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    ANTECEDENTES GENERALES

    Mario Vargas Llosa es un caso especial en el crculo delos escritores y artistas en el sub-continente americano. A lolargo del siglo XX, ningn autor de su nivel y popularidad hatenido en el plano ideolgico-poltico una trayectoria tanzigzagueante y una actitud tan comprometida, como es el casodel conocido novelista.

    En Vargas Llosa no slo hay una inconsciente adhesin

    ideolgica, rasgo comn a la mayora de escritores y artistas;en su caso ha sido y es con pleno uso de razn. Ms an l hatransitado el difcil trecho de convertirse de intelectual engeneral a intelectual crtico y hasta militante poltico en

    particular.El novelista milit en tres oportunidades, en partidos

    polticos con ideologas, no slo distintas, sino hastaantagnicas. Adems de militante, en el primer caso lleg aser instructor, escribir en el peridico del partido y dirigentede la Federacin Universitaria en San Marcos. En el segundofue dirigente del Comit Regional de Lima y director del

    peridico partidario. Y en la tercera oportunidad fue jefe-fundador, y ms an, en unin con otros partidos, fuecandidato presidencial en las elecciones generales de 1990 ensu pas de origen.

    En Amrica Latina, hasta comienzos de la dcada de los80 del siglo pasado, las sociedades, determinadas por el lentodesarrollo del capitalismo en lo interno y la presencia delimperialismo en lo externo, no haban logrado liquidar losrezagos feudales; tampoco haban sido capaces de poner las

    bases econmico-sociales para el desarrollo y realizacin delsistema capitalista como tal: fueron sociedades en transicin

    "eterna", donde se repetan algunas de las caractersticas de lassociedades europeas de los siglo XVII y XVIII.

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    Vargas Llosa, repitiendo a H. de Soto, habl con razn de"sociedades mercantilistas"; mientras que 50 aos antes,Andre Gunter Frank dijo que este tipo de evolucin

    econmico-social en esta parte del mundo ha generado una"lumpenburguesa y un lumpendesarrollo" que se alimentan yretroalimentan mutuamente. De ah que Garca Canclini en1989 escribi: "No hemos tenido una industrializacin slida,ni una tecnificacin extendida de la produccin agraria, ni unordenamiento socio-poltico basado en la racionalidad formaly material que, segn leemos de Kant a Weber, se habra

    convertido en el sentido comn de Occidente, el modelo deespacio pblico donde los ciudadanos convivirandemocrticamente y participaran en la evolucin social. Ni el

    progresismo evolucionista, ni el racionalismo democrtico hansido entre nosotros causas populares". (Garca Canclini 1989:20)

    En estas sociedades los Estados, es decir el "... ms fro delos monstruos fros..." (Nietzsche 1995: 82), son organismos

    polticos y hasta econmicos; pero no han logrado construirsey estructurarse a escala nacional como ocurri en Europa. Su"hegemona" la han logrado, fundamentalmente, comoaparatos burocrticos y militares, y su "consenso" no con la

    persuasin, como buena parte de los Estados europeos en lasltimas dcadas, sino por el contrario con la imposicin; en lamedida que el Estado (y esto es vlido para todos los pases

    incluido aqullos donde reina el ms avanzado sistemademocrtico-liberal) es lo que Weber, sintetiz: "En ltimainstancia, slo se puede definir el Estado moderno,sociolgicamente, partiendo de un medio especfico, propio del, as como de toda federacin poltica: me refiero a laviolencia fsica. `Todo Estado se basa en la fuerza, dijoTrotsky en Brest-Litovsk. As es, en efecto. Si slo existieran

    estructuras polticas que no aplicasen la fuerza como medio,entonces habra desaparecido el concepto de 'Estado', dando

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    lugar a lo que solemos llamar 'anarqua' en el sentido estrictode la palabra. Por supuesto, la fuerza no es el nico medio delEstado, ni su nico recurso, no cabe duda, pero s es su medio

    especfico. En nuestra poca, precisamente, el Estado tieneuna estrecha relacin con la violencia. (...) En consecuencia, elfactor especfico de nuestra poca es el siguiente: a las otrasinstituciones y a los individuos slo se les atribuye el derechoa la violencia fsica hasta donde lo permite el Estado. Este esconsiderado como la nica fuente de la que emana el 'derecho'a la violencia". (Weber 1992: 64 y 65)

    Con la aclaracin hecha por el socilogo alemn en tornoal Estado, diremos que la inestabilidad poltica a nivel degobierno en Amrica Latina, como reflejo de ese mundoeconmico-social, ha sido una constante. Se han alternado,segn las necesidades de las clases dominantes, los gobiernosmilitares (o controlados por ellos) con los gobiernos civiles,

    producto de elecciones. A este juego poltico se le caracterizcon la llamada "teora del pndulo"

    Los Estados actuales, desde que fueron estructurados a partir de la independencia, han sido lo permanente, mientrasque los gobiernos (civiles o militares) lo circunstancial. Eneste ltimo nivel, los extremos de estabilidad e inestabilidad,desde 1930 hasta principios del tercer milenio, lo constituyenlos gobiernos de la dictadura perfecta en Mxico y el de laeterna anarqua en Bolivia.

    ntimamente ligado al Estado, y de paso a los gobiernos,est la Iglesia catlica, la que desde su imposicin colonial,hace ms de 500 aos en el sub-continente, a pesar de la

    penetracin y crecimiento en el ltimo siglo del protestantismo y algunas sectas menores, y luego de superarsus contradicciones (especialmente de las dcadas del 60 y 70,con el inicio de la pequea contrarreforma llevada a cabo por

    Juan Pablo II), ha seguido influenciando en gran medida no

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    slo en las conciencias sino tambin en la vida poltico-socialen estas sociedades.

    A despecho del liberalismo y democratismo en el sub-

    continente, la Iglesia catlica sigue siendo lo que Nietzsche,dijo: "... eso es una especie de Estado, y, ciertamente, laespecie ms embustera de todas". (Nietzsche 1995: 195)

    Las clases sociales en Amrica Latina, en lo fundamental,estn diferenciadas; pero las dominantes no se han convertidoen clases dirigentes, por lo tanto sus tareas "histricas" estnen gran medida an pendientes. Estas clases no conocen sus

    sociedades, tampoco hay inters en conocerlas, de ah que notengan ni planes ni proyectos, de mediano o largo plazo, paraconstruir, capitalistamente hablando, estos pases; comoconsecuencia han devenido en meras administradoras, o en elmejor de los casos, en socios menores del capital financierointernacional. Con este universo social y representacincultural, los intelectuales, idelogos o artistas responden, en sumayora, a estas caractersticas e intereses, y los especialistas otcnicos, que se han generado en este proceso, cumplengentilmente sus tareas.

    El socilogo Sinesio Lpez analizando la situacin de unsector de las clases sociales en Per a comienzos del siglo XX,escribi: "La incapacidad poltica de las clases dominantes, dela oligarqua y de los gamonales para elaborar un proyectonacional, est ligada a sus dificultades para convertirse en

    clase dirigente, para pasar de la clase al partido, del intersmaterial al inters poltico, del inters particular al intersgeneral. Esta incapacidad de las clases dominantes estdeterminada por la accin recproca de dos tipos distintos defenmenos sociales. Por un lado, la carencia de intelectualesorgnicos, y por otro, el carcter mismo de esas clasesdominantes". (Lpez 1991: 44)

    A pesar de un siglo transcurrido, la gran burguesa, encualquiera de sus facciones, desde el momento que sustituy a

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    la oligarqua y gamonales en el control de los Estados, conalgunos cambios cuantitativos, en unos pases ms que enotros, ha manifestado la misma incapacidad para pensar

    histrica y culturalmente sus respectivas sociedades. Estevaco e incapacidad explica en gran medida, publicidad e"invencin" aparte, el xito alcanzado en los ltimos tiempos

    por los libros EL OTRO SENDERO y EL FIN DE LAHISTORIA Y EL LTIMO HOMBRE de Hernando de Soto yFrancis Fukuyama respectivamente,en la medida que el sectorneo-liberal de la gran burguesa cree haber hecho un

    diagnstico objetivo y actualizado de los principales problemas econmicos, polticos y hasta filosficos deAmrica Latina y del mundo entero.

    Todas las sociedades, particularmente la capitalista, por sucomplejidad y las necesidades que le impone la divisin socialdel trabajo, se ven obligadas a generar este grupo especial detrabajadores de la mente que les sirven, principalmente, paraun mejor funcionamiento como totalidades y as ejercer mejorel control de sus poblaciones:

    "Los intelectuales, escribe Gramsci, son los 'empleados'del grupo dominante para el ejercicio de las funcionessubalternas de la hegemona social y del gobierno poltico, asaber: 1) del 'consenso espontneo que las grandes masas dela poblacin dan a la direccin impuesta a la vida social por elgrupo social dominante, consenso que histricamente nace del

    prestigio (por tanto de la confianza) detentada por el grupodominante, de su posicin y de su funcin en el mundo de la

    produccin; 2) del aparato de coercin estatal que asegura'legalmente' la disciplina de aquellos grupos que no'consienten'ni activa ni pasivamente, pero que est preparado

    por toda la sociedad en previsin de los momentos de crisis enel comando y en la direccin, casos en que el consenso

    espontneo viene a menos". (Gramsci 1975: 18)

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    Algunas pginas despus, pensando en la generacin del50, a la cual pertenecen l y Vargas Llosa, y evidenciando elgiro poltico que se vieron obligados a dar por las

    circunstancias, el mexicano continu: "Presionado por estascontradicciones, sofocado el sueo de la 'civilizacin'moderna por el encuentro del capitalismo norteamericano y lasoligarquas criollas, el intelectual de Amrica Latina slo ve la

    perspectiva de la revolucin. En las ltimas dcadas, y sobretodo a partir del triunfo y el ejemplo de la revolucin cubana,la inteligencia de nuestros pases se sita, mayoritariamente,

    en la izquierda". (Fuentes 1969: 29)Las inquietudes y la participacin poltica en general, pornecesidad o deseo, ha sido y es una constante en losintelectuales o artistas; los resultados, a pesar de lascaractersticas de Amrica Latina, no siempre han sido losesperados si se tiene en cuenta la popularidad, la fama y los

    buenos deseos con los cuales se ha abordado esta actividadhumana. En este nivel, sin lugar a duda, la militancia

    partidaria ha sido y es el paso ms difcil y comprometedordado por los intelectuales, actividad que analizamos acontinuacin, en el caso concreto, de Mario Vargas Llosa.

    VARGAS LLOSA:DE MILITANTE COMUNISTA A LA

    DEMOCRACIA CRISTIANALas ideas de Karl Marx y Friedrich Engels, el llamado

    socialismo cientfico, fueron conocidas en Amrica Latina enlas ltimas dcadas del siglo XIX. Antes que ellas, llegaron einfluenciaron las ms variadas ideas anarquistas, ideas quevinieron de Europa, a travs, principalmente, de intelectuales yobreros espaoles e italianos.

