manos patriotas. Por todos estos méritos Paroissien

se creyó con derecho de pedir la carta de ciudadanía argentina. Como consecuencia de la

recomendación de Pueyrredón le fue otorgada el 25 de noviembre de 1811. Paroissien fue

el primer ciudadano naturalizado por el gobierno patrio (confirmado por la Asamblea de

1813). Continuó prestando servicios en el Ejército del Norte hasta marzo de 1812, pasando

a Córdoba donde se hace cargo de la fabrica de pólvora, siendo nombrado Director el 6 de

junio de 1812. El 1 de abril de 1814 asciende a Teniente Coronel de Artillería

confirmándolo en la dirección de la fábrica.

En el transcurso de los tres años de actuación en ella (1812-1815), Paroissien comenzó su

colaboración con José de San Martín, en el plan de este último para la liberación

continental, que fue tomando forma durante la convalecencia de San Martín en Córdoba,

en 1814. La explosión de la fábrica de pólvora, en abril de 1815 hizo que Paroissien

5 Ejército Argentino. Dirección de Sanidad. General De Brigada Dr. Diego Paroissien .Disponible en: http://www.ejercito.mil.ar/dirsan/ILUSTRES/Bio%20Paroissien.htm

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regresara a Buenos Aires, donde integró el estado mayor general y fue designado, por el

director Pueyrredón, el 24 de septiembre de 1816, Cirujano Mayor para acompañar el

batallón a Mendoza como cirujano jefe asumiendo la responsabilidad de los servicios

médicos del Ejercito de los Andes.

En la batalla de Chacabuco, Paroissien combinó nuevamente la función militar con la de su

profesión de médico, desempeñándose como edecán del general Miguel Estanislao Soler;

recibió elogiosos conceptos del general San Martín por su meritoria actuación. Fue

miembro fundador de la Legión del Mérito de Chile, siendo designado cirujano general del

ejército chileno, por breve lapso mantuvo un conflicto personal con el ex general

napoleónico Michel Brayer, que lo acusó de ineficacia y deshonestidad, pero que no pudo

presentar prueba alguna. Se trasladó a operar en la campaña al sur de Chile con el general

O’Higgins, esto se desprende del “Boletín de Operaciones de la División del Sud”.

Paroissien atendió las heridas de O'Higgins, tras la derrota de Cancha Rayada; Samuel

Haigh ha dejado un vívido relato de los servicios prestados por Paroissien en el hospital de

campaña luego de la victoria de los patriotas en Maipú. La breve nota del cirujano enviada

a O'Higgins proporcionó a la capital chilena la primera noticia de esa gran victoria.

Como resultado de sus acciones en Maipú, el 5 de abril de 1818, Paroissien fue Promovido

al grado de coronel, se le confirió la medalla de oro de Maipú, otorgándosele asimismo un

extenso predio en Mendoza. Como uno de los principales ayudantes de San Martín, se

embarcó con la expedición libertadora con rumbo al Perú, en agosto de 1820.

Durante los cinco años siguientes, las actividades de Paroissien estuvieron casi

enteramente vinculadas con el Perú, primero como colaborador muy íntimo de San Martín

en la entrevista con el nuevo virrey peruano, general José de la Serna, en la que se hizo

alusión a la posibilidad de establecer una monarquía peruana independiente.

Al finalizar el año 1821, Paroissien fue ascendido a General de Brigada y enviado con una

misión diplomática a Europa. Paroissien y Juan García del Río, uno de los secretarios de

San Martín, partieron hacia Europa en busca del reconocimiento de la independencia

peruana y con la misión de hallar al príncipe más calificado, previamente se lo había

distinguido con la “Orden del Sol” del Perú. En ese momento Paroissien había llegado al

punto culminante de su actuación.

En los diversos proyectos británicos de minería que habían sido planeados para Bolivia.

Habiendo sido relevado de sus funciones, Paroissien, así como también García del Río, el

27 de abril de 1825 fueron nombrados directores de la Compañía de Minería de Potosí, La

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Paz y Perú para hacerse cargo de la dirección de sus minas en Potosí. Luego de consultas

hechas con expertos europeos en minería, regresó a Sudamérica, permaneció brevemente

en Buenos Aires y luego fue a hacerse Cargo de sus funciones en Bolivia recién

independizada y económicamente promisoria. Toda su suerte se desvaneció: la compañía

tuvo que ser liquidada; sus posesiones americanas se habían perdido, con su salud

quebrantada y financieramente arruinado, Paroissien marcho al Perú en clase de

comisionado y murió en un viaje desde Arica a Valparaíso en 1827, a los 44 años de

edad.6.

