Zavaleta Mercado, Lo Nacional Popular

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Rene Zavaleta Mercado

Lo nacional-popular en Bolivia

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Contenido

© Alma Reyles de Zavaleta, 2008 © Plural editores, 2008 Primera edicion: Siglo XXI editores , Mexico, 1986. Segund a edicion: Plural editores, La Paz, ocrubre 2008.

DL: 4- 1- 1699-08 ISBN: 978-99954-1- 162-6

Produccion: Plura l editores

Av. Ecuador 2337 esq. c. Rosend o Gutierrez Telefono 2411018 / Casilla 5097, La Paz, Bolivia e-mail: [email protected] / www.plu ra l.bo

Im preso en Bolioia

PROLOGO

1. Introduccion . 9

II. Antecedentes .. .. . 10

III. Algunas hipotesis sabre el te ma ..

l . L a relacion entre excedente y momento constitutive

2. Aspectos conserva do res de la paradoja seiiorial y la cuestion agraria

3. Problemas de forma lizacion teori ca

.

..

.

14

14

16

17

La querella del excedente CAPITULO I

. 19

EI mundo del temible W illka CAPITULO n

· ·..· · ·..· 75

E1 estupor de los siglos. ..

Bibliografia

CAPiTULO IJI

.

137

199

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Pr61ogo

I. Introduccion

£1 problema que interesa estudiar en esta investigacion es el que propane la

to~~}aci_6n deJ.2 ~t"!~ci~!:!:~!=E92.1.~~I:_el~.J~.2J..!~i~? !:~ .~.~~i"~L.~.~ . con.~~§g. entre )0 que Weber llama la democra tizacion social' v la forma estatal. Can esto entendemos laspautas de SOCl3rizaCJ6~t;r;;;;; existier;);1-y-suslndlces de poder, asf como los llarnados proyectos de masa. En otros terminos, Ia relacion entre el programa y 13 factua1idad. EJ trabajo del problema se referira al periodo de 1952-1980, 3Ul1­

que su explicacion causal retroceded basta 1a Guerra del Pacifico (1879-84).' Es cierto que debe entenderselo como un razonarniento general sabre 1aformaci6n boliviana, con apoyatura ernpirica en los datos del periodo. Desde el punto de vista rnerodologico, se t.rata de aislar determinados acontecimientos, por circuns­cripcion en el riempo, 0 situaciones regionales, par circunscripcion en elespacio. Esto es una respuesta a 1a escasez de informacion y se trata sin duda de una seleccion simbolica. En defensa del metoda debe decirse que ninguna ciencia social es posible de otra manera en un pals con las caracreristicas de Bolivia.

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I .:)7 C-I _ 2'0?-'v . ;;;de i'V ~~~~~" ;(\ ~; ~-~;, t"' l ~ ' ,Frt.

Cf. EconomiaY sociedad. Weber U:;3 este t~rrni~~o_ ell el sentido del proceso de igualdad material, es decir, de Ja pr~4 !.lcciQ~ del .l2pmore·juriJicamente libr~ c ll.()po.s!.~i.?ri .aJ.a dernocracia como sisteinapolftico. _.

2 F:Ul952: u~; insurreccion popular implanta d modele esratal boliviano actual. La Guerra del Pacifico sosrenida entre Chile de uu lado, y Peru y Bolivia por el otro, contiene el desplazamiento de la logica del proteccionisrno en torno a los cenrros interiores para la logica rnercantil de la periferia de puerros. Es el punta de arranque del Estado oligarquico en Bolivia.

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II 1.0 NACrOi\:AL-POPUL:\ R EN noi.rvu

II. Antecedentes

L a fasc que es Hamada de la Revolucion N acional, que se descnvuelve en torno aJ memento de ruprura de 195 2, l es el ce n tro del an alisis porque se trata de un despli egue organico: los elem entos la tentcs se ven obl igados de siibito a lin acto ra dical de manifestacion 0 aparici6n, y es aquf don rle sc advierte, por ejernplo , co mo eJ cri terio de rnarginal idad, acaso valido en una cuan ti ficaci6n referida a un momenta de subo rd inacion nornica, sin em bargo, no 10 es en absolute en un a instancia de rcvelacirin crltica."

Puesto que la fluidez 0 vacancia jedrquica es 10 ca racreris tico de ague] momenta, hay en efecto un modo de id en tificaci6n qu e adopta cada un a cle las clases sociales, de cada una de ellas ca n re lacio n a la nueva articu Jaci6n general, de unas can relacion a otras ' y tambien del Estado, que no s610 re cibe las consecuenci as de aquella in ter acci6 n, sino que se las arregla para experimencar su propia au tonomia inicial en medi o de un conjunro de hechos que no pueden fisonomizarse sino como un mom ento consti tutivo tipico.v

En cierto modo, la hi srori a posterior de Bolivia no es sino eldesenvolvimiento de las caracterlsticas de 1a cr isis de 1952. L os sujeros clasis tas no hacen despues sino rep roducir las condiciones de su actu acion en aquel mo mento crucial. Es o bvio que a partir de eso deb e co nside rarse e1 papel no rutinario que tienen los m ementos ea tastr6fi cos 0 eo nstitu tivos en cuan to a Ia refon n ulaci6n de los patrones ideol6gicos y tarnbien de 10 qu e se pu ede Hamar el "tem pera rnen to" de una sociedad. La propia in dagaci6n deb er fa decirnos si esta no es una manera de compensar desajustes 0 no correspo ndencias en tre los episodios silenciosos de la estruetura y eI cadeter del pud er, 0 sea, eu ,l1 es 13 man era que tiene una soeiedad inver te brada en gran medida como 1a boli vian a de adeeuar los momentus de sus

3 P or RCVO!llcion N acionaJ se en tie nde en Bo livia e l pel-lodo de las transfo rmaclOn es dernocraticas tjue comenzaron ell abril de 1952. Es un ape lativo que se at ribuye a Carlos Montenegro, el teorico fun damen tal de l nacion alismo revo(ucionario, e ind ica de alglln mono Ia supcr io /."idad tjue se asp im ll<! a (hH a los obje tivos naciollales sob re los deJllocrati cos. "N o Ser co mo los que sc sienten clase en vez de sentjrse nation ", haoia eserito_

4 Sabre eI papeJ de la crisis en el conocimiento social, vease R. ZavaleCl, /11ovlmiento oiJrel'oyCli:nu'fI sodal.

5 Esevidente, por ejemplo, qu e los (;<l m pes iJ lo~ se ofhr:1ni7..an en ]a fonml a imagen y semc;am.a de los obreros, pem eso no crea lma relad on de inm ersion en ta d ase obre.-a. sino en eI EstaJo de.rde el que habfa actuado Ia c1ase obrera. I ,a manera particular de hi combinatOl; a eno-e militares y cam pesinos, cnU'e cslu diantes v ooreros son o tros tantos movimiemos dentro del imercambio hegelllonico, que es Illuy ac tiv~ a partir del 52.

6 Por 1l1Omcmo consti tut ivo sc podrfa en tende r al punto orig ina rio de las sociedades en Sll

sent ido ma, remota, por ejcmplo Egipto )' el rieg'o del Ntlo, 0 la conq l1ista del Mbitat en el Ande. En el senlido qu e 10 nsalllOS nosotros, tien e referencia a la tn,lnera qne adquier e el tono ideologico y las fo rtnas de do minac i6n det Es tado, es decir, al mo m ent a de S ll constn JCcio n .

'n"ciones pu esto que aquf no fue posibl e hacerlo por via de la democracia , I detcr Dll _

_ resell tativa. !

I ep La epoca rnisma, comprendida como epoca re volucio naria, es en exrremo '1 ·trativa scerca de los contenidos de ca,cIa una de las clases sociaJes y su alca nce I us . ., I I I' . f1 b 1 . , . 11'11" 1- a rccom pOSlCJon entre as nuevas c ases {)o Incas \,a 0 rera v a campesma) ' naClO, . • • •J( • •

r 1 . mediaciones que se irnplanran casi como recon ocirruento de la naturaleza de los ~ as . , d . 1 I 11hechos8 imponen la instauracion e un nu ~vo sistema es~ ~ a que ~ma remos eI Esta do de 1952. Ella i..na~gtrra el segw:do CIcio estata l bolivian o en ~I siglo X,,,\ .9

EI pri.mero habfa sido esta blecido en tor n o a la G ue r ra I,ederal (1899). Una alianza entre un subestrato oligarquico yel cam pes ina do inclfgena irnpuso en to nees, por la via militar, un nuevo bloque social dominante, un nuevo eje po liti eo- geografic o, si 11 duela nuevos canones de legitimaci6n y, en gran m edida, incluso un nuevo aparato represivo, todo dentro de una nu eva insercion de Bolivia en e1 mercado mundial, con el estafio. '?

La integraci6n estructural del Estado de 1952 se basa en la arnpliacion de la base demogdfica del consenso politico (que hab ra fracasado par la defeccion lib eral en el 99), mediante la introducci6n en Ia co ntrove rs ia pol itica de los obreros en la dccada de los cuarenta y de los eampesinos en la de los eincuenta, en una nu eva concepci6n espacial del pais (aunque el espacialismo es un a constante en e1 razonamie nto estaral boliviano)," una nueva ideologfa (el "ideologuem a" nacionalismo revolucionario) " y un nuevo aparato rep resivo . M as importante que todo ello , no obstante, es la aparicion de estrucruras de mediaci6n y de medi adores en un sem ido modemo. l ] El propio analisis comparado cle la Constituci6 n, las formas y la c1ecadencia de los dos Estados bolivianos (de estos dos ciclos) configura un cuadro en extremo rico para el estudio de las formacion es latinoam ericanas. En otros terminos, se pretende participar en las di seu siones recientes acerca del problema del Estaclo en base a1 analisi$ de un caso concreto .14

7 8

(;1:. R_Zavaleta , Cuatro CO llcrptos sobTe dem.ocracia (mi meo); Lafu er;;o de La masa. ~ f.. R. Zavalcta, Movimir:n toolm:ro)' ciencia social. L o mas elocuentc es el comJlon amiento de los

9 dlllgemes c:l1n pe.sillOs can relaL;on a la gl.lcnil la de 1967. Vid. Zavnleta, El Che em elChu:roet al. Vease nota 4l.

10 lJ

Cf. Co ndarco, Zdrate, el tern iok WillkfJ , Cf. .Badia Malagrjd a, EI fa(/ol" geog1"dft:o en La polltica sudamericanrl. J. }Vle ndoza . PI madzo

12 13

i/1ldnw, etc .

