1
2
Índice
Sinopsis
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Epílogo
Biografía
3
Sinopsis
l día que Ethan Chapman descubrió que su padre había muerto, su
vida rápidamente giró fuera de control. Después de que su madre le
obligó a regresar a Londres para estar cerca de la familia, su vida aún
no había cambiado. La única diferencia era que esta vez tenía un socio, su primo,
Peter Watson. Noche tras noche yendo a pubs, Peter finalmente lo convenció para ir
a sus vacaciones anuales en el Caribe. Estuvo a punto de no ir, pero el deseo de ver a
Sophie Gerrard, que se había convertido en su primer amor, lo convenció.
Durante el último año y medio, Ethan agradeció a Dios todos los días por
ponerlo en ese bendito avión. Porque, ella no sólo era todo lo que recordaba, sino
que ahora era suya. Y pensaba mantenerlo de esa manera. Pero la vida nunca sale
como está planeada.
Sophie Gerrard es mayor, y está haciendo su semestre de primavera en el
extranjero en Londres, para estar con Ethan. Todo es perfecto, hasta que el mundo
de Ethan se desmorona, y él se sale de control otra vez. Ella quiere ser la que lo
ayude, pero Ethan nunca fue alguien que acepta la ayuda fácilmente. Con asistencia
de Peter, ¿puede Sophie salvar a Ethan por segunda vez, o esto es el fin de su
relación perfecta?
E
4
Prólogo Traducido por Soñadora
Corregido por Nanis
ondres ha sido mi hogar por casi dos años, y me ha tomado mucho
tiempo aceptarlo. Cuando nos mudamos odié todo. Las escuelas, las
calles,‖los‖bares‖a‖los‖que‖no‖podía‖entrar,‖las‖chicas…‖todo.‖Lo‖único‖
que me mantuvo centrado fue Pete. Incluso mi propia madre desapareció por un
corto‖ tiempo.‖Fue‖a‖un‖“spa”‖para‖ la‖ tan‖necesitada‖ayuda luego de que mi padre
murió. Murió. Dios, apenas podía llegar a pensar en ello, mucho menos decirlo en
voz alta. Me costó muchísimo sobrellevarlo por algún tiempo, pero Pete se tomó
cada segundo que tuvo libre para estar conmigo, para hablar conmigo. Como mi
mamá siempre dijo, él era como mi Oprah personal. Especialmente si se trataba de
nuestra chica, Sophie.
Por supuesto, ella no sería mi novia ahora si no hubiera sido por Pete. Él me
tomó a mí y mi pasaporte y me empujó a un avión hacia St. Thomas el último
verano. Le agradecí cada día desde entonces por poder encontrar el lugar al que
nunca pensé que pertenecería. Nunca olvidaré la imagen que quedó para siempre
grabada en mi cabeza: Sophie caminando de vuelta en mi vida. Habían pasado unos
pocos años desde la última vez que la había visto, pero nunca la había sacado por
completo de mi mente. Mientras caminaba hacia la piscina, estudié cada centímetro
de su cuerpo desde mi reposera. Desde el lindo hoyuelo que sólo aparecía en su
mejilla derecha cuando sonreía, hasta los suaves rizos castaños que acariciaban sus
hombros cubiertos de pecas. Me quitó el aliento como lo hacía desde que ella tenía,
bueno, supongo que desde siempre. Por supuesto, apenas me notó viéndola, aún
enfocada en la única persona en la que siempre se enfocaba, Pete. Casi no pude
encontrar mi voz para articular un hola, pero lo hice. Y en esos diez cortos días, me
las arreglé para encontrarme a mí mismo también, mientras me enamoraba
perdidamente.
Que Sophie me amara también fue algo que no hubiera esperado ni en un
millón de años. Siempre supuse que estaría en mi vida de una forma u otra, no
L
5
como mi chica, sino como‖ la‖ de‖ alguien‖ m{s.‖ De‖ Pete… precisamente.
Afortunadamente, ese desolador escenario nunca se concretó. Y, sin importarme
cómo, la tenía. Durante los meses que pasé viviendo con su familia y con ella como
un estudiante de intercambio, sus sentimientos comenzaron a cambiar. Fue duro
volver a Londres y dejarla en EEUU.
Ha pasado tanto desde que sostuve a Sophie en mis manos que paso horas
mirando una foto de nosotros antes de dormir en la noche. Aunque algunas veces el
sueño no me llega fácilmente, me fuerzo a cerrar los ojos, sabiendo que encontraré a
Sophie en mis sueños.
Algunas veces son románticos y dulces, pero otras veces me vuelven loco por
el modo en que me toca. Los sueños se sienten siempre tan reales, luego despierto, y
me encuentro solo. Si no fuera por mis estudios y por Pete, sería un miserable tipo
que sólo pasa tiempo con su mano. Más de cuatro meses han pasado, y cada día se
siente más brutal que el anterior. Llamadas, mails y Skype nos han ayudado a
ambos a pasar esto, pero algunas veces Skype es lo peor. Casi siento que podría
estirarme y tocarla, y me mata no poder hacerlo. Sólo necesito aguantar por dos
semanas más y ella estará aquí en Londres conmigo para su programa de
intercambio. Dos semanas parecen una maldita eternidad.
Había pensado en sorprenderla para las vacaciones con una visita, pero
desistí. Mi padre había dejado una buena cantidad de dinero cuando había muerto,
y mi mamá sintió que lo mejor era dividirlo equitativamente entre los tres. Mi
mamá, Katie (mi hermana), y yo. Aunque podía gastarlo como quisiera, una parte
de mí quería guardarlo para mamá, en caso de que lo necesitara de vuelta. La única
vez que saqué dinero de la cuenta fue para comprarle a Sophie un regalo para su
cumpleaños número dieciocho. Había estado en la vidriera de una pequeña joyería y
cuando lo vi, supe que debía estar en su cuello. Era uno de esos collares dorados con
el símbolo del infinito uniendo los extremos de la cadena. Había sido una perfecta
representación de cómo me sentía, y le había encantado. Lo supe por cómo gritó al
teléfono llamándome cuando finalmente llegó a su puerta, y no podría haber estado
más feliz de escuchar la alegría en su voz. Si tan solo hubiera sabido entonces lo que
sabía ahora, no estoy seguro de que se lo hubiera comprado. El infinito era algo que
no podía prometerle a nadie nunca más. Ni siquiera a mi hermosa Sophie.
6
Capítulo 1 Ethan
Traducido por Caami
Corregido por Nanis
na palmada en la espalda saca mi mirada abajo que he estado
teniendo con mi cerveza Guinness. Mi cabeza se inclina sobre mi
hombro derecho y veo a Pete sacar un taburete para sentarse. Le
doy una inclinación de cabeza.
―¿Qué me he perdido? ―pregunta, inquietud llenando su voz.
Mi mano derecha baja, recogiendo la cerveza. Tomo un trago pesado antes de
dejar que se deslice por mi garganta.
―Alrededor de cuatro de estos ―Sostengo el vaso ya vacío―, y cinco de esos
―le digo, señalando el vaso vacío más pequeño.
No quiero mirarlo, porque ya sé qué cara está haciendo. Ethan, su pobre
primo que perdió a su padre, y ha ido a revolcarse en un pub en el aniversario de su
muerte. Debería haber venido antes para estar con él. Sólo para bromear con Pete.
No necesito a nadie hoy, excepto a mi padre, y él no puede hacerlo.
Grito:
―¡Fiona! Mi compañero aquí necesita ponerse al día. ―Fiona, una pequeña
pelirroja con la sonrisa más linda y danzante trae una botella de Jack, llenando dos
pequeños vasos.
Da un paso hacia la izquierda para llenar un litro más de Guinness antes de
marcharse, pero se detiene para mirarnos.
―Vuelvo con los tragos en un minuto, chicos. ―Tiene un acento muy
marcado, por lo que al instante la relaciono con Liverpool. Probablemente debería
preguntarle, pero no lo hago.
U
7
Pete baja su trago y luego descansa su mano en mi hombro.
―Lo siento, compañero. Ni siquiera puedo imaginar lo que se siente. Me
gustaría que él estuviera aquí.
Sé que es genuino y que tiene buenas intenciones, pero me encojo de hombros
y espero la segunda ronda.
Fiona se acerca unos momentos más tarde con nuestros perfectamente
vertidos tragos, levantándolo hacia mi boca, dudo.
―Por mi padre.
Pete toma el suyo y luego levanta la copa en el aire.
―Por tu padre.
El silencio se siente bien mientras Pete y yo nos sentamos, bebiendo otra. Pete
sabe cómo ser un buen amigo, y me da el espacio y el tiempo que necesito.
Y lo que necesito ahora es otro trago.
Me aferro al borde de la barra como si me sujetara. Una vez más se debe
sobre todo a hacer que el dolor desaparezca, así que me siento tan recto como
puedo.
―Fiona, amor ¿puedes conseguirme otro?
Extiende la mano y levanta mi barbilla.
―Creo que has tenido suficiente, amor. ―Agarro su mano y por alguna
extraña razón, la empujo hacia mi boca para besarla. Ella se ríe, pero no se aleja.
Mis dedos empiezan a trabajar su camino por su brazo hasta que la mano de
Pete tira abajo la mía.
―Así que, Sophie estará aquí la próxima semana. ¿Estás emocionado?
―Sophie ―murmuro, sin mirarlo―. Por supuesto que estoy emocionado.
―No estás actuando como si fuera así, Ethan. Sé que estás molesto, pero es de
Sophie de quién estamos hablando aquí. No te atrevas a hacerle esto.
Saco su brazo fuera del mío.
8
―No hice nada malo, Pete.
―Creo que Sophie no estaría de acuerdo.
―Sophie entendería que estoy enojado y borracho.
Pete se pone de pie y se acerca a mi cara.
―Sabes que haría cualquier cosa por ti, pero si le haces daño a nuestra chica,
voy a sacar la mierda de ti. Ahora vámonos.
Lo empujo lejos.
―Ella no es nuestra chica, es mi chica, Pete. Así que déjalo ―le grito,
haciendo que todo el lugar se gire y mire.
Pete arroja algo de dinero y luego me agarra del brazo, tirando de mí. ¿Qué
puedo decir o hacer? Probablemente tiene razón, pateara mi trasero a menos que
Sophie se lo impida. Así que dejé que me tirara afuera a la noche fría. El viento
aumentó desde que entre en el pub donde me había establecido para ahogar mis
penas. El aniversario de la muerte de mi padre es difícil de manejar, pero
encontrarme con que mi madre tiene cáncer de mama es demasiado para mi cabeza.
¿Por qué la vida está siendo tan cruel conmigo? Creer en Dios ya no se siente
como una opción. Si es real, me gustaría pensar que es lo suficiente hombre como
para mostrarme su trasero en persona. O tal vez sólo es un cobarde, y no quiere
mirarme a la cara, puesto que se ha llevado a mi papá lejos, y ahora está pensando
en llevarse a mi mamá. No puedo dejar que eso suceda.
Estamos caminando hacia el departamento de Pete, bueno, nuestro
departamento, cuando mi pie golpea contra un bache, haciendo que me caiga de
bruces.
―¡Mierda! Eso duele.
Pete se inclina, toma mis dos brazos, levantándome.
―¿Qué pasa? ¿Qué está pasando, Ethan? Nunca te he visto tan mal.
Envuelve su brazo alrededor de mi pecho y mi brazo, tratando de
sostenerme.
―Dios está jodiendo conmigo, Pete.
9
―¿De qué estás hablando?
Me detengo para apoyarme en la ventana de un pequeño restaurante italiano
que frecuento. Casi estamos en lo de Pete. Por alguna razón no lo puedo llamar
nuestro, ya que Claire vive con nosotros. Eventualmente, me van a echar. Si tan sólo
mis pies se movieran, pero no lo harán. Mi cuerpo se desploma en el cemento frío,
entonces mi cabeza cae en mis manos.
―Mi mamá tiene cáncer, y es todo culpa mía.‖―Me las arreglo para sacar, en
medio de los gritos de mi propia cabeza diciendo que me calle. Mi madre no quiere
que nadie lo sepa todavía, pero tengo que decirle a alguien que sepa mantener su
secreto. Pensé que iba a estallar guardándolo.
Peter se desploma a mi lado, suspirando profundamente, moviendo la cabeza
ida y vuelta. Un momento después, su brazo se envuelve a mi alrededor.
―¡Mierda!‖Lo‖siento‖mucho,‖amigo. ―Me examina de cerca, y con severidad
añade―: Tienes que saber que no es tu culpa.
Me alejo, apoyando mi cabeza sobre mis rodillas.
―Pero, lo es. Si no me hubiera perdido a mí mismo cuando papá murió, ella
lo habría encontrado antes. Si no fuera por mí mudándome aquí, podría haberlo
descubierto antes.
―¿Cómo sabes eso?
―Ella me lo dijo.
―Ethan mírame ―dice en voz baja―. Estoy seguro de que lo
sobreentendiste. ¿Qué fue exactamente lo que dijo?
Mi cabeza se levanta de mis rodillas para mirar por encima de él.
―Me dijo que no había conseguido su prueba anual, ya que se olvidó cuando
nos mudamos. Había estado pasando por tanto, que dejó algunas cosas pasar que no
eran importantes en ese momento. ¡No importantes! ¿Puedes imaginarla a ella
pensando en eso? Y, ahora malditamente va a morir por mí. ―Empujándome contra
la pared, de alguna manera logro ponerme de pie. Cómo no he vomitado todavía,
eso está más allá de mí.
10
Peter me tira a su lado, dirigiéndome a la escalera. Su piso es en la parte
superior. Uno al que estoy seguro que no llegaré sin su ayuda.
Cuando llegamos arriba, se vuelve hacía mí.
―No es tu culpa. Ya se nos ocurrirá algo. Por ahora basta con ir a tu
habitación y dormir la mona. ―Y sí, justo después de que terminé arruinando mi
camisa y pantalones con todo lo que había bebido esa noche.
El despertar con tu propio vómito y baba no es una buena manera de
empezar el día. Rápidamente me hago una promesa de nunca dejar que eso me
moleste otra vez. Mi boca se siente como un millón de bolas de algodón, mi lengua
está cubierta con Dios sabe qué, mi cabeza late, y me duele. Puedo, literalmente,
olerme a mí mismo.
―Apuesto a que te sientes justo como te ves ―dice Pete después de que
levanta la vista de su tostada, moviendo la cabeza al verme mientras salgo de mi
habitación. Siento que el infierno se ha apoderado de mí, tiro afuera una silla para
sentarme. Si mi cabeza sigue palpitando así durante el resto del día, no le seré útil a
mi madre. Claire viene caminando, coloca un frasco de aspirinas frente a mí con un
gran vaso de agua. Abro la botella de un golpe, y agarro sólo tres para estar seguro.
Pete agarra su mano y la empuja en su regazo, dándole un beso de buenos días.
Siento que voy a vomitar de nuevo.
Clarie está bien, pero ha habido algo en lo que no puedo meterme en los
últimos tiempos que saca al infierno fuera de mí. Ella ha comenzado a quedarse
fuera hasta tarde, a veces sin volver a casa en absoluto, e inventa excusas para
explicarlo. Nunca le he dicho a Pete que no confío en ella, ¿cómo puedo hacerlo?
Está enamorado. Esa chica no puede hacer nada malo, en su forma de ver. Incluso
he pensado seguirla, pero es casi como si ella lo sintiera, ya que me esquiva antes de
salir. Claire salta de su abrazo como si de Satanás se tratara, entonces alisa su falda.
11
―¿Puedo darte‖un‖aventón,‖Ethan?‖¿Así‖ves‖a‖tu‖mam{?‖―me pregunta Pete,
sin apartar los ojos de Claire.
Un viaje hubiera sido bonito, pero lo único que quiero hacer es despejar mi
cabeza.
―Gracias, pero voy a caminar un rato. ―Él no dice nada, pero me da una
pequeña sonrisa y un guiño de entendimiento rápido.
Claire se pasea hacia mí cruzando los brazos.
―Por lo menos podrías darme las gracias por la limpieza después de ayer por
la noche, Ethan.
Un gemido se escapa de mi boca antes de suspirar pesadamente.
―Gracias Claire. No volverá a suceder.
Mis ojos se mueven hacia Pete entonces el boquea.
―Perdón.‖―Sé que ella es simplemente correcta y todo, pero cada vez que
me habla, su voz me recuerda al sonido de uñas en la pizarra.
Arrastrándome por los pocos tramos de escalera mi teléfono suena.
Echando un vistazo al número, no puedo responder lo suficientemente
rápido.
―Mamá, ¿está todo bien?
―Por supuesto. Me preguntaba si estabas bien, amor. ―Hace una pausa,
pero luego dice―:‖ Dijiste que ibas a quedarte fuera una noche y que luego me
acompañarías esta noche. Tengo mi cita mañana, y me dijiste que te gustaría unirte a
mí.
―Por supuesto. Buscaré un taxi y estaré en casa tan pronto como sea posible.
―Tómate tu tiempo ―me dice.
Miro rápidamente el reloj para asegurarme de que tenga razón.
Tengo un montón de tiempo para llegar, así que dejo la idea de un taxi y sigo
caminando. Está a unos kilómetros de distancia, pero no me importa. Hace frío, a
pesar de que sale el sol, que me da una buena paliza en la cara. Caminar me da
12
tiempo de pensar en mi madre, Sophie vendrá el próximo semestre, y cómo diablos
las voy a manejar a las dos al mismo tiempo.
La emoción inunda mis venas de ver a Sophie de nuevo. Un indicio de
sonrisa juega en mis labios, pero es rápidamente reemplazado por un ceño fruncido.
Estoy encantado de verla, pero pasar tiempo con mi mamá es una prioridad en estos
momentos. No voy a perder a otro padre. No puedo, y no lo haré.
Sophie sólo tendrá que entender.
13
Capítulo 2 Ethan
Traducido por Soñadora
Corregido por Nanis
stamos sentados en una oficina de paredes blancas con muy poca
decoración.
La única cosa que noto son certificados en pequeños marcos
que cuelgan en la pared detrás del escritorio, una planta verde falsa
en la esquina. Mi mamá se inclina para tomar mi mano.
―Todo irá bien. Ya verás ―dice, pero su voz se rompe lo justo para hacer
que no le crea.
Varios, dolorosamente silenciosos, minutos después, la doctora entra, y se
sienta. Siento que voy a volar en un millón de pedazos. Su voz es baja y autoritaria,
pero nada de lo que dice realmente lo registro. Solo entiendo una palabra aquí, una
frase allá. Lo único que me trae de vuelta es el apretón firme de mi madre en mi
mano antes de soltarme.
―Así que, te dejaré tomar la decisión. Al menos tenemos opciones, Colleen
―dice la doctora antes de poner su mano en el hombro de mi madre―. Haremos lo
mejor‖para‖vencerlo.‖―Luego se ha ido. Mi madre saca sus pañuelos de su bolso y
comienza a sollozar en uno. Mis brazos la envuelven instintivamente, sosteniéndola,
fuertemente.
En este momento siento que si no la dejo ir, se quedará y se pondrá bien. Que
puedo protegerla, pero se desprende demasiado pronto, y mis propios muros se
sienten a punto de caer.
―Bueno, supongo que tengo algunas cosas en las que pensar.
―¿Qué puedo hacer? Haré cualquier cosa ―respondo.
E
14
Su mano toca mi rostro, acariciando mi mejilla suavemente.
―Ya lo has hecho.‖ Estar‖ aquí‖ es‖ suficiente.‖―Levanta su bolsa de su falda
antes de levantarse y enderezarse―. Ethan, ¿puedo decirte algo sin que te molestes?
―pregunta mirándome desde arriba.
Me paro de inmediato para mirarla a los ojos.
―Lo‖que‖sea.
―Sé que estás asustado por mí, yo también lo estoy, pero todo estará bien.
Así que no te preocupes por mí.
―No puedes saberlo.‖―Mis ojos caen al piso. No puedo mirarla por miedo a
que mis propias lágrimas comiencen a caer.
―Cuando tu pap{‖murió,‖quise‖irme‖con‖él.‖―Ella deja salir una risa ligera―.
Si esto hubiera aparecido cuando él murió, hubiera dejado que me llevara, pero
quiero vivir. Voy a luchar‖ contra‖ esto.‖ ―Su mano alcanza el picaporte, pero se
detiene y se gira―. Además, ¿imaginas lo que tu padre diría si me viera entrando
por esas puertas perladas?
Una pequeña risa se me escapa antes de mirarla.
―Probablemente te echaría a patadas.
―Lo haría sin dudas. Me ayudará a pasar esto, porque sé que por más que
amaría verme, y yo a él, no estamos listos para eso.
El sentimiento indescriptible de sostenerla me posee mientras la tiro de la
puerta empujándola hacia mí.
―Eres la mejor, mamá. Por favor, déjame ayudarte con cualquier cosa que
necesites.
Ella se desprende de mi abrazo.
―Lo único que quiero es que tengas fe y no seas estúpido. Peter me llamó
anoche. No caigas por esa trampa de nuevo, hijo.
Quiero patear a Peter por decirle de anoche, y solo espero que no haya
mencionado que sabe de su cáncer.
15
―Haré lo mejor que pueda ―le aseguro.
Al día siguiente mi teléfono vibra demasiado temprano como para que sea
Sophie llamando. Pero cada vez que suena, espero que sea su voz la que oiga del
otro lado. El número de Peter aparece en la pantalla.
―¿Qué‖quieres,‖Pete?
―¿Qué clase de persona atiende así el teléfono?
―Lo‖siento.
―No te preocupes, hermano. No viniste a casa anoche. ¿Todo bien?
Mi mente divaga brevemente hacia la noche anterior. Mi madre y yo jugamos
a scrabble por horas juntos, sin mencionar ni una vez la palabra cáncer. Detesto el
scrabble, pero mi mamá lo ama.
―Está bien. Me quedé otra noche para mantener a mi mamá acompañada.
―Lo imaginé. Hey, ¿podrías verme para almorzar hoy? Tengo algo de lo que
quiero hablarte.
―Claro.‖¿Dónde?
―Donde siempre ―responde con un tono sorprendido, como si ni siquiera
debiera haber hecho esa pregunta.
―Estaré allí al mediodía. No llegues tarde.
16
Ir a Los Tres Galgos para comer algo rápido es algo que tratamos de hacer al
menos una vez a la semana. Mientras camino a la calle Greek, mi teléfono vibra en
mi bolsillo. Una foto de su cara ilumina la pantalla, haciendo que me detenga. No he
hablado con Sophie por dos días. Es raro que no hablemos cada día, pero ha estado
ocupada con la escuela y Valerie, y yo con mi mamá.
―Hola,‖hermosa.
―Hey ―responde―. ¿Qué estás haciendo ahora mismo?
Mi boca de inmediato se curva en una sonrisa al escucharla.
―Voy camino a encontrarme con Pete. ¿Qué haces tú, amor?
―Nada. Terminando de empacar y cosas. Te extraño, no puedo esperar a
verte.
―Yo igual, Sophie. Escucha, estoy llegando al pub, ¿puedo llamarte en una
hora? ―Odio apurarla. La verdad es que he estado muriendo por verla, tomarla,
tocarla, pero me asustan las mismas razones. Quiero ser el chico perfecto que
recuerda, y me asusta ya no ser ese chico. No es que no quiera serlo, es solo que no
creo que pueda con todo lo que está sucediendo.
―Oh, claro. Dile a Peter que dije hola.
Odio escuchar la decepción en su voz. Parte de mí quiere dejar plantado a
Pete, quedarme en el teléfono con Sophie solo para escucharla balbucear sobre
cualquier cosa.
―Lo‖haré.‖Te‖llamo‖m{s‖tarde.
No espero que cuelgue, cierro mi teléfono y lo meto en mi bolsillo. Algunas
veces jugamos el estúpido juego del “cuelga tú, no, cuelga tú, no, cuelga primero,” con
lo que usualmente amo molestarla, pero no puedo concentrarme sabiendo que Pete
quiere hablarme de algo. Como su madre es mi tía, siento que ella puede tener más
información sobre el caso de mi madre, y quizás ha confiado en Pete. Me preocupa
que el cáncer de mi mamá sea más serio de lo que ella deja ver.
Pete está sentado en el fondo. Camino para encontrarlo. Dos Guiness están
esperando en la mesa.
17
―Salud, hermano ―digo antes de tomar un sorbo de cerveza.
Pete parece nervioso, así que pregunto:
―Así que, ¿de qué querías hablarme? ―Él se mueve dentro de su abrigo,
buscando algo, aún no me ha mirado. Miro como saca una pequeña caja negra del
bolsillo de su saco, causando que casi me caiga de la cabina. Esto no es lo que
imaginé que pasaría hoy.
No puede hablar en serio. No ella. No para siempre. Ella no es la indicada
para él.
―Le pediré a Claire que se case conmigo. La amo, y quería que fueras el
primero en saber.
―¿Estás seguro? ¿Matrimonio? ¿Claire? ―Me inclino en la mesa y susurro―:
¿Estás loco?
Él cruza sus brazos, inclinándose hacia atrás, mirándome.
―No‖lo‖arruines,‖hermano.
―Cristo,‖lo‖siento.‖―Me siento de nuevo―. Sólo no esperaba esto.
―Bueno, ser{‖ mejor‖ que‖ te‖ acostumbres.‖ ―Toma un largo sorbo de su
cerveza―. Así que, por supuesto sabes a quién me gustaría tener parado a mi lado.
Mis labios se curvan en una sonrisa antes de responder.
―Ni siquiera necesitas preguntar. Siempre estaré junto a ti.‖―Que pete se
case con Claire nunca estuvo entre mis planes. No es que tenga muchos, pero ella
definitivamente no es a quien veo con alguien tan bueno como Pete.
Algo no ha estado bien. Él tiene que saber que no es la indicada. Incluso yo
puedo ver el cambio en ella. ¿Cómo diablos puede no verlo? De todos modos, sé que
quiere que me alegre por él, así que me pongo una sonrisa falsa, y digo:
―Felicitaciones,‖Pete.
Pete sonríe ampliamente.
―Hay una cosa más. Tengo una sorpresa para ti. Esa es la verdadera razón
por la que te pedí que nos encontráramos aquí.
18
¡Genial! Otra sorpresa. ¿Qué demonios soltará ahora?
―Bueno,‖ adelante. ―Su cara se rompe en otra sonrisa aún más grande
mientras mira detrás de mi hombro.
Me giro justo a tiempo de ver a Sophie caminando hacia mí, viéndose como
un pedazo de paraíso, si es que el paraíso existe. Un minuto después está en mis
brazos, y siento la necesidad de pellizcarme para asegurarme que no estoy soñando.
―¿Qué‖est{s…‖cómo estás aquí? ―susurro en su oído.
Ella besa mi mejilla rápidamente antes de ver sobre mi hombro y sonreír a
Pete.
―Pete y yo planeamos esto hace algunas semanas.
Mis ojos encuentran los de Pete.
―¿Algunas semanas? Y no me dijiste.
Pete toma su cerveza, terminándola, luego se para.
―Entonces, ¿qué clase de sorpresa habría sido? ―Golpea‖mi‖hombro‖antes‖
de girarse y levantar a Sophie en el aire. Aunque sé que no hay nada romántico en
su abrazo, una corriente de celos me atraviesa―. Lo logramos, Soph. Nunca pensé
que serías capaz de‖ocult{rselo.‖―La pone de vuelta en el piso, así que no dudo en
atraerla de nuevo a mí. Mis brazos abrazan su cintura, pongo mi barbilla sobre su
cabeza, sólo sosteniéndome a ella.
―Tan poca fe ―dice ella bromeando. Sus manos cubren las mías, luego las
pone sobre ellas, apretándolas suavemente. Deja que su cabeza se incline antes de
guiñarme un ojo.
La abrazo más cerca, y encaja perfecto, como la última pieza de un
rompecabezas antes de que esté completo. Su cabello huele justo como lo recordaba,
mientras respiro.
―Bueno, los dejaré que se‖pongan‖al‖día,‖ tortolitos.‖―Pete comienza a irse,
pero se gira―. Sé que probablemente estás cansada, Soph, pero invito la cena esta
noche.‖―Me mira de vuelta―.‖A las ocho en nuestro departamento.
―Estaremos‖ahí.‖―Beso la cabeza de Sophie y grito―:‖¡Hey,‖Pete!‖Gracias.
19
Se gira una última vez, sonriendo antes de salir. Esta es la clase de cosas que
hace que me mantienen ferozmente leal a él.
Tomando su mano en la mía, la giro para que me mire. El deseo de sentir sus
labios es tan consumidor que olvido dónde estamos. Cuando nuestros labios se
juntan, el mundo se detiene, y me siento alocadamente tranquilo por primera vez
desde que descubrí lo de mi mamá. No es hasta que oigo los gritos insultantes del
otro lado del bar que consigo desprenderme. Mi mano acaricia su mejilla mientras la
miro a los ojos.
―Salgamos de aquí ―susurro, empujándola conmigo, sin esperar una
respuesta,
―¿A dónde‖vamos?‖―pregunta, riendo.
―No me importa. A algún lado donde podamos estar solos. El
departamento. Pete está en la universidad.
―De acuerdo, pero deje mis bolsos en el auto de la mamá de Peter, no dejes
que las olvide después.
Mientras envuelve mi cintura con sus brazos, tomo su hombro con el mío,
guiándola al departamento. Ella se detiene, cerrando sus ojos, respirando
profundamente.
―Amo esta ciudad ―dice, sonriendo con sus ojos aún cerrados.
Ahora mismo, no podría estar más de acuerdo.
Pete siempre está en la escuela o con Claire estos días, así que el
departamento está vacío cuando llegamos. La llevo directo a mi habitación,
cerrando la puerta. Desperdiciar tiempo precioso no es algo que me guste hacer
cuando se trata de Sophie, y creo que puede verlo en mis ojos porque no cuestiona
nada. Sólo me sigue. Me saco la chaqueta, tirándola en el sillón junto a mi escritorio.
20
Ella hace lo mismo, luego se saca los zapatos. Sophie se aleja de mí para sentarse en
la cama, descansando en sus codos. Mi cuerpo cubre el suyo de inmediato, y
nuestros labios se encuentran con una ferocidad que casi había olvidado que
sentíamos el uno por el otro.
Su cuerpo es cálido y tentador mientras trazo cada centímetro de piel en ella.
Quiero recordar este momento, ya que tenemos tan pocos. Estará aquí sólo por cinco
meses, y si aún está junto a mí cada noche, nunca será suficiente. Su corazón está
acelerado. Lo siento a través de su camisa, su pulso imitando el mío. Mi mano se
desliza debajo para tocar su piel. Sus dedos comienzan a desprender mi camisa
mientras le saco la suya. Cuando su boca deja la mía por un breve segundo, se ríe.
―¿Qué? ―pregunto.
―No es nada. Ven más cerca ―demanda, envolviendo mi cuello con sus
manos. No se me ocurre cómo podría acercarme aún más, pero me presiono contra
ella, y puedo sentirla reprimir una sonrisa cuando beso su boca. Mi cuerpo toma el
control, y antes de que pueda entender qué ha pasado, ambos estamos como
vinimos al mundo respirando a bocanadas por aire. Fue rápido. Demasiado rápido.
Casi había olvidado lo bien que se sentía su piel, cómo olía.
Sus dedos pasan por mi cabello varias veces haciendo que me den escalofríos.
Mi mano recorre su brazo varias veces. Cada peca en su hombro brilla con sudor
cuando las beso. Puedo pasar horas besándolas. Deben ser las pecas más
malditamente lindas que alguien puede tener, así que me dejo ser otros segundos.
―Dejaste que te creciera el cabello ―nota ella.
―Tú también ―respondo. Su cabello es unos centímetros más largo. Puedo
perderme solo en su cabello.
―Me gusta ―agrega, pasando sus dedos una vez más, empujándome hacia
ella.
Si pudiera detener el tiempo justo ahora, este sería el momento preciso en el
que querría que se detuviera. Mi vida es perfecta por este breve momento mágico.
No‖hay‖c{ncer,‖no‖hay‖muerte…‖Sólo‖dos‖personas‖enamoradas.
Mis ojos ven el reloj, aunque no quiero salir por aire.
21
―Deberíamos vestirnos. A menos que quieras que Pete o Claire nos
encuentren‖haciéndolo.‖―Sus ojos encuentran los míos cuando sus manos toman mi
cara, dándome un largo beso que me enciende de nuevo.
Al demonio.
La doy vuelta, mi boca hace el camino de su barbilla a su ombligo, sus manos
van a mis hombros, en un intento por separarme de nuevo.
―Alguien volverá pronto. Se hace tarde. ¿Dónde está la ducha? ―pregunta,
escapándose de mí.
El reloj marca pasada las seis. Hemos estado enredados el uno en el otro por
casi cinco horas. Es cierto, el tiempo vuela cuando te diviertes.
―Debemos estar listos a las ocho, así que, ¿deberíamos ser buenos
ciudadanos y conservar el agua?
Un golpe en la puerta nos advierte que no estamos solos.
―Sé que han estado ahí dentro haciéndolo todo el día. ¿Saldrán en algún
momento pronto? ―grita Pete.
―No. ―Le hago cosquillas para hacerla reír―. Ahora‖déjanos‖solos.‖―Sophie
sigue riendo incontrolablemente mientras le hago más cosquillas.
―¡Para! ―Su respiración es entrecortada, su cabello un desastre, pero igual
se ve hermosa.
Sophie se ve como un niño que fue atrapado sacando galletas sin permiso
cuando deja mi habitación. Ya había mirado, la puerta de Pete estaba cerrada, así
que la guío al baño. Ella muerde su labio, sonriendo ligeramente cuando intento
entrar con ella.
―Ser{n‖sólo‖unos‖minutos.‖―No entro con ella, aunque debo agarrarme a la
pared para detenerme. Está aquí. En Londres. En mi departamento. Me siento feliz
de nuevo. Al menos por ahora.
22
Capítulo 3 Ethan
Traducido por Jo
Corregido por Nanis
l apartamento está cubierto de flores, velas encendidas, y un aroma
que no puedo identificar, cuando volvemos una hora después.
Habíamos salido a comprar una botella de vino para traer a la fiesta
sorpresa de compromiso que Pete ha planeado. Sophie parece enamorada con el
lado romántico de Pete. Vasos de champaña fríos están sobre la mesa con pequeñas
bandejas de comida a su lado. Claire no ha hecho una aparición todavía, y hemos
estado aquí por casi media hora ya.
Pete comienza a gastar la alfombra al caminar atrás y adelante. Sophie se
para, guiándolo a una silla.
―Peter, me estás poniendo nerviosa. Ella es una chica, solo se está poniendo
hermosa para ti.
Hasta yo escucho el escepticismo en su tono.
Frecuentemente, he comunicado mis preocupaciones a Sophie acerca de
Claire. Al principio todo estaba bien, pero dos veces en el último mes no ha siquiera
venido a casa, dejando a Pete con pánico, pensando que estaba muerta.
Y, es algo que ha estado poniéndose cada vez más obvio para mí. ¿Acaso él
no lo entiende? Parte de mí se pregunta si lo ha notado, y esa es la razón del anillo.
No lo sé. No podría leerlo justo ahora aún si quisiera, se ha estado moviendo tanto,
que siento que necesita ser golpeado. Lo considero por un leve segundo, pero
decido no hacerlo.
Finalmente, Claire emerge del baño para unírsenos. Ella está usando una
corta falda roja y una camiseta que deja poco para la imaginación. De nuevo, estoy
cuestionando su elección en novias, pero me quedo callado. Ella lo hace feliz.
E
23
Pete se ha superado. Pan fresco, pescado, ensalada y papas nos dan la
bienvenida mientras nos sentamos para comer. La constante charla de
absolutamente nada importante se siente bien. Estoy cansado de hablar acerca de la
esperanza y la muerte. Escuchar a las chicas hablar acerca de espectáculos frívolos
de televisión ayuda a mantener mi mente fuera de los problemas. Las chicas
continúan divagando acerca de nada, cuando me concentro en Pete, que se ve como
el infierno. Su rostro está pálido, y gotas de sudor están corriendo por su frente. Si
pongo un vaso debajo de él, estoy seguro de que obtendría todo un vaso de
transpiración. Comienzo a esperar que tal vez tenga una idea, y que no atraviese por
todo este enorme error.
Aclara su garganta.
―Claire,‖ amor‖ ―dice él, tomando su mano en la suya. Pete comienza a
agacharse en una rodilla mientras Claire inhala profundamente, como si de pronto
se estuviera sofocando. Nunca he sido testigo de una propuesta antes, pero estoy
suponiendo que ese no es el sonido que cualquier chico quiere oír mientras suelta la
pregunta.
Siento que voy a vomitar. Me estiro y tomo el resto de la bebida de Sophie, y
me lo termino. Los ojos de Sophie me observan con curiosidad, pero para crédito de
ella se mantiene en silencio.
―Claire‖―dice Pete.‖Él‖besa‖su‖mano‖y‖luego‖dice―. Te amo. ¿Me harías el
honor?
La mano de ella literalmente empieza a temblar en la suya. Las lágrimas caen
de sus ojos, y por un momento me siento conmovido, pero solo por un momento.
Ella se limpia las lágrimas de sus ojos y se pone de pie.
―No te amo, Peter, ya no más. No puedo casarme contigo. Por favor
perdóname.‖―Solloza antes de correr a su dormitorio, luego cierra la puerta de un
golpe.
Pete está todavía de rodillas con el anillo en su mano sin moverse. Miro a
Sophie que está tan sorprendida como Pete. Mis pies me mueven hacia él antes de
que siquiera sepa qué decir.
24
―Vamos, Pete‖ salgamos,‖ nos‖ intoxicaremos‖ ―sugerí. No tengo ganas de
beber hasta enfermarme esta noche, pero justo ahora hacerlo olvidar parece más
importante.
Tomo su mano en una, y a Sophie en la otra.
―Vamos.
Él no resiste, pero no lo deja ir tan fácilmente. Continúa luchando con el
demonio interior corriendo alrededor en su cabeza mientras caminamos. Casi puedo
escuchar la conversación. ¿Por qué? ¿Por qué? ¿No soy lo suficiente? ¿No merezco amor?
¿Qué hice mal? Pensé que estábamos perfecto… bla, bla, bla.
Lo empujó hacia el pub más cercano y ordeno dos shots y tres pintas.
Sophie se mete.
―Tomaré‖ uno‖ de‖ esos‖ también.‖ ―Su dedo apunta los shots de Jack, y se
encoge de hombros. Me sorprende ya que ella odia beber y perder el control, pero
espero al de ella antes de beber el mío. El de Pete ya se ha ido. Antes de que mi
mano alcance mi vaso, él ya está ordenando otra ronda. Esta va a ser una larga
noche. Suspiro.
―No puedo creer cuán ciego estaba. ¿Qué‖ infiernos‖ acaba‖de‖pasar?‖―Sus
manos se empuñan a sus lados momentáneamente antes de que la siguiente ronda
llegue. Dos en cuestión de minutos. Esto no va a terminar bien, pero quedarme a su
lado es la única opción. Nunca lo dejaría cuando me necesita.
Los ojos de Sophie encuentran los míos por un leve segundo antes de que le
asegure que es la pérdida de ella, y que él es demasiado bueno para ella de todas
maneras. Sus manos hacen pequeños movimientos circulares sobre su espalda
intentando calmarlo. Parece estar funcionando. O, tal vez son solo los tres shots y
dos pintas que se ha bebido en menos de media hora.
Pete se levanta de su silla.
―Volveré‖―hipea, tomando su abrigo de la silla.
―¿Dónde estás yendo, amigo?
25
―Al‖ baño.‖ Solo…‖ volveré‖ pronto‖―dice él, pero ¿quién lleva su abrigo al
baño? Sé exactamente dónde está yendo, y no estoy seguro de que pueda detenerlo
o unirme a él. Dejarlo salir, y enfrentarla solo es algo que necesita ser hecho, pero no
cuando está de esta manera. Se arrepentirá de cada palabra que saldrá de su boca si
continúa con esto. Eso si ella siquiera sigue en el departamento.
―Sophie,‖vamos,‖necesitamos‖ir.‖―Mi mano se estira para ayudarla, pero ella
se aleja.
Me mira como si estuviera loco.
―No podemos irnos sin Peter.
―No vamos a hacerlo. Vamos. Él probablemente está casi allá.
―¿Dónde?
―¿Dónde crees, Sophie? Fue a hablar con Claire.
Ella rápidamente se pone su abrigo, luchando con los botones.
―¿Cómo‖sabes‖eso?‖―Sus cejas se levantan, cuestionándome.
―Confía‖en‖mí,‖amor.‖Vamos.‖―Ella corre detrás de mí, tomando mi mano.
Se siente bien y cálida en la mía, tanto que a veces tengo miedo de dejarla ir, sin
saber si volverá.
La puerta del departamento está ampliamente abierta. No hay gritos, no hay
voces que se escuchen, solo un fuerte golpe que me empuja hacia adentro. Pete está
boca abajo en su cama. La lámpara en el buro está rota en el suelo. Varios cajones
están abiertos de su armario. Todos vacíos. Las pertenencias de ella se han ido, junto
con ella.
―Pete,‖ ¿est{s‖ bien?‖―Sophie corre a mi lado para sentarse a su lado en la
cama.
―Solo esto. Esto es todo lo que dejó. Una jodida carta. Le pedí que se casara
conmigo, y todo lo que obtengo es una carta de mierda diciéndome que conoció a
alguien‖ m{s.‖ ―Se gira, su rostro muestra rabia y confusión acerca de lo que ha
pasado―. Nunca habría preguntado si pensara que ella no me amaba.
Ruego diferir, pero no tengo intenciones de anunciarlo en voz alta.
26
Sophie aleja su cabello de su rostro con cariño, como una madre. Él ni
siquiera me nota de pie en la esquina. La carta todavía está en su mano, pero un
segundo después la lanza a un lado. Sus ojos se concentran en Sophie hasta que creo
que estoy a punto de explotar.
―¿Por qué no pude amarte de la manera en que querías que lo hiciera,
Sophie? Habría sido tan fácil amarte. Estar juntos.
Aclaro mi garganta, provocando que Pete gire su cabeza y finalmente tome
nota de que estoy en la habitación con ellos. Sus manos pasan por su cabello por un
segundo, antes de que deje su brazo descansar sobre sus ojos.
―Lo siento, Ethan. No quería decir nada.
―Está bien. Estás herido, pero lo superarás. No me gustaba ella de todas
maneras‖―dije, antes de unirme a ellos en la cama.
Sophie solo levanta la mirada un poco hacia mí para darme una mirada de
“cómo pudiste”. Cada miedo que he tenido alguna vez de ellos dos juntándose, se
acelera hasta mi mente como si tuviera trece años de nuevo. Hay una pregunta que
siempre se mantiene en la parte trasera de mi cabeza, ¿me dejaría por Pete, si él la
persigue?
A veces creo que solo debería dejar que pasara, pero soy egoísta, y mi
felicidad vive en esa chica.
Me hace más feliz que cualquier otra persona en todo el mundo, no voy a solo
pasársela porque él finalmente está comenzando a verla. Viendo cuán hermosa
realmente es ella, y no solo en el exterior, sino que en todo lo que hace. En un millón
de años nunca habría creído que estaría dispuesto a luchar con Pete por Sophie. En
el pasado, nunca la tuve realmente, ahora la tengo, y haré lo que sea para
mantenerla.
Sacudo mi cabeza. Con suerte no se reducirá a eso, porque eso sería como
perder un hermano, y un mejor amigo, en una gran cucharada. Sin mencionar a
Sophie.
27
Capítulo 4 Ethan
Traducido por Jo
Corregido por Nanis
rees‖ que‖ saldr{‖ de‖ esto?‖ ―susurra Sophie mientras nos
dirigimos a tomar una taza de café en el Bar Italia, su
nuevo punto favorito.
Han sido exactamente dos semanas desde que se separaron, y Pete es un
completo desastre. Observo como Sophie lanza una mirada preocupada a Pete,
quien está siguiéndonos varios pasos por detrás. Su obvia preocupación imita la
mía.
La primera semana él apenas salió de su habitación, a menos que tuviera que
hacerlo, pero la segunda semana debió haber finalmente enviado todo a la mierda,
para seguir adelante. Al menos esa es la manera en la que ha estado actuando. Los
últimos días ha estado en su teléfono constantemente, haciendo planes para salir, y
beber hasta el estupor con sus amigos. Quiero ir con él, estar allí de la manera en
que él ha estado para mí, pero no quiero dejar a Sophie, o a mi mamá, así que
mantengo mi boca cerrada, y lo dejo hacer su cosa.
Pienso que volverá a mí cuando me necesite. No tengo idea de con quién
puede estar hablando ahora, pero algo me dice que tiene que ser una chica por el
tono susurrado de su voz.
―Estará bien, Sophie. Es solo algo que necesita‖ sacar‖ de‖ su‖ sistema‖ ―le
aseguro con un guiño. Me da una tímida sonrisa que me hace sentir como que no
me cree. No estoy seguro si siquiera yo me creo.
Una vez que tomamos nuestros cafés, todos nos sentamos afuera en las sillas
negras de aluminio. La calidez del café se siente bien en un día frío. Sophie y yo
permanecemos callados por varios minutos estudiando a Pete. El único sonido que
―¿C
28
ha estado viniendo desde la mesa ha sido el móvil de Pete sonando, luego a él
charlando con quienquiera que sea que está haciendo planes.
Me inclino para meter un mechón suelto de cabello detrás de su oreja.
―Mi mamá necesita hablar conmigo hoy, así que te dejaré en la escuela y te
veré después.
―¿Está bien ella?
Asiento.
―Sí, creo que finalmente‖ ha‖ tomado‖ una‖ decisión.‖―Al menos espero que
esto sea por lo que necesita verme. Pensaría que para ahora ella se habría decidido,
pero es un enorme asunto y ha estado tomándose su tiempo. Solo espero que sea la
correcta.
Decirle a Sophie acerca de mi mamá varios días antes se sintió como si
hubiera sacado el enorme elefante de la habitación. Siempre he estado a la espera de
que otra bola caiga y me derribe. Ella podía notar que estaba escondiendo algo, pero
nunca me presionó realmente por información. Entiende que necesito estar allí para
mi mamá más que nunca, hasta forzándome a dejarla en las tardes para ir a casa
para estar con mi mamá. Mirándola, sé que tengo tanta suerte de tener a Sophie a mi
lado mientras toda esta mierda esté pasando con mi mamá.
Pete termina su llamada y su café.
―Te veré después, ¿Ethan?
―Terminaré más tarde, amigo. Justo después de que pase algo de tiempo con
mi mamá.
―¡Brillante! Algunas personas se aparecer{n‖ por‖ una‖ pinta‖ o‖ dos.‖ ―He
estado pasando más noches donde Pete desde que Claire se fue. Anterior a que ella
lo dejara, había pasado la mayoría de las noches donde mi mamá. A veces él asusta
el infierno en mí con la manera en que se ha estado comportando, así que me hace
sentir mejor mantener un ojo en él. Tristemente está en el mismo camino de
destrucción en el que estuve cuando mi papá murió. Lo conozco bien, e intento no
dejar su lado por mucho tiempo. Decir que nuestras razones por las que nos fuimos
por aquel resbaloso camino son algo diferentes sería un eufemismo, pero uno que sé
29
que debe tomar para dejarla ir. Y, si tengo que bajar con él, que así sea. Él hizo lo
mismo por mí, cuando yo no tenía a nadie.
