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1 Ponencia IMEF 2013 Un México de Emprendedores El reto de la educación Pablo Vidales Calderón CIO México RSA Seguros Para Paola y Paulina, con la esperanza de contribuir a la construcción de un México emprendedor. “Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mente”, Ludwig Wittgenstein (1889-1951).

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Ponencia IMEF 2013

Un México de Emprendedores

El reto de la educación

Pablo Vidales Calderón CIO México

RSA Seguros

Para Paola y Paulina, con la esperanza de contribuir a la construcción de un México emprendedor.

“Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mente”,

Ludwig Wittgenstein (1889-1951).

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Introducción En el capítulo anterior se abordaron los principios que definen a un emprendedor y la importancia de éstos en la sociedad y su desarrollo económico. Sin embargo se mantiene la pregunta ¿cómo podemos apoyar a la generación de emprendedores? Más aún, en estos momentos de espera para ser padre, me gustaría reflexionar sobre este tema ¿cómo puedo coadyuvar a que mi futura hija nazca y crezca en un México de emprendedores? Son varios los factores que intervienen en ello y no todos son controlables o influenciables. Este capítulo profundiza sobre los aspectos a los cuales todos los mexicanos que quieran un país diferente pueden contribuir para mejorar. Es muy difícil comenzar a hablar del tema de la innovación sin mencionar primero la importancia de un lenguaje propio para ello. Como se menciona en Vidales & Kuhlmann, 2012, la palabra innovación, proveniente del latín innovatio, se define como “acción y efecto de innovar”, o como “creación o modificación de un producto, y su introducción en un mercado”. Innovar está asociado invariablemente a algo nuevo, y se espera que ese ingrediente nuevo genere valor adicional a aquello que antes existía. Lo que implica forzosamente ir más allá de los límites definidos. Considerando esta última premisa, “ir más allá de los límites definidos”, contar con un lenguaje particular para el tema de la innovación se convierte en algo más que importante, se torna en algo fundamental. En México mucha de la cultura emprendedora nos viene de los vecinos del norte y la mayoría de las veces esta cultura se quiere adoptar tal cual, sin pensar si las palabras significan lo que se dice que expresan o sin verificar el linaje del vocablo para no caer en errores de traducción o de uso. La aportación que se quiere lograr con la presente introducción es resaltar la importancia de un lenguaje, que represente y refleje aspectos socio-económicos particulares y propios a México. Sin lograr lo anterior, será más difícil difundir y fomentar una cultura emprendedora como parte fundamental de la educación en el país. El análisis de la palabra entrepreneur (sin ser la intención distraer al lector del objetivo de definir acciones para promover la cultura emprendedora en México a través de la educación) resulta fundamental en la formulación de un lenguaje propio. La palabra entrepreneur es uno de esos vocablos que surgieron sin saber lo importante que iban a ser. Esta palabra ha evolucionado en concepto y significado a medida que penetra las diferentes culturas. El origen se remonta al idioma francés y proviene del verbo entreprendre, que significa emprender. Su etimología también se acerca a la palabra en sanscrito de anthaprerna, que significa automotivado. Al tomar estas dos raíces de la palabra se puede definir el concepto que entrepreneur tiene dentro de los modelos de emprendimiento: alguien que emprende por automotivación. Sin embargo, este concepto no es tan claro cuando se traduce entrepreneur a nuestro idioma:

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emprendedor significa alguien que emprende con resolución acciones dificultosas o azarosas (Real Academia Española [RAE], 2001). Al comparar el concepto etimológico de entrepreneur con la definición de su traducción en el idioma español, se puede observar una diferencia que incide en la totalidad de la cultura emprendedora en México. En la etimología se resalta la automotivación para emprender, en cambio, en el español se destaca la resolución para emprender algo difícil y azaroso. Estas dos definiciones enfatizan dos aristas distintas del mismo concepto, lo cual se debe observar y ajustar de acuerdo con el contexto donde se quiere promover la cultura emprendedora. El término entrepreneur nace en 1723 como un concepto económico (Cantillon, 1755) en un diccionario francés de comercio, definido por Richard Cantillon como: una persona que compra un producto a un precio conocido para venderlo en un precio desconocido, haciendo decisiones del uso y obtención del bien y asumiendo el riesgo de emprender. Desde entonces, esta palabra ha experimentado muchas redefiniciones hasta llegar a lo definido por el economista Joseph Schumpeter en su libro Teoría del desarrollo económico (Schumpeter, 1911), donde hace una clara diferencia entre el concepto de su predecesor Cantillon, al introducir la innovación como elemento relevante en un emprendimiento. Schumpeter define dos clases de empresarios: el de arbitraje y el creador. El primero es aquel que obtiene sus ganancias simplemente aprovechando las diferencias de precios existentes. El segundo, el creador, emprende una búsqueda por nuevos campos de acción, sus motivaciones se relacionan con mantener el liderazgo en el mercado basado en la innovación. Los empresarios creadores se acercan más al concepto actual de emprendedor que la definición de 1723 hecha por Cantillon. Esta vinculación del concepto de emprendimiento a la innovación es reciente. Anteriormente entrepreneur no necesariamente se vinculaba a la novedad o renovación, menos aún a un descubrimiento. Sin embargo, actualmente el emprendedor es aquella persona que vive constantemente en la búsqueda de innovaciones. Entrepreneurship es el acto de emprender o la acción de un emprendedor. La traducción de este término al español no es un tema trivial. En nuestro idioma entrepreneurship se ha traducido como espíritu empresarial, emprendimiento, emprendedurismo o emprenderismo. Sin caer en una discusión lingüística, cabe mencionar que el uso del sufijo –ismo para la formación de un sustantivo, comúnmente tiene los siguientes usos:

• Forma sustantivos que suelen significar doctrinas, sistemas, escuelas o movimientos. Socialismo, platonismo, impresionismo.

• Indica actitudes: Egoísmo, individualismo, puritanismo. • Designa actividades deportivas: Atletismo, alpinismo. • Forma numerosos términos científicos: Tropismo, astigmatismo, leísmo.

