ETEN, LA HISTORIA DETRÁS DE UN SOMBRERO

Cáceda Samamé Fabrizio*Cruces Tirado Ofelia*Mego Ramírez Jhan*Olivares Pulido Lucía*

Talledo Serquén Belén*

RESUMEN

El tejer un sombrero en la ciudad de Eten tiene muchos significados para las tejedoras, puesto que ellos han sido parte de su pasado, son su presente y serán parte de su futuro, no solo tienen un significado emocional sino también es su trabajo y a pesar de los impedimentos que tengan en sus vidas, como una familia con numerosos hijos, bajo rendimiento económico( porque los sombreros que tejen no son remunerados correctamente) y enfermedades que se manifiestan con el pasar del tiempo, ellas siguen manteniendo esta tradición recopilada de nuestros ancestros, y de esta manera han mostrado que si trabajan unidas pueden obtener mejores resultados referente a su trabajo. Un sombrero tiene pasos para su elaboración, pero lo principal es el amor y dedicación que ellas colocan en cada sombrero que tejen. Esta prenda se elabora con Junco (una planta actualmente traída de la cuidad de Tumbes), que por medio de un proceso llega a deshilacharse y convertirse en tiras, las cuales se irán tejiendo poco a poco, de esta manera se confeccionará un sombrero en un promedio de una semana para luego llegar a ser utilizado. Un sombrero no solo se puede utilizar como protector solar sino también para estilizarnos, además es utilizado en nuestro baile representativo, la marinera. Eten se encuentra en el libro de los Records Guiness por haber confeccionado el sombreo más grande del mundo en el año 199, este sombrero fue tejido por veinticinco madres del Club de Madres “San Martin de Porres” de la ciudad de Eten, tardaron veinticinco días y veinticuatro noches. Gracias a estas mujeres el turismo puede aumentar y así les puedan pagar el precio que merecen sus trabajos, todo depende que la población dé el valor cultural que merecen

Palabras claves: Sombrero, Eten, tejedoras, enfermedades.

ABSTRACT

El abstract debe escribirse en inglés, realmente es la traducción fiel al inglés del resumen, no debe excederse de 300 palabras Arial, 9 Pts, cursiva, negritas y espacio simple el cual viene por defecto en esta plantilla.

Keywords. Las mismas palabras claves traducidas en ingles.

*Estudiante de Medicina Humana de la Universidad San Martin de Porres- Filial Norte

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INTRODUCCIÓN

Cuando visitamos la ciudad de Eten, rápidamente nos percatamos que estamos ante una ciudad hospitalaria, tranquila y con una riqueza cultural muy rica y variada. Con la finalidad de acercarnos un poco más a todo ese acervo cultural, un grupo de estudiantes de medicina de la Universidad de San Martín de Porres, nos hemos dado cita en la ciudad de Eten con la finalidad de estudiar y entender lo que significa la confección de un sombrero. En esta ciudad conservan hasta el día de hoy el histórico tejido de sombreros en base a un material llamado Junco; es por esta razón que esta ciudad ha sido denominada “Capital del Sombrero”.

Un sombrero no es creado por arte de magia sino que detrás de él están personales humanas, especialmente mujeres emprendedoras y luchadoras que trabajan arduamente para confeccionar un sombrero en una semana o a veces más tiempo.

Tejer un sombrero demanda de mucho arte, paciencia y buen gusto. Se siguen una serie de pasos bien estructurados. Es por eso que detrás de un sombrero existe una historia de vida, con sus vivencias y anhelos. Para muchas mujeres de Eten, un sombrero representa una parte de su historia personal, puesto que sus manos han sido los artífices de tan amable obra. Un sombrero para muchas mujeres, simboliza las ganas de vivir y llevar un sustento a sus hogares; gracias a estas prendas muchos hogares han podido subsistir y hacer frente a las decadencias económicas que han atravesado durante el tiempo. Por ser un trabajo de mucha concentración, las personas dedicadas a este trabajo están expuestas a una serie de enfermedades, que más adelante daremos a conocer.

