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EXPLORACION ARQUEOLOGICA EN LA COSTADE ESMERALDAS, ECUADOR

por José A/cina Franch y

Miguel Rivera Dorado

la creación, en 1968, por parte del Ministerio de Asun-tos Exteriores de España,a través de su Dirección Generalde Relaciones Culturales, de la Misión Científica Españolaen 1-lispanoaniérica,y sus inmediatos trabajos, desdeenton-

ces basta 1970, en Chinchero, Cuzco (Perú), ha constituidopara el americanismoespañoluno de los acontecimientosmásimporíantesen los últimos cien años. De hecho, Españanohabía organizadouna expedicióncientífica al continenteame-ricano desdeque,entre 1805 y 1808 se verificasen las expe-diciones arqueológicasde Guillermo l)upaix por territorio

mexicano(Dupaix, 1969), por ordendel rey Carlos IV. Ellohabía constituido un injusto abandonodel campo de investi-

gación abierto por multitud de «pioneros»españolesde lossiglos xvi, xvii y xviii, que venía a ren)cdiarsede trianeramodesta,pero cori firmeza y seguridad.La experiencia acu-inulada en estosañosdc t]-abajo en Perú,ha perníitido elabo-rar ahora un plan de investigaciónpara Fcuador, ciertamentemucho más meditado y maduro. En las páginas siguientes,vamos a referirnos al proyecto de investigaciónarqueológica

planeadopara los años próximos en Esmeraldas(Ecuador),

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as¡ como a la exploraciónrealizadadurantevariassemanasenel verano de 1 970 en aquella región.

Esmeraldases, dentro del amplio y variadisimo panora-ma de la arqueologíaamericana,una región en la que con-

fluyen una serie de importantes problemas, cuya soluciónpuede hallarse precisamentemediante una serie sistemáticade exploracionesy excavacionesen lugares estratégicos.Entérmninosmuy ampliospodría decirseque viene a representarla clave o una de las clavesde la arqueologíade Sudameríca.

Antecedentes.

Es importante señalardesdeel principio que en Esme-raldas se da la desgraciadacircunstanciade que, siendo por

una parteuna de las regionesquehan proporcionadoduranteanosuna mayor cantidadde piezasarqueológicas—tanto me-talúrgicascomo cerámicas,cspeciain]ente«figurillas»—, porotra, no ha logrado un estudiosistemáticoy serio de ningunode sus yacimientos conocidos. En efecto, de toda la costa,pero muy en especialdel yacimiento de La Tolita, en la des.

embocaduradel río Santiago (fig. 1), procedela mayor can-tidad de colecciones cerámicasy metalúrgicas que pueden

admirarse en casi todos los museos importantes de Europay América, pero también en muchas coleccionesprivadas,tanto en el Ecuadorcomo en el extranjero.Ello procede,natu-ralmente,de un intenso y extensocomerciode piezasarqueo-lógicas, que inunda el mercado de antigUedadescon unaabundantísimaserie de piezas de calidad e importancia di-versa,pero que puede llegar hastael gradode lo excepcional.Tanto en Quito, como en Guayaquil, como en la misma capi-tal de Esmeraldas,los autores tuv]eron ocasión de conocerdiferentescoleccionesprivadas en las que se conservanmuiles

de piezas, algunas de valor extraordinario, las que habíanllegado hasta las manos de sus actualespropietarios por lasvías comerciales ordinarias del mercado de antigUedades.

Pocaso ningunahabían sido halladasen un trabajo de exca-vacion sistemáticoy con las garantíascientíficasmínimas.

