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13 Introducción Aceptar heterogeneizar el campo de las contradicciones para esquivar las simetrías que se instalan allí, para comenzar a devolver lo que se debe a lo invisible, i.e., al “movimiento real” que trabaja en este mundo para la abolición del orden existente. 1 A PARTIR DEL ANÁLISIS DE LA MATERIALIDAD lingüística, en este artículo se exploran los procesos de subjetivación/identificación que constituyen el(los) sujeto(s) de las diferentes prácticas urbanas, específicamente en relación con el espacio de la calle y con las disputas para afirmarse en ella como identidad legitimada socialmente. Nos interesa comprender el funcionamiento de los efectos de exclusión y silenciamiento que la sobreposición de espacios y memorias múltiples y conflictuantes produce en los procesos de construcción discursiva de la identidad de sujetos socialmente discriminados en función * La primera versión de este trabajo fue presentada, con el título “Un lugar de enunciación entre el discurso de la marginalidad y el discurso de la supervivencia”, en el IV Congreso de la Asociación Latinoamericana de Estudios del Discurso, realizado en Recife, en septiembre de 2001. Agradezco los comentarios de los participantes y, principalmente, de mis colegas del Laboratorio de Estudios Urbanos (LABEURB/NUDECRI/UNICAMP) por la interlocución que alimentó la reflexión que aquí presento, que se inició dentro del Proyecto Temático “Sentidos públicos no espaçio urbano”, coordinado por la doctora Eni Orlandi (proceso FAPESP núm. 96/4136 de 1996-2000), cuyos resultados están publicados en los diversos números de la revista Rua y en un libro organizado por Orlandi (org. 2001), entre otros. ** Departamiento de Lingüística, IEL/Universidad Estatal de Campinas. 1 M. Pêcheux (1982), “Delimitaciones, inversões, deslocamientos”, en Cadernos de Estude los Lingüísticos, núm. 19, IEL/UNICAMP, Campinas, 1990 (la traducción es nuestra). VERSIÓN 14 • UAM-X • MÉXICO • 2005 • PP. 13-57 Mónica G. Zoppi-Fontana** Identidades (in)formales Contradicción, procesos de designación y de subjetivación en la diferencia* 1/45

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    I D E N T I D A D E S ( I N ) F O R M A L E S

    Introduccin

    Aceptar heterogeneizar el campo de las contradicciones paraesquivar las simetras que se instalan all, para comenzar adevolver lo que se debe a lo invisible, i.e., al movimiento realque trabaja en este mundo para la abolicin del orden existente.1

    A PARTIR DEL ANLISIS DE LA MATERIALIDAD lingstica, en este artculo seexploran los procesos de subjetivacin/identificacin que constituyen el(los)sujeto(s) de las diferentes prcticas urbanas, especficamente en relacin conel espacio de la calle y con las disputas para afirmarse en ella como identidadlegitimada socialmente. Nos interesa comprender el funcionamiento de losefectos de exclusin y silenciamiento que la sobreposicin de espacios ymemorias mltiples y conflictuantes produce en los procesos de construccindiscursiva de la identidad de sujetos socialmente discriminados en funcin

    * La primera versin de este trabajo fue presentada, con el ttulo Un lugar de enunciacinentre el discurso de la marginalidad y el discurso de la supervivencia, en el IV Congreso dela Asociacin Latinoamericana de Estudios del Discurso, realizado en Recife, en septiembrede 2001. Agradezco los comentarios de los participantes y, principalmente, de mis colegasdel Laboratorio de Estudios Urbanos (LABEURB/NUDECRI/UNICAMP) por la interlocucinque aliment la reflexin que aqu presento, que se inici dentro del Proyecto TemticoSentidos pblicos no espaio urbano, coordinado por la doctora Eni Orlandi (procesoFAPESP nm. 96/4136 de 1996-2000), cuyos resultados estn publicados en los diversosnmeros de la revista Rua y en un libro organizado por Orlandi (org. 2001), entre otros.

    ** Departamiento de Lingstica, IEL/Universidad Estatal de Campinas.1 M. Pcheux (1982), Delimitaciones, inverses, deslocamientos, en Cadernos de Estude

    los Lingsticos, nm. 19, IEL/UNICAMP, Campinas, 1990 (la traduccin es nuestra).

    VERSIN 14 UAM-X MXICO 2005 PP. 13-57

    Mnica G. Zoppi-Fontana**

    Identidades (in)formalesContradiccin, procesos de designaciny de subjetivacin en la diferencia*

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    de la ciudad (en) que ellos (se) significan. Focalizamos, especficamente, losprocesos de identificacin referentes a los camels,* analizando las contradic-ciones, materialmente presentes en los enunciados, establecidas a partir delcruzamiento de las diferentes discursividades2 que interpretan la ciudad.

    Para ello, pensamos la ciudad como espacio simblico significante (Orlandi,2001). Si la ciudad significa, es decir, si un conjunto de escansiones delespacio urbano es interpretado como la ciudad o el lugar (de) X en laciudad, es porque las representaciones de esos espacios tienen sentido parael sujeto, ellas resuenan en un concierto de significaciones y significantespresentes como memoria discursiva. En este sentido, la ciudad (y susespacios) no refiere a un dominio de objetos definidos empricamente,3 sinoa un dominio de significacin, que permite al sujeto situarse en el mundoporque se sita en el mundo de las significaciones, es decir, se reconoce ycircula entre las diversas posiciones de sujeto4 que configuran la memoriadiscursiva. As, el espacio urbano, trabajado discursivamente por laproduccin sociohistrica de enunciados inscritos en diferentes regiones dela memoria discursiva,5 funciona para nosotros, analistas, como metfora ysntoma del enfrentamiento entre posiciones de sujeto diferentes, a partir delas cuales se producen los procesos de identificacin que constituyen el(los)sujeto(s) de las prcticas sociales en la ciudad.

    * Camels: vendedores ambulantes [N. del E.].2 Orlandi (org. 2001:46) define discursividad como la inscripcin de los efectos de la

    lengua, sujeta a falla, en la historia.3 Mondada (1994:101-2) presta especial atencin a la especificidad del espacio como

    objeto de conocimiento, lo que obliga a considerar la imbrincacin entre la manera por lacual el lenguaje expresa el espacio (proceso de verbalizacin del espacio) y la manera porla cual el espacio es l mismo capaz de estructurar el lenguaje (proceso de espacializacindel lenguaje). Este aspecto estructurado y estructurante del espacio en relacin con ellenguaje est en el centro de nuestra preocupacin y lo trabajamos especficamente a travsde los procesos de subjetivacin/identificacin en el discurso.

    4 De acuerdo con Pcheux (1975), entendemos posicin de sujeto como lugar deinscripcin/interpelacin ideolgica a partir del cual el individuo se constituye en sujetode las prcticas discursivas. Los sentidos de los enunciados y la identidad del sujeto sonproducidos a partir de estas posiciones, que no son ni individuales ni universales, sinosociohistricamente determinadas a una coyuntura dada.

    5 Cf. Courtine (1981, 1982, 1986), Pcheux (1975, 1983b) y Orlandi (1999, 2001).

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    Construyendo sendas en la materialidad lingstica

    La langue naturelle nest pas un outil logique plus ou moinsdfaillant, mais lespace privilgi dinscription de traceslangagires discursives, formant une mmoire socio-historique.Cest ce corps des traces que lanalyse de discours se donne conmeobjet. Par le biais technique de la construction de corpushtrognes et stratifis, en reconfiguration permanente,coextensive leur lecture.6

    El presente trabajo es resultado de proyectos de investigacin que desarrollamosdesde 19967 con el objetivo general de reflexionar sobre los procesos desubjetivacin/identificacin del sujeto en relacin con la elaboracin simblicadel espacio urbano, focalizando especficamente los discursos que interpretanla presencia de los camels en las calles de las grandes metrpolis brasileas,en especial de la ciudad de Campinas, en las ltimas dcadas.

    Los procedimientos de anlisis se basan en una concepcin de corpusque considera, tanto las determinaciones de la historia sobre los procesosdiscursivos, como los efectos del gesto analtico del investigador en laseleccin, colecta, organizacin y exploracin de los materiales en estudio.El corpus constituido para nuestra investigacin se caracteriza por ser denaturaleza heterognea, tanto en su materialidad simblica (incluye mate-riales textuales, de audio, de video, paneles electrnicos, fotos) como en suinscripcin institucional y circulacin social (analizamos los medios deprensa diarios de circulacin nacional y regional, los medios televisivosreportajes, noticias y debates, la legislacin municipal leyes, reso-luciones y decretos de la intendencia de Campinas en los ltimos 30 aos,

    6 Pcheux (1983), Lecture et mmoire: project de recherche, en Linquietude dudiscours, Des Cendres, Pars, 1990.

    7 Se trata del proyecto individual de investigacin Lo poltico en los intersticios de locotidiano: la cuestin de los camels, integrante del Proyeto Temtico Sentidos pblicosno espaio urbano (FAPESP nm. 96/4136), referido anteriormente, y del proyecto Elproblema de los camels: designacin, referencia, performatividad, inscrito en elDepartamento de Lingstica (IEL/UNICAMP), en el que me dedico al estudio de los aspectostericos recurrentes del anlisis de los procesos de designacin y referenciacin, pensados apartir de su formulacin en el acontecimiento enunciativo, considerando la relacinconstitutiva de ste y de la lengua con el interdiscurso.

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    y el discurso sindical entrevistas con los directores del sindicato de loscamels; declaraciones de los propios camels).

    La construccin de un corpus de tal naturaleza se justifica por el objetivode describir la emergencia de nuevas instancias de circulacin y legitimacindel decir (llamadas de aqu en adelante lugares de enunciacin) que interfierenen los procesos de significacin del espacio urbano y que posibilitan unareacomodacin/movimiento de las identidades sociales, especficamente delos camels, en tanto presencia legtima y permanente en la calle. As,adoptamos una concepcin dinmica del corpus, que lo considera en constanteconstruccin conforme al desarrollo del anlisis y que posibilita describir losregmenes de enunciabilidad en su dispersin, tanto en las regularidades defuncionamiento como en las rupturas provocadas por el acontecimiento. Eneste sentido, adoptamos mtodos de lectura y exploracin del corpus quepermiten establecer redes de relaciones significantes a travs de materialessimblicos diferentes y relacionados con condiciones de produccin diversas.

    De esta forma, seguimos el procedimiento propuesto por Guilhaumou(1989) y Guilhaumou y Maldidier (1989, 1994), basado en la definicin deun trayecto temtico como dispositivo de lectura del archivo. Segn estos autores:

    La nocin de tema supone la distincin entre un horizonte de expectativael conjunto de posibilidades atestadas en una situacin histrica daday el acontecimiento discursivo que realiza una de esas posibilidades, inscritoel tema en posicin referencial [...] El anlisis de un trayecto temticoremite al conocimiento de tradiciones retricas, de formas de escritura, deusos del lenguaje, pero sobre todo, interesa por lo nuevo en el interior de larepeticin. Este tipo de anlisis no se restringe a los lmites de la escritura,de un gnero, de una serie: l reconstruye los caminos de aquello que produceel acontecimiento en el lenguaje [Guilhaumou y Malididier, 1994:164-165(las cursivas y la traduccin son nuestras)].

