1
PRÓLOGO
Actualmente, la reformulación del Plan de estudios en Formación Docente
contempla, tanto en el área Lengua como en las demás, la creación de espacios
académicos. En ellos se reflexiona, investiga y produce en torno a diversos
aspectos. La secuencialidad y profundidad de los contenidos a tratar en los
cursos, la pertinencia de las propuestas metodológicas, la adecuación de la
currícula en acuerdo a las demandas del alumnado, entre otros, son algunos de
tópicos considerados.
En esta oportunidad el Departamento de Lengua y Literatura dirige la
mirada a determinadas dificultades que emergen como resultado de diagnósticos,
tanto del análisis de prácticas docentes como de los efectos de la enseñanza de
los conceptos básicos de Lengua, dentro del mismo Instituto.
El propósito inicial es concensuar, dentro del área de lengua, aspectos
terminológicos. Por esta razón se elabora este Glosario que pretende aportar
información, así como generar espacios para la discusión académica, acerca de
expresiones específicas del ámbito de la lengua que deben replantearse para
evitar imprecisiones.
Este trabajo, producto del análisis de situaciones concretas ya
mencionadas, pretende ser un aporte en la formación que están recibiendo los
jóvenes estudiantes, quienes, a muy corto plazo, serán los responsables directos
de desarrollar en los escolares las competencias necesarias para vivir
exitosamente, en una sociedad global cada vez más demandante y competitiva
La formación de docentes innovadores debe contemplar necesariamente la
reflexión y el análisis del lenguaje, su funcionalidad y valoración dentro del
proceso educativo, objetivo pertinente para todo docente, ya que el lenguaje es el
mediador privilegiado para la comunicación.
Es importante precisar que durante la elaboración de este trabajo se
analizaron, compararon y seleccionaron diversos enfoques teóricos y
metodológicos que permitieron el estudio de las relaciones existentes entre
lenguaje y educación, específicamente en su vinculación con las necesidades de
formación del docente en el área referida.
La funcionalidad lingüística en el proceso educativo admite diferentes
miradas, nos centraremos en dos aspectos, pertinentes tanto por el contexto
específico en el que se da (educación inicial y primaria) como con respecto al
2
proceso de formación docente: el uso y funcionalidad de las lenguas y el rol de la
oralidad y la escritura en la educación
Una vez definidos se tendrá mayor claridad para abordar el objeto de
estudio y embarcase en experiencias de formación innovadoras que atiendan
integralmente la socialización y el aprendizaje en la primera infancia. El propósito
es revisar la pertinencia de las prácticas educativas en el área de lengua,
atendiendo los programas de formación de maestros de primaria en las
instituciones que deberían constituirse en modelos de formación pedagógica en el
país.
Deseamos que estos procesos de autoevaluación e investigación
materializados en este producto, permitan abrir canales de diálogo entre los
diversos actores del sistema educativo y de esta manera iniciar procesos de
retroalimentación mutua, lo que, indudablemente, brindará beneficios
académicos a los futuros educadores y a los niños. Coincidimos en que el
maestro debe tener una fuerte formación en lengua, en virtud del alcance de una
adecuada intervención pedagógica para el desarrollo integral del escolar.
La transformación de los centros que preparan maestros y profesores
contribuye en esta suerte de superación constante, en tanto desde el área de
Lengua se realiza este humilde aporte con la intención de esclarecer elementos
conceptuales y analíticos que permitan comprender y analizar los fenómenos
lingüísticos presentes en el trabajo educativo, y reflexionar sobre nuevas
propuestas de formación docente en contextos diversos.
42
Dentro de este grupo podemos incluir interjecciones tales como ¡Ah!,
aja, ay, bah, caramba, ea, oh, ojalà, ente otros.
Podemos también considerar interjecciones ciertas palabras
utilizadas aisladamente con entonación exclamativa entre las
cuales podemos incluir sustantivos, adjetivos, adverbios, se les
denomina interjecciones impropias. Ejemplo de este tipo particular
son palabras como Hombre “Hombre, no sea usted tan embustero”
otro ejemplo lo puede dar una grupo nominal como “mi madre”: “¡Mi
madre! Qué trompa. De campeonato”
3
ADJETIVO
El sustantivo a veces va acompañado de otra palabra y ambos forman un
grupo unitario, estas palabras que funcionan como adyacentes del sustantivo se
denominan adjetivos. Admiten, al igual que los sustantivos, morfemas de género
y numero en muchos de los casos, en otros, el masculino carece de
características propias y sólo se distingue del femenino porque éste sigue
acompañado por –a: francés – francesa. También se presentan casos donde se
suprime la -o cuando se anteponen al sustantivo: buen día
Se puede realizar también la sustantivación del adjetivo, en tal caso el
mismo va precedido de un artículo: De esos trajes prefiero el negro.
En cuanto a su posición en el grupo nominal, puede anteponerse o
posponerse, de acuerdo a su posición cambia su valor semántico.
El adjetivo antepuesto -considerado también epíteto- revela una intención
explicativa, descriptiva de la realidad sugerida por el sustantivo. Bosque lo llama
adjetivo con valor explicativo: La blanca nieve.
En el caso del adjetivo pospuesto señala una especificación que restringe
la referencia propia del sustantivo: la pared blanca – es la blanca, no otra.
Cuando el adjetivo aparece en esta ubicación Bosque lo llama adjetivo con valor
especificativo.
Alarcos por su parte clasifica a los adjetivos en calificativos y
determinativos, entre estos últimos comprende a los demostrativos, posesivos,
numerales, indefinidos y relativos a los que denomina en su conjunto adjetivos de
segundo tipo.
En cuanto a los demostrativos ellos muestran los objetos señalando su
situación respecto de determinada persona
Pueden ser:
este - esta estos - estas esto
ese - esa esos -esas eso
aquel - aquella aquellos -aquellas aquello
¡
4
Salvo los neutros (esto, eso, aquello) todos los demás pueden funcionar
como adjetivos o sustantivos; se escriben con tilde, si se quiere evitar la
ambigüedad (ésta, éste)
El doble papel del demostrativo, según Alarcos, ha inducido a distinguir
entre adjetivos y pronombres demostrativos. Éstos presentan variación de
número.
En cuanto a los posesivos mi, tu, su, mis, tus, sus, cumplen la función
propia de los adjetivos: es un adyacente de un sustantivo.
En otro caso, al ser unidades autónomas, por si solas cumplen la función
de atributo de un núcleo verbal, éstos – a diferencia de los primeros - son tónicos
y dentro del grupo nominal pueden o no ir precedido del articulo: Este libro era
mío – Este era el mío.
Un tercer caso se da en posesivos que son adyacentes antepuestos al
sustantivo (poseen valor identificador) pero también pueden ir pospuestos
presentándose dos posibilidades: No es amigo nuestro (valor clasificador) - No es
el amigo nuestro (valor identificador, con artículo)
Pasando a los relativos que, quien, cuyo, como, donde, cuando, cuanto,
ellos son capaces de trasponer o degradar las oraciones a la función de adyacente
dentro de un grupo nominal unitario.
También dentro de los determinativos encontramos - siempre dentro de
la postura de Alarcos - que los considera como adjetivos a los indefinidos, este
término engloba una serie de palabras con función sustantiva o adjetiva cuyos
rasgos comunes son de índole semántica.
Mientras otras palabras identifican cada situación concreta, los
indefinidos no señalan con precisión las realidades referidas. Se agregan a los
indefinidos los numerales que si bien comportan un contenido más específico
tampoco contribuyen a identificar una realidad concreta: dos niños, pero ¿cuáles?
Ambos adjetivos se incluyen dentro de los cuantificadores. La mayoría de los
indefinidos actúan como los adjetivos es decir como adyacentes de un sustantivo
o atributos de un verbo: Unas ideas claras - Algún leve comentario.
Los ordinales, fraccionarios, multiplicativos son en realidad unidades
derivadas que no efectúan una cuantificación directa, y se comportan como los
adjetivos del primer tipo (calificativos) En tanto los cardinales son adjetivos de
segundo tipo – los cuantificadores para Alarcos - o determinativos que pueden
41
INTERJECCIONES
Llamaremos interjección a una clase de palabras autónomas que a
diferencia de otras (sustantivos adjetivos, verbos y adverbios) no se
insertan funcionalmente dentro de la oración y constituyen por sí solas
enunciados independientes. Es por ello, que según Alarcos hay autores
que consideran que las mismas quedan fuera dela sintaxis.
