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ISSN 0327-3318 Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República ArgentinaAño 2020, Volumen 21, Número 1
¿Hijos del rigor? Las exigencias sanitarias y ambientales al
comercio y el desempeño de las empresas exportadoras de
infusiones de América Latina
Kim María Esther y, Galperín Carlos.
Propuesta de coberturas paramétricas para riesgos climáticos y
de mercado en el sector lechero argentino
Gastaldi Laura, Galetto Alejandro y, Lema Daniel.
Análisis económico de cultivos andinos presentes en las
provincias de Imbabura y Carchi – Ecuador
Albuja Illescas Luis Marcelo, Basantes Vizcaíno Telmo Fernando y,
Aragón Suárez Juan Pablo.
e-ISSN 2684-0685
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Director:
Dr. Amilcar Arzubi
Editora:
Dra. Jimena Vicentin Masaro
Entidad Editora:
ASOCIACIÓN ARGENTINA DE ECONOMÍA AGRARIA
Comité Editorial:
PhD. Silvina M. Cabrini
PhD. Gustavo Rossini
Dr. Rodrigo García Arancibia
Mgter. Luis Almirón
Ms.Sc. Jorge Diaz
Esp. Patricia Giola
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina
Año 2020, Volumen 21, Número 1
ISSN 0327-3318 | eISSN 2684-0685
Equipo Editorial Período 2019-2021
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Alcance
Es una revista institucional de artículos científicos con periodicidad anual de acceso
abierto. La fecha de publicación es el mes de diciembre de cada año. Se publica trabajos
originales e inéditos; incluyendo artículos que abordan los problemas en el campo de la
economía agraria, a saber, del sector de agrícola-ganadero y agroalimentario de
Argentina y la región, tanto a nivel agregado como particularizando en determinadas
cadenas productivas. En este sentido, la política editorial de la Revista privilegia trabajos
que se involucren en áreas como:
Análisis económicos de mercados de productos agropecuarios y
agroindustriales.
Manejo económico de la producción y de los sistemas productivos.
Tecnología de la información para la toma de decisiones.
Análisis y aplicación de políticas macroeconómicas y sectoriales.
Desarrollo agrario.
Economía de los recursos naturales y del ambiente.
El compromiso de la revista es propiciar un medio referente de comunicación del cono-
cimiento en el campo de la economía agraria y de las disciplinas afines, logrando satis-
facer los siguientes objetivos:
1) Facilitar la difusión de las producciones científicas y académicas en el ámbito de la
economía agraria, conformando un medio de publicación calificado según las exigencias
del quehacer científico.
2) Promover la comunicación e intercambio entre los miembros de la AAEA y demás
integrantes de la comunidad académica y profesional del campo de las Ciencias
Económicas, Agronómicas, Sociales y Humanas en general, en el ámbito de la Economía
Agraria.
3) Constituir un medio actualizado de difusión de trabajos de investigación y ensayos.
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Sumario
¿Hijos del rigor? Las exigencias sanitarias y ambientales
al comercio y el desempeño de las empresas exportado-
ras de infusiones de América Latina………………………………………
9-27
Kim María Esther y, Galperín Carlos
Propuesta de Coberturas Paramétricas para Riesgos
Climáticos y de Mercado en el Sector Lechero Argen-
tino…………………………………………………………………………………………………
28-42
Gastaldi Laura, Galetto Alejandro y, Lema Daniel
Análisis económico de cultivos andinos presentes en las
provincias de Imbabura y Carchi – Ecuador…………………………
43-60
Albuja Illescas Luis Marcelo, Basantes Vizcaíno Telmo Fernando y,
Aragón Suárez Juan Pablo.
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ISSN 0327-3318
¿Hijos del rigor? Las exigencias sanitarias y ambientales al comercio y el
desempeño de las empresas exportadoras de infusiones de América Latina1
María Esther Kim;2 Carlos Galperín3
RESUMEN
En los últimos años se han profundizado los debates sobre la aplicación de las medidas no arancelarias relacionadas con el cuidado sanitario y la protección ambiental como una forma de restringir el comercio por parte de los países desarrollados. En este contexto, se estudia la aplicación de dichas medidas de la Unión Europea al comercio de café, té y yerba mate y evalúa su impacto en empresas exportadoras de América Latina. En particular se revisa la hipótesis de si la aplicación de medidas sanitarias y ambientales genera una mejora de la competitividad de las empresas. Con base en metodología cualitativa se realizaron entrevistas a especialistas y encuestas a empresas exportadoras latinoamericanas. Entre los resultados se destaca que estas medidas han funcionado como barreras no arancelarias al comercio con costos de cumplimiento moderado o alto para la mayoría. No obstante, su cumplimiento les ha permitido a las empresas exportadoras desarrollar estrategias de desempeño ambiental y, en última instancia, observar un crecimiento positivo en términos de su competitividad en el mediano y largo plazo. También se encontró que el tamaño de la empresa importa: las más pequeñas muestran un menor grado de cumplimiento con las medidas no arancelarias y les cuesta más cumplir.
Palabras Clave: MEDIDAS NO ARANCELARIAS, TE-CAFÉ-YERBA, COMPETITIVIDAD, MEDIO AMBIENTE
ABSTRACT
In recent years, debates over the application of non-tariff measures related to sanitary and environmental protection as a way of restricting trade by developed countries have deepened. In this context, we study the application of these European Union trade restrictions on coffee, tea and yerba mate and we analyze their impact over exporting companies in Latin America. In particular, we review the hypothesis of whether the application of sanitary and environmental policy generates an improvement in the companies’ competitiveness. Based on a qualitative methodology, we conducted interviews with specialists and surveys of Latin American exporting companies. Among the results, it stands out that these restrictions have functioned as non-tariff barriers to trade with moderate or high compliance costs for the majority. However, its compliance has allowed exporting companies to develop environmental performance strategies and, ultimately, to observe a positive growth in terms of their competitiveness in the medium and long term. It was also found that the size of the company matters: the smallest showed a lower degree of compliance with non-tariff measures and it costs them more to comply.
Key words: NON-TARIFF MEASURES, TEA-COFFE-YERBA, COMPETITIVENESS, ENVIRONMENT
Códigos JEL/JEL Clasification: D78, F14, F18.
1 Este trabajo recibió el Premio al Investigador joven correspondiente a la L Reunión Anual de la Asociación Argentina de
Economía Agraria. Los autores agradecen los comentarios recibidos en la L Reunión Anual de la Asociación Argentina de
Economía Agraria y en las XI Jornadas Interdisciplinarias de Estudios Agrarios y Agroindustriales, que ayudaron a enriquecer el
presente trabajo. 2 Universidad de Buenos Aires mail. kim.mariaa@gmail.com 3 Centro de Economía Internacional, Universidad Nacional de Lomas de Zamora y Universidad CACECE mail:
cgalpe@yahoo.com
Kim, M. E. & Galperín, C.
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1. Introducción
En los últimos años se han profundizado los debates sobre las consecuencias de la aplicación de las
medidas no arancelarias relacionadas con el cuidado sanitario y la protección ambiental sobre las
exportaciones de los países en desarrollo (PED) a los países desarrollados (PD). Aun cuando el objetivo
declarado de estas medidas es proteger la salud de las personas, plantas, animales y cuidar el ambiente,
también suelen utilizarse para restringir el comercio (OECD, 2003; Josling, Roberts & Orden, 2004). En
particular, afectan en mayor medida a las exportaciones de los países en desarrollo debido a la falta de
infraestructura y capacidades técnicas para cumplir con medidas cada vez más exigentes referidas tanto
al producto como al proceso productivo (OECD, 2003; World Bank, 2005).
Cuando se analiza el impacto de estas medidas, a la visión tradicional de que pueden perjudicar a los
productores de los países exportadores, se le contrapusieron otras perspectivas que sostienen que, a
largo plazo, su efecto puede ser beneficioso para los exportadores. Así, en los últimos 20 años se ha dado
un debate teórico entre los sostenedores de diferentes visiones sobre esta cuestión y se desarrolló
abundante evidencia empírica sobre estos efectos.
Los trabajos se pueden agrupar en dos grandes categorías según el enfoque que adoptan. Por un lado,
un conjunto de trabajos que se pregunta si las medidas sanitarias y técnicas que se aplican sobre los
productos agrícolas se pueden considerar como barreras o como catalizadores del comercio (Maertens
& Swinnen, 2008; Swinnen, 2017). Por el otro, trabajos que analizan el impacto de la política ambiental
sobre la productividad, la producción y la exportación de los sectores involucrados (Cohen & Tubb,
2018; Koźluk & Zipperer, 2015), trabajos que son consecuencia del debate sobre la hipótesis que al
respecto planteó Michael Porter en la primera mitad de la década de 1990 (Porter, 1991; Porter & van
der Linde, 1995a; 1995b).
El objetivo del presente trabajo es analizar el impacto de los requisitos de acceso de tipo sanitario y
ambiental que afectan las exportaciones de infusiones –café, té y yerba mate– de América Latina, en
particular los de la Unión Europea (UE). Se eligió a la UE por dos motivos: i. es un gran importador de
las tres infusiones; y ii. es un mercado con requisitos de acceso muy exigentes en lo que respecta a
medidas sanitarias y ambientales.
Este análisis tiene dos características distintas de las habituales para este tipo de trabajos: primera, se
beneficia de las conclusiones de las dos perspectivas mencionadas –porque se considera que son
complementarias, en particular cuando lo que se revisa son requisitos de acceso a un mercado–, cuando
lo usual es enmarcarse en una de las dos; segunda, la metodología elegida es la encuesta a empresas,
complementada con entrevistas a expertos del sector, cuando lo más frecuente es recolectar datos y
analizarlos mediante un método econométrico. El método de encuestas y entrevistas se recomienda para
poder “capturar” aspectos cualitativos de las decisiones empresarias, como ser la actitud y las
expectativas ante las medidas sanitarias y ambientales, elementos que no se aprecian en un enfoque
econométrico (Kemp & Pontoglio, 2011).
La estructura del trabajo es la siguiente: en la segunda sección se describen las medidas no arancelarias
aplicadas por la UE a la importación de estas infusiones; en la tercera se resume el debate teórico y la
evidencia empírica sobre el impacto de estas medidas; en la cuarta se presenta el impacto sobre las
empresas exportadoras de América Latina aplicando las herramientas analíticas descriptas en las dos
secciones anteriores; y en la quinta se presentan las principales conclusiones del trabajo.
2. Medidas aplicadas
Los alimentos ya listos para consumir –como las infusiones– y que más se importan suelen estar sujetos
a mayor cantidad de medidas regulatorias –intensidad regulatoria– (Murina & Nicita, 2015). Las
medidas referidas al acceso a un mercado pueden clasificarse según dos criterios que, al combinarse,
dan lugar a cuatro categorías (Galperín & Perez, 2004). El primer criterio las divide en obligatorias y
¿Hijos del rigor? Las exigencias sanitarias y ambientales…
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voluntarias, mientras que el segundo las divide en las que apuntan a las características del producto o
del proceso productivo. Esta clasificación permite apreciar ciertas interrelaciones: un requisito
voluntario de jure puede ser obligatorio de facto si es exigido por los distribuidores y/o consumidores;
lo que hoy es voluntario, mañana puede ser obligatorio; para poder cumplir con un requisito sobre el
producto puede ser necesario modificar el proceso productivo; o exigir un proceso para lograr un
producto de ciertas características. Las medidas de acceso al mercado de infusiones de la UE se
presentan en la tabla 1.
Tabla 1. Medidas de acceso al mercado de infusiones de la UE
Obligatorio Voluntario
Producto Límites de contaminantes
Límites máximos de residuos
Inspecciones previas al embarque
Etiquetado
Proceso productivo Etiquetado
Análisis de Peligros y Puntos
Críticos de Control (HACCP)
Orgánico
Certificaciones sobre gestión ambiental y
responsabilidad social empresaria
(Rainforest Alliance, Fairtrade Labelling,
Global G.A.P.)
Fuente: elaboración propia
En cuanto a los límites a contaminantes, la UE aplica la Regulación CE No. 1881/2006, que tiene como
objetivo proteger la salud pública al mantener los niveles máximos de contaminantes lo más bajo
posibles con la condición de que se establezcan buenas prácticas de trabajo. Entre las más importantes
a nivel internacional en términos de seguridad alimentaria se destacan las micotoxinas, ya que podrían
ser cancerígenas, hepatotóxicas y afectar el sistema hormonal e inmune (FAO, 2004). Entre los distintos
tipos de micotoxinas, la Ocratoxina A (OTA) ha cobrado especial importancia en la industria del café.
Con la torrefacción del café se puede obtener una reducción de OTA del 65% al 100%; esto es, se modifica
el proceso para cumplir con un requisito del producto. A partir del descubrimiento de la OTA en el café
en 1988, la Federación Europea de Café propuso la reducción de la contaminación de esta micotoxina
en el país de origen de estos productos, ya que sería menos costoso que aplicar medidas de control en
los puertos europeos (Rodriguez Jerez, 2012).
Otra de las medidas más importantes entre estos alimentos es la Regulación CE. No 396/2005 sobre los
límites máximos de residuos. En particular, representa uno de los desafíos más grandes para la
exportación de la yerba mate, ya que existe un fuerte debate sobre la existencia de la antraquinona en
este producto, sustancia con alto potencial cancerígeno según el BfR (BfR, 2013). A partir de este estudio,
se concluyó que existe ¨suficiente¨ evidencia del potencial cancerígeno de este compuesto orgánico y
que el nuevo nivel máximo permitido para la antraquinona sobre el café, el té y la yerba mate sería de
0,02mg/kg. De acuerdo a Secco Jr. (2018), en los próximos años se espera una tendencia a la
flexibilización del nivel máximo permitido, ya que estudios realizados por especialistas de otros países
–Brasil, Corea, Inglaterra, Estados Unidos, entre otros– aseguran que la antraquinona natural es
beneficiosa para el cuerpo. Sin embargo, el nivel máximo no ha sido modificado aún. Por lo tanto, los
importadores de la UE continúan aceptando productos cuyos resultados del análisis de antraquinona
son más altos que el máximo establecido (por ejemplo, 0,03mg/kg), pero a un precio más bajo. En otras
palabras, los compradores piden descuentos –aunque reconozcan que los niveles máximos son muy
bajos–, compran a menores precios, pero los re-venden a los consumidores finales a un precio mucho
más alto (Secco Jr., 2018).
Las inspecciones fitosanitarias previas al embarque son parte de los requerimientos sanitarios para la
importación de productos a base de plantas en la Unión Europea. Cuando alguna de las condiciones de
aduana no se cumple, la carga puede quedar retenida en el puerto de ingreso hasta que se finalicen
Kim, M. E. & Galperín, C.
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todos los análisis de laboratorio, lo que puede tardar varias semanas y generar altos costos para los
países exportadores. Por tanto, cada exportador tiene su propia estrategia para evitar la retención de
sus contenedores en los puertos de arribo. No obstante, el análisis de la antraquinona para la yerba mate
es un problema real para los exportadores, ya que la Unión Europea solamente acepta una de las dos
metodologías para analizarlo. La metodología GC-MS/MS implica un análisis de laboratorio que lleva
unos 45 días, una inversión de alrededor de 1500 dólares y cuyos resultados siempre arroja errores. Por
este motivo, productores y exportadores de yerba mate reclaman que debe aceptarse la metodología
HPLC-UV, que es más accesible para la mayoría de las empresas y se realiza en alrededor de una semana
(Secco Jr., 2018). Por tanto, según Secco Jr., los países sudamericanos podrían estar exportando unas 4 o
5 veces más yerba mate a la Unión Europea de lo que se hace actualmente, pero muchos exportadores
deciden no hacerlo por los altos costos y riesgos que implica.
Con el objeto de que los consumidores tomen una decisión de compra informada, en la etiqueta de los
productos alimenticios que se venden en la UE se debe incluir información sobre el producto. Del
conjunto de información obligatoria, para el caso aquí analizado vale mencionar la identificación del
lote –si se detectan problemas relacionados con lo ocurrido durante el proceso productivo, se pueden
retirar solo los productos del lote afectado–; la posible presencia de sustancias que causen alergias e
intolerancias –lo que puede darse en mezclas de té de hierbas (CBI, 2016)–; si contiene azúcar y de qué
tipo; en el caso del café, si es soluble o instantáneo y si tiene extractos de café.
Otro requisito obligatorio para la UE es contar con el HACCP (Análisis de Peligros y Puntos Críticos de
Control), una metodología para garantizar la inocuidad de los alimentos en todas las etapas de su
procesamiento y manipulación.
En este contexto, la creciente importancia de la cuestión de la sostenibilidad en la agenda de comercio
exterior también trajo consigo el aumento de la certificación de productos alimenticios, tales como el
café, el té y la yerba mate, que se refleja en una etiqueta en el producto final. Esto se debe a que, cada
vez más, los consumidores prestan atención a las buenas prácticas agrícolas, la responsabilidad social
empresaria –gestión sostenible en lo económico, social y ambiental– y el cuidado del ambiente (Cornejo
et al., 2013), por lo que una certificación que no es obligatoria de jure, a través del tiempo se ha
convertido en obligatoria de facto. En América Latina, las certificaciones de Rainforest Alliance en el café
y el té comenzaron a cobrar fuerza hacia fines de la década de 1990. Así, mientras que en el 2008 había
solamente 4 empresas que certificaban sus productos de té, hacia 2017 lo hacían más de 600 productores
y 20 grupos, cubriendo unas 17000 hectáreas de té (Galuchi, 2018). También ha crecido la certificación
por parte de Fair trade Labelling Organizations International (FLO), que busca promocionar lo que llama
“comercio justo”. Otro etiquetado que también informa al consumidor sobre el proceso productivo es
el del producto orgánico, que exige el uso de técnicas de producción naturales y no utilizar
agroquímicos (CBI, 2016).
Por último, las normas de calidad privadas son elaboradas por entidades no gubernamentales o que
forman parte de iniciativas en las que participan múltiples partes interesadas (CCI, 2011) y tienen el
carácter de voluntarias. Un ejemplo es Global G.A.P, norma líder de certificación de alimentos del sector
privado a nivel global, que certifica si el productor ha implementado un conjunto de buenas prácticas
agrícolas que asegura que la producción se ha hecho de manera sostenible, cuidando la inocuidad
alimentaria, la seguridad de los trabajadores y el bienestar animal (Global G.A.P, 2019). Tiene un
estándar específico para el té y el café verde.
