MAR CO DE REfERENCIA Y SITUACIÓN ACTUAl,
DEI- SECTOR AGROPECUARIO Y RURAL
negativas de estos programas, que dieron lugar a impactos y efectos precarios con
relación a los objetivos propuestos [ ... ] Se diseñan instrumentos yacciones de diverso
orden en una perspectiva del desarrollo rural. Ello responde al diagnóstico
formulado por el gobierno sobre las múltiples causas de la pobreza rural en cada
una de las regiones del país. Se pretende que estos instrumentos se ajusten a los
requerimientos específicos de las áreas rurales y sus sistemas organizativos y
empresariales. Instrumentos y acciones que buscan asegurar el acceso a recursos
productivos y servicios básicos a la población rural. Se busca, igualmente, dotar de
infraestructura económica y de servicios complementarios a la producción
agropecuaria, al desarrollo de alternativas tecnológicas adecuadas a las particularidades
del desarrollo rural, así como lograr una mejor eficiencia en la asignación del gasto
social rural 1l.
Desde la intenüionalidad no es posible construir país, si no existe la voluntad política y la suficiente generosidad para reconocer las estructuras injustas y
las condiciones oprobiosas en las cuales sobreviven millones de colombianos.
Igualmente, desde esa década ha predominado un ostensible sesgo para
abordar el tratamiento de la problemática del sector rural, caracterizado por una
reducción de lo rural a los aspectos puramente agrícolas y pecuarios, lo que no
ha permitido aproximarse a una visión más integral. Esta visión limitó las po
sibilidades y la dinámica del modelo, permitiendo la concentración de recur
sos y riquezas y un empobrecimiento paulatino del campo y sus habitantes, con
la secuela de inseguridad y violencia que hoy padecemos. En este recuento de vicisitudes se destaca la ruptura definitiva del pacto
mundial del café en 1989, que marcó otro hito de la debacle de una de las acti
vidades más dinámicas del sector agropecuario que, tres años antes, tampoco
supo aprovechar creativa y productivamente una bonanza; la nueva estructura
de demanda y oferta del café llegó para quedarse y por ello nuestras institucio
nes y prácticas productivas y comerciales deben adaptarse tan rápido como sea posible. De manera similar, el mercado bananero resulta incierto con la políti
ca de la Comunidad Europea de primer llegado, primer servido. Las últimas no
ticias informan que se ha retornado a la anterior política de cuotas o licencias,
hasta el 2006. Los precios del azúcar apenas si comienzan a repuntar en el mer
11 Pilar Santacoloma y Héctor Cárdenas. 1995. Los paradigmas del desarrollo rural en la política de modernización y desarrollo empresarial campesino. COYlllltllra Colombiana, nueva época 12 (2), pp. 81-94.
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SECTOR AGROPECUARIO Y DESARROLLO RURAL:
UNA MIRADA INTEGRAL
cado mundial y con ellos la industria de la caña. La industria de las flores, en este desierto, es la única que da signos de florecer; no obstante, no faltan sus enemigos: las heladas y las denuncias por dumping.
Hasta ahora, ni el Plan Nacional de Rehabilitación (PNR), como estrategia
enunciada de protección de la producción nacional, ha sido la respuesta para superar las dificultades y limitaciones del modelo aperturista, que pareciera desconocer el proteccionismo patrocinado por los países desarrollados. La apertura ha resultado un modelo nada beneficioso para los países pobres, pues ha permitido absorber la producción agropecuaria excedente de los países industrializados (proteccionistas); aunque los acuerdos de la última ronda de la OMe
han dado lugar a un optimismo moderado o a una infelicidad común, ya que prometen disminuir los subsidios de los países ricos, en particular la UE y los Estados Unidos, que últimamente, mediante una ley, ha destinado cuantiosos recursos presupuesta les a irrigar subsidios para su agricultura en los próximos diez años. Actitud que contradice los acuerdos, en el tema agrícola, concertados en el marco de la ronda de negociaciones de la OMe.
I2Como bien lo afirma la SAC :
Los subsidios otorgados en los países desarrollados han provocado profundas
alteraciones en los mercados internacionales. Países tradicionalmente importadores
poseen hoy grandes excedentes exportables. El concepto de las ventajas comparativas
ha quedado superado por esta nueva realidad. Además, tales países se caracterizan
por la activa gestión de sus gobiernos en la conducción del proceso de desarrollo
agrícola. Ello dio lugar a una relativa estabilidad del ciclo productivo, con lo que se
aseguraron a los productores rentabilidades mínimas para acelerar la tecnificación
y modernización del agro.
