7/25/2019 La carne de Ren
1/4
Antn
Arrufat
carne de irgilio
carne de Ren pertenece, como otras dos novelas cubanas
L
importantes,
Paradiso
y El
siglo
de
las
luces
al ilustre
linaje de
las
denominadas novelas de formacin o aprendizaje.
Novelas
en las
que se narra
la
historia de unjoven adolescente
y
su
progresivo conocimiento del valor de
la
vida y el mundo:
familia, escuela, amistades, sexo, relaciones intelectuales...
Cada una de estas tres novelas, curiosamente escritas con esca
sos
aos de diferencia entre
s
Paradiso y La carne
de Ren
se
empezaron en 1949, El siglo
de
las
luces
en 1956-, represen
tan con cierta exactitud al Bildungsroman: en la de Lezama, el
protagonista aprende a participar en
el
reino de la imagen,
en la de Carpentier en el de la historia, y
en
la de Piera en
el reino de
la
carne. Salvando sus tremendas diferencias de
tema y estilo, estas novelas sin embargo parecen conversar,
entablar
un
dilogo a tres voces dentro de
la
cultura cubana.
Cualquiera de ellas po dra s er relacionada con u na
de
las
otras. Cmo
cabra preguntar
ve el cuerpo humano
Lezama en Paradiso? Qu valor otorga Piera a la historia o
Carpentier a
la
poesa en El
siglo de las luces?
Las tres son
ejemplo, adems, de la complejidad de la narrativa cubana
en el presente: se propusieron temas trascendentales, y supie
ron presentarlos con intensidad y pericia literaria.
Convendra ahora resaltar una de las diferencias que existen
entre la novela de Lezama, o la de Carpentier, y
La
carne
de
Ren. En las dos
primeras figuran tres jvenes como protago
nistas, cuya historia personal es decisiva, y qu e p ar ecen al
mismo tiempo confluir en
la
r e i ~
de un arquetipo prota
gnico invisible. Jos Cern, Fronesis y Focin, hroes noveles
.cos y a la vez alegoras intelectuales, integran una trada en
Paradiso. Interrelacionndose, parecen
pasarse
el uno al otro,
rectificarse y completarse, hasta el punto de convergir en una
sola interpretacin final de la realidad.
Algo
semejante ocurre
en El siglo de
las
luces donde Esteban, Carlos y Sofia, y resulta
singular que uno de estos jvenes sea una muchacha,
~ o n s t i t u -
yen igualmente una triloga dialcticamente relacionada.
Estos personajes centrales, en ambas novelas, forman una
suerte
de
j ue go de tres espejos, dispuesto de tal modo que
permite
se
miren u no en
el
otro, y
los
tres a
la
vez. Y no tan
slo mirarse, sino, lo que re du nda en algo ms pro fun do y
contaminante, se reflejen. En cambio, Ren est solo. No tiene
amigos de
su
edad, y
es
hijo nico. Nadie
lo
acompaa, rec
tifica
ni
influye. Carece de maestro:
ni
Oppiano Licario ni
Victor-Hugues le imparten sus conocimientos. Cada expe-
46
riencia
que
vive es individual, aislada y e ierra sobre
s
misma. Cuando se rene con
su
padre
es
para scuchar adver
tencias y consejos que apenas oye ni quiere emender. Y luego,
cuando su padre, uno de
los
mejores personaj s de e
ta
ex-
traa novela, decide, contra
la
voluntad d u hijo. enviarlo a
una escuela, no se relaciona con ninguno d u ondi
pulo.
Es ms, se aparta, los rehuye, y defi nde a toda co la u sole
dad personal. Los tres protagonisla de Paradiso y
El siglo
de
las
luces
por
lo
menos se proponen de i rta manertl aproxi.
marse al mundo, con
la
intencin de pod r parti ipar n
misterio de
la
imagen o comprend r la
hi tria.
Ren, por
el
contrario, sistemlica ral d
r m
nI
se propone apartarse de
la
carn , a
la
qu mbargo.
segn el sentido de
la
novela de Pi 1 3, nd nad . Toda
accin, desde
el
primer caplulo
ha
la
el llim
n i
ola
mente en huir. Huida pattica, y em a una apu
la
m .
tafisica, pues paso a paso comprend on h
rr
r qu u
lu ha
es
imposible: nunca podr escapar d u pr
pi
u
rpo.
te afn de Ren, por lo imposible, lo onvi rt n un perso
naje de esencia trgica. Como Edipo n lendr
al
final
que cumplir
con el fatum
de
la
carne. El
t r per
ibe que
detrs de este afn imposible, caraclerslica m r li
de
su
personalidad, est el miedo como mvil impul
r.
