7/25/2019 Lazarus y Messer
1/16
PREVALECE
EL
CAOS?
REFLEXIONES SOBRE
EL ECLECTICISMO
TECNICOY LA INTEGRACIONASIMILATIVA
Arnold A. Lazarus
y
Stanley B. Messer
Rutgers
University, New Jersey
Lazarus
contends that efforts to integrate
psychotherapy
at the theoretical
level
have ostered the sameunfortunateprofusion of competing approachesassociatedwith
nonintegrative traditional schools of
psychotherapy. Messer views this
flowering
of
integrative theories as unavoidable, even desrable,
and as consistent with
a social
constructionist view of reality. As an alternative to theoretical integration, Lazarus
advocates echnical eclecticism, which he considers to be
governed
by observations
rather han theories, and as such, drawsfreely upon techniquesvalidated
within
other
frameworks.
Messer
argues that
such observations are necessarily heory laden,
and
that technques mportedfrom other therapies
are colored by, and assimilated within,
the new clinical and theoretical context
nwhichthey are employed,andtherefore
must
be validated anew.
POSTURA DE LAZARUS
El
creciente descontentocon
la
proliferacin
de terapias
ha
sido
uno de los
factores
principales que
ha dado ugar al desarrollo del
movimiento
de integracin
en
psicoterapia.Las ms
de
400
diferentes
"escuelas"
de
psicoterapia
citadas
pr
Karasu
(1986)
al
parecer
han
provocado
"tal
ensordecedora
acofona
de
reivindi-
caciones ivales" (Norcross Grencavage, 989,p.229) queel resultadoha sido
confusin
y
fragmentacin.
Las
eras
reudiana
y postfreudianase
haban
caracteri-
zado
por
la tenaz defensade teoras
particularesque
formaron sus
propias
escuelas
o cultos,
y
cuyas
posturas
erandefendidasa
muerte.Algunos clnicos
asumieronun
rol mesinico, rodeados
por
fervientes discpulos
y
una
erarqua
de devotos.
Sus
posiciones
eran doctrinales
y
dogmticas,
afrontando as crticas externas
bien con
condescendencia
"Ese
pobre
oco
no
tiene
ms uces") o con amarga
uria, como
si su supervivenciao mera existenciaestuviera
amenazada
Dallenbach,
1963).
Con
a llegadadel
espritu
ntegradorseesperabafomentarunameRtalidadms
abierta
que
a
que
rega
en pocasanteriores.
Bajo la
tutela
del integracionismo
se
REVISTADE PSICOTERAPIA Vol. lll
-
Ne10-11
129
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esperaba n acercarRiento
convergencia
que
dejara
de
lado
la lucha competitiva,
la
ciega
hostilidad a
ntervenciones
alternativas,
las antipatas
extremas
a concep-
ciones
diferentesa
as
defendidas
or
una escuela
eterminada.
Ademsseesperaba
que
la
creacin
y
desarrollo
de
la
"society
for the
Exploration
of
Psychotherapy
Integration(SEPI)" constituiraun foro en el quesesuavizaranos conflictos.Pese
a ello, al tiempo
que
SEPI
realiza su
"sixth Annual
Conference"
Sexta
Conferencia
Anual) la rivalidad sigue
primando, en
mi opinin,
sobre
a convergencia.
Un
tibro recientemente
editado
por
Saltzman
y
Norcross
(1990)
parece
confirmar
la impresin
anterior.
Pesea
que
en su
prefacio
considera
su
propio
ttulo
"Therapy'Wafs"
(Guerras
de
Terapia) como
provocativo e
irnico,
y
enfatiza
las
virtudes del dilogo transteortirico,
os
lectores
pueden
darse
cuenta
de
que
las
sangrientas
uerras
nterprofesionales
o
son
una
reliquia
de etapas
anteriores
de a
psicoterapia.En lugar
de
abrazar
el
dictum
pragmtico de utilizar
lo
que
funciona,
con vistas a ayudar al mayor nmerode pacientes,existe a tendenciaa valersede
modelos
preconcebidos.
Muchos
han
aclamado
a
integracin
en
psicoterapia
y
la
han
considerado
una
metamorfosis
(p.
ej., London,
1988; Moultrup,
1986).En
mi opinin,
esta ntegra-
cin terica
no slo ha fracasado
en
su tarea
de
proveer de mayor
consenso
y
acuerdo.sino ambin en seleccionar
ombinaciones
de
ratamientos
de eleccin
en
basea
datos empricos,
pof
lo
que prevaleceun estado
de caos
ncluso mayor
que
el
precedente.
En lugarde
unabsquedade
unificacin,
parecenestarproliferando
diferentes
escuelas e terapiaeclctica
e
integrativa.
Pese
al comentario
de
Dryden
(1986)
de
que "es importante que los pioneros del eclecticismoen psicoterapiademuestren
una actitud eclctica, como
por
ejemplo
en su
disposicin
a
inspirarse en
fuentes
diversas"
(p.
37
4),
en su
ugar
hemos asistido
a
una difusin
de
ideas disparatadas
bajo la banderadel eclecticismo
y
la
integracin.
Por ejemplo,
los
puntos de vista
expresados
or
Patterson
1989)
estn
otalmente
eidos con
los de
la mayora.de
los restantes ericos
(ver
Norcross,
1990).
Beitman
(1989)
tambin
expone
una
visin de
a integracin
y
el eclecticismo
que
difiere
de
mi
punto
de vista
(Lazarus,
1989a),
y
contrastacor
as diferentes
visiones de
Beutler
(1986),
Mahrer
(1989),
Prochaska
y
DiClemente
(1984), y
Wachtel
(198a);
ninguna de
las cuales
est de
acuerdocon las restantes.En el influyente libro de Norcross(1986), los captulos
deFischer,Garfield, Grebstein,
Hart,
Murgatroyd,
y
Apter
(pormencionar
algunos)
parecen
ener
muy
poco
en
comn.
Una cuidadosa
ectura del
nmero de
octubrede
1989
del SEPI
Newsletter
(volumen
7,
nmero
2) en el
que
aparecen
os
resmenes
de las
intervenciones
en
la conferencia
de
1989,
muestra
una salvaje
multiplicidad
de
tpicos bajo
la rbrica
de
la integracin.