Como si fuera poco, y considerando la insostenibilidad de los recurSos con las prácticas productivas actuales, para Aldana 13:
Las tendencias negativas de largo plazo comentadas antes (proteccionismo de los
países desarrollados y agotamiento de la revolución verde) continúan pesando, junto
con otra de mayor dimensión y de mayor riesgo hacia al futuro: el progresivo
deterioro de los recursos naturales; éste no sólo ha venido ocurriendo en las zonas
12 SAe. 1991. Las nuevas realidades internacionales y sus implicaciones para el sector agropecuario del grupo andino. Revista Naciollal de Agricultllra 894, marzo, pp. 74-89.
13 Aldana, op. cit., p. 89.
[36)
MARCO DE REFERENCIA Y SITUACIÓN ACTUAl.
DH SeCTOR AGROPECUARIO y RURAL
de colonización con la destrucción de los bosques naturales, sino también en las áreas
de agricultura comercial como resultado asociado al patrón de cambio tecnológico,
yen las zonas de ladera de economía campesina, donde la exigua inversión en tierra
yen capital y la lucha por la supervivencia obligan al campesino a una explotación
intensa y continua, contribuyendo a generar graves problemas de erosión y de
pérdida de fertilidad del suelo.
En este escenario,
En efecto, el predominio de una tendencia globalizante en la economía mundial
determina un cambio de carácter radical en las políticas nacionales. En el anterior
esquema, bajo la lógica de una economía mundial dividida en economías nacionales,
la política agroalimentaria se construía teniendo en una mano los objetivos propios
de seguridad alimentaria y en la otra los objetivos económicos de competencia y
penetración de mercados externos, que generan estrategias duales, en las que en el
ámbito interno se mantenían políticas proteccionistas, con sus respectivos subsidios,
políticas de precios yen el ámbito externo se pugnaba por mantener a raya las
barreras arancelarias y paraarancelarias de los otros países, en la competencia por
el predominio de los mercados l4 •
En particular,
Durante la década de los noventa, el entorno del desarrollo agropecuario colom
biano estaba marcado por el modelo de sustitución de importaciones y por el inicio
de la era de la apertura económica. El legado del modelo de sustitución de impor
taciones queda marcado en la agricultura, en forma de lento crecimiento, en el
deterioro de sus precios relativos frente a productos industriales y en el continuo
bloqueo al encadenamiento hacia adelante con la industria. En esta perspectiva la
agroindustria es la actividad más eficiente para vincular a los agricultores al siste
ma de mercado. Siendo el trípode sobre el cual se asienta una estrategia de desarrollo
agropecuario: el desarrollo tecnológico, incentivos a la agroindustria y el fomento a
las exportaciones15.
14 Luis Nieto Arango et al. 1998. Plan Estratégico Indicativo de la Ciencia y la Tecnología Agroalimentaria: 1998-2002. Bogotá: Ministerio de Agricultura y
Desarrollo Rural-Colciencias. 15 Adiwasito Ernoko. 2000. Agro: cambio técnico urgente. Portafolio, Bogotá,
13 de diciembre, p. 57.
SECTOR AGROPEC UARIO Y DESARROLLO RURAL.'
UNA MIRADA INTEGRAL
La anterior política de Estado, en la última década, la corrobora y resume Ramírez l6
;
A iniciativa del gobierno se han adoptado numerosas medidas de política para
alcanzar la renovación y transformación de la economía del país y establecer
condiciones propicias para la concreción de la estrategia de apertura económica. Es
claro que esta estrategia se contrapone al esquema proteccionista de la economía
que se venía aplicando, pues este modelo lleva consigo sacrificar nuevas
oportunidades para lograr un mayor dinamismo de la economía, generar ingresos
y crear puestos de trabajo, al desaprovechar las posibilidades de progreso casi
ilimitado que ofrece el mercado internacional.
Desdichadamente, nada de esto ocurrió, y por el contrario el sector hoy es más vulnerable y está menos preparado para enfrentar dicho proceso, y no podrá obtener mayores ventajas del mismo.
La formulación e implementación de las políticas macroeconómicas, entre ellas la apertura económica, que se adoptaron al final de los años ochenta y se profundizaron a principios de los noventa, implicó un cambio radical en el modelo de desarrollo nacional. Si bien tales políticas y programas han empujado, parcialmente, a la disminución de la inflación, también han significado un quebranto en la producción yen el empleo, con incremento de la pobreza general, agudización del conflicto social y armado, en particular en el sector rural.