No realizan, por lo tanto, ninguna función dentro de la oración ni
tampoco sirven de enlace entre sus elementos, por lo que podemos
deducir que su función en netamente pragmática.
Su principal característica, tanto en las interjecciones simples o como
puestas es el contorno de entonación exclamativo, lo cual concuerda con
la intención comunicativa general de aquellos, la expresión de las
actitudes, los sentimientos y las sensaciones del hablante como así la
apelación al oyente.
Alarcos, según la función comunicativa distingue las interjecciones
en tres clases:
Onomatopéyicas: son adaptaciones fonemáticas de ruidos o
acciones, su marginalidad no las excluye del sistema lingüístico. Su
repertorio es abierto aunque las mismas funcionan dentro de la
economía de la lengua
Ejemplo: El lechero llamó Rin...Rin...Rin...
Apelativas: son utilizadas para apelar al interlocutor ya sea
para capturar su atención como para esperar del mismo una
determinada reacción, en este grupo se deben incluir las
interjecciones utilizadas como formas de saludos tales como ¡Hola!
Buenas tardes. Son ejemplo expresiones como ¡Ey!, ea, ¿eh?
Sintomáticas: reflejan el estado de ánimo del hablante sobre lo
que comunica en determinada situación, su significación como se
aplica a diferentes experiencias depende del contexto en el cual se
de determinada situación.
Son recurrentes en textos donde predomina la función expresiva del
lenguaje.
40
En otro orden de temas, es posible clasificar las perífrasis de acuerdo a su
morfología atendiendo a la forma no personal que funciona como verbo auxiliado
Reconocemos entonces:
Perífrasis en infinitivo “ puede venir a casa”
En este tipo de perífrasis los verbos poder y soler constituyen verdaderas
perífrasis en las cuales el infinitivo no es objeto directo del verbo personal
Suelen venir a menudo
Perífrasis en gerundio
Anda diciendo tonterías
Iba acabando la tarea.
Seguimos pensando lo mismo.
Perífrasis en participio
El castillo fue conquistado
5
funcionar como sustantivos. Pueden ir además, precedidos por demostrativos y
posesivos (estos cuatro perros) Admiten también la sustantivación.
En cambio los numerales simples (uno, dos, tres,) son sustantivos y se
construyen con adyacentes igual que los sustantivos colectivos.
Carmen Lepre señala con respecto a esta clasificación realizada por
Alarcos que a los adjetivos calificativos que expresan cualidades o propiedades de
los seres nombrados se los prefiere llamar sólo adjetivos mientras que a adjetivos
los determinativos (entre los que incluye pronombres demostrativos y posesivos,
indefinidos, numerales) se los prefiere llamar únicamente determinativos.
6
ADVERBIO
Es una clase de palabras que se caracteriza porque morfológicamente es
invariable, no admite morfemas flexivos, éste es el rasgo que caracteriza a todos
los adverbios sin excepción alguna y que permite diferenciarlos de otras clases de
palabras; en este aspecto todos los autores manejados presentan plena
coincidencia
Como clase de palabra puede cumplir por sí sola el papel de adyacente
circunstancial del verbo (Alarcos). También dentro de un grupo unitario nominal
puede ser adyacente de un adjetivo o de otro adverbio.
Según Ignacio Bosque una gran parte de los adverbios proceden de otro
tipo de palabras mediante diferentes mecanismos que él enumera:
Adverbios que se han formado por composición a partir
de preposiciones (atrás, abajo, enfrente, adentro)
Eliminando la variación de género y número, mecanismo
que Alarcos ha denominado adverbialización del adjetivo (habla claro,
tira fuerte)
Otro mecanismo resulta de componer una palabra
uniendo al adverbio el sufijo mente, los autores recalcan que se trata
de una composición y no de una derivación pues cada una de las
palabras mantiene su propio acento prosódico. Es muy usado en la
actualidad pues permite convertir en adverbios cualquier adjetivo
calificativo.
Carmen Lepre señala que los adverbios terminados en -mente sólo llevan
tilde en el caso que lo lleve el adjetivo del cual procede (fácilmente).
Bosque señala que existen adverbios cuyo significado permite su
gradación o cuantificación mediante procedimientos sintácticos o morfológicos,
algunos pueden recibir sufijos apreciativos.
Como ejemplo de gradación morfológica se puede realizar a través del
sufijo -ísimo (altísimo) o mediante sufijos apreciativos (cerquita, despacito) En
cuanto a la gradación sintáctica se realiza mediante modificadores adverbiales
(muy cerca, más lejos, bastante abajo)
Sin embargo, hay otra clase de adverbios que por su significado no
admiten estas modificaciones (aquí, hoy, ya, siempre, no)
En cuanto a la función del adverbio puede presentar las siguientes:
39
Esta distinción es reconocida tanto por Alarcos como por Bosque quien
destaca también el significado unitario de la perífrasis verbal; en ella el verbo
auxiliar, como se ha señalado, pierde o ve modificado su significado habitual y
pasa a tener un valor meramente gramatical, esta pérdida de significado permite
distinguir la perífrasis de otras construcciones en lasque el verbo conjugado tiene
valor pleno y la forma no personal funciona como complemento.
Veamos el ejemplo dado por Bosque:
Anda criticando a todos. Perífrasis verbal
Viene pensando en sus problemas. En este caso el verbo auxiliar no modifica
su significación léxica y el verbo no conjugado actúa como un adyacente del
verbo, en este caso adyacente circunstancial.
Bosque enumera algunas características sintácticas para reconocer una
perífrasis verbal:
En un perífrasis el sujeto y los complemento son seleccionados por
el verbo auxiliado y no por el auxiliar
Ejemplo: Esta casa viene amenazando con derrumbarse.
Esta casa amenaza con derrumbarse / Esta casa viene.
Al ser una construcción sintácticamente unitaria no es posible
sustituir la forma no personal por otros elementos equivalente tales
como pronombres átonos o tónicos, oraciones subordinadas con
verbo conjugado entre otros
Ejemplo: Tengo que comprarme un abrigo: no puedo sustituirlo
por la expresión “lo tengo”
Cuando se desea transformar una perífrasis verbal en una oración interrogativa
se necesario mantener la forma de dicha perífrasis
Juan se puso a limpiar la casa
¿Qué se puso a hacer Juan?
38
PERÍFRASIS VERBAL
Es una construcción integrada por dos formas verbales: la primera es una
verbo auxiliar y la segunda es una forma no personal del verbo: entre ambas
puede aparece un nexo tal como de o a así como la conjunción que .
El verbo auxiliar es el portador de los morfemas de persona, número,
tiempo, aspecto y modo, mientras que la forma no personal es la portadora del
significado léxico y es la que impone qué rasgos semánticos han de tener el sujeto
y los componentes. Es entonces que la forma no conjugada es la que tiene el peso
semàntico dentro de la construcción por lo tanto será la que admita los
adyacentes.
La perífrasis verbal presenta una unidad funcional es decir toda la
estructura VERBO AUXILIAR + (NEXO)+ FORMA VERBAL NO PERSONAL
constituye el núcleo de un único sintagma verbal, en cambio no forman una
unidad léxica pues entre sus elementos se pueden intercalar otras palabras como
por ejemplo “se puso entonces a protestar”
Por otra parte Alarcos señala que, existen ,en algunos casos,
combinaciones de una forma verbal y un derivado que no pueden considerarse
como perífrasis pues no actúan como segmentos unitarios nucleares sino como
reunión de núcleo y adyacente. La frontera entre ambos casos se da por
particularidades semánticas: si el verbo auxiliar conserva su habitual referencia
de sentido allí no podemos hablar de perífrasis, sí lo podemos hacer cuando esa
referencia se modifica o se anula.