3. Impacto de las medidas sanitarias y ambientales: debate teórico y evidencia empírica
El análisis del impacto de las medidas sanitarias y ambientales suele realizarse por separado. Una
posible explicación es que, en general, las medidas sanitarias se aplican en la frontera, el impacto sobre
el comercio es directo y la magnitud del impacto se refiere al cambio del volumen comerciado, que suele
estimarse mediante un método econométrico. En cambio, el análisis de las medidas ambientales
presenta claras diferencias con el de las medidas sanitarias, ya sea por las características de las medidas
¿Hijos del rigor? Las exigencias sanitarias y ambientales…
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como por lo que se mide: i. en general no asumen la forma de requisitos de acceso a un mercado sino
son instrumentos de política ambiental interna, cuyas consecuencias sobre el comercio exterior se
analiza poco en la práctica; ii. cuando se mide el impacto se estiman los cambios en la producción, en la
productividad, en la innovación y el cambio tecnológico, y en el nivel de empleo, con menos estudios
que revisan los cambios en las exportaciones (Cohen & Tubb, 2017; Ambec et al., 2011; Constantini &
Mazzanti, 2012); iii. cuando el impacto se mide a través del cambio en el volumen comerciado, se lo
analiza como consecuencia de cambios en las inversiones directas debido a diferencias en la rigurosidad
de las políticas ambientales –hipótesis del refugio de la contaminación (pollution haven)– o por cambios
tecnológicos inducidos por modificaciones en la rigurosidad de la política ambiental interna –hipótesis
de Porter, que se analiza más adelante–. Por lo tanto, son menos los estudios acerca del impacto de
medidas ambientales que son comparables a los de impacto de medidas sanitarias.
A continuación se van a responder las dudas que surgen respecto al impacto de las medidas sanitarias
y ambientales sobre el comercio.
3.1. Estas medidas, ¿disminuyen o incentivan el comercio? ¿son barreras o catalizadores?
3.1.1. Debate teórico
En el debate teórico hay consenso en que las medidas de frontera facilitan o restringen el comercio según
la forma que asuman y en cuánto varíe el costo de cumplimiento para el exportador y el productor local.
Las medidas no arancelarias de tipo sanitario, fitosanitario y técnico tienen el objetivo de proteger la
vida y la salud de las personas y de los animales y preservar los vegetales de plagas, enfermedades,
contaminantes y toxinas, y proteger el ambiente. Incluyen medidas relativas al producto final y a los
procesos y métodos de producción; procedimientos de prueba, inspección y certificación; métodos de
evaluación del riesgo; y prescripciones en materia de embalaje y etiquetado, entre otras.
Debido a su uso como una protección encubierta al comercio es que se firmaron sendos acuerdos en la
Ronda Uruguay del GATT para reducir tanto la arbitrariedad en la fijación de estas normas como su
uso con fines proteccionistas. Así se estableció que dichas medidas deben basarse en evidencia científica
o en una adecuada evaluación de riesgo, se alienta a utilizar normas internacionales –cuando existan–
y buscar la equivalencia de las medidas que adoptan los diferentes países. Las dos últimas condiciones
reducirían los costos de transacción de las operaciones comerciales. En este caso, estas medidas
actuarían como “catalizadores” del comercio (Maertens & Swinnen, 2008).
Desde el punto de vista de “estándares como barreras”, un país puede dictar medidas con la intención
de limitar las importaciones cuando, por ejemplo, hace un uso discriminatorio de las medidas (Maertens
y Swinnen, 2008): i. al fijar estándares con requisitos difíciles/costosos de cumplir para el exportador del
otro país pero más sencillo para el país que impone la norma; ii. cuando es mayor el costo de
cumplimiento para los productores del exterior, en especial si son empresas de países en desarrollo que
carecen de la infraestructura necesaria y de capacidades técnicas y científicas suficientes y disponibles.
A esto se le suman los estándares privados, en especial para alimentos de valor alto, estándares de
complejidad creciente que conjugan inocuidad, calidad y cuestiones ambientales y sociales (World
Bank, 2005).
Por otro lado, la perspectiva de “estándares como catalizadores” sugiere que un estándar exigente
promueve reformas y mejoras en el exportador para obtener ventajas competitivas, en especial en
alimentos de valor alto (Henson & Jaffee, 2007). Una forma es ingresar a los mercados externos a través
de la adopción de certificaciones internacionales sobre el proceso productivo. Al respecto, Fikru (2014)
concluye que las empresas de los países en desarrollo son más propensas a adoptar las certificaciones
vinculadas con el desempeño ambiental y sanitario, como ISO 14000 –sistema de gestión ambiental–,
Global G.A.P. –buenas prácticas agrícolas– y HACCP –sistema para asegurar la inocuidad de los
alimentos– cuando se especializan en exportar a mercados exigentes en la calidad e inocuidad de los
Kim, M. E. & Galperín, C.
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alimentos y cuando son filiales de empresas multinacionales o son propiedad de empresas de países
desarrollados. En relación con esto, al analizar los motivos que llevan a una empresa de agroalimentos
a certificar un sistema de gestión ambiental, Grolleau y Alban (2007) encuentran que: i. la probabilidad
de certificarlo es mayor en las empresas más grandes, que disponen de más recursos humanos y
financieros; ii. las empresas que certificaron sistemas de gestión por obligación –HACCP– o eligieron
certificar calidad mediante ISO 9000, encuentran más sencillo el proceso de certificación; iii. la demanda
de los consumidores por cuidado del ambiente favorece certificar la gestión ambiental; iv. cumplir en
forma adecuada con las regulaciones ambientales. A su vez, estos sistemas de gestión, gracias al análisis
de cada etapa del ciclo de vida del producto y al registro del paso del producto por las diferentes etapas,
reducen los costos de información y control, facilitan la coordinación entre los eslabones de la cadena
productiva y así mejoran la competitividad de la cadena (Ziggers, 2000).
También podría suceder que el costo de cumplimiento para el productor local sea mayor que para el
extranjero, por lo que el estándar actuaría como un catalizador del comercio. Esta situación puede
cambiar si el lobby local logra modificar el estándar para beneficiarlos (Swinnen, 2017).
De este modo se verificarían tres tipos de efectos económicos (Roberts, Josling & Orden, 1999), los dos
primeros, restrictivos del comercio, y el tercero, “catalizador”: i) efecto de protección de la regulación,
por el cual se limitan las importaciones; ii) efecto de desplazamiento de la oferta, que se refiere al
desplazamiento de los exportadores por parte de los productores locales; y iii) efecto de desplazamiento
de la demanda, que refleja cómo las medidas de tipo informativas –v.g., etiquetados y certificaciones–
pueden mejorar la confianza del consumidor e incrementar la demanda de los productos que las
utilizan, aunque al mismo tiempo incrementa los costos de los exportadores para estar en conformidad
con dicha medida.
3.1.2. Evidencia empírica
De la revisión de trabajos empíricos que mediante un modelo econométrico de tipo gravitacional revisan
el impacto de las medidas sanitarias y técnicas sobre el comercio de productos agrícolas, Galperín (2013)
concluye que: i. en general el impacto es negativo, pero hay casos de impacto positivo; ii. los más
perjudicados son los exportadores de los países en desarrollo; iii. el impacto es mayor en las empresas
de menor tamaño porque no suelen contar con recursos suficientes para poder cumplir con los
estándares; iv. se benefician las empresas que logran pasar la barrera –gracias a los recursos técnicos y
financieros de que disponen– y así ganan participación en el mercado a expensas de los exportadores
que no lo logran. En una revisión más reciente de la literatura, Santeramo y Lamonaca (2019) también
concluyen que los resultados son heterogéneos: hay tantos impactos positivos como negativos; es
similar la magnitud de ambos efectos –el valor de la mediana del efecto positivo es similar a la del efecto
negativo–; el impacto sobre las exportaciones de los PD a otros PD es mayor que el correspondiente a
las exportaciones de los PED a los PD; y mientras que en el caso de las medidas técnicas, el valor de los
impactos positivos sobre el comercio suele ser similar al de los estudios con impacto negativo, en el caso
de las medidas sanitarias prevalece el valor de los impactos negativos –la mediana del valor de los
impactos de las normas técnicas es 0.01 y el de las sanitarias es -0.11–.
En relación con el costo de cumplimiento, si bien pueden ser altos en términos absolutos, suelen ser
bajos en relación con el valor de las exportaciones (World Bank, 2005; Maertens & Swinnen, 2008),
aunque este valor debe ponderarse con el margen de ganancia de cada empresa. Por otro lado, el costo
de no cumplir suele ser muy alto, por ejemplo, detenciones en la aduana y barreras específicas y pérdida
de reputación para los productos del país “incumplidor”.
3.2. Estas medidas, ¿disminuyen o mejoran la competitividad de las empresas involucradas?
La visión tradicional es que las medidas de política ambiental aumentan el costo de las empresas y
reducen sus ventajas competitivas (Jaffe et al., 1995). Pero también se ha planteado lo opuesto: medidas
¿Hijos del rigor? Las exigencias sanitarias y ambientales…
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ambientales más exigentes pueden mejorar la competitividad. Esto es conocido como la hipótesis de
Porter (Porter, 1991; Porter & van der Linde, 1995a; 1995b). Según estos autores, unas medidas
ambientales adecuadamente diseñadas pueden alentar innovaciones que pueden compensar, parcial o
totalmente, el costo de cumplir con ella. A dichas innovaciones las denominan “innovaciones
compensatorias” que, además de reducir el costo de cumplir con las regulaciones ambientales, pueden
mejorar la competitividad en relación con empresas de otros países que no están sujetas a las mismas
regulaciones.
En su análisis suponen que las empresas no eligen siempre la opción óptima, sino que se encuentran en
un mundo con oportunidades tecnológicas cambiantes, información incompleta e inercia
organizacional. Con este marco consideran que una regulación bien diseñada puede servir para: i. que
las empresas se den cuentan de probables ineficiencias en el uso de los recursos y de las mejoras
tecnológicas potenciales a aplicar; ii. que se reduzca la incertidumbre sobre el valor que tienen las
inversiones “verdes”; iii. presionar a las empresas a innovar, presión externa que puede vencer la inercia
organizacional, de la misma manera que lo hace la presencia de competidores fuertes, el aumento del
costo de la materia prima o la demanda de los clientes.
Estas innovaciones compensatorias pueden darse tanto en el producto como en el proceso productivo.
De las medidas ambientales prefieren a las regulaciones que se fijan en los resultados y a los
instrumentos económicos.
Esta hipótesis generó dos tipos de debate: uno fue sobre los fundamentos teóricos de la hipótesis
mientras que otro se refirió a la evidencia empírica.
3.2.1. Debate teórico
Al supuesto de Porter y van der Linde de que las empresas no siempre optimizan se le contraponen
cuatro alternativas:
a. el supuesto neoclásico de que las empresas maximizan beneficios y que toda regulación tiene tanto
beneficios como costos que deben analizarse en cada caso. La respuesta neoclásica inicial la dieron
Palmer, Wallace y Portney (1995), quienes critican a Porter su metodología casuística de coleccionar
casos que concuerdan con su hipótesis y así inferir una conclusión general, sin tomar en cuenta los casos
contrarios en los que una regulación más estricta incrementó los costos y redujo los beneficios de las
empresas. Si bien concuerdan en que las empresas no están siempre atentas a posibles mejoras en la
eficiencia y que la regulación a veces ha inducido el descubrimiento de innovaciones ahorradoras de
costos o que mejoran la calidad del producto, no por eso toda medida de política ambiental tiene un
beneficio que compensa su costo. Esto es, las empresas no dejan de lado de manera sistemática
oportunidades de mejora. En vez de afirmar que las regulaciones tienen un costo neto igual a cero
porque hay innovaciones compensatorias, Palmer, Wallace y Portney (1995) sostienen que el enfoque
adecuado para evaluar las regulaciones es el del análisis costo-beneficio. Como dice Schmalensee (2012),
al analizar el concepto de crecimiento verde, que engloba a la política empresaria verde, no hay un
“banquete gratis debajo de las narices” que no se aprovecha.
b. el supuesto de que las empresas maximizan beneficios pero existen fallas de mercado. Las fallas
de mercado se pueden dar, por ejemplo, si la regulación tiene un sesgo que favorece a las empresas ya
existentes; o si la inversión en investigación y desarrollo es aprovechada, aunque sea en parte, por otras
empresas, la empresa sub-invierte en tecnologías limpias, salvo que la regulación le exija lo contrario
(Ambec et al., 2011).
c. la existencia de fallas en la organización de la empresa que la mayor exigencia regulatoria tiende
a corregir (Ambec et al., 2011).
d. otros paradigmas no neoclásicos. Uno es el del evolucionismo, que supone una dependencia de la
trayectoria tecnológica y organizacional previa que condiciona la aplicación de innovaciones
Kim, M. E. & Galperín, C.
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(Chudnovsky, López & Freylejer, 1997). Otro enfoque es el de la ineficiencia-X, que sostiene que la
minimización del costo es la excepción antes que la regla (Leibenstein, 1983), salvo que haya una
suficiente presión externa –v.g., regulatoria– para eliminar las ineficiencias en la producción. Otra
alternativa proviene de la economía austríaca, que supone que la regla es que el mercado se encuentra
en desequilibrio de modo que existe el error, entendido como oportunidades de mejora que pueden
pasar inadvertidas para el empresario debido a la imperfección del conocimiento (Kirzner, 1978).
3.2.2. Evidencia empírica
El análisis de esta hipótesis dio lugar a una corriente de trabajos empíricos con resultados que varían
según las versiones que asume la hipótesis (Cohen & Tubb, 2017). Las tres versiones son la “versión
débil” –la regulación estimula innovaciones cuyos costos pueden superar a los beneficios para la
empresa–, la “versión fuerte” –la innovación deriva en beneficios que superan a los costos– y la “versión
estrecha” –las regulaciones más flexibles ocasionan menos impactos adversos que las más rígidas
debido al mayor incentivo que brindan a las empresas parar innovar–.
Artículos que revisan los trabajos empíricos (Ambec et al., 2011; Koźluk & Zipperer, 2014; Cohen &
Tubb, 2017; Dechezleprêtre & Sato, 2017) concluyen que la regulación incentiva innovaciones en
tecnologías más limpias –se verifica la versión débil–, pero que a veces compensan los costos
incrementales derivados de la regulación más estricta –resultado no concluyente de la versión fuerte–.
A similar conclusión llegaron Jaffe et al. (1995) veinte años antes: la regulación no tiene un impacto
importante negativo ni positivo sobre la competitividad. Por ejemplo, Constantini y Mazzanti (2011)
encuentran que la dinámica exportadora de las empresas de la Unión Europea se beneficia por los
impuestos a la energía y por la adopción voluntaria de los sistemas de gestión ambiental.
Si bien los trabajos empíricos respecto de la hipótesis en general se han referido a las consecuencias de
la política ambiental interna sobre sectores industriales, que a veces incorpora la industria de alimentos
y bebidas, también se ha revisado el efecto de la política ambiental interna sobre el desempeño de los
sectores agrícolas –por ejemplo, Ferjani (2011), Giraud-Héraud et al. (2016), Huiban y Musolesi (2012) y
Managi (2004)– también con resultados heterogéneos.
4. El caso de las empresas exportadoras de infusiones4
Para estudiar el impacto de estas medidas sobre los exportadores de América Latina de infusiones, en
este trabajo se sigue una metodología cualitativa en base a entrevistas a especialistas y encuestas a
empresas exportadoras. En cuanto a la encuesta, en 2018 se realizaron 34 preguntas a empresas de
distintos países de América Latina especializadas en té, café y yerba mate. Cuando se les preguntó por
la evolución de un indicador, se les pidió que consideren un plazo de diez años. La encuesta se dividió
en tres secciones: i. Generales –compuestas de 11 preguntas relacionadas con las características de la
empresa–; ii. Medidas No Arancelarias, que consiste en 17 preguntas sobre la percepción de la empresa
y su cumplimiento con las MNAs a nivel general y de la Unión Europea en particular; iii. Desarrollo
Sostenible, comprende 6 preguntas sobre las medidas y estrategias adoptadas por la empresa en pos de
una mayor sostenibilidad.
Entre las respuestas, se obtuvo la participación de 39 empresas de 10 diferentes países, de los que se
destaca México con 23%, seguido por la Argentina (18%), Perú (15%), Brasil (13%), Colombia y
Honduras (8%), Costa Rica y Guatemala (5%), Paraguay (3%) y Nicaragua (2%). Del total, 7 empresas
declararon que no exportan. De las 32 firmas que exportan, cabe destacar que: i. se especializan en café
22, en yerba mate 7 y en té 3; ii. 12 empresas son chicas –con entre 1 y 50 empleados– y 20 empresas son
grandes –con entre 51 y 1000 empleados–.
4 Los cuadros con la información estadística que no se incluyeron en el artículo pueden solicitarse a los autores por e-mail.
¿Hijos del rigor? Las exigencias sanitarias y ambientales…
____________________________________________________________________________________________________
____________________________________________________________________________________________________ 17 Año 2020, Volumen 21, Número 1
En particular se revisa la hipótesis de si la aplicación de medidas sanitarias y ambientales en los
mercados de exportación genera una mejora de la competitividad de las empresas. Entre los resultados
se destaca que: i. estas medidas han funcionado como barreras no arancelarias al comercio, con costos
de cumplimiento moderado y altos para la mayoría; ii. la mayoría ha cumplido tanto con las normas
obligatorias como con las voluntarias; iii. su cumplimiento les ha permitido a las empresas exportadoras
desarrollar estrategias de desempeño ambiental mediante la introducción de tecnologías más
sostenibles, una reducción de la cantidad de agua utilizada en el proceso productivo y el establecimiento
de metas de desempeño ambiental; iv. la mayor parte de las empresas incrementó sus exportaciones y
tienden a percibir que las medidas no arancelarias tienen un alto impacto sobre sus exportaciones; v. la
mayoría considera que orientarse al desarrollo sostenible mejora su capacidad productiva y su
competitividad; vi. el impacto varía según el tamaño de la empresa: a las más pequeñas les cuesta más
cumplir.