A pesar de estas circunstancias desfavorables del entorno agropecuario y rural, es necesario reconocer que hay factores positivos vinculados con la expansión del comercio agrícola, a partir de las cadenas productivas, que han jalonado un crecimiento sostenido en los dos últimos años, por encima de otros sectores, que ha dado lugar al optimismo. Obviamente, también hay enseñanzas que deben asimilarse con respecto a la reforma de las instituciones del sector y del Estado mismo, para orientar planes, programas y/o acciones en la producción yen el funcionamiento de los proyectos de desarrollo rural-agropecuario y agro industrial, y para hacer más accesibles los desarroHos tecnológicos a los pequeños y medianos productores, con la perspectiva de lograr la reconversión de los agricultores.
Todos estos sucesos han llevado a los estudiosos y especialistas a reexaminar los enfoques y los prejuicios y a proponer transformaciones e innovaciones
16 Jorge Ramírez Vallejo. 1991. Sector agropecuario dentro de la apertura económica. Revista Nacional de Agricultura 894, marzo, pp. 60-68.
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MARCO /)" IIE]-'ERENCIA y SITUACIÓN ACTUAL
DH SE C TOR AGROPECUARIQ y RUR,IL
significativas en las políticas y estrategias para corregir y mejorar el acceso a los
mercados (interno-externo) y poner en condiciones de competitividad a las economías rurales. No puede olvidarse que la recuperación del mercado interno tendría mayor repercusión y capacidad de influenciar el trabajo y la producción de un grupo más amplio de agricultores. Se trataría de capacitar y contribuir a organizar a los actores sociales que participan en distintos espacios de la ruralidad del nuevo siglo y la producción agropecuaria, para construir nuevas formas de relacionamiento económico y social que deben ser propiciadas a través de la formación universitaria y especializada, conformando equipos que aporten elementos de análisis para la intervención del medio rural. Es evidente que "el mundo rural, también, es clave como mercado, para los bienes de capital y de consumo generados en las grandes ciudades. Del agro depende la seguridad alimentaria, concepto que alerta sobre el grave riesgo en que quedan los países que renuncien a producir la dieta básica de sus pueblos"!?
En la perspectiva de desandar caminos, la SAC ha hecho una buena radiografía:
Si bien es cierto que en materia de política comercial tiene validez el avance
progresivo hacia condiciones de liberalización del comercio agrícola, también lo son
los preceptos bajo los cuales se operó. En nuestro país, la apertura económica y la
desregulación del sector no responden adecuadamente a las condiciones de orden
interno y externo que determinan el dinamismo del agro, lo cual explica, sin duda,
la pérdida de rentabilidad registrada en la presente década. De hecho, ningún sector
productivo puede sobrevivir a una crisis de rentabilidad permanente que ha
soportado la agricultura, cuando se hizo caso omiso de los preceptos de selectividad,
integralidad, gradualidad y concertación que se invocaron en un comienzo l8 .
En este sentido es legítimo el reclamo-denuncia de Mallarino!9:
No he tenido noticia de ningún país pobre, que habiéndose insertado en el sistema
económico internacional, haya dejado de serlo, o haya conseguido para su nación
bienestar y desarrollo verdadero, o haya construido una sociedad justa y equilibrada.
Más bien lo que he visto es lo contrario. Los países del tercer mundo se embarcan
17 Jorge E. Robledo Castillo. 2002. Desprotección del campo: cómo se perdió la prosperidad. El Tiempo, Lecturas Dominicales, Bogotá, 3 de marzo, p. 6.
18 SAC. 1998.El desarrollo agropecuario y rural colombiano: consideraciones y propuestas. Revista Nacional de AgriCIIltura 924- 925, pp. 49-62.
19 Gonzalo Mallarino. 2001. ¿Globalización? Portafolio, Bogotá, abril 18, p. 31.
l391
SECTOR AGROPEC UARIO Y DF.S/IRROLLO RURAL:
UNA MIRADA INTEGRAL
en estos procesos de apertura internacional desde una posición tal de desventaja y
debilidad frente a los ricos, que éstos los destrozan, los utilizan, los manipulan, y
finalmente, los pierden históricamente.
Ante esta tragedia, ¿qué hacer desde la universidad y desde las facultades de ciencias agropecuarias?
