ASPECTOS ECOLÓGICOS Y ESTADO DE CONSERVACIÓN DEGallinula melanops EN LA LAGUNA DE FÚQUENE,
CUNDINAMARCA
HENRY DAVID BENÍTEZ-CASTAÑEDAMAURICIO PATIÑO HERNÁNDEZJOSÉ EUGENIO CELY FAJARDO
NICOLÁS ITZA GALLEGO GALLEGOLUIS FRANCISCO BECERRA GALINDO
GRUPO DE INVESTIGACIÓN EN BIOLOGÍA MOLECULARCENTRO DE INVESTIGACIONES Y DESARROLLO CIENTÍFICO
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS
INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN DE RECURSOS BIOLÓGICOSALEXANDER VON HUMBOLDT
BECAS PARA LA CONSERVACIÓN DE ESPECIES AMENAZADASPROGRAMA BIOLOGÍA DE LA CONSERVACIÓN
LÍNEA ESPECIES FOCALES
&
PROGRAMA BIRDERS' EXCHANGE-AMERICAN BIRDINGASSOCIA TION
ASPECTOS ECOLÓGICOS Y ESTADO DE CONSERVACIÓN DE Gallinulamelanops EN LA LAGUNA DE FÚQUENE, CUNDINAMARCA
ECOLOGICAL ASSESSMENT OF POPULA TIONS OF THE OF SPOT-FLANKEDGALLINULE Gallinula melanops ON THE FÚQUENE LAGOON,
CUNDINAMARCA
Henry David Benítez-Castañeda, Mauricio Patiño Hernández, José Eugenio CelyFajardo, Nicolás Itza Gallego Gallego, Luis Francisco Becerra Galindo.
Grupo de Investigación en Biología Molecular (COLCIENCIAS: CATEGORÍA B)Centro de Investigaciones y Desarrollo Científico, Universidad Distrital FranciscoJosé de CaldasCarrera 4 No. 26 B 54, Macarena B, Laboratorios de Biología y Química, Oficina deOrnitología, piso 2; Bogotá D. c., Colombia, SudaméricaTeléfono: (57 - 1) 3375130E-mails:[email protected]. [email protected]
RESUMEN
El objetivo de este trabajo, fue estudiar los aspectos relacionados con la ecología y el estado
de conservación de la Tingua Moteada (Gallinula melanops), ave acuática endémica, en
peligro crítico de extinción en el ámbito nacional. El estudio se realizó durante noviembre
de 2004 a septiembre de 2005, en la laguna de Fúquene (Cundinamarca, Colombia) área
importante para la conservación de las aves de Colombia y el mundo.
Se realizaron observaciones en siete estaciones de monitoreo y mediante recorridos a pie y
en botes de motor y de aire por la laguna, en sitios en donde se hallaron individuos, parejas,
o grupos; además, se realizaron cuatro conteos visuales-auditivos y un censo de cuatro
itinerarios.
G. melanops se encontró en hábitats con vegetación acuática tipo flotante, emergente y
sumergida, en sectores de aguas poco profundas cerca de riberas. A partir de los conteos se
registraron individuos en cifras menores a las documentadas en estudios anteriores.
Benítez-Castañeda et al. 2
No se hallaron evidencias de la reproducción de G. melanops; sin embargo, además de
individuos solitarios, se observaron y registraron parejas en algunos de los sectores en los
que se llevó a cabo el monitoreo.
Entre las amenazas de G. melanops en la laguna se citan: la habilitación y apropiación de
terrenos en las zonas de ribera y ronda hidráulica para la explotación ganadera y agrícola, lo
que trae consigo, la desecación de las zonas inundables (ronda hidráulica), la erradicación o
quema de la vegetación acuática nativa, la deforestación del área circundante y por ende la
perdida de hábitat para la especie; de otro lado, los residuos orgánicos e inorgánicos que
botan los habitantes a la laguna; además, la caza, la pesca sin control, la falta de
información y el desinterés de los habitantes, representan factores de amenaza.
Palabras Claves: Gallinula melanops, Laguna de Fúquene, Rallidae, humedales
altoandinos, extinción
ABSTRACT
The objective ofthis work was to study the aspects related with the ecology and the state of
conservation of the Spot-flanked Gallinule (Gallinula melanops), endemic aquatic bird, in
critical endangered of extinction in the national environment. The study was carried out
during November from 2004 to September of 2005 in the lagoon of Fúquene
(Cundinamarca, Colombia) important area for threatened birds ofColombia and the world.
They were carried out observations in seven study sectors and by means of having traveled
on foot and in motor boats and of air for the lagoon, in places where individuals were; also,
four visual-auditory counts and a census of four itineraries were made.
G. melanops, was in hábitats with floating, emergent and submerged vegetation aquatic
type, in sectors ofnot very deep waters near riversides. Starting from the counts individual s
registered in smaller figures to those documented in previous studies.
Benítez-Castañeda et al. 3
They were not evidenees of the reproduetion of G. melanops; however, besides solitary
individuals, they were observed and they registered even in sorne of the seetors in those that
it was earried out the study.
Among the threats of G. melanops in the lagoon rnake an appointrnent: the qualifieation
and appropriation of lands in the riverside areas and it is about for the eattle and agricultural
exploitation, what brings gets or she burns of the native aquatie vegetation and lost of
hábitat for the speeies; of another side, the organie and inorganie residuals that the
inhabitants bounee to the lagoon; also, the hunt, the fishing without control, the laek of
inforrnation and the indifferenee of the inhabitants, they represent threat faetors.
Key Words: Gallinula melanops, Spot-flanked Gallinule, Fúquene, Rallidae, Andean
wetlands, endangered.
Benítez-Castañeda et al. 4
INTRODUCCIÓN
La Tingua o Gallareta Moteada (Gallinula melanops) es una especie de rango discontinuo
en el continente suramericano, en donde se distribuye altitudinalmente entre los 2550-3800
m (Hemández et al., 1992; Ripley, 1977; Sibley y Monroe, 1990; Taylor, 1996). G.
melanops representa una población aislada endémica (O. m. bogotensis) restringida al
sistema de humedales de la altiplanicie cundiboyacense, en la cordillera Oriental en
Colombia (Hilty y Brown, 1986;Naranjo, 1983).
En menos de dos décadas, O. melanops dejó de ser una de las aves acuáticas más comunes
y/o fáciles de observar en los humedales de la altiplanicie (Andrade, 1991, 1994; Fjeldsa,
1990, 1993;Hilty YBrown, 1986; Ortiz, 1987) y actualmente esta catalogada como especie
en peligro critico de extinción en Colombia. Aparentemente, el uso inadecuado de
pesticidas para controlar la vegetación acuática así como la degradación y/o pérdida del
hábitat original de distribución de la especie en el país, entre otros factores antrópicos,
generaron el declive de la población local. G. melanops está enfrentando un riesgo
extremadamente alto de extinción en estado silvestre y se calcula que la población ha
disminuido dramáticamente en un 85 % en los últimos diez (lO) años; además, se perdió
entre el 88 % y el 95% de su hábitat durante un periodo de tiempo prolongado por lo que su
área de distribución original es mínima (Cadena, 2002).
