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  • Ana Mara Pereira Rodrguez y Lourdes Lorenzo Garca - EVALUAMOS LA NORMA UNE 153010

    21Puentes N. 6, noviembre 2005, pgs. 21-26

    Evaluamos la norma UNE 153010: Subtitulado parapersonas sordas y personas con discapacidad auditiva.Subtitulado a travs del teletextoAna M. Pereira Rodrguez y Lourdes Lorenzo Garca

    Universidade de Vigo([email protected]) ([email protected])Entregado para su publicacin en febrero de 2005

    Resumen: Partiendo de estudios preliminares de recepcin y dela investigacin y experiencia de estudiosos y profesionales delmbito de la subtitulacin, se analiza la norma UNE 153010, ela-borada por la Asociacin Espaola de Normalizacin y Certifica-cin (AENOR), que aspira a homogeneizar convenciones y mar-car unos requisitos mnimos de calidad para los subttulos delteletexto destinados a personas con dficit auditivo. El presenteestudio se centra especialmente en los elementos que presentandiferencias con respecto al subtitulado para oyentes relacin par-lamento-personaje, nmero de lneas y posicin, tiempo de perma-nencia y trasvase de los elementos sonoros y aporta propues-tas para seguir mejorando la calidad del material audiovisualdestinado a la comunidad sorda en Espaa.

    Palabras clave: subtitulado, sordos, norma UNE 153010.

    Abstract: This paper analyses UNE norm 153010, drawn up byAENOR (Asociacin Espaola de Normalizacin y Certificacin)with the aims of unifying criteria and establishing minimum quali-ty requirements for teletex subtitles addressed to deaf and hard-of-hearing persons. The analysis is based on data obtained frompreliminary reception studies and the investigation and experienceof professionals and researchers within the field of subtitling. Spe-cial attention is paid to aspects of this type of subtitling which aredifferent from subtitles addressed to hearing viewers (locating andidentifying speakers, number of lines and position, timing, trans-fer of sound effects). In addition, proposals are made for improv-ing the quality of audiovisual material for the Spanish deaf com-munity.

    Key words: subtitling, deaf, UNE norm153010.

    1. IntroduccinEn septiembre de 2003 y debido a las continuas peticionesde las personas sordas se publica en Espaa la norma UNE153010, que lleva por ttulo Subtitulado para personas sor-das y personas con discapacidades auditivas. Subtitulado atravs del Teletexto. Sus objetivos son, por una parte, esta-blecer unos requisitos mnimos de calidad en los subttulospara sordos que se emiten a travs del teletexto en diferen-tes cadenas y, por otra, ayudar a que se homogeneicen di-chos subttulos. En la elaboracin de esta norma han colabo-rado, adems de AENOR, FENIN (Federacin Espaola deTecnologa Sanitaria), CEAPAT (Centro Estatal de AutonomaPersonal y Ayudas Tcnicas), FIAPAS (Federacin Espaolade Asociaciones de Padres y Amigos de los Sordos), ONCE,CNSE (Confederacin Nacional de Sordos de Espaa) y laAsociacin de Implantes Cocleares, televisiones pblicas, pri-vadas y autonmicas, empresas de subtitulado y numerososprofesionales relacionados con este sector.El propsito del presente artculo es llevar a cabo un an-lisis crtico y constructivo de esta norma tomando como base

    una serie de estudios preliminares de acogida de la mismaen la comunidad sorda gallega as como la investigacin yexperiencia de estudiosos y profesionales del subtitulado y,si los resultados de dicho estudio as lo indican, aportar pro-puestas para mejorarla y contribuir, de este modo, a queeste colectivo acceda a la cultura, informacin y entreteni-miento con una mayor calidad. En este trabajo no haremosreferencia a las caractersticas generales del subtituladopara teletexto a las que obliga la legislacin vigente (emi-sin, transporte y almacenamiento, formato de archivos, in-tercambio de datos) y nos centraremos nicamente en aque-llos elementos que presentan diferencias con respecto alsubtitulado para oyentes.

    2. La dimensin tcnica de la normaEn este apartado nos centraremos en el anlisis de los as-pectos tcnicos de la norma, entre los que se incluyen: larelacin entre el parlamento y los personajes, el nmero delneas y la posicin de los subttulos, el tiempo de perma-nencia en pantalla de los mismos y la sincrona.