Hasta la Iglesia, en boca de monseñor Pedro Rubian02o, con invocación al Señor y elevando una plegaria, al referirse también a la crisis, reza: "Con confianza, como hijos presentamos a Dios, nuestro padre, las dificultades y los sufrimientos del hombre del campo, y no sólo los inherentes al trabajo de sembrar, cosechar y cultivar en regiones aisladas, con la inclemencia del tiempo, sino a los que genera la concurrencia de un mercado que, por distintos procedimientos injustos, margina a los productos nacionales y lleva a la ruina a campesinos y agricultores, frustrando la esperanza de recibir el fruto de su trabajo". Y, para sorpresa, hasta el Papa y Saramago coinciden con los tirapiedras de Londres, Washington, Praga, Davos, La Paz, Quito, Québec y Doha; el uno protestando por una globalización que estampa su escala de valores sobre el comportamiento, y porque el mercado impone su modo de pensar y actuar; y el otro -en su última novela, La caverna-, reivindicando la labor manual (ineficiente) del alfarero quien no encuentra oportunidades en los nuevos guetos humanos, los centros comerciales.
A pesar del cúmulo de programas y planes para el desarrollo del agro, éstos muestran unos pobres resultados y han sido incapaces para rehabilitar al sector. Sin negar que las crisis político-económicas de los países vecinos, en particular Venezuela, han reducido las posibilidades de un intercambio comercial de productos agrícolas más dinámico y favorable para Colombia y, adicionalmente, los fenómenos de contrabando han hecho más dudosas las expectativas de reactivación.
En conclusión, en las últimas tres décadas el sector agropecuario ha oscilado entre el dinamismo, el estancamiento y la crisis -la más aguda de todos estos años-; varios gobiernos con diferentes énfasis e invocando sus planes y programas presidenciales nos han invitado "al futuro': a "la revolución pacífica", al "gran revolcón", al "salto social", al "pacto social" y al "cambio es ya", pero en general han hecho ajustes que van en contravía de sus propuestas de campa
20 Pedro Rubiano Sáenz. 1996. Reflexión litúrgica. Revista Nacional de Agricultura916-917,pp.1l-12.
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MARCO DE REFERENCIA }' SITUAC IÓN ACTUAL
DEL S ECTOR AGROPECUARIO Y RURAL
ña e incluyen, entre otras, las siguientes políticas, alternadas de manera cíclica: devaluación-revaluación con su secuela de damnificados: hoy, los exportadores; mañana, los importadores; reducción de tasas de interés, las cuales casi siempre van en aumento; liberación gradual de las importaciones y mayor impulso a las exportaciones; reducción del déficit fiscal y mantenimiento de los equilibrios macroeconómicos (la disculpa para reducir la intervención estatal), mediante mayores cargas tributarias, adelgazamiento del Estado, eliminación de subsidios y recorte y postergación de inversiones; mayores aportes presupuestales para sostener e incrementar el sistema de defensa y seguridad pública -no basta recuperar el monopolio estatal del uso de la fuerza, para proteger la vida, la honra y los bienes de los ciudadanos-; reducción de las transferencias a las regiones y aumentos salariales por debajo de la inflación.
En el anterior contexto, solamente es posible comprender la formación y contribuciones de las ciencias agrarias en Colombia, cuando se considera la evolución de la industria y el sector agropecuario y el proceso de modernización que vivió y por el cual atraviesa el país, y sus obvias relaciones con la ciencia y la tecnología y su interacción con la universidad, en cuanto formadora de recursos humanos calificados, y su decisivo aporte a la difusión, reproducción y generación de conocimiento necesario para el modelo de desarrollo adoptado.
Desaparici6n de instituciones No podría pasar desapercibida una tendencia de los últimos gobiernos
frente a la reducción de la intervención estatal en las diversas actividades económicas, y en particular en el sector agropecuario y rural, para trasladar esa función al sector privado, con el pretexto de una mayor eficacia y de reducir el déficit fiscal (disciplina fiscal), lo cual trajo como consecuencia la desaparición casi total de varias instituciones estatales responsables del sector o la reducción de su protagonismo y capacidad de gestión.
La liquidación, fusión y reestructuración de instituciones del Estado es la moda. Se destaca la del Idema, liquidado a causa de su intervención en la comercialización de cosechas, la cual resultaba inconveniente porque interfería el libre juego de los mercados de productos agrícolas y porque contradecía el objetivo de la política macroeconómica de reducir el déficit fiscal, mediante la disminución del gasto público. Más que pretender acabar una fuente de corrupción, lo que se pretendía era reducir las restricciones a las importaciones, para el logro de metas antiinflacionarias y para buscar eficiencia en la producción
interna, mediante la competencia externa; es decir, el Estado se libera de estí
SEC TOR AGROPEC UARIO Y DESARROLLO RURAL:
UNA MIRADA INTEGRAL
mulos directos para la producción. No menos alarmante resulta la nimia expresión a que quedó reducido el ICA.
