2
He creado Emocioteca, para llegar a ti. Quiero que descubras la
manera de sentirte a gusto en tu piel y dejes de pensar que tienes
problemas de autoestima.
“Estás en el sitio perfecto para enfocar tu vida con las ganas que te gustaría y
hacerte responsable de tu bienestar”
Si quieres desvelar el secreto de la
auténtica autoestima, sigue leyendo…
¿Qué tal?
Me llamo Mercedes Cobo.
Psicóloga de vocación.
colegiada M-23793
3
LO QUE TENGO PARA TI…
1. ¿AUTOESTIMA? 4
2. UN SISTEMA MUY PERVERSO 6
3. ¡DOMESTÍCAME POR FAVOR! 8
4. LA CULTURA DEL MIEDO 13
5. TU INSTINTO NO TE ENGAÑA 16
6. ACEPTACIÓN, EL CAMINO HACIA TU LIBERTAD 20
7. UNA PEQUEÑA PROPUESTA 23
8. POR QUÉ PUEDO AYUDARTE 25
4
1. ¿AUTOESTIMA?
“Estimar” significa sentir afecto o aprecio hacia alguien, así que…
Tu autoestima es la percepción que
tienes de ti mismo.
Ni más ni menos. Es algo que sólo depende de tu actitud.
5
Puedes verte como si hubieras cubierto tu cabeza con una caja de
cartón que tuviera tan sólo dos pequeños agujeros por dónde mirar
al mundo y mirarte, o puedes verte con la cabeza sin cubrir, al aire
libre, pudiendo girarla para todos lados. Tú decides.
Si reduces tu campo de visión, sólo verás lo que tienes delante, pero
serás incapaz de ver más allá. Te quedarás con la valoración de los
demás, su criterio será tu guía y te servirá para que te hagas una idea
de ti, de lo que eres y de lo que vales.
Y los demás te medirán por su propio rasero. Desde su propia caja de
cartón. Te limitarán tanto como se limitan a sí mismos. Y sumarás su
ceguera a la tuya.
Pero para verte bien y gustarte no tienes que cambiar nada, ni
conseguir nada, sólo tienes que mirarte sin limitaciones, con más
amor y menos miedo.
En las siguientes páginas te cuento de dónde viene la idea que
tenemos todos de nuestra autoestima, y te dejo una mirada nueva,
que ojalá te sirva de punto de partida para ir por la vida, como si
fueras un super héroe, con la seguridad en ti que necesitas.
Y si quieres que te eche una mano, ya sabes cómo encontrarme.
6
2. UN SISTEMA MUY PERVERSO
Nos educan y nos enseñan a ser buenos.
Y ser buenos está muy bien. El problema es que nos enseñan a ser
buenos y nos recompensan por ello.
Nacemos amando porque nacemos
sin juzgar y sin juzgarnos.
Es fácil, el sistema de recompensa está demostrado que es la mejor
manera de “educar” a una mascota.
• Si haces lo que yo quiero te premio, y si no… ¡te castigo!.
• Y además, te repito que te he castigado porque no te has
portado bien.
A partir de aquí serás bueno, aunque no será un valor que hayas
aprendido. Serás bueno para recibir tu recompensa, como si fueras
un animalillo que no puede comprender nada más y necesita este
sistema de premio / castigo.
Así es como, si naciste amándote y amando, pronto aprendes otra
cosa:
Amar sólo se ama a cambio de
que el otro se porte bien y
te corresponda.
• Aprendes que el amor no se da gratis.
7
• Aprendes que el amor se retira por el simple hecho de que el
otro no se comporta de acuerdo a tu criterio.
¿Te suena este sistema de intercambio?
• Si lloras demasiado te quito mi afecto.
• Si te portas mal, en vez de explicarte por qué deberías portarte
bien, te regaño y me enfado, que es otra forma de retirarte el
amor que te tengo.
A este sistema se le llama domesticación, no educación. Crecemos
más domesticados que educados. Y por supuesto luego nosotros
hacemos lo mismo. Repetimos el patrón.