La información existente acerca de la biología de G. melanops en Colombia es escasa y
parte de está no ha sido publicada. Entre la información publicada se cuenta con un
registro de nidos y huevos en el Lago de Tota, Boyacá (Borrero, 1954) en el que no se
relatan detalles; una descripción breve del comportamiento de tres parejas en la misma
localidad (Varty et al., 1986) y la descripción de la anidación no exitosa de una pareja en el
humedal Jaboque en Bogotá (Becerra et al., 2005); otra información menos específica está
consignada en guías y textos de aves (ABO, 2000; Cadena, 2002; Hilty YBrown, 1986;
Olivares, 1969). Dos estudios recientes aportaron nueva información pero aún no han sido
publicados (Cely et al., 2005; Pedraza, 2001). Teniendo en cuenta lo anterior, se buscó
Benítez-Castañeda et al. 5
estudiar la ecología y el estado de conservación de la Tingua Moteada (G. melanops) en la
laguna de Fúquene, Cundinamarca; aportando información en lo referente a ecología y
hábitat de la especie en la localidad. El estudio se enmarca dentro de los objetivos general y
específicos 1 y 4 de la Estrategia Nacional para la Conservación de las Aves en Colombia.
MATERIALES Y MÉTODOS
Área de estudio. El estudio se llevó a cabo en el humedal laguna de Fúquene (5°28' N
73°45' O), ubicado en el valle de Ubaté, departamento de Cundinamarca, Cordillera
Oriental de Colombia (figuras 1 y 2).
El humedal laguna de Fúquene es un ecosistema reconocido internacionalmente, recibiendo
varias declaraciones de importancia, entre ellas el ser Área Prioritaria para la Conservación
de las Aves del Neotrópico (Wege y Long, 1995), ser un Área de interés para las aves
endémicas del mundo (Stattersfield, 1998), además, con otros humedales de la sabana de
Bogotá, fueron declarados como Áreas Importantes para la Conservación de las Aves en
Colombia y el Mundo (AlCAS) por el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos
Alexander von Humboldt en el 2003.
Metodología. Se llevó a cabo una fase preliminar, durante los meses de septiembre a
octubre de 2004, periodo en el que (1) Se hizo la consecución y revisión de antecedentes y
bibliografia que pudieran servir de directriz en la fundamentación del estudio y (2) Se
realizó una visita a la laguna de Fúquene para seleccionar, ubicar y establecer siete
estaciones de monitoreo de la especie en estudio, en siete sectores de la laguna, dichos
sectores fueron: El Desembarcadero, El Chalet, Molino de Viento, Punta de Cruz, El
Chiguy, Tagua-El Peñón y Monroy (figura 3).
Las estaciones seleccionadas, fueron referenciadas con geoposicionador y ubicadas a partir
del uso de cartografia del Instituto Geográfico Agustín Codazzi-IGAC (Plancha No. 190,
escala 1: 25.000, 1981) Yde mapas del Instituto Alexander von Humboldt (1998, 2000).
Benítez-Castañeda et al. 6
Las estaciones fueron seleccionadas mediante recorridos a pie y desplazamientos en botes
de motor y de aire, con el propósito de conocer tentativamente los lugares de mayor
permanencia de los individuos en cada sector de la laguna y de esta manera facilitar su
observación, el registro y reconocer su distribución en la laguna, teniendo en cuenta un
estudio previo de esta especie en la localidad (Cely et al., 2005).
Una fase de campo, se realizó entre noviembre de 2004 a septiembre de 2005, periodo
durante el cual se llevaron a cabo ocho visitas exploratorias a la laguna de Fúquene para
hacer la observación y el monitoreo de la Tingua Moteada (G. melanops). Se realizaron
observaciones en las siete estaciones de monitoreo, previamente seleccionadas y ubicadas
en la localidad. Los horarios de observación, se establecieron entre las 06: 00 a las 12:00
horas y las 14:00 a las 18: 00 horas / día, respectivamente (figura 4).
De otro lado, se hicieron cuatro conteos visuales-auditivos durante los meses: noviembre
de 2004, febrero, mayo y julio de 2005 y se realizó un censo de cuatro itinerarios, el 21de
agosto de 2005, según el método de Hayne (Telleria, 1986) para estimar la densidad de la
población en la localidad. Se hicieron observaciones adicionales mediante recorridos a pie
y en botes (de motor y de aire) por la laguna, a una distancia de ca. 80 metros en sectores
en donde se registraron individuos o grupos; para tal efecto, se utilizaron binoculares (7 X
35, 10 X 50, 20 X 50) Y telescopio (20 X 60), complementando de esta manera la
información. La metodología propuesta tanto para las observaciones como para los censos,
se basó en los antecedentes de estudio de aves acuáticas en la región y otras empleadas para
el estudio de Rálidos (Cely et al., 2005; Fjeldsa, 1993; Glahn, 1974; Lozano, 1993;
Tomlinson y Tood, 1973; Varty et al., 1986).
Tratamiento estadístico. A partir de los cuatro conteos, se obtuvo la media (x), la
desviación estándar y el error típico.
Con los resultados obtenidos en el censo de cuatro itinerarios, para estimar la densidad, se
aplicó la fórmula:
Benítez-Castañeda et al. 7
D = 1I2L. [L lIri]
En donde:
L = Longitud del itinerario
ri= distancia de detección del individuo
La fórmula fue propuesta por Hayne (Tellería, 1986), se ha utilizado para estimar
densidades de poblaciones de aves acuáticas (Gallinago gallinago) que como G. melanops,
generalmente huyen, ya sea volando o corriendo cuando el censador se acerca, o al advertir
ruido, lo cual permite su detección, y se basa en la existencia de unas distancias de huida
(ri) más o menos fijas que dan lugar a orlas circulares alrededor del animal. La transgresión
de dichas orlas por parte del censador hace moverse al animal que, de esta forma es
detectado.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Hábitats. Excepto en dos estaciones (Tagua-El Peñón y Monroy), en las demás estaciones
de monitoreo, se hallaron individuos solitarios o en parejas, en zonas con agua de baja
profundidad (±3.5 m), espejo de agua y vegetación acuática sumergida, con predominio de
especies como Myriophyllum elatinoides y Ludwigia sp.; además, vegetación acuática
flotante con especies como Azolla filiculoides, Lemna minuscula, Limnobium laevigatum,
principalmente, y vegetación emergente de ribera con predominio de plantas como
Schoenoplectus califomicus, Juncus effusus, Thypha angustifolia , Poligonum segetum y P.
punctatum; otras plantas, la Eichomia crassipes y la Egeria densa, se encontraron en
grandes masas cerca de las estaciones El Desembarcadero, El Chalet y Punta de Cruz, no
obstante los individuos tuvieron dificultades para desplazarse sobre esta vegetación y
preferían hacerlo sobre el agua; ocasionalmente, los individuos corrían sobre este tipo de
vegetación para luego refugiarse entre juncales y eneas (Schoenoplectus califomicus,
Juncus effusus, Thypha angustifolia ¡ (figura 5).
