Vida Esgleas Monseny

TINTYPES TEAM 15 de març de 2014

VIDA ESGLEAS MONTSENY “Retroceder es peligroso”

Manacor, 15 de març de 2014

Presentació !Frederica Montseny i Mañé va néixer a Madrid el 12 de febrer del 1905. Destacà com a política i escriptora i com a líder anarquista. Va ser ministra durant la segona república espanyola i la primera dona ministra de l'estat espanyol (concretament de sanitat). També va ser la primera dona ministra de l'Europa occidental. Des de molt jove va començar a escriure sobre temes literaris, filosòfics i feministes. Ingressà en el sindicat de professions liberals de la Confederació Nacional del Treball (CNT) i a la Federació Anarquista Ibèrica (FAI) el 1936. Va estudiar filosofia i lletres a la universitat de Barcelona. Al 1930 va conèixer el anarco-sindicalista Germinal Esgleas Jaume que fou el seu company fins a la mort l'any 1981 a Tolosa. La parella va tenir tres fills: Vida (1933), Germinal (1938) i Blanca (1942). Li feia molta il·lusió tenir fills perquè deia que una dona sense fills és com una planta sense flors. Federica Montseny era filla dels

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Vida, a l’auditori de Manacor, recordant la figura de la seva mare, Frederica Montseny. Foto: August Cortès


també anarquistes Joan Montseny, Federico Urales, i Teressa Mañé i Miravet, Soledad Gustavo, dos coneguts mestres llibertaris propulsors de l'escola racionalista de Francesc Ferrer i Guàrdia. Els seus pares es varen exiliar de Catalunya a Londres arran de la repressió que va seguir la setmana tràgica i el procés de Montjuïc, i es varen establir a Madrid després de passar la frontera amb pseudònims. L'activitat editorial en la qual va créixer Montseny va marcar la seva vida com a activista i com a escriptora. Amb 16 anys, Frederica Montseny va escriure la seva primera novel·la Horas Trágicas, un drama basat en els estralls que el pistolerisme estava causant en el proletariat català. D'a leshores ençà no va parar d ' e s c r i u r e t o t c o l · l a b o r a n t freqüentment amb la revista Blanca que editaven els seus pares. Ja llavors defensava la igualtat entre sexes dins una societat sense estat ni capital. Va escriure més de trenta títols de ficció. Rere la trama fictícia, Montseny exposava les seves opinions sobre la figura de la dona emancipada, sobre el rol clau de les dones en els processos revolucionaris, entre altres temes candents en aquells anys. Montseny va viure l'esclat del conflicte a Barcelona i es va entregar a la revolució. Durant el dia organitzava un cens de professionals tècnics a la vegada que col·laborava amb l'abastiment de pa i menjar. Frederica Montseny va participar amb

les institucions governamentals per fer front comú contra el feixisme i assegurar la representació dels interessos del poble. Montseny es va fer càrrec del Ministeri de Sanitat i Assistència Social entre els anys 1936 i 1937. Tot i ser un temps curt, va planejar moltíssimes coses, entre elles el primer projecte de llei de l’avortament a Espanya -el dret a l’avortament a Espanya no seria reconegut fins 50 anys després-. Es va haver d’exiliar a França l’any 1939, i va continuar amb el seu treball sindical. Ni l’exili ni els seus problemes de visió van impossibilitar-la en la propaganda i la difussió dels ideals llibertaris que defensava. Va

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Frederica Montseny, amb la bandera de la CNT-FAI.

Sempre va defensar els seus ideals d’ajuda els altres i de defensa d’una societat més afavoridora de la igualtat entre les persones en favor dels més pobres i més desafavorits.


morir el 1994 a Tolosa.

Frederica Montseny, la indomable, la lluitadora, la militant, la dirigent. En paraules de la seva biògrafa: “Quanta modèstia! I quanta dignitat!”. Frederica Montseny va ser una persona d’una valentia admirable, que sempre va defensar els seus ideals d’ajuda els altres i de defensa d’una societat més afavoridora de la igualtat entre les persones en favor dels més pobres i més desafavorits. Es recorda, i es recordarà sempre, la seva capacitat d’oratòria, d’omplir places de toros, de reunir milers i milers de persones que escoltaven admirats aquest torrent d’energia i de força en la lluita per la defensa dels seus ideals.

M. Magdalena Gelabert, gerent de la Institució Pública Antoni M. Alcover

!Discurs de Vida Primavera Alba Esgleas Montseny

Me llamo Vida, nombre ya escogido por mi madre en una de sus primeras novelas intitulada La indomable. Nací en Barcelona en 1933. En febrero del 39 tenía 5 años.

Un día, muy de mañana, me despertaron. Teníamos que huir rápido, vestirme. Urgencia, peligro. Yo no sabía lo que pasaba. Fuímos en coche hasta la frontera de Le Perthus. Mi madre, una amiga llevando mi hermanito de seis meses, mi abuela materna en una camilla, mi abuela paterna, y yo, con una muñeca que me habían regalado tres días antes: mi tesoro. Una muñeca más grande que yo. ¡Qué bonita era! Pero tuvimos que dejarla en la frontera y continuar a pie entre el frío y la nieve. Yo andando con mis zapatitos de charol, cansada, los ojos rojos, hinchados, y el corazón destrozado. Andar, andar… Para mí el mundo se derrumbaba. Con esa desesperación de niña se acabó mi infancia. La tragedia del exilio empezaba. A partir de este momento, tuve que comportarme como una persona mayor, consciente y responsable. Quizá esta infancia robada ha hecho de mí una persona anónima, sin relieve particular.

