CONNOTACIONES HISTÓRICAS DE LA MORAL PARA EL QUE SE PRETENDA
JURISTA
UNA APROXIMACIÓN A PARTIR DE SUS MÁXIMOS EXPONENTES
YEYSSON ENRIQUE TOVAR CEBALLOS
Trabajo de grado como requisito parcial para optar el título de
Especialista en pedagogía
Director
NOELBA MILLÁN
Magister en sociología
UNIVERSIDAD DEL TOLIMA
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
ESPECIALIZACION EN PEDAGOGIA
IBAGUÉ – TOLIMA
2014
2
3
AGRADECIMIENTOS
A cada uno de los hombres y mujeres de la historia que en actitud de amor al
conocimiento dedicaron su vida a la gestación de un legado. Agradezco al deseo que
nace de un invisible no sé qué, tan grande que algunos llaman Dios, tan grande que no
cabe en mi cuerpo y es el deseo de trascender a través de las letras. Cómo no deber
gratitud a mis ojos cansados y mi mente enferma, al café y el sonido de la noche que es
el reino de Morfeo. A mi madre que leyó en mí cada letra, porque su vigilia y
preocupación, es una de mis lecturas más preciadas y a la mujer que exhortó a los
estudiantes a la gestación de un proyecto relámpago, pero sincero.
4
CONTENIDO
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................ 7
1. LA MORAL (NOCIONES) ......................................................................................... 10
2. LA MORAL Y LA HISTORIA DEL PENSAMIENTO FILOSÓFICO .......................... 11
2.1. ANTIGÜEDAD ........................................................................................................ 11
2.2. MEDIOEVO ............................................................................................................ 12
2.3. MODERNIDAD ....................................................................................................... 13
2.4. CONTEMPORANEIDAD Y POSTMODERNISMO ................................................. 14
3. DILEMAS MORALES ............................................................................................... 16
3.1. DILEMA REAL E HIPOTÉTICO ............................................................................. 16
3.2. DILEMA REAL ESPECÍFICO (VOCACIONAL) ...................................................... 17
4. CODIFICACIÓN DE LOS PRINCIPIOS MORALES ................................................. 18
4.1. ÉTICA PROFESIONAL Y ÉTICA NORMATIVA (DEONTOLOGÍA) ........................ 18
5. CONCLUSIONES ..................................................................................................... 20
REFERENCIAS ............................................................................................................ 21
5
RESUMEN
La presente monografía esboza las nociones generales de la moral, en contextos
históricos precisos y apoyándose en ideas concretas de algunos autores de la filosofía
desde la antigüedad hasta el modernismo; enfocándonos en los dilemas morales
hipotéticos y específicos, para orientar la intención vocacional de los lectores. La
sociedad siempre ha exigido diferenciaciones entre el bien y el mal, sin embargo, el reto
de la deontología es evidente en un contexto moral en que los límites del comportamiento
humano parecen justificados por la necesidad, el conformismo o simplemente la apología
del actuar propio por la falta de juicio en el actuar ajeno.
Palabras claves: Moral, deontología, filosofía, vocación.
6
ABSTRACT
The present monograph outlines the general notions of morality, in precise historical
contexts and relying on concrete ideas of some authors of philosophy from antiquity to
modernism; focusing on hypothetical and specific moral dilemmas, to guide the vocational
intentions of readers. Society has always demanded differentiations between good and
evil, however, the challenge of deontology is evident in a moral context where the limits
of human behavior seem justified by necessity, conformism or simply the apology of one's
own actions due to the lack of judgment in the actions of others.
Keywords: Moral, Deontology, philosophy, vocation.
7
INTRODUCCIÓN
El hombre como ser social o en palabras mejor pensadas como Zoon politikon1, adquiere
una doble condición frente a la sociedad predominante como sujeto de derechos al igual
que de obligaciones. Tales connotaciones están basadas en los actos propios de los
seres humanos, es decir, los límites (Regulación) se predican de las manifestaciones
efectivas de la voluntad, del acto mismo que es susceptible de una calificación, caso
contrario de las meras maquinaciones que hacen parte de un privado y oscuro lugar de
los hombres.
