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UMBRA: LA ECORREGIÓN CAFETERA EN LOS MUNDOS DE SAMOGA
Mundo del Agua: Bachué
BOOK SECTION:
1. MUNDO DE LA TIERRA
2. MUNDO DEL AGUA
3. MUNDO DEL AIRE
4. MUNDO DEL FUEGO
5. MUNDOS DE LA CULTURA, LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA
DUQUE-ESCOBAR, GONZALO * (2015). DIGITAL BOOK U.N. DE COLOMBIA. MUSEO INTERACTIVO SAMOGA.
UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA SEDE MANIZALES. ENLACE: http://www.bdigital.unal.edu.co/50853/
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CAP2-
MUNDO AGUA
En Bachué puedes conocer sobre el Magdalena Centro, una subregión compartida por caldas, tierra del bunde,
de ranchos de hamacas y chinchorros, y también de subiendas de bagres, nicuros y bocachicos, donde aparece
la selva de Florencia y la hidroeléctrica de La Miel, y se conoce la historia de los vapores por el río y la Expedición
Botánica. Imagen: Anglus S.A.S.
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Contenido específico de Bachué:
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– Prospectiva para el desarrollo magdalenense
Resumen: El Magdalena Centro, un espacio geográfico cuyo epicentro es La Dorada, es la tierra de hamacas y
chinchorros que comparte con el Magdalena Medio su historia de los vapores por el gran río de La Magdalena, y
con Cundinamarca y Tolima la de la Botánica de Mutis. De articularse el territorio, se aprovecharían las ventajas
para conformar un promisorio escenario urbano-regional para Colombia. – See more at:
http://www.bdigital.unal.edu.co/6576/1/gonzaloduqueescobar.201221.pdf
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PROSPECTIVA PARA EL DESARROLLO MAGDALENENSE
Posiblemente en La Dorada, como epicentro de intensas dinámicas económicas, sociales y ambientales del país,
dado el valor estratégico de su ubicación sumado a la invaluable riqueza natural y cultural del Magdalena
Centro, por las visionarias decisiones en materia energética sobre Miel II adoptadas por la actual administración
departamental y los desarrollos de la infraestructura del transporte del país que inciden en ella, se estarían
creando las condiciones para apalancar uno de los más promisorios escenarios urbano-regionales de Colombia y
de los procesos de integración de Caldas, si se decide correctamente en materia de planificación urbana y con
visión integracionista y de futuro.
La cabecera porteña del oriente con sus devenires políticos y de orden público, habitada por ciudadanos de bien
que de la mano del PDP-MC y otros líderes regionales enfrentan ahora la solución de los conflictos socio-
ambientales más relevantes de su historia, empieza a brillar en el horizonte como el referente urbano de un
territorio en construcción: el Magdalena Centro, un espacio geográfico localizado al sur del Magdalena Medio,
sobre terrenos en jurisdicción de 17 municipios, del cual participan todos los del oriente de Caldas, San Miguel y
Puerto Triunfo por Antioquia, Puerto Boyacá por Boyacá, y el noroccidente y centro-occidente de Cundinamarca,
y en el que cabrían tres más del norte del Tolima, que son Fresno, Mariquita y Honda en virtud de sus pretéritas
relaciones directas, así: con Manzanares en los asuntos de la colonización antioqueña, con Guaduas en los de la
botánica de Mutis, y con La Dorada en la historia del río Magdalena, respectivamente.
El Magdalena Centro es la tierra de hamacas y chinchorros que comparte con el Magdalena Medio su historia de
los vapores por el gran río, y con Cundinamarca y Tolima la de la Botánica de Mutis. Limita aquel por el norte
con el Magdalena Medio, tierra de petróleo con Barranca como epicentro donde se escribe un capítulo de la
historia energética de Colombia; por el este, con el fértil altiplano cundiboyacence de la capital cosmopolita,
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donde florece la República y se concentra el poder político y económico de Colombia; por el sur con el Tolima
Grande, una de las regiones más fecundas de la Patria bañada por el Magdalena, donde resplandecen la “Ciudad
Musical”, la tierra de José Eustacio Rivera y el parque arqueológico de San Agustín; al noreste las montañas
Antioqueñas, cuna de la cultura paisa que da origen a la Colonización Antioqueña, uno de los fenómenos
sociales más importantes de nuestra historia; y por el oeste y suroeste el Eje Cafetero, con sus procesos de
conurbación que podrían estructurar el eje Cali-Medellín para consolidar una ciudad región sin precedentes en
el Pacífico latinoamericano.
La vertiente oriental del Magdalena Centro involucra tres zonas de vida: la alta cordillera con las fértiles tierras
de Marulanda, donde dominan el latifundio y los frágiles ecosistemas de páramo; el corredor de las cuencas
medias donde la antioqueñidad fundó poblados y sus hijos armaron redes de caminos terciarios; y el fértil valle
del Magdalena dotado de una infraestructura que favorece el desempeño de La Dorada. Y del otro lado del gran
río, dos zonas de vida: la del propio valle del Magdalena que en Puerto Salgar y Puerto Boyacá también muestra
la preeminencia económica, en su orden, de la ganadería, la agricultura y la pesca, y la del piedemonte
cordillerano de la Cordillera Oriental donde la influencia del bosque seco del valle y del clima seco del altiplano,
explican la relativa fertilidad de los suelos en poblados como Yacopí, Caparrapí, Chaguaní, La Palma y Guaduas.
Cuando se consoliden la navegación por el Magdalena y el desarrollo hidroenergético, gracias a un recurso
hídrico excedentario que exige buen manejo, detonará la industria en el entorno doradense para elevar el PIB de
Caldas, lo que también obliga a mantener previsiones para incrementar el crecimiento en términos ambientales
y sociales.
A modo de inventario, veamos el potencial natural que se suma a la riqueza cultural de la preciosa tierra:
además de la oferta biótica por el continuo de pisos térmicos con variadas zonas de vida, humedales del
Magdalena, ecosistemas de páramo, bosques secos y húmedos, sobresalen los suelos fértiles del valle del
Magdalena y de San Félix, puesto que los otros de la cuenca media Caldense tienen vocación forestal al aparecer
lixiviados. De ahí las posibilidades del territorio en su conjunto para renglones como ganadería, piscicultura,
avicultura, porcicultura, ovinocultura, y pesca, y para productos como café, caña panelera, caucho, papa,
plátano, aguacate, maíz, yuca, algodón, fríjol, cacao, legumbres, hortalizas y frutas de todos los climas. Y del
subsuelo, hidrocarburos, energía geotérmica, uranio, carbón, mármol, calizas, caolín, asfaltos, esmeraldas, oro,
plomo y zinc, aportados desde los flancos de las dos cordilleras.
* Profesor Universidad Nacional de Colombia http://gonzaduque.es.tl [Ref: La Patria, Manizales, 2011-05-14]
Imagen: Meandro de la curva Conejo frente al barrio Bucamba. Ladorada-caldas.gov.co
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– PDP-MC una década “magdaleneando”
Resumen: Gracias al compromiso, trabajo y conocimiento ancestral aportados por las comunidades de base del
Magdalena Centro de Colombia, y al acompañamiento de los actores estratégicos comprometidos con el
desarrollo de dicho territorio, entre ellos el Programa de Desarrollo para La Paz del Magdalena Centro PDP-MC
que desde hace una década le apuesta a un desarrollo sustentable de alto contenido social, las acciones
emprendidas para resolver los conflictos socio-ambientales en este territorio vecino al Río Magdalena, se vienen
transformando en hechos y en lecciones de Paz y de esperanza, aportados por sus propios habitantes. – See
more at: https://godues.wordpress.com/2015/08/17/pdp-mc-una-decada-magdaleneando/
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PDP-MC: UNA DÉCADA “MAGDALENEANDO”
El Magdalena Centro MC, es una subregión compartida por Caldas, Cundinamarca, Antioquia y Boyacá, que
abriga al Norte del Tolima, cruzada por la historia de los vapores por el río y de la Expedición de Mútis; es una
tierra de bundes, guabinas y pasillos, de ranchos de hamacas y chinchorros, y de subiendas de bagres, nicuros y
bocachicos, en cuyas dos vertientes magdalenenses aparecen la selva de Florencia, la hidroeléctrica de La Miel y
el río Guarinó por el costado caldense, o la tierra de “La Pola”, la colonial Villa de Caparrapí y El Río Negro por el
de Cundinamarca.
Pero también, a pesar de los profundos conflictos del precioso y promisorio territorio, relacionados con
violencia, pobreza, falta de oportunidades para los jóvenes, deterioro ambiental y desastres, sus pobladores
cuentan con una reserva ética y moral de hombres y mujeres en una organización: el Programa de Desarrollo y
Paz para el Magdalena Centro PDP-MC, que le está apostando a un desarrollo sustentable desde hace una
década, al diseñar planes de alto contenido social y emprender procesos participativos, concebidos con
estrategias y objetivos que conducen a acciones emblemáticas y viables, mediadas por la confianza para lograr
soporte institucional.
Todo empieza el 18 de Agosto de 2005, cuando en el puerto caldense la Diócesis de La Dorada-Guaduas, ISA,
ISAGEN, la Fundación Escobar, la Universidad Autónoma de Manizales y la Central Hidroeléctrica de Caldas,
constituyen el PDP-MC, con el objeto de emprender las acciones sobre el citado distrito eclesiástico, soportadas
en los Programas de Desarrollo y Paz de Colombia por ser expresiones de la sociedad civil en alianza con actores
representativos de las regiones, y por estar concebidos para la promoción de procesos incluyentes de amplia
participación ciudadana. La tarea inicial encomendada al Padre Jorge Alberto Tovar, fue conformar dicha
organización y una base social para soportar el proceso, elaborar un diagnóstico de la región y generar las
herramientas de trabajo social para iniciar el nuevo programa.
La apuesta por un desarrollo humano integral sostenible en el MC, beneficia a unos 450 mil habitantes de
diecisiete municipios de la jurisdicción diocesana y tres más del Tolima: de Caldas, Pensilvania, Manzanares,
Samaná, Marquetalia, Norcasia, Victoria, La Dorada y Montebonito como corregimiento de Marulanda; de
Cundinamarca, Puerto Salgar, Yacopí, Caparrapí, Chaguaní, La Palma y Guaduas; además, Puerto Boyacá en
Boyacá; Puerto Triunfo y San Miguel como corregimiento de Sonsón, en Antioquia; y Fresno, Mariquita y Honda
por el norte del Tolima.
El potencial del territorio es enorme: la posición geoestratégica de los puertos y la hidrovía recuperada, las
cuencas medias en ordenamiento con sus cultivos de café y panela y el recurso hidroenergético, la
biodiversidad, los bosques y la producción forestal, o la abundancia en calizas y mármoles; las cuencas altas en
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la zona cordillerana con sus caminos de arriería que alcanzan a Marulanda con sus fértiles tierras y paisajes de
páramo, o en la tierra muisca abundante en sal, carbón y esmeraldas; y la cuenca baja compartida como gran
despensa de cacao y frutales, con sus yacimientos calcáreos y de asfaltos naturales, o el propio río con el feraz
valle del Magdalena.
Para aludir a la gestión del PDP-MC, habrá que pasar con juicio el telón de sus actividades: allí aparecen entre
otras acciones las Agendas Ciudadanas, importante evidencia de una actividad de los últimos seis años, por
tratarse de un instrumento de empoderamiento que permite la apropiación social del territorio, dado que se
construye a partir de propuestas de la comunidad consolidadas mediante el análisis de su realidad y de su
impacto en cada municipio, bajo el entendido de que son fruto de procesos democráticos asociados a espacios
de incidencia directa en la planeación y el seguimiento de la gestión pública.
También, consecuencia de un largo camino de actividades ejemplarizantes en curso, emprendido por los
pescadores de la charca de Guarinocito y de las veredas Buenavista y Horizontes, quienes son ahora los artífices
de su propio desarrollo, gracias al PDP y al apoyo de entidades cooperantes: en el marco de las complejas
relaciones entre el viejo meandro y la comunidad que lo habita, se logra enfrentar la problemática local
acometiendo acciones estructurales, empleando como recursos, además de la cultura del emblemático río, el
capital social y el diálogo entre saberes y ciencias.
* Profesor Universidad Nacional de Colombia http://galeon.com/cts-economia [Ref.: La Patria. Manizales, 2015-
08-17] Imágenes: Programa Desarrollo para la Paz del Magdalena Centro.
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– Pensilvania: La “Perla del oriente” caldense
Resumen: Este precioso poblado del oriente caldense, cuyos hijos han honrado la comarca, fue fundado en 1866
entre empinadas montañas, cristalinos torrentes, verdes y estrechos valles, donde cerca de mil colonos llegaron
portando como símbolos la cruz de su fe y el hacha de su reciedumbre, es consecuencia de uno de los
fenómenos sociales más significativos de nuestra historia: la colonización antioqueña del siglo XIX. – See more
at: http://www.bdigital.unal.edu.co/10399/1/gonzaloduqueescobar.201330.pdf
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PENSILVANIA: LA “PERLA DEL ORIENTE” CALDENSE
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En el paraje de explanadas, sobre la ruta que conectaba a Salamina y Honda, ubicado entre empinadas
montañas, cristalinos torrentes, verdes y estrechos valles, territorio jurisdicción de Sonsón desde 1870 hasta
1908, año en que se le anexan a Caldas las subregiones del naciente ubicadas en la vertiente izquierda del
Magdalena entre los ríos Samaná y Guarinó, se funda el corregimiento de Pensilvania en 1866 por solicitud de
Don Isidro Mejía, al Abogado y Militar Pedro Justo Berrío entonces presidente del Estado Soberano de
Antioquia. Entre tanto, en Manizales se abría el segundo camino al Magdalena por el Páramo de Aguacatal en
dirección a Honda, obra que concluye en 1872 justo cuando Pensilvania se erige como municipio.
