Sigo más preocupado. El
mes pasado reflexionaba so-
bre el odio, y el riesgo de res-
ponder odio con odio. Es
que, como decía Gandhi, la
ley del Talión, ejecutando
“ojo por ojo”, nos terminará
conduciendo a todos a la ce-
guera. O ya lo ha hecho. En
la ciudad de Rosario, en
Buenos Aires y, lamentable-
mente, en otros lugares, los
hechos de desbordada inse-
guridad, han conducido irra-
cionalmente a ciudadanos
comunes a responder con
actos de linchamiento. Gru-
pos de vecinos, espontánea-
mente, han perseguido, rete-
nido y golpeado, a delincuen-
tes comunes, llegando en
algún caso a matar al ladrón
y en otros, a darles terribles
golpizas.
Los linchamientos son
prácticas conocidas en la
historia de la humanidad y
asociadas con costumbres
bárbaras, o desbordes cir-
cunstanciales, en los cuales
la indignación del pueblo,
conduce a muchedumbres a
lo que se ha denominado
equivocadamente “justicia
por mano propia”. Recorde-
mos por ejemplo el lincha-
EDITORIAL
Sigo preocupado
Por Claudio García Pintos
LA TAREA DIFICIL
DE ACEPTAR QUIENES
SOMOS (pp.3-4)
LOGOTERAPIA VINCULAR
ELOGIO AL VÍNCULO (pp. 5-6)
FRANKL Y HEIDEGGER.
Un vínculo polémico (pp. 7-17)
LA PAGINA DE
CAVEF (pp.18-19)
UTOPÍA EGOÍSTA VS.
UTOPÍA ALTRUISTA.
Una alternativa:
la solidaridad (pp.20-24)
EL PORQUE DE LOS
BUENOS RECUERDOS (pp. 25)
GUERRA (pp. 26-27)
SIN RECETARIO
ELLA ES LO ÚNICO
QUE IMPORTA (pág.28-29)
SIGO PREOCUPADO EDITORIAL
miento de Benito Mussolini, o
aquellos que, supuestamente,
dan origen al término
“linchar”. Algunos lo asocian
con el alcalde irlandés James
Lynch Fitzstephen, quien en
el siglo XV, ejecutó a su pro-
pio hijo por sospecha de ase-
sinato; otros lo refieren a
Charles Lynch, juez america-
no, que en el siglo XVIII, eje-
cutó a un grupo de oposito-
res; en ambos casos, sin jui-
cio previo.
Linchar es, según el dicciona-
rio, sinónimo de venganza.
Por eso mismo es inapropiado
asumirlo como “justicia”, sea
por mano propia o ajena. La
venganza es un modo irracio-
nal de demostrar poder o res-
tablecer aquello que se supo-
ne o vivencia perdido (por
ejemplo dignidad, honor, or-
den) Por eso, el vengador in-
tenta restituir aquello que
siente perdido, con un acto
de reivindicación terrible, que
reemplaza, sustituye u ocu-
pa, el lugar de una justicia
que no atina a hacerlo como
corresponde. Porque si la jus-
ticia lo hiciera, la venganza
sería innecesaria, y los lin-
chamientos serían impensa-
dos.
Continúa en pagina 31
Página 2
L a creencia general de que las ca-
pacidades cognitivas disminuyen con la edad ha ido cambiando y hoy existen conclusiones de di-
versos estudios. Uno de ellos, publicado en „Topics in Cognitive Science‟ descu-bre que la mayoría de estándares cogni-
tivos presentan aspecto de fallas, pero sin embargo se confunden ante los inex-
pertos. En la mayoría de los casos, dice este estudio no son más que una dismi-nución de dicha capacidad.
Así lo indican científicos de la Universi-dad de Tübingen (Alemania) que asegu-ran que los cerebros más viejos funcio-
nan más lentamente porque tienen que procesar todas las informaciones acu-
muladas a lo largo de la vida, y no por un deterioro o una disminución de la ca-pacidad cognitiva asociada a la edad co-
mo se pensaba. En el trabajo, dirigido por el investigador
Michael Ramscar, se utilizaron ordena-dores programados para actuar como si fueran seres humanos que leen cada día
un volumen de determinado de informa-ción para ir aprendiendo nuevas cosas. Cuando los investigadores dejaron al or-
denador “leer” una cantidad limitada, su rendimiento en las pruebas cognitivas
era similar al de un adulto joven. Sin embargo, si el mismo equipo exponía a una mayor cantidad de datos, simu-
lando lo que sucede en una vida llena de experiencias, el rendimiento sería similar
al de un adulto mayor. En estos casos, el procesado de la infor-mación solía ser más lento, pero no por-
que su capacidad disminuyera, sino porque
el aumento de la “experiencia” había provo-cado que la base de datos de la computado-ra sea mayor y, por tanto, al tener más da-
tos que procesar, le lleva más tiempo. El artículo culmina remarcando: “La tecnolog-ía ha permitido ahora a los investigadores
hacer una estimación cuantitativa del número de palabras que un adulto puede
esperar aprender durante toda su vida”. Reflexionar sobre los efectos de este este-reotipo y parcialidad de índole material, en
la práctica clínica cotidiana de los profesio-nales de salud mental resulta un ser sesgo que no permite entender las diferencias en
las dimensiones de hombre, en la forma de motivar, estimular, sostener desde la salud,
claro que es importante conocer posibilida-des que hacen a la edad, ya desde hace años hemos investigado sobre la didáctica
para tercera edad. Pero aún sería necesario avanzar más. Los factores de vulnerabilidad
bio-psico-socio-espirituales, siguen siendo en la actualidad, el modo de entender la enfermedad y buscar recursos de atención
en la vejez. Para ello, partir de una defini-ción básica de las diferencias existentes en-tre los estereotipos, los prejuicios y los es-
tigmas con la finalidad de cuestionar los factores que aún siguen condicionando la
construcción bio-psico-social y espiritual de los gerontes en salud mental. Sigo pensando, dando vuelta ideas y re-
cuerdo las palabras de Marie von Ebner Eschenbach, “En la juventud aprende-
mos, en la vejez entendemos”. Todavía se sigue cuestionando y entonces surgen planteos de estos que escucho muchas ve-
Página 3
LA DIFÍCIL TAREA DE ACEPTAR QUIENES SOMOS
Por Dra. Dides Iliana
HERNÁNDEZ SILVERA
Mail de contacto:
Página 4
ces en consultorio. Todos ellos terminan
en la misma idea, falta de aceptación, frustración de sentido sin logro al basar las explicaciones de sus situaciones en
el recuerdo de lo que pasó y ya no está, en lo que se quisiera y no se pudo con-seguir. En la actualidad, todos los pa-
cientes y no pacientes, es decir gente con la cual se habla en la cola de un
banco, un negocio, parada de colectivo, etc. Veamos ahora, recurro a expresiones co-
nocidas para valorar las distintas visio-nes de vejez, tomo solamente algunas:
Envejecer es como escalar una gran montaña; mientras
se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena.
Ingmar Bergman
Cuando me dicen que soy demasiado viejo para hacer una cosa, procuro hacerla
enseguida. Pablo Picasso
Jamás un hombre es demasiado viejo para recomenzar su vida,
y no hemos de buscar que lo que fue, le impida ser lo que
es o lo que será. Miguel de Unamuno
Creo que lo que enferma más al ser humano es la falta de aceptación, insa-tisfacción, el recuerdo de lo que pasó y
la negación del hoy. En los casos que puedo hacerlo, pregunto a los familiares cómo era antes, hace diez o veinte años?
y las respuestas son las mismas -igual que ahora siempre depresiva, o -siempre
regañón y quejumbroso. Entonces no es la vejez la que nos hace rechazar la edad, es la esencia misma de
cada uno la que nos hace aceptar. De lo que se conquistó y aún se tiene no
es ni más ni menos que los valores, los que no pasan de edad, ni tiempo, ni dis-tancia, tampoco tienen edad.
No envejecen ni se diluyen, sería traba-
jar en aceptar y reconocer el valor de lo que
configura nuestro entorno, no se trata de re-signarse a lo que hay, sino de amar nuestras circunstancias para mejorar desde ese pun-
to de partida y nuestro mayor reto será el aprendizaje de resolver esto que tenemos en esfuerzo propio, sin mirar alrededor a ver
quien tiene algo diferente. Quizá también sirve, repensarse de la si-
guiente forma: Frankl le llama "pasividad errónea", aplicamos la intención paradógica, no interesan los síntomas en sí mismos, si-
no la actitud frente a la vida. Esta técnica es moviliza las capas más pro-
fundas de la persona. Es una "reorientación existencial". En el verdadero sentido de la palabra, la lo-goterapia se basa en el principio logoterap-éutico del “antagonismo psiconoético”, que se
refiere a la capacidad específicamente humana de separarse, no sólo del mundo,
sino también de uno mismo. Aceptar será, armar el propio curso de la vi-da, darle sentido a la propia existencia, en-
contrar el proyecto que nos convoca a una misión. La cual no tiene que ser fastuosa, es aquella que nos convoca, ser amigo, o pa-
dres, o educadores, terapeutas, abuelos, amas de casa, cuidadoras, etc. Tantas y tan-
tas misiones como nuestra imaginación lo permita; porque cada una es valiosa en sí misma, necesaria y tan amplia como poda-
mos hacerla.
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E ste es el nombre que elegí para
mi libro que está por editar San Pablo y que justamente reveren-cia a la vincularidad como uno
de los ejes centrales de la existencia humana. Elogiar significa hablar bien de algo o de
alguien, resaltar sus cualidades positivas, argumentar a favor de. Por eso, en este li-
bro intento demostrar que los vínculos nos constituyen. Son la base de nuestro bien-estar en tanto me permiten sentirme segu-
ra y feliz si me siento amada por mis se-res queridos, o insegura y frustrada si ocurre lo contrario.
Cuando intento que diferentes personas asocien la palabra vínculo, casi siempre
ocurre que una de las palabras que apare-ce es el amor. ¿Será por asociación con el modo más sano y el mejor modo de rela-
cionarnos? Dentro de esta línea de pensamiento, una
persona quiso compartir lo que piensa so-bre el amor de pareja, y me parece muy interesante la analogía que plantea entre
el mismo y la matemática. Este es el texto de Claudia Villagra, que titula “Ciencias Exactas”:
“Todo empezó como un juego de palabras, a pura improvisación, algo así como una
tarjeta de feliz cumpleaños hablada. Dije, aproximadamente, que no estábamos ni podíamos estar divididos, tampoco multi-
plicarnos, ni sumarnos ni restarnos; que no podría utilizar ninguna operación ma-
temática básica para transmitirte cómo querría que fuese, excepto el signo igual.
Después, creo que vino lo de que no somos
iguales pero sí podemos ser proporcionales. Me pareció posible relacionar la matemáti-ca y el amor, ya que ambos son conceptos
abstractos, los dos implican conocimiento y saber, y bien aplicados y entendidos son inequívocos, perfectos e indiscutibles.
Repensando la relación planteada, confirmé que ni la suma, ni la resta, ni la multiplica-
ción y mucho menos la división representa-ban lo que quiero que tengamos. Amplié la búsqueda dentro del límite de mis saberes
sobre ambas ciencias y conseguí satisfacer mi inquietud, no con una sino con varias operaciones más o menos complejas. Aquí
van: El primer concepto que traigo es el de Iden-
tidad. Un tipo de igualdad que nos asegure que reconocemos al otro como un auténtico otro. Ese reconocimiento permite ponerse
en el lugar del otro y previene el abordaje desmesurado que termina, indefectible-
mente, en el clásico pedido explícito de de-jar de ser como se es para ser como es el otro.
Dentro de las operaciones básicas, la Po-tenciación colabora en darle forma a la comparación que pretendo realizar. Quiero
que seas mi exponente entero y positivo, y quiero que sepas que puedo ser el tuyo.