    Argentina, Uruguay y Chile fueron los primeros pasesdonde las ideas marxistas se difundieron: "Esta difusin

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    estuvo limitada, inicialmente a pequeos crculos obreros eintelectuales e integraba el proceso ms vasto de propagacinde ideologas de tipo socialista que acompaaba el desarrollo

    capitalista de estas sociedades. Recin a fines del siglo seformaron algunos grupos definidamente marxistas queemplearon los principios del materialismo histrico paraanalizar hechos de la poltica local". (Autores varios 1972: 8)

    Condicionado por el desarrollo del capitalismo, la penetracin imperialista, las luchas obreras y campesinas, larevolucin mexicana, la reforma universitaria, la Primera

    Guerra Mundial, y sobre todo por el triunfo de la RevolucinBolchevique, estas ideas se propagaron con mucha rapidez portoda Amrica y su influencia se dej notar en la vida de estassociedades.

    Entre los aos 20 y 30 se fundaron partidos comunistas envarios pases latinoamericanos. En Per, ligado a estaactividad, apareci el ms grande marxista del continente, JosCarlos Maritegui. Maritegui. Despus de investigar yestudiar marxistamente la realidad peruana y latinoamericana,se dedic principalmente, primero, a la difusin de estas ideasy a la organizacin de obreros y campesinos; despus, fundcon otros intelectuales y obreros un partido comunista, actoque lo materializ en octubre de 1928, con el nombre dePartido Socialista del Per. Para dicho partido Mariteguiredact su programa poltico y a la vez lo adhiri a la Tercera

    Internacional Comunista, fundada en 1919.Maritegui es sin lugar a dudas la figura cumbre del

    pensamiento poltico-cultural peruano y latinoamericano.Sobre su vida y sus ideas se ha escrito y se sigue escribiendocon marcado inters. En esta oportunidad deseamos terminarcon Maritegui cediendo la palabra a Vargas Llosa. l, en unmomento de mayor distanciamiento de las ideas del Amauta,

    escribi: "Y, sin embargo, el pensamiento de izquierda tenaun ilustre precursor en el Per: Jos Carlos Maritegui (1894-

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    1930). En su corta vida, produjo un impresionante nmero deensayos y de artculos de divulgacin del marxismo, deanlisis de la realidad peruana, y trabajos de crtica literaria o

    comentarios polticos de actualidad, notables por su agudezaintelectual, a menudo por su originalidad y en los que seadvierte una frescura conceptual y una voz propia, que nuncams reapareci en sus proclamados seguidores". (Vargas Llosa1993: 310)

    Despus de la muerte de Maritegui, a la par de la durarepresin en contra de los comunistas, esta organizacin fue

    orientada ideolgica y polticamente por Eudocio Ravines,quien para ese entonces mantuvo estrechos vnculos con lalnea dogmtica de la Tercera Internacional Comunista.

    Es en esta etapa cuando se desarroll la conocida tcticade "clase contra clase", tctica equivocada que llev a dichaorganizacin a aislarse y tener una presencia marginal en lavida poltica peruana. En 1939 el PCP apoy al banqueroManuel Prado en las elecciones presidenciales de ese ao; alganar, algunos dirigentes obreros y hasta dirigentescomunistas conocidos (Julio Portocarrero) terminarontrabajando para el gobierno; fenmeno que se repiti con losms destacados intelectuales del partido (Esteban Pavletich yMartnez de la Torre) quienes escribieron, durante este

    perodo, en el diario La Crnica, propiedad de la familia delpresidente.

    En estos aos, en pleno desarrollo de la Segunda GuerraMundial, el pequeo partido dio un giro hacia "posicionesdemo-liberales" y para este cambio, sostienen losespecialistas, tuvo mucho que ver la influencia del dirigentedel Partido Comunista de los EE. UU, Earl Browder.

    Terminado el gobierno de Manuel Prado, en 1945 secelebraron elecciones presidenciales, las que fueron ganadas

    por el candidato del Frente Democrtico Nacional. En esteFrente participaron la mayora de las fuerzas polticas del pas,

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    desde los neo-espiritualistas-terratenientes provincianosencabezados por Bustamante, pasando por el APRA, hasta loscomunistas que lograron elegir a Juan P. Luna como diputado

    en la lista del Frente.La llamada "primavera democrtica" dur algo ms de tresaos. Fue derrocada por un golpe militar encabezado por elgeneral Manuel Odra (representante del otro sector gran-

    burgus), quin inici una dura represin poltica principalmente contra apristas y comunistas; comoconsecuencia de esta represin redujo a estos ltimos, a su

    mnima expresin. Esta accin vena a incrementar losproblemas al interior de este partido, que desde la muerte deMaritegui, haba sufrido una serie de desviaciones ydivisiones que no le permitieron desarrollarse plenamente ycumplir con sus objetivos para los cuales haba sido fundado.

    Algunas clulas obreras y universitarias lograronrecomponerse y a partir del ao 52 comenz un largo y difciltrabajo de reorganizacin partidaria; en esta etapa es cuandoadoptan el nombre de Cahuide, otros hablan del ComitLeninista, al mismo tiempo publicaron un pequeo peridicoclandestino con este mismo nombre. Este es el peridico en elcual Vargas Llosa, durante su militancia, cerca de dos aos,escribi algunos artculos sobre temas internacionales.

    En Cahuide militaron en estos momentos tambin variosfuturos intelectuales como Virgilio Roel, Hctor Bejar, Juan

    Jos Vega, Alfredo Torero, Flix Arias Schreiber, entre otros.Vargas Llosa adopt, como es costumbre en este tipo deorganizaciones clandestinas y conspirativas, el pseudnimo deCamarada "Alberto".

    Despus de haber estudiado algunos libros bsicos demarxismo, haber formado parte de varios crculos y haber sidoinstructor de ideologa y poltica, con 17 aos Mario Vargas

    Llosa particip, primero como simpatizante y despus comomilitante del Partido Comunista Peruano. En esta nueva etapa

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    tiene otras responsabilidades, adems de escribir en el peridico partidario, de representar pblicamente al partido.Recordando esta ltima tarea Vargas Llosa escribe: "Flix y

    yo salimos elegidos, entre los candidatos que presentCahuide en Letras, y entre los cinco delegados para laFederacin". (Vargas Llosa 1993: 244)

    Hasta aqu los hechos, ahora cabe una pregunta: Por quVargas Llosa milit en el Partido Comunista y no en otro delos muchos que existan en la Universidad San Marcos, comoel Apra por ejemplo?. En un primer momento la amistad con

    Flix Arias Schreiber, y sobre todo, la simpata personal haciaLea Barba condicionaron tal acercamiento; pero hay otrosmotivos de mayor peso. En el captulo anterior ya los hemosdesarrollado.

    Recordemos ahora slo algunos de ellos. Para eseentonces Vargas Llosa se profesaba ateo; l intua que los

    problemas con su padre, curas y militares tenan sus races enla sociedad. Esta intuicin se fue aclarando con las lecturas yconversaciones que comparti con sus amigos y futuroscamaradas Lea Barba y Flix Arias Schreiber; estas lecturas yconversaciones le dieron algn orden a su desordenadointelecto y algn sentido a su centrfuga vida.

    Si el novelista no milit en el Apra -un partido grande, bien organizado, clandestino, perseguido y con mucha presencia en San Marcos de esos momentos-, adems de las

    razones mencionadas, fue porque el Apra fue y es un partidosin definicin ideolgica precisa, sin principios slidos; estaorganizacin se orienta de pronto a la izquierda como a laderecha; su ideologa es una amalgama de muchas y hastacontradictorias influencias.

    Vargas Llosa, siendo en lo filosfico un espritu queflucta entre el eclecticismo y el agnosticismo, es en la forma

    de su actuar un extremista emotivo de afirmaciones absolutaso negaciones rotundas; las posiciones intermedias, las

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    mediastintas, de mentalidad indefinida, no le atraen. Unespritu atormentado en su intimidad por las dudas, necesita deabsolutos en las formas y expresiones para compensar la

    carencia interna de certidumbres.Adems, l vena cargado de un sentimiento anti-aprista,en la medida que acusaba a este partido de haber sido elcausante del derrocamiento del presidente Bustamante en 1948("el to Lucho" en la familia Llosa). Con la cada del

    presidente Bustamante, la familia Llosa perdi prestigio yrelaciones, as como el abuelo de Vargas Llosa, el "abuelo

    Pedro", su trabajo. Vargas Llosa nunca pudo superar esteresentimiento.En el ao 1955, la dictadura de Odra se acercaba a su fin.

    Las fuerzas polticas preparaban sus aparatos y candidatospara las elecciones presidenciales del ao siguiente. A la pardel ex-presidente Prado se alistaban Fernando Belande, conlo que posteriormente sera Accin Popular, y tambinHernando La Valle, quien en colaboracin con el historiadorPorras Barrenechea, recogi el apoyo de todos los partidosmenores, no slo de los simples conservadores, sino hasta delos fascistas como La Unin Revolucionaria del ex-presidenteSnchez Cerro. En esos momentos el Apra y el PartidoComunista, por parecidas razones, no protagonizaron un papelimportante.

    Por estos tiempos un grupo de profesionales neo-

    espiritualistas, la mayora abogados y arequipeos, bajo el padrinazgo del ex-presidente Bustamante, y hasta un tiempoatrs fascistas convictos y confesos (como Honorio Delgado,Ernesto Alayza Grundy, Ismael Bielich Flores, MarioAlzamora Valds etc) (2) fundaron el Partido DemcrataCristiano; su ideario para el momento estaba sintetizado en lasEncclicas del Papa Len XXIII Rerum Novarum.

    Este nuevo partido, con una fraseologa renovada, vena aocupar el lugar poltico, que por esos tiempos haba dejado la

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    fascista Unin Revolucionaria. En el plano filosficoactualizaban el neo-tomismo en general y espiritualismo deBartolom Herrera, Alejandro Deustua, de la Riva Agero y

    Vctor Andrs Belande, en particular. (3)Vargas Llosa, a mediados del 54 se alej del PartidoComunista, porque desde haca tiempo ya no crea en estaideologa y como consecuencia se senta aburrido. VargasLlosa escribe: "Y no crea ya una palabra de nuestro anlisisclasista y nuestras interpretaciones materialistas que, aunqueno se lo dijera de manera tajante a mis camaradas, me parecan

    pueriles, un catecismo de estereotipos y abstracciones (...) Y,sobre todo, porque haba en mi manera de ser -en miindividualismo, en mi creciente vocacin por escribir y en minaturaleza dscola- una incapacidad visceral para ser esemilitante revolucionario paciente, incansable, dcil, esclavo dela organizacin ...". (Vargas Llosa 1993: 250)

    En 1955 a la vez que trabaja, junto a Pablo Macera, comoasesor poltico del candidato presidencial Hernando la Valle,se integra como militante en la recin fundada DemocraciaCristiana. En su nuevo partido, desde mediados del ao 55hasta los primeros meses del 60, lleg a ser Secretario delComit de Lima y a la vez, junto con el lingista Luis JaimeCisneros, director del peridico partidario Democracia.

