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Carlos E. Paredes, Ph. D.
Reflexiones sobre la economa y las instituciones en el Per
YA FUERONLAS VACAS
GORDAS?
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4YA FUERON LAS VACAS GORDAS?Reflexiones sobre la economa y las instituciones en el Per 2013, Carlos ParedesLima, Per.Derechos cedidos para esta edicin a Producciones Cantabria S.A.C.
Produccin Editorial: rea de Publicaciones y Multimedios, Empresa Editora El Comercio.Edicin central: Ral CastroEdicin: Pavel PodestEdicin de diseo: Claudia Burga CisnerosDiseo: Javier MartnezDiagramacin: Nancy SalazarCuidado de edicin: Carolina Teillier
Gerente de Productos Optativos: Renzo Maritegui BossSubgerente de Productos Optativos: Dora Niqun GuevaraGerente General de Prensa Popular: Hieronymus RodrguezJefe de Producto diario Gestin: Grethel MoralesCoordinador de Marca diario Gestin: Alexander Neumann Editor titular del Proyecto Editorial:Producciones Cantabria S.A.C.Jr. Mir Quesada 247, dpto. 407, Lima 1
Primera Edicin Noviembre, 2013Tiraje: 3,000 ejemplaresISBN del presente tomo: 978-612-306-314-6Registro del Proyecto Editorial: 11501001300906
Hecho el Depsito legal en la Biblioteca Nacional del Per: 2013-17042La presente edicin se termin de imprimir el mes de noviembre del ao 2013 en los talleres grficos de Empresa Editora El Comercio S.A., sito en Juan del Mar y Bernedo 1318, Chacra Ros Sur, Lima, Per.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOSEste libro ha sido publicado exclusivamente para Producciones Cantabria S.A.C. No puede ser reproducido, registrado ni transmitido por un sistema de recuperacin de informacin, en ninguna forma ni por ningn medio, sea mecnico, fotoqumico, electrnico, magntico, electroptico, por fotocopia o cualquier otro, sin permiso previo y por escrito de los autores.
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7A Techa y Pachi, mis padres,con mucho amor y agradecimiento.
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Presentacin
Cmo podemos hablar de que ha llegado la poca de las vacas flacas?. Un cincuentn re-
flexivo, como casi todos los taxistas de Lima, fija su mirada en el espejo retrovisor, buscando en
mis ojos una respuesta. Dejando de lado el desnimo y fundido en la esperanza, alega que ha
debido trabajar desde los aos 70, y que nunca observ en el pas un mnimo de prosperidad
por tanto tiempo, como hasta ahora.
Dejo de escucharlo, aunque lo sigo oyendo, para dibujar mentalmente en la ventanilla del taxi
negro los cuadros estadsticos que muestran cunto ha crecido la economa del Per en los
ltimos diez aos, mientras observo las construcciones que se erigen en las calles limeas. Si
no hubiera sido as este hombre no estara conduciendo un moderno automvil, o ni siquiera
hubiera sido propietario de uno destartalado. Pero la realidad es la suma de contrastes pienso
al ver a una joven mujer, con su hijo a la espalda, estirar la mano buscando una limosna.
Por qu, entonces, si el Per vive un buen momento econmico, quizs el mejor de su his-
toria, an con la desaceleracin, hay pobladores que perciben que convivimos entre vacas
flacas? En otras palabras, por qu si los resultados de la poltica macroeconmica van bien,
por qu existe un porcentaje de ciudadanos que en las encuestas dicen que van mal?
Carlos Paredes ensaya una serie de respuestas, que como bien explica en la introduccin de
este libro, constituyen una especie de glosario para que doctos y legos entendamos y sepamos
interpretar la realidad econmica y social de nuestro pas. Y estas tienen que ver, necesaria-
mente, con la formulacin de polticas pblicas, con la conduccin de la poltica macroeco-
nmica, con las respuestas que se deben dar en tiempos de incertidumbre econmica, con la
adecuada explotacin de recursos renovables, con la acertada ejecucin de polticas sociales,
y con la actitud de los economistas, puntos que Paredes acierta al incluirlos en este texto.
Me place que estas ideas se hayan elevado a nivel de libro desde las pginas salmn de Ges-
tin, pues es una muestra de que no solo nos esforzamos por informar los acontecimientos
econmicos y sociales, sino que preservamos para analizarlos e interpretarlos.
Un proverbio antiguo dice que si quieres ir rpido ve solo, si quiere ir lejos, ve acompaa-
do. El libro de Carlos Paredes, con el cual Gestin inicia una serie de publicaciones, es una
compaa, que an con el paso de los aos, permitir reflexionar sobre la evolucin de la
economa peruana.
Julio Lira
Director del diario Gestin
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ndice
INTRODUCCIN 17
I. INVERSIN Y CRECIMIENTO 25
1. El milagro peruano 34
2. Crecimiento y eficiencia de la inversin 36
3. Economa de mercado e inversin privada: nada ms? 38
4. Inversin vs. migracin 40
5. Bienvenidos, nordacas! 42
6. Inversin privada y extorsin social 44
7. Ya fueron las vacas gordas? 46
II. DE CMO FORMULAR POLTICAS PBLICAS 49
8. Muchos objetivos, pocos instrumentos 54
9. Cortocircuito en la poltica energtica? 56
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10. Los principios de las finanzas y el gas 58
11. La pesca y la seguridad alimentaria 60
12. El buen diagnstico y la economa 62
13. Problemas en el corto plazo? A trabajar en el mediano plazo 64
14. Irracionalidad, emociones y poltica econmica 66
III. POLTICA MACROECONMICA 69
15. La poltica macro y el dlar I 74
16. Dilemas macro: ay, ay, ay 76
17. La poltica macro y el dlar II 78
18. Peligrosa pifia fiscal 80
19. El drawback y los subsidios en los tiempos del clera 82
20. La desaceleracin y la poltica macroeconmica 84
21. El MEF, la paja y el trigo 86
22. Las lecciones de Carranza 88
IV. POLTICA ECONMICA EN UN CONTEXTO
DE GRAN INCERTIDUMBRE 91
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23. Navegando con turbulencia 96
24. Recuerdos de Space Mountain 98
25. Parece que va a llover, el cielo se est nublando 100
26. Humala y los espritus animales 102
27. Los fallos del TC, las instituciones y el crecimiento econmico 104
V. LOS RECURSOS RENOVABLES 107
28. La tragedia de los (sinsentidos) comunes 113
29. La reforma de la pesca: tarea cumplida? 115
30. La merluza, los nervios y el futuro de la pesca 117
31. La sostenibilidad y los derechos de pesca 119
32. La anchoveta en su laberinto 121
33. Repensando la pesca en el Per 123
34. Bosques: la riqueza est en la madera? 125
VI. POLTICA SOCIAL 129
35. El agua, la salud y el mercado 135
36. Inversin privada y salud 137
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37. La obligatoriedad y la reforma de la salud 139
38. Fe y Alegra 141
39. Educacin, rol de las instituciones y desarrollo 143
40. Crecer para qu? 145
VII. ECONOMA Y POLTICA 149
41. La economa y las elecciones 154
42. Las elecciones de abril 156
43. El divorcio entre poltica y economa 158
44. Los determinantes econmicos del voto 160
45. Qu factores explican el voto? 162
46. xito, seor Humala! 164
47. Sobre discursos, promesas y reacciones 166
VIII. SOBRE LOS ECONOMISTAS 169
48. Mensaje a jvenes economistas 174
49. Economistas hasta en la misa 176
50. La soberbia y los economistas 178
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15
51. Ph. D. o Pichi, Di? 180
52. Un economista con los ojos bien abiertos 182
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INTRODUCCIN
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Introduccin
Ya fueron las vacas gordas? Esta pregunta, que sirve de ttulo para el libro,
nos la hemos formulado los peruanos en repetidas oportunidades y no sin
justificada preocupacin durante los ltimos cinco aos. La razn para esto
es que desde hace una dcada el Per viene registrando una bonanza econ-
mica sin precedentes que nos permiti incrementar el ingreso per cpita y
reducir la pobreza como nunca antes lo habamos hecho. Pero comenzando
con la crisis financiera internacional de fines del 2008, pasando luego por la
eleccin de un candidato anti-sistema a la Presidencia de la Repblica en
el 2011 y, ms recientemente, con la desaceleracin de la economa mundial,
hemos enfrentado diversos shocks que podran haber puesto en peligro nues-
tro crecimiento.
La respuesta corta a la pregunta planteada en el ttulo de este libro es no
necesariamente. Al momento de escribir estas pginas, la economa peruana
sigue creciendo de manera muy dinmica y se perfila como una de las que ms
prosperar en la regin. El que lo logremos depende ms de lo que nosotros
hagamos o dejemos de hacer que de eventos externos (como los precios de
los commodities o el crecimiento de las economas industrializadas o de la
economa china). Este libro apunta al rol protagnico de la inversin privada
y a la necesidad de contar con un marco de poltica econmica coherente que
fomente la acumulacin de capital en el pas, cuidando la sostenibilidad de
nuestros recursos y asegurndose que los beneficios del crecimiento lleguen a
todos, en especial a los grupos ms vulnerables. Al respecto, la historia eco-
nmica y poltica reciente nos demuestra que, para que el marco de poltica
econmica que sostiene el crecimiento perdure en el tiempo, los peruanos
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Carlos E. Paredes / Ya fueron las vacas gordas?
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debemos percibir que el sistema es razonable; que no es injusto.
Este libro rene una coleccin de 52 memorandos que aparecieron publi-
cados en mi columna de opinin Memorndum Econmico en Gestin, el
diario de economa y negocios ms reconocido del Per, del ao 2009 al 2013.
Los memorandos que aparecen en este texto fueron seleccionados por su rele-
vancia para el anlisis y la formulacin de poltica econmica en nuestro pas,
ya sea por la naturaleza de los conceptos vertidos en ellos o porque los hechos
all analizados constituyen buenos ejemplos tanto de lo que se puede como
de lo que no se debe hacer. El lenguaje utilizado es sencillo, a veces incluso
coloquial; se trata de comunicar temas importantes a la gente comn, que no
necesariamente son conocedores o especialistas en economa, sobre todo a
los polticos y a los funcionarios pblicos. Estoy seguro de que los estudiantes
de Economa y los aficionados a esta rama del saber humano se beneficiarn
con la exposicin prctica de una diversidad de temas de poltica econmica
en el Per.