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Los sustantivos formados con el sufijo –ismo, en todas las versiones (emprendedurismo, emprenderismo), son traducciones impropias de entrepreneurship para describir “el espíritu emprendedor” o “el ímpetu por emprender algo”. La Real Academia Española (RAE) sugiere evitar estos sustantivos formados por el sufijo –ismo y utilizar en su lugar emprendimiento; esto se debe a que en español el sufijo –miento, en los sustantivos verbales (que es el caso de emprendedor, que es alguien que emprende por auto motivación) sugiere “acción y efecto”, lo cual resulta más correcto en nuestra lengua. De tal manera que la palabra emprendimiento es la acción y efecto de emprender y es una cualidad que define a un emprendedor. El lenguaje es pues fundamental, así como conocer los significados de las palabras y los conceptos en distintos contextos. Muchas son las ocasiones en que los términos se importan de otro idioma y se usan sin analizar los conceptos que éstos promueven. Contrario al caso de entrepreneur, hay muchas otras palabras que aún no penetran nuestro idioma español. A continuación se listan las más relevantes para el tema de la cultura emprendedora. Intrapreneur: Este término se encuentra escrito por primera vez en un diccionario de la lengua inglesa publicado a principios de los 90 y se utilizó para definir a aquellas personas que, dentro de las grandes empresas, toman responsabilidad directa de convertir una idea en un producto terminado que produces ganancias, asumiendo el riesgo de innovar. La palabra intrapreneur se incluyó en 1992 (American Heritage Dictionary, 1994) y no existe una palabra que describa este concepto en el idioma español, menos una traducción reconocida oficialmente. Por ejemplo, en el concepto de intrapreneur no se expresa claramente (en el idioma de origen, inglés) si es una persona que permanece dentro de la empresa generando innovaciones o tiene que externalizar la innovación y dar origen a un emprendimiento. De igual forma, el término tampoco deja claro si es suficiente con ser un empleado que crea nuevos negocios o la persona debe convertirse en un emprendedor. Disruptive innovation: Christensen define este concepto en 1995 (Bower y Christensen, 1995) y se refiere a aquellas innovaciones que son creadas con el objetivo de desplazar a una existente en el mercado. Éste es un concepto económico que se propone como opción para que una empresa pequeña pueda competir contra una empresa grande ya establecida en el mercado. Sin embargo, el concepto de tecnologías disruptivas se relacionó con el tema de la innovación por el mismo Christensen en Bower y Christensen, 1995, donde menciona que algunas innovaciones son disruptivas por naturaleza y el impacto sobre una economía debe ser analizado. En el idioma inglés, las tecnologías o innovaciones disruptivas tienen un gran valor adicional cuando de emprendimiento se trata, es decir, se atribuye un poder de competir contra lo establecido, de romper por naturaleza con el status quo. Por el contrario, el adjetivo disruptivo en el castellano es un adjetivo usado para encuadrar algo que produce una ruptura brusca (más utilizado en el estudio de la física), lo cual está más cargado de aspectos negativos que del glamour que Christensen le dio a su homólogo en el idioma inglés.

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Breaktrough: Éste es otro ejemplo de cómo una palabra adquiere otra connotación al relacionarse con emprendimiento o innovación. El concepto en español es el logro de un gran descubrimiento y, al igual que las innovaciones disruptivas, a este tipo de avances se les atribuye un gran valor para el desarrollo de emprendimientos y economías. En inglés es claro el significado del breakthrough; sin embargo, en español esto se traduce a un descubrimiento y para igualar al vocablo en inglés se debe agregar el adjetivo “grande”. Los vocablos analizados son sólo los casos más relevantes para observar la importancia de contar con un lenguaje propio para los temas de emprendimiento e innovación, y particularmente en la cultura emprendedora. También es el objetivo destacar las diferencias que existen entre las palabras y conceptos originales y las traducciones que se realizan al irse incluyendo éstos en los diferentes idiomas. Finalmente, se destacan algunas variaciones relevantes que se deben considerar a la hora de esbozar la estrategia para difundir estos conceptos en una sociedad en particular. Adicional a la definición de emprendimiento, existe en México cierta confusión entre otros términos que, si bien pueden ser considerados “tipos de emprendimientos”, se deben entender muy bien para definir una cultura emprendedora y una estrategia para su promoción. En la Tabla 1 se comparan distintos tipos de emprendimientos, enfatizando algunas diferencias importantes.

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La Ponencia IMEF se enfoca en el análisis de la situación actual de México con relación al ecosistema de emprendimientos de alto impacto; el presente capítulo trata el tema de la educación y la cultura emprendedora para promover la generación de empresas de alto impacto. Son este tipo de emprendimientos los que tienen el mejor impacto sobre la economía de los países y es necesario enfocar todos los esfuerzos sobre éstos.

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El presente capítulo describe, en sus secciones iniciales, la situación actual de la educación en México y su papel en un ecosistema de emprendimiento. También se revisan las mejores prácticas en otros países y se hacen recomendaciones sobre cómo la educación puede mejorar o fortalecer su contribución al ecosistema. Las secciones se presentan en un orden cronológico, comenzando por la educación básica y cerrando con la participación de las universidades en el ecosistema y la importancia de la vinculación del sector educativo con las grandes empresas. 1. Situación actual en México En 2012 se graduaron 124,000 ingenieros de una población de 476,000 estudiantes en nivel universitario que estudian programas relacionados con ingeniería y tecnología; se espera una tendencia creciente de estos números en el ciclo 2013-2018. México está a la cabeza en egresados de las distintas ingenierías de los países latinoamericanos. En número supera a Rusia e inclusive a Estados Unidos y solo está por debajo de China, que ocupa la primera posición a nivel mundial en la formación de ingenieros. Adicionalmente a estos números, México debe comenzar un plan integral para fortalecer su sistema educativo (Morales, 2013). Para elevar la competitividad, las innovaciones y el emprendimiento, un país debe preocuparse por desarrollar los ingredientes fundamentales que se mencionan en el capítulo 1. La educación, la ciencia y la tecnología juegan un papel fundamental. El presente capítulo revisa la situación educativa del país y en el capítulo 4 se analizan los aspectos relacionados con la ciencia y la tecnología. Respecto al primero, es claro que para una sociedad que quiere basar su crecimiento económico en el conocimiento, el capital intelectual se sobrepone al capital físico. México está en un momento muy interesante para crear un motor de generación de capital humano. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) define como bono demográfico o ventana de oportunidad poblacional al período durante el cual la proporción de niños y jóvenes menores de 15 años cae por debajo del 30% del total de la población, y el porcentaje de adultos mayores a 60 años está por debajo del 15% del total. Esto es, existen más personas económicamente activas que inactivas, una relación al menos de 55% de las primeras contra 45% de la población inactiva. En Europa esta ventana de oportunidad se dio durante la segunda mitad del siglo XX y en India empezó en el año 2010 y se espera que dure hasta mediados del siglo XXI. México se encuentra en un momento de su historia en el que puede usar el bono demográfico para cambiar de manera definitiva el rumbo y acelerar significativamente el crecimiento económico. Las reformas y el sistema educativos son fundamentales para aprovechar el bono demográfico que se menciona y crear un gran capital intelectual que sea una pieza motora en el ecosistema de emprendimiento. México ha sido tradicionalmente un país de jóvenes, pero recientemente la población en edad laboral (entre 15 y 64 años) se ha incrementado. Este hecho, junto con el

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elevado porcentaje de jóvenes universitarios que estudian programas relacionados con la ingeniería, puede ser un detonante de actividades innovadoras y de emprendimiento. El bono demográfico debe estar acompañado también de oportunidades de empleo, de lo contrario esto se puede transformar en una crisis demográfica marcada por un lento crecimiento económico. Al tener más de la mitad de la población en edad de actividad económica (ver gráfica 1) México requiere forzosamente generar empleos, es aquí donde un ecosistema que fomente el emprendimiento resulta muy eficaz.