Pero de esta comarca de bosques andinos tropicales húmedos, bañada por las aguas de La Miel y el Samaná Sur,
que estuvo deshabitada unos 300 años, al ocuparse del exterminio de sus aborígenes Pantágoras, cuenta
Alfredo Cardona Tobón cómo en 1551, soldados al mando de Asencio de Salinas descubren a dos jóvenes
expiando desde la espesura, los persiguen con feroces canes adiestrados para aperrear llegando hasta el
poblado con claras intenciones de saquear bohíos y hacer prisioneros. Por el pánico generado, los gritos fueron
en aumento durante media hora, hasta que se produce el Holocausto de Ingrima: “Los unos sin animarse a
forzar los ranchos y los otros sin ánimo de repelerlos. De pronto una flecha atravesó la cabeza de un español.
Los españoles reaccionaron e incendiaron los ranchos indígenas para obligarlos a salir. Los nativos no salieron.
Prefirieron morir achicharrados o ahorcados en las lumbreras de los bohíos; fue un espectáculo aterrador; se
oían los llantos de los niños entre el crepitar de las llamas, los ayes lastimeros de las madres con sus bebés de
brazos, los gritos de agonía de todo un pueblo que perecía en las llamas.”
A diferencia de lo ocurrido con la fundación de poblados coloniales como Honda (1539) y Mariquita (1551), que
surgen cuando la propiedad de la tierra respondía a la lógica de los títulos reales y el modo de producción era el
régimen de servidumbre, la “Perla del oriente” caldense es consecuencia de uno de los fenómenos sociales más
significativos de nuestra historia: la colonización del siglo XIX, en la que se consagra la propiedad de baldíos o
tierras realengas para quienes trabajan y poseen tales parcelas, ocupadas tras una lucha territorial que se da
primero en el marco de la colonización espontánea, previa a repartos, acaparamientos y control de tierras, y
luego durante la fase empresarial cuando la colonización evoluciona al modo capitalista al emplear colonos
asalariados.
Los cerca de mil colonos que en los primeros lustros hasta la fundación llegaron paulatinamente a descuajar
agrestes montañas de tan indómita naturaleza, en lo que se conocía como las tenebrosas selvas de Sonsón,
portando como símbolos la cruz de su fe y el hacha de su reciedumbre, sembraron parcelas y construyeron
chozas de paja en donde hoy está la plaza principal, luego la iglesia y la escuela, hasta consolidar ese ambiente
cívico de sanas costumbres para levantar familias en valores que se fueron perpetuado e irrigado por las
nacientes veredas que colman el territorio. Allí, conforme abrieron caminos y trochas para el comercio con
poblados en varias direcciones, surgieron generaciones de pensilvenses cuyos hijos le han dado lustre a Caldas y
honrado la comarca.
Ahora, esa economía de Pensilvania orientada a la actividad forestal, cafetera, panelera y ganadera, que crecería
de integrase con Manzanares y Marquetalia para encontrar conexión a Fresno cruzando el Guarinó por La
Marina, y aprovechar sus notables posibilidades hidroenergéticas sin detrimento del portentoso patrimonio
biótico expresado en baluartes como la Selva de Florencia, un ecosistema natural compartido con el municipio
de Samaná sobresaliente por su grado de endemismo al involucrar la mayor proporción de especies de ranas del
país, está obligada a desarrollar otras posibilidades en el Paisaje Cultural Cafetero, incluyéndose con aquel
territorio entre los municipios fundamentales de la citada declaratoria de la Unesco, argumentando que los
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cafés Pensilvania y Manzanares, también fueron reconocidos por su calidad en la década de los 20, con otros
como los cafés Manizales y Burila provenientes de tierras frías.
* Profesor Universidad Nacional de Colombia Http://galeon.com/cts-economia [Ref. La Patria, Manizales
2013.10.14] Imágenes: fuentes varias con crédito en cada fotografía.
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– Honda, frente a los devenires del desarrollo
Resumen: En la Colonia, viajeros y mercancías llegadas al Caribe con destino a Santa Fe, se embarcaban en
canoa para remontar el río en un viaje de 3 a 4 semanas, hasta detenerse en Honda. El Salto de Honda, no solo
dividió en dos la navegación del Magdalena entre Neiva y Calamar, sino que también ha definido la suerte del
hermoso puerto tolimense, al convertirlo en un nodo del sistema intermodal de transporte, cuya vocación
debería ser conurbarse con La Dorada para fortalecer la multimodalidad. – See more at:
http://www.bdigital.unal.edu.co/47260/1/hondafrentealosdeveniresdeldesarrollo.pdf
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HONDA, FRENTE A LOS DEVENIRES DEL DESARROLLO
Ubicada en el Magdalena Centro, en territorio de aborígenes Ondaimas sobre el punto de quiebre entre el valle
alto y medio del río mayor de la patria, vecino a un raudal y en la confluencia del río Gualí, aparece “la ciudad de
puentes y subiendas”, un puerto fluvial de 1560 ubicado a 220 msnm, que se erige Villa en 1643 y Municipio en
1863, lugar donde pequeñas embarcaciones como champanes y canoas pudieron remontar con riesgo la
corriente, pues el Salto de Honda puso límites a la navegación a vapor: modo de transporte que intentó
implantar Santander desde 1823, se establece desde finales de la década de 1840 y se regulariza a finales del
siglo XIX.
En la Colonia, viajeros y mercancías llegadas al Caribe con destino a Santa Fe (1538), tomaban la ruta por tierra
desde Cartagena (1533) hasta Barranca Vieja, cerca de Mompós (1537), donde se embarcaban en canoa para
remontar el río en un viaje de 3 a 4 semanas, hasta detenerse en Honda, puerto vecino a la próspera Mariquita
(1551). De ahí la construcción del Canal del Dique en el siglo XVI, una bifurcación artificial de 113 km del río
Magdalena construida para facilitar la navegación entre Calamar y la bahía de Cartagena.
El Salto de Honda, no solo dividió en dos la navegación del Magdalena entre Neiva y Calamar, sino que también
ha definido la suerte del hermoso puerto tolimense, al convertirlo en nodo del sistema intermodal de transporte
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gracias a la convergencia de las vías terrestres, a pesar de los avatares del comercio interior y exterior de
Colombia. El ingeniero militar y geógrafo Agustín Codazzi, en el marco de la Comisión Corográfica, estudia la
posibilidad de allanar el raudal asociado a un desnivel de 69 m, para resolver el mayor escollo para la navegación
del Magdalena.
Aunque los vapores remontaron el meandro de la Curva Conejo en La María (La Dorada), accediendo con
relativa seguridad hasta el meandro Vuelta de la Madre de Dios, lugar donde carga y pasajeros transbordaban a
canoas o tomaban cabalgaduras con destino al poblado localizado 25 kilómetros aguas arriba, también más
adelante surgen dos puertos: Caracolí una milla aguas abajo de Honda para la navegación de 1000 km hasta el
Caribe, y Arrancaplumas, aguas arriba de la desembocadura del Gualí para navegar 400 km hasta Neiva.
Ahora, gracias a las copiosas riquezas que circulaban por el histórico poblado, al surgimiento del café de las
grades haciendas de Cundinamarca y al incremento de la población en el Tolima Grande consecuencia del auge
de la explotación del tabaco, Francisco Cisneros inicia la construcción del ferrocarril entre Honda y la Dorada
poniendo en servicio el primer tramo entre Honda y Caracolí en 1881 y 15 kilómetros adicionales en 1885; diez
años después extienden la línea 23 km entre Arrancaplumas y el Puerto Caracolí vecino a la quebrada Yegua, y
en 1897 finalmente, 35 km adicionales para alcanzar el puerto de La María (La Dorada).
Con el fin de las guerras civiles del siglo XIX y la bonanza cafetera de principios del siglo XX, en 1907 el ferrocarril
Honda – La Dorada se extiende hasta Ambalema, en 1908 llega el tren de Bogotá a Girardot, entre 1921 y 1936
se construye el de Facatativá a Salgar, y en 1922 se inaugura el cable aéreo Manizales – Mariquita. Actualmente,
mientras Caldas reclama la salida a la Hidrovía siguiendo el curso de la carretera al Magdalena de 1939 por
Fresno, y no por Cambao, se propone el Túnel Cocoló de 6 km que reduciría en 26 km la distancia Honda-Bogotá,
y avanza el proyecto vial Girardot- Salgar por Puerto Bogotá, frente al puerto tolimense.
Hoy el futuro de Honda pasa por la multimodalidad, que se fortalecería con el regreso del tren integrando la
región andina a esta hidrovía cuyo potencial para la navegación se ha estimado en 500 millones de toneladas-
año, según el Plan Maestro de Aprovechamiento del río Magdalena elaborado por la estatal china Hydrochina
Corporation, lo que obliga a conurbar La Dorada y Honda para construir sinergias orientadas a desarrollar una
plataforma logística, buscando acrecentar los impactos del medio fluvial en el que operarán convoyes de carga
en el mediano plazo, tras el dragado concesionado por Cormagdalena a la brasilera Odebrecht.
* Profesor Universidad Nacional de Colombia http://galeon.com/manualgeo [Ref.: La Patria. Manizales,
2015.03.2] Imagen: Puertos de Caracolí, en tiberiomurciagodoy.blogspot.com; y de Arrancaplumas, en
juanmanuelrudas.jimdo.com.
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– Puerto Multimodal de La Dorada
Resumen: Con la navegación por el Magdalena, los fletes desde el Altiplano y el Eje cafetero, se reducirían un
40%. Dragando aguas arriba de La Dorada, podría movilizarse 2 millones de toneladas año en el puerto caldense,
lo que lo obliga a transformar en ciudad intermedia y a conurbar el puerto caldense con Honda. Si actualmente
cerca del 90% de la carga del río está representada por hidrocarburos, la ventaja de La Dorada partirá de la
rehabilitación de su conexión ferroviaria con el Altiplano y de la construcción del Ferrocarril Cafetero llegando a
La Virginia, dos proyectos que la ligarían a los centros de gravedad de generación de carga de la Región Andina.
– See more at: http://www.bdigital.unal.edu.co/11655/1/gonzaloduqueescobar.201405.pdf
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PUERTO MULTIMODAL DE LA DORADA
Gracias a su posición geoestratégica, el río Magdalena no solo fue la ruta para acceder a la zona andina
colombiana, sino que potencialmente es el medio más expedito para articular el sistema troncal de carga, entre
las regiones mediterráneas del país y sus principales puertos del Caribe. Aunque concesionada la navegación en
1823 durante el gobierno de F. de P. Santander, sólo se regulariza hacia la década de 1880 y finalmente se
desarrolla en la década de 1920 con el advenimiento de los Cables y Ferrocarriles Cafeteros. Pero luego esta
arteria se postra por los efectos del monopolio del transporte carretero amparado en el modelo keynesiano, y
sufre las consecuencias de la sedimentación que expresa el deterioro de nuestras cuencas.
Dragado y navegabilidad. Pero hoy la navegación por el Magdalena está en proceso de implementarse hasta el
puerto caldense, tras un dragado del rio desde La Dorada hasta su desembocadura, que a un costo de $1,2
billones habilitará la hidrovía para movilizar cerca de 11 millones de toneladas-año, situación que obliga a
implementar puertos multimodales en Barrancabermeja (Santander), Puerto Berrío (Antioquia) y La Dorada
(Caldas). Aunque en los últimos años el Magdalena moviliza entre 1 y 2 millones de toneladas anuales, donde el
80 a 90% corresponde a hidrocarburos y el 10 a 20% a carga general, en el futuro cercano también movilizará
carbón y carga a granel.
El canal navegable en la Dorada, de 50 metros de ancho, tendría garantizados 4,5 pies de profundidad, lo que
facilitaría en verano desplazar convoyes de 800 toneladas (40 TEU). También podrán movilizarse barcos-tanque,
dado que el medio fluvial es más competitivo que el poliducto. Al respecto, para el movimiento aguas abajo la
carga se incrementa, dado que el canal irá ganando profundidad alcanzando los 6 pies en Puerto Berrío y los 7
pies en Barrancabermeja. En el Puerto de Barranquilla donde el canal de acceso llegaría minino a 37,5 pies y
empezará a operar un terminal de portacontenedores, se movilizaron en 2013 más de 10 millones de toneladas.
Impacto económico. Con la navegación por el Magdalena, los fletes desde el Altiplano y el Eje cafetero, como
centros de gravedad de los principales escenarios de generación de carga de Colombia, se reducirían un 40%.
Esto a su vez, facilita un crecimiento tres veces superior a dicha cuantía, en el nivel de las exportaciones que van
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hacia el Atlántico, lo que se traduce en ventajas competitivas para nuevas industrias químicas de base minera y
de manufacturas para la región.
Para la bancabilidad del proyecto, las oportunidades se desprenden no sólo de los fletes bajos, volúmenes de
carga y cargas de compensación, sino también de las economías asociadas a la consolidación de carga y gestión
aduanera. Si tomamos como carga de salida el café, la de entrada puede ser los insumos agroindustriales para la
región andina. Desde el punto de vista logístico, habrá que implementar el sistema intermodal con puertos
secos en puntos estratégicos en las regiones vecinas, buscando la transferencia hacia el sistema fluvial y
ferroviario.
Previsiones para La Dorada. En el mediano plazo, La Dorada podría movilizar 2 millones de toneladas año,
cantidad que en un plano de mayor nivel de desarrollo se duplicaría, conforme se den los beneficios asociados a
las dinámicas de la relación ciudad-puerto: esto es, el sistema portuario se establecería en un tramo de varios
km y por los dos costados del río, aprovechando el FFCC que transita por su margen izquierda y la ruta del Sol
con la Autopista Girardot – Puerto Salgar por la margen derecha. La instalación de nuevas industrias en el
extenso sector rivereño, generará una significativa demanda de agua y energía que deberá preverse.