Los memorandos han sido agrupados en ocho secciones: (i) inversin y cre-
cimiento econmico; (ii) cmo formular polticas pblicas; (iii) el manejo
de la poltica macroeconmica; (iv) el diseo de poltica econmica en un
contexto de gran incertidumbre; (v) los recursos renovables; (vi) la poltica
social; (vii) poltica y economa; y (viii) los economistas. He tratado de darle
una secuencia lgica, antes que cronolgica, a la exposicin de los temas y los
memorandos.
La primera seccin se refiere al rol crucial que tiene la acumulacin de capi-
tal es decir, la inversin en el crecimiento econmico y, por lo tanto, en
la reduccin de la pobreza y el aumento del bienestar material. En la segunda
seccin se presenta una discusin sobre cmo se deben formular las polticas
pblicas para que estas sean efectivas y contribuyan al crecimiento econmico
en vez de entorpecerlo. Las siguientes cuatro secciones se refieren a la formu-
lacin de polticas pblicas en diferentes campos, el manejo macroeconmico
en particular, el manejo de la poltica fiscal y monetaria en un contexto
de gran incertidumbre, las polticas de los recursos naturales renovables
y la poltica social. Como es ampliamente conocido, estas polticas tienen
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21
Introduccin
importantes consecuencias para la inversin, el crecimiento y la paz social.
En la seccin siete se analiza la relacin que existe entre la economa y la
poltica en el Per, en particular entre el crecimiento y las opciones polticas
por las que optamos los peruanos. Es interesante ver en los memorandos re-
copilados cmo, an a pocos meses antes de las elecciones generales del ao
2011, tal vez influenciado por el sostenido boom econmico y la sustantiva re-
duccin de la pobreza que se haba registrado, yo no anticipaba que una opcin
antisistema pudiese ganar las elecciones, no solo ganando la Presidencia de
la Repblica, sino tambin convirtindose en la fuerza poltica con mayor
representacin en el Congreso. Creo que estos resultados nos deben motivar
a los economistas a repensar el tema de los beneficios del crecimiento (el fa-
moso efecto del chorreo econmico trickle-down effect parece no solo
ser insuficiente, sino que podra ser percibido como injusto) y la necesidad de
contar con polticas de inclusin social efectivas. Y mientras los economistas
pensamos en esto, los polticos deben de meditar sobre las formas y las institu-
ciones, pues el rechazo al statu quo fue contundente.
La ltima seccin contiene reflexiones ms de naturaleza personal en torno
a la profesin que escog hace muchos aos. Creo que los economistas tenemos
mucho que contribuir, sin duda, pero tambin creo que esa contribucin sera
mayor si nos tomramos a nosotros mismos menos en serio y si tuvisemos una
actitud ms humilde, que se condiga con las limitaciones de nuestro conoci-
miento y la enorme complejidad del mundo en que vivimos.
Los memorandos de cada seccin de este libro estn precedidos por una
breve presentacin en la que expongo las ideas clave que hay detrs de estos
escritos, una especie de hilo conductor del anlisis contenido en los diferentes
memorandos. Creo que estas presentaciones sern de suma utilidad para los
lectores sobre todo para los no especialistas, ya que podrn acceder a una
exposicin integral pero breve de los diferentes temas tratados.
No puedo terminar esta introduccin sin agradecer a mis colegas y amigos
de Gestin, en particular a Julio Lira y Rosina Ubills, quienes a lo largo de
los aos me han apoyado y motivado a seguir escribiendo. Asimismo, debo
agradecer a los jvenes economistas que durante estos aos han colaborado
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Carlos E. Paredes / Ya fueron las vacas gordas?
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conmigo en Intelfin y me apoyaron con la obtencin de datos y, usualmente,
en la tarea de reducir la extensin de los memorandos a la vecindad de los
3.500 caracteres que me pedan en el diario. Entre ellos debo mencionar a Pa-
blo Aguilar, Pamela Huaytalla y Jos Francisco Wong. En la labor de edicin
de este documento participaron Nina Paredes y Claudia Paredes; a ellas mi
agradecimiento y reconocimiento. Y un agradecimiento especial a mi querido
amigo Juan Miguel Cayo, economista, a quien tambin me une una relacin
profesional de casi dos dcadas y quien en estos ltimos cuatro aos ha con-
tribuido a mejorar mis columnas, no solo desde un punto de vista editorial,
sino tambin gracias a las mltiples y entretenidas conversaciones que hemos
tenido y seguimos teniendo, conversaciones de las que surgieron algunos de los
memorandos aqu reseados y algunas investigaciones de carcter acadmico a
las que me aventur con su entusiasta apoyo.
Espero que usted encuentre entretenida y til la lectura de este libro.
Lima, noviembre del 2013
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23
Introduccin
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PARTE IINVERSIN Y CRECIMIENTO
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26
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Inversin y crecimiento
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En la ltima dcada, el Per sobresali como la economa ms dinmica de la
regin latinoamericana y como una de las de mayor crecimiento en el mbito
mundial del ao 2002 al 2012. Durante estos aos, la inversin pas de re-
presentar menos del 18% a bordear el 27% del producto bruto interno (PBI).
Como consecuencia de esta acelerada acumulacin de capital, el ingreso pro-
medio de los peruanos (el PBI per cpita) se increment en 67%, mientras que
la pobreza disminuy de manera significativa, de ms de 50% en el ao 2004 a
26% en el ao 2012; y la pobreza extrema, de 17% a 6% en el mismo periodo.
Nunca antes en la historia econmica del pas se haba registrado un incre-
mento tan alto y sostenido del ingreso, y una reduccin tan significativa de la
pobreza. En efecto, tal como se recuenta en el primer memorndum del libro,
los resultados fueron extraordinarios, sobre todo si se toma en consideracin
el periodo tan corto de tiempo en el que estos se produjeron.
Revisemos la lgica del xito econmico: la inversin alta y sostenida ge-
ner cientos de miles de puestos de trabajo por ao y permiti que varios
millones de peruanos saliesen de la pobreza durante la ltima dcada. El cre-
cimiento econmico dinamiza el consumo de la poblacin y las utilidades de
las empresas, lo cual genera mayores ingresos fiscales con los que se pueden
financiar la inversin pblica y los programas sociales del gobierno. De efec-
tuarse con criterios mnimos de eficiencia, la inversin pblica complementa a
la inversin privada y contribuye a fortalecer el crecimiento econmico, ayu-
dando a extender sus beneficios ms rpidamente a regiones postergadas del
pas y a los sectores poblacionales menos favorecidos. De forma similar, si los
programas sociales estn bien focalizados, permiten extender los beneficios del
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Carlos E. Paredes / Ya fueron las vacas gordas?
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crecimiento a la poblacin ms vulnerable y en situacin de extrema pobreza.
Debe quedar claro, entonces, que uno de nuestros principales retos en mate-
ria econmica es asegurar altas tasas de inversin y que estas se sostengan en
el tiempo. Este es el mensaje central de los memorandos de la primera seccin.
Sin embargo, no solo debemos centrar la atencin en asegurar niveles altos
de inversin, sino en que la calidad de la misma tambin sea ptima. En otras
palabras, es indispensable que invirtamos de manera eficiente para que el es-
fuerzo de inversin se traduzca en el mayor crecimiento posible.
Usualmente, el nfasis en la calidad de la inversin se centra en la inver-
sin pblica, pues se da por descontado que, en una economa de mercado,
los inversionistas privados evalan adecuadamente los riesgos y optimizan el
uso del capital. En el caso peruano existen sobradas razones para preocuparse
por la calidad de la inversin del sector pblico. En el segundo memorndum
se seala que, en el pasado, la eficiencia de la inversin en el Per estuvo
relacionada de manera inversa con la participacin de la inversin pblica
dentro del total de la inversin. Y en la actualidad los gobiernos regionales
y municipales todava no cuentan con la capacidad tcnica suficiente para
elaborar e implementar proyectos de inversin de calidad. De hecho, la baja
ejecucin de los presupuestos regionales y municipales se ha convertido en
un problema permanente que se agudiza cada cuatro aos con la eleccin de
nuevas autoridades locales.
En este contexto, muchos dentro y fuera de los gobiernos han optado
por satanizar el Sistema Nacional de Inversin Pblica (SNIP) que, aunque
ha impedido un mayor despilfarro de los recursos pblicos, tampoco se ha per-
feccionado lo suficiente como para contribuir a fortalecer las capacidades de
los gobiernos locales. Este es un campo donde todava tenemos mucho por
avanzar y en donde la cooperacin con el sector privado y el mundo acadmico
puede resultar muy fructfera.
A pesar de este y otros importantes problemas de carcter institucional, el
Per es hoy una de las economas con mejores perspectivas de crecimiento
para el mediano plazo. Cmo as logramos este cambio tan radical y benefi-
cioso para los peruanos?
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Inversin y crecimiento
29
La bonanza que estamos viviendo es el resultado del esfuerzo que venimos
realizando en el pas desde inicios de la dcada de los noventa. Sin duda, el
modelo econmico se ha ido perfeccionando a lo largo de los ltimos veinte
aos y se benefici de un contexto externo favorable a partir de mediados de
la dcada pasada, por lo que tratar de identificar a algn factor como el ms
importante para explicar el despegue de los ltimos aos resulta una tarea
difcil o incluso ftil. Sin embargo, me atrevera a sealar que la perseverancia
en un conjunto de reglas que resultan atractivas para los inversionistas fue
determinante para alcanzar el xito. La confianza se fue ganando poco a poco,
de manera acumulativa, y los beneficios tambin se plasmarn a lo largo de
muchos aos, en la medida en que sigamos perseverando en el esfuerzo. No
est de ms recordar que la confianza tarda en ganarse y que puede perderse
abruptamente, con una o unas cuantas decisiones equivocadas.
