UN REINO CRISTIANO EN OCCIDENTE SIGLOS IX- XIII

INTRODUCCION El territorio pamplonés pasó, en apenas un siglo, de la sumisión al emirato cordobés a convertirse en uno de los principales reinos hispanos, que se extendía hacía Guipúzcoa, Álava y la Rioja. La unión con Aragón permitió la expansión hacia la Ribera, pero, desde el siglo XII, Navarra quedó cerrada y amenazada por aragoneses y castellanos.

1.- Los orígenes remotos

A lo largo del siglo IX las relaciones entre los emires de al-Andalus y la aristocracia cristiana pamplonesa se fueron complicando debido a las propias tensiones de los emires con las grandes familias y clanes territoriales musulmanes, como los Banu Qasi, que gobernaban las tierras del valle medio del Ebro.

En esa complicada situación. El linaje de los Aristas- que se alió con unos o con otros en función de sus intereses – encabezó el gobierno local, y extendió la influencia pamplonesa hacia el norte , sobre los valles pirenaicos hasta entonces poco colonizados( Roncal, Salazar, AezKoa), En esas comarcas empezaron a surgir pequeños monasterios ( Leire, Usún) que sirvieron en muchos casos para que la población se asentase en su entorno.

El primer rey conocido es IÑIGO ARISTA, que en el siglo IX unificó los territorios navarros alrededor del núcleo de Pamplona, ka ciudad más importante de la época.

A principios del siglo X, SANCHO GARCÉS I ( 905-925) consiguió romper los débiles lazos de dependencia que Pamplona tenía con el Califato de Córdoba. A partir de entonces, el reino de Pamplona se proclamó independiente.

2.- Tiempos de conquistas

Auque en la década anterior los Aristas habían marcado las distancias, solo a principios del siglo X, con Sancho Garcés I ( 905-925) aparece la monarquía “El Reino de Pamplona “ como símbolo del poder del cristianismo ( era la sede episcopal) y de la nobleza territorial. De acuerdo con el pensamiento político-religiosa de la época, esta monarquía consideró fundamental arrebatar a los musulmanes territorios que, según creía, debían pertenecer a los cristianos.

El rey Sancho , en alianza con León, aprovechó la debilidad momentánea de los musulmanes y les privó de las actuales tierras Estella, sur de Álava y la mayor parte de la Rioja, donde encontró una cultura urbana ( Nájera, Calahorra ) y monástica ( San Millán de la Cogolla, Albelda) , mucho más refinada que la del norte del reino. Aragón, que hasta entonces había estado en la órbita franca, se unió también a su reino. El poder cordobés, de la mano del califa Abd- al- Rahman III y del visir Al-manzor,

reaccionó con fuerza a los ataques, y el resto del siglo X las incursiones musulmanas por tierras pamplonesas provocaron serias dificultades a los cristianos. Pero la solidez ideológica y social permitió aguantar las razias musulmanas sin perder apenas terreno. Por el contrario, la presión desde el sur, que impedía realizar nuevas conquistas, favoreció la ocupación de espacios hasta entonces poco poblados y organizados, como las comarcas del Baztan- Bidasoa y las tierras de Guipúzcoa.

3.- El Reino de Pamplona en su apogeo

La crisis del califato, a comienzos del siglo XI, coincide con el momento de mayor protagonismo del reino de Pamplona, gobernando el Rey Sancho III el Mayor. Aunque sus conquistas a los musulmanes no son especialmente relevantes ( Sobrantes, en Aragón ) sus relaciones familiares y su influencia política, se extendieron por toda la España cristiana, de la que se convirtió en el monarca más influyente .

Intervino en la política leonesa. Gobernó las tierras castellanas y ribagozanas en nombre de sus parientes. Se organizó con los personajes más destacados de la Iglesia católica y él mismo

reorganizó las instituciones eclesiásticas del reino, dando un protagonismo mayor a monasterios como el de Leire.