Benítez-Castañeda et al. 8
En las estaciones Tagua-El Peñon y Monroy, los individuos fueron observados junto a
Typha angustifolia, Schoenoplectus californicus, Hydrocotyle ranunculoides y Limnobium
laevigatum, principalmente.
Alimentación. Los individuos observados en sectores como El Desembarcadero, El Chalet,
Molino de Viento y Punta de Cruz, se alimentaron constantemente durante el día, aunque
entre las 06:00, las 10:00, las 12:00 y las 16.00 horas, mediante observación, se registraron
periodos de mayor actividad de forrajeo y alimentación (figura 6).
Se distinguieron hábitos que hacen parte del comportamiento alimenticio en cuanto a
consecución de alimento y consumo; los individuos se desplazan con movimientos en zig-
zag sobre la vegetación flotante (figura 7), así van picoteando las hojas para trozarIas y
consumirlas, e introducen el pico en el agua de manera ágil y rápida para extraer diferentes
materiales vegetales blandos y libres como hojas, raíces y pequeños tallos que caen en la
superficie y son arrastrados por el movimiento del agua (figura 8); un comportamiento
similar fue descrito por Varty et al. (1986) en el Lago de Tota, ellos observaron a G.
melanops alimentarse de insectos atrapados y material flotante cerca de los Juncos
(Schoenoplectus, Typha), desplazándose con movimientos en zig-zag.
Se observó que la vegetación asociada con la alimentación de G. melanops, estuvo
constituida principalmente por plantas como la Hierba de sapo (Polygonum
hydropiperoides,), el BotoncilIo (Bidens laevis), el Helecho de agua (Hydrocotyle
ranunculoides), trozos de Buchón (Limnobium laevigatum), la Cortadera iCiperus rufus) y
la Lengua de Vaca (Rumex sp.); ocasionalmente se les observó picoteando trozos de Elodea
(Egeria densa). No se posibilitó el observar ingestión de animales tanto de invertebrados
como de vertebrados; no obstante, se presume que mediante el consumo de vegetación, los
individuos también ingieren artrópodos y otros invertebrados, asociados a esta. Al parecer,
los invertebrados que consumen los individuos son los que encuentran posados o entre los
trozos y restos de vegetación que picotean e ingieren; de hecho, Varty et al. (1986)
mencionaron que en el lago de Tota, observaron individuos que picoteaban hojas de Lenteja
Benitez-Castañeda et al. 9
de agua (Lemna sp.) para posiblemente obtener invertebrados que se hallaban entre los
organos (hojas, raíces) de esta planta. Por su timidez y para no causar perturbación, no fue
posible colectar muestras de excretas de los individuos para ser analizadas, como fue
realizado en estudios previos (Cely et al., 2005).
Mediante análisis de excretas de G. melanops, en Fúquene, Cely et al (2005) hallaron un
porcentaje alto (96, 98 %) de vegetación y en menor grado de insectos, guijarros y
materiales que por su grado de digestión no pudieron determinarse; en La Herrera
(Cundinamarca), Pedraza (2001) mediante un procedimiento similar, halló un 95 % de
material vegetal constituido por plantas como el Buchón cucharita (Limnobium
laevigatum), Lenteja de agua (Lemna gibba), Buchón (Eichornia crassipes), y Lengua de
vaca (Rumex obtusifolius), además de invertebrados, en su mayoría de moluscos e insectos.
En Tota, Varty et al. (1986) observaron a G. melanops forrajear entre vegetación flotante,
picotear trozos de esta vegetación, consumir artrópodos, e incluso le observaron
alimentarse con un pez muerto.
Según los resultados y teniendo en cuenta los antecedentes citados, se considera que
Gallinula melanops es una especie omnívora y que su alimentación esta constituida por
vegetación e invertebrados asociados a esta.
En las estaciones de observación, se evidenció que los individuos se sumergían
constantemente para conseguir alimento o para huir. En sectores como El Desembarcadero,
El Chalet, El Molino de Viento, Punta de Cruz y El Chiguy, se observó que los individuos
se sumergían entre aguas abiertas y salían a flote con alimento en el pico (restos vegetales),
en un punto distante (8-12 metros) al lugar en donde se sumergieron. ABO (2000)
describieron que G. melanops es el ave más acuática de las Rálidas que habitan en la
sabana de Bogotá, de hecho se apreció que este comportamiento estuvo relacionado con la
búsqueda de alimento.
Benítez-Castañeda et al. 10
Como se mencionó, los individuos se alimentaron mediante picoteo de la vegetación
flotante fina y por inmersión del pico para conseguir e ingerir los restos vegetales que caen
o flotan en el agua. Aspectos similares relacionados con técnicas de alimentación, tipos de
alimento y uso de hábitats, fueron descritos por López y FilipeIlo (1995) mediante un
estudio realizado en el Parque Natural y Reserva Ecológica Costanera Sur en Buenos Aires-
Argentina, los autores describieron a G. melanops como un herbívoro de superficie junto
con otras especias de la familia RaIlidae, basados en un estudio de gremios alimenticios. En
otro estudio realizado en el mismo sitio (Sarrias et al., 1996) fue documentado que rálidas
como Gallinula melanops, Fulica rufifrons, Rallus sanguinolentus y Gallinula chloropus,
se alimentaron en zonas de agua poco profunda, tapizadas por vegetación flotante; las
descripciones coinciden con los hábitats en donde se observó a G. melanops alimentarse y
perchar en todos las estaciones de monitoreo excepto en Tagua-El Peñón, distinguiéndose
que los individuos no permanecen en grupos y prefieren asentarse ya sea en parejas o
solitarios, ubicándose en canales o en zonas del área de los cuerpos de agua, con poca
profundidad y vegetación flotante en donde se facilite la consecución de alimento.
Es escasa la información que existe acerca del tipo de alimentación de G. m. bogotensis,
siendo los estudios recientes (Cely et al., 2005; Pedraza 2001) y el trabajo de Varty et al.
(1986) las investigaciones que más detalles aportaron en lo referente a este aspecto. En
descripciones breves como las de Taylor (1996), Hilty YBrown (1986) YOlivares (1969),
no hay información de la alimentación de la especie; Fjeldsa y Krabbe (1990) tan solo se
refirieron al picoteo del ave sobre la vegetación flotante en los lugares de residencia de las
poblaciones. Por tanto, la información que pueda obtenerse es útil para comprender la
biología de G. melanops en procura de formular planes de conservación.