Dado lo anterior, en el marco de planificación prospectiva podría afirmarse que La Dorada deberá transformarse
en ciudad intermedia, previendo un crecimiento demográfico para los próximos 25 años de unos 100 mil
habitantes, cantidad que duplicaría el de Manizales y que invita a conurbar a Honda con La Dorada, para
prevenir los conflictos y potenciar los desarrollos de la multimodalidad, además de espacializar coherentemente
las funciones urbanas del territorio. De esto se desprende la necesidad de dragar aguas arriba de Conejo para
extender los beneficios de la navegación hasta Honda, y de paso mitigar la vulnerabilidad a las inundaciones en
sectores urbanos críticos de La Dorada, como Bucamba.
Visión profunda. La capacidad del río Magdalena, entre La Dorada y el Caribe, la ha estimado Hidrochina en 500
millones de toneladas anuales, valor equivalente a 150 trenes de 10.000 toneladas por día. Para descargar y
cargar los convoyes de 7.200 toneladas que navegarían el Magdalena, se requiere el medio férreo con trenes
provenientes de los centros de generación de carga en la Región Andina donde se genera el 70 % de la carga del
país, ubicados en el norte del Valle y en el Altiplano.
A futuro, el ferrocarril cafetero nutriría la cadena de valor de dos corredores logísticos que integrarían las
regiones mediterráneas de Colombia a las dos cuencas de la economía planetaria: Uno Sur Norte llevando el
tren Buenaventura a Urabá, pasando por el Eje Cafetero, medio que respecto a Cartagena reduce la distancia al
mar un 40 % para Medellín; y otro Oeste-Este, extendiendo la red férrea de Colombia, que viene de
Buenaventura al km 41, y que pasaría por La Dorada y Bogotá, hasta la hidrovía Meta-Orinoco para salir al
Atlántico en el delta de Amacuro; al respecto, el río Meta es navegable en una longitud de 850 km, durante el 90
% del año.
Manizales, 25 de enero de 2014.
* Profesor U.N. de Colombia y Miembro SMP Manizales. http://galeon.com/manualgeo Imágenes: Cor-
Magdalena, en: smpmanizales.blogspot.com
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Mohán: sin bogas ¿pa' onde va el río?
Un territorio es una construcción social e histórica y no un simple espacio de transformaciones, y eso es el
Magdalena, el más emblemático río del trópico andino, históricamente navegable de forma continua desde
Honda hasta su desembocadura en el Caribe, y cuyo principal afluente es el río Cauca. Urgen políticas públicas
socio-ambientales que prevengan la desestructuración de este complejo territorio, y que orienten las
intervenciones antrópicas que propenden por recuperar la hidrovía. – See more at:
http://www.bdigital.unal.edu.co/51284/1/mohansinbogaspaondevaelrio.pdf
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MOHÁN: SIN BOGAS ¿PA’ ONDE VA EL RÍO?
Se ha desarrollado el 23 de septiembre en Honda, el III Foro público: ¿Para dónde va el río Magdalena?, evento
preparado por el Foro Nacional Ambiental, el PDP-MC y Fescol, para tratar sobre los riesgos del proyecto de
navegabilidad del río y las perspectivas de desarrollo en el Magdalena Centro, toda vez que el tramo Berrío-La
Dorada será el principal nodo de transporte fluvial para la Región Andina, el que se accederá por Gamarra y La
Dorada en razón a que el Altiplano y el Norte del Valle son los centros de gravedad de generación de carga de
ese habitado y mediterráneo territorio.
Para empezar, la hidrovía del Magdalena tiene una capacidad fluvial máxima de 500 millones de toneladas-año,
y una demanda cercana a los 12 millones toneladas anuales para diferentes tipos de carga. Hoy, la navegación se
da desde Barrancabermeja hasta la costa en una longitud de 630 Km, y más adelante entre Barranca y La Dorada
cuando se acometa la adecuación del dinámico río, en el que se pretende establecer un canal navegable y
estable de 42 m de ancho, aunque con riesgo de exceder las condiciones naturales del variable curso,
consecuencia de soportar el diseño sólo en simulaciones sin llegar a los necesarios modelos.
Se contempla, además de dragados de mantenimiento en 900 km entre La Dorada y Barranquilla, estructuras de
encauzamiento en 260 km desde Puerto Salgar hasta Barrancabermeja, para establecer ese canal navegable que
tendría inicialmente de 4,5 pies de calado hasta puerto Berrio, y 6 de allí a Barranca. El problema a futuro, lo
causaría el dragado adicional para dejar todo en 7 pies, a fin de facilitar el acceso de convoyes con 6 pies de
calado hasta el puerto caldense: al extralimitar la capacidad del sistema biofísico, se desconectarían los
ecosistemas con severo impacto ecológico y afectación grave para los pescadores.
Para la gestión integral de la gran cuenca Cauca-Magdalena, en razón a la complejidad de este biodiverso y
pluricultural territorio que cubre el 23,6% del suelo continental de la patria, donde habita el 67,7% de los
colombianos y se genera el 85 % del PIB nacional, urge una adecuación de los instrumentos de política pública
acorde a los desafíos del cambio climático, si se quiere una gestión socioambiental que proteja ecosistemas y
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pescadores, o de lo contrario los desaciertos darían al traste con la anhelada navegación, al desconocer la
naturaleza de un río enfermo y contaminado que descarga 172 millones de toneladas anuales de sedimentos, y
no mitigar los eventos extremos esperados del calentamiento global, en este histórico y poblado escenario
objeto de un proyecto excluyente y fragmentado, pensado para beneficiar únicamente carbón y petróleo.
Es que definitivamente, recuperar la navegación del Magdalena debería ser una tarea integral que contemple la
reforestación de las cuencas tributarias que están en un 40% deforestadas, implementando una intervención
para la hidrovía que no comprometa los humedales y ecosistemas del río, y una recuperación incluyente y
compatible con los pescadores y ecosistemas del río. Y respecto a los convoyes, para una solución de transporte
verde, en lugar de remolcar tres pares de barcazas con 7200 ton, se podría elevar la frecuencia y remolcar sólo
dos de hasta 3,5 pies de calado llevando 5000 ton hasta Caracolí, adaptando los convoyes al río y no lo contrario
al requerirse menores radios de curvatura en el canal navegable, lo que evitaría la desconexión del río con los
ecosistemas de humedales y llanuras de inundación. Además, esto redundaría en economías de tiempo
remontando el río.
Si la cuantiosa inversión se justifica en la implementación de un sistema intermodal de carga eficiente, deberían
contemplarse trenes que lleguen a la hidrovía desde el Altiplano y el Norte del Valle; no obstante, si la carga del
río alcanzó a 2 millones de toneladas al año en la década del 2000 donde 1,5 millones fueron hidrocarburos, y si
en contenedores Bogotá sólo genera 6 millones de toneladas anuales, habrá que implementar la locomotora del
carbón andino exportado al Pacífico, para hacer viable el transporte intermodal con los trenes pasando por la
hidrovía, o de lo contrario la ventaja económica de la intermodalidad y la relación costo-beneficio del proyecto
estarían comprometidos.
Profesor U. Nacional de Colombia. http://galeon.com/economiaytranportes [Ref.: La Patria. Manizales, 2015-
09-28] Imagen: Champanes, vapores y convoyes por el Magdalena, en Credencial, El Planeta y Cormagdalena.
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Por falta de bosques con el agua al cuello
El Cambio climático como desastre ambiental, las relaciones entre fenómenos naturales como el El Niño, La Niña
y El Clima Andino de Colombia para comprender la naturaleza del desastre invernal e importancia de los
bosques, y los efectos de la deforestación. - See more at:
http://www.bdigital.unal.edu.co/2347/1/gonzaloduqueescobar.201030.pdf
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POR FALTA DE BOSQUES CON EL AGUA AL CUELLO
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Esta vez, Colombia con el agua al cuello, y no propiamente porque La Niña sea en si la causa real, sino por
cuenta del llamado “Calentamiento Global” que va pasando cobro por la potrerización de nuestras montañas a
cuenta de la destrucción de nuestros bosques, consecuencia de la ampliación de la frontera agrícola del País. Y
tras la deforestación, además de comprometer la oferta y calidad del agua, con el efecto de pavimento de las
laderas, se ha alterado el ciclo hidrológico, incrementado la erosión y la sedimentación, y alternado sequias e
inundaciones, tal cual lo presenciamos ahora.
Esto, porque a diferencia del Calentamiento cuya naturaleza es antrópica, tanto El Niño como La Niña no son
desastres sino fenómenos naturales, que hacen que las dos temporadas climáticas de la Colombia andina,
resulten secas con el primero y húmedas con la segunda. No obstante, habiendo arrasado los bosques en la
mayoría de los escenarios rurales de la variada geografía del país, ahora estamos llegando a otros relictos como
en el Área de Manejo Especial de la Macarena donde las pasturas superan la cuarta parte del millón cien mil
hectáreas de su cobertura vegetal y los bosques un poco menos del 60%.
Y como el clima bimodal de la zona andina del país se acompasa con solsticios y equinoccios, ofreciendo con los
primeros el inicio de sus temporadas secas y con los segundos el de sus húmedas, este invierno que debería ir
desde el 21 de septiembre hasta el 22 de diciembre, para el primer trimestre del año entrante de no atenuarse
el fenómeno de La Niña como factor de una mayor pluviosidad, tendríamos agua hasta junio de año siguiente.
A falta de bosques como sistemas de adaptación cuya s funciones comprenden beneficios como regular
escorrentías, alimentar acuíferos y descargar las nubes, con el descontrol hídrico y pluviométrico, para la
ocasión veremos desastres y más desastres, que no solamente alcanzarán las zonas urbanas con sus riadas y
deslizamientos, sino que degradaran la economía anegando fértiles valles y erosionando tierras cordilleranas, y
por lo tanto empobreciendo productores y encareciendo la canasta familiar. Solidaridad con los damnificados y
con la frágil naturaleza.
Desde el OAM, Ed. Circular RAC 589.
Profesor de la Universidad Nacional de Colombia y Director del Observatorio Astronómico de Manizales, OAM
http://oam.manizales.unal.edu.co Imagen: Inundaciones del 2010 en Colombia. AFP / LUIS ROBAYO
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– El ocaso del bosque andino y la selva tropical
Resumen: La deforestación y el comercio ilegal de la madera como causas primeras del gradual ecosidio
cometido sobre nuestros bosques andinos y selvas tropicales, un patrimonio fundamental para el agua y la
biodiversidad, obligan a desarrollar políticas públicas que enfrenten esta problemática como una estrategia de
adaptación al cambio climático. En el Eje Cafetero, donde los paisajes están dominados por potreros, cafetales,
plantaciones forestales, plataneras y cañaduzales, también la infraestructura y uso de agroquímicos le pasa
factura a los ecosistemas boscosos. – See more at:
http://www.bdigital.unal.edu.co/12218/1/gonzaloduqueescobar.201412.pdf
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EL OCASO DEL BOSQUE ANDINO Y LA SELVA TROPICAL
Dos problemas estructurales íntimamente ligados, la deforestación y el comercio ilegal de la madera, han sido
las causas primeras del gradual ecosidio cometido sobre un patrimonio fundamental para el agua y la
biodiversidad, como lo son nuestros bosques andinos y selvas tropicales. Si en Colombia la tasa anual de
deforestación en 2013 llegó a valores superiores a 300 mil hectáreas, también en la Ecorregión Cafetera, un
territorio biodiverso que alberga al 7% de las especies de plantas y animales del país donde el paisaje estuvo
dominado por bosques, ahora solo se conserva menos del 20% de dicha cobertura.
Para el Ideam, mientras la cifra entre 1990 y 2010 llegó a 310 mil hectáreas-año, y en en el Chocó se pierde la
batalla contra la deforestación: la Región Andina fue la zona más afectada, seguida de la Amazonía. En cuanto a
los principales procesos de destrucción de bosques y selvas de Colombia durante los últimos 60 años, Julio
Carrizosa Umaña señala la colonización con propósitos de ganadería extensiva cuando se ofrecieron como
alternativa a la reforma agraria, luego el uso de estos como protección de grupos armados y más tarde la
presión sobre estos ecosistemas como soporte de cultivos ilícitos. Indudablemente, faltarían la expansión
urbana, la palma africana y la actividad minera. La tala ilegal en Colombia cuya cuantía alcanzó al 42 por ciento
de la producción maderera según el Banco Mundial (2006), cantidad equivalente a 1.5 millones de metros
cúbicos de madera que se explota, transporta y comercializa de forma ilegal, evidencia una problemática que
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amenaza la sostenibilidad de los bosques nativos, y la subsistencia de especies maderables apreciadas en el
mercado, como el abarco, el guayacán y el cedro, para lo cual las Corporaciones Autónomas aplican nuevos
modelos y ajustan los existentes, para hacerlos más efectivos.
El Eje Cafetero, donde los paisajes están dominados por potreros, cafetales, plantaciones forestales, plataneras y
cañaduzales, también la infraestructura y uso de agroquímicos, le pasa factura a los ecosistemas boscosos. Aún
más, de un potencial del suelo que es del 4% para potreros, dicha cobertura en 2002 llegó al 49%; de un
potencial del suelo para usos forestales del 54%, en 2002 los bosques del territorio solo llegaban al 19%; y de
unos usos agrícolas y agroforestales cuyo potencial es del 21% y 20% en su orden, la cobertura agrícola en 2002
subía al 30%. Y respecto a los bosques naturales de guadua, una especie profundamente ligada a nuestra
cultura que se expresa en el bahareque, cuyo óptimo desarrollo se da entre 1000 y 1600 msnm,
afortunadamente las CAR de esta ecorregión han logrado mitigar la tendencia a su pérdida mediante la
implementación de la Norma Unificada para su manejo, aprovechamiento sostenible y establecimiento de
rodales y la combinación de dos estrategias: el proceso de Certificación Forestal Voluntaria, cuyo objeto es la
apropiación del guadual por parte del propietario para lograr la articulación de los planes de manejo y de
cosecha, y la zonificación de las áreas potenciales y el inventario de áreas cubiertas con guadua.