El modelo econmico se ha fortalecido con cinco diferentes presidentes que,
a pesar de sus diferencias ideolgicas y rivalidades polticas, optaron por per-
severar en un modelo que estaba redituando importantes beneficios para los
peruanos. En qu consiste el famoso modelo? Se trata de una economa de
mercado, con una intervencin gubernamental en la economa acotada a la
regulacin de las actividades donde no hay suficiente competencia, y donde la
inversin privada se constituye en el motor del crecimiento; con un manejo
fiscal y monetario consistente con el orden macroeconmico (inflacin baja,
tipo de cambio alineado y con baja volatilidad, cuentas fiscales y externas
ordenadas); con una alta integracin comercial y financiera del pas al mun-
do; y con reglas estables para hacer negocios (tributarias y de respeto a los
contratos). El consecuente crecimiento econmico se reflej en mejoras de los
principales indicadores sociales y en una relativa estabilidad poltica. Clara-
mente, todos estos son factores que contribuyen a un buen clima de negocios
y, consecuentemente, a altas tasas de inversin. Nos encontramos inmersos
en un crculo virtuoso!
Est todo bien en materia de modelo econmico, entonces? Debo confesar
que, al igual que muchos otros analistas, pensaba que los grandes beneficios
del modelo sin precedentes en nuestra historia econmica haban llevado
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Carlos E. Paredes / Ya fueron las vacas gordas?
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a un gran consenso nacional en torno a la conveniencia de perseverar en el
mismo. Incluso llegu a escribir, pocos meses antes de las ltimas elecciones
presidenciales, Tal vez es por esto que las propuestas polticas catalogadas
como anti-sistema (p. e., aquellas esbozadas por el Partido Nacionalista y
la vieja izquierda) no son proposiciones atractivas para las grandes mayoras,
especialmente para los pobres, que lo que buscan es tener oportunidades para
trabajar y prosperar. Y a los pocos meses, la propuesta antisistema ms radical
triunf en las elecciones (gracias a Dios que no soy apostador ni analista pol-
tico!). Pero lo importante es que, para ganar en la segunda vuelta electoral,
el hoy presidente Ollanta Humala tuvo que moderar su retrica y dejar atrs
las propuestas antisistema. Su gobierno persever efectivamente en el modelo,
perfeccionando algunos aspectos del mismo, sobre todo en materia de inclu-
sin social. Sin embargo, al igual que sus predecesores, todava no ha corregido
algunas importantes deficiencias que estn impidiendo que los logros econ-
micos y sociales sean an ms notables.
Sin duda, el marco general de poltica macroeconmica en el Per es muy
bueno. El manejo prudente y acertado de la poltica fiscal y monetaria en un
contexto global cambiante y caracterizado por alta incertidumbre puede califi-
carse como excelente, y ha sido reconocido como tal por diversas instituciones
multilaterales y bancos de inversin. No obstante, tal como se recalca en el
tercer memorndum, muchas de nuestras instituciones bsicas siguen siendo
precarias, la corrupcin es una lacra que carcome a la sociedad, nuestro servi-
cio civil es muy dbil, algunas polticas sectoriales sufren de alta inestabilidad
y poca predictibilidad, los sistemas de educacin y salud pblicas que deberan
fortalecer nuestro capital humano son muy deficientes, y la inequidad en la
distribucin del ingreso sigue siendo preocupante. Y lo que es ms importante
es que, a pesar de que muchos economistas aseguramos que el crecimiento
ha sido pro-pobre, la percepcin de grandes sectores de la poblacin, y de
muchos polticos y lderes de opinin, es que la distribucin de los beneficios
del crecimiento no ha sido ni es justa. En este contexto, no es sorprendente
verificar que los conflictos sociales van en aumento. Ante esta realidad, cabe
preguntarse: cmo, a pesar de todo esto, la inversin privada es tan elevada en
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Inversin y crecimiento
31
el Per? Acaso es que, precisamente, el milagro peruano consiste en esto?
El ltimo comentario puede sonar a algunos como injusto o innecesariamente
sarcstico. No creo que lo sea. Se trata de traer al centro del escenario algunas
de nuestras debilidades, pues si las logramos remontar seguramente afianzara-
mos el crecimiento a largo plazo del pas y prologaramos la vida del crculo
virtuoso en el que nos encontramos. Si centramos la atencin un momento en
estas debilidades, nos daremos rpidamente cuenta de que su naturaleza es de
carcter institucional. Tenemos que trabajar en fortalecer nuestras institucio-
nes a todo nivel y tomar conciencia de que el fortalecimiento institucional no
se trata de un acto o una ley, sino de un proceso largo en el cual tambin habr
que perseverar. En la medida en que lo hagamos, el Per podra convertirse en
el nuevo tigre o, mejor dicho, en el nuevo puma latinoamericano.
Qu sucedera si no afrontamos bien la tarea del fortalecimiento institu-
cional, si no tratamos de corregir las grandes debilidades mencionadas? Muy
probablemente, las tasas de inversin privada y de crecimiento econmico dis-
minuiran. En efecto, no podemos olvidar que el crecimiento alto y sostenido
de la ltima dcada no solo mostr el enorme poder creativo de la interaccin
individual en el mercado, en un contexto externo particularmente favorable,
sino que tambin reflej los bajsimos niveles de produccin, de capital y de
precios de activos de los cuales partamos. Sostener altas tasas de crecimiento
en el futuro requerir no solo no interferir con el poder creativo de la iniciati-
va privada, sino apoyarla y complementarla con un sector pblico eficiente y
con instituciones slidas que justifiquen pensar que invertir a largo plazo en el
Per es una actividad menos riesgosa de lo que se percibe hoy en da.
La teora moderna del crecimiento pone mucho nfasis en el capital huma-
no y este frente es uno en el que no estamos haciendo suficiente progreso. En
un pasado no muy lejano, ante la falta de puestos de trabajo en el pas, nos
dedicamos a exportar trabajadores y con ello fuimos perdiendo parte del escaso
capital humano con que contbamos. No todo fue prdida, pues las remesas
de los peruanos en el extranjero se convirtieron en una importante fuente de
financiamiento del pas, pero perder trabajadores sobre todo los ms califi-
cados no tiene sentido para un pas como el Per. Tal como se plantea en el
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Carlos E. Paredes / Ya fueron las vacas gordas?
32
cuarto memorndum, en lugar de exportar trabajadores deberamos importar
puestos de trabajo, y esto solo lo lograremos si continuamos atrayendo grandes
flujos de inversin.
Y qu podemos hacer para mejorar el capital humano a corto plazo? Hay
muchas opciones; por ejemplo, se puede trabajar en un sistema nacional de
becas de posgrado, en el fortalecimiento de las universidades pblicas y progra-
mas con un objetivo similar, como promover la capacitacin de los trabajado-
res en las empresas. En el memorndum 5, titulado Bienvenidos, nordacas,
hago referencia a la opcin de promover la inmigracin de capital humano
altamente calificado a nuestro pas, sobre todo ahora que en Europa y en
particular en Espaa los profesionales se estn viendo obligados a buscar
oportunidades fuera de su tierra.
La necesidad de promover la inversin privada es un tema subyacente a gran
parte de los memorandos recopilados en este libro. Sin embargo, tal como se
seala en el sexto memorndum, tambin es importante asegurarnos de que
los capitales que atraigamos se comporten como buenos inversionistas, que
respeten nuestra normativa, y que cuiden de nuestros recursos y nuestra pobla-
cin. Como en muchos otros lugares del planeta, en el Per se han producido
problemas con inversionistas privados a causa de la regulacin ambiental, pero
en algunos casos aqu resaltados llegaron incluso a la manipulacin y extorsin
social, lo que resulta inadmisible.
Finalmente, el sptimo memorndum, el ltimo de esta seccin, trata sobre
los efectos de la desaceleracin de la economa mundial en el desempeo de la
economa peruana. Ya fueron las vacas gordas? es una pregunta cuya respues-
ta depender de lo que hagamos en materia de poltica econmica y de promo-
cin de la inversin privada. Se propone, una vez ms, que adoptemos como
objetivo explcito de poltica econmica que la inversin privada supere el 20%
del PBI (de hecho, deberamos pensar en incorporar este objetivo al Acuerdo
Nacional). Este es un tema al que regresaremos al momento de analizar la inte-
rrelacin entre la poltica y la economa, pero el mensaje es claro: para crecer
y salir de la pobreza hay que promover tasas altas y sostenidas de inversin
privada, as como canalizar los recursos pblicos, de manera eficiente, hacia
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Inversin y crecimiento
33
proyectos con alta rentabilidad social. Estando inmersos en un proceso ambi-
cioso pero institucionalmente dbil de descentralizacin, esto ltimo requerir
fortalecer la capacidad de gestin de los gobiernos regionales y municipales.
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Carlos E. Paredes / Ya fueron las vacas gordas?
34
1. El milagro peruano
Acaba de terminar octubre, el mes del Seor de los Milagros, y entre turrn,
procesin y toros, amn de elecciones y conteos extralentos, cabe reflexionar
sobre lo que algunos denominan el milagro peruano. En qu consiste el
supuesto milagro? Podramos decir que el milagro ha sido pasar de ser uno de
los pases con peor rcord econmico de Amrica Latina a ser la economa
que no solo fue la que ms creci en la regin durante el ltimo decenio, sino
una de las que tiene mejores perspectivas de crecimiento para los prximos
aos. En efecto, el orden macroeconmico inflacin baja, tipo de cambio
alineado y con baja volatilidad, cuentas fiscales y externas ordenadas, la
cada vez mayor integracin del pas al mundo, la estabilidad de las reglas del
juego, las mejoras de los principales indicadores sociales y la relativa estabili-
dad poltica, son todos factores que contribuyen a un buen clima de negocios
y, consecuentemente, a obtener altas tasas de inversin.
En el Per de hoy, la acumulacin acelerada de capital y las mejoras de la
productividad que se vienen observando aseguran la sostenibilidad del vigoro-
so crecimiento econmico del que estamos gozando. Este proceso se inici con
las reformas y la pacificacin de los noventa, que permiti reandar lo desanda-
do en las dos dcadas anteriores y, vale la pena recordarlo, recuperar, recin en
el ao 2005, el nivel del ingreso promedio que ya habamos alcanzado treinta
aos antes. El trmino milagro, algo exagerado tal vez, por lo tanto, no se
refiere a las altas tasas de crecimiento registradas muchos pases, sobre todo
asiticos, las han tenido, sino que ms bien surge de contrastar el desorden
y estancamiento anterior con el orden y progreso actual.