Por ejemplo en la expresión “Esperamos ganar” la secuencia está
formada por una forma verbal más un adyacente derivado que en este caso
actúa como un adyacente, más precisamente como objeto directo:
Lo esperamos
Esta sustitución resulta imposible de realizar en el caso de una perífrasis
verbal. Este criterio que permite diferenciar lo que es perífrasis verbal de lo que
no lo es no resulta siempre válida pues hay veces que el contexto o la situación
no son favorables y se produce indecisión o ambigüedad
7
Adyacente o complemento circunstancial del verbo dando
información de diferentes aspectos relativos a la acción verbal (Hemos comido
aquí)
Como modificadores de un adjetivo o de otro adverbio, sobre
todo los cuantificadores (bastante alta, demasiado pronto)
Como complementos oraciones, los adverbios pueden modificar
oraciones enteras (comentó que posiblemente vendría mañana) En este caso
el adverbio posiblemente forma parte de la oración subordinada y
complementa a la unidad formada por el sujeto.
Por otra parte y en cuanto a su significado los adverbios sirven para
designar circunstancias relativas a las acciones o estados expresados por el
verbo.
En tal caso podemos ejemplificar:
Tiempo: ayer, hoy, ahora, luego, antes
Lugar: aquí, allí, fuera, lejos, cerca, arriba
Modo: así, bien, mal, lentamente
Cantidad: muy, mucho, poco, menos
Negación: no, tampoco, nunca, nada
Duda: quizá, acaso, posiblemente
Aproximación: casi, apenas, aproximadamente
En algunos casos, los adverbios que expresan tiempo y lugar se presentan
a través de series binarias (antes/después; arriba/abajo; cerca/lejos)
Ignacio Bosque realiza la siguiente clasificación de los adverbios:
De base léxica adjetiva:
Adjetivos inmovilizados
Adjetivos compuestos con -mente
Prepositivos: se forman a partir de una preposición.
Pronominales:
Deícticos o demostrativos (aquí, allí, ahí, allá)
Cuantificadores (muy, mucho, poco, bastante, demasiado, menos, tan,
tanto)
Relativos (donde, cuando, como, cuanto)
Interrogativos – exclamativos (dónde, cuándo, cómo, cuánto)
8
Es de destacar que este autor considera adverbios a los relativos tales
como donde, como, cuando, cuanto, que funcionan además como indicadores de
subordinación pues introducen una oración subordinada.
Por su parte Alarcos estudia la posición del adverbio como adyacente
circunstancial, éstos tienen con el núcleo verbal una relación más laxa que otros
por lo que su eliminación no varía la esencia del enunciado oración (Ayer hizo
buen día - Hizo buen día ayer)
En cambio otros tienen un vínculo más fuerte con el núcleo verbal y
modifican en parte, la referencia de éste a la realidad (Escribió bien la carta - Bien
escribió la carta)
37
Hace calor
Es temprano
No hay nadie
Las oraciones con verbo unipersonal son consideradas por el Esbozo de la
Real Academia como oraciones unimembres.
Alarcos, por su parte, también las considera oraciones pero con verbo
unipersonal.
L.P Piccardo afirma que “Llueve”, “Truena” traducen una percepción
fenomenista, reflejan un hecho puro y simple sin referencia a un objeto sujeto.
En términos semejantes se ha manifestado C. Hernández con respecto a las
oraciones cuyo verbo por si solo significa un fenómeno meteorológico el hablante
centra toda su atención en el proceso, en el fenómeno, en el predicado verbal sin
preocuparse en absoluto del agente que lo provoque.
También son unipersonales para Alarcos :
La unidad àtona se reflexiva junto al verbo impide la presencia de
un sujeto explícito y da lugar a la llamada construcción impersonal:
Se espera al médico.
Se convino que se rezaría y se rezó.
Debemos considerar que no es lo mismo una omisión voluntaria del
sujeto explícito que la imposibilidad gramatical de algunos verbos de
poseer sujeto explícito.
36
ORACIONES IMPERSONALES
Cuando el sujeto no se expresa ni se sobrentiende por el contexto o la
situación de los interlocutores, la oración se llama impersonal
Son ejemplos de oraciones impersonales:
Verbo siempre en 3° persona del plural aunque el que habla sepa
que el sujeto es una sola persona.
“Llaman a la puerta”
“Me han regalado un reloj”
“Dicen que han llegado tropas”
Verbo en voz pasiva
Se calla el agente o productor de la acción cuando es desconocido o no
interesan mencionarlo
La paz fue aceptada.
La paz se aceptó.
Se vende botellas
Es importante señalar que las oraciones impersonales para el Esbozo
de la Real Academia son consideradas bimembres con predicado verbal. Otros
autores, tales como Ignacio Bosque o Alarcos consideran que son oraciones con
omisión voluntaria de sujeto explícito o indeterminación del mismo. Dicha
omisión voluntaria no debe confundirse con la imposibilidad gramatical.
Reservamos la denominación de oración unipersonal para una modalidad
de las impersonales de las cuales se distinguen porque los verbos unipersonales
solo se usan en la 3° persona y en las formas no personales. El Esbozo las
considera oraciones unimembres.
Son ejemplos de oraciones unipersonales:
Verbos que expresan fenómenos meteorológicos:
Nevar, granizar, tronar, relampaguear, alborear, amanecer.
Uso impersonal de los verbos hacer, haber y ser.(quedan
inmovilizados en la 3ª persona del singular)
Hubo fiestas
9
COHERENCIA
Todo texto, para definirse como tal y concebirse como una estructura, debe
poseer tres propiedades que le son inherentes: adecuación (estructura
comunicativa), cohesión (estructura sintáctica) y coherencia (estructura
semántica).
La coherencia es por lo tanto, la propiedad fundamental de todo texto que
permite que pueda ser percibido como una unidad comunicativa y no como una
sucesión de enunciados inconexos. Se da en diferentes niveles del texto.
Debe señalarse que no resulta acertado enseñar, a nivel pedagógico, la
coherencia como un concepto. Su presencia es lo que caracteriza un texto y lo
diferencia de una sucesión de palabras o construcciones. Por lo tanto, debe
aparecer en el aula sólo como un concepto instrumental aplicable a la
comprensión lectora: cuando los alumnos no pueden encontrar la coherencia o
sentido global de un texto es útil que el docente interrogue cuál es el origen de
esa incomprensión.
Es llamada también con otros términos: “tópico del discurso”,
“superestructura temática”, MIG (marco de integración global). Este último lo
adopta Enrique Bernárdez y lo retoma de Ewald Lang, quien en su artículo
“Introducción a la lingüística textual” explica el concepto de MIG:
“Las operaciones realizadas mediante el significado operativo de las
conjunciones son operaciones sobre los significados de los conjuntos, con ayuda
de las cuales se ponen en mutua relación los significados de las oraciones, por
medio de la reflexión, con el resultado de que - a partir del significado de las
mismas - se constituye una unidad distinta a los significados de los conjuntos,
que llama marco de integración global”
Teun Van Dijk en su libro “Estructura y funciones del discurso” distingue
entre coherencia global - que puede entenderse como la posibilidad de caracterizar
a un texto como un todo - y la coherencia lineal, definida ésta en términos de las
relaciones semánticas entre oraciones individuales de la secuencia.
Dentro de la coherencia lineal, este autor distingue dos tipos de semántica:
10
clásica que tiene que ver con lo que se llama significado de
expresiones verbales -llamadas intensiones- o también llamada semántica
intencional, que da cuenta de las relaciones de significados entre oraciones en
secuencias.
referencial no atribuye significado sino verdad a las oraciones de una
lengua. Por otra parte, la coherencia del texto depende también de las relaciones
entre los referentes de las expresiones de las oraciones respectivas.
Por su parte Ignacio Bosque en su libro “Lengua castellana” distingue tres
tipos de coherencia, siguiendo una estructura que va de los macro a lo micro:
global, lineal y local
Coherencia global: ya se ha señalado que una simple sucesión de
enunciados no constituye un texto, el mismo debe poseer un asunto, el lector al
interpretar un texto capta esa unidad de sentido a la que se subordinan los
distintos enunciados que lo integran. La coherencia global puede ser denominada
con otros términos ya mencionados, pero lo más importante es comprender que
cuando se rompe la coherencia global del texto, es decir cuando el conjunto de
los enunciados carece de “tema general” capaz de relacionar sus significados
parciales, el texto deja de ser comprensible, no se produce la comunicación y por
lo tanto el texto se convierte en un “no texto”.
Coherencia estructural o lineal: cuando un texto resulta demasiado
extenso, las secuencias de significado (o ideas) adquieren sentido en relación con
el significado general, sólo así el texto puede conformar una estructura. Dentro
de este tipo de coherencia, debemos considerar la progresión temática y la
selección de ideas.