Allí donde se rumia el pensamiento, donde gobierna la moral individual busca trascender
el presente trabajo. Con la pretensión utópica de educar el hombre y específicamente el
futuro estudiante de Derecho como potencial Jurista, respetuoso de la Justicia y custodio
de la moralidad.
Este sustrato teórico hace parte de una completa compilación sobre el fenómeno moral
que para efectos del presente proyecto de monografía debió limitarse en extensión por
las formalidades académicas. Si bien la moral no debería justificarse por ser virtud innata
de los hombres, he sido empujado por la necesidad de entregar un elemento de apoyo
a proyectos de investigación de carácter deontológico, dirigidos específicamente al área
del Derecho.
Es indispensable entender la importancia del trabajo teórico, de allí la necesidad de
aportarlo para conocer el desarrollo teórico de la moral en el tiempo (Entendiendo que
no es suficiente) como el primer enfrentamiento intelectual del futuro estudiante de
Derecho. Esta es la base o el elemento fundamental de un filtro vocacional fundado en
la necesidad moral de mejores adalides de lo justo.
1 Referencia aristotélica que da al hombre una condición de animal moral o social
8
La historia de la humanidad y para nuestro caso la del pensamiento filosófico occidental
ha sido dividida en cuatro grandes momentos a saber: Una etapa clásica o antigua2
cargada de preceptos teológicos, cuna de grandes discusiones filosóficas en que
hombres libres y fieles al estado se disponían a defender sus principios aún en las
guerras más atroces. Las codificaciones caracterizadas por ser fruto de sabios
ostentaban el respeto irrefutable de los ciudadanos y el pensamiento “incipiente” afloraba
en cada lugar que ocupaba un hombre. Pero el pensamiento atraviesa tiempo y espacio,
su inquietud luego hará mella en la época medieval3 momento de estancamiento para el
librepensamiento y hegemonía de la religión en medio de un régimen feudal naciente,
allí la aristocracia se apoderaría de la política y el que hasta ese momento se llamara
filósofo vería cómo su pensamiento dormiría al menos por unos diez siglos más.
Para el siglo XV y con el empuje maravilloso y creativo del movimiento renacentista se
da cabida a la filosofía moderna4 que encontraría un nuevo aire en el estudio moral,
siendo el momento de los filósofos más controvertidos pero humanistas, no obstante la
pérdida del predominio teológico no implicaría un desconocimiento de la moral como
virtud de los hombres buenos. Pero la historia se guardaría un momento más, el
postmodernismo5 ese momento de carácter ambiguo en que nos movilizamos, de difícil
definición pero de grandes producciones literarias, culturales, artísticas y, por supuesto,
filosóficas.
Y la moral ha estado allí, en cada momento, en todas las líneas pues mientras haya un
hombre, hay un dilema moral que da al hombre su connotación como tal, es decir, la
decisión como característica de los hombres y sus procesos cognitivos hace del ser
2 Aparece formalmente en la Grecia del siglo VI a. C. y se extiende hasta la decadencia del Imperio Romano en el siglo IV de nuestra era. 3 Su comienzo se sitúa convencionalmente en el año 476 con la caída del Imperio Romano de Occidente y su fin en 1492 con el descubrimiento de América, 1 o en 1453 con la caída del Imperio Bizantino. 4 La filosofía moderna abarca los comienzos del Renacimiento y la Reforma Protestante hasta los últimos
años del siglo XX. 5 El término posmodernidad o postmodernidad fue utilizado para designar generalmente a un amplio
número de movimientos artísticos, culturales, literarios y filosóficos del siglo XX, que se extienden hasta hoy.
9
humano un sujeto potencialmente moral, inmoral o amoral dependiendo su dirección.