Como sociedad nos toca reconocer que en Eten existe un elemento cultural importante, el cual necesita ser revalorado, promovido y dado a conocer, a fin de evitar se pierda esta costumbre que identifica y representa de la mejor manera a la cuidad de Eten.

ETEN, LA HISTORIA DETRÁS DE UN SOMBRERO

Eten no solo es conocida por su sol irradiante, por tener a personas carismáticas, generosas y humildes o por ser la tercera ciudad eucarística del mundo, sino también por ser la capital del sombrero, y muy bien tiene asignado este nombre puesto que al

llegar allí se puede observar, en su plaza principal, un sombrero que decora la cálida ciudad.

Eten se encuentra ubicado a 18 kilómetros de la ciudad de la amistad, Chiclayo. Las personas que viven en esta ciudad mantienen sus tradiciones culturales ancestrales; uno de esos elementos es el tejido de sombreros en base a totora.

Fig.1. Parque principal de la Cuidad de Eten.

Un sombrero se puede utilizar como protector solar. Los sombreros poseen dos partes: una corona, la cual se encarga de cubrir la parte superior de la cabeza, y el borde, que es la parte que se encuentra alrededor de la corona.

Poder comprar un sombrero y utilizarlo es fácil, pero nos hemos preguntado ¿cómo se elaboró esta prenda?

Las personas que se encargan de tejer los sombreros, en su mayoría, son de edad avanzada, quienes han dedicado toda una vida a la confección y venta de sombreros. Lamentablemente no tienen los recursos necesarios para tener una vida digna, sumándole a esto, las familias están conformadas por más de cinco hijos cada una, a esto se le agrega el precio de los materiales para hacer el sombrero, el tiempo y la dedicación. Más aún apena que los compradores de los sombreros no quieran pagar el precio correspondiente a cada uno y debido a la necesidad de las familias, los venden a un precio bajo en comparación al esfuerzo que realizan en su confección.

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Las señoras tejedoras, a pesar de sus penas, dolencias y pobreza al tejer los sombreros, ponen amor a sus obras maestras ya que al tejerlos recuerdan los momentos cuando empezaron a confeccionarlos. Esto es lo que manifiesta una tejedora:

Fig. 2. Señora Victoria Checa tejiendo un sombrero

“Si una persona quiere aprender a tejer sombreros lo hará mirando, así fue como aprendí yo viendo a mi mamá y ella al darse cuenta de mi interés por aprender empezó a enseñarme el cómo empezar a tejer ya que es la parte más difícil”, afirmó Victoria Checa, quien viene tejiendo 72 años. Tejer un sombrero para ella no solo es sentarse y cruzar el junco de un lado al otro, sino que cada vez que lo hace va recordando historias de su pasado cuando era niña, joven, cuando se convirtió en mamá, de esta manera se da cuenta que nació para esto; además se encuentra muy agradecida por su “profesión” (tejedora de sombrero) ya que gracias a ello pudo sobresalir de las crisis familiares más terribles, como haber perdido a su esposo y quedarse con cinco hijos.

Así como la historia de la señora Victoria, la señora Millones y la señora Juana saben que tejer es recordar su pasado el cual está constituido de ilusiones, amor familiar, dedicación por lograr un buen sombrero y alegría al obtener el resultado pensar en su futuro pues gracias a los sombreros han podido darles un pan cada día a sus hijos; además tejer no solo es un trabajo sino es muestra de su cariño y orgullo de mantener esta tradición viva.

Gracias al esfuerzo de estas pobladoras especificando al club de madres y comedor infantil “San Martin de Porres”, en junio del 2009 se logró tejer el sombrero más grande y fino de todo el mundo, logrando estar en el libro de Records Guiness. Posee un diámetro aproximado de tres metros y medio, una corona, copa y falda de 80, 70 y 78 centímetros.

Fig.3. Señora Paulina Millones tejiendo

Las pobladoras se demoraron veinticinco días y veinticuatro noches para confeccionar este sombrero ya que lo hicieron de una manera interrumpida. Ellas saben muy bien que para tejer la edad no influye así que participaron mujeres de 22 a 80 años.

