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    Recibido: 22/05/2003Aceptado: 03/06/2003

    * Licenciado en Bellas Artes.Profesor E.S.C.R.B.C. Madrid.

    ** Diplomada en Conservacin yRestauracin de BB. CC.

    Introduccin

    Hoy por hoy las reproduccionestridimensionales de los bienesculturales soportan una imagentan negativa que han llegado a

    tacharse de intentos descarados de

    falsificacin, de fraudes o, cuantomenos, de ser actuaciones sospe-chosas promovidas por interesesocultos. Esta inmerecida mala famase aleja de los valores que desde elpunto de vista didctico e informa-tivo aportan a la sociedad, sin olvi-dar una labor primordial: la conser- vacin del Patrimonio. Por aadido,a menudo esta prctica parece aso-ciarse con oficios de segundo ordenpropios de aficionados y han llega-do a ser comparadas con la fabrica-cin en serie de muecos plsticos,cuando, por lo general, son cuida-dosos trabajos llevados a cabo por profesionales capaces de aplicar unjuicio crtico y exacto sobre las posi-

    bilidades y necesidades de interven-cin sobre un original, siempre des-de el conocimiento profundo y elrespeto de su compleja esencia y entorno.

    Qu hace que trascienda tantola idea de original hoy da?

    En el original se deposita el senti-miento de exclusividad: un nicodocumento matrico poseedor de unacarga temporal, cultural y emocional.

    Si se trata de un objeto artsticoimplicar adems una creacin, una voluntad de arte producto de unproceso consciente y subconscien-te. Este elemento se recubrira enton-ces del aura de la que hablaba Walter Benjamin en relacin al cultoprofesado a estas obras desde losalbores de la humanidad. En estecaso el placer que se siente delantedel objeto no vendr dado tan slo

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    EL VALOR DOCUMENTAL DELAS COPIASRafael Berjano Delgado* y Pilar Fernndez Coln**

    Este artculo pretende hacer un anlisis de acercamiento a la valoracin de lascopias y reproducciones tridimensionales, tanto en lo que se refiere a ellas comofuentes documentales de informacin, como en lo que suponen como alter-nativa de conservacin de originales en determinadas circunstancias.Se intenta al mismo tiempo adentrarnos en las razones que pudieran haber moti- vado esta prdida de valoracin, que lleva a confundir, incluso a personas cer-canas a la Conservacin del Patrimonio, el concepto de falsificacin o falso conel antnimo de original.Palabras clave: copia, reproduccin, facsmil, original, autntico, falsificacin,prdida de valoracin, fuente documental, tcnica de conservacin.

    THE DOCUMENTARY VALUE OF COPIESThis article aims to provide an insight into the value attached to three-dimen-sional copies and reproductions, both in terms of their use as documentary sources of information and as a conservation option for originals in certain cir-cumstances.It also attempts to explain the reasons behind their diminished value, which leads

    even people familiar with heritage conservation to confuse the concept of falsi-fication or fakery with the opposite meaning of the original. Key words: copy, reproduction, facsimile, original, genuine, falsification, dimi-nished value, documentary source, conservation technique.

    Ptina. Diciembre 2003. poca II. N 12, pp. 85-91. ISSN:1133-2972 ENSAYO

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    por su esttica o por su antigedad,sino que adems estar en propor-cin a la cognicin que se tenga delmismo o de su autor o autores, y desu encuentro con todo ello a travsde la creacin original. Se trata, por tanto, de un factor emocional deacercamiento, de participacin con

    la idea creativa y en ltima instancia,de la comunin con el artista a tra- vs del tiempo. Pero esta complici-dad atemporal requiere de unosconocimientos que no posee lamayor parte del pblico1.

    Hasta la Ilustracin el ideal de lonovedoso, lo original, careci deimportancia en s mismo y la apre-ciacin de la obra quedaba satisfe-cha con la repeticin y copia de lamisma; no fue hasta el siglo XIX,durante el Romanticismo, cuandolos testimonios culturales adquirie-ron su valoracin actual. Desdeentonces el valor del original pare-

    ce ser que viene dado por el simplehecho de ser precisamente original,nico, excepcional y de considera-cin particular, ya que no todo elmundo est sensibilizado de la mis-ma manera para percibirlo; la apre-ciacin que un individuo tiene fren-te a una obra es algo ntimo y depender de su grado de conoci-mientos, vivencias, sensibilidad, ascomo del momento histrico, cul-tural o moda que est viviendo.