    A los 19 aos Vargas Llosa da su primer giro ideolgico ypoltico de 180, se mueve de un extremo al otro, de militante

    comunista a militante demo-cristiano, de materialista aespiritualista, de dialctico a metafsico, de la revolucin pasal conservadurismo. El novelista se desenvuelve con facilidaden los extremos, el centro le parece infecundo, en la medidaque sus pasiones lo desbordan.

    Vargas Llosa es consciente de lo que aqu venimosafirmando, cuando se compara con su amigo, el tambin

    escritor, Luis Loayza, dice: "... con Lucho nuestrasdiferencias eran grandes en muchas cosas, y eso haca que no

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    nos aburriramos, pues siempre tenamos algo sobre qu polemizar. A diferencia de m, siempre interesado por la poltica y capaz de apasionarme por cualquier cosa y

    entregarme a ella sin pensarlo dos veces, a Loayza la polticale aburra sobremanera...". (Vargas Llosa 1993: 294)Vargas Llosa sostiene que su adhesin a la Democracia

    Cristiana no fue consecuencia de un convencimientoideolgico-poltico, en la medida que l tena an problemasfilosficos con su antiguo credo, a pesar de que "no crea yauna palabra".

    Leamos cmo el novelista describe su situacin en larecin fundada organizacin: "El nuevo partido declaraba ensus estatutos que no era confesional, de manera que no era

    preciso ser creyente para militar en l, pero la verdad es queese local del partido en la avenida Guzmn Blanco, parecauna iglesia, o cuando menos una sacrista, pues estaban alltodos los beatos conocidos de Lima,...".

    Y luego contina preguntndose: "Qu demonios hacayo ah, entre gente respetabilsima a ms no poder, pero a aosluz del sartreano comecuras, izquierdoso no curado del todode las nociones de marxismo del crculo, que me seguasintiendo?. No sabra explicarlo. Mi entusiasmo poltico era

    bastante mayor que mi coherencia ideolgica. Pero recuerdohaber vivido con un cierto malestar cada vez que tena queexplicar intelectualmente mi militancia en la Democracia

    Cristiana". (Vargas Llosa 1993: 300)Vargas Llosa milita en la Democracia Cristiana, en parte

    por su emocin y entusiasmo, tambin porque "el to Lucho",no slo apadrinaba al nuevo partido, sino que se perfilabacomo jefe y hasta futuro candidato presidencial. Para VargasLlosa y muchos intelectuales peruanos, Bustamante es undemcrata a carta cabal, espritu mal comprendido por sus

    opositores y hasta aprovechado por sus allegados polticos.

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    Claro que esto se afirma slo recordando su corto periodo presidencial del 45 al 48. Sabemos que Vargas Llosa no esobjetivo en sus anlisis y menos en relacin con una persona

    respetada y querida en la familia, como Bustamante. Lo quellama la atencin es que otros, como el socilogo Portocarrero

    en su trabajo sobre el tema, lleguen a las mismas conclusionesa las cuales llega Vargas Llosa. (4)

    EL PUNTO DE VIRAJE:LA REVOLUCIN CUBANA

    En 1958 Vargas Llosa, despus de su estada en Madrid,viaj a Pars; su deseo de convertirse en escritor en Europacomenzaba a materializarse. Para ese entonces l militaba enla Democracia Cristiana y mantena una estrecha relacin consu ex-profesor y empleador, el entonces Ministro deRelaciones Exteriores del gobierno de Manuel Prado, Ral

    Porras Barrenechea.El primero de enero de 1959 los guerrilleros cubanos,encabezados por Fidel Castro, Camilo Cienfuegos y el CheGuevara, entre otros, toman el poder en Cuba. Lasrepercusionesfueron muy grandes en el continente americano.El gobierno de los EE. UU inmediatamente presion a losgobiernos latinoamericanos para que voten a favor de laexpulsin de este pas de la Organizacin de EstadosAmericanos y con ese aval, iniciar el bloqueo a la isla. En lareunin de cancilleres celebrada en Costa Rica en 1960,Porras, como canciller peruano, vot en contra de estaorientacin, que era tambin de su gobierno, motivando la

    posterior renuncia al cargo.Vargas Llosa viviendo en Pars y emocionado con el

    triunfo de la revolucin, y en solidaridad con su ex-maestro,

    sin mayores problemas ideolgicos da una vez ms un giro de180; repentinamente abandona la contrarrevolucin, ignora la

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    pases del bloque sovitico y este fenmeno puede tenerrepercusiones de primer orden en el porvenir del socialismomundial". (Vargas Llosa 1990: 30)

    En estos aos escribe una serie de ensayos y artculosdonde denunciaba al sistema capitalista y su expresinpoltico-social, el Estado y la burguesa, como los causantes delos terribles males que padecen los pueblos. Su adhesin a larevolucin, al socialismo, y naturalmente a Cuba, ocupaba unlugar preferente en su vida; adems Vargas Llosamaterializaba otras acciones de solidaridad en apoyo a las

    luchas de los pueblos, tanto en Per como en el extranjero.En el nivel de sus escritos, los artculos HOMENAJE AJAVIER HERAUD, TOMA DE POSICIN, UNA VISITA AKARL MARX, EN UN PUEBLO NORMANDO,RECORDANDO A PAUL ESCOBAR, los comentarios yhomenajes a Sebastin Salazar Bondy y Jean-Paul Sartre, son

    bastante reveladores del compromiso del novelista con larevolucin y el socialismo.

    En 1965, en TOMA DE POSICIN, ante el inicio de lasguerrillas en Per Vargas Llosa escribe: "... para que elcampesinado disfrute de la tierra que trabaja, para que elobrero lleve una vida digna, para que las clases medias novivan bajo un complejo permanente de frustracin, para que el

    pas sea el beneficiario de sus riquezas y para que el Estadosea el rbitro de su destino no queda otro camino que la lucha

    armada. Por ello, aprobamos la lucha armada iniciada por elMIR, condenamos a la prensa interesada que desvirta elcarcter nacionalista y reinvidicatorio de las guerrillas,censuramos la violenta represin gubernamental -que con el

    pretexto de la insurreccin pretende liquidar lasorganizaciones ms progresistas y dinmicas del pas- yofrecemos nuestra caucin moral a los hombres que en estos

    momentos entregan su vida para que todos los peruanospuedan vivir mejor". (Vargas Llosa 1990: 92)

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    En el artculo SARTRE Y EL MARXISMO, y en directaalusin a la democracia liberal, afirma: "La explicacin de lasfalacias de la democracia liberal ('donde todo el mundo tiene

    los mismos derechos, pero no el mismo derecho de disfrutarde ellos'), de la mentira sutil que es la libertad en una sociedaddonde la desigual distribucin de la riqueza que hace de losindividuos privilegiados o desamparados desde que nacen, esconvincente y, por desgracia, actual. Tambin, el anlisis deesa invisible alquimia mediante la cual el ejercicio del derechode voto -aun en elecciones puras, con participacin de todos

    los partidos y una previa campaa electoral irreprobable-, seconvierta en una ceremonia vaca, en pura forma, si las basessobre las que reposa la vida de una nacin estn viciadas".

    Y en cuanto a la violencia poltico-social, contina: "Lasociedad reconoce esta violencia cuando ella se traduce enrefriegas callejeras, huelgas, atentados y, explicablemente, lacondena. Pero nacen esos hechos por generacin espontnea?Son, los obreros, turbulentos por vocacin? Sartre describecon lujo de detalles esa otra violencia, solapada y constante,que no muestra la cara y sin embargo tambin mata ydestruye, y que tiene, como una hiedra, mil cabezas:analfabetismo, desempleo, desnutricin, miseria. Aquellosestallidos son, en realidad, respuestas directas por la clera ola extrema penuria a un sector de la sociedad contra el queotro sector ejerce, permanentemente, una violencia, ms

    discreta, s, pero mucho ms cruel". (Vargas Llosa 1990: 89 y90)

    Y en otro artculo de 1966 cuando se refiere a la situacinen Amrica Latina, dice: "Las clases dominanteslatinoamericanas, en cambio, han sido en el campo cultural tanineptas, ruines e injustas como en la economa o en lasrelaciones sociales; los pases que nos han entregado son

    pases analfabetos, sin vida cultural, con una vida literaria yartstica embrionaria o alienada, sin escritores, sin editoriales.

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    En 1966 Vargas Llosa expres por primera vez, pblicamente, su desacuerdo con el "socialismo sovitico".Fue con motivo del enjuiciamiento y condena a los escritores

    Andrei Siniavski y Yuli Daniel, (hecho que se repiti un aoms tarde con el novelista Alexander Solzhenitsin). VargasLlosa sostiene: "Los escritores que creemos en el socialismo yque nos consideramos amigos de la URSS debemos ser los

    primeros en protestar, con las palabras ms enrgicas, (...) losprimeros en decir sin rodeos nuestro estupor y nuestra clera.Este acto injusto, cruel e intil no favorece en nada al

    socialismo y s lo perjudica...". (Vargas Llosa 1990: 107)En 1967 Vargas Llosa recibi el Premio Rmulo Gallegosotorgado por el gobierno venezolano, en mrito a su novelaLA CASA VERDE. Conociendo la posibilidad de ser

    premiado, semanas antes Vargas Llosa inform a los cubanosde esta posibilidad. Aos despus Vargas Llosa rememor loshechos de esta manera: "A m me comunicaron un da en Parsque yo estaba entre los finalistas del premio Rmulo Gallegos.(...) Yo tena una relacin muy estrecha con la revolucincubana en ese tiempo y comet el error -aunque al final resulttotalmente positivo haberlo hecho- de decirle a AlejoCarpentier, que era el agregado cultural de Cuba en Pars, queyo quera conocer la opinin de Cuba sobre este premio,

    porque haba la posibilidad que me lo otorgasen". (Setti 1989:147 y 148)

    La opinin de Cuba fue positiva y adems preguntaron aVargas Llosa, a travs de una carta de Hayde Santamara aAlejo Carpentier, si l podra donar el monto del premio a laguerrilla que diriga el Che Guevara en la selva boliviana;luego Cuba, segn la versin de Vargas Llosa, le devolvera eldinero para no perjudicarlo. Vargas Llosa consider que esoera una farsa y no acept. Aos despus recordando este

    hecho, declar: "Es una cosa que a m me ofende muchsimo".(Setti 1989: 149)

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    Este episodio fue el primer disentimiento entre larevolucin y el novelista. Los cubanos sostienen que el fondodel problema fue el dinero. Vargas Llosa, por el contrario, que

    fue la moral. De cualquier modo, en el discurso derecibimiento del premio Vargas Llosa, cuando menciona aCuba, lo considera como ejemplo a seguir en Amrica Latina:"Pero dentro de diez, veinte o cincuenta aos habr llegado atodos nuestros pases, como ahora a Cuba, la hora de la

    justicia social y Amrica Latina entera se habr emancipadodel imperio que la saquea, de las castas que la explotan, de las

    fuerzas que hoy la ofenden y la reprimen. Yo quiero que esahora llegue cuanto antes y que Amrica Latina ingrese de unavez por todas en la dignidad y en la vida moderna, que elsocialismo nos libere de nuestro anacronismo y nuestrohorror". (Vargas Llosa 1990: 179)

