“Uso de la tecnología de comunicación durante la hora de clases”
Licenciada: Violeta Farach
Integrantes No. de Registro
1.- Walter Alexis Alvarenga Zuniga 0801-1973-03612
Tegucigalpa, MDC 13 de agosto de 2012
Contenido
Página No.
Introducción
Enunciado del Problema 1-2
Objetivos
General 3
Específicos 3
Metodología 3
Marco Teórico 4-9
Resultados Obtenidos 9-14
Gráficos 11-14
Conclusiones 15-16
Referencias 17
Anexos
Introducción
La tecnología es una herramienta que nos hace la vida más fácil, nos ayuda en la creación del conocimiento y realizar nuestras investigaciones en cualquier ámbito que sea nuestra necesidad.
La tecnología no es dañina por sí misma, sin embargo, cuando lo reducimos a un pequeño aparato electrónico, el cual podemos llevar a todas partes, su uso puede llegar a ser tan irracional y adictivo como la droga.
Según estudios realizados existen una serie de problemas que son evidentes consecuencias del uso excesivo de los teléfonos móviles, por ejemplo: Problemas de conducta en todas sus dimensiones.
Así mismo otro estudio revela que la presión sanguínea de las personas que habían dejado de utilizar móviles, era mucho más baja que la de aquellos que seguían usándolos (BBC Mundo, 2006)
Los adictos al uso del teléfono celular, y del e-mail, son vistos como cualquier otro adicto al uso de drogas en la clínica Menninger de Houston (Texas), según su director JhonO´Neil. A este fenómeno ellos suelen llamarle sobrecarga de tecnología.
Siempre los más vulnerables a esta adicción son las personas jóvenes, quienes viven pendientes de la última versión tecnológica y pareciera que no pueden tener ratos de silencio o de soledad, que les permita pensar, dedicar tiempo a la lectura o simplemente hacer otras actividades.
Esta adicción en las personas se da por carecer de propósitos y objetivos en la vida, producido por determinadas condiciones sociales,lo que el sociólogo Emile Durkheim(1858-1917) denominó Anomia.
El estadounidense Martin Cooper, llamado el padre de la tecnología celular, quizás nunca imaginó lo exitoso y necesario en que se convirtió su invento hoy en día, a tal punto que los expertos y estudiosos lo consideran como una adicción. El uso de este aparato ha revolucionado el mundo entero, a tal punto que se ha convertido en una herramienta en el desarrollo de la ciencia en todas sus áreas (comunicaciones, medicina, aeronáutica, meteorología, etc.)
Los fines en el uso del celular pueden ser tan provechosos como nocivos en la educación, tal es el caso que en el aula de clases, hoy en día es muy común el uso del celular, siendo este, sí se usa con fines educativos, una fuente de in formación actualizada, de lo contrario si se usa incorrectamente, se considera como un distractor en el desarrollo del educando y frustración en el caso de los docentes.
Análisis del uso de la tecnología de comunicación durante la hora de clases, por parte de los estudiantes que cursan la asignatura de Teoría y Métodos de Investigación, sección “B”, segundo período presencial, año 2012, de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán.
Enunciado del problema
La tecnología móvil ha evolucionado rápidamente, produciendo efectos y cambios importantes en la estructura familiar, social, laboral, política y cultural. El acceso a ésta tecnología es desigual, dependiendo del país y el nivel socioeconómico de la persona. Esta herramienta también ha modificado el tiempo y presión con la que vivimos por su facilidad para realizar más tareas en menor tiempo. (Castells, 2006)
Hoy en día y gracias a la tecnología móvil, tenemos una comunicación constante y fluida a través de la voz digitalizada e Internet, por medio del cual tenemos acceso a cualquier red ya sea pública o privada. Estos aparatos cuentan con capacidad para almacenar información personal y ser utilizada en el momento que se necesite y al lugar que se requiera; es un eficiente método de ubicación por medio del GPS, tiene función de radio, cámara y entretenimiento. Con todo lo anterior podemos observar que la mayoría de las personas que hacen uso de esta tecnología, le encuentran utilidad sin importar sexo, raza, edad, etc. Cada individuo le da un uso diferente, pero la idea es que éste sea inteligente para poder sacar provecho, hasta el punto de realizar negocios a larga distancia y obtener soluciones en cualquier empresa. (Arroyo, 2003)
El uso tan extendido de los celulares generó que algunos profesionales pensaran en aprovecharlos a favor de la enseñanza y aprendizaje. La iniciativa es algo que, fuera del país, no resulta nuevo: en abril del 2007 se creó la CyberUniversity, en Japón, donde todas sus materias se realizaban exclusivamente por Internet , incluidas asignaturas que podían cursarse vía teléfono móvil.