Aquí pues nace uno más de los apartes del presente trabajo, los dilemas morales. Existen
dilemas cuantas veces existan encrucijadas, cuando nos encontramos frente a la toma
de decisiones ponemos en funcionamiento nuestro sistema moral. Cuando tales
decisiones hacen parte de un ejercicio profesional, entonces amerita una codificación
especial que se desarrollará posteriormente como deontología.
Partimos de las nociones para luego adentrarnos en la línea del tiempo y desarrollar el
fenómeno moral a través de la historia, específicamente las cuatro grandes etapas
precitadas y de acuerdo a los autores más representativos. Una vez ubicados
conceptualmente se dispondrá la temática del dilema moral y la codificación
deontológica.
10
1. LA MORAL (NOCIONES)
En términos generales, la moral constituye el actuar del hombre en sociedad,
etimológicamente moral o moralidad atienden a la acepción de costumbre, es decir, la
moralidad es producto de las convenciones del hombre frente a la sociedad y respecto
de su actuar. La moral es:
Un conjunto de principios, preceptos, mandatos, prohibiciones, permisos,
patrones de conducta, valores e ideales de vida buena que en su conjunto
conforman un sistema más o menos coherente, propio de un colectivo
concreto en una determinada época histórica (…) la moral es un sistema
de contenidos que refleja una determinada forma de vida. (Cortina,
Martínez, 1996, p. 14)
Teniendo en cuenta el carácter histórico del concepto su definición se limita a esbozar
superficialmente unas características que le permitan ubicarse en el contexto del tiempo
y para los momentos sociales predominantes que, de una u otra forma, modifican su
significación y le hace disímil entre una cultura y otra.
De lo anterior podría deducirse una insuficiencia conceptual y es así en tanto no
establecimos la regla o el rasero para ubicarla; esa regla es la ética que como ciencia
comprende el estudio de los actos humanos respecto de la bondad o maldad de los
mismos, es decir, la ética se constituye en el cuerpo normativo que da validez a la
convención social materializándola.
11
2. LA MORAL Y LA HISTORIA DEL PENSAMIENTO FILOSÓFICO
2.1. ANTIGÜEDAD
Hesíodo6 uno de los poetas griegos de mayor trascendencia, inicio los tratados de
contenido moral determinando la mala fama como un castigo moral diciendo: “(…) evita
una mala fama entre los hombres, la mala fama es peligrosa; se levanta fácilmente, se
soporta con pena y se consigue difícilmente echas de si” (pp. 42 - 43). Guardando pues
especial cuidado los hombres de la época y atendiendo los llamados de la poesía que
de boca de los sabios se constituían en principios morales y guías de comportamiento.
No tardaría en aparecer la obra cumbre de Platón La República, de gran riqueza
conceptual basada en la vida de su maestro Sócrates, el grande de la filosofía universal
que en simples oratorias y con el uso de su bien constituido método de indagación llevo
los hombres de la época a grandes encrucijadas morales, aquellos no encontraban más
que la huida cuando la verdad de su ser moral era revelada a través de las preguntas
reiterativas del sabio griego. La magnífica obra del maestro se hacía evidente en sus
bien pensadas frases, invitando al noble hábito de la educación como satisfacción moral.
Ahora bien, en tratándose de la virtud de los hombres encontramos en Sócrates los
mayores aciertos dando una connotación a la justicia como virtud de los hombres
morales, afirma en la república:
No es obra del hombre justo el hacer daño ni al amigo ni a ninguna otra
persona, sino de su contrario, el hombre injusto (…) Y si eso entiende para
el hombre justo que debe daño a sus enemigos como beneficio para sus
amigos, no es sabio el que dice eso; pues no dice la verdad, puesto que
nos ha parecido evidente que en ningún caso es justo el hacer daño a
nadie. (Platón, 1982, p. 25)
6 La investigación actual suele situar cronológicamente a Hesíodo como posterior a Homero y sitúa su
nacimiento hacia la segunda mitad del siglo VIII a. C. o la primera del siglo VII a. C.