Se ofrecen
nuevosconceptos,
eoras
y
modelos; se
pregonan
diferentes
trpos
y
formas
de
integracin;
los tericos
interesadOS
or
IOS
ingredientes
comunes"
Se
muestran
a
menudo en desaCuerdo
con
los
que ponen
nfasis
en
puntos especficos;
y
algunos
utilizan trminos
130
REVISTA
DE
PSICOTERAPIA
Vol.
lll
-
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relat ivamente
poco
famil iares (por
ejemplo, "equi l ibr io
cognit ivo' , ,
"telosponsividad")
para
describir procesos
procedimientos
que
s
que
son
amplia-
mente
conocidos.
Suena
sto
a
progreso?
Una
tendencia
particularmente
desafor-
tunadaes a quehe denominado fusionismo" (Lazarus,1988, 1989a)queconsiste
en
combinaciones
imodales
por
ejemplo
conductismo-gestltico,
sicodinmico-
sistmico).
Baste
decir que
cuando
un
psicoterapeuta
se identifica
como
integracionista,
en s
esta
denominacin
no
encierra
significado
o
substancia.
Las
diferencias
entre
los
integracionistas
pueden
ser an
mayores que
entre los
ms
gidos
defensores
de
escuelas.
El
examen
de los
eclecticismos
ha
demostrado
considerable
divergencia
y poca
convergencia Norcross
y
prochaska,
19gg).
Objecciones
a la integracin
terica
La
integracin
en
psicoterapia
adopta res modalidadesdistintas:eclecticismo
tcnico,
estudio
de factores
comunes,
e integracin
terica
(Arkowitz,
19g9;
Norcross
y
Grencavage,
1989).
El
eclecticismo
cnico
esuna estrategia
ue
ntenta
seleccionar
os
mejores
ratamientospara
os
diferentes
rastornos
e individuos
en
particular.
Los
eclcticos
cnicos
rabajan
generalmente
n un marco
de
referencia
terico
consistente
por
ejemplo
una teoa
amplia
de
aprendizaje
cognitivo
social)
pero
emplean
con libertad
tcnicas
de
otras disciplinas
sin subscribirse
a as
teoras
en
que
dichas
tcnicas
ueron
engendradas.
El principio
fundamental
consiste
en
"utilizar
lo que
uncion
a" El estudio
de
actores
comunes
seesfuerza
en
dentificar
principios
comunes
de cambio
apartirde diferentesescuelas epensamiento.Aqu
el nfasis
est
colocado
en os
elementos
que
as
diferentes
escuelas
omparten.
La
integracin
terica
intenta
sintetizar
diferentes
tcnicas
teraputicas
unto
a sus
teoras
subyacentesque
proceden
de
diversas
orientaciones.
Es
con
esta
ltima
modalidad
co la_gue o
estoy
particularmente
eido.
Por
qu
no
combinar
eoras
psicoanalticas
o
psicodinmicas
con
teoras
del
comportamiento
tal
como ha
abogado
wachtel
(1977)
durante
muchos
aos?
y.
qu
hay
de malo
en seleccionar
spectos
e a
teora amiliar
sistmica
y
refundirlos
con
elementos
de la teora
del aprendizaje?
Una objecin
inmediata
a realizar
las
propuestas
citadas
es
que
existen
tantasteoraspsicodinmicasque cuandouno
aspira
a combinar
odas
estas
diferentesversiones
con
otrasmezclaspoco
definidas
de deas
est
enunciando
a a
claridad,
a a objetividad y
a un discurso
significativo.
No existe
un
conjunto
consensuado
de
conocimientos
denominado "teora
del
aprendizaje";
existen
muchas
eoas
del
aprendizaje,
diferentes
e ncluso
ncompa-
tibles.
Lo mismo
sucede
on a
"teora
familiar
sis mica" y
cualquier
otra posicin
terica,
tanto
las
teoras
de rasgos,
como
las
teoras
existenciales,
biosociales.
organsmicas,
humansticas,
de crmpo,
tc.
Sera
de
todas ormas posible
combi-
nar
una eora
especfica
del aprendizaje
por
ejemplo,
a
de Skinner)
con
una
eoa
psicodinmica
especfica
(por
ejemplo, la
de Kohut)? Tampoco, porque si las
analizamos
con detalle
comprobaremosque
son incompatibles
tanto
ontolgica
REVISTA
EPSICOTERAPIA
Vol. lt
-
Ne 0-11
131
7/25/2019 Lazarus y Messer
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como
epistemolgicamente.
Es
demasiado cil
encontrar
similitudes
entre eoras
dispares.
As,
Goldfried
(1980)
qued
mpresionado
por
la
presunta
similitud entre
un aspectodel
"anlisis
del carcterde Wilhelm
Reich
y
el mtodo conductual
de auto-monitorizacin.
Sin
embargo, Messery Winokur (1981) observarongrandesdiferenciasentre ambas
tcnicas anto en
contenido
como en estructura.
Adems, muchos enfoques
que
parecen,
a
primera
vista, compartir
ciertos aspectos,
esultan ser
incompatibles
cuando
os
estudiamosms detenidamente.
Cuando
leo informes de
integracin
terica o acudo
a
ponencias
sobre este tema,
acabo
por
darme
cuenta de
que
las
propuestas eneralmente
an
gnoradoo
minusvaloradodiferencias
paradigmticas
bsicas.
Segnmi forma
de ver,
necesitamos
menos eoras
y
ms hechos.As, estoy
en
desacuerdocon la recomendacin
de
Mahrer
(1989)
de
que
los terapeutas
deberan rabajar en el "desarrollo ntegradordenuevas eoas enpsicoterapia"(p.
181).YaLondon(I974)
enfatizaba:
Pormuy
interesante,
lausible y
atractivaque
pueda
resultar una
teora, son
as tcnicas
as
que
se utilizan con
las
personas.
El
estudio de la eficacia
de
la
psicoterapia
es,
por
tanto, siempre un estudio
de la
eficacia de
las
tcnicas"
(p.
33).
Muchos han aducido
que
dichas tcnicas estin
basadas, e forma implcita o explcita, en
presuposiciones
por
ejemplo, teoras)
que
sirven de
gua
en
su utilizacin.
En efecto,
no
podemos
emplear
o
que
Strupp
(1989)
denomin ncorrectmente
tcnicas
ncorpreas"
p.
717). La tcnicade
a
"silla
vaca" nos
puede
ayudar
a ilustrar este
ema.
"Los
terapeutas
adlerianos
utilizan
habitualmenteel
role-playing, hablando
con una silla vaca"
(Mos
ak,
1
98
9,
p.