De los trabajosmás antiguossobreesta región, quizás elmásimportantecomo exploraciónpreliminar, ya queno como

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estudioa fondo de la misma, es la comunicaciónde MarshallH. Saville al XVI CongresoInternacional de Americanistas(Saville, 1910), así como un pequeñoestudio posterior delpropio autor (Saville, 1925). El notable arqueólogo ecua-toriano, Jacinto Jijón y Caamaíio,que tan excelentescontri-buciones dejaría acerca(le la región serrana,se ocupó íriuvbrevemente,junto comí 1 Mr rea, de la arqueología(le Esmeral-das (la rica ~ jijón, 1919), pero fue sobre lodo Max 1 Líe,el «pionero» cmi tantas arcas y cuestionesarquelógicasde

Sudamérica.,quien también en este caso abriría caucescien-tíficos a un quehacer todavía incumplido (Uhie, 1927-a y1927-b) -

En la décadade los añoscuarentapareceque va, finalmen-te, a alacarsea fondo el problemageneralde la arqueologíaes-meraldenadesdediversos ángulos.El norteamericanoEdwinN. Ferdon,publicaráentre 1940 y 1945,variosestudiosparcia-les, resultadode su permanenciaen la región (F’eí-don, 1 940-41, 194] y 1945); el mexicanoCarlos R. Margain, realizará

también una exploraciónen Esmeraldas,cuyos resultadosnisiqtíiera se publicarían (Margain, 1945). Finalmente, Raoul

d’Harcourt, trabajandosobre varias coleccionesde figurillasy cerámica de Esmeraldas,en Paris, nos daría el primer es-tudio serio y amplio sobreeseconjunto de materiales,aunquecon las deficienciasque un estudio de ese caráctertiene res-pectode una investigaciónde campo(Harcourt, 1942 y 1948).Otros estudios de esa misma época, como el de Dorsinfang-

Smets(1949) o eí deJohnNl. Corbett (1953), no pasande sermeras «notas». La publicación del estudio de Julio CésarCubil los sobre Tumaco, en la vecina costa colomb amia, perodentro del área cultural esmeraldenaes, quizás, el primerintento serio de abordar los múltiples problemasplantea(lospor la arqueologíade esa región (Cii bu los, 1955) - De otrosestudiosparciales o en proceso,conm los de Clifford Evarisy Beíty J. Meggers (comunicaciónpersonal), aún no cono-

cemos los resultados.Excepción hecha de la cerámica, especialmuentede las

figurillas, sobrelas que tratanen su mayor parte los autoresmencionados,el otro único aspectoque ha atraídola atenciónde varios investigadoresha sido el de la metalurgia, espe-

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cíalmnentepor el hecho de que en esaregión, y más específi-camenteen La Tolita, se concentrala mayor y mejor orfe-brería de la costa, y porque la metalurgia del platino se daen cierta proporción entre las obras indígenasde esa zona.Las obrasde Paul Bergsoe(1937) y de Henry Reichíen(1941y 1942) puedenmencionarsecomo ejemplo,entreotras.

El problema de las relacionesNorte-Sur.

Dentro de un mareo mnas aníplio generalmente,pero to-mando siempre en buena o gran medida, informaciones y

datos localizados en Esmeraldas,diferentes autores se hanocupado en el pasadode estudiar las relacionesentre Nortey Sudaméricay especialmentelas influencias mesoameríca-nas en eí áreaecuatoriana.En una primera etapa habriaquesituar los trabajos de Max Uhle (1923) y Jijón y Caamaño(1930), así como la comunicaciónde Alfred L. Kroeber alCongresode Americanistasde Nueva York (Kroeber, 1930).

Coincidiendo con los trabajos sobre coleccionesesmeral-deñas antes mnencionados,Raoul d’Harcourt se ocupa tam-bién de este tenía (Ilarcourt, 1949) y en ese mismo sentidohabría quecitar un estudiode Henri Lehmannen el que tratade un tema ceramícocoincidenteen México y Ecuador(Leh-mann, 195]) u otro, de caráctermás general de Chester 5.Chard (1950). Pero ha sido sobretodo en la última décadacuando diversos autores se han ocupado de la cuestión entérmninos generaleso especificando determinadascompara-ciones. Citemos entre otros, los estudiosde Michael 1). Coe(1960), StephanF. Borhegyi (1959-60), Etta l3ecker.Donner(1966), Clifford Evans y Betty J. Meggers(1966). Danieldel Solar (1966), Costanzadi Capua(1966) y Pedro J. Po-masG~ rcés (1966).