    El trayecto temtico, en tanto dispositivo de lectura, permite poner enestado de dispersin enunciados producidos en lugares, tiempos y gnerosdistintos y por locutores diferentes. Funciona como el hilo conductor quepermite agrupar materiales textuales diversos en la construccin del corpus,materiales que son seleccionados por hacer emerger, a partir del funcio-namiento de las formas lingsticas, en su materialidad especfica, nuevasdeterminaciones para el tema estudiado. El trayecto temtico contribuye, de

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    esta manera, para la construccin del corpus a partir de las determinacionesproducidas por la materialidad especfica de la lengua en la discursividad,permitiendo especficamente destacar los efectos del acontecimientodiscursivo en el interior del archivo (Pcheux, 1983a).

    En este trabajo se describen las principales instancias de produccin ycirculacin del discurso social, lo que nos permiti observar las relaciones dedominancia, sedimentacin, desestabilizacin y/o silenciamiento8 de sentidos,establecidas entre los diversos procesos discursivos que intervienen en laconstruccin simblica de las identidades sociales y en su legitimacin histrica.

    Definimos discurso social, segn Angenot, como:

    Lensemble non ncessairement systmique, ni fonctionnel du dicible,des discours institus et des thmes pourvus dacceptabilit et de capacitde migration dans un moment historique dune socit donne [...] Ilproduit la socit comme coexistence, consensus, conviviabilit doxique,parce quil est un lien pan-social entre des individus aux statuts et auxrles divers et quil lie dans un acquiescement muet ceux mmes qui ilrefuse la parole, mais non le droit dcouter [1984:26].

    Nos interesa el concepto propuesto por Angenot, en la medida quepermite reflexionar tericamente acerca de las decisiones metodolgicas parala construccin del corpus y la pertinencia para una investigacin que sepropone trabajar con la emergencia de un lugar de enunciacin que podrmodificar los regmenes de enunciabilidad que significan la identidad de loscamels en la coyuntura histrica estudiada.

    Procesos de designacin de la diferencia

    El hombre de lata es restoanuroso de persona.9

    Como instrumento de entrada en el corpus, utilizamos inicialmente el trayectotemtico sealizado por una designacin el problema de los camels

    8 Cf. Orlandi (1992) para una reflexin sobre el funcionamiento del silencio en el discurso.9 O homen de lata, en Gramtica expositiva del cho de Manoel de Barros (1999) (la

    traduccin es nuestra).

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    recurrente en los materiales analizados y reformulada insistentemente en lostextos10 estudiados. As, tomando los trayectos de reformulacin parafrstica11

    de esta designacin y el funcionamiento de las predicaciones a ella atribuidas,exploramos el corpus en busca de regularidades formales en la materialidadlingstica de los enunciados, a partir de las cuales efectuamos recortes quefuncionan como dispositivo heurstico para el anlisis.

    Es importante destacar que considero la referencialidad [como] una operacinde base lingstica que comporta mecanismos de sustitucin, construccin desinnimos y parfrasis determinados por el interdiscurso (Mariani, 1996:138).Asumo, tambin, que es en funcin de las otras designaciones con las cuales seencuentran en relacin de reformulacin parafrstica o de contradiccin en elarchivo, que las designaciones fija su referencia. Retomando las afirmacionesde Henry (1990:52) podemos afirmar que son las relaciones de sustitucinestablecidas entre las diversas designaciones en las formulaciones que permitenfijar las relaciones de referencia (produciendo as un objeto de referencia) y noal contrario. Es lo sustituible de la unidad (la designacin) en un discurso, loque le confiere un carcter referencial, constituyendo el objeto del discurso enobjeto exterior. En este sentido, el anlisis de las familias parafrsticas que seestablecen entre las formulaciones permite delimitar, a partir (entre otros) delos procesos de designacin,12 las posiciones de sujeto que configuran losenunciados. Para ello, es necesario realizar un anlisis en espiral (Pcheux,1983c), describiendo, por un lado, a partir de los efectos de linearidad del

    10 Utilizamos aqu una definicin amplia de texto, entendido principalmente comoformulacin producida en una prctica de textualizacin, segn Orlandi (2001b).

    11 Para el estudio de las relaciones de parfrasis que se establecen entre los enunciadosseguimos a Fuchs (1994) y Fuchs y Pcheux (1975), que definen familia parafrstica comoun conjunto de secuencias relacionadas entre s por operaciones de sustitucin. La familiaparafrstica funciona como matriz de sentido para la produccin de nuevas secuencias quesignifican (y refieren) a partir de las relaciones de parfrasis que establecen con las demssecuencias de la familia.

    12 Entiendo procesos de designacin, de acuerdo con Guimares (1995, 2002), relaciones dereferencia inestables, producidas por el cruzamiento de diferentes posiciones de sujeto; en estesentido, vase (1995) y Zoppi-Fontana (1997, 1999a, 1999b, 1999c). Cf. los anlisisdesarrollados por Grigoletto (1997), Karim (2000), Mariani (1998), Amaral (1999), Silva(2000), Zattar (2000) y Ferrari (2001), que proponen dispositivos metodolgicos productivospara la comprensin de los procesos de designacin, descritos a partir de su relacin con elinterdiscurso.

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    hilo del discurso (Authier-Rvuz, 1982), los procesos de reformulacin ysecuencializacin en la textualidad, y realizando, por otro, una operacin dedeslinearizacin lingstica de los enunciados13 que, quebrando la secuencialidadde la superficie lingstica, permita la construccin de relaciones de co-referencialidad entre enunciados dispersos en el archivo (Guilhaumou, 1983).

    As, examinamos14 la produccin de efectos de sentido en exclusin ydiscriminacin, analizando minuciosamente los procesos de designacinpresentes en los medios, en la ley, en vehculos de comunicacin visual y enel discurso del sindicato. Como producto del anlisis, propusimos describiresos efectos a partir del funcionamiento de tres procesos de designacin,caracterizados por la configuracin de las relaciones de referencia, que seorganizan de acuerdo con las siguientes operaciones semnticas:

    a) La indefinicin de la referencia producida: por la presencia (o ausencia) dedeterminantes indefinidos; por la modalidad verbal de las formulaciones;y/o por la modalizacin autonmica de los trminos que definen loscamels y los locales donde se encuentran por analoga o comparacindesventajosa con otras categoras del ordenamiento urbano. As,encontramos reformulaciones con forma de traduccin: pop centers / shopping centers populares; y de comparacin: un tipo de... (construir uncameldromo para los ambulantes que funcionara como un tipo de shopping);como si fueran.... (alguns [camels] comercializam tais pontos como se fossem lojas comerciais). Este proceso produce un efecto de desconocimiento delos camels en tanto modo de presencia definida y original de estar en laciudad. Las designaciones que los refieren se presentan como inestables yno adecuadas. As, el propio acto de nominacin es puesto en causa,produciendo el debilitamiento del efecto de evidencia que une un nombrea su referente: al nombrar por analoga o comparativamente a otrasdesignaciones ya estabilizadas y de las cuales las designaciones en causaseran deficientemente derivadas, se produce como efecto la indefinicin

    13 Fuchs y Pcheux (1975) describen los tres momentos del anlisis discursivo(relacionados con la superficie lingstica, al objeto discursivo y a los procesos discursivos) yenfatizan el carcter integrado de estas operaciones, que ganarn a lo largo del tiempo unaunidad e interpenetracin metodolgica creciente hasta ser reformuladas (Pcheux, 1983c)como movimientos recurrentes de un anlisis en espiral.

    14 Cf. Zoppi-Fontana (1997, 1999a, 1999b, 1999c, 1999d).

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    de las designaciones, lo que permite desconocer (por la nominacindefectuosa) la especificidad y singularidad histrica de los sujetos queestn siendo designados.15 Se descalifica un nombre para contornear ladiferencia, para embazar identidades en emergencia (en el doble sentidode urgir y emerger).

    A. Magalhes prometeu, ano passado, construir um cameldromo para osambulantes, que funcionaria como um tipo de shopping, em um dos prdiosda Fepasa (Dirio del Povo, 4-6-95, grifos nossos).[Magalhes prometi, el ao pasado, construir un cameldromo para losambulantes, que funcionara como un tipo de shopping, en uno de los prediosde la Fepasa].

    b) La valorizacin negativa de la referencia a travs de procesos metonmicosque designan el sujeto a partir de los espacios ocupados, y stos, a su vez, apartir de metforas blicas (praa de guerra, campo de batalha) o atravs de alusiones directas (ponto de banditismo) o indirectas (novoParaguai) a la marginalidad e, incluso, a la criminalidad. As, por elfuncionamiento de los procesos de designacin, la presencia de los camelses significada en el campo de la marginalidad, produciendo evidencias desentido que permiten evitar la elaboracin de una definicin nomarginalizada de su presencia en la ciudad y, consecuentemente, evitar la

    15 En Zoppi-Fontana (1999a) denominamos designacin dividida a este efecto de clivajeque desestabiliza la referencia, quebrando el efecto de evidencia que vincula nombres ycosas. Definimos, entonces, las designaciones divididas como el efecto en los sintagmasnominales de un clivaje en los procesos de designacin entre posiciones de sujeto antagnicasen el interdiscurso, que se manifiesta en la materialidad lingstica a travs de operacionesde determinacin semntica y de modalizacin autonmica del ncleo de los sintagmasnominales o de la modalidad de las predicaciones a ellos relacionadas a travs de subordinadascomparativas y/o relativas. As, el proceso de designacin se caracteriza por nombrar a travsde categoras ya estabilizadas discursivamente y, al mismo tiempo, suspender estaestabilizacin, relativizando la adecuacin/evidencia del lazo entre el nombre y la cosa. Lasdesignaciones divididas ofrecen, de esta manera, un observatorio privilegiado para el anlisisde los efectos de la contradiccin entre posiciones de sujeto que afectan al sujeto del discursoen el acontecimiento enunciativo en que se materializa lingsticamente su formulacin.Ellas sealan los puntos de ruptura/desestabilizacin referencial, en los cuales la propiaidentidad del sujeto del discurso (que nombra/es nombrado) oscila, suspendiendo los efectosde evidencia del sujeto y del sentido.

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    discusin sobre la legitimidad de los criterios vigentes de organizacinjurdico-administrativa del espacio pblico urbano.