12
De lo antes mencionado podemos colegir la función moralizante de la educación y la
necesidad de regulación en tanto los hombres desconocen tal beneficio.
2.2. MEDIOEVO
Con el decaimiento de la filosofía, entra en auge y por diez siglos la edad media, a partir
del siglo V de la era cristiana la teología se apodera de los anaqueles convirtiéndose en
el código de conducta moral predominante.
San Agustín como máximo exponente de la época logra desarrollar escritos de
considerable erudición guardando expresa afinidad con los principios morales
predicados por el mismo Platón. Considera la filosofía de los platónicos como la más
cercana a la verdad de la fe católica. Una de las invitaciones del filósofo y teólogo se
hace evidente en uno de sus escritos de la epístola a los Efesios en que nos exhorta “Así
que sed imitadores de Dios, como queridísimos hijos suyos; comportaos con amor, del
mismo modo que Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros como ofrenda y
víctima ofrecida a Dios en olor de suavidad”7. Es este el llamado al ascetismo como virtud
de los hombres, la moral está entonces prescrita en los textos bíblicos y bajo la autoridad
divina que para aquel es la verdadera en contraposición a la autoridad humana e
imperfecta que tanto nos engaña.
Bajo la premisa Agustiniana de que toda alma está sometida a las autoridades
superiores, pues no hay autoridad que no proceda de Dios, se desarrolló el código de
conducta moral para la época, hasta el libre albedrió sistemáticamente precedía una
advertencia “(…) Pero si haces el mal, teme, que no en vano lleva la espada”8. La
conducta de los hombres ya sería escrita por manos gigantescas culpables de la
“creación” el bien y el mal, lo moral e inmoral no está más allá del entendimiento divino.
7 El espejo de la escritura sagrada. Recuperado el día 13 de abril 2014 en:
http://www.augustinus.it/spagnolo/speculum/speculum_libro.htm 8 Recuperado el día 13 de abril 2014 de: http://www.biblegateway.com/verse/es/Romanos%2013%3A4
13
2.3. MODERNIDAD
Con el renacimiento9 los hábitos intelectuales se hacen comunes y loables dando inicio
al periodo moderno de la filosofía. Nietzsche, Rousseau, Marx, Hobbes, Bacon, entre
otros grandes, toman las riendas de un momento acertadamente denominado
ilustración10. En cuanto a los teóricos de la moral por excelencia se destacará Jeremy
Bentham con su obra memorable La ciencia de la moral que siendo una obra póstuma11
logró ser considerada la teoría que introduce el término de deontología formalmente.
Siendo precursor del utilitarismo, Bentham es enfático en afirma tal condición en sus
obras:
Un hombre, un moralista ocupa gravemente su cátedra y desde ella se le
ve dogmatizar con frases pomposas sobre el deber y los deberes. ¿Por qué
ninguno le escucha? Porque mientras el habla de deberes, cada uno piensa
en los intereses. En la naturaleza del hombre está el pensar antes que todo
en sus intereses, y por aquí es por donde todo naturalista ilustrado creerá
que es de su interés comenzar; el bien podrá hablar, bien podrá hacer, el
deber siempre cederá el paso al interés. (Bentham, 1836, p. 9)
Si el hombre siendo dueño de sus virtudes y luego de una reflexión encuentra un déficit
en el goce, es indicativo de que su vida no ha sido útil sino viciosa. Pero no todos los
preceptos del utilitarismo son per se egoístas, es decir, el énfasis está en el goce o la
sensación de bienestar, pero el acto puede ser abiertamente altruista en busca de ese
goce individual. “Procurad la dicha de los otros; buscad vuestra propia dicha en la dicha
ajena” (Bentham, 1836, p. 15).