Avanzando un poco en complejidad, creo que la Integración aporta una buena parte a mi objetivo. Es cierto que estaría inclu-
yendo a la suma -que excluí desde un prin-cipio-, pero elegí la integración porque lo-
gra su resultado sumando, pacientemente, infinitas partecitas infinitamente peque-
LOGOTERAPIA VINCULAR
ELOGIO AL VÍNCULO
Por Lic.Analía Boyadjián
Mail de contacto: [email protected]
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ñas…como los instantes que vamos agre-
gando cuando nos vemos y cuando no nos vemos.
Aunque pueda resultar extraño, pienso que la Diferenciación también es una ope-ración que representa lo que busco. Quie-
ro ser capaz de estar continuamente aten-ta a la velocidad de tus cambios y ser ab-solutamente respetuosa de tu comporta-
miento como variable independiente. Necesito ahora agregar el concepto princi-
pal, la Simplificación. Considero impres-cindible esta operación que, obviamente, tiene sus reglas de aplicación y propieda-
des innegables. Pero más allá de lo obvio, pretendo que la simplificación entre noso-
tros sea moneda corriente; más aún, diría que lo veo como un condicionante innego-ciable. Estoy convencida de que a medida
que vayamos reduciendo la dificultad, ire-mos consiguiendo equivalencias de menor valor absoluto hasta que, por el poder de
estas ciencias exactas, logremos fundirnos en uno.”
El texto que acabamos de leer merece dis-frutarse así, como una obra de arte, en su pura expresión, libre del análisis de un
psicólogo, ni de alguien que le quite el bri-llo propio: de un alma que transmite un sentimiento genuino.
¿Cuántos filósofos, poetas, pensadores, han intentado definir el vínculo de amor?
Y cuando repasamos algunos de ellos, nos sentimos más cerca o más lejos, según nuestras propias creencias y vivencias. Tal
vez la cuestión primordial no sea el encon-trar la mejor fórmula para definirlo sino
aceptar que cada uno tenga su propia perspectiva y que las tantas miradas enri-quecen el abanico de la vida vincular.
Si le preguntamos a un niño qué siente por su madre, seguramente será una res-puesta en términos mucho más románti-
cos que la que nos dé un adolescente en franca rebeldía con sus progenitores. Lo
mismo si consultamos a una joven que cursa su primer amor, nos declarará senti-mientos mucho más intensos que otra per-
sona que arrastra una cadena de frustra-ciones amorosas en su haber. Y así la his-
toria la van escribiendo las personas según sus condiciones y circunstancias.
Voy a intentar hacer el paralelo en este
punto (perspectivas diferentes, enriqueci-miento mutuo, respeto por la diferencia,
respeto por el otro, reconocimiento del otro, elogio al vínculo) con una experiencia general que tuve hace unos días al llegar
de México DF, donde fui invitada a presen-tar la Logoterapia Vincular en el Primer Congreso Mexicano de Análisis Existen-
cial. En todos los órdenes, el encuentro con mis colegas de diferentes países fue
muy satisfactorio, pero sobre todo el res-peto que hubo por escuchar la opinión personal de cada uno de nosotros. Me
sentí muy incluida, respetada, aceptada, y enriquecida por todo lo que escuché y re-
cibí de cada uno, tanto de mis compañeros con quienes expusimos, como de los oyen-tes que nos daban sus feedbacks. Me pude
enterar de los puntos en los que Viktor Frankl no estuvo de acuerdo con Alfred Längle (que era el invitado especial de este
Congreso) y respetar ambas visiones, y quedarme pensando. Sobre todo darme
espacio para seguir pensando aspectos que no había considerado, y que otras per-sonas sí lo han hecho o lo hacen. Y funda-
mentalmente, a pesar de estar lejos de ca-sa, y haber viajado sola, me sentí “como en casa” y acompañada. Gracias a toda la
gente linda que conocí y a esa ciudad que, pese a que estuve solo por trabajo cuatro
días, ¡me pareció bellísima!
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Página 7
U na de las circunstancias más
polémicas en la vida de Viktor Frankl ha sido su simpatía per-sonal y profesional con Martín
Heidegger.
Heidegger es una de las figuras más des-tacadas de la filosofía del siglo XX, influ-
yendo particularmente en el desarrollo de la denominada filosofía existencialista.
Con un tipo de discurso oscuro y hermé-tico (según la opinión de la mayoría de los críticos), fue un verdadero innovador
del pensamiento contemporáneo, y su in-fluencia se ve reflejada en la obra de otros grandes pensadores como el caso
de Sartre, Lacan, Ricoeur, Váttimo y tan-
tos otros.
Más allá de las aportaciones que pudo brindar Heidegger al curso y evolución del pensamiento contemporáneo, su vida
estuvo atravesada por hechos personales y socio-políticos, que lo posicionaron en
el lugar de una profunda e interminable polémica. Su participación como rector de la Universidad de Friburgo y los con-
ceptos vertidos en el discurso de asun-ción del cargo (en 1933), lo alinean como simpatizante del régimen que imperaba
en ese momento, el nacionalsocialismo.
Heidegger asume el cargo directivo en
1933, y al poco tiempo renuncia al mis-mo, conservando sus cargos docentes, dictando seminarios entre 1933 y 1935,
cuyo contenido parece ser un apoyo inte-lectual a la ideología del régimen. Todo
esto significó que fuera concebido como
el ideólogo del nazismo. Si bien el valor trascendental de su filosofía es aceptado casi unánimemente, respecto de su
eventual condición filonazi no logra con-senso. Para muchos no quedan dudas de su simpatía ideológica y adhesión al
Régimen, en tanto que, para otros, no es tan así. Estos últimos sostienen que sus
ideas fueron captadas por el nacionalso-cialismo, no dedicadas por el propio Hei-degger, en un intento de asumirlas como
fundamento filosófico y cosmovisional del Régimen, y que, al percatarse de tal estrategia, el propio Heidegger decidió
renunciar al cargo de rector. Tras su re-nuncia continuó con su actividad docen-
te, siendo destituido de sus cátedras en 1945, tras la ocupación de Alemania por
parte de los aliados al finalizar la guerra.
El propio Viktor Frankl era un verdadero defensor de Martín Heidegger. Defendía
la postura de quien había asumido el co-raje de renunciar al cargo en pleno auge del movimiento nacionalsocialista. Cier-
tamente, todos los funcionarios durante el gobierno del Tercer Reich, debían afi-liarse al partido nacionalsocialista (tal
como ocurre con todo régimen autorita-rio) Lo mismo había ocurrido con su
querido amigo, el doctor Otto Pôtzl, di-rector de la clínica Rothschild quien, aún portando la svástica en su brazo,
ayudaba a Frankl a asilar a judíos enfer-mos (con diagnósticos falsos) en el hos-
pital para postergar o demorar su depor-
tación a los campos.
FRANKL Y HEIDEGGER.
Un vínculo polémico
Por Dr.Claudio García Pintos
Mail de contacto: [email protected]
Después de la guerra, el Dr.Pôtzl tam-
bién fue perseguido por nazi, ignoran-do la gente que había arriesgado su vi-da en infinidad de ocasiones, siendo
opositor al régimen.
El propio Frankl es considerado, por una línea del revisionismo histórico,
como filonazi. Aducen su participa-ción, siendo un joven y entusiasta
médico, como miembro del Instituto Gôering. El mismo estaba dirigido por un sobrino del jerarca nazi, y le ofreció
a Víktor la posibilidad de patrocinar sus investigaciones. Por la elocuencia en sus clases y disertaciones, en el ins-
tituto tuvieron la ocurrencia de apodar-lo el “Goebbels de la psicotera-
pia” (haciendo alusión al ministro de publicidad y propaganda del Reich). Cuando Viktor presume que sus ideas
corrían el riesgo de ser tomadas como parte del cuerpo ideológico del régimen,
decide renunciar al instituto.
De modo que él mismo conoció, por las experiencias propias y de Pôtzl, cómo
era la dinámica durante los años del terror, y apreciaba especialmente el co-raje de Heidegger al renunciar al cargo
y quitarse la svástica (que como funcio-nario estaba obligado a portar) del bra-
zo en tiempos del esplendor nazi.
Más allá de esto, todas las especulacio-nes que podamos hacer sobre la parti-
cipación de Heidegger del movimiento nacionalsocialista, parten de la subjeti-
vidad y sensibilidad de quienes las hagamos. Me parece especialmente in-teresante, compartir con los lectores,
un fragmento nutrido de la famosa en-trevista del reconocido diario Spiegel, conocida como “Entrevista del Spiegel a
Martin Heidegger”, tomada del libro Es-critos sobre la universidad alemana,
Editorial Tecnos, Madrid, 2ª edición, 1996 (con estudio preliminar, traduc-
ción y notas de Ramón Rodríguez Gar-cía) . En este fragmento. El filósofo habla acerca de estos hechos y de
cómo han sido interpretados por el mundo
entero.
Veamos…
Entrevista (fragmento)
SPIEGEL: Profesor Heidegger, constante-mente hemos podido comprobar que su obra
filosófica está un tanto ensombrecida por ciertos sucesos de su vida, que no duraron mucho y que nunca han sido aclarados,
bien porque ha sido Vd. demasiado orgullo-so, bien porque no ha estimado conveniente
pronunciarse sobre ellos.
HEIDEGGER: ¿Se refiere a 1933?
SPIEGEL: Sí, antes y después. Querríamos
plantear este tema en un contexto más am-plio y, desde él, llegar a cuestiones que pare-cen importantes, tales como: ¿qué posibili-
dades hay, partiendo de la filosofía, de ac-tuar sobre la realidad, también sobre la rea-
lidad política? ¿Existe aún esa posibilidad?
Y si existe, ¿cómo es?
HEIDEGGER: Son cuestiones importantes,
que no sé si podré responderlas todas. Pero, por lo pronto, tengo que decir que de -ninguna manera, antes de mi rectorado,
había actuado políticamente. Durante el se-mestre de invierno de 1932-1933 tuve vaca-ciones, y la mayor parte del tiempo estuve
arriba, en mi cabaña.
SPIEGEL: ¿Cómo llegó entonces a ser rector
de la Universidad de Friburgo?
HEIDEGGER: En diciembre de 1932 fue ele-gido rector mi vecino von Möllendorf, ca-
tedrático de Anatomía. La toma de posesión del nuevo rector era, en esta Universidad, el 15 de abril. Durante el semestre de invierno
del 32-33 hablamos con frecuencia sobre la situación, no sólo política, sino especialmen-
te universitaria, sobre la situación, en buena parte sin perspectivas, de los estudiantes. Mi juicio era el siguiente: por lo que yo pue-
do ver, sólo queda una posibilidad: intentar,
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con las fuerzas constructivas, que aún
están realmente vivas, controlar el desa-
rrollo futuro.
SPIEGEL: ¿Veía Vd., pues, una relación
entre la situación de la Universidad ale-mana y la situación política general de
Alemania?
HEIDEGGER: Evidentemente seguía los acontecimientos políticos que tuvieron
lugar entre enero y marzo de 1933 y hablé sobre ellos ocasionalmente con jóvenes colegas. Pero mi trabajo estaba
dedicado a una interpretación global del pensamiento presocrático. Al empezar el semestre de verano me volví a Friburgo.
Entretanto, el 15 de abril, el profesor von Möllendorf había tomado posesión
como rector. Apenas dos semanas des-pués era relevado de su cargo por el en-tonces ministro de Cultura de Baden,
Wakker. La ocasión, que presumible-mente estaban esperando, para esta de-
cisión del ministro la ofreció el hecho de que el rector había prohibido que en la Universidad se colgara el llamado «cartel
de judío».
SPIEGEL : Von Möllendorf era social-
demócrata. ¿Qué hizo tras su destitu-
ción?