Por otra parte, resulta de importancia revelar los datos en cuanto al uso de tecnologías. Según un estudio, Israel lidera la tabla con un promedio mensual de 11,8 horas por visitante; delante de la Federación Rusa con 10,6 horas y Argentina con 10,0 horas. “ Este es un fenómeno cultural marcado por la idiosincrasia de su gente, sus afectos e incluso la vanidad , según analistas”.
En cambio en otras culturas se considera que tener un aparato tecnológico en el aula de clase afecta tanto al estudiante como al docente. Primeramente perturba al educando, considerando que un celular u otro tipo de artefacto crea distracción frente a la clase, impidiendo que el estudiante aprenda los temas relatados en cada asignatura, creando incomodidad y molestia al docente porque el uso de un celular en clase causa ''fastidio'' y un alto nivel de no interés de parte del estudiante; aparte de eso se clasifica como un grado de mala educación, afirmaría que la mayor parte de las personas que usan un aparato en lugares que no deben, es signo que en su hogar no les han inculcado normas básicas de urbanidad.
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Con frecuencia se sugiere que para combatir el problema del uso de un teléfono celular en horas clase, se deben implementar medidas drásticas con las personas que hacen estos actos indebidos, tales como el decomiso del celular y anotación que perjudique la hoja de vida del estudiante.
En el caso particular de los estudiantes universitarios, la polémica está a la orden del día, pues los mismos no pueden tratarse como se haría con un chico o una chica del nivel medio, por lo que sanciones como el decomiso del aparato, o remitirlo a la autoridad superior inmediata no son opciones en este nivel. Si nos enfocamos específicamente en el caso de los estudiantes de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán, el caso se torna mas interesante, por cuanto la edad media de los estudiantes los coloca en un rango superior, en donde cabría esperar más responsabilidad y auto control en el manejo del dispositivo celular; y sin embargo, saltan a la vista las evidencias de todo lo contrario. Y esto crea una situación tensa e incómoda para algunos docentes, que no encuentran la manera de lidiar con adultos que se comportan como adolescentes, al menos en lo referente al manejo del teléfono celular.
Es de lo más común ver a diversos estudiantes pulsando activamente las teclas de sus teléfonos justo en medio del desarrollo de una clase, completamente ajenos a lo que en ella se está discutiendo. Más irritante aún es la interrupción causada cuando el usuario del teléfono no tiene la cortesía de programar su dispositivo en modo de vibración o silencioso, y al recibir una llamada entrante, una escandalosa melodía proveniente de su teléfono rompe por completo el ritmo de la clase. En algunas circunstancias, el usuario, en lugar de proceder a silenciar el aparato, y esgrimir alguna disculpa hacia sus compañeros y maestro, hace justo lo contrario: descuelga el teléfono para emitir la famosa frase: ”Estoy en clase…”.
Incluso aquellos que buscan la manera de aminorar el efecto del impase que representa el atender su teléfono durante las horas de clase parece que no son concientes del impacto que producen en el espacio pedagógico. Por ejemplo, hay quienes se levantan para (supuestamente) tomar la llamada fuera del aula, pero contestan estando en el interior, y mientras avanzan hacia la puerta, continúan con su conversación. Es decir, en lugar de evitar la molestia de imponer su conversación a los demás, parece que huyen para evitar que la clase que se está desarrollando le impidan captar cada palabra de la llamada, y huyen al exterior para conversar con libertad. Es decir, para ellos es la clase la que se interpone en su llamada, y no al revés.
