BARTHES: RECLAMO VIVIR LASCONTRADICCIONES DE MI TIEMPO
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Las Mitologías de Roland Barthes aparecen en espa ño l' cas i un cuarto de siglo despu és de hab ersido publicadas en fra ncés. Este es un hecho a denun ciar , ta nto como a avisa r. Pues también , podríamos decir, glosando la metodología barthesiana de este libro, es un hecho significat ivo: ia demora en volcarse a ot ra lengua, es decir en difundirse yoperar, no es inocente: llega cuando sus ar istas sehan desgastado y cuando la metodologia desmitificado ra que Barthes se proponía en 1957 ya ha sidosuperada no só lo por él sino por la misma disciplina semiológica que ayudó a des arroll ar. Si es ciertala lección interna del libro -la cultura es históricay no natural como pretende la ideología burguesa - , en consecuencia también lo es que la historiahaya pasado para él.
Con esta observación no pretendo desmerecer ellibr o . Co mo todos los de Barthes, es de una lucidezad mirable, y sólo el contemplar cómo maniobra suint eligencia con la materia de lo real inmed iato-los hecho s de la cultura cotidiana fran cesa - encontrando significaciones a lo que se presenta insignificante, descubriendo mensajes ocultos (y"ocultados") en el lenguaje de apariencia má s inocente, j ustifica leerlo . Todo libro es una aventura yMitologías nos enfrenta a un territorio atractivo,no po r cercano y a mano menos venturoso de cruza r. El catch, el fenómeno de los niños prodigiotipo Minou Drouet, las figuras de los romanos ene! cine, el escritor "en vacaciones" , la propagandaso bre jabones y otros detergentes, los juguetes, elrostro de Greta Garbo, las fotos del abate Pierre, el"obrero simpático" de Nido de ratas (Marlon Brando), el cerebro de Einstein que el famoso científico dejó en legado par a su estudio, la barata espect acularidad de Billy Graham, el strip-tease, elplá sti co, el nuevo Citroén, la turístic a Guía Azul , ytambién " el bistec y las papas fritas", "e! vino y laleche" , así como otros var ios sujetos de análisis,so n captados por Barthes para descubrir en e! usoque de ellos hace la publicidad o simplemente laideología peq ueño-burguesa en sus múltiples manife stacion es, tod a una serie de recursos mitificadores.
Mitologías (1957) se ubic a en el primer perídode la producción de Barthes, después de El gradocero de la escritura (1953) Y M ichelet par lui-m éme(1954), en un momento peculiar de preocupacionessocio lógicas. Desde 1955 hasta la publicación dellibro que sigue a Mit ologías (Sur Racine, 1963), eincluso más tarde, sus actividades girarán en tornoal enfoque social, primero como " attach é" de investig aciones del C.N .R .S. en la secció n sociología , después como jefe de trabajos en la Vla . sección de la Ecole Prat ique des Hautes Etudes(Sciences économiques et sociales). En RolandBarthes par Roland Barthes (1975), el autor ubic aM itologías en una primera "fase" cuyo " intertexto " es tá con stituido por Sartre, Marx y Brecht ycuyo "género " se define como "mitología social" .
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La propuesta es bastan te clara y e! lugar del discurso barthesiano en esa época parece haber sido también lúcidamente as um ido . En el prólogo a la segunda edición (1970) , Bar thes ana lizaba su propuesta: "Aquí se podrán enco nt rar dos decisiones:por una parte una crítica ideológica di rigida al lengu aje de la cultura de masa; por otra, un primerdesmontaje semiológic o de ese leng uaje". Y refería, dentro de su propio desarrollo, e! envió n que lollevara a estas dos decision es: "Aca baba de leer aSaussure y, a partir de él, tu ve la convicción de quesi se consideraban las ' representaciones co lectivas'como sistema de sign os, podríamos alen ta r la esperan za de sa lir de la denuncia piadosa y dar cuentaen detalle de la mist ificación que transforma la cultura pequeño-burguesa en nat uraleza univer sal".
