Lotería Nacional
PARA LA
BENEFICIENCIA PUBLICAConsejo de Administración:
Presidente: Carlos Arellano.
Vocales: Gabriel Mancera, Agustín Legorreta, Francisco Javier Olivera
Sorteo Extraordinario Núm. 24 de
$100,000
con 20,000 billetes de emisión para el 15 de noviembre de 1908.
3,185 premios con un valor de $280,000 equivalente al 70 por ciento
Entero $20.00 Vigésimo $1.00
Oficinas: -3a de donceles núm 67. Mexicana, 66-36 Rojo
“El jardín florido”Revista mensual ilustrada
Directora Gerente: Srta. Elena de Linares
(Jacaranda)
Jefe de Redacción:
Francisco López Delgado
Precios de Subscripción:En la República Mexicnana y
E. U. de América
Serie de 12 núms. $5.00“ “ 24 “ “ $10.00“ “ 36 “ “ $15.00
Precio del ejemplar 40Números atrasados 60
Redacción Administración y Talleres:
Av. Jalisco 40
Apartado Postal 1814Télefono Ericsson 1313
Toda correspondencia debe dirigirse a la directora
gerente
Registrado como artículo de segunda clase el 21 de marzo de 1907
Concesionarios exclusivos para toda clase de anunciosSeñorita Silvia Gallardo de Díaz y Señorita Edith Fuentes de Juárez
Av. 1 6 d e s e p t i e m b r e 2 6 A p a r t a d o P o s t a l 7 3 - 5 6 Té l e f o n o E r i c s s o n 1 1 5 3 7
Octubre de 1908 México, D.F. Año III Número 10
S U M A R I OMás flores para el jardín, por Jacaranda. ---Matar al toro con gracia es la esencia, por el Ilustre Wadi Al Lub. ---Los libros y el pueblo, por J.J.T. --- Moda francesa al alcance de sus manos, por Simone Crusoe. --- Las proyecciones, la vida en una máquina, por Tabernero.--- Sociales. --- La derrota de un campeón, por Ernes-to Moreira.--- Las consecuencias de vestir a la moda, por el ilustre Wadi Al Lub.--- Fotografía artística.--- El niño más hermoso, por Violette de Astoria.--- La historia de Carmelita, por Maximiliano.--- Pruebas fotográficas, por Emil Fontaine.--- Consejos de Belleza, por André Aude.--- Lencería, el encaje veneciano, por el ilustre Wadi Al Lub.--- Para los niños. por el ilustre Wadi Al Lub.--- Arte moderno: Eaco, por Felipe González.--- El minotauro, por Felipe Gónzalez.--- Poemas: El sátiro, La noche, El caballero tigre, por José Juan Tablada.--- Escritores Célebres: Leopoldo Lugones , el poeta moderno, por Pigmalión.--- Página para los muchachos: El balón-pie un deporte inglés por excelencia, por Gaspard Harrison --- Buzón particular de “El Jardín Florido”.
CERCA DE SU CASA SE VENDE
“El jardín florido”
Si desea usted algún número de la Revista predilecta de las familias de México, no es necesario que venga al centro a buscarla. Cerca de su casa hay un expendio.
Señora:Sea usted un poco egoista. No preste el periódico a sus amistades. Nos resta suscriptores.
“El jardín florido”REVISTA PARA LAS FAMILIAS
Este nuevo número“El jardín florido” trae para sus familias una gran variedad de flores. Podrá encontrar, por
ejemplo, el cultivo de margaritas que le contarán sobre el gran acontecimiento del año: la tan esperada boda de
Don Antonio Dávalos y la Srita. Josefina Enríquez, nuestra estimada Venturita se dio a la tarea de recolectar fotos
y plantarlas en el jardín de margaritas, para que usted pueda admirar su belleza.
Por otra parte contamos con la presencia de José Juan Tablada, quién trajó semillas para nuestro jardín y nos com-
partió un poco de su musicalidad poética para que nuestras flores crezcan grandes, fuertes y coloridas. En nuestro
Jardín usted también encontrará vastos consejos para incrementar su belleza; traemos para usted una colección de
polvos que harán su piel más pálida y bella. También le ofrecemos lo último en lencería, en nuestras páginas usted
podrá encontrar las instrucciones para bordar un bello trajecito para su bebé.
A los muchachos les ofrecemos los últimos avances en el cine y el deporte; nuestro artículo sobre el balompié los
alentará a comprar un balón de cuero y jugar a lado de nuestro jardín.
No deje usted de leer y sembrar en nuestro jardín florido, pues éste le presume contar con jardineros/colaborado-
res de gran renombre como lo son: Venturita, Wady Al Lub, Simone Crusoe, Ernesto Moreira y nuestro importado
Gaspard Harrisson.
Querido lector, siembre flores, disfrute de nuestro jardín.
Más flores para el Jardín
Matar al toro con gracia es la esencia
La multitud camina rumbo a la boca de la majestuosa
dama de hierro que es El Toreo. Algunos buscan abrir-
se paso entre la masa debido a la impaciencia; otros se
quedan lejos de la entrada en espera de una mejor opor-
tunidad para poder disfrutar de la celebración que se
llevará a cabo en las próximas horas. Hay un andar lento
entre los espectadores, lo que provoca que algunos tro-
piecen por la cercanía de unos contra otros. Poco a poco
comienzan a llenarse las gradas. El bullicio es total: la
gente espera, ansiosa, bajo el sol de medio día.
Inicia el Paseíllo y puede verse a los protagonistas de
esta celebración, caminando solemnes por la arena. El
ruido se intensifica cuando la gente, que pide que salga
el toro, por fin es complacida. Don Porfirio Díaz, que
hoy es el “presidente” de la corrida, ha dado autoriza-
ción para que comience el evento. El soberbio animal
trota por la arena una vez que ha sido liberado de su
corral. Su paseo se interrumpe cuando por fin sale Ale-
jandro Oyosa, joven torero que hoy, una vez más, sale a
recibir todos los honores con su traje de luces.
Se hace silencio. El hombre que está a mi lado le pide a
su hijo que se calle. La concentración es necesaria para
salir airoso de la faena. Comienzan los pases. El torero
baila al animal con elegancia y cada que lo logra se es-
cucha un grito generalizado. Tanto padre como hijo, al
igual que los miles de espectadores el día de hoy, nos
regocijamos con su primera victoria. Tras solicitar al
presidente la asistencia de los picadores, nuestro héroe
se aleja unos instantes del ruedo y toma agua, preparán-
dose para su segundo encuentro. Los picadores suavi-
zan al toro, y una vez preparado el terreno, el matador
sale nuevamente. Despista al animal con sus elegantes
movimientos y en breve comienza el segundo tercio.