    Hoy da, tenemos un amplioacceso a la informacin y por tantoa la cultura. Los medios de difusinde la misma se han multiplicado y aunque podemos acceder cmoda-mente a miles de imgenes, se insis-te en el acercamiento al original y esademanda, que exige el pblico, qui-zs venga dada por la ignorancia delas posibles alternativas de las quepuede disponer o por la idea asumi-da de que el original es lo nico bue-

    no. Quizs debido a este desmesu-rado exceso de informacin haalcanzado una exagerada relevanciael hecho de poder ver, tocar u or deprimera mano. Parece que visitar ciertos lugares u objetos es consi-derado por muchos motivo de pres-tigio y de status social.

    De todos modos, el profano sesuele mover por la idea del valor delo real, no por la realidad en s yaque no tiene los conocimientos nece-sarios para discernir lo que es autn-tico, y por tanto valioso, de lo queno lo es, y de igual manera est suje-to a las modas y a las corrientes de

    opinin (sentimiento de colectividaddirigido por factores de mercado,polticos, econmicos, etc.). As, elpblico dar por bueno lo que ledigan que es bueno y a menudo sesiente decepcionado o sorprendidopor la falta de semejanza de los ori-ginales con lo que ha conocido conanterioridad a travs de reproduc-ciones, sobre todo fotogrficas.

    Cuando el nefito visita unaexposicin, un museo o una iglesia,busca ver lo que reconoce con facili-dad, lo que espera de las formas cul-turales, lo que valora como autnti-co, y suele pasar de largo o considerar de poco inters aquello que se pre-senta como copia. Paradjicamente,

    a la salida suele comprar todo tipo derecuerdos de los objetos admiradosprincipalmente en forma de postales y reproducciones tridimensionalesde ms o menos calidad; unos false-ados objetos nicos concebidos paraconvertirse en posesiones ficticias deloriginal y destinadas a ser exhibidasante s mismo o ante los demshaciendo alarde presuntuoso o sen-timental del yo lo vi, yo lo conoz-co, yo estuve all, ya que paramuchos la visita a los sitios cultura-les es ms por necia jactancia que por verdadero placer o por adquirir cul-tura o informacin como la que dancumplidamente las copias.

    El original va por tanto asociadoa un prestigio cultural, poltico o eco-nmico y suele utilizarse como prop-aganda o imagen. Debido a ello,muchas veces su valor se sobredi-mensiona y aquellas alternativas queofrecen los mismos cometidos amenudo son menospreciadas; antetodo se busca la posesin del obje-to original colectiva, particular, inte-

    lectual o ficticia y el disfrute delmismo como experiencia diferen-ciada, aunque sea de modo efmero.Una muestra evidente de la prepo-tencia y el desprecio a la cultura quecomporta este prestigio social ocu-rri hace unos aos con un Moai dela Isla de Pascua2. La estatua, de msde tres toneladas, fue trada aBarcelona desde Chile para ser laimagen publicitaria de una exposi-cin patrocinada por una entidadbancaria; durante el traslado, la escul-tura sufri graves daos que hubie-ran sido evitados si se hubiese susti-tuido por una copia, una alternativa

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    Izquierda: copia de David de Miguel ngel situada en la Plaza de la Seora de Florencia, en el lugar que ocup laescultura original. En Italia: revelacionesde una historia vital. Exposicin fotogrfi-ca. Alberto Grate Rivera y Luis Fernando

    Oviedo. URl: www.mxl.cetys.mx Derecha: Discbolo de Mirn. Copia ro-mana de un molde reconstruido.URL: thales.cica.es/rd/recursos

    Rafael Berjano y Pilar FernndezENSAYO

    1 Rielg, A. (1903 ): El culto moderno a los monumentos.

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    ms viable pero carente del suficienteimpacto social.

    El valor de las copias

    Precisamente el simple hecho de queel original es nico justifica su repro-duccin para que su realidad puedaser conocida. Las copias pretendenduplicar el original con el objeto dedescribir, transmitir y conservar la

    informacin que ste lleva implcita.De esta manera, la rplica se con- vierte en un documento transmisor del mensaje y de la idea del original. As, segn sea el grado de fidelidadde la reproduccin, el testimonioque sta transmita ser ms o menosefectivo.