6 Ejército Argentino. Dirección de Sanidad. General De Brigada Dr. Diego Paroissien .Disponible en: http://www.ejercito.mil.ar/dirsan/ILUSTRES/Bio%20Paroissien.htm

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ORIGEN

El Hospital nació a principios de la década en el 80 (según reza la inscripción de su

entrada), sin embargo, delante del edificio actual, en un terreno que hoy está ocupado por

una Escuela Técnica y una de arte, puede observarse todavía un Escudo Nacional de mas

de un metro de alto con la inscripción de "Parque Nacional de Salud" y aparecen allí restos

de cimientos de grandes estructuras de cemento, que remiten a un proyecto de la década

peronista de mediados de siglo XX. Sin embargo la placa y los cimientos son lo único que

existió en realidad. El gran proyecto nunca se llevó a cabo. Ese emprendimiento

planificado en un lugar central y de fácil acceso, nunca pudo ver la luz. En cambio el

edificio actual tiene su origen en otras épocas y en diferentes circunstancias.

Al respecto dice el Sr. Di Fonso: "De acuerdo a lo indagado por los circunstanciales

historiadores lugareños de entonces, existía una laguna donde está el Hospital, en la punta

del extremo Suroeste del predio, es decir en la ruta 3 y la calle Sinclair. Otra de las

versiones y que yo creo la más coherente -continua el entrevistado- es recordar quienes

administraban nuestro país en esa época, (la administración provincial estaba en manos del

gobierno de facto del Gral. Ibérico Saint Jean(1976-1981) y el conflicto de límites

territoriales que nos tocó vivir con el tema del Canal de Beagle con Chile. La construcción

del Hospital habría estado destinada a la atención de pacientes provenientes de una posible

acción bélica dado que la visión desde el aire era difícil. En realidad se veía como si fuera

una gran fábrica (podemos observar actualmente se diseño de terrazas)(...). Es por eso que

las entradas de ambulancias están diseñadas para que los pacientes fueran llevados

directamente a los quirófanos7".

Ya por le años 81, pasada ya la circunstancia histórica de la guerra con Chile, bajo el

gobierno provincial, ahora, de Jorge Rubén Aguado (1981-1983), se transforma la función

originaria, se le asigna al hospital la caracterización de: Zonal de Agudos y se le adjudica

el nombre del Cirujano Mayor Dr. Diego Paroissien.

La interrupción del conflicto y la apresurada finalización de la dictadura por los sucesos de

Malvinas, llevaron, seguramente al poder de turno, a cambiar el destino original y

7 Hospital Provincial de La Matanza. Disponible en: www.interlap.com.ar/historiaoral/index.htm

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transformar un hospital de guerra, oculto, en un hospital al servicio de la comunidad

Matancera.

Sin embargo, el cambio de destino, generó también la interrupción de las inversiones por

eso, a pesar de las condiciones edilicias con las que fue diseñado, en sus inicios no

disponía de infraestructura ni equipamiento suficiente, ni se podían realizar operaciones

quirúrgicas, por lo tanto los pacientes que las precisaban eran derivados.

Durante esta etapa fundacional "Funcionaba como una gran sala de auxilios".

El Doctor Ignacio Das Neves, Pediatra que está trabajando desde la fundación del Hospital

relata:

-... “Empecé el 22 de Diciembre. Habíamos comenzado a principios de diciembre del 80, a organizar, un grupo de pediatras con Kruger a la cabeza, que lo habían llamado de Municipalidad para formar el grupo de pediatría, había otro un tal Blanco que era el que organizaba la parte de Clínica Médica y bueno el 22 de Diciembre se comienza a trabajar, y el 29 de Diciembre comienzan las guardias activas en el hospital con un pediatra, un clínico, un traumatólogo, un cirujano por guardia, un radiólogo que le obligaban a hacer guardia activa y no tenía equipo de rayos, o sea que lo único que hacía era un poco el che pibe que cargaba pacientes en la ambulancia, 4 o 5 pacientes que había que hacerle placas los llevaban con la ambulancia al Policlínico Municipal, colaboraba con la radióloga de allá a sacar las placas y traía a los pacientes de vuelta. Un ambulanciero, enfermeras, todo eso estaba, se trabajaba en lo que es ahora los consultorios externos de psiquiatría y lo que es consultorios de cirugía y traumato, eso era enfermería.-O sea que eran dos baterías...-Dos baterías, el resto estaba cerrado, todo tapiado con madera, este..., no había teléfono, nos comunicábamos exclusivamente con la motorola, con lo cual era bastante engorroso pedir derivaciones o salir a hacer una derivación porque no podían creer que este hospital o este “pseudo-hospital” no tuviera teléfono. No teníamos comida, durante un par de meses, había que ir a buscar la comida al Instituto de Haedo a las 6 de la tarde, muchas veces no se iba, porque ir a buscar la comida a las 6 de la tarde para comer a las 10, 11 de la noche era imposible, así que terminábamos comprando, como compramos ahora, comprábamos en esa época también. Salía la ambulancia a comprar una pizza o a comprar en algún almacén de acá a la vuelta, pan y fiambre, otra cosa no había. No había sala de partos, es más hay una anécdota que recuerdo siempre, habían traído las camas para la sala de partos pero no entraban en ninguna habitación porque las puertas eran más chicas, así que tuvieron que entrarlas por las ventanas las primeras y después hicieron las famosas puertas que tienen el pedacito extra que se rompió después para poder entrar las camas de parto que son un poco más anchas que las normales.-¿Tenían mucha demanda?

