PARA MARIANELA, COMPAÑERA
Y MI TODO
(en el día en que recordamos la maternidad como don y presencia)
¡Qué paz!,/ ¡qué sosiego/ se experimenta/ al remontar/ tu nombre!
Alegría inundando / el corazón /a borbotones,/ sin ahogar,/al palpar en tu
sonrisa/ el viento limpio/ de la tarde.
Maly/ no en el país de los sueños,/ tú, en la
realidad de carne,/en tu anatomía delicada,
preciosa;/en tus pisadas/ profundas
marcándose/ en la arena.
Agua sedienta/ que calma/ la sed;
consuelo lleno/ y terso/ como tu piel.
Los significados de tu nombre,/ enigmas al
descubierto/ para llenarte de gracia.
De tu madre aprendiste/ el amor a los hijos/
y la entrega que requieren/ en cariño.
Con el esfuerzo y paciencia/ que el día a día nos
brinda, entre risas y conflictos/reforzando tu
presencia.
Comprendiendo que en la vida,/ dando y
recibiendo se cantan las estrofas cotidianas/
con el ritmo entrecortado/ del silencio y las
palabras
Lágrimas repletas/ de esperanza,/ ¡dichoso
por poder recogerlas/ con mis manos!
Graciosa cuando te estiras/ tocando con las
yemas de los dedos/ el fondo de cuanto
existe.
Agua corriente/ en crecida/ llenando los
manantiales:/ la paz, la armonía.
¡Feliz Nico y este eco al navegar/ por tus
venas!
Cuando la luz/ declina,/ sólo espero/
descansar un segundo
en tus pupilas:/ brillo profético/ del alba.
Con el murmullo de la marea/ pronuncio tu
nombre:/ “MALY”:
sincero, sonoro,/ repleto de vida,/ habitado
en cada poro/por la fe de tus sentidos.
MARIANELA: AGUA CORRIENTE EN
CRECIDA
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