ORGANO OFJCIAL DE LA U. N. A. M. •
VOLUMEN VIII. NUMERO 2
MEXICO, OCTUBRE DE 1953
~ .exICO
MIEMBRO DE LA ASOCIACION INTERNACIONAL DE UNIVERSIDADES
Retrato y Alegoría, por Alonso Vázquez.
fué siempre renacentista en potencia. Aceptalas expresiones bizantina' y románica comoformas derivadas de la Roma clásica, perorechaza lo ojival como bárbaro, calificándoloella misma de gótico. Cuando recorremoslas ciudades muscos de este mara villoso país,el hecho nos asombra: los escasos monumentos ojivales que existen, parecen exóticos oadquieren un aspecto totalmente diverso delque ostentan sus congéneres de Francia, deAlemania o de España. Por ejemplo la catedral de Milán.
El Renacimiento aparece en Nueva España en diversas n'ianifestaciones culturales,
de arte y de lujo. Su comienzo coincide conel cambio de virrey, con la llegada de DonLuis de Velasco para continuar la obra inic:ada por Don Antonio de Mendoza quepasa al Perú. Profunda diferencia existe entre estos dos magnánimos gobernantes: Mendaza es de carácter'austero, sobrio, con espí-Actopan.
Claustro de Acolman.
. Por Manuel TOUSSAINT.
LA UNIVERSIDAD EN EL RENACIMIENTODE NUEVA ESPAÑA
Retrato de una dama, por Baltasar de Echave.
EL tí tulo de .esta breve disertación seciñe ajustadamente a su propósito:La Universidad en e! Renacimientode Nueva España. No como causa'
ni como efecto, sino como factor integr¡mte.Factor necesario e ineludible, ya que el fenómeno renacentista hubiese quedado truncosin la Universidad. Ella es culminación, ellaconsagra en los. 'más altos niveles del espíritu el esfuerzo del hombre por librarsede los atavismos medievales, el afán del hombre por hallarse a sí mismo, a la luz de!
nuevo saber, fundado en· la antigüedad, perointerpretado con el anhelo de un criteriorenovador. .
Si ha podido afirmarse que la Nueva España no vivió íntegramente el momento renacentista, debe observarse que ningún otropaís que no fuera Italia pudo hacerlo. Italia
Palacio de los Virreyes. Hospital de Terceros.
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ritu de conquistador todavía. En su tiempola Nueva España es aún campame~to; losresabios medievales persisten en la arquitectura y, cuando se le pide un proyectopara la c-atedral de México, elabora el modelo de una fortaleza con cuatro torres enlas esquinas. La Corte no lo acepta: ¿cómo,México, la ciudad más notable del NuevoMundo iba a tener un castillo en lugar deuna majestuosa catedral? '
Velasco es amigo del lujo y de los festejos; de las cacerías principescas y de lasceremonias suntuosas. Favorece a la iglesiapara edificar templos riquísimos y cuandocelebra las exequias de Carlos V en el famosoTúmulo Imperial, el boato desplegado, a~íen el monumento como en la ceremonia, llenan de estupor a los pacíficos habitantes deMéxico que nunca habían contemplado cosasemejante. Pudiera haberle llamado, en vezde Túmulo Imperial, Triunfo Imperial.
Con Don Luis de Velasco se inicia pues eldesarrollo de la cultura renacentista en México. Las letras florecen intensamente yaque, a los escritores del país se agregan losque vienen de España que enriquecen sobremanera los campos de la literatura. Y no son,figuras secundarias no más: las hay sobresalientes como Cervantes de Salazar, Gutierrede Cetina el autor del famoso madrigal"Ojos claros, serenos ...", que murió asesinado en Puebla a causa de otros ojos quequizá no eran tan claros ni tan serenos;Juan de la Cueva, Mateo Alemán, Bernardode Balbuena. Ahora, puedo añadir el nombredel presunto autor pe la célebre EpístolaMoral a Fobia, el capitán Andrés Fernándezde Andrada que vivió en Nueva Españadonde fué Alcalde Mayor de Ixmiquilpan.En el espíritu de añoranza pesimista quesus versos encierra, parece latir el desengañode ou propia experiencia:
"¡Mísero aquel que corre y se dilatapor cuantos son los climas y los mares,perseguidor del oro y de la plata!
(Nótese que emplea la forma mexicana dedilatarse por tardarse o demorarse).
Las artes plásticas se ofrecen a nosotrosdesde un ángulo diverso al de las anterioresmanifestaciones artísticas. Si antes sólo podemos hablar de supervivencia, de vestigios,de reflejos en las obras góticas, mudéjares,hasta románicas, ahora estamos en presenciade creaciones dotadas aún de vida, es decircasi inmediatas a sus congéneres europeas.Salvo casos aislados, aquéllas habían pasadoal carácter de históricas, en tanto que ~stas
florecían todavía, con cierto retardo, en laMetrópoli.
La primera manifestación renacentista parece haber sido la fachada plateresca de lacasa de Montejo, en Mérida de Yucatán,fechada en 1549. Allí aparece el estilo contoda su gracia y su refinamiento, con esadelicadeza que permitió compararlo al artede los orfebres y hasta imaginar falsamenteque los plateros lo habían creado. Hoy sabemos que fueron ellos quienes copiaron lasformas arquitect6nicas en sus ostensorios,sagrarios y portapaces.
A poco, el arte plateresco se extiende portodo el país, decorando las recias fachadasmedievales de los templos con pórticos queparecen escudos, enmarcando ventanas, elevando miradores, ornamentando claustros.
Fuera de lugar sería pretender una reseñade las obras más importantes que poseemosdel arte plateresco, peto es imposible dejarde mencionar, aun en una síntesis tan apret¡¡cfil 1=9m9 ~Ha) las portadas de los templos
Pila de la iglesia de Aeatzingo.
agustinianos de Acolman, de 1560, de Yuririapúndaro y de Cuitzeo. En la arquitectura civil, además de la casa de Montejo yacitada, algunas de Puebla y sobre todo losrestos de la antigua Alhóndiga, en ,la mismaciudad. Son ornatos renacentistas, fajas encorvadas con adornos vegetales y rematadaspor cabezas humanas. Fueron. esculpidos, simis investigaciones no fallan, por un discípulo del célebre Diego Silóee y en su propioestilo. Es decir que el arte de los grandesespañoles trasciende de modo directo a 1:1colonia.
La ciudad de México, tal como la muestrael humanista Cervantes de Salazar en 1554,ostenta casas fortificadas, las de los conquistadores; iglesias mudéjares con artesonados de finas maderas doradas y policromadas, y palacios ya renacentistas que rematan en loggias o galerías, y pertenecen alos caudillos o a las autoridades Para finesdel siglo XVI, gran parte de los edificios dela urbe, inclusive nuestra Universidad, hanadoptado las formas y los ornatos platerescos.
No podría fijar la fecha de cuándo seinició en la pintura el gusto renaciente.Acaso la decoración de la escalera del convento de Actopan en el E~tado de Hidalgo,nos traslada a esa época .con la suntuosidadde sus muros y bóveda, 'totalmente cubiertos
Murallas de Campeche.
UN!VERSIDAD DE MEXICe,,
por 'una arquitec.tura fantástica. Allí! se foro.man encasamentos donde Pontífices y Obispos, ataviados cpn las más originales ves-'tiduras qpe puedan imaginarse, ócupan sitiales y escribanías no menos bizarros, y leeno escriben en una imaginaria Academia dignade los fastos de Roma. El conjunto es deialitalianismo que no podemos menós de recordar, no por semejanz~s temáticas o deestilo sino de criterio, artístico, la capilladel Palazzo Riccardi, en Florencia, dondeBenozzo Gozzoli nos dejó \,lna de las muestras más entrañables de su arte.
En el interior del templo de Acolman losmuros del gran espacio presbiterial se vendecorados en la parte más alta por figurasde obispos que también ocupan sitiales. Perosu espíritu es diverso: parecen enormes atletas pensativos. En mis investigaciones juveniles había hallado, tímidamente cierta semejanza entre estas grandes figuras y lasque aquel titán creador nos legó en la Capilla Sixtina; cuando el eminente crítico dearte Lionello Venturi las conoció, confirmómis hipótesis.
La pintura se desarrolla pues, a la par delas otras manifestaciones de arte: retabloscomo los de Huejotzingo, Xochimilco,Cuauhtinchan y tantos otros de que nosquedan despojos, a la vez que su esculturadecorativa y de .figuras ostentan tablas pintadas al óleo en que maestros europeos em·'parejan su estilo con el arte manierista delviejo mundo. Al final del periodo surge elcuadro de caballete, la imagen suelta, el retrato nobiliario, acaso hasta los bodegonesfamiliares.
El Renacimiento, se sirve siempre de laescultura para ornamentar sus miembros,sus columnas y entablamientos. Los espaciosvacíos reciben nichos, medallones, escudos,guirnaldas. A veces los motivos ornamentales revelan el cincel indígena, así en el temacomo en la técnica. Ba jo la dirección demaestros europeos el artista aborigen ha asimilado las formas renacentistas y si sus obrasparecen exóticas, siguen fielmente los cánones del estilo, la proporción perfecta delas masas y los espacios, la belleza de la líneaaparente y la armonía del conjunto.
Los templos enormes, ya lo hemos dicho,gozan de retablos renacentistas en su cabecera. Ordenes 'de columnas sobrepuestas marcan el ritmo. Las estatuas alternan con loscuadros: éstos enseñan los misterios de lareligión, aquéllos invitan a orar. La escultura en madera policromada llega a producirimágenes cuya belleza alcanza la sensualidadpagana del Renacimiento Italiano. Tal esamadona de Xochimilco. de labios acariciantes y mirada prometedora, dentro de unaactitud más que austera, altiva.
Las artes menores son propiamente artessuntuaria's: el lujo de los interiores exige unasuperación en la orfebrería y los textiles,no sólo en la materia sino en la artesanía.Las piezas que subsisten apenas pueden darnos idea de estos tesoros pero, cuando logramos sumergirnos en los mares fecundosde los inventarios antiguos, nuestra admiración rebasa los límites. Los damascos, losbrocados, los "tisúes", la lama de oro y plata, los terciopelos, quién sabe cuántas otrastelas preciosas, se usan para ornamentos yvestiduras de santos. Como si no fuesenbastante ricas, se las cubre de sobrepuestoso de bordados; algunos de éstos son tan finosque pierden a la vista sus puntadas paratrocarse, aparentemente, en pinturas.
Las piezas de orfebrería no son menosnotables: cálices y copones, incensarios y
(Pasa a la pág. 4)
UNIVERSIDAD DE MEXICO
LITERATURA y PROFECIA
LOS TE]OCOTES RUBIOS
LOS huéspedes mexicanos de la Ciudad
Universitaria de París hicieron undía un amable descubrimimto. Unode los más añorados frutos de la tie
rra natal resplandeda al alcance de sus brazos, a pocos pasos de sus respectivas habitaciones. Los jardines de la Cité, hasta entonces tan bellamente franceses, cobraron depronto algún sabor nostálgicamente mexicano, y ávidas manos se apresuraron a convertir, no sin cierta disculpable torpeza, lasdiminutas, redondas maravillas en varios kilos de generosa jalea.
turo predomína con exacerbado estrépito.Los ciudadanos se esfuerzan por descubrir,en los cielos familiares, platillos voladoresque deparan visitantes de planetas vecinos;discuten la conveniencia, o la ineficacia, detalo cual nave que los llevará a insospechados rincones del espacio; proveC11 a sus hijosde extraños juguetes, que no son más queaventurados simulacros del alio 2000; ycuando una 'm·ayor proeza no es posible, seconforman con retirarse junto al calor dela chimenea para devorar la.\ últimas ocurrencias folletinescas de sus augures preferidos.
Se trata, sin duda, de un fenómeno fundamentalmente explicable. A partir de labomba atómica no hay nada que no puedaacontecer. La ciencia se ha convertido en'algo más fantástico que la propia fantasía.Sus recientes aportaciones -jHlra bien ()para mal- son ya, en rigor, antici!Jo y semilla del !JorvC11ir. y es claro: 1I1t jmebto (¡{
que, semana tras semana, se le sirven noticias de insólitos descubrimientos, no se resigna a la serena contemjJlación del jJrl:-.lente. .
Pero no hay esto sólo. El de la ScienceFiction es, desde luego, un caso comjJlejo.A su boga coadyuvan también otros factores. Un apasionado afiÍn de evasión se adivina en su fondo, complementándose conla perenne tendencia humana a la construcción de utopías. Y aún, a veces, se dejan vislumbrar serias, im¡Jlícitas censuras, un pocoa la manera del viejo Swift.
Por desgracia, el don de jiTo/ecia no suele.ley una gracia comlÍn. Y de los numerososobreros en semejante empresa, muchos naufragan en la trivialidad y apenas unos cuautos alcanzan a ~alvarse. Las tramas se repiten. La insistencia en imprevisibles detallesse hace fatigosa. Y la imaginación pseudocientífica, no sustentada por la auténticavocación literaria, acaba por enseñar un miserable, adocenado cobre.
DE
FERIALA
,\
peligrosa y, a la postre, la tnás nociva a losintereses públicos y a los propios.
LOS DIAS
NO 1111 nuevo género literario, sinoapenas concentración enfática dediversos motivos hasta hoy dispersos e innominados en el acervo de
las letras, la Science Fiction (valdría traducir al espaíiol, C11 paráfrasis, por Imitación de la Ciencia o Ciencia Fingida) disfruta en la actualidad, ante el público estadounidense, de un avasallador prestigio.Decenas de rn/istas especializadas se nutrende ella y la difunden entre varios millones deávidos lectores, y aún los periódicos miÍs severos la reclaman en sus páginas.
Es seguro que ni Jules Verne ni H. G.Wells -para sólo citar a dos ilustres precursores- soíiaron jamás que los temas queellos frecuentaban ociosamente iban a C0115
tituir un día el alimC11to espiritual de todauna nación. Así ha sucedido, sin embargo.Tal parece que hoy, al menos dentro deciertos medios, un cole.ctivo apetito de fu-
EN los últimos años la propaganda co
mercial ejercida a través del cine haido cobrando, entre nosotros, inquietante amplitud. Casi no hay uno de
los llamados cortos -documentales o de supuesta información objeti'lJa- que Méxicoproduce sistemáticame.nte, que no la incluyacon grosero exceso. Y ésto no deja de suscitar graves consideraciones. ¿Hasta qué!J1t11to~ en efecto, tiene derecho un exhibidora imponer a su público palabras e imágenesajenas al pur? entretenimiento que el espectador 111edio busca? ¿Es acaso ilimitable estapotestad de infiltración, tan jugosa paraunos cuantos y tan molesta para todos losdemás?
Se dirá que la publicidad es ya una insti"tución reconocida, y proverbialmente tole-.rada. Y quienes tal afirmen tendrán razón.PI'YO la tendrán sólo a medias. La costumbre,y las redprocas necesidades de intercambio que ofrece la vida actual, autorizan elempleo de ciertos instrumentos cotidianos!Jara fincs de estímulo mercantil. Mas, poruna parte, este uso no debe ser, de ningunamanera, arbitrario. Hay para él fronterasnaturales, urgentes frenos dictados por larazón y el bien común. Y de otro lado, )'sobre todo, no es posible perder de vista elesencial agravio causado por la publicidadcinematográfica a lo que cabría llamar lalibertad de atención de cada uno. A quienescucha un prograina de radio, por ejemplo,le es dable dejarlo de oír, sustituirlo porotro, o admitir exclusivamente sus elementos110 comerciales: un simlJle 'movimiento dela mano le bastará para cumplir su voluntad.Lo mismo acontece con quien lee un periódico. Pero el asistente a una función de cineno dispone de parejos medios de rechazo' ode selección: el suyo es un llano y fatal dilema: o abandona la sala de proyección, sacrificando el importe de su boleto, y laspelículas que sí le importan, o se traga, asu pesar, cuantos burdos mensajes le infligeel exhibidor. Y en consecuencia, cualquierabuso en este campo resulta mayor y menosjustificable.
Se dirá también -ya lo declaran, curándose en salud., los responsables- que "200trabajadores viven de la industria de la publicidad cinematográfica ..." Pero la basede este argumento es aún más ostensiblemente nula. Nada impide dedicar las energías de esos grupos a empresas de fluténticovalor social La verdad es que los productores de cortos, como los de todo el cine mexicano, han elegido la ruta más fácil, sinpensar que ésta suele asimismo ser la más
LOS MERCADERES
UNIVERSIDAD DE MEXICO
Las cosas no quedaran allí. La investigación sucedió al hallazgo. Y así pudo averiguarse que el sejior Honnorat, rector dela Ciudad Universitaria, Senador de la Cuarta República y, sobre todo, antiguo residentede México, había querido mantener vivo,cerca de él, un testimonio de sus años enAmérica: ésta era, y no otra, la razón de lapresencia de aquellos árboles, cuya milagrosadádiva de inesperados tejocotes se tradujode inmediato para tantas bocas en un alegrebanquete de recuerdos.
.. Pero aún hay más. Ahora remita que,por una verdadera casualidad, el pabellónmexicano fué construído precisamente frente a' esas mismas plantas: en -tales circunstancias, bien que nadie se lo haya, quizá,propuesto, un completo símbolo ha quedadoconsumado. .
CONVERSACION
LOS joviales hermanos Pérez Porrúa nos. entregaron una de estas mañanas de
octubre, desde su añejo mostr~dor delas calles de Argentina, un eJemplar
voluminoso. "Es la Historia de la literatura náhuatl, JJOr el Padre Garibay K.",aclaró José Antonio. Y siguió diciéndonosque este libro comtituye la primicia dela Biblioteca Pornía, más ambiciosa que lade Escritores Mexicanos ("de la que porotra parte se halla en prensa ya el septuagésimo primer número", indicó satisfecho) y, en cierto modo, paraldo a ella;que semejante colección se propone reunirnurvos estudios, extensos y concienzudos, sobre temas mexicanos, y americanos y que atal efecto, es inminente la aparición del ~e
gundo tomo de la Literatura Náhuatl y de
un ensayo de América Castro. Respecto delPadre Garibay, Pancho nos señaló con un dedoerudito1las líneas del "Prólogo de los Editores" que registran que "La Universidatl . ..,al celebrar el cuarto centenario . .. en ·JJ.51,creyó, y con justicia, que merecía figurar en~
tre los 6 personajes de México a quie,nes confirió el doctorado honoris causa." Y juntosaportamos a una larga conversasión los recuerdos que cada uno tenía de este hombre deimponente barba negra, que al revés de losprimitivos fanáticos y en uso de una fmlnda vocación, ha restaurado y 'revivido ennuestro siglo los testimonios de la sensibilidad indígena. Al final, Pancho se despidiócon un lamento que seguramente compartencuantos se dedican hayal esfuerzo editorial:¡Ese papel para libros aumenta de precio fados los días!
EN EL RENACIMIENTO DE
(Viene de la pág, 2)
portapaces, pero sobre todo custodias. Lasde la catedral son un portento. Dos siguenla forma de templete de varios cuerpos; otra,pequeña, regalada por el Sr. Moya de Contreras, era de oro con incrustaciones de ámbar y esmaltes. Trabajo cuesta imaginar laforma de joya tan rica.
Para que nada faltase al ambiente de renacentismo que se vivía en Nueva España,encontramos series de tapices que guarnecíanlos muros afelpando el interior de las habitaciones. Los potentados, como Cortés, también los gastaban.
T al es el marco en que se destaca la fundación y desarrollo de la Universidad deMéxico. Clima de elevada cultura, de superación artística, de lujo para bien vivir. Yno podía ser de otra suerte: el Renacimientofué antes que nada un producto del buen·gusto, una especie de fruición de la vida entodas sus manifestaciones. Se goza tanto enuna ceremonia religiosa, como en una intrincada discusión teológica, como en lln juegode dialéctica escolástica, o en la contemplación de una pintura, o en describir en detalle un monumento. En 1551 fué expedidala Real cédula que fundó nuestra Universidad; en 1552 aquélla que ordenó la construcción de nuestra Catedral. ¡La Catedraly la Universidad! No sé qué afinidades misteriosas encuentro, no sólo en las instituciones; sino en estos dos seres tan nuestros.Los dos representan la cumbre de un esfuerzo; se consagran a las más elevadas tareas del espiritu humano. Por un lado la Fe,la religión; por el otro el pensamiento, laciencia. Pero no se oponen, caminan al unísono: la universidad es eminentemente religiosa; la religión se apoya en las verdadesque se enseñan en la Universidad. La Universidad, en cierto sentido, podría ser llamada la catedral de la ciencia. Históricamente los dos institutos ofrecen idénticosproblemas. La necesidad de su creación palpitaba irresoluta durante largos años. Intentos magnánimos se estrellaban en la rocade las dificultades. Don Fray Juan de Zumárraga intentó crear la Universidad y construir su templo. En vano. El cabildo de laciudad, formado por hombres cultos, pretendió acelerar esos hechos. Todo fué inútil.Don Antonio de Mendoza logró ver realizados sus deseos en cuanto a la Universidad:fundó una de su propio peculio, cuyos deta-
dral de México, el famoso Claudio de Arciniega, fué el autor del edificio universitario'definitivo en 1584, según consta en el archivo de la Universidad. Así, hermanas .ensu nacimiento como instituciones, habían deseguirlo siendo bajo la égida inmortal' de ladiosa Arquitectura, en una de sus expresiones más avasallantes, la reI'\acentista. Conrazón la arquitectura del Renacimiento h~
podido ser designada como "La arquitecturadel humanismo". '
Existen profundos estudios acerca' .del.desarrollo humanístico de Nueva España ensu primer siglo de vida. Inútil y redundl¿t~sería resumirlos aquí. Sólo debemos insistjr.en el papel preponderante de la Universidaden ese movimiento de depuración intelectualque busca acrisolado saber. En efecto, el pri-_mer grupo de humanistas, aquellos que siguieron ingenuamente las doctrinas de Eras~
mo de Rótterdam, como Zumárraga y donVasco de Quiroga, pueden ser consideradoscomo humanistas pre-universitarios, en loque se refiere ~ la Universidad de Méxiconaturalmente. Mas apenas fundada ésta, ellaes el foco, el centro, el imán y la ,fuente delhumanismo en el nuevo país.
Basta revisar la nómina de sus primerosocho insignes maestros. Todos ellos navegaren la corriente que abrió cauces inéditos alsaber y a la enseñanza. El humanismo deestos hombres no ambiciona una torre demarfil para encastillar su ciencia. No se venatraídos por ese egoísmo o egocentrismo quecaracterizó a los humanistas europeos, deErasmo rara abajo. Además, rehuyen todaslas complicaciones teológicas que, contaminada~ después por la poli tica, suscitarontantas dificultades en el mundo de Occidente. Son humanistas ortodoxos, como sihubiesen aprovechado sólo aquellos resultados prácticos que conducen a la intensificación de la cultura general que toma pormira el estudio del hombre mismo, a la correcta y renovada lectura de los clásicos, ala depuración no sólo de los textos sino dellenguaje latino y de su enseñanza Por esoMéxico, la capital del virreinato, llega a serfamosa en el orbe por su cultura y por lasletras de sus estudiosos. Alcanza entonces eldictado de la "Aten'as del Nuevo Mundo".Propios y extraños están de acuerdo en reconocer que ese florecimiento literario fuédebido en gran parte a la Real y PontificiaUniversidad. Y he aquí que la nuestra, lade hoy, surgida como el Fénix de las cenizas de aquélla, al rendir homenaje a losclaros varones que supieron crearla, unifica, en torno de un nuevo humanismo, a losuniversitarios mexicanos de todos los tiempos: los de ayer, los actuales y los del futuro.
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lles desconocemos, y obtuvo, si se puedehablar así, la inminencia de la fundaciónlegal. Fué don Luis de Velasco quien recibiólas dos células. La Universidad fué establecida desde luego, en 1553; pero la obra dela catedral habría de demorarse aún por dificultades técnicas y no fué sino en 1573cuando .se logró poner la primera piedra.Pero, c~¡ncidencia curiosa: los dos monumentos vuelven a acercarse más íntimamente en espíritu y en arte: el mismo arquitecto renacen tista que proyectó la ca te-
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UNIVERSIDADNUEVA E3PAÑA
LA
UNIVERSIDAD DE MEXICO
SOBRE EL AMERICANISMü
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DEPor Andrés IDUARTE.
MUCHO se ha escrito sobre este tema. No poco he escrito yo mismo.Dos razones para que lo que ahora
. digo ,;, deba ser breve, y para queno pueda ser ni original ni valioso.
Pero, a pesar de eso, y venciendo limitaciones de tiempo y de trabajo escolástico,lo que se diga sobre Martí siempre serátrascendente, porque él lo fué. La conductay las ideas de Martí nunca dejan de serlo.Lo son en el seminario y en la cátedra, porque enseñan al joven a pensar con amor ya obrar con fe; lo son en la lucha política,porque no hay lección mejor que la dequien -más que nadie en América- igua-
ló con la vida el pensamiento. Lo excepcional en Martí estriba en que es modelo desensibilidad y maestría en la carrera literaria y -cosa nada común- ejemplo de virtud y heroísmo en la vida. Ayer en e! salónde clases, y hoy en la acción, el repaso desu obra es inmejorable y actualísima norma.
También sin exageración puede decirseque no hay americanismo tan alto y tancompleto como el suyo. No citemos nombres; pero repasémoslos con la memoria, yno encontraremos otro que tenga mayor calidad moral y, sin duda, la suma de ingredientes del suyo. Ningún otro es más puroy n~ngún otro es tan abarcador.
