Vaso campaniforme

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EVOLUCIÓN DE LA METALURGIA EL VASO CAMPANIFORME EN LA PENÍNSULA IBÉRICA El vaso campaniforme representa el momento avanzado de la metalurgia del cobre y también de nuestro Calcolítico, de su etapa final hacia la Edad del Bronce, en el tránsito del III al II milenios a.C. Es realmente asombrosa su unidad tipológica y decorativa, incluso en producciones locales tan notables como las de Carmona o Ciempozuelos, también su homogeneidad cronológica, desde 2200/2150 a.C. los más antiguos hasta el 1700 más o menos como límite inferior. No hay quizás ningún otro contexto arqueológico que permita establecer una sincronía a nivel paneuropeo, como el vaso campaniforme, Actualmente casi se han acabado las discusiones sobre su origen y difusión. Los datos arqueológicos parecen confirmar un origen único del «fenómeno» campaniforme a nivel europeo, a pesar de su diversidad estilística. Las dataciones más antiguas ya hemos visto que corresponden al estilo holandés AOC (incluyendo la variedad cordada), que sería anterior al llamado «estilo marítimo». La gran diferencia está en que en algunos lugares la primera metalurgia parece llegar con el vaso campaniforme, en cambio en otros, como es el caso de la Península, hay unos cuatrocientos años anteriores en que ya se practicaba la metalurgia, que, con el campaniforme, se intensifica, mejora técnicamente y se difunde aún más. Parece ser que el motivo del éxito y difusión del vaso campaniforme se debió a que era una cerámica de lujo y, por tanto, muy apreciada. Por eso surgieron imitaciones, algunas de gran calidad y sin duda, también artículos de lujo. La desembocadura del Tajo, fue una de las zonas donde alcanzó gran éxito y dio lugar a una producción propia personalísima (Fig. 19). Era una zona de gran fertilidad y el vaso campaniforme, acompañado de puntas de flecha de sílex, brazales de arquero, botones con perforación en V y hasta pequeñas joyas de oro, se depositaban en los enterramientos de los hipogeos de San Pedro de Estoril o Emergeira, entre otros. Pero no se limitaron a imitar la cerámica, sino que aprovechando sus viejos conocimientos metalúrgicos y las novedades técnicas, crearon tipologías propias, como la punta de flecha o jabalina tipo Palmela o el puñalito de lengüeta. Todos estos productos se difundieron por la Península, creándose otro importante centro de producción de cerámica y piezas metálicas en la Meseta, que recibió el nombre del lugar donde se identificó el tipo, Ciempozuelos, Madrid. Por toda la Meseta se colonizaron tierras, agrupándose cada vez más la población en grandes poblados, creando las bases del desarrollo de la edad del Bronce (Fig. 19). Otro centro de gran prosperidad en el Calcolítico, lo fueron las campiñas andaluzas y concretamente la del Guadalquivir. En los «silos» del Acebuchal, en Carmona, Bonsor descubrió la rica cerámica campaniforme de producción local que recibió el nombre de «estilo Carmona», siendo especialmente ricas sus decoraciones, y originales las formas de fruteros y copas con pié tan próximas a tipologías propias de la edad del Bronce (Fig. 20). En el sureste, en el área de Los Millares, el campaniforme tuvo más importancia de lo que en un principio se creía, sobre todo después de las últimas excavaciones en la ciudadela. Se puede decir que hay un estilo del sureste, quizás emparentado con el de estilo marítimo 0 internacional . También en Elche, se ha excavado estos últimos años el poblado de El Promontori con una rica y original cerámica de producción local. En Cataluña, donde aparecen representados un poco todos los estilos, sobre todo el inciso tipo Ciempozuelos, se ha podido aislar una producción local, «estilo Salamó» del nombre de la cueva leridana donde se documentó (Fig. 21).

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EVOLUCIÓN DE LA METALURGIA

EL VASO CAMPANIFORME EN LA PENÍNSULA IBÉRICA

El vaso campaniforme representa el momento avanzado de la metalurgia del cobre y también de nuestro Calcolítico, de su etapa final hacia la Edad del Bronce, en el tránsito del III al II milenios a.C. Es realmente asombrosa su unidad tipológica y decorativa, incluso en producciones locales tan notables como las de Carmona o Ciempozuelos, también su homogeneidad cronológica, desde 2200/2150 a.C. los más antiguos hasta el 1700 más o menos como límite inferior. No hay quizás ningún otro contexto arqueológico que permita establecer una sincronía a nivel paneuropeo, como el vaso campaniforme,

Actualmente casi se han acabado las discusiones sobre su origen y difusión. Los datos arqueológicos parecen confirmar un origen único del «fenómeno» campaniforme a nivel europeo, a pesar de su diversidad estilística. Las dataciones más antiguas ya hemos visto que corresponden al estilo holandés AOC (incluyendo la variedad cordada), que sería anterior al llamado «estilo marítimo». La gran diferencia está en que en algunos lugares la primera metalurgia parece llegar con el vaso campaniforme, en cambio en otros, como es el caso de la Península, hay unos cuatrocientos años anteriores en que ya se practicaba la metalurgia, que, con el campaniforme, se intensifica, mejora técnicamente y se difunde aún más.

Parece ser que el motivo del éxito y difusión del vaso campaniforme se debió a que era una cerámica de lujo y, por tanto, muy apreciada. Por eso surgieron imitaciones, algunas de gran calidad y sin duda, también artículos de lujo. La desembocadura del Tajo, fue una de las zonas donde alcanzó gran éxito y dio lugar a una producción propia personalísima (Fig. 19).

Era una zona de gran fertilidad y el vaso campaniforme, acompañado de puntas de flecha de sílex, brazales de arquero, botones con perforación en V y hasta pequeñas joyas de oro, se depositaban en los enterramientos de los hipogeos de San Pedro de Estoril o Emergeira, entre otros. Pero no se limitaron a imitar la cerámica, sino que aprovechando sus viejos conocimientos metalúrgicos y las novedades técnicas, crearon tipologías propias, como la punta de flecha o jabalina tipo Palmela o el puñalito de lengüeta. Todos estos productos se difundieron por la Península, creándose otro importante centro de producción de cerámica y piezas metálicas en la Meseta, que recibió el nombre del lugar donde se identificó el tipo, Ciempozuelos, Madrid. Por toda la Meseta se colonizaron tierras, agrupándose cada vez más la población en grandes poblados, creando las bases del desarrollo de la edad del Bronce (Fig. 19).

Otro centro de gran prosperidad en el Calcolítico, lo fueron las campiñas andaluzas y concretamente la del Guadalquivir. En los «silos» del Acebuchal, en Carmona, Bonsor descubrió la rica cerámica campaniforme de producción local que recibió el nombre de «estilo Carmona», siendo especialmente ricas sus decoraciones, y originales las formas de fruteros y copas con pié tan próximas a tipologías propias de la edad del Bronce (Fig. 20). En el sureste, en el área de Los Millares, el campaniforme tuvo más importancia de lo que en un principio se creía, sobre todo después de las últimas excavaciones en la ciudadela. Se puede decir que hay un estilo del sureste, quizás emparentado con el de estilo marítimo 0 internacional . También en Elche, se ha excavado estos últimos años el poblado de El Promontori con una rica y original cerámica de producción local. En Cataluña, donde aparecen representados un poco todos los estilos, sobre todo el inciso tipo Ciempozuelos, se ha podido aislar una producción local, «estilo Salamó» del nombre de la cueva leridana donde se documentó (Fig. 21).

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