    Mltiples razones argumentan lanecesidad de la realizacin de copias y esta prctica no debera conside-

    rarse como sospechosa o excepcio-nal. Uno de sus principales motivos,la salvaguardia de la pieza original, amenudo queda oculto bajo un falsosupuesto esttico marginando as sunecesario origen conservador.

    Hoy en da la conservacin delPatrimonio es un argumento polti-camente correcto. Todo el mundo seapunta a la moda de cuidar y respe-tar el legado histrico en los mismostrminos en los que se habla de la

    conservacin del entorno natural.Sin embargo, la situacin es bien dis-tinta, y aunque la legislacin vigente y las normativas internacionales vansiendo cada vez ms precisas y rigu-rosas de cara a la conservacin delPatrimonio, la realidad demuestraque an falta mucho para que nazcauna conciencia ciudadana que otor-gue el debido valor histrico eimportancia a los elementos cultu-

    rales de nuestro entorno, de mane-ra que su cuidado y subsistencia seanfomentados y amparados. La falta deconcienciacin social consiente situa-ciones tan graves como la ya olvida-da destruccin de Dubrovnik ciu-dad declarada Patrimonio Mundial y el bombardeo de la Biblioteca Na-cional y Universitaria de Sarajevodurante la Guerra de los Balcanes; lademolicin de las estatuas de losBudas afganos, o el reciente saqueode la Biblioteca y del Museo Arqueo-lgico Nacional de Bagdad, destrui-dos y mancillados ante la ceguera y la impasibilidad mundial3.

    Al margen de estos casos dram-ticos y extremos, problemticas ms

    cotidianas y sutiles han llevado a plan-tear medidas esenciales destinadas aconservar el legado cultural recibido.Qu hacer para preservar este patri-monio de los inevitables factoresadversos?. Es evidente que la conser- vacin de los bienes culturales pasaen primer lugar por un control de lascondiciones ambientales en las que seencuentran. En el caso de aquellos ele-mentos situados a la intemperie, su

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    Izquierda: Dama de Elche. Museo Arqueo-lgico Nacional, Madrid.URL: webcindario.com/terraeantiqvae /fotos Derecha: Copia de la Dama de Elche si-tuada en los jardines de la Alberca de la Dama, Elche.URL: www.ciberjob.org/jardines/Elche

    El valor documental de las copias ENSAYO

    2 La exposicin Los moai de la Isla de Pascua. Arte y culturas de los Mares del Sur se present en el Centro Cultural de La

    Caixa de Barcelona durante los meses de octubre y noviembre de 1995.Porta, E. y Escalera, A. (1996): La restauracin de un Moai de la Isla de Pascua. En Actas del X Congreso de Conservacin y Restauracin de Bienes Culturales(pp. 937-939). Castelln.

    3 Los daos ocasionados durante los conflictos armados en los bienes culturales, determinaron el desarrollo de los preceptosproteccionistas recogidos en el Convenio de La Haya de 1954.

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    preservacin depender de lo vulne-rables que stos se muestren ante losagentes climticos y al paso del tiem-po, en definitiva, su existencia estaren funcin de su estructura material y de cmo hayan sido protegidos deestos factores desfavorables.

    Tampoco hay que olvidar quehoy da uno de los mayores proble-mas de deterioro de los monumen-tos al aire libre es el vandalismo, fac-tor imprevisible y que denota unagrave falta de conciencia y educacinciudadana. Cabe citar el ejemplo delMuseo de Escultura al Aire Libre deMadrid con obras originales de artis-tas como Julio Gonzlez o Joan Mir,que ante los continuados actos van-

    dlicos sufridos y al no considerar-se la posibilidad de sustituir las pie-zas por copias, se ha tenido querecurrir a video vigilancia para detec-tar a los autores de las posibles agre-siones. Estos admirables intentosde proteccin se ven empaadoscuando se contempla el triste espec-tculo de vandalismo consentidodesde las instituciones con motivode celebraciones deportivas queatentan contra la integridad fsica demonumentos tan emblemticos dela capital como la Fuente de Cibeles.

