Colección de Teatro ASSITEJ España
CÓSMICAGabriela Román
MISTERIOSPaula Carballeira
—
Reservados todos los derechos.
Queda prohibido reproducir
total o parcialmente esta obra
por cualquier medio, sin permiso
previo del editor.
Título original: Misterios
© Paula Carballeira
Título original: Cósmica
© Gabriela Román
© de la edición: ASSITEJ España
Edición: Asociación de Teatro para
la Infancia y la Juventud, ASSITEJ España
Coordinación de publicaciones: Juan López Berzal
Tel. 912061741
email: [email protected]
www.assitej.net
Diseño gráfico: Borja Ramos
Foto de cubierta: Sun Ladder / NASA–ESA
Impresión: Aventura Gráfica, S.L.
ISBN: 978-84-608-3568-4
Depósito legal: GU-202-2015
ÍNDICE
MISTERIOS, de Paula Carballeira
Personajes
Escena 1
Escena 2
Escena 3
Escena 4
Escena 5
Escena 6
Escena 7
Escena 8
Escena 9
Escena 10
Escena 11
11
13
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CÓSMICA, de Gabriela Román
Personajes
Primer día
6:15 am
Bienvenida
Cósmica
Cuestión de look
Encuentro
Orión
6:30
Deseada
Conectados
Ay, el amor
Noche de estrellas
El beso
6:45
Intercambios
Todos lo hacen
Hasta no ver no creer
6:55
El silencio que precede a la tormenta
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73
75
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79
81
85
87
89
93
95
97
99
103
107
111
113
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125
127
131
133
135
137
139
141
Explosiones
Camarón pistola
6:58
De enana blanca a agujero negro
¿Qué sucede cuando muere una estrella?
7:00
Glosario de Cósmica
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MISTERIOSPaula Carballeira
PERSONAJES
— Mara
— Padre
— Madre
— Madre Gallina
— Padre Avestruz
— Señora Enfadada
Obra en 10 escenas sobre algunos pequeños misterios y un miste-
rio realmente grande.
Para quien sienta curiosidad.
Para quien pregunte.
Para quien no se conforme.
15
En la oscuridad, se enciende una luz que refleja la cara de
Mara. Es la luz azulada de una pequeña pantalla, la panta-
lla de un móvil o de una ‘tablet’. Se oye el sonido de las te-
clas. En el fondo del escenario, proyectado, se lee un texto al
mismo tiempo que Mara lo va pronunciando.
Mara
Hay muchas cosas que no entiendo.
En el escenario, la luz va aumentando progresivamente,
cálida, anaranjada, como de amanecer. La cara de Mara si-
gue iluminada por el móvil.
Mara
No entiendo por qué hay que madrugar. Las calles, los cami-
nos, las casas, los edificios, las personas tienen mejor cara
cuando ya podemos decir que es de día. Solo los gallos gritan
para que el sol salga de una vez. No me gustan los gallos. No
ESCENA IMARA, PADRE
16
creo que canten. Los gallos gritan.
Se oyen ruidos. Mara deja de escribir y levanta la cabe-
za. Espera. No pasa nada. Sigue escribiendo.
Mara
La cara que tiene mi padre. No es normal. Personas como mi
padre tendrían que dormir unas horas más. Descansar. Seguro
que les cambiaría el humor. Mi madre tiene buen humor inclu-
so a las seis de la mañana. Personas como mi madre tendrían
que despertar a las demás todos los días.
Entra el Padre y se encienden todas las luces. Mara es-
conde el móvil y se tapa la cabeza. El Padre avanza hacia
ella con cara de muy pocos amigos. Gruñe algo ininteligible.
Padre
¡Fmmmeraya! ¿Nommmmoyes?
Mara se ríe. El Padre la destapa y sigue refunfuñando
sin mirar a Mara.
Padre
¡Umadreeseranlacina...!
El Padre se queda inmóvil, mirando a público. Tiene la
apariencia de un sonámbulo. En realidad, parece un cuerpo
sin alma.
17
Mara
(Grita.) ¡¡¡Buenos días!!!
El Padre salta. No le hace ninguna gracia.
Padre
¿Por qué gritas?
Mara
No te enfades.
Padre
¡No estoy enfadado!
Mara
¿Por qué gritas?
Padre
¡Grito porque tú gritas y así gritamos todos! (Se queda pensan-
do.) ¡Qué estupidez tan grande!
Mara
Los gallos gritan más que nosotros.
Padre
Los gallos no gritan, cantan.
Mara
Si eso es cantar, yo soy un garbanzo.
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Padre
¡Al baño!
Mara
¡Sí! ¡Un garbanzo en remojo!
Mara sale riendo. El Padre la ve salir y se queda con la
mirada perdida.
Padre
¿Un garbanzo? (Se pellizca.) ¡Au...! No, no me duele. (Se pelliz-
ca otra vez.) ¡Au...! Pues no, tampoco. (Otra vez, con más fuer-
za.) ¡Au...! Nada. (Otra vez, con mucha más fuerza.) ¡Au! ¿Será
posible?
Entra Mara y ve al Padre pellizcándose.
Mara
¿No te duele?
El Padre mira a Mara y deja de pellizcarse.
Padre
No, y eso que lo intento.
El Padre sale.
Mara mira un momento a público y sale detrás de él.
19
Se oye la voz de la Madre, cantando. La Madre entra y sale,
ocupada en mil quehaceres. Mara teclea en su móvil o ‘ta-
blet’ o lo que sea. En la pared del fondo, podemos leer lo que
escribe.
Mara
Mi madre canta aunque se haya levantado antes que noso-
tros. Yo creo que lo primero que hace al despertarse es cantar.
Parece feliz. Voy a intentarlo.
Mara canta con un entusiasmo desmesurado y muy poca
afinación. La Madre se calla y la mira. Mara descubre la
mirada de la Madre y deja de cantar.
Madre
¿Te estás burlando de mí?
ESCENA 2MARA, PADRE
20
Mara
¡No! Quería cantar como tú.
Madre
¿Yo canto así?
Mara
Tú cantas muy bien, mamá.
Madre
No te creo.
Mara
Es verdad. Me gusta que cantes por las mañanas.
Madre
Por eso me haces burla.
Mara
No te hacía burla, de verdad.
Madre
Ya.
La Madre se entristece.
Mara
Es que a mí no me sale.
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Madre
¿Qué?
Mara
Quiero cantar, pero no me sale. Yo solo grito, como los gallos.
La Madre sonríe.
Madre
Los gallos cantan, pero a su manera, como tú o como yo.
Mara
Pero nosotras cantamos canciones, ellos no.
Madre
¿Cómo lo sabes? Para mí los gallos son un misterio.
Mara
A mí no me gustan los gallos.
Madre
¿Y los misterios? ¿Te gustan los misterios?
Mara
No lo sé. ¿Qué es un misterio?
Madre
Es algo que no conoces, que no sabes, que no comprendes.
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Mara
¿Como las matemáticas?
Madre
Parecido.
Mara
Pues no me gustan los misterios.
Madre
Eso es que los has probado poco.
Mara
Si se pudiese comer un misterio, lo iría probando: misterio con
chocolate, misterio con quesitos, misterio con azúcar...
Madre
Misterio a la naranja...
Mara
Prefiero el chocolate.
Madre
La naranja es dulce y jugosa.
Mara
La naranja es agria y pegajosa.
23
Madre
No te has levantado con buen pie.
Mara
No me acuerdo. Creo que me he levantado con los dos pies a
la vez.
Madre
¡Ah! Entonces no hay problema, puede ser un día bueno o un
mal día, y un mal día lo tiene cualquiera.
Mara
Papá me ha gritado.
Madre
¿Tu padre? ¿Estás segura?
Mara
Sí.
Madre
A lo mejor no gritaba, cantaba, como los gallos.
Mara
Si se muriesen todos los gallos del mundo, ¿qué pasaría?
Madre
Las gallinas se quedarían tan solas que no pondrían huevos.
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Mara
Las gallinas son tontas.
Madre
¿Cómo lo sabes? Para mí las gallinas también son un misterio.