Los banderilleros hacen gala de su experiencia al salir
victoriosos de su encuentro con la bestia. Uno de ellos
libra al toro después de asestarle las banderillas con una
sola mano. Las personas se vuelven una sola: guardan
silencio, celebran y abuchean al mismo tiempo.
Inconscientemente retengo el aliento cuando el mata-
dor toma la muleta y la espada e inicia un ballet con
el toro que por un breve instante parece eterno. La
gente aplaude y grita cuando Alejandro logra triun-
far sobre el animal. Ajusta de nuevo su capote a la
muleta, y toma entre sus manos la espada para darle
una estocada certera. Y lo logra. Y la gente se emo-
ciona. El niño que está al lado de su padre no parece
comprender el porqué de la exaltación; sin embargo
se alegra.
El torero se aleja unos centímetros al tiempo que la
gente festeja y los banderilleros se encargan de dis-
traer al animal entre todos. Entonces la desgracia
ocurre. Alejandro Oyosa, quien se acerca una vez más
al toro, observa como éste, con sus últimos esfuer-
zos, decide arremeter contra un banderillero que por
unos segundos le da la espalda. El matador se acerca
con el capote, y trata de burlarlo sin éxito. Hay un
murmullo general en las gradas que posteriormente
se transforma en chiflidos y palabras de descontento,
porque matar al toro con gracia es la esencia de la
corrida, no el ballet entre el animal y muleta.
Por el ilustre Wadi Al Lub
En todos tonos se ha hablado y lamentado la falta de
estímulo que tiene el autor entre nosotros.
La causa principal para quien escriba libros no medre,
radicada en el analfabetismo popular, se ha deplorado
tanto, que insistir en ese sentido sería lo mismo que
incurrir en un ripio tan inconducente como fuera de
lugar.
Que se escriben pocos libros, que los que se escriben
aparecen sostenidos por la protección oficial, tamba-
leándose como niños con andaderas, y que el autor no
es premiado ni aun relativamente por el público que lee,
son cosas viejas, ya digeridas, en medio de la bilis de
muchas amarguras.
Por la crónica como por la misma novela, sabemos que
en ciudades como París, por ejemplo, si bien son arduos
y llenos de sufrimientos los primeros pasos del escritor,
el mérito real es siempre recompensado.
Las amargas amargas páginas de Poquita cosa de Dau-
det nos muestran al poeta atravesado como una golon-
drina sin alero, el frío y brumoso cielo de París; sintién-
dose con vuelos de águila, que muchas veces desfallecen
y se abaten en espirales cansadas.
La lucha para afianzar al público es espantosa, en esos
centros de producción.
El autor, para llegar a las cumbres de la popularidad,
tiene que destrozarse atravesando breñales y escalando
los basaltos, tallados a pico, de la indiferencia pública.
¨Para muchos, faire son trou es cavar su fosa, a la vez
que para otros es como el trabajo del minero, que cava y
ahonda hasta encontrar el oro.
¡Pero qué espíritus templan esas luchas! ¡Qué originali-
dades surgen entre las ansias que abrigan los autores de
ser leídos! Ya es el poeta Richepin que rompe en alari-
dos de blasfemo, escupiendo sobre los dogmas y siendo
el iconoclasta de los ídolos sagrados. Ya es Rollinat, to-
mando como punto de partida una neurosis artificial o
verdadera, pero que lo hace contemplar el mundo y la
humanidad con tamaños de panteón y colores de osa-
rio, o bien, para ser original a todo trance, hacen lo
que el Sar Peliadan, ese alienado que se agita en extra-
vagantes páginas con la melancolía de un lipemaniaco
y los furores de un poseído, envolviendo en una estética
enfermiza, todo lo que fue secreto.
Se cree que los resultados que en lo futuro tenga la ley
de enseñanza obligatoria, operarán una reacción en la
ignorancia de nuestro pueblo, y que en virtud de esa
reacción, el pueblo, redimido de su analfabetismo, sa-
queará los escaparates de librerías donde se ostentan
los frutos de nuestros númenes e ingenios.
Probable y desgraciadamente no es de esperarse que tal
cosas suceda.
Advirtiendo, como es justo, que en nuestra sociedad la
ignorancia vive entre la clase del pueblo, es justo pensar
en que el libro, en su índole general, nunca ha sido leí-
do por el pueblo, y que ese pueblo leerá cuando pueda,
no las páginas de un volumen, sino las columnas de un
periódico.
El libro debía ser demandado por las clases media y alta,
pero el carácter de ésta, entre nosotros, nunca ha sido
favorable al desarrollo literario y el de aquella, pecunia-
riamente considerado, no le permite comprar el libro
que tanto alto precio tiene entre nosotros.
Más, pues, que en la ignorancia del pueblo, en la falta de
gusto literario de nuestra clase alta y en la falta de recur-
sos o en el precio excesivo del libro, consiste en que éste
no se produzca.
Esas causas pueden influir por mayor manera que la
tantas veces aducida de la ignorancia del pueblo, en el
hecho de que nuestros escritores, aunque se sientan y
sean capaces de obras de gran aliento, no emprendan
sino obras líricas y pequeñas.
Una epopeya no cabe en un periódico.
Los libros y el puebloPor José Juan Tablada
Moda francesa al alcance de sus manos
Estimadas señoras y… señoritas, como todas ustedes
pronto sabrán, la Revolución Mexicana está a punto de
comenzar: es un asunto inminente. Siendo así, a los edi-
tores de esta revista les ha resultado imposible dejar de
advertir una cuestión no por demás relevante y parti-
cular: toda señora y… señorita debe luchar, sí, ha escu-
chado usted bien, luchar contra esas manchas, pecas y
demás brotes causados por el sol abrasador. Olvídese de
esas pequeñas imperfecciones que se muestran día con
día en el espejo, deje de abrumarse tratando contestar
a sí misma la pregunta “¿oh, Dios mío, cómo puedo lo-
grar aclarar mi piel para lucir bella?”, no debe torturarse
más, Productos Blanca Nieves tiene la solución: ¡luzca
la nueva moda francesa! Usted señora y… señorita pue-
de lucir la palidez de su personaje de novela romántica
favorito y viva… una verdadera historia romántica.
Traído desde el manantial invisible en el Cerro del Te-
pozteco, los Productos Blanca Nieves han sido elabora-
dos con hierbas y plantas de la más alta calidad. Además
poseen polvo de perlas sacadas desde las profundida-
des del mar Mediterráneo, cuyas propiedades aclaran-
tes han sido comprobadas por reconocidos científicos
en Estados Unidos y en el resto del mundo civilizado.