Mi madre está sentada con sus pies doblados bajo ella en el brazo de la silla
que está más cerca a la ventana mientras yo entro. La ha girado para que enfrente el
exterior. Estoy inseguro de si está consciente de mi presencia, así que aclaro mi
garganta.
―Mamá, ¿está todo bien?
Ella se gira lentamente para enfrentarme con los ojos rojos, la cara manchada,
y unas pocas lágrimas que caen por sus mejillas. ¿Cuánto tiempo ha estado
llorando? No lo sé, pero por su apariencia, han sido horas.
―Ven a sentarte a mi lado. Tengo buenas‖ noticias.‖ ―Sus ojos continúan
estudiándome por un breve segundo antes de que saque un pañuelo de su bolsillo.
En lugar de tomar una silla, me arrodillo en frente de ella, apoyando mis manos en
sus rodillas. El pensamiento de la más leve buena noticia viniendo de ella ahora
parece imposible, pero bienvenido. Aceptaré cualquier cosa en este momento.
Ella suena su nariz con fuerza, metiendo el pañuelo por su manga. Río en voz
baja, han pasado años desde que la vi hacer eso. Me hace pensar en mi abuela.
―Hablé con tu hermana ayer.
―Bieeen‖―vacilo, esperando las llamadas buenas noticias.
―Katie está embarazada, y antes de que digas algo, sí, se están casando.
Mi trasero golpea el suelo luego de que me suelta la bomba. Sabía que otra
bomba venía, solo no estaba esperando eso. Confundido, aprieto la parte superior
de mi nariz y cierro mis ojos.
―¿Esa es la buena noticia? ¿Pensé que tal vez tenías noticias sobre, ya sabes?
30
―Puedes decir la palabra, Ethan. Ya no tengo miedo. Las cosas están pasando
con rapidez. ―Sus‖dedos‖levantan‖mi‖barbilla―. Ethan, mírame. ―Cuando lo hago,
continúa―: Mis prioridades han cambiado. Voy a ser una abuela, y quiero estar aquí
por ese bebé.
Sacudo mi cabeza.
―Así que ¿qué, olvidar tu cáncer, y hacer qué, mudarte a Australia?
Aun cuando las palabras salen de mi propia boca, estoy seguro de su
respuesta antes de que hable.
―No‖y‖ sí. No, no voy a olvidar mi cáncer, y sí, me mudaré después de la
operación, y que el doctor me dé la aprobación para hacerlo.
―Mamá, ¿qué operación? No me has dicho nada todavía.
―Bueno, no sabremos en qué estado estoy hasta después, pero están
esperanzados. Una vez que la doble mastectomía esté hecha, entonces serán capaces
de obtener una mejor idea. Está programada en cuatro semanas más. Puede que esté
medicada por varios años, pero no están seguros si con la quimioterapia o la
radiación a este punto. Tomaré cada paso cuando llegue. Esta es la mejor manera de
luchar,‖ ¿no‖puedes‖ verlo?‖―Se detiene y suena su nariz más fuerte que la última
vez―. Quiero estar allí para Katie y ese bebé. Ellos me necesitan.
Mi cabeza cae sobre mis manos.
―¿Qué hay de mí? Te necesito.
Sus manos acunan mis mejillas levantándolas para que nuestros ojos se
encuentren.
―Puedes venir también. Estaba esperando que consideraras dejar Inglaterra.
―No puedo dejar a Sophie, mamá. Acaba de llegar.
―No me iré por algunos meses, amor. Pásalos con Sophie y sé feliz. Pero tu
familia está en Australia. Depende de ti dónde vivas. Eres un adulto, así que te
dejaré esa decisión a ti, y recuerda, te apoyaré con lo que sea que decidas.
Siento que he sido golpeado en el estómago con toda la fuerza.
31
Todo está pasando tan rápidamente que no sé qué hacer. Mi cabeza cae en el
regazo de mi madre, instantáneamente haciéndome sentir como un niño mientras
acaricia mi cabello atrás y adelante, atrás y adelante.
Es demasiado que asimilar. Operaciones, Australia, embarazo, estoy intentando
absorber todo, pero no puedo ordenar mi mente. Puedo solo explotar pensando en
todas las opciones en frente de mí.
Varios minutos después de reflexionarlo todo, me voy sin decir una palabra.
Escucho a mi mamá llamándome, pero no respondo. Cierro la puerta, y corro a la
estación de metro más cercana.
No puedo llegar donde Sophie lo suficientemente rápido. Todo el tiempo
estoy de pie, incapaz de sentarme por el miedo a que me perderé la parada,
mientras los pensamientos de verla inundan mi mente. Una vez estoy abajo, mis
pies se mueven rápido por Holloway Road hacia la casa de mi tía. No he tocado esta
puerta nunca, así que solo entro. Es una vieja casa de ladrillos con dos pisos que fue
heredada de mis abuelos. Vive sola ahora, bueno, excepto por los pocos meses que
Sophie está pasando con ella.
Grito luego de entrar.
―¿Sophie,‖tía Anna? Es Ethan.
No hay signos de Sophie, pero mi tía lentamente se acerca a la vista. Mira su
muñeca, notando la hora.
―Creo que llegaste antes, amor. Sophie no está lista. Pero, ¿ven a sentarte
conmigo?
La sigo a la pequeña cocina, sacando una silla antes de sentarme como me
dijeron. Mis ojos van hacia el reloj, ansioso por ver a la única persona por la que
estoy aquí.
―Ethan, dime, ¿cómo le está yendo realmente a Peter? Me pasé ayer y se veía
malditamente horrible.
―Bueno, se siente malditamente horrible, tía Anna. Superará esto. Está
teniendo una pequeña reunión esta noche,‖así‖que‖eso‖es‖un‖comienzo.‖―Mis manos
juegan con un posavasos en la mesa, luego me paro ya que mis pies no parecen
32
poder mantenerse quietos―. Puede terminar siendo difícil traer a Sophie a casa
temprano. ¿Estaría bien si pasa la noche con‖nosotros?‖―No le digo por qué sería
difícil, ella entiende sin necesitar preguntar si estaremos bebiendo. Supongo que
podría ponerla en un taxi, o en el metro, pero no voy a querer. No esta noche.
Abre su boca, pero mi mano vuela hacia arriba, interrumpiendo.
―Prometo tener el mejor comportamiento. Hasta tomaré el sofá si te hará
sentir mejor. Además ¿sabes cuán protector es Pete con Sophie?
Ella me mira por un largo momento, luego se acerca un paso, mientras yo
estoy inquieto detrás de la silla.
―Ethan,‖confío‖en‖ti.‖―Sus manos se deslizan‖por‖mis‖mejillas,‖sonriendo―.
Anda y diviértete,‖pero‖ten‖cuidado.‖―Justo cuando termina de responder, los pasos
de Sophie suenan por las escaleras, deteniéndonos de hablar más.
Cuando entra a la cocina una ráfaga de su champú me golpea antes de que
me alcance. Ella se pone de puntillas, y me inclino hacia abajo para encontrar sus
labios rápidamente por un beso muy necesitado antes de que se aleje.
―Mmm‖―gimo.
Sophie comienza a sonrojarse, así que se gira lejos de mi tía.
―Volveré luego, tía‖Anna.‖No‖esperes‖despierta‖―murmura Sophie. Sophie
ha estado llamando a mi tía, su tía, desde que puedo recordar. Mi tía y la madre de
Sophie son las mejores amigas, creciendo juntas lado a lado. Ambas insistiendo que
sus niños las llamen con un término afectuoso en vez de algo aburrido, como Sra.
Watson, o Sra. Gerrard.
―Está todo bien, amor. Ya le dije a Ethan que podías quedarte allá. No te
quiero sola en el metro tarde en la noche.
Ella sonríe con suficiencia cuando me mira, pero solo sonrío y acerco a
Sophie.
―Oh, bueno, yo um, supongo que necesito ir a empacar algunas cosas
realmente rápido. Volveré en seguida.
33
Se va menos de diez minutos, y todo el tiempo tía Anna mantiene su espalda
hacia mí haciendo una tetera de té para uno. Casi me quiebro y la invito a unirse a
nosotros, pero me detengo cuando Sophie hace su segunda entrada. Su largo cabello
castaño está trenzado, colgando sobre su hombro derecho. Está envuelto firmemente
con una goma con un moño café amarrado alrededor del final, y la única cosa en la
que puedo pensar es en quitarla, y dejar que su cabello cuelgue de la manera en que
me gusta. Tiene un pequeño bolso, el que mi mano instantáneamente alcanza para
que ella no tenga que cargarlo. Intento ser un caballero cuando puedo. Decimos
nuestras despedidas y nos dirigimos hacia afuera al frío aire.
―Así que, ¿cómo conseguiste que estuviera de acuerdo con una pijamada?
―pregunta mientras caminamos por Holloway.
―Solo le pregunté, y prometí ser un perfecto caballero. Pero, tengo que
admitir, no estoy seguro de que pueda mantenerlo.
Ella sonríe y pone su mano en la mía.
―Así que, ¿conoces a alguien que estará en la fiesta?
―Probablemente algunos‖ de‖ los‖ chicos.‖ ¿Por‖ qué?‖ ―Saco mi mano para
llamar un taxi.
Ella se encoge de hombros.
―No conoceré a nadie.‖Solo‖estoy‖siendo‖una‖bebé.‖―Sonríe tímidamente.
Me inclino para besar la parte superior de su cabeza.
―No eres una bebé, confía en mí. Aparte, todos van a estar enormemente
intoxicados, o al menos a mitad de camino de eso.
―No crees que a Peter le vaya a importar que me quede por la noche, ¿no?
Sacudo mi cabeza. Él probablemente ni siquiera sabrá que ella está allí si está
de la manera en que ha estado después de que llega a casa de los pubs.
―Pete te ama, por supuesto que no le va a importar.
―Si lo supiera, señor Chapman diría que lo has estado planeando todo el día.
Mis ojos escanean su rostro, notando su lindo hoyuelo aparecer mientras me
da esa sonrisa de megawatts.
―¡Absolutamalditamente!
34
Capítulo 5 Ethan
Traducido por Soñadora
Corregido por Miranda.
na vez que llegamos con Pete, ambos nos damos cuenta de que la fiesta
debía haber empezado hace horas. Suspiro. Al menos no le dejan
emborracharse solo. Alguno de sus compañeros de universidad que me
ha presentado están aquí, y algunas chicas que dejan muy poco a la
imaginación están a su lado. Una rubia con las tetas saliéndose de su blusa está
sentada en el regazo de Pete. Sophie los mira y luego a mí, como si quisiera decir
algo, pero no está segura de qué.
―Déjalo tranquilo. Ahora sólo necesita a alguien para pasar el rato ―le
respondo, leyendo su mente.
Sophie se detiene en seco, se gira, viéndose anonadada como nunca.
―¿Qué? No puedes hablar en serio. Él no se acostaría para nada con alguien.
―Sus manos caen a sus caderas y sus pies golpean el piso, como si estuviera
contrariada por el hecho de que Pete necesite acostarse con alguien para superar a
Claire.
Moviéndome más cerca, la empujo hacia la mesa.
―Eso es lo que es, Sophie. Vamos.
Algunos de los amigos de Pete observan a Sophie a pesar de que estoy a su
lado cogido de su mano. La atraigo a mí, envolviendo mis brazos a su alrededor
posesivamente. Algunas veces siento que debo asegurarme de que todos los tipos
sepan que es mía. Algunas personas pueden verlo como posesivo, pero yo lo veo
como protector.
―Peter.‖ ―Sophie le toca el hombro, gritando, tratando de que la escuche
sobre la música―. Um, ¿cómo lo estás llevando?
U
35
Los ojos de Pete están vidriosos cuando la mira.
―Sophie, amor,‖ ven‖ a‖ sentarte‖ a‖ mi‖ lado.‖ ―Se inclina hacia delante,
arrancándola de mi agarre. Ella se para junto a él, viéndose incómoda, mordiéndose
el labio inferior nerviosamente, mientras él envuelve su brazo alrededor de su
cintura―. Chicas, ¿han conocido a Sophie? Es mi querida, querida amiga de Estados
Unidos.
No quito mis ojos de Pete o de su mano, hasta que sus ojos encuentran los
míos por un nanosegundo.
―Estoy ebrio, Ethan ―dice en voz alta, pero casi parece que está tratando de
susurrar, como si fuera alguna clase de secreto.
Mientras tanto, Sophie aprovecha el momento de desinterés de Pete para
volver a mis brazos.
―Puedo‖ verlo,‖ hermano.‖ ―La reclamo posesivamente de nuevo, mientras
descanso mi barbilla en su hombro―. ¿Quién‖es‖la‖dama‖de‖tu‖regazo?‖―Me siento
de inmediato culpable por tratar de quitar su atención de Sophie, pero espero su
respuesta.
―Ella es…‖ella‖es…‖―La mira, sacudiendo su cabeza. Pete literalmente está
tratando de recordar el nombre de la chica, puedo verlo en su expresión.
Confirm{ndolo‖un‖segundo‖después―. ¿Cuál es tu nombre de nuevo, cariño?
Sophie y yo rodamos los ojos. La chica se inclina hacia su oído riendo, luego
susurra algo.
―Ah, sí. Esta es Summer. Summer también es de Estados Unidos y nunca ha
estado con un inglés. Deberé‖hacernos‖sentir‖orgullosos‖―dice, mientras termina su
bebida, golpea en la mesa con la botella y la arrastra a su habitación. Me sorprende
que se pueda mantener de pie, mucho menos hacer que se levante en este momento.
Sophie toma mi brazo.
―Tienes que ir a detenerlo. ―Tiene esta mirada perpleja en su rostro.
―¿Qué? ¿Crees que quiero entrar y detenerlo? ¿Para qué, Sophie? Necesita
superar‖a‖Claire‖―le recuerdo de nuevo.
36
―Suenas como un verdadero idiota en este momento, sabes. El sexo no hará
que la supere.
Mis manos acarician su rostro para que pueda mirar a esos ojos verdes.
―Servirá por esta noche. Déjalo estar.‖―Me inclino a besarla, pero gira su
rostro y sólo llego a su mejilla. ¡Genial! Puedo ver que Sophie está molesta por no
detener a Pete de meter mano a la chica americana, pero solo quiero verlo feliz,
aunque sea por una noche.
Todos siguen hablando, siguen bebiendo hasta que finalmente Pete emerge
de su habitación con la rubia detrás. La besa una última vez antes de que ella tome
su bolso de la silla y salga por la puerta, incapaz de mirarnos.
―Soy un inútil. No pude hacerlo. Jesús, odio‖a‖Claire‖por‖hacerme‖esto.‖―Se
gira, tropieza y cierra de un portazo la puerta de su habitación, mientras Sophie
parece haberse relajado ahora que Summer se ha ido. ¿Por qué le importa con quién
sale, se acuesta o se casa Pete? Sé que lo quiere, pero ¿cuánto lo quiere, y cómo? ¿No soy
suficiente para ella? Cada doloroso pensamiento sobre perderla se desliza en mi
cabeza. Mi mano va hacia abajo, agarrando la botella de vodka, mis ojos encuentran
los de ella antes de tomar un largo trago que con suerte me ayudará a olvidar su
reacción ante Pete no acostándose con la americana. Ayuda, pero sólo
momentáneamente.
Sophie rodea la mesa, arrodillándose frente a mí.
―Iré‖a‖hablar‖con‖Pete, ¿de acuerdo?
Nos miramos el uno al otro a los ojos. Los suyos están tristes, los míos sólo
tratan de leerla.
―¡De acuerdo! Ve.
Ha pasado una hora, y casi todos se han ido, excepto una última persona. Ella
y yo hemos compartido la botella de vodka durante el mismo tiempo que Sophie ha
estado hablando con Pete. Es guapa, pero no como Sophie. Su cabello es como
marrón con algo de rubio, corto, no largo como el de Sophie, y sus ojos son de un
color como el de los gatos, un ámbar dorado. Me recuerdo que amo a Sophie, y a
nadie más, mientras los dedos de los pies de esta chica recorren mi pierna arriba y
37
abajo por debajo de la mesa. Me muevo tratando de hacerle saber que no estoy
buscando nada. Se mueve al asiento a mi lado, y cuando se sienta, su mano
comienza a subir peligrosamente por mi muslo.
Toso.
―¿Emily,‖ no?‖ ¿Puedo‖ llamarte‖ un‖ taxi?‖―Ella no entiende la indirecta. Su
mano continúa más de lo que esperaba o quería, y estoy por moverme, cuando
levanto la vista y veo a Sophie de pie a mi izquierda, mirando todo impasible.
―Ya lo oíste. Ve a buscar un taxi. Él está conmigo ―grita Sophie.
Estoy sorprendido. Nunca, ni en un millón de años, hubiera adivinado que
Sophie tuviera un nervio celoso y agresivo, pero aquí está. Bien en el centro.
―Lo siento, pensé que estabas con el otro chico, eso‖ es‖ todo‖―se disculpa
Emily antes de tropezar por los escalones.
Mis ojos vuelven a Sophie.
―Lo siento, Soph. Bebió mucho.
―Parece que tú también.‖ No‖ te‖ molestes‖ en‖ seguirme.‖ ―Ella camina a la
habitación‖extra…‖mi‖habitación,‖sola,‖ resoplando‖ todo‖el‖camino.‖La‖sigo‖aunque‖
me ha dicho que no lo hiciera. Está en la cama echada sobre su estómago, y puedo
oír las lágrimas mientras solloza en mi almohada.
Suspiro, no seguro sobre qué decirle excepto que lo siento. Los celos son un
bastardo malvado, muy malvado. Y, algunas veces, me vienen mal cuando se trata
de la relación de Pete y Sophie. Sacándome los zapatos, subo a la cama,
empujándola cerca de mí. Mi boca viaja a su oído, susurrando una y otra vez:
―Lo siento, te amo.
Finalmente se gira para mirarme. La única luz en la habitación viene de las
luces de la calle fuera del apartamento. Pero es suficiente para ver su cara, sus ojos,
su boca triste mientras se acerca a mí.
―¿Por‖qué‖la‖dejaste‖hacer‖eso? ―pregunta.
Ahora es mí turno de resoplar.
―¿La verdad?
38
Ella gira esos ojos adorables, y sé lo que va a decir.
―¿Sueles‖mentir?‖―pregunta, antes de sonreír.
―No,‖ no‖ lo‖ hago.‖―Mis labios besan los suyos brevemente, pero me alejo
r{pido―. Es sólo que a veces me pregunto sobre cómo te sientes sobre Pete. Sólo me
puse celoso. Hablaron mucho, y te extrañaba. No pasará de nuevo. Lo siento.
Ella ríe.
―Te prometo que no tienes nada de qué preocuparte con Pete. Somos
amigos, muy buenos amigos. Eso es todo. Y también‖te‖amo.‖―Me da pequeños y
dulces besos con cada palabra.
Nos miramos por lo que parece una eternidad, y luego estoy probando la
dulzura de los labios de Sophie sobre los míos. Aunque esta noche no hay nada
dulce en Sophie. Es como un tiburón frenético, no puedo decir si es el maldito
vodka, o si Sophie está tan excitada por besarme como lo estoy yo por ella. Como
pandilleros nos atacamos el uno al otro como locos, hasta que ya no hay lágrimas
cayendo sobre mis labios. Pruebo cada exquisito beso salado que está dispuesta a
darme. Mis manos sacan su goma del cabello, liberándolo para que caiga sobre sus
hombros. Está sin aliento, pero sus ojos aún se ven tristes.
―No fue nada, lo prometo. Jamás te engañaría. ¿Lo sabes, verdad?
Ella asiente.
―Me molestó que fueras detrás de Pete. No sucederá de nuevo.
Sus dientes muerden mi lóbulo antes de que ella susurre:
―Bien, porque no quiero perderte nunca.
Puedo vivir con eso.
39
Capítulo 6 Ethan
Traducido por Caami
Corregido por Miranda.
os despertamos con una capa de nieve en las aceras, y todavía
estamos totalmente vestidos. Nada pasó anoche. Ella se negó,
porque yo había bebido demasiado. Tenía razón, tuve algunos
momentos en que la cama daba vueltas, así que me alegro, ya que me gusta recordar
cada detalle de estar con ella.
Porque sé que no habría sido capaz de recordar la sensación de sus dedos
corriendo por mi cabello, o el olor de su champú mientras su cabello caía a mi
alrededor cuando se inclinaba sobre mí. Siempre podía perderme en esos rizos
castaños que huelen a coco. A pesar de que es una posición atrevida, es mi favorita.
Sus piernas a horcajadas sobre mí, su cuerpo inclinándose con las manos a mis
lados, y por último la forma en que su cabello cae a mi alrededor mientras mis
manos revolotean hacia su cintura.
El sonido metálico de botes y sartenes nos despertaron. Sophie se inclina para
agarrar la cosa que ata su cabello, luego lo levanta. Mis ojos nunca la dejan. Nunca
pueden hacerlo cuando hace cosas sencillas que encuentro hermosas.
Sonrío, mientras se inclina sobre mí, colocando un rápido beso en mis labios.
Tiro fuertemente de ella, sacudiendo mi cabeza.
―De ninguna manera. No saldrás así de fácil.
Mis labios se encuentran con los suyos, mi lengua buscando la suya,
empujando suavemente dentro de su boca. Ella gime, por lo que creo que la tengo.
―Ve‖a‖cepillarte‖los‖dientes‖―bromea, golpeándome ligeramente en el pecho,
luego bajando. Se pone de pie, ajusta su camisa, y sonríe―. Vamos, la tía Anna debe
estar tirándose de los pelos ahora mismo.
N
40
Eso me hace reír.
―Nunca entendí esa‖expresión.‖Es‖tan‖americana.‖―Me levanto de un salto,
golpeando‖con‖fuerza‖su‖trasero―.‖Vamos por lo menos a parar, y tomar un café.
Vamos hacia donde está Pete. Se ve como el infierno. Bastante.
―Ethan, Soph, quiero disculparme‖por‖lo‖de‖anoche.‖―Sus ojos se desplazan
hacia Sophie―. Siento que tuvieras que verme así, pero aprecio lo que dijiste.
Sorprendido de que incluso pudiera recordar la noche anterior, me aclaro la
garganta.
―Iremos‖ por café antes de que lleve a Sophie de vuelta con tu madre.
¿Quieres venir con nosotros?
―No. Tengo cosas que hacer. Como‖volver‖a‖la‖cama.‖―Pete se derrumba en
el sofá, luego pone una almohada sobre sus ojos para cubrir su cara. Me río en voz
baja, mientras que Sophie cubre a Pete con una manta.
Sophie y yo nos marchamos en silencio, tomados del brazo. Nuestros pies se
hunden unos centímetros en el agua nieve que salpica nuestros pantalones. Sigue
cayendo a nuestro alrededor, las calles son ruidosas, la gente yendo alegremente a
donde necesita ir. Finalmente nos dirigimos hacia Frith a su cafetería favorita.
―¿Qué‖quieren?‖¿Negro‖o‖blanco?‖―La chica detrás del mostrador pregunta
más bien molesta.
―Uno blanco y otro negro, por favor. Para llevar ―respondo.
Le paso a Sophie su café, mirándola tomar el primer sorbo. Suspira
soñadoramente en la taza, sonriendo.
―Me encanta su café.
―Puedo verlo. Con mucho gusto compraré ese café todos los días para ver
esa sonrisa.
Su brazo se une al mío.
―Entonces, hablé con Val ayer, y creo que podría venir de visita. ¿No sería
divertido? Podremos enseñarle todo, y estaba pensando que Peter y Val, bueno, ya
sabes.
41
Mi cuerpo se congela.
―No puedes estar hablando en serio. ¿Val y Pete? De ninguna manera. Me
alegro de que ella venga, pero no la empujes hacia él. Obviamente no está listo
―digo, con la esperanza de detener que ese desastre ocurra. Val es genial, pero Pete
nunca iría por ella, y odiaría ver a su amiga herida cuando él la rechace. Por no
hablar de cómo se lo tomaría Sophie.
―Sólo pensé que nosotros cuatro podríamos hacer algo, tal vez ir a algún
lugar. ¿Qué piensas?
Entramos en el metro en dirección de la casa de tía Anna.
―¿Adónde quieres ir?
Ella inclina la cabeza para apoyarla en mí, cerrando los ojos.
―París. Me encantaría ir a París.
―Bueno, veamos si puede venir en primer lugar.
Después de dejarla, empujo a Pete a ver un partido entre Arsenal y Bolton.
Todavía no puedo creer que Bolton no haya descendido la temporada pasada, pero
tienen una gran posibilidad de que esto vaya bien. La tele ya está encendida cuando
llego, pero el partido aún no ha comenzado. Pete entra en la habitación con los
colores de su equipo y una bebida en la mano.
―Estoy mordiendo al perro‖que‖me‖mordió,‖como‖dicen.‖―Toma un trago de
su cerveza, luego se sienta―. ¿Cómo está Sophie? Fui un imbécil anoche con ella,
¿dijo algo?
―No. Pero, debo advertirte. Su amiga Val podría venir para una visita.
―¿Y?
Me pongo de pie para tomar una cerveza de la encimera.
―Digamos‖ que‖ te‖ avisé.‖ ―Los equipos empiezan a tomar su lugar en el
terreno de juego, así que Pete no pregunta a qué me refiero con eso. Los próximos
noventa minutos son tranquilos, quizás un grito aquí o allá, y es exactamente lo que
necesito antes de que le diga lo que he estado pensando últimamente.
Tan pronto como Arsenal patea el trasero de Bolton, me giro hacia él.
42
―Peter,‖necesito‖tu‖consejo.‖―Pete me mira con una mirada preocupada en
sus ojos. Nunca lo llamo Peter.
Mientras continúa inspeccionando mi cara, tratando de descifrar lo que estoy
a punto de soltarle, ansiosamente despego la etiqueta de la botella de cerveza.
―Por supuesto ―responde, pero no sonríe, sólo frunce el ceño.
Le digo todo lo que mi madre me dijo justo el día antes. Se siente extraño
decirlo en voz alta.
―No sé qué hacer respecto a Sophie ―admito.
―Así que, espera, ¿en realidad estás pensando en volver?
―Pete, ¿qué quieres que haga? Mi familia está allí.
―Yo soy tu familia. Sophie es tu familia. Quédate ―suplica.
Niego.
―No puedo hacerle esto a ella. Sabes que iré con mi madre. Dime cómo hacer
esto, ¿por favor? ¿Cómo crees que debo hacer esto?
Pete se sienta derecho, mirándome a los ojos como si no pudiera creer lo que
está oyendo.
―¿Realmente me estás preguntando cómo romperle el corazón a Sophie? Por
el maldito amor de Dios, Ethan.
No digo nada, sólo me siento y espero que me golpee.
Después de que pasen varios minutos, se encoge de hombros.
―No sé qué decir.
―Estaba pensando en alejarla, pero no estoy seguro de que ella me crea. Tal
vez deje que me vea con otra chica. ¿Crees que eso la alejaría?
Pete se levanta, sus puños como bolas a sus lados como si estuviera
conteniéndose de pegarme.
―Entonces, ¿sólo vas a partirle el corazón y no explicarle nada?
Mis ojos se cierran, pensando en ella, entonces los abro para mirarlo.
43
―¿Hay alguna otra manera, Pete? No quiero hacerlo, pero conoces a Sophie,
solo dirá que esperará por mí o algo así. No sé cuándo o si volveré, es justo dejarla
ir. Está demasiado lejos, muchos océanos que cruzar. La amo demasiado como para
impedirle vivir su vida.
―No sabes cómo va a reaccionar. ¿Tal vez vaya contigo?
―No vendrá. No le pediré que deje a su familia o la universidad. Dime. La
conoces mejor, ¿qué debo hacer?‖―Parte‖de‖mí odia preguntárselo, pero la verdad
es que él la conoce mejor. Durante muchos años yo no he estado cerca, pero él sí. Y
sé que nos quiere a ambos, y se le ocurrirá algo. Pete siempre lo arregla todo.
Pete se queda parado allí con la boca abierta, moviendo la cabeza.
―¿Tienes que ir?
―Creo que sí. Sí.
Lo siguiente que sé es que la botella de cerveza que estaba sosteniendo vuela
a través de la cocina, haciéndose añicos.
―Vas a hundirla ―grita.
―Será como quitarle una tirita. Dolerá como el infierno al principio, pero
sanará y seguirá adelante. Si digo algo acerca de volver, sabes que me esperará.
―Empiezo a caminar hacia él―. No puedo pedirle que haga eso.
Él levanta las manos para advertirme a medida que me acerco,
deteniéndome.
―No puedo, amigo. Me encanta su pareja. No me voy a interponer.
Pete sigue escuchándome parlotear sobre mudarme de nuevo a Australia
hasta que no tengo nada que decir. Espero que grite, me pegue, algo, pero no llega.
Sólo se queda mirándome. Inesperadamente el chillido del timbre suena acabando
con nuestro doloroso concurso de miradas. Sophie me sorprende arrojándose a mis
brazos, envolviendo sus piernas alrededor de mi cintura. Me besa el cuello unas
veces, y yo instintivamente la beso de vuelta sin pensarlo.
44
―Hmm, te extrañé hoy ―murmura―. ¿Sabes‖qué?‖―grita con entusiasmo,
sacando un pedazo de papel de su bolsillo. Lo mueve en frente de mi cara―. Saqué
una A en mi examen.
―Eso es genial, Sophie ―le respondo, sin entusiasmo, poniéndola sobre el
suelo.
Pete est{‖de‖pie‖ con‖ los‖brazos‖cruzados,‖me‖ lanza‖una‖mirada‖de‖“eres‖un‖
imbécil‖y‖lo‖sabes”.‖Finjo‖no‖notar‖su‖mirada,‖dej{ndome‖concentrar‖en‖Sophie.
―¿Est{s‖bien?‖―pregunta.
―Estoy bien. Yo, um, tengo clase y se me está haciendo tarde, pero quédate
con Pete y nos‖vemos‖m{s‖tarde.‖―La beso en la mejilla, casi tropezando sobre mis
propios pies mientras la culpa de mirar en esos ojos me come vivo.
Mientras me apresuro hacia la puerta, oigo su comentario.
―Bueno, eso fue raro. ¿Está bien, Peter?
Mis pies no me dejan moverme ni un centímetro hasta que escucho su
respuesta.
―Está bien, Sophie. Volverá más tarde. Hagamos algo para comer.
Solté la larga respiración que estaba aguantando, lo que obligó a mi cuerpo a
alejarse de ella, no hacia la universidad como dije, sino hacia mi madre, esperando
que ella tenga las respuestas.
45
Capítulo 7 Peter
Traducido por Jo
Corregido por Nanis
irar los confundidos ojos de Sophie aún por los más breves
momentos me tortura. Ella no es una chica estúpida, y estoy
seguro que puede notar que Ethan no está actuando como él
mismo. Pero no me presiona por más detalles, lo que me alivia, ya que apenas
puedo confiar en mí mismo para mantener sus pensamientos como secreto. La única
razón por la que lo hago, es porque creo que va a cambiar de opinión, y abandonar
su estúpido plan. Si continúa con este, y la hiere, partiré su maldito cuello yo
mismo.
Mi mano alcanza la de Sophie, sorprendentemente ella no se aleja. Se siente
como los viejos tiempos. El simple gesto de sostener nuestras manos, algo que nunca
realmente le di un segundo pensamiento cuando se trataba de ella. Se siente solo
natural. No romántico, solo amistoso, cariñoso, y seguro. Mi otra mano toma la llave
del estante mientras bajamos las escaleras.
―Vamos. Muero de hambre.
Una pequeña risita se escapa de sus labios antes de que suelte mi mano,
trotando el resto del camino por las escaleras. Me toma por sorpresa que se aleje,
pero me doy cuenta que es para mejor. Se siente diferente para mí, desde que Ethan
la levantó del suelo. Muchas veces antes de que tuviéramos esa horrible
conversación en la habitación de hotel, he pensado en lo que le he dicho, y si solo le
hubiera dado una maldita oportunidad, ¿estaría aquí visitándome a mí en vez de a
él? Siempre he sentido que Sophie es la hermana que nunca tuve, pero seguido me
pregunto si mis nervios no se hubieran apoderado de lo mejor de mí ese día, ¿dónde
estaríamos ahora? Si ella fuera mi Sophie, y no de Ethan, ¿estaría tan roto mi
corazón? Probablemente no. Sophie no es ese tipo de chica. Sacudo mi cabeza para
M
46
aclararla. Ethan es un bastardo suertudo, y está a punto de arrojarlo todo lejos sin
siquiera dejarla tomar sus propias elecciones.
Subimos una cuadra, antes de que ella decida que quiere seguir y comer en
Knightsbridge. Caminamos en silencio, su brazo roza el mío cada pocos minutos. La
culpa de saber comienza a carcomerme, pero permanezco en silencio. Mientras
rodeamos la curva hacia Park Lane, ella ve el Hyde Park y sonríe tan ampliamente
hacia mí, que no puedo evitar sonreírle de vuelta. Siempre ha amado este parque.
Toma mi brazo, tirándolo.
―Oh, ¿podemos comprar algo cerca,‖y‖venir‖a‖comer‖al‖parque?‖―pregunta
saltando‖arriba‖y‖abajo―. ¿Por favor?
La acerco a mí.
―Cualquier cosa por ti, Soph.
Compramos unos sándwich y papas antes de volver al banquillo del parque.
Sus ojos asimilan todo instantáneamente. Siempre amé observar cuán
emocionada se ponía cuando me visitaba, y veíamos cualquier cosa que ella
quisiera. Inclina su cabeza hacia atrás con sus ojos cerrados, respirando
profundamente. Ella brilla con la luz del sol. A veces olvido cuán hermosa
realmente es. Estoy perdido en mi propio mundo, cuando ella me mira.
―Tengo tantos recuerdos de los tres acá.
―Yo‖también‖―digo. Es difícil no recordar esos días. Aún entonces siempre
pensé que Ethan estaba enamorado de ella, pero nunca le pregunté. De vez en
cuando, lo atrapaba observándola cuando pensaba que nadie más veía, pero nunca
pensé mucho de ello, ya que ella no le prestaba nada de atención.
Me pasa mi sándwich antes de darle un pequeño mordisco al suyo. Varios
segundos después me mira y dice:
―Así que, mi amiga Val vendrá el próximo mes para sus vacaciones de
invierno, y pensé que podíamos todos salir de viaje o algo. Solo nosotros cuatro.
¿No sería divertido?
47
Mi sándwich casi vuela fuera de mi boca, pero me fuerzo a tragar. Odio que
me programen.
―Recuérdame‖ de‖ nuevo,‖ ¿quién‖ es‖ Val?‖ ―Estoy seguro que recuerdo
escuchar de ella muchas veces antes, y estoy bastante seguro que he visto una foto
una o dos veces.
Ella empuja mi brazo juguetonamente.
―¡Para! La recuerdas. Hablo de ella todo el tiempo. Es mi mejor amiga. Ooh
―dice‖m{s‖ fuerte,‖emocion{ndose―. ¿No recuerdas esa vez en Skype? Ella estaba
allí y ustedes dos tuvieron como una conversación de cinco minutos.
―Hmm, creo que la recuerdo. ¿Es ella la que usa todo el rosado que odias?
Sophie rueda sus ojos, luego suspira.
―Sí, pero ya no más. Cambió al azul. Mucho mejor. ¿Así que irías?
Muerdo de nuevo, reflexionando por unos segundos.
―Claro‖que‖lo‖haré.‖―Haría casi todo por ella y lo sabe. Hace imposible decir
que no. Mi cabeza se sacude pensando a lo que Ethan estará renunciando, ¿y va a
ocurrir siquiera este viaje de cuatro? Si él le falla antes de eso, Val muy
probablemente va a venir a reparar el pobre corazón de Sophie, más que a hacer
turismo.
Los dedos de Sophie juegan con el papel que está envuelto alrededor de su
sándwich. Mantiene su cabeza abajo, mientras espero pacientemente que saque lo
que sea, de su mente.
―¿Puedo‖preguntarte‖algo‖m{s?‖―Finalmente levanta la mirada.
Asiento, antes de morder de nuevo. Comer más de lo que puedo masticar se
siente necesario, ya que estoy asustado como el infierno que comience a
preguntarme por Ethan.
―Estaba pensado tal vez mudarme aquí después de que termine la escuela
para estar más cerca de Ethan, y de ti también. Tal vez hasta ir a la universidad aquí
―agrega,‖ sonriendo―. ¿Crees que eso haría feliz a Ethan, o lo asustaría hasta la
muerte‖y‖huiría?‖―Frunce el ceño profundamente esperando mi respuesta.
48
Quiero decirle que corra a casa, que encuentre a otro tipo que la haga feliz,
pero lo único que me las puedo arreglar para decir es:
―Estoy seguro‖ que‖ lo‖ amar{,‖ y‖yo‖ también.‖―Dios, odio mentirle. Estoy tan
nervioso mientras me mira. Tengo esperanza de que se dé cuenta que oculto algo,
pero luego sonríe, y da otro mordisco. El alivio me baña.
Su sonrisa lo dice todo. Acabo de hacer su día, sabiendo que su felicidad va a
venir a romperse alrededor de ella lo suficientemente pronto, y entonces
probablemente me va a odiar por el resto de mi vida por no advertirle. Digo una
silenciosa oración esperando que todo salga bien. Si está dispuesta a mudarse a
Londres entonces tal vez, solo tal vez, considerará mudarse con Ethan a Australia.
49
Capítulo 8 Ethan
Traducido por Caami
Corregido por Nanis
esús, quería quedarme con Sophie, pero no puedo acercarme a ella ahora,
todo me tiene completamente yendo a batear mierda. Mi cabeza
preguntándose cómo vamos a sobrevivir a esta relación, reflexionando
sobre todas las formas posibles para hacer que funcione, a pesar de ella dejando a su
familia para venir conmigo. Pero, no puedo pensar en nada. Estoy dibujando en un
espacio en blanco. Dejándola lentamente está volviéndome loco, sabiendo que la
única manera de escuchar su risa o su voz es reproducir los mensajes en mi móvil
que nunca borré.
Cuando llego, mi madre se dirige a la cocina para hacerme té.
―Voy a hervir el agua para dos ―dice.
Me froto las sienes, tratando de borrar el pequeño dolor de cabeza que está
por llegar.
―Te volverás loco tratando‖de‖resolverlo‖todo,‖¿o‖no?‖―Ella no da la vuelta
para mirarme. Tal vez las madres tienen ojos en la parte de atrás de sus cabezas.
Una carcajada escapa de mí.
―¿Cómo lo sabes?
Ella se vuelve hacia mí una vez que la tetera se pone en marcha, acercándose
hasta que está delante de mí, entonces me empuja en un largo abrazo.
―Porque eres mi hijo, y conozco esa cara.
Saliendo del abrazo sacudo la cabeza.
J
50
―No sé qué hacer. Quiero estar con ella, pero, ¿cómo puedo pedirle que me
espere, si no estoy seguro de que volveré? O, qué tal el hecho de que no puedo
cuidarnos, ¿cómo puedo cuidar de ella también?
―Puedo ver cómo te sientes y es maravilloso lo mucho que amas a esa chica,
pero Sophie se irá cuando el semestre termine, entonces ¿qué harán? Es la misma
cosa.
Mi cabeza sigue temblando.
―No es lo mismo. Ahora sólo un océano nos separa, cuando me vaya, serán
océanos, mamá. Océanos. ¿Cómo podemos decir siempre, cuando nunca nos
veremos otra vez? No va a funcionar. Ella seguirá adelante eventualmente, no al
principio, pero, ¿cómo puedo esperar que no lo haga?
La tetera empieza a silbar, por lo que ella sirve el té. Me da la espalda, pero
tengo la sensación de que estoy enojado con ella.
―Puedo decir que piensas mucho en esto. ¿Qué ha dicho Sophie?
―No se lo he dicho. No puedo, no hasta que esté al cien por ciento seguro.
Me entrega una taza de té.
―Tomarás la decisión correcta. Ahora sé amable y acompáñame a mi
habitación. Me siento cansada.
Mi mano vacía la alcanza.
―¿Estás bien, mamá?
Ella envuelve su mano en la mía.
―Estoy bien, sólo estoy cansada, es todo.
Caminamos en silencio a su habitación. Ella acomoda su almohada para
tomar su té.
―¿Te importa si me quedo un rato a pensar? ―le pregunto.
―Por supuesto que no. Ven a recostarte a mi lado.
Acostarse en la cama con mi madre se siente extraño, pero sereno. Ha pasado
un largo tiempo desde que he necesitado la comodidad de estar a su lado. Ella
51
siempre me tranquilizaba en un mal sueño, especialmente después de que mi padre
muriera. Venía a mi habitación y se sentaba en la vieja mecedora, sólo mirándome
hasta que me quedaba dormido. A menudo, pretendía estarlo, así ella no veía mis
lágrimas.
Ella se queda dormida casi al instante una vez que termina su té. Lo dejo en
otra parte, sintiéndome inquieto, imaginando qué está haciendo Sophie. ¿Estará con
Pete? ¿Estará en su casa? La tortura continua durante varios minutos más antes de
alcanzar en la mesita de noche algo para leer.
Mis ojos caen en el diario de mi madre, que no tenía idea que todavía lo
mantenía después de todos estos años. Desde que era niño no se me permitía
mirarlo, así que dejarlo en la mesa suavemente es lo correcto.
Aunque, no puedo quitar mis ojos de él, sabiendo las respuestas que están
dentro de ese pequeño cuaderno rojo.
El suave sonido de sus ronquidos me convence de que probablemente esta
sea la última oportunidad de echar un vistazo. Tal vez escribió acerca del cáncer, y
está escondiendo algo. ¿Sabrá ella que dejó esto afuera?
No seguro de qué hacer, mis dedos vacilan antes de agarrarlo otra vez.
Me siento como una larva. Probablemente nunca me perdonare por esto, pero
el suave cuero cae abierto en una página que data de hace varios meses. Es sobre
Sophie y yo. Estaba nerviosa de que nos volviéramos tan cercanos, pero también
estaba feliz por mí. Eso saca fácilmente una sonrisa de mí. Tomo una mirada rápida
antes de pasar la hoja. Parte de lo que hay es muy tonto, como lo que había cocinado
para la cena, o que quería hacer ejercicio, pero quería una bolsa de patatas fritas en
su lugar.
Mis dedos se deslizan sobre las páginas con facilidad hasta que llego a la
entrada de ayer.
Dice lo siguiente:
No sé qué hacer con Ethan. Me asusta la fuerza del sentimiento que tiene por esta
chica. Está enamorado de Sophie Gerrard, la hija de la mejor amiga de mi hermana. Ella es
52
amable y dulce, y hace a mi niño feliz, la adoro. No quiero dejarlo atrás, pero ir a casa es la
única manera de estar con el bebé cuando él o ella lleguen.
A veces, me pregunto si decirle la verdad, sería una decisión más fácil para él. ¿Se
quedaría y lucharía por Sophie, o seguiría a su familia? Estoy tan desgarrada, no sé qué
hacer. Podría perderlo para siempre.
Por otro lado, estoy tan ansiosa por la operación. Pero seguro que estoy tomando la
decisión correcta de separar al par.
El libro se derrumba encima de mí con un pequeño golpe. ¿A qué se refiere?
Diciéndome la verdad, ¿cambiaré de opinión? ¿Qué es lo que está escondiendo de
mí? La necesidad de despertarla es torturante, pero ella necesita descansar. El cáncer
me asusta más que cualquier cosa en este mundo. Incluso renunciaría a Sophie una
y mil veces si eso significaba mantener a mi madre viva.
No me gustaría perder a Sophie, pero en algún lugar de esta gran cabeza mía,
siempre he sabido que no estaba destinado a durar. No porque no nos amemos lo
suficiente. Lo hacemos. Sin embargo, a veces el amor no puede ser la única cosa que
lleve la relación. Mi cerebro y mi corazón luchan con la idea de perder a una, y
ganar a otra.
Sé que en realidad no perderé a mi madre si decido quedarme aquí, pero eso
significaría verla una o dos veces al año. Si dejo a Sophie, tendría que ser para
siempre.
Mi voz se queja en mi interior, así que decido darle al cuaderno otra
oportunidad para ver qué más puedo averiguar sobre la verdad, pero no especifica
nada, sólo preguntas en torno a la mentira.
Sacando un pedazo de papel de la parte de atrás de la revista y tomando el
lápiz sobre la mesa de noche, le escribo una nota para decirle que me dirijo con
Sophie, con la esperanza de que entienda que debo saber lo que tenga para decirme.
¿Cómo puede olvidar el hecho de que he desgarrado una página de su fiel diario
para escribir la nota?
53
Capítulo 9 Ethan
Traducido por Jo y Soñadora
Corregido por Nanis
i mamá no es de ayuda. Es obvio que me quiere con ella y este
secreto me ha empezado a desgastar.
―Tomar{s‖ la‖ decisión‖ correcta.‖ ―La he escuchado decir
una y otra vez en mi cabeza.
Me convenzo de que tengo tiempo. No hay razón para alejarme de Sophie tan
pronto. Tengo varios meses. Al menos tiempo suficiente hasta que se dirija a casa al
principio del verano. Entonces será más fácil dejarla ir, al menos ese es el mantra
que sigo diciéndome, mientras me subo al metro.
Sentado afuera en las escaleras después de enviarle un mensaje a Sophie para
que me encuentre al frente, mi mente vuelve al diario. Antes de que siquiera me dé
cuenta lo que estoy haciendo, mi pulgar comienza a sangrar por mordisquearlo,
mientras la espero. Ni siquiera estaba consciente de que lo estaba mordiendo.
Sophie se acerca rápidamente cuando me ve, colgando su teléfono, y metiéndolo en
su bolsillo antes de pararse en frente de mí.
―Hola, tú. Estaba pregunt{ndome‖ cu{ndo‖ te‖ vería.‖ ―Se inclina para
besarme, envolviendo sus brazos holgadamente alrededor de mi cuello.
No puedo evitarlo, así que la subo a mi regazo, dejando que su olor me
consuma.
―¿Qué tal una cena tardía esta‖ noche?‖ Amaría‖ salir‖ contigo‖ ―pregunté,
mientras mordisqueaba su oreja.
Su cabeza cae hacia atrás, exponiendo su cuello para mí. Suelta una pequeña
risa entre dientes.
M
54
―Asbolutamalditamente‖―dice ella, intentando imitarme como ayer. Tengo
que admitir que amo cuando enciende su acento inglés frente a su normal lengua
americana. Sin embargo, eso es sexy como el infierno, también. No lo hace seguido,
usualmente es para burlarse de mí o de Pete.
Río en voz alta, girándola en mis brazos.
―Dios, te extrañaré.
Ella frunce el ceño.
―Acabo de llegar a Londres, deja de deprimirme.
―Lo‖siento,‖pero‖lo‖haré.‖―Estiro mis manos hacia ella, pero me golpea en el
estómago juguetonamente.
Levanto mis manos con derrota.
―Solo estoy diciendo.
Sus manos acunan mi rostro mientras acerca mi cara hacia la de ella hasta que
nuestras narices se tocan.
―Me escuchas, Ethan Chapman, y me escuchas bien. No quiero escuchar
ninguna charla de irse, o extrañar, o cualquier cosa, excepto que me amas, te amo, y
lo resolveremos, ¿bien?
Me fuerzo a mirar sus hermosos ojos sin vacilar. Me las arreglo para asentir.
Ella sonríe maliciosamente.
―Bien. Ahora acércate, y hazme creerlo.