    Por estos tiempos para Vargas Llosa el "socialismoautntico" estaba representado por la Unin Sovitica y Cuba.En la polmica desarrollada a partir del XX Congreso delPCUS, la que se hizo pblica a comienzos de la dcada del 60,a la cual se le denomin "marxismo-revisionismo", cuandoMao Tse Tung denunciaba al PCUS de "revisionista" y a lavez sostena que en este pas se "restauraba aceleradamente elcapitalismo" ya que "una nueva burguesa se haba adueadodel poder en la patria de Lenin", Vargas Llosa, luego de unavisita a este pas en 1968, toma posicin en favor de los rusos

    y lo hace pblico, en estos trminos: "La primera de las 'ideasrecibidas' sobre la URSS, que, desde la polmica chino-sovitica, est enormemente arraigada es la siguiente: larevolucin se ha aburguesado. Esta conviccin significa queen la URSS se ha iniciado un proceso, todava lento peroinequvoco, de renacimiento del capitalismo. Para otros, que elsocialismo sovitico ha perdido su carcter internacionalista,

    (...) La primera de estas afirmaciones me parece falaz. No hayindicio en el sistema sovitico de una resurreccin del

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    capitalismo. Las reformas econmicas interpretadas en talsentido, son medidas de descentralizacin, destinadas a daruna autonoma mayor a las industrias y a estimular el

    desarrollo regional, a aligerar la produccin de trabasburocrticas y despertar la iniciativa local e individual que elexcesivo centralismo sofocaba. Pero nada indica que, aun detmida y oblicua manera, se est restaurando la propiedad

    privada de los medios de produccin". (Vargas Llosa 1990:206)

    Un ao despus del problema crematstico o moral a

    consecuencia del Premio Rmulo Gallegos, vino el segundodesencuentro entre el novelista y la revolucin cubana y estotuvo que ver con la invasin de Checoslovaquia por lasfuerzas del Pacto de Varsovia en mayo de 1968. Tres mesesdespus Vargas Llosa se manifiesta en contra de esta accin,lo hace en estos trminos: "La intervencin militar de la UninSovitica y de sus cuatro aliados del pacto de Varsovia contraChecoslovaquia es, pura y simplemente, una agresin decarcter imperial que constituye una deshonra para la patria deLenin, una estupidez poltica de dimensiones vertiginosas y undao irreparable para la causa del socialismo en el mundo".(Vargas Llosa 1990: 219)

    Esta opinin est en total contradiccin con la de losdirigentes cubanos, la que fue expuesta a travs de FidelCastro en el llamado Discurso sobre Checoslovaquia,

    pronunciado el 30 de agosto de ese ao. Lo central deldiscurso se puede resumir en esta lnea: "Aceptamos la amarganecesidad que exiga mandar tropas a Checoslovaquia". En la

    polmica que se desarroll por ese entonces con el crticoscar Collazos, la que se prolong hasta 1970, Vargas Llosadefiende sus puntos de vista discrepantes con los de Castro;

    pero a la vez reconociendo los logros de la revolucin en

    Cuba, escribe: "Una revolucin, si es autntica, suprime uncierto tipo de injusticias radicales, establece una relacin ms

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    racional y humana entre los hombres y a m no me cabe duda, por ejemplo, que en Cuba ha ocurrido as". (Vargas Llosa1990: 236)

    En enero del 1971, Vargas Llosa y otros miembros delcomit de la revista CASA DE LAS AMRICAS, saludan unaniversario ms de la revolucin en la isla y lo hacen en estostrminos: "A doce aos del triunfo de la Revolucin Cubana,la fisonoma poltica y social de la Amrica Latina muestrainequvocamente que el proceso de liberacin de nuestros

    pueblos alcanza ya su dimensin continental. Ello solo

    bastara para probar que el sacrificio de hombres como el Chey tantos otros combatientes, adems de heroico y generoso, hasido til". (Autores varios 1995: 119)

    En el mes de marzo del mismo ao ser detenido, entreotros intelectuales, el poeta Heberto Padilla. Uno de losintelectuales que individual y colectivamente protest por estadetencin y la posterior autocrtica de Padilla, fue VargasLlosa. En la primera carta colectiva de protesta de losintelectuales se observa un tono bajo y conciliador. Larespuesta de Fidel Castro fue tajante y sostena que estosintelectuales burgueses eran agentes de la CIA y por eso no

    pondran ms los pies en Cuba.Por su parte la respuesta colectiva de los intelectuales al

    discurso de Castro fue mucho ms enrgica, el redactorprincipal fue Vargas Llosa, en uno de sus prrafos dicen: "Con

    la misma vehemencia con que hemos defendido desde elprimer da la Revolucin Cubana, que nos pareca ejemplar ensu respeto al ser humano y en su lucha por su liberacin, loexhortamos a evitar a Cuba el oscurantismo dogmtico, laxenofobia y el sistema represivo que impuso el estalinismo enlos pases socialistas, y del que fueron manifestacionesflagrantes sucesos similares a los que estn ocurriendo hoy en

    Cuba". (Autores varios 1971: 124)

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    represin, traicin a nuestros pueblos, nosotros le propusimosun acto audaz, difcil y sin precedentes en la historia culturalde nuestra Amrica: le propusimos que aceptara ese premio y

    entregara su importe al Che Guevara, a la lucha de lospueblos. Usted no acept esa sugerencia: usted se guard esedinero para s, usted rechaz el extraordinario honor de habercontribuido, aunque fuera simblicamente, a ayudar al CheGuevara".

    Adems de insistir en sus crticas por el casoChecoslovaquia y el financiamiento de la revista LIBRE, de la

    cual era Vargas Llosa miembro del Comit Directivo, con eldinero del "zar del estao" el boliviano Patio le dice: "Ella lo presenta de cuerpo entero como lo que nos resistimos aaceptar que usted fuera: la viva imagen del escritorcolonizado, despreciador de nuestros pueblos, vanidoso,confiado en que escribir bien no slo hace perdonar actuarmal, sino permite enjuiciar a todo un proceso grandioso comola revolucin cubana, que, a pesar de errores humanos, es elms gigantesco esfuerzo hecho hasta el presente por instauraren nuestras tierras un rgimen de justicia". (Autores varios1971: 124)

    De esta manera las contradicciones entre Vargas Llosa y lalnea que orientaba la Revolucin Cubana quedaron, a travsde la ruptura, aclaradas. Vargas Llosa se alej del socialismo,de la revolucin; y piensa que la dirigencia cubana utiliz a los

    escritores y llegado el momento dado, cuando ya no le servan, busc pretextos para deshacerse. Los cubanos y algunosestudiosos, como Lauer y Gutirrez, en sus trabajos aqucitados, sostienen todo lo contrario, especialmente, en el casodel novelista peruano.

    A pesar del distanciamiento Vargas Llosa an en 1974escribi: "S las razones y me he repetido miles de veces

    todos los atenuantes. El duro imperio de las realidadeseconmicas, los recursos escasos de una pequea isla

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    subdesarrollada y el gigantesco y salvaje bloqueo impuesto por el imperialismo para ahogarla, no podan permitir que prosperara ese socialismo en libertad del principio. (...) S

    tambin que la desaparicin de toda forma de discrepancia yde crtica interna, no es inconciliable en Cuba -como no lo esen ningn pas socialista- con la preservacin de las reformasesenciales que, bsicamente, establecen un orden social, parala mayora, ms equitativo y decente que el que puedegarantizar el sistema capitalista. Por eso, a pesar del horror

    biolgico que me inspiran las sociedades policiales y el

    dogmatismo, los sistemas de verdad nica, si debo elegir entreuno y otro, aprieto los dientes y sigo diciendo: 'con elsocialismo' ". (Vargas Llosa 1990: 299)

    Y finalmente el ao 1978 reconocer, por ltima vez, loslogros del sistema socialista, lo hace en estos trminos: " ...quiero advertir que aunque mi crtica al sistema de censura enel socialismo es frontal, estoy lejos de sostener, como lo hacenlos anticomunistas conservadores, que todo en los pasessocialistas es negativo. Eso es injusto y falso. Hay, en ellos,logros indiscutibles y muy dignos de servir de ejemplo a un

    pas como el nuestro, donde casi todo est por hacer. Porejemplo, es admirable lo que el socialismo ha conseguido en elcampo de la alfabetizacin y de la educacin, en el de la salud

    pblica, en el de los deportes, en el abaratamiento ypopularizacin de la cultura, etc". (Vargas Llosa 1986: 72)

    Desde esta fecha hasta iniciado el nuevo milenio, VargasLlosa ha mantenido una actitud de lucha constante contra elrgimen cubano. En una actitud algo nostlgica, en 1998,explic su inters por Cuba, as: "Para m Cuba es algo muyimportante, es uno de los temas centrales en mi vida. Entoncessera absurdo si yo fuera a Cuba y no tocara el tema poltico.Pero si puedo ir y dialogar sobre lo que yo pienso, maana

    mismo". (Mndez 1998: 53)

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    Deseamos terminar este punto con una reflexin del ex-comunista Ernesto Sbato, el novelista argentino relacionandoescritores, revolucin y rebelda, escribi: "El escritor de

    ficciones profundas es en el fondo un antisocial, un rebelde, y por eso a menudo es compaero de ruta de los movimientosrevolucionarios. Pero cuando las revoluciones triunfan, no esextrao que vuelva a ser un rebelde". (Sbato 1997: 109)Claro que lo nico que falta saber es en que direccin seorienta esa, casi siempre justificada, rebelda.

    En estos aos de militante en las filas de la Revolucin

    Cubana es cuando, en el plano de creacin, Vargas Llosapublic LA CIUDAD Y LOS PERROS, LA CASA VERDE, ysegn l, junto a LA GUERRA DEL FIN DEL MUNDO, sumejor novela: CONVERSACIN EN LA CATEDRAL. Deesta ltima novela, ambientada en Per de los aos 50,deseamos transcribir un dilogo desarrollado entre Santiago yCarlitos. All se rememora una reunin con Jacobo (FlixArias Schreiber), Ada (Lea Barba) y Santiago (Vargas Llosa)en un restaurante ubicado en el centro de Lima, despus deuna reunin partidaria:

    "-Te puedo hacer una pregunta? -dijo Ada-. Por qu note inscribiste? Qu dudas tienes? -Ya te habl una vez -dijoSantiago-. Todava no estoy convencido de algunas cosas.Quisiera...

    -Todava no ests convencido de que Dios no existe? -se

    ri Ada.-Nadie tiene por qu discutir su decisin -dijo Jacobo-.

    Djalo que se tome su tiempo.-No se la discuto, pero te voy a decir una cosa -dijo Ada,

    rindose-. Nunca te inscribirs, y cuando termines San Marcoste olvidars de la revolucin, y sers abogado de laInternational Petroleum y socio del Club Nacional.