Dichos científicos han comprobado que las partículas
del polvo de perla al ser untados sobre la piel producen
un efecto blanqueante que disminuye, y con el tiempo
elimina, los efectos provocados por el sol.
Para que usted se dé una idea, tenemos el testimonio
de Malenita, una mulata que ahora resulta la envidia de
todas las señoras y… señoritas de la Ciudad de México:
“Hola, me llamo Malenita y antes solía ser mulata;
me gustaba ser mulata, pero recientemente leí una de
esas novelas románticas tan famosas en Europa y fue
entonces cuando supe que la palidez es la moda, así
que compré Productos Blanca Nieves para así hacer-
me más blanquita y ahora gusto de escribir poemas a
mis… a mi amado”.
Así que, señora y… señorita, ahora ya lo sabe, si usted
quiere ser más bella y estar lista para la Revolución,
compre Productos Blanca Nieves en su tienda de raya
más cercana y recuerde “una piel blanca, es una piel
hermosa y lista para luchar”.
Por Simone Crusoe
Las proyecciones, la vida en una máquina
Un invento mexicano, el aristógrafo, es el mayor avance
en la historia de la humanidad, hasta hoy. Un conjunto
de aristas que permiten ver imágenes en movimiento
ha cautivado al público. Sin embargo, llegan rumores
desde Europa sobre el invento de un aparato que puede
reproducir la vida en movimiento Los especialistas co-
mentan que es el siguiente paso a la perfección de imá-
genes en movimiento en el mundo.
Comentan los hermanos modernos y franceses Luis
y Augusto Lumière que su invento es capaz de captar
escenas animadas, además de exponer la vida real. Lo
han creado desde 1895, y apenas llega a nuestro país. El
presidente Porfirio Díaz ha probado este invento, y lo
ha catalogado como “el más hermoso y moderno avan-
ce francés”. No obstante, no resulta difícil comprender
este nuevo invento, mucho menos en nuestro momento
modernista.
Y a la vez, el señor Presidente es el principal protago-
nista de esta nueva aventura. Se puede ver en los exclu-
sivos proyectores del país. El maravilloso momento se
dio luego de una reunión entre el Presidente Porfirio
Díaz y los hermanos Lumierè, donde después de una
agradable comida, los creadores del invento consiguie-
ron que el mandatario cediera a prestar su imagen para
una filmación.
Los hermanos Lumierè han creado el más grande in-
vento en el mundo. Rápidamente se ha propagado la
noticia y también las obras que se han hecho con esta
nueva técnica. Los presidentes están maravillados con
esto, y han decidido marcar su imagen en esta nueva
forma artística.
Pero no es todo. La llegada a los países de esta nueva téc-
nica también tiene importancia en el aspecto comercial.
Se crearán nuevos empleos, que van desde actores hasta
persona encargadas de ayudar a la hechura de estas pro-
yecciones. El director, se comenta, será el encargado de
manejar todo. Asimismo, se espera la intervención de
distinguidos personajes adinerados del mundo para el
ascenso del cinematógrafo.
El primer film de los Lumierè tiene por título La lle-
gada de un tren a la estación de Ciotat, el cual llega en
este año a nuestro país, listo para proyectarse a todos
los miembros de confianza de Presidente, y luego para
el público en general, ya que aunque sea algo novedoso,
está al alcance de todas las personas.
Ahora sólo nos queda esperar para observar el nuevo
invento. El mundo avanza rápidamente hacia el progre-
so industrial, la vida se puede ver a través de un aparato.
Así como va de rápido el avance, me pregunto si en
unos años más, alguien conseguirá pisar la luna.
Por Tabernero
Sociales
El pasado mes de septiembre se llevó a cabo la boda del ilustre Don Antonio Dá-valos con la Srita. Josefina Enríquez. El evento transcurrió de manera tranquila, en compañía de familiares y amigos cercanos. El baile se celebró en la casa de Don Antonio y en él pudieron las invitadas lucieron sus mejores atuendos muy al estilo europeo.
No se presentó ningún incidente, salvo la caída de la novia al momento de la mar-cha nupcial hacia el altar.
El Jardín florido le muestra aquí algunas fotografías de la boda.
La ahora Sra. Josefina de Dávalos luce su vestido importado desde
Francia.
La fotografía fue tomada por los hermanos Valleto y la técnica utili-
zada es placa seca de gelatina.
Por Venturita
Don Alberto Enríquez y su Señora Catalina Hérnandez de Enríquez. Padres de Josefina.Técnica: Daguerrotipo coloreado.Fotógrafo: Guillermo Valleto
Don Antonio Dávalos en la casa de sus padres luce uno de sus mejores trajes. La foto fue tomada un día antes de la boda, durante el brindis que se hizo para darle la bendición al ahora recién casado.
Técnica: Placa seca de gelatinaFotógrafo: AnónimoNota: La foto se manchó con el daguerrotipo coloreado de los padres de Josefina.
La derrota de un campeón Hace unos días se realizó en el torneo de ajedrez en San
Petersburgo, donde resultó campeón el alemán Em-
manuel Lasker al derrotar, sorpresivamente, al gran fa-
vorito Siegbert Tarrasch. Tras dieciséis rondas, Lasker
venció por 8 victorias, 5 empates y 3 derrotas. A pesar
de que el resultado parece escandaloso, la competición
puso en evidencia la igualdad de los contrincantes. A
decir verdad, el juego de Tarrasch, más vistoso, estuvo a
punto de conseguir las victorias que desembocaron en
penosos empates.
Lasker tomó ventaja al ganar las dos primeras partidas.