Figura 1. ¿Qué tan altos fueron/son para su empresa los costos de disminuir los niveles de
contaminantes?, en cantidad de empresas
Fuente: elaboración propia
i. Costo de cumplimiento. Con respecto a este punto, se les preguntó a las empresas si consideran los costos
de cumplir con diversas normas como muy bajos, bajos, moderados, altos o muy altos. En relación con
la disminución de los niveles de contaminantes, la mayoría respondió “moderados” (37%), “altos” (26%)
y “muy altos” (10%) (Figura 1).
0
2
4
6
8
10
Muy Bajos Bajos Moderados Altos Muy altos
Can
tid
ad d
e R
esp
ues
tas
1 a 50 empleados 51 a 5.000 empleados
Kim, M. E. & Galperín, C.
____________________________________________________________________________________________________
____________________________________________________________________________________________________ REVISTA ARGENTINA DE ECONOMÍA AGRARIA (RAEA) 18
Figura 2. ¿Qué tan alto considera el costo de la empresa para obtener las certificaciones técnicas de los
países importadores?, en cantidad de empresas
Fuente: elaboración propia
Respecto al costo de obtener certificaciones para sus productos, el pico es la categoría “altos” (36%)
seguida por “moderados” (18%) y “muy altos” (15%) (Figura 2). En esto se diferencian de la evidencia
empírica de otros casos en que los costos eran bajos en términos relativos. Si separamos las respuestas
por el tamaño de la firma, en las grandes predomina la percepción de que el costo de disminuir los
contaminantes es moderado y bajo, mientras las pequeñas lo perciben como moderado y alto. En
relación con la obtención de la certificación, las empresas pequeñas consideran que los costos son más
altos que la percepción que tienen las empresas grandes. En esto coinciden con la evidencia empírica
revisada.
Tabla 2. Grado de cumplimiento de las firmas ante la aplicación de distintas MNAs, en cantidad
de empresas
Nivel
¿Cómo evaluaría el
cumplimiento de su empresa en
relación con los requerimientos
de los niveles máximos de
contaminantes/residuos sobre
sus productos?
¿Cómo evaluaría el
cumplimiento de su empresa
para obtener las certificaciones
técnicas requeridas por los
países importadores sobre sus
productos?
¿Cómo evaluaría el cumplimiento
de su empresa con relación a los
requerimientos por el embalaje
(packaging) requeridos por los
países importadores sobre sus
productos?
Total Pequeña Grande Total Pequeña Grande Total Pequeña Grande
Cumplimiento
Excelente 17 5 12 17 5 12 18 4 14
Cumplimiento
Moderado 13 7 6 13 7 6 12 6 6
Cumplimiento
Bajo 1 0 1 1 0 1 1 1 0
Cumplimiento
Nulo 1 0 1 1 0 1 1 1 0
TOTAL 32 12 20 32 12 20 32 12 20
Fuente: elaboración propia
ii. Grado de cumplimiento. Aquí se les preguntó cómo fue el cumplimiento con el nivel máximo de
contaminantes, de las certificaciones técnicas, y de los requerimientos de packaging sobre sus productos,
como también de las normas voluntarias. Se destaca que una gran parte de las empresas ha mostrado
un buen cumplimiento. Por ejemplo, en el caso de los Niveles Máximos de Contaminantes, 53% aseguró
0
2
4
6
8
10
Muy bajo Bajo Moderado Alto Muy alto
Can
tid
ad d
e R
esp
ues
tas
1 a 50 empleados 51 a 5.000 empleados
¿Hijos del rigor? Las exigencias sanitarias y ambientales…
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____________________________________________________________________________________________________ 19 Año 2020, Volumen 21, Número 1
tener un “cumplimiento excelente”, seguido de 41% con “cumplimiento moderado”. También se
observaron resultados muy similares cuando se les preguntó a las empresas por los requerimientos de
packaging y la obtención de las certificaciones técnicas requeridas por los países importadores. (Tabla 2).
Por tanto, aunque puede ser costoso para las empresas cumplir con estos requerimientos, la mayoría lo
hace. Desagregado por tamaño de empresa, las grandes tienen una mayor proporción con cumplimiento
excelente (entre 60% y 70% según el requisito) que las pequeñas (entre 33% y 42%).
En relación con las normas voluntarias, primero se les preguntó sobre su carácter restrictivo: “¿cómo
evaluaría la exigencia de las normas voluntarias en las exportaciones de su empresa?”. Las respuestas se
concentran en las últimas tres categorías en una escala desde “totalmente bajo/totalmente voluntaria”
(categoría 1) a “totalmente alto/obligatoria en la práctica” (categoría 5): 43% en la 3, 27% en la 4 y 20% en la
5 (Tabla 3). Esto se corresponde con lo comentado en la sección II de que la demanda de los
consumidores de los países europeos ha transformado en obligatorias de facto y muy exigentes a las
normas voluntarias de jure. Por tamaño de empresa, las pequeñas consideraron a estas normas menos
exigentes que las empresas grandes.
En segundo lugar, el cumplimiento de las normas voluntarias fue excelente o moderado en la mayoría
(75%) de las empresas, mientras que fue bajo para 12% y nulo para 6%. Por tamaño de las empresas, un
cumplimiento excelente o moderado lo tiene 85% de las grandes empresas y 58% de las pequeñas, lo
cual coincidiría con la evidencia empírica respecto de la ventaja de ser grande para cumplir con estas
normas.
Tabla 3. Exigencia y grado de cumplimiento de las normas voluntarias, en cantidad de empresas
Nivel
¿Cómo evaluaría la exigencia de
las normas voluntarias en las
exportaciones de su empresa? 1 Nivel
¿Cómo evaluaría el cumplimiento
de su empresa para obtener las
certificaciones técnicas requeridas
por los países importadores sobre
sus productos?
Total Pequeña Grande Total Pequeña Grande
1 0 0 0
Hemos cumplido con la
mayoría o gran parte de
ellas
24 7 17
2 3 0 3 Hemos cumplido con
algunas o pocas de ellas 4 4 0
3 13 9 4 No hemos cumplido 2 1 1
4 8 2 6 No responde 2 0 2
5 6 1 5
TOTAL 2 30 12 18 TOTAL 32 12 20
Notas: 1. Escala creciente con 1: totalmente bajo/totalmente voluntaria a 5: totalmente alto/obligatoria en la práctica. 2. Dos
empresas no respondieron. Fuente: elaboración propia
Al consultar a Heroldo Secco Jr sobre el cumplimiento con las certificaciones, opinó que, más que
considerar costosa su obtención, las empresas consideran que es más costoso mantenerlas.
Principalmente, esto se debe a que las certificadoras europeas y americanas “hacen una propaganda muy
grande con todos los consumidores afirmando que solo con los productos certificados se protege la naturaleza y se
garantiza el trabajo.” En el largo plazo se podrían distinguir claramente las diferencias en los resultados
entre aquellas empresas que pudieron cubrir los costos de obtener y mantener una mayor cantidad de
certificaciones y las que no. En el primer caso, las firmas logran un mayor acceso a distintos mercados,
mientras que agricultores más pequenos encuentran limitaciones para expandir sus negocios, lo cual
coincide con la evidencia empírica revisada para otros sectores. Así, las empresas de menor tamaño
tienen mayores dificultades para manejar estas certificaciones, siendo el nivel de preocupación tan alto
que la industria matera ya está trabajando en el apoyo a ellas, particularmente para el manejo de la
Kim, M. E. & Galperín, C.
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____________________________________________________________________________________________________ REVISTA ARGENTINA DE ECONOMÍA AGRARIA (RAEA) 20
certificación HACCP. De acuerdo a Secco Jr., el Instituto Nacional de la Yerba Mate de la Argentina y el
Centro Yerbatero Nacional de Paraguay se encuentran trabajando activamente en el apoyo a las
empresas para aplicar esta certificación y mantenerla; en cambio, para las empresas brasileñas este tipo
de apoyo es más difícil de conseguir.
Tabla 4. Evolución de la capacidad productiva y de las exportaciones de las empresas durante los
últimos 10 años, por tamaño de empresa, en cantidad de empresas
Evolución Capacidad productiva Exportaciones
Pequeña Grande Total Pequeña Grande Total
Aumentó significativamente 1 7 8 1 5 6
Aumentó 9 9 18 8 11 19
Disminuyó 1 1 2 1 2 3
Igual 1 3 4 2 2 4
Total 12 20 32 12 20 32
Fuente: elaboración propia
iii. Cumplimiento, producción y exportaciones. Para poder analizar la correlación que existe entre el grado
de cumplimiento y los resultados en la productividad en el largo plazo, primero se les preguntó a las
empresas cómo ha sido la evolución de su capacidad productiva y de sus exportaciones en los últimos
diez años: 81% aumentó su capacidad productiva y 78% sus exportaciones (Tabla 4). Entre las empresas
grandes hubo una mayor proporción con un aumento significativo de capacidad productiva que entre
las empresas pequeñas (35% vs. 8%), situación que se repite al revisar la evolución de las exportaciones
(25% vs. 8%).
Tabla 5. Correlación entre el grado de cumplimiento con requerimientos ambientales y la evolución
de las exportaciones en los últimos 10 años, por tamaño de empresa, en cantidad de empresas
Evolución de las exportaciones durante los últimos 10 años
Pequeñas Grandes
Aumentó
significativamente Aumentó
Total de
Respuestas
Aumentó
significativamente Aumentó
Total de
Respuestas
a. Niveles máximos de
contaminantes Cumplimiento Excelente 1 3 5 4 6 12
Cumplimiento Moderado 5 7 4 6
Resto 0 1 1 2
Total 1 8 12 5 11 20 b. Obtención de
certificaciones técnicas Cumplimiento Excelente 1 5 7 5 7 16
Cumplimiento Moderado 2 3 4 4
Resto 1 2 0
Total 1 8 12 5 11 20 c. Requerimientos de
embalaje Cumplimiento Excelente 1 5 7 5 7 16
Cumplimiento Moderado 2 3 4 4
Resto 1 2 0
Total 1 8 12 5 11 20
Fuente: elaboración propia
Aquí se ha encontrado una correlación positiva entre el grado de cumplimiento con los tres requisitos
sanitarios y ambientales revisados y la evolución de las exportaciones. De las empresas encuestadas, la
¿Hijos del rigor? Las exigencias sanitarias y ambientales…
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____________________________________________________________________________________________________ 21 Año 2020, Volumen 21, Número 1
mayoría de las firmas que cumplieron de manera “excelente” con cualquiera de los tres requisitos
también declararon que sus exportaciones “aumentaron” (52%-53%) o “aumentaron significativamente”
(26%-29%) durante los últimos diez años (Tabla 5). Si se desagrega por tamaño a las empresas que
tuvieron un comportamiento excelente y además aumentaron de forma significativa sus exportaciones,
se ve que tuvieron una mayor participación entre las firmas grandes (31% - 33%) que entre las pequeñas
(14%-20%).
Estos dos resultados coinciden con la evidencia empírica revisada respecto de la influencia del
cumplimiento con requisitos sanitarios y ambientales sobre la inserción internacional de las empresas,
y en particular si las empresas son grandes.
Asimismo, aquellas compañías que tuvieron un buen cumplimiento con estas medidas también
afirmaron aumentar su capacidad productiva durante los últimos diez años. Es importante aclarar que
se presume que aquellas firmas que decidieron reducir la emisión y certificar sus productos debieron
introducir prácticas más sustentables y, particularmente, corregir las ineficiencias de su proceso de
producción, lo que las ayudaría a mejorar y aumentar su capacidad productiva en el largo plazo. Así se
observa que aquellas empresas que seleccionaron la categoría “cumplimiento excelente” también
aumentaron su capacidad productiva (más del 81% afirmó que “aumento” o “aumentó
significativamente”). En cuanto a las firmas que mostraron un cumplimiento moderado, las respuestas
también son positivas, aunque ligeramente más bajas que el primer grupo (Tabla 6). También se
encontró que de estas empresas, tienen un mejor desempeño las firmas grandes, ya que en este grupo
es mayor la proporción de empresas con cumplimiento excelente y aumento significativo que entre las
empresas pequeñas.
Tabla 6. Correlación entre el grado de cumplimiento con requerimientos ambientales y la evolución
de la capacidad productiva durante los últimos 10 años, por tamaño de empresa, en cantidad de
empresas
Evolución de la capacidad productiva durante los últimos 10 años
Pequeñas Grandes
Aumentó
significativamente Aumentó
Total de
Respuestas
Aumentó
significativamente Aumentó
Total de
Respuestas
a. Niveles máximos de
contaminantes Cumplimiento Excelente 1 4 5 6 4 12
Cumplimiento Moderado 5 7 1 3 6
Resto 0 2 2
Total 1 9 12 7 9 20 b. Obtención de
certificaciones técnicas Cumplimiento Excelente 1 6 7 6 7 16
Cumplimiento Moderado 2 3 1 2 4
Resto 2 2 0
Total 1 9 12 7 9 20 c. Requerimientos de
embalaje Cumplimiento Excelente 1 6 7 6 7 16
Cumplimiento Moderado 2 3 1 2 4
Resto 1 2 0
Total 1 9 12 7 9 20
Fuente: elaboración propia
Una conclusión de este punto es que independientemente de lo costoso que resulte cumplir con las
exigencias ambientales y sanitarias, las firmas de la industria de las infusiones en América Latina que
logran cumplir con dichos requerimientos tienden a obtener resultados positivos en el largo plazo, tanto
Kim, M. E. & Galperín, C.
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____________________________________________________________________________________________________ REVISTA ARGENTINA DE ECONOMÍA AGRARIA (RAEA) 22
en sus exportaciones como en su capacidad productiva, en coincidencia con los estudios revisados en
las secciones II y III.
Figura 3. Percepción del impacto de las MNAs en la evolución de las exportaciones de la empresa, en
proporción del total de empresas que exportan
Fuente: elaboración propia
iv. Impacto de las MNAs. Para estudiar la percepción del impacto que tienen las empresas sobre la
aplicación de estas medidas, se les preguntó en qué medida consideran que impactan las MNAs en la
evolución de sus exportaciones. Para la mayoría de las empresas (59%), las MNAs impactan
significativamente o considerablemente (Figura 3).
Esta respuesta se complementa con la opinión de que los requerimientos de los países importadores se
consideran el principal factor que explica la evolución de las exportaciones –aumento para la mayoría
de las empresas– (Tabla 7) y la opinión de que, salvo 4 empresas, el resto considera que las normas de
la UE podría beneficiarlas en el largo plazo. Estas tres consideraciones van en línea con la conclusión de
la sección III de que quienes cumplan las medidas no arancelarias tienen ventajas respecto de otros
competidores y pueden ganar participación en el mercado de destino.
Tabla 7. Factores que explican la evolución de sus exportaciones
Factor Part. %
Requerimientos de países importadores (a favor o en contra) 26%
Precios Internacionales (a favor o en contra) 22%
Costos (superación de costos o costos demasiado elevados) 16%
Recursos y capacidades de la mano de obra 12%
Investigación y desarrollo (inversión o falta de inversión) 10%
Contexto nacional 8%
Otros 6%
Fuente: elaboración propia
v. Beneficios de una estrategia ambiental. ¿Hay correlación entre el nivel de cumplimiento y el compromiso
para desarrollar estrategias de desempeño ambiental a través de la introducción de tecnologías más
sostenibles, la reducción de la cantidad de agua utilizada en el proceso productivo y el establecimiento
de metas de desempeño ambiental?
En primer lugar, 41% de las empresas considera “totalmente importante” (categoría 5) utilizar
tecnologías más sostenibles y 38% lo considera “importante” (categoría 4) (Tabla 8). Estos valores son
3%
25%
34%
22%
9%6%
0%
5%
10%
15%
20%
25%
30%
35%
40%
Es la principal
razón que explica la
evolución de
nuestras
exportaciones
Impacta
significativamente
Impacta
considerablemente
Impacta poco No impacta Sin Respuesta
¿Hijos del rigor? Las exigencias sanitarias y ambientales…
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____________________________________________________________________________________________________ 23 Año 2020, Volumen 21, Número 1
mayores para las firmas que mostraron un “cumplimiento excelente” de los niveles máximos de
contaminantes: 53% y 41%. Cuando se reemplaza el indicador de nivel de cumplimiento con los niveles
máximos por el de nivel de cumplimiento con las certificaciones técnicas, se observan resultados
similares: 41% y 38%, para el total de empresas, y 43% y 14% para las que tuvieron un “cumplimiento
excelente”. Por lo tanto, se verificaría una variante de la versión débil de la hipótesis de Porter, esto es,
la regulación induce un cambio tecnológico, aunque en este caso una regulación de un mercado de
exportación y no del mercado interno propio. Por tamaño de empresa no hay diferencia sustancial, dado
que consideran “importante” o “totalmente importante” el cambio tecnológico 75% de las firmas chicas
y 80% de las grandes.
Tabla 8. Correlación entre el cumplimiento con los niveles máximos de contaminantes/residuos y la
importancia otorgada a la introducción de tecnologías más sustentables, en cantidad de empresas
¿Cómo evaluaría el cumplimiento de su empresa en
relación con los requerimientos de los niveles máximos de
contaminantes/residuos sobre sus productos?
En una escala del 1 al 5, ¿cuánta importancia le
otorga su empresa a la introducción de
tecnologías más sustentables? 1
1 2 3 4 5 Total general
Cumplimiento Excelente 1 7 9 17
Cumplimiento Moderado 1 2 2 4 4 13
Poco Cumplimiento 1 1
Cumplimiento Nulo 1 1
Total General 1 3 3 12 13 32
1. 1: poco importante; 5: extremadamente importante. Fuente: elaboración propia
En segundo lugar, para analizar la correlación entre la evolución del uso del agua y el cumplimiento de
las certificaciones técnicas, se tomaron las respuestas obtenidas a la pregunta “¿Cómo considera que ha
sido la evolución del uso del agua en la producción de su empresa los últimos años?”. Se esperaba que aquellas
firmas que certifican sus productos tendieran a mejorar su proceso de producción, lo que incluye un
uso más eficiente de agua. Entre los resultados se observó que las diferencias entre los distintos grupos
de firmas son más evidentes. De las compañías que cumplieron de manera excelente, 74% aseguró que
el uso del agua se redujo, mientras lo hizo solo 29% de las que tuvieron un cumplimiento moderado
(Tabla 9). Además, es importante destacar que no cumplir con las exigencias sanitarias y ambientales
no se traduce necesariamente en un aumento del uso del agua durante su proceso de producción, por
lo que se esperaba que las firmas de bajo o nulo cumplimiento respondieran de manera simular, que es
lo que muestra la evidencia.