Extendió los territorios de Pamplona incorporándose los territorios del condado de Castilla y los de Aragón.

Hizo vasallos suyos a los reyes de León y a los condes de Barcelona. Para proteger el reino de los ataques de los musulmanes restauró y guarnecio sus

fronteras reconstruyendo viejos castillos( Falces, Caparros) o edificando otros nuevos, como por ejemplo el castillo de Loarre.

Convertido en el monarca más importante de los territorios cristianos Peninsulares.

Sancho III el Mayor murio en el año 1035. Su herencia fue decisiva para la historia de Navarra y de la Península, pues repartió los territorios entre sus cuatro hijo:

- García Sánchez III heredó el reino de Pamplona.- Fernando , el condado de Castilla - Ramiro , el condado de Aragón - Gonzalo, los condados de Sobrarbe y Ribagorza.bandos nobiliarios que luchaban por el control del poder favorecieron la conquista castellana de 1512bandos nobiliarios que luchaban por el control del poder favorecieron la conquista castellana de 1512

Debido a la prematura muerte de Gonzadlo, su hermano Ramiro se quedó con los candados de Sobrarbe y Ribagorza.

Su sucesor Sancho Ramírez , se auto denominó ya rey de Aragón.

En el año 1076 , tras el asesinato de Sancho Garcés IV en Peñalen ( Funes) , el reino se Pamplona se repartió entre Castilla y Aragón.

- El monarca castellano Alfonso VI se quedó con La Rioja, Vizcaya y Álava.

- El rey aragonés Sancho Ramírez se adjudicó el resto del territorio y el título de rey de Pamplona.

En las décadas siguientes, castellanos y leoneses se lanzaron a la conquista de nuevas tierras, mientras los monarcas pamploneses prefirieron cobrar a los musulmanes importantes tributos parias a cambio de la paz. Esa política no sólo supuso la pérdida de la hegemonía política, sino, sobre todo, una profunda crisis entre el rey y la nobleza, ya

que los reyes querían entran en guerra con los musulmanes para obtener botines y prestigio militar. El resultado final fue el asesinato del rey ancho Garcés IV, la elección del caudillo aragonés Sancho Ramírez como nuevo soberano y la pérdida definitiva de la Rioja, ocupada por los castellanos, que también se adueñaron temporalmente de Álava y Vizcaya.

Alfonso I el Batallador( 1104-1134)

Rey de Pamplona y de Aragón conquistó el reino taifa de Zaragoza y tomó sus principales poblaciones: Egea( 1108), Zaragoza ( 1118) y , en pocos años Tudela, Tarazona, Daroca y Calatayud. También recuperó Vizcaya y Álava.

La toma e Tudela ( 1119) supuso el fin de la Reconquista para Navarra, pues al separarse de Aragón a la muerte de AlfonsoI, perdió toda posibilidad de extenderse hacia el Sur.

Alfonso I el Batallador fue el último rey de Pamplona y Aragón. Al morir en el año 1134 estos dos reinos se separaron : el de Pamplona se quedó con la Ribera tudelana y , por lo tanto, quedó reducido a un pequeño territorio. Y Aragón se quedó con el resto del reino.

EL Reino de Navarra ( Sancho VI el Sabio)

El rey Sancho VI el Sabio ( 1150-1194) fue el que cambió el nombre del reino de Pamplona por el de Navarra, procedente de Navarri ,” los campesinos” ( del euskera nabaherri, “ pueblo del arado )

Bajo el reinadp de Sancho VII el Fuerte ( 1194- 1234) Castila arrebató a Navarra Guipúzcoa y la mayor parte de Álava, pero el rey navarro se anexionó las Tierras de Ultrapuertos ( actualmente en Francia) que todavía se llaman Baja Navarra

Sancho VII el Fuerte también participó en l conquista de los territorios musulmanes luchando al lado de Castilla en la batalla de Las Navas de Tolosa ( 1212). Murió sin descendencia

4.- La incorporación de la Ribera ( 1076-1134)