Gráfica 1

Fuente: INEGI. Las personas con discapacidad en México: una visión censal.

El tema central de este capítulo es la educación, por ello se analizan los factores relacionados que resultan indispensables para obtener los beneficios de esta ventana de oportunidad poblacional. El sistema educativo mexicano se ha adaptado a la distribución poblacional, más de manera natural y por necesidad que como resultado de una planeación estratégica del gobierno (gráfica 2).

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Gráfica 2

Fuente: SEP. Distribución de la población estudiantil en el sistema nacional de educación (ciclo 2011-

12). Para el ciclo 2011-12, la matrícula total del sistema nacional escolarizado es de 34.8 millones de alumnos, lo que equivale a casi el 32% de la población total del país (Secretaría de Educación Pública [SEP], 2012a). Este alto porcentaje de estudiantes dentro del sistema responde a la pirámide poblacional: el 22.6% de la población de México tiene entre 4 y 15 años de edad; el 74% de la matrícula se encuentra cursando niveles de educación básica (preescolar, primaria y secundaria); la educación media superior representa el 12.5% de la matrícula y representa el nivel educativo que tendrá mayor crecimiento en los próximos años, o eso debería suceder, debido a la expansión de los niveles básicos de educación en los años recientes. La educación superior representa 3.2 millones de alumnos, esto es el 9% de la población total del sistema educativo (ver gráfica 2). El restante 4.4% corresponde a los servicios de capacitación para el trabajo. Dentro del 9% de los alumnos de educación superior, existe 0.3% de matrícula en el nivel de técnico superior y 0.7% de los alumnos estudiando un posgrado (SEP, 2012). Del párrafo anterior se puede concluir que los ajustes en la distribución del sistema educativo es resultado de los cambios en la demografía del país, pero las modificaciones en la pirámide poblacional no detonaron replanteamientos en el sistema de educación nacional. Esta conclusión se refuerza si se revisa la última reforma educativa que entró en vigor el 26 de febrero de 2013. Esta reforma tiene tres objetivos principales:

• Aumentar la calidad de la educación básica, reflejándose esto en los resultados de las evaluaciones internacionales como PISA (OCDE, 2013).

• Aumentar la matrícula y la calidad de la educación media superior y superior. • 45 • Recuperar la rectoría del Estado Mexicano en el sistema educativo nacional.

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Los objetivos anteriores fueron mencionados por el presidente Enrique Peña Nieto en el evento de presentación de la reforma (Román, 2012), en la cual no se menciona el tema del bono demográfico que tendrá México durante las próximas generaciones. Es crítico que el sistema de educación del país contemple esta oportunidad, de lo contrario se puede convertir en una crisis. Tener una ventana de oportunidad demográfica implica tener una estrategia para promover la formación de capital intelectual En la reforma que se publicó en el diario oficial destaca el siguiente párrafo: “El Sistema Educativo Nacional ha debido contender con adversidades de diversa índole. En primer lugar, con una exigente tasa de crecimiento poblacional y con patrones de distribución de alta complejidad. Esta circunstancia propició que el sistema generara mecanismos de atención que, si bien han tenido un carácter remedial, no siempre han alcanzado los niveles de calidad exigibles…” Lo anterior refleja lo expresado en esta sección: “…el carácter remedial…” de las reacciones del gobierno emprendidas por la necesidad impuesta por los cambios demográficos, así como reconocer la urgencia de formular un plan de acción que aproveche la coyuntura actual de nuestro país. A manera de contribución, la Ponencia IMEF incluye recomendaciones para mejorar aspectos importantes en el sistema educativo de México. En los siguientes párrafos se presenta el análisis de algunos puntos importantes para la educación como elemento catalizador del ecosistema de emprendimiento. Para esto se descompone el sistema educativo en sus etapas más relevantes: educación básica, media, superior y estudios de posgrado; destacando algunos aspectos que se consideran relevantes para lograr un país con un ecosistema que impulse el emprendimiento. 2. Aspectos relevantes de la educación en México. Al participar en la Cumbre de la Comunicación “Actitud Positiva por México”, en septiembre de 2012 (poco antes del cambio de gobierno en México), el entonces secretario de Educación, José Ángel Córdoba Villalobos, dijo: “Fundamental, seguir impulsando el espíritu emprendedor de los educandos”. En su ponencia, Córdoba Villalobos explicó que el sistema educativo en México, en todos sus niveles y modalidades, comprende más de 35.2 millones de alumnos, 1.9 millones de maestros y 254 mil escuelas. Algo muy importante: el 87% de los alumnos estudian en una escuela pública (SEP, 2012b). El funcionario también elaboró una prospectiva a 2030; señaló que es una exigencia que cada mexicano cuente con una educación de calidad y que ésta sea promotora del crecimiento y formadora del talento humano para fomentar el desarrollo integral de las personas, la competitividad y el desarrollo del país.

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El presente capítulo aborda temas fundamentales en los distintos niveles de educación por los cuales vamos pasando a lo largo de nuestra formación. En la primaria ya se tiene un marco de enseñanza más formal, el cual es diseñado por la Secretaria de Educación Pública e incluye un conjunto de textos gratuitos impresos por dicho organismo. Con el objetivo de entender un poco la situación actual de la educación básica en el país, se realizó un análisis de los textos educativos que se utilizan en estos grados escolares que se presenta también en este capítulo. El documento continúa con una sección que analiza algunos modelos que existen en nuestra sociedad, en especial el impacto de la economía informal sobre las decisiones que toman los jóvenes en relación con su actividad laboral y su carrera profesional. Posteriormente se menciona la importancia de la generación de técnicos especializados para aquellos países en transición hacia una sociedad más basada en la innovación, comparando a México con algunos países en los cuales se cuenta con una oferta más sólida de programas de estudio para este tipo de profesionistas. También se incluye un breve análisis de la importancia de las universidades desde dos perspectivas: como actores del ecosistema y como elemento vinculante con los sectores productivos, destacando la relevancia de la colaboración entre la academia y las empresas para aumentar el flujo de conocimiento y las transferencias tecnológicas. El capítulo concluye, al igual que el resto, con un conjunto de mejores prácticas y recomendaciones sobre el tema de educación en el contexto de un México emprendedor. 3. Educación básica ¿Qué dicen los libros? Es imperante empezar a promover el emprendimiento desde la niñez, y si observamos el hecho de que el 87% de los mexicanos obtienen su educación en el sistema público, y que en las primarias privadas son obligatorios los textos publicados por la SEP, es fundamental el análisis de éstos para entender la situación actual de la educación básica respecto a la cultura emprendedora. Para esto se revisaron los textos utilizados dentro de la educación primaria (de 1º a 6º grados) y con el fin de estudiar los usos de dos palabras claves para promover el emprendimiento en los niños mexicanos: empresa e innovación. Cabe mencionar que para ampliar la búsqueda se examinó cualquier declinación de éstos, e.g., empresa, empresario, emprendedor, etc., así como la inclusión de otros vocablos en los libros que podrían considerarse relacionados, por ejemplo inventar o crear. La Tabla 1 presenta en resumen el trabajo de revisión realizado. Como se puede observar, no son muchas las referencias que se hacen a estas palabras en los textos que se utilizan dentro este nivel de educación. Los libros para el alumno, editados y publicados por la Comisión Nacional de Textos Gratuitos para el ciclo escolar 2012-2013, fueron un total de 48, distribuidos en cada grado, de acuerdo con la Tabla 2. Existen 51 referencias a palabras relacionadas con empresa o innovación, de las cuales 38 se relacionan con la inclusión de la palabra innovación en la presentación de los distintos libros por parte de la Secretaría de Educación Pública (ver