    -Consulate, la profeca no se cumpli -dijo Carlitos-. Niabogado ni socio del Club Nacional, ni proletario ni burgus,

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    Zavalita. Slo un pobre mierdecita entre los dos". (VargasLlosa 1993: 162)

    VARGAS LLOSA:DE LA SOCIALDEMOCRACIA AL NEO-LIBERALISMO

    En base a los escritos publicados se puede afirmar quedesde 1971, ao de la ruptura oficial con Cuba, la revolucin yel socialismo, hasta 1986 cuando escribe el prlogo al libro EL

    OTRO SENDERO de su compatriota Hernando de Soto,Vargas Llosa se identifica con esa corriente ideolgica ypoltica conocida como la Socialdemocracia.

    Es la etapa cuando se distancia definitivamente de uno desus maestros poltico-literarios, Jean-Paul Sartre. Ahora sereencuentra y se alinea con los puntos de vista de AlbertCamus. Vargas Llosa destaca en Alber Camus: "... su triple

    condicin de provinciano, un hombre de frontera y miembrode una minora", dice que fueron los hechos que marcaron ms para bien que para mal la vida del autor de ELEXTRANJERO. Adems de destacar la presencia de lanaturaleza en la vida y la obra del escritor, menciona tambinsu inters: "... en conciliar definitivamente, en cada individuo,las palabras y los hechos, la creencia y la conducta, la

    apariencia social y la esencia espiritual,...". Otro aspecto queen el momento destaca de Camus es: "... la tesis de que lasideologas conducen irremediablemente a la esclavitud y alcrimen, a sostener que la moral es una instancia superior a laque debe someterse la poltica y a romper lanzas por dosseoras tan desprestigiadas ya en ese momento que su slonombre haba pasado a ser objeto de irrisin: la libertad y la

    belleza". (Vargas Llosa 1990: 326)Camus en un momento dado, reivindicando su condicin

    de creador antes que pensador, se pregunt: "Por qu soy un

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    la autocrtica del autor, muchos rezagos de los "antiguosdogmas" del ex-comunista espaol, como aqulla de que "lasocialdemocracia y el liberalismo" son incapaces de dar

    soluciones a los problemas de la sociedad y que "... no existeotra alternativa seria y real que la del comunismo para laliberacin del hombre".

    Vargas Llosa, en respuesta, escribe: "En eso no creo estarya de acuerdo con l, si es verdad que esta conviccin late,como un corazn, en el trasfondo de su libro. Lo cre algntiempo, pero ahora, despus de algunas decepciones y unos

    cuantos porrazos, me he vuelto ms escptico. O, mejor dicho,ms eclctico en materia poltica. Las soluciones verdaderas alos grandes problemas, me parece, no sern nunca'ideolgicas', productos de una recomposicin apocalptica dela sociedad, sino bsicamente pragmticas, parciales,

    progresivas, un proceso continuo de perfeccionamiento yreforma, ...". (Vargas Llosa 1986: 61)

    En este mismo ao Vargas LLosa se siente en la soledad poltica y esto le preocupa, ya que la derecha poltica lerepugna y la izquierda, no slo poltica, sino que comototalidad, de igual modo le repugna: "Cuando miro hacia laderecha me doy cuenta que no soy un hombre de derecha, deque un rgimen como el de Pinochet o el boliviano o el

    paraguayo slo me inspiran una repugnancia total y esentonces imposible una identificacin con ellos; pero por otro

    lado, cuando miro lo que es el socialismo, la izquierda polticao intelectual a veces siento una repugnancia idntica, me doycuenta de que estoy en el limbo poltico y eso me apena y meinquieta. Pero es la realidad". (Torres 1977: 11)

    Un ao despus recordando que fue militante comunista,escribe: "Justamente, un factor que fue decisivo en mi cambiode opinin sobre el marxismo es la comprobacin de que los

    mtodos y la poltica inspirados en l para corregir lasinjusticias son mucho menos eficaces para corregirlo que

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    aquellas doctrinas y filosofas liberales y democrticas -esdecir, aquellas que no sacrifican la libertad en nombre de la

    justicia- de los sistemas que han hecho lo que son hoy a los

    pases de justicia social ms avanzados -es decir de hombresms iguales, ms cultos y ms libres- del mundo, como Sueciao como Israel". (Vargas Llosa 1986: 71)

    Posteriormente, en 1979, comentando un libro delentonces social-demcrata J. F Revel, dice: "Pese a ciertas

    pginas pesimistas, el libro tiene un mensaje constructivo, enun empeo por convencernos de que el reformismo es el

    camino ms corto y transitable para lograr los objetivossociales revolucionarios y en su defensa de la socialdemocracia como nico sistema que ha probado, en loshechos, ser capaz de desarrollar simultneamente la justiciasocial y econmica y la democracia poltica". (Vargas Llosa1986: 174)

    En 1980 vuelve sobre las soluciones extremas; para l, lasutopas, y confiesa: "Hace algunos aos perd el gusto a lasutopas polticas, esos Apocalipsis que prometen bajar el cieloa la tierra: ahora s que ms bien suelen provocar iniquidadestan graves como las que quisieran remediar. Desde entonces

    pienso que el sentido comn es la ms valiosa de las virtudespolticas". (Vargas Llosa 1986: 263)

    Tres aos despus, cuando el neo-liberalismo seencontraba en su mejor momento, el venezolano Carlos

    Rangel public un libro titulado TERCERMUNDISMO,donde plantea que el neo-liberalismo es la nica solucin a los

    problemas de estos pases. Ah, adems de abundar en suscrticas al marxismo, hace ver el papel negativo quedesempean los intelectuales de izquierda en el Tercer Mundo.

    En ese momento Vargas Llosa le sale al frente y escribe:"Hasta aqu puedo seguir a Carlos Rangel, pero no ms all.

    Mis reservas tienen que ver con la falta de matiz que adviertoen sus tesis, su visin esquemtica segn la cual sociedad

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    democrtica y capitalismo liberal ortodoxo son un todoindivisible, en tanto que el socialismo que l describe comoretrgrado, reaccionario, burocrtico, ineficiente y desptico

    parece englobar, por igual, al comunismo marxista y alsocialismo democrtico. No existe una diferencia esencialentre uno y otro? Rangel no admite que haya sido gracias a lainfluencia de las ideas socialistas que la sociedad capitalista seha humanizado considerablemente, con la educacinobligatoria y gratuita, la proteccin a la vejez y a la infancia,la seguridad social y los subsidios de desempleo que han

    pasado a ser parte inamovible de la mayora de las naciones deeconoma liberal".Contina: "El extraordinario nivel alcanzado por los pases

    nrdicos por ejemplo, no se debe acaso, de manera decisiva,a la accin de la socialdemocracia, que, respetando la

    propiedad privada de los medios de produccin y dejando unamplio campo de accin a la economa de mercado, asegursin embargo la intervencin del Estado para corregir e impedirlos desequilibrios excesivos y crear un sistema de servicios

    pblicos, que, a la vez que protege a los dbiles, establece peridicamente esa igualdad de oportunidades que, en unasociedad enteramente librada a la "mano invisible", puedeconvertirse en un puro mito? No se puede decir lo mismo, enmuchos sentidos, de Alemania Federal, de Austria, deInglaterra? El socialismo democrtico ha probado en estos

    pases que el Estado podra intervenir en la vida econmica demanera provechosa y sin sacrificar esa libertad que, comorecuerda Rangel, jams ha sobrevivido en las sociedades enlas que el Estado socializa -es decir, estatiza en provecho deuna burocracia de partido- los medios de produccin". (VargasLlosa 1986: 337)

    Y dando la razn a Rangel en torno a la defensa irrestricta

    de la libertad en general termina haciendo la diferencia: "Peroes preciso tener en cuenta, al mismo tiempo, que toda nocin

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    de libertad resulta dudosa en sociedades con las desigualdadesque tienen los pases del Tercer Mundo. Con semejantesdesequilibrios jams habr esa igualdad de oportunidades que

    presupone la economa de mercado en estado puro, y , msbien, la libertad se convierte en pases as en una abstraccinde la que slo muy pequeas minoras pueden disfrutar demanera concreta. Para conseguir un progreso social que seapoye en la libertad y la refuerce es indispensable, en pasescomo los latinoamericanos, una intervencin del Estado,

    prudente y sagaz, que, sin desalentar la iniciativa privada,

    asegure que el progreso econmico signifique tambinprogresin de la justicia". (Vargas Llosa 1986: 338)Finalmente, el ao 1984, Vargas Llosa defender, por

    ltima vez pblicamente, a la social-democracia. Lo hace enestos trminos: "El socialismo es una palabra que quiere decirhoy en da muchas cosas y cosas muy distintas. Hay unsocialismo democrtico, un socialismo abierto, y hay unsocialismo cerrado y autoritario. El socialismo que rechazo esese socialismo autoritario. Si su aplicacin deforma la teoraes algo que no nos debe importar tanto; lo que nos debeimportar son las formas concretas que asume el socialismohoy en da. Y ese es el tipo de socialismo al que yo merefiero". (Autores varios 1984: 56)

    Mientras que: "El liberalismo contemporneo, hoy da, esuna ideologa que aparece muy asociada a la de los

    economistas liberales. Cuando uno habla hoy da de liberales, parece que nos estamos refiriendo a los seguidores de lafilosofa econmica de Friedman, de Von Hayek, de los"chicago boys" a los que se refera Armas Marcelo. Bueno, yocreo que no estoy por las frmulas que proponen loseconomistas liberales, ... ".

    Y termina: "Ahora, claro, una filosofa econmica liberal

    estricta, en pases como los latinoamericanos resultacompletamente inoperante. La realidad lo ha demostrado.

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    Tiene que haber una intervencin del Estado, aunque seamnima, por que el mercado slo, con los desequilibriosexistentes jams va a cumplir esa funcin que creen los

    economistas liberales". (Autores varios 1984: 70)En este tiempo, ms o menos quince aos de "militancia"socialdemcrata, public algunas novelas. A decir deDaeschner y Gorriti, son de un nivel inferior a las publicadasen su etapa anterior. Es bueno destacar LA TA JULIA Y ELESCRIBIDOR en la medida que, como declara Vargas Llosa:"... para mi sorpresa, la que ms xito ha tenido, la ms

    traducida, esLa ta Julia y el escribidor".Pero en contradiccin con la opinin de los especialistas,tambin public una de sus mejores novelas LA GUERRADEL FIN DEL MUNDO: Adems public algunos ensayos,destacando su tesis doctoral, GARCA MRQUEZ:HISTORIA DE UN DEICIDIO. En 1981 public su primeranovela ambientada fuera de su pas, LA GUERRA DEL FINDEL MUNDO. En ella se observa con mucha claridad lainfluencia ideolgica de Camus y sobre todo de Popper, con suidea en contra del mito de la historia y el reino de lasideologas, en la medida que stas alimentan el fanatismo quees, casi siempre, la antesala al totalitarismo.

    ngel Rama en su crtica titulada UNA OBRAMAESTRA DEL FANATISMO ARTSTICO a pesar delescepticismo, avisora las primeras manifestaciones del futuro

    dogmtico neo-conservador. Por ltimo, lo que plidamenteobserv Rama, y parece que el autor an no era consciente enel nivel ideolgico-poltico, fue desarrollado y exteriorizado

    plenamente en HISTORIA DE MAYTA, demostrando de estemodo que muchas veces la sensibilidad se adelanta a laracionalidad.

