Post on 13-Jan-2016
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Facultad de Estudios Superiores Acatln.
Teoras contemporneas de la Comunicacin.
Peregrino Garca Jos Eduardo.
2654.
Un Pequeo Che Guevara en un mitin del PRI.
El estruendo de un rayo cayendo repetidamente entre la vorgine de voces hechas
ruido y dejo el vestigio del contra poder explicado por Castells, era Ho-chi-min,
Fidel, Cabaas y el Che haciendo rugir su arma en un mitin del PRI.
Es bastante superficial, ms all de su verisimilitud, decir que a la gente que va a
los mtines del Partido Revolucionario Institucional (PRI) la llevan en camiones
pagados por el partido, los llamados acarreado. Pero esta gente es llevada por
mltiples motivos, no son obligados o al menos no de una forma violenta o
dogmtica, ya que la gente tiene siempre la facultad de discernir.
Qu hace que la gente acuda a estos eventos? El propsito de este ensayo es la
respuesta o respuestas a esta interrogante. Ya que la gente a estos eventos no slo
lleva su torta y su playera del PRI, consigo lleva tambin toda su experiencia e
historia personal y grupal para vivir el evento.
Llevados en camiones, todos los seccionales electorales del municipio de Tultitlan
llevan a su gente al inicio de campaa de los candidatos a la Presidencia municipal,
a la regidura y diputado local.
Unos vehculos ms llenos que otros, el de la seccin 5324 va casi vaco a
comparacin con los seccionales de Cartagena, los cuales van llenos y con gente
parada. Podra deberse a qu el lunch que all dieron es mejor o por qu el candidato
a la presidencia municipal es oriundo de ese lugar y el sentido de compartir algo,
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cmo un mismo espacio geogrfico-simblico con alguien medianamente famoso,
por no decir importante, se hace presente.
El punto de convergencia del msculo Priista es frente al palacio municipal de
Tultitlan, en la plaza pblica, un privilegio que ostentan por ser partido en el poder.
La gente es la primera en llegar, y los candidatos inician el acto ritual justo a las 4:15
de la tarde. La audiencia ya est bien armada con aplaudidores, playeras, gorras y
su torta bajo el brazo.
La primera indicacin antes de entrar a la plaza por parte de los encargados de
logstica es Escondan sus lonchs. Esta artimaa es porque las tortas se ven mal
en las fotos ocupadas en la propaganda, aunque cualquier persona que viva en
Tultitlan pueda saber que es de parte del protocolo de lo tora de los mtines
La siguiente orden es el de alinearte a la gran vorgine roja bajo la lona e ir a
buscar t lugar dependiendo su seccional, pero la multitud decide sentarse en dnde
hay lugar y no en dnde le toca.
La conglomeracin est compuesta por su gran mayora por mujeres de 30 aos en
adelante, y la segunda mayora son nios o personas menores de 18 aos. Estos
componen, a un clculo a priori, un 75% de la masa. Las seoras, son en general
amas de casas, y pocas tienen estudios superiores o Universitarios.
Cul sera la razn por la cual la mayora de la asistencia est compuesta por estos
sectores? La explicacin favorita de los ms sagaces de los analista polticos
amateurs y profesionales sera la importancia de los estudios superiores, si bien
cursas estudios universitarios es un entorno ideal para la crtica no siempre es as,
o la razn es ms de contexto, son amas de casas, las que tienen en cierto sentido
la tarde libre. Las que no les descuentan un da de sueldo si la casa esta tirada o
no se hizo la comida.
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Y los nios, parafraseando a una de las asistentes es para hacer bola. Un grupo
grande de la audiencia son nios, los cuales se ven jugueteando entre las sillas,
gritando y poniendo nula importancia a lo que los hombres y mujeres vestidos de
rojo dicen en el templete. Y muchos adultos tampoco parecen darle mucha
importancia.
El candidato a presidente municipal, Adn Barrn, es el candidato a la usanza del
nuevo PRI, el del hombre joven, delgado, ts blanca y dicho en palabras de una de
las seoras que llevaba a sus tres nietos pequeos, un papasito. Es el del poltico
inmerso en la lgica de la sociedad del espectculo y que tanto buenos resultados
le han trado al PRI.
En la sociedad mediada por imgenes, segn Guy Deboard, el PRI ha sabido
construir y vender a sus candidatos como imgenes, Pero realmente cunta gente
ocupa esta imagen como el argumento ms convincente del aspirante a la hora de
votar?
Bajo los paradigmas clsicos, esta masa es guiada y pastoreada por las altas
cpulas del poder e hipnotizadas por el candidato.
Pero entre las porras y arengas, escritas en fotocopias, y dichas entre dientes se
alcanza a or el ligero susurro de las subjetividades, gente que es capaz de decir El
PRI roba, pero comparte. Ms all de toda las categoras de adjetivos en al que
podra entrar a esta frase, lo importante es el rastro de un inters, porque ese El
PRI, roba pero comparte est arraigado en el paternalismo autoritario con el que
creci la mayora de los asistentes, y el compartir se refiere a el acceso de los
programas sociales: becas, apoyos, tiles, etc.
Esto indica que la gente asistente podr creer o no en el discurso, seguramente
redactado por otras personas que no sean los candidatos, ya que sus intereses no
son el evento en s, sino los beneficios que la asistencia les pueda traer.