A pesar de los esfuerzos que históricamente se han hecho desde el Estado colombiano para combatir el delito
de la ilegalidad forestal y la preocupante pérdida de los bosques naturales, dos flagelos que podrían acabar con
los recursos forestales del país en cien años, se requiere avanzar en el desarrollo de una cultura forestal, del
suelo y del agua que abarque a todos los miembros de la cadena forestal, e incluso a los consumidores finales.
Para el efecto se requiere fortalecer los aspectos técnicos, normativos, operativos y financieros en los
instrumentos y estrategias de las autoridades ambientales responsables del control y vigilancia forestal y del
cuidado de los recursos naturales; y desarrollar campañas orientadas al conocimiento de la normatividad sobre
legalidad forestal y a la sensibilización sobre la importancia del bosque; y segundo, desarrollar políticas públicas
que enfrenten esta problemática como una estrategia de adaptación al cambio climático, con directrices que
contemplen el ordenamiento de cuencas, establecimiento de corredores de conectividad biológica e
implementación de modelos agroforestales y silvopastoriles, para resolver los conflictos entre uso y aptitud del
suelo, lo que obligaría a replantear el modelo agroindustrial cafetero desde la perspectiva ecológica.
* Profesor Universidad Nacional de Colombia http://galeon.com/manualgeo [Ref.: La Patria, Manizales, 2014-
03-31] Imagen: Cambios de Bosque Área Continental de Colombia. Ideam.
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Suelos feraces y principales ríos de Colombia
La portentosa hidrografía de Colombia, se soporta en cinco vertientes hidrográficas: La del Caribe, del Pacífico,
del Amazonas, del Orinoco y del Catatumbo. Según Ideam, Colombia tiene en la actualidad más de 30 ríos que
abastecen las principales ciudades del país, pero igualmente según el Estudio Nacional del Agua 2014 los
desechos orgánicos biodegradables vertidos a nuestros ríos en 2012 se estimaron en 750 mil toneladas y la
materia orgánica no biodegradable 918 mil toneladas .Igualmente, gracias a las cordilleras colombianas, el país
cuenta con una variedad de climas y suelos, donde sobresalen siete regiones agrícolas por excelencia, tres en las
zonas frías vecinas a los páramos de las cordilleras emplazadas sobre formaciones de ambiente continental, dos
en los amplios valles interandinos de la gran cuenca Cauca Magdalena, y otra en la Región Caribe de la patria.
Ver más en: http://www.bdigital.unal.edu.co/1572/
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SUELOS FERACES Y PRINCIPALES RÍOS DE COLOMBIA
a) Principales ríos de Colombia
Resumen: Mientras el 80 % de la producción agrícola de EE UU se transporta por el Mississippi, y en Europa de
26 mil kilómetros de rutas fluviales, el 38% son artificiales, la Orinoquia y la Amazonia pese a una red hídrica
natural asociada a tan considerable región que comprende el 46,7 % de la superficie sudamericana, esperan ver
consolidados dos proyectos vitales para su identidad y desarrollo, y para la integración de América del Sur. Si el
Meta es navegable en una longitud de 850 km, durante el 90%Igualmente, también el Atrato lo es desde Quibdó
y el Magdalena lo fue en dos tramos: uno de 900 km aguas abajo de Honda desde el puerto de Cacolí hasta el
Caribe, y otro de 400 km aguas arriba del “salto de Honda” saliendo del puerto de Arrancaplumas para llegar a
Neiva.
Los ríos colombianos de la vertiente del Atlántico son el Atrato, el Sinú, el Magdalena, el Ranchería o Calancala y
el Catatumbo. En la del Pacífico se encuentran el Baudó, el San Juan, el Micay, el Patía y el Mira, entre otros. Los
afluentes de la cuenca del Amazonas son el Caquetá y el Putumayo y los afluentes de la cuenca del Orinoco son
el Arauca, el Meta, el Vichada y el Guaviare. Veamos algunos elementos del perfil de nuestros principales ríos:
- El río Magdalena. Es el principal río colombiano, cruza el centro del país y sirve de médula espinal a las
comunicaciones de la Nación. Nace en el páramo de Letrero en el Macizo Colombiano y recorre 1538 kilómetros
hasta su desembocadura por las llamadas Bocas de Ceniza. Recibe un afluente de gran valía por la cuenca que
baña y es el Cauca que riega una de las regiones más ricas de Colombia. Con un caudal medio de 2000 metros
cúbicos por segundo, y una velocidad el orden de tres nudos, hoy se recupera la hidrovía de 900 km desde el
Caribe hasta Honda.
96
Su principal afluente, es el Cauca, río con una longitud de 1.350 km, que transcurre por el fértil valle entre las
cordilleras Central y Occidental donde sirvió de hidrovía entre Puerto Caldas y Puerto Isaac hasta el
advenimiento del Ferrocarril del Pacifico en 1923, e ingresa en las escarpadas tierras entre Caldas y Antioquia,
donde ambas cordilleras forman un graven que explica el Cañón del Cauca, donde los rápidos frecuentes hacen
la navegación continua imposible.
- El Atrato. Cobra nombre en el proyectado Canal Interoceánico. Este río considerado como el más caudaloso
del mundo en proporción a su cuenca y longitud, nace en el cerro Plateado y recorre 700 kilómetros para morir
en el Golfo de Urabá formando un delta de varias bocas. Su caudal medio en Quibdó, estimado en 500 metros
cúbicos por segundo, invita a desarrollar esta valiosa hidrovía. Colombia puede establecer un paso interoceánico
entre Urabá y Cupica, si extiende el corredor férreo de la región Andina a Urabá y establece el Ferrocarril del
Atrato complementado con la hidrovía desde Urabá, pasando por Chigorodó y Vigía del Fuerte, para llegar a
Cupica.
- El San Juan. Nace en el cerro Caramanta, cruza una de las regiones más ricas en metales preciosos de América
del Sur y una de las zonas más húmedas del mundo por la gran pluviosidad. Después de 380 kilómetros en gran
parte navegables lleva al Pacífico más de 1000 m3 de agua por segundo, con lo que se mantiene en el mayor
caudal de toda la vertiente del Pacífico Sur Americano.
- El Orinoco. Con un recorrido de 2900 kilómetros, de los cuales 1670 son navegables, nace en la Sierra Parima
en los límites con el Brasil. Por su curso y su cuenca es el tercer río de Sur América que corre primero en
dirección occidental hasta la frontera colombo-venezolana donde tuerce hacia el norte. En los 420 kilómetros
fronterizos recibe el Guaviare de 1350 kilómetros y que debiera considerarse como la verdadera fuente del río
por su caudal y longitud, el Vichada de 720 kilómetros, el Meta de 1060 kilómetros, también fronterizo y el
Arauca de 1000 kilómetros casi totalmente navegable como el Meta. De los raudos de Maipures en adelante el
Orinoco es perfectamente navegable, se desenvuelve por una llanura prádica, pasa por Angostura y entra en su
zona déltica que es selvática y pantanosa, para desembocar en el Atlántico por un delta de numerosos brazos.
La hidrovía Orinoco-Meta que parte del Delta de Amacuro sobre el Atlántico venezolano, pasa por Puerto
Carreño y llega a Puerto López en el Meta, ofrece condiciones para un importante corredor logístico binacional,
extendiendo el corredor férreo dese aquí hasta Bogotá y La Dorada, y luego conectando la Hidrovía con el
Corredor Férreo del Río Cauca para buscar conexión por tierra con el Pacífico en Buenaventura y el Caribe en
Urabá.
- El río Amazonas. Es el mayor del mundo con una longitud de 6275 kilómetros que lo colocan en el segundo
puesto después del Nilo, tiene un curso navegable de casi 5000 kilómetros (que incluyen los 115,5 kilómetro del
trapecio amazónico), que lo sitúan en el primer lugar de la tierra, sin contar los innumerables afluentes
navegables por grandes vapores en mucha parte de su curso. Cuenta con más de 1100 tributarios como el
Caquetá de 2200 kilómetros en Colombia. La hidrovía del Amazonas, permite establecer un importante corredor
logístico que pasa por Leticia, y que a través del río Napo llegaría a Puerto Francisco de Orellana, donde se
articula por tierra a Quito y a Manta, Ecuador.
Después de Leticia el ancho medio es de 50 kilómetros y su profundidad media de 50 metros. Debido a lo plano
y bajo de las tierras que recorre el río se ensancha en medio de la llanura, formando islas, caños, esteros, a veces
mares interiores en los que no se mira la otra orilla y llega a tener oleaje; es en ésta parte en donde el Amazonas
recibe los mayores afluentes. A pesar de desembocar por dos enormes brazos en medio de los cuales está la isla
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de Marajó las aguas del río entran con tanta fuerza en el Atlántico que se siente su flujo 300 kilómetros mar
adentro.
- El Patía. Nace en el Sotará cerca del Macizo Colombiano, corre inicialmente por un surco intercordillerano que
tal vez fue un antiguo lago y después de recibir las aguas del Guáitara que corre en sentido opuesto por el
mismo surco, rompe la cordillera para buscar salida al océano a través de una llanura selvática llena de esteros y
rica en oro. De sus 400 kilómetros buena parte son navegables.
- El Mirá. Nace el nudo ecuatoriano de Ibarra y sirve de límite internacional en un corto trayecto. Después de
300 kilómetros este río sumamente navegable llega al Pacífico bañando una zona deshabitada pero de tierra
fértiles.
- El Catatumbo. Con 440 kilómetros de largo es más importante para Venezuela que para Colombia. Nace en la
Mesa de Ocaña y desemboca en el Golfo de Maracaibo.
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- b) Los suelos de Colombia
Resumen: Los elementos biofísicos que conforman las regiones naturales de Colombia, cambian: mientras en el
ecosistema de sabana tropical semi-seca de la Orinoquía aparecen los suelos más viejos del país, en la húmeda
Amazonía y en el lluvioso Andén del Pacífico, las altas precipitaciones afectan su desarrollo; entre tanto, en la
región Caribe donde la asimetría de varios factores como relieve y clima explica contrastes como los de la Guajira
respecto a la región Momposina, también en la región Andina gracias al régimen bimodal de climas variados,
paisajes de montaña, altiplanicies y valles, se han formado suelos en su mayoría son jóvenes, de mediana
fertilidad natural y ligera acidez; finalmente, mientras en la región insular del pacífico no hay presencia de suelos
en el archipiélago la mayoría son fértiles y bien drenados.
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El suelo se forma por la descomposición de las rocas por acción del aire, del calor, del frío y de la lluvia. Las
cordilleras andinas son jóvenes y sus suelos no tienen la madurez ni la estabilidad de los suelos de la plataforma
africana. Una hectárea en la sabana de Bogotá es 24 veces más productiva que una hectárea promedio en los
Llanos Orientales, suelos, estos últimos, lateríticos (presencia de óxidos).
Igualmente los del Chocó y la Amazonía, están lixiviados por las intensas lluvias. De estas dos regiones sus suelos
tendrán vocación para la ganadería extensiva, para la agricultura de subsistencia y para la silvicultura. En la zona
andina se demandan prácticas para un uso y manejo adecuados de sus suelos inestables pero productivos.
Mientras los suelos de la alta cordillera Central, gracias a la precaria precipitación, pese a su altitud también son
10 veces más productivos que los de la altillanura, los del Magdalena Centro aunque podrían duplicar en
productividad los de la Sabana, sin sistemas de riego y de control de inundaciones no se pueden aprovechar
donde el NAF sea bajo al estar afectados por inundaciones que expresan el descontrol hídrico y pluviométrico de
la cuenca del Magdalena.
Para el caso del Cauca, pese a la moderada precipitación anual y conveniente topografía, una fuerte limitante es
la mala distribución de las lluvias a lo largo del año y la otra la presencia de bauxitas. En el Eje Cafetero, los
suelos que se han formado bajo la influencia de cenizas volcánicas, presentan mucha profundidad y fertilidad
media.
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En la ecorregión del Eje Cafetero, los mejores suelos son los francos con un Ph entre 5 y 6, que tengan más del
8% de humus, y que por ser francos, al poseer una buena proporción de arena, limos y arcillas, presentan
permeabilidad moderada y penetrabilidad de las raíces. Aunque en su mayor proporción provienen de cenizas
volcánicas andesíticas relativamente jóvenes, dada su baja evolución son en general de fertilidad natural
moderada. La mayor demanda de estos suelos, es fósforo (P), potasio (K) y nitrógeno (N), y en menor proporción
elementos como Mg, Ca, S, Fe, Zn y Cu.
En suelos de pendiente moderada con usos agropecuarios, se requieren prácticas agroforestales y
silvopastoriles. En fuertes pendientes, si el uso es para la agricultura, se deben evitar cultivos rotativos, y en
algunos tenerse en cuenta prácticas de conservación (bosques, productores y no productores).
Por su alta productividad, en Colombia sobresalen las siguientes regiones:
Valle del Cauca (desde Cartago hasta Cali).
Valle del Magdalena (alto, medio, bajo).
Valle del Sinú y San Jorge (unidad que incluye a Urabá).
Altiplano Cundiboyacense (incluye la sabana).
Región entre Túquerres e Ipiales.
Zona Cafetera (desde Caicedonia a Andes).
Región entre Sonsón y Félix hasta Roncesvalles y Las Hermosas.
Ahora, para comprender lo anterior, veamos los factores de evolución y formación de los suelos, donde
intervienen la condición biodiversa de la zona ecuatorial, el clima y relieve andino, la variedad litológica y
juventud de nuestras montañas:
- El material Parental. La porosidad, la permeabilidad, la constitución, etc., de la roca madre. La roca subyacente
determina buen número de las características de los suelos y sobre todo de los suelos jóvenes, mientras los
horizontes superficiales se forman a partir de materiales de aporte, ajenos a la roca subyacente. Las propiedades
químicas del material tienen una gran influencia sobre la evolución del suelo. Los suelos formados sobre rocas
ricas en bases que a menudo presentan arcillas tipo illita o montmorillonita, son ricos en humus y más fértiles,
mientras las rocas ácidas pueden dar origen a suelos con arcilla tipo caolinita o vermiculita, en general más
lixiviados y más pobres que los anteriores.
