A ñ o I . Viernes 2 Setiembre de 1859. Núm. 82
ECO DE E U T E R P E P E R I Ó D I C O
bcbicabo escluatnamcute á loe eciiorce (oiuumntee a loe farbhue òt ceta muea.
SUMARIO.
Frogruaie ilul X I I couoierto vetpertlao.
A ! • Srla. daila MtrgarlU Caimarl.—Foosia de doña Victoria PeAa-Ausencia- —Poesia de D. Jotò Maria Torres.
Cien y una anécdotas mirs i c l e s .—XIV, Rostioi y un nielomauo.
mmm m* A IstH 9 1 ••£ de la noche.
XII. C0M1T0 VESPFMl. €ucr|>u de coros 4 5 Ind iv lduon ;
D l rce to r D . J o a é Anselnio Clavé .
Urqueata 5 0 ncrodi lados p ro feso ra» , IMrcetor
D. J o s é IHuria IKoliné.
PROGRAMA. Sinfonía (nueva): Brindis á, voces eolas: . . . . Polka mil i tar (nueva)-:. . . . Id i l io catalán á voces solas:. Pastorel-la catalana coreada:
riinfoaia ,(nueva): , Barcarola á voces solas: . . Wals: Id i l io ca'alan 4 voces solas: Coro:
U P A R T E . Bon soir Mr. Pantalon! de Grisar. Una orjia, de Clavé. Solferino de Lladó, L a queixa de a m r , de Clavé. Lo pom de fiors, del miotno.
2.a P A R T E . Gualliero de Monsonis, de Manent. A l mar dé Clavé-Los ecos del torrente, de Pujadas-Xa iñna dels ulls blaus, de Clavé, L a aurora, del mismo.
I
— 130 —
i
f •
Ifl
A MI APRECIABLE AMIGA,
i arflorita DoAa Margarlla Caymarl .
Flor lozana que me invitas a cantar t u gallardia cuando no tengo a r m o n í a , cuando ya la voz j jerd í ; cuando la t ierra n i el cielo no reaniman mi sentido, n i el mas lijero sonido tiene el mundo para mí .
Para m í , que en otros dias cien idiomas descifrara en la brisa que v a g à r a en la yerba y en la flor: para m í , que de las aves los conciertos tradujera lo mismo que comprendiera del mar el sordo rumor.
Para m í , que cual t ú agora tomé la l i ra con brío y al compás del pecbo mió sus sones hice vibrar y supe ascender con ella al mundo de los cantores y dulces trovas de amores con ella supe cantar.
Cantar que me enloquecía con inefable ternura, cantar de estrema amargura, pero de inmenso placer; po rqué el mimen dá la muerte si el plectro la vida infunde y por esto se confunde el gozar y el padecer.
Mas ¡ a y l pe rd í , Margari ta , la vida de los encantos: acabáronse mis cantos antes que mi juventud . Canta t ú , que al mundo vienes, canta, s í , querida m í a ; gusto t end ré todav ía para escuchar t u l aúd .
Ta land nuevo y sonoro que ha vibrado en mis oídos porque sus dulces sonido» modulara á m i favor.
Te agradezco, tierna amiga, tus protestas car iñosas y estas frases armoniosas conque me espreaas tu amor.
Te agradezco los elogios que merecidos no tengo y los encomios que obtengo de t u hermosa candidez. Hermana tuya me llamas, ¡ o h , querida hermana mía I saltar haces de alegria mi corazón esta vez.
Yo te quiero, yo te adoro, por tierna y por compasiva, porque tu trova espresiva mí corazón inf lamó: m i corazón que suspira dentro atmósfera de fuego de t u amistad en la p i r a , Margar i ta , palpi tó.
Viclorla Pen».
AUSENCIA.
A l a SeAorlta
B< amor que no (eme la diitancis, -Es amor que la ausència no resfria, Bastando para gage de conslaneia E l recuerdo felii de un solo día.