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tabla 3). Las 13 restantes se encuentran dispersas en los 48 textos publicados para el trabajo en el aula. Sobre éstas últimas se observó que:

• Seis de las 13 referencias, que no se relacionan con la palabra innovación en la presentación de los libros, se incluyen en los libros de Educación Artística de 1º y 6º grados, el primero con dos y el segundo con 3 referencias. Es importante decir que estas referencias son conceptos relacionados con inventar, crear e improvisar, y no a emprender o innovar.

• Si se considera el mejor de los casos, en el libro de Educación Artística de 6º grado de 98 páginas, el cual tiene como un objetivo que el alumno desarrolle su sensibilidad y su creatividad y participe activamente como creador y como espectador (SEP, 2010), no resulta alentador que la palabra innovación tenga solo una referencia si se considera que estos términos están relacionados con la cultura emprendedora, como lo expresó Theodore Levitt (1925-2006): “La creatividad es pensar algo nuevo y la innovación es hacer algo nuevo”. El mismo escenario desolador aplicaría para el resto de los libros responsables de despertar la creatividad y la sensibilidad artística en los niños mexicanos.

• Las siete referencias restantes están aún más dispersas y difusas dentro de los distintos libros utilizados durante la educación primaria.

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Por el contrario, los libros de textos utilizados en los distintos programas de los niveles de educación básica contienen palabras e ideas que podrían inhibir la cultura emprendedora. Desde la perspectiva opuesta, se realizó una segunda revisión de algunos textos para encontrar frases o ideas que podrían, de alguna manera, desmotivar un pensamiento innovador en los alumnos. Por ejemplo, en el libro de texto Exploración de la Naturaleza y la Sociedad”, de segundo grado, se expresa lo siguiente: Diferencias entre el campo y la ciudad: “El campo y la ciudad tienen características muy diferentes. En el campo algunas actividades son la cría de animales, el cultivo de diferentes productos, la minería y la actividad maderera… la mayoría de las viviendas son de madera y de barro… además hay mucho espacio entre una casa y otra. “La ciudad tiene una gran población, así como servicios de transporte, hospitales y escuelas… el agua se trae desde grandes distancias y se generan grandes cantidades de desechos” (pág. 64). En el mismo libro se define el concepto de migración: “Las personas se cambian del lugar donde viven en busca de mejores condiciones de vida para su familia o por fenómenos naturales como: inundaciones, deslizamientos de laderas o por erupciones volcánicas; por lo que tienen que vivir en otros lugares, ciudades o países que no son donde nacieron; a este movimiento se le llama migración” (pág. 74). Este tipo de textos no contribuye a una cultura emprendedora, no incluyen ideas relacionadas con la innovación, las oportunidades o el emprender nuevos proyectos. Por ejemplo, el concepto de campo y ciudad que se manejan no refleja en ningún momento la palabra oportunidad o emprender para mejorar, lo que podría ayudar a promover un pensamiento más orientado al desarrollo. Por el contrario, resaltan la falta de oportunidades en el campo, la falta de servicios, las carencias y lo negativo de las ciudades. Respecto al concepto de migración, se podría incluir la idea de migrar para mejorar, para emprender y progresar social y económicamente. Sin embargo, solo se menciona la migración forzada por las carencias y las desgracias naturales, presentando esto como algo negativo y que no es deseable. 4. Modelos a seguir –El trabajador informal En esta sección se hablará de la importancia de los modelos a seguir dentro de las sociedades, en particular aquellos que ayudan a fomentar el emprendimiento. En general se analizan tres momentos importantes en el desarrollo de las personas y los modelos que se tienen disponibles en cada uno de ellos: antes de empezar a realizar una actividad económica, al momento de ingresar a la población económicamente activa y posterior, cuando ya una persona es asalariado.

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De los tres, tal vez el más importante es el momento de preparación para iniciar una carrera profesional; durante esta etapa existen dos modelos importantes: los padres y los maestros. Tanto los primeros como los segundos tienen una responsabilidad primordial en el fomento del emprendimiento entre los jóvenes. El papel de los segundos se discute a lo largo de todo el capítulo; el de los padres se aborda a continuación, para lo que se trata el tema de la actividad económica informal de las cabezas de familia. Actualmente, muchas cabezas de familia forman parte de la economía informal y este fenómeno ha llegado a tal grado que se ha convertido en un modelo social a la hora de que los jóvenes deciden su actividad económica. Recientemente, el Gobierno Federal anunció un plan para combatir la economía informal. Este fenómeno ha alcanzado niveles realmente nocivos para un ecosistema emprendedor, por lo que su análisis es sumamente relevante para el presente estudio y se trata en el capítulo 6 desde el punto de vista económico. En esta sección se estudia el fenómeno desde dos perspectivas: los modelos en que se apoya el crecimiento de la economía informal y los que se generan por la proliferación de esta condición de la economía mexicana. Casi el 60% de los empleos en México son informales, esto representa 28 millones de mexicanos que, en las cifras oficiales, se consideran dentro de la población económicamente activa. Esto produce modelos sociales que inciden directamente en la definición de una cultura emprendedora. De los adultos mayores a 60 años, el 75% de ellos está activo en la economía informal y el 90% de las personas que cuentan con la primaria incompleta realizan este tipo de actividades para obtener sus ingresos. Cabe mencionar que la economía informal es un resultado del mal desempeño económico de México y no una causa. Para reducir la economía informal se debe reactivar el crecimiento económico y una herramienta para hacerlo, como se menciona en el capítulo 2, es fomentar el emprendimiento como actividad económica. Desafortunadamente, tener 60% de los empleos en actividades informales no ayuda a fomentar una cultura emprendedora entre los jóvenes. De hecho, a pesar de que las personas que forman parte de la economía informal comparten algunas características con los emprendedores, éstas deben trabajarse para que puedan evolucionar de la informalidad al emprendimiento. Datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) revelan los principales motivos por lo que los mexicanos se inician en la economía informal, todas promueven o se apoyan en un modelo familiar (gráfica 3). Por ejemplo, casi el 36% de los mexicanos en el sector informal de la economía está ahí para complementar el ingreso de la familia (i.e. IF en la gráfica 3), lo que se puede interpretar como que esta opción se promueve dentro de la familia. El 34% dice que gana más en la informalidad que en un trabajo formal, esto refleja la baja oportunidad de obtener un empleo bien remunerado. Además, la opción de trabajar en la economía informal es la primera, antes de emprender un negocio dentro del sector formal. El 13% no encontró un empleo formal y 5.5% por tradición familiar; este último a pesar de ser aún

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pequeño, es preocupante porque refleja una situación de modelos intergeneracionales. El restante 11.5% dio otros motivos, tales como horarios flexibles y pérdida de empleo entre otros. Resulta desafortunado resaltar que, entre los motivos principales del porqué iniciar una actividad económica en el sector informal, pocos o ninguno coincide con los beneficios que propone el ser emprendedor, tales como:

• Hacer lo que te apasiona. • Independencia y libertad. • Balance en tu vida. • Reconocimiento de uno mismo. • Ingresos potenciales.