9 El Renacimiento fue fruto de la difusión de las ideas del humanismo, que determinaron una nueva
concepción del hombre y del mundo. 10 El desarrolló desde fines del siglo XVII hasta el inicio de la Revolución francesa, aunque en algunos
países se prolongó durante los primeros años del siglo XIX. 11 Jeremy Bentham conservaba la costumbre propia de muchos escritores, que guardando sus apuntes
desorganizados y sin numerar esperaban la visita de la muerte. Así sucedió que le sorprendió la muerte, la labor de organización correspondió a M.J. Browing.
14
Ahora es menester hablar sobre la regulación del acto utilitarista que bien pareciera libre
e ilimitado más no lo es por condición que ya se había citado del hombre como ser social
indiscutiblemente ligado a tal relación. Entonces el hombre frente a la sociedad, frente a
la suma de voluntades individuales crea un colectivo regulador encargado de la sanción
social o moral. La actividad legislativa en palabras del mismo Bentham (1836) ha
usurpado en territorio que no le pertenece, es notable tal abuso y ni hablar del yerro en
nuestras codificaciones; el legislador carece de un sentido moral de un estudio juicioso
del hombre y sus antecedentes, con una sociedad en mutabilidad constante y hombres
en agitados quehaceres las barreras legales son como la jaula de los insanos para
tomarlas, golpearlas e intentar derribar, o como en cárceles para tronar hasta el
cansancio las latas con el hierro. La sociedad y su sanción viene a constituirse en una
legislación más conveniente, pura y benevolente, un verdadero servicio de
resocialización de los hombres.
Caracterizar la moral de los hombres bien podría ser una quimera, la historia se encargó
de recordarlo y los autores de la filosofía moral también más acierto no se encuentran en
letras del mismo Bentham “Dadme un partidario moderno del sentido moral y un griego
antiguo, y preguntadles ¿Si acciones reputadas por lícitas en la antigüedad, más sobre
las cuales la opinión ha sufrido después grandes variaciones, deben ser toleradas en un
estado?” (Bentham, 1836, p. 61) Allí nacen las grandes discusiones morales y filosóficas
que se extenderían hasta nuestros días.
2.4. CONTEMPORANEIDAD Y POSTMODERNISMO
George Herbert, poeta inglés, no puede ser más claro al afirmar: “Siempre la ética estará
en crisis, porque si no está en crisis es que somos demasiado autocomplacientes y
pensamos que ya se han realizado todos los ideales, lo cual sería lo más negativo que
nos podría ocurrir”.12
12 Recuperado el día 22 de marzo 2014 en:
http://www.periodicoelpulso.com/html/1110oct/opinion/opinion.htm
15
Sería un verdadero adefesio considerar algo contra dicha afirmación e igualmente sería
doloroso colocar un punto final al álgido tema moral que nos motiva a pensar todos los
días. Uno de los escritores más relevantes en materia moral, abogado, filósofo y
sociólogo Josef Pieper (2003), con vestigios de edad media en las letras entrega al
mundo contemporáneo su obra máxima Las virtudes fundamentales. Apoyado en el
pensamiento de Santo Tomás y entendiendo la mutabilidad y el contexto entrega un
pequeño boceto o catálogo de virtudes morales con explicaciones claras y de alto
contenido teológico, pero con finalidades altruistas que distan mucho de ser las camisas
de fuerza propias del oscurantismo.
En un esfuerzo que pocos tratadistas tienen en consideración, Pieper (2003) se aventura
en un estudio ontológico del hombre apoyado por la idea preexistente de su comprensión
en diversas áreas del conocimiento evitando la separación de la moral generadora de
confusión.
Una virtud como la prudencia afirma Pieper está directamente ligada con la educación y
autoeducación; el hombre no tiene pues excusa para la imprudencia e inmoralidad y aquí
empieza a hacerse evidente el estudio ontológico del ser o más exactamente el cristiano.
No muy lejos de la prudencia se encuentra la justicia, bien supremo de importancia para
la moralidad y especialmente la ética normativa allí donde los acuerdos sociales que
tratara en principio el mismo Aristóteles son reedificados.
