4. Acompañamiento y Sacramentos, Jalapa 2007

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Cuando se celebran los Sacramentos se intercede por el bien del enfermo, contribuyendo a la Santificación de la Iglesia y al bien de todos los hombres. A través de los Sacramentos de la Reconciliación y Unción de los enfermos se acompaña al enfermo.

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Acompañamiento y Sacramentos

P. Silvio Marinelli ZucalliOrden de San Camilo

La preparación a los Sacramentos

Recepción fructuosa

Catequesis y RdA

Buena relación

Contexto apropiado

LOS SACRAMENTOS de Curación

Penitencia

Unción de los Enfermos

PENITENCIA O RECONCILIACIÓN

El pecado

PECADO

Respecto a Dios OFENSA

Respecto a uno mismo AFEAMIENTODESORDEN

Respecto al prójimo DAÑO

Los actos del Penitente

- Contrición - arrepentimientoexamen de conciencia

hecho a la luz de la Palabrade Dios RdA

Confesión - Perdón de los

Pecados - Reconciliación con Dios

Satisfacción o penitencia

- Daño al prójimo – Repararlo

- Curar la relación del penitente con Dios

y el prójimo

- Curar los desórdenes en el sujeto mismo

Celebración

saludo Palabra de Dios

exhortación al arrepentimiento confesión

imposición y aceptación de la penitencia

absolución alabanza de acción de gracias

despedida

Dios, Padre misericordioso,que reconcilió consigo al mundopor la muerte y la resurrección

de su Hijoy derramó el Espíritu Santo

para la remisión de los pecados,te conceda,

por el ministerio de la Iglesia,el perdón y la paz

Dimensión bíblica

Dimensión comunitaria

Dimensión festiva

Unción de los Enfermos

Enfermo – enfermedad =“no-firme”, débil,

necesitado de ayuda

La enfermedad físicarepercute en la dimensión psicológica,

relacional, emocional e intelectual.También la dimensión espiritual (fe, creencias, valores) está afectada.

Efectos de la enfermedad

La enfermedad puede conducir a la angustia,

al repliegue sobre sí mismo,

a veces incluso a la desesperación

y a la rebeldía contra Dios.

Puede también hacer a la persona más madura,

ayudarla a discernir en su vida lo que no es esencial para volverse hacia lo

que lo es.

Con mucha frecuencia, la enfermedad empuja a una búsqueda de Dios, un

retorno a El.

Aspectos complementarios:

la Iglesia conforta al enfermo en su combate contra la enfermedad

y prosigue la obra mesiánica de Cristo – médico

Todos los que están unidos por un bautismo común y por una fe común, también están unidos en el Cuerpo de Cristo: lo que afecta a un miembro les

afecta a todos.

En nombre de toda la comunidad, el sacerdote se pone al servicio de los

miembros que sufren.

“¿Hay entre ustedes alguno desanimado? Que rece.

¿Está alguno alegre? Que cante himnos a Dios.

¿Hay alguno enfermo? Que llame a los ancianos de la Iglesia,

que oren por él y lo unjan con aceite

en el nombre del Señor.

La oración hecha con fe

salvará al que no puede levantarse

y el Señor hará que se levante;

y si ha cometido pecados, se le perdonarán”.

(Santiago 5,13-15)

Palabra y sacramento forman un todo inseparable.

La Liturgia de la Palabra,

precedida de un acto de penitencia,

abre la celebración.

Las palabras de Cristo y el testimonio de los apóstoles

suscitan la fe del enfermo y de la comunidad

para pedir al Señor la fuerza de su Espíritu

La celebración comprende estos elementos:

los presbíteros de la Iglesia (St 5, 14)

imponen “en silencio” las manos a los enfermos;

oran por los enfermos en la fe de la Iglesia (cf St 5, 15);

es la epíclesis propia de este sacramento;

luego ungen al enfermo

con óleo bendecido, si es posible, por el obispo.

Estas acciones litúrgicas indican la gracia

que este sacramento confiere a los enfermos.

Por esta santa unción, y por su bondadosa misericordia

te ayude el Señor con la gracia del Espíritu Santo, para que, libre de tus pecados,

te conceda la salvación y te conforte en tu enfermedad

Con la sagrada unción de los enfermos

y con la oración de los presbíteros,

toda la Iglesia entera encomienda a los enfermos al Señor

sufriente y glorificado para que los alivie y los salve

Incluso los anima a unirse libremente a la pasión

y muerte de Cristo; y contribuir, así,

al bien del Pueblo de Dios (LG 11).

Cuando celebra este sacramento, la Iglesia, en la comunión de los santos, intercede por el bien del

enfermo.

Y el enfermo, a su vez, por la gracia de este sacramento, contribuye a la santificación de la

Iglesia y al bien de todos los hombres

por los que la Iglesia sufre y se ofrece, por Cristo, a Dios Padre.

1517

Como en todos los sacramentos, la Unción de los enfermos

se celebra de forma litúrgica y comunitaria (cf SC 27),

que tiene lugar en familia, en el hospital o en la iglesia, para un solo enfermo o para un grupo de enfermos.

“El sacerdote debe procurar

que se eviten los abusos

mediante los cuales

se difiere la recepción del sacramento

y debe cuidar de que la celebración

se realice cuando la persona enferma

todavía sea capaz de participar activamente”

Quienes cuidan de los enfermos están también necesitados de un

mensaje de esperanza y consuelo.

Van, pues, involucrados en la celebración.

Se debe ofrecerles un acompañamiento espiritual,

especialmente en caso de muerte de su allegado (manejo del duelo).

Es muy conveniente que se celebre

dentro de la Eucaristía,

memorial de la Pascua del Señor.

Si las circunstancias lo permiten,

la celebración del sacramento puede ir precedida del sacramento de la

Penitencia

y seguida del sacramento de la Eucaristía.

1 El VIÁTICO

A los que van a dejar esta vida, la Iglesia ofrece, además de la Unción de los enfermos, la Eucaristía como viático. Recibida en este momento

del paso hacia el Padre, la Comunión del Cuerpo y la Sangre de Cristo tiene una significación y una

importancia particulares.

Es semilla de vida eterna y poder de resurrección, según las palabras del Señor: El que come mi carne y bebe mi

sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día (Jn 6, 54).

Puesto que es sacramento de Cristo muerto y resucitado, la Eucaristía es

aquí sacramento del paso de la muerte a la vida, de este mundo al Padre (Jn

13, 1).

En cuanto sacramento

de la Pascua de Cristo,

la Eucaristía debería ser siempre

el último sacramento

de la peregrinación terrenal,

el viático

para el paso a la vida eterna

INICIACION CRISTIANA

BautismoPenitencia

ConfirmaciónUnción de los Enfermos

EucaristíaEucaristía como Viático

1525 Así, como los sacramentos del Bautismo, de la Confirmación y de la

Eucaristía constituyen una unidad llamada los sacramentos de la

iniciación cristiana, se puede decir que la Penitencia, la Santa Unción y la

Eucaristía, en cuanto viático, constituyen, cuando la vida cristiana toca a su fin, los sacramentos que

preparan para entrar en la Patria o los sacramentos que cierran la

peregrinación.