90).
Los terapeutas
estlticosambin utilizan
con frecuencia
esta tcnica
(Yontef y
Simkin,
1989). Los seguidoresde ambas
escuelas
mplean
a
tcnica de
forma
diferente
y
con
fines distintos.
El
uso
que yo
doy
a este
mtodo
tambin
difiere
del
que
le
dan
gestaltistas,
adlerianos
y
psicodramatistas;
ues
a considero
como una
variante de a
repeticin
y
modelado
conductual,
y
la
prefiero
al
role-playing cuando
no estoy segurode
la
postura que
adoptarinas
personas
significativas
de la vida del cliente.
Recuerdo una de
las
primeras
veces
que
a
utilic.
Estabaayudando
a una mujer a desarrollaruna
postura
ms
asertivacon su
efe,
por
medio de
role-playing. Cuando
hice el
papel
del
efe,
ella me dijo que no estaba epresentando ien sus accionesy actitudes. Le dije:
"Imagnate
que
Mr.
Smith est
sentado n esa
silla vacay
hblale
de
as horasextras
de
trabajo,
y
despus
ambias
de silla,
te sientasen
la vaca
y
hacesel
papel
de
Mr.
Smith
para
ver
qu
tiene
que
decir
y
cmo
lo dice." No soy
1o
suficientemente
creativo como
para
desarrollar
de novo el uso de
esta cnica,
pero
tras
haber edo
sobreella
la
utilic con
buenos
esultados,aunquedesde
una
perspectiva
diferente.
Esta maniobra
eclcticano estabadesprovista
de teora.
Sirvi
para potenciar
y
facilitar la tcnica
conductual
que
estabaempleando,
pero
su uso
no me
exiga
la
adopcin de las
presuposiciones
ericas con
que
se a emplea en otras
escuelas.
132
REVSTA
DE PSICOTERAPI$
Vol. lll
-
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Desde
mi punto
de
vista
es un effor
grave
asumir
que
las
teoras
gestlticas,
adlerianas,psicodramticas
y
conductualespuedan
combinarse y
mezclarse.
El
amalgamamiento
de tcnicasy
observaciones
no
teoras)es
ya
otro
tema,
del
que
voy
a ocuparme
a continuacin.
Eclecticismo
y
observaciones;
ntegracionismo
y
teora
El
eclecticismo
ha
obtenidomala
reputaciny
ha
sido atacado
on fuerza
(por
ejemplo
enEysenck,
1986;
Franks,
1984).
Se o ha idiculizado
enchistes
n os que
el eclctico
no
toca de
pies
al suelo,
quiz
debido
a
que
muchos
eclcticos
se han
empeado
en la
combinacin
de teoas
con el resultado
de
una
desafortunada
mezcla
ndigerible
de deas.
El eclecticismo
esun conjunto
complejo
de
concepcio-
nes
y
estructuras
Norcross,
1986).
El eclecticismo
basadoen
preferencias
ersona-
les,
realizado
con
poca
preparacin
y
en
base a conocimientos
diosincrticos
esmuy diferente
del eclecticismo
sistemtico
(tcnico)
basado
en
datos
empricos
(Lazarus.
988).
Mi
propio
trabajo
clnico
est
guiado
por
muchas
observaciones
no
teoras)
de uentes
diversas.
Las
teoras
sonen
esencia speculaciones, ue
ratan
de
explicar
o dar cuenta
de diversos
enmenos.
Una teora ntenta
dar respuesta
as preguntas
de
por
qu
y
cmo
seinician,
semantienen,y pueden
ser
modificados
o extinguidos
ciertos
procesos.
Las
observaciones
implemente
eflejan
los datos
empricos
sin
ofrecer
explicaciones.
Un ejemplo
de observacin:
"Los
adolescentes
ienden
a
imitar
el
comportamiento
de los compaerosque
admiran".
Un
ejemplo
de teora:"Lo hacen nconscientemente
ebido
a
ntroyeccionesparentales
nadecuadas".
Es
cierto que
as
observaciones
o
ocurren
en el vaco
y
que
resultan
nfluenciadas
por
el
punto
de vista
del
observador;
aadimos
nuestras
ideas tericas
a lo
que
observamos.
La
prctica
clnica no
puede
ser
aterica
(Norcross,
1983).
Sin
embargo,
resulta
til separar
al mximo
la
observacin
de
la
teora.
si
despojamos
l
patrimonio
psicodinmico
de
(1o
queyo
considero)
su
exceso
de
equipaje
erico,
podemos
apreciar
susobservaciones
e
que
as personas
omos
capaces
de negar,reprimir,
proyectar,
desplazar,
y
escindir nuestras
emociones,
y
que
a
motivacin
inconsciente
uega
un
papel
mportante
en a comprensin
global
del comportamiento (lo
cual
es algo muy
distinto
que
hablar de "mecanismos
de
defensa"
y
de
"mente
inconsciente").
Utilizo
observaciones procedentes
del
condicionamiento
operante,
de
a
terapia acional-emotiva,
de
a
terapia
cognitiva,
de la
psicologa
de la
influencia
y
de la
persuasin,
adems
de
observaciones
procedentes
de otras
muchas
fuentes. Mi
forma
de trabajar
est
regulada por
diversos principios
que
he desarrollado
en otros trabajos
(Lazarus,
1989b).
Estoy
segurode
que
algunos
considerarnmispropuestas
na"combinacin
de ngredien-
tes"
del tipo
del integracionismo
erico
(ver
Norcross y
Napolitano,
1986), pero
debo hacer
hincapi
de nuevo
en
que
as
observaciones
on
adicalmente
diferentes
de las teoas y presuposiciones.
Veamos
este ema
en un ejemplo
clnico.
REVISTA
DE PSICOTERAPIA
Vol.
lll
-
Ne10-11
133
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Los
analistas
ransaccionales tilizan
con
profusin
os
"estados
del
yo"
Padre,
Adulto y
Nio,
erl el
encuadre
de
una teora
que yo
considero imposible
de
comprobar
y
en
gran'pafe
inaceptable.