Usamos el amor, el cariño y el afecto
como moneda de cambio.
8
3. ¡DOMESTÍCAME POR FAVOR!
¿Has leído “El Principito”?
Seguro que sí. Pero quizás no recuerdes un relato que a mí me resulta
maravilloso de esta pequeña gran joya.
Me refiero al diálogo que sucede cuando el Principito, en su periplo,
encuentra al zorro.
Primero léelo y disfrútalo, y luego hablamos.
Lo que sucede cuando el principito y el zorro se conocen…
9
Todo empieza porque el Principito le pide al zorro que juegue con él
porque está triste, y el zorro le responde que no puede porque no
está domesticado.
La historia continúa con el Principito insistiendo en su pregunta:
- ¿Qué significa domesticar?
Hasta que el zorro le responde:
- Significa “crear lazos”.
- Ahora no te necesito y tú no me necesitas.
- No soy para ti más que un zorro semejante a mil zorros.
- Pero si me domesticas tendremos necesidad el uno del otro.
- Serás para mi único en el mundo, seré para ti único en el
mundo.
- Hay una flor … creo que me ha domesticado, reflexiona el
Principito.
- Me aburro un poco, pero si me domesticas mi vida se llenará
de sol.
- Los campos de trigo no me recuerdan nada, pero tú tienes
cabellos de color oro. Si me domesticas será maravilloso, el trigo
dorado será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el
trigo…
- ¡Por favor domestícame! Suplica el zorro al Principito.
- Me gustaría, pero no tengo mucho tiempo. Tengo que
encontrar amigos y conocer muchas cosas, responde.
- Sólo se conocen las cosas que se domestican. Si quieres amigos
¡domestícame!.
El Principito accede y entonces pregunta al zorro:
- ¿Qué hay que hacer?
- Hay que ser paciente. Te sentarás al principio un poco lejos de
mí, así, en la hierba.
10
- Te miraré de reojo y no dirás nada. La palabra es fuente de
malentendidos. Pero cada día, podrás sentarte un poco más
cerca.
Y el zorro continúa dando consejos al Principito. Le recomienda que
venga siempre a la misma hora.
- Si vienes por ejemplo a las cuatro de la tarde, comenzaré a ser
feliz desde las tres. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto;
¡descubriré el precio de la felicidad!. Pero si vienes a cualquier
hora, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón (la espera
como estrategia para enganchar). Los ritos son necesarios.
Así es cómo el Principito domesticó al zorro, y cuando se acercó la
hora de la partida, el zorro dijo:
- Voy a llorar.
- Tuya es la culpa, quisiste que te domesticara…
- Si.
- ¡Pero vas a llorar!
- Si
- Entonces, no ganas nada.
- Gano, por el color del trigo.
- Y cuando el principito volvió para decirle adiós, el zorro le
regaló un secreto:
- No se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los
ojos.
11
¿Qué te parece?
Ya te lo dije… ¡una maravilla de la literatura!!!
Pero reflexionemos…
Lo que tan cándidamente explica el zorro al Principito es la manera
en la que dos personas construyen entre sí un vínculo de
DEPENDENCIA EMOCIONAL.
Cada uno pone su propia felicidad en manos del otro. Lo que me
rodea no tiene significado para mí, si no me recuerda a ti. Mi vida se
llenará de sol si tú estás en ella, y si no, me parecerá poca cosa y no
me merecerá la pena.
• Domesticados desde pequeños delegamos nuestro bienestar
en la aprobación de los demás. Y lo que es peor aún… ¡a esto
le llamamos amar!.
• Si tengo quien me quiera y me cuide me sentiré importante, y si
no, me sentiré una persona desgraciada.
• Te amo, y a cambio tú me amas. Este es el acuerdo que
buscamos como locos para garantizarnos que contamos con
alguien a quien importarle.
La domesticación y la dependencia
son el polo opuesto
a la educación y el amor.