    Tanto laCarta de Venecia (1964)como laCarta italiana del Restauro(1987), recomiendan la salvaguardiain situ de la obra siempre que con ellono se ponga en peligro la conserva-cin de la misma. Por desgracia, eltiempo y los factores degradantes soncausa insalvable de un deterioro enlos objetos, que si ninguna solucinlo evita, lleva a plantear su cambio deemplazamiento o su sustitucin por copias, y conseguir as preservar eloriginal aun a costa de su alejamien-

    to del lugar para el cual fue ideado oha sido hallado. As ocurri con laestatua ecuestre de Marco Aurelio dela Plaza del Capitolio de Roma y conlos cuatro caballos alados de la puer-ta principal de la Baslica de SanMarcos de Venecia.

    Entonces, esta intervencin queparece la ms razonable, porqu escausa de controversia?, a qu preciose pretende mantener un objeto ensu entorno?. Adems, se debe tener en cuenta que la ubicacin que hoy tomamos por primigenia, en muchoscasos ha variado, aunque eso s, es laque nos hemos habituado a ver y por

    ello juzgamos como adecuada.Cuntas veces las obras pblicas hansacado a la luz restos de antiguos asen-tamientos que enseguida deben ser olvidados o arrebatados a su entor-no de procedencia porque las obrasno se pueden paralizar argumentan-do importantes razones sociales o eco-nmicas. Quizs estos casos resultenmenos dolorosos para el gran pbli-co porque lo indito, lo que an noes popular, carece del componente defamiliaridad, de lo que uno reconocecomo suyo. As, estos restos pasarnpronto al olvido para el profano, deigual manera que hace tan slo untiempo nadie saba de su existencia(ojos que no ven...).

    Ante esta accin imparable deltiempo surgen soluciones tan clarascomo la sustitucin por copias con elfin de que no se pierda el valor docu-mental de la concepcin original alpermitir recuperar una imagen que ya no existe (si el objeto se ha perdi-do definitivamente) o que debe ser retirada de su ubicacin para su con-servacin. Al sustituir al original, seevita perder la idea del todo, de la uni-dad potencial de la obra de la quehablaba Brandi4, respetndose su inte-gridad y mensaje original. El originalpodr conservarse en un lugar msseguro y controlado y podr ser expuesto al pblico si su estado lopermite. As, sobrevivir a su des-ahuciado futuro en espera de que entiempos venideros, las tcnicas obrenel milagro de su reintegracin en sumedio. El David de Miguel ngel fueprecursor en su da de este tipo desustituciones ya que en 1873 se reti-r de su emplazamiento original enla Plaza de la Seora de Florencia y se traslad a la Academia de Bellas

    Artes siendo sustituido por una rpli-ca realizada por el taller de restaura-cin Opificio delle Pietre Dure, que viene haciendo este tipo de laboresdesde hace dos siglos como medidade conservacin frente a los daosque provoca la intemperie.

    En muchas ocasiones, el afn equivocado de no querer actuar por temor a adulterar la imagen dela obra cuando el tiempo ya ha des- virtuado su imagen primigenia, pue-de conllevar la prdida o la degra-dacin irreversible del veneradooriginal. Si aspiramos a su conserva-cin para que en el futuro tengan la

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    Rafael Berjano y Pilar FernndezENSAYO

    4 Brandi, C. (1977):Teora de la Restauracin.

    Arriba: la cuadriga de caballos de bron-ce doraro, primitivamente situados sobrela portada principal de la Baslica de San Marcos en Venecia, ahora se conserva enel Museo de dicho templo.URL: ar.geocites.com/rolandcast/imagenes Debajo: El Museo Victoria & Albert de Artes Decorativas de Londres tiene una sala(The Cast Court) dedicada a exponer copias de grandes obras de arte. Esta ideanaci con una funcin didctica, facili-tar a aquellos estudiantes de arte que notenan posibilidad de viajar, el conoci-

    miento directo de estas piezas maestras.URL: www.the.ohio-state.edu

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    oportunidad de poder disfrutar del, habr que plantearse hasta dn-de queremos llegar con esta idea queen ocasiones aduce a la exigenciaegosta de saborear el momento.

