Ser una iglesia apasionada
Ser una iglesia poderosa en Dios Ser una iglesia apasionado por
los no creyentes Ser una iglesia esforzada y valiente
Ser una iglesia adiestrada para toda lucha espiritual
Los ataques ¿Contra quienes?
• Apoc 12:4, 13, 17 Nuestro Adversario no conoce la compasión. Sus ataques están dirigidos a todo lo que tenga el sello de Dios y a quienes Dios ama
Los ataques ¿Contra quienes?
• La familia: A cada componente de la misma, comenzando dañando la relación de los esposos
• El ataque se intensifica con la llegada de los hijos
Los ataques ¿Contra quienes?
• La iglesia y sus componentes, intensificado contra el liderazgo
• Los ataques aumentan en la medida que la iglesia desarrolla vida de obediencia
Los ataques ¿Contra quienes?
• Contra todos los que están emprendiendo caminos para salir del estándar
• Los ataques buscan que vivas siempre en el mismo nivel.
Lo que Dios nos esta dando
Bienestar integral 3Jn 2
Bienestar familiar. Mal 4:6
Bienestar ministerial.
Bienestar financiera.
• Col 2:14-15 Dios despojó de su poder a los seres espirituales que tienen
potencia y autoridad, y por medio de Cristo los humilló públicamente
llevándolos como prisioneros en su desfile victorioso.
Rom 8:37-39 Pero en todo esto salimos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Estoy convencido de que nada podrá separarnos del amor de Dios: ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los poderes y fuerzas espirituales, ni lo presente, ni lo futuro, ni lo más alto, ni lo más profundo, ni ninguna otra de las cosas creadas por Dios. ¡Nada podrá separarnos del amor que Dios nos ha mostrado en Cristo Jesús nuestro Señor!
• Heb 10:24-25 Busquemos la manera de ayudarnos unos a otros a tener más amor y a hacer el bien. No dejemos de asistir a nuestras reuniones, como hacen algunos, sino animémonos unos a otros; y tanto más cuanto que vemos que el día del Señor se acerca
• 1 Cor 9:26-27 Yo, por mi parte, no corro a ciegas ni peleo como si estuviera dando golpes al aire. Al contrario, castigo mi cuerpo y lo obligo a obedecerme, para no quedar yo mismo descalificado después de haber enseñado a otros.