Su vida es la mejor lección de americamismo. Nacido en Cuba y consagrado desdesu adolescencia habanera a la causa de lalibertad de su Isla, las ve pronto -a Cubay a la'libertad..:- como grano y remate delas del Continente. Cuba es en su obra laraíz y el frutó, la razón de su ser y su meta humana. Aquel espíritu' religioso sinIglesia, fundió en una sol~ ,entidad a ~ios
y a su patria, e incl~so Cito a.la patna ya la libertad por encuna de DiOS. Muchasideas sostuvo y muchos ideales lo sacu<;iie"ron pero nunca dejó de pensar que "sualm~hada era la muerte, y Cuba su únicosueño". "Patria es humanidad"; dijo el pa-
* Palabras dichas en el Congreso deLiteratura Iberoamericana, en la Facultad de Filosofía y Letras de México, el 2 de septiembre de 1953.
J O S EMARTItriota que en su cubanismo y su americanismo acendrados no cobijó ningún sedimentopatriotero ajeno a la concepción de la tierraamericana, que es de espíritu esencialmentecosmopolita y antichovinista.
Su inmediata residencia en España le quitó,. desde su juventud, una posible limitación: conoció en sus raíces la cultura española y al lado del pueblo español sintióy batalló -con motivo de la primera República- por la libertad. Buen americano,buen amante de la justicia, condenó siempre la Conquista y la Colonia, por conquista y por española, esto es, por principio moral y jurídico y, a la vez, como motor necesario para echar a andar nuevamente alpueblo cubano en contra del régimen que looprimía. Pero esta condición fuerte y cristalina de americano de nacimiento y de pensamiento, de hombre del continente de lalibertad y del porvenir, de hombre sin resabios coloniales ni malinchistas, no impidió que también cristalina y fuerte se mostrara su posición hacia el pueblo español. EnEspaña se combatió, se combatía en su tiempo y se combate hoy mismo por la libertad,y raíces también españolas alimentan e!tronco de la revolución hispanoamericana."Por la libertad de! hombre se pelea enCuba -dijo- y hay muchos españoles queaman la libertad". En la cátedra krausistade Madrid y Zaragoza, y junto a la manta ya la escopeta del baturro que lo emocionan en sus Versos sencillos, aprendió a distinguir, a tiempo, que existe "la España podrida de b monarquía conquistadora" y hotra "en que renace apenas la Espaiía estancada de las nacionalidades". Distinguió desde la adolescencia dos tipos de español -losdos tipos de hombre de todas partes-:"los que prefieren la España del Alcalde deMóstoles a la de Felipe II" y "los que quisieran sentarse, desgreñados y humeantes,
sobre las ruinas de! mundo". Y tampoco leimpidió ver su pasión de americano insurrecto que la lengua española -venida deEspaña, esencia de la cultura española, peroque sólo la ceguera sectaria puede ver comosímbolo de imperio y esclavizamiento- ese! gran vinculo de! rosario de pueblos quela hablan y la poseen con tanto derecho yautoridad como los españoles. "Que se marque al que no ame -escribió-. Por espafiOla no hemos de querer mal a Santa Teresa, que fué quien dijo que el diablo eraquien no sabía amar". Con el lenguaje delos comuneros de Castilla, e! buen americano sostuvo la libertad en EspaJia y enAmérica.
Su americanismo literario y polí tico dael mayor jalón y gana definitiva :forma
con su residencia en México, y luego enGuatemala, y más tarde en Venezuela. Esla geografía continental 'lo primero quesubyuga al isleño del trópico: "la tierra seabre a los pies, honda, verdadera, sembradaa cuartones", escribe su azoro al subir deVeracruz a la altiplanicie. "¿Por qué, en lanueva tierra americana -pregunta pocodespués- se ha de vivir la vieja vida europea?" Y así pide nueva literatura americana, y pronto queda incorporado, del brazode Manue! Gutiérrez Nájera, al modernismo mexicano; y al mismo tiempo pidenueva pintura, aconsejando y previendo elderrotero que llevó a Ivléxico a la gran pintura contemporánea. No es un hecho casual,sino lógico y significativo, que Diego Rivera los haya recordado, juntos, en la Alameda de México.
Pero no es eso todo: en México incorpora Martí a su americanismo otras cifrassin las cuales toda tesis americana está rotaen su base. En México encuentra por primera vez al indio. Desde Progreso y Campeche siente la cultura mayaquiché, quelueO'o tocará con delectación en Guatemalay e~tudiará toda su vida, y en la alti~la~icievive directamente otras grandezas llldigenas: así su concepción americana aprehendeel sentido estético de culturas afortunadamente vivas. Y su vida en México, en momento trascendental de nuestra historia, lepermite ver, de carne y .hueso, el val~r deilustres indios: en e! gobierno, la glona de]uárez, poco antes muerto; en la política
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y las letras, a aquellos dos pilares de genioy patriotismo que fueron Altamirano y Ramírez: así su americanismo se enriquece de.admiración por la capacidad de la viva razaamericana. Su indigenismo asienta los piesen el pasado y en el presente de México. Y,cuando en campos y ciudades, ve a la población india dolorosa, "helada" como él dice, y cuando más vencida la ve en Guatemala. forma filas, apasionadamente, en· laReforma juarista. Es, desde entonces, unhombre de la Reforma; y cada día va aserlo más en Hispanoamérica, en los EstadosUnidos y en la Cuba de su sacrificio. Lascitas sobran, porque las encontrará quienquiera en cualquier página de sus libros.
Desde Cuba, como insurrecto y comoprisionero, conoció y odió al espadón militar. México le mostrará un espectáculo tristemente inolvidable: el gobierno de Lerdode Tejada cae bajo e! mando del generalPorfirio Díaz. Martí preferirá dejar la tierra que ama; y por igual espadón- ahorael de Rufino Barrios- abandonará. Guatemala; y por el mismo --envainado en fundamentirosa- dejará la Venezuela de AntonioGuzmán Blanco. Es más: ante el heroicomachete que corría peligro de transformarse en espadón, orientará a Máximo Gómezy a Antonio Maceo hacia una guerra democrática y una gloria perenne.
La fe en la grandeza política de Américase la da J uárez, que es el gran americanoque, por indio y por liberal, está en su corazón más que todos los demás próceresdel Continente; pero en Venezuela se encuentra con la gloria de Simón Bolívar, dePáez, de Sucre, y "la Guerra a Muerte" leda el sentido épico de la liberación americana. De Hidalgo llevaba también desdeMexico, y conservó siempre, la ternura yla gracia.
Indigenismo estético, humano, reivindicador, y anticaudillismo político y ética hispanoamericana son los materiales esencialesque el cubano recoge en el Continente.
Su americanismo se salvó, con la estanciaen España, de la fácil desviación antiespañola, y va a salvarse, con la residencia dequince años en los Estados Unidos, de todadesviación antinorteamericana. Desde Cuba,a través de Lincoln y de Longfellow, amólas libertades políticas y entrevió los valores literarios de los Estados Unidos; y desde México aprendió a temer sus fuerzas imperiales. Una definitiva frase suya precisará, años después, su maduro concepto:"Amamos a la patria de Lincoln, tanto como tememos a la patria de Cutting." 'Martíse entusiasmó desde el primer momento porel "rebaño de reyes" que encontró a su llegada a Nueva York. Desde entonces le pareció .admirable el himno al trabajo de lavida norteamericana. Si en todas partes Martí se sintió pueblo, pueblo trabajador y altivo, ese sentimiento se acendró en NuevaYork. Hay indudablemente una correspondencia espiritual entre este hombre incansable y volcánico, y la volcánica e incansable Babilonia. Su ciudad, su ciudad internacional, su ciudad de todos, de cubano ehispanoamericano esencial y de ciudadanodel mundo, es Nueva York. "Aquí se cogela flor de la selva y se respira el vapor delantro. En esta colosal redoma, por maravillosa alquimia, se renueva la vida", escribió.El sentido universal y cosmopolita sin elcual el buen americano es una entidad mutilada, lo adquiere Martí en los Estados Unidos, como no lo llegó a tener ningún otrohispanoamericano de su época. Y desde Nueva York. siente las luchas obreras de carác-
ter internacional ante la ejecuclOn de los deChicago del primero de mayo de 1886: suliberalismo, su krausismo, su patriotismo, sedesenvuelven y alcanzan medida mayor, internacional y revolucionaria: "Las reformas,como el hombre mismo --escribe- tienenentrañas de justicia, y veleidades de fiera ...El mundo está en tránsito violento, de unestado social a otro. .. Se mezclan la justicia y la venganza". "La revolución --dijo a un socialista cubano-- no es la que vamos a hacer en la manigua, sino la quevamos a desarrollar' en la República". Sentido popular, revolucionario, moderno, se loda N ueva York a José MartÍ.
Su literatura sobre los Estados Unidos,que ocupa diecisiete tomos de sus ObrasCompletas, es paradigma del mejor americanismo. No cejó en su método de alabarmás que atacar; pero nunca hasta callarfrente a la injusticia. Jamás fué un pobrecolono deslumbrado ni servil, ni un cómplice de lo indebido, ni con la mentira ni conel silencio. "Los pueblos han de tener unapicota --dijo en una de sus más conocidasfrases- para quien los azuza a odios inútiles; y otra para quien no les dice a tiempola verdad". Exaltación de nobles ejemplos,cura de! complejo de inferioridad de hispanoamericanos de poca fe y advertencia delos riesgos que sobre Hispanoamérica se cernían, hacen el magno periodismo de Martísobre los Estados Unidos. En el proteccionismo económico de los Estados Unidos empieza a ver el mayor de sus males, la raízde la amenaza a las libertades de dentro vfuera; la situación del negro le duele y leirrita; conoce y señala las corrupciones electorales y, como cubano y como hispanoamericano, pronto puntualiza y denuncialas contradicciones de la polí tica exteriorde los Estados U nidos, y llega al dicteriomás enconado, cuando, en la ConferenciaPanamericana de 1889, los Estados Unidosno apoyan la independencia de Cuba. Suspalabras alcanzan entonces e! mismo tonode condena bíblica que usó contra Españacuando salió del presidio. Su· renuncia comoCónsul de la Argentina en Nueva York, porqueja presentada por la Embajada españolay aceptada por el Departamento de Estado,y -sobre todo- la aplicación de las leyesde neutralidad a los conspiradores cubanos,lo defraudan totalmente en cuanto a la poIí tica exterior de los Estados Unidos, yaguzan para siempre su antimperialismo.Con éste en los labios, como un credo hispanoamericano, va a pelear y a morir en Cuba, no sin recordar a toda hora que hay enlos Estados Unidos fuerzas populares y democráticas .capaces de contrarrestar, un día,las imperiales, las financieras.
Antes de citar unas cuantas de las frasesque comprueban nuestras afirmaciones, caberecordar, para el conocimiento justo del tema, que ningún otro escritor de habla española -tanto de Hispanoamérica como deEspaña- ha sentido y conocido los Estados Unidos tanto como Martí; y que difícilmente se le encontrará par en otras lenguas. Nadie ha admirado tan emocionantemente la grandeza de su independencia yde los primeros tiempos de la República, lacreación de un mundo nuevo y colosal, elheroísmo y la significación social de su guerra de Seces\ón, el himno al esfuerzo y ala disciplina que es la edificadora vida diariadel norteamericano, su sustancial amor alcimiento fundador y su desprecio por elornamento hueco, su brioso espíritu de empresa y sus conquistas en la ciencia. Quierilea cuidadosamente a Maní encontrará su
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profunda reverencia por la cuna revolucionaria de los Estados Unidos, alguna esperanza de que renazca su grandeza .democrática, y una admiración mezclada de temor por el crecimiento fabuloso, sudoroso yatlético que realizan en su época. Teme'aunos nuevos Estados Unidos que se repletande inmigrantes ansiosos de riqueza, y a laconsecuencia natural de este apetito: el agotamiento de los bienes nacionales, la ambición extendida a tierras ajenas. Ve con horror la preterición del cultivo de las letrasy de las artes, el triunfo del espíritu cartaginés por encima del que engendró la república, la sequedad y el individualismo en las·relaciones familiares y amistosas, la corrupción de las elecciones, los fraudes de la ban-ca ...
Sigamos, aurique sea en síntesis excesiva, •la voz del ciudadano, del cubano antianexionista, del hispanoamericano ant'imperialista:
"Yo esculpi ría en pórfido las estatuas delos hombres maravillosos que fraguaron laconstitución de los Estados Unidos de Norteamérica: los esculpiría formando su obraenorme, en un grupo de pórfido. Abriría uncamino sagrado de baldosas de mármol sinpulir, hasta el templo de mármol blanco quelas cobijase ..."
"Amamos a la Patria de Lincoln, pero tememos a la Patria de Cutting."
"Nadie recibe sin temblar la noticia quele pone en camino de ser jefe del pueblomás grandioso y libre de la tierra."
"La política tiene sus púgiles. Las costumbres físicas de un pueblo se entran en suespíritu y lo forman a su semejanza. Estoshombres' desconsiderados. y acometedores,pies en mesa, bolsa rica, habla insolente,puño presto; estos afortunados pujantes ...En cuerda pública, descalzos y con la cabezamondada deberían ser paseados por las calles esos malvados que amasan su fortunacon las preocupaciones y los odios de lospueblos. Banqueros no, bandidos."
"Un pueblo que comienza a mirar comoprivilegio suyo la. libertad, que es aspiraciónuniversal y perenne del hombre y a invocarlapara privar a los demás pueblos de ella."
"En América hay dos pueblos, y no másque dos, de alma muy diversa por los orígenes, antecedentes y costumbres, y sólo semejantes en la identidad fundamental humana. De un lado está nuestra América ytodos sus pueblos son de una naturaleza yde una cuna parecida o igual, e igual mezclaimperante; de la otra está la América queno es nuestra, cuya enemistad no es cuerdo niviable fomentar, y de la que, con el d¡;corofirme y la sagaz independencia, no es imposible y es útil ser amigo."
"El desdén del vecino formidable, que nola conoce, es el peligro mayor de nuestraAmérica; y urge, porque el día de la visitaestá próximo, que el vecino la conozca, laconozca pronto, para que no la desdeñe. Porignorancia llegaría, tal vez, a poner en ellala codicia."
"La simpatía por los pueblos libres durahasta que hacen traición a la libertad, o ponen en riesgo la de nuestra patria."
Y ya en Cuba, horas antes de su muerteen Dos Ríos, en su famosa carta al mexicanoManuel Mercado: "pára mí, ya es hora. Peroaún puedo servir a este único corazón denuestras repúblicas. Las Antillas libres salvarán la Independencia de nuestra América,y el honor ya dudoso y. lastimado de laAmérica inglesa, y acaso acelerarán y fijarán el equilibrio del mundo ... Si caigo, serátambién por la Independencia de su patria(de México)".
El hispanoamericanista -no hay duda deello- no es panamericanista en el orden político, sino lo contrario. La misma palabrapanamericanismo le suena mal: "Estos díashan sido de recepciones y visitas para loshispanoamericanos - escribe sobre el Congreso Panamericano de Washington. Unos
(Pasa a la pág. 20)
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1
ALu, donde el silencio
deja de ser silencio.Allí, donde la fresca luz de la palabradeja de traducirme o de ocultarme.Allí, donde la tierraes la herida que se abre al infinito,la rosa que reanima el horizonte,la desprendida flor que se levanta,allí,
otra vez,. volví a tu encuentro.
Todo callaba en torno tuyo.El silencio del mármolera más cristalino.Era tu propia) inexistente estatua,transparencia de olvido sobre olvido.Si tocaba tu cuerpomis manos comprendían la tersurade un agua deshojada.Si besaba tus labiosmis labios te sentíanotros labios más dentro de tus labios:mar del beso caído en otros, mares,beso náufrago que busca otros nau-
fragios.
Todo te consumía y te ocultaba.Lo que llamaba fuego era ceniza,una roja ceniza en movimientopero ceniza, al fin, ceniza en llamas.
Saint-Cloud, 16 de mayo de 1951.
JI
eAEN las hojas hacia la tierra
y todo cae como las hojasy todo se levantay crece como las hojas . ..
¡Oh primal/era inútil! ...Todo se me desploma en el vacío,todo desaparece y se confunde.Todo total, hecho de ti, de todos,de todo lo que existe sumergidoen el tierno esqueleto de la rosa.
Mira mis ojos,mira el oscuro espejo del corazón:la soledad me ahogacomo una campanada de silencíoque se repite en mil y mil campanas,y nadie, sino tú, puede mirarlacaer en el abismo impenetrable.
TRESPOEMAS
---..
de
Jorge González
Durán
Vaya la nada,al angustioso nunca,a la sombra sin sombra de la muerte;
prisionero sin cárcel
porque todo es caer a otra caídacomo se caen las alas de los pájaros,
como se cae la luz en la ceniza.
7
Eternidad de un tiempo que no exis
(te,de siempre y para siempresoy la sombra de nadie,de cualquiera,nada soy e'n la nada que me envuelve,nada estéril, voraz, pálida are'naque desciende, que cae, que se anona
(da.
Saint-Cloud, 30 de mayo de 1951,
III
RECOGI de tus manos
una a unalas gotas de agua,las perlas de la salque en una orillade la flor del azahar de los naranjosse despedían del sol,de la mañana,del mar azul que fueron desprendidascomo las frescas uvas de la vid.
En cada gotaveía brillar el sueño de la brisa,los murmullos del prado en que des
(ciendenoche a nochela silenciosa luz de las estrellas.
Veía, también, tu imagen reflejada,el invisible paso de las olasy una música blanca,de nubes,de palomas,de rocío,florecía de tu rostro,me inu'ndaba,iuundaba la sed,la sedienta mirada que te miraen la playa invisible de tu mano.
Era después una islauna isla grisde corales crispados.Isla desesperadaque las olashan ido abandonando.Isla de angustiaa la que azotala inextinguida voz de los ahogados.Isla negrade páramos oscuros:isla. del corazón desamparado.
Saint-Cloud, viernes 18 de junio de 1951,
SEMBLANZAde
DON MANUELTOUSSAINT
plorada a ó:tra desconocida "cuyosmonumentos aguijoneaban mi curiosidad". Viajando, en la vista deojos, comprobaba datos, indagabasobre tesoros artísticos que no había oído mencionar, daba con losfamosos. En Oropeza, yendo haciaGuadalune, halló un castillo ypronto "hice Un croquis de ·!a planta, reconstruyéndolo como me ima·ginaba que debía haber sido y torné al hotel por el camino máslargo ..." En Talavera visita fábricas de cerámica y luego contempla los azuleios desplegados sohre los muros de la ermita de laSeñora del Pr:ldo, pe¡'o recuerdaque no es ahí, sino en Sevilla, donde los esmaltes todo lo invaden,donde la fuente'. "única per sujoyosa alegría, debe~u ser al aiuleja".
Trashumante en México, antes ydespués de su viaje a Europ~. vay viene por las huellas de los SIgloscoloniales, se sumerge en el ambiente a que aún se aferran los monumentos, provocando en el contemplador sensitivo la evocación de lasénocas de esplendor. Al 'nublicarPaseos coloniales, don M~llllel ofre~ce a la imaginación di vagaclora,tanto como al'exigente interés historiográfico, una serie (le visitas a creaturas que considera hayque ver y explicar. Trasiega loque encuentra mud,!: "descuhrir l,aspinturas tras el en.1arrado, las fIrmas baio los cuadros,' la<; avarasinscrinciones que ocultan significado". Estudia el coniunto, apreciael estilo hace la síntesis: "eleEciosame~te fatigoso trabajo". Sólqque no para en esto, pues acopiadatos, hurga archivos, ~~n,rrontanoticias, razona sobre poslblhdades.A veces, "el secreto resiste a entregársenos" .
Toussaint no se desenvuelve porla vía de sus gustos literarios apesar de poderlo hacer. Una razóninobjetable ha debido tener paradedicar su gran esfuerzo a presentar las cosas atendiendo de preferencia los aspectos positivos y restauradores de los hechos que estudia. Nuestro país también necésitaseriedad y consistencia, que no sólotalento gastado en improvisacionesy lirismos. Demuestra que ha comprendido la importancia de acercarse a los hechos y examinarloscuidadosamente, y que no los tomatampoco como pretexto para urdirteorías estéticas inconsistentes, niaventurar bonitas afirmaciones superficiiales. Critica acerbamente,todavía más, cáusticamente, a historiadores y críticos de arte queresplandecen en errores .y sinsentidos. Pueden encontrarse numerososejemplos en sus pláticas, artículosy ensayos, sobre su interés en fustigar con la ironía adecuada, a desaprensivos o ignorantes.
En el lugar de investigador queél se ha formado, alguna vez, conmotivo de formular un recuerdo deSalvador Toscano, se define en laspáginas de los Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas. Dice que ser investigador consiste enrealizar esta tarea: "¿ Simplementereunir datos, nombres, fechas, lugares, como las piecesitas de un rompecabezas que pueden acomodar$e ydar eso como solución del problema? ¡No! La investigación es unrompealmas, porque tenemos queponer todo nuestro YO, todo nuestro espíritu, en lo que estamos estudiando. El historiador tiene que·reconstruir la parte de la existencia que está estudiando; si no reconstruye esa parte de ·existenciasu obra no es válida".
Esa forma de desenvolverse laacusa en su trabajo sobre la catedral de México, mny especíalmen_te. En 1917 se presenta con unamonografía sohre el monumento,'
(Pasa a la pág. 28)
UNIVERSIDAD bE' MÉXICO'
de lo que ha dado, sino antor deobras maestras en la historia de lasartes espaciales, buenas por la honradez con que está realizado eltrabajo, por la puntualización desus temas y el apoyo que se hadado a lo histórico con datos deprimera mano. Superando de estemodo a las muy usuales formas dehacer las cosas -simulando investiaaciones o sabiduría, plagiandoa~tores olvidados, tomando a la ligera conocimientos que al rascárseles descubren ser prejuicios-, donManuel ha hecho honor a la belleza de las obras de arte y al respetoque merecen los artistas. Y lo quees más, frente a los saqueadores ydestructores del legado artístico deMéxico, ha luchado por la preservación, siguiendo los dos caminosposibles: empleando la minúsculaautoridad del gobierno para tratarde impedir las depredaciones de lavulgaridad, la desidia o el mercantilismo; educando a compatriotaspara que sepan 10 que tienen y vale.
En lo que va de su vi(la de autor,él se ha encargado de pintar supropia persona. Se puede conseguirdar idea de la pintura, resumiendofrases características. En sus Viajes alucinados. Rincones de Espaiía,se encuentra dando un rodeo a losexteriores de la Catedral de Santiago y de pronto exclama: "-Puerta Santa de la catedral en la plazade los Literarios, (i mi plaza!) ..."En efecto, en los años tempraneros aún presentes, había hilado poesías y ensayado la crítica literaria.Con la vocación hacia las letrasdesde siempre, ha soltado imágenes poéticas tan presto como gustado del rigor del lenguaje. Snspiernas, forasteras como él, "torresn.nvertLdas de otra catedral!" leconducían de una ciudad ya ex·
mundo. Por simpatía, viene a tenerrelaciones de emprendedora amistad con Saturnino Herráu, Alberto Garduño los Loera y Chávez,Castro Leal... y tras de fijarausto y razón en las muestras del~rte colonial que en el México dehace apenas tres décadas y pico,le servían de escenario a las juveniles inquietudes, se lanza a Españay deambula Europa. Como en México, por allá va a los grandes ya los pequeños motivos de interés,los escudriña, ata cabos, inicia críticas y, sobre todo, los goza mtensamente. Toussaint aplica entoncessus aptitudes literarias formandoestampas de España que entregaal público como "viajes alucinados". Sin exaltaciones ni desproporciofIes hace resaltar tan prestolo más impresionante de un golpede vista, como las fisonomías distintivas de pueblos y gente. El afánde ver, enlazado al de juzgar, lemovía por los caminos y le metíaen ciudades y recintos, disfrutandode las reliquias artísticas tras lascuales percibía prestigios mortecinos. y sobreponiéndose a las emociones evocativas ensayaba descripciones, apuntaba plantas, relacionaba diseños, Ya había dado a luzsn primer trabajo sobre la catedralde México. Ahora se prenarabapara escrihir la historia del arteque se produjo en América para ladiásnora esnañola. Su experienciaen España tenía que servirle paramane iar los problemas de la plástica l~ovohisp;\1la.
Durante las tres últimas décadas,por su propio impulso, a título desí mismo, mediante inteligencia ytrabaj o, ha llegado a ser para México no sólo Doctor de la Universidad Nacional en reconocimiento
Por Pedro ROJAS RODRIGUEZ
8
D AR alguna idea acerca deotra per~ona señal,ando 10<;
rasgos lnas caractenstlcoS, estarea fácil y cotidiana. El renombre también permite conceder aprecio, aunque las razones proveilgande segunda mano. Pero el conocImiento a que llevan fama y obraso bien cadenas de simpatías y lasobras 'mismas, es el que más seaproxima a las nociones positivamente justas, siendo estas últimaslas que definen a quienes son objeto de nuestro interés, mediantecoincidencias en la forma de ver lavida, de quererla hacer y de saberaquilatar las intenciones ya realizadas.
Una personalidad tiene generalmente muchos ángulos desde loscuales puede juzgársele. Sucede asícon el maestro Manuel Toussaint.Sin embargo, la parte de su individualidad que se ha traducido enobras, es la que mejor 10 define.El ser amante de las artes le hallevado a ir donde estén, a verlasde cuerpo presente, procuraudoparalelamente investigar antecedentes y exponer los resultados de susestudios acerca de ellas. Se puededecir que sus consignas han sido:saber gustar, dar cuenta y propalarfirmezas sobre las obras de arte.Empero, al señalársele, de este modo no se ha hecho mas que pasara ~n segundo plano desde un .p;imero en que se ha mostrado vIaJero por ámbitos del presente y delpasado, resucitando el espíritu dehumanidad bajo las verdades de lascosas y de las reflexiones objetivas.Este plano de los propósitos, eleacuerdo con los cuales se couducela vida, con todo y ser de la mayorimportancia, en este caso está dominado por otro más profundo. Enefecto, un tercer modo de ser alienta bajo los otros, en forma de sensibilidad hacia las formas y suscualidades, de intuición para suscon tenidos, de. f1 {¡ida extraversiónsentimental de la belleza.