De una forma más sutil, pero no menos preocupante, están quienes ocupan la mayor parte del tiempo de clase en pulsar fervorosamente las teclas de sus teléfonos enfrascados en un intercambio interminable de mensajes de texto, o bien en un conversación virtual a través del BlackBerry Messenger, o revisando activamente las últimas novedades de sus redes sociales favoritas. Para ellos está muy claro que la prioridad es estar al tanto de lo que ocurre en todos partes excepto en el aula misma de clases en que se encuentra.
Finalmente, todo lo hasta aquí esbozado nos lleva a plantearnos una aparentemente sencilla, pero en realidad compleja pregunta : ¿por qué hacen uso de sus celulares en horas de clase los estudiantes de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán?
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Objetivos
Objetivo General
Conocer los argumentos de los estudiantes que asisten a la clase de Teoría y Métodos de Investigación, sección “A” de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán, respecto al uso del celular durante el desarrollo de la misma.
Objetivo Específicos
1. Identificar las razones por la cuales los estudiantes hacen uso de su teléfono celular, durante el desarrollo de la clase de Teoría y Métodos de Investigación, sección “A”, primer período presencial, año 2012, de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán.
2. Indicar que porcentaje de los estudiantes que asisten a la clase de Teoría y Métodos de Investigación, sección “A”, primer período presencial, año 2012, de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán, utilizan su teléfono celular durante el desarrollo de la misma.
3. Describir los aspectos negativos que surgen por el uso de los teléfonos celulares durante el desarrollo de la clase de Teoría y Métodos de Investigación, sección “A”, primer período presencial, año 2012, de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán.
Metodología
La investigación aplicó la metodología cuantitativa y cualitativa a través del diseño,
validación y aplicación de un cuestionario y una encuesta, con preguntas estructuradas a
estudiantes que cursan la asignatura de Historia Universal III, sección “B”, segundo
período presencial, año 2012, de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán.
Los datos fueron procesados en matrices.
Se realizó un grupo focal en el aula donde se imparte la clase de Historia Universal III,
sección “B” para comprender y explicar datos relevantes a nivel cualitativo y cuantitativo.
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Marco Teórico
La omnipresencia de los dispositivos celulares en la vida del ciudadano promedio es una
realidad cada vez más difícil de refutar. Desde su aparición a finales de la década de
1970, las tecnologías inalámbricas han experimentado un crecimiento vertiginoso,
solamente superado por el entusiasmo con el que son acogidas por sus consumidores y
usuarios. Bien sea por la sensación de seguridad que conlleva el saberse “conectado” en
todo momento a esa red invisible que une ahora a todos los usurarios de la telefonía
celular, o bien por las implicaciones que tiene sobre la eficiencia y la productividad de los
individuos, lo cierto es que cada día son más las personas que sentirían drásticamente
disminuida su calidad de vida si tuvieran que renunciar a su amado teléfono celular.
Y es que a medida que aumentan las capacidades de estos dispositivos, así mismo
aumenta la dependencia hacia ellos. Atrás han quedado los días en los que los teléfonos
celulares eran simplemente una forma conveniente de hacer llamadas desde cualquier
punto; hoy en día son capaces de brindarnos servicios de transferencias de datos, audio,
video, mensajería instantánea, geolocalización, cámaras de digitales, y mucho más.