    Esto lo vio con mucha precisin el profesor Antonio

    Cornejo Polar, cuando al poco tiempo de haber sido publicadala novela, ubicando histrica e ideolgicamente la clase a que

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    representa el autor, escribi: "Es bueno recordar, en este ordende cosas, que las ciencias sociales han comprobado por varioscaminos que la burguesa peruana nunca pudo elaborar -y

    mucho menos llevar a efecto- un proyecto nacionalsuficientemente englobador, eficaz y progresista. Estafrustracin ha sido especialmente trgica para los grupos msautnticamente liberales, aqullos que desde 1821 forjaron lapromesa de la vida peruana y que nunca pudieron cumplirla,sea porque les falt talento, audacia o vigor, sea porque suideologa fue incompatible con el arcasmo de la vida social

    peruana, primero, y con su internacionalizacin, bajo eldominio imperialista, ms tarde". (Cornejo Polar 1985: 86)Posteriormente proyectando el futuro de esta clase y su

    ideologa, el crtico continu: "Al pensamiento liberal se lehan ido cerrando, pues, todas las alternativas. No pudo ni

    puede construir un proyecto nacional, no tiene el temple y elvigor para resucitar la utopa del siglo XIX y a estas alturashasta le avergonzara sentir nostalgia por un pasado que, en elfondo, nunca fue suyo. Por consiguiente, las opciones que lerestan son, todas ellas, negativas: o renuncia a sus principios yrecae en alguna de las muchas formas que ha adoptado enAmrica Latina el 'despotismo ilustrado' o renuncia a entenderla historia y dictamina que el proceso social es irracional y entanto que irracional incomprensible, lo que le permite variarde perspectiva y pasar sin mayor esfuerzo de lo trgico a lo

    grotesco, pero siempre dentro del marco del ms agudoescepticismo. Por supuesto, como sucede en todo procesoideologizador de este tipo, el pesimismo liberal oculta suorigen, difumina o tergiversa sus caracteres histricos y tiende-sobre todo- a universalizarse. En otras palabras: si la realidady la historia niegan sus ideales no es porque stos hayanfracasado sino porque la realidad y la historia carecen de

    sentido, son irracionales e inexplicables; y lo son -adems-

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    intrnseca y universalmente. El mundo es absurdo y nadiepuede entenderlo". (Cornejo Polar 1985: 86)

    Lo escrito por Cornejo Polar, pareci en un primer

    momento ser una crtica subjetiva y hasta unilateral; pero eldesarrollo de los acontecimientos polticos y sociales,particularmente a partir de la segunda mitad de la dcada delos 80 en Per, donde Vargas Llosa fue de alguna maneraactor principal, terminaron dndole la razn totalmente.Vargas Llosa, como lo hemos evidenciado, por algunos aos

    pareca defender con mucha conviccin las ideas de la social-

    democracia; pero como es caracterstica en su personalidad, elcentro no coincide con sus emociones, las soluciones extremaslo cautivan, lo que aparentaba conjugar armoniosamente consu personalidad e ideologa no era tal; ya en 1977 habadeclarado "... estoy en el limbo poltico y eso me apena ...". Elapenarse de s mismo lo llevaba a buscar un nuevo absoluto enqu creer y con qu luchar.

    A partir de la dcada del 70, ante la crisis del sistema y su"modelo econmico keynesiano", las clases dominantes sevieron en la necesidad de retomar con fuerza las ideaseconmico-polticas del liberalismo, y guiadas por las mismasdieron inicio a la reestructuracin del sistema capitalista en suconjunto, lo relanzaron en estas nuevas condiciones; y as lohicieron en alguna forma y momentneamente ms viable.

    El liberalismo, como es sabido, tiene como punto

    fundamental a nivel econmico el libre mercado y lademocracia representativa en lo poltico, y como consecuenciaasigna al Estado un rol insignificante en la vida econmica dela sociedad. El neo-liberalismo retoma estas tesis, las actualizay las pone en prctica como alternativa, dentro del sistema, alas ideas y polticas socialdemcratas.

    Vargas Llosa continuando con su involucin ideolgico-

    poltica, a partir de 1986, reaparece en la escena polticalatinoamericana, en principio como un neo-liberal; pero a

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    partir de la dcada del 90 el novelista adopta la variante msradical de esta corriente ideolgica y as se transforma en unneo-conservador o un neo-liberal "desembozado" y sin

    "complejos" como l se autodefine.Vargas Llosa se adhiere relativamente tarde al neo-liberalismo, teniendo en cuenta que esta corriente de

    pensamiento nunca desapareci, sino que se reactiv a nivelterico desde fines de la Segunda Guerra Mundial; as nos lorecuerda Raymond Williams cuando escribe: "La poltica de la

    Nueva Derecha, con su versin del libertarismo en la

    disolucin o desregulacin de todos los lazos y todas lasformaciones nacionales y culturales en inters de lo que se presenta como mercado abierto ideal y sociedadverdaderamente abierta, parece retrospectivamente muyfamiliar. Pues la soberana del individuo se propone comoforma poltica y cultural dominante, aun en un mundo msnotoriamente controlado por un poder econmico y militarconcentrado". (Williams 1989: 86)

    Esta nueva derecha o neo-liberal, tiene ya en estos aosalgunas figuras que comienzan a destacar, con suscontradicciones a nivel de teora econmica: los austriacosFriedrich von Hayek y Ludwig von Mises, por un lado, y losde la denominada Escuela de Chicago, encabezados porMilton Friedman, por el otro, son los ms conocidos. En el

    plano histrico y filosfico, especialmente para Vargas Llosa,

    el otro austriaco: Karl Popper.En Amrica Latina el neo-liberalismo se comenz a

    implementar en la dcada del 70 por regmenes militares. Loscasos ms conocidos son el Chile de Pinochet (1973), el Perde Morales Bermdez (1975) y la Argentina de Videla (1976).Pero ser recin a fines de esta dcada, cuando losconservadores, encabezados por Margaret Thatcher, ganan las

    elecciones en Inglaterra. Un ao despus los republicanos, conRonald Reagan, hacen lo mismo en EEUU y en el 82 la

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    Democracia Cristina con Helmut Kohl gana tambin laselecciones en Alemania. Con este respaldo y prestigio en elterreno poltico-concreto, es cuando se inicia la ofensiva

    ideolgica-poltica del neo-liberalismo, con sus variantes, entodo el mundo. A partir de estos momentos, es cuando secomienza a hablar de la "revolucin conservadora".

    En el plano histrico-filosfico, para explicar y justificardicha revolucin aparece, a fines de la dcada del ochenta, elhistoriador y filsofo ms propagandizado de los ltimostiempos, el estadounidense Francis Fukuyama con su conocido

    libro EL FIN DE LA HISTORIA Y EL LTIMO HOMBRE;quien adems de militante republicano, devino, en el tiempode Reagan y Bush, en algo as como el filsofo oficial delEstado Norteamericano. (5)

    Los hechos que condicionaron este nuevo viraje de VargasLlosa, de la social-democracia al neo-liberalismo, primero, yal neo-conservadurismo, despus, aparte de sus razones

    personales, fueron la crisis econmica en los principales pasescapitalistas, a inicios de la dcada del 70, y su correlato

    poltico en la crisis de los gobiernos socialdemcratas y su"estado keynesiano". Como consecuencia se dio el rearme delneo-liberalismo y sus triunfos polticos en Inglaterra, EE UU yAlemania, principalmente. Por ltimo, la crisis del llamado"socialismo" y sus paradigmas, que tuvo en los sucesos dePolonia una de sus primeras y principales manifestaciones.

    En el plano terico, en su ltima etapa de socialdemcrata,Vargas Llosa, haba redescubierto a Albert Camus. El

    pensamiento de Camus fue el hilo conductor que lo gui hacalas ideas de Friedrich von Hayek, Isahas Berln, y sobre todode Karl Popper. Este ltimo ser, en el plano histrico-filosfico, quien resolver las dudas que no pudieron serresueltas por el novelista francs, y as brind a Vargas Llosa

    un nuevo absoluto terico en qu creer y que tanto extra ensu etapa social-demcrata. Veamos, sucintamente, las

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    principales ideas del filsofo austriaco que ms influencia hantenido en Vargas Llosa, haciendo la aclaracin que elnovelista asume las mismas en su forma ms extrema y de esa

    manera terminan muchas de ellas desfiguradas y haciendodecir a Karl Popper lo que l nunca dijo.Popper en su primera juventud fue marxista, adems hizo

    trabajo de proyeccin social con gente pobre y sobre todo connios, por algn tiempo junto a Alfred Adler, en las afueras deViena; posteriormente se convirti en un neo-liberal. Con estaideologa y con 41 aos public DIE OFFENE

    GESELLSCHAFT UND IHRE FEINDE (1943) (La sociedadabierta y sus enemigos). En este libro Popper se proponecombatir histrica y filosficamente al marxismo; lo hace enel plano del materialismo histrico, en la medida que Marxsera, segn Popper, uno de los mximos representantestericos de la "sociedad cerrada" que se desarrolla desdeGrecia hasta nuestros das en pugna con la "sociedad abierta".

    Los argumentos mas conocidos de los tericos de la"sociedad cerrada" seran el historicismo, el cientificismo, eldeterminismo econmico, de clase, de raza, de cultura y denacionalidad, y el naturalismo; ideas que combinadas o porseparado, son la fuente del fanatismo ideolgico. El fanatismoideolgico ciega a los hombres y como consecuencia, en lamayora de los casos, termina justificando el totalitarismo de"izquierda" o de "derecha", como mxima expresin de la

    sociedad cerrada.La "sociedad cerrada" comenz a ser ideada y justificada,

    principalmente, por Herclito, Platn y Aristteles en Grecia,continuada por los idelogos catlicos de la Edad Media,

    pasando por Maquiavelo, hasta llegar a Hegel y Marx, susmximos representantes. Sern estos ltimos quienes hanideado y sistematizado, en gran medida (en Marx, sobre todo

    sus seguidores) los dos sistemas totalitarios ms influyentes y

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    ltimos aos de la dcada del 70 trabajaba en el plano terico-prctico con la misma ideologa que Vargas Llosa acababa deasumir: "El trabajo de De Soto, dice Gorriti, impresion

    profundamente a Vargas Llosa. A la vez, mayores cambios seencontraban en gestacin. Su percepcin creciente de que lasocial-democracia intelectual tena un dbil centro degravedad, lo llev a cuestionar sus fundamentos mismos".(Gorriti 1990: 27)

    Y fue en el prlogo a EL OTRO SENDERO deleconomista de Soto, donde el novelista expone por primera

    vez su nuevo credo ideo-poltico. La base de su argumentacindescansa en evidenciar como se ha desarrollado "la economainformal". Sus gestores, los "informales", demuestran con estehecho que es posible desarrollarse y sobrevivir en elcapitalismo, gracias a su iniciativa y capacidad "individual"que la "libertad" y el "libre mercado" les brinda. Todo estoest enmarcado dentro del subdesarrollo de las sociedadeslatinoamericanas y del Tercer Mundo, condicionado por las"polticas mercantilistas" que las clases dominantes de estos

    pases han implementado a lo largo de dcadas.Este "mercantilismo" tiene que ver con el papel que ha

    desempeado el Estado en el proceso econmico, quien atravs de muchas formas, entre ellas la "telaraa legal", enlugar de facilitar el libre desarrollo de este "capitalismo

    popular", frecuentemente lo entraba y hasta lo asfixia en

    funcin de "minoras corruptas". Es la "burguesamercantilista" quien ha logrado los mayores beneficios de estesistema, debido a sus vnculos polticos con el Estado.