Tarrasch parecía vencido, sin embargo, en la partida de-
cimo primera, estuvo a punto de vencer, lo cual lo colo-
caría en un punto crucial para dar la vuelta al marcador;
mientras un, claramente, inhibido Lasker comenzaba
perder el dominio de su juego. ¿Acaso Tarrasch fue
demasiado imprudente para preferir el espectáculo al
juego conservador que lo llevaría a una posible victo-
ria? La contienda fue más reñida de lo que cualquiera
había imaginado. Para nuestra desventura, Tarrasch fue
vencido aplastantemente sin haber sido superado. Aho-
ra bien, podemos pensar que Lasker pierde de vez en
cuando una partida, pero jamás pierde la cabeza. Para
comprobarlo les presentamos la notación de la décimo
primera partida. Juzgue usted mismo:
Lasker 1 - Tarrasch 0 Lasker : blancas
San Petersburgo 1908 Tarrasch : negras
1. e4 / c5 2. Cc3 / Cc6 3. Cf3 / g6 4. d4 / cxd4 5. Cxd4
/ Ag7 6. Ae3 / d6
7. h3 / Cf6 8. g4 / 0-0 9. g5 / Ce8 10. h4 / Cc7 11. f4 /
e5 12. Cde2 / d5
13. exd5 / Cd4 14. Cxd4 / Cxd5 15. Cf3 / Cxc3 16. Dxd8
/ Txd8 17. Ce7+ / Rh8
18. h5 / Te8 19. Ac5 / gxh5 20. Ac4 / exf4 21. Axf7 /
Ce4 22. Axe8 / Axb2
23. Tb1 / Ac3+ 24. Rf1 / Ag4 25. Axh5 / Axh5 26. Txh5
/ Cg3+ 27. Rg2 / Cxh5
28. Txb7 / a5 29. Tb3 / Ag7 30. Th3 / Cg3 31. Rf3 / Ta6
32. Rxf4 / Ce2+
33. Rf5 / Cc3 34. a3 / Ca4 35. Ae3 / Abandono (Ta-
rrasch ).
Por Ernesto Moreira
Las consecuencias de vestir a la modaEsto le sucedió hace muchos años a cierta mujer cuyo
nombre dejaré en el anonimato para evitar futuras bur-
las hacia su persona. No era mi interés divulgarlo, pero
tampoco callarlo, así que decidí hacer lo que mejor po-
día: escribirlo sin autoría y dejar a la protagonista sin
nombre, porque no quiero perjudicar a la persona que
me lo contó; sin embargo, tampoco puedo dejar pasar
la oportunidad de contarles esta peculiar escena, que
a los pocos que la escuchamos nos conmovió hasta las
lágrimas, pero de la pura risa.
Resulta que esta mujer había sido invitada a un baile
que iba a dar un ex general, ex capitán, ex gobernante,
o lo que fuese (de cualquier modo ahora ya no lo era) a
quien conoció en sus años mozos. Aquel hombre ilustre
que amablemente se había prestado a dar un baile, no
sin ciertas intensiones ocultas de las que no hablaremos
aquí, se presentó días después de anunciada la fiesta a
casa de Marta (por decirle de algún modo), la cual, por
circunstancias particularmente terribles, se había con-
vertido en una mujer de la alta sociedad venida a me-
nos.
Sin embargo, como desgraciadamente nunca faltan los
fanfarrones a los que les gusta alardear hasta por la su-
ciedad que tienen en el dedo gordo del pie, la mujer
prometió llevar el mejor atuendo de la noche, promesa
que no debió hacer porque, cuando por fin quedó sola
y decidió revisar su ahorros, descubrió que de ellos no
quedaba ni un pobre centavo.
Como ella es demasiado ingeniosa para el gusto de
algunos, decidió idear un plan que consistía en usar
una jaula de pájaros para aumentar el volumen de su
trasero, pedir unos zapatos prestados a la vecina y
arreglarle por aquí y por allá sus viejos guantes. De ha-
ber sabido que aquellas decisiones la convertirían en
el hazmerreír de la noche, hubiera pensado dos veces
antes de querer ser lo ni era, ni aparentaba, ni sería.
Lamentablemente la conclusión de esta historia tendrá
que esperar a nuestro siguiente número.
Por el ilustre Wadi Al Lub
Fotografía Artística
WINFIELD SCOTT, Niña recogiendo agua en el lagoRiviera del lago de Chapala, Jalisco, 1908.
Positivo. Plata/gelatina.
Esta fotografía de Winfield Scott entra en la propuesta de las tarjetas postales. Scott muestra una mirada ambi-gua en torno a las respresentaciones infantiles, pues las combina con una visión pintoresca y contumbrista de la pobreza con otro tipo de perspectivas más cercanas a lo erótico.
El niño más hermoso¿Cuál de ellos será el ganador?
Siguen llegando las fotografías a “EL JARDÍN FLORI-
DO”. Estamos muy impresionados por la buena acogida
que ha recibido el concurso entre nuestros queridos lec-
tores. Diariamente hemos estado recibiendo correspon-
dencia de toda la república con niños ciertamente her-
mosos.
No pocas han sido las cartas que nos han llegado soli-
citándonos que se extienda la fecha límite para el cie-
rre de la primera etapa del concurso. Debido a que no
todos nuestros participantes pertenecen a la metrópoli,
sus cartas llegan con varios días de retraso; sea dicho,
es una pena, ya que muchas fotos que han llegado, son
mandadas a hacer especialmente para este concurso. Por
tal motivo, hemos decidido extender la fecha hasta el 1º
de octubre para que nuestros lectores puedan seguir en-
viándonos sus fotos. Esta prórroga servirá no solo para
satisfacer a las amables personas que nos lo han pedido,
sino también para aquellos que aún no se han animado
y desean la oportunidad de mandarnos las fotos de sus
hijos a nuestra Mesa de Redacción.
Es necesario mencionar que algunos padres han olvidado
enviar sus fotografías con todos los datos necesarios para
que el jurado pueda calificarlos adecuadamente. Deja-
mos las bases del concurso nuevamente para aquellos
que tienen interés en participar y para los que desafor-
tunadamente olvidaron cumplir con todos los requisitos:
Podrán participar todos los niños de ambos sexos que
se encuentren entre los ocho meses y los cuatro años.
Las fotografías deberán ser enviadas a nuestra Mesa de
Redacción. Cada fotografía deberá venir con un papel
que contenga los siguientes datos: Nombre del niño y su
edad; lugar de nacimiento; nombre de los padres y un
comprobante que identifique al niño en calidad de vivo.
El concurso se cerrará el 1º de octubre y en nuestro si-
guiente número se dará a conocer el fallo del Jurado.
Aclarando el asunto, es un placer informarles que ya
hemos escogido a los jueces que evaluarán las fotos de
nuestro concurso: tres mujeres ilustres que han colabo-
rado anteriormente en nuestra revista. Ellas son Bea-
triz Flores, Mariana Guzmán y Guadalupe Montoya,
quienes alegremente han aceptado nuestra cordial invi-
tación. Les avisamos que estos nombres son los seudó-
nimos que nuestras colaboradoras usan para la publica-
ción de sus artículos.
Por último les informamos que a los primeros tres lu-
gares se les dará un premio por parte de “EL JARDÍN
FLORIDO”, el cuál se dará a conocer con el resultado.
Esperamos sigan mandando sus fotos, y que gane el
niño más hermoso
Niña Mercedes Pánfila Nájera de Puebla, Puebla. Edad, un año y tres meses.