La muerte del Instituto Nacional de Adecuación de Tierras, INAT, también está anunciada, ya que el gobierno ha dejado de creer que los proyectos de riego y drenaje constituyen instrumentos eficaces para la creación de las estrategias de internacionalización y modernización del sector agropecuario. Los programas de adecuación quedarán en manos de la iniciativa privada; para un sector lleno de incertidumbre serán pocos los dispuestos a comprometer recursos para obras de gran envergadura. Otras instituciones, como Ministerio del Medio Ambiente, Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, INPA, DRJ, Incara, recibirán tratamientos de ajustes, fusiones o reasignación de funciones.
Acercamiento yvisiones de la crisis
Se precisa, no obstante, plantear de manera genérica las visiones, problemas y la perspectiva del desarrollo del sector agroalimentario, a pesar del riesgo de que causas y efectos se entrecrucen en un laberinto difuso. No se podrían dar respuestas adecuadas a los problemas del sector agroalimentario, sin identificar factores que modelan su actual crisis. De manera representativa se presentan elementos relevantes que igualmente proyectan y complementan la gran problemática de la sociedad colombiana y en particular del sector rural. Estos elementos referenciales resultan imposibles de ponderar de manera más coherente; pero, no por ello deberían dejarse de lado y no considerarlos como componentes para el análisis. En este listado se referencian heterogéneas interpretaciones y responsabilidades, que expresan y reflejan las múltiples percepciones o corazonadas de diversos actores, incluyéndome, que han signado la problemática actual. El ordenamiento no es jerarquizado ni expresa necesariamente la noción de continuidad, pero sí alta correlación; veamos:
Es evidente que se precisa un análisis integral para comprender, según Machado, "los múltiples factores que pueden enumerarse como causas de una crisis que refleja la incapacidad de la sociedad colombiana y de sus dirigentes para entender lo rural como un espacio estratégico en la construcción de nación, de sociedad y de Estado,,21. Y en el mismo sentido agrega, resumiendo:
Entre las causas de la crisis podrían enumerarse:
21 Absalón Machado. 1999. La crisis del sector rural. UN Periódico, Bogotá: 4,14 de noviembre, p. 9.
[42 1
MARCO OF. REFERENCIA Y SITUACiÓN AC TUAL
DEL SECTOR AGROPEC UARIO Y RUU,\L
Institucionales: errática orientación de las políticas oficiales para el sector;
inestabilidad en las reglas del juego; descoordinación dentro de las múltiples
entidades públicas y de éstas con el sector privado; centralización de las
decisiones; debilidad creciente del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural;
débil poder de negociación de los productores con las agroindustrias; conflictos
al interior del sector; gremios disminuidos; pérdida de credibilidad y confianza
en las instituciones que regulan los procesos agrarios.
• Económicas: reducción de la protección tradicional a los cultivos, lo que afectó
la rentabilidad; desgravación arancelaria no gradual, sin tiempo para crear
alternativas para los productores no competitivos; alto costo del crédito; altos
costos de transacción de los pequeños productores; disminución de la inversión
pública en el sector rural; tamaño de la propiedad insuficiente en los pequeños
productores para incorporar tecnología y para escalas de producción; atraso
tecnológico; inetlciente articulación con los mercados; y caída de los precios
internacionales de los productos exportados.
• Sociales: falta de seguridad social (salud, pensión, educación) para los habitantes
rurales; debilidad y atraso de las organizaciones y asociaciones de productores
y comunidad rural; reducida movilidad social; desarraigo e inestabilidad de la
población por causa de la violencia; carencia de condiciones de vida digna para
los habitantes (vivienda, servicios públicos, recreación); carencia de una
verdadera política social que se expresa con los peores indicadores de nivel de
vida y de necesidades insatisfechas; y prevalencia del individualismo sobre los
mecanismos de la cooperación y la acción colectiva.
• PoUticas: falta de una visi6n estratégica y de largo plazo sobre la importancia
de la agricultura en el desarrollo, la cual reconozca y valorice lo rural en
términos productivos, de medio ambiente, de ocupación y ordenamiento
territorial y de calidad de vida; falta de mecanismos de representación de lo
rural en las instancias decisorias, centralismo y concentración; ausencia del
Estado en amplias áreas geográficas; deslegitimación de los partidos y carencia
de un proyecto nacional; y carencia de mecanismos de participación.