En contraposicin con la crisis continua y el empobrecimiento progresi-
vo de los aos setenta y ochenta (los de mi generacin crecimos creyendo
que vivir en crisis era normal), en el quinquenio 2006-2010 el PBI per cpita
habr crecido a un promedio anual de 6,5%. Para poner esta cifra en pers-
pectiva, si logramos mantener esta tasa de crecimiento durante los prximos
once aos, el ingreso del peruano promedio en el ao del bicentenario de la
Independencia ser el doble que el actual. Esto sera maravilloso, aunque no
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Inversin y crecimiento
35
necesariamente milagroso, pues no requiere de la intervencin divina: es al-
canzable con trabajo y persistencia.
Como sealamos en un artculo anterior, focalizarse en un solo indicador,
como el PBI per cpita, no es apropiado. Miremos, entonces, indicadores de
pobreza y de distribucin del ingreso. Al analizar los datos vemos que la situa-
cin ha mejorado sustantivamente para muchos de los ms pobres del Per:
las cifras de pobreza y pobreza extrema muestran una reduccin sustantiva en
un periodo relativamente corto. Y, aunque la desigualdad es aguda, al com-
parar indicadores de distribucin del ingreso con los de otros pases de la re-
gin vemos que estamos mejor que pases como Brasil, Colombia y Chile, por
mencionar experiencias exitosas en materia de crecimiento. No se trata de
ser complaciente, sino de reconocer y resaltar los importantes beneficios del
camino recorrido, para no volver a dar un traspi ni desviarnos de la ruta del
progreso econmico, que cada vez debe ser ms incluyente.
Enfrentar exitosamente la pobreza requiere que crezcamos de manera alta
y sostenida, y, evidentemente, que focalicemos bien el gasto pblico, hacin-
dolo ms eficiente. Esto ltimo requiere mejores gerentes dentro del sector
pblico y que este se modernice, como lo ha hecho el resto de la economa. Tal
vez por esta razn las propuestas polticas catalogadas como antisistema (por
ejemplo, aquellas esbozadas por el Partido Nacionalista y la vieja izquierda) no
son proposiciones atractivas para las grandes mayoras, especialmente para los
pobres, que lo que buscan es tener oportunidades para trabajar y prosperar. En
efecto, cmo enfrentar el reto del progreso incluyente se debera convertir
en uno de los grandes temas de las prximas elecciones.
4 de noviembre del 2010
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Carlos E. Paredes / Ya fueron las vacas gordas?
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2. Crecimiento y eficiencia de la inversin
Todos sabemos que para crecer y superar la pobreza necesitamos invertir; de
all la necesidad de contar con un entorno macroeconmico y de polticas
pblicas consistente con la atraccin de la inversin hacia el pas. Tambin es
cierto, aunque menos difundido, que la acumulacin de capital (producto de
la inversin) se lleva adelante con diversos grados de eficiencia. Mientras ms
eficiente sea este proceso, en la medida en que se incremente ms la producti-
vidad del capital, un mismo esfuerzo de inversin se ver traducido en mayores
tasas de crecimiento econmico.
Cun eficiente ha sido la inversin en el Per? La respuesta depende de
en qu periodo centremos la atencin. Si nos referimos a las dcadas de 1970
y 1980, el rcord fue desastroso y el ingreso per cpita colaps. Durante esas
dcadas perdidas, el Per destin parte importante de sus escasos recursos a la
inversin, tanto en capital humano como en bienes de capital. Y aunque el
acervo de factores de produccin (trabajo y capital) creci en el pas, su pro-
ductividad disminuy de manera significativa. Durante esos aos, los peruanos
sacrificamos consumo o nos endeudamos para invertir de manera improducti-
va. Malgastamos recursos escasos en un pas que se haca cada vez ms pobre
en la economa mundial.
Diversos estudios sobre el crecimiento de largo plazo en el Per indican que
el principal factor detrs del magro rcord de crecimiento durante las denomi-
nadas dcadas perdidas fue la falta de mejoras en la productividad e, incluso,
la disminucin de la misma.
Efectivamente, segn el ndice de eficiencia de la inversin elaborado en un
estudio reciente del Instituto del Per de la Universidad San Martn de Porres
(USMP), la eficiencia de la inversin disminuy en el Per de manera significa-
tiva durante la segunda mitad de los setenta y en los ochenta. En contraposicin,
en los aos noventa, el ordenamiento macroeconmico, la reintegracin del pas
al sistema financiero internacional y el restablecimiento de una economa de mer-
cado resultaron en un incremento significativo de la eficiencia de la inversin.
Aunque esta mejor en los ltimos quince aos, el ndice de eficiencia todava se
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Inversin y crecimiento
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encuentra por debajo de los niveles alcanzados en los cincuenta y sesenta.
Segn este estudio, la eficiencia de la inversin en el Per est correla-
cionada positivamente con el crecimiento econmico y en forma negativa
con la inflacin (lo cual es consistente con la teora econmica y el sentido
comn). Sin embargo, lo sorprendente es que tanto el ndice de eficiencia de
la inversin como la tasa de crecimiento econmico muestran una correlacin
alta y negativa con la participacin de la inversin pblica dentro del PBI.
Es decir, los incrementos de la inversin pblica vinieron acompaados por
reducciones de la eficiencia agregada de la inversin y por menores tasas de
crecimiento econmico. Esto reflejara el hecho de que la inversin pblica no
condujo a la acumulacin de capital productivo (muchas veces invertimos en
elefantes blancos) o a que no tuvo efectos positivos sobre el rendimiento de
la inversin privada (no fue complementaria a la misma).
Lo anterior no debe llevar a cuestionar el impulso que se le est dando a la
inversin pblica en la actualidad ni, menos an, a cuestionar la convenien-
cia de que el sector pblico realice gastos de capital. La leccin que debemos
extraer es, ms bien, que el impostergable esfuerzo de inversin pblica, sobre
todo aquel a ser ejecutado de manera descentralizada, debe venir acompaado
de reformas, en el marco regulatorio y en las prcticas gubernamentales, que
permitan asegurar mayores niveles de eficiencia que en el pasado. No podemos
seguir malgastando recursos escasos en un pas an muy pobre.
11 de febrero del 2010
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Carlos E. Paredes / Ya fueron las vacas gordas?
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3. Economa de mercado e inversin privada: nada ms?
Cuando uno mira nuestro rcord reciente de crecimiento y las perspectivas a
futuro, constata no solo que hemos sido la economa ms dinmica de la re-
gin, sino que probablemente continuaremos liderando el crecimiento econ-
mico en Amrica Latina. Las altas tasas de inversin que venimos registrando,
sobre todo del sector privado, permiten prever que continuaremos creciendo
rpida y sostenidamente. En efecto, nunca en nuestra historia hemos acumula-
do capital a la velocidad que lo venimos haciendo en la actualidad.
Ante esta feliz constatacin, un observador externo podra imaginarse que
esta situacin refleja un excelente marco de poltica econmica, la solidez de
las instituciones, un experimentado y calificado servicio civil, la estabilidad y
predictibilidad de nuestro marco normativo, el gran acervo de capital humano
existente (evidenciando altos estndares en materia de nutricin, salud y educa-
cin) o la razonable distribucin del ingreso, con la consecuente paz social a lo
largo del territorio nacional. Por lo tanto, el observador en cuestin seguramen-
te concluira que en el Per debe de existir un excelente clima de inversin.
Menuda sera su sorpresa al llegar al pas y empezar a constatar que los su-
puestos fundamentos detrs de la inversin privada y del crecimiento econ-
mico sencillamente no estn all. En efecto, a pesar de comprobar que el marco
general de poltica macroeconmica es bastante razonable, nuestro visitante
rpidamente se dara cuenta de la precariedad de nuestras instituciones, de la
corrupcin generalizada, de las mltiples deficiencias de nuestro servicio civil,
de la alta inestabilidad y poca predictibilidad de muchas de nuestras regula-
ciones, de las enormes carencias de nuestros sistemas de educacin y salud
pblicas, y de los problemas con la inequidad en la distribucin del ingreso y
crecientes conflictos sociales. Y, as, tal vez se preguntara: Cmo, a pesar de
todo esto, la inversin privada es tan elevada en el Per? Acaso es que justa-
mente en esto consiste el milagro peruano?.
Tras reflexionar un buen rato, probablemente nuestro observador se plantea-
ra con cierto asombro: Caramba, qu sucedera con la economa del pas y
con el bienestar de los peruanos si sus instituciones fuesen ms slidas y menos
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Inversin y crecimiento
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corruptas, si el servicio civil fuese ms calificado, si las reglas de juego fuesen
ms estables y predecibles, si el pas invirtiese bien en su capital humano y se
preocupase por mejorar la distribucin del ingreso?. Muy probablemente, el
Per sera el nuevo tigre o, mejor dicho, el nuevo puma latinoamericano. Y, al
igual que los tigres asiticos marcaron una poca en la historia del desarrollo,
Per, Chile y, tal vez, Colombia, podran convertirse en los pumas andinos
que marquen un nuevo hito de desarrollo de economas pequeas y abiertas.
El crecimiento rpido y sostenido que hemos experimentado en los ltimos
diez aos, a pesar de las enormes carencias que se constatan en nuestro sec-
tor pblico y, en general, en nuestras instituciones, muestra el enorme poder
creativo de la interaccin individual en el mercado, pero tambin refleja los
bajsimos niveles de produccin, de capital y de precios de activos de los cuales
partamos. Sostener altas tasas de crecimiento en el futuro requerir no solo
no interferir con el poder creativo de la iniciativa privada, sino apoyarla y
complementarla con un sector pblico eficiente que realice las tareas que est
llamado a hacer. En particular, existe un rol para la coordinacin explcita
de esfuerzos que permita tener reglas ms estables y coherentes en el tiempo.
24 de enero del 2013
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Carlos E. Paredes / Ya fueron las vacas gordas?
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4. Inversin vs. migracin
El Per fue la estrella econmica de Amrica Latina en la primera dcada del
siglo XXI. En este periodo, la inversin la acumulacin de capital llev a
que el PBI per cpita registrase un crecimiento del 42%. Este crecimiento se
tradujo en una mayor generacin de empleo y, consecuentemente, en una re-
duccin significativa de la pobreza, la que disminuy de 55% en el 2000 a 31%
en el 2010. Este avance permiti sacar de la pobreza a ms de cinco millones
de peruanos. Nunca antes se haba registrado en la historia del Per un periodo
en el que el ingreso se incrementase a tal velocidad, ni en el que la pobreza se
redujese tanto y en un plazo tan corto.