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- a los 15, 20 días ya estábamos atendiendo arriba de ciento y pico de pacientes por día un pediatra, entonces, ya a principios, mediados de febrero de 1981, ya designaron segundo pediatra de lunes a viernes.”8

El relato del Doctor Das Neves, convalida aquella primera hipótesis, si bien el acto de

designación de profesionales, fue más bien un gesto político, a poco andar, la gente fue

reclamando con su presencia la necesidad de funcionamiento.

Las dos inauguraciones

-En el primer acto de inauguración, estuvieron todas las autoridades provinciales del momento, las autoridades municipales, la Escuela de Enfermería de Matanza y nosotros estábamos todos, nos hicieron venir a todos de guardapolvo almidonado ahí y nos ignoraron olímpicamente, porque ni nos mencionaron. Si mencionaron a la Escuela de Enfermería, con la abanderada, la escolta, los medios, gendarmería, el regimiento de Tablada que estaban presente, los profesionales no existían..-¿Y el gobernador, te acordás quién era?-Ibérico Saint Jean, estábamos en plena época militar; si en 1980.-Se rumoreaba algo, porque por algún lado escuché que los objetivos de este hospital tenían que ver...-con la guerra del Beagle en la época del conflicto con Chile, es más todos sabemos que esto fue construido en lo que en los mapas, los antiguos mapas de Matanza figura como Laguna de los Patos, se le sacó un poco de tierra para rellenar lo que es hoy el estacionamiento y el hospital quedó como quedó Planta Baja con unos cuantos metros bajo del nivel de toda la zona de alrededor y así fueron las inundaciones posteriores que sufrimos, ya me olvidé cuantas pero calculo que fueron más de 20.-Se comenta que hubo una segunda inauguración.-Esto fue así: nosotros empezamos en el 80. Nos habían dicho que nosotros entrábamos en forma transitoria, que a los pocos meses nos iban a nombrar en forma definitiva y año 81 y no recuerdo bien si año 81 u 82, porque después se hizo efectivo recién en el 83, que después de un montón de años se hizo el primer Concurso abierto que se hace en la Pcia. De Buenos Aires. -¿Entonces fue en el 83, la 2° inauguración?-Fue en el 83, después del concurso que ahí fue cuando ya entraron más profesionales, entraron traumatólogos, vinieron más clínicos y se empezaron con las primeras camas de internación. La excusa fue la apertura de la Internación, la excusa fue eso y sabés que siempre hay política de por medio. Ya gobernaba Aguado, se estaban por ir los militares, estaba por venir la democracia, tenían que dar un golpe de efecto positivo ante la sociedad, de haber inaugurado un hospital antes de irse.”9

8La Valle Ricardo. Entrevista a un médico fundador en el H.I.G.A Paroissien 13-04-20049 ídem 8

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CON LA DEMOCRACIA SE COME, SE CURA...

Desde sus orígenes comienza el Hospital a sufrir las numerosas inundaciones que lo

pusieron tantas veces en las noticias de los diarios. Esto obligó a construir paredes

contenedoras de hormigón para impedir la entrada del agua al interior de la estructura

edilicia. Posteriormente se construyeron grandes piletones en los que ingresaban las

primeras aguas pluviales que eran desalojadas por cinco bombas centrífugas de achique de

30.000 litros hora cada una, hacia el arroyo Mario que desagua en el Río Matanza. Se

reforzó este sistema terraplenando la periferia exterior por sobre el nivel de la ruta..

Una de estas catástrofes naturales, la que parece haber sido la que más estragos causó en el

oeste bonaerense en los últimos años, se produjo el 31 de mayo de 1985. Fue tal el estado

de deterioro que alcanzó la infraestructura edilicia del hospital que se pensó en su clausura

definitiva.