Coherencia local se da entre los distintos enunciados como también
dentro de cada uno de ellos y de sus constituyentes sintácticos y lingüísticos que
establecen entre sí relaciones de significado.
35
adjetivo se comporta como un circunstancial para el verbo y puede sustituirse
por –así- como un circunstancial de modo”.
Bosque opina que el “complemento predicativo” (como el lo llama) se
comporta con el verbo como cualquier otro adyacente, aportando una
modificación que precisa lo designado por el verbo, pero que a la vez se refiere a
un sintagma nominal, califica al sujeto. “Esta función la cumple comúnmente un
SAdj. Cuyo núcleo concuerda en género y número con el sustantivo al que se
refiere”. Por ejemplo: “La niña contestó muy nerviosa”/ “Las niñas contestaron
muy nerviosas”.
ATRIBUTIVOS DE OBJETO
Según Alarcos estos adyacentes se comportan como atributos, no del
sujeto léxico, sino del objeto directo y varían junto a este en número y género. Poe
ejemplo: “Llevaba manchada la chaqueta”.
Bosque también reconoce esta clase de adyacentes y agrega que no
forman parte del objeto directo y esto se puede comprobar cambiándolos de
lugar, por ejemplo en “Vi a los jugadores cansados”, se puede permutar y decir,
“vi cansados a los jugadores”. Además si el directo se elidiera tendríamos que
sustituir solamente a los jugadores y quedaría: “Los vi cansados” o “los vi así”.
34
enunciado aunque no sean exigidos por el verbo y tampoco dejan en su lugar un
pronombre que los represente.
ATRIBUTO Atributo palabra empleada por Alarcos para designar a aquellos adyacentes
que “llenan”, completan la referencia de los verbos copulativos (ser, estar y
parecer). Esta función puede ser desempeñada tanto por un adjetivo, un
sustantivo u otros. En caso de ser elididos dejan junto al verbo un incremento
pronominal (lo). Su presencia es necesaria para agotar la significación del verbo.
Bosque recuerda que el atributo “n
o complementa al verbo, sino que es una parte del núcleo del predicado
nominal”. Lo explica así porque afirma que si en algún momento faltara, la
oración quedaría “agramatical”, por ejemplo: “Juan es estudiante”. Para que sea
semánticamente aceptable este adyacente es “el que selecciona los rasgos de
significado que ha de tener el sujeto”. Sintácticamente mantiene los rasgos de
otros adyacentes y al ser elidido deja el pronombre átono “lo” en su lugar. Ej.
“Juan es maestro” / “Juan lo es”.
Carmen Lepre utiliza la nominación de “predicación semántica” para esta
clase de adyacentes, refiriéndose de esta forma al segmento del enunciado que
posee información relevante a cargo del verbo, el adjetivo u otros como el
sustantivo, el adverbio, una forma no personal del verbo y también sintagmas
preposicionales.
ADYACENTES ATRIBUTIVOS DE SUJETO
Así los denomina Alarcos, haciendo referencia a aquellos adyacentes
atributivos que aparecen con otros verbos que no son copulativos. Por ejemplo:
“El abogado vivía tranquilo”. Esta es la única diferencia con el atributo porque
después se comporta de igual manera ya que “varía de número y género
concordando con el número del verbo y con el número y género del sujeto
explícito”. Es importante destacar que si se tuviesen que eludir en su lugar
dejaría “una unidad adverbial, típica de las funciones circunstanciales”, (“El
abogado vivía así”).
Carmen Lepre los llama también atributo de sujeto y alara que otros
gramáticos lo denominan atributivos circunstanciales porque “asumen que el
11
COHESIÓN INTERFRÁSTICA
Estrella Montolío en su libro “Conectores de la legua escrita” señala que
en el mundo actual los verbos “conectar” y “conectarse” se han convertido en
verbos fetiches representantes de este nuevo milenio, son sinónimos de
adaptación a la nueva sociedad de la información y la comunicación. Los
conectores del discurso permiten la tan ansiada conexión entre las diferentes
partes de un texto o discurso. Los podemos llamar conectores, expresiones,
secuencias conectivas o marcadores del discurso.
La función que cumplen es señalar de manera explícita con qué sentido van
encadenándose los diferentes fragmentos oracionales; por ello, se los puede
comparar con las señales de tráfico pues permiten lo que podemos llamar
“balizamiento”
En cuanto al significado de los conectores, resulta difícil encontrarlo en un
diccionario porque las unidades conectivas no tienen un significado totalmente
conceptual. Ellos son como una especie de instrucción que se da al lector,
ejemplo “lo que sigue constituye la causa de lo que se dijo antes” Por lo tanto los
conectores instruyen al lector sobre cómo tiene que procesar la información que
se plantea en el texto.
Si bien la cohesión se asocia inmediatamente a la coherencia, como dos
propiedades inherentes a todo texto, a veces el logro de una propiedad no asegura
el logro de otra. Puede ocurrir que los conectores no resultan imprescindibles
para comprender un mensaje. Pensemos en un telegrama que diga:
“Llegaremos tarde. Perdimos ómnibus. Comiencen ustedes. Llevamos la
bebida.”
Puede ocurrir que el uso adecuado de conectores o la insistencia de ellos en
un texto escrito tampoco garanticen la comprensión.
Veamos el ejemplo:
“Su familia es de origen chino, y por tanto, es un torero excelente”
La oración está bien construida, los conectores correctamente utilizados
pero, sin embargo, nuestro conocimiento del mundo, tan importante para
decodificar la coherencia, nos permite reconocer que ser chino no implica ser por
lo tanto un buen torero, es así que la oración está bien cohesionada pero no es
coherente. Sí lo es un ejemplo, donde se utiliza el mismo conector:
12
“Su familia es de la saga gitana de los Montoya, y por tanto, es un cantaor
excelente”.
Esta misma escritora realiza una clasificación de los conectores:
Los que van entre pausas (entiéndase signos de puntuación en la escritura)
los llama parentéticos. Gozan de cierta independencia y de la capacidad de
movilidad dentro de la oración. Ejemplos: sin embargo, por tanto, además, de
todas maneras, en ese caso.
Veamos un ejemplo de uso de un conector parentético:
“Podría pensarse que tomamos una decisión equivocada, sin embargo, no
es así”
¿Dónde podríamos colocar el conector elegido?
“Podría pensarse que tomamos una decisión equivocada, no es, sin
embargo, así”
“Podría pensarse que tomamos una decisión equivocada, no es así, sin
embargo”
Otro grupo de conectores son lo que no van entre pausas. Presentan un
elemento subordinante en su formación (a pesar de que, para que, dado que) una
proposición (a pesar de, en vista de, a fin de, o proposición y conjunción
combinadas). A este grupo Montolío los llama conectores integrados a la oración.
El ejemplo permite ver cómo este tipo de conectores no gozan de movilidad:
“Aunque llueva mañana, saldré a pasear”
Podríamos dar otra definición de cohesión textual como la unión entre las
partes del texto realizada por medio de mecanismos lingüísticos. Es un fenómeno
superficial que se verifica en la superficie lingüística por medio de pronombres,
subordinantes y conectores.
Se podría realizar el siguiente esquema:
Conectores Conjunciones.
Organizadores textuales
Deícticos.
Sinónimos, antónimos, elipsis.
33
Si este complemento es consabido puede conmutarse por un pronombre
átono (me, te, nos, os, le, les); en algunas coincide con el OD, en caso de
confusión con él debe recurrirse a la conmutación por “le” o “les”. Al omitir los
dos a la vez, este último cambia por “se”. Por Ej. : “entregan el libro al niño”. Le
entregan el libro; se lo entregan
ADYACENTES CIRCUNSTANCIALES
Alarcos designa así a los adyacentes que “suelen agregar contenidos
marginales a los evocados por el núcleo verbal y sus objetos”. Estos, si se tienen
que elidir, no dejan un referente pronominal a diferencia de los otros adyacentes
que sí deben ser representados. Carmen Lepre opina que son “marginales o
satelitales porque no surgen en la oración motivados por la exigencias valencias
del verbo”. Pero agrega que “aportan al texto y al enunciado información que se
considera útil para entender las circunstancias, los detalles dentro de los
contenidos que se quieren comunicar”. Alarcos comparte esta postura y afirma
que “en el ejemplo: El tren efectuará su entrada dentro de dos minutos por la vía
segunda. Aquí los adyacentes circunstanciales dentro de dos minutos y por la vía
segunda, aportan detalles precisos de la experiencia comunicada pero no cambia
las relaciones significativas existentes en El tren efectuará su entrada. Bosque
también habla de la marginalidad y agrega que “no vienen exigidos o regidos por
el verbo. Es importante aclarar que son muy variados su función, es decir
heterogéneos tanto desde el punto de vista sintáctico como semántico. Ellos
pueden estar representados por “distintas clases de unidades” y significar
“tiempo, lugar, modo, causa, etc.” Se pueden ubicar en cualquier parte de la
oración, en su mayoría pueden omitirse y la oración a la que pertenece seguirá
teniendo sentido pero hay que tener en cuenta que algunos de ellos sí tienen una
presencia fundamental para el significado de la oración, este autor cita un claro
ejemplo: “En Inglaterra gobiernan los laboristas”.