    Esto nos devuelve al eterno debatede cmo se debe, o se quiere trans-mitir a las futuras generaciones loselementos culturales y las ventajas einconvenientes del arte de clonar elarte. Ejemplo de la continua contro- versia que esto suscita fue la pol-mica sustitucin por copias de lasestatuas de laGalera de los Reyesde la Catedral de Burgos ante su pre-cario estado de conservacin5.

    Dentro de este contexto habrque tener en cuenta cul es el papeldel elemento a sustituir en el caso deun conjunto artstico, si se trata de unornato o si presenta un papel sus-tentante. Si el deterioro del elemen-to es grave y se conoce cmo eraantes, no es descabellado considerar la conveniencia de una sustitucincon una copia que devuelva la infor-macin completa, la iconografa y elmensaje que tuvo y que se ha perdi-do en el original. De cualquier forma,es absurdo generalizar y hay que ana-lizar uno a uno cada caso supeditadosiempre a la conservacin.

    Valor didctico. Exposiciones

    La mayor parte de las referencias quese tienen de los bienes culturalesproceden de reproducciones, biensean grficas, audiovisuales, literariaso tridimensionales. La realidad es

    que, aunque estemos muy familiari-zados con ellos, pocas veces hemospodido tener contacto directo conlos originales.

    Como el acceso al original nosiempre es posible, su reproduccinadquiere entonces valor y relevan-cia. En aquellos casos en los que eloriginal ya no existe, la copia nos per-mite conocerlo y disfrutar de l;cuntas obras de la antigedad cl-sica perviven gracias a copias roma-nas que se han visto trocadas en ori-ginales al mantener inclume elcontenido informativo y al habersedepositado, sobre la que en sumomento fue mera rplica, el senti-miento inherente al primero, tras-

    cendiendo la forma y la esencia cre-ativa a la materia perdida.La funcin educativa y cultural

    que sin duda posee el original pue-de desvincularse con facilidad de sucarcter emotivo y verse favorecidapor las rplicas al ampliar enorme-mente su divulgacin didctica. Lademanda cultural es creciente y a veces se contrapone a las necesida-des de proteccin y conservacin delpatrimonio, lo que hace necesariodesarrollar nuevos sistemas exposi-tivos que permitan dar a conocer aquellos bienes considerados frgi-les o muy valiosos sin riesgos para suintegridad6. Tambin es imprescin-dible facilitar el acceso inmediato adichos objetos para su estudio y conocimiento, limitado casi siemprepor la distancia. Se debe proporcio-nar el acercamiento del pblico a lasobras y vestigios inaccesibles, abrien-do as nuevas vas a la cultura quecontemplen toda clase de problemasrestrictivos. Como ejemplo, cabemencionar el caso de aquellas copias

    realizadas para que los invidentespuedan tener conocimiento de losobjetos a travs del tacto.

    En la idea de conservacin y divul-gacin a travs de las rplicas, es cada vez ms habitual la creacin de cen-tros de interpretacin o secciones den-tro de los museos que se sirven dereproducciones para dar a conocer

    bienes, generalmente populares, deacceso restringido. Este es el caso delMuseo Nacional y Centro de

    Investigacin de Altamira y la llamadaneocueva, una rplica exacta de la Sala de Polcromosde la emblemtica cue- va paleoltica que comparte el mismoentorno que la original y que ha con-seguido la aceptacin de un pblicoque, satisfecha su curiosidad con lacopia, visita en gran nmero las ins-talaciones, alejando su exigente y masi-

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    El valor documental de las copias ENSAYO

    5 La prensa en su momento se encarg de recoger la amplia polmica suscitada por este tema:El Puerto: denuncian falsificaciones de figuras de la catedral de Burgos. ABC Andaluca, 13 de marzo de 1999.Estatuas de plstico en la Catedral de Burgos. El Pas, 23 de mayo de 1999.

    La Junta esperar un informe de la UNESCO antes de sustituir las estatuas de Burgos. El Pas, 27 de mayo de 1999.Dilema en la Catedral. ABC, 15 de agosto de 1999.Genevive Oriol avala el uso de copias de estatuas en los monumentos. El Norte de Castilla, 12 de noviembre de 2000.

    6 Calvo, A. (1997): Conservacin en exposiciones temporales: las obras de arte estn vivas!. En Actas de los VIII cursos mono- grficos sobre el Patrimonio Histrico(pp. 221-230). Reinosa.