- Tiempo (cronológico). Se puede hablar de suelo maduro o joven, pues el clímax en la formación de un suelo
demanda de decenas a miles de años. La duración puede intervenir como un factor de diferenciación, de tres
maneras: a) las propiedades del suelo varían en función de la hora (temperatura, contenido de CO2 atmosférico
y actividad de elementos vivos. b) En función de la estación, el contenido de agua, de nitrógeno nítrico, el pH,
etc. c) Por último, en el transcurso de los años, pues un suelo pasa por las fases de juventud, madurez y
senilidad. Además el clima de la Tierra cambia a largo plazo.
- Topografía. Porque de divisorias, vaguadas, valles y pendientes del terreno, depende su drenaje y la
orientación de la ladera, siendo más favorable la que recibe el Sol m- Topografía. Porque de divisorias,
vaguadas, valles y pendientes del terreno, depende su drenaje y la orientación de la ladera, siendo más
favorable la que recibe el Sol matutino. Además en los flancos de los valles los espesores son menores que en las
mesetas y hondonadas. No debe olvidarse que la topografía es a la vez una manifestación particularmente
evidente de variaciones de edad, clima y roca.
99
- Formadores biológicos. La microflora y la microfauna son fuente de humus y la dependencia suelo-fauna,
resulta vital para la acción bacteriana. Algunos de estos seres son los transformadores iniciales de la energía
química para la evolución del suelo y otros utilizan parcialmente esta energía para transportes que modifican el
suelo. Los animales provocan transporte de materia y contribuyen a la transformación de la materia orgánica,
mientras los vegetales actúan mediante la subida de los cationes extraídos por las raíces y concentrados en la
superficie; además la planta protege el suelo contra elementos atmosféricos, sintetiza las materias orgánicas
gracias a la luz solar y tiene efectos mecánicos y químicos por el crecimiento y la acción de las raíces.
- Clima. De la temperatura y del balance hídrico dependerá la velocidad e intensidad de acciones de las
reacciones químicas típicas del intemperismo químico. Cuando los factores climáticos son mínimos como en los
desiertos fríos o en los desiertos cálidos y secos, el suelo no evoluciona. Sobre una misma roca varía el suelo con
el clima, así: en las zonas frías del norte de Europa y sobre un granito existen suelos poco desarrollados; en
Francia, bajo un clima templado húmedo, encontramos suelos lixiviados, y en Costa de Marfil bajo un clima
tropical húmedo existe un suelo ferralítico.
Gonzalo Duque-Escobar. Profesor de la Universidad Nacional de Colombia. Apartes tomados de Intemperismo o
meteorización. In: Manual de Geología para Ingenieros http://www.bdigital.unal.edu.co/1572/ Imagen, en:
soils.usda.gov & Corpoica.
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– El agua en la biorregión caldense
Resumen: El balance hidrológico y las coberturas forestales de Caldas que entrega Alma Mater, revelan cómo el
agua y el suelo, fundamentos de la biorregión caldense, se constituyen en problemáticas socio-ambientales y
económicas que obligan a tomar las previsiones del caso en los POT de dicho territorio, para no comprometer
los desarrollos urbano e industrial que podrán detonar con los proyectos de infraestructura estratégicos para el
Eje Cafetero, Pereira y Manizales. Mientras en Caldas el oriente magdalenense es excedentario en patrimonio
hídrico, por el costado del Cañón del Cauca, existe riesgo severo de sequias. – See more at:
http://www.bdigital.unal.edu.co/45357/1/gonzaloduqueescobar.201448.pdf
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EL AGUA EN LA BIORREGIÓN CALDENSE
100
Mientras la nueva Ley de Ordenamiento Territorial propone superar la visión municipalista y no desestructurar
territorios en el nuevo ciclo de ordenamiento territorial, también anticipadamente en el alba del siglo XXI, desde
Alma Mater con ejercicios de planificación prospectiva que involucraron al Eje Cafetero, Norte del Valle y Norte
cordillerano del Tolima, se definió la Ecorregión Cafetera con 92 municipios que comparten ecosistemas
estratégicos y afinidades culturales y de desarrollo en torno al café. Pero hoy, lamentablemente Manizales
continúa construyendo un POT sin haber concertado los lineamientos para la subregión Centro Sur de Caldas, y
menos con el área metropolitana de Pereira buscando generar sinergias, lo que afectaría la viabilidad de los
modelo de ocupación territorial de lado y lado, de surgir conflictos al desestructurar territorios, o por
imprevistos ambientales en temas de bienes comunes patrimoniales como el agua y el suelo, donde el cambio
climático impone grandes desafíos.
Allí Caldas con cerca de un millón de habitantes en 27 municipios, unos en la hoya central del Cauca y otros en
el Magdalena Centro, aparece definida como una construcción social e histórica de singular carácter, no sólo por
la condición mediterránea y biodiversa de su territorio, sino también por los procesos culturales emprendidos en
sus subregiones, donde habitan comunidades con diversas identidades y en continuo mestizaje, primero desde
la Conquista y la Colonia, y luego tras la colonización del siglo XIX. Quienes vienen construyendo una visión para
la Ecorregión Cafetera, ven en este espacio dotado de unidad territorial la oferta ambiental disponible en
unidades ecológicas prioritarias, y las posibilidades de articular su demanda a las dinámicas de las áreas urbanas,
definiendo y caracterizando con rigor la “biorregión”, entendida como un territorio de agua y suelo cuyos límites
están definidos por las fronteras geográficas de comunidades humanas y ecosistemas. Veamos el caso nuestro.
En 2004, Caldas con cerca de 127 mil Ha en bosques, 251 mil Ha en cultivos y 336 mil Ha en pastos y rastrojos,
cuantías que cubrían el 96% de su escarpado, verde y deforestado territorio, para preservar el agua y la
biodiversidad debió lograr la recuperación integral de sus cuencas, yendo más allá de los escenarios naturales
más sobresalientes, como lo son: los cerros de Tatamá y Caramanta, como visibles elementos del corredor
biológico de la Cordillera Occidental que dominan el poniente de Manizales; el sistema de páramos que viene de
Sonsón y sigue a Roncesvalles con sus fértiles tierras en San Félix y Marulanda, lugar donde se establece el
Complejo Volcánico Ruiz-Tolima; y la Selva de Florencia, ecosistema con alto grado de endemismo, ubicado en
límites de Samaná y Pensilvania.
Sobre el recurso hídrico disponible, en cuanto al sistema subterráneo sobresalen las zonas de recarga en áreas
cordilleranas altas, como páramos y sectores vecinos de gran cobertura boscosa, lo que incluye el Parque de los
Nevados y su área de amortiguación, o las regiones del Oriente caldense donde la copiosa precipitación explica
un recurso hídrico excedentario, susceptible de aprovechamientos hidroenergéticos responsables, mientras otra
sería la situación para los acuíferos asociados al valle interandino del Magdalena, cuyas importantes reservas de
agua se establecen a profundidades que van desde decenas hasta algunos cientos de metros, donde habría que
perforar las potentes capas sedimentarias de edad terciaria, hasta interceptarlas para extraerlas.
Si en la Ecorregión Cafetera el recurso hídrico más comprometido es el de las cuencas donde se fundan las
capitales con sus áreas industriales exacerbando la demanda, y mañana lo será la conurbación Honda – La
Dorada, Manizales y este puerto caldense deberían implementar una política pública para el agua, declarándola
patrimonio público. También en Caldas, urge tomar previsiones similares en cabeceras con riesgo de déficit
severo, caso Marmato y Riosucio como consecuencia de la centenaria actividad minera, o Salamina, La Merced y
Filadelfia por las malas prácticas pecuarias, situación que compromete las ventajas estratégicas del corredor La
Felisa – Km 41 – La Virginia, dada una amenaza asociada al suministro que se extiende a Quinchía, Marsella,
101
Apía, Balboa y Cartago, comprometiendo severamente el desarrollo industrial y urbano, en el escenario
estratégico y más promisorio para la ciudad región Pereira – Manizales, como potencial nodo logístico con
privilegios para emplazar industrias químicas de base minera, entre otras.
* Profesor Universidad Nacional de Colombia http://galeon.com/manualgeo [Ref.: La Patria, Manizales,
2014.11.10] Imagen: Acuíferos y Cuencas hidrográficas de Caldas. Fuente: CORPOCALDAS
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- Nuestro frágil patrimonio hídrico
Ahora que afrontamos los graves retos en relación con un calentamiento global que compromete el patrimonio
hídrico, habrá que hacer ajustes y trazar nuevos enfoques en las políticas públicas, en el ordenamiento territorial
y en materia de adaptación al cambio climático, dotando dichos instrumentos de una orientación socio-
ambiental, y redefiniendo el verdadero carácter del agua, el suelo y la biodiversidad erróneamente considerados
un recurso y como tal un objeto de mercado, y no un patrimonio inalienable - See more at:
http://www.bdigital.unal.edu.co/51244/1/nuestrofragilpatrimoniohidrico.pdf
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NUESTRO FRÁGIL PATRIMONIO HÍDRICO
Si entre los objetivos del milenio, aparecen la lucha contra la pobreza, el hambre, las enfermedades y la
degradación del medio ambiente, cabría subrayar la meta establecida para el 2015, de reducir a la mitad la
proporción de personas sin acceso al agua potable y a servicios básicos de saneamiento, ahora que afrontamos
los graves retos en relación con un calentamiento global que compromete el patrimonio hídrico en Colombia, un
país en el que el 50% del agua es de mala calidad y donde aparecen regiones con acceso limitado al vital líquido,
a pesar de una enorme oferta hídrica que en 1990 por volumen de agua y por unidad de superficie, llegó a
ocupar el cuarto puesto a nivel mundial.
102
Si la pluviosidad media anual por regiones en Colombia al pasar de 10 mil mm a 800 mm, varía hasta 8 veces
entre el alto San Juan del Chocó y la Península de la Guajira, también existe asimetría de oferta hídrica entre la
gran cuenca del Cauca-Magdalena, que cubre el 23,6% del suelo continental de la patria y que al drenar 8 mil
metros cúbicos por segundo participa con el 12% del agua del país, y el resto del territorio donde habita el 32%
de la población colombiana que dispone del 89% del patrimonio hídrico restante.
Con el calentamiento global, incrementando la intensidad y frecuencia de los eventos climáticos extremos,
habrá que tomar medidas en materia de gestión de riesgos, tal cual lo advertimos con La Niña 2010/11 al ver sus
inundaciones afectando dos millones de colombianos, con eventos que quedaron plasmados en la trágica
destrucción de Gramalote, y ahora con las sequías asociadas al Fenómeno de El Niño por el drama de los
incendios forestales que han arrasado 93 mil hectáreas, evento que antes de pasar del nivel moderado al fuerte,
ha afectado severamente la producción agrícola del país secando las pasturas y causando la muerte a unas 32
mil reses, quedando por delante un horizonte temporal en el que las lluvias de los meses siguientes podrían
reducirse entre el 40 y 70%.
Y ante ese panorama, ¿cómo estamos? Creo que a pesar de los grandes esfuerzos institucionales, al examinar
los indicadores fundamentales, no muy bien: en los años precedentes la deforestación venía cobrado más de
200 mil hectáreas, en parte para la expansión de cultivos de palma de aceite en Caquetá, acción depredadora
que equivale a destruir un río de la patria cada año; también, porque en la Guajira donde las sequías siempre
acechan, las lluvias no llegaron en los últimos tres años, o porque en 80 municipios de 17 departamentos las
aguas han estado contaminadas con mercurio, producto de la extracción ilegal de oro; a todo esto se suma la
preocupante presión sobre un ecosistema estratégico: nuestros páramos.
En Caldas, la situación igualmente apremia: ya por la contaminación con cianuro y mercurio proveniente de la
minería en Villamaría, Marmato y Supía, por la amenaza indebida de origen antrópico sobre los corredores
cordilleranos de flora y fauna, por la eutrofizacion de acuíferos y los conflictos entre aptitud y uso del suelo en
áreas de vocación agropecuaria; o ya por el modelo de ocupación expansionista del territorio en los medios
periurbanos, caso Manizales donde el proyecto urbanístico de La Aurora presiona la reserva de Río Blanco, o por
el prospecto minero en la vereda Gallinazo que pone en riesgo ambiental además de la reserva de la Chec
ubicada sobre su frontera, la calidad del acuífero que soporta las aguas de las fuentes asociadas a la planta de
tratamiento de la ciudad.
Habrá que hacer ajustes y trazar nuevos enfoques en las políticas públicas del país y en el ordenamiento
territorial en materia de adaptación al cambio climático, dotándolas de una orientación socio-ambiental, y
redefiniendo el verdadero carácter del agua, el suelo y la biodiversidad, erróneamente considerados un recurso
y como tal un objeto de mercado, y no un patrimonio inalienable, puesto que de lo contrario además de hacer
inviable el territorio, en uno o dos siglos como máximo, en nombre de un modelo de desarrollo deshumanizado
y centrado en el crecimiento económico, por las falencias de un Estado débil y una sociedad indolente y no
previsiva, habremos agotado la biodiversidad del país.
Profesor Universidad Nacional de Colombia http://galeon.com/manualgeo [Ref.: La Patria. Manizales,
215.10.12] Imagen. Pronósticos del ENSO a 5-10-2015. Composición http://www.cpc.ncep.noaa.gov
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103
- Nuestras aguas subterráneas
Mientras en grandes regiones del planeta el agua utilizada proviene del subsuelo, en Colombia, donde el 31%
del agua dulce está contenida en acuíferos y la Ley ha tenido que legislar para proteger los páramos, hace falta
garantizar el carácter patrimonial y de bien público del agua subterránea. Veamos el desafío en esta materia
para la Región Andina, y para el Eje cafetero y Caldas, donde el deficitario territorio del Cañón del Cauca entre
Irra y La Pintada, con sus impermeables rocas, alta deforestación y vertimientos de mercurio, es la zona más
problemática - See more at: http://www.bdigital.unal.edu.co/51485/1/nuestrasaguassubterraneas.pdf
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NUESTRAS AGUAS SUBTERRÁNEAS
Mientras en grandes regiones como Australia y EE.UU. el 60% del agua utilizada proviene del subsuelo, en
Colombia, donde el 31% del agua dulce está contenida en acuíferos y la Ley ha tenido que legislar para proteger
los páramos, hace falta garantizar el carácter patrimonial y de bien público del agua subterránea. Si en el país lo
técnico-administrativo está al día, falta para su gestión la dimensión socioambiental, lo que incluye
problemáticas como la severa deforestación, la contaminación por efluentes mineros y lixiviados, el uso sin
restricciones y la falta de incentivos para su preservación.