A pesar de tan bien lograda síntesis de los principales factores que confor
man la problemática del sector agropecuario y rural, es importante ampliar algunos de los elementos antes reseñados, ya que orientarían la búsqueda de salidas concretas.
• La nueva constitución nacional creó un Estado ideal de derechos, junto con diversas estructuras para garantizarlos, sin prever sus costos ni las consecuencias
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SECTOR AGROPECUARIO Y DESARROLLO RURAL:
UNA MIRADA INTEGRAL
de su financiamiento y, lo más frustrante, con avances limitados en garantizar esos derechos. No resulta irrelevante destacar que alguna dirigencia nacional o aquellos que, supuestamente, ponen a pensar al país, quieren atribuirle la responsabilidad de nuestra desinstitucionalización e ingobernabilidad a la famosa y retocada Constitución Nacional del9l, y ven con nostalgia la añeja del 86.
• La seguridad alimentaria: para el análisis de la problemática asociada a la seguridad alimentaria es indispensable reseñar dos variables22
:
La primera es la disponibilidad de alimentos per cápita para consumo humano
directo (o suministros alimentarios per cápita). La segunda variable se refiere a la
distribución de los suministros alimentarios, es decir, dado el promedio nacional
de la variable precedente, qué proporción de la población del país tiene acceso a un
nivel determinado de suministros alimentarios per cápita. Uno de esos niveles
pertinentes para el análisis de la seguridad alimentaria es el de suministros de
alimentos percápita (calorías/día) iguales a 1,55 veces la tasa metabólica basal (TMB);
si el acceso a los alimentos de una persona es inferior a este nivel, el estado de tal
persona puede calificarse de subnutrición crónica.
Aquí vale preguntarse: ¿cuántos de los 26 millones de colombianos clasificados en el nivel de pobreza estarán en el rango de aporte calórico menor de 1.800 calorías/dla o de la TMB? Admítase que entre disponibilidad y distribución median diversos factores causantes de abundantes pérdidas, por la insuficiencia de infraestructura de transporte, centros de acopio, energización rural, beneficio y transformación.
Por tanto, la base de toda propuesta y política de desarrollo de los sectores rurales y agropecuario-forestal-agroindustrial-ambiental, debe estar cimentada en garantizar la seguridad alimentaria de los colombianos,
conveniente porque ella introduce equidad en la inversión y en el desarrollo sectorial.
El criterio de acceso a los alimentos como uno de los elementos constitutivos de la
seguridad alimentaria, además de la disponibilidad y la estabilidad, requiere que se
adopten medidas a favor de la mitigación de la pobreza. El hecho que la población
que vive en la absoluta pobreza sea incapaz de manifestar plenamente sus demandas
en el mercado, explica por qué pueden coexistir el hambre y los excedentes de
alimentos23.
22 FAO. 1995. Alimentación, agricultura y seguridad alimentaria y la dimensión mundial. FAO.
23 FAO. 1995. La inversión en la agricuLt-ura: evolución y perspectivas. FAO.
[441
MARCO DE REFERENCIA Y SITUACIÓN ACTUAL
DEL S ECTOR AGROPE " UARIO y RURAL
La claridad anterior se derrumba y no es asumida como una orientación de política, más que agropecuaria, de visión estratégica para reordenar la economía por el gobierno, el cual considera que las ventajas comparativas del sector agropecuario son amplias y suficientes para dinamjzarlo de manera inercial o bajo los dictados del mercado, como consecuencia de una biodiversidad generosa, y que por lo tanto sólo es necesario estimular las ventajas competitivas, dejándose seducir o malinterpretando recomendaciones de la FAO, que entran en parcial refutación de lo invocado en los párrafos anteriores, señalando:
Los intentos de alcanzar la autosuficiencia alimentaria son costosos cuando se
realizan en condiciones de desventaja comparativa... Cuando se trata de desventaja
en la competitividad, es decir, desventaja no causada por una dotación y unos costos
relativos de los factores de producción, sino de distorsiones comerciales nacionales
e internacionales, puede ser conveniente apoyar un grado mínimo de autosuficiencia
en los países pobres en recursos, aun cuando los rendimientos de las inversiones sean
más bajos de lo habitual; cuando tal cosa es necesaria, deberá realizarse, con un agudo
sentido crítico, una completa evaluación de las alternativas y una gran sensibilidad
para las repercusiones de tales políticas en la sostenibilidad.