El planteamientoteórico.

Habiendo examinadobrevementecuáles son los antece-

dentes con los que deberemoscontar para planear nuestrotrabajo de investigaciónen Esmeraldas,examinaremosahoralas principaleshipótesis y enfoquesque nos servíran de guía

para esa investigación.

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En términos generalespodemos decir que nuestro pro.yecto tiene, de inicio, una doble orientación: histórico-cultu-ral y ecológico-funcional.Desdeun punto de vista histórico-cultural interesaráexaminar el problema de la defínícionde la cultura o culturasque se han podido dar en Esmeraldas,

tanto en la costacomo en el interior, a lo largo del desarrollocultural de esaregión.

Esa definición y delimitación de la cultura o culturases-meraldeñas,deberádesarrollarseen función de sus seme]an-zasy diferenciascon otras culturas próximas o lejanas.

En este sentido, la tesis en torno a los posiblescontactosentreMesoaméricay Sudamérica,tomandocomo punto clavede explicación al Ecuadoro en concretoa Esmeraldas,es unode los más importantes.Pese a que ha merecido quizás unapreferente atención por parte de diferentes autores, segúnhemos visto más arriba, una comprobaciónen términos con-cretos y de acuerdo con una metodología rigurosa (Alcina,

ms.) que permita fijar rasgos o complejos culturalesque setrasmiten, lugaresen que se observa el fenómeno y época oépocasen que se realiza, así como probableszonasde origende las influencias recibidas,no se ha realizadohasta ahora.

La significación del pasadoprecolombinode Esmeraldas,síu embargo, no está ni puede estar determninadasolameíítepor esas influencias foráneas.Es mucho íííás probablequelo que puedan significar esasculturas localizadasjunto a laorilla del mar o tierra adentro,pero en la llanura, estédeter-minado por característicasautóctonaso que procedande re-giones mucho más próximas: así, las que les liga estrecha-mente a las bien conocidasculturas de más al sur y las quedeben procederde una muy probable relación entre las tie-rras bajas y el altiplano andino.

En consecuencia,el proyecto de investigación al que nosestamosrefiriendo en estas páginas, tratará de definir cuí-

turalmenteel área,en función de sussemejanzaso diferenciascon la costa sur del Ecuador,comí el altiplano andiíío o conMesoaméricay Centroamérica.1 ~a aplicación del método deseríaciones,.-que tanexceleutesresultadosha proporcionadoen toda Sudaméricapara el estudio de yacimientoscon pocao ningunaestratigrafía,combinado con el método estratigrá-

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fico allí dondesea posiblesu aplicación, y la dataciónradio-carbonica, si hay fortuna para encontrar restos orgánicos,susceptiblesde-ser analizados mediante esa técnica, seranlos p imícípales métodosa utilizar en esta investigacióii, a(le—mmias del comparativo que se requiere para el análisis de un

fenómenode difusión a larga distancia comno el que sirve debasea la Lii pótesisde trabajoenunciada.Todo eíío constituye

eí enfoque hístorico-cultural necesariopara la comprensióndel problema temnl)o-espacialplanteado cii las tierras ha]asde Esmeraldas.