Vease Luis I-I. Antezana , EL"fIfJdlf/1fJIi l"mor!?lJoluciorl1lno; Ernest L aclau, f'olitim eideologia, 1978. Juan Lec hfn, por ejemplo, fue un mediado r cLisico en tado cI per iodo; pero tambicn 10 fue, en eien o scntido, Alfre do O vando co n relacion al Ejerc ito. L a apar icion de 10 que se ha ll~m ad o la "m ecliacjon pr ebendal" (vease Rene Zavaleta , La !IICI'Z-fI de 10 mflm, 1979; \i\Talter

(ruevara Arze, Los militores I"fI Bolivia. in edi to) es en caln bio algo q ue caracteri, .a al momen to

14 de la deca dencia del Estado de I <,l 52. Yease E. Ayal:l M er cado, Que fill: It! rcvofucirfn boLiviflTlfJ 1956; G uiller mo Lo ra, Lrt revolud oll bo!iviana, 1963. Para eJpro blema generaI, 13i>lggio de G iovan ni, C·risil' o1"gamca )' & ·tado, 1981. C . Vacca , F or m fl ,<tfl to_ '

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13 LO !':/\C!ONAL-POPVLAR EN BOLIVIA PROLOGO

Si bien est,'! a la vista que el episodio revol ucionar io no es el resultado de una determinacion econ omica directa, sino de una acu rnulacio n clasisra, COn todo, es tarnbi en posibl e in ferir vinc ulacio nes en tre los h echos qu e conciernen al pais oficia l y los de su naturaleza interior. Ninguno de los mementos propios del modo estatai del 52, algunos de los cuales son desplazami entos absolutos en to da la historia del pais (como Ia te rm inan te adj uncion campesina), \ S habrfa sido posible sin cier tos acontecimientos premoni tori os como 13 Guerra del Chaco." La gue rra es siempre un e1emen to de actualizacion de las socieda cles y n o en balde se ha dicho que es la manera en qu e pro gr esan las na ciones. No obstante ello, se deb e cons iderar la funci6n de un a l11oviHzaci6n mas 0 menos universal en un pafs qu e carecia de hechos realm ente nacion ales." Se advierre, sin lugar a dudas, el papel de 13 gu erra modema, como episo dic sociologico dorado de una gran intensidad parerica, en la transfo rm aci6n de las clases sociales (como por ejemplo, la emergencia del pathos esta rai en los militares), pem sob re tod o en 10 que se refiere a la preparaci6n de la descampesinizacion y sin duda como campo de nacionalizaci6n ideol 6gica. La re/aci6n entre ia movilizaci6n militar y el rnovimienro carnpesino pareee aho ra algo com probado .18

En los hechos, la propia catastr ofe social de t952 propene facet as heterodoxas con relacio n a la literatura soeiol6gica mas frec uen re en Ame rica Latina, al rnenos la de hace algunos afios. Se ha dicho, por ejernplo, que se trataba de un a formaci6n social cuyo caracter estaba dado po r la marginalidad y la dep endencia. 19

De principio, encontraremos aei un a prirnera c1audicaci6n del analisis puramente estadistieo . La abundante participacion campesin a en la implantaeion del proceso de reforma agraria (sobre todo en algunas region es) demuestra que el criterio cuantitativo de marginalidad es una reducci6n. 10 E n cuanto a la estruCtura de la dependencia, es claro que su exageraci6n eonver tir fa ala historia en un circulo cerrado en el que 10 dependiente no deberfa produ cir sino dependencia: no existirfan las histori as nadonales. Es oovio qu e hay forrnas de articulaeion no dependi entes, que la propia metropol i tiene grandes imposibiJidades en Cuanto a su capacidad de conocimiento de las sociedades dependientes. EI nlideo cle 1952 demues tra un gra do importante cle autodeterminac ion polf tica en un escenario

15 Vease Silvia Rivera C usicanqu i, Losm01J1mientos mmpesinos, 1985. 16 VeaSt D avid Zook, La guerra del Chaco, 1960. Ro be rto Q Ut:rejaz u Ca lvo, MaSftmaday. 1975.

Aqui le.s Vergara Vicuna, La guerra civil del Chaco fs.f.]. 17 Ot.·o ta nto pu ede dec irse de ias propias movilizaciones en eIperiodo del auge de Illasas luego de 1952: aquf Ia nlOvilizaci6 n Illism a tiene una validez indep endiemc au n de las lTIedida s qu e contiene , es deci!, que 10 irreversihl e es el acto de masas y no la mediJa. 18 Vease]. DandIer, Campesinos, 1969.

19 \l ease Anibal Q uijano, Depm denda y {ambio social, 196 7. T<lmhien, Estrlltegia de!desarrollo, Ministcno de Planificacion v Coordinacjon , 1970.

W Asi 10 demostr aron los ac o;lte cimi lOJ1 to ~ de Saca ba, To lata y Epizana en 1974 y cI gran movimiento de apoyo ca mpesino ala hu d ga o brer a en noviembre ue 1979.

muv atrasado," aun que es cierto que esta autoimpulsio n cedio cas! de inmedia to a la.coe rci6n de las condicione s externas."

De todas maneras, tenemos la impresion de que en las interpretaciones que se han hec ho hasta aquf acerca de aquellos acontecirnientos se ha dado un cierto maniquefsmo, es decir, se ha prescindido casi siempre de 10 que se llama una "pers­pectiva total". Se ha tendido a subordinar los fact ores 0 a la existencia de un caucus politico (elMNR) 0 a la accion, sin duda irnpresionante, de la c1 ase obrera, para no hablar de las explicaciones carismaticas. " Lo que inreresa en cambio, a nu estro en tend er, es adve rti r el desarrollo contradictorio de los factores, 0 sea, como si los hombres se propusieran algo y los hechos los llevaran indefectiblem ente a otro lugar. El jacobin ismo resulto aqui una escuela poco eficaz. La idea del campesinado como clase receptora y del prol etariado como clase donante, pOl' ejemplo, no sigue sino un lineamiento dogmatico, En realidad, tod o in dica que elcampesinado te nia su pro pia acumulaci6n de c1ase y rambien, si se quiere, su propia histor ia de clase dentro de la historia de las clases, Es elocuente e1 que sirva sucesivarnente cle rnasa hegem6nica en el momento de la decision del poder," como densidad conservadora a 10 largo del llamado "pacto militar-campesino", cuando fue considerado como una "clase tranquila" y, por Ultimo, COmOasiento de la desagregaci6n del bloque de clases del 52, es decir, de la disoluci6n del Estado."

El consistente decurso de la clase obrera boliviana, en su h istoria como clase constitutiva y como la clase separatista, propone la cues tion de cual es e1 grado en que no hay en Bolivia, y es probable que en ninguna parte, una correspondencia necesaria entre los ind icadores del desarrollo econ6mico-cultural y el grado de desarrollo polftico de los obreros. La experiencia boliviana parece demostrar, 10 mismo que otras, que ese corrdata cs al menos mediato 0 sea que par a una c1ase como esta es mas importante su acumulaci6n orgaruca 0 histori a hegem6ni ca, que es algo que se relaciona por fuerza can e1 grado de eficiencia que logra 1a presencia estataJ.26

21 Se sabe, por ejemplo, qu e los diplomaticos norteamericanos estaban seguros, en marzo de 1952, qu e e1 MNR janus alcam:aria eI pode r, aun que una ins uiTecci6n sc 10 darla apenas dfas despues. Con Sergio Almaraz pudimos ver co rrespondeDcia sobre cl particular en d archivo de l bUfcte Ca lvo, en La Paz.

22 Vease Jackson Ed er, cn sus memorias, cicadas por L. 'Whiteh ead , USA and Bolivia 1969; y v: .~ndra de, il1y1lIisssirYn fin- revo!tttiwaryBolivia, 1970.

23 Cf. Herbe rt S. Klein , Origenes de la revO!UClotl naciof!ul bolivirJna, 196 8; Liborio Justo, La 7"e"voluci6n derl'o lf1da, 1975; Luis Peihloza, I-liJ'toria delNlovimiento NfJcionl1!i~tll RcvoluC/Ollario. 1952.

24 l;'ue sin duda e16cito en la lnoviliz3ci6n cam pcsin3 10 que deci di6 b supervivencia del poder (leI MNR en los 3110s cri t icos d e 1952- t 956.

25 La S\lStl tu Ci!l ll del p ,lCto mi licar-cam pesino po r la ~ lianza de los ca ll1pesi nos con In COB hacia 1978 y el apoyo a la UDP en las tres elecciones que gana Siles Zuazo entre 1978 y 19 1)0.

26 Cf. Rojas, Nash, He agotado nll vid/l; D . C h ungara, Si mr permitell hab/ar; C. Soria Galva rro , }<://JFoletariado mine-roo

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14 1.0 NACIONAI.- POPU LAR l':J"i BOLIVIA PR()L OGO

Sin embargo, esro que pareceria ensefiar un lado de autonomic del desarro­llo politico, resulto no ser valido sino de una rnanera menos perspicua para otros sectores. E1 escaso desarrollo economico no fue un obstaculo real para e1 desarrollo de la clase obrera, pero es probabiemente un obstaculo para la formacion de una burg"Uesia local. En otros terminos, mientras los campesinos expresaban una capa­cidad casi general de movilizacion (de 00 marginalidad) y los obreros 10 que es ya casi un impromptuhegem6nico, en una escala llamarivaa escala 1acinoamericana, se presenta a la vez la "paradoja sefiorial". (Que es 10 que postulamos bajo el concepto de la paradoja? La clase 0 casta secular boliviana resulta incapaz de reunir en su seno ninguna de las condiciones subjetivas ni materiales para autotransformarse en una burguesia moderna, quiza rorgue es una burguesfa que carece de ideales burgueses 0 porque todos los patrones de su cultura son de grado precapitalista. La paradoja consisre en que es a la vez capaz de una insolita capacidad de rarificacion qua clase dorninante a traves de las diversas fases estatales, de cambios sociales inmensos e incluso de varios modos de produccion, De esta rnanera, asi como la Revolucion Naciona1 es alga asi como una revoiucion burguesa hecha contra la burguesfa, el desarrollo de la misrna es la colocacion de sus factores al servicio de la reposicion oligarquico-sefiorial. La carga sefiorial results aSI una verdadera

constante del desenvolvimiento de la historia de Bolivia."

III. Algunas hip6tesis sobre el tema

En resumen , nuestra intencion es aplicar los conceptos de la teoria del Estado y de las clases sociales a un estudio de cadcter rustorico concreto en torno a las hipotesis o postuladones preliminares a la manera de las que se expone como indicacion;

1. La relaci6n entre excedente y momento constitutivo

Es mas 0 rnenos generalmente aceptado e! pape! de la "disponibiJiclad" social en la base cle la formaci on de los Estados modernos. Esta disponibilidad u oferra general se remite, en 10 que se renere a la sociedad civil, a mornentos de vaciamiento, es decir, a las coyunturas en que grandes masas estan dispuestas a la asuncion clenuevas creencias colectivas.2H Desde el angulo estatal, en cambio, la "disponibilidad" tiene una rdaci6n inobjetabte con el problema del excedente

--~--_._-----------

27 Vid . Romero, RefiexirmeJpaTa U1W 1nte11JreltlnondeIfI histona deBolivia;Siles Salinas , A propo.'-itode la ejemplaridad: Qniroga, La V tLT,fJI1{/ deabril so17rc Itl Nan 6n; Sill:s Salinas, Cnaventll:nl)' e!on:im.