La Madre sale. Mara aprovecha que está sola para coger
unos huevos. Los mira. Juega con ellos. Hace malabares. Un
huevo cae y se rompe. Mara se queda inmóvil. Espera que
llegue alguien, pero nadie viene. Mara limpia el suelo.
Mara
(Escribe.) Un huevo sí que es un misterio.
25
Mara tiene en el escenario huevos de varios tamaños.
Mara
No tienes cara ni cuerpo
Huevo
Eres todo un misterio
Si te abro, te rompes
Y se escapa lo que llevas dentro
O todo o nada
Es difícil separar
La yema de la clara
Te comemos
Pero hay otros huevos
Huevos que no comemos
Huevos de los que salen pollos
Pollos con cara y con cuerpo
Contigo nunca se sabe
ESCENA 3MARA
26
Porque no hablas
Ni te mueves
No ruedas
Te mantienes
Dicen que la Tierra es un planeta–huevo
Que no es redonda
Que también tiene una yema ardiendo
En el núcleo
En el centro
Todos nosotros seríamos como pollos
Corriendo de un lado para otro
Por miedo
A que nuestro planeta–huevo se caiga algún día
Del firmamento
Con nosotros dentro.
Mara sale haciendo malabares. En off se oye el sonido
de un huevo que se cae y se rompe contra el suelo.
27
Madre Gallina
(En off.) ¡¡Se ha roto!! ¡¡Se ha roto!!
Mara entra con los restos del huevo entre las manos.
Se esconde. Entran la Madre Gallina y el Padre Avestruz
como haciendo una danza. El Padre Avestruz con movi-
mientos grandes, pausados; la Madre Gallina con movi-
mientos pequeños y nerviosos.
Padre Avestruz
¿Era tuyo o era mío?
Madre Gallina
Por el sonido, era mío. Si fuese tuyo se rompería con más
estruendo.
ESCENA 4MADRE GALLINA,
PADRE AVESTRUZ, MARA
28
Padre Avestruz
¡Es cierto! ¡Menos mal!
Madre Gallina
¿Menos mal, por qué? ¡Cómo se nota que a ti no te duele!
Padre Avestruz
Ni a ti tampoco, ni a él. Cada día caen al suelo cientos, miles
de huevos de gallina. Es una pena, no lo niego, pero ¿qué se le
va a hacer?
Madre Gallina
Se puede ir con más cuidado.
Padre Avestruz
Hay gente muy torpe.
Madre Gallina
Hay gente que se pone a hacer malabares sin tener ni idea y
es un desastre.
Mara, escondida, se indigna y está a punto de protestar,
pero lo piensa mejor.
Padre Avestruz
No te enfades con ella, quiere desvelar misterios.
Madre Gallina
Y, de paso, matar a todos los gallos del mundo.
29
Padre Avestruz
Solo estaba preguntando.
Madre Gallina
Así se empieza. En cuanto alguien le dé una idea, se acabaron
los gallos, los huevos, y nosotras, las gallinas, moriremos de
tristeza.
Padre Avestruz
Exageras.
Madre Gallina
¿Ah, sí? ¿Y qué harías tú si te rompieran alguno de tus peque-
ños, eh?
Padre Avestruz
Primero tendrían que encontrarlos.
Madre Gallina
¿Los escondes?
Padre Avestruz
Los avestruces no nos fiamos. Llevamos muchos años corrien-
do para que no nos cacen y nos metan en granjas, pero acaban
por atraparnos. Llevan muchos años llamándonos tontos por-
que pensamos con la cabeza bajo la tierra, y no nos quejamos.
Los huevos que ponemos son demasiado grandes, y aun así,
quieren quitárnoslos.
30
Madre Gallina
Muchas de nosotras también estamos prisioneras, y también
nos llaman tontas y nos quitan los huevos antes de que poda-
mos esconderlos.
Padre Avestruz
No es justo.
Madre Gallina
No, no es justo.
Mara sale de su escondite.
Mara
¡Es una injusticia!
La Madre Gallina y el Padre Avestruz quedan parali-
zados por la sorpresa.
Mara
¡Estoy con vosotras, gallinas y avestruces! ¡No a los insultos!
¡Sí a la libertad!
La Madre Gallina y el Padre Avestruz empiezan a co-
rrer. El Padre Avestruz desaparece casi inmediatamen-
te. La Madre Gallina corre en círculos hasta que Mara la
atrapa.
31
Mara
¿Por qué el corazón te late tan fuerte? ¿Tienes miedo? ¡Pero
si estoy de tu lado! No seas tonta... ¡No...! (La Madre Gallina
cacarea asustada.) ¡No quería decir eso...! Quería decir que in-
tentaré no romper nada.
Padre
(En off.) ¡Mara!
Mara suelta a la Madre Gallina, que se da un fuerte
golpe contra el suelo. La Madre Gallina huye.
Mara
(A la Madre Gallina.) ¡Fue sin querer! ¡No a los insultos! ¡Sí a
la libertad! ¿Veis? ¡Estoy con vosotras!
Nadie llega ni responde.
Mara
¿De qué vale gritar cuando nadie te oye?
Padre
(En off.) ¡Mara!
Mara sale.
33
Mara, con patines, entra empujando una mochila con ruedas
llena de libros, juega con ella, gira, la lanza y la recoge, como
en una coreografía de patinaje artístico. El Padre va detrás,
andando, quiere sonreír, aunque no de manera evidente.
Padre
¡Ten cuidado, Mara!
Mara
Nunca me caigo.
Padre
Tú a lo mejor no, pero puede caer alguien al tropezar contigo,
o con tu bolsa.
Mara
Soy muy rápida, sé dar vueltas, y esquivo a la gente que siem-
pre va en línea recta hacia delante. ¿Por qué?
ESCENA 5PADRE, MARA
34
Padre
¿Por qué, qué?
Mara
¿Por qué la gente va siempre en línea recta hacia delante?
Padre
Porque así avanza.
Mara
También puedes avanzar si vas haciendo eses, o zigzag, o
espirales.
Padre
Sí, pero avanzas más lentamente.
Mara
No hay prisa.
Padre
Hay horarios.
Mara
A mí me gusta tener a alguien que me espere.
Padre
A mí no me gusta esperar.
35
Mara
(Deja de patinar.) ¿Te sientes solo?
Padre
(Desconcertado.) ¿Cómo?
Mara
¿Te sientes solo cuando esperas?
Padre
Es posible. Si sigues dando vueltas vamos a llegar tarde.
Mara
Un par de giros más y voy.
Padre
Te espero allí.
El Padre sale. Mara se queda quieta. Mira a su alrede-
dor. Saca un espray de su mochila y pinta en la pared del
fondo, con letras enormes: «NO A LA INJUSTICIA». Entra el
Padre cuando Mara todavía tiene el espray en la mano.
Padre
¡Mara!
Con el susto, el espray salta de las manos de Mara.
36
Padre
¿Qué has hecho?
Mara
Nada.
Padre
Has pintado en una pared que no es tuya.
Mara
Las paredes no son de nadie.
Padre
Son de las personas que viven dentro de ellas.
Mara
¡Pero yo he pintado por fuera! ¿De quién son las paredes por
la parte de fuera?
El Padre lee lo que Mara ha escrito.
Padre
¿«No a la injusticia»?
Mara
No es justo que nos llevemos los huevos de las gallinas, ni de
los avestruces. No es justo que los encerremos en jaulas. No es
justo que los insultemos.
37
Padre
Son animales, Mara.
Mara
No sabemos lo que piensan.
Padre
No sabemos si piensan.
Mara
¿Ves? Otro misterio.
El Padre va a decir algo, pero renuncia y sale.
39
El escenario se llena de animales. Pueden ser imágenes pro-
yectadas en la pared del fondo. Pueden ser sombras. Pueden
ser objetos disfrazados para la ocasión. Evidentemente son
productos de la imaginación de Mara.