HEIDEGGER: Ya el mismo día de su
destitución vino von Möllendorf y me di-jo: «Heidegger ahora tiene Vd. que acep-tar el rectorado.» Yo puse en considera-ción que carecía de experiencia en la ad-ministración. Sin embargo, el entonces
vicerrector Sauer (teólogo) me presionó para presentar mi candidatura a la nue-va elección de rector, porque, si no lo
hacía, existía el peligro de que el minis-terio nombrara rector a un funcionario.
Jóvenes colegas con los que desde hacía años había discutido cuestiones univer-sitarias me asediaban para que aceptara
el rectorado. Vacilé largo tiempo. Final-mente, declaré que estaría dispuesto a
aceptar el cargo, y sólo en interés de la
Universidad, cuando estuviera seguro de la
máxima adhesión del pleno. Pero, entretan-to, se mantenían mis dudas sobre mi idonei-dad para ejercer el rectorado, de manera que
la misma mañana del día fijado para la elec-ción me dirigí al rectorado y les dije, al de-puesto colega von Möllendorf, allí presente, y
al vicerrector Sauer, que no podía aceptar el cargo. A lo cual ambos contestaron que la
elección estaba ya preparada y no podía vol-
verme atrás.
SPIEGEL: Tras ello se declaró Vd., por fin, dispuesto. ¿Cómo se desarrollaron entonces
sus relaciones con los nacionalsocialistas?
HEIDEGGER: Dos días después de mi toma
de posesión apareció en el rectorado el «jefe estudiantil» con dos acompañantes y exigió
de nuevo que se colgara el «cartel de judío». Me negué. Los tres estudiantes se alejaron advirtiendo que la prohibición sería comuni-
cada a la jefatura de estudiantes del Reich. Algunos días después recibí una llamada te-
lefónica del jefe de grupo de las SA, Dr. Bau-mann, desde la oficina universitaria de la jefatura suprema de las SA. Exigía que se
colgase el «cartel de judío»; en caso contra-rio, podía contar con mi destitución, si no con el cierre de la Universidad. Lo rechacé e
intenté conseguir el apoyo del ministro de Cultura de Baden. Pero me explicó que no
podía hacer nada contra las SA. Sin embar-
go, no retiré mi prohibición.
SPIEGEL: Hasta ahora esto no se sabía.
HEIDEGGER: El motivo fundamental que me llevó a aceptar el rectorado está ya en mi
lección inaugural de Friburgo, titulada ¿Qué es Metafísica?: «Los dominios de las ciencias están muy distantes entre sí. El modo de tra-tar sus objetos es radicalmente diverso. Esta dispersa multiplicidad de disciplinas se man-tiene, todavía, unida, gracias tan sólo a la or-ganización técnica de las Universidades y Fa-cultades, y conserva una significación por la finalidad práctica de las especialidades. En cambio, el enraizamiento de las ciencias en su fundamento esencial se ha perdido por
completo». Lo que intenté, mientras estu-
ve en el cargo, en relación con esta si-tuación de las Universidades -hoy dege-nerada hasta el extremo- está expuesto
en mi discurso rectoral.
SPIEGEL: Queremos intentar descubrir
si estas manifestaciones de 1929 coinci-den con lo que Vd. decía en su discurso inaugural como rector en 1933, y de qué
manera. Sacamos ahora de su contexto esta frase: «La tan celebrada “libertad académica” es expulsada de la Universi-dad; pues, por puramente negativa, es inauténtica». Creemos que puede supo-nerse que esta frase expresa, parcial-mente al menos, ideas de las que Vd.,
aún hoy, no está lejos.
HEIDEGGER: Sí, estoy de acuerdo. Pues esta «libertad» académica era en lo fun-
damental puramente negativa: liberarse del esfuerzo de comprometerse con lo
que el estudio académico exige de medi-tación y reflexión. Por lo demás, la frase que Vd. ha extraído, no debe verse aisla-
da, sino en su contexto; entonces se verá claro lo que quise dar a entender
con «libertad negativa».
SPIEGEL: Bien, eso se comprende. Sin embargo, creemos percibir en su discur-
so rectoral un tono nuevo, cuando habla en él, cuatro meses después del nom-
bramiento de Hitler como canciller del Reich, de «la grandeza y el esplendor de
esta puesta en marcha».
HEIDEGGER: Sí, estaba convencido de
ello.
SPIEGEL: ¿Podría explicar esto algo
más?
HEIDEGGER: Con mucho gusto. Yo no veía entonces otra alternativa. En medio
de la confusión general de las opiniones y de las tendencias políticas de veintidós
partidos, había que encontrar una orien-tación nacional y sobre todo social, más
o menos en el sentido de Friedrich Nau-
mann. Sólo a título de ejemplo podría citar aquí un artículo de Eduard Spranger, que va
mucho más allá de mi discurso rectoral.
SPIEGEL: ¿Cuándo comenzó Vd. a ocuparse de los asuntos políticos? Los veintidós parti-
dos hacía tiempo que existían. También ha-
bía ya millones de parados en 1930.
HEIDEGGER: En esa época estaba todavía
enteramente absorto en cuestiones que están desarrolladas en Ser y Tiempo (1927) y en los escritos y conferencias de los años si-
guientes, cuestiones básicas del pensamien-to, que afectan también, indirectamente, a cuestiones nacionales y sociales. Como pro-
fesor en la Universidad, tenía directamente ante la vista la pregunta por el sentido de
las ciencias y, con ello, la determinación del cometido de la Universidad. Este esfuerzo está expresado en el título de mi discurso
rectoral, La autoafirmación de la Universidad alemana. Un título así nadie se habría atre-
vido a ponerlo en ningún discurso rectoral de la época. Pero los que polemizan contra
este discurso, ¿lo han leído a fondo, pon-derándolo y comprendiéndolo a la luz de la
situación de entonces?
SPIEGEL: Autoafirmación de la Universidad, en un mundo tan turbulento, ¿no resulta un
poco inadecuado?
HEIDEGGER: ¿Por qué? «Autoafirmación de la Universidad», esto va contra la llamada
«ciencia política», que en aquella época exi-gían el partido y el estudiantado nacionalso-cialista. Ese nombre tenía entonces un sen-
tido completamente distinto; no significaba, como hoy, politología, sino que quería decir: la ciencia en cuanto tal, su sentido y su va-
lor, han de evaluarse por su utilidad prácti-ca para el pueblo. La oposición a esta politi-
zación de la ciencia se expresa intencionada-
mente en mi discurso rectoral.
SPIEGEL: ¿Quiere Vd. decir entonces que, cuando acogió en la Universidad lo que Vd.
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entonces estimaba como una puesta en
marcha, pretendía afirmar la Universi-dad contra corrientes quizá demasiado poderosas, que no habrían respetado a
la Universidad su peculiaridad?
HEIDEGGER: Exactamente, pero la au-toafirmación debía a la vez plantearse la
tarea positiva de recuperar, frente a la mera organización técnica de la Univer-sidad, un nuevo sentido, reflexionando
sobre la tradición del pensamiento euro-
peo occidental.
SPIEGEL: Profesor, ¿hemos de entender, pues, que Vd. creyó entonces que podía lograrse una mejoría de la Universidad
colaborando con los nacionalsocialistas?
HEIDEGGER: Eso está expresado de manera falsa. No en colaboración con
los nacionalsocialistas, sino que la Uni-versidad debía otra vez renovarse a par-
tir de su propia reflexión y lograr así una posición firme frente al peligro de una politización de la ciencia, en el sen-
tido que antes mencioné.
SPIEGEL: Y por eso proclamó Vd. en su
discurso rectoral estos tres pilares: «Servicio del trabajo», «Servicio de las ar-mas», «Servicio del saber». ¿Pensaba Vd.
que de esta forma el servicio del saber debía ser elevado al mismo rango que
los otros dos, posición que los nacional-
socialistas no le concedían?
HEIDEGGER: No se trata de «pilares». Si
Vd. lee atentamente, el servicio del saber está desde luego situado en tercer lugar, pero por su sentido su puesto es el pri-
mero. No hay que dejar de pensar que el trabajo y la defensa armada, como cual-quier actividad humana, se fundan en
un saber, que los ilumina.
SPIEGEL: Tenemos todavía que mencio-
nar una frase -enseguida acabamos con estas citas inútiles-, que no podemos
imaginar que hoy siga suscribiendo. De-
cía Vd. en el otoño de 1933: «Ni los dogmas ni las ideas son las reglas de nuestro ser. El Führer mismo y sólo él es la realidad alema-
na actual y futura, y su ley.»
HEIDEGGER: Estas frases no están en el discurso rectoral, sino en el periódico local de los estudiantes de Friburgo, a principios
del semestre de invierno de 1933-1934. Cuando acepté el rectorado, tenía claro que no podía pasar sin compromisos. Las cita-
das frases hoy ya no las escribiría. Cosas de ese tipo ya no las volví a decir a partir de
1934. Pero todavía hoy repetiría, y con más decisión que entonces, el discurso sobre La autoafirmación de la Universidad alemana,
obviamente sin referirlo al nacionalsocialis-mo. La sociedad ha ocupado el lugar del
«pueblo». De todos modos, el discurso habría
sido hoy tan en vano como entonces.
SPIEGEL: ¿Nos permite que le interrumpa-
mos otra vez? Hasta ahora, en el curso de esta conversación, se ha mostrado con clari-
dad que su actitud en 1933 se movía entre dos polos. En primer lugar, Vd. tenía que
decir algunas cosas ad usum Delphini. Este es uno de los polos. El otro era, sin embar-go, positivo: Vd. lo expresa así: yo tenía la
sensación de que aquí había algo nuevo,
una puesta en marcha. Así lo ha dicho Vd.
HEIDEGGER: Así es.
SPIEGEL: Entre estos dos polos se ha... A partir de la situación esto es totalmente creí-
ble.
HEIDEGGER: Cierto. Pero tengo que recal-car que la expresión ad usum Delphini es in-
suficiente. Yo creía entonces que en el deba-te con el nacionalsocialismo podía abrirse un camino nuevo, el único posible, para una
renovación.
SPIEGEL: Vd. sabe que, en este contexto, se
han elevado contra Vd. algunos reproches que afectan a su colaboración con el NSDAP y sus asociaciones y que en la opinión públi-
ca aparecen aún como no desmentidos. Así,
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se le ha reprochado que Vd. habría parti-
cipado en la quema de libros organizada por los estudiantes o por las Juventudes
Hitlerianas.
HEIDEGGER: Yo prohibí la planeada que-
ma de libros que debía haber tenido lugar
ante el edificio de la Universidad.
SPIEGEL: Además se le ha reprochado que Vd. permitiera que se retiraran de la
Biblioteca de la Universidad y del Semi-nario de Filosofía los libros de autores
judíos.
HEIDEGGER: Como director del Semina-rio sólo podía disponer de su biblioteca. No accedí a las reiteradas exigencias de
retirar los libros de autores judíos. Anti-guos participantes en mis Seminarios podrían hoy atestiguar que no sólo no fue
retirado ningún libro de autores judíos, sino que estos autores, sobre todo Hus-
serl, fueron citados y comentados como
antes de 1933.
SPIEGEL: Queremos dejar esto claro. ¿Cómo explica Vd. el surgimiento de tales
rumores? ¿Es mala voluntad?
HEIDEGGER: Por lo que sé de su origen,
creo que así es; pero los motivos de la ca-lumnia son más profundos. La aceptación
del rectorado es presumiblemente sólo la ocasión, no la razón determinante. Por ello, la polémica probablemente se reavi-
vará de nuevo cada vez que se ofrezca
una ocasión.
SPIEGEL: Vd. tuvo también, después de 1933, estudiantes judíos. Su relación con ellos, probablemente no con todos, pero sí
con algunos, debe de haber sido cordial.