A pesar de que se podría pensar que los beneficios que se listan pueden también presentarse como consecuencia de la actividad económica independiente en el sector informal, sería necesario evolucionar de la informalidad al emprendimiento. Sin embargo, según datos del INEGI casi el 90% (Instituto Nacional de Estadística y Geografía [INEGI], 2013) de las personas que forman el sector informal no tienen intención de cambiar o abandonar este tipo de actividad, es decir, tienen un pensamiento a corto plazo y no existen las condiciones para que las personas crezcan y lleguen a ser participantes de un contexto distinto, un ecosistema emprendedor.

Gráfica 3

Fuente: INEGI. Motivos de inicio en la economía informal (elaborado con datos de INEGI,

comunicado de prensa No. 103/2000).

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5. Educación media –Los técnicos especializados Actualmente el sistema educativo mexicano se encuentra desenfocado de las necesidades de los sectores industriales. Existen muchas causas de esta desalineación y resulta indispensable que esto se corrija para que el sistema pueda contribuir de mejor manera a la generación de un ecosistema de emprendimiento y acelerar la transición del país hacia una economía basada en el conocimiento. El sistema educativo mexicano ofrece dos opciones a aquellos estudiantes que completan el ciclo de educación básica: continuar al nivel medio básico o terminar una carrera técnica. Lo mismo sucede al completar la secundaria: se puede continuar a la educación superior (universitaria) o realizar una carrera técnica superior. Las preferencias en México por las carreras técnicas tienden a la baja, por razones que se mencionan más adelante. Sin embargo, la opción de realizar estudios técnicos es, en muchos casos, la única opción para no abandonar la escuela (Cuevas, 2010). Las carreras técnicas en México han dejado de cumplir con las necesidades inmediatas de las empresas, lo que provoca que el costo de producir profesionistas se eleve debido al mayor tiempo que se necesita para completar la educación superior. Por otro lado, los egresados de las carreras técnicas enfrentan el desempleo y bajos salarios cuando entran al mercado laboral. La educación técnica especializada no ha tenido la debida promoción en México. Dentro del sistema educativo a veces se prefiere salirse de la escuela a continuar una carrera técnica, lo cual claramente no es bueno para la generación de capital humano. A esto se aúna el desprecio del mercado laboral para estos conocimientos especializados, que en lugar de resultar útiles para las empresas, éstas no están dispuestas a pagar por este tipo de habilidades. En conclusión, un país que no promueve el valor del conocimiento técnico-especializado y un sector industrial que no encuentra satisfechas sus necesidades con este tipo de opciones, tendrá más dificultades para transformarse de un país que se basa en la fuerza a uno que utiliza el conocimiento; existe un momento intermedio en el que la sociedad debe enfocarse en desarrollar habilidades técnicas-especializadas. 6. La universidad –Dos perspectivas de emprendimiento En el capítulo 6 se discutirá sobre la importancia de las grandes empresas dentro de un ecosistema que fomenta el pensamiento emprendedor en un país. Este apartado se limita a presentar la situación actual de la colaboración entre universidades y empresas en México. Este binomio de cooperación se analiza desde dos perspectivas: La primera, el papel de universidades públicas y privadas como participantes fundamentales dentro del ecosistema de

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emprendimiento; la segunda, el binomio colaborativo de universidades públicas y privadas con las empresas del país. 7. Universidades públicas y privadas –Responsables dentro del ecosistema Las universidades públicas representan los lugares donde más actividades para la generación de conocimiento se realizan y en donde ocurren más vinculaciones con las empresas. Sin embargo, en las instituciones de educación superior públicas existe muy poca transferencia de conocimiento y es escasa la promoción de una cultura emprendedora. A continuación se mencionan y analizan dos ejemplos de esto. A) Innovación UNAM Después de la píldora anticonceptiva, la UNAM sigue contribuyendo a la generación de conocimiento y se mantiene a la vanguardia del emprendimiento con el modelo de Innovación UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México [UNAM], 2013). Esta coordinación de innovación y desarrollo tiene como objetivo servir como vínculo entre la comunidad universitaria y los sectores productivo y social para la transferencia de desarrollos, conocimientos, servicios y productos de la Universidad. Se conforma de tres áreas operativas: servicios tecnológicos, incubadoras y parques tecnológicos y transferencia tecnológica y propiedad intelectual. La coordinación también se ha vinculado con otros actores del ecosistema, como Endeavor (Endeavour, 2013) para fortalecer el emprendimiento (Emprendedor, 2010). Innovación UNAM representa el esfuerzo más integral de la institución en los temas de CTI y emprendimiento. Respecto a los programas académicos que se ofrecen, la UNAM no ha fortalecido el portafolio de programas especializados sobre la materia. Solo se ofrecen algunos talleres para microempresarios y asesoría a emprendedores, pero no hay un programa a nivel licenciatura o posgrado que trate sobre la materia. B) POLI Emprende Por otro lado, el Instituto Politécnico Nacional (IPN) inició el programa POLI Emprende para fomentar la creación de empresas de base tecnológica. El programa opera en escuelas de nivel medio superior y superior, lo cual incrementa el alcance que tiene. POLI Emprende ofrece servicios de incubación de empresas y cursos para emprendedores, especializados en temas básicos de emprendimiento y propiedad intelectual. El programa estableció alianzas con instituciones financieras para facilitar e incrementar la obtención de créditos productivos para emprendedores (Instituto Politécnico Nacional [IPN], 2013a).En el ámbito académico, el IPN ha incluido temas de innovación y emprendimiento como líneas de especialización en sus programas relacionados con tecnologías; por ejemplo, la Maestría en Tecnologías Avanzadas ofrece una línea de especialización en innovación (IPN, 2013b).

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La red de incubadoras de empresas crece cada día en el país, un gran número de éstas en universidades privadas. Actualmente son más de 500 incubadoras universitarias en el país, la mayoría de éstas en instituciones privadas de educación superior; por ejemplo, el ITESM cuenta con una red de 100 incubadoras de empresas. Por el lado de la oferta de programas, las universidades privadas han formado una amplia oferta de cursos, diplomados, licenciaturas y posgrados (ver Tabla 4) adicional a la tendencia de fomentar el emprendimiento dentro de los programas de MBA.