    B. Centro vira praa de guerra, camels invadem ruas, fecham lojas y entramem confronto com a PM aps apreenso de mercadorias (diario CorreioPopular, 3-6-95, grifos nossos).[Centro se transforma en plaza de guerra, camels invaden calles, cierran negociosy entran en confrontacin con la PM despus de la apresin de mercaderas].

    c) La reificacin de la referencia, por medio de procesos metonmicos, a travsde los cuales los camels son definidos como objetos, sea por contigidadsintctica (enumeraciones por yuxtaposicin), sea a travs de enunciadosdefinidores. En las leyes, decretos y resoluciones de la intendencia deCampinas sobre uso y ocupacin del espacio pblico urbano se observaeste proceso de reificacin de la definicin de los camels, que son reducidosa la categora de instalaciones removibles.16 Encontramos el mismo efectode reificacin circulando ampliamente en los enunciados de los medios.De esta manera, se dificulta cualquier referencia a un sujeto social yconsecuentemente al derecho a prcticas diferenciadas de uso y ocupacinde ese espacio.

    C. Buracos, sacos de lixo, camels, est impossvel andar pelas ruas de SoPaulo [...] cheias de obstculos (TV Cultura, Noticiero del 31-3-97, lascursivas son nuestras).[Pozos, bolsas de basura, camels, est imposible caminar por las calles deSo Paulo[...] llenas de obstculos].

    El funcionamiento de estos tres procesos de designacin se caracteriza poroperar en el equvoco entre criminalidad y marginalizacin, produciendosentidos que se sedimentan histricamente como sentido comn, sobre-interpretando negativamente la presencia de los camels en el espacio urbano.As, las designaciones funcionan en el texto como indicios de los puntos de

    16 Se constata este funcionamiento en todas las resoluciones y decretos de la Intendenciade Campinas hasta febrero de 1993, fecha de la primera resolucin que reconoce y autorizala prctica de comercio de los camels, incluyendo en el texto las designaciones camelsy trabalhadores da economia informal, siendo este ltimo un trmino tomado del nombredel Sindicato que los representa.

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    estabilizacin de las relaciones de referencia en el interdiscurso, siendoreconfiguradas en el acontecimiento enunciativo a partir del embate de lascondiciones de produccin sobre la lengua (entendida como estructura formalcapaz de equvoco en la historia) y sobre la memoria (comprendida comocuerpo sociohistrico de trazos discursivos que se constituyen en espacio deestructuracin, de regularizacin de sentidos).17

    Del universalismo formal a la exclusin social

    Nunca se es suficientemente clandestino.18

    En este trabajo proponemos un anlisis19 del funcionamiento de otro procesodiscursivo que interviene produciendo evidencias de sentido sobre el espaciourbano, sobredeterminando de esta manera los procesos de subjetivacin/identificacin a partir de los cuales se constituye discursivamente la identidadde los camels. Se trata de un proceso de universalizacin de la definicindel espacio pblico, que naturaliza los derechos a la ciudad, contorneandosu dimenso poltica20 a travs del funcionamiento de las categoras de undiscurso liberal-formalista sobre la ciudad. Para ello, exploramos el corpusa travs de un trayecto temtico que sigue las inflexiones producidas porla predicacin en el enunciado espao pblico, de todos e de ningum, delcual encontramos regularmente numerosas resonancias (Serrani, 1992) enlos medios y en el discurso social en general. En este enunciado, se destacala estructura coordinativa de la predicacin, cuyo funcionamiento produce

    17 Retomamos a Pcheux (1983), que destaca aun el carcter no homogneo de lamemoria discursiva, que se presenta como espacio mvil, de divisiones, disyunciones,desplazamientos, conflictos de regularizacin.

    18 Gilles Deleuze (apud J. Panessi Marginales de la noche, en Crticas, Norma, Bue-nos Aires, 2000).

    19 Retomamos y desarrollamos aqu las observaciones presentadas sobre otros enun-ciados en Zoppi-Fontana (1999d).

    20 Guimares (2002:16), retomando a Rancire (1995), define la poltica por lacontradiccin de una normatividad que establece (desigualmente) una divisin de lo real yla afirmacin de pertenencia de los que no estn en l incluidos. Es un conflicto entre unadivisin normativa y desigual de lo real y una redivisin por la cual los desiguales afirmansu pertenencia. El proceso de universalizacin que analizamos opera para obliterar estadivisin constitutiva, simulando un proceso de inclusin omni-incluyente, sin resto.

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    un efecto de universalizacin sobre los sentidos de posesin a partir de loscuales se determina la referencia para la designacin espacio pblico.Obsrvese que la oposicin de los pronombres indefinidos todos y ningum,mantiene la predicacin de cantidad (universal) e invierte la de calidad(afirmativa por negativa), de manera tal que el conector argumentativo earticula un trmino universalmente cuantificado con su propia negacin, loque en trminos lgicos constituye una contradiccin. Sin embargo, del puntode vista discursivo observamos que el conector, al contrario de su funcio-namiento lgico, produce un efecto de refuerzo de las afirmaciones, orientandoargumentativamente para una lectura aditiva de la conjuncin, lo que permiteinterpretar ambas predicaciones como simultneamente verdaderas.21 De estamanera, las posibilidades para una interpretacin partitiva del predicadoaparecen limitadas, dificultando un gesto de interpretacin (Orlandi, 1996;2001) que analice el espacio pblico en relacin con colectivos particulares.22

    Consecuentemente, por el efecto de naturalizacin/evidencia que caracterizael funcionamiento del sentido comn, el enunciado espao pblico, de todos ede ningum se presenta como emblema de un discurso sobre lo urbano quedeja fuera de circulacin los enunciados que reinvindican derechos diferen-ciados que contemplen prcticas sociales reales y antagnicas de ocupacin yuso del espacio. No habra, entonces, espacio ni urbano ni discursivopara la afirmacin de derechos colectivos que impugnen la organizacinjurdico-administrativa impuesta; se derivan de all las operaciones de negaciny oposicin orientada,23 presentes en las formulaciones cuando el sujeto urbanoen cuestin es designado partitivamente a travs de indefinidos no cuantificadosuniversalmente, tales como alguns, uma classe, uns poucos, como en lasecuencia discursiva (infra) 2. A rua no pode ser de uma classe, tem que serde todos; y 3. No justo que toda a cidade pague pela desorganizao de

    21 Guimares (1987), al analizar la conjuncin e con sentido aditivo, observa queel paralelismo de las construcciones obliga a la homogenidad modal de los elementoscoordinados.

    22 Se trata de la simulacin de un funcionamiento lgico por el discurso jurdicoanalizada por Pcheux (1975) y que trataremos ms adelante.

    23 El funcionamiento de la negacin, que afirma la categorizacin universal al mismotiempo que descalifica la diferenciacin partitiva, direcciona argumentativamente elenunciado, orientando la oposicin a favor de uno de sus trminos (Todos, i.e., losefectos del proceso de universalizacin que actan en la identificacin del sujeto y de suderecho a la ciudad).

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    uns poucos (abajo). De esta manera, se observa firmemente instalado unjuridismo24 que atraviesa la definicin de los sujetos sociales y que se presentaen las diversas discursividades a partir de las cuales la ciudad (se) significa: enlos medios, en el discurso poltico, en el discurso administrativo, en laopinin pblica. Diversos son los mecanismos lingsticos que manifiestaneste proceso de universalizacin en la materialidad sintctico-semnticade los textos analizados: la predicacin, la nominacin, la modalizacin,la determinacin.25 El recorte que sigue presenta estos funcionamientos (lascursivas son nuestras):

    1. Trata-se de um problema srio, mas o cidado tem o direito de usufruirda rua livre, disse o vereador A . Tatto ( diario Estado de SP, 26-9-98).[Se trata de un problema serio, pero el ciudadano tiene el derecho de usu-fructuar de la calle libre, dijo el concejal A .Tatto].

    2. uma degenerao urbanstica fora de controle. A rua no pode ser deuma classe, tem que ser de todos. (Reportaje de la EPTV, declaraciones delpresidente de la SETEC, 29-10-99).[Es una degeneracin urbanstica fuera de control. La calle no puede serde una clase, tiene que ser de todos].

    3. No justo que toda a cidade pague pela desorganizao de uns poucos. Hoje,qualquer um camel. (Jos Indio, concejal de So Paulo, VEJA SP, 3-9-97).[No es justo que toda la ciudad pague por la desorganizacin de unos pocos.Hoy, cualquiera es camel].

    4. Est mais do que na hora de mudar de atitude e cuidar do lugar em quemoramos. Mesmo circundados por milhes de habitantes na maioria pobres, possvel ter uma vida decente nas metrpoles brasileiras. Basta evoluir da conscinciaindividual para a conscincia grupal, cosmopolita, universal e entender que a cidade nossa casa e com o mesmo zelo deve ser cuidada. Isso vale para governantes e

    24 Cf. Haroche, 1988; Lagazzi-Rodrigues, 1988.25 Presentamos un anlisis de estos funcionamientos durante el encuentro Cidade

    atravessada. Os sentidos pblicos no espao urbano, organizado por el Laboratorio de EstudiosUrbanos (LABEURB) en la UNICAMP, en octubre de 1999 (video disponible en el Centro deDocumentacin Urbana, CEDU/LABEURB).

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    para a populao em geral... O preo de uma cidade habitvel a eterna vigilncia.(Luisa N. Eluf, Espao aberto, diario Estado de SP, 22-7-97).[Est ms pero es hora de cambiar de actitud y cuidar del lugar en que vivimos.An circundados por millones de habitantes en su mayora pobres, es posibletener una vida decente en las metrpolis brasileas. Basta evolucionar de laconciencia individual hacia la conciencia grupal, cosmopolita, universal yentender que la ciudad es nuestra casa y con el mismo celo debe ser cuidada.Esto vale para los gobernantes y para la poblacin en general... El precio deuna ciudad habitable es la eterna vigilancia].

    5. Chegamos ao ponto que quem paga no tem o direito de usar pelo quepaga e os que no pagam tm seu direito resguardado. Poucas pessoas sabem,mas locais ocupados pelos camels j so fruto de compra e venda dospontos. Ou seja, alguns comercializam tais pontos como se fossem lojascomerciais. (Espao do leitor. Dirio do Povo, 27-6-96).[Llegamos al punto que quien paga no tiene el derecho de usar por lo quepaga y los que no pagan tienen su derecho resguardado. Pocas personas losaben, pero locales ocupados por los camels ya son fruto de compra yventa de las puntos. O sea, algunos comercializan tales puntos como sifuesen establecimientos comerciales].

    Por un lado, cabe observar la modalidad dentica de las formulaciones;las designaciones del espacio pblico urbano soportan predicaciones quedefinen un DEBER SER: a rua no pode ser/tem que ser (en 1); a cidade...deve ser cuidada (en 4). Los espacios de la ciudad son interpretados poruna discursividad que proyecta sobre el orden real de la ciudad unaorganizacin imaginaria26 que se presenta como ideal o modelo decuadriculamiento urbano.27 Vemos entrelazarse en esta discursividad los

    26 Presentamos aqu una distincin trabajada en Zoppi-Fontana (1999a), que retomala propuesta de Orlandi (1996) de diferenciar los aspectos de orden y organizacin en losprocesos de produccin de sentido en general y, especficamente, en relacin a la ciudad(Orlandi org, 2001).