Mara
Cuando nos miran atentamente
Cuando no les hacemos ni pizca de gracia
Cuando creemos que nos leen la mente
Cuando tenemos miedo de que a alguno se le pueda escapar
la garra
Y nos hiera
O nos arañe
Con sus uñas afiladas
O nos pique
Porque no compartimos nada
Ni la fruta
ESCENA 6MARA
40
Ni la casa
Me pregunto qué piensan
Está claro que piensan
No hay duda
Nos atacan
Como un aviso
Una advertencia
En apariencia
No nos entendemos
Con palabras
Pero sé que sienten
Que nunca mienten
Aunque lo que sueñen
Sea una intriga
Para mí
Todavía
41
Señora Enfadada
¿Te parece bonito?
Mara
¿Perdón?
Señora Enfadada
No me pidas perdón y contéstame: ¿Te parece bonito?
Mara
No le pedía perdón.
Señora Enfadada
Porque eres una maleducada. Ni te disculpas ni contestas mis
preguntas.
ESCENA 7MARA, SEÑORA ENFADADA
42
Mara
Es que no sé de qué me habla.
Señora Enfadada
Hazte la tonta si quieres, pero tienes en tus manos el arma del
crimen.
Mara mira lo que tiene en sus manos. Es el espray. Mira
la pared.
Mara
Yo no he matado a nadie.
Señora Enfadada
Aún no.
Mara
No voy a matar a nadie.
Señora Enfadada
Nunca se sabe. Empiezas pintando paredes y a ver dónde acabas.
Mara
Es que no soporto la injusticia.
Señora Enfadada
Yo tampoco, y no voy por ahí pintando.
43
Mara
¿Y qué hace usted?
Señora Enfadada
Me enfado.
Mara
¿Y después?
Señora Enfadada
Me desenfado.
Mara
¿Y después?
Señora Enfadada
Me vuelvo a enfadar.
Mara
¿Y no tiene ganas de gritar, de dar patadas, de cerrar los pu-
ños, de saltar contra el suelo?
Señora Enfadada
Sí, pero me aguanto.
Mara
Yo no puedo, enfermaría.
44
Señora Enfadada
Eso es porque has vivido poco. A mi edad, lo ves todo de lejos,
o borroso, como cuando no llevas las gafas puestas. Por cierto,
¿tienes unas gafas de sobra?
Mara
No tengo gafas, veo bien.
Señora Enfadada
Todo llegará. ¿Vas a contestarme o no?
Mara
Sí... (Piensa.) ¿Cuál era la pregunta?
Señora Enfadada
(Señalando a la pared pintada.) ¿Te parece bonito?
Mara
(Mira de nuevo la pared.) No. No es bonito.
Señora Enfadada
Eso creo.
Mara
Para ser bonito, cada letra debería tener un color diferente,
pero es el único espray que encontré. Lo escribí sin pensar,
porque rompí un huevo y escuché por casualidad la conversa-
ción entre una gallina y un avestruz sobre su triste situación.
Tenía tantas ganas de protestar que cogí un espray rojo que
45
había en casa, sin planear bien lo que iba a hacer. Si lo hubie-
se planeado, habría traído pinturas y pinceles. Entonces sí que
serían unas letras bonitas y usted me agradecería haber mejo-
rado una pared tan sosa.
La Señora Enfadada escucha inmóvil a Mara. Cuando
Mara acaba, la Señora Enfadada cierra los ojos, suelta el
aire que tenía retenido en el cuerpo ruidosamente y da me-
dia vuelta.
Mara
¿Me da la espalda? Eso sí que es maleducado.
Señora Enfadada
(Se vuelve hacia Mara, intentando controlar su ira.) Si te miro...
Si te miro... Si te miro... ¡reviento!
La Señora Enfadada avanza. Mara retrocede, asustada.
Señora Enfadada
¿Qué sabrás tú lo que es la injusticia? No has vivido nada.
Gallinas. Avestruces. Huevos. Tonterías. Lo único que pido es
paz. ¿Puedes darme paz? ¡No! Me das problemas. A nadie le
importa lo que tú escribas. A mí, sí, porque tengo que lim-
piarlo. ¿Has pensado en mí? ¡No! Porque no soy un avestruz,
ni una gallina, ni ningún animalito gracioso al que abrazar,
hacerle carantoñas y darle mimitos. ¡Quiero paz! ¡Paz! ¿Es tan
difícil de entender? ¡Si no puedes darme paz, por lo menos dé-
jame en paz y limpia tú esa porquería!
46
Un momento de silencio, con la mirada de la Señora
Enfadada clavada en Mara.
Mara
Yo no sabía que esa era la pared de su casa.
Señora Enfadada
¡No es la pared de mi casa! ¡Es una pared cualquiera!
Mara
¿Y por qué quiere limpiarla?
Señora Enfadada
Porque me da rabia verla sucia.
Mara
¡Qué pena! Pintando paredes se pasa un poco la rabia.
Señora Enfadada
¡Basta! Voy a comprar unas gafas.
La Señora Enfadada sale. Mara mira hacia donde aca-
ba de desaparecer la Señora Enfadada.
Mara
A lo mejor, con las gafas se le pasa el enfado.
Mara coge de nuevo el espray, va hacia la pared y pinta de-
bajo de «NO A LA INJUSTICIA», «PAZ PARA LAS SEÑORAS».
47
PADRE
(En off.) ¡Mara!
Mara se sobresalta, tira el espray, coge su mochila con
ruedas, da un par de giros y sale patinando.
49
Entra el Padre en escena buscando a Mara. El Padre mira
a la pared donde está pintado: «NO A LA INJUSTICIA. PAZ
PARA LAS SEÑORAS». El Padre suspira. Entra Mara con sus
patines y su mochila.
Mara
¡Vamos, papá! ¡Llego tarde!
Padre
¿Piensas escribir toda la pared?
Mara
¡Yo no fui!
Padre
Lo de la injusticia lo entiendo, por los huevos secuestrados, las
pobres gallinas enjauladas...
ESCENA 8PADRE, MADRE,
SEÑORA ENFADADA
50
Mara
¡Y los avestruces!
El Padre la mira. Mara aprieta los labios.
Padre
Pero lo de «PAZ PARA LAS SEÑORAS»... ¿y para los señores?
Mara
Los señores no la piden, las señoras sí.
Padre
¿Todas las señoras?
Mara
Una, por lo menos. Estaba enfadada y solo quería que la deja-
sen en paz.
Padre
¿Por qué?
Mara
No lo sé, esa señora sí que era un misterio.
Padre
¿Qué vendrá después? ¿«PAN PARA LAS PALOMAS»? ¿«LIBER-
TAD PARA LOS CANARIOS»? ¿«NO A LAS PECERAS»?
Mara busca el espray en la mochila y lo saca.
51
Mara
(A su Padre.) ¿Puedo? Todavía hay mucho sitio en la pared.
Padre
Mejor escríbelo en una libreta, o en tu “tablet”.
Mara
Pero así no lo ve todo el mundo.
Padre
Así puedes escoger tú quien lo lea.
Mara deja el espray en el suelo.
Mara
A veces no me gusta que estés aquí.
Padre
Puedo irme cuando quieras.
Mara coge su mochila con ruedas y sale. El Padre se que-
da. Entra la Señora Enfadada con unas gafas nuevas, ve el
espray en el suelo y va a buscarlo.
Señora Enfadada
¡Lo que faltaba! Dejan la porquería tirada ¿y quién la recoge?
¡Yo! ¡Siempre yo! ¡Nunca los demás! ¡Como si no tuviera bas-
tante que hacer! (Silencio.) ¿Qué tengo que hacer? (Piensa. Se
le ocurre algo.) ¡Ah...! No, no, eso ya lo hice ayer. (Piensa. Se le
52
ocurre algo.) ¡Ah...! No, no, eso ya lo hice esta mañana. (Piensa.
Se le ocurre algo.) ¡Ah...! No, eso ya no lo tengo que hacer.
(Piensa. Pierde la paciencia.) ¡Al cuerno! ¿Por qué no me deja-
rán en paz?
La Señora Enfadada mira la pared. Se ríe. Agita el es-
pray y subraya: «PAZ PARA LAS SEÑORAS». Se va riéndo-
se. El Padre se queda solo en escena. No sabe qué hacer.
Alguien canta en off. El Padre se va.
