Post on 02-Jul-2022
MDH. CRISTINA ESPINOZA GÓMEZ
Correo: eigc850408ub2@unicla.edu.mx
Lactancia Y
primera infancia
Helen Keller y el mundo de los sentidos
“Lo que alguna vez disfrutamos nunca se
puede perder”, escribió la autora
Helen Keller (1880-1968)
“Una puesta de Sol, una montaña bañada de luz de Luna,
el océano en la calma y en la tormenta los vemos, amamos su belleza, conservamos su visión en nuestros corazones. Todo lo
que amamos profundamente se convierte en parte de nosotros”
(Keller, 1929, p. 2).
Privada de dos sentidos, se apoyó más intensamente sobre los otros tres, en especial en
el olfato y el tacto.
Después explicó que podía diferenciar entre un médico y
un carpintero por los olores de éter o madera que provenían
de cada uno.
Helen se percató de que no era igual
a las demás personas, pero al principio no tenía
un claro sentido de quién o qué era.
Más tarde escribió: “Vivía en un mundo que era un
no-mundo… No sabía que sabía [nada], ni que vivía
o actuaba o deseaba” (1920, p. 113).
Sullivan encontró que Helen, de seis años de
edad, era “salvaje, voluntariosa y
destructiva” (Lash, 1980, p. 348).
Supe que a-g-u-a significaba el algo
maravilloso y fresco que fluía sobre mi mano. Esa
palabra viviente despertó mi alma, le dio luz,
esperanza, alegría, ¡la liberó!” (Keller, 1905, p. 35).
Una de las lecciones que podemos derivar de la historia
del desarrollo temprano de Helen Keller es la importancia
crucial de los sentidos las ventanas al mundo del bebé y
su conexión con todos los demás aspectos del desarrollo.
MDH. CRISTINA ESPINOZA GÓMEZ
Correo: eigc850408ub2@unicla.edu.mx
Crecimiento y
nutrición
Los niños japoneses-estadounidenses son más altos y pesan más que los niños de la misma edad en Japón, probablemente a causa de diferencias
en la dieta (Broude, 1995).
Patrones de crecimiento➢ Los niños crecen con mayor velocidad durante sus primeros tres años de vida,
en especial durante los primeros meses, de lo que lo harán el resto de sus vidas.
➢Para los cinco meses de edad, el peso de nacimiento de un bebé varón promedio se ha duplicado a 7.3 kg, y para su primer cumpleaños, casi se triplica a 10.45 kg.
➢Esta rápida tasa de crecimiento disminuye durante su segundo y tercer año de vida.
➢ En general, un varón aumenta cerca de 2.27 kg para su segundo cumpleaños y aproximadamente 1.6 kg para su tercer año, cuando su peso aproximado será de 14.3 kg.
➢ la estatura de un niño varón aumenta cerca de 25.5 cm durante su primer año de vida (lo que hace que el niño promedio de un año de edad mida casi 76 cm).
➢ casi 12.7 cm durante su segundo año (de modo que el niño promedio de dos años de edad se acerca a los 90 cm de estatura) y poco más de 6.5 cm durante su tercer año hasta alcanzar los 94 cm de estatura.
➢ Las niñas siguen un patrón similar, pero son ligeramente más pequeñas. Para los tres años de edad, la niña promedio pesa cerca de 500 gramos menos y mide 1.27 cm menos que el niño promedio.
La dentición se inicia alrededor del tercer o cuarto mes.
5to 9no mes …….
Para su primer cumpleaños, por lo general, los bebés cuentan con seis a ocho
dientes. Para los dos y medio años de edad, cuentan con
un conjunto completo de 20 dientes.
A medida que el bebé crece, la forma y proporciones de su cuerpo cambian; de
manera típica, un infante de tres años de edad es delgado en comparación con un
bebé regordete y panzoncito de un año de edad.
Nutrición
Después del descubrimiento de
los microbios en 1878, a las madres se
les advirtió que evitaran el “biberón ponzoñoso” a toda costa (Fontanel y
d’Harcourt, 1997, p. 121).
Desde la primera década del siglo veinte, con el advenimiento de la refrigeración
confiable, la pasteurización y la esterilización, los fabricantes empezaron a desarrollar fórmulas para modificar y
enriquecer la leche de vaca para el consumo de los lactantes, además de mejorar el diseño de los biberones.
La alimentación con biberón se volvió segura, nutritiva y popular.