Niño Jordán González Mora de Nuevo León, Monterrey. Edad 3 años y nueve meses
Por Violette de Astoria
La historia de Carmelita
La siguiente narración fue contada por una mujer que
ha trabajado durante 30 años en el Castillo de Chapul-
tepec. Treinta años de asear habitaciones, cocinar y lle-
var y traer café a Don Porfirio. Fue ella testigo visual
de la entrevista que concedió el Presidente al periodista
norteamericano James Creelman. Intelectuales, políti-
cos, periodistas han hablado al respecto, pero ha falta-
do la perspectiva, por mucho aguzada e imparcial, de
ese observador silencioso y anónimo que es el pueblo.
Después de escucharla, una pregunta me inquieta: ¿será
que el tiempo de la Nación, su rumbo y su bienestar lo
determina el pueblo? ¿o será, más bien, que todo eso se
determina a través de discursos intelectuales o perio-
dísticos, es decir, estrategias políticas? Tenemos aquí el
testimonio de alguien callado, intuitivo, que se mueve
entre rincones para no ser visto; alguien quien, defini-
tivamente, no pertenece al grupo de los que toman las
decisiones y, sin embargo, es consecuencia de ellas.
“Era un día de esos locos de febrero cuando uno ya ni
sabe si es invierno o primavera. El patrón nos había
traído de arriba pa´ bajo toda la mañana arreglando
las cosas pa´ cuando llegara el Güerito (así le decíamos
nosotros) y no terminaba uno una cosa, cuando ya se
ofrecía una nueva en otro lado. Todo tenía que estar
perfecto, o sea, en orden (eso siempre decía el patrón:
orden pa´ca´y orden pa´lla). Cuando todo estuvo listo,
por áhi de las tres de la tarde, que se me acerca el se-
ñor don Porfirio y me dice que me ponga mis mejores
trapos porque iba a estar sirviendo a él y al Güerito los
canapés y las bebidas… ¡uy! Que me pongo bien con-
tenta porque a todos en la cocina ya les andaba conocer
al Güero. Pero pues ni es tanto, porque ni lo van a ver a
uno sino al patrón.
“Por ahí de las 5 de la tarde llegó el Güero y yo les prepa-
ré un tecito con unos pastelitos que según el Señor eran
muy famosos en Francia, de esos con fruta y mucha cre-
ma dulce. Los dos se saludaron muy serios y el patrón le
enseñó la vista de la Ciudad desde la terraza. Ya para esa
hora cuando cae el sol se ve muy lindo porque llega allá
una luz amarilla y brillante, como si lloviera oro molido,
que hace resaltar los cerros y los cipreses que rodean el
lugar. El Güero estaba muy sorprendido, hasta conmo-
vido diría yo, por todo aquello tan hermoso…”
La señora Carmelita, así se llama nuestra humilde na-
rradora, parecía contenta de compartir con alguien su
propia experiencia del evento; orgullosa de su lugar na-
tal, de la gente que lo habita, de su origen. Todas estas
impresiones que fueron ignoradas, por su irrelevancia,
de la traducción del texto original de la entrevista.
“Luego, los dos se pusieron con el ánimo formal y pro-
fundo que usan los señores para hablar de asuntos de
trabajo. Yo no entendía lo que el Güero decía pero es-
taba con la oreja parada a lo que decía Don Porfirio.
El Señor habló muy claro y dijo que el poder nunca lo
había corrompido, que siempre había luchado honesta-
mente por México y hasta dijo que nunca iba a dejar de
servir al país. Creo yo que uno no tiene más opción que
servir a lo que uno ama… pero también he visto que
los hombres poderosos y ricos aman más el poder y la
riqueza que todo lo que se ha sacrificado para que ellos
estén ahí”.
“Dijo entones el Señor que estaba ya listo para que los
mexicanos escojan a sus presidentes y que ya era tiem-
po de hacer esto sin las armas. Y yo la verda´ me puse
muy contenta con eso porque a uno siempre le da tris-
teza escuchar que a alguno lo mataron por revoltoso…
o porque nomás iba pasando por ahí. Además, uno no
puede dejar de alegrarse porque todas nuestras familias
nacieron de la guerra, del abuso y de la explotación, ¡y
todos queremos que eso se termine! Por eso yo aprecio
al señor don Porfirio porque él ha luchado su vida ente-
ra por poner orden en este país.”
Le ofrecí a Carmelita un pañuelo para que limpiara dos
lágrimas que rodaron sobre sus mejillas. Pareciera que
Carmelita ha vivido muchos siglos, como si la historia
del mundo estuviera gravada en esa persona de cabello
blanco y ojos oscuros, o quizá en todos nosotros.
“Habló también de la libertad de los mexicanos. Dijo
que a través de la educación todos aprenderemos cada
día a pensar por nosotros mismos sin necesidad de que
alguien nos diga que hacer. Pero le voy a ser honesta: eso
suena muy bonito pero yo no lo creo. En las escuelas,
por lo que he escuchado, también les dicen que hacer.
¡Y luego salen de las escuelas y salen pensando como los
que los educaron! Yo por eso digo que no hay nada me-
jor que tener una buena consciencia que lo guíe a uno y
lo demás… ¡lo demás hay que dejárselo a la Virgencita!”
Después de esa frase tan sabia de Carmelita pues no me
quedó de otra más que terminar mi plática con ella y
dejarle el resto a nuestra Señora.
Por Maximiliano
Recomendaciones fotográficas
Así es, Señoras y Señores: nuestro país se está convir-
tiendo en una fotografía. Desde que Louis Prelier cap-
turó la imagen del Puerto de Veracruz con uno de sus
daguerrotipos en 1839, los avances fotográficos (y mo-
dernos, claro) no han dejado de llegar a nuestro país
cual gotas de agua en época de lluvia. Y es que no cabe
la menor duda de que México ha entrado a la lista de
naciones impregnadas de modernidad, para prueba
bastan las cientos de fotografías ferroviarias o los retra-
tos que muestran que la Paz y el Progreso son el pan
nuestro de cada día.
Y es que la fotografía se ha vuelto el instrumento per-
fecto para demostrarlo todo. Por ejemplo, sí usted desea
ayuda del Señor Presidente Don Porfirio Díaz (para pa-
gar su educación, para alimentar a sus hijos, para exigir
justicia, para que le dé trabajo), no espere más; mándele
una carta, cuéntele su caso y adjunte un retrato. Créa-
me, nuestro querido Presidente le responderá y le ayu-
dará porque su fotografía será una fiel prueba de que
usted no miente, de que usted no tiene rasguños en el
rostro y, por tanto, es una persona responsable, decente
y merecedora de la divina ayuda del Señor Díaz.