    27 Cf. Zoppi-Fontana (1999a), donde analizamos los efectos del discurso sobre la marginalidadsobre los procesos de identificacin de los camels. En ese trabajo, demostramos cmo lossentidos de marginal, criminal, ilegal, que interpretan los camels a partir del funcionamientoprincipalmente de los medios, oponen una representacin de ciudad legal y organizada (aunqueirrealizada) a un orden real de la ciudad, en que el espacio urbano y sus sujetos se constituyenen la contradiccin de procesos de significacin antagnicos.

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    28 Orlandi (2001:187) describe la forma de intervencin como sentido comn de undiscurso sobre lo urbano naturalizado: Por un proceso de migracin generalizada decategoras del urbanismo hacia el discurso del sentido comn, se produce la desaparicinde la experiencia de la ciudad en su orden real, en su materialidad especfica. As, categoraspropias del discurso del urbanista pasan a ser parte integrante del modo en que la gentepiensa y habla de la ciudad en su vida cotidiana. En este modo indistinto de significar, elreal de la ciudad es substituido por las categoras del saber urbano, sea en su forma erudita(discurso del urbanista) sea bajo el modo del sentido comn, de lo administrativo, deldiscurso del Estado, que toma forma jurdica o poltica indiferentemente, transformndoseen un discurso sobre lo urbano, vaco de sus condiciones reales. De ello resulta unaderiva ideolgica que homogeniza la forma de significar la ciudad. Es a esta derivaideolgica a lo que la autora llama urbanstico.

    sentidos de lo urbanstico28 ( uma degenerao urbanstica fora de controle,en 2; desorganizacin de uns poucos, en 3) con los sentidos de un juridismo(no justo que..., en 3; quem paga no tem o direito de usar pelo quepaga, en 5) que alimenta el sentido comn con las evidencias producidas porel funcionamiento de las instancias tcnico-administrativas del gobierno local.

    Por otro lado, es importante destacar el funcionamiento de las designacionesque apuntan hacia una interpretacin genrica de los sintagmas nominalesdefinidos: o cidado(= os cidados); a rua livre(= as ruas livres), en 1; acidade (= as cidades), en 4. As, las designaciones refieren a clases de individuoscuya delimitacin es dada por el funcionamiento de un discurso jurdico/administrativo fundamentado en los postulados del urbanismo y presente enlos enunciados a travs de sus efectos universalizantes, definiendo los sujetosurbanos a partir del funcionamiento de la forma-sujeto de derecho en su versinliberal-formalista: o cidado/direito de usufruir/rua livre, en 1. En este sentido,no podemos dejar de sealar el deslizamiento sufrido por los sentidos de lasdesignaciones cidado/direito hacia el campo de lo econmico, de maneraque se indistinguen cidado/contribuinte/consumidor: quem paga/direitode usar/pelo que paga, en 5. Esta secuencia discursiva manifiesta, tambin, entoda su crueldad y eficacia, la simulacin lgica realizada por lo jurdico, alpresentar la situacin creada por los camels como extrema, fuera depropsito, insoportable: chegamos ao ponto.

    Tambin merece ser analizado el funcionamiento de la secuencia discursiva4, en la que se encuentra la definicin de lo que sera uma vida decente...nas metrpoles brasileiras. Es a partir del proceso de universalizacin (y delos efectos del discurso del urbanismo) que se define lo que sera uma cidade

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    habitvel, naturalizando (basta evoluir... e entender) el gesto de interpretacinde una clase (ns), constituida a partir de una oposicin (mesmo circundadospor) que excluye del universo as construido a aquellos que constituiran unobstculo: los milhes de habitantes na maioria pobres.29 Observamos,tambin, el funcionamiento de la determinacin en los sintagmas nominalestrabajando los sentidos a partir del proceso de universalizacin. En efecto, esla determinacin que produce un efecto de continuidad gradual y crecienteque permite pasar de una consciencia individual a una consciencia grupal,cosmopolita, universal.

    Para poder interpretar mejor el funcionamiento de este proceso de univer-salizacin, recordamos aqu el efecto de continuidad entre individual/universal que Pcheux (1975), retomando a Fuchs, denomin mito continuistaemprico-subjetivista, y que defini como el efecto de sentido que suponeque, a partir del sujeto concreto individual en situacin (ligado a suspreceptos y a sus nociones), se efecte una borradura progresiva de la situacinpor una va que lleva directamente al sujeto universal, situado en todas partesy en ningn lugar, y que piensa por medio de conceptos (op. cit.:127).

    Los funcionamientos discursivos trabajados por Pcheux a travs de la figuradel mito se refieren principalmente al efecto de ocultamiento de ladiscontinuidad epistemolgica entre conocimiento cientfico y descono-cimiento ideolgico. El autor describe este mito a travs de una tabla en lacual aparecen representadas las diferentes escenas del conocimiento,30

    29 Volveremos en seguida sobre la contradiccin constitutiva de los procesos deuniversalizacin en el funcionamiento de la forma-sujeto de derecho, que al mismo tiempoen que construyen la imagen de un todos homogneo y sin falla, producen como resto unotro exterior, a partir de cuya exclusin se define el todos. Cf. Rancire (1996), que analizafilosficamente el fundamento de la poltica en sociedades democrticas, caracterizndolocomo la posibilidad de inclusin formal de una porcin excluida de la comunidad por unadivisin constitutiva y estructurante de la sociedad. En nuestro anlisis comprobamos estefuncionamiento tal como aparece representado en los enunciados y lo explicamos a partirde categoras semnticas (los procesos de designacin) y discursivas (procesos deidentificacin/subjetivacin). Para ello, consideramos en nuestro trabajo la definicin yanlisis de los procesos de designacin propuestos por Guimares (2002) y desarrollamos,aqu, un anlisis original sobre el funcionamiento de las operaciones de determinacin ycuantificacin semntica que definen los procesos de universalizacin caractersticos de laforma-sujeto de derecho y de la forma-sujeto de la ciencia, en su versin liberal-formalista.

    30 Miln-Ramos (2001) propone describir el funcionamiento del mito continuistaemprico-subjetivista a partir de las diferentes escenas de conocimento que lo constituyen

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    comenzando en la primera escena por la relacin inmediata del yo (sujetosingular) con lo concreto (objetos sensibles) en una situacin discreta (veo/aqu/ahora), para pasar por diversos movimientos de abstraccin que permiten,en la segunda escena, alcanzar una discrepancia suturada por la identificacinintersubjetiva (yo/t; aqu-ahora/pasado-en otro lugar; veo/dijiste); en la tercerescena, subsumir las tomadas de posicin individuales en un espacio deborradura de la individualidad que permite llegar a la generalizacin del sentidocomn (me dijeron /pasado/en otro lugar); culminando, finalmente,en la ltima escena con la desaparicin de toda subjetividad, produciendola superposicin de objeto y sujeto de conocimiento en el rgimen de laindeterminacin universal (cualquiera/siempre/en todo lugar), entendida comogaranta de conocimiento verdadero. Aun interpretando el mito, Pcheux(1975) afirma que el continuismo subyacente a la oposicin situacin/propiedad se apoya en el proceso de identificacin (si yo estuviese donde t(vos)/l/x se encuentra, yo vera y pensara lo que t(vos)/l/x ve y piensa) yagrega que el imaginario de la identificacin mascara radicalmente cualquierdiscontinuidad epistemolgica (op. cit.:128).

    En nuestro trabajo movilizamos las escenas descritas por Pcheux comomito continuista emprico-subjetivista para analizar los procesos de identi-ficacin de los sujetos urbanos, focalizando especficamente el efecto demascaramiento/simulacin de la discontinuidad epistemolgica (relacinde los sujetos urbanos con lo que les es dado a conocer de/en la ciudad)y principalmente poltica (relacin de los individuos con la divisin desigualdel derecho a la ciudad y sus efectos contradictorios en los procesos deidentificacin/interpelacin que los constituyen como sujetos urbanos, atravs de un trabajo simblico de inclusin/reconocimiento en/de los espaciosde la ciudad). Deseamos describir e interpretar los efectos de silenciamientode esta dimensin poltica de los regmenes de uso y ocupacin del espaciourbano, sobreinterpretada por el juridismo y lo urbanstico, en tanto efectosen el sentido comn del funcionamiento de la forma-sujeto de derecho y dela forma-sujeto de la ciencia. Consideramos, aun, que ambas formas-sujeto

    y trabaja el efecto de continuidad representado por esas escenas en relacin con elmovimiento de los procesos de subjetivacin, especficamente en la transicin de la forma-sujeto religioso a la forma-sujeto de derecho.

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    se caracterizan por el predominio de sus efectos en los procesos deidentificacin/subjetivacin que constituyen hoy al sujeto urbano.31

    Discursivamente, estas formas-sujeto se caracterizan por el funcionamientode los procesos de designacin en las formulaciones, que producen efectos deuniversalizacin e indeterminacin semntica en la construccin del sujetodel discurso, especficamente en la designacin de los diversos sujetos urbanos.Pcheux (1975:106-8) analiza este funcionamiento como indicio de lasimulacin lgica realizada por lo jurdico y describe los procesos parafrsticosque relacionan enunciados cuantificados universalmente a enunciadosencabezados por sintagmas nominales indefinidos (quien, el que, aquel que) yambos al funcionamiento de enunciados hipottico-deductivos, si... entonces.32

    Se trata del proceso de individuacin jurdica del sujeto, que al mismo tiempoen que distingue al individuo como unidad discreta, soporte una de las deter-minaciones jurdicas, lo indistingue en la intercambiabilidad imaginaria deidentidades universalmente indeterminadas (valor gnmico de las designacionesindefinidas como aquel que; todo aquel que; quien). En este sentido, llamamosla atencin para el funcionamiento de la elipsis en 4, est mais do que na horade mudar de atitude e cuidar do lugar em que moramos y en estimpossvel andar nas ruas de So Paulo, que trabaja a favor de esa indistinciny de la (con)fusin del todos con el nosotros que vigila. Vemos, as, el rgimende lo universal afectando la funcin enunciativa definida a partir de las formas-sujeto de derecho y de la ciencia y de sus efectos en la constitucin de la(s)identidad(es) urbana(s).