Mi do
a
su
propio cuerpo humano. Miedo de aceplar omo rne
destinada
al
placer y al dolor. En
la
novela no expli ni
describe el origen de este miedo. Y es de lo mllipl eni
ma
de esta obra. Por qu
el
miedo de Ren?
En
qu
se
funda?
Aventuro una explicacin, entre varias posible. Desde u in-
fancia Ren ha presenciado
la
peregrinacin incesante d u
familia, compuesta por la figura borrosa de
la
madre y
la
gran
presencia tirnica del padre, para quien
la
carne conslilu e un
sacerdocio y una cruzada:
la
carne sufriente que deber r
despedazada por el mundo y que debe
al
mismo tiempo defen
derse -familia singular que huye de pueblo en pueblo de
ciudad en ciudad, perseguida por los enemigos de
la
causa de
la carne. Ren ha asistido angustiado a tales huidas precipita
das. Apenas tiene tiempo de conocer una ciudad, cuando han
de
escapar hacia otra. Creo qu e estas huidas de
su
familia.
huidas reales y tangibles, prefiguran
e
influyen en
la
suya.
Como huye por la ti erra su familia, huye Ren de
su
carne.
Huye de
la
carne cuyo servicio ha hecho huir a su familia.
Ren es el personaje que dice que no. El negador. Mediante
el empleo de
las
tcticas sutiles de
la
sumisin aparente y de
las
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2/4
lgrimas, o de una imprevisla r e b e l ~ a que dura poco, se n i e ~
a participar en el culto que su familia, y e1.resto de los
d mas
personajes, intentan imponerl.e con
d o m ~ n d o ~
c r e l e ~ t e
violencia. Su soledad aumenta sin duda
la
violencia de
la
socie
dad que
lo
circunda.
l
est sometido a un proceso feroz, el de
los
otros. Son ellos quienes, por diversos modos pero siempre
coercitivos, tratan de iniciarlo. A cada negativa suya,
se incre
menta la accin ajena. Con cada uno de sus no, parece poner
en evidencia el culto carnal de los dems. Su conducta excep
cional coloca en entredicho
la
de los otros. Y como esto
les
resulta intolerable, estrechan ms el crculo con la finalidad de
hacerlo caer. Para ellos, Ren es inquietante, turbador. nico
en u especie. Pone con su negativa en peligro los supuestos
del mundo. Todo comparten los propsitos de iniciarlo, y
ha la el lector mi mo quisiera meter frecuentemente la mano
en el libro para empujarlo un poco en su proceso carnal,
pon rle trampas a u inusitada escapatoria.
i
la novela de Lezama y la de Carpentier, conjuntamente
con
La
carne
de
Rene
pueden representar con bastante exacti
tud I Bildun roman, segn escrib
al
comienzo de estas pgi
na . me pr pon o ahora e tablecer un pequeo distingo.
Yo
col
ra
La carne de
eni entro
de la categora de las novelas
d
ini
ia i n. Ralm me e de
lo
que huye el protagonista, de
I qu hu a I qu e aproxima, aunque resulte paradjico,
n la bra d Pi ra. Mientras
las
restantes dos novelas son
grand familiares e histricas, acuden al dato real y
Virgilio
Pi ier.1.
Dibujo de Katya Caso
se proponen reproducirlo en
la
conciencia del lector,
la
de
Virgilio Piera
es
una narracin desarbolada, que parece ocu-.
rri r en
un
espacio vaco, irreal en apariencia. Sin embargo, y
de nuevo paradojalmente, su propsito es involucrar a su per
sonaje en la nica realidad reconocida, la de la carne humana.
Es
decir, iniciarlo.
Si
el mvil principal
en
la conducta de Ren radica en su
empeo de escapar a su propio cuerpo, y a cualquier contacto
con los ajenos, el de los dems, incluidos sus propios padres,
es
aproximarse y chocar con
el
suyo. Sus vidas tienen un solo
sentido: iniciar a Ren en el culto de la carne. Todos se sien
ten atrados por ella. Casi
al
principio de
la
novela, Piera
ofrece una descripcin muy breve, como todas
las
suyas, de
la
carne de su hroe. Ren no posee los msculos de
un
atleta.
Su belleza y su atractivo descansan en la calidad de SlJ piel. Su
carne est intacta, y es esto
lo
que perturba a su padre, mien
tras que a
la
seora Prez, enamorada en silencio de la carne
de Ren,
es
ese aire que pide proteccin contra
las
furias del
mundo,
ese
aire de vctima propiciatoria,
el
que
se
la
vuelve
irresistible. Ella imagina esa carne esplndida herida por
un
cuchillo o perforada por las balas. Cuando
la
vio por pri
mera vez experiment la sensacin de que la carne de Ren
estaba a punto de ser atropellada, que faltaban tan slo minu
tos para que algo demoledor se le encimara aniquilndola.