Tabla 9. Correlación entre el cumplimiento con las certificaciones técnicas y la evolución del uso del
agua en el proceso de producción, en cantidad de empresas
¿Cómo evaluaría el cumplimiento de su
empresa para obtener las certificaciones
técnicas requeridas por los países
importadores sobre sus productos?
¿Cómo considera que ha sido la evolución del uso del agua en la
producción de su empresa los últimos años?
Aumentó
notablemente Aumentó
Sigue
igual
Se
redujo
Se redujo
notablemente
Total
general
Cumplimiento Excelente 1 5 11 6 23
Cumplimiento Moderado 1 1 3 2 7
Poco Cumplimiento 1 1
Cumplimiento Nulo 1 1
Total General 1 2 8 14 7 32
Fuente: elaboración propia
En tercer lugar, se analizó la correlación entre el cumplimiento con las MNAs y el establecimiento de
metas de desempeño ambiental. Se encontró que 66% de las firmas encuestadas afirmó haber
establecido este tipo de metas contra solamente 19% que afirmó no haberlo hecho. La evidencia muestra
Kim, M. E. & Galperín, C.
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____________________________________________________________________________________________________ REVISTA ARGENTINA DE ECONOMÍA AGRARIA (RAEA) 24
diferencias según el nivel de cumplimiento, es decir que existe una correlación positiva entre las
variables mencionadas: 70% de las empresas con “cumplimiento excelente” de las certificaciones técnicas
estableció dichas metas, mientras que lo hicieron 43% de las firmas con “cumplimiento moderado” (Tabla
10).
Tabla 10. Correlación entre el cumplimiento con certificaciones técnicas y el establecimiento de metas
de desempeño ambiental, en cantidad de empresas
¿Cómo evaluaría el cumplimiento de su empresa para obtener las
certificaciones técnicas requeridas por los países importadores
sobre sus productos?
¿Ha establecido su empresa metas de
desempeño ambiental?
No Prefiero no
responder Sí
Total
general
Cumplimiento Excelente 3 4 16 23
Cumplimiento Moderado 3 1 3 7
Poco Cumplimiento 1 1
Cumplimiento Nulo 1 1
Total General 6 5 21 32
Fuente: elaboración propia
Es importante destacar que la definición de una estrategia ambiental es actualmente uno de los mayores
retos que tiene la industria, considerando la creciente importancia que tiene el cambio climático y la
necesidad de un desarrollo más sustentable. De acuerdo a Pablo Galuchi, esta cuestión requiere no
solamente del esfuerzo particular de cada empresa, sino de la cooperación a nivel regional e
internacional. Particularmente en la caficultura, se está trabajando desde el año 2010 en una iniciativa
como Coffee and Climate, una alianza público-privada entre agencias de cooperación y empresas de café
para buscar cómo responder mejor al cambio climático, reconociendo que es un tema que no se puede
trabajar de forma aislada. Por tanto, es un desafío que cada vez más firmas puedan comprometerse con
la implementación de estrategias de desempeño ambiental en forma individual y colectiva.
5. Consideraciones finales
Este trabajo se propuso analizar el impacto de las medidas sanitarias y ambientales de los mercados
externos sobre las exportaciones de infusiones de América latina, en particular a la UE. La elección de
la UE se debió a su lugar como destino de las ventas externas y a que aplica un amplio conjunto de
normas de un alto nivel de exigencia, de modo que el ingreso al mercado europeo es una muestra de
capacidad potencial para vender a cualquier otro mercado.
De acuerdo a la revisión bibliográfica, dichas medidas pueden actuar como barreras o como
catalizadores del comercio; no hay acuerdo respecto a su impacto sobre la productividad y
competitividad; y los países en desarrollo suelen verse más perjudicados que los países desarrollados.
Al respecto, la evidencia empírica del caso analizado concluye que los resultados son heterogéneos; por
caso, son restrictivas y discriminatorias las medidas sobre límite máximo de residuos de la
antraquinona, para lo cual se ignora como evidencia ciertos estudios, como también el método de
análisis de laboratorio. En cambio, son catalizadoras las certificaciones sobre gestión ambiental y
responsabilidad social empresaria.
El análisis del impacto sobre el sector de infusiones se realizó mediante una encuesta a empresas del
sector, con el complemento de entrevistas a expertos. Los resultados de la encuesta muestran que existe
una correlación positiva entre el nivel de cumplimiento con las medidas no arancelarias y la mejora de
la capacidad productiva y de las exportaciones, resultado que coincide con: i. la percepción de las
empresas respecto al importante impacto de estas medidas sobre sus exportaciones; ii. que las MNAs
son consideradas un factor más determinante que los precios y los costos al explicar la evolución de las
ventas externas; y iii. que las normas de la UE son vistas como beneficiosas en el largo plazo.
¿Hijos del rigor? Las exigencias sanitarias y ambientales…
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____________________________________________________________________________________________________ 25 Año 2020, Volumen 21, Número 1
En otras palabras, las firmas que han cumplido con todos o la mayoría de los estándares de empaque,
certificaciones técnicas y niveles máximos de contaminantes/residuos tienden a ver una evolución
positiva de sus exportaciones y una mejora de su capacidad productiva. Además, perciben la aplicación
de MNAs de una manera más positiva que las que cumplen menos, y muestran un mayor compromiso
con el medio ambiente y la sostenibilidad. Estos resultados van en línea con la evidencia existente de
que aun cuando las medidas sean barreras al comercio, el superarlas facilita un mayor acceso a los países
desarrollados respecto de los competidores que no lo logran. Pero para ello deben incorporar mejoras
en su proceso productivo referidas a las cuestiones sanitarias y ambientales.
También se encontró una correlación positiva entre mejoras en el proceso productivo y en la gestión
ambiental –v.g., empleo de tecnología más sostenible, menor uso de agua y establecer metas de
desempeño ambiental–, por un lado, y el grado de cumplimiento con las MNAs, por el otro. Esto podría
considerarse como una aproximación a una verificación de la hipótesis de Porter en su versión débil,
pero a diferencia de la versión tradicional, las regulaciones que enfrentan las empresas son de los
mercados de exportación y no del mercado interno.
También se verifica que importa el tamaño de la empresa. La evidencia muestra una correlación positiva
entre el tamaño de la firma y el cumplimiento con los estándares. Específicamente, las que tienen una
mayor cantidad de empleados presentan un mayor grado de cumplimiento con las MNAs obligatorias
y voluntarias revisadas que las empresas más pequeñas y lo hacen a un menor costo. Las grandes
también muestran una mejor evolución de sus exportaciones y capacidad productiva y una mayor
correlación entre esta evolución y el grado de cumplimiento con las MNAs.
Esta conclusión va en línea con el análisis de Galperín (2013) sobre las diferencias en el impacto de las
regulaciones en las empresas de menor tamaño por falta de recursos para cumplir con ellas. En esto
también coinciden los expertos entrevistados. Tal como explicaba Pablo Ruiz (2018), las pequeñas
empresas enfrentan un gran desafío al momento de cumplir con las MNAs, que tiene que ver con el
acceso al financiamiento. Debido a que pocas veces son calificadas para el financiamiento, las tasas de
interés son de hasta dos o tres veces más altas en comparación con las que consigue una empresa
mediana o grande. Entonces, la falta de asistencia técnica se traduce en menor eficiencia. Pablo Galuchi
también coincide con que a las pequeñas empresas les cuesta más el cumplimiento, sobretodo en el
sector técnico. Por ende, considera necesaria la ampliación de las políticas existentes –sobre todo para
las pequeñas empresas– vinculadas al asesoramiento, capacitación de equipo y apoyo económico.
Por su parte, desde una perspectiva de política sanitaria y comercial, de la lectura de los resultados de
las encuestas como de las entrevistas se nota la preocupación y reconocimiento de las empresas del
sector por las MNAs, que es la base para gestionar las cuestiones de sanidad de los alimentos, según
Henson y Jaffee (2007). También se nota el cumplimiento de las siguientes fases para gestionar estas
cuestiones: aplicación de buenas prácticas sanitarias en la producción, estructura institucional para
regular y monitorear, y gestión del riesgo vinculado con la inocuidad alimentaria.
6. Referencias
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28
ISSN 0327-3318
Propuesta de coberturas paramétricas para riesgos climáticos y de mercado en el
sector lechero argentino
Laura Gastaldi;1 Alejandro Galetto;2 Daniel Lema3
RESUMEN
Los seguros agropecuarios en Argentina casi no se han desarrollado en el ámbito de la producción lechera. Por ello, como mecanismo para mitigar los efectos de la variabilidad climática y de precios que afecta al sector, en este trabajo se proponen alternativas de coberturas paramétricas para margen económico, para excesos y déficits de lluvias, y para ambos riesgos combinados. Se presentan las principales características de diseño de estas coberturas, con ejemplos de su funcionamiento basados en datos históricos de precios y lluvias. Asimismo, se estima el “riesgo básico” de estos esquemas de aseguramiento, llegando a la conclusión que permitirían una reducción efectiva del riesgo que enfrentan las empresas del sector.
Palabras Clave: TAMBO, SEGURO PARAMÉTRICO, PRECIO LECHE, LLUVIAS, RIESGO BÁSICO
ABSTRACT
Dairy farmers in Argentina do not use traditional insurance as a risk management tool. Therefore, in this paper we advance an alternative proposal based on index-insurance, designed to mitigate price and weather risks, in three different schemes, one which covers the variability of an “economic margin”, another which deals with rainfall excesses and deficits, and a third one, a combined scheme, for both types of risks. The main characteristics of these products are presented, with examples of their operation under historical conditions of prices and precipitation in Argentina. In addition, we estimate the “basis risks” of the two pure schemes, which is low enough to warrant the effective application of these products to reduce the risks faced by dairy farmers.
Key words: DAIRY FARM, INDEX INSURANCE, MILK PRICE, RAINFALL, BASIS RISK
Códigos JEL/JEL Clasification: D81, G20, O16.
1. Introducción
Luego de la crisis de los años 2000-2001, el sector lechero argentino experimentó una fuerte contracción
en los volúmenes de leche producidos, que recién se revirtió a partir del año 2003, comenzando una
etapa de recuperación que se extendió hasta los años 2010-2012, cuando la producción llegó a un pico
de entre 11,200 y 11,340 millones de litros.4 En los años que siguieron, cabe destacar la fuerte caída
experimentada en 2016 (-12.5%, perforando los 10,000 millones de litros anuales), como resultado de la
combinación de condiciones climáticas adversas (exceso de lluvias) y una severa depresión de precios
en el mercado internacional más los efectos de una devaluación. Luego de este episodio, la producción
nacional se ha mantenido en valores muy similares a los que tenía hace dos décadas, con altibajos
interanuales.
Estos niveles de inestabilidad afectan directamente a miles de unidades productivas, tanto a nivel
primario como industrial, y por extensión, a la economía de los territorios donde están asentadas. Todo
1 INTA – EEA Rafaela, mail: gastaldi.laura@inta.gob.ar 2 Facultad de Ciencias Empresariales, Univ. Austral, mail: agaletto@austral.edu.ar 3 INTA – Instituto de Economía y UCEMA, mail: lema.daniel@inta.gob.ar 4 Para más detalle ver: www.ocla.org.ar
Propuesta de Coberturas Paramétricas para Riesgos…
____________________________________________________________________________________________________
____________________________________________________________________________________________________ 29 Año 2020, Volumen 21, Número 1
ello ha sido el factor determinante para renovar un debate sectorial acerca de la necesidad de contar con
instrumentos de política que permitan hacer frente a la variabilidad del clima y los mercados,
contribuyendo de esa manera a mejorar la competitividad de la cadena láctea nacional.
Tomando como marco de referencia algunos instrumentos de reciente implementación a nivel
internacional, cabe distinguir entre aquellos orientados a la gestión del riesgo de precios (de productos
e insumos), de otros que se utilizan para la gestión del riesgo climático (Andersson, Hilmerby & Sundin
Lundberg, 2014; Kilsby, 2010; O´Connor, 2013; Schaper, Lassen & Theuvsen, 2009; Wolf, 2012).
Los instrumentos para la gestión del riesgo de precios en general implican la transferencia del mismo a
través de contratos o seguros. Probablemente, el caso más desarrollado es lo que se conoce como “margin
protection program” (“seguro de protección de márgenes”) aplicado en Estados Unidos, a partir de
cambios introducidos en la Ley Agrícola de 2014 (Bozic et al., 2014).
En lo que respecta a la gestión del riesgo climático, se han desarrollado en las dos últimas décadas
seguros de tipo “paramétricos” (o de índice), donde el objeto de cobertura es un parámetro o índice que
está correlacionado con los rendimientos, de modo tal que para valores de índice por debajo o por
encima de un “valor disparador” (donde comenzarían las pérdidas), el productor recibiría una
indemnización. Este tipo de coberturas paramétricas es apropiado para el aseguramiento de riesgos
climáticos en sistemas de producción animal, donde las interacciones ambiente – planta – hombre –
animal hacen que resulte muy difícil la aplicación de los seguros tradicionales (Gallacher et al., 2015).
Un problema general de los seguros de tipo paramétrico es lo que se denomina el “riesgo básico” (basis
risk). Este riesgo surge cuando el índice elegido y su valor disparador no reflejen adecuadamente lo que
ocurre en cada establecimiento en particular, derivando en pagos mal otorgados, ya sea en situaciones
en las que hay pagos, pero no hay daño, o viceversa, cuando sí hay daño, pero no hay pago.
En función de estos antecedentes, y de la demanda de instrumentos de política que permitan gestionar
la volatilidad del clima y los mercados en el sector lechero argentino, en este trabajo se presentan tres
propuestas de coberturas. La primera es una adaptación al caso argentino del seguro de protección de
márgenes de Estados Unidos, que tiene por objetivo mitigar los efectos de las reducciones en el margen
económico debido a bajas en el precio de venta de leche y/o subas en el costo de la alimentación. A
continuación se presenta un modelo de seguros paramétrico para eventos extremos de precipitación y
en tercer lugar una cobertura que combina las dos anteriores.
En forma complementaria, como antecedente necesario para evaluar la conveniencia y posibilidad de
su implementación práctica, en el trabajo se propone una metodología para modelar y cuantificar el
“riesgo básico” de ambas propuestas.
2. Cobertura del margen económico
Esta cobertura es una adaptación del programa de protección de márgenes (Margin Protection Program
for Dairy) que se implementó en el sector lechero de Estados Unidos entre los años 2014 y 2018, y que
fue reemplazada ese año por el Dairy Margin Coverage Program, cuyo funcionamiento es muy similar,
aunque con algunos cambios en los parámetros (gastos administrativos, tope de producción elegible,
etc.). El objetivo de estas coberturas, que son de ingreso voluntario, es proteger a los productores
primarios de reducciones del margen económico debido a bajas en el precio de venta de la leche y/o
subas en el costo de la alimentación. Cabe mencionar que el sistema no está diseñado para garantizar
un nivel de ingresos, sino que apunta a cubrir “pérdidas catastróficas”, que ponen en riesgo la
continuidad del productor en la actividad (NMPF, 2016).
En el modelo original de Estados Unidos, se define un “margen sobre los gastos de alimentación”, para
un único sistema de producción para todo el país, y estimando un costo promedio de la alimentación
mediante una serie de coeficientes y variables de precio publicadas por el Departamento de Agricultura
(USDA). Cuando dicho margen es inferior a un nivel establecido, el sistema paga la diferencia. En el
Gastaldi, L., Galetto A., & Lema, D.
____________________________________________________________________________________________________
____________________________________________________________________________________________________ REVISTA ARGENTINA DE ECONOMÍA AGRARIA (RAEA) 30
caso de Estados Unidos, en la versión original del sistema, el productor tenía un nivel básico de
cobertura, gratuito, de 4 dólares por cada 100 libras de leche, y a partir de allí podía optar por niveles
superiores de cobertura, hasta los 8 dólares, pero a título oneroso, y con incrementos que se van
haciendo marginalmente más caros.
Para la adaptación del modelo al caso argentino también se consideró un único sistema de producción.
Se entiende que esta decisión está justificada, no sólo a partir de la referencia al modelo original, sino
porque un porcentaje mayoritario de la producción de leche de nuestro país proviene de un sistema de
producción que utiliza el mismo esquema alimenticio, basado en proporciones variables de silo de maíz,
pasturas de alfalfa y concentrados (cuya base de elaboración son el maíz y la soja).
Como referencia básica para caracterizar el sistema de alimentación se utilizó información de una
encuesta nacional de tambos realizada por INTA (Gastaldi et al., 2015), de donde surge que el 33% de
la dieta está compuesta por concentrados (de los cuáles el 72.7% es maíz y el 27.3% es expeler de soja) y
el 26% es silo de maíz. Tomando como base una relación de conversión de un kilogramo de materia seca
por litro de leche, se puede estimar la participación de los distintos alimentos en el costo de
alimentación.
Una modificación que se hizo en esta adaptación es que se incluyó un porcentaje adicional por el costo
de oportunidad de la tierra. En primer lugar, porque el costo de alimentación medio de Argentina es
inferior al de Estados Unidos, y el cálculo del margen considerando sólo el consumo de concentrados y
silaje daría un valor no representativo. En segundo lugar, el 50% de la superficie tambera es alquilada,
y el precio de los alquileres normalmente toma como referencia el precio de la soja. Finalmente, en
nuestro país no está disponible un precio representativo del heno de alfalfa.
Entonces, partiendo de la información de la mencionada encuesta INTA, de donde surge que la
productividad media es de 10,000 litros de leche por hectárea utilizada por las vacas en ordeño, y que
el valor medio del alquiler es de 8.6 q/ha de soja (860 kg/ha), el costo de alquiler es equivalente a 0.086
kg soja por litro de leche.