    En los anlisis hasta ahora presentados, podemos observar la delimitacinde diferentes categorizaciones del estatuto jurdico/urbanstico de la presenciay actividad de los camels en relacin con el espacio pblico de la ciudad,especficamente con aquellos locales considerados de todos e de ningum.Demostramos, sin embargo, que esas categorizaciones producen diferentesrecortes en la interpretacin del espacio urbano y del derecho a la ciudadque excluyen a todos los que el ordenamiento jurdico-administrativo-urbanstico de la ciudad no (in)corpora en los dos sentidos de incluir y

    31 Cf. Pcheux (1983a); Orlandi (2001).32 Existe una relacin de simulacin constitutiva entre los operadores jurdicos y los

    mecanismos de la deduccin conceptual, especialmente entre la sancin jurdica y la consecuencialgica (Pcheux, 1975:108; la traduccin es nuestra).

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    dar cuerpo en el funcionamiento de la continuidad universal-individualde la ley. En otras palabras, los camels, en tanto colectivo diferenciado, noparticipan ni en el todos ni en el ningum de los ciudadanos/citadinos de bien;o sea, quedan excluidos del orden jurdico-administrativo que distribuye losderechos de todos (universal) y de cada uno (su contracara en la individualizacinde los sujetos de derecho por el Estado) a la ciudad.

    A travs de este proceso de universalizacin, se definen, por un lado, losciudadanos (identificados aun como nosotros en la continuidad universal-individual que funda el derecho positivo) y se recorta, al mismo tiempo, comoresiduo de esa operacin, un lugar de exclusin que abarca a los que se quedanafuera del nosotros ciudadanos, aquellos interpretados como una amenaza, comomarginalidad, como extraos,33 y como meros objetos, indefinidos en suidentidad, puesto que son definidos negativamente por lo que no son, por loque les falta, por oposicin al todos da nossa cidade que levam uma vidadecente e pagam impostos.

    Pudimos observar estos procesos discursivos en funcionamiento en elrecorte que ya analizamos, donde pueden encontrarse resonancias (Serrani,1992) del enunciado espao pblico urbano: de todos e de ningum, a travs dereformulaciones parafrsticas que identifican todos/ningum a ciudadanoy perversamente a un nosotros, habitamos, nuestra casa, que se opone aunos pocos, cualquiera, camel, los que no pagan, millones dehabitantes en la mayora pobres. Observemos el funcionamiento de estosprocesos en detalle.

    Como sealamos arriba, las designaciones, cuyo funcionamiento en lasformulaciones apunta hacia una interpretacin genrica, se refieren a clasesde individuos cuya delimitacin es dada por el funcionamiento de la forma-sujeto-de-derecho y de la forma-sujeto-de-la-ciencia, en sus efectosuniversalizantes sobre los procesos de designacin y de identificacin/subjetivacin de los sujetos urbanos. Tal es el caso en 3, donde se opone, apartir de principios de derecho (no justo), un todos homogneo (todaa cidade) a una parte (uns poucos) excluida en nombre de una organizacinurbanstica: No justo que toda a cidade pague pela desorganizacin de uns

    33 Cf. Zoppi-Fontana (1999d) para un anlisis de los procesos de exclusin socialfundamentados en el funcionamiento de la designacin estranhos en vehculos de comunicacinvisual localizados en el espacio pblico y en enunciados del sentido comn.

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    poucos. Observamos ya en este enunciado un deslizamiento de sentido quepermite rajar la homogenidad naturalizada de la predicacin de todos e deningum. Esta rajadura, que denuncia el engao constitutivo del mitocontinuista emprico-subjetivista que est en la base de la forma-sujeto-de-derecho liberal-formalista, aparece presentada todava ms claramente por elfuncionamiento del nosotros en la secuencia 4, en la cual, por un lado, si lasdesignaciones deslizan metonmicamente de lo individual hacia lo universal,por otro lado, por el efecto metafrico (Pcheux, 1969) que reformulametrpolis brasileas como nuestra casa, se produce un equvoco alintroducir, en esta clase homognea, un principio de divisin manifiesto porel pronombre posesivo a cidade nossa casa, que se opone a los milhes dehabitantes na maioria pobres, blanco de eterna vigilncia. Obsrvese, eneste sentido, el mismo funcionamiento en el recorte que sigue:

    6. A prefeitura de NY acaba de lanar um projeto indito (que eu saiba) nahistria das cidades a privatizao das caladas. Quem, por exemplo,ficar com as da 5 Avenida, vai poder explor-las comercialmente, tendocomo obrigao mant-las limpas, livres de buracos e, penso eu, de camels eafins. Por certo, a segurana dos espaos vai ocorrer normalmente,garantindo um passeio mais tranqilo, livre de gatunos e tais.[...] Na mo dainiciativa privada, podemos ter enfim espaos sem buracos, com painis deinformaes, bancas de jornais espaosas e outros servios que fazem bem nossa vida (M. de Almeida; diario Estado de SP-Cidades-C2-Crnica, 8-8-97; las cursivas son nuestras).[La intendencia de NY lanz recientemente un proyecto indito (que yo sepa)en la historia de las ciudades la privatizacin de las veredas. Quien, porejemplo, se quede con las de la 5 Avenida, va a poder explotarlascomercialmente, teniendo la obligacin de mantenerlas limpias, libres de pozosy, pienso yo, de camels y similares. Efectivamente, la seguridad de los espaciosva a darse normalmente, garantizando un paseo ms tranquilo, libre de bandidosy otros tales [...] De la mano de la iniciativa privada, podemos tener finalmenteespacios sin pozos, con paneles de informacin, bancas de diarios amplias yotros servicios que le hacen bien a nuestra vida].

    Encontramos nuevamente los procesos de reificacin que asocianburacos y camels, adems de la oposicin entre el nosotros (podemoster espaos limpos, seguros, tranqilos com servios que fazem bem a nossa

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    vida) y los otros, que son excluidos del nosotros por la categorizacin de losespacios pblicos a partir de los sentidos de libertad, significada, por efectode las resonancias del enunciado que define el espacio pblico como siendo detodos y de nadie, en el equvoco entre ausencia de existencia (libres de = limpieza/seguridad) y ausencia de posesin (veredas/paseos libres), equvoco en el cualvolvemos a encontrar la (con)fusin/deslizamiento entre nosotros/todos,introduciendo subrepticiamente una predicacin que trabaja desigualmentelas relaciones de apropiacin (podemos ter enfim espaos). Obsrvese, aun,la recurrencia del proceso de indefinicin de la referencia, que presentamosarriba, actuando sobre la interpretacin de los sintagmas nominales, cuyaextensin permanece indeterminada y vaga, por efecto de la inclusin de lospronombres indefinidos, ( camels e afins; gatunos e tais).

    De esta manera, se hace visible la contradiccin constitutiva de lasimulacin lgico-jurdica que significa el espacio pblico como siendo detodos e de ningum y la dimensin poltica de la ocupacin del espaciopblico aparece con toda la fuerza de sus contradicciones.

    Sin embargo, por el funcionamiento del mito continuista emprico-subjetivista, y por el imaginario de identificacin que l autoriza (se eu estivesseonde tu (voc)/ele/x se encontra, eu veria y pensaria el que tu(voc)/ele/x v ypensa), el nosotros (nossa casa) es sobreinterpretado por los efectosuniversalizantes del juridismo y de lo urbanstico que impulsan eldeslizamiento metonmico que lleva del yo al nosotros y, finalmente, a todala ciudad/al ciudadano (evoluir de la conscincia individual a conscinciagrupal, universal, cosmopolita), haciendo invisibles, de esta manera, lasdiscontinuidades reales que dividen contradictoriamente lo urbano, en tantoorden real de la ciudad. Estos procesos de sobreinterpretacin universalizantey disimulacin de la contradiccin constituyen una de las condiciones defuncionamiento y de realizacin de la ideologa. Pcheux (1975) comparaestos procesos con lo que los lgicos de Port-Royal llamaban la universalidadmoral que permite que se diga los franceses son valientes; los italianos sondesconfiados; los alemanes son grandes; los orientales son voluptuosos,porque basta que eso sea verdadero para la mayora (op. cit.:182). Podemosagregar a la lista: a cidade nossa casa e com o mesmo zelo deve sercuidada; o cidado tem o direito de usufruir da rua livre; espao pblico,de todos e de ningum; y tantas otras afirmaciones cuya universalidad

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    moral distribuye igualitariamente identidades y derechos. Vale la penarecordar, aun, que:

    La dominacin de la ideologa poltica introduce as, por medio de suuniversalismo, una barrera poltica invisible, que se entrelaza sutilmentecon las fronteras econmicas visibles engendradas por la explotacincapitalista. [...] Esta estrategia de la diferencia bajo la unidad formal culminacon el discurso del Derecho, que constituye as la nueva lengua de maderade la poca moderna, en la medida en que ella representa en el interior de lalengua, la manera poltica de negar la poltica [Pcheux, 1982a:10-11;cursivas del autor; traduccin nuestra].

    De esta manera, interpretados por procesos de designacin que los significancomo instalaciones removibles, obstculos, [amenaza para] una vida decente[y para] una ciudad habitable, degeneracin urbanstica fuera de control,desorganizacin, problema serio [que] exige una eterna vigilancia;marginalizados por los procesos de universalizacin que al mismo tiempo losexcluye del derecho a la ciudad y torna opaca esa exclusin (el ciudadanotiene el derecho de usufructuar de la calle libre), los camels son llamados aocupar su lugar en los procesos de identificacin/subjetivacin que constituyenlos sujetos urbanos a partir de un discurso sobre la marginalidad, en el cual sesedimentan y naturalizan estos efectos de sentido, legitimados y perpetuadosen el sentido comn por el funcionamiento de los medios y de la ley.

    Intermezzo

    Y aqu vale la pena retomar algunas cuestiones tericas que nos permitirnavanzar en el anlisis.

    Partimos del presupuesto de que la identidad, definida por Orlandi (1996;2001), es un movimiento del sujeto del discurso en la historia, movimientodel que el analista puede trazar los trayectos errticos en la materialidad delcorpus en estudio.34 Para ello, consideramos que la identidad se constituye atravs de procesos de identificacin del individuo con posiciones de sujeto

    34 Orlandi (2001:93) afirma: Comprendemos la identidad como un movimiento enla historia y los sentidos como trayectos simblicos e histricos no terminados.