Quizás el momento clave para comprender cuando esta inserción de los dispositivos
móviles en nuestra vida se volvió tan relevante, haya ocurrido justo cuando el teléfono
celular unió fuerzas con el otro gigante tecnológico de nuestros tiempos: La Internet. Esto
sucedió con la aparición de lo que los especialistas en telecomunicación llaman
“dispositivos de 3era Generación”, o simplemente3G.“La 3G es tipificada por la
convergencia de la voz y datos con acceso inalámbrico a Internet, aplicaciones multimedia
y altas transmisiones de datos.” (Martínez, 2001). Aunque bien es cierto que para ese
entonces los teléfonos de 2G ya habían capturado la atención de muchos usuarios con la
prestación de servicios SMS (“Short MessageService”) que en Honduras se hicieron
conocidos como los famosos “mensajitos de Texto”. Hoy en día los teléfonos de 4ta
Generación (como el IPhone o el popular BlackBerry) que en general responden al
nombre genérico de “Smart-phones” (teléfonos inteligentes) ofrecen velocidades de
conexión a Internet tan altas, y tal variedad de servicios, que muchas veces para lo que
menos emplean sus teléfonos algunos usuarios es para realizar llamadas.
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El problema sobreviene cuando se va creando una dependencia al uso de tecnologías
inalámbricas, al punto que estas invaden cada espacio y cada momento de la vida diaria,
creando situaciones con las que la sociedad no se ha enfrentado antes y para las cuales
no cuenta aún con la respuesta adecuada. Se ha llegado al punto de dependencia que
las personas ya no son capaces de dejar de contestar su teléfono cuando se encuentran
en reuniones importantes, actos religiosos, eventos culturales y recreativos (teatro, cine,
etc.) haciendo casi imperativo el tener que solicitar a los asistentes que apaguen sus
teléfonos al ingresar.
Y casos como estos trascienden las diferencias culturales y étnicas, hasta convertirse en
un fenómeno global.
“Datos obtenidos de una encuesta realizada a más de 8000 cibernautas
en 11 países distintos, por la empresa de investigación de mercado
Synovate, muestran que:
Un 75% llevan el teléfono a todas partes, siendo los rusos y los
singapurenses el primer lugar.
Más del 33% no pueden vivir sin su móvil, encabezados por los
taiwaneses y de nuevo los singapurenses.
Uno de cada cuatro considera más difícil sustituir su celular que su
bolso. El 66% duermen con el teléfono cerca y no lo pueden apagar
aunque quisieran, porque tienen miedo de perderse algo.”
(Mediosfera, 2010)
Y aunque no existen datos sobre el grado de dependencia hacia la telefonía móvil en
nuestro país, lo cierto es que estamos siendo testigos de cómo la tecnología celular está
modificando la forma de vida de jóvenes y adultos en toda Honduras. En lugar de tener
conversaciones, las personas recurren cada vez más a mensajes de texto o a las formas
de Mensajería Instantánea (IM) como el Messenger, o el BlackBerry Messenger, para
ponerse en contacto y estar informados de lo que ocurre en sus vidas. Cada día son más
los estudios que señalan una marcada dependencia hacia los dispositivos móviles.
Pero ¿constituye esto una verdadera dependencia, una real adicción? Los especialistas
creen ver signos de ello en la impaciencia con la que algunos usuarios de teléfonos
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celulares enfrentan sus actividades cotidianas, unido a la baja tolerancia a pasar períodos
largos de tiempo desprovistos de su telefoto móvil.