La nueva unión de Aragón y Pamplona supuso un impulso definitivo a la Reconquista en el valle del Ebro. El monarca más importantes de esta etapa Alfonso I, conquistó la taifa de Zaragoza y con él las tierras de Tudela y su comarca ( 1119)

En estas guerras los ejércitos navarroaragoneses recibieron una importante ayuda de caballeros procedentes del resto de Europa Occidental que se habían embarcado en una empresa militar Las Cruzadas , destinadas a arrebatar Tierra Santa al Islam, y parte de ese esfuerzo se desvió también para ayudar a los reinos hispanos contra los musulmanes de al.- Andalus.

En 1134, al morir el rey Alfonso I sin herederos directos, Pamplona y Aragón volvieron a separarse, pues la nobleza de cada reino escogió monarcas diferentes. Las comarcas tudelanas quedaron del lado pamplonés, pero el resto de las conquistas pasaron a manos aragonesas, y el reino de Pamplona se encontró desde entonces sin fronteras con el Islán y sin posibilidades aparentes de expansión. 5.- Cambio de nombre, cambio de fronteras

Para la conservación del reino era fundamental la colaboración de todos los grupos sociales, poderosos o débiles, con el monarca y conseguir que todos los habitantes del reino se sintieran vinculados al territorio. El mayor símbolo de esa nueva política fue el cambio de nombre del reino, que el rey Sancho VI el Sabio pasó a denominar Navarra, en recuerdo de que los campesinos y los infanzones- pequeña nobleza- ( Naba-berri, pueblo del arado) suponían la inmensa mayoría de la población y la más vinculada a la tierra.

Esas otras iniciativas – San Sebastian y Vitoria- en las tierras donde la nobleza era más levantisca, no pudieron impedir que su hijo Sancho VII el Fuerte perdiera las tierras guipuzcoanas y buena parte de las alavesas, cuando esa aristocracia buscó la alizanxa castellana, en torno de las tierras de Ultrapuertos, al otro lado de los Pirineros ( Baja Navarra) , que hasta entonces habían dependido del duque de Aquitania. Pero curiosamente , Sancho VII el Fuerte, no dudó en apoyar al rey de Castilla, Alfonso VIII, en su enfrentamiento con los almohades, en la batalla de las Navas de Tolosa( 1212) , sobre la que se forjó la Leyenda de las cadenas del escudo de Narra, supuso la definitiva victoria cristiana y, al parecer, un importante botín para el soberano navarro.

6.- Transformaciones de una sociedad feudal

La sociedad y la economía medieval navarras mantuvieron las características propias del resto de Occidente. En un principio, era un mundo rural, donde los señores (nobles, eclesiásticos) dominaban a los campesinos, dedicados a la agricultura, y en el que las instituciones eclesiásticas estaban encargadas de regir las normas de vida. Pero desde

fines del siglo XI aparecieron poblaciones dedicadas a la artesanía y al comercio, y dotadas de normas legales específicas.

Más allá de Pamplona, cuyo carácter de ciudad se basaba en su simbolismo y en su condición de sede episcopal, el reino estaba poblado por una densa trama de pequeñas aldeas dedicadas a la agricultura y la ganadería. El enfrentamiento y las diferencias culturales con los musulmanes dificultaron la emigración y solo las sucesivas conquistas hicieron que surgieran en la Zona Media, fortificas para favorecer su defensa, como atestigua el cerco de Artajona.

De acuerdo en los esquemas de la sociedad feudal, la tierra era propiedad de los nobles y de la iglesia y debía ser trabajadas por los campesinos, que se quedaban con la cosecha a cambio del pago de una renta, generalmente una parte de la producción: la iglesia recibía el diezmo, la décima parte de los ingresos de cualquier cristiano. En el reino de Pamplona, los propietarios laicos descendían de los grandes latifundistas de los últimos tiempos del Imperio Romano y del dominio visigodo. Los miembros de esta alta nobleza- llamados barones- colaboraban con el rey en el gobierno y dirigían las tenencias o distritos militares, el resto de los nobles participaban también en la defensa del reino en función de sus posibilidades.