Los homenaj es tienen por destino enaltecer a los hombres aunque sus figuras se resieutan a causa de las circunstancias en Cjue seotorgan. De aquí, el que un esbozo de retrato pueda ser más justo y con mayor razón si se apegaa dichos y hechos del sujeto. Seescaparán cualidades quizá valiosascomo las que más, pero que al fintendrían que acabar en la disipación, en cambio, permanecerán reiteradas las que hacen honor a lareal voluntad de ser, las que llevana producirse, a exponerse. Don Manuel Toussaint merece ambas POSI
bilidades de exaltación y se le hancumplido. Sólo que ahora nuevaspersonas vienen ocupándose en l.astareas a relevo de la cultura, y llenen algo que hacer presente, puesreciben frutos del esfuerzo que seha hecho y aún se viene realizandopor los mayores. Don Manuel nosha entregado muchos libros y nosha dado muchas con ferencias sobreel arte colonial en México y Latinoamérica, por 10 que le debemosunas palabras. Sobre todo, nos haayudado a conocer y gustar de lascosas, para restau rar abiertamentenuestras conexiones con un pasadoque ha condicionado el subconsciente colectivo que manejamos cotidianamente y al cual, por proselitismohacia modas importadas, frecuentemente se ha ignorado.
Un retrato de Toussaint se puede intentar en estos trazos: jovenávido de saber, estudia hasta losprimeros años de Leyes y cortasu carrera porque comprende quenada tiene que hacer con una profesión que no hace juego con sutemperamento e inCjuietudes. Amigodilecto de la literatura, se cultivapor ella abriéndose ventanas al
UNIVERSIDAD DE MExico9
Fig.3.
parte les sería superflua... Seocultan en las regiones subterráneas, gran cantidad de aguas ricas en peces, que la inacción haconvertido en inmundos. Si alguna vez estas aguas surgen a lasuperficie, llevan consigo unamuchedumbre de ánimas de hórrido aspecto." (Libro 1, habitualmente el I1I, xVI-4).
Desde Séneca transcurren muchos siglos hasta q:'e d P. Atanasio Kircher publique en 1664,su interesante y curiosísimo, portantos conceptos" Mundm subferraneus. Después de Kircherhay que dejar llegar el siglo xxpara que se inicie el estudio científico de las cavernas y de sufauna. Entre 1879 y 1880 se establece en Viena una sociedadpara el estud io de las cavernas(Verein 1m Bah/en/tunde). Másadelante Daubrée dió impulso atales investigaciones y gracias alesfuerzo de Marte! la Espeleología adquiere rango de disciplinacientífica y dentro de ella nacela Bioespe!eología o Biología delos seres trogloditas o cavernícolas.
Las singulares condiciones delambiente subterráneo obscuro,húmedo y de temperatura casiuniforme son la causa de que enlos tenebrosos abismos no puedan prosperar las plantas verdesque, a lo sumo, se asoman temerosas a la entrada de los obscuros antros.
La falta de ojos es el rasgodomin;mte en los animales cavernícolas; lo mismo en los peces, que en los camarones o enlos insectos la ceguera es la norma y, aun, en los raros seres enque estos órganos pers:sten, máso menos atrofiados, son inútiles,ya que la falta de luz les impidefuncionar.
La carencia de vista s~ compensa con la mayor agudeza delos demás sentidos; antenas, palpos y patas son largos, ,sutiles ydelicados (fig. 1) y los órganostáctiles que en ellos residen sonmuy agudos y sensibles. La propia longitud de estos órganos,hace que sean utilizados por susposeedores del mismo modo a como el ciego emplea el bastón conel que amplía el círculo de suactividad y así suple, en parte,la deficiencia de su vista. Estosórganos son los que guían yorientan a estos seres en las tinieblas; tal vez perciban ademásotra suerte de peculiares impresiones, para nosotros desconoci
das.El tono general con que se
visten los cuerpecillos sutiles delos animales trogloditas, es unaP'llidez fántasmal que los convierte en seres espectrales, cosaque acentúa su impresión de tenuidad y delicadeza. La falta deluz impide el desarrollo de sus
ciegos como lo son nuestros topos y nuestras ratas, los cualescarecen de visión que por otra
Por Enrique RIO]A
Fig,2.
del
Fig. 1.
EXTRANOSPOBLADORES
LOS _
MUNDOSUBTERRANEO
INVESTIGACIONES MEXICANAS
cebidos entre aire espeso y ciegoyaguas sucias por la quietud. Lamayor parte de estos seres, son
EL mundo subterráneo ,for
mado 'por simas, socavones y cavernas, torna,unas veces, la magnífica
apariencia de fantásticos pala-cios, de suntuosas estancias, decoradas con profusión por estalactitas y concreciones que bordan y tejen pétreas filigranas"animadas, tal vez, por apacibleslagos de quietas y transparentesaguas, sobre cuyas tersas superficies tintinean sombrías las cIaras gotas de agua que caen desdela altura; en otras, se resuelveen un' laberinto' intrincado' degrietas, estrechos pasadizos y fisuras insignificantes que cruzanen todos sentidos la roca, hastaperderse en las capas más profundas, que llegan hasta losabismos inaccesibles.
Este imperio de la obscuridady las tinieblas, no sólo está poblado por los engendros de lafantasía, nacidos al calor de lasuperstición y el miedo, sinotambién por humildes criaturasque, dentro de su insignificancia, toman rasgos y perfiles pordemás curiosos y extraños quelas apartan, por su aspecto, porsus actividades y por su ecología,de los seres que gozan de la alegría de la luz, y que nos son familiares.
Los insignificantes pobladoresde las cavernas nq pasaron inadvertidos para' las gentes de otrostiempos. Desde muy antiguo setenían noticias de ellos aunquese les atribuían terroríficas virtudes y dimensiones espantantes,que están muy lejos de tener.
Dragones, cuélebres y vestigIos quedan reducidos a pequeños insectos, insignificantes cochinillas de humedad, pequeñoscamaroncitos y cangrejos, pálidas arañas, ágiles ciempiés, pececillos de piel blanquecina, salamandras o tritones y otras interesantes sabandijas.
Tales seres llamaron pronto laatención de los hombres de estudio. Entre las más antiguas indicaciones acerca de ellos están lashechas por Séneca en sus Qual'stiones Naturales a quien cabe elmérito de ser, tal vez, el primerescritor que habla de un modoindudable de los animales quepueblan las cavernas al tiempoque establece su relación con losque constituyen la fauna hipogea, aunque no se substraiga deltodo al ambiente de su tiempo.A pesar de ello nos llenan de admiración las s'iguientes líneas delilustre cordobés; "Bajo la tierrahay vastas cavernas, inmensosespacios ... Todas estas simas están llenas de aire, pues, el vacíono existe en ninguria parte. Allíse encuentran estanques encerrados en las tinieblas y amplísimoslagos. Allí también nacen animales, pero pesados y deformescomo es natural, ya que son con-
Fig, 4,
lÚ
células o elementos pigmentarios. (Fig. 2).
En las cavernas no sólo vivenlos auténticos habitantes de lastinieblas o troglobios, sino losaficionados a su apacible retiro,los troglófilos, que las frecuentan quizás atraídos por la tranquila quietud o por el silenciosoambiente que en ellas existe, como los murciélagos o el legendario guácharo o pájaro del aceite de los venezolanos; estos. alllegar el día, se guarecen en ellasy así evitan la agria luz del día.También existen en las cavernaslos seres extraños a ellas, lostrogloxenos, que sólo despistadosllegan hasta sus tinieblas, tal vezpor ser en ellos instinto naturalhuir de la luz.
Las investigaciones bio~spelco
lógicas han esclarecido muchosproblemas generales 'planteadosen el campo de la Biología. Entre otros, se puede citar el de badaptación que aquí aparece másevidente que en ningún otro medio, por el profundo influjo quela falta de luz produce en los seres ;"ivos, Infinidad de cuestionesecológicas y de distribución sepueden resolver con esta suertede estudios, Las investigacionesefectuadas acerca de la faunacavernícola en Yucatán y Cuba,confirman y afianzan las ideaspredominantes acerca de las relaciones que en otros tiempos tuvieron estos dos países.
Les investigaciones que se
efectúan en el Instituto de Biología, permiten esbozar ya, a pesar de estar apenas en su faseinicial, varias zonas en la distribución de la fauna de las cavernas mexicanas: lo. e! grupo d,~
las cuevas de la zona de Valles,en la sierra de! Abra, con CuevaChica, los Sabinos, e! Pachón,Quintero, la Ventana, etc.; 20.el de la región de Córdoba conCueva de Ojo de Agua Grandey otras; 30. e! de Comitán conla Cueva del Tío Ticho, Zapaluta y que tal vez se' extiende
hasta Cerro Hueco cerca deTuxtla Gutiérrez; 40. el grupode Yucatán con sus múltiplescenotes y aguadas; tal vez el sistema de Cacahuamilpa forme un
grupo con una fisonomía especial.
Los estudios sobre la fauna cavernícola de México, se iniciarontempranamente en este país,cuando apenas la Bioespeleologíabalbuceaba en Europa. Bilimekque visitó México en los tiemposde Maximiliano descubrió en labellísima cueva de Cacahuamilpa, varios extraños animales quedió a conocer en 1867. Algunasdudas suscitadas sobre un ~rus
táceo que describió cstán cnvías de esclarecerse, por los es-
tudios que actualmente se efectúan en e! Instituto de Biología.
Posteriormente contl';buyeroncon unos descubrimientos: Packard, en Monterrey, en 1900,
UNIVERSIDAD DE MEXICO
y más tarde Pearse, Creaser yHall en 1932 y 1936-'en Yuca~
tán. En 1940· la New YorkAquarium Expedition, explor6Cueva Chica a donde acudió·para obtener sardinitas ciegas'(AnojJtichthys jordani). Durante ella se recogieron acociles yotros crustáceos cavernícolasque fueron descritos por Hobbsy Van Name. En 1942 y enaños siguientes, los Doctores Bolívar, Bonet, asocio Tafall, Peláez y Alvarez del ViIlar efectuaron importantes estudios, yexploraciones en ·la región deValles y muchos de ellos publicalxm trabajos y describieronespecies nuevas. El profesorHobbs describió en 1943 un acocil que vive en la Cueva deOjo de Agua Grande 1
El laboratorio hidrobiológicodel Instituto de Biología de laUniversidad de México, exten~ió
sus investigaciones, al campo dela fauna acuática e higrófila delas cavernas de México. (Figs. 3y 4). Dados los medios disponibles y la información bibliográfica con que se 'cuenta dirigió suatención a los crustáceos, qu,~
tan singular papel tienen en la
ecología troglodita.En 1942 tuvimos ya ocaSlOn
de iniciar estos estudios al describir dos pequeños crustáceos ostrácodos nuevos, desconocidoshasta entonces por los z0610gos,cuyos dirninutos cuerpecillos,
IV C¡O N G RE SO NACIONAL DE SOCIOLOGIA
DIRECCION DE DIFUSION CULTURALSEMINARIO DE POESIA MODERNA
Conferencia inaugural, Poesía y poema, ¡;or Octavio Paz. 30 deoctubre.
Poesía espaiíola contemporánea, ¡;or M~x Aub. Noviembre 3, 4,5 y 6. .
Poesía mexicana del siglo XX, por Henrique González Casanova. oviembre 11, 12, 13 y 16.
A las 17.30 horas, en el aula "Martí" de la
FACULTAD DE FILOSOFIA y LETRAS
Baj o los auspicios de la Secretaría de Educación Pública, laAsociación Mexicana de Sociología ha organizado el IV CongresoNacional de Sociología que tendríalugar en la Ciudad de México,D. F., del 20 al 30 de octubre de1953.
Se ha hecho invitación a esteCongreso a Jos catedráticos deSociología de las Universidades einstitutos de cultura superior, a losmaestros normalistas, a los estudiantes y en general, a los intele¿tuales de México y del extranjerointeresados en cuestiones educati_vas.
La actividad del Congreso seráexclusivamente proyectada al estudio de la Sociología de la Educación. Puede verse en la Convocatoria que las finalidades del Congreso son principalmente: el estudio de la educación en sus diversosaspectos, desde el punta de vistasociológico; el estudio de los problemas que implica poner la enseñanza al alcance de todas las clasessociales, hasta lograr hacer dela educación un verdadero derechosocial; el estudio de les problemtissociales de la educación en .México.
El IV Congreso Nacional deSociología no tratará en sus sesiones, según se especifica en el regla-
mento, asuntos de política militante ni temas de carácter religioso.Serán considerados miembros activos del Congreso, con voz y voto:los catedráticos de Sociología invi_tados; las personas e. institucionesque, además de inscribirse, presenten algún trabajo aceptado por laComisión Organizadora, sobre cualquier punto del temario; los hliembros ele la Asociación Mexicana deSociología; y quienes acrediten supersonalidad como representantesele institutos superiores de cultura,universidades o escuelas normalesde México y del extranjero.
En el Congreso se presentaríantrabajos en cualquier idioma, sin
límite de extensión, los mayores de15 páginas deberán llevar un resumen del tema tratado en no másde 5 páginas.
E1 Comité Directivo del Congre.so de Sociología estará formadopor los Dres: José Angel Ceniceros, Secretario de Educación Pública; Nabar Carrillo, Rector dela Universidad acional y LucioMendieta y Núñez, presidente dela Asociación Mexicana de Sociología y Director del Instituto deInvestigaciones Sociales de la U.N. A. M.
El extenso temario propone elestudio de un número enorme deasuntos relacionados con la educa-
ción, como son por ejemplo, entrelos principales: El Medio Físicov la Educación; El Factor Bioló~ico y la Educación; El FactorPsicológico y la Educación; ElFactor Económico y la Educación ¡
El Factor Social, Los TrastornosSociales (la orfandad, el divorcio,la guerra, la delincuencia, etc.),Las Instituciones Sociales y la Educación. En la Segunda parte delTemario pueden hallarse tambiéninnumerables oportunidades paradesarrollar un estudio en relacióncon "Las técnicas y ElementosEducativos como funciones Sociales".
Según se advierte en el Regla_mento redactado por el Congreso,"los acuerdos y resoluciones delCongreso y de las Secciones, se tomarán por mayoría de votos de losmiembros que concurran a la sesión plenaria; el Presidente delCongreso y los de las Seccionestendrán voto de calidad para elcaso de empate en las votaciones",
Por otra parte, indica tambiénen el Reglamento: "Los trabajosa los cuales se otorgue MenciónHonorífica, serán preferentementepublicados en la Memoria del Con~
greso. Todos los demás que se presenten y aprueben se publicarán deacuerdo con las posibilidades materiales con que se cuente".
UNIVERSIDAD DE MEXICO
apenas miden medio milímetro;estos seres de vida muy singular,pertenecen al género Entocythere y deambulan sobre los acociles que pueblan las aguas de Cueva Chica, sujetándose a las microscópicas cerdas que revistensu cuerpo, en busca de los residuos de sus producciones tegumentarias o de detritos diversosque·les puedan servir de alimento, al modo como lo hacen lospiojillos de las aves entre la intrincada selva de sus plumas.En sus correrías sobre e! cuerpode los acociles llegan a: veces hasta sus branquias y así gozan nosolo de la intensa renovación deagua que en ellos existe, sino quequizás, toman también algo de lasangre que riega aquellos órganosrespira torios, muy vascularizados.
A partir del año 1949 e! profesor Alejandro Villalobos ernprendió una intensa campañabioespeleológica en las Cuevase:;)pbzadas en la vertiente delGolfo de México. Los resultadosno han podido ser más fructíferos. Durante sus excursioness~ han recogido mayor núme,'ode especies de crustáceos que lascolectadas por las expedicionesnorteamericanas a Yucátán y aCueva Chica. Hoy la colecciónde crustáceos cavernícolas deMéxico del Instituto de Biologíaes la más imporúnte y la másco:npleta de cuantas existen. Enla i;npo~ibilidad de señalar detalladamente todos los hallazgos,que han conducido a describir,ha,ta ahora, unas 11 especiesnuevas y establecer cuatro géneros también nuevos, se haceuna breve indicación de los másinteresantes.
En la Cueva de Quintero, Alejandro Villa lobos descubrió uncamaroncito ciego, que estudióy descubrió con gran competencia, perteneciente a un grupo enq.ue sólo se conocen cinco especies cavernícolas en todo e! mundo. Este notable crustáceo, alque científicamente ',se le hadenominado Typhlolepidomysisquinterensis, (fig. 1) tiene uncuerpo transparente como el crisral, no llega a un centímetro de'
longitud y en cambio tiene larguísimas antenas, como sutilísimos f1ange!os, cuando menos tresveces más largas que e! cuerpo.
Con este crustáceo vive otrode cuerpo aplanado y pálido, delgrupo de los isópodos, al quehemos denominado Cirolana bolivari en honor del Dr. CándidoBolivar, al que cabe el mérito dehaber descubierto en Cueva Chica, y descrito en 1950, una especie del mismo género. (Fig. 5).
En varias cuevas de México sehan descubierto diferentes especies notables de cochinillas dehumedad (fig. 6), entre ellas
varias del género Protrichonisclls
Fig.6.
11
que pertenecen a una fa:lliJ:amuy interesante, la de los triconíscidos, en la que son frecuen tes las especies que se reproducen sin el Concurso de los machos, por obedecer al curioso fenómeno llamado partenogénesis.(Flg. 7). De esta misma familiase descubrió una especie muy cu~riosa en la Cueva de Ojo de Agua,?rande, cerca de Córdoba, quetIene la particularidad de que latendencia a vivir en lugares húmedos de sus congéneres, se acentúa en ella, al extremo, de quese encuentra perfectamente adaptada a la vida en los charcos dela cueva, en donde efectúa smactos reproductores. Confirmaneste hecho e! que sobre el crustáceo se fijan infusorios cavernícolas acuáticos muy interesantes.
En la Cueva del Tío Tichoen Comitán, lugar de donde setoma e! agua potable que abastece la población, vive un extraordinario cangrejo ciego, de! grupo de los braquiuros (fig. 2),el primero que se conoce en elmundo de su grupo, que llevaeste género de vida. Tan interesante especie la hemos dedicado al insigne botánico José Mariano Mociúo, una de las figurasmás ilustres de la ciencia mexi-cana.
Todos los seres que hemos citado se alimentan de detritos orgánicos ya que la falta de luzimpide la vida de las plantas verdes. Probablemente, contribuyen a sostener las cadena alimenticias de los seres cavernícolas,las deyecciones de los murciélagos, la murcielaguina; estos serescon su ir y venir, al volar y nutrirse fuera de la cueva, establecen la renovación de las posibilidades alimenticias dentro de losabismos subterráneos, al aportarmaterias orgánicas de! exterior.
Las investigaciones prosiguen,las recolecciones continúan conmayor intensidad, lo cual seguramente dará por resultado e! descubrimiento de otras novedades.
Actualmente, el laboratorio deHidrobiología se ocupa del estudio de diversos seres cavernícolasy otros problemas bioespeleológicos que no mencionamos porestar en vías de realización.
Los datos que poseemos, aunque fragmentarios e incompletos,nos permiten afirmar, sin embargo, que la fauna cavernícola deMéxico, es una de las más intere:;antes de! mundo y una de lasmás numerosas. Todo hace pensar que pronto será también unade las más conocidas.
1 Para más detalles ver E. Rioja. "Los Crustáceos cavernícolas deMéxico." Memoria del Cong'resoCient'ífico Mexicano. VII CienciasBiológicas. Zoología pp. 285-298.México, 1953.
iz
EN la Revista "Féminas" leí la re
comendación de que' toda joven escriba su diario. Tengo 15 años. Mepusieron de nombre Oyuki, aunque
generalmente me dicen Oyukita. Por haberheredado la cara de mi madre, hija de japonés con mexicana, me llamaban "coreana" en la escuela donde acabé la Primaria,y sé que todavía hoy mis malquerientes de!barrio me señalan con el mismo apodo.
El sábado 9 de octubre de 1952, día enque como tantos otros me regañó mi abuela, pensé a todas horas en Elías. A las ochode la noche acudí a una cita que ayer medió. Somos novios.
Terminamos el 2 de diciembre. A partir de esta fecha nada memorable sucedióhasta hoy, 25, en que tuve que ir a dormiral piso .de arriba por una riña con mi madrea causa de ese señor que aborrezco tanto ydicen es mi padre.
Sin más, transcurrió e! tiempo. El díaúltimo de diciembre también pintó mal ypasé dormida la entrada del año. Se disgustaron mi abuelita y mi mamá tan sólopor mí. ¡Qué desgraciada soy!
El 2 de enero de 1953 me habló de nuevo Elías, muy arrepentido según él. Era'viernes y le conté' puras mentiras.
Dos semanas después, el 16, terminamosporque le contal'On que yo lo hacía tonto.No sentí pena ni rabia, pues era verdad:lo hacía tonto con Ernesto. Pero lo quesí me produce indignación es e! pensar quecuando lo hice tonto con José Luis no ledijeran nada.
El 19 de enero, mi abuela nos echó encara que tras que estábamos arrimadas éramos unas cochinas.
El 21 supe que la chismosa de MaríaCristina fué quien puso a Elías al corrientede mi infidelidad.
El 24 platicó María Elena con él. Erasábado.
y el sábado siguiente, 31, lo ví en latienda que está en la calle de la Luna.
El jueves, 5 de febrero, me dijeron queya tenía una novia en la calle de Zaragoza;pero yo sé que "el que picones da, picadoestá"..Sí, lo quiero; no lo niego. Más si yohe olVidado tantas cosas, ¿por qué no olvidaél? No puedo explicarme cómo después dehaberme dicho que me amaba, y habérmelodicho llorando, se comporta de este modo.¿Tan pronto olvidan los hombres, sus promesas?
El 8 de febrel'O peleó mi madre con miabuela. ¡Oh, cuándo se acabarán los disgustos de familia! Este mismo día, me cuentan que el miércoles a las ocho de la nochepasó Elías del brazo de una joven por micasa.
9 de febrero.-Bronca otra vez con esesellor que odio hasta el aborrecimiento. Lloréde cólera toda la noche.
Día 16.-¡Qué vida más horrible! Mepegó mi hermano Mario porque no quiselevantal' de la mesa un vaso y un pla too Tanfuerte me pegó que parecía querer matarme. Pensé huir de la casa; pero mejor esperaré. También ví a Elías.
Febrero 24.-Me regañó mi abuel~ porlos ,gatos, principalmente por la "Fátima"que maulla toda la noche y no deja dormir., El 12 de marzo me dijo mi mamá: "Ve
a un mandado". Y como lo dije que noiba, se sulfuró mucho y me a~entó un elote.
El 13 de marzo hubo de nuevo grescaporque no fuí a otro mandado. Me golpeómi mamá. Al anochecer, reanudé las relaciones con Elías.
15.-Ha seguido un período de tranqUilidad en la familia. ¡Ojalá dure!
Marzo 26.-Elías riñe otra vez conmigo.Quedamos en vernos el sábado 28.
Pero lo ví el viernes a las seis y mediade la tarde, y no lo saludé, pues no teníapor qué hablarle. Si quedamos en vernos elsábado, ¿por qué adelantar la cita? Y además, ¿por qué no me ha llamado por teléfono? Si él no lo hace, yo tampoco. Recuerdo ahora que el 13 de marzo, cuando meplaticó que si había tenido otra novia fué
EL
D 1 A'R 1 ODE
OYUKITA
UN
CUENTODE
Juan de la Cabada
por el muchísimo despecho que sintió alcontarle María Cristina que yo lo hacíatonto, no le pregunté nada. El desembuchótodo. ¡Qué niños son los hombres!
y desde el 11 de abril se teje una marañade chismes acerca de él, pero yo me hagola desentendida para darles en la torre, pareciendo decir con mi silencio: "Por mí,que se divierta". Sólo sé que no podré olvidarlo nunca.
Olvidé apuntar que el Jueves Santo, 2 deabril, se me declaró Salvador y le correspondí. El 8 le dije que no pensaba llegara quererlo y rompimos, pues, en realidad,así lo creo. Ví a Elías en la calle.
Lunes 20.-Ibamos del brazo María Elena y yo 'cuando vimos que torr.aba Elíasun refresco dentl'O de un tendajón. No quise hablarle directamente y le pedí a MaríaElena que lo llamara. Ella fué y le dijo:"Elías, venga tantito". El muy fatuo contestó: "Déjeme tomar mi limonada a gusto".Entonces me encendí de coraje y desde lejosle grité: "Elías, necesito hablar contigo". Elrespondió: "No puedo porque me duele unpie". Me puse blanca de furia y avancé hasta
UNlvÉRSlDAD DE MEXICO
la puerta del tendajón: "Pues a mí me duelen lo~ .dos y, sin e~barg?, ya ves, aunqueno qUIsiera verte m en pmtu¡:a, tengo quehablarte". Salió y se fué sin volver la cara.¿Por qué lo querré tanto?
Martes 21.-Hace tiempo que me acompaña Héctor. El domingo 19 fuimos al ciney me pidió relaciones. ¿Qué podré' hacerpara olvidar a Elías? l.e correspondí a Héctoro No sé si lo quiera; pero es tan bueno,tan cariñoso y fina, que pienso: "Si Elíastuviese siquiera la cuarta parte de la bondaddel otro, todo sería muy diStinto". y diciendo esto para mis adentros, resulta queya pienso y creo querer a Héctor:
Abril 23.-Me habló de' amores Raúl. Nole resolví nada porque no quiero hacer tontoa Héctor.
El 27 de abril por la mañana le dí a R:lúlel "sí", y por la tarde le dije que "no".
Rara vez me enfermo, y sólo de catarro,pero si pesco uno caigo en cama. Así estoyahora. Es 1Q de mayo. Gracias a que no tengo que ir a trabajar.