16
3. DILEMAS MORALES
Una condición común de la existencia es la bifurcación infinita, ¿Qué camino he de
tomar? Decidí desarrollar esta temática por sobre otra; decidí hacerla pudiendo omitirla.
Ahora bien, y si he decido continuarla, finalizarla, modificarla. Las posibilidades son
infinitas las consecuencias se hacen causas y estas a su vez nuevas consecuencias.
¿Suena al eterno retorno Nietzscheano verdad?
Ahora bien, como las formalidades exigen definiciones previas (Afirmaciones ajenas) es
menester decir que “Un dilema moral es un problema en que se produce un significativo
conflicto de valores” (Weis, 2007, p.34)
Entonces cómo no encontrar en el dilema moral la principal herramienta de educación
profesional. Y por supuesto en el estudiante de Derecho debe crearse el vínculo natural
entre Moral y Justicia.
Lawrence Kohlberg, Psicólogo estadounidense. Encontró como muchos que el hombre
debe reconocer la búsqueda de su esencia filosófica, llevándolo a doctorarse en Filosofía
y ser trabajador incansable de la teoría del desarrollo moral (Iniciada otrora por su
maestro Jean Piaget). Aquí se entiende el dilema moral como una dificultad con múltiples
niveles, cuya observancia implica el análisis no solo del problema moral planteado sino
también del sujeto, su formación y antecedentes. Entonces, complejidad y extensión es
la constante de lo humano.
3.1. DILEMA REAL E HIPOTÉTICO
Diferenciar los dilemas es cada vez más complejo, lo que consideramos hipotético hoy,
mañana puede ser común y real. El cine, los libros y la fantasía han dispuesto su camino
hacia la realidad hasta no poder establecer diferencias radicales. Para efectos teóricos
debemos puntualizar diciendo que los dilemas hipotéticos son aquellos que planteamos
17
sin un sustento o antecedente real y por su parte se sobrentiende lo contrario para los
dilemas reales.
En tratándose del estudiante de Derecho, los dilemas reales no solo deben predicarse
de una toma de decisiones frente a lo justo (Juicio), como si se tratase de un
administrador de Justicia sino también de justo (Vocacional) entendiendo sus decisiones
como indicador de carencias morales para el ejercicio profesional del Derecho, es decir,
los dilemas morales presentados al estudiante, su decisión y justificaciones serán objeto
de análisis y ponderación.
De acuerdo a lo anterior, aquel, debe entender que el hombre necesita conocer su
vocación. Y que ésta es en principio un deseo moral. Excluyendo de raíz la idea de que
alguien pueda considerar el delito o cualquier acto inmoral como su vocación. El hombre
que así lo considere no puede más que saber que no es vocación sino equivocación.
3.2. DILEMA REAL ESPECÍFICO (VOCACIONAL)
Aquí el actor principal es el estudiante de Derecho o aquel que aspira serlo. Este sujeto
es el encargado de poner en movimiento el aparato moral. Los elementos teóricos
estudiados y asimilados deben servir como base para la decisión ante el dilema y mejor
aún ante el definitivo dilema vocacional.
Escoger una profesión una vez agotado el diálogo previo, corresponde a la intimidad, es
decir, existe una confrontación entre lo deseado, el compromiso para ejecutarlo y el
entendimiento de las consecuencias. Es así que cuando se sabe que los intereses
individuales pueden degenerar en lo egoísta, inmoral e injusto la decisión no puede ser
otra más moral que la de claudicar en el deseo.
18
4. CODIFICACIÓN DE LOS PRINCIPIOS MORALES
Derecho y Moral difieren en tanto el primero dispone de un aparato de coerción externo
(Leyes) y el segundo obedece a una sanción personal, íntima y por demás olvidadiza. La
moral por sí misma no entiende razones ajenas, sin embargo, cuando el hombre es
moralmente consciente puede constituirse en juez y parte. Paradójica maravilla que se
explica en mi definición de justicia como el momento supremo en que el hombre se juzga
a sí mismo.