Durante los siguientes 50 años, la alimentación con fórmula se volvió la
norma en Estados Unidos y en algunos otros países industrializados. Para 1971, sólo 25% de las madres estadounidenses
hacían intentos por amamantar a sus bebés (Ryan, 1997).
Amamantamiento: beneficios y advertencias
Alimentar a un bebé es un acto tanto emocional
como físico.
Desde una perspectiva nutricional, la leche materna es, casi siempre, el mejor
alimento para los lactantes.
➢ La Sección de amamantamiento (2005) de la American Academy of Pediatrics. recomienda que se amamante a los bebés de manera exclusiva durante los primeros seis meses de vida. Si no es posible el amamantamiento directo, como en el caso de los lactantes prematuros, el bebé debería recibir leche materna extraída de la madre o de alguna otra mujer.
➢El amamantamiento debería iniciarse inmediatamente después del nacimiento y debería continuarse al menos durante el primer año de vida.
➢ Los lactantes destetados durante su primer año de vida deberían recibir fórmula fortificada con hierro.
➢Al año de edad, los bebés pueden cambiar a la leche de vaca.
Las ventajas sanitarias del amamantamiento son sorprendentes.
Entre las enfermedades que se previenen o minimizan gracias al amamantamiento son diarrea, infecciones respiratorias, otitis media (infección del oído medio) e infecciones por estafilococos,
bacteriales y del tracto urinario.
Es posible que el amamantamiento reduzca el riesgo de muerte posneonatal.
El amamantamiento parece ser beneficioso para la agudeza visual
➢Para el desarrollo neurológico
➢Para la salud cardiovascular a largo plazo
➢Niveles de colesterol
➢Puede ayudar a prevenir la obesidad, diabetes, linfoma, leucemia y enfermedad de Hodgkin
➢Estudios también han mostrado ligeros beneficios para el desarrollo cognitivo
➢ Los bebés amamantados tienen menores probabilidades de alimentarse de manera excesiva, ya que regulan su ingesta en forma activa (American Heart Association et al., 2006).
El amamantamiento también beneficia a la madre.
Las madres que amamantan tienen menos sangrados
posparto, una recuperación física más acelerada y un retorno más rápido a su peso
anterior.
Después de la menopausia, corren
menos riesgo de cáncer de mama y de cáncer
ovárico y, posiblemente, menor riesgo de
osteoporosis y fracturas de la cadera.
Las mujeres que amamantan a sus hijos tienen que ejercer los
mismos cuidados que las mujeres embarazadas en cuanto a lo que ingieren.
MDH. CRISTINA ESPINOZA GÓMEZ
Correo: eigc850408ub2@unicla.edu.mx
El cerebroy la conducta
refleja
Funciones del sistema nervioso central
El cerebro y la médula espinal
Por medio de esta red, los mensajes sensoriales viajan
hacia el cerebro y los comandos motores viajan de regreso.
Construcción del cerebro
El crecimiento del cerebro es un proceso permanente fundamental para el desarrollo físico, cognitivo y emocional.
El crecimiento del cerebro sucede en arranques irregulares llamados
crecimientos cerebrales repentinos. Distintas partes
del cerebro crecen de manera más acelerada a
diferentes momentos.
Reflejos primarios
Tal respuesta automática e innata ante la
estimulación se denomina conducta refleja.
Las conductas reflejas están controladas por los centros cerebrales
inferiores que gobiernan los demás
procesos involuntarios, tales como la
respiración y la frecuencia cardiaca.
Los lactantes humanos cuentan con un aproximado de 27 reflejos principales, muchos de los cuales se encuentran
presentes al momento de nacer o poco después.
Los reflejos primitivos, tales como chupetear, el hociqueo en búsqueda del pezón y el reflejo de
Moro (una respuesta ante el sobresalto o la sensación de caída), se relacionan con las necesidades instintivas de supervivencia y
protección.
Es posible que algunos de los reflejos primitivos sean parte de la herencia evolutiva de la
humanidad.
Ejemplo es el reflejo de prensión (asir).
A medida que los centros cerebrales superiores se activan durante los primeros dos a cuatro meses, los lactantes empiezan a exhibir reflejos posturales (reacciones a
cambios en postura o equilibrio).
Por ejemplo, los lactantes a quienes se inclina hacia
abajo extienden sus brazos en reflejo de paracaídas, un intento instintivo de
amortiguar la caída.