De esta manera, to ma ndo a la cultura pequeñoburguesa en sus man ifestaciones con cre tas , Barthes hace bajar a la teo ría lingü íst ica y a la teoría social del podio de conferencias para mezclarlas conla vida de la calle . Los ex empla q ue él va a tomar alo largo de do s a ños (en los artículos qu e luegocompondrán Mit ologías) son los que mencionoarriba: temas sin pr est igio científico, que esa misma cultura pequeño-burguesa ha mitifica do alpunto de convencernos de su 'n aturalida d'. Losgestos cotidianos de esta cu ltura se dan por sentado como la realidad natural , lógic a y necesariamente, y la tarea que se impo ne Barthes será entonces oponer se a esa ac ti tud, mostrar cómo la " na turaleza" de las costumbres y los actos son ela bo raciones soci ales, mitos, q ue caracterizan a una sociedad de cla ses.
Por otro lad o, met od ológica mente, Barthespone una piedra más en la funda ción de la semiolo gía (dándole un "est atuto pr ofundamente político", como dice Calvet ). Sin emb argo , algunos lorecusan como fundador , otros lo señalan. Ph ilippeRoger, repasando esa época, afi rma: " de poner aldescubierto los signos de la liter atura, RolandBarthes ha pasado a hacerlo con los signos de la sociedad. La era semiológica comienza . Durará diezaños, el tiempo de soñarse como una ciencia". YTerence Hawkes, refir iénd ose en especia l a El grado cero... , hace una buena síntesis de la propuestade Barthes: no hay un a escritura inocente, del mismo modo que tampoco hay una cultura inocente.El proceso por el cual "inocentemente" la burguesía intenta pasar su ideología por natural, es paraBarthes "un acto característico de la apropiaciónburguesa, parte de un gran designio donde todoslos aspectos de la vid a burguesa silenciosamenteadquieren el mismo aire de naturalidad, rectitud,universalidad e inevitabilidad ". La influencia delmarxismo es aquí obvia, así como en el desvelamiento de los mitos hay un sicoanálisis de tipo freudiano. Otro texto (del propio Barthes en El gradocero de la escritura) cierra el triángulo: "En las Mitologías, la Francia misma es etnografiada". Mar.xismo, sicoanálisis y antropología: entre estos tér-
Jorge Ruffinelli, escritor y ensayista urugua yo, radica en México. Entre sus libros : José Revueltas. mit o y realidad. y Crítica enMarcha . Actualmente dirige la revista Texto Crítico, editadapor la Universidad Veracruzana.
minos navega el primer Barthes en el "proceloso"mar de la sociedad francesa.
M itologías se estructura en dos partes y antepone la práctica a la teoría . En efecto, "El mito , hoy" ,extenso ensa yo con el que clausura el libro , viene aser el fundamento teórico y metodológico de losaná lisis precedentes. Pero esos análisis no necesitan de una teoría para ser convincentes: por eso, laarticu lación teó rica aparece al fina l como el avaltota lizador. Por otra parte, de este mo do el libromuestra su propio modo de pro ducción -el análi sis lleva a la teoría y no a la inversa-, del cual esconsciente el autor y lo señala en Roland Barthespar.i, cuando habla de la estructura fragmentariade su obra (de su quehacer), desde el primer artículo publicado: "Su primer texto (1942) está hechode frag mentos: esta elección está ento nces j ustificada a la manera gideana 'porq ue la inco herencia espreferible al orden que deforma'. Después, en efecto, no ha cesado de practicar la escritura corta:cuadritos (tableautins) en Mitologías y en L'Empire des Signes, artículos y prefacios de los Ensayoscríticos, lexías de S/Z, parágrafos titulados de Michelet, fragmentos de Sade lf y de El placer deltexto" , (A los que añadi ría su libro posterior: Fragmentos de un discurso amoroso).
Podría deci rse que los cincuenta y tres capítuloso "tableautins" de Mito logías admiten por lo menos tres grandes agrupaciones temáticas: moral socia l, mitos políticos y concepción burguesa de la literatura, La primera es de una riqueza infinita:basta tomar algunas revistas femeninas (comoElle), o ir al cine, o leer los periódicos para advertircómo la pequeña-burguesía estructura sus mitos.Uno de ellos tiene que ver con la nob leza, y Bartheslo ana liza en "El crucero de la sangre azu l": el viajede un centenar de príncipes en un crucero llama la
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atención de la prensa y se hace objeto de comentarios. Por de pron to, la vida en el barco, sin el fastoy las comodidades de tierra , les da viso s "humanos" y los nobl es condescienden a " la vida democrática". Hay que decir que la atracción de muchagente por la nobleza se mezcla con otra más amplia, por los seres 'extraordinarios', ya sean científicos, artistas, actores de cine, todo indi viduo quela sociedad y los media destaquen. La pequeñaburguesía los quiere imaginar fuera de su co ndición (por un momento), a su propio nive l, como seres comunes, y es esa curiosidad y admiración laque ind ica la ideología de la superioridad . "Mostrar que los reyes son capaces de prosaísmo", diceBarthes, " es reconocer que esa situación les resultatan natural como el angelismo al común de losmo rta les; es verifica r que el rey sigue sién dolo po rderecho divino" . De ahí que el viaje, el cruceroconvert ido en una "suerte de arca moderna, dondese con servan las principales variedades de la especie mon árquica" , por inocente que parezca está revela ndo la ideología de clase, y hasta cierta aspiración secreta de la pequeña-burguesía, cierta añoranza imposi ble, por el estatuto de la nobleza.