53
En el medio del escenario hay un huevo. La Madre Gallina
canta y baila. Entra el Padre Avestruz.
Padre Avestruz
¡Enhorabuena!
Madre Gallina
¡Gracias!
Padre Avestruz
Es precioso...
Madre Gallina
(Feliz.) ¡Sí!
Padre Avestruz
Un poco pequeño.
ESCENA 9MADRE GALLINA,
PADRE AVESTRUZ, MARA
54
Madre Gallina
¿Pequeño? ¡Es perfecto para mí! ¿Cómo haría para darle calor
a un huevo de avestruz?
Padre Avestruz
Tienes razón. ¿Qué nombre le vas a poner?
Madre Gallina
Huevo.
Padre Avestruz
¿Nada más?
Madre Gallina
Si se porta bien, le llamaré «huevo bonito», y si se porta mal,
«huevo feo».
Padre Avestruz
¿Y ya está...? Un huevo sin nombre propio...
Madre Gallina
¿Tú les pones nombre?
Padre Avestruz
¡Claro!
Madre Gallina
En tu caso es fácil, pero yo no podría, me olvidaría. ¡Son tantos!
55
Padre Avestruz
¡Claro!
La Madre Gallina ya no baila ni canta. El Padre
Avestruz se va. La Madre Gallina se queda.
Madre Gallina
¡Aguafiestas!
Entra Mara sin patines ni mochila. La Madre Gallina
la mira alarmada.
Mara
¡Un huevo! (Se abalanza hacia él.)
La Madre Gallina intenta impedir que lo coja, pero no
lo consigue.
Mara
¡Qué bonito!
La Madre Gallina da vueltas alrededor de Mara,
nerviosa.
Mara
(Girando el huevo para mirarlo bien por todas partes, ante el
pánico de la Madre Gallina.) Es la cosa más rara que he visto
nunca, a lo mejor porque nunca he visto un ornitorrinco, y un
ornitorrinco, con ese nombre, ya es muy raro. (Mira a la Madre
56
Gallina, que no para de dar vueltas y de protestar en voz baja.)
¿Qué te pasa?, ¿es tuyo? Tranquila, no le voy a hacer nada. (La
Madre Gallina se pone más nerviosa.) ¿No te fías de mí? (La
Madre Gallina se pone histérica. Mara sonríe, con maldad.)
Aunque, bien pensado, me encantan los huevos fritos...
La Madre Gallina cacarea como una loca.
Mara
Y los huevos cocidos... y la tortilla...
La Madre Gallina sale, entra de nuevo acompañada por
el Padre Avestruz. El Padre Avestruz avanza hacia Mara.
Intimidada, Mara deja con cuidado el huevo en el suelo y
retrocede.
Mara
(Retrocediendo mientras el Padre Avestruz avanza hacia ella.)
Estaba bromeando, señor avestruz, de verdad. No me gustan
mucho los huevos, prefiero los espaguetis, o la pizza, o el pollo...
La Madre Gallina, acunando el huevo, cacarea de nue-
vo. El Padre Avestruz acerca su largo cuello hasta que su
cabeza queda pegada a la de Mara.
Mara
¡No! ¡El pollo no! ¡Qué tontería! Es que estoy un poco nerviosa.
No se preocupen, a partir de ahora soy vegetariana.
57
Mara sale corriendo. Vuelve a entrar.
Mara
¿El huevo no es un vegetal, verdad? Como no tiene ojos, ni pa-
tas, ni boca, ni pico...
La Madre Gallina avanza con furia. El Padre Avestruz
la retiene.
Mara
Ya me parecía.
Mara sale. La Madre Gallina le hace arrumacos al
huevo.
Padre Avestruz
Tardará en volver.
Madre Gallina
Por mí como si no vuelve.
Padre Avestruz
Siempre viene a visitarnos.
Madre Gallina
Porque quiere robarme los huevos.
Padre Avestruz
Porque tiene curiosidad. Hoy nos ha llamado misterios.
58
Madre Gallina
Ya se le pasará.
Padre Avestruz
Si fuese a África, sabría lo que es el misterio.
Madre Gallina
¿Por qué? ¿Has estado allí?
Padre Avestruz
No, yo ya nací aquí, en la granja, pero escuché los cuentos de
mis padres.
Madre Gallina
A mí no me hace falta ir a África. Para mí, tú eres un misterio.
Eres como una gallina a la que han estirado con fuerza desde
las patas y desde la cabeza. Con tanta fuerza, que te arranca-
ron la cresta.
Padre Avestruz
Me gusta ser misterioso.
Madre Gallina
Yo prefiero ser gallina.
Padre Avestruz
¿Vendrá mañana?
59
Madre Gallina
Alguien cuidará de ella, supongo que no podrá venir todos los
días.
Padre Avestruz
¡Lástima!
La Madre Gallina le canta una nana al huevo. El Padre
Avestruz mira a lo lejos, como soñando. Él también canta,
una canción que parece venir de África.
61
La Madre entra, sale, va y viene farfullando, como hablan-
do consigo misma. Mara escribe. En la pantalla del fondo
se puede ver lo que escribe Mara, aunque ella lo repita en
voz alta.
Mara
¿Cómo nacería la primera canción? ¿Dónde? ¿Quién la can-
taría? ¿Habría huevos entonces? ¿Y gallinas? ¿Y avestruces?
¿Por qué mi madre no está cantando? ¿Se enfadaría conmigo?
Son muchos, demasiados misterios. Me voy a dormir. (Grita.)
¡Me voy a dormir!
Entra de nuevo la Madre.
Madre
¿Tan pronto? Todavía no me has contado qué tal tu día.
ESCENA 10MADRE, MARA
62
Mara
Bien.
Madre
No me has preguntado qué tal mi día.
Mara
¿Qué tal tu día?
Madre
Bien.
Un silencio incómodo. Mara se levanta.
Mara
¡Que descanses!
Madre
¡Espera! (Mara se sienta.) ¿No te ha pasado nada?
Mara
No.
Madre
Siempre pasa algo.
Mara
¿Qué te ha pasado a ti?
63
Madre
Pues... Muchas cosas... en el trabajo... y me crucé con... y en el
bus... resulta que... me han contado... y después... ¡vaya, no me
acuerdo!
La Madre se entristece por no saber qué decir.
Madre
Buenas noches.
Mara se levanta, pero vuelve a sentarse.
Mara
Estuve descubriendo misterios.
La Madre se anima.
Madre
Eso es muy emocionante.
Mara
Sí. Descubrí que las gallinas nos tienen miedo, y que los aves-
truces corren tanto porque no quieren estar prisioneros, y que
los huevos son muy extraños, y que las señoras enfadadas
quieren que las dejemos en paz, y que papá ya no está.
Madre
Pero eso ya lo sabías.
64
Mara
No, no lo sabía. Nunca me había parado a pensar en los hue-
vos, ni en las gallinas, ni en los avestruces, y eso que los veo
todos los días.
Madre
¿Aquí hay avestruces?
Mara
En una granja, cerca de la casa de la señora enfadada.
Madre
Doña Aurora no está siempre enfadada, solo de vez en cuando.
Mara
Siempre que yo la veo está enfadada.
Madre
A lo mejor está preocupada, las gallinas no son un buen negocio.
Mara
Las gallinas no son un negocio, son gallinas.
Madre
Puedes vender los huevos, y eso es un negocio.
Mara
Eso es una crueldad. ¡Pobres gallinas!
65
Madre
Las gallinas ponen muchos huevos, seguro que no los echan
de menos.
Mara
Cada huevo es único, mamá, un huevo nunca es igual a otro
huevo.
La Madre sonríe.
Madre
A tu padre le gustaban mucho los misterios... y los huevos fritos.
Mara
Cada vez está menos tiempo. Ya casi ni me acuerdo de pensar
en él.
Madre
¿No te despertó esta mañana?
Mara
Sí, es que es muy gracioso cuando se levanta de mal humor,
y cuando se desespera porque llegamos tarde a algún sitio, y
cuando se enfada porque le digo que no canta, que grita, como
los gallos.