9 de mayo, sábado.~Esta tarde, haceunos momentos, me pidió Héctor que mecasara con él.
Mañana del día siguiente, domingo 10.Es "día de las madres" y regalé a la míaun corte de vestido. Estoy contenta. Hay unsol magnífico. Héctor quería venir a micasa y hablar con mi mamá. Por el momento, lo disuadí: Héctor, eso sería Unainconveniencia. Mira, no le he dicho ~adade nuestras relacion~s, porque necesitabacerciorarme de si me quieres". Respondió:"Sí, Oyukita, te adoro. ,¡Te quiero muchísimo! Piensa que serás mi mujer, no porun tiempo sino por toda la vida. Medítalobien, y luego se lo dices a tu mamá paraver qué te aconseja".
Martes 12 de mayo.-l.e han contado queel domingo, después que nos separamos, 'mefuí al cine con otro pretendiente. Furiosa,porque esto sí es una calumnia, acabamosla plática enfadados. Si no me tiene absoluta confianza, mañana miércoles, que volvamos a vernos, romperé con Héctor aunque haya de llorar mis ilusiones muertas ...el fin de mis anhelos ... ¡Ay, Héctor!
El sábado 6 de junio nos contentamos yel 11 rompimos, porque de repente se topócon Elías y pelearon a golpes. Francamente,ganó Héctor; pero yo me puse de parte deElías, con quien volví después de la pelea.¡l.o quiero tanto ... tanto! Quizás porqueuna vez lo hice tonto y juntos hemos pasado muchas penas.
Pero hasta hoy, domingo 5 de julio-':'-¡después de un mes!- no había vueltoa verlo. El martes hablé por teléfono envista de no, haber sabido más de él, y- mecontestó muy enojado. El 14 vino a verme.
El viernes, 17, platiqué con Héctor. Me,dijo que el sábado anterior Elías lo invitóa una copa. Me molestó que se hayan hablado. Era conceder demasiada importanciaa este menso de Héctor. Pero tuve que oiry callar. ¿Qué otra cosa me quedaba sinoesconder mi encono? ¡Entonces, ningunode ellos peleó por mí! Detesto reconcentra¿amente a los dos: _al uno -Elías, a quientanto compadecía, por rajón; al otro -Héctor- por su benevolente condescendencia,que no es sino engreimiento, vanidad. ¡Aldiablo, al diablo los dos, y cada cual por donde vino!
El 27 de julio por la noche, cuando vuelvo de la calle, me dice l.ilia que de parte deElías llegó un muchacho con un recado paramí, y que ella le informó que yo estaba enla asamblea del sindicato.
UNIVERSIDAD DE, MEXICO
!iéctor q.ue no me molestara m~s, porque leIba ~ sahr cola'.'. Mientras caminábam~s yrefena lo sucedtdo, comenté yo: "
-¡Ay, Héctor! ¿No te dije que. estonuestro es difícil, muy difícil?
y él repuso:-Sí, Oyukita, por mi parte... no lo
sería .tan~o, ¿verdad?- Y, agregó: "Mira,OYUkl, pIensa con la cabeza. ¿Por qué no
,le hablas en serio a tu mamá, diciéndoleq~~ me permita la entrada a tu casa paraVISItarte y que yo estoy dispuesto a casarme en un plazo de tres meses o el que ellafije". Prometí seguir su consejo y, contralo que suponía yo, mi madre accedió sinalterarse.
El lunes que habló Héctor por teléfono,le dije a ella quien me había llamado y quea las ocho de la noche iba a salir un ratoa la calle para verlo y dar juntos una vuelta.
Cuando me acompañaba de regreso a lacasa, vimos a distancia la figura de mi madre que aparecía en la puerta.
-¡Oyuki, ahí está tu mamá! -Musitótrémulo, Héctor-. ¿Cómo no vas y le ruegas que venga para formalizar las cosas deuna vez?
Me dirigí con cierto sobresalto hacia mimadre.
-Bueno, vamos... -asintió.Pero yo me le adelanté para prevenir a
Héctor y alentarlo:-Ya viene.-Me voy ... , Oyuki ... Oyukita -ti-
tubeó él.-¡Cómo! --exclamé-o ¿Entonces, para
qué me pediste que llamase a mi madre?-Perdón ... Oyukita -tembló en ,un
hilo de voz-o Pero. .. tú no sabes lo feoque se sie!1te... -y arrancó de prisa, dejándome estupefacta. ¡Qué vergüenza lamía delante de mi madre! No es para repetir la reprimenda que aguanté.
¡Ya esto se acabó!Sin embargo, el jueves me cerró el paso,
mientras volvía yo del trabajo y habló conuna voz honda, no recuerdo cuánto, contanta turbación, que no sé porque lo perdoné. Parece atributo de mujeres las propensiones al sufrimiento y al perdón.
El sábado 15, que no trabajamos por latarde, vendrá a las cuatro y media. ¡Diosha de querer que venga!
Sábado 15.-Eran ya las cinco, y comoaún no aparecía lo llamé por teléfono. "Perdón, Oyukita, mi vida; pero olvidé que lacita era para hoy. Nos vemos a las ocho.¿Quieres?".
Fué punt\.lal, y al despedirnos prometlovolver mañana, domingo, día de mi santo,con un regalito ...
El domingo 16 de agosto, San Joaquín,día de mi santo, me dejó plantada. ¡Concuánta rabia, desdicha y amargura me. pasélas horas que debieron ser para mí de lasmás alegres y felices!
A ver con lo que me sale cuando pretendavolver a hablarme, si es que vuelve, cosaque dudo mucho, pues no creo que tengala desfachatez de presentarse jamás antemi vista.
El día 19 de septiembre de 1953 terminamos definitivamente -¡para siempre!Héctor y yo. Así se acabaron las ilusiones,lo mismo que este diario y todo ... ¡todo!¿Por qué se me saltan las lágrimas? Iré adormir al cuarto de arriba para que nadie_y menos ese aborrecido de mi padre-sepa ,de tan extraña" pesadumbre y estellanto.
Miércoles 5.-Por la mañana nos, citamosa las ocho de la noche~ Vino y dimos unavuelta. Gracias a mi abuela que se intérpusono me pegó Mario. Se enojó porque no lecosí una camisa que iba a mudarse y a laque le faltaban todos los. botones. Héctorquedó en llevarme de paseo el domingo porla tarde.
Doming<?-Me cansé de salir constantemente a la 'calle con mil pretextos y aguardarlo hasta 'l~ siete de la noche. Por fortunallegó de visita una amiga y decidimos ir al
cine en compama de s~ hijito. Así que medejaste plantada ... ¿no, Héctor? Para queno se te haga costumbre, ¡verás! j Ya verás!
El lunes, 10 de agosto de 1953, cambiéde empleo. Comencé a trabajar en la "R.O'Connor & Co.". De regreso encontré porcasualidad a la Chata y al "chimuelo", hermanos pequeños de Héctor, y les recomendéle dijeran que no me hablase por teléfono;que nos vc;:ríamos en la esquina convenida elmartes a las seis y media. Les regalé dulces.Cuando llegué a casa me advirtió Lilia queme telefonearon, y mi mamá había tomadola bocin"a.
El martes 18, desde las seis y media, rondando las esquinas esperé inútilmente a Héctor hasta las siete de la noche. Desalentadaemprendí el camino de mi casa en un tranvía, pero a las nueve en punto oí venir defuera su silbido y salí a verlo. Me contó quellamó" por teléfono y habiendo respondidomi madre pasó él la bocina a la Chata, quiendijo que hablaba Esperanza para saludarme.Mi mamá no tragó el "anzuelo' y contestó ala Chata que "hiciera el favor de decirle a
El 28, Jaim~ -un buen muchacho amiKQ,nuestro- nos co~vidó a un báile' por sé~
día de su cumpleaños. Ese cascarrabias demi hermano Mario me regañó por bailar yotres veces seguidas con un señor gordo. ycasado, que le era antipático y a mí me hacíagt'acia.
El 3O me llamó Héctor por teléfono. Fuimos al cine Capitolio y una vez más mepropuso casamiento. Pero quién sabe a quéllegaremos. Por mí, estoy dispuesta.
Dibujo de E/vira GASCON
~----'--------~'----""
A la mañana siguiente le dije a mi mamáque vendría Héctor a pedir mi mano.
-¡Nada más entra ese tipo a la casa yverás cómo sale!-:- resopló furiosa.
Por la noche me regañó Mario porquese me rompió la yema de un huevo al freirlo. En cuanto a Héctor, es mejor dejarloa la voluntad de Dios.
jQué injusticia! El 19 de agosto, comouna fiera rugió mi abuela que no más nospasabamos de golfas la vida y que éramosunas malvada$. Es verdad que con frecuencia desatendemos el trabajo de la casa, pero,¿por qué a Mario, que debería cargar conmayores obligaciones, nunca lo reprenden,sólo por ser hombre... y todo lo buenopara él, mientras para nosotras -Lilia yyo- las sobras?
Agosto 3.-No sé para que me llamaríahoy Héctor varias veces, siempre cuando~staba yo fuera de casa, según me dijo Lilia, "que estuvo pendiente del teléfono. ., Agosto 4.-Lo esperé a la salida del trabajo para sab"er' lo que" quería y 'me dijo,sonriendo, que "nada".
14UNIVERSIDAD.DE MExIco
no existe. El arte por el arte no existe. Sólose daría si el hombre pudiera ejercer la actividad artística desentendiéndose de su condición humana: eje su fisiología, del estómago,' del sexo, y, sobre todo, del ambienteen que se mueve. El artista no puede renunciar a su condición de hombre ni desprenderse jarnás de la placenta social que a todosnos nutre. Debido i ello, cuando posee sensibilidad e inteligencia y dice su palabra, dicela palabra de muchos. Pero ¿quiénes son en
cada momento los que se identifican con elartista, quiénes los que atienden a su vozy a su palabra, cómo se integra el públicodel artista? Indudablemente las características de la obra producida -o sea, las del
Augusto Benedico, Violeta Sevilla y un conjunto de máscaras.
La justicia, dibujo de M. Prieto.
PROJIMO LEJANO
quitectura y las artes plásticas, la litera·tura,la filosofía, etc. Al árbol se le conoce porsus frutos y los frutos del hombre son antetodo las constelaciones de la cultura' y de lavida social. Apercibirlas y penetrar su origenes pues trabar conocimiento con nosotrosmismos.
La obra de arte siempre dice o significaalgo. Por eso, la fruición estética pura quebrotara de sí misma y a sí misma se bastara
EL TEATRO
MI"... He asumido fervientemente la nega
tividad de mi tiempo, que por lo demás mees tan práxinw, que tlO tengo el derechode combatir y sí, en cierta fonna, el dere~
cho de representarla".
Alvaro Matute Víctor Blum, Augusto Benedico,, Luna y G. Alvarez Bianchi.
pre se encuentra el mensaje en la obra humana. La actitud y la conducta, la tendencia, la forma de vida se exteriorizan y cristalizan en las producciones del hombre: lapropia sociedad y sus instituciones, la ar-
KAFKA,Por J. s. GREGaRIO.
KAFKA.
EL mundo del pensamiento y del arte
es el mundo del mensaje. Oportunoo inoportuno, elevado o mezquino,claro o difícil, sutil o burdo, siem-
La escena de la catedral. La escena del juicio. •
UNIVERSIDAD DE- ·MEXICO 15
Héctor Mateas, Manuel Casanueva, AugUsto Benedico y Leonor Llansás. A. Benedico y Leonor Llansás.
mismo artista- proporcionan la respuesta.Indaguemos algunas de las de Kafka quepuedan servirnos de orientación, ya que seacaba de montar tan admirablemetnte por elTeatro Universitario la versión teatral deEl Proceso y ya que la lectura de Kafka esobligada (para el lector "culto"). Indaguemos, de preferencia, lo que significa El Proceso considerándola en relación estrecha conel resto de su obra.
Un buen día -el de su trigésimo aniversario precisamente-, José K., empleado deBanco, es visitado por dos inspectores y uncomisario. de policía. Le participan que desde
ese instante se ha iniciado su proceso. ¿Quiénlo acusa, de qué se le acusa? José K. no losabrá nunca. En realidad nadie Io- sabe. El
hecho es que José K. vivirá (¿vivirá?) unaño su proceso para morir al fin víctima deél, y a manos de los ejecutores de una Justicia incomprensible.
La novela se desenvuelve en una atmósfera de pesadilla que André Gide y Barraultsupieron conservar en su versión escénica.Las situaciones anómalas y los acontecimientos absurdos penetran la trama cotidiana dela vida y se narran con absoluta naturalidad.La gran lección de Kafka está justamente enel campo del estilo: el mecanismo de la extrañeza, del horror y la opresión, de la angustia, sólo se desencadena valiéndose de lanarracióri cotidiana. desprovista de alardes re-
Dibujo del vitral para la ca·tedral.
tóricos (que también es la lecdón de Poe,de los contemporáneos que adoptan el lIamado "tono neutro"). Quizás en la piez",la pesadilla es más pesadilla. Así, José K.sueña ostensiblemente en la escena del verdugo que azota a los inspectores, mienttasque en la novela esto ocurría como si nada,al salir el protagonista de su oficina. Digamos de paso que Gide y Barrault, sin alterarel fondo, cambiaron el orden de sucesión deciertos episodios. Con muy buen tino, porejemplo, pusieron como escena antepenúltima lo- que en la novela es el capí tulo II, osea, el interrogatorio del acusado, escena que
por las palabras violentas de José K. puededar lugar -relacionándolas con otras- aver en la obra una crítica del aparato im-
Dos de los esquemas para la escenografía.
16 - UNIVERSIDf\D DE -MEXICO
tamente psicológico' para -insertarse en losocial? Después 4e todo, las peculiaridadespsicológicas no brotan de sí mismas o de 10
placál;le y'torpé, ciego, deshumanizado- y corrórrtpido de la Justicia, según se practica enlas/tierras donde domina el afán de l].1cro.Sitr-embargo, José K. y Kafka (¿hasta quépunto sónpersonajes diferentes?) nunca tuvieroñ una actitud crítica ante los viciosde nuestra muy honorable sociedad. De manera que hay que buscar el sentido de laob~a 'en otra parte. Acordándonos de nuestras buenas épocas de existencia listas podríamos echar a volar la imaginación existencialista y decir: El Proceso muestra queel hombre no es nunca inocente y que laculpa teológico-metafísíca lo avasalla. Latragedía de José K., consiste en que no quiere asumir el proceso inevitable que por elmero hecho de ser humano tiene que afrontar. Esta sería una tesis muy interesante;lo único malo es que-soslaya el problema auténtico: ¿la vivencia -procesal, digamosde K., tiene alcances universales y permanentes? ¿Es válida para todos los tiemposy lugares?
La culpa puede ser ficticia o real, con lacircunstancia de que el peso de ella no proviene de su realidad sino del grado de conciencia que no depende siempre de factoresajenos. La conciencia de José K. lo colocafrente a una culpabilidad ignota y, por ello,más despiadada. A K. lo domina por completo su Proceso como potencia maligna Tdestructora, como divinidad primitiva sedienta de víctimas. K. no es dueño de símismo, sino que depende del Tribunal quejamás podrá conocer, que no existe y cuyamirada penetrante siente o presiente, sin embargo. Este fenómeno lo llaman los filósofos-desde Hegel- Enajenación, con lo cualse indica la trampa en -que cae el hombre amanos de los monstruos que él mismo hacreado, con lo cual se indica ciertamenteque esos monstruos son a veces incluso meros fantasmas de poderes inexistentes.
La Enajenación de K. es la de Kafka, envirtud de una "participación" fácilment~
comprensible, y la enajenación de Kafka esante todo la religiosa. En efecto, detrás delinasequible Tribunal de El Proceso -ya lohan señalado los intérpretes del escritor checo-, detrás del Consejo que dirige la construcción de la muralla china, de los Señoresde El Castillo o de la Dirección invisible delrelato Lámparas Nuevas se encuentra el Señor-Dios de los Ejércitos, vengador e irresistible, el Dios de Moisés que señala con espada de fuego a sus elegidos. Así, en el relatode Kafka La EsjJada el protagonista se hallaen un despertar dominical con esa arma pegada a su espalda y la punta clavada en lanuca sin causar herida alguna: es Kafka elelegido, el que rescata y trasmite el secretode la olvidada Ley. Kafka, víctima de supasión ultra terrena, el que muere acuchilladoa manos de sí mismo. Tal es el sentido deEl Proceso, el sentido aparente. Se trata puesdel totalitarismo de Dios y de su acción desquiciadora, no de totalitarismos sociales opolíticos según reza el programa teatral, quecon éstos no tuvo que ver nunca el autorde La Metamorfosis.
"Tres elementos han determinado la carrera de Franz Kafka: el conflicto con elpadre y la comunidad judía; la vida decélibe; la enfermedad", escribe Pierre Klossowski. Se ha insistido especialmente en elprimer elemento, debido a la influencia deFreud. Pero, ¿bastarán tales elementos -psicológicos y fisiológicos- para explicar aKafka? El sentimiento kafkiano religioso de"retorno al Padre" -con los anejos de culpay desarraigamiento- ¿no rebasará lo estric-
Diseños para las máscaras que Miguel Prieto modeló para El proceso.
fisiológico, sino de la urdimbre social, lo queademás explica cómo la obra de arte puedeatraer en torno suyo a tantos que se reconocen en ella o gustan de ella. Sin duda quelo importante en Kafka no es su conflicto
Augusto Benedico y Luis Aragón.
con el padreo su tuberculosis sino los ".. d d . - seml-
mle~tos e. e~a~ralgo, de culpa, de subordi-naClOn, de mflmtud que' invaden su obs~ :ida. Por ellos, Kafka se e~cuentrar~o~c/allzado, ya que los sentimientos sondefinición sociales, colectivos. Por ell
r
Kafka se verá en medio de la comuÍlÍd:~humana a la cual siempre quiso Sustraersey tendrá q~e soportar el juicio inapelablede sus semepntes, de su prójimo y de s1
. u. eJano.
Pero ¿quién es el prójimo de Kafka?¿Acaso el revolucionario intachable o el po_lítico oportunista y ramplón? ¿El ambiciosofinanciero? ¿El humilde campesino de huaraches? ¿El deportista consumado? Quizásalguno de éstos pueda ser el prójimo de Kaf.ka, aun cuando lo creo difícil, pues su prójimo tendrá que ser quien comparta sushondos sentimientos. No el esperanzado y eloptimista y sí el escéptico y el nihilista; noel firme paladín de los humildes y sí elveleidoso o el apóstata; no el inquieto yel insatisfecho que -avizora- el mañana sinoel inquieto gozador de fugaces presencias y
pasados. El prójimo de Kafka tendrá qu~
ser el inadaptado, el torturado, el mezquino,el tenebroso, el viudo, el inconsolado, leprince d'Aquitaine ti la tour abolie ... Ahora bien, este espécimen de hombre -quevive en el orbe de la "enajenación" y de laestéril "compensación"-:.... es, a su vez un
producto social. De ahí que se .'equivoqueKafka cuando escribe en su Diario: "No essolamente por causa de mi situación social,sino más bien debido a mi propia naturaleza por lo que soy un ser encerrado, taciturno, insociable"; y se equivoca porque sumisma na turaleza proviene de su personalsi tuación social. ¿Y cuál es el status socialde Kafka? El del más devastador -individualismo, el de la soledad acendrada, el de lamutilación monll y física, en suma, el dela separación radical. A Káfka le obsederásu prójimo, precisamente por remoto, y sinembargo llegará a decir: "¡Miedo de estarligado y de perderme en la ligazón. Entonces no estaría nunca ya- solo!" ¿Qué deextraño que pueda exclamar: "la taciturnidad es uno de los atributos de la plenitud"?En El Proceso el inspector FRANZ aprehende a K. (¿Kafka?), o sea, Kafka e~juicia
su propio egoísmo ya que el inspector va acontraer matrimonio y José K. es un solteroempedernido. No obstante su propia condena el egoísmo de Kafka será irredimible.Vivirá únicamente para y por la literatura,oasis verdadero de su casi voluntario desiertoespiritual. Y sin -embargo -este ser atormentado razonará : "Todos sostenemos un' combate común ... Yo no puedo manterler uncombate personal; si por una vez me imagino ser independiente, si por acaso ~o veoa nadie a mi alrededor, bien pronto s~ sigueque he sido obligado a asumir mi puestopor 'una constelación que no es inmJdiatamente o por completo accesible". Esa ,I'cons_telación" se entregará tan sólo al' lucharcontra todas y cada una de las formas deseparación, contra todas y cada una de lasinstancias o poderes que mutilan al hombrey lo separan de sí mismo. La comunidadhumana se conquista luchando contra laopresión y contra la miseria, hoy ya ven-
-cidas en buena parte del mundo. Esta esla fuente del optimismo auténtico y de lainteligencia y esperanza verdaderas, esta esla fuente de la "humanidad" que :Kafka,(y Kierkegaard y todos los existencialistasque en el mundo han sido) ignorara, pareceque con toda conciencia.
UNIVERSIDAD DE MEXICO 17
De arriba a aba/o: Rubinsteiri, Badura-Skoda, Arran y Lawrence.
ROBERT LAWRENCE. El segundo concierto de la Sinfónica,a cargo del director norteamericano Robert Lawrence, tuvo unpúblico más abundante y ofrecióun programa más variado y nomenos interesante: la Oberturade La Flauta Mágica de Mozart,la Suite de Billy the Kid de Copland, las Siete Canciones deRevueltas, en un plausible gesto del director hacia la músicamexicana, y la Sinfonía Fantástica de Berlioz.
maestro de los recursos orquestales; y el Retrato de Lincoln(con la narración en la voz sonora de Jorge del Campo) puso el sello dramático de la noche. La 3q Sinfonía de Roy Harris fué algo así como una eficiente clase de composición enla interpretación fiel de un colega. El poema de Chausson,teniendo como solista a EnriqueSerratos, fino, entusiasta, segucro, marcó con su suavidad e!contraste de las obras contem-
El maestro Lawrence, genuinamente interesado en la fielcomunicación de las obras, trabajó evidentemente con positivoentusiasmo. Medido en sus movimientos, huyendo de lo espectacular, supo sin embargo hacer tocar a la orquesta con plenitud. De una gran belleza fuésu interpretación de la Obertura de La Flauta Mágica deMozart y dicha con admirablenitidez. La Suite de 13illy theKid, un poco debilitada en e!Allegro, conservó, empero, todasu atmósfera, fluidez y ritmocoreográficos. Las Canciones deRevueltas en la fina voz de Carlos Puig, tuvieron un colaborador excelente. Y la SinfoníaFantástica, en su versión original, puso en evidencia las muchas posibilidades de la Sinfónica. Un clímax muy bien logrado, en el Cuarto y Quintomovimientos (Marcha al suplicio y Sueño de una noche deSabbat) ganaron al director unaplauso prolongado del público.Lástima que no siempre sea posible un número suficiente deensayos para integrar en sumáximo acabado las obras.
La Filarmónica de la Ciudadde México )' los solistas Rubinstein, Arrau y Badura-S/wda.
La orquesta, que bajo la dirección de Sergiu Celibidachellegó a sonar compacta y empezó a ganar prestigio, ha decaído en la presente temporada,simultánea a la de la SinfónicaN acional, y sirve sólo de basepara el lucimiento, casi inevitable, de tres concertistas de granprestigio.
La Filarmónica adolece de unequipo desigual de instrumentistas y ello se hace evidentecuando falta la mano exigentey estimulante de un buen director. El maestro Abe! Eisenberg, quien la dirige en el mayor número de los presentesconciertos, es a todas luces hombre preparado y empeñoso, peroa veces todavía muy preocupado con las notas del papel. Amenudo las secciones de la orquesta se le escapan y el solistase halla con frecuencia sin laoportuna colaboración. Tantoen el caso de Rubinstein comoen el de Badura-Skoda la dirección pasó en realidad a los solistas mismos, y gracias a ello.,la unidad de espí ri tu de lasobras pudo salvarse.
Los conciertos, con ese atractivo insustituíble de tan famosos solistas, se han visto colmados de un éxito extraordinario.Los boletos se han agotado encada uno de los cinco conciertos hasta ahora realizados y elTeatro Metropolitan, donde tienen lugar, ha escuchado las ovaciones de tres mil personas undomingo tras otro.
Como sucede en esta clase deconciertos, las obras que se to-
Por Horacio FLORES-SANCHEZ
MUSICALALa' Temporada de la SinfónicaNacional.
BAJO la dirección de Aa
ron Copland dió principio, e! viernes 18 deseptiembre, la Tempora
da de Otoño de la SinfónicaNacional en e! Palacio de BellasArtes. El programa: integradopor tres obras de! director mismo: la Obertura al Aire Libre,la Suite de Appalachian Springy el Retrato de Lincoln, agregaba una más de autor norteamericano, la Sinfonía N9 3 de RoyHarris, e incluía un extraño e!emento en el conjunto: el Poemapara Violín y Orquesta de Chausson.
El concierto, pese a las brillantes interpretaciones de! director,careció del lucimiento propio deuna noche de inauguración. Elentusiasmo despertado en algunos espectadores de espíritu alerta se vió limitado por un auditorio escaso, y lo que debía convertirse, en circunstancias más.favorables, en un' homenaje auno de los compositores contemporáneos más valientes y deobra más auténtica, quedó puramente en una .velada de ambiente cordial.
Las razones de este resultado pueden atribuirse: primero,a una organizacié¡n deficientede la temporada (nula creaciónde atmósfera propicia, lentituden los procedimientos informativos y desatención de las ventajas de la publicidad) y segundo, en lo que al concierto enparticular se refiere, formulación poco atractiva.