En términos generales, dentro del nivel de educación superior, las IES y centros de investigación públicos son los responsables de la gran mayoría de actividades dirigidas a generar conocimiento y éstos realizan muy poca transferencia tecnológica o actividades emprendedoras. Por el contrario, las universidades privadas realizan la mayor parte del fomento del emprendimiento y poca investigación. Esta situación de desbalance entre la investigación y desarrollo no permite la apropiada transferencia de conocimiento y tecnologías entre las universidades públicas y privadas y los sectores productivos. El tema de emprendimiento colaborativo se analiza en la siguiente sección.

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8. Colaboración Universidad - Empresa En el capítulo 1 se mencionan los actores de un ecosistema que promueva el emprendimiento y se enfatiza la importancia de la interacción entre éstos. Una de esas interacciones es la de la academia con los sectores productivos, siendo una de las más relevantes para fortalecer el ecosistema. El objetivo principal de este vínculo es el generar un flujo de conocimiento e ideas entre estos dos actores. Lo anterior con un objetivo en dos partes: fortalecer el conocimiento entre la comunidad de emprendedores y aumentar la participación de la academia en los sectores productivos a través de la trasferencia tecnológica. Esta sección trata sobre este objetivo de cooperación entre academia y el sector empresarial. En el sitio de Wikipedia, una empresa se define como una organización, institución o industria, dedicada a actividades o persecución de fines económicos o comerciales, para satisfacer las necesidades de bienes y/o servicios de los demandantes, a la par de asegurar la continuidad de la estructura productivo-comercial, así como sus necesarias inversiones. En la misma fuente, el término "universidad" se deriva del latín universitas magistrorum et scholarium, que aproximadamente significa "comunidad de profesores y académicos". Las universidades tienen como objetivos la formación de talento y la generación y difusión de conocimiento. Un elemento fundamental en la creación de un ecosistema que promueva la innovación y el emprendimiento, es lograr el tan ambicionado acercamiento entre la academia y la iniciativa privada que promueva la vinculación y la cooperación en torno de proyectos innovadores y la difusión de los resultados de éstos en la sociedad. Como se menciona en un estudio realizado por la Organización de Cooperación para el Desarrollo Económico (OCDE, 2005): para lograr un bienestar económico y social en un país, no es suficiente el ser un importador de innovaciones, sino que éste requiere crear innovación propia. Adicionalmente, no es suficiente introducir las innovaciones al mercado, se necesita difundir el uso de éstas –tanto aquellas que se introdujeron al país, provenientes de otras naciones, como las que se originan dentro– para obtener los beneficios reales de una economía sustentada en la innovación. Es en el punto anterior, donde una vinculación estrecha, permanente y de largo plazo entre la academia y las empresas, resulta fundamental. La academia es una fuente constante de talento y conocimiento básico que, en el escenario de cooperación que se plantea, ayudaría a resolver muchos problemas dentro de la industria y, por ende, generar nuevos productos, servicios y procesos, es decir, realizar actividades innovadoras. Además, la colaboración entre los sectores académico e industrial en un país, facilita la sustentabilidad en la difusión de los nuevos productos, servicios o procesos en las sociedades, asegurando la obtención de los beneficios en el desarrollo socio-económico del país. Para presentar la colaboración entre universidades y empresas, uno de los estudios que se tomó como base fue el patrocinado por el Banco Santander y que fue realizado por la Red Emprendía,

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publicado en el año 2012 (RedEmprendia, 2012). Ésta última, es una red de universidades en la región iberoamericana que tiene como objetivo fomentar el emprendimiento empresarial. RedEmprendia comenzó la publicación de una serie de estudios relacionados con la innovación y el emprendimiento, de la cual se hace referencia al primero titulado Estudio de la Producción Científica y Tecnológica en Colaboración Universidad-Empresa en Iberoamérica (Bello, 2012). Este documento contiene un análisis de la situación actual, en el aspecto de colaboración universidad–empresa, en los principales países iberoamericanos, incluido por supuesto México. El objetivo toral del estudio es proporcionar a los tomadores de decisiones de cada país una visión general de la producción científica y patentes, que se ha generado a partir de la colaboración entre universidades y empresas; esto con el fin de ayudar a la planeación de esfuerzos y asignación de recursos, destinados a incrementar este tipo de actividades. En el caso de México, en el estudio se presenta información sobre la producción científica de los miembros de la RedEmprendia del año 2003 al 2009. Se puede derivar de la producción científica reportada en este período que el crecimiento en empresas afiliadas a la red de colaboración es realmente bajo; se reportan diez empresas afiliadas en 2003 y en 2012 el número creció a 12 organizaciones. Esto refleja el poco interés de las empresas en realizar este tipo de actividad y colaborar con las universidades. Sin embargo, esta falta de compromiso con la actividad científica no es exclusiva de las empresas. Las universidades tampoco se siente muy atraídas por la idea de colaborar con las empresas. En los mismos términos, por parte de la academia de 2003 a 2009 los afiliados aumentaron de 124 a 200, lo que es un incremento del 60% que puede percibirse como muy positivo (teniendo crecimientos anuales entre el 8% y el 12%). Sin embargo, respecto a la producción científica, la cual se mide en el reporte por la cantidad de documentos generados, a pesar de que la producción de las 200 universidades afiliadas en 2009 fue de más de 10,000 documentos, los que reportaron las 12 empresas miembro este mismo año fue de únicamente 73 documentos en colaboración (ver gráfica 4)

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Gráfica 4

Fuente: RedEmprendia. Producción documental de los miembros de RedEmprendia en México.

¿Qué indican estos números? En una perspectiva global, los indicadores reflejan una situación incipiente de este tipo de colaboraciones en comparación con las naciones con más desarrollo tecnológico. El tema de ciencia y tecnología se revisa en el capítulo 4, sin embargo un aspecto muy importante de la colaboración de la industria con las universidades son las contribuciones financieras para la realización de proyectos de Investigación y Desarrollo (I+D). Estados Unidos es uno de los países con mejores prácticas en términos de financiamiento privado para la investigación que se realiza en las universidades; en este país el sector productivo financia el 6% del total de recursos destinados a I+D en la universidades (en 2009 se destinaron casi 55 mil millones de dólares a este rubro). En México no existen cifras oficiales sobre este tema, pero cabe suponer que el flujo de recursos financieros entre estos actores es mínimo, lo que impacta todas las actividades que éstos realizan en conjunto, que son muy pocas y no tienen un impacto real en el ecosistema. Esto indicadores reflejan varios problemas en términos de producción científica y tecnológica en cooperación. La producción científica, en documentos, se mantuvo constante prácticamente dentro del período 2003-2009 que se analiza en el estudio (alrededor de 10,000 documentos producidos). Sin embargo, el número de instituciones de educación superior asociadas aumentó 60% en el mismo tiempo, lo que no se refleja de manera proporcional en la producción, ya que ésta aumentó aproximadamente 40% en 2009 en relación con el año 2003. Adicional al punto anterior, esta red no generó ningún interés a las empresas para su inclusión, no presentando prácticamente crecimiento en el número de empresas asociadas en un plazo de seis años. En términos de la colaboración universidad-empresa para la producción de documentos, el número reportado en 2009 es de 73 documentos, del total de 10120. Lo que