Sin embargo, en el trabajo
clnico con
clientes
que
se
comportan
de
forma
infantil, he utilizado
el
lenguaje
del Anlisis
Transaccional.Puedeser contraproducentedecirle a un individuo hipersensible:
"
Actas
como un
nio
de res aos " o
"
Necesitas
omportarte
como ufi adulto
en
lugar
de hacerlo
como
un
nio "
Estas afirmaciones
pueden
resultar menos
peyorativas
eencuadradas
e a forma
siguiente:
Segn
el Anlisis Transaccional
existen
resestados
el
yo:
Padre,Adulto
y
Nio
y,
al
parecer
utilizas el estado
Nio
del
yo
en situaciones
en
que
serams adecuadocambiar
al estadoAdulto." Este
encuadre acilita
el
uso de tcnicasconductualescon
el
fin
de adquirir respuestas
ms
adaptadas
apropiadas a
edaddel sujeto.Esteesotro ejemplo
de eclecticismo
tcnico.
En l no
estoy
utilizando la teora del Anlisis Transaccional,
sino
que
empleounaobservaciny la semnticadel A.T. como catalizadoradeun entrena-
miento
conductual
orientadoa a accin
que,
en
mi
opinin, forma
parte
undamen-
tal de muchas
erapias
efectivas.
Otro ejemplo que
puede
ayudar a clarificar las
diferencias entre
teoas
y
observaciones
onsiste
en
examinar a forma
en
que
el trmino
"transferencia"
se
ha
popularizado.
En
un congresoal
que
asist,un
psiclogo que
seautodenominaba
"psico-conductual"
ratificaba la importancia
de
la
"transferencia"
aseverando
ue
sta ransciende
l
mero
desarrollode
a relacin
erapeuta-paciente. ecalcaba ue
los
sereshumanos
nos
comportrmos n el
presente
con
otras
personas
de la forma
que nos compoftamoshaciapersonassignificativas en el pasado.Adems, ende-
mos
a
repetir
relaciones pasadasque
en algunos casos son inadecuadas
en la
actualidad.
Pocos
clnicos
(si
es
que
existe
alguno)
van
a
intentar
rebatir
estas
afirmaciones.
Sin
embargo, a transferenciano
consistenicamente
en
la
simple
atribucin a nuevas
elaciones
de las caractersticas
ue pertenecieron
a
relaciones
antiguas.
Si fuera
as,
el trmino transferenciaserasinnimo
de
la
generalizacin
del
estmulo
y
respuesta.
Pero si dejamos a un lado
esta slida observacin
y
ahondamos
n
teoras
especulativas,
odemos
eer
que
a
transferencia
esa menudo
un revivir
o
restablecer,
con
alguna
personaque
1o
permita,
una
situacin nfantil
que
es
profundamente
deseada, ebido a
que
entonces ue
o bien muy disfrutadao
bien"no
aprovechada.
Esta ransferencia mplica recuerdos
nfantiles
conflictivos
y
significativos que
han
sido
olvidados
y
fantasas nconscientes
eprimidas
(Arlow,
1989).
Existen
muchos
ms detallesen el concepto
erico de transferencia,
pese
a
que
en una conversacin
ubsiguiente
mi
colega
psico-conductual
nsista
en
que
su
definicin no recoga
como mportantesms
que
as que
l haba
apuntado.Esa ue
laraznpandecirle: "Entonces,
e recomiendo
que
evites
a
utilizacin
del trmino
transferencia, que
en
su ugar
hables
de a
generalizacin
del estmulo
y
respuesta,
que
semantiene
en
el contextode as elaciones nterpersonales
de
as
nteracciones
clnicas".
134
REVISTADE PSICOTERAPIA
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7/16
En
nuestro
campo
existe
una
remenda
confusin
simplemente
por
la
utiliza-
cin
de
trminos
mal
definidos y por
el
empleo
de forma
idiosincrtica
de los
bien
definidos.
Esteproblema
idiomtico
ofusca
el dilogo
significativo.
Si los
clnicos
desarrollramos
un lenguaje
comn,
podra
irse
cerrando
a brecha que separaasdiferentesorientaciones ver
por
ejemplo,
Driscoll,
1987;
Norcross,
19g7),
pero
es
difcil que
esto
suceda, or
las
mismas
azonespor
las que
el esperanto
o
ha
legado
a ser
un medio
internacional
de comunicacin (ver
Messer,
l9g7).
De
forma
que,
cuando
recunamos
ala
jerga
clnica,
hagmoslo
definiendo
claramente
nuestros
trminos.
Creo
que
para
poder
acercrnos
a
una
psicoterapia
ealmente
ntegradora
necesitamos
reviamente
clarificar
las
confusiones
ingsticas
a que
me
he
referido
en este
artculo, y
llegar
a acuerdos
en os
tratamientos
de eleccin
de os
diferentes
trastomos.
Pero,
como
a mi pesar
uve
ocasin
de
comprobar
en una
reciente
mesa
redonda
sobre
el tratamiento
de as fobias
simples,an enemosque ograr este ipodeconsensos
e
"primera
lnea".
Enl964,colby
concluy
su estudio
del
campo
de
la
psicoterapia
con
la frase
"prevalece
el caos"
(p.3aD.
veintisiete
aos
ms
tarde
puedo
asegurar
que
la
situacin
no ha
mejorado.
POSTURA
DE
MESSER
En
este
apartado
voy
a
recoger
algunos
de los.temas
ntroducidos
por
Lazarus
y
ofrecer
mi perspectiva.
ncluir
una
explicacin
basada
en la
filosofa
acerca
de
la
proliferacin
de teoras
integradoras,
y
una crtica
a algunos
aspectos
del
eclecticismo
cnico,
a
altemativapreferida
por
Lazarus.
Presentar
naalternativahermenuticaal punto de vista
de Lazarus
de
que
as
observaciones
ebieran
eatar
completamente
separadas
de la
teora,y
me referir
brevemente
a la
altemativa
de
integracin
que
prefiero,
a la que
denomino
ntegracin
evolutiva
o asimilativa.
El florecimiento
de
las
teoras
integradoras:
caos
o creatividad?
Lazarus
expresa
su
desagrado
a
que
el movimiento
de integracin
en
terapia
haya
conducido
a la
proliferacin
de
teoras
y
a un
estado
de
caos,
ms
que
al
aumento
de acuerdos
sobre principios
y
estrategias
en
laprcticaterafutica.
Su
insatisfaccin
creo
que
es
producto
de una
creencia
en
que
debe
existir
una nicateoraunificadabajo a aparente iversidad
de
prcticas
y
teoras
eraputicas.
que
esta
eora
correcta
debe
basarse
n os
datos
de
que
disponemos
los
que
an estan
por
descubrir.