Sin embargo, la problemática de esta región resulta sermucho más ampíía y variada. Es bien sabido que 1 a Tolita,el más famosoYacimnient() del Ecuador,al que ya nos hemosreferido más arriba, se halla en la desembocadura(leí río

Santiago Xiii se sitéa uno de los focos mnetalúrgicosmas ini-portantesde todo el continente:miles de piezasde oro, plata,cobre y platino, se han encontrado y siguen apareciendo.¿Se trata de un centro ceremonialquizás, al que confluirianen peregrinacióii las poblacionesde los contornos, llevandosus ofrendas de objetosmetálicos o, por eí contrario, en uninmenso taller ¡netalúrgico o un centro comercial de primeramnagriitu(I en la costaecuatoriana?Más al sur, átacamesera,al parecer,a la llegada. de los espanoles,una gran ciudad,con dos o tres mnii casasordenadasen formna de calles y

zas cori u ría población que quizás llegase a los quince oveinte mil habitantes,si damos crédito a las inforníacionesde Sámaííosy Jerez. Todo ello constituye umí conju mito deindicios que deben ser verificados con vistas a determinarcol) la u ~ryor exactitud posible, la i rmiportancia y densidad(le estas poblaciones. ¿los yacimientos localizados puedenser c mnsiderados commio a senta¡mí ientos aldeanos,como villaso corno verdaderasciudades?Si, como se desprendedel infor-me (le los prímileros españolesque pasaronpor aquella región,

se trata de auténticasciudades, ¿cuál era su sistema urba-níst¡co? Las preguntasenlazadascon estas cuestionesse su-cedensin interrupcióny son, todaselias, de granimportancia:¿cuál es la economíade subsistenciade estos pueblos?,¿setrata <le ptmestoscommíereialesde diferente importancia?,¿exis-te ini coníeremoeosier<> solamuente,o penetrahacia eí interior

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a lo largo de los ríos y especialmentea lo largo del río Esme-raldas?Estas son algunascuestionesplanteadas,que puedenquedar total o parcialmenteresueltasmediante la investiga-

ción proyectada.El paisaje de las tierras bajas de Esmeraldas,hoy ya

muy transformado por la penetración de algunos cultivos,

especialmenteel de la banana,correspondea un clima cálidoy húmedo, con espesa selva tropical salpicada de ampliosy sinuososcursos fluviales y playas arenosas,hastacuyo bor-de llega el denso manto vegetal (fig. 2). Costa marítima yríos son los caminos de este extensoterritorio, en gran partedesconocidopara la arqueología.

La serie de yacimientos localizados en la exploraciónque practicamosen el veranode 1970, y a los que nos refe-rímos luego en detalle, completan ya un variado cuadro eco-

lógico~--costa-arenosa--y-lianatomo en Atacames,dondequizáshubieseun centrocomercial importanteque pusieseen contac-to la costa meridional, de más allá de Punta Galera, con lacosta esmeraldeñahastaLa Tolita, y dondequizás la pobla-ción se ha concentradohasta constituir una sociedadcom-pleja de caráctertípicamenteurbano; costa levantada,comoen Balao —muy cerca de la actual ciudad de Esmeraldas—dondeposiblementehabríauna pequeñacomunidad aldeanade pescadoresy recolectores dc moluscos, practicando laagriculturacomplementariamente;la confluencia de dos ríos

—el Tioane y cl Esmeraldas—como en La Propicia, lugarestratégico, con posibilidades para que obtengamos datosimportantespara entenderla relación entre zona marítimae interior; un lugar en medio de la espesuradel bosquetro-pical, pero no lejos del mar, como Rincube, dondepodemosesperarun tipo diferente de asentamiento,e incluso de eco-nomía de subsistencia,etc. Esa variada gama de situaciones

debe proporcionarnos,a su vez, una equivalente gama deadaptacionesal medio, lo que, inevitablemente,condicionaralos aportesque la región haya podido recibir, tanto de la~<sierra», como de la costameridional, como de la lejana Me-soamérica o Centroamérica,en algún momento de su desa-

rrollo histórico-cultural,basta incorporarlosa su propio pa-trímonio cultural.