28 L o rid vaciamiento es en re alJdad una mer-J:fora; pe ro es cvideme que h ideologf:\ es cll: una gran tenacidad y que solo ell momentos !Uti)' espcciales b gente esti J ispucsta a un~ sust; ­n lr · ....... 1i

econ6ll1ico , es decir que no basta 13 m'aleabilidad ocasional de la masa, sino que eS ueces. un grado de e-apacidad de emision 0 infusion por parte del rio £,stado , 0 sea del poder como un acto programatico. Es un paralelo: mientra ~s InasJ)r~~a es la '~?ili~~_~~d_~}~_ .~~~~~~_~.I~AS:S~!l.2?_(~~i?)~~0~.g:co J' "inaV efexcedente,hay melores concllclOnes para constn.llr un Estado moder­

Of Jlc/"es cfecir, aquel en erq:u-efiJl-lfkXi-6nlaeoTogica pr eaomina ';;(l ire eiJactu1-l1 re~r esivoyraS "mealaet§~~ ~~:~!}~ai-~i1sVlllieI1Q_~pm~i~~irll .n:::'1E~tQI!.l}?~'i .iridid~!,j1omi!lio . " I-------=- ~r a bien, en Bolivia hubo por 10 menos dos momentos constitutivost\T;en el periodo que nos interesa: 1899 Y 1951. Se puede discutir antes de nada sobre la exten sion y 13 profundidad de cada uno de ellos Lo de 1899 tuvo consecuencias nacionales, pero no fue un hecho verdaderamente "nacional" v en su ultimidad se tradujo sobre todo en trueques de poder en el seno del bloque social dominante . La propia participacion aymara ocasiono sobre todoiJ 13 instalaci6n de 10 que se ha Hamada el "darwinismo social" como ideolog ' interior del Estado oligarquico. JII Es distinta, par cierto , una revolllci6n de­ll10cra ica en la que hay grandes masas activas y en arrnas, 0 sea aquellas en las que lat

actividad rnilitar es mas a menos global, como la Revolllci6n Mexicana, e insurrecciones como la boliviana de 1952 que se concretan en un ntlcleo mas concentrado que solo despucs distribuye los efcctos revolllcionarios y no sin que ellos queden mediatizados por la supeditacion ideologic'a, e tc.' I En cual­quier fonna, aun si se aceptan dichos reparos, no cabe duda de que habri'a que hablar de la falta de extension 0 de profundidad de los momentos constitutivos, pero no de su inexistencia. Es una evidencia que el transcurso de la historia

bohviana preparaba este tipo de innovaciones. Sobre este particular, una rec1.lrrenci-a poco feliz es 1a que trata de explicar

la debil constituci6n del Estado nacional a partir de 1ma supuesta

escasez de ex~edente econ()Juico .'2 Bolivia no habda dispuesto jamas de la capacidad artlCulatoria economica como para prodllcir instirociones mas avanzadas . Esto no explicarfa, por la inversa, pOl' que paises C01110 loa Cuba de los veinte 0 la Argentina del medio siglo que va de i R80 a 1930 fracasaron sin embargo, igual que Bolivia, en la conformacion de superestructuras pollticas modernas.

En el siglo XIX, Bolivia se ecEpsa del mercado IDundial para lOdo fin practico.33 Se organiza cntonces un aparato estatal cuya economia se fundaba

Cf. Althusscr, Losaprrrato,,' uleoI6glCO.<; C. Offe, LII abolirian llel control del menado.y e!W'oblemtl 29 . de !a legitimidad. ) 0 Vid. Marie-Dani cllc Demela." Nati onalism Sans Niltion (tc sis); S;\<lv"cdra, T'Foreso i'Vlo!;OZ{/.

ro~ I Cf. Rene Z avalet:l , f,/ poder dual, 1')74. J 2 Vid . Gm.'vara, Plan econolU1w de III 1'fvolurion ·ruiciol1al. Toc!os los discursos de Paz E stensso

en tol"n o al 52. Cf. Pc ii<1 loZ~1 , JIistori({ ennuJmiC({ de Bolivia. 33

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17 16 1,0 i'''ACIONM .· POPULAR I':N BOLIV IA

de mo do casi exclusive en elllamado tributo indigcna.H Esta institucion es qui za la mas digna de estudiarse en su relacion can la tormacion boliviana: hahla de principia de un sector "trioutario", pero no de I.U1 sector "perteneciente", Con alrerna tivas varias , esto seguin'! en esos terrninos hasta avanzado el sig lo XX; pero el caracter o espfritu de Ia base material del Estado, 0 sea su "concepcion estrucrural", no cam biara sino en 1952 y eso misrno con rnasivas tendencias de resabio,

La captacion del excedente ha sido siempre un concepto ajeno a la c1ase domin an te en Bolivia y eso , 10 mismo en las dos econom ias de [a plata que en la de! estafio ." En otros terrninos, es necesario rev isar las causas por las qu e Bolivia fue incapaz de inrern alizar su excede nre perc es, en cambio , muy reba tibIe sos tene r que el exceden re no existio .

2. Aspectos conservadores de la paradoja sefiorial y la cuestion agraria

Si se tiene en cuenra [a globalidad casi drarnarica de los acontecimientos de 1952 y de varios otros larerales" es Canto mas so rpren dente la reconstruccion sefioria l de la clase dom inante en el periodo posterior. Es a esto a 10 qu e hemos llamado el problema de la paradoja sefiorial en la historic de Bolivia." Es un rasgo de tradiciona lida cl que presen ta la sociedad boliviana en con tras te con otro s de gran dinamismo e iniciativa , y es probable que tenga que vel' (esto habria que probarlo) con la manera semicristalizada de ia cuestion ag raria. Aunque es un problema bastante mas enjundioso y 10 que se diga sa bre el es atrevido, con toclo, haycier­tos apotegmas dentro del anal isis boliviano qu e deben ser enfocados. Se dirfa en general que ha habido desd e el punto de vista taxonomico \IDa diferencia entre el momenta juridico rributario y el memento estru ctu ra1 productive, es decir, que se ha confundido las formas juridicas de la cuestion agraria con el canon tecnico de la apropiacion agricola del sue lo que es donde, a nu estro modo de ver, finea el m eollo de la cuestion.

Esto podria verse ya apuntado por el empecinam iento de la forma agraria "comunidad", puesto que Ia defensa de ella y su reproducci6n es casi la forma de 1a inserci6n del campesin ado en la mO\rilizaci6n democr:hica. '8 Tnitese empero de formas hacendarias y aun de formas pa rccl arias aparen tes, en todo casa, al

- _ .__._ - - ,- -. _ - - - - -- ­

34 Vid. Sanchez Albornoz, Tribuf;O abo/ido, tributo repue,rto; S. Rivera, Los 1IIovimiemoJ crrmpesi­nos.

35 Cf. Mitre, La minerfa de /a plata; Albarracfn, EI pod!:'!" -minero; Alm ar::lz, El POdiT 'y fr. (aida: Kfiakal , Vinculadones de la.r empresflJ· tran.macio'"1fescon fa indrm-rir! de! eJ1afjo C?1 BoltVlo.

36 Vease sUPrrJ, nom 25. 37 Vease supra, nom 27. 3H Cf. Grieshaber, Survival of {" dilm com'nlmith,.1' in J9th Cenrury Bolivia; S. River ,l, {.OJ'movi­

1" ;e ll lOS {:fl'mp csiIl O"',

PROLOGO

men os en 10 que se refiere al habitat andin o clasico pareee claro que no se trata sino de modalidades jur fdicas que mantienen el pat ron produ ctive , 0 sea que , en su extremo, no habla rfamos aquf sino de una sola forma de agriculrura a 10 lar go clel tiernpo. E1 espafiol 0 el hacendado, 0 el fun cion ari o publico, tendrian un pap el de mediadores estatales ° recaudadores, aunque de ninguna manera de dirigentes prod uctivos, es clecir, se dada una supeditadonjuridica, pero jamas una supeditac i6n real ."

Esta hipotesis, aunquc esta sin duda desmentida pOl' episodios evidentes de parcelizacion , de acumulaci6n economica inrercampesina y de diferenciacion (y uni ficaci6n), no deja de tener una incidencia que debe comp robarse, En to do caso , la resistencia de la civilizacion agricola andin a estarfa demostranclo la im pene trabilidad de ese universo a una convoc ato ria estata l no derno cratica y la incornpatibilidad del apice sefioria l con una leg itimaci6n democrarica. Que el hec ho esta vivo en el acontecer presente 10 demu esrra, par ejern plo, 1a extraordinaria semejanza entre las ideas de Tamayo en 1910 Ylos planteamien tos milenari stas de los kataristas contemporaneos."

3. Problemas de forrnalizacion te6rica

La historia de esre periodo de la historia de Bolivia propane interesan res problemas para la form alizacion teo rica. Esto es 10 que ocurre, por ejernplo, con relaci6n a las cuestiones vinculadas con la estabil idad 0 inestabilidad del modelo de poder, e1papel de Ja democracia represen ta tive y la forma auroritari a y tambien la integraci6n originaria de los organos de pocler.

Bolivia 11a conoc ,i9..?_9~~p'~,~?_~~ ~~~~_~g~q ,!li.4.~cL<;i~Lg~ ~..2~!~1E~~ .~!.~PE~~~ ­tativa (1899- 1934 y 1952-1964) Y dos ciclos de poder mili ta r 1934-46 y 1964.41

Bolivra~n-gffie~~ C-e.s-c(;nocTda como una zona de inestab ilidad politica. Con todo, habrfa que expl icar por que en la primera estabil idad civil la legitimacion

,. " f ott- era suficien te aun provini endo de una escasisima proparcion electoral, par qu e ep. '7'-:'-' la segunda estabilidad se reguerfa un amb ito de l~jtil11 acj 6n mucho mas extenso ~ ' y p o'r-qu{C1esp~~¥~d ~ ell~_ ni aU~]; ';;~Je t~n iv;~~~;Ji~;_~)6-~~~ 9~T~~~~?~~~~,a

como elem-emo legitimador. Eso tiene q ue ver con la percepci6 n de la masa, fo <l"ueql.uer-e--de'clrq uee n'e-l trabajo se tratant de obtener una doble perspectiva: en primer lugar, como fueron las casas en sus conten idos co mp lejos; en segundo

39 C f. \VennergTen , 'Wb itaker, T he Sttlt u.<of iJolivirm agriculture. 40 Vid . Tamayo, Lr. iTer/cirmde ia pedaKogia naa onai; C hurata, El pez de oro; Reynaga, wwrlntlTl

suyo. 41 £ 1 perfodo liberal s6lo ab arca e;l rigo r has ta c . 1920; pero los gobie rnos rep uhlicanos

posteriores fueron en fin de cuentas la com iml'lci6n . De 1<)52 a 1964 go b;erna el MNR co n suces iones ci"i les, electOrales y pac:ificas. £ 1primer periodo rnili tar eo mienza en Toro (1934) y tcrmina COll Ballivdn (1952). Pe ro esta es un n clasificaeic"m dem nsindo form al.

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1.0 l"ACl O<,: ,\ L- l'Ol'U I.AR F~ BOLlVL'\ IS

termino, la rnanera en que fueron reconocidos e internalizados par las masas. Por que, por ejemplo, a los ojos colectivos Busch 0 Vii larroel representan fases democraticas y no Herzog 0 Barrientos es tina cuestion que se refiere ala hisroria de 13 perspective de la /1101sa . '12

Par consiguiente, ~ reJ~_d6.nltla deEI!~_~~~cia r~r~en1:<.1tivase observadl1:! entre otros, los siguientes problemas: el referido 011 eje territorial, en el semido de que Boli~asa en obtencrlO, inauso cuandol0 inrenta del moclo mas especifico can la Revolucion Federal, No hay un Piamonte ni un Buenos Aires en Bolivia." Pero la propia ropografia social es irregular. Es mas importante saber cual ha side el resultado real de una eleccion en las tres ciudades basicas, en los csntros mineros, y dos a tres distritos campesinos que en el conjunto del pais."

r ""Eso propone que la democracia rel~!lJ:m.iva.,_p.ara s-er ef~.tiva, re\}uieI ~c!.e un~ - u~ad o de hom?genei<'f:ld lJ2-1e 'B ()l~}l0 Ji_ene~·porcorlsiguJente;-debe discuti rse d6nde de"!Je--stti.l::li'se ~d "micleo de buen sentido" de la legitimidad porque, en contfapa;:t~, ·es -eviaen~qu-;G-del:noz;;-~i;-representab~;-deviene en cierto momento una conslg-ni'oe m".aSii:- ·- ------~---- - -- -- ­

- --·L o-jn ismo e-ri.- hT que serefiere al paradigms partido politico a sindicaro. La sociedad ha sido capaz de hacer un sistema politico de parridos a partir de 1980 y ha generado al menos un partido de la dimension de los mas grandes del continente." Con toclo, se debe indagar no 10 que se llama partido, que es mas bien un bloque social, sino 10 que significa con relacion a su modele de origen, que es el europeo. Otro tanto ocurre con la tan decisive historia de los sindicatos. Si el sindicato es hi organizacion propia de la circulacion mercantil libre de la fuerza de trabajo, debenamos preguntarnos cual era su funcion antes de la libertad plena de rnercado (el sindicato precedia al mercado interne) 0 m3S bien la forma en que la constitucion del "desprendimiento" 0 descampesinizacion era e1 modo de forrnario.