Bien está e! empeño de educar; pero los métodos deben ser,fundamentalmente, estimulantes.¿Cómo vamos a educar al público si no podemos siquieraatraerlo, llamarlo, hacerlo llegara la sala de conciertos? Coplandtiene prestigio, sí, pero entre elnúcleo pequeño de los conocedores. No hay en estos conciertos, por otra parte, un solistadel relieve necesario para convertirse en e! medio de atracción. Y, por lo que a las obrasse refiere, la que podría llamarmás la atención sería la Suite deAppalachian Spring, que nobasta por sí para hacer ir cuando menos mil personas (en ninguna parte del mundo) a la sala de conciertos. Y un concierto preparado en tales circunstancias ¿dónde podría ser unabrillante inauguración de tem-
• parada sinfónica?Pero, por lo que al resultado
puramente artístico se refiere,la dirección fué ágil, vibrantey de dominio absoluto en la orquesta. Si la iniciación, en laObertura al Aire Libre, nosmostró un Copland juvenil yausente de las estructuras complicadas, la Suite de Appalachian Spring nos llevó a la expresión vigorosa, dinámica, de{:uerpo sólido del Copland
I '
:,vcan son en su mayor parte los"caballitos de batalla". De estemodo, Rubinstein, indiscutiblemente uno de los artistas máscompletos en e! mundo de hoy,tocó en su primer concierto el49 Concerto de Beethoven, elN9 2 de Chopin y las Variaciones sobre un Tema de Paganinide Rachmaninoff. En el segundo, el Concerto N9 2 deBrahms, las Noches en los Jardines de España de De Falla siencl9 esta opra la excepción a lo
)lntedicho y e! Concerto en Lamenor de Grieg. y ,en cada unode ellos tuvo ocasión de demostrar, no sólo que sus cualidadessiguen siendo tan brillantes como hace 15 o 20 años, sino que,han logrado superarse, dando conello un ejemplo a los pianistasposteriores 'a él que consideranhaber llegado ya hace muchoal límite insuperable.
Rubinstein ofreció tambiéntres conciertos en Bellas Artes,en los que sobresalieron: el Carnaval Op. 9 de Schumannvivaz, chispeante, transparente-, O Prole do Bebe de VillaLobos, l¡¡ Sonata N9 5 de Brahms
y la pirotécnica PetrQuc-hka.Claudio Arrau, el ~es.un?o so
lista de la temporada de la Filarmónica, a quien nunca se consideró que pudiera en México llenar una sala de conciertos, siguiódesmintiendo la falsa hipótesis enesta presente visita suya, y en susconciertos, tanto con la orquestacomo en Bellas Artes, no ha visto una sola butaca vacía. En suconcierto con la Filarmónica, enel que incluyó una obra absolutamente superficial como la Burleska de Strauss y un conciertobrillante pero vacío también, e!1P de Lizst, tuvo la oportunidad de ganarse aplausos verdaderamente entusiastas por una interpretación del Concerto No. 1de Brahms vigorosa y profundamente emotiva.
Su concierto en Bellas Artesconstituyó una de las sesionesmemorables en lo que Va del añomusical. Solamente el Rondó enSol Mayor de Beethoven, con, elque inició la noche, pudo habervalido escucharlo.
No es Arrau un artista explosivo, con esa espectacularidad cinematográfica que tanto gusta a
buena parte de ,nuestro público;pero es sill dudá un pianista brillante, sincero y de un criteriointeligente. Su tan repetido mérito de tener uno de los repertorios más extensos con que pianista alguno pueda contar actualmente, no se queda allí. No espuramente cosa de extensión, sinode profundidad. Toca a Beethoven, a' Mozart o a Schumann,identificándose igualmente concada uno, respetándolos y penetrando en su más íntimo contenido.
El joven pianista vienés PaulBadura Skoda, precedido de fama única en el mundo, ha ofrecido ya, en e! momento en queesto se escribe, su primer concierto. No defraudó en absolutoese prestigio de gran pianista quetiene apenas a .los 24 años deedad. Su calidad de pianista serio, profundo y emotivo fué evidente' desde su primera' frase alpiano. Su Quinto Concierto paraPiano de Beethoven fué, en lamañana del 4 de octubre, uno deesos raros fenómenos de! concertismo contemporáneo. Una interpretación seria, pero no rígida
UNiVERSIDAD DE'MEXICO
ni frí;¡; emotiva, pero no falsificada. No hay efectismo en suactuación, toca, y eso es evidentea todo e! mundo, Con una sinceridad extraordinaria. . Su matizes una verdadera delicia. iy quéfrescura personal! Ningún envanecimiento, naturalidad absolutasencillez para agradecr las pro~longadas ovaciones.. Fué una lástima que no en todo momentose haya sentido absolutamentecómodo. La orquesta impedía elfluir ininterrumpido. No respondía como debía hacerlo. Al director se le olvida~a que el solista estaba alerta ¡pirándole en todo momento. Las entradas fallaban. Pero aún así, el público plJdo apreciar la grandeza dél artista. Y esta adjetivaciÓn no es hiperbólica. Obedece a ,una convicción de que esto es así.
Esperamos con ansiedad su recital en Bellas Artes y su segundoconcierto con la orquesta en elMetropolitan. Sobre sus otras dotes, como músico de cá~ara, no
•podremos saber mucho, dada labrevedad de su' visita. Pero' conestas oportunidades nos consideramos ya' afortunados.
EL TEATRO UNIVERSIT ARIOEl Teatro Universitario de Mé
xico, dependiente de la Direcciónde Difusión Cultural de la UNAM,acaba de obtener un sonado éxitocon la presentación de la adaptación escénica de El Proceso, deKafka, hecha por André Gide yJ ean Louis BarrauIt y que ha sidovertida al español por AlvaroAráuz (Ver El teatro). La direc-
, ~iós escénica, de Charles Rooner,"Y .la ,escenografía, .de Miguel Prie
to, así c.omo la actuación de loscjiversos íniérprete,s, merecieron elre! terapo y entusiasta elogio de la¡:;rítica y del público. Especialmentela escenografía y \.<i dirección representaron, al dec.irde los entendidos, un notable avance en la actividad dramática .que tanto ha interesado a México fomentar en losúltimos .años.
El Teatro Universitario no esun teatro estudiantil. Los actoresque han trabajado en él tienen experiencias escénicas anteriores, yalgunos son actores profesionales;antes de llevar a escena El Proceso,y desde que fué fundado en losúltimos ,meses .de la administracióndel Dr. Luis Garrido, el Teatro
-Universitario había presentado conbuen éxito las siguientes obras:Qtle no quemen a la dama, deChristopher Fry; Doíia Beatriz, lasin velltura, de Carlos Solórzano-director artístico del Teatro Universitario-; N o es cordero . .. que,
"es cordera . .. , que en el repertorioshakespeareano corresponde a la
'llamada "Noche de Reyes", "Laduodécima noche" o "Como gus
,téis", y, finalmente, La prueba de
las promesas, de Juan Ruiz deAlarcón.
Charles Rooner ha dirigido lasrepresentaciones de las dos obrasinglesas que tan magníficamentehan sido vertidas al español por elpoeta León Felipe y la más recientede El Proceso; Max Aub dirigióla DOlía Beatriz y Salvador Novola obra de nuestro Juan Ruiz, quepor cierto fué por primera vezllevada a la escena en ocasión desu reciente estreno por el TeatroUniversitario. El artista que demodo más perseverante ha contribuído al buen éxito del TeatroUniversitario can sus escenografíasha sido Miguel Prieto; pero Meza':>' Forrtanals también han ~o!I¡¡
borado en ese sentido.
Como es fácil de comprender,Teatro Universitario de Mé<,icono persigue fin lucrativo alguno, y
'si la Universidad ha permitidola creación de un patronato parael mismo -que preside BeatrizCaso de Solórzano-, ello es sólocon el fin de estimular y hacerpermanentemente posible la laborde difusión cultural que reali~an.
Los fondos que se han recaudadopara este organismo se han utili_zado en el pago de alquiler desalas, vestuario, decoraciones, publicidad, y en hacer los pagos necesarios para los directores de escena, actores, empleados y obreroselel Teatro. Los puestos de presidenta del Patronato y.director artístico del mismo son honorarios.
Con el objeto de asegurar lavida económica de Teatro Universitario, pues parece muy inconve_niente y aleatorio que dependa enel futuro de los donativos queinstituciones y particulares puedandarle, y como por otro lado, elpresupuesto de la Universidad no
permite pensar que ésta pudieraampliar su aportación en una cantidad 'mayor de la que ha dedicadopara este fin, el Patronato delTeatro Universitario ha hecho elproyecto de financiamiento que enseguida se somete al conocimientode los lectores:
El proyecto consiste en establecerel Teatro Universitario como unaasociación en la que haya tresespecies de socios:
1. -Los Socios Benefactores, queson aquellos que contribuyan anualmente a la labor de Teatro Universitario, con una cantidad superiora $1,000.00 (mil pesos).
2. Los Socios Patronos que seránaquellos particulares que contribuyan a Teatro Universitario conuna cantidad de $ 500.00 a $ 1,000.00(quinientos a mil pesos).
3. Los Socios numerarios conuna cantidad de $ 100.00 anuales,(cien pesos).
Los Socios benefactores y lossocios patronos tendrán derecho aasistir a las funciones de estreno,en lugares numerados, y podránllevar a dos invitados. Tambiéri tendrán derecho a concurrir a cual-
quiera otra función de Teatro Universitario llevando a los invitadosque se indican, y tendrán siemprelugares numerados y separados especialmente para ellos, si dan aconocer telefónicamente por la mañana a las, oficinas de Teatro Universitario, su deseo de asistir a la 'función.
Los Socios numerarios tendrántambién derecho de asjstir a la función de estreno, o bien a cualquieraotra función, llevando a un invitadoy teniendo derecho, en caso de quéno sea función de estreno, a tenerlugares numerados, siempre que comuniquen telefónicamente su deseode asistir.
Todos los socios recibirán porcorreo Íos boletos, programas, etc.,del Teatro Universitario, con ladebida anticipación ~' la' tarjetaque los identificará como socios, endonde se irán marcando las funciones a que asistan.
Los pagos de las cuotas que semencionan, podrán hacerse de unasola vez, o bien en forma de contribu~iones semestral.es, trimestraleso mensuales.
En caso de que usted esté eleacuerdo en. pertenecer a esta asociación que trabajará activamenteen pro de la cultura superior deMéxico, le rogamos se sirva diri
girse a las oficinas de Teatro Uni'
versitario, Paseo ele la ReformaNQ 336 ~ 3er. Piso. México, Ciudad, solicitando niayor información.
UNIVERSIDAD DE_MEXICO
LA VERSION ORIGINAL vez del giro estrictamenl:e rossiniano
LAS obu.s de teatro, cuando cono~.en la,longevldad, pasan por una porClOn deaccidentes que resultan de su condición e-scénica, en la cual parecen re
flejarse con mayor vivacidad los gustos delpúblico. Para - adaptarse a ellos las gentesdel oficio, en cada -época, introducen, o inflijen, a 'las obras teatrales multitud de retoques, modificaciones, amputaciones, añadidos, etc. Si la obra es, en la especie, unaópera, tendrá que acomodarse a los. constantes cambios en el gusto de los dlletantis y aun de la técnica, principalmente, lavocal, frágil e inestable materia acerca decuyos méritos se cambia de criterio a cadageneración. Una' obra centenaria sobre lacual han caído impenitentemente los arreglos, -retoques y composturas de directoresy cantantes es la tan famosa, y tan obramaestra, de Gioachine Rossini Il Barbieredi Seviglia. Todos' esos manejos no son apenas conocidos por el público operófilo, quese atiene a los grandes rasgos en -cada representación que escuchan. Un vistazo.a la partitura original de Rossini, puede interesartanto a los aficionados como a los que, másseriamente, se preocupan por informarse decómo son las' cosas del arte en su realidady en su apariencia.
El original manuscrito de Rossini se conserva en el Liceo Comunale de _Bolonia. Enese original se basa la edición grabada '.~e Iapartitura que en, el año 1864 ..ap.areclO e.nforma "tascabile" en el estableclffilento edltorial de Gio. Gualberto Guidi, en florencia, que es el que tenemos a ~a v~sta. ~n fe.cha más reciente la casa edltonal Rlcordl,de Milán y R'oma, publicó una nueva ediciAn de tamaño manejable la cual se dice quesigue, "rigorosamente .;:ontrollata", al ?riginal rossianiano que se conserva e~ el LlceoMusicale G. B. Martini, de Bolonia. Seguramente este Liceo y el anteriormente mencionado son uno solo, pero la edición deRicordi está modernizada según lo que esnorma en la impresión de las partiturasactuales, rellena los huecos de la de Guidi,tan curiosos, y escribe las voces en las ~la
ves modernas, mientras que la florentmasigue empleando las antiguas (do en primeralínea para las voces agudas, do en cuartapara el tenor) y conserva la disposición orquestal antigua, según la cual e! orden delos instrumentos es, del agudo al grave, osea de la parte superior de la partitura ala parte inferior, el siguiente: violines, vi~
las, flautas, oboes, clarinetes (dos), cormo(dos), trompetas, (dos) fagotes (dos), voces de los cantantes y del coro, violoncello(en singular) y contrabajo (también en
singular). La flauta cambia en algunas .escenas por un ottavino: en total, puede declrseque es la orquesta de la sinfonía clásica obien, que es la apropiada para una óperade cámara. Como instrumentos de color, laorquesta del Barbero cuenta con un sistroy una gran caja, a más de guitarras. .
La edición de Ricordi, salvo la modermzación en la parte gráfica, sigue en todo ala florentina. Las ediciones al uso comola francesa de Gallet presentan ya las modi-ficaciones con que esa ópera se presenta enlos escenarios de nuestros teatros. Pero comola costumbre se ha hecho ley, la edición deRicordi, utilizada en las versiones corrientes, tiene que ser, acomodada a aquella~ ~o
,dificaciones merced a tachaduras, pagmas-t:nidas por corchetes para indicar las supre:.Siones etc. Tenemos a la vista la partitura
DEL
BARBERODE
SEVILLA-Por Adolfo SALAZAR
que ha servido en las ejecuciones más recientes y que, procedente de un país de la América del Sur, ha debido pasar por infinidadde manos que han dejado en el1a el _rastrode sus lápices, paréntesis y tachadups.
El criterio, pues, cuando se trata de óperas es el diametralmente opuesto a cuandose - trata' de obras sinfónicas. Por lo menosen cuanto a la letra escrita, los directoresde orquesta sinfónica respetan hasta el menor detalle la notación e indieaciones deejecución de las partituras. Una partiturade sinfonía con las anotaciones, remiendos yborrajetas de la que aludo de! "Barbero" esinconcebible. Sáquense de aquí las observaciones que se quieran. A mi juicio resultande ese proceso de acomodación a los -gustosdel público, antes referidos, y a las cualidades vocales de los cantantes, escuela, estilode canto, que ellos anotan, por su parte,fuera de la versión original en lo que sellaman los "spartiti", o dicho en Castellano,los "apartadijos": en tiempos de Rossini,cuando privaban los exc'esos de los "evirati",dichos seres deshumanizados cambiaban detal manera su. "particella" que es conocidala anécdota según la cual Rossini rechazólas felicitaciones de un admirador diciéndoleque cuanto acaba de oír era fruto de la invención del interfecto sopranista y queél, Ro~sini, no había escrito una nota ,decuanto se cantaba. Rossini mismo qUiSOevitar estos excesos, lo cual pudo lograrporque en su tiempo se acabaron los "~vi
rati". El último fué el celebre Velluttl, yRossini pudo reali~ar, por tarito, lo queStendhal estima como una revolución enel canto, e incluso en la ética del canto,o del arte en general (si puede decirse) queconsistió en que los cantantes se sujetasena los escritos. Unos más y otroS menos, todos se permitieron hasta fecha muy recientealgunas libertades, que se estimaban plausibles a fin de que el cantor o la cantora pudiera lucir en- plenitud sus facultades. Nohay un código que obligue a los cantantesa una fidelidad absoluta, pero en general,los artistas de hoy se permiten pocas libertades y sólo en las obras de "bel canto",mientras que en las obras modernas se atienen con fidelidad a lo escrito.
.Por qué entonces alguna modificación,qu~ por insignificante resulta inexcusable,que se hace hoy en la llamada "sinfonía"de "El Barbero"? Para el estilo y el gustorossinianos, en donde de tal mOQocuentala simetría de las repeticiones de los motivos, resulta tan ilógico tocar, en el ,comienzo del "Allegro vivo"
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lij! t 1" f¡ 4 . I f ttl f:t __¡-
conforme lo hubiera hecho Strawinsky, en
que es lo que tiene sentido "común" dentro de su estilo.
La partitura de Ricordi incluye esa "sin--fonía" para comenzar la ópera, porque,dice, se ha hecho corriente preludiarla asídespués de larga tradición. Es sabido elhecho de que tal "sinfonía" pertenecióa la ópera de Rossini anterior al "Barbero';,-la titulada Elisabetta Regina d'Inghilterra,que sé estrenó el año precedente (1815).,Pero la obra original carece de introduc-ción de ninguna clase. El telón se levantaconforme violines, fagotes y violoncellos:cantan la frase
cuyas reapanClOnes construyen tan bellamente la primera escena. El sistema seguidopor Rossini para componer este y otros'trozos en su ópera es interesante y viene aresultar un anticipo de lo que es corrientehoy en la música para los "films" cinematográficos. Precisamente por causa de la simetría aludida en el estilo rossiniano, la escena en cuestión está integrada por fragmentos yuxtapuestos en los cuales solamentecambia la parte- vocal. Es decir, que cadavocal acompañado por la misma música deorquesta, con lo cual Rossini podía evitarse eltener que escribirla. Le bastaba con numerarlos segmentos de la escena y decir, cuando'era el caso: "Come sopra dal 1 al 2". Más,claramente: los números 1 al 2 son la parteorquestal con la que comienza el acto primero, y, por lo tanto la ópera. Entra Fiorello ( que canta "Piano, pianissimo, senza-parlar", y e! acompañamiento orquestal repite justamente los segmentos anteriores;,con lo cual tampoco el grabador de la partitura se toma el' trabajo de imprimirlos.,El procedimiento no se estila en las partituras modernas, que imprimen todo lo quese oye, pero quien lee la partitura actualno se da cuenta con tanta facilidad, ,como'al leer la antigua, del procedimiento decomponer "por remiendos" propio de los,operistas del viejo tiempo, por lo que resulta fác:il de comprender que pudieran-componer una ópera en quince días. Laparte orquestal cambia - con los pizzicattide los violines al cantar Firello "Ttttto esilenzia . .. nesslt qui e' e". Dialoga conAlmavive, y cuando entra el coro repitiendo las palabras iniciales de Firello "Pianissima" la partitura indica "Come sopra, del3 al 4". Y así sucesivamente.
La versión original de Il Barbiere di Seviglia consta de dieciocho números de música (orquestal o de canto) entre los que'se intercalan los recitativos sobre notas tenidas de un instrumento (e! eembato tradicional) que llevan e! cifrado propio a las:armonías, muy elementales. La obra se repartía solamente en dos actos. El primero'alcanzaba hasta el número 9 o Pinale Primo y el segundo comenzaba con el número 10 dueto de! Conde y de Bartolo, trasde u; corto recitativo del viejo "Ma 11ediil mio destino!" La actual repartición entres actos se hace dividiendo el primero en 'd~s mitades, por la cavatina de Rosina:_"Una voee poeo fa". La versión originalpresenta este trozo de canto en el tono deMi mayor. La tessitura es de mezzo sopra-__no desde el sol grave hasta el si naturalag~do (sobre la primera línea adicional).,
; ¡
20
El recitativo de Fiorello que precede a lacav;ttina se suprime, para hacer la transición o corte en dos actos. Si la cantanteencuentra demasiado agudo el si natural,la partitura le ofrece la posibilidad de ter-
. minar el trozo en la región media, o seade este modo:
za en la men.or, para terminar en el relativo mayor). Tan pronto el conde cantael comienzo de su "canzone" debe aparecerRosina en el balcón, diciéndole: "Segui, ocaro" y Fígaro ll~ma la atención de Almaviva por este buen signo. El conde real1U- _da su canto, y Rosina responde "L' amorosa sin.cera Rosin.a"; pero alguien entra enhabitación desde cuyo balcón canta la jovencilla, por lo cual se ve obligada a retirarse precipitadamente. La escena se abrevia, corrientemente, como se sabe, y setermina con el golpe entre bastidores quees una invención de los tramoyistas. Eldúo entre el barbero y el conde, que sigue,se corta en una mitad y un gran trozo ensu terminación, así como el recitado deFiorello "Evviva il mio padron.e!"
La división en dos partes se hace entonces, comenzando el supuesto segundoacto con la cavatina de Rosina "Una voce",pero el recitativo que sigue se suprime enteramente, así como la escenita entre Bertay Bartola, y se dan tajos al diálogo entreéste y Don Basilio, que ha entrado en escena para cantar el aria de la calumnia, nosin algunos mordiscos. Algunas orquestasque no cuenta"n en su haber con la "grancassa" suprimen el "colpa di can.n.on.e", detan pintoresco efecto. Se suprime el cortorecitativo de Bartola, entra Fígaro "con.precauzion.e" y en su escena con Rosinase suprimen algunos pasajes. Cuando el bajo cómico encargado del papel de DonBartola es un cantante capaz de catar elaria "A un. dottor de la mia sorte", estapágina figura en la "recita". Cuando, comoocurre frecuentemente, el buen dottore esun partiquino bufo, se suprime ese aria, típica en sus agilidades del estilo con queRossini trataba al bajo cómico y se sustituye por una de Pietro, Romani, "Man.ca un. laglia", que las partituras traen enel apéndice. Este Romacni era un compositor coetáneo de Rossini (y a quien nohay que confundir con el famoso autorde libretos Fe!ice Romani), discreto maestro de capilla en Florencia y, más tardeautor famoso de una ópera "Cabriela diVergi", hoy olvidada, suerte común a lasóperas, famosas o no, salvo casos raros como "Il Barbiere". Ya en la representaciónde· octubre de 1 8 16, e! año de! estreno,en el teatro "alla Pergola" florentino huboque sustituir e! aria "A un. dottor della miasurte", y el encargado de escribir la nuevapiecesita fué el maestro Romani. Algunosmordiscos se dan en e! aria original, por ejemplo, e! pasaje tan característico del atacattode los violines "sul ponticello", que se reduce a la mitad'. En seguida viene el Fin.aleprimo y termina el acto con el concertantede los seis personajes y el coro, en su extraordinaria vivacidad y variedad que hacen de esta escena una de las páginas magistrales de la ópera bufa. Todavía no contento con eso, Rossini añade la "Stietta delFinale [9", que es un verdadero final nuevo,y al aue se suprimen algunas páginas queni acortan ni alargan mayormente el pasaje.
Los cortes abundan en el acto segundo(llamado tercero) : en el dúo entre e! condey el doctor, al comenzar; en casi todos losrecitativos; en el dueto entre Rosina y e!conde, cuya escena se suprime entera paradar lugar a la llamada "lección de música".Rossini escribió una página encantadora enla que procura dar idea de una música deun estilo distinto, como pieza tomada aalgún otro autor, y en la que la supuestadiscípula del supuesto abate Don Alonso
UNIVERSIDAD DE 'MEXICO
pueda lucir sus facultades. La verdadera-'lecci6n" comienza con l~ frase "Cara Únagine riden.te", en tresillos, en seguida ricade coloraturas del más perfecto estilo dela época y que se suponen tomadas ; unaria de la ópera "La pre'c,!uzióne inutile".Pero, por costumbre recalcitrante, esa' página tan bella, que hace tan lógica continuidad con el resto de la música, 'se elimina para cantar en su lugar cualquier piezaadvenediza, como las insípidas variacionescon flauta concertante del KapellmeitserHeinrich Proch, maestro austríaco de c~nto
entre cuyas discípulas figuran la famosaMaterna con otras de lengua alemana en elcentro del siglo pasado. Un corte grande,a pesar de la pericia de Fígaro, sigue en laescena en la cual el barbero rasura al viejorabo verde. Berta canta su· graciosa arieta,porque Rossini tiene para todos, y la esce~
na se queda sola mientras brama afuera iltemporale, página tan graciosa de color orquestal como sencilla en sus efectos, queno pueden entenderse sino con la suficientedosis de ironía. Se procura aligerar el final, •.que se acerca a pasos rápidos, cortando pOI:"doquier y, sobre todo, la gran escena V :lriaentre el Conde, Bartola y el coro, pa;a darpaso al Finale secando, con el concertante delos consabidos seis personajes y el 'coro otravez, y sus famosas fórmulas de cadencia, (llamadas en los Conservatorios cadencias enfe-li-ci-ta) que los directores abrevian entodo lo posible viendo que los auditores sedisponen a salir de la sala.
SOBRE EL
AMERICANISMO
DEJOSE MARTI
(Viene de la pág. 6)
venían de Europa a presentar credencialesal congreso que llaman aquí de Pan-América, aunque ya no será de toda, porqueHaití, como que el gobierno de Washingtonexige que le den en dominio la península estratégica de San Nicolás, no muestra deseosde enviar sus negros e!ocuentes ..." Su antipanamericanismo recordaba agravios, señalaba amenazas, aceptaba una amistad prudente, clamaba contra toda alianza econ,ómica y subrayaba diariamente la diferenciade orígenes, de maneras, de actitudes y depropósitos.
Su permanencia en los Estados Unidos ysu admiración por sus virtudes no impusieron silencio a su corazón de hispanoamericano, de cubano. Por eso vió a la vez desdedentro y desde fuera. Hizo campaña de elogio para los Estados Unidos populares y vitales, pero siempre, al lado de ella, otra mayor de denuncia de los Estados Unidos expansionistas y conquistadores. Su indignación ante el atropello militar de ayer y anteel financiero de su época, y el espanto anteuna Hispanoamérica y una Cuba mañanaencadenadas, lo llevaron al dicterio enconado.