Esta especie de seal ambivalente que emite la carne de Ren,
produce en cada uno de
los
personajes de la novela reacciones
diversas, pero nunca indiferentes. La seora Prez se sume
ante
su
presencia en xtasis divino . Para ella una carne
tan
expuesta promete goces insospechados. Un poco antes, al
comienzo de
la
descripcin, escribe Piera
la
palabra clave de
todas estas reacciones. Esta palabra es seduccin.
Ren no se propone conquistar. No hay en su conducta
estrategia alguna. Carece de habilidad. Ignora el arte del
galanteo. Es
el
anti-Don Juan. Y sin embargo todos estn pen
dientes de su figura. Carente de garbo y maneras donjuanes
cas seduce Con su aspecto ambiguo, su carne que parece
reclamar proteccin, con
sus
gestos de joven en fuga, es un
seductor. Y como tantas otras cosas en esta novela, l tambin
obra por inversin.
En
La
carne
de Ren el padre
no
recomien
da a su hijo otra cosa que el servicio del dolor. Lo llama a su
oficina , tan parecida a un gabinete de dentista, plagada de
torniquetes, poleas y dems instrumentos de tortura, para ha
blarle de
su
vida dedicada a la causa de la carne. Le muestra
con orgullo la llaga de su pecho,
las
cicatrices, un orificio en
la
oreja del tamao de una moneda. Ren, como todo joven
de
su
edad, debe ir a una escuela. Pero se trata de una escuela
que en vez de impartir asignaturas que adiestren su mente y
su
inteligencia, adiestrar
su
cuerpo, mediante el dolor silen
cioso , para ayudarlo en el conocimiento de la carne como
perecedera, y nica propiedad cierta del hombre. En tal
es-
cuela un
predicador
enano,
en
lugar de
hablar
del alma
inmortal habla del cuerpo mortal.
decir, cada una de las
experiencias de Ren se tornar inslita, en lugares inslitos.
- iguaimente este anti-Don Juan conquista sin proponrselo.
Es
un seductor porque precisamente no quiere seducir. No
huye. Hurta su carne a
la
voracidad
de
los otros. Virgi lio
Piera, lector de las obras de Kierkegaard, encontr
en
este
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filsofo, como tantos contemporneos
una
mente
afn
a
la
suya. Problemas e inquietudes semejantes. Incluido en Entwe-
der Oder hay
un
escrito clave de Kierkegaard:
i rio de un
sedudor.
Pifiera
lo ley con
mucho detenimiento. Pero
como
tena una mente de artista reactivo Ren se transform en el
reverso del seductor kierkegaardiano: sus mtodos de seduc
cin no
son
calculados, como en el
iario
refinadamente refle
-xivos,
sino
involuntarios. a
su
pesar.
Seduce
porque
se
sustrae
porque se aleja. Y esta distancia produce
un
efecto irresistible
en los dems. Ya en
ess
una de
sus piezas
teatrales Piera
haba dado muestra de
su
mente
reactiva: su
Jess
es un
anti
Jess: el
que
niega
su
propia divinidad.
En
relatos
como
El
-filntropo
El
gran Baro El mueco se manifiesta igual
mente mediante la inversin, otra cara de
las cosas,
el envs
de
la
trama.
Habrfa que establecer adems, con dos novelas inglesas,
muy
admiradas por Pifiera, las debidas confrontaciones.
En
El
retrato de Donan
Gra
se
plantea
la
obsesin, como
en
otros
cuentos de
Wilde,
por
los
retratos.
En
la
novela de Piera
se
manifiesta idntica obsesin, pero al revs: no sufrirn los re
tratos
segn
sucede
en
Wilde, las lacras
morales
del retratado
sino que
Ren
sufrir
en
carne propia
la
presencia
de los
re
tratos: el lbum del cuerpo humano que le muestra la sefiora
Prez con el fin de excitarlo el cuadro de San Sebastin que
le muestra
su
padre con el fin de advertirlo y en el que ha
dibujado la
cara adolescente de su
hijo. En
este caso
es
muy
claro el envs pifieriano: el santo no
es
vfctima de las flechas
que le disparan, sino su
victimario: con su mano hunde
la '
flechas en su
propia carne.
otra
novela es
la:
de Samuel Butler
The way
oi
all
flesh.