Madre
A mí lo que más me gustaba era cuando se quedaba dormido
en el sofá con la boca abierta y roncaba como un oso.
66
Mara
O como un tigre, o como un león.
Madre
Y cuando intentaba freír un huevo y se le quemaba.
Mara
Y no podía mojar la yema, porque ya estaba amarilla y no
naranja.
La Madre y Mara se ríen.
Madre
Es hora de irse a dormir. Si ves a tu padre, dale recuerdos de
mi parte.
Mara
¡Hasta mañana!
Mara sale. La Madre se queda sonriendo, como
recordando.
67
Mara está sentada en la cama, con su ‘tablet’. En la pa-
red del fondo, vemos lo que escribe: letras sueltas, signos de
puntuación, nada con sentido. Entra el Padre.
Mara
¿Papá?
Padre
Deja de escribir y duerme.
Mara
Mamá me dio recuerdos para ti.
Padre
Ya lo sé.
ESCENA 11MARA, PADRE
68
Mara
¿Nos oíste?
Padre
Soy un fantasma, Mara, puedo aparecer, desaparecer, volar,
flotar, tener cuerpo, volverme una nube o un soplo de viento.
Mara
Es verdad. A veces me olvido. ¿Cuando yo duermo, desapareces?
Padre
Me gusta entrar en los sueños, para sorprenderte.
Mara
Los fantasmas tenéis mucho poder.
Padre
Cierra los ojos, anda.
Mara
(Con sueño.) Los fantasmas sois el mayor de los misterios.
Padre
Puede ser. Duerme.
Mara
(Despertándose de repente.) ¡No puedo!
69
Padre
¿Por qué?
Mara
Tengo miedo.
Padre
¿De qué?
Mara
De olvidarme.
Padre
¿De qué?
Mara
De ti.
Padre
No te vas a olvidar, ya te dije que me gusta sorprenderte.
Mara
(Con sueño.) ¡Eso! Sorpréndeme, pero sin sustos.
Padre
Sin sustos.
Mara
Y a mamá también.
70
Padre
También.
Mara
Y dile al gallo que no grite mañana, que me deje dormir.
Padre
Se lo diré.
Mara
(Quedándose dormida.) Como grite el gallo... lo agarro y se
lo llevo a la señora enfadada... (Se ríe con los ojos cerrados.)
¡Pobre gallo!
Mara se duerme. El Padre la mira dormir un poco y des-
pués deambula como sin saber qué hacer. Al Padre se le
ocurre una idea. Se ríe en silencio. El Padre se acerca sigilo-
samente a Mara, le susurra al oído.
Padre
¡Quiquiriquí!
Mara se ríe a carcajadas sin abrir los ojos. El Padre
desaparece. La luz se atenúa. En la pared del fondo se lee:
«¡QUIQUIRIQUÍ!»
Fin.
CÓSMICAGabriela Román
PERSONAJES
— Meisa
— Barrientos
— Juan
Los diálogos señalados con un guion los dirán otros actores,
cuantos se crean convenientes, y serán repartidos siguiendo la
lógica de sentido que los puestistas* encuentren.
Nota del editor. Con el fin de facilitar la compresión al lector español, al final de
esta obra se ha incluido un Glosario con algunos de los términos (marcados con un
asterisco) específicos del español de México que en ella aparecen.
77
—Querido mundo del carajo, hoy comienza mi último año en
este infierno.
—Volver a encontrarte con los amigos, la banda.
—Suena el timbre y todos gritan como imbéciles.
—Esto del uniforme es una tontería.
—Corren, se empujan, se besan, se abrazan.
—Como si fuéramos niños.
—Un lugar donde sentir que importas.
—Es el último año, el último año.
—Subo la falda hasta media pierna.
—Me escondo entre los pliegues del suéter.
—Todos te saludan y sabes que eres la ley.
—El último, el último.
—Me encantan mis piernas. Ellos las ven y se enamoran.
—Son como simios, golpeándose a ver quién es más fuerte.
—Que todos me obedezcan, me tengan miedo.
PRIMER DÍA
78
Barrientos
Mierda. Primer día de clases y ya tengo un retardo.
—Aquí tú eres el grande.
—Este año me voy a enamorar.
—Aquí, sí importas.
Meisa
Soy un error. Un accidente. Siempre lo he sido.
79
Barrientos
¡Qué pinches* nervios!
Estoy al frente
Delante de ella
Todos me miran burlones
Ella
Ella sonríe
Sonrisota de oreja a oreja
Esa no es sonrisa
Es una hamaca
Una hamaca de algodón blanco
Colgando en medio de la playa de su cara
¡Déjame acostarme en tu sonrisa!
—Empieza, dice—
Expongo
Pura idiotez
O tal vez no
6:15 AM
80
Todos se callan, escuchan atentos
Ella asiente, sonríe
¡Déjame mecerme en tu sonrisa!
Me aplauden, me ovacionan
—Maestrazo, eres un genio—
—Hazme un hijo—
Ella viene hacia mí
Qué mujer
Nada más sexy que una mujer que sabe de motores
¡Me va a abrazar!
Casi la huelo: una mezcla de jazmín y diesel
Camina y ronronea
Entre gato y motor viejo
Venga a mis brazos, maestra
Un grito
La estúpida de Ana me apunta con el dedo
Dejan de aplaudir
Bajan la mirada
Desaparecen las sonrisas
Las chicas gritan
Caras de asco
Los chicos, carcajadas
Abajo
En la entrepierna
Una carpa.
81
—No es que sea puntual por naturaleza, es por diversión. Me
gusta ser el primero y ver llegar a todos, uno a uno. Incluidos
los maestros. Sus caras de fastidio. O esas caras de pánico
cuando la Hiena empieza a cerrar el portón, viejo como ella.
Cierra despacio. La madera cruje y la Hiena goza con las caras
de los retrasados.
—Las siete en punto.
—De entre las hojas del portón sale una chica.
—Hermosa.
—La veo y se me escapa un gritito.
—Casi la aplasta la Hiena.
—Todos voltean* a verla.
—Unos se ríen de su cara de susto.
—A mí, yo digo que flota.
Juan
Una nebulosa...
BIENVENIDA
82
—¿Ya viste su estúpido corte de pelo?
—Está buena.
—He visto mejores.
Juan
De su vientre deben de nacer estrellas.
—La miran como si...
Meisa
No me reconocen. Yo tampoco me conozco.
—Esos silencios no son buenos. Si lo sabré yo. La gente que
trae el silencio consigo, lleva la muerte pegada en la espalda.
Meisa
Pero si soy yo, Meisa, el error de siempre.
—Pero si es Meisa, la cara de luna.
—Iiiiú, de asco.
—¿Dónde dejaste los cráteres?
—Qué tonto.
—Vuelven al ruido de siempre. Pero el silencio ya se hizo.
—Me encanta tu corte.
—A clases.
Meisa
Gracias.
83
—Seguro no te lo hiciste por aquí, ¿verdad?
—A clases, dije.
85
Juan
Por todas las fuerzas del universo
esa chica es
cósmica.
Meisa
¿Por qué te quitaste el estúpido fleco*?
Ahora estoy perdido.
Tienes el cielo en la cara.
Y no sé si podré con eso.
CÓSMICA
87
Meisa
Quemar la piel
Borrar la que eras
Las espinillas, los cráteres
—Todos somos imperfectos—
Algunas pecas se resisten
—Es cosa de maquillarlas—
Dice mi tía entre tijeretazos y mechones negros
Con su voz puntiaguda
Quiero llorar
¿Ahora, dónde me voy a esconder?
En el espejo me mira una chica
—Guapísima—
No la reconozco
—Lo que le sigue de guapa—
Debe de serlo. Muy guapa,
porque no soy yo.
CUESTIÓN DE LOOK
89
Meisa
Es Meisa.
—Por eso: Melisa.
Meisa
Sin la ele.
—Qué ganas de complicarle la vida a uno.
Meisa
Soy una equivocación.
—Todos ríen.
—¿Qué?
ENCUENTRO
90
Meisa
Fue una equivocación. En el registro no pusieron la ele y...
—Otro día nos cuentas tu interesante historia.