    Izquierda: utilizacin de rplicas para que los invidentes puedan tener conoci-

    miento directo de la realidad de los obje-tos a travs del tacto. En la exposicin iti-nerante: Atapuerca: un milln de aos(1999-2000).URL: www.Atapuerca.com Derecha: los caballos de la portada prin-cipal de la Baslica de San Marcos sonrplicas de los originales en bronce, aho-ra protegidos en el interior del templo.

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    poltica y econmica excepcional-mente asociada a la proteccin y difu-sin de la cultura y el patrimonio. Laregulacin de la afluencia de visitan-tes a los monumentos est presentecomo medida conservadora funda-mental en la Carta italiana del Restauro, en la que queda expuestala necesidad de que esta norma secumpla de manera estricta. Tambin, y como continuacin de esta polticaprotectora y didctica, se proyect lacopia facsmil de la tumba del faranSeti I, cerrada al pblico desde haceaos por los graves daos naturalesque ha sufrido as como los provoca-dos por el numeroso pblico quesoport durante aos7.

    Las numerosas exposiciones y muestras temporales desplazan cadaao un sin fin de piezas de todo tipoalrededor del mundo. El riesgo quesuponen estos traslados para la inte-gridad de los bienes es altsimo(robos, accidentes, cambios medio-ambientales, etc.) y se trata de miti-gar con cuidadas medidas especficaspara cada transporte. Sin embargo,pese a todas las precauciones que sepuedan tomar, a veces no compen-san los elevados peligros que supo-ne la presencia de una pieza deter-minada en una exhibicin pblica.No se debera exponer nada que notuviera unas medidas de seguridadmximas para su conservacin. Paraevitarlo, la presencia de copias sehace necesaria como alternativa via-ble y menos costosa en aquelloscasos en los que no resulta seguro orecomendable la manipulacin y eltraslado del material original (por sudelicado estado de conservacin, sudesmesurado tamao, su fragilidad,etc.) o bien, ste no se encuentra dis-

    ponible (los restos de los homnidosms antiguos estn sujetos a unacuerdo internacional relativo al usode rplicas como sustitutos de losoriginales en las exposiciones8 ).

    Uno de los objetivos de las expo-siciones y de las colecciones demuseos es introducir al visitante enel conocimiento de un tema, y resul-ta evidente que una buena copiapuede transmitir de manera segura y exacta el mismo mensaje docu-mental y las mismas caractersticas

    fsicas del original. En dichos casos,el espectador debe ser advertido deque est viendo una rplica para nosentirse engaado y evitar equvo-cos. Por desgracia, esta prctica nosuele ser habitual, quizs debido altemor de los exhibidores a la posi-ble prdida de inters por la mues-tra de una gran parte del pblico.

    Sometidos a la aberrante consi-deracin de que los bienes culturalesson un llamativo objeto de comercio,en muchas ocasiones se demanda eloriginal pese a que por su propiaseguridad deba exponerse bajo tanrigurosos controles que evitan sucmoda contemplacin; a veces losoriginales son tan mal expuestos que

    su esencia cultural se reduce a unamera atraccin de feria en la queresultara difcil saber si el objetoobservado es un original o una copiamerecera en estos casos arriesgar-se a las molestias y a las amenazas deun traslado?. Posiblemente no.

    El traslado temporal o definitivode bienes emblemticos es motivo debatallas sociales relacionadas con eldeseo de posesin de aquellos origi-nales considerados sea de identidadde un pueblo. En ocasiones, bajo elardor reivindicativo del nacionalismocultural, se destapan poderosos mvi-les polticos, econmicos y propa-gandsticos donde la conservacin dela pieza pasa a ocupar un segundoplano. En dichos conflictos, las copiaspodran considerarse la solucin msconciliadora para solventar estos jui-cios salomnicos. ste es el caso de Dama de Elche(Museo ArqueolgicoNacional de Madrid), declarada ina-movible con carcter universal por laDireccin General de Bellas Artes por ser una pieza nica, irremplazable y

    clave del Patrimonio Histrico Na-cional. Pese a ello, no tiene prohibi-da su reproduccin, y de hecho, seha iniciado un proyecto medianteavanzadas tcnicas digitales para suduplicacin con destino al Museo Arqueolgico de Alicante.