Así lo recuerdan trabajadores del hospital:

-Pero... ¿ La inundación más grande fue en el 85 no?-La grande, grande, fue esa famosa del viernes, si mal no recuerdo, del 31 de Mayo, que se inundó Capital, se inundó todo, y qué lo único que podía andar y hacer las derivaciones eran los camiones del Ejército, con eso se derivaban los pacientes-Los Unimog...-Los Unimog. Habíamos subido todos los pacientes al Hall central y lo que es ahora Zona VII y lo que era el Auditorio. Tanto los pacientes internados entre el auditorio y el hall central y ahí empezamos a derivar los pacientes, porque además era una cosa... Uy mirá esta lloviendo... y a los 5 minutos ya tenías el agua casi a la rodilla, una cosa. Además las bombas estaban abajo, incluso, las calderas, que estuvieron a punto de explotar porque por la época estaban funcionando dos calderas y claro por la temperatura se tuvieron que meter, el personal de mantenimiento y jugándose la vida, a ir descomprimiendo de a poco. Eso fue bastante caótico, porque encima, era tal la cantidad de agua que había en el subsuelo que entraba a PB por las escaleras, o sea que el agua en alguna parte llegaba al techo, por supuesto que bajo el agua estaban todos los tableros de electricidad, al haberse quemado todo, hubo que mandar a arreglar los tableros de electricidad, la gente de acá de mantenimiento, realmente a lo argentino, como pudo puso los tableros en el horno, para secar los tableros y de esa forma se ahorró un montón de plata y así, todo. Yo recuerdo que en esa oportunidad, tuvimos que venir fin de semana, que me fueron a buscar, y la mayoría, salvo neo que era área cerrada, y la mayoría fuimos derivados a centros de derivaciones, la mayoría escuelas. En el caso mío, a mí me llevaron un domingo y se acordaron que yo estaba en la escuela, al jueves siguiente, durmiendo sobre pupitres, compartiendo a veces una frazada, compartiendo

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con los que estaban evacuados en ese colegio. Teníamos que revisarlos, a ver si había algún chico que empezaba con diarrea, o piojos que andaban por ahí, y bueno no teníamos otro lugar donde dormir si no acostarnos en un banco pupitre y ahí dormíamos algo.

-¿Cuántos días estuviste?-Cuatro días, de domingo a jueves, tuvimos que volver a hacer guardia, sin luz, sin agua, cada tanto le planteábamos al director, “pero bueno, somos humanos, necesitamos ir al baño, no tenemos agua para tirar en el inodoro”, “ah, no sé pero ustedes tienen que venir tienen que estar de guardia, los pacientes, van a venir, y no podemos cerrar el hospital”, “si, bueno pero que hacemos”, “bueno, no sé, hagan lo que puedan, pero estar tienen que estar”, porque en ese momento no había ni baño químico ni nada, así que a tratar de que nuestro organismo aguantara hasta el día siguiente que salías de guardia e ir al baño en tu casa.10

A pesar de la crudelísima situación que se vivía por entonces, los entrevistados recuerdan

esa época como provista de una mística arrolladora.

Al igual que en el resto del país el advenimiento de la democracia, había puesto en juego

un entusiasmo por el servicio y la solidaridad era vista como la mejor posibilidad de

insertarse en la sociedad.

La refundación

En la entrada del H.I.G.A Paroissien se puede apreciar una placa que señala 1993 como

fecha de refundación del Hospital. Dos inauguraciones y una refundación en trece años de

funcionamiento ininterrumpido, revelan la dificultad que ha tenido siempre la clase política

gobernante para dar respuesta a la necesidad de servicio que tiene la población, así como la

silenciosa pero persistente lucha de la gente para obtener la consolidación de sus derechos.

En el año 1992 el entonces gobernador Eduardo Duhalde decide revertir el proceso sufrido

por el hospital, planificando la reparación de lo dañado. Solicita asesoramiento técnico.

El informe de la Consultora Técnica Argentina respecto de la reforma edilicia del año

1992, expresa:

“Obra: Hospital ParoissienLocalidad: La MatanzaMonto de contrato: $ 698.983.730,53

10 La Valle Ricardo, Entrevista a un médico en el H.I.G.A Paroissien 21-04-2004

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Plazo de ejecución: 420 díasAño: 1992Descripción: Esta es una obra de 45.000 m2 que ha sufrido tres inundaciones y que presenta errores de ejecución graves, por lo que fue necesario proceder a ejecutar juntas de dilatación en elementos estructurales existentes, reparaciones de salas de máquinas en SS, (una de las más importantes en su género en el País), asimismo proceder a refuncionalizar todo el complejo hospitalario.”11

Se nombra en la Dirección del Hospital al Dr. Roberto Gato quien comienza con la

reorganización. Su gestión abarca desde 1993 a 1995, y allí comenzaron a funcionar

correctamente los quirófanos, se amplia la farmacia, se mejora el servicio de neonatología

y se recupera la capacidad de internación, llegándose a contar con 300 camas.

Además durante la gestión del otro intendente el Contador Carlos Cozzi se entubó el

arroyo Mario para paliar el efecto de las inundaciones.