La fórmula utilizada para estimar el Margen Económico (Mg) es la siguiente:
Mg5 = Precio leche (US$/l) – [0.240 kg maíz x Pm(US$/kg) + 0.089 kg expeller soja x
Ps(US$/kg) x 1.5] – 0.260 kg silo maíz x Pm x 0.5 – 0.086 kg soja x Ps
(1)
donde Pm es el precio del maíz y Ps es el precio de la soja. La primera parte del costo representa el valor
del concentrado (33% de la dieta), que está compuesto en un 72.7% por maíz (0.33 x 0.727 = 0.240) y un
27.3% por expeler de soja (0.33 x 0.273 = 0.089), con un precio del expeler un 50% superior al de la soja.
La segunda parte es el costo del silaje de maíz (26% de la dieta), que se supone un 50% del precio del
grano de maíz6. La tercera parte representa el costo de oportunidad de la tierra, y se calcula de la forma
en que se explicó previamente. Para evitar problemas de tipo de cambio y variaciones del valor de la
moneda local los valores se expresan en dólares.
En la Figura 1 se presenta el comportamiento histórico del margen y sus distintos componentes durante
el período que va de enero de 2008 a junio de 2020, todos expresados en dólares corrientes por litro. Las
tres partes de la barra inferior son (de abajo hacia arriba) el costo del concentrado, del silaje de maíz y
del alquiler. La línea llena es el precio de la leche y la línea con marcadores es el margen.
5 El precio de la leche está tomado de la Dirección Nacional Láctea, del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación,
el precio de la soja y del maíz de la Bolsa de Comercio de Rosario, y el tipo de cambio se toma de la información del Banco Central
de la República Argentina (BCRA). 6 Según la información disponible (véase: https://inta.gob.ar/documentos/precios-agropecuarios-de-referencia-rafaela-y-region; el
precio del expeler es en promedio de algo más que un 10% que la soja, pero se consideró un valor superior, del 50%, para
representar el uso generalizado de balanceados comerciales que hace el productor. El estimativo de costo para el silaje surge de
considerar un rendimiento de 8,000 kgMS/ha y el costo de producción zonal.
Propuesta de Coberturas Paramétricas para Riesgos…
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____________________________________________________________________________________________________ 31 Año 2020, Volumen 21, Número 1
Figura 1. Evolución del margen (U$S/litro leche) y sus componentes (ene/08 – jun/20).
Fuentes de precios: Leche: Panel 18 empresas. Dirección Nacional Láctea (Minagri). Maíz y soja: Cámara arbitral de cereales.
Bolsa de comercio de Rosario. Dólar: Mayorista, tipo de cambio de referencia. BCRA
Para evaluar el funcionamiento del modelo, se consideró un valor disparador (o garantizado) de 0.15
US$/l7, es decir, que cuando el margen observado sea inferior a ese valor se activa la cobertura, de la
siguiente manera:
MPt ≥ MP garantizado (0,15 U$S/l) → No pago (2)
MPt < MP garantizado (0,15 U$S/l) → (MP garantizado (0,15 U$S/l) – MPt) * litros asegurados
Este valor disparador es hasta cierto punto arbitrario, ya que en una situación de implementación de
este tipo de instrumento sería una variable crítica que determina el costo de la cobertura, y por lo tanto
cabría evaluar diferentes niveles de valor disparador. Por el otro lado, el valor seleccionado como
ejemplo, de 0.15 US$/l está en línea con el monto promedio del resto de gastos de directos y de estructura
para un modelo de producción típico.
En la Tabla 1 se muestra un calendario histórico de pagos, calculado para un valor garantizado de 0.15
US$/l. Por ejemplo, para el mes de enero de 2016, para un precio de la leche que fue de 0.201 US$/l y de
un costo de alimentación de 0.105 US$/l, se obtuvo un margen de 0.096 US$/l, y dado un valor
garantizado de 0.15 US$/l, el productor tendría que haber recibido una diferencia equivalente a 0.15 –
0.096 = 0.054 US$/l.
7 Sería el residuo que le queda al productor para hacer frente al resto de los gastos directos y de estructura, amortizaciones, y
retribución a los factores de producción (más las ventas de subproductos). Este valor disparador puede ser superior o inferior
según se pretenda una mayor o menor cobertura, respectivamente.
$ 0.00
$ 0.05
$ 0.10
$ 0.15
$ 0.20
$ 0.25
$ 0.30
$ 0.35
$ 0.40
$ 0.45en
e.-0
8ab
r.-0
8ju
l.-0
8o
ct.-
08en
e.-0
9ab
r.-0
9ju
l.-0
9o
ct.-
09en
e.-1
0ab
r.-1
0ju
l.-1
0o
ct.-
10en
e.-1
1ab
r.-1
1ju
l.-1
1o
ct.-
11en
e.-1
2ab
r.-1
2ju
l.-1
2o
ct.-
12en
e.-1
3ab
r.-1
3ju
l.-1
3o
ct.-
13en
e.-1
4ab
r.-1
4ju
l.-1
4o
ct.-
14en
e.-1
5ab
r.-1
5ju
l.-1
5o
ct.-
15en
e.-1
6ab
r.-1
6ju
l.-1
6o
ct.-
16en
e.-1
7ab
r.-1
7ju
l.-1
7o
ct.-
17en
e.-1
8ab
r.-1
8ju
l.-1
8o
ct.-
18en
e.-1
9ab
r.-1
9ju
l.-1
9o
ct.-
19en
e.-2
0ab
r.-2
0
U$D
/ l
itro
de
lech
e
Gasto en concentrados (B1) Gasto en silaje (B2) Costo oportunidad tierra (B3)
Precio de la leche (A) MARGEN = A menos B
Gastaldi, L., Galetto A., & Lema, D.
____________________________________________________________________________________________________
____________________________________________________________________________________________________ REVISTA ARGENTINA DE ECONOMÍA AGRARIA (RAEA) 32
Tabla 1. Cobertura “Margen económico”. Calendario histórico de pagos, expresados como porcentaje
(%) de la suma asegurada.
Mes
Año E F M A M J J A S O N D
2008 3.7 6.9 7.1 0.7 0.3 0 0 0 0 0 0 0
2009 9.1 14.5 15.4 17.9 19.6 20.5 17.7 18.0 12.3 11.2 3.7 0
2010 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
2011 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
2012 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
2013 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
2014 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
2015 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 16.1
2016 26.8 36.5 30.9 14.6 0.7 0 0 0 0 0 0 0
2017 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
2018 0 0 0 0 4.7 4.9 2.7 5.7 21.6 10.2 1.3 2.9
2019 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
2020 0 0 0 0 ---------------------------------------------------------------------------
Esta diferencia de 0.054 US$/litro representa el 26.8% del precio de la leche para ese mes, y puede
interpretarse también como el valor a cobrar como proporción de los litros asegurados. En caso de la
primera interpretación, y tomando el valor actual en pesos (65.76 $/U$S, mayorista BCRA, abril 2020),
el productor tendría que haber cobrado un equivalente a 3.55 $/litro actualizado, multiplicado por la
cantidad de litros asegurada.
El costo de esta cobertura es directamente proporcional al valor garantizado. Por esta razón, se realizó
un ejercicio alternativo reduciendo el valor disparador a 0.125 US$/litro, y se observó que el sistema
disparó sólo entre febrero y octubre de 2009, en diciembre de 2015 y entre enero y abril de 2016.
Como ya se mencionó en un párrafo anterior, se utilizaron valores en dólares estadounidenses para
evitar los problemas que causaría la depreciación de la moneda nacional. También se intentó como
alternativa expresar todos los valores en forma porcentual, referidos al precio del litro de leche, pero
esta variante no garantiza un funcionamiento adecuado de la cobertura. Un inconveniente potencial con
el uso del dólar es que se puede argumentar que el sistema funciona como un “seguro de cambio” para
el productor tambero, en el sentido que se dispara la cobertura cuando hay una devaluación. Sin
embargo, en el año 2009 el seguro disparó 11 meses (Tabla 1), sin que hubiera una modificación
significativa del tipo de cambio. En el año 2015-16 sí hubo una importante devaluación, pero también
existió un efecto del precio internacional, uno de los más bajos de la serie histórica.
Un aspecto que se considera de interés en la implementación de un seguro de márgenes económicos,
aunque no será profundizado en este trabajo, es la posibilidad de tomar una posición contraria en el
mercado de futuros en soja y maíz, por un monto equivalente al costo estimado de la pérdida media, lo
que permitiría reducir el costo global de la cobertura, pensando sobre todo en una implementación
donde interviene el sector público, como es el ejemplo de Estados Unidos.
3. Cobertura para eventos extremos de precipitación
A diferencia de lo que ocurre con la producción agrícola, donde los seguros climáticos están muy
difundidos (aunque las coberturas existentes están casi exclusivamente orientadas a la ocurrencia de
granizo), en la producción ganadera (incluyendo la leche) el uso de los seguros es mínimo. Ello se debe
a que, en los sistemas ganaderos, como lo muestra la Figura 2, hay una combinación de efectos del
Propuesta de Coberturas Paramétricas para Riesgos…
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____________________________________________________________________________________________________ 33 Año 2020, Volumen 21, Número 1
ambiente, la planta, el animal y el hombre, que hacen prácticamente imposible una verificación del
impacto del clima sobre el rendimiento, como lo requiere un seguro clásico de tipo patrimonial.
Figura 2. Interacciones entre el clima, los cultivos, el hombre y el animal que afectan el rendimiento en
los sistemas de producción de leche.
Medidas de mitigación (hombre)
Clima Cultivo Animal Rendimiento
Efectos positivos Efectos negativos
Entonces, frente a la dificultad para implementar coberturas tradicionales, el desarrollo de un esquema
de tipo paramétrico aparece como una alternativa factible para proporcionar un instrumento de gestión
del riesgo climático para el productor de leche, como son los eventos extremos de precipitación
(Gastaldi, Galetto, & Lema, 2009). Estos eventos extremos pueden ser por exceso de lluvias o por déficits,
y se han desarrollado coberturas de tipo paramétrico que permiten asegurar ambas situaciones.
Cabe mencionar que desde el año 2015, por Resolución conjunta del Ministerio de Agricultura,
Ganadería y Pesca y la Superintendencia de Seguros de la Nación (Res. 339/2015), se aprobó la oferta
comercial de las coberturas paramétricas en nuestro país, y actualmente hay una empresa líder del
sector que ofrece un producto específico para el sector lechero.
Siguiendo la metodología desarrollada en otros trabajos (Gastaldi, Galetto & Lema, 2009; Galetto, Lema
& Gastaldi, 2011), se propone un índice o parámetro para monitorear estos eventos extremos, que es el
“índice de precipitación estandarizado” (IPE o SPI en sus siglas en inglés), desarrollado por McKee
(1993). Este indicador mide la desviación de las lluvias respecto de un valor normal para cada zona
(pero no refleja ni intensidad de lluvias ni anegamientos), y se puede consultar en la página del Servicio
Meteorológico Nacional (SMN) que lo calcula para diferentes puntos del país y en el Sistema de
Información sobre sequías para el sur de Sudamérica (SISSA).
Los déficits de lluvias se monitorean con el IPE de 6 meses (porque los efectos de la sequía demoran
más en expresar su impacto en el rendimiento, más aún, a veces suelen ser positivos en el corto plazo)
y en el verano (diciembre, enero y febrero) también se incluye un IPE más corto, de 3 meses, para
compensar el efecto adicional de las altas temperaturas durante esa época del año. Por su parte, los
excesos se monitorean con un IPE de 1 y 2 meses8. Se establece un valor disparador del IPE = ǀ1,5ǀ,
estableciendo una escala de pagos (indemnización) variable según el tipo de evento y la época del año
(ello en función de análisis de variabilidad productiva en relación al IPE, realizados en 303 tambos de
la región central de la provincia de Santa Fe, durante 204 meses). En la Figura 3 se muestra un ejemplo
de funcionamiento de este tipo de cobertura, para los meses de otoño (marzo, abril y mayo).
8 Originalmente, se trabajó con un IPE = 2. Pero en el año 2016 se observó que este indicador no funcionó bien, porque el mes de
marzo fue muy seco y compensó las grandes lluvias de abril, que causaron muchos daños a la producción. Entonces, para cubrir
estas situaciones de distribución de lluvias la nueva propuesta es utilizar ambos IPEs en forma secuencial (primero el 2 y luego el
1).
Gastaldi, L., Galetto A., & Lema, D.
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Figura 3. Ejemplo de activación de la cobertura por déficit y excesos de lluvias en otoño (marzo, abril,
mayo).
Como ya fue explicado, se establecen dos tramos de indemnización, uno fijo, por ocurrencia, cuando el
IPE = ǀ1.5ǀ y otro variable, por intensidad, para ǀ1.5ǀ < IPE <= ǀ4.0ǀ. La cobertura se activaría cuando el
valor absoluto del IPE, medido en un mes determinado, es mayor a |1.5|, dando lugar a un pago por
ocurrencia, y de allí crece hasta un IPE máximo, generando un pago por intensidad. Los eventos con
valores de IPE > |4| son compensados con la indemnización máxima.
El capital a asegurar es un volumen de producción anual de leche de cada productor (o una proporción
de la misma). Luego, ese capital anual, se traduce en “sumas aseguradas mensuales” utilizando una
misma curva de estacionalidad para todos los asegurados. Para calcular el pago del premio y de las
indemnizaciones se considera como referencia el precio promedio nacional oficial, expresado en
moneda corriente.
En la Tabla 2 se presenta un calendario hipotético de pagos para el área de Rafaela, considerando sólo
los excesos de lluvia en otoño (marzo-abril-mayo). Allí se observan valores porcentuales que
representan la proporción de la suma asegurada (mensual) a pagar en los casos en que dispara la
cobertura, valorizada al precio correspondiente.
Tabla 2. Calendario hipotético de pagos para una cobertura por exceso de lluvias en otoño, para el
área de Rafaela, expresado como porcentaje (%) de la suma mensual asegurada.
Mes / Año Marzo Abril Mayo
2000 0 13.9 13.9
2001 a 2006 No disparó la cobertura
2007 15.8 12.6 0
2008 a 2015 No disparó la cobertura
2016 0 12.0 0
2017 a 2019 No disparó la cobertura
Por ejemplo, un productor que aseguró 1,000,000 l/año, y la estacionalidad de abril es del 7.1% (71,000
l), por lo tanto, en abril de 2016, para una indemnización calculada del 12%, ello implica un pago de
0%
5%
10%
15%
20%
25%
30%
35%
0%
5%
10%
15%
20%
25%
30%
35%-5
.0
-4.5
-4.0
-3.5
-3.0
-2.5
-2.0
-1.5
-1.0
-0.5 0.0
0.5
1.0
1.5
2.0
2.5
3.0
3.5
4.0
4.5
5.0
pag
o (
% s
um
a as
egu
rad
a
men
sual
)
pag
o (
% s
um
a as
egu
rad
a
men
sual
)
IPE 2 - IPE 1 IPE 6
Déficit Exceso
30%
10% 10%
5%
Propuesta de Coberturas Paramétricas para Riesgos…
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8,520 litros, al precio de la leche que le corresponda ese mes. Tomando los precios de la leche y del maíz
de abril de 2016, y asumiendo una producción de 20 litros diarios por vaca ordeño, la indemnización
hubiera permitido comprar grano a razón de 3.3 kg diarios por vaca ordeño durante todo el mes. A
precios de junio de 2020, los 8,520 litros de indemnización permitirían comprar 5.2 kg diarios de maíz
por vaca ordeño.
4. Cobertura combinada
Se presenta como alternativa un modelo de “cobertura combinada”, que integra la operación de las
coberturas de margen económico y la climática (excesos y déficits de lluvias), y que opera partiendo del
supuesto que en una situación de exceso o déficit de precipitaciones ello reduciría el volumen de leche
y consecuentemente el margen económico de la actividad. De esta manera, el margen para la cobertura
combinada, se calcula de la siguiente manera:
Mg_P (U$S/l) = Precio leche (1 - % reducción producción) – Gastos de alimentación y costo de
oportunidad de la tierra
(3)
donde la reducción de la producción es equivalente al pago que recibiría el productor que está
asegurado contra eventos extremos de precipitación.
Un ejemplo puede aclarar cómo opera este sistema. Supongamos un valor disparador de 0.15 US$/l y
un mes dado con un precio de la leche de 0.32 US$/l y un costo de alimentación y costo de oportunidad
de la tierra de 0.16 US$/l. En una situación en la que no hay impacto de las lluvias (valor absoluto IPE <
1.5), la cobertura de margen económico no dispara ((0.32 US$/l – 0.16 US$/l = 0.16 US$/litro > 0.15 US$/l).
Pero si existe impacto de las lluvias (supongamos que se estima un efecto del 18% de reducción de la
producción de leche), entonces:
Mg_P (U$S/l) = 0.32 x (1 – 0.18) – 0.16 = 0.2624 – 0.16 = 0.1024 < 0.15 (4)
por lo que dispararía la indemnización de la cobertura de margen económico (combinada con la de
lluvias).
Pero también se da el efecto inverso, es decir, que el desempeño de la cobertura económica influya sobre
la cobertura climática, como se muestra empíricamente en la Tabla 3, a continuación, en tres situaciones
(ene/09, feb/16 y abr/18), para la localidad de Rafaela (Santa Fe).
Tabla 3. Operación de la cobertura combinada en Rafaela, Santa Fe. Pagos expresados como
porcentaje (%) de la suma mensual asegurada
Combinación de impactos Ene/09 Feb/16 Abr/18
Tipo de efecto Déficit Exceso Déficit
Pago cobertura lluvias 6.13% 5.08% 6.92%
Pago cobertura margen 9.10% 36.55% 0.00%
Pago cobertura combinada 15.22% 41.62% 0.91%
La cobertura climática dispara los tres meses, en el primero y tercer caso por efecto de una sequía y en
el otro por efecto del exceso de lluvias, y la cobertura económica sólo lo hace los meses de enero de 2009
y febrero de 2016, y en estos dos casos los efectos de ambas coberturas son aditivos. Sin embargo, en el
mes de abril de 2018 el efecto hubiese sido diferente, ya que la cobertura económica no hubiera
disparado, pues el margen fue superior al valor disparador. Lo que ocurre en este caso es que la
diferencia positiva entre el margen obtenido y el valor disparador aplica a compensar parte de la
pérdida de ingresos derivada del efecto de las lluvias.
En consecuencia, y considerando que la prima pura de una cobertura se determina como el promedio
de pagos históricos, la cobertura combinada se presenta como un producto más económico respecto a
Gastaldi, L., Galetto A., & Lema, D.