Este es el noble y constructivo americanismo de Martí, hecho de amor por la belleza y el bien y de odio por la fealdad y laviolencia. Refiriéndose a Bolívar, él mismo,dijo que tiene todavía puestas las botas depelear. Martí es aún más actual: al caballO'del guerrillero suma -en Cuba" en todaAmérica, en el mundO----:- la pluma de labuena pelea.
UNIvERSIDAD DEMEXICO
•
LA DANZAPor Luis TERAN GOMEZ
EL origen de las danzas de
Bolivia, que aun perduran hoy día entre lasmasas indígenas, se re
monta a edades anteriores alreinado de los incas. En elTahuantisuyo, vastísimo territorio que comprendía el Altoy Bajo Perú, el Ecuador, unapequeJÍa parte de Colombia, tierras norteñas de Chile y Argentina, la danza llegó a su apogeo durante el período incásico.Si bien la conquista española restringió esa manifestación innataen el indio, no pudo ser anuladani con la introducción de nuevasdanzas religiosas, traídas de lapenínsula ibérica. "Cuando losespañoles entraron por primeravez en América --dice WilliamsRobertson- se asombraron porla danza y vieron con admiración un pueblo, casi siemprefrío e inanimado, manifestar ~aactividad extraordinari~, siempre que se trataba de esta su diversión favorita. Es verdad·-continúa- que la danza en- .tre ellos no debe llamarse una diversión, sino una ocupación seriae importante que se mezcla entoda clase de circunstancias dela vida pública y privada." ':.
Los indios de Bolivia, preferentemente los que habitan enlas provincias de La Paz, sientenverdadera pasión por la danza ysiguiendo la huella de sus antepasados, conservan aún, con insignificantes variaciones, los disfraces tÍpicos de tiempos idos.Estos, que se cubren con pielesde tigres y suponen tener hfuerza y fiereza del felino; aquéllos, que cargan sobre sus hombros alas de cóndor v mantienenla convicción de p~seer la majestad del rey de los aires; los deaquí, que se visten con cueros dezorros y creen poseer su astuciay vivácidad; y los de más altáque se envuelven en cueros deoso y de puma y dicen tener supoder. Todos estos disfraces llevan adornos de pasamanerías,plumas de mil colores y piedrasfalsas. Nada hay más espectacular y atrayente que un desfile dedisfrazados, en donde la intimidad entre leones y zorros, tigresy vicuñas, osos y corderos, causahilaridad.
A poco tiempo de la conquistadel Perú, los españoles, convencidos de la idolatría de los nativos, les enseñaron diversas danzas, entre las que, la de mayoraparato, fué la de Los Diablos,que encerraba en sí el fin de inculcar en los indios un· gran temor al infierno. De ahí que enesta singular· danza, los personajes princip;rfes estén encarnados
.. Histor(a de América. 1827.
DE LOS DIABLOS21
en Lucifer y S¡¡tanás y el Arcángel San Miguel.
Una comparsa de diablos está formada, por lo común, decuarenta a sesenta apuestos yfornidos indígenas que, en su recorrido por calles y plazas, ejecutan piruetas arriesgadas, chillan, silban y dan gritos estentóreos que delei tan a los centenares de curiosos que les hacencoro. El disfraz de diablo, extremadamente llamativo y fantástico, es una verdadera obra dearte y de lujo. Bordadores especializados emplean en su confección hrgo tiempo, mucha seda,hilos de plata y de oro, abalorios y lentejuelas, espejillos y pedrería falsa, monedas de plata yaun de oro de diversos tamañosy valores.
El indumento, por lo general,consta de un enorme mascarónvaciado en yeso, con dos y hastacuatro cuernos de grandes dimensiones pintados en rojo yamarillo. Las orejas son dos alasde murciélago, los ojos ascuasde vivo fuego, la nariz un repelente camaleón y los hbios dospequeñas víboras; los dientes sonterroríficos y, las mejillas, siempre tachonadas con cscarabajosy otros insectos de colores brillantes. El pollerín, la chaquct:ly el pantalón, de fino raso o· defelpa, lucen bordados en altorrelieve con gusanillo de oro yplata y llevan en las orillas flecos, alamares y cadenillas multicolores. U na prenda complementaria que no puede faltar, esel peto cuajado de monedas deoro y de plata, las más de épocas del coloniaje, que producenun tintineo agradable cuando losdiablos se ponen en movimiento.Las capaS son de finísima felpade color rojo escarlata, con solapas bordadas, y muestran en susorillas cascabeles y lentejuelas.Completa la vestimenta un parde botas blancas de charol quesuben hasta las rodillas y queabajo terminan en dos espuelasde metal con grandes rosetonesque despiden chispas al contactocon el empedrado de las calles.Los diablos de jerarquía llevanen la mano un rebenque que hacen rechinar a cada momento, obien duros azotes a los que lesdan la forma de víboras. Satanásy Lucifer que presiden la comparsa diabólica, no se desprenden del tridente, que les da categoría y autoridad.
En la hora actual, con objetode dar incremento al folkloreboliviano, la ciudad de Orurose ha convertido en un gran infierno, donde los diablos de todorango y condición viven y semultiplican a más y mejor. DeOrur~, centro minero de gran
FOLKLORE
Escenas de la película "Reina de Espadas",
e 1 N E La Paz, Bolivia. 1953;-
UNIVERSlDAD DE MEXICO
, ...ta parte del coñtinente, la pre:-~encia de una legión de diablos,es un acontecimiento que' traeconsigo un inimitable jolgorio deun fuerte colorido nacional. yque muy bien puede considerarsecomo una de,,'las manifestacionesmás típicas del folkíore bóli~ia"no. De ahí que las mucheC1ü1nbres ,enceI\didas co~ el fuego deun entusiasmo ,,~xc~pcional yúnico sigan putivadas y abSortas a las caravan~s diabólícasaplaudiendo -sus m~nores movimientos, porque saben gue losseres sobren'lturales, que "las forman mantienen )atente y' transmiten, generación tras' generación, las tradicipnes des~s antepasados, y qu.e c)latro· siglos decrudo vegetar no' han sido suficientes para '''bo'rrar costumbres,prejuicios y supersticiones que laconquista nos dejó como herencia.
la vitia rusa). El cine ha preten-"dido burlar esta barrera por .lapuerta falsa de la pura tranu,del simple acontecer externo: "sila novela es crecimiento intenw,el cine se contenta con una laborde pastiche o de acarreo: de ahí,fracasos como la A11na Kareninade Duvivier o" la reci~nte Madame Bovary con Jennifer Jones:el adaptador ha filtrado para elcine los elementos más "sensacionales" de la novela,1a emprendido sin tapujos la confección 'deun producto bastardo que, posteriormente,engendraráco:11edLismusicales, adaptaciones radiofónicas, discos LP, funciones detí teres y "Ice Follies" (tal -hasido, en los EE. UU., el' cursoseguido por la sufrida Carmende don Próspero Merimée, laDoma de la Bravía de Shakespeare, etc.) El cine ha de sercine, y no teatro o novela, puesde lo contrario, se corre peligrotodavía mayor: que la literatura-oh, Dos Passos- intente convertirse en cine.
Sin embargo, pensamos que -latercera vía es la más adecuada:la recreación de la obra literaria,al través de la sensibilidad deldirector, y con los elementos
estridentes no guardan armoníacon los aires que deja escucharla murga. La singular rareza delos valiosos disfraces, y la profusión de cuentas de vidrio ymostacillas de relumbró¡-{ que losadornan, -que cn tiempos remotos eran pepitas de oro, diamantes y esm~raldas-, el tlntineo ininterrumpido de las monedas adheridas al peto y pollerín los movimientos rítmicosejc~Litados con toda uniformidad, y, sobre todo, esa solel11nidad ficticia o verdadera con quecada diablo cumple su cometido,dan al cuadro infernal un atractivo sin igual.
Para las clases populares de es-
gráfico con las palabras de Montaigne: Tandis que tu as gardéden ce, tu samblois quelque grande chose. El cine mudo, dejadoa sus propias fuerzas, hubo ckinventar medios de expresiónad-hoc: el Cine con e mayúscula, quedó escrito por Eisenstein,Chaplin, Flaherty, obligados afijarlo todo -relato, emoción,belleza- mediante imágenes enmovimiento. Al cobrar la fabla,el cine tuvo que asumir funciones ancilares, abrevar en manantiales literarios, con éxito desigual. La dificultad, obviarnente,consiste en lanzar a un elementoajeno obras construídas con lasaletas propias a una nJtacióndefinida. ¿Qué caminos ha escogido la cinematografía para trasladar, al pez, del mar a una piscina? Admitimos la sa1"ltidad inviolable de buen seet01" de la novelística (piénsese, por ejemplo, enJoyce o Dostoievsky; aún lamás acertada de las version::s fi!micas de Crimen y Castigo -lafrancesa- se estanca, necesariamente, en la intriga policial, pasa por alto el pivote ético de lanovela, el valor simbólico de lospersonajes, la íntima ligazón dela conducta de Raskolnikov con
honor, al fastuoso e incomparable carnaval de Río de J:ll1eirode 1953.
,Por cierto que, constituye unespectáculo un tanto raro, quepermanece grabado por largotiempo en la mente, la aparic:ónsúbita de una comparsa o carav,ma de sesenta o más diablos, encorrecta formación, precedidapor una banda de ,música, queejecuta exprofeso partituras harto exóticas. A la cabeza de la columna marchan con bastantegarbo Satanás y Lucifer y el arcángel San Miguel. A éstos kssiguen los hijos del averno, portando cada uno la respectiva matraca de madera, cuyos sonidos
E L
tira con todos sus disfraces. Po:'que éstos mueren y aquella permanece, Clair, y su protagonista(Gérard Fhillipe) liegan al telón de su historia con aparenteoptimismo y envidiable serenidad. Hélas! Más ha valido contemplar el torso magnífico deGina Lollobrigida, que batirsepor La France a fin de civilizarbe~·ebercs. Aparente he dicho:Clair acaba de condenar a sahéroe, le ha permitido conocerla vida, le ha negado la ruta yla libertad del sueJ1o. Ainsi soit-il.
Observación de un espectadoral abandonar la sala donde S~
desarrolló el proceso de canonización de Henri de ToulousseLautrec: "Esta es una películasobre un enano que además pintaba, y no sobre un pintor queademás era enano."
Dos brillantes cintas inglesas-El jJaria de las islas y Reinade espadas- nos sitúan frenteal problema de la adaptación, dela novela, al cine. A veces, ocurre pensar en el arte cinemato-
Por Carlos FUENTES
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importancia, salen de vez en vez,a muv diversas ciudades y villasdel p~ís, caravanas de diablos, yaa participar en la celebración deuna fecha cívica, o ya a holgaren una festividad religiosa. Paraactuár en ambas manifestaciones, tienen dramas, comedias ydiálogos de muy fácil interpretación.
Existen en la ciudad antesnombrada numerosas agrupacio-nes de diablos de vida ya larga yconvenientemente organizadas,y, es tan grande ya la popularidad que han alcanzado no ,sóloen Bolivia, que una caravana dediablos se preparó expresamentepara concurrir como invitada de
LOS grandes creadores có
" ,micos -y René Clairmerece el rango- sonquizá los más trágicos de
los creadores. Porque, creyentesde la libertad, permiten a sushombres decidir, y en seguida, lespresentan la cuenta. Todo csco,ger -dicen Chaucer, Cervantes,
, Swiftt- implica pagar, sacrificar, abandonar. Y René Clair.con ellos, es creador cómico, trágicamente cómico: ,comete suscrímenes sin derramar sangre.Condena a la, vida. '
Clair inició su carrera en elcine cuando el al'ant-garde sedisponía a cometer impúdicos actos inestéticos y a revelar secretos, que, al hacerse del dominiopúblico, acabarían por autosuicidarse. Si el avantgardismo cinematográfico pecó por falta demeta, su virtud fué haber originad'o un ambiente de libertad.Clair supo aprovechar este clima,y dotarlo de brújula. El espíritude independencia creadora quedistingue a la mejor obra de Clair-y al cine francés en generalencuentra nueva expresión enLes Belles de Nuit. Las películas de René Clair -El sombrerode paja de Italia, El Millón, ANous la Liberté- son todas, enel fondo, cantos a la libertad yal goce del espíritu, Declaraciones de Derechos Humanos impresas en celuloide; y Les Bellesde Nuit viene a añadir un artículo: la 'libertad para soñar.
Los personajes de Clair saben,con imaginación y alegría, haCertodo aquello que no debería estarprohibido; sus revoluciones vandirigidas contra la pedantería,la costumbre anquilosada-, la hipocresía y el abuso. Armado deun sentido filoso del rer/uctio mIabsurdum, basta a Clair un ligero movimiento de cámara parareducir a sus debidas proporcion~s la pompa y la circunstancia.En Les Belles de Nuit, aprovechando el intersticio del sueño,Clair se remonta al pasado enbusca de la vida y en rechazo delos clisés, la patriotería, la men-
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plástico-dramáticos propios de!cine. Esta ha sido la ruta marcada por John Ford al llevar ala pantalla obras de Steinbeck yCaldwell, la escogida por DavidLean para Dickens, por JohnHuston para Stephen Crane, y laque, en esta ocasión y con aciertonotable, ha empleado ThoroldDickinson, director de Reina deEspadas.
Estamos frente a un verdadero ejemplo de recreación cinematográfica: la trama de laPi!wva Dama de Pushkin se encuentra, en su esencia, fielmentetrazada, pero la fuerza de la película se finca en una soberbiaconstrucción de ambiente mediante imágenes. Nos encontramos, plenamente, en el campode lo cinematográfico: sabemosque el mero relato nada significaria sin el diseño plástico, elcorte y la intención impresos porel director. Dickinson sabia que,si en la novela bastan, para mantener el interés del lector, e! ca-
rácter y sus situaciones, en elcine es preciso añadir un elemento: e! ambiente, visual yauditivamente captable: todo enesta Queen of Spades -la espléndida música' de GeorgesAluric, el equilibrio entre lascaracterizaciones de Anton Walbroak y Dame Edith Evans y ladirección, el suntuoso ropaje material de la cinta (reminiscentede las mejores épocas del cinearquitectónico alemán) - se estructura con el propósito decrear una atmósfera de fantasiay horror que, más que invitar,obliga al espectador a penetrarsin reservas a un mundo vibrante de misterio y brujería. Reinade Espadas, obra maestra de unestilo cinematográfico que nace'con El gabinete del Doctor Caligari, alcanza Ir.omentos clásicos de terror puro: la muerte dela Condesa Ranevskaya, sus funerales, la calosfriante escena enque el fantasma de la ancianacomunica su secreto, post mortem, al capitán de ingenieros.El hallazgo eisensteiniano depars pro tato es utilizado consentido macabro por e! directorDickinson: el ruido de! andar
decrépito de la Condesa, unacart:l de baraja, bastan para indicar .la presencia viva del personaje, físicamente ausente.
Desde luego, el perol mágicode Pushkin se apagó a los pocosdias de su exhibición, p:lra sersustituido por la tres veces amenazante limonada de Carita plusTin Tan plus Tun Tun: efectivamente, Dios los cría . .. Todo espectador deseoso de encontrar en e! cine algo más que unaocasión para consumir palomitasde maíz, debe seguir la pista deeste film excepcional.
Carol Reed, al hacer la traducción cinematográfica de TheOutcast of [he Islands de JosephConrad, sabía que el cine nopuede transmitir las cxtraíias yricas cadencias de la prosa deun polaco que aprendió el inglésa los 26 años. Si en esta texturadel lenguaje' se apoya, en últim:tinstancia, la construcc:ón psicológica de Conrad, R~ed decidióservirse por partes iguales de su
Otras escenas de la misma película.
gran oficio de director y del "argumento" conradiano: lo que nodefinió fué hasta qué punto eldesentrañar el sentido de la novela corría de parte de! director,y hast:t cuál, de una simple narrac:ón de hechos. Conrad -dice un crítico británico que escoge sus temas como Robert Lou:sStevenson y los escribe comoHenry James, comparación queno beneficia ni a Conrad, ni aStevenson, ni a James- ventilaen sus novelas una idea central:el hombre anhela la felicidad y,en todas partes, sólo puede creardolor; "ún aquél que conoce yquiere la virtud, a la .past~e seve traicionado por su egoísmo,inevitablemente sofoca sus impulsos nobles, y daña a sus semejantes: e! hombre sigue siendo el lobo del. hombre. En Elparia de las islas, esta fatalidaddañina encarna en \'Villems y esobservada a través del proceso dedesintegración moral del "hombre blanco" en e! trópico. ¿LograReed -y no se trata aqui delas intrigas simplistas de El tercer hombre, resueltas en prodigiosa elegancia de florete- atenidoa estas ideas de Conrad, plasmar
su sentido en la pantalla? Entanto desea, simplemente, copiary exponer las líneas en bruto elela novela, no. En cuanto echamano de un lenguaje cinematográfico, sí. Al final de cuentas,pues, resulta que la fidelidad, sinmás, al novelista, resulta contraproducente: la intención de Con-
rad -y e! valor ele la películasaltan a la vista en cuanto Reecldecide crear aquel ambiente deperfumes concentrados en quepueda dibujarse e! paisaje, natural v humano de las Indias Oriental;s y e! paria, Willems. No,Reed no cae en la tesis: simplemente baraja en demasía la literatura con el cine. Creemos, sinembargo, que en esta ocasióntriunfa e! cine: lo que El jJariade las islas logra expresar, lodice fundamentalmente gracias
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al sentido, muy a la Sibelius,con que va pintándose el paisaje; al proceso acumulativo devisajes y murmullos; a la preñez creciente del clima dramático, hijo de la imagen; al excelente c u a d r o de actores-Wendy Hiller, Robert Morley,Ralph Richardson, y, masticandoel bocado más sabroso pero másexpuesto al fracaso, Trevor Howard- que en uno o dos momentos, con otras tantas actitudes, logran comunic:lr la verdad de sus respectivos personajes:es sobre todo en estas instantáneas de autorreve!ación dondebrilla la mano de Carol Reed.
Falta, sin embargo, la campa ..sión de Conrad por sus hombres,compasión que sólo el gran artista logra comunic~r -y queen el cine, sigue siendo monopolio exclusivo de Clurles Chaplin.
La fórmula hoJlywoodense para el futuro parece ser "Sex andBible". A las sensacionales liaisons de Sansón y Dalila, Davidy Betsabé, han sucedido estas deRita Salomé y el centurión de ri-:;or; mañana, todo parece pronosticar tórridos, super-colosales,niagaresccs "rom:tnces" a basede la Magdalena, J udith o lamujer de Lot (título: "Mr. LotCaes to Town"). Esta SaloméCJue acabarnos de admir:lr en unaDantalla panorámica que, significativamente, corta las cab~zas
d~ los protagon:stas, nos ponea pensar, no sin melancolía, enpasadas grandezas: pobres J udithAnderson (¿qué opinaría Eurípides de su gran intérprete?),Cedric Hardwicke (oh Shaw, oh~hakespeare), Charles Laughron,WiJliam Dieterle (PasteuT, Zola,¿dónde estáis?), Alan Badel(Romeo, Romeo, wherefoTe artthou?); y Rita Hayworth, ques:n duda faltó a la obligación devisitar La Mecca: he aquí lavenganza de Alá.
Día de fiesta para los cazadon's de gazapos (de la "soberanía" en boca de Herodes Antipas para adelante); día de lutopara la Biblia y el cin~. Pesada,indigesta, Salomé habla en parlamentos con s~bor a acuse derecibo, desprovistos de toda int:nción hermosa, graciosa o dramática. :La señora Hayworth,apurando un falso acento inglés,hace un berrinche cad:l vez quealgún romano la tilda de "bárb:tra", y en ocasiones parece estara punto de sacar su radio-pulserapara comunicarse con Dick Tracy, que imaginamos sería el único ser sobre la tierra capaz desalvar al Bautista de su predicamento. Con asombro ingenuo,aprendemos que Cristo hablabacon voz de locuto'r de viajes narrados a la Fitzpatrick. Con seguridad, afirmamos que ni elsanto Bálsamo de Fierabrás puede remediar la catástrofe de estaSalomé con acento mal puesto.
ERNST CASSIRER:
El problema del conocimiento
LIBROS
La sección de filosofía del Fondo de Cultura Económica acabade editar el primer volumen de la versión castellana, escrupulosamenterealizada por vVenceslao Roces, de la gran obra de historia de la filosofía, circunscrita a la exposición del desarrol1o de la teoría del conocimiento, del insigne filósofo alemán contemporáneo, Ernst Cassirer, quel1eva por título: El Problema del Conocimiento en la Filosofía y en laCiencia Modernas. En él se expone la historia de la teoría del conocer,verdadero órgano de sustentación de todo el pensamiento especulativoposterior y piedra de toque de la moderna filosofía, desde el resurgimiento de su problemática, en las postrimerías dé la Edad Media y enel Renacimiento, hasta la primera planteación de la filosofía críticahecha por Descartes, en quien se encuentran dados los elementos sustanciales del idealismo y del racionalismo rigorista continental. Entreestos dos momentos del desarrollo histórico aparece una larga teoríade pensadores, tra'tados con excepcional comprensión y lucidez por Cassirer, porque en su pensamiento, a juicio de nuestro autor, se expresay pormenoriza uno de los más amplios, directos y sustanciales movimientos de la historia de la ciencia y del pensamiento filosófico quesobre ella reflexiona.
El historiador de la filosofía tropieza también con la dificultadde establecer los límites precisos del' Renacimiento -los de su comicnzoy los de su conclusión como época histórica coherente-, punto de partida y simiente de la filosofía moderna, porque los primeros siglos del
. Renacimient.o se ocupan casi exclusivamente en la asimilación de lossistemas antiguos, expresada en el doble movimiento enderezado a revisar el pensamiento platónico y el aristotélico. De esta manera nospresenta Cassirer el descnvolvimicnto moderno de las dos actitudes fundamentales de la filo,ofia: la idealista y la realista. Junto a ellas, y comocoronando sus esfuerzos, anarece una de las formas, la más radicalindudablemente. del relativismo filosófico, la del escepticismo exceprionalmcnte 1ÍJcido de Montaigne y Sánchez. Escepticismo que nuestrobi,toriador nos presenta como el desenvolvimiento ininterrumpido ycoherente dcl concepto socrático de la ignorancia. que bajo la formade la dacia itlno'l'alltia dc Nicolás de Cusa, ronstituve la reculiaridadmetodológica que separa a esta filosofía de la Edad Media. Relativismofilosó fico que encontramos en Campanella cuando rebasando los límites de la filosofía dc la naturaleza busca un princioio que puedafundamentar a la conciencia de sí mismo, y que en Descartes constituye el bien conocido punto de partida para asentar los fundamentosracionales puros de la conciencia.
Pna buena tercera parte del libro de Cassirer se dedica a la exposici(1I1 v caracterización del desarro110 y nacimiento del dato fundamental de la filosofía moderna: la ciencia exacta. Los verdaderosorígcnes de la misma tenemos que irlos a buscar cn la filosofía dela naturaleza del Renacimiento, Ijar más que en el1a. junto a la observación exacta. practicada por primera vez con toda fidelidad y amplitud,aparezcan en la conceprión e interpretación del ser exterior los deseosindividuales y las sugestiones de la voluntad. A este resnecto, nos diceCassirer, es preciso marcar nítidamente la línea divisoria que separaa la filo,ofí'a de la natlll'aleza de la investigación exacta. Ambos momentos de la historia dc la filosofía, son ilustrados por Cardano. deuna partc, representante de la nueva mentalidad y de' la nueva investigación. quien todavía reflexiona sobre los demonios v los milagros,y por Keplero, de la otra, en cuya conceoción e.<l~tira. del cosmos perviven todavía algunos de los elementos de esa filosofía, pero que conrigor consciente levanta la barrera metodológica que le separa de suspredecesores, de Francastoro y de Patrizzi, entre otros, contra los cuales polemiza para establecer el valor lógico y di ferencial de la matemática.
La tercera parte de la obra l1eva por título "Los fundamentos delidcalismo" y se dedica casi exclusivamente a la filosofía cartesiana,en función de la cual y de la actitud espiritual con ella consecuente,se cxpone el ir racionalismo pascaliano. de una parte, y el conciliadory comprometido ocasionalismo de Malebranche, de la otra. Con Descartes empieza la filosofía moderna para nuestro historiador, no "porque coloque a la cabeza de su especulación la idea del método, sino'porque le asigna una función nueva" de la que depende el rendimientototal de las ciencias, que no son más que "el fruto espontáneo de losprincipios innatos del método". Para Cassirer, la comprensión de estarelación es esencial para entender "histórica e intrínsecamente el sistemade la filosofía de Descartes".
Así termina este primer volumen cuya extensión y cuyos límitesse justifican norque la riqueza del Renacimiento filosófico y científico estal que en el1a "se contiene el fundamento original y seguro de todolo que viene después." Esto que viene. despu~s cOI}stituye, .el ~egundovolumen de la serie, en el cual se estudIa la ftlosoÍla emplnca mglesa,el desarrollo del idealismo a partir de Leibniz y el proceso de desarrollode la ciencia de la mturaleza que arranca de Newton.
FERNANDO BENÍTEZ. La vidacriolla en el siglo XVI. El Colegio de México, 1953. Ils. deElvira Gascón, 322 pp.