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    2.1. Relacin parlamento-personajeLas personas con discapacidad auditiva no slo necesitansaber lo que se est diciendo sino tambin quin emite eldiscurso. Tres son las estrategias empleadas para relacio-nar parlamentos y personajes en el subtitulado para sordos(de Linde y Kay, 1999: 15): Colocacin del parlamento debajo del personaje. Uso de etiquetas con el nombre del personaje antes de

    su texto. Asignacin de colores de caracteres diferentes a los per-

    sonajes.Esta ltima estrategia, la asignacin de colores para los sub-ttulos de los distintos personajes, es la que goza de mayoraceptacin y es la que favorece la norma UNE 153010 (AE-NOR, 2003: 6-7), que recomienda asignar, por este orden,los colores amarillo, verde, cian y magenta a los protago-nistas de mayor a menor importancia o de mayor a menordensidad de dilogo. El blanco se asignar a los persona-jes secundarios, al subtitulado en directo e informativo y alos documentales con un nico narrador. Asimismo, estanorma recomienda enmarcar los subttulos en un cajetn confondo negro porque resultan ms legibles.En el subtitulado en directo de programas de debate, ter-tulias, entrevistas, en los que se usa la misma combina-cin de caracteres y fondo para todos los personajes, serecomienda que la identificacin de los mismos se hagamediante etiquetas con el nombre o identificacin de la per-sona que se est subtitulando.Estas directrices generales de la norma para relacionar alos personajes con sus parlamentos nos parecen adecua-das, sin embargo y dado su carcter homogenizador, con-sideramos que se deberan recoger aquellos casos quepresentan problemas al subtitulador y proponer solucio-nes claras. Pensemos en una escena de una pelcula oserie en la que un personaje al que se le ha asignado elcolor blanco habla desde un lugar oscuro y de la infor-macin visual no se puede deducir quin es. Una posiblesolucin, creemos que la ms acertada, sera utilizar unacombinacin de estrategias de relacin parlamento-perso-naje y aadir una etiqueta con el nombre del personajeantes de su intervencin.Asimismo y teniendo en cuenta las distintas prcticas obser-vadas en las cadenas de televisin, tambin consideramosque la norma debera posicionarse con respecto al uso delguin para introducir los dilogos, ya que lo nico que senos dice (AENOR, 2003: 11) es que en la subtitulacin nose debe aplicar la norma general de ortografa para el usode los guiones de dilogo con el fin de permitir un mayoraporte de texto en los subttulos. Nosotros nos inclinamospor el empleo de este signo nicamente cuando es impres-

    cindible por ejemplo, cuando en un mismo subttulo inter-vienen dos personajes a los que se les ha asignado el blan-co, el guin se empleara en la segunda lnea correspon-diente a la intervencin del segundo personaje ydesaconsejamos su utilizacin en las intervenciones de lospersonajes a los que previamente se les ha asignado uncolor porque resulta redundante y consume un carcter.

    2.2. Nmero de lneas y posicin de los subttulosLa norma que nos ocupa (AENOR, 2003: 8) recomiendausar 2 lneas de subttulos y, en casos excepcionales 3, si-tuadas en la parte inferior de la pantalla o debajo de la per-sona que habla y una lnea para los sonidos ambiente co-locada en la parte superior derecha de la pantalla.Asimismo, si en los subttulos se da cuenta del dilogo en-tre varios personajes, a cada uno de ellos se le asignaruna lnea. Los subttulos de programas en diferido se colo-carn centrados en la pantalla, mientras que los de los pro-gramas en directo irn justificados a la izquierda.Atendiendo de nuevo a su espritu homogeneizador, pen-samos que la norma debera eliminar la posibilidad de si-tuar los subttulos de dilogo debajo de cada personaje queinterviene y favorecer claramente la posicin de los mismosen la parte inferior de la pantalla. Segn las directrices quese dan, el subtitulador cuenta con dos estrategias para re-lacionar parlamentos y personajes y, si usa ambas combi-nadas, incurre, a nuestro parecer, en una redundancia.Adems, la colocacin de los subttulos debajo de cada per-sonaje aumenta el tiempo de lectura porque el ojo tiene quedesplazarse constantemente por la pantalla.Con respecto a centrar los subttulos o justificarlos a la iz-quierda, no entendemos por qu la norma favorece prc-ticas diferentes dependiendo de si el subtitulado se llevaa cabo una vez que el programa est terminado o al mismotiempo que est teniendo lugar; en todo caso, nos gusta-ra conocer los argumentos que sustentan esta decisin.Sabemos que los que favorecen que los subttulos se jus-tifiquen a la izquierda defienden esta prctica exponiendoque el espectador se habita a dirigir la mirada al mismopunto para comenzar la lectura y, de este modo, no sepierde tiempo de lectura, lo cual sucede cuando los sub-ttulos se centran porque, al comenzar en distintos puntosde la pantalla, el ojo tiene que desplazarse antes de em-pezar a leer. Por su parte, los defensores de los subttu-los centrados se justifican argumentando que la accinsuele tener lugar en el centro de la pantalla y, as, la dis-tancia que tiene que recorrer el ojo entre la accin y elmensaje es mnima. An as, estos ltimos recomiendanjustificar a la izquierda los subttulos de dilogo en los quecada una de las lneas pertenece a un actor diferente(Daz Cintas, 2003: 151-2).