“Isabel Gutiérrez Peláez, coordinadora de la Escuela de Psicología de la
Universidad Panamericana (UP), aseguró que este tema se relaciona con
la velocidad de la información y cómo empezamos a tener una falta de
tolerancia a la espera, por lo que se ha generado una dependencia hacia
estos equipos, una idea obsesiva de estar al pendiente del teléfono todo
el tiempo. "Me parece que podríamos estar hablando de una adicción o
dependencia y en el momento en que no tenemos el dispositivo
comienza a parecer que hay una falta en nuestra persona. Nos creamos
esta necesidad de estar en constante comunicación con la gente porque,
como ya tenemos la velocidad de la comunicación que nos permite estar
en contacto con otras personas en el instante que se quiera, sentimos
que debemos estar conectados y enterándonos de todo al instante, y si
no eso nos genera angustia", explicó la académica. (El Universal, 2012)
Algunos estudios realizados en otros países revelan que son los jóvenes los más
susceptibles a esta dependencia hacia sus dispositivos móviles. La infancia de estos
chicos está lejos de ser la misma de generaciones anteriores, carentes de dispositivos
móviles. Hoy en día los más chicos del hogar pasan horas conectados a través de su
teléfono móvil, usando el Messenger, consultando Facebook u otras redes sociales. Ya no
se ven a los chicos jugando en las calles, o haciendo deporte como se hacía antes. “En
un estudio realizado en Madrid, de los niños menores de 16 años el 28% en el 2004
demostró sentirse agobiado cuando no contaba con su móvil.” (Mediosfera, 2010)
La infiltración de la telefonía celular alcanza por tanto todos los niveles, y el ámbito
educativo no podría ser inmune a ello. A su vez, la reacción de los padres y educadores
no se ha hecho esperar, siendo el principal punto en discusión el grado de libertad que
debe permitírsele a los jóvenes para que hagan uso de sus dispositivos celulares en las
aulas de clase. Algunas medidas van desde la prohibición absoluta del uso de celulares al
interior de los centros educativos, o bien un uso reglamentado de los mismos, como es el
caso de Paraguay:
“El Ministerio de Educación y Cultura (MEC) admite que los alumnos y
docentes tengan teléfonos celulares en las instituciones educativas, pero
restringe su uso en horarios de clase. Para el efecto emitió una
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resolución que reglamenta la tenencia y utilización de los equipos de
comunicación y tecnológicos. La normativa establecida en la resolución
ministerial Nº 682, establece que "los aparatos celulares u otros medios
tecnológicos podrán utilizarse en horas de clase y de evaluaciones, toda
vez que la planificación docente lo contemple". Agrega que su uso se
dará "cuando las exigencias curriculares lo permitan y al solo efecto de
la investigación o fines académicos".Establece, además, que en
momentos en que los equipos no sean destinados a usos pedagógicos,
"dentro de los horarios de clases deberán estar apagados o en modo de
silencio, a fin de evitar su interferencia en el proceso de aprendizaje."
(Última Hora, 2011)
Pero tales medidas, y otras similares, en lugar de calmar a padres y maestros, y lejos de
ser aceptadas por los propios estudiantes, plantean cuestiones más relevantes sobre la
dinámica en el aula de clase. ¿Es acertado considerar al celular como un elemento que
ocasiona distracción tanto al docente como a los alumnos?, ¿en que manera afecta la
adquisición de conocimientos? O dicho en pocas palabras: ¿Se puede usar el celular en
clase? Contrario a lo que el sentido común nos haría pensar, aun no hay consenso en
cuanto al impacto que tiene el empleo de dispositivos móviles dentro de los espacios
pedagógicos. Al parecer los mismos gobiernos no logran llegar a un acuerdo, ya que
mientras las instituciones responsables de dictar las pautas educativas promueven una
normativa hacía el uso de dispositivos móviles en espacios pedagógicos, se han
encontrado con cierta oposición en los sectores que consideran que tales normativas
violentan los derechos individuales de los estudiantes. Como ejemplo de esto, podemos
citar un caso ocurrido en la provincia argentina de Entre Ríos, donde una estudiante fue
sancionada por usar su teléfono celular para subir fotos a su perfil de Facebook durante
horas de clase. Lo polémico del caso, es que el mismo fue llevado a la Corte, y los
tribunales estuvieron de acuerdo con la estudiante. En efecto, la alumna no aceptó la
medida aplicada, y sus padres no dudaron en llevar el caso a las tribunales, quienes
sentenciaron que la medida disciplinaria no respetaba el derecho de defensa de la
alumna, y que por lo tanto era excesiva. Así que el Superior Tribunal de Justicia resolvió
dejar sin efecto la medida impuesta por la escuela. La medida disciplinaria en cuestión
incluía la suspensión de la alumna en su condición de abanderada y la obligación de
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hacer una monografía sobre uso y mal uso de los medios de comunicación. La reacción
de los educadores no se hizo esperar:
“Estoy totalmente en desacuerdo con la medida tomada por el tribunal.