Ahora bien, sino sabe dónde retratarse, no se preocupe,
en nuestro país hay cientos de fotógrafos para elegir de
acuerdo a sus necesidades. Si lo que usted busca es un
retrato fino, muy a la europea, no lo piense más y acuda
con los hermanos Valleto, quiénes le ofrecerán las últi-
mas tendencias vigentes en Europa, pues siguen reglas
de composición e iluminación muy precisas y buscan
la armonía y el equilibrio en oposición a los contrastes
violentos, además de que cuentan con uno de los estu-
dios más equipados de la ciudad de México, en la calle
de San Francisco, a unas cuadras del Zócalo capitalino.
En cambio, si usted desea algo distinto, si ya se cansó de
los retratos clásicos, busque a Juan Antonio Arizmen-
di, pues él le ofrecerá un trabajo alejado de la rigidez y
la solemnidad típica de los retratos tradicionales y una
apuesta a la creatividad a través de juegos con su rostro
y sus situaciones. Pero si lo que usted prefiere es algo
más sencillo, vaya al centro de nuestra ciudad y encon-
trará opciones más económicas y rápida. Lleve su mejor
atuendo y retrátese, no espere más, pida un paquete de
retratos, mándele uno a Días y reserve el otro para su
hogar, para que las generaciones que le siguen conozcan
el color de sus ojos.
Como bien le digo, nuestro país se está volviendo una
fotografía, se está impregnando de fotógrafos de todas
nacionalidades y es que ya no es tan difícil conseguir
una cámara y aventurarse a capturar la vida entera. Si a
usted le interesa rememorar la historia, no lo piense más
¡Usted puede ser fotógrafo! Bien lo ha dicho ya la revis-
ta del fotógrafo mexicano: la fotografía se encuentra al
alcance de todos, pues ya existen los nuevos equipos de
1/3 y ¼ pulgadas, hechos especialmente para usted, ya
que cuentan con rollos de fácil aplicación e instruccio-
nes claras para el uso de la cámara. No lo piense más y
diríjase a la tienda de la familia Prelier, quienes siguen
trayendo los últimos artefactos modernos desde el otro
lado del mundo. Usted puede ser fotógrafo y dedicar-
se al retrato de las altas clases o de la vida cotidiana,
o puede recorrer el país, recolectar paisajes y conver-
tirlos después en tarjetas postales. Si usted se convierte
en fotógrafo puede incluso trabajar para el bien de la
sociedad y fotografiar a los reos para que los agentes de
policías estén bien al pendiente de ellos o, por otro lado,
hacer un inventario de los grupos étnicos de nuestro
país, retratar sus ojos y su vida diaria y ayudar al pueblo
a que conozca los rasgos que caracterizan a la raza india
(que no se distancian mucho de los de los reos). Si usted
es fotógrafo, quizá pueda ingresar en una de las famosas
revistas ilustradas (como la nuestra) y hacer esa nueva
tendencia a la que llaman “foto-documento”. Si es usted
fotógrafo contribuirá para que las generaciones que si-
guen no nos olviden. No lo piense más y únase al gre-
mio, que el arte fotográfico parece ir para largo.
Por Emil Fontaine
Consejos de belleza
Mascarilla para el cutis seco. — Bata la yema de huevo
con una cucharadita de aceite de oliva y una de miel de
abeja. Ya que tenga una pasta uniforme aplíquelas obre
la piel limpia y relájese. Déjela trabajar durante quince
minutos y retírela, primero con alguna tibia y luego
con agua fría; inmediatamente después refresque su
cutis con compresas frías y aplique crema.
Para el brillo del cabello. Conservar una cabellera sa-
ludable y brillante son atributos que no cualquiera
puede conseguir. Le damos estos consejos para el cui-
dado de su cabello dependiendo de sus características
generales:
Cabello graso. —Brilla mucha y, con demasiada rapi-
dez, da señales de grasa en las raíces, dando una apa-
riencia desagradable. Lo que debe hacer es lavar su
cabello a menudo por lo menos cada tercer día con
una mezcla de almendras, cilandro y un poco de sá-
bila. Siempre enjuague su cabello con agua fría. Puede
completar con un enjuague hecho de un litro de agua
fría con una cuchara de vinagre de manzana, que le
dará brillo y lustre.
Cabello seco opaco y sin brillo. — Áspero y se parten
las puntas. Use miel de abeja rebajada con un poco de
jugo de naranja y aplique en las puntas. También uti-
lice un tratamiento de aceite caliente una vez al mes
(aceite de tuétano aplicado durante veinte minutos). Si
puede, evite teñirse el cabello y protéjase de los rayos
del sol.
Cabello normal. — Pocos tenemos la fortuna de po-
seer este tipo de cabello, brillante, sedoso y suave. Pue-
de lavarlo cuantas veces quiera. Para mantenerlo en las
mismas condiciones, aplique un tratamiento de sábila
por treinta minutos, enjuague después con agua fría.
Manos sin manchas. —Las manchas en las manos sue-
len aparecer por las agresiones externas, el paso de los
años, o por falta de cuidado. Esta receta casera que
recomendamos en “EL JARDIN FLORIDO” es total-
mente natural y de gran eficacia si la aplica diariamen-
te. Moler una taza de papaya con el jugo de un limón.
Colóquelo en sus manos y déjelo durante quince mi-
nutos; retírelo posteriormente con una tela de algodón
empapada en manzanilla.
Por André Aude
Lencería: el encaje veneciano
En este número les presentamos un nuevo encaje com-
pletamente distinto al de la ocasión anterior. El encaje
es más complicado de ejecutar, por lo cual nos sentire-
mos muy orgullosos de las hermosas damas que deci-
dan realizar tan singular pieza. Sin embargo, estamos
seguros que, una vez terminado, quedarán satisfechas
con el resultado. Este encaje legítimo es muy duradero
y puede usarse tanto en cortillas, manteles, visillos, pa-
ñuelos, etc.
Es recomendable que el encaje se haga con malla y lue-
go hilvanarse sobre tela de hule o de arquitecto después
de haber realizado el trazo del dibujo previamente en
ella (y que viene en nuestra Hoja-suplemento) para que
usted tenga una mayor maniobrabilidad al momento
de realizar el trabajo. Recomendamos usar un hilo de
algodón, ya que es el más apropiado para este tipo de
labores.
Este hilo se va hilvanando, siguiendo las líneas del di-
bujo trazado. Las esquinas generalmente representan
cierta dificultad, así que le recomendamos que utilice
los ganchillos para facilitarse el trabajo. Cuando ya esté
lista, puede retirar la malla y quedarán los motivos de
flores y hojas listos para utilizarse en el conjunto en el
que desee añadirlos.