HEIDEGGER: Mi actitud después de 1933 siguió siendo la misma. Una de mis
más antiguas y más dotadas estudiantes, Helene Weiss, que más tarde emigró a Es-
cocia, se doctoró en Basilea con un traba-jo muy importante sobre Causalidad y
azar en la filosofía de Aristóteles, impreso
en Basilea en 1942, cuando su doctorado ya no fue posible en la Facultad de aquí. Al final del prefacio la autora escribe: «El ensa-yo de interpretación fenomenológica, cuya primera parte presentamos aquí, ha sido po-sible gracias a las interpretaciones inéditas de la filosofía griega de M. Heidegger.» Pue-de Vd. ver aquí el ejemplar que la autora
me envió con una dedicatoria de su puño y letra en abril de 1948. Antes de su muerte
en Bruselas visité a la Sra. Weiss varias ve-
ces.
SPIEGEL: Durante largo tiempo fue Vd.
amigo de Karl Jaspers. Después de 1933 empezó a enturbiarse esta relación. Se dice
que este enturbiamiento guarda relación con el hecho de que la mujer de Jaspers era
judía. ¿Puede Vd. decir algo sobre esto?
HEIDEGGER: Eso que Vd. dice es mentira. Era amigo de Karl Jaspers desde 1919. Les visité, a él y a su mujer, en el verano de
1933 en Heidelberg. Entre 1934 y 1938 me envió todas sus publicaciones «con un cor-
dial saludo». Aquí las tiene.
SPIEGEL: Aquí dice: «Con un cordial salu-do». Bien, el saludo no sería «cordial» si an-tes hubiera habido un enturbiamiento.
Otra pregunta similar: Vd. fue discípulo de su predecesor judío en la cátedra de la Uni-versidad de Friburgo, Edmund Husserl. El
le propuso a Vd. como sucesor en la cáte-dra. Su relación con él no puede haber es-
tado exenta de agradecimiento.
HEIDEGGER: Vd. tiene la dedicatoria de
Ser y Tiempo.
SPIEGEL: Claro.
HEIDEGGER: En 1929 redacté el escrito de homenaje para su setenta cumpleaños y en
la fiesta de su casa pronuncié el discurso que, también en mayo de 1929, fue impreso
en las comunicaciones académicas.
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SPIEGEL: Pero es más tarde cuando se
enturbian las relaciones. ¿Puede Vd., si lo desea, decirnos a qué hay que atri-
buirlo?
HEIDEGGER: Las diferencias, desde el
punto de vista objetivo, se habían agudi-zado. A comienzos de los años treinta
Husserl llevó a cabo públicamente un ajuste de cuentas con Max Scheler y conmigo en términos inequívocos. Qué
movió a Husserl a pronunciarse con tal notoriedad contra mi pensamiento, no
he podido saberlo.
SPIEGEL: ¿Con ocasión de qué fue eso?
HEIDEGGER: En la Universidad de
Berlín, Husserl habló ante 1.600 oyen-tes. Heinrich Mühsam habló en uno de los grandes periódicos de Berlín de un
«ambiente de palacio de deportes».
SPIEGEL: En nuestro contexto la dispu-
ta en sí misma no tiene interés. Sólo in-teresa que no hubo una disputa que tu-
viera algo que ver con el año 1933.
HEIDEGGER: En lo más mínimo.
SPIEGEL: Esa era también nuestra idea.
Pero, ¿no es cierto que más tarde Vd. re-tiró de Ser y Tiempo la dedicatoria a
Husserl?
HEIDEGGER: Es cierto. He explicado es-te hecho en mi libro De camino hacia el lenguaje. En él escribí: «Con el fin de hacer frente a falsas afirmaciones, am-pliamente extendidas, hay que hacer no-tar aquí expresamente que la dedicatoria de Ser y Tiempo, mencionada en el texto del diálogo (p. 92), se mantuvo también en la 4. a edición de 1935. Cuando el edi-tor vio en peligro la quinta edición del li-bro -por una posible prohibición- se convi-no finalmente, a propuesta y por deseo de Niemeyer, retirar la dedicatoria en es-ta edición, con la condición, que yo puse, de que se mantuviera la nota de la pági-
na 38, que es donde realmente esa dedicato-ria recibe su fundamento, y que dice: “Si la siguiente investigación da algunos pasos hacia adelante por el camino que abre las „cosas mismas‟, lo debe el autor en primera línea a E. Husserl, que le familiarizó durante los años de estudio del autor en Friburgo con los más variados dominios de la investiga-ción fenomenológica, mediante una solícita dirección personal y la más liberal comunica-
ción de trabajos inéditos”».
SPIEGEL: Entonces ya no necesitamos pre-guntarle si es cierto que Vd., como rector de la Universidad de Friburgo, prohibió la en-
trada o la utilización de la Biblioteca de la Universidad o del Seminario de Filosofía al
profesor emérito Husserl.
HEIDEGGER: Eso es una calumnia.
SPIEGEL: ¿Y no hay tampoco una carta en
la que se expresa esta prohibición a Hus-
serl? ¿De dónde ha salido ese rumor?
HEIDEGGER: Tampoco lo sé, no encuentro
para ello explicación alguna. Que todo este asunto es inverosímil, puedo demostrárselo a través de algo que tampoco se conoce: Du-
rante mi rectorado, el ministerio pretendió retirar al director de la Clínica Universitaria, profesor Tannhauser, y al profesor de Quí-
mica y Física, futuro premio Nobel, von Hevesy, ambos judíos; tras una visita al mi-
nistro, logré mantenerlos en sus puestos. Que mantuviera a estos dos hombres y que al mismo tiempo actuara, de la forma que se
ha divulgado, contra Husserl, profesor emé-rito y mi propio maestro, es absurdo. Impedí
también que estudiantes y profesores prepa-raran una manifestación contra el profesor Tannhauser delante de su clínica. En la es-
quela que la familia Tannhauser publicó en el periódico de aquí se dice: «Hasta 1934 fue el respetado director de la Clínica Universita-ria en Friburgo i. Br. Brocline, Mass., 18.12.1962». Sobre el profesor von Hevesy
informaban las Freiburger Universitätsblät-ter, Heft 11, febrero de 1966: «Durante los años 1926-1934 von Hevesy fue director del
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Instituto de Física y Química de la Univer-sidad de Friburgo i. Br.» Cuando yo di-mití, ambos directores fueron cesados de sus cargos. Había entonces profesores,
que se habían quedado sin cátedra, que pensaban: ahora es el momento de as-
cender. A toda esta gente la rechacé
cuando venía a verme.
SPIEGEL: Vd. no participó en 1938 en el
entierro de Husserl. ¿Por qué?
HEIDEGGER: Sobre esto sólo querría decir lo siguiente: el reproche de que
rompí mis relaciones con Husserl carece de base. En mayo de 1933 mi mujer es-
cribió a la Sra. Husserl, en nombre de los dos, una carta en la que le testimo-niábamos nuestro inalterable agradeci-
miento, y se la envié a casa con un ramo de flores. La Sra. Husserl contestó ense-guida, dando las gracias de manera for-
mal y diciendo que las relaciones entre nuestras familias se habían roto. Que
durante la enfermedad y muerte de Hus-serl no le testimoniara una vez más mi agradecimiento y mi respeto, es un fallo
humano, del que más tarde pedí discul-
pas por carta a la Sra. Husserl.
SPIEGEL: Husserl murió en 1938. Ya en febrero de 1934 había Vd. dimitido del
rectorado. ¿Cómo sucedió?
HEIDEGGER: Aquí no tengo más reme-dio que remontarme un poco más atrás. Con la intención de superar la organiza-
ción técnica de la Universidad, es decir, de renovar las Facultades desde dentro,
partiendo de sus tareas objetivas, propu-se nombrar como decanos para el se-
mestre de invierno de 1933‑1934 en al-
gunas Facultades a colegas jóvenes, pe-
ro, sobre todo, destacados en su especia-lidad, y desde luego sin mirar cuál era
su posición respecto del partido. De esta manera fueron decanos los profesores Erik Wolf en la Facultad de Derecho,
Schadewalt en la de Filosofía, Soergel en la de Ciencias y von Möllendorf, que en
primavera había sido destituido como rec-
tor, en la de Medicina. Pero ya durante las Navidades de 1933 estuvo claro que no podría sacar adelante la renovación de la
Universidad, que yo imaginaba, contra la resistencia de mis colegas y contra el parti-do. Por ejemplo, los colegas tomaban a mal
que metiera a los estudiantes en responsa-bilidades administrativas de la Universidad,
justo como ocurre hoy. Un día me llamaron de Karlsruhe, donde el ministro, por boca de su consejero ministerial y en presencia
del jefe estudiantil de la región, me exigió que sustituyera a los decanos de Derecho y Medicina por otros colegas que fueran bien
vistos por el partido. Rechacé estas preten-siones y ofrecí mi renuncia al rectorado, si
el ministro permanecía en sus exigencias, lo que fue el caso. Esto fue en febrero de 1934; me retiré tras diez meses en el cargo,
cuando los rectores permanecían entonces dos o tres años. Mientras la prensa de den -
tro y de fuera del país comentó de diversas maneras mi aceptación del rectorado, no
dijo una palabra de mi dimisión.
SPIEGEL: ¿Tuvo Vd. entonces tratos con
Rust?
HEIDEGGER: ¿Cuándo es «entonces»?
SPIEGEL: Se habla aún de un viaje que
Rust hizo aquí, a Friburgo, en 1933.
HEIDEGGER: Se trata de dos hechos dife-rentes. Con ocasión de una conmemoración ante la tumba de Schlageter en su ciudad
natal, Schonau im Wiesental, tuve ocasión de saludar de manera breve y meramente
formal al ministro. Luego, el ministro no su-po más de mí. No me esforcé entonces por tener ninguna conversación con él. Schlage-
ter era estudiante de Friburgo y pertenecía a una corporación católica de las que llevan colores. La conversación tuvo lugar en no-
viembre de 1933 en Berlín con ocasión de una conferencia de rectores. Le expuse mi
concepción de la ciencia y la posible confi-guración de las Facultades. Tomó atenta nota de todo, hasta el punto de que abrigué
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la esperanza de que lo que le expuse
podía tener efecto. Pero no fue así. No comprendo cómo esta entrevista mía con el entonces ministro de Educación se
convierte en un reproche, cuando por la misma época todos los gobiernos extran-jeros se apresuraban a reconocer a
Hitler y a prestarle la habitual reverencia
diplomática.
SPIEGEL: ¿Cómo se desarrollaron sus relaciones con el NSDAP, una vez que se
retiró del rectorado?
HEIDEGGER: Tras la retirada del recto-rado retorné a mis tareas docentes. En el semestre de verano mis clases versaron
sobre «Lógica» 2°. En el siguiente semes-tre 1934-1935 di el primer curso sobre
Hölderlin. En 1936 empezaron los cur-sos sobre Nietzsche. Todos los que pu-dieron oírlas entendieron que se trataba
de una discusión con el nacionalsocialis-
mo.
SPIEGEL: ¿Cómo se desarrolló la trans-misión del cargo? ¿No participó Vd. en la
ceremonia?
HEIDEGGER: No, rehusé participar en
ella.
SPIEGEL: ¿Fue su sucesor un miembro
comprometido del partido?
HEIDEGGER: Era de Derecho; Der Ale-
manne, el periódico del partido, anunció su nombramiento como rector con gran-des titulares: «El primer rector nacional-
socialista de la Universidad».
SPIEGEL: ¿Tuvo Vd. después dificulta-
des con el partido o cómo fue la cosa?
HEIDEGGER: Estaba permanentemente
vigilado.
SPIEGEL: ¿Puede Vd. dar un ejemplo?
HEIDEGGER: Sí, el caso del Dr. Hanke.
SPIEGEL: ¿Cómo llegó a saberlo?