Revisemos la lgica del xito econmico: la inversin alta y sostenida ge-
nera cientos de miles de puestos de trabajo al ao y altas tasas de crecimiento
econmico, lo que permite reducir la pobreza. Asimismo, los crecientes ingre-
sos fiscales que acompaan el proceso permiten financiar programas sociales
que, si son bien focalizados, extienden los beneficios del crecimiento a los gru-
pos poblacionales vulnerables y en situacin de extrema pobreza. Claramente,
el reto es fomentar una rpida y permanente acumulacin de capital.
Para enfrentar este reto es indispensable entender la lgica de la acumu-
lacin de capital, ampliamente estudiada por los economistas desde el siglo
XVIII. Los diversos tratados al respecto enfatizan que el capital se reproduce
constantemente y que fluye hacia las actividades y los pases que le ofrecen
mejores condiciones para su reproduccin; va all donde su productividad y,
por lo tanto, su rentabilidad es mayor. La obra central de Marx, El capital
poco leda y, menos an, entendida por muchos polticos marxistas, por
ejemplo, explica esta dinmica.
Si queremos atraer capital hacia nuestro pas (sea nacional o extranjero,
pues la lgica del capital no tiene nacionalidad), tenemos que asegurar buenas
condiciones para su reproduccin y crecimiento. Pareciera un argumento bio-
lgico; es simple e intuitivo, como muchas de las leyes naturales.
Grandes economistas predijeron que el capital fluira inexorablemente ha-
cia los pases pobres, escasos en capital, pues en estos su productividad y
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Inversin y crecimiento
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rentabilidad es mayor (reflejando su escasez relativa). Anticiparon que los
movimientos de capital beneficiaran a los pobladores de los pases ms pobres,
ya que tendran un efecto inmediato en la productividad y en los ingresos de
los mismos. Sin embargo, se puso demasiado nfasis en la rentabilidad espera-
da, relegando la importancia del riesgo percibido por los capitalistas.
Y este factor el riesgo, ausente en muchos de los tratados clsicos sobre
el tema, es la razn principal por la cual no se han cumplido los pronsticos de
aquellos que predecan grandes flujos de capital hacia los pases menos desa-
rrollados y una reduccin en la brecha entre estos y el mundo industrializado.
Lo que s no anticiparon muchos economistas es que, ante los insuficientes
flujos de capital, lo que cobrara relevancia seran los flujos de trabajadores del
mundo subcapitalizado hacia los pases desarrollados. En efecto, el trabajo flu-
ye en bsqueda del capital. En nuestro caso, cerca de 200.000 peruanos migran
cada ao, buscando mejores oportunidades en el exterior. Y no es que esto sea
malo; se imagina usted cmo estaramos con un cuarto de milln de personas
ms por ao a las cuales no les podemos dar trabajo o con 2.500 millones de
dlares menos en remesas. Sin embargo, ya es hora de dejar de exportar tantos
trabajadores, e importar ms puestos de trabajo. Esto solo se lograr atrayendo
ms inversiones, para lo cual debemos ser percibidos como menos riesgosos.
2 de febrero del 2012
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Carlos E. Paredes / Ya fueron las vacas gordas?
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5. Bienvenidos, nordacas!
En la dcada de los ochenta, tras graduarnos en la universidad y con un par de
aos de trabajo a cuestas, algunos nos fuimos a estudiar el posgrado a Estados
Unidos y otros (menos) a Europa, sobre todo a Espaa. En diferentes lugares
fuimos testigos del racismo del que eran ramos vctimas los latinoameri-
canos. Los que fuimos a Estados Unidos vimos cmo los latinos, en su mayora
inmigrantes ilegales, eran tratados despectivamente con el vocablo spik (deri-
vado de yo no spik nglich), mientras que los que se haban ido a Espaa te-
nan que convivir con el trmino sudaca. El uso de este vocablo es tan comn
que ya fue oficializado: segn el Diccionario de la lengua espaola de la Real
Academia Espaola, sudaca es un adjetivo despectivo utilizado en Espaa para
referirse a los naturales de Sudamrica.
Desgraciadamente, el racismo y la xenofobia son taras que afectan, en ma-
yor o menor grado, a casi todas las sociedades. Hace dos meses vimos cmo
un prominente miembro de la Cmara de Representantes de Estados Unidos
tuvo que pedir disculpas por haber usado el igualmente despectivo trmino
wetback, espalda mojada, con que se refieren a los migrantes latinos que tra-
bajan en el agro norteamericano.
Es interesante notar que, a pesar del aparente malestar que estos flujos mi-
gratorios causan en algunos sectores de los pases a los que se dirigen, la ne-
cesidad econmica de contar con esta fuerza laboral adicional prevalece y la
migracin contina. En este contexto, no es sorprendente que cada cierto
tiempo las leyes de migracin de los pases receptores se adecen y flexibilicen.
De hecho, en la actualidad, la reforma migratoria es uno de los temas ms im-
portantes de la agenda legislativa norteamericana; pero esta reforma empieza
a cambiar: ya no se tratara solo de legalizar a los inmigrantes poco calificados,
sino de atraer talento humano. As lo expres el vicepresidente Joe Biden
en la ltima conferencia del Exim Bank en Washington DC; con claridad y
sin pelos en la lengua dijo que Estados Unidos debera tratar de retener a los
estudiantes de ciencias de la China y la India que estaban terminando sus
posgrados en universidades norteamericanas.
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Inversin y crecimiento
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Sin duda, en el mundo globalizado y altamente competitivo en que vivimos,
los pases necesitan cada vez ms atraer talento humano. Nosotros tenemos
una extraordinaria oportunidad en este campo. El Per ha sido el pas que ms
ha crecido en Amrica Latina durante la ltima dcada, y es posible seguir
creciendo de manera alta y sostenida; pero para lograrlo necesitamos el capi-
tal humano requerido. Por otro lado, Europa Espaa, en particular est
pasando por una crisis que parece que durar varios aos ms, en el mejor de
los casos.
Ante esta situacin, deberamos plantearnos como objetivo de poltica p-
blica atraer al talento humano de esa regin, profesionales con experiencia y
altamente capacitados. Con los espaoles compartimos no solo el idioma, sino
tambin la historia, la cultura y las costumbres. Las cifras del Ministerio de
Trabajo muestran que estn viniendo algunos, pero muchos menos de los que
podramos atraer (ni el 1% de los contratos de trabajo con extranjeros corres-
ponden a ciudadanos espaoles).
Dmonos cuenta de que, en las actuales circunstancias, para fines de cre-
cimiento econmico, promover la venida de capital humano, sobre todo de
aquel que puede quedarse de manera permanente, es tan importante como
promover la inversin directa extranjera. Aprovechemos la oportunidad y
promovamos la venida de los nordacas calificados.
13 de junio del 2013
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Carlos E. Paredes / Ya fueron las vacas gordas?
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6. Inversin privada y extorsin social
La semana pasada viaj a Huancayo, invitado a dar una conferencia en la
Universidad Continental. Hace ms de quince aos que no visitaba esta pu-
jante ciudad (ya me haba olvidado de la altura y del fro!). Me impresion
su desarrollo inmobiliario, el mantenimiento de la red vial y, sobre todo, el
campus y equipamiento de la institucin anfitriona. Educacin de calidad es
lo que cambiar este pas, y llevarla a provincias es un reto que est siendo
poco a poco enfrentado por el sector privado. Tuve la oportunidad de aprender
y compartir lo que haba preparado para la conferencia gracias a que la Uni-
versidad me pag el pasaje en avin. De otra manera no hubiera llegado; me
habra quedado varado en la carretera Central debido a la toma de un tramo
efectuada por los trabajadores de Doe Run.
En efecto, el mircoles pasado, justo antes de Semana Santa la semana
que junto a la de Fiestas Patrias es la de mayor turismo interno en el Per un
grupo de trabajadores de Doe Run tom la mencionada carretera, a la altura de
La Oroya. Esto puso en peligro el flujo de turistas a una serie de destinos tra-
dicionales: Huancayo, Tarma, San Ramn y La Merced, entre otros. Adems,
interrumpi el flujo del comercio, con la consecuente prdida de valor de los
bienes perecibles que no pudieron llegar a tiempo a sus mercados de destino.
As, decenas de miles de familias de la sierra y selva central del Per vieron su
bienestar afectado por la accin ilegal de unos cuantos trabajadores, segura-
mente azuzados y financiados por los dueos de Doe Run, una empresa que lo
nico que hace es burlarse repetidamente del Estado peruano.
Los trabajadores, guiados justamente por el tipo de inversionistas que no
queremos atraer al Per, fueron usados para extorsionar al gobierno. Se trata de
obligar al Estado a que cambie las reglas del juego en beneficio de un determi-
nado inversionista y a costa de la salud de miles de familias que han sufrido de
las consecuencias del ms despiadado menosprecio por el medio ambiente. Ha
visitado usted La Oroya en los ltimos veinte aos? Ha visto lo que las emisio-
nes de gases y metales contaminantes han hecho con los cerros y el agua? Ima-
gnese lo que ha hecho con los pulmones y la salud de los residentes en la zona.
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Inversin y crecimiento
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No es que los trabajadores carezcan del legtimo derecho a defender sus
puestos de trabajo y el bienestar de sus familias, pero, seamos claros, sus dere-
chos terminan donde empieza el derecho de los dems. Al igual que todos los
peruanos, los trabajadores de Doe Run deben acatar la ley; y si no, que sufran
las consecuencias. Es hora tambin de que el gobierno tome el toro por las
astas y termine con esta burla. Existen alternativas para que el complejo meta-
lrgico de La Oroya sea operado por otras empresas con la participacin de los
actuales trabajadores. Y el Estado tiene todas las herramientas para hacerlo. Es
hora de que a Doe Run le digamos Ya basta. El Per necesita atraer inversio-
nistas, pero buenos inversionistas: empresarios que generen valor, para ellos y
para el Per, que respeten nuestra normativa, y que cuiden nuestros recursos
y nuestra poblacin.
Desgraciadamente, Doe Run no es el nico caso en el que los malos inver-
sionistas acuden a la extorsin social para tratar de doblarle la mano al Estado.