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Un cuadro de problemascomo los señalados,permite asu vez, la aplicación de métodos especialmenteconcebidospara ello. Así, por ejemplo,el estudio de las líneas comercia-les en un área reducidapuederealizarseníedianteel análisisde componentesde la cerámica por medio del difractómetro

de Rayos X, o medianteel análisis de los microcomnponentes,por actívacionneutrónica.El análisis de los productos meta-lúrgicos sorí otro excelentevehículo para tratar de hallar losnexos coníercialesregionalese incíuso extrarregionalesque,a su vez, puedeno no coincidir con las rutas comercialesdela eeráníica El análisis polínico y de los componentesbioló-gicos de las tierras, permuitírátrazarla evoluciosíde la ah mnen-tación y, por consigíliente, (le la economía (le sul)sistencia

de las poblacionesestudiadas,etc.

Un conjunto problemático como eí que hemos tratado de

describir muy brevementeen los párrafos precedentes,debeestarenmarcadoen una hipótesisde trabajoque sirva de basepara toda la investigación y la oriente hacia determinadosconcretosobjetivos.

Desdenuestro puntode vista actual, toda la costade Esme-raídas, como posiblemente,la costa ecuatoriana de niás alsur y la peruana,así como toda la línea costeracolombianay centroamericana,ha debido ser una zona de intenso moví-mníento por una l)arte, para el desarrollo de una actividadpesqueray recolectorade moluscos,que ha debido servir debasepara la principal alimentación de las poblacionesloca-lizadas en la orilla del mar, y en segundo termino, para eíestablecimientode relaciomíescomercialesa corta (listancia. Esasí como suponernosque los valles septentrionalesde la costaperuanase lían comunicadofácilmente entre si ~r como, si mi

dii da lo han hecho las poblaciones(le la costa (leí Guaxas 1’

Manahí. la situación de la costa desdePuntaGalera hacia eíiioí-te y su relativa proximidad a las costaspanamenaslía po-

dido, qtí izAs, permnitir umí comnercio a mas larga distancia enesa región, u acícmi(10 q míe, va desde el Formativo, aportesculturalessureñoshayanllegado a las costascentroamericanase í tíeltiso mesoarnericanasy que, en di recciómí coíítraria, al—

gtinos rasgos culturales (leí norte e incluso J)roductosmann-

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facturadosde esa región, hayan llegado hasta la costa ecua-toriana (Rostworowski,1970).

Todo estesistemnacomercial costeroha debido combinarsecon un comercio igualmente importantea lo largo de los ríos,hacia el interior del país, y posiblementeentre las tierrasbajasy el altiplano, al menosen la región más inmediata.

Se hace evidente que un comercio como el que estamossuponiendo a base de> ~tlgunos productos agrícolas, peroprincipalmncrite de productos imíanmífacturadoscomo cejairneay objetos dc níetal— implica un desarrollosocioculturalrela-tivamente complejo, localizado en algunos centros especial-menteiníportantescomo la Tolita o Atacames,peroengeneral,

disperso en centenaresde pequeñasaldeas,tanto en la costacomo en el interior, bien comnunicadas,pero relativamentepoc&--~eha-~»,.~dasent~t sí y con una-u ga-nización-políticaposiblementemuy simple y laxa. Poblacionesen suma,conmuy escasoo nulo desarrollodel militarismo y, sin embargo,con un complicado sistema religioso, como se desprendedelos innumerablestipos de figurillas en terra coto que propor-ciona el área, sus complicadas«piníaderas»y los múltiples

adornosde metal de fabricación local.

Un buen auxilio, que no debe ser descuidadonuncaparaeste tipo de investigaciones,es la información que puedeproporcionarnos la documentaciónespañolaa partir de la

conquista,así como el estudio de algunos grupos indígenasque aún quedanen esa región, como los indios Cayapasy

Colorados, los que, si bien han sido modificados por múlti-pies mestizajesy procesosde aculturación,puedenproporcio-nar buenainformacióncon finrseomrnxatixos. -

Los yacirnientos localizados.