Reproducción. Pese a registrar parejas en todas las estaciones de monitoreo, no se hallaron
evidencias de la reproducción de la especie en la localidad durante el estudio, tales como
nidos, huevos, polluelos o juveniles. En sectores como El Chalet (5°28'N, 73°43'0) Y
Punta de Cruz (5°28' N 73°46' O), se observaron dos parejas cuyos individuos (macho y
hembra) realizaban actividades en común como el buscar alimento, el acicalarse o reposar.
Benítez-Castañeda et al. 11
En repetidas ocasiones, los individuos emitieron vocalizaciones en dúo al desplazarse sobre
espejo de agua, cerca uno de otro, así mismo al forrajear e incluso al hallarse refugiados
entre los juncales (Schoenoplectus californicus y Thypha angustifolia). Una pareja
observada el 8 de mayo de 2005 en el sector El Chalet, se reunía cada 30 a 35 minutos y
ambos individuos mostraron comportamientos que inicialmente se relacionaron con
despliegue sexual ya que durante las reuniones, los individuos se acercaban como en línea
recta, llevando la cabeza hacia el frente, emitían vocalizaciones en dúo, se desplazaban muy
juntos y terminaban por buscar alimento; no obstante, durante el monitoreo posterior de
esta pareja no se observaron cópulas ni elaboración de nidos (figura 9).
En 2003, en la localidad, Cely et al. (2005) encontraron y monitorearon cuatro nidos con
huevos de G. melanops, tres entre abril a mayo de 2003 y uno entre octubre a noviembre
del mismo año; no obstante, según los autores, tan solo el nido registrado entre octubre a
noviembre, que contenía cinco huevos, fue el único exitoso en su totalidad, observando
cinco crías el 29 de noviembre del mismo año; este registro permitió hallar hasta entonces,
la mayor nidada para la especie en Colombia (Cely et al., 2005) Yal igual que Becerra et al
(2005) Y Pedraza (2001), describir otro periodo de reproducción distinto al que había sido
documentado (ABO, 2000; Borrero, 1954; Cadena, 2002; Hilty Y Brown, 1986; Olivares,
1969; Varty et al., 1986).
Por su parte, Pedraza (2001) registró 17 nidos en la laguna de La Herrera entre marzo de
1998 a julio de 1999; sin embargo, el autor comprobó que solo tres nidos con huevos
fueron viables entre el total de nidos registrados.
Entre la vegetación utilizada por G. melanops para la elaboración de cinco nidos hallados
en 2003 en la laguna de Fúquene, Cely et al (2005), determinaron plantas como el Junco
(Schoenoplectus californicus), la Hierba Acuática (Polygonum hydropiperoides), la Enea
(Thypha angustifolia) y el Buchón (Limnobium laevigatum). Según los autores, los juncos y
las eneas son trozados por la pareja para hacer el tapiz del nido y luego son utilizados en
tiras largas para formar el trenzado con el que se logra dar un aspecto de canasta a la
Benítez-Castañeda et al. 12
estructura. El buchón sirve como soporte para la copa en donde la hembra coloca los
huevos y la hierba acuática es utilizada para dar firmeza al nido, a la vez que la pareja la
dispone como en un enredado a manera de parasol o techo que cubre el nido.
Para la laguna de La Herrera, Pedraza (2001) determinó plantas como el Botoncillo (Bidens
laevis), Junco (Schoenoplectus californicus), Lengua de Vaca (Rumex obtisifolius) y la
Hierba Acuática (Poligonum punctatum) que fueron utilizadas como materia prima en la
elaboración de 17 nidos registrados. Varty et al (1986) hallaron Thypha angustifolia en
nidos registrados en el Lago de Tota (1986); Becerra et al. (2005) encontraron plantas como
Polygonum segetum que servía de base y techo, además, Polygonum hidropiperoides,
Hydrocotile ranunculoides, Schoenoplectus californicus y una foránea terrestre, el Kikuyo
(Penisetum clandestinum), que hacían parte de la estructura de un nido hallado en un canal
de drenaje pluvial hídricamente conectado al humedal Jaboque en Bogotá.
Conteos y densidad de Gallinula melanops en la laguna de Fúquene. Con los resultados
de los cuatro conteos realizados durante el estudio, se obtuvo una media de 19.25 [16-22, ±7.58, n = 4] individuos por conteo (tabla 1), cifra que puede considerarse baja con relación
a la extensión de la laguna (2963 ha) y teniendo en cuenta que hasta hace dos décadas se
registraban abundantes individuos en la localidad y la región (Fjeldsa, 1993; Naranjo,
1986).
Por otra parte, en 5500 m, a partir de un censo de cuatro itinerarios cuyas longitudes fueron:
dos inerarios de 1000 m, uno de 1500 m y uno de 2000 m (tabla 2), se halló la densidad en
4,26 G. melanops/10 ha. Al fijarse en el resultado, se considera que la densidad se restringe
únicamente al área vital de G. melanops en la laguna de Fúquene, equivalente a su hábitat;
más no puede considerarse para el total de hectáreas de la laguna, por lo que este total
incluye aquellas zonas en las que no se ha registrado G. melanops y las que corresponden
exclusivamente a espejo de agua.
Benítez-Castañeda et al. 13
Interacción entre individuos y otras especies. Por lo general, se observaron individuos de
G. melanops, solitarios o en parejas aisladas, que habitualmente realizaban actividades
como el buscar alimento, desplazarse sobre espejo de agua, sumergirse, percharse o
refugiarse entre la vegetación acuática y no se apreció un comportamiento ya fuese
territorial, de agresión o defensivo entre ellos. Una pareja realizaba actividades similares
mientras permanecían macho y hembra cerca uno de otro. Individuos en parejas, emitían
vocalizaciones al hallarse refugiados entre la vegetación; así, un individuo vocalizaba y
enseguida otro también lo hacía, como respondiendo a la vocalización emitida previamente.
Individuos de G. melanops, que se hallaron cerca de otras aves acuáticas como la Tingua
Piquiroja (G. chloropus), la Focha Común (Fúlica americana), la Tingua Bogotana (Rallus
semiplumbeus), o el Zambullidor Piquigrueso (Podilymbus podiceps), llevaban a cabo sus
actividades sin que ocurriese interacción con dichas especies; no obstante, ocasionalmente
se observó que individuos de G. chloropus o F. americana, intimidaron a individuos de G.
melanops, posiblemente por hallarse cerca de nidos o en territorios ya establecidos por los
primeros. Con base en las observaciones y de acuerdo con Taylor (1996) G. chloropus y
Fulica americana son especies territoriales que acostumbran a asediar, desplazar o
intimidar a especies de su familia, y más aún si se están reproduciendo; de hecho, este
comportamiento fue a menudo observado en F. americana, incluso entre individuos de la
misma especie o frente a varias aves acuáticas, entre ellas G. melanops; siendo F
americana una especie que para distintos sectores de la laguna de Fúquene, se observa en
grandes números y que se reprodujo durante todos los meses de estudio, ya que durante los
monitoreos, se observaron varias parejas anidando; por tanto, F. americana parece
mantener territorios definidos durante largos periodos de tiempo, lo que posiblemente
genera el desplazamiento de otras aves acuáticas a sectores no ocupados por F americana,
o en donde residen grupos menores a cinco individuos de esta especie.