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la opción de adquirir ambas coberturas por separado, y este costo varía entre las diferentes localidades
según el índice de precipitación estandarizado calculado en función de las condiciones locales de las
lluvias.
5. Impacto del riesgo básico
En el contexto de los sistemas de seguros de tipo índice se denomina “riesgo básico” a la situación
cuando el índice elegido y su valor disparador no reflejan adecuadamente los daños a nivel de un caso
en particular. En el caso de los seguros climáticos basados en observaciones meteorológicas de tipo
sinópticas, el riesgo básico puede tener una dimensión espacial, cuando la distribución de las estaciones
meteorológicas no tiene la suficiente densidad, y allí el problema está en el nivel de la medición del
índice (por un problema de cobertura geográfica y representatividad). También puede existir riesgo
básico cuando el índice no captura adecuadamente los daños a nivel local, es decir, puede estar bien
medido el índice, pero la relación subyacente índice-daño no está bien especificada. Otro factor que
puede generar riesgo básico es cuando hay efecto residual de eventos pasados, que no son
adecuadamente incorporados en el índice (aunque esto podría ser un problema de diseño).
El concepto de riesgo básico ha sido originalmente aplicado al caso de los seguros climáticos, pero puede
extenderse al esquema de cobertura de margen económico. En este caso, el riesgo básico existe porque
el único margen calculado no refleja adecuadamente el margen de un productor individual. Y esta
situación puede originarse en una diferencia entre su sistema de producción y el sistema implícito en el
margen índice, o bien porque los componentes individuales de su margen (por ejemplo, los precios de
los insumos) no son capturados adecuadamente por el modelo general.
La existencia de niveles elevados de riesgo básico, por alguna de las causas mencionadas, conspira
contra la implementación de un sistema de seguro de tipo índice, pues de alguna manera “reduce la
credibilidad del sistema”. De allí que en el desarrollo de una propuesta de implementación de este tipo
de modelos de administración de riesgo es importante estimar “a priori” el impacto que tendría el riesgo
básico.
Se propone entonces cuantificar el impacto de estos dos tipos de riesgo básico, pero tomados en forma
separada. Por un lado, el riesgo básico del modelo de cobertura de margen, y por el otro, el riesgo básico
del modelo de cobertura climática (lluvias).
5.1. Riesgo básico del modelo de cobertura de margen económico
Para cuantificar el riesgo básico en la cobertura económica se consideraron seis modelos de producción
de leche diferentes, tres clasificados por carga animal y otros tres por el tipo de alimentación. Estos
modelos se armaron a partir de información obtenida de una encuesta a 125 casos realizada por INTA
en el ejercicio 2014-15 (Gastaldi et al., 2015).
Para cada uno de estos perfiles de tambo se estimó el margen económico y ello permitió diferenciar
entre una situación de “margen desfavorable” (cuando el margen del sistema es menor al nivel
disparador) y otra de “margen favorable” (cuando el margen del sistema es superior al nivel
disparador). Cada situación de margen (una por mes) se comparó con el resultado de la operación del
modelo general, que determinó en qué situaciones correspondía el pago de indemnización, lo que
permitió diferenciar cuatro situaciones que se muestran en la Tabla 5.
Propuesta de Coberturas Paramétricas para Riesgos…
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____________________________________________________________________________________________________ 37 Año 2020, Volumen 21, Número 1
Tabla 4. Sistemas reales en función de la carga animal (cab VT/ha VT) y el esquema de alimentación
según el nivel de suplementación.
Criterios para diferenciar los
sistemas
Casos
(%)
Forraje
Fresco
(%
MS)
Concentrados
(% MS)
Silaje
y
heno
(%
MS)
Silaje
de
maíz
(%
MS)
Productividad
(l/ha VO/año)
Carga
animal
Baja (< 1,0) 22 44 28 29 22 5,254
Media 59 33 33 34 29 9,566
Alta (> 1.8) 19 23 40 38 23 17,007
Nivel de
suplementación
Baja
(pastoril) 26 59 22 19 14 8,498
Media 36 39 30 31 28 9,159
Media-alta 38 22 38 41 30 11,259
Notas: MS= materia seca
Tabla 5. Tabla de contingencia para las distintas posibilidades de pago en función de la diferencia
entre el margen real y el valor disparador.
Desempeño del modelo general Margen económico de los sistemas “reales”
TOTAL Margen desfavorable Margen favorable
Indemniza Correcto (paga) Incorrecto (paga) Suma de pagos
No indemniza Incorrecto (no paga) Correcto (no paga) Suma de no pagos
TOTAL Total Mg favorable Total Mg desfavorable N total
En la Tabla 5 hay dos situaciones de riesgo básico. La primera, cuando hay un margen desfavorable
pero el seguro no paga, que es la más grave desde el punto de vista del productor. La otra es cuando la
cobertura paga, pero en situación de margen favorable que, si bien no causa un perjuicio directo al
productor, eleva el valor final de la prima, disminuyendo la eficiencia del seguro.
En la Tabla 6 se muestran los resultados del análisis de riesgo básico según la carga animal del modelo.
De la tabla de contingencia se pueden obtener algunas medidas de eficacia de esta cobertura como es el
“desempeño del seguro”, y que se calcula como las veces en que el seguro tiene el resultado esperado
(paga cuando el margen es desfavorable y no paga cuando es favorable). En los modelos de carga animal
media, el seguro tendría un desempeño del 100% [(14+101) / 115], con valores de 95% para carga baja y
97% para carga alta), lo que significa que la carga no sería un determinante crítico del nivel de riesgo
básico.
Tabla 6. Resultados de riesgo básico de la cobertura de margen económico según el nivel de carga
animal.
Desempeño del modelo general Carga baja Carga media Carga alta
MD MF MD MF MF MF
Indemniza 8 6 14 0 14 0
No indemniza 0 101 0 101 3 98
TOTAL 8 107 14 101 17 98
MD= margen desfavorable; MF= margen favorable
También se puede calcular “la probabilidad de pagos correctos” (proporción de casos desfavorables que
fueron indemnizados), que en el caso del modelo de carga media es del 100% (14/14). Alternativamente,
Gastaldi, L., Galetto A., & Lema, D.
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se puede estimar una “probabilidad de pagos incorrectos” (proporción de veces que paga cuando hay
un margen favorable), que en este caso fue nulo (0/101 = 0%).
El otro análisis de riesgo básico es en relación con el sistema de alimentación. En este caso, el desempeño
de la cobertura en términos de los tres indicadores mencionados (desempeño del seguro, probabilidad
de pagos correctos y probabilidad de pagos incorrectos) es diferente para cada esquema de
alimentación, según se muestra en la Tabla 7.
Tabla 7. Resultados del análisis de contingencia asociados a perfiles de alimentación.
Desempeño del modelo
general
Suplementación
baja
Suplementación
media
Suplementación media-
alta
MD MF MD MF MD MF
Indemniza 3 11 12 2 14 0
No indemniza 0 101 0 101 3 98
TOTAL 3 112 12 103 17 98
Notas: MD= margen desfavorable; MF= margen favorable
En función de los resultados absolutos presentados en la Tabla 7, se construyeron los indicadores de
desempeño del seguro que se muestran en la Tabla 8. En este caso, a diferencia del anterior, se dan
situaciones de pagos incorrectos en el sistema pastoril (11/112 = 10%) y en el sistema de suplementación
media (2/103 = 2%).
Tabla 8. Desempeño de la cobertura en función del esquema de alimentación.
Nivel de suplementación Baja (pastoril) Media Media-alta
Desempeño del seguro 90% 98% 97%
Probabilidad de pago correcto 100% 100% 82%
Probabilidad de pago incorrecto 10% 2% 0%
En función de los resultados presentados en el análisis del riesgo básico, se puede concluir que la
cobertura funciona mejor para aquellos sistemas caracterizados como de “carga media y
suplementación media y alta”, que representan el tipo de sistema de mayor importancia relativa a nivel
nacional, y además, son los sistemas más vulnerables a los riesgos de precios (en particular los dos
sistemas más intensivos).
5.2. Riesgo básico del modelo de cobertura climática.
A partir de una metodología propuesta por Norton, Turvey y Osgood (2012), adaptada a las condiciones
y disponibilidad de datos locales, se midió el riesgo básico considerando 12 puntos de medición de
pluviometría (3 de ellos son estaciones meteorológicas), que se muestran en la Tabla 9.
Para cada punto de pluviometría se calculó el IPE de 1 y 2 meses (para excesos de lluvias) de la serie
1970-2017 y se armó un calendario hipotético de pagos por eventos de excesos extremos de lluvias (IPE
≥ 1.5 – valor disparador) registrados durante todo el año. Luego, se estimó la diferencia de pagos (en
valor absoluto) entre pares de puntos, y se utilizó esta diferencia como proxy del riesgo básico y variable
dependiente de un modelo de regresión con la distancia (km) como variable independiente, más
controles por estacionalidad. Adicionalmente, se realizó un análisis de varianza tomando como variable
de clasificación rangos de distancia (ocho en total).
Propuesta de Coberturas Paramétricas para Riesgos…
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Tabla 9. Distancia (en kilómetros) entre distintos puntos de pluviometría disponibles en la región
central de Córdoba y Santa Fe.
B
aln
eari
a (C
BA
)
Car
los
Pel
leg
rin
i
(SF
)
Cer
es (
SF
)
Alt
os
de
Ch
ipió
n
(CB
A)
Mo
rter
os
(CB
A)
Po
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a (C
BA
)
Raf
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(S
F)
Ram
on
a (
SF
)
Sa
n C
rist
ób
al
(SF
)
Sa
n F
ran
cisc
o
(CB
A)
Sa
n G
uil
lerm
o
(SF
)
Sa
n J
ust
o (
SF
)
Balnearia 0
Carlos Pellegrini 143 0
Ceres 141 242 0
Altos de Chipión 31 134 123 0
Morteros 71 151 92 42 0
Porteña 57 118 126 28 35 0
Rafaela 113 98 154 86 73 58 0
Ramona 74 107 135 46 44 18 40 0
San Cristóbal 158 200 88 128 86 112 102 107 0
San Francisco 70 77 171 57 80 45 63 42 149 0
San Guillermo 102 189 54 78 40 75 102 82 66 119 0
San Justo 201 181 169 170 136 144 99 130 81 162 136 0
El análisis de regresión permitió identificar que la distancia es un factor crítico explicativo del riesgo
básico, y que ese riesgo es mayor en el otoño, con un R2 ajustado del 43%, como se muestra en la Tabla
A.1. del Anexo. En relación con el análisis de la variancia (Tabla A.2. del Anexo), se observa que, para
los pagos en otoño, el riesgo básico (diferencia entre lo que recibe y tendría que recibir) para distancias
menores a 20 km es del 4.8%, que es un valor muy aceptable. El siguiente rango, de 20 a 40 km, genera
un valor de riesgo básico en el otoño de 13.3% En cambio, cuando se supera una distancia de 40 km los
valores de riesgo superan el 15.6% que ya no se considera ni siquiera tolerable. Este riesgo corresponde
a eventos de excesos de lluvias, que tienen un carácter más localizado, en comparación con situaciones
de déficit de lluvias, que en general son más sistémicos.
6. Conclusiones
Se han presentado dos propuestas de cobertura de tipo paramétricas para el sector lechero argentino,
orientadas a mitigar riesgos climáticos y de precios; y adicionalmente una opción que combina ambos
riesgos. Se detallaron los diseños y el funcionamiento de estas coberturas, tomando como referencia
situaciones pasadas.
También se exploró el riesgo básico asociado, principal desventaja de estas coberturas en relación con
los seguros en los que existe inspección de daño. El riesgo básico de la cobertura de margen se considera
bajo, teniendo en cuenta el desempeño medido en tres sistemas de producción de leche que difieren en
su estrategia de alimentación. Esto implica que el diseño propuesto ajusta a la realidad de los tambos
del país y representa apropiadamente aquellas situaciones económicas que resultan críticas para el
sector.
La situación es distinta en el caso de la cobertura de precipitaciones, cuyo riesgo básico asociado a
eventos de excesos de lluvias es alto, restringiendo el acceso a esta cobertura a aquellos tambos
localizados a una distancia inferior a 20 km de una estación meteorológica oficial. Este problema podría
ser salvado mediante la estimación de las precipitaciones con ayuda de datos de satélite, tecnología
disponible en nuestro país en etapa de validación. Si bien no se midió el riesgo básico asociado a los
eventos de sequía, se supone que es inferior, considerando que se trata de fenómenos climáticos más
sistémicos, en comparación con los excesos de lluvias.
Gastaldi, L., Galetto A., & Lema, D.
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____________________________________________________________________________________________________ REVISTA ARGENTINA DE ECONOMÍA AGRARIA (RAEA) 40
Estos instrumentos de gestión del riesgo podrían reemplazar el actual esquema basado en la declaración
de emergencia y asistencias localizadas, pues no sólo permiten mitigar el daño económico, sino que son
totalmente transparentes en su aplicación, mediante disparadores que no dependen de la voluntad
política. Sin embargo, un elemento crítico para la adopción de estos tipos de mecanismos de gestión de
riesgos es el costo de los mismos (prima) y la predisposición a pagar de los productores, factores que
han sido explorados en otros trabajos de los autores. Para más detalle véase Gallacher et al. (2015);
Galetto, Gastaldi y Lema (2018) y, Gastaldi, Galetto y Lema, (2020).
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Servicio Meteorógico Nacional. Seguimiento de IPE. https://siat-soba.smn.gob.ar/informes/indices-
sequia/
Sistema de Información sobre sequías para el sur de Sudamérica (SISSA). https://sissa.crc-
sas.org/monitoreo/indices-de-sequia/
USDA. Farm Service Agency. Dairy margin coverage program. https://www.fsa.usda.gov/programs-
and-services/dairy-margin-coverage-program/index
USDA. Farm Service Agency. Margin protection program for dairy.
https://www.fsa.usda.gov/programs-and-services/Dairy-MPP/index
Wolf, C.A. (2012). Dairy farmer use of price risk management tools. Journal of Dairy Science, 95(1):4176-
4183
8. Anexos
Tabla A.1. Resultados del modelo de regresión. Diferencia de pagos hipotéticos asociadas a la
cobertura de eventos extremos de precipitación (excesos) en relación con la distancia entre el sitio
asegurado y el sitio de monitoreo de lluvias.
SC gl CM Número de obs 9947
Modelo 25.24 4.0 6.3106 F(4, 9947) 1889.53
Error 33.22 9947.0 0.0033 Prob>F 0.0000
Total 58.46 9951.0 0.0059 R2 0.4318 R2 ajustado 0.4315 ECMP 0.05779
|Diferencia de pagos| Coef EE t P>|t| [Int. Confianza 95%]
Distancia entre pluviómetros (km) 0.0002 0.0000 15.4300 0.0000 0.0002 0.0002
D_otoño 0.1150 0.0017 69.2900 0.0000 0.1117 0.1182
D_verano 0.0036 0.0016 2.1800 0.0300 0.0004 0.0068
D_primavera -0.0004 0.0017 -0.2300 0.8150 -0.0037 0.0029
Constante 0.0532 0.0017 30.5500 0.0000 0.0498 0.0567
Gastaldi, L., Galetto A., & Lema, D.
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Tabla A.2. Resultados del análisis de la variancia
Variable N R2 R2 Aj CV Diferencia de pagos-Otoño 2592 0.0558 0.0532 55.3029 Cuadro de Análisis de la Varianza (SC tipo III) F.V. SC gl CM F p-valor
Modelos 1.5519 7 0.222 21.7993 <0.0001
Categorías Distancia 1.5519 7 0.222 21.7993 <0.0001
Error 26.2788 2584 0.01 Total 27.8306 2591
Test:DGC Alfa=0,05
PCALT=0,026
6 Error: 0,0102 gl: 2584
Categorías Distancia
Diferencia de pagos-
Otoño <20 km 0.048 a 20-40 0.133 b 40-60 0.156 b 60-80 0.177 c 80-100 0.189 c 150-200 0.198 c >200 km 0.199 c 100-150 0.199 c
43
ISSN 0327-3318
Análisis económico de cultivos andinos presentes en las provincias de Imbabura y
Carchi – Ecuador
Luis Marcelo Albuja Illescas;1 Telmo Fernando Basantes Vizcaíno;2 Juan Pablo Aragón Suárez3
RESUMEN
En Imbabura y Carchi el sector agropecuario representa una de las principales actividades económicas, es generador de empleo y proveedor de alimentos, sin embargo, los pequeños productores continúan en situación de pobreza por bajos ingresos lo que ocasiona entre otras causas, la migración a la ciudad y puede atentar a la seguridad alimentaria del País. El objetivo de estudio fue analizar los indicadores económicos: margen bruto, rentabilidad y relación beneficio-costo de los cultivos andinos quinua, maíz suave, papa, amaranto y chocho, representativos en las dos provincias. Se realizó una investigación de campo con alcances descriptivos y explicativos, con la técnica de encuesta se recabó información de 57 productores, para el análisis y procesamiento de los datos se utilizó el software Infostat versión 2017. Los resultados muestran que los pequeños productores logran en sus cultivos eficientes indicadores económicos en comparación con la literatura especializada, se destacan el amaranto, el maíz suave y chocho por su alta rentabilidad. Los cultivos andinos son importantes a nivel económico pero debido a la limitada disponibilidad de tierra, los ingresos percibidos no les permiten salir de la pobreza, de ahí que el problema es estructural y responde a la inequitativa distribución de la tierra.
Palabras Clave: PEQUEÑOS PRODUCTORES, INGRESOS AGRÍCOLAS, POBREZA RURAL, GRANOS ANDINOS
ABSTRACT
In Imbabura and Carchi, the agricultural sector represents one of the main economic activities. It is a generator of employment and a food provider, however, small producers continue to be in poverty due to low incomes, which causes, among other causes, migration to the city and can threaten the country's food security. The objective of the study was to analyze the economic indicators: gross margin, profitability and benefit-cost ratio of the Andean crops of quinoa, soft corn, potatoes, amaranth and lupine, representative in the two provinces. A field investigation was carried out with descriptive and explanatory scopes, with the survey technique information which was collected from 57 producers, for the analysis and processing of the data the Infostat version 2017 software was used. The results show that small producers achieve in their efficient crops economic indicators compared to the specialized literature, amaranth, soft corn and lupine stand out for their high profitability. Andean crops are important economically but due to the limited availability of land, the income received does not allow them to escape poverty, hence the problem is structural and responds to the unequal distribution of land.