Tambin, justo antes de Semana Santa, vimos cmo un grupo de pescadores,
azuzados por unos pocos empresarios merluceros, amenazaron con tomar el
puerto de Paita. Nuevamente, el problema se origin en un tema medioam-
biental: la proteccin de un recurso renovable. Dnde va a parar todo esto?
Se pondr el gobierno los pantalones?
12 de abril del 2012
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Carlos E. Paredes / Ya fueron las vacas gordas?
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7. Ya fueron las vacas gordas?
Tras el anuncio del Instituto Nacional de Estadstica e Informtica (INEI)
sobre el magro crecimiento del PBI en marzo (3,01%), muchos analistas revi-
saron sus expectativas de crecimiento hacia abajo. Para capear la noticia, las
autoridades aclararon que dicho resultado se debi a que este ao la Semana
Santa cay en marzo en vez de abril, por lo que la supuesta desaceleracin se
revertira con la cifra de crecimiento de abril (que, por la misma razn, regis-
tr ms das laborables que el ao pasado). El anlisis debe enriquecerse, pues
parece ser que hemos transitado de la economa del ascensor (esto subi,
aquello baj) a la economa del calendario.
Lo que sabemos es que la economa mundial se est desacelerando y que los
precios de algunos de los commodities que exportamos estn disminuyendo
(aunque no mucho por estndares histricos). En este contexto, el valor de
nuestras exportaciones se est contrayendo y el sector exportador dejara de
ser una de las locomotoras del crecimiento peruano. Recordemos que, durante
los ltimos diez aos, el valor de nuestras exportaciones creci al 19,4% anual,
mientras que el PBI lo hizo a un ritmo de 6,5% por ao. Sin embargo, ahora
la historia es diferente: en el primer trimestre de este ao, las exportaciones
cayeron en ms de 16% y el crecimiento de la economa se desaceler a 4,8%.
En un mundo globalizado, los mecanismos de transmisin de los shocks ex-
ternos no se limitan a los canales comerciales y de flujos de capital; el canal
de las expectativas y sus efectos sobre el consumo y la inversin ocupa un
rol protagnico. Si permitimos que el enfriamiento global se traduzca en un
deterioro generalizado de expectativas y en menor inversin es probable que
la desaceleracin se profundice y extienda en el tiempo. Qu hacer frente al
enfriamiento mundial? Tiene sentido, acaso, pensar en medidas contracclicas
como aumentar el gasto pblico, reducir los impuestos o incrementar los sub-
sidios, drawback incluido? La respuesta es un contundente NO. Nada de esto
enfrentara las races del problema ni sus mecanismos de transmisin.
Lo que s podemos y debemos hacer es mitigar el efecto negativo del nuevo
contexto internacional sobre la acumulacin de capital en el pas. La nica
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Inversin y crecimiento
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manera de asegurar el crecimiento en el mediano y largo plazo es fomentando
la inversin, particularmente la privada. Pongmonos un norte: que la tasa
de inversin privada no caiga por debajo del 20% del PBI. El reto es grande,
pues las cifras de importaciones de bienes de capital indicaran que la desace-
leracin de la inversin ya se habra iniciado el ltimo trimestre del 2012. En
este contexto, necesitamos anuncios coherentes con el fortalecimiento del
clima de inversin. Al respecto, el presidente Humala dio un paso importante
y positivo el ltimo fin de semana; ahora es necesario que todo su equipo de
gobierno lo siga.
Resulta crucial que los responsables de disear y ejecutar la poltica de go-
bierno en los diferentes sectores interioricen el hecho de que son parte de
un todo, de un equipo de gobierno que tiene que asegurar tasas de inversin
relativamente altas en el pas. Es necesario cohesionar mejor al equipo, in-
corporando jugadores que complementen y no socaven el trabajo del director
tcnico y de su armador para los sesenta minutos que restan del partido. De
poco sirve promover proyectos de inversin especficos si desde el propio Eje-
cutivo se confunde a los inversionistas con seales contraproducentes. Es hora
de lineamientos claros, de disciplina y de coherencia. Venimos ganando, no
perdamos tontamente el partido de crecer para incluir.
30 de mayo del 2013
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PARTE IIDE CMO FORMULAR POLTICAS PBLICAS
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Carlos E. Paredes / Ya fueron las vacas gordas?
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De cmo formular polticas y pblicas
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El proceso de formulacin de polticas pblicas es complejo y largo, y muchas
veces est plagado de marchas y contramarchas. Tal como se explica en el me-
morndum 8, uno de los factores que sin duda contribuye a este estado de cosas
es el hecho de que usualmente no se identifican con claridad los objetivos de
las polticas ni la prioridad de los mismos. Este problema se ve agravado por-
que tampoco se identifican con claridad los instrumentos de que se disponen
para alcanzar los objetivos. Esta situacin lleva a que, en muchos sectores y
en mltiples ocasiones, se persigan de manera simultnea muchos objetivos
(vagamente definidos), a pesar de contar con pocos instrumentos para alcan-
zarlos. El resultado no sorprendente de esto es que las polticas son inestables.
Tal como demostr Jan Tinbergen el primer premio Nobel de Economa
a comienzos de la dcada de los cincuenta, para alcanzar un nmero deter-
minado de metas se requiere que, por lo menos, exista un nmero igual de
instrumentos que se puedan utilizar para este fin. Pero aun habiendo limitado
el nmero de objetivos al nmero de instrumentos con que se cuente, queda
el problema de cmo asignar estos ltimos a los diferentes objetivos seleccio-
nados. Robert Mundell, otro economista que recibi el Nobel, seala que cada
instrumento debe emplearse para el objetivo sobre el cual es ms influyente.
Y en esta misma lnea de trabajo, Kydland y Prescott, tambin honrados con
el Nobel, hablaron de la inconsistencia temporal de las polticas. Ellos de-
mostraron cmo, en un contexto caracterizado por la ausencia de reglas y la
prevalencia de decisiones discrecionales, prevaleceran polticas subptimas.
Desgraciadamente, parecera que estos postulados bsicos de la teora de
la poltica econmica no hubiesen permeado a los encargados del diseo de
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Carlos E. Paredes / Ya fueron las vacas gordas?
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polticas pblicas en el Per, sobre todo en el mbito de las polticas sectoria-
les. Se han escogido tres memorandos (9, 10 y 11) sobre el sector energa y el
sector pesca que ejemplifican lo fcil que es hacer caso omiso de estos princi-
pios bsicos de poltica econmica. En efecto, muchas veces las presiones po-
lticas terminan llevando a las autoridades a tratar de perseguir ms objetivos
de manera simultnea que los que los instrumentos de poltica al alcance de las
autoridades permiten efectivamente buscar. Y en este contexto, los objetivos
terminan no siendo coherentes entre s, y el exceso de discrecionalidad lleva
a priorizar el corto plazo a expensas de los objetivos de largo plazo. El mensaje
es claro: no podemos hacer mucho a la vez hay que priorizar. El exceso de
voluntarismo no es necesariamente una virtud; puede terminar siendo nefasto.
El exceso de voluntarismo a veces refleja no solo impaciencia, sino tam-
bin desconocimiento sobre nuestro real grado de conocimiento o, mejor
dicho, de desconocimiento acerca de cmo funciona la economa y cul es
su estado en un momento determinado. En el memorndum 12 se enfatiza la
importancia de contar con un buen diagnstico de la economa para formu-
lar y proponer cambios al manejo de la poltica macroeconmica. Pero hay
muchos que creen que ser proactivos equivale a intervenir en la economa de
manera discrecional y a veces de forma excesiva. En los ltimos aos, ante
los shocks externos que nos afectaron, hubo numerosos llamados a cambiar
dramticamente el manejo de la poltica fiscal y monetaria; felizmente, no
fueron atendidos.
Implementar una poltica fiscal anticclica no es fcil ni se puede ejecutar
de inmediato, mientras que los cambios de la poltica monetaria pueden tener
implicancias inmediatas para el mercado cambiario. Hay que ser cautos y no
introducir ms ruido en la economa. Esto no quiere decir que se deba prescri-
bir un manejo discrecional y anticclico en circunstancias que as lo ameriten,
pero hay que partir de un diagnstico realista y sopesar las consecuencias a
mediano plazo de las decisiones de corto plazo.
El manejo de la poltica macroeconmica no se debe convertir en una fuente
adicional de incertidumbre. En este sentido, nuestra experiencia reciente mues-
tra que, ante los problemas de corto plazo, hay que apostar por el mediano plazo
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De cmo formular polticas y pblicas
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(vase el memorndum 13). Esto implica priorizar el gasto de inversin en vez
de inflar el gasto corriente, y preocuparnos ms por la calidad del gasto que por
el nivel del gasto pblico. Asimismo, debemos trabajar en facilitar la inversin
privada, eliminando las trabas que la dificultan innecesariamente. Para hacer
esto debemos contar con un equipo gerencial de primera dentro del sector p-
blico, lo cual no es consistente con tener funcionarios mal pagados, ni con un
sistema de incentivos inadecuado que premia la inaccin frente a la toma de
decisiones. Trabajar en el mediano plazo requiere mejorar la limitada capacidad
de gestin pblica, gastar ms en funcionarios altamente calificados y alinear
los incentivos; si no el costo en trminos de crecimiento puede ser muy alto.
En el ltimo memorndum de esta seccin (el 14) se hace referencia a la
necesidad de que el diseo de las polticas pblicas tome en cuenta el rol de
lo irracional en el comportamiento de los seres humanos, sobre todo cuando
estos se agrupan para tomar decisiones. Efectivamente, tal como lo demues-
tra la economa del comportamiento (behavioral economics), las emociones
guan muchas de nuestras acciones. Las amenazas hacen que la gente se ponga
emocional y esto conlleva que sea incapaz de sopesar las opciones frente a s
con tranquilidad, y que decida de manera irracional. Desgraciadamente, en
los ltimos aos, en medio de crecientes conflictos socioambientales hemos
presenciado confrontaciones innecesarias, amenazas de uno y otro lado, con
el consecuente resultado negativo e ineficiente para la sociedad. Sin duda, es
indispensable tomar en cuenta el aspecto irracional del ser humano al decidir
la forma de negociar con determinados grupos sociales o tratar de introducir
propuestas de poltica econmica al electorado.