Hemos sido desprestigiados durante mucho tiempo en la docencia y
lamentablemente estos fallos nos siguen desprestigiando", protestó la
directora departamental de Escuelas de Colón, Maria Elizabeth García de
Serpa.
Por su parte, el director de Escuelas de Paraná, Roque Caviglia, también
se pronunció en contra de la la decisión judicial. "Hay una resolución que
establece cuáles son las normas éticas que un alumno debe observar
para ser abanderado. En este caso, la alumna no las respetó y por eso le
quitaron la bandera", afirmó. Pero para Caviglia, "esta resolución de la
Justicia afecta la autoridad de la escuela, y cuestiona una resolución del
Consejo de Educación” (Terra- Noticias, 2011)
Ante tales reveses, no es de extrañar que cada día sean más las instituciones educativas
que consideren que el uso tan extensivo de teléfonos celulares ente sus estudiantes es
algo que deba ser empleado a favor del proceso de enseñanza-aprendizaje. En el año
2007 se creó en Japón la CyberUniversity, la cual imparte todas sus asignaturas por
Internet, incluyendo cursos que pueden tomarse vía teléfono móvil. Otras universidades
han seguido este modelo. En Argentina, la sede rosarina de la Universidad del Salvador
lanzó una carrera universitaria a distancia dictada a través de blackberrys.
Incluso algunas compañías de telefonía celular se han unido a esta iniciativa, tratando de
generar una campaña que haga ver al teléfono celular como una herramienta didáctica,
dándole así un matiz más positivo a la presencia de dispositivos móviles en el aula de
clase.
“Mobile Learning” hace parte de la revolución educativa, de la inclusión
de herramientas tecnológicas en el aula y evidencia la necesidad que
han tenido los maestros de hacer más divertidas y llamativas las clases,
y de esta manera, captar la atención de los estudiantes. Pero para llegar
a aplicar este tipo de tecnologías en la educación en nuestro país, más
que capacitación, más que deseos de aprender por parte de los
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docentes, se necesitan aliados, en especial a las empresas de telefonía
móvil en el país, que ofrezcan servicios especiales de paquetes de datos,
aminoren costos y contribuyan realmente a la sociedad educativa,
asumiendo realmente un compromiso social.” (Corporación Colombia
Digital, 2011)
Si se trata de un intento de genuino por mejorar las condiciones en los espacios
pedagógicos, o de una campaña para limpiar la imagen de dependencia hacia los
dispositivos móviles, o de una mera estrategia de “marketing” por parte de los
conglomerados de telecomunicaciones, eso está por verse.
Aplicándonos al caso particular de los estudiantes a nivel universitario de nuestro país,
no existen referencias que nos permitan determinar el impacto que tiene en el
desempeño académico de los mismos el empleo indiscriminado del teléfono celular
durante las horas de clase. Hasta el momento de realizar esta investigación no
pudimos ubicar ninguna referencia bibliográfica que muestre que se haya hecho
intento alguno por determinar que tan extendido se encuentra este fenómeno en las
aulas de nuestras universidades, que impacto tiene, si ya ha sido siquiera detectado el
mismo o si se están tomando medidas al respecto. Esto no quiere decir que estemos
completamente a ciegas, en el sentido que a todas luces salta a la vista la forma en la
que la telefonía celular se ha abierto camino en las aulas universitarias. La cuestión es
¿Cómo nos afecta?
La preguntas fundamentales son muy diversas ¿es correcto el empleo del teléfono
celular en la horas de clases en aulas universitarias? Si, como hemos señalado
anteriormente, no hay consenso ni siquiera a nivel medio, ¿Qué puede decirse a nivel
superior?. Y esto a su vez nos lleva a puntos más delicados: En caso de detectarse
un efecto (ya sea positivo o negativo) sobre la educación superior debido a uso de
dispositivos móviles en el aula de clases, ¿están las instituciones en posición de tomar
medidas , en la dirección que sea, cuando estas podrían ir en contra de la autonomía
y libre determinación de sus estudiantes. La respuesta: Nadie parece saberlo.