    Vargas Llosa reprocha la incapacidad del "Estadomercantilista", en estos trminos: "Un Estado grande no essinnimo de fuerte, sino, en la mayora de los casos, de loopuesto. Esos inmensos entes que en nuestros pases drenan

    las energas productivas de la sociedad para alimentar suestril existencia, son, en verdad, colosos con pies de arcilla.

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    Su propio gigantismo los vuelve torpes e ineptos y suineficiencia e inmoralidad los priva de todo respeto yautoridad, sin los cuales ninguna institucin u organismo

    puede funcionar cabalmente". (de Soto 1986: 28)Y haciendo suya la alternativa que propone el libro,escribe: "El otro sendero defiende un proyecto social quesupone una transformacin de la sociedad no menos profundaque la que quisieran los sectores ideolgicos ms radicales.Porque significa cortar de raz con una antiqusima tradicinque, por inercia, egosmo o ceguera de las lites polticas, ha

    ido consustancindose con las instituciones y los usos ycostumbres del pas oficial". (de Soto 1986: 29)En conclusin: los "sectores mercantilistas", (ayer la

    aristocracia y hoy un sector de la gran burguesa y su "Estadoempresario") han sido cuestionados por la "prctica creadora ylibre de la economa informal" y como consecuencia lasolucin pasa por "cortar de raz" esta vieja tradicinmercantilista; esto implica hacer una revolucin democrtico-liberal en Amrica Latina y en el Tercer Mundo, y as permitirque las fuerzas productivas se liberen y el capitalismo"popular" se realice plenamente, como el europeo en su etapaascendente. Hernando de Soto, algunos aos despus declarque con la irrupcin de los "informales" y el "capitalismo

    popular" en contra del "Estado mercantilista" en"Latinoamrica se est generando una revolucin de grandes

    proporciones, como la francesa de 1789". (de Soto 1992: 2)En el ao 1990, en relacin al mercado, punto clave en la

    argumentacin neoliberal de Vargas Llosa, declar: "Mire, elmercado disciplina un pas, sobre eso no hay ninguna duda. Enel momento en que para sobrevivir hay que tener xito, ycuando para tener xito no hay otra manera que ser eficiente,la gente se tiene que disciplinar porque sino el mercado, que

    puede ser muy generoso premiando la eficiencia, puede sermuy cruel castigando la ineficiencia. Eso disciplina un pas.

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    (...) Si creamos una genuina economa de mercado eso lovamos a tener y eso nos va a disciplinar mejor que cualquierdecreto autoritario o amenazante". (Autores varios 1990: 16)

    Algunos meses despus Vargas Llosa critica lasocialdemocracia europea y subrayando el papel del mercado,escribe: "Lo cierto es que hoy queda muy poco en pie enEuropa de esa filosofa populista. Y aun en el resto del mundocada vez parece ms una verdad de Pero Grullo decir que lalibertad poltica y la libertad econmica son una sola y que sinesta ltima es muy difcil, cuando no imposible, la creacin

    sostenida de la riqueza. Y, tambin, que cuanto ms libre seael funcionamiento del mercado y ms vasta su accin estarmejor defendido el inters general, armonizados mssensiblemente los intereses individuales y sectoriales con losdel conjunto de la colectividad". (Vargas Llosa 1994: 13)

    En 1992 recordando al economista Friedrich von Hayek yhaciendo suyas sus opiniones, arremete contra todos los queno profesan el neo-liberalismo: "La crtica feroz de Hayek alconstructivismo no se detiene en el colectivismo de losmarxistas ni en el Estado-benefactor de socialistas ysocialdemcratas, ni en lo que el social cristianismo llama el

    principio de la 'supletoriedad', ni en esa forma degenerada delcapitalismo que es el mercantilismo, es decir, las alianzasmafiosas del poder poltico y empresarios influyentes para,

    prostituyendo el mercado, repartir ddivas, monopolios y

    prebendas". (Vargas Llosa 1994: 106)Dentro de las diferentes tendencias en el seno del neo-

    liberalismo la versin de Vargas Llosa es extremista; su neo-liberalismo slo es compatible con el de los autores delMANUAL DEL PERFECTO IDIOTALATINOAMERICANO. En el prlogo al libro nos recuerdaque el colombiano Apuleyo Mendoza, el cubano Montaner y

    su hijo lvaro, fueron en su pasado, tambin como l,izquierdistas radicales, pero: " ... los tres son ahora liberales,

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    en esa variante desembozada y sin complejos que es tambinla ma, que en algunos terrenos linda con el anarquismo y a laque el personaje de este libro -el idiota de marras- se refiere

    cuando habla de `ultraliberalismo o `fundamentalismoliberal". (Autores varios 1998: 12)Vargas Llosa plantea como modelo alternativo al

    "mercantilismo" (aqu engloba a todos, especialmente a lasocial-democracia y al socialismo) las sociedades modernascomo sinnimo de sociedades capitalistas. Europa, EE. UU ylos denominados "tigres del Asia" son los smbolos del

    progreso. "Para m, declara, la modernidad est representadapor ese tipo de sociedad abierta, liberal, democrtica, que estligada a la idea de desarrollo, de propiedad, de coexistencia enla legalidad. Ese es para m el concepto de modernidad, optar

    por ese tipo de sociedad". (Autores varios 1990: 10)Una de las pocas crticas directas que hace Vargas Llosa a

    los idelogos del neo-liberalismo o sociedad "moderna", es elno haber teorizado con seriedad sobre el problema del arte: "...ninguno de los grandes pensadores de la sociedad abierta, dePopper a Hayek, o de Ludwig von Mises a Robert Nozik, hareflexionado en profundidad sobre este tema. En ninguno delos pases democrticos hay en este campo una poltica que se

    pueda llamar ejemplar, un modelo para otros". (Vargas Llosa1994: 28 y 29)

    Por el contrario: "... la sociedad democrtica y liberal ha

    conseguido volver al arte algo totalmente inocuo, cuando nofraudulento y risible, un quehacer disociado de la vida y los

    problemas, de las necesidades humanas, una prestidigitacinsin alma, una mercanca con la que los mercaderes especulan ylos polticos se publicitan a s mismos y se auto-otorgandiplomas de mecenazgo y espritu tolerante y progresista. saes tambin una manera, muy barroca, de 'degenerar' la vida

    cultural". (Vargas Llosa 1994: 100)

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    Lo escrito por Vargas Llosa expresa un problema generalque hasta hoy la burguesa, en cualquiera de sus facciones(neo-liberal, conservadora o social-demcrata) no ha podido

    solucionar. Cincuenta aos antes de lo escrito por el novelista,el profesor Keynes haca su crtica al sistema capitalista,tambin en torno al arte. Con algunas pequeas diferencias, lascrticas son coincidentes, leamos: "La explotacin ydestruccin incidental del don divino del artista pblico, al

    prostituirlo en pro de la ganancia financiera, es uno de los peores crmenes del capitalismo de la hora actual. Es difcil

    decir cual sera la mejor forma de que el Estado desempearael papel que le toca. Debemos aprender por ensayo y error.Pero cualquier cosa sera mejor que el sistema presente. Hoyen da, la posicin de los artistas de todas las clases esdesastrosa". (Williams 1989: 177)

    Desde 1993 los gobiernos de los ms importantes pasescapitalistas del mundo que se orientaban por el neo-liberalismo entraron en crisis. Esta crisis en el planoeconmico es resumida por el economista M. Escudero: "Lomalo fue que el radicalismo neoliberal no era moderado, sinofundamentalista, y no era flexible, sino dogmtico. Ladesregulacin financiera que impuls, y su poltica monetariadirigida exclusivamente al control de la masa monetaria,aceleraron la globalizacin de los mercados financieros. Perosi el neoliberalismo sirvi a la globalizacin, esta ltima ha

    sido el mejor exponente de su fracaso: una vez ms, larevolucin se ha comido a sus hijos. El axioma neoliberal dela autorregulacin de los mercados financieros internacionalesha tropezado con la evidencia de los abultados eindiscriminados desbarajustes que los flujos financierostransfronterizos dejados a s mismo pueden producir".(Escudero 1999: 15)

    Como consecuencia de esta crisis sus representantes polticos perdieron sucesivamente los gobiernos (EE UU,

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    Inglaterra, Francia y Alemania) y la social-democracia, consus variantes, vuelve al control de los gobiernos de estos

    pases. Ms an, cuando a partir de 1998 se inici la crisis

    econmica de los llamados "tigres de Asia", y el neo-liberalismo evidenciaba su declive, Vargas Llosa se resiste aaceptar el hecho de que en cualquiera de sus formas (sea atravs de la empresa privada o la empresa estatal, seanmonoplicas o no, o la combinacin de ambas) lo que elsistema realiza por necesidad tiene como fin el poder seguirejerciendo su dominio y control. El novelista se empecina e

    insiste que la solucin slo es posible a travs del "catecismo"neoliberal. Si esta receta no ha dado los resultados " ... esporque no se ha aplicado radicalmente el sistema del mercadolibre". (Autores varios 1999: 14)

    En su crtica a esta opinin el investigador R. Follariescribe: " ... es conocido el recurso `espistemolgico a queacuden los neoliberales, segn su modelo ideal decompetencia perfecta pensado para mercados pequeos a finesdel siglo XVIII y completamente incompetente para referirse aeconomas complejas como las actuales: se supone que losmales del liberalismo debieran siempre combatirse con msliberalismo. Es decir que los neoliberales son tautolgicos, sus

    premisas carecen de posibilidades de someterse a refutacin:si se advierte los problemas en cualquier caso concreto deaplicacin de la teora, remiten siempre a que no se habra

    privatizado lo suficiente. O -cuando les conviene- apelan aaquel viejo y falso slogan que recita que lo neoliberal resultaincompatible con gobiernos autoritarios (olvidando aPinochet), o corruptos (olvidando a la administracin Menemo a la de Salinas de Gortari)". (Follari 1998: 154)

    En 1999, nuevamente Vargas Llosa insiste en que la nicaforma de salir del subdesarrollo es crear sociedades de

    propietarios y eso se consigue gracias a una economa libre demercado, que debe ser activada mediante las privatizaciones;