Lozano (1993), en el humedal La Florida (Bogotá), observó que F. americana atacó un
macho de R. semiplumbeus, posiblemente por la proximidad de esta a un nido de la
primera; además describió que G. melanops era perseguida por R semiplumbeus y detectó
Benítez-Castañeda et al. 14
que G. chloropus atacó a R. semiplumbeus; el autor concluye que al parecer, estas
interacciones ocurrieron por defensa territorial, hallando un traslapamiento entre los
territorios de las tres especies.
Por su parte, Becerra et al. (2005), observaron que una pareja de G. melanops desplazó a
especies como la Mirla (Turdusfuscater), la Golondrina (Notiochelidon murina) y la Garza
Rayada (Butorides striatus), cuando estas se acercaban a una pequeña área de 8 metros
cerca de un nido ubicado en un canal de drenaje pluvial hídricamente conectado al humedal
Jaboque en Bogotá; no obstante, frente a aves como el Gallinazo (Coragyps atratusy; o el
Copetón (Zonotrichia capensis), no presentaron comportamientos relacionados con defensaterritorial.
Posibles factores de amenaza de la especie y aspectos generales de su estado de
conservación en la localidad y la región. De acuerdo con el estudio y basándose en la
documentación existente, en la localidad se citan las siguientes amenazas para G. melanops.
Primero. Fúquene y en general, todos los humedales de la altiplanicie cundiboyacense
presentan altos niveles de contaminación y sedimentación, que han dado lugar a un proceso
de eutrofización con consecuencias adversas en la dinámica natural de dichos ambientes
acuáticos; tal situación, ha favorecido el crecimiento acelerado de vegetación foránea y el
reemplazo por esta en lugar de la vegetación nativa, generando la destrucción de hábitats
para un variado número de aves endémicas y/o amenazadas (Andrade, 1994, 1998; Collar
et al., 1992; Fjeldsa, 1993; Fjeldsa y Krabbe, 1990; Renjifo, 1992; Vartyet al., 1986); por
ende, en Fúquene es evidente este proceso, que ha sido documentado (Santos, 2000) y en
consecuencia, el hábitat para G. melanops puede considerarse fragmentado, teniendo en
cuenta el uso que la especie hace de la vegetación acuática flotante, emergente y sumergida
nativa, tanto para la alimentación, como perchas de refugio, de residencia y de soporte para
nidos.
Benítez-Castañeda et al. 15
Segundo, con urgencia se requieren de estudios específicos de limnología y especialmente
de los niveles de contaminación de los humedales y sus consecuencias sobre la biota
residente, en particular sobre la avifauna; puesto que, de lógico la contaminación genera
cambios en las poblaciones de animales en su fisiología; de hecho, pueden provocar para el
caso de las aves, la no eclosión de los huevos, según estudios en los que se describe como
los contaminantes han afectado el desarrollo embrionario de huevos de aves acuáticas o las
crías, en ecosistemas lacustres (Gilbertson, 1991; Ludwig et al. 1995, Ludwig, 1996;
Yamashita et al., 1993). Lo anterior no se descarta en Fúquene, en donde se han
documentado hallazgos de nidadas malogradas para G. melanops, sin conocer con exactitud
las causas que hallan generado esta situación (Cely et al., 2005), e incluso, ya se ha descrito
una situación similar para la misma especie en otras localidades de la altiplanicie (Becerra
et al., 2005; Pedraza, 2001).
Tercero, las fluctuaciones y la disminución general del nivel de agua, ocasionados por el
drenaje y por el incremento de la demanda de agua, que entre otros aspectos, tienen efecto
contraproducente en la comunidad de plantas de aguas poco profundas y permiten la
intromisión agrícola entre la vegetación acuática (juncales y eneas, entre otras), genera la
desecación de la laguna (Val derrama y Mosquera, 1979) y con ella la habilitación de
terrenos para la explotación agrícola y ganadera; lo anterior provoca cambios en la
dinámica natural del ecosistema y por ende la alteración del hábitat para la especie. Esta
situación fue descrita para otros ambientes acuáticos (EAAB y CIC, 2003; Varty et al.,
1986).
Cuarto, varios factores producto de la actividad antrópica como (1) la explotación agrícola
y ganadera, (2) la quema y el uso o manejo de la vegetación acuática, (3) la caza, (4) el uso
de agroquímicos, (5) el pastoreo, (6) la pesca sin control (7), el uso de botes de motor y (7)
en menor grado el turismo, entre otros, pueden citarse como amenazas directas e indirectas
para G. melanops y otras especies de aves; no obstante, algunos autores clasifican algunas
de estas amenazas como menores (Collar et al., 1996, Vartyet al., 1986); por lo cual, sería
Benítez-Castañeda et al. 16
útil hacer una valoración para entender de que manera cada uno de los factores
mencionados, afecta el desarrollo de una población, en este caso para la especie en estudio.
Durante el monitoreo, el 21 de agosto de 2005, se observó que una zona amplia de la
vegetación acuática emergente (Schoenoplectus californicus, Thypha angustifolia) presente
cerca de la estación Molino de Viento en Fúquene (05°28' N 73°46' O), fue quemada
(figura 10); en este sector, previamente se registraron dos parejas hacia el inicio del estudio
(noviembre de 2004) y en investigaciones recientes se hallaron nidos, huevos y polluelos de
la especie (Cely et al., 2005) y de otras aves amenazadas (Cistotorus apolinari, Rallus
semiplumbeus). Por otra parte, en el mismo sector, se documentó habilitación de terrenos
para explotación ganadera durante un periodo de anidación de G. melanops en el 2003
(Cely et al., 2005), lo que permite suponer la necesidad de ejecutar acciones que controlen
y/o regulen este tipo de actividades.
En seis de las siete estaciones de monitoreo (excepto en Tagua-El Peñon), fue evidente que
los habitantes realizan labores como el juntar las masas de vegetación (principalmente
Eichornia crassipes y Egeria densa) hacia las orillas de la laguna y de esta manera ampliar
la extensión del terreno en determinado sector, con el fin de poder desarrollar actividades
de pastoreo para el ganado; posteriormente, los habitantes corren las cercas dejándolas
junto a las riberas a menos de un metro de distancia al agua, lo anterior se observa
notoriamente entre las estaciones El Desembarcadero hacia Punta de Cruz; en
consecuencia, mediante este tipo de actividades los habitantes acogen terreno para ser
explotado y de esta forma la extensión de los terrenos inundables se secan y el hábitat para
las aves se reduce por destrucción o erradicación de la vegetación acuática y perdida de
espejo de agua. Ejemplo de ello es lo que ocurre en sectores como El Chalet, El
Desembarcadero y El Chiguy en donde los juncales están próximos a la ribera, estos son
pisoteados por las vacas, contribuyendo con esto a que el terreno se seque y se compacte.