Key words: SMALL PRODUCERS, AGRICULTURAL INCOME, RURAL POVERTY, ANDEAN GRAINS
Códigos JEL/JEL Clasification: Q13, R1, I32
1 Ingeniero Agropecuario (UTN - Ecuador), Magister en Economía Agraria (UC - Chile), Docente – Investigador a tiempo completo
en la Universidad Técnica del Norte (Ecuador), mail: lmalbuja@utn.edu.ec 2 Ingeniero Agropecuario (UTN - Ecuador), Magister en Gerencia en Liderazgo Educacional (UTN - Ecuador), Magister en Gestión
Sustentable de Recursos Naturales (UTN - Ecuador), Docente – Investigador en la Universidad Técnica del Norte (Ecuador),
Coordinador de Carrera Agronegocios, mail: tfbasantes@utn.edu.ec 3 Ingeniero Agrónomo (UNACH - Ecuador), Magister en Recursos Naturales (UTN - Ecuador), Docente – Investigador en la
Universidad Técnica del Norte (Ecuador), Coordinador de Carrera de Agronegocios, avalúos y catastros, mail:
jparagon@utn.edu.ec
Albuja Illescas, L. M., Basantes Vizcaíno, T. F., & Aragón Suarez, J. P.
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1. Introducción
En Ecuador, el sector agropecuario en términos del Valor Agregado Bruto Real ha incrementado desde
el 2008 al 2018 en un 37%, información tabulada desde el Sistema de información pública agropecuaria
(SIPA), así también este sector aporta con el 9% como porcentaje del PIB nacional al año 2018 (Ministerio
de Agricultura y Ganadería, 2020; Banco Central del Ecuador, 2020).
La agricultura en los ámbitos económico y social es una de las actividades más relevantes, según el
Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC, 2019), el 29.4% de los empleos a nivel nacional se
encuentran en el sector primario, además es proveedor de alimentos, materias primas industriales y
excedentes exportables para el intercambio internacional con bienes de capital (Basantes, 2015).
Las estadísticas macroeconómicas del sector agropecuario muestran la importancia de la agricultura en
el país, sin embargo, se requiere de un análisis microeconómico para conocer la situación
socioeconómica de los diferentes tipos de productores ya sea pequeños, medianos o grandes y
particularmente aquellos ubicados en la región Sierra donde se producen cultivos andinos que tienen
como primer destino el consumo nacional antes que la exportación.
Según el INEC (2020), la pobreza (por ingresos) en el sector rural alcanzó el 41.8% y en el área urbana
el 17.2% en el año 2019. El Banco Mundial (2005), menciona las principales causas de la pobreza rural
son los bajos ingresos agrícolas y la inequitativa distribución de la tierra.
Los bajos ingresos agrícolas se relacionan con el nivel de productividad, que en términos económicos se
los puede analizar con indicadores como: ingreso, margen bruto y rentabilidad. En lo concerniente a la
inequitativa distribución de la tierra Daza (2015) muestra un índice de Gini de 0.78 en el año 2012,
situación que se complejiza aún más por el crecimiento demográfico y la urbanización que ejercen
mayor presión al recurso suelo.
Gorriti (2003), menciona que en Perú el principal problema de la agricultura es la rentabilidad y gran
parte de los agricultores se refugian en economías de tipo familiar para afrontar los retos de la
supervivencia, similar situación se evidencia en Ecuador donde la agricultura andina es manejada por
agricultores de subsistencia.
Particularmente los pequeños productores a nivel nacional siguen en situación de pobreza, no logran
tecnificar sus sistemas de producción por falta de recursos económicos, por la escaza superficie
productiva, donde persisten los problemas por plagas y enfermedades y además se enfrentan a un
mercado con grandes cadenas de intermediación, vaivenes de precios, con lo cual se acentúa su difícil
situación económica.
Por su parte, las características endógenas de los productores como la edad avanzada y los bajos niveles
de educación, limitan el manejo de indicadores económicos ya que no registran ninguna información y
además no valoran la mano de obra familiar, por tanto al momento de comercializar su producto
desconocen el margen bruto generado, el mismo en que ocasiones incluso puede ser negativo, situación
que no es evidente en los productores ya que al no conocer sus costos totales no pueden comparar con
los ingresos recibidos.
Así lo menciona el Gobierno Provincial de Imbabura (Prefectura Imbabura, 2015) que indica, en el
Ecuador los pequeños productores no manejan registro de información y por ende no conocen
exactamente los beneficios de su actividad productiva ya que los costos de producción mencionados
por los agricultores lo estiman en función de su experiencia.
Por otra parte, se mantienen los problemas en los canales de comercialización tradicional de los granos
andinos, con largas cadenas de intermediación, donde los pequeños productores reciben precios bajos
que no les permiten su desarrollo (Chiza, 2017).
Análisis económico de cultivos andinos presentes en las provincias…
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Similar situación socioeconómica se refleja en los pequeños productores de Imbabura y Carchi quienes
a pesar de su vocación agrícola y ganadera presentan altas tasas de pobreza, migración del campo a la
ciudad y desincentivo de las nuevas generaciones por mantenerse y/o volver al campo.
El Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAGAP, 2018), indica que los principales cultivos de la
provinicia de Imbabura son: el fréjol, cebada, maíz suave, quinua, chocho, trigo, y otros cultivos que se
realizan por métodos tradicionales en un 50%, semi tecnificado en 40% y tecnificado en 10 %.
En la provincia de Imbabura existen alrededor de 58.161 ha dedicadas a la producción en las cuales se
encuentran más de 33.786 Unidades de Producción Agropecuaria (UPAs) donde más del 60% son
menores a 3 hectáreas (MAG - SIPA, 2020).
Con respecto a la provincia del Carchi existen aproximadamente 51.138 ha dedicadas a las actividades
agropecuarias donde se encuentran alrededor de 12.861 UPAs, las cuales tienen mayor superficie con el
87% de UPAs hasta 20 hectáreas. Los cultivos más representativos según la superficie cultivada en el
Carchi son: papa, arveja tierna, cebada, maíz suave, fréjol seco, haba, quinua, entre otros (MAG - SIPA,
2020).
Los métodos de cultivo en el Carchi se pueden considerar que son muy variados, existiendo agricultores
que mantienen un método de manejo ancestral, otros se pueden considerar semi tecnificados y algunos
que alcanzan la tecnificación. De acuerdo con su desarrollo usan maquinaria agrícola en su mayoría de
alquiler para el cultivo de grandes extensiones y equipos de tracción animal o mano de obra no
calificada para el cultivo de pequeñas áreas, predominando en cultivos como papa la siembra extensiva
que va desde 1 a 100 hectáreas (MAGAP, 2017).
Según el MAG-SIPA (2020) el uso del suelo en las provincias de Imbabura y Carchi al año 2018 se
distribuyen como se muestra en la Tabla 1.
Tabla 1. Uso del suelo en las provincias de Imbabura y Carchi año 2018
Categoría de Uso del Suelo
Superficie
(ha) en
Imbabura
Superficie
(ha) en
Carchi
Cultivos Permanentes 11,566 6,333
Cultivos Transitorios Y Barbechos 17,870 19,698
Descanso 4,167 1,614
Pastos Cultivados 24,557 23,493
Pastos Naturales 29,274 25,910
Páramos 13,356 1,914
Montes Y Bosques 161,135 100,045
Otros Usos 12,801 14,932
TOTAL 274,725 193,939 Fuente: Sistema de Información Pública Agropecuaria – Ministerio de Agricultura y Ganadería 2019.
Respecto a los cultivos andinos presentes en Imbabura y Carchi, con base en información del MAG-
SIPA (2020), muestra la superficie plantada, cosechada y la producción en toneladas al año 2018,
información que se muestra en la Tabla 2. La tabla 2 muestra la importancia en términos de superficie
de los cultivos maíz en la provincia de Imbabura y papa en la provincia del Carchi, para los cultivos de
chocho y amaranto no se dispone de información oficial.
La información técnica de costos y rendimientos de los cultivos andinos es variada, a continuación, se
muestra una síntesis de la información recopilada del Instituto Nacional de Investigaciones
Agropecuarias INIAP (2014) en la Tabla 3.
Albuja Illescas, L. M., Basantes Vizcaíno, T. F., & Aragón Suarez, J. P.
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Tabla 2. Superficie plantada, cosecha y producción de cultivos andinos año 2018.
Producto
Imbabura (ha) Carchi (ha)
Superficie
plantada Cosechada
Producción
(toneladas)
Superficie
plantada Cosechada
Producción
(toneladas)
Maíz suave 7,137 6,775 11,117 1,765 1,743 3,930
Papa 1,292 1,166 13,227 6,536 6,145 133,208
Quinua 531 531 681 341 322 419 Fuente: Sistema de Información Pública Agropecuaria – Ministerio de Agricultura y Ganadería 2019.
Tabla 3. Costos de producción y rendimiento de cultivos andinos año 2014
Cultivo Costo de producción (US$/ha) Rendimiento
Quinua (Chenopodium quinoa) 1,345.39 1.35 t/ha (30qq4)
Chocho (Lupinus mutabilis Sweet) 2,051.59 1.35 t/ha (30qq)
Amaranto (Amaranthus caudutus L) 2,021.63 1.8 t/ha (40qq)
Papa (Var. Fripapa) (Solanun Tuberosum) 5,479.80 16 t/ha (350qq)
Maíz suave (Choclo) (Zea Mays L) 1,506.30 40,000 unidades* Notas: *Maíz suave choclo, la comercialización se realiza en bultos con peso entre 100 a 110 libras, cada bulto contiene alrededor
de 150 unidades con un peso unitario entre 250 y 400 gramos, para esta investigación se utilizó un rendimiento de 12,55 t/ha.
Fuente: Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias año 2014
El Ministerio de Agricultura y Ganadería a través del SIPA (2018) muestra el rendimiento a nivel
provincial de algunos cultivos andinos que se presenta a continuación en la Tabla 4.
Tabla 4. Rendimientos de producción en Imbabura y Carchi
Cultivo Rendimiento Imbabura Rendimiento Carchi Fuente
Papa 17.06 t/ha 32.01 t/ha MAG-SIPA (2019)
Maíz suave (Choclo) 3.53 t/ha 2.44 t/ha MAG-SIPA (2016)
Quinua 1.28 t/ha 1.3 t/ha MAG-SIPA (2016)
Fuente: Sistema de Información Pública Agropecuaria – Ministerio de Agricultura y Ganadería (2016 – 2019).
Así también se presenta en la tabla 5 la información de otras fuentes como técnicos de ministerios,
empresarios e investigaciones:
Tabla 5. Costos y rendimientos de cultivos andinos por varios autores
Cultivo
Costo de
producción
(US $/ha)
Rendimiento
(t/ha) Fuente
Quinua * 2 Empresa INAGROFA año 2019
Quinua * 1.5 – 2.5 D. Pillajo Técnico MAG – Imbabura, comunicación
personal, octubre del 2019
Quinua * 2.23 D. Pantoja Técnico MAG – Carchi, comunicación
personal, octubre del 2019
Quinua 1,840 – 2,184 1.35 – 2.7 Calderón, C. (2018)
Papa 4,329.98 * D. Pillajo Técnico MAG – Imbabura, comunicación
personal, octubre del 2019
4 Un quintal (qq) representa 45.36 Kg o también 100 lb. Unidades que son comúnmente utilizadas en las cadenas de los cultivos
andinos en Ecuador.
Análisis económico de cultivos andinos presentes en las provincias…
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Papa 3,694.57 –
4,233.12 26 – 34.09 Vélez, A. (2018)
Maíz suave
choclo * 5 - 6
Diario El productor.com, recuperado de
https://elproductor.com/ecuador-maiz-2019-buen-
ano-en-produccion-mal-ano-en-precios/
Chocho 1,582.85 1.36 t/ha Chiza, B. (2017)
Amaranto 696.08 3.18 t/ha Jurado, E. (2020)
*No disponibilidad de información por parte de la fuente.
Las provincias de Imbabura y Carchi se encuentran situadas al norte de la región Sierra del Ecuador
como se muestra en la figura 1.
Figura 1. Mapa de ubicación de las provincias Imbabura y Carchi, Ecuador
Las características agroclimáticas (temperatura, precipitación, altitud) de ambas provincias son
variadas y se muestras en la tabla 6.
Tabla 6. Características agroecológicas de las provincias de Imbabura y Carchi
Criterio Imbabura Carchi
Rango altitudinal 200 – 4,939 msnm. 120 – 4,729 msnm
Extensión 4,794.31 km2 3,749.6 km²
Temperatura 8 – 24 °C 4 – 24 °C
Precipitación Menos de 500 – 4,000 mm Menos de 500 – 7,000 mm
Fuente: PDOT Imbabura (2018), PDOT Carchi (2015).
En este contexto, el objetivo de investigación se centra en analizar los principales indicadores
económicos de los cultivos andinos papa, maíz suave, quinua, chocho y amaranto de las provincias de
Imbabura y Carchi mediante la determinación de los costos de producción, ingresos por hectárea,
Albuja Illescas, L. M., Basantes Vizcaíno, T. F., & Aragón Suarez, J. P.
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____________________________________________________________________________________________________ REVISTA ARGENTINA DE ECONOMÍA AGRARIA (RAEA) 48
margen bruto, rentabilidad y relación beneficio-costo, como insumos para proponer estrategias que
mejoren los ingresos particularmente para los pequeños productores de Imbabura y Carchi.
La hipótesis de este trabajo fue que los grandes productores tienen mejores indicadores económicos que
los pequeños productores de cultivos andinos.
2. Materiales y métodos
El tipo de investigación tuvo un carácter mixto, con revisión bibliográfica durante todo el proceso de
estudio y un trabajo de campo con alcances descriptivos, se utilizó un muestro no probabilístico (basado
en disponibilidad de productores durante fechas de visitas de campo) y a través de la técnica de
encuesta, se levantó información a 38 productores en Imbabura y a 19 productores en la provincia del
Carchi, se utilizó como instrumento un cuestionario estructurado para levantar los costos de
producción, rendimientos y precios, la información obtenida fue de tipo cualitativa y cuantitativa. Para
procesar la información se utilizó el paquete estadístico Infostat versión 2017.
Para la clasificación de productores según la tenencia de tierra, el Atlas sobre la Tenencia de la Tierra
en el Ecuador (SIPAE, 2011), muestra que los cultivos andinos se encuentran en mayor proporción en
UPAs menores a una hectárea seguido de UPAs entre 1 a 10 ha, además el 63,5% de las UPAs en Ecuador
tienen menos de 5 hectáreas. Con base en esta información y las encuestas recabas se consideró tres
tamaños de productores según cada cultivo que se presenta en la tabla 7:
Tabla 7. Clasificación propuesta para tamaño de productor según el cultivo.
Tamaño productor Quinua Papa Maíz
Imbabura
Pequeño (Número de ha) Hasta 2 Hasta 3 Hasta 1
Nro. encuestas 10 10 10
Mediano (Número de ha) Entre 2 y 5 Entre 3 a 10 Entre 1 y 3
Nro. encuestas 10 10 10
Carchi
Pequeño (Número de ha) Hasta 2 Hasta 3 Hasta 1
Nro. encuestas 10 10 10
Mediano (Número de ha) Entre 2 y 5 Entre 3 a 10 Entre 1 y 3
Nro. encuestas 10 10 10
Grande (Número de ha) Mayor a 5 Mayor a 10 Mayor a 3
Nro. encuestas 10 10 10
En los cultivos de amaranto y chocho no se realizó la clasificación debido al bajo número de productores
presentes en las provincias y a que todos disponen de superficies menores a una hectárea.
En cuanto a la recolección de datos secundarios se utilizaron documentos oficiales del Ministerio de
Agricultura y Ganadería, del Sistema de Información Agropecuaria SIPA, INIAP, textos y revistas
especializadas en el sector agropecuario.
Las variables analizadas fueron: rendimiento (t/ha), precio de venta (US$/t), ingreso por hectárea
(US$/ha.), costo de producción (US$/ha), margen bruto (US$/ha), relación beneficio-costo.
Para determinar los indicadores económicos primero se calculó los costos de producción de los cultivos
en estudio a través de una ficha estructurada para el levantamiento de costos que comprende dos
grandes apartados a) los costos directos que se refieren a preparación del terreno, mano de obra,
insumos y b) los indirectos que se refieren a los costos financieros, costo de oportunidad del terreno e
imprevistos. Para cada criterio se detallan las cantidades, unidades, valor unitario y total por un ciclo
del cultivo. Para la tabulación se utilizó el promedio de costos de producción por categoría de productor.
Análisis económico de cultivos andinos presentes en las provincias…
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____________________________________________________________________________________________________ 49 Año 2020, Volumen 21, Número 1
Para determinar el ingreso por hectárea se obtuvo de multiplicar la producción (toneladas) por su precio
en el mercado (precio promedio del ciclo anterior, año 2019). El margen bruto se calculó restando los
costos totales a los ingresos totales. La rentabilidad por su parte a través de dividir la utilidad sobre los
costos totales y la relación beneficio-costo al dividir los ingresos sobre los egresos o costos totales,
siguiendo el trabajo de (Gittinger, 1983).
Para estimar diferencias significativas dentro de las variables en cada cultivo, se realizó un ADEVA con
una significancia estadística del 0.05; la variable rendimiento a pesar de las transformaciones no se
ajustó a la normalidad, pero se continuó trabajando confiando en la robustez del análisis. Los variables
significativas en el ADEVA fueron sometidas a una prueba de Tukey con significancia de 0.05. Para la
comparación entre los datos obtenidos en el estudio con la información disponible en fuentes oficiales,
se utilizó una prueba de T-student para una muestra independiente, con una significancia de 0.05.
3. Resultados y discusión
El estudio determinó los costos de producción y rendimientos por tipo de productor de los cultivos
andinos los cuales se presentan en la tabla 8.
Tabla 8. Costos de producción y rendimientos promedios de la campaña 2019 de cultivos andinos por
tipo de productor.