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    2.3. Tiempo de permanencia en pantalla de lossubttulos

    Estudios basados en la velocidad de lectura de espectado-res con el ingls como lengua materna revelan que un re-ceptor medio lee entre 150 y 180 palabras por minuto o, loque es lo mismo, 2 3 palabras por segundo. Segn es-tas cifras, algunos expertos (Daz Cintas, 2003: 153) reco-miendan que los subttulos de una lnea, que suelen teneruna media de 7 palabras (contando con que cada palabratiene de media 5 caracteres), se mantengan 4 segundos enpantalla y los de dos lneas, que suelen contener una me-dia de 14 palabras, se mantengan en pantalla 6 segundos.De ah, la famosa regla de los seis segundos (dYdewalle,van Rensbergen y Pollet, 1987; Brondeel, 1994), que esel tiempo que necesita un espectador medio para leer y asi-milar la informacin de dos lneas con 35 caracteres cadauna (Lorenzo, 2001: 12).Por lo que respecta al espectador sordo, algunos estudiosllevados a cabo en Gran Bretaa (Kyle y Pullen, 1985) su-gieren que la habilidad de lectura del espectador sordoprelocutivo (aquel cuya prdida de audicin es congnitao se ha producido antes de la adquisicin del lenguaje oral)est cercana a la de los nios oyentes de 9 aos y es en-tre 90 y 120 palabras por minuto o, lo que es lo mismo, 1 2 palabras por segundo. Si se trata de nios sordos pre-locutivos, el estudio de Lewis (1996, en Gregory y Sancho-Aldridge, 1998: 3) apunta a que estos no llegan a habilida-des lectoras suficientes hasta los 12 13 aos. Teniendoen cuenta estas cifras y aplicando los mismos clculos quearriba, los subttulos de una lnea se deberan mantener enpantalla entre 5 y 6 segundos y los de dos lneas entre 9y 11 segundos, es decir, de 1 a 5 segundos ms de expo-sicin que para un espectador oyente o un sordo postlo-cutivo (aquel que pierde la audicin despus de adquirir ellenguaje oral). Consecuentemente y a la espera de los re-sultados de futuros estudios de recepcin que se lleven acabo en Espaa, lo que s podemos afirmar es que, al me-nos en el caso de los sordos prelocutivos, la regla de losseis segundos del subtitulado para oyentes y sordos post-locutivos debera aumentar siempre que se pueda.Sorprendentemente, la norma UNE 153010 (AENOR,2003: 9-10) recomienda que en el teletexto los subttulos de35 caracteres permanezcan en pantalla un mnimo de 1,82segundos y 3,64 segundos los de 70 caracteres, lo cual nosda una regla de los cuatro segundos! (an no). Pocas p-ginas ms adelante (AENOR, 2003: 12), aade:

    Cuando las condiciones lo permitan, se recomienda laemisin del subtitulado simultneo, por otra pgina delteletexto, de una versin ms adaptada para el sectorde la poblacin sordo, ya que es un hecho real, hoy porhoy, que en la poblacin sorda espaola existe un por-

    centaje de personas que poseen un bajo nivel de habi-lidades de lectura. Dichas personas, por sus dificultadesde lectura y por su propio proceso de aprendizaje, nopueden leer comprensivamente los subttulos que habi-tualmente se emiten por teletexto, que tienden ms a laliteralidad.