Tales
descubrimientos,
segrin este punto
de
vista,
llevarn
a una
resolucin
a
as
fragmentarias
y
contradictorias
eoas que
nos
amargan
a vida.
El
progreso
hacia
la
unidad
se lograra
as,
a medida que
ms
y
ms partes
fueran
incluidas
en
un todo
mejor
integrado.
Este
punto
de vista,
al
que
me
referir
como
modelo
de
conocimiento
de unidad/descubrimiento,
ya
fue etiquetado
por
el
filsofo
Stephen
Pepper
(1942)
como
hiptesis
mundial
organicista.
En
contraste
al
modelo
anterior,
existe
a nocin
de
que
no
descubrimos
o quees inherentea la naturaleza,sino que
inventamos
nuestras
eoras
y
categoras,
y
REVISTA
DE PSICOTERAPIA
Vol. l[
-
Ne
O-11
135
7/25/2019 Lazarus y Messer
8/16
observamos
a naturaleza
a travs de ellas.
Segneste
punto
de vista, las
mltiples
interpretaciones
de
la
experiencia son
consideradas egtimas,
deseables
y,
en
cualquiercaso,
nevitables.
itando SigmundKoch(1981,p.268),Losparadigmas,
teoras,
modelos...
uncapueden
omprobarprioridades
exclusiones
e organiza-
cionesalternativas."KennethGergen(1982),uno de los principalesdefensores e
estaperspectiva,
conocido
onstruccionista
ocial,
defiende
ue
los
recuerdos
e
la realidad
soncreaciones
el
observador,
ms
que
ecuerdos
orrectos
o
incorrectos
de ella...
son egtimas y
deseablesas mltiples
interpretaciones
e a
experiencia"
(pp.
176-177).
Segn
esta
perspectiva
o existe
una verdad
nica
que
haya que
descubrir.
Siempre podemos
nventar nuevas
ormas
de combinar
puntos
de vista
teraputicos,
omo
resultado
de este
pensamiento
creativo, ndependientey
diver-
gente.
Desde
este
punto
de
vista,
hacia
el
que
me inclino,
no
podemos
esperar
encontrarotracosaque
l
"caos"
al
que
serefiereLLZarus. nlugarde
condenaresta
situacin,
podemos
eencuadrarla
ositivamente pidiendo
prestada
esta
cnica
de
reencuadre los colegascognitivo-conductuales)omo diversidad
creativa,
que
estimo
recomendable
por
su
fertilidad.
Una
crtica
al
eclecticismo
cnico
Lazarus
ntenta
evitar
los
peligros
del fusionismo
fortuito
por
un lado
y
las
limitaciones
de los
enfoques
teraputicos
unimodales
por
otro, mediante
el
eclecticismo
cnico.
Aunque
combinar
cnicas
tiles de diversas
scuelas ueda
parecer
una
buena dea,
este ipo
de
integracin
conlleva
tambin
problemas.
Una
tcnica
eraputica
no
es
un
procedimiento
desarraigado
ue pueda
ser mudado
de
un contextoa otro sin teneren cuenta as condicionesen quefue concebido.Voy a
ilustrar
este
punto
haciendo
referencia
al crculo hermenutico.
El
conocimiento
requiere
eferencia
a o
ya
conocido con anterioridad,
operando
de forma
dialctica
y
circular,
de modo que
para
nterpretar
una
parte
es
siemprenecesario
el conoci-
miento
del todo.
El
crculo
hermenutico
pone
de relieve
lanaluraleza
contextual
del conocimiento.
Unhecho,porejemplo
unatcnicapsicoteraputica,
o
seexplica
nicamente por
s mismo
con
independencia
de su
contexto, su intrprete
o su
usuario
para
unavisin
mscompleta
de este
punto,
ver woolfolk,
sass,
Messer,
1988).
Lazarus
obvia
sutilmente
este
problema
al reencuadrar
a tcnica
eraputica
en su marco conceptualpreferido, la teora del aprendizajesocial. El problema
queda
entonces
circunscrito
a si la
tcnica
trasplantada
y
el nuevo
marco
de
referencia
son compaginables.
Adquiere
una nueva
matriz
de significado
a causa
de su nuevo
contexto?
Pierde
algo
en su traslado
de un sistema
al
otro? Aqu, la
dificultad
consiste
en
dar forma
a
la
nueva
fcnica segn
el entorno
del marco
teraputico
en
que
uno
trabaja. Lazarus,
de hecho,
superaesta
dificultad,
pero
no
reconoce
que,
anto
en a
teora como en laprctica,latcnicaqueda
transformada.
Debemos
hacer
notar
que
toda
la
investigacin previa
realizadacon
dicha
tcnica
136
REVISTADEPSICOTERAPIA Vol. l l - Ne10-11
7/25/2019 Lazarus y Messer
9/16
en su
contexto
previo
no puede
mantenerse
en
el
nuevo,
pof
lo
que
deberemos
comenzar
de nuevo
el
proceso
de validacin.
Tomemos
por
ejemplo
la tcnica
de
a
silla vaca,o
el dilogo de
dos
sillas al
queLazarusse efiere. Tal como a usaGreenberg 1984)en su erapiaexperiencial,
mediante
ella el terapeuta
acilita
que
el cliente experimente as
dos
partes
de
un
conflicto
en as
dos sillas
y posteriormente
ayuda
a crearun contacto
entre
estas
dos
partes.
Greenberg
describi
tres componentes
en el
proceso
de resolucin
de
conflictos:
crticaalselfdesdeunapartedelconflicto(enunasilla),expresindeun
deseo
desde a
parte
contraria
(en
a
otra silla), lo
que
conducaa una
actitud
crtica
ms
suavizadahacia
otra
parte
del self.
En
contraste,
Lazarus
utiliza la tcnica
para
representarel conflicto
de una
cliente
con su
efe
como facilitadora
del
desarrollo de una
postura
ms
asertiva,
y
la convierteen una variantedel modeladoconductual.Lo queen la terapia gestalt
representaba
n
intento
de
poner
al cliente
en contacto con
su autocrtica,
en
este
enfoque
conductual
se convierte
en una tcnica
para
animar a asertividad
a travs
del modelado y
la repeticin.
Puede
ser
que
seaefectiva en esta segunda
uncin,
y puede
encajar con el
encuadredel aprendizaje
social. Pero el
punto
que
quiero
poneren
evidenciaes
que
ha
cambiado,
esalgo distinta ala de aterapia
experiencial.