Cultivo Tamaño
Productor
Imbabura Carchi
Costos (US
$/ha)
Rendimiento
(t/ha)
Costos
(US
$/ha)
Rendimiento
(t/ha)
Quinua
Pequeños 1,498 1.82 1,840 1.35
Medianos 1,563 2.05 2,281 2.25
Grandes * * 2,184 2.70
Maíz Suave Choclo
Pequeños 1,048 4.55 1,098.64 4.41
Medianos 1,322 5.45 1,205.13 5.64
Grandes * * 1,313.47 6.05
Papa
Pequeños 3,562.68 22.70 3,694.57 26.20
Medianos 3,812.22 28.40 3,854.56 31.80
Grandes * * 4,233.13 34.10
Amaranto Pequeños 696.08 2.18 1,898 1.99
Chocho Pequeños 1,582.85 1.37 1,369.91 1.27
Medianos * * 1,499.98 1.64 *No se encontraron productores en Imbabura para este tamaño de productor.
Se puede evidenciar que, en el caso de los agricultores vinculados al estudio, los cultivos andinos están
presentes mayormente en manos de pequeños y medianos productores en Imbabura, mientras que en
el Carchi también se encuentran cultivos andinos en grandes productores.
3.1. Cultivo de quinua
En los costos de producción de quinua se evidencian diferencias significativas en la interacción
provincia - tamaño de productores (F=116.99; p <0.001), el rendimiento del cultivo también fue
significativamente diferente para la interacción provincia - tamaño de productores (F= 162.76; p<0.001).
En Imbabura los costos de producción de quinua son iguales estadísticamente, mientras que en Carchi
son diferentes en cada tamaño de productor, el mayor costo corresponde a medianos productores en el
Carchi (US $2,280.82) y el menor costo a los productores de Imbabura (figura 2a), respecto al
Albuja Illescas, L. M., Basantes Vizcaíno, T. F., & Aragón Suarez, J. P.
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____________________________________________________________________________________________________ REVISTA ARGENTINA DE ECONOMÍA AGRARIA (RAEA) 50
rendimiento, los grandes productores en Carchi presentan el rendimiento más alto como se puede
observar en la figura 2b.
Figura 2. Costos de producción y rendimientos en el cultivo de quinua para Imbabura y Carchi
(a) Costos de producción (b) Rendimientos
Notas: Letras representan significancia estadística (Tukey; p<0,05) y barras de error muestran desviación estándar.
Se estimó además una comparación entre los promedios provinciales obtenidos (costos y rendimientos)
con los promedios de fuentes bibliográficas que se muestran en la figura 3.
Figura 3. Costos de producción y rendimientos (promedio provincial) en quinua para Imbabura y
Carchi.
(a) Costos de producción (b) Rendimientos
Notas: Las barras de error muestran desviación estándar.
Se determinó que los costos de producción en Imbabura son menores a los promedios de la bibliografía
(t = -19.93; p<0.0001), mientras que en Carchi son mayores (t = 9.58; p<0.0001). Respecto al rendimiento,
0.0
0.5
1.0
1.5
2.0
2.5
3.0
3.5
Peq
ueñ
os
Med
ian
os
Peq
ueñ
os
Med
ian
os
Gra
nd
es
Imbabura Carchi
t/h
a
DC
E
B
A
0
500
1000
1500
2000
2500
3000
Peq
ueñ
os
Med
ian
os
Peq
ueñ
os
Med
ian
os
Gra
nd
es
Imbabura Carchi
US
$/h
a D DC
AB
0.0
0.5
1.0
1.5
2.0
2.5
3.0
Imbabura Carchi Bibliografía
t/h
a
0
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Imbabura Carchi Bibliografía
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Análisis económico de cultivos andinos presentes en las provincias…
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tanto en Imbabura y Carchi son iguales estadísticamente con la bibliografía (Imbabura t = 0.36; p=0.73 y
Carchi t = 1.76; p=0.88).
3.2. Cultivo de maíz suave
En los costos de producción de maíz suave se evidencian diferencias significativas en la interacción
provincias - tamaño de productores (F=46.69; p <0.001), el rendimiento del cultivo también fue
significativamente diferente para la interacción provincias - tamaño de productores (F= 77.92; p<0.001).
Figura 4. Costos de producción y rendimientos en el cultivo de maíz suave para Imbabura y Carchi,
(a) Costos de producción (b) Rendimientos
Notas: Letras representan significancia estadística (Tukey; p<0,05) y barras de error muestran desviación estándar.
Figura 5. Costos de producción y rendimientos (promedio provincial) en maíz suave para Imbabura y
Carchi
(a) Costos de producción (b) Rendimientos Notas: Las barras de error muestran desviación estándar.
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Imbabura Carchi
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Imbabura Carchi Bibliografía
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Imbabura Carchi Bibliografía
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Albuja Illescas, L. M., Basantes Vizcaíno, T. F., & Aragón Suarez, J. P.
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La comparación de costos de producción y rendimientos se muestran en la figura 4. Los costos de
producción más altos lo tienen los medianos productores de Imbabura y grandes en Carchi, mientras
que los costos más bajos lo tienen los pequeños productores de Imbabura.
En cuanto a los rendimientos, el mejor rendimiento lo tienen los grandes productores en Carchi (6.05
t/ha) y los más bajos los pequeños productores en la misma provincia (4.41 t/ha). La comparación de las
variables obtenidas (promedios provinciales) con los promedios de fuentes bibliográficas se muestra en
la figura 5.
Se determinó que los costos de producción de maíz en Imbabura y Carchi son menores a los promedios
de la bibliografía (Imbabura: t = -10.10; p<0.0001; Carchi t = -18.40; p<0.0001). Sin embargo, ambas
provincias presentan rendimientos mayores estadísticamente con la bibliografía (Imbabura t = 14.69;
p<0.0001y Carchi t = 9.27; p<0.0001).
3.3. Cultivo de papa
La comparación de variables entre provincias y tamaño de productores, se evidencian en la figura 6.
Figura 6. Costos de producción y rendimientos en el cultivo de papa en Imbabura y Carchi
(a) Costos de producción (b) Rendimientos
Notas: Letras representan significancia estadística (Tukey; p<0.05) y barras de error muestran desviación estándar.
En los costos de producción de papa se evidencian diferencias significativas en la interacción provincias-
tamaño de productores (F=25.05; p <0.001), mientras que en rendimiento existen diferencias
significativas para provincia (F=163.64; p <0.001) y para tamaño de productor (F=126.03; p <0.001), pero
no para la interacción provincia - tamaño de productores (F= 0.00; p=0.9838).
En el cultivo de papa todos los costos de producción son diferentes para cada tamaño de productor, los
costos más altos lo tienen los grandes productores del Carchi ($ 4,233.00) y los más bajos lo tienen los
pequeños productores en Imbabura ($ 3,563.00). Por su parte el rendimiento de papa es diferente entre
provincias y entre tamaño de productores.
Se estimó además una comparación entre los promedios provinciales en costos de producción y
rendimientos de papa con los promedios de fuentes bibliográficas que se muestran en la figura 7.
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Imbabura Carchi
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Análisis económico de cultivos andinos presentes en las provincias…
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Figura 7. Costos de producción y rendimientos (promedio provincial) en papa para Imbabura y Carchi
(a) Costos de producción (b) Rendimientos Notas: Las barras de error muestran desviación estándar.
Se determinó que los costos de producción de papa en Imbabura y Carchi son menores a los promedios
de la bibliografía (Imbabura t = -42.98; p<0.0001 y Carchi t = -24.40; p<0.0001). Respecto al rendimiento,
Imbabura presenta un rendimiento más alto que la bibliografía (t = 12.20; p<0.0001) y Carchi un
rendimiento menor a la información disponible en bibliografía (t = -3.59; p<0.0001).
3.4. Cultivo de amaranto
Los costos de producción de amaranto evidencian diferencias significativas a nivel de provincias
(F=263,364.72; p <0.001), así como el rendimiento del cultivo también fue significativamente diferente a
nivel de provincia (F= 13.02; p<0.001).
Figura 8. Costos de producción y rendimientos en el cultivo de amaranto para Imbabura y Carchi
(a) Costos de producción (b) Rendimientos Notas: Letras representan significancia estadística (Tukey; p<0.05) y barras de error muestran desviación estándar
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Figura 9. Costos de producción y rendimientos (promedio provincial) en amaranto para Imbabura y
Carchi
(a) Costos de producción (b) Rendimientos Notas: Las barras de error muestran desviación estándar.
Los costos de producción de amaranto en Carchi son mayores estadísticamente que en Imbabura, por
el contrario, el rendimiento en Carchi es menor que en Imbabura, como se observa en la figura 8.
Se estimó además una comparación entre los promedios provinciales en costos de producción y
rendimientos de amaranto con los promedios de fuentes bibliográficas que se muestran en la figura 9.
Se determinó que los costos de producción en Imbabura y Carchi son menores a los promedios de la
bibliografía (Imbabura t = -897.46; p<0.0001 y Carchi t = -67.90; p<0.0001). Respecto al rendimiento,
ambas provincias alcanzan menores resultados que la información disponible en la bibliografía
(Imbabura t = -8.23; p<0.0001 y Carchi t = -13.59; p<0.0001). Información que coincide con Garay Ayala
et al. (2014).
3.5. Cultivo de chocho
Los costos de producción para chocho evidencian diferencias significativas en la interacción provincias
- tamaño de productores (F=254.24; p <0.001), el rendimiento del cultivo también fue significativamente
diferente para la interacción provincias - tamaño de productores (F= 93.73; p<0.001).
Los costos de producción de chocho en Imbabura son mayores que en Carchi, mientras que en
rendimiento los medianos productores de Carchi presentan mejores rendimientos con 1.64 t/ha como se
observa en la figura 10.
Se estimó además una comparación entre los promedios provinciales en costos de producción y
rendimientos de chocho con los promedios de fuentes bibliográficas que se muestran en la figura 11.
Se determinó que los costos de producción en Imbabura y Carchi son menores a los promedios de la
bibliografía (Imbabura t = -34.64; p<0.0001 y Carchi t = -26.31; p<0.0001). Respecto al rendimiento, ambas
provincias alcanzan menores resultados que la información disponible en la bibliografía, aunque en
Carchi no es significativo (Imbabura t = -5.25; p<0.0004 y Carchi t = -0.22; p=0.8283), información que
coincide a lo encontrado por Caicedo y Peralta (2001).
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Figura 10. Costos de producción y rendimientos en el cultivo de amaranto para Imbabura y Carchi
(a) Costos de producción (b) Rendimientos Notas: Letras representan significancia estadística (Tukey; p<0.05) y barras de error muestran desviación estándar
Figura 11. Costos de producción y rendimientos (promedio provincial) en amaranto para Imbabura y
Carchi
(a) Costos de producción (b) Rendimientos Notas: Las barras de error muestran desviación estándar.
3.6. Indicadores económicos de los cultivos andinos
Cancino, Cancilo y Quevedo (2019), mencionan que los costos de producción, ingreso y rendimiento
influyen significativamente en la rentabilidad de los productores. Las tablas 9 y 10 muestran los
principales indicadores económicos para los cultivos andinos en las provincias de estudio según el
tamaño de productor, los cuales fueron calculados con base a los precios (promedio anual de la campaña
2019) siguientes: (US$ 1,322.70 tonelada de Quinua; US$ 440 tonelada de maíz suave; US$ 220.50
tonelada de papa; US$ 2,204.60 tonelada de amaranto y US$ 1,873.90 tonelada de chocho). Los precios
de la campaña en mención son similares a los precios de los últimos 3 años en promedio.
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Imbabura Carchi
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Pequeños Pequeños Medianos
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Imbabura Carchi Bibliografía
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Imbabura Carchi Bibliografía
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Tabla 9. Indicadores económicos de los cultivos andinos en Imbabura
Cultivo Tipo Productor Ingresos*
$/ha
Margen Bruto
$/ha Rentabilidad %
Quinua Pequeños 2,405 907 60.55
Medianos 2,706 1,143 73.10
Maíz Suave Pequeños 2,004 956 91.24
Medianos 2.405 1,083 81.92
Papa Pequeños 5,010 1,448 40.64
Medianos 6,263 2,451 64.29
Amaranto Pequeños 4,806 4,110 590.44
Chocho Pequeños 2,550 967,15 61.10
En el caso de Imbabura, los indicadores económicos concuerdan con la literatura (INIAP, 2013; MAG,
2018, Islas, & Islas, 2001) a excepción del cultivo de amaranto que presenta indicadores muy superiores,
lo que evidencia el potencial de los cultivos andinos y su competitividad en comparación con otros
cultivos (Almaguer et al. 2012; Abrigo, 2016; Suquilanda, 2010; Jacobsen & Sherwood, 2002; Almaguer
Vargas, 2012).
A pesar de aquello se debe tomar en cuenta que la superficie de producción de muchos pequeños
productores es menor a una hectárea, y al dividir los ingresos para el número de meses (ciclo
productivo), el ingreso mensual es bajo en comparación con el costo de la canasta básica (USD $394) e
inclusive les coloca en situación de pobreza (INEC, 2019).
Tabla 10. Indicadores económicos de los cultivos andinos en Carchi
Cultivo Tipo Productor Ingresos
$/ha
Margen Bruto
$/ha Rentabilidad %
Quinua
Pequeños 2,381 541 29.40
Medianos 3,968 1,687 73.97
Grandes 4,762 2,578 118.04
Maíz Suave
Pequeños 1,751 653 59.41
Medianos 2,239 1,034 85.78
Grandes 2,401 1,088 82.83
Papa
Pequeños 5,778 2,084 56.39
Medianos 7,014 3,159 81.96
Grandes 7,515 3,282 77.53
Amaranto Pequeños 4,400 2,502 131.82
Chocho Pequeños 2,415 1,046 76.32
Medianos 3,033 1,533 102.22
En la provincia del Carchi los indicadores económicos muestran que los cultivos andinos son aceptables
desde un punto de vista económico particularmente para los medianos y grandes productores que, al
sembrar sobre las 2 hectáreas, los ingresos permiten cubrir el salario básico unificado.
Estrategias para promover mayores ingresos a pequeños productores
Al jerarquizar los cultivos andinos tomando en cuenta la rentabilidad y la relación beneficio-costo, se
obtiene la tabla Nro. 11. Con base en la tabla 11, se puede ver los cultivos que mejor rentabilidad y
relación beneficio-costo le otorgan al productor para cada provincia, lo cual se convierte en un elemento
para el análisis y la planificación de la producción.
Análisis económico de cultivos andinos presentes en las provincias…
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Tabla 11. Priorización de cultivos con base en la rentabilidad.
Orden Imbabura Carchi
1 Amaranto Amaranto
2 Maíz suave Chocho
3 Quinua Maíz suave
4 Chocho Quinua
5 Papa Papa
Los productores tradicionalmente se han basado en los resultados del ciclo anterior para la siembra y
en muchas de las ocasiones este proceso ha ocasionado sobre producción lo cual ha derivado en precios
bajos. Por otra parte, la comercialización tradicional se ha enfocado en productos de mayor consumo y
se ha dejado de lado la diversificación (Martínez, 2013).
Así se tiene por ejemplo el cultivo de quinua que es reconocido a nivel mundial por sus propiedades
nutricionales, sin embargo, en Ecuador el consumo per cápita no es elevado y las formas de consumo
son limitadas, lo que ha ocasionado que la demanda nacional sea inferior a la oferta y por tanto los
precios al productor se encontraron alrededor de los 60 dólares por quintal. Además, para la
comercialización se requiere que la quinua pase por un proceso postcosecha que incrementa los costos
al productor (Peralta et al., 2013).
Se puede evidenciar que el amaranto es un cultivo para tenerlo presente no solo por sus características
de resistencia a factores adversos (Islas & Islas, 2001) sino porque es una alternativa para mejorar el
nivel de ingreso de los productores particularmente pequeños que siembran cultivos andinos
tradicionales especialmente en la provincia de Imbabura.
Respecto al cultivo de chocho en la provincia del Carchi mientras más grande sea el productor, mejores
indicadores de rentabilidad y relación beneficio-costo presenta, se evidencia también mayor margen
bruto en comparación con los cultivos de maíz y quinua.
El cultivo de maíz suave a pesar de tener rendimientos bajos en comparación con la literatura tiene una
rentabilidad importante en la provincia de Imbabura por lo cual es un cultivo para mantenerlo y buscar
estrategias de mejora productiva.
Finalmente, el cultivo de papa es aquel que requiere de mayor inversión entre todos los cultivos
andinos, sin embargo, presenta los indicadores de rentabilidad y beneficio-costo bajos, resultados que
el productor no evidencia ya que recibe un alto margen bruto, pero no toma en cuenta los costos de
oportunidad de la inversión realizada.
4. Conclusiones
Los cultivos andinos investigados se encuentran en manos de los pequeños y medianos productores en
Imbabura, mientras que en el Carchi además en grandes, según los productores encuestados en el
estudio. Los costos de producción obtenidos son menores a lo que muestra la literatura particularmente
en pequeños productores sin embargo los rendimientos alcanzados son similares, lo que evidencia un
incremento de la productividad en los últimos años.
Los cultivos andinos generan beneficios económicos a los distintos tamaños de productores ya que los
indicadores calculados muestran niveles de margen bruto, rentabilidad y relación beneficio-costo
aceptables en el campo agrícola. Sin embargo, para los pequeños productores parece no ser suficiente
estos resultados ya que al no tener mayor superficie productiva los ingresos obtenidos son inferiores a
un salario básico unificado y los ubica bajo la línea de pobreza, haciendo evidente el problema
estructural de la desigual distribución de la tierra.
Albuja Illescas, L. M., Basantes Vizcaíno, T. F., & Aragón Suarez, J. P.
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Los productores de cultivos andinos se pueden considerar que son tomadores de precios en los
mercados y al mantener fijos sus medios de producción, los indicadores de rentabilidad y relación
beneficio -costo, permitirían priorizar los cultivos andinos con la finalidad que sea un elemento de
análisis al momento de planificar las siembras
5. Agradecimientos
A la Universidad Técnica del Norte, a la Facultad de Ingeniería en Ciencias Agropecuarias y
Ambientales, al proyecto Análisis de la comercialización de cultivos andinos en la zona 1 del Ecuador
de la carrera de Ingeniería en Agronegocios, avalúos y catastros, por su financiamiento, soporte técnico
y logístico.
6. Referencias
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