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    presentes en el interdiscurso, procesos que son de naturaleza ideolgica yse dan por la inscripcin del individuo en la lengua afectada por la historia.De esta manera, la identidad se presenta al analista como haz inestable deprocesos de identificacin , pudiendo ser explorado tanto en sufuncionamiento imaginario (a partir del funcionamiento de la ilusinsubjetiva: ego uno, estable, autoevidente), como en su inestabilidad yprovisionalidad constitutiva, describiendo, a partir de los efectos delinterdiscurso en las formulaciones, las contradicciones que la atraviesan,sus desplazamientos histricos, su necesaria incompletud.35

    Sin embargo, el sujeto pragmtico36 necesita, segn Pcheux (1983a),un mundo semnticamente normal, lo que supone, primordialmente, lasevidencias elementales de la realidad del sentido y de la identidad del sujeto.Pero, para que tales efectos puedan ser producidos como imgeneshomogenizadas y estabilizadas semnticamente, es necesario un trabajohistrico y simblico de obturacin imaginaria de las rajaduras abiertas enel campo de la representacin del sujeto por la contradiccin constitutivade los procesos discursivos, en tanto real integralmente histrico eintegralmente lingstico. Existe la necesidad de que el ego se fije (aunqueprovisionalmente) en puntos de anclaje enunciativo para que una ilusinde unidad y por lo tanto una ilusin subjetiva pueda producirse.37

    Benveniste (1966) y Authier-Rvuz (1998) estudiaron (diferentemente)la base lingstica de la construccin de la subjetividad, explorando losfuncionamientos enunciativos representados en el hilo del discurso que almismo tiempo construyen y refuerzan la ilusin subjetiva del ego

    35 Pcheux (1975) trabaja esta diferencia conceptualizndola como dos funcionamientosdiscursivos: el de la identificacin imaginaria y el de la identificacin simblica.

    36 Pcheux (1983a) denomina de esta manera la relacin establecida entre el sujetoque enuncia y el real de la lengua y de la historia, pensando esta relacin a partir de laperspectiva del propio sujeto de enunciacin y de su necesidad vital y de lenguaje deencontrar puntos de estabilizacin y normalizacin del sentido que le permitan construiruna ilusin mnima de identidad para s y para el mundo que reclama interpretacin.Orlandi (2001:93) agrega la necesidad que siente este sujeto de administrar su relacincon la incompletud del lenguaje.

    37 Toda actividad de lenguaje necesita de la estabilidad de estos puntos de anclajepara el sujeto; si esta estabilidad falla, se produce un derrumbe en la propia estructura delsujeto y en la actividad de lenguaje (Fuchs y Pcheux, 1975:174).

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    enunciador.38 En este trabajo, centrando el anlisis en los efectos producidospor el interdiscurso sobre la secuencializacin del hilo del discurso yfocalizando, consecuentemente, el equvoco constitutivo de las formulaciones,apuntamos para los trazos que sealan, en las formulaciones, movimientosde oscilacin de los procesos identitarios.39 As, deseamos describir los efectosde desestabilizacin de los procesos de identificacin resultantes de lacontradiccin constitutiva de los procesos discursivos, a travs de sus efectosen la organizacin de la estructura (morfo)sintctica de las formulaciones.

    Asumimos, a partir de la teora, que la(s) identidad(es) es(son) efectode la fijacin provisoria de los procesos de interpelacin/identificacinideolgica que constituyen el sujeto del discurso a partir de la inscripcindel individuo en posiciones de sujeto delimitadas por la relacin contra-dictoria y mvil de las formaciones discursivas en el interdiscurso. As,afirmamos, por un lado, la provisionalidad de las identidades, dado queellas resultan de una estabilizacin/fijacin temporaria de los procesos deidentificacin como efecto de las relaciones de dominio/subordinacinestablecidas entre las formaciones discursivas en el interdiscurso en un es-tado dado de las condiciones de produccin. Por otro lado, defendemos laheterogenidad constitutiva de las identidades, que son necesariamente afec-tadas por la contradiccin que define las relaciones entre las formacionesdiscursivas en el interdiscurso. De esta manera, la identidad, en tanto hazinestable de procesos de identificacin, ser tanto ms contradictoria ensu constitucin y en sus efectos de subjetivacin, cuanto mayor sea el des-plazamiento de las relaciones de dominancia en el interdiscurso comoconsecuencia de cambios en las condiciones de produccin.

    En el anlisis trabajamos con la hiptesis de que los puntos dedesestabilizacin observados en el corpus sealan la contradiccin, presenteen el interdiscurso especfico de los enunciados, entre: espacios deidentificacin socialmente estructurados y legitimados a partir de posiciones

    38 Conforme la distincin propuesta por Pcheux (1975), arriba mencionada, podra-mos decir que los trabajos de Benveniste y Authier-Rvuz operan principalmente sobrelos procesos de identificacin imaginaria.

    39 En este sentido, diramos que deseamos trabajar en el anlisis principalmente conlos procesos discursivos de identificacin simblica, definidos por Pcheux (1975). EnZoppi-Fontana (1997) propusimos un anlisis semejante en relacin con la enunciacinpoltica. Cf. tambin Payer (1993; 1999) y Orlandi (1983; 2001).

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    40 En Zoppi-Fontana (1997) trabajamos la distincin entre momentos y acontecimientosdiscursivos, en tanto dispositivos de construccin y anlisis del corpus en estudio.

    de sujeto dominantes en el interdiscurso y la emergencia de nuevasarticulaciones/reacomodaciones entre posiciones de sujeto, produciendo undesplazamiento/movimiento de los procesos de identificacin a partir decambios en las condiciones de produccin del discurso. Retomamos, de estaforma, las reflexiones realizadas anteriormente sobre el concepto de discursosocial y ensayamos, as, un anlisis discursivo de los funcionamientos queproducen el dominio de diversos sentidos e instancias enunciativas en lacirculacin y legitimacin social del discurso.

    Es dentro de este cuadro terico (presentado arriba sumariamente) quepensamos los procesos de designacin, en su carcter de doble entradapara el anlisis. Por un lado, y en correspondencia con los procesosdiscursivos de produccin del sentido y de las relaciones referenciales,muestran los momentos de condensacin en que los procesos de substitu-cin se estabilizan provisionalmente sedimentados por la reformulacinparafrstica, permitiendo observar los momentos discursivos de recubrimientodel real histrico (la eficacia del imaginario en la produccin del efecto deevidencia del sentido), y tambin analizar los acontecimientos discursivosque, a partir de cambios en las condiciones de produccin del discurso,desestabilizan las redes de enunciados y reacomodan los procesos de filia-cin a las posiciones de sujeto en el interdiscurso, afectando la significacin(la sobredeterminacin del real histrico que provoca la ruptura/movi-miento de estos momentos de estabilizacin).40 As, en funcin del todoconplexo con dominante de las formaciones discursivas, es decir, del inter-discurso en tanto exterioridad constitutiva de los procesos de designacin,en sus relaciones especficas de contradiccin-desigualdad-subordinacin,son constituidas lneas de demarcacin discursivas, adquiridas a travsde las luchas por formulaciones equvocas (Pcheux, 1975:211). Es sobreeste equvoco que afecta los procesos de designacin proyectando lneasde fuerza argumentativa en la construccin discursiva de la referencia (p.e.el derecho de usufructuar de la calle libre) que focalizamos nuestro an-lisis, en un trabajo poltico-terico sobre los pre-construidos y losefectos-transversos que lo producen (ibid.).

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    Por otro lado, del punto de vista de la produccin discursiva de la identidad(en tanto estabilidad provisoria) y especficamente de la ilusin subjetiva (entanto unidad imaginaria) que ancla los procesos de enunciacin auto-referencial,los procesos de designacin permiten observar el funcionamiento de los ritualesenunciativos que producen el sujeto del discurso va identificacin imaginaria.En otras palabras, lo que estamos afirmando es que los procesos de designacin,al ofrecer los puntos de estabilizacin referencial necesarios para la prcticaenunciativa del sujeto en su relacin contradictoria con el real que lo afecta, seconstituyen como procesos de subjetivacin, no slo en relacin con elfuncionamiento de los nombres propios,41 sino tambin y fundamentalmenteen relacin con todas las construcciones (morfo)sintcticas que refieren a/predican del sujeto del discurso, participando en la produccin de las imgenes(entendidas como formaciones imaginarias, segn estn definidas en Pcheux,1969) a partir de las cuales se trabaja la identidad en la ilusin de la unidadsubjetiva y, consecuentenente, afectando los mecanismos enunciativos de auto-referencia. De esta forma, entendemos:

    El sujeto como proceso (de representacin) interior al no-sujeto constituidopor la red de significantes: el sujeto es preso en esta red nombrescomunes y nombres propios, efectos de shifting, construcciones sintcticas,etctera de modo que el sujeto resulta de esta red como causa de s en elsentido espinozano de la expresin. Y es, de hecho, la existencia de estacontradiccin (producir como resultado una causa de s ), y su papel motoren relacin con el proceso del significante en la interpelacin-identificacin,que nos autorizan a decir que se trata realmente de un proceso, en la medida

    41 Guimares (2000; 2002), al analizar los nombres propios de persona, reconoce enellos un funcionamiento referencial que atribuye al hecho de que estos nombres participandel proceso social de identificacin de los individuos. En este trabajo defendemos la tesispresentada por Orlandi (1999), de que procesos de identificacin y procesos de individuacin,aunque relacionados (por su participacin en el funcionamiento de la figura de la interpelacinideolgica que constituye el sujeto del discurso) no se confunden ni se superponen, lo quenos permite ampliar la relacin entre procesos de designacin y procesos de subjetivacin,para incluir all, adems de los nombres propios (que trabajaran principalmente en el espaciode los procesos de individuacin en relacin con las instancias religiosas y jurdico-administrativas del Estado), todas las construcciones (morfo)sintcticas que refieren a/predicandel sujeto del discurso (formas que trabajan principalmente en el espacio de la constitucin delsentido por los procesos de identificacin/interpelacin ideolgica).

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    en que los objetos que en l se manifiestan se desdoblan, se dividen, paraactuar sobre s mismos en tanto otro de s [Pcheux, 1975:157; la traduccines nuestra].

    En efecto, es considerando, de acuerdo con Pcheux (op. cit.), quesentido y sujeto se constituyen simultneamente como efectos delinterdiscurso, en tanto estabilidad referencial (evidencia del sentido) eilusin subjetiva (evidencia del sujeto), que introducimos en la definicinde los procesos de designacin la consideracin de su funcionamiento comoprocesos de subjetivacin, es decir, como soporte material (anclaje lingstico)para la identificacin simblica (interpelacin ideolgica del individuo ensujeto del discurso por su inscripcin en las posiciones de sujeto) y,principalmente, imaginaria ([auto]reconocimiento especular del sujeto deldiscurso en relacin con los lugares enunciativos).42 En este sentido, yconsiderando el funcionamiento de los procesos de designacin en laconstruccin de las formaciones imaginarias, hacemos la hiptesis de queellos afectan los mecanismos de auto-referencia del sujeto del discurso.

    Por otro lado, considerando, como defienden Fuchs y Pcheux (1975),que los procesos de enunciacin consisten en una serie de determinacionessucesivas por las cuales el enunciado se constituye poco a poco y que tienencomo caracterstica colocar lo dicho y en consecuencia rechazar lo no-dicho(op. cit.:175), podemos prever que las formulaciones sern tanto msasertivas y sintticas, cuanto mayor sea la identificacin (simblica) del sujetodel discurso con esos puntos de anclaje que le ofrecen la ilusin de unidad yestabilizacin referencial tan necesarias para su funcionamiento.43

    42 Las tesis de nuestros alumnos exploraron los corpora en anlisis utilizando los proce-sos de designacin como dispositivo analtico (conforme son definidos en este trabajo) yapuntando, como resultado de sus investigaciones, estimulantes rumbos para la investiga-cin del funcionamiento de los procesos de designacin como soporte material de losprocesos de subjetivacin y construccin de identidad. Cf. Zattar (2000), Martins y Silva(2000), Ferreira (2000), Cruz Borges (2000), Ferrari (2001) y Miln-Ramos (2001),Ferreira Pinto (2002).