El primer yacimiento arqueológicoexplorado durante lacompañade 1970 fue Rabo, E-1 en la nomenclaturaprovi-sional empleadaen estos trabajos preliminares. Se trata deunos cortesbajos sobreuna pequeñaplaya, a dos kilómetrosaproximadamentede la Ciudad de Esmeraldas(figs. 1 y 2),siguicndola orilla dcl mar (ú¡íico camino cómodamentetran-sitable en momentosde marca baja) - Se aprecianvarios es-

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tratos dando la impresión de una ocupación prolongada.En ello x en la playa, como consecuenciade sucesivosdes-

prendimientos,aparecencotí lelativa abundanciafragmentosde cciaíni( a de tipología dixersa muonocroinatosca de coc-

Ii t e”ular ; corrugada, segúmí una técnica análoaa a laeernpl( ida p ura decorar la ceránímca formativa del Caayas

(Meggers,Evausy Estrada,1965); engobaday pintada.¡ os tiestos decoradoscomí píntu a pi csentan cori mmíucha

frecíiencia u mí diseño de líneas roj a~ ti alelas, según un pa-tron tunálogo al de la cerámica [1 tmlu tan, muesoamiiericana,dispuestaspor lo gemíeral sobre 1 sup í ficie exterior de lasvasijas que mio lecíbe ríingúmi otro ti it ini í emito. Es decir, queci empleo dt it pintura no deja (le ser, en el tipo descíito,una variedad d rñí o de la familia más amplia de gruposordinarios, s-i att nd mos a la importanciadi ferenciadorade lacalidat! (le la pasta cocción, desgrasamitey tratamiento deíd superficie ¡ o’, tu tos cori rayas rojas paralelassobre elfondo natural lo quepresentar)erígobe rojo y mannfaciara

mas ca¡dada,puedenincíu irse quizásen la ta se Tiaone (Me-ggers, 1966, pp- 107-108), atínque es probable que fmnmen

parte (le una tiadicion que, rebasadoel períodode Desarrolloregional, cubra una- partedel de Imilegración ha--sta. por lo me-nos los aire(lcdores del año 1000 d - C. Sea. comno fuere, elcaso es qne la cerámítica (le rayas rajas tiene una aniph a- d is—tri bu u cióíí sol) tC toda la región en estudio, aparecicrido tantocii los vacímientos de ía línea costera,como cmi los que seSititilí tfl=15 dI interior.

El segundo sitio, llamnado Foruillos, E-2, ~e encuentraa uiu us seis k i lólmíetros de la desemnbocadii va del Esmneraldas,cmi unos cerios altos que caemísobre la playa- Su exploración

se iíí¡o muy difícil por la ausenciade senderostrallsitai)les.u/iba 1 -3, se sitúa en un esteroniuy próxImo a Forní-

líos mi e’’ camino por la playa hacia Atacames.la ceramicareceaid í o mi iprendía til)os ord iríar i (>5, tu stos íííeusos y cmii pico

de tu goin u ojo. 1 ..~as fl írmas principales. simi 1 ares a laS (leBala u, u un oíias globulares, platos, escudil las de fondo pía-

mío, presenciade vasijas carenadascomo las de Machalilla yrecipientes con patas huecasde gran tamano y reborde cen-tral.

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El yacimientode Cinco Esteros,E-4, situadoen la hacien-da Chevele,a cinco kilómetros aproximadamentede Culiba,siemprepor la playa, ofreció cerámicaabundantey variada:roja engobaday pulida, corrugada,ordinaria, patas mnamí-

formes, etc. En este lugar, los restos culturales aparecíanestratificadosa una p~ofiindidad que llegaba a más de dosmetros.Los estratosestabancompuestosde arenaoscura,gra-villa y arenafina.

En la misma propiedad,haciendaChevele,a poca distan-cia de E-4, localizamosel yacimniento que denominamosLas

Palmeras,E-5. En estelugar, la costabajasuavementey quedauna gran playa limpia de piedras. Aparece un depósito ar-qucológico a dos metros de profundidad aproximadamente.Consiste en un basurero en el que identificamos cerámnicaordinaria, gruesay de cocción irregular, pulida y engobada,incisa y pintada con lineas rojas paralelas.Vasijas globula-res sin cuello, olías con carenay soportesde copa. Además,

junto con la cerámica,pudimos recoger abundantesconchas,algunasde ellas perforadas.