Aunque en el país las cuencas hidrogeológicas con posibilidades de aprovechamiento abarcan el 74% del
territorio, según el estudio “Zonas hidrogeológicas homogéneas de Colombia” del IDEAM (2005), mientras el
56% de dicha área corresponde a la Orinoquía, Amazonía y Costa Pacífica, y el 31,5% a la región Caribe e Insular,
sólo el 12,5% está en la Región Andina, que es la más densamente poblada: al respecto, el citado documento
104
advierte cómo por la Depresión Momposina pasa el agua de este 23% del territorio nacional, contaminada con
efluentes de 30 millones de colombianos y 80 toneladas anuales de mercurio provenientes de 1200 minas de
oro de aluvión.
Las cuencas hidrogeológicas más utilizadas, según el IDEAM, son las de los valles del Cauca, Magdalena Medio y
Superior y la Cordillera Oriental; siguen en importancia, las de los golfos de Urabá y de Morrosquillo y de los
departamentos de Bolívar, Magdalena, Cesar y La Guajira. No obstante, habrá que trazar estrategias a largo
plazo, para prevenir desórdenes ambientales mayores que los del agua superficial, e incluso daños irreversibles
en las aguas subterráneas. Posiblemente en la Sabana, tras el advenimiento de la floricultura, se están
explotando los acuíferos, a tasas superiores a su reposición, situación que se agrava por: la eutrofización de sus
lagunas, precaria precipitación del altiplano, vulnerabilidad a la erosión severa de sus suelos y bajos
rendimientos medios de agua en sus cuencas altas.
En Caldas, sabemos que en el cañón del Cauca donde se sufre el impacto por escasez de agua, Corpocaldas traza
estrategias con participación de actores sociales para mitigar el riesgo severo de sequias por baja precipitación,
avanza en acuerdos con las CAR de los departamentos vecinos que comparten nuestras cuencas para lograr su
necesario ordenamiento, y pretende en el oriente caldense donde el patrimonio hídrico es abundante, velar por
el manejo sostenible de los proyectos hidroenergéticos para que operen con responsabilidad social y ambiental,
no como enclaves económicos.
En el Eje Cafetero, para trazar las políticas públicas relativas a la conservación, uso y manejo del patrimonio
hídrico subterráneo, y para enfrentar la amenaza del cambio climático y la vulnerabilidad sísmica e
hidrogeológica, deberá implementarse un programa de investigación y desarrollo integral y a nivel de detalle en
el tema del agua, de carácter interinstitucional e interdepartamental con la concurrencia de las Gobernaciones,
las CAR, la academia, Ingeominas y el MAVDT; las fortalezas institucionales, planes de ordenamiento y manejo
ambiental de cuencas, niveles de información de base existente, entre otros elementos, facilitaría el programa.
Habrá que reconocer y caracterizar las unidades hidrogeológicas, mediante geología directa de campo,
prospección geofísica y perforaciones exploratorias; hacer una evaluación hidrodinámica de los acuíferos y flujos
de aguas subterránea, desde las zonas de recarga hasta los reservorios y de allí a los manantiales, además de
conocer las condiciones hidrológicas del territorio, lo que significa dimensionar el ciclo hidrológico y entrar a
corregir los conflictos severos entre uso y aptitud del suelo, relacionados con el estado de nuestras cuencas
abatidas por el descontrol hídrico y pluviométrico, consecuencia de la deforestación y potrerización del
territorio.
Según CORPOCALDAS, de una extensión de 744 mil Ha, en 2010, las coberturas verdes del departamento eran:
300 mil Ha en pastos y rastrojos (40%), 265 mil Ha en cultivos (36%) y 163 mil Ha en bosques (22%), tres cuantías
que cubren el 98% de nuestro escarpado y deforestado territorio. Igualmente, según estudios emprendidos por
nuestra CAR, en cuanto al sistema subterráneo sobresalen las zonas de recarga de páramo y bosques de la alta
cordillera, el extenso valle magdalenense, además del oriente caldense donde la copiosa precipitación explica un
patrimonio hídrico excedentario que debería llevar bienestar a estos pobladores y comunidades de pescadores.
* Profesor Universidad Nacional de Colombia http://galeon.com/manualgeo [Ref.: La Patria. Manizales,
2016.02.15] Imágenes, en: Estudio Nacional del Agua. Nelson Vargas. IDEAM 2010.
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105
- Las cuentas del agua
Resumen: Con precipitaciones anuales promedio de 1.800 mm y unas 720 mil cuencas hidrográficas, Colombia
alcanza una oferta de 7.859 kilómetros cúbicos de agua superficial y subterránea, de los cuales el 25% son las
aguas de las escorrentías anuales; pero el país tiene severos problemas de calidad en la mitad de dicho
patrimonio, dado el vertimiento de 9 mil toneladas de materia orgánica contaminante por año que llegan a los
acuíferos y cuerpos de agua, proveniente del sector agropecuario y residencial, a las que se suman otras
sustancias como las 200 toneladas anuales de mercurio proveniente de la actividad minera. - See more at:
http://www.bdigital.unal.edu.co/53509/1/lascuentasdelagua.pdf
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LAS CUENTAS DEL AGUA
Colombia, con 2.011 kilómetros cúbicos de aguas de escorrentía y 5.848 kilómetros cúbicos de aguas
subterráneas, es reconocida por su potencial hidrológico: según el Estudio Nacional del Agua, ENA, nuestro
rendimiento hídrico estimado en 56 l/s/km2, es 5,2 veces superior a la media mundial y 2,7 veces a la de
América Latina; de ahí la necesidad de fortalecer el Sistema Nacional de Áreas Protegidas que alberga el 62% de
los nacimientos de agua, ya que abastecen al 50% de la población y al 20% del sistema de generación
hidroenergética. Mientras que por superficie, la cobertura de bosques del país llega al 53.5% y la de humedales
al 2,7%, cada año deforestamos cerca de 300 mil ha, 100 mil de ellas en la región Andina, que con el 24% de la
superficie continental y el 75% de la población, solamente posee el 13% de la oferta de agua superficial y
subterránea
Es que la escasez del agua agravada por procesos de urbanización, cambios en el uso de la tierra y degradación
ambiental, por una gobernabilidad débil, y por el costo económico de los frecuentes desastres naturales de
origen climático, es un asunto político y social de gran importancia que igualmente nos afecta: en Colombia, con
24 grandes ciudades de las cuales Bogotá representa el 16 % de su población y con Cundinamarca el 26 % del
PIB, en 2008 la participación del agua en el PIB nacional fue del 10% (incluido un 2% por la hidroelectricidad),
106
además los costos económicos de la contaminación hídrica ascendieron al 3,5% del PIB, y según el Banco
Mundial el costo oculto de la mala calidad del agua y de los servicios de saneamiento, podría ascender al 1% del
PIB.
Dada la problemática acentuada por el cambio climático, en el siglo XXI muchas sociedades deberán enfrentarse
a la crisis ambiental del agua, y Colombia no será la excepción: en los años secos nuestra oferta hídrica ya se ha
reducido el 38%, incidiendo con mayor intensidad en áreas hidrográficas de baja eficiencia hídrica como La
Guajira y sectores con el mayor factor de aridez en el Caribe y la región Andina. Además, en Colombia, donde la
cobertura de agua potable alcanza 96% de las ciudades y 56% de las áreas rurales, de 1122 municipios de la
geografía nacional, según la Defensoría del Pueblo 521 consumen agua sin tratamiento alguno, el 70% de ellos
con riesgo para la salud y en el 21% sanitariamente inviable; y de 318 cabeceras municipales con amenaza de
desabastecimiento, 265 se alimentan de corrientes de agua superficiales, 24 obtenida de pozos profundos y 25
de reservorios o soluciones mixtas.
De ahí la importancia de la institucionalidad, para elevar la productividad del agua sin comprometer la
sustentabilidad de los ecosistemas, máxime si se tiene en cuenta la deficiente capacidad de municipios y algunas
CARS para enfrentar un sensible asunto que pasa por el cuidado de los páramos y humedales amenazados por la
minería, por el vertimiento de mercurio contaminando aguas que alimentan poblados enteros, y por la pérdida
de resiliencia del Magdalena agobiado por 135 millones de toneladas anuales de sedimentos en suspensión.
Creado el Ministerio del Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible en reemplazo del Instituto Colombiano de
Hidrología, Meteorología y Adecuación de Tierras HIMAT, aparece el Instituto de Hidrología, Meteorología y
Estudios Ambientales IDEAM que desde su inicio, en 1995, se trazó como objetivos principales la necesidad
urgente de conocer y estudiar la riqueza en agua del país, y el uso y las medidas de protección de nuestro
patrimonio hídrico.
Por fortuna ha logrado el IDEAM ir más allá de los intereses sectoriales, al poder alertar sobre el potencial
desabastecimiento para algunos centros urbanos del país y entregar avances en cada versión del ENA sobre la
interdependencia del patrimonio hídrico con la biodiversidad, el suelo, el subsuelo y la atmósfera, incluyendo
enfoques fundamentales como el concepto de la huella hídrica, y abordando el análisis del comportamiento del
ciclo hidrológico en el territorio nacional, contemplando cuencas hidrográficas, cuerpos de agua y aguas
subterráneas. No obstante, el país está urgido de acciones y soluciones para enfrentar dicha problemática socio
ambiental, en el marco de la adaptación al cambio climático.
* [Ref.: La Patria. Manizales 2016.08.29] Imágenes: Temática del agua (ENA Colombia), en:
www.ingenieria.bogota.unal.edu.co y http://sig.anla.gov.co
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– Energía… a recuperar la senda perdida
Resumen: Tras hacer una descripción del desarrollo hidroeléctrico del Eje Cafetero y la pérdida de la CHEC, se
presentan las opciones de fuentes para el arco energético regional, donde se destaca el recurso hídrico
excedentario del oriente caldense y propone el desarrollo de los medianos proyectos hidroenergéticos con
apalancamiento nacional, como propósito regional. – See more at:
http://www.bdigital.unal.edu.co/7574/1/gonzaloduqueescobar.201235.pdf
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ENERGÍA… A RECUPERAR LA SENDA PERDIDA
El desarrollo regional ha pasado por la Central Hidroeléctrica de Caldas CHEC creada en 1943 por ordenanza de
Caldas en el marco del Centenario de Manizales (1949), empresa que hoy distribuye, genera y comercializa
energía eléctrica en 27 municipios de Caldas y 13 de Risaralda. Sus 7 plantas con una capacidad de 185 mil Kw,
satisfacen cerca de 1/3 de los requerimientos de la región y equivalen a 1/10 de su potencial hidroenergético.
Históricamente Caldas ha contado con tres centrales, propiedad de la CHEC: La Ínsula inaugurada en 1949 y
ampliada en 1979, con una potencia de 35 mil Kw en tres turbinas; La Esmeralda, equipada de 2 turbinas Francis
de 15 mil Kw, que operan con una cabeza de 171 m y un caudal de 22 metros cúbicos por segundo; y San
Francisco con 3 máquinas Mitsubishi de 53 mil Kw, puesta en servicio desde 1969. El sistema ubicado en la hoya
del río Cauca, aprovecha en cadena los ríos Chinchiná y Campoalegre, y toma aguas del río San Francisco.
En 1960 la CHEC inicia la investigación del potencial hidroenergético del Eje Cafetero en las cuencas del
Risaralda, San Juan y La Miel, donde encuentra los mejores prospectos ubicados al oriente de Caldas en los ríos
Miel y Samaná. En 1982 realiza los diseños de Miel I, que optimiza en 1990 para licitarlo en 1993 e iniciar obras
que duran 54 meses, en 1997. Pero la región cuenta con recursos energéticos relacionados con su potencial
hídrico, biótico, carbonífero y geotérmico. En hidroenergía el escenario aprovechable puede llegar hasta unas 5
veces Miel I, central con una potencia instalada de 396 mil Kw, mientras la potencia hidroeléctrica instalada del
país es de 9.600 Kw.
Pero a pesar de lo que ha significado la CHEC para la región y de haber tenido la posibilidad de consolidar su
control accionario en Caldas, por una falta de políticas visionarias sumada a una estrategia regional en el
gobierno de Uribe, la emblemática y estratégica empresa queda en manos antioqueñas gracias a una política
de “ablandamiento” por la vía de los precios, que se congelaron a nivel nacional hasta cambiar de dueño: al
debilitarse las finanzas de la CHEC se le sugirió a los caldenses como “mejor alternativa” venderla para financiar
la pavimentación de las vías secundarias.
De los estudios de Gensa para Inficaldas, en la administración actual Caldas recibe un inventario de 15 nuevos
proyectos hidroenergéticos: siete con licenciamiento ambiental (Miel II, Encimadas, Cañaveral, Montebonito, El
Edén y Paujil); uno en etapa de factibilidad (Samaná Medio); cinco en prefactibilidad (Butantán, Puente Linda,
Aguabonita, Pensilvania y Pantágoras); y tres en proceso de reconocimiento (La Unión, El Salado y Río Hondo).
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Del conjunto, salvo Encimadas y Cañaveral ubicados entre Aguadas y Sonsón, el resto se localiza en el oriente
caldense.