HEIDEGGER: Porque él mismo vino a decír-melo. Se había ya doctorado en el semestre
de invierno de 1936-1937, y durante el se-mestre de verano del 37 fue miembro de mi seminario. Había sido enviado por el SD pa-
ra vigilarme.
SPIEGEL: ¿Y cómo decidió de repente ir a
verle?
HEIDEGGER: Tras mi seminario sobre Nietzsche del semestre de verano del 37 y tal
como en él se desarrolló el trabajo, me con-fesó que no podía ya aceptar la vigilancia que le habían encomendado y que quería po-
ner en mi conocimiento esta situación, con
vistas a mi ulterior actividad académica.
SPIEGEL: ¿No tuvo Vd. además otras difi-
cultades con el partido?
HEIDEGGER: Sólo sé que mis escritos no
podían ser reseñados, por ejemplo, el artícu-lo «La doctrina de Platón acerca de la ver-dad». Mi conferencia sobre Hölderlin, que pronuncié en 1936 en el Instituto Germáni-co de Roma, fue atacada de forma rastrera
en la revista de las Juventudes Hitlerianas Wille und Macht. La polémica que en el ve-
rano de 1934 se inició contra mí en la revis-ta de E. Krieck Volk im Werden deberían vol-verla a leer los interesados. En el Congreso
Internacional de Filosofía de Praga, en 1934, no formé parte de la delegación alemana ni
fui invitado a participar. De igual forma, se-guí siendo excluido en el Congreso Interna-cional de Descartes de París, en 1937, lo
cual resultó en París tan extraño que la di-rección del Congreso allí -el profesor Bréhier, de la Sorbona- se dirigió por su
cuenta a mí para preguntarme por qué yo no formaba parte de la delegación alemana.
Contesté que podrían informarse de este ca-so en el ministerio de Educación del Reich, en Berlín. Algún tiempo después me llegó de
Berlín el requerimiento de integrarme con
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posterioridad en la delegación, cosa que
rechacé. Las conferencias «¿Qué es Me-tafísica» y «De la esencia de la verdad» tuvieron que venderse, sin título en la
cubierta, bajo cuerda. Después de 1934, el discurso del rectorado fue inmediata-
mente retirado de la venta por orden del partido. Sólo debía ser comentado en los campamentos de profesores nacionalso-
cialistas como objeto de polémica políti-
ca.
SPIEGEL: Cuando en 1939 la guerra...
HEIDEGGER: En el último año de gue-rra, quinientos de los más conocidos
científicos y artistas fueron liberados de cualquier tipo de servicio militar. A mí no me incluyeron entre ellos; al contra-
rio, fui destinado en el verano de 1944 a trabajos de atrincheramiento al otro lado
del Rin, en Kaiserstuhl.
SPIEGEL: En el otro lado, en la parte
suiza, cavó trincheras Karl Barth.
HEIDEGGER: Es interesante cómo suce-dió. El rector invitó a todo el cuerpo do-cente a ir al aula 5 y pronunció un breve
discurso del siguiente tenor: lo que iba a decir había sido acordado con el jefe del
distrito y con el jefe de la región del NS. Quería dividir todo el cuerpo docente en tres grupos: primero, el de los profesores
de los que se podía prescindir totalmen-te; segundo, el de los que se podía pres-
cindir a medias; y el tercero, el de los im-prescindibles. En el primer lugar de los totalmente innecesarios fue citado Hei-
degger y luego Ritter. En el semestre de invierno de 1944-1945, cuando acabé de cavar trincheras en el Rin, di un curso
con el título: «Poetizar y pensar», en cier-to sentido una continuación de mi curso
sobre Nietzsche, es decir, de la discusión con el nacionalsocialismo. Después de la segunda hora, fui enrolado en la Volkss-
turm; de los profesores que fueron lla-
mados, yo era el más viejo.
SPIEGEL: Creo, profesor Heidegger, que no
es necesario que oigamos los hechos hasta su jubilación de facto o, digamos, hasta su jubilación legal. Son, ciertamente, conoci-
dos.
HEIDEGGER: Conocidos, desde luego, no
son. Es un asunto bastante feo.
SPIEGEL: A no ser que Vd. quiera decir al-
go.
HEIDEGGER: No.
(hasta aquí el fragmento de una entrevista
que continúa)
La entrevista pone énfasis en la situación política e ideológica de Martín Heidegger, antes, durante y con posterioridad al Ter-
cer Reich, y su polémica relación con el partido gobernante. A lo largo de sus res-
puestas puede observarse cómo, a su esti-lo, va dando respuestas a acusaciones que se cruzaron permanentemente con su
obra.
En su libro “Lo que no está escrito en mis libros” (Editorial San Pablo, Colección Noe-sis 9, Buenos Aires, 1997,pág.103), el pro-pio Frankl hace referencia a sus encuen-
tros con Heidegger y al valor que él mismo otorgaba a la amistad que entre ambos
pudo establecerse. “Lo que pertenece a lo más hermoso de mis propias vivencias, es el intercambio de pensamientos que se des-arrolló entre Martín Heidegger y mi perso-na., cuando vino por primera vez a Viena y me visitó. Se inscribió en el libro de huéspe-des con las siguientes palabras: Para el re-cuerdo de una mañana de visita hermosa
e instructiva. También vale la pena men-cionar la dedicatoria que luego escribió bajo una fotografía que testimonia nuestra visita a un heurigen vienés, y en la que quería hacer resaltar el parentesco entre nuestras opiniones: El pasado se aleja. Lo pretérito
llega”
En este breve texto pueden observarse dos
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aspectos fundamentales de la relación.
En primer lugar, la admiración de Vik-tor hacia quien considera uno de sus referentes (como también lo eran Jas-
pers y Binswanger), y la satisfacción de sentirse comulgando en la misma línea
de sus pensamientos. Agrega que “… siempre he experimentado que los real-mente grandes, a los que admiraba, aún cuando hubiesen tenido el derecho de criticarme, fueron tolerantes, sin darle importancia a todas las deficiencias de mis esfuerzos, y fueron capaces de ver, detrás de estos, siempre algo positivo. Así, no solo ha sucedido con Martín Hei-degger, sino también con Ludwig Bins-wanger, Karl Jaspers y Gabriel Mar-
cel” (op.cit.; pág.104)
En segundo lugar, el valor que otorga-
ba Frankl a la relación personal con Heidegger. No solo admiraba al renom-brado filósofo y lo emocionaba sentirse
aprobado por él. Elleonore (la viuda de Frankl) supo comentarme hablando de
esta relación, que Viktor se sentía hon-rado de recibir, en su casa de Marian-nengasse 1, a Heidegger, más aún
cuando en largas horas de discusión filosófica, muchas veces éste celebraba, aprobaba y valoraba, los aportes que el
padre de la Logoterapia podía ofrecerle.
Pero pasadas esas largas tertulias fi-
losóficas, también disfrutaba compartir con él, en familia, una relación perso-nal. El propio fragmento referido de
sus memorias, hace alusión a una visi-ta a un “heurigen vienés”. Los heuri-gen son una especie de tabernas en las
que los vitivinicultores sirven vinos ela-borados con la cosecha nueva, reciente.
Son lugares muy vistosos, usualmente sin estructura de restaurant, dado que suelen ser los patios de las casas de los
mismos vitivinicultores, abiertos tem-poralmente, para la venta de lo produ-
cido a partir de la cosecha del mismo año. Allí se beben vinos, licores y jugos artesanales, acompañados de embuti-
dos elaborados por los mismos produc-tores y acompañado todo de música en
Foto del matrimonio Frankl con Martín Heidegger
en un heurigen de Grinzing (1956)
vivo (habitualmente en cada heurigen se
escucha música ejecutada por un acordeón y guitarra); es decir, son lugares de clima festivo, propicio para las reuniones de ami-
gos y celebraciones íntimas.
Viktor Frankl gustaba de frecuentar los heurigen de la zona de Grinzing, un muni-
cipio ubicado en las afueras de Viena. (hacia el noroeste de la ciudad) Es una zo-
na boscosa y con arroyos, con mucha his-toria y tradición medieval. Cuando Viktor iba a Grinzing, lo hacía acompañado con
amigos especiales a los cuales quería aga-sajar; era para él una gran salida o una gran ocasión, compartir con alguien una
visita a esos heurigen. Por eso mismo, la circunstancia de haberlos visitado con Hei-
degger, nos da cuenta del impacto afectivo del filósofo en Viktor, y de la importancia personal que le otorgaba al hecho de poder
compartir una amistad con él.
No pretendo justificar la amistad entre es-
tos dos hombres, cosa innecesaria. Solo comprender el polémico vínculo entre Frankl y Heidegger. Esta entrevista aporta
algo de luz a ese intento.
dos manos, y hasta se sintieron creadores
del mismo. Todos, los bárbaros, los teóri-cos y los técnicos, todos, siempre, se rieron y despreciaron a los poéticos, aquellos que
no pretenden hacerse dioses y creadores, dominadores del mundo, sino que viven la
satisfacción de, tan solo, poder redimirlo.
A la luz de los hechos, ellos, (bárbaros, teó-ricos y técnicos), no han tenido mucho éxi-to, porque en general el mundo parece estar
siempre a punto de explotar. ¿Será que la presión de sus tenazas lo exponen a ese
riesgo? Por eso CAVEF sostiene el conven-cimiento de que la poesía, el arte, salvará al mundo y al hombre. Sin los poetas, no hay
salida!!
Desde ese lugar propone este día de la po-esía, lanzar la campaña “SALVEN EL ARTE
– EL ARTE NOS SALVA”, proponiendo a es-cuelas y educadores que promuevan el arte en la
formación de los niños y adolescentes, que el arte
tenga más carga y presen-cia en los programas edu-cativos escolares, que los
proyectos pedagógicos con-sideren la importancia de hacerlo y lleven adelante
acciones concretas de for-mación en el espíritu poéti-
co de las nuevas generacio-
nes.
Desde aquí iremos proponiendo acciones
concretas. Todos los que deseen sumarse pueden hacerlo, enviando por mail sus su-gerencias, comentario de experiencias o
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L os griegos, entre tantas otras co-
sas, nos han transmitido su con-cepto de poesía. Definían que la presencia del hombre en el cos-
mos es “poética”, entendiendo por tal, su capacidad (y “privilegio” agregaría) de transformar la realidad, de redimirla.
Con el solo hecho de poner un dedo so-bre una roca, bruta y gris, el hombre es
capaz de transformarla en una luminosa obra delicada de arte. Aristóteles, divid-ía las acciones humanas en tres categor-
ías: la “teoría”, entendida como búsque-da del conocimiento y la verdad; la “praxis”, referida a la búsqueda de solu-
ciones para los problemas prácticos; y la “poética”, el hacer que convierte pensa-
mientos en materia. Y es en ésta, la ac-ción poética, que el hombre encuentra el
culmen de su realización personal.
Después pasaron los bárbaros, aquellos que bajaron la vista y tro-
pezaron con lo inme-diato, y encontraron
que la mejor manera de romper los obstáculos, era la fuerza bruta, “a
cabezazos”. Y como una expresión de pro-greso, los teóricos tra-
taron de pensar otras opciones para hacerlo,
y se asociaron luego con los técnicos, y creyeron encontrar la posibilidad de go-bierno del cosmos. Con la teoría y la
técnica como tenaza, consintieron la po-sibilidad de tomar al mundo entre sus
La Página de CAVEF Cátedra Abierta Viktor E. Frankl
Director: Dr.Claudio García Pintos
Por Claudio García Pintos
Mail de contacto: [email protected]
facebook.com/claudio.garciapintos.1
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propuestas a [email protected]
Entre todos, “salvemos el arte, porque el
arte nos salva”
GENERARTE ya comienza su ciclo de presentaciones en diferentes colegios.
La propuesta de este año incluye los mu-sicales que ya están en cartel y la pro-
ducción de nuevas propuestas que se suman al programa educativo que sos-
tiene.