As, la
finalidad
de la tcnica
de la silla vaca
es
muy
diferente
para
estos dos
terapeutas,
viene dictad
por
los valores
distintos
que
e
dan
a terapia
conductual
y
la
experiencial.Mientras
Greenberg
pone
el nfasis enla
experiencia
delcliente,
Lazarus o colocaen su conducta.Estadiferencia,en smisma, noshacedudar de
que
las
tcnicas
puedan
ser importadas
pura y
simplemente. Adems,
toda la
experimentacinlevada
a cabo
por
Greenberg suscolegas,
ebieraser
compro-
bada.de uevo
por
Lazarus
en el nuevo
contexto erico
y
prctico
en
que
aatiliza.
Observaciones:
libres
o ligadas
a teoras?
El punto
de
vista
de Lazarus
de
que
las observaciones
son
radicalmente
diferentes
de
las
teoras
y presuposiciones"
y que
las
observaciones
y
los
datos
empricos
son o nico
que
ncorporamos
en una erapiamultimodal, tambinpuede
seranalizadocon el mismo prisma, puesesun tema ntimamente igado al anterior.
Lazarus
se refiere
a
la
adopcin
de observaciones
procedentes
del
conductismo
radical,
de la
terapia racional
emotiva, de la terapia
cognitiva, etc., mientras
aboga
que
el exceso
de equipaje
de
presuposiciones
teoradebe
dejarsea un lado.
Desde
una
perspectiva
hermenutica,
no se
pueden
separarcon tanta facilidad
las
obser-
vaciones
y
la teoa.
Uno nunca
dispone de datos
"en
crudo?'o
"en
bruto",
ni
de
observaciones
puras",
sin
que
estos
estncontaminados
por
alguna
eora. Desde
una
aproximacin
construccionista
ocial,el conocimientono
se
adquiere
mediante
la
observacin
y
el descubrimiento
de
lo
que
existe afuera,en un mundo libre de
preconcepciones.
al como ha
apuntado ecientementeMahoney
(1989),
"existe
un
reconocimiento
creciente
de
que
el
papel
del observador conocedorno puede
ser
7/25/2019 Lazarus y Messer
10/16
separado
del
proceso
o del
producto
del conocimiento"
(p.
13741' er tambin
Messer,
Sass
Woolfolk, 1988).La
inmaculada
percepcin
no existe;es
decir, odo
conocimiento
est
mediado
por
lenguaje, cultura, creencias
y
concepciones
eri-
cas.
Para lustrar estepunto, me permito volver a citar los dos ejemplos en que
Lazarus
considera
haber mportado observaciones in teora.
Cuando
e
dice a un
cliente
que
"existen
tres estadosdel
yo:
Padre,Adulto
y
Nio,
y
al
parecer
utilizas
el estadoNio
del
yo
en situacionesen
que
sea ms adecuadocambiar
al estado
Adulto",
estapoyndose
n
una teora
que
atribuye
ealidad
a
os
"estados
del
yo".
Sinembargo,
estos
estados o sonobservacionespuras, omo
sostieneLazarus, ino
constructos
hipotticos
nfundidos
de
la idea
terica especficade
que
los adultos
pueden
actuar
de forma
infantil,
paternal
o adulta. Como tal, forman
parte
de una
teora
de
roles.y
de una
teora
psicoanaliticaestructural,
ademsde
pertenecer
a
la
teora
de anlisis
ransaccional.
No
queda
claro cmo
puede
encajar
en un contexto
de aprendizajesocial-multimodal- conductual
El
otro ejemplo
expuesto
por
Lazarus
para
defender
que
"las
observaciones
simplemente
eflejan
os
datosempricos sin ofrecer explicaciones"es a frase:
"los
adolescentes
ienden
a mitar el comportamientode
os
compaeros
que
admiran".
Examinemos
cuidadosamente
sta rase. De
entrada,
que
admiran" es una
expli-
cacin
erica
del
por
qu os
adolescentesmitan a suscompaeros.Y no
es
neutral.
Pues
os adolescentes ueden
mitar
a sus compaerosa
partir
de la
envidia, o de
necesidad
e relacin
objetal,
o a
partir
del deseode separarse e sus amilias. Debe
existirapoyoemprico
favorde algunade stashiptesis,perosteoharcambiar
su condicin de concepcionesericas.
Qu
podemos
decir
de la frase
"para
imitar
el comportamiento
de
los
compaeros"?
Aqu
tambin
podamos
argumentar
que
a imitacin
es
un concepto
terico
preferido
por
los estudiosos
del aprendizaje social, al ser
un
proceso
influenciado
socialmente.
Tambin
podamos
haber
dicho
que
os adoleseentes
identifican
con sus
compaeros,lo cual implica la
creencia de
que
se
sienten,en
aspectosmportantes,
gualesa ellos. Tratando
de
reescribir
a fraseen
rminosms
observacionales
que
los de
Lazarus, podamos
decir
que
"los
adolescentes
se
comportan los
unos
como
los
otros".
Pero
esta frase,
que pretende
ser neutral
tericamente, esultabanal.Puespodramosdecir lo mismo de os niosy tambin
de los
adultos.
Y
esto es
lo
que
ocume cuando
pretendemos
desarraigar
una
observacin
de la
teora subyacente.
Una alternativa:
la
integracin evolutiva o asimilativa.
Quisiera
aadirunanuevadireccin
las res
establecidasporLazarus,
sdecir
el
eclecticismo
tcnico,
el estudio de factores comunes
y
la integracin
terica.
Denomino
esta
cuarta
posibilidad
integracin
evolutiva o asimilativa.
Las tcnicas
y
conceptos
de una
terapia concreta van llegando
a otras,
y
son incorporados
138
REVISTADE PSICOTERAPIA
Vol. lll
-
NelO-11
7/25/2019 Lazarus y Messer
11/16
lentamente
y
de forma evolutiva en su
nueva teoa
y prctica
(Messer,
1986). La
similitud entreel eclecticismo
cnico
y
la ntegracinevolutiva
reside
en
que
ambas
direccionesde
integracin
abogan
por
un encuadre
erico
predominante,
ncluso
tradicional,en el
que
sevan ncorporando
actitudes tcnicas
que
provienen
de otras
terapias.Sin embargo,existe una diferencia:mientrasque yo aconsejo ncorpora-
cionesmuy selectivas,
levadasa cabo de tal
forma
que
se ajusten o ms
posible
al
nuevo contexto erico,
Lazarus o realiza de orma
que
existe
el
riesgo
de
orzar
los
lmites
tanto de
la
teora del
aprendizajesocial
como de
la
tcnica en cuestin,
por
ejemplo al
intentar ncorporarnocionesde motivacin
nconsciente demecanismo
de defensaen
la
teora del aprendizaje
social.