Los reflejos locomotores, como los reflejos de caminar o nadar, se
asemejan a movimientos voluntarios que no
aparecen sino hasta meses después de que estos
reflejos han desaparecido.
La mayoría de los reflejos desaparece
entre los primeros seis meses y el año de vida.
Los reflejos que continúan funcionando de protección, tales como parpadear, bostezar, toser, atragantarse, estornudar, tiritar y el reflejo pupilar (dilatación de las pupilas en
la oscuridad), permanecen.
La desaparición de los reflejos innecesarios en el momento correcto es señal de que las vías motoras de la corteza se han mielinizado de manera parcial, permitiendo el cambio a las conductas voluntarias. Por lo tanto, un médico puede evaluar el desarrollo neurológico del bebé por medio de la observación
de los reflejos que se encuentran presentes o ausentes.
Moldeamiento del cerebro: el papel de la experiencia
Aunque el desarrollo inicial del cerebro está dirigido por la genética, es posible modificarlo
tanto de manera positiva como negativa mediante la experiencia ambiental.
El término técnico para esta capacidad de modificación del cerebro es
plasticidad.
La experiencia temprana puede tener efectos duraderos sobre la
capacidad de aprendizaje y
almacenamiento del sistema nervioso
central.
Es posible que las diferencias individuales en
inteligencia reflejen la capacidad del cerebro para
desarrollar conexiones neurales en respuesta a la
experiencia (Garlick, 2003).
Durante este periodo formativo, el cerebro es especialmente vulnerable. La exposición a
sustancias peligrosas, toxinas ambientales o al estrés materno antes o después del nacimiento
puede representar una amenaza contra el cerebro en desarrollo y la desnutrición puede interferir con el crecimiento cognitivo normal
(Rose, 1994; Thompson, 2001).
En un estudio, un mono criado hasta los seis meses
de edad con un párpado cerrado desarrolló una
ceguera permanente en ese ojo, en apariencia a causa de
la pérdida de conexiones funcionales entre dicho ojo y la corteza visual (Society for
Neuroscience, 2005).
Por lo tanto, si no se realizan ciertas conexiones corticales al inicio de la vida, es posible que los circuitos se bloqueen
para siempre.
Los animales criados en jaulas repletas de
juguetes desarrollan más axones, dendritas y
sinapsis que los animales criados en
jaulas austeras (Societyfor Neuroscience,
2005).
La plasticidad permanece a lo largo de la vida a medida
que las neuronas cambian de tamaño y forma en respuesta a
la experiencia ambiental.
Capacidades sensoriales tempranas:
Al desarrollarse, el cerebro les permite a los lactantes recién nacidos hacer uso lo
suficientemente bien de sus sentidos, de lo que tocan, ven, huelen, saborean y escuchan; sus sentidos se desarrollan de manera acelerada
durante sus primeros meses de vida a medida que se adaptan al mundo a su alrededor.
Tacto y dolor
El tacto parece ser el primer sentido en
desarrollarse y, durante los
primeros meses, es el sistema sensorial
más maduro.
Cuando se acaricia la mejilla en el área cercana a la boca
de un recién nacido, responde tratando de
encontrar el pezón, probablemente un
mecanismo de supervivencia evolucionado (Rakison,
2005).
Para la semana 32 de gestación, todas las
partes del cuerpo son sensibles al tacto y esta sensibilidad aumenta durante los primeros
cinco días de vida (Haith, 1986).
Los recién nacidos pueden sentir dolor y,
de hecho, lo perciben; y se vuelven más
sensibles al mismo durante sus primeros
días de vida.
La AAP y la Sociedad Pediátrica Canadiense (2000) ahora sostienen que un dolor prolongado o intenso puede
ocasionar daños a largo plazo a los recién nacidos y que el alivio del dolor es esencial.
Olfato y gusto
También empiezan a
desarrollarse dentro del
vientre materno.
Los sabores y olores de los alimentos que consuma la madre encinta se pueden
transmitir al feto por medio del líquido amniótico. Después
del nacimiento, una transmisión similar se presenta
mediante la leche materna (Mennella y Beauchamp,
1996b).
La preferencia por los olores agradables parece que se
aprende in utero y durante los primeros días después del
nacimiento, y los olores que se transmiten por medio de la
leche materna contribuyen aún más a este aprendizaje
(Bartoshuk y Beauchamp, 1994).