El 8 de mayo de 2005, se observó que una pareja de habitantes de la región, se desplazaba
en bote de remos, frente al sector Punta de Cruz y junto con ellos, un perro de su propiedad
Benítez-Castañeda et al. 17
nadaba cerca del bote, el animal era arrojado al agua para obligar el desplazamiento o la
intimidación de las aves acuáticas, provocar su huida y de esta manera los habitantes
procedían a tratar de atrapar con redes de pesca a las aves que salían de sus refugios entre
la vegetación acuática emergente; en consecuencia, pese a no registrar que atraparan un ave
durante la observación, entre su carga ya llevaban algunos especimenes de aves muertas,
entre ellos de G. melanops, que por su apariencia habían sido recién capturadas; en el mes
anterior (17 de abril de 2005) había sido registrada una pareja de G. melanops en dicho
sector. Desde este punto de vista, según información obtenida de varios habitantes de la
región, ellos aseguran que cazan animales para alimentarse y hay otro grupo de personas
que también lo hace como actividad de tradición, sin tener en cuenta cual es el ave que
cazan, de hecho, información de la caza sobre G. melanops ha sido documentada (Borrero,
1984); por lo cual, de acuerdo con lo expuesto, las autoridades deberán ejercer un estricto
control de actividades como la caza e incluso la pesca cuando estas se hacen
extralimitadamente y están relacionadas con la explotación de la fauna nativa silvestre y
más aún cuando las especies se encuentran en alguna categoría de amenaza.
Pautas de conservación de G. melanops y de sus hábitats. Durante el estudio fue
evidente que G. melanops se encontró asociada a hábitats específicos en todos las
estaciones de monitoreo en la localidad de estudio; dichos hábitats, estuvieron
caracterizados por estar provistos de vegetación acuática que sirve como alimento ya sea
directamente o que facilite su consecución; además, la vegetación también es utilizada por
los individuos o parejas como sitios de refugio, de percha e incluso como soporte para
nidos (Cely et al., 2005).
Los resultados obtenidos y la información existente tanto para la localidad, como en otros
ecosistemas acuáticos de la altiplanicie (Cely et al., 2005; Pedraza, 2001; Varty et al.,
1986), permiten considerar que la vegetación asociada tanto a la reproducción, la
alimentación y el comportamiento de G. melanops, es del tipo flotante, emergente y
sumergida. En consecuencia, se hace necesario evaluar el manejo que se ejerce sobre la
vegetación acuática nativa de la laguna de Fúquene, así como de otros ambientes acuáticos
Benítez-Castañeda et al. 18
en la altíplanicie; además de estudiar el impacto de actividades como el pastoreo, la
agricultura y la ganadería hacia este tipo de vegetación y por ende a las aves que como G.
melanops, dependen de esta.
Desde este punto de vista, los patrones de vegetación en todos los ecosistemas de humedal,
merecen especial atención, ya que lo que determina en gran parte la riqueza potencial de
aves acuáticas en un ecosistema de humedal, es la diversidad de estructuras de vegetación,
útiles para la alimentación, o como refugio o sustrato para el nido, pues se ha documentado
que las aves responden visualmente a la estructura de la vegetación, que a su vez depende
de la disposición espacial de las diferentes comunidades florísticas (Blanco, 1999; Weller,
1967;Weller y Fredrickson, 1974).
Con relación a lo expuesto, mediante el estudio se corroboró que G. melanops reside en
sitios con vegetación acuática, junto a pequeñas zonas de aguas abiertas poco profundas
como mencionan brevemente varios autores (Andrade, 1994; Cadena, 2002; Fjeldsa, 1993;
Fjeldsa y Krabbe, 1990; Varty et al., 1986). Por otra parte, G. melanops utiliza la
vegetación acuática, para satisfacer algunos requerimientos entre los que principalmente se
citan: (1) alimentación, ya que, basándose en los resultados obtenidos y de acuerdo con las
referencias, G. melanops es omnívora, aunque parece preferir el alimentarse con vegetación
en alto porcentaje, tal como fue observado y ha sido descrito (Cely et al., 2005; Pedraza,
2001). (2) Para percharse, refugiarse o nidificar, G. melanops utiliza la vegetación acuática
presente en los humedales, excepto cuando al parecer, en el lugar de residencia este tipo de
vegetación es escasa o casi inexistente, en cuyo caso utiliza otro tipo de vegetación para
anidar (Becerra et al., 2005; Cely et al., 2005), o simplemente recurre a estructuras hechas
por el hombre (Cadena, 2002) (figura 11). Según lo anterior, las acciones encaminadas a la
conservación de esta especie, deberán brindar importancia al manejo, la protección y la
conservación de sus hábitats, incluyendo el de la vegetación asociada a sus actividades
vitales, así como la vigilancia de las actividades antrópicas por las cuales se hace
explotación del medio y que se desarrollan en cada localidad en donde la especie reside.
Benítez-Castañeda et al. 19
En la laguna de Fúquene y en general, en los sistemas acuáticos que reciben algún
tratamiento para la vegetación acuática por parte de las autoridades ambientales, se hace
necesario contemplar que para ejecutar cualquier proceso de manejo y extracción de la
vegetación acuática o de dragado, como los que se realizan en Fúquene (obs. per.), La
Herrera (Cely et al., 2005) y La Florida (Benítez-Castañeda et al., 2004); previamente debe
llevarse a cabo una evaluación compleja de las zonas en donde habitan G. melanops y otras
aves amenazadas de especial interés (Rallus semiplumbeus, Cistothorus apolinari, entre
otras), para comprobar si hayo no, nidadas o territorios exclusivos de alimentación, perchas
de residencia y de refugio de las aves, antes de dar inicio a cualquier actividad; de tal
manera que este tipo de procesos no causen perturbación a la mismas (sin descartar otro
grupo vertebrado que también pueda verse afectado).
De otro lado, el reemplazo de la vegetación acuática nativa tipo pleustofitica y helofitica,
por otra acuática foránea (por ejemplo: Egeria densa, Eichomia crassipes), una de las
posibles causas que condujo a la extinción de Podiceps andinus (Collar et al., 2001; Renjifo
et al., 2002); puede haber afectado a G. melanops, ya que este tipo de vegetación impide el
crecimiento de vegetación nativa útil para la anidación y la alimentación de aves acuáticas
(Fjeldsa, 1993). Desde este punto de vista, pese a observar a los individuos picotear e
ingerir algunos trozos de elodea (Egeria densa) en las estaciones El Chalet y Molino de
Viento, al parecer esta planta no constituye un alimento exclusivo de esta especie y ha
ocupado áreas extensas en donde anteriormente se hallaba vegetación nativa (Santos,
2000); además, según Cely et. al. (2005), las parejas no utilizan elodea para nidificar pese
a la proliferación de esta especie foránea en la laguna, a diferencia de otras aves acuáticas
que al parecer, utilizan este tipo de vegetación acuática foránea cuando la vegetación nativa
es escasa en distintos ambientes acuáticos (Benítez et al., 2004); por el contrario, se
observó que los individuos se desplazaron o se sumergían con dificultad sobre amplios
tapetes formados por Egeria densa y Eichornia crassipes.