La apertura económica, con su acelerado crecimiento de las importaciones,
tampoco ha logrado garantizar la buena alimentación de los colombianos, ni mejoras cuantitativas en el suministro, colocando en entredicho nuestra autosuficiencia agroalimentaria. Se podrá argumentar que, como producto de la pobreza (bajos niveles de capacidad de compra), la inseguridad alimentaria refleja un crecimiento insuficiente de la demanda más que de los factores que limitan el aumento de la producción. Sin desconocer que una serie de factores, que más adelante se indicarán, gravitan para una disponibilidad y distribución adecuada.
Parece olvidar el gobierno que el artÍCulo 65 de la Constitución de 1991 expresa en forma categórica: "La producción de alimentos gozará de especial protección del estado, señalando a su vez estímulos y recursos para la investigación y transferencia de tecnología': Es decir, existen los mecanismos legales para impulsar programas de reactivación y desarrollo del sector agropecuario y rural, aun desde la mirada de los servicios públicos.
Es evidente que, "desde que se renunció inconstitucionalmente a la seguridad alimentaria y se optó por la importación masiva de las cosas de comer, el pueblo colombiano empezó a recorrer la senda de la amargura, sin término vaganlente previsto. Como si este hecho no hubiera tenido graves implicaciones
SECTOR AGROPEC UARIO Y DESARROLLO RURAL:
UN,\ MIR ,\DA INTEGRAL
sociales; a su persistencia nos hemos ido acostumbrando y amañando,,24. Son
innegables los altos costos sociales inducidos por la apertura. Dentro de ese marco de leyes válido reconocer que la nueva reforma tri
butaria tendrá efectos negativos sobre las posibilidades de superar la crisis del sector, en la medida que se crean y amplían cargas impositivas sobre insumos (Iva, aranceles) y diversas actividades productivas y ambientales, poniendo en peligro líneas de financiación y programas de apoyo, con el consecuente aumento de los costos de producción, sumado a la supresión, reducción y fusión de instituciones comprometidas con el desarrollo rural (INAT, INPA, DRI, Incora); lo cual implica también reducción de la capacidad de intervención e inversión del Estado, como garante del bien común en un tema tan sensible. Queda la sensación de que ni los amparos legales y constitucionales son suficientes para detener la oleada de reformas regresivas .
• La opción por apertura económica o revolución económica, consecuencia de la globalización de la economía y de la formación de grandes bloques económicos y comerciales regionales. A partir de y en correspondencia con los cambios en la economía mundial, la economía colombiana está viviendo un proceso de
crecimiento cíclico e inestable que ya se prolonga por diez años, sin que la adopción del nuevo modelo de desarrollo dé signos positivos para el conjunto de la economía. La internacionalización de la economía, bajo el amparo del paradigma de la competitividad, ha derivado en una política básicamente agroexportadora; política que deja de lado a los pequeños productores. A pesar de este gran énfasis exportador, hemos terminado importando residuos y desperdicios de la industria alimenticia. Es innegable que la apertura reduce la protección y es la forma como se cambian los incentivos al sector productivo, para privilegiar al sector exportador y desestimular la sustitución de importaciones. Este modelo desconoce una gran realidad: que la producción de alimentos, en los países ricos, se hace sobre la base de subsidios y ayudas estatales. Subsidios y barreras que sostienen un alto nivel de vida en los países industrializados, pero condenan a la miseria a los campesinos de los países pobres, que no pueden competir.
En esa línea, para justificar la apertura económica, el discurso neoliberal de funcionarios públicos y consultores insiste en las ventajas del libre comercio en el sector agropecuario y magnifica los perjuicios nacionales causados por la protección prestada en los dos o tres productos que han sobrevivido a la avalancha de
24 Abdón EspinosaValderrama. 2001. Menosprecio del mercado interno. El Tiempo, Bogotá: 24 de mayo, pp. 1-19.
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MAR CO DE REFEIIENCIA y SITUACIÓN ACTUAL
Df.'I_ SECTOII AGIIOPECUARIO y RUII,IL
importaciones; argumentan la protección al consumidor con los bajos precios de los productos importados y la necesidad de dar cumplimiento a los convenios internacionales, sin importarles el desempleo, la agudización del contlicto político-social y el estímulo a los cultivos ilícitos, los únicos rentables. Con estas recetas no es posible ni dable aceptar que se especialice a Colombia en productos tropicales -que son aquellos que por causa del clima no pueden cultivarse en las zonas templadas, donde se localizan EEUU y los demás países industrializados- porque se agravaría en grado sumo la crisis agraria y general del país. Entre otras razones, porque se perdería una gran área cultivada que, como es obvio, no podría reemplazarse con café, banano y otros productos de su tip025.