Por el ilustre Wadi Al Lub
Para los niñosEn el número de hoy les tenemos a las madres una sor-
presa: Les traemos el diseño de un par de vestiditos para
sus bebés. Como sabemos, la sección “Para los niños”
de “EL JARDÍN FLORIDO” cuenta con una gran po-
pularidad entre nuestro público femenino, ya que las
madres encuentran placer en poder hacer la ropa de sus
retoños. ¡Y no solamente las madres! Las hermanas, las
abuelas, las primas y las tías. Sin entretenerlas más tiem-
po, les explicamos brevemente estos diseños cuyos mol-
des podrán encontrar en la Hoja-suplemento que viene
al final de la revista.
El primer vestidito atiende al ya conocido estilo “Roca-
madour”, el cual cuenta con bordados en tonos blancos
para darle una mayor sobriedad al conjunto. Puede ser
usado tanto en el día como en la noche y para cualquier
ocasión. El traje tiene traslapo y abertura por el largo
entero de la parte de atrás. La falda se divide en paños
verticales con líneas de separación entre cada tablón, lo
que permite que el vestido quede holgado en la sección
de las piernas.
El segundo traje, al igual que el primero, puede usarte
tanto en niños como en niñas. A diferencia de nuestro
anterior modelo, éste es más corto y presenta borda-
dos de colores en la parte superior del mismo. Las cin-
co piezas del frente del vestido son esenciales para que
el vestido salga a la perfección, aunque también puede
agregarle una o dos piezas más.
Estos diseños pueden hacerse con cualquier tipo de tela,
pero en “EL JARDÍN FLORIDO” le recomendamos que
use batista de hilo, linón o muselina. Para algo más du-
rable puede utilizar una tela de lino gruesa.
Por el ilustre Wadi Al Lub
Arte LiterarioCuentos cortos Por Felipe Gónzalez
Eaco
De la vacía tierra, nacían hombres como hormigas; del
cielo hecho trizas. De la soledad surgida en el abismo
Olímpico, llovían sobre mis manos, gotas de insectos,
que nacían hombres al tocar la tierra, donde yo planta-
ba mis rodillas e imploraba al más grande de los dioses
me diera el poder para recobrar del incendio perpetuo
la sabiduría mi pueblo. Con los brazos extendidos, llo-
rando de rabia bajo el roble sagrado, donde mis súplicas
eran escuchadas y yo Eaco, con un imperio hecho de
hormigas, restablecía mi linaje. Me convertía en el rey
del mundo, al que Zeus había bendecido, después de
causarle tantos males…Minotauro
Cada noche, el terror era el mismo. Abría los ojos y mi-
raba el cielo nocturno encendido por las primeras es-
trellas. La noche sumida en ese remanso claro instigaba
mis sentidos y obligaba a mis músculos, a mi ser, a le-
vantarse cada noche para mirar la Ciudad que caía en su
cielo meditabundo, en la hostilidad que nunca dejó de
penetrar en mis poros y que me hizo sentirme extran-
jero. A veces miraba las primeras luces del alba y sentía
nostalgia por el día que terminaba, por el calor del sol
que se marchaba entre los techos imaginarios. Salía de
la tierra, humillado por el remordimiento, por la sed no
saciada, por la vergüenza por no saciarla. Rabiaba por
empezar una y otra vez el desorden y el caos prohibi-
dos, por sentir el deseo de saltar de la torre y refugiarme
en el silencio de mis calles, de los pasos perdidos que
se acercaban o se alejaban en el laberinto, que a veces
corrían y siempre, terminaban por detenerse, por ce-
der a mis pasos, por perecer en el movimiento de mis
músculos, de mis manos, de mis piernas, de mis labios.
Pasos que se extinguían cuando los míos andaban, vo-
ces que se sumergían encendidas en la garganta, voces
que pasaban de sus labios a mis labios, de su garganta
a mi garganta y que me dejaban herido de muerte, que
me dejaban patéticamente solo, escupiendo la rabia y el
asco que sentía por mis actos, por el placer que experi-
mentaba (y que era efímero), que escapaba de mi pecho
para sumirme en la certeza de que no valía nada, de que era esclavo de los que llegaban.
PoemasPor José Juan Tablada
El sátiroDe las velludas manos
la ninfa
se le va
como una
flama.
Caballero tigreLas manchas del ocelotl
¡qué suntuoso movimiento!
del personaje estilizado
que saltar parece
¡de un códice dinámico!
La nocheLa fugitiva de una cita
a la sombra de amor,
sorprendida
por el súbito esplendor
del cohete que alumbra
…como una misma cosa
del jardín las flores,
y el pecado de la ninfa.
Escritores célebresLeopoldo Lugones: el poeta moderno
Hay en las nuestras letras americanas un poeta, cuentis-
ta, ensayista, que, con sus lúgubres y apasionantes ver-
sos, merece este espacio, que en adelante, ocuparán los
más grandes escritores del mundo; su nombre, Leopol-
do Antonio Lugones. Este poeta argentino es el creador
de Las montañas de oro, uno de los libros más visiona-
rios y arriesgados que se han compuesto en la literatura
española. Su genio acompañado de un carácter trans-
formador ha sido tantas veces reconocido y alabado en
los círculos artísticos. Rubén Darío, uno de sus mejores
amigos expresa de él: “Es uno de los “modernos”, es uno
de los Joven América. Él y Ricardo Jaimes Freyre son
los dos más fuertes talentos de la juventud que sigue los
pabellones nuevos en el continente”1.
Hasta hace poco Lugones se desempeñaba como ins-
pector de enseñanza en su país, donde escribió ensayos
pedagógicos. En Las montañas de oro, publicado hace
más de once años, Lugones innovó el metro español de
la forma en la que lo hicieron los franceses, ingleses,
italianos, por lo que podemos observar que su conoci-
miento de las últimas tendencias de Europa es excep-
cional. América ha encontrado voces que van a la van-
guardia, aún por delante de la misma poesía en España.
El lector de Las montañas de oro queda desconcertado
por la forma en la que están escritos los poemas, mu-
chos de ellos en prosa al estilo de Carlos Baudelaire, por
lo que o deja el libro, sin entender que, aquello que des-
deña es considerado sublime en las tertulias parisienses.