11 Informe de Consultora técnica argentina en Internet

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LAS MARCAS DEL NEOLIBERALISMO ECONÓMICO.

Buscando en la web, algún vestigio de nuestro querido Hospital en el ciberespacio, nos

encontramos con una nota hecha por L´Humanité, medio francés, el 1° de Marzo de 2002.

El Hospital era noticia todos los días, a partir del surgimiento del movimiento piquetero, a

mediados de la década de los noventa. La puerta del hospital, sobre la ruta fue el lugar

privilegiado de protesta del movimiento liderado por Luis D’Elía y por la corriente clasista

y combativa. Sin embargo, mientras que los medios locales publicaban sólo las noticias del

corte, el artículo periodístico francés, contextualiza la situación de la protesta y describe las

condiciones del hospital inmerso en un medio social, de los más castigados, por la

aplicación de las políticas económicas neoliberales.

L´Humanité“Porque es por decenas, desde 1996, que los piqueteros vienen contando sus muertos. En la Ruta 3, kilómetro 21, se queman furiosamente los neumáticos sobre el asfalto recalentado. En La Matanza, un gran distrito de 1,5 millones de habitantes, una casa se alquila por 30 pesos cuando el salario medio es de 25 pesos por mes. Federico Miguel Ángel, responsable de una sección local de la CTA, no termina de describir el descenso a los infiernos de este centro antiguamente próspero con sus fábricas de construcción de motores diesel (Mercedes Benz, Chrysler), sus empresas papeleras o sus fábricas textiles. Todas estas empresas han sido liquidadas. Los mayores proveedores de empleo, los servicios públicos, especialmente el hospital, están en ruinas. Entonces Federico saca sus cuentas: «Hay 140.000 desocupados, que no tienen nada. Están por debajo de la línea de la pobreza. Entre ellos enumera 2.000 familias que cuentan con un mínimo de siete hijos y que se benefician de un plan de ayuda de 20 pesos por mes. Las necesidades son enormes. Si se produjese una epidemia ya no se podría controlar nada». Confesión de impotencia que resume por sí sólo el hospital interregional Diego Paroissien de La Matanza. Su realidad es espantosa, no por las instalaciones un tanto deterioradas, lo que no quiere decir deshumanizadas, sino porque resulta ser una síntesis de toda la angustia, la miseria y la violencia actuales de la Argentina. El establecimiento es «totalmente público», su principio sacrosanto es la gratuidad y la igualdad de los cuidados, según nos explica su director, el doctor Alejandro Salvador Royo, uno de los pocos responsables hospitalarios elegidos e impuestos por sus pares, en contra de la unción ministerial. El presupuesto general del hospital para 2002 ha llegado en la época de la «pesificación» de la economía: antes era de 16 millones de dólares, ahora sólo es de 16 millones de pesos, o sea, dos veces menos. En estas condiciones, ha sido imposible comprar material o proveerse de medicamentos como la insulina, demasiado cara para importar. «La gente es tan pobre que las primeras causas de enfermedad son las infecciones y las complicaciones renales; en

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Traumatología, las lesiones se deben esencialmente a armas de fuego y a los accidentes de moto. Hay muchas amputaciones, especialmente entre los diabéticos, sea porque no se alimentan bien o por falta de insulina. La tuberculosis y la sífilis vuelven forzosamente. Las condiciones para las operaciones son peores que en Kosovo. «La línea de pobreza es una enfermedad», nos confían en la cafetería Silvia y Luis, ella médica, él cirujano. Las salas de espera están abarrotadas, sobre todo en pediatría, donde los niños sufren de malnutrición, de falta de seguimiento médico o de acceso al agua potable. Numerosos pacientes vienen de las provincias, son inmigrantes peruanos o paraguayos, pobres entre los pobres. A los proveedores ya no se les paga, según Reynaldo Saccone, médico clínico y responsable del sindicato ATE [Asociación de Trabajadores del Estado]. El hospital incluye 850 asalariados, de los cuales una tercera parte son médicos, pero a duras penas puede reclutar al personal de enfermería. Los robos y las agresiones incluso en las habitaciones son permanentes, los ficheros y las vitrinas con medicamentos están protegidos con barras de hierro, los escritorios médicos encerrados dentro de jaulas de alambre. Los salarios se pagan en un 80% en «patacones» (sucedáneo del peso en forma de una letra o un bono del Tesoro) y el resto en pesos, actualmente con dos semanas de retraso. Reynaldo, socarrón, nos tiende su nómina: abajo de un par de líneas aparece su salario, 770 pesos. En el hospital Diego Paroissien, como en los otros 78 de toda la provincia de Buenos Aires, falta cruelmente el dinero. En el kilómetro 21, en La Matanza, se hace cada vez más peligroso satisfacer las demandas de los pacientes durante este tiempo de crisis extrema”.