En " Nove las y niñ os" , un pie de fot og rafías demujeres-novelistas aparecido en Elle, donde decada escritora se dice , por ejemplo: " JacquelineLenoir (do s hijos, una novela) ; Marina Grey (u nhijo, una novela), Nicole Dutreil (dos hijos, cuatronovelas), etc.", le permite a Barthes ana liza r sa rcásticamente la mala conciencia burguesa sobre lastareas de la femineidad. De tal mo do q ue Ba rtheslee el sub-texto como un mensaje muy claro de lasujeción de la mujer: "Sean atrevidas, libres; jueguen a ser hombre, escriban como él ; pero jamás sealejen de su lado; vivan bajo su mirada, con sus niños compensen sus novelas; avencen en su carrera,pero vuelvan en seguida a su condición" . La conclusión es drástica: "el hombre está alrededor, entodas pa rtes, presiona en todos los sentidos, haceexistir ; desde la ete rnidad es la ausencia creadora,como el dros racineano. Mundo sin hombres , perototalmente con stituido por la mirada del hom bre,el universo femenino de Elle es exactamente igua lal gineceo " .
Los mito s políticos son también atractivos focosde atención . Dos ejemplos bastan . En "Marcianos", Bart hes interpreta el "misterio de los p latosvoladores" como figur ación burguesa de l temor aluniver so desconocido soviético, a " ese mundo conintenciones tan poco claras como otro planeta" (yen " El crucero de Batory" vuelve a referirse a la actitud frente a lo so viético, aunque esta vez con valencia contraria, por la necesidad política, entonces, de "e laborar algunos mitos para la asi milaciónde la rea lidad comunista"). Segundo ejemplo: en"La gran famili a de los hombres" se refiere a losmensajes de contenido hum ani sta , como el quesurgió de una exposición , The Fam ily 01 Man, quellegó de Estados Un idos a Fr anci a con el objetivo
de "mostra r la universalidad de los gesto s humano s en la vida cotidiana de todos los paí ses delmundo", Esta vieja apelación human ista es llamada por Bar the s "antiquísima impostura" , y consiste en " colocar siempre a la naturaleza en e l fo ndode la historia". Por ello se habla de " cond ició n human a" , como si lo expresado así estuviese más a lláde la historia, de las diferencias sociales y del movimiento dialéctico de la misma socied ad . Conceptostales, valores humanistas de esta laya, coadyuvan a" lega lizar la inmovilidad del mundo a través de un'co nocimiento ' y de una 'lírica' que eternicen losgestos del hombre con el único fin de controlarlosmejor".
Esto es lo que haría una lectura marxista: de scubrir bajo los signos socia les las imposturas queBarthes llam a mitos y que M all ac y Eberbach , re firiéndose a las mismas Mitologías, denomin an" mala fe" burguesa. La metodología barthesianaes un cam ino, pero no el ún ico, y de alg ún modopuede infer irse que se trata de modificar un a de sig'nación ya recibida: los mito s no sería n otra cosaque la ideo logía concebida como fal sa conciencia,fa lsa verda d, falsa evidencia .