Se puede concluir diciendo que todos los autores comparten la
marginalidad de estos adyacentes o complementos en acuerdo con las diferentes
postura, pero ninguno afirma que son innecesarios y es más comparten la
opinión de que cuando se omiten restan información importante al significado del
32
Ignacio Bosque también hace referencia a este término pero lo denomina
Complemento de régimen. Afirma que la función que cumple dentro de la oración
es: “precisar la referencia léxica del núcleo verbal” y que “trasmita una
información básica para completar la significación del verbo”. Ejemplos: “Este
libro consta de treinta capítulos”, “Carece de lo necesario”. Aunque hay que
destacar que Bosque explica que hay ejemplos en los que no es necesario como
en: “Estuvieron hablando de ello toda la tarde”, claramente se puede suprimir y
expresar: “Estuvieron hablando toda la tarde”.
Además este autor afirma que la preposición marca su condición de
subordinada al verbo.
Este adyacente o complemento, denominación que variará según el autor
con quien se trabaje, al pronominalizarse debe mantener la preposición, por lo
que solo debe sustituirse por un pronombre tónico.
Ej. : “¿Este libro trata de Geografía? – Sí, trata de eso.
Según esta postura complemento directo y complemento de régimen no
son incompatibles, hay oportunidades en la que el verbo exige ambas presencias.
Ej. : Convirtió el agua en vino.
Alarcos está de acuerdo con esta afirmación pero él le llama a este objeto
preposicional indirecto (o suplemento indirecto) y cita como ejemplo. : “El
delegado dijo pestes del ministro”.
Este autor también reconoce que el objeto preposicional hay casos en que
puede ser sustituido por un adverbio, ej. : “Salid del despacho” (salid de ahí, salid
de él)
OBJETO INDIRECTOBosque también reconoce este adyacente pero lo llama complemento
indirecto (CI) igualmente que la RAE. Ambas posturas coinciden en que este “es el
complemento verbal que designa al ´destinatario`, ´beneficiario` o ´perjudicado` de
la acción o el proceso al que se refiere el verbo. La diferencia entre ellos radica en
que Bosque, igualmente a Alarcos, asegura que el CI es un sintagma
preposicional encabezado por la preposición “a”; mientras que la RAE agrega
además la preposición “para”.
Los dos primeros, a los complementos encabezados por esta preposición,
lo designan como “de régimen”, “preposicional”, y/o “adyacentes circunstanciales”
según el autor y la función que esté cumpliendo en ese momento.
13
Ignacio Bosque en su libro “Lengua castellana” define la cohesión textual
como la red de relaciones entre los distintos elementos y mecanismo formales que
manifiestan lingüísticamente la coherencia global y lineal de las ideas de un
texto.
Clasifica los conectores de la siguiente manera:
Adición: Los más frecuentes: además, también.
Intensificación: es más, más aún, encima.
Culminación: incluso, hasta, ni siquiera, para colmo.
Comparación: igualmente, de igual modo, del mismo modo.
Oposición: El más frecuente es “pero”.
Adversación: sin embargo, no obstante, ahora bien.
Concesividad: con todo, aún así, de todas formas.
Restricción: al menos, en cierta medida, en todo caso, salvo que, excepto.
Exclusión: al contrario, antes bien, muy al contrario.
Causalidad:
Causa: pues, porque, es que.
Consecuencia: por tanto, por consiguiente, entonces, es así.
Condición: en tal caso, en ese caso.
Reformulación:
Explicación: es decir, en otras palabras.
Corrección: mejor dicho, quiero decir, o sea.
Resumen: en resumen, en síntesis, en definitiva.
Ejemplificación: por ejemplo, como, concretamente.
Orden del discurso:
Presentación: para empezar, ante todo, bien, bueno.
Continuación: luego, después, así que.
Transición: en otro orden de cosas, por otra parte.
Digresión: a propósito.
Enumeración: en primer lugar, en segundo lugar, por otro lado.
Cierre: en fin, para finalizar, para acabar.
14
COMPLEMENTOS ORACIONALESAsí los denomina Ignacio Bosque en su última gramática y por medio de
esta expresión hace referencia “a elementos que modifican, matizan y valoran al
núcleo oracional (sujeto+predicado). Son muy variados y se caracterizan por tener
cierta independencia fonética con respecto al núcleo de la oración: en el discurso
oral van separados por pausas y en la escritura suelen aparecer entre comas”.
Esta función la pueden cumplir distintos tipos de elementos: adverbios,
locuciones adverbiales, sintagmas preposicionales, entre otros.
“Las últimas lluvias, afortunadamente, no han causado inundaciones.”
“Estos complementos, independientemente de su forma, aportan a la oración
significados muy diversos”.
Alarcos a esta clase de adyacente los llama “adyacentes o modificadores
oracionales”.
31
VERBO
SUS ADYACENTES
Este es un término que utiliza Emilio Alarcos para designar a aquellas
expresiones que van junto al verbo en una oración y cumplen la función de
especificar y ampliar la información brindada por el verbo.
OBJETO DIRECTO
Así es llamado por Emilio Alarcos, quien sostiene que “mientras el sujeto
léxico sirve para especificar la referencia personal hecha por la terminación del
verbo, otros términos adyacentes puntualizan la alusión léxica de la raíz verbal.”
En el caso del objeto directo especifica que “es un término adyacente que designa
el objeto sobre el cual se desenvuelve la actividad aludida por la raíz verbal.”
Igualmente lo reconoce la Real Academia aunque lo nomina diferente:
“complemento directo”. Bosque coincide con ambas postura explica que este
complemento “precisa la referencia léxica del NV, designando el objeto de la
acción expresada por el verbo”. Este autor prefiere designarlo complemento
directo y no objeto porque recuerda que esta última nominación semántico y no
estrictamente sintáctico, como pretende ser su análisis. Esta clase de adyacente
está íntimamente ligado al NV se puede decir que está subordinado aunque “no
se utilice ninguna marca especial de subordinación; va unido directamente al
verbo.”
Cuando este complemento hace referencia a persona lleva la prep. “a”
OBJETO PREPOSICIONAL
Llamado así por Emilio Alarcos, éste lo empleó para distinguir a aquellos
adyacentes que presentan una función muy similar al objeto directo por su
íntima dependencia al núcleo de la oración pero a diferencia de éste va
encabezado por una preposición. Este autor lo define como aquel término por
medio del que “los verbos especifican la referencia real de su significado léxico”.
Cita como ejemplo: “Hablan de música”, “Confío en la suerte”.
30
TEXTO
Etimológicamente proviene del latín “textus” que significa “tejido”, “trama”,
derivado de texère, “tejer”
Enunciado o conjunto de enunciados orales o escritos que el lingüista
somete a estudio.
Según Cesare Segrè en su libro “Principios de análisis de la obra literaria”
texto es una sucesión fija de significados gráficos. Estos significados gráficos son
a su vez portadores de significados semánticos. Desarrolla una metáfora en la
cual las palabras que constituyen una obra son vistas, dada la realización que las
une, como un tejido. De acuerdo a la definición de este autor, el significado de
texto se remite sólo a la forma escrita debido a la importancia de la conservación
exacta de significados.
La lingüística textual lo concibe como un gran enunciado oral o escrito.