Es posible que esta atracción al aroma de la leche materna sea otro mecanismo de supervivencia evolucionado (Rakison,
2005).
El agua endulzada calma el llanto de los recién nacidos, sean de término completo o dos o tres semanas prematuros; esto es una evidencia de que no sólo las papilas gustativas en sí mismas (que parecen estar bien desarrolladas para la
semana 20 de gestación) sino también los mecanismos que producen este efecto
calmante ya se encuentran en estado funcional antes del término normal (Smith y Blass, 1996).
Es posible que la preferencia que tienen los lactantes por lo dulce los ayude a adaptarse a la vida fuera del útero, dado que la leche materna
es bastante dulce (Harris, 1997).
. El rechazo de los lactantes a los sabores amargos probablemente sea otro mecanismo de supervivencia, ya que muchas sustancias amargas son tóxicas (Bartoshuk y
Beauchamp, 1994).
Las preferencias gustativas que se desarrollan durante la lactancia pueden perdurar hasta la
segunda infancia. En un estudio, niños de cuatro y cinco años de edad quienes, durante la
lactancia, se habían alimentado con distintos tipos de fórmula, tenían preferencias
alimenticias diferentes (Mennella y Beauchamp, 2002.
La exposición a los sabores de comidas saludables por medio del amamantamiento puede mejorar la aceptación de alimentos
sanos después del destete y más adelante en la vida (American Heart Association et al., 2006).
Audición
También es funcional antes del nacimiento; los fetos
responden a los sonidos y parecen aprender a
reconocerlos.
Desde una perspectiva evolutiva, el reconocimiento temprano de voces e idiomas escuchados en el vientre pueden cimentar la relación con la madre, que es esencial para la
supervivencia inicial (Rakison, 2005).
La discriminación auditiva se desarrolla, de manera acelerada, después del nacimiento. Incluso
los lactantes de tres días de nacidos pueden diferenciar nuevos sonidos de habla de aquellos que han escuchado antes (L. R. Brody, Zelazo y
Chaika, 1984).
Al mes de edad, los bebés pueden
diferenciar sonidos tan similares como
ba y pa (Eimas, Siqueland, Jusczyky Vigorito, 1971).
Debido a que la audición es esencial para el desarrollo del
lenguaje, las deficiencias auditivas deben identificarse de
inmediato.
La pérdida de la audición sucede en uno a tres de cada 1 000 nacimientos
vivos y, de no detectarse, puede conducir a
demoras en el desarrollo (Gaffney et al., 2003).
En Estados Unidos se han establecido programas de detección e intervención
auditiva en los 50 estados, y son obligatorios en 39 de ellos,
así como en diversos países europeos.
Vista
La vista es el sentido menos desarrollado al
momento del nacimiento, tal vez por
lo poco que hay que ver dentro del útero.
Desde la perspectiva evolutiva del desarrollo, los
demás sentidos se relacionan de manera más
directa con la supervivencia del neonato.
La percepción visual y la capacidad para utilizar la información de este tipo, identificar a los
proveedores de cuidados, encontrar alimento y evitar peligros adquiere mayor importancia a
medida que los lactantes se vuelven más alertas y activos (Rakison, 2005).
Los ojos de un recién nacido son más pequeños que los de los adultos, las estructuras retinianas
están incompletas y el nervio óptico está subdesarrollado. Los ojos del neonato enfocan
mejor aproximadamente a los 30 cm de distancia que por lo general es la distancia a que se encuentra la cara de una persona que
sostiene a un neonato.
Es posible que esta distancia de enfoque
haya evolucionado para promover la formación
de vínculos entre madre y lactante.
Existe cierta evidencia de que la capacidad para
reconocer caras, en especial la cara del
proveedor de cuidados, puede ser un mecanismo innato de supervivencia
(Rakison, 2005).
Los lactantes parpadean ante olas de luces brillantes. Su
visión periférica es muy estrecha; aumenta a más del
doble entre las dos y 10 semanas de edad (Tronik,
1972).
La capacidad para seguir un blanco en movimiento
también se desarrolla de manera acelerada durante
los primeros meses de vida, al igual que la percepción
del color (Haith, 1986).
La visión binocular, el uso de ambos ojos para enfocar, lo que permite la percepción de
profundidad y distancia, normalmente no se desarrolla sino hasta los cuatro o cinco meses
de edad (Bushnell y Boudreau, 1993).