    Y recomienda un mayor tiempo de exposicin para estossubttulos adaptados, tiempo de exposicin que se calcula-ra tomando como base un ritmo de lectura de 95 palabraspor minuto.La norma se hace eco de las caractersticas diferenciales dela comunidad sorda y refleja lo que la lgica y el sentidocomn parecen aconsejar, que los distintos programas in-corporen dos tipos de subttulos para sordos: unos ms sim-ples, con vocabulario bsico y pensados para un ritmo delectura lento, dirigidos a los receptores sordos prelocutivoscuya primera lengua suele ser la Lengua de Seas Espa-ola; otros ms completos y diseados para los lectorescuya primera lengua es la oral, que tienen un ritmo de lec-tura ms rpido y mayor amplitud de vocabulario y referen-cias culturales. Sin embargo y lamentablemente, nos pare-ce que lo aconsejable suele ser utpico en un mundoregido por las polticas de mercado as que, quizs, lo inte-ligente (que no fcil) sera llegar a una solucin de compro-miso que satisfaga a los dos tipos de receptores. Para em-pezar, aumentar la regla de los cuatro segundos a seis nosparece que sera una decisin necesaria.

    2.4. SincronaEn lo relativo a este aspecto, en la norma (AENOR, 2003:10) se establece que el subttulo debe aparecer cuandoel personaje empieza a hablar o se produce cualquier in-formacin sonora y desaparecer cuando el personaje ter-mina su intervencin o realiza una pausa y la informacinsonora ha cesado. Tambin se recomienda que la sincro-na sea especialmente estricta en el caso de programasrealizados en el mismo idioma que los subttulos porquepermite a las personas sordas con restos auditivos o queemplean ayudas tcnicas apoyarse en el sincronismo la-bial-auditivo.Generalmente, los subtitulados para sordos de las distintascadenas siguen estas directrices; sin embargo hemos ob-servado que, en determinados programas realizados enlenguas distintas a las de los subttulos y cuando el mensa-je es muy denso, los subtituladores se permiten cierto mar-gen de asincrona y hacen que el subttulo entre un pocoantes de que el personaje empiece a hablar o salga un pocodespus. En nuestra opinin, esta es una estrategia a laque el profesional puede recurrir en caso de necesidad y,por supuesto, nunca se debe implementar cuando otro per-sonaje ya ha comenzado su intervencin.

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    3. La representacin de los elementos sono-ros: dimensin ortotipogrfica de la norma

    En el subtitulado para sordos no es suficiente presentar unrecuento semntico de lo que se emite en el programa y dequin lo dice; tambin es necesario trasladar a los recep-tores cmo se emite el discurso y la informacin ambienteque lo rodea y que, dado que se transmite va audio, lesest vedada (Pereira, en prensa).En esta seccin analizaremos las directrices de la normaUNE 153010 con respecto a la representacin de elemen-tos fonolgicos que contribuyen significativamente al dilo-go como el aumento y la bajada del volumen de voz, lostonos de voz, los acentos, las pausas, dudas y tartamu-deos. Asimismo, veremos cmo se indica que hay que ma-terializar otra informacin presente en la banda sonora queno contribuye lingsticamente al dilogo pero que es impor-tante para la completa comprensin del producto; nos re-ferimos a los ruidos de la voz y los ruidos ambientales. Fi-nalmente, propondremos la forma en la que trasladar lamsica y las canciones, elementos inseparables de los pro-ductos audiovisuales y que en la norma que analizamos tie-nen un protagonismo casi nulo.

    3.1. Elementos fonolgicos que contribuyen lin-gsticamente al dilogo

    La norma UNE 153010 (AENOR, 2003: 14-15) indica quehay que informar a los receptores sordos del estado y con-dicin en los que se produce la locucin de los personajessiempre que estos no se puedan deducir de la interpreta-cin del actor. El destinatario del producto audiovisual debesaber si un personaje grita, susurra, tartamudea, est tris-te, contento, nervioso, pensando, etc. Esta informacin (di-dascalias) se sugiere que se presente entre parntesis y enmaysculas precediendo en la misma lnea al subttulo co-rrespondiente y en el mismo color del personaje al que serefiere.Asimismo, se aade que algunas de estas informacionescontextuales se pueden presentar con emoticonos siemprey cuando se advierta a los espectadores de su uso y sig-nificado en una pgina concreta del teletexto. El catlogo designos que se propone es el siguiente:

    :-) alegre:-0 gritando:-( triste:./ :-* susurrando;-) bromeando

    Nos parece apropiado el uso tanto de didascalias como deemoticonos para trasladar estos elementos fonolgicos, aun-

    que pensamos que habra que completar esta lista a partirdel anlisis de corpora de productos subtitulados en losque fuesen surgiendo nuevas necesidades.Una de estas formas alternativas es la propuesta por deLinde y Kay (1999: 13) para trasladar un tono sarcsticoo irnico fundamental para la comprensin del mensaje.Estos autores recomiendan emplear al final de la interven-cin los signos (!) y (?) aunque siguen explicando, ellono permita saber qu palabra concreta se est enfatizan-do. Por ello nosotros recomendaramos usar esta estrate-gia cuando la irona o el sarcasmo afecta a todo el subttuloy, cuando estos recaen sobre una palabra o grupo de pa-labras, nos inclinaramos por el uso de comillas, a pesar deque la norma (AENOR, 2003: 11) especifica que no se si-gan las reglas generales de ortografa para el uso de lascomillas.De Linde y Kay (1999: 13) tambin recogen una tcnica(line-break) que nos parece til para expresar las pausasfruto de la duda o de la reconduccin del pensamiento porparte del emisor del mensaje. Esta consiste en romper elsubttulo en dos lneas, como en el ejemplo que se presen-ta a continuacin:

    No Pero si a m s que me gusta

    Huelga decir que esta estrategia ha de implementarse cuan-do no haya restricciones de tiempo y espacio y, dada supresentacin visual, no se debe abusar de ella.Tambin se podra tener en cuenta el uso, adems de ladidascalia explicativa, de los puntos suspensivos o guiones(P-p-p-pero si yo no estaba all/P pero ssi yo no es-taba all) para indicar que un personaje tartamudea en suintervencin, que duda, vacila o su discurso es poco flui-do.

    3.2. Otros elementos sonorosLa norma UNE emplea la expresin efectos sonoros, queno define, y recomienda que su descripcin se haga en laparte superior derecha de la pantalla en caracteres rojoso azules sobre fondo blanco y, aunque no lo seala expl-citamente sino que se puede deducir de los ejemplos, enminsculas. Prioriza el uso de la descripcin del sonido endetrimento de su onomatopeya (ladrido en lugar de guau,guau) salvo en los programas infantiles, en los que propo-ne utilizar la doble expresin, es decir, descripcin entreparntesis seguida de la onomatopeya: (ladrido) guau.Dentro de los elementos sonoros que no contribuyen lin-gsticamente al dilogo, nosotros establecemos una dife-rencia entre: ruidos de la voz, producidos por los persona-jes como toses, gruidos, eructos, ruidos producidos al

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    sorber, etc. y ruidos ambientales, que son todos los soni-dos que se producen en el ambiente en el que se desarrollala emisin del programa como murmullos, risas de fondo,disparos, timbres de puertas o telfonos, truenos, explosio-nes, el sonido del agua al caer o correr y un largo etcte-ra. Estos ltimos se englobaran dentro del trmino efectossonoros que emplea la norma.Los ruidos de la voz se representaran bien mediante laonomatopeya o la descripcin del sonido y, dado que, aligual que los elementos fonolgicos que contribuyen lings-ticamente al dilogo, los emiten los personajes que intervie-nen en el programa, deberan ir como ellos en mayscu-las y entre parntesis antes del subttulo correspondiente yen su mismo color.Con respecto a las directrices de presentacin de los ruidosambientales/efectos sonoros, creemos que son adecuadaspero debemos decir que no estamos seguros de la prioridadque se da a la descripcin del sonido sobre su onomatope-ya y pensamos que se deben llevar a cabo ms estudios derecepcin. De hecho, uno realizado en la Universidade deVigo (Prada, 2004) no arroj resultados concluyentes, yaque mientras la mitad de los receptores sordos que vieron elsubtitulado de la pelcula Buscando a Nemo se decantaronpor el uso de la onomatopeya, argumentando que estabanfamiliarizados con ella porque la haban odo antes y/o la leanen los tebeos, el resto (sordos prelocutivos) prefera la des-cripcin del sonido dado que nunca haban escuchado lossonidos descritos con anterioridad. De nuevo, nos encontra-mos con la conveniencia de que los programas cuenten condos tipos de subtitulados dirigidos a los dos grandes gruposde receptores sordos.Tambin consideramos que, del mismo modo que se se-ala al receptor la presencia de ruidos ambientales, tam-bin parece oportuno sealar la presencia de largos si-lencios puesto que long speechless pauses inprogrammes can sometimes lead the viewer to wonderwhether the teletext system has broken down (Baker,Lambourne y Rowston, 1984: 23). En esos casos, consi-deramos que explicaciones del tipo pausa larga, silenciosern de gran ayuda para el receptor.