Rene Zavaleta Mercado

42 Vi.d. Zavakta, Algunosproblemusarena de l(ldVIlOCr(lUil, etc. 43 AUl1que b l~evolUl.:i6n Federal fue eJ intento fnl smineo de dar al dep artamento de La Paz

e1 rol del Piamonre. 44 Ti:nltr La P:lZ, Cochabamba y Sant;:t ern,;, mas los distritos !Dineros y centros campeslnos

como eli?a y Achacac.hi, '"' tcner a Bolivia cntera . 45 £.1 Movirnicllto Nacionalisra Rcvolucion.lrio.

CAPITULO I

La querella del excedente

"£5 necesario, en surna, hacer un esbozo de roda la historia italians, sintetico pero exacto'"

Es razonable concebir la crisis como un instante anomalo en la vida de una sociedad, y eso querria decir una hora en la que las cosas no se presentan como son en 10 cotidiano y se presentan en cambia como son en verdad . Mal grado ella, si bien es cierto que Ia cuantificaci6n de la sociedad no es posible sino con el capitalismo propalado como forma general y aunque es includable que no hay una sola forma posible de conocer cada cosa, la crisis adquiere con relacion a estas sociedades innurnerahles e incognitas como la boliviana una connotaci6n particular. Es la propia necesidad la que hace que cada modo de ser convoque a una forma de conocimiento, can 10 cual sostenemos que sera discutible hablar de un metodo de conocimiento general a todas las sociedades.' En esta, en 10 especifico, la crisis acnia no como una forma de violencia sabre el orden de la rutina, sino como una aparicion paretica de las puntas de la sociedad que, de otra manera, se mantendrian sumergidas ygelatinosas. La cuantificaci6n misma, como 10 veremos a todo 10 largo de esra hisroria, tiene un papei 111as relative mientras mas abigarrada esuna sociedad; por e1 contrario, es en la crisis 0 su equivalentc (la instancia de intensidad) clonde se puede ver en sus resultantes 0 sfntesis, pues se trata de la (mica fase de concentraci6n 0 centralizaci6n, a una formacion que

[Sin referencia a la fuente en e] ori uinaJ1

Elmtitodo gmeml resulta al menos l~na pQsibilidad r-an remota como 10. de una tearia general del F.staJo. Cada sociedad debe , en cambia, reconocer ellll(~tod() que a ella pucde referirse o serle perti.nente. Hay sociedades cognoscibles y socledad es no cognoscibles, soeiedaJ es cognos cibles de una manera y sociedacles cognoscibles de otra manera, en fin , sociedades cuanti ficables y sociedades en las que la forma de la anicu!acion eoue formas distintas cs un:l cualidad. EJ conocimientO cri ti.:o, por la torma aglutinada de presentacion heterogenea en ese patho.<, es propio de sociedarl es de dudosa cuanoficaci6n como Bolivia. Ve asc R. ZavaJeta

Mercado, 1983 .

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20 LO NAC10 N Al. -Po r ULAR EN"BOL T\'1A

de OU'a man era no apar ece sino co mo un archipielago. Si esto es verdad, no 10 es en rod os los casas pa r qu e ni toda crisis es generalmcnre clocuente porque ad eI grado de r evelacion es tarnbien propo rci onal al grad o de oen eralid ad de la cr isis

, 0

ni la cu an tificacion co mo tal es algo qu e pu eda echa rse in toto. L o im po r tan te es qu e, tarde a temprano, cada soc iedad aprende que co nocerse es ya casi ve neer. L a volun rad del autoconoci mienro es un a fase no corpuscular de la existe ncia. L a guerra , a su turnc , es un momento intenso , pero no coda guerra es una cri sis y ni una ni o tra abarcan en todos los casa s al conjunto del objeto social. L a hist oria de estos cien aiios de Bolivia sera par fuer za entonces la histo ria de un pufiado de cri sis 0 aglu tina cio nes pareti cas de la soeiedad.

Pues bien , si hu biera que dis tinguir en tre como se vive la G uerra del Padfico y como la Revoluci6n Federal?(con 10 cual queremos rele rimos n o a la externidad de estes aco ntecim ientos , sino a su internalizacion co lectiva) habria qu e escribir que Ia primera debe ser consider ada en rigor (al menos en su primer momento) co mo un asunto de Estado 0 materia esta tal, es decir, a lga que gan6 0 perdi6 1a clase dorninanre, par cuanto ento nces no estaba dife renciada del Es tado ' co mo una responsabilid ad suya an te si misrn a. En los difer en tes grad os de integracion, un a guerra pue de , en efecto , in reresar a la sociedad y de un modo escaso al Es tado 0 pue de ser un negoc io de una parte de la soei edad con el Estado 0, en fin , pe rmanecer en el puro nivel esratal. D ecim os en tonces que, en el modo ideo16gico in rnediaro qu e tuvo al oc urri r, la G uer ra del Pacifico fue una gu erra de incumbencia del Esta do y de la clase del Es tado, y no de la sociedad, al m ellOS no de un modo inmediato . Vamos aver III ego pOl' que. LJ Revolucion Federal, en cambio , sac6 a1 claro 10 m as vivo de los conflictos clasicos de Ia sociedad civi1.4

Esta nomenclatura (socieda d civil, Es ta do) n o es siempre convincente. Sobre todo en un pais como 10 era sin duda la Bo livia de entonees, en la que la separaci6n relativa del Estaclo , su amonomfa, no se !labia producido de ninguna manera. La qu e llamamos Estado para ese momento era m as bien 1a fracci6n de la casta dominante (pOl'que era hereditari a) dentro de la propia socieda c1 civil, que se hacia (en esto la expres i6n bacerse de algo es muy expres iva) del gobierno

2 La Gu erra del Pacffico <:nfrent a a Chile con Pen l y Bolivia entr e 1879 y ] 8H4j fa Hamada Revoluci6n Federal es una guerra civiJ en la que luchan los deparramentos del sur, bajo la hegemonia de Ch uquisaca, con los del non e, La Pn en 10 bosico. R. l.ondarco M orales. 1977.

3 Aunque 10 habra estado de un modo ocasional, con Santa Cm f; por ejemplo. Una verd adera distmcion entre el go bierno com o aparato y ]a c1 ase dominante no ~e pro ducira en forma sino COt) la Revoluci6n de 1':152. Con tod o, en esto debe conslde rarse Slempre ]a tend encia del Estado a volver a la sociedad, en eJscnt ido de que a canSa de! r ode , se vuelve a Iasociedad pero nlllcho m ~ s poderoso y, a la invcrs:J., el conti nuo impulso de wdo a ~ pecto de Ia soeiedad lJel'O sohre tOGO de algunos de ellos hacia cl F stado_ La eStabilidad mas 0 menos larga del ESL-ado y de la socied ad no es el privilcgio sino de pocas sociedades.

4 Vea.se el sigtliem e capitulo .

zrLA QlJ FRELl.A DEI. EXCl'.DFN"TE

de un m odo ocasional, can una fugacidad caracteristica. 0 sea qu e esta casta do minaba de un modo constan te en Ia sociedad y de un modo inrermitente en el o-ohier no, segun sus partidos 0 faccion es.: (Que podia significar, en efecto , HiJari6n Daza respecto de Cam pero, qu e M elgarejo con relacion a Ballivian, el segundo (que era , adernas, su co mpadre )?" En eJ m ejor de los casos un di ferente o-rad o de Jegitimi dad en el seno de la casta dominan te , 10 cual, despues de todo , ~ra importante porque se n ecesita cie rto derecbo bereditario racio na l in cluso dentro del misrno pr ivilegio. L a un ificacion de la c1ase dominante 0 su division es sicmpre un dato de cisive en 10 que se refiere a 13 evaluacion estata l. En todo casO, quc ella, la casta secul ar, admit iera de un mo do casi indistinto a sus heroes paradigmaticos, como Ballivian , 0 a Ia suerte eni grnat ica de un carisma brutal como j\1elgarejo es, en ultimo terrnin o, algo qu e n o tiene demasiada irnportancia pot"que una cosa 0 [a otra no conte n ian sino movirn ientos den tro de un misrno hech o clasista. Ballivian 0 Frias no significaba como Jo maximo sino la propo ­sicion ilusoria del pr incip io de la fon n aci6n veri ficable del poder que despues practicar fan de una ma nera festinatori a Baptista 0 Arce.' L a confro ntacion de 1aHamada G uerra Federal es, en cambia , algo rnuch o m as p rofunda . Es la suma de Melgarejo y Linares, de Daza y Ballivian la qu c perdio esta gu erra , 1a del Pacifico , cuyo conte nido tard6 tanto Bolivia en asumir.

~ Cu al es 13 raz6n, por cierro, pa r la cual Bolivia se demoro tanto en darse cuenta (clar cuenta a uno mismo) de 10 qu e h abfa ocurrido? L os pu cblos que no cobran cone ienc ia de qu e han sido venciclos son pueblos que esd n lejos de sf mismos. La qu e llama la atenci6n, en efecto , es el desgano 0 perplejidad co n qu c este pais expecta un hecho tan decisivo no s61 0 para su ser inmed iato, sino t31ubien para todo su futuro visible. Tratabase pa r eiert o , en su eualidad , de la perdida terr itorial mas indiscu tibJe como perdi da, la m as grave de mo do term inante para el destino de Bolivia. Si apel amos a su connotacion mas inmediata, se podria deci1' que este corte obligaba a un po rvc nir seudoaucirquico a un pais poco do tado para un desarrollo auta rquico . La rnism a heterogeneiclad de cste sud o dice a toda hora que no hay o t1'a homog·eneidad qu e la impues ta por la historia, es decir, par los hombres en aetos conscien tes y aml11ulados. D e algona man era, debfa scr eierto

5 Es notable por ejemplo la poca significacion de las querellas entre cruc ista~ y balliviaillstas, allnque debel'ia considcrars e ciena penetracion del cruc islllo en elbelcislllo COlJl() algo dOtlclo de significado. En cualquier forma, la naturalidad con la que la clase domimlllte ehuquisaqud '1 a conservadora se ada-pte) a 1a prepond erancia de la clase dominant e hbera l pacci'ia a d~'iene que los vasos comunicam es entre \Ina v otra eran abundantes.

o M. Rigoben o Paredes, 1962. Adolfo B ~ll i vian , ell cfecto,le habra bablado a iVlelgnrejo de "la sincer idad y ternura de ,ill :1fee to hacia su person a", en una carta del 29 de enero de J863, en la que adem as sostenfa que La dccisic'lll que tom:J.ha ocurr iria "a nn<lue )1 0 me diaran entre listed y yo vinculos sagracios y carlsimos ". 1::1melgarejismo sin dnda hIe al men os UJ.)O de los [ados de b tracl ici6n oligarquica y estaba un ido al ot ro , como 10 demuestra esta carta.