—Yo sí quiero escucharla, profe.
—Uuuuuuu.
—Qué graciosito.
—Se ve tan bien sonrojada.
Meisa
Todos me miran como si pudiera darles respuestas. No, no sé
quién es ésta.
—No sé qué le ven.
—Le queda bien el corte.
—Eso no le quita la cara de luna.
—Se le ven menos.
—Se le ven.
—¡Silencio!
Juan
A veces los errores son mejores que los aciertos.
Meisa
Lo dice el que nunca se equivoca.
Juan
¿Sabes cómo me llamo?
91
Meisa
¿Ese milagro que me hablas, sabelotodo?
Juan
Es la primera vez que te sientas cerca.
. . .
Meisa
¿Por qué lo decías?
Juan
No fue un error, Meisa es nombre de estrella.
Meisa
¿Estrella?
Juan
Una muy hermosa.
Meisa
¿Eso debería de alegrarme?
Juan
Tienes Orión en la frente.
93
Meisa
¿Orión en la frente?
Juan
Los tres reyes magos.
Meisa
Los tres reyes magos. Con ganas de soltarle un puñetazo.
Juan
Espera. Es en serio. Cuando te ríes, en la frente te brillan tres
pecas igualitas a las estrellas de los reyes magos.
Meisa
Semejante idiotez.
ORIÓN
94
Juan
Tienes el cielo en la cara.
Meisa
Qué idiotez. Y me río como imbécil.
Juan
Se inclina cuando ríe. Entre los botones de la blusa se le asoma
un lunarcito. Redondito, perfecto. En el pecho debes de tener
una galaxia.
Meisa
Está mirando mis senos. Ahora sí me lo madreo*.
Juan
Meisa es una de las estrellas de la constelación de Orión. En
realidad son dos estrellas separadas 4.4 segundos de arco. De
los reyes magos, ha de ser Baltasar que se asoma en tu frente.
Así que es un acierto que te llames así: como si te llevaras a ti
misma en la frente, duplicada.
Meisa
¿Cómo puedes decir tantas pendejadas* juntas?
Juan
Leo mucho.
95
Barrientos
Todos están callados
No debe de ser nada bueno
—Tanta azúcar te va a dejar pendejo*—
Grita siempre mi padre
Ahora le creo
Despiértate, Josael
Me observan
Vamos, despierta
—Tanta azúcar te va a dejar pendejo—
Me miran
El asombro en las caras
¡Cierra la boca, güey*, se te va a meter una mosca!
De nuevo,
la maldita de Ana apuntándome con el dedo
Risas
Perros
6:30
96
les grito
y entonces, me descubro
desnudo
caminando entre los salones
la Hiena observando
mirándome el trasero
—Vaya que ha crecido, muchacho—
Quiere tocar
mi cosita
—¿Cuándo vas a encender mi auto?—
Úchale*, perro
Los demás, partiéndose de la risa
Al fondo
Ella
mi ella
no ríe
su boca ya no es hamaca
mira decepcionada
maestra
es el frío
le juro que no lo tengo tan chiquito.
97
Meisa
De golpe, comprender
a tu hermana, mamá, tía, abuela, vecina, amiga...
Las largas horas frente al espejo
pintándose, peinándose
observándose
para ser bellas, hermosas
sexys
deseadas
Ensayando sonrisas, pucheros
falsos enojos.
De golpe, comprender
ahora les gustas
te sonríen
te ceden el lugar, te regalan cosas
se sonrojan por ti
sueñan contigo
DESEADA
98
te respiran mientras caminas por los pasillos
cuando discretamente te pones delante de su ventana
sonríes
y ellos te aspiran
hasta el último gramo de tu olor
Ese olor que les dice que eres joven y hermosa
Quisieran tenerte toda de un suspiro.
De golpe, comprender
una sonrisa, una caricia
pueden lograr cosas.
De golpe, saber
ya no soy un accidente
el error de unos padres jóvenes que querían una vida,
no una hija.
De golpe, saber
la Meisa de antes
esa estrella enana de una galaxia olvidada
hoy es una luna sin cráteres.
99
Juan
Es mi amiga en Facebook.
—Situación sentimental: complicada.
Meisa
Hola, ñoño. Por el Whats.
—Tiene 85 mensajes no leídos.
Juan
Hola, mi estrella favorita. Ay, qué ñoño.
—¿No tienes Twitter? Oso mil.
Meisa
No has visitado mis fotos en Instagram, ¿verdad?
CONECTADOS
100
—Mis primeros 100 likes.
Juan
¿Tú? ¿Fotos?
—Tiene un mensaje privado.
Meisa
Checa* mis vídeos en Vine.
—Ya te lo había dicho por el We. Carita triste.
Juan
Están padrísimos*.
—¡Soy trending topic! A güevo*.
Juan
Estás hermosa. Celestial.
—¿Face? Eso ya es de abuelos.
Meisa
Lo sé, pero solo es por los filtros.
—Ya está en Whisper.
Juan
¿Cuándo te veo?
101
—Si está en Secret, no es tan secret.
Meisa
Búscame en Snap.
—Únete ahora. Abre tu cuenta.
Juan
A ti, a ti. En persona.
Meisa
Me ves todos los días.
Juan
No. Tú y yo. El cine...
Meisa
No me dejan.
Juan
Pido permiso.
Meisa
Ya habrá oportunidad. Espera, ¿sí?
103
Meisa
Con esa cara de bobo dan ganas de golpearlo.
Juan
Es parte de volverse grande*: saber qué decir y qué no decir.
Cuándo decir y cuándo no.
Meisa
Golpearlo una y otra vez.
Juan
Por tu honor e integridad: nunca decirle a nadie que te encan-
ta la astronomía. Que conoces todas las constelaciones, las ga-
laxias, casi cada estrella que hay en el cielo.
Meisa
Inútil, mis intentos de golpes terminan siempre en confesiones.
AY, EL AMOR
104
Juan
Lo sé, la astronomía es cosa de ñoños. A mí me encanta.
Meisa
Decirle lo que nadie más sabe.
Juan
Nunca se lo había dicho a nadie.
Meisa
De niña creía que mis pecas eran caca de mosca.
Juan
¿Qué?
Meisa
Mi mamá me lo dijo. Le pareció divertido decirle a una niña de
tres años que un día la había dejado sola y cuando había regre-
sado un enjambre de moscas se había hecho popó en su cara.
Juan
¿Cómo pudiste creer eso?
Meisa
Intenté de todo para quitármelas: rayarlas con plumón*, bo-
rrarlas con una goma hasta que unos puntitos de sangre co-
menzaron a salir.
105
Juan
Son hermosas.
Meisa
Son caca de mosca.
107
Juan
Si hay algo que me gusta de la escuela, tal vez lo único, es la
noche de estrellas. Lo sé, ñoñísimo, pero tenerla cerca, a oscu-
ras, es la gloria.
—No entiendo a qué clase de adulto idiota se le ocurre juntar
a adolescentes en una azotea a las 3 de la mañana.
—Es una tradición.
—Una idiotez.
—Hoy habrá lluvia de estrellas.
—Lluvia de estrellas. Y a mí qué me importa.
—Tengo sueño.
Meisa
Estamos sentados muy cerca. Puedo oler su respiración. Su co-
razón latiendo fuerte, perdiendo el ritmo. ¿O es el mío?
NOCHE DE ESTRELLAS
108
—Mentira. Hoy no va a haber lluvia de estrellas.
—Claro que habrá.
—Afirma el maestro. Pero no dice la verdad completa, como
todos los adultos.
—En internet dice que solo se podrá ver en Asia.
—¿En serio?
—El lugar ideal es Asia...
—¿No se verá nada?
—Norteamérica tiene un lugar poco privilegiado. Pero habrá
un cielo oscuro. Tal vez...
—¿Tal vez?
—Siempre es lo mismo. Supongo que ser joven es eso: siempre
estar en el lugar y el momento incorrecto.
—Me voy a mi casa.
—Te quedas o te repruebo*.
—No se atrevería.
—Me atrevo y lo haré.
—Odio ser demasiado joven para todo.