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refleja una doble falta de interés: por un lado las empresas no tienen incentivos por pertenecer a este tipo de redes colaborativas y aquellas empresas que se unen no obtienen muchos beneficios de esta colaboración, al grado de no tener producción en cooperación con empresas, inclusive siendo miembros de la red. El estudio referenciado es solo un ejemplo de muchos que reflejan la precaria situación en que se encuentra la cooperación de estas dos instituciones tan importantes para un ecosistema que promueva la innovación y el emprendimiento. Otro ejemplo de lo anterior es el hecho mencionado por el ex secretario de Educación Pública, José Ángel Córdoba Villalobos, en el marco de la Cumbre de la Comunicación “Actitud Positiva por México”, en septiembre del 2012, donde dijo que 14 de cada 100 empresas mexicanas reportó algún tipo de colaboración directa con instituciones de educación superior e investigación (SEP, 2012b). Cada vez es más reconocida la importancia de la innovación y el emprendimiento en el desarrollo económico y social de las naciones. Un elemento adicional, fundamental para el ecosistema, es el conocimiento. Se reconoce que el proceso de generación de conocimiento se puede acelerar a través de la colaboración formal entre instituciones académicas y de investigación y las empresas. Esto no es nuevo, en Etzkowits y Leydesdorff, 1995, se describe el modelo de la Triple Hélice, el cual menciona las interacciones que debieran ocurrir entre el gobierno, las empresas y las instituciones generadoras de conocimiento para enriquecer el ecosistema. En Villalobos, 2011, se incluyen los resultados de una investigación realizada por la UNAM respecto a los tipos de colaboración que típicamente ocurren entre las instituciones de educación superior e investigación con otro tipo de organizaciones. Se menciona que la mayoría de las actividades de cooperación ocurren entre las universidades y empresas públicas, tanto estatales como paraestatales. En segundo lugar, las instituciones académicas cooperan con empresas privadas de todo tamaño, después ocurren colaboraciones escasas con asociaciones civiles y muy rara vez con empresas extranjeras. En estos cuatro rubros la mayoría de las actividades de cooperación caen en asesorías, servicios especializados y capacitaciones. De las 40 actividades de cooperación analizadas, solo una estaba relacionada con la creación de un nuevo producto. Más de la mitad de las actividades realizadas no contaban con la participación del gobierno, eran acuerdos entre universidades y empresas. Tampoco se mencionó que hubiera incentivos económicos por parte de algún programa de gobierno. En el reporte se concluye que la mayoría de los proyectos realizados en cooperación los recursos que se utilizan son propios de las empresas, lo que hace difícil a las MIPYMES llevar a cabo proyectos de esta índole.

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9. Mejores prácticas en el mundo a) Carreras técnicas Un ejemplo de esto es Alemania con su sistema de Fachhochschule o escuela técnica superior. En 1997, el 32% de todos los egresados del ciclo de educación superior venían de este sistema de escuelas (aproximadamente 160 en todo el país) y en algunos campos, como la ingeniería, este porcentaje llegaba al 60%. Actualmente Alemania tiene un déficit de este tipo de especialistas, ya que el sector industrial demanda muchos más ingenieros especialistas que los que egresan de la Fachhochschule. b) Colaboración industria-academia Son muchos los intentos realizados para perfeccionar el binomio academia-empresa. Un modelo propuesto para este tipo de colaboración es el Modelo de Innovación (Chesbrough, 2006), el cual consiste en que las empresas realizan sus actividades de investigación y desarrollo fuera de sus fronteras habituales, para lo cual colaboran con entidades externas tales como universidades o centros de investigación. c) Alemania: Programa DAAD de vinculación Este país, a través del Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD, por sus siglas en alemán) en su programa de Cooperaciones entre IES y empresas, promueve el intercambio de conocimiento entre universidades alemanas y extranjeras con instituciones y empresas mexicanas. Esto por medio del apoyo a proyectos con una duración máxima de 3.5 años y otorgando un monto máximo de 100,000 euros por año (Servicio Alemán de Intercambio Académico, 2013). 10. Laboratorios de I+D+i de grandes empresas en cooperación con universidades A continuación se muestran tres ejemplos destacados de cooperación que se han gestado en distintos países y que demuestran los beneficios de lograr una colaboración correcta entre las universidades y las grandes empresas.

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11. Conclusiones y recomendaciones La educación en México tiene varias oportunidades de mejora; a continuación se listan algunas recomendaciones basadas en la situación actual del país y las mejores prácticas que se incluyen en el capítulo. 11.1 Incorporar los conceptos necesarios para desarrollar una cultura emprendedora en los diferentes niveles del sistema educativo:

• Aprender a comenzar y no solo a continuar. • Fomentar los generalistas y no los especialistas. • Estimular la generación de riqueza y no solo la administración de ésta. • Preferir la libertad sobre la seguridad financiera. • Impulsar los modelos que sean dueños de empresas y no solo “dueños” de un empleo. • Educar a manejar el riesgo y no solo a evitarlo. • Premiar al que aprende de los errores y no solo al que evita cometerlos.

o Opción de equivalencia entre las carreras técnicas y los ciclos de educación media y media superior:

o En otros sistemas educativos, como en Alemania, Francia y recientemente homologado a los países pertenecientes a la Unión Europea, existen opciones de poder hacer equivalentes estudios técnicos a los básicos. Por ejemplo, es posible realizar una carrera técnica superior, al terminar la secundaria, y si las posibilidades se dan iniciar una carrera universitaria, después de haber realizado las equivalencias en los programas de estudio y cumpliendo con ciertos requisitos. Esto hace más dinámico el sistema de educación del país y permite que éste se adecue mejor a las cambiantes necesidades de los sectores productivos.