Lo anterior permite inferir que, pese a su potencial hidroenergético, el Eje Cafetero es comprador neto de
energía, máxime si se suman las salidas de capital local por la vía de los hidrocarburos. De ahí que el desarrollo
de los medianos proyectos hidroenergéticos con apalancamiento nacional (financiero, industrial e ingenieril),
deba ser un propósito regional, como también el de los pequeños proyectos de generación para microcuencas
del territorio rural, favoreciendo comunidades geográficamente aisladas. Al respecto, para recuperar la senda
perdida del desarrollo hidroenergético, en esta administración Caldas que poseía el 81% de los estudios iniciales
de Miel II, en 2012 adquirió el 14% adicional para aproximarse al 99% de la propiedad del proyecto.
En ese panorama, deberán contemplarse otras fuentes de nuestro arco energético, como la palma africana
donde el Magdalena Centro cuenta con posibilidades en esta Colombia que tiene en un potencial bruto de 4700
Gwh/año; la Caña de azúcar del occidente en el valle del Risaralda para contribuir a una producción nacional que
podría llegar a 5390 millones de galones de alcohol por año; el carbón de la cuenca terciaria de Quinchía-
Riosucio aún por cuantificar; el potencial geotérmico del macizo volcánico Ruíz-Tolima que se investiga de
nuevo; y los depósitos uraníferos del área de Berlín (Caldas) y de Irra (Risaralda-Caldas) por prospectarse.
Finalmente, para un desarrollo en tecnología de la energía podríamos asociarnos así: con Antioquia para la
licuación y gasificación del carbón; con el Valle para las tecnologías de producción y consumo de etanol y
gasohol a partir de la caña de azúcar; con el Tolima para los proyectos geotérmicos y petroquímicos; con los
departamentos del Quinchía-Riosucio para programas de energía eólica y solar, la utilización integral del recurso
hídrico y para el manejo ambiental y energético de la industria cafetera. Dicha agenda deberá incluir las
economías energéticas asociadas a la logística del transporte férreo y fluvial, y al sistema de movilidad de las
zonas metropolitanas y entre las capitales cafeteras.
* Profesor Universidad Nacional de Colombia, hhttp://galeon.com/manualgeo [Ref: La Patria, Manizales, 2012-
09-03] Imágenes: En el oriente caldense, por la precipitación y por el acuífero del Valle del Magdalena, el
recurso hídrico resulta excedentario. Fuente, Corpocaldas.
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- Agua, ordenamiento territorial y desastres.
La lección que queda del segundo evento que deja a Manizales sin agua en dos meses, obliga a romper
paradigmas: uno de ellos, que el área de influencia de una línea vital, además del modelado o medio
transformado, comprende el medio natural que le sirve de soporte; y otro, que dado que las obras de ingenieria
se diseñan del lado de la falla, con el incremento de la amenaza climática, habrá que emprender acciones dados
los umbrales del riesgo más cercanos a la certeza de falla. - See more at:
http://www.bdigital.unal.edu.co/5487/1/gonzaloduqueescobar.201181.pdf
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AGUA, ORDENAMIENTO TERRITORIAL Y DESASTRES
Repite el evento de la Planta Luis Prieto Gómez que suministra la mayor proporción de agua potable para
Manizales, con una avalancha de medio millón de metros cúbicos, muy superior a la del pasado 19 de octubre,
que vuelve y destruye a su paso sobre el río Chinchiná, las dos tuberías de conducción de agua potable para la
ciudad, recién reparadas a pesar de su sobre elevación que no resultó suficiente. Igualmente, colapsaron por el
movimiento en masa procedente del hato La Marmolera, y del cual se hacía el monitoreo necesario por el riesgo
cuyas consecuencias superaron los niveles esperados, el gasoducto que pasa al otro lado del rio y dos puentes
vehiculares, entre ellos el de la vía a los hoteles termales.
Ahora la diferencia es, primero que contamos con la Planta Niza recién puesta en servicio para proveer la mitad
del consumo de agua que podría bombearse al tanque más alto vecino a Niza donde se recibe el agua potable de
la planta de Gallinazo, para redistribuirla en toda la ciudad dado que un circuito ha quedado fuera de servicio, y
segundo que además se tienen repuestos y mayor capacidad para reparar de forma expedita las conducciones
de agua dañadas, reinstalar un puente metálico para pasar el Chinchiná en el lugar de los hechos y de reponer
sin mayores tropiezos la citada línea de gas.
No obstante, la lección que queda de estos daños que afectan las líneas vitales y otros ocurridos sobre la vía al
Magdalena y la carretera al norte por Neira, exige nuevas consideraciones ambientales para romper paradigmas.
Uno de ellos con la propuesta de Corpocaldas de meses atrás, útil para enfrentar el grave deterioro de la vía
Maltería-La Esperanza, y que consiste en implementar una figura ambiental que vea más allá de las cunetas,
muros, transversales y pavimentos de la carretera, entendiendo que una vía como cualquier línea vital
comprende todo el corredor ecológico del sistema, y las relaciones socioambientales y económicas que se dan
en ella, y donde la extensión del área de influencia del modelado comprende, además del medio transformado,
el medio natural que le sirve de soporte y que lo conforman las microcuencas interferidas.
Y a pesar de que el Cambio Climático es realmente la amenaza, y la Niña solamente el fenómeno natural que
exacerba el clima, estos desastres son antrópicos: existen normas para aplicar los instrumentos de planificación
existentes, pero en los suelos no están bien aplicadas o se violan, lo que finalmente conduce a permitir, a través
del Plan de Ordenamiento Territorial, el uso conflictivo del suelo en lugares sin aptitud para el destino que
tienen, lo que potencia las amenazas, cuando no el mayor riesgo para las personas y las líneas vitales. De ahí que
se construya sobre deslizamientos y ocupen humedales y vaguadas a lo largo y ancho de nuestra geografía.
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Igualmente, tampoco se ha valorado con suficiente resolución el alcance espacial y temporal, y probabilidad de
ocurrencia de las amenazas, en muchos casos; de ahí que se deban sumar esfuerzos para proveer a Corpocaldas
y a las dependencias responsables de la gestión del riesgo, de una cartografía con mapas temáticos donde se
incluya la espacialización del conjunto de variables que esto demanda, sino también para los mapas ambientales
que requiere el ordenamiento de las cuencas y otros necesarios para el ordenamiento ambiental del territorio a
lo largo y ancho del departamento, dado que se inicia un nuevo ciclo del ordenamiento territorial en Colombia.
Otro asunto, es que prevalece la creencia de que la ingeniería es garantía absoluta por no decir invencible,
cuando por regla general sus diseños están del lado de la falla: una obra construida para una vida útil de 25
años, sometida a eventos con un período de retorno de 25 años, tiene un riesgo del 64%, similar al que
presentan obras cuya vida útil es de 100 años, frente a eventos con 100 años de período de retorno. Ahora, las
obras con una vida útil de 25 años que deban enfrentar amenazas cuyo período de retorno sea de 100 años,
tienen un riesgo de falla del 98%, casi cercano a la certeza de falla.
* Profesor Universidad Nacional de Colombia. http://galeon.com/manualgeo [Ref: La Patria, Manizales,
12/12/2011] Imágenes: Aguas de Manizales - Tomas de video Planta Luis Prieto Ocampo en Gallinazo.
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- Las cuatro estaciones para reflexionar sobre cambio climático
El estilo de sentir y pensar que entrega con sus violines la inmensa fuerza de la música vivaldiana, tal cual ocurre
con su libro de cuatro conciertos para orquesta y violín titulado Las Cuatro Estaciones, guarda proporciones con
la vivacidad antagónica del cambio climático, gracias a una propuesta que parece emular El Niño cuando
muestra la energía y sensacionalismo de la sequía estival, o La Niña al interpretar el gélido y melancólico
invierno. De ahí, esta introducción para reflexionar sobre qué es Colombia como país de contrastes, con la
intensión de que nuestra sociedad civil, como fuerza y como concepto, se solidarice con las comunidades de
campesinos y pobres urbanos afectados por el desastre hidrometeorológico. - See more at:
http://www.bdigital.unal.edu.co/3470/1/gonzaloduqueescobar.201124.pdf
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LAS CUATRO ESTACIONES PARA REFLEXIONAR SOBRE CAMBIO CLIMÁTICO
111
Como profano en estos asuntos de la musa Euterpe y desconocedor de los oficios propios de la música, en virtud
de mi firme creencia filosófica de la primacía del arte de los sonidos en el Universo, entraré a imaginar algunas
relaciones entre música y naturaleza inspirado en la obra de Vivaldi, para hablar de los temas del clima en esta
jornada. Y espero lograrlo en virtud del carácter de la obra del veneciano, por ser presentada en 1724 para el
disfrute y la comprensión de todos, con la maestría de quien lo hiciera buscando agradar antes que exhibir su
gran talento.
El estilo de sentir y pensar que entrega con sus violines la inmensa fuerza de su música, tal cual ocurre con su
libro de cuatro conciertos para orquesta y violín titulado Las Cuatro Estaciones, guarda proporciones con la
vivacidad antagónica del cambio climático, gracias a una propuesta que parece emular El Niño cuando muestra
la energía y sensacionalismo de la sequía estival, o La Niña al interpretar el gélido y melancólico invierno. En
todo esto, la amplitud espacial de la orquesta en su arquitectura fónica innovada por el compositor veneciano,
parece ser un anticipo de casi 300 años, a lo que significa hoy el complejo cambio climático cuyas causas y
consecuencias resultan ser de carácter global.
Para empezar, digamos que nuestro clima tropical andino es bimodal, puesto que en lugar de las 4 estaciones
térmicas, tan sólo se suceden los veranos e inviernos conforme van llegando alternados, solsticios y equinoccios,
causando días y noches casi de igual duración por estar cerca al Ecuador terrestre. Así que sostenido en la
naturaleza de tales movimientos celestes, traeré para nuestro caso Las cuatro Estaciones y una reflexión paso a
paso para sus cuatro momentos, así:
El primero, La Primavera, como una alegre danza de sonidos en la que los cánticos de las aves y silbidos de los
grillos, solo son la sutil expresión del último canto de la naturaleza. Dicen los expertos que esta transición entre
invierno y verano que se inicia el 21 de marzo, al traer las lluvias para la zona andina, también se expresa con
violencia durante épocas de La Niña, con torrenciales aguaceros, vendavales, chubascos y tormentas eléctricas.
Para reflexionar, invito a que pensemos en los bosques como una urgencia para avanzar en la necesaria
adaptación al cambio climático, fenómeno que amenaza con problemáticas de agua y pérdida de biodiversidad,
mayores tasas de erosión costera, y una profunda afectación del hábitat humano: basta decir que los bosques
regulan las lluvias y también las corrientes de agua. Con más bosques, la precipitación se infiltra alimentando las
aguas subterráneas, para que los caudales de los ríos no varíen sustancialmente entre invierno y verano, tal cual
ocurre ahora como consecuencia de la potrerización de nuestras montañas. Mientras la desertificación y erosión
por deforestación inciden en el cambio climático, el bosque atenúa sus efectos.
Seguirá El Verano, donde vientos y percusiones tormentosas, obligan a reflexionar sobre las consecuencias de
dramáticas sequías emulando las salvajes interpretaciones de cuantas especies amenazamos. Desde cuando el
Sol alcanza su máxima posición boreal el 21 de junio y llega la segunda temporada seca para la zona andina, que
nos hacía sentir más alegres con la llegada del verano y sus días largos, hoy debemos activarnos para esperar
más huracanes transitando por el Caribe cuando El Niño arrecia, como también más y mayores incendios
forestales y sequías prolongadas, amenazando páramos y humedales.
Que sea esta una oportunidad para recordar que Colombia, como un pulmón del planeta, está igualmente
amenazada por el fatal desastre, tal cual lo hemos percibido en el Ruiz al ver cómo se están extinguiendo las
cumbres nevadas de Colombia, y con un régimen atípico de precipitaciones como las de noviembre de 2008 y
febrero de 2011 que han marcado registros históricos en Manizales. En el caso de Colombia, algunos estimativos
advierten incrementos de 2° C para la zona andina y de 3°C para nuestras regiones llanas y costeras, cantidad
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suficiente para que cambien altitudinalmente en 300 m las zonas de vida de la ecorregión cafetera y se exacerbe
el régimen de erosión en zonas costeras de la Patria.
Luego El Otoño, con el goce propio de la recolección de la cosecha y a modo de dulce sueño, donde la austeridad
se propone como fórmula para combatir los excesos del desmedido e irracional consumo. Sobre esta transición
entre verano e invierno del 21 de septiembre, que en la zona andina colombiana se corresponde con el segundo
período de lluvias, a causa del desastre climático para las épocas de La Niña, las copiosas lluvias arreciarán de
nuevo.
Y como el otoño es tiempo de cosechas, tomémonos un momento para reconocer a los pescadores de la Charca
de Guarinocito mitigando las consecuencias de los sedimentos aportados desde sus quebradas tributarias, lo
que reduce la eficiencia de la fotosíntesis y disminuye la cantidad de peces fruto de su sustento. Cuando las
cuencas de los Andes sudamericanos se reforesten, con menos sedimentos habrá más peces, y más aves se
alimentarán en las costas del Pacífico para producir más guano que traerá mejores cosechas.
Por último El Invierno, el más débil de los conciertos replicando la fatiga de una frágil naturaleza, cuyo armónico
equilibrio ha sucumbido como consecuencia de la acción humana. Hacia el 22 de diciembre cuando el Sol
alcanza su máxima posición meridional invitando a la calma y la quietud con las noches más largas y bajas
temperaturas invernales, en la zona andina colombiana inicia la temporada seca de final de año. Solo que el
descontrol hídrico y pluviométrico ahora ha alterado los ritmos naturales.
La cuarta reflexión, va en torno a la tragedia de las familias que hoy sufren las consecuencias de las crecientes de
las quebradas, ocurridas durante el ocaso del pasado jueves; dos fenómenos que reclaman resolver el uso
conflictivo del suelo en las deforestadas cuencas del oriente de la ciudad. Para estos casos urge declarar Zonas
de Interés Ambiental a las microcuencas críticas como asunto de vital interés para la ciudad.