7 J. Lemoine, BlOgrrlfia de Cfl7J/tIC!;O, cil::ldo en Alclde ~ ll.rguedas, 1960.

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23 1.0 NAClONAL- POPULAR EN BOLIVIA L:\ QUE~ E LLA DEL EXCEDENTE

contacto especial y penetranra can cl mundo el qu e deb ia facilita r algun tipo de excedente capaz de abastecer los requisitos, sin dud a costosos, de la articulaci6n de una diversidad que solo podrfa conve rt ir el logos del espacio clasico en un mercado nacional coherence a partir de un programa sistematico. Aqui la vida es todo menos un acto espontsneo. Por consiguienre, can una suerte de conci encis desdichada arenas, Bolivia perdia 13 posibilidad de desarrollar un contacto fluido y autodererminado 31 menos en este nunirno margen (que es de ia no dependencia territorial de acceso) can el m ercado mundial qu e, por 10 dermis, s610 entonces cornenzaba a dar las bases de 10 qu e serfa un sistema econo rnico mundial . Cierto es que, en esta ma teria, la fetichizaci6n de esa perdida 0 malogro suele se r un chivo expiatorio ideologico hacia la exp licacion de la infcrioridad nacional, un manejo jererniaco general, como diciendo, "el infortunio comenzo alla", Aetuaba en la claboracion de este exutorio 10 que podemos Hamar el paradigma del exito o sea el efeeto de seduccion de los destines centraies, Inglaterra, par tanto, para estos ojos tan de intrarnuros, parecia la alianza entre el cornercio y el mar, que era por 10 demas 10 que estaba dispuesta a creer ll113 forma cap italists cuya iinica rnoda lidad de cxistcncia fue siernpre la del capital co rnercial."La verdad es que 13 cu1tura de estos pu eblos, los que com pon en Bolivia, ha sido sie m pre una eu1tura rnediterranea: no es una culru ra que se encerro, sino una que se constituyo hacia dentro, 10 cual qu iza ten ga qu e ver con ciertas incl in aciones a la insistencia histories ."En caso alguno podia Bolivia convertirse en un pueblo de navegantes y la cualidad eoncluyeote del despojo conrnovi6 a la fonnacion por dos vias. Primero, pot'que en 13 era del mercado mundial nadie puede consrruir ningUn grado de autonornia (y sin autonomia, es dec ir 's in aque! grado de autodetenninaci6n que no impide el existir en el rntmdo, ninguna naci6n puede ser n aci6n en efecto), sino en intercambio con aqueI, es decir, que la umea forma real de 13 amonomf3 consiste en una relaci6n de perteneneia y ala vez de no contingeneia respeeto del mlmdo. En otras terminos, 10 men os que se puede decir es qu e esta cireunstaneia impidio a Bolivia la concurreneia expeelita a un momento fundamental de la histori a del mundo, momenta a tal grado importante que podrfa decirse qu e el qu e no participa en el, tampoco pu ede conocer el munelo en la manera en qu e existe ho y y aqul. Bolivia resultaba un tri butario do ble a las me tropolis del mundn y a esta mediacion geografiea aho ra inevitahle.1O Es justo deeir que 10 que se produjera de excedente a partir de entonees de bfa veneer no solo la ineapacid ad de absorci6n del excedente, comun po r 10 demas a todos [os pafses de America Latina, ~ ino tambien la 16g-iea cle las dos fronteras. Las riquezas de Bolivia, con todo, aparte de qu e no son taotas, son tam bien interiores. Es evidente qu e la

8 c:. Sempat Assado\lr ian , IY73. Y F. Tamavo , 1975.

lO W Gu e~ara Arze , 1978: D. Sanchez Bustamante, 1979;J. Fellman Velarde, 1967; E . Ohlit;ls, 1978.

disposicion soberana del puerto 0 31 menos del acceso a cl no las habrfa hecho por eso menos interiores. EJ aislamiento exacerbo de un modo vicioso 10 que , por otra parte, cl.cbe ser un caracter ,de .toda proyecro boliviano, es decir: el no efcr irse a otro eJe que no sea el de Sl mi smo. Se rrata, por tanto, de un paIs qu e,

: l1 nque deb a tener en cuenta la forma de su integracion al mercado mundial , ha de concentrarse en una medida mucho mas ..arn plia qu e otros paises en los aspectos al1tOrreferidos de su de sarrollo, No hay, en efecto, una manera mas absurda de conoccr lila formacion C0010 la boliviana que a tr aves de los indicadores que tienen pretensiones de valid ez general.

Como 10 vercmos despues, los espiritus delEstadoen Bolivia no veian los hechos del espacio sino con una dimension gamonaLLo caracteristico era lafor ma gamonal del Estado.! ' El territori o, desde Iuego, es un elemento esencial de la ideologia, es el ~opor te material nodal de la manera qu e tiene un pueblo de verse a si mismo y por eso la accpcion de 10 nomada 010errante tiene lUlasignifieaei6n tan despectiva. Lo mas importante de la Guerra del Pacifico, en un grado inrnensurablernente mas serio que la deseonexi6n, con el Plata practicable 0 la desposesion de riberas reales en el Amazonas," es la perdida de Atacama 0 al menos de 10 principal del territorio atacamefio gue era Antofagasta , 10 cualsignificoya 13 rnptura de la 16gica espacial con que esta unidad historica se constituyo, La agricultura andina, que no en balde es el acontecimiento civilizatorio mas importance que ha ocurrid o en este lugar y en la Am erica Latina emera, y despues Potosi 0 sea Charcas,' J se organizan y se ideotifican en tomo a este discurso territorial. Santa Cruz se llama de ]a Sierra porque no se refiere al Plata ni al Amawnas sino , preeisamente, a la Sierra.14 Qu.izli, en determinadas ci reu nstaneias, pudiera ser el coraw n de la Sierra pero no podria ser algo ajeno a ella . El Atacama, par 10 demas, era de un modo arquetfpico una tierra apropiada) incorporad::l al rawnamiento eeol6gieo de esta instancia de los andinos de tal man era que no es cualquier costa apta para el cornercio moc1erno la que podia ocasionar semejan te sentimiento gregario de desagTcgaci6n. La conquista de la vida en elgran .A.nde es Lma peri pecia tan suprema que no existe bien sin estos contornos de soporte, Sll resultado, qu e no la definen pero Ie dan sf una suerte de comod idacl geolog ica ante cl planeta.1i

,Razones, sin duda, nada despreciables. ~Por que pu es esta sociedad, qu e hab 1a luchado siem pre, lueh 6 entonees tan poco?

.N osotros tendemos a considerar como alg'o c::1<.!a vez mas importante e6mo se V1ve un acontccimiento porque eso, en 10 social , es quiz3. mas decis ivo que su

11 C. Montenegro, 1967: 190 : "Fi predomi nio qne invist e el espirit l1 colonial en :lqu d la etapa de la vida boliviana , se dela ta can estos indices inconfu ndibles: desamparo del terrirorio n:lcional en manas del invasor, y agudo ce\o constitucio nalis ta".

] 2 ]. V. Fifer, 1972. 13 J. Barnadas , 1973 . 14 B.. Sanabria Fernand ez, 1973<1. 15 J.V M urra, 1975 ; R. C ondareo M Onll e$, l CJ 70b.

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1,0 \,;:\ C!ON AL-POPUl.AR I'.N BOT.IV I.-\

exteriorizacion (0 al menos un elemenro sustancial de su objetividad). En todo caso, seria irnposible qu e viva como rotalidad concurrente un acto aquello que 0

no se ha toralizado 0 ha perdido las fonnas de su toralizacion. La idea rnisma de la totalizacion 0 intersubjetivizacion general " es alg-a que no esta nunca adquirido para siern pre y asi la na cion puede existir mas en el seno de un proyecto 0 pron6stico colectivo que en ei medic de una hornogeneidad exhausts y par 10 demas, incluso 10 que se ha hecho general, tarde 0 temprano tiende a conve rtirse en el sfmboio conservador de Io particular. La intersubjetivizacion debe, por tanto, reproducirse de un modo consrante. Hombres que eran como 1::1 vanguarJia 0 cspfritu de 1:1 concieneia estatal (no de la social, pOl'que eso seria decir dernasiado; decimos esto porque 13 existencia del Estado de Bolivia habria sido Bustilloen lapnktica)17 como Bustillo habian venido previniendo esta situacion indefectible. Despues de todo no era algo tan complicado y, en el fondo, Bustillo no es sino el sentido cormin de una falta real mente tierra adentro de scntido cormin. Portales misrno no seria sino una retorica si no hubiera proclucido 1aGuerra del Pacifico." Ahora bien , 1ains ensibilidad respecro de la seria profundidad del conflicto 0 revelacion se manifiesta sin duda en Dna (aunque tam bien en rodos los dernas hombres de Estado incluyendo a Baptista y desde Iuego, como petici6n de principia , a Arce, que resuelve adjuntarse a la victoria de su enem.igo, fund ando toda una escuela) .1 9 Lo senalabLe de todo ello, sin embargo, es que el ideologuema espacio es muy distinto en la soeiedad considerada como masa (por euanto es cierto a la vez qu e se la puede deliberar como confrontacion) y el estrato oligarquico, que es aqul.Y mtollces TODO eL Estado (almque el Esta:do no es todo el estrato oligarquico).

El problema deheria plantearse , a nuestro modo de vcr, de la manera siguicnte: el acto originario de esta sociedad hace que el espacio predomine sobre el tiempo. La adapt8ci6n a la helada sefiala el tiempo hist6rico elemental.

HEstos mitmaq no fueron sino una manifestaci6n tardfa y muy alterada de un antiqufsimo patron andino que he lIamado 'el control vertical de un maximo de pisos ecologicos'" (M urr a, 1975 : 60).

16 Ve3se in/ nt, p. 39. 17 L Pnldencio Busti!Jo, It) 19. En todo caso es un des tino so htario . Se podria lk:cir co n co­

modidad '11Je no hlJbo una conciellcia nacional burg11esa de sem ejall t c prorundidad hasta Nlontenegro. EI1 a]gillJ momento dcbed C01lJentar,e la pol emi c,J bajo seudo nim o de Bustill o con Alberdi.

18 V ease /Uti ·iI. 19 Arce er;:l SOC10 de Melchor Concha y lilro, de quien dice: Ramirez N e:cochea: . <InfIuyemc polI­

tico liberal. Parhunentario du rJnte treinta ailo , 0 ma s 0 menos . . . Fue opositor ,l l gobierno de Bahnaeed a y, al estalb t la guerra civil. se pronnllci6 en favor del C ongr eso. Se distinguio como h.ombre de negocios; tuvo podemsos intereses bancanos y m ineros; eXlendi6 sus ac ti vi d ade~ a Bol ivia y esmvo eSlrecharneme asociado con C'lpit.11es 11lgJese s" (H . ~<Hn rrez N ecoch ea. 1l)(!9; B4). Arce, socio de Concha v Toro, deci a: "La unica albia de s;1 lv;lcI6n l'a ra Bolivi a e~ 1a nc eesid :lJ que tiefle Chile de pon~rl a a su van gna n li:l para :lsegurar sus conquista>" (S. ',lacd G unmln, 18H1).

L)

LA QlWRE.LL;\ DEL E.XCEDE0:TE.