Adems, no
mantengo,
como
hace
Lazarvs,
que
estoy mportando una
mera observacino
que
ncorporo
nicamente
la
tcnica
sin su excesode equipaje erico.
Sino
que
1o
que
ncorporo
sonactitudes,
perspectivas
o aproximaciones
que
resultan ransformadas
en su nuevo
contexto,
aunque etienenpartede os valoresconqueestuvieron nfundidasen su origen. Por
1o
querequierennuevavalidacinpartirdesuuso
clnicoyexperimentacin,como
cualquier
otra tcnica nueva.
REACCIONES DE LAZARUS
A LA POSTURA
DE MESSER
Por motivos
de espacio
me voy a
referir tan slo a algunos
de los
puntos
ms
llamativos.
Las reflexiones
de
Messer
revelan
que
defendemos
puntos
de vista de
conocimiento
ilosfico muy diferentes.
El mo,
y
susbases
epistemolgicas,
stn
casi
en total desacuerdo on la construccin
hermentttica" del conocimiento
que
defiende Messer. No slo diferimos en lo que respectaa nuestrosuniversos de
percepciny
explicacin, sino adems
en
la forma
en
que
cadauno conceptualiza
los
mtodos
ycontenidos
del conocimientocientfico.
Messerhaescritounaesquela
necrolgica del empiricismo
y
mantiene un
argumento contra-cientfico con su
impugnacin
del
paradigma
de racionalidad
cientfica.
Es
cierto
que "no
existeunaverdadnica
que
hayaque descubrir",
pero
espero
queexistanalgunas
erdades o contaminadas
orenteroporinfurencias
subjetivas.
Pesea
que
el dictado bsico de
la teora delaprendizaje
social
es
que
"las personas
no respondemos l
medio ambiente
eal
sino
alpercibido"
(Lazarus,
1989a,
p.
36),
seobtienen,mideny catalogan atosquecontradicenas abstraccionesermenuticas
(ver
Bandura,1986, en su exposicin
de los
modelos de naturaleza
y
causalidad
humanas).
No estoy
nteresado
en absoluto
en saber
si una tcnica
ncorporadapierde
o
no matrices de conocimiento
que
tena en su
contexto original.
Tan
slo estoy
interesadoen descubrirsi
medianteella se
pueden
ograr
fines teraputicos.
El valor
clnico
de un
procedimiento puede
ser completamente
ajeno
a las
teoras
que
le
dieron origen.
Yo
no he afirmado
que "las
observaciones
debieran
estar completamente
separadas e a teora" sino nicamentequevale lapenaestablecera distincin.En
REVISTADEPSICOTERAPIA
Vol.
l
-
Ne10-11
139
7/25/2019 Lazarus y Messer
12/16
este
artculo
explico
con claridad
que
"aadimos
nuestras
deas
tericas
a lo
que
observamos".
Sin
embargo, a
perspectiva
hermenutica
de Messer
socava
el
punto
de
vista
cientfico
de
las
teoras
que
se mestran
abiertas
a la verificacin
y
refutacin
frente
a las
que
desafan
esta medida.
Las
observaciones
se refieren
nicamentea nocionesque despiertanmnimas posibilidadesde especulacin.
Miutilizacin
de
atcnicadela
sillavacano
selimita
simplemente
lejemplo
que
he
explicado
en
esteafculo. Tambin
a he
empleadopara
dirigirme
al"alter
ego"
del
cliente.
Pero
no veo
motivos
para
tener
que
validar
de nuevo
una
tcnica
que
procede
de
otras
fuentes como
sugiere Messer,
excepto
para
comprobar
una
conexin
temporal
entre a
ejecucin
de una
tcnica
y
la
solucin
de un
problema.
cuando
empleo
el trmino
"estado
del
yo"
para
aumentar
a aceptacin
del
cliente,
no
estoy
empleando
el concepto
ni sus races
tericas psicoanalticas-
transaccionales.
ablara
de duendes
de o
que
hag
afalfa,si
o creo
necesario, ara
alcanzaros objetivos de tratamientosespecficos.
He
explicado
en diversas
publicaciones por
ejemplo, Lazarus,
1989b,
1989c)
la
forma
en que
la
teora del
aprendizaje
social
puede
ncorporar
con facilidad
el
concepto
de reacciones
defensivas
(no
mecanismos
de defensa) y procesos
no
conscientes no
mente
nconsciente).
Pero mi
preferencia
por
la
teora
del
aprendi-
zaje
socialno
me
leva
aintentarmaniobras
de Procrustopara
ntentarconseguirque
todas
mis
observaciones
engan
su explicacin
dentro de
este encuadre,
como
Messerparece
sugerir.
He sido
abiertamente
rtico
hacia os
clnicos que
rehsan
el empleo
de tcnicas
que
no
pueden
ser explicadaspor
sus eoraspreferidas.
Los
mdicosprescriben
muchos
ratamientos
sin
acabarde
entender
en muchas
ocasio-
nescualessonsusmecanismosde accin.
En
esencia,
estoy nteresadopor
lo
que
aporte os
mejores
resultadospara
la
mayor
cantidad
de
personas
en
el
perodo
ms breve
de tiempo.
Todo
lo
dems
es
puro
intelectualismo.
REPLICA
DE
MESSER
1
Si he escrito
una esquela ecrolgica
no ha
sido al empirismo
cientfico,
sino
a la
concepcinpositivista
y
cientifista
de la
psicologa
como
ciencia. Tal
concep-
cin
"mantiene
que
slo aquello
sobre o
que
tenemos
certeza
absolutapuede
ser
consideradoconocimiento" (Polkinghorne, 1983,p. 1). Expongo una concepcin
postpositivista
o
postmodemista
que
cuestiona que
exista
cerleza
de realidad
o
verdad
objetiva,
y
que
tambin cuestiona
a nocin
de
que
existe
un
nico mtodo
conecto para
llegar
a ella. Sospechoque
Lazants
debe tener
en mente
un modelo
positivista
cuando
me acusa
de enviar
a la tumba
el empirismo y
la racionatidad
cientfica.