Pese a la remoción de vegetación acuática que constantemente las autoridades ambientales
hacen en Fúquene (principalmente de Egeria densa y de Eichornia crassipes), ocurre
Benítez-Castañeda et al. 20
perdida de espejo de agua por el crecimiento acelerado de dicha vegetación, 10 que a su vez
no favorece el crecimiento de vegetación acuática nativa. En la laguna de La Herrera fue
descrita una situación similar (Andrade, 1994; Cely et al., 2005). Esta situación se relaciona
con el hecho que ambos ecosistemas acuáticos se encuentran desde hace varios años, en
avanzado proceso de eutroficación y colmatación, por lo que la contaminación en ambos
ecosistemas es alta, principalmente para la laguna de La Herrera; situación que es
contradictoria ante las prioridades de conservación de aves amenazadas como G. melanops
y por ende para la protección de sus hábitats (Andrade 1991, 1994, 1998; Naranjo, 1983,
1987, 1998; Santos, 2000).
Es alarmante que, producto de la reducción y fragmentación de la mayoría de los
humedales de la altiplanicie cundiboyacense (Andrade 1991, 1994, 1998; Cadena, 2002;
Collar et al., 1992; Renjifo 1992), posiblemente las poblaciones de G. melanops no tengan
las condiciones adecuadas para reproducirse de forma exitosa, en primera instancia por
fragmentación o por perdida de hábitats y en consecuencia, probablemente se vean forzadas
ya sea a (1) construir nidos en sitios que por su condición serían poco adecuados para
anidar o de tipo artificial como ha sido documentado (Becerra et al., 2005; Cadena, 2002),
(2) residir en pequeñas áreas que pertenecieron a los humedales del Distrito y que por la
urbanización quedaron fragmentados y aislados (Benítez-Castañeda, 2002) o (3) residir en
inmediaciones de canales artificiales o en el río Bogotá pese a su contaminación, ya que en
este sitio se han registrado individuos en diferentes sectores (Becerra et al., 2005; Benítez-
Castañeda, 2004; Calvachi, 2002).
Por su estado actual y ser una de las cuatro subespecies endémicas del altiplanicie
cundiboyacense en la Cordillera Oriental en Colombia, G. melanops merece especial
atención; razones por las que las acciones y los planes de conservación de la misma deben
encaminarse a la protección, conservación, manejo y en la mayoría de los casos,
restauración de sus hábitats; de esta manera, se sugiere el llevar a cabo un control eficaz de
las actividades antrópicas que se ejercen en ellos y el realizar un monitoreo continuo de la
población residente así como de otras especies y la biota en general, de especial interés.
34
Figura l. Ubicación de la laguna de Fúquene (Fuente: Instituto de Investigación de
Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, Mapas de Ecosistemas Andinos 2000 y
de Ecosistemas Generales de Colombia 1998).
C1
',.2•.•,
Figura 2. Laguna de Fúquene, Cundinamarca, Colombia
35
36
C6 52908
C1
451
Figura 3. Ubicación de las zonas de monitoreo de G. melanops en la laguna de Fúquene
(mapa adaptado de Instituto Humboldt). 1. Punta de Cruz, 2. Molino de Viento, 3. El
Chalet, 4. El Desembarcadero, 5. El Chiguy, 6. Tagua-El Peñon, 7. Monroy.
37
Figura 4. Monitoreo de G. melanops en la laguna de Fúquene, mediantedesplazamientos en bote de motor
38
Figura 5. G. melanops desplazándose sobre espejo de agua junto a buchón (Etchomia
crassipes) y enea (Typha sp.) en el sector Molino de Viento.
39
Figura 6. G. melanops en búsqueda de alimento en la zona de monitoreo El Chalet,
laguna de Fúquene.
Figura 7. Desplazamientos de G. melanops en zig-zag en búsqueda de alimento
40
41
Figura 8. G. melanops picoteando plantas acuáticas sumergidas para alimentarse,
estación Agua-El Peñón, laguna de Fúquene.
42
Figura 9. Pareja de G. melanops en el sector El Chalet, laguna de Fúquene.
43
Figura 10. Vegetación acuática emergente que fue quemada por los habitantes para
habilitación de zonas para pastoreo, estación Molino de Viento, laguna de Fúquene.
44
A
B
Figura 11. a. Área ocupada por dos parejas de G. melanops en donde se aprecia la
vegetación acuática y el espejo de agua en la estación El Chalet, laguna de Fúquene.
b. Área desprovista de vegetación acuática de ribera (juncales, eneas y cortaderas), en
donde se registró a una pareja de G. melanops en el sector El Desembarcadero, laguna
de Fúquene.
45
Figura 12. G. melanops refugiada entre vegetación acuática, estación Molino de Viento,
laguna de Fúquene.
Benítez-Castañeda et al. 21
Por otra parte, teniendo en cuenta que los humedales de la altiplanicie son ecosistemas que
representan hábitats para G. melanops, del estado de estos ecosistemas depende el futuro de
las poblaciones residentes. Los humedales de la altiplanicie cundiboyacense deberían ser
declarados Reservas Naturales y bajo esta condición ser estudiados, restaurados y
conservados, de acuerdo con varios autores (Andrade 1991, 1994, 1998~ Becerra et al.,
2005; Cadena 2002, Naranjo, 1987, 1998; Renjifo, 1991; Santos, 2000).
Actualmente, el sistema de humedales de la sabana de Bogotá, incluyendo a la laguna de
Fúquene, fue declarado sitio AlCA (2003); además, para la laguna de Fúquene y cuatro
humedales de la altiplanicie cundiboyacense, existen dos declaraciones internacionales de
interés: ser Área Importante para la Conservación de las Aves del Neotrópico (Wege y
Long, 1995) y Área importante de aves endémicas en el mundo (Stattersfield, 1998). Por su
parte, dentro del Plan de Ordenamiento Territorial POT del Distrito Capital, los humedales
ubicados en Bogotá recibieron la denominación de Parques Ecológicos Distritales; sin
embargo, pese las declaraciones y valoración existentes para algunos humedales de la
altiplanicie, estos no se encuentren protegidos, excepto pocos de forma parcial como la
laguna de Pedro Palo (amparada por la CAR y el municipio de Tena-Cundinamarca) o
algunos humedales de carácter privado (ejemplo: el Humedal El Meridor en Tenjo).