Pifiera
ley
esta obra varios afios antes de comenzar
La
carne
mi En varias ocasiones le
escuch hablar
de
ella con ad
miracin. palabra carne tiene en la novela inglesa el mismo
significado
biblico que
en
la de Pifiera.
relacin con la
novela de
Butler, fue,
finalmente una relacin pifieriana:
es
decir una respuesta. carne de Ren es el camino final de
toda carne
no al
modo de Butler sino al de Piera. A seme
janza del protagonista de Butler ir
Ren
experimentando
todas las experiencias posibles en un joven pero no desde el
punto de
vista
espiritual sino en cuanto cuerpo humano.
critica que
se
ha ocupado hasta
el
presente de
la
escri
tura de Pifiera, suele destacar su afinidad con la
de
Franz
Kafka.
afinidad mental entre los dos es evidente y no debe
soslayarse. Pero resultara til tambin resaltar
las
diferencias
marcadas y esenciales, en ambos escritores. Importa ahora
se-
_
alar una sola, que no obstante considero decisiva: la obra de
Pifiera
carece de trasfondo religioso.
La carne de RenI
es
un
ejemplo paimario.
Pocos
textos tan irreverentes y sarcsticos
como esta novela. Personalmente Virgilio Pifiera desconfiaba
de
los
doginas religiosos, de
la salvacin
y hasta de
la
existen
ci
del
alma.
Para
l, como
declara
la
protagonista de
su pieza
Eltctra
Garrig6
los dioses
h n
muerto y
la
inmortalidad ha
terminado.
El
hombre solo ante el universo, deber aprender
a valerse por
si
mismo.
Por supuesto igualmente en presencia
del misterio de su propio cuerpo. Puede preguntarse como lo
hace Ren por el destino de su carne en vida,
no
despus de
muerto. Respecto a este asunto
hay
que subrayar en
La carne
de Ren su
burla constante de
las
concepciones msticas
acerca
del alma y su oposicin al cuerpo y la denodada parodia de las
metforas y expresiones cristianas. O ms bien catlicas.
Fra
ses
biblicas son transformadas en su opuesto. Hgase
la
luz
en Hgase
la
carne .
Se
emplean con frecuencia comparacio
nes como stas:
a
carne de res se le ofreca como una hostia
consagrada .
El
culto de la carne sustituye
al
culto del
esp
ritu.
escuela en
la
que ingresa Ren obligado por
su
padre.
es
una violenta caricatura de los colegios catlicos. Cada
aula
est presidida por un crucifijo. Cristo sin embargo. en una
crucifixin invertida en
vez
de retorcerse y sufrir vctima
de
la lanza
en
el
costado
los clavos
y
la
corona de espinas onre
satisfecho a
los
alumnos desde
lo
alto del madero.
En el ltimo de
los
tres impresionantes captulos consagra
dos
a
la
educacin carnal de Ren educacin que para
en
fracaso por su terca negacin a dejarse iniciar. el autor
de
pliega toda
su
irreverencia. ceremonia de iniciacin de lo
alumnos
se
celebra en una especie de nave parecida a
la de
una iglesia, una iglesia
del
cuerpo con
un
plpit
ilumi
nado flores y luces de colores y un altar al fondo. par d
de la nave
en
vez de imgenes de santos apar n d rada
por enormes tapices que representan tortura 1 br . per
realizados
con
la tcnica del dibujo animado. d comics.
oyen risas sonoras carcajadas.
los padr qu han id
invitados a presenciar la ceremonia y llenan la n lan
singular estancia. Todos
los
alumnos e tn de nud .
al
final
de la ceremonia en lugar de tomar la ho tia, n mar do
7/25/2019 La carne de Ren
4/4
como reses en un matadero: con hierro candente en
las
nalgas.
Exclusivamente en este aspecto
su
obra, Piera se encuen
tra ms prximo a
las
misas negras de Sade y Huysmans, que
de
las
esperas y postergaciones infinitas de Franz Kafka.
Hace un momento afirm que la accin de
La
carne de
Ren
pareca acontecer en
un
espacio vaco. Debo aadir precisin
al respecto. La novela no se desarrolla en un pas especfico,
nacin o ciudad. Las sugerencias locales y geogrficas son esca
sas o
no
existen con relieve. En
los
escenarios donde ocurren
los
acontecimientos hay pocas cosas: no abundan muebles
ni
obje
tos domsticos. Con frecuencia ignoramos cmo visten
los
per
sonaje , su edad
lo
que comen. Dado el sentido doble de la
palabra carne, mu explotado por Piera en
su
texto,
p o ~ -
mos
uponer que e alimentan con carne de res y toman cada
cierto tiempo, como
la
seora Prez quisiera darle a Ren
al
verlo tan plido. vasitos de sangre. Pese a este espacio despo
jado. al tono neutro de la narracin, i n i ~ r n t un tanto
al
mundo
vi
ible a toda construccin psicolgica de
los
persona
j
.