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Carlos E. Paredes / Ya fueron las vacas gordas?
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8. Muchos objetivos, pocos instrumentos
El que los seres humanos enfrentemos una infinidad de necesidades, pero con-
temos con recursos escasos para satisfacerlas, es la razn de ser de la Economa.
De hecho, gran parte del trabajo de los economistas es optimizar el uso de
recursos limitados, con el objeto de maximizar el bienestar de las personas,
de las empresas o de la sociedad. En un entorno de recursos limitados es fcil
comprender que el proceso de optimizacin necesariamente implica que no
podremos alcanzar de manera simultnea todos nuestros objetivos; que tendre-
mos que optar por algunos y sacrificar otros.
Como agentes individuales o privados nos es fcil entender que no podemos
perseguir demasiados objetivos simultneamente (divertirme y sacar buena
nota en el examen), pues no contamos con suficientes recursos para alcan-
zarlos (el tiempo del que disponemos es limitado), o porque estos objetivos
pueden ser contradictorios entre s (satisfacer mi necesidad de dulce y el deseo
de tener una buena figura o, cuando menos, que me entre la ropa). Sin embar-
go, por alguna extraa razn, muchos individuos desconocen esta verdad de
Perogrullo al asumir la funcin pblica y tratan de perseguir muchos objetivos
a la vez, olvidndose de que no cuentan con suficientes instrumentos para
alcanzarlos. El resultado: polticas pblicas subptimas e inestables.
Jan Tinbergen, prestigioso economista holands y primer premio Nobel de
Economa, esboz en 1952 un principio general de teora econmica: para al-
canzar un nmero determinado de metas se requiere que, por lo menos, exista
un nmero igual de instrumentos que se puedan utilizar para este fin. Diez
aos despus, el economista canadiense Robert Mundell, quien tambin sera
honrado con el premio Nobel de Economa, elabor el principio de eficien-
cia de los instrumentos, que nos dice que cada instrumento debe emplearse
para el objetivo sobre el cual es ms influyente. Cunto de esto aplicamos
en nuestro pas?
En el Per, desgraciadamente, muchos de los encargados del diseo de po-
lticas pblicas desestiman estos principios bsicos de poltica econmica.
Dos ejemplos: (i) en el sector energa se dictan normas ad hoc para abaratar
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De cmo formular polticas y pblicas
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artificialmente el costo de la electricidad (lo cual reduce la rentabilidad de
los generadores), a la vez que se espera promover la inversin privada y lograr
mayor seguridad energtica; y (ii) en el sector pesca se busca favorecer a los
pescadores artesanales y de menor escala al no fijarles cuotas de captura, a
la vez que se desea asegurar la sostenibilidad del recurso, lo cual obviamente
requiere ponerle un coto explcito al esfuerzo pesquero. Pero, adems de tener
ms metas que instrumentos, en ambos sectores se fijan objetivos de carcter
social, un rea donde casi no tienen influencia: distribuir balones subsidiados
de gas licuado de petrleo (GLP) o combatir la desnutricin crnica en el pas.
Timbergen y Mundell por los suelos!
Escog estos sectores no porque sean los nicos o aquellos en los que esta
confusin sea ms grave, sino porque son los que he estudiado recientemente.
Haga usted el ejercicio de identificar este problema en materia del diseo de
la poltica macroeconmica, educativa, de salud, laboral Pero, por favor, no
se me deprima en el ejercicio! A pesar de esta gran deficiencia, la verdad es
que no estamos tan mal. La pregunta relevante es: cunto mejor estaramos
si, en vez de pretender lograr muchas cosas a la vez, que no son posibles de
alcanzar, nos concentrramos en unas pocas para las cuales s contamos con
instrumentos efectivos de poltica?
16 de mayo del 2013
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Carlos E. Paredes / Ya fueron las vacas gordas?
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9. Cortocircuito en la poltica energtica?
La semana pasada recib al especialista en energa de un banco de inversin,
quien me dijo: Un pas como el Per, con una inmensa riqueza hdrica y gas-
fera, no tendra por qu enfrentar problemas de suministro elctrico, jams. Si
los sufre, esto solo se puede deber a que el Estado ha sido incapaz de generar un
marco regulatorio y de promocin de inversiones adecuado.
Al terminar la reunin, mi secretaria me avis que mi esposa estaba en mi
oficina. Me acerqu y me dijo: Se fue la luz en Miraflores y tengo que entregar
un informe urgente. Unos das despus, en medio del sermn de la misa del
domingo, y al revs de lo narrado en el Gnesis, la luz se hizo oscuridad. Los
ventiladores dejaron de aliviar el sofocante calor del medioda y me acord del
banquero de inversin
El sistema elctrico peruano presenta actualmente una enorme fragilidad.
Hace tres aos que se vienen registrando cortes de luz tanto en el norte como
el sur del pas; y en estos das, debido al mantenimiento de la hidroelctri-
ca del Mantaro, entraron a trabajar todas las plantas existentes, aun aquellas
viejas unidades a disel que conforman la llamada reserva. Cualquier falla en
estas unidades habra llevado a racionamiento elctrico. As estamos.
Por lo general, los problemas de racionamiento (oferta insuficiente para
cubrir la demanda) se deben a intervenciones gubernamentales que llevan a
precios artificialmente bajos. En el caso peruano, las autoridades introdujeron
un costo marginal idealizado en vez del real para fijar un tope al precio
de la energa en el mercado mayorista. Por otro lado, la remuneracin relati-
vamente baja que se otorg a la potencia durante muchos aos llev a que no
se incrementara la reserva del sector. Ante el problema de falta de capacidad
instalada, se opt por introducir una nueva distorsin: pagar un precio mayor
por potencia solo a los nuevos proyectos que resultasen ganadores en los con-
cursos convocados por Proinversin, generando as regmenes diferenciados
para un mismo servicio.
Como si esto no fuese suficiente, el Organismo Supervisor de la Inversin
en Energa y Minera (Osinergmin) acaba de anunciar la reduccin de la tarifa
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De cmo formular polticas y pblicas
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por potencia, que disminuir aproximadamente en 10% en los prximos quin-
ce meses, afectando los futuros proyectos de generacin que tanto necesita-
mos. As, en plena escasez, la seal de precios del regulador reflejara, ms
bien, abundancia.
De manera adicional, el precio artificialmente bajo fijado para el gas de Ca-
misea ha llevado a que los proyectos hidroelctricos no puedan competir con
los de gas. Pero en vez de subir el precio de este combustible para la generacin
elctrica, se opt por introducir una nueva distorsin: un premio del 15% en
las subastas para los proyectos hidroelctricos frente a las dems tecnologas.
Para terminar, preguntmonos: cunto estamos pagando para darle mayor se-
guridad al actual gasoducto o para que los generadores trmicos puedan fun-
cionar con gas o con disel en caso de emergencia? Casi nada. No estamos
pagando el costo requerido para gozar de seguridad energtica.
S, es verdad: las tarifas elctricas en el Per son bajas; de hecho, son las ms
bajas de las economas de mercado de Amrica Latina. Pero acaso es esto de-
seable? Sostenible? No olvidemos que la energa ms cara es aquella con que
no se cuenta, y que la seguridad energtica cuesta, no viene gratis.
7 de marzo del 2013
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Carlos E. Paredes / Ya fueron las vacas gordas?
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10. Los principios de las finanzas y el gas
No se deben poner todos los huevos en la misma canasta y para meterlos
hay que estar seguro de que los vas a poder sacar, son dos principios bsicos
que se le ensean a todo estudiante de finanzas. El primero de ellos se refiere
a la importancia de diversificar el riesgo de un portafolio y no apostar todo a
un solo activo, por ms atractivo y seguro que este parezca. El segundo, que
muchas veces causa sonrisas entre los estudiantes malpensados, resalta la im-
portancia que los inversionistas asignan a recuperar su capital y la estrategia
de salida de sus inversiones. Este ltimo principio, que es el pan de cada da de
todo administrador de portafolio de inversiones, muchas veces no es entendi-
do por los polticos.
Para ilustrar la relevancia de poder sacar para decidir meter es convenien-
te comparar lo que sucedi en nuestro pas durante la segunda mitad de los
aos ochenta con lo que est sucediendo en la actualidad. En aquel entonces,
el gobernante de turno, preocupado con la crisis de la deuda que aquejaba a
la regin y la consecuente escasez de divisas, decidi anunciar un lmite uni-
lateral al servicio de la deuda, congelar los depsitos en moneda extranjera e
introducir controles de cambios. Adems de los desastrosos resultados que esto
produjo y que todos conocemos, es importante sealar que la consecuencia di-
recta fue que se sac ms de lo que se meti durante ese periodo: la inversin
privada colaps y, al desaparecer las fuentes voluntarias de financiamiento,
la trasferencia neta de recursos se torn negativa, nos quedamos sin reservas
internacionales y el tipo de cambio real (mercado paralelo) se mantuvo en
niveles histricos muy altos.
En contraposicin con lo que sucedi entonces, hoy en da no hay barreras
para la movilidad de capitales, el control de cambios es impensable y ningn
inversionista tiene problemas para repatriar utilidades o liquidar sus inver-
siones en el pas. Y la consecuencia? Vienen ms capitales de los que se van,
estamos viviendo un boom de inversin privada y el nivel de reservas interna-
cionales rompe rcords todas las semanas, en la medida en que el Banco Cen-
tral de Reserva del Per (BCRP) interviene constantemente en el mercado
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De cmo formular polticas y pblicas
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cambiario para tratar de frenar una cada ms abrupta del tipo de cambio. La
leccin es clara: para meter tengo que estar seguro de que podr sacar.
Y qu tienen que ver estos principios e historia con el gas? Pues todo. Hoy
existen algunos iluminados que sostienen que para defender la seguridad
energtica del pas es conveniente no exportar el gas. Esta propuesta es si-
milar a la que prevaleci en la segunda mitad de los ochenta, en el sentido
de defender las reservas internacionales introduciendo controles cambiarios y
restringiendo los movimientos de capital. Nuestros iluminados se olvidan de
que fortalecer la seguridad energtica pasa necesariamente por el fomento de
la exploracin en hidrocarburos y la promocin de la inversin en generacin
de energa (hidroelctrica y de otras fuentes renovables). Pensar que se va a
invertir en gas si prohibimos su exportacin (que es la forma en que los inver-
sionistas previeron recuperar parte importante de su inversin), es desconocer
los principios bsicos de las finanzas y los negocios.