T anto o más interesante, dado que el pensamiento de Barthes se ocupó originariamente del lenguaje y la liter atura, es su desmontaje de los mitos er igidos en torno a la literatura y el a rte. Así, poreje m plo, comienza suavemente con un "tableantin " dedi cad o a "El escritor en vacaciones", La pequeña burguesía reacciona ante el escritor de unmodo similar que ante el noble: "al tener vacaciones, (el escritor) muestra el signo de su humanidad:pero el dio s permanece, se es escritor como LuisXIV era rey, inclu sive en el inodoro" , ¿Por qué?Porque el escrito r, para la pequeña-burguesía, aúnen sus vacaciones "no dej a de tr ab ajar, no deja de
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pr oducir" . Esta concepción se relacio na con la ide ade qu e el escritor lo es por naturaleza. De ahí que nopueda no escri bir: "U no escribe sus recuerdos , otrocorrige pruebas, el tercer o pr epa ra su próximo libr o. Y el qu e no hace nada lo co nfiesa co mo unaconducta a uténticamente parad ojal , una hazaña devanguardi a, qu e só lo un espí ritu fuerte puede permitirse mo strar. Con est a últ ima ba landro nada , sehace conocer qu e es abso lut amen te ' natura l' que elescritor escriba sie mpre, en cua lqu ier situació n" . yesto "reduce la pr oducción liter a ria a una suerte desecreción involunta ria , por lo tan to tab ú, pues escapa a los deter min ismos h umanos.. . "
Otro de los ensa yo s, titul ado "La crítica Ni-Ni",muestra a las claras la raiga mbre sa rtreana de estepen sam ient o , a l meno s en lo que toca el engagement del escrito r (y crí tico ). Barthes toma pie enun a " pro fesión de fe crítica" y anómina p ub licadaen L'Express, donde se sustentaba la co nvicción dequ e la crí tica no debía ser " ni un j uego de sa lón, n iun servicio municip al , lo qu e debe entenderse en elsentido de que no debe ser ni reaccio na ria , ni comunist a , ni gr atuit a , ni pol ít ica " . Esta forma (N iN i) consti tu ye verdaderamen te una figura retórica ,que más ad elante, en el ensayo teó rico "El mito,hoy" , Bar th es atribuye al mito burg ués co mo unode sus rasgos esp ecíficos. El ninismo, nega tiva aparti cip ar , a tom ar partido , qu e hay det rás de esafigura , es sin duda ideológico (es decir, fa lso), yaque a l sus te nta rlo se est á optando fo rzo samente(por un a pr escindencia que no es tal ), Lo que meimporta destacar no es est a senc illa paradoj a , sinoel hech o de qu e pa ra Barthes, en cam bio , tanto eljuicio liter ario com o el esti lo son histó ricos y porende contra rios a la noción de cu lt ura eterna , intemporal y a lejada de las opcion es. "U n j uic io literari o", dice, "está s iempre dete rmi nado por la totalidad de la q ue forma pa rte" . También: " N o sepu ede juzgar la literatura sin a lguna idea pr evia delhombre y de la historia. del bien, del ma l, de la socieda d" . Bar th es lleva , po r hon est id ad, este relativism o histó rico a su propio d iscu rso crítico y en elpr ólogo de la primera ed ición advi erte que su tarea , "l a des mitificació n, para em plea r to davía un apalabra qu e comienza a gast a rse, no es un a operación o límpica . Q uiero decir qu e no quiero pleg arme a la cr eencia tr adicion al que postula un d ivorcio entre la nat ura leza de la o bjetividad del sa bio yla subjet ivid ad del escrito r, como si uno estuv ieradotado de 'libertad ' y el otro de ' vocación', ambasadecuadas par a esca motear o para sublima r los límites reale s de su si t uació n; recla mo vívir plenamente la con tr adi cción de mi tiem po, que puedehacer de un sa rcas mo la condición de la verdad" .
"El mito, hoy" es un en sayo ta n seductor comolos an álisi s particulares, Imposibl e siquiera glosarIo en pocas líneas , a unq ue se pu ed a prestar atención a algunos de sus rasgos, que co nstituyen también algunas de sus limitacion es. Barthes entiendeel miro como un habla , " un sistema de comunica-
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cron, un mensaje". Del mismo modo que las formas ideo lógicas, a las que probablemente sustituye, puede encontrarse en casi todas partes, "porque el universo es infinitame nte sugestivo". La mitología , que, en su acepción, llega a ser una metodologí a para desentrañar y denunciar los mitos,cons tit uye una disciplina dentro de la semiología.Pero la noción de semiología que emplea Barthesen 1957 es ape nas la del Cours de Saussure' , Buscando la forma del mito con base en la definiciónsaussuriana de signo, Barthes define el mito como" un sistema semiológico segundo", en el cual loque en la lengua es el signo (vínculo entre significado y significante) en el mito es sólo significante enel proceso de elaboración de otro "signo" que sellamaría "mito" . De ahí el famoso esquema de relación y comparación entre lengua y mito, de influjo hjemsleviano.