2.
Mi afirmacin
de
que
as
dbservaciones
o
constituyen
datos
puros
exentos
de
contaminacin
por
teoras
y
mtodos
de
investigacin
no pretende
levar
a
la
conclusin
a la que
legaLazarus,de
que
con ello
socavo a
distincin
entre eoras
140
REVISTA
DE
PSICOTERAPIA
Vol. ilt
-
Ns10-i1
7/25/2019 Lazarus y Messer
13/16
comprobablesynocomprobables.Losexperimentosyestudiosempricospueden
llevarse
a cabo
".r.rrru
""epcin
postpositivista
de
1aciencia.
Sin embargo,
desde
estaaproximacin,r""onr id"tuquetantolateoaquelosguacomoelmtodo
empleado
afectan
a
lo observado.
Einstein,
el
cientfico
ms
respetado
de
nuestro
sigio, seexpresabaasen unaconversacincon Heisenberg 1971): "En principio
es
bastante
ncorrecto
tratar
de
fundar
una
teora
en base
nicamente
a
magnitudes
observables.
En
realidad
sucede
usto
lo
opuesto.
Es
la
teora
a
que
decide
o
que
observamos"
p.
63).
En
la
misma
lnea,
as
observaciones
o constituyen
hechos
puros.
Este
es
el
punto
que deseaba
ubrayar'
3.
Laprescripcin
e
unamedicacin
eficaz
en ausencia
eunateoraque
rate
de
explicar
,.r,
"f""to,
no
puede
compara$e
a
la
aplicacin
de una
tcnica
psicolgicaenausenciadesubaseterica.Unprocedimientopsicolgiconose
administracomounapastilla,
inoquevieneconformadoporunlenguaje
unmarco
dereferencia.Cuandonos rasladamosde a esferabiolgica al campo
de
a ciencia
social,
entramos
en
el
mundo
de
los
significados.
Tal
como
afirma
Lazarus,
"las
penonas
no
respondemos
l
medio
ambiente
eal
sino
al
percibido",
por 10
que
os
clientes
son
capaces
e
percibir
el
significado
del
procedimiento,
en
os trminos
del
nuevo
contexto
el
que se
realizan'
Qutienequevelestal neadeargumentacinconlaintegracinyel
ecleciicismo
en
psicoterapia?
a
implicacin
de
mi
postura
es
que cuando
levamos
a
cabo
*
pro""di-ientoilnico,
conceptualizadoy
practicado
en
el maco
de
una
terapia,
y
lo
incorporamos
a
otro
tipo
de
terapia'
es
importante
considerar
lo
,igrrierrte, (1) su slgnificado clnico en
su
nuevo
contexto
teraputico;
(b)
si
concuerda
conceptualmente
con
Su
nuevo
encuadre
terico;
y (c) su validez
emprica,
que
debieraserestablecidadenuevo,
anto
apartirde
suutilizacinclnica
como
de
estudios
empricos
sistemticos.
Al
igual
que
Lazarus,
tambin
estoy
interesado
en
aquello
ue
conduce
a
los
mejores
esultados
para el mayor
nmero
de
personas
en
el
menr
perodo
de
tiempo.
pero
creo
que no alcanzaremos
al
fin
ms
rpidamente
minimLando
la
intelectualizacin
que tal
empeo
requiere'
COMENTARIO
FINAL
DE
LAZARUS
Eltratamientopsicolgicoesenpartearteyenpafteciencia.Elmodelodelas
ciencias
fsicas
",
,,""",*io
para iluminar aquellos aspectosde los esfuerzos
humanos
que
se
muestran
abiertos
a
a disciplinadaluz
de
a
investigacin
objetiva'
Desvalorizar
este
aspecto
ildndolo
de
"cientifismo?l
y
ofrecer
una
perspectiva
..heTmenutica"
en
*
tug-
no
va
a
ayudar
a
hacer
avaizar
el
conocimiento'
Es
'.
preciso
aplicar
as
ciencias
naturales
an
ampliamente
como
sea
posible,
y
utilizar
los dictados
delamenos
exigente
ciencia
social
slo
enlas
reas
donde
noes
factible
tttllizar
un
modelo
Positivista.
Sigo
relativamente
ndiferente
al
significado
clnico
de
los mtodos
erapu-
ticos
y
a su
concordancia
conceptual
en
distintos
encuadres
ericos'
Mi
inters
141
REVISTA
DE
PSICOTERAPIA
Vol'
lll
-
Ne
10-11
7/25/2019 Lazarus y Messer
14/16
primordial
es hasta qu punto
las tcnicas
(sean
prestadas,
ompradaso robadas)
ayudan
o incitan
a
una
mejora
especfica en el tratamiento
y
a lograr los
fines
deseados
RECONOCIMIENTOS
Nuestro enuino
gradecimientoWindy
Dryden,
Allen Fay,
y
JohnNorcross
por
sus
provechosos
omentarios.
Lazarus
sostiene
que
los esfuerzos de integracin
de
las
psicoterapias
a nifel
terico
hanfomentado
urndesafortunadaproliferacinde enfoques
que
rivalizanentre
ellos, similar a la que ya exista entre las escuelas de psicoterapia no-integradoras
tradicionales.
Messer considera
que
este
florecimiento
de teoras integradoras
es
inevitable,
e
incluso deseable,
y
es consistentecon una visin construccionista
social
de la realidad.
Lazarus aboga
por
el eclecticismo cnico, regido ms
por
observacio-
nes
que
por
teoras, como alternativa a la integracinterica. Este autor
considera tl
aprovechar
tcnicas validadas
en
distintos
marcos de
rekrencia.
Messer argumenta
que
las
observaciones estn cargadas necesaramente
de contenido terico,
y que
las
tcnicas
importadas de otras escuelas de
terapia son asimiladas
y
modficadns
por
el
nuevo
contexto
clnico
y
terico en
que
son empleadas,
por
lo
que
debieran ser
validadas
de
nuevo.
Traduccin: Ignacio Preciado
Nota Editorial:
Este artculo apareci en el
Journal of Psychotherapy
Integration,2,
I43-I58
(1991),
con el
ttulo
"Does
ChaosPrevail?
An
exchange
on TechnicalEclecticism
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cemos
el
permiso para
su
publicacin.
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