Lo que sí es innegable es que la telefonía celular está aquí para quedarse, y la
sociedad en su conjunto deberá determinar la mejor forma de lidiar con su presencia
en nuestras vidas. Y no parece ser una simple coincidencia el que sea precisamente
en las aulas de clase donde se presenten los primeros conflictos entre los nuevos y los
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antiguos medios de comunicación. Después de todo, es la educación la responsable
de darle forma a la sociedad, y si esta sociedad ha de adaptarse a las tecnologías de
telefonía móvil, es precisamente en el ámbito educativo donde se librarán las primeras
batallas, y es en las aulas donde obtendremos los primeros resultados.
Resultados Obtenidos
Al indagar sobre las razones por las cuales los estudiantes de que cursan la asignatura de
Teoría y Métodos de Investigación, sección A, primer período presencial, año 2012, de la
Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán hacen uso de su teléfono celular
durante las horas de clase, un 30% de los consultados respondió que necesitan estar
siempre disponible en caso de alguna emergencia, mientras que un 26% afirmó que su
deseo es el permanecer conectados con sus conocidos en todo momento. Sin embargo
un 13% dijo hacerlo tan sólo por combatir el aburrimiento.
Cuando se les consultó sobre el efecto que el uso del teléfono celular, durante las horas
de clase, tiene sobre los demás compañeros y el docente, casi un 59% lo consideró un
distractor, un 17% lo consideró una forma de realizar consultas pertinentes a la clase,
mientras que casi un 12% lo ve como una falta de respeto. Cabe señalar que un 6% de
los entrevistados, consideró que el uso del teléfono celular no afectaba en lo absoluto y
casi un mismo porcentaje lo ve como una interrupción del la clase.
Al consultar sí se considera indispensable el uso del teléfono celular durante la hora de
clase, casi un 77% de las respuestas obtenidas señalaron que no les parece que el uso
del teléfono celular en horas clase sea indispensable, por el contrario, un 15% lo estimó
como algo indispensable y sólo un 8% lo considera MUY indispensable.
En lo referente al efecto que produce, el uso del celular en horas clase, sobre la
concentración y la atención en la clase del usuario y del resto de estudiantes, un 68%
afirmó que el uso de éste aparato, afecta la concentración de los estudiantes, un 18%
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respondió que produce una pérdida de interés en el desarrollo de la clase, mientras que
un 12% afirmó que el uso del celular no afecta en lo absoluto.
Cuestionados sobre el impacto que tiene en el espacio personal de cada uno de los
presentes en el área pedagógico, un 83% de los consultados encuentran molesto el uso
del celular en el aula de clases, mientras que un 17% afirmó que el mismo no causa
disgustos.
Ante esto último, se les instó a los consultados a sugerir soluciones para disminuir o
controlar el uso de los dispositivos celulares dentro del aula de clases. La respuesta
masiva fue la aplicación de normas que regulen su uso. Un 33%, sugirió simplemente la
implementación de normativas, pero sin especificar en qué debería consistir las mismas,
mientras que un 67%, dio sugerencias más específicas sobre las mismas: de ellas, casi
un 19% indicó que el teléfono debería usarse en modo de vibración, mientras que un 11%
indicó que debería apagarse por completo; a la vez, casi 19%, señaló que deberían existir
sanciones para quienes infrinjan esta normativa. En proporción menos significativa, los
consultados ofrecieron otras alternativas, que iban desde la señalización (mediante
rótulos) que indiquen las normas establecidas y restricciones sobre el uso de celulares,
hasta la instalación (por parte de la institución educativa) de dispositivos que bloquen las
señales de aparatos celulares dentro de los recintos educativos, pero todas y cada una de
estas opciones representaron menos del 4% de las sugerencias brindadas para lidiar con
la situaciones que se generan con el uso de teléfonos celulares en los espacios
pedagógicos.