Este libro es producto de unainquietud común a nuestro tiempo'el descubrimiento de 'las cosas d~México hasta términos que vanmás allá de la ciencia y la erudición. El deseo de interpretar nuestro presente no se ha detenido en elestudio -o en la semblariza- delo contemporáneo, alcanza a desentrañar' el pasado, a hurgar en él,a exponerlo luego con la interpretación propia y personal de quiense siente requerido a explicar -aexplicarse-:- el mundo en que vive.No basta el asedio que' haga elhombre de ciencia, cuyos progresos alcanzados en el estudio. de losproblemas que se plantee, o halleplatiteados, están condicionados ala reserva obligada de fines quese encuentran, a veces, tan mediatos y tan esperanzados de hallarsu concatenación con los descubrimientos y avances que en elmismo terreno realicen otros hombres de ciencia, que resultan casimetafísicos para el hombre de lacalle, perplejo ante su circunstancia inmediata, física, tangible. Ennuestro tiempo se ha dado el casode que hombres que han hecho desu vida una para l;l cual la investigación ha sido el móvil principal, puedan proponer -aparentemente-- sin esfuerzo y con sencillez las respuestas que esperan,ávidos, infinidad de ciudadanosotrora indiferentes. Pero junto aesto se ha dado la improvisación.de quienes más jóvenes, o másaj enos a los temas que ahora sonde '11 orefercncia, sintieron la nececidad de atender a la apremiante~olicitud de dar respuesta a los.problemas de su tiempo. El resultado de tal actitud tiene que ser,nccesariamente, diverso. Hay quie~
nes improvisan, improvisándose,. do·tándose con denuedo de los instrumentos necesarios para dar una res.puesta solvente, y hay quienes de7rivan por la charlatanería.
Es el caso que Fernando Benítez, escritor de fluído y claro estilo, se cuenta entre ouienes rechazanlas respuestas' fáciles o hechizasy es capaz de meterse en terrenos renutados como ajenos en busca de la verdad que necesita. Y esel caso también, que al improvisarse lector de la historia del sigloXVI, mexicano, se torna en uno de,us más elocuentes intérpretes. Suánimo observador y desenvuelto lepermite pasear por el pasado, através de los libros. como a travésde una "máquina del tiemeo", y lees dable traer de ellos un testimonio actual y añejo, tan fresco querarece traído de la vida misma.Así, las referenci'as que hace alos conquistadores, a los frailes,a los magistrados, a los poetas y alos pretendientes, a los santos ya los humanistas, hijos ya todos deconquistadores, así como las que deestos mismos, no parecen tomadasde viejos testimonios, sino el Ü:stimonio mismo de un coetáneo cuyasvivencias -maliciosa:; o excesivaniente ingenuas- pertenecieran a unhombre que ~e hubier~ adelantado asu tiempo. El resultado de esto esoue el relato, a pesar de su intrincada perspectiva de sociología de lacultura, es fácil y ameno, Y la imag-en que dej a del mundo y de la vidade nuestros primeros antepasadoscriollos -ya mestizos, por el merohecho del contorno que les daba lat!.erra, de: su nacimiento- es tan p.recisa y clara como la de una casa' recién terminada, a la que se le hubieran qlli t;ldo todos los andamios, cosaque, hay que recordarlo, no todoslos arquitectos saben hacer.
E. F. V.
UNIVERSIDAD DI:: MEXICO
que está escrito. Los capítulos versan sobre "Este mundo: México en1858" v "El otro mundo: la utopia", y- el epílogo traza la génesisde la utopia de Adorno, que con el'título de "El remoto porvenir" seincluye en el apéndice. E. F. V.
índole, ni obstaron la grandeza pat.ricia de la H.cforma y la lucha
. contra la intervención.Dos capítulos más y un cpílo
go completan este ensayo, entrecuyas virtudes no es la menosnotable la calidad de la prosa en
PABLO GONZÁLEZ CASANOVA,
Una utopía de América. ElColegio de México, 1953, 171pp.
Juan Nepomuceno Adorno fuéun' inventor mexicano del sigloXIX. Inventaba aparatos extrañosdestinados a resolver problemas comunes, y a salvar a México. Eraun preocupado de la humanidad yde los inventos, y también inventaba utopías. Los aparatos que el"entendido mecánico" producía llenaban de regocijo a algunos de susconciudadanos, deseosos de parangonar en ingenio a nuestra patriacon las naciones extranjeras. Peroa veces eran tan peregrinos quelos mismos entusiastas conciudadanos del señor Adorno, "más amigos de la verdad. , .", las consignaron piadosamente en sus diarioscomo portentosos inventos, pero lasdescribieron en los mismos con talpuntualidad, que es imposible suponer que lo hicieran con ánimoexento de malicia. El fusil de retrocarga, la diligencia blindada fueron descritas objetivamente en ElMonitor Republicano: "La diligencia blindada es una verdadera fortaleza con tres ruedas para hacerlainvolcable y para que gire con lasoltura y el desembarazo de unaardilla ..." Sólo que el señor Adorno no pensó que los caballos eranmortales, y que sin ellos cualquierdiligencia -en uno u otro sentido- era inútil.
El señor Juan Nepomuceno Adorno no sería para muchos de losmortales lectores de nuestro tiempo más que una curiosidad de nuestro pasado, que, a lo más, despertaría en ellos una benévola,compasiva ~onri~a, con su historia.Pero el doctor González Casanova,sociólogo e historiador de nuestracultU1'a, ~abe que detrás de un"hombrecillo" suele haber todo unmundo de ideas flue condicionansu existencia, y s;n descuidar alhombrecillo que había en el señorAdorno descuhrió también al gigante frustrado -autor de utopías- que comnartía su f'xi,tcnciacon el hombrecillo, como éste lohacía con él.
Para un lector desatento, peroenterado, puede parecer en unaprimera ojeada que el valor deeste ensayo radique en su primercaoitulo -"El hombre moderno enMéxico"-, síntesis apretada deronorimientos sobre el acontecerde la historia mexicana eu ,us perspectivas cultural y política, queconsigue demostrar en su brevedadQue "una vi,ión de la historia moderna de México advierte al espectador del cambio fundamentalen la actitud de los hombres (delpaís, que). De elementos de lacreación pasan a ser creadores enel sentido entménico de la palabra.(A quienes) los embarga el optimismo que acompaña a toda creación ... "Pero para '111 lector atento y preocuoado, el brillo de esta~
nrimr.ras páginas 110 oculbrá elinterés que entmíían la, siguientes-ron su anariencia de curiosidad-, y eu las que la ciencia y paciencia del autor se acompañan deun buen humor que contamina allector en primera instancia v le revela luego el fruto más preciado deobservaciones agudísimas que dejacaer entre líneas. Así. la imagenQue hace de "Un hombre prácticodel romanticismo" rodrá ser la imagen de un ser rurioso que se llamó en vida Juan NepomucenoAdorno, pero es también una imagen, si sarcástica, comorensiva, delos avatares de la vida mexicanadel XIX, y por tanto de sus hombres, cuyas pequeñas grandezas, ygrandes pequeñeces, no bastaron aimnedir el nacimiento de tina nació'l, aunque hayan marcado su
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UNIVERSIDAD DE MEXICO
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de Andrés HENESTROSA
Yo gusto recordar; yo gusto releer. Dos cosas que indican vejez. No importa: yo gusto de esas dos cosas. Y ahora releo a Urbina,ún poeta que de menor que se le consideraba va subiendo a mayor.Un poeta que va de menos a más. Y me ha dado un vuelco el corazón al encontrar en uno de los poemas contenidos en El Glosariode la Vida Vulgar una velada alusión a las circunstancias ~'n queescribió el precioso madrigal romántico, pieza que inicia su buenafama literaria. El lJoe1/M se titula "Nessun Maggior Dolare" yfué escrito en 1912, siete años di'spués de "Metamorfosis". Alude
al d~a en qlle compuso, como en éxtasis, el madrigal sutil en que la111anposll de un verso perseguía
los giros de una mano dc nácar y :narfil.
Quién era esa mujl'r rubia y gentil, cuyos ojos eran el crpúsculo de una 111~lancolía, que aquella noche le dijo: "iTe quiero!", escosa que nadie sabe o por lo menos no revelada hasta ahora, porquepermanl'ce 1'11 bruJ1h/s la plural y celest!' historia del corazón .feUrbil1t1.
FRANCISCO GINER DE LOS Ríos.Jornada hecha; poesía: 19341955. Tezontle. México, 1953.227 pp.
Recoge este libro de FraneisoGiner de los' Ríos, que corno élmismo indica no es ni una antología ni la clásica "poesía completa", pero que -anotamos nosotros- tiene mucho de lo primeroy algo de lo segundo, la obra !]ueel poeta reconoce suya y que harealizado durante los dieciocho aÍlosque tiene de serlo. Como es natural, incluye, así, poemas publicados en libros, revistas y periódicos.Los libros son, ¿quién no lo recuerda?, La raina viva (1940), queen esta edición forma entre laspáginas 47 y 77, y que contieneveintisietc poemas; el Romanceril/o de la fe (1941), que se integraaquí en el libro, hasta ahora inédito, Destino li-Jnpio, del cual forma breve, pero sustanciosa parte;este libro contiene parte de la poesía de la guerra y del destierro;Pasión primera y otros pOe1nas(1941) ha aÍladido a sus cincobellos poemas iniciales uno no menos hermoso, Lenta inu.erte. Lospoemas y poemillas que ilustraronla "prosa viajera" de los tantasveces celebrados Laureles de 001-raca los ha reservado el poeta parapublicarlos en libro aparte con losotros que le "han ido dando la Inzy el paisaje mexicanos". En total,unas cuarenta y cinco páginas depoemas de este libro se conoceríanen otros anteriores; por lo querespecta a los poemas aparecidosen revistas v demás publicacionesperiódicas, ~omo la dramática ydolorosa elegía "En la madrugadafinal de Eugenio Imaz", que publicara Cuadernos Americanos, puede decirse que han sido rescatados,por fortuna para el aficionado lector, de una dispersión que si nolos respetaba inéditos, sí los mantenía un poco en la oscuridad. Ellibro es, pues, libro nuevo.
El título despierta recelos al oído americano -la jota y la che parecen un poco demasiado durasy al mexicano suscita el imprescil?dible juego de palabras. Pero GIner es un poeta espontáneo, queafirma su fe en la espontaneidad dela poesía, y aun en sus riesgos; ycomo es consecuente, los ha corrido. El resultado es una coleccióny no una selección; cumple así suintento: es honrado; pero acasoesta actitud nada tenga que vercon la poesía que el mismo Ginercontempla y expresa con tan altosvuelos, y si, en cambio, con ~I
poeta, en cuyo documento o testimonio se convierte. Y si en losversos que aquí y allá aparecensueltos o aparejados, y que con frecuencia se entrelazan hasta dar elpoema total, se advierte lo antológico del libro -en cuanto que espoesía ésta de lo mejor-; en otrasocasiones el poema iniciado congalanura, se adelgaza en los dedosde la lengua retórica y del oído
Entre las obras que la Biblioteca Nacional editó {'n los fiempos en que estuvo al frente de ella el j/oeta Enrique FernándezLedesma, hay una que el tiempo ha. convertido é'n una verdaderarareza bibliográfica: Los mexicanos pintados por sí mismos, obraescrita por una sociedad de literatos y editada 1JOr M. Murguía ,'/1
el año de 1855, aunque la portada consigne el año anterior. Entrelas muchas excelencias de la edición facsimilar o1nimada /Jor Fenuíndez LedesrJlI!, queremos señalar una sola: la identificaciÓn ,¡lIe !levóa cabo de los autores de los tC'dos que integran I'! libro. Parecc cosac':erta que _\1urguía mandó imprimir las estampas mucho antes deque los textos ilustrativos estuvieron escritos y que entregó a cadaautor aquellas que debía ilustrar, con una antelación que jmdoser de meses cuando no de años, ocurriendo, sin embargo, quealgunos no hayan entregado los textos a pesar de todo; así lJOr ejemplo el de "La Lavandera" y "El Panadero" que hubieron de publicarse solas al final de la obra. Una estampa de Los mexicanos pintados por sí mismos, llamó siempre mi atención: es aquella que :'etitula "El Ministro", cuyo texto escribió Juan de Dios Arias. Lafigura representa, casi sin duda, a Lucas Alamán, Ministro dosveces, de lturbide y de Bustamante. Todo parece concurrir a crearme esta certeza: el porte orgulloso, los lentes, el sO'mbrero de col)a,el bastón y la cartera debajo de los brazos. Y esto más: en d Diario,de Miguel Beruete y Abarca, se lee el 12 de abril de 1823, que Lucasde Alamán joven de 28 años y de anteojos verdes con acento parisiense, es Ministro de Relaciones. Y en Juan de Dios Arias, en dartículo aludido, se describe a un ministro que coincide con el famoso, aunque negador de las glorias nacionales,.Lucas Alamán. Unministro sin anteojos es un anacronismo, viene a decir Arias.
*Yo he sugerido en otra ocastOn a Francisco González Guerrero
que la 1m!Jrenta Universitaria editara algunos de los textos queacerca de nuestra literatura se escribieron en el siglo pasado, y quepor razones de tiempo, tanto como por haber visto la luz en publicaciones de efímera vida, son ahora de difícil acceso. Hoy traslado esa sugestión a Jaime Gareía Terrés, actual director de Difusión Cultural. Uno de esos textos pudiera ser aquel que se encuentrarepartido a lo largo del volumen que don Vicente G. Quesada ,'.1
cribió sobre su Misión en México (1891), Buenos Aires, 1904. Quesada llegó a esta Ciudad en junio de 1891, nombrado enviado extraordinario y ministro plenipotenciario en México, de su país. Hombrede vastísimas lecturas, historiador preocupado por la suerte de lacultura de Hispanoamérica, cuestiones sobre las que escribió librosesenciales, fué to primero que hizo al llegar a nuestra ciudad, concurrir a archivos y bibliotecas en demanda de material lJara obrasfuturas; fué como estableció contacto con los escritores mexicanosde mayor renombre en aquellos días. Asiduo concurrente de laslibrerías de viejo, o de lance que también se dice, formó una ricacolección de libros mexicanos. A medida que se entraba en lascircunstancias de nuestra vida, fué haciendo amistad con nuestroshombres de letras, Francisco Sosa el primero, en cuya casa de Mixcoac se llevaban a cabo tertulias literarias. El panorama de lasletras mexicanas que podía organizarse con los lugares de sus Recuerdos de mi vida diplomática. Misión en México, prestaría alestudio de nuestra literatura un servicio de primerísima importancia. En efecto, Ernesto G. Quesada apuntó con mano perspicaz ymmte certera algunos de los rasgos de los literatos mexicanos queentonces ya eran o empezaban a ser; así, una somera laudanza deManuel Gutiérrez N ájera y una preadmonición de lo que iba a sermás adelante Rafael Delgado.
Pero no solamente eso hizo QUCsada, sino que trasladó a fUS
Recuerdos observaciones acerca de la vida mexicana, la dI'! jJasadoy el presente que le tocó vivir entre nosotros. Su libro, en extremo escaso, no es dable a los escritores mexicanos tener a la mano.Yeso sería la primera ventaja que tendríamos si usted, Jaime GareíaTerrés, patrocinara la edición de este capítulo.
poético, y la trama se deshila v 110
se halla 11l1l1C<1 acabada. .L:1 soltura del verbo, de la ima
gell, dc la voz viva -musicada enel sonido y en cl dihujo de la let ra- pareccn encandilar de prontoal poeta con Sil luz adjetiva y elpoeta se deja llevar de su voz, ySIlS palabras poco a poco destejenlos primeros versos que ell ellasmismas se habían tramado, al volver sobre los propios agujeros delmismo canevá en '1UC se habíansustentado. "¿ Dónde está el ant()logo?" "j Qué venga el antólogode F¡-ancisco Giner de los Ríos!"-dan ganas de exclamar-, y quele diga cuáles de los pasos de sularga y profunda jornada son losseñeros, para su propia poesía ypara la espaÍlola y mexicana a lasqne ella pertenece.
y el mismo Frallcisco Giner delos Rios se sorprenda de quc su];¡rgo camino -dcsbrozado- no seamellas largo, ni menos espontálleo,y acaso si más Jlnro, porque en éldestaque plenamcllte la belleza queulla y otra vez ha logrado captar,reiteradamente atento al "son delcorazón", en el de su palabra vivay fecunda, que honra a FedericoGarcía Larca, en España, y a Enrique González Martínez, en México, a quienes dedica esta Jornada hecha, este primer período desu alta poesía. .
E. F. V.
HANS REICHENBACH. La filosofía científica. Fondo de Cultura económica. México, 1953.
Entre los filósofos modernos,Hans Reichenbach ocupó, sin lugara dudas, un sitio prominente obtenido gracias a su gran información científica y filosófica, su paciente trabajo y sus críticas audaces a las teorías epistemológicasy cientí ficas consagradas. Perteneció este filósofo alemán al neopositivismo contemporáneo, coincidiendo, en lo general, con figurascomo Camap y \Vittgenstein. EnThe rise of Scientific Philosophy(1951), Reichenbach expone conuna gran nítidez conceptual Sl1
pensamiento filosófico. Como buenpositivista, pero nada ingenuo, Reichenbach cree que toda filosofÜlcon la pretensión de ir en pos dela certeza, elebe reposar en los datos suministrados por la' ciencia.Piensa que muchas filosofías, conel prurito ele llegar al conocimiento absoluto, al saber depurado dela contingencia que surge del empirismo, son meras especulaciones,fantasías antropomórficas. En unabreve excursión por la historia dela filosofía, Reichenbach nos explica que, elesde Bacon, la cienciautillza, en última. instanci'a, dosmétodos: el deductivo, que sirvióde base al sistema aristotélico, yel inductivo, que es el sustentáculode toda la moderna concepción científica.
A través ele este opúsculo interesantísimo, Reichenbach adviertecómo la mente de algunos filósofos, culminando con la de Kant,
LA ULTIMA NOVELA DE MARIO MONTEFORTE
El escritor guatemalteco Mario Monteforte Toledo, autor de "Lacueva sin quietud", ha publicado en Guatemala una novela que se titula "Donele acaban los caminos". El libro está preñado de imágenes poéticas yertielas alrededor elel curso realista del argumento, cuyo personaje principal es un médico que intenta establecerse profesionalmente enun lugar de ambiente provinciano donde "... hay que barrer debajoele la cama para sacar las nubes." La lucha del profesionista capitalino contra la provincia hace rccordar un poco "Los Fracasados" deMariano Azuela, aunque está mejor logrado el libro de Monteforte.
El argumento es bastante simple y propone estremecedoramente elproblema cultural y social del indio de las regiones mexicanas o deuno muy senlejante a él; pero el interés literario de esta obra radicaen el tratamiento que le ha dado el autor en cuya forma de monologarv de tomar los objetos, es casi inevitable. distinguir la resonancia delas novelas de J can Paul Sartre; frecuentemente se advierte en Monteforte una especie elc miedo, de náusea, ante el choque sufrido con "lootro" :
" la voz dc otro mundo contiguo o soterraño, pero terriblementevivo "
O aquella otra parte: "Este olor a perfume dulce; este asquerosoolor a uno mismo, reconocible entre todos los demás. Uno se hueleen pasado, como anticipadan]ente muerto", que nos recuerda el sentidode aquellas frases de Sartre: "... no ser ya sino un desgarramiento desí mismo hacia el porvenir."
Puede verse también esa seguridael temerosa de la muerte en frasesque permiten a veces, tras de sus líneas, adivinar la lectura del autorsobre los textos ele Sartré:
"-Cada pueblo tiene su cementerio, para su gente. Y tú no eresele aquí - dijo Antonio con suavidad.
"-Ojalá uno dejara de morirse po'rque no está en su pueblo. Lamuerte se lleva dentro, como un gusano."
El líbro tiene capítulos vereladeramente ingeniosos como aquel quehabla de los niños que jugando se dicen:
"-Ahora tendremos hijos."-¿ Cuántos?"-Uno tú y otro -yo."-Debemos esperar que crezcan. Después me volverás a besar y
tendremos más."Así continuaron hasta llegar a dieciséis hijos, a ocho cada uno."El autor desarrolla con fluidez la multitud de temas que se le
ocurren como la curiosidad primitiva de la india que . llega a vivir ala casa'elel médico, por los objetos misteriosos del blanco: la estilográfica "un lenguaje comprimido, inacabable; una especie de loro", la ropadel blanco que "parecía que iba a echarse a caminar o a gesticularpor sí misma", el espejo que "le abrió 'una nueva dimensión de la tierra. Nunca los había visto tan grandes, tan voraces para producir talcantidad ele ambiente". Como el tema del indio Raxtún cuyo alcoholismo le hacía decir que su espíritu era una lagartija; Diego Raxtún,el que buscaba la picdra ele .obsidiana de las cuatro luces y esperaba. elsueño en la barca sobre los siete ríos de colores, para poder ser bruJO.
Cuando el protagonista ele la novela es amenazado con el machetede Antonio el· paelre de la india, hallamos un tro:w poético hábilmentemezclado c~n las reflexiones anatómicas del cirujano profesional:
"El machete comenzó a ascender hasta confundir su punta con lahoz de la luna. Desde allá bajaría, raudo, con gemido de astro quese desprende, y caería en mitad de la silla turca, escindiendo el cerebro la columna vertebral; guillotina revolucionaria, rayo ele perfil".
'En suma, la novela contiene un interés que puede muy bien signi ficar el principio de nn maduro estado literario en Ma~io Monteforte.
E. L.
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pretendieron salvar a la filosofíadel contacto dañino, falaz, inseguro, con la experiencia sensClrial;cómo, para evitar este contagio,volvieron los ojos a Platón quien,como .dice Reichenbach, .~ubravóla superioridad de las matem3ti¿a<;sobre todas las otras formas d~
conodmiento.También nos habla Reichenbach
de la tan conocida sup03ición deKant de que existiera ul' juiciosintético a trio'r·i o ::.:a, CCIllO sesabe, la conjunción de la ;lxesidady la experiencia; unión que j\odríaser ejemplificada, en el tr;>,ce'ldentalismo kantiano, por medir¡ de la'causa1idad como categoria pura..Nos dice Reichenbach que no sólose introdujo el amor a )r¡ nece,ario, a lo absoluto, en la especulación metafísica, sino que ;;,mbién,desde Sócrates y Platón, en laética. Hay filósofos, en efeero, quehan querido construi r 'mVt E' .QE'Ometrico la moral, intentando incrustarla en lo incuestionable. Spinoza, influído por esta manera de
DOCUMENTOSMEXICANOS1. }¡wn Pablos. Prime'r im
presor que a esta tl:er-ravino. Monografía bibliográfica, por AGUSTÍN MILLARES CARLa Y ]Ul.IÁNCALVO. México, 1953
$ 85.00Está dividida esta obra entres partes: Introducción,'Catálogo bibliográfico yApéndice Documental.Concienzudo estudio conel cual queda definitivamente estudiado el origende la Imprenta en América, con documente>:: hasta hoy inéditos. Estúdianse al mismo tiempo cadauna ele las obras que salieron de las prensas elelprototipógrafo mexicano,indicando el lugar en donele se conservan. El volumen está ilustraelo congran cantielad de grabaelos.
I:n prmsa:2. JUSTO SIERRA, Segundo li
/J1'O del diario de 'II1i viajea los Estados [¡nidos. (Lapretenelida cesión de la Península ele Yucatán a ungobierno extranjero.) Prólogo y notas elel Ing. Mar-te R. GÓmez. .
3. Hútoria de la Santa "Apostólica P'rovinria di:S antiago de P"E'dicad01'esde México en la NlleVa[:sl'<l1/a. Ilustraela con lasvielas y apostólicos trahajos de los varones insignesque en ella han florecidoen santielael y doctrina, porel P. FRAY lUAN DE LACllUZ y MOYA, Preelicaelor general y Cronista eledicha santa Provincia \'Examinador Sinodal d~los Arzobispaelos de Manila y México. 6 tomos.De esta Colecciún ele Do-
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pensar, es el caso más asombroso. depretender fun,damentar la El1cacn una base tan segnra como lade la geometria.
Después del análisis de los intentos especulativos condenados siempre al fracaso, Reichenbach analizala situación del filósofo que, conmenor pretensión, se atiene únicamente a la palabra de la naturaleza.Por ello le parece tan atinada latriple metáfora de Bacon eH la queéste compara a los racionalistascon las arañas qne tejcn sns telascon su propia snstancia; a losprimeros empi ristas con hormigasque recogen material sin poder encontrar ningún orden en él y a losnuevos empiristas, firmemente atenielas a la voz de la experiencia,con las abej as que recolectan material y lo digieren. Después de esto,Reichenbach pasa a estudiar la crítica de David Hume a la induccióny a la causalidad. Crítica qne noha sido aún superada, máxime queahora toda la. ciencia, según Reichenbach, se ha relativizado; yasí vemos que la ¡¡sica, en la escala atómica y astron"'mica, nopuede ser examinada tomando cncuenta fas clásicos conceptos dccausalidad. Expone Reichenbach, aeste respecto, y con una gran precisión, lo que la teoría del quantu1Jl.de Planck, la ley ele la indeterminación de Heisenberg y el principio ele la complementaridad de
Bohr significan para la idea tradicional de causalidad. Toda laciencia actual reposa, basaela enFermat y en Keynes, no ya en unarelación segura de causa a efecto,sino en una ley de probabilidades..
Es indiscutible que la presentación concienzuda y jugosa de todos·estos temas es sobremanera atractiva tanto para las personas (IUe seinteresan por los problemas filosóficos, como para las que trabajan sobre todo con los científicos. Reichenbach es un hombreque ha podido, como se relata enesta obra, discutir con personalidades como Einstein o Russell, y sajir airoso de estas controversiasentre espíritus altísimos. Es verdadque se poelrá no estar de acuerdocon las numerosas tesis que Reichenbach nos presenta en esta obra,pero creo que nadie negará sutrascendental aportacill!1 en el campo ele la cultura y su brillante y,(,lida exposición de los problemas(le mayor importancia humana.
E. G. R.
Wn.HELM W ORRINGER. Absfracción y Naturaleza. Fondode Cultura Económica. México, 1953.