Por otro lado, hacer anuncios unilaterales desde el gobierno en el sentido de
que se renegociarn los contratos tampoco resulta prudente. Evidentemente,
todo contrato se puede renegociar y perfeccionar; y, en efecto, los contratos
en cuestin ya han sido modificados en diversas oportunidades. Sin embargo,
el anuncio presidencial de que se buscara cambiar las condiciones contrac-
tuales para la exportacin del gas puede convertirse en un tiro por la culata
(tal como sucedi con el anuncio del lmite al servicio de la deuda externa del
28 de julio de 1985), pues a nadie le gusta que le impongan cambios y, menos
an, enterarse de los mismos por televisin. El anuncio puede resultar an ms
desacertado si la poblacin, los grupos polticos y los inversionistas perciben
que el gobierno cambiar las condiciones contractuales como producto de pro-
testas callejeras de gente que ni siquiera conoce los contratos.
2 de agosto del 2010
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Carlos E. Paredes / Ya fueron las vacas gordas?
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11. La pesca y la seguridad alimentaria
En un pas como el Per, caracterizado por tener altos ndices de desnutricin
crnica y alarmantes tasas de desnutricin infantil, el concepto de seguridad
alimentaria es aparentemente atractivo, socialmente inclusivo y, por lo tanto,
polticamente correcto. Pero, en mi opinin, se trata de un concepto elusivo
que ha llevado a grandes equivocaciones en materia de poltica sectorial, en
particular en el sector pesca.
Segn la FAO, existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tie-
nen en todo momento acceso fsico y econmico a suficientes alimentos ino-
cuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias. Claramente,
el acceso fsico o la disponibilidad de alimentos se aseguran con la produc-
cin nacional de los mismos y tambin con su importacin. Sera insensato
pretender que una economa pequea y abierta, como la peruana, aspire a
producir todos los alimentos que su poblacin consume. Realmente, todos los
aos importamos miles de toneladas de alimentos bsicos, como trigo, soya,
carnes y productos lcteos. El ao pasado nuestras importaciones de alimentos
bordearon los 2.300 millones de dlares.
En el contexto actual de insercin plena en el comercio internacional, tam-
poco debe sorprender que el Per exporte alimentos. De hecho, el boom de las
agroexportaciones es uno de los xitos del modelo econmico. Qu pensara
usted si algn congresista, preocupado por nuestros elevados niveles de desnu-
tricin, promoviese una iniciativa legislativa que priorice el uso de las tierras
agrcolas para la produccin de alimentos para consumo masivo nacional? Pro-
bablemente, el razonamiento detrs de su iniciativa sera algo como: por qu
cultivar y exportar esprragos, alcachofas, uvas o paltas, si nuestros nios estn
desnutridos?. Como dice el refrn, el camino al infierno (o a polticas pbli-
cas contraproducentes o desastrosas) est empedrado de buenas intenciones
El hipottico ejemplo anterior es importante porque ilustra lo irracional de
la posicin y las falacias a las que puede llevar el no entender cmo se alcanza
la seguridad alimentaria en un mundo globalizado como en el que vivimos.
Para incrementar la seguridad alimentaria debemos asegurar la sostenibilidad
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de nuestra produccin, maximizando su valor y dndole trabajo bien remu-
nerado a los peruanos. En efecto, el acceso econmico a los alimentos se
asegura si la poblacin cuenta con los recursos adecuados para adquirirlos; es
decir, si tiene acceso a un trabajo digno y bien remunerado.
En el caso de la pesca, sin embargo, hemos cado en el absurdo de obligar
a los pescadores artesanales de anchoveta que la destinen exclusivamente al
consumo humano directo (CHD), cuando pueden obtener ingresos mucho
mayores si la venden a las plantas harineras. Muchos creen que esta restriccin
fomenta la produccin de alimentos altamente nutritivos y baratos para nues-
tra poblacin. Pero la verdad es que lo nico que hace es fomentar un mercado
negro y la corrupcin, pues hoy gran parte de los desembarques artesanales de
anchoveta se desva a la harina. No solo los pescadores reciben menos por
su trabajo, sino que la sostenibilidad de la especie se vulnera, pues los desem-
barques artesanales de anchoveta, no sujetos a cuota, han venido creciendo y
muy probablemente lo continen haciendo.
Seamos claros: contribuiremos a la seguridad alimentaria en la medida en
que cuidemos nuestra biomasa y aseguremos su sostenibilidad mediante la es-
tricta supervisin y el control del total de los desembarques de anchoveta,
tanto de la flota industrial como artesanal.
19 de julio del 2012
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Carlos E. Paredes / Ya fueron las vacas gordas?
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12. El buen diagnstico y la economa
Cuando la salud nos falla, muchos de nosotros vamos al doctor. Para qu?
Para que haga un diagnstico de qu est afectando a nuestro organismo y, a
partir de este anlisis, recomiende qu tratamiento seguir y qu medicinas to-
mar. La importancia de contar con un buen diagnstico, no solo correcto sino
oportuno, es clara para todos y no necesita mayor explicacin. Por eso gasta-
mos en ir al doctor; y es claro que, cuando acudimos a la ayuda del profesional,
no est en nuestros planes que este se equivoque o que sus recomendaciones
choquen con el sentido comn. Cuando el doctor se equivoca, los resultados
son deplorables: tmese estas pastillitas para los gases y resulta que el pa-
ciente tiene que internarse de emergencia al da siguiente por una apendicitis
no tratada a tiempo
Lo mismo sucede con la economa: est constantemente sujeta a diversos
tipos de shocks (externos, de la naturaleza, de confianza) que afectan su des-
empeo en el corto plazo. Es ms, su performance en el mediano y largo plazo
depender de las respuestas de poltica econmica que se den en los sucesivos
cortos plazos (de los remedios aplicados). Al igual que en el caso de la salud
personal, con el fin de recetar adecuadamente en materia econmica es im-
portante partir de un buen diagnstico, para lo cual es til contar con un buen
especialista y, en casos graves, recurrir a una junta mdica de primera. Eviden-
temente, se pueden equivocar, y debemos estar alertas cuando su evaluacin
y sus recomendaciones chocan con el sentido comn. Por ejemplo, cuando
escuchamos tmese estas pastillitas y estamos murindonos del dolor del
lado derecho del abdomen, puede resultar til pedir una segunda opinin.
Est la economa peruana enfrentando un problema grave de salud? La ver-
dad, creo que no. Hasta hace muy poco ramos la estrella de la regin. En los
ltimos diez aos fuimos el pas que ms creci en Amrica Latina, nuestro
ingreso per cpita se increment como nunca antes en nuestra historia y la
pobreza se redujo, tambin, en una proporcin sin precedentes. La inflacin
peruana es de las ms bajas del mundo, las reservas internacionales han llegado
a picos histricos, el endeudamiento pblico como porcentaje del PBI se ha
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De cmo formular polticas y pblicas
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reducido significativamente, el sistema financiero se ha fortalecido, y hasta
hace poco reinaba un nimo exuberante y contagioso. Dnde est la gravedad
de la situacin econmica?
Lo anterior no quiere decir que todo est bien. Seguimos siendo un pas
pobre, inequitativo y con grandes problemas estructurales irresueltos (salud,
educacin, nutricin, seguridad, instituciones dbiles, por mencionar solo al-
gunos). Pero de all a hablar de recesin y malas polticas econmicas, hay un
salto cuntico que preocupa. Y preocupa mucho justamente por quin lo dice.
Lo indudable es que la economa se est desacelerando. El enfriamiento se
debe a que un sinnmero de proyectos de inversin privada se han puesto en
standby debido a la incertidumbre reinante en el pas. Incertidumbre que no
surge del manejo fiscal poco feliz de los ltimos meses, sino, y sobre todo, de
las propuestas econmicas hechas durante la campaa electoral por el presi-
dente electo. Seamos claros: estas ofertas del pasado reciente y las indefinicio-
nes del presente ahuyentan la inversin y, con ello, nos llevan no solo a una
desaceleracin temporal de la economa, sino a un menor crecimiento en el
mediano y largo plazo. Los inversionistas estn esperando seales positivas de
las nuevas autoridades; necesitan confort. Si no lo encuentran, los proyectos
pasarn de un estatus de standby a uno de ya fue. Como producto de esto,
creceremos menos y tendremos ms pobres.
Qu hacer en este contexto? Proponer una poltica fiscal anticclica tra-
dicional (es decir, gastar ms) es el resultado de un diagnstico equivocado:
Tmese esta pastillita. No, seores, no se equivoquen, no se trata de un
gas. El problema es mucho ms grave; estamos frente a una crisis de confianza.
Agarren al toro por las astas y emitan seales claras y constructivas.
21 de julio del 2011
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Carlos E. Paredes / Ya fueron las vacas gordas?
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13. Problemas en el corto plazo? A trabajar en el mediano plazo
La economa mundial se est desacelerando, las perspectivas de los precios de
nuestras exportaciones se han deteriorado y el dficit de la cuenta corriente de
la balanza de pagos (CC) se incrementar de manera importante. La Reserva
Federal de Estados Unidos podra modificar su poltica y, con ello, cambiar el
curso de la economa mundial en el corto plazo. Este posible endurecimiento
monetario se suma a recortes del gasto federal norteamericano, por lo que la
desaceleracin econmica en ese pas y en el mundo podra ser mayor que
la prevista. De hecho, los organismos multilaterales continan revisando sus
pronsticos de crecimiento a la baja. Y nos volvemos a preguntar: ya fueron
las vacas gordas?
En este contexto, qu que deberan hacer nuestras autoridades? Plantear
una poltica fiscal anticclica (incrementar el gasto pblico) o sealar que el
BCRP debe estimular el gasto privado bajando su tasa de inters de referencia
(cuando el tipo de cambio est subiendo) no tiene mayor asidero y podra ser
contraproducente. Medidas cortoplacistas como las indicadas no estimularan
la economa; lo que probablemente generaran sera mayor ruido y turbulen-
cia, debido al deterioro fiscal inducido y a la mayor volatilidad cambiaria.
El consecuente incremento de la incertidumbre tendra, ms bien, un efecto
negativo sobre la inversin privada y e