—Ahora, sentarse como idiotas viendo el cielo idiota, a ver, si
de casualidad, una idiota estrella, aunque sea un idiota rayito
de luz de alguna estrella idiota que esté pasando por el idiota
cielo asiático, se le ocurre iluminar nuestra idiota noche.
Pausa.
—Ni siquiera está oscuro.
—Somos los hijos de una ciudad que nunca duerme.
—Cállate y observa.
—¿Qué, si no veo nada?
109
—Hay un pantano de smog* sobre nuestras cabezas.
—Una ciudad que ha dejado de mirar el cielo. Llena de luces
que intentan competir con las estrellas.
Juan
Ninguna es tan bella como tú.
Meisa
De nuevo las ganas de golpearlo.
Juan
Yo no necesito estrellas fugaces.
Meisa
Quiero que me beses y tú hablando de estrellas.
Juan
Me mira con sus ojos furiosos.
Meisa
Pienso: se supone que los chicos deben tener la iniciativa, ¿no?
¡Y éste! Qué ganas de golpearlo.
Juan
Vamos, Juan, acerca discretamente la mano. Tocarla con el dedo
meñique. Apenas rozarla. Absorber su calor. Me toma de la
mano. Suda. Tiembla. Gira la cabeza. Pone mi mano en su cara.
Se besan.
111
Meisa
Soy una nebulosa.
Juan
Meto las manos entre sus cabellos.
Son de polvo cósmico.
Meisa
Puedo reflejar la luz de sus dedos.
Se abren camino entre el plisado de la falda.
Juan
Aprieto sus muslos
Quiero condensarla
que quepa en mi bolsillo.
EL BESO
112
Meisa
Quiero preguntarle
¿Qué nebulosa soy?
Juan
No se deja
Es toda hidrógeno.
Meisa
¿Soy una de estrellas jóvenes
masivas y calientes?
Juan
Eres ligera
y me pierdo en la galaxia de su pecho.
Meisa
Espera, que me quemo.
113
Barrientos
6:45
Abren la puerta
Mi mamá
—José de tu madre, ya te hacía en la calle—
No sonó la alarma
Mierda
Veinte retardos en el semestre
Ya valí
Habrá que hacerle otro favor a la Hiena
Revisar el motor de su auto
un Corvette 68
Permiso para encenderlo un minuto
Qué motor
tres helicópteros de guerra rodeándote
Olerlo, sentir que te quema la nariz
Inclinado sobre el motor
6:45
114
detrás la vieja hiena, mirándote el trasero
—Has crecido, has crecido—
A meterle prisa
Hoy hay clase con ella
Ella
Recordar
el maldito suspensorio*
No, me niego, es ridículo
Úsalo, para evitar accidentes
Accidentes
La carpa
Ponerse el estúpido uniforme
Ahora, valor
Atreverse al espejo
Tu ridícula figura granienta*
Barro sobre barro
En la bolsa izquierda de la camisa
tapando el corazón
tu apellido en mayúsculas
Una burla
BARRIENTOS
Josael Barrientos
Josa El Barrientos
Algo ya te sabían desde antes de nacer
6:55
mierda.
115
Juan
Eso de las mariposas es mentira.
Yo siento como un dragón en la panza
Echa fuego
Me deshace por dentro.
Meisa
Besarlo es vibrar
Lo abrazo y todo tiene sentido
Aun mi música rara
La que nadie quiere escuchar conmigo
De grupos que apenas puedo pronunciar el nombre.
Juan
Los días parecen horas.
INTERCAMBIOS
116
Meisa
Las horas parecen minutos.
Juan
Menos cuando no la veo.
Odio los días feriados que nos impiden vernos.
Meisa
Detesto los fines de semana
Me obligan a visitar a la familia
Me aburren, los detesto
Solo saben hablar de buenas calificaciones
—Estás tan cambiada.—
Juan
Quisiera condensarte
Hacerte chiquita
para llevarte en mi bolsillo.
Meisa
¿A todas partes?
Juan
Por siempre. Déjame llevarte siempre conmigo.
Meisa
Le envío mis fotos.
Me apenan
117
Sigo siendo tan, tan yo
pero insiste.
Juan
Quiero llevarte siempre conmigo.
Meisa
Mi vestido favorito
Esa falda cortita.
Creo que es cierto.
Parezco hermosa.
Juan
Con la blusita de tirantes.
Esa que no esconde tu espalda
El universo.
Meisa
Todas lo hacen, dicen.
Juan
Vamos, no escondas nada.
Meisa
No, eso no. Me da pena.
Juan
¿No me quieres?
118
Meisa
Te adoro.
Juan
Dice
Pero no me deja contarle a nadie de lo nuestro.
Meisa
Mis papás me matan.
Juan
O te avergüenzo.
Meisa
No me dejarían verte nunca.
Juan
Te avergüenza mi ñoñez, mis gustos estúpidos.
Meisa
Te quiero.
Juan
Entonces, déjame llevarte completa, condensada en mi bolsillo.
119
—Yo lo he hecho.
—Son pruebas de amor.
Meisa
Dicen.
—Todas las de la prepa* lo hacen.
—Cosa de grandes.
Meisa
Dicen. Me da pena.
—Ese es el chiste.
—A menos que te sientas fea.
Meisa
Sí. No. Soy hermosa.
TODOS LO HACEN
120
—Si no lo haces, ellos dudan.
Meisa
Pero lo quiero.
—Entonces, hazlo.
—Es cosa de volverse grande.
Meisa
Dicen. Son amigas y lo saben todo.
—Entonces, hazlo.
Meisa
Para: él
Adjuntar fotos
Asunto: Yo
Letras mayúsculas. Carita feliz.
Enviar.
121
Juan
Nadie lo cree
Un tipo sin chiste
—Un ñoño—
No puede con una chica como ella.
—Pruebas.
Juan
¿Qué más pruebas que ella quedándose sin aliento cuando la
beso?
—Pruebas.
Juan
Tal vez
Revelar un secreto
HASTA NO VER NO CREER
122
Decirles de tus pecas
Contarles lo de tus padres
¿Cómo es que no me creen si conozco todos tus secretos?
—Pruebas.
Juan
Tengo fotos.
—Pruebas.
Juan
La de la faldita.
—Más pruebas.
Juan
El escote.
—Más, más, pruebas.
Juan
Tú
Completita en tu desnudez
Para: ellos
Adjuntar fotos
Asunto: Ella
Enviar.
123
Barrientos
Ventajas de vivir cerca de la escuela:
puedes llegar en cinco minutos
o lo que viene siendo
en chinga*.
Desventajas:
confiarte y llegar todos los días
invariablemente
cinco minutos tarde.
Dejo la mochila preparada
junto a la puerta
Me conozco muy bien
Dejar el cuarto
tomar la mochila
y salir volando
Adoro el Corvette
pero detesto las miradas de la Hiena
6:55
124
vieja pasa arrugada
acosadora, chantajista
Se aprovecha de mi impuntualidad y belleza.
Bajar las escaleras
Cuatro escalones a la vez
Seis pisos
Correr antes de que llegue el de la basura
y obstruya el paso con su grandilocuencia
Cruzar el puente
y listo
6:57
Mierda, mierda.
125
Meisa
Así debe de ser el espacio
Silencio total
Hubo una fiesta
No me invitaron
Nadie me habla
Solo miran
En silencio
En el patio
En los pasillos, salones, por todos lados
Se ríen
Tal vez los cráteres estén de vuelta
¿volvieron a aparecer las pecas?
Nada
Sigo siendo el error de siempre
pero se burlan
Así debe de ser el espacio
EL SILENCIO QUE PRECEDE A LA TORMENTA
126
Silencio total
Solo un zumbido en los oídos
el zumbido de sus miradas
penetrante
Entra por la oreja y sale por el dedo meñique
Me recorre de principio a fin
de estrella a estrella
Me aturde
Hace que me pierda
Como esas ballenas
varadas en la playa
Así debe de ser el espacio
Silencio total
Tú
¿por qué no contestas?
127
—Puta.
—Ofrecida.
—Zorra.
—Mujerzuela.
—Eso suena a abuelita.