Mis manos se cierran en su nuca mientras con cariño las dejo bajar por su
espalda, hasta que la única cosa que me contiene de quitarle la chaqueta ahora es el
hecho de que estamos en la calle en frente de la casa de mi tía. Sus labios saben
dulce como si hubiera recién estado lamiendo una paleta de fresa lo que me vuelve
loco con deseo por ella.
―Ahem.‖―Escuchamos detrás de nosotros.
Nos alejamos uno del otro rápidamente.
Miro sobre el hombro de Sophie.
55
―Tía, ¿cómo estás hoy?
―Estoy brillante, Ethan. ¿Cómo estás tú? ¿Tienen planes ustedes dos?
Sophie palmea mi mano y luego se gira.
―Sí, vamos a ir a cenar. ¿Estaré en casa más tarde si eso está bien?
Los ojos de tía Anna se juntan con los míos. Sus ojos muestran una mirada de
preocupación, mientras me observa. Se gira hacia Sophie. Sostiene sus manos, antes
de besarla en ambas mejillas.
―Por‖ supuesto,‖ cariño.‖―Me‖mira―. Ethan. ¿Puedo hablar contigo por un
momento, a solas?
―Sí‖ ―respondo en un susurro ronco. Sophie me mira perpleja, así que
pretendo sentir lo mismo, y me encojo de hombros. Subo las escaleras para
encontrarla mientras ella me mete al vestíbulo. Sophie se sienta en las escaleras,
justo cuando mi tía cierra la puerta por privacidad.
Se detiene y se gira antes de que pueda pestañear.
―He hablado con Peter, pero quiero que se diviertan esta noche. Sé lo que
está pasando, y te estoy rogando que no vayas. Tu madre estará bien. Siempre eres
bienvenido con Peter, o aquí. No tienes que mudarte. Siempre te he tratado como a
un hijo, y espero que sepas que te amo, Ethan.
La beso en ambas mejillas.
―Sé eso, pero gracias por recordármelo.
―Anda y sal con mi chica Sophie entonces.
Le sonrío, antes de salir; estoy completamente confundido por la sugerencia
de mi tía de quedarme con ella, y dejar que mi mamá vaya a casa. ¿Puedo hacer eso
si sé que vencerá el cáncer? ¿Puedo alejarme de la única familia que me queda para
estar más cerca a una chica? Bueno, la chica. Tal vez puedo.
Una vez que veo su rostro, me hago olvidar mis problemas. No quiero pensar
en el cáncer, en mudarse, en dejar ir a Sophie. Quiero concentrarme en amarla
ahora, en caso de que no pueda mañana. Estudio su rostro rápidamente por señales
de curiosidad, pero no hay nada.
56
―¿De‖qué‖tienes‖ganas?‖―pregunto, tomando su mano.
Muerde su labio suavemente, como si fuera a preguntar lo que tía Anna
quería, poniéndome nervioso por mi respuesta.
―¿Qué‖tal‖italiano?‖―pregunta.
Acepto rápidamente.
―Italiano será. Conozco un lugar genial.
Tomamos un taxi a la calle Brewer a un pequeño lugar llamado Topo Gigio.
Entramos. Es antiguo, pero con un estilo genial y un menú simple. Hay
mucho ruido y movimiento, pero conseguimos una mesa. Sólo que estemos los dos
juntos se siente retorcido, sabiendo que tal vez terminaré perdiéndola, la única chica
que me ha hecho sentir vivo de nuevo. Me niego a creer que el tiempo que nos
queda es seguro, y trato de escuchar cada risa, y ver cada sonrisa.
Si no hubiera sido por ese maldito diario, toda mi atención estaría en ella, y
aunque quiero darle toda mi concentración a Sophie, no puedo, no con este secreto
poderoso flotando en mi cabeza.
Cuando terminamos nuestra pasta, ella mueve sus dedos por la mesa para
tomar los míos. Enreda sus dedos con los míos, sonriendo.
―Estaba pensando que podríamos pasar unas horas en tu casa. Mirar una
película, o hablar‖ hasta‖ que‖ salga‖ el‖ sol.‖ ―Su hoyuelo aparece, su sonrisa se
agranda. Mis ojos se cierran mientras trato de permitir que esa imagen se grabe en
mi cabeza para futuras referencias.
―De hecho, necesito hablar con Pete esta noche. A solas.
Ella vuelve a su silla, su hoyuelo desaparece instantáneamente.
―Oh, ¿está todo bien? No sigue castigándose con lo de Claire, ¿no?
Un suspiro pesado se escapa de mis labios.
―Es tarde. Deja que te llame un taxi ―le digo.
―¿No‖me‖llevar{s‖de‖vuelta?‖―Se ve y suena decepcionada, dolida de que le
ponga fin a la noche. Pero, no puedo concentrarme en ella, y no es justo para Sophie.
57
―Mi casa está a la vuelta. Si te llevo y vuelvo, quizás él ya no esté allí. Lo
siento.‖―La empujo para un beso rápido―. Te compensaré mañana. Lo prometo.
Nos paramos afuera en un incómodo abrazo. Me siento tenso, mientras
Sophie parece agarrarse a mí de por vida. El taxi dobla por la escena y le digo la
dirección tirándole suficiente dinero para el paseo. Beso a una Sophie muy sombría
rápidamente para despedirme. Odio ver al taxi girar fuera de mi vista. Estar con ella
esta noche es algo que quiero y necesito con desesperación, pero me niego a aceptar.
Cuando estoy con Sophie, quiero estar por completo, y recordar cada cabello y peca.
Esta no es la noche para eso, aunque realmente quiero que lo sea. Mis manos
tiemblan cuando saco mi móvil de mi abrigo para enviarle un texto.
Detén lo que sea que estés haciendo y encuéntrame en el
departamento. ¡AHORA!, envío, corriendo a nuestro hogar.
Ambos llegamos a la puerta al mismo tiempo pero de distintas direcciones.
―Estaba‖en‖el‖bar.‖¿Qué‖sucede?‖―pregunta mientras destraba la puerta.
Subimos las escaleras mientras él mueve las llaves en su mano
nerviosamente.
―Sólo necesito hablarte sobre algo.
―¡Seguro!
Mis manos masajean mi cabeza, mientras trato de descifrar furiosamente qué
decir. Se acerca más y pregunta.
―¿Qué está mal contigo? ―Cuando no contesto, tira sus llaves al sillón―.
Tomaste la decisión, ¿no? ¿Dónde está Sophie? ¿Qué hiciste?
―No he hecho nada aún ―digo suavemente antes de tomar asiento―. Voy a
ver como se dan las cosas. Realmente la amo.
Pete se para frente a mí, mirándome a la cara. Cruza sus brazos, esperando
que diga algo.
―Muy‖bien‖entonces,‖habla.
Mi cabeza cae a mis manos brevemente antes de mirar de nuevo hacia arriba.
58
―Es mi mamá. Me está escondiendo algo y me mata no sabes qué es. Quería
pasar la noche con Soph, pero no puedo sacar esto de mi maldita cabeza. Así que la
envíe a casa.
―¿Algo sobre el cáncer?
―No. Sobre algo más. Encontré su diario hoy.
Pete tropieza con la mesa.
―¿Leíste‖su‖diario?
―No pude evitarlo. Sólo estaba allí, y siempre me había preguntado que
pone ahí que es tan privado. Así que, leí, leí, leí y leí hasta que llegué al día de antes
de ayer.
Él traga y luego aclara su garganta.
―¿Qué decía? ―pregunta con un extraño tono culposo.
Dejo de tontear para mirarlo a él.
―¿Sabes‖lo‖que‖es?‖―Mi voz sale sonando acusadora.
Se para abruptamente antes de moverse al otro lado de la habitación.
―¿Cómo podría saber qué secreto guarda tu madre?
Mis ojos siguen en él unos segundos más hasta que me convenzo de que no
hay manera de que pueda saber.
―Sólo decía algo sobre que si me decía, ayudaría a mi decisión de quedarme
o irme, y que estaba asustada de perderme. No puedo entenderlo para nada. ¿Y tú?
Peter camina lentamente a la heladera, toma dos cervezas, se sienta junto a mí
y me pasa una. Y, todo parece pasar en cámara lenta.
―Lo siento, hermano. No tengo idea. Quizás puedas preguntarle mañana,
luego de que hayas pensado en ello.
Subo la botella de nuevo, terminándola casi de un solo trago.
―Sí, claro, sólo‖ dormiré‖ y‖ pensaré‖ en‖ ello.‖―Algo en mi cabeza me sigue
susurrando que pareció nervioso cuando le pregunté, que él conoce el secreto. Pero,
Peter nunca me haría eso, me digo. Es como un hermano. Nunca me traicionaría.
59
Capítulo 10 Ethan
Traducido por Azuloni
Corregido por flochi
i madre no ha mencionado la nota que dejé junto a la cama, así
que no traigo a colación el hecho de que sé que ella me está
ocultando algo. Enfadarme con ella antes de su cirugía no es algo
que me sienta cómodo haciendo.
Sophie y yo hemos entrado en una especie de rutina con la escuela, la cena, y
algunos días de dormir fuera de casa cuando la tía Anna nos lo permite. Cada día
que pasa, espero a que la alfombra sea quitada de debajo de mis pies, a que la
mentira sea expuesta, pero no ha llegado todavía. El secreto sigue estando allí.
Me he convencido de que no debe ser tan importante el asunto, de lo
contrario ella me lo habría dicho a estas alturas. He seguido adelante, para que
Sophie pueda sentirse especial mientras esté conmigo. Trato de no preocuparme por
las estúpidas cosas que pasan y me golpean de vez en cuando. Algunos días me
resulta difícil estar al lado de mi madre, sabiendo que hay algo que ella sabe, pero
de lo que nunca habla. El tipo de secreto que cambiará mi vida. Si es tan drástico,
estoy seguro de que ciertamente me lo habría dicho.
Estoy en camino para recoger a Sophie con el coche de mi madre, para ir a
recoger a Valerie en el aeropuerto. Sophie apenas puede contener la alegría pura de
que todo empieza hoy. Sus planes para instalar a Pete, viajar a parís, visitar Harrods,
viajes a todo y nada con lo que Valerie querría tener algo que ver.
Pete está nervioso. En serio no tengo ni idea cómo ella espera que haga toda
esa lista de cosas en tan sólo una semana. Finalmente me quebré y le conté a él todo
sobre el deseo de Sophie de verlos a los dos juntos, de los cuatro viviendo felices
para siempre, como un cuento de hadas que ella leyó cuando era más pequeña. Ella
M
60
literalmente se ilumina ante la sola idea de ello, y cuando habla de eso, no puedes
dejar de preguntarte a ti mismo, si es posible.
Quiero darle ese cuento de hadas más de lo que he querido nada en toda mi
vida, pero con cada día que pasa, sé que su final feliz no va a hacerse realidad. Mi
madre significa mucho para mí para verla caminar fuera de mi vida. Mi padre
muriendo fue tan inesperado, que temo que si ella vuelve, nunca la veré de nuevo,
al igual que con él. Ir a casa se está convirtiendo cada día más en una realidad. Me
despierto por la noche, preso del pánico ante la idea de recibir otra llamada
telefónica para averiguar que ella se ha ido, igual que mi padre.
Apenas tenemos que esperar a Valerie antes de que ella venga rebotando del
aeropuerto de Heathrow, cubierta de pies a cabeza en azul. Lo único que destaca de
sus pantalones vaqueros y camisa denim es un gran cinturón marrón enrollado
alrededor de su torso. Tengo que contener la risa, pero Sophie lo nota, y me da una
palmada en el brazo de todas formas.
―No digas nada ―advierte, pero deja escapar una pequeña sonrisa, que me
deja saber que está pensando lo mismo.
Sophie salta del coche agitando las manos frenéticamente en el aire, mientras
yo salgo a tomar la bolsa de Val. Ella me da un raro abrazo prolongado antes de
tirar a Sophie en una profunda conversación acerca de un chico en la escuela. Todo
el camino de regreso parlotean acerca de lo que Sophie se ha perdido en casa, los
partidos, bailes, etc... Finalmente dejo de escucharlas, y enciendo la radio. Cualquier
cosa para dejar de pensar en las cosas a las que Sophie ha renunciado para estar
conmigo.
―Entonces, vamos a dejar tus maletas en casa de tía Anna, y luego vamos a ir
donde Ethan y Peter. Si necesitas una siesta o cualquier cosa, simplemente dilo.
―¿Es una broma? Dormí en el avión. Estoy dispuesta a pasar un buen rato.
―Pone su barbilla en mi cabecera, mientras conduzco.
Puedo sentir sus ojos clavados en la parte trasera de mi cabeza, y su caliente
aliento.
61
―Así que, Ethan ¿sabes de algún caliente chico británico con quien me
puedas conectar?
Mis ojos se encuentran su sonrisa a través del espejo retrovisor.
―No has cambiado nada, Valerie. Sophie aquí ya tiene planes para ti, pero no
te sientas herida si te rechaza. Acaba de salir de una mala ruptura.
Sophie bufa hacia mí antes de volver a mirar a Val.
―La ha superado totalmente. Ha pasado más de un mes ya.
Niego, imaginando a Val y Pete juntos. La sola idea es divertida. ¿Cómo se
puede luchar contra ese argumento? Pero, me hace sentir un poco mejor que ella
crea que sólo hace falta un mes para olvidar a alguien. Quizás arrancar la curita no
duela tanto después de todo.
Llegamos al piso en un tiempo récord. El tráfico es sorprendentemente ligero
para ser tan temprano en la mañana. Mientras dirijo a Valerie hasta nuestro piso,
Sophie va a hacer café para todos. Dejándonos a los tres solos, aunque ya que
técnicamente Pete sigue durmiendo, somos sólo nosotros dos.
―Pareces diferente, Ethan. Nervioso o algo así, un poco como la vieja yo
―dice mirándome, y hablando con una extraña voz.
Su comentario me hunde. ¿Cómo se ha dado cuenta tan rápido? No estoy
nervioso porque ella esté aquí, sino que estoy nervioso de lo que va a hacerme si se
entera de lo que va a pasar antes de junio. ¿Y si se encuentra con Pete solo, borracho,
y lo cuenta todo? En el transcurso de los últimos días, he decidido quedarme hasta
que Sophie se vaya, pero la noche antes de irse a casa, voy a hacer algo para
convencerla de que lo mejor que puede hacer es olvidarse de mí.
―Es temprano, no he tenido mi café todavía. ¿Por qué no te sientas? Voy a ir
a despertar a Pete.
Mientras camino hacia la habitación de Pete, Val cruza a la ventana, mirando
a la calle. Da un golpecito en la ventana, saludando hacia abajo. Entro en la
habitación de Pete en silencio y empiezo a cerrar la puerta, antes de darme cuenta
de que no está solo. Empiezo a girarme, pero paro en seco cuando mis ojos ven un
trozo de cabello rojo asomando por debajo de la manta. Mi mano se extiende sobre
62
mi cara, momentáneamente inmóvil en mi lugar. Dando marcha atrás poco a poco,
mi pie golpea contra la puerta, lo que la hace moverse.
Él se sienta, pasándose las manos por el cabello.
―Hey, amigo. ¿Qué estás haciendo aquí tan temprano?
―Pete... no lo has hecho. ¿Claire? ¿Qué estabas pensando? ―Mi voz es baja,
pero dura al mismo tiempo.
Su rostro se vuelve hacia ella.
―No te preocupes, no es Claire. Solo se le parece. Pensé que si me iba con
alguien que se pareciese a Claire, tal vez me ayudaría. ―Por la forma en que habla
en voz alta, puedo decir que no le importa si esta muchacha le oye.
Así que hago lo mismo, hablando en un tono de voz normal.
―¿Ayudó?
Niega, pareciendo derrotado.
―Sophie está haciendo café, y su amiga está fuera esperando para conocerte
―le recuerdo. En realidad, estoy un poco sorprendido que lo haya olvidado. Es todo
sobre lo que Sophie ha sido capaz de hablar.
Pete vuelve a caer sobre su almohada.
―Cristo, ¿es hoy?
―Lo es. Saca tu lamentable culo de la cama, deshazte de quienquiera que sea,
y vamos a bajar a Italia. Encuéntranos en quince minutos.
Asiente.
―Está bien.
Val y Sophie ya están planeando algún ataque para despertar a Pete cuando
salgo fuera de su habitación. Salí de allí justo a tiempo para evitar que entrasen.
―Pete tiene que tomar una ducha, me ha dicho que va a reunirse con
nosotros en unos minutos. Vamos a dar un paseo.
Sophie empuja más allá de mí, pero mi mano se extiende rápidamente,
girándola hacia mí.
63
―Pero, tengo café para él. ―Ella da un golpecito a mi mano, riendo, pero la
agarro de nuevo.
―Déjalo. Él lo encontrará. Vamos ―digo, haciéndolas apresurar hacia las
escaleras, y hasta el exterior. Sophie se detiene para envolver el pañuelo que le
compré alrededor de su cuello. Habíamos estado caminando en una noche fría la
semana pasada, así que fuimos a una tienda que seguía abierta, y se lo compré para
mantenerla caliente. Es de color verde con remolinos de oro, lo que hace a sus ojos
más hermosos que nunca.
Pete se pasea hacia nosotros cerca de una media hora más tarde, luciendo
como el infierno.
―¿Una noche dura, amigo? ―le pregunto, tratando de animarlo.
―Fue una gran noche ―responde, sonriendo. Se empuja más allá de mí hacia
Sophie y Val. Se inclina para besar a Sophie en ambas mejillas y luego se detiene
para observar a Valerie. Extiende su mano―. Tú debes de ser la infame Valerie de la
que tanto he oído hablar.
Una mirada al rostro de Valerie me grita que sólo se la ha ganado más. Los
ojos de conejita, la sonrisa, el exasperado suspiro largo. Probablemente puede
llevarla de vuelta al piso, y follarla sin preguntar. Una parte de mí quiere sacarla de
un golpe de su pequeño mundo de fantasía, pero Sophie también lo ve, y la detiene.
―Val, este es Peter. ―Mientras los presenta, lo hace con un amistoso, pero
firme tono. Sophie tira del brazo de Val―. Es Peter ―repite.
Val niega hacia atrás y adelante varias veces.
―¡Vaya! Peter, no puedo decirte cuántas veces he oído hablar de ti a través
de los años, es genial conocerte por fin. Casi no creía que existías.
Sus cejas se alzan.
―En serio, ¿por qué es eso?
Valerie juega con su café, y lo coloca sobre la mesa un momento más tarde.
―Bueno, nadie puede ser tan perfecto. ¿Tú no eres así, quiero decir, perfecto?
Él deja escapar una risita antes de girarse brevemente hacia mí.
64
―Confía en mí, cariño. Estoy lejos de ser perfecto.
Valerie está en pleno desmayo. Si Sophie no le dice algo, yo lo haré. Es el
primer día. Cristo, es la primera hora, y ya se ve como si estuviera enamorada de
Pete.
―Val, estaba pensando que podríamos pasar el día juntas. Ya sabes, hacer
algunas cosas turísticas, y después, reunirnos con los chicos. ―Sophie se vuelve
hacia mí―. ¿Si eso te parece bien?
―Por supuesto ―digo mostrándome de acuerdo, antes de presionar mis
labios en su frente―. Me vendría bien algo de tiempo con mi madre.
Sophie sonríe antes de besarme suavemente en los labios.
―Dile que le mando saludos.
Mientras gira la esquina con Val mirando por encima del hombro a Pete, le
grito:
―Siempre.
65
Capítulo 11 Sophie
Traducido por Jo y Lalaemk
Corregido por flochi
si esto es un enorme error? Me refiero a que Peter acaba de perder
a Claire, ¿y si él se enamora de Val, y después ella se va? Porque
enfrentémoslo, ella solo estará aquí por dos semanas. Su corazón se
romperá en la mitad de nuevo, y yo seré la responsable.
¡No! No lo serás. Deja de preocuparte. Estoy casi segura de que Valerie no es del
tipo de Peter. Sin embargo, podría ser tan divertido si lo fuera. ¿Qué en el mundo
estaba pensando? Déjalos ser, y si algo pasa, pasa. ¡Bien! Problema resuelto. Creo.
Ethan responde en el primer tono cuando lo llamo, mientras que Val está
usando el baño en un pub.
―Hola, soy yo. Pregunta rápida. Peter nunca se enrollaría con Val, ¿cierto?
―Vacilo, luego continúo―: Mierda, no sé en qué estaba pensando. ¿Estaba
equivocada al querer juntar a Peter y Val? Me refiero a que ella solo va a estar aquí
una semana. ―Suspiro.
Él ríe en el teléfono.
―Le das a Pete demasiado crédito. Él ciertamente puede hacer eso de ámalas,
y luego déjalas si está soltero. Es un chico, y ella parece ser una chica muy dispuesta,
déjalos divertirse.
Bueno, ese no es el consuelo que estaba buscando, y ¿qué era ese comentario
de chico/chica? Luego de cortar, no puedo dejar de pensar. A veces, intentar arreglar
todo y a todos realmente apesta.
―Así que antes de que hagamos compras hasta que caigamos, ¿qué tal algo
de pizza? Conozco este pequeño lugar genial justo al final de la calle desde Harrods.
Tiene estas grandiosas pizzas de masa delgada Margarita que podemos compartir.
¿Y
66
Ella mira su reloj, luego me mira.
―Suena perfecto. ―Me detiene tomando mi brazo―. Espera, déjame ajustar
mi reloj a la hora de Londres. ―Empieza a girar el engrane―. ¿Qué hora tienes?
Saco mi teléfono del bolsillo de mi chaqueta.
―Exactamente las once veinte.
Una vez que termina de arreglarlo, continuamos a pie hacia Knightsbridge, y
nuestro día de compra. Técnicamente tengo escuela toda la semana, pero he dado
algunas excusas para salir de clase. Por supuesto, esperan que mis tareas estén
completas cuando vuelva, lo que realmente va a apestar al intentar continuar con
esto.
Aún a pesar que es un día frío, tomamos una mesa afuera para observar a la
gente. La calle Brompton es algo concurrida, y nunca me decepciona cuando quiero
observar extraños pasar. A veces creo que podría hacer esto todo el día sin
aburrirme.
―Así que, sé que solo tenemos una semana, pero pensé que podríamos salir
en un pequeño viaje o algo. Eso todavía nos daría al menos cuatro días para
bailotear alrededor de Londres y hacer la típica cosa turística.
―Estoy dispuesta a lo que sea, pero debo entrar en esa ridículamente
hermosa tienda. ―Val apunta a través de la calle a Harrods antes de darle un
mordisco a su pizza.
―Bueno, espero que traigas la tarjeta de crédito de tu mamá, o algo de ese
dinero que ganaste de barrer cabello de anciana, porque de otra manera lo único que
serás capaz de permitirte son cosas que puedes encontrar en el patio de comida.
―Río en voz alta viendo su frente arrugarse mientras se pregunta si le estoy
diciendo la verdad o no. Tristemente, probablemente lo hago.
Ella sonríe.
―¡Ja, ja! Estoy segura de que puedo comprar algo de maquillaje, o un
cinturón.
67
Sacudo mi cabeza, haciéndole saber que probablemente no pueda,
continuando con molestarla. He extrañado bromear con mi amiga.
―Bueno, estoy segura de que puedo comprar unos malditos calcetines
―bufa Val.
―Estoy molestándote completamente. Amo ir allí, y solo caminar alrededor.
¿Sabías que hasta Madonna tiene una línea de ropa en el piso de niños? Me refiero a
que es locamente cara, pero es demasiado linda.
Ambas nos detenemos para mirar a través de la calle. Puedo decir que Val
está ansiosa por llegar allá, así que termino mi Pellegrino y pizza.
Ella finalmente se gira para mirarme unos segundos.
―Así que, no es para cambiar de tema, pero ¿por qué nos quedaremos con tu
tía, y no con los chicos?
Suspiro, deseando que pudiéramos.
―Ya te dije. No sé si aceptaría. Quiero decir, a veces me deja quedarme con
Ethan, pero contigo aquí, puede que no nos deje. Además es solo por unos días. Si
nos vamos, los cuatro estaríamos todos juntos.
―¿Pensé que dijiste que ella era genial?
Le pasé dinero al mesero para pagar la cuenta.
―Lo es.
―¿Has decidido cuándo irás a casa? ―pregunta. ¡Ugh! La pregunta que más
temo.
―No. Quiero decir, mamá me quiere en casa antes del cuatro de Julio, pero
no quiero dejar a Ethan. Ella sigue diciéndome que necesitamos pasar algo de ―me
detengo para poner mis ojos en blanco, y hago comillas en el cielo―,‖“tiempo‖de‖
calidad”‖antes‖de‖que‖vaya‖a‖la‖universidad.
Una vez que cruzamos la calle, y podemos ver las puertas giratorias de
Harrods, ella pregunta:
―Así que, qué elegiste, porque la última vez que hablamos todavía no sabías.
68
Frunzo el ceño.
―Todavía no lo hago. Sé que suena tonto, pero sigo esperando que Ethan
diga o haga algo que me ayude a decidirme. No estoy segura de que lo haga sin
embargo.
Pasamos las puertas, y una vez que lo hacemos, Val se detiene
instantáneamente para asimilar todo.
―Disneylandia mintió. Este tiene que ser el lugar más feliz en el mundo.
―No diría eso. De todas maneras. ―La tiro a mi lado―. Creo que lo pone
triste saber que estaremos todos separados de nuevo. Sé que me mata siquiera
pensar en eso. Estoy como esperando que venga a casa conmigo, o yo podría venir a
la universidad aquí.
Val parece estar en otro mundo, así que pongo mi mano en frente de su
rostro.
―Tierra a Val.
―Te escuché. ―Se encoge de hombros―. Triste, quédate en Londres.
―Mamá y papá me matarían si me quedara, pero creo que lo vale. Además,
le daría a mi mamá otra razón para venir a casa a visitar a sus amigos, ¿cierto?
Val sólo asiente, mirando lo que los hombres llevan mientras vamos al otro
piso por la escalera mecánica.
Después de dos horas de mostrarle todas las plantas, incluso el piso de cama,
finalmente está lista para salir de aquí. Además del dinero que gasté en el almuerzo,
me las arreglo para salir de allí sin tener que gastar más de treinta libras. Val, en
cambio, probablemente se quedó sin dinero. Podrías pensar que ella no puede
conseguir dulces en los EE.UU. por la forma en que gastó todo en regalos para llevar
a casa.
Todo el viaje de regreso hacia Soho, Val se queja de que le duelen los pies.
Miro hacia abajo, riendo por la elección de sus zapatos.
―¿Por qué estás usando esos?
69
Lleva un par de zapatos nuevos de tacón alto que compró después de hacer
una parada rápida en Selfridges, ya que no podía pagar nada en Harrods.
―Porque son increíbles. Esa es la razón.
―Piensa que caminar es como hacer ejercicio aquí. Todo el mundo camina.
Todo lo que comes o bebes, prácticamente ejercitas después de eso. Es una situación
de ganar-ganar. ―Enlazo mi brazo con el suyo―. Quiero decir, cada mañana como
un croissant de chocolate, pero no me importa, porque camino. Ya te acostumbrarás
a ello.
―Por favor, ¿dime que casi llegamos?
Me encojo de hombros inocentemente.
―Umm, no todavía.
―Espera. ―Se detiene en el medio de la acera, gente enfurruñada pasa a
nuestro lado, con miradas molestas en sus caras. Uno tira su cigarrillo junto a los
pies de ella mientras lo hace.
―Hey ―grita Val, pero él sigue moviéndose.
La muevo un poco, permitiéndole que se pueda poner sus zapatos chatos.
―¿Mejor? ―pregunto.
En respuesta, se frota sus talones, y luego me lanza una sonrisa rápida.
―Bien, así que vamos a ponernos serias. ¿Dime más sobre Peter? ―pregunta,
sus ojos iluminándose.
―Peter es el mejor. En verdad no puedo encontrar un defecto cuando se trata
de él. Bueno, aparte de que no le gustara cuando yo estaba interesada. Quiero decir,
la zorra, Claire, totalmente rompió su corazón, estoy hablando como quitar la
mierda de ello.
―¿Ya la superó?
Sonrío, recordando que sólo ayer él fue capaz de reírse de uno de mis chistes
de nuevo.
―Creo que finalmente comienza a hacerlo.
70
―¡Grandioso! ¿Tal vez podría ver si realmente la olvidó? Averiguar si tu
teoría es cierta.
Sostengo su brazo para detenerla.
―No duermas con él, Val.
―¿Por qué no? ¿Y quién dijo que dormir con él era siquiera una opción? No
tengo ningún problema con molestarlo toda la noche.
―Porque en realidad él no se ha interesado por nadie desde Claire, y las que
le han interesado, bueno, ya no están más por aquí.
Tira de mí hacia delante, y antes de saberlo, estamos doblando la esquina de
su piso.
―Sólo estás celosa.
―No, no lo estoy.
Ella golpea ligeramente mi brazo, de manera burlona.
―Sí, lo estás. Será como oh, no, Val se acostó con el primer chico con el que
tuve un flechazo. Él la eligió a ella y no a mí... bla, bla, bla.
―Eso es ridículo.
―Soph, enfréntalo. Él te quiere como a una hermana. Sería como si yo
durmiera con Austin.
―Eww, ¡asqueroso! ¿No acabas de decir eso?
―¡Exactamente! Asqueroso. ¿Puedo al menos intentarlo?
―Adelante, pero no esperes ningún gran romanticismo. Piensa en la
universidad. ¿De verdad quieres ir en unos pocos meses, y estar enamorada de
Peter? Confía en mí, amo a Ethan más de lo que pensaba que era posible, y estar tan
lejos, ¡apesta!
Saco la llave que Ethan hizo para mí para ir escaleras arriba. Nos
encontraremos con los chicos aquí antes de salir por la noche.
―Hablando de enredarse, ¿adivina a quién vi hace unas semanas poniéndose
acogedores?
71
―No tengo ni idea.
―A Jason y Heather la Puta.
―¿En serio? ¡Iuck! ¿Realmente los viste enredarse? ―Abro la puerta y
entramos al apartamento.
―Bueno, estoy bastante segura de que no fueron arriba a un dormitorio de la
mano en la fiesta de Ava a jugar al Monopoly. ―Val se deja caer en el sofá.
Me río a carcajadas.
―Eres demasiado.
―¿Qué? Mis habilidades de acecho son totalmente de utilidad.
―¿Qué más me he perdido? ―pregunto, sentada frente a Val. Ella me pone al
día sobre los últimos chismes mientras esperamos que los chicos vuelvan.
Nosotros cuatro estamos en el bar un poco más tarde en la noche. Val saca su
billetera para pagar una ronda, pero Peter agarra su mano, y sacude la cabeza.
―Aleja eso. Estás en mi país ahora. Yo compraré.
Ella sonríe enormemente.
Ethan toma mis manos, apuntando hacia ellos con sus ojos. Me doy cuenta de
que acabo de destrozar una servilleta en pequeñas piezas observándolos.
Me encojo de hombros a Ethan antes de susurrar:
―Estoy nerviosa de que uno de ellos salga herido.
Niega, sonriendo, antes de inclinarse hacia mí, y besar mi mejilla.
―No te preocupes tanto.
Pete se inclina sobre la barra, pidiendo otra ronda, y luego se vuelve a
nosotros tres.
―Bien, todos escuchen. Tengo una sorpresa para todos ustedes. Bueno, sobre
todo para mí, pero yo pensé que los incluía.
Sostiene lo que parecen ser cuatro entradas para concierto.
72
―He logrado conseguir cuatro entradas para ver a mi banda irlandesa
favorita. Sé que es a último momento, pero los Sawdoctors van a tocar en el O2
mañana por la noche.
Mira a su alrededor, con entusiasmo. Val está rebotando en su lugar.
―Sin quejas ―dice a Ethan, quien apenas sonreía, pero sostiene arriba su
vaso.
―Es una idea brillante, amigo, pero no puedo hacerlo. Prometí a mi mamá
que la llevaría a comer, y luego me quedaría con ella por la noche. Se está poniendo
nerviosa por la cirugía.
Peter se ve un poco triste, pero toma un sorbo de su cerveza.
―Está bien, amigo. ―Se vuelve hacia mí―. Ustedes dos no están fuera.
Me pongo a pensar en el cuarto boleto, y lo que va a hacer con él.
―Peter, ¿tienes a alguien en mente para el boleto extra?
―No, ¿tú?
―Sí, me encantaría que Val conociera a mi amiga Agathe. ―Me dirijo a
Val―. Te hablé de ella. La chica de mi clase de Francia. ―Me dirijo de nuevo a
Peter―. ¿Estaría bien si le digo a Agathe?
―Brillante idea. ―Sonríe.
73
Capítulo 12 Ethan
Traducido por MaryJane♥
Corregido por flochi
i teléfono suena justo después de las once, mientras estoy sentado
delante de mi computadora.
―Hola ―dice Sophie cuando contesto.
―Hola, a ti también. ¿Cómo estuvo el concierto?
―Bien, pero te extrañé. Pensé que Val iba a tener que luchar con Agathe para
conseguir que Peter le prestara atención. ―Hace una pausa mientras me río
imaginándolo―. ¿Qué estás haciendo ahora? ―pregunta.
―Mamá está dormida, lo ha estado por un tiempo. Estoy haciendo un poco
más de investigación sobre el cáncer.
―¿Algo nuevo?
―No, las mismas cosas. Sigo dispuesto a apagar la maldita cosa porque
cuanto más leo, más deprimido me pone. El problema es que no puedo realmente
parecer hacerlo.
―Lo siento.
Me las arreglo para cerrar la computadora, con una sensación de cansancio.
―¿Por qué? Esto no es culpa tuya.
―Lo sé, pero me gustaría poder estar allí para ayudarte, o al menos
abrazarte.
―Yo también. ¿Dónde están?
―Volviendo a casa de mi tía, para gran consternación de Val. Creo que ella
esperaba ir a casa con él.
M
74
―Al menos tiene unos días más de intentarlo, ¿no?
―No me hagas hablar. Odio cambiar de tema, pero ¿crees que sea posible ir a
alguna parte para pasar un día o dos?
―No lo sé, Soph. La cirugía de mi mamá es dentro de unos días. No quiero
dejarla ahora. Pero, ustedes vayan.
La oigo suspirar a través del teléfono.
―No quiero ir sin ti, así que nos quedaremos cerca.
―¿No lo estará haciendo por mí?
―No lo hago, quiero decir sí, pero está totalmente bien. Val entenderá.
Además, pensé que tal vez podríamos pasar toda la noche juntos mañana.
Podríamos hacer la cena, ir a un bar, y luego volver al apartamento y pasar el rato.
¿Serías capaz de manejar eso? ―pregunta ella inocentemente, casi con miedo de oír
la respuesta.
En un tono burlón ronco, le digo:
―Creo que puedo manejar eso. ―Podría pasar una noche sin pensar en la
cirugía, y centrarme en divertirme con mi novia y mis amigos. Sí, necesito una
noche de fiesta.
*
Después de comer una increíble cantidad de pasta, de alguna manera nos las
arreglamos para ir al bar a tomar unas cervezas. Las chicas toman sidra, pero Pete y
yo ordenamos nuestra Guinness. Me doy cuenta de que Pete mira a las chicas por el
rabillo del ojo. Están sentadas en una cabina cercana, mientras estamos esperando
nuestras bebidas.
―Escuché que el concierto fue muy divertido.
Él todavía está comiéndose con los ojos a las chicas.
75
―Por favor, dime que es a Val a quien parece que no puedes dejar de ver.
Se detiene, me mira, y luego golpea mi brazo.
―Sí, estoy buscando a Sophie. Por supuesto, estoy mirando a Val. Ella es
realmente un poco linda de una manera peculiar.
―Esa es Val. ¡Peculiar! ―Agarro las dos cervezas de la barra, dejando a Pete
agarrar las sidras―. No, en serio amigo, ella es genial. Simplemente no la uses,
porque nunca voy a escuchar el final de esto de Sophie.
―Se marcha en cuatro días, estoy bastante seguro de que ella sabe que no
estoy en busca de una cosa a largo plazo.
Me detengo y me paro a su lado.
―En serio, amigo. ―Desafortunadamente, soy incapaz de contener la risa.
―Vete a la mierda, Ethan.
Una hora más tarde, y algunos demasiado para Pete, estamos de vuelta en el
apartamento. Sophie se mantuvo empujando debajo de la mesa cada vez que Pete
ordenaba otra roda, pero no lo detuve. Él está hoy sin duda nervioso con las chicas
volviendo a pasar la noche. A pesar de que, en varias ocasiones le oí decirle a ella
que podía tomar su cama, y que iba a pasar la noche en el sofá, dudo mucho que sea
el caso. No si Val tiene algo que decir al respecto. Ella pareció lo suficientemente
amable cuando él lo ofreció, pero me di cuenta por la forma en que Sophie y Val
estaban mirándose entre sí, que incluso Sophie no creía en ninguno de los dos.
Una vez de regreso, sospechosamente Val se excusa para ir a la cama, y
cuando lo hace, literalmente, le da un guiño a Pete, que casi él no vio. Sophie sigue
rápidamente detrás de ella, encerrándose en el baño, dejándonos a Pete y a mí solos.
―No lo digas, Ethan.
Levanto mis manos.
―No iba a hacerlo.
―Sí, ibas. Sólo dilo.
Me siento en el borde de la mesita al lado del sofá.
76
―Está bien. Sólo ten cuidado con ella. No la presiones a hacer nada que no
desee. Recuerda que no sólo es la mejor amiga de Sophie, se va en unos pocos días.
No quiero ver a ninguno de los dos heridos.
―Y yo que pensaba que no tenías nada que decir. ―Él se acerca, agarra una
almohada y una manta del armario del pasillo, y luego los arroja en el sofá. Por lo
menos, está tratando de ser el chico bueno, aunque no se note. Si pasa algo, sólo le
atribuiré a Val la culpa.
Espero a Sophie fuera de la puerta del baño. Una vez que la puerta se abre, y
me ve, sonríe ampliamente. Agarro su mano, mirando hacia atrás para ver a Val,
que se ve menos emocionada.
―Vamos, Sophie. No quiero perder más tiempo.
Sus cejas se disparan, mientras ella suavemente muerde su labio inferior. La
hace ver tan condenadamente inocente. Le da una última mirada persistente por
encima del hombro a Val, antes de tomar mi mano y llevarme a mi habitación.
Nos subimos a la cama con la ropa puesta. Sophie susurra mi nombre en la
oscuridad, lo que me hace temblar. Sus labios besan mi oreja, mi mejilla, mandíbula,
y finalmente encuentran mis labios. Necesitando más de ella, la presiono en mi
contra. Se siente tan suave y dulce, que me quita el aliento. Su mano se extiende por
mi pecho, hasta que sus dedos se deslizan ligeramente por debajo de mi camisa,
haciéndome gemir en voz alta.
Ella gime también. Recorro la parte inferior de sus labios con los míos,
mientras su mano arrastra mi camisa hacia arriba lentamente. Apenas puedo
contenerme a cada persistente toque de sus labios. Tiro de ella encima de mí,
tocando su nuca, lo que permite que su cabello caiga a mi alrededor. Empuja
ligeramente hacia arriba, así que levanto la barbilla para darle un mejor acceso, y
cuando lo hago, con su boca deja ligeros besos desde mi mandíbula hasta la parte
superior de mi pantalón.
Incapaz de aguantar, nos desnudamos en segundos, la pongo otra vez contra
mí, mis dedos tocando la suave piel de su muslo. Ella tiembla ligeramente como
siempre lo hace, y un pequeña gemido sale de su boca, casi haciéndome correr.
77
Quiero ir más despacio, disfrutar de esta noche, pero no puedo. Nunca puedo
cuando se trata de ella.
El tiempo en el reloj marca la una de la mañana. Nuestros cuerpos están
todavía enredados. Mis manos están ahuecando su rostro, diciéndole una vez más lo
mucho que la amo.
―Tengo una idea ―murmura.
―¿Qué?
Ella me besa, y cuando lo hace puedo sentir su sonrisa.
―¿Si pudieras tener cualquier cosa en el mundo qué sería?
Me río suavemente, recordando el juego de preguntas en Nueva York.
―Eso es demasiado fácil. Me quedaría contigo, para siempre.
Ella me besa de nuevo.
―Ya me tienes. ―Ella inclina la cabeza hacia abajo sobre mi pecho. Mis
manos se extienden hasta la parte baja de su espalda―. Otra cosa.
Gimo.
―Tú, que no haya cáncer en el mundo, mi papá de nuevo.
Ella levanta la cabeza para darme una sonrisa tranquilizadora.
―Me gustarían las mismas cosas. ―Suspira, luego se inclina hacia abajo.―
Val se irá en unos pocos días, y eso me ha tenido pensando. Voy a irme pronto
también. No quiero irme cuando comience el verano.
Su voz suena tensa.
―Lo sé. No quiero que te vayas tampoco. ¿Pensé que estábamos jugando el
juego de preguntas?
―No quiero jugar más.
Los dos nos quedamos en silencio durante varios minutos, antes de que
extienda mi mano para levantar se barbilla.
78
―Sé que te estás volviendo loca con preguntas acerca del futuro. Sólo sé que
te amo, Soph. Pero, no puedo hablar de ti yéndote en este momento.
―Oh, bieeen. Buenas noches, supongo.
―Buenas noches, amor.
Me aferro a ella toda la noche, pensando en cómo voy a dejar a esta chica irse.
Torturándome con mi indecisión. ¿Tal vez mamá va a estar bien después de todo?
¿Tal vez, me puedo quedar? Siempre puedo visitar la casa, ¿no? ¿Qué va a hacer
Sophie? ¿Se irá y conocerá a alguien nuevo en la universidad?
Con Sophie dormida en mis brazos por la mañana, no puedo dejar de mirarla.
Finalmente después de unos besos en su mejilla, y un roce o dos en su espalda, ella
se despierta.
―Hola, tú.
―No quise despertarte. ―Trato de darle un beso, pero ella se aleja.
―Tengo que lavarme los dientes.
Me le quedo mirando con curiosidad antes de decir:
―¿En serio? Sabes que estaba pensando lo mismo, aunque creo que los dos
podríamos usar una ducha. Es decir, ¿mira ese cabello? ―bromeo. Sus manos tratan
de alisarlo, entonces me ve sonriendo, y me golpea―. No sé si escuchaste, Soph,
pero en Inglaterra están tratando de conservar el agua. Se acaba de aprobar una ley,
alguna sequía o algo así, así que tenemos que compartir una ducha.
Ella se da la vuelta riendo.
―Eres tan mentiroso. No hay sequía, ni alguna ley extraña de estar en la
ducha juntos. Además, me moriría si Peter y Val me vieran salir de allí contigo.
―¿Por qué es extraño? Te he visto un montón de veces desnuda.
79
―Lo sé, pero no de esa forma. Estaría toda enjabonada y mojada.
Subo rápidamente encima de ella, agarrando sus muñecas, y fijándolas detrás
de su cabeza.
―No había pensado en eso. Incluso mejor.
Ella lucha en broma debajo de mí.
―Lo digo en serio, Ethan.
―No van a saber. Confía en mí.
80
Capítulo 13 Peter
Traducido por Nnancyc
Corregido por flochi
e estado dando vueltas y mirando a la puerta de mi propio
dormitorio por las pasadas horas, preguntándome si Val duerme
desnuda o no. Comienzo a imaginarla usando una de mis camisas
para dormir, luego lentamente la camisa empieza a salir, y mi mente se descontrola
con ello.
Esto no es muy típico de mí para realmente incluso considerar algo de esto.
Todavía extraño como el infierno a Claire, pero poco a poco estoy haciendo
progresos para olvidarla. Ha pasado bastante tiempo. Tiempo de superar el maldito
infierno, y tal vez, sólo, ¿tal vez esta noche sea la noche para olvidar?
Me saco las mantas, poniendo un pie en frente del otro. Tímidamente me
acerco a la puerta, incapaz de reunir el coraje para llamar. ¿No puedo sólo entrar?
Quiero decir, es mi habitación. Me apoyo contra la puerta, inhalando y exhalando,
recordándome las palabras de Ethan. Sophie sólo tendrá que superarlo. No es como
si estoy cometiendo un crimen. Ellos están allí dentro haciendo exactamente lo que
yo debería estar haciendo. Podría usar un poco de amor de vez en cuando.
Mis nudillos golpean la puerta tan silenciosamente como pueden. No estoy
avergonzado de admitir que Sophie me asusta un poco cuando se trata de Val. La
puerta se abre. Parada en frente de mí, usando mi camiseta de Arsenal de la suerte
está un ángel.
―Casi me dormí ―susurra, antes de darme un tirón hacia adentro.
No puedo apartar mis ojos de ella usando mi camisa. Nunca lució tan bien.
Nunca, jamás dejé a nadie usarla, ni siquiera a Claire se lo permití, pero por alguna
razón, no me molesta en absoluto. Se siente correcto.
H
81
Analiza mi rostro por un momento, luego apaga la luz. Su mano se desliza
hacia abajo desde mi codo a mi mano, apretándola mientras me dirige a la cama.
Gracias a Dios ella me guía, ya que no estoy seguro de si podría hacerlo solo.
―¿Estás segura? ―le pregunto para probarme a mí mismo que no estoy
imaginando esto, o cuando Ethan me taladre a preguntas mañana, puedo decir, que
ella estaba dispuesta y capaz.
―Eso creo.
¡Ah, maldita sea!
Me detengo justo a un paso del borde de la cama.
―No‖tenemos‖que‖hacer‖esto.‖Quiero‖decir,‖quiero,‖pero‖si‖no‖est{s‖lista…
―Que hay si vemos sobre la marcha. Voy a besarte, y luego veremos. ―Cada
palabra sale despacio de su boca, nerviosamente.
Puedo besarla. Puede ser malditamente difícil detenerme allí, ¿pero quizás
besarla será suficiente?
Ella se siente tan diferente a lo que estoy acostumbrado. No puedo siquiera
explicármelo cuando sus labios tocan los míos. Podría llegar a acostumbrarme a
esto.
Me atrae hacia abajo lentamente encima de ella, nuestros labios ni una vez
dejándose el uno al otro. Mi mano recorre su clavícula, la curva de su cuerpo hasta
que mi mano llega al dobladillo de mi camiseta. No está deteniéndome, y no puedo
parecer evitarlo cuando ella profundiza el beso.
Mi mano vacila, pero comienza a encontrar su camino al norte debajo de su
camisa. Su piel es tan suave, y sedosa, que me quita el aliento. Se siente como si
pudiera hacer combustión en cualquier momento, y esto sólo es la previa. Su cabeza
se sacude de un lado a otro, mientras su mano llega a agarrar la mía, deteniéndome
de ir más lejos.
Me siento.
―Lo lamento. Lo lamento. Me entusiasmé. Ha pasado algo de tiempo desde,
bueno, ya sabes. ―Me pasó las manos por el cabello.
82
―Está bien. Sólo bésame. ―Me tira de vuelta hacia abajo, y me acuesto a su
lado.
Nos besamos por horas y horas, hasta que mis labios están tan doloridos y
cansados que necesito detenerme. Nos envolvemos el uno en el otro, piernas
enredadas, respirando pesadamente. Pronto Val está dormida. Sonrío, estudiando
su rostro, mientras el sol golpea su camino a través de la ventana. No recuerdo
cuando, si alguna vez, he pasado la noche únicamente besando a una chica.
Sé que tengo que salir de aquí, y regresar al sofá antes de que Sophie
despierte, pero estoy tan cansado, y quiero sostenerla un poco más de tiempo, así
que no me levanto. Soportaré la ira de Sophie en su lugar.
Sorprendentemente, cuando despierto es casi la hora del almuerzo, y el
apartamento parece vacío cuando asomo la cabeza por la puerta. Val está todavía
tendida en la cama, luciendo celestial en mi camiseta, pero está despierta.
Tomó hasta el último gramo ser un tipo decente para contenerme anoche,
incluso después que se sacara mi camiseta, pero de alguna forma logré hacerlo. Aún
estoy perplejo por ello. Sé que ninguno de nosotros está buscando algo formal, pero
a eso de las tres a.m. finalmente fui capaz de decir adiós a Claire, y Val es la única
que me ayudó a hacerlo. Siempre estaré en deuda con ella por eso.
―Parece despejado ―le cuento.
Se ve nerviosa, cuando tira la sábana hasta su barbilla.
―Odio sonar como una gran mojigata después de anoche, pero ¿puedo tener
un poquito de privacidad para cambiarme?
―¡Oh, cierto! Sólo saldré allí. Cuando estés preparada sal.
Me quedo allí como un idiota, incapaz de salir. Se aclara fuerte la garganta,
incitándome a moverme con sus ojos.
―Oh, lo siento. ―Soy un tonto. Estoy permaneciendo adentro del marco de
la puerta imaginado su aspecto en ropa interior. Quiero decir, sé cómo se sintió
anoche, pero estaba oscuro, y nunca obtuve una buena vista.
83
Después de reunir finalmente la fuerza para salir, me detengo a espiar dentro
de la habitación de Ethan. Las sábanas están arrugadas al final de la cama, ambos se
han ido. Me doy la vuelta y me dirijo a la cocina, preguntándome dónde fueron. De
inmediato veo una nota garabateada.
Pete:
Soph y yo nos vamos por la mañana. Esto es si ustedes se levantan para notarlo antes
que regresemos. Obviamente, no escuchaste anoche. Espero que se hayan divertido, pero para
tu información, Soph no está en lo más mínimo feliz.
¡Chau!
E
Oh, bueno, no puedo complacer a todos ahora ¿no? Por lo que a mí respecta,
a Val le quedan tres días, y quiero pasarlos con ella antes que se vaya. Con o sin la
aprobación de Mamá Gallina.
Me tomó unas veinticuatro horas completas conseguir que Sophie se sienta a
gusto con la idea de nosotros. Se quejó y se quejó conmigo que esto no terminaría
bien, pero sabe que está siendo una hipócrita. Finalmente convencí a Sophie de
dejarlo al recordarle que Val y yo pasando tiempo juntos fue su idea originalmente.
No estoy diciendo que durará, o incluso si alguno de nosotros quiera eso, pero justo
ahora todo lo que queremos hacer es divertirnos.
Ethan está fuera visitando a su mamá, dejándonos a los tres solos para la cena
de la última noche de Val aquí. Nos reunimos alrededor de mi pequeña mesa en un
diminuto pub, comiendo Sherpard`s Pie1. No puedo culparlo, la cirugía de su madre
1 Sherpard`s Pie: Es un plato tradicional británico consistente en una capa de carne de cordero picada
y recubierta de puré de patatas y opcionalmente de una capa de queso.
84
es mañana. Pobre, Sophie parece como si estuviera lista para llorar en cualquier
momento.
―Sophie, sabes que él quiere que estés aquí, pero necesita estar solo con ella
esta noche. Entiendes, ¿cierto? Además es la última noche de Val.
Me da una pequeña sonrisa falsa, asintiendo.
Después de la cena, Sophie mira a Val.
―Así que, ¿estás lista para irnos? Tu vuelo sale a las once de la mañana.
Con inquietud, Val se mueve unas veces en su asiento.
―Oh, um, Peter y yo pensábamos que ¿tal vez podríamos pasar el rato en su
casa esta noche? Podemos pasar por ahí para conseguir mis cosas mañana de
camino al aeropuerto.
―Val,‖no‖puedo.‖Si‖pasamos‖la‖noche‖no‖puedo‖llevarte‖al‖aeropuerto.‖No‖me‖
da suficiente tiempo para regresar. Sabes que la mamá de Ethan tiene la cirugía
mañana. Quiero estar con él. No puedo estar en ambos lugares a la vez. Estaba
planeando dejarte un poco antes de tiempo.
Levanto la voz.
―La llevaré.
Sophie me mira con incredulidad con sus manos en las caderas. Si las miradas
pudieran matar, estaría muerto.
Me paro, colocando las manos en los hombros de Sophie, obligándome a
mirar en sus tristes ojos.
―Sólo estoy tratando de ayudar.
Resopla, se sienta y luego comienza a llorar.
―Lo sé. Lo siento. Que se diviertan. ―Mira a Val―. En verdad no soy la
mejor compañía ahora mismo. Estoy tan preocupada por Ethan y su mamá. Él
realmente está en pánico. Lo siento tanto, Val.
85
―Oye. ―Val se pone de pie―. Está bien. Te veré cuando vaya a casa en el
verano. Iremos a hacer compras para los dormitorios, ¿de acuerdo? ―Envuelve a
Sophie en un apretado abrazo―. Deja de llorar.
Sophie se repone a sí misma.
―¿Te gustaría que te llevemos a lo de mi mamá o te quedarás? ―pregunto.
―No, es temprano. Sólo voy a tomar un taxi. ―Da media vuelta para
alejarse―. Oye, Val. Dejaré tus maletas en la puerta principal. ―Luego nos mira a
los dos unas cuantas veces―. Tienes suerte de que te ame, Peter, o esto ―apunta
con su dedo entre los dos―, no estaría sucediendo.
Cada uno de nosotros la despide con besos una última vez, antes de que
salga, dejándonos solos por nuestra última noche. Nerviosamente, tomo la mano de
Val en la mía, antes de mirarla.
―No quiero ir a casa, pero al mismo tiempo no puedo esperar a llevarte allí.
―Sonrío.
―Yo también. ―Suena segura, pero sus ojos lucen nerviosos.
―No quiero dormir esta noche. Vamos a enfrentar los hechos, esta es
probablemente la última‖vez‖que‖nos‖veremos‖el‖uno‖al‖otro,‖y…
Ella baja la voz:
―¡Peter, Dios! Sólo porque es mi última noche no significa que estás teniendo
suerte.
La empujo afuera en el aire frío.
―No quise decirlo de esa manera. Sólo quise decir ―me detengo, pasándome
las‖manos‖por‖el‖cabello―,‖si‖vas‖a‖hacerme‖decirlo,‖bien,‖ lo‖diré.‖Sólo‖quería‖algo‖
así, sabes, sostenerte, charlar, lo que sea. Ahora, no estoy diciendo que no tendré
ganas de darle un giro a las cosas. ―Noto su sonrisa, ya que probablemente estoy
divagando.
Sonríe con timidez a mi no tan sutil indirecta.
―Ya‖veremos,‖Peter.‖Pero‖por‖ahora,‖solo‖quiero‖besarte‖de‖nuevo.
86
Demasiado pronto, el sol está ascendiendo. Valerie está dormida rápido en
mis brazos. Se lo reconozco, lo hizo hasta las cuatro. Sostenerla en mis brazos me
hace querer más de alguien quien no puede posiblemente entregarse a mí. Debería
haber escuchado a Sophie e Ethan. No quiero enamorarme de alguien que no me
quiere de vuelta. Al menos fue honesta. Ambos sabemos que simplemente no
funcionará con la distancia. Por desgracia para mí, ya me he enamorado de ella.
Pensé que podría hacer esto sin mis sentimientos metiéndose en el camino, pero
estaba equivocado.
Mis dedos continúan jugando con su suave cabello que está desplegado por
mi pecho. Ocasionalmente, permito a mis dedos vagar sobre su espalda desnuda.
Hago esto varias veces con la esperanza de despertarla, pero sólo se mueve
suavemente. En unas horas estará en un avión de vuelta a Estados Unidos, luego irá
a la universidad por cuatro malditos años. Oh, ¿por qué esta clase de mierda me
sucede a mí?
87
Capítulo 14 Ethan
Traducido por Azuloni.
Corregido por flochi
a doctora finalmente sale con una sonrisa en su rostro, lo que yo
considero como una buena noticia. Me ve sentado en la esquina, y me
pongo de pie nervioso para saludarla. Estoy solo en la sala de espera.
La tía Ann ha estado aquí todo el tiempo, pero se ha ido a la cafetería a conseguir
otra ronda de café para ambos. Por supuesto, Pete y Sophie estaban aquí conmigo
también, y se han quedado todo el tiempo que han podido. Sophie quería quedarse
conmigo hasta ahora, cuando la doctora saliese, pero la obligué a ir con Pete porque
se ha perdido muchas clases ya. Miré nerviosamente por la habitación, deseando
que ella todavía estuviese aquí. No quiero estar solo, no si es una mala noticia.
Respiro hondo.
―Lo ha hecho muy bien, Ethan. Se ve bien. La operación fue un éxito. Está
toda vendada en este momento y va a estar muy dolorida durante bastante tiempo.
Cada persona es diferente. Va a necesitar un poco de ayuda con las cosas que
puedan parecer pequeñas para ti y para mí; bañarse, vestirse, ni siquiera podrá
levantar los brazos en el aire. ¿Crees que podrás hacer estas cosas por ella?
Antes de que esté en condiciones de responder, la voz de mi tía interviene
detrás de mí.
―Se quedará conmigo. Yo me encargo de mi hermana hasta que se recupere.
La doctora sonríe y asiente alegremente antes de acariciar su hombro. Una
parte de mí se pregunta si no se siente cómoda dejando a mi madre en mis manos.
Mis rodillas se sienten como si estuvieran a punto de doblarse de alivio, así que me
agacho inmediatamente para liberar el enorme aliento que he estado conteniendo.
L
88
Mientras que sigo respirando, recuperando el control de mí mismo, mi boca
se abre antes de que comprenda lo que estoy preguntando. Es sólo que, durante las
últimas horas, pensé que iba arrancarme el cabello de la cabeza sin saber cuál es el
secreto que mi madre ha estado guardando. ¿Y si le pasa algo, y yo nunca lo
descubro? ¿Qué pasa si nadie lo sabe, nadie excepto ella, y se lo lleva a la tumba? O
bien, ¿qué pasaría si toda la familia lo sabe, y yo soy el único que está en la
oscuridad?
―¿Conoces el secreto? ¿El que está en el diario de mi madre y que tiene
miedo de decirme?
Ella le da una sincera sonrisa a la doctora, pero me mira por encima del
hombro.
―Ethan, amor, ahora no es el momento.
Mis ojos permanecen fijos en ella, mientras trata de centrarse en la doctora,
que ahora está mirándonos a los dos. Lo ignoro.
―¿Cuándo es el momento adecuado, entonces? Dímelo, si lo sabes, me he
estado volviendo loco con preguntas. Y no digas que no es nada. Todo está escrito
en blanco y negro.
La doctora deja escapar una tos suave antes de excusarse. Apenas noto que se
aleja.
Mi tía se acerca a mí, toma mi brazo en los de ella, y luego nos arrastra hacia
las sillas de plástico que recubren la pared.
―No es mi secreto para contarlo ―susurra.
―Pero, ¿lo sabes?
Ella no responde. Cierra los ojos, y luego suspira. Tomo esto como un sí. Así
que sigo adelante.
―Tú me dijiste que podía confiar en ti. Que soy como otro hijo para ti, ¿cómo
no puedes decírmelo?
―¿Por qué no se lo preguntaste? Han pasado semanas.
¿Qué?
89
―¿Cómo lo sabes? Espera, ¿Pete te ha dicho algo? ―Es como si una tonelada
de ladrillos me golpeara, casi tirándome al suelo. Pete sabe el secreto, y no me lo dijo
cuando le pregunté. Mintió justo frente a mi maldita cara.
―Me va a matar si te lo digo. Simplemente no puedo, Ethan.
Dejo caer mi cabeza sobre mis rodillas antes de levantar mi rostro para
mirarla. Tiene los ojos vidriosos mientras hace su mejor esfuerzo para centrarse en
mí. Quiero saber, pero tengo tanto miedo de lo que estoy a punto de descubrir que
casi le digo que lo olvide. Pero, ¿cómo puedo seguir adelante sin saber? Así que,
sigo con ello.
―Te estoy pidiendo que me lo digas, tía Anna, por favor.
La sensación de su mano mientras ella juega con las puntas de mi cabello, me
hace temblar. Me da una débil sonrisa triste antes de guiarme de vuelta a la silla a su
lado. Me mira brevemente, antes de que parezca encontrar sus pies un tema más
interesante.
―Se trata de tu padre.
Inmediatamente, me desplomo en la dura silla. ¿Qué secreto puede haber
sobre mi padre? Niego tratando de entender, de encontrar algo a lo que agarrarme.
―¿Qué puede hacer mi padre para hacer que tomar mi decisión de
permanecer en Inglaterra o regresar a Australia sea más fácil? Se ha ido.
―Atormento a mi cerebro durante unos segundos, pero no se me ocurre nada.
―No puedo creer que vaya a decirte esto, pero creo que es hora de que sepas
la verdad. Tu madre quiere decírtelo, pero sé que nunca va a tener el valor de
decirte ella misma. ―Suspira, y luego me mira―. Henry era tu padre en todas las
formas posibles. Te quería como si fueras su propio hijo. Pero, me temo ―hace una
pausa para limpiarse una lágrima―, que él no es tu padre biológico.
Me toma un minuto asimilar lo que me acaba de decir. Debe estar
bromeando, pero ¿por qué iba a bromear acerca de una cosa así? Algo ha pasado.
Esto no puede ser verdad. Lo hubiese sabido.
―¿Qué estás diciendo? Eres una maldita mentirosa ―grito.
90
Las lágrimas comienzan a brotar de sus ojos.
―Shhh. Baja la voz. ¿Quieres conocer la historia o no?
Mi estómago se aprieta y quiero correr, pero no puedo. En un ronco susurro,
digo:
―No si todas son mentiras.
―Mírame, Ethan ―exige ella, por lo que lo hago. Mis ojos buscan
desesperadamente cualquier pista de que esté mintiendo, pero no encuentro nada
más que lágrimas que siguen derramándose por sus mejillas―. Hace mucho tiempo,
tus padres se separaron por algún tiempo. Habían pasado un par de años cuando
Katie se sintió superada. Tu mamá no era feliz, pero Henry sí. Sinceramente, creo él
que habría hecho cualquier cosa para hacerla feliz, pero nada funcionó. Así que ella
se fue. Nos convenció a Charlotte y a mí para ir a un viaje sólo de chicas a Jamaica.
Fuimos con ella, sabiendo lo mucho que le dolía. Estuvimos allí por dos semanas.
Henry y tus abuelos esperaron a Katie, mientras ella se volvía un poco loca allí.
Había pasado una semana de las vacaciones cuando conoció a alguien mientras
hacía parapente sola. Apenas la vimos los siguientes días, pero su sonrisa estaba de
vuelta y nos convencimos unas a otras de que era solo una aventura, a través de la
que pasaría. Lo hizo, pero sin saberlo, se había quedado embarazada de ti a ese
punto. ―Ella deja escapar un profundo suspiro.
Mi cuerpo se congela cuando las palabras salen de su boca. Me siento
paralizado. Esta sensación de entumecimiento es muy familiar. Así es como me sentí
cuando me enteré de que mi padre había muerto.
―¿Está todo bien hasta ahora? ―pregunta ella. Automáticamente, mi cabeza
se balancea arriba y abajo, instándola a continuar.
―Cuando volvió a casa, Henry le pidió otra oportunidad, así que le dio una.
Finalmente se dio cuenta de que la hierba no siempre es más verde al otro lado.
Comenzó a sentirse feliz de nuevo. Luego, se enteró sobre ti un par de semanas
después. Ella fue clara y le contó todo a Henry, y ¿sabes qué? No le importó.
Prometió criarte como propio, amarte. Y, lo hizo, Ethan. Cumplió su promesa.
91
―Siempre me pregunté por qué no me parecía a él ―me las arreglo para
decir, pero me sorprende que estas sean las primeras palabras que soy capaz de
reunir.
―Sí, bueno, independientemente, Henry te enseñó a amar el mar, a pescar, y
a navegar. Te enseñó a ser un hombre. Eres igual que Henry, ya sabes. ―Sonríe mi
tía―. Amas tan fuerte como él. Mira cómo estas con Sophie. Quiero decir, es todo o
nada contigo, tal y como lo era con él.
―¿Sabes quién es mi verdadero padre? ―me las arreglo para preguntar.
―Sólo sé dos cosas acerca de él. Es alemán y su nombre es Dirk. Eso es todo
lo que sé. ―Se encoge de hombros.
―No puedo creer que ella me escondiese esto. La odio por eso.
Inmediatamente, sus ojos se nublan sobre mí con preocupación.
―No la odies, Ethan. No en este momento. Tienes que estar ahí para ella
cuando se despierte, y durante mucho tiempo después de eso.
―Todo el mundo lo sabía. ―Apenas susurro en voz alta, lo digo más como
una declaración―. ¿Alguien más sabe de esto?
―Sí ―admite.
―¿Quién? ―le pregunto, con miedo a su respuesta.
―Peter.
―¿Pete?
Ella asiente.
―¿Lo sabe Charlotte? Jesús, ¿lo sabe Sophie?
―No creo que Charlotte le dijese, pero no estoy segura.
Empujándome fuera de la silla, me levanto.
―No puedo estar aquí en este momento.
Tía Anna tira de mi brazo para que me quede, pero no hay manera de que
pueda estar aquí.
92
―¿A dónde vas? ¿Y tu mamá? Estará esperando verte.
Me río a carcajadas mientras camino hacia el ascensor.
―Vas a estar aquí. Dile que lo sé. Ella lo entenderá.
Con eso salto en el ascensor, mientras las lágrimas no deseadas pican en mis
ojos. ¿Cómo puede haberme hecho esto a mí?
Antes de darme cuenta de qué o a dónde voy, mis ojos giran hacia el edificio
de Peter. Apenas puedo recordar caminar hasta aquí. Mi cabeza razona que he
venido aquí porque sabía que Sophie tenía planes de esperarme aquí. Pero ahora
que estoy aquí, no puedo pensar en otra cosa que no sea patear el culo de Pete por
esconderme esto.
Mis pies aporrean fuertemente el suelo para hacer que él sea consciente de mi
presencia, y sin detenerme, me precipito dentro. Sophie me mira desde el sofá con
una sonrisa amable, pero mis ojos pasan por encima de ella, rápidamente buscando
a Pete.
―Pete, ¿dónde estás? ―grito.
Sophie se pone de pie, avanzando hacia mí, pero la aparto bruscamente a un
lado para ir a su habitación. Sale medio vestido con una toalla sobre los hombros.
Sin previo aviso, sin ni siquiera pensarlo bien, mi puño conecta con su mandíbula,
golpeándolo en el suelo.
―¿Te trato como a un hermano, y esto es lo que me haces? ―Mi voz tiembla,
igual que mis manos―. ¿Cómo no me dijiste que Henry no era mi verdadero padre?
Él se apoya en un costado mientras su mano se agarra el mentón.
―Supongo que me lo merecía ―dice mientras trata de ponerse de pie, pero le
pateo hacia abajo.
Sophie comienza a gritarme, mientras se inclina para ayudar a Pete.
―¿Qué demonios te pasa? ―grita, antes de pasar a Pete―. ¡Dios mío! ¿Estás
bien?
Me río a carcajadas.
93
―Está bien, Sophie. ―Dirigiendo mi atención de nuevo a Pete, le grito―:
¡Levántate, Pete! ¡Ahora!
Lo hace, pero Sophie decide actuar como su pitbull personal, y se pone
delante de él.
―¿Qué está pasando? ―pregunta ella, empujando sus manos en mi pecho
para retenerme. Si quisiera, podría fácilmente apartarla a un lado, pero dejo que lo
proteja. No estoy seguro de por qué lo hago.
Tal vez sea para protegerlo de más abuso de mi puño, o tal vez es para
proteger que mi corazón no se haga más daño del que ya lo ha hecho. Mi cabeza
comienza a latir como si la estuviera golpeando una y otra vez.
Doy un paso atrás, dejando a Pete tropezar alrededor de nosotros.
―Sé que estás furioso conmigo por esto, Ethan, pero lo único que pido es que
dejes que me explique. ¿Al menos eso? Dame unos minutos, ¿por favor?
Sophie mira de Pete hacia mí, adelante y atrás varias veces antes de que
pregunte:
―¿Qué quieres decir con que Henry no es tu padre?
Pete frunce el ceño antes de volverse hacia ella,
―¿Puedes darnos unos minutos a solas?
Ella estudia mi rostro por un momento, pero no puedo reconocer su
expresión en estos momentos. Me centro en Pete.
―Si los dejo a los dos solos, no vas a pegarle otra vez ¿verdad?
Cruzo los brazos.
―No te lo puedo prometer, pero voy a intentarlo. Todo depende de lo que
tenga que decir.
Sophie suspira, pero se aleja, y entra en mi habitación. Una vez que cierra la
puerta, Pete se sienta en el sofá, dejando caer la cabeza entre las manos.
―Tienes que saber que nunca quise ocultártelo. No lo supe hasta que tu papá
falleció. Mi madre y tu madre estaban en el teléfono y escuché su conversación.
94
Nadie sabía que yo lo había descubierto. Lo guardé para mí, hasta hace poco.
Cuando tu madre se enteró de su cáncer, fui directamente a mi mamá. Ella me pidió
que guardara silencio durante un poco más de tiempo. ―Respira profundamente,
pero sigue―: Las oía discutir sobre si debían contártelo, pero al final, me alegro de
que lo sepas.
Su cabeza sube, mirándome a los ojos.
―Te quiero como a un hermano, tienes que saber eso. Quería decirte tantas
veces, pero, ¿cuándo era un buen momento? ¿En el funeral de tu padre, o cuando
estábamos viendo un partido? No sabía cómo hacerlo, y luego empecé a creer que
no era mi secreto para contártelo. Sé que me odias ahora mismo, porque me odio
por no ir a ti cuando me enteré, pero por favor, ¿me perdonas? No puedo imaginar
no tenerte alrededor.
Todo acerca de su actitud es triste mientras lo escucho. Una parte de mí
quiere inclinarse y darle un abrazo, la otra parte quiere cagarlo a trompadas una vez
más.
―¿Lo sabe Sophie?
Niega.
―No, no lo sabe. Al menos, no lo creo. Nunca se lo he dicho.
Mis ojos exploran la puerta tras la que se esconde, antes de tomar el asiento a
su lado.
―No te puedo perdonar en este momento. Lo siento. No espero que lo
entiendas. Siento que toda mi vida ha sido una mentira. ―Me detengo a mirarlo a
los ojos―. ¿Por qué nadie me lo dijo? ―digo apenas en un susurro.
Pete pasa su brazo sobre mis hombros.
―Lo siento. ―El deseo de encogerme de hombros lucha con el deseo de
sentir algún tipo de compasión, así que lo dejo mantenerlo ahí.
―Tengo que salir de aquí por un tiempo. ¿Puedes cuidar a Sophie por mí?
Su brazo se aleja volando de mí, con el rostro aturdido.
95
―No hagas esto, amigo. Estás enojado conmigo, no con ella. No la tomes con
Sophie, no tiene nada que ver con nada de esto.
―Tú no lo entiendes, Pete. Su vida siempre ha sido perfecta. Perdí a mi
padre, que resulta, no es realmente mi padre después de todo. Y para colmo, mi
madre tiene cáncer de mama. Apenas puedo envolver mi cabeza alrededor de todo
esto y mucho menos mantener a Sophie ocupada.
El chillido más pequeño viene del otro lado de la habitación.
―¿Qué has dicho?
Mis ojos se cierran, mientras mi cabeza intenta racionalizar qué decirle sin
ofenderla.
―Sophie, ya voy contigo. Tenemos que hablar. Sólo necesito un minuto más
con Pete.
Ella se dirige de nuevo a esperar por mí.
Miro a Pete una vez que se cierra la puerta.
―¿Lo harás o no?
Pete asiente con la cabeza.
―Por supuesto.
96
Capítulo 15 Ethan
Traducido por MaryJane♥
Corregido por Laurence15
us ojos están llenos de lágrimas cuando entro en la habitación. Apenas
puedo mirarla, y mucho menos decirle lo que hay que decir.
―¿Es tu mamá? ―me pregunta inocentemente. Y, por supuesto,
me doy cuenta de que probablemente piense que algo le ha sucedido a mi madre, ya
que acabo de llegar de su cirugía.
Me detengo en la puerta, incapaz de permitirme acercarme a ella.
―No, no lo es. Ella estará bien. Al menos por ahora. La cirugía salió bien.
―Oh, pensé que quizás algo podría haber pasado. ―Se endereza, tapando
sus ojos con la esquina de la manga, pareciendo esperanzada. Por un segundo, me
dejo mirar fijamente sus ojos, deseando poder mantener a Sophie a mi lado. Podría
usarla para que me saque de toda esta mierda, pero no puedo. Esto es algo que debo
hacer por mi cuenta. Tiemblo ante la idea de lastimar a la mujer que amo.
Ella se levanta lentamente antes de dar pequeños pasos hacia mí.
Doy un paso atrás, mirando hacia el suelo.
No mires sus ojos, sigo repitiendo este mantra para mí hasta que las puntas de
los dedos de sus pies rozan los míos.
Doy otro paso atrás, pero ella se mueve conmigo. Lo sé porque estoy mirando
mis Adidas y así evito la mirada de esos ojos verdes tristes, pero veo sus zapatos
tocar los míos de nuevo.
Sus ojos se llenarán de confusión cuando finalmente me deje mirarla. Sus
manos se extienden hacia adelante, ligeramente aferrándose a mis muñecas.
S
97
―¿Qué pasa? ¿Por qué golpeaste a Peter? ¿Qué estabas diciendo a Peter
acerca de su padre?
―Pete no es alguien de quien quiera hablar en este momento ―le respondo
en voz baja, mientras quito los ojos de encima.
―Bueno, lo que sea que hizo, estoy segura de que no puede ser tan malo. Él
te ama.
Yo gruño, sacudiendo la cabeza y recordándome a mí mismo mantener la
cabeza hacia abajo, pero Sophie se levanta sobre sus puntillas para ver mejor mis
ojos.
Ella susurra suavemente:
―¿Soy yo?
Mi boca no quiere cooperar, así que niego, incapaz de pronunciar las
palabras.
Sus brazos rodean mi cintura, entonces coloca la cabeza en mi pecho. Agacho
mi cabeza, dejando a mi mejilla descansar en la parte superior de su cabeza. Por un
momento, me dejo disfrutar del abrazo; la sensación de seguridad familiar y el olor
que es únicamente Sophie. Lo necesito.
Rompiendo el silencio, un segundo después, dice:
―Te amo. Sea lo que sea, va a estar bien.
Suavemente, me alejo de sus brazos caminando a la cama. La misma cama en
la que las sábanas todavía están arrugadas al final por mi lanzada de la noche
anterior con ella a mi lado, preocupándome acerca de la cirugía de mi madre. Se
había quedado conmigo, hablando de una completa tontería para tratar de
distraerme, y por un par de veces, sus distracciones funcionaron. Soy un idiota
como para hacerle esto.
―Ven aquí, Sophie. ―Acaricio el lugar a mi lado en la cama.
Vacilante, se acerca, pero cae de rodillas frente a mí. Su cuerpo se adapta
perfectamente entre mis piernas. Se apoya en mis rodillas, inclinando la cara hacia
98
arriba y mirándome sin siquiera una palabra. ¿Cómo puedo hacerle esto? Lo es todo
para mí.
Mirándola a los ojos rojos y vidriosos, digo:
―Algo ha pasado, Sophie. Me voy a ir por un tiempo. No estoy seguro de
dónde o cuánto tiempo estaré fuera. Sólo sé que no puedo quedarme aquí en este
momento.
Sus ojos se tornan vidriosos al instante.
―¿Qué ha pasado, Ethan? ―pregunta, en apenas un susurro.
Así que le digo todo, ya que se merece escucharlo de mí.
Ni una vez intentó detenerme, hasta que cree que he acabado.
Se mueve a sentarse a mi lado.
―No sé qué decir para hacer que el dolor desaparezca. Eso es sólo algo que
puedes hacer por ti mismo. Tu papá te amaba, y lo amabas. Por favor, no
menosprecies este hecho. Sería trágico. Lejos del resto, lo único que puedo hacer es
hacerte ver su lado. Tu madre estaba probablemente tan asustada de que estuvieras
enfadado con ella o con tu padre. ¿Qué harías? Y respecto a lo de Peter ―Suspira
profundamente―, invierte los papeles, Ethan. ¿Podrías, o le dijiste algo?
Reflexiono sus preguntas durante unos minutos.
―Creo que mis padres deberían haberme dicho. Tengo derecho a saber. Por
lo que se refiere a Pete, me gustaría pensar que le diría, si los papeles se invirtieran,
pero no estoy seguro.
―Está bien, lo entiendo. ―Hace una pausa, y luego me golpea suavemente
con el hombro―. Cuando dices que te vas, me da la sensación de que estás tratando
de dejarme también. ―Sus ojos se arrugan, esperando una respuesta.
―Sophie, apenas puedo cuidar de mí mismo en estos momentos. No puedo
preocuparme por ti. ―Su rostro tiene una mirada de sorpresa o incredulidad.
Ella se pone de pie, frente a mí, con los brazos cruzados en frente de ella.
―No necesito que me cuides, Ethan Chapman.
99
Una risa brota de mí, mientras la observo tomar una posición en contra de mí.
Me encanta ese ardiente y valiente lado de ella.
―Sé que no. ¿Pero Sophie, no te das cuenta? Ese es el problema, me gustaría
cuidar de ti, y en este momento no es posible.
Toma mi mano, envolviendo la suya en las mías.
―Ethan, tienes que parar esto. Tu padre sigue siendo tu padre. Averiguar no
cambia lo que sientes por él, ¿verdad?
Niego.
―Por supuesto que no.
―Sé que tienes que entender todo esto, y quieres hacerlo solo, pero deja que
te ayude. ¿Qué puedo hacer? Voy a hacer lo que sea.
La única cosa que quiero hacer ahora es aferrarme a ella por toda la vida y no
soltarla. Al menos por una noche más. Mis manos se acercan para tirar de ella hacia
mí. Egoístamente, digo:
―Quédate conmigo esta noche. Por favor, no dejes esta habitación ni por un
momento.
―Está bien ―dice tímidamente con una sonrisa.
Si sujetarla por última vez puede hacerme pasar la noche, lo haré. Pasar un
momento mágico más con Sophie es la única cosa que puedo pensar en darle, antes
de que ella se despierte para encontrar que me he ido. Tal vez me hace un hijo de
puta, porque soy yo el que necesita una noche más con ella. Sus ojos tristes prueban
que sabe que estoy sufriendo. Susurra suavemente en mi oído:
―Déjame cuidar de ti, Ethan. ―Pasa los dedos por mi cabello―. No hagas
nada estúpido.
Se empuja hacia atrás sobre la almohada, dejando su mano rozar mi muslo
mientras lo hace. Aprieta suavemente mi mano para asegurarme de su amor, y
cuando hace esto, un pequeño pedazo de mí muere por dentro. Mis ojos encuentran
los de ella mientras giro la cabeza, el dolor visible en sus ojos es todo lo que puedo
tomar. Es casi como si supiera lo que estoy a punto de hacer, pero no habla de ello.
100
Tira de mi brazo suavemente, tirando de mí a su lado. Respira
profundamente mientras estudia el dolor en mi cara. Agarro a Sophie rápidamente
antes de que se dé la vuelta, sentándose a horcajadas. Estoy tan cansado de sentirme
miserable que la dejo. Mis manos van alrededor de su cintura, tirando de ella hacia
mí. El olor de su cabello me recuerda los tiempos que solía perderme en esas hebras
marrones. Siento que puedo quedarme en el pasado para siempre, fotos de ella
inundan mi mente de cuando éramos niños.
Bromeando, ella muerde mi oreja, y susurra:
―Sé que estás triste. ―Hace una pausa. Y yo espero, aferrándome a cada
palabra que dice―. Está bien si no quieres hablar esta noche de nada, pero
prométemelo mañana.
Apenas lo entiendo.
―Lo prometo. ―Luego me pierdo en la comodidad de Sophie por una última
noche.
En las últimas dos horas, he estado viendo su sueño, escuchando su
respiración, sabiendo que sólo quiero estar aquí esta noche. Aquí es donde tengo
que estar.
La pluma tiembla en mi mano, como el cobarde que soy, cuando empiezo a
escribir mi carta de despedida a Sophie. Palabras que no quiero dejar, pero consigo
sacar cada una de ellas, sabiendo el daño que van a hacer cuando las lea al
despertarse. Después de terminar, me aferro a la única persona que amo, y puedo
confiar. Me acuesto ahí durante horas, jugando con su cabello, acariciando su piel
desnuda, y no duermo.
El sol de la mañana asoma por la ventana haciendo que me levante
rápidamente. Mi mano se arrastra por su cara una última vez antes de inclinarme
para besarla. Si no me voy ahora, me quedaré mucho tiempo, y probablemente
rompa a llorar, y la despierte. Alejarme es mucho más difícil de lo que pensé que
sería.
En silencio, agarro la bolsa de mi armario en donde puse algunas cosas
mientras dormía, y me dirijo a la puerta. Una última mirada por encima del hombro
101
hacia ella es todo lo que dejo, antes de que mi mano tire de la puerta
silenciosamente. Mirar fijamente la puerta cerrada después de salir me hace sentir
como un idiota, casi regreso. Sacudiendo la cabeza, fuerzo mis pies a girar y me
congelo al notar a Pete mirándome desde el sofá. La expresión de decepción y
agotamiento se muestra en sus ojos. Debió haber estado despierto toda la noche
esperando mi salida.
―Estaba realmente empezando a preguntarme si estaba equivocado ―dice
Pete, mientras se inclina hacia delante, apoyando los codos sobre sus rodillas.
Mi bolsa cae al suelo sabiendo que esto tomará unos minutos.
―¿Por qué? No tengo tiempo para tus juegos.
―Acerca de la salida cobarde que estás a punto de hacer. Sabes que tú eres el
único que quieres dejarme a mí, Sophie y tu mamá detrás.
Doy un paso hacia adelante, cerrando la brecha.
―Un cobarde. ¡Hah! Me han llamado cosas peores ―le digo con los dientes
apretados. Mis ojos se dirigen a la hora en mi reloj. Tengo que salir antes de que
empiece a despertar, así que recojo mi bolso y camino hacia las escaleras, pero Pete
me bloquea.
―Por lo tanto, ¿creo que soy el afortunado que va a decirle a Sophie que te
has ido?
Miro por encima de mi hombro hacia la puerta del dormitorio.
―Míralo de esta manera, Pete, te dejo el camino abierto. Ve por ella. ―Sé que
es cruel y no es realmente lo que quiero decir. Tal vez sea más fácil salir sabiendo
que tiene a Pete.
Él me empuja, pero no lo suficiente para moverme.
―Ahora sólo estás enojado ―dice en voz alta.
Mi bolsa cae de nuevo en el suelo otra vez. Mi dedo empuja su pecho.
―Ni por un segundo, crees que nunca vi esa pequeña guerra que pasaba
dentro de ese cráneo tuyo desde que rompiste con Claire. Muchas veces, Pete. Vi la
102
forma en que mirabas a Sophie, como si quisieras que fuera tu chica. Incluso saliste
con Val para sentirte más cerca de Sophie. ―Suspiro.
Pete dice:
―Eso no es cierto. Realmente me gustaba Val, y tú lo sabes.
Me río un poco.
―Pienso en lo diferente que las cosas podrían haber sido si no hubieras
traído a Claire de vacaciones con nosotros el verano.
―¿De qué demonios estás hablando ahora? ―grita Pete.
―Baja la voz, o me veré obligado a forzarte. ―Doy un paso hacia atrás.
―¿Por qué? ¿Para que tu preciosa Sophie no se despierte y se encuentre con
que sales con el rabo entre las piernas?
―Estoy hablando de Sophie, pendejo. Lo he visto un par de veces en
realidad, cómo te preguntabas si habías tomado la decisión correcta al no amar a
Soph en la forma en que deseo tenerte ese entonces. Sé que es un hecho que te amó
una vez, en la forma en que me ama ahora, así que adelante. Les doy a los dos mi
humilde bendición ―le digo, dejando que el sarcasmo escurra por mi lengua con
cada palabra.
―Eso es estúpido y lo sabes. Sophie es como una hermana para mí.
Mi mano se extiende hacia abajo, agarro mi bolsa.
―No tengo tiempo para ti. Tengo que irme.
―¿Tienes tiempo para mí? ―gime Sophie desde la puerta de la habitación,
llevando mi camiseta, con lágrimas inundando sus mejillas. Sostiene mi carta sin
fuerzas en su mano, como si estuviera a punto de caer al suelo.
Mis ojos inmediatamente se cierran por un segundo, mis hombros se hunden,
y siento que voy a vomitar. Maldito sea Pete por detenerme.
―¿Estás realmente dejándome? ―susurra, pero no me mira todavía.
―¿Sabes lo que siento por ti? ―Me quedo ahí, incapaz de ir con ella―. Y no
puedo perder a nadie más en este momento.
103
Se seca las lágrimas con la manga, pero no ayuda mucho. Necesito toda la
fuerza que tengo para mantener mis asimientos, y no correr a sus brazos, pidiéndole
perdón. Para decirle que soy un idiota tonto, y no me importa nada de eso.
―Bueno, perdóname por estar confundida. ¿Pero no es eso lo que está
pasando aquí? ―pregunta.
Mis pies tocaron el último escalón para salir, pero Pete agarra mi brazo,
sosteniéndome allí. Lo sacudo.
―Sí, pero soy el que dice adiós, no alguien dejándome, o muriendo por mí.
Tengo que estar solo por un tiempo. Tengo que resolver esto por mi cuenta.
Giro mi cuello de un lado a otro, tratando de liberar la tensión, antes de dejar
escapar un suspiro exasperado.
―Lo siento mucho, Sophie. Por favor trata de entender. Y por favor no me
sigas. ―Bruscamente doy la vuelta y permito a mis pies llevarme escaleras abajo,
lejos de Sophie, y fuera a una mañana sorprendentemente soleada, que contrasta
con mi estado de ánimo. Tengo una parada más que hacer. Tengo que ver a mi
mamá.
La necesidad de conocer más acerca de mi padre, y, posiblemente, hallarlo,
anula todo lo que estoy sintiendo en este momento. Una parte de mí se siente muy
culpable por Henry, porque estoy siéndole infiel, pero sólo quiero ver a este
hombre, una vez. Sólo una vez.
104
Capítulo 16 Peter
Traducido por nnancyc
Corregido por Laurence15
ophie está completamente inconsolable, llorando histéricamente,
encerrándose en la habitación de Ethan. Aporrear la puerta varias miles
de veces solamente le ha llevado a gritarme que me vaya. Lo hago, pero
apenas me muevo unos metros, en caso de que decida salir. Mi corazón intentó
ayudar al suyo, ya que el mío ha sido herido por el repentino abandono de Ethan.
Sabía que se iría, siempre huye de su dolor, pensando que es la respuesta, pero a
largo plazo, también siempre regresa a nosotros. Así que, hay algo de esperanza.
Parándome lentamente, hago camino a mi pequeña cocina para poner agua a
hervir. Llego a la despensa para agarrar una bolsa de patatas fritas, antes de servir
dos tazas de mi té favorito. He debatido unos minutos si debo usar la llave maestra
para entrar, pero la idea de verla abatida me detiene.
Mi pie da un golpecito unas veces en su puerta sin obtener respuesta.
―Soph,‖tengo‖té.‖Abre,‖¿por‖favor?‖―ruego.
El sonido del suave sorbido se registra detrás de la puerta.
―Peter,‖por‖favor,‖déjame‖sola.
―Sabes‖que‖no‖puedo‖dejar‖a‖mi‖mejor‖chica‖sola‖ justo‖ahora.‖Así‖que‖sólo‖
abre la puerta.
El silencio por varios segundos me hace replantear la decisión de que soy el
único para ayudarle a atravesar esto. Hasta el momento, no estoy haciendo un muy
buen trabajo. Además, ¿qué si Ethan tenía razón? ¿Qué si le hubiera dado a Sophie
una oportunidad de regresar cuando ella estuviera dispuesta? Sacudo la cabeza, con
ganas de que las ideas se deslicen lejos. Mientras que lo hago, Sophie finalmente
abre la puerta. Sólo apenas. Sus ojos hinchados y rojos se asoman por la apertura.
S
105
―¿Qué,‖Peter?‖―pregunta,‖sorbiendo‖m{s‖fuerte‖esta‖vez.
Mi cabeza cae hacia el costado, asimilando la mirada en su rostro.
―Sólo‖ déjame‖ entrar.‖Mis‖ manos‖ est{n‖ comenzando‖ a‖ doler‖―miento.‖ Un‖
poco.
Abre la puerta más amplia, permitiéndome pasar. Dejo su té, y una bolsa de
patatas al lado de su cama.
―Regresar{,‖Sophie.‖No‖te‖preocupes‖―intento‖asegurarle,‖pero‖es monótono
cuando‖sale‖de‖mi‖boca.‖Un‖pedazo‖de‖papel‖colocado‖en‖ la‖almohada―.‖¿Qué‖es‖
eso?
Se vuelve, siguiendo mis ojos hasta el papel.
―La‖carta de despedida de Ethan. Ahora sé cómo te sentiste cuando Claire te
dejó.
Esto consigue una despreciativa risa de mi parte.
―Lo‖siento.‖Realmente‖es‖una‖forma‖de‖mierda‖de‖dejar‖a‖alguien,‖¿no?
Asiente, luego se deja caer en la cama.
Bajando mi propio té, me acuesto a su lado, agarrando su mano para dejarle
saber que no está sola.
―No‖puedo‖creer‖que‖me‖dejara‖―susurra.
Mis manos aprietan las suyas más fuerte.
―Sé‖que‖es‖difícil‖escuchar‖esto,‖Soph,‖pero‖no‖te‖dejó‖porque‖no‖te‖ama‖lo‖
suficiente. Te dejó porque esto es lo que hace Ethan. Es egoísta, estúpido y tonto
cuando no sabe cómo manejar las cosas. Está herido. Lo lastimé, mi mamá, su
mamá, pero no tú. No hiciste nada mal. Confía en mí cuando te digo, él regresará
por ti.
Resopla, luego se sienta para tomar un trago de té. Me mira de vuelta con sus
ojos rojos.
―¿Cu{ndo?
―¿Cu{ndo,‖qué?
106
―¿Cu{ndo‖ volver{?‖ ¿Te‖ contó?‖ Estar{‖ de‖ regreso‖ antes‖ que‖ tenga‖ que‖ ir‖ a‖
casa, ¿cierto?
Mi cabeza niega.
―Soph,‖ no‖ es‖ nada‖ parecido‖ a‖ eso. Es sólo... no, no me contó cuándo
regresar{.‖ ―Me‖ doy‖ cuenta‖ que‖ probablemente‖ no‖ debería‖ haberle dado falsa
esperanza, pero al fin él se presentará en la puerta de mi casa. Una cualidad por la
que Ethan Chapman es famoso, es la habilidad de perdonar. Siempre la tuvo. Sólo
necesita recordar esa parte.
―Peter‖Watson‖si‖sabes‖algo‖ser{‖mejor‖que‖me‖lo‖digas‖―grita‖fuerte.
Me pongo de pie para abrazarla.
―No‖ sé‖ nada,‖ Sophie.‖ ―Al‖ principio‖ me‖ empuja,‖ pero‖ segundos‖ después‖
colapsa en mis brazos, completamente deshecha.
Sus lágrimas continúan por un largo tiempo antes de finalmente preguntar:
―¿Qué‖voy‖a hacer?
―Vas‖a‖ ir‖al‖ instituto,‖ terminar‖e‖ ir‖a‖ casa.‖Avanzar‖y‖hacer‖ lo‖que‖sea‖que‖
quieras hacer. Comenzar a aplicar para Universidades, visitar a tu papá, cualquier
cosa que sea que quieras hacer.
―Ni‖ siquiera‖me‖ advirtió.‖ Quiero‖ decir,‖ sabía‖ que‖ estaba disgustado, pero
nunca‖pensé‖que‖me‖dejaría‖sola.‖―Llora‖sobre‖mi‖hombro‖una‖vez‖m{s.
―No‖est{s‖sola.‖Me‖tienes‖a‖mí.‖Siempre‖me‖tendr{s‖―digo,‖intentando‖sonar‖
seguro.
Frota su nariz húmeda, que gotea en mi mejor camisa.
―Gracias,‖pero‖no‖es‖lo‖mismo.
Ethan está loco, fuera de quicio al pensar que ella podría alguna vez
comenzar a sentirse de esa forma por mí, o yo por ella. Amo a Sophie tanto como
amo a Ethan. La cuestión es, siempre he sentido como si fueran de mi clan familiar.
Mi hermano y mi hermana, nunca algo más. Tengo que reconocerle algo a Ethan, ya
que yo había pensado sobre Sophie unas veces y me había preguntado, pero
abandoné aquellos pensamientos tan rápido como surgieron.
107
Sophie se acerca y agarra su carta. Miro mientras camina a su vestidor, la
besa, luego la coloca en el cajón de encima, antes de girarse hacia mí.
―¿Podría‖ quedarme‖ aquí‖ por‖ unas‖ noches,‖ Peter?‖ Me‖ ayudar{‖ a‖ sentirme‖
más cerca de él. Sé que suena estúpido e inmaduro, pero no puedo dejar su
habitación ahora mismo.
―Quédate tanto tiempo como gustes. Llamaré a mi mamá y se lo haré saber.
Si a ti te gustaría, ¿iré a tomar algunas cosas para ti?
Agarra la caja de pañuelos, tirando uno afuera, luego se suena su nariz
mocosa y colorada.
―Gracias,‖eso‖sería‖genial.
Camina a la ventana, mirando abajo a la ciudad. Dudo dejarla, pero digo:
―Regresaré‖antes‖de‖que‖lo‖sepas.
Sus brazos se cruzan sobre su pecho, luego su cabeza cae suavemente,
descansándola en el vidrio cuando la observo desde el pasillo. Asiente, pero se
mantiene en silencio. Sí, y cuando lo encuentre, voy a patear su culo en serio por
esta vez.
108
Capítulo 17 Ethan
Traducido SOS por Soñadora
Corregido por Laurence15
stoy en la habitación de hospital de mi madre, mirándola dormir.
Se ve pálida y frágil. Me dijo su enfermera que ha estado
preguntando por mí, esperándome, entrando y saliendo del sueño.
Estoy seguro de que mi tía le ha dicho cómo me enteré, lo que sé y
mi reacción. Aun así, no puedo pensar en nada que no sea conseguir respuestas. La
hora de visita recién ha comenzado, así que espero que no tenga invitados tan
temprano. Me siento a su lado, mirando mientras sube y baja su pecho vendado.
Quiero llorar, pero no lo hago. Me ha engañado toda mi vida. Todo ha sido una
mentira, una que no perdonaré tan fácilmente. Sin embargo, la quiero segura. No
tengo lágrimas para ella en este momento.
Inclino hacia atrás mi cabeza hasta que toca la pared, antes de dejar que mis
ojos finalmente descansen. No dormí bien, dado que pasé la mayor parte de la
noche viendo a Sophie dormir. El sonido de la maquinaria del hospital me mantiene
despierto, aunque el cansancio quiera ganar, pero el sonido me recuerda el temor de
perder a mi mamá. En el fondo sé que es una sobreviviente, superará esto. Al
menos, eso es lo que me digo para dejarme encontrar la fuerza para dejarla. Desde
que sé la verdad, no he sido capaz de enfrentarla, pero ahora con preguntas sin
respuesta en mi cabeza, no me sorprende que haya vuelto. Lo único que sé es que
necesito saber más, y ella es la única con respuestas. También, si soy completamente
honesto conmigo mismo, he vuelto para asegurarme de que está bien. No podía
dejar la ciudad sin haberla revisado.
―Volviste. ―Su voz suena gastada y grave cuando habla. Mis ojos ven los de
ella hasta que no puedo soportarlo. Mi cabeza cae a su falda, dejando que acaricie
mi cabello suavemente como cuando era un niño. Es mi madre. Mi duele verla tan
E
109
solitaria, aunque me haya ocultado esta atrocidad, aún la amo. Eso no ha
cambiado―. No te preocupes. Se ve peor de lo que se siente. Apenas siento dolor.
―Me alegra, mamá ―murmuro a la gruesa manta que la cubre. Cuando mi
rostro se levanta siguiendo su mano, la veo sonreír.
―Me alegra que estés aquí.
La culpa me ahoga, pero la hago a un lado. Me ha lastimado y cortado hasta
los huesos, así que siento que merezco saberlo todo. Algunas veces ni siquiera logro
creer yo mismo la mentira.
―Sé que no es el momento, y que no te sientes bien, pero, mamá, tengo más
preguntas‖sobre…‖―Ni siquiera logro decirlo en voz alta.
Sus manos bajan a mi barbilla.
―Apenas tengo las respuestas que buscas, Ethan.
―¿Quién es él? ¿Dónde está? ¿Lo amaste, o fue una aventura de una noche?
¿Siquiera sabía de mí? ―Podría haber seguido con las preguntas, pero ella me
detiene levantando su mano.
―Sé tan poco. Por favor, no pienses mal de mí cuando te diga esto. ―Asiento
silenciosamente, así que continúa―: Sé que ya oíste de tu tía Anna que tu padre y
yo nos separamos. Es cierto. Por algún tiempo, no pensé que volveríamos, pero poco
tiempo después de mi viaje con mis amigas, decidimos que queríamos solucionarlo.
Me levantó de mis pies como cuando éramos jóvenes. Las citas, las flores, las dulces
cartas en mi almohada cada mañana. Me arrepentí de conocer a Dirk, pero no tenía
idea de mi embarazo hasta que un mes pasó y tu padre y yo estábamos de vuelta
juntos. No había forma de que pudiera mentirle, ya estaba de varias semanas y de
igual modo no le mentiría. Así que sí, él sabía que no eras suyo. Pero nunca te trató
como si no fueses su propio hijo. Ya sabes eso. Así que, lo único que me queda es
decirte en dónde vivía tu padre biológico hace diecinueve años. ―Se detiene,
apuntando a una jarra de agua. La alcanzo y le sirvo un poco. Toma lentamente,
pero continúa―: Sólo sé dos cosas; su nombre, que es Dirk Hasse, y de dónde es.
Vivió en una pequeña ciudad fuera de Hamburgo, pero no puedo recordar el
110
nombre. Lo único que recuerdo es que se refería a ella como la ciudad de los
escalones. Espero que esto te ayude a encontrar lo que necesitas.
―Así que, básicamente, me estás diciendo que fui un error. Eso es hermoso,
madre. ¿Siquiera sabe que existo? ―No pretendo sonar tan dramático o malo, pero
lastimarla con mis palabras me hace sentir un poco mejor.
―Detente, Ethan. Quizás me arrepienta de él, pero jamás me arrepentiría de
ti. Eres mi mundo. Sí, no te planeé, pero amo llamarte mi hijo. Te amo más que a mi
vida. Lo sabes. Tienes que entender. Necesito que me perdones, ¿puedes por favor
perdonarme?
―¿Sabe sobre mí? ―pregunto de nuevo.
Ella suspira pesadamente.
―No. No supe que estaba embarazada hasta muchas semanas después, y
nunca intercambiamos información de contacto.
Siento que apenas puedo sostenerme cuando me paro, incapaz de mirarla.
―No puedo, madre, no ahora. Apenas puedo entender esto. Me iré por un
tiempo. Llámame si en serio me necesitas. ―Mis pies me alejan de ella y hacia la
puerta como si estuviera en piloto automático. Miro mis pies moverse más lejos de
ella, un pie delante del otro.
Ella grita
―¿Adónde vas? ¿Qué hay con Sophie?
Mi mano ya está en la puerta, pero me detengo sin mirarla.
―Pete‖se‖ocupar{‖de‖Sophie.‖En‖cuanto‖al‖lugar‖al‖que‖voy…‖No‖tengo‖ni‖una‖
maldita idea. Espero que te mejores. Te amo, pero necesito marcharme de aquí.
Adiós, mamá.
111
Estando en la fila en el aeropuerto para abordar mi vuelo a Alemania en
RyanAir, mi cuerpo comienza a sentirse dormido. ¿Realmente haré esto? ¿Subiré a
este avión, dejando a la gente más importante de mi vida, para encontrar a alguien a
quien ni siquiera conozco?
Busqué frenéticamente en línea por cualquier Dirk Hassen en el área de
Hamburgo por muchas horas. Aparentemente, es un nombre horriblemente
popular. Mi cerebro convence a mis pies para moverse adelante, por el camino de
pasajeros enviándome a él. Ni siquiera sé si seguiré con esto, pero sólo quiero mirar.
Para ver si el reflejo que veo cada mañana se verá como el hombre de la ciudad de
los escalones.
No había considerado el hecho de que el vuelo aterrizaría a casi una hora de
Hamburgo, en una ciudad pequeña llamada Lubeck.
Sin auto, ni planes, comienzo a salir del pequeño aeropuerto a pie. Un
hombre en una cabina afuera, me dice que un tren a algunos metros me llevará a la
ciudad de Lubeck. Allí, tendré que subir a otro tren que me lleve a Hamburgo.
La caminata me ayuda. Es una noche de brisa y nubes al comienzo de Marzo,
el tipo de día que me recuerda a Sophie, Nueva York, el hielo, la nieve, y la
sensación de sus labios el día que la besé en la nieve.
Cuando llego al centro de Hamburgo, decido dormir para repensar la
decisión de encontrar a mi padre. ¿Puedo con eso? Saliendo del tren, de inmediato me
rodean edificios enormes y antiguos, calles angostas y pequeñas fuentes.
Entro a un local por una taza de café, recordando de repente que mi alemán
es extremadamente limitado. Puedo decir unas pocas cosas como sí, no, hablas
inglés y puedo contar hasta tres. Ese es mi conocimiento. Silenciosamente me pateo
por no tomar alemán en el colegio, en vez del latín horrendo ofrecido. ¿Cuándo
demonios usaré el latín? El idioma murió por un motivo, nadie lo usa.
Muero de hambre luego de bajar del tren y viajar al centro. Mis ojos miran un
restaurant pequeño de tapas al que decido entrar. Ingresando, me siento
transportado a España. El olor de la carne invade el aire, puerco cuelga de ganchos
de donde son cortadas rodajas finas de carne para saborear. Estoy en el cielo. Luego
de estar en el recibidor mirando un menú escrito en alemán, un hombre joven me da
112
uno en inglés. Aparentemente, fruncir el ceño por varios segundos al tratar de leer el
alemán le dio una pista. La mesera viene a mí, ojos en el menú, y me pregunta en un
perfecto inglés, pero con acento español qué tomaré.
―Tu inglés es muy bueno. ¿También hablas alemán? ―pregunto como un
idiota. Por supuesto que lo hace, vive aquí, idiota.
―¡Sí! ―responde en alemán. Golpea con su lapicera el papel, como si tuviera
mejores cosas que hacer que mantenerme ocupado con charla ligera, así que ordeno
una bandeja de carne con quesos acompañando. El lugar es oscuro por dentro,
mesas de caoba y manteles rojos para combinar con las paredes. Está repleto.
Todos están de buen ánimo con amigos o seres queridos. Todos salvo yo. Me
siento tan solo.
Mi mano va a mi bolsillo, sacando mi móvil. Paso por muchas fotos hasta que
encuentro mi favorita de Sophie. La saqué hace unos meses cuando recién se
levantaba, usando una de mis camisetas grandes. Estaba inclinado sobre ella, y ella
sonrió más grande que nunca antes de empujarme hacia ella. Pero, antes de que lo
hiciera, logré sacar esta foto impresionante de ella. Me permito mirarla por unos
segundos mientras termino mi comida, pero cierro mi móvil rápidamente, mientras
la culpa de dejarla me golpea fuertemente.
Una vez que termino mi comida, le pregunto a la mesera por algún hotel
económico. Me guía a Reeperbahn. He escuchado tantas historias sobre el distrito de
la luz roja. Aun así comienzo mi viaje nerviosamente, esperando que algo mejor
aparezca. El distrito de la luz roja está lleno de prostíbulos, prostitutas y shows de
sexo. Debe haber pensado que por mi edad y soledad, estaría buscando algo cuando
no es así. El pensamiento de usar una prostituta para pasar mi tiempo o para olvidar
a Sophie no me interesa.
Me siento en un banco para buscar un hotel en mi móvil. Me subo al subte y
me bajo en Gansemakt, que está a unas pocas cuadras de mi destino por la noche.
Estoy exhausto por la falta de sueño y de extrañar a Sophie. Saber que pasaré la
noche sólo, sin sostenerla, casi me tira a mis rodillas. Será una noche dolorosamente
larga, recordando la mirada en su rostro cuando me alejé de ella. Sólo puedo esperar
que algún día pueda perdonarme.
113
Capítulo 18 Ethan
Traducido por Azuloni
Corregido por Laurence15
ay un pequeño balcón fuera de la habitación. Teniendo en cuenta
que he sido colocado en el primer piso, no es sorprendente. Mis
ojos miran hacia arriba, a la noche, sin poder ver por encima de los
otros balcones, uno a cada lado de mí.
Es tarde, y sé que necesito dormir, pero sólo puedo pensar en encontrarlo, y
en tomar una ducha muy necesaria, ya que, literalmente, puedo olerme a mí mismo.
Y, por supuesto, preguntándome cómo se siente Sophie tras veinticuatro horas de
mi horriblemente cruel partida, haciendo que mi interior tiemble cada vez que me
dejo pensar en ella. ¿Me odia? ¿Cómo no lo haría? Nunca va a confiar de nuevo en
mí.
Tratando de enfocarme, arranco un mapa de los pueblos de los alrededores
de Hamburgo del bolsillo del abrigo. Pasé por todos los sitios web que me fueron
posibles, buscando al Dirk Hasse de los alrededores, y me las arreglé para averiguar
qué significa la maldita ciudad infernal de los escalones. Es un lugar llamado
Blankenese, donde los ricos construyen sus casas de verano. Está a sólo diez
kilómetros de donde me encuentro en estos momentos. Es una pequeña ciudad a las
afueras, al oeste de Hamburgo en la orilla norte del río Elba. Los sitios en línea han
mencionado lo que solía ser un pobre pueblo de pescadores, pero que al parecer, es
ahora una de las mejores direcciones para vivir. Los buques de carga pasan todos los
días por el pueblo usando al río Elba.
Finalmente, después de la ducha, dejando que el calor del agua lave cada
centímetro de tierra y sudor, me dirijo a la cama. Es grande, y de pronto me hace
sentir pequeño, por lo que me tumbo en medio, poniendo una almohada entre mis
piernas, y luego me quedo dormido.
H
114
Con mis nervios sacando lo mejor de mí, ni siquiera puedo manejar beber una
taza de café cuando me despierto. En su lugar, comienzo mi viaje en taxi, de camino
a Elbestrasse, que espero me lleve con él. El pánico empieza a hundirse, y empiezo a
preguntarme si también necesito uno de esos inhaladores que veo a la gente utilizar
para ayudarse a respirar mejor, ya que apenas puedo encontrar el aire. Empiezo a
sonar como si estuviese de parto, inhalando y exhalando varias veces. El taxista
mira hacia atrás nerviosamente a mí, pero me controlo. Gotas de sudor se forman a
través de mi frente mientras me imagino conociendo a Dirk. He encontrado varios,
pero sólo uno en el pueblo que mi madre mencionó. Se supone que vive en una casa
de Charitas Bischoff, Treppe, donde podría estar bebiendo té con su familia, sin
saber que estoy yendo a encontrarlo. ¿Cómo va a reaccionar al conocerme?
¿Reunirse conmigo le arruinará la vida, o me dará la bienvenida con los brazos
abiertos? ¿Qué hará si lo hace?
Los edificios blancos salpican las verdes colinas. Parece que no había calles
reales además de la calle principal que atraviesa la ciudad. Casas de muy buena
apariencia están por todas partes, pero principalmente hay escaleras sobre escaleras
que muestran las fantásticas vistas al río y las casas en la línea de la orilla del río.
Una vez en el centro de la ciudad, las tiendas pequeñas corren arriba y abajo de la
calle. Ropa, flores, helados, tiendas de alimentos y un par de restaurantes de lujo se
dejan caer por la calle.
Estudiando mi mapa, sigo avanzando hacia el parque. Una vez que llego a la
tienda de comida, me dirijo hacia la izquierda hasta un parque cercano. Los niños
corren por todos lados, parando de jugar en el parque infantil, gritando de auténtica
felicidad. Hago una pausa para mirarlos, preguntándome cómo sería vivir esta
experiencia con Sophie. A ella le encantaría estar aquí. Hago una nota mental de que
si alguna vez me perdona, y si alguna vez vuelvo, voy a traerla. Un pequeño
restaurante italiano que vi antes, llamado Dal Fabbro, sería un lugar perfecto para
llevarla. Una cortina púrpura de terciopelo cubría la entrada principal, por lo que su
interior parece muy romántico. Me río de la idea de que ella en realidad me
perdone, y que pueda compartir esto con ella. La próxima vez que vea a Sophie,
probablemente me dará una patada en las bolas.
115
Llegando al final del parque, mis ojos escanean la señal para asegurarme de
que estoy en el lugar correcto. El cartel entra lentamente en foco. Lo único que
queda por hacer es caminar por lo que parecen un centenar de escaleras, hasta la
dirección que el ordenador me dio. Número uno, Charitas Bischoff, Treppe.
Minutos más tarde, mi dedo rápidamente presiona el botón marcado como
Ein y Hasse, antes de acobardarme. Lo hice sin pensar siquiera en lo que quiero
decir, o cómo lo diré. Corrí a través de varias posibilidades cuando me desperté,
pero todas las palabras se han esfumado ahora. A pesar de los nervios que por
supuesto me atraviesan, sigo de pie allí respirando profundamente. Tengo que hacer
esto para poder seguir adelante. Nadie contesta el botón numérico que presioné. Así
que presiono el siguiente botón, y espero. Todavía no hay respuesta. Sólo hay un
botón en la izquierda, marcado con Martin, así que lo presiono. Segundos después,
una pequeña voz cruje a través del pequeño altavoz exterior.
―Hallo2 ―grita la voz.
―Disculpe. ¿Sprechen Sie Englisch?3 ―digo en el pequeño cuadro negro.
―¡Ja4, Ja! Un momento ―contesta la voz.
Una mujer de la edad de mi madre abre la puerta. Tiene el cabello largo y
rubio, y es muy alta para ser mujer. Esas dos cosas son las únicas cosas en las que
me puedo enfocar.
―¿Puedo ayudarte?
Me aclaro la garganta.
―Espero que sí. Estoy buscando a un hombre. Se llama Dirk Hasse. Creo que
él vive aquí ―hablo despacio para que ella me entienda.
―¡Ja! Solía. Herr Hasse se trasladó con su familia ―responde, y luego
comienza a cerrar la puerta.
2 Hallo: “Hola” en Alemán.
3 Sprechen Sie Englisch: “¿Habla inglés?” En Alemán. 4 Ja: “Sí” en Alemán.
116
Esto no puede estar pasando. Ahora no. No después de haber llegado tan
lejos. Me aclaro la garganta otra vez, poniendo el pie hacia fuera para evitar que la
puerta se cierre.
―¿Sabe dónde está?
―Se fue hace varios meses, pero creo que ha sido enviado a Nueva York por
un corto tiempo. Su esposa y sus hijos siguen viviendo aquí. Bueno, no aquí. Han
ido a vivir a Berlín con la familia de Zara hasta que él vuelva. ¿Puedo preguntar
quién eres?
Mi cabeza se hunde en derrota.
―Sólo un amigo de la familia. ¿Usted ha dicho, esposa e hijos... en Berlín?
¿Puedes decirme dónde exactamente?
―¿Quién eres, hijo mío?
Puedo decir que no voy a obtener las respuestas que necesito, así que le doy
las gracias antes de continuar. Pensamientos de saltar al próximo tren a Berlín
comienzan a arrastrarse a través, pero los empujo de nuevo hacia abajo. Ni siquiera
está en el maldito país. De todos los estados y lugares, está en Nueva York. Dios.
Está, sin duda, jodiendo conmigo ahora.
El Marriott era caro, así que una vez de vuelta al hotel, me conecto en línea
para reservar un vuelo fuera de aquí. El ir a Berlín sería inútil, por lo que en lugar de
eso me centraré en los lugares donde me gustaría pasar el tiempo. El más barato
vuelo en Ryanair es al día siguiente. No he estado en Irlanda desde hace mucho
tiempo, y me recuerda a Pete, así que lo reservo. Uno de sus bandas favoritas es de
ahí, y de alguna manera siento que los quince euros del billete de ida hará que me
sienta cerca de él. Anhelo una buena pinta de Guinness de todos modos, así que, me
considero afortunado de haber reservado un vuelo por tan poco dinero. Además,
odié perderme el concierto de los tres en febrero.
117
Capítulo 19 Peter
Traducido por nnancyc
Corregido por Laurence15
as‖escuchado‖algo‖de‖él?‖―me‖pregunta‖Sophie‖por‖al‖menos‖
enésima vez hoy.
Mis ojos se lanzan a la tele.
―No,‖ no‖ he‖ escuchado.‖ ―Han‖ sido‖ dos‖ días‖ desde‖ que‖ él‖ se‖ fue‖ a‖
dondequiera que se fue. Mi móvil suena, así que salgo al balcón‖a‖contestar―.‖¿Sí,‖
mam{?‖―contesto.
―Acabo‖de‖venir‖de‖traer‖a‖la‖tía‖Colleen‖a‖casa‖conmigo.‖Pensé‖que‖estarías‖
interesado en saber quién la visitó el otro día.
Ya sé de quién está hablando, pero sigo el juego.
―¿Era‖Ethan?
―Efectivamente.‖ Estaba‖ haciendo toda clase de preguntas sobre su padre
biológico.
―¿Qué‖le‖dijo‖ella?
―La‖verdad,‖Peter‖―contesta‖mi‖mam{.
―Estaré‖por‖ahí‖dentro‖de‖una‖hora.‖Necesito‖hablar‖con‖la‖tía‖Colleen.
―No‖creo‖que‖sea‖una‖buena‖idea,‖amor.
Sin importar que piense ella o alguien más, corto. Antes de realmente pensar
en ello, ya estoy creyendo que puedo salvar a Ethan, otra vez. ¿Por qué no pensé en
esto antes? Lo hice una vez, puedo hacerlo de nuevo.
Mis manos golpean la puerta de la habitación de Ethan.
―Soph,‖vamos.‖Sé dónde‖est{‖―grito.
―¿H
118
Sophie abre de un tirón la puerta, sus ojos están todavía rojos e hinchados.
―¿Dónde‖est{?
―No‖estoy‖cien‖por‖ciento‖seguro,‖pero‖creo‖que‖se‖fue‖a‖encontrar‖a‖su‖pap{.
―¿Alemania?
―Seh,‖se‖fue‖a‖buscar‖a‖su‖verdadero‖padre.‖Sólo‖tenemos que conseguir los
detalles de mi tía Colleen primero.
Se apresura tras de mí, una vez que el taxi se detiene en frente de nosotros,
brinca adentro. Suelto la dirección de mi madre, luego me relajo por primera vez en
casi cuarenta y ocho horas.
Una vez adentro, arrastro a Sophie a la sala. Mi madre está esperando por
nosotros dándole sorbos a su té como si nada estuviera pasando.
―Ella‖est{‖en‖la‖habitación‖de‖invitados.‖Tranquilo,‖Peter.
La tía Colleen no luce bien, pero no luce horrible tampoco. Sus ojos se posan
en Sophie cuando entramos.
―Me‖estaba‖preguntando‖¿cu{ndo‖vendrían?
―¿Estabas‖esper{ndonos?‖―pregunto.
Sus ojos dejan a Sophie y vienen a mí.
―Por‖supuesto,‖Peter.‖¿Cu{ndo‖has‖dejado,‖alguna‖vez,‖a‖Ethan‖descubrir‖las‖
cosas por su cuenta?
Estoy furioso con ella por siempre dejarme a mí arreglar a su hijo.
Todo esto es su culpa. Suspiro. La verdad es que estoy haciendo esto por
Ethan, no por ella. No importa qué, lo amo como un hermano.
―¿Qué‖le‖dijiste?
Se recuesta, rodando los ojos.
―¿Qué,‖ ni‖ siquiera‖ vas‖ a‖decir‖ que‖ est{s‖ contento‖porque‖ estoy‖haciéndolo‖
bien?‖ ―Permanezco‖ fijo‖ en‖ el‖ lugar,‖ cuando‖ continúa―:‖ Le‖ conté‖ donde vivió.
Probablemente ya está ahí.
119
Casi olvidé que Sophie está aquí, cuando se mete.
―¿Dónde‖exactamente‖es‖allí?
Mi tía analiza a Sophie por un segundo luego dice:
―Te‖ama,‖sabes.‖No‖le‖hagas‖pagar‖por‖esto.‖Fíjate‖en‖lo‖que‖digo,‖regresar{‖
por ti.
Sophie sacude la cabeza suavemente.
―Sólo‖quiero‖encontrarlo.
―Hamburgo,‖Alemania.‖Est{‖ahí.‖El‖nombre‖que‖ tienen‖que‖buscar‖es‖Dirk‖
Hasse.‖ Estoy‖ segura‖que‖ fue‖ a‖ buscarlo‖―contesta‖ r{pidamente,‖ pero‖ suavemente‖
agrega―:‖Eso‖es‖todo‖lo‖que‖sé.
Sophie y yo intercambiamos una breve, pero cómplice mirada. Supongo que
vamos a un viaje por carretera.
120
Capítulo 20 Sophie
Traducido por Sweet Nemesis
Corregido por Nanis
na de las únicas razones por las que no me he decidido a rendirme
con Ethan, es por el dolor que tan obviamente tiene en su interior.
La mirada en sus ojos antes de irse, es algo que nunca antes había
visto. Se veía tan roto, tan devastado. La segunda razón, es porque después de leer
su carta, sé que aún me ama.
El shock de que me dejara atrás aún corre dentro de mi cabeza haciéndome
sentir enojada, pero estoy determinada a encontrarlo y ayudarlo, ya sea que me
quiera o no. Tal vez si la carta hubiera sido cruel, o si me hubiera dicho que ya no
me amaba, no estaría tras él. Estaría de regreso en ese 757 a Nueva York. Pero sí me
ama. Sólo que no lo sabe justo ahora.
La única cosa de la que estoy segura es del amor que siento por él. Y, en estos
momentos, eso es más que suficiente para mí. Puedo amar lo suficiente por ambos.
De ninguna manera lo voy a dejar ir sin pelear.
Sentada en el aeropuerto, comienzo a pensar en mis padres. De veras que van
a matarme cuando, y si, descubren que estoy vagando por Europa. Ellos creen que
estoy a salvo en Londres, estudiando, bebiendo té y mirando los soñadores ojos de
mi novio. ¿Quién hubiera pensado que terminaría así?
Ni siquiera sé que pensar sobre todo. Mi padre dudaba ligeramente sobre
enviarme, pero la tía Anna y mi mamá lo convencieron que ella estaría cuidándome
como un águila. La tía Anna nunca ha cuidado a nadie como un águila, lo cual estoy
bastante segura mi padre sabe, pero no lo cuestionó. Quiero decir, Peter ha estado
saliendo a pubs desde antes de alcanzar los diecisiete y nunca lo detuvo.
U
121
―Ya deja de moverte, Sophie.‖Me‖ est{s‖ volviendo‖ loco‖―resopla Pete, sin
siquiera mirarme.
Mis ojos bajan hacia mis piernas que no pueden dejar de rebotar. Paso mis
manos sobre ella para detenerlas pero no funciona, así que me paro. Mis nervios
están tan crispados, que comienzo a tronarme los dedos hasta que nuestro vuelo
finalmente es llamado. Por fortuna, aunque fue a último minuto, fuimos capaces de
conseguir un vuelo barato agarrando los últimos dos asientos a un vuelo a una
ciudad cercana a Hamburg.
Peter continua estudiando el mapa del lugar al que vamos y la guía de viaje
de Alemania, mientras yo guardo nuestros pequeños bolsos en un compartimiento
superior. Me desplomo junto a él, y me da una pequeña sonrisa, pero no parece
genuina. Se ve preocupado ahora, lo cual me preocupa a mí.
―¿De verdad crees que lo encontraremos, Peter?
Se muerde el labio inferior, pretendiendo leer su guía.
―No lo sé, Soph. Simplemente no lo sé. ―Mientras el avión se aleja de las
puertas, su mano envuelve la mía―. Mira Soph, incluso si lo encontramos sabes que
estará enojado como el infierno porque vayas tras él. Así que, no esperes un enorme
abrazo, o que te ruegue que lo perdones. Ethan no funciona de esa manera, puede
ser bastante ermitaño cuando quiere. Es como funciona.
Me trago el bulto que se forma en mi garganta.
―Sí, lo sé.
Mi cabeza cae para evitar mirar directamente a los ojos de Peter. Quiero
correr hacia la parte trasera del avión, esconderme en el baño y llorar. Pero la señal
de cinturón puesto aún sigue encendida.
Hemos revisado toda la información que encontramos sobre Dirk Hasse en
Hamburg. Afortunadamente, después de googlear algunas cosas que la tía Colleen
nos dijo, somos capaces de reducirlo a un pequeño pueblo en las afueras de la
cuidad. Parte de mí se pregunta si siquiera vino él aquí, y si lo hizo, debe tener una
ventaja de al menos veinticuatro horas.
122
¿Seguirá aún ahí? ¿Lo encontró? ¿Estarán recuperando los años perdidos? ¿Por qué
me dejó? ¿No lo hacía lo suficientemente feliz?
Sólo pensar en él me desespera, y antes de saberlo las compuertas se han
abierto. Estoy a punto de volverme loca dentro del avión. Peter me envuelve en sus
brazos.
―No te preocupes, Sophie. Lo encontraremos. ―Rápidamente me aprieta mi
mano antes de sonreírme.
Parte de mis preocupaciones es que lo encontremos y me rechace de nuevo.
No estando segura de si podré manejar eso, me vuelvo a Peter.
―Tal vez estamos haciendo mal. Tal vez necesite hacer esto solo. Deberíamos
volver‖―digo, el pánico de pronto sobrepasándome.
Peter no dice nada al principio. Estudia mi cara, antes de inclinarse y besar mi
frente.
―No puedo regresar. Si quieres, te conseguiré una habitación de hotel y
podrás esconderte ahí. Eso estará bien, pero no puedo volver. No aún.
―Pero…‖―sollozo.
Sus manos empujan mi rizado cabello detrás de mis orejas, antes de levantar
mi barbilla para que lo mire.
―Si no está ahí, y no lo encontramos, te prometo que podremos regresar.
―De acuerdo.
Una vez en la ciudad, nos alquilamos un cuarto por la noche. No me quedo
en el hotel como había planeado. No puedo. Peter intenta enseñarme cosas para que
note la belleza de la ciudad, pero enfocarme más en antiguos edificios en vez de en
Ethan no funciona.
Metiéndome en el taxi, Peter le pasa un papel con la dirección que creemos es
donde vive su padre. El hombre gruñe, activa el medidor y sale de la acera
abruptamente, mientras escuchamos música que parece yoguel
―¿Qué vamos a hacer‖cuando‖lleguemos?‖―pregunto.
123
―Tienes‖ su‖ foto,‖ ¿cierto?‖―Asiento―. Le mostraremos la foto de Ethan a
quien sea que nos conteste la puerta. Preguntaremos si ha estado ahí, o algo por el
estilo ―responde indiferentemente, como si hubiera estado haciendo esto por años.
O, tal vez, sólo ha mirado demasiados dramas policiales.
Miro por la ventana durante un rato, observando las casas y las señales de las
calles mientras pasamos.
―No puedo creer que estemos haciendo esto. Estamos locos, lo sabes ¿cierto?
Peter se pasa ambas manos por el cabello, como si quisiera arrancárselo.
Tengo que admitirlo, ha tenido mejores días.
―Hay‖dos‖cosas‖que‖sé,‖Sophie.‖―Se detiene hasta estar seguro de que tiene
mi‖total‖atención―. Haría lo que fuera por él, y haré lo que sea por ti. Es por esto
que hago esto. Podrá parecerte loco, pero él es el único hermano que tengo.
La última parte sale como un susurro.
―Él no es tu hermano.
Sacude la cabeza.
―Lo es de la manea que cuenta. Podremos no tener los mismos padres, pero
confía en mí cuando te digo que nos sentimos igual el uno por el otro.
―Lo siento. No quería sonar tan cruel. Sé lo mucho que se quieren el uno al
otro. Sólo estoy molesta.
El taxi comienza a frenar hacia una rotonda en la pequeña ciudad, y entonces
desciende por un estrecho callejón.
―Está bien.
Varios segundos después, el conductor se detiene frente a lo que parece un
pequeño estacionamiento, y nos dice cuánto le debemos. Peter saca veinte euros de
su billetera, y se los entrega.
―¿Es‖aquí?‖―pregunta, mirando alrededor. El conductor señala hacia unas
escalinatas antes de irse dejándonos atrás.
—¡Genial! ¿Y ahora cómo haremos para regresar?
124
Peter estudia las notas que ha escrito en los márgenes de su guía de viaje.
―Hay‖una‖estación‖de‖ tren‖a‖m{s o menos un kilómetro. Podemos tomarlo
para regresar.
―Mi Dios, esos son un montón de escalones. ¿Te imaginas tener que escalar
esto todos los días?
Justo cuando lo digo, una joven pareja aparece a la vista, caminando por las
escaleras hacia donde estamos sosteniéndose las manos. Cuando comienzan a pasar
frente a nosotros, exclamo:
―Disculpe, ¿hablan inglés?
Se miran el uno al otro antes de que el hombre ruede los ojos y diga.
―Seh.
―¿Nos podría decir si estamos‖en‖el‖lugar‖correcto?‖―digo, antes de quitarle
el papel a Peter y mostrárselo.
―Ah, sí. Ve hasta la mitad, casi al fondo. Ese edificio estará del lado derecho.
Busca‖ un‖ techo‖ verde‖ o‖ naranja‖―dice riendo mientras su voz se espesa con un
pesado acento alemán. ¿Se supone que es gracioso?
Peter y yo buscamos entre varios techos, y nos damos cuenta
instantáneamente lo que la broma significa. Todos los techos son naranjas o verdes.
Le señalo hacia adelante.
―Vamos, bajemos.
Continuamos bajando unos cientos de escalones más que nos llevan hacia
una pequeña calle abajo. Ni siquiera puedo imaginarme a alguien pasando por una
ruta tan estrecha.
Hay un cartel que dice Charitas-Bischoff-Treppe, así que sabemos que
estamos en el lugar indicado.
―Nos‖ hemos‖ pasado.‖ ―Peter toma mi mano, llevándome unos escalones
más arriba. Estudiamos los‖números‖de‖cada‖casa―. Creo que es esta. Ese tipo dijo
que era una casa blanca. ―Se encoge de hombros.
125
Mi mano tentativamente toca el timbre, junto al que dice Ein with Hasse.
Nada.
Así que llamamos a otro marcado como Martin. Esperamos hasta que
finalmente oímos algo. La puerta zumba de nuevo, mientras Peter rápidamente la
alcanza para abrirla.
―Hallo‖―grita una voz.
Miramos hacia arriba para encontrar más escaleras que subir.
―Hola‖―grita en respuesta.
En la cima de las escaleras, hay una mujer que nos mira. Peter avanza, pero
yo me quedo atrás. Murmura algo en alemán que ninguno de los dos entiende. Peter
baja de nuevo, llevándome con él.
―¿Inglés?‖―pregunta.
―Ja ―responde pareciendo frustrada de que no hablemos alemán.
―Um, es posible que un amigo nuestro haya estado buscando a alguien
recientemente. Un hombre llamado Dirk Hasse.
Saco la fotografía de mi bolso, mirándola y recordando el día en que fue
tomada. Cuidadosamente se la paso a la mujer.
―Ja. Estuvo aquí el otro día. Les diré lo mismo que le dije a él. Herr Hasse se
mudó. Su familia vive en Berlín ahora. Al menos eso escuché. Pero eso fue hace un
tiempo. En cuento a Herr Hasse, se mudó a Nueva York.
―¿Dijo nuestro‖amigo‖adónde‖iría‖ahora?‖―pregunto esperanzada.
―No,‖no‖lo‖hizo‖―dice devolviéndome la foto y cerrando la puerta.
¡Berlín! ¡Nueva York! ¿Cómo en el mundo voy a encontrarlo?
Regresamos hacia el U-Bahn para que nos lleve de regreso a la ciudad.
Sentados lados a lado, mientras los pueblos pasan ante nosotros, no murmuramos ni
una palabra. No quiero hacer esto.
―Quiero ir a casa, Peter. No iré a Berlín.
126
Estoy segura de mi decisión. No es que no quiera encontrar a Ethan, es solo
que parece inútil seguir la búsqueda. Podría estar en cualquier parte, y yo tengo
escuela. Asiente, pero se mantiene callado. Casi puedo ver cómo giran las ruedas en
su cabeza mientras sigue mirando por la ventana.
Más tarde, Peter se lleva su celular al baño cuando cree que no estoy
mirando. Silenciosamente, descanso mi cabeza contra la puerta para escuchar,
aunque sé que quiere privacidad.
―Ethan, sé que no me contestarás, pero por favor llámame. Estamos en
Alemania, buscándote. Por favor, sólo llámame.
Un mensaje, tiene que revisar sus mensajes.
Regreso a la cama justo antes de que Peter abra la puerta y dejo escapar un
pesado suspiro.
―De acuerdo, Soph. Este es el trato. Te llevaré de regreso a Londres, y luego
volveré a Alemania para buscarlo.
Salto fuera de mi cama.
―¿Qué? ¿Estás loco? Nunca lo vas a encontrar, ni siquiera sabes dónde
buscar esta vez. Berlín es demasiado grande y no tienes‖un‖nombre…‖nada.
Teníamos un apellido, pero se había mudado a Nueva York por negocios. No
tengo idea de cómo buscar a su familia. Pero, tal vez regresar a casa me dará
suficiente tiempo para intentar que desista.
―Ya lo decidí. Estoy seguro que tiene que haber un Dirk Hasse en Berlín.
Me hundo en mi cama, escondiendo mi cara en una almohada para ocultar
mis lágrimas.
―¿Te das cuenta de que tal vez nunca lo veamos de nuevo?‖―murmuro.
Peter se aleja hacia la ventana, pero me responde.
―Regresar{…‖eventualmente.
127
Capítulo 21 Ethan
Traducción SOS por Soñadora
Corregido por Nanis
rlanda, en abril, es impresionante. He estado fuera por poco más de
cuatro semanas. He borrado lo que parecen miles de mensajes de mi
familia y Sophie. Sin embargo, no puedo convencerme de borrar uno de
los de ella, en el que me dice que aún me ama y sólo quiere que vuelva a casa. Luego
me estremezco recordando el que me dejó la semana pasada. Escucharla llorar y
gritar en el móvil que terminó conmigo, me destrozó el corazón. Me lo merezco.
Aunque ha sido todo mi culpa, aún me hace sentir como el infierno.
Finalmente, pulsar el botón de borrado fue mucho más difícil de lo que hubiera
imaginado. El dolor en su voz casi me hizo repensar mi decisión, pero no estoy listo
para lidiar con mis seres queridos aún. Sophie, desafortunadamente, ha sido
atrapada en la línea de fuego, herida por mi forma infortunada de lidiar con los
problemas. Es tarde, pero el sol aún brilla incluso a las diez de la noche en
primavera. Siempre he amado eso.
Sé que no tengo a nadie a quien culpar por mi propia soledad, excepto a mí.
La cama está hecha, como dicen, y estoy listo para recostarme en ella. Aunque ha
pasado más de una semana desde su último mensaje donde oficialmente terminó
todo, aún me encuentro sacudiéndome el dolor de dentro de mi cabeza.
Perderme en bebidas estas últimas semanas ha sido lo único que me ayudó a
atravesarlas. Los botones de mi móvil apenas son visibles de lo usados que están.
He oído su voz una y otra vez rogándome que vuelva a casa, su voz diciéndome lo
mucho que me ama. Este es el único medio por el que puedo dormir, pretender que
aún está a mi lado.
Y, cuando mis ojos finalmente se cierran a la noche, sus ojos son la única cosa
que veo. Extraño el modo en que se encendían cuando me veía, o la forma en que su
I
128
boca sabía cuando me besaba. Extraño cada detalle sobre ella. Es difícil imaginarla
lejos de mí ahora, o más adelante en la vida. Alejarme de ella, o cualquiera de ellos
fue tan difícil que ahora encuentro casi imposible pelear por volver. Ni siquiera
estoy seguro de querer eso. Están mejor sin mí.
Estoy acostado despierto sin querer moverme. Una tormenta ha comenzado,
truenos tan fuertes que comienzan a molestarme. Rayos de luz aparecen de la nada.
Me inclino para cerrar la cortina cerca de mi cama para bloquear los rayos de afuera.
He rentado una pequeña habitación sobre un pub en Galway, un lugar para
llamar mi hogar por ahora. Bueno, por una semana más hasta que deba decidir si
debo avanzar o no. Mi mano temblorosa agarra el teléfono en la mesita de luz. No
me atrevo a llamarla de mi móvil. Sabrá que soy yo. Dudoso, golpeo los botones
para llamar a Sophie porque algunas noches siento que me volveré loco sin ella.
Espero varios segundos, y cuando estoy por colgar la escucho decir:
―¿Hola?‖―responde―. ¿Hay alguien allí?
Puedo oírla, pero el dolor en mi pecho empeora mientras continuo oyéndola
respirar. Sé que tengo medio segundo antes de que cuelgue a esta locura.
―Ethan, ¿eres tú? ―pregunta en un susurro, casi con miedo a preguntar,
pero con esperanza en su voz.
Sigo en silencio, mis ojos cerrados, sólo oyéndola respirar. Cuando finalmente
me abofeteo a la realidad para responderle, es por el tono de su móvil colgándome.
Ella sabía que era yo.
Despertarme solo es muy difícil. Aunque la mañana debe llegar, salir de la
cama a nadie aún me golpea tan duro como el día anterior. Peter y Sophie no han
tratado de llamarme por casi dos semanas. Asumo que han abandonado la
esperanza. He oído de mi mamá varias veces, quien me dice que le está yendo
genial, y que no me preocupe. Al menos eso es lo que me deja en los mensajes,
129
porque no le contesto. Puedo oírla tratando de sonar valiente, no triste y
desesperada porque vuelva a casa, entendiendo que sólo tengo que hacer esto a mi
manera. Me entiende. Siempre lo ha hecho. Quizás por eso nunca me lo dijo. Sabía
que reaccionaría así. Pero realmente, ¿de qué otra forma reaccionaría alguien
cuando descubre algo tan revelador? Mi padre, mi mejor amigo, nunca fue quien
dijo ser. Y, ni siquiera puedo confrontarlo para saber qué sintió. Quién sabe, quizás
no le importaba que no fuera de su sangre, quizás amarme fue suficiente.
Mi madre también me mantiene al tanto del asunto de Sophie y Pete en estos
mensajitos. Me siento horrible por hacer que Sophie atraviese tanto dolor, pero
aparentemente está mejorando. Sé que no esperará mucho más para que yo resuelva
mis problemas. Suponiendo, me miento a mí mismo, que estoy mejor solo. Estoy seguro
de que está mejor sin mí y toda mi mierda.
Me encuentro mirando a un vaso vacío de nuevo esta noche. Las chicas me
conocen bien en el bar de abajo, dado que lo visito a diario. Estoy seguro de que
Henry no había pretendido que mi dinero se fuera en alcohol, pero bueno, seguro
nunca pretendió morir. Incluso me dejan servirme a mí mismo, dado que confían
que pagaré todo lo que tome. Beber, aunque sé que tengo que parar, o al menos
desacelerar, me ayuda a adormecerme lo suficiente para pasar el dolor de haber
perdido tanto, tan rápidamente. No encontrar a mi padre verdadero, perder a
Henry, el único papá que conocí, dejar ir a Sophie y Pete, mi madre y su cáncer, esto
detiene el dolor momentáneamente. La auto medicación es dolorosamente difícil y
solitaria.
No estoy prestando atención a nadie a mi alrededor, pero la sensación de una
mano pequeña recorre mi espalda. Sé quién es incluso antes de voltearme. La chica
americana, Brooke, que está de mochilera por Europa con sus amigas.
―Creí‖que‖ te‖habías‖ ido‖―le digo, apenas mirándola. Esperaba hubiera sido
una mejor palabra, pero no me atrevo.
―También creí eso. Pero luego pensé que me arrepentiría de no probarlo esta
vez.‖―Antes de entender de qué está hablando, sus labios chocan con los míos.
Tenía cerveza en mi boca, e inmediatamente baja por mi garganta, casi ahogándome.
La calidez de sus labios se siente tan bien, que reprimo la tos. No la quiero, pero la
130
necesito. El deseo de sostener a alguien, de sentir los brazos de alguien a mi
alrededor se apodera de mí.
Antes de permitirme pensarlo, y golpearme por ello, la empujo afuera a mi
pequeño departamento. Ella se abre la camisa de un jalón, los botones saltando
cuando nos acercamos a las escaleras, tirándola a un lado. Mi camisa sale después, y
antes de darme cuenta estoy tendido medio desnudo en mi sillón, junto a alguien a
quien sólo conocí hace unos días.
Pero, el modo en que habla cuando cierro mis ojos, es casi como tener a
Sophie conmigo. Continúo comparándola mentalmente con Sophie, pero no lo
logro. Me encanta ese acento americano, la voz suave y femenina que lo lleva.
Mientras sus dedos bajan por mi pecho, luego bajan más, desabrochando mi
cinturón, sé que la perfección no vendrá esta noche, porque Sophie no está aquí,
Brooke sí. Y, por ahora, ella bastará.
Quiero hacer lo correcto y decirle que se vaya, que no soy bueno, que mi
corazón está muerto. Pero parece que no puedo encontrar la energía ni las palabras.
Necesito este momento para olvidarlo todo, y a todos los que me persiguen en mis
sueños.
Incluso Sophie.
Necesito dejarla ir. Así que, no empujo a Brooke, aunque mi corazón y mi
cabeza me estén gritando que lo haga. La dejo entrar, y me odio por ello, incluso
mientras nuestros labios se buscan en la oscuridad, sé que me arrepentiré de esto
mañana.
La mañana siguiente amanezco solo. Brooke se ha ido, pero una nota en una
servilleta me dice que me encontrará algún día en Londres.
131
Mi primer pensamiento es cambiar mi número de móvil, para que no me
encuentre, pero eso no funcionará. No porque quiero que Brooke me encuentre, sino
porque es la única manera de que mi familia o Sophie lo hagan.
Egoístamente, aún los necesito, y los amo, pero aún no he sido capaz de subir
al avión o al ferri para empujar mi trasero de vuelta allí.
Mientras me miro en el espejo esta mañana, tengo que ver dos veces para ver
qué en mi reflejo me molesta. Líneas rojas en mis ojos brillan con culpa, mezclado
con amargura y tristeza me miran de nuevo. Mis ojos, mi mente, mi cuerpo, todos
ansían a Sophie.
Danny, el encargado del bar, me mira entrar y me saluda. He estado
caminando por las calles desde las seis de la mañana. Otra noche sin sueño, incapaz
de aclarar mi cabeza. Esta vez es diferente por lo que pasó con Brooke. Siento que
engañé a Sophie.
―¿Lo‖de‖siempre?‖―Asiento. Mi usual es un tradicional desayuno irlandés;
huevos, tomates fritos, frijoles, algo de tostadas y una taza de té caliente. Pone el
plato frente‖a‖mí‖diez‖minutos‖después―. Así que, ¿oí que quizás habrás terminado
con nosotros esta semana?
―Quiz{s.‖No‖lo‖sé‖―admito.
―¿Por qué simplemente no vuelves? Encuentra a la chica. ¿Cómo se llamaba?
―Sophie‖―mascullo.
―Eso, Sophie. Ve a casa, Ethan. Te digo que debes hacerlo.
Sacudo mi cabeza, pensando en lo que hice anoche. Finjo una sonrisa.
―No puedo. No después de anoche. Nunca me perdonará.
132
―¿Por la americana de anoche? ¿Por qué le dirías? No necesita saberlo. Todos
tenemos nuestras debilidades.‖―Él se detiene a limpiar la barra, pero me mira de
vuelta―. Debo decir, ella se veía, no sé…‖no‖realmente‖tu‖tipo.
―Honestamente, no lo era. Sin embargo, un cuerpo cálido fue un buen
cambio.‖―Mi boca está llena de frijoles cuando levanto mi vista para preguntarle―:‖
¿Crees que tu padre me dejará pagarle semanal en lugar de mensualmente?
Se encoje de hombros antes de poner té en su propia taza.
―Hablaré bien de ti con él.
Que Danny haya sido mi amigo por los últimos meses tiene sus beneficios.
Persuade a su padre para que me deje quedarme como huésped semanal. No estoy
listo para enfrentarlos a todos, así que decido quedarme un poco más. Al menos,
hasta saber que Sophie está de vuelta en Estados Unidos, lo que debería suceder en
cualquier semana de estas. No es que no quiera verla, sí quiero, pero verla y saber
que no es mía probablemente me matará, así que esperar parece la mejor respuesta.
Oír de mi madre una vez por semana ha sido mi único contacto real con mi
vida en Londres. Sólo le respondí una vez, para asegurarme que estaba sanando
bien de su cirugía. Me aseguró que lo está. También me puso al día con Sophie, y
cómo sale ocasionalmente con amigos de su escuela. Me alegra que sea capaz de
seguir adelante y olvidarse de mí. Además, si alguna vez se entera de mi aventura
de una noche, nunca me hablará de nuevo.
133
Capítulo 22 Sophie
Traducido por Merlu
Corregido por Nanis
an pasado casi dos meses desde la última vez que vi a Ethan. He
perdido peso debido a mi falta de apetito, lo cual es el indicio para
volver locos a todos. Incluyendo a mi madre, quien viene a
visitarme durante esas dos solitarias semanas. Ella y Austen vienen en Pascua para
pasar tiempo conmigo y sus mejores amigos, pero secretamente pienso que tía Anna
debe haberles rogado que vinieran a darme un vistazo.
Mi mamá me mira de cerca durante cada comida, no sólo para asegurarse que
coma, sino que tampoco lo vomite. Todos están comenzando a creer que he
desarrollado alguna clase de desorden alimenticio, incluso Peter está preocupado.
No‖tengo‖ningún‖desorden…‖bueno,‖uno‖mental‖tal‖vez.‖
La depresión no es para nada divertida. Perder a quien tan desesperadamente
amo, me hace sentir como que no puedo comer ni respirar. Ni siquiera sé si está
bien. Dios, espero que lo esté.
Estaba segura que mi último y definitivo mensaje diciéndole que habíamos
terminado, ameritaría alguna llamada en respuesta, pero ninguna llegó. Y fue
entonces que me di cuenta que jamás lo haría; para él, todo se había terminado en el
momento en que salió del apartamento de Peter. Todo eso me hace cuestionarme
cada pequeña cosa sobre el tiempo que pasamos juntos. ¿Fui sólo yo? No, él también
estaba enamorado. ¿Cómo demonios podía hacerme esto a mí?
Parte de mí se siente como que ya he atravesado la mayoría de las etapas del
rompimiento. Primero, me sentí vacía, luego sentí enojo y ahora he caído en algún
punto del abandono. Había dejado de salir y ya no hago planes con nadie, ni
siquiera con Peter. Mis días los paso en la escuela, y sólo la escuela, porque si no
estudio lo suficientemente duro no me graduaré en junio con el resto de mi clase.
H
134
La escuela terminará en un par de semanas, y estaré de regreso en casa. Creo.
Parte de mí quiere quedarse durante el verano para ver si él regresa a casa, pero mi
lado sensible me dice que ya no me ama y que debería seguir adelante. Ni siquiera
sé por qué creo que aún podría importarle. No espero que lo haga.
Durante la noche, cuando la casa está en silencio lloro bajito hasta dormirme,
preguntándome qué podría haber hecho distinto. Preguntándome si él estará allí
afuera. ¿Qué está haciendo? ¿Está con alguien nuevo? ¿Debería seguir adelante?
¿Puedo seguir adelante? Hasta que eventualmente las lágrimas se secan y el sueño
me vence. Es la misma aburrida rutina cada noche.
Solamente hago una amiga en todo el tiempo que paso en Londres. Ella es
una estudiante de intercambio, igual que yo, pero de Francia. Su nombre es Agathe.
Tiene que ser pronunciado como A-get. Hemos armado planes para hacer algo de
turismo juntas, incluso en contra de mi mejor juicio; lo he hecho para guardar las
apariencias. Tía Anna vigila cada movimiento mío, y le reporta a mi madre qué tal
lo estoy haciendo. Así que acuerdo ir al Ojo de Londres y al Palacio de Buckingham,
aunque ya los he visto cientos de veces. Agathe es una menuda morena con enormes
ojos marrones que me recuerdan a un venado, y tiene la personalidad más
efervescente desde que Val se fue. Lo cual honestamente, es bastante lindo.
Estamos sentadas en la parte más alta del Ojo de Londres, mirando hacia
abajo a la gente en la calle. El Big Ben se encuentra hacia uno de nuestros lados,
irguiéndose en toda su grandeza.
Siempre había amado ese enorme y viejo reloj.
―Entonces, ¿volverás a casa‖cuando‖termine‖la‖escuela?‖―pregunta Agathe.
Me apoyo contra el cristal, dejando que mi frente se presione contra este para
mirar el río.
―No, he decidido quedarme un poco más. ¿Tú?
―Me voy el último día de clases. Mis padres me quieren en casa.
―Sólo‖estoy‖esperando‖para‖ver‖―admito.
―Sophie, Ethan no va a volver.
135
La rueda gira, llevándonos directo hacia el fondo.
―Podría hacerlo.
―Olvidémonos un rato de esta tortuosa mierda, y vayamos a algún pub.
Habrán montones de chicos lindos ahí.
Así que eso es lo que hacemos. Tomamos un taxi justo hasta fuera del Estadio
Emirates para encontrar un pub atestado de chicos. Ir adentro se siente como entrar
a una carnicería cuando algunos se voltean para vernos. Aunque la mayoría de los
ojos están clavados en el partido, y en los televisores dispersos por allí, un par se
desvían en nuestra dirección.
Afortunadamente, estoy usando un ancho pañuelo de seda alrededor de mis
hombros, de lo contrario podríamos no haber podido pasar a los gorilas
custodiando la puerta sin mostrar alguna clase de color de Arsenal.
―Pediré‖ sidra‖―me grita Agathe cuando me deja en una esquina. Mis ojos
viajan por el lugar, antes de detenerse en un par de chicos en la otra esquina. Uno de
ellos, un chico con ondulado cabello rubio sosteniendo su vaso de bebida, me sonríe.
Le doy un pequeño saludo incómodo.
Agathe regresa unos minutos después y me pasa mi trago.
Tomar no es algo muy típico de mí, pero es lo que hago. Cuando una
pequeña gota de sidra se chorrea por mi barbilla me río. De pronto, el rubio con
cabello rizado se encuentra junto a mí con una servilleta en su mano.
―Podrías querer bajar un poco el ritmo.
Mis ojos encuentran los de Agathe, pero solo me da esa mirada que las chicas
tienen que quiere decir “est{s‖por‖tu‖cuenta”.
Sus manos se extienden y limpia la sidra de mi rostro con la servilleta,
sonriéndome todo el tiempo.
―Soy Simón.
―Hola. Soy Sophie.
―Oh, americana, ¿no?
136
―Lo‖ soy‖ ―digo mientras mi cuello se endereza hacia la izquierda de él,
buscando alguna señal de Agathe.
La encuentro unos segundos después, charlando con algún chico en la
entrada. Me pone nerviosa estar a solas con él. No que él esté totalmente interesado
en mí, pero por la mirada en su rostro podría estarlo. Pienso en Ethan por un breve
segundo, entonces respiro hondo y le doy mi mejor sonrisa.
―¿Qué te trae a Londres?
―Un programa de intercambios. Me voy en algunas semanas.
Sus ojos se mueven rápidamente hacia su mesa.
―Escucha, mis amigos y yo estábamos justo por irnos. Pero, ¿me das tú
número? Tal vez podríamos tomar algo pronto.
―Seguro‖―respondo. Rebuscando en mi bolso alguna lapicera; su mano me
detiene.
―Puedo agregarlo a mi celular.
―Oh,‖por‖supuesto.‖―Así que le digo mi número.
―¿Te puedo llamar la próxima semana?
―Seguro.
Se inclina, susurrando en mi oído.
―Eres increíblemente linda.
Comienzo a retroceder, sintiéndome avergonzada, pero sus palabras me
hacen sentir bien. Con su rostro aún cerca, se inclina besándome en la mejilla, antes
de girar e irse. El beso ha sido un poco atrevido, pero se siente malditamente bien
ser mirada y querida de nuevo. No quiero, pero tal vez, sólo tal vez, es hora de
seguir adelante; con un poco de ayuda de Simon.
Mi cabeza sigue confusa mientras camino hacia la barra para pedir una soda.
Con un vaso de sidra es suficiente. Agathe‖sigue‖hablando‖con‖su‖“nuevo‖amigo”‖así‖
que me apretujo a través de dos hombres gritándose el uno al otro acerca de un
juego tonto.
137
―¿Me‖ podría‖ dar‖ una‖ soda?‖ ―le grito al barman. Él me asiente para
confirmar que me ha oído.
Mis ojos recorren el lugar, absorbiéndolo antes de aterrizar en Peter, quien
obviamente me ha visto desde hace rato. Se ve furioso. Tanto, que considero salir
corriendo hacia las calles, buscando un lugar donde esconderme.
Le dice algo al tipo junto a él, y entonces camina rodeando la barra hacia mí.
―¿Qué‖ est{s‖ haciendo‖ Sophie?‖―me grita cuando comienzo a caminar en
dirección contraria.
Pero no hay ningún lugar a donde ir, así que me giro. Mi espalda choca
contra la barra, y ya no puedo moverme más allá. Decido actuar inocentemente.
―¿A qué te refieres?
―No te he visto en semanas. Me dijeron que estabas toda depresiva, y que no
querías ver a nadie y aquí estás con algún idiota al azar.
Quiero matarlo. ¿Quién se piensa que es, juzgándome?
―Siento decepcionarte Peter, pero que Ethan esté fuera no me mató. Estoy
aprovechado mis últimas semanas, así que apreciaría que te ocuparas de tus propios
asuntos.
Mencionar la parte sobre Ethan es un poco más duro de lo que había creído,
pero no puedo dejar que Peter vea lo que Ethan me ha hecho. Nunca debo dejar que
Ethan sepa lo devastada que su partida me dejó, y por lo tanto tampoco debe
saberlo Peter. Necesito ponerme mis enormes calzones y actuar como si no me
importara.
―¿Ocuparme de mis propios asunto? TÚ eres mi asunto.
Regreso mi cuerpo hacia la barra y grito.
―¿Le importaría mejor darme una sidra?
―Oh, ¿así que beber es tu respuesta? Tal vez Ethan y tú, sí que están hechos
el‖uno‖para‖el‖otro.‖―Comienza a alejarse, pero‖se‖gira‖sobre‖sus‖talones―. Ten una
fabulosa vida, Sophie.
138
Peter sale hecho una furia del bar. Aunque sé que no debería seguirlo, corro
tras él.
―¡Peter! Espera.
Se detiene de golpe, volviendo su rostro hacia mí y grita.
―¿Por qué?
―No lo dices en serio, así que no actúes como si estuvieras saliéndote por
completo de mi vida.
Da un par de pasos más cerca de mí, lo suficientemente cerca para detectar el
alcohol en su aliento.
―Tal vez debería terminar con todos ustedes. Tú estás toda devastada, Ethan
solo Dios sabe dónde anda y nadie parece preocupado por el pequeño Pete. Estoy
cansado de ocuparme por todos.
―¿Sigues sin oír nada de él?
Suspira.
―Una vez.
¿Qué? No puedo creerlo. ¿Cómo pudo Peter no decírmelo?
Quiero gritarle por no decirme, pero hay una pregunta más importante por
hacer.
―¿Cuándo hablaste con él?
―Hace dos días. Está pensando en regresar. Quería hacerme algunas
preguntas. ―Peter se ve incómodo, intercambiando su postura de un pie al otro, y
sus manos apretadas a los lados.
―¿Qué‖clase‖de‖preguntas?‖―pregunto suavemente.
Agathe sale brincando hacia afuera en el peor momento.
―Ahí estás.
Peter mira a mi amiga y luego a mí.
―Nada‖importante‖―responde alejándose.
139
Troto para alcanzarlo.
―¡Peter, espera! ¿Podrías hacerme un pequeño‖ favor?‖ ―pregunto. Se ve
totalmente molesto conmigo.
―¿Qué?‖―espeta.
―No le digas que sigo aquí si habla contigo de nuevo. Será mejor que crea
que me he ido. No puedo verlo, no puedo enfrentarlo. No ahora. No creo poder
manejarlo.
―Eres hermosa, pero te ves como el infierno Soph. Ve y come algo, estás
demasiado delgada.
Hago una mueca cuando empieza a alejarse de nuevo, pero le grito:
―¿Peter?
Levanta su mano, pero no se da la vuelta.
―Lo‖prometo‖―me responde.
Agatha está decepcionada de que termine todo tan temprano, pero no puedo
pensar, y menos pretender divertirme. La única cosa que sé, es que Ethan está
posiblemente regresando a casa haciendo preguntas.
Mi cabeza da vueltas una y otra vez durante toda la noche, dejándome sin
posibilidad de dormir.
¿Me voy a casa así no lo enfrento? ¿Me quedo, y sigo adelante? ¿Me quedo y
lo acepto de regreso si aún me quiere? ¿Qué hago? ¿Se verá diferente? ¿Está curado?
Sabiendo que tropezarme con él de casualidad es una posibilidad bastante
posible, mi corazón se aprieta. ¿Qué si ya hay alguien nuevo en sus brazos? Ha sido
bastante tiempo.
140
Necesito algo que me levante, así que pongo mi iPod en mi equipo de música,
entontando a Kelly Clarksin.
Con‖ cada‖ coro‖ grito‖ m{s‖ y‖ m{s‖ fuerte.‖ “Lo‖ que‖ no‖ te‖ mata,‖ te‖ hace‖ más
fuerte…”.
He estado haciendo esto durante un par de semanas, hasta que una vez Pete
tuvo que venir a golpearme la puerta, ya que tía Anna lo encontraba demasiado
ruidoso. Enviar a Peter en realidad era su manera de verificar que no me hubiera
vuelto demente por completo.
141
Capítulo 23 Ethan
Traducción SOS por Soñadora
Corregido por Nanis
cercarme a Pete el otro día fue difícil. Oír el tono de su voz al tratar
de razonar conmigo para volver a casa fue poco placentero por
decir lo menos. Siempre pensé que él estaba por encima de rogar,
pero escucharlo, me hizo ansiar mi casa. Quiero sentirme completo de nuevo. La
verdad es que lo extraño. Los extraño a todos.
No sé qué haré cuando vea a Sophie, si siquiera aceptará verme. Estoy
nervioso por encararla, luego de haberle mostrado lo destrozado que estoy. Llamé a
Pete para controlar a Sophie. Mi mamá me dijo que estaba saliendo con un idiota
llamado Simon, pero quería asegurarme también de que nada sucedía entre Pete y
Sophie. Porque sería un frío día en el infierno para mí poner un pie en Londres para
encontrarlos como pareja. ¡De ninguna maldita manera!
Pete también me dijo que está bien, pero no genial. La escuela terminará para
ella pronto, y nos dejará a todos atrás. Saco su foto y la estudio. De repente siento
como si pudiera correr desde Galway a Londres, si fuera posible. Todo comienza a
tomar sentido de nuevo. Tengo que ir a casa. Ni siquiera estoy seguro de qué me
trajo aquí en primer lugar, pero me siento bien por primera vez en un largo tiempo.
Es como si alguien hubiera presionado un botón para hacerme sentir vivo de nuevo.
Como si finalmente me hubiera encontrado a mí mismo.
Luego la realización de que realmente podría perderla, y posiblemente ya lo
haya hecho, me golpea. Aunque sé que mis palabras fueron frías antes de irme,
espero que me perdone. Estoy determinado a tenerla de vuelta.
Mis dedos nerviosamente golpean el teclado, digitando su número. Es la
décima vez que llamo hoy. Una vez más, no contesta, lo que me molesta, pero
A
142
entiendo. Todas mis llamadas van directo a su buzón de voz, pero dejarle un
mensaje parece ridículo, así que no me molesto.
Si la pierdo, será mi propia culpa, tendré que dejarla ir de verdad esta vez.
Suspiro pesadamente pensando en tener una vida sin Sophie. Sólo tengo diecinueve,
pero me siento absoluto en mi decisión. Ha sido la indicada, desde que fui un niño
pequeño. Mis sentimientos no han cambiado.
Quiero ir a casa.
Pete contesta de inmediato cuando llamo dos días después.
―Estoy en Heathrow. Ven a recogerme, hermano.
―¿Qué? ¿Hablas en serio? ¿Estás en casa? ―Suena genuinamente feliz de oír
de mí.
―Acabo de decir eso, ¿o no? Trae tu maldito trasero aquí y recógeme.
―De acuerdo, pero necesito el auto de mamá primero.
Aclaro mi garganta.
―¡Claro! Um, ¿podrías traer a Sophie contigo? Debo hablar con ella.
Se queda en silencio por unos segundos y me inquieta mientras espero su
respuesta.
―No puedo, hermano. No quiere verte.
―Oh, bien. Bueno, entonces, um,‖ creo‖ que‖ te‖ veré‖ pronto.‖ ―Cierro mi
teléfono antes de dejarme caer en mis rodillas. Se ha ido. La perdí. Si no fuera por el
aeropuerto estaría sollozando como un bebé.
En serio, ¿qué esperaba? Soy yo quien se alejó.
143
Más de una hora pasa, cuando finalmente veo a Pete mientras pasa por la
curva. Sale del auto, tirándome a un abrazo de oso que sólo él puede dar.
―Bienvenido‖de‖vuelta,‖amigo.
―Es‖bueno‖verte,‖Pete.‖―Tiro mi bolsa en la parte trasera de auto, antes de
saltar al asiento del frente.
Pete ya está en el volante, sonriendo.
―Así‖que,‖¿adónde?
―Nuestro piso. Eso, si mi habitación aún está disponible.
―Por supuesto que lo está. Quiero decir, Sophie se quedó allí un tiempo pero
ya‖no‖m{s.‖―Se encoge de hombros.
―¿Lo‖hizo?
Pone el auto en primera mientras salimos hacia Londres.
―Ella era un desastre. Incluso fuimos a Alemania a buscarte. Te perdimos
por un día o dos. Iba a ir a Berlín a encontrarte, pero no sé. Me rendí. Ella se rindió.
―Nunca fui a Berlín. He estado en Galway todo este tiempo.
Pete frunce el ceño.
―¿Irlanda?‖¿Por‖qué?
―Ustedes siempre hablaban de esa banda que les gusta, y me perdí el
concierto al que fueron los tres, y son de Galway, así que fui a verlos y decidí
quedarme. Es una ciudad genial.
―¿Fuiste‖a‖ver‖a‖los‖Sawdoctors?
―No te sorprendas tanto. Fueron buenos en vivo.
―Bastardo ―bromea.
Quiero preguntar sobre Sophie, pero temo la respuesta. Finalmente, cuando
ya no puedo soportarlo, me rindo.
―Así‖que,‖Sophie…‖¿no‖quiere verme? Creo que merezco eso.
144
Pete aprieta con ambas manos el volante, antes de usar una para bajar el
volumen de la radio.
―No. Ella no se ve tan bien. Quiero decir, lo hace, pero todos estuvimos
preocupados por ella. No está comiendo apropiadamente, está perdiendo peso,
bebiendo y dando su número a tipos al azar en pubs. Ha cambiado mucho.
―¿Qué? Creí que estabas cuidando de ella.
―Lo estaba, hasta que se negó a siquiera verme. Se ha quedado con mi mamá
y en su tiempo libre sale con sus nuevos amigos. La vi el otro día con esa francesa en
un bar, bebiendo y hablando con un idiota.
―Olvida el piso. ¿Quizás podrías llevarme directo a verla?
―No creo que sea una buena idea. Sólo vamos a casa.
Eso hacemos. Quiero discutir, pero ¿cómo podría? Tengo la culpa de todo.
El departamento está tal cual lo recuerdo. Mi habitación se ve como si nunca
me hubiese ido. Nada ha cambiado, excepto yo. Me subo a mi cama sabiendo que
ella durmió allí noche tras noche, esperándome. Mis ojos y nariz buscan algún
recuerdo de ella, oliendo almohadas y mantas, pero nada ha quedado. Si su aroma
se prendió en algún momento, hace mucho se fue.
Pete asoma su cabeza una hora después.
―¿Estás interesado en nuestro usual o estás cansado?
―Nuestro usual suena bien. ¿Fuiste a dejar el auto? ―pregunto, en el fondo
estoy esperando ganar información de Sophie.
Pete me conoce bien, y responde mi pregunta silenciosa.
―No estaba allí. Salió con una amiga por el día. Le dijo a mi mamá que no la
esperara despierta.
145
―¿Hablas en serio? ―pregunto, sentándome derecho.
―Eso me temo. Mi mamá dice que vayas y la veas mañana. Te extraña.
―¿Quién‖me‖extraña?
―Mi mamá, ahora vámonos.
Por supuesto. La tía Ana me extraña. Es como mi segunda madre. Mi mamá y
yo tenemos que arreglarnos aún. Probablemente sabe que estoy de vuelta, y quiero
verla, pero no todavía. Perdonar a Pete es más fácil que perdonar a mi mamá.
Después de muchas noches sin descanso, comienzo a preguntarme si yo le hubiera
dicho si la situación fuera al revés. No pude llegar a una respuesta. Al final, elijo
perdonarlo. Cuando se trata de Sophie, no hay nada que perdonar. No hizo nada
mal, excepto enamorarse del tipo equivocado, un tipo muy roto. La parte
complicada será conseguir que ella me perdone.
Comenzamos a caminar por la calle cuando de reojo veo a Sophie.
―Pete,‖¡detente!‖―Tomo su brazo.
―¿Qué?
―Es‖ella,‖es‖Sophie.
Pete gira su cuerpo mirando en distintas direcciones.
―¿Qué, Sophie, dónde?
―Allí.‖―Señalo la esquina al frente.
―No es ella ―dice confidencialmente―. Estoy seguro de que se mantiene
fuera de SOHO.
Sin pensar, me giro a ella. Lo único en que puedo pensar es en mirar a esos
ojos de nuevo por cualquier signo de que quizás hay esperanza para nosotros.
―¡Sophie, espera! ―grito.
La alcanzo y la giro.
―¿Puedo ayudarte? ―pregunta una chica.
―Oh, lo siento tanto. Pensé que eras alguien más.
146
Ella sigue caminando y la miro andar. Se ve mucho como Sophie de atrás,
estaba seguro de que era ella. Vuelvo con Pete, me siento derrotado.
¿En qué estaba pensando, corriendo a ella? ¿Qué hubiera dicho si era ella?
Pete no dice nada, sólo me sonríe con suavidad y me guía por la calle. Una
vez dentro del pub, ordenamos comida y una cerveza.
Pete me mira al otro lado de la mesa, acariciando su barbilla.
―Creo que lo mejor sería dejarla ir, Ethan. Ella finalmente sonríe de vez en
cuando. Le ha tomado mucho tiempo avanzar, hermano.
Mi cabeza cae a mis manos.
―Sé que tienes razón. Lo arruiné dejándola. Pensé que entendería porqué
debía irme.
―Lo hizo. ―Se detiene y me mira―. Meses atrás sí lo entendió, pero nunca la
llamaste. Tú la soltaste primero ―me recuerda.
Frustrado, le digo:
―¿Podemos dejar de hablar de Sophie?
―Absolutamente.
―¿Qué hay contigo? ¿Cómo estás? ―le pregunto.
―Ahora que tengo a mi mejor amigo de vuelta, bien. Te advierto, si vuelves a
huir así de nuevo, hermano, voy a matarte.
¡Hermano! Raramente me llama así, y cuando lo hace, es un cuchillo dentro
de mí porque prueba que lo he herido.
―Ya te dije que lo sentía por teléfono. No puedo deshacerlo.
―Y yo ya te dije que te perdono por irte.
―No me iré. ―Sacudo mi cabeza―.‖Al menos no sin decirte a dónde iré.
―Vamos a tomar otra cerveza y a ahogar nuestras penas.
Le digo a Pete todo sobre mi viaje de Alemania a Irlanda, de Brooke, y lo que
me trajo a casa. Después de comer y beber, casi me caigo cuando Sophie entra con
147
acompañante. Si brazo está enredado con el de un idiota. Le sonríe cuando él le
susurra algo al oído. Me toma cada gramo de control no ir y estrangularlo. Me
aguanto, diciéndole a Pete que haga lo mismo.
―¡Mierda! Sophie está aquí, y no sola. ¿Sabe que estoy de vuelta?
Pete sacude su cabeza.
―No‖lo‖creo.
―¿Qué‖deberíamos‖hacer?
―No lo sé. Tú eres el niño genio que se fue, ¿recuerdas?
Le doy una sonrisa diabólica.
―Gracias,‖amigo.
―Sólo‖digo.
―Sé‖lo‖que‖est{s‖diciendo.‖¿Con‖quién‖est{?
Pete se gira lentamente antes de encogerse de hombros.
―No lo sé. Se ve como el idiota de la última vez que la vi. Podemos tratar de
irnos pero podría vernos.
La mesera viene y le pagamos rápidamente. Afortunadamente, podemos
escapar del bar sin ser vistos por Sophie.
La miro desde afuera por la ventana. Se ve tan bella como la recuerdo. Pero,
más delgada, definitivamente. Debe engordar un poco. No puede verme porque está
mirando al bar, y el idiota tiene su boca casi en su oreja. La música ni siquiera está
tan alta, ¿qué hay con el susurro?
Los últimos dos años siempre han sido sobre Sophie. Estoy cansado de estar
solo, y verla me hace tomar conciencia de que debo hacer algo al respecto. ¿Pero
qué? No sé. Estoy seguro de que un idiota al azar susurrando sus idioteces en su
oreja no es enemigo para mí.
Pete me apura a bajar por la calle.
―Vamos, amigo. Vamos a otro lado.
148
Sonrío una última vez, mirando el cabello marrón de Sophie moviéndose de
lado a lado cuando habla. Sus labios forman una sonrisa, luego él se inclina para
besarla y es todo lo que puedo soportar. Quiero explotar. Mi móvil suena y tengo un
mensaje. Lo miro, pensando que quizás hay un Dios. Esto es lo que el doctor ordenó.
Brooke está en Londres. Y, buscándome.
―Voy‖a‖volver.
―Son‖las‖nueve‖en‖punto.
Lo ignoro.
―Estoy‖bien.‖Te‖veo‖en‖ la‖mañana.‖―Le escribo la dirección. No sé si Pete
sospecha lo que planeo, pero no me importa.
Quiero a Sophie más que a nada, pero la he perdido, y esta noche un cuerpo
cálido junto a mí suena demasiado bueno para rechazarlo. Ver a Sophie sonriéndole
a alguien más es una alarma para mí.
Dejarla ir permanentemente es algo malditamente difícil, pero debe ser
hecho. Lloraré por ella en la mañana. Porque esta noche estoy cansado de estar
triste, enojado y solo. Quiero enroscarme en los brazos de alguien y sentir algo, lo
que sea, de nuevo. Estoy emocionalmente exhausto.
La mañana siguiente el sol entra por la ventana. Afortunadamente estoy solo.
Voces entran por las paredes finas, y oigo a Pete hablando con alguien. La
única persona que no quiero enfrentar aún debe estar aquí, supongo. Brooke. Un
suspiro pesado se me escapa, mientras pienso en anoche. No pude hacerlo. Ella
estaba lista, dispuesta y disponible, pero no pude. Pretendí estar borracho antes de
fingir dormirme sobre ella.
Escucho con cuidado a través de la puerta.
―Te digo ahora que pierdes tu tiempo. Sólo tienes una cosa a tu favor, linda,
y eso es solo el sonido de tu voz. Le recuerda a alguien más, así que si fuera tú, me
iría‖para‖no‖volver‖―le escupe Pete.
Me mantengo oculto, esperando.
149
―Bueno, puedes decirle a Ethan que me voy a Paris por una semana, pero
volveré una última visita antes de volver a casa.
―No‖cuentes‖con‖él.
Brooke resopla, como si estuviera disgustada. Sigo escondido esperando que
se vaya. La puerta golpea duro, diciéndome que se ha ido.
―Puedes salir ahora ―grita Pete.
Salgo avergonzado.
―Lo‖siento.
―Nunca la recuperarás trayendo a alguien a casa. Pensé que irías a casa
anoche. No te gusta Brooke, ¿no?
―Sí fui a casa, y no me gusta. Brooke me escribió después de que vi a Sophie.
No sé por qué lo hice. Digo, lo sé, sólo…‖mira,‖nada‖sucedió esta vez.
Pete ríe.
―Claro.
―Lo‖juro.
Camina junto a mí, palmeando mi espalda.
―A propósito, Sophie sabe que‖ volviste,‖ también‖ tu‖ mam{.‖ ―Se gira,
suspirando pesadamente―. Debes ir a ver a tu madre al menos. Está genial, pero se
irá a Australia pronto.
―¡Pete!
Él se gira.
―¿Qué?
Sacudo mi cabeza.
―No‖ importa.‖ Gracias.‖ ―Quiero preguntarle sobre Sophie y qué debería
hacer. ¿Debería verla, llamarla? No pregunto, porque sé que me dirá que me aleje, y
no quiero. Quiero verla, sentirla, estar de nuevo con ella. Incluso si me grita y me
patea, al menos seré capaz de mirar esos ojos una vez más. Jesús, necesito lograr que
me perdone.
150
Capítulo 24 Sophie
Traducido por nnancyc
Corregido por Nanis
than está de regreso! Desde lo que entiendo, está viviendo con Peter
otra vez. No puedo creer que lo haya perdonado tan fácilmente. Tan
típico. La habilidad de Peter para perdonar es un rasgo admirable,
pero también uno que puede ser muy estúpido.
La tía Anna me puso al tanto de todo. Creo que está esperando por algún
milagro. Que Ethan y yo volveremos juntos, y viviremos como alguna gran familia
feliz. No tiene completamente el efecto en mí que ella quiere.
Ni siquiera puedo pensar en comer justo ahora. Mantener el total control de
mis propias reglas, ha salido completamente por la ventana varias veces. La falta de
comida, ir al pub más de lo que debería haber ido, y coquetear con chicos, con los
que no tengo problemas en coquetear, está haciendo estragos.
Lo que realmente quiero es rebobinar el tiempo, y no permitir que Ethan
huya. Cuando mis ojos se cierran, el dolor que me ha causado, vuelve demoledor,
como un puño a los intestinos. ¿Cómo puede mi corazón todavía quererlo? Él ha
roto cada promesa que alguna vez me hizo, pero supongo que soy la idiota que le
creyó las promesas a alguien como Ethan Chapman en primer lugar.
Ethan no se acercó directamente, lo que tomo como una mala señal, y no he
visto a Peter o hablado con él desde el día que conocí a Simon. Todavía estoy furiosa
con Peter por no llamarme primero, para advertirme que Ethan estaba volviendo a
casa. Después de todo lo que hemos pasado juntos, al menos podría haber hecho
una maldita llamada telefónica.
Estoy medio-feliz de nuevo, en el sentido que salir de la cama no es tan difícil
como lo fue una vez. Simon me hace sonreír, un poco. No la clase de sonrisa que
¡E
151
Ethan podría dibujar, pero todavía es una sonrisa. Él no es Ethan, y nuestra relación
está basada en una mentira. Piensa que soy más grande. Él tiene veintiuno, así que
le dije que tenía casi diecinueve. Técnicamente, soy solamente siete meses menor.
Esta ridícula relación no durará de todos modos.
Mi corazón ama a Ethan, pero mi mente lo detesta. Él me desgarró en
pedazos, prácticamente sin pensarlo. Verdaderamente es el malvado que he
conocido creciendo. Y, todavía es capaz de garantizar el mismo maldito afecto, al
parecer.
Tantas veces quise que Ethan regresara, llorando hasta dormir a la noche,
pero ahora que está aquí, tengo miedo de enfrentarlo. De verlo. Si lo hago, estoy
segura que mis muros se derrumbaran. Me ha tomado meses construirlos,
mantenerme a salvo, pero una mirada a él, y sé que caerán. Y, estaré expuesta de
nuevo.
El colegio ha terminado, afortunadamente. Tengo que decir que no ha sido
uno de mis mejores semestres. Tendré suerte si el colegio me deja graduarme en este
punto. El drama en mi vida medio que se hizo cargo y perdí varias clases, y varias
asignaciones‖ “importantes”.‖ Los‖ profesores‖ no‖ tomaron‖ mucho‖ de‖ eso.‖
Probablemente tendré que pasar el verano de vuelta en el colegio, mientras que
todos los demás están yendo al lago.
Mi mundo parecía mucho más claro, antes de que viniera aquí. La imagen de
nosotros dos juntos, de excursión por las colinas de Escocia, o vagando por las calles
de París, Roma y Londres llenaban todos mis sueños. Una vez, incluso pensé que en
una de aquellas excursiones románticas él rompería a llorar y me rogaría que me
quedara, o me rogaría venir a casa conmigo. Para estar juntos por siempre. No
puedo creer que me dejé confiar en Ethan Chapman después de todos estos años de
odiarlo. La niñita en mi interior lo sabía mejor, pero seguí diciéndole que se callara
la maldita boca. Si solamente hubiera escuchado aquella voz.
Dos días después, estoy en mi dormitorio empacando la mayoría de mis
cosas. Todavía me queda algo de tiempo, así que no empaco lo esencial. Pero, el
tiempo ha cambiado para mejor, así que empaco mis cosas de invierno en una
maleta, y dejo la otra vacía para mi ropa más ligera. Tanto como adoro Londres, el
152
hogar está llamándome. Un viaje a Seattle está planeado para ver a mi querido viejo
padre y la malvada monsdrastra hacia el final del verano, uno que estoy semi-
deseando que llegue.
A propósito planeado, así no estaré incluida en el viaje anual al Caribe.
Quiero evitar a Ethan y Peter. Mi madre está furiosa, pero entiende. Me pregunto
por un momento si ella puede intentar asesinar a Ethan cuando lo vea otra vez. Ella
estuvo aquí por dos semanas intentando conseguir que cambie de opinión. No sabe
que escuché por casualidad su conversación con mi tía, pero lo hice. Vamos sólo a
decir que ninguna de ellas va a sacarlo del apuro cuando lo vean.
Mi cabeza vuelve a la puerta de entrada cuando escucho un golpe abajo. La
puerta principal se abre, y cuando escuchó más fuerte, inclinándome a medio
camino fuera de la habitación, está él. Unas cuantas palabras variadas están siendo
dichas por mi querida tía, pero él la calma, rogando por su entendimiento.
Por desgracia para mí, no puedo evitar que las lágrimas resbalen por mi
rostro, o el hecho que mi cuerpo entero esté temblando con anticipación de verlo por
primera vez. ¿Cómo puedo enfrentarlo de este modo? Necesito poner un rostro
valiente, y no permitirme romper a llorar en frente de él.
―Sophie,‖querida.‖¿Podrías‖venir‖abajo?‖―me grita la tía Anna un momento
después.
Cierro los ojos, tomando una profunda respiración, antes de gritar:
―Seguro,‖tía‖Anna.‖Estaré‖abajo‖en‖un‖segundo.‖―R{pidamente,‖salpico‖algo‖
de agua fría en mi rostro en el baño, intentando eliminar el rojo de mis ojos. No
funciona, sólo me hace lucir más triste.
Al alcanzar el último escalón para el área de la sala de estar, localizo a Ethan
hablando con su tía. Comienzo a dar la vuelta cuando el temblor comienza otra vez,
pero mis pies me detienen de moverme.
―¿Sophie?‖―Lo‖escucho‖llamar cuando aparecen por la esquina.
Lanzo a mi tía dagas con los ojos, luego los dejo deslizarse sobre él. Inhalo
bruscamente, abarcando su buena apariencia, antes de decir con indiferencia:
153
―Escuché‖ que‖ regresaste.‖ Espero‖ que‖ tuvieras‖ un‖ buen‖ viaje.‖ ―La última
palabra gotea con sarcasmo y sé que lo oye.
Frunce el ceño, pero continúa:
―Sophie, ¿si pudiera simplemente hablarte?
Nos quedamos todos allí mirando como un grupo de venados a los faros, así
que comienzo a contar los segundos hasta que alguien rompa el silencio. Por favor,
deja que sea él quien rompa el silencio.
Mi tía se aleja.
Él se acerca, susurrando:
―Sophie, ¿por favor? Sólo vine a hablar.
―¿Hablar?‖―pregunto‖en‖voz‖baja―.‖¿Viniste‖a‖hablar?‖―repito‖m{s‖fuerte‖
esta‖ vez―.‖Has‖ tenido‖meses‖ para hablarme, para llamarme. Cualquier cosa. Me
mudé‖aquí‖para‖estar‖contigo,‖y‖solo‖huiste‖―grito.
Las lágrimas comienzan a derramarse por mi rostro. Mis muros están
empezando a derrumbarse. Mis manos comienzan a temblar, así que intento
sostenerlas abajo para frotarlas innecesariamente.
―Tienes‖que‖irte.‖Voy‖a‖casa‖la‖próxima‖semana.‖No‖voy‖a‖volver.‖No‖voy‖al‖
viaje anual. Voy a casa con las personas en las que confío.
Camina incluso más cerca de mí, pero se detiene justo a un centímetro de
tocarme. Se agacha para descansar la frente en la mía, pero giro mi cabeza.
―Lo‖ siento‖ tanto‖ ―susurra.‖ La‖ sensación‖ de‖ sus‖ labios‖ sobre‖ mi‖ cabello‖
mientras‖ besa‖mi‖ cabeza‖ hace‖ a‖mi‖ estómago‖ anudarse―.‖ Siempre‖ pensé‖ que‖ era‖
fuerte. Pude haberte fallado, pero nunca dejé de‖amarte.‖―Deja‖de‖hablar,‖pero‖su‖
boca todavía permanece, antes de deslizarse abajo hasta mi oreja. El calor de su
aliento se posa allí, y la suavidad de sus labios. Mi cuerpo al instante se pone rígido
cuando‖sus‖manos‖recorren‖mis‖brazos―.‖Adiós,‖Sophie.
Mis ojos se cierran para evitar verlo alejarse. Me rehúso a verlo alejarse de
nuevo. Mi cuerpo entero tiembla sabiendo que no lo veré de nuevo, o sentiré sus
154
brazos a mi alrededor. Si solamente hubiera girado mi cabeza para encontrar su
beso, perdonarlo, pero me había sentido muy enferma y furiosa.
Porque pensó que él sólo podía caminar de vuelta a mi vida, y susurrar
palabras mágicas de amor, que podría perdonar todos aquellos meses que lloré
hasta dormir. No puedo. Y, no lo haré. Soy más fuerte que eso.
155
Capítulo 25 Ethan
Traducido por flochi
Corregido por Xhessii
i desesperación por ver a Sophie me llevó hasta la puerta de mi
tía. La desesperación en la voz de Sophie me pone de rodillas.
Aunque había jurado que no me iría sin hablar, su voz
rogándome que me vaya, me atrapa fuera de guardia. No esperaba su perdón, pero
algo esperaba. Supongo que conseguí ese algo.
Su odio, puedo verlo en sus ojos cuando me mira. Nunca pensé que vería esa
mirada, pero está pegada en su rostro angelical. La cara que me he estado muriendo
por ver. Los labios que he estado muriendo por volver a sentir. Ella se ha ido, y no
va a regresar. Tengo que creer que es en serio esta vez.
Dentro de una semana, ella desaparecerá y nuestros caminos podrían nunca
volver a cruzarse. Si soy afortunado podrían cruzarse, pero por la dirección en que
mi suerte ha estado yendo, no contaría con eso. Vine confiado, pero no puedo fingir
que no estaba aterrado de volver a verla. Parece que tenía una buena razón para
sentirme así.
Después de disculparme con mi tía por milésima vez, me dirijo hacia afuera a
la casa de mi madre. Ella se quedó con mi tía hasta que se sintiera mejor. Por lo que
entendí, se ve y siente mucho mejor. Media hora más tarde, estoy sentado en la
escalinata del frente intentando pensar qué decirle cuando su voz suena detrás de
mí.
―Sabía que vendrías. Entra, amor.
Mis piernas giran para ver su cara, y le sonrío a mi madre de pie en el rellano,
sonriéndome.
―Te ves bien, mamá.
M
156
Su sonrisa se hace más enorme.
―Sube y dame un abrazo.
Así que lo hago. Sus brazos se envuelven a mi alrededor, e instantáneamente
me siento mejor. Nos abrazamos mutuamente por unos minutos antes de echarme
hacia atrás.
―Lamento haberme ido cuando me necesitabas.
Ella hace un gesto casual con la mano como si no importara.
―Pff, tu tía estuvo más que contenta de cuidarme. No te preocupes. ―Me
empuja hacia adentro. La sigo a la cocina.
―Entonces, dime, ¿qué han dicho los doctores? ―pregunto, curioso por
escucharla.
―Bueno, fuimos afortunados de detectarlo antes de que llegara a mis
ganglios linfáticos. Estaba apenas en la primera etapa, así que la quimio o radiación
no era necesaria. Estaré con medicinas por unos cuantos años, pero se ve bien. Ya he
tenido la cirugía reconstructiva. Dolió un poco prepararse para ello. ―Sorbe su té―.
No quiero aburrirte con la charla de cómo ellos alargaron mis pechos. ―Baja la
mirada a su taza, tomando otro pequeño sorbo―. ¿Ya has visto a Sophie?
Asiento.
―No es bueno ―le digo.
―Ella volverá. Te ama.
Río sin pensarlo.
―Se va a casa. Ha terminado.
Se vuelve a acercar a mí.
―¿Por qué no vienes a casa conmigo entonces? Voy a regresar. Ven conmigo.
¿Casa? ¿Australia? ¿Puedo soportar estar tan lejos de Sophie, o de Pete para el
caso?
―Déjame pensarlo. Te lo haré saber cuando lo piense.
157
―Hecho. ―Extiende su mano, pero tiro de ella hacia mí. La extrañé
desesperadamente―. Te quiero, mamá.
―Y, te quiero. Toma la decisión correcta para ti. ―Se aparta, alisando su
camiseta―. ¿Puedo hacerte algo de comer?
―No. Tengo planes con Pete esta noche.
―Muy bien. ¿Vendrás mañana?
Me agacho para besarla en la cima de la cabeza.
―Por supuesto.
Pete y yo intentamos en un lugar nuevo para no toparnos con Sophie. Nos
quedamos en el área del Soho, pero alejados de los lugares en que Pete la ha visto
pasando el rato. Nos dirigimos cautelosamente dentro de The Dog and The Duck
para hablar. Sé que él sigue lleno de preguntas, y espera algunas respuestas.
Conseguí evitarla ayer. Él tenía universidad, mientras me oculté en mi habitación,
lanzándome en una fiesta de lástima. Pero, no puedo evitarlo más.
Nos dirigimos al fondo del pintoresco bar. Es un bar pequeño con paneles de
madera marrón, un televisor, una pequeña barra abajo, y otra en el piso de arriba.
Mientras regresamos a nuestros asientos, escuchamos las risotadas de la sala de
arriba.
―Supongo que se están divirtiendo ―dice Pete, sonriendo.
Asiento distraídamente. Ordenamos unas salchichas y dos pintas de una de
las seis encantadoras bombas de cerveza que ofrecen.
―Así que nunca lo encontraste, ¿vas a seguir buscando? ―pregunta Pete
finalmente.
Niego.
158
―Me puse a pensar. ¿Por qué quiero conocerlo? Henry fue mi padre, y
siempre lo será. No necesito validarlo más. Sé quién soy. ―Me encojo de hombros
intentando no hacerlo parecer como algo importante. Es importante para mí, pero a
él no le mentí―. Sé quién soy ahora. Soy Ethan Chapman, no Ethan Hasse, y nunca
lo seré. Amaba a Henry, él fue y es mi padre.
―Me alegra escucharlo. Solo me hubiera gustado que no te tomara tanto
jodido tiempo averiguarlo.
Me río, sonriendo.
―Yo también, amigo. Yo también ―digo, pensando en Sophie. Si no hubiera
sido un idiota cabrón, estaría a mi lado en este momento.
El bar empieza a llenarse una vez que el reloj da las nueve. Las personas están
sirviéndose en la calle con sus pintas para fumar sus cigarrillos. El simple olor me
hace descomponer.
―Tengo que ir al baño. Ya regreso ―le digo a Pete.
Asiente mirando la repetición de un partido en la tele. Apenas puede
escucharse con todos los griteríos.
Me dirijo hacia abajo algunos escalones profundos hacia un lavabo sombrío.
He estado aquí abajo por no más de dos minutos cuando varios muchachos bajaron
cantando una canción. Dándome cuenta de que estaban borrachos, salí rápidamente
de allí, para escapar de meterme en problemas con alguno de ellos. Pasé junto a ellos
y volví al piso de arriba.
Pete está parado junto a la parte posterior de la barra.
―Oye, vámonos de aquí. Vayamos a otra parte. ―Mira alrededor con
nerviosismo, bajando de un trago la pinta.
―¿Por qué?
Se encoge de hombros.
―Se está llenando, eso es todo.
Estoy a punto de mostrarme de acuerdo con él cuando una familiar risa suena
por encima. Me doy la vuelta para mirar a Pete que está fingiendo no notarlo.
159
―¿Escuchaste eso?
―¿Escuchar qué?
―Sophie. ¿No escuchaste la risa de Sophie?
―No ―dice, antes de lanzarse a la barra, ordenando otra pinta. Ahí está otra
vez. Estoy seguro.
―¿Lo escuchaste esta vez?
Respira profundamente inhalando y exhalando por dos segundos.
―Llegó hace unos pocos minutos con ese tipo. Ella parece un poco fuera de
sí. Están arriba. Bueno, ella se tropezó con las escaleras. No me vio.
―Ordéname una pinta. Volveré en seguida.
―¿Qué vas a hacer?
―Solo voy a revisar a este tipo. Regresaré rápido.
Me arrastro por la empinada escalera, esquivando a la gente bajando. Antes
de saberlo, mis ojos encuentran a Sophie. Está realmente simulando un espectáculo
para este tipo y sus amigos. Estoy parado en la cima de las escaleras, pero ella
todavía no me ve. Quiero que se dé la vuelta y mirarme, pero no lo hace.
Uno de los tipos ordena shots y pintas, entregándole uno de cada uno a
Sophie. La chica que una vez había conocido, que nunca bebían antes con seriedad,
baja los dos tragos al instante. Casi me caigo por las escaleras asimilándolo todo. Es
como una persona completamente diferente. ¿Qué le pasó a ella, la que no quería
perder el control? No puedo hablar. No puedo hacer siquiera un sonido. Estoy en
shock. ¿Qué demonios le pasó? Mientras la pregunta explota en mi cabeza, conozco
la respuesta. ¡Yo! ¡Maldita sea!
Volviendo a bajar por las escaleras corriendo, encuentro a Pete.
―Sophie no se ve bien. Se está zampando todo allí arriba. ¿Ha estado
bebiendo así hace rato? ―le grito en el oído.
El ruido en la sala es alto y desagradable. Los muchachos de abajo están
cantando canciones de pelea a todo pulmón, mientras Sheila, la que atiende la barra
grita,‖diciéndoles‖a‖todos‖que‖“cierren las malditas bocas”.
160
Tomo otro trago, y mientras lo hago, veo al tipo dirigiéndose al baño. Pete lo
ve al mismo tiempo que yo. Nos miramos entre sí.
―Supongo que necesito ir al baño también, ¿no? ―pregunta Pete.
―Leíste mi mente, hermano. Mantenlo ocupado.
Subo las escaleras deprisa para encontrar a Sophie hablando con el chico que
le tendió los tragos hace unos minutos. Se gira en su taburete, y cuando lo hace,
nuestros ojos se traban instantáneamente. Se pone blanca como un fantasma. Se
vuelve a dar la vuelta rápidamente. Casi puedo escuchar el pánico dentro de ella.
Corro hasta pararme detrás de ella.
―Sophie, ¿qué estás haciendo? ¿Las bebidas, los tipos? Esta no eres tú.
Le grita al camarero pidiendo otro, pero lo descarto con un gesto de la mano.
El chico junto a ella se acerca a mi cara.
―¿Puedo ayudarte?
Ni siquiera lo miro.
―No, amigo. No puedes. ―Debo parecer intenso, porque él se aleja.
Sophie todavía no me ha dado la cara, por lo que tiro de su brazo.
―Sophie, mírame ―ruego.
Ella se da la vuelta, pero se mantiene cabizbaja, sus brazos cruzados sobre su
pecho.
―No eres mi jefe, Ethan Chapman. Déjame en paz. ―¡Fantástico! Ahora me
siento de regreso en el parque, como cuando teníamos once más o menos, y me
decía lo mismo.
―Sophie, madura y mírame. ―Esto llama su atención. En serio, ¿quién soy
para decirle que madure? Soy el que huyó. Pero, sé que eso hará que obtenga una
respuesta de ella. Por lo menos, ella puede ser predecible. Eso, o solo la conozco
demasiado bien.
Ella grita.
161
―¿Que madure? Eres demasiado caradura para decirme que madure. Al
menos no huyo cuando las cosas se ponen difíciles. ―Y por supuesto, da en el clavo
como esperaba.
Me avergüenzo porque dijo la verdad, y duele. El tipo regresa, con Pete
siguiéndolo.
―Lo siento, Ethan. No pude mantenerlo lejos más tiempo.
―¿Hay algún problema, muchachos? ―pregunta parándose en frente de
Sophie. Mira por encima de su hombro a Sophie―. ¿Está todo bien? ―Ella asiente
mientras pongo mis ojos en blanco. La actitud protectora, la conozco bien.
Me muevo frente a ella, imaginando la postura de él.
―En realidad tenemos un problema. Ella va a venir conmigo esta noche, así
que lárgate.
Él se endereza, e intento leerle la mente, mientras observo sus manos cerrarse
en puños a sus lados. Si nos peleamos, no tendré problemas.
―Vete a la mierda, amigo. ¿Por qué no te vas?
Se ríe.
―Oh, me voy, pero no sin ella.
Sophie pega un salto hacia abajo, o mejor dicho cae al suelo. Empiezo a
extender mi mano para recogerla, pero él me detiene.
―Déjame en paz, Ethan ―masculla Sophie.
Vuelvo a mirar a Pete. Está mirando al pobre tipo que estoy a punto de
golpear por emborrachar a Sophie.
―Pete, toma a Sophie ―digo a través de los dientes apretados.
Pete se acuclilla, levantando a Sophie en sus brazos. El sujeto la agarra, pero
aparto sus manos.
―No te acerques a mi chica o lo lamentarás ―digo, a punto de alejarme, pero
él me tira hacia atrás con fuerza.
Miro su cuerpo de metro sesenta, o algo a la vez que río en voz alta.
162
―Te lo advertí. ―Con eso mi mano se echa hacia atrás, rajándole la nariz.
Algo de sangre se salpica contra la barra, pero no me quedo para mirar lo que
sucede luego.
Me apresuro a salir de ahí antes de que alguien sepa quién hizo qué. Golpear
a alguien, a cualquiera, se siente tan bien que me pregunto: ¿por qué no lo he hecho
antes? Dejar salir mi ira sobre él está mal, pero para ser justos, se lo advertí.
Pete está parado afuera, apoyado contra el bar, mientras Sophie está
desplomada sobre la acera. Pete me mira cuando salgo.
―Está bien borracha. Ni siquiera puede caminar.
Me agacho a una posición de cuclillas, moviendo el cabello fuera de su cara.
―Sophie, voy a levantarte, y ayudarte hasta la casa de Pete ―le digo.
Pete suspira pesadamente en el fondo como si no pensara que esa es una
buena idea.
―¿Realmente quieres llevarla a la casa de tu mamá así como está?
Sacude la cabeza.
―Bien, aquí vamos, Sophie ―le recuerdo. La pongo de pie, apenas, luego la
levanto en mis brazos. Es un peso muerto, pero no lo suficiente para detenerme de
ayudarla. Puedo decir que ha perdido varios kilos. Justo cuando estamos a punto de
alejarnos, el tipo de adentro sale con dos de los otros muchachos, y ninguno de ellos
parece feliz. Todos parecen listos para una pelea. Él nos señala a nosotros tres.
Mis ojos vuelan a los de Pete, él ya está pensando mentalmente quién va a
llevar a quién.
―Te cubro a espalda ―me dice Pete. Se siente bien escucharlo nuevamente.
Pete se para en frente de nosotros dos.
―Miren muchachos, no estamos buscando problemas. Solo queremos llevar a
nuestra hermana a casa.
Digo para mí: Buen movimiento, Pete.
163
―¿Es tu hermana? ―pregunta el tipo que le consiguió las bebidas a Sophie―.
¿Acaso no la llamaste tu chica?
―Simon ―masculla Sophie entre eructos.
Este personaje, Simon, se acerca a mí, mirando a Sophie.
―¿Estos son tus hermanos, Sophie?
―Hermanos…‖―murmura entre hipidos. Me mira a los ojos por un segundo
y luego su cabeza cae hacia atrás. Se ha desmayado. Y, justo a tiempo.
Me encojo de hombros.
―Haremos que te llame en la mañana ―miento para quitarlo de en medio.
Nos damos cuenta que están reacios, pero se van.
Pete mira a Sophie desmayada en mis brazos.
―Cristo, Ethan, ¿qué vamos a hacer con ella?
Empiezo a caminar las pocas manzanas hasta el departamento, Pete sigue
junto a mí.
―Necesito que me hagas un favor, ¿sí? ―le pregunto después de mirar una
vez más a Sophie para comprobar que está dormida todavía. Pete se queda en
silencio, por lo tanto continuo―. Primero tenemos que hacerla sentir como la
mierda mañana a la mañana. Estoy seguro de que todos modos ella lo estará, pero
vamos a enseñarle una lección. Dos, necesito que convenzas a Sophie de que se
quede más tiempo. Necesito más tiempo.
―¿Tiempo para qué?
―Tengo para conseguir que vuelva a confiar en mí. No puedo perderla, Pete.
Mete las manos en los bolsillos, pero me da un asentimiento de cabeza.
Pete me ayuda a llevar a Sophie a mi cama. Se rasca la cabeza pareciendo
incómodo, luego dice:
―¿Quizás deberíamos sacarle los zapatos?
―Está bien. La tengo ahora. ―Se dirige a la puerta―. Pete, recuerda mañana.
Mucho ruido. ―Sonríe antes de salir y encerrarnos dentro de mi habitación.
164
Mi corazón está bombeando muy rápido observándola dormir. Su cabello se
extiende alrededor de ella, cubriendo la almohada, y lo único en que puedo pensar
es que necesito quedarme despierto. No puedo dormirme para encontrar que se ha
ido a la mañana. Y, aunque ella no sepa que está aquí y está desmayada por la
bebida, finalmente estoy a solas con Sophie. Y, no podría estar más feliz.
165
Capítulo 26 Sophie
Traducción SOS por Soñadora
Corregido por Xhessii
l olor de su aroma me golpea antes de que mis ojos siquiera se abran.
Mi cabeza late mientras me giro para acurrucarme contra la
almohada. Respirando profundamente, inhalo la colonia familiar que
sale de las sábanas, lo que me fuerza a espiar el otro lado de la cama. Mi mano toma
la almohada para apretarla más bajo mi barbilla. El otro lado de la cama está vacío.
Incapaz de dormir, giro sobre mi espalda, masajeando mis sienes. Me siento
como la mierda. La música fuerte saliendo del pasillo no ayuda a mi causa. Girando
al otro lado, tomó la almohada para cubrir mis oídos, aunque apenas me ayuda a
tapar el sonido. La música se siente como si golpeara directo en mis oídos Mis ojos
comienzan a cerrarse, estoy a punto de irme, cuando de repente veo a Ethan.
Si mi cabeza no doliera tanto, probablemente me reiría. Está acostado en el
piso con una almohada bajo su cabeza y una chaqueta sobre él para mantenerlo
caliente. Su cuerpo está obstruyendo por completo la puerta para evitar que salga
mientras duerme. Típico de Ethan.
Por varios momentos miro al piso, mirándolo dormir. Mis ojos pasan por sus
anchos hombros, el hoyuelo en su barbilla y esa pequeña cicatriz sobre su ceja. Dios,
cómo extraño esa cicatriz. No dejaré que llegue a mí, me repito en mi cabeza. No
puedo pasar por esta pesadilla de nuevo. Cinco días más y estaré en casa, y libre de
este dolor llamado Ethan Chapman. Debo pensar en la universidad. Eso al menos es
algo en lo que enfocarse.
Me muevo a una posición semi-sentada, mirando alrededor en su alcoba. Está
como la dejé meses atrás. Aunque sus cosas están de vuelta y desparramadas
alrededor. Unas botellas de colonia en su armario, junto a un vaso de agua. Una
E
166
malévola sonrisa cruza mi cara antes de acercarme al vestidor, levantando el vaso
lleno.
Casi me siento culpable por lo que estoy por hacer, pero el pensamiento me
abandona un segundo después cuando recuerdo que me lo ha hecho a mí antes. Mi
muñeca gira, permitiendo que el agua lo moje, empapando instantáneamente su
cara.
Ethan nunca se ha movido tan rápido.
―¿Qué demonios? ―grita antes de verme junto a él.
Sonrío antes de girar para tomar mis zapatos de la esquina de la habitación.
Me siento en el borde de la cama para ponérmelos. Mi cabeza late tanto que apenas
puedo agacharme a atar mis cordones.
Él está parado, sin camisa, viéndose todo como un modelo, sin perder un
instante.
―¿Estás despierta? ¿Cómo está la cabeza, Gerrard? ―Sus dedos golpean mi
cabeza un poco más duro de lo que esperaba.
Le sonrío.
―Bien. ―Mis ojos se cierran por un segundo mientras masajeo mis sienes de
nuevo.
Él ríe suavemente.
―Ahora, si fueras lista, hubieras sabido que el agua era para ayudarte, pero
en cambio la tiraste.
―¡Podrías solo moverte! ―grito un poco fuerte.
Se para a un lado, mostrando con su brazo la salida. Abro la puerta y veo a
Peter en la cocina bailando al ritmo de los Sawdoctors, la canción N17 a un volumen
extremadamente alto mientras hace el desayuno. Me ve un segundo después y baja
el volumen lo suficiente como para que podamos hablar, pero demasiado alto para
mi cabeza.
―Sophie, estás despierta, ¡genial! Hice un típico desayuno inglés. Bueno, no
quedaban frijoles, así que salteé algunos hongos.
167
Mis ojos miran la mesa pequeña donde tres platos esperan llenos de huevos,
tocino, tomates y hongos. Peter me indica que me siente, así que lo hago, pero el olor
comienza a hacer que mi estómago se revuelva.
Pete camina y deja una botella de cerveza frente a mí.
―Debes morder al perro que te mordió, ¿no, niña? ―Guiña antes de irse.
Mis ojos se mueven a Ethan quien obviamente está tratando de reprimir una risa
muy grande. Parece que los dos disfrutan de mi miseria, bueno, les mostraré. Trago,
forzando a mi mano a agarrar la cerveza frente a mí y a llevarla a mi boca.
El olor de la cerveza golpea mi nariz de inmediato, y sé que estoy por
enfermarme. Alejándome de la mesa, cubro mi boca con mi mano, buscando el
baño. Mi cabeza está sobre el asiento del inodoro cuando alguien abre un poco la
puerta.
―¿Estás bien? ―pregunta Ethan.
―Estoy bien. ―Mi estómago no está de acuerdo porque todo lo de anoche
sale por mi garganta, dejándome así frente a Ethan. Siento su mano quitando mi
cabello de mi cara firmemente, y lo dejo, dado que estoy bastante ocupada.
―¿Cómo le va a nuestra chica? ―pregunta Peter, uniéndosenos en el baño.
Me pasa una toalla y la tomo para limpiar mi boca y barbilla. Las arcadas secas
siguen viniendo, dejándome como una completa idiota frente a ellos. Acabo de
darles la razón. No debería estar bebiendo.
Me tiro en el frío piso de baldosas con la toalla sobre mi rostro.
―¿Puedes llevarme a casa, Peter?
―Realmente no creo que a mi mamá le gustaría verte así. ¿Qué tal si te
quedas hasta que te sientas mejor?
Arrugo la toalla y la pongo bajo mi cabeza mientras me recuesto.
―¿Puedo al menos ir a recostarme en tu cama?
Ethan sacude su cabeza hacia Peter y luego dice:
―Pete tiene esta cosa rara con las chicas vomitando en su cama. Te llevaré a
la mía.
168
―No quiero ir a tu habitación ―murmuro a la toalla. Aún estoy en el piso,
incapaz de moverme ni un centímetro.
La mano de Ethan busca la mía.
―¿Por favor, Sophie? Ven conmigo.
Hago un débil intento por sentarme, y lo consigo.
Peter interviene.
―¿Sabes qué, amigo? Déjame hablar con ella por un minuto.
Intercambian una mirada rara, como si hablaran otro lenguaje sin hablar en
realidad. Mi cabeza cae de nuevo.
Ethan sale lentamente de la habitación, con una mirada confundida en su
rostro, mientras Peter se sienta junto a mí, poniendo mi cabeza en su regazo.
―Escucha, Soph. No quisimos ser crueles esta mañana, pero no puedes ir
saliendo con idiotas por ahí poniéndote así de borracha. Quién sabe lo que podría
haber pasado si no te hubiéramos visto. Quiero decir, te desmayaste en los brazos de
Ethan por el amor de Dios.
―Lo sé. Simon no es tan malo. No creo que hubiera hecho nada.
Peter comienza a jugar con mi cabello, masajeando mi cabeza cada pocos
segundos.
―Así que te acuerdas de anoche…
―Recuerdo al Ethan barbárico forzándome a irme, si a eso te refieres ―le
escupo, recordándolo forzándome a dejar el pub.
―Sé que lo odias ahora, pero por favor, por mí, no seas dura con él. Acaba de
volver, está un poco frágil con todo.
Me siento.
―¿Que no sea dura con él? Peter, ¡mira lo que me ha hecho! Me ha
destrozado.
Él sacude su cabeza suavemente, reconociendo mis palabras.
169
―Lo sé. Y sé que planeas huir a los Estados en unos días, pero, ¿puedes
hacerme un solo favor antes de que te vayas? ―pregunta, pero se mantiene en
silencio esperando una respuesta.
Finalmente asiento.
―¿Puedes quedarte por unas semanas? ¿Ver lo que ha planeado? Te ama,
Soph, y está arrepentido por todo.
―No puedo prometerte eso, Peter. No ahora.
―Entonces, ¿me prometes pensarlo?
Una sonrisa se escapa de mis labios y asiento, sabiendo que esto lo aplacará
por ahora.
―Ten unas aspirinas. ―Me da dos píldoras que acepto agradecida.
Ethan está esperándome afuera del baño. Peter camina detrás de mí por un
segundo, luego se aleja. Las cejas de Ethan se fruncen, como si ha estado intentando
develar nuestra conversación, pero me extiende su mano.
―Vamos, Sophie, metámoste de vuelta en la cama. ―Hago lo que más puedo
para herirlo con mi hombro cuando paso junto a él, pero no se mueve ni un
centímetro con mi embestida. Dormir suena demasiado bien ahora, así que me
muevo rápido hasta que mi cabeza golpea la almohada en la cama de Ethan. El
pensamiento de él acostado junto a mí ni siquiera me molesta, solo necesito que la
aspirina me golpee y que mi cabeza deje de latir.
170
Capítulo 27 Ethan
Traducido por Itorres
Corregido por Xhessii
odavía aturdido, me levanto lentamente para encontrarme con las
manos atadas al poste de la cama. Sophie está sentada en el borde de
mi cama, mirándome con una ridículamente enorme sonrisa
estampada en su rostro.
Me quejo en voz alta, pero me divierte.
―No sabía que tenías un lado retorcido, Gerrard. Si lo hubiera sabido, habría
hecho las cosas más fáciles para ti. Todo lo que necesitas hacer es pedirlo la próxima
vez, lo haré de buena gana. ―Mi propia boca forma una sonrisa desviada, entonces
doy una mirada a la puerta.
Ella rueda los ojos.
―Ni siquiera te molestes pidiendo ayuda. Ya lo he comprobado. Peter se ha
ido.
―Bueno, esto se está poniendo interesante. ¿Qué tienes en mente? Un poco
de juego previo, lo puedes hacer como quieras conmigo, ¿qué? ―bromeo con ella,
aunque puedo decir que está tratando desesperadamente de mantenerlo por su
cuenta.
―No,‖no‖te‖quiero‖para‖que‖me‖toques,‖y‖yo…‖yo‖tengo‖una‖lista.
Ahora es el momento para mí para rodar mis ojos.
―¿Otra lista, Sophie? Mira dónde me dejó la última.
―Solo cállate y escucha. ―Ella chasquea los dedos.
Le doy una pequeña sonrisa, dejándola continuar.
T
171
―Sé que me amas, y sabes que te amo. Eso no es realmente lo que estoy
cuestionando en este momento. Sé que tenías tanta rabia y dolor que necesitabas
escapar…‖escapar,‖ y‖hacerlo‖ a‖ tu‖manera.‖Pero,‖ te‖ llevó‖ realmente‖mucho‖ tiempo,‖
Ethan, y para empeorar las cosas, ni siquiera tuviste la decencia de levantar el
teléfono para hacerme saber si estabas vivo. En pocas palabras, rompiste mi
corazón. Confié en ti como lo pediste, y me decepcionaste.
La interrumpo.
―Soph, ¿por favor? ―le ruego, sabiendo que el dolor en mi voz debe ser
obvio.
Ella levanta la mano para detenerme.
―Lo que no entiendo es, ¿cómo se pudiste alejarte de mí tan fácilmente?
Pero, ¿sabes qué?, olvida esa parte. Siempre hablamos de nuestro futuro juntos,
vivir juntos, tal vez incluso hacer formal la relación en algún punto más tarde en
nuestra vida. Así que no entiendo por qué no me dijiste sobre Australia. Sé que tu
mamá se está mudando de nuevo para estar más cerca de tu hermana. No puedo
mudarme allí, Ethan. No puedo dejar a todos atrás. Al menos no ahora. ―Ella hace
una pausa, y puedo decir que está tratando de contener las lágrimas―. Quiero que
vayas y estés con tu familia.
Volteo la cabeza para apartar la mirada de ella, porque no puedo soportar ver
a esos ojos en estos momentos. Así que en lugar de decirle que la amo, me las
arreglo para responder:
―¿Pensé que dijiste que tenías una lista?
―La tengo. Solo quería sacar eso antes de decirla. ―Se aclara la garganta un
par de veces, y la atrapo limpiando una lágrima que corría por su mejilla.
1. Nada de llamadas.
2. Sin visitas.
3. Déjame ir.
4. Olvídate de mí.
Unos minutos de silencio antes de poder por fin mirarla de nuevo.
172
―No creo que la lista vaya a funcionar para mí, Soph. Ahora sé lo que quiero.
Quiero decir, siempre supe que eras tú, solo necesitaba un poco de tiempo para
conseguir poder acomodar todos mis pensamientos. Era mucho para procesar. Pero,
te‖prometo‖que‖ahora‖estoy‖bien.‖Te‖necesito,‖y‖en‖cuanto‖a‖olvidarte…‖―Dejo de
reír ante la idea―. Eso no va a suceder. ¿Es una broma? Olvidarte sería como
renunciar a mí mismo otra vez. U olvidarme de respirar.
Poco a poco ella descruza las piernas, y se para antes de acercarse hacia mí.
Mi corazón late en mi pecho mientras ella se inclina sobre la cama, dejando que su
frente haga contacto con la mía.
―Me gustaría que te hubieras dado cuenta de eso antes, cuando todavía
estaba dispuesta a amarte tan ferozmente como siempre, pero me voy a casa en
pocos días.
Sus labios rozan mi nariz.
―Hazme un favor y respeta mis deseos.
Cada palabra que sale es tan suave y triste. No puedo decir si realmente va a
seguir adelante con esto. Cierra los ojos, y quiero desesperadamente que los abra y
me vea, realmente me vea. No lo hace. La sensación de sus labios sobre los míos por
un breve segundo es mi perdición, siento náuseas sabiendo que esto es
posiblemente mi último beso de ella.
―Adiós, Ethan ―susurra.
Y ahora es mi turno de estar enfermo.
Trato de saltar de la cama, pero no logro ya que mis manos están atadas.
―Maldita sea, Sophie. Por favor, ¡no te vayas! ―le grito, pero ella ya se ha
ido.
173
El tiempo se siente como si se estuviera arrastrando mientras espero a que
Pete vuelva a casa. Estoy desesperado por correr hacia ella, para hacer entrar en
razón a esa dura cabeza que tiene.
Mis manos comienzan a temblar, al imaginar no ser capaz de ver su cara
nunca más. Me siento tan solo sin ella, y ahora se acabó. He arruinado todo lo que
significaba algo para mí. Me gustaría poder retroceder y no hacer lo que hice o dije,
una y mil veces, sólo para sentirla una vez más. Dejarla ir a casa no es una opción.
Ya no más.
―Amigo, ¿estás aquí? ―grita Pete, cuando llega a casa. No tengo ni idea de
cuánto tiempo ha pasado desde que Sophie se fue, solo sé que cada minuto se siente
como siempre.
―Estoy aquí. Me vendría bien un poco de ayuda.
Pete pasa por la puerta como si estuviera yendo a caminar, pero hace una
toma doble.
―No quiero ni saber cómo sucedió. ―Entra y empieza a desatar la cuerda―.
No puedo decir si esto significa que los dos se arreglaron, o si las cosas se fueron al
carajo.
Mis manos están libres, pero se sienten adormecidas, así que empiezo a frotar
de un lado a otro para evitar los pinchazos. Miro a Pete que me está mirando
esperando a que le explique todo.
―Lo hizo para que la escuchara. No sé, tal vez tenía miedo de que la
convenciera o algo así. Tengo que hacer un plan, Pete. Sophie se va.
Se inclina sobre la mesa en la esquina.
―Supongo que vas a necesitar mi ayuda para mantenerla aquí, ¿verdad?
174
―Algo así. ¿Tienes alguna idea? Lo único que se me ocurrió fue simplemente
secuestrarla. ―Me encojo de hombros con una sonrisa. Pete se sienta junto a mí.
―Te dije que tenía algunas opciones.
―Bueno, manos a la obra ―digo ansioso acerca de cualquier tipo de plan.
―Uno, dejamos a Sophie irse...
Lo corté, sacudiendo la cabeza.
―Eso no es una opción.
Pete levanta dos dedos.
―Dos, utiliza tu ridículamente buena apariencia y encanto para convencerla
de que se quede.
―Ya lo intenté. ¿Algo más?
Él continúa:
―Tres, organizamos el secuestro del que hablabas. La llevas a un lugar,
cualquier lugar para un fin de semana largo. Yo le digo que su vuelo fue cancelado o
que está demorado, mientras tú le echas el guante. La subes en el ferrocarril a
Francia‖o‖a‖la‖Isla‖Wight…‖a‖alguna‖parte.‖Hazla‖recordar‖los‖buenos‖tiempos.
Mi cabeza se balanceaba de arriba a abajo.
―Puedo hacer eso. Ella me ha dicho que quiere ir a París. Podría hacer eso.
―Hago una pausa pensando en cómo puedo lograr esto. Estoy caminando de un
lado a otro, mis nervios consiguiendo lo mejor de mí. ¿Cómo en el maldito infierno voy
a ser capaz de robar a Sophie sin que ella patee y grite todo el camino?―. Por lo tanto,
¿Estás dentro amigo?
―¿Estás loco? Por supuesto que estoy dentro. La última cosa que quiero es
estar en contacto contigo si ella se va. Vamos a poner el plan en acción. No tenemos
mucho tiempo.
Pete me tiende la mano, y la agito.
―¡Trato hecho!
175
Capítulo 28 Ethan
Traducido por Itorres
Corregido por Xhessii
ómo quieres hacer esto? ―me pregunta Pete un poco más
tarde, sirviéndonos el té.
Reflexiono acerca de la situación y me siento frente
a él en la mesa de la cocina.
―Ella va a venir a verte antes de irse, ¿correcto?
Pete asiente.
―Probablemente, pero todavía va a estar enojada conmigo por ponerme de
tu lado. Me podría pedir que vaya a ella para evitarte. ―Niega―. Simplemente no
sé.
Con su té a la mitad se sienta en el taburete de mi lado.
―Siempre puedo intentar pedirle que entre para una visita una noche antes y
decirle que no estás aquí. Podrías esconderte en tu habitación, y luego una vez que
se instale, sales. Te podría ayudar a persuadirla o voy con ustedes donde quiera que
sea que estés tomándola. Me aseguraré de perderme una vez que llegue aquí.
Sorbo mi té por un largo segundo pensándolo bien.
―Eso podría funcionar.
De pie de nuevo, pateo la silla a un lado bruscamente, antes de botarme al
sofá. Tiro la almohada detrás de mí al suelo. Mi brazo descansa sobre mi cara,
cubriendo mis ojos.
―Jesús, va a odiarnos a los dos. Lo sabes, ¿verdad?
Él se ríe suavemente, luego intenta recuperarse con una tos cuando lo miro.
―¿C
176
Él agarra mis talones, empujándolos a un lado, antes de sentarse a mi lado.
―Oye, amigo, realmente quiero que esto funcione para ti. Quiero ver llegar el
final feliz que te mereces, pero lo único que sé de Sophie es que nunca ha estado
enojada conmigo. Ella me perdonará, debido a la situación en la que estamos. Me
entenderá por ponerme de tu lado. ―Hace una pausa―. De lo que no estoy tan
seguro es de lo que va a hacer contigo. No la ves, amigo. La dejaste sin muchas
palabras, eso tuvo un alto precio en el corazón de esa chica.
Molesto y enojado, así estoy.
―¿Crees que no me arrepiento de dejarla, Peter? Cada minuto, demonios,
cada segundo que estoy despierto, pienso en lo que le hice. No me juzgues o juzgues
nuestra relación. Si no hubiera sido por todas aquellas desagradables mentiras, no
nos conoceríamos, nada de esto habría pasado. Demonios, probablemente le habría
puesto un anillo en su dedo antes de que se fuera. Pero, ahora está completamente
jodido por la mentira que ya sabes.
La cabeza de Pete cae en sus manos, con los codos apoyados en sus rodillas.
Su cabeza se mueve hacia atrás y hacia adelante mientras susurra varias veces lo
mucho que lo siente. Lo perdoné antes de que regresara, pero cuando se llega a este
punto, solo necesito a alguien que entienda por qué hice lo que hice. Estoy seguro de
lo que hice, así como también mi mamá. En cuanto a Sophie, no creo que lo
entenderá, o si alguna vez me perdonará. No se puede negar que si no puedo
tenerla de nuevo, una pequeña parte de mí se sentirá como que está muriendo todos
los días sin ella.
Pete apenas me mira, y cuando lo hace, tiene dificultades para mirarme a los
ojos.
―Ethan, no sé qué decir ni qué hacer, para hacerte entender cuánto lo siento
por mantenerla alejada de ti. ¿Por qué crees que te estoy ayudando con Sophie? No
quiero verla herida nunca más, así como a ti. Esto podría dañar permanentemente
mi relación con ella por decirle más mentiras. Pero, lo quiero hacer si esto significa
tu perdón.
Mi corazón está con él. Me vuelvo a sentar, empujándolo con el hombro.
177
Él finalmente me mira, así que sonrío.
―No creo que tengas que hacer esto. No tienes que hacer esto por mí. Ya se
me ocurrirá algo más. ―Lanzo mi brazo sobre su hombro―. Y yo te perdoné,
amigo. Eres el hermano que nunca tuve, tienes que saber que me gustaría volver
eventualmente. Siempre te haces el fuerte cuando me voy. Si no hubiera sido por ti,
nunca habría redescubierto a la única chica que he amado. Y, yo también te quiero.
Él me da una sonrisa débil.
―También te quiero, amigo. ―Suspira, y me empuja fuera del sofá―. Vamos
a rastrearla para ti. Vamos a resolver esto juntos.
Un día más tarde, hemos ideado un plan. Sophie sigue molesta con Pete por
su participación con lo de Simon, por lo que no ha sido capaz de llegar a ella. Él la
ha llamado varias veces, incluso trató con su madre, pero Sophie siempre está fuera,
o no toma el teléfono. Ayer, incluso golpeó la puerta de su dormitorio, y fue
recompensado con un breve vistazo de Sophie. Al parecer, ella dijo esa palabra
desagradable que rara vez usa, y luego le cerró la puerta en la nariz.
Él se echó a reír cuando me llamó.
―No me acuerdo de Sophie ser tan enérgica.
Enérgica es un eufemismo.
Sigo en deuda con Pete por su promesa, y reservaré dos entradas para un
paraíso para el día siguiente. Estaba pensando en París, pero de último momento
cambié de parecer. La única cosa que puedo pensar es que la ayude a recordar cómo
me enamoré de ella en primer lugar. Cuesta una pequeña fortuna reservar dos
entradas y un cuarto a último momento, pero si me gano a Sophie de vuelta, bien
valdrá la pena. Cinco días. Cinco días es todo lo que tengo para conquistarla, y estoy
sin duda preparado para el reto.
178
Son las cinco en punto y acabo de llegar a casa de una caminata en el parque,
cuando Pete me saluda en la puerta.
―¡Apúrate! Sophie deberá estar aquí a las seis. Nos reuniremos para la cena.
Ella piensa que estás fuera por la noche con tu madre.
Mi corazón se dispara al escuchar que ha caído en la trampa. La idea de
volver a verla me abruma así que salgo corriendo al baño para ducharme. Una vez
hecho esto, aún tengo más de cuarenta y cinco minutos de pánico acerca de que no
vamos a ser capaces de lograrlo.
Pero, maldita sea, no estoy más allá de atarla a la cama como me lo hizo a mí,
y si es la única manera de mantenerla aquí hasta nuestro vuelo de la mañana
siguiente, lo haré. Había empezado a pensar que tendríamos que robarla de mí tía
mañana mientras ella dormía. Afortunadamente, no tendré que llegar a eso.
Sigo paseándome nerviosamente mientras Pete bebe tranquilamente su té y
lee el periódico en la cocina, mirándome cada pocos minutos. Estoy ansioso por
verla. Pete levanta la vista de su lectura.
―Será mejor que desaparezcas. Debería estar aquí en cualquier momento.
Brinco de un pie al otro, entusiasmado como un boxeador, torciendo el cuello
de lado a lado para aflojar los nudos que se han formado.
―Está bien. Vamos a hacer esto ―le digo.
Pete solo parece divertido, y apunta para que me dirija a mi habitación. Una
vez dentro, cierro la puerta, y espero detrás de ella, esperando oír su voz. Los
minutos que pasan se sienten como horas, finalmente escucho el sonido de su voz.
Espero una cantidad adecuada de tiempo, según mi reloj mental para salir y
enfrentarme al show. Dejo pasar diez minutos enteros antes de que mi mano se
tome el pomo de la puerta, y de repente estoy al instante cara a cara con Sophie.
179
Ella se vuelve confusa, y mira a Pete.
―¿Pensé que habías dicho que no estaba aquí, Peter? ―Su voz se ata con
sospecha y le dispara una mirada de muerte.
Mis manos comienzan a temblar, quiero ir con ella tan endemoniadamente a
abrazarla. Para tener otra cosa que hacer, meto las manos en mis bolsillos, y saco la
bola de pelusa que hay ahí.
Pete se acerca a ella.
―Sé que te mentí, Sophie, pero, ¿podrías escucharme?
Ella pasa a través de los dos, empezando a subir por las escaleras.
―¿Por favor, Sophie? Solo dos minutos es todo lo que necesito. ―Esto le
impide seguir avanzando.
―¿Puedes por favor mirarme? ―le pregunta él.
Mis pies todavía no se han movido. El pánico se ha fijado y me temo que todo
lo que está a punto de estallarme en la cara. Observo cómo se sienta. Todavía no se
ve muy feliz con cualquiera de nosotros.
Pete se agacha delante de ella.
―Escucha, Sophie, Ethan quiere llevarte a un lugar por un par de días para
ver si hay alguna esperanza para los dos.
Mis ojos no han salido de ella, mientras ella se ríe burlona ante la sugerencia
de Pete.
―¿Quieres que me vaya con Ethan? ¿Estás loco? ―Su voz tiembla―. Sabes
que no puedo hacer esto de nuevo ―dice casi en un susurro, pero le escuché
claramente incluso desde donde me encuentro cruzando la habitación.
―Sé que todavía estás herida, pero, Sophie, ¿piensa en este escenario?
Digamos que en diez o quince años a partir de éste momento, que estés junto a un
tipo, tal vez tengas un niño o dos, y la única cosa que puedes pensar es en, ¿y si
hubiera ido en ese arriesgado viaje con Ethan? Tal vez no lo lamentarás, pero si no
vas, puede que lo hagas. Haz esto por la paz de tu mente, hazlo para dar cierre, o
felicidad, lo que sea, pero solo hazlo.
180
Sophie no se ha movido, pero cerró los ojos en un punto intermedio del
pequeño discurso. Uno por el que yo estaré en deuda.
Unos minutos más tarde, después de que Pete y yo hemos mirado hacia atrás
y adelante del uno al otro un millón de veces, Sophie finalmente abre los ojos para
mirarme.
―¿Dónde quieres ir?
Dejé escapar un enorme respiro, tratando de borrar esa imagen de ella
sentada ahí en el dolor y el pensamiento profundo. Odio lo que le hice.
Me aclaro la garganta.
―Es algo así como una sorpresa. Todo está empacado, y si la tía Anna no
empacó algo que necesites, bueno, solo tendremos que comprarlo.
Camino hacia ella y me siento a su lado. Su cuerpo tiembla un poco así como
el mío. La miro, pero rápidamente voltea la cabeza hacia otro lado, y luego se limpia
una lágrima de su mejilla.
―Por favor, solo confía en mí una vez más, Sophie, ¿por favor? Te estoy
rogando que confíes en mí. ―El dolor en mi propia voz es obvio incluso para mí.
Creo que podría romper y llorar frente a ellos dos si me rechaza.
―¿Cuánto tiempo?
―Cinco días ―le respondo al instante. Luego agrego―: A menos que quieras
quedarte más tiempo, siempre podría cambiar los planes.
Ella me mira finalmente, con los ojos enrojecidos estudiando mi cara. Suspiro
mientras miro a sus ojos.
―¿Qué pasa si quiero salir y volver a casa?
Me muerdo el labio, odiando responder a su pregunta.
―Entonces me iré a casa.
Ella se pone de pie, así que yo también. Pete observa todo desde unos pocos
metros de distancia, nervioso mordiendo sus uñas.
Ella lo mira.
181
―Está bien. Pero, solo estoy haciendo esto porque confío en Peter, y
realmente creo que no me enviaría a que masacraran mi corazón. ―Ella voltea hacia
mí―. Recógeme mañana.
Los dos bloqueamos instantáneamente su camino, sabiendo que podría estar
mintiendo.
Pete se adelanta.
―Umm, Sophie, tenemos tu maleta aquí, así que pensamos que lo único que
podíamos hacer es salir a cenar, entonces podrías dormir aquí.
Ella gruñe y hace algún ruido extraño de incredulidad.
―Está bien. Me muero de hambre. Vamos.
Una parte de mí sabe que ella está haciendo esto para darme una
oportunidad más, aunque dice que es por Pete. Ruego ser capaz de sacar esto
adelante. Es solo un día más hasta que estemos solos, y haré cualquier cosa para
conquistarla. Solo espero que esté abierta a dejarme probar que lo valgo
182
Capítulo 29 Sophie
Traducido SOS por Soñadora
Corregido por Samylinda
l pensamiento de estar sola con Ethan por cinco días me abruma.
También me sobreexcita. Me sentí perdida sin él. Pero, tener el control
me hace tomar conciencia de que puedo divertirme un poco en esta
aventura. Me río en voz alta, pensando en lo fácil que será para él tenerme de su
lado. Podría sólo preguntar, lo que de todos modos ha hecho, pero no se lo haré tan
sencillo. Haré que pague por cada minuto que pasé sin él. Empiezo a ansiarlo, sólo
de pensar en distintas formas de torturarlo. Parte de mí sabe que es completamente
inmaduro, pero ese niño debe recibir una lección.
Dentro de mi menté, sé dónde me llevará. Pero, aún, estoy insegura. Si eso
tiene sentido. Podría ser cualquier lado, pero cuando dijo que me llevaría a donde
todo comenzó, me da la idea de que iremos de vuelta a St. Thomas y lo ansío luego
de pensarlo. Estar sola con él, descubrirnos de nuevo, luego de los meses que ha
pasado lejos es excitante, incluso si mi corazón aún duele. Y, lo hace. Deseo sentirme
sana, viva, sentir cualquier cosa y de repente él me ha dado exactamente lo que
necesito.
Vamos a un pequeño restaurante italiano en la calle Frith. Casi había
olvidado lo buena que podía ser la comida. Como todo lo de mi plato.
Los chicos conversan sin mí, ocasionalmente invitándome a unirme, pero me
niego. Lo único que puedo pensar es en dónde dormiré esta noche. O, mejor, dónde
dormirá él esta noche.
Realmente pienso que despertar junto a él es una de las mejores cosas que he
sentido, pero necesita esperar en esto. Y, ¿estoy segura de poder confiar en él de
nuevo? Corrió a un lado con tanta facilidad mi amor antes, ¿qué sucederá si ocurre
otro problema?
E
183
Salimos del restaurante minutos después. Los chicos hablan de ir a un pub,
pero yo dije que no, así que volvemos a su departamento, tratando de fingir que
todo es normal. Bueno, ellos lo hacen.
Ethan y Pete han estado en el living desde que me encerré en la habitación de
Ethan. Saco mi teléfono de mi bolsillo para marcar el número de la primera persona
con la que necesito hablar.
Me siento en el borde de la cama de Ethan, rogando a Val que atienda el
teléfono.
―Hola ―responde finalmente.
―Val, gracias a Dios contestaste. Realmente necesito tu ayuda ahora mismo.
―¿Qué pasa Sophie? ¿Qué hizo ahora? Si quieres que vuelva y patee su
trasero, sólo dilo. Me subo al próximo avión.
Me río imaginando la imagen de los dos luchando.
―Quiere llevarme a un viaje de unos días y dije que sí.
―¿Estas desquiciada? Es un idiota. Debes alejarte, chica. ¿Cuánto tiempo te
llevará entenderlo? Sólo te lastimará.
Dudo en contestarle después de todo lo que dijo. Una parte de mí le cree,
pero la otra cree en Ethan con todo el corazón.
Toso para aclarar mi garganta.
―Creo que estás equivocada. Ha pasado por tanto, Val. Creo que sólo
necesitaba tiempo. Sé que me arruinó, pero estoy bien ahora y quiero ir. Quiero oír
lo que tiene para decir. ―Hago una pausa esperando que diga algo, pero se
mantiene callada―. Necesito esto Val. ¿Por favor di algo positivo?
Luego de unos segundos, me responde:
―Bueno, es definitivamente caliente. Así que al demonio, ve por él. Oh y te
quiero.
Eso me hace reír.
―Te quiero también. Te llamo cuando todo termine.
184
―Más te vale ―dice con voz firme―. Oh, ¿y cómo está el otro lindo, Peter?
Demonios, lo extraño.
Sé que los dos han seguido en contacto.
―Él está bien. Debo irme. Están ambos esperándome en la otra habitación.
Pero, creo que los haré esperar un rato. Ya sabes, hacer que suden por ello.
Ella ríe en el teléfono, así que me uno. El dolor de Ethan me duele como si
fuera propio y cada día que estuvo lejos rogué que volviera. Luego de que me
golpeó que quizás estaría fuera siempre, comencé a fingir que no me afectaba. No
sabe el dolor que me causó. Aunque me destruyó, no podría tolerar que se
preocupara por mí encima de todo lo demás. Él me importa más que cualquier otra
cosa en el mundo. Pero, demonios, todavía lucho con la idea de no estar cien por
ciento segura de poder confiar en él de nuevo.
Aparentemente, la mamá de Peter empacó por mí, cosa que aún no he visto.
No tengo idea de qué cosas habrá tirado allí a último minuto. Juro por momentos
que siento que me entiende más que mi propia madre, así que estoy segura de que
debe haber incluido algunos de mis conjuntos más halagadores. De hecho cruzo mis
dedos para rogar rápidamente que lo haya hecho, dado que serán mis nuevos
instrumentos de tortura. Leí en un artículo una vez que los hombres son criaturas
visuales, bueno, estoy lista para darle un show.
Cuando aterrizamos en Nueva York, sé que estuve en lo correcto. Ethan me
llevará a Saint Thomas. Aún no ha dicho nada más aparte de que descanse para el
viaje. Pude dormir unas horas en el avión, luego de ponerme al día con todos los
chismes de Hollywood en las revistas.
Lo sigo por la puerta luego de que pasamos la seguridad. Podría haber visto
con‖ facilidad‖ los‖ boletos‖ pero‖ me‖ resistí,‖ dej{ndolo‖ hacer‖ “toda‖ la‖ cosa‖ de‖ la‖
sorpresa”.‖Aunque,‖realmente‖espero que no crea que soy tan densa. Mientras nos
acercamos a la puerta, se gira con una enorme sonrisa que no puedo resistir. Miro el
cartel detrás del escritorio, antes de sonreírle de vuelta.
―St. Thomas, ¿no?
185
―Creí que era una idea brillante. ―Se inclina para tomar mi mano―. No lo
sé, Soph, sólo creí que quizás podríamos reconectarnos allí. Espero que no te
moleste que no sea París.
Con su mano aún sosteniendo la mía, miro abajo para mirarlas entrelazadas
por primera vez en lo que parecieran años y sacudo mi cabeza.
―No me molesta.
―Tenemos un retraso de dos horas, ¿quieres comer algo?
―Claro. Podría comer ―respondo, sin querer soltar su mano. Es casi como si
él pensara lo mismo, porque ahora las mira y parece reacio a soltarme. Aprieto
gentilmente su mano antes de soltarla, esperando que esto le dé seguridad. Me
sonríe, girándose para mostrar el camino y puedo asegurar que está esperanzado.
186
Capítulo 30 Ethan
Traducido por flochi
Corregido por Samylinda
s la primera noche de nuestro viaje en el hotel, solos al fin. Sophie y
yo logramos ser corteses entre sí sin abordar nuestros problemas en
todo el día. En el avión ella escogió leer los folletos de universidades
que su madre le había enviado o leer revistas.
Universidad, me olvidé de la universidad. Me dejará tal y como sabía que tarde o
temprano haría, pero nunca esperé que sucediera. Cada señal me dice en mi cabeza
que esta relación no va a funcionar, si tan sólo mi corazón escuchara, quizás, solo
quizás, podría seguir adelante sin ella. Lo dudo, pero estoy empezando a creer que
ya no es una opción que tenga.
—Entonces, ¿dónde deberíamos comer esta noche? Podemos ir a la planta
baja o ir‖a‖la‖ciudad,‖lo‖que‖quieras‖―le digo. Sigue llevando puesto su traje de baño
azul, el que ella sabe que adoro se ponga, tras una hora de haber vuelto arriba.
Podría necesitar una ducha de agua fría si ella no se cambia pronto. Estoy sentado
en el borde de la cama king size, observándola agacharse, hurgando en su equipaje.
Lanza unas cosas hacia afuera cuando veo una de mis camisetas preferidas con la
que le gustaba dormir aterrizar sobre la pila.
―Umm,‖me‖da‖igual.‖Escoge‖tú‖―dice, con indiferencia. A medida que unos
cuantos artículos más de ropa aterrizan en la cama, no puedo evitar notar algunas
cosas que definitivamente nunca he visto en ella. Como, me encantaría ver el
pequeño conjunto púrpura de encaje en la cima de la pila puesto en ella, es una
gran subestimación.
Carraspeo, dejando que la imagen de ella yaciendo a mi lado usándolo se
reproduzca en mi cabeza.
E
187
―¿Qué tal si vamos abajo, luego quizás vamos por un paseo a la playa?
Saca un vestido blanco y mete la ropa interior debajo del vestido, antes de
dirigirse al baño, mirándome por el rabillo del ojo.
―Seguro. Déjame tomar una ducha. Necesito una media hora para
prepararme.
Apenas llegamos a nuestra mesa cuando Sophie se detiene en frente de mí. Se
da la vuelta, mirándome a los ojos. Los míos buscando los de ella, esperando que
diga algo, pero no lo hace, o no puede. No estoy seguro de cuál es. Se limita a
sonreír suavemente, luego se gira para seguir a la mesera a nuestra mesa.
Se ve impresionante esta noche. Está usando el vestido que usó la noche que
compartimos nuestro primer baile aquí. Sus mejillas tienen algo de color debido al
sol, e incluso unas pecas han empezado a mostrarse en sus hombros y nariz. Su
cabello está fluyendo por encima de sus hombros, con un broche sujetándolo a un
lado.
Me siento desvestido en mis pantalones cortos cargo y camisa de lino. Quizás
debería haber traído algo mejor para mostrarle lo serio que soy respecto a ella. Pero,
luego empiezo a pensar que quizás a Sophie no le importa, quizás nunca le haya
importado.
Hay un silencio doloroso en nuestra mesa en tanto pretendemos estudiar el
menú. Agarro un palito de pan, debatiendo en qué podría decir para darle un giro a
la noche. Si sólo pudiera hacer que entendiera. La sala está llena de gente, suave
música reggae está siendo tocada en el fondo, el ocasional sonido metálico de platos
proveniente de la cocina.
Sophie ordena langosta y una copa de champagne, así que ordeno lo mismo,
pero pido una botella. No puedo concentrarme en la comida o la música, solo en su
cara. Se ve tensa, casi inquieta de estar aquí.
―No pude evitar notar la única gran cama, Ethan. Realmente no creo que sea
buena idea. ¿Te importaría dormir en el sofá, o yo podría?
―Está bien. Tomaré el sofá.
¡Estupendo! Ahora he sido desterrado a montar el sofá.
188
Asiente ligeramente, ambos callados.
―Entonces, ¿cuáles son tus planes‖ para‖ cuando‖ vayas‖ a‖ casa?‖―pregunto,
simplemente para romper la tensión.
―No lo sé. Supongo que iré de compras por las cosas de mi dormitorio, y
pasar tiempo con Val antes de que ella se‖vaya.‖Ya‖sabes,‖ lo‖b{sico.‖―Después de
decir esto sin ni siquiera inmutarse, como sí, lo que sea, esto es lo que sigue para mí
después de ti, mi estómago se siente como si es un nudo.
―¿Universidad? No estaba seguro de que tomaras esa decisión.
―Bueno, mi madre llamó varias veces en las últimas semanas. Logré entrar
en las tres principales que quería. Por lo que es bastante impresionante. ―Sonríe,
abiertamente.
―¿Pensé que estabas pensando en quedarte en Londres para la escuela?
Mete una hebra de cabello detrás de su oreja, y aparta la vista cuando
responde:
―Oh, yo nunca, umm, accedí a aplicar.
―Entonces, ¿cuál estás considerando?
―Oh, um, Ithaca, Providence y Seattle. Tengo que elegir en las próximas
semanas. Es realmente una gran decisión, por lo que tengo que sopesar los pros y
los contras. Ver en qué lugar me sentiría más cómoda. Parte de mí quiere ir a Seattle
para estar‖cerca‖de‖pap{,‖pero‖ugh…‖no‖olvidemos‖a‖la‖madrastra‖malvada‖que‖llega‖
junto con esta decisión.
―¿Soph?
―De todas maneras, como dije, tengo que decidir pronto, y Val va a ir a
Vermont, así que Providence estaría cerca de ella. Aunque, Ithaca es un paseo en
coche factible. Es solo una hora y media desde con mamá y Austin.
―Sophie, maldita sea, deja de divagar.
―Oh,‖¿qué‖pasa?‖―pregunta inocentemente.
Quiero levantarme y huir, como siempre, pero me obligo a quedarme.
189
―No pasa nada. Estoy seguro de que tomarás la decisión correcta. Vamos a
comer.
Luego de terminar la comida, y la botella de champaña, Sophie juguetea con
la servilleta en su regazo, evitando mirarme. No puedo saber si está nerviosa, o si
está empezando a lamentar haber venido. Sé que tengo que decir algo.
―¿Qué tal ese paseo en la playa del que hablamos?
Levanta la cara, y finalmente me mira. Empuja hacia atrás la silla.
―Seguro.
Hago lo mismo después de garabatear rápidamente nuestro número de
habitación en la cuenta. Decido hacer mi movimiento. Cuando empieza a alejarse
caminando, me muevo con un poco de rapidez para alcanzarla, y le agarro la mano.
Ella no se suelta, por lo que la sostengo con un poquito más de fuerza.
―Ethan‖―susurra―. ¿Qué estás haciendo?
―Vamos a dar un paseo.
―No me refiero a eso y lo sabes.
Llegamos al final del sendero de concreto que nos lleva a la playa. Sophie
suelta mi mano, antes de agacharse para quitarse los zapatos. La imito, quitándome
mis mocasines, y ponerlos en la arena. Sus ojos siguen cada uno de mis
movimientos, pero ella sostiene sus zapatos.
Los agarro de su mano.
―Nadie los tomará. Déjalos aquí.
Ella hace un gesto afirmativo con la cabeza, entregándolos. Los pongo junto a
los míos.
Sophie alza la mirada a la luna por varios segundos, antes de volverse hacia
mí.
―Es tan hermosa esta noche.
Respondo inmediatamente:
―Tú eres más hermosa.
190
Su boca se curva hacia arriba en una pequeña sonrisa.
―Buena frase.
Me giro hacia ella, ahuecando su rostro entre mis manos.
―No es una frase, Sophie.
El deseo de besarla me tiene desenredado por dentro. Me inclino, ladeando
su cara para encontrarse con la mía. Justo cuando mis labios se separan para
empezar a acariciar los de ella, gira la cabeza. Aprieto la mandíbula, intentando
evitar decepcionarme, o enfadarme.
Mis manos caen a mis costados.
—¿Pensaba que habías venido aquí para intentarlo?
Ella se gira, envolviéndose con sus brazos.
―Lo intento.
La escucho inhalar varias veces. Paso mi mano a través de mi cabello, luego
agarro su codo, llevándola conmigo.
―Vamos, vayamos de paseo. Tengo algo que decirte.
Esta vez, ella me agarra. Tan solo la sensación de su mano en la mía, me
relajo. Después de caminar un poco más en la playa, nos acercamos al océano. Le
señalo que se siente.
Se alisa el vestido con las manos, metiendo los pies debajo de ella.
Me siento a su lado, tan cerca como puedo.
―Primero, déjame volver a disculparme. Sé que lo he dicho un millón de
veces, pero lo siento, Soph. Nunca quise hacerte daño, tienes que saberlo. O sea, en
alguna parte profundo en mi interior, supe que iba a pasar, pero no podía respirar
en Londres. Fue como una rara experiencia extra corporal, que no pude controlar. Y
que tú fueras atrapada en el fuego cruzado. Nunca me perdonaré por el dolor que te
causé, y si te pierdo, bueno, es mi culpa. Tenía todo lo que quería y lo jodí.
191
Me recuesto en la arena, mirando las estrellas. Siempre podía verlas como
algo más, pero esta noche eran simplemente estrellas titilando en el cielo. Ya es
difícil soñar. Sophie se cambia de posición, por lo que está de frente a mí.
―Ethan, sé que lo sientes. No tienes que volver a decirlo. Si hubieras
levantado el teléfono, una vez, te habría esperado por siempre.
Se me escapa una pequeña risa.
―Te llamé tantas veces, Sophie. Sólo que nunca tuve las agallas para rogar tu
perdón por teléfono. Colgaba tan pronto como respondías. Estaba tan avergonzado
de mí. Avergonzado de dejarte valerte por ti misma. Avergonzado de las palabras
que te dije. Avergonzado de la mirada de tu cara cuando lo hice. Tenía mucho dolor
y furia hirviendo en mi interior. No esperaba que‖lo‖comprendieras,‖no‖podía.‖―Me‖
siento,‖y‖la‖acerco―. Solo quiero que volvamos a ser nosotros nuevamente. Sé que es
mucho pedir, pero te amo demasiado. No puedo imaginar no despertar a tu lado
nunca más.
Sophie se limpia una lágrima de la mejilla.
―¿Qué hay de Australia?
La sujeto por las piernas, y las tiro alrededor de mi cintura para que esté
sentada en mi regazo.
―No lo sé. Lo resolveremos, lo prometo. Te quiero.
Los brazos de Sophie me rodean el cuello, luego sonríe suavemente. Es la
primera vez en mucho tiempo, que me permito sentir esperanza. Apoya su frente
sobre la mía, inhalando y exhalando varias veces.
―También te quiero.
Sus labios chocan con los míos, y lo saboreo por un momento, antes de
deslizarla sobre su espalda. Mis manos se deslizan debajo de su cuello, tirando de
ella hacia arriba ligeramente para que encuentre mi beso. La sensación de sus manos
calientes se desliza debajo de mi camiseta, subiendo y bajando por mi espalda. Con
una mano todavía ahuecando su cuello, dejo que la otra vague hacia abajo, sintiendo
los contornos de su cuerpo. Mi mano alza lentamente su vestido para poder tocar su
piel. Ella se detiene, y se echa hacia atrás un poco. Odio la separación.
192
―¿Qué?‖―pregunto, buscando frenéticamente sus ojos.
―Quizás deberíamos‖regresar‖a‖la‖habitación‖―sugiere.
Sacudo la cabeza.
―No creo que pueda hacer eso ahora, Soph.
Ella ríe.
―No estoy bromeando.
Sigo encima de ella, nuestras caras apenas a un centímetro de distancia.
Mira de lado a lado, luego libera una enorme sonrisa, y luego me tira hacia
atrás. Subo su vestido aún más por su pierna, a la vez que sus manos bajan a mis
pantalones cortos. Empieza a desabrochar mi cinturón, pero entonces se detiene
para mirarme.
―Si llegamos a ser atrapados, voy a asesinarte.
Estoy jadeando, siento que no puedo respirar, y menos esperar mucho más
tiempo.
―Será rápido. Créeme.
Rueda los ojos.
―Vaya, gracias.
Hago una mueca.
―Lo siento, ha pasado mucho tiempo.
Sus manos me agarran la cara.
―Cierra la boca, y bésame.
El sol está empezando a subir cuando nos dirigimos a la habitación. Sophie se
durmió en el recodo de mi brazo, y no tuve el coraje para despertarla. Sigue
pasando sus dedos a través de su cabello, quejándose por toda la arena endurecida
en su cabello, pero creo que se ve adorable.
193
Esa tarde me despierto antes que ella. Se ve tan inocente acurrucada en la
almohada. Mi estómago ruge, así que salgo de la cama para cambiarme a unos
pantalones cortos para agarrar algo de comida para nosotros. Garabateo una nota
rápida, dejándola sobre mi lado de la cama, diciéndole que regresaré en veinte
minutos.
El buffet en los expositores hace mi boca agua instantáneamente. Lleno dos
platos con huevos, bacon, tostadas, y agarro cafés antes de ponerlos en una pequeña
bandeja. Una vez que regreso a la habitación, acomodo abajo la bandeja de comida,
deslizo la tarjeta electrónica de mi bolsillo, y abro la puerta silenciosamente en caso
de que siga durmiendo.
No puedo esperar a regresar a ella. Lo único que quiero es envolver mis
brazos a su alrededor, y abrazarla todo el día.
Aunque, cuando entro, ella no está en la cama.
Reviso el baño, pero no hay señales de ella, el pánico empieza a construirse,
mi corazón se acelera ante el pensamiento que se haya ido, cuando escucho llantos
silenciosos provenientes del balcón.
Salgo hacia Sophie, que está cubierta con la bata blanca del hotel, mirando la
piscina.
―Sophie‖―la‖llamo‖suavemente―. ¿Qué pasa?
En sus manos yace mi celular. ¡MIERDA!
Camina a mi alrededor, y regresa a la habitación.
―Recibiste un mensaje. Me despertó. Solo miré porque pensé que
probablemente se trataba de Peter, pero no lo era.
Lanza el celular al sillón y se sienta en el borde.
Vuelve a mirarme con sus enormes ojos verdes, llenos de lágrimas.
194
―¿Quién es Brooke?
Mis ojos se cierran. ¿Por qué le di mi número a esa chica?
―Es solamente una chica que conocí cuando me fui.
―¿Dónde la conociste?
―¿Por‖qué‖quieres‖saberlo?‖―pregunto con escepticismo.
Resopla, luego me mira.
―Sólo responde la pregunta.
―Irlanda.
Ella‖ríe,‖pero‖no‖es‖una‖risa‖feliz.‖Es‖un‖“vaya”.
―¿Cuándo?
―¿Qué importa?
―Es importante‖para‖mí,‖Ethan.‖¿CUÁNDO?‖―grita.
―Hace dos meses. Estaba viendo la Piedra de Blarney, y ella estaba allí con
algunos amigos a punto de besarla, cuando le dije que no lo hiciera. O sea, todos
saben‖ que‖ est{‖ lleno‖ de‖ pis.‖―Me detengo para‖mirarla‖ antes‖ de‖ continuar―. La
detuve de hacerlo, y nos encontramos para un par de copas.
―Así que mientras yo estaba en casa quedándome sin lágrimas de tanto
llorar, vomitando, y tomando té de tu tía cada cinco segundos, ¿estabas
divirtiéndote con Brooke?
Mi cabeza siguen gritando, NO LE DIGAS NADA, pero respiro hondo. No
puedo mentirle, no después de todo lo demás.
Sintiéndome avergonzado como nunca, paso un mal momento mirándola,
pero me obligo a hacerlo.
―Sí,‖ pero,‖ juro‖ que‖ no‖ significó‖ nada‖ para‖mí…‖ lo‖ juro.‖ Pregúntale‖ a‖Pete.‖
Sophie, es una americana de Ohio. Cuando cerraba los ojos y la escuchaba, juro que
sentía que estabas conmigo. Lo lamento tanto, pero sí, estuve con ella. Solo una vez,
no es que‖ eso‖ importe,‖ pero‖ mierda.‖ ―Me detengo, furioso conmigo mismo. Si
195
Brooke‖arruina‖esto,‖que‖me‖ayude―. Acabamos de arreglar esto. Estamos juntos de
nuevo. ¿Necesitas perdonarme?
―Eres‖ increíble.‖ ―Me‖ empuja―. ¿Crees que porque pensaste que era yo,
mientras estabas con‖alguien‖m{s‖te‖perdonaría?‖―Señala‖a‖la‖puerta―. Sal, Ethan.
¡AHORA!
―Sophie, escúchame, por favor. Te amo, y sólo a ti. Si me dejaras explicarte
mejor.
Sophie no da el brazo a torcer, igual yo, pero ella debe darse cuenta de que no
me voy a ir, por lo que corre al baño, y cierra la puerta de un portazo. Escucho el
chasquido del mecanismo de la cerradura.
¡Estupendo! Así no es cómo esperaba que resultara el viaje. Golpeo la puerta
por más de una hora, desplomado en el suelo. Ella no sale.
Ahogar mis penas es algo a lo que me he acostumbrado, ¿por qué detenerme
ahora? El reloj en la barra dice las diez cuando sé que he tenido suficiente. Quiero
regresar a la habitación y meterle algo de sentido a su cabeza, y después de
atiborrarme de licor, creo que tengo las agallas.
196
Capítulo 31 Sophie
Traducido por Sweet Nemesis
Corregido por Samylinda
h, Dios mío. No puedo creer que me esté haciendo esto. Descubrir lo
de Brooke me despedaza. Aún si me dolió como el infierno verlo
alejarse de mi lado hace tantos meses, nunca lo creí del tipo que
engaña.
Técnicamente, supongo, no es un engaño si me botó pero es así como se
siente ahora. Me ha quemado ya dos veces, y tengo las cicatrices que lo prueban.
Me tomó meses construir esas paredes que juré él nunca podría atravesar. De
alguna manera, se las ha arreglado para comenzar a escalar de regreso a mi vida,
pero saber que ha estado con alguien más, mientras yo estaba deshecha, hace que se
sienta imposible dejarlo entrar de nuevo.
Lo que realmente me molesta es que si ella no hubiera enviado el mensaje,
¿me lo habría dicho él alguna vez? Probablemente no, y sería la única que se sentiría
culpable por lo de Simon. Simon, con quien no compartí más que un simple beso. E
incluso cuando lo hice se sentía horrible seguir adelante, pero lo hice. Ahora tengo
que comenzar de nuevo. Necesito, no, quiero ir a casa.
Sólo faltan tres días para nuestra tan llamada dichosa reunión. Dichosa mi
trasero. Vine aquí creyendo que era la forma de volver a Ethan. Seguro, podría
haberlo hecho en Inglaterra, pero esto iba a ser muchísimo más divertido. Resulta
ser, que no lo es.
No puedo dejar de pensar en él estando con ella, besándola, tocando a
alguien más. No logro sacarme esas imágenes de mi cabeza. Parte de mí se siente
culpable por lo de Simon, pero sé que aunque no debería sentirme así, lo siento de
O
197
todas formas. Me siento culpable porque nunca dejé de amarlo. Ni por un segundo
he dejado de amar a Ethan.
Incluso ahora, conociendo todas sus fallas e inseguridades, y créanme son
demasiadas, en lo profundo de mi ser sigo amándolo. Pero, en definitiva, lo que
necesito es volver a casa y empezar mi vida sin él. Tal vez algún día nos volvamos a
encontrar, y empecemos de nuevo. Tal vez.
Ethan aún no ha vuelto al cuarto. No que realmente esperaba que lo hiciera,
pero necesito algo de ayuda con el vuelo para regresar a Nueva York. En vez ir
abajo para encontrarme con él, me paso mi tiempo empacando.
No es hasta que estoy en el baño guardando mis últimas cosas en mi neceser,
que escucho que la puerta se abre. Mis manos se aferran al borde del lavabo, y mis
ojos miran al espejo mientras me obligo a inhalar y exhalar.
En el reflejo del espejo veo a Ethan parado en el marco de la puerta
mirándome.
―Así‖que,‖¿te‖vas?‖―pregunta.
Asiento‖sin‖ser‖capaz‖de‖encontrar‖una‖simple‖palabra‖como‖“sí”.
Él asiente también.
―Me imaginé que podrías, pero esperaba que no lo hicieras.
Se detiene por un segundo, entonces comienza a alejarse pero se vuelve para
enfrentarme.
―Entonces, ¿esto es todo? ¿Lo nuestro? ¿Terminamos?
Me abro camino junto a él y me siento en la cama sin responder.
Camina hacia mí, pero no se sienta. Se acuclilla frente a mí sin mirarme, y
dice:
―Realmente no puedo dejarte ir sin darnos una última oportunidad, Soph. Si
me escuchas, y aun así quieres irte, llamaremos a la aerolínea y te pondremos en el
siguiente vuelo a Rochester. Nunca me verás de nuevo. Lo prometo.
198
Lo miro apenas. Tanto como quiero escuchar lo que tiene para decir, me
asusta. Estoy tan cerca de ceder, y parte de mí quiere hacerlo, pero tengo miedo de
quemarme de nuevo.
―Es tarde, Ethan. Sólo quiero irme a dormir.
―De acuerdo, pero prométeme que podremos hablar mañana. Sólo serán un
par de días‖m{s,‖simplemente‖quédate‖―ruega.
Pongo más mantas sobre mi cabeza sin darle una respuesta.
199
Capítulo 32 Ethan
Traducido por rihano
Corregido por Samylinda
uiero meterme en la cama con ella, y abrazarla, pero no puedo.
Probablemente va a despertar y patearme en las bolas si lo
hago. Así que la siguiente opción es el sofá que he logrado evitar
hasta ahora. Me siento y la miro por lo menos una hora, escuchando
los lindos y pequeños sonidos que hace mientras duerme.
La idea de observarla más tiempo es atrayente, pero estoy muerto de
cansancio y bebido. Cierro los ojos, y me permito divagar hasta dormirme en el sofá.
La luz del sol asomándose a través de la ventana me despierta. Estiro mis
brazos sobre mi cabeza, y trato de relajar los músculos adoloridos en mi cuello de
dormir en el sofá toda la noche. Miró hacia la cama, pero está vacía. Saltó
levantándome, y corro a abrir el armario.
Todo lo de ella aún está aquí. Dejo salir un gran suspiro. Rápidamente miro al
reloj despertador. Una nota junto al reloj llama mi atención. Mi mano se estira
nerviosamente para levantarla. Suspiro. Quiere estar sola hoy. Arrugo la nota, y la
lanzo al cesto de basura. Al menos, no hay mención de billetes de avión o de
renuncia. Sólo quiere el día para pensar. Puedo hacer eso.
Sophie es una chica de piscina, así que me dirijo a la playa para darle el
espacio que pidió. Nunca pensé que me enamoraría así de fuerte de una chica, antes.
No sabía que el amor podía herir tanto así. El amor de mi propia familia sin duda
me ha lastimado, pero nunca el amor de Sophie. La quiero para hacer todo lo que
ella quiera; ir a la universidad, ver a Val, a su familia. Yo creo en ese dicho, si amas
algo déjalo libre. Tengo que dejarla ir. Si eso es lo que realmente quiere.
Q
200
He estado sermoneándome por horas en la playa. El cálido océano es
invitador, así que me encamino para un último chapuzón antes de encontrar a
Sophie. Probablemente me odia.
Cuando entro en la habitación del hotel que estamos compartiendo, escucho
el sonido de la ducha apagándose. Por un momento, pienso en dirigirme de nuevo a
la playa donde me he escondido para evitar que me diga que se está yendo.
Todo el día he jugado con los diferentes escenarios, para conseguir que
Sophie me perdone y olvide toda la mierda que viene conmigo.
Me echo sobre la cama, exhausto por el sol y nadar. Varios minutos pasan, y
ella aún no ha salido, así que cierro los ojos recordando cuando éramos más jóvenes,
tiempos más felices, y las estúpidas cintitas que usaba en su cabello por las que me
había burlado de ella.
Mi jodida cabeza entonces me muestra a mi padre, y surfeando junto a él. La
idea de que guardara el secreto de mi madre por tanto tiempo todavía me molesta.
Siempre compartimos todo, bueno, al menos pensé que lo hacíamos. Desearía que
me lo hubiera dicho.
He perdido tanto ya que me rehúso a creer que podría perder a Sophie,
también. De alguna forma, vamos a resolver esto. Y, si la pierdo ahora, voy a pasar
el resto de mi vida tratando de recuperarla.
―Ejem.
El sonido de Sophie tratando de llamar mi atención me saca de mis
pensamientos. Lentamente, me impulso hasta mis codos, mis ojos descansando
sobre‖sus‖muy‖quemados‖hombros.‖Sophie‖est{‖en‖sus‖“cómodos‖pantalones‖cortos”‖
como ella los llama, y una camiseta sin mangas de color rosa que hace parecer a sus
quemaduras incluso peor.
―¡Cristo! ¿Qué pasó?
Sophie pone los ojos en blanco antes de voltearse a mirar hacia el espejo.
―¿Qué crees que pasó? Me quedé dormida.
201
Su espalda está peor que su frente. Mis ojos se mantienen en sus muy
quemados hombros durante unos segundos más, antes de que me levante para
conseguir una mirada más de cerca.
―Lo siento.
Ella se ríe.
―¿Por qué te disculpas? No es tu culpa que me quedara dormida.
Me paso la mano por el cabello, antes de llegar lentamente a tocar su hombro.
Ella se estremece al instante, alejándose. Mi mano cae a mi lado aún adolorida por
sentirla.
―Es mi culpa. Si te hubiera dicho la verdad sobre ella cuando regresé por
primera vez a Londres. No habría estado todo el día en la playa, habría estado
contigo.
Sus ojos están tristes por un breve momento. Realmente me deja mirar en
ellos por unos segundos, y luego mira hacia abajo tratando de ocultar su dolor de
mí.
―Si tú me hubieras hablado de ella en Londres, no estaríamos aquí.
Se detiene, y ligeramente presiona sobre su brazo, haciendo una mueca.
―¿Has estado en la playa todo este tiempo? ¿Por qué no viniste a
encontrarme antes?
―Te estaba dando el espacio que pediste, Sophie. Estaba tan temeroso de
volver para escucharte decirme que te estás yendo. ―Doy un paso más cerca,
tronando‖mis‖nudillos‖nerviosamente―. Estoy tan frustrado, Sophie. Es tan difícil
estar tan cerca de ti, tangible, pero tú estás tan lejos de mí. ¿Eso tiene sentido?
Asiente suavemente.
―Me puse a pensar antes sobre la universidad y esos folletos, tú empacando,
y dejándome. Supongo que me quedé allí mucho tiempo. Lo siento.
Me mira fijamente durante un minuto, pero permanece tranquila. Después de
poco más que un segundo pasa, deja salir un suspiro exasperado, luego sus ojos se
fijan adelante para estudiarse a sí misma en el espejo de nuevo.
202
Mientras lo hace, me dirijo al baño para tomar la botella de aloe de su bolso.
Cuando vuelvo, ya está tendida en la cama, sobre su estómago. Me paro en el
extremo inferior de la cama, mirándola, tratando de averiguar la mejor manera de
pasar por esto.
―Deja de mirarme fijamente —murmura, en la almohada.
―Ven aquí, Soph.
Sin moverse un centímetro, pregunta:
―¿Por qué?
―Déjame ponerte aloe. Va a hacer que el ardor se vaya.
A juzgar por su quemada, no estoy seguro de que el aloe sea suficiente para
ayudarla.
―Ya puse un poco.
―Sophie, siéntate y déjame poner esto en tu espalda.
Sorprendentemente, escucha, porque debe saber que lo digo en serio.
Además, si no se mueve más cerca, voy a hacerlo de todos modos.
Se sienta con las piernas cruzadas delante de ella, con el cabello peinado hacia
un lado. Mientras me arrodillo detrás de ella la cama se hunde un poco.
―Levanta tus brazos.
―¿Qué?
―¿Cómo se supone que te ponga esto con tu camisa puesta? Y deja de rodar
los ojos. No voy a intentar nada —le aseguro, pero incluso mientras las palabras
salen, no estoy seguro de si mi cuerpo va a escuchar.
Levanta los brazos lentamente, casi vacilando por mi petición. Cuándo
finalmente lo hace, mis dedos se deslizan bajo su camisa momentáneamente antes
de agarrar el dobladillo, levantándolo con cuidado sobre su cabeza.
Trago duro a la vista de ella. Sophie no tiene sostén. Delgadas tiras blancas de
piel se muestran donde su traje la cubría, pero el resto está muy rojo. Es doloroso,
incluso mirarlo, pero me da una buena razón para tocarla.
203
―¿Quieres que solo lo arroje a chorros, o lo pongo en mi mano primero?
Su cabeza se hunde.
―Um, supongo que simplemente frótala en tus manos primero. Eso va a
hacerla un poco menos fría para mí.
―Está bien. ―Estoy de acuerdo. Después de unos segundos de respiración
profunda y frotar el gel en mis manos, finalmente toco a Sophie. Por desgracia, no es
por placer, sino para quitarle el dolor. Si sólo fuera así de simple. Sin pensarlo, mis
manos van a la deriva lentamente sobre sus hombros antes de permitirles deslizarse
hacia abajo por sus brazos. Una vez que siento que su cuerpo se relaja, soy capaz de
hacerlo, también.
―Acuéstate sobre tu estómago, Soph.
Se asoma por encima del hombro, mirándome por un rápido segundo, antes
de que se incline sobre sus manos, colocando suavemente su cuerpo sobre las
sábanas.
Silenciosamente debato la mejor manera de hacer frente a esto sin ser
demasiado obvio, esperó a que se ponga más cómoda. Una vez que deja de estar
inquieta, me muevo a su lado, en lugar de montarla. Quiero que Sophie se sienta a
salvo conmigo, y por la forma en que se está cubriendo a sí misma con sus manos,
no lo está.
Al cabo de unos minutos de frotar pequeños círculos con mis dedos, trazo las
curvas de su cuerpo absorbiendo el calor de su piel. El aloe se absorbe al instante.
―Creo que eso es suficiente aloe ―dice ella. Y, por un segundo creo que la
oigo llorar, pero tose encubriéndolo.
Me alejo.
―Sí,‖ claro,‖ Sophie.‖―Dudo,‖pero‖ lo‖digo.‖ Se‖ lo‖debo―. Lo siento por todo.
Incluso si este viaje no funciona, necesito que sepas que nunca me perdonaré por
haberte dejado.
Se desplaza fuera de la cama arreglándoselas para no dejarme ver su rostro.
Se pone su camisa de nuevo, y se apresura hacia el baño sin siquiera mirarme.
204
Mis nudillos golpean en la puerta.
―Soph, ¿estás bien?
―Estoy bien. Sólo necesito un poco más de tiempo. Lo siento.
Quiero arrancar la puerta de sus bisagras para llegar a ella, pero me abstengo.
―Sí, voy a estar bajo el agua. No tardaré mucho.
Me dirijo a la playa ya que siempre tiene un efecto calmante en mí. El sonido
de las olas rompiendo contra las rocas, o el zumbido de los barcos en el agua. Si
bien, esta noche todo está tranquilo, excepto por una vuelta de vez en cuando del
mar golpeando la arena. Las estrellas están empezando a salir.
El océano es la única cosa, que Henry y yo habíamos compartido con tal
pasión, y empiezo a echarlo de menos de nuevo. Haría cualquier cosa por verlo por
última vez.
Tengo tantas dudas que consumen mis pensamientos aquí sentado, ellas me
asustan. ¿Cómo puedo seguir adelante? Me preocupa que no vaya a ver su rostro, o
sentir el contacto de su mano en la mía nunca más.
Últimamente, ha sido una pregunta constante de, ¿quién va a ocupar mi lugar
cuando ella se vaya? ¿Encontrará el amor de nuevo? He cometido tantos errores cuando
se trata de Sophie, no sé si debo culpar a mi corazón, a mi cabeza, a mi mamá, a
Henry…‖¿a‖quién?‖Nunca‖debí‖haberme‖ido‖hace‖meses,‖dejarla‖sola‖antes.‖Debería‖
haberla besado, perderme en sus ojos, aferrarme a ella, pero como siempre, me
equivoqué.
Desde que Sophie entró de nuevo en mi vida hace dos años, ha sido un viaje
loco. A pesar de que empezamos como amigos, la he amado durante tanto tiempo
como puedo recordar. Siento que puedo ver más claramente ahora, obligo a mis
miedos a ir a la deriva con cada ola que rompe en la playa.
Miro alrededor para asegurarme de que estoy solo. Lo estoy. Nadie está
fuera, sino yo. Aclaro mi garganta y cierro los ojos un momento antes de abrirlos de
nuevo.
205
―Henry... um, papá si estás escuchando, en verdad podría necesitar tu ayuda
en este momento. Es Sophie. La recuerdas. Bueno, si has estado prestando atención a
todo por allí, ya sabes lo mucho que significa esa chica para mí, pero lo arruiné todo.
Tomo otra respiración profunda.
»Me gustaría que me hubieras dicho cuando yo era más joven que tú no eras
mi padre biológico. Estoy seguro de que puedo haber perforado un agujero en la
pared, o negarme a pescar contigo por un tiempo, pero te hubiera perdonado y a
mamá. Ahora, bien, averiguarlo de la manera en que lo hice, rasgó mi corazón tanto,
abandoné a todos.
Me río a carcajadas.
»Estoy seguro de que no es una sorpresa para ti que huyera. Lo hago bien.
Bueno, huir, y dejar a Sophie fue mi mayor error. Me sentía muerto por dentro, así
que la aparté. Ya que no podía ofrecerle nada más. Ahora creo que realmente la
perdí. Necesito tu ayuda. Si estás allí realmente podría usar algunas palabras de
sabiduría, o incluso una señal sangrienta funcionaría para mí en estos momentos.
Cualquier cosa. Sólo dime qué hacer.
Me acuesto ahí esperando, esperando por mi señal, sus palabras de sabiduría,
durante varios minutos. Cierro los ojos y digo una pequeña oración más, y ahí es
cuando me doy cuenta. Tengo una idea para mantener aquí a Sophie por un poco
más. Tal vez incluso lo suficiente como para hacerla cambiar de opinión sobre mí.
Miro hacia el cielo por última vez, seguro de que me ha escuchado.
»¡Saludos, papá!
La luz de la luna me guía fácilmente de nuevo hacia el camino del hotel.
Deslizo mi tarjeta en la puerta, la luz verde parpadeando me permite saber que está
abierta. Me desplazo en silencio para ver a Sophie durmiendo a pierna suelta.
Sacándome mi ropa, me acomodo al lado de ella.
A la mañana siguiente, me doy la vuelta para tirar de ella hacia mí, pero
agarro una almohada en su lugar. Mis ojos parpadean abriéndose al instante, antes
de sentarme para buscarla. Lo primero que hago es buscar sus cosas, antes de
permitirme respirar. El pequeño traje azul que estaba colgando sobre la ducha no se
206
encuentra, así que supongo que ella está en la piscina. Me pongo mis pantalones
cortos, y me cepillo los dientes. Una sonrisa se extiende por mi cara mientras espero
que el ascensor llegue a nuestro piso. Este plan tiene que funcionar. Sophie siempre
ha estado en el lado cauteloso/controlador, pero sé que también le gusta un poco de
aventura. ¿Cómo se me puede negar?
Sophie no está en la piscina, está en el escondite de la playa bajo un gran
cocotero, cuando la veo tumbada en una toalla. Los auriculares del iPod en su oreja,
los dedos tamborileando al ritmo de lo que sea que está escuchando, y llevando mi
camiseta favorita sobre su traje.
Retrocedo al instante a ese verano en que reconectamos, cuando ella había
estado haciendo exactamente lo mismo. Una idea aparece al instante en mi cabeza
antes de que yo corra por la playa, y hacia el bar al aire libre para tomar un vaso de
plástico.
Seguro está enojada conmigo, y necesito desesperadamente aliviar la tensión
de conseguir que al menos hable conmigo. Mi padre solía decir que Sophie le
recordaba a un pequeño petardo, bueno, últimamente estoy empezando a creer lo
mismo.
Con cautela, me dirijo hacia ella para ver si todavía está perdida en su
música, lo está. Si pienso en ello demasiado tiempo puede que no lo haga, por lo que
mi mano lanza la copa rápidamente hacia ella, y veo a ese pequeño petardo
comenzar a explotar.
―Ethan Chapman, te voy a matar ―grita ella, pero su boca se tuerce, y el
lado de su labio se eleva a casi una sonrisa.
Una sonrisa genuina.
Sophie corre hacia mí. Me doy vuelta y me dirijo hacia el océano. Me
encantaría llevarla allí conmigo. Me tumba desde atrás, y antes de darme cuenta
estoy boca abajo en la arena con sus piernas envueltas a mi alrededor. Me empujo
sobre mis brazos y la giro hasta que estoy montándola, sujetando sus manos sobre
su cabeza.
207
―¿Qué vas a hacer ahora, Soph? Estoy bastante seguro de que no puedes
matarme desde esta posición ―me burlo de ella. Se siente tan bien hacer eso.
Mira mis ojos durante unos segundos, luego estalla en risas. En estado de
conmoción por su respuesta, mis manos sueltan las suyas. Es genial escuchar esa
risa. Había estado muy seguro de que mis oídos nunca oirían ese sonido de nuevo.
Instintivamente, inclino mi cabeza hacia la suya. Duelo por besar esos labios,
su cuello, estómago, la parte baja de su espalda que tiene este pequeño parche
adorable de pelusa.
―No ―susurra ella. Apenas lo escucho, o tal vez es solo que yo no quiero
oírlo, pero me detiene—. Suéltame, Ethan. Mi quemadura está matándome.
Me siento, pero no me muevo.
―Mierda, Soph, lo siento.
―Ethan, no puedes solucionar nuestros problemas solo con tus labios. Va a
tomar mucho más que eso para que te perdone. Tal vez podría haber conseguido
perdonarte por dejarme por tanto tiempo, pero no estoy tan segura de la otra parte.
Escucharlo me aplastó por completo.
Me bajo de ella, para sentarse y mirarla. Aquí estamos, es el momento de
ponerse serio. Finalmente está escuchando.
―Maldición, Sophie. No es como que no siguieras adelante. Te vi en el pub
con ese tipo Simón.
―¿Seguir adelante? No habría tenido que seguir adelante si no me hubieras
dejado. ¿Sabes qué? Mi papá estaba en lo cierto. Me dijo antes de venir a Londres
que ibas a romper mi corazón. Debería haberlo escuchado. Me refiero a realmente,
¿cómo diablos esperábamos que dos adolescentes hicieran funcionar esto?
―Podría funcionar ―exijo.
―Sabes,‖ siempre pensé que todo eso del amor puede conquistarlo todo
cuando se trataba de nosotros, pero ahora, simplemente no creo que sea suficiente.
Mira, tengo que tomar una decisión ahora. Incluso si sacamos a Brooke de la
ecuación, todavía tengo la universidad. Si me dirijo a Seattle, o a donde sea, no hay
208
manera de que pudiéramos lograr eso. Tú en Australia o Londres, yo en los Estados
Unidos. Sólo debemos reducir nuestras pérdidas, y recordar los momentos que
hemos compartido juntos. Quiero decir, sé que nunca vamos a olvidar eso.
No puedo hablar. Todo lo que está diciendo me está cortando hasta el
corazón, porque en el fondo sé que tiene razón. Aparte de que mi nueva idea para
estar juntos funcione, no hay nada más. Me niego a pedirle que renuncie a su vida,
universidad, familia y todo lo que pueda desear en cambio por mí. Es egoísta, y ya
he jugado esa carta. ¿Puedo jugarla otra vez? ¿Ella me querría? Pero, lo que estoy
pidiendo no es una sentencia de por vida, es sólo más tiempo.
Apenas me reconoce mientras me bajo y descanso junto a ella en la arena. La
veo, aunque apenas puedo tolerar mirar su dolor. Mientras se agacha para agarrar la
toalla, su mano izquierda se levanta hasta su cara para enjugar unas lágrimas. Mira
momentáneamente mis ojos, mientras trago esa enorme bola de culpa. ¿Qué puedo
hacer?
La única chica a la que alguna vez he amado acaba de hacer exactamente lo
que yo le hice a ella. Rompió mi desgarrado corazón.
Comienza a ponerse de pie, y cuando empieza a alejarse, se vuelve para
mirarme por última vez.
―Creo que es hora de que compremos ese billete de avión.
Me levanto sobre mis rodillas, frotando furiosamente los lados de mi cara con
frustración. Me muevo hacia ella para atraparla, jalándola hacia atrás unos pasos.
―Ethan, detente.
La pongo de rodillas, mientras yo hago lo mismo.
―Por favor, Sophie, ¿no me hagas esto? Sé que no merezco otra oportunidad,
pero haré cualquier cosa para conseguir una. Si tú me escuchas, y aun así quieres
irte, vamos a llamar a la aerolínea, y ponerte en el próximo vuelo a Rochester. Tú
nunca vas volverme a ver. Lo prometo.
Las lágrimas comienzan a derramarse por sus mejillas.
―¿Qué más ha quedado por decir, Ethan.
209
Tratar de imaginar la idea de no volver a verla nunca y es tan duro que
quiero extender la mano y agarrarla por última vez. Tomo sus manos en las mías, y
miro sus ojos llenos de lágrimas y suspiro fuertemente.
―Escucha, Soph, no voy a mentir, me dolió mucho verte con otro hombre, ni
siquiera puedo imaginar cómo te sientes acerca de lo que hice. Sé que me odias
ahora mismo, pero por favor pon eso a un lado por unos pocos minutos para
escucharme. Sólo escúchame. ¿Me das diez minutos más para solucionar esto?
―¿Por qué debería?
Agarro su cara con mis manos, besando suavemente sus labios.
―Debido a que necesito que lo oigas, todo por lo que he pasado, y sentido
mientras lo pasaba, para hacerte comenzar a entender que nada de esto tuvo que ver
contigo. O, con lo que sentía por ti. Siempre te amé, Soph. Eso nunca paró, sólo
odiaba mi vida en eso momento, y no vi un lugar para ti ahí. Me gustaría haber
podido llevarte conmigo, pero se sentía casi como si fuera la vida de otra persona la
que estaba llevando, como si me saliera de mí mismo. Apenas podía encontrar mi
propio camino.
Se aleja de mi agarre, y se sienta en la arena. Me acerco más, poco a poco. Ella
está indecisa, puedo decir que escucha, pero lentamente levanta su rostro y asiente.
Miro hacia el océano, arriba al cielo azul, y luego de nuevo a ella.
―Tengo tanto de que arrepentirme, Sophie, pero con mucho eso que te hice
fue lo más grande. Sabía lo mucho que te estaba lastimando. Mi madre me enviaba
mensajes de texto, diciéndome que no estabas haciéndolo bien, pero me aferré al
hecho de que creía que tú merecías a alguien mejor, así que me mantuve al margen.
Odiaba cada día lejos de ti, pero lo hice. Incluso aunque esto te suene ridículo, fue
por ti. Mi cabeza estaba tan jodida por lo de mi familia mintiéndome que no podía
ver más allá de eso. Nunca encontré a mi verdadero padre, pero sabes qué, ya no me
importa. No lo necesito. Te necesito a ti.
Sophie yace sobre su lado, así que imito su posición. Sus ojos están llenos de
mucha emoción, y siento como si supiera exactamente lo que está pensando.
Entonces me susurra:
210
―Pensé que tal vez algo malo te sucedió. Podrías haber llamado para
dejarme saber que estabas bien.
―Pensé que cuando había llamado y colgado sabrías que era yo todo el
tiempo, incluso una vez preguntaste.
Ella mete sus manos bajo su cara.
―Pensé que eras tú.
Me siento de nuevo, quitando la arena de mi cabello.
―Perdí todo mi control, Sophie. Quiero decir, sí, todavía estaba vivo, pero no
había nada. Por último, sólo desperté sintiéndome sano otra vez, y sabía que
necesitaba verte. También sabía que iba a ser una posibilidad remota después de
que ya había oído que tenías algunos amigos nuevos. Y, sí, sabía de Simon. Cuando
averigüe sobre él, ya había conocido a Brooke, pero no esperaba volver a verla.
Luego entró en el pub, y más o menos se ofreció a llevarse el dolor por una noche.
Lo tomé, y voy a estar por siempre mal por hacerte eso. —Me‖acerco‖un‖poco‖m{s―.
Sé que puede tomarte un largo tiempo para que me perdones, pero no te des por
vencida conmigo, ¿por favor? Te estoy rogando que no te vayas. Sophie, por favor
cambia de opinión, no te vayas.
Mis ojos se cierran por miedo a que ella vaya a decir que no. La siento
acercarse más a mí, antes de abrir mis ojos de nuevo, y cuando lo hago, está apenas
a centímetros de distancia.
―Tengo un plan ―le digo. Mis manos están temblando ahora, muero por
tocarla, abrazarla finalmente de nuevo, pero espero para ver su reacción―. Quiero
que te quedes conmigo. Toma un semestre libre, o un año, lo que quieras, viaja
conmigo. Tengo dinero para cuidarte por algún tiempo. Podríamos tomar un café en
los Campos Elíseos, poner una tienda de campaña en Mallorca para pasar la noche,
podríamos comer Schnitzel en Alemania, una gira por viñedos en Italia, maldición
incluso podríamos correr con los malditos toros en Pamplona, si quieres. Te llevaré
a todas partes, y a cualquier lugar que quieras ir antes de empezar tu vida real.
Universidad y toda esa mierda. Una última aventura es lo que te pido. Si vienes
conmigo, y todavía no puedes amarme, entonces voy a alejarme para siempre esta
211
vez. Esa es una promesa sobre la tumba de mi padre. No puedo imaginar vivir esta
vida sin ti.
―¿Qué pasa después? ¿Vamos por caminos separados? No puedo hacer eso,
Ethan. Si digo que sí, necesito un compromiso de tu parte.
―¿Qué tipo de compromiso?
―Algo más que, no estoy seguro de si me estoy mudando para Australia.
Necesito la seguridad de que vamos a estar juntos.
Sus ojos no han dejado los míos desde que empecé mi discurso. Sólo me
quedo mirando la cercanía de nuestros cuerpos, temblando por dentro.
Mira hacia abajo, así que levanto su barbilla, para mirar sus ojos. Algunas
lágrimas se derraman, así que los limpio.
―Esos tristes ojos verdes me devastan, Sophie. No llores. Haré cualquier cosa
que quieras. Dondequiera que vayas, yo iré.
Mis ojos se quedan en los suyos, cuando finalmente deja escapar una
pequeña sonrisa llena de esperanza, y algo más que no puedo entender.
Mi propia boca forma una sonrisa, mientras sus manos lentamente se
envuelven alrededor de mi cintura. Retrocedo rápidamente, fijándome en su
expresión, se ve contenta.
Tiende la mano.
―Tal vez deberíamos empezar de nuevo. Soy Sophie Gerrard.
Tomo su mano en la mía, mordiendo suavemente mi labio, tratando de
averiguar que está haciendo, pero luego me doy cuenta de que no me importa.
―Soy Ethan Chapman. Es un placer conocerte.
―El placer es mío.
―¿Me estaba preguntando si te gustaría ir a una cita conmigo? Di, París,
Italia, España, donde tú quieras ir.
Sacude la cabeza.
212
―¡A la mierda! La escuela puede esperar un poco más. Un montón de gente
toma un año sabático para encontrarse a sí mismos. Por lo tanto, mi respuesta es, sí.
Realmente no importa a dónde vamos. Tú elige ―dice ella.
Mi corazón está latiendo con fuerza en mi pecho. Casi no puedo creerlo. Le
doy una sonrisa torcida.
―Tengo que advertirte Gerrard, y espero no ser atrevido, pero, me gusta
dormir con mis citas la primera noche.
―¿En serio? ―pregunta ella, con curiosidad.
Mi mano corre a través de su cabello, metiendo un mechón detrás de su oreja.
―Sé que probablemente debería ver a un terapeuta por ello, o algo así, pero
ya sabes que nunca te pude resistir.
Se inclina, besando mis labios suavemente. Puedo sentir su sonrisa mientras
lo hace. Mis manos pasan por debajo de su camisa, envolviéndose alrededor de su
cintura desnuda.
―¿Podemos llamar a esto nuestra primera cita? ―susurra.
La miro fijamente durante varios segundos, tratando de recuperar el aliento.
―Jesús, Sophie, te extrañé tanto. Tengo tanto que decirte, pero por ahora sólo
necesito que te acerques más, y me beses otra vez.
Me besa con cautela una vez, antes de mover su boca a mi oído.
―Vas suave conmigo si lo único que quieres en verdad es un beso.
Me siento, se sujeta a mi cintura, y la coloco encima de mí. Se inclina más
cerca, besando el borde de mi boca, así que la muevo un poco, para besarla.
―Confía en mí, Sophie, no voy suave. Quiero más que un beso de ti, quiero
todo de ti. Solo di la palabra y soy tuyo para siempre. Estoy aquí para quedarme.
Nunca voy a correr otra vez.
No dice nada. Se levanta, y se aparta de mí, entonces me agarra de la mano.
―Creo que tenemos que llegar arriba, así puedes probarlo.
213
No digo nada, en lugar de eso la levanto en mis brazos para llevarla al piso
de arriba para probarle que estoy aquí para quedarme.
Fin
214
Epílogo Carta original de Ethan a
Sophie Traducido por Itorres
Corregido por Samylinda
uerida Sophie,
A veces siento que no puedo respirar sin ti. Muchas veces mi mente
revolotea de un lado a otro sin saber si vas a volver a mi vida, eres lo mejor
que podía pasarme o lo más perjudicial. Para amar a alguien tanto como
me siento por ti, últimamente me asusta.
La pérdida de mi padre, no una, sino dos veces, la posibilidad de perder a mi madre, y
algún día, muy posiblemente perderte a ti, es más de lo que puedo soportar. Si hubiera sabido
que íbamos a vivir una larga, saludable y feliz vida juntos, probablemente no estaría
escribiendo esto, pero la geografía de donde vivimos o donde voy a vivir, bueno, me parece
muy mal atarte por más tiempo del que ya lo he hecho.
Me voy por ahora a aclarar mi mente, no estoy seguro de cuándo volveré, pero casi
seguro, voy a re-encontrarme en Australia. ¿Quieres venir? ¿Podría incluso pedirte esto?
No, no puedo pedirte que dejes a tu familia y amigos atrás para estar conmigo. A pesar de
que la idea me mantiene cuerdo por un breve momento, me permito pensar que es posible.
Te adoro, Sophie, por favor sabe que esto no tiene nada que ver contigo. Soy yo. Sí,
puedo ver tus ojos rodando ahora mientras lees esto. Cómo cliché de mí. Es un viejo dicho,
pero tan cierto en este momento. Tú me ayudaste mucho en el último año o algo así, para
seguir adelante, ser feliz otra vez, así que te agradezco desde lo más profundo de mi alma por
eso. Si pudiera ser el hombre que tú necesitas o quieres, lamento decir que no puedo prometer
Q
215
eso. Al menos no en este momento. Tengo que encontrarme y aprender a amarme y a los que
me rodean antes de que pueda terminar el amor que empezamos. ¿Tiene esto sentido? Dios,
espero que sí.
Sé que hemos pasado horas y horas hablando de nuestro futuro, uno siempre pretende
que sea posible. No sé, tal vez algún día podamos volver a intentarlo, pero ahora no puedo
estar seguro. El secreto acerca de mi papá me está haciendo replantearme mi vida. ¿Podría
soportar perderte? No, no creo que pueda. Dejarte ir, aunque parezca contraproducente, es la
única cosa en que puedo pensar para dejar de sentir. Para no amar a nadie, para evitar el
dolor. Te amo demasiado como para dejar que me veas pasar por esto, verte subir en ese avión
que te lleve a casa, hasta Dios sabe cuándo, por lo que me voy primero.
Siento hacerlo de esta manera. Estoy siendo un cobarde, no ser capaz de decírtelo en
tu cara, lo siento por eso. También lo siento si esto rompe tú corazón como se está rompiendo
el mío mientras escribo esto. Créeme que sé lo que se siente, es el sentimiento más mierda en
el mundo. Así que, por favor, perdóname, mi cabeza no está bien puesta en estos momentos.
Sólo sé que mi corazón está en tan mal estado en este momento, que no estoy seguro de que
pueda hacerte justicia como te la mereces. Por favor, intenta seguir adelante, y encontrar a
alguien que realmente te merezca. En cuanto a mí, pasaré el resto de mi vida sólo amándote.
¡Adiós, Sophie!
Eternamente tuyo,
Ethan.
216
Biografía
Kelly se crió en el sur de Nueva Jersey.
Reside actualmente en Pitssford, Nueva York
con su esposo y dos hijos. Desarrolló su amor
por escribir novelas para adolescentes
durante los últimos años.
Ahora ha completado tres romances
adolescentes con la esperanza de conseguir
su publicación.
Realmente no hay nada como enamorarse por primera vez, así que esto es lo que
ella escribe.
Su segundo libro Never Say Never es el segundo libro que escribió y ya está
disponible en Smashwords y Amazon.
217
Créditos Moderadora
Jo
Soñadora
Traductoras Rihano
Soñadora
Caami
Jo
Azuloni
lalaemk
MaryJane♥
Nnancyc
Sweet Nemesis
flochi
Itorres
Correctoras Nanis
flochi
Miranda
Samylinda
Laurence15
Xhessii
Recopilación y Revisión Nanis
Diseño July
218
Visítanos
http://www.bookzingaforo.com/
Top Related