Haciendo caso omiso de estos múltiples impactos, Cortés, citando a Ruth Suárez, reseña: "Estos adoradores del mercado recomiendan reemplazar aquellos productos con los cuales no tenemos ventajas competitivas por actividades alternas. Pero ¿estas actividades alternas dónde están o cuál mecanismo permite de la noche a la mañana pasar de productor agrícola a banquero o comerciante? Esta libre movilidad de recursos no se da en el sector agropecuario,,26.
Injustificadamente, a pesar de la formulación de propuestas alternativas para cambiar el rumbo de la política oficial,
En el tratamiento de la crisis económica ha habido en Colombia la tendencia a
ignorar las tribulaciones y posibilidades del mercado interno. Puesta en marcha la
política de comprimir la demanda agregada para restablecer el equilibrio de las
cuentas externas y torcerle el cuello a la inflación, ahí quedó anclado el país, de
espaldas a la plenitud de sus efectos ... Tan necesaria como es la política de promoción
y diversificación de exportaciones, en mala hora, abruptamente interrumpida, se
incurre en el error de asignarle la responsabilidad casi exclusiva de sacar de su
postración a la economía colombiana, con absoluto desconocimiento de la función . d' 1dI' 27prImor la e os consumos propIOS .
La apertura económica ha generado una crisis del aparato productivo dedicado a las actividades agroalimentarias, y profundizado la crisis de la vida rural, en un proceso contaminante sobre otras actividades económicas; igualmente, lleva zozobra a las tranquilas zonas urbanas privilegiadas convivientes. Y también tiene implicaciones como gestora de procesos hegemónicos y homogéneos (la cul
25 Robledo, op. cit., p. 6. 26 Cortés, op., cit., p. 15. 27 Espinosa Valderrama, op. cit., pp. 1-19.
[471
SECTOR AGROPECUARIO Y DESJIRROLLO RURAL:
UNA MIRJIDA INTEGRAL
tura global), con sus efectos sobre el empleo, el bienestar, las autonomías regionales, la concentración y distribución del ingreso y el concepto de los bienes públicos.
La crisis sanitaria europea refuerza la apuesta oficial por una reactivación o recuperación económica dependiente, casi exclusivamente, de la capacidad de
exportar y ampliar los mercados externos. Claro que en el campo de las relaciones internacionales la promoción de la mesa de donantes también tiene su propia agenda como paliativo para mejorar la imagen y conseguir unos euros y dólares más, para así mismo apostarle a la paz.
En un escenario lleno de incertidumbre para la producción agropecuaria, la difusión de la enfermedad y el síndrome de las vacas locas, la aftosa en Euro
pa y algunos países suramericanos, y el temor que despiertan los transgénicos, parecieran ser la gran oportunidad para el crecimiento del sector y para la profundización en la formación de estos saberes; si bien, de manera coyuntural, esto
comienza a configurarse como una ventaja competitiva para captar esos nuevos mercados, que darían nuevas opciones; igualmente, se requiere inteligencia de mercados, innovación y ayuda estatal. Y también se debía esperar que sea otorgada la certificación que declara a Colombia zona libre de aftosa ... que por fortuna fue otorgada.
El café, la política cafetera y la coyuntura del mercado actual evidencian
esta realidad y catalizan más los niveles de pobreza y desesperanza de los productores del campo. Se ha extraviado el rumbo de la antes orgullosa industria cafetera; ya no somos autosuficientes, y el sector da signos de incapacidad de enfrentar la competencia. La producción en otras latitudes, subsidiada a bajos costos de producción, no permite participar de una mayor proporción del mercado mundial, compitiendo con precio, cantidad y calidad.
El mercado mundial no es oferta y demanda; es dominante y dominado. Las políticas son para el beneficio de los sectores productivos del dominante. Las políticas y convenios en materia de café, azúcar, banano, flores, ete., así lo confirman. Más que dejarle todo al mercado, como máximo distribuidor eficiente de recursos, se precisa identificar y diseñar la institucionalidad y los instrumentos necesarios que asignen más equitativamente los bienes y recursos. Para evidenciarlo, basta mirar la arrogancia y prevalencia de los países desarrollados en la conferencia de la OMe , de Qatar, donde algunos pretendían la inclusión de una cláusula de protección del medio ambiente en cualquier futuro acuerdo comercial. Cláusulas como esas sólo sirven de pretexto para impedir la entrada de bienes provenientes de las naciones pobres. Este ambientalismo interesado es corroborado, por un responsable de la UE: "El objetivo es subra
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