Enrique Bernàrdez en su libro “Introducción a la lingüística del texto” lo
define como la unidad lingüística comunicativa fundamental, producto de la
actividad verbal humana, que posee siempre carácter social; se caracteriza por su
cierre semántico y comunicativo , así como por su coherencia profunda y
superficial - debido a la intención (comunicativa) del hablante para crear un texto
íntegro - y a su estructuración mediante dos conjuntos de reglas: propias del
nivel textual y del sistema de la lengua”
Producto lingüístico (desde uno solo y breve, hasta un número
ilimitado de enunciados) que surge en una determinada situación
comunicativa. Estos enunciados no forman meramente una cadena sino
que se construyen a partir de una organización semántica y sintáctica
15
CONTEXTO
Marta Marín llama así “al conjunto de circunstancias sociales, culturales,
psíquicas, emocionales que constituyen la situación comunicativa en cuyo
entorno se produce un texto”.
Por otra parte, para Halliday y Van Dijk, el contexto se relaciona con la
situación empírica de comunicación. El primero de ellos, señala que hay texto y
hay “otro texto” que lo acompaña: el texto que está “con”, es decir el contexto.
Esta noción de lo que está “con el texto” va más allá de lo que es dicho y escrito:
incluye otros hechos – no verbales – el entorno total en el cual un texto se
desarrolla. De este modo sirve de puente entre el texto y la situación en la cual
éste realmente ocurre.
Van Dijk amplía dicho concepto y afirma “el concepto de contexto se
caracteriza como la reconstrucción teórica de una serie de rasgos de una
situación comunicativa, “de aquellos rasgos” que son parte integrante de las
condiciones que hacen que los enunciados den resultados como acto de habla.
Así como el cotexto se encuentra dentro del texto, el contexto
constituye el conjunto de circunstancias externas -verbales y no verbales-
en cuales ocurre el texto. Este concepto es utilizado fundamentalmente
dentro del estudio pragmático de la lengua.
COTEXTOMarta Marín lo define como “el conjunto de los elementos lingüísticos
dentro del cual se encuentra un ítem o elemento lingüístico en particular”. Es
entonces el conjunto de elementos del texto en que una palabra polisémica
aparece enunciada, es lo que permite interpretar adecuadamente su significación
en ese texto y sortear, por lo tanto, las posibles ambigüedades.
Se entenderá entonces que el “cotexto” es la expresión o conjunto de
expresiones que constituyen un texto y que permiten otorgar el significado
correspondiente a un término. Por lo tanto cada unidad de análisis
encontrará en el cotexto (grupo de palabras que lo acompañan) su
significado adecuado.
16
ENUNCIACIÓN
Emile Benveniste ha sido el primero en caracterizar la enunciación como
un acto individual de apropiación de la lengua por el cual ésta se transforma en
discurso.
El mismo autor en “Problemas de lingüística general” define la enunciación
como “la puesta en funcionamiento de la lengua en un acto individual de
utilización.”
Para María Isabel Filinich en su libro “Enunciación”, en todo enunciado, sea
éste de la naturaleza y la extensión que fuere – verbal o no verbal, una frase o un
relato - es posible siempre reconocer dos niveles: el nivel de lo expresado, la
información trasmitida, la historia contada; esto es , el nivel enuncivo o bien, lo
enunciado; y el nivel enunciativo o la enunciación, es decir, el proceso
subyacente por el cual lo expresado es atribuible a un yo que apela a un tú.
La situación de enunciación se nos presenta entonces como el componente
básico de una teoría del lenguaje inscripta en la dimensión dialógica e interactiva.
Situación en la cual en y desde el enunciado se instaura, se pone en escena una
serie de relaciones sociales y de tensiones entre esas relaciones que van a
determinar finalmente las formas de manifestación textual y discursiva que
tomará el enunciado.
Todo enunciado estará siempre enmarcado en una dimensión dialógica aún
en el caso de no reciprocidad cara a cara o de diálogo interior.
El término enunciación se debe instalar en un enfoque
comunicacional de la enseñanza de la lengua. Cuando un hablante se
comunica verbalmente, se enmarca en una situación de comunicación que
le implica una toma de decisión, una selección de elementos que lo
contextualizan y lo identifican. De esta forma el enunciador deja sus
propias huellas en el enunciado, en lo dicho. El uso de una palabra u otra
no es indiferente, sino determinante de la intención de quien habla y
pensadas para dejar una marca en el interlocutor (quien escucha) De tal
forma que si una persona emite un mensaje, éste nunca será igual o
equivalente al emitido por otro, pues cada uno tendrá su singularidad.
29
SUJETO
Dice Emilio Alarcos en la “Gramática de la lengua española”, que “el
núcleo de la oración, un verbo en forma personal, consta de dos signos, uno de
referencia léxica expresado por la raíz y otro del valor gramatical manifestado por
la terminación…El signo léxico del verbo(o sea, el significado de la raíz) es el
verdadero predicado de la oración y el signo gramatical o morfológico funciona
como auténtico sujeto.” Se puede observar entonces que su postura es diferente a
la gramática tradicional, podemos decir que reconoce dos sujetos dentro de la
oración; el gramatical mencionado, incluido en el núcleo oracional, y el sujeto
explícito (o léxico) que es uno de los términos adyacentes del verbo. Este autor
define este término diciendo que “es un adyacente que especifica la designación
de esa persona” o sea la persona incluida en el suj. Gramatical. Se emplea en los
casos en que se quiera o se necesite precisar la alusión real de ella. Igualmente
Ignacio Bosque, en “Lengua Castellana y Literatura” habla de la existencia de dos
sujetos y explica que; “el SV que funciona como predicado de la oración tiene
como núcleo un verbo en forma personal, ese verbo contiene en sí mismo
información relativa tanto al sujeto como al predicado”. Reconoce en el entonces
“la referencia gramatical al sujeto (es decir; el sujeto gramatical o sujeto flexivo)
expresada, en castellano, por el verbo en forma personal que se convierte así en el
elemento fundamental de la oración. Para que ésta exista, es suficiente la
presencia de ese sujeto gramatical contenida en la forma verbal”. “Cunado se
quiere precisar de modo inequívoco la referencia de ese sujeto gramatical, aparece
explícito un sujeto léxico, es decir, un elemento de carácter sustantivo (SN,
pronombre, oración subordinada sustantiva…) que realiza en el discurso la
función de sujeto y mantiene concordancia con el verbo de la oración”.
En cambio para el Esbozo, “en la oración se establece una relación lógica
entre dos términos o miembros: sujeto y predicado; el sujeto es la persona o cosa
de la cual decimos algo.” Así que a diferencia del primer autor reconoce un solo
sujeto, que es uno de los dos grandes miembros en lo que se puede dividir la
oración, se puede concluir que este coincide con el sujeto explícito tratado por
los otros dos autores.
28
PREPOSICIONES
Si citamos en primer lugar las palabras de Alarcos podemos decir que la
preposiciones son “unidades dependientes que incrementan a los sustantivos,
adjetivos o adverbios como índices explícitos de las funciones que tales palabras
cumplen bien en la oración, bien en un grupo unitario nominal”. La preposición
por si sola no cumple ninguna función dentro del enunciado.
Carmen Lepre menciona la siguiente lista: a, ante, bajo, con, contra, de,
desde, en, entre, excepto, hacia, hasta, incluso, para, por, según, sin, sobre,
tras, durante y mediante. Esta autora agrega que en algunos casos la
preposición traspone (cuando es sustantivo), cambia la categoría del sintagma a
adjetivo, en otros (adjetivos, verbos y adverbios) solo indica la función sintáctica
que posee. Por ejemplo:
“Ese es el coche de mi padre”
“Vivo lejos de la ciudad”
17
ENUNCIADO
El término es introducido por Emile Benveniste en el siglo XX, para
designar el proceso por el cual el hablante se apropia de la lengua y la transforma
en discurso.
Para Oswald Ducrot - en su libro “Esbozo de una teoría polifónica de la
enunciación”- decir que una serie lingüística producida por un locutor constituye
un enunciado, equivale a decir en primer lugar, que este locutor al producirla, se
ha presentado como asumiendo la responsabilidad de la misma.
Dicho autor enumera una serie de características que definen a un
enunciado:
Es la unidad real de comunicación.
Es una serie efectivamente realizada.
Pertenece a lo observable.
Es irrepetible.
Pertenece al habla (considerando a ésta como la manifestación
individual de la lengua)
Es una unidad de sentido (algo dado, un hecho que hay que explicar)
Sus límites los establece la responsabilidad del enunciador.