No hace mucho, un amigo mío, asiduo lector de Rubén
Darío y Gutiérrez Nájera me preguntaba con cierto en-
fado “¿Qué es, pues, Lugones en este libro: un romántico 1 DARÍO, Rubén. Un poeta socialista. Leopoldo Lugones. En el modernismo visto por los modernistas.
o un decadentista?” Yo, alcé los hombros, acostumbra-
do a este tipo de preguntas y respondí: “Las dos cosas.”2
“Esta águila, como nos complacemos en llamar al espíri-
tu de Lugones, vuela, desde los picachos del romanticis-
mo hasta los desmesurados despeñaderos del decaden-
tismo, sin acertarse en los valles.”3 No nos extrañe que
las palabras de Rubén Darío sean acertadas y predigan
el surgimiento y consagración de un poeta espectacular
como Lugones.
En Las montañas de oro, la presencia de Víctor Hugo
es más que notoria, si bien este punto Lugones ha sido
criticado, pues muchos piensan que la imitación al poe-
ta francés es descarada, estoy convencido que esto re-
presenta un punto a favor de Lugones, ¿quién podría
emular el estilo de Hugo?, solamente un hombre de su
mismo tamaño .
Nuestra América da frutos en abundancia, como nunca
antes había ocurrido en el continente. Leopoldo Lugo-
nes es uno de los jóvenes artistas que viene a renovar el
impulso que Darío otorgó a la literatura española. Su
influencia y reconocimiento ya cuenta con seguidores
en México que siguen la poesía y prosa de este revolu-
cionario, como en el decadentismo. Esperemos que Lu-
gones nos siga deleitando con su arte y pronto podamos
conocer los frutos que está sembrando.
2 CAPDEVILA, Arturo.- Lugones. Pág. 151.3 Ibíd. Pág. 152.
Por Pigmalión
Páginas para los muchachosEl balompié, un deporte inglés por excelenciaPor Gaspard Harrisson
A finales del pasado siglo, llegó a nuestro país un nue-
vo deporte traído directamente de Inglaterra: el ba-
lompié o football. Este deporte surgió de una mezcla
entre el horpastum griego y romano, el soule (usado en
provincias francesas como medio para relajar las ten-
siones entre pueblos vecinos) y, sobre todo, el calcio o
juego de la patada, surgido en Italia y en el que 27 ju-
gadores portaban coloridos trajes mientras perseguían
una pelota.
En 1848, estudiantes de la Universidad de Cambridge
establecieron las reglas formales del football . Para ju-
gar este tan reciente deporte, se necesitan dos equipos
de once jugadores, un balón y dos porterías. El jue-
go consiste en anotar más goles (introducir el balón
en la portería) al equipo contrario. En nuestro país, el
football ha adquirido mucha popularidad en las minas
de Real del Monte y Pachuca, en las fábricas y cafetos
de Veracruz, debido a que la sencillez de sus elementos
y la lógica del juego, permiten que trabajadores, estu-
diantes, jóvenes, puedan darse un espacio para practi-
carlo en sus tiempos libres.
Hace ocho años, en medio de brindis, los ingleses in-
auguraron el fútbol organizado y crearon el primer
equipo de fútbol formal en México: el famoso Pachuca
Athletic Club. A la fundación del Pachuca le siguieron
el Reforma Athletic Club, el British Club y el México
Cricket Club. Tiempo después se abrió el primer tor-
neo de football, en el que participaron los equipos an-
tes mencionados.
El balompié está hecho para los muchachos llenos de
energía, usted puede empezar a jugarlo con sus amigos,
sólo necesita un balón de cuero y esperar a que no sea
un día nublado, porque de lo contrario sus pies queda-
ran lastimados por el peso que adquiere el balón con la
lluvia. Seguramente pasará un buen rato con sus amigos
y disfrutará de la magia del deporte europeo.
Actualmente, vivimos en la época del balompié domi-
nado por los ingleses, pues su cuerpo (a diferencia del
nuestro) se encuentra apto para este deporte en el que
las carreras y la condición física son indispensables. Si
usted desea ver uno de estos magníficos partidos acuda,
con sus mejores galas, cualquier domingo a las 5 de la
tarde a la explanada ubicada frente al kiosco morisco.
BuzónOrquídea amarilla.— Para un regalo modesto, le reco-mendamos que compre una cajita de chocolates de San-borns. Puede comerlos usted o dárselos a alguien que en verdad aprecie, posteriormente podría hacer peque-ñas bolas de tierra y sustituirlos por los chocolates. En nuestra revista no deseamos el mal a nadie ni fomentar la justicia por mano propia; pero probablemente de ese modo, la persona que la ha ofendido tenga en cuenta que usted también puede gastar bromas de mal gusto.
B. M. G.—El doctor a quien le comuniqué su problema, me dijo que eran comunes las hemorroides en las per-sonas artríticas; me aconsejó que para curar sus almo-rradas puede utilizar los productos “Flor de Lys”, ya sea en pomada o en supositorios. Actualmente son la mejor panacea contra las almorradas. Se le recomienda tam-bién evitar sentarse en lugares calientes y mucha discre-sión. Si las molestias persisten, estaremos encantados de ayudarle con su particularidad médica.
Don Ramón Collantes.—Recibí la cantidad de $3.50 que envió anteriormente. Sírvase decirme lo que desea que le envíe con este dinero.
Verde.—El precio de las cestitas japonesas es de $4.75, vacía. Para completar el pedido, debe cubrir el gasto de envío de $1.00 más $1.50 para la compra de un huacal de madera; sin este requisito, no lo admitiran en el co-rreo.
Porfirio Lázaro.— Lo más recomendable para su dolor de dientes es usar un poco de clavo, o quizás visitar un doctor, pero sobretodo, comprar nuestra revista es el mejor remedio. Que se cure pronto.
Almacenes Rodríguez.— Favor de enviar una carta membretada para la solicitud de publicación de sus pro-pagandas. Por el momento, y por la seriedad de la re-vista, es un requisito obligatorio para las negociaciones. Un saludo afectuoso para el dueño de su empresa, Don Ramón Rodríguez.María Eugenia.— Gracias por los halagos a la sección de
Lencería de nuestra revista. Precisamente, la finalidad es que las damas tengan la oportunidad de hacer bella su casa, y a la vez que tengan un tiempo familiar con sus hijas.
Filomeno Smith.— Respecto a su queja por los sabores frutales en los pastelillos de la pastelería La Esperanza, hemos recibido la noticia de que no hay, por el momen-to, planes para cambiar dicha producción. El pastelero líder lamenta que no le satisfagan los panecillos, sin em-bargo, lo invita a probarlos sin tomar en cuenta su poco gusto por los sabores. Aunado a dicha respuesta, La Es-peranza lo invita a hacer grandes banquetes con hermo-so estilo, sólo debe comunicarse por medio de una carta a la dirección de la pastelería más cercana a su hogar.
Escribe al buzón de “El jardín florido” Nosotros te aconsejamos
“El jardín florido”
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