    Reintegraciones y copias

    En el caso de aquellas piezas quepresentan grandes lagunas o prdi-

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    7 El Museo Arqueolgico Nacional acogi a finales de 2002 la presentacin del proyecto de la reproduccin facsmil de la tum-ba del faran Seti I a escala 1:1, una muestra de diecisis metros cuadrados que reproduce una de las paredes de la cmaramortuoria del faran.

    8 Macarrn, A. M. y Gonzlez, A. (1998): La conservacin y la restauracin en el siglo XX . Madrid. Tecnos.

    Arriba: estatua equestre de Marco aure-

    lio, de bronce dorado. Se conserva en elinterior del Museo Capitolino de Roma.URL: www.museicapitolini.org Debajo: Copia de la estatua de Marco Aurelio que sustituy a la original en la Plaza del Capitolio de Roma.URL: www.christianismus.it

    va presencia del perjudicado vestigiopictrico. De esta manera, el fin ha jus-tificado los medios, la rplica se haconvertido en una atraccin tursticageneradora de ingresos y una victoria

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    das de material que lleguen a des- virtuar su grado de transmisininformativa, sera lgico plantear-se la creacin de copias capaces dedar la informacin completa sinnecesidad de intervenir sobre el ori-ginal salvo, claro est, en aquellascircunstancias en las que una rein-tegracin volumtrica sea un posi-ble medio de sustentacin. LaCarta de Venecia admite aadidos en lasobras cuando stos sean necesariospara su consolidacin y si respetanlas partes interesantes del monu-mento, el trazado tradicional, elequilibrio compositivo y las relacio-nes con el medio.

    Como ya propuso Rielg, las fal-

    tas que sufre un objeto, sntomas desu deterioro y testimonio de vida,deben ser completadas para recu-perar su valor histrico y documen-tal. Esta actuacin regeneradoradeber hacerse en una copia, bajo elprincipio de que ningn aadidodebe ser fruto de la invencin. Deesta manera, el objeto, el nico, seconserva inalterado, con sus caren-cias heredadas, sin intervencionesinnecesarias y alejado de todo false-amiento posible, y la copia, el nue- vo y completo elemento de estudioe investigacin, servir para contri-buir a detener el desgaste del docu-mento original.

    Conclusin

    Los heterogneos intereses e ideo-logas sociales y culturales han sidomotivo de controvertidas accionesrelativas al Patrimonio. Preservar losbienes culturales no puede estar condicionado por posturas ambi-

    guas y la utilizacin de rplicas nodebera dejarse aconsejar por otrosargumentos que no sean conserva-dores o didcticos. Los a veces lla-mativos esfuerzos y las actuacionesencaminadas a defender el patri-monio no consiguen disimular la

    escasa preocupacin existente alrespecto. La salvaguardia del Patri-monio no suele considerarse untema atrayente para la financiacinpblica, con frecuencia dedicada acausas ms populares.

    Esta indiferencia de las admi-nistraciones y del gran pblico que-da patente en los continuos atenta-dos que soporta el patrimonio conciertas actuaciones consideradas deinters general. No dejan de sor-prender las alarmas causadas por losplanteamientos conservadores rela-cionados con el uso de copias cuan-do a diario se asiste impasible a ladestruccin en nombre del progre-so de realidades insustituibles.

    Una mayor reflexin y conside-racin con relacin a nuestro patri-monio nos hara comprender y valo-rar el papel de la rplica comosuplente del original. No se deberadesorientar a los conjuntos sociales,irreflexivos y manipulables, cuandose opera con escenarios o trabajosque merecen un juicio experto, unconocimiento profundo y un anli-sis crtico y objetivo de la complejaesencia y el dominio que envuelvena los testimonios culturales.

    El Patrimonio es de todos, de laHumanidad, no slo de la genera-cin presente sino tambin de la venidera, un legado cultural para elfuturo en donde las copias puedenconvertirse en un medio fundamen-tal para su conservacin y divulga-cin al salvaguardar una parte de loque nos queda al tiempo que trans-miten lo que una vez existi.

    Bibliografa

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    El valor documental de las copias ENSAYO

  • 7/25/2019 Valor de las copias

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