L' Humanité, 1 de marzo de 2002Traducción del francés: R. D.12

Poco para agregar a la excelente crónica francesa. Mucho para demandar al Estado que

sigue sin poder decidir que un Hospital, el único Provincial, en el distrito, más grande del

conurbano, cumpla con el mandato de albergar a los ciudadanos pobres que lo necesitan.

Las leyes del mercado manejan los destinos del país por la decisión de dirigentes que

eligen negociar con los más poderosos, los analistas políticos reflexionan acerca de las

causas de la crisis, los indicadores económicos siguen mostrando cifras alarmantes, la

historia encontrará a los responsables, pero parafraseando al poeta “detrás está la gente”13.

Los pacientes, cada vez más pobres, desocupados y luchando por la sobrevivencia y los

profesionales que eligieron estar del lado de la víctima cualquiera fuera la naturaleza del

conflicto. Tiempos duros en el epicentro de la crisis económica y para tener que vivirla

desde el hospital. Recuerdo que en Abril del 2000, escribí un artículo, que nunca fue

publicado, pero me ayudó a sobrellevar el agobio y la desazón que me provocaba el trabajo

como médico de guardia en la Terapia Intensiva del H.I.G.A Paroissien. Hoy a cinco años

12 www.geocities.com/pimientanegra2000/matanza-km21htm.13 Serrat Joan Manuel: “Detrás está la gente”

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de haberlo escrito y tratando de encontrar las explicaciones históricas, me parece un

testimonio interesante para reflejar la realidad de esos días y las marcas que dejó hasta el

día de hoy:

“Crónicas desde el fortín” “La inseguridad es uno de los temas candentes en nuestra sociedad. Los medios de comunicación nos bombardean todos los días con numerosos ejemplos de este aumento de violencia. Nuestro Hospital, HIGA Paroissien, no es ajeno a este proceso social y por eso, en los últimos años, asistimos a la proliferación de rejas, candados, cerraduras, etc.

Sentarse un rato en el Office de guardia es suficiente para percibir la sensación de estar atrincherados en un búnker aguardando o resistiendo el ataque del enemigo. No es casual que digamos “la trinchera” cuando queremos referirnos al trabajo en la guardia. En la ronda de compañeros se huele en el aire el sentimiento de ser víctimas de dos frentes, por un lado el Sistema Sanitario que nos acorrala con la falta de insumos, salarios magros, etc. y, por el otro, los pacientes, cada vez más numerosos, cada día con mayores carencias y con su carga de violencia latente.

Hasta aquí el panorama se presenta muy desalentador, tanto en el ámbito de nuestro pequeño mundo hospitalario, como al nivel de la sociedad en general. Parecería que estamos en camino de cumplir las profecías de algunas películas de ciencia-ficción que describen un futuro violento, ultratecnificado, despersonalizado y sin salida.

Es tiempo de hacernos algunas preguntas con la intención de no ser meros espectadores de este futuro previsible. Es tiempo de pensar alternativas a esta función de guardianes atrapados en el fortín aguardando el inminente malón que nos arrasará sin remedio.

¿Víctimas o victimarios?Somos víctimas del Sistema Sanitario y de las violentas y

precarias condiciones sociales pero cuesta creer que seamos inocuos espectadores pasivos. Tal vez tengamos la firme convicción de que el guardapolvo actúa como una suerte de escudo mágico que nos otorga el poder de aislarnos de la gente. Este escudo nos protege, igual que el guardapolvo, de “mancharnos” con el sufrimiento y la miseria con los que convivimos y al mismo tiempo

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actuaría como una especie de garantía de que nuestras acciones son puramente técnicas y que no tenemos nada que ver con lo que pasa “allá afuera”.

Esta concepción no surge de la nada, es producto de nuestra “formación científica” sazonada con cultura posmoderna, es hija directa del cientificismo y prima hermana de la despersonalización, fragmentación y mediaticidad de la posmodernidad. Este paradigma es el que nos incapacita para ponernos en el lugar de una “persona” que viene a nuestro hospital porque tiene una necesidad. Una persona que se encuentra en condiciones de inferioridad por tener un problema de salud y, en la mayoría de los casos, enormes carencias socio-económico-educativas.

¿Víctimas? Si; pero también victimarios. Víctimas y victimarios. En nombre de una vocación, empapados de años de experiencia y servicio, amparados en la injusticia del Sistema Sanitario, dotados de las mejores intenciones de ayudar, somos capaces de mantener esta enorme e ineficiente maquinaria que termina, en muchos casos, siendo una formidable herramienta para destrozar a la gente y a nosotros mismos.

¿Pero yo qué puedo hacer? Si, tenés razón pero yo no puedo hacer nada.

Eso escucho y me escucho decir cuando se habla del tema. Las respuestas que cierran toda salida no se hacen esperar.