En una traducción de Marianaesta obra, vieja ya, pero de imporFrenk ha sido impresa en español
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tantes res?nancias en la estéticacontemporanea. Tal como nos diceel auto: en la primera parte, su libro qUiere contribuir a la estéticade la obra de .arte, I.a que pertenecea I~~ artes ÍlguratIvas y no a laeste~lca ele lo bello natural. EstedeslInde parece ,al .escritor muyacerta~o, porque el pIensa que si sere¡¡uncIa a S~I consideración se podna pasar sm m{¡s análísis de laestética de lo bellQ natural ~ la delo J:ello en arte; "... en principio-dICe-,. . las leyes específicas delarte no tienen nada que ver con laestética de lo bello natural".
El autor trae pronto a' colaciónla. t~oría de Teodoro Lipps, laEmfuhlung o Proyección Sentimental. Acusa a Lipps de unilateralid~d, porque la Einfühlung estásolo basada en la sensibilidad artística del hombre. "Sólo al converger con las líneas que partendel polo opuesto integrará un sistema estético comprensivo" dice dela Proyección Sentimental: .
W orringer parte entonces, paraestablecer su sistema estético, delafán de abstracción y no del de ptoyección sentimental; en seguida expone con claridad los puntos fundamentales de la teoría de Lipps parahacer ver al lector la diferencia entre Einfühlung y abstracción. La
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amor y la amistad del·mexicano.
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8. C. Garizurieta, Isagogesobre lo mexicano.
9. M. Picón-Salas, Gustode México.
10. L. Cernuda, Variacionessobre tema mex·icano.
11. J, Gaos, En torno a lafilosofía mexicana (n).
12. S. Zayala, Aproximacion.es a la Historia de Mé:rico.
13. A. Orteg-a Medina, México pn la conciencia anglosajona.
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Insurgentes Norte, 19. México, D. F.
E. L.
PORRUA,
primeras obras, como dice Ralph E.'I\Iarner-, es fácil ver la resonancia de los grandes novelistas franceses: Daudet, Zolá, los Goncourt"que. convirtieron, como dice Zolá,en plllcel y cincel la pluma".
Este libro pretende ser el pri'llertomo de una serie que abarcará laobra completa de R. Delgado vcontiene 31 cuentos -"que algú;lnombre he de darles"- según diccen el prólogo su autor.
Estos cuentos y notas, que noson tal vez "cosa muy subida yquilatada de mérito" -como reconoce Delgado en su modestia-, sise les compara con sus ;lovelasfundamentales "Los Paricntes Ricos", "Angelina", "Una HistoriaVulgar" o "La Calandria", reprcsentan para el critico y para el lector, la j"JI'omesa dc conocer en sutotalidad las producciones elel literato veracruzano, cnyo centenariose acaba de celebrar.
A.s.EDl TORIAL
comparable al de México y Perú,los dos grandes centros colonialesde la América hispánica.
Veintinueve láminas contribuyena ilustrar las explicaciones (Iue ~e
dan en el texto y a hacer posiblesiquiera una mínima apreciación deViSll de algunos de Jos principalesmonumentos a los que se hacc referencia.
,E. F. V.
RAFAEL DELGADO. Cuentos ynotas. Editorial Porrúa. México, 1953. 357 pp.
En la colección de EscritoresMexicanos se ha publicado este libro con una biografía escnta porFrancisco Sosa, una noticia hiográfica de Caffarel Peralta y un prólogo de R. Delgado.
En el autor de "La Calanelria",brillante maestro, amplio lector, escritor costumbrista y realista -COII
resabios del romanticismo en sus
toria del IPdGeH corresponde unaserie a las monografías de los monumentos históricos y arqueológicos de los diversos países de América. Con anterioridad a ésta, sehan publicado las de Panamá -porAngel Rubio-, los Estados Unidos-por Ronald F. Lee-, Brasil -porRodrigo Melo Franco de Andrade-, Chile -por Roberto Montandón- y Haiti -por Catts Pressoir-; se hallan actualmente enorensa las de Guatemala, México yHonduras, en la elaboración de todas las cuales ha oarticioado el doctor Daniel F. Rubín de la Borbolla,contando con la colaboración de losinvestigadores Hugo Cerezo y Pedro Rivas para hacer las· de Guatemala y Honduras, respectivamente.
El autor se ciñe en su trabajo alas normas generales establecidaspara la serie: hace una referenciasuscinta a la organización oficial yprivada de la exploración y conserv;¡ción de la riquen monumentaldel país, a su legislación protectora,a l;¡s instituciones educativas especializadas y a la bibliografía general e indisoem:able en esta rama delas ciencias históricas. Pero estostp.mas comorenden apenas dos de los~iete capítulos de que consta el libro. y un anéndice. .
En los primeros cinco capítulos,vp.rdadera .historia del arte ecnatoriano, estudia el autor desde los mol1Umentos arqueológicos -los Apo,pntos de Cien de León. el P;¡laciodel Callo, el Panecillo del Callo, elCastilllo de lngapirca. etc.- hastalos monumentos históricos en I~s
provincias y la arquitectura civil,señalando el bri liante desarrollo colonial que el cultivo de las bellasartes alcanzó en el Ecuador, y losantecedentes prehispánicos del mismo. Es conveniente hacer notar quela arquitectura religiosa ofrece enEcuador un grado de progreso sólo
Einfühlung, dice Worringer, no nosayuda a comprender ni a constituirel supuesto de la creación artísticasino en una parte muy reducida.Los principios propugnados' por laestética materialista son: "propósito utilitario, materia prima y técnica" y ya no les corresnonde ahora, como en Gou fried Semper, unpapel creador, sino uno "negativo,de estorbo". Con su maestro AloisRiegl, vVorringer se pronuncia contra este "materialismo artistico,chabacano y cómodo". "El afán deabstracciótl' halla la belleza,. en todasuj eción a ley y necesidad abstractas", dice, y los que no comprendenesto. advierte más tarde, son los quequieren que las artes plásticas, porejemplo. se acerquen lo más posible al modelo natural. "si es qnepor 'naturalp.za' se entiende la snperficie visible de las cosas". Yalo decía Meumman: por más bienque se pinte un puño no saldrá dospulgadas del lienzo.
Alu.diendo a la fórmula deSchmarsow: "Fl arte es un encuentro del hombre con la naturaleza" dice Worringer: "ouede ace')tarse si se considera también la mp.tafísica como lo que en el fondoes: un encnentro del homhre con lanaturaleza"; y después nos sugierela pregunta ¿qué es naturaleza?, esdecí 1', ¿no constituye también partede la naturaleza esta facultad nuestra de abstraer, de crear, de hacerde formaciones?
Dentro de las diversas publicaciones que hace la Comi~ión de His-
E.L.
FRAY JOSÉ MARÍA VARGAS, O.P. Ecuador: monumentos históricos y arqueológicos. Instituto Panamericano de Geografía e Historia, México, 1953,144 pp. lis.
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EL INSTITUTO DEINVESTIGACIONES
ESTETICAS
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(Viene de la pág. 8)
ofreciendo al público el acopio delos primeros materiales. En 1924aparece su definitivo segundo librosobre el tema y en 1948 sale deprensas su tercer trabajo, ahoratan monumental como el monumento. Para realizar esta obra ha recorrido detenidamente el edificio,visitado bodegas, desempolvado archivos. Ha tenido facilidades para"bajar cuadros, para quitar los cristales a otros, para escudriñar lascapillas hasta el último rincón, paradescender a las criptas, para inspeccionar el tesoro con sus joyas".Esto no lo había logrado'hacer ningún escritor laico de la historiamexicana. También se ha leído laspublicaciones de otros autores sobre la materia. Ha rastreado el tema por cronistas, códices, testimonios, instrumentos legales, en fin,toda fuente posible. El resultadoconsiste en una serie de pasos mediante los cuales va presentandolos acontecimientos y personalidades que intervinieron eu la prolongadísima edi ficación del recinto.Coloca primero los antecedentes dela erección del obispado y de sutemplo-sede. Habla de l'a historiarelativa a los establecimientos religiosos novohispánicos en el siglode planteamiento. Menciona frailesy prelados que tuvieron conexióncon el magno edificio en sus dosépocas: la provisional y la definitiva.
Un edificio que se planea a mediados del siglo XVI y se concluyedos y medio después, resulta unaverdadera composición hecha conlos estilos decorativos que se vangustando y "demodando" en unmundo cada vez más exigente decambios. Presenta huellas del gótico emparejado con el neo-romano ;recibe impacto de un barroco atem-
El Instituto de InvestigacionesEstéticas de la Universidad tienecomo antecedente inmediato el "Laboratorio de Arte", que empezó atrabajar asociado al Instituto deHistoria el 19 de febrero de 1935,en el edificio de la Escuela Nacional Preparatoria. Su personal quedó constituido por Manuel Toussaint como director y como investigadores Rafael García Granados,Federico Gómez de Orozco y LuisMac Grégor.
El presupuesto mellSual no podiaser más modesto: $662.00. Cadainvestigador percibía $132.00 desueldo. Pese a su notoria pobrezael recién fundado "Laboratorio deArte" empezó a cumplir, dentrode sus limitaciones económicas, lospropósitos claramente definidos quese había trazado:
"En primer térnlÍno acopiar todos los materiales necesarios paraconocer un ~onjunto de informessobre el actual movimiento artísticodel país, a fin de que los historiadores puedan más' tarde encontrarreunidos Jos elementos necesariospara formular la historia de estedesarrollo plástico. Persigue también la unificación de los divcrsosJluntos aun dudosos de la historiadel arte mexicano. Otro de susfines es la divulgación de esa historia por medio de cursos, conferencias y excursiones. Finalmentese propone publicar, en Ía medidade sus posibilidades, trabajos de indole histórico-artística para dar aconocer monumentos de importancia".
y a partir de su fundación el"Laboratorio de Arte" tuvo comometa la investigación del arte de
¡jerado; no pue<,le pasarse sin elprestigioso churng.ueresco y.se termina bajo los inflUJOS del LUIS XVIy el neoclásico. .
El historiador de la catedral sedetiene cOl; gusto en relatar la vidade la primera fábrica, del templosin ventura, arreglado para ,un pormientras y el cual, en el mas hermoso siglo colonial, se enrique~ede arte para albergar los tres pnmeros Concilios mexicanos.
Luego se ocupa del edificio final,ambiciosamente concebido. Nuncalas di ficultades fueron tan equilihradas con las ambiciones. Temblores, lodo, penurias, dudas sobreJo hecho y sobre lo por hacer, otrasdi ficultades más ... Sin embargo,se concluyó y a pesar de las desquebrajaduras físicas y morales, sigue ostentando la quintaesel.lCia .~esu vanidad v belleza. El Jllstonografo describe el recinto. fija enpalabras y esquemas los progresosque se van alcanzando, destaca loque se hace conforme al severoproyecto de 1616 y lo que se vaalterando. Pasa de la gran sala alas capillas laterales. de ahí a lasportadas con detalles y figuras; alas torres, sus campanas y esculturas cimeras; a la primera cúnula yluego a la que Tolsá diseñó parasustituirla. Nada ha de quedar niqueda sin ponerle sus datos. Hastala gran cruz de Mañozca. tambiéninfortunada, tiene su capítulo.
El exterior es más fácil de ver,pues se resuelve en obra de alarifes, canteros, escultores y plateros. El interior en cambio, abruma. Es trabajo de infinidad demaestros que sobre preparar el e(lificio tienen que decorarlo. Parte
México, sm olvidar sus relacionescon las manifestaciones artísticaseuropeas y americanas pues -afirmaba Toussaint- "no existe hastala fecha ninguna obra seria qucabarque en su conj unto la historiade las artes plásticas de México".
Muy pronto el "Laboratorio deArte" tuvo listas tres monografías:Arquitectura civil de M é.rico, porManuel Toussaint; El escultor Gabriel Guerra y El Convento de Capuchinas de la Villa, por Luis MacGrégor, que no pudieron publicarseporque la Universidad carecía defondos.
En enero de 1936 el arquitectoLuis Mac Grégor solicitó permiso110r tiempo indefinido; se le nombró Investigador Honorario y supuesto fué ocupado por JustinoFernández.
Fueron iniciadas por esa época,entre otras. las siguientes obras:Sillel'Ía del Coro de San Agustíny los Planos de la ciudad de M é.nco.
En 1936 la Universidad fué reorganizada por el rector Luis Chico Goerne. El 3 de agosto el "Lahoratorio de Arte" pasó a ser elInstituto de Investigaciones Estéticas, bajo la dirección de RafaelLópez, e inició la publicación delórgano oficial del Instituto: losAnales, cuyo primer número apareció a principios de 1937.
En 1938 la Universidad fué nuevamente reorganizada. Por razones
por parte la va anotando, deteniéndose especialmente en objetos significativos: tales serían, pongamospor caso, ciertas pinturas con historia, como la dedicada a la Señorade la Merced pintada por Pereynspara la catedral vieja y luego colocada en el retablo del altar delPerdón, o aquella a que se llamadel Santo Niño Cautivo. Otras serían la reja de tumpaga perteneciente al Coro, diseñada en México y hecha por manos chinas enMacao, de donde se trajo embarcándola por Filipinas; el fascistal regalado por el arzobispo de Manila;el órgano omamentado bajo la influencia de la Rocaille. En realidades imposible seguir los pasos delinvestigador y encerrar en unas lineas~ el .trabajo de muchos años yconciencia.
1948 es el año de publicación deotra estupenda obra: El Arte Colonial en M é.rico. Es una de lastres grandes partes en (¡ue se pensú podía dividirse la historia delarte mexicano y que serían justificación más que suficiente narafundar un Laboratorio de Arte dentro de la Universidad. La tareade encarar científicamente los problemas de ese gran conjunto artístico que sólo había sido materiade ensayos, se inició decididamentecon dicha fundación en 1935 y diósu primer fruto con la obra deToscano sobre el arte precolombino. El segundo fruto vilio a sercste libro de Toussaint. "Representa -dice en el prólogo- el esfnerzo realizado durante toda una vida.Lo que antes era ensayo, paseo,artículo o conferencia, se ofreceahora como síntesis y en forma
de economía, el rector Gustavo Bazse vió precisado a suprimir el Instituto de Investigaciones Estéticas.Los investigadores Toussaint. García Granados, Gómez de Orozco yTustino Fernández ofrecieron continuar sus trabajos sin remuneración alguna, con el objeto de conservar para el Instituto la biblioteca que había empezado a formarse y terminar el libro Los planosde la cÍttdad de M é.rico por Toussaint, Fernández y Gómez de Orozca, que destinaron como colaboración al XVI Congreso Internacional de Planificación y de la Habitación. Este libro es un antecedente para el estudio histórico yurbanístico de la ciudad de México.
A principios del año siguiente(1939) el Instituto figuró nuevamente en el presupuesto. Merecidamente se nombró a Toussaint director.
En ese mismo año se nombrandos investigadores más: para arteprehispánico a Salvador Toscano ypara Folklore a Vicente T. Mendaza. Posteriormente ingresan JoséRojas Garcidueñas, especialista enla historia y en la crítica del teatro Colonial; Manuel Romero deTerreros y Francisco de la Maza.dedicados a la investigación del arte colonial, y Clementina Díaz y deOvando a la historia de las literaturas española y mexicana, con lo
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metódica". En nuestros días ya hasalido el tercero de los previstos:la Historia del Arte Moderno yla Historia del Arte Moderno yContemporáneo de M é.rico, prepa-
Hasta este punto, se ha reseñado muy apretada, concretamenteuna vida de aplicación, un j,uego yuna conjngación de las inclinaciones vocacionales con necesidades deconocimiento y educación entre losmexicanos. Las obras que apenashemos tocado aquí, son hermanasde otras muchas que abordan cuestiones de análogo interés. El ArteMudéiar en América rebasa nuestras fronteras con mérito reconocido por los colegas historiadoresde estc!lS temas en el extranjero.Podrían hacerse otras indicacionespara las restantes. Pero la obracanital. que supera la monumentalsobre la catedral metropolitana. esel Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional, primeramente llamado Laboratorio de Arte. Lo ha integrado ycuidado con 10 mejor de su criteriosostenido a diario hasta nuestrosdías. De esta institución los intelectuales argentinos, aventajados enmuchas cosas, tomaron modelo paracrear la similar que les ha llevadoal conocimiento del legado artístico colonial sudamericano.
El último gesto que tiene quesubrayarse, es la defensa que hahecho, clamando en el desierto apesar de levantar la voz más justay humanística, de monumentos respetabilísimos amenazados por algopeor que los años corroyentes: ladestrucción en aras de los negociosprivados. Es el caso de la demolición de la casa del Deán Plaza,fechada en 1885, enclavada en laciudad de Puebla.
Este es el maestro Manuel Toussaint.
C1.ue el Instituto completa sus secCIones.
Como Investigador Honorario senom~r.ó a Ednlllndo O'Gorman ylamblen a Rafael García Granadoscuando se separó para encargars~de la dirección del Instituto de Historia, y a Federico Gómez de Orozca. miembro fundador del Instituto.
En 1953 han ingresado ElisaVargas Lugo. dedicada al arte colonial, y Raúl Flores Gnerrero ala arquitectura, ambos discíp~losde los investigadores del Instituto.Oscar Frías desempeña el puestode dibuj ante.
El Instituto cnenta desde sus inicios con los eficaces servicios de lasecretaria Luz Gorráez Arcaute ycon la cumplida labor de JosefinaSánchez Trigueros.
Desde 1938 a la fecha el Instituto ha dividido sus trabajos en lainvestigación directa de la obra dearte y de su historia. y en la formación de archivos de documentos,planos y fotografías.
Entre la copiosa obra deinvestigación realizada por el Institutodestacan las obras de Toussaint quese caracterizan por la precisión del;lspecto documental y su ponderadainterpretación para llegar a unajusta crítica que ha servido deorientación a sus discípulos. Porejemplo, Arte Mudéjar en América,Pát.~wal·o, Paseos Coloniales.
Los libros de Justino Fernández:José Clemente Orozco,. forma eidea., Prometeo, ensa)'o de pinturacontemporánea y sus muchos artículos sobre el arte moderno loacreditan por su crítica. sus profundos análisis y sus novedosas yextraordinarias interpretaciones.
Manuel Romero de Terreros hapublicado interesantes monografías:La Plaza Mayor de México en el
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La obra más importante del Instituto de Investigaciones Estéticasla que marca la culminaci6n de s~~trabajos, es sin duda, la Historiadl'l Arte de M é.1'ieo que comprendetres volúmenes: "Arte Precolombino de México y de la América Central", por Salvador Toscano; "Arte ,~olonial", por Manuel Toussaint,y Arte Moderno y Contemporáneo", por Justino Fernández. Obra,en su conjunto, única en su géneroy que es una sólida base para futuras investigaciones del arte mexicano.
El Instituto cuenta con !lna ricacolección en diapositivas en colory en negro; este importantísimoacervo. artístico (comenzado p.orSalvador Toscano y Ra fael GarcíaGranados y contínuado por Francisco de la Maza, Elisa Vargas Lugo y Raúl Flores Guerrero), esindispensable para ilustrar cátedrasy conferencias .v es utilizado porpropios y extraños.
El Instituto de InvestigacionesEstéticas ha cumplido lo que Manuel Toussaint, su fuudador, prometiera a la Universidad. Los iuvestigadores del Instituto crearonen la Facultad ele Filosofía y Letras las siguientes cátedras: ArteP,'ehispánico, Salvado]' Toscano;Arte Colonial, Manuel Toussaint,que ahora dicta Francisco de laMaza, y Arte jVfoderno, JustinoFernández. Estas cátedras han decidido la vocación de muchos de losdiscípulos que a ellas concurren,eutre otros, José Servíu Palencia,que a la muerte de Toscano ocupúsu cátedra; Pedro Rojas Rodríguez, excelente investigador, yRaúl Flores Guerrero que ha sidoincorporado al Instituto. En estaforma, el Instituto ha despertadoinquietudes, encauzado vocacionesy sistematizado trabajo,; aislados.
La poesía del pad,'e Litis FelipeNeri de AI/m'o, La poesía popularcontemporánea y Dos novelistas ·vel'acru:::anos.
Los Anales del Instituto cuentan con 21 números publicarlos, susartículos son buena muestra de lahondura y seriedad de la investigación. En el año de 1940, el investigador Justino Fernández empezó a publicar el Catálogo de Exposiciones de Arte de la República,que desde 1946, año con año, aparece como Suplemento de los A,/{!les.
La bibliografía universitaria hasido enriquecida por el Instituto convarias publicaciones, entre otra,:La pl'imem Universidad de M é.'·lCO, edición facsimilar y La UniVI'I'sidad de M é:rieo en 1800, por Manuel Romero de Terreros
Asimismo el Instituto contribuyócon una serie de importantes Monografías a la Celebración del IVCentenario de la Universidad.
El Instituto no se limita a publicar los estudios rle su propio cuerpo de investigadores, sino todo trabajo serio y de valía de estudiososajenos a él, por ejemplo: La estérica conte11lpOrállea, por José Gaos;
siglo KVII1 y Paisa/istas 11lexicatlOS del siglo XIX.
La difusión del arte colonial enla cátedra y por medio de conferencias v excu rsiones ha cobradogran importancia gracias al investigador Francisco de la Maza, quientamhién ha publicado estudios ydocumeutos inéditos: San !Vf iguelAl/endl', Las piras funemrias en lahistoria JI I'n el m'te de M é.rieo yI.as tesis únpresas de .la antiguaUn ive-rsidad.
El infatigable investigador Vicente T. Mendoza no ceja en suafán de catalogación e informaciónsistemática sobre temas folklóricos.Entre sus obras figuran: R011lanrrl' corrido, La lírica infantil y El¡ollllore de San Pedl'o PiedraCorda.
Las investigaciones literarias-dentro del Instituto- empiezan acobrar relieve en virtud de los trabajos de crítica de José Rojas Garcidueñas y Clementina Díaz y deOvando. El primero ha publicado:Don Carlos de S-igiien:::a JI Cóngoro, erudito banoeo; Las fiestas enMéxico 'durante el siglo XVI; El11lexicanismo JI nltl'stra literatu.ra;y Clementina Díaz y de Ovando:
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(Pub!. aut. por la Comisión Nacional de Seguros, en oficioN0 1694. Exp. 733.1/1021, fecha 30 de abril de 1951)
Por Juan José ARREGLA
Las fotografías de Lola AlvarezBravo, presentadas por el Instituto Nacional de Bellas Artes, forman uua de las más bellas colec-
TARIO
BRAVO
el momento· absoluto se nos escapa. La fotografía nos lo recuerday lo entrega en su plena madurez.LaJa Alvarez Bravo, en ).1n rostrfiarrebatado de danzante, en el ges~
to doliente de una mujer, o en elgolpe de .sol entre las ramas, nospone otra vez frente a la realidadfugitiva y eterna, la que vemostodos los días sin advertir su constante y efímera grandeza.
Ojo claro y limpio, el lente dela cámara fotográfica nos da 'unavisión del mundo en blancos y negros elementales, desprovista decolores efectivos. Reduce al mínimo la lluvia ,de fenónlenos .que caesobre las cosas y las vuelve cadavez más irreales. En cierto modo,la fotografía nos entrega "datosinmediatos" acerca' de la realidad.
La realidad, flue es ante todomovimiento, Fotografiadas, las vivas quedan Ílimóviles y a salvo desu contingencia temporal. Fotografiadas, las cosas inertes nos; revelan que su inmovilidad sólo fS' aRarente: se movieron antes, sé ,moverán después, se mueven múy lentamente: la corriente petrificada dela lava, los jaspes vivos de- la ma"dera; el oleaj e de las arenas; elsuelo de una roéa en desintegra-ción, .
Al darnos una imagen fija y de~
finitiva, la fotografía nos entregaotra vez el movimiento, ahora comouna imperiosa necesidad del espíritu. Gracias, Lola Alvarez Bravo;por estos momentos de éxtasis me-oxicano ante la vida, la danza y lamuerte. Gracias, sobre todo, cporq\lela intervención. del artista no interrumpe nuestra contemplación conalarde alguno, y nos deja el goceíntegro de cada trance, lin~pia ypuramente logrado: la ola suspel1"dida en la mar'ina cae sobre nos-
otros, la nube espaciosa se disuelveen lo externo, la móntaña sale desu letargo y la garza muerta enla playa vuela otra vez, hacia arri2ba y hacia abajo, atraida por la are"na .y. por el .viento." .
ALVAREZ
curso temporal, que suspende porun instante el movimiento y noslo muestra eil una fase determi;lada de su hacerse, en la indecisión del avance y el retroceso. Lafotografia es siempre ese "instante que se nos graba", es, sobretodo, una aguda sensación de momento.
En la carátula inmóvil del espacio, la sensaciún de momentova marcando con precisión el pasodel tien;po. Pero ocurre que vivimos siempre distraídos, entregados a la acción 'continua de ser, y
De arriba a abajo: 1]1 rapto, La Celestina, El abandonado y Mar de
ternun:.
o L A
INVEN-
ciones de momentos mexicanos: devida, de danza y de muerte. Vida,en fin de cuentas, porque la danzaes la exaltación del ser, y la muerte una nostalgia presentida del' "dejar de ser".
Los instantes de la vida madurany decaen. Lola Alvarez Bravo sabeechar sobre ellos una mirada profunda y clara qne los suspend~ enel espacio y los rescata del tiempo. Los rostros, las actitudes, lacallada fisonomía de los objetos yel indiscernible juego de la sombray de la luz, aparecen ante nosotrosconvertidos en verdaderos trancesdel espiritu, en fieles expresionesde una personalidad creadóra.
El artista fotógrafo se expresaal elegir sus temas y sus momentos. Nos dice: esto es lo que yoveo, y lo veo de esta manera. Yal darnos en imágenes las miradaspredilectas, nos partiClpa su experiencia de la vida, su profundasolidaridad con los seres y las cosas que han operado en su' espiritu,y que se han vuelto ejempb. 'es ydurables.
Las acciones y los sentimientoshumanos se suceden en el tiempo,son y dejan de ser. La fotografíalos ... detielJe.~ .. es.JJ.11. "corte" en el
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