L a unidad del espacio, pOl' consi guien te, no es sino una prolong-acion de este riernpo hisrorico, que no es el capitalista (pues este sf rompe rodo el tiempo agricola), sino una forma 10c~1 del tiempo agr.1cola ~stacion81..Z ()' Aquila un idad politica se del:iva de las nec~sldade s de lao Subsls:enCla y ella mJ sm~ no ~uede ser considerada SIOO como un uempo colectivo Primera consecuene18, la intersub­

jetividad es un heche preeoz. y vi olentisi~"I1O . 2~)h. . , . "En un momento temprano de la historia del altiplano surgio la autondad

polftica que continuamente reclam,.? y fra.ccion creciente ~e las energia,s y pro­ductividad cle sus poblaclores , rebaiios y nerras (Murra 19 /5: 213 -214) ' .

De aqui se deriva la unidad del espacio concebido como una reciprocidad territorial 0 pacta poLitico-geognHico (no es posible 10 geografico , considerado corno la geologia oeupada por la historia, sin el hecho estatal) en la id ea clasica de 10 andino: este espacio no puede coneebirse sin otro espacio ." Y a eso se Ie ha Hamado el "archipielago" 0 "control vertical de un maximo de pisos eco­l6gicos". La agricultura de las altas tierras no es su6ciente para sl misma sin eJ complemento cle La agricuLtura de las tierras bajas referida a las tierras altas, aunque es cier to que estas no tienen esa eficacia, sino debido al descubrimiento del telos esta tal 0 irresistibilidad que es propio de La agricuLtura de altura. La prueba es que la agricultura autosuficientc de las tierras prodigas n o genera

en esta etapa sin o formas muy primari as de Estado Y EI requisito del E stado, por tanto , no es el excedente sino la forma consciente

de la adquisici6n del excedente. A1 mismo tiempo, considerando el problema ya en el nivel de la captaci6n del hecho cn el momenta de 13 Guerra del Paeffico , ha de aseverarse 10 siguiente: estc concepto , en aquella instancia era un atributo perteneciente y a 13 vez igl10rado, sepultado e inn ato del actor ancesu'aLdel heeho que es 10 eolectivo andino. Pues 10 deci sivo aquf es la impotencia ideologico­cultural de la cupula hispanico-gamonal , era inescapable qtlC las concepciones

de la vida y tambien de 10 territorial fueran encontradas. La idea andina chisiea del espacio sed para siempre distinta de In idea olig-ar­

quico-gamonal, regional y no nacional del espado. La idea originaria del espacio,

]. V. Murra, 1975 : 3 t : "E n \a fo rm aci6n del EstadO andmo v en la estnlCl'u ra delsistema de 20a in gresos, uno de los pr imeros y el ma s itllport ~Hlt e paso lue ~l censo de pobl acio nes, chaeras

o pupakanc/;a, rcbaiios y pastores, y de b produ ctiviJad del ano en curso " . "L a mayoria de las papas culrivadas son verd adenu> plantas de puna , re sistentes a las heladas pew a ]a vez muy dependientes de la intervenci6n hllmana " G.V Murra, J978: 33).

20b "En nn momento temprano de la hi storia del altiplan o surgi{)IaautOridad polirica que cOl1 ti ­nuamente recbmo lIna fracdon cre ciente de las cnerg ias y pr oductividad de sus pobladorcs,

reh aiios y tie r r;:ls" U. V. M urr:l , 1975 : 213-214). Sohre Ia "enorme productiviJad en condicion es geogT36,cas tan <lrchws, Choy sngiri{) qu e l:l 21 pr uximidad de W n.:lS climaocas aln divc rsas podIa ser una explicm.:i6n" G· V. MUlTI , 197H ~ 15). 1La fue rza de la cuantificaciun no h ;1 V\lelro a verse de esm man e,nl. " U n e/ic:\z siste m a cens a22 es, entre o tra, COS;;S, un a indicaci6n de h fl1 erza del Estado" (J. V. Murnl . 19 71J : L6S).

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27 to NACIO N:\ I.-POPULAR EN IlOI.lVJA 26

porq ue ese espacio era el referenre de la organ izacio n primigenia de la vida , se opone por tanto al concepto pa trimonia l del espacio. Es nororio, con todo, que el espacio desempefia un papel de rerrni na tivo en re lacion con el vin culo esta tal o sea que aquf disputan dos conce pciones qu e son ambas espacialistas, En su flanco sefio r ial, que es del Es rado, produce la noci6n patrimon ial del poder en su doble concepto, par un lado como la idea privaJa del pod er (Ia r osca)" y en segundo Ingar como la prolon gaci6n del sentimiento sefiorial 0 feudal de la tierra, el do minio final del sue lo como arr ib ucio n ligada a una estirpe, como norma ge neral del pode r. E I qu e la problernatica regional 0 par ticularists sea tan intensa en el contingente hispan ico yen carnbio tan narural la convivencia entre aymaras y qu echuas esta rnostrand o la existencia de aquellas dos concepciones o doctrinas, aunque en principio dcberia decirse qu e los blancos pertenecen en ultim o terrnino a una sola etnia 0 a 10 asimilab le a ella en tanto que, para una nom enclatura dernasiado in dicativa, un qu echua deb eria ser tan extrafio para un aymara com o un espafiol mismo." N o es que los oligarcas a 13 manera de Arce 0

Pacheco no tuvi eran sen timientos de r eferencia al espacio, pero los que tenian los vinculaban a la nocion sefiorial de l mi smo. Esre es el o rigen profundo 0 ar­caico de 10 qu e se llama region alismo en Bolivia, es decir, la incapacid ad de vivir el espacio co mo un hecho naciona l a al menos como algo no tan directarnente vinculado a la idea personal de la relacion con la tierra, como alga concebido de lin m odo transpersonal 0 colectivo."

Ahora bien, un pa ls 0 si se quiere una socied ad (0 micleo human e) concn ­rre a la guerra con 10 qu e es, pero tambien con 10 qu e no es. Al ser la guerra un acontecim iento radi cal, si es glo bal, cr ea dispon ibiIidad soc ial. 5i no 10 es, pued e ineluso desagregar a la propia sociedad que deb fa defender. E l verdadero 6ptimo se produce para estos fines cua ndo, como se· d ice que ocurrla con los

23 Este apdarivo local habla bien del sencido de ser 10 mas minoritaria posib le qne tiene la c1ase dom inance en Bolivia. Se dice que fue usado pOl'primera ve~ pOl' Bautista Saavedra.

24 Todo es to es bastante compll cado. No esta claro Cjue fuera el aymara la lenglla de La Pa;:, por e jemplo, y hay testi monios en c:un bio de que 10 rue el puquina (Torero , 1975: 57). De otro lado, "nadi e ha encontrado ralon valedera para soste ner que eJ quechua exist!a en Bolivia antes de la llegad a de los incas", aUllque no h<ly duda de que el (]Ilechu a file en ul­timo termino la "lengua general" de 1.1 Colon ia (G . Parker, 197>: 117). En orros terminos, las fron tera, entre eJ quec hu a y 10 aylllar-a no fllerou nu nca profundas. Can esto se quiere decir que hay una identidad, :lOnque se deentre dos lenguas, 10 que es como un paradigma de intersubjetividad . Entre tanto. cl sec tor hispanico. a[ que se Ie supone un:1 proveniencia mucho mas hom ogen ea y monolingue, esta lejlsimos dc supon er semej:ln tc identifi cacion . La parceJizacitll1 de la realidad que es propia de Ia mentalidad gamonal ha cohrado al pro pio gmpo hisp:in ico un elcvado preeio. En r~a lidad , ha bria que ver si eI obstacu10 pr inci pal a I" nad onalizaeion en Bolivia no es eI grado dc dispersion cultural Ysimbolica de su clase dominante v no. como se dice caSl en un rene jo. la presencia de kl indfgena.

25 "La nocion'de fa oligarg uia subre 1a int egrid:HI ter rit or ial era una simple noc:i6n de pro pie ­rarios" (Montenegro, 1967: 207 ) ,

LA C,) OERELLA I>[, L I ~XCEDI~NTE

viejos escan dinavos, toda la sociedad concurre ~n masa al h echo mili tar 0 sea que no hay una sola particula de ella que no sea afectada por la guerra . Para eso es necesario, primero, que el corpus social como tal se sienta uno en cierta medida (el dogma de Ia implicacion) y, p Ol' orro lad? >liga.do a 10 a.merior, que se sien ta el objeto de la guerra com o alga centra l, vita l e irrenunciable, como algo qu e no se debe perd er sino cua ndo rodo esta perdid o. D onde no existe la n acion , no se puede pedir a los hom br es asistir nacionalm ente a la guerr a ni tener una sensibilidad nacional del territo rio. Lo que tie nen es un a id ea particularisra de la nacion. L os hom br es de la clase estatal boli vian a vivieron esta perdida como algo no neuralgico , como diciendo que conservando 10 principal no se tr ataba sino de una men gua accesoria (por eso aceptaron dinero par un territorio qu e no era vendible), pOl'qu e eso esta ba en su ruen tal idad: esto no tenia relacion sefio rial alguna y no habia ten ido tamp oco uso sefiorial algu no; perde rlo pOl' tanto era como no perder nada, algo asi como un sinsabor. "

Se necesita explicar sin du da por que la otra Bolivia, la que sf debfa vel' estas cosas como una adversidad gravisima, tarde tanto en su evaluacion, L a perplejidad con que vive el cuerpo soc ial un a perdida tan considerabl e se explica porque la logica espacial previa, qu e e ra en realidad una combinacion entr e la agricul tura andina clasica y el Estado despotico como su culminacion natural (porque sin la organizacion autori taria no era posiole la agriculture)" se habfa replegad o a 10 que sera el aspecto de la cristalizacion L1 osificacion de ia historia del pals (pues existen sus lados din amicos). Los mod os de producci6 n pasaran de largo en to rno a la repeticion de los patrones prodllctivos de la agricultura andina, se traduci d n ap enas en formas jurfdicas de circu laci6n en to rno a maneras locales de transfarmaci6n de la na tu raleza.28 EJ us a estatal atavico se encoge al mismo momento productivo y, pOl' tan to, el apice estata l no sed nunca, ca n relaci6n a esto, sino un a aparien cia vagamente respald ada. En rigor, el niodo de producci6n local no cambiad a 10 largo de las varias formas juridicas, desde el desp otism o asiatico hasta el capita l comerciaJ, desde el gamo nalismo hasta la produccion rnercantil sim ple, qu e 10 enc uoran 0 enmascaren. Ahora bien , un pais siempre es 10 que es su agric ultura. L a agricultura sigue sien do aun h oy mi smo el genero caracte ristico de relaci6n de l hombre con la naturaJeza e incl uso m an do se dice que la industria domina a Ia agrieultu ra en realidad esta sirvien do a ese acto

26 R. Al'ce atribula la gue rr a a "nuestras [ocuras" (Ar gue das, 1960: 1341). 27 Vease nOta 20. 2g Esto es rebtlvo. To leoo POt ejemplo transfotmo en efecto la com un idad en todo d Anele.

No ObSt:lllte , es verdacl que el acto prodllctivo in se (10 gue poclrfamos lIam ar la logica de las hclarias y los m icroclimas a 10que se SllIna el pat ron colectivo de la c:onc urrencia prodllctiva) sobrevive atnwesanclo las _upercsrructuras de su aparicion. F:llatifundio , p Ol' ejem p1o, no es sino un:1 Conn:1 sllperfici'll de despojo del exceclcIltc; jamas algo tall bruta l fue alga tan impotcnte .