Con base en la Política nacional para humedales interiores de Colombia (Min Ambiente,
2002), dentro de los planes de protección, conservación, restauración y manejo de los
humedales de la altiplanicie cundiboyacense, se hace urgente el procurar mejorar las
condiciones del hábitat para todas las especies bióticas, de manera integral y basándose en
la ecología, situación y requerimientos de hábitat de las mismas, priorizando en aquellas
especies de interés ya sea por el hecho de situarse dentro de alguna categoría de amenaza, o
por ser especie endémica, bandera, sombrilla, de datos deficientes o de importancia en el
equilibrio del ecosistema; tales condiciones, obligan además a realizar y/o tener en cuenta
estudios rigurosos de geomorfología, geología, de suelos, de palinología, sedimentación y
ecología en los humedales de la altiplanicie, antes de tomar cualquier decisión relacionada
Benítez-Castañeda et al. 22
con restauración o planes futuros tanto para estos ecosistemas como para su biota y su
equilibrio bio-geodinámico (Van der Hammen, en prensa; Stiles, como pers.).
Mediante observaciones adicionales y basados en registros y estudios recientes (Cely et al.,
2005) se hizo evidente que algunos ambientes acuáticos artificiales o privados, visitados en
la fase de campo (tabla 3), se encontró aG. melanops en grupos de ca. 8 a 20 individuos; en
tales ambientes, de alguna manera se ejerce alguna protección en cuanto a uso o acceso al
sitio o por estar aislados. Las cifras en un solo sitio, pueden ser comparadas al número de
individuos que pueden ser contados en varios ambientes en conjunto (National Audubon
Society 1989-2002) o registrados durante un conteo, en lagunas de mayor extensión como
Fúquene. LO anterior resulta de interés al considerar como alternativa de conservación para
G. melanops a dichos ambientes de carácter artificial o privado; por lo cual, seria útil fijarse
en ambientes como los humedales formados por la explotación de las Gravilleras del valle
del río Siecha en Tominé, la laguna humedal El Meridor (de carácter privado, en Tenjo-
Cundinamarca), la laguna La Cabaña (en Guasca-Cundinamarca) lugar en donde fue
documentada una nidada parcialmente exitosa en el 2003 (Cely et al., 2005), entre otros
ambientes en los que se ha registrado a G. melanops (obs. pers.) y teniendo en cuenta que,
si a estos ambientes se les da un buen manejo, pueden resultar sitios potenciales para la
conservación, el desarrollo y viabilidad de las poblaciones in situ, según los requerimientos,
como el uso de hábitat de la especie.
Con relación a lo expuesto, sería útil fijarse en las experiencias internacionales con otra ave
acuática endémica amenazada del mismo género, la Gallareta Mariana de Pico Rojo
(Gallinula chloropus guami) subespecie endémica de las Islas Marianas, ave de interés, ya
que frente a su disminución y categoría de amenaza en peligro crítico, ante la perdida y
degradación de hábitats; se realizaron estudios de su ecología, distribución y requerimientos
de hábitat, se han hecho monitoreos continuos y se han establecido planes exitosos de
conservación in situ en ambientes acuáticos naturales y artificiales, mediante programas de
restauración y planes de manejo de los mismos en su área de distribución (Ritter, 1997;
Ritter y Savidge,1999; Ritter y Sweet, 1993; Worthington, 1998). Dichas experiencias
Benítez-Castañeda et al. 23
sirven como ejemplo para llevar a cabo un programa de tal magnitud con G. melanops, lo
que resultaría benéfico tanto para esta como para otras especies amenazadas y/o de interés
en la altiplanicie cundiboyacense.
Finalmente, se sugiere que dentro de los planes de manejo y conservación de las especies
de aves amenazadas y sus hábitats en los ambientes acuáticos de la altiplanicie
cunboyacense; se diseñen e implementen programas de educación ambiental en los que se
de participación a la sociedad civil; teniendo como enfoque la avifauna y los humedales,
sus funciones, valores ecológicos, culturales e históricos; así como la necesidad y
prioridades de su conservación.
AGRADECIMIENTOS
Los autores agradecen al Instituto de Investigación de Recursos Biológicos AIexander von
Humboldt, convocatoria Bolsa de Becas para la Conservación de Especies Amenazadas,
Programa Biología de la Conservación, Línea de Especies Focales y al American Birding
Association (Colorado Springs), Programa de becas de donación de equipos para
conservación de vida silvestre Birders' Exchange, entidades que nos brindaron su apoyo
financiero; de la misma manera se agradece a María Piedad Baptiste y Ana María Franco
del Instituto A. v. Humboldt por sus sugerencias y comentarios; a la Corporación
Autónoma Regional de Cundinamarca CAR, por otorgar los permisos correspondientes; a
la Universidad Distrital Francisco José de Caldas por su apoyo científico y el acceso a
recursos, instalaciones y equipos; al personal del Chalet "El Refugio" de Comfacundi; a
Andrea Ospina, Oswaldo Cortes e integrantes del Grupo de Ornitología de la Universidad
Distrital F. 1. C. por su colaboración, y en general a todas aquellas entidades, personas y
comunidad que de alguna u otra manera brindaron su apoyo en el desarrollo de la
investigación.
Benítez-Castañeda et al. 24
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Tabla l. Resultados del censo de G. melanops Fúquene, Cundinamarca.
A B e D1000 m 1500 m 2000 m 1000 m
n ti 61 n fl 61 n ri 61 n ti 611 55 21 6 40 27 12 39 42 20 27 512 27 13 7 46 61 13 75 19 21 72 493 35 44 8 35 16 14 47 284 50 38 9 48 32 15 53 415 43 25 10 70 40 16 27 52
11 66 50 17 65 3718 62 1519 55 46
32
Tabla 2. Conteos de Gallinula melanops realizados en la laguna de Fúquene(Cundinamarca), durante 2005.
F~ha22 enero 200522 febrero 20058 roa 020053 julio 2005
No. de individuos or conteo20221816
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Tabla 3. Sitios visitados, diferentes a las áreas de estudio en donde se registró e hizo unconteo de G. melanops.
Localidad Coordenadas Fecha de Reeistro No. IndividuosLaguna Parque Sopó 4°53'N 73°55' 02 enero 2005 8(Sopó, Cundinamarca)Gravilleras abandonadas 4°50' N 73°54' 24 enero 2005 18(Guasca, Cundinamarca)Laguna El Meridor 4°44'N 75°06' O 15 febrero 2005 14(Tenjo, Cundinamarca)Laguna El Salitre 4°54'N 73°56' O 3 mayo 2005 7(Calera, Cundinamarca)Laguna La Herrera 4°42'N 74°18' O 15julio 2005 12(Mosquera,Cundinamarca)Humedal La Conejera 4°41'N 76°06' O 06 agosto 2005 4(Bogotá)Humedal 4°43'N 74°09' O 02 septiembre 2005 2La Florida (Bogotá)
INSTITUTO HUMBOLDT
\\" \ \\ \\ \1\\ \\ \ \\\CID. 022860
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