T. Aguil*.
¡ Quién tuviera, á n g e l m ío . La l ira celestial del gran Quintana, Y en dulce melodía Cantara mi amoroso desvarío !
1 Quien del divino Herrera La fuerza sobrehumana. La célica a r m o n í a , Arrebatar pudiera! [Triste de mí , que en m i ferviente an
helo La impotencia me queda por consuelol
Mas no por eso romperé m i l i ra ; Que cuando amanteun corazón suspira No en sus cantos anhela la riqueza, No citara argentada y cuerdas de oro,
— 131 —
Que encuentra en la terneza Su mas rico tesoro; Y es la verdad preciosa Su música apacible y cadenciosa.
Yo, este tesoro inmenso de ternura Te ofrezco desde ahora ; Virgen de mis amores l Y aunque guirnalda ciüa de dolores Mi sien, antes orlada de ventura, Tu imégen seductora M i débil mente inflama , Y siento, en ella, hervir inmensa llama.
No busques, no, en mis acentos Melodia placentera, Que es m i l ira p lañidera Y mi plectro es el dolor; Y están sus flébiles cuerdas Calcinadas por el l lanto, Y tan sombrío es m i canto Como es ardiente m i amor.
No busques hoy la mirada, Dulce, apacible, t r anqui la , Que en mi l ángu ida pupila Ayer viste divagar. Que hoy, el célico perfume De t u aliento ya no aspiro. N i el amoroso suspiro De t u pecho oigo exhalar.
Ayer a u n , sonriente Tus labios en t reabr ías Y ayea de amor repetías Que alentaban mi pasión: Ayer tus divinos ojos Cariñosos me miraban Y de júb i lo embriagaban M i sencillo corazón.
Mas hoy , la suerte inhumana Me lanza de t u presencia Envolviendo m i existencia De la sombra en el capuz; Y de m i cruento mart i r io Entregado á los rigores, Muero, cual mueren las flores Sin sol, sin a i re , sin luz.
Oh I considera cuan triste Serà, para el peregrino
• Que en estraviado camino La noche le so rp rend ió . Ver hundirse en su Occidente
Los mortecinos reflejos Del sol que bril ló á los lejon Y que sus pasos g u i ó .
Yo t imbien en mi amargura Lejos de t i desterrado Pienso en el tiempo pasado Con éxtasis celestial. Sin que mit igue mi pena Tu recuerdo siempre vivo ; Sin que encuentre un lenitivo Que endulzar pueda mi mal.
Ven, ánge l de mis amores, A calmar mi desvario, Y á templar del pecho mió El ardiente f renes í ; Que mi alma, en su pureza. Te ama con mas fiel c a r i ño , Que la madre al tierno n iño . Que al Señor el querubi.
Vuela á arrancar cariñosa La corona ensangrentada De mi frente destrozada Por la espina del dolor. Vuela á recojer amante El lastimero gemido Que mi pecho adolorido Exhala, por t í , de amor.
José María Torres.
CIEN Y UNA.
ANÉCDOTAS MUSICALES.
X I V .
Rosainl y u n m e l ó m a n o .
Cierto lord aspiraba á la mano y á la inmensa fortuna de una lady furiosamente filarmónica, que puso por condición á su pretendido, para acceder á sus deseos , habia de darle a lguna prueba de su capacidad en el arte de componer, presentándole una à r i a , una romanza, un m i n í e t e ó cualquiera otra composición musical. Este obstinado capricho tenia desesperado al gentleman , que no manifestaba mas disposición para la mús ica que un j u -
— 132 —
mento pam la astronomia. En este conflicto dirijióse á Ilossini á quien comu-nicrt la reaoluciou irrazonable de su pretendida, supl icándole se compadeciese de él y quisiese iniciarle lo mas prouto posible en los secretos de la composición musical. El célebre maestro quiso cerciorarse de los conocimientos preliminares del ilustre baronet que por cierto no le sorprendieron.