el
mbito de
la
novela resulta tan preciso y diseado, que
el le
tor todo lo ve Virgilio Piera, con recursos en apariencia
mu
en illo , con igue la participacin del lector. Creo que
La carne de
nl
acontece en
un
espacio
casi
vaco, porque
es
un
e pa i nterarn me mental. Y esto podra ser una clave
d I fe to que causa u lectura. Por esta razn todo en
el
r lat par e ncial: e
t
dentro como de un espacio sub
j tivo. n truid on la imesis, ms recordada que vista, del
e pa io vital
bj
tivo. i aceptamos la novela desde sus prime-
ras lneas y accedemos a ese espacio mental, nada en ella re
sulta ilgico. Sus dos grandes planos opuestos, entre
los
que se
debate el protagonista,
la
carne como placer y
la
carne como
dolor, representados por
el
mundo del padre y
el
de
la
seora
Prez,
se
conjugan como posibilidad, aunque chispean de slo
rozarse. Al aceptar
la
novela, es decir, que artsticamente
es
posible personalizar el conflicto invisible del hombre con su
propio cuerpo, y que tal conflicto no se presente a la manera
de una crnica naturalista, sino, por el contrario, como grand-
gignol
La
carne
de Ren se desarrolla con lgica inexorable.
En
un corto estudio,
el
crtico Jos Rodriguez Feo,
al
refe
rirse a la calidad de reaccin que la lectura de esta novela
causa, acude a
la
palabra inquietud, desconcierto, a expresio
nes como estremecimiento de horror, enigma a descifrar... Se
afirma en este estudio que cuando el lector
o
el crtico cree
que
la
narracin
se
encamina hacia
lo
sobrenatural o fants
tico, segn suele ocurrir en Poe y Wells o que se han roto
los
hilos que enlazan el relato con el mundo cotidiano, La carne de
Ren
contina imperturbable sus cargas de realidad , como
diria irnicamente el propio Piera. Rodrguez Feo ofrece
una explicacin de tal hecho:
el
estilo. Y
es
lstima que no
se
detuviera en su anlisis. El estilo de Piera, que Rodrguez
Feo llama coloquial , devuelve
al
lector
o al
crtico , atnito
ante
los
acontecimientos. a
su
circunstancia habitual. Piera
ha escrito todos sus relatos con un estilo forjado en oposicin
abierta y declarada al barroco de Lezama, su contemporneo.
Muy joven comprendi que el mundo que tena que contar
slo poda expresarlo en un estilo de chchara casera, parodia
o franqueza, para convertirlo en creble . Siendo un poeta,
renunci sin embargo a
las
metforas y
la
alusin:
su
estilo,
que puede resultar ingrato
al
principio, tiene algo metlico,
rudo, de cercana
fsica al
objeto y
los
hechos, que
lo
vuelve,
no obstante, inesperado. Rechaz
las
descripciones lricas , a
lo
que llamaba ornamentar un relato. Busc
las
frases he
chas y
las
expresiones corrientes del espaol, sobre todo en su
versin criolla, con
lo
que obtuvo momentos de humor irresis
tible. Y
es
significativo cmo Piera ha salvado esta contradic
cin: convertir una materia narrativa inusual en un lugar co-
mn. Los acontecimientos en
La
carne
de Ren lindan con lo
inverosmil, para usar un trmino empleado por Rodrguez
Feo, y se tornan convincentes para
el
lector. La estructura de
la
novela
es
sencilla, y
el
tiempo de
la
narracin lineal,
casi
balzaciano.
Cuando
se
public en Buenos Aires en 1952, tres aos des
pus escrita, debi impresionar
La
carne
de Ren
como
novela anticuada. Un anacronismo: tena una estructura de
masiado ordenada para el momento. Hoy viene a ser pionera
de
las
actuales tendencias postmodernas en
la
literatura lati
noamericana: procedimientos menos experimentales, fluencia
temporal cronolgica... Si a esto se agrega su preocupacin
por el cuerpo humano, prevaleciente en esto aos de finales
de siglo,
La carne
de
Ren
es
doblemente novedosa.
Por ltimo, el lector tiene
sus
manos una obra que
lo
ayudar, tras
la
catarsis que provoca
su
lectura, en el proceso
actual aceptar, por encima de
las
concepciones idealistas
el
fetichismo del intelecto, una verdad primera: que estamos
hechos de carne. O
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