Nos domestican en lugar de educarnos.
12
Se garantizan que cumplamos las normas sociales, pero no nos
enseñan a ser personas autónomas y libres.
Con criterio y sin necesidad de agradar a los demás. Esta forma de
educar suena demasiado revolucionaria porque así se antoja más
difícil la obediencia.
Pero cuanto más te necesito para
ser feliz y sentirme completo, menos
me quiero yo y menos me importo.
13
4. LA CULTURA DEL MIEDO
Cuenta muy bien Miguel Ruiz en la “Maestría del amor” que la mente
humana padece una enfermedad que se llama MIEDO y nuestro
cuerpo emocional está lleno de heridas.
Vivimos con el miedo continuo
a ser heridos.
Cuando un ser humano nace, su cuerpo emocional y su mente están
completamente sanos.
Hacia el tercer o cuarto año de edad empiezan a aparecer las
primeras heridas en el cuerpo emocional.
Si observas a los niños, verás que siempre están jugando y riendo. Su
imaginación es muy poderosa y tienen ganas de explorar. Cuando
algo va mal, reaccionan y se defienden, pero después sencillamente
se olvidan y vuelven a centrase en el presente, jugando, explorando
y divirtiéndose. Viven el momento. No se avergüenzan del pasado y
no se preocupan por el futuro. Expresan lo que sienten y no tienen
miedo a amar.
Así como se comportan los niños
es el estado natural de la
mente humana.
Lo que ha sucedido es que de pequeños aprendemos de los adultos
que ya tienen esa enfermedad mental tan contagiosa.
14
Nuestra mente se llena de información. Los seres humanos
terminamos domesticados, igual que hacemos con los animales, a
base de premios y castigos.
Al principio tenemos miedo de que nos castiguen, y más tarde
tenemos miedo de no recibir la recompensa, de no ser lo bastante
buenos para papá, mamá y todo el mundo.
Así nace nuestra necesidad de
ser aceptados.
Luego viene el miedo a ser rechazados, cuando no nos dan la
recompensa. El miedo a no ser lo bastante buenos es lo que nos hace
intentar cambiar y crear una imagen.
Esta imagen la intentamos proyectar según lo que quieren que
seamos. Fingimos que somos lo que no somos y practicamos sin parar
hasta convertirnos en maestros de ser lo que no somos.
Pronto olvidamos quienes somos y empezamos a vivir nuestras
imágenes, todas las que hemos ido construyendo, una para casa,
otra para el colegio, etc…
15
Y luego el mundo nos devuelve a nuestro lugar y nos lleva a descubrir
nuestras imágenes. Notamos la discrepancia que hay entre la
imagen exterior y lo que somos, y también entre la imagen que
tenemos de nosotros y nosotros mismos, pero no somos conscientes
de ello, hasta que reventamos por dentro.
Entonces comienzan a aparecer los síntomas: ansiedad, impotencia,
rabia, depresión, falta de ganas de vivir... Nos asustamos, pero
también ellos son una oportunidad maravillosa para comenzar a
relacionarnos mejor con nuestros egos y salir de nuestras corazas.
No desaproveches la valiosa
información que existe en todo lo
que te incomoda y te irrita.
16
5. TU INSTINTO NO TE ENGAÑA
De pequeños, antes de hacer diferencia entre nosotros y los otros, no
tenemos problemas de autoestima. Ni siquiera pensamos si nos
valoramos o no, sencillamente no sometemos a juicio nuestra
persona.
Instintivamente todos nos
autoestimamos.
Cuando construimos nuestra identidad y empezamos a compararnos
con los demás, es cuando nos viene la duda: “valgo o no valgo”.
17
Los primeros que nos comparan suelen ser nuestros padres con
nuestros hermanos, por ejemplo. Y sobre todo en el cole es donde las
comparaciones están a la orden del día.