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BOLl « at ,, 'R' EJ I' \ DI'L "L \ ()l 'lT" , ~ , ,: ','c.. '\.( , j ',Ll j ',;" I r,

esen cial de los hombres. En la comparacion de los tipos de agrieultura que se practican en Bolivi a se puede vel' cnal es su indole verdaclera . Una cosa es la agri ­cultura nomada que crea par fuerza determinadas representaciones errabundas y esporadicas, otra hi agricultura del saqueo de tierras, que es la unica agricultura capitalista que se ha aplicado aqui, y otra por ultimo, esta forma de explotacion en la que la conservacion de la ecologia es uno de sus objeros cenrrales." Sea en la trarna de Raz« de bronce'" 0 en el silogismo geografico de Santa Cruz, 0

en el Plan Economico de 1<1 Revoluci6n Nacional " 0 en ellvlarizo Boliviano de Menrloza.v" no cabe par eso pensar sino en reminiscencias mas 0 menos esbo­zadas del esratuto de los pisos ecologicos, En su episodio aparente, esto puedo ser Ull concepto reprimido () enterrado, Pero no es algo que pueda desaparece­dentro del raciocinio co lectivo. Se trata, pOI" tanto, de un pensamiento mbercnte, La quiebra por Atacama era una violacion de este cuerpo adquirido. ? "

La dispersion 0 inexistencia del sen tirniento colectivo del espacio conduce, como conrraparte, a una su erre de hipersensibilidad desagregada ha cia ciertos espacios. Se diria que el terna mismo del Pacifico pareda mas significative para La Paz y Oruro en el principio y solo despues para Tarija a Potosi.!" En todo caso, si la clase que ruanda es la sintesis oficial del pais (toda clase que manda 10 es), su desarticulacion podia advertirse al punto en la defeccion inmediata de tocb ella , en sus expresiones todas. EI desgraciado pais se vela forzado a ir a defender una eiudad que habra side bautizada asi , Antofagasta, en homenaje al nombrc de una finca del hermano de Melgarejo/>y su tropa selecta era el regimiento creado y preferido por aquella suerre de centauro borracho. J4 Caudillos barbaros como Melgarejo, porque habfa imaginado la causa del despojo,35 0 como Daza porque no se cerciorab a de 1a dimension de las cosas, pero tambien 1a estirpe

29 "PO( Cobo ~a bemo s que el uso de fcrti!i Lantcs fue una de las cosas que los europeos apren­dieron en el Peru" O. V Murra, 1978: fil ) . Tambien se podria hablar de los efcctos cst<lt"J!cs del riego en la costa, etcetera.

30 A. Arguedas, 1972. 31 W Guevara Arze, 1955. 32a j. Mendo7.a, 1957. 32b "Los pacaxas... tenian posesiones en la costa del Pacifico, al parecer inten:aladas con las de

los lupaga" (Murra , 1975: 753). "Los r~ill OS de aymara -hablan te , extendfan su control no s6lo h acia el Pacifico sino tambien en la ceja de b selva}' nub alL\" a. v. Murra , 1975: 77) .

32c Los "colorados" eutran aJ combate en el Alto de 1a Ajiam;a al gnro de '\ Viva ia juventud pacena!" (A. Arguedas, 1960: 1.338).

33 "M elgarejo hiw cambial' el Hombre de La Chi mba p Ol' e1 de Antofagasta, que era com o se llarnab a una rillca que nn Ilerm ano ' IlYO poseia en fa [lun:l de Atacama " (R. Querejaz u, 1979).

34 A. Arguedas, 1960: 934 . 35 R. Querejazu, 1979. Mclgarejo era de tal cahUla, l~,1 1a poqucdad de su sentimiento de Ja

sob eranfa que pidi6 a Chile "qne Ie cnvie I1na guarnici6n de 50 soldados chi]enos con SLl ~

n:spectivo , oficiales que resida en Cobija" en vista de Ia "confianza cu ta disciplina, l110ndidad y decisi6n de las h'opas de Chile" (G. RLdnes, 1976: 1G) .

de los caudillos letrad?:, los de aquella m6dic~ legi~imidad cons t ituciorial (Arce . Baptista) Y tarnbien los grandes nornbres inmediatos (M?l1.tes, Pal:(!~) , JrohoJ11bres hasta hoy a troche y moche, en rod os estaba La l1m~a (~eC1Slon ~xhallstiva de no. Iuch.ar pOl' aqu,ello q~le se pensaba COl::O una pe~lfena pura. Les habrfa parecido SIn duda mas terrible percler, ~ ]a VIrgen de Copacabana, Los mismos que, como Daza, se mosrraban celosisimos en cuanto a los fueros del estam to militar no consideraban deshonor alguno para el Ej ercito ya 110 solo el no luchar, sin o ni siquicra el no haberse propuesto haeerlo jamas,

Recluido en cl coto cerrado de la agricultura y practicando una economia moral de resistencia ,J6 conservacion e insistencia, ci vasto cuerpo popular, aun­que se demoraria en tornar conciencia del problema, 10 haria despues con una intcnsidad que solo se explica por la interpelacion que tiene el espacio sobre la ideologfa 0 interferencia en esra sociedad.

* * *

Como proposicion de desarrollo del rema se pod ria decir que el fonda de la Guerra del Pacifico cs el conflicto del excedente porque, como 10 verernos, Chile querfa ser el Peru ," que era con Potosi la imagen de 10 valioso del mundo, el excedente como magia; Bolivia pensal:x, que no era el Peruporque Chile Ie habia arrebatado 1a piedra filosofal que Ie pemutiria serlo y Peni no querfa mas que volver a ser Peru mismo, el del excedente del guano al Dlcnos, s6lo que esta vez para hacerlo mucho mejor. La panacea universal era aqUila idea de todo elmundo. Entre tanto la RevoIuc1on Fed eral, que cs cl momento siguiente de esta historia, propondra ya la cuesti6n del cje estatal, entendido como pivote de la congregaci6n espaeial (uno de los aspectos deloptimo), 10 cual es ya como ingTesar de lleno en la cuesti6n nacional como uno de los aspectos de centralidad explicativa de la Bolivia de este tiempo, es decir, como eJ correlato del territorio con el territorio y de los hombres con los hombres, el es­pacio entendido como una re1acion con el espacio, pero tamqien como una disputa de hombres con hombres y de hombres con espacios,

Hemos de volver 31 tema de la no combativiJaJ. Es cierto que 10 primero que llam a la atenci6n en la Guerra del Pacifico es la falta de voluntad colectiva (esto no es una exageracion) para luehar por aquella porei6n territorial que concernia a la centTaJidad de 10 boliviano como area, () sea la propia renuncia (por inermidad

36 E. Thom pson, 1<)71); 62-134. 37 U nidns Penl y Bolivia, seguI1 PortaIe>., "sera n siempre mas que Chile". En esta notahle e<l rta

dice .que "no podclllos lll irar sin inquictud y hI mayor ", Ian na h exist enci", de c1 0s pu ebl os con tederados y que, a h larga, pO l' Iacomunidad de origen, leng-ua, hahi tos, religi 611. ideas, costumbres, fonnanlD, como es natural un sol o micl eo". F.s cierw C]ue la explicacion er a ;'su mayor poblaci6n blanca", "las ril]uc 7.,as con jull tas de P eni y Boliv ia 'lpcna, exploradas abora", "eI mayor Dllmero de genre ilustl'ad a de rna blanca IllUy vinculada a las familia s de Espan a quc sc encuentraI1 en Lima" (D ieg<.J Portales , 1937, vol. JlI: 452-454; ell Basadre: 1965 , T. II , 149).

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de l pueblo y par el campo de visualidad de los sefiores) 0 co nsiderarlo como alga vital en de tinitiva. Se debe, en esto, distinguir en tre 10 que es un territorio social, men te incorporado a apropiado, y uno qu e no 10 es porgue eso es 10 que indica la medida en que ha ingresado 0 no al ethos final de una nacion. La verdad es que exisren terrirorios inherentes 0 escnciales, esto es, aquellos sin los cuales no Se

puede ser 10que se es en verdad , y te rri ror ios aledafios 0 concurren tes, que son los que acompafian 0 com plementa n aquella vida central. P uesto qu e Atacama Iue U\1

rermino 0 Frontera heche para 13vida hurnana por los andinos y no par OW l g·el1te alguna," considerando, par 10 dem as, que alia no esruviero n nunca ni espafiole s ni araucan os. Es o se deri va en que los andinos 10 consid eraban en Sll alma co lectiva como parte de su bornecentral, 10 cual por cierro se conn-apon e co n las est rechisimn­ideas larifundistas qu e tenia Ta mayo so bre esto ." En orras palabras, perten ecia 31 horizon te inrelecru al de los ayma ras, a su discurso especial. En una r uptu ra mas bie n radical con este tipo de sen timien ros difusos del espac io , el seriorfo vivio el desposeimicnto con una suer te de naruralidad 0 indiferen cia ape nas moderada po r el trato vejatorio sin vueltas que se dio a uti lizar de un modo mas bien principianre la negociaci6n chilena, qu e esta ba como recien est re nada en la gloria."

En todo caso, si n o hubiese exist ido la inca pacidad ge ne ral para entencler qu e se trataba de un territori o socialm en te incorporad o a la 16gica innata de la naci 6n, la naci6n no habrfa podi do perderlo sin confrontar antes la perdida de la naci6n entera. E n la salud de su ju icio, un hombre 0 una n3 cion no pierden algo vita l sin perder 0 arriesgar al m en Os hasta el fin de su vida misma. Ad, Sill

em bargo, se perdia ese territo rio pOl:que los que sab lan que se 10 perdfa pe nsa ban qu e era algo que pod ia perderse sin mayores cons ecu encias.

Asi como ah ara a todas horns se dice so bre el imperialismo que, puestD que no 10 podemos veneer, de be mos vivir deb ajo de el, se dijo en tonces qu e la supe ­r io ridad material chi lena era tan incontrastable gue la elecci6n de replegars e a las altas montafias era 10 onico ra zonable. Esto no era cie rto desde luego ni siqui era desde el punto de vista mili tar. Incluso en inferioridad rad ical de condiciones, la nacian despojada lucha con ill1a cien a ventaja paracl6jica porque se mueve d entro de si mi sma, es cierto que a co nd icj6n de que 10 qu e se dis pu ta sea de ella, co sa que, como hemos visto, s610 era vali da para una parte sep ultada de la naci 6n.41

E I hecho mismo de que eI invasor se moviera co n mas so ltura en aquel habi tat indica qu e, en m ateria de perten en cia efec tiva inmedi at a, Bolivia estaba au n mas

38 Vease la nota 34. 39 Vease Mariano Bapti sta G um ucio , 1978. 40 Abraham Koning, min.istro de Chile en Bolivia, escribi6 en 1<)(}O: "N uestTos derechos nacen de la

victo ria, l.a ley suprema de la ~ naciones" O. Ei;cooori Cusicanqui, 1975: 79). 4 1 Si no~ atenemos a los dato s de Encina, en Antofag-asta. so bre u na pOhlaci6n total de 8.50 7

hab itan tes, habfa 6.5 54 chi lenos en 1878. Esro ha bla de qu e, cua lquiera qu e huhiese sido d alcance del csccna rio. de lo s andinos en SlI mom ent o cons titu tivo , laf on naCl()lI capitatistade ]a naci6n chilena reivind icaba por Sll lado el m ismo locu,.