El sitio La Playa, E-6, se encuentraa unos 300 níetrosdel anterior, siempre en dirección a Atacames. Sc trata deun pequeño estero que termina en una espaciosaplaya dearena fina. Recogemostiestos ordinarios y con decoracionde lineas rojas. las formas son característicasy comprendenvasos globularesde cuello recto o borde ligeramentevuelto,apareciendotambién algunos útiles de piedra pulimentada.

Muy cerca se identificó eí siguiente lugar de ocupaciónprehistórica: Estero Profundo, E-7, con cerámica pintada

en rojo, rojo y blanco, ordinaria y corrugada,similar a lostipos Valdivia. Las formas coníprenden las típicas vasijasglobularesde diferentes tamaños—muy parecidasa las queaparecenen yacimientosdel Formativo antiguo, tau alejadoscomo Guayaquil, La Victoria (Guatemala) y Tehuacán(Mé-xico)—, ollas con carenade aspectoMachalilla y platos conborde levantado o sin él.

Valdivieso, E-8, se encuentratambiémí muy cerca del ya-cimiento anterior: unos 200 metros aproximadaníente.Con-siste en un conchero-basurerocon ceramícavariada, ordiría-

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ría, pulida, engobada(a veces sólo la superficie interna),pintada con ci diseño de líneas rojas, abundanciade vasijasglobularesy de silueta compuestay grandesplatos.

El sitio llamado Casteinuovo,E-9, es un gían palmeralen el que se construyeun conjunto turístico-residencial.Du-

rante los trabajos de reinoción de tierras han aparecidoal-gunosrestos que sugierenla presenciade una necrópolis contumbas de chimenea,según pudimos deducir de unos cilin-dros de gruesacerámica,de 0,50 metrosde diámetroaproxi-niadamente.que habíansido exhumadospor Jos obrerosjuíí-to con algunos tiestos poco característicos.Nos informaron

de la abundanciaen eí lugar de este tipo de construccionessubterráneas.El yacimiento parece de primera importanciay su excavaciónrigurosa,antes de que quededefinitivamnentecubierto por edificaciones modernas,constituiría el comple-mento de las de los basurerosy lugaresde habitación antes

citados a lo largo de la playa hastaAtacames.Enterramientosde estanaturalezahan sido encontradosen el Ecuadorcentraly relacionadoscon los últimos períodos de desarrollocomola fase Milagro (Meggers,1966, p. 133).

El yacimiento de Rincube, E-JO, se encuentraen el inte-rior, cerca del curso del Tioane, y sobre un pequeñocerrocubierto de espesavegetación: en susalrededoreslocalizamosalgunascorrientesde agua secundarias.El lugar es de difícilaccesoa través dc estrechossenderosabiertosen la maleza.En un desmonte,y entreuna capade humnus(le regular poten-cia, aparececerámica ordinaria y pintada con líneas rojas.Recojimnosun cuello-efigie trabajadopor aplicación y relieve,un soportede copay un diente de tiburón.

Camarones,E-] 1, es un pequeñopromnontorio en la playa,camino de Calope,al otro lado del río Esmeraldas.Aparecentiestos ordinarios, grandesvasijas y cerámica decorada.conpiní mira roía en loQ bordeso en diseño de lineas paralelas.

El sitio E- 12 que HainanuosCiudad de los ]l-lu-chachos, se

encuentraen la niargen izquierda del tio Tiaoííe, a u u ki ló—metro del cruceentre la carreteraque lleva a Santo Domingode los Coloradosy la desviaci~na Atacamnes.luía prospecciónsuperficial ofreció cerámica ordinaria, pintada con líneasrojas, soportesbasales,torterosde perfil característico,etc.