Los docentes, seguramente lo hacen con la mejor de sus intenciones,
para que nos esforcemos y para conseguir lo que llaman una
“competencia sana”, pero en realidad lo que se logra con este
sistema de comparaciones no es más que una inmensa necesidad
de dar la talla, y ser como los demás, o incluso mejores.
En lugar de fomentar la sensibilidad necesaria en nosotros para
construir una personalidad basada en principios y valores, lo que
realmente aprendemos desde la más tierna infancia, es a construir
una IMAGEN de nosotros mismos que guste lo más posible a todos,
incluidos a nosotros mismos. Acuérdate de la cultura del miedo.
Y cuanto más gustamos, mejor nos
sentimos y más nos contamos
que valemos.
Enseguida aprendemos a complacer y pronto dejamos de distinguir
entre “lo que somos” y “lo que quisiéramos ser”, lo que gustamos y lo
que esperan los demás de nosotros.
Olvidamos fácilmente esa pequeña sensación de bienestar con
nosotros mismos que sentimos algunas veces sin ningún motivo, sin
haber hecho nada especial, sin haber logrado ningún éxito y sin que
nadie nos diga lo buenos, lo listos o lo guapos que somos.
Ese bienestar sin más, porque sí, parece una simpleza en las personas
adultas.
18
Te dirán que eres un iluso si te sientes
bien contigo mismo sin tener
ningún motivo.
Pues, aunque te parezca mentira, este sentirte bien y satisfecho sin
causa aparente, es el mejor síntoma de que tu autoestima está en su
sitio.
No se trata de conformarse con ser como eres, aunque no te gustes
un pimiento, ni se trata de que todo te de igual,
Se trata de que no exista distancia
entre lo que ya eres y lo que te
cuentas que deberías ser.
Esta “cero distancia” es la mejor medida para saber si te aceptas y
te vale contigo tal cual, aunque haya infinidad de cosas que no te
gusten en ti: en tu cuerpo, en tu personalidad, en tus logros, en lo que
haces todos los días…
En cambio, a mayor distancia entre “lo que eres” y “lo que te gustaría
ser”, mayor insatisfacción y mayor frustración.
19
Observa y dime:
• ¿Te comparas?... pues deja de compararte.
• ¿Envidias “lo que otros son o tienen”?... pues busca cómo
conseguir tú lo mismo o lo que a ti realmente te llena.
• ¿Te avergüenzas de “lo que no has hecho” o de “lo que
eres”?... pues deja de disimular, y de ocultarte. Mira a ver cómo
mejorar si realmente lo deseas partiendo de donde estás ahora.
• ¿Intentas mejorar y no consigues cambiar algo en ti?... pues
date cuenta que en realidad no hay nada que cambiar,
porque si lo que no te gusta no tuviera que ver con tu
naturaleza, ya lo habrías cambiado. Quizás te falte
compromiso contigo, o quizás hayas decidido
inconscientemente continuar donde estás, aunque grites que
no es así.
Reconocer tus motivos para no
cambiar será precisamente el
primer paso inteligente
emocionalmente para iniciar tu
proceso de cambio.
20
6. ACEPTACIÓN, EL CAMINO HACIA
TU LIBERTAD
Poco a poco puedes ir destruyendo todas esas caretas que has
construido para gustar a los demás y ser querido.
Ahora que ya sabes por qué abandonaste tu instinto natural de
quererte, te toca desmontar las múltiples historias que te estás
contando en tu vida y elegir “el camino del amor” hacia ti y tu
autonomía.
“Auto-aceptarse” quiere decir
sentirse bien con uno mismo.
Sin necesidad de haber hecho nada que merezca reconocimiento,
y sin haber alcanzado grandes logros, ni haber complacido a los
demás.
“Aceptarnos” significa “querernos” y “respetarnos” por el simple
hecho de ser quienes somos, con nuestras luces y sombras, aunque
ello no encaje con la idea o imagen que tenemos de nosotros mismos
y que pretendemos dar.