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    pero a la vez acepta, por primera vez, que estas medidasrecomendadas por el neo-liberalismo, impuestas por el FondoMonetario Internacional, y llevadas a la prctica por los

    gobiernos por ms de 25 aos en Amrica Latina, no han sidosolucin a los problemas, simplemente porque se han hecho enfuncin de intereses creados: "En Amrica Latina, con pocasexcepciones, eso no se ha hecho. Se han privatizado lasempresas, muchas veces transfiriendo monopolios pblicos amonopolios privados Esa es una fuente de corrupcin terrible;(...) La privatizacin ha servido para favorecer a grupos, a

    gentes vinculadas al propio gobierno, y entonces, claro, esoproduce una inmensa frustracin". (Autores varios 1999: 8)Luego declara que la distribucin de la riqueza en

    Amrica Latina -l no dice por qu- ha empeorado a gradosextremos: "Amrica Latina es el continente donde lasdesigualdades econmicas se han acentuado ms en todo elmundo; el 10 % de los latinoamericanos ricos tienen el 40 %de toda la riqueza, y el 75 % restante se distribuye el 30 % dela riqueza. Es un desequilibrio muchsimo mayor, ya no sediga que Europa o la de Estados Unidos, sino que las de Asia,

    por ejemplo, y el frica". (Autores varios 1999: 7)A pesar de esta realidad, el neo-liberalismo an mantiene

    influencia en el plano acadmico y de investigacin, pero anivel prctico, desde el primer gobierno de Bill Clinton en losEE UU (1993), se han comenzado a retomar las polticas

    econmicas proteccionistas recomendadas, hace ms de 60aos por Keynes; as nos lo confirma el profesor J. K.Galbraith, cuando en 1998, declar: "Es curioso cmoactualmente se puede observar una reaccin en el ms puroestilo keynesiano: Washington urgi a Japn a tomar medidas

    para estimular el consumo, reducir el desempleo y rebajarimpuestos. Estos consejos los veremos tambin aqu muy

    pronto si tenemos una recesin en EE UU. Esto demuestra que

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    John Maynard Keynes ha pasado de moda en la teora, pero noen la prctica". (Turiera-Puigr 1998: 18)

    La crtica de los neo-liberales al "mercantilismo",

    "proteccionismo", "estatismo", etc, es acertada; de igualmanera la crtica de los socialdemcratas al "fetichismo delmercado", al "capitalismo salvaje" y al "capitalismo sincorazn". Lo que no debe olvidarse es que estas formas queadopta el capitalismo, son parte del juego que el sistema poneen prctica, ms por necesidad que por deseo, en funcin de sudesarrollo y supervivencia.

    Por lo tanto no debemos sorprendernos si hoy, ante elinicio de la crisis de la economa del "libre mercado", el "neo-keynesianismo", como ya lo viene en parte haciendo (6),nuevamente oriente por algn tiempo la vida econmica-socialde los principales pases capitalistas del mundo, y ante unaeventual nueva crisis de este modelo, el sistema se ver en lanecesidad de retomar, una vez ms, con otro nombre, las ideasdel neo-liberalismo en cualquiera de sus variantes, y as,sucesivamente.

    Con estos cambios, algunos particulares que controlan elpoder econmico pueden perder y otros ganar, pero el sistemaen su conjunto gana. Con los pobres la imagen es diferente:con estos cambios y contradicciones dentro del sistema algnsector de ellos podr coyunturalmente mejorar su situacin,

    pero en el fondo, seguirn siendo sustancialmente los mismos.

    Vargas Llosa critica con mucha vehemencia, no sin razn,a los monopolios estatales, pero no as a los monopolios

    privados, (que no tienen problemas en someterse, tambin,monoplicamente hablando, a las leyes del mercado). Todaslas esferas de la vida han sido penetradas por estos pulposeconmicos, que violenta o pacficamente han impuesto susreglas y sus principios.

    El arte, la literatura, la ciencia, la tecnologa, el deporte,por no hablar de la economa y la poltica, estn controlados,

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    casi totalmente, por esos consorcios multinacionales. VargasLlosa, en parte nos da la razn, cuando retomando el tema delarte (el de la pintura y los pintores) denuncia el rol de los

    monopolios. El prefiere llamarlos "mafias": "El nico criterioms o menos generalizado para las obras de arte en laactualidad no tiene nada de artstico; es el impuesto por unmercado intervenido y manipulado por mafias de galeras ymarchands y que de ninguna manera revela gustos ysensibilidades estticas, slo operaciones publicitarias, derelaciones pblicas y en muchos casos simples atracos. (...) en

    el caso de la pintura es el sistema el que est podrido hasta lostutanos, y muchas veces los artistas ms dotados y autnticosno encuentran el camino del pblico por ser insobornables osimplemente ineptos para lidiar en la jungla deshonesta dondese deciden los xitos o fracasos artsticos". (Vargas Llosa1997: 13)

    Estas afirmaciones del novelista siendo acertadas no sonnuevas. Pero estas crticas no deben reducirse slo al arte. Locierto esto es constitutivo a las leyes del sistema. Ese sistema"podrido" del cual habla Vargas Llosa, no se reduce a esenivel, se repite, por ejemplo en el ms popular de los deportes,el ftbol. En el Campeonato Mundial realizado en Francia(1998), los que en el fondo compitieron fueron las principalesempresas monoplicas de artculos deportivos (Nike, Adidas,etc) con los colores y camisetas de los pases participantes.

    Adems de las empresas estn los organismos econmicosinternacionales, y el pas que tiene mayor ingerencia eincidencia en estos organismos secretos, antidemocrticos ydictatoriales es los EE. UU; por lo tanto es uno de los

    principales responsables de esta situacin. Pero Vargas Llosano ve nada de esto, por el contrario, sostiene que los EE. UUes el lder de la democracia y la libertad en el mundo y que

    Amrica Latina debe comprometerse sin reticencias con estetipo de sociedad: "En lo que a nosotros se refiere, es decir, a

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    los latinoamericanos que estamos empeados en el combatepor la libertad, es necesario que entendamos que este combatenos obliga a acercarnos y tomar partido resueltamente, sin

    subterfugios ni trampas, por las sociedades abiertas ydemocrticas del mundo libre cuyo liderazgo ejercen losEstados Unidos". (Vargas Llosa 1990: 450)

    Vargas Llosa, con lo dicho sobre los EE. UU,exteriorizaba por primera vez en su trayectoria poltica suadmiracin por el pas que en otros tiempos representaba paral "al imperialismo ms voraz de los ltimos siglos". l

    comprende que los sistemas y las ideas se concretizan en personas, y Margaret Thatcher fue quien simboliz lo mejorque haba producido el neo-liberalismo en las ltimas dcadas.

    El novelista siente hacia ella una admiracin sin lmites:"Pero slo a uno de ellos, profesaba esa admiracin sinreservas, esa reverencia poco menos que filial que no hesentido por ningn otro poltico vivo, y s, en cambio, pormuchos intelectuales y artistas (como Popper, Faulkner oBorges): la seora Thatcher". (Vargas Llosa 1994: 11)

    Luego Vargas Llosa es desbordado por su emocin yescribe: "En cuanto a ella, quiero poner en letras de imprentala frase que acompa a las flores que le envi apenas supe lanoticia de su cada: Seora: no hay palabras bastantes en eldiccionario para agradecerle lo que usted ha hecho por lacausa de la libertad". (Vargas Llosa 1994: 15)

    Hemos visto en la ltima parte de este captulo cmoVargas Llosa se adhiere a las posiciones ms extremas delneo-liberalismo, llamado tambin "ultraliberalismo" o"fndamentalismo liberal". Por esta razn l denomina aalgunos liberales y neoliberales "liberales embozados" o"liberales acomplejados", los que estaran representados poruno de los mayores representantes del liberalismo clsico, A.

    Smith, seguido por el filsofo K. Popper y terminando con O.Paz.

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    Mientras que los autnticos liberales " ... de esa variantedesembozada y sin complejos", adems de l, son el periodistacolombiano Plinio Apuleyo Mendoza, el periodista cubano

    Carlos Alberto Montaner y el periodista peruano, hijo deMario Vargas Llosa, lvaro Vargas Llosa, conocidos tambincomo "los cuatro cruzados del anticomunismo" en AmricaLatina.

    Para comprender el por qu algunos liberales o neo-liberales son para Vargas Llosa "embozados" o"acomplejados", examinemos algunas ideas centrales de Adam

    Smith. El economista comprendi una de las consecuencias dela divisin social del trabajo en la sociedad capitalista: laautomatizacin del trabajador. Criticando esta situacinsostuvo que el Estado, a travs del gobierno, podra impediresa degeneracin y estupidez a la cual son reducidos losobreros: "Un hombre que dedica toda su vida a realizar unascuantas operaciones simples, cuyos efectos son tambin,quizs, siempre los mismos, o casi los mismos, no tieneocasin para ejercitar su entendimiento y se convierte engeneral en una criatura tan estpida e ignorante como es

    posible que llegue a ser una criatura humana (...) Pero en todasociedad adelantada y civilizada ste es el estado en que los

    pobres trabajadores, es decir, la gran masa del pueblo, debenecesariamente caer, salvo que el gobierno se esfuerce porimpedirlo". (Smith 1999: 717)

    En otra parte, describe los tres principales deberes delgobierno para con la sociedad: "Primero, el deber de protegera la sociedad de la violencia e invasin de otras sociedadesindependientes. Segundo, el deber de proteger, en cuanto sea

    posible, a cada miembro de la sociedad frente a la injusticia yopresin de cualquier otro miembro de la misma, o el deber deestablecer una exacta administracin de la justica. Y tercero, el

    deber de edificar y mantener ciertas obras pblicas y ciertasinstituciones pblicas que jams ser del inters de ningn

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    individuo o pequeo nmero de individuos el edificar ymantener, puesto que el beneficio nunca podra romper elcoste que representaran para una persona o un reducido

    nmero de personas, aunque frecuentemente lo reponen concreces para una gran sociedad". (Smith 1999: 660)Smith sabiendo "... que la cuna y la fortuna son las dos

    principales circunstancias que elevan a unas personas sobreotras", sostiene que el Estado, entre otras tareas, tiene quecontrapesar ello responsabilizndose de la educacin de los

    pobres: "La educacin del pueblo llano requiere quizs ms la

    atencin del Estado en una sociedad civilizada y comercialque la de las personas de rango y fortuna". (Smith 1999: 719)Por ltimo en la parte final del libro subtitulado DE LOS

    INGRESOS DEL SOBERANO O DEL ESTADO, Smith sededica al anlisis de los diferentes tipos de impuestos para quecon dichas recaudaciones el Estado tenga los fondossuficientes y pueda cumplir con los gastos de laadministracin de justicia, del ejrcito, del gobierno, de losservicios pblicos, etc.

    En los ltimos aos de su vida, el filsofo austriaco KarlPopper, al comprobar las consecuencias de las polticas neo-liberales, sobre todo en Inglaterra y los EE UU y

    particularmente en el plano psico-social, sin apartarse del neo-liberalismo, sostiene que en EE UU hay un descontrol en eluso de la TV, que los nios en este pas ven