Cuando miramos con detenimiento la civilización en que nos movemos, los seres
humanos que frecuentamos (hasta en el espejo) con facilidad desistiríamos de un
esfuerzo que amenaza ruina. Distamos de ser civilizados y el apelativo humano es una
aspiración aparente. Pero no se trata aquí de desesperanzarse y mucho menos de hacer
caso omiso al problema, la moral es un medio para ser humano y a la vez un fin humano.
Otra paradójica maravilla.
El hombre como un ser casi de papel, exige un catálogo que le ordene el hacer u omitir.
Una carta de navegación, un mapa, un código. Ese sujeto moral que afirmamos juzgarse
a sí mismo es la excepción a la regla, para aquellos que aún no se han presentado al
auto-juicio se dispone la letra muerta.
4.1. ÉTICA PROFESIONAL Y ÉTICA NORMATIVA (DEONTOLOGÍA)
Que un hombre como Jeremy Bentham nos presente una codificación moral de alguna
forma atemoriza, y no solo por su condición utilitarista sino también porque refutarlo
requiere un estudio minucioso debiendo aceptar que para efectos de éste trabajo solo
me referiré a él como un precursor de la ética profesional (En el entendido como
codificación).
En principio considero que la moral no debe necesariamente codificarse sino enseñarse.
Colombia dispone de normas cuantitativamente excesivas y cualitativamente
19
insuficientes, el código de ética no es la excepción. Entonces, si se considera necesaria,
cuál es la razón de ser de la ética normativa. Castigar, reprimir, amenazar, prohibir. En
pocas palabras recordar al hombre que nunca será moral, porque el hombre moral lleva
es su mano como Temis: la espada y la balanza.
20
5. CONCLUSIONES
La aventura de aproximar los conceptos de la moral a través de la historia de la filosofía
occidental obedeció a uno de esos mal llamados “males necesarios” encontrarse con la
dificultad casi insuperable me invita a la reflexión y el mejoramiento continuo.
Los autores tratados en el cuerpo de este proyecto parecieran pocos e insuficientes, pero
basta conocer sus impresiones escritas para encontrar una vida entera dedicada al
pensamiento filosófico que amo tratar. La moral, viaja pues, siglo tras siglo de libro en
libro y de época en época adornándose de algunos preceptos o simplemente dejándolos
en el camino. El hombre no puede más que sentarse en la mejor actitud del pensador de
August Rodin y entenderse en constante transformación moral.
21
REFERENCIAS
Bentham, J. (1836). Deontología o ciencia de la moral. Librería de Mallen y sobrinos.
Cortina, A. & Martínez, E. (1996). Ética. Madrid.
Escobar Valenzuela, G. (1992). Ética: Introducción a su problemática y si historia.
Mcgraw – Hill/Interamerica de México, S.A. de C.V. Tercera edición.
Hesíodo, (1990). Los trabajos y los días. Editorial Porrúa S.A. México.
Margaret, A. (2005). El legado de Hipatía. Editorial siglo XXI
Pearson, K. A. (1996). Nietzsche contra Rousseau. Cambridge University press
Pieper, J. (2003). Las virtudes fundamentales. Madrid 8va edición.
Pinzón Carvajal, A. (1992). Humanismo jurídico. Rodríguez Quito Editores, Santafé de
Bogotá. Primera edición
Platón, (1982). La república o de lo justo, Editorial Bedout.
San Agustín, (1994). Obras completas. Biblioteca de Autores Cristianos.
Weis, R. (2007). Programa de formación ética: Desarrollo de una cultura del cuidado.
Ediciones novedades educativas marzo
Zuleta Marín, J. (1996). Fundamentos para iniciarse en el derecho. Arte y fotolito ARFO
LTDA. Quinta edición.
22
23
24
Top Related