Por el contrario la función de los labradores aseguraba el sustento de la sociedad, y no podían abandonar la tierra que trabajaban si la cosecha y la renta no quedaban garantizadas. Los pequeños propietarios que trabajaban la tierra, pero no tenían que pagar rentas se consideraban miembros de la nobleza y en Navarra recibieron el nombre de infanzones. Buena parte de ellos tenían una situación económica muy parecida a la de los demás labradores, pero su consideración social era muy superior.

Era una sociedad en la que el cristianismo constituía el pilar ideológico y dictaba las normas de conducta social. En este ambiente, las personas y las instituciones eclesiásticas posean un relieve social, político y económico singulares. Junto al obispo de Pamplona y su catedral, existía un grupo de monasterios, además de iglesias que se levantaban en cada núcleo de población. Hasta el si. XII el principal centro monástico fue el Monasterio de Leyre, aunque las conquistas del siglo X habían incorporado también otros importantes con Irache o los riojanos de San Millán y Albelda. Unos y otros ejercían su influencia política en el entorno del monarca y de la nobleza. Casi todos se regían por la regla de San Benito. A partir del siglo XII, un movimiento interno de la Iglesia exigirá una mayor austeridad de las costumbres y surgirá la reforma cisterciense.

7.- La vida económica

La mayor parte de la población vivía de la agricultura y la ganadería, pero a lo largo del siglo XI y XII se produjo una profunda reactivación económica en toda Europa con avances técnicos (arados, vertederas, abonos) que hizo que se produjeran excedentes de producción y de mano de obra que favorecieron el desarrollo de centros comerciales y artesanales porque sobraban productos que podían ser vendidos a otros lugares. Estas poblaciones especializadas en el comercio y la artesanía recibían el nombre de germano de Burgos, a los miembros del nievo grupo social residente en esas poblaciones y dedicado a las nuevas actividades se les llamará burgueses.

Navarra se encontraba en una encrucijada de caminos que unían la Península con el resto de Europa y todos esos avances no tardaron en llegar. A finales del siglo XI y principios del XII llegaron desde el sur de Francia numerosos emigrantes, que se instalaron en el reino, dedicados al comercio y a la artesanía. Aparecieron o se desarrollaron poblaciones como Estella, Puente la Reina, Sanguesa y Olite o Monreal, y se crearon barrios independientes en Pamplona, como los de San Cernin y San Nicolás.

Estas actividades profesionales exigían un nuevo marco jurídico distinto del habitual hasta entonces en la sociedad feudal, para poder realizar sin trabas la compraventa de sus productos y el comercio fuera de sus ciudades. A diferencia de los campesinos que dependían del señor de la tierra que cultivaban , los francos – palabra también germana que significa “ libre” – podían comprar y vender tierras, negociar con sus mercancías en cualquier lugar, elegir a sus autoridades municipales u ocupar puestos en la administración pública. Estas normas legales recibieron en Navarra, y en otras regiones cercanas, el nombre de fueros.

La economía sufrió transformaciones muy considerables. El comercio a larga distancia y la producción en masa de productos artesanos demandaba el uso habitual de moneda y la consiguiente disminución del trueque y de los pagos en especie, incluso entre la población campesina, pese a que esta siguió siendo mayoritaria, y la agricultura continuó como principal sector económico. El crédito, vital para las nuevas inversiones comerciales, generó la aparición de prestamistas, inicialmente judíos y más tarde cristianos. Se instalaron mercados semanales o quincenales de las cabeceras comarcales que servían para realizar las compras más habituales. Las compras más especializadas se llevaban a cabo en las ferias, anuales o semestrales, que acudían los naturales del reino, y también comerciantes de los territorios vecinos que aprovechaban su estancia para desarrollar relaciones estables o negocios singulares con la burguesía local.