Finalmente, esta música del barroco tardío con su magia espectacular, nos permitirá reflexionar sobre qué es
Colombia como país de contrastes, para que nuestra sociedad civil, como fuerza y como concepto, se solidarice
con las comunidades de campesinos y pobres urbanos. Las rurales porque serán los mayores damnificados por
sequías extremas y torrentes sedimentados, consecuencia del cambio climático, al depender para su
supervivencia de los recursos de su entorno rural. Y las urbanas porque si la contaminación y degradación del
ambiente natural muestra ahora su potencial inestabilidad, de no tomar las previsiones del caso, también el
medio citadino padecerá las agresiones que estamos advirtiendo.
Manizales, 17/04/2011.
* Gonzalo Duque-Escobar. Lectura introductoria para el II Festival de Música Sacra, Centro de Convenciones
Teatro los Fundadores/ Orquesta Sinfónica de Caldas y Agrupaciones Corales de Manizales/ Manizales, abril 18,
19 y 29 de 2011. http://galeon.com/manualgeo
Imagen: radioblog.gathacol.net/antonio-vivaldi-las-cuatro-estaciones
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- El inestable clima y la crisis del agua
Según el estudio, “El agua, un factor de desarrollo y de bienestar en la región andina” presentado por la
Secretaría General de la Comunidad Andina, donde se advierte la reducción en la extensión de los glaciares de la
región en un 80% en comparación a 1850 y la pérdida estimada del 56% de los páramos para el año 2050 bajo
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escenario actual, la ecorregión no solo deberá implementar políticas públicas en materia del agua y de los usos
del suelo, sino también intensificar las acciones de adaptación ambiental y saneamiento básico para enfrentar la
actual crisis del agua y prevenir los conflictos a futuro. Ponencia presentada a nombre de la Gobernación de
Caldas en la celebración de “El día del Periodista”, el 9 de Febrero 9 de 2016. - See more at:
https://godues.wordpress.com/2016/02/09/el-inestable-clima-y-la-crisis-del-agua/
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EL INESTABLE CLIMA Y LA CRISIS DEL AGUA
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Presentación
Aunque la Ecorregión Cafetera, gracias a su ubicación mediterránea en el centro y occidente de los Andes más
septentrionales de América, donde la interacción de la atmósfera de la zona ecuatorial y su conexión con el
Pacífico y en menor grado con la altillanura y la Amazonía, proveen un ciclo hidrológico dinámico, cuenta con un
patrimonio hídrico abundante aunque asimétricamente distribuido, donde el agua puede convertirse en un
notable factor de desarrollo y de bienestar social para la región, también el avanzado estado de deforestación
de sus cuencas sumado a un modelo agroindustrial cafetero soportado en monocultivos, se constituye en una
amenaza creciente como consecuencia del cambio climático.
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Plan de Desarrollo de Caldas
El Programa de Gobierno Caldas, Territorio de Oportunidades, Conocimiento e Innovación, contempla un
programa integral como Estrategia de Adaptación ante el cambio climático, soportado en cuatro pilares:
• Planes de adaptación al cambio climático en diferentes sectores (agrícola, pecuario, minero)
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• Programas de gestión ambiental en los diferentes municipios del departamento
• Investigación aplicada que permita la adaptación de semillas, cultivos a los efectos del cambio climático
• Nuevas prácticas para sistemas agrícolas adaptadas a los efectos del cambio climático.
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Agua y bosques en Caldas
Según Corpocaldas, de una extensión de 744 mil Ha, las coberturas verdes del departamento en 2010 eran: 163
mil Ha en bosques (22%), 265 mil Ha en cultivos (36%) y 300 mil Ha en pastos y rastrojos (40%), tres cuantías que
cubren el 98% de su escarpado y deforestado territorio.
En cuanto al sistema subterráneo de Caldas, sobresalen las zonas de recarga de páramo y de la gran cobertura
boscosa de la alta cordillera, o del extenso Valle del Magdalena y las regiones del Oriente caldense, donde la
copiosa precipitación explica un recurso hídrico excedentario susceptible de aprovechamientos hidroenergéticos
responsables.
El patrimonio hídrico más comprometido del departamento, es el de la Cuenca del Rio Chinchiná para el caso de
la Subregión Centro-Sur; pero también a nivel municipal existen potenciales problemas asociados al riesgo para
el suministro de agua en Marmato y Riosucio, Salamina, La Merced y Filadelfia.
Dicha vulnerabilidad asociada al déficit severo de agua, igualmente amenaza a Quinchía, Marsella, Apía, Balboa
y Cartago, de conformidad con la información de Alma Mater y el SIR.
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Dinámicas del clima andino
El Niño y La Niña se explican por las anomalías de temperatura del Océano Pacífico, que se constituyen en freno
para el desplazamiento natural y regular de la Zona de Confluencia Intertropical ZCIT, una franja de bajas
presiones en la zona Ecuatorial que explica el clima bimodal colombiano.
En los períodos de El Niño, las temporadas de invierno y verano del año son más secas para la zona andina
colombiana, y más frecuentes e intensos los huracanes del Caribe. Durante La Niña, ocurre lo contrario:
temporadas más húmedas a lo largo del año, con menos tormentas tropicales.
Mientras para Colombia el fenómeno El Niño se manifiesta con un déficit de lluvias, en Perú y Bolivia lo hace con
lluvias torrenciales.
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Eventos extremos
Aunque el desarrollo del fenómeno meteorológico del ENSO conocido como El Niño/La Niña es de carácter
cíclico y comportamiento errático, a largo plazo la fuerza de este fenómeno puede cambiar como consecuencia
del calentamiento global, generando eventos climáticos extremos como inundaciones o sequías en diferentes
regiones del planeta.
Al observar las dos últimas Niñas 2007/8 y 2010/11, pese a su condición intrínseca similar y calificación de sus
niveles como moderados, los efectos dejan ver una dinámica creciente del calentamiento global que anuncia
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consecuencias cada vez más intensas, tal cual lo advertimos en la segunda Niña al observar la Sabana de Bogotá
convertida en una “Venecia” y la lista de 30 municipios colombianos como Gramalote, que afectados por las olas
invernales, requieren reasentamiento, 20 de ellos fuera de su jurisdicción.
Eventos de anomalía observados en intervalos anuales en la temperatura oceánica, se prevé para el futuro el
incremento, según NOAA
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Sol y cambio climático
Aunque astrónomos y geofísicos soportados en correlaciones, pueden afirmar que cuando el Sol está tranquilo
la Tierra permanece fría, aún no sabemos el porqué de los cambios de la actividad del Sol.
Hubo una “pequeña glaciación” asociada a un periodo frío ocurrido entre 1550 y 1850, en el que se presentaron
tres picos fríos (1650, 1770 y 1850), pequeña edad del hielo acompañada de lluvias que coincidió con un período
de baja actividad en las manchas solares.
Aunque solo podemos afirmar que la Constante de radiación solar, no es tan “constante”, de conformidad con
los modelos heliofísicos, es el magnetismo de la atmósfera solar quien influye en la luminosidad del Sol, y por lo
tanto en los cambios en radiación solar.
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Efecto invernadero
El efecto invernadero es causado por gases como el metano y dióxido de carbono, que se encuentran en la
atmósfera. Estos y otros gases que permiten la vida en la Tierra, atrapan parte del calor del Sol que se refleja por
el planeta.
El calor atrapado por la atmósfera de la Tierra, mantiene la temperatura media global en +15º C Celsius; si se
incrementa ese valor hasta 18º C, se causan fenómenos nocivos.
En amarillo se muestra el efecto sobre la luz solar incidente; y en rojo, sobre la radiación infrarroja reflejada. Al
cambiar la frecuencia de la radiación y no poder escapar, se genera el efecto de invernadero.
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Emisiones
Según el quinto Reporte de Emisiones presentado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el
Cambio Climático (2014), se necesita limitar el calentamiento a 2 °C, reduciendo las emisiones de efecto de
invernadero al 2050, entre un 40% y 70% de los niveles de 2010.
Ahora, en razón al calentamiento global, sólo tenemos 40 años para explotar nuestro carbón. Para no exceder el
límite de 2°C antes del 2050, a nivel mundial habrá que reducir: el 80% del carbón, la mitad del gas y un tercio
del petróleo que se destina como combustible. Pero el carbón colombiano por ser de alta calidad, tendría uso
preferencial para industrias de alto consumo energético: es un carbón duro, de alto poder calorífico y bajo
contenido de azufre.
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Cambio climático: donde y cuanto
Al subir la temperatura del planeta este siglo, entre 1,8º y 4º C de acuerdo a las características que presenten
diferentes zonas, como consecuencia de la fusión de los glaciares también se incrementará el nivel medio de los
océanos entre 18 y 59 centímetros dependiendo la cuantía de la gravimetría de cada lugar.
Las cuantías esperadas para Colombia son del orden de +3º C en la Región Andina y de +4º C en nuestras
regiones costeras y de la Orinoquia y la Amazonía; además de un incremento alto del nivel del mar en el Caribe.
Cada variación en 1ºC en el régimen de temperatura media, altera la basa climática de los ecosistemas en 170
metros de altitud.
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El acuerdo de París
Varios expertos en temas climáticos lanzaron alertas señalando que el acuerdo de la cumbre COP 21 es
inconsistente con el objetivo de evitar que la temperatura del planeta no supere los 1,5º C
Para lograrlo, la economía mundial debería estar descarbonizada en 2050 y las emisiones deberían disminuir al
menos un 70 % en 2050, respecto a los niveles de 2010.
Si la temperatura rebasa los 1,5 grados la capa de hielo de Groenlandia desaparecerá completamente.
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Agua subterránea
En Colombia, donde el 31% del agua dulce está en acuíferos y el 29% en lagunas, hace falta una política pública
para garantizar el carácter de patrimonio y de bien público, del agua subterránea. Si lo administrativo y técnico
están al día, en la gestión falta la dimensión socioambiental.
Aunque en el país las cuencas hidrogeológicas con posibilidades de aprovechamiento abarcan el 74% del
territorio nacional, según el estudio “Zonas hidrogeológicas homogéneas de Colombia” del IDEAM (2005),
mientras el 56% de dicha área corresponde a la Orinoquía, la Amazonía y la Costa Pacífica, y el 31,5% a la región
Caribe e Insular, sólo el 12,5% le corresponde a la Región Andina, que es la más densamente poblada.
Las cuencas hidrogeológicas más utilizadas en Colombia, según dicho documento, son las ubicadas en el Valle
del Cauca, Valles Medio y Superior del Magdalena y Cordillera Oriental; siguen en importancia por su uso, las del
Golfo de Urabá, Golfo de Morrosquillo y departamentos de Bolívar, Magdalena, Cesar y la Guajira.
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Deforestación en Colombia
Sabemos que en la región andina de Colombia, el clima es bimodal: cada año tenemos dos temporadas secas
que parten desde los equinoccios (junio 21 y diciembre 22) y dos húmedas a partir de los solsticios (marzo 21 y
septiembre 22).
En el país, además de reforestar las cuencas andinas buscando la apropiación social de prácticas forestales y
productivas no conflictivas, se debe hacer lo propio en la lucha contra la deforestación que aún cobra cien mil
hectáreas por año en la región andina colombiana.
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Epílogo
En Colombia, tras las experiencias del desastre de la erupción del Ruiz (1985) y del terremoto del Quindío
(1999), durante la última década se fortaleció el Sistema Nacional de Prevención y Atención de Desastres.
En la ecorregión, se deberán emprender políticas públicas para darle coherencia a las acciones ambientales y
sociales del PCC, incluyendo el tema del calentamiento global. El sector agropecuario, deberá replantear el
modelo agroindustrial cafetero desde la perspectiva ecológica implantando la agroforestería, y el ganadero las
prácticas silvopastoriles para corregir el uso conflictivo del suelo.
El actual Plan de Desarrollo, deberá Implementar las políticas de ciencia y tecnología previstas en el Plan de
Gobierno de Guido Echeverri (2016-2019) imbricadas con la cultura para resolver la brecha de productividad que
sume en la pobreza los medios rurales del departamento.
Desarrollar dichas políticas públicas ambientales, será fundamental para lograr enfrentar la problemática del
riesgo y del cambio climático, y para soportar la sostenibilidad en la responsabilidad ambiental.
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Gracias
Ponencia presentada a nombre de la Gobernación de Caldas en la celebración de “El día del Periodista”, el 9 de
Febrero 9 de 2016. Autor, Gonzalo Duque-Escobar, Profesor Universidad Nacional de Colombia y Miembro del
CROT de Caldas. http://galeon.com/manualgeo . Imagen: Usos del Suelo y Coberturas en Caldas. Fuente,
Corpocaldas.
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Universidad Nacional de Colombia. Museo Interactivo Samoga.
http://samoga.manizales.unal.edu.co/
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UMBRA: LA ECORREGIÓN CAFETERA EN LOS MUNDOS DE SAMOGA DUQUE-ESCOBAR, GONZALO * (2015).
DIGITAL BOOK U.N. DE COLOMBIA. MUSEO INTERACTIVO SAMOGA. UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA
SEDE MANIZALES. ENLACE: http://www.bdigital.unal.edu.co/50853/
.
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UMBRA: LA ECORREGIÓN CAFETERA EN LOS MUNDOS DE SAMOGA
http://www.bdigital.unal.edu.co/50853/
BOOK SECTION:
• PRESENTACIÓN
• MUNDO DE LA TIERRA
• MUNDO DEL AGUA
• MUNDO DEL AIRE
• MUNDO DEL FUEGO
• CULTURA, CIENCIA Y TECNOLOGÍA
• BIBLIOGRAFÍA
• Contenido
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GONZALO DUQUE-ESCOBAR (1015). MUSEO INTERACTIVO SAMOGA. UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA
SEDE MANIZALES. http://www.bdigital.unal.edu.co/50853/
Imagen: Observatorio Astronómico de Manizales. OAM http://oam.manizales.unal.edu.co