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Y all se da una especie de identificacin perversa, los intereses del PRI, se vuelven
mis intereses. Y es que esa es la idea en la que se debera sentar la democracia
representativa por partidos, la unificacin de inters, pero lamentablemente esa
identificacin ha dejado su lugar a la nueva piedra angular de la democracia, las
despensas.
Pero pensar que las despensas condicionan el voto es cerrado, ya que las personas
tienen la capacidad de discernir, de jugar un doble rol. Un juego entre las
apariencias y los actos, entre recibir tus despenas y el de creer ciegamente.
Otro tpico encontrado esta insertado en las entraas de una broma que dicha en
corto y en susurro o bien dicha en grito y guasa provoca las risas de los escuchas:
Yo solo vine por el lunch. Y es que esta frase, dicha en tomo sarcstico, podra
develarnos dos aristas, la de la miseria en la que est hundida un sector, y el del
humor irreverente del bonachn mexiquense.
Los primero mencionados, son parte del sector mayoritario que va all por un inters,
que no slo es el lunch que les ayude a sobrepasar el hambre por un rato (en el
ms extremo y lamentable de los casos) y qu adems va por el condicionamiento
de los apoyos que ayuden a su mermada economa.
El segundo, es aquel sector que puede ser crtico o no al PRI, puede ser o no ser
partidario ultranza del PRI, pero podra decirse, va all por ocio. O por qu estar
dentro de los otros dos grupos son status que no les interesa conseguir, o por qu
cumplen al pie de la letra el comportamiento de su rol. En su mayora abrumadora,
son hombres y mujeres jvenes en el rango de los 18 aos. Son aquellos que vamos
acompaando a alguien ms, asistentes incidentales, un grupo no tan numeroso
pero representativo.
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Si es un evento del Partido Revolucionario Institucional, eso significara que toda la
gente que va es lo hace por su identificacin con l partido o candidatos, pero esta
sector devela an ms que no es as.
El ltimo gran sector es de los Priistas de corazn, cmo muchos se
autodenominaron, son aquellos el verdadero msculo. En cuestiones generales,
son personas mayores, y que han estado en el partido desde ya hace mucho tiempo
y que toda la experiencia que permeo su subjetividad las han vivido dentro de este
contexto. Son los arengadores principales del evento.
Pero tambin hay gente, que no ha estado e la estructura del PRI, pero aun as son
personas activas en la promocin de este. Podra decirse que es esa gente que
realmente se siente identificada con la institucin o, tal vez, es esa que por su
activismo ha sido frecuentemente beneficiada por los programas del Partido, pero
eso no explicara cmo muchas de ellas se denominaban priistas en la poca de
vacas flacas, de cuando el PRI no era partido de gobierno a nivel federal o municipal.
Y aqu se podran ver dos factores importantes y que nada o poco tienen que ver
con la lgica de la poltica.
La Primera sera: A qu persona le gusta saber que a algo a lo que pertenece no
es lo mejor, no es bueno, no es lo justo? Si bien esta temporada de sequa les dio
la oportunidad de contraponer su modo de ver el mundo, muchos siguieron
sintindose identificado con el partido. Y es que esto provoca un viaje retrospectivo
a preguntarte si esto es lo bueno? y que es el estado ms puro de los cambios a
nivel personal, pero es duro para mucha gente darte cuenta que estas en lo
equivocado.
El segundo punto sera exactamente la concepcin de lo bueno y lo malo. Si bien
entre la gente est aquella que se denomina Priista de Corazn, la que dice que
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el PRI roba pero comparte y aquella que fue solo por el lunch, espero no sonar
despectivo ya que no es la intencin. Indica que las masas no son uniformes.
Los integrantes del equipo de campaa del PRI siguen hablando, de sus
propuestas, y trayectorias. Mientras los encargados de cada seccional reparten
playeras, gorras y aplaudidores. Y un nio juega al revolucionario y con una gran
sonrisa en su rostro estrella estos dos tubos de plstico rellenos de aire, aunque el
maestro de ceremonia no lo diga; mientras la madre lo reprende y le dice estate
en paz indicndole que slo se debe aplaudir cuando te lo indiquen.
En conclusin, si bien, los medios y el estado permean valores, formas de
comportamiento y estas influyen en la creacin de las personalidades, la experiencia
y la interpretacin de la vida diaria nos permiten obtener un marco ms all de estos
estereotipos. La subjetividad es eso que nos permite aplaudir o no, seguir o no,
creer o no creer. Es eso que nos lleva a un mismo lugar, pero vivirlo y entenderlo
de distinta manera.
Es darnos cuenta que hasta en el evento que muestra al msculo Priista del
municipio de Tultitln, la gente es un autmata apunto de revelarse, es aquella que
aplaude cuando el indican, pero tambin dice El PRI roba pero comparte y se da
el tiempo de mentarle su madre a la misma Sandra Mndez, expresidenta municipal
tambin del PRI.
Es eso que nos permite estar sentado rodeado de gente con aplaudidores y no
aceptar unos. Es lo que nos permite revelarnos contra la tirana de los candidatos y
del maestro de ceremonia que nos indica cuando aplaudir y no hacerlo, como un
pequeo acto de la libertad humana.