Gráficos
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Conclusiones
1) Los resultados de nuestra investigación, en relación al uso de celulares durante el desarrollo de las clases de Teoría y Métodos de Investigación, sección “A”, primer período presencial, año 2012, de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán, nos muestran que las razones más comunes, por las cuales los estudiantes hacen uso de su teléfono celular en horas clase, son las siguientes:
a. Por emergencias familiares o personalesb. Comunicación permanente con sus contactosc. Por combatir el aburrimientod. Desinterés por la clasee. Uso de redes sociales (Facebook, Twiter, SMS, BBM)f. Consultas en internet (no muy frecuente)
2) Con el propósito de obtener información porcentual, en el uso de celulares dentro del aula, en horas de clase, aplicamos un instrumento tipo encuesta, que nos proporcionó la siguiente información:
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a) El 30% utiliza su celular porque necesitan estar siempre disponible en caso de alguna emergencia.
b) El 26% de los entrevistados, afirmó que su deseo es el permanecer conectados con sus conocidos en todo momento (uso personal).
c) El 13% dijo hacerlo tan sólo por combatir el aburrimiento.
d) El 17% lo consideró una forma de realizar consultas pertinentes a la clase
e) El resto, lo considera que el uso del celular en horas clase es indispensable o
muy indispensable (adicción)
3) El uso de los celulares en horas de clase, puede ser muy provechos, si el mismo se destina para realizar consultas inherentes al desarrollo de la clase, bajo el control del docente; por otro lado, puede constituirse en un elemento nocivo en el proceso enseñanza-aprendizaje. Nuestra investigación reveló los siguientes efectos negativos que produce el uso del celular en horas clase:
a) Es considerado una falta de respeto e invasión al espacio personal, tanto de los compañeros de estudio, como del docente.
b) El uso de este aparato en horas clase, genera distracción y perturbación de los estudiantes y del docente.
c) Genera la pérdida de interés al tema que se está desarrollando, de quien hace uso del celular en horas clase.
d) Causa frustración y malestar al docente y al educando, que son víctimas por la interrupción de la clase, debido a los fuertes sonidos que producen estos aparatos, dentro del aula.
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Referencias
Adicción a la telefonía celular móvil. (19 de Abril de 2010) Consultado el 20 de Abril de 2012. http://mediosfera.wordpress.com/2010/04/19/adiccion-a-la-tecnologia-movil/
Anulan sanción por usar celular en clase para mirar Facebook (28 de Octubre 2011) Consultado el 20 de Abril de 2012, de TERRAhttp://noticias.terra.com.ar/sociedad/anulan-sancion-por-usar-celular-en-clase-para-mirar-facebook,6385a3ebdea43310VgnVCM20000099f154d0RCRD.html
Corporación Colombia Digital (23 de Junio, 2011) Prohibido apagar el celular. Consultado el 20 de Abril de 2012. http://telecentre-comunidad.ning.com/profiles/blogs/prohibido-apagar-el-celular
¿Eres de los que no pueden vivir sin celular? (23 de Abril de 2012) Consultado del 28 de Abril de 2012. de EL UNIVERSAL.http://www.eluniversal.com.mx/articulos/70313.html
Martínez, E, (30 de Abril 2001). La evolución de la telefonía móvil. Consultado el 20 de Abril de 2012. http://www.eveliux.com/mx/la-evolucion-de-la-telefonia-movil.php
MEC restringe el uso del celular en horas de clase. (25 de Febrero 2011) Consultado el 20 de Abril de 2012 de ÚLTIMA HORA.http://www.ultimahora.com/notas/406497-MEC-restringe-el-uso-del-celular-en-horas-de-clase
¿Se puede usar el celular en clase? (28 de Abril 2011) Consultado el 20 de Abril de 2012, de UNIVERSIA.http://noticias.universia.com.ar/en-portada/noticia/2011/10/28/883579/puede-usar-celular-clase.html
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