BUSCANDO SENTIDO. EL SUEÑO DE
VIKTOR FRANKL ya ha sido presencia-do por más de 30.000 jóvenes y continúa
sus presentaciones. ROMPECABEZAS ha cumplido hasta hoy un ciclo de pre-sentaciones ante aproximadamente
8.000 niños, y SECRETO DE NAVIDAD,
en sus funciones de estreno en noviembre
ppdo., pudo ser visto por más de 1.500
chicos. (En todos los casos, sin contar los espectadores que participaron en funciones
abiertas, no en colegios)
Las nuevas propuestas incluyen dos musi-cales (aún no estrenados) más que abordan temáticas vinculadas con aspectos propios
del universo de niños y adolescentes.
Los interesados en conocer en detalle las ac-tividades y propuestas de GENERARTE,
pueden hacerlo a través de su dirección de
FaceBook.
CAVEF participa del proyecto haciéndose
cargo de la Dirección Pedagógica de todas las propuestas. A tales efectos, desarrolla
GUÍAS con sugerencias pedagógicas, para que los docentes de las instituciones que re-ciben cada musical, puedan trabajar en el
aula, con los alumnos, los contenidos abor-dados en cada caso. Incluye actividades
previas para desarrollar antes de ver el mu-sical y otras para trabajarlas luego de haber-lo presenciado, profundizando las temáticas.
La idea es que no solo sea una actividad de entretenimiento y/o cultural, sino que se aproveche como un proyecto pedagógico in-
tegral a través del arte.
L a globalización nos somete a cam-
bios y presiones a veces no desea-dos. Debemos prepararnos para incorporarnos a esta etapa del de-
sarrollo mundial sin que perdamos, ni un
ápice, nuestra condición de Persona.
A pesar de los beneficios atribuídos a este
fenómeno para el desarrollo de la Huma-nidad, nos han tocado algunas conse-cuencias inmediatas no del todo gratas:
RECESIÓN, POBREZA GENERALIZADA Y ESTRUCTURAL, DÉFICIT ECONÓMICO
GENERAL Y FAMILIAR. Padecemos un altísimo déficit económico y social. Las consecuencias de este proceso caen sobre
toda la población y los economistas del Establishment aún no han encontrado soluciones. Tanto discuten en Jornadas y
Congresos que han instalado lo que pode-mos denominar una UTOPIA EGOISTA y
su pseudo contrapartida la UTOPIA AL-TRUISTA. Ustedes se preguntarán acerca de estas definiciones Veamos la primera,
la utopía egoísta.
A partir de un conocimiento personal les diré que la igualdad de oportunidades
que nuestros antepasados encontraron en América permitió el desarrollo de países como Uruguay, Venezuela y Argentina.
Estas naciones no se construyeron en ba-se a la inversión de capitales sino a partir
del trabajo y creatividad de los emigran-
tes de toda la gama de nacionalidades.
En los periódicos leemos, a menudo,
acerca de la importancia de los capitales que grupos de inversión colocarán en Uruguay, Brasil y Argentina. Estos inver-
sores prometen importantes transforma-
ciones para esas economías. Pero su in-
terés se verá condicionado por la posible rentabilidad de sus inversiones que depen-derá del crecimiento y éste de la creatividad
y motivación de los encargados para mane-
jarla.
La economía globalizante tiende a motivar
el esfuerzo individual para que la persona obtenga ventajas De esta forma no se con-tribuye al bien común, la comunidad se re-
siente, los éxitos de UNOS se convierten en fracasos de los OTROS. La lucha se esta-
blece por el bienestar personal, el ascenso económico y social, la posesión de bienes. En este tipo de relaciones comunitarias ca-
da hombre es un potencial enemigo de su vecino o compañero de trabajo, su familia y aún los amigos. El resultado es el aumento
de la agresividad, dificultades en las rela-ciones interpersonales y una ansiedad ge-
neral.
En el otro extremo, las instituciones oficia-les y algunas ONG‟s tienden a programar la
distribución indiscriminada de pseudos be-neficios sociales, siempre generales, míni-mos y decididos por el poder. Se descono-
cen las condiciones individuales, las con-formaciones culturales y la libertad del Hombre Estas instituciones tienden a se-
guir mal el modelo evangélico ofreciéndo pescado y a veces la caña de pescar. Pero
nunca se ponen al lado del que necesita pa-
ra acompañarlo en la búsqueda.
Debemos llamar la atención sobre la verda-
dera esencia del Hombre y denunciar, una vez mas, el hambre, la desocupación, la mi-seria, el aumento de la deuda, flagelos con
los que cerramos el Siglo XX e incrementa-
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UTOPÍA EGOÍSTA VS. UTOPÍA
ALTRUISTA.
Una alternativa: la solidaridad
Por José MARTÍNEZ-ROMERO GANDOS
Mail de contacto: [email protected]
¿Y el hombre?
A este hombre de la era de la globalización
se le promete “mejor calidad de vida”. Esta promesa pretende afirmarse en un aumen-to de la asistencia sanitaria, en un mejora-
miento de los niveles de vida y cambios so-ciales adecuados a las exigencias de la
hora. Las consecuencias no deseadas son el aumento de la población de mas de 65 años, las carencias en la educación de una
extensa franja de la población y la “pobreza estructural”. El desafío es construir un sis-
tema en el que la solidaridad sea el centro. La vertiginosidad con que la globalización difunde sus mensajes impide a los ciudada-
nos una elaboración crítica y ética de su verdadera influencia. Deslindar la verdad es muy difícil e impide la expresión auténti-
ca de sentimientos y proyectos.
Desde nuestra posición ideológica debemos reconocer los cambios en la realidad social
pero alertar sobre las posibilidades, casi se-guras, de caída en el vacío existencial, en la
vida sin sentido y en la superficialidad de la actividad cotidiana. Debemos preocuparnos intensamente por ese futuro porque pronto
nos toca insertarnos en él. La esperanza de vida aumenta y con ella la necesidad de asistencia especializada. Los sectores que
necesitan mas apoyo son los ancianos, los desocupados y los niños La carencia de
modelos aptos para la consideración respe-tuosa de la Persona permiten el aumento de la delincuencia, las adicciones y las con-
ductas agresivas.
Prever los problemas psicopatológicos deri-vados de sentimientos profundos de sole-
dad provocados por esta sociedad globaliza-da, vigilar la aparición de comportamientos alterados que modifican e impiden esa ple-
nitud de vida, encarar las sutiles y a veces brutales circunstancias en las que se altera
la convivencia familiar y contribuir al bien-estar de nuestros niños y mayores, es el de-
safío de la hora.
Las alteraciones mencionadas son multifac-toriales. Una inadecuada utilización de los recursos de las comunidades lleva al au-
mento de los problemas mencionados, limi-
tando la pretendida eficiencia del sistema.
mos en el nuevo siglo.
Sin posibilidad de clonación, cada Perso-
na necesita cuidados que van ligados a un complejo entramado psicosocial en la que manifiesta sus valores y desarrolla
sus propios procesos de adaptación. Sola-mente en una perspectiva holística del
problema podremos descubrir las verda-deras necesidades del Hombre. La génesis de este proceso es UNIVERSAL. Univer-
sal, que no globalizante porque cada per-sona es única e irrepetible, libre y respon-
sable para decidir sobre su futuro y su
autotrascendencia.
Cuando la consideramos en estas dimen-siones bio, psico, social y espiritual queda
claro que la totalidad del Hombre no puerde reducirse a un solo fenómeno y
debe entendérselo como una unidad de sentido y como una unidad estructural. En esta pluralidad de dimensiones el
Hombre experimenta el sí mismo y su re-
lación con el mundo.
Cuando busco el sentido de mi vida lo
primero que descubro es mi asombro ante la existencia. En especial ante esta exis-tencia vaciada de sentido por la sociedad
consumista. Aristóteles decía que con el asombro comienza la Filosofía. Nos va a
servir de mucho esta contemplación fi-losófica de la realidad, auxiliándonos con la Antropología, la Sociología, la Psicolog-
ía y por supuesto la Economía.
Cuanto mas reflexiono sobre mi existen-cia mas oscura veo mi existencia particu-
lar. La comprensión, la inteligencia y el lenguaje me quedan cortos para explicar
esta realidad que produce hambre, des-ocupación, miseria y agresión. ¿Cuál es la actitud específicamente humana a se-
guir? Es una época difícil para dar lugar
al asombro.
En este mundo con influencia globalizan-
te de los poderes temporales y la econom-ía las soluciones propuestas vienen de la mano de alianzas empresariales, aumento
de los negocios en la Web, crecimiento sostenido de las principales potencias,
cambios en las bolsas mundiales, etc.
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La gestión de proyectos que incorporen
rápidas y profundas innovaciones en la atención sanitaria y en la educación son los parámetros iniciales necesarios. Acep-
tar la sugerencia de los economistas im-plica buscar formas modernas de aumen-to de la eficacia y la eficiencia del sistema.
Pero esta eficiencia debe complementarse con la actividad comunitaria que genere
en la población espacios culturales para evaluar sus propias necesidades y encon-trar criterios definidos para que las solu-
ciones sean, cualitativa y cuantitativa-mente, aceptables y aceptadas por todos.
Esta es la verdadera innovación.
El concepto de “salud” de la Organización Mundial de Salud comprende el bienestar biológico, psíquico, social y espiritual de
las personas y no solamente la ausencia de enfermedad. Los técnicos diferencian
“salud objetiva” de “salud subjetiva” defi-nida la primera como “la capacidad para la función” y la segunda como “la signifi-
cación que la persona otorga al sentirse
bien”.
La economía provee los parámetros nece-
sarios para el desarrollo de un aspecto esencial de las comunidades. Pero no el principal. Sin posibilidad de clonación,
cada persona necesita cuidados que van ligados a un complejo entramado psicoso-
cial en el que se encuentra ligado afecti-vamente, en el que manifiesta sus valores personales y en el que desarrolla sus pro-
pios procesos de adaptación. Solamente una perspectiva holística del problema
permitirá descubrir sus verdaderas nece-sidades. La génesis de este aspecto evolu-tivo humano es universal. Universal, que
no globalizante, porque cada persona es única e irrepetible, libre y responsable pa-ra decidir sobre su futuro y sobre su au-
totrascendencia. La globalización no siempre permite este aspecto esencial de
la Persona. Si no es obligado a abandonar aquello que le pertenece por esencia, el hombre es capaz de incorporarse a un
proceso intenso de desarrollo como el que comentamos. La condición es el respeto
por su esencia: la libertad.
¿Cómo es posible aumentar la solidaridad
en un mundo egoísta, consumista y super-ficial? Volviendo a lo clásico sin abandonar lo actual. Mostrar a los responsables de la
producción que sin la debida motivación, sin el ejercicio periódico de la creatividad, sin la esperanza en un bienestar futuro pa-
ra su familia, sin la atención sanitaria debi-da, sin educación generadora de estructu-
ras valorativas, el Hombre se aliena y rinde
menos.
¿Podrán las empresas redescubrir estos
conceptos? Si alertamos a los ejecutivos que las dirigen que ellos caen, rápidamen-te, en la pendiente del proceso si no modifi-
can el ángulo de visión de sus técnicas pro-
ductivas, sí habrá cambios.
Los jóvenes necesitan una fuerte motiva-
ción que movilice sus potenciales creativos y productivos. Ellos ven el porvenir con nu-barrones y dejan cesantes sus energías so-
lamente dirigidas a sostener una vida pro-visional llena de adicciones, agresiones o
depresiones. Cada día aumenta la margina-ción y muy pocos de ellos llegaran a ser los ejecutivos a los que les proponemos este
esquema. Recordar que el hombre es lobo del hombre llega a tiempo para reconocer que tambien es el que ha desarrollado su
creatividad hasta los límites insospechados de la actualidad. Luz y sombra de la histo-
ria. Creación y destrucción. Amor y gue-
rras.