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En este lugar, dadala abundanciay variedad de la cera-nuca superficial, realizamosla excavaciónde un pozo estra-

tigráfico en niveles artificiales de 20 cms. Aparecieron restosculturaleshastael nivel V.Lossia hastauna profun-didad de 2,74 metros, resultaron totalmente estériles, salvoeí hallazgo de un fragmento de cerámicaen el nivel IX, quees seguramenteintrusívo. Los tiestos,muy abundantesen losprimerosniveles,seencuentranen procesode estudio,al igualque las figuritas y torteros,elementosceramícosmas comnunesaparecidosen eí sondeo. Puede adelantarse,sin embargo,que su tipología no presentanovedadessignificativas respecto

a la de las muestrasobtenidasen los demásyacimientosdc laregión.

El sitio de La Propicia, E-i3, quedalocalizado junto alpuentesobreel Tiaone, en la carreterade Esmeraldasa SantoDomingo. Al abrir un camiíío hacia Tabiazo se ha partido endos un promontorio o gran tola en el que aparecendisemina-dos numerososrestos.Los saqueadoreshan hechonumerosasexcavaciones,por lo que los mnateríalesse emícuentranmuymezcladosen superficie.Recojimoscerámicagruesaordinaria,pulida, engobada,pintada en rojo sobre crema o en zonas,incisa e impresa. Las fornias son: globulares,carenadas,debaseanular o plana, o bien de fondo cónico, olías, platos y

botellones. Aparecieron ralladores en gran abundanciay ma-terial lítico como molinos pequenos,hachitas pulimnentadasy pulidores.

Same, E-14, otra vez en la costa, más allá de Atacaníes,hacia el Cabo de San Francisco,es un lugar abierto al mar,entre dos montanas,proximno a la llamada punta de Same.Sobreun llano, cortado por el camino, aparececerámnicaengran cantidad: ordinaria, pulida y pintada.Encontramosunapata eóniea,larga y con acanaladuratransversaly un rouíipe-cabezaso mnazo de piedracon rebajespara enmangar.

En Tonchigi¿e, E-] 5, a la espalda del pueblo, sobre la

falda de un montículo probablemnenteartificial, y a la iz-quierdadel camino que vienede Saíne,encontrarnosceramícacon extraordinaria abundancia:pintada, torteros, vasijascongollete-efigie, patas y otros tipos de soportes,fragmentosdefiguritas, etc.

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El t’íltimno sitio explorado fue Tachina, E-] 6, en la orilladerecha del río IEsmneraldas,sobre una elevación natural y

no lejos del actual aeropuerto.Cerca del conjunto de habi-tación hallamosunas tolas pequeñasque proporcionaroncera-mica fragme¡itada, un pequenovaso sin <]ettoración y unafusay-oia típica.

Resuiii ieil(lO, podemosdecir que los dieciséisyacimientoslocalizadosx’ exploradosdurantela campañade 1970, formanun conjunto regional relacionadoy coherente.Desdelomiehí-giñ-~ bastaRío Verde por la costa,y hastamás hailá del Tioane

hacia el interior, los lugaresde ocupación prehistórica pre-sentarí un coníun patron de poblamienio, economnicoy cerá-mico. No excíuve esta afirmación la posibilidad de que cmiciertos sitios los niveles alcancenuna mayor antiguedad,peroes evidenteque en la hipotética fase Tioaney duranteel pe-nodo de Integración, todos participande una ergologíasiníi-lar que podríainos ejemplificar con la cerámica de límícasrojas, los torteros, la.s formas alobuI~tressin cuello, los ralla—

doi-es, las hachaspulimentadasy de hombros,con las clarasinfluencias de La Tolita y, por su conducto,de Mesoamnérica,como rasgos mas característicos.Sólo la multiplicación deestas exploracionespor otros rumbos y Ja excavaciónde al-

gunos vacimnientos cuidadosamente selecciomíados, 1)odráuldar la respuestaa las níúltiples preguntasplanteadas,de lasque este informe preliminar es solamenteuna pura enume-racion.

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