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11.2 Enriquecer y expandir la oferta académica relacionada con la cultura emprendedora. Creación de programas a nivel licenciatura y posgrado en universidades públicas para aumentar el alcance de este tipo de campos de especialización y fomentar la transferencia de conocimiento entre las instituciones públicas y los sectores productivo y social. 11.3 Reforzar la transferencia de conocimiento entre las empresas y las universidades. La importancia de esta práctica se comentó en el capítulo anterior. Actualmente este tipo de vinculación es más relevante; de no darse, las empresas tendrían que generar todo el conocimiento que demanda un ecosistema de innovación de manera interna, lo cual es muy poco probable que sea sostenible. En México, las empresas no son capaces de generar estas habilidades de manera interna, son muy orientadas a la operación y el mercado las orilla a competir por costos, niveles de servicios y otros aspectos operativos que dificulta la realización de actividades orientadas a fortalecer las competencias en producción de conocimiento. Por esto, una posibilidad es fortalecer la vinculación de las empresas mexicanas con las instituciones que generan el conocimiento en el país. 11.4 Red nacional de mentores o padrinos. Los mentores son un elemento fundamental en un ecosistema de emprendedores. Para aumentar la posibilidad de éxito de un emprendimiento de alto impacto, se debe contar con un ecosistema completo; los mentores o padrinos son un recurso importante para los emprendedores, sobre todo en las fases iniciales de un emprendimiento. El mentor o padrino es una persona con amplia experiencia que puede guiar y aconsejar al emprendedor para evitar riesgos innecesarios o errores en un emprendimiento. Entre las posibles tareas de un mentor se encuentran:

• Reuniones 1-1 del emprendedor y el mentor. • Talleres. • Llamadas cortas para temas urgentes y puntuales. • Horas en oficina, el padrino va a las oficinas del emprendedor • Sesiones de “gimnasio”, entrenamiento a los emprendedores en un tema específico:

ventas, equipo, finanzas, etc. En general, todos estos tipos de interacción entre los mentores o padrinos y los emprendedores tienen el objetivo de que los últimos obtengan asesoría oportuna y resolver posibles problemas durante etapas tempranas de un emprendimiento. Un ejemplo de esto es la red de mentoringde “500 Startups”, que promueve la interacción entre mentores, ejecutivos de alto nivel en el mundo tecnológico y emprendedores (500 Startups). Esta

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organización se dedica a financiar emprendimientos en etapas tempranas con aportaciones que pueden llegar a las 250,000 libras. Adicionalmente, 500 Startups ofrece mentoring a sus empresas a través de una red de mentores que ofrece guía a los emprendedores mediante horas en oficina, conferencias y reuniones. 11.5 Participación de las mujeres en el ecosistema de emprendedores Es fundamental presentar el tema de las mujeres emprendedoras y su participación en el ecosistema, debido a la importancia que han tenido en los últimos años en las economías de los países y de manera generalizada. Las mujeres han demostrado una gran capacidad para auto emplearse y emplear a otros y generar riqueza en sus países. Sin embargo, la presencia de mujeres en los ecosistemas de emprendimiento es aún escasa. Algunos datos reportan que uno de cada tres emprendedores es mujer, esto a nivel mundial. En México, la proporción de mujeres en el entorno de emprendedores es mucho menor y en empresas de alto impacto hay muy pocas mujeres; esto sigue una evolución socio-cultural que es particular a nuestro país. Este tema se ha cuidado poco en general, por lo que la OCDE propone la creación de programas y políticas específicas para su promoción y apoyo. En OCDE, 2004, se incluyen los análisis de los países miembros respecto al tema de las mujeres emprendedoras y se hacen propuestas. A manera de resumen, las principales recomendaciones que se hacen en OCDE, 2004, son:

• Incrementar la participación de las mujeres en el mundo laboral al asegurar servicio de guarderías de calidad y trato justo en los lugares de trabajo.

• Escuchar a las mujeres dentro de los ecosistemas. Crear instancias de gobierno o privadas a las cuales puedan acudir, particularmente, las mujeres con dudas o propuestas; crear espacios de ideas donde las mujeres puedan exponer sus propuestas.

• Incorporar la dimensión de mujeres emprendedoras en las políticas de generación de empresas o proyectos de innovación.

• Promover el desarrollo de redes de mujeres emprendedoras. • Evaluar el papel de las mujeres en la creación de empresas y el sistema económico, de

manera regular y eficiente. • Incrementar el análisis de los beneficios de las mujeres emprendedoras en el ecosistema

de emprendimientos. 11.6 Ética y emprendimiento Un tema relevante en el contexto de las empresas es la ética en los negocios. Sin embargo, este tema es poco abordado en los ambientes de emprendedores, tal vez por considerarse innecesario en la fase de gestación de las empresas. Los autores de este trabajo consideran que

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la ética tiene varios elementos, muchos de los cuales deben estar presentes en los emprendimientos desde el principio. La ética no solo aplica a las empresas o los emprendimientos, pero en este capítulo nos concentraremos en la siguiente definición de ética: conjunto de principios que moldean o definen lo que es bueno y malo entre un grupo de personas que conviven dentro de una organización. En general, hay una crisis de ética en el mundo, pero se debe hacer lo posible porque esto no afecte la cultura emprendedora. En días recientes, un amigo emprendedor se acercó a mí para pedirme un consejo. Él se encontraba consiguiendo capital semilla para iniciar su emprendimiento y en muchas organizaciones, a las cuales se acercó, le mencionaron que una práctica común es inflar los costos de las cosas para que el porcentaje de recursos que se obtenga sea mayor. Esto para él fue inaceptable y prefirió seguir buscando recursos en otros lados. Lo anterior es un ejemplo de que en un emprendimiento nunca es demasiado pronto para empezar a establecer la ética que defina a la futura empresa, en todas y cada una de sus etapas. Algo que dificulta la definición de una ética en una organización es que va más allá de lo legal o ilegal, para lo anterior están las leyes. La ética está sobre lo legal, es decir, algo puede ser legal pero no ético, o quedar en la frontera de la indefinición. Para que algo se pueda considerar ético, además de ser legal, debe ser justo, debe hacer sentir al emprendedor orgulloso, se debe sentir bien de su decisión y si alguien más se entera, esa decisión no sería un problema o motivo de vergüenza. Algunos consejos para los emprendedores son:

• Plantearse que la ética es importante desde el principio de un emprendimiento y no solo cuando ya se tiene una empresa.

• Desarrollar su propio código de ética y respetarlo, empezando por el emprendedor y luego todos los empleados que formen parte de la aventura. Este código debe incluir temas como: honestidad, integridad, respeto, confianza y responsabilidad.

La ética en etapas de gestación de emprendimientos es aún más importante. Son muchas las historias que se cuentan hoy de las grandes empresas que algún día estaban comenzando y que no consideraron a la ética como algo fundamental, y que enfrentaron problemas entre los fundadores de robo de ideas, de engaños financieros u otros comportamientos faltos de ética; tal vez esto se hubiera evitado si desde el principio se hubieran establecidos algunos principios como los aquí mencionados. 11.7 Capacitación en metodologías y procesos Las metodologías y procesos en los emprendimientos corren una suerte parecida a la ética. Muchos emprendedores, por naturaleza, consideran que esto es importante en etapas posteriores a la incubación, cuando la empresa se encuentra en fase de crecimiento. Sin embargo, no hay mejor momento de definir y establecer los procesos y metodologías en una

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organización que al principio. Por otro lado, el uso de procesos y metodologías puede evitarle muchos problemas al emprendedor y aumentar el valor de su emprendimiento. Claro está que no todas las metodologías y procesos son útiles para emprendimientos en fases tempranas; se deben considerar las características de un emprendimiento y definir qué procesos son importantes para su gestación y qué metodologías son las más adecuadas. Se recomienda incluir en los programas de emprendimiento y en las actividades de mentoring este tipo de temas: procesos y metodologías.