Mientras luchemos por mejorar nuestra autoestima seremos esclavos
del reconocimiento propio y ajeno y -si nos aceptamos- nos
liberaremos de esta carga, nos sentiremos confiados y seguros de ser
lo que somos.
Mantener tu autoestima te hará estar siempre peleando. En cambio
“aceptarte” te dará paz y sosiego porque supone la comprensión
fundamental de lo que pasa dentro de ti.
21
Insisto…
“Aceptarte” significa
quererte a ti mismo, y
respetarte por el simple
hecho de ser quien eres, y
como eres.
“Mejorar tu autoestima” se
refiere a querer cambiarte
para acercarte más a la
idea que tienes de ti y que
pretendes dar al mundo.
Tú decides, ¿Qué prefieres?
Yo en particular apuesto por valorarme y procuro no invertir mucho
tiempo en mantener una imagen de mí.
Y a menudo siento que valgo…
• No por conseguir lo que busco, sino por intentarlo.
22
• Porque hago lo que quiero, aunque tenga miedo.
• Porque no dejo de ser yo cuando me rechazan.
• Porque me sigo queriendo cuando me derrumbo.
Valgo en todas estas situaciones porque me lo permito y me respeto,
por eso valgo.
Siento que valgo por quererme y
aceptarme como soy, cada vez más
consciente y con menos deseos de
ser de otro modo.
23
7. UNA PEQUEÑA PROPUESTA
Solemos ser nuestros peores enemigos, porque nadie nos juzga más
de lo que nosotros mismos lo hacemos.
Ahora mismo si quieres puedes
detenerte y descubrir qué te
cuentas de ti.
1. Te sugiero recurrir a una música agradable que te haga sentir
acompañado. Cierra los ojos y date cuenta de tu respiración, de
modo que ella sea a donde puedas volver cuando te distraigas.
Y ahora con esta pregunta en mente:
24
2. ¿Qué me cuento yo de mí cuando…?
Reflexiona sobre estas situaciones:
• Algo me sale mal o me equivoco.
• Cuando siento que no soy capaz de cualquier cosa.
• Cuando creo que estoy haciendo el ridículo.
• Cómo reacciono cuando digo algo a otra persona que no le
gusta y se enfada conmigo. Cómo me veo.
• En qué situación concreta siempre siento que valgo menos.
• Ante qué persona dudo de mi opinión.
3. Quédate con lo que más te resuene, y trabaja con ella
haciéndote la pregunta del punto 2. Mantente con los ojos
cerrados, y observa los mensajes que te lanzas sin darte cuenta.
• ¿Son juicios?, ¿son críticas?, ¿cómo te hacen sentir?
4. Observa cómo tu malestar y tu sensación de no ser suficiente con
tu forma de ser, o con lo que tienes ahora mismo en tu vida,
guarda relación con lo que te cuentas.
5. Repite el ejercicio, pero esta vez intenta ver cómo te sientes siendo
más amable contigo. Responde:
• ¿Qué otra cosa podrías contarte para sentirte a gusto contigo?
6. Practicando puedes convertir esta propuesta en un hábito.
Este es el camino más sabio para
cuidarte y comenzar a valorarte.
25
8. POR QUÉ PUEDO AYUDARTE
Ya lo has visto, crecemos en el “camino del miedo”, y terminamos
creyendo que necesitamos mejorar nuestra autoestima. Ahora ya
sabes de qué va la auténtica autoestima, y por eso espero que lo
que te he contado te ayude a quererte de verdad.
Construye unas
expectativas más
realistas acerca de
tu vida.
Valora que lo que ya
tienes y eres.
Abandona la idea
de ser mejor para
sentirte satisfecho
contigo.
Si quieres que te ayude a sentirte a gusto contigo mismo/a y resolver
tu manera de verte y valorarte, no tienes más que ponerte en
contacto conmigo. ¡Hablamos cuando quieras!.
Cuentas con media hora telefónica gratuita sin ningún compromiso
para consultarme tu caso.
SÍ, QUIERO QUE HABLEMOS
Top Related