    43 Cf. Orlandi (2001:104): cuanto ms centrado el sujeto, ms ciegamente l estpreso a su ilusin de autonoma ideolgicamente constituida. Cuanto ms certezas, me-nos posibilidad de fallas: no es en el contenido que la ideologa afecta al sujeto, es en laestructura misma por la cual el sujeto (y el sentido) funcionan.

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    De la supervivencia consentida

    Mirad los hongos poniendo las bocas!44

    Resumiendo en pocas palabras las consideraciones tericas ya realizadas, paravolver, entonces, al anlisis que estamos desarrollando, recordemos que:

    La identidad se constituye como haz provisorio de procesos de identificacin. Estos procesos de identificacin se definen en correspondencia con posi-

    ciones de sujeto delimitadas en el interdiscurso por el movimiento sin finde las formaciones discursivas en la historia.

    Los procesos de designacin son parte primordial de este movimiento alser responsables por la produccin, tanto de los efectos de estabilidadreferencial a travs de la determinacin sucesiva de las formulaciones en elproceso enunciativo, como de los efectos de desestabilizacin referencial atravs de la indeterminacin/no saturacin de las designaciones, dandolugar a la polisemia que trabaja en el equvoco.

    Los procesos de reformulacin parafrstica y los desplazamientos que enellos se producen por efecto de las condiciones de produccin ofrecen elespacio significante para el movimiento y el anclaje del sujeto del discursoen su prctica de enunciacin.

    A partir de estas afirmaciones, nos proponemos explicitar, a partir dela descripcin de los procesos de designacin, los procesos de identificacinque autorizan un decir auto-referencial del sujeto del discurso, cuyacirculacin en el discurso social lo configure como legtimo y positivamentevalorizado. En otras palabras, proponemos describir los procesos dedesignacin que ofrecen, en su deslizamiento, el soporte material para laconstruccin de una identidad para los camels socialmente validada enrelacin con el espacio pblico urbano.

    Para ello, vamos a retomar los procesos discursivos de exclusin queanalizamos anteriormente y observar sus efectos sobre las formulacionesproducidas por los camels. As, percibimos que hay en ellas una fijacin

    44 A mquina de chilrear e seu uso domstico, en Gramtica expositiva do cho deManoel de Barros (1999) (la traduccin es nuestra).

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    de los mecanismos de auto-referencia en un discurso de la supervivencia, quese desarrolla a partir del tema de las urgencias originadas en la crisiseconmica. Ser camel aparece, en estas formulaciones,45 significadopredominantemente como estado provisorio, como salida frente al desempleoestructural, como medio de ganar el sustento de la familia, como un estado(en) que el sujeto (se) reconoce generalmente como ilegtimo. En el recorteque sigue se puede observar este funcionamiento (las cursivas son nuestras):

    7. Tenho cinco filhos pequenos e no posso ficar onde querem me deixar,porque s vendi R$ 8,00 em 15 dias (declaracin de camel, diario Estadode SP, 25-9-98).[Tengo cinco hijos pequeos y no me puedo quedar donde quieren dejarme,porque slo vend R$ 8,00 en 15 das].

    8. Hoje, eu no tinha dinheiro para tomar um nibus... nunca vi uma coisadessas acontecer, de no nos deixarem trabalhar (declaracin de camel,diario Estado de SP, 25-9-98).[Hoy, yo no tena dinero para tomar el mnibus... nunca vi una cosa de esasacontecer, de que no nos dejen trabajar].

    9. No podemos ficar de braos cruzados e passando fome... Espero que asautoridades compreendam que precisamos trabalhar (declaracin decamel, diario Estado de SP, 25-9-98).[No nos podemos quedar de brazos cruzados y pasando hambre... Esperoque las autoridades comprendan que necesitamos trabajar].

    10. [Se sairmos] ns deixamos de sustentar as nossas famlias (testimonio de carrio-leiro,46 en el reportaje del Jornal Regional de la EPTV, Campinas, 7-11-2001).[[Si salimos] nosotros dejamos de sustentar a nuestras familias].

    45 Es necesario apuntar aqu la diferencia de funcionamiento de la autoreferencia en-tre las formulaciones de aquellos (la mayora) que no (se) reconocen positivamente (en) lalegitimidad de su relacin con la ciudad y aquellos que, una vez regularizada su presenciapor un registro en la administracin local, se afirman en el derecho de permanencia/ocupacin de la calle. En este sentido, analizamos ms adelante los efectos producidossobre los procesos identitarios por el acontecimento, discursivamente interpretado, de lainstalacin de una cobertura en una calle central de Campinas por parte de los camelsall instalados regularmente.

    46 Carrioleiro es la designacin informal dada al vendedor ambulante de frutas.

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    Podemos observar en este recorte que a la modalizacin dentica deveser; tem que de los verbos del recorte analizado anteriormente (1 a 6) seopone la modalizacin de posibilidad afectada por la negacin (es decir, deimposibilidad no poder X) y la afirmacin de la modalizacinNECESIDADE precisamos trabalhar (en 9). As, los efectos normativosproducidos por las formulaciones marcadas por la modalizacin dentica(DEBER) se enfrentan con los efectos de urgencia producidos por lamodalizacin de NECESIDAD (precisar), insistentemente reafirmada.Aunque estas formulaciones se presenten como respuesta al funcionamientodel discurso sobre la marginalidad y a los efectos excluyentes de los procesosde universalizacin (jurdico-administrativa) que lo sustentan, ellas se inscribenen un discurso de la supervivencia que difcilmente escapa a la simulacinlgico-jurdica que funda los procesos imaginarios de identificacin del sujetourbano hoy. Los locutores de las formulaciones 7 a 10 enuncian a partir delos deslizamientos metonmicos y de las condensaciones metafricas propiosdel funcionamiento del mito continuista emprico-subjetivista, que, en tantoimaginario de identificacin, los excluye a travs de la simulacin de suinclusin en el nosotros totalizante, auto-evidente y universal de la ciudadana(reinterpretada en este campo discursivo47 como conjunto de derechos ydeberes sobre el espacio pblico urbano).

    Se trata del funcionamiento de la contra-identificacin,48 por la queun discurso (y el sujeto de ese discurso), al negar el discurso contrario alque se opone, queda preso a sus categoras. Para analizar el sentido domi-nante, obsrvese, en 6, la inversin de la modalizacin (de dentica paramodalizacin de posibilidad) y, principalmente, el funcionamiento de lanegacin que, adems de presuponer la asercin negada,49 es inmediata-mente seguida en la secuencia por una subordinada causal que presentauna justificativa explicitando los motivos de la imposibilidad: no puedoquedarme donde me quieren dejar, porque slo vend R$ 8,00 en 15 das.Obsrvese, tambin, que a la imposibilidad formulada en primera persona

    47 Utilizamos la distincin efectuada por Maingueneau (1987) entre universo discur-sivo, campo discursivo y espacio discursivo.

    48 Segn Pcheux (1975:216-217), el funcionamiento de la contra-identificacin secaracteriza por una lucha del sujeto del discurso contra la evidencia ideolgica, sobre elterreno de esta evidencia, afectada por la negacin, revertida sobre su propio terreno.

    49 Cf. Ducrot (1984).

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    por el locutor, se opone el QUERER (voluntad) y el HACER (poder hacer) deladversario representado por las formas impersonales de tercera persona.

    En las secuencias discursivas del recorte (7 a 10) encontramos, pues, trazosdel funcionamiento de los procesos de contra-identificacin que constituyenel sujeto del discurso a partir de su inscripcin en el discurso de la superviven-cia: tengo cinco hijos pequeos; yo no tena dinero para tomar un mni-bus; nosotros dejamos de sustentar a nuestras familias; no podemos seguirde brazos cruzados y pasando hambre; necesitamos trabajar. As, por los sen-tidos de la urgencia y de la supervivencia, el locutor se opone al discurso quelo significa excluyndolo del espacio pblico. Sin embargo, la inscripcin desus formulaciones en el discurso de la supervivencia encierran la argumenta-cin en una trampa discursiva en la que, al negarse los efectos de exclusinsocial por la afirmacin de la necesidad y de la urgencia, se reafirman las mis-mas categoras definitorias que producen la exclusin.

    Identificacin al revs, que afecta los procesos de construccin de laidentidad a travs del funcionamiento de la negacin (no puedo quedarme,no tena dinero) que opera sobre los mecanismos de auto-referencia,produciendo una fijacin de los sentidos de (auto-) afirmacin de la identidaden la representacin de un tiempo ya pasado.

    11. Eu era operrio de forno, trabalhava com caldeiras. Somos camels,estamos aqui porque somos forados.(TV Cultura, declaraciones de un ven-dedor ambulante al reportero, agosto 1997, las cursivas son nuestras).[Yo era obrero de hornos, trabajaba con calderas. Somos camels, estamosaqu, porque somos forzados].

    Obsrvese en 11 la oposicin entre la formulacin explcita del locutorcon el pronombre de primera persona singular (eu) cuando la predicacin sesita temporalmente en el pasado, y la elipsis del pronombre ( somos)cuando la predicacin se sita en el presente; sobre todo, queremos llamar laatencin para la sustitucin pronominal de eu por ns, coincidiendo con eldeslizamiento del tiempo verbal del pasado para el presente. As, las formas deauto-referencia del locutor aparecen diluidas en un colectivo ( somoscamels), cuya definicin slo es producida decticamente en relacin conuna localizacin espacial (estamos aqu) y justificada emergencialmente comoefecto (paciente) de un poder (fuerza) exterior (porque somos forados).

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    Discurso de la supervivencia que redefina a los ambulantes como padresy madres de familia, desempleados, necesitados de ganar el sustento propioy de los hijos. Contra-discurso (Pcheux, 1982a) que corre paralelojustificando excepcionalmente por NECESIDAD lo que se excluyeuniversalmente por DERECHO, colocando al sujeto frente a los embatesde una discursividad que le destina solidariamente como espacio deidentificacin posiciones marginalizadas, provisorias, despreciativas:

    12. Eles precisam sobreviver. A prefeitura deveria criar pontos onde noincomodem ningum. (Irm Lia, directora general del Hospital Sta. Catarina,revista VEJA SP, 3-9-97; las cursivas son nuestras).[Ellos necesitan sobrevivir. La intendencia debera crear puntos donde nomolesten a nadie].