. . orque era una Bolivia de Arcc y no de Willka," de ese tcr rirorio bol iviano l eJ ~s(~~l il c , en cuanto E stado ." Esa fue en rea lidad Ia con quis ta verdad era. La qu e . . no fue sino la conclusion inevitable de ella. <ruerJa I l vencid . . . d Io Arce Illismo estaba resue to a .que e venci 0 se con v l rt1C.r~;n :"oCJO e ven­

.+l V ante 13 histori a es en realidad el ab ogado de la re petlclon con la plata de I 1

cec 0 • . I' hil 1 l ' I 11' 1 R 1Co1q uechaca4> de las fe Ices aventuras c 1 e na~ par e Sa rtre ( e ]to1'01 . esu t~ al 'p rcnclen te que este hombre sea considerado hasta hoy como un paradig-

S s Olmeno. . . . . . , O1a del patr iotismo boliviano. ~To s.e p~,ecle de cir rnenos de Hap.l1sta ,.que ~ostulo la fusion de Bolivia con la Argentina," ru de Montes, q ue la busco hacia Chile (aho ra no como socio , sino haciendo un solo pais, donde Bol ivia no correria sin dud a la mejor suerte)." Es en este s casos egregio s ,~ perrenecientes todos a la doctrina sao-racla del patriotismo luga refio, donde pu ec1e verse Ill. miseria qu e habia cun c1ic1o e:esta clasc en cuan to a la conciencia geografica de 10 nacional. Como 10 verem os luego , el exceden te misrno de la epoca liberal no exist io para el Estado a partir del estafio y dem as rninerales, que pudieron proveerlo en abun dancia, sino de los pago s ch ilenos y brasilefios a carnbio de territorios, na da menos qu e de Cobija y el Acre. " No se sabe como sefialar eldafio incalculable que produce en el alma de un pais)es c1ccir, en la ideologia con que se mira a sf rnisrno, el perd er t ierras sin defenderlas, el recibir dinero (no importa si poco 0 mucho) por elIas, el desear desa parecer ante el enemi go . La casta enfem 1a vela a 1a tielTa como veia todo 10 demas y como vera el m undo, en roelo 10 poste rio r, com o algo qu e no merece exiscir 0 importa poco, al menas, en tanto no sirva de nn modo casi familiar a la logica de sn linaje.

E I territori o es 10 pro funda de un pueblo; en realid ad , s610 Ill. sangre misma es tan im por tante como el ten-ito rio. i O Con todo, hay nacion es a pueblos que han preexistido a su espacio y por eso se dice qu e la unidad terri torial puede crecer 0

42 -VVillka fue el patronimico que adoptaro n vario s jefes koJlas a 10 largo de sus luehas en los dos ultim os tercio s del siglo XJX (R. Condare o .Morales, 196 6).

43 H abta 40 gendarm es bolivian os en d territorio (jue iba a dar el mayor excede nte eeo no m ico de los tiem pos siguientes en Ame rica.

44 Vease la nota 19. ­45 Es sign iJ1 cativo q\le los capi tales ehiknos tu vieran aq uella eXltosa aptitud expansiva hacia las

ll1ateri :lS primas de ]a costa y no, al m en os no en la misma medi da, hacia las del altiplano. Ast, al expuls31' a Ar tig'ue de La Salvadora , Patino hizo alga qu e Ie dio a Ia p() stn~ prestig io.

46 Y ease infra. 47 En determinado momento, Montes propuso de hecho Ia fusion de Bolivia y C hile en un solo

pais. Esto fue denunciado p Ol' Franz Tamayo, 1975. 48 En el cicio de los fervores local es, en efecto, los n ombres de Aree, Baptista y Montes no falt:an

jamas en el altar de los hcroc:" 10 ellaI no puede explicarse sino pOl' Ia via del socapamie nto de los hech os den tro de la hlsto ria d e una soja casta cont inua , desd e aJla hasta eI presente.

49 POl' el lito ral, Bolivia recibi6 11110 S 2.500.000 de libra i; este !'linas. Brasil no dio por el '\ (Te

entero mas de 1.000.000. 50 "E l ter ritorio... es la primera y was sagrada de las propiedades nacionales. porque enc ie!'!'a en

sf todas las demas". Rafael Busti]lo en carta al presiden te Morales del 12 de marlO de 1872 (R. Q uerejazu, J979: ( 1).

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I

LO ;\TAC IO NAl. -l' O PLH.AR E\J BOLlV!.\ [.;\ (jUf RFLLA DEL EXC E D E ~T E

encogerse, 0 aun desaparecer en cierta rnedida y pOl' cierto tiempo porque el desi: deratum de 5U constirucion como pueblo a naci6n no esra en ese elemenro. Aql1f, en carnbio, las cosa s ocurren de otra manera. En esre caso , esel espacio et que crea at pueblo, en cuanto masa en ]a que debe ocurrir la nacion. E1 territorio entonces, entendido en Sll cualidad 0 sustanciaiidad, tiene aqui un valor absolute.

Es cierto que eleiemento territorio pensado en su generalidad no es en principia sino un daro cartognifico. Cuando se dice que el Brasil tien e ocho millones de ki­iometros cuadrados se dice en re alidad cuai es el proyecto 0 pretension del Brasil en m ate ria territori al. En los cinco millones de kilometre s vacios del Amazonas, en tanto, no ha ocur rido el Brasil ni ha ocurrido nada , es un espacio no asimilado . Podrernos, por 10 tanto, distinguir entre el dato cartogral-ico y la validez es tatai del rerritorio porque en esta forma segunda 10 que imports es qu e "se puede hacer valet" la irresistibilidad , aunq ue sea con medics de pura Iue rza mili tar sobrevinienro, 0 sea que uno no ocupa pew impide qu e ningiin otro 10 ocupe. Esta es un a validez basal del terri tori0 porque su rernision no se funda sino en una am enaza 0 sea en un supues ro pragmatico: ni ni ni yo tenemos c1erecho a nada, pem yo puedo castigar 31 qu e contradiga rm pretension en este escenario . La validacion estatal del espacio tiene, sin embargo, po co que ver con ]a nocion del e.lpaciosocialnu:nteincorporado .51AqUI no se trata s610 de la invocacion de una pretensi6n 0 soporte jurfdicos, y ni siquiera de la capacidad militar de imposici6n de una pertenencia. Se b:ata de la etlcacia actual o interiorizad6n de un acontecimiento escncialmente externo com o es el territorio. Es un acto converlido en un flujo constante de detenninaci6n que sostiene: yo soy yo y mi esp'1cio; este espacio no scrra reconocible sin ml, yo no soy yo, al roargen de este espado. Hay un tip o particular de rclaci6n entre un determin ado espacio Y Wl hombre determinado e incIuso una forma deterroinada de relacion arse entTe ambos, 0 sea que se ha producido un acontecinli ento cultural conspicllo.

En otros casas, elepi sodio patetico hacia 10 etemo es d problema del pod er 0 sea que se trata clepueb los cuyo origen es elEstado , que se vuelve tambien su fin. De otro lado, la religi on 0 uniclad puede producirse allmxgen del terri tori 0 0 considerando al territorio como algo marginal y del Estado, () sea qu e ambos, territorio y Estado, senin Sll ErtHo y no S11 principio. Aqui, por el contrario, consideramos una forma particular de rclaci6n entre el espacio () materia colectiva, la identidad y e1 poder, la cosmografia, como senal, como dificultad y Hamado, 10 ha determin ado todo. 5l

51 &; cicrto qu e b im erpeladon a convacataria para la identificacion ()interpenetracion ptl ed c veni r d e la g'uerra a de cua lqu ier sucesa profunda. Aquf, sin dllda s, elnucleo delilmnamiento a la intersllbjetividad esruvo dado po r 13 impla n taci6n de Jo cspacial.

52 Esto esta intui do de un modo insisten te en el pcnsamiema boliviano, aunque es <.:l ara glle SlJ1

mayor rigor, "La gra ndez3 de \Ina raza est:i en proporcion directa de h~ dificultades \oe nciJas en SIl Jucha con eI mc dio" (F. lamayo, 1(75) (J r;lmhicn: "FI kol b ha con quislado eI dOI1linio de ]a tierra en perOlanenre sumision a eJJa". Lo que es indudable b (jlle det r.ls de 1<1 forma colect;va est5 un nlzonan-uen co p,lrtIeu lar sohre la materia cOJ1sideracb en emHllO c.scena rio (citado en G. Frdncovich , 1906: 9 1).

VellnoS entonces el problema del escenario de 1a na cionalizacion. Los 1 nbrcs ll1odcrnos exisren como individuos y de inmediato como ciertas formas de lO~ ]'zaci6n ()colectivizaci6n . Esta es una epoca de la preeminencia de lo ideologico. tot.] 1 . I d d ,.. 1 d . .podemos discutir 0 e un rna 0 g~netlco, instrumenta 0 , et ermmatrvo, ~ ero e hecho es qu e la . f~rma .de concurrir a~ mundo .de hoy .e,sta dada par el prirnado de]a intersubjetJv 1.dad .>3~o se t rat~ solo d~ la.l~teracclOn entre U1~OS hombres y orros, sin o de un tlpO particu lar de in tersubjeriv idad que es la prapla de hombres 'uridicamente lihres. jurldicamente qui ere decir tener la opcion ; no se es libre ~JOr ser jurfd icamcn te libre, pero entonces se tiene el derecho 0 exigibilidad. S6Jo los hombres sensatos saben la importancia que tiene como convocatoria para Ia praxis un derecho consagrado e innegable. Esto tiene 1a m isma funci on que el rnito, 0 creencia inconmutable mutatis mutandis. Ahora bien , el territorio es el lugar (locus) dond e la intersubjetivid ad se ha producido, es la determinacion no espacial del espacio y es aqui donde la materia cornienza a te ne r historia. Y par csta via dcberiarnos ingresar, si estuvierarn os en un discurso puramente academico, en la cuesti6n harto preocupante de las naciones preeapitalistas. EI territorio lien e la virtualidad de la materia . Los unicos casos en los que la metamorfosis de ]a

materia tiene una testificaci6n consciente son aquellos procesos cle proposici6n organizativa de la adjunci6n del espacio (el Ilamado despotismo asialico) y en el modo capitalista de producci6n pOl' razones muy diferemcs.54 E1 rol del testigo es aqllf clecisivo, aunque en elprimer caso es colectivo y en el segundo 10 es solo de un modo diferido. En la co ns tnlCci6n del discurs05S(sed algo secundario preguntarse dande ha oCllrrido el discurso? La hegemonia , si se produce , se produce en alg{m lugar. Estil , por tanto , vinculada a un sfm bolo-espacio , a una slle rte de totem geologico. El dios de la cultu ra andina es el espacio determinado por la Cordillera de los Andes que, pOl' cierto , no puede tener la misma funci6n qu e los Pirineo s 0

los Apeninos para los espa noles e italianos.s6 En todo caso, no es 10 mismo ser hijos estatales e ideol6gicos del espacio , como los andinos, que el tener avid ez pOl' un te rritorio no referido a la propia iden tidad que, para ser algb poderoso , debe ser la consecuencia de una identidad previamente existente.5I En este caso, el pueblo construye el espacio ; en el otro , eI espacio forma al pueblo. 58

53 ]. Hahcrmas, 1973: 39. 54 En el despotismo asiatico, porque cJ Estatio sude ser dcrerminado ariginalmeme por Lin lJuid

cspaciaL En el capitalislllo porq ue en Llna grall llledi J a se da una conquista del espaclO so bre el tlempo, e,,, deeir que la abolici 6n eual itat i\0a del espacio es el requislto de la cOllcentraci6n

_, del tiempo. ,)) 1\'1. Foucault, 1966 : 4 . 56 Fun cklll de fronter ,l: los a ndjno~ viven en los An des. 57 El caso mas earaeterisrico es la construccion de Sll espacio poria mlc16n Ilorteame rican aj la _ nac ion precedio a su esccn a rio. ) R Aunque es eierta ljue nad ic pucde desphnar SII asien to s ill tr;lllsfon na rse a 1:1 vel;.