¡No! Si sacás las rejas se meten los “negros”, te pegan o se afanan todo…¿Será que somos un conjunto de profesionales universitarios, lindos, rubios, de ojos claros, perfumados, limpios y cultos que no tienen nada que ver con esos negros de mierda?

Es que hay que cuidarse de tener problemas legales…Las Historias Clínicas son impecables, con linda letra, llenas de datos y resultados de estudios pero, no sé si será porque cada día estoy más tonto, nunca se entiende qué le pasa al paciente.

¿Sabías que a los residentes en la guardia los llaman “costate”? No. ¿Por qué los llaman así? Porque con esa palabra reciben a los pacientes.

Parecería que a los residentes los forma alguna extraña raza de alienígenas lo que nos otorga el derecho de criticarlos sin que siquiera nos roce la idea de que podemos tener alguna responsabilidad en enseñarles otro camino.

La gente está violenta. ¿Sabías que le pegaron a Fulano?

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Es increíble que esa masa de carenciados no agradezca que los atendamos después de esperar horas a la intemperie, luchando por lograr un número en la ventanilla, a los que ofrecemos una camilla pringosa y maloliente, baños siempre tapados y el beneficio de dejarlos abandonados a su suerte en un box de la guardia.

¿No será que intentamos apagar el fuego con nafta?No es ninguna novedad que la violencia engendra violencia. La

novedad es pensar que nosotros somos los que la ejercemos. La violencia está carcomiendo nuestra sociedad hasta tal punto que perdemos la noción de estar ejerciéndola y así, nuestra actividad diaria, no tardará mucho en convertirse en un patético “sálvese quien pueda” en el que todos, aún los propios colegas/compañeros de fortín, pasarán a ser enemigos. Los signos están a la vista y es preciso hablar claro. Soy consciente de que muchos colegas van a sentir el impulso de quemarme en una plaza pública pero estoy convencido de que es necesario dejar de actuar como víctimas inocentes y asumir la cuota de responsabilidad que nos compete antes de que sea demasiado tarde.

No voy a cometer el pecado mesiánico de proponer recetas para que esta situación cambie. No sé cuál es la respuesta pero si sé que quiero volver a sentir el orgullo y el placer que alguna vez sentí de pertenecer a un Hospital Público. Placer de aprender en el mejor lugar, con los mejores maestros. Orgullo de sentir que mi trabajo, a pesar de todas las carencias materiales, estaba dedicado a ayudar a la gente. No sé cuál es la respuesta pero sé que el camino comienza por denunciar esta situación para tomar conciencia y reunirnos a pensar cómo se piensa en esta realidad que nos toca.

Es por todo esto que estoy escribiendo esta crónica desde el fortín, porque ya dejé mi tercerola a un lado y no estoy dispuesto a seguir luchando contra falsos enemigos. Es porque quiero reunirme con los miembros de mi comunidad para encontrar un nuevo camino solidario, un camino en que recuperemos la dignidad de ser personas atendiendo a personas, un lugar en donde importe qué le pasa al semejante, una senda que comunique con la vida. Sé que hay muchos que piensan de esta manera y eso me da esperanza pero tengo una pluma guardada en un bolsillo, por las dudas, por si algún día me gana el hartazgo y me inundan las ganas de unirme al malón.”14

14La Valle Ricardo, “Crónicas desde el fortín”, Artículo 08-04-2000

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CONCLUSIONES

Hemos intentado en este trabajo, relatar la historia del Hospital Paroissien. Ha sido y

continúa siendo, una historia de esfuerzos por achicar la brecha entre el deber ser y la

realidad. Dicen que los hijos son más hijos de su época que hijos de sus padres, de igual

manera podríamos decir que las instituciones reflejan más los avatares históricos en que

fueron creadas que su destino formal.

El H.I.G.A Paroissien, no tiene el pasado virtuoso de las instituciones surgidas en los

tiempos de la Argentina próspera con sus suntuosos edificios de tendencia europea y sus

comisiones de damas de caridad para subvencionarlos. Tampoco, tiene la suficiente

antigüedad, como para tener en su haber, profesionales reconocidos por sus aportes a la

medicina, no representa tampoco, la acción demagógica de ningún gobierno del pueblo. Es

más bien un espacio en pugna entre el desinterés de los gobiernos que deben sostenerlo y el

contínuo e incesante reclamo silencioso de una enorme cantidad de pacientes excluidos del

sistema económico, que aún enfermos, caminan los quinientos metros que separan la ruta 3

de la puerta del Hospital, para que se les dé una respuesta.

Ese es el prestigio de este hospital: simplemente su existencia pertinaz, en contra de todo,

la falta de insumos, el magro presupuesto, el desencanto de sus profesionales, con sueldos

indignos y falta de reconocimiento, las dificultades de acceso y la sobredemanda que a,

veces sólo permite repartir miseria.