    En 12, vemos que al mismo tiempo que se refuerza la marginalidad (dela presencia) de los camels como sujetos urbanos, se reconoce sunecesidad de supervivencia, lo que autoriza al locutor a ocupar una posicinde condescendencia temporal, aunque no deje de reclamar sus prerrogativassobre el espacio urbano: (que) no incomodem ningum. As, los sentidosde un discurso sobre la solidaridad (Mariani, 2001) se alan a las dosdiscursividades que trabajamos anteriormente (de la marginalidad y de lasupervivencia), sustentando materialmente procesos de exclusin social.

    En el tiempo de la solidaridad se muestra siempre un tiempo de urgenciassociales. Y muchas veces en funcin de este tiempo, las condiciones deexistencia que propiciarn el surgimiento de aquellos potenciales benefi-ciarios de la solidaridad no son discutidas ni se discute un posible cambiode tales condiciones [...] En fin, la poltica de los sentidos para solidaridadque se instala en la lengua afirma de modo simultneo tanto la inclusinde aquellos que practican este tipo de solidaridad como la exclusin deaquellos que histrica y sistemticamente se encuentran fuera del sistemade los derechos humanos [Mariani, op. cit.:48-50].

    De esta forma, tomados en la trampa discursiva configurada por lossentidos de la marginalidad y de la supervivencia, los camels sonsobreinterpretados por las evidencias que los significan como residuo delpar legalidad/ciudadana, que es interpretado, por el funcionamiento de los

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    50 Michel Pcheux (1975), Semntica e discurso, Campinas, UNICAMP, 1988, p. 302 (latraduccin es nuestra).

    51 Nos referimos especficamente al funcionamiento del enunciado dividido (Courtine, 1981);y de la designacin dividida (Zoppi-Fontana, 1999), sobre los que volveremos ms adelante.

    procesos de universalizacin que constituyen la forma-sujeto urbano (apartir de los efectos del juridismo y de lo urbanstico, que analizamosanteriormente) como el TODOS (nosotros) de la ciudad, del que quedanexcluidos. Sin embargo...

    Contradiccin y procesos de subjetivacin

    Si la revuelta es contempornea del lenguaje, es porque supropia posibilidad se sustenta en la existencia de una divisindel sujeto, inscrita en lo simblico.50

    Como ya demostramos en los anlisis realizados, las oscilaciones constitutivasdel movimiento de la identidad se materializan en el discurso de lasupervivencia a travs del funcionamiento de la negacin, de la organizacintextual de la temporalidad que opone pasado/presente y de la sustituicinde las formas pronominales de primera persona del singular, dando lugar alos procesos de contra-identificacin que afectan las formas de auto-referenciadel sujeto del discurso, significando negativamente las identidades asconstituidas. Es a partir de esta posicin de sujeto que los procesos deidentificacin, a travs de los cuales los camels se constituyen como sujetosurbanos, son trabajados por sentidos de marginalidad (exclusin) y/osupervivencia (condescendencia provisoria). En este sentido, consideramosque los procesos discursivos definidos por esta posicin configuran unatrampa discursiva que dificulta la circulacin de un decir legtimo ysocialmente avalado sobre la identidad de los camels, interfiriendo, as,en los procesos de (auto)reconocimiento del sujeto.

    Sin embargo, se encuentran tambin en los textos analizados vestigiosde procesos de identificacin que trabajan la contradiccin constitutiva delas identidades urbanas y que se materializan en las formulaciones a travsde estructuras semntico-discursivas divididas51 que sealan la presencia deotra posicin de sujeto a partir de la cual el sujeto del discurso (se) significa

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    positivamente a travs de sentidos de afirmacin/legitimacin identitaria enrelacin con el espacio urbano. Son los trazos de la presencia de esta otraposicin de sujeto y de los procesos identitarios que ella autoriza, que explo-ramos a continuacin.

    Para describirlos, observamos el funcionamiento de los enunciados enrelacin con los mltiples registros de lo cotidiano no estabilizado (Pcheux,1982), entendidos como formas de circulacin del registro de lo ordinariodel sentido, lo que implica:

    Colocarse en posicin de entender este discurso, la mayor parte de las vecessilencioso, de la urgencia enredada con los mecanismos de la supervivencia[...] Se trata de ponerse en la escucha de las circulaciones cotidianas, tomadasen lo ordinario del sentido [op. cit.:48; la traduccin es nuestra].

    En su texto, Pcheux (op. cit.) ya apuntaba para el resurgimiento del cuadroepistemolgico de la complementariedad bio-social, constituido como unaideologa de lo cotidiano, que identifica estos campos no estabilizados decirculacin de lo ordinario del sentido, a un supuesto discurso de la supervivenciade orgenes psico-biolgicas, recubriendo, de esta manera, la inscripcin de lopoltico en el espacio de lo cotidiano. En oposicin a esta reduccininterpretativa, Pcheux propone la nocin de mltiples registros de lo cotidianono estabilizado, que mobilizamos aqu para observar las diversas formas deinscripcin de lo poltico en los espacios delimitados en el discurso social porel cruzamiento de lo pblico y de lo privado, de lo individual/universal/colectivo, en el embate de las discursividades que operando en las instanciasde lo jurdico, de lo administrativo, de lo cientfico, de lo pedaggico, producenefectos de inclusin/exclusin sobre los procesos de identificacin queconstituyen el sujeto.

    Pcheux (1982) llamaba la atencin para esta zona intermediaria deprocesos discursivos que derivan de lo jurdico, de lo administrativo y de lasconvenciones de la vida cotidiana, cuya eficacia es precisamente la posibilidadque ofrecen de jugar con las aparencias lgicas, para mejor hacer pasar losdeslizamientos de sentido, procesos que ya describimos cuidadosamente conel anlisis del efecto de universalismo formal y de su funcionamiento en eldiscurso de la supervivencia.

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    De esta forma, deseamos mostrar los embates discursivos que modelan,en la lucha ideolgica, la materia viva de las identidades urbanas, y paraeso proponemos:

    a) Explorar el corpus para describir los momentos intermitentes en que otraposicin de sujeto afecta los enunciados, produciendo desplazamientos enlos procesos de identificacin.

    b) A partir de esta descripcin, analizar en esta otra posicin la configuracinde lugares de enunciacin que posibiliten la circulacin positiva, legtimay pblica de otros sentidos sobre/en estos sujetos.

    Observemos ahora las siguientes secuencias discursivas (las cursivasson nuestras):

    13. Porque fiscal vem, prende, eles no podem, eles, no existe lei que elespossa pegar a mercadoria da sua mo, ele pode levar mercadoria exposta nocho, mas s que a coisa esto to assim, jogada, uma confuso to grande,que eles vo catando da mo de ambulante, ambulante vai passando comsacola, vo catando, esto batendo, esto pegando reforo de polcia, a polciachega, vem enquadrando, no esto nem querendo saber o que est acontecendoe um trabalhador que est ali (Directora del Sindicato de los Trabajadores dela Economa Informal, Campinas, 23-9-96).[Porque el fiscal viene, aprehende, ellos no pueden, ellos, no existe ley paraque ellos puedan agarrar la mercadera de su mano, l puede llevarse la merca-dera expuesta en el piso, pero slo que la cosa est tan as, largada, una confu-sin tan grande, que ellos van sacando de la mano de los ambulantes, losambulantes van pasando con su bolsa, van sacando, estn pegando, estn lla-mando refuerzo de la polica, la polica llega, viene encuadrando, no quierenni saber lo que est pasando y es un trabajador que est all].

    14. Tem que saber porque est trabalhando na rua, porque est na rua/ elesno querem saber da realidade/ uma realidade dura/ (Director del Sindicatode los Trabajadores de la Economa Informal, Campinas, 23-9-96).[Hay que saber por qu se est trabajando en la calle, por qu se est en lacalle/ ellos no quieren saber de la realidad/ una realidad dura].

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    15. Eu sempre digo que no se trata de 35 carrioleiros; trata-se de 35 famliasque precisam sobreviver. So 35 famlias que precisam sobreviver...O sindica-to respeita o direito de ir e vir, mas com tanto desemprego, respeita muitomais o direito de sobreviver... Ns temos que levar a srio o direito de trabalhoe de sobreviver (directora del Sindicato de los Trabajadores de la EconomaInformal, reportaje en el Jornal Regional de la EPTV, Campinas, 7-11-2001).[Yo siempre digo que no se trata de 35 carrioleiros; se trata de 35 familiasque necesitan sobrevivir. Son 35 familias que necesitan sobrevivir... Elsindicato respeta el derecho de ir y venir, pero con tanto desempleo, respetamucho ms el derecho de sobrevivir... Nosotros tenemos que tomar en serioel derecho de trabajo y de sobrevivir].

    16. Ns vamos tentar cumprir a lei, desde que seja respeitado o direito detrabalho, de trabalho digno. (Presidente de la SETEC, reportaje en el JornalRegional de la EPTV, Campinas, 7-11-2001).[Nosotros vamos a tratar de cumplir la ley, siempre que sea respetado elderecho de trabajo, de trabajo digno].

    En este recorte destacamos el funcionamiento de las estructurassemntico-discursivas divididas:

    En 13: e um trabalhador que est ai (enunciado dividido, segnCourtine, 1981).

    En 15: o direito de trabalho e de sobreviver (designacin dividida, segnZoppi-Fontana, 1999).

    En estas formulaciones observamos, a travs del funcionamiento sintcticode la topicalizacin: es X QUE P y de la coordinacin aditiva X y Y,52 el embatede dos posiciones de sujeto interpretando la identidad de los camels. En13, el funcionamiento de la topicalizacin se opone a los sentidos demarginalidad presentes en la formulacin (a polcia chega, vemenquadrando), reforzados por el funcionamiento de las negaciones (noquerem nem saber o que est acontecendo) para afirmar la legitimidad de lapresencia de los ambulantes en la calle. En este sentido, observamos undesplazamiento de los sentidos que cualifican esta presencia, que ya no apelan

    52 Cf. Guilhaumou y Maldidier (1989), que presentan un anlisis de estructurascoordinativas a partir de la palabra de orden pan y libertad.

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    al argumento de la supervivencia, sino que enfatizan, a travs de la designacin,el trabajo como predicacin que define esta identidad (e um trabalhadorque est ai). Por otro lado, en 15, observamos, en el funcionamiento de ladesignacin dividida, la presencia de dos posiciones de sujeto significandocontradictoriamente la identidad de los camels; en este caso, es lacoordinacin que materializa en la formulacin este embate discursivo: odireito de trabalho e de sobreviver. Otro indicio del desplazamiento desentidos presente en los enunciados lo encontramos en la modalidad FACTUAL( um trabalhador que est ai; porque est trabalhando na rua) de lasformulaciones 13 y 15, que se opone a las modalidades DENTICA y dePOSIBILIDAD que caracterizan los enunciados afectados por el discurso de lasupervivencia. En 16 es el funcionamiento de la determinacin que seala eldesplazamiento de