Ahora ya soy vieja. Las circunstancias trágicas de la vida han afrancesado hasta mi nombre, y a pesar de ser española de nacimiento y de corazón, mi catalán y mi castellano resultan algo aproximativo. Tampoco soy oradora. Para manifestarme solo me motivan el respeto, la admiración y el amor que tengo a mi madre. Soy consciente de mi responsabilidad, y me siento influenciada por su ejemplo, su personalidad, su vida tan densa, su existencia tan rica.

Me falta calificación y elocuencia para expresar todo lo que se podría decir sobre una mujer que dedicó, sin falla, durante toda su vida, su extraordinaria energía, su entusiasmo, su fidelidad, su rectitud y su energía, a una abnegada y eterna militancia. Incansable defensora de los derechos humanos, creo que se resume en su persona los dotes de la intelectualidad lúcida y responsable. Consciente de los problemas de su época, ansiosa de una vida más digna, de una

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Frederica Montseny.


sociedad más justa y más libre, mujer del progreso social y humano, de iniciativa rápida, de decisiones firmes, también supo mostrarse tolerante, pero constantemente fiel a sus convicciones . Nunca se rebajó a criticar o a atacar a nadie Ese sentimiento era contrario a su rectitud absoluta. Tenía un carácter animoso, alegre, entusiasta, una gran afabilidad. Esto no impedía firmeza y autoridad en los momentos necesarios.

Pocos han conocido su tragedia personal. La pérdida de su hija Blanca a los 35 años, la última, la preferida por haberla criado ella misma, la nineta dels seus ulls, la que le había salvado la vida por encontrase en cinta de ella cuando Franco pidió su extradición. Su desgarro callado, su sufrimiento silencioso, permaneciendo un ejemplo de dignidad. Luego, la pérdida de mi padre (Germinal Esgleas), el compañero de toda su existencia, que tanto compartió su lucha. Su soledad, su ceguera progresiva, hasta la oscuridad total, y el encierro en las nieblas de su vida interior. Solo entonces, por fin, se confesó cansada. La que por tanta salud, rebeldía y pasión mereció el nombre de “La leona”, envejecida, pero siempre valiente y fiel a sus virtudes esenciales, se halla no vencida, sino sosegada, dolorida, pero permaneciendo como ejemplo de dignidad. Falleció en vísperas de sus 89 años. Aún tengo en la memoria las palabras que García Rúa, catedrático de la Universidad de Granada, pronunció cuando su entierro: “España, Francia, mundo… ¡Poneos tristes! Y dejad que el rojo de la vergüenza invada vuestras caras, porque habéis perdido algo que nunca llegasteis a comprender, algo que no merecíais”.

Durante su paso por el Ministerio de Función Pública y Sanidad en 1936, se propuso abarcar un programa ambicioso y moderno. En Febrero del 37, proposición de ley por el aborto si no se había sobrepasado el tercer mes de gestación; combatir las infecciones; atacar las epidemias; vacunaciones a fin de prevenir las enfermedades contagiosas; practicar los principios de higiene; vigilancia y control de los productos farmacéuticos; aplicación de la técnica del yeso, invención del doctor Josep Trueta para evitar la cangrena de los heridos en el frente; lucha anti-

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Frederica Montseny, en un dels seus discursos.


venérea; preservativos al alcance de todos; principios de higiene alimentaria; comedores especiales para las mujeres embarazadas, madres lactantes y niños lactados; casas cuna para dejar a sus hijos durante las horas de trabajo; hogares de la infancia; guarderías infantiles; escuelas de corrección y reforma; y tantas otras medidas que no tuvo tiempo de llevar a cabo .

!Con ella perdimos a un ser de los que marcan su época, de los imprescindibles. Y yo he perdido a mi madre. Pero puede continuar existiendo. Basta nuestra voluntad de hacerla revivir, de recordarla y seguir su ejemplo de esperanza en el ser humano, consciente, libre y solidario; de respetarla a través de la coherencia y la valentía de su existencia; de comprender su personalidad, su altruismo, ser a la vez fuerte, lúcido, indomable, pero alma recta, limpia: todo lo que hacía que Frederica fuera Frederica.

En la ya citada novela que me dio mi nombre, decía en su dedicatoria: “Deseo que cuando yo esté muerta me amen y me recuerden los hombres que aún no han nacido”. Pienso que este anhelo de joven escritora y luchadora se

habrá realizado, pues si todos no la quieren, por lo menos muchos la recuerdan.

Tantas otras mujeres de gran valor han existido y existen en España y alrededor del mundo, imprescindibles también. Creo que han merecido que se hable de ellas y se las recuerde con respeto y admiración. Vigilemos ahora que tantos adelantos duramente logrados por una generación heroica no resulten, poco a poco, desgraciadamente, vanos. Retroceder es peligroso.

Visca les dones sanitàries de Manacor i el Col·lectiu de Dones de Llevant!

Gracias.

Vida Esgleas Montseny, a l’Homenatge a les dones sanitàries de Manacor

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“Basta nuestra voluntad de hacerla revivir, de recordarla y seguir su ejemplo de esperanza en el ser humano, consciente, libre y solidario; de respetarla a través de la coherencia y la valentía de su existencia; de comprender su personalidad, su altruismo, ser a la vez fuerte, lúcido, indomable, pero alma recta, limpia: todo lo que hacía que Frederica fuera Frederica”.

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