— Apenas conocéis las notas, dijn-le l loss in l , y pretendéis ser compositor. . . . — Y é s ! ( s i ) contestó el hijo de Albion , metiendo la mano en la fa l triquera de su pantalon y haciendo sonar en ella algunos escudos.—Pues esto no es tan fácil como pensá i s , repuso el maes t ro .—IVí . '—Aunque no hay nada imposible.—-.F^í/—Y bien, cuanto me dariais si os procurase un medio que os pusiese en estado de poder cumplir la condición que os i m puso milady?—Cien libras.—Es poco. —Dos cientas.—No bastan.-(?0Í/Í¿«»Í/, creéis acaso que nosotros tenemos á montones las esterlinas? ¿Os conten-tais con tres cientas?—Acepto, dijole Rossini, y volved á verme de aqui á un mes , pues con este tiempo espero facilitaros lo que deseáis.—Un mes ! ¿ p o r q u é no ahora mismo?—No es posible, porqué he de enviar á buscar Higo á Pans.— Yes! ; pues convenidos dijo el i ng l é s y se fué.
No faltó á la cita al tiempo prefijado; pero Rossini para el cumplimiento de su promesa hubo de tomarse quince dias de p ró roga que difirió después por otros ocho. Después del tercer plazo presentóse otra vez el baronet á Rossiniquien le dijo.-Vuestra esperanza no queda rá f u t r a d a , mi lord ; ya tengo el ta l i smán — ¿Doude e s t á , donde e s t á ? - E n m i bufete.—Tomad! esclamó aquel lleno de gozo, tomadla suma convenida, dándole al mismo tiempo tres biHetes de banco de cien libras. —Rossini recogió el papel moneda y metiólo en un cajón de su b u fete, del cual sacó un objeto misterioso encerrado en una caja de car tón .— He aqui la llave que os ha de abrir el
corazón de milady , dijole el maestro, ent regándole la caja. El ingles qu i tó la tapadera y vió un paquete envuelto en algunas hojas de papel que se apresuró á desenvolver, descubriendo al fin el tesoro tan ardientemente deseado.—Un libro! esclaraó el getleman. — Si un l i b r o , contestó Rossini, que gracias á vuestra penetración os enseñará perfectamente el modo da componer en un instante, con la ayuda de tres dados, todo cuanto pueda desear milady. Poseéis pues un talismán que os conduci rá en derechura al lecho nupcia l , por lo cual 03 felicito de corazón.
El ingles se echó sobre del l ibro como Fausto sobre los u r s t e ñ o s cabalísticos ; como un alquimista sobre la piedra filosofal y leyó sn t í tu lo que era: E l arte de componer música sin conocer sus elementos , m r Antonio Cale-gari , 21 e¿íc¿o?¿.—victoria! victoria! esclamó el ingles en el colmo de la alegr ia y fuése c'on tan importante adquis ic ión .
El l ib ro que Calegari habia dedicado á Josefina Bonaparte, muy aficionada a la música y de la que recibió en recompensa dos m i l francos, consistia en un sistema de lenguage en el que, las notas representaban las letra* del alfabeto, los compases las silabas y l o j ritmos las palabras enteras. Con 'estas bases l l e g ó á formar 1.400 ritmos ó frases, por cuya unión se podían componer con una facilidad increíble trozos de música de todo géne ro con acompañamien to de piano, arpa ó de cualquiera otro instrumento, por medio d é l o s tres dados que se echaban á la suerte. Este descubrimiento debido al a lemán Felipe Krinberger , tuvo g'ran boga en Francia, donde lo introdujo Calegari; pues no hubo me lómano que no compusiese ó mas bien sortease mefedias.
Por todo lo no firmado,
José Anselmo C l a v é , E. R.
Darreloiu.—ItAp * • E Ü T E R P E , de J o t é ilnaelino ' ClaTé y Anioaio Boach, R s a u l l e r a t , 10. —1899
Top Related