Pero en esta resistencia está su mística. Representa la lucha por la justicia y la dignidad y

es la vigilancia atenta de una comunidad que sabe que no puede dejar de intentar que se le

brinde lo que se merece.

El desafío por hacer verdadero el mandato de Hobsbawm que está impregnando este

trabajo, está en la resistencia de los pacientes y de muchos de los trabajadores del hospital,

que apuestan día a día a continuar impecablemente su tarea. Esta joven institución

construye su identidad en este presente. La gran mayoría de profesionales y no

profesionales saben que “el mundo no ha sido creado para nuestro disfrute personal ni

hemos venido a él por tal motivo”15 y lo manifiestan con testimonios como éste:

-Y a ver, otra pregunta, así difícil lo mejor y lo peor del Hospital-Lo mejor de este hospital, y en mi caso personal es la posibilidad que me brindó de tomar, de adquirir un montón de conocimientos, conocimientos no sólo de la parte médica, conocimiento de la sociedad, me fui llenando y

15 Idem 1

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tomando conocimiento de lo que es Matanza, de la sociedad, o sea eso es, para alguien que quiere hacer medicina social como es mi caso, tal vez eso lo más importante, tomar conocimiento que había otra realidad más allá de la que yo conocía..-Lo peor, lo peor, es tal vez luchar con la burocracia. Sentir que estás con todos los medios que tenés al alcance luchando con el paciente que está ahí a punto de morirse, bolseandolo y burocráticamente algún ejecutivo, sentado en algún escritorio, o tal vez en su casa te dice: no todavía no está para respirador, ese parámetro de gas todavía le faltan dos puntitos ..., y llevás siete horas bolseándolo, lo burocrático es terrible... yo participé y de esto hace bastantes años ya, en lo que es la creación del cres, la red de derivaciones. No se hizo, después de eso creo que se intentó dos o tres veces más ¡y no se hace!, nos están avisando ahora que se calcula, un 20 o 30 por ciento de epidemia más que el año pasado, yo pregunté: ¿va a ver un canal de derivaciones ya predestinado? Y ya sabemos que va a pasar como el año pasado de tener bronqueolitos muy graves como para respirador y no lo vas a conseguir, sabés que vas a tener, ahora que se viene el frío, pacientes que van a necesitar cámara hiperbárica por intoxicación con monóxido y el Naval que es el único que tiene, o ponés cien pesos o no entra a la cámara hiperbárica. Pero el que está poniendo la cara frente al paciente, o sufriendo por ese paciente sos vos, lo burocrático quizá sea lo peor de todo. -¿Sentís que tu rol de médico es importante?-Yo llevo 23 años en el frente, estamos continuamente, parando la bala en la Guardia. El papel es muy importante, para la gente que tiene como referente de salud al Hospital, para esta Comunidad no existe la Clínica de la obra social, no existe la posibilidad de una prepaga, la gente sabe que donde tiene que recurrir ante cualquier eventualidad es al Hospital, entonces, la gente tiene al Hospital como referente. Yo no sé y ese también es otro tema para plantearnos, que rol juega el médico, si es un médico subespecializado, o somos un médico más de familia, familia como era antes, yo como pediatra, más allá de revisar al paciente, tengo que hablar con la madre, y darle pautas de alarma, y darle pautas de alimentación, y poner la oreja o sea somos más contenedores ante el grupo familiar...¿Qué te parece que tendríamos que hacer como médicos y que no hacemos?-Yo desearía un poco lo que vos decías, un canal para poder charlar esto. Que se pudiera formar, un espacio de reunión no charlar por charlar, porque para eso vamos al bar y tomamos un café, sino que estas cosas que uno dice, se pudieran poner a la orden de todos y poder modificar algo, de las cosas que están mal. Porque hacer catarsis, podemos hacer en otro lado, pero revertir, todas las cosas que se pueden revertir para estar mejor entre nosotros, aún con poco y brindarle más cosas a la población.16

Este trabajo, ha sido uno de los intentos posibles de contar la historia del Hospital

Paroissien. Muchos aspectos, han sido dejados de lado, en esta investigación. El recorte

que nos hemos impuesto, obedece a la necesidad de argumentar en función de la hipótesis

16 Idem 10

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que nos propusimos, Dejamos abierta la posibilidad de completar la tarea en futuras

investigaciones. Un hospital en busca de su historia, ha sido el desafío, como tal, no

pretendemos, con este trabajo, cerrar la posibilidad de la reflexión, sino más bien iniciar un

camino en el que puedan entrar en diálogo y hasta en discusión, otros puntos de vista.

Por último, queremos agradecer a todos los trabajadores del Hospital que facilitaron

registros, experiencias, en fin, información, para la realización de esta investigación.

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