Fig. 4. Club de Madres “San Martin de Porres”

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Haber logrado confeccionar el sombrero más grande, es un orgullo, no solo para las que han sido las protagonistas directas, sino también para todos los pobladores, porque sienten al sombrero como parte de su identidad cultural.

Fig.5. Sombrero más grande del mundo

Cada una posee una manera peculiar de tejer pero todas coinciden que para elaborar un sombrero lo primero que se necesita es dedicación y amor por crear un nuevo diseño. Entonces si poseemos estas características estaremos listos para comprar el Junco (actualmente ha aumentado su precio debido a que el cambio climático afecta en el crecimiento de estos).

Para poder usar el junto, se tiene que seguir todo un proceso. Se lava con agua y detergente para luego hacerlo con limón, después se deja remojando por seis horas para lavarlo nuevamente con agua, luego se pone a secar por toda la noche o en la mañana se expone directamente al sol (por este motivo se puede apreciar a la mayor parte de tejedoras en las puertas de sus casas confeccionando sus sombreros), cuando ya está seca, se selecciona (conocido con el nombre del rajado- se corta con la uña de forma vertical la fibra), para luego hacer el emparejado donde se seleccionan las fibras de mayor tamaño sacadas del rajado- a estas se les hace un estiramiento y torcido. (La fibra sobrante es de menor tamaño y menor calidad esta sirve para la artesanía). Habiendo terminado con el jute sigue la confección del sombrero.

La confección del sombrero se debe empezar con la corona la cual se teje con catorce doble puntos, catorce pares de puntos, las veintiocho fibras se dividen en cuatro partes de dos a cada lado amarradas inicialmente por una fibra pequeña en la parte central que permite tener esa dicción, logrando esto se doblan

las fibras correspondientes a las cuatro partes para empezar el tejido. Habiendo terminado la corona se empieza con los bordes, ya habiendo terminado se pueden hacer algunos detalles, las tejedoras recomiendan que solo se debe tejer hasta el mediodía, ya que pasando esa hora el sol dañará la paja y el sombrero no será fino pudiéndose romper rápidamente.

Fig.6. Sombrero en confección.

Cuando ya terminan sus sombreros están listos para venderlos, algunas tejedoras lo hacen en la plaza, pero no se les paga el valor apropiado; así que otras prefieren darles a vendedores quienes conocen a personas interesadas en comprar sombreros a un mejor precio. Lamentablemente estos vendedores se aprovechan de ellas y su necesidad por vender sus sombreros ya que depende de sus ventas para su alimentación

“Las compradores nos lo compran desde 30 hasta 70 soles y estos los venden a 100 el más barato, hasta 300 algunos de nuestros sombreros, se hacen ricos con nuestro esfuerzo gracias a sus ventas de nuestro sombreros tienen muchas casas de dos pisos, dinero, ellos comen todo tipo de comida, aquí solo comemos pescado y de vez en cuando carne”, decía un poco apenada la señora Victoria Checa.“Muchas veces tenemos que rogarles para que nos compren nuestros sombreros porque no tenemos dinero, y en esos momentos ellos nos pagan lo que quieren, no ganamos casi nada ya que los materiales están caros y los pocos turistas que llegan les compran

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a ellos” decía la señora Millones respaldando a Doña Victoria.

A pesar de las dificultades, las tejedoras de Eten siguen confeccionando estos sombreros, lamentablemente en nuestro país no hay conciencia para apreciar el verdadero arte y no son remunerados correspondientemente, es así que las reciben un mínimo dinero ante su ardo trabajo. La confección de estos sombreros se realizan en el piso ante ello viene la necesidad de las tejedoras por agacharse para confeccionarlos, si no damos cuenta ellas tienen más de treinta años tejiendo con la misma postura, por lo cual ya están presenciando consecuencias algunos dolores y malestares, malestares que en la posta de su localidad no logran restablecer.

Muchas de ellas sufren de dolores que poseen a causa del pasar de los años, les duele su columna, por ello algunas prefieren no tejer sentadas, además sus huesos y sus rodillas por el constante movimiento de estos a la hora de tejer.