¿Por qué Barthes se las toma con la burguesía,podría preguntarse? Y el autor lo contesta rotundamente: "Nuestra sociedad es todavía una sociedad burguesa . No niego que en Francia desde 1789se hayan sucedido en el poder varios tipos de burguesía ; pero el estatuto profundo permanece: determinado régimen de propiedad, determinado orden, determinada ideología" . Y ésto no sólo paralo ineq uívocamente "burgués" . La vanguardia,por ejemplo, está incluida , al concebírsela como" rebeliones socialmente limitadas, recuperables"por la misma burguesía a la quese oponen. La vanguardia "impugna al burgués en relación al arte, ala moral; rechaza, como en los mejores tiempos delromanticismo, al tendero , al filisteo. Pero protestapolítica, ninguna" . En otra parte de su ensayo,Barthes enfrenta al fantasma de todo discurso desmitificador: ¿existe el mito de izquierda , ademásdel correspondiente a la burguesía? Y ar riesgando-
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se a deslizarse en el pantanoso terreno de la críticaNi-Ni, tal vez como una contradicción asumida,contesta: "Desde luego (los hay), en la medida enque la izquierda no es la revolución. El mito de izquierda surge precisamente en el momento en quela revolución se transforma en 'izquierda', es decir,en que acepta encubrirse, velarsu nombre, producirun metalenguaje inocente y de formarse en 'natu raleza'" . Espina demasiado aguda la del mito de izquierda, deja paso en seguida al mito de derecha, yen éste Barthes ejerce toda su lucidez y sarcasmopara elaborar las " figuras retóricas" que lo caracterizan. Y finalmente, como era de esperarse, el ensayo termina con una suerte de autocrítica, que estambién una cura en salud: " El hecho de que nolleguemos a superar una comprensión inestable delo real es, sin dud a, la medida misma de nuestraalienación presente: navegamos permanentementeentre el objeto y su desmitificación, impotente spara alcanzar su totalidad". Con ello, la reclamación de vivir la contradicción de su tiempo asumela forma de una dialéctica que debe negar -o poner en duda al menos- su propio discurso, paraproseguir su camino .
Mitologías es uno de los libros más " legibles" deBarthes pues está mínimamente inficionado de loque más tarde sería lajerga estruct uralista y semiótica, y tampoco busca retorcerle el cuello a la sintaxis para encontrar una expresión nueva, más alláde la claridad clasicista y más acá del barroco ideologizante. Tal vez lo que mayormente pueda reprochársele es el limitado horizonte que se traza, rasgoapare ntemente habitual en el ensayo francés. Mitologías, como en rigor toda la cultu ra francesa, notiene otro referente que ella misma: Franci a. Estaautosuficiencia es otro de los mitos de la pequeñaburguesía, y en él, paradójicamente cae Barthes alasumir 'natu ralmente ' que su cultur a o su burguesía son cajas de resonancia de todas las otr as. Alpunto de que otros referentes (Africa o la UniónSoviética) resultan apenas telón de fondo para elanálisis de las reacciones ' francesas' . La seducciónde su prosa, así como las similitudes (en parte frutos coloniales) con nuestra realidad, nos envuelveny hacen olvidar de los contextos, hasta que volvemos a anteponer las distancias. De otro modo, eleurocentr ismo, forma part icular de 'propiedad'pequeño-burguesa también, nos atraparía en susredes.
Notas
I Roland Barthes: M itologias, México, Siglo XXI, 19110, 257 pp.' Aun4ue en 1:."1<' //11'//10 .\' de semiologia (1965) Yen Sis tema di' lamoda Bart hcs propondrá invertir la relación ent re lingüistica ysemiótica, incluyendo a esta ultima co mo " una parte de la lingüística" . Seu cual SC,I este 'j uego de las inclusion es'. es curiosocomprob ar también cómo Saussurc (si bien no en el C OIIT.I) entendía 4UC tanto la lingüística como la semiología estaban a suVCl incluidas en una disciplina aún más amplia, 1.1 sociologia.(Nuville. SOIl\'el/e classification des ..ciences, 1901).
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