Apuntemos al amor y a la solidaridad.
Desde el punto de vista de los rendimientos
empresariales estos parámetros resultan de fácil aplicación, aumentan la estima perso-
nal de los funcionarios y mejoran el logro de utilidades. Fácil presentación, difícil de-
mostración.
Aumenta el índice de desocupación. Los
principales actores, preocupados por este fenómeno, son los Ministros de Economía.
¿No debieran preocuparse los Ministros de
Salud y de Educación?
Algunas grandes empresas organizan Fun-
daciones para contribuir al desarrollo de tal o cual aspecto social y canalizar por esa vía fondos que debieran entregar al Fisco como
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impuestos. De esta forma parecen ser so-
lidarios y aprovechan el efecto de promo-ción de su empresa. He analizado un lis-tado de Fundaciones creadas por Empre-
sas. En ninguna se promueven cursos de formación de “colaboradores solidarios”. He aquí la sencilla fórmula de desarrollo
comunitario. La formación de estos “colaboradores solidarios” permitiría un
doble efecto positivo inmediato.
El hombre común, sin ninguna elabora-ción intelectual, sin la necesidad de
ningún estudio sistemático, vivencia esta naturaleza espiritual de su ser Persona. Vivencia esta angustia por su finitud y se
esfuerza en su autotrascendencia. No se le escapa que su vida vale la pena vivirla, plenamente. Y se esfuerza para encon-
trarle sentido a pesar de las circunstan-cias que, inevitablemente, lo rodean y
frustran muchos de sus proyectos. En muchas oportunidades encuentra ese sentido a pesar del sufrimiento que le
produce el dolor por la pérdida de un hijo, el dolor físico de una enfermedad o trau-
ma, la carencia de un empleo o una casa, o la necesidad de enfrentar catástrofes
naturales.
Si el Hombre es capaz de esto y mucho
mas, ¿porqué llega hasta nosotros en busca de ayuda? Algunos porque se en-
cuentran en una profunda crisis frente a estos avatares de la existencia. Otros por-que reconocen que padecen síntomas
desagradables, penosos, indeseables, que amenazan la tranquilidad de su existen-
cia. Aquellos porque no han podido su-perar estos trances y dirigir su dolor hacia algo o hacia alguien a quien amar,
cayendo en la angustiosa sensación de la
carencia de sentido.
Todos buscan la “cura”, el cuidado de un
otro. Ese “otro” puede ser hermano, ami-go, hijo o compañero. Muchas veces esta compañía es el verdadero trampolín que
los coloca, nuevamente, en la senda del sentido. Aceptan la transitoriedad de la
existencia, superan el sufrimiento y reco-bran la esperanza. Cuando esto no es po-sible recurren a un profesional en busca
de la “cura”. Según de que “cura” se trate
consultan a un médico, un psicólogo, un psicopedagogo o un religioso. Cualquiera de estos profesionales es la persona que
“impulsada por su eros terapéutico, aprove-cha su preparación técnica para cuidar a sus semejantes, como prójimos, cuando lo
necesitan o estan enfermos”.
Esa es nuestra “Misión”. Pero una misión debe enunciarse en forma operativa, de lo
contrario, será una mera declaración de buenas intenciones. Según Viktor E.
Frankl, nuestra “Misión” como Logotera-peutas es la “cura médica de almas”. Es una pastoral “médico-psicológica”. Según
los griegos, la persona encargada de “cuidar” el cuerpo era el “mëdos”, derivando de allí la palabra “médico”. Para esa cultura
el “therapeutikós” era el siervo encargado de cuidar el templo, es decir, el lugar por
excelencia para la vida espiritual. Quienes nos dedicamos a esta profesión, y en espe-cial los Logoterapeutas, aceptamos y reco-
nocemos nuestra “Misión” como aquella destinada a colocarnos al servicio del otro
para ayudarlo a mejorar sus “dolencias” cuando éstas lo agobian, librarlo de su an-gustia cuando el daño es positivo y facilitar
su reencuentro con el sentido, a pesar de todo y contando con los valores de su pro-
pia existencia.
Deberíamos contribuir con nuestra expe-riencia para el desarrollo de una acción lo-goterapéutica que se proyecte sobre la co-
munidad contribuyendo a la promoción y perfección del Hombre en función de valo-
res éticos de solidaridad, logros en el marco superior de la responsabilidad social y cali-dad de vida respetuosa de la dignidad de la
Persona. La Ciencia y la Técnica tienen que estar al servicio del Hombre y no a la inver-sa. Ambos, logoterapeutas y pacientes, de-
bemos ser fieles a esta Misión.
Nuestra “Misión” no necesita de grandes tratados de Psiquiatría, Psicopatología o
Técnicas Psicoterapéuticas. Los “Maestros” y “Tratadistas” han contribuído a nuestra
formación básica imprescindible. Ahora nos basta la definición del diccionario: “Misión es la acción de enviar. Es el poder que se
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da a un enviado para cumplir su cometi-
do. Es, también, el deber moral que cada
hombre le impone su condición o estado”.
Somos enviados para servir en la “cura” o cuidado del otro y es para nosotros un
deber que nuestra condición nos impone. “Pastores de almas” que buscan encarri-
lar la oveja hacia la recuperación del “sentido” de vida. El Derecho nos otorgar-ía la condición de “curadores ad-bona”
que define a quien cuida los bienes de un incapacitado. ¡Y qué mayor incapacidad
que carecer de la voluntad necesaria para encontrar sentido a la vida a pesar de to-
do!
Esa es nuestra “Misión”. ¿Y cuál es nues-
tro pago? El diccionario vuelve a ser útil para definir la cuestión citando la acep-
ción que atribuye a “Misión: alimento que se señalaba a los segadores por su traba-jo”. El cumplimiento de la Misión es
nuestro alimento y pago verdaderos.
¿Cómo podemos lograr estos propósitos
en esta sociedad en crisis?
Debemos ajustar nuestra Misión para afirmar, repetidamente, el concepto de Logoterapia como propuesta facilitadora
del desarrollo de proyectos y valores. Una
propuesta que debe considerar la posibili-
dad de comunicación efectiva y afectiva, promover la reflexión sobre los valores y el sentido de la vida, no olvidar la integración
psicológica y social y facilitar la armonía
entre la libertad y la responsabilidad.
Nuestra tarea como Logoterapeutas es pre-
guntarnos si podemos hoy ayudar al Hom-bre existencialmente frustrado a encontrar un sentido en su vida. Muchas personas
piensan que tal vez es tarde para esta ta-rea en un mundo totalmente globalizado,
en crisis y vacio existencialmente. Cree-
mos que no
Concluimos que es necesario considerar la
posibilidad de establecer una sociedad ba-sada en el respeto por la Persona. Esta persona necesita obtener el máximo de
oportunidades para realizarse dentro de la comunidad de su elección, desarrollar y
usar sus potencialidades y encontrar un
trabajo digno.
En ese contexto es posible que pueda dar
y recibir, encontrando en la comunidad su
oportunidad de ser solidario.
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R ecuerdo con mucho cariño las
palabras de un gran profesor que tuve en mi adolescencia, quién al presentarse en su pri-
mer día de clases nos dijo: "la tarea más importante que tengo frente a ustedes, es ser un generador de buenos recuer-
dos." Aún hoy me acompañan sus fra-ses, "tironean de mi alma" cada una de
sus enseñanzas, donde sin dudas en un momento muy particular de mi vida fue,
sin darse cuenta, un poco mi padre.
A partir de estas sanas nostalgias se construyen pensamientos, ideas, formas de actuar que sin dudas van haciendo de
nosotros las personas que somos. Desde
esta forma de ser, también educamos.
Por eso cuando me preguntan (o me pre-
gunto) ¿qué es ser un padre?, natural-mente sale de mí una respuesta que in-tenta ser definición: alguien que educa y
genera buenos recuerdos. Me pasa cuan-do pienso en mis padres. Una frase de
mamá en un asado entre hermanos, o la foto antigua de mi padre vista un domin-go de lluvia, necesariamente derivan en
un momento de risas interminables. Esos son los recuerdos: situaciones que quedan en nuestros corazones más allá
del tiempo.
Es realmente emocionante regocijarse en ellos porque sólo en ellos, podemos expe-
rimentar algo que aterra al ser humano, el paso del tiempo. Para los recuerdos el
tiempo queda estático y nos brinda la experiencia de lo eterno, de aquello que no pasa, y se graba en nosotros forman-
do parte de nuestra vida para siempre.
¿Cuáles son los recuerdos que estoy dejan-
do en mis hijos? ¿Buena pregunta no? Cuestionarme sobre los mismos y sobre el tiempo que trabajo en ellos ¿me interpela?,
¿me incomoda?, ¿me alivia?, ¿me hace son-
reír?
Las personas tan ocupadas como nosotros,
muchas veces no tenemos tiempo para de-tenernos en estas cuestiones, por eso van algunas ideas a modo de "parar un poco".
Los juegos, la imaginación, las buenas pelí-culas, el deporte, la cocina, los gustos com-
partidos, un rato de música y el descanso en silencio. Todo, absolutamente todo, pue-de transformarse en un grato recuerdo, pe-
ro necesita por parte nuestra de una deci-sión plena para que así suceda. Hay una diferencia enorme entre ser amado y sentir-
se amado. En el baúl de nuestra historia busquemos esos momentos donde realmen-
te nos sentimos amados de verdad; y allí mismo encontraremos la receta milagrosa para poder generar esos sentimientos pode-
rosos en nuestros hijos, donde ellos puedan decir al ver nuestras fotos viejas: ¡Cuánto
me amaron mis padres! Entre tanta ocupa-ción espero podamos hacernos un tiempo, nosotros, personas muy ocupadas… ¿en lo
importante?
Cartas para gente muy ocupada
EL PORQUE DE LOS BUENOS
RECUERDOS
Por Lic.Adrián Dall´Asta
Mail de contacto: [email protected]
L o único que asegura una guerra es
dejar un tendal de cascos inertes tirados en el suelo y un memorial lleno de cruces blancas, muchas
de ellas, anónimas. No importa el color de las banderas que entran en contienda, sino el color morado, mezcla del rojo san-
gre y el negro noche, con que se ve teñida toda guerra.
Razones políticas, económicas, ideológi-cas, territoriales, culturales, son esgrimi-das como fundamento lógico de lo ilógico,
marco racional de lo irracional. Naturali-zan lo antinatural. Pretenden darle con-notaciones trascendentes a lo más mez-
quino, que es, concebir la aniquilación del otro como modo de afirmación propia,
sustento o sostenimiento. Muchos opinan que la guerra es inevita-ble porque respondería a la propia natu-
raleza humana, belicosa, guerrera, recur-so fundamental para la supervivencia.
Estos son los “instintivistas”, dentro de los cuales encontramos a Konrad Lorenz, Charles Darwin, y a Sigmund Freud y Al-
bert Eisntein (ambos escribieron un artí-culo memorable sobre el por qué de la guerra)
Pero otros consideran lo contrario. El hombre, por naturaleza, es un ser para la
paz. La naturaleza humana está orienta-da a la paz, siendo la guerra un modo an-tinatural de expresión o una inauténtica
existencia. La persona espiritual se ve apelada por valores, y el aniquilamiento
del otro no responde a esa orientación. Estos son los “no-instintivistas”, dentro de los cuales podemos mencionar a
Gandhi, Mandela, Frankl, entre muchos
otros.