—Facilona.
—Quiero lucirme. Cosas que no hayan dicho los demás.
—Las chicas tenemos más imaginación, creo. Ellos se limitan a:
—Prostituta.
—Buscona.
—Yo sé que tengo más imaginación.
—¿No será que entre nosotras hay más confianza y podemos
decirnos más cosas?
—O sabemos dónde nos duele.
—Yo creo que tenemos más imaginación.
—Compartir. Like.
—Busco en Google otras opciones. Ninguna palabrota. Solo:
EXPLOSIONES
128
las mujeres no deben, no pueden, tienen que...
—Que todo el mundo se entere.
—Busca en el diccionario.
—Que lo sepan todos: los de primero, los de segundo, los de
tercero.
—No sé qué palabra buscar.
—Se las mandas a todos tus contactos.
—Puta: Sustantivo femenino: prostituta.
—Adjuntar. Send.
—Artículo enmendado: puto, ta: adjetivo denigratorio.
—Enviar. Clic. Amo ese sonido. Puro placer. Sentirte / clic /
poderoso / clic.
—Busca sinónimos.
—Le enseñé las fotos a mis papás. Con ellos aprendí casi todas
las palabrotas que sé.
—Es increíble la cantidad de sinónimos que puede tener una
palabrota.
—Ey, Whisper, Meisa es una puta.
—El maestro de español dice que los diccionarios guardan la
memoria de lo que somos.
—Entonces, somos los muchos sinónimos de una palabrota.
—Una que la hace llorar.
—La hace pedir por su mami.
—Mientras la acorralamos en el baño para gritarle los
sinónimos.
—Pegarle las fotos de...
—Puta.
—... en la espalda.
—Se las quita, las hace bolita y las tira a la basura.
129
—Qué tonta. Están en internet.
—En el baño están gritando. Como los monos aulladores en la
copa de los árboles. Malditos pubertos*.
—Del baño sale la muchacha que lleva el silencio pegado en
la espalda.
—En el patio, se encuentra con sus fotos...
—Desnuda.
—Las que pegamos por todas partes.
—Por primera vez en tres años, los de tercero B nos unimos
para algo.
—Coperacha* para las impresiones de fotos.
—Tamaño póster.
—Hasta le abrimos un canal especial.
—Meisa, la puta de tercero B.
—Meisa, sonríe a la cámara.
—Después, subirlo a YouTube.
131
Meisa
El otro día vi un documental
Te extrañaba
«Los animales más escandalosos»
El más interesante
el camarón pistola
5 cm de largo
pero es toda una arma sónica
decían
con sus pinzas
crea una burbuja que modifica la presión
o algo así
y es capaz de matar
por la violenta onda de choque
a cualquier pez
a dos metros a la redonda
Algo así como
CAMARÓN PISTOLA
132
una explosión
más potente que un disparo
200 decibeles*
Decían que nosotros solo aguantamos 55.
¿Te lo puedes imaginar?
200 decibeles
como darte un disparo en la cabeza.
Yo sí me lo imagino.
Algo así como un zumbido
el de las palabras
Capaz de matar
a cualquier pez
a dos metros a la redonda.
133
Barrientos
El máximo corredor de los 100 metros
Josael Barrientos
Se acerca a la meta
Brincó bardas*
Esquivó charcos
Falta el último obstáculo
El puente de los orcos
Olor de motor ahogado
¡Písale el clutch*!
Detrás la reina de los orcos
mi madre
—Josaíto, tu lonch*—
Una bolsa de papel
escurriendo grasa
entre los dedos gordos de mi madre
Haz que no la oíste
6:58
134
Inútil
Corre más rápido que una leona hambrienta
—Cinco minutos gritándote, Josaíto—
Beso de piquito en la boca
Mamá, ya estoy grande
—Muy grande y olvida el lonch—
se hace tarde
6:58
mierda, mierda
En el puente
la chica de las fotos
tan linda
Ahora
es un trapo exprimido
se agarra de los barandales
como a lo único sólido en su vida
Hablarle
No, demasiado tarde
6:59
triple mierda.
135
Juan
Mi cuarto
el único espacio habitable
con sus propias leyes
casi
al menos sin preguntas
Mamá se cree lo de estar enfermo
Mejor
¿Cómo explicarle la vergüenza,
el miedo
esta región finita de espacio
que es mi centro?
En el ombligo
tengo un agujero negro
Una gravedad que devora todo.
Ni siquiera la luz se le puede escapar.
Quisiera explicar, pedir perdón
DE ENANA BLANCA A AGUJERO NEGRO
136
pero todos dicen: demasiado tarde
Así que
cobardemente
me encierro en mi cuarto
A esperar
esperar el momento
en que mi propia fuerza
quizás
termine por devorarme.
137
Meisa
El destino de una estrella depende de su masa.
Decías
Si su masa es limitada
se consume hasta colapsar
hasta ser una enana blanca
Con el tiempo se enfría
Después,
se apaga.
Aquí, en la orilla
por fin entiendo tus ñoñerías
de estrellas y gravedad.
Aquí,
en el filito del puente
siento la fuerza
el jalón*
el llamado del suelo.
¿QUÉ SUCEDE CUANDO MUERE UNA ESTRELLA?
138
¿Cuánto tiempo crees que pase antes de que,
allá en la Tierra,
se den cuenta de mi muerte?
139
Barrientos
Corro a la solidez del barandal
La bolsa del lonch vuela por los aires
Tomo la mano crispada
Mi brazo alrededor de su cuello
Avienta* el cuerpo hacia atrás, Josael
que no te jale
Sentir tu propio peso
luchando contra el jalón del universo
y vencerlo
Dos cuerpos delgados
diminutos
caen al suelo
de espaldas
sobre el puente de orcos
lejos de ellos y su olor a motor ahogado
No llores, Meisa
7:00
140
todavía alcanzamos a llegar
7:00 am
Mierda.
Oscuro.
141
A güevo. (Coloquial, malsonante.) Expresión que se utiliza para in-
dicar muy elocuentemente una afirmación o algo forzoso. También
da la idea de celebración ante un triunfo o una meta alcanzada.
(Posibles expresiones sinónimas: Por cojones. Por supuesto.)
Aventar. Arrojar violentamente.
Barda. Muro de piedra, adobe o ladrillo, que sirve para separar un
terreno o una construcción de otros y para protegerlo o aislarlo.
Checar. Chequear.
Chinga. (Coloquial, malsonante.) Carga excesiva de trabajo, grave
daño o sufrimiento. (En chinga, sin descanso, sin respiro, sin dar
tregua.)
Clutch. Embrague.
GLOSARIO DE CÓSMICA
142
Coperacha. Colecta.
Decibel. Decibelio.
Fleco. Flequillo del pelo.
Grande. Mayor. (Volverse grande, hacerse mayor.)
Graniento. Que está lleno de granos.
Güey. (Coloquial.) Tío, hombre. En general, manera de llamar la
atención del interlocutor.
Jalar, jalón. Tirar, tirón.
Lonch. Almuerzo, principalmente el que se lleva a la escuela o al
trabajo.
Madrear. Golpear a una persona o una cosa con un objeto contun-
dente dejándola maltrecha.
Padre. (Adjetivo. Coloquial.) Muy bueno, muy divertido, de muy
buena calidad.
Pendejo, pendejada. Tonto, tontería.
Pinche. (Tiene matiz malsonante.) Maldito, jodido.
Plumón. Rotulador.
143
Prepa. Apócope de Preparatoria, conjunto de los estudios poste-
riores a la Secundaria, que capacita a una persona para cursar la
Educación Superior.
Puberto. Adolescente.
Puestista. Director de escena.
Reprobar. Suspender. Poner a un alumno una mala calificación.
Smog. Concentración de humos, polvos, gases y otros residuos
contaminantes que flotan suspendidos en el aire, particularmente
en las grandes ciudades y zonas industriales, que forma una espe-
cie de bruma o nube.
Suspensorio. Vendaje para sujetar el escroto.
Úchale. ¡Largo!, ¡fuera!
Voltear. Girar la cabeza o el cuerpo hacia atrás.
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