“Yo prefiero tejer parada, pongo un cajón y el yute encima, puesto que si me siento me empieza a doler mi columna”

Las enfermedades que padecen muchas de ellas son las Postulares, ellas manifiestan tener algunos de estos malestares: lumbalgias en los músculos dorsal largo eilicocostal con dolor en las posiciones sentado y de pie, Arteralgias Vertebrales con la inflamación de las articulaciones de vértebras lumbares, Varices y flebitis, Artritis articulares, Neuritis con dolor en las extremidades superiores.

Las enfermedades sísmicas como la glomerulonefritis, Infecciones de vías urinarias, debidas a la permanencia continua laboral, Gastritis por malos hábitos alimenticios, Enfermedades Respiratorias debido a la inhalación de partículas que se desprenden de la paja y ambientes húmedos, ocasionando Rinitis alérgicas, problemas micoticos y pulmonares.

Por la misma necesidad de tejer más sombreros muchas de señoras tejen en las noches con la luz de la luna lo que puede ocasionar enfermedades oftalmológicas: Conjuntivitis por el forzamiento del glóbulo ocular al permanecer atento al tejido. Como consecuencia disminución de la capacidad visual, entre otras.

Esta es una realidad que está cerca de nosotros, pero muchas veces no la percibimos, simplemente estamos pendientes a la moda pero no de donde proviene, peor aún de cómo es la vivencia de las personas que tienen esas manos dotadas de magia a

la hora de tejer sombreros, así como la señora Paulina Millones, Victoria, María, Victoria, María Checa, etc. Existen muchas mujeres que están dedicando su vida a tejer y sin ninguna recompensa a cambio, y poniendo en riesgo su salud porque la remuneración que reciben a cambio es muy baja y solo alcanza para su alimentación y no tienen acceso a los servicios de salud. La Ciudad de Eten cuenta con una posta médica, las señoras manifestaron acudir cuando los dolores que las aquejan son muy fuertes pero siempre que regresan a casa es prácticamente lo mismo, el dolor vuelve y es por eso que muchas de ellas deciden utilizar la medicina tradicional. La señora Maria manifiesta “yo no voy a la posta, no tengo para pagar y cuando me duele tomo mis yerbitas y me pasa el dolor”.

Las autoridades necesitan preocuparse por estas representantes de nuestra cultura, apoyándolas a exportar sus sombreros pero pagándoles el precio debido, realizando ferias donde visitantes puedan observar cómo se teje un sombrero y la venta de estos. De esta manera beneficiará no solo a las tejedoras sino también a la población ya que contribuirá con el implemento del turismo, y así como llegaron a tener el sombrero más grande del mundo pueden convertirse en una de las ciudades más representativas de nuestros antepasados.

CONCLUSIONES

A pesar de que vivenciamos la era tecnológica, no debemos de dejar de mantener nuestras tradiciones, tomemos por ejemplo a las tejedoras de Eten, que a pesar de su pobreza luchan para seguir produciendo estos maravillosos sombreros, siendo signo de admiración pues están registradas en el libro de Records Guiness por tejer el sombrero más grande del mundo, lo cual comprueba su laboriosa entrega al tejer y superar las tempestades en su vida. Todos podemos elaborar un sombrero, tal como lo mencionan las tejedoras, lo único que se necesita es amor y dedicación, amor por nuestra cultura, por nuestro verdadero yo y dedicación por lograr nuestra meta.

La población y las autoridades necesitan tomar conciencia para dar a conocer y difundir nuestra cultura, tradiciones, costumbres, etc., pues es parte de nuestra identidad como Lambayecanos y peruanos. Logrando esta conciencia podremos lograr que nuestras tradiciones se mantengan vigentes por muchos más siglos, pues si permitimos que nuestras

tradiciones desaparezcan, no sólo perderemos

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nuestra identidad nacional sino que también perderemos nuestro futuro como nación, es decir nosotros o nuestra generación futura no sabrá de donde viene, ni donde está. Por todo esto es de vital importancia difundir el trabajo que realizan las tejedoras de Eten para que se pueda dar el valor cultural adecuado y evitar se olvide esta tradición.

Fig.7. Investigador Fabrizio Cáceda con la señora Victoria

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