Todos los siglos vividos por la humanidad no han sido suficientes para hacerle com-prender al hombre que existe un modo
auténtico de convivencia, no sostenido con el mezquino interés de sobrevivir, sino alentado por el superior apetito de reali-
zarse. Es más, no ha comprendido que solo procurar sobrevivir va en contra de la
aspiración a realizarse. Muchas guerras se han sucedido, una tras otra, desde los propios orígenes de la
humanidad hasta nuestros días. Ningu-na dejó de ser cruenta, y cada una de ellas mostró al mundo su propia crueldad, ori-
ginal, distinta, “creativa”, sofisticada o sal-vaje, tecnificada o rudimentaria, pero
crueldad al fin. Pero ninguna de ellas de-mostró al mundo que haya sido inevitable, el único camino, la solución buscada y ne-
cesitada, la más apropiada. Todas revela-ron, tarde o temprano, el egoísmo de quie-
nes la decidieron, la egolatría de quienes la celebraron y el sacrificio de quienes la lucharon.
Un nuevo 2 de abril nos pone en contacto con la herida siempre abierta de la llama-da “Guerra de Malvinas”, ocurrida en 1982
entre Argentina y el Reino Unido. La his-toria cuenta sobre la existencia de unos
archipiélagos en el Atlántico Sur, ocupa-dos alternativamente por España, Francia y Argentina, usurpados luego por Reino
Unido. Los tratados internacionales consi-deran a estas islas como parte del territo-
rio argentino por encontrarse dentro de su plataforma submarina, pero el Reino Uni-do las considera propias a partir de su
ocupación como colonia. Cada uno tiene
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GUERRA
Por Dr.Claudio García Pintos
Mail de contacto: [email protected]
que van y vienen por el tablero, arrojando
los dados sin importar el destino real y humano de cada jugada. El 2 de abril de 1982, un grupo de inescrupulosos, preten-
dió sostener un régimen ilegal y decadente con un golpe emocional que los presentara ante el pueblo como héroes, y propuso una
guerra. El 2 de abril de 1982, un grupo de inescrupulosos, permitió esa propuesta y
decidió aceptar una guerra, como parte de una campaña política que asegurara la re-elección del gobierno conservador neolibe-
ral en las elecciones de 1983. Los primeros perdieron la guerra y el régimen terminó cayendo. Los segundos, la ganaron, y fue-
ron reelectos en 1983. El objetivo estaba cumplido. En las islas quedaron para
siempre 649 militares argentinos, 255 británicos y 3 civiles isleños. No, las guerras no se ganan, siempre se
pierden. Solo se pierden. La derrota está siempre asegurada, para ambos bandos,
desde el mismo momento en que la guerra es declarada. ¿Cuál es la única posible victoria? Que
ambos bandos se declaren vencidos y reco-jan sus banderas, ante la dignidad de la persona humana, ante el valor de la vida.
De lo contrario, lo único que asegura una guerra es dejar un tendal de cascos inertes tirados en el suelo y un memorial lleno de cruces blancas, muchas de ellas, anónimas. No importa el color de las banderas que en-tran en contienda, sino el color morado, mez-cla del rojo sangre y el negro noche, con que se ve teñida toda guerra.
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sus argumentos y han hecho presenta-
ciones ante los organismos internaciona-les, a punto que las Naciones Unidas consideran el diferendo de soberanía co-
mo “no definido” y espera que ambas partes puedan sentarse a dirimirlo pací-ficamente. A más de tres décadas de
terminada la guerra, aún no ha sido po-sible.
Pero estas son cuestiones geopolíticas que no me interesa abordar, porque no soy especialista y porque no hacen al
fondo de esta reflexión. Me planteo otra cosa. Tomo a la guerra de Malvinas co-mo emblema, símbolo, punto de re-
flexión sobre el sentido de la guerra, de toda guerra.
¿Qué consideración tenemos del sacrifi-cio de aquellos que la luchan en el cam-po de batalla?¿Cuánto nos importa el
dolor de madres, esposas e hijos, cuando declaramos una guerra?¿Cuál es el sen-
timiento que acompaña a aquellos estra-tegas que hacen el cálculo de las bajas posibles, cuando hacen ese cálculo?
¿Cuántos problemas sociales se resolver-ían con el costo de un sofisticado misil, un radar de alta tecnología o un avión
equipado con el máximo de potencia des-tructiva?¿Cuál termina siendo el presu-
puesto final de una guerra, reuniendo lo invertido por ambos bandos contendien-tes? Si se usara ese dinero en abordar
los problemas acuciantes en lo social, resolviendo problemas elementales de
supervivencia y promoviendo la realiza-ción personal del conjunto, ¿habría ne-cesidad de guerrear?
No pretendo gritar, no quiero violen-tar, solo quiero reflexionar en respe-tuoso silencio, honrando a aquellos
que han caminado un campo de ba-talla, sobre el (sin)sentido de la gue-
rra. Todos, los que se consideran vencedores y los que son señalados como vencidos, todos, son héroes
que han sacrificado sus vidas por algo, por alguien. Pero, los que deci-
den las guerras, siguen decidiéndo-las como si estuvieran jugando un juego de mesa, con fichas de colores
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nico que le importa."
Milan Kundera-
La insoportable levedad del ser.
L a "Ella" de Tomás, es Teresa. La
mía: la vida. Ella, la vida, es lo único que importa; hecha de
búsquedas y encuentros, a ella nos debemos. Apelo a la intuición recon-fortante de una única certeza: ella sabe
más que nosotros, confiar nuestros
propósitos a la vida nos libera.
Con la ambivalencia de las horas en el
aliento de las pausas necesarias, y hasta de las innecesarias, el lenguaje en el que el alma expresa su sabiduría es más evi-
dente de lo que creemos. La palabra y el silencio nos acogen en la morada de los
días para invitarnos a sanar: aprender a
de-velar, nuestro camino.
¿Cómo, develar? Un buen comienzo es pedir que sean abiertos los senderos, y
abrirnos paso en ellos, en las travesías interiores y exteriores que van mostrán-
dose, mostrándonos las tareas y milagros de nuestra humanidad. Yo sé muy poco de la vida, para predecir que el lleguen los
cambios anhelados, pero puedo pedir, y les pido pedir y merecer en la danza de lo
que somos y lo que nos convertimos. Pido porque camino, pido porque busco, pido
porque me abro paso en el movimiento de
la transformación hacia la coherencia.
Frankl nos invita a considerar que es la vi-da quien preguntay nosotros quienes res-pondemos. Sin embargo, implícitamente, a
través de los valores de experiencia, nos in-vita a sentirnos acogidos por la vida en la
evocación, el encuentro, el instante poético
en donde la vida se dona y nos dona.
Kundera musicaliza los encuentros a través
del es musssein[¡Tiene que ser!] de Beet-hoven, que no puede comprenderse sin el encabezado que el músico agrega a la parti-
tura: “Der SchwergefassteEntschluss” [Una decisión de peso]. Desde la luz y la sombra,
abrir el corazón y dejarnos “tocar” por la vida, eso es lo que tiene que ser, eso es lo que tanto nos cuesta, pues cuando la vida
habla, también nos exige salir de la cos-tumbre, de las mañas tontas, y de las no
tan tontas.
La vida es tan frágil, que el regalo más grande que podemos darnos es abrirle la puerta y dejarla bendecirnos: mi momento
de oración es la musicalidad de la certeza, la confianza plena. Si pudiera orar en uní-
sono con mi aliento, si pudiera cantar sin la fatiga de la ansiedad y del miedo, no ser-ía yo. Asumo con humildad que a veces me
encierro en mi misma, o me encierro en las voces externas, me lleno de máscaras, soy
máscaras. Lo que quiera la vida de mi, lo que va queriendo si me dejo tocar, es que yo sea, que cada vez sea más, lo que podría
ser, y quizás, lo que tengo que, lo que estoy
llamada a, ser.
¿La vida, ella, a qué te invita hoy?
SIN RECETARIO
ELLA ES LO ÚNICO QUE IMPORTA
Por Olga Lehmann Oliveros Mail de contacto: [email protected]
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San Salvador de Bahía, Brasil
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Página 31
EDITORIAL (viene de página 1)
Me preocupa profundamente que, per-
sonas comunes, tengan que delinquir
para intentar incluirse socialmente o
que lo hagan como resultado de la no
inclusión; porque encuentran su lugar
delinquiendo y siendo reconocidos co-
mo “gomeros” (los que roban las ruedas
de los autos estacionados en la calle),
“motoqueros” (los que roban desde las
motos), “arrebatadores” (los que arre-
batan carteras y salen corriendo), etc.
Participan del conjunto social desde su
lugar de gomeros, motoqueros, etc. Y
me preocupa también que ciudadanos
comunes, personas comunes, se desfi-
guren hasta el punto asociarse salvaje-
mente para ejecutar al delincuente.
Unos y otros, delincuentes y justicie-
ros, forman parte del mismo grupo: son
personas comunes movidas por el mie-
do.
Cuando las instituciones no cumplen
con su mandato social, estos riesgos
son posibles. Y lamentables. Cuando
hay confusión respecto de quien es
mandatario y quien mandante, estas
lamentables consecuencias son posi-
bles. Porque el mandante (el que man-
da) es esa persona común que puede
terminar en el exceso del miedo, como
delincuente o como justiciero. Y el
mandatario (el que está al servicio del
mandante), es el que lo representa o se
compromete a gestionarle aquello que
necesita para su mejor desarrollo. Si
existe uno que, en la impotencia de la
exclusión social, termina delinquiendo,
y existe otro que, en la impotencia de la
inseguridad, termina ajusticiando “por
mano propia”, el mandatario no está
gestionando el mandato que recibió. Es-
tos excesos, resultado de la exacerba-
ción de la impotencia de unos y otros,
da cuenta de un mandatario que, de-
biéndose preocupar por el ejercicio del
único monopolio admisible, el de la jus-
ticia, solo se preocupa del monopolio del
poder.
Con su sensibilidad profunda, el Papa
Francisco se ha hecho eco de estos su-
cesos. Refiriéndose al hecho en el que
un joven delincuente fue ejecutado a
patadas por una muchedumbre de veci-
nos en la ciudad de Rosario, comentó
que le dolía su cuerpo por las patadas
recibidas por el muchacho, y su corazón
por quienes lo ejecutaron. Comparto
con Francisco sus dolores, que también
son los míos. Y me preocupo y me
asusto, porque además de dolerme el
cuerpo por el jovencito y el corazón por
los vengadores, también me duele el al-
ma. Me duele por mí, porque yo tam-
bién, siendo una persona común, vivo
sintiendo una exacerbada inseguridad y
una profunda impotencia. Y sentirlo, me
da miedo.
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El CLAE (Centro de Logoterapia y Análisis Existencial)
de la Universidad Católica Argentina, anuncia la realización de una jornada que
abordará el tema de los vínculos actuales. Los interesados pueden tomar en cuenta la información siguiente y asegurar su
vacante inscribiéndose por mail a la dirección del CLAE.
Dirigida a público en general, entrada libre gratuita. Con inscripción previa en: [email protected]
Universidad Católica Argentina.
Facultad de Psicología y Psicopedagogía, Av. Alicia Moreau de Justo 1500 (CABA)
Gacetilla:
Los invitamos a compartir un espacio de reflexión iluminados desde la Logoterapia de Viktor E. Frankl, con el objetivo de visualizar y pensar las manifestaciones del vacío existencial en los vínculos actuales.
Solemos escuchar que los vínculos están en crisis, que los padres no saben cómo co-municarse con sus hijos, que los docentes ya no tienen ese lugar de respeto que an-tes tenían, que las parejas se separan más rápido, que hay poca tolerancia en el
amor, que los jóvenes no quieren comprometerse… El Dr. Claudio García Pintos y otros invitados a confirmar realizarán un análisis
logoterapéutico sobre estas vivencias, intentando encontrar herramientas familiares, escolares, psicoterapéuticas, para dar respuestas a las manifestaciones de vacío existencial que observamos en los vínculos actuales. Cada uno de los ponentes hará
una exposición de 30 minutos y luego habrá un espacio para intercambio de opinio-
nes. Finalmente recibirán las preguntas del público.
www.logoforo.com
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