    3.3. Msica y cancionesLa msica y las canciones han sido compaeras insepara-bles de los productos audiovisuales desde el origen de estosy merecen una atencin especial. De las canciones, la nicadirectriz que proporciona la norma UNE (AENOR, 2003:14) es que se deben subtitular las canciones y que ello sehar sobre fondo amarillo y con caracteres azules. Con res-pecto a la msica, esta misma norma (AENOR, 2003: 13)incluye este elemento dentro de los efectos sonoros y lo

    ejemplifica en una nica ocasin utilizando la leyenda m-sica clsica de fondo.Coincidimos con Daz Cintas (1998: 261) en que para lasubtitulacin las canciones se dividen en integradas y am-bientales. Las primeras son aquellas cuyo contenido estrelacionado con el argumento del programa y las segun-das son las que funcionan como acompaamiento del mis-mo. No nos cabe ninguna duda de que las canciones inte-gradas deben subtitularse, ya que o bien forman parte delguin del programa (pensemos en los musicales) o propor-cionan informacin que lo completa.En cuanto a las canciones ambientales, estamos de acuer-do con las directrices de la norma que nos ocupa y pen-samos que lo ms apropiado es no subtitularlas sino indi-car el tipo de cancin o de msica que se oye y el efectoque con el uso de este recurso sonoro se quiere conseguir.En este sentido, nos parece adecuada su clasificacin comoruidos ambientales/efectos sonoros y, consecuentemente,que sigan las mismas estrategias que estos para su presen-tacin formal. Ahora bien, pensamos que el subtitulador de-bera contar con un amplio catlogo descriptivo como el ela-borado por el servicio de subtitulacin de la cadenaaustraliana PBS para trasladar todo el abanico de significa-dos que puede sugerir la msica (Prada, 2004).Por lo que respecta al subtitulado de las canciones integra-das, cuando estas forman parte del guin del programa yson cantadas por los personajes, nos parece que la formade presentacin ms apropiada es con el mismo tipo de le-tra y color asignado al personaje en cuestin. Para sea-lar que se trata de una cancin, podemos usar didascaliaso bien la estrategia adoptada por algunos subtitulados in-gleses, que consiste en el uso de una nota musical (?) alprincipio y final de cada subttulo de la cancin y dos notasmusicales (??) para indicar que la cancin termina. La des-ventaja de esta ltima tcnica es que consume bastante es-pacio, tan preciado en esta modalidad de traduccin audio-visual. Una solucin intermedia que se podra aplicar en loscasos de falta de espacio es usar la nota musical slo al prin-cipio de cada subttulo y en el subttulo final la de inicio y lasdos de cierre (Mndez, 2002: 122).La nica propuesta de la norma UNE (caracteres azulessobre fondo amarillo) la dejaramos para las canciones in-tegradas que proporcionan informacin que completa elguin del programa.

    4. ConclusionesLa norma analizada resulta un excelente punto de partidapara unificar criterios con respecto a los subttulos para sor-dos en Espaa; sin embargo pone de manifiesto el hechode que, si realmente se quiere satisfacer a una amplia ma-

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    yora del colectivo sordo, todos los agentes implicados, dealgn modo, en el proceso de subtitulado han de llevar ala prctica esta voluntad fomentando la elaboracin de dostipos de subtitulados orientados a dos tipos de receptoressordos con necesidades diferentes. Si esa no es la volun-tad, los esfuerzos han de ir dirigidos a elaborar solucionesintermedias que disgusten lo menos posible a los distintosreceptores.En cualquier caso, nos parece fundamental refrendar me-diante estudios de recepcin la funcionalidad de las direc-trices propuestas y, si se da el caso, ajustarlas, modificar-las e implementarlas. Tambin pensamos que la norma

    debera recoger, adems de las generalidades, los casosespecficos que plantean problemas al subtitulador y propo-ner estrategias claras para resolverlos. Asimismo, sera muytil que, cuando existen varias posibilidades, la norma seposicione claramente con respecto a una de ellas y se ar-gumenten los motivos por los que esta se prioriza. Consi-deramos que hay elementos, como las canciones y la m-sica, que se podran elaborar ms y, en ese sentido,proponemos las opciones que creemos ms acertadas.

    Material de anlisisAENOR, 2003. Subtitulado para personas sordas y perso-nas con discapacidad auditiva. Subtitulado a travs del te-letexto. Madrid: AENOR.