Emilio Alarcos en su “Gramática de la Lengua Española” sostiene que “un
enunciado es la secuencia de signos proferida por un hablante (manifestada por
una combinación do fonemas sucesivos) que queda delimitada entre el silencio
previo a la elocución y el que sigue a su cese, y va acompañada por un
determinado contorno melódico o curva de entonación. El signo (o conjunto de
signos) que emite el hablante, y ha de captar el oyente, consiste en un mensaje
con sentido cabal y concreto dentro de la situación en que se produce. Es una
unidad mínima de comunicación.”
Por su parte, Carmen Lepre en su libro “Gramática y ortografía” señala que
todo texto es producto de la responsabilidad de un enunciador. Para conformarlo,
cada enunciador selecciona estructuras y unidades de la lengua, según su
intención comunicativa y los efectos que pretende producir en el destinatario.
Cada mensaje generado por estos medios se llama enunciado.
18
Como síntesis, se puede decir que desde el punto de vista de la
Gramática Funcional un enunciado es una unidad de comunicación y
pertenece al plano del habla. Es una serie lingüística producida por un
locutor, que se presenta adjudicando una determinada intención con
respecto a la misma.
También es conveniente aclarar que los enunciados se clasifican en
oracionales y no oracionales (también llamados “frases”)
La diferencia se establece debido a que los “enunciados oracionales”
poseen como núcleo de la estructura un verbo conjugado (que anuda a los
términos adyacentes), en tanto los enunciados “frases” carecen de núcleo
verbal, y sus constituyentes son de índole nominal (sustantivos, adjetivos,
entre otros que por transposición funcionen como tales)
Véase
(Enunciación – enunciador – enunciatario- oración)
27
(predicamos) del sujeto”. Además según la significación del verbo divide a los
predicados en dos. El verbal formado por un verbo conjugado (llamado verbo
predicativo) como núcleo del predicado y tal vez distintos complementos como el
directo, el indirecto, el circunstancial; y el predicado nominal donde el verbo
copulativo solo cumple una función secundaria, de nexo y él no está cargado de
toda la significación necesaria por lo tanto debe existir un complemento
predicativo que complete esa idea. Dentro de los verbos predicativos encontramos
a “ser y estar” (que también pueden ser predicativos), aunque también hay otros
que en distintas ocasiones pueden aparece cumpliendo esta función. En su
última gramática Bosque también habla de predicado presentándolo como el
sintagma verbal (SV). En este libro se afirma que: “El núcleo del SV ha de ser
siempre un verbo, que puede aparecer en forma no personal o en forma
conjugada”. Como ya se expresó en otra ocasiones (ver sujeto) éste aporta dos
tipos diferentes de información: gramatical y léxica; si consideramos esta última
“podemos distinguir dos tipos de predicados: el predicado nominal y el
predicado verbal”. “Las oraciones de predicado nominal (o atributivas) se
caracterizan por el hecho de que la información sobre el predicación aparece en
dos elementos bien diferenciados, uno verbal y otro nominal… el verbo se
comporta como un verbo auxiliar, puesto que carece de información léxica y solo
trasmite información gramatical; el contenido léxico de lo que se dice sobre el
sujeto aporta” el complemento denominado atributo (núcleo semántico). “En las
oraciones de predicado verbal (o predicativa), la información léxica del sintagma
la aporta un verbo con significado pleno.
Emilio Alarcos reconoce la existencia del predicado, en contradicción a lo
que muchos piensan, pero él lo ubica en el mismo verbo núcleo de la oración,
más concretamente especifica: “el signo léxico del verbo (o sea, el significado de la
raíz) es el verdadero predicado de la oración”.
Así que podemos concretar que según la nueva gramática el predicado lo
podemos encontrar en el verbo núcleo ya que a diferencia de otros gramáticos,
junto a éste, reconoce los términos adyacentes que especifican o amplían su
información brindada.
26
Marta Marín aclara que cuando hablamos de los elementos que
acompañan a los textos nos estamos refiriendo al paratexto o elementos
paratextuales, textos subsidiarios, tanto icónicos como verbales, que constituyen
un dispositivo preparado para la recepción más eficaz del texto.
Estos componentes proporcionan información adicional (recuadros que
acompañan un artículo periodístico o las notas al pie de la página de un libro).
Así que podemos tener una gran lista de estos elementos, ellos pueden
ser: tapa, contratapa, solapas, índices, prólogos, títulos, subtítulos, notas,
indicaciones de fuentes, advertencias, epílogos, bibliografía, ilustraciones y
cuadros, epígrafes de textos, epígrafes de ilustraciones, uso de letra negrita,
bastardilla y subrayados. Estos son elementos propios de los libros; también
están los propios de las publicaciones periódicas: índice, títulos, subtítulos,
volanta, copete, notas, recuadros, epígrafes de ilustraciones, uso de letras y
bastardillas.
La lectura del paratexto permite que el lector, antes de leer el texto,
haga suposiciones acerca de su contenido; comienza a leer planteándose
hipótesis que guiarán o condicionarán su interpretación.
Tomas Austín, al igual que la autora ya nombrada, designa con el
término de paratexto al conjunto de los enunciados que rodean a un texto: el
título, subtítulos, prefacio, indicación de insertar, índice de materia, etc. El
paratexto está destinado a hacer presente el texto, asegurar su presencia en el
mundo, su “recepción” y consumo. Establece el marco en que se presenta el texto
como forma de comunicación.
Hay autores que dividen el paratexto en dos: el del autor (su nombre,
epígrafe, prefacio, nota al pie de página, etc.) y el de la editorial (tapa, catálogo,
copyright, etc.) además podemos encontrar el peritexto (parte inseparable del
texto: título, índice de materias) y el epitexto (circula fuera del texto: publicidades,
catálogos)
Gérard Genette define paratexto como lo que hace que el texto se
transforme en libro y se proponga como tal a sus lectores y al público en general.
PREDICADO
En las gramáticas tradicionales sostienes que la oración se establece, con
mucha frecuencia, una relación lógica entre dos términos o miembros: el sujeto y
predicado. En el Esbozo este último se define como: “todo lo que decimos
19
GÉNEROS DISCURSIVOS
El concepto de género discursivo como una abstracción generalizadora se
observa en cada lingüista que intenta describirlo. Pero este procedimiento no es
perfecto. Para Kerbrat-Orecchioni, “el término género denota un artificio, un
objeto construido por abstracción generalizadora a partir de esos objetos
empíricos que son los textos, que nunca son otra cosa más que representantes
impuros de tal o cual género: un determinado texto se caracteriza por un cierto
porcentaje de poeticidad, de polemicidad.”
Las distintas modalidades enunciativas, son las marcas lingüísticas que
permitirán que un texto, al poseer determinada intencionalidad y perseguir
determinados objetivos, pueda ser caracterizado como de determinado género o
clase. Pensando en el enunciador, intencionalidad, objetivos que se persiguen al
producir un texto, podemos llegar a considerarlo como perteneciente a un género
u otro.
Estas modalidades permitieron hasta ahora distinguir diferentes géneros
discursivos, según cada autor. Bajtín sostiene que la orientación específica del
enunciado será prioritaria para determinar la característica de los diferentes
géneros discursivos. Esto supone lo siguiente: todo enunciado, refleja la
intencionalidad del hablante, dado que es responsabilidad única de un individuo.
Sea el discurso oral o escrito, en cualquier esfera de la comunicación discursiva,
puede poseer lo que Bajtín denomina “un estilo” individual.
Para establecer una clasificación en géneros discursivos, hay que tener en
cuenta la naturaleza genérica de los estilos, las esferas de la praxis, la distinción
entre géneros primarios y secundarios. La cuestión no es tan sencilla pues, no
todos los géneros son igualmente susceptibles de ser una manifestación de la
individualidad del enunciador, cada género tiene su propio modo de expresar “lo
individual” de quien lo produce. Kerbrat-Orecchioni llama a esto “la subjetividad”
Los géneros discursivos, están íntimamente vinculados a funciones
discursivas específicas para cada esfera de la comunicación (científica, cotidiana,
periodística, técnica). Estas funciones son las que les dan origen, son tipos
temáticos composicionales y estilísticos, de organizaciones de enunciados
relativamente estables.
20
El estilo tiene que ver con tipos de estructuración de cada enunciado
particular y también responden a una organización genérica, es decir, están
reglados.
Carmen Lepre también ha hablado de géneros discursivos. Esta última
clasificación, sin desmerecer la de tipologías, parece ser más abarcadora y
realista, puesto que parte de la realidad que les da la esencia: la situación
comunicativa.
Ella nos permite observar el texto desde otra perspectiva; esto significa que
para clasificar un texto tendremos que observar su naturaleza: es un producto
discursivo, surgido como consecuencia del intercambio comunicativo.
En los procesos de comunicación discursiva real, los enunciados tienen
similitudes importantes, sobre todo aquellos que se producen en una misma
esfera de la actividad humana, por lo cual se inclinará a pensar que la
construcción que de ellos se hace no debe ser totalmente arbitraria ni libre.
Todos los usuarios de una lengua disponemos de una compilación
variada de géneros que le son dados de la misma manera que su lengua materna.
Se puede decir que los utilizamos permanentemente en la práctica cotidiana pero
probablemente nunca nos hemos detenido a analizarlos, ellos son los géneros
discursivos.
Esta noción, tal como la planteó Bajtin identifica una regularidad en el
uso del lenguaje: éste no es azaroso ni está librado a la voluntad del hablante y
por lo tanto no es imprevisible, sino que por el contrario está pautado por la
esfera de la actividad humana que éste esté desplegando.
Señala el autor estudiado: “La voluntad discursiva de un hablante se
plasma siempre en un género, el cual es producto de una praxis social
específica.”
“Los géneros son infinitos e históricos: existen, se transforman o dejan de
existir de acuerdo a las transformaciones de la práctica en que se sustentan.”
Géneros primarios o simples
Se comunican con la realidad en forma directa, se constatan en la
comunicación discursiva inmediata.
Ejemplos:
Diálogos.
Cartas
25
nudo sustantival anudado al verbo como cualquiera de los otros
constituyentes de una oración.
La oración, como todo enunciado, es una unidad de sentido, donde se
trasmite la intención del enunciador. La misma posee como núcleo un
verbo en forma personal (conjugado) donde se establece la relación
predicativa, a diferencia de la frase que es un enunciado que carece de
núcleo verbal.
PARATEXTO
Del latín para “al lado de”, y textum “texto”
24
¿Por qué en la oración se habla de núcleo y adyacentes y no de sujeto y predicado?
El enunciado oración es una estructura nucleada en torno a un verbo
conjugado. Éste representa un nudo que es el centro de unión de los términos
adyacentes que pueda tener una oración. Siempre se debe tener presente que
una oración puede solo estar representada por el verbo conjugado. Emilio Alarcos
en su “Gramática de la Lengua Española” deja bien claro que para que exista una
oración debe haber “una forma verbal donde se cumpla la relación predicativa:
el sujeto y el predicado. Los demás componentes que en la oración pueden
aparecer en torno del núcleo son términos adyacentes, cuya presencia no es
indispensable para que exista oración.”
¿Pero por qué hablar, según este autor, de verbo núcleo y términos
adyacente?
Un grupo de autores- Pedretti, Lepre, Bertolotti, Hipogroso – en su obra
“Español I, Manual de apoyo”, explican esta postura.
Un verbo y sus adyacentes forman un núcleo sintáctico verbal. Estamos
frente a un GSV en la siguiente estructura:
“El niño juega contento”
Si analizamos detalladamente se pueden suprimir todos los componentes
que acompañan al núcleo y la oración sigue persistiendo, pues aún se mantiene
los requisitos necesarios para poder serlo.
“El niño juega,” “él juega,” “juega.” Así que el verbo se presenta
jerárquicamente superior a los otros constituyentes.
Junto al verbo puede haber otros elementos menores nucleados a un
sustantivo (grupo sintáctico nominal) o a un adjetivo (GSN de menor jerarquía
porque el adjetivo es un adyacente del sustantivo). Ellos pueden constituir
términos adyacentes, por ejemplo:
“La plaza del centro posee hermosos jardines.”
GSN GSN
GSV
Así que concluimos qué se optó por una nueva terminología en esta
nueva postura y se habla de verbo núcleo y términos adyacentes y no de
sujeto y predicado. Los autores anteriormente nombrados explican que las
gramáticas tradicionales le dan al sujeto un peso que no tiene. Éste es un
21
Géneros discursivos secundarios o complejos.
Surgen en condiciones de la comunicación más compleja, relativamente
más desarrollada y organizada, principalmente escrita.
Generalmente éstos absorben a los primeros y los reelaboran en su
discurso
Ejemplo:
Una novela que incluye cartas o diálogos.
22
HABLA
Es la recreación del modelo lingüístico que conoce toda la comunidad. Es
un acto singular, por el cual una persona, de forma individual y voluntaria, cifra
un mensaje concreto, eligiendo para ello el código, los signos y las reglas que
necesita. Dicho de otra manera, es el acto por el cual el hablante, ya sea a través
de la fonación (emisión de sonidos) o de la escritura, utiliza la lengua para
establecer un acto de comunicación.
LENGUA
Sistema de signos que los hablantes aprenden y retienen en su memoria.
Es un código, un código que conoce cada hablante, y que utiliza cada vez que lo
necesita (que suele ser muy a menudo). Este código es muy importante para el
normal desarrollo de la comunicación entre las personas, pues el hecho de que
todos los hablantes de una lengua lo conozcan es lo que hace que se puedan
comunicar entre sí.
LENGUAJE
Capacidad de poder establecer comunicación mediante signos, ya sean
orales o escritos. De esta manera, el lenguaje presenta muchísimas
manifestaciones distintas en las diversas comunidades que existen en nuestro
planeta. Estas manifestaciones son lo que conocemos por lenguas o idiomas,
como el español, el inglés, el francés o el alemán. No sería correcto hablar, por
tanto, de “lenguaje español” o de “lenguaje francés”. Es importante saber emplear
los términos con la precisión que merecen.
En el caso específico del LENGUAJE VERBAL HUMANO, nos encontramos
frente a una facultad biológica y psicológica exclusiva del homo sapiens; el
sistema simbólico más poderoso de cuantos se conocen y que ha hecho posible la
tradición, la historia y la cultura. Este lenguaje es una dimensión esencial de lo
humano, un hecho distintivo y propio de la condición humana.
Los seres humanos vivimos inmersos en signos; somos animales
simbólicos capaces de convertir en signo todo lo que tocamos.
23
ORACIÓN
Las obras clásicas daban por supuesto que la frontera superior de la
gramática era la oración y que el discurso respondía a pautas organizativas
diferentes, de índole semántica o retórica, y apenas sintáctica.
El “Esbozo de la Real Academia Española” maneja dos definiciones de
oración, que se ajustan a dos criterios diferentes: semántico y formal
respectivamente. De acuerdo con estas definiciones habría que reconocer que
existen oraciones “por el contenido” y oraciones “por la forma”
Con esta postura se reconocerían dos unidades diferentes que se ubican en
distintos ámbitos: enunciados (oración por el contenido) y oración (por la forma)
En esta obra se afirma que la intención del hablante divide la elocución en
unidades de sentido completo en sí mismas llamadas oraciones. Tener sentido
completo en sí misma quiere decir que contiene una enunciación (afirmativa o
negativa), una pregunta, un deseo o un mandato. Así que podemos concluir que
la oración es la unidad más pequeña de sentido completo en sí misma en que se
divide el habla real. Además se hace referencia a signos exteriores que transmiten
esa intención y que son comunes tanto para el hablante como para el oyente. Se
puede tratar de una palabra como de un grupo de ellas o una frase.
Así como Ducrot, en la obra antes mencionada, señalaba las características
que definían un enunciado, aquí se plantean las correspondientes a oración:
Es una entidad abstracta.
No pertenece a lo observable.
Puede haber dos o más oraciones iguales.
Pertenece a la lengua.
Es una unidad de significación (un instrumento explicativo
del sentido del enunciado)
Es una estructura léxica y sintáctica.
La gramática funcional que plantea Alarcos señala que la oración es un tipo
especial de enunciado. Uno de sus componentes, la palabra que se llama verbo,
contiene dos unidades significativas entre las cuales se establece la relación
predicativa: sujeto y predicado. Esta forma verbal es el núcleo de la oración,
siendo los demás componentes términos adyacentes.