Luego de un largo rato...
¡Alto!
Bernardo
Riquelme.
Nombre y
apellido.
Aquí tiene su número.
Avance por el pasillo y
suba las escaleras hasta
la sala de audiencias.
“Ahí le llamarán por los altavoces.”
Cielos, por
dentro se ve más
grande aún.
Supongo que
se refería a estas
escaleras...
¡Aquí hay más
escudos que en
Richmond! ¡Rayos!
¿Por dónde era
la sala?
Llamando
al 1812.
Repito...Número 1812,
preséntese a la sala
de audiciones.
¿Uh?
¡Rayos, es
mi turno!
1812,
le estamos
esperando.
¡Debo
encontrar la sala
de audiciones!
Último
llamado al
1812...
Uff...
Y...
vamos con el
siguiente.
Número 1813,
preséntese en
la sala de audi-
ciones. ¡¿QUÉ?!
¡Pero qué rayos!
¡sucia ratonera de
lúgubres e intrincados
pasillos!
¡Ojalá te
demuelan...!
¿Ahora qué?
No puedo sacar
mi pie.
¿Acaso con mi
ira ciega destruí
la pared?
Mhh... Más bien
parece una hendidura
en la piedra.
Vamos a
examinar.
¡Que el
diablo me
lleve!
¡Ouch!
Bueno,
esto se pone
interesante.
Supongo que
no hay problema si
exploro un poco...
¡Cielos! Supongo
que ahora solo queda
un camino.
Momentos después.
Este pasillo
está oscuro como
boca de lobo.
Por suerte
traigo esta antorchi-
lámpara.
¿En
serio?
¡Yo